Está en la página 1de 14

[ESCRIBIR EL NOMBRE DE LA COMPAÑÍA]

La casa grande

Comedia en un acto.

jose pernia
20/05/2016

La obra representa la vida de un grupo de personas que conviven en una casa de


pensión. Podría ser un refugio. Lo dejo a juicio del director.
REPARTO
1 Valentina Díaz FLAVIA
2 Yonaicys Véliz JACINTA
3 Oriana Hernández AURORA
4 Valentina Fariñas CARMEN
5 Isis Abreu GABRIELA
6 Carlos Rodríguez POZUELOS
7 Damelys Sánchez JOSÉ
8 César Flora SANDRA
9 Luis Figueroa JAVIER
10 María Hernández CLARA
11 Loreimer Márquez FLORA
12 Osvel Villafaña JEAN FRANCO
13 Jesús Álvarez VECINO
14 Nicawdi Díaz VECINO
15 Camila Rojas VECINA
16 Valentina Rojas VECINA

Original de: José Pernía, 2016


Una casa de pensión: Un pasillo largo a cuyos flancos se ubican las habitaciones.
Cada una, un núcleo familiar. Al fondo, se aprecia la batea comunitaria y la alberca
donde se conserva el agua. Una pila surte el preciado líquido para todos los
habitantes, es el espacio para las abluciones matinales. A un lado, dos puertas
conducen a los baños–duchas colectivos. La gente saca orinales que utiliza durante
la noche para no trasladarse hasta allí. En un extremo, una palmera solitaria
preside la casa, sembrada pacientemente en una maceta, esperando crecer algún
día y rebelarse hasta romper su prisión. A la derecha, una escalera de caracol hace
suponer un piso superior, del que suben y bajan personas, siempre en parejas. La
parte alta de la casa es hotel de chance. Las meretrices hacen su negocio en esta
casa.

AL INICIARSE LA ACCIÓN, ESTÁN FLAVIA Y JACINTA LAVANDO ROPA:


COMENTAN ALEGREMENTE SOBRE LA NOCHE ANTERIOR CON SUS MARIDOS.
FLAVIA, ES UNA MUJER VOLUMINOSA: GRANDES SENOS, UNAS NALGAS
INMENSAS Y UNA MANERA DESCARADA Y FUERTE DE HABLAR. DE VEZ EN
CUANDO, ECHA UNA MIRADA A LA ESCALERA DE CARACOL. JACINTA, SU
COMPAÑERA DE BATEA, ES MÁS DELGADA, CASI ENJUTA, SE LE NOTA UN
DOLOR POR DENTRO, VISTE TOTALMENTE DE LUTO.

FLAVIA (Continuando con un tema de conversación)… Pues sí, mijita, ese


hombre anoche parecía endemoniado… tres veces se subió a la
burra… y no había nada que lo convenciera de lo contrario…

JACINTA (Asombrada) ¡Muchacha! ¿Y por qué tanto? ¿Acaso lo tenías a dieta?

FLAVIA Pues, la verdad sí: el mes pasado me hizo una…

JACINTA (Mostrando genuino interés: su comida preferida es el chisme)


¡No me digas! ¿Te volvió a voltear con la del 213?

FLAVIA ¡Así mismo fue, mijita! Pero se arrepintió: lo puse a pan y agua todo
el mes. (Mira para todos lados y le dice en confianza) ¡Ay, mija,
pero te confieso que yo fui la que más sufrí! ¡Es que no me aguanto!
¡Esa bicha siempre está así: (Hace una mueca)… como pidiendo
comida, mañana, tarde y noche! (Se ríe) Le gusta su dieta
completica: desayuno, almuerzo, merienda, cena y porsiacaso, (Ríe
estrepitosamente. Su compañera la sigue. Pausita. Lavan. A Jacinta)
¿Y tú?
JACINTA (Se enseria un poco) No, yo no, mija. Desde que murió mi hijo,
perdí el gusto por todas las cosas. ¡No hay nada que me atraiga! ¡Ni
siquiera Manuel! (Pausita. Estrega la ropa con cierta violencia) Y
él lo nota, mujer. Se ha dado cuenta. Ha intentado todo: rogar, pelear,
anoche (Observa a ver si no la están escuchando)… amenazó con
irse de la casa!

FLAVIA ¿Te das cuenta? ¡Si sigues con eso vas a perder el hombrecito! ¡Y tan
bueno que es! Trabajador, (Mira hacia la escalera y sigue) serio,
no anda en bochinchitos, como el mío, (Pausita) ¡Por lo menos, yo
no le he cachado nada, ni se dice nada en la calle, así que parece que
es serio… (Mira la escalera)

JACINTA Tienes razón, pero ¿qué le voy a hacer? ¡No siento nada, mana, no
siento nada! (Intrigada) ¿Pero qué tanto ves tu para la escalera esa?
¡Tienes todo el rato volteando para allá! ¿Qué te pasa?

FLAVIA (Tendenciosa) ¡Es que estoy cazando un pajarito; mejor dicho: una
pajarita que tiene que pasar por ahí dentro de un rato! ¡Tranquila!
Tú sigue contando que yo me entiendo, tranquila… (Voltea de
nuevo a ver la escalera. Estando en eso, baja por allí una
despampanante chica. Porta un vestido rojo que parece dos
tallas menos, con un escote que revela hasta sus sueños más
profundos, calza tacones 10 y medio, aguja, pelo suelto
larguísimo y una mirada desafiante que se come el mundo: se
llama Aurora, tiene 22 años muy bien vividos y totalmente
agresivos. Se sabe bella, irresistiblemente bella. Flavia deja lo
que está haciendo y se encamina con los brazos en jarra en
dirección a Aurora) ¡Ajá, la paciencia tiene sus frutos! (Con
Aurora) ¡A ti te quería ver yo y quien quiere ver al diablo que lo
nombre o lo piense, mijita!

AURORA (Entre extrañada e irónica) ¿Conmigo? ¿Qué tiene usted que ver o
tratar conmigo, señora?

FLAVIA (Con marcada ira y sarcasmo que va in crescendo) ¿Cómo que si


tengo algo que tratar contigo? ¡Deja ya de estarme robando mis
prendas, mijita! ¡Si quieres algo, lo compras, o lo consigues por tu
cuenta, pero no te lo estés robando…!

JACINTA Pero, ¿cómo? ¿A ti también…? ¡Pero este es el colmo! (Mirando a


Aurora con una mezcla de asombro y asco) Entonces, ¿era usted?
¿Pero qué gana con eso?

FLAVIA (Subiendo el tono. De las puertas vecinas empiezan a aparecer


rostros que observan la discusión sin tomar partido para nada)
¡Sí, exactamente! ¿Qué gana usted con eso? ¡Cada quién con sus
cosas, con sus prendas, con lo suyo! ¡Si usted quiere tener algo,
gáneselo!
AURORA (Enojándose) ¡Señora! ¡Usted me confunde! En primer lugar, usted
y yo no compartimos ni las mismas tallas, ni los mismos gustos, y
menos tengo que robarle nada, porque usted no tiene nada que me
pueda poner… ¡todo lo que tengo es mío!

FLAVIA (Sarcástica) ¿Todo? ¡No todo mijita! ¡Porque el macho que te estás
echando encima es mío! ¿Entiendes? (Se le abalanza como una
tigra, con las garras por delante. Aurora apenas sí alcanza a
esquivarla y Jacinta se interpone entre las dos mujeres)

JACINTA (Deteniendo la pelea) ¡Ah, no! ¡Eso sí que no! ¡Peleas aquí no!
¡Compórtense como gente decente!

AURORA (Con Jacinta) ¡Aquí la única agresiva es la “señora”: yo, como usted
pudo ver, venía tranquilamente!

FLAVIA (En el paroxismo) ¡Sí, pero te la tengo jurada mijita! ¡No te metas
con hombre casado, si no te va a ir como a cucaracha en baile de
gallinas!

AURORA (A Flavia, con sarcasmo) ¿Hombre casado yo? No, perdóneme,


señora; yo, con este cuerpecito que me dio Dios (Posando)…, no
necesito andar comprando nada usado… me los pongo nuevecitos,
mi amor y en exclusiva! ¿Que tu marido te está engañando?… ¡Pues
zapatea para otro lado, que conmigo no es! ¡Yo tendré malos ratos,
pero malos gustos… nunca! ¡Primero muerta que sencilla! (Le da la
espalda y sale)

FLAVIA ¡Sí! ¡Eso es, cobarde! ¡Huye! ¡Pero un día de estos te encuentro y ya
verás! ¡Ya verás…! (Por lo bajito) ¡Puta!

AURORA (Aún de espaldas) ¡Te escuché; y no hay mujer que no lo sea: con el
hombre que le gusta, cuando está en la cama! ¡Adiós, colega! (Sale,
riéndose)

JACINTA (Recogiendo sus cosas) ¡Bueno, ya terminé aquí! ¡Hasta luego,


comadre!

FLAVIA (En lo mismo) ¡Hasta luego! Y perdóneme el mal rato.

JACINTA ¡Pierda cuidado, comadre! Yo hubiera actuado igual si estuviera en


su lugar. Lo que sí me deja duda es lo de la ropa íntima: la verdad,
esa carajita no tiene la misma talla suya y, por lo que a mí respecta,
también se me está perdiendo ropa… ¡Qué extraño! ¿Verdad?

FLAVIA (Algo pensativa) ¡Sí, bastante extraño!

LAS DOS MUJERES SALEN, CADA UNA POR UN LADO, HACIA EL FONDO. SE
DEJA ESCUCHAR UNA MÚSICA DE FONDO. UN BOLERO ANTIGUO DE TOÑA LA
NEGRA, CARMEN DELIA DIPINI, DANIEL SANTOS, O CUALQUIERA OTRA DE
ESAS ESTRELLAS DE ANTAÑO. LA MÚSICA VIENE DE UNA DE LAS
HABITACIONES, ALGUIEN TARAREA LA CANCIÓN. POR UNO DE LOS
EXTREMOS DEL ESCENARIO, ENTRAN CARMEN Y GABRIELA, DOS ANCIANAS,
QUE VIENEN DEL MERCADO. CARMEN ES UNA MATRONA GORDA, CON SENOS
EXAGERADAMENTE GRANDES, USA ROPA COLORIDA, GRANDES ZARCILLOS,
LLENA DE COLLARES MULTICOLORES Y PULSERAS QUE “COMBINAN” ENTRE
SÍ. TIENE EL PELO OSTENTÓSAMENTE TEÑIDO DE ROJO Y MUCHO
MAQUILLAJE, SE NOTA QUE TRAT DE VERSE MÁS JÓVEN A PUNTA DE
COLORETE. MIENTRAS, GABRIELA, ES MÁS RECATADA CON LA ROPA: FALDA
MIDI (A MEDIA PIERNA) MEDIAS, ZAPATOS DE TACÓN BAJO, BASTÓN,
LENTES Y EL PELO BLANQUÍSIMO.

CARMEN (Suspirando) ¡Ay, mijita! ¡Qué calor caramba!

GABRIELA (En el mismo tono) Si mija; y lo peor es no conseguir nada. ¡Y esas


colas! ¿Qué estaban vendiendo donde el turco Simón?

CARMEN (Sentándose en un banco que está por los alrededores, como si


alguien lo hubiera dejado allí olvidado. Al lado, hay un bote de
pintura, mal cerrado y una brocha, esperando a ser usada) ¡Creo
que jabón de baño y detergente!

GABRIELA Con unos añitos más y un montón de cansancio menos, me hubiera


metido en esa cola. ¡Tengo tiempo que no me baño con jabón!

CARMEN ¿Y cómo estás haciendo?

GABRIELA ¡Uso lavaplatos, jabón líquido del que se usa para la ropa! A veces,
agua, agua y más agua. ¡Le canto agua a esa totona hasta que casi se
ahoga!

CARMEN ¡Bueno, mija: ya que no come carne, que beba bastante agua! (Las
dos mujeres ríen. Por un lado ha salido Flavia, pero ellas no han
notado su presencia. La mujer está tendiendo una ropa. Las
comadres siguen hablando. A Gabriela) ¿Viste el tronco de
zaperoco que le formó la del 48 a la bailarina?

GABRIELA (Intencionada) ¡Bailarina! ¡Yo creo que lo menos que hace esa es
bailar! Pero a todo le dicen trabajo ahorita. (Pausita) ¿Y por fin: por
qué fue la vaina?

CARMEN (Íntima. Saboreando el chisme) Bueno, te cuento: según Flavia, la


muchachita esta, la del 48, disque le estaba comiendo el mandado…
sopeteándole el hombre, pues. ¡Claro, como la muchachita está
buena y es lanzadísima, cualquiera le echa la culpa hasta de los
cachos de Adán…!

GABRIELA ¡Mana… ¿y Adán tuvo cachos?!

CARMEN ¡No mensa, es un decir! Lo que quiero que entiendas es que siendo
tan bonita todo el mundo la coge con ella. (Presumiendo) ¡Igualito
que conmigo, cuando era muchacha…!

GABRIELA (Carraspea) ¡Ejem! ¡Ejem! ¡Pero sigue, dime! ¡Qué pasó después!

CARMEN ¡Pues nada, que la chamita se la sacudió buenísimo y la puso en su


lugar! ¡Ella no tiene necesidad de andar buscando hombre de otra, le
sobran, según le dijo! Pero la pobre, insiste que ella le está tumbando
el macho. Si supiera… (Flavia, que está colgando ropa, deja de
hacer y se queda observando, quieta, tratando de no ser
notada)

GABRIELA (Interesada) ¿Qué quieres decir? ¡Tú sabes algo, mujer; escúpelo!

CARMEN (Echando para atrás) ¡No, no me hagas caso!

GABRIELA (Insistente) ¡Ah, no! ¡A mí tú no me dejas con la boca echa agua! ¡Ya
comenzaste, ahora tienes que echar el cuento completo! Dime. ¿Qué
es lo que tú sabes?

FLAVIA (Saliendo de su escondite) ¡Sí, di lo que tu sabes1

CARMEN Y (En un sobre salto. Al unísono) ¡Pero mujer, ¿estabas ahí?! ¿Desde
GABRIELA cuándo…? ¿Por qué?

FLAVIA (A Gabriela) ¡Pero no te detengas! ¡Sigue! ¡Sigue! ¿Qué es lo que yo


debería saber?

CARMEN (Acorralada entre las dos mujeres) ¡Está bien! ¡Les voy a decir,
pero juren que no me meterán en problemas! (Pausa. Las mira
alternativamente) ¡Júrenlo!

LAS DOS (Al unísono) ¡Lo juramos!


MUJERES

CARMEN (MIRANDO A TODOS LADOS. A FLAVIA Mira mija te lo voy a


decir porque me da dolor que te estén engañando así: no pierdas
tiempo peleándote con la de 48, esa no tiene nada que ver… la que
verdaderamente está comiéndote el mandado es… (SUS PALABRAS
SON TAPADAS POR UN INMENSO ESCÁNDALO. DETRÁS DE
BASTIDORES SE ESCUCHAN TODO TIPO DE COSAS COMO
LANZADAS: OLLAS, SARTENES, ETC. SE ESCUCHAN GRITOS DE
“¡AGÁRRENLO!”, GRITOS HISTÉRICOS DE MUJERES, DE DOLOR
DE UN HOMBRE, OTROS QUE DICEN “LINCHENLO”;)… Pero, ¡que
pasa! ¡¿Qué escándalo es ese?!

POR LA IZQUIERDA DEL ESCENARIO ENTRA UNA TROMBA DE GENTE,


SIGUIENDO A JAVIER, QUE VIENE PROTEGIDO POR AURORA

AURORA (TRATANDO DE CUBRIR A JAVIER CON SU CUERPO) ¡Pero ya! ¡No


le peguen más! ¡¿Qué ganan con eso?! (QUITÁNDOLE UN
ESCOBAZO DE ENCIMA AL MUCHACHO) ¡No! ¡Pobrecito! (SE OYE
UNA DETONACIÓN. TODOS SE APARTAN Y QUEDAN
ESTUPEFACTOS. EN EL CENTRO DEL ESCENARIO QUEDA
AURORA CON UNA .38 SMITH & WESSON EN ALTO) ¡Se acabó la
vaina pues! ¡De aquí en adelante el que quiera seguir con esto, tiene
que pasar por encima de mí! ¡¿Entendido?!… ¡¿Entendido?! (LA
TURBA SE RETIRA PRUDENTEMENTE. AURORA VA AL HERIDO)
Ven: levántate. ¡Vete a tu cuarto y no salgas hasta que yo te avise!
(VOLTEA RABIOSA) ¡Y ay del que lo siga o lo moleste de aquí en
adelante! ¡Se las ve conmigo!

JAVIER (SECÁNDOSE LAS LÁGRIMAS Y UNO QUE OTRO BROTE DE


SANGRE EN LA BOCA Y LA CARA. A AURORA) ¡Gracias! (le toma la
mano, se la besa y sale corriendo) ¡Gracias!

AURORA ¡Eso no hacía falta, Javier! Vete tranquilo que nadie te va a molestar.

GABRIELA (ACERCÁNDOSE, ESTREMECIDA Y NERVIOSA POR VER EL ARMA


EN MANOS DE AURORA) ¿Pero qué fue todo eso, mi niña? ¿Qué está
pasando?

AURORA (CALMÁNDOLA. ASEGURA LA PISTOLA Y LA GUARDA) Pues nada


mi vieja, que esta gente son unos animales, unos inconscientes…
¡querían matar al pobre muchacho!

CARMEN (INTRIGADA) ¿Y eso? ¿Por qué?

AURORA (CALMADAMENTE) Bueno… como ustedes saben, se han estado


perdiendo cosas: prendas íntimas, vestidos, blusas, etc.,… la gente las
deja colgadas, las cosas desaparecen y, luego, de una manera mágica,
vuelven a aparecer en el tendedero, lavadas y todo…

POZUELOS (ENTRANDO) Buenas… ¿qué es lo que está pasando aquí? (MIRA A


TODOS LADOS) ¿Dónde está el herido, el cadáver?

AURORA (SECA) ¡Aquí no hay nada de eso, Sr. Agente! Nada que ver, nada que
lamentar.

POZUELOS ¡Pero me dijeron que había tiros y mucho escándalo!

AURORA (Despreciativa) Pues, como usted puede ver, solo estamos nosotras,
reina la calma y no hay sangre en ningún lado… así que le
informaron mal… ¡ya puede marcharse!

POZUELOS ¡Más respeto, “Señorita”, que está usted hablando con la autoridad
(HINCHA EL PECHO Y SEÑALA SU PLACA)

AURORA En cuanto a lo de “Señorita”, ahórreselo: hace como 15 años que me


dejé de eso. Y sobre lo de autoridad, esta no se sostiene en una placa,
sino en el respeto que uno tenga de la ley y del proceder de sus
funcionarios.
POZUELOS ¿Está insinuando acaso que yo no la tengo? ¡Vamos! ¡Si tiene algo
que denunciar, hágalo!

AURORA (SABIENDO QUE HA PISADO TERRENO EN FALSO, MIDE SUS


PALABRAS) Cuando uno no tiene nada que temer pues no se
preocupa. Así que esté tranquilo, a lo mejor no es por usted… en
todo caso, aquí no hay nada qué reportar.

POZUELOS (SALIENDO) Bueno, más les vale, porque si no… (SE AGARRA LA
PISTOLA Y EL ROLO, COMO AMENAZANDO. SALE)

CARMEN (A AURORA) ¡Mijita! ¿Y por qué, a cuenta de qué, le hablas tú de esa


manera a Pozuelos? ¡Mira que él es la autoridad!

AURORA Mira mi vieja: la autoridad no se impone: se gana y se mantiene


mediante el respeto y la dignidad. Y ese… ¡ese no tiene ni una cosa ni
lo otro!

GABRIELA (INTRIGADA) ¿Qué quieres decir con eso, hija?

AURORA Yo me entiendo vieja, yo me entiendo, tranquila.

CARMEN ¿Y qué fue lo que pasó con Javier?

AURORA ¡Nada vieja! ¡Que él era quien se estaba robando las ropas de los
tendederos! Pero igual: los devolvía al otro día… ¡y hasta lavados!

CARMEN ¿Y entonces, para qué se los robaba?

AURORA Es que… ¡el pobre! Siente que es una mujer atrapada en un cuerpo
masculino. Por las noches, le gustaba ponerse ropa de mujer y bailar
maquillado frente al espejo.

GABRIELA ¡Ay, pobrecito! ¡Qué confusión!

AURORA ¡Sí, debe ser horrible sentirse prisionero, atado, amarrado dentro de
su propia alma, fingiendo todos los días ser quien no se es!

POR UN COSTADO DEL ESCENARIO, ENTRA JAVIER. VISTE JEANS


DESTEÑIDOS, UNA CAMISA A CUADROS, UNOS TENNIS Y UNA GORRA. LLEVA
UN BOLSO GRANDE Y UNA MALETA.

AURORA (A JAVIER) ¿Te vas?

JAVIER (TOTALMENTE DEPRIMIDO, SE VE COMO SI HUBIERA ESTADO


LLORANDO) Sí…

AURORA ¿Pero… dónde? ¿Con quién? (ECHA MANO DE SU BOLSO) ¿tienes


plata¿ ¿Dónde vas a llegar?

JAVIER (RECHAZANDO EL DINERO) ¡Acuérdate que yo trabajo, no te


preocupes, pero te lo agradezco! En cuanto a dónde, con quién o en
qué lugar… pues… voy a subirme al primer autobús que encuentre
en el terminal y después en otro y otro y otro más y, cuando ya no
pueda viajar, cuando ya no haya más pueblos, allí me quedaré. ¡No te
preocupes! ¡Te llamo de donde esté! (SE ABALANZA SOBRE ELLA,
LA BESA Y EMPRENDE LA MARCHA)

GABRIELA (A JAVIER) Pero no tienes por qué irte…

JAVIER Pero tampoco tengo motivos para quedarme y después de lo que


pasó hace rato, me convertiría en un chiste, en la burla de todos…
Adiós (SALE).

MIENTRAS TODO ESTO ESTÁ OCURRIENDO, POR EL FONDO HEMOS VISTO LA


PAREJA COMPUESTA POR JOSÉ Y SANDRA, JÓVENES ESPOSOS QUE DISCUTEN
ACALORADAMENTE, NO SABEMOS LO QUE DICEN, PERO LA GESTUAL ES
SUFICIENTE PARA IMAGINAR QUE ELLA LE ESTÁ RECLAMANDO ALGO. SOLO
CUANDO POZUELOS SALE, ES QUE PODEMOS ENTERARNOS QUE DICEN. LOS
OTROS PERSONAJES QUEDAN ESTÁTICOS EN ESCENA MIENTRAS OCURRE
ESTO.

JOSE (A SANDRA) ¡Yo fui claro contigo: por ahora no podemos tener
hijos!

SANDRA (MOLESTA) Y entonces, ¿qué hago? ¿Me lo como? ¡Ya no podemos


dar vuelta atrás!

JOSÉ ¡Bueno, pero será bajo tu responsabilidad!

SANDRA (ENTRE MOLESTA Y SARCÁSTICA) ¡Ahora sí! ¡Llegamos dónde


íbamos! Quiere decir que te voy a tener que decir como decía mi tía,
(SE PERSIGNA) Entonces, mijito: ¿Este me lo hice yo solita, con el
dedo! ¡No, que va! A mi tu no me aplicas esa… ¡Este chamo es de los
dos! ¡A mí me respondes!

JOSÉ No, mija, si yo no quiero decir que te voy a abandonar, sino que
bueno… tendremos que trabajar más duro, no la vamos a pasar muy
bien… mira cómo vivimos: de cola en cola para poder comprar de
comer, compartiendo la ración de uno para nosotros dos. ¿Cuánto
tiempo hace que no te compro ni una pantaleta, o unos zapatos?
¡Apenas sí nos alcanza para comer!

LOS PERSONAJES SIGUEN DISCUTIENDO ACALORADAMENTE, PERO SOLO DE


FORMA GESTUAL. POR UN COSTADO, ENTRA JEAN FRANCO, PINTOR.
MUCHOS DIRÁN QUE ES OTRA COSA, PERO ES PINTOR. SENSIBLE, CREATIVO,
MUY FELIZ CON LA VIDA, DE HECHO, VIENE PASADITO DE COPAS. ACABA DE
RECIBIR UN PREMIO EN EFECTIVO EN UN SALÓN DE PINTURA.

JEAN (ENTRA CANTANDO UNA CANCIÓN DE ROCÍO DURCAL): “Cómo


FRANCO quisiera yo… que tú vivieras… que tus ojitos jamás se hubieran,
cerrado nunca y estar mirándolos… amor eterno
POR OTRO COSTADO ENTRAN CLARA Y FLORA, DOS CHISMOSAS,
ENTROMETIDAS Y SUPUESTAMENTE PROSTITUTAS.

CLARA (A FLORA) ¿Viste quién viene ahí?

FLORA (CON MARCADO SARCASMO) ¡La flor de la canela! ¡La Imperio


Santa María de los Arrabales!

JEAN F. (QUE LAS HA ESCUCHADO. INTERRUMPE SU CANTO. LAS


ENFRENTA) Yo, niñas, no será la Imperio Santa María de los
Arrabales. Posiblemente, tampoco sea el doble de Rocío Durcal o
Rocío Jurado pero, por ningún motivo, me parezco a ustedes

FLORA Y, según tú, ¿quiénes somos nosotras?

JEAN F. (SINUOSO, CON MARCADO ACENTO, INSIDIOSO) A ver, enumero:


(COMIENZA LENTO Y TERMINA CANTANDO EN RITMO DE RAP)
Mentirosas, envidiosas, engañadoras, tramposas, insidiosas,
chismosas y embaucadoras. Amargadas, resentidas, resecas y
entristecidas… esa es mi vecina, esa es mi vecina, jaajajajaja (INICIA
LA MARCHA)

FLORA (INTERRUMPIÉNDOLE EL PASO) No, mijito, ¡de aquí no te vas,


hasta que no te disculpes, nosotras no somos nada de eso.

JEAN F. (BURLÓN. DA UN GIRO INESPERADO Y EN DOS PASOS ESTÁ EN


LA ESCALERA DE CARACOL, LEJOS DEL ALCANCE DE LAS
CHISMOSAS) ¡Y me voy, no me gusta verme envuelto en aquelarres!
¡Brujas! Yo sí: soy como soy, porque me da la gana, porque puedo ser
como yo quiero, porque lo único que me ata y me detiene soy yo
mismo… (ELEVANDO LOS BRAZOS COMO SI FUERA A VOLAR) ¡El
cielo es el límite!

FLORA Y (UNÍSONO) ¡Maricón! ¡Florecita! ¡Poca cosa! ¡Eunuco!


CLARA

JEAN F. (GRITÁNDOLES YA DE LEJOS) Resentidas, envidiosas… ¡Bruuuujas!

CLARA (A FLORA) ¿Viste? ¡Ahora se cree la gran cosa porque ganó ese
Premio Nacional de Pintura! Bueno, mija, vámonos que tengo que ir
a ver si me guardaron algo en donde me anoté…

FLORA ¿Te anotaste para la harina pan, con Samuel?

CLARA ¡No, mi hermana! Yo con ese no tengo suerte. Me cuadré con José, el
bodeguero, que ahora está “bachaqueando” y consigue de todo.
¡Tiene más mercancía que cuando trabajaba legal!
FLORA ¡Ay de él, cuando le caiga la ley!

CLARA ¡Él dice que no le va a pasar nada! ¡Sus razones tendrá, mija! Pero
por si acaso, déjame apurarme, a mí ya se me acabó la bolsita
solidaria esa del gobierno… ¡Unas caraotas duríiiiiiiiiiiiiiiiiiisimas! (A
FLORA) Y tú, ¿conseguiste el gas?

FLORA Tuve que pagarle Bs. 1.500 al del camión, pero me la trajo mi amor,
que es lo que importa.

CLARA ¿No digo yo? Si seguimos así, hasta para la Salvación Divina nos van
a pedir que nos bajemos de la mula…

FLORA ¡Tú pareces pendeja! ¿Y las limosnas? ¿Y los diezmos? ¿Y las


colectas? ¡Pareces chiquita! ¿Tú crees que de verdad esa plata es
para “la obra” como dicen por ahí? Jajajajaj

CLARA ¡Ay mujer, no seas así! (SE PERSIGNA) Uno no debe andar juzgando
a los demás.

FLORA ¡Está bien “Santa Clara! Pero vámonos que se hace tarde…

LAS DOS MUJERES SALEN POR UN EXTREMO. SE OYE MÚSICA VIEJA,


VIEJÍSIMA, DE CARMEN DELIA DIPINI, DANIEL SANTOS, CARLOS GARDEL,
LEJOS, MUY LEJOS, COMO SI VINIERA DEL PASADO. POR UN COSTADO ENTRA
POZUELOS, ESTÁ VISIBLEMENTE BORRACHO, AÚN CUANDO VISTE
UNIFORME. POR EL OTRO, VIENE AURORA, ESTÁ PRIMOROSAMENTE
VESTIDA DE AZÚL, POZUELOS LA DIVISA Y SE RELAME.

POZUELOS (LIBIDINOSO) Buenas noches, gatita…

AURORA (SECA) Buenas noches

POZUELOS (ACERCÁNDOSE. MÁS LIBIDINOSO AÚN) Pero, ¿Por qué tan seria,
tan despreciativa, tan seca?

AURORA (IGUAL, TRATANDO DE SEGUIR SU CAMINO) Buenas noches.

POZUELOS (LE CIERRRA EL PASO) No, no, no, no (se le abalanza encima,
ejerciendo presión con su cuerpo y la arrincona. Saca su arma
de reglamente y se la pone en la sien a la muchacha) ¡Esta noche
nos vamos de estreno! (La sigue empujando hasta un rincón
obscuro donde solamente podemos observar las siluetas. Se oye
un grito sordo, una lucha y finalmente, se ve a Pozuelos que sale
acomodándose el pantalón) ¡Espero que ahora sí tengas claro
quién es el jefe!

AURORA (Sale sin pronunciar palabra. Está desencajada, el vestido


echado abajo. Toda deshecha. Tratando de taparse como puede,
se marcha sin pronunciar palabra)
LA ESCENA SE TRASLADA A OTRO PUNTO DEL ESCENARIO.
VEMOS A CLARA, HERMANA DE AURORA, BAÑANDO A ESTA
ÚLTIMA. ES UNA TINA GRANDE, SOLO PODEMOS VER SU PERFIL,
ESTÁN CASI DE ESPALDAS. AURORA SOLLOZA.

CLARA (FUERTE) ¡No! ¡Ni una lágrima más! ¡Esto nunca pasó!¡Nunca!
¿Entiendes?

AURORA ¡Pero!

CLARA (AUTORITARIA) ¡Sin peros! Tú, a tu vida de siempre: A tu trabajo,


tus estudios, todo normal. Y yo,… bueno, yo a lo mío, a lo de siempre

CLARA ENVUELVE A SU HERMANA EN UNA TOALLA GRANDE Y


SALEN. LA ESCENA QUEDA SOLA EN OTRO PUNTO DEL
ESCENARIO VEMOS A POZUELOS. POR EL OTRO EXTREMO,
ENTRA CLARA, HERMANA DE AURORA. AHORA ES ELLA QUIEN
VISTE VOLUPTUOSAMENTE. SE ACERCA A POZUELOS.

POZUELOS (INTRIGADO E INTERESADO) Buenas noches…

CLARA (ENTRE SENSUAL E INDIFERENTE) Buenas…

POZUELOS (EXTRAÑADO) Señorita Clara.-.. ¿Es usted?

CLARA (SENSUAL) La misma

POZUELOS Pero… ¡qué cambio!

CLARA (INCITANTE) Solo vestida para la ocasión

POZUELOS (ENTRANDO EN EL JUEGO) Y… ¿puede saberse cuál es esa ocasión


tan importante?

CLARA (IGUAL) Esta, aquí, con usted. Hace mucho tiempo que… bueno, que
deseo decirle algo..

POZUELOS (CURIOSO) ¿Sí? ¿Qué será, si se puede saber?

CLARA (RIE) ¡Claro, tontito, si se trata de algo que tiene que ver contigo.

POZUELOS (APROXIMÁNDOSE) ¿Conmigo?

CLARA Bueno, más que todo, con tu forma de ser. Así,… tan varonil, tan tú,
tan fuerte, con esa placa, ese revólver.

POZUELOS (QUE YA NO SE AGUANTA, SE LE ABALANZA Y EMPIEZA A


MORBOSEARLA.= ¡Mamacita!

CLARA (DEJÁNDOSE ARRASTRAR A UN PUNTO OBSCURO DEL


ESCENARIO) ¡Despacio garañón! ¡Despacio, que ambos debemos
disfrutarlo!

POZUELOS (BAJÁNDOSE LA BRAGUETA) ¿Te gusta así?

CLARA (QUE, VISIBLEMENTE, SE ARRODILLA ANTE POZUELOS,


QUEDANDO ESTE DE ESPALDAS AL PÚBLICO. DE PRONTO, SE
OYE UN GRITO ESTERTÓREO Y CLARA SE LEVANTA TRIUNFAL,
CON UN CUCHILLO BAÑADO EN SANGRE Y LO QUE SUPONEMOS
EL MIEMBRO VIRIL DE POZUELOS EN LA OTRA MANO) ¡Esto es
para que no vuelvas a tocar más nunca a una mujer! Y para tu
consumo: aquí la puta soy yo, la que trabaja en un burdel soy yo, mi
hermanita es Secretaria Ejecutiva pendejo. No toda mujer, que se
viste hermosa, que está orgullosa de su cuerpo y lo exhibe, es una
puta… ¡Te equivocaste! ¡Tu machismo absurdo te llevó a
conclusiones erróneas! (RÍE) Pero ya no lo harás más… ahora, en
vez de Pozuelos, te llamarán “Tocucho” (LE TIRA EL TROZO DE
CARNE QUE TIENE EN LAS MANOS)

POZUELOS (GRITANDO DE DOLOR Y RABIA) ¡Maldita! ¡Perra! ¡Traidora!

CLARA (BURLONA) Sí, seré todas esas cosas. Y tú, eres un violador, un
desgraciado abusador.. ¡Y lo sabes! ¡Pero ya no más! (Triunfal) ¡Ya
no más!

POZUELOS (LLAMANDO) ¡Auxilio! ¡Socorro! ¡Ayuda, por favor!

CLARA (EN UNA RISA HISTÉRICA, CASI EXTRAVIADA) ¡Pide auxilio! ¡Ojalá
tengas la oportunidad que no le diste a mi hermana, basura!

POZUELOS (DESESPERADO, AGÓNICO) ¡Por Dios, ayúdenme!

A LOS GRITOS DE POZUELO, POR TODAS PARTES DEL


ESCENARIO EMPIEZAN A ENTRAR VECINOS. VEN LA HORRIBLE
ESCENA DE CLARA CON LAS MANOS LLENAS DE SANGRE,
POZUELOS DESANGRÁNDOSE EN EL SUELO. NADIE SE ATREVE A
ACERCARSE. GRITOS DE “LLAMEN UNA AMBULANCIA”, “SE
VOLVIÓ LOCA”, “LLAMEN LA POLICÍA”... FIN DE LA OBRA.

También podría gustarte