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Los siete errores más comunes de las

finanzas en pareja
El padre dijo amén y el “felices para siempre” empezó. Y eso dura hasta la primera
pelea. Hasta la primera pelea por dinero.

Incluso parejas que ya viven juntas o llevan casadas un tiempo, pasan por
verdaderas batallas intentando poner el orden en las finanzas de la pareja.

En realidad, en un estudio encargado por MarketWatch, se demostró que las


parejas discuten mucho por dinero, pero no llegan a ninguna parte y siguen
discutiendo porque se dejan llevar por el sentimiento y no por la razón. Así
que se discute mucho pero no se resuelve nada.

Cuando se está en una pareja, la construcción de un patrimonio es relativamente


más fácil, si los dos tienen los mismos objetivos y van en la misma dirección. Para
eso, son necesarias algunas reglas y respetar los compromisos.

Dos economías son más fuertes que una


Te vamos a ayudar hoy enseñando cuáles son los principales errores en las
finanzas en pareja y cómo puedes arreglarlos. Al final, lograrán demostrar
realmente que dos economías son más fuertes que una.

1. Mentir acerca de cuánto dinero ganas y/o cuánto


debes
Cuando empiezan la vida en pareja, lo mejor es olvidarse de todo lo que pasó antes
pues ahora empiezan juntos y desde cero.

Para todos los sectores de sus vidas, ese concepto hace todo sentido, pero para el
financiero no. Aquí los dos deben ser completamente transparentes respecto a
cualquier carga financiera que tengan y también lo que pueden aportar para
la nueva familia.

No es un escenario de los más románticos, pero es extremadamente necesario.


Nadie precisa perfeccionar la imagen que nuestro/a compañero/a tiene de nosotros
ocultando deudas contraídas con bancos, instituciones, amigos o hasta familiares.

Cuando estén haciendo el presupuesto, o trazando metas, todo eso tiene que ser
llevado en consideración. Si a mitad de camino la verdad de repente sale a la luz,
la confianza de la pareja es tirada al suelo y cuesta mucho recuperarla.

Lo mismo pasa cuando no somos sinceros en el momento de hablar de los ingresos.


2. Arreglar la vida financiera sólo una vez
Después de mucho hablar, finalmente han hecho el presupuesto, definieron las
metas y listo. Nunca más miraron el archivo u hoja.

Así como todas las cosas de la vida, las finanzas también cambian. Una cosa que
han puesto como un gasto fijo, ahora perdió su importancia y no lo quieren más, o
la compra de un coche o la llegada de un bebé o una mascota lo hizo todo diferente.

Lo que se aconseja es que hagan una revisión y ajusten al menos una vez
cada mes. Así pueden seguir motivados porque cada día está más cerca de sus
objetivos y pueden ir ajustando el presupuesto de acuerdo con las nuevas
circunstancias.

Para que ese acompañamiento realmente ocurra, programen una reunión el


horarios y días que sean buenos para los dos. La idea es que estén cuiden su dinero
y no reaccionen sólo cuando aparezcan los problemas.

3. No tener objetivos en común


Aunque tengan una buena planificación financiera, si no van en la misma
dirección, si no tienen los mismos objetivos, la motivación para manejar el
dinero también va a ser diferente.

Si además de eso aún cuentan con personalidades distintas, como una pareja
hecha de un derrochador y un tacaño, en algún momento esas personalidades
chocan y casi nunca sale bien.

Los objetivos comunes, como una nueva vivienda, coche o un tan esperado viaje,
pueden ayudar a los dos a tener un mejor comportamiento con el dinero y ceñir con
el presupuesto.

4. No prevenir a los imprevistos económicos


Ahora que son dos, los imprevistos económicos también son dos veces mayores.
En vez de desear lo mejor y pensar en positivo, es preferible tomar las riendas de
la planificación en sus manos y prevenir.

Nunca se sabe cuándo una enfermedad, un despido o la avería de un coche pueden


ocurrir y eso puede hacer peligrar toda la familia, más aún si tienen hijos o cualquier
otro tipo de familiar.

Lo recomendable es que tengan un fondo de emergencia suficiente para cubrir


al menos tres meses de los gastos recurrentes. Con una buena planificación
financiera podrán hacerlo sin grandes problemas.
5. Simplemente dividir todo 50 y 50
Al principio parece la dirección más sencilla y lógica tratar las finanzas en pareja:
abren una cuenta bancaria en conjunto y cada parte paga mitad de los gastos
corrientes comunes.

Si las ganancias de los dos son similares puede ser un buen arreglo, si no,
eso puede en realidad tornarse una injusticia para la parte que gane menos.

Por esta razón también, es muy importante que tanto los gastos como los ingresos
sean del conocimiento de los dos una vez que una división 60/40 o 70/30 sea la
más justa para los dos y elimine así cualquier resentimiento de las partes.

6. Darle a uno el control total del dinero


Solamente uno de los dos queda responsable por los pagos, inversión y ahorro.

Las decisiones en cuanto al destino del dinero (ahorro, gasto, inversión)


deben ser consensuadas por ambos y no debe asumir uno solo el control de
la situación.

Así, la responsabilidad es igual para los dos: cuando las cosas salen bien o no
cuando salen mal.

7. Infidelidades financieras
La infidelidad financiera pasa cuando una parte se da un capricho más caro, o
simplemente gasta dinero sin que la otra parte sepa.

En el día a día siempre habrá pequeñas infidelidades, pero el problema es cuando


si eligen los caprichos en lugar de mantener el objetivo que habían definido juntos.
Ahí intenta ocultar el gasto y la situación solamente puede ir a peor.

Lo ideal en esas situaciones es que los dos siempre tengan los objetivos en
mente y separen un importe a los dos para satisfacer pequeños caprichos y
sin poner en riesgo los objetivos financieros acordados.

En última instancia, no hay fórmula mágica que pueda ser usada por cualquier
pareja para prevenir cualquier problema financiero.

Te traemos los errores más comunes y algunos consejos, pero si estos no


funcionan, intenten otras soluciones, sean creativos hasta que lleguen a un día
a día armonioso y el dinero solamente les traiga alegría y nos más dolores de
cabeza o motivo de pelea.
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