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Seguramente no sea el primer destino que te venga a la cabeza cuando planees un viaje por

Extremadura, pero Plasencia es una ciudad medieval magnífica que, si te animas a visitarla,
seguro te encantará. Enclavada en uno de los lugares más bellos de la geografía española, a
orillas del río Jerte, en Plasencia confluyen historia, patrimonio, cultura, gastronomía y
paisaje. ¿Te vienes a descubrir “La Perla del Norte” de Extremadura?

Muralla de Plasencia

Emplazada a 85 Km al norte de Cáceres, Plasencia ha sido (y es) uno de los enclaves


estratégicos de la Ruta de la Plata. Fue habitada por romanos y árabes, hasta que en el siglo
XII Alfonso VIII la reconquistó y repobló. En ella han dejado su huella árabes, judíos y
cristianos, y ya en el siglo XVI, fueron los nobles y el poder eclesiástico los que eligieron
Plasencia para dejar, tras sus imponentes murallas, su impronta en forma de palacios, casas
blasonadas, iglesias y conventos.
El rico patrimonio histórico artístico placentino sorprende y se integra estupendamente en una
ciudad dinámica y divertida: comercios, terrazas, restaurantes tradicionales y de nueva cocina,
visitas culturales, espectáculos…
Plaza Mayor de Plasencia

Tampoco hay que olvidar sus zonas verdes. Emplazada en el último tramo del Valle del
Jerte, Plasencia está bañada por el río Jerte regalándole un entorno natural tan bello como poco
conocido.

Qué ver en Plasencia: Ruta monumental por


el centro histórico
El centro histórico de Plasencia (declarado Bien de Interés Cultural) te permitirá hacer un
inolvidable viaje en el tiempo. Por su naturaleza, historia y monumentos, es conocida como “La
Perla del Valle” o “La Perla del Norte” de Extremadura.
Cuando llegues a Plasencia, lo primero que llamará tu atención son las sólidas murallas que
rodean el casco antiguo. Aún se conservan la mayoría de las antiguas puertas que permitían el
acceso: Puerta de Coria, de Trujillo, del Sol… la mayoría hace referencia al camino que unía
Plasencia con las distintas localidades cercanas y todas te llevarán al núcleo de la ciudad
antigua: la Plaza Mayor, buen punto de partida para iniciar tu ruta monumental por el centro
histórico de Plasencia.
Puerta de Trujillo, uno de los accesos al casco histórico de Plasencia

La Plaza Mayor de Plasencia es un lugar siempre animado y en ella, los martes, tiene lugar el
tradicional mercado. Fíjate en la Casa Consistorial, en cuya torre renacentista podrás ver al
“abuelo mayorga”. Esta estatua autómata encargada de dar las horas es un homenaje al
relojero que fabricó el reloj de la torre, y se ha convertido en el emblema de Plasencia.
El Abuelo Mayorga, símbolo de Plasencia

Desde aquí, toca callejear disfrutando del encanto de las calles empedradas y de los
interesantes palacetes que las adornan. En la calle Blanca verás la llamada Casa del Deán, un
palacio del siglo XVII en el que destaca su gran balcón en esquina de elegante estilo
neoclásico. Anexa a ella está la Casa del Doctor Trujillo, otro palacete, en este caso, gótico.
Balcón en esquina de la Casa del Dean de Plasencia

Continuando por la calle Trujillo, llegarás a la plaza donde se encuentran las dos Catedrales de
Plasencia: la “vieja”, del siglo XIII, y la “nueva”, del XVI. Prácticamente unidas, crean una
imagen que impacta por su belleza y grandiosidad, y son sin duda, algo imprescindible que ver
en Plasencia. Contempla este conjunto arquitectónico espectacular para apreciar las diferencias
entre ambas y cómo consiguen un resultado lleno de armonía. En la catedral vieja, observa la
antigua fachada románica y los elementos que indican la transición al gótico y, en la nueva,
disfruta del espectáculo en piedra que son sus dos fachadas renacentistas platerescas.
Catedral Nueva de Plasencia
Catedral Vieja de Plasencia

No dejes de visitar el interior de “las dos Catedrales” placentinas. Recorre el claustro de la


catedral vieja y, en la nueva, presta especial atención al retablo del siglo XVII que verás en la
nave central, donde destaca el grupo escultórico de la Asunción y la imagen en madera de la
Virgen del Rosario (¡una maravilla!). También el coro es uno de los más bellos de España.
Retablo del altar mayor de la Catedral Nueva
Claustro de la Catedral Vieja de Plasencia

En la misma plaza tienes otro edificio en el que merece la pena detenerse. Es el Palacio
Episcopal, toda una muestra de la importancia que tuvo el Obispado de Plasencia durante
siglos. Se trata de un ejemplo de palacio renacentista de sobria fachada y claustro interior de
dos plantas que, si dispones de tiempo, te recomiendo visitar.
Claustro del Palacio Episcopal de Plasencia

Muy cerca verás el antiguo convento de Santa Clara, hoy convertido en Centro Cultural Las
Claras y en oficina de Turismo.
Avanza por las calles tranquilas del centro histórico de Plasencia que es un placer recorrer y
deja a tu espalda las catedrales. Caminando unos metros, llegarás a la Plaza de San Nicolás y
junto a ella verás la elegante fachada del Palacio de los Marqueses de Mirabel.
Palacio de los Marqueses de Mirabel en la Plaza San Nicolás

Dedica unos minutos a contemplar esta coqueta plazoleta que es la “puerta de acceso” a la que
fuera la antigua juderíaplacentina. En la plaza destaca la iglesia de San Nicolás, de origen
románico aunque su aspecto actual es gótico.
Iglesia de San Nicolás, Plasencia

Después de visitarla, “piérdete” por la antigua judería y por su entramado de callejuelas con
encanto. La Rua Zapatería o la estrecha calle Arenillas te descubrirán pequeños rincones
donde el tiempo parece haberse detenido. Tu recorrido te llevará fácilmente hasta el Palacio de
los Monroy también llamado Casa de las dos Torres, la mansión señorial más antigua de
Plasencia, uno de los más hermosos de la ciudad.
Palacio de los Monroy o Casa de las dos Torres

Tu ruta monumental por el centro histórico de Plasencia te llevará a la plaza San Vicente Ferrer,
donde te encontrarás con el magnífico edificio del convento de Santo Domingo (siglo XV), hoy
convertido en Parador Nacional de Turismo.
Convento de Santo Domingo, hoy Parador de Plasencia

Merece la pena entrar al Parador para ver el claustro de artesonados mudéjares, y por la
noche, no dejes de tomar algo en el elegante pub situado en la bodega del convento dominico,
con gruesos muros de piedra que sustentan sus techos abovedados.
Pub subterráneo del Parador de Plasencia

Después de una pausa en el parador, puedes regresar a la Plaza Mayor (unos minutos) para
descubrir la zona más dinámica de la ciudad. Se trata del antiguo barrio comercial, que sigue
concentrando la mayoría de tiendas de Plasencia, especialmente en las calles del Rey y Sol.
Siguiendo esta última llegarás a la Puerta del Sol desde donde podrás hacer un recorrido por el
adarve de la muralla (¡no te lo pierdas!).
Paseo por el adarve de la muralla desde Torre Lucía

Este tramo transitable da comienzo en la Torre Lucía, uno de los “cubos” mejor conservados de
la muralla donde se encuentra el interesante Centro de Interpretación de las Ciudades
Medievales.
Desde aquí, tomando la avenida Juan Carlos I, llegarás al Parque de la Coronación desde
donde podrás ver el Acueducto de San Antón, una de las postales que debes ver en Plasencia.
El acueducto, de origen medieval, traía el agua desde las Sierras de Cabezabellosa y El Torno.
Sus 55 arcos de medio punto acompañando a la muralla crean una imagen difícil de olvidar.
Acueducto de San Antón, Plasencia

Plasencia, ciudad natural


Tu viaje a Plasencia no estaría completo si no descubres, además de sus imponentes
monumentos, algunos de sus espacios verdes más bonitos. El parque de La Isla, con sus
piscinas naturales donde los placentinos llevan mejor el caluroso verano, el parque ornitológico
de Los Pinos, donde podrás observar gran cantidad de aves ¡en pleno casco urbano!, o un
paseo por la rivera del río Jerte (tienes un agradable itinerario peatonal que va desde el parque
del Cachón hasta la presa del Jerte) son algunas propuestas para disfrutar del entorno natural
de Plasencia.
Uno de los parques que tiene la ciudad de Plasencia

Si dispones de tiempo, a 5 kilómetros tienes, además, el paraje de Valcorchero, donde se


emplaza el santuario de la Virgen del Puerto, patrona de la ciudad.

Excursiones desde Plasencia


Plasencia puede ser también el punto de partida perfecto para descubrir los sorprendentes
paisajes del norte de la provincia de Cáceres.

Ruta de los Pilones por la Garganta de los Infiernos, en el Valle del Jerte

Senderos y rutas por la comarca del Jerte (el “valle de la cereza”), excursiones por la comarca de La
Vera, con su exuberante vegetación, sus gargantas, piscinas naturales y pueblos declarados
Conjunto Histórico Artístico, una visita al Santuario de Yuste (retiro imperial de Carlos V), un
paseo por el Valle de Ambroz o un día en el Parque Natural de Monfragüe son propuestas que,
seguro, no te defraudarán.

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