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Patermogenesis

La partenogénesis es una forma de reproducción basada en el desarrollo de células


sexuales femeninas no fecundadas, que se da con cierta frecuencia
en platelmintos, rotíferos, tardígrados, crustáceos, insectos, anfibios y reptiles, más
raramente en algunos peces y, excepcionalmente, en aves. La partenogénesis fue
descubierta por Charles Bonnet. Jan Dzierżon fue el primero en descubrir el origen
partenogenético de los zánganos de las abejas.
Consiste en la segmentación del óvulo sin fecundar, puesta en marcha por factores
ambientales, químicos, descargas eléctricas, etc. En algunos casos (peces), a los que nos
referimos como geitonogamia, se requiere el contacto o la fusión con un gameto
masculino, pero no se completa la fecundación, no contribuyendo con sus genes la célula
masculina. En algunos animales y bajo ciertas condiciones específicas, un óvulo puede
desarrollarse en un nuevo ser sin que haya sido fertilizado por un espermatozoide.
El producto, llamado partenote, no podrá llevar cromosomas específicamente masculinos.
Según la modalidad de la determinación del sexo, eso puede limitar a los descendientes a
solo uno de ellos, como ocurre en las abejas y otros insectos himenópteros, donde las
hembras son diploides, procedentes de huevos fecundados, y los machos haploides,
partenogenéticos.
Aunque el procedimiento se ha intentado también con gametos masculinos, no se ha
logrado todavía el desarrollo de embriones, porque las células masculinas están
generalmente reducidas para la única función de fecundar, mientras que las femeninas
son característicamente totipotentes.

Millosís
La miosis es toda aquella disminución del diámetro de las pupilas, bien sea por causas
fisiológicas (reflejos naturales de la vista ante la luz), patológicas (debido a enfermedades,
padecimientos clínicos, síndromes y demás alteraciones en la salud) o farmacológicas
(reacciones de la vista que han sido producidas por la acción de sustancias químicas, como
medicamentos y drogas afines). El término miosis viene del griego muein, que significa
“cerrar los ojos”).
La miosis (palabra que no debe ser confundida con mitosis, meiosis ni miositis) está en
directa oposición con la midriasis ―de la que se habla con más detalle en un artículo
aparte―, en la que se dilatan las pupilas, y es diferente de la anisocoria, en la cual una
pupila está más dilatada que la otra.
La miosis, como se ha dicho, tiene tres causas: fisiológicas, patológicas y farmacológicas.
Mientras las fisiológicas obedecen estrictamente a las reacciones de la vista, las
patológicas provienen generalmente de enfermedades.
Las farmacológicas, por su parte, están directamente ligadas al uso de sustancias
químicas, con mayor preponderancia de los medicamentos e incluso de las drogas. Los
párrafos que siguen ahondan más en estos factores que causan la constricción de las
pupilas.

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