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Seminario

“La presencia de Ferenczi en el retorno a Freud de Lacan”

Coordinan:
Gabriela Aguilar / Irayetzin Hernández / Dania Lozano
Del 18 de mayo al 7 de septiembre de 2017. Ocho sesiones quincenales. Jueves de 20 a 21:30 hrs.
Centro Cultural los TalleresFrancisco Sosa #29, Coyoacán Centro.
Ciudad de México.

Reseña de la sesión del jueves 7 de septiembre de2017

Dando continuidad a “El problema de la terminación del análisis” (1927) que propone Ferenczi,
se trabajó “Análisis terminable e interminable” (Freud, 1937). En torno a estos textos se identificaron
coincidencias y divergencias respecto al problema de la terminación del análisis. En un primer momento se
destacó que una de las divergencias centrales que se pueden identificar entre ambos autores, es la dirección que
toma su texto ante el problema a tratar. Se señaló que si bien, Frenczi se concentra en aportar elementos
clínicos para transmitir lo que considera como “ciertas características comunes a las personas cabalmente
analizadas” (Ferenczi, 1927:82), en aquello que “solo puede lograrse una vez terminado el análisis” (1927: 80) y
que lo lleva a afirmar finalmente que “el análisis no es un proceso interminable sino que, con suficiente
habilidad y paciencia del analista puede llevarse a un fin natural” (1927: 87); Freud, por su parte, se concentra
en plantear como pregunta las afirmaciones del primero: “¿Existe algo que pueda llamarse terminación natural
del análisis? ¿Existe alguna posibilidad de llevar un análisis hasta el final?” (Freud, 1937:3341) y, qué sería “el
final de un análisis” (1937: 3341). A diferencia del húngaro, Freud pone el punto de discusión en las dificultades
de la cura: “En lugar de investigar cómo se realiza una curación por el psicoanálisis (…), la pregunta debería
referirse a cuáles son los obstáculos que se hallan en el camino de tal curación” (Freud, 1937:3342). Destaca los
problemas que se pueden plantear en un análisis considerado como terminado frente a las demandas pulsionales
(1937:3346) y abre la pregunta en torno a “qué limites existen para la eficacia de la terapéutica psicoanalítica”
(3349) desde un “enfoque económico” (1937:3346). Se enfatizó que frente a texto de Ferenczi, Freud remarca
la siguiente posición: “no quiero decir que el análisis sea algo que nunca termina” (1937:3362) pero “No es fácil
prever una terminación natural” (1937: 3362). En cuanto a la pregunta por el papel que juega el analista para la
terminación de un análisis, se señaló que en el desarrollo de ambos textos, es Ferenczi quién pone más énfasis
en ello, y se ubicó que el propio Freud reconoce que en ese sentido, el texto del húngaro “proporciona un
importante complemento” (Freud, 1937:3360) al señalar que el éxito del análisis “depende muy ampliamente de
que el analista haya aprendido de sus propios <<errores y equivocaciones>> y haya corregido los <<puntos
débiles de su personalidad>>” (1937: 3361
En un segundo momento se puntualizó la importancia de la transferencia para pensar el problema
del fin del análisis, se recordó que para Freud (1914) el amor transferencial representa el motor de la cura pero
también una dificultad. Al respecto, se ubicó que tanto Freud como Ferenczi coincidían en la importancia y el
trabajo que implica para un paciente hablar de ello en el análisis. El primero, dando un lugar preponderante a
que el paciente de cuenta de las imagos infantiles desfiguradas y transferidas en el médico, y el segundo,
enfatizando que el analista que dirige la cura posibilite la confesión de aquellas fantasías que el sujeto ha
sepultado y desfigurado en la transferencia. Se acentuó que para ambos, dicha “confesión” representa un punto
medular de la cura analítica, pero que en especial para Ferenczi se vincula con el fin de análisis y con el lugar
del analista.
Respecto a dicho problema, es decir, lo relativo a la persona del analista y el fin de análisis, se
ubicaron puntos de encuentro entre Ferenczi y lo señalado por Lacan en el seminario de 1963-1964. Esto porque
en “Análisis terminable e interminable” Freud da respuesta al reclamo del húngaro de “haber omitido brindarle
un análisis integral (vollständig)” (1937: 224), cuando el magiar ya había muerto y todavía no había acceso a la
correspondencia entre ambos para que sus lectores tuvieran otra perspectiva. Freud califica su relación con
Ferenczi en este texto en términos de “vínculos amistosos de fundamento objetivo y que demuestran ser viables”
1937: 225). Se señaló que esto habla del lugar problemático que representaba para Freud el aspecto
transferencial en cuanto a Ferenczi, ya que Freud otorga un papel principal al trabajo de análisis que el analista
debe practicar en sí mismo para no ser “estorbado por sus propios defectos para asir de manera correcta las
constelaciones del paciente y reaccionar ante ellas con arreglo a fines” (1937: 249) y respecto al análisis de
Ferenczi señala que por razones prácticas, este sólo pudo “ser breve e incompleto” (p.250). Se planteó que a
diferencia de tal señalamiento, el húngaro enfatiza que el análisis debe llevarse a término porque del analista
“depende el destino de tantas personas” (1927: 85) y en consecuencia, “debe conocer y mantener el control de
las debilidades más recónditas de su propio carácter; y esto es imposible sin una análisis cabalmente completo”
(1927: 85). Así, se enfatizó que la responsabilidad del analista es abordada por ambos autores pero quien a lo
largo de su obra destaca este aspecto de manera insistente es el húngaro, para quien el final del análisis implica
un agotamiento de la transferencia, un duelo, un espacio “intermedio” entre la neurosis y la vida para buscar en
esta última “fuentes más reales de gratificación” (Ferenczi, 1927: 86). De esta forma, “la renuncia al análisis
constituye así la conclusión final de la situación infantil de frustración que está en la base de la formación de
síntomas” (1927: 86). Finalmente, se señaló que, en coincidencia con Ferenczi para Lacan, la
liquidación/disolución de la transferencia es un movimiento que aparece al final de un análisis, se trata de “la
liquidación permanente de ese engaño debido al cual la transferencia tiende a ejercerse en el sentido del cierre
del inconsciente” (Lacan, 1963-64: 275).

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