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La casa grande
Comedia en un acto.
jose pernia
20/05/2016
FLAVIA ¡Así mismo fue, mijita! Pero se arrepintió: lo puse a pan y agua todo
el mes. (Mira para todos lados y le dice en confianza) ¡Ay, mija,
pero te confieso que yo fui la que más sufrí! ¡Es que no me aguanto!
¡Esa bicha siempre está así: (Hace una mueca)… como pidiendo
comida, mañana, tarde y noche! (Se ríe) Le gusta su dieta
completica: desayuno, almuerzo, merienda, cena y porsiacaso, (Ríe
estrepitosamente. Su compañera la sigue. Pausita. Lavan. A Jacinta)
¿Y tú?
JACINTA (Se enseria un poco) No, yo no, mija. Desde que murió mi hijo,
perdí el gusto por todas las cosas. ¡No hay nada que me atraiga! ¡Ni
siquiera Manuel! (Pausita. Estrega la ropa con cierta violencia) Y
él lo nota, mujer. Se ha dado cuenta. Ha intentado todo: rogar, pelear,
anoche (Observa a ver si no la están escuchando)… amenazó con
irse de la casa!
FLAVIA ¿Te das cuenta? ¡Si sigues con eso vas a perder el hombrecito! ¡Y tan
bueno que es! Trabajador, (Mira hacia la escalera y sigue) serio,
no anda en bochinchitos, como el mío, (Pausita) ¡Por lo menos, yo
no le he cachado nada, ni se dice nada en la calle, así que parece que
es serio… (Mira la escalera)
JACINTA Tienes razón, pero ¿qué le voy a hacer? ¡No siento nada, mana, no
siento nada! (Intrigada) ¿Pero qué tanto ves tu para la escalera esa?
¡Tienes todo el rato volteando para allá! ¿Qué te pasa?
FLAVIA (Tendenciosa) ¡Es que estoy cazando un pajarito; mejor dicho: una
pajarita que tiene que pasar por ahí dentro de un rato! ¡Tranquila!
Tú sigue contando que yo me entiendo, tranquila… (Voltea de
nuevo a ver la escalera. Estando en eso, baja por allí una
despampanante chica. Porta un vestido rojo que parece dos
tallas menos, con un escote que revela hasta sus sueños más
profundos, calza tacones 10 y medio, aguja, pelo suelto
larguísimo y una mirada desafiante que se come el mundo: se
llama Aurora, tiene 22 años muy bien vividos y totalmente
agresivos. Se sabe bella, irresistiblemente bella. Flavia deja lo
que está haciendo y se encamina con los brazos en jarra en
dirección a Aurora) ¡Ajá, la paciencia tiene sus frutos! (Con
Aurora) ¡A ti te quería ver yo y quien quiere ver al diablo que lo
nombre o lo piense, mijita!
AURORA (Entre extrañada e irónica) ¿Conmigo? ¿Qué tiene usted que ver o
tratar conmigo, señora?
FLAVIA (Sarcástica) ¿Todo? ¡No todo mijita! ¡Porque el macho que te estás
echando encima es mío! ¿Entiendes? (Se le abalanza como una
tigra, con las garras por delante. Aurora apenas sí alcanza a
esquivarla y Jacinta se interpone entre las dos mujeres)
JACINTA (Deteniendo la pelea) ¡Ah, no! ¡Eso sí que no! ¡Peleas aquí no!
¡Compórtense como gente decente!
AURORA (Con Jacinta) ¡Aquí la única agresiva es la “señora”: yo, como usted
pudo ver, venía tranquilamente!
FLAVIA (En el paroxismo) ¡Sí, pero te la tengo jurada mijita! ¡No te metas
con hombre casado, si no te va a ir como a cucaracha en baile de
gallinas!
FLAVIA ¡Sí! ¡Eso es, cobarde! ¡Huye! ¡Pero un día de estos te encuentro y ya
verás! ¡Ya verás…! (Por lo bajito) ¡Puta!
AURORA (Aún de espaldas) ¡Te escuché; y no hay mujer que no lo sea: con el
hombre que le gusta, cuando está en la cama! ¡Adiós, colega! (Sale,
riéndose)
LAS DOS MUJERES SALEN, CADA UNA POR UN LADO, HACIA EL FONDO. SE
DEJA ESCUCHAR UNA MÚSICA DE FONDO. UN BOLERO ANTIGUO DE TOÑA LA
NEGRA, CARMEN DELIA DIPINI, DANIEL SANTOS, O CUALQUIERA OTRA DE
ESAS ESTRELLAS DE ANTAÑO. LA MÚSICA VIENE DE UNA DE LAS
HABITACIONES, ALGUIEN TARAREA LA CANCIÓN. POR UNO DE LOS
EXTREMOS DEL ESCENARIO, ENTRAN CARMEN Y GABRIELA, DOS ANCIANAS,
QUE VIENEN DEL MERCADO. CARMEN ES UNA MATRONA GORDA, CON SENOS
EXAGERADAMENTE GRANDES, USA ROPA COLORIDA, GRANDES ZARCILLOS,
LLENA DE COLLARES MULTICOLORES Y PULSERAS QUE “COMBINAN” ENTRE
SÍ. TIENE EL PELO OSTENTÓSAMENTE TEÑIDO DE ROJO Y MUCHO
MAQUILLAJE, SE NOTA QUE TRAT DE VERSE MÁS JÓVEN A PUNTA DE
COLORETE. MIENTRAS, GABRIELA, ES MÁS RECATADA CON LA ROPA: FALDA
MIDI (A MEDIA PIERNA) MEDIAS, ZAPATOS DE TACÓN BAJO, BASTÓN,
LENTES Y EL PELO BLANQUÍSIMO.
GABRIELA ¡Uso lavaplatos, jabón líquido del que se usa para la ropa! A veces,
agua, agua y más agua. ¡Le canto agua a esa totona hasta que casi se
ahoga!
CARMEN ¡Bueno, mija: ya que no come carne, que beba bastante agua! (Las
dos mujeres ríen. Por un lado ha salido Flavia, pero ellas no han
notado su presencia. La mujer está tendiendo una ropa. Las
comadres siguen hablando. A Gabriela) ¿Viste el tronco de
zaperoco que le formó la del 48 a la bailarina?
GABRIELA (Intencionada) ¡Bailarina! ¡Yo creo que lo menos que hace esa es
bailar! Pero a todo le dicen trabajo ahorita. (Pausita) ¿Y por fin: por
qué fue la vaina?
CARMEN ¡No mensa, es un decir! Lo que quiero que entiendas es que siendo
tan bonita todo el mundo la coge con ella. (Presumiendo) ¡Igualito
que conmigo, cuando era muchacha…!
GABRIELA (Carraspea) ¡Ejem! ¡Ejem! ¡Pero sigue, dime! ¡Qué pasó después!
GABRIELA (Interesada) ¿Qué quieres decir? ¡Tú sabes algo, mujer; escúpelo!
GABRIELA (Insistente) ¡Ah, no! ¡A mí tú no me dejas con la boca echa agua! ¡Ya
comenzaste, ahora tienes que echar el cuento completo! Dime. ¿Qué
es lo que tú sabes?
CARMEN Y (En un sobre salto. Al unísono) ¡Pero mujer, ¿estabas ahí?! ¿Desde
GABRIELA cuándo…? ¿Por qué?
CARMEN (Acorralada entre las dos mujeres) ¡Está bien! ¡Les voy a decir,
pero juren que no me meterán en problemas! (Pausa. Las mira
alternativamente) ¡Júrenlo!
AURORA ¡Eso no hacía falta, Javier! Vete tranquilo que nadie te va a molestar.
AURORA (SECA) ¡Aquí no hay nada de eso, Sr. Agente! Nada que ver, nada que
lamentar.
AURORA (Despreciativa) Pues, como usted puede ver, solo estamos nosotras,
reina la calma y no hay sangre en ningún lado… así que le
informaron mal… ¡ya puede marcharse!
POZUELOS ¡Más respeto, “Señorita”, que está usted hablando con la autoridad
(HINCHA EL PECHO Y SEÑALA SU PLACA)
POZUELOS (SALIENDO) Bueno, más les vale, porque si no… (SE AGARRA LA
PISTOLA Y EL ROLO, COMO AMENAZANDO. SALE)
AURORA ¡Nada vieja! ¡Que él era quien se estaba robando las ropas de los
tendederos! Pero igual: los devolvía al otro día… ¡y hasta lavados!
AURORA Es que… ¡el pobre! Siente que es una mujer atrapada en un cuerpo
masculino. Por las noches, le gustaba ponerse ropa de mujer y bailar
maquillado frente al espejo.
AURORA ¡Sí, debe ser horrible sentirse prisionero, atado, amarrado dentro de
su propia alma, fingiendo todos los días ser quien no se es!
JOSE (A SANDRA) ¡Yo fui claro contigo: por ahora no podemos tener
hijos!
JOSÉ No, mija, si yo no quiero decir que te voy a abandonar, sino que
bueno… tendremos que trabajar más duro, no la vamos a pasar muy
bien… mira cómo vivimos: de cola en cola para poder comprar de
comer, compartiendo la ración de uno para nosotros dos. ¿Cuánto
tiempo hace que no te compro ni una pantaleta, o unos zapatos?
¡Apenas sí nos alcanza para comer!
CLARA (A FLORA) ¿Viste? ¡Ahora se cree la gran cosa porque ganó ese
Premio Nacional de Pintura! Bueno, mija, vámonos que tengo que ir
a ver si me guardaron algo en donde me anoté…
CLARA ¡No, mi hermana! Yo con ese no tengo suerte. Me cuadré con José, el
bodeguero, que ahora está “bachaqueando” y consigue de todo.
¡Tiene más mercancía que cuando trabajaba legal!
FLORA ¡Ay de él, cuando le caiga la ley!
CLARA ¡Él dice que no le va a pasar nada! ¡Sus razones tendrá, mija! Pero
por si acaso, déjame apurarme, a mí ya se me acabó la bolsita
solidaria esa del gobierno… ¡Unas caraotas duríiiiiiiiiiiiiiiiiiisimas! (A
FLORA) Y tú, ¿conseguiste el gas?
FLORA Tuve que pagarle Bs. 1.500 al del camión, pero me la trajo mi amor,
que es lo que importa.
CLARA ¿No digo yo? Si seguimos así, hasta para la Salvación Divina nos van
a pedir que nos bajemos de la mula…
CLARA ¡Ay mujer, no seas así! (SE PERSIGNA) Uno no debe andar juzgando
a los demás.
FLORA ¡Está bien “Santa Clara! Pero vámonos que se hace tarde…
POZUELOS (ACERCÁNDOSE. MÁS LIBIDINOSO AÚN) Pero, ¿Por qué tan seria,
tan despreciativa, tan seca?
POZUELOS (LE CIERRRA EL PASO) No, no, no, no (se le abalanza encima,
ejerciendo presión con su cuerpo y la arrincona. Saca su arma
de reglamente y se la pone en la sien a la muchacha) ¡Esta noche
nos vamos de estreno! (La sigue empujando hasta un rincón
obscuro donde solamente podemos observar las siluetas. Se oye
un grito sordo, una lucha y finalmente, se ve a Pozuelos que sale
acomodándose el pantalón) ¡Espero que ahora sí tengas claro
quién es el jefe!
CLARA (FUERTE) ¡No! ¡Ni una lágrima más! ¡Esto nunca pasó!¡Nunca!
¿Entiendes?
AURORA ¡Pero!
CLARA (IGUAL) Esta, aquí, con usted. Hace mucho tiempo que… bueno, que
deseo decirle algo..
CLARA (RIE) ¡Claro, tontito, si se trata de algo que tiene que ver contigo.
CLARA Bueno, más que todo, con tu forma de ser. Así,… tan varonil, tan tú,
tan fuerte, con esa placa, ese revólver.
CLARA (BURLONA) Sí, seré todas esas cosas. Y tú, eres un violador, un
desgraciado abusador.. ¡Y lo sabes! ¡Pero ya no más! (Triunfal) ¡Ya
no más!
CLARA (EN UNA RISA HISTÉRICA, CASI EXTRAVIADA) ¡Pide auxilio! ¡Ojalá
tengas la oportunidad que no le diste a mi hermana, basura!