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finanzas en pareja
El padre dijo amén y el “felices para siempre” empezó. Y eso dura hasta la primera
pelea. Hasta la primera pelea por dinero.
Incluso parejas que ya viven juntas o llevan casadas un tiempo, pasan por
verdaderas batallas intentando poner el orden en las finanzas de la pareja.
Para todos los sectores de sus vidas, ese concepto hace todo sentido, pero para el
financiero no. Aquí los dos deben ser completamente transparentes respecto a
cualquier carga financiera que tengan y también lo que pueden aportar para
la nueva familia.
Cuando estén haciendo el presupuesto, o trazando metas, todo eso tiene que ser
llevado en consideración. Si a mitad de camino la verdad de repente sale a la luz,
la confianza de la pareja es tirada al suelo y cuesta mucho recuperarla.
Así como todas las cosas de la vida, las finanzas también cambian. Una cosa que
han puesto como un gasto fijo, ahora perdió su importancia y no lo quieren más, o
la compra de un coche o la llegada de un bebé o una mascota lo hizo todo diferente.
Lo que se aconseja es que hagan una revisión y ajusten al menos una vez
cada mes. Así pueden seguir motivados porque cada día está más cerca de sus
objetivos y pueden ir ajustando el presupuesto de acuerdo con las nuevas
circunstancias.
Si además de eso aún cuentan con personalidades distintas, como una pareja
hecha de un derrochador y un tacaño, en algún momento esas personalidades
chocan y casi nunca sale bien.
Los objetivos comunes, como una nueva vivienda, coche o un tan esperado viaje,
pueden ayudar a los dos a tener un mejor comportamiento con el dinero y ceñir con
el presupuesto.
Si las ganancias de los dos son similares puede ser un buen arreglo, si no,
eso puede en realidad tornarse una injusticia para la parte que gane menos.
Por esta razón también, es muy importante que tanto los gastos como los ingresos
sean del conocimiento de los dos una vez que una división 60/40 o 70/30 sea la
más justa para los dos y elimine así cualquier resentimiento de las partes.
Así, la responsabilidad es igual para los dos: cuando las cosas salen bien o no
cuando salen mal.
7. Infidelidades financieras
La infidelidad financiera pasa cuando una parte se da un capricho más caro, o
simplemente gasta dinero sin que la otra parte sepa.
Lo ideal en esas situaciones es que los dos siempre tengan los objetivos en
mente y separen un importe a los dos para satisfacer pequeños caprichos y
sin poner en riesgo los objetivos financieros acordados.
En última instancia, no hay fórmula mágica que pueda ser usada por cualquier
pareja para prevenir cualquier problema financiero.