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QUÉ TRAE LA NUEVA DIRECTIVA DE PROGRAMACIÓN?

Sin duda, cambios de fondo y forma, avances (siempre hay que avanzar y ser
optimistas) y una que otra respuesta pendiente:

De forma:
i) Por primera vez en todo el cuerpo legal del Invierte.pe se menciona -admite-
la clave de una gestión exitosa: Articulación (Art. 1°). Como sabemos desde la
época del SNIP: no existe capacidad de concretar inversiones si no hay
articulación real Inversiones-Presupuesto-Contrataciones. El pensar real-
maravilloso que decía que los proyectos se ejecutan sin problemas por el sólo
hecho de formular sus perfiles, ya fue.

ii) Se incorporan como criterios directores (Art. 4) la "continuidad" (gran vacío


en la norma anterior) y, sobre todo, la "ejecutabilidad". Así es, cuando estás en
ejecución (la vida real), el principal criterio práctico para programar en el año 1
es la capacidad real de ejecutar una inversión más allá de su importancia
estratégica, es decir, que no tenga problemas con autorizaciones, permisos,
terrenos, procesos contractuales, arbitrajes, licencia social, etc.

iii) Se aclara que una cosa es el proceso y otra el instrumento; es decir, se


diferencia la Programación (proceso) del Programa (PMI). En la anterior
directiva se trataban casi como sinónimos.

iv) Vuelve a señalar que las brechas se deben enmarcar en los planes
nacionales y de desarrollo concertados... ¡pero no señala el cómo! Al respecto,
hay que seguir insistiendo en las asesorías y demás foros, que la articulación
entre las brechas Invierte.pe y los Planes se da a través de los Objetivos
Estratégicos de éstos.

v) Se releva la conceptualización de los indicadores de brechas como el hito


clave e inicial de la gestión de brechas (antes figuraba como una nota en un
anexo). Claro, una vez definido los indicadores sigue el reto de calcular los
valores numéricos, aunque ahora se deja bien sentado que es el sector quien
debe proveerlos hasta el nivel de distrito pero sujeto a la disponibilidad de
información (que sabemos, no existe en la mayoría de las brechas). Los
sectores tienen hasta el 15 de febrero para publicar estos valores numéricos.

vi) Se elimina el segundo criterio de prelación de la anterior directiva


("inversiones en funcionamiento" que se prestaba a muchas interpretaciones) y
aparece uno nuevo y en cuarto lugar: los IOARR. Sin embargo, se persiste con
el error de señalar que las inversiones se "liquidan". No, las obras se liquidan,
las inversiones se concluyen y cierran.

vii) Se insiste (al igual que la Ley General de Presupuesto) con el gran deseo
de "asegurar la OyM de las inversiones concluidas antes de programar nuevas
inversiones" (Art 7.2.c). Nadie puede estar en desacuerdo con ello, lo que
corresponde -opino- es que se de pautas teóricas-operativas para implementar
tan urgente necesidad. Pasar del qué al cómo.

De fondo:
i) Se introduce el concepto presupuestal del "techo", formalmente llamado
Asignación Presupuestal Multianual (APM). El único problema es que la APM
sigue siendo lo que siempre ha sido: una herramienta que no implica
compromiso real (no es vinculante) y en realidad es anual dado que se revisa
anualmente (cambia cada año).

ii) Se cambia la lógica de los "Criterios de Priorización". En la anterior directiva


servían para priorizar servicios públicos con brechas, ahora sirven para
priorizar inversiones nuevas. Además, antes las OPMI tenían libertad en crear
sus propios criterios de priorización; ahora sólo existen 4 criterios, cada uno
con peso de 25% y 3 de ellos ya los definió el MEF (ubicación geográfica,
pobreza, accesibilidad).

iii) Cambian los plazos: antes el proceso comenzaba el 7 de enero y culminaba


el 30 de marzo con la remisión de los PMI al MEF; ahora, el proceso inicia el 15
de febrero como máximo y culmina el 15 de abril con la remisión.

iv) De la consolidación de todos los PMI se obtendrá el universo de inversiones


que serán considerados en la programación y formulación presupuestal (¿se
retrazará algunas semanas el ciclo presupuestal?); luego la lógica presupuestal
sigue su ruta de siempre y los PMI se van "consistenciando" conforme el
proyecto de Ley y con la Ley de Presupuesto. El PMI del Estado entonces ya
no se tiene a mediados de año sino a inicio del siguiente.

v) Finalmente, se consolida el mecanismo de actualización de los PMI: ahora


todo se gestiona a través del Anexo 05 que implica pedir siempre a la DGIP
que apruebe el cambio. No se aclara mucho sobre las actualizaciones de
montos y cómo proceder (saldos de balance, continuidad de inversiones,
adicionales, reducciones, etc.).

Finalmente, sería interesante y oportuno -también- que se trabajen:


i) La programación de los proyectos productivos del PROCOMPITE
(financiados también con la genérica 2.6).
ii) La programación del Presupuesto Participativo.
iii) La de los genéricos (ya se menciona esta vez el genérico "Estudios de
Preinversión") pero faltan más igual de importantes. Yo sé, no son elegantes,
no son conceptualmente puros, son políticamente incorrectos, ¡pero existen! y
le dan versatilidad a la ejecución de la 2.6.

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