ULISES GUIÑAZÚ
El autoanálisis
de Freud
y el descubrimiento del psicoanálisis
1
por
DIDIER ANZIEU
,.
)l(I
siglo
veintiuno
editores
MfXICO
ESPANA
ARGENTINA
COLOMBIA
)l(1 IN111CE
[7]
ÍNDICE
8
III. EL DESCUBRIMIENTO DEL COMPLEJO DE EDIPO
P1n:FACIO
205
l. La noción de "aparato psíquico"
213
2. Los sueños de Roma (enero de 1897)
Primero y segundo sueños de Roma, 214; Tercer sueño de Roma,
218; Cuarto sueño de Roma, 226; Conclusiones sobre los sueños
de Roma, 238
3. Preludio al autoanálisis sistemático (febrero-mayo de
1897) 244
1
l !!1111 l111teprofesor de filosofía, fui durante tres años (1951-1954)
El sueño del "Tío de barba amarilla" (febrero de 1897), 244; 111,;utc en la Sorbona de Daniel Lagache, quien me había aconsejado
El sueño "Via ... Secerno" (27-28 de abril de 1897), 250; El pn•¡,.11.irla recién creada licenciatura en psicología, y emprender una
sueño "Hella" (mayo de 1897), 254; El sueño "Subir las escaleras Í11,111.1n6n psicoanalítica. Durante el invierno de 1950-1951, Lagache
desvestido" (mayo de 1897), 256; Nuevos progresos teóricos y
t I w propuso como tema de tesis el autoanálisis. Examiné entonces la
clínicos, 260 lid,liografía sobre el tema. En 1953 escribí el prefacio a la traducción
4. El autoanálisis sistemático (junio-noviembre de 1897) 263
La "neurosis de trasferencia" de Freud, 263; El derrumbe de la lr,11111 sa de El autoanálisis de Karen Horney ( 1942). Leí cierto nú-
hipótesis de la seducción sexual, 266; Rememoración de los re- 111{'1 o de relatos y aun manuales publicados en el extranjero y que
cuerdos del segundo año (29 de septiembre-3 de octubre de rn,1,1gnan experiencias autoanalíticas curiosas a veces, a veces chatas.
1897), 26 7 ; El sueño "Cabeza de carnero" ( 3-4 de octubre
de 1897), 269; El recuerdo encubridor de la escena del "cofre",
~le iutcresé en las tentativas de los surrealistas franceses, para quienes
271; Sueño del "Médico tuerto" (mediados de octubre de 1897), 1 1111toanálisis,bajo la forma de escritura automática, de relatos de
273; El descubrimiento del "mito de Edipo" y el error en la 11diosy de la descripción literaria o plástica del material preconsciente,
inyección aplicada a la anciana (mediados de octubre de 1897), 11~tituyóuna viviente aplicación del descubrimiento freudiano, quizá
275; Caracteres y primeros efectos del autoanálisis de Freud en p;,c,,eficaz en el plano de un mayor equilibrio personal, pero innova-
septiembre y octubre de 1897, 282 ra para ciertas artes, y que permitió al psicoanálisis, más que las
IV. EL DESCUBRIMIENTO DE LA ESCENA PRIMITIVA Y LA PRIMERA
¡111lilicacionesconfidenciales de algunos médicos o filósofos, hacerse
VERSIÓN DEL LIBRO SOBRE LOS SUEÑOS
l. Primera tentativa de Freud de liberación respecto de 1,11occrpor fin en Francia. Intenté establecer el balance de los escritos
Fliess (diciembre de 1897-febrero de 1898) 285 ,1111· la contratrasferencia, campo por excelencia del trabajo autoana-
Congreso de navidad de 1897 con Fliess y recuerdo de su fobia litin, del psicoanalista. Encontré pacientes y estudiantes que a veces
infantil en la estación de Breslau, 285; El sueño "Mi hijo, el 1111,,~ o después de una cura y a veces fuera de esta perspectiva habían
miope ... auf Geseres-auf Ungeseres" (enero de 1898), 290 i11ptl'ndido una experiencia autoanalítica y consentían en mantenerme
2. Preparación del libro sobre los sueños (febrero-julio de 111111riente.En ocasión de determinados episodios de mi propio psico-
1898) 298 11(ilisisy de mis primeras curas, tomé nota de algunas observaciones
El sueño "Otto parece enfermo" ( febrero de 1898), 298; Compo- ol 111·mí mismo. Y, last but not least, retomé con nuevos ojos Die
sición de la primera versión de Die Traumdeutung, 300
312 rnmdeutung (La interpretación de los sueños) (1900a), über den
3. Sueños contemporáneos de la primera versión
El sueño "Monografía botánica" (8, 9 o 10 de marzo de 1898), 11,1111n(El sueño y su interpretación) (1901a), Zur Psychopathologie
312; El sueño "Madre querida y personajes con picos de pájaro", Wtagslebens (Psicopatología de la vida cotidiana) ( 190t b) y los
328; El sueño "Goethe ataca al señor M ... " (entre el 14 y el 27 11110volúmenes de los Collected Papers (1924-1950), tratando de
de abril de 1898), 344; El sueño "Castillo al borde del mar" o ¡li':n,brir en todo ello, a través del autoanálisis efectuado por Freud
"Navío del desayuno" (10-11 de mayo de 1898), 349; El sueño
"Sala con máquinas" o "Casa de salud" o "Deshonestidad" (ma- d, sus sueños, recuerdos, lapsus, olvidos y actos fallidos, el proceso
yo de 1898), 353; El sueño "Ensoñación en el sueño" (¿junio 1111~1110 del descubrimiento del psicoanálisis. Por un momento, encaré la
de 1898?), 357 t, 11cción de dos volúmenes diferentes, uno sobre el autoanálisis en
359
4. Los grandes sueños del verano de 1898 111•ral,otro sobre el joven Freud. Me alentaba a esta solución la
El sueño "Hollturn" ( 18-19 de julio de 1898), 359; El sueño 1111rsanterenovación de mis lecturas: la publi_cación en alemán de
"Excusados al aire libre" (julio-agosto de 1898), 368; El sueño
"Conde Thun" (agosto de 1898), 372; De la fantasía de escena
¡1111parte de las cartas de Freud a Fliess (Freud, 1950a); su traduc-
t i1111 al inglés, enriquecida con nuevas notas, en 1954, y luego al
primitiva a la angustia de castración, 387
[91
PREFAC IO i'l!I I ACIO 11
10
francés en 1956; la publicación de otro grupo de esas cartas en la , 1rnvés de una obra ya concluida y casi íntegramente publicada; los
biografía de Freud por Jones, cuyo primer volumen apareció en 1953; p,l, nanalistas que me formaban no aprendieron el psicoanálisis con
la aparición cada año, a partir de 1953 y hasta 1966, de los 24 volú- i '¡¡ 11dmismo, sino con sus primeros discípulos . El carácter a mis ojos
menes de The Standard Edition of the complete psychological wo rks lq ¡lt uno de mi curiosidad por la vida interior y la creatividad del fun-
of Sigmund Freud; la impresionante serie de artículos de S. y S.C. dt;d11rme disculpaba de toda sospecha de lesa majestad , y la oscura
Bernfeld ( 1944a, 1944b, 1946, 1949, 1951, 1952, 1953), quienes fue- id, 111ificac ión del psicoanalista principiante que yo era con el Freud
[ !IJ los comienzos, hacía el resto. Nueva coincidencia, el mismo año en
ron los primeros en considerar como historiadores la infancia y los
estudios de Freud, especialmente a través de sus fragmentos autoan a- I'" publiqué (Anzieu, 1956a) la bibliografía completa de las publi-
líticos publicados, y descubrieron, en la observación central ·del artícu lo " 111nesdel joven Freud (1856-1902) y la de las traducciones fran-
Vber Deckerinnerungen (Los recuerdos encubridores) (1899a), un 1.1 de Freud, apareció en inglés la bibliografía completa de sus es-
relato autobiográfico disfrazado ; por último el artículo de E. Buxbau m r.,1t11 s (A. Tyson, J. Strachey, 1956), utilizada por la Standard Edition
•(IH' se convertiría, con algunos retoques, en definitiva.
( 1951) , que propone una reinterpretación de algunos sueños de Fre ud
a la luz de su intercambio epistolar con Fliess, y las discusion es 1•:11juni o de 1957, presenté en la Sorbona, impreso, mi libro Le
, ¡11hodrame analytique chez l'enfant (P.U.F., 1956) como tesis com-
que dicho artículo suscitó (G. Van der Heide, 1952; E. Jones, 1952;
S.C. Bernfeld, 1952). Puesto así .en camino, continué y completé sis- ¡,I, 111cnta ria, y una obra manuscrita: L'auto-analyse: son role dans la
temáticamente el trabajo esbozado por esos diversos autores; reali cé /,,, ,muerte de la psychanalyse par Freud; sa fonction en psychanalyse,
el inventario de los documentos autoanalíticos que figuran en la obra •.l11110 tesis principal, para obtener el doctorado en letras. Esta última
de Freud y en su correspondencia; traté de fechar tales document os, 1m,~, en cuya dirección Juliette Favez-Boutonier había finalmente
y eso constituyó, creo, mi más original idea; luego los clasifiqué en , (1 111pl azado a Daniel Lagache, yuxtaponía tres estudios de hecho se-
su probable orden cronológico; los releí en ese orden y anexé a cada ¡,,11.ldos: el autoanálisis de Freud y el descubrimiento del psicoanáli-
uno un comentario, no sólo en cuanto a él mismo, sino reubicánd olo la historia, desde Freud, del autoanálisis; una comparación clínica
en la dinámica de conjunto que los había llevado a sucederse de esa !'111, 1• el autoanálisis y el psicoanálisis. Apareció dos años después
( l',U.F., 1959) y, ya fuera porque su carácter misceláneo y su aire
manera. 11111vcrsit ario desalentaran a los eventuales lectores, ya fuera porque la
La aparición, en 1953 y en 1955, de los dos primeros tomos de la
111 s,·ncia de interés en Francia, en esa época, por la historia del psico-
monumental biografía en inglés consagrada a Sigmund Freud por
Ernest Jones, The life and work of Sigmund Freud, me hizo cambi ar 111,1lisisen general y por la de su descubrimiento en particular redu-
de opinión acerca del proyecto de dos volúmenes diferentes. El títu lo 1' , " al mínimo el número de sus lectores eventuales, fue poco leída y
El joven Freud, en el que había pensado para el segundo de esos ¡,., obtuvo, en mi país y en las comarcas vecinas, sino la estima de los
volúmenes , había sido utilizado por Jones en su primer tomo, Th e , 1 wcialistas. Los ejemplares de la primera edición de aquella Traum-
,I, 11ttmg que yo comentaba ampliamente también se vendieron con
young Freud, aproximativamente traducido en la edición francesa como
La jeunesse de Freud. La biografía de Freud, que me había pareci do i.'111·11tago tas en los primeros años: semejante repetición del destino me
deseable y necesaria, existía y abundaba en informaciones de todo 1 , , reconfortado. ·
orden , y revelaba especialmente una asombrosa e insospechada corres - 1,
: 1 prefacio de la primera edición precisaba las intenciones de la
pondencia de Sigrnund con su novia Martha . En cambio, el sumari i,111,t: "El año 1956, año del centenario del nacimiento de Freud, ha
capítulo de Jones sobre el autoanálisis de Freud (J, I, cap. x1v), nos 11, minado de volver tangible la renovación de los estudios freudianos.
dejaba el campo libre. Sin duda, aquellos que habían conocido per - 1 , presente obra querría inscribirse bajo la doble égida de esa reno-
sonalmente a Freud, que lo habían amado mientras vivía, que había n " 16n y de la fidelidad a la memoria y al espíritu del inventor del
realizado bajo su impulso una obra de pioneros, no podían hablar del 1' 1 1l'.Oanálisis. Desde la obra de Dalbiez ( 1936), primera tesis sobre
hombre sino quedándose en cierta medida afuera, es decir, poniend o 1 11•uddefendida en la Sorbona, muchas cosas han cambiado en nues-
el acento en sus actos y gestos, en sus dichos, en su influencia, en su 1,ns conocimientos en este dominio . Se multiplicaron artículos y li-
sucesivos aport es científicos, en su vida cotidiana y en lo que se trasun -1 l11 11s,que conducen con frecuencia a una vulgarización del pensa-
taba de su práctica en las discusiones. Mi posición era diferente: ama - 1111,·nto freudiano que termina por generar, en el público y hasta en
ba en Fr eud a un gran desapar ecido; conocía indirectamente al hombr e 11wdiospsicoanalíticos, cierto número de mitos. En cambio, las edi-
12 PREFACIO 1•1mFACIO
1:1
ciones alemana e inglesa de las obras de Freud, consecutivas a su , orno historiador, sé que sólo la verdad es proficua tarde o tempra-
muerte ( 1939), la publicación de sus manuscritos inéditos y de un- 110 , y también que requiere ser comunicada con tacto y oportunidad.
portantes fragmentos de su correspondencia, permiten esbozar un S1¡~mund Freud, entregando al público Die Traumdeutung, donde
nuevo y más justo rostro de Freud. El acento puesto en sus trabaj os , onfiaba mucho de sí mismo, realizó una acción valiente, fecunda y
de juventud, hasta entonces desconocidos en cuanto a su significación, r,j,•mplar; se abstuvo, sin embargo, de decirlo todo: ¿ quién, por lo
si no también en cuanto a su existencia, constituye el pródromo de d,·más, podría jactarse de haberlo logrado? Más tarde, tuvo muy
un fructuoso retorno a las fuentes. i11~tamenteconciencia de haber sido, en su dominio propio, un genio,
"Además de esas resonancias generales, nuestra empresa desea evo- , en el resto de su vida, un hombre común. Si se aparta de este punto
car otras dos, más precisas. La redacción de una biografía ya no pu e- , le equilibrio, el historiador del psicoanálisis corre el riesgo de caer
de ignor¡i.r los datos de la ciencia de la personalidad, y con may or r:11 el Caribdis de la leyenda hagiográfica y del culto de la persona-
razón cuando su objeto es un psicoanalista, y el primero entre ellos. lulad o en la Escila de revelaciones pretendidamente escandalosas,
¿ Qué es una biografía psicoanalítica? No es mi propósito tratar este 1 il como los disidentes las practicaron en vida de Freud, tal como
asunto, pero el estudio que sigue de la vida interior de Freud de 1895 11oazen lo hizo ( 1969) en su historia de Freud y de Tausk.
a 1902, completado por la cronología del joven Freud ( anexo 1) , Volvamos a mi prefacio de 1959. Allí abordé , cosa más importan-
quiere ser un ejemplo de tal biografía. Sin abordarla tampoco en sí 1,· y sobre la cual mi posición no ha variado, "la condición previa
misma, la otra cuestión que nuestra investigación implica es la si- q11e condiciona la validez de mi empresa. ¿ Tenemos el derecho de
guiente: ¿ por qué caminos psicológicos se efectúa un gran descubr i- 1lirmar que el autoanálisis de Freud pueda ser, en lo esencial, re-
miento? Jamás, sin duda, fue dado seguir más de cerca y duran te rnnstruido con una exactitud y una pormenorización suficientes a
más tiempo un proceso semejante que en el caso del autoanálisis de partir de los documentos que existen? Freud, en Die Traumdeutung,
Sigmund Freud. Al escribir lo más minuciosamente posible la hist o- " ¡ute que ofrece sólo un análisis parcial de sus propios sueños. Kris,
ria de ese autoanálisis, he tenido a veces la impresión de poseer el 1•rologuista y anotador de las cartas a Fliess, juzga adecuado añadir
diario retrospectivo del descubrimiento del psicoanálisis." 1 la edición inglesa de las mismas una nota claramente negativa:
Consagraba luego un parágrafo bastante largo a deplorar la deb i- ' l'arece indicado destacar que en su Interpretación de los sueños, Freud
lidad de las traducciones francesas de Freud (Die Traumdeutung y 110pretendía ofrecer un análisis "completo" de sus sueños, sino que
Vber den Traum, por ejemplo, se convirtieron respectivamente ¡ en ,. valía de cada uno de los ejemplos propuestos con un objetivo bien
La science des reves y Le reve et son interprétation ! ) y las neglige n- d,·finido. Igualmente, nada nos autoriza a pensar que toda barrera
cias de los editores de todas las lenguas en materia de publicación de li11y a sido suprimida en las cartas a Fliess. Parece evidente, por el
textos freudianos (por ejemplo, se han publicado sólo 153 de las car- , 1111trario,según los textos, que en las cartas no se trata sino de algu-
tas a Fliess y 15 manuscritos anexos, de un total de 284 piezas; ad e- 1111s aspectos elegidos de los intereses y preocupaciones de Freud. Cla-
más, muchas de esas cartas se publican truncas). Después he caído 1'11111entese echa de ver que Fliess no estaba al corriente de todas las
en la cuenta de que esas debilidades y esas negligencias eran propia s, fw;es del autoanálisis de Freud [.. .J. Tenemos, entonces, el derecho
si no de la naturaleza de las cosas, al menos de la naturaleza de los ,li: repetir a propósito de esta cuestión que Freud se daba cuenta de
hombres, y que las grandes obras literarias atraviesan generalment , bs limitaciones de su autoanálisis. A la edad de 40 años aproximada-
una fase análoga entre el momento en que su impacto las hace únp o 1111•nte, expone con claridad sus opiniones sobre el tema en una carta
nerse de manera más o menos anárquica y el momento ep. que 1 dirigida a un hombre cuyas contribuciones al psicoanálisis fueron
crítica más o menos universitaria viene a poner orden y precisión. L (1111 siderables, aunque él mismo no se hubiese sometido al análisis.
experiencia de la vida, asimismo, me ha vuelto comprensivo respect ¡;n•ud subraya la importancia crucial del análisis personal en el tra-
de las razones de los editores de la correspondencia de Freud: e 1wJO analítico y declara no haberse contentado con un autoanálisis
tanto que viven algunos de sus pacientes, y por supuesto algunos d, ino porque era, en la época, el único analista, y por consiguiente to-
sus propios hijos, hacer notorios algunos detalles es algo que no pue , dos los demás analistas eran sus discípulos, hecho que habría vuelto
de sino diferirse. Las exigencias deontológicas del psicoanálisis hace i,11posibleel proceso analítico' (F, ing 34, n. 3, fr 30, n. 3, ausente de
del respeto por los demás un valor absoluto, que al mismo tiempo e ln t·dición alemana) .
una condición de posibilidad de la cura. Como psicoanalista, y tambié "Con esa intervención Kris parece, sobre todo, precaverse contra
14· PREFACIO l 'lll 1 l'ACI O 15
un riesgo: que la publicación de las cartas a Fliess y su revelació n 111que se haya entregado un hombre. Semejante brecha en la tradi-
sobre el autoanálisis de Freud no vayan a desacreditar la institució n , ' i,111del muro de la vida privada y del respeto por la personalidad
irremplazable, del psicoanálisis didáctico. Esta institución obliga al 1111tiene aquí nada de asombroso. Este hombre, ¿ es necesario recor-
futuro psicoanalista, a justo título, a someterse al método que desea d 1rlo?, nos ha enseñado igualmente que el amor propio es el obs-
practicar luego. En cuanto a Freud, se ha entregado mucho más de 1'u ulo más pérfido para el progreso de la ciencia y que el yo consciente
lo que él mismo decía, o incluso de lo que quería. Agrega notas que , , ch~con demasiada facilidad a la ilusión de creerse amo de su casa."
dan un último toque a sus interpretaciones. Vuelve sobre algunas de Daniel Lagache, que ha quedado para mí como un ejemplo de ri-
ellas cien páginas más lejos y las completa . O, incluso, comunica a 111rcientífico, de estilo sobrio y preciso y de pensamiento pluridisci-
Fliess aspectos diferentes de los reservados para la publicación. Cua n- ¡,lmario, había prologado esa primera edición de El autoanálisis. Re-
do se reúnen --cosa que, por lo que conozco, nunca se hizo antes de p1oduzco el pasaje más importante de su prefacio, acerca de la prime-
la presente obra- todos los fragmentos de interpretación concernie n- t'i1 part e de entonces ( única que es objeto de la presente edición) :
tes a un mismo sueño, fragmentos esparcidos en diversos capítulos o "La esencia del psicoanálisis, como instrumento del conocimiento
escritos de Freud, se tiene la impresión de agotar el sentido de dicho d.-1 hombre, consiste en que se desarrolla en el registro del lenguaje,
sueño. Por otra parte, cada vez que Freud se abstiene de decir lo que p11rla comunicación del analizado con el analista. En la 'situación
sabe, lo declara así. Incluso precisa varias veces, como buen puritan o 111alítica' el psicólogo aprehende en vivo la manera en que el sujeto
de la era victoriana ( cf. Anzieu, 1956e) , que su discreción atañe a ,. sitúa en el mundo de los hombres y el modo como se ha insertado
su vida sexual , pero el contexto , atando cabos, permite , en genera l, ,_11él. La originalidad y la fecundidad del psicoanálisis proceden de
adivinar. Al releer las pruebas de Die Traumdeutung, Freud se asus- , ,,as verdades; sus dificultades o sus extravíos del olvido de las mismas.
tará por haber revelado tanto sobre sí mismo. Volverá sobre el punt o
"Pa ra quien se interesa en la investigación fundamental en psico-
en el prefacio a la segunda edición. En la Psicopatología de la vida
111;'1lisis
, puede resultar paradójico consagrar un largo estudio al
cotidiana observará que el ejercicio del psicoanálisis torna incapa z
111toan álisis. ¿No constituye una mirada hacia atrás, hacia el conoci-
de disimulo a aquel que lo practica . Freud ha dejado que se exprese
1111 cnto de sí mismo y la introspección? Sin duda, ni el uno ni la otra
la totalidad de su verdad sobre sí. Por cierto, en Die Traumdeutung ,
tuvo la tentación de velarla, fragmentándola, entremezclándola con , ~tán ausentes, ya sea entre los medios, ya entre los efectos de un psi-
análisis de sueños de sus pacientes y consideraciones teóricas. Pero 1oanálisis. Pero ello en el contexto de la relación entre el analizado
y el analista; más que conocimiento de sí, un psicoanálisis es un tra-
no se detiene hasta haber publicado, en otras obras o artículos , tod o
li.ljo que el analizado cumple sobre sí mismo. Ver en el psicoanálisis
lo que le quedaba por decir al respecto . Por lo demás , sobre el tem a
preciso del autoanálisis , ¿ qué nos aporta, que sea de gran importan - 1111 a variedad de la introspección equivale a desconocerlo. El conoci-
cia, la publicación de las cartas a Fliess? Fechas y predsiones de 111 icnto de sí y la introspección son incapaces de asegurar las bases
detalle. Nada nuevo en ci,anto al fondo, en relación con las confiden - d,· una teoría del psicoanálisis, de sus fines, principios y eficacia.
cias y los ·recuerdos de granados en Die Traumdeutung. Desde este "Más bien el psicoanálisis esclarece el autoanálisis. Permite com-
punto de vista. la lectura de las cartas más bien decepciona. Mi cer- prender las limitaciones y los errores de un autoanálisis reducido a sus
tidumbre, en fin, reposa en otra prueba. Cuando se ha establecid o ¡1ropios medios. Descubre el sentido y asegura la eficacia de un auto-
el inventario de los textos autoanalíticos de Freud ( cf. anexo 3), cuan- 111 álisis que acompaña o sigue a un psicoanálisis verdadero. Pues el
do se los ha retirado del contexto que desvía sus sentidos y se los lee , onocimiento de sí está más cerca del diálogo que del monólogo.
en el orden de sucesión probable, se asiste al desarrollo de una evo- "Y sin embargo, el autoanálisis tiene su lugar entre las fuentes del
lución interior que no contiene ya casi nada de inexplicado. Además , pt•nsamiento analítico. En Freud se extiende durante largos años. No
cua,ndo se compara esa evolución, como he intentado hacerlo, con , on sus solos medios, pero dentro de su movimiento, realiza algunos
las etapas contemporáneas de la vida y obra de Fr eud, uno se sor~ dr sus descubrimientos fundamentales: la teoría de los sueños, el com-
prende por la coherencia que resulta de tal confrontación . A pesar de pl1•jo de Edipo. Pero, precisamente, esta experiencia sin precedentes
aparentes y muy humanas reticencias, a pesar de precauciones por y sin réplica se instaura y se desarrolla en la trama, los arrebatos y
lo demás sembradas de fallas , Freud, en el fondo de sí, lo ha hecho l.1s vicisitudes de una amistad.
todo para _que nos llegue la más extrema divul gación de sí mismo a "Es el tema del primero y más extenso capítulo de esta obra. Este
16 PREFA CIO l'IILFACIO 17
estudio realiza una síntesis original, plena de hechos y apreciacione s t,1 canadiense de lengua francesa Interprétation ( desaparecida a su
nuevos, de los trabajos que se han multiplicado desde hace algun os \11 en 1973), una puesta al día muy enriquecida de mi bibliografía
años sobre el tema del 'joven Freud' y, a la vez, sobre las fuentes m ás 111• las traducciones de Freud aparecida en 1956, luego, en 1973, todo
alejadas y las intuiciones más decisivas del pensamiento analítico." 1111 volumen: Bibliographie des écrits de Freud.
Entre tanto, la primera edición de mi Auto -analyse ( 1959) se ago-
[i', bruscamente. Estaba excluida una reimpresión sin cambios de aquel
El clima intelectual respecto del psicoanálisis, en Francia, evolucionó libro inconexo del cual algunos pacientes esperaban muy equivocada-
mucho desde 1959. Los dos tomitos de excelente vulgarización debi- 1111·nte la receta milagrosa para curarse a sí mismos, y que por otra
dos a Marthe Robert, La révolution psychanalytique ( 1964), la obr a parte no estaba lo bastante al día como para ser útil a los lectores,
densa del filósofo Paul Ricoeur, De l'interprétation, Essai sur Freud 1 ida vez más numerosos, que necesitaban un instrumento de trabajo
(1965), el Vocabulaire de la psychanalyse (1967), realizado por J. 11hreel joven Freud, sobre el sueño, sobre el descubrimiento del psi-
Laplanche y J.-B. Pontalis bajo la dirección de D. Lagache, las tra - 111análisis. Decidimos, pues, limitarnos a estos últimos temas y reto-
ducciones de la correspondencia privada de Freud ( 1966), que com- 111,tr, dándole cuerpo, sólo la antigua primera parte, sobre el auto-
prende cartas a Breuer, a Martha y a otras personas de la famili a, 111álisisde Freud, para componer una nueva obra .
la traducción de los tres volúmenes de Jones, La vie et l'oeuvre de Examiné de cerca el voluminoso trabajo del norteamericano Ale-
Sigmund Freud ( 1958, 1961, 1969), atrajeron la atención sobre los 1ndre Grinstein, On Sigmund Freud's Dreams ( 1968), quien estudió
orígenes del psicoanálisis y el desarrollo del descubrimiento freudian o. 1on erudición poco común dieciocho de los sueños personales expues-
Por otra parte, tres escisiones sobrevinieron sucesivamente en el seno 1os por Freud en Die Traumdeutung. Le debo numerosas precisiones
del movimiento psicoanalítico francés. El año 1953 ve la fundació n d,· detalle: fechas, identidades de personajes, extractos de prensa y de
de la Société fran~aise de Psychanalyse y de la revista La Psycha- 11-~istrocivil, acontecimientos contemporáneos, análisis detallado de lec-
nalyse ( que tendrá ocho números), por los minoritarios de la Socié- 111rasliterarias de Freud, etc . Pero esta suma, que habría podido
té psychanalytique de Paris, que continuará publicando la Revue fra n- tornar caduco mi nuevo proyecto, resultó, con el uso, insatisfacto-
faise de Psychanalyse. En 1964, al cabo de once años de existencia, la 11,t.En efecto, Grinstein se ha limitado arbitrariamente a una escasa
Société fran~aise de Psychanalyse decide disolverse; a partir de ella s, 111iladde los cuarenta y tres sueños de Freud publicados en Die Traum-
crean, por una parte, la Association psychanalytique de France con su rll'utung, descuidando además los cuatro sueños (uno de ellos muy
Nouvelle Revue de Psychanalyse y el órgano interno Documents et Dé- 1111portante) aparecidos ultcriormente en Vber den Traum, y los tres
bats, y, por la otra, la École freudienne de Paris, con la revista Scilice t ~11l'ñosque conocemos sólo por las cartas a Fliess. Además, aun cuan-
y el órgano interno Lettres de l'École freudienne. Por último, en 1969 do logró fechar dieciséis de ellos (más de una vez mejor de lo que
los minoritarios de esta última École crean el Quatrieme groupe y 1 yo lo hice en L'auto -analyse de 1959, libro que no parece haber cono-
revista Topique. Dos de esos agrupamientos son actualmente reconoc í ' 1clo), no pensó en examinarlos en orden cronológico, lo que habría
dos por la Asociación "psicoanalítica internacional": la Société psy d.tdo unidad a su libro y a la vez lo habría puesto sobre la pista de
• chanalytique de Paris y la Association psychanalytique de France. L 1111cvasy fructuosas relaciones: presentó en desorden los dieciocho
revista L'Inconscient, que deseaba ser independiente de las escuel 11cñosa los que limita su comentario. En fin, más de una vez le
constituidas, comienza su carrera en 1967 y la termina en 1968 co 1,rurrió el percance que acecha a los eruditos, a saber: el árbol no
su octavo número, sustituida a partir de 1969 por Études freudie n 11'deja ver el bosque; en sus comentarios, Grinstein hipertrofia a me-
nes. Los debates que acompañan a tales escisiones y los pedidos d 11udo la importancia de los restos diurnos ,para la comprensión de
afiliación a la asociación internacional ponen el acento en el retom los sueños de Freud, en detrimento del deseo inconsciente, del con-
a las fuentes, y cada grupo invoca, en contra de los demás, al verdé 1lirto defensivo, de los mecanismos distintos que el de la figuración
dero Freud. Una traducción mejorada pero aún imperfecta de D i, •,nnbólica. Para mí, los sueños de mis pacientes, mis propios sueños,
Traumdeutung aparece en 1967 con un título más exacto: L'lnte los sueños de Freud, cuentan primero como testimonios de la vida
prétation des reves. Las traducciones mimeografiadas o impresas pulsional, como representaciones del drama personal, como produc-
artículos importantes de Freud aún no accesibles en francés ven 1 1os del traba jo elaborativo ( perlaboration) .
luz, y R. Dufresne, de Québec, puede publicar, en 1971, en la revi También he consultado con provecho la obra póstuma del norte-
18 PREFACIO
l' IH,l' ACIO
19
americano Max Schur (1972), Freud: living and dying. Cuando ya
1 '11.dqu
iera que sea el mérito de los comentadores, es necesario, en
había .emprendido su formación psicoanalítica, Schur, joven clínico
l,·rto, retornar siempre a los textos de Freud. ¿ Cuáles son los textos
reputado, llegó a ser, a fines de 1928, el médico personal de Fre ud , l1111dame ntales en los que . se ha apoyado mi trabajo? He aquí , para
quien, desde .hacía cinco años, sufría del cáncer que habría de llevár- , 11111cnzar, los principales documentos disponibles concernientes a la
selo. Schur lo atendió hasta el último minuto. De esta lectura extr aje 1111111cramitad de la vida de Freud.
informaciones suplementarias sobre los malestares físicos de Freud en
Primero, del propio interesado, la primera parte de las Contribu-
la época de su autoanálisis, sobre algunos de sus pacientes de ento n-
;1,11J a l'histoire du mouvement psychanalytique (1914d), las cuatro
ces, sobre acontecimientos contemporáneos, y también sobre los pri-
¡1111 ncras partes de Ma vie et la psychanalyse (1925d) y los pasajes
meros años de la vida de Freud en Freiberg, según investigaciones de
p/1~t11ma mente publicados de sus cartas a Fliess (F) y del resto de
Sajner ( 1968) y de los Gicklhorn ( 1958 a 1969). Hallé interesan tes
11 rnrres pondencia ( C). Luego los recuerdos de su hermana, Anna
nuevos fragmentos inéditos de las cartas a Fliess citados por Schur ,
l 1,·11d- Bernays (1940), de memoria a veces vacilante, y de su hijo
así como sus comentarios originales sobre la media docena de sueños
de Freud que examina de manera profunda, sobre todo cuando se t.,rtin Freud ( 1957). Por último , en orden cronológico, las biogra-
1I ,~ debidas a discípulos: Wittels ( 1924 y 1931), Reik ( 1940), Sachs
trata de sueños que no retuvíeron la atención de Grinstein. El aut or
consagra alrededor de 150 páginas al autoanálisis de Freud (prim e- ( 1'M-5), Jones (J, I, 1953), Schur (S, 1972). A lo que conviene aña-
ra parte, caps. 3, 4, 5, 6), al cual estudia más o menos en orde n !li,· la notable serie, ya señalada, de artículos de los Bernfeld ( de
cronológico, adoptando una doble perspectiva: la de la "trasfere n- 11)11 a 1953) : ligan algunas fases del autoanálisis de Freud con epi-
cia" sobre Fliess, ya explotada por todos los autores precedentes, y 11diosde su infancia y de su juventud, estudiados de manera precisa,
dl'l,tllada y muy documentada.
la de las repercusiones psicosomáticas producidas en Freud por el tr a-
ba jo de descubrimiento de sí y del psicoanálisis -perspectiva ésta En el anexo 1, el lector encontrará una síntesis resumida de los
enter amente nueva. Pero , en su conjunto, la obra resulta superficia l, ¡11mcipales elementos conocidos de la "biografía del joven Freud
y, si el trabajo interior es a veces iluminado, está lejos de ser exam i- ( l/!56-1902)". Pero una biografía individual no insertada en su tiem-
1111resultaría muy artificial. Por lo tanto, le he añadido una "crono-
nado de cerca en todas sus etapas y complejidad .
1111{1,t general de los acontecimientos y de las obras ( 1850-1901)" más
Una última publicación me ha sido útil: la suma de H . F. Ellen-
1111 portantes, en la época del joven Freud , en el mundo entero y par-
berger ( 1970), The discovery of the unconscious. Canadiense de ori-
11, 11larme nte en el Imperio austrohúngaro (anexo 2). H e juzgado
gen suizo, psiquiatra y erudito, el autor, que se había apartado del
11 p<1rtuno completar dicha cronología con mapas de Europa, Austria
psicoanálisis freudiano, consagra a Freud, a los primeros grandes di-
, Italia a fines del siglo XIX, en los cuales, además de las capitales
sidentes y a Janet --con tanta libertad como objetividad-, estudi os
,1, los Estados, he hecho figurar las localidades donde Freud , en una
alimentados con detalles pre<;isos, con frecuencia nuevos, y no du da
;,, .,sión cualquiera, pasó temporadas antes de 1902.
en poner en entredicho las ideas adquiridas, las interpretaciones tr a-
dicionales. Se ha dedicado sobre todo a reconstituir el ambiente int e-
lectual, literario y médico del siglo XIX con relación al sueño, a la
hipnosis, a ciertas manifestaciones de la locura ( desdoblamiento de 1"' lo que concierne al autoanálisis de Freud propiamente dicho, los
d11 rnme ntos autoanalíticos freudianos disponibles se reparten así:
la personalidad), mostrando que muchas de las nociones con las . cua-
[] 50 sueños hasta 1902, a saber: 43 citados en Die Traumdeu-
les Freud tuvo el mérito de forjar una teoría coherente estaban en el
11111¡:, 4 en Über den Traum ("Piscina", "Acera rodante", "Chistera
aire de su época. Tal perspectiva conduce sin embargo a Ellenbe r
d,• vidrio", "Mesa redonda") y 3 que se encuentran únicamente en
ger a minimizar e incluso a desconocer la especificidad del descu
l 1~ cartas a Fliess ("Cráneo de carnero", "Estar en sexto", "Hella"),
brimiento freudiano. En todo caso, la teoría de la "enfermedad crea
, los que conviene añadir 2 ensoñaciones diurnas citadas en Psico-
dora" ( Ellenberger, 1964), que extrae del chamanismo y propon
/•11/ología de la vida cotidiana ("Detener un caballo desbocado", "Ven-
aplicar a Freud y a sus émulos, no puede significar para los psico
analistas sino un empobrecimiento del triple trabajo inconsciente, pre 111za al encontrar 'fortuitamente' a padres que no aprecian sus cui-
,1 ufos") ;
consciente y consciente de creación del cual Freud nos dejó un pre
1J 4 7 recuerdos infantiles, recuerdos encubridores, lapsus, olvidos
cioso testimonio.
, 1ctos fallidos, hasta 1907, a saber: 43 citados en la Psicopatología
!'l t lt FAC IO 21
PREFAC IO
20
,•di,1, lo mejor posible, la creatividad y la objetividad. Una ventaja
de la vida cotidiana, 3 sólo en las cartas a Fliess ("Olvido de Juli us 1i¡1lPmentaria ha residido en la división del trabajo. Varios miem-
Mosen", "Recuerdos infantiles del segundo año", "Recuerdo de su 1,llls del seminario, germanistas excelentes, precisaban problemas de
fobia en la estación de Breslau") y uno en el artículo sobre los Re- 1, .to o de traducción: hasta 1968, más o menos, las traducciones
cuerdos encubridores ("Pradera verde con flores amarillas arranca- 1, , nccsas de las obras de Freud estaban, es sabido, salpicadas de omi-
das a Pauline"). 111111·s, negligencias terminológicas y conceptuales, inclusive de gro-
He distinguido cuidadosamente entre los documentos aparecidos en ' r os errores de sentido; todos los pasajes de Freud citados traduci-
las ediciones prínceps de esas obras, por ser los únicos contemporá- 1l11 ~ en la presente obra han sido revisados -a menudo por varias
neos del descubrimiento del psicoanálisis, y los insertos en reediciones I" rsonas- según el texto alemán y sucede que difieren notablemente
ulteriores. Por lo demás, hasta donde conozco, ésta es la primera vez d, la edición francesa corriente. Un participante, de origen vienés
que semejante inventario de los documentos autoanalíticos freudia- )' proveniente de un medio análogo al de Freud, aportaba, ora por
nos es establecido. El lector encontrará, al final del volumen, un ín- m recuerdos, ora después de consultar a gente de su familia, valiosas
dice cronológico ( anexo 3) y un índice alfabético ( anexo 4A y B) 111l ormaciones sobre la vida, las costumbres, las creencias, los ideales,
de dichos documentos. Los correspondientes índices alfabéticos que ,.¡ dialecto de la época. Otro, historiador profesional, muy al corriente
contiene la Standard Edition, además de cargar con varios error es, ol,· los avatares del antisemitismo y de la historia de las ideas, esclare-
presentan el inconveniente de mezclar los documentos, cualesquie ra ' 1.1, completaba, rectificaba las alusiones de Freud a ciertos aconteci-
que sean las ediciones de donde provienen. Por los mismos motivos, 111w n tos o a determinadas obras. Otros, por último, alumnos que se
me ha parecido útil establecer el índice alfabético de los sueños y en• l11nnaban en psicoanálisis, descubrían por primera vez al joven Freud
soñaciones de pacientes y .familiares de S. Freud ( citados hasta 1902) ) su primera labor psicoanalítica: con sus preguntas ingenuas, sus
( anexo 4c) y el índice alfabético de los sueños hallados por S. Fre ud 11·acciones imprevistas y sus críticas espontáneas corregían el giro aca-
en la literatura ( citados hasta 1902) ( anexo 4o). Ello permite com• olc·mico o rebuscado que a veces adquirían los debates y obligaban a
parar mejor la parte que, para la elaboración de Die Traumdeutun g, 1,·flcxionar. Todos los participantes del seminario eran psicoanalistas,
debe Freud a sus propios sueños y la que debe a los sueños de sus ¡,1•ro con diferentes niveles de experiencia: miembros titulares, miem-
pacientes y de las personas de su entorno. bros asociados y alumnos en supervisión se hallaban mezclados. El
.,·minario funcionó durante dos años (1970-1971 y 1971-1972) al ritmo
d1• una reunión cada quince días. Cada sesión estaba consagrada a
Una vez establecido el inventario exacto y completo del material dis 1m sueño de Freud, cuya traducción, enteramente nueva, era general-
ponible, quedaba pendiente un problema importante. Si se desea ( c 111 cnte enviada de antemano, así como eventualmente una documenta-
mo ese material parece permitirlo) ir más allá de las interpretaci , 16n (aparato crítico, resumen de los trabajos de Grinstein u otros
nes que nos ha comunicado Freud, especialmente en lo que concier ni 111 tores sobre el sueño en cuestión) redactada por Eva Rosenblum, que
a sus sueños, ¿ cómo asegurarse de la validez de los resultados? Al in n, dirigía conmigo el seminario, y por mí. Cada quien hablaba libre-
terpretar solitariamente los sueños de alguien fuera del manejo po 11ll'nte, ya fuera del trabajo preparatorio que había realizado, ya fuera
sible de la trasferencia, y con mayor razón cuando se trata de 1 dt' las intuiciones que se le presentaban repentinamente, lo que más
producciones inconscientes del inventor del psicoanálisis , persona ha l11 cn ocurría al fin de las sesiones. Poco a poco, la experiencia nos hizo
cia la cual ningún psicoanalista puede conservar una estricta neutra ,,cloptar un método de gran fecundidad: el de la lectura literal. He
lidad profesional, se corre el riesgo de proyectar demasiado de un publicado un ejemplo, a propósito del sueño de la "Madre querida y
mismo sobre él o bien (más probablemente) de verse inhibido por 1 ¡wrsonajes con pico de pájaro" (D. Anzieu, 1972, retomado aquí,
dificultad de la empresa y la envergadura del personaje. ¿ Cómo 11 p 328) : después de haber desenmarañado las cuestiones lingüísticas,
gar a escuchar todo lo que habla en esos sueños, cuya densidad, v biográficas, sociológicas y literarias, y habernos "calentado" todos
riedad y riqueza no dejan de asombrar al lector tres cuartos de ¡1mtos, leíamos el texto del sueño frase por frase (y no ya palabra por
más tarde, con el riesgo de fascinarlo y de extraviarlo? palabra como lo hizo generalmente Freud) y buscábamos el sentido
He preferido trabajar sobre ellos mediante asociaciones libres o ,·1pecífico (inclusive el doble o el triple sentido) de cada frase, o de
lectivas, método que estimula la invención y a la par garantiza el co , ada fragmento importante, aisladamente considerados. Arribados así
trol regulador de un grupo sobre la fantasía individual , y que así co
PREFA CIO
22
~
al fin, retomábamos el texto encarándolo esta vez como un tod o y LISTA DE ABREVIATURAS
buscábamos su unidad. Esto nos permitió no quedarnos en cosas aho-
ra muy conocidas (la "trasferencia" de Freud sobre Fliess, la reme-
moración de sus recuerdos infantiles, su ambivalencia hacia la im ago
paterna, su "neurosis" personal y sus conflictos sexuales, su descubri-
miento del complejo de Edipo, su contratrasferencia sobre sus pacie n-
tes y más aún sobre sus pacientes de sexo femenino) e intentar asir,
l'.11princi pio, nuestras referencias a los escritos de Freud son triples: al texto
en los procesos y en las figuraciones de esos sueños, muchas otras di- lr111:'lnoriginal, a la traducción inglesa y a la traducción francesa ( "al",
mensiones: a veces la anticipación, en forma de pensamiento por i111<
", "fr" ) . Todos los escritos de Freud anteriores a 1900, así corno los ul-
imágenes, de toda la teoría del aparato psíquico; a veces la repe ti- li ,,ores citados en la presente obra, figuran al final del segundo torno en la
ción, cada vez más evidente, de una angustia que Freud terminó por ll1hliografía de los escritos de Sigmund Freud"; su numeración sigue la de
111 Standar d Edition, ya definitiva. Hemos utilizado igualmente las siguientes
identificar confusamente, sin nombrarla aún, como la angustia de , 111.-v
iaturas, habituales por lo demás:
castración; a veces el despliegue de imágenes del cuerpo con su cor-
i/11 Sigrnund Freud, Gesammelte Werke, 18 vol., Londres, !mago, 1940-
tejo de zonas erógenas, de sensaciones visuales, auditivas, tácti les, 1952, y Francfort del Meno, S. Fischer Verlag.
olfativas, gustativas, cinestésicas y cenestésicas, destacándose sobre un ,\'/;' T he Standard Edition of th~ complete psychological works of Sigmund
fondo de espacio imaginario; a veces, por último, la necesidad cons- Freud, 24 vol. , trad . inglesa, introd . y notas de J. Strachey, Londres,
tantemente reiterada de referencias a las obras de la cultura, consi- H ogarth Press, 1953-1966.
deradas como garantías simbólicas de las verdades entrevistas. 1/IV y SE van acompañadas de un número romano que remite al torno, y de
1111.L cifraarábiga que alude a la página. La referen cia "fr" seguida de un
1111111croarábigo remite a la página de la traducción francesa citada en la "Bi-
1,liografía mencionada .
Mi reconoc1m1ento, en primer término, a Daniel Lagache, a quien
debo la idea de la primera versión ( 1959) de este trabajo, a Juliet te l h·111osutilizado abreviaturas particulares para los escritos de Freud citados
Favez-Boutonier, que me dirigió en la finalización de esa primera ver- 111~N a menudo en la presente obra,
sión, y a George Favez, mi segundo analista, gracias a cuyo traba jo
pude evolucionar lo suficiente como para tener la idea de esta se- l ,as referencias a Die Traumdeutung se hacen así :
gunda versión y la energía para realizarla. Mi reconocimiento ta m- /',/: Di e Traumdeutung, GW, t. II-III, S. Fischer Verlag, 4• ed., 1968.
bién a Eva Rosenblum, cuya colaboración entusiasta, asidua y min u- 11>: ln terpretation of dreams, SE, t . IV y V, 1953.
ciosa fue decisiva para establecer en francés el texto de los sueños y / 11, L 'inte1'prétation des reves, trad. fr . de I. Meyerson, revisada por D. Ber-
ger, París, Presses Universitaires de France, 1967.
de las citas de Freud, y para el hallazgo y la discusión de muchas de
las interpretaciones que enriquecen esta nueva versión; a Alain Besan- Las re ferencias a Vber den Traum (1901a) se dan de este modo:
c;on, Guy Cauquil, Nicole Enriquez, Elsa Hawelka, participantes ac- f/ r . Vber den Traum (al final del mismo volumen que Td), GW, t. II-III,
tivos y permanentes de mi seminario, a Hélene Bourgeau y Mich el 41' ed., 1968.
Gribinski, quienes sólo a veces estuvieron presentes . Agradezco a 111) : On dreams (al final del 6egimdo volumen de ID), SE, t. V, 1953.
Elsa Hawelka, Denise Berger y Catherine Doucet por su colabor a- 1,/ Le reve et son interprétation, trad . fr . de 1925 por H. Legros, nueva ed.
con nueva paginación, .col. "Idées", París, Gallimard, 1972.
ción en la traducción de textos alemanes; a Catherine Doucet por el
trabajo de trascripción y documentación del que salieron, especial- Las refer encias a Zur Psychopathologie des Alltagslebens ( 1901b) 6e seña-
mente, los índices, cronologías, mapas y bibliografías; y, en cuan t 1111 romo sigue:
a la dactilografía, a Régine Lissarrague, cuya rapidez, minucia e in • ,i : Zur Psychopathologie des Alltagslebens, GW, t . IV, S. Fischer Ver! ag,
terés por la tarea me han permitido llegar, a través de fases de . des- 4• ed., 1964.
alient o, al término de mi trabajo. l 'h'L: T he psychopathology of everyday life, SE , t. VI, 1960.
l'I Q: Psychopathologie de la vie quotidienne, trad . fr. de 1922 por S. Jan-
kélévitch, revisada y con nueva paginación, París, Petite Bibliotheque
Payot, 1969.
[23]
24 LISTA DE ABREVIATU RA!! !.l l!'l'A 1:>E ABREVIATURAS 25
Las referencias a las cartas de Sigmund Freud a Wilhelm Fliess se indican 1 )tras referencias: Las referencias a textos distintos de los de Freud y de
mediante la letra F seguida de la fecha de la carta y de las páginas de la1 ,,¡urllos merecedores de las abreviaturas especiales indicadas, se dan mediante
ediciones alemana, inglesa y francesa siguientes: , 1 nombre del autor seguido de la fecha de publicación y, de ser preciso, la
l',\1,111a.Remiten a la "Bibliografía general" de la presente obra.
F, al: Aus den Anfiingen der Psychoanalyse, Briefe an Wilhelm Fliess,
Abhandlungen und Notizen aus den Jahren 1887-1902, editado por
/'1,réntesis y corchetes: En las citas de Freud, los pasajes entre paréntesis
M. Bonaparte, A. Freud y ·E. Kris, introd. y notas de E. Kris, Lon
, ,11 de Freud, los pasajes entre corchetes son precisiones o traducciones -añadi-
dres, !mago Publishing, 1950. l.111por nosotros.
F, ing: The origins of psycho-analysis. Letters to Wilhelm Fliess, drafts and
notes, 1887-1902, trad. ingl. de E. Mosbacher y J. Strachey, Lon dres,
!mago Publishing, 1954. Fechas seguidas de una interrogación: Los sueños y otros documentos auto-
F, fr: La naissance de la psychanalyse . Lettres a Wilhelm Fliess. Notes , 1 111.,l
íticos de Freud citados en la presente obra van acompañados de su fecha
plans (1887-1902), trad. fr. de A. Berman, París, Presses Unive rsi (, uando se dieron o cuando fueron analizados por Freud). Cuando la fecha
1111 t•s segura, va seguida de una interrogación.
taires de France, 1956.
Las referencias a la biografía de Freud por Ernest Jones se dan media nt,
la letra J seguida del número del tomo y de las páginas en las ediciones in
glesa y francesa siguientes:
J, ing: Sigmund Freud: life and work, 3 vol., Londres, Hogarth Press, t. I ·
The young Freud (1856-1900), 1953; t. 2: Years of maturity (19 01
1919), 1955; t. 3: The last phase (1919-1939), 1957.
/, fr: La vie et l'oeuvre de Sigmund Freud, 3 vol., trad. fr. de A. Berma
( los dos primeros tomos) y L. Flournoy ( el tercero), París, Pres s,
Univer~itaires de France, t. I: La jeunesse de Freud (1856-190 0)
1958; t. 2: Les années de maturité (1901-1919), 1961; t. 3: Les de, ,
nieres années (1919-1939), 1969.
Por último, hemos remitido como se indica a tres obras en inglés que co
tienen informaciones útiles sobre la vida y el autoanálisis de Freud (la Jet
va seguida del número de la página):
G: Alexander Grinstein, On Sigmund Freud's dreams, Detroit, Wayne Sta
University Press, 1968.
E: H. F. Ellenberger, The discovery of the unconscious, Londres, Allen L
ne, The Penguin Press, 1970. Mientras la edición francesa de la prese n
obra estaba en prensa, apareció una trad. fr. del libro de Ellenberge r
Á la découverte de l'inconscient; histoire de la psychiatrie dynamiq u,
772 p., Villeurbanne, SIMEP-Éditions.
S: Max Schur, Freud: living and dying, Nueva York, International U Mapa l. Europa en 1880.
versities Press, 1972. a la vuelta -+
V
' o 500 km
San Petersburgo
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RUSIA
ATLÁNTICO
IMPERIO
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MORAVIA
Brünn ( Brno) FREUD HASTA 1895
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AUSTRIA·. -
• Gm und Znaim
IN FANCIA
hru d creador
1,a primera ventura de Freud es hab er tenido por padre a un judío que
110 estaba dotado para el comercio -aunqu e fuera su oficio- pero
Mapa 2. Lugares de Austria y del norte de Italia donde estuvo que, autodidacta y quizá incrédulo, hacía en cambio profesión de libe-
Freud antes de 1903. , .,lismo y de modernidad. Sus hermanastros ( del primer matrimonio de
11 pa dre) y otro hermano menor, tratarán, consagrándose a la práctica
Stru, 11 a la enseñanza del comercio , de triunfar allí donde el padre había
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LOMBARDÍA V~NETO ) · 100 krn
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Padua
1racasado. Sigmund, al acceder a la cultura universal, al llegar a ser
1111 científico, realizará el tipo de éxito que su padre habría anhelado
ll·ner, deseo que depositó en este hijo: un éxito en el orden de la in-
t,·ligencia.
• BOSNIA Su segunda ventura es haber sido concebido por una madre joven,
vivaz, dulce y alegre, que acababa de casarse con un viudo veinte años
mayor y cuyo apasionado y orgulloso amor por su primer hijo pro-
porcionó a éste estímulos precoces , un fuerte sentimiento de seguridad
y de confianza en la existencia, una gran familiaridad con el deseo
111ces tuoso y la dosis de masoquismo necesaria a todo creador.
Su tercera ventura fue vivir tres años de feliz libertad en el cam-
po, en el seno de una especie de horda primitiva y entre multitud
ele lenguas, creencias, culturas y clases sociales.
- - -- - - - - cen•ro
{ 1(01or) Su primera desventura -~a de un exilio precoz hacia los tres años
y medio--- fue su ventura siguiente: crear es no llorar más lo que se
ha perdido y se sabe irrecuperable, y reempla zarlo por una obra tal
Mapa 3. Lugares del resto de Jtalia y de Bosnia-H erzegovina que al construirla uno se reconstruye a sí mismo.
dond e estuvo Fr eud antes de 1903 . Su segunda desventura fue también un a ventura más. Viena, dond e
[291
30 FREUD HASTA 1895 Hll•,UO CREADOR 31
reside desde las postrimerías de su cuarto año, donde experimenta la 110s.Ambas características -la crisis de la mitad de la vida, la aten-
estructura urbana, las múltiples mudanzas, la pobr eza, Viena, que lle- ,· ión prestada a los sueños o a las ensoñaciones- reaparecen en mu-
ga a ser el objeto de su resentimiento, aviva su masoquismo y, por ,·lios creadores. Pero aquello que hace que un individuo innove, que
reacción, la voluntad de triunfar. En Viena aprende a escribir una l I rua rentena constituya para él una fase crítica y que encuentre en
lengua con dobles caracteres latinos y góticos, lengua de referencia , 1 ~ueño un camino real hacia la creación, nunca ha recibido una ex-
valorada por sus padres , código que pone en orden, sin destruirlas, l'licación de conjunto. La presente obra, a la vez que esforzarse por
las organizaciones anteriores ; lee la Biblia en una traducción ilustra- ,11r la explicación más precisa y exacta que sea posible del descubri-
da, luego a Shakespear~ en su lengua original ; lleva a cabo excelentes 111 1Pnto freudiano, mantendrá esta otra serie de problemas en segundo
estudios de humanidades clásicas; frecuenta una de las primeras un i- plano. Quizá, incluso, contribuirá a que se avance nacia su solución:
versidades del mundo, donde adquiere el rigor científico, donde en- ('11 efecto, en este dominio, pocos documentos a disposición de los in-
cuentra -y luego reniega de ellos- todos los maestros que tendrá v,·stigadores son tan continuos, tan seguros y tan capaces de permitir
necesidad de admirar, imitar y rechazar: una Viena a la medida de ,¡11ese vaya más lejos en la intimidad del proceso creador que los
sus identificaciones conquistadoras de joven héroe romántico, de su d1·jados por Freud.
ambición apasionada de un gran descubrimiento y de su necesida d ¡ Por qué es un hombre empujado por la necesidad de realizar una
de sentirse solo, contrapartida positiva de su narcisismo. 11hranueva? ¿ Acaso, como Freud mismo lo ha dejado entender, a la
El resto, o sea la invención del psicoanálisis, es la historia que voy 1•1•zpor la sublimación de las pulsiones parciales pregenitales y por
a reconstituir y que no podría comprenderse al margen de ese telón 1I desplazamiento del objeto edípico? En efecto, poseer una tierra
de fondo. Historia de un trabajo interior que se nutrió de todos los d1·sconocida que se encuentre en relación de doble derivación -me-
procesos psíquicos, frutos de esas sucesivas venturas, que los puso no 1,1fórica y metonímica- respecto del cuerpo de la madre, tornaría
en acto sino en acción y que finalmente los representó en la obra mis- posible una sustitución fecunda de ese objeto. ¿Acaso, como Me-
ma. Pero historia en estrecha relación con un contexto familiar , social 1.mie Klein sostuvo más tarde, para reparar los daños más antiguos
y cultural que modeló en Freud , como en muchos de sus contemp o- 1,msados en el aparato psíquico por las pulsiones destructivas y las
ráneos y de sus pacientes , cierto tipo de problemas psicológicos y cier- 111gus tias primiti _vas? ¿ O tal vez, como Balint sugirió, consiste en abrir,
to tipo de funcionamiento del apar¡¡.to psíquico. 11 11avez cumplidas ciertas condiciones, frente a la falta fundamental,
De ahí las dos cuestiones que corren en filigrana a todo lo largo presente en el origen de toda patología mental, una tercera vía in-
de este libro, las de las relaciones de este descubrimiento con el hom - ll'rmedia entre la evolución neurótica y la evolución psicótica?
bre que fo hizo y con el medio del cual dimanó . ¿ Por qué el hombre al borde de la segunda mitad de su vida, que
En efecto, desde hace un siglo, para referirnos principalmente a ya ha realizado todas sus identificaciones, cuya actividad sexual dis-
Occidente, la sociedad ha sufrido mutaciones profundas. Las relaci o- 111 inuye y que ve el horizonte de la muerte perfilarse para él como un
nes entre naciones, entre clases y entre razas han cambiado; la actit ud límite ahora perceptible , cuando hasta entonces creía disponer de un
respecto de los niños, de la vida sexual o de la ciencia se ha modi fi- t 1empo ind efinido, por qué este hombre pone en entredicho su orien-
cado ; las referencia5 ideológicas tienden a reemplazar a las mitológ i- t.tción anterior, y, si es creador , sus fuentes de inspiración , su estilo,
cas; la educación produce nuevas formas de trastornos nerviosos o, por -qué se siente obligado a crear algo a partir de sí y no ya de los
al menos, si éstos han existido siempre, multiplica su frecuencia. La ,bn ás, con la impresión de jugárselo todo, en una lucha contra la pér-
patología mental, la organización del. aparato psíquico, la manera dr dida del placer y contra la aproximación de la nada, dejando que
practicar el psicoanálisis están en plena evolución. Freud nos hab la nezc an y se afirmen certidumbres nuevas y tratando de comunicarlas?
aún, pero si queremos escuchar lo que el psicoanálisis tiene que decir l'al la mutación de Joyce (1882-1941) cuando llega la cuarentena
plenamente en nuestros días, conviene relativizar lo que decía Freu d, vivirá cerca de sesenta años- después de la aparición de Ulises
pues se dirigía a su época para hablarle de ella misma. La conclusió n ( 1922) y antes del comienzo de Finnegans Wake (1939) (cf . H.
de este libro retomará esta primera cuestión, a la que será consagr a- Cixous, 1968). Otro tanto en Marcel Proust ( 1871-1922), a los treinta
da una obra ulterior. y tres años -aún vivirá dieciocho- , cuando, recién fallecidos su
Freud inventa el psicoanálisis entre los cuarenta y los cuarenta y padre y luego su madre, y comenzando a recibir a Albertine, vive la
cinco años, entregándose a un trabajo personal sobre sus propios sue- ,xperiencia del tiempo recuperado y elabora una obra en torno a tal ex-
32 FREUD HASTA 1895 ¡,n,:uo CREADOR 33
periencía mientras que en la primera mitad de su vida literaria sólo .-,mjunto- de satisfacciones narcisísticas que hay si permanece vivo,
se había dedicado a la crítica y el pastiche ( cf. G. D. Painter, 1965). ,• determina a romper su vínculo con el objeto aniquilado" ( 1917e,
También es conocida la crisis interior de Blaise Pascal (1623-1662), r:w X 442-443, SE XIV 255, fr 215). La obra por hacer viene a
que comienza con la muerte de su padre ( 1651) y la entrada en reli- ,wupar el lugar del objeto amado y perdido que :ios ha hecho. Al
gión de su hermana más joven, Jacqueline (1652), que prosigue en , omponerla, el yo no sólo restablece su identidad. y su valor perso-
ocasión del viaje por Poitou con el caballero de Méré (1652) y con- nales, sino que de la renovación de su vida interior, es decir de su
cluye con la noche mística, consignada en el Memorial del 23 de no- 1•rnpia realidad psíquica, extrae las intuiciones directrices de dicha
viembre de 1654 -Blaise Pascal tiene treintaiún años y vivirá ocho c,hra. Ésta funciona entonces para el autor como una imagen especu-
más-, crisis que trasforma al matemático y mundano en escritor, l11rdel narcisismo restaurado. A una elección anaclítica, desfalleciente,
autor de las Provinciales y de los Pensamientos ( cf. Anzieu, 1960). En , 11'1objeto de amor, la sustituye una elección narcisística: la relación
estos tres casos, la crisis de "la mitad de la vida" es a la vez una rup- dt>l creador con su obra.
tura y una continuidad: Finnegans W ake generaliza para una obra Unas palabras, ahora, sobre las relaciones entre el soñar y la creati-
entera lo que esbozaba el último capítulo de Ulises. En busca del vidad. También en esto tuvo Freud sus precursores y 'sus sucesores.
tiempo perdido contiene imitaciones admirables del estilo de los Gon- Es conocido el ejemplo de Tartini: visitado en sueños por el diablo,
court. El filósofo Pascal no sólo no abandona sus trabajos matemá- ,:~te le dicta el comienzo de una sonata que, al despertar, el compositor
ticos sino que introduce el argumento de la apuesta en su proyecto de ,,,. da prisa en anotar y proseguir; el de Coleridge, quien compone dor-
una Apología de la religión cristiana. mido su poema Kubla Khan. Hay ensueños hipnagógicos célebres: el
La psiquiatría clásica y la moderna medicina psicosomática han ,¡11epermitió a Voltaire componer un canto de La Henriade, a Richard
descrito períodos climatéricos, con sus trastornos endocrinos y el cor- Wagner, el preludio a El oro del Rin; el sueño diurno del químico
tejo de sus repercusiones psíquicas. Elliott Jacques ( 1965), optando 1ustriaco de origen checo Kekulé, enfrentado al problema de la ~ons-
por un punto de vista kleiniano, identifica la dinámica de este proceso t1tución del benceno (C 6 H 6 ): en sueños, vio a los átomos danzar en
como una reelaboración de la posición depresiva, reorganización pro· ,.¡ aire y luego agruparse y cerrarse en un hexágono, y comprendió
vacada por la certidumbre, adquirida ya, de la propia muerte por venir. 'llle acababa de descubrir la estructura hexagonal s~gún la cual cada
Conviene igualmente anotar que en muchos casos de individuos crea- :1tomo de carbono se une a un átomo de hidrógeno para formar el
dores, tal reorganización engrana con un trabajo de duelo, que ge 1111evo cuerpo y sus tres derivados disustituidos. Desde Freud, los escr~-
neralmente sigue a la muerte del padre: será, como veremos, el caso lores no se conforman con anotar algunos de sus sueños para insertar-
de Freud. los en sus obras atribuyéndolos a alguno de los personajes, ni tam-
Tanto como las opiniones kleinianas, las características propias del poco con reunir, como hicieron los primeros surrealistas ( cf. la obra
duelo que el inventor del psicoanálisis pondrá más tarde en eviden que S. Alexandrian (1974) consagró a las relaciones de los surrealis-
cía (S. Freud, 1917e), deben ser tomadas en consideración para coro tas con el sueño), una serie de sueños personales acompañados de
prender el proceso de la crisis creadora. La revívíscencia y superación ,·omentarios para hacer una obra literaria. Varios, como Julien Gracq
del conflicto ambivalente respecto a la imagen paterna, así com o Alain Robbe-Grillet ( y ya, en la época de Freud, Stevenson),
de la dependencia o contradependencía concomitante a la autori dad n>mponen un capítulo, inclusive una novela entera, a partir de uno
permiten al sobreviviente, sí tiene pasta de creador, no considerarse de sus sueños, que ya no es anunciado en cuanto tal, pero cuyas peri-
más como el hijo de alguien sino afirmarse como el padre de sus pro, pecias y actores proporcionan la. trama, la atmósfera. y los personajes
pías obras. Una gran parte de las energías pulsíonales que se encon de ese capítulo o esa novela. En el prefacio de su última colección de
traban movilizadas por ese conflicto y permanecían fijadas en esa íma •entos. El informe de Brodie ( 1970), Jorge Luis Borges escribe:
gen se líber~n y quedan disponibles para nuevos destinos, en este caso: "Debu a un sueño de Hugo Ramírez Moroni la trama general de la
para un nuevo tipo de producciones culturales. Por último, la restau historia que se titula 'El evangelio según Marcos', la mejor de la
ración narcísística des~mpeña un papel importante: acaparado por s \Críe . . . la literatura no es otra cosa que un sueño dirigido." La
dolor, el sujeto se desinteresa de la realidad exterior y sobrecarga 1 particularidad de Freud reside, sin duda, en que ha logrado unir en
füS sueños y su tratamiento el uso científico y la explotación literaria.
recuerdos relativos al desaparecido, hasta que "el yo, obligado, p
decirlo así, a decidir si quiere compartir ese destino, considerando Como a Kekulé, le ocurría ver en sueños representaciones figurativas,
34 FREUD HASTA 1895 N/\G[M[EN TO Y PRIMEROS AÑOS EN FRElBERG 35
esbozos de futuros elementos de su teoría del aparato psíquico. Al 111Rtrohúngara:Galitzia, de la cual era oriundo su padre Jacob. Hoy
igual que un novelista moderno, no sólo construye varios capítulos o , llama Pribór y se encuentra en Checoslovaquia, ·cerca de la fron-
subsecciones de Die Traumdeutung en torno a sueños personales, entre- 1,,,a polaca. La capital de provincia adonde la familia iba para sus
cruzados con sueños de parientes, amigos y enfermos, sino que utiliza 111mprasimportantes era Neu-Titschein (hoy Novy-Jicín). Los habi-
el material de sus sueños para hacer presentes las realidades psíquicas 1,,ntes de Freiberg en su mayoría practicaban la religión católica y
que ha descubierto y cuya existencia y naturaleza quiere hacer cono- li,tblaban la lengua checa, mientras que la familia Freud era judía y
cer, comenzando por la organización edípica de las pulsiones: Despierto, linblaba el yidish y el alemán. Quizá el inventor del psicoanálisis se
Freud descubre el sentido de los sueños. En sueños, se representa loK lmbituó precozmente a la condición de minoritario que será hasta su
descubrimientos que se están formando y anticipa otros nuevos. El sue- 111uertesu suerte de judío y su destino de médico interesado en la
ño por sí solo no es creador. Puede preparar y prolongar el trabajo psicología y la sexualidad. Freiberg, antigua ciudad libre cuya fun-
psíquico inherente a la creatividad, aunque tal función pueda ser dación se remonta al año 1215, que se destacó durante la guerra de
cumplida separada o conjuntamente por otros tipos diferentes de los Treinta años al resistir a los suecos, está dominada por el <;am.
producciones meptales, como la ensoñación diurna, el recogimiento, panario de la iglesia de Santa María. Pertenece a una región monta-
el diálogo con un interlocutor muy cercano a la propia manera de 11osay boscosa, aunque de altitud modesta, en la que nace el Oder.
pensar, y toda actividad "proyectiva" o "automática" en el sentido Praderas en declive rodeadas de casitas, paseos en el cercano bosque,
en que los surrealistas hablaron· de escritura automática. Sin embargo, ron su padre~ constituyen los recuerdos más antiguos de Freud.
la ventaja del sueño es suministrar un testimonio más detallado, legi- Fue circuncidado, aunque sus biógrafos y él mismo -al menos en
ble y válido como prueba, con un impacto más directo sobre el tra- l.1porción publicada de sus escritos y cartas- se abstienen de mencio-
ba jo psíquico de la creación, especialmente en los niveles en que opera: narlo. Por lo demás, ¿ por qué mencionar una práctica que iba de
el de la unión del inconsciente y el preconsciente, donde las pulsionet ~uyo en toda familia judía de esa época y esa región? Recibió dos
encuentran su figurabilidad en las representaciones y su expresión en 11ombresde pila, y el cristiano, que era entonces obligatorio poner,
los' afectos; el de la transformación de las imágenes mentales en pala. 1ue Sigismund. Sus padres, cuando era niño, lo abreviaron: Sigi; y
bras y recíprocamente; por último, el de la elaboración secundaria de ,,( mismo lo redujo a Sigmund cuando, a los veintidós años, en 1878,
los contenidos preconscientes por el sistema percepción-consciencia. procedió a sus primeras publicaciones científicas. Vuelto ilustre por
He ahí delimitado el marco científico de este estudio. Instalemoa los reyes liberales de Polonia, Sigismund era en el siglo xrx un nombre
ahora el personaje que constituye su tema singular, en el momento en ,macrónico y pretencioso. Se comprende que Freud, en su deseo de
que entra en escena para lanzarse a esa aventura creadora en la quf' ,1daptación social, lo haya reemplazado por una forma alemana mucho
nos esforzaremos por seguirlo paso a paso. ¿ Quién es Sigmund Freud 111áscorriente. Pero al abreviar Sigismund en Sigmund, suprimió un
en 1895? "is" que, en un nivel más inconsciente, debía de parecerle ie más;
G. Rosolato ( 1969, p. 107) conjetura que se trataría de "la primera
~ilaba de Israel, otro nombre de Jacob, su padre ... También en esto
Nacimiento y primeros años en Freiberg ( 1856-1859) .1bandonaba el particularismo de las religiones para afirmarse en la
universalidad de su verdad". Otra resonancia inconsciente es quizá
En 1895, Sigmund Freud (1856-1939) tiene 39 años, edad en la qu más importante. El héroe legendario Siegfried, popularizado por dos
el genio matemático está agotado, edad, en cambio, de los descubri obras musicales ( 1848 y 1876) de Richard Wagner, es "puro" porque
mientos importantes en las ciencias de la naturaleza y del hombre ,~shijo de mellizos, del joven Siegmund y la joven Sieglinde, o sea de
Vino al mundo, en efecto, en 1856, muy probablemente el 6 de mayo 11n superincesto fraternal. Freud, por otra parte, recibió como nombre
fecha que sus padres y él siempre tuvieron por verdadera aunque el judío el de Schlomo, en memoria de su abuelo paterno Schlomo Freud,
registro local indica el 6 de marzo (J I, ing y fr 1 n. 1 ; las reciente, fallecido entre su concepción y su nacimiento, el 21 ·de febrero de
investigaciones de Gicklhorn y Sajner ( 1969) confirman el 6 de mayo) 1856: el primero de esos muertos cuya nutrida serie jalonó su infan-
Su ciudad natal fue Freiberg, en Moravia, por entonces provincia del ria y juventud y marcó con resonancias simbólicas su vida interior.
imperio de los Habsburgo. Esta población de 5000 habitantes estaba Según la Biblia, el rey Shlomoh ( tal es, en efecto, la ortografía hebrai-
entonces próxima, a la vez, al reino de Prusia y a otra provincia ra correcta) fue sucesor del rey David y supuesto autor del libro de la
36 FREUD HASTA 1895 ,o\<~IMIENTO Y PRIMEROS AÑOS EN FREIBERG 37
Sabiduría y de una parte del de los Proverbios. El nombre contien 111 nd, Leopold Ritter von Sacher-Masoch ( 1836-1895), nacido en
la raíz Sh-1-m, que significa "restituir entero" (información propor 1 •·ov y profesor de historia antes de convertirse en escritor y célebre
cionada por Eva Rosenblum) ; ha sido latinizado como Salomón. 1111.or de La Venus de las pieles, describió_ notablemente, en sus Cró-
De su libérrima vida de niño en esa población rural Freud con ,i,'rns de Galitzia ( 1876), las luchas de clases y de nacionalidades entre
servó una sensorialidad aguda, un gusto vivo por la naturaleza, por ¡,olacos, rutenos y judíos en esa Galitzia en que nacieron el padre ·y la
las plantas y las flores, por la recolección de fresas y hongos, por la 111aclrede Freud. El destino de Sacher-Masoch fue marcado por su
contemplación de paisajes, por las excursiones a comarcas onduladas ,1wgo y cariño hacia una campesina rusa, Handscha, por quien su
Empirista ejemplar, en mi opinión, no hay en efecto nada en su espi 1,1,1drelo hizo educar y que le enseñó el ruteno (Freud fue criado
ritu que primero no haya pasado por los sentidos. Ilustra bien es.1 por Nannie, católica y checa, pero sólo durante sus tres primeros
predisposición al trabajo creador debida a estímulos sensoriales pr~ 1110s ) , y luego, a diferencia de Freud, por las escenas de perversa
coces que Phyllis Greenacre ( 1953) pondrá más tarde en evidencia. 1_111cldad por parte de las mujeres de la región a las cuales asistió en
En 1895, los padres de Freud viven en Viena, donde fueron a residir 111 ·18, en ocasión de la insurrección polaca contra la dominación aus-
en 1860. Sigmund los respeta, ama y ayuda, aportándoles una canti 1, 1aca: aprendió el alemán, pues su padre fue nombrado prefecto de
dad anual a la medida de sus recursos, pero pronto se preocupó por policía de Praga, a partir de ese momento. Muchas de las familias
manifestarles su independencia. Por ejemplo, careció de efectos un p1días que, en Viena, a fines del siglo XIX, cuentan en su seno con
amonestación de su padre por compras exageradas de libros científi , omerciantes ricos o intelectuales reputados, son oriundas de la pro-
cos ( costosas monografías en lugar de simples manuales) . v111ciade Galitzia. Es cosa bien conocida que las épocas y lugares
Su padre, J acob Kelemen ( Kallamon) Fx:eud ( 1815-1896), vendedor dondt se enfrentan y confunden culturas y lenguas diferentes favore-
de paños y quizá también de granos, abandonó en 1844 su ciudad ' l'n la evolución de las ideas y de las costumbres y la eclosión de
natal,1 Tysmenica (Tysmenitz), en Galitzia oriental, cerca de LemberR ,,•nios.
(Lvov) -actualmente en la URSS--, justo en la frontera de Poloni:i Jacob Freud perteneció a esa generación ascendente de los judíos
y Ucrania, para encargarse en Freiberg de un comercio que su abuelo di• la Europa central y oriental que sabían leer y escribir en hebreo
materno, habitante de la vecina población de Klogsdorf, había abierto ¡wro que ·aspiraban a un buen conocimiento de la lengua alemana y
con él y para él. Durante ocho años, como muchos comerciantes del il1•la cultura europea, que ya no creían gran cosa en Dios ni en la
mismo origen en esa época, llevó una vida de viajero, de judío errant ,digión, pero conservando el mayor respeto por la educación y por
( W anderjude) entre Klogsdorf, Freiberg, Tysmenica ( donde residían ,.¡ rabino, que habían sabido sacar provecho de las querellas internas
su mujer e hijos), y las grandes ciudades del imperio de los Habsbur (en las cuales se formaron) entre judíos ortodoxos de espíritu ritualista,
go, Viena y Budapest. Poseía un pasaporte del gobierno de Lemberg ¡udíos liberales que se inspiraban del filósofo Mendelsohn y se orien-
capital de Galitzia. laban hacia la asimilación social, judíos hasídicos apasionados por los
Conviene decir aquí algunas palabras sobre Galitzia, por entono ¡uegos lógicos, verbales y numerológicos y adeptos de la interpreta-
provincia austrohúngara, disputada durante mucho tiempo, como ' 1ón cifrada del Talmud.
continuará siéndolo, por Austria, Polonia y Rusia. En ella los judí El comercio de Jacob Freud parece haber prosperado: después de
eran numerosos, y fueron de los primeros en querer y poder vivi m segunda boda llama a los suyos a Freiberg y Sigmund conserva el
fuera de los guetos y en disponer para su comercio de una autoriza rPcuerdo de una vida fácil en ese pueblo: él mismo lo dirá al narrar
ción permanente, mientras que en la vecina provincia de Moravia, por ,11 recuerdo encubridor "Pradera verde con flores amarillas" '( 1899a).
ejemplo, donde se encontraba Freiberg, una autorización semejant, 1,uego, ya por inhabilidad, ya por mala suerte, J acob no tuvo más
debía ser renovada cada seis meses. La obra de Ellenberger consagr i:xito en los negocios. Una primera crisis económica consecutiva al
varias páginas a describir la vida de las minorías judías en la Europ progreso del maquinismo lo condujo a abandonar Freiberg en 1859,
central y oriental en el siglo XIX (E 419-427). Veinte años mayor qu , uando Sigismund tenía tres años y medio. No parece haber abierto
11ncomercio en Viena (los registros no mencionan su nombre). Vivió
1 Jacob Freud n¡ició el 18 de diciembre de 1815. En ocasión de su matra m duda de trabajos de ocasión, quizás al servicio de otros comercian-
monio con la futura madre de Sigmund, al optar por el calendario gregorian les judíos; quizá, también, poseía algunas rentas. El desplome de 1872
en lugar del calendario judío, eligió el 1 de abril como fecha de nacimiento habría acabado de arruinarlo. Sólo pudo subsistir con la ayuda de su
FREUD HASTA 1895 ACIMIEN TO Y PRIMEROS AÑOS EN FREIBERO 39
38
familia política y Sigismund llevó a buen término sus estudios gracias pr 1mogénito amado, la de ser el deseado varón de una madre joven y
a múltiples "préstamos" ( a menudo donaciones, en realidad) de pa- d1~gre.En mi opinión, obtuvo aún más de esa feliz relación primor-
rientes lejanos, de amigos de la familia, de maestros y colegas que muy d 1al de su cuerpo con el cuerpo de su madre: una robustez del orga-
pronto lo tuvieron en gran estima. Paralelamente, Sigmund hizo 11,smo,un gusto por el ejercicio físico ( caminatas prolongadas en las
suplencias, reseñas bibliográficas y traducciones, dictó cursos y realizó que agota a todo él mundo, natación), el deseo de comunicar a otros
investigaciones por encargo de laboratorios farmacéuticos, pero siem- r·Na alegría tonificante que por añadidura se encuentra inscrita en su
pre compartió sus ganancias con los suyos, <:on su novia, con amigos patronímico ( die Freude significa en alemán "la alegría").
en la indigencia. Sigmund conservó una cierta vergüenza por la incu- Esa gran dicha no duró: ¿ cuál dura? Las circunstancias que lle-
ria de su padre y una obsesión de la pobreza que marcó su segunda •·,tron a Sigismund a realizar la nueva experiencia, igualmente fun-
d.unental, de la separación y de la pérdida, se presentaron de la
infancia.
Sigmund sabe que Jacob, su padre, quien tiene ochenta años en 111anerasiguiente. Le nació un hermano, Julius (la fecha exacta se des-
1895, antes de casarse con su madre, Amalia, había contraído un pri- ' onoce) . Únicamente sabemos, gracias al certificado de defunción que
mer matrimonio con Sally Kanner cuando tenía unos dieciséis años, <:rinstein ( G 279) llegó a conocer, que murió, a la edad de seis
¿ Tan precoz unión no se habría debido a un embarazo prematuro? 111eses,el lj de abril de 1858. Sigismund, pues, lo conoció cuando
De ese primer matrimonio nacieron dos hijos, Emmanuel en 1832 y t1·nía entre dos y dos años y medio. Así la primera infancia de Freud
Philippe en 1836. Sally habría muerto en 1852, indicación proporcio- e ve encuadrada por dos muertes, la de su abuelo paterno, cuyo
nada por Jones según los recuerdos de Alexandre, hermano menor de nombre lleva, y la de un hermanito odiado, puesto que lo desalojó
Freud, pero que no ha podido ser verificada oficialmente. De las in- de su sitio de hijo único. Una niña, Anna, nace poco después, el 31
vestigaciones en los registros locales que J. Sajner pudo llevar a cabo de diciembre de 1858, primera de una serie de hermanas por venir;
durante la breve primavera de Praga de 1968, resulta que en 1852 Sigismund no la quiso nunca.
-fecha en que se instala definitivamente en Freiberg con los su- La biografía debida a Jones contiene una fotografía de la casa natal
yos- Jacob, de treinta y ocho años de edad, se había casado por de Freud, el 117 de Schlossergasse ( hoy Freudova Ulice), en Freiberg
segunda vez con Rebeca, de treinta y dos años, quien desaparece d (J I, ing 4; esta fotografía -.como toda la iconografía- desgracia-
los registros (¿muerta a su vez o repudiada?) en 1854. De esta esposa damente no figura en la traducción francesa; la reproduzco, con una
intermedia de su padre Sigmund nunca supo nada o, al menos, nunca parte de dicha iconografía, en mi segundo volumen, in fine) ; en la
habló: curioso secreto del padre, cuya existencia sin duda sospechó fachada está inscrito el nombre del propietario: ZAJÍC. Las recientes
Sigismund si se lo ocultaron y que se apresuró a olvidar si se lo investigaciones de Sajner ( 1968) han permitido precisar que los Zajíc,
comunicaron; secreto de una desaparición que debió de volver aún mál cerrajeros, la habitaban y trabajaban en ella desde hacía cuatro genera-
agudo la desaparición de Nannie, su niñera, cuando tenía él tres años, ciones y que alquilaron la mitad a los Freud. La planta baja compren-
Sea como sea, Jacob, a los cuarenta años, tomó por esposa (en julio d dia, por una parte, el tenderete del cerrajero, cuyo hijo Johann
1855 y en Viena, donde ella residía) a una joven veinte años menor, ~ajíc ( 1850-1924) contará más tarde a su propia hija que Sigismund
Amalia Nathansohn ( 1835-1930), nacida en Brody, al norte de Ga- iba allí a divertirse confeccionando sobre todo pequeños juguetes con
litzia, en la frontera rusa -actualmente queda en la URSS-, edu• metal sobrante, y, por otra parte, el negocio de Jacob Freud, donde
cada en Odessa y contemporánea de Emmanuel y Philippe. Es una trabaj aban también sus dos hijos mayores, Emmanuel y Philippe, su
situación que la mitología griega ha tratado cuando pone a Hipólito mujer Amalia, y María, la esposa de Emmanuel. El pdmer piso se
frente al matrimonio de su padre con 'la joven y seductora Fedra. Asl componía de dos cuartos bastante grandes sin duda ( en la fotografía
el complejo de Edipo se inscribe en filigrana en la opción amorosa de puede verse que cada uno tiene dos ventanas); el cerrajero y los suyos
los progenitores de Freud, separados, o más bien reunidos, por esa ocupaban uno; en el otro vivían J acob, Amalia, Sigismund, y más
diferencia de edad. tarde Julius y Anna. Del otro lado de la calle vivía Philippe ( 1836-
Alrededor de nueve meses después de la boda de sus padres, Sigi1 1912). Emmanuel (1832-1915), María, tres años menor, y sus hijos
mund vino al mundo. Más tarde, como veremos, él mismo subrayar4 John, nacido en 1854 o 1855, Pauline, nacida en 1856, y Berta, na-
la importancia de esta experiencia doble, decisiva por la confianza en cida el 22 de febrero de 1859, se alojaban cerca pero en otra calle.
su buena estrella que da ulteriormente al interesado: la de ser un Mientras sus madres confeccionaban paquetes en la tienda, los peque-
40 FREUD HASTA 189.'1 ,\( 1MIEN T O Y PRIM EROS AÑOS E N FREIBERG 41
ños estaban juntos, cuidados por una niñera, cuyo sobrenombre, Nan- M las vacaciones del verano de 1872 en Freiberg -primera y úl-
nie ( o sea Nana), conserv6 Freud en su memoria. Célibe, de unos t ,111,1
vez que volvi6 allí-, y sabemos por Sajner ( 1968) que Johann
cuarenta años, en realidad se llamaba Monika y era miembro de la ,jir, seis años mayor , nunca dejó de ir -a saludarlo cuando \'.Íajaba
familia Zajíc: era, pues, una vecina de piso. 2 Cat6lica y checa, can- Viena. Freud, en el curso de su autoanálisis, no evocará nunca el
taba a los niños canciones de cuna en su lengua y los llevaba clandes- 11r11 11brede los Zajíc, sin duda porque fuera de Nannie nada se anu-
tinamente a misa . No es asombroso que Freud, en 1895, imagine Roma 11.', 1•n su inconsciente respecto a ellos, pero no es posible explicar de
como una ciudad inaccesible, atractiva por los recuerdos muy antiguos 11al modo que jamás mencione a Berta entre los hijos de Emmanuel,
que encierra y peligrosa por hallarse a la cabeza ele una iglesia qui· 1111110 si sólo hubieran existido John y Pauline, sus camaradas prefe-
persigue a los judíos . También se comprende por qué, en los Estudio1 ddos de juegos y, llegado el caso, de peleas . Cierto es que, cuando
sobre la histeria ( 1895d) que acaba de publicar con Breuer, Freud l 11voen edad de hacerlo, Sigismund no pudo correr por los campos
compara el inconsciente con una lengua extranjera. Tal fue, pues, los bosques cerc anos, sino con niños al menos de la misma edad
para retomar una expresión de T otem y tabú ( 1912-1913) , la "horda 111 11· él: Joh ann Zajíc, los tres hermanos Fluss y su hermana Gisela, un
primitiva" cuyo viejo jefe era Jacob y en cuyo seno Sigismund hizo 1f10hijo de portero cuyo recuerdo lo asaltó en la pubertad en oca-
sus primeras armas en la vida. La idea de representarse el aparato 1011 del sueño de angustia "Madre querida y personajes con picos de
psíquico como ese protogrupo de su infancia donde fuerzas y sistemas p.qaro" , sin duda algunos otros vecinos más, y naturalmente John, su
psíquicos de diferente naturaleza y dueño cada uno de su propia len 11lirinoaunque un año y medio mayor, y Pauline, su sobrina de · su
gua viven, luchan, se alían, se subordinan, forjan compromisos, no 1111sma edad. En efecto, cuando lbs Freud emigraron de Freiberg, sin •
se le ocurrirá a Freud sino mucho después del período de sus prime- ,luda en el otoño de 1859, las pequeñas Anna y Berta, cuyas edades
ros descubrimientos ( al cual se limita este estudio) ; eso sucederá en owilaban entre los ocho y los diez meses, aún no sabían andar. Pero
una fase ulterior consagrada a la reorganización del modelo teórico i1~mu nd conserva de ese período un recuerdo trunco: cree haber
elaborado en el intervalo y que desembocará en el segundo tópico 1liandonado Freiberg hacia los dos años y medio, cuando que en rea-
( Ello, Yo, Superyó) y en la segunda teoría de las pulsiones (Eros y lid,1d tenía más o menos tres año s y medio. El que escamotea es pre-
Tánatos). Una buena parte de la energía que, en 1895, Freud ha 1·isamente el año en el que nacen las dos niñas. Una prueba suple-
comenzado a invertir en el conocimiento del aparato psíquico está sos- 111 enta ria reside en el hecho de que el primer recuerdo que tiene
tenida por una idea-fuerza subyacente, eco de su experiencia del gru d1•Anna, y que reencontrará en su autoanálisis, data de Viena; no de
po originario: conciliar la unidad de ese aparato con su diversidad, Freiberg. ¿ Cuál fue, pues, la "partida" que tuvo lugar a la ·edad de
objetivo, en su opinión, de la salud psíquica, por oposición a la unidad dos añ os y medio? Ya lo dijimos: la desaparici6n de Julius. Así, este
alienada de la neurosis; encontrar un sistema de trascripción entre ¡ll'ríodo originario en Freiberg se terminaría, según la memoria cons-
las diferentes lenguas habladas por cada uno de los subsistema s de es1 r1cnte de Freud, con la muerte de un hermano menor, es decir, á los
aparato a fin de precaverse contra el éxodo de uno de ellos y contra ,jos de un hijo hasta entonces único, de un rival; y, siempre según
la "babelizaci6n" del conjunto. m memoria , el período se caracterizaría, cosa contradictoria, esencial-
111Pntepor recuerdos de juegos y peleas que sólo pudieron, verosímil-
El protogrupo que rodeó al pequeño Sigismund combinaba tres fa
111cnte,tener lugar a una edad más avanzada, sin duda entre los dos
milias: la del cerrajero, la de Jacob, la de Emmanuel. Philippe estaba
,iios y medio y los treiumos y medio, o sea precisamente después del
más bien vinculado a la tercera. Nannie participaba de las tres. De
¡wríodo señalado por la muerte de Julius.
hemos pues esperar que las nociones de unidad y de triada desempc
Joh n, hijo del hermanastro de Sigismund, era mayor y no dejaba
ñen un cierto papel en el autoanálisis de Freud: la fórmula de la
d1•pre tenderse más fuerte que su tío: complicación suplementaria pa-
trimetilamina conque concluye el sueño de la inyección puesta a Inna
1,1 Sigismund , a quien los diversos matrimonios de su padre y la dife-
lo ilustrará. Salvo a Nannie , Freud nunca mencionará a los Zajíc,
11•nci a de edad entre éste y su madre debieron de plantear bastantes
pero es evidente que los visitó cuando, a la edad de dieciséis años,
problemas, el tener por sobrino a un muchacho más alto que él y por
2 Todos estos detalles han sido sacados a la luz por Sajner ( 1968) en rl
obrina a una especie de hermana melliza. Otra complicación, por
curso de su investigación, gracias a los Zají c actuales, que siguen ocupando la i',ltimo, el hab er dormido, durant e todo este período -pero ¿ no era
misma casa. rntonces una moneda más corriente qu e hoy?-, en el mismo cuarto
FREUll HASTA 189. 1 \IIORA CIÓN . VIENA . F.STUDIOS SECUNDARIOS 4~
4·2
que sus padres. El recuerdo de ese cuarto no parece haber' vuelto 111 lllia; Reducido ya, el protogrupo se dividió entonces en dos. Ernma-
él sino durante su autoanálisis. El de la pradera, en cambio, verd 1111rl, con su mujer, sus tres hijos y su hermano Philippe, partió a
tapiz en declive esmaltado de flores amarillas, hacia abajo de las ca ~t.mchest~, donde obtuvo un notable éxito en el mismo comercio que
sas, permaneció: imagen de un paisaje donde se resumió su nostalgi 11padre. Sigrnund, que nunca soportó bien el fracaso profesional de
de un primer país amado y perdido. "Imposible contar los creadoret 11progenitor, admiró a Emrnanuel, admiración que hizo extensiva a
cuya vocación por vivir en lo imaginario y hacer compartir sus su 111 glaterra, su cultura, su política tan tolerante en relación con los
ños proviene de un exilio", corno lo ha escrito precisamente un ero judíos. Los visitó en 1875, cuando tenía diecinueve años. Su herma-
nista literario. 3 11,~tro, solo o con algunos de los suyos, bastante a menudo viajaba a
Antes de terminar con el período de Freiberg, conviene evocar aún 1,,1r1opa por negocios y no dejaba entonces de visitar a su familia vie-
a otro personaje , el médico de familia "tuerto y servicial", cuyo nom lwsa.
bre, doctor Josef Pur, fue exhumado por Sajner ( 1968), y subrayar Jacob, su joven esposa y los hijos que tuvo con ésta se instalaron e_n
la primera aparición de ese nombre de pila, cuya repetición mucho Viena en 1860. Jones se contenta con decir que lo hicieron primero
contó luego en la vida de Freud y cuyo sentido simbólico ( en la Bi 1·11 la Weissglirberstrasse, en pleno barrio judío, cerca de los jardines
blia, José, también hijo de un Jacob, es el intérprete de los sueños del de•) Prater, y luego, habiendo crecido la familia, en la Kaiser Josef-
faraón) , en 1895, está a punto de conocer un desarrollo cornpletamen lrasse, donde moraron de 1875 a 1885. Allí, una pequeña recárnara-
te nuevo en el autor de La interpretación de los sueños. ,·~critorio independiente fue reservada a Sigismund, alumno brillante
Independientemente de los problemas de origen y parentesco, Si 1·11 el liceo y, más tarde, en la Universidad; fue el único de los niños
• gisrnund vivió en el protogrupo de sus años de Freiberg una ·experien 1 11 gozar de esa ventaja y sin duda encontró en ella una compensa-
cia de igual importancia para su destino ulterior: realiza el dobl ' 1/m por la pérdida de su condición de hijo único, el privilegio del
aprendizaje de la dura rivalidad con sus coetáneos y de la fuerza qu varón respecto a numerosas hermanas, y en fin la afirmación de su .
emana de un grupo unido . En 1895, vive agudamente esa rivalidad 111 <lividualidad propia y de su autonomía en relación con el proto-
en el plano científico y profesional. Su casa, en cambio, está recons rupo en el cual, al comienzo, se había, por así decirlo, fundido. No-
tituyendo aproximadamente, por su dimensión y cQmposición, la "hor lc·mos sin embargo que Sigismund tenía Eliecinueve años cuando en-
da originaria": a fines de 1896, se compondrá definitivamente de un tra en posesión de ese cuarto, que ya es estudiante de medicina, que
decena de personas, cuatro adultos (Freud , su mujer, su cuñada y pronto tendrá una habitación en el hospital y que pasar de 1860 a
Marie, una sirvienta fiel) y seis niños. 1875 sin más precisiones es andar un poco rápido. Pero si ese perío-
do durante mucho tiempo fue confuso para los biógrafos, resulta así
porque primero lo fue para el interesado.
Erriigración, instalación en Viena en 1860. Estudios secundarios Las precisiones vinieron luego, con las investigaciones in situ que
(1866-1873) ll. Gicklhorn ( 1965) realizó en Viena : los F reud se habrían instalado
rn esa ciudad hacia febrero de 1860 (Sigismund tiene entonces tres
En la segunda mitad de 1859, "la antigua emigración de la familia d 1íios y tres cuartos) y, entre 1860 y 1865, habrían cambiado varias
Palestina a Roma, a Colonia, a Lituania , a Galitzia, a Moravia, veces de apartamento .• Así la instalación en Viena, en un marco ur-
comenzó, corno Freud mismo lo reconocería alrededor de ochenta añOI hano que constriñe, en alojamientos que la familia cambia a menudo
más tarde. Recordaba el largo viaje .en el coche tirado por caballOI y que los sucesivos nacimientos de las hermanas tornan cada vez más
y su primera visión de un tren" (J, I, ing y fr 14). De esa doloros l'Strechos, y por último en la pobreza, 0 hizo que para Sigismund do-
experiencia de la partida y la separación conserva Freud, en 189~1
una angustia fóbica por los viajes ferroviarios. ' Gicklhorn encontr6 en los registros de la ciudad las siguientes informacio-
cs: en
11 1860, los Freud residían en el 114 de la Weissgarberstrasse ; en 1864,
Parece que los tres hombres, en el verano, emigraron a Leipzig, m el 5 de la Pillersdorfgasse; en 1865, en el 1 de la Pfeffergasse; en 1872, en
donde las mujeres y los niños se les unieron en octubre, y que ent 1•1 5 de la misma calle; la fecha de la mudanza a la Kaiser Josefstrasse es
seis meses y un año examinaron las posibilidades de trabajo en Ale desconocida.
6 Sigmund evoca con frecuencia esa pobreza en sus cartas a Martha . Se
8 Poirot-Delpech, en Le Monde del 4 de enero de 1973. !¡¡nora c6mo ganaba en Viena su vida y la de los suyos Jacob Freud . Renée
41 FREUD HASTA 18!Y, >' ~IIGRA CIÓN . VIENA. ESTUDIOS SECUNDARIOS 1:>
blaran las campanas de toda nostálgica esperanza de retomo a Frei- ,:11rsode su autoanálisis. El conoc1m1ento del inglés pronto siguió al
berg y a su vida feliz de pequeño aldeano. Ya Jones se ha mostrado dt•l alemán, sin que sepamos por qué conducto llegó a él ni si sus her -
categórico al respecto: "Los primeros años que pasó en Vi"'1a fueron 111anastros lo hablaban antes de la emigración a Manchester. Podemos
ciertamente muy penosos. Freud ha dicho más tarde que no conserva- ,·,lar seguros, en todo caso, de que la identificación con la rama in-
ba sino un recuerdo muy confuso de lo que le había ocurrido entn· ~:li·sa de la familia y el deseo de comunicarse con ella en su lengua
los cuatro y los siete años: 'Fueron años duros, de los que no valr lo estimularon. Escuchemos a Jones: "El inglés gozaba de su prefe-
la pena acordarse'. Añoraba vivamente la libertad y los placeres del 11•ncia y un día me dijo qtie durante diez años sólo había leído libros
campo" (J I, ing y fr 17). De entonces data su resentimiento contr:i , 11 esa lengua, en particular las obras de Shakespeare, que había co-
Viena, y nunca cesará. Su patronímico llega a ser objeto de innume- 11wnzado a leer a los ocho años y releía sin cesar, siempre listo a citar
rables bromas que lo hicieron sufrir mucho ( alusiones, que reapare- , on exactitud pasajes de esas obras" (J I, ing y fr 24) . Así, a los sie-
cerán en sus sueños, a die Freude, la alegría , y a las prostitutas, filleJ 11• añ os toma contacto con la Biblia" y a los ocho con Shakespeare; a
de joie, "muchachas de alegría"). los nueve, con un año de antelación, es recibido en el examen de in-
El estudio, en cambio, fue sobrecar gado como compensación, como ;rcso en el liceo. A los diez años , pues, cuando ya iba al liceo, nació
,11 hermano Alexandre; lejos de experimentar rivalidad hacia él, se
sublimación, como medio de conservar y reforzar el amor y la admi-
ración de sus padres por quien fuera mucho tiempo su único hijo. ,·ncargó de su instrucción así como sus padres se habían encargado de
Probablemente su madre enseñó a Sigismund a leer y escribir en ale- la suya. A los trece años comen zó a acompañar a su padre en excur-
mán, y luego su padre, sin duda hacia el séptimo año, la relevó y s1• rones por los alrededores de Viena, mezdando al placer de la cami-
ocupó de la instrucción del niño. Al menos , según parece , habría que· nata prolongada el de un diálogo de tipo socrático en el que su pa-
entender así los recuerdos algo imprecisos de Anna Bemays-Freud, dre le hacía compartir sus conocimientos de autodidacta y, por las
citados por Jones: "Después de las primeras lecciones recibidas di' ilustraciones concretas que daba , sus valores morales. El mismo rasgo
;1 parece con frecuencia · en las vidas de los genios: Étienne Pascal,
su madre , su padre se encargó de su educación antes de enviarlo :1
una escuela privada . Autodidacta, el padre era sin duda un hombrr después de la muerte de su mujer, se consagró a la instrucción de
de gran valer, con una inteligencia y amplitud de miras muy por en- lllaise; Leonardo da Vinci y John Stuart Mili, por los que Freud se
mteresó, fueron tomados a cargo por sus padres después de un pri-
cima del término medio" (J I, ing y fr 20).
111erperíodo feliz cerca de la madre.
A los siete años, en todo caso, Jacob hizo leer y contemplar a Si-
Pero volvamos atrá s. Después de Anna, nacida en Freiberg, cuatro
gismund ( que entonces leía de corrido y mostraba un gusto muy vivo
nuevas hermanas de Sigismund vieron la lui en Viena: Rosa, a quien ,
por el estudio) la Biblia en la edición ilustrada y bilingüe (hebreo y
,t la inversa de la precedente, siempre adoró y a la cual encuentra
alemán) de Philippson . Por el doble canal de la imagen visual y del
"neurasténica" como él; Marie ( Mitzi) ; Adolfine (Dolfi), a la que
texto escrito, significó para el niño el descubrimiento de realidades
Sigmund quiere mucho y que hasta su boda fue una compañera de
desconocidas: los dioses egipcios con cabeza de pájaro, la historia
paseos, inclusive de viajes; y Pauline ( Pauli). Para cerrar la serie, en
originaria de los judíos, pueblo elegido de Dios, las Tablas de la
1866 nació un varón, Alexandre ( Schani) , así llamado por sugestión
Ley de Moisés, las interpretaciones de los sueños y un despliegue d
de Sigismund, en honor del héroe antiguo que habitó sus ensueños
conductas cuya existencia real es probable que descubriera en esa
del décimo año . ¿En qué se han convertido en 1895 esas hermanas y
ocasión y cuycarelato debía de hacerlo vibrar fuertemente: fratricidio!,
,•se hermano? Anna ( 1858-1956) se casó en 1883 con Eli Berna ys
parricidios, filicidios; alianzas, rivalidades y traiciones; raptos , violacio ( 1860-1922 ) , hom bre de negocios con cuya hermana Martha se casó
nes, concubinatos, incestos. Todo ello alimentó un sueño de angusti:i,
después Sigmund, y de quien se distanció pasajeramente a causa de
"Madre querida y personajes con picos de pájaro", soñado hacia loA
~u retardo en entr egar a Martha la dote que estaba obligado a hacer
nueve o diez años, luego de la muerte de su abuelo materno acaecida l'I
fructificar. Desde 1892, el matrimonio Bernays y sus hijos Lucie y
3 de octubre de 1865, y cuyo recuerdo conservó y que interpretó en rl
Edward se instalaron definitivamente en Nueva York; Sigmund enton-
Gicklhorn ( 1965) no ha hallado _su nombre en los regi stros de comercio y el~
1·es los sostuvo moralmente y ayudó materialmente. 6 Sus otras hermanas
impuestos. Sin embargo, Jacob pagó siempre la pensión completa de Sigismurnl 6
en el liceo, sin solicitar beca. Ann a Fr eud-Berna ys narró sus recuerdo s sobre la infancia y la adolescen -
46 FREUD HASTA 189'.I 1 MIGRACIÓN . \'JENA . E ST U DIOS SECUND ARIOS
·17
y su hermano permanecieron en Viena. Rosa ( 1860-194 2) , despufa l.,s víctimas de tales afecciones. -Que ese deterioro fantaseadament e
de haber superado una grave decepción amorosa, se dispone a unirse supuesto sea considerado proveniente de la línea paterna (la madr e
al doctor Heinrich Graf. Marie ( 1861-1942) se casó en 1886 con 11u ,lt• Sigmund y su familia, en cambio , sólo eran imaginadas como be-
primo Moritz Freud y tiene una hija, Lilly. Pauline (1864-1942) ac, 11Hicas) denota en él la oscura presencia de sentimientos de ambi-
casó con un abogado oriundo de Neutitschein, Glazer. únicament , v,1lencia y de culpabilidad respecto de 'su padre.
Adolfine ( 1862-1942) permaneció soltera y vivió con su madre. Ale
xandre ( 1866-1943), con quien Sigmund se entiende muy bien, pro•
sigue con éxito sus estudios superiores comerciales .7 Frcud entró en 1866, a la edad de diez años, en el Leopoldstadter
Sigmund ayudó material y psicológicamente a sus hermanas, parti Kommunal Gymnasium (liceo) , corrientemente llamado Sperlgymna-
culannente a Rosa y Adolfine. Pronto se colocaron como damas d ium o Sperlaeum, de gran reputación en virtud del nivel elevado de
compañía para subvenir a sus necesidades y a las de sus padres; un la enseñanza. Una imaginación rica y viva nutrió sus ensueños pre-
de ellas fue, durante cierto tiempo, sirvienta en París . Sigmund tam puberales con hazañas guerreras. Aníbal, el semita que hizo temblar
bién se erigía ocasionalmente en muy moralizante censor de sus le 1 Roma, Masséna , el general de Napoleón supuestamente judío , Crom-
abjuración religiosa dolorosa para los suyos. El recuerdo del rabino drcidido a abjurar de su judaísmo para obtener esa nominación, como
Isaac Bemays permaneció vivo en un comerciante judío, de quiN1 lo hizo el tío de Martha . Por otra parte, en el Imperio austrohúngaro,
Freud adquirió un regalo para su novia y que le habló asi: "La reli rico y en pleno auge int electual, en Prusia y luego en la Alemania
gión, habiendo dejado de ser un dogma rígido, se vuelve objeto <l, 1ecientem ente unificada, el siglo xrx vio salir a los judíos de sus oficios
reflexión para la satisfacción de los gustos artísticos y refinados aal mercantiles y de su mundo espiritual cerrado para acceder a la vida
como para las exigencias crecientes de la lógica. En fin, el maestro d política (Lasker fue uno de los dirigentes del partido nacional liberal
Hamburgo la recomendaba no porque se la hubiese declarado sagrada, ,,lemán, La salle uno de los fundadores del partido socialista alemán:
sino porque se regocijaba con el sentido profundo que descubría 1·11 Hcrán evocados en el sueño "Autodidasker"), a las profesiones libe-
ella o que le atribuía" ( ibid, C 31 ) . rales, a un patrimonio científico, literario y artístico a la vez laico y
Si, según Platón, la filosofía se define por el amor a la verdad, o f'Omún. Debo a Alain Besanc;on la idea de que las referencias a la cul-
si se enuncia, según Heidegger, como la verdad del amor, lo qu 1ura universal , tan numerosas en los sueños que Freud soñará entre
caracterizó a Freud entre los veintiséis y los treinta años fue la adop 1895 y 1900, y ya frecuentes en la correspondencia con su novia (que
ción de una tercera vía, a saber: la verdad en el amor . Verdad cien las comparte), constituyen para él la garantía simbólica de la verdad
tífica, seguramente: sobre el punto Sigmund planteó de plano su1 en el dominio de las ciencias humanas y la prueba de que los descu-
condiciones a Martha, quien las aceptó con la alegría imaginable 1•11 brimientos que está haciendo no sólo son verdades de su pueblo sino
esta nieta, hija y sobrina de espíritus cultivados e innovadores. Él 1 que pertenecen al saber general de la humanidad sobre sí misma. Pero
dijo y escribió que sólo la ciencia pura le interesaba, la clientela rrn la verdad general no es para Freud sino una de las hojas de un dípti-
un peor es nada para ganarse la vida; una cierta pobreza era sopor co; la otra, simétrica, es la verdad personal. En las cartas a Martha,
table para quien estaba movido por la pasión más tarde llamada c:pi8 Sigmund se describió sin complacencia y con lucidez. Si hubiese ac-
temófila. Efectuar un descubrimiento importante fue para Sigmund tuado de otro modo, su prometida, tan independiente, como se ha
un objetivo indisociable del de hacer exitoso su amor con Martha ; dicho, en sus juicios, lo habría llamado al orden. "Todo lo que ya
cada uno de estos objetivos sostuvo y alimentó al otro; siguen siendo, ocurr ió y todo lo que ocurrirá aún , presentará para mí un interés
en 1895, vivaces y complementarios. La correspondencia amoro~a nuevo gracias al interés que tendrá para ti . . . Podrás leer en mí como
narró así en detalle dos descubrimientos que Sigmund creyó hab,·r en un libro abierto y nos hará tan felices compr endernos y sostenernos"
realizado y que se frustraron: el de un método de coloración de la (c. a Martha, 23 de oct. de 1883, C 82).
fibras nerviosas, luego el del poder anestésico de la cocaína. Esta ambi El deseo de seducir es un sentimiento que Freud ignorará toda su
ción científica, me parece,' constituyó la principal razón por la cual vida, y lo pagará con el aislamiento social y profesional, pero que lo
Freud nunca abandonó Viena, y sólo lo hará cuando su vida se en resarcirá, como veremos más lejos, con el descubrimiento de la con-
cuentre en peligro, a pesar de la dificultad para .m médico sin fortunn tra trasferencia. La carta del 22 de agosto esbozó su autorretrato: "Co-
personal de ganarse la vida en una ciudad donde ejercian numerosos y mo alguien me lo ha hecho observar recientemente, tengo por cierlo
eminentes especialistas, a pesar del antisemitismo larvado o a vect'a tendencia a la tiranía. Además, estoy de un humor demasiado alegre en
oficial que allí reinaba, a pesar de la indiferencia u hostilidad con este momento, me dejo ir sin freno a esa especie de exuberancia juvenil
que se recibirán más tarde sus ideas. La Universidad de Viena era propia de quien no ha alcanzado la madurez y que otrora me era com-
entonces una de las más brillantes del mundo; la investigación biol6 pletamente extraña. Tengo igualmente una disposición natural, en
gica y médica era particuiarmente activa y fecunda, y Freud pudo 1•11 general loable, para detest<'.r a alguien por motivos intelectuales , sim-
cada ocasión encontrar allí el maestro, el interlocutor, el colaborador, plemente porque es estúpido" ( C 53). Esta última línea es un testimo-
el consejero que necesitaba. De tal modo, consideró sin entusiasmo las nio de que Freud ya se sentía seguro de pertenecer a la aristocracia
proposiciones ( que emanaban de patrones demasiado bien intenciona. de la inteligencia. Moral y materialmente fue sostenido, durante todos
dos) de puestos en clínicas provinciales, de instalación como médico sus estudios, secundarios y superiores, por parientes, relaciones, colegas
de pueblo, incluso de emigración a Norteamérica . Así, en 1895 su mát que adivinaron en él un espíritu poderoso y original. A su vez, co-
vivo deseo en el dominio profesional fue llegar a ser, como tantos otro• mienza a seleccionar a las personas que frecuenta profesionalmente,
espíritus que admira en los dominios más diversos, profesor de la Uni- según dos criterios: la superioridad intelectual y una actitud abierta
versidad de Viena . Pero, aunque incrédulo, en modo alguno está a las innovaciones. De esta manera actuará hasta su muerte , acrecen-
56 FREUD HASTA 189r, NOVIAZG O Y BODA 57
tando así la hostilidad de los mediocres, que tales se sentirán juzgados, 1111 hoga r definitivamente feliz, fecundo y estable y provisoriamentc
pero permitiendo también al psicoanálisis, en virtud de elecciones y 1 11arm onía con su traba jo ( durante mucho tiempo Sigmund discutió
rechazos juiciosos, constituirse como ciencia y como práctica, de una ¡,or las noches sus casos con su mujer); también hizo madurar en él
manera casi definitiva, en menos de un tercio de siglo. El desprecio 1111 proceso fundamental a continuación: la interacción del conoci-
casi nietzscheano tanto por la ciega mezqyindad de la mayoría como 111icntode sí mismo y del conocimiento de los demás; la reciprocidad
por las personas bien colocadas y fijadas a las ideas recibidas, pue clr 111treel conocimiento que el otro adquiere de mí con el que yo ad-
sorprender en una época como la nuestra que a menudo utiliza a ,¡uiero de él. Asimismo le permitió ejercer un estilo de escritura, alerta,
Freud como caución de una ideología igualitarista. La carta del 19 dr , faro, preciso, que teje en una misma trama los debates de ideas,
junio de 188-4-,al mismo tiempo que anuncia la terminación del artíc u l.1~anotaciones concretas, las referencias a la cultura general. Consti-
lo sobre la cocaína, comenta: "Tú conoces ... la clave de mi existen 111yópues, con arreglo al modelo goetheano que ya ha aparecido con
cia, sabes que no soy capaz de trabajar sino aguijoneado por grandt•s ln•cuencia bajo su pluma, los "años de aprendizaje" de Sigmund
esperanzas sobre temas que me apasionan. Antes de tenerte, ignoraba Frcud: la comparación es del propio interesado; la escribió en su
por completo la alegría de vivir, ahora que eres mía 'en principio', l'rimera carta a Martha posterior al día de su compromiso: "Y
poseerte toda entera es una condición que impongo a la vida que, sin durante todo ese tiempo, no podía sacarme de la cabeza la historia,
eso, ya no presentaría para mí gran interés. Soy muy obstinado y muy i¡11eleí en alguna parte, de un hombre que dondequiera que fuese
temerario y tengo necesidad de grandes estímulos. He hecho cantida d IIPvaba a su bienamada en una cajita; y después de haber pensado
de cosas que toda persona sensata estimaría muy irrazonables: por ,,mcho tiempo, recordé súbitamente que debía de tratarse de apren-
ejemplo, elegí la ciencia siendo pobre, y luego, sin tener un centavo, dizaje, del cuento de hadas 'La nueva Melusina', que se halla en Los
conquisté a una joven pobre; pero necesito continuar viviendo de la 11110s de aprendizaje de Wilhelm Meister, la novela de Goethe. Sólo
misma manera, y necesito arriesgar mucho, esperar mucho, trabajar lmía un vago recuerdo de ella. Retomé el libro durante tanto tiempo
mucho" ( C 126) . Y también: "¿ Sabes lo que Breuer me di jo una tliandonado y pude comprobar la exactitud de mi suposición. Pero
tarde? Quedé tan emocionado que le revelé el secreto de nuestro com ,·ncontré más de lo que buscaba" ( c. a Martha, 19 de jun. de 1882,
promiso. Me dijo que había descubierto en mí, oculto bajo una timi (,' 18).
dez aparente, un ser extremadamente audaz y sin miedo. Siempre In El hogar fundado por Sigmund se enriqu~ció en nueve años con
pensé, pero sin haberme atrevido jamás a decírselo a nadie. Con frt· , inco hijos, tres niños y dos niñas; a mediados de 1895, el sexto está
cuencia me ha parecido que había heredado todo el espíritu de ins11 1•11 gestación. Para el padre constituyen su mejor obra hasta entonces:
misión y toda la pasión conque nuestros ancestros defendían su Tem "Tres y tres, son mi orgullo y mi riqueza" ( T d 307, 1D 301, JR 261) .
plo, y que podría sacrificar mi vida con alegría por una gran causa'' Así como lo sugirió a sus padres cuando nació Alexandre, dio a cada
( c. a Martha, 2 de feb. de 1886, C 215) . uno de ellos nombres de alcance simbólico. El de Mathilde, nacida
Sigmund habló con la misma franqueza de lo que sentía que era ,•n 1887, fue un homenaje a la mujer de Breuer, su guía científico y
su psicopatología personal. "Tengo de vez en cuando accesos de hipo 11 principal acreedor; Mathilde y J oseph Breuer, desde hacía más de
condria, de ·desaliento" ( c. a Martha, 23 de oct. de 1883, C 81) quince años, no habían dejado de ser para Sigmund amigos, sostenes
"Mi fatiga es una especie de enfermedad benigna que se llama neuras y confidentes. El de Jean-Martin, nacido en 1889, quiso honrar a
tenia y que se debe al surmenage, a las preocupaciones, a las emocio l<·an- Martin Charcot, en cuyo servicio, durante el invierno de 1885-
nes de estos últimos años; y cada vez que pude estar contigo, desapa 1886, Freud efectuó la residencia más fructuosa de su carrera. El de
reció como por encanto" (c. a Martha, 2 de feb. de 1886, C 212-213). Olivier, nacido en 1891, evocó a Olivier Cromwell, protector de los
En la misma carta enumera sus problemas: "pobreza, éxito demorado, ¡ndíos, y a Inglaterra, donde viven felices y prósperos los hermanas-
dificultad para ganar la buena voluntad de la gente, hipersensibi li Iros de Sigmund . El nombre de Ernst, nacido en 1892, fue un tcsti-
ciad, nerviosismo, preocupaciones" ( ibid., C 214). La cocaína, de b lllonio de respetuosa gratitud hacia Ernst Brücke, profesor de fisiología,
que tomó regularmente pequeñas dosis durante un tiempo, le interesó .1dmirado y temido, en cuyo laboratorio Freud recibió lo mejor de su
en virtud de los efectos dinamógenos que pudo observar no sólo en formación como investigador. El de Sophie ( 1893-1920), por último,
los demás sino también en sí mismo. remitió a una triste viuda cuyo desdichado destino será útil, para más
Así ese largo noviazgo no solamente desembocó en la fundación dr ,,delante, evocar desde ahora. Los Schwab eran los principales sostenes
58 FREUD HASTA 18()'1 1\STU DIOS DE MEDICINA Y PRIMERAS INVESTIGACIONES 59
materiales de Fr eud después de los Breuer . La señora Schwab era urrn La educación de los cinco hijos de Sigmund Freud se desarrolló
rica hermana de la señora Hammerschlag, esposa del profesor d hien. El padre, sin ocultar que en materia religiosa es un librepen-
hebreo sin fortuna que Sigmund no dejó de venerar. Los HammC'r Nador, les aseguró una sólida formación moral. A pesar de haber con-
schlag fueron, y siguen siendo en 1895, los más viejos sostenes y confi lado con una ayuda doméstica apreciable y apreciada (Martha es una
dentes. Una joven Schwab , Sophie , casó en 1884 con Joseph Paneth ama de casa que sabe conservar su personal), la esposa sufrió cierta
(1857-1901), adinerado compañero de estudios de Sigmund, a quien fatiga a causa de las preñeces sucesivas; su progenitura la acapara; y
reemplazó como monitor de trabajos prácticos en el Instituto de fisio Niel marido renunció a disgusto a hacerle compartir aún su evolución
logía de Brücke en 1882. Una vez casado, instituyó para Sigmund un intelectual -que por lo demás se hizo para ella cada vez más difícil
legado cuyos intereses sirvieron para financiar un viaje anual de éste 11 ele seguir y sin duda demasiado audaz-, pudo contar con ella para
Wandsbeck, donde vivía su prometida . Luego sucedió como asistentl' alentar permanentemente su progreso y aplaudir los signos de su éxito.
a Ernst von Fleischl, al morir éste, agotado por su cocainomanía, rn
1889. Pero Paneth sólo gozó un año de ese inesperado puesto qu
otrora fue el sueño de Freud: la tuberculosis acabó con él. El nombn
de Sophie Freud es un homenaje a Sophie Schwab-Paneth. El destino '.l. L A FORMACIÓN BIOLÓGICA Y MÉDICA
trágico así anudado por esas dos muertes herirá más tarde en la misrnn
línea, por tercera y cuarta vez: Sophie Freud, que en 1913 se convir Estudios de medicina y primeras inve stigaciones anatomo-fisiol6gicas
tió en la señora Halberstadt, murió a los veintisiete años en Hamburgo, (1873-1881)
de una neumonía, dejando dos huérfanos, de los cuales el menor,
Heinz-Rudolf , falleció a su vez de tuberculosis tres años más tard,·, En 189.5, Freud era doctor en medicina desde hacía catorce años.
mientras que el mayor, Ernstl , quedó a cargo de sus abuelos y tíos y Había emprendido estudios médicos en octubre de 1873, pero no con
tías maternos de Viena. 8 la perspectiva de curar enfermos sino para poder realizar investigacio-
nes biológicas de laboratorio. Más adelante volveremos sobre las cir-
s Algunas palabras sobre el destino de los otr os hijos de Freud. Mathildr cunstancias que determinaron esa elección (p . 127). Siguió con entu-
casó en 1909 con Robert Ho:litscher (1875-1959) y no tuvo hijos ; emigraron siasmo cursos fundamentales, cuyo exceso iba en detrimento de la clí-
de Viena a Inglaterra en 1938 con Sigmund y Martha, cuya casa llevaron 111 nica. "He cambiado de laboratorio y me preparo a ejercer mi verdade-
comienzo, en Londres. Jean-Martin, llamado Martín, tomó por esposa, en
1919, a Ersti Drucker; tuvieron un hijo, Anton Walter, en 1921, y una hija, ra profesión: entre desollar animales o torturar hombres, se afirma,
Miriam Sophie, en 1924; doctor en derecho, en 1932 llegó a ser director de cada vez más, mi preferencia por el primer término de esa alterna-
la editorial Internationaler Psychoanalytischer Verlag hasta su confiscación tiva" ( c. a Wilhelm Knopfmacher, 6 de ago. de 1878, C 16) . Desde
por los nazis en 1938; él y los suyos también emigraron a Londres . . Olivier 1875, a los diecinueve años, después de dos años de estudios solamente,
ingeniero químico, se instaló en Berlín hasta 1933; después de un primer ma y sin abandonar 1os cursos sobre Aristóteles dictados por el filósofo
trimonio desdichado, casó en 1923 con Henny Fuchs y tuvieron una hija,
Eva Mathilde ( 1924-1944). Ernst ( 1892-1970) contrajo matrimonio en 1920 Brentano, trabajó en el Instituto de anatomía comparada del profesor
con Lucie Brasch, llamada Lux ; tuvieron tres hijos y les pusieron nombres d Karl Claus ( 1835-1899), y, gracias a una beca de viaje, en su anexo ,
pintores: Stephen Gabriel ( 1921), Lucian Michael ( 1922), Clemens Raphatl la estación de zoología experimental de Tries te ( recordemos que en
( 1924); arquitecto, se instaló primero en Berlín y después de 1933 en Lon• aquella época la península de Tries te era austriaca) . Allí confirmó la
dres, donde arregló el viaje de sus padres en 1938 ; después de la muerte d
Sigmund Freud, fue, con Anna, su ejecu$0r testamentario, preparó las edicio,
hipótesis de Sirski, para quien un pequeño órgano lobulado era el
nes de la Correspondencia de Freud y administró las traducciones de sus obra1. esbozo de los testículos aún no detectados de la anguila macho. Tal fue
Freud, por lo tanto, tuvo ocho nietos ( seis varones y dos mujeres). la primera investigación efectuada por Freud, si bien publicada · en
En 1938, después del Anschluss, Sigmund Freud y su mujer dejarán Vien segundo término ( 1877b): así, por una curiosa coincidencia, la sexua-
por Londres (donde murieron) vía París, gracias a la intervención de la prin• lidad se halló presente en el comienzo mismo de sus preocupacione~
cesa Marie Bonaparte; fueron acompañados, además del matrimonio Hollill
cher y de Martin Freud y los suyos, ya citados, por Anna Freud, que pe1ma científicas. Claus era discípulo de Haeckel, el inventor de la célebre
neció soltera y se instaló como psicoanalista en Londres ( donde aún vive), poi ley biogenética según la cual "la ontogenia recapitula la filogenia".
el joven Emstl Halberstadt, por Minna Bernays, por Paula Fichtl, la empleada Bajo su influencia, Freud se volvió adepto entusiasta del darwinismo.
de la casa, y por el médico de Freud, Max Schur, su esposa y sus dos hijos. A partir de la iniciación del año lectivo de 1876, Freud, en desacuer.
FREUD HASTA } 89:l ES TUDIOS DE J\IEDICINA Y PRIMERAS INVESTIGACIONES Gl
60
do con Claus, pasó al Instituto de fisiología del profesor Ernst Wilhe lm entrever prematuramente en una conferencia de 1882 o 1883 sobre la
Brücke ( 1819-1892), sabio de gran reputación, cuya enseñanza siguió estructura elemental del sistema nervioso ( 1884b). Pero los especialistas
con deslumbramiento. Permaneció allí seis años, primero como famu lus no le prestaron ninguna atención. Quizá Freud insistió demasiado en
( encargado de investigaciones), y luego, una vez doctorado en medic i- atenerse a su dominio, la anatomía, sin extrapolar a la fisiología, lo que
na (titulo que obtiene el 31 de marzo de 1881), como monitor d<' habría sido fecundo pero hubiera chocado a su jefe y a los demás
trabajos prácticos, puestos, ambos, ad honorem. Fue muy feliz ju nto investigadores del laboratorio, de los que fue el único en aventurarse
a ese maestro, a la vez severo y alentador, cuarenta años mayor qu e en esa dirección. Reiteró su idea, sin apuntalarla más, en un capítulo
él, exactamente como lo era su propio padre. Brücke le pidió qu<· sobre el sistema nervioso redactado ulteriormente para un volumen
estudiase la histología, mal conocida entonces, de la célula nerviosa. colectivo (1887b), y finalmente fue Waldeyer, en 1891, quien vinculó
Muy pronto publicó Freud prometedores artículos sobre la méd ula su nombre al descubrimiento, bajo la denominación de neurona, de
espinal de un pez, el petromizón o lamprea ( 1878a), y de su larva, el la unidad de la célula y la fibra. Tal descubrimiento, que retrospecti-
amoceto ( 1877a), sobre el sistema nervioso del cangrejo de río ( 1882a). vamente le dio la razón a Freud y que resultó ser una pieza clave
sobre una modificación de la fórmula de Reichert que permitía un a de la neurología, todavía lo marca en 1895 y ocupará un lugar cen-
mejor preparación de los tejidos nerviosos con miras al examen m i- tral en el Esbozo de una psicología científica ( 1950a bis), cuyo ma-
croscópico ( 1879a), publicaciones de las que Freud tuvo la satisfac nuscrito envió_ a Fliess en octubre. 9
ción de obtener modestos derechos de autor. Aportó un argume nto La influencia de Brücke fue decisiva en la elaboración por parte de
en favor de una extensión de la teoría evolucionista al sistema nervi oso, Freud de un sistema de pensamiento científico relativo al organismo
pues encontró en la lamprea toda clase de células nerviosas interml· vivo, en reacción a su entusiasmo de adolescente por la filosofía de la
dias entre la bipolar, típica del ganglio espinal de los peces, y la u ni- naturaleza y el romanticismo vital surgidos de Goethe y Schelling.
polar que es típica de los vertebrados superiores. Hermann Helmholtz ( 1821-1894) fue, como se sabe, el fundador de
Una palabra sobre la lamprea, que representa uno de los escaso~ una escuela basada en la aplicación de un determinismo riguroso a la
ejemplos de especies sobrevivientes que pertenecen a clases desapa n · biología, lo que permitió el magnífico progreso de la psicofisiología en
cidas desde hace mucho tiempo. Es una variedad de los ciclóstomos, los países germánicos durante la segunda mitad del siglo XIX. Helm-
seres caracterizados, como lo indica la etimología, por una boca si11 holtz y sus tres colegas, Erriil Du Bois Reymond ( 1818-1896), Karl
mandíbulas adaptada a la succión. También es un pez anódrom o, o Ludwig ( 1816-1895) y Ernst Brücke, representante del grupo en Vie-
sea que, como la anguila, se alimenta en alta mar y se reproduce l ' ll na, estaban ligados por la amistad y animados por un espíritu de
agua dulce, en ocasión de lo cual con frecuencia se hace trasportar por cruzada, lo que sin duda proporcionará a Freud un modelo de acción
otro pez, por ejemplo el salmón, al que se adhiere y en cuya carrn• para hacer, más tarde, desarrollarse y triunfar al psicoanálisis. A esa
escarba para succionar la sangre. Se reproduce una sola vez en su escuela se vinculó en parte Gustav Theodor Fechner ( 1807-1887).
existencia y muere víctima de las heridas que recibe durante el aco quien fue el primero en intentar aplicar a la neurología y a la psicolo-
plamiento. El estudio de un animal tan curioso fortificó en F reud gía el principio, recién descubierto, d.:: la conservación de la energía.
no solamente la convicción en el proceso de la evolución, sino ta m La escuela de Helmholtz fue puramente fisicista. No es posible defi-
bién, sin duda, la idea de que las pulsiones que actúan en el aparn to nirla mejor de lo que lo hace este pasaje de un;i carta de Du Bois
psíquico están profundamente arraigadas en lo biológico. Gus tosa Reymond a Ludwig, en 1842, exhumada por Bernfeld (1944a ) :
mente me arriesgaría a adelantar la ~dea de que la vida, las costum bn •a "Brücke y yo juramos solemnemente establecer en todas partes esta
y la estructura de la lamprea constituirían un equivalente de "res to•
diurnos" a partir del cual Freud elaborará, en Tótem y tabú ( 191' 9 Los trabajos neurológicos del joven Freud han sido objeto de numerosos
1913), el mito del asesinato del padre. estudios: Brun ( 1936), Jelliffe ( 193 7) , Bernfeld ( 1944a, 1949 , 1951, 1953)
Spehlm:mn ( 1953). Jones los ha considerado parcialmente en el primer volu-
También en el Instituto de Brücke estableció Freud , antes que na du
men de su biografía de Freud (], I). Ellenberger ( 1956) ha examinado l:i
que los axones nerviosos del cangrejo de río tienen todos una estnu influencia de Fechner sobre Freud, y Amacher ( 1965) retomó el conjunto ele
tura fibrilar y que toda célula nerviosa se compone de dos sustanc ia, la cuestión. En Francia, más recientemente . el problema del biologismo de Frcucl
una de las cuales, reticulada, se encuentra en el origen de las pro lon fue objeto de una obra de Jean Laplanche ( 1970) , Vie et mort en prJ•clia-
gaciones nerviosas. De ahí, presintió la teoría de la neurona, deján doln nalyse.
62 FREUD HASTA 189'> RESIDENCIAS CLÍNICAS E INVESTIGACIONES NEUROLÓGICAS 63
verdad: no hay en el organismo ninguna fuerza en acción fuera dr ion otras denominaciones. Los dos umbrales ( el "umbral estático" y
las fuerzas fisicoquímicas corrientes. En los casos que actualmente no 1·1"umbral mecánico") del primero pasan a ser las "dos censuras"
pueden ser explicados por tales fuerzas, es preciso o bien hallar la vía del segundo. La "resonancia fisiológica" del uno anticipó la "compla-
o la forma específica y su acción por medio del método fisicomatemá- cencia somática" del otro. La "búsqueda de equilibrio" como princi-
tico, o bien afirmar nuevas fuerzas, iguales en dignidad a las fuerzas pio de la vida psíquica, el carácter "indestructible:' de las "ideas" y
fisicoquímicas inherentes a la materia y reducibles a la fuerza dr "1 proyecto de una "psicología matemática" sobreviven en Freud en
atracción y de repulsión." Tal como los cuatro científicos la habían la forma del principio fechneriano de constancia, de la indestructibi-
concebido, la fisiología era antivitalista: nada hay en la materia vi- lidad de las pulsiones y de la esperanza de una cuantificación posi-
viente que no sea reducible a lo fisicoquímico. Era dinámica: el fun- ble de las energías psíquicas. 10
cionamiento del organismo viviente se explica por la interacción dr La influencia de Herbart fue relevada y reforzada por intermedio
las fuerzas fisicoquímicas. También era evolucionista, pues dicha in- de discípulos con cuya obra Freud tuvo un contacto más estrecho:
teracción explicaba la evolución de los seres vivientes. Por último, si Fechner, que le confirmó la importancia de los umbrales, de la bús-
era materialista en lo que concierne a la explicación de la vida, no lo queda de constancia, de la dinámica inconsciente, de la cuantificación
era necesariamente en la explicación del espíritu, dominio en el qut· de los fenómenos psíquicos (para él incluso los fenómenos de placer
la mayoría de los sostenedores de esta escuela seguían las concepcionc~ y desplacer eran susceptibles de tratamiento cuantitativo) ; Griesin-
intelectualistas de Herbart, que examinaré dentro de un instante. ger, el célebre psiquiatra berlinés; por último, en Viena, Meynert y
En 1895, todos esos pioneros de la psicofisiología están muertos o Breuer.
a punto de desáparecer. Freud asimiló suficientemente, a la vez, s11 Sin embargo, en 1895 el bagaje psicológico de Freud no es exclusi-
espíritu, sus métodos y sus teorías como para poder aplicarlos a l.i vamente herbartiano. Más adelante tendré la ocasión de señalar la
vida psíquica, dominio en el que ellos se abstuvieron de incursionar, influencia de Brentano y de Mill. Además, la corriente empirista in-
y para hacerlo con la libertad de introducir algunas de las intuicionC's glesa, con su definición de la vida psíquica como "asociación de ideas",
fundamentales del romanticismo de su adolescencia. le es tanto menos desconocida cuanto que admiraba mucho todo lo
En esta época, Freud, en materia de psicología, continuaba en lo 11uevenía de ese país. Según ·Zillboorg ( 1952), probablemente tuvo
esencial adherido a Johann Friedrich Herbart ( 1776-1841) . La ad- ronocimiento del trabajo experimental realizado en 1879 por Galton
miración de Brücke, su maestro de fisiología, y luego la de su maestro ( 1822-1911) sobre las asociaciones libres. Pero fue el modo de pensar
de psiquiatría, Meynert, por el mencionado psicólogo, no hicieron si- de Helmholtz y Brücke el más presente, el que se impone (además
no confirmarlo en un aprendizaje anterior. En efecto, el Lehrbuch así será durante toda su vida) y el que lo incita a considerar el fun-
der empirischen Psychologie nach genetischer Methode (Manual d1:
rionamiento psíquico -como aquéllos lo hicieron con el funciona-
psicología empírica según el método genético) de Lindner ( 1858), qu<' miento orgánico-- en una doble perspectiva dinámica y económica,
Freud utilizó en su último año de liceo (según Bernfeld, citado por 1·sdecir, como un sistema de fuerzas en interacción o en oposición.
Janes, J I, ing y fr 410), era un resumen de psicología herbartiana.
Pero para llegar a ello fue preciso que Freud pusiera fin a sus traba-
Como buen discípulo de Kant, Herbart afirmaba la anterioridad, y
jos histológicos y que desplazase sus intereses científicos del organis-
por lo tanto la primacía, de las ideas sobre los afectos. Al mismo mo viviente al psiquismo.
tiempo, siguiendo a Spinoza, sostenía la existencia de un determinis-
mo psíquico: nos creemos libres porque ignoramos las causas que nos
hacen actuar. Tal determinismo consistía para él en la interacción Residencias clínicas e investigaciones neurológicas (1882-1886)
de las representaciones, en las que veía las fuerzas específicas de la
vida psíquica. Freud debe a Herbart la primera idea de cierto núme- Su compromiso, en 1882, lo llevó a abandonar a disgusto ese labora-
ro de conceptos que en los Estudios sobre la histeria ( 1895d) traspo- lorio cuyo espíritu de pionero científico y cuyo cálido clima humano
ne, modificándolos más o menos, a la psicopatología de las neurosis:
los de conflicto psíquico, inconsciente dinámico, represión e inclusi- 1
° Fue María Dorer ( 1932) quien descubri6 la influencia de Herbart sobre
ve el todavía poco claro de inversión de lo reprimido. Otras nociones Jlreud. El establecimiento de tales relaciones, fructuoso a veces, a veces discu-
herbartianas fueron entonces o serán más tarde retomadas por Freud tible, ha sido rectificado y completado por Jones (JI, ing 407-415, fr 407-416).
FREUD HASTA l 8!1"1 6.)r.
64 1(1-;Sll)ENCIAS CLÍNICAS E INVESTIGACIONES NEUROLÓGICAS
había apreciado intensamente. Brücke fue formal: uno de sus dos asi~ ditis con neuritis aguda múltiple, siringomielia; 1844a, 1885c, 1886a) ,
tentes, Sigmund Ritter von Exner ( 1846-1926) o Ernst von Fleischl ronfirmando la justeza de su decisión de especializarse en neurolo-
Marxow ( 1847-1891), lo sucederá cuando llegue el momento; Fre111I gía, tomada en septiembre de 1883, después del suicidio de Nathan
se convertiría entonces en asistente, pero ¿a qué edad podría esperar Weiss y de una conversación con Breuer; y todo esto sin contar otros
suceder -en el profesorado a alguien que tendría exactamente diez aiic, 1·studios clínicos mencionados en cartas a su novia pero no publica-
más que él? Predicción justificada puesto que Brücke y Fleischl dc·s dos. En el laboratorio de Meynert se destacó aún más, y obtuvo la
aparecieron en 1891 y Exner, inventor del tiempo de reacción y d, ,·stima de su maestro al punto de que éste, que enwjecía, quiso ce-
su medida, a los cuarenta y seis años tomó posesión, sin competencia drrle sus cursos con la condición de que se consagrara definitivamen-
de la cátedra vacante. Freud, pues, el 31 de julio de 1882, entró 1•11 1,· a la anatomía del cerebro, condición que Freud rechazó. Había
el hospital general de Viena para familiarizarse con los enfermos v rnncentrado sus investigaciones en el bulbo raquídeo de cachorros de
prepararse para ganar su vida en una práctica médica a medias p11 1iatos y perros y también de embriones y bebés, y efectuó tres peque-
vada y a medias institucional. Paralelamente, no dejó de proseguir M1 11os descubrimientos: el de las raíces del nervio acústico, el de la
investigaciones, objetivo principal de su existencia. Para eso, y ta111 1·onexión del pedúnculo inferior con el cerebelo, el de la homología
bién para asegurarse gracias a sus títulos y reputación un poco de la 1·11tre determinados nervios craneanos 5ensorios de triple raíz y los
tan disputada clientela vienesa, perseveró en su proyecto inicial dr ganglios de la raíz posterior de la médula ( 1885d, 1886b, 1886c) ;
carrera universitaria. Pero buscó mucho tiempo su camino. Duranl• rn idea directriz fue poner en evidencia la persistencia de estructuras
seis meses ( de octubre de 1882 hasta abril de 1883), estuvo en el s1·1 ,1rcaicas en el desarrollo del sistema nervioso.
vicio de medicina general del célebre Nothnagel ( 1841-1905), prinw Esta idea -que Freud conservará toda su vida- de la intrincación
ro como Aspirant ( asistente de clínica) con un exiguo salario, luego de la ontogenia y la filogenia comenzó a iluminarse de una manera
Sekunderarzt (interno), lo que le permitió ser alojado y abandon.11 1111eva para él con la lectura de los trabajos del neurólogo inglés
definitivamente, a los veintisiete años, el domicilio paterno. Luq:o 1luglings Jackson ( 1835-1911). En Viena, Freud fue uno de los pri-
ejerció igual función, de mayo hasta octubre de 1883, en el servicio dr 111eros en interesarse por ellos. En una serie de memorias publicadas
psiquiatría de Meynert ( 1833-1892), el célebre anatomista del cerch1o desde 1868 v en las Croonian Lectures de 1884, Jackson sostuvo que
junto a quien prosiguió sus investigaciones hasta su partida a Pa1í las enfermedades del sistema nervioso son regresiones de la evolución,
luego en dermatología ( último trimestre de 1883), en neurología c1111 1·s decir, disoluciones, generales unas, otras locales; según él, la diso-
el negligente Franz Scholz ( de enero de 1884 hasta febrero de l8(V1) l11ción sigue el orden inverso de la evolución; esta última, en lo que
en oftalmología ( de marzo hasta mayo de 1885), luego nuevament1• y l'Oncierne al sistema nervioso , consiste en la integración de los centros
hasta fines de agosto de 1885 en dermatología. Entonces los aconh lllÍeriores más antiguos, más simples y más automáticos, pero tam-
cimientos se precipitaron. En junio pasó tres semanas como mécli, 11 liién los más resistentes, por los centros nerviosos superiores, llegados
sustituto, bien remunerado, en un asilo psiquiátrico de los alredcdo 111ás tarde, pero más complejos y voluntarios, y también más frági-
res de Viena, dirigido por el profesor Obersteiner. Fue contratado parn Ji,s; la desintegración no sólo suprime ese tardío dominio de los cen-
dirigir el servicio de neurología en la Clínica de pediatría , espeü11i lros más recientes, sino que libera de manera _anárquica los centros
dad nueva a la sazón, del profesor Marc Kassowitz ( 1842-1913). l.11 ,asta entonces subordinados; y de entre éstos, los más evolucionados
Facultad de medicina lo eligió para el puesto, puramente honorífit 11 ¡ue subsisten toman a su vez el gobierno del sistema, reemplazando
pero muy solicitado, de Privat-Do zent ( es decir, encargado de cu1s,, 1 orden nuevo con un orden antiguo reconstituido en su provecho.
libres) en neuropatología; por último obtuvo una beca de viaje ¡>,11,1 Sin emh argo, en sus trabajos neurológicos Freud no realizó una
trabajar junto a Charcot en París. Se despidió entonces de la mccli, 1 1¡1lica ción sistemática de las opiniones de Jackson; en parte porque
na general. ran demasiado nuevas, y, en parte, porque su maestro Meynert y los
El período de 1882 a 1885, fructífero en el plano de la formar11111 dl'!l1ás investigadores de su laboratorio no se interesaban en ellas y
clínica, fue hiperactivo y bastante disperso en el plano científico. 1)1111 l'reud, una vez más, corría el riesgo de quedarse solo. Se contentó
de tuvo más éxito fue en la anatomopatología del sistema nervio~" on retomarlas un poco después en su libro La af asía ( 1891b) , cuyo
Junto a Scholz logró hacer el brillante diagnóstico, verificado ¡,111 ,acaso le confirmó la indiferencia persistente de los neurólogos ger-
autopsia, de varias lesiones cerebrales (hemorragia meníngea, endrn ,11 111anos hacia aquella teoría de allende la Mancha. En 1895, no obstan-
1
FREUD HASTA 1!11 LA COCAÍNA Y LA "TOXICOMANÍA" DE FREUD 67
66
te, tal teoría está en él tan presente como la de la escuela de Hel111
holtz y se encuentra preparado para concebir las relaciones de IA
consciencia y el inconsciente según el modelo de una emergencia evo El episodio de la cocaína (1884-1885) y el problema
lutiva e integrativa de aquélla a partir de éste, y · para considerar 1 de la "toxicomanía" de Freud
sintomatología neurótica como consecuencia de una disminución el
la actividad reguladora de la consciencia, es decir, como una reg1 A la inversa de sus observaciones clínicas, sus experimentos fueron
sión, por una parte , y, por la otra, una liberación de procesos y c-1111 fracasos: Freud se manifestó desde un principi? como un observador
tenidos psíquicos arcaicos o reprimidos . sin par y un mal experimentalista. Tal fue el caso en dos oportuni-
Pero hacia 1884-1886, permanecía bajo la influencia de Meynf'rl dades en 1878 y en 1884, en el Laboratorio de fisiología experimen-
el cual, según ya dije, como Griesinger, su igual y rival berlinés, tal del profesor Salomon Stricker ( 1834-1898) , donde se interesó
adhería principalm ente a Herbart. Meynert (J I, ing y fr 400-412) sin éxito en el funcionamiento de ciertas glándulas en relación con la
convenció a Freud sobre el carácter ilusorio del libre arbitrio, de 1 circulación; y, en el intervalo, en el Instituto de química del profesor
universalidad de las leyes naturales y también de la especificidad drl l,udwig, donde, arrastrado por el asistente, su amigo Lustgarten
psiquismo y de su irreductibilidad a toda explicación materialista el ( 1857-1911), procedió en vano al análisis de determinados gases. Tal
tipo fisicoquímico. Para él, por cierto, cerebro y pensamiento estfo fue también la suerte final de una técnica que ideó en el laborato-
estrechamente imbricados (Freud nunca creyó ni creerá en la inmo1 rio de Meynert y que volvía practicable el método del cloruro de
talidad del alma) , y los procesos físicos y fisiológicos condicionan 1,,. oro propuesto por Flechsig en 1876 para colorear el tejido nervioso:
procesos psíquicos, pero no constituyen su causa (sobre este punto füS maestros, sus colegas y Freud mismo vieron allí un descubrimien-
Freud adoptó la hipótesis fechneriana de un paralelismo entre l11 to notable, publicado de inmediato en alemán e inglés ( 1884b, c y d) ;
dos series. hipótesis que Jackson retomó y afinó: el proceso psíquin pero despertó en el mundo científico una esperanza pronto frustrada
es "concomitante dependiente:' respecto del fisiológico) . Otros apo1 por la irregularidad de los resultados. Y también fue éste el caso de
tes de Meynert, más personales, marcaron igualmente a Freud: 1 otro descubrimiento, que fracasó por muy poco: el del poder anesté-
analogía del aparato psíquico con un sistema óptico (la corteza sico de la cocaína ( 1884e, 1885a, 1885b, 1885e).
una cámara oscura donde se reúnen las diversas fuentes de impn-~i11 Este último exige algunas explicaciones . En esa época Freud com-
nes antes de su "proyección" en la consciencia) ; las dos orientacio111 probó que su práctica lo pondría en presencia de dos tipos de enfer-
de ataque o de defensa, de la energía; las nociones de "principio d mos, los neurológicos, ante los cuales la principal dificultad era diag-
desplacer" y de "suma de las excitaciones"; la distinción entre 1111 nóstica, y los neuróticos, respecto a quienes el problema principal era
"yo primario", arcaico y reflejo, y un "yo secundario" cuya func-i/111 lcrapéutico. Reunió entonces información sobre las posibilidades exis-
es "inhibir" y "rechazar" . Griesinger, cuyos trabajos eran seguidos ti lentes en ese último dominio. Breuer le habló de hipnotismo pero
cerca en el laboratorio de Meynert , también influyó en Freud. 11 también de la deplorable experiencia que hizo con Anna O ... Freud
aquí tre s citas típicas de él, tomadas de Jones las dos primeras (J 1 clepositó su esperanza, durante un tiempo, en la electroterapia, y pro-
ing y ,fr 412-413): "Las ideas ausentes del consciente son más i111 bó un costoso aparato adquirido gracias a la generosidad de Von
portant es que las presentes"; "no es posible comprender cómo 1111 Fleischl, realizando con diversos colegas varias investigaciones que no
proceso material, físico, que se desarrolla en las fibras nerviosas o r11 concluyeron . Después, poco a poco, tuvo la idea de que podría descu -
las células ganglionares, puede convertirse en una idea, en un actc brir un procedimiento nuevo y qu iso hacer un ensayo terapéutico (c.
consciente"; la tercera, que data de 1861, será varias veces retonlil ,l Ma rtha, 21 de abril de 1884, C 120) con la cocaína, cuyos felices
da , condensadamente, por Freud: "El cumplimiento de deseos es 1111 ,.fectos un médico militar acababa de observar en los soldados de Ba-
rasgo común de las representaciones del sueño y de las psicosis" ( '/',/ viera en maniobras . Experimentó Freud esos efectos estimulantes y
95, 139, 236; ID 91, 134, 230; IR 86, 123, 203). ,malgésicos en sí mismo, en Von Fleischl ( que ya no lograba defender-
ic con morfina del dolor de una neuritis) , en cofrades, en sus enfer-
mos, en sus hermanas. Procedió a experiencias sumarias ( cuyo método
y resultados no sometió a crítica) sobre el aumento de fuerza muscu-
lar que resulta de una ingestión directa de cocaína. Por último, él y
LA COCAÍNA Y LA "TOXICOMANÍA" DE FREUD 69
FREUD HASTA 189:1
68
Freud, practicó la anestesia local. Luego cambiaron los vientos. El
Carl Koller ( 1858-1944), interno de oftalmología, camarada de lo~ descubrimiento de Koller ( el poder anestésico de la cocaína) conoció
primeros años de estudios médicos,1 1 y a quien había tratado reciente- un éxito considerable. El de Freud ( el uso de la cocaína como esti-
mente a título privado por una enfermedad neurótica (c. a Martha, mulante y calmante) significó para su autor una reputación enojosa
inédita, 4 de abril de 1885, citada en J I, ing y fr 96), experimenta- cuando se declararon los primeros casos de cocainomanía , comenzan-
ron la cocaína en sus propias personas. Freud se consideró convenci do por el de Fleischl. Freud, imprudentemente, había escrito que con
do y se convirtió en una prosélito entusiasta. Vio en esa sustancia una esta sustancia no existía ningún riesgo de toxicomanía . . . Respondió
panacea eficaz contra los trastornos digestivos, la fatiga, la depresión, tardía y parcialmente a las críticas ( 1887d), sobre todo arguyendo a
la morfinomanía. Se apegó a sus efectos menores, que eran los que Ir justo título que había preconizado solamente la ingestión de esa sus-
concernían personalmente. Respecto a sus serios trabajos neurológi tancia, mientras que la toxicomanía era resultado de su administra-
cos, todo ello fue para él una digresión primero agradable, luego ción en inyecciones hipodérmicas. Más tarde lo persigue un remordi-
fatigante, y terminó apresuradamente su primer artículo a mediado~ miento doble: haber contribuido a la desgracia de Fleischl y no ha-
de junio de 1884, Vber Cocain ( "Sobre la cocaína", 1884e), dond,• ber visto, como un tuerto o un miope ( cf. el futuro sueño "Mi hijo,
aludía a posibles propiedades anestésicas que el porvenir descubriría el miope ... "), sino el lado negativo del descubrimiento, y no el po-
y que él no deseaba investigar personalmente. A un amigo mayor sitivo: fue demasiado unilateral. "No se administran semejantes in-
que él, Hans Konigstein ( 1850-1924), oftalmólogo, le encargó la ta yecciones a la ligera", será la conclusión del sueño prínceps del psico-
rea de probar si los dolores del tracoma y otros males de los ojos po análisis, el de la inyección a Irma (julio de 1895).
<lían ser calmados con esa droga maravillosa. Konigstein lo hizo to El episodio merece dos comentarios. En primer lugar, el lector de
mándose su tiempo, y con éxito; pero cuando en octubre de 181M Freud siempre se sorprende ante la insistencia, hasta el Compendio
tuvo la idea de utilizarla para una anestesia operatoria, advirtió qw de psicoanálisis ( 1940a) incluso, con que el inventor del psicoanálisis,
el descubrimiento que creía suyo había sido probado por Kollcr, a terapéutica exclusivamente psicológica, no cesa de anhelar un progre-
principios de septiembre, experimentando en el Instituto de anatomía so de la quimioterapia que permitiese curar más rápida y radical-
patológica de Stricker, con el concurso del asistente Gaertner, s01111 mente la neurosis, y tanto más cuanto que hoy, cumplidos ya esos
animales y luego sobre ellos mismos: la cocaína tenía el poder ti, progresos, resulta que los medicamentos psicotrópicos hacen desapa-
anestesiar el ojo. En Mi vida y el psicoanálisis ( 1925d), Freud n·~ recer provisionalmente los síntomas sin tocar sus raíces e incluso fa-
ponsabilizará de su prisa al deseo de aprovechar la oportunidad , lt vorecen nuevas formas de toxicomanía en la juventud, en las profe-
reunirse en Wandsbeck con su prometida, a quien no veía desde ha siones que provocan surmenage, incluso en el cuerpo médico mismo.
cía dos años. En realidad, sólo hacía un año que ella había abando La vocación que se descubre en Freud cuando tiene lugar el paso en
nado Viena, siempre tuvieron el proyecto de pasar juntos las vacario falso relativo a la cocaína, es la de curar el sufrimiento neurótico por
nes de ese verano y Freud se quedó en Viena sin hacer nada, abu todos los medios; y tal vocación será definitiva. El fracaso de la co-
rriéndose, una vez redactado su artículo, antes de iniciar el viaje. La caína es el símbolo anticipador del fracaso de todas las drogas y el
causas de su· fracaso fueron otras: concentración en un hecho aisla signo del largo, difícil e inevitable rodeo que Freud deberá realizar
do y ceguera respecto de los hechos conexos, entusiasmo insuficienll y que deberán realizar sus pacientes para desmontar los encadena-
mente atemperado por el espíritu crítico, diletantismo en la cond111 mientos psíquicos inconscientes. La hipnoterapia y la concentración
ción de los experimentos. En el momento mismo, Freud estuvo t·11 mental, que son, como veremos, las soluciones a las que recurre en
cantado con el descubrimiento de Koller, puesto que confirmaba In 1895, constituyen una etapa intermedia: modos de acción por fin es-
bien fundado de su interés por la cocaína y le daba la razón en l., trictamente psicológicos, permanecen centrados en la supresión del
querella de prioridad que por entonces lo opuso a Konigstein. E11 síntoma. Participan de la misma fantasía de omnipotencia terapéuti-
abril de 1885, los tres se reunieron y reconciliaron en torno a Jaro!, ca que desemboca en la utopía quimioterapéutica que será caricaturi-
Freud, enfermo de glaucoma: Konigstein operó, y Koller, asistido poi zada por Aldous Huxley en Brave new world ( Un mundo feliz). Tal
fantasía jamás abandonará por completo a Freud: en lo que de el!a
11 La nueva edición alemana de la Correspondencia de Freud ( C, al subsistirá en él creo encontrar algo irremisible para cualquiera que
1968) contiem: siete cartas a Koller escritas entre 1880 y 1887, hasta ento11 se destine al ejercicio del psicoanálisis, esto es, por mucho que algu-
ces inéditas.
70 FREUD HASTA 1895 LA COCAÍNA Y LA " TOXICOMANÍA" DE FREUD 71
nos lo critiquen, el deseo de curar. ¿ Podría un neurótico internarse temporaria del tabaco. El diagnóstico a posteriori de Max Schur, el
con provecho en el duro trabajo psicoanalítico si no sintiera en su te- médico que lo trató en sus últimos años, es una trombosis coronaria
rapeuta, junto a una técnica segura, la presencia de un deseo de este en una arteriola, con alergia temporaria a la nicotina. Los síntomas
orden? cardiacos cedieron con los cuidados y en junio de 1895 Freud retomó
Segundo comentario: mientras que Freud extenderá poco a poco por mucho tiempo el hábito de fumar (S, cap. 2, "Freud's cardiac
la comprensión psicoanalítica a la mayoría de las manifestaciones psi- cpisode. The battle against nicotine addiction", 40-62). Este episodio,
copatológicas, la toxicomanía seguirá siendo para él un campo inex- pues, no habría tenido, en su raíz, nada de neurótico, pero la lesión
plorado, signo de una "resistencia" anclada en una falla personal. Si orgánica sirvió para revelar la existencia en Freud de lo que, después
la infancia de Freud parece haberse desenvuelto sin incidentes somá- de Jones (J II, ibid.), sólo cabe denominar toxicomanía. Freud tenía
ticos notables ( salvo una caída precoz en la que no piensa más y cuyas necesidad de tabaco para concentrar su pensamiento, para alcanzar un
circunstancias rememorará en el autoanálisis), desde la adolescencia su estado de excitación intelectual, para luchar contra un estado de áni-
salud fue una fuente de preocupaciones moderadas, variables pero fre- mo fácilmente depresivo. La abstinencia le resultaba extremadamente
cuentes, y así será hasta su muerte , debida, como es sabido, a un cán- penosa; los últimos años de la guerra lo obligarán a repetir la expe-
cer. Los síntomas de los cuales se queja en las cartas a Martha presen- riencia. La enfermedad orgánica no lo inquietó -nunca, hasta la
taron a menudo una tonalidad psicosomática: así una ligera "tifoidea" muerte, le dará miedo. Lo que conscientemente lo inquieta y reapare-
(es decir, perturbaciones gastrointestinales) en 1882, una "ciática" ~e con frecuencia en sus cartas publicadas e inéditas a Fliess son los
_ en 1884, una "varicela" benigna en 1885. Freud, como ya se dijo, problemas que para él se desprenden de la privación del tabaco. Y
confesó gustosamente a su prometida su propensión a la hipocondría, también la preocupación por el futuro de los suyos en caso de desapa-
a la neurastenia, a la fatiga. La correspondencia con Fliess hizo luego rición prematura.
repetidas veces referencia a dolores de cabeza, a afecciones nasales ( sin Estaría tentado de reconstruir las cosas de la siguiente manera. Ha-
duda una sinusitis crónica), a trastornos gastrointestinales nuevamen- cia 1880, junto a Brücke, Freud comienza a fumar cigarrillos. En
te, síntomas todos en los que se puede ver, como lo hizo Jones, nuevas 1884-1885, sus investigaciones sobre la cocaína le hicieron experimen-
manifestaciones de la "neurosis" de Freud. Un episodio más complejo tar sus efectos estimulantes y euforizantes y se puso a absorberla más
tuvo lugar en 1893 (cf. c. inédita a Fliess, 18 de oct. de 1893, citada o menos regularmente. La comprobación de casos de cocainomanía lo
en S 41). Jones lo incluye en la categoría precedente. Max Schur Jo llevó a renunciar al uso de esa droga. Encontró entonces en un fuer-
considera más bien la imbricación de una enfermedad orgánica real te consumo de cigarros de hoja un medio de contrabalanc ear la ma-
con una toxicomanía . Se trató de perturbaciones cardiacas ( taquicar- yor parte de su sintomatología neurótica de tipo psicosomático. Parecie-
dia, arritmia, dolor anginoso) que alcanzaron en la primavera de 1894 ra que a partir de entonces, salvo una alusión a las toxicomanías como
una tal acuidad que Freud, por primera vez, expresó en su correspon- sustitutos de la masturbación en una carta a Fliess del 22 de diciem-
dencia con Fliess un intenso miedo de morir (F, 19 de abr. de 1894, bre de 1897 12 y la hipótesis de una fijación erógena en la zona labial
al 92-93, ing 81-83, fr 74-75). En 1895 ya están en vías de desapari- de bebedores y fumadores en Tres ensayos sobre la teoría de la sexua-
ción. Fliess fue formal: tratábase de una intoxicación debida a la lidad,13 ya no se interesó, científicamente hablando, en esta forma de
nicotina; había que dejar de fumar. Freitd, en efecto, desde los veinti- psicopatología.
cuatro años y a semejanza de su padre ( ambas precisiones fueron su-
ministradas en 1929 por la respuesta de Freud a un cuestionario diri- 12
"He llegado a creer que la masturbación era el único gran hábito, la 'ne-
gido a personalidades acerca de sus hábitos en materia de tabaco, cesidad primitiva', y que los demás apetitos, como la necesidad de alcohol, de
citado en S 62), fue un gran fumador: algunos cigarrillos al comienzo, morfina, de tabaco, sólo son sustitutos, productos de reemplazo. En la histe-
ria el papel de esa necesidad es extremadamente considerable, y quizá las
luego una veintena de puros por día como término medio ( cf. J II, ing grandes dificultades con las que aún choco emanen entera o parcialmente de
430, fr 409). Tuvo entonces lugar una serie de vanas tentativas por ella. Preguntémonos naturalmente si una necesidad semejante es curable o si
detenerse, a costa de insoportables sufrimientos. Breuer hizo un diag- el análisis y el tratamiento se ven detenidos en ese punto y deben contentarse
nóstico diferente, más grave para el porvenir puesto que era el de con transformar una histeria en neurastenia" (F, 22-XII-1897, al 254, ing
una miocarditis (secuela de una fuerte gripe contraída en 1889), pero 238-239, fr 211-212).
13
"No todos los niños chupan. Hay que suponer que es propio de aquellos
menos fastidioso en lo inmediato pues sólo implicaba una supresión cuya sensibilidad erógena de la zona labial está congénitamente muy desarro-
72 FREUD HASTA ] i:(,l'i
LA RESIDENCIA EN LA SALPETRIERE
7:l
El episodio cardiaco tuvo una gran importancia en el futuro desrn
brimiento freudiano. Es la primera vez que el "joven" Freud tor1111
conciencia de la ineluctabilidad de su propia muerte venidera, que ""
horizonte temporal se torna limitado, que una cierta urgencia por 4. FREUD Y CHARCOT
cumplir su obra se apodera de él. En 1895 está en plena crisis d
ingreso en la edad madura. Le es preciso hallar un nuevo equilibrio La residencia en la Salpétriere (1885-1886)
entre las dos líneas de fuerza que se originan en el erotismo oral,
línea "normal" representada por las ensoñaciones diurnas que primrro Un nuevo giro en la vida científica de Freud significó la estadía de
acompañan a la succión del pulgar, y luego la masturbación, lírwn cua tro meses en París, muy oportunamente después del episodio de
"tóxica" ilustrada por el abuso de la cocaína en un primer momc11t11 la cocaína ( desde mediados de octubre de 1885 hasta fines de febrero
14
y del tabaco más adelante. Al par que recomienza a fumar, se dispo111 de 1886) , en el servicio de neurología de la Salpetriere. Ya una vez
a emprender, como complemento, como contrapunto, un autoaná lisi -volveré sobre ello- la asistencia a una lectura pública del Ensayo
zambullida en los sueños: nueva forma de actividad mental autorn, sobre la naturaleza, atribuido a Goethe , y la maduración propia de la
tica. ' ado lescencia lo hicieron abandonar las ciencias políticas y sociales por
Inconscientemente, ¿de qué se trata? De una lucha no sólo contrn la biología. En otra oportunidad, su noviazgo y la continuación de un
la depresión sino también contra la persecución interior. En efert,1 oscuro trabajo interior lo hicieron renunciar a la protección de Brücke
encontramos en Freud algunas de las características que H . Rosenfrlcl y a la investigación fundamental por la práctica médica, y a la anato-
(1960) pondrá más tarde en (!videncia entre los toxicómanos: la id1·.1 mofisiología por la neurología. •Jean-Martin Charcot (1825-1893),
lización del seno o pecho con el cual el sujeto necesita sentirse unid11 neftrólogo de reputación mundial, profesor brillante, sabio de gran
o identificado (Freud llegará, en parte, a ser consciente de ello), l., influencia, investigador en la escuela permanente de la clínica ( cierta
búsqueda de un medio para producir artificialmente la alucinacil u, vez un oyente interrumpió al maestro diciendo: "Pero eso no es posi-
de ese pecho ideal, la trasformación de la buena droga reconstituyr11t, ble: contradice la teoría de Young y Helmholt z", y Charcot replicó:
en mala sustancia nociva (Freud se aproximará al reconocimiento d, "La teoría es algo bueno, pero no impide existir"), liberó a Freud
este proceso con el descubrimiento de la ambivalencia), la negaciú11 de la influencia de Meynert. Le hizo captar la importancia del factor
de la frustración y de la angustia de persecución (Freud no tomará psíquico en las enfermedades nerviosas, y la necesidad de completar
conciencia de esa angustia ni de su defensa contra ella), la identifica la neurología, especialidad d.el jefe de clínica Pierre Marie ( 1853-
ción con un objeto enfermo o muerto ( en este caso el abuelo Schlo1110 1940), futuro sucesor de Charcot, con la psicopatología, ilustrada por
y luego el hermano menor, Julius). En cambio, la orgía autodes tnu el asistente Babinski ( 1857-1932), con quien Freud colaboró estrecha
y eficazmente durante toda su residencia. 1 ~
tiva y la debilidad del yo no se encuentran en Freud: ausencias q111
explican que se haya limitado a una forma benigna de toxicomani.1 Fue difícil el comienzo de su estadía en un París cuyo idioma com-
Cuando la elaboración psíquica de un proceso inconsciente arcaico 110 prendía poco, famoso por sus placeres fáciles y donde estaba obligado
le resulta factible a un sujeto, se puede recurrir a alguna soluciú11 a vivir miserablemente: se sintió tan aislado y poco feliz que estuvo
bioquímica ( droga, tabaco, bebida). El autoanálisis de Freud, COlllo
14
veremos, no será nada más que una elaboración mental de la angustia Sigmund pasó junto a Martha, en Wandsbe ck, el fin del verano de 1885.
De allí se fue a París, con un alto en Coloni a y otro en Bruselas. Regresó a
depresiva. La de persecución reclamó en él una solución del segundo
Wandsbeck a pasar la semana de Navidad de 1885. Por último abandonó Pa-
tipo, bioquímica. rís para dirigirse directamente a Berlín a efectuar una residencia con Bagins-
ky. En París se alojó en el Hotel de la Paix, calle Royer-Collard, luego en
el Hotel du Brésil, calle Le Goff.
15
Pierre Janet ( 1859-194 7) apareció más tarde en ese servicio, donde Freud
liada. Si tal sensibilidad persiste, estará predispuesto a ser bebedor y fumado, nunca lo oyó nombrar. Por lo demás, sus primeras publicaciones son más tar-
Pero si hay represión, experimentará repugnancia por los alimentos y se ver:, días. Sobre éstas y la querella de prioridad que luego planteará a Freud , el
sujeto a vómitos histéricos" ( 1905d, GW V 83, SE 182, fr 7 5). lector puede consultar con provecho el capítulo v1, "Pierre J::met and psy-
chological analysis", del libro de Ellenberger (1970).
74 • FREUD HASTA 1895 LA RESIDENCIA EN LA SALPETRIERE
75
a punto de regresar (c. inédita a Martha del 9 de dic. de 1885, citada
in J I, ing 228, fr 230). Jon es vio en ello una defensa contra la vio- rán dolo con Pinel que, también en la Salpetriere, había liberado a los
lenta atracción por la psicopatología que Charcot había suscitado en alienados de sus cadenas, ve en él una especie de héroe que habría
Freud. Chertok (1969 y 1973) piensa en "una mezcla de atracción y liberado a la histeria de los prejuicios anatómicos y morales que gra-
repulsión" ante el carácter manifiestamente erótico de las crisis histé- vaban su estudio. En efecto, un médico de la era victoriana habría
ricas a las que Freud asistió y en muchas de las cuales la palpación perdido su respetabilidad tomando en serio las frases insensatas, las
por el médico de ciertos puntos del cuerpo desencadenaba reacciones contorsiones grotescas y equívocas de muchachas y mujeres que daban
que podían llegar hasta el orgasmo. Por mi parte, apoyándome en su cuerpo en espectáculo y que disparataban. Pasaban por ser simula-
doras, enfermas imaginarias o desdichadas a quienes una enfermedad
los futuros sueños freudianos sobre Roma y en el análisis ulterior
de la matriz, eventualmente curable con la amputación del clítoris,
( 1936a) de su trastorno de la memoria sobre la Acrópolis, prefie-
se les había subido a la cabeza. Sin la autoridad de Charcot, sin la
ro ver, en ese momento depresivo, una de las primeras manifestaciones
influencia que emanaba de él, sin la inteligencia que manifestaba al
de una constante freudiana: toda realizaci6n de un deseo fuertemente
establecer y desenmarañar los hechos, Freud, fuera de duda, no habría
cargado ( como fue el caso del deseo de ir a París y trabajar con Char-
cot) le provoca una viva angustia. .
Sea como fuere, Freud termina por integrarse y hacerse estimar en
abordado como científico el diagnóstico y la psicoterapia de las neu-
rosis. Pero su juicio sobre el maestro parece excesivo por dos razones.
En primer lugar, es un juicio personal muy poco compartido: en Fran-
ese medio. Charcot le confió la traducción de su próximo libro ( 1886f), cia, los continuadores de Charcot, lejos de desarrollar sus opiniones,
lo recibió dos veces en su casa, le pro¡mso la observación de una hemi- retroceden a partir de 1895; fuera de Francia, el carácter teatral de la
plejía que Freud publicó más tarde en una monografía escrita .en Salpetriere, la suspicacia que invita a ver en el uso de 1a hipnosis un
colaboración con O. Rie (1891a): Klinische Studie über die halbsei- simple amaestramiento efectuado sobre seres sugestionables, suscitan
tige Cerebralliihmung der Kinder ("Estudio clínico de la hemiplejía sobre todo la incredulidad y la lástima. La segunda razón es que a
cerebral en el niño"). Comprendió que un vivo y cálido interés por par tir de 1895 ya no encontraremos huella alguna de la influencia de
los enfermos nerviosos era más proficuo que la "serena superficialidad" C:harcot sobre Freud; al contrario. Ninguno de los sueños de Freud
de los médicos vieneses. Aprendió que los trastornos funcionales (pará- durante su autoanálisis evocó a Charcot, mientras que Brücke, Mey-
lisis, parest esias) de los histéricos eran psicógenos ( pueden, en efecto, nert, F1eisch1, Breuer y Fliess aparecieron a menudo. Die Traumdeu-
ser provocados artificialmente en tales enfermos por medio de la suges- tung no incluye ninguna referencia a un escrito o idea de Charcot.
tión hipnótica) y reversibles (producido~ por una idea, pueden efec- Esto requiere una explicación. Charcot era un hombre visual; estrá-
tivamente ser destruidos por otra idea ) . De ahí la técnica, propia dt· bico, su mirada era aún más fascinante. En una carta a Martha del
la escuela de París, de la "contrasugestión" bajo hipnosis. De ahí tam- 21 de octubre de 1885 ( C 188), Freud describió "dos ojos oscuros,
bién la comprobación de que esas perturbaciones, puesto que eran dt· 1•xtrañamente dulces (sobre todo uno, pues el otro, afectado por un
origen psíquico y no estaban ligadas a la anatomía ( más precisamentt• ,•strabismo convergente, está vacío de expresión)". En su noticia ne-
a la anatomía sexual de la mujer como se creyó mucho tiempo: "histe- crológica multiplicó las referencias a la vista. Ese hombre visual era
ria" deriva etimológicamente, y fantaseadamente, de "útero"), podían inconscientemente un voyeur bajo cuya mirada las histéricas de la
afectar por igual a ambos sexos. Charcot profesaba la doble determina- Salpetriere desplegaban su exhibicionismo . Sus presentaciones de enfer-
ción de la histeria. Para él, la causa fi.mdamental era neurológica ( una mos, a las que asistía la crema de París, eran representaciones. El espa-
degeneración nerviosa constituía verosímilmente un terreno favorable), 1io del cuerpo, el espacio del escenario, tales eran las coordenadas del
pero desconocida: por esas dos razones, escapaba a toda posibilidad lrabajo científico y terapéutico de Charcot. Freud, en cambio, propone
de acción; en cambio, la "idea" --en general un traumatismo psíqui la distancia y la escucha. Organizará · el espacio psicoanalítico a la
co--, aunque sólo fuera la causa del síntoma, dependía de un meen inversa de las demostraciones hipnóticas: el paciente estará acostado
nismo dilucidable y posible de dominar; de ahí la posibilidad de cur:11, m ver al terapeuta, sentado detrás suyo, y, al abrigo de todo especta-
si no la histeria, al menos sus síntomas. Punto de vista que aún 1·11 lor, será invitado a decir sus deseos sexuales y a reconocerse el sujeto
1895 Freud sostiene en lo esencial Ir los mismos, no a mimar sus avatares de una manera que Charcot
1retendía que fuese mecánica e impersonal. Como lo ha hecho notar
En su ulterior artículo necrológico sobre Ch arcot ( 1893b), comp:1
/-B. Pontalis ( 1974), al espacio teatral y pleno de Charcot -que
76 FREUD HASTA 189;, LA RESIDENCIA EN LA SALPETRIERE 77
por lo demás es el espacio espontáneo del histérico -- , Freud lo reem el psicoanálisis ( 1925d, GW XIV 39-40, SE XX 15-16, fr 21-22),
plazará por un espacio hueco, puramente mental. Gracias a esa inve1 Freud dará de los acontecimientos que siguieron una versión ensom-
sión se elaborará el descubrimiento del psicoanálisis, la hipótesis dt·I brecida por la amargura. Se quejará de haber sido condenado, con
aparato psíquico. Pero notemos de paso que la teoría y la técnica aplausos corteses. al ostracismo definitivo por parte de las "autorida-
psicoanalíticas, aún en nuestros días, siguen marcadas (es inevitablr) des competentes" ( fue el caso de muchas, mas no de todas), de haber
por las circunstancias de su nacimiento: Freud les imprimió sus _ten sido excluido del laboratorio de anatomía cerebral de Meynert (lo
dencias histerófobas. Los actuales progresos del psicqanálisis en h que ocurrió, pero seis meses después, y de todos modos a Freud ya no
comprensión de los psicóticos, de los casos psicosomáticos y de ]o, le interesaba permanecer allí), de no haber dispuesto más de local para
estados límites se realizan costosa y lentamente, pues además de la dictar sus clases (lo que es dudoso, pues sus lecciones en la Univer-
dificultades inherentes a esos tipos de organización psíquica , el psiro sidad prosiguieron casi sin interrupciones hasta 1895, y luego conti-
16
análisis se resiste a desprenderse de sus orígenes. nuaron al parecer hasta 1917). Afirmará no haber puesto los pies, du-
De regreso en Viena, Freud tuvo que pasar por la experiencia d, rante "una generación", en la Sociedad de médicos, ni participado
la persistente fuerza del prejuicio dominante en el ambiente médico en "la vida académica y médica"; pero Jones ha encontrado huellas de
que identificaba la hipnosis con el mesmerismo y por lo tanto con ,·I su presencia bastante frecuente, como auditor, en las reuniones de dicha
charlatanismo: prejuicio tanto más vivo en Viena cuanto que allí sociedad ( que lo eligió miembro, sin problema alguno, el 18 ele
realizó Mesmer su descubrimiento, antes de que lo expulsaran. Prej11i marzo de 1887) y, como conferenciante, ei1 otras agrupaciones (]
cío que ya había padecido Benedikt (gracias a quien Freud ingresó c·11 I, ing 255, fr 256).
el servicio de Charcot) cuando regresó de París en 1878; prejuic111 Sin embargo. es evidente que actuó contra Freud un triple prejuicio:
que Moll, algunas de cuyas ideas inspirarán a Freud, sufrió un a11,, el <le los neurofisiólogos de racionalismo y materialismo estrechos, que
más tarde que este último, después de una residencia en la Salpetrii·,, recusaban los hechos psíquicos en lo que tienen de específico; el de los
y en Nancy, cuando dictó una conferencia en la Sociedad de medici11.1 médicos, que se defendían con tanta fuerza ele la posibilidad de pre-
de Berlín, el 28 de octubre de 1887 (cf. L. Chertok , R. de Saussu11 sentar un atractivo para sus enfermas. que rehusaban tomar en cuenta
1973, p. 149-150). Entusiasmado, Freud redactó en abril de 1886 •.11 las fantasías imaginativas y las emociones privadas de bs mismas; y el
Informe sobre el viaje de estudios a París, publicado póstumamr· 111t más general, por último, propio de su época y de su medio ( pequeña
( 1956a), y en mayo y junio multiplicó las conferencias, en divcrn1 burguesía o clase media acomodada de moral puritana) donde la
sociedades científicas, sobre el viaje, sobre el hipnotismo ( que Mey1w11 sexualidad tenía asignada su residencia en marcos institucionales pre-
aborrecía) y -tema más riesgoso- sobre la histeria masculina el 1 cisos, acantonada en un número restringiido de prácticas lícitas: no
de octubre de 1886 en la Kaiserliche Gesellschaft der A.rzte in Wil'II ofrecía otras posibilidades, salvo la vergüenza y la hipocresía. El
( Sociedad imperial de médicos de Viena) . Después de la confem1ri prejuicio se ve por entonces reforzado por una reacción de defensa,
de Freud sobre este último tema, algunos auditores -las actas dt· 1, de cólera y de desprecio contra el creciente relajamiento de las costum-
debates se han conservado ( cf. E 439-441 )- minimizaron el apor t1· ,1 bres en los medios aristocráticos y po1;mlares. La obligación frecuente-
Charcot señalando que la histeria masculina era un fenómeno 1111i mente impuesta a las empleadas domésticas de prostituirse a sus pa-
conocido; Meynert, en cambio, calificó de epileptoides las perturl, trones, la conducta ligera de muchos hombres respecto a mujeres de
ciones descritas por Charcot en el hombre y desafió a Freud a mo~t, medios inferiores con las que se divierten pero no se casan, en contraste
un caso entre los enfermos del hospital. Freud halló varios, pero 1, el rechazo a considerar que sus esposas o hijas puedan tener deseos y
jefes de los servicios no le permitieron presentarlos. Finalmente p111I necesidades sexuales, la relativa frecuencia del incesto,17 la miseria
exponer a la misma Sociedad de médicos, el 26 de noviembre de Il\lli sexual de numerosas personas pertenecientes a las más poderosas fami-
un caso grave de hemianestesia en un histérico ( 1886d), cuyo ex:1111
1 7 Tal frecuen cia llevará a Freud a pensar , a fines de 1895, que la histe-
ocular había realizado su amigo Konigstein. Más tarde, en Mi v11li
ria siempre tiene como causa primera una seducción real, ejercida sobre el
niño por uno de los padres. En mi opinión, el hecho de que la primera gran
1
s Para un estudio detallado de la influencia de Charcot en Freud y d novela m oderna consagrada al incesto (entre he1mano y hermana, ya adultos),
evolución de Freud respecto a las ideas de Charcot, véanse los capítulos 11 El homb1 e sin atributos (1930-1942), haya sido escrita por un austriaco, Ro-
del libro de Andersson ( 1962). hcrt Musil ( 1880-1942) , se inscribe en la misma línea.
78 FREUD HASTA 139r, LA RESIDENCIA EN LA SALPETRIERE
79
lías, todas estas conductas eran frecuentes en la Viena de entonces, s1 originales, los científicos que derriban las ideas adquiridas. Entonces,
bien esta ciudad no se llevaba la palma en tales dominios. envolviéndose en una altanera soledad, salvo un amigo único -Breuer
En semejante contexto, se comprende que Freud difiriera por cinro y Fliess, sucesivamente- a quien dice el ardor del fuego oculto que
años la publicación de su "Estudio comparativo de las parálisis motri continúa devorándolo, Freud se impuso una nueva ascesis con miras a
ces orgánicas e histéricas" ( 1893c), redactado en 1888, donde hada producir, a pesar de todo y contra todo, el descubrimiento que estalla-
el balance del aporte de Charcot: éste lo publicó en francés, alguno~ ría un día, fulgurante, sobre la sociedad avergonzada y escandalizada:
días antes de su muerte, en los Archives de neurologie. todo esto es perfectamente conforme a lo que se espera de un héroe
El historiador tiene la impresión de asistir, en el otoño de 188fi. romántico. Las raíces personales de tal comportamiento deben eviden-
al ensayo general privado de lo que será, a partir de 1900, un drama temente buscarse en una defensa megalomaníaca contra la depresión
público, cuando el psicoanálisis haya sido inventado, cuando los resor- y sobre todo contra la persecución interior y en una posición inestable
tes de la psicología sexual comiencen a ser revelados, cuando lo qtw de atacante-atacado en la que sin duda se fijó después de la muerte de
se escondía detrás de los muros de la vida privada deje de ser un Julius, su hermano menor y su rival. ¿ Acaso cada uno de nosotros
secreto reservado al cura encargado de absolver, a los compañeros qtH' no elige en la cultura circundante lo que responde a su problemática
personal?
cooperan en ellos o a los interlocutores de las conversaciones subidas d,·
tono, y en cambio llegue a ser el objeto de un saber general explica El segundo dato es más fácil de circunscribir pero más difícil de
tivo, y, por último, cuando la confidencia de lo más íntimo en la vicl.i comprender. Freud se condujo respecto a la sexualidad a la inversa de
y pensamientos sea requerida como condición de la cura de la neu muchos de sus contemporáneos masculinos, que asociaban al liberti-
ros1s. na je de los actos una inhibición de la reflexión y del discurso. Freud
La amargura de Freud frente a prejuicios cuya forma y contenido se mostró reservado cuando era cuestión de actuar y transgresor cuando
pueden variar según los países y las épocas pero cuya raíz es inherent1· se trataba de saber. ¿ Qué economía psíquica pudo sostenerlo en esa
posición?
a la organización misma del aparato psíquico, incluso si es una amar
gura que él acentuó retrospectivamente, no podría explicarse sólo poi Dos factores parecen haber obrado. Primero, una determinada rela-
el contexto sociocultural. Creo que dos datos psicológicos funcionaron ción en él entre el ideal del yo y el superyó: el superyó sólo le prohibió
en él. El primero es un rasgo por el cual está endeudado con el espíritu hacer, el ideal del yo lo alentó a pensar. El rigor del primero se vio
de su tiempo: se trata del romanticismo alemán que preconizaba 1m atemperado por el último y su liberalidad. Cuando el superyó tolera
igual desarrollo del entusiasmo y la disciplina en el individuo, cosa clr del yo la posibilidad de ser impugnado y lo deja librarse de una posi-
la que Brücke fue un ejeJili)lO. Freud, ya predispuesto por su tempr ción donde el yo sería el objeto · de su agresividad destructora, esta
ramento, se formó según ese modelo. Temas románticos tales como lo~ agresividad puede entonces dirigirse hacia las partes del mundo exterior
del joven prodigio y del genio ignorado por la sociedad parecen habr1 sobre las cuales está proyectado el superyó: los tabúes, la estupidez,
subtendido ese episodio de su vida. La Universidad de Viena, una el, los hombres y las ideas establecidas. De ahí, me parece, vino a Freud
las más famosas del mundo, le abrió las puertas de sus laboratorio la necesidad de atacar todo aquello que en la sociedad, en los medios
y las primeras etapas de una carrera en su seno; siendo aún muy jovt•n científicos y en el entorno del individuo, restringe su libertad intelec-
lo envió a perfeccionarse en Trieste, París y Berlín, prefiriéndolo a ~11 tual y la de sus sentimientos.
rivales sobre la base de las promesas que su valor naciente permití:, El segundo factor concierne a las relaciones de la sublimación y la
esperar. Se sintió seguro de que llevaría a cabo una obra. Será Brüch, somatización. En Freud, la pulsión sexual, fuera de su mujer, con quien
Griesinger o Charcot. Ahora bien, después de haberle hecho el regalo la satisface plenamente, está suspendida en cuanto a la meta en rela-
envenenado de la cocaína, trajo a su Universidad, desde la Salpetricn ción con otros objetos, pero no inhibida. Para controlarla no necesita
parisiense, una gran novedad, la de la etiología psíquica de cierto recurrir a la represión neurótica; le basta con representársela e identi-
desórdenes mentales. Aquí el segundo tema sustituye al primero. ] ), ficarla. En tales condiciones, en efecto, la pulsión se vuelve disponible
retorno al país, lejos de ser festejado por los suyos como esperaba, ,·1 no sólo para tareas de sublimación, sino para un tipo particular de
niño prodigio sufre la reprobación mediante la cual la sociedad impri sublimación, a saber: el conocimiento de su funcionamiento como
me su sello en quienes están demasiado adelantados respecto a ella o pulsión. Pero una sublimación semejante, que me gustaría calificar de
demasiado al margen de su marcha: los poetas malditos, los pensadon·a reflexiva, por oposición a las sublimaciones expresivas, que son las más
FREUD HASTA 189}
COMIENZOS DE LA P&\CTICA PRIVADA Bl
80
sistema nervioso ( 18871). Para mantener su reputación científica y
comunes, desde el punto de vista cuantitativo no produce sino una completar sus ingresos, multiplicó las reseñas de obras ( 1887a, b, c, e,
descarg-a parcial e insuficiente de la energía pulsional. Subsiste u n g, h, i, 1889 a), tradujo al alemán (18861) las Nouvelles lefons sur
residuo pulsional bastante notable que no está ligado al pensamiento les maladies du systeme nerveux, particulierement de l'hystérie, de
por el trabajo reflexivo ni por la represión a una sintomatología neu- Charcot, que en francés aparecieron al año siguiente, luego ( 1888-
rótica. El residuo tiende a descargarse en el cuerpo bajo la forma de 1889) una obra más antigua de Bernheim, en Nancy el gran rival de
malestares más o menos hipocondriacos, de fatigas, de trastornos fun- Charcot en materia de hipnosis e histeria: De la suggestion et de ses
cionales, móviles y proteiformes, que nunca afectan de manera muy applications a la thérapeutique, traducción a la que añadió un impor-
duradera un mi3mo órgano. Hemos visto y veremos aún que tal es tante prefacio sobre la controversia entre la escuela de Nancy y la de
precisamente el caso de Freud. París. Redactó cinco artículos ("Afasia", "Cerebro", "Histeria", "In-
fantil ( parálisis - ) " y "Parálisis"), para el H andworterbuch der
gesamten Medizin (Enciclopedia médica) de Villaret (1888b, 1891c).
Comienzos de la práctica privada y fin de las investigaciones neuro- Como en 1887 y 1888 se lo indicó a Fliess, con quien ya comenzó a
lógicas (1886-1891) intercambiar una correspondencia cada vez más continua, su ambi-
ción por entonces era escribir una monografía, quizá un libro de
Al margen de esas secuelas del viaje a París, Freud dedicó el año 1886 síntesis, sobre la anatomía del cerebro. De este proyecto inconcluso,
principalmente a instalarse en su nueva vida. Tenía treinta años. Du- sobrevivencia de una etapa anterior, surgieron varias publicaciones, no
rante todo el mes de marzo, fue a formarse a Berlín como residente en ya de neurología pura, sino de neuropatología; fueron, por lo demás,
la clínica de enfermedades infantiles de Adolf Baginski (18t+3-1913). las últimas contribuciones de Freud en ese dominio. La primera serie.
De retorno a Viena, atendió tres veces por semana en el Instituto la más nutrida, fruto de su trabajo en el Instituto de pediatría de
público de pediatría, que acababa de fundar, y dirigía, el profesor Kassowitz, versó sobre las parálisis infantiles. Comenzó con una gruesa
Marc Kassowitz ( 1842-1913). El día de Pascua, abrió un consultorio monografía, escrita en colaboración con un pediatra, su asistente,
privado en el 5 de Rathausstrasse. Sin esperar a asegurarse una clien amigo y futuro médico de familia Osear Ríe ( que será el amigo Otto
tela suficiente, contrajo matrimonio el 23 de septiembre y aceptó n en el futuro sueño "La inyección a Irma"), sobre la hemiplejía cere-
disgusto (el matrimonio civil válido en Alemania no era reconocido en bral ( 1891a), luego resumida en tres artículos aparecidos en una revista
Austria) una ceremonia religiosa reducida sin embargo a su mínima médica ( 1891a bis). Prosiguió con otra monografía sobre las diplejías
expresión en el domicilio de la señora Bernays, madre de Martha. centrales ( 1893b), resumida en francés a solicitud de Pierre Marie en
Abandonó entonces su primer consultorio y rentó y arregló, para vivi1 la Revue neurologique ( 1893e) y completada por una observación de
con su mujer y para trabajar, un apartamento de cuatro habitaciom·~ dos hermanos afectados por una misma diplejía hereditaria ( 1893d).
en el 8 de Maria Theresienstrasse. Terminó con el estudio de síntomas particulares: hipertonia de las
Los cinco años siguientes fueron consagrados sobre todo a la vida extremidades inferiores asociada con frecuencia a la enuresis nocturna
familiar y al desarrollo de la clientela. Nacieron los primeros niños ( 1893g), perturbación de un nervio de lo alto del muslo que Freud
Fue preciso, en 1891, mudarse al 19 de Berggasse (residencia de la ya había padecido y descrito y a la que Bernhardt, ignorando el tra-
familia Freud hasta la definitiva emigración a Londres en 1938), a ba jo de su predecesor, dio su nombre ( 1895e). Así Freud, neurólogo,
un apartamento situado en el primer piso, que en 1892 fue completa adquirió el hábito de observar en sí mismo ciertas disfunciones y de
do con el alquiler de tres cuartos profesionales, en el entrepiso, qw · ligarlas con sus observaciones de casos. Y así, nuevamente, a medias
daban sobre un pequeño jardín: así, la disposición ele la casa na tal por mala suerte y a medias por insuficiente cuidado en apuntalar
de Freiberg, con su tenderete abajo, su recámara en el primer p is" sus intuiciones y dar a conocer sus resultados, se dejó "soplar" un
y próxima la pradera, fue inconscientemente reconstituida. En 18!1'/ pequeño descubrimiento.
conoció a Fliess. Durante todo este período, Freud ya no llevó a ca La misma consideración se aplica al otro orden de traba jo neuropa-
bo publicaciones originales, excepción hecha de una observación cli tológico al que se entregó simultáneamente y que dio por resultado
hemianopsia en dos niños pequeños, caso desconocido hasta entonC'1· su primer libro, dedicado a Breuer: Zur Auffassung der Aphasien.
( 1888a) y los ya señalados artículos relativos a sus investigaciorn·~ Eine kritische Studie (Sobre la concepción de la afasia. Estudio críti-
anteriores sobre la cocaína ( 1887d) y sobre la estructura elemental d,·I
FREUD HASTA 189'1 TERAPÉUTICA UE LOS HISTÉRICOS MEDIANTE HIPNOSIS 83
82
co) (1891b). Ya dije que allí citaba, verificándola con numerosm menos hosco la reinventará y creerá y hará creer sinceramente que
ejemplos, la muy reciente hipótesis de Jackson sobre la "disolución" es su primer autor. La querella con Meynert, que Freud no dejó de
( disinvolution). Sus dos monografías sobre las parálisis cerebrales in suscitar después de sus trabajos junto a Charcot, no fue puramente
fantiles le valieron notoriedad en los medios médicos de Europa ( du intelectual. Meynert era conocido como "muy excéntrico, muy neu-
rante mucho tiempo serán citadas en las obras especializadas; Nothn:i rótico y gran bebedor" (] I, ing 253 n. 1, fr 254 n. 1). En 1892,
gel, uno de los escasos jefes que no le retiró su apoyo, le pidió retomar mientras yacía en su lecho de muerte, en un último movimiento de
lo esencial de ellas para un tomo de su H andbuch der speziellen Patho honestidad confesó a Freud que él mismo era un caso muy típico
logie und Therapie (Manual de patología y terapéutica especiale.1 de esa histeria masculina cuya existencia había negado tan violenta-
1897a), y durante los tres años siguientes Freud tendrá una columna mente (Td 439, ID 438, IR 372). Mientras Meynert, figura pater-
de análisis bibliográficos en este dominio: 1898c, 1899b, 1900b), míen nal llena de disimulo y de un valor moral dudoso, estuvo vivo, Freud
tras que la obra sobre la afasia fue un fracaso: se vendió con cuent;i reaccionó con una conducta de desafío manifiestamente edípica. Ante
gotas (los ejemplares no vendidos, o sea las cinco séptimas partes d,· su muerte, debió de pensar con una pizca de intensa alegría: non
la edición fueron destruidos por el editor en 1900, y ninguno de lo~ vixit, no vivió ... , tema que reaparecerá en uno de los sueños de su
autores ulteriores, salvo Goldstein en 1910, se refirió a ella). Not·, autoanálisis.
suficiente decir que la explicación "funcionalista" de la afasia q1w De todos modos, en esta segunda mitad del siglo xx, no tenemos
Freud propuso era demasiado _adelantada para su época. Es preciso que deplorar ese fracaso de Freud: hay que romper los antiguos víncu-
reconocer que se sentía inconscientemente atraído por la posición cl1·l los a fin de sentirse disponible para contraer otros nuevos. Quizá la
poeta maldito, del genio ignorado, del profeta rechazado por los suyos, vocecita del demonio interior que en 1895 Freud, cada vez más, se
al que no se hará justicia sino después de muerto. De ahí el tono de~ complace en escuchar, lo haya empujado hacia esta salida. Con el
piadado de su Estudio crítico -subtítulo del libro sobre la afasia libro sobre la afasia, jugó en cierto modo a todo o nada, poniendo
para los científicos reconocidos y contra la idea universalmente admi al ambiente científico contemporáneo entre la espada y la pared. Si
tida de la localización, según la cual cada forma de afasia correspo11 hubiese ganado, habría proseguido su carrera científica en neuropa-
día a una lesión en un centro cerebral diferente. Freud hizo añico~ tología, sin duda brillando siempre más. Pero como perdió, lo que tal
la teoría reinante de Wernicke-Lichtheim. Sin duda experimentó u11;1 vez deseaba secretamente, se sintió liberado y pudo cambiar de orien-
áspera delectación al escribir que el análisis histológico demostral,a tación. Jones piensa que la nota necrológica sobre Charcot ( 1893[)
la inanidad de la teoría de la "proyección", cara a Meynert, el vic jo representó un doble adiós: al maestro antes de haber tenido que re-
maestro del que había renegado (la corteza contendría la proyección negar de él y a la disciplina que tal maestro había ilustrado y reno-
topográfica de las diversas partes del cuerpo) : "Dentro de alguna vado (] I, ing 240, fr 241). Así el joven, al madurar, deja de tener
semanas --escribió a Fliess-- tendré el placer de hacerle llegar 1111 deseos -y necesidad- de imitar modelos: si quiere crear, a partir
artículo sobre la afasia que he redactado con bastante entusiasm o. E11 de ahora debe hacerlo desde su propio fondo, a riesgo de no sacar
él me muestrb muy audaz al cruzar mi espada con su amigo Wr1 nada de él. Revisión desgarradora, ruptura laboriosa, grave apuesta:
nicke y también con Lichtheim y Grashey. Incluso he llegado a a,., empujado por la necesidad interior, hacia ello se encamina Freud.
ñar al sacrosanto pontífice Meynert" (F, 2 de mayo de 1891, al 70
71, ing 61, fr 56). Las opiniones revolucionarias, necesarias por lo
demás para el progreso científico, nunca contribuyeron a éste cuando
en lugar de probar serenamente su fecundidad, se proclamó con apa 5. FREUD Y BREUER
sionada intransigencia su carácter revolucionario. Entonces ocurre !1J
que ocurrió a Freud: la revolución gira en redondo en un vaso dr La terapéutica de los histéricos mediante hipnosis (1889-1893) 18
cientes y producen trastornos corporales en la histeria y debilitamien- la théorie des attaques hystériques ( 1940d), fue, sobre esa base, es-
to de la voluntad en la neurastenia. Pero continuó haciendo suya la crito en común con Breuer, quien también aporta su lote de nociones
afirmación según la cual los síntomas neuróticos nacen de una pre- nuevas: la "escisión de la consciencia", el "retorno del recuerdo"
disposición particular. Para Charcot, esa predisposición era orgáni- (el ataque histérico es el retorno del recuerdo del traumatismo psí-
ca; consistía en la degeneración neurológica observada en las familias quico), el carácter "inconsciente" del recuerdo en el estado de con-
neuropáticas. Para Janet, era psíquica: debilidad innata de la capa- dición segunda, la idea de que la represión ( el proceso está descrito
cidad de síntesis y estrechez del campo de la consciencia. En la misma pero no denominado así todavía ) es responsable del rechazo de cier-
época ( 1892-1893), Breuer elaboró la noción, expuesta en el capítulo tas ideas en el segundo estado de consciencia. El principio de cons-
m de Estudios sobre la histeria, de "estado hipnoide", a la que Freud tancia es formulado; a partir del mismo, la salud es definida como
se adhirió de inmediato: es un vacío de la consciencia, análogo al que consistente en "repartir según vías asociativas todo crecimiento sen-
artificialmente crea la hipnosis, en el cual una representación cual- sible de la suma de excitación o en descargarla en una reacción mo-
quiera puede imponerse sin encontrar resistencia; ese "estado crepus- triz apropiada" ( GW XVII 9-13, SE I 151-154). En esos tres textos,
cular" es favorecido por los sentimientos amorosos, por los cuidados pues, se encuentra más o menos definitivamente constituido el punto
que se dan a un enfermo querido; se desencadena ya a continuación de vista que Freud denominará más adelante "económico". La no-
de una viva emoción de espanto, ya por la transformación de un en- ción de "carga", que señalé a propósito de la señora Emmy von
sueño diurno en autohipnosis. N ... , se vincula al mismo y probablemente fue inventada en ese
Freud quiso decidir a Breuer a preparar una publicación común, momento.
que llegará a ser la Comunicación preliminar ( 1893a). El 28 de junio Esa decisión de una publicación común deriva quizá de un aconte-
de 1892, le escribió a Fliess que acababa de obtener la conformidad de cimiento importante que Chertok ( 1968 y 1973) sitúa un poco antes
Breuer. Con ese propósito envió entonces a Breuer tres textos cortos de junio de 1892, fecha en que Freud se lo comunica a Breuer: una
publicados póstumamente. La carta del 29 de junio de 1892 ( 1941a) paciente -una enfermera- abrazó a Freud durante una sesión de
enuncia "el teorema de la constancia de la suma de excitación", emit(' hipnosis, lo que terminó de imponerle la evidencia de una etiología
la idea de que el síntoma resulta del "desplazamiento" de las sumas sexual de las neurosis, descubrimiento que, según Jones (J I, ing 298,
ele excitación que no han podido ser liberadas y propone la "fórmula fr 299), provocó en Freud "un gran choque", y que lleva la marca de
patológica de la histeria: ... la magnitud de la suma de excitación, lo que desde entonces serán los futuros descubrimientos freudianos: a
la noción de traumatismo (Trauma), el segundo estado de conscien la vez subjetivamente experimentados y objetivamente formulados.
cia"; esta última idea es directamente precursora de la noción psico- Un último progreso, durante esta época, estuvo referido a la técni-
analítica de inconsciente ( GW XVII 5-6, SE I 147-148). La nota ca. La repetida sugestión bajo hipnosis fatigó a Freud por su monoto-
111 ( 1941 b) añadía precisiones: en la histeria, "el contenido de la nía y escasa eficacia. Además, se preguntó qué coherencia guardaba
consciencia puede estar con facilidad temporalmente disociado y cier esa técnica con la teoría del funcionamiento psíquico que estaba ela-
tos complejos de ideas que no están articulados con él asociativa borando. En 1892 respondió, al fin, negativamente , en una nota aña-
mente huyen aparte sin dificultades"; el "estado hipnoide" predispo- dida a su segunda traducción de una obra de Charcot: "Ni el médico
ne a provocar una "condición segunda", análoga al sueño; pero la ni el enfermo son capaces de tolerar indefinidamente la contradicción
vida sexual puede aportar incluso a personas no predispuestas el con- que existe entre la negación rotunda del trastorno en la sugestión y
tenido de traumatismos susceptibles de producir en ellos esa disocia su aceptación necesaria fuera de la misma 1' ( 1892-1893a, 286n. SE
ción ( admiremos, de paso, el hábil equilibrio que Freud intenta es- I 141). Entonces, en el otoño de 1892, aceptó tratar a Elisabeth von
tablecer entre la teoría breueriana del estado hipnoide y su propia R ( itter) por una abasia aunque ella se hubiera mostrado refractaria
teoría de la etiología sexual de las neurosis) ; por último, para poncl' a la hipnosis. Recordó que Bernheim sostenía que lo revivido en el
un término a la disociación y a sus efectos patógenos, debe proceder sueño artificial sólo era olvidado en apariencia y que insistiendo enér-
se, o bien a "revivir el traumatismo en estado de sonambulismo, cou gicamente el médico podía hacerlo resurgir en el estado de vigilia.
<lucirlo a su abreacción y corregirlo, o bien llevarlo a la consciencia Freud inventó entonces la técnica de la concentración mental. La
normal bajo hipnosis relativamente ligera" ( GW XVII 17-18, SE l. enferma estaba acostada como en la hipnosis pero ya no conservaba
149-150 ) . El manuscrito, cuya traducción francesa del título es Sw los ojos abiertos; ahora, "se ruega cerrar los ojos", como lo fijará a
TERAPÉUTICA VE LOS HISTÉRICOS MEDIANTE HIPNOSIS 93
92 FREUD HASTA 1895
1909a) identificará Freud "zona histerógena" con "zona erógena" y
manera de cartel un sueño ulterior de Freud: este doble dispositivo verá en el ataque histérico un equivalente del coito. No obstante, el
será conservado durante el período del autoanálisis sistemático; ha- alcance de esa comprobación permaneció limitado por dos razones:
brá que esperar hasta 1904 para que sea suprimida la obligación de Freud negó la existencia de un vínculo simbólico entre la abasia y la
mantener los ojos cerrados, mientras que la primera (la posición ex- atracción de la joven por su cuñado; pensó que era una pura asocia-
tendida) subsistirá ( 1904a). Freud invitó a su enferma a concentrar- ción por contigüidad; además, la emoción sexual patógena dependía
se sucesivamente en cada síntoma y a rememorar todo lo que pudie ra a sus ojos de la sexualidad adulta solamente. También advirtió que
ser relativo a su origen: es el método del "análisis psíquico", que el trabajo de análisis psíquico no progresa sino cuando el síntoma "se
en 1895 Freud está a punto de trasponer del síntoma :11sueño para el une a la conversación" durante las sesiones mismas ( 1895d, GW I
análisis sucesivo de cada fragmento de éste. Si la paciente conserva- 212, SE II 148, fr 117). Este caso confirmó a Freud la evidencia que
ba la mente vacía, Freud, reiterando su pregunta, practicaba por lo el beso de la enfermera le había hecho presentir: el 18 de diciembre
general con éxito la imposición de una mano sobre su frente, proce- de 1892, en una carta a Flicss, alude por vez primera a la idea de una
dimiento que utilizó hasta 1896. Gracias a esta técnica y a este mé- etiología sexual de las neurosis.
todo,23 Freud pudo, en seis meses, sacar a la luz el hilo de toda la his- Simultáneamente, durante nueve semanas, a fines de 1892 y comien-
toria de Elisabeth, el "hilo rojo", para retomar el título de la obra
24 zos de 1893, atendió a una señorita de treinta años, Miss Lucy R ... ,
de teatro que llevará este caso a la escena. Tal hilo era el amor
gobernanta inglesa radicada en Viena, quien había perdido el olfato
reprimido y culpabilizado que esta joven de veinticuatro años sentÍ:l
después de un catarro nasal purul ento . Este caso, cuya observación
por el marido de una de sus hermanas y la loca esperanza de casars('
insertó luego en Estudios sobre la histeria, le permitió cumplir un pro-
con él cuando aquélla murió, durante su segunda preñez, de una cri-
greso teórico importante. En efecto, Frrud presintió mecanismos esen-
sis cardíaca, causa por la que también murió su padre algunos años
antes. La contracción en el muslo derecho sobrevino mientras cuida- ciales que en seguida pudo describir con claridad y denominar defi-
ba a su padre enfermo. La extensión del dolor a la pierna izquierda nitivamente al redactar sus comentarios: por una parte, la "represión"
( Verdrangung ) voluntaria por parte de la gobernanta de su amor
se produjo después de un delicioso paseo a solas con ese cuñado, d u-
. rante la enfermedad de su hermana. Freud, por primera vez, cayó Cll secreto hacia su patrón, ya viudo, represión que sobrevino cuando
la cuenta de que la representación patógena era de naturaleza "eró. manifestaciones de violencia del mismo le probaron que no la amaba;
tica": "La representación erótica fue rechazada fuera de la asori:1 por otra parte, la "conversión somática" de la idea inaceptable y re-
ción y el afecto que se hallaba mezclado a ella sirvió para aumenta , primida. Freud, corno en el caso precedente, a causa de la resistencia
o reanimar un dolor físico presente en ese momento" ( 1895d, GW 1 de la enferma se conformó con una hipnosis ligera y utilizó con éxito
210, SE II 146, fr 116). Esto llevó a Freud a ampliar la noción d,· la técnica de la concentración mental. Los efectos que obtuvo, por lo
"zona histerógena" que Charcot definía como una zona dolorosa cuya demás, le confirmaron la corrección del postulado sobre el que reposaba
estimulación podía provocar el ataque histérico. Ahora bien, cuan do esa técnica: "-Pero, puesto que usted sabe que arna al director, ¿por
se estimulaba la zona dolorosa de su muslo, "ella lanzaba gritos q1w qué no me lo dijo? -Lo ignoraba, o más bien no quería saberlo,
parecían provocados por cosquilleos voluptuosos" ( GW I 198, SE 11 quería sacármelo de la mente, no pensar nunca jamás en ello, y creo
137, fr 108). Además, la enferma acabó por recordar el motivo de J.1 que lo logré en estos últimos tiempos" ( 1895d, GW I 175, SE II 117,
conversión: "Era precisamente el lugar donde, cada mañana, po 11Íil fr 91). Y Freud comenta en una nota al pie: "Nunca he dispuesto de
su padre la pierna, muy hinchada, c.uando ella le cambiaba el ven da otra y mejor observación de ese singular estado en que el sujeto todo
je" (GW I 211-212, SE II 148, fr 117). Sólo más adelante (1901i/, lo sabe sin saberlo." También en este caso atribuye la etiología del
síntoma histérico a una emoción de la sexualidad adulta.
23 Aunque haya establecido esta técnica y método a propósito de Elisabl' th El último de los cuatro grandes casos que, junto al de Emmy von
von R ... , fue en la observación de Miss Lucy R ... donde los expuso ( 189',tl, N ... , de Elisabeth von R ... y de Lucy R ... , refirió Freud en Estu-
GW I 165-171, SE II 107-112, fr. 84-87). dios sobre la histeria ( 1895d), el de Katharina, fue igualmente fecundo
u Le fil rouge, pieza en tres actos de Henry Denker, adaptación fran<i-•11 en cuanto al método y la teoría. Freud encontró a Katharina en vaca-
de Pol Quentin, representada en París en la primavera de 1963. De la olir ,1
se hizo una película que lleva el mismo título. El actor Curd Jurgens in tr1 cionc, , tal vez también en 1892 (E 487), tal vez durante el verano de
pretaba el papel de Freud tanto en la obra de teatro como en el film.
94- FREUD HASTA 1895
TERAPÉUTICA DE LOS HISTÉRICOS MEDIANTE HIPNOSIS
!)!'i
25
1894, el año es incierto: hija del dueño de un albergue, cuando
frente a las relaciones sexuales. También le pareció ejemplar en lo que
conoció su condición de médico le solicitó una conversación. Se quejó
atañe al simbolismo del síntoma. "Con frecuencia habíamos comparado
de respirar con dificultad y de tener miedo de asfixiarse. En una sola
la sintomatología histérica con una escritura pictográfica 26 que el des-
entrevista, sin hipnosis ni imposición de mano, recordó las dos escenas
cubrimiento de ciertos escritos bilingües nos permitía descifrar. En
que fueron patógenas para ella: la observación, cuando tenía dieciséis
años, de relaciones sexuales entre su padre y su hermana; las insinua- ese alfabeto , vómito equivale a repugnancia" ( 1895d, GW I 189, SE
ciones de su padre con ella misma cuando tenía trece años, insinua II 129, fr 101). Destaco al pasar un pequeño error: fue gracias a
ciones · cuyo sentido sexual no comprendió en el momento. Tal com- inscripciones trilingües ( no bilingües) como pudieron ser descifradas
las escrituras cuneiformes y los jeroglíficos ( cf. p. 233). Pero en el
prensión, que sobrevino después, al observar las relaciones de su padre
y su hermana, provocó su primer malestar con sensación de ahogo. En momento de publicar el caso -¿ porque lo incomodaba personalmente?
efecto, su padre, beodo, se acostó una vez sobre ella, que dormía: ¿por incitación de Breuer?-, Freud suprimió la indicación del papel
despertó con la impresión de estar asfixiándose, y sintió el contacto del desempeñado por el padre y atribuyó a un tío la seducción de Katha.
pene erecto a través de las ropas. Freud, a quien esta única sesión le rina. Restableció la verdad en una nota de 1924 ( 1895d, GW 195
pareció bastar para la sedación de los síntomas, se vio definitivamente n. 1, SE II 134 n. 2, fr 106 n. 1). En 1895, Freud admite el incesto
animado a sostener, contra la enseñanza de Charcot, las dos afirma- en forma de actos entre tío y sobrina o en forma de pensamientos entre
ciones siguientes: la histeria puede sobrevenir sin disposición heredi- hermana y cuñado (Elisabeth von R. .. ) ; se resiste a reconocer la
taria (lo escribió de inmediato en una nota agregada a su traducción, existencia de intenciones incestuosas de padres respecto a sus hijas.
que terminaba en ese mismo momento, de las Polycliniques del maes- Por supuesto, todavía no alienta la menor sospecha acerca de la exis-
tro, 1892-1893a, 223n., SE I 139) ; el factor patógeno tampoco es el tencia de tales deseos en las propias niñas. Cuando en nuestros días
traumatismo inicial, sino el recuerdo del mismo, idea igualmente afir- se releen las observaciones contenidas en Estudios sobre la histeria,
mada en una nota al píe en dicha traducción ( 1892-1893a, 107n., SE llama la atención su evidente carácter edípico y se llega hasta el asom-
I 137-138). Freud dio así la primera descripción de los fenómenos bro: ¿ cómo pudo Freud permanecer ciego frente a lo que estaba
posteriores ( el acontecimiento traumatizante, a menudo de apariencin viendo? Pero sucede que nosotros conocemos la continuación de la
trivial, es patógeno únicamente si se encuentra asociado a una realidad historia, mientras que Freud, en 1895, todavía tiene que inventarla.
psíquica anterior que no había sido traumatizan te en su momento) y Describo su situación en los términos de la teoría que está a punto de
regresivos ( el neurótico reacciona a una situación relativamente tardía elaborar: no reprime más en su inconsciente la percepción de la exis-
según un esquema que se constituyó en él con anterioridad). También tencia de deseos incestuosos de naturaleza edípica en los histéricos
se vio llevado a situar el traumatismo sexual en los alrededores de la (represión que Breuer continúa ejerciendo); esa percepción franquea
pubertad. Además, advirtió que el traumatismo no consistía en u11;1 la primera censura al precio de una alteración ( el deseo reside en el
simple idea erótica, sino en un acto sexual o en su tentativa, ejercido adulto, no en el niño) y a partir de entonces está presente en su
por un adulto sobre una preadolescente. La sexualidad resulta de esta preconsciente y gobierna, sin que Freud se haga cargo, la compilación
manera responsable de trastornos psíquicos incluso en personas vírgc de su material clínico; pero su reconocimiento y rectificación por la
nes. Este caso le pareció a Freud un buen ejemplo del "miedo virginal" consciencia, condiciones necesarias para conceptualizarla e insertarla
en la teoría, permanecen bloqueados por la segunda censura . La intui-
25 Según Jones (J I, ing 365-366, fr. 366), en 1892 y 1893 Freud sólu
ción está ahí, pero aguardando, con muchas otras, en la "antesala":
tomó breves vacaciones en Austria; en cambio viajó mucho, en especial hast,, metáfora que varias veces reaparecerá en sus sueños.
los confines de los Alpes italianos, durante el verano de 1894. Ahora bie11,
fue en una zona montañosa donde encontró a Katharina, cuya conversación e~ La historia se repitió en el caso de la señorita Rosalie H ... , alumna
taba esmaltada de formas dialectales italianas y cuyo verdadero nombre, disimu de canto de veintitrés años de edad, que padecía de contracciones en
lado por el seudónimo, pareciera en efecto haber sido italiano. Freud, juzgán la garganta .al emitir ciertos sonidos (1895d, GW I 237-241, SE II
dolo más interesante, habría reemplazado con este caso algún otro, puesto que ;i)
parecer ya había redactado sus cuatro historias de enfermas antes del verano 26
de 1894 ( cf. carta a Fliess del 22 de junio de 1894). El seudónimo Kathari11., La traducción francesa publicada habla de "jeroglíficos", error que se
no deja de recordar el caso de la célebre "santa" Anna Katharina Emmerid,, reencuentra en la p. 241 de la traducción francesa de Die Traumdeutung;
quien revivía la Pasión (cf . más adelante, pp. 113-114) Freud
(cf. p. no se servirá de la comparación con jeroglíficos sino a partir de 1909
366).
96 FREUD HASTA 1895 TERAPÉUTICA DE LOS HISTÉRICOS MEDIANTE HIPNOSIS 97
sufrimiento moral relativos a un hecho personal penoso. En contra- fisiología germánica, pareciera pertenecer a Breuer, mientras que la de
punto con estos aportes propios de Freud, el artículo reafirmó dos efecto catártico aparece como doblemente freudiana, porque considera
opiniones caras a Breuer: una, restringe la psicoterapia de la histeria al conflicto psíquico como un drama personal análogo al que pone en
a los síntomas únicamente (las causas profundas de esa afección si- escena un dramaturgo o novelista, y a su tratamiento como una libe-
guen siendo inaccesibles) ; la otra afirma que el traumatismo patógeno ración, de tipo jacksoniano, de antiguas emociones bloqueadas en for-
de la histeria se produce durante un "estado hipnoide", es decir, de maciones neuropsíquicas inferiores a causa del hipercontrol ejercido
profunda ensoñación diurna. No obstante, en el capítulo final de Es- por las formaciones neuropsíquicas superiores. Una prueba complemen-
tudios sobre la histeria, redactado un año y medio más tarde ( 1895d), taria de estas hipótesis fue suministrada por Juan Dahna ( 1963):
Freud emitió la idea restrictiva de que un acto de represión prece- Jacob Bernays, uno de los tíos de Martha, ya mencionado, publicó en
dería siempre a dicho estado. Sólo la ruptura completa con Breuer alemán, en 1880, Dos ensayos sobre la teoría aristotélica de la tragedia,
le permitirá abandonar, a partir de 1896, el estorbo de la noción de obra que Freud no podía ignorar puesto que después de su aparición
"estado hipnoide", que calificará, al redactar en 1901 la observación la catarsis se convirtió en un tema de discusión entre los estudiantes y
de Dora, de "superflua y falaz" ( 1905e, GW V 185 n. 1, SE VII 27 de conversación en los salones: Ellenberger (E 484) incluso supone
n. 1, fr Cinq psychanalyses, 17 n. 1), y también afirmar, en el otoño de que Anna O ... tomó esa palabra de moda como divisa de su cura,
1895, su capacidad de curar no sólo los síntomas de la histeria, sino "cura desafortunada que llegará a ser para la posteridad, por una
la predisposición a ésta (F, 16 oct. de 1895, al 138, ing 128, fr 113). ironía de la suerte, el prototipo de un tratamiento catártico".
En lo que concierne a la eficacia de la "cura por la palabra", La Comunicación preliminar fue muy bien acogida -lo que ya
Breuer y Freud insistieron (siempre en la Comunicación preliminar, no se reproducirá con las siguientes publicaciones psicoanalíticas de
1893a) en el hecho de que la reviviscencia del recuerdo traumatizante Freud-, y ello lo animó a continuar. Janet, entre otros, escribió una
únicamente es curativa si es emocional y no sólo intelectual; así, el reseña larga y elogiosa (Freud se lo informó a Fliess el 10 de julio
"efecto catártico" reside en una "abreacción afectiva" ( ambas expre- de 1893) que luego incluyó como capítulo final de su libro de 1894,
siones aparecen allí por primera vez), es decir, en una descarga del L'état mental des histériques. 28
exceso de excitación que había subsistido en el enfermo, en forma po- En 1893, la reputación de Freud era lo bastante grande como para
tencial, a partir del acontecimiento traumático. Era ésta una concep- que apareciera una noticia sobre él en Das geistige Wien (La Viena
ción económica del poder de la cura en perfecto acuerdo con los prin- del espíritu), especie de Who's who local.
cipios de la escuela de Helmholtz.
¿ De dónde procede la invención de los neologismos "efecto catárti-
co" y "método catártico"? La cosa fue evidentemente descubierta por Nuevas concepciones psicopatológicas de Freud (1893-1895)
Breuer durante el tratamiento de Anna O ... , aunque probablemente
ella le propu~iera la palabra y aunque él no haya medido la impor- Redactada la Comunicación preliminar, Freud reanudó su marcha
tancia de su descubrimiento y no haya adquirido una confianza en hacia adelante. Hay que subrayar ese rasgo que parece pertenecer sólo
su método como para aplicarlo a otros casos sino gracias a las repe- a los genios: progresa tan velozmente que ninguno de sus maestros de
tidas discusiones con Freud y a una práctica común. Es propio de otrora, ninguno de sus actuales colaboradores y ninguno de sus futuros
Freúd extraer nociones científicas de la tragedia griega antigua. Así discípulos consiguió evolucionar a su ritmo: igualmente, en las rudas
lo hará en 1897 cuando tenga que denominar un fenómeno descubierto excursiones cotidianas a las que consagra la parte viajera de sus vaca-
esta vez por él solo: de Sófocles derivará la noción psicopatológica de ciones, un pariente, un amigo lo acompaña un día, algunos días, y
"mito de Edipo". Como es sabido, fue Aristóteles quien utilizó el sus-
tantivo catarsis ("purificación", "liberación"; Racine lo tradujo como 28 Hasta 1895, Freud y Janet se citan mutuamente con elogios. Las rela-
"purgación") para dar cuenta del efecto ejercido en el espectador por ciones se enfrían con la aparición de Estudios sob_re la histeria, donde Breue:r
la tragedia: "La tragedia es la imitación de una acción virtuosa y ataca vigorosamente la teoría de Janet que hace de la "debilidad psicológica"
la predisposición para la histeria. Más tarde, J anet no soportará ni el sexua-
consumada que, por medio del temor y de la compasión, suscita la lismo ni la notoriedad de Freud, y en 1913 comenzará a atacar abiertamente
purificación de tales pasiones" ( Poética, 1449b, 27). La noción de el psicoanálisis, afirmando, en especial, que había utilizado antes que Freud
abreacción, estrictamente fiel al punto de vista económico de la neuro- el método catártico ( cf. la n. 2 de la SE II p . XII).
FREUD HASTA 1895 NUEVAS CONCEPCIONES PSICOPATOLÓGICAS DE FREUD 101
100
durante la concentración mental y que consistían generalmente en un
finalmente agotado, lo deja. Al escribir este libro, experimenté con
acuidad la dificultad de seguirlo, de captarlo en la diversidad de su pavor, seguido por una represión brutal, luego por la aparición de
diversos síntomas: emociones de adolescentes de uno u otro sexo
formación, en la extensión de su cultura, en la riqueza de su experien-
ante una escena sexual vista u oída, 29 emociones de adultos frente a
cia clínica y sobre todo en la prodigiosa rapidez y en la soberana
una solicitación sexual, una tentación sexual, un fracaso sexual. Este
exactitud conque lee, recuerda, asimila, establece relaciones o efectúa
último caso fue el del señor K ... , quien desarrolló una neurosis de
síntesis, conceptualiza, redacta y se renueva. Un hombre.semejante, por
angustia después de haber fracasado en la seducción de la joven de la
trivial que sea el resto de su existencia, en este dominio es temible-
mente fatigoso. Solamente algunos otros genios de su época -Nietzs- que estaba enamorado (F ms. F, 18 de ago. de 1894, al 106, ing 96,
fr 87). Cada vez más, el neurótico apareció a Freud como caracteri-
che, Marx, Einstein- y, más cerca de nosotros, un André Malraux,
zado por el hecho de que no tiene una vida sexual feliz; la satisfacción
parecen haber poseído en un grado tan elevado semejante conjunto
sexual, obtenida sin demasiadas molestias prácticas con un copartícipe
de cualidades de pensamiento y de expresión.
agradable es una condición de la dicha de vivir. Semejante idea, en
Mientras Freud redactaba los trabajos precitados, su mente -du-
oposición a los tabúes de su época y a casi todas las ideologías que
rante los años 1893 y 1894, según da fe su correspondencia con
reinaban, pareció inquietante a la mayoría de los colegas con quienes
Fliess- se hallaba ocupada por dos ideas ascendentes. Primera idea:
se confió y hasta a los enfermos que de él recibían el consejo de buscar
el "traumatismo" o más bien el "conflicto de defensa" como comienza
una vida sexual satisfactoria. Por ejemplo, Irma, una joven amiga suya
ya a decir (F, 21 de mayo de 1894, al 95, ing 85, fr 77) que está en
a la que una casta viudez produjo síntomas histéricos, en julio de 1895
el origen de la histeria, concierne a la sexualidad. Segunda idea: lo
interrumpió su cura por análisis psíquico a causa de su rechazo a esa
que es cierto en la histeria (la represión, la reminiscencia, la angustia,
"solución" de sus trastornos que es verosímil que él le haya indicado.
la dificultad de descarga, el choque sexual) debe de serlo, con ade-
Para Freud, la continencia prolongada no es ni natural ni sana, y sólo
cuadas trasposiciones, en las demás enfermedades nerviosas. En Con-
constituyen transitorios "peor es nada" la masturbación, el uso de
tribución a la historia del movimiento psicoanalítico ( 1914d), dirá
preservativos masculinos, las prácticas que se detienen antes del orgas-
haberse acordado entonces de tres conversaciones de pasillo que lo
mo de los dos miembros de la pareja y el recurso a las prostitutas. A
animaron a identificar como sexual lo que le parecía serlo cada vez
principios de 1893, escribe a Fliess una proposición que posee respecto
más manifiestamente: mientras somos los únicos en ver lo que vemos,
a su época una antelación de cincuenta años y que habría provocado
tememos haber visto mal, ser víctimas de una creencia subjetiva.
escándalo si hubiese sido divulgada: "El otro sistema consistiría en
Breuer, hacia 1881-1882 --cosa que negó luego- dijo a Freud, a
autorizar libres relaciones entre los jóvenes de buena familia, pero ello
propósito del comportamiento neurótico de un enfermo, que cosas tales
no podría advenir sin que se dispusiese de métodos anticonceptivos
siempre estaban en relación con el "lecho conyugal"; incluso utilizó la
inofensivos. Nos hallamos así frente a la siguiente alternativa: mas-
expresión francesa secrets d'alcove, secretos de alcoba, pues en esa
turbación con neurastenia en los hombres e histeroneurastenia en las
época los franceses gozaban del privilegio de pasar por individuos in-
mujeres o bien sífilis en los hombres con herencia luética para la gene-
clinados no sólo a practicarlos sino a discurrir sobre tales secretos.
ración siguiente o también gonorrea en los hombres y gonorrea y este-
En París, durante el invierno de 1885-1886, oyó que Charcot confiaba
rilidad en las mujeres" (F, ms. B, 8 de feb. de 1893, al 81, ing 72,
a un asistente que ciertos trastornos neuróticos eran siempre imputa-
fr 65-66).
bles a la "cosa genital". En 1886, por último, el gran ginecólogo vienés
Chrobak ( 1843-1910) , al confiarle una enferma que sufría de angus- Con tales textos doblan las campanas por una distinción que se
tia y cuyo marido era totalmente impotente, añadió en latín -decla- había impuesto progresivamente desde dos o tres siglos antes a la
ración que también negó más tarde- que el único remedio consistiría
2
en "dosis repetidas de pene normal" (1914d, GW X 51-53, SE XIV 9 "Creo haber comprendido la neurosis de angustia de algunas jóvenes que
13-15, fr 77-79). Lógico consigo mismo, a diferencia de esos maestros uno debe considerar vírgenes y a quienes no se podría atribuir ningún abuso
sexual. He analizado dos casos de este género, donde se notaba una terrible
tan rápidos para retractarse, Freud comenzó a introducir en la anam- aprensión a la sexualidad, con cosas, en segundo plano, que habían visto u
nesis de los pacientes que iban a consultarlo algunas preguntas sobre oído y comprendido a medias, por lo tanto una etiología puramente emocio-
su vida sexual desde la pubertad. Tornóse cada vez más atento a la nal, pero siempre de naturaleza sexual" (F, 30 de mayo de 1893, al 82-83,
naturaleza de las emociones intensas que resurgían bajo hipnosis o ing 73, fr 87).
102 FREUD HASTA 1895 NUEVAS CONCEPCIONES PSICOPATOLÓGICAS DE FREUD 103
cultura europea, fascinada por las virtudes y las ilusiones del indivi- 1893) desarrollaron esos temas y vislumbraron que la tensión no des-
dualismo, la distinción entre la vida pública y el mundo privado. Con cargada en el coito se transforma en angustia.
Freud, el hombre ya no es más definido por lo que hace, y eso es la El 16 de agosto de 1893, muere Jean-Martin Charcot; Freud, como
desmistificación del culto de los héroes, alimentado por la historia ya se dijo (p. 83), le consagra un artículo necrológico ( 1893b) lleno
política y militar y por las morales de la acción. El hombre deja de admiración por el genio, la gloria y la influencia del maestro, pero
igualmente de ser definido por lo que piensa o cree, pues pensamiento que concluye con una crítica de la hipótesis de "familia neurópata"
y creencia no son sino la parte visible de un iceberg; el análisis psíquico ( Charcot concebía la predisposición a la histeria como una degenera-
muestra que el peso de nuestras ideas, cuando lo tienen, proviene de un ción nerviosa congénita) : adiós que es también una manera de tomar
basamento enorme, inadvertido y en perpetuo movimiento, y esto es la un camino propio.
desmistificación de las religiones, de las filosofías. El hombre es El artículo aparecido en mayo de 1894, Die Abwehr-Neuropsychosen
aprehendido por Freud ahí mismo donde se escapa, es descubierto en (Las psiconeurosis de defensa, 1894a), presentó una teoría general
lo que esconde (lo que esconde a los demás no siempre coincide de las neurosis clasificándolas según tres mecanismos de defensa : ªº
con lo que se oculta a sí mismo) ; es cercado en lo que niega y a la vez conversión del afecto en la histeria de conversión, desplazamiento del
expresa mediante desvíos, digresiones, disfraces; el hombre debe ser afecto en las obsesiones ( idea retomada aparte en un artículo en fran-
encontrado en lo que exterioriza cuando no puede interiorizarlo y en cés, "Obsessions et phobies" ( 1895c), aparecido en la Revue neurolo-
lo que interioriza cuando no puede exteriorizarlo El muro de la vida gique), trasformaciones del afecto en las neurosis de angustia y la
privada, en lugar de proteger la dicha, lo que hubiera sido (y es) su melancolía. Igualmente distingue, según la patogenia, la histeria "hip-
única justificación, es denunciado en su utilización como Bastilla psí- noide" ( en homenaje a Breuer, pero debida al ver de Freud no tanto
quica, como prisión de sufrimientos. La falsedad de las opiniones sim- a un estado crepuscular como a un exceso de fatiga) de la histeria
plistas entre lo interno y lo externo, entre el individuo y lo social, entre "de retención" (en la cual la abreacción es imposible por razones
el cuerpo y el espíritu, entre el pensamiento y la acción, es sacada a sociales) y de la histeria "de defensa", aporte propio de Freud ( en
plena luz. En 1895, Freud se halla en la etapa de una teoría de la la cual la abreacción es imposible a causa de una defensa del sujeto).
simbolización restringida: el hombre, para él, es un aparato productor únicamente sobrevivirá esta tercera categoría -después de la des-
de síntomas. Algún tiempo más, y podrá afirmar, lo que en cierto aparición de la segunda y, por último, de la primera. Una carta a
sentido es lo mismo, que el hombre es un aparato productor de sueños, Fliess del 21 de mayo de 1894 (F al 95-96, ing 84-85, fr 76-78) com-
de recuerdos encubridores, de rasgos de ingenio, de humor; esto es lo pletó esas clasificaciones tomando en consideración cuatro categorías
que me gustaría llamar su teoría de la simbolización generalizada. etiológicas: la "degeneración inn!=lta", la "senilidad" o degeneración
Para pasar de una a otra, necesitó realizar su autoanálisis. que sobreviene en la vejez, el "conflicto" o defensa adquirida contra
Las consideraciones generales que acabo de esbozar no sólo están en la sexualidad, finalmente la "conflagración" o traumatismo grave no
relación con los progresos efectuados por Freud en su reconocimiento sexual. Las dos primeras etiologías constituyeron un acto de vasallaje
de la sexualidad como fenómeno psíquico fundamental, sino también a la teoría dominante en la época; la última es una idea en el aire
en la extensión al campo entero de las neurosis de los problemas que la que nunca será retomada; el porvenir científico de Freud reside en el
histeria lo llevó a plantearse. desarrollo que aún debe dar a la tercera.
El manuscrito A, enviado a Fliess en los últimos días de 1892 o los El manuscrito D, seguramente contemporáneo de esa carta, se pro-
primeros de 1893, registra las siguientes preguntas: ¿ Qué lazo de puso unificar la explicación de las diversas neurosi& a partir del prin-
causa a efecto hay entre las prácticas sexuales "anormales" ( onanismo, cipio fechneriano de constancia.
masturbación precoz por parte de las niñeras) o incompletas ( coitus
reservatus --o sea con preservativos-, impotencia, frigidez) y las El manuscrito E, sin duda de junio de 1894, precisó que en la neu-
neurosis de angustia? El mismo manuscrito esboza en respuesta algunas rosis de angustia es una acumulación de tensión sexual física, y en la
"tesis", por ejemplo: "No existe neurastenia ni neurosis análogas sin histeria una acumulación de tensión sexual psíquica, la que se des-
perturbaciones de la función sexual"; o también: "La neurosis de
angustia emana en parte de una inhibición de la función sexual." ªº El capitulo v de la obra de Andersson ( 1962) está consagrado a la intro-
ducción, por parte de Freud, de los conceptos de defensa y de etiología
Los manuscritos B (8 de febrero de 1893) y C (mayo/junio de sexual.
104 FREUD HASTA 1895 NUEVAS CONCEPCIONES PSICOPATOLÓGICAS DE FREUD 10'.>
carga en síntoma somático. La idea fue luego retomada y expuesta en a partir de la psicología humana. Freud, aunque desprovisto de refe-
un artículo, cuyo título traducido es "Razones de separar de la neu- rencias cristianas, difícilmente habría podido, a causa de su gran cul-
rastenia un síndrome preciso, la 'neurosis de angustia' " ( 1895b). tura clásica y del medio intelectual donde . evolucionaba, no estar
Ese mismo manuscrito E contuvo, por primera vez bajo la pluma de indirectamente al corriente de tal vocablo. Además, era un hábito en
Freud, el término libido: "En la neurosis de angustia hay una insu- él, como en muchos científicos y médicos coetáneos, decir en latín
ficiencia de afecto sexual, de libido psíquica" (F, al 102, ing 91, fr las cosas que parecían demasiado crudas en la lengua "materna". La
83). El término fue luego publicado en el recién mencionado artículo, libido es el deseo, con su codicia, con su fuerza, con la tensión que
donde, por oposición a la "excitación sexual somática", la "libido introduce en la vida psíquica.
sexual" fue definida como "deseo psíquico", sin precisar no obstante Como ya se ha indicado, fue sin duda en el verano de 1894 cuando
aún que se trata del deseo psíquico inconsciente ( 1895b; GW I 333, Freud conoció el caso de Katharina; de regreso a Viena lo incluyó
SE III 107). Conviene detenerse un momento en ese término. Aun- en el manuscrito de Estudios sobre la histeria, cuyo último capítulo,
que ausente del Esbozo de una psicología científica ( 1950a bis) a fines "Psicoterapia de la histeria", terminó de redactar en marzo de 1895
de 1895, estará presente en la mayoría de los siguientes artículos de ( cf. la carta a Fliess del 4 de marzo de 1895) .
Freud (1895{, 1896b, 1896c, 1898a), en Die Traumdeutung (1900a) El manuscrito G, muy al comienzo de 1895, relacionó la melancolía
y llegará a ser el concepto rector de Tres ensayos sobre la teoría de la (término bajo el que Freud comprende los estados depresivos, inclu-
sexualidad ( 1905d). Pero, cosa sorprendente, mucho más tarde, en un siv(! los ligeros) con la frigidez, la masturbación, la anorexia, y la
_artículo de enciclopedia sobre "Libido", Freud atribuirá en 1923 la consideró producto de "un duelo provocado por una pérdida de
prioridad en el uso del término a la obra de Moll ( 1898) Untersu- libido". La libido, en razón de una "inhibición · psíquica", es desviada
chungen über die libido sexualis (Investigaciones sobre la libido sexual) de la realización sexual, y de ahí se sigue "empobrecimiento instintual"
( 1923a, GW XIII 230, SE XVIII 255), mientras que en El malestar y "sufrimiento".
en la cultura ( 1930) se atribuirá la paternidad de la palabra ( 1930a, Un poco después del 24 de enero de 1895, el manuscrito H versó
GW XIV 4 76, SE XXI 117, fr 55) . En realidad, de las recientes sobre la paranoia, descubriendo en ella la acción de un mecanismo de
investigaciones de Ellenberger (E 328), resulta que la utilización del defensa nuevo, la "proyección", proyección del odio en el delirio de
vocablo libido en psicología moderna no comienza con Moll ni con persecución, del amor hacia sí mismo en la megalomanía. También
Freud, puesto que se lo encuentra corrientemente en Benedikt ( 1868) refirió Freud, aquí, el caso de una seducción sexual real ( ejercida sobre
y Krafft-Ebing ( 1889). No obstante, me gustaría recordar que libido una "solterona" de treinta años) que desencadenó la neurosis ( esta
es un término corriente de la teología moral cristiana para designar vez, una paranoia). Explicó la jaqueca por la "suma" de la excitación
a la concupiscencia, que el jansenismo lo utilizó mucho, que Blaise y, para agradar a Fliess, insistió en su "periodicidad" (Freud ya ha-
Pascal, apoyándose en un pasaje de San Juan ("Todo lo que hay en bía subrayado la periodicidad de la melancolía) ; igualmente intentó
el mundo es concupiscencia de la carne o concupiscencia de los ojos explicar por la anatomo-fisiología nerviosa la localización de la ja-
u orgullo de la vida: libido sentiendi, libido sciendi, libido domi- queca.
nandi" 81 ), hizo de él uno de los conceptos clave de su cuadro de la Por último, la carta del 27 de abril de 1895 (F, al 128, ing 118,
miseria del hombre sin Dios y de su Apologie de la religion chrétienne fr 105) anunció un nuevo proyecto, que dejó a su autor "absorbido"
y "sin fuerzas" : el de una "psicología para neurólogos". Así, después
81 Literalmente: deseo de los sentidos, deseo de saber, deseo de dominar. de haber trabajado para unificar las diversas neurosis, Freud intenta,
"Todo lo que en el mundo. hay es codicia de la carne, y codicia de los ojos, a mediados de 1895, unificar psicología patológica y psicología normal.
y orgullo de la vida, eso no es del Padre sino del mundo" (Juan, I, Ep. 11,
16, traducción de la Biblia de Lovaina del siglo xvn). La cita de Pascal está
Lo explicitó en la carta siguiente: "Un hombre como yo no puede
en el núm. 601 de la edición de Tourneur-Anzieu (Pascal, 1960, t. 2, 97-98). vivir ... sin tirano, para hablar como Schiller; he encontrado al tira-
San Agustín, padre espiritual del jansenismo, por sus Confesiones, por su in- no y soy su siervo en cuerpo y alma. Se llama psicología, y siempre
sistencia en la búsqueda de la verdad interior, puede ser considerado como he hecho de ella mi meta lejana más atractiva, a la que me aproximo
un lejano precursor del autoanálisis de Freud: "Noli foras ire, in teipsum desde que tropecé con las neurosis. Dos ambiciones me devoran:
redi; in interiore homine habitat veritas" (No busques afuera, vuélvete sobre
ti mismo; la verdad habita en el hombre interior") (De vera religione, 39, descubrir la forma que asume la teoría del funcionamiento mental
§ 72). cuando se introduce la noción de cantidad, una especie de economía
106 FREUD HASTA 1895 NUEVAS CONCEPCIONES PSICOPATOLÓGICAS DE FREUD
107
de las fuerzas nerviosas, y, en segundo lugar, extraer de la psicopatolo- esa tensión intercerebral el princ1p10 de constancia cuya paternidad
gía alguna ganancia para la psicología normal. De hecho, es impo- atribuye a Freud: este principio tiene más y más dificultad en fun-
sible forjarse una concepción general satisfactoria de las perturbacio- cionar cuando la "presión de la excitación" ya no emana de necesi-
nes neuropsicóticas sin poseer la clara noción de sus relaciones con dades orgánicas sino del "instinto sexual" o del instinto "agresivo"
los procesos psíquicos normales" (F, 25 de mayo de 1895, al 129-130, en razón de los "afectos" que suscitan. Si tales afectos no logran des-
ing 119-120, fr 106-107) . El estado de exaltación del pensamiento cargarse en forma motriz, sea directamente (gritos, sollozos, gesticu-
frente a tales perspectivas llegó a ser tan intenso en Freud que poco laciones) o bien por trasferencia a otros actos ( rotura de un objeto,
después anunció a su amigo una gran noticia: después de catorce agitación sin propósito), hay "cortocircuito". Tal es el caso del "trau-
meses de privación consecutiva al episodio cardíaco ya mencionado matismo psíquico" : provoca "la conversión histérica de la excitación
(pp. 71-72), volvió a fumar (F, 12 de jun. de 1895, al 131, ing 121, fr psíquica" (Breuer rinde un homenaje a Freud al emplear el concepto
108) . Estimó haber progresado lo suficiente como para ofrecerse tal de conversión) . "La idea cargada de afecto se encuentra aislada de
gratificación, y necesitaba un estimulante físico para ir más lejos. las 'conexiones asociativas' pero conserva su valor emocional": esto
Breuer, que ha terminado por perder pie, ya no sabe si su antiguo produce el síntoma. Hay dos razones para ese rechazo fuera de la cons-
protegido es presa de la aberración o del genio, pero adivina que algo ciencia: o el sujeto pone así en acción una "defensa" contra esa
importante se incuba en él. Escribe a Fliess: "El intelecto de Freud idea (Freud) o bien se .encuentra en un "estado hipnoide" (Breuer).
planea en las alturas. Frente a él me siento como la gallina ante un Breuer afirmó luego la existencia en la histérica de "representaciones
águila" ( c. del 5 de ago. de 1895, citada en J I, ing 266, fr 267, inconscientes" y de una "disociación del psiquismo". Criticó la con-
y en F al 18 n. 1, ing 13 n. 1, fr 10 n. 3). cepción que Janet propuso de la predisposición a la histeria (pro-
Los Estudios sobre la histeria ( 1895d) contienen: la "Comunica- vendría de la "debilidad psicológica", cf. p. 99, n. 28) y relaciona
ción preliminar" que forma el primer capítulo, los casos de Anna dicha predisposición con tres causas: la concentración de la energía
O ... , Emmy von N ... , Lucy R. .. , Katharina, Elisabeth von R. .. en una parte del cuerpo de los sujetos cuyo sistema nervioso libera,
como capítulo segundo, las "Consideraciones teóricas" de Breuer como en reposo, un excedente de excitación "flotante", los traumatismos
capítulo tercero, y la "Psicoterapia de la histeria" de Freud como sexuales y por último la tendencia a la autohipnosis (estado hipnoide).
capítulo cuarto. El 7 de febrero de 1894 escribió a Fliess que el libro Se ignora en qué fecha precisa descubrió Freud la noción de cen-
estaba redactado a medias, que los estudios de casos se hallaban listos sura, la de resistencia que articuló con la de defensa ( no retuvo en-
casi todos. El 21 de mayo de 1894 (carta inédita citada in SE II p. tonces sino la histeria de defensa y no habló más de histeria de
xv), estaba escribiendo el último caso. Retomó la tarea después de un retención ni de histeria hipnoide) y la de trasferencia de los senti-
gran respiro. El 4 de marzo de 1895, trabajaba en el último capítulo, mientos del paciente sobre el psicoterapeuta, que todavía permaneció
"Psicoterapia de la histeria", y lo terminó el 13 de marzo (carta iné- vaga. Tales nociones estaban implícitas en varios de los estudios de
dita, ibid.). El 10 de abril envió a Fliess las pruebas de imprenta casos que acabamos de revisar. Fueron publicadas por primera vez
(carta inédita, ibid .) y el libro apareció en mayo de 1895. Hay que en el capítulo final de Estudios sobre la histeria ( 1895d), redactado
decir de inmediato que fue mal acogido en Alemania, más favorable- por Freud solo y consagrado a la psicoterapia. Según Ellenberger (E
mente en Inglaterra e ignorado en Francia. El fracaso acelera la rup- 490), si bien no las palabras, las ideas correspondientes eran fami-
tura de Freud con Breuer. liares a los magnetizadores e hipnotizadores: Forel describió la difi-
En su capítulo teórico, Breuer se esforzó en dar una explicación de cultad creciente de obtener mediante hipnosis recuerdos cada vez más
tipo rigui;osamente helmholtziano. Afirmó el carácter "ideógeno" de penosos para el sujeto; la "relación" con el magnetizador y la noción
la histeria. Formuló la hipótesis de una "excitación endocerebral tó- de "influencia sonambúlica" de Janet . anticipan la de trasferencia.
nica" que circula activamente en el estado de vigilia y que en el sueño La última frase de Estudios sobre la histeria es sin embargo signifi-
está reducida a un estado de "tensión nerviosa", por analogía con la cativa de la dependencia que Freud mantenía, en sus concepciones
tensión eléctrica; esta analogía del sistema nervioso central con un teóricas, respecto de la neurofisiología: "En caso de éxito, encontraréis
aparato eléctrico reaparece a lo largo de todo el capítulo: de ella gran ventaja en trasformar vuestra miseria histérica 32 en desdicha
extraerá Freud, más adelante, la distinción fundamental entre energía 32
Me siento tentado a ver en esa expresión un eco de la noción de "mise-
libre ( durante el sueño) y ligada (durante la vigilia). Breuer aplica a ria psicológica" popularizada por Janet.
108 FREUD HASTA 1895 NUEVAS CONCEPCIONES PSICOPATOLÓGICAS DE FREUD JO<)
trivial. Con un sistema nervioso nuevamente sano, seréis más capaces de edición de 1907 de PA, PEL, PVQ habla, en esta perspectiva, del "complejo
luchar contra tal desdicha" ( 1895d, PW I 312, SE II 305, fr 247). familiar" o del "complejo profesional" como causa del lapsus.
Sólo a partir de 1925 Freud reemplazará "sistema nervioso" por c) El articulo 1908c describe el conflicto psíquico en general como el que
lleva a una "disociación psiquica" cuyo resultado es la instauración del "com-
"psiquismo". plejo nuclear de la neurosis": tal "complejo" es inconsciente y reprimido; el
estudio del caso del Pequeño Hans ( 1909b) y del caso de El hombre de las
ratas ( 1909d) precisan que el complejo nuclear es relativo a los deseos sexua-
CUADRO 1 les de los niños por sus padres.
d) El articulo 1910h contiene la expresión "complejo de Edipo". N.B.: La
CRONOLOGÍA DE CONCEPTOS PSICOLÓGICOS ELABORADOS
expresión "leyenda de Edipo" aplicada al conflicto neur6tico habia aparecido
POR FREUD ENTRE 1892 Y 1895, ANTES DE SU AUTOANÁLISIS previamente en F, 15 de octubre de 1897, en la Interpretación de los sueños
( 1900a) y en el caso Dora ( 1905e), redactado en enero de 1901.
1892-1893
O Desplazamiento (Verschiebung)
O Abreacción (Abreagieren) y efecto catártico
a) El término "trasferencia" aparece en el artículo de enciclopedia sobre
a) Abreagieren, neologismo forjado por Breuer y Freud, aparece en la car- la "Histeria" ( 1888b) y en el Prefacio a la traducción de Bernheim ( 1888-
ta a Fliess del 28 de junio de 1892. 1889) : un sin toma histérico puede, bajo ciertas influencias, ser trasferido a
b) El término es retomado en la Comunicación preliminar ( 1893a) escrita la zona simétrica de la otra parte del cuerpo:
principalmente por Freud en diciembre de 1892 y publicada en colaboraci6n b) "Los sin tomas cr6nicos parecen corresponder a un mecanismo normal;
con Breuer el 1 y 15 de enero de 1893 (GW I 87-88, SE III 8-9, fr 56). son desplazamientos" (carta a Breuer del 29 de junio de 1892, 1941a, GW
"Efecto catártico" está allí indicado como sin6nimo de "abreacci6n". La XVII 6, SE I 148).
abreacción es definida como uno de los modos de descarga normal del afecto
c) El término "desplazamiento" reaparece, en 1894a (cf. la cita en Cuota
después de un traumatismo psiquico. Es "una reacción por la acción, la pa-
de afecto, b) en alternancia con las formas verbales disloziert y transponiert
labra y, en los casos más ligeros, por las lágrimas". Los otros modos de des-
( GW I, 68, SE III 54) ; se trata, por una parte, de la explicación de las
carga normal son la rectificación del recuerdo y del acontecimiento traumáti-
"falsas conexiones" en la raíz de las ideas obsesivas y, por otra, de un meca-
co mediante su integración en otras cadenas asociativas, y su olvido. nismo general de circulaci6n de la "cuota de afecto" ( cf. la cita b bajo esa
c) El término es precisado como "abreacción de los acrecentamientos de es- rúbrica).
timulo" (Das Abreagieren der Reizzuwiichse) en el articulo "Las parálisis mo-
trices orgánicas e histéricas", in fine (1893c, GW I 55, SE I 172). d) El Esbozo de una psicología científica ( 1950a bis), escrito en octubre
de 1895, explica el desplazamiento de la cantidad de una representaci6n sobre
otra, desplazamiento total en el proceso primario, limitado en el proceso se-
O Análisis (Analyse) cundario, y coloca el desplazamiento en la base de la formación del síntoma,
del símbolo y del sueño.
a) 1893a contiene la expresión: "analizar".
b) 1894a contiene las expresiones: "análisis psiquico", "análisis clínico-psi-
cológico", "análisis hipnótico", "análisis psicológico". O Fijación (Fixierung)
c) 1896a contiene la expresión: "psicoanálisis".
a) Primero Freud utiliza este término en el sentido ( dado por los hipno-
O Complejo (Komplex) tizadores) de concentración de la mirada (prefacio a la traducci6n de Bern-
heim, 1888-1889, etc.).
a) "Complejo de ideas" en el sentido de grupo de ideas reprimidas aparece b) Luego lo utiliza en el sentido de establecimiento de un sintoma perma-
en 1941b (nota escrita en noviembre de 1892 para 1893a): "En la histeria nente consecutivo a la "contravoluntad" o, como dirá un poco más tarde, a
[... ] el contenido de la consciencia con facilidad puede tornarse temporaria- la "represi6n" ( 1892-1893b, GW I 13, SE I 125, etc.; una nota de la SE da
mente disociado y ciertos complejos de ideas que no están articulados a él de allí otras referencias).
modo asociativo huyen aparte fácilmente" (GW XVII 17, SE, I 149); igual c) El sentido verdaderamente psicoanalitico de la adherencia de la libido
sentido en Esbozo de una psicología cientlfica, de octubre de 1895 ( 1950a bis, a experiencias infantiles propias de un estadio del desarrollo aparece quizá en
al 434, ing 412, fr 366). el manuscrito L, enviado a Fliess el 2 de mayo de 1897, y seguramente en el
b) Bajo la influencia de Jung, el artículo 1906c define un complejo como caso Dora ([1901] 1905e) y en los Tres ensayos (1905d).
un "contenido ideacional que posee una fuerte tonalidad emotiva" (sin preci-
sar si ese complejo es o no inconsciente y si resulta o no de la represión); la
110 FREUD HASTA 1895 NUEVAS CONCEPCIONES PSICOPATOLÓGICAS DE FREUD
111
[] Principio de constancia (K onstanzprin zip¡ 111) : se trata de la represión voluntaria de las ideas sexuales en mujeres abs-
tinent es -viudas y mujeres mayores después de la menopausia.
a) Está descrito en la carta a Breuer del 29 de junio de 1892 (1941i): e) La represión es definida como sinónimo de "defensa" y como mecanismo
"el teorema concerniente a la constancia de la suma de excitación" ( GW "inc onsciente" desde el comienzo y a todo lo largo de "Nuevas observaciones
XVII 5, SE I 147); en 1893h: "en cada individuo existe una tendencia a sobre las psiconeurosis de defensa" (1896b, GW 1 379ss., SE III 162ss.) .
dominar esa suma de excitación una vez más a fin de preservar su salui l /) La "represión" es diferenciada de la "defensa" en 1926d.
( conferencia del 11 de enero de 1895, SE III 36) ; en los Estudios sobre la
histeria ( 1895d) , en el capítulo m redactado por Breuer ( quien atribuye a O R etorno del -recuerdo-- reprimido
Freud la idea): "existe en el organismo una 'tenden cia a mantener constan-
te la excitación intr acerebral' (Freud)" (SE II 197, fr 156) .
a) El gran ataque histérico está constituido por el "retorno del recuerdo"
b) Es denominado "prin cipio de inercia " en el Esbozo de una psicologíq
científica ([1895] 1950a bis, prim era parte, sección 1, al 380-381, ing 356-35f de una experiencia que ha sido apartada de la consciencia: manuscrito escrit o
,n Breuer en noviembre de 1892 ( 1940d, GW XVII 10, SE I 152).
fr 316-317).
c) Es denominado "principio de constancia" y también "principio de nir b) La expresión "retorno de lo reprimido" aparece en el manuscrito K,
vana" en Más allá del principio de placer ( 1920g). ' :J nviado a Fliess el 1 de enero de 1896 y en "Nuevas observaciones sobre las
1 isiconeurosis de defensa" (1896b, GW I 386ss., SE 111 169ss.).
O Cuota o suma de afect o (Affektbetrag)
O Suma de excitación (Erregungssumme)
a) En su articulo publicado en francés sobre "Las parálisis motri ces orgá-
nicas e histéricas" (1893c, GW I 53-54, SE I 170-171), Freud traduce esa a) Esta expresión aparece en la carta a Breuer del 29 de junio de 1B92
expresión como udleur affectiue, valor afectivo. (1941a, GW XVII 6, SE 1 148) y en el manuscrito 1940d, escrito en no-
b) La expresión alemana aparece al final de "Las psiconeurosis de defen- viembre de 1892 (GW XVII 109-110, SE I 153-154).
sa" ( 1894a, GW 1 74, SE III 60) como sinónimo de "suma de excitación": b) Es publicada en 1894a ( GW I 62, SE 111 48) como sinónimo de "cuota
"En las funciones psíquicas, cabe diferenciar algo --cuota de afecto , suma de afecto" ( cf . la rúbrica consagrada a esta expresión) .
de excitación- que posee todas las propiedades de una cantid ad , incluso si c) El término "suma" (Summation), tomado de S. Exner, aparece en el
no estamos en condiciones de medirla, algo que puede ser aumentado, dismi- manuscrito I sobre la jaqueca (F, 4 de marzo de 1895) y en Esbozo de una
nuido, desplazado, descargado y que se despliega sobre las huellas mnésicas de psicología científica, de octubre de 1895 ( 1950a bis, al 400, ing 3 77, fr 335) :
las representaciones, un poco como una carga eléctrica en la superficie del la acumulación de las excitaciones endógenas debe trasponer determinado um-
cuerpo ." La cuota de afecto es pues la excitación psíquica de origen externo bral para que éstas puedan devenir excitaciones psíquicas circulantes en el
y sobre todo interno en la medida en que se desprende de la representación. aparato psíquico.
c) Los editores de la SE (111, apéndice, 61-68) proponen una distinción
entre "cuota de afecto" y "suma de excitación" . La planche ( 1970) piensa O Simbolización
que la distinción del afecto y de la cuota de afecto corresponde a la oposición
de la cualidad y la cantidad.
a) Algunos síntomas histéricos (verbigracia un dolor en el entrecejo) son
simbolizaciones, es decir, representan al pie de la letra expresiones corrientes
O Repre sión del lenguaje que sirven para formular la idea reprimida (aquí, recibir una
mirada penetrante; caso de Cécilie M .. . , en 1893h, retomado en Estudios
a) La noción de "contravoluntad" histérica está expuesta en "Un caso de sobre la histeria, 1895d).
cura por hipnosis" ( 1892-1893b) . b) La equivalencia generalizada del síntoma y del símbolo se desarrolla lue-
b) La represión está descrita pero no denominada en 1940d ( esquema re-
go poco a poco; por ejemplo, la equivalencia simbólica entre dinero y heces
dactado por Breuer y Freud en noviembre de 1892 con miras a 1893a): "si fue escrita a Fliess el 24 de enero de 1897.
un sujeto histérico busca intencionalmente olvidar una expresión , repudiar,
inhibir y suprimir por la fuerza una intención o una idea, esos actos psicoló-
gicos entran por consiguiente en el segundo estado de concienci a" ( GW XVII
12, SE I 153). 1894
c) El término "reprimido" ( uerdriingt) aparece en la Comunicación preli-
minar ( 1893a) pero siempre se trata de la represión voluntaria, en el caso O Conversión (Konuersion)
de una irreparable pérdida amorosa , de una conducta socialmente imposible
o de algo que se desea olvidar (GW 1 89, SE II p . 10) . El término aparece en "Las psiconeurosis de defensa" ( 1894a), redactado
d) El término "represión" ( Verdriingung) aparece en el artículo "La neu- por Freud en enero de 1894 (GW 11 63, SE III 49).
rosis de angustia " (1895b ), reda ctado a fines de 1894 (GW 1 337, SE III
112 FREUD HASTA 1895 EL SIGLO XIX FRENTE AL MAGNETISMO Y LA HIPNOSIS 113
O Defensa (Abwehr)
O Resistencia
a) El mecanismo está descrito con el adjetivo "reprimido" en 1893a (cf. Este término aparece en Estudios sobre la histeria ( 1895d) a propósito del
Represi6n, b).
caso de Elisabeth von R ... , redactado hacia 1893, y en el capítulo IV, es-
b) El término aparece en el titulo y el contenido del articulo "Las psico- crito en marzo de 1895 (GW I 219, 268ss., SE II 154, 268ss., fr 122, 216ss.).
neurosis de defensa" ( 1894a), escrito en enero de 1894.
O Trasferencia (Obertragung) (en sentido psicoanalítico)
O Huida a la enfermedad (Flucht in die Krankheit)
Aparece en los Estudios sobre la histeria ( 1895d), capítulo 1v, redactado
a) Es descrita como "huida a la psicosis" en el artículo
"Las psiconeurosis por Freud en marzo de 1895 ( GW I 308, SE II 302, fr 245).
de defensa" (1894a), redactado en enero de 1894 (GW I 73, SE III 59).
b) Es nombrada así en 1909a.
0 Libido
6. FREUD Y SU TIEMPO
Aparece en forma manuscrita en el manuscrito E (sin fecha, probablemente El siglo XIX frente al magnetismo y la hipnosis
junio de 1894) y en el manuscrito F, enviado a Fliess el 18 de agosto de
1894; luego es publicada en "Sobre las razones para separar de la neurastenia
un síndrome preciso, la 'neurosis de angustia'" ( 1895b), aparecido el 15 de La cultura psicopatológica del siglo XIX estuvo sucesivamente marcada
enero de 1895 ( GW I 328, SE III 102): allí Freud distingue entre "la exci- por el magnetismo, la hipnosis y los primeros inventarios de las aberra-
tación sexual somática" y "la libido sexual o deseo psíquico"; más tarde re- ciones sexuales. En esas condiciones, nadie se asombrará de que Freud,
sumirá así la idea dominante de ese texto: "La angustia neur6tica es la libido como lo muestra la obra de Ellenberger ( 1970) , haya sido hijo de su
sexual trasformada" ( 1897b, GW I 483, SE III 251).
tiempo.
El magnetismo tomó su impulso en Francia a fines del siglo xvm,
1895 en primer lugar con el alemán Anton Mesmer ( 1734-1815), quien,
después de terminar sus estudios de medicina en Viena, fue acogido
O Censura (Zensur) por el entorno de Luis XVI, y luego por el marqués Chastenet de
Puységur ( 1751-1825) en su pueblo de Buzancy. El magnetismo im-
El término aparece en Estudios sobre la histeria ( 1895d), capítulo IV, re- presionó mucho las imaginaciones. El fraile magnetizador Faria sirve
dactado por Freud en marzo de 1895 (GW I 269, SE II 269, fr 217). de modelo a Alexandre Dumas para uno de los personajes de El conde
de Montecristo. Los románticos alemanes se apasionaron por una teo-
O Carga (Besetzung) ría que afirma la existencia de un fluido universal y por una técnica
que permitía a un presunto sexto sentido entrar en comunicación con
a) Es descrita como "desplazamiento de la excitabilidad" del sistema ner- el mundo del alma. Dos observaciones de casos, debidas a grandes
vioso en el Prefacio a la traducción de Bernheim ( 1888-1889) y como "pro- escritores, alcanzaron la celebridad. Justinus Kerner, médico y poeta
vista de un valor afectivo" en el artículo 1893c, redactado en francés. ( cuya Kleksographie inspiró a Rorschach su test.de las manchas de
b) Es denominada así en Estudios sobre la histeria ( 1895d) a propósito del tinta), publica en 1829 Die Seherin von Prevorst ( La profetisa de
caso de Emmy von N ... , redactado probablemente en 1893 ( GW I 145, SE
II 89, fr 70). Prevorst): se trata de Friedericke Hauffe ( 1801-1829), hija de con-
serje, que muy pronto tuvo visiones y premoniciones y que curaba con
O Proyecci6n (Projektion) pases magnéticos; a partir de entonces llevó una "vida sin cuerpo",
sumida en un sueño magnético regularmente renovado, recibiendo
Aparece en forma manuscrita en el manuscrito H, enviado a Fliess el 24 mensajes, profetizando, desplazando objetos a distancia, hablando una
de enero de 1895, luego en forma publicada en "Nuevas observaciones sobre lengua desconocida, bella y sonora, de la cual afirmaba que había
las psiconeurosis de defensa" ( 1896b). sido la lengua original de la humanidad. El segundo caso es el de la
monja Anna Katharina Emmerich ( 1774-1824), una "santa" que
114 FREUD HASTA 1895 E L SIGLO XIX FRENTE AL J\IAGNETISMO Y LA HIPNO S IS 115
en estado cataléptico recibía la visión, el sufrimiento y los estigmas hasta qué punto estaban en el aire de la época las intuiciones sobre
de la Pasión. Sus sueños nocturnos reproducían, con arreglo al calen- el funcionamiento psíquico a las que Freud dio una formulación cien-
dario litúrgico, las escenas de la vid~ de Cristo y de la santa Virgen. tífica; la trasferencia amorosa en la persona del médico, el complejo
El poeta Clemens Brentano fue a vivir junto a ella durante cuatro de Edipo, la imbricación del deseo y de la prohibición. Algunos Cuen-
años (hasta la muerte de Anna), y a partir de los documentos que tos crueles ( 1883), algunas Historias insólitas ( 1889) de Villiers de
recogi6 publicó dos obras sobre su vida, una en 1837, otra en 1852. l'Isle-Adam pertenecen a la misma cuerda.
El magnetismo inspira a Hoffmann, cuyos Cuentos, entre 1815 y La tercera forma concierne a la existencia de faces muy diferentes
1820, constituyen un verdadero manual sobre el tema, a Balzac en ( pero no tan dramáticamente escindidas) en el interior de una misma
Louis Lambert (1832) y Ursule Mirouet (1841), a Alexandre Dumas personalidad: Paul Bourget (L'irréparable, 1883) y Marcel Prévost
en su retrato de Cagliostro (,?rfémoires d'un médecin, Joseph Balsamo, (Le jardin secret, 1897) mostraron el surgimiento en sus heroínas de
1840-1848), a Frédéric Soulié en una novela popular muy solicitada, una personalidad nueva a partir del matrimonio. Sólo esta tercera
Le M agnétiseur ( 1834) , a Edgar Allan Poe en El caso del señor forma subsistirá a comienzos del siglo xx, y será explotada por los es-
V aldemar ( 1845) , a Browning en su poema M esmerism ( 1855) . critores más célebres: Pirandello, Italo Svevo, Marcel Proust, Joyce,
La curiosidad por los casos de personalidades dobles o múltiples, Virginia W oolf. Al mismo tiempo, explicar el genio con el esquema
despertada por los relatos de las vidas de la profetisa de Prevorst y del desdoblamiento de la personalidad llegará a ser una referencia co- .
de la "santa" Anna Katharin~, persiste durante todo el siglo XIX. En rriente de la crítica literaria; la inspiración es un estado segundo, y
sus postrimerías, Ribot, Binet y J anet en Francia, M yers en Inglaterra, la utilización inconsciente, por un creador, de las ideas de sus prede-
Morton Prince y T. W. Mitchell en Estados Unidos, publicaron cesores, uno de los fenómenos de criptomnesia popularizados por Thé-
nuevas observaciones. La literatura novelesca se apoderó del tema y odore Flournoy en su observación de la médium Helen Smith (Des
lo ilustró con tres formas. La del "doble": Hoffmann, como siempre, lndes a la planete Mars, 1900).
suministró el modelo en Los elíxires del diablo ( 1816), que Freud El magnetismo dejó de interesar hacia 1840, y lo reemplazó el espi-
comentará en Lo siniestro..(1919h). Lo siguió Poe (William Wilson, ritismo, "inventado" en Estados Unidos por John Fox en 1848: llegó a
1839), · Dostoievsky (El dQb1e, 1846), Osear Wilde (El retrato de Europa en 1852 y provocó en ella una asombrosa floración de mediums. ·
Dorit:m Gray, 1891) . La segunda forma, la del desdoblamiento de la Hippolyte Rivail, maestro de escuela parisiense, discípulo de Pestalozzi,
personalidad, apareció con Léon Gozlan, que en los tres volúmenes publicó en 1857 bajo el seudónimo de Allan Kardec, Le livre des es-
de Le médecin du Pecq ( 1839), muy populares en su tiempo, contó prits, contenant des príncipes de la doctrine spirite, obra que según
la histo;ria de un joven neurótico que dejó encinta a una muchacha Janet llegó a ser "no sólo una guía para los espiritistas, sino también
durante un estado sonambúlico, cosa que no recordaba en el estado de para los espíritus". Es sabido que Víctor Hugo (en Jersey), el astró-
vigilia. _El género fue renovado por el inglés Stevenson, quien suscitó nomo Flammarion y el filósofo Henri Bergson ( joven profesor en
el entusiasmo general con El extraño caso del Dr. Jekyll y del Sr. Hyde Clermont-Ferrand) participaron con pasión en sesiones de mesas gira-
( 1886), y tuvo numerosos continuadores. Charles Richet, con el seu- torias y que publicaron escritos sobre las mismas. Chevreul repite las
dónimo de Charles Epheyre, mostró en su breve novela Soeur Marthe célebres experiencias que desde 1833 le habían permitido demostrar
( 1889), a un joven médico llamado para curar los trastornos nervio- la influencia inconsciente de los pensamientos ocultos del ejecutante
sos de Marthe, futi.ra monja, cuya segunda personalidad, la de An- sobre los movimientos de la varita adivinatoria y el péndulo.
gele, rica heredera, aparece bajo hipnosis; Angele se enamora del Al igual que el magnetismo, entre 1860 y 1880 la hipnosis cae en
médico, que acepta partir con ella; pero en el andén de la estación tal descrédito que un médico que la practique compromete su carrera
Marthe reaparece, abandona a su enamorado y vuelve al convento científica y pierde su clientela. Vuelve a cobrar interés a partir de
para pronunciar los votos definitivos y morir. En Le Somnambule 1880. Así como las demostraciones del magnetizador francés Lafon-
( 1880), Mintorn mostró a un digno pastor, buen esposo y padre, que taine reproducidas por un médico de Manchester, el inglés Braid,
en estados de sonambulismo violaba a las mujeres y mataba a los condujeron a éste ( que apartó la misteriosa noción de fluido, la cual
niños. Paul Lindau tuvo un gran éxito con su obra teatral Der Andere se presta a supercherías) a una teoría neurofisiológica del sueño arti-
(El otro, 1893) : un juez descubre que el criminal cuya fechoría ficial y a denominarlo "hipnosis", así también las demostraciones de
investiga no es sino su otra personalidad. Por estos temas puede verse los hipnotizadores Hansen en Alemania (ya se dijo que Freud, joven
116 FREUD HASTA 1895 EL SIGLO XIX FRENTE AL MAGNETISMO Y LA HIPNOSIS 117
estudiante, asistió a una de ellas) y Dona to en Bélgica, Francia e al día siguiente, sin saber por qué, la sugestión recibida durante esa
Italia, suscitaron una renovación del interés en ciertos médicos: Be- sesión; espantado, comprende que lo mismo ocurre con él, que al-
nedikt y luego Breuer ( ambos judíos) y Kraft-Ebing en Viena; en guien posee su espíritu y gobierna sus acciones y sus pensamientos.
París, Charles Richet, futuro premio Nobel ( 1913) por su descubri- Trilby ( 1894), un best-seller del estadounidense George du Maurier,
miento de la anafilaxia, luego Charcot; en Nancy, Liébeault y Bem- cuenta la historia de una joven a la que un pérfido profesor de mú-
heim; en Zurich, Auguste Forel (en el hospital de Bürgholzli, donde se sica hipnotiza y convierte en una extraordinaria cantante, para final-
formaron Bleuler, Jung y Rorschach); en Alemania, Moll; en Rusia, mente desposarla; pero ella sólo puede cantar en estado de trance
Betcherev; en Estados Unidos, Morton Prince. Charcot adquiere una hipnótico mantenido por la mirada del hombre, que ocupa un palco;
considerable reputación internacional: los grandes de todos los países muere él un día de una crisis cardíaca al comienzo de la representa-
de la tierra van a consultarlo; él mismo viaja por toda Europa para ción; Trilby ya no es capaz de cantar y su carrera termina catastró-
visitar clientes ilustres. Feroces retratos suyos y de las grandes escenas ficamente. La hipnosis también aportó una confin;nación a las psico-
de histeria de la Salpetriere, a las que eran invitados científicos, artis- logías dinámicas de Herbart en Alemania y de Laromiguiere en Fran-
tas, políticos y hombres de mundo, fueron trazados por Léon Daudet cia ( uno de los modelos de la escuela de los ideólogos, quienes sub-
en Les M orticoles ( el padre del autor, Alphonse Daudet, fue un gran rayaron la existencia de una fuerza propia de las ideas, fuente de
amigo de Charcot), por los hermanos Goncourt en su Journal y por actos).
Axe! Münthe en La historia de San Michele. Por sus amistades litera- Junto con la influencia romántice, la experiencia hipnótica sumi-
rias, por sus obras (escritas en colaboración con Paul Richer) Les nistró asimismo un argumento en apoyo de la noción de subconsciente
démoniaques dans l' art ( 1887) y Les difformes et les malades dans o de inconsciente, que se afirmó de más en más en la segunda mitad
l'art ( 1889), por sus demostraciones en la Salpetriere, Charcot estuvo del siglo XIX. Me limitaré aquí al autor más próximo a lo que serán las
en el origen de toda nna generación de novelistas que se inspiraron en opiniones de Freud. Para Nietzsche (1844-1900) (cf. E 271-278)., el
la psiquiatría: los dos Daudet, Zola, Maupassant, Huysmans, Bourget, inconsciente es el reino de los instintos en estado salvaje, que provienen
Claretie, y más tarde Pirandello, Proust, los surrealistas. En 1928, de la aurora de la humanidad y que se expresan en la pasión, los sue-
Aragon y Breton celebraron el cincuentenario del descubrimiento de la ños y la enfermedad mental. Él fue quien forjó el término de "Ello".
histeria por Charcot como "el mayor descubrimiento poético de fines Entrevió el punto de vista económico, con las nociones de energía
del siglo xxx". mental, de cantidad de energía inhibida o latente, de descarga, de
Hacia 1880, hipnotismo y sugestión llegaron a ser la explicación de trasferencia de energía de una pulsión a otra. Con todo, para él la
. moda de numerosos hechos históricos, etnológicos y sociológicos, tales agresividad y la autodestrucción son más fuertes que la sexualidad.
como el origen de las religiones, los milagros y las guerras. Gustave Le
Utilizó varias veces el término "sublimación" ( tanto de la agresividad
Bon, en su Psychologie des f oules ( 1895), estableció una analogía entre
como de la sexualidad) . Con el nombre de "inhibición" describió la
la relación de la multitud con el jefe y la del hipnotizado con el hipno-
tizador . Las personas se entusiasmaban con sujetos que, bajo hipnosis , represión, y con los de "resentimiento", "mala conciencia" y "falsa
representaban obras, pintaban o cantaban. Se fundaron sistemas peda- moralidad", el superyó y los sentimientos de culpabilidad. Describió
gógicos en la sugestión. Los novelistas explotaron el tema del hipno- también, sin nombrarlos, la vuelta de la pulsión sobre el sujeto, ]a
tismo: un crimen cometido en estado normal es confesado bajo hipno- imago pate .rna, la imago materna, la exigencia, impuesta por la civi-
sis o bajo el efecto de una sugestión ejercida por la víctima, al morir, lización, de un renunciamiento a la satisfacción de los instintos. El
sobre su asesino; un criminal hipnotiza a un inocente para obligarlo "superhombre" es aquel que ha sabido superar el conflicto entre la
a cometer un crimen en su lugar, pero el psiquiatra encargado de exa- P1oral convencional y las exigencias pulsionales y que ha accedido a la
minar al ejecutor del crimen descubre la verdad hipnotizándolo. Ecos libe1tad interior y a una escala de valores y una ética personales: anti-
de todo ello se encuentran en Maupassant, quien, a punto de hundir- cipación de lo que será una de las metas clave de la cura psicoana-
se en la parálisis general, describió en Le H orla ( 1886) la angustia lítica .
de un hombre frente a los acontecimientos extraños que sobrevienen
en su casa, como si estuviera invadida por fuerzas misteriosas; llega-
do a París, asiste a una sesión de hipnosis; ve a una mujer ejecutar,
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118 FREUD HASTA 1895 LOS CONTEMPORÁNEOS DE FREUD FRENTF, A LA SEXUALIDAD 11!)
Los contemporáneos de Freud frente a la sexualidad Examinemos primero en qué puntos, en Europa y hacia el segundo
tercio del siglo XIX,la represión sexual se manifiesta con mayor fuerza
Los años de juventud de Freud, entre los veinte y los cuarenta años y constancia. Son: la hipocresía con que lie abordan, o más bien no
(es decir, más o menos entre 1875 y 1895), estuvieron marcados por se abordan, los temas sexuales; la ignorancia y reprobación respecto a
una creciente tensión de su medio cultural frente a los problemas la homosexualidad; la ausencia de difusión, salvo murmurada al oído
sexuales. La represión sexual propia del puritanismo victoriano con- y a escoi-ididas, de las técnicas y objetos anticonceptivos; el terror a
tinúa siendo un rasgo dominante, pero, frente a esa represión, en las enfermedades venéreas y el miedo a las prostitutas, generalmente
Europa se afirman, multiplican y refuerzan las tentativas para liberar afectadas por aquéllas. Hasta el descubrimiento del salvarsán, en 1909,
el saber de los tabúes sexuales. De ahí la doble protesta que divide a por Ehrlich, y luego de la malariaterapia en 1917 por el vienés Wagner
los contemporáneos de Freud -y a Freud mismo--: la protesta contra von Jauregg, la sífilis es incurable, dura toda la vida, desemboca a
una represión ciega, injusta, hipócrita y patógena, y la protesta contra menudo en parálisis general y produce efectos hereditarios. En el siglo
el ascenso de la licencia, de la pornografía y de la degradación de las XIX causa innumerables tragedias, de las cuales se hacen eco el teatro
buenas costumbres. De ahí los contradictorios juicios emitidos sobre y la novela: Espectros, de Ibsen, El concilio de amor, de Panitza, Los
el aporte de Freud. Al pasar revista a la ola de literatura concerniente sifilíticos, de Brieux, tragedias que alcaRZari. a personalidades de la
a la psicopatología sexual. que rompe sobre Europa a fines del siglo vida política (Lasker) o cultural (Nietzsche, Daudet, sin duda Mau-
xIX, Ellenberger se asombra de las precauciones que nunca cesó de passant). No nos asombremos pues de reencontrar en el autoanálisis <le
tomar Freud al hacer conocer sús trabajos sobre la sexualidad, rigu- Freud un fuerte malestar respecto de sus propias prácticas anticon-
rosamente científicos no obstante, y muestra que casi todos sus descu- ceptivas y de sus tendencias homosexualea, así cómo miedo a las pros-
brimientos en tal dominio estaban en la atmósfera de la época y que titutas, a la sífilis y a la parálisis general. ·
ya habían sido descritos, incluso denominados, por tal o cual médico Entre 1880 y 1900, los movimientos feministas ·nacidos con los revo-
o escritor. Ellenberger refuta las opiniones de Stephan Zweig, quien, lucionarios franceses a fines del siglo xvnr, conocen un nuevo período
en su estudio sobre Freud ( 1930), elogia a éste por haber sabido, con de vigor. La idea de una inferioridad natural de la mujer sigue siendo
valentía, audacia e inteligencia, poner finalmente un término al puri- generalmente admitida, a pesar de los trabajos del sociólogo alemán
tanismo de la era victoriana. La verdad, creo, se encuentra . en un Bachofen, quien puso en evidencia la idea de un matriarcado primiti-
justo medio. Por una parte, hubo, hay y habrá en todo tiempo anta- vo, y la lucha del socialista Bebel a favor de la igualdad de derechos
gonismos entre personas inhibidas en materia sexual en cuanto a la pa- para las mujeres. La idea de una fundamental bisexualidad del ser
labra si no en cuanto a la práctica, y otras llenas de celo para discu- humano, sin ser formulada como tal, se ha popularizado con el mito
rrir sobre ella, para querer exhibir sus secretos e iniciar niños y ado- romántico del andrógino, retomado pór Michelet. Igualmente, la
lescentes: entre la represión y la seducción perversa, la gama de las imago femenina, tampoco formulada, es -descrita desde los románticos
actitudes varía menos según las influencias sociales que según las como atrayente y temible a la vez. Se expresa bajo las variantes de la
organizaciones libidinales. Por otra parte, cada época cree ser la pri- "mujer fatal" ( teatro de Ibsen, novelas de Rider Haggard), la vir-
mera en descubrir la sexualidad y en tener la audacia de hablar de gen-madre ( cf. Villiers de l'Isle-Adam, L'Eve future), la mujer ins-
ella libremente: en esto la nuestra aparece particularmente elocuente piradora que desempeña un papel esencial en la biografía de escrito-
y vanidosa. Así, nuestros contemporáneos se sorprenden al saber que res, artistas, pensadores, y que es elogiada por ellos (Lou Andréas-
hay una literatura sexual en todas las civilizaciones que accedieron Salomé para Nietzsche, Rilke, Freud; Malwida von Meysenburg para
al arte literario y que, para limitarnos a la Europa moderna, el siglo Herzen y Richard W agner) .
xvrn en general y el XIX en sus postrimerías, fueron particularmente Examinemos ahora el otro aspecto de la situación: ¿ qué trabajos,
ricos en la materia. ¿ La sexualidad no es para cada niño el misterio qué precursores, qué hechos culturales pudieron orientar, estimular,
originario que estimula su inteligencia y su imaginación a la vez que preparar los descubrimientos de Freud? (E 291-303, 502-510). En
amenaza su equilibrio afectivo? Jamás cultura alguna permitirá al primer lugar, junto al puritanismo de ciertos ambientes, era célebre
in<..·;iduo ahorrarse, en su itinerario personal, las teorías sexuales in- entonces el relajamiento de las costumbres sexuales en otros ambientes,
fantiles y el descubrimiento, después de la pubertad, de la sexualidad en particular df' Viena y París. "Ligas pata el amor libre" se muÍtipli-
verdadera. En este dominio, todo recomienza siempre ... caron en el imperio ruso entre los adolescentes y los estudiantes. Los
120 FREUD HASTA 1895 LOS CONTEMPORÁNEOS DE FREUD FRENTE A LA SEXUALIDAD 121
problemas de las enfermedades venéreas, de las técnicas anticoncepti- Al mismo tiempo que la sexualidad infantil sigue siendo considerada
vas, de las experiencias sexuales infantiles fueron discutidos por do- como una anormalidad muy infrecuente, sacerdotes y maestros admiten
quier, sobre todo a partir de 1880. Novelistas como Maupassant en la gran frecuencia de la masturbaci6n infantil, de los juegos sexuales
Francia, Schnitzler en Austria, se asignan la tarea de tratar todos los entre niños, de la seducción sexual de los niños por los empleados
aspectos de la vida sexual con una cruda franqueza. El fil6sofo domésticos. El obispo Dupanloup de Orleáns afirma que las "malas
Schopenhauer puso el deseo sexual en el centro de su metafísica. En costumbres se contraen entre uno y dos años" (De l'éducation, 1866);
1875, para redondear sus entradas, Mantegazza, modesto profesor ita- Michelet, en su muy leído Nos fils (1869), procede a un inventario de
liano, publica un libro de vulgarizaci6n ~exual rayano en la pornogra- los peligros que debe enfrentar la educaci6n: sentimientos amorosos
fía, que se convirti6 de inmediato en un best-seller traducido a varias de las niñas por los padres, de los niños por las madres, celos entre
lenguas y que será para Dora, futura paciente de Freud, la lectura hermanos, apego incestuoso entre hermano y hermana, seducci6n de
favorita: Fisiologia dell'amore. El actor y cancionista alemán Frank los niños por los sirvientes, hábito creado por la madre al llevar el ni-
Wedekind (1864-1948), en su obra de teatro El despertar de la prima- ño a su lecho, simulación del sueño por parte de los niños para espiar
vera ( 1890) -representada en París en el otoño de 1974-- puso en las relaciones sexuales entre padres. Estamos lejos del mito de la an-
escena j6venes de uno y otro sexo realizando el aprendizaje de la gélica pureza del niño ...
sexualidad. Los tres volúmenes de W. Bolsche: Die Liebesleben in der Hacia 1885-1890, tampoco constituyen un tema nuevo las observa-
Natur (Las vidas del amor en la naturaleza) (Jena, 1898-1902), que ciones relativas a las perversiones sexuales. Rémy de Gourmont hizo
trazan el cuadro de las diversas formas de reproducci6n de los anima- observar, juiciosamente, que el estudi0 de las desviaciones sexuales
les, lleg6 a ser otro best-seller. El libro que Otto Weininger public6 en posee dos fuentes: la Iglesia católica y la literatura pornográfica. El
Viena en 1903, Geschlecht und Charakter (Sexo y carácter), y que tratado de teología moral de Sánchez, De sancto matrimonii sacramen-
desempeñ6 un papel en la ruptura definitiva entre Freud y Fliess a to (Amberes, 1607) y el de Liguori en el siglo xvm, tuvieron valor de
causa de su uso de la noción de bisexualidad, conoci6 un éxito consi- autoridad para los sacerdotes y fueron conocidos por muchas perso-
derable; apoyándose en una documentación abundante, exacta y al nas. La jerarquía en la gravedad del pecado suministr6 una clasifica-
día (Janet, Krafft-Ebing, Breuer, Freud, Fliess y todos los sexólogos ci6n de las perversiones sexuales: Liguori distinguía actos no consu-
antiguos y modernos son citados: cf. un detallado resumen en E mados ( desde los pensamientos impuros y las palabras groseras hasta
788-789), desarrolló una verdadera mística sexual. las caricias sin consumación completa), actos consumados conformes
Tal literatura provoc6 -cosa inevitable y habitual- vivas protes- a la naturaleza ( violaci6n, adulterio, incesto) y actos contrarios a la
tas en los círculos científicos y en los ambientes bien pensantes. Así, naturaleza (sodomía, bestialidad). La novedad provino de escritores
Freud no pudo dejar de estar advertido en cuanto a las reacciones que se decidieron a tratar la sexualidad objetivamente, de manera ni
que sus propios trabajos sobre la sexualidad suscitarían. Por ejemplo, pornográfica ni moralizadora: J.-J. Rousseau ( 1722-1778), en sus
en ciertas sociedades científicas se discuti6 la exclusi6n de Krafft- Confesiones, cont6 sus experiencias infantiles de masturbaci6n, de
Ebing. exhibicionismo y de lo que más tarde se llamará masoquismo moral;
La mayoría de los descubrimientos de Freud relativos a la sexuali- Restif de la Bretonne ( 1734-1806) describi6 lo que se denominará
dad tuvieron precursores. Erasmus Darwin, en 1801, consider6 que la fetichismo; el marqués de Sade ( 1740-1814) y Leopold Sacher-Ma-
fuente del placer estético era el placer de mamar. Lindner, pediatra soch ( 1836-1895) ilustraron con sus escritos prácticas sexuales que
húngaro, describi6 en 1879 el placer de la succión del pulgar; Krafft- serán bautizadas con sus nombres. El relevo fue tomado por los mé-
Ebing, el placer erótico experimentado por ciertas madres o nodrizas dicos, de los cuales el más célebre fue Krafft-Ebing, profesor de la
durante el amamantamiento. Charles Fourier observó el placer que Facultad de medicina de Viena: animó a Freud a partir de las pri-
sienten los niños al jugar con el lodo y la suciedad. Una compilaci6n meras publicaciones de éste sobre psicología sexual y sostuvo activa-
de Krauss y de Ihm (en 1913) pasará en revista el papel de los mente su candidatura al profesorado. La primera edición del libro de
excrementos en diversas poblaciones, tema perfectamente conocido por Krafft-Ebing, Psychopathia sexualis, apareci6 en Alemania en 1886;
los folkloristas. La idea del simbolismo sexual en las religiones primi- tiene el mismo título que la obra de un médico ruso, Kaan, publicada
tivas, la importancia de la imagen del falo, son comunes en la historia en latín en 1844. La obra de Krafft-Ebing, constantemente aumentada
de las religiones desde comienzos del siglo XIX. y reeditada, tuvo un éxito enorme. Dio a conocer los neologismos,
122 FREUD HASTA 1895 FREUD Y EL PENSAMIENTO JUDÍO 12'{
debidos al autor, de "sadismo" y "masoquismo"; el de "zona eróge- esta última imagen provocó por sí sola la emoción sexual; pronto pudo
na", debido a un alumno de Charcot, así como una lista impresio- el paciente tener relaciones heterosexuales. 33
nante de perversiones: fetichismo ( término forjado por Binet), exhi- Es frecuente entre los médicos de la época la idea de que la neuras-
bicionismo, homosexualidad, pedofilia, zoofilia, gerontofilia y autoero- tenia puede tener como causa la masturbación. También comienza a
tismo. Los estudios se multiplican hasta el punto de que un ]ahrbuch ver la luz la idea de que esta afección puede provenir de otras causas
f iir sexuelle Zwischenstufen ( Anuario para el estudio de las variaciones sexuales, por ejemplo el coitus interruptus: en 1890, Peyer, de Zurich,
sexuales) apareció en Alemania a partir de 1899, popularizando espe- citó una docena de autores en apoyo de esa hipótesis. La idea de que
cialmente la noción de trasvestismo; en 1899 tuvo 282 páginas y pasó la insatisfacción sexual se encuentra en el origen de la histeria es co-
a 1368 páginas en 1903. Havelock Ellis recogió la herencia, en Ingla- mún y antigua. Fue combatida en el célebre Traité de l'hystérie
terra, con sus Studies on the psychology of sex, que aparecen a partir ( 1859) de Briquet, quien prefirió vincularla con una extrema emoti-
dr 1899. vidad. Pero en Viena, Moritz Benedikt mantuvo el punto de vista clá-
sico: relacionó la histeria con los desórdenes de lo que llamó. la libido;
Cierto número de cuestiones importantes era, pues, corrientemente
publicó cuatro casos de histeria masculina y mostró que sufrieron se-
discutido en los círculos médicos. Las desviaciones sexuales, ¿ son inna-
vicias cuando niños; sostuvo que la obligación de guardar el secreto
tas o adquiridas? Los adeptos de la teoría de la degeneración ( More!, sobre su vida sexual es patógena para las mujeres; preconizó la psi-
Magnan, Krafft-Ebing) vieron en ellas un origen constitucional. En coterapia ele la histeria por medio de la electroterapia. H. Cross, el
cambio, para los educadores era evidente, por ejemplo, que la homo- criminalista austriaco, mostró cómo una frustración del instinto sexual
sexualidad resultaba favorecida por los internados de jóvenes en las se encuentra en el punto de partida de determinados crímenes. Según
escuelas, el ejército, la marina, las prisiones. La opinión según la cual Krafft-Ebing, la abstinencia sexual puede tener como efectos la agi-
el origen de ciertas perversiones se encuentra en los acontecimientos tación, el insomnio, incluso alucinaciones. Por último, la importancia
de la infancia comenzó a salir a luz. J.-J.Rousseau había mostrado de la vida amorosa en la creatividad, el papel de la sexualidad en los
cómo una azotina en las nalgas, recibida de una joven mujer cuando genios, el origen sexual del sentimiento estético y del sentido de lo
él tenía ocho años, fue el punto de partida de las anormalidades de bello eran ideas corrientes en numerosos autores del siglo XIX.
su vida sexual. En 1894, Féré publicó el caso de dos mujeres que
habían sido objeto de caricias sexuales por parte de sirvientas y en
quienes la homosexualidad había aparecido en circunstancias difíciles Freud y el pensamiento judío
de sus vidas. Theodor Meynert, uno de los maestros a cuyo lado Freud
trabajó algún tiempo, sostuvo, según su experiencia clínica, que la He examinado, acaso un tanto extensamente en razón de su diversi-
homosexualidad siempre es adquirida; publicó el caso de un necrófilo dad y riqueza, la formación científica de Freud. Tal formación,
cuya perversión se instaló cuando conoció su primera emoción sexual sin embargo, ocupó el tercer lugar en el orden cronológico, precedida
a la vista de los cádaveres desnudos de las mujeres, en la morgue don- como estuvo por una formación espiritual judía en primer término,
de trabajaba. Théoclule Ribot, en La psychologie des sentiments (Pa- luego por una formación literaria y filosófica, sobre las cuales convie-
rís, 1896), clasificó las desviaciones sexuales según sus diferentes cau- ne volver ahora. En efecto, fue en la medida en que las mismas rena-
sas: a) anatómicas y fisiológicas; b) sociales ( comunidad de hombres) ; cieron de alguna manera, entre 1895 y 1900, en el pensamiento de
e) psicológicas inconscientes ( emociGnes sexuales infantiles que pro- Freud, demasiado exclusivamente "científico" a la sazón, como el psi-
dujeron asociaciones precoces y definitivas); d) psicológicas conscien- coanálisis pudo ser inventado.
tes ( imaginación erótica) . Como ya se ha señalado, Freud repétirá a lo largo ele toda su vida
La noción de una psicogénesis de las perversiones suscitó, como es que fue un librepensador; no tuvo la fe, le repugnó toda práctirn re-
natural, tentativas para tratarlas por lo que más tarde se llamó tera- ligiosa. Al mismo tiempo, aceptó plenamente la herencia judía, supo
pia conductual. Así Charcot y Magnan, en 1882, mostraron a un
ss Veinte años más tarde, en 1933, Magnan publicó el final de b historia:
homosexual masculino una imagen de hombre desnudo a fin de exci- el paciente ~e casa pero recae entonces en sus hábiros homosexuales, y ello en
tarlo, y luego, de inmediato, una imagen de mujer desnuda, hasta que el momento mismo de la primera publicari6n de su caso.
124 FREUD HASTA 1895 FREUD Y EL PENSAMIENTO JUDÍO 12,
hacer frente a las vejaciones antisemitas que a veces se producían en mentas dice: "Fue durante el séptimo año de tu vida cuando el fü .
los lugares públicos, a veces en los laboratorios; persistió en su ambi- píritu del Señor te incitó a estudiar. Diré que el Espíritu del Señor
ción universitaria a pesar de la desventaja que su origen representaba te habla así: 'Lee en mi libro, allí se abrirán para ti las fuentes de
a los ojos de algunos responsables de los poderes públicos, se solidari- conocimiento del espíritu ... ' Es el Libro de los Libros, el pozo que
zó con sus paisanos. Todos los amigos que frecuenta y muchos de los cavaron los Sabios y de donde extrajeron los legisladores su conoci-
pacientes que trata son judíos. En 1895, ingresó en una especie de lo- miento" (J I, ing y fr 21-22). La idea de que el mundo está regido
gia masónica judía, B'nai B'rith, que frecuentó, durante mucho tiem- por una inteligibilidad secreta y que se asemeja a un gran libro que
po, muy regularmente, cada quincena y a la que declaró al festejarse se debe descifrar la debió Freud a su familiaridad con la Biblia.
su septuagésimo octavo aniversario: "Comprendí que sólo a una na- Otros dos rasgos de la cultura judía contemporánea fueron notorios
turaleza de judío debía las dos cualidades que se habían tornado in- en él. Es muy conocido el primero, que consiste en incesantes referen-
dispensables en mi difícil existencia. Porque era judío me vi liberado cias a frases ingeniosas y chistes judíos. El segundo ha sido señalado
de muchos prejuicios que en otros limitan el empleo de la inteligen- por Schur (S 25-26): se trataría de la sobrevivencia de ciertas supers-
cia; en tanto que judío, estaba listo para pasar a la oposición y re- ticiones relativas a los nombres y a los números. Por ejemplo, el lunes
nunciar a entenderme con 'la compacta mayoría'" (A los miembros será un "mal" día pues en el relato que de él da el Génesis Dios no
de la asociación B'nai B'rith, 6 de mayo de 1926, C 398) .8 ' concluyó el segundo día de la creación (para los judíos la semana
Sigmund heredó ese conjunto de actitudes de su padre, Jacob, espí- comienza el domingo) con el juicio: "esto es bueno", mientras que
ritu libre y esclarecido, orgulloso de ser judío, pero que nunca obser- el viernes, que corresponde al sexto día, el de la creación del hombre
vó escrupulosamente las reglas de la religión. En las comunidades li- y del juicio divino: "es muy bueno", será un "muy buen" día. El nú-
bres de Moravia y Galitzia, a mediados del siglo xix, se hablaba el mero 17, que en hebreo se pronuncia como la palabra que significa
yiddish y generalmente también el alemán. Además, todos los niños "vida", sería un "buen" número (durante años, Sigmund celebró ca-
aprendían el hebreo, y los más dotados -tal el caso de J acob Freud da mes el 17, día de su compromiso con Martha), mientras que 52,
y luego el de su hijo Sigismund- llegaban a leer pasajes de la Biblia que se pronuncia igual que "perro", sería un "mal" número: el quin-
en esa lengua. Por lo demás, fue en Viena donde Sigismund apren- cuagésimo segundo aniversario es considerado, especialmente entre los
dió a leer y ya se ha mencionado la veneración que sentía ( y que hombres, como crítico; temor que, como veremos, perseguirá a Freud.
nunca cesó) por su profesor de hebreo, Samuel Hammerschlag. Pero El número 36, que corresponde a la combinación de dos letras hebrai-
la lectura de la Biblia le fue singularmente facilitada por una inicia- cas, lamed y vov, es también importante. Según la tradición hasídica,
tiva de su padre, que se la hizo conocer en la edición, que pasaba siempre hay treinta y seis justos sobre la tierra; cuando alguno mue-
entonces por revolucionaria, de los hermanos Philippson; edición bi- re, Dios impone uno nuevo, generalmente un joven pobre de origen
lingüe (hebreo-alemán) , anotada con comentarios extraídos de la ar- humilde: Sigismund, enfrentado a las dificultades materiales de su
queología, la lingüística, la historia comparada de las religiones y, por adolescencia, ¿ no habrá una que otra vez nutrido la esperanza de ser
último ( un colmo a los ojos de los judíos ortodoxos para quienes toda el objeto de semejante elección?
representación de Dios en imágenes está prohibida), abundantemente ¿ Hay que ir más lejos y colocar a Freud, como lo hizo Bakan
ilustrada. Sigismund sacó de ahí los dioses egipcios con cabeza de ga- {1958), en la tradición mística judía, especialmente en la de la cába-
vilán que figuraron en un sueño de angustia que data de su puber- la, de donde habría sacado su gusto por los juegos basados en los nú-
tad, "Madre querida y personajes con pico de pájaro", único sueño meros y por el sentido criptográfico de las palabras? Además de que
de su infancia cuyo recuerdo conservaba en 1895 y que más tarde ana- esta hipótesis no goza del beneplácito general de las personas que po-
lizó ( cf. p. 328). Cuando cumplió treinta y cinco años ( 1891), Jacob seen a la vez una sólida cultura judía y psicoanalítica, desearía desta-
le remitió, como recuerdo y regalo, un ejemplar del segundo volumen car mis reservas respecto de toda tentativa de explicación sociológica
de esa edición, con una dedicatoria en hebreo, uno de cuyos frag- e1' lo concerniente al descubrimiento freudiano . Si supersticiones, tra-
diciones esotéricas y folklore judío permanecieron presentes en Freu'1,
a, La expresi6n "compacta mayoria" fue utilizada antes en Mi vida y el fue a título de "restos diurnos". Su preconsciente los utilizó como
psicoanálisis (1925d, GW XIV 33, SE XX 9, fr 14); es una cita de El ene- unos materiales entre otros para un trabajo psíquico que tuvo por
migo del pueblo de lbsen. efectos principales la reforma de sí mismo y la teoría psicoanalítica
126 l'REUD JL\STA ] 895 FREUD Y LA CULTURA GENERAL 127
imitada de Goethe, que entraba en resonancia con fantasías persona- sayista ruso Dmitri Merejkovski ( 1865-1941) : La novela de Leonar-
les. Por primera vez, entonces, un viraje importante de su vida inte- do de Vinci o la resurrecci6n de los dioses ( 1902).
lectual resultó de la conjunción de una mitología y una fantasía.
El gusto por la lectura jamás abandonó a Freud. Por ocupado que Sin pretender la exhaustividad, he cotejado las referencias literarias
estuviese en sus investigaciones de laboratorio, en sus visitas a la clien- que se hallan en las cartas a Martha y a Fliess y en las obras publi-
tela, en sus cargas familiares, gracias a una facultad bastante excep- cadas ( o solamente redactadas) por Freud hasta 1901, a fin de ob-
cional de concentración y asimilación, y según el ejemplo de sus maes- tener una muestra más representativa de su cultura general. He aquí
tros, nunca dejó de cultivarse, de leer las obras maestras de la lite- a lo que he llegado.
ratura -las que su época juzgaba así, pero sobre las cuales ejerció Como era de esperar, son los escritores alemanes los que Freud cita
un juicio enteramente personal- y que aparecían en alemán, en in- ron más frecuencia ; Goethe, con gran ventaja, encabeza la lista, Schi-
glés y en francés, así como obras generales sobre la filosofía, la re- ller es el segundo. Luego, en lo que atañe a la Edad Media, se en-
ligión, la historia. Aunque la referencia que ahora sigue haya sido cuentran las leyendas anónimas Nibelungenlied; en cuanto al siglo
posterior a la época que nos interesa, la inserto aquí pues constituye
xvm, los poetas, novelistas o dramaturgos Bürger, Früchtegott, Her-
un buen testimonio del permanente interés de Freud por la literatura
der, Kortum, Lessing, Lichtenberg, Schiller, el arqueólogo Winckel-
y las ciencias humanas. En 1907, respondió a la encuesta de un pu-
mann . En lo concerniente al siglo xrx, el primero es Reine, el judío,
blicista vienés que le solicitaba indicar "diez buenos libros" ( citado
el rebelde, el proscrito, cuya tumba Freud visitó en París y que fue su
en Eissler, 1951 ) , nombrando :
preferido durante mucho tiempo, seguido de cerca por los hermanos
O tres escritores de lengua inglesa: el cuentista Rudyard Kipling Grimm, célebres por sus cuentos, pero las novelas y relatos del suizo
(1865-1936): The Jungle Book (1894); el historiador Thomas B. Ma- Conrad-Ferdinand Meyer comienzan a entusiasmarlo más que todas
las demás obras contemporáneas . A su amplia curiosidad responden
caulay (1800-1859): Essays (1825-1843), y el humorista estadouni-
dense Mark Twain ( 1835-1910) : Sketches; aut ores tan variados como Fritz Reuter, escritor regionalista mecklem-
burgués que erigió el bajo alemán (Plattdeutsch) en lengua literaria,
O dos novelistas franceses: Anatole France (1844-1924): Sur la pie- y cuatro dramaturgos: Héinrich von Kleist y Grillparzer, glorias na-
rre blanche (1905), y Émile Zola (1840-1902): Fécondité (1899) o cionales respectivas de Alemania y Austria, el húngaro Herzl, futuro
Le Docteur Pascal (1893); fundador del sionismo, y el escandaloso Panizza lleno de ultranzas
anticatólicas y libertinas. Los románticos Jean-Paul y Novalis sólo
O tres escritores de lengua alemana: dos novelistas suizos, Gottfried apa recen de paso. Y aun se encuentran, citados por Freud, los nove-
Keller (1819-1890): Die Leute von Seldwyla (La gente de Seldwyla) listas o cuentistas ( alemanes, austriacos y suizos) Busch, Jacob-Julius
( 1856); Conrad-Ferdinand Meyer ( 1825-1898): Huttens letzte Tage David, Fontane, Gottfried Keller , Otto Ludwig , Scheffel, Arthur
( Los últimos días de H utten) ( 1871) ; y el célebre helenista vienés Schnitzler, Vischer, los dramaturgos Fulda, Louis Schneider, Wil-
Theodor Gomperz, descendiente de una rica familia judía ( 1832- bran dt , los poetas Anastasius Grün, Lenau, Uhland y numerosos histo-
1912): Griechische Denker (Los pensadores de Grecia); ria dores, mitólogos y arqueólogos de la antigüedad grecolatina.
Entre los filósofos de lengua alemana conoce a Kant, Schelling,
O la traducción alemana de un novelista holandés, Multatuli: Brief e Brentano y Hartmann. En Die Tra umdeutung citará por primera vez
und Werke (Cartas y Obras) ;86 a Schopenhauer, quien "llama al sueño una corta locura y a la locura
u 'l largo sueño" ('Td 94, ID 90, IR 85) y cuya importante teoría de
O y por último, también en traducción alemana, el historiador y en- la repr esentación destacárá igualmente (Td 39, ID 36, IR 41); tam-
bién, sin nombrar al autor, evocará la expresión de Nietzsche, aplicada
36 Llamado en realidad Edward Doyweac Dekker ( 1820-1887), hizo su seu- al sueño, sobre la "trasvaluación de los valores" (Td 335, ID 330, IR
dónimo de la expresión latina multa tuli ( es decir, a la vez "he soportado mu-
cho" y "he aportado mucho"); su novela Max Hauelaar (1860), donde acu-
284; UT 668, OD 655, RI 53). Ignora y continuará ignorando tanto
saba a los explotadores de las colonias de su país en Indonesia, lo volvió cé- a Marx como a Hegel; respecto a este último parece compartir un
lebre , especialmente en Austria, donde era tenido por revolucionario. juicio de Reine que le gusta recordar: "Con ayuda de sus gorros de
130 FREUD HASTA 189.:i FREUD Y LA CULTURA GENERAL 131
dormir y los jirones de su bata, tapa los agujeros del edificio universal" Freud ama la gran pintura clásica. Ha leído la Vida de los pintores
(c. a Martha del· 23 de oct. de 1883, C 84). italianos del Renacimiento, escrita por un contemporáneo de los mis-
En la cabeza y el corazón de Freud, la literatura inglesa ocupa el mos, Vasari. De su visita al museo de Dresden retuvo a Van Dyck,
segundo rango: la lee de corrido en el texto original y el país elegido Veronés y sobre todo la Madona de Holbein y El denario de César del
por sus hermanastros es para él un país de sueño. Shakespeare y casi Ticiano. Le gustan los grabados ( Callot: Les grandes miseres de la
todas sus tragedias aparecen con la mayor frecuencia bajo su pluma. guerre; Gustave Doré, ilustrador de Orlando furioso y Don Quijote;
Se refiere también al Leviathan de Hobbes, a Los viajes de Gulliver de Jules Garnier, el ya citado ilustrador de Rabelais) y, finalmente, el
Swift, al Paraíso perdido de Milton, a La riqueza de las naciones de pintor suizo contemporáneo Arnold Bocklin, poderoso, atormentado,
Adam Smith y, en cuanto a los contemporáneos, a los filósofos J.S. muy apreciado entonces ( actualmente el museo de Basilea le consagra
Mili y Spencer, al biólogo Darwin, a la novelista George Eliot, a los siempre varias salas), tres de cuyos cuadros, de títulos evocadores,
novelistas Kipling, Kingsley, Haggard, a los poetas Swinburne y Tenny- ~erán citados por Freud entre 1897 y 1901: Villa romana, La isla de
son, al indólogo Max Müller. Entre los psicólogos retienen su aten- los muertos, Castillo en ruinas.
ción el inglés Galton y el norteamericano Baldwin, pero no William Por último, contrariamente a lo que se ha dicho a menudo, Freud
James. no es insensible a la música. Le gustan mucho la ópera y la opereta,
En lo que concierne a la literatura francesa, la poesía está ausente como cabe a un vienés de la segunda mitad del siglo XIX. Sabemos que
de sus referencias, sin duda porque domina menos bien la lengua, apreció particularmente las siguientes obras: La flauta encantada,
así como la filosofía, por cuanto el racionalismo latino, como dirá más Don Juan, Las bodas de Fígaro, de Mozart; La bella molinera, de
tarde , no le cuadra. Le encanta el Gargantua de Rabelais en la edi- Müller, con música de Schubert; Fidelio y el ·Himno a la alegría de
ción ilustrada por Jules Garnier, Le malade imaginaire de Moliere Beethoven; Freischütz, de Weber; La bella Helena, de Offenbach;
( de quien vio, al llegar a París, y con bastantes dificultades para se- Carmen, de Bizet; Los maestros cantores de Nuremberg ( que escuchó
guirlo, Le mariage forcé, Tartuffe y Les précieuses ridicules), Can- en 1898) y Tannhaüser, de Wagner.
dide de Voltaire, las Conf'!ssions de J.-J.Rousseau, Le mariage de Fí-
Después de esta revisión, piensa uno que Freud podría haber toma-
garo de Beaumarchais, N otre-Dame de París de Victor Hugo. De Pas-
do como divisa el célebre verso del autor cómico latino Terencio:
cal, al comienzo de su artículo en francés "Obsessions et phobies"
"Soy hombre y nada humano me es ajeno." Pero en 1895, esta consi-
( 1895c), sólo evoca la angustia de sentir un abismo a su izquierda,
derable cultura permanece aún latente o, mejor, disociada de su tra-
angustia cuya existencia reposa en realidad sobre testimonios tardíos
bajo científico. Sólo hay una media docena de referencias literarias en
y dudosos . Entre los contemporáneos, además del ya citado historiador
toda s~ obra publicada hasta esa fecha, con excepción de los Estudios
Thiers, retiene a los dramaturgos Victorien Sardou (cuya Théodora sobre la histeria ( 1895d), que traen diez. Cinco años más tarde Die
vio en París) y Alexandre Dumas hijo, autor de la célebre Dame aux Traumdeutung ( 1900a) contendrá una centena y Psicopatología de
camélias, y los novelistas Daudet, France, Maupassant, Zola, quizá la vida cotidiana ( 1901b) casi la misma cantidad, aunque muchas
Paul Bourget, y finalmente los psicólogos Binet y Taine. fueron introducidas en esta última obra en el curso de las sucesivas
En cuanto a las otras literaturas, no es seguro que ya en 1895 haya reediciones y según las sugestiones de sus discípulos. Fue su autoanáli-
comenzado la lectura de Dostoievsky, a quien más tarde consagrará un sis el que le hizo posible la realización de la síntesis entre sus conoci-
estudio ( 1928b) ; lo apasionan dos noruegos, el dramaturgo Ibsen y el mientos científicos y su baga je cultural.
explorador Nansen, y dos dinamarqueses, el cuentista Andersen y el Para completar este cuadro debemos añadir dos observaciones. La
novelista Jacobsen (la madre de Martha aún recuerda la lengua sueca primera apunta a destacar la cultura literaria de los grandes médicos
aprendida en su juventud y sus dos hijas manifiestan un vivo interés, que Freud tomó sucesivamente como modelos durante sus años de
que hacen compartir a Sigmund, por la literatura y la mitología es- formación: ellos mismos escritores o amigos de escritores, la vida
ca ndinavas) ; por último, es un curioso de las antiguas literaturas ára- científica no les parecía separable de un buen conocimiento de la
be \ los Maqámát o "Conversaciones en círculo" de Al-Hariri, hacia literatura contemporánea. Brücke escribió sobre los fundamentos cien-
el siglo x) e hindú (Hitopadefa o "La instrucción provechosa", de tíficos de las bellas artes, sobre la base psicológica de la poesía alemana
Na rayana, en la misma época) . e inventó la Pasigraphia o escritura universal (E 431). Breuer, Mey-
FREUD Y LA CULTURA GENERAL 13:l
132 FREUD HASTA 1895
bre la emancipación de la mujer, Platón, La cuestión social, El socia-
nert, Charcot tienen muchas relaciones literarias. El común denomina- lismo ( 1880a). El filósofo vienés Brentano que acabamos de evocar,
dor es indiscutiblemente la curiosidad por lo nuevo, el valor acordado padre de la fenomenología, que publicó en 1874 su obra fundamental,
al trabajo creativo. ¿ Qué hay de asombroso en el hecho de que los La psicología desde el punto de vista empírico, y cuyos cursos siguió
más dotados de aquellos que se educaron en tal ambiente se afirmen a Freud durante tres semestres, lo había recomendado a Theodor Gom-
su vez como pioneros en sus dominios? Hacia 1895, Jean-Baptiste perz, editor alemán de Mill, cuyo traductor acababa de morir. Si se
Charcot (1867-1936), médico como su padre, Jean-Martin, se con- puede dudar en formular la hipótesis de una influencia de Brentano
virtió en explorador polar. Se recuerda el nombre de su barco, al que sobre Freud, como lo ha sostenido Merlan ( 1945 y 1949), la de Mill
hizo famoso antes de desaparecer con él: se llamaba ¿Por qué no? es tanto más indiscutible cuanto que Freud hablará de ella unos po-
Nuestra segunda observación concierne a la originalidad de los iti- cos años después, abundante y elogiosamente, a su novia (c. a Mar-
nerarios intelectuales seguidos por algunos grandes espíritus que Freud, tha, 15 de nov. de 1883, C 86) El ensayo Sobre la emancipación de
en Viena, tomó ocasionalmente como modelos. Ya he evocado la la mujer le suministró ejemplos de la "amarga hostilidad desplegada
audacia de Krafft-Ebing al establecer la nomenclatura y la descrip- por las mujeres contra los hombres", que analizará más tarde en sus
ción de las perversiones sexuales. Desearía volver sobre Franz Brentano trabajos sobre la psicología femenina. El segundo ensayo de Mill cons-
(E 541-542): miembro de una familia ilustrada por un gran poeta tit\lye, junto con Los pensadores griegos de Gomperz, que Freud citó
y un buen economista, este dominicano profesor de filosofía en Würz- en su lista de diez "buenos" libros, su principal fuente de informa-
burg, abandonó la Iglesia católica al promulgarse el dogma de la ción sobre Platón: la teoría de la reminiscencia le llamó particular-
infalibilidad pontificia y fue a establecerse en Viena, ¡ esa Viena aco- mente la atención y el método catártico de Breuer (hacer resurgir
gedora de los desviados y los marginales, sea lo que fuere lo que diga por hipnosis los recuerdos reprimidos de los traumatismos) le pare-
Freud más tarde! Allí enseñó filosofía como simple Privat-Dozent, ció su ilustración concreta. Por último, el principio del placer, fun-
raro ejemplo de regresión en la carrera universitaria. Muy brillante, damento del utilitarismo de J. S. Mill, continuó siendo familiar para
dotado, gracioso, se lo comparaba con un Cristo bizantino; hubo, en- Freud a causa de su predilección por los psicólogos empiristas ingle-
tre sus auditores, nombres que se tornarían célebres: Husserl, Masa- ses. La meta de la conducta humana es la búsqueda del placer y la
ryk, Kafka, Rudolf Steiner y Freud. Erudito, lógico, dotado para las evitación del sufrimiento: en 1895, Freud estaba dispuesto a ver en
lenguas, ingenioso ( era cierto tipo de hombre que la cultura segrega- ello un principio básico del funcionamiento de lo que aún no llama-
ba en el siglo xrx, particularmente en los países germánicos), ideó ba aparato psíquico.
un tipo de enigmas, fundados en complicados juegos de palabras, que En materia de influencias filosóficas más r.ecientes, Freud se some-
denominó dal-dal-dal y que hicieron furor en Viena. Por último, en- tió únicamente a las que tenían la misma dirección que sus investiga-
señó una filosofía basada en la intencionalidad, es decir, en una ciones. La noción de inconsciente nada tiene de sorprendente para
actitud interior dinámica y no consciente. En esta personalidad bas- alguien que ha sido educado en la cultura germánica. Comenzó con
tante poco ortodoxa, no sólo aceptada sino querida en Viena, · Freud las "percepciones confusas" de Leibniz; se desarrolló con Herbart; se
encontró ciertamente un ejemplo a seguir en materia de intransigen- reforzó con la corriente romántica y luego, con Schopenhauer, culmi-
cia en las ideas, de rigor en el razonamiento, de interdisciplinariedad nó en una obra célebre ( conocida por Freud, publicada en 1859):
de los conocimientos, de humor espontáneo y de deseo apasionado y Philosophie des Unbewussten (Filosofía del inconsciente), de E. von
pasional por comunicarse. Hartmann. El 25 de mayo de 1895, finalmente, Freud escribió a Fliess
La vasta cultura de Freud tiene, como complemento, reales cuali- haberse sentido "vivamente interesado" por la obra de W. Jerusalem
dades de escritor. La pureza y claridad de su estilo, sensibles en la Urteilsfunktion (La función del juicio), recién publicada; el autor,
mayoría de sus contribuciones científicas, se unen a la elegancia en muy al corriente de los trabajos sobre la hipnosis, sostenía la "exis-
las cinco obras que tradujo al alemán. He señalado las últimas cua- tencia de fenómenos psíquicos inconscientes". Ahora nos resulta fácil
tro, dos de Charcot ( 1886/, 1892-1893a) y dos de Bernheim ( 1888- ver que lo que todos estos filósofos describieron con el término de
1889, 1892a), porque se trataba de contribuciones médicas. En cam- inconsciente es lo que hemos aprendido a llamar, desde Freud, el
bio la primera, que lo ocupó durante su servicio militar, fue la de preconsciente. En 1895, el inconsciente propiamente dicho, en el sen-
textos filosóficos ingleses que constituyen el último tomo ( el XII) de tido psicoanalítico, todavía no ha sido inventado. En este punto es-
las Obras completas de John Stuart Mill (1806-1873), a saber: So-
134 FREUD HASTA 1895 1rirnt11J Y LA CULTURA GENE RAL 135
toy en desacuerdo con la tesis sostenida por Ellenberger ( 1970) en d11cta del rodeo en el mono y viera en ella el acto dr emergencia
su obra The discovery of the unconscious, según la cual Freud no ha- d1~ la intelige ncia pr áctica en el curso de la larga evolución de las
bría hecho más que retomar las ideas de sus innumerables predece- "~p1·cies,Fre ud comprendi ó qu e la condu cta del rodeo era fundamen-
sores. Hasta Freud, en efecto, la noción de inconsciente fue un con- 11d en el p ensamie nto hu ma no, mientras que hasta entonces había
cepto límite, utilizado únicamente desde los puntos de vista dinámico 1:,<loacantonada en la retórica y en la estrategia militar o galante:
y económico . La idea de ligar el cuerpo erógeno y la sexualidad al la digresión pemü te la progresión en la trasgresión, es decir, la inte-
inconsciente, la idea de describir en éste contenidos fantaseados es- 1i¡~l'ncia de la vida psíqui ca p ersonal y de sus conflictos internos. Pero
pecíficos, la idea de vincular su desarrollo a las sucesivas experiencias 1111:i intuició n no se vu elve un concepto a menos que pueda insertarse
infantiles , la idea de ver en el sueño o el síntoma una manifestación rn un sistema simbólico qu e garantice su validez. Para Freud, tal sis-
de esos contenidos producida por la conjunción de mecanismos de 1rrna fue doble : científico y literario: de Brücke y la escuela de
defensa y de procesos de representación, todas esas ideas pertenecie- l lt•lmholtz, sacó su confianza absoluta en la universalidad de la cau-
ron sólo a Freud. Además, en 1895 Freud está lejos de conocer todos ,d ,dad y del determinismo ; pero fueron los escritores quienes le dieron
los trabajos de los precursores que ahora se le asignan: incluso fue ,~guriclad en el pod er creador de las asociaciones libres: Schiller entre
porque los conocía relativamente poco por lo que no se vio dema- ellos, que Freud conocía bien. Con toda n aturalidad se refirió a él
siado obstaculizado por sus ideas superficiales, defensivas y contradic- 1 uando, en la segunda edición de Die T raum deutung ( 1909), insertó
torias. Efectuó sus descubrimientos desinteresándose de todo lo que d siguiente m iembro de frase (que subr ayo) en un pasaje relativo a
habría podido aprender de inútil en los libros, y poniéndose, con sus 11 método: "En rea lidad, no es muy difícil retirar así la guardia que
pacientes y consigo mismo, a la escucha de los hechos. De Pierre Janet, nda en las p uer tas de la razón, como dice Schiller, y colocarse en
que en París trabaja al mismo tiempo que él en Viena, sobre el mis- r;lado de au to-observac ión sin crí tica; la mayoría de mis enfermos
mo tipo de enfermos y con un método hipnótico análogo, no tratará lo logran al prime r intento, y yo mismo lo hago fácilmente, sobre todo
de saber nada: Janet se detendrá a mitad de camino, cumpliendo ~¡ escribo cua ntas ideas se me ocu rre n, lo que constituye un gran :soco-
una obra personal, muy rica clínicamente pero insuficiente para fun- 110" (Td 108, ID 103, IR 96) . Alusión a una carta de Schiller a
dar una práctica y formar discípulos; Freud , porque fue hasta el fin, Kürner, fech ada el 1 de diciembre de 1788, exhumada por Otto Rank
alcanzó en cambio esa doble meta. Por cierto, tuvo necesidad de y citada ju sto an tes por Freud, siempre como aditamento a dicha se-
alientos y confirmaciones. Los encontró en algunas intuiciones o en gunda edic ión. Ob sérvese de paso que la invitación a escribir libre-
algunas formulaciones felices debidas a otros investigadores que tra- 111enteserá pr esent ada como la trasposició n autoanalít1ca de la regla
bajaban con diversos modos de aproximación: médicos, psicólogos, fundame ntal de habl ar libreme nt e. El psicólogo inglés Galtun, que se
poetas, filósofos. Pero sabía que para elaborar una verdadera obra interesó en la psicología del genio y en la experimentación sobre las
científic a, la intuición y la expresión feliz no bastan, por necesarias asociaciones de ideas, y a qu ien , según Zilboorg ( 1952), Freud habría
que sean: son precisos además un método y una teoría apropiados para leído, reafirmó el poder creador de las asociaciones libres. Mucho
los hechos qu e se estudian. más ta rde, Freud ( 1920b) atribuyó "la oscura presriencia" del valor
A la literatura debió, si no el método mismo, al menos la confian- de su méto do a la lectur a de su prime r au tor favorito, Ludwig Borne
za en su validez. Se trata del método de las asociaciones libres. Con ( 1786-1837) . Este escritor jud ío, idealista, ardiente defensor de la
seguridad Fr eud fue puesto en el buen camino por sus propios pacien- liberta d, de la justici a, de la sinceridad, h abía sido un heraldo de la
tes ; en primer lugar, como ya se dijo ( cf. p . 88) , por Emmy van guerra de liberación aleman a contra Napoleón, y luego de la lucha
N ... , y luego por aquellos a los que aplicó la técnica de la concen- cont ra todas las formas d e opresión. Freud fue a visitar fü tumba
tración mental: cuanto menos los hostigaba, más salían de su resis- ( así como 1~ de H eine) dur ant e su estadía m París. Las Obras com-
tencia muda para entregarse a digresiones y más se revelaron tales di- J1letas de Born e, que le fuero n obsequi ad as en su décimocuarto aniver-
gresiones, que al principio creyó que estaban sólo al servicio de la 5ario, eran los úni cos libro s de su ado lescencia que conscn ·:-..ba en
resistencia , como el camino más natural para rodear tal resistencia y 1895. Le asombró encontrar allí, posteriormente, un ensayo de 1823
aproximarse al recuerdo penoso, reprimido y no obstante vivaz. En de impr esionante título: Cómo llegar a ser un escritor original en tres
psicología, la línea recta no es el camino más corto entre dos pun- días, que apa rentem ent e habí a olvidad o por completo mientras que
tos. Mucho antes de que Kohler observara experimentalmente la con- recordab a otros num erosos pa sajes de l mismo voluu1Pn; tal ensayo con-
136 FREUD HASTA 1895 FRE UD Y FLIESS 137
cluye así: "Les doy ahora la prometida receta práctica: tomen algu- angustiado por cierto, pero ávido de ver y sin privarse de hacrrlo;
nas hojas de papel y, durante tres días seguidos, escriban todo lo que luego volvió, en su cabeza, sobre esta escena para comprenderla me-
se les pase por la cabeza, sin desnaturalizar nada y sin hipocresía. jor , a la vez recordando y fantaseando lo que había visto y oído. Tal
Escriban lo que piensan de ustedes mismos, de sus mujeres, de la es, en mi opinión, una de las raíces de la imaginación creadora, una
guerra turca, de Goethe, del crimen de Fouk, del Juicio final, de los de las fuentes de la riqueza futura de las asociaciones libres del suje-
superiores jerárquicos, y, al cabo de esos tres días, se quedarán estu- to ya convertido en adolescente o. adulto.
pefactos al ver cuántos pensamientos nuevos, nunca expresados, han Volvamos a la relación entre la creación literaria y el descubrimiento
brotado de ustedes. He aquí en qué consiste el arte de llegar a ser un del psicoanálisis. Freud lo apunta ya en Estudios sobre la histeria:
escritor original en tres días." "Me asombro al comprobar que mis observaciones de enfermos se leen
Estoy en desacuerdo con Jones cuando atribuye la adopción, por como novelas y que no llevan, por así decirlo, ese sello serio propio
Freud, del método de las asociaciones libres a "su poco común aptitud de los escritos de los científicos. Me consuelo diciéndome que tal estado
para la paciencia" y "también al elemento de pasividad que le era de cosas es evidentemente atribuible a la naturaleza misma del tema
propio" (] I, ing 269, fr 270-271). Freud, en realidad, dio en su vida tratado y no a mi elección personal. Cuando se trata de estudiar la
muchas pruebas de la más violenta impaciencia (sin la cual se habría histeria, el diagnóstico por localización, las reacciones eléctricas im-
dejado frenar con frecuencia por maestros, colegas y discípulos inca- portan poco, mientras que una exposición detallada de los procesos
paces de seguir sus progresos intelectuales). La impaciencia le es psicológicos, como la que se acostumbra encontrar en los novelistas,
natural. Una paciente resignación sólo se descubre en él frente a lo me permite [ ... ] adquirir algunas nociones sobre el desarrollo de una
que depende del orden de la necesidad, del principio de realidad. histeria" (1895d, GW I 226-227, SE II 160-161, fr 127-128). Con
Incluso esta actitud no maduró en él sino con la disminución normal frecuencia Freud envidiará el don que permite a los poetas una cap-
de la libido alrededor de la cuarentena y con la serenidad de haber tación directa de los procesos psíquicos, conocimiento que el científico
tenido éxito en la vida familiar 'y profesional. Ante s~s pacientes no obtiene sino al precio de un laborioso y largo trabajo.
( todavía no se retiraba detrás de ellos), Freud no se sentía pasivo en
modo alguno: por una parte, era voluntariamente distante según lo
requieren la deontología médica y con mayor razón el "análisis psí-
quico", y, por la otra, desplegaba una actividad mental intensa e 7. FREUD Y FLIESS
incesante, caracterizada por la interpenetración de los tres niveles, in-
consciente, preconsciente y consciente. Si queremos aferrarnos a térmi- Debemos volver atrás por última vez. En 1887, Freud conoció al oto-
nos psicológicos y morales, más bien convendría hablar de la humani- rrinolaringólogo berlinés Wilhelm Fliess ( 1858-1928), que se hallaba
dad, de la empatía, de la benevolencia de Freud. ¿No designó acaso realizando una residencia en Viena para completar su formación. Fue
a esa última cualidad como una de las virtudes necesarias del psico- Breuer quien los relacionó,' y de inmediato se agradaron mutuamente y
terapeuta?: "El procedimiento de marras [el método catártico] es comenzaron a escribirse. Cinco años después, el matrimonio de Fliess
fatigoso para el médico, le lleva un tiempo considerable y presupone con una rica vienesa, cliente de Breuer, llamada Ida Bondy, y la simi-
un gran interés por el hecho psicológico y mucha simpatía personal litud creciente de sus ambiciones científicas y de su interés por la
por los enfermos que trata. No podría imaginarme estudiando en sexualidad (al punto de que forjaron el proyecto de escribir una obra
detalle el mecanismo psíquico de una histeria en un sujeto que me en común) los fueron acercando cada vez más y los decidieron a
pareciese despreciable y repugnante y que, una vez conocido, fuese realizar regularmente un "congreso' ' entre ambos. El primero tuvo
incapaz de inspirar simpatía humana. Podría, en cambio, atender a lugar en Salzburgo en agosto de 1890, siguieron otros en Berlín en 1893,
cualquier enfermo de tabes, a cualquier reumático, sin preocuparme en Munich en agosto de 1894 y en Viena en febrero de 1895, pero no
por su personalidad" (Estudios sobre la histeria, 1895d, ,GW I 264, conocemos todas las fechas. Fliess, que con su mujer viajaba frecuen-
SE II 265, fr 213). Prefiero formular una hipótesis de tipo psicoana- temente a Viena para visitar a su familia política, evidentemente veía
lítico, y lo haré pensando en uno de los resultados de su autoanálisis: a Freud en cada una de esas ocasiones. Fliess tenía una personalidad
en Freud, se trata de una posición mentalmente activa frente a la seductora. Era un brillante conversador, curioso por todo, con ten-
escena primitiva. El niño Sigismund debió de asistir a tal escena, dencia a esclarecer su especialidad mediante relaciones con otros do-
138 FREUD HASTA 1895 1 IU'1J D Y FLIESS , 139
mm1os, víctima de "un amor inmoderado por la especulación y una d,• la dismenorrea. En su primer artículo ( 1893) describió una "ncu-
confianza igualmente ilimitada en sus propias hipótesis" (J I , ing 318, 1os1s nasal refleja", cuyos síntomas (jaquecas, dolores cardíacos, t:sto-
fr 319). Además, mientras que Viena estaba gobernada por el bur go- 111.icalesy lumbares, trastornos circulatorios, respiratorios y digestivos)
maestre antisemita Lueger, el liberalismo y dinamismo que rein an i1•111prepodían ser aliviados por una aplicación nasal de cocaína.
en Berlín bajo Guillermo II acabaron de rodear a Fliess, a los ojos de 1'no rsos síntomas correspondían a los de una de las neurosis actuales
Freud, con un halo envidiable. El intercambio con él se convirtió ,•st 11diadaspor Freud, la neurastenia, y el poder curativo de la cocaína,
gradualmente para Freud en un sustituto de la correspondencia amo- 1p11 · Lantos sinsabores había causado a su inventor, encontraba en ello
rosa con su prometida. La pasión que fluía por sus cartas, sus citas y 1111nuevo interés. También aquí la práctica se mezcló con la teoría:
sus regalos aparecía como puramente intelectual pero estaba man i- 1'1n1cl, que sufría de una supuración nasal, ya se ha hecho operar por
fie~tamente nutrida, y así lo confesará después Freud (] I , ing 348, l•'lll'ss (cauterización de los senos) en Viena, en febrero de 1895, y
fr 349), por tendencias homosexuales latentes. A ello convendría aña- 1\ dispone a retornar a Berlín, para una nueva operación, al final de
dir el carácter narcisista de la elección de objeto. Freud se mira en l;1~grandes vacaciones del verano de 1895.
Fliess, dos años menor, como en un espejo: el mismo medio (la pe- 1>csJe mediados de 1894, en plena redacción ele Estudios sobre la
queña burguesía judía), el mismo oficio, la misma preocupación l1i1teria, Freud se quejaba de su aislamiento: escribía a su correspon-
por asegurarse, cada uno en su especialidad, una clientela y por man- ¡] : "Desde que cesaron mis relaciones científicas con Breuer, estoy
tener una joven familia, la misma cultura general, el mismo deseo de 11·ducido a mí mismo; por eso todo avanza tan lentamente" (F, 22
fundar la psicología en la fisiología y la fisiología en la física y las d,· JUn. de 1894, al 105, ing 95, fr 86). Breuer se había negado seguir
matemáticas, la misma ambición de llevar a cabo un gran descubri- ,1 Frcud en el terreno de la sexualidad; terreno en el cual Fliess, en
miento. ,·:iu1bio, ingresa con audacia y resolución, fortificando a Freud en el
Para alcanzar este último objetivo, Fliess disponía de dos ideas: la , oraj e necesario para afrontar los tabúes interiores y la reprobación
primera consistía en que en todo ser humano existen, a semejanza de o<ial.
las mensuales menstruaciones femeninas, "períodos sexuales" cuya Conviene que nos detengamos un momento en este aspecto de sus
duración y ritmo de sucesión cíclica queda por establecer y que expli- , d aciones, pues ilustra uno de los procesos que entran en juego en la
carían la fecha de nacimiento y el sexo de los niños, la evolución del , reatividad. Efectuar un descubrimiento, componer una obra innova-
individuo, las fechas de sus enfermedades y de su muerte. Esta idea dora exige la superación de dos resistencias. Primero, una resistencia
provocó el entusiasmo de Freud por dos razones. Una razón teórica: 1·pistemológica, que los trabajos de Bachelard ( 1938) han puesto cla-
reducir la psicología, la vida a una fórmula matemática responde al 1,1mcnte en evidencia: lo que ya se sabe constituye una fuerza de iner-
ideal de la escuela de Helmholtz (en 1898, Fliess envió a Freud, como n a que paraliza la captación de lo nuevo. Inventar es contradecir, es
regalo de Navidad, dos volúmenes de Helmholtz). Una razón muy olvidar una adquisición tardía y compartida con muchos para zam-
práctica: "Si la concepción, como todos los procesos vitales, estuviese l111llirse,solo, en un estrato muy antiguo de sí mismo, recordar una
sometida a la ley de periodicidad establecida por Fliess, debería por illlagen personal que allí se encuentra depositada y hacer~ue a partir
cierto ser posible descubrir, en el ciclo menstrual, una fecha en la cual , lo:ella germine el descubrimiento, la obra. Sobreviene luego la segunda
el coito no comportaría ningún riesgo" (] I, ing 330 fr 331). Freud 11•sistencia, que no carece de analogía con lo que Freud, hacia el fin
. '
escribe a Fliess en 1893: "Te considero el Mesías que resolverá, de su vida, en Análisis terminable e interminable (1937c), describirá
gracias a algunos progresos técnicos, .el problema" (F, 10 de jul. de rnmo reacción terapéutica negativa. Consiste en una duda corrosiva
1893, al 86, ing 76, fr 69). En la primavera de 1895, reiteró: "Si y desmoralizadora acerca del valor de lo que se está encontrando y
verdaderamente has resuelto el problema de la concepción, no te ,obre la propia capacidad de llevar a término la demostración, la re-
queda nada más que elegir desde ahora la clase de mármol que prefie- dacción, la composición. Negación de la obra que se está a punto de
res" (F, 25 de mayo de 1895, al 130, ing 120, fr 107). Obsérvese la sacar fuera de sí mismo, negación de sí mismo como padre-madre po-
ambigüedad de la expresión: ¿ mármol de la estatua o mármol de la sible de esa obra de la que se está preñado. Se adivina la naturaleza
tumba? de las. angustias subyacentes: sentimiento de culpabilidad, según los
La segunda idea de Fliess era que existía una relaciónº entre la muco- ''freudianos", por el niño concebido en imaginación con uno de los dos
sa nasal y las actividades genitales. Estaba convencido del origen nasal padres; fantasía que retorna sobre el interesado, según los kleinianos,
140 FREUD HASTA 1895 1 HI • l'D Y FLIESS 1'11
de introducirse en el vientre de la madre para destruir allí el pene del l.1s representaciones mentales que el creador en potencia extrae de su
padre y los niños en gestación. Evidentemente, es la pulsión de muerte, 1•rnpio fondo e intenta comunicarle. Con su amigo, y sólo con él, el
cualquiera sea el camino que tome, la que aquí opera, lista para saltar , 11•adorno necesita, como le sucede ante el papel en blanco o el resto
sobre cualquier lugar de creatividad naciente y destruirla y cumplir d1· sus contemporáneos, debatirse y luchar para expresarse y hacerse
con la expresión del poeta ( Paul Valéry, Le cimetiere marin) : rnruprender. El amigo entra desde un principio en las particularidades
idiosincrásicas de la organización de sus sensaciones, de sus imágenes,
. . . Rendre la lumiere , 11·sus afectos; a veces reencuentra en ello sus propias vivencias, a
Suppose d'ombre une morne moitié . ,,Tes (y esto es lo más valioso para su interlocutor) es interpelado en
[... Devolver las luces 1111a zona de su ser de la que no era consciente, y en la cual él resuena
una adusta mitad supone en sombra.y·
H t iva, intensa y favorablemente ante las palabras del genio creador
y a partir de la cual devuelve un eco amplificado y enriquecedor de la
Si la primera resistencia encuentra su solución en la soledad, en el ,oz interior que le murmuraba, aún inhábil, incierta y balbuciente,
repliegue sobre sí mismo, donde el hombre se desprende del pensa- l." primicias de un descubrimiento. El amigo privilegiado encarna para
miento y donde, al encontrarse a sí mismo, termina por descubrir lo , 1 creador el polo de la menor resistencia, y la retroalimentación regu-
que buscaba, algo muy diferente ocurre con la segunda: el auxilio ladora que viene de ese amigo atenúa en el creador esa resistencia
sólo puede venir de los demás. Las características de una relación seme- 111trrna que todo proyecto de crear tensa al máximo. ¿ Cómo dar
jante con otro ya comienzan a sernos conocidas. Se trata de una per- r,1z6n de este fenómeno en términos ps~coanalíticos? La expresión
sona con la cual el creador en potencia "comparte su secreto" (B.C. " rl'sonancia fantaseada" que han adoptado algunos psicoanalistas que
Meyer, cit. en la reseña que hizo Kligerman ( 1972) de un panel 111-ac·tican métodos de grupo para designar las profundas conjunciones
psicoanalítico sobre la creatividad) ; así, el novelista Joseph Conrad qnr súbitamente se establecen entre dos personas en una situación
pudo producir lo mejor de sí mismo y alcanzar la notoriedad mientras rnlcctiva sigue siendo sobre todo descriptiva. Que se trata de un juego
duró su amistad con Ford Maddox Hueffer; su brusca interrupción, n•cíproco de identificaciones y de proyecciones es evidente, pero toda-
en 1910, provocó a la vez un descenso de su producción artística y da es oscura la respuesta a estas preguntas: ¿ qué identificaciones, qué
una grave descompensación. Masud R. Khan ( 1970) estudió la rela - prnyecciones y qué juego? La noción de identificación proyectiva no
ción de Freud con Fliess a la luz de la relación ele Montaigne con La 111cparece suficiente, aunque se aproxime mucho al proceso compro-
Boétie, que al continuar interiorizada después de la muerte del segun - l>.1do.Es el mecanismo del fenómeno transicional, cuyo descubrimiento
dó, permitió al primero concebir los Ensayos, y oponiéndola a la serie d1·bemos a Winnicott, el que finalmente me parece que conviene más.
de relaciones masculinas y femeninas incesantemente renovadas de J.-J. El creador se siente directamente comprendido por su amigo como el
Rousseau, todas las cuales le fueron necesarias para llevar a término sus lactante lo es, intuitivamente, por su madre. Poco capaz de disociar
Confesiones, obra donde la autocrítica alterna con el autoelogio sin dc-1principio de placer un principio de realidad ( sin lo cual no sería
desembocar, al revés de Montaigne; en una captación de procesos i11vcntivo), necesitado de descansar en alguien de toda confianza para
psíquicos universales. Khan habla de una función "catalítica", que q11e proceda en su lugar a la prueba de la realidad, constituye a su
estaría concretada por el intercambio intelectual y afectivo con un :rrnigo en intermediario entre esa realidad y su propia persona, al
amigo privilegiado. 111ismotiempo que se· asegura un vaivén de la omnipotencia fan-
Tal función es indiscutible y necesaria en casi todas las grandes crea- taseada en una especie de conmutatividad narcisista. Para poder llevar
ciones. El compañero puede o no ser del mismo sexo; la relación, .1 cabo una creación cuando está uno roído por la duda destructora,
erotizada siempre, puede o no satisfacerse en el plano de las realizacio- i 110 es preciso recuperar la ilusión primera, permitida por una madre
nes sexuales: éstas ,olamente son factores asociados. Lo esencial reside suficientemente buena, de tener plenos poderes sobre el mundo? Entre
en algo difícil de definir, a falta de un concepto adecuado, pero que es c-1autor y el amigo, la obra nace como un espacio transicional.
posible describir como la inmediatez de comprensión del amigo frente a La resonancia fantaseada entre Freud y Fliess alcanzó su máximo
1·111895. Compartían un secreto: el secreto del sexo. Fliess abordó el
* Traducción de Jorge Guillén, El cementerio marino, Madrid, Álianza 1111steriode la sexualidad por la nariz, por los ciclos biológicos, por lo
Editorial, 1967. [T.] que más tarde se llamará la endocrinología. Freud lo tomó por otro
142 FREUD HASTA 1895 CRISIS DE LA MITAD DE LA VIDA 1•1:l
extremo, el del afecto, de la represión, de la angustia, de las fallas origen ansioso, más afirmó Fliess su carácter estrictamente anatornofi
en la descarga de la energía psíquica. La función catalítica se vio siológico. Cada uno de ellos decía al otro: cúrame ( proyectando sobre
cumplida cada vez más para Freud gracias a los estímulos recibidos él el tan deseado poder de curar) , y le ofrecía su parte enferma. Así
de Fliess. Los dos fragmentos siguientes ilustran la progresión: el pri- fue como después de su primer "congreso" ( 1890), en la estación de
mero es de 1890: "Aunque satisfecho -incluso, si usted quiere, fe- Berchtesgaden, Freud dio a Fliess el espectáculo de su fobia de los
liz-, me siento sin embargo muy aislado, científicamente entumecido, viajes ferroviarios (siderodromofobia), caracterizada por el miedo a
apático y resignado. Nuestra conversación, la buena opinión que usted llegar tarde y por ansiedad en el momento de la partida; aunque tal
parece tener de mí han vuelto a darme fe en mí mismo. La idea de angustia nunca impidió desplazarse a tan gran viajero. Pero, en 1895,
su confiada energía no ha dejado de impresionarme ... Desde hace fueron dos lugares muy diferentes del cuerpo, no sólo en cuanto a la
años estoy privado de toda enseñanza ... " (F, 1 de ago. de 1890, al realidad biológica sino aú~ más desde el punto de vista de la ana-
69, ing 60, fr 55). Y he aquí el segundo, cuatro años posterior: "Tu tomía fantaseada, lo que se exhiben mutuamente. El uno sufre de la
aprobación es para mí néctar y ambrosía" ( c. inédita del 14 de jul. cabeza, el otro del corazón. Las imágenes del cuerpo que trataron de
de 1894, cit. en J I, ing 327, fr 328). intercambiar no coincidían mucho más que sus concepciones de la
En lo imaginario de Freud, Fliess representó muchas cosas: un cura, cada vez más quimioterapéutica para uno, cada vez más fundada
"mentor" que lo precedía y lo guiaba en el desbrozo de la cien- en el análisis psíquico para el otro. Fliess sufrió en su cabeza de una
cia sexual; un testigo de sus reflexiones, siempre disponible y, además, resistencia inconsciente,. sobre la cual nada quiso escuchar. De lo que
"buen público"; un censor en cuanto al fondo, benevolente en cuanto Freud se quejó al sentirse alcanzado en el corazón fue, en realidad,
a la forma; un colega capaz de curarlo cuando está enfermo; un de su neurosis, y habría querido que Fliess lo ayudara a ir a ver el
gemelo, un doble idealizado. Cuando Freud advierta que Fliess estaba "r.orazón" de esa neurosis. De imágenes de sí y de posturas teóricas
lejos de responder a todos esos rasgos (¿quién, por lo demás, lo lo- t.m discordantes no podía nacer, a mediano plazo, sino una discordia.
graría?), una grieta irá abriéndose entre ellos. Hay un detalle que da Entre tanto, Fliess comenzó a llenar ese papel de amigo, de sostén, de
una idea de su complementariedad, mientras la misma duró. Hacia el confidente, de caja de resonancia, de amplificador que necesita todo
final de la primavera de 1895, Freud anunció que Martha acababa genio comprometido en un proceso de creación. No hay duda de que
de comenzar su sexta preñez. Cuatro semanas después, como a true- <-1descubrimiento del psicoanálisis no habría tenido lugar sin Fliess.
que, se enteró de que Ida Fliess, después de cuatro años de matrimonio, Por Jo mismo estimo injusta la actitud burlona respecto a Fliess que
se encontraba por primera vez encinta. Recibió la noticia con cierta manifiesta Jones todo a lo largo del capítulo que le consagra en su
ironía, puesto que Fliess aseguraba, por entonces, que estaba a punto biografía de Freud.
de resolver el problema de la contracepción ( cf. las cartas, en parte
inéditas, citadas in S 85-86).
Cada uno de los dos compadres esperó hallar en el otro el testigo La entrada de Freud en la crisis de la mitad de la vida
que le reconocería, según una expresión hecha célebre por Graham
Greene, "el poder y la gloria". Pero otro detalle hay que deja entrever Elliott Jaques ( 1965), apoyándose en las consideraciones de Melanie
una profunda diferencia . La correspondencia entre ambos, sobre todo Klein, distingue, fuera de la infancia, dos crisis importantes en la vida
la parte inédita que Schur pudo consultar, abunda en el relato recípro- de un ser humano. La crisis de la adolescencia, que prepara la entra-
co que sin cesar se hicieron de sus males físicos. Freud, como se dijo, da en la vida adulta, tendría lugar en torno a la posición esquizo-
estuvo muy perturbado por su sintomatología cardiaca y por la severa paranoide. En cambio, la crisis de la mitad de la vida, que marca la
prohibición de fumar expresada perentoriamente por Fliess (mien- entrada en la edad madura, consistiría en una reelaboración de la po-
tras que Breuer, menos buen amigo pero mejor médico, prefirió la sición depresiva. Esta segunda crisis sobreviene alrededor de la cua-
hipótesis de una miocarditis postinfecciosa, no la de una intoxicación rentena (J agues Ja estudia únicamente en sujetos masculinos), tanto
debida a la nicotina). En cambio, Fliess se quejó de jaquecas, y el en los individuos corrientes como en los creadores. Una estadística fun-
manuscrito I fue consagrado por Freud a ese tema para darle gusto. dada en una muestra de 310 escritores, pintores, escultores y músicos
Pero también en este caso el enfermo toleró mal el diagnóstico del le pennite situar en los treinta y siete años la edad media en la que
amigo: cuanto más dejó entender Freud que tales jaquecas eran de cambios importantes han tenido lugar en ellos: algunos, que nunca
144 FREUD HASTA 1895 ! l!l~IS DE LA MITAD DE LA VIDA
145
gía sexual propia de la fase climatérica. Simultáneamente se modi- d1·sagradables y ansiógenas ( coitus reservatus, coitus interruptus). La
fica la actitud hacia la muerte, lo que provoca una nueva concepción ,·spcranza de que Fliess, gracias a sus investigaciones originales sobre
de la vida. La juventud no piensa en la muerte; por lo mismo es idea- los ciclos sexuales, pudiera hacer posible el placer resolviendo el pro-
lista y optimista, impaciente y revolucionaria: cree en la bondad de lilPma de la contracepción, lo fascinaba y contribuía a hace,rle sobres-
la naturaleza humana y en el carácter malo de la naturaleza o de la ¡ 11nar a su amigo. Freud, pues, se resignó con tanta más facilidad a
sociedad; escinde las pulsiones de vida, cuyo objeto interiorizado idea- Li restricción de sus actividades sexuales cuanto que la misma elimi-
liza, de las pulsiones de muerte , que proyecta. El hombre maduro se naba el desagrado de una retención voluntaria y los riesgos de fecun-
vuelve a la vez consciente de la inevitabilidad de su muerte y tole- didad. Por otra parte, su vida sexual con su mujer siempre fue muy
rante respecto a las manifestaciones del mal; reconoce la coexistencia ~atisfactoria, hecho que, unido a su gran rigor moral, no lo empujaba
en el hombre de fuerzas de amor y de destrucción, coexistencia que :t experienc ias extraconyugales. Su resignación es bastante serena, sin
se le aparece como la verdadera fuente de la miseria y el drama hu- dPmasiadas muestras de amargura, sin agresividad hacia los demás
manos. De ahí también su acceso a lo que Goldmann ( 1955) llamó la ni desvalorización de sí mismo, porque se interesa en la sexualidad de
"visión trágica del mundo", cuyos precursores encuentra este autor otra manera, de una manera científica. En efecto, los problemas neu-
en Racine y Pascal y su teórico en Hegel. De ahí, igualmente, cuando róticos de sus clientes fueron poco a poco apareciendo como produ-
tiene lugar esta crisis de entrada en la madurez, los riesgos de depre- cidos por mecanismos de defensa neuróticos contra los deseos sexuales
sión y el despliegue de defensas maniacas , obsesivas o hipocondriacas (buscaba el mecanismo específico de cada psiconeurosis, y la repre-
contra la angustia depresiva. L"a ilusión de eternidad del adolescente ' ión histérica constituía el prototipo) o como resultado de prácticas que
cede su sitio, en el hombre maduro, a la certidumQre de la muerte; desembocaban en una descarga sexual incompleta y en la transfonn:.1-
piensa en ella como en una experiencia personal que se perfila en el rión en angustia del exceso de libido ( neurosis actual). Debía intere-
horizonte de su vida, por primera vez percibe como limitado el por- sarse en la sexualidad si deseaba curarlos ( y no sólo calmarlos) . Y
venir y siente la urgencia de una realización de sí antes del término ¡)()día interesarse, pues en ese dominio llegó por sí solo a una tranqui-
ineluctable. En el creador, la obra creada es vivida- como pecho bue- lidad interior teñida de pesimismo constructivo, a una autopercepción
FREUD HASTA 1895 ,:,wrn, DE LA MITAD DE LA VIDA 147
146
suficiente como para escuchar en sí un eco atenuado de muchos de d!' su manera muy juvenil de trabajar: con entusiasmo, bajo el efec-
esos mecanismos y verificar su funcionamiento. to dr una inspiración, sin tomarse el tiempo y la pena de verificar
Simultáneamente, Freud comienza a preocuparse por la muerte , 1 0111p letamente (la cocaína) o de extraer las consecuencias que se
pensamiento inevitable en una edad en la cual uno se dice que ha 1111ponía n (la estructura elemental del sistema nervioso) o de pon er
entrado en la segunda mitad de su existencia. Tuvo por primera vez 11firirntemente en evidencia lo esencial (la afasia). Pensar y escribir
el pensamiento de su muerte personal en el momento de los síntomas 1•1:mpa ra él la misma cosa, pero la utilización que hacía de ese va-
cardiacos ligados a una miocarditis postinfecciosa o a una trombosis lioso don no llegaba lejos, pues una vez que ya había escrito lo que
coronaria benignas, que llegaron a su paroxismo en 1894. A partir de ¡wnsaba, dejaba de reflexionar en ello y emprendía otra cosa. Hasta
entonces le preocupó, sin llegar a obsesionarlo, el temor de morir an- ~s.1 fecha se había contentado con ese modo de producir . Era cons-
tes de haber podido educar a sus seis hijos ( él tendrá sesenta cuando ' i,·nte de poseer capacidades bastante excepcionales que permanecían
la hija que entonces estaba a punto de nacer cumpla veintiún años). 11l>emp leadas; había tenido , hasta entonces, todo el tiempo por de-
Freud tuvo siempre una actitud realista respecto de la muerte: es el li111tr:más adelante, encontraría . .. Y de pronto la perspectiva cam-
acontecimiento inevitable por excelencia, la necesidad, la ananké que L,i(1.Te rminaron sus años de aprendizaje. El tiempo ya no le parecía
es preciso admitir en tanto tal. Así reaccionó ante la desaparición de i111 IPfinido, lo interrumpía una línea de horizonte a la que a partir de
sus amigos cercanos, por ejemplo al morir Schonberg, el prom etido 1_11toncesse iría acercando cada vez más. Ha llegado el momento de
de Minna. Nunca tuvo la necesidad defensiva de creer en alguna cla- , 1l'ar, es entonces o nunca, y por lo tanto el momento de cambiar:
se de inmortalidad del alma. Sabía profundamente que, cuando lle- 111•stilo, sus referencias teóricas, la naturaleza misma del objeto es-
gara la hora, consentiría en desaparecer. Pero hasta entonces, como t 11diado. Le era necesario trabajar de manera diferente, descender en
era normal en un joven que sentía toda la vida por delante, se había 1 mismo hasta otro nivel, organizar paso a paso el material que así
abstenido de pensar en su propia muerte . La irrupción de un pensa- , 11rontrara , sentirlo, sistematizarlo, reaccionar ante el tratamiento a
miento semejante jamás ocurre sin suscitar grandes remociones inte- q 11 1•lo sometía y, al construirlo, reconstruirse.
riores y una revisión desgarradora de los proyectos y actitudes. r,levar a cabo semejante regresión creadora requiere de modo es-
Si en lo que atañe a la sexualidad Freud estaba listo para escuchar , 1"ria ! un apoyo identificatorio en un creador tomado como guía.
para imaginar y comprender cada vez mejor lo que sus pacientes le l >1·spués del fracaso de sµs identificaciones de juventud con Brücke ,
aportaban de manera cada vez más precisa desde que les propuso co- 1\1,·ynert , Breuer y Charcot, Freud volvió a una identific ación de su
mo consigna el método de las asociaciones libres, estaba lejos de una .,dolcscencia. El paralelo entre Goethe y él es asombr oso. Goethe
actitud semejante en cuanto a la muerte. La aceptaba pero no se la ( 171-9-1832) estudió derecho: Freud quiso estudiarlo, y si se decidió
representaba, y se disponía a dar una justificación teórica muy discu- por la medicina en el último momento, fue después de haber escu-
tible: el inconsciente no contendría representación de la muerte. Su 1'liado leer fragmentos del Ensayo sobre la naturaleza, atribuido a
autoanálisis constituyó un vasto y difícil trabajo de elaboración para l;nt'the. Además de su actividad literaria, Goethe cultivó intereses
reconocer, integrada a la sexualidad, una dimensión diferente que algo 1 iP11tífic os en variados dominios: óptica, botánica, geología , osteolo-
tiene que ver con la muerte, pero no pasó del descubrimiento edípi- gb, y efectuó descubrimientos que, aunque menores, tuvieron algún
co y le resultó suficiente para poner fin a su crisis de la mitad de la interés para su época; Helmholtz, uno de los mentores de Freud ,
vida. Tuvo que alcanzar la crisis siguiente , la de los sesenta años, 1111clió homenaje, por ejemplo, a la teoría de los colores de Goethe .
caracterizada por el sentimiento de la proximidad de la propia muer- \ hora bien, Freud, a la manera de Brücke, concibe lo que denomi-
te, antes de retomar ese trabajo de elaboración y llevarlo hasta el con- 11,1ráaparato psíquico por analogía con un aparato óptico ; lee con
cepto de pulsión de muerte. pl.1crr monografías botánicas;* comienza a representarse el inconsciente
En 1895 Freud ya había publicado mucho y adquirido una honesta , elino una superposición de capas geológicas de edad y organización
reputación como científico y como médico. Pero se trataba de artícu- d1forentes; en cuanto a la osteología, la identificación de Freud con
los de revistas o de enciclopedias, de capítulos de obras colectivas, de 1 :ol'the es patente en este punto, como se verá más adelante, con el
dos monografías ( sobre la cocaína y sobre la afasia) , y no de obras ,11eño"Cab eza de carnero" ( cf. p. 269), en el momento del descubrí-
en el sentido pleno del término. No porque le faltaran ideas. Los re-
sultados limitados a los que habb llegado hacia entonces dependían * Cf. p. 318 , al pie . [E.l
148
FREUD HASTA 1895 1'.HIRIS DE LA MITAD DE LA VIDA l•l!J
miento del complejo de Edipo. Una de las mujeres que Goethe amó l•.11N ápoles descubrió cierta visión trágica del hombre: "El napolr
fue Minna Herslief (traspuesta en Las afinidades electivas), cuyo t.1110vive entre el paraíso del mar y el infierno del Vesubio" (que
nombre lleva Minna Bernays, la cuñada que Freud aprecia cada vez , 11loncesestaba en erupción). Durante su segunda estadía en Roma
más. La familia Brentano, uno de cuyos miembros, Franz, profesor ,·11lrevióel equiliprio personal al que aspiraba y, a partir de ahí, sus
de filosofía, ha ejercido una influencia notable en Freud, fue vuelta 111,·ntesde inspiración cambiaron. Las halló en el ideal clásico, en la
ilustre por el gran poeta romántico Clemens y por su hermana Betti- 11,1·~edia griega, en el Renacimiento. Escribió entonces sus grandes
na, quien, aunque esposa del novelista Achim von Arnim. intercam- 11.1gedias, sus grandes dramas, sus grandes obras de poesía lírica o
bió con Goethe una correspondencia apasionada; una homónima, Ma- legiaca. Al redactar fragmentariamente su Viaje a Italia ( 1788-1789,
ximilienne, la joven y triste esposa del tendero viudo Brentano, fue 11113,1817, 1829), Goethe se mostró por completo consciente de la
puesta en escena en W erther. Llegado ya a la madurez, Goethe en - 11111tacióninterior que entonces se había operado. Efectuar un viaje
contró en una amistad muy íntima con Schiller, de 1794 a 1805, una , Italia, ir a Roma y a Nápoles, es desde hace tiempo un sueño de
renovación de su creatividad, señalada principalmente por Los años l;n·ud. Se fo hacen posponer la insuficiencia de sus recursos materia-
de aprendizaje de Wilhelm Meister: Fliess es convocado por Freud l, 1 y también sin duda el sentimiento de no estar aún lo bastante
en ese mismo lugar y para desempeñar el mismo papel. freud, como 111,1tlurocomo para cumplir allí, según el ejemplo de Goethe, su me-
Goethe -última semejanza con su modelo- murió a los ochenta y 1,tmorfosis. Pero ahora lo llevará a cabo. En Pascuas de 1895, un via-
tres años. Pero esas son vinculaciones menores. Goethe redactó por l'' relámpago de Freud a Abbazia, en Istria (por entonces austriaca)
fragmentos la autobiografía de su infancia y su juventud: Dichtung 1, permite reencontrar los muy agradables recuerdos de su residencia
und Wahrheit (Poesía y verdad). Los personajes de sus obras que allí e mno estudiante en Trieste. Se decide: ese verano, por primera vez,
evoca son hasta tal punto él mismo, que continuamente logra pasc1r 11.la Italia. En julio pasa, en familia, sus vacaciones en Bellevue, en
de la verdad de su biografía a la poesía de sus creaciones. La verdad 1111a eminencia boscosa que domina Viena, y tiene allí el sueño de "La
de su vida, por cierto, sufrió en esa obra adaptaciones necesarias para 1uyccción a Irma". En agosto parte con su joven hermano Alexandre
dar al recuerdo de esa vida la misma forma perfecta que otorgó a sus ( C:octhe siempre viajaba con un compañero) hacia Venecia. Se pro-
creaciones literarias. A diferencia de San Agustín o de J.-J.Rousseau, d ucc la "embriaguez" de la que da testimonio una corta misiva a
a Goethe no lo animaron fundamentalmente ni humildad ni orgullo Martha ( C, c. a Martha del 27 de ago. de 1895). Fliess le ha desea-
ni deseo de exhibirse o presentarse como ejemplar. Su objetivo es mos- do que encuentre en el Lido un cráneo capaz de iluminarlo: se sabe,
trar a los demás y a sí mismo la Bildung, la formación interior de su 1•11 efecto, que Goethe descubrió su teoría de las vértebras craneanas
ser: primero, según la palabra de Aristóteles que le gusta citar, su ,c·cogiendo en esa playa los restos de un cráneo de carnero. En sep-
"entelequia", luego sus diversas metamorfosis. Ese aspecto de Goethe 1wmbre, siempre con Alexandre, regresa por Berlín para visitar a
no ha desempeñado hasta aquí ningún papel en Freud, pero le servi- Fliess y sufrir de su mano una nueva operación nasal. En el viaje de
rá de modelo identificatorio al desarrollar su autoanálisis. Más tarde, 1l'lorno a Viena, Freud comienza a redactar el Esbozo de una psico-
signo de la constancia de su interés por este texto, Freud le consagrará lugía científica (1950a bis).
87
un estudio: Un recuerdo de infancia en "Poesía y verdad" ( 1917 b) . Proust, al describir en A la búsqueda del tiempo perdido los co-
Mientras tanto, otro punto de referencia goetheano funciona ple- 111icnzosdel novelista Bergotte, se esfuerza por circunscribir, por cap-
namente en Freud a mediados de 1895. Como cualquier buen alum - 1.1r el momento en que éste, dice, "ha despegado". Esa expresión
no alemán, Freud conoce el viraje esencial que el viaje a Italia sig- proustiana se aplica perfectamente a Freud, contemporáneo y admi-
nificó en la vida de Goethe. Hasta los treinta y siete años Goethe rador de ese Anatole France que fue uno de los modelos de Proust
publicó obras románticas donde domina la emoción, con frecuencia ,. ra r-umponer el personaje de Bergotte. Freud, en ese triple viaje a
bastante breves, siempre bastante fáciles: media docena de obras de BeUevue, Venecia y Berlín, se dispone a "despegar".
teatro, como Goetz von Berlichingen, y una novela, W erther, que le
valió la celebridad; ya ha comenzado el primer Fausto. Luego, de
1786 a 1788, residió en Roma, en Nápoles y nuevamente en Roma. Todo esto ya desborda sobre el próximo capítulo. Pero antes deten-
gámonos un instante. Hemos hecho el inventario de las ideas, de los
37 La traducción francesa publicada dice, no sé por qué, "Ficción y verdad"' personajes, de los acontecimientos, de las situaciones y de las referen-
150 FREUD HASTA 1895
[151]
152 DESCUBRIMIENTO DEL SENTIDO. DE LOS SUEÑOS ! l'l iA<a<JN INTELECTUAL DE FREUD EN JULIO DE 1895 153
mismo seguía, Freud se quedó a mitad de camino: concibe lo que 1dlwrfa en parte a la creencia científica según la cual la degeneración
pronto llamará aparato psíquico según el modelo del sistema neuro- (d' la noción de "familia neurópata" de Charcot) y el estado hip-
lógico que la anatomofisiología le ha hecho entrever, pero siempre bus- 111,idc-(Breuer) constituyen el fondo orgánico inmutable de la histe-
ca una correspondencia exacta, término a término, entre los dos siste- 1111, si bien ya comenzaba a poner en entredicho esas nociones.
mas; ve la neurosis adulta anudarse antes de la pubertad -no en En lo que concierne a la terapéutica, abandonó progresivamente la
la primera infancia-, a partir de emociones sexuales catastróficas para l11¡,11osis y la concentración mental, pero no instauró aún definitiva-
el interesado, pero cree que tales emociones siempre son causadas por 1111·11te el método de las asociaciones libres; identificó la censura, la re-
personas mayores, generalmente los padres. Igual sucede respecto de ¡ .ll'nria y la trasferencia, pero tenía de esta última una idea vaga y
la clínica: sabe diferenciar, no sólo por medio de sus síntomas, sino ''" n-conoció el papel operatorio de la contratrasferencia. Hablaba de
1
por algunos de sus mecanismos psíquicos, en primer lugar "psiconeu- ':111ú.lisis",de "análisis psíquico", de "análisis psicológico", pero no
rosis de defensa" ( expresión que forja él y que incluye histeria, fobia lodavía de "psicoanálisis". No obstante había aprendido ( con Char-
y "neurosis obsesiva", denominación esta última que también le per- 1111) que la "elaboración psíquica" del traumatismo patógeno y ( con
tenece) , en segundo lugar las neurosis actuales ( a las que vincula la llrrucr) su "descarga catártica" eran necesarias para la cura de las
neurastenia y donde la "neurosis de angustia" -también es autor de ¡i~1coneurosis. El cuadro 2 da una visión de conjunto de las princi-
esta designación- ocupa un lugar particular), y en tercer lugar las pales nociones teóricas a la disposición de Freud en 1895: sobre unas
afecciones del orden de la psicosis ( como la melancolía y la paranoia: ,1·scnta nociones, conservará definitivamente más de veinte; otras vein-
la distinción entre neurosis y psicosis era corriente en la psiquiatría lt• constituyen esbozos de nociones psicoanalíticas futuras; diez serán
germánica a fines del siglo XIX). La etiología sexual de muchos de ,:mnpletamente abandonadas; otras diez corresponden a términos psi-
esos trastornos se precisa cada vez más para él: pensó que se trataba, 1:ológicos o psiquiátricos corrientes en la época y casi siempre actua-
en la histeria, de escenas de seducción sexual real ejercida por adul- 1,·s.De esas 65 nociones, más de la mitad ( 35) fueron inventadas por
tos sobre un sujeto púber, y, en las neurosis actuales, de abstinencia Fn•ud, y de éstas subsistirán alrededor de 30. Las otras nociones per-
sexual o de frustraciones ligadas al empleo de técnicas anticoncepti- durables las debía Freud un poco a Charcot y mucho a Breuer, aun-
vas. Aún le quedaba por comprender lo que había detrás de todos esos q11cseleccionó bastante el material de sus aportes.
síntomas y esos mecanismos, a saber: la organización del deseo y de Si bien el campo de la psicopatología le había llegado a ser cada
la prohibición en la fantasía, y hacer de ello el núcleo de toda enfer- vl'z más conocido, Freud ignoraba en qué medida ese campo cubre
medad propiamente psíquica. Para él tanto como para Breuer, la fan- ( si lo cubre, pero de eso tenía el presentimiento) el de la psicología
tasía todavía no era más que el ensueño diurno consciente, aunque normal y general; para averiguarlo necesitaba encontrar un fenómeno
Freud haya comprendido la existencia de una fantasía de embarazo psíquico intermediario entre los dos dominios y que permitiera apre-
en Anna O ... Pensó encontrar mecanismos de defensa diferentes para hender cómo un individuo podía pasar del estado normal al pato-
cada trastorno: conversión y simbolización en la histeria ( en este pun- ~m '
to particular, comprendió la equivalencia del síntoma y del símbolo), Ahora bien, atraía cada vez más su atención un fenómeno que pa-
desplazamiento, sustitución y autoacusación en las obsesi9nes, proyec- recía llenar muy bien esa condición: el sueño, fenómeno normal pues
ción en la paranoia, y ya había descubierto lo que tienen en común todo el mundo tiene al menos uno casi todas las noches, y fenómeno
todos esos mecanismos de defensa: la represión, con su resultado, o patológico pues el sueño es una alucinación breve.
sea la constitución fuera de la consciencia de "grupos de ideas" a los
que denominó "complejos" o "representaciones inconscientes patóge-
nas", y con su correlato, al que aún no llamaba retorno de lo repri- CUADRO 2. Lista alfabética de las principales nociones
mido sino solamente "retorno del recuerdo". Tuvo igualmente la in- utilizadas por Freud en 1895
tuición de una "huida a la psicosis", anticipación de la noción futura
de "huida a la enfermedad", y un presentimiento todavía oscuro de Abreacci6n (Breuer y Fr.). Aislamiento (noción descrita, no for-
Abstinencia sexual ( como causa de mulada) (Fr.).
la negación, el aislamiento y la escisión. También adivinó que las lla- trastornos psíquicos) (Fr.). Análisis (Fr.).
madas, por Charcot, "zonas histerógenas" a causa de su carácter do- Afecto ( término de la psicología ale- Angustia ( término corriente).
loroso, eran en realidad lugares de excitación sexual. Pero aún se mana retomado por Breuer y Fr.). Autohipnosis ( Breuer).
DESCUBRIMIENTO DEL SENTIDO DE LOS SUEÑOS
,
1N l'l-:RES DE FREUD
-
POR EL SUENO 155
154
Neurosis mixta (Fr.). 11 "Segú n el cuaderno personal de notas sobre sueños que he com-
Catártico (método) (Breuer y Fr.).
Carga (Fr.). Neurosis obsesiva (Fr.). ¡11wsto a partir de mi experiencia, ello indica un viaje." El 31 de
Censura (Fr.). Paranoia ( término de la psiquiatría d111cmbre, nuevo sueño de viaje. En otra ocasión, soñó que soñaba.
Complejo ( en sentido prepsicoanalíti- alemana) . F,I :n de enero de 1886, narró un sueño de angustia: "Anoche soñé
co) (Breuer y Fr.). Posterior, posterioridad ( noción des- 1¡111·luchaba con alguien para salvarte y tuve el sentimiento desagra-
Conflicto psíquico (Fr.). crita pero aún no formulada por
,1 dile de estar paralizado en el momento en que quería dar un golpe.
Consciencia del yo ( Breuer y Fr.). Fr.).
Conversión (Fr.). Principio de constancia (Fr.). l'l'11goa menudo este sueño, que ha reemplazado a aquel en que aún
Conversión (histeria de) (Fr.). Proyección (Fr.). d,:bía pasar mi examen de doctor, prueba que me atormentó durante
Cuota de afecto (Fr.). Psiconeurosis de defensa (Fr.). iÍios."
Defensa (Fr.). Psicosis (término de la psiquiatría Más adelante retuvieron la atención de Freud · los sueños de sus en-
Defensa (histeria de) (Fr.). alemana).
Desplazamiento (Fr.). Regresión (noción descrita en estado lnrnos. Sus pacientes neuróticos, cuando renunció a emplear con ellos
Elaboración psíquica ( Charcot). de esbozo, no aún formulada) 1, rnacción y la sugestión, dejándolos expresarse libremente, espontá-
Embarazo (fantasía de) (noción es- (Fr.). 1wamente comenzaron a contar sus sueños. Freud tuvo la impresión
bozada) (Fr .) . Representación incons ciente patógena 1l1•que algo querían decir, y empezó a anotarlos. Én la primavera de
Energía libre, ligada ( noción descri- (Breuer y Fr.).
ta, no formulada) ( Breuer).
111')1anunció a Breuer que había aprendido a intl!rpretarlos, o sea, sin
Represión (Fr.).
Escisión de la consciencia, disociación d11da, que pedía a sus pacientes asociaciones libres sobre sus propios
Resistencia (Fr.).
del psiquismo (Breuer y Fr.). Retención ( histeria de) (Fr.). 111·110s,pero no que hubiera descubierto la interpretación de sus sen-
Familia neurópata ( Charcot). Retorno del recuerdo (reprimid o) 111 los. Como en cada uno de sus grandes descubrimientos, Freud fue
Fantasías ( en el sentido de ensueños (Fr.). ¡•111adoinconscientemente por un recuerdo de lectura. Como ya se dijo,
diurnos) (Breuer y Fr.). Seducción ( como causa de trastornos 1 :nl'singe r, cuyos trabajos conoce, en un libro sobre patología y tera-
Fijación ( en el sentido prepsi,oanalí- psíquicos) (Fr.).
tico) (Fr.) . Simbolización (histérica) (Fr.).
¡,1.1publicado en 1871, había descrito los sueños y las psicosis como
Fobia (término corriente). Símbolo mnésico del traumatismo ( el , 11111plimientos de un deseo. Meynert observó el mismo mecanismo en
Formación sustitutiva (Fr.). síntoma como) (Fr.). 1, afectión que denominó amentia (psicosis alucinatoria aguda). Los
Hipnoide (estado) (Moehius y Sobredeterminación (Fr.). lll'd1os impusieron a Freud la misma hipótesis. En enero de 1895, en-
Breuer).
Hipocondría ( término corriente)
Subconsciente ( término corriente). "'º a Fliess un manuscrito sobre la paranoia (F, ms. H, al 118-124,
Sugestión (término corriente). 111¡.; 109-115, fr 98-102) donde la hipótesis de marras se hallaba implí-
Huella mnésica ( término corriente de
Suma (S. Exner y Fr.).
psicofisiología) .
Suma de excitación (Fr.).
1ita en lo que concierne a las alucinaciones. El 14 de marzo, le refirió
Huida a la psicosis (Fr.). 1111 sueño evidente: "Rudi Kaufmann, el muy inteligente sobrino de
Susto (Breuer y Fr.).
Inervación (Fr.). ll11·uery médico como él, gusta de levantarse tarde y se hace desper-
Libido (Fr.). Trasferencia (Fr.).
Negación (noción esbozada) (Fr.). Traumática (histeria) ( Charcot). t¡11, muy a disgusto, por una mucama. Cierta mañana, como él no
Neurastenia (Beard, redefinida por Traumatismo (psíquico) (Breuer y , ..~pondía, ella golpeó por segunda vez y llamó: 'Señor Rudi'. Enton-
Fr .). Fr.). 11·s nuestro durmiente se imaginó estar acostado en el hospital, con
Neurosis de angustia (Fr.). Zona hister6gena ( Charcot y Fr.).
1111letrero en la cabecera que llevaba su nombre: 'Rudolph Kauf-
111.111n'.Se dijo entonces: 'Puesto que Rudolph Kaufmann ya está en
11 hospital, no tengo necesidad de ir'. Y volvió a dormirse ... " (F, 4
Interés de Freud por el sueño el,· mar. de 1895, al 124-125, ing 115, fr 103; cf. el sueño de Pepi,
/'d 130, ID 125, IR 115-116).
El interés de Freud por sus propios sueños era antiguo. Jones . (J I,
No obstante, Freud necesitaba una verificación y sólo podía hallar-
cap. XVI), que tuvo acceso a la correspondencia inédita con Martha,
la en sí mismo. Estaba habituado a este procedimiento: ¿no experi-
ha aportado varias pruebas sobre ello. El 30 de junio de 1882, quince
11wntóasí los efectos de la cocaína? Más recientemente, había obser-
días después de su compromiso, Freud escribió a su novia: "Nunca
v,1do en sí un trastorno de la sensibilidad en lo alto del muslo ( 1895e).
sueño con las cosas que me ocuparon durante el día; sólo con temas
Además, en 1894 o a comienzos de 1895, redactó la siguiente nota
apenas rozados una vez en toda la jornada y que se disiparon de inme-
,dativa al caso de Frau Emmy von N ... , para Estudios sobre la his-
diato." El 19 de julio de 1883, le contó un agradable sueño de paisa-
DESCUBRIMIENTO DEL SENTIDO DE LOS SUEÑOS
IN 'I U (Í-:S DE F REUD POR EL SUEÑO 157
156
teria ( 1895d, GW, I 122n., SE II 69n., fr 53n.) : "Durante varias cg1111el cual las facultades psicológicas funcionan a veces en esta do
semanas estuve obligado a reemplazar mi lecho habitual por otro más cuyo mejor ejemplo sería la inteligencia, a veces en estado debi-
11(1hl1•,
duro, en el que debía soñar más o de manera más activa o quizá sin 111
1,do, una de cuyas manifestaciones constituye el sueño, prejuicio
alcanzar el mismo sueño profundo. Durante el cuarto de hora que ,¡111•con variant es será retomado por Bergsbn y Pierre Janet, mientras
seguía a mi despertar, recordaba todos los sueños de la noche y me .-¡1wFreu d efectuará en ese punto una especie de revolución coperni-
tomaba el trabajo de anotarlos y de intentar explicarlos. Logré redu- 1'111111al mostrar que no se trata de dos niveles de una misma función ,
cir esos sueños a dos factores: J ) la necesidad de elaborar las repre- i1111de dos organizaciones diferentes de pensamiento. 1
sentaciones sobre las que sólo había echado un vistazo durante la jor- Cuan do Fr eud se inclinó sobre sus propios sueños, sus referencias
nada y que no habían sido liquidadas; 2) la compulsión a vincular n 1:iban en otra parte: ya no eran las refer encias intelectualistas o
en un conjunto cosas presentes en un momento dado en cierto estado piritua listas de la psicología de su época; en él actuó la referencia
de la consciencia. Era preciso atribuir a la acción soberana de este 1,,111(mtica.En el capítulo precedente he recordado el interés que des-
último factor las contradicciones y el absurdo de los sueños." ¡u-rtaron en los románticos el magnetismo y el desdoblamiento de la
Freud quizá estuvo alentado por el ejemplo de numerosos autores, I" rsonalidad . El interés por el sueño tenía el mismo sentido: era otro
a· la sazón bastante conocidos, que recogieron la observación de sus 1111 dio de entrar en contacto con el mundo del alma. No por azar
propios sueños en sus obras sobre los sueños: Scherner ( 1861), Volkelt \l lwrt Béguin tituló a su estudio sobre ese movimiento literario: L'ame
(1875), Hildebrandt (1875), todos ellos de lengua alemana; en cuan- 0111antiq ue et le réve (El alma romántica y el sueño, 1937) . Sin em-
to a Francia: Maury U861), Delboeuf ( 1885), Hervey de Saint-De- li:1rgo, a partir de 1850, el estudio científico de los sueños no comenzó
nis ( 1867) y Simon ( 1888). Freud no podía no estar al corriente de la i110como ruptura con la explota ción literaria y mística que de ellos
existencia de esa literatura, pero es evidente que en 1895 no había haría el romanticismo (cf. E 303-311 ) . Volkelt (1875) señaló qu e
leído tales obras: lo hará en 1898 y 1899, para redactar el capítulo Ir ¡os de ser producto de la evasión del alma fuera del cuerpo , el sueño,
primero, histórico-crítico, de Die Traumdeutung . Incluso se quejó de ¡,or el contrario , era un testimonio de la mayor depend encia en que ,
no lograr conseguir la obra (por la simple razón de que apareció en il dorm ir, se encuentra el espíritu respecto del organismo. Strümpell
forma anónima) del marqués Hervey de Saint-Denis, famoso por ha- ( 1874) aportó a varias pregu.ntas tradicionales sobre el sueño respues-
berse mostrado, en esa ocasión, elocuente sobre su propia vida amoro- 1.,s nuevas que hoy para nosotros son evidencias. He aquí algunos
sa. Incluso fue porque Freud no había leído nada de sus predecesores , jl'mplos, Cuando soñamos, a diferencia de lo que ocurre durante la
por lo que pudo seguir más fácilmente su propio camino y descu- , 1gilia, somos incapaces de situar en nuestro pasado o nuestro pre-
brir la interpretación psicoanalítica de los sueños. ,rnte lo que nos pasa por la mente; de ahí la tendencia a buscar en
El sueño suscitó considerable interés en los psicólogos de la segunda In~ sueños una significación referida al futuro. ¿ Por qué el soñador
mitad del siglo xrx (por lo mismo Freud se sintió autorizado a incur- c•n·e en la realidad de su sueño? Construye un "espacio del sueño'.'
sionar por ese camino) , pero sólo se obtuvieron resultados mediocres, e n el que despliega sus sensaciones y recuerdos y tiene entonces la sen-
como lo mostrará el inventario que figura en el comienzo de su libro .1rión de una percepción real porque, dormido , no distingue entre la
y cuyo detallado resumen pr esentaré más adelante (vol. 2 ) . Para tener n·alida d objetiva y la realidad subjetiva .
las cosas claras leí el libro de Maury, Le sommeil et les réves, y tres La relación entre el sueño y el cuerpo fue desarrollad a en dos direc-
aspectos me llamaron la at ención: la pobreza de la mayoría de los c iones: utilización por el sueño de las sensaciones de origen orgánico
sueños de Maury por oposición a la· riqueza habitual de los de Freud
(Maury, al preocuparse por vincularlos a pequeños detalles de su vida 1 Los sueños patológicos "no sólo desnudan nuestros v1c1os, nu estros pens a-
cotidiana, contribuye a que sus sueños sean mezquinos, mientras que lllientos ocultos [... ] sino que producen una exaltación de incl inaci on es muy
la búsqueda de Freud de su propio deseo a través de sus sueños, lllOderadas en el estado de vigilia" (Maury, 1861, p . 28 ). En sueños, el
produce sueños en los cuales el deseo habla) ; los prejuicios moraliza- hombre "se convierte en juguete de todas las pasiones contra las qu e, en la
vigilia, la conciencia, el sentimiento del honor y el temor nos defi enden "
dores de Maury, que lo llevaron a sostener que el sueño realiza los (ibid.). El lector pu ede comparar lo que dice Maury del sueño de su padre
instintos más bajos (violación, incesto , asesinato) sólo en los locos o muer to ( p . 61 ) con los análisis que da Freud de sus sueños : "Se ruega cerrar
en amenazados por la locura, en contraste con la muy grande libertad los ojos/ un ojo" y "Mi padre sobre su le¡;ho de mu ert e, como Garibald i" ,
de espíritu de Freud ; por último , otro prejuicio , int electual esta vez, rc•lativos a l du elo por su p adre .
158 DESCUBRIMIENTO DEL SENTIDO DE LOS SUEÑOS 1N 11•RÉS DE FREUD POR EL SUEÑO 159
( de ahí el método de Maury, que consistía en que un asistente, mien- ,_11;uJcrnos que correspondían a las producciones oníricas de 946 noches
tras él dormía, provocara un ruido o esparciera un perfume, etc., a ) donde el relato del sueño es a veces completado con un dibujo. El
fin de ver luego lo que hizo el sueño con ese estímulo) ; interpretación ,ol,¡c ·tivo que el autor perseguía era llegar a un dominio completo de
de las imágenes del sueño ·como figuraciones del estado psíquico del 11
~ sueños: sueño de la omnipotencia sobre los sueños, perfecto meca-
soíiador, de su cuerpo propio y los principales órganos de éste ( de ahí 111
~1110obsesivo de defensa contra el surgimiento del deseo. El autor
la hipótesis de Scherner: la luminosidad o la oscuridad en un sueño í_l,·snibi6 las cuatro etapas por las que pasó: primero, llegó, mientras
C'stá en relación con el grado de claridad o de imprecisión de los pen- d111111ía, a ser consciente de que soñaba; luego, fue capaz de desper-
samientos y sentimientos; la casa constituye el símbolo fundamental en 1 11w cuando un sueño era interesante, a fin de anotarlo; después pudo,
esos sueños, representa al cuerpo total: las habitaciones de aquélla 111dejar de soñar, concentrarse en las partes del sueño que deseaba
corresponden a las partes de éste; los órganos sexuales masculinos y 111 of undizar; por último, logró dirigir sus sueños en la dirección desea-
femeninos poseen su propia simbólica). Así como el libro de Maury, ,!,,, hasta ciertos límites. Por ejemplo, deseoso de soñar su propia
reeditado sin cesar, conoció un gran éxito y suscitó una corriente de 1111wrte, dirigió su sueño de modo que debiera subir a una torre para
investigaciones experimentales sobre el sueño, el de Schemer siguió sien- 1,1111 • allí arrojarse; pero en ese momento su sueño dio una voltereta:
do desconocido hasta que Freud lo convirtió -a justo título- en el , 1 c•staba abajo, mezclado a la multitud que miraba cómo alguien caía
precursor de su teoría del simbolismo de los sueños: 2 obra, a la vez, olndC' lo alto de la torre.
demasiado avanzada para su época por sus resultados y demasiado atra- El método de Hervey de Saint-Denis fue practicado por el novelista
sada por la oscura metafísica romántica con que los envuelve ( el 111 glf.s R. L. Stevenson, quien se servía de los personajes de sus obras
sueño, decía, habla al alma "como el amante a su bienamada") . , 111110 si fueran "negros", y los hacía colaborar en la redacción de sus
Para que un fenómeno llegue a ser un objeto de conocimiento, la vl11.1s; en un sueño febril posterior a una hemorragia encontró el argu-
condición es que exista un método para estudiarlo. El establecimiento 1i1, ·11tode El doctor Jekyll y el señor Hyde. Ese método inspiró tam-
de un método de estudio de los sueños propios fue un aporte de la l,i,·11otras novelas: De Nachtbruid (La esposa de la noche), del poeta
segunda mitad del siglo XIX: los franceses Maury y Hervey de Saint- psiquiatra holandés F. van Eeden ( 1909), que narra sus encuentros
Denis desempeñaron un papel decisiv~. Mostraron que gracias al lt11anteel sueño con personajes-demonio; Peter lbbetson, del novelista
entrenamiento era posible llegar a observar y a retener un sueño en 11,,,tc·americano George du Maurier ( 1891), en la cual dos enamora-
cualquier momento que se produjera, que incluso era posible llegar a ,lu, separados se arreglan para encontra~e cada noche en sus sueños
despertarse para anotarlo, que al dormir era necesario tener perma- , '111de explorar juntos su infancia, sus ancestros y los siglos prece-
olc nlrs.
nentemente papel al alcance de la mano para poder redactarlo, que
se pueden provocar ciertos sueños o bien intencionalmente (Hervey de I .os análisis de Hervey de Saint-Denis anticiparon a menudo los de
Saint-Denis) o bien gracias a un estímulo desencadenado por una 1 11·11d ( quien, como se recordará, no llegó a leer esta obra y sólo la
tercera persona (Maury) .8 El marqués Hervey de Saint-Denis (1823- , 1111oci6a través de reseñas): hay, en los sueños, reproducción de
1892) era profesor de chino en el Colegio de Francia, en París. Su ', l1rhés-recuerdo" que se habían creído olvidados, prosecución del tra-
libro, Les réves et les moyens de les diriger, publicado en forma anó- 1,,,¡o de la imaginación creadora hasta resolver ciertos problemas y,
nima en 1867, fue íntegramente consagrado a sus propios sueños, sis- ¡i<•1 último, fenómenos de "abstracción" y de "sobreimposición" aná-
temáticamente consignados por él desde la edad de trece años en 22 l11 gos a los que Freud llamó luego desplazamiento y condensación.
,•¡.;ún F. W. Hildebrandt (1876), autor alemán, el sueño puede cum-
2 No fue en la psicología sino en la estética
plir cuatro funciones: reconfortarnos con la belleza de sus imágenes,
donde las consideraciones de
Scherner ejercieron una influencia inmediata: los Vischer relacionaron la sim- 1,lvcrtimos acerca de nuestras inclinaciones inmorales, que en ellos se
1
bólica corporal de los sueños con la simbólica arquitectónica antigua en Egipto 11 ilizan en una forma aumentada, atraer claramente nuestra atención
y la India, y mostraron que en ambos sitios el templo era concebido como una ubre cosas que sólo habíamos percibido oscuramente en la vigilia ,
representación del cuerpo. 11IVC'rtimos sobre ciertas enfermedades orgánicas en su comienzo. Otro
3 Maury y Hervey de Saint-Denis fueron reivindicados más tarde por los lrrnán, W. Robert ( 1886), de quien tomará Freud la expresión "tra-
surrealistas como precursores de la entrada del sueño en la creación literaria.
1_,;')o del sueño", mostró que ese trabajo tiene como objetivo eliminar
S. Alexandrian (1974) los estudia al comienzo de su obra consagrada a los
surrealistas y el sueño . ti, nuestra mente las imágenes que le estorban. De tal manera, el
160 DESCUBRIMIENTO DEL SENTIDO DE LOS SUEÑOS i 1 ,!lllgÑo DE LA "INYECCIÓN A IRMA" 161
problema del sueño, a fines del siglo xrx, se encuentra a la orden del H l,11ar cuestiones científicas concernientes al sueño, a la psicología
día en las investigaciones psicológicas, médicas y literarias. Sin nece- 11111111al y a la neurosis, supera su espera precónsciente y arroja luz
sidad de proceder a una recensión de los trabajos, Freud no pudo dejar t'. c-1propio Freud. Así, pasó en revista todos los sectores de su
,111
de saber que esta cuestión había adquirido un importante desarrollo y , 1111 y retomó un gran número de los personajes, acontecimientos, si-
que era posible observar científicamente los sueños propios. Pero al l 111nones e ideas que aquí se han presentado en el primer capítulo.
mismo tiempo, en la inversión de la actitud epistemológica que llevó 1 11•11CI, fragmentado en trozos incoherentes, buscaba su verdadera uni-
a cabo, se puede medir la originalidad de Freud: relacionar el sueño 1111Sr ha desmoronado el sistema de identificaciones con el que había
con estímulos no ya externos sino internos, estar atento a los propios f11111 mnado hasta entonces, viviendo según el deseo de los demás . Esa
sueños no para dominarlos sino para dejar hablar en ellos el deseo. 1111, lw, la noche del 23 al 24 de julio de 1895, el sueño lo interrogó
En julio de 1895, Freud partió con su familia para pasar la primera ,lnI' su propio deseo.
parte de sus vacaciones en un local particular, al parecer cont~guo al I•1!'ud no estaba, en efecto, preocupado únicamente por su obra.
hotel-restaurante Bellevue, en una colina boscosa, fresca y verde que ' I h1ia preocupaciones de salud, de trabajo y de familia. Los comen-
domina Viena, cercana a Kahlenberg (hoy ya no existe ese estableci- ' 1110sque hizo al sueño ponen en evidencia, sobre todo, problemas
miento, reemplazado por otros -Grinstein ( G 64bis) ha reproducido 11ll'clicos.Los días precedentes había recibido una serie de noticias
un grabado de la época que lo representa-, pero el sitio sigue siendo d, ta~radables. Una enferma cuya hinchazón de la mucosa nasal trató
igualmente frecuentado) . En esa época, habiéndose ya separado de 111·conformidad con el consejo de Fliess- mediante aplicaciones de
Breuer y encontrado en Fliess un valioso confidente, tenía prisa en pro- 1,u·:iina, reaccionó con una necrosis. Un histérico, al que dejó partir a
seguir su camino. Quería profundizar la noción de "defensa", en la 1, 1pto, tuvo allí un nuevo acceso que fue tomado por una disentería
cual veía la unidad de las psiconeurosis, y completar con una nueva ¡"11 11ncolega ignorante. Las noticias sobre su hermanastro Emmanuel,
publicación ( 1896b) su primer artículo sobre el tema ( 1894a) . En P11Manchester, y sobre su amigo Fliess, en Berlín, no eran mejores:
abril y mayo comenzó a reflexionar -proyecto más ambicioso- sobre l., 1rtritis hacía cojear al primero, y el segundo, por muy otorrinola-
una teoría psicológica general que integrase la psicología normal, la ; 1111;<>logo que fuese, sufría de supuraciones nasales. La serie continuó
dinámica nerviosa y los mecanismos -neuróticos, pero la dificultad del l.1 víspera: por el hijo de la interesada, supo que la anciana señora
tema, el aflujo de clientela y trabajos circunstanciales ( 1895e, 1895!) 1 l I que ponía dos inyecciones diarias ( ella desempeñará un papel en
le impidieron hacerlo. Aspiraba a la tranquilidad para poner en claro r l cl1·scubrimierito del complejo de Edipo) y a quien trataba un colega
esos problemas. El interrogante de Freud sobre los sueños completó [1111:111tc las vacaciones, tuvo un acceso de flebitis, debido probablemen-
esas preocupaciones: los sueños de sujetos normales como él, ¿ difieren 1,, :1 un jeringa no del todo limpia. Por último, recibió la visita de su
de los sueños de enfermos? ¿ Sólo en éstos son los sueños realizaciones de 111i\l!•utey amigo, el doctor Osear Ríe (Otto en el original), que
deseos? ¿ O también en él? Como ocurre con frecuencia a quien 1d1•111ás es el pediatra de la familia Freud. Otto, soltero -se casará
ha trabajado mucho en cuestiones aún oscuras, un sueño, una noche, 11 11196con una hermana de Flicss-, tiene la costumbre, irritante
le vino a aportar un principio global de respuesta. p,11a Freud, de llevar regalos. El presente del día fue particularmente
,l,•,;1fortunado: un licor de ananás (piña) avinagrado, que olía mal
( 11!01am ílico) y que hubo que tirar. Otto llevó al colmo la irritación
, lt, Jlrcud al hablarle de una joven histérica que Freud había tratado
2. EL SUEÑO DE LA "INYECCIÓN A IRMA" (24 DE JULIO DE 1895) 11·1;i1·nteme nte (a la cual dará el seudónimo de Irma) y cuya cura se
111tnrumpió a causa de las vacaciones de verano en un momento en
Los antecedentes del sueño p11) P,istía un desacuerdo de la paciente respecto a la solución pro-
lJ11C'sta por Freud. Otto la vio y la encontró mal curada, lo que Freud
Los restos diurnos que utilizó ese sueño fueron de una extremada di.:,er- iII l 1ó como un reproche. Esa noche redactó para Breuer ( el Dr. M ...
sidad. Freud, respecto a este sueño prínceps, procedió mediante aso- 1!, 1 sueño), a fin de disculparse, la observación del caso de Irma. Ese
ciaciones libres sobre cada miembro de frase y nos comunicó la mayoría t I' 1hajo tardío reavivó, por lo demás, su reumatismo del hombro iz-
de ellas, mientras que fue menos sistemático en los sueños siguientes. 1p1 lt'rdo. El colmo del asunto consistía en que Irma era una amiga
Pero hay otra razón: este sueño, esperado por Freud como ayuda para 1li: la familia y estaba invitada a la recepción que los Freud iban a dar
162 DESCUBRIMIEN T O DEL SENTIDO DE LOS SUEÑOS
IJE~O DE LA "INYECCIÓN A IRMA"
163
tres días después con motivo del trigésimo cuarto cumpleaños de
11¡io El 20 de octubre de 1895, pidió a su amigo poder llamarlo , como
Martha. El r~sto de ese día estuvo ocupado en los preparativos pa ra
1, \Vilhelm, si resultaba un varón. "Si él llega a ser una niña, el nom-
la recepción.
!;11• Anna está inscrito para ella" (F, 20 de oct . de 1895, al 140, ing
Freud era sensible a las complejidades de la relación entre médic o
1'I(), ír 115). Esa elección de Anna fue un homenaje a una muc;hacha
y paciente y a las repercusiones que tienen sobre el estado de ánim o.
do ,1pcllido Hammerschlag, que en 1885 se casó con Rudolf Lichtheim,
del primero: "Durante el verano de 1895, tuve en tratamiento psico-:
1,dlrTiclo un año después; 4 ella fue, nos dice Jones (J I, ing 245 n.
analítico a una joven (Irma) que mantenía muy estrechas relacione !!]
'l. Ir 246 n. 4), la "paciente favorita de Freud". Como Irma, pues,
de amistad conmigo y los míos. Se concibe que tal mezcla en las rela-
1111
a amiga de la familia, una viuda y una paciente de Freud. Así,
ciones pueda llegar a ser para el médico, y más aún para el psicotera -¡
1ny tentado de formular la hipótesis de que la Irma del sueño era
peuta, una fuente de sentimientos confusos. El interés personal del'
1 Auna Hammerschlag-Lichtheim. Una nota de Freud (Td 120 n .
médico es más fuerte , y menor su autoridad. Un fracaso amenaza con
aflojar los lazos de amistad con la familia del enfermo" (T d 110, 11) 115 n. 1, IR 108 n . 1) lo confirmaría: "Ananás rima con el
1¡wllido de mi paciente Irma." Bastaría leer "nombre" en lugar de
ID 106, IR 98). .
i¡U'llido", disfraz normal en una observación de caso. De todos modos
Freud se mostró más discreto en lo concerniente a sus preocupacione s
r 1 ;11l'ño con Irma restituye la atmósfera que presidió el nacimiento
familiares. Aludió en una nota al pie (Td 115, ID 110, IR 103) a! 111 l.1 fut ura Anna Freud y que en mi opinión ejerció una influencia
dolores de vientre de su mujer y voluntariamente detuvo la redacció n
d,·, 1siva sobre su devenir. Anna era igualmente el nombre de una
del análisis de su sueño al llegar al recuerdo de las várices que tu vo
lin111ana de Freud, que nació inmediatamente después ·de él, a quien
Martha durante su embarazo (Td 123, ID 118, IR 109). La corre s
1111,unó, y que se casó con Eli Bernays, el hermano de Martha, y emi-
pondencia con Fliess nos ilumina más completamente: Martha estab 1<'1a Nueva York.
embarazada, como ya dije, y esperaba para fin de año su sexto hijo .
Freud lo anunció a Fliess el 25 de mayo ( cf. p . 142) . Recordemos que 1-:n el muy solidario ambiente judío en que vive Freud , las rela cio-
las investigaciones de Fliess estaban centradas sobre el ciclo sexua l 111, Pntre médico y enfermo estaban frecu entemente complicadas con
- 23 días en el hombre, 28 en la mujer- y que a partir de ah' 11Ll<'ionesamistosas: así, Wilhelm Fliess se casó con Ida Bondy , anti-
11.1 pac iente de Breuer. Como Martha, estaba encinta , pero por pri-
esperaba determinar las épocas en que la fecundación fuera ímproba -,
ble. En su penúltima entrevista en Munich ( donde Fliess se ha cí 11ir-ra vez en cuatro años de matrimonio: Fliess anunció la noticia
tratar), en el verano de 1894, tuvieron conversaciones sobre la quí i•11 n•spuesta a la carta en que Freud lo puso al tanto de la sexta e
mica sexual; Fliess reveló a Freud el papel, a su ver capital, que des i111'~pera da preñez de su mujer . A diferencia de Martha, Ida perte-
111·1 ía a una familia rica. Nada de esto figura en el comentario de
empeñaría una sustancia como la trimetilamina. Finalmente, Fliess
I• 1r11d, como tampoco hay ,referencia alguna a Anna O ... , en qui1m
otorrinolaringólogo, estaba persuadido de la existencia de un víncu l
entre ciertas .afecciones nasales y disfunciones sexuales . Ahora bien 1·rnlrnte me_nte Freud pensó. Se sabe que en 1882 Mathilde Breuer
Fr eud tenía con frecuencia escaras en los cornetes que lo inquietaba ,, sintió celosa de esa joven histérica a quien su marido visitó dos
y que Fliess ya había cauterizado en Viena en febrero de 1895 y a la \ l'r'('Sdiarias durante largos meses ; cuando Anna, al presentar los sín-
que continu aba tratando , siempre por consejo de su amigo, con apl i lqr11asde un embarazo nervioso y de un parto imaginario, hizo a su
caciones · de cocaín a. Lo cierto era que Freud no parecía complet a
• ¿ Ha y que identificarlo con el pro fesor de neurología de Breslau qu e cola-
mente encantado con esa sexta preñez. Quizá juzgó que cinco niñ o 111,n, con Wernicke (también prof esor en las Univ ersid ades de Vi ena y Bres-
repr esentaban una car ga suficiente, además de la de sus padres y he r- l.111)en una teoría de la afasia criti cada por Freud en su libro de 1891? Un
manas (F, 16 de ago. de 1895, al 132, ing 122, fr 109) , quizá qu ¡,.,qje de la Correspondencia podría dejarlo entender así. En una carta fe-
no era bueno para Martha, fati gada por sus 'maternidades anteriore ' 1, da en Berlín el 19 de marzo de 1886 y dirigida a Martha, Freud escribe:
111' rec ibido de Breslau una carta de L . . . en la qu e me pide que vay a a ver
y sus ocupacion es domésticas (F, 22 de jun. de 1894, al 105, ing 95 1 Nlt cuñ ada y a un consejero del servicio de salud qu e también es su pari ent e."
fr 86 ) . En realidad , Freud fue dando a Fliess, a medida que se des l .os edi tores añadieron la siguiente nota: "Probablemente se trat a de Rud olf
arro llaba la preñez, noticias desigualmente buenas de su esposa ( 1 l .1rhtheim, yerno de Hammerschlag" ( C, al 504, fr 225). El argumento n o
y 23 de ago., 31 de oct ., 8 de nov.). 111,·convence. Lichtheim es un nombre propio al emán bastante difundido, y
Fr eud también se preocupaba por la elección del nombre del futur · l1.1~taqu e aparezcan pruebas más decisiv as considero que el Lichthe1m neuró-
1111:0 y el Lichth eim marido de Anna Hamm erschl ag son dos homónimos.
164 DESCUBRIMIENTO DEL SENTIDO DE LOS SUEÑO S i 11 81JEÑO DE LA "INYECCIÓN A IRMA" 165
médico una declaración de amor indirecta, Joseph Breuer, espanta do, /Úlll(IRO, en el abdomen . .. Me siento hecha un nudo.' Estoy es-
interrumpió bruscamente el tratamiento. Ahora bien: Bertha Pappe n- /1(111/nrlo y la miro. Parece pálida y abotagada. Pienso que a fin de
heim -verdadero nombre de Anna O ... - era una antigua amig a c11tas acaso omito algo orgánico. La llevo a la ventana y miro su
de Martha; se seguían frecuentando y continuaron haciéndolo duran te 11¡;mita. Se muestra recalcitrante, como las mujeres que llevan den-
mucho tiempo. Jones, al tratar la vida privada de Freud entre 1901 ,1d111apostiza. Me digo: sin embargo no la necesita. Entonces ella
y 1909, nos informará que los domingos por la tarde, "Frau Professor /1,¡i bien la boca y encuentro a la derecha una gran mancha y en otra
recibía a Anna Lichtheim, Bertha Pappenheim, Frau Professor K o- , /1· veo notables formaciones rizadas que se asemejan visiblemen~e
nigstein , el matrimonio Jlosanes, etc., y _si la visita era interesan te, /1,1 cornetes de la nariz y tienen amplias escaras de un blanco
Freud hacía una corta aparición o saludaba" (J II, ing 429, fr 408 ). Horro. Llamo en seguida al Dr. M . .. , quien . repite el examen y lo
Anna O ... quizá estaba invitada al cumpleaños de Martha, que Fre ud ,,11¡ 111na.. . El Dr. M . .. parece muy diferente a lo habitual, está
anticipó en su sueño. Conoce, en todo caso, a Anna Lichtheim, quie n 11yjHilido, cojea y no tiene barba en el mentón . .. Mi amigo Otto
seguramente ha sido invitada. Anna L. .. no podía no evocar pa ra l,11,1/11fnse encuentra ahora junto a Irma y mi amigo Leopold la
Freud a Anna O ... : eran amigas, sufrían de síntomas !ústéricos, el , wte por encima del corsé y dice: 'Tiene una matidez abajo, a la
nombre de una era el seudónimo de la otra, la primera era realmen te w11111•rda',y señala que una parte de la piel está infiltrada en el
viuda y la segunda lo era simbólicamente de _Breuer. l1,,111/Jro izquierdo (lo que siento como él, a pesar del vestido) ...
Los comentarios de Freud sobre su sueño atribuyeron cierta impo r- \/ , dice: 'No hay duda, es una infección, pero eso no importa; se
tancia a una amiga íntima de Irma, complementaria, que fue exami- "'Rará además una disentería y el veneno se va a eliminar . . .'
nada por Breuer a causa de falsas membranas diftéricas. Freud la I ',1111bién nosotros sabemos inmediatamente de dónde proviene la in-
consideraba sospechosa de constricción histérica . La quería mucho y le , mln. Mi amigo Otto, hace poco tiempo, cuando ella se sentía mal,
habría gustado atenderla. Era probablemente otra de esas jóvenes viu- ¡11isouna inyección con un preparado de propilo , propileno .. . ácido
das del entorno inmediato de Freud. /11,, ¡iiónico .. . trimetilamina ( cuya fórmula veo ante mí, impresa en
Es fácil la identificación de otros personajes del sueño. El amig o 1111wscaracteres). No hay que poner tan a la ligera semejantes in-
muerto que abusó de la cocaína es Von Fleischl. El otro amigo, el que f110nes ... También es probable que la jeringa no estuviera limpia"
ha hablado de la trimetilamina, es Fliess, de nombre asonante con el ¡·1·,1 111-112, ID 107, IR 99-100). 5
precedente. Otto y Leopold son dos pediatras, asistentes de Freud en:
la Clínica de niños enfermos de Kassowitz: Osear Rie y Ludw i \1111·s de proceder al estudio detallado, comunicaré mi impresión gene-
Rosenberg. Éste se ha casado con una hermana de aquél. Todos lo
sábados por 'ª tarde, los tres se reúnen en la casa de su común ami g
el oftalmólogo Hans Konigstein, para una partida de tarot. Se pue d
, d El sueño aparece compuesto con arreglo a un argumento en dos
11,111pos:una conversación a solas con Irma en la cual la atracción hete-
, ,,,,·xual es intensa y donde se satisface el deseo de ver - de ver el mis-
incluso suponer que Otto, durante su visita del 23 de julio, ha exa 1r, 10 de la concepción-, y luego una discusión entre hombres donde se
minado a Martha, que no quería ser atendida por Sigmund, y no 1 " 1;1el deseo de saber: la búsqueda de las causas. La unidad del sueño
ha encontrado bien. , , ,1dc en la descripción y la explicación de la sexualidad. El "vestí-
1
El sueño tuvo lugar, precisó Freud, al amanecer del 24 de julio d l II do" con los invitados, la "garganta" de Irma, representan el órga-
1895. 1111 genita l femenino; se "abre bien" y permite la "recepción": imagen
,ltl coito. Irma, "hecha un nudo", "pálida y abotagada" con sus "dolo-
, 1~, [ ... ] en el abdomen" y que tiene "a fin de cuentas [... ] algo orgáni-
Texto del sueño y primera interpretación ' 11", exige evidentemente un diagnóstico de embarazo. Las "amplias
,·~,,tras de un blanco grisáceo" extendidas sobre "formaciones rizadas"
"Un gran vestíbulo, y numerosos invitados que recibimos. Entre ello ,111 huellas de esperma y figuran la fecundación. La frase: "el veneno
Jrma, a quien llevo inmediatamente aparte, como para responder
su carta y reprocharle el no haber aceptado aún 'mi solución'. L ' Reproducimos el texto integral de cada sueño de Freud y damos de ellos
digo: 'Si todavía sientes dolores, realmente es culpa tuya.' Ella res 1111.Ltraducción francesa nueva, realizada con la . colaboración de Eva Ro-
ponde: 'Si supieras los dolores que ahora siento en la garganta, en e, r11hlum, de Eisa Hawelka y de Catherine Doucet.
166 DESCUBRIMIENTO DEL. SENTIDO DE LOS SUEÑ OS 111:No DF, LA "INYECC IÓN A IRMA" 167
se va a eliminar" contiene una alusión a un aborto que Freud debió de , ¡;,i11,ilatañe a la vinculación que estableció Freud entre la pareja
esperar al enterarse de la inopinada preñez de su esposa. La "trim e- i1"' l ,l'Opold y la del inspector Brasig y su amigo Max. Una lectura
tilamina" es según Fliess la sustancia clave de la química sexual, así lrnl I de la célebre novela Ut mine Stromtid (Antiguos episodios de
como el examen de los "cornetes de la nariz" de Irma ·es un homena je 1, ,,¡,,de granjero) de Fritz Reuter ( 1864), de donde salen esos dos
del soñador a otra teoría de Fliess, la de las r"elaciones entre la nar iz 6
pn 1:1111;1jt's, lo lleva a señalar la estructura edípica de la novela y, a
y el sexo. En cuanto a las "inyecciones" puestas "tan a la ligera" y en I""[11 d1•ahí, a suponer una estructura edípica subyacente en el sueño.
9uanto a la "jeringa" que probablemente "no estuviera limpia", se 1 ,1I ,•xlrapolación me parece discutible pues desconoce la larga cadena
vinculan -es el fin del sueño y la moraleja de la historia- a la 111n11 :diaciones y el trabajo elaborativo que necesitará Freud, entre
necesidad de recurrir a ·técnicas anticonceptivas. Esta primera lectura 1h11d1· 1895 y octubre de 1897, para llegar al reconocimiento de su
del sueño no explica la discusión entre los doctores M ... , Otto y 1,IJlin complejo de Edipo; por lo demás, buscando bien, ¿ no encon-
Leopold, ni la localización de la "matidez" en el "hombro izquierdo" . i 1.1,í.1111os en todo sueño una problemática edípica?
Se trata aquí de otra escena de examen médico, que se desarrolló en 11, ,tquí el resumen de las trece primeras páginas de comentarios
la realidad dieciséis meses antes, en la que Freud fue el paciente, no 1 11'11d.El autoanálisis de su sueño produce a la primera lectura
el médico, cuando sufría del corazón y Breuer y Fliess formularon diag - 11,,11 1111presiónanárquica, sin duda debida al método de asociaciones
nósticos opuestos. Así el so_ñador está doblemente presente en su sueño : 11111 ,·~ sistemáticas, fragmento por fragmento. Pero está en realidad
como teórico de la etiología sexual de las neurosis y como enferm o 11tl,l1•mente ordenado y se desarrolla como un drama, con la pre-
de una afección cardiaca tal vez mortal. Incluso está presente por te r- ¡,¡ 1<16n de los protagonistas en los primeros actos y el desenlace en
cera vez, puesto que la investigación del sexo y la auscultación del 1 11lin110.
corazón representan bastante bien el autoanálisis que desde hacía un
l,11\ personajes femeninos son los primeros en entrar en escena (Td
tiempo había decidido practicar sobre un sueño próximo: este sueño .
11·¡. l 16, ID 108-111, IR 101-103) . Están dominados por el trío de
,,f,· nnas recalcitrantes: Irma, su amiga, Martha; la gobernanta de la
111111
1
:,dura postiza desempeña un papel de comparsa. Los sentimientos
Comentarios e interpretación por Freud
111 •1,mentados por Freud en este primer acto son: la incomodidad
Rara vez un sueño ha suscitado tantos comentarios. En primer luga r ii l1·11rrque practicar un examen médico en una mujer), el descon-
por parte de su autor: ocupan trece páginas consecutivas al texto del !1'11111 (porque no se dejan curar por él) y el miedo. En el segundo
li l 11 ingresan personajes masculinos. El primer trío, Fleischl, Breuer y
sueño (Td 113-116, ID 108-121, IR 101-112), luego resurgen en once 11
nuevas páginas dispersas entre otros diez pasajes (en el capítulo IV, 1 111111:inuel (Td 116-117, ID 111-112, IR 104-105), es el de los per-
"La deformación en el sueño": Td 141, ID 136, IR 125 y Td 145, 11,111·sinquietantes; tres individuos mayores que Freud, tres reproches
ID 140, IR 128; en el capítulo v, sección 1, "Lo reciente y lo. indife- 1,., 111:mentespara él: Freud ha apresurado la muerte del primero con
rente en el sueño": Td 170, ID 165, IR 149 y Td 179, ID 173, I R I , , ,u.,1ína; el segundo es testigo de sus errores de diagnóstico y trata-
156; en el capítulo VI, sección 1, "El trabajo de condensación": Td 1111 11(0; en cuanto a su hermanastro, sobre quien Freud es aquí dis-
298-301, ID 292-295, IR 253-257; en la sección 2, "El trabajo de 11•10, la continuación del autoanálisis nos informará que era objeto
desplazamiento": Td 311, ID 306, IR 264; en la sección 3, "Los 11, • 11·~entimiento.El acto se cierra con la irrupción de un segundo trío
procedimientos de figuración del sueño": T d 319, ID 314, IR 270; lr11w11ino: la enferma mal curada con la cocaína; otra, llamada
Td 321, ID 316, IR 273 y Td 327, ID 322, IR 278; finalmente en el ~l1,1liil<le,qt,1eotrora mató Freud con sulfonal; la hija mayor de Freud,
capítulo vn, sección 1, "El olvido de los sueños": T d 517, ID 513, ~l1,1hilde también, que estuvo a punto de morir de difteria. En ese
IR. 436). En segundo lugar, de la parte de los psicoanalistas, como ,,,,11111•11to, la inquietud de Freud desemboca en el sentimiento de su
E. H. Erikson (1954), H. G. Leavitt (1956), l. Berenstein (1974). i111_ l11ctable culpabilidad. Además, los personajes humanos ya no son
M. Schur ( 1966, reproducido en 1972, cap. rn) aclara un sentido del l,,11111ticos,otros han aparecido: las enfermedades, las sustancias que
sueño al revelar el episodio, sobre el que volveré más adelante, de la
Fritz Reuter ( 1810-1874) se hizo célebre al realizar antes que nadie una
enferma Emma, tratada a la vez por Freud y por Fliess. A. Grinstein ,J.,¡¡ literaria en dialecto bajo alemán (Plattdeutsch). Sigmund recomendó su
( 1968, cap. 1) le consagra el primer capítulo de su libro. Su aporte 1!'1
111raa Martha en una carta del 19 de abril de 1884 ( C 119).
168 DESCUBRIMIENTO DEL SEN'rlDO DE LOS SUEÑO S i :i , !:iUEÑO DE LA "INYECCIÓN A IRMA" 169
curan o matan, finalmente la Muerte. El tercer acto (Td' 117-120, 11ata de una inyección de trimetilamina aplicada a la ligera. No
ID 112-115, IR 104-107) introduce un nuevo trío masculino, o al t, 111nfarán las furias que querrían la muerte de ese hijo como precio
menos sus dos primeros componentes, Otto y Leopold; el tercer per- 1,or todas las faltas del padre. La fórmula de vida que Freud ha des-
sonaje permanece en reserva para el siguiente acto. Esta vez se tra t ' 11liicrtoy que imagina en gruesos caracteres las ha conjurado. El crío
de los alter ego de Freud, de su misma edad, médicos de porveni r, .rrá Wilhelm o Anna.
Berenstein (1974) ha observado la evocación latente, por la elecció Este sueño tiene para Freud un sentido muy preciso que él nos
del seudónimo de Leopold, del barrio judío de la Leopoldstrasse e rn111unica,al tiempo que nos deja adivinar otros: demuestra que Freud
el que se instalaron los padres de Sigismund al llegar a Viena, y h 110 <'S responsable de la persistencia de la enfermedad de Irma. Hace
señalado la oposición que establece el sueño entre los dos personajes : 11 botar el reproche sobre Otto, que lo fastidió con sus reflexiones y
Otto es menos prudente, menos cuidadoso, más rápido; Leopold, má 11·1;,tlos:Otto, como siempre, ha dado pruebas de parcialidad y ligere-
prudente, más cuidadoso, más lento. Los acompaña un trío meno r: 1 Por lo demás, la persistencia de la enfermedad tiene otras causas
un niño de la clínica Kassowitz, el paciente de Egipto enfermo d pl.n1sibles: Irma ha rechazado la solución propuesta por Freud; o qui-
disentería, un enfermo de Breuer que tenía albúmina. En ese momen t , l sus actuales dolores son orgánicos y no ya histéricos; o bien pro-
el drama se encuentra en . pleno nudo, el proceso llega a un vira j ~ 1t·nen de la ausencia de trimetilamina, es decir de satisfacción sexua l,
dramático, pues se trata, en efecto, de un proceso. El primer acto h , lo que está condenada por su viudez; o incluso todo proviene de la
comenzado con un alegato de Freud: "No es culpa mía, sino de Irma " poco afortunada intervención de Otto. El sueño es pues un alegato en
ha terminado en su miedo. En el segundo acto, Freud es acusado co ,.¡ cual Freud apela contra tres adversarios (Otto, Irma y Breuer) a
pruebas terribles. En el tercero, testigos y abogados destruyen esas pru e t, ,·s personas comprensivas (Leopold, la amiga de Irma y Fliess). Tal
has. La pregunta que constituye el nudo de la tragedia o de la investi ,•s dectiva mente el contenido del sueño si consideramos la enfermedad
gación es formulada entonces sin amba jes: ¿ quién es el responsab le , 1,· lrma com~ su contenido mayor. _
El acto siguiente (Td 120-122, ID 115-117, IR 107-109) aporta e Freud deja entrever otras interpretaciones relacionadas con su temor
desenlace, cuyo iniciador es Fliess: todo se explica por una inyecció la muerte o con su contratrasferencia. Pero las deja de lado en
de trimetilamina. Las inyecciones siempre son peligrosas: intoxicaro ¡1rnvecho de una conclusión más esencial: "Por el momento me con-
a Fleischl; Otto abusa de ellas; y además llevó un licor de anan ' 11•11taré con esta noción recientemente adquirida. Si se sigue el método
que olía mal. Pero la explicación decisiva está contenida en la trime d,· interpretación de los sueños que aquí he propuesto, se verá que el
tilamina. La fuente de los males de Irma es su insatisfactoria vid 11l'ño tiene realmente un sentido y que no es en modo alguno la
sexual. Freud tiene razón contra sus detractores cuando sostiene 1 l 1;tgmentación de la actividad cerebral, como pretenden los autores.
etiología sexual de las neurosis. El ballet de la cocaína y el sulfona l 1 'uando se ha terminado el trabajo de interpretación, se reconoce que
del amilo y el propilo ha llegado a su fin: Freud ha encontra d d sueño es un cumplimiento de deseos" (Td 126, ID 121, IR 112).
la fórmula que buscaba. ,\'luí reencontramos la relación capital de Freud con su obra. Freud
Queda el epílogo. Allí, según las mejores reglas dramáticas, reapa ,. preguntaba si el sueño es la realización de un deseo: el sueño de
recen los principales antagonistas involucrados en las consecuencias d l ,a inyección a Irma" se lo confirma; además, Freud observará más
la solución. Fliess tratará a Irma. Desfila el trío masculino ante el qu larde que los pensamientos que sobrevienen después del sueño son
Freud se ha disculpado: Fleischl, Otto y el hijo de la anciana dam todavía pensamientos del sueño. Así, el pensamiento de que el sueño
que padece una flebitis; en esos tres casos, la jeringa de Freud no e: ,-~la realización de un deseo forma parte del contenido de éste.
responsable. La vieja dama evoca finalmente a Freud un trío femenin o,
Martha, Irma y Mathilde, reunidas en torno a una cuestión vincula d
con l_a preñez. Freud detiene en ese punto su relato, pero añade: " S, , >tras interpretaciones
entiende que no he comunicado aquí todo lo que me vino a la men t,
durante el trabajo de interpretación" (Td 123 n. 1, ID 118 n. 2, I l J En relación con personajes próximos. El sueño no se agota en la
11O n. 1) . Pero nosotros podemos inferir el final. Respecto de es interpretación que ofrece Freud. Al comunicarla al lector, se limitó
futura vida que lleva Martha en su vientre, tanto como respecto d voluntariamente a su vida profesional. Además el acento que pone en
su obra, Freud asume plenamente, ahora, su responsabilidad. No ti propia culpabilidad es importante para él, puesto que se trata de
170 DESCUBRIMIENTO DEL SENTIDO DE LOS SUEÑOS 1:1, SUE ÑO DE LA "INYECCIÓN A IRMA"
171
su primer descubrimiento autoanalítico sobre su propia persona y del , ,,11tenido manifiesto que consiste en un examen de la nariz y la gar-
común denominador de su contratrasferencia sobre sus pacientes, de su ;111t a. El sueño expresa el deseo de Freud de ocupar en su especiali-
incomodidad con su mujer, de su dependencia respecto de Fliess, de 1!;111 , la etiología sexual de las neurosis, el mismo lugar eminente que ·
su independencia respectó de Breuer y de su angustia por ser cardia- rl ll' SS ocupa en la suya, la otorrinolaringología. La segunda gran idea
co. Así, muchas otras interpretaciones susceptibles de completarse mu- d, Fliess, la de los períodos diferentes del hombre y la mujer, que
tuamente pueden ser consideradas. Veamos rápidamente las que ponen 11lll'cl ccen a regulaciones bioquímicas, es introducida en el sueño por
en juego las relaciones de Freud con personas importantes de su en- ,. 1 sustancia en la que Fliess piensa poseer la clave de tales regula-
torno profesional y familiar. r 1n11l' s : la trimetilamina. ¡ Ah, realizar en psicología los mismos descu-
En cuanto a la contratrasferencia de Freud sobre sus pacientes jó- lJ111ni entos que Fliess está efectuando en biología! Ser Fliess o nadie:
venes e histéricas, simbolizadas por Irma, el deseo que se cumple en l'I deseo cumplido en el sueño es, aquí, adoptar completamente las
el sueño es el de no comportarse con Anna L. . . (si mi identificación 11¡1miones de Fliess, atribuirle grandes descubrimientos e identificarse
de Irma como Anna Lichtheim es correcta) como Breuer se comportó 11111 él.
con Anna O ... : no permanecer ciego ni insensible al deseo incons- , al mismo tiempo, siempre respecto a Fliess, el sueño, para antici-
ciente que esas jóvenes solteras o viudas trasfieren sobre su terapeuta, ¡,.1r im término que Freud empleará más tarde, está lleno de ambiva-
o sea, evidentemente, el deseo de tener un hijo con el propio padre; no 1,•wi a. Fliess ha operado mal a Emma, paciente de Freud: más ade-
dejarse, tampoco, ganar por ese deseo incestuoso y por la tentación l.111t 1•veremos en detalle el incidente. Dejó encinta a su mujer, aunque
de responder a él en la . realidad (es uno de los raros pasajes del sueño , dice a punto de revolucionar los métodos anticonceptivos calculan-
en que se puede leer en filigrana una anticipación del descubrimiento " " a partir de su teoría de los períodos, las fechas en que la mujer es
cdípico), como esas pacientes dicen, en sus relatos, haber sido sedu- 11·111nda. El examen de Irma parece cubrir el deseo latente de Freud
cidas en la pubertad por el padre o por un sustituto del mismo. En 1!1 ,luscultar por sí mismo a Ida Fliess, la joven esposa de su amigo y
efecto, en el sueño Freud procede, por una parte, a un examen profun- 11111 gua paciente de Breuer, a la que debía de conocer desde antes de
do de la sexualidad de Irma y ve en ella una imagen -más tarde 11 l10da: aquí Freud se venga de su amigo que la ha dejado encinta,
dirá: una fantasía- no sólo de coito y preñez, sino principalmente de ll.1 es su paciente, la psicoanaliza, quiere ver el niño que lleva en el
concepción; por otra parte, reprueba un tratamiento que consistiría i1·11tre : otro pasaje más en el que podría leerse en filigrana la natu-
en administrar a Irma lo que ella desea en su fantasía: una "inyec- 11il,•1.aedípica de la "trasferencia" sobre Fliess y la anticipación del
ción" aplicada "a la ligera" en el doble sentido de la expresión ( "des- l11t11 ro descubrimiento. En ambos casos, el error de Fliess cometido
consideradamente" y "por libertinaje"). De ahí, también, la crítica , ,,11Emma y el cometido con Ida son excusados por Freud: es nece-
que el sueño dirige a Breuer: "él [el Dr. M ... ] está muy pálido, cojea 11io que la idealización de su amigo no sea resquebrajada por la
y no tiene barba en el mentón", crítica que entiendo así: no tiene 1'11ll'r gencia de reproches.
sangre en las venas, su razonamiento es cojo, él es un barbilampiño ,· Por qué? El sueño es la reproducción de otra escena médica que
(pueril). Ita desarrollado algunos meses antes, en febrero, en el momento de
En cuanto a su mujer, Freud se siente culpable por ese nuevo r·., viaje a Viena, donde Fliess operó a Emma con poca fortuna:
embarazo no deseado, duro e incluso peligroso para la salud de la 1,111l1 •rizó los cornetes de Freud, y otra intervención estaba prevista
interesada. Se reprocha su negligencia en las prácticas anticonceptivas ¡1 ._11,1 cuando regresara del viaje al norte de Italia que Freud había
( "la jeringa no estaba limpia"). Revive en su sueño la evidencia a la j 111 _1y 1·c tado. En esta perspectiva, la Irma del sueño es Freud: realiza
que tuvo que rendirse tres o cuatro meses antes: los síntomas de 11d1·sco de ser tratadó por su amigo, terapeuta omnipotente. También
Martha no son histéricos sino orgánicos, son síntomas de preñez. De- ,111la ambivalencia asoma: actualmente a Freud se le revela que el
bemos a André Berge la idea de que el deseo que se cumple en el ,l1,1gnóstico de Breuer, el año pasado, fue mejor que el de su amigo en ·
sueño es el de un aborto ( "el veneno se va a eliminar") que pondría 1,, 1ora nte al episodio cardiaco que sufrió; a pesar de la opinión de
un bienvenido término a ese enojoso embarazo. l•'li,·~s, pudo volver a los tan amados cigarros y, lejos de soportar con-
En lo que concierne a Fliess, el sueño constituye un homenaje a sus 1, fl~olpes nocivos, sacar de ellos un benéfico efecto de estimulación.
ideas. Utiliza una de ellas, la relación entre la nariz y el sexo, para l\ ·10 en el sueño, el correcto diagnóstico del doctor M ... (Breuer):
figurar el contenido latente ·( un examen ginecológico) mediante un 1111 ,1 matidez abajo, a la izquierda", es inmediatamente compensado
172 DESCUBRIMIENTO DEL SENTIDO DE LOS SUEÑOS 1J1,;Ño DE LA "INYECCIÓN A IRMA" 17:1
por la aparición de la fórmula mágica debida a Fliess y que explic a 11I 1s del mes de marzo mantuvieron a Fliess al corriente de las poco
toda la sexualidad, la fórmula de la trimetilamina. El deseo infan til 11,11111n adas consecuen~ias de su intervención. Emma sufría dolores
subyacente en Freud es el de ser curado por Fliess como por una ma - ,_¡¡it 111u
os en la .nariz, secreciones fétidas, supuraciones sanguinolentas.
dre buena y omnipotente. 1 1111dpuso en duda su diagnóstico de histeria, llamó a un especialista
Ahora volveremos sobre algunas interpretaciones de una manera q1w colocó sin resultado una cánula, luego a otro, que descubrió en
más profundizada y consideraremos otras nuevas. r l rnm ete perforado de Emma, olvidado por Fliess, un tapón de medio
1111• 11n de gasa embebida en yodoformo. La extracción de ese tapón
2] En relación con Fliess y el episodio de Emma. Freud y Fliess pa- pi.-1voró una hemorragia importante que requirió un nuevo tapón y
decen afecciones nasales, el primero una sinusitis purulenta, el segundo p1rnl11 jo un shock grave en la enferma. Freud experimentó una emo-
una rinitis supurante; en su correspondencia hablan con abundancia , 1,',11tan viva ( debida a la vergüenza, no a la vista de la sangre), que
y complacencia de ese órgano del que ambos sufren. Así, el 25 de ma - \ 10 obligado a abandonar el cuarto y beber una copa de coñac
yo de 1895, Freud escribe: "Y ahora, el estado de mi nariz. He se- pr11.1 recuperar su aplomo, y dudó un día entero antes de informar a
gregado ,abundantes masas de pus y todo ese tiempo me he sentido 1,-lil"ss sobre su acto fallido. Durante mucho tiempo el estado de Emrna
en una forma magnífica . Ahora la secreción se ha detenido, poco a l 111serio ( nuevas hemorragias, riesgo de infección). Fliess; en lugar
poco, y continúo sintiéndome bien" (fragmento inédito de una carta a , Ir rr conocer su error, tomó a mal el ser sospechoso de negligencia
Fliess del 25 de mayo de 1895, citado in S 84 ) . Están en cierto modo I",iles ional para sus colegas vieneses y exigió de ellos una retractación.
ligados por la nariz, lazo reforzado por la cocaína: Freud ha revelad o 1 , ,·11dse apresuró a apaciguar su indignación: "Para mí sigues siendo
ese producto a la medicina, y le faltó peco para descubrir su pode r t l hombre que cura, el prototipo del hombre en cuyas manos, con
anestésico; Fliess recomienda a sus enfermos , a los enfermos de Freud ¡1l1na confianza, uno pone su vida y la de los suyos'' (c. inédita a
y al propio Freud la aplicación local de cocaína en las partes enfermas l•li,•ss del 20 de abr. de 1895, citada in S 82-83).
de la nariz. ¡ Qué desquite para Freud, a quien se ha reprochado tan - El escenario del sueño de "La inyección a Irma" repite el episo-
to el haber sido la fuente de una nueva toxicomanía! ¡ Pero qué amo- dio de Emma: un médico (Freud, no ya Fliess) examina la garganta
nestación reproduce la penúltima frase del sueño!: "No hay que pone r ,le· lrma, pero lo que describe es lo que Fliess vio en la nariz de Emma
tan a la ligera semejantes inyecciones": alusión a las inyecciones (1·11la realidad Freud nunca examinó la nariz de sus enfermos, así
hipodérmicas de cocaína que provocaron en Fleischl una toxicomanía , 111no tampoco miró la garganta de Irma ) ; este médico es acusado de
nueva. La nariz de Freud no se cura, ni la de Fliess, obligado a anula r 1111 a falta profesional por uno o dos colegas, y se defiende, niega, con-
uno de sus congresos para hacerse operar: poco importa, conserv a 11.1ataca y finalmente la falta es dirigida contra un tercero. Así había
entera la confianza de Freud. 1s11mido Freud la falta de Fliess: la culpabilidad en el incidente de
El incidente que comenzó a minarla fue descubierto por Schu r l•,11ma le incumbía más que a nadie puesto que no había distinguido
( 1966 y 1972) en la parte inédita de la correspondencia. En febrero rn n la necesaria seguridad un síntoma histérico de un síntoma orgáni-
de 1895, Freud empezó a tratar a una joven aparentemente histérica ' o. El sueño relativo a Irma es un acto de repetición reparadora pos-
l r:t\lmática ; vu elve sobre el incidente relativo a Ernma para clausurarlo
llamada Emma ,7 y pidió a Fliess que la examinara a fin de ver si sus
síntomas abdominales tenían un origen nasal. Durante un breve viaje v rcrr ar el camino a la duda insinuada sobre el valor profesional y
a Viena, Fliess la vio, aconsejó una intervenci"ón, la operó él mismo, y l., honestidad moral de Fliess. Sí, los sueños tienen un sentido y ese
de paso examinó la nariz de Freud, cauterizándole los cornetes. Las ,·ntido es la realización de un deseo. El sueño concerniente a Irma, tal
, orno Freud lo ve, realiza un deseo de Freud y un deseo de disculpa,
7 Probablementees la misma Emm a cuyo caso relató Freud en Esbozo de pt•ro lo hace de una manera diferente de la señalada por el interesado:
una psicología científica(F, 1895 , 1950a bis, al 432-435, ing 410-413, fr 363- 1mnple -como Max Schur fue el prim ero en establecerlo- el deseo
366) como ejemplo de "primera mentira" histérica: ella era incapaz de en- d,• Freud de disculpar a Fliess.
trar sola en una tienda desde que hacia los trece años, unos vendedores se El episodio de Emma no agota la significación del sueño de Freud
burlaron de su atuendo; el análisis iluminó un recuerdo anterior, de los ocho
años, cuando un vendedor tocó sus órganos genitales a través del vestido; su ,·n relación con Fliess. Freud, como sabemos, se hizo cauterizar los
mala conciencia provenía del hecho de que durante algún tiempo continuó , orne tes por su amigo , y después de su viaje al norte de Italia, debe
yendo a aquella tienda . 11 a verlo para renovar la operación. En su sueño, Freud se ve como
174 DESCUBRIMIENTO DEL SENTIDO DE LOS SUEÑOS U EÑO DE LA "INYECCIÓN /1. IRMA"
paciente ·examinado y cuidado por Fliess: mediante esa identificación 1 h 1 relación con el deseo inf anti!. Aunque respecto a los sucíios
con una mujer -Irma, la paciente-, Freud se propone como objeto !"1111dse mantendrá aún por un tiempo en la única idea de una rea-
del deseo de Fliess. Pero precisamente ese deseo que cumple el sueño l,,.11 1(m de los deseos de la vigilia, es necesario examinar ahora el
se encuentra frustrado en la realidad. Volvamos al sueño: Jrma, a 1111ui sobre Irma desde el punto de vista del deseo infantil.
quien llevo inmediatamente aparte, como para responder a su carta y h cud nació el 6 de mayo de 1856; sus padres se casaron el 20 de
reprocharle el no haber aceptado aún ªmi solución". Esta frase debe pd10 de 1855; fue, pues, concebido de inmediato. Ahora bien, nos en-
comprenderse así: Fliess ya no me lleva aparte ; no ha respondido a ;111lramosen la mañana del 24 de julio de 1895. El contenido rnani-
mi última carta, es preciso que le escriba para reprocharle el no habe r ft,.~lo del sueño representa el trigésimo cuarto aniversario del naci-
aceptado mi solución. Fliess, en efecto, dejó sin respuesta la carta de l 111,i 11lo de Martha, que se festejará e1 26 de julio; su contenido
12 de junio de 1895, donde Freud le anunció que a p<!sar de sus rei- 11l1·11tc representa, en mi opinión, el cuadragésimo aniversario de la
teradas prescripciones, había resuelto volver a fumar ... (F al 131, í 111w t>pción de Sigmund: Freud se representa en sueños la escena que
ing 121, fr 108). 1, dio nacimiento. El término alemán por "cumpleaños", Geburtsfest,
Se comprende que en la mañana que siguió a la noche del sueño, q 11,• significa literalmente "la fiesta del nacimiento", nos pone en el
o sea el 24 de julio, Freud haya escrito a Fliess para quejarse por la , 1111ino . La primera frase del relato del sueño puede igualmente en-
1, 11d erse en el sentido siguiente: el "gran vestíbulo" es la cavidad sexual
falt~ de respuesta a su carta precedente y sin decirle una palabra del
sueño ni del traba jo original de análisis a que acababa de someterlo: l1·111enina; allí "recibimos": en efecto, el verbo alemán empfangen
"¿Por qué, mi demonio,8 no me escribes? ¿Cómo te encuentras? ¿Ya ti, 1u• el sentido mundano de "recibir" y el sexual de "concebir". Ade-
no te preocupa para nada lo que he hecho? ¿ Cómo van la nariz, la 111 (,s, el lugar de esa "recepción", Bellevue, es para Freud, que conoce
[111"11 el francés, todo un programa. Por analogía con el título ulterior
menstruación, las jaquecas , tu querida esposa y el pequeño retoño? 9
,I,• 11 n célebre artículo de Freud, "Ein Kind wird geschlagen" ("Pe-
¿ Somos solamente compañeros de miseria? ¿ O también queremos com-
111 a un niño", 1919e), este sueño merecería titularse "Ein Kind
partir las experiencias de tiempos más calmos? .. . ¿Dónde pasarás
1nl empfangen" ("conciben a un niño" ) . Berenstein (1974) ha pre-
el mes de agosto? Nosotros vivimos muy contentos, en el 'cielo' " ( c.
1 l\,ldo así la metáfora: Freud y su mujer "conciben" muchos niños,
inédita del 24 de jul. de 1895, citada in S 87-88). Bellevue, en efecto,
I' wientes, ideas. ·
quedaba sobre la Himmelstrasse, literalmente: la "ruta del cielo" ...
El examen rinolaringológico es un sustituto, un disfraz de un exa-
Ida Fliess, ya lo sabemos, estaba encinta, como Martha, a pesar de 111 1·11ginecológico. En esos repliegues de carne, en esas cavidades ro-
los sabios cálculos contraceptivos de su esposo . El 22 de junio de 1895 idas de la vagina y el útero maternales ( ese útero de donde deriva
(c. inédita citada in S 86), Freud recibió con entusiasmo la noticia·y l.1 palabra histeria), se ve una amplia huella blanquecina que es el
a la vez anunció una visita a Berlín para comienzos de septiembre. Ya 1•,pcrma paterno. Es el tipo de escena que los sabios cálculos de Fliess
recalcamos la estrecha complementariedad fantaseada de ambos hom- qu izá protegerán del riesgo de fecundidad . . Entre tanto, ella es res-
bres, que los llevó a dejar simultáneamente embarazadas a sus muje- 1ionsable de la sexta preñez actual de Martha, de la primera preñez
res. Ese futuro niño doble es para ellos en cierto modo su hijo común, 1tl ual de Ida Fliess, de la primera preñez, hace cuarenta años, de
como si lo hubiesen hecho juntos, cada uno por mediación de la mu- \rn alia, a quien separaba de su esposo Jacob la misma diferencia de
jer del otro. Como Gr een lo ha hecho notar (1972, p. 169), "la alu- ,·d,td que hay entre Fliess y Emma, entre Freud e Irma. Esta escena
sión a la preñez podría incluso presentar la obra futura como retoño s una "maculada concepción".
de las relaciones entre ambo s hombres". En la realidad, Otto exami- La continuación del sueño repres<!nta la continuación de esa escena.
na a Martha, la esposa, embarazada, de su amigo Freud; en sueños, l•:I soñador pasa del amilo ( cuyo olor poco agradable es una alusión
Freud examina a Ida, la esposa, embarazada, de su amigo Fliess; el 1I e.le las secreciones sexuales) al propilo ( los propileos son puerta s, en
problema subyacente, que remite a la infancia de Freud, es éste: ,1rquitectura, y se da igualmente este nombre a los labios mayor es que
¿ quién es el padre? roe.lean la entrada de la vagina - cf. el "gran vestíbulo" del comienzo)
luego al ácido propiónico ( que tiene rima asonante, como lo ha ob-
s Freud acostumbra servirse de esa expresión en el sentido socrático de de-
monio interior, fuente de ins-piración . ,nva do Erikson ( l 954) con "priápico") y por último a la trimetila-
9 Esta frase es evidentemente un resumen del sueño sobre Irma. 111ina y a su fórmula , '·impresa en gruesos caracteres" (las secrecio-
176 DESCUBRIMIENTO DEL SENTIDO DE LOS SUEÑOS 1J1;Np DE LA "INYECCIÓN A IRMA" 177
nes sexuales imprimen en las sábanas caracteres semejantes). Y esa 11 111había devuelto indemne, en segundo lugar el caldero ya es-
fórmula: 1 I" 1forado cuando lo pidió en préstamo y, en tercer lugar, nunca
li!11 t11111adoprestado un caldero de su vecino" (Td 125, ID 120,
_,,CH~ 111) . La historia adquiere toda su sal si se reemplaza el caldero
1 l11c¡1we\loca su forma, a saber, el vientre de una mujer. El hom-
N-CH 3
1(11,aclode haber "tomado prestada" la mujer o hija de su veci-
'CH 3
1l1·habérsela devuelto en "mal estado" se defiende de tres ma-
t,1H: 110,la devolví intacta; ya estaba "perforada"; nunca la toqué.
¿no fue la de la infancia de Freud en Freiberg? ¿Los tres CH 3 corres- 1 1•1primero en ver un tema nuevo, ¿ no es desflorarlo?
ponden a las tres familias que componían el protogrupo de Freibérg:
la pareja de los Zajíc, la pareja de Emmanuel Freud, la nueva pareja /i111dación con la obra freudiana. El sueño contiene la figuración
de Jacob Freud, con sus respectivos niños? Una familia es un hom- ¡il¡(,lll'a de varios elementos que constituirán o que ya constituyen
bre y una mujer que realizan esa escena, de la que nace el tercer tér- 1 de\<11hrimiento freudiano.
mino, el niño. Esas tres familias triádicas a su vez poseen un miem- IJII i:ran vestíbulo, y numerosos invitados que recibimos. Se trata de
bro como común denominador: Nannie, cuya inicial, la N, completa 1,1111 1l'presentación por imagen de la noción, que va precisándose en
la fórmula química. He ahí pues la fórmula que ( provisoriamente) lH 1111 ·11lede Freud, de preconsciente, con el guardián del umbral im-
da a Freud cuenta de sus orígenes. El deseo infantil del sueño es el 1'1(1 ito, ron las numerosas identificaciones-proyecciones que allí están
deseo de saber de dónde vienen los niños. 11,1111 11idasy que Freud decide "recibir", es decir, reconocer como ta-
Pero ¿ por qué es este deseo infantil el que suministra su contenido i1·, Esta parte del sueño realiza el deseo de Freud de "concebir" una
al sueño, y no tantos otros deseos reprimidos de la infancia? Porque 111·11ria nueva.
es el que se conforma mejor a la situación presente de Freud, quien U1·/1rocharle (a Irma) el no haber aceptado aún "mi solución": tal
sabe que debe estudiarse a sí mismo para poder progresar en el estu - 11l11n6nes el "análisis psíquico" y la consideración de la sexualidad
dio que a él se ofrece en el campo inexplorado del inconsciente. Suel- ,¡111implica y que ya Breuer, quien conoce bien a Irma, ha rechaza-
ta sus amarras. Ya no tiene nada que esperar de Brücke, de 1'1eynert, ¡., Ahora bien, en la precitadá carta del 12 de junio de 1895, no
de Charcot, de Breuer, sino sólo de sí. En cierto modo renacerá de sí 11,pondida por Fliess, Freud anunciaba también que estaba "sumer-
mismo, con Fliess como partero; llevará a cabo, como Goethe y su hé- 1dn por las novedades, incluso las novedades teóricas" y que "la
roe Wilhelm Meister, su propia Bildung. Este segundo nacimiento, que l,tfrnsa ha dado un gran paso adel¡mte". El sueño expresa una inquie-
está a punto de producirse, no puede dejar de evocarle el primero, i111l:Breuer no ha aceptado la solución de Freud al problema de la
aquel por el que vino al mundo. Al representarse en el sueño su pro- tiología de la histeria; Fliess, a su vez, ¿ se mostraría reticente frente
pio origen, algo en él mismo le dice que, a la manera de Bergotte en 1 L1 solución que Freud elabora en lo que atañe a la teoría general
la novela de Proust, acaba de "despegar". Los propileos, por otra par- d,· lo que será el aparato psíquico?
te, son una puerta de entrada y también un arco de triunfo: Freud El examen "laringo-ginecológico" de la garganta de Irma es una
conoce bien los propileos del Partenón en reproducciones (los verá I'' ll'Sta en imagen no sólo de las ideas de Freud sobre el papel etioló-
in situ en 1904) y ha visitado con Fliess, que le hablaba de la trime- ico de la sexualidad en la histeria, sino una repetición de la escena
tilamina, los de Munich. Se ve como un héroe, franqueando esa puer- ¡,1inceps -otra escena "primitiva"- entre Joseph Breuer y Anna
ta, símbolo a la vez de potencia y de gloria; ha "penetrado" el se- U . . . Los síntomas de Arma O . . . ( seudónimo dado por Breuer a
creto; no ha ocurrido nada grave, salvo cierta mala conciencia de la ll1·rtha Pappenheim) fueron los de una preñez seguida de parto ima-
que trata de disculparse ... ~111ario;en el sueño, los síntomas de Irma (seudónimo dado poste-
El argumento del caldero, que Freud evoca en su comentario, debe 11ormente por Freud a una enferma que probablemente se llamaba
ser comprendido, me parece, en esta perspectiva. Escribe Freud: "Todo Anna) son los de un coito seguido de embarazo ( dolores, vientre anu-
este alegato -este sueño no es otra cosa- recuerda vivamente la d,tdo, aspecto "abotagado"). Nuestra hipótesis sobre la identidad de
manera en que se defendió aquel hombre de quien su vecino se que- lrma encuentra en ello un argumento suplementario. Igualmente, se
jaba porque le había devuelto su caldero en mal estado. En primer rnmprendería mejor por qué es "Anna" el nombre que Freud pensa-
178 DESCUBRIMIENTO DEL SENTIDO DE LOS SUEÑOS 1!1'.NO DE LA "INYECCIÓN A IRMA" 179
ha poner a su sexto hijo en el caso de que "fuera una niña": porque l11
[n, t IIun cuadro por orden de aparición y según una jerarquía su-
simbolizaría el primer gran descubrimiento, el del sentido de los sue- i;,,
1111 se llegaría a una representación como ésta:
ños, del que ha resultado autor ¡;racias a esa Anna-Irma. Y t::i.mbién
se comprendería mejor por qué Anna Freud fue la única de sus hijos
en convertirse en psicoanalista. ~Inna
Las viudas,21;:::...--- Amiga de Inna
En forma figurativa, la escena del examen de la gargauta represe n- Martha
ta lo siguiente. Breuer
O el descubrimiento "fecundo" del que Freud se siente grávido; la Freud / Los mayores Fleischl
~ ~ Emmanucl
gestación es laboriosa pero ya tiene confianza en poder darlo a luz;
D la seguridad de que los histéricos tienen representaciones reprimi- ~ Otto
das, no sólo de la preñez y el parto, como Anna O ... , sino de todos Los iguales ~Leopold
Fliess
los momentos del coito ( antes, durante, después) ;
O la prescripción de Chrobak respecto a la esposa histérica de un ma- 1\hora bien, esa disposición tiene la misma estructura que la fórmu-
rido impotente, Rx Penis normalis dosim repetatur ("prescribir dosis
'''" la trimetilamina, si se la desarrolla completamente: 10
repetidas de pene normal") (Td 1914d, GW X 53, SE XIV 15, fr 79);
O el método de las asociaciones libres, sin sugestión artificial ni im-
posición de manos, es decir, la aceptación de la resistencia ("se mues-
tra recalcitrante") y la invitación a hablar libremente ("entonces ella
abre bien la boca") .
----H
c-=-==--------H
H
Por reacción del amilo con el amoniaco, NH 3 , se obtiene la trimc lt,~ orígenes, y también, según Rosolato ( 1969, p. 46), la cifra sc-
tilamina.* 1.i d<·l alef, alfa y omega del conocimiento. En cambio, estoy en
La evocación de las otras series orgánicas (la serie de los ácidos: 1,~1wr<lo con quienes han querido ver en esa fórmula una anticipa-
ácido propiónico) y de los compuestos posibles a partir de cada tér 11dc•l "tr iángulo" edípico: en julio de 1895, Freud aún está lejos
mino (los compuestos propílicos) parece ser la trasposición simbólica 1111:s<"ntirla organización edípica de las pulsiones y jamás utili;a-
de la diversidad de significaciones del sueño, las mismas que aca ba. 111 1111•táfora triangular para designarla.
mos de estudiar. A medida que sueña, la mente de Freud comprend /\111u¡11e haya guardado para sí una parte de los resultados de su
cómo se efectúa su sueño: los procesos formales del sueño, al mismo 1,.,jo autoanalítico, Freud no podía, por cierto, ser consciente de
título que los deseos latentes, están representados en su contenido. A 111 ~ las interpretaciones que nos ha impuesto la lógica de los docu-
la pregunta que se hace desde meses atrás -si los sueños tienen un ,1r11111~ a nuestra disposición y de las diversas problemáticas persona-
sentido--, el de la "Inyección a Irma" responde que no sólo tienen l! N y <i<·ntíficasconocidas como las propias de Freud en esa época. Por
el sentido de nuestros deseos, sino que esos sentidos surgen de su es- 1111smarazón su evolución interior continuará. Mientras Freud,
tructura siml:iólica. Además ¿ podría un deseo expresarse de otro modo ,111,.\us sueños y luego sus recuerdos y sus actos fallidos, efectúa un
que no fuera la inserción en tal estructura? Freud no tiene en ese il1.11npsicoanalítico centrado principalmente en la identificación de
momento una conciencia suficiente de ese saber como para explicitar• 11rnccsos ( condensación, desplazamiento, dramatización, represión,
lo. Pero ya lo posee y lo que pronto se llamará psicoanálisis partirá d 11·•,16n, etc.) y de sus lugares de funcionamiento (inconsciente, pre-
él. Freud ya había descubierto, con Breuer, que los síntomas histéri- 11,rl('nte y consciente), un trabajo paralelo, concomitante pero dife-
cos tienen un sentido. En la noche del 23 al 24 de julio de 1895, adi. 111,,un trabajo· psíquico en buena parte inconsciente, proseguirá en
vinó que procesos psíquicos normales, como el sueño, lo tienen igua l- 11 nea de los contenidos de las fantasías, sobre las identificacio-
mente. Realiza en sueños este descubrimiento decisivo, como a menudo
prnyccciones, sobre los conflictos defensivos que le son propios. A
sucede con los grandes descubrimientos. Pero es único el acontec í-,
t'I, algo de ese trabajo psíquico será captado y explotado por el
miento de un sueño que entrega el secreto de los sueños. Secreto qu
1h.1.10psicoanalítico . Este último será, con frecuencia, representado
además desborda a los sueños, como Freud lo comprende en seguida
íig11111t1vamente en esos productos privilegiados de su trabajo psíquico
Existe un pensamiento, gener~lmente inconsciente, mediante el cua
p111~on los sueños. Fue porque Freud se centró en el aspecto formal
el hombre trata de que los demás hombres reconozcan sus deseos. Qu
tal pensamiento sea simbólico no quiere decir, como lo creerán co 111I,~ producciones del inconsciente por lo que pudo no sólo compren-
Jung discípulos infieles a la inspiración freudiana fundamental, qu
Ir,· d funcionamiento del aparato psíquico, sino también dejar actuar
se reduzca a un juego de alegorías y de imágenes.U Sirve de adve r 111 1_l111fonicainconsciente en una zona relativa de sombra, fuera de la
tencia el recurso a los conceptos de la química, un comentario qu 111 _tl st· habría agotado.
se desarrolla en forma lógico-matemática. Eso no es todo. Recordem l ,,,s numerosos pasajes de Die Traumdeutung en que este sueño pro-
(Freud, como todo alumno de un liceo alemán, ciertamente la con pu11iona ejemplos de procesos psíquicos primarios no pueden ser fe-
ce) la ensoñación diurna gracias a la cual Kekulé descubre la estruc l1,1dos pero son muy posteriores a julio de 1895. Recordémolos no
tura hexagonal del benceno C 6 H 6 y su derivación respecto del carb 1111'.tante.En el pasaje más largo (Td 298-301, ID 292-295, IR 253-
no, C. Freud sueña que, como un nuevo Kekulé, realiza en sueños u ¡7), Freud insiste en el mecanismo de condensación: Irma es una
descubrimiento que se asemeja, por su forma, al de Kekulé ( descubr i 1,c•1 M>na compuesta" : representa a ella misma, a su amiga, que Freud
miento triangular sin embargo, y no ya hexagonal) y, por su conten i l,·i,,•;1ríatratar, a la hija mayor de Freud, a una enferma muerta por
do, a las hipótesis de Fliess sobre la química sexual, no ya un descu l'11•11d,a un niño de la clínica, a una gobernanta examinada por Freud
brimiento sobre C, el carbono, sino sobre N, la fórmula del misteri '111' intentaba disimular su dentadura postiza, a Martha por último.
1,:1 l>r. M ... está formado por dos personas: él mismo (Breuer) y
* Este enunciado, en qmm1ca orgánica, es irremediablemente falso. [E.) l(111111 anue l. Finalmente, propileno es un compromiso entre amileno,
11 Binswanger ( 1954) es víctima de una confusión análoga al criticar
1p11J forma parte de la serie Otto, y propileos, que forma parte de la
concepción freudiana del sueño. Ignora la diferencia, implícita en Freud, en
tre estructura imaginaria del sueño ( en relación con los deseos latentes) y e ,w opuesta Fliess; los propileos son un monumento de Munich don-
tructura simbólica ( en relación con los procesos formales). , l,c Frrud encontró a Fliess un año antes.
182 DESCUBRIMIENTO DEL SENTIDO DE LOS SUEÑOS i 11111\ÑO DE LA "INYECCIÓN A IRMA" 183
Otros pasajes menos importantes ( enumerados más arriba) mues- li11t.1de las supuraciones nasales), cromáticas (las escaras de un
tran en el sueño de la inyección a Irma: /,u,, 11 grisáceo y, sin duda, el color rojo-violeta de los corn etes), ce-
1- ;t ,\ l<'as ( m e siento anudada), táctiles ( la percute ... ; lo que sient o
D la deformación del deseo que el sueño realiza (la escena donde se 11,,ll a pesar del vestido). Esta riqu eza sensorial, bastante típica
cumple el deseo se presenta como indiferente en el contenido mani- h hcud y de lo que ya dije de su profundo empirismo, contrasta
fiesto; las certidumbres del soñador no corresponden a la realidad sino 11r I hecho de que la mayoría de los sueños corrientes están hechos
a sus deseos; cap. IV) ; , usaciones visuales y secundariamente de sensaciones auditivas.
D la importancia de los restos diurnos: el deseo que se esconde en el l 'ti1 e 1erto que la vista es importante en este sueño (ver la garganta
alegato: estoy justificado porque soy un hombre de valía, "por tanto: Ir, 11111a),y se oyen dos diálogos ( el diálogo entre Freud e Irma, las
puedo permitirme esto ... " ( cap. v, 1) ; lhc11~1ones entre Freud, el Dr. M ... , Otto y Leopold). Pero la ima-
D la ausencia de desplazamiento, en contraste con los sueños ulterio- !I v1sua l terminal es particularísima: consiste en la visión de un a
res ( cap. VI, 2); •A111pción (la fórmula de la trimetilamina ), es decir, en un a lectura ,
D la ausencia de la representación lógica, especialmente del encade- u11clr·sciframiento.
namiento temporal y de la alternativa en las imágenes del sueñÓ ( cap. l ',1111biénestán presentes en el sueño las funciones excretoras: la de-
VI, 3); r " 1(m ( la disentería), la micción ( el veneno se va a eliminar : Freud
D uno de los sentidos de la identificación, es decir, de la atribución ,l ., por Fliess que la trimetilamina se elimina al orinar). Un juego
de un elemento común a dos personas del sueño, a saber: el deseo de 11) J',dabras descubierto por Eva Rosenblum va en la misma dir ec-
cambiar a una de esas personas por la otra ( ibid.) ; 1611 A nanas ( ananás, piña), que "rima por lo demás notabl emente
D el carácter significativo de todo olvido de interpretar un detalle, u11il ape llido de mi paciente Irma", se pronuncia en alemán exact a-
incluso de apariencia anodina, que figure en el texto del sueño ( cap. 1w1111• como Anna nass: "Anna mojada"; ella, por lo tanto, huele mal.
vn, 1). /'1me una matidez abajo, a la izquierda. En su comentario, Fr eud
h111ona este detalle, por una parte, con la sensación de un dolor
5] En relación con la imagen del cuerpo. La última perspectiva para 11111(1tico que acababa de tener en el hombro izquierdo, y, por otra ,
interpretar este sueño es la de la imagen del cuerpo. Ya señalamos la 1 p11recuerdo s de exámenes clínicos en casos de tuberculosis pulmonar.
imagen del pene como jeringa sucia y la de los órganos genitales fe. i ,, ,11o cemos bien esos casos, sobre los que no da precisiones: Ignace
meninos como cavidad bucal o nasal: ~e trata de procedimientos me- , l111Hberg,novio de Minna Bernays; Joseph Paneth, joven e~poso de
tafóricos. Recordemos, acerca de este último punto, que Anna O ... ,,¡il11eSchwab; Rudolph Lichtheim, joven esposo de Anna Hammer-
había consultado a Breuer por sus males de garganta ( tussis nervosa). 1 lilal{: tre s grandes amigos de Freud, muertos de tuberculosis y que
Pero Freud todavía está lejos de adquirir consciencia -lo que com- l,)J,11ontres "viudas " inconsolables . Sin duda, el contenido latente es
prenderá sólo con el caso Dora, pero que en filigrana ya está presen- ·I que sigue : si Martha, cuya preñ ez es tan difícil , muriese, si él lle-
te en este sueño-- de la teoría sexual infantil para la cual la concep- u ,1 ,i ser viudo, una u otra de esas deseables viudas estaría disponi-
ción de los niños se realiza por la boca y la garganta. Observemos lil1J para reempl azarla. Lo confirma un detalle: Eva Ro senblum, a
igualmente que el espacio arquitectónico en el que se desarrolla el )'i!>p6sito de Mathilde, la hija de Freud que éste evoca en sus comen-
sueño (un "gran vestíbulo" donde se abre una "ventana") o aquel ÍIP ms, me ha indicado el chiste, corriente en Alemania , del viudo que
que evoca (los propileos de Munich), constituye igualmente una fi. 111Lima sobre la tumba recién cerrada de su muj er: Math ilde, Ma-
guración simbólica del sexo femenino. El dec;orado del sueño duplica /11/dc, so eine krieg' ich nicht wieder ("Mathild e, Mathilde, no en-
pues la escena central de éste. Tal duplicación no es sólo una repeti- " 11raré otra como ésta") .
ción destinada a subrayar la importancia de la escena. Es, más pro- \ olvamos a la imagen del cuerpo. ¿ Qué cosa, a la izqui erda , in-
fundamente, la regresión a una permutabilidad arcaica del continente t¡i1ir:ta a Freud? Sabemos que desde hace dos años su corazón h a sido
y del contenido, es decir, a un mecanismo del pensamiento primario f1wHlc de sufrimientos y preocupaciones, pero que se han at enuado
qu e consiste esta vez en un mecanismo metonímico. li11sla el punto de que ha decidido recientemente volver al h ábito del
Conviene además poner de relieve la presencia de sensaciones gus- 1111,aco.El sueño materializa, a la vez, la amenaza de Fliess (Fliess lo
tati vas ( el licor de ananás), olfativas ( el olor amílico, la fetidez im- 111srnlta , como Leopold percute a Irma, y pronostica un despertar de
184 DESCUBRIMIENTO DEL SENTIDO DE LOS SUEÑOS n1, SUEÑO SOBRE IRMA HASTA LA MUERTE DEL PADRE 185
la intolerancia cardiaca atribuida a la nicotina) y la resolución de 111111,,11 un licor imbebible) y donde se destacan como tiempos fuer-
trasgredir esa amenaza. l'''"tos de sensibilidad erógena o dolorosa: datos, funciones, pun-
La última referencia corporal concierne al ombligo, marca que su 1'" pertenecen a veces al cuerpo propio del soñador, a veces al
origen en el seno materno deja en el cuerpo humano. Dicha referen- 11n ¡111q11cconstituye el objeto de su deseo. Desde esta perspectiva, el
cia se encuentra en una nota que plantea un doble problema de tra- k ~rr, que realiza este sueño es el deseo paradisiaco de posesión del
ducción y comprensión: "Cada sueño tiene por lo menos un lugar in- 1:, 1111dt· la madre y de fusión en ese cuerpo del cuerpo del niño. Qui-
sondable, un ombligo (Nabel) en cierto modo, que lo enlaza mit dem In t·s, incluso, la significación profunda de todo sueño en general,
Unerkannten" (literalmente: "con lo inasido", "con lo inasible"). Eva 111 Strin ( "cada noche el sueño nos permite encontrar el paraíso
Rosenblum me ha hecho notar que Freud no escribió Unbekannten d11l11" , 1968a, p. 87) lo ha esbozado, como Pontalis ( 1972) lo ha
( "lo desconocido"), palabra que uno podía esperar y que por lo demás m11l.1clo en su hipótesis, aunque ésta parezca más fundada en cuan-
figura equivocadamente en las traducciones habituales; si prefirió ' los sueños de hombres que en cuanto a los sueños de mujeres;
Unerkannten, fue sin duda porque ese término evoca la expresión bí- 11 ¡·::t.,s últimas, el deseo del cuerpo del padre es sin duda de igual
blica ein W eib erkennen ( "unirse a una mujer"). El sentido general 1¡1111 t,mcia. Pero el inventario eufórico del cuerpo en buen estado de
de esta nota es además difícil de "asir", lo que sin duda Freud incons- lln11ío11amientoremite a su contrario, el inventario del cuerpo enfer-
ciente y simbólicamente quiso. Si deseaba expresar que la interpreta- llH•; 1·1sueño de "La inyección a Irma" enumera todos los trastornos
ción psicoanalítica de los sueños no podía ir hasta el fin, ello estaría 110 Frcud ha sufrido o sufre todavía: los síntomas intestinales (la
en contradicción con el traba jo efectuado sobre este sueño y con el h1·11tería), la angina de 1881, que le había impedido deglutir y ha-
descubrimiento definitivo y reiterado de que el sentido último de los hln,·,, las supuraciones nasales, los dolores cardiacos. Freud es el en-
sueños es el cumplimiento de un deseo. Una fantasía, pues, vino a lrn110 que él mismo examina en el sueño: y así el sueño traduce su
infiltrarse en su pensamiento y la expresión escrita del mismo, fanta- Ir , o de autoanalizarse.
sía que, si hubiera hablado claramente, le habría hecho decir: la mu- 1, 1 sueño sobre Irma constituye desde ese punto de vista un sueño-
jer con la cual se sueña es aquella con quien se ha estado unido por 111,,;iamade toda la serie de descubrimientos que constituirán el psi-
el cordón umbilical y que para nosotros permanece "no conocible " ,,,11;1lisis. Enuncia la identidad del cuerpo del sueño y del sueño del
en el sentido bíblico. La imposibilidad que efectivamente siente Freud 111,·1 po. El inconsciente ( cuyo corpus empieza Freud ·a establecer) es
de interpretar por completo un sueño o un síntoma es menos la con- 11t1clo como el cuerpo del delito del que debe disculparse pues repre-
secuencia de una formación teórica y clínica insuficiente que una re- 111.1 simbólicamente y contiene metonímicamente el cuerpo deseado
sistencia interior ligada a la prohibición del incesto. Esta corta nota I,• LLma dre inasida. Pero es ahí donde su deseo tomó definitivamente
oscura a pie de página constituye -lo que no es para asombrar- el 1111 1po en la madrugada del 24 de julio de 1895: aquello a cuya po-
único pasaje de todo el sueño y de su comentario fluvial donde una ,,~1011hubo que renunciar en el plano carnal podrá ser retomado en
emoción edípica sale a la luz para ser inmediatamente bloqueada, rl plano simbólico.
una emoción que se limita a la dimensión incestuosa del complejo de
Edipo. En efecto, sería un abuso de psicoanalitismo ver en la hostili-
dad del sueño, confesada a medias, hacia Otto, Breuer e incluso Fliess,
la expresión de un deseo propiamente parricida. Será necesario que llESDE EL SUEÑO SOBRE IRMA HASTA LA MUERTE DEL PADRE DE FREUD
acaezca la muerte de su padre para que Freud vislumbre la posibili- (JU LIO DE 1895-0CTUBRE DE 1896)
dad de admitir la existencia de tal tipo de deseo. Por el momento,
como ya se dijo, se contenta con defenderse de su propia ambiva - 1.-,1 aíio que siguió al sueño de la "Inyección a Irma" fue para Freud
lencia. 1111 año de progresos. La elaboración de su obra continuó ep el impul-
Así, el sueño sobre Irma procede a una especie de inventario del ,, de ese movimiento de renovación que se expresó en el sueño. Freud
cuerpo en el que figuran, como telón de fondo, los cinco sentidos ex- procedió a algunos descubrimientos parciales, desarrollos de intuicio-
ternos y la sensibilidad interna, así como referencias a la mayoría de 111 ·s prece dentes. Su vida no experimentó ningún cambio radical. Su
las grandes funciones: respiración, circulación, eliminación, reproduc- , lil'ntela aumentó de una manera irregular pero, en conjunto, satis-
ción, fonación, sistema nervioso y, menos claramente, nutrición (re- 1.,rtoria.
186 DESCUBRIMIENTO DEL SENTIDO DE LOS SUEÑOS 111~ KL S UEÑO SOBRE IRMA HASTA LA MUERTE DEL PADRE 187
1 11 11d consideró los procesos psíquicos como estados cuantitativ a-
1111 1111determ inados de las neuronas. Conjeturó tres categorías de neu-
El Esbozo de una psicología científica (septiembre-octubre de J895)u 111.1 ,, designadas <p, if, y w que correspondían, respectivamente, a los
1111111 los externos, a los internos y al sistema percepción-consciencia.
Cierto número de las situaciones presentadas en el sueño se cump lie- ~ 1¡, 111 ras que las dos primeras categorías apuntan a la descarga de
ron. Después de un breve viaje al norte de Italia, a Venecia, con Ale- 111,_ 111ti<lad, las neuronas w tienen por función trasformar la cantidad
xandre, ambos fueron a Berlín para ver a Fliess y consultarlo ( me- l , di<lad, es decir, para comenzar, en desplacer y en placer. El
diados de septiembre de 1895) . Freud se hizo operar la nariz y volvió 1,11¡1111toconstituía pues un "aparato" (que Freud no llama "psíqui-
a ser paciente de su amigo . El encuentro lo estimuló en el más alto llm ) susceptible de funcionar por sus propios medios. De la in-
grado. En el tren de regreso y durante las tres siguientes semanas re- 1111 nón complicada -y puramente imaginaria- de esas neuronas,
dactó con entusiasmo, únicamente para Fliess, su Esbozo de una psi- 1111 extrajo, no obstante, una comprobación que también constitu-
cología científica ( no le puso título: el que doy fue elegido por los 1111 a adquisición definitiva: . el niño pequeño grita para obtener,
editores) , que no publicará y que fue editado póstumamente con las 11;i:1s a una intervención exterior, la descarga de una excitación de
cartas a Fliess (1950a bis, F, al 371-466, ing 348-445, fr 309-369) . 1:.•11 interno en una "acción específica" - "por ejemplo aporte de
Anexó el manuscrito -no parece que haya guardado copia- a su l111 11'11to, proximidad del objeto sexual" (notemos esta confrontación,
carta del 8 de octubre de 1895. Fue el principio de una nueva conce p. p11 111 ás adelante reaparecerá con frecuencia, entre el hambre, o de-
ción de la vida psíquica; a la manera de los filósofos empiristas, re- n dPI seno, y el apetito sexual). He ahí la "experiencia de satisfac-
construyó las leyes de la mente, pero partiendo de la teoría de la t,11'' · pro ducía una descarga real "duradera", lo que no era el caso
neurona que otrora había presentido y que por entonces ya era cono- i11 la pura descarga alucinatoria; establecía una "asociación por
cida. Se inspiró en la voluminosa obra de su maestro Exner, publica da li1111ltane idad " que hacía que el retorno de un estado de tensión aná-
en 1894: Entwurf zu einer physiologischen Erklarung der psychische 11 1111•,11 reavivara el recuerdo de la satisfacción y suscitara el deseo de
Erscheinungen ("Introducción a una explicación fisiológica del fun- 1111\ma;producía el levantamiento de una barrera de contacto; por
cionamiento psíquico"). Anticipó con el nombre de "barreras de con - 11111 1110, "este medio de descarga adquiere así una función secundaria
tacto" la noción de sinapsis ( que Sherrington formuló más tarde, en 1,, ,·i-trcma importancia: la de la comprensi ón mutua, y la impoten-
1897), y enunció, además del de constancia, un principio de inercia 11.1 origina l del ser se torna de este modo la fuente primera de todos
que hace que las neuronas "tiendan a desembarazarse de las cantida - , motivos morales" (1950a bis, F, al 402, ing 379, fr 336).
des" ( anticipación del principio del placer-desplacer). Hizo del Yo \ ,wca del mismo crío, Freud suponía que "la imagen mnemónica
una noción importante, ligándolo a las funciones de inhibición y de ti, ,1.i<la [es] la del pecho materno y sus pezones vistos de frente" (ibid.,
prueba de la realidad, y vinculando la consciencia sólo a una par te ·¡I 113, ing 391, fr 346), puesto que intenta hallar "un objeto del
de la vida psíquica. La mayor y definitiva adquisición del Esbozo fue 111 1,,1110 orden [que aquel] que le aportó al sujeto su primera satisfac-
la definición de dos modos de funcionamiento mental: el proceso pri - 1 1.',11 (y también su primer desplacer) y que fue para él la primera
mario, que apunta a la pur a descarga de la excitación y que el sue- 111 ·11ona auxiliadora" ( ibid., al 415, ing 393, fr 348 ) .
ño ejemplifica, y el proceso secundario, que comienza con la atención, l .a primera parte, titulada "Plan general", fue consagrada a la di-
se desarrolla de la percepción a la inteligencia y permite la opción lt 1111ciación de los procesos primarios y secundarios. El dormir y el
entre diversas vías de descarga (anticipación del principio de reali - "11,1rsuministran el prototipo de los primeros: "Lo que determina
dad) . Freud reconoció en esto el aporte de Breuer: la energía libre , 11rialmente el dormir aparece con evidencia en los niños. Los niños
de éste caracterizaba el proceso primario, y la energía ligada el pro - ,.,,tinúa n durmiendo mientras no los- atormenten necesidades físicas
ceso secundario. Pero el Esbozo quedó como hermoso ejemplo de mo- 1,1·\tÍmulos externos (por ejemplo el hambre, la sensación de frío cuan-
delo teórico sin base experimental. Sus intuiciones sobre el psiquismo ¡j,, han mojado el lecho). Una vez satisfechos (con el seno) se duer-
quedaron prisioneras de un basamento neurofisiológico estrecho . En 1,1,11. Ta mbién el adulto se duerme fácilmente post coenam et coitum
ld,..,pués de haber comido y gozado]. De aquí se sigue que lo que con-
12 El capítulo v1 de Andersson ( 1962) está consagrado a la evolución de las 1li,1una el sueño es una disminución de la carga endógena en el nú-
ideas de Freud durante el otoño de 1895. 1,·oif,, disminución que torna inútil la función secundaria. Mientras
188 DESCUBRIMIENTO DEL SENTIDO DE LOS SUEÑ O SOBRE IRMA HASTA LA MUERTE DEL PADRE 111')
duerme , el sujeto se encuentra en un estado ideal de inercia y su pro ( p:1,., el proceso secundario) no aparecieron sino en el capítulo
visión de cantidad ( Q 'Í¡) es descargado." H ti,, n,r T raumdeutung. Otra idea retomada y desarrollada en ese
"En el estado de vigilia, esa provisión se acumula en el 'Y o' y tene 111111~1 capítu lo VII concierne a la importancia de las "asociaciones
mos el derecho de admitir que lo que caracteriza el dormir y lo condi. 1¡1,l,•H" que fundan la posibilidad de "dirigir la carga tJ," hacia los
ciona necesariamente es justamente esa descarga del Yo. Inmediata 111 •1dos que emergen durante el pasaj e de la cantidad (Q,f¡). Se
mente nos damos cuenta de que se trata de una condición necesaria d !,i f1quí del pensamiento consciente observante (F, 1950a bis, al
la producción del proceso psíquico prim ario" (F, 1950a bis, al 420, 1 !, i111~ 422, fr 375-376) . Las asociaciones verbales constituyen el in-
ing 398, fr 353) . l11( •cl1,1rioentre la percepción de una cualidad y la descarga de una
El único material clínico referido en toda esta parte está constituido ¡ti1Lid. "L os indi cios de descargas por medio del lenguaje ... llevan
por la fórmula de la trimetilamina en el sueño de la "Inyección a pi oc-esos cogitativos al plano mismo de los procesos perceptivos,
Irma", del que no se dice nada más. La fórmula proporciona un ejem• d i11{·ndo les una realidad y haciendo posible su recuerdo" ( ibid.).
plo de eslabón intermediario consciente entre dos pensamientos in !11í-significa, en ese momento de la vida y el pensamiento de
conscientes: el de una conversación con Fliess sobre la química ,,·11d,la elaboración del Esbozo? J. Strachey , en su prefacio a la
sexual y el de una etiolo gía sexual de la enfermedad de Irma: la ii111111 de ese texto al final del tomo I de la Standard Edition (SE I,
existencia de tales eslabones inconsci entes explica la aparente discon• 11 '11)2) ,18 hace algunas observacion es juiciosas. Subraya el divorcio
tinuidad de los sueños . Por otra parte, la que fuera conclusión del 1111 ,. la teoría y la clínica: el sistema teórico esbozado por Freud eiitá
autoanálisis de ese sueño es referida indep endientemente de él: los ,k ·.,·,rnalizado, excepción hecha de una alusión a los estímulos endóge-
sueños son cumplimientos de deseos. Como la analogía del síntoma y li•lil o a los instintos, mientras que los progresos clínicos realizados por
el sueño es señalada en dos oportunidades en el Esbozo, el lector pued , 1,·sde tr es años atrás se encauzan hacia la etiología sexual de las
inferir en conclusión que los síntomas también son realizaciones d 11
·11rnsis.Nota el carácter negativo e inhibidor otorgado al principio
deseos, pero tal conclusión no está explicitada en el texto. lii funcionamiento psíquico: lo gobierna la evitación del desplacer,
La segunda parte fue consagrada a la "Psicopatología de la histe• ¡11111!0 de vista que aún subsiste en Die Traumdeutung; el principio de
ria". El único caso referido es el de Emma (cf. p. 172) . Da un ejem• ¡,111t-r, es decir , la primacía de la búsqueda del placer, no será afir-
plo del proton pseudos (primera mentira) en el origen de la histeria: 111.11l0 sino más tarde; Freud se limita por el momento, sin nombrarlo,
un incidente sexual sobrevenido en la infancia sólo llega a ser trauma• il principio de desplacer. Strachey concluye caracterizando el Esbozo
tizante para el sujeto con posterioridad, cuando ocurre un nuevo 111 1110una descripción "defensiva" de la vida mental. Yo diría que se
episodio en la pubertad e inconscientemente reaviva el recuerdo del 111t t de una especie de adiós de Freud a las concepcion es psicológicas
primero y cuando el ímpetu sexual que desata ese recuerdo se trasfor. 11,hitua les, que se atenían al punto de vista del Yo sobre el cuerpo y
ma en angustia. Freud pensaba, en efecto, que no puede haber 1 ,·spíritu, antes de incursionar en el estudio de lo que ulteriormente
"ímpetu sexual" sino a partir de la pubertad y que el tan importante , 1, nominará el Ello, durante veinte años, O" sea hasta la renovación
mecanismo de posterioridad es consecuencia de la pubertad "tardía" 11 ·<,ricade la década de 1920. Se comprende pues ( detalle capital pero
de los hum anos en comparación con las demás especies: cuando 11lvidado por muchos comentadores ) que Freud no h aya pensado en
Freud descubrió la existencia de una sexualidad infantil, el mecanismo p11blicar el Esbozo: era para él un texto retrasado del que muy pronto
de posterioridad siguió siendo válido: la premaduración del recién ,. declaró descontento. Por cierto, están ahí en germen varias intui -
nacido se convirtió en la causa principal de la predisposición a la ' iones, y nociones que llegaron a ser adquisiciones definitivas del psi-
neurosis.
La tercera parte , "Ensayo de exposición de un proceso psíquico 13 Ese tom o contiene todos los extractos de las cart as y manuscrit os en-
normal" , intenta dar una explicación del proceso secundario. Éste se , 1,1dosa Fliess y que están en relación con el tr abajo teórico de Freud (p ero
origina en la atención, cuya instauración es descrita en términos de 110 con su vid a personal) . Esos extr actos son pue s menos numeros os que los
"mecánica", dicho de otro modo: de dinámica psíquica, y que dura publica dos antes con el título de La naissance de la psychanalyse ( 1950a ).
1',·ro el texto está mejor establecido , las notas son más completas , y valiosa s
hasta que desemboca en una "identidad " entre la representación del l.1~int roducciones ; hay que lamentar que quienes re alizan inv estiga cione s sobrr
deseo y la percepción actual de la realidad. Las pr ecisiones "identidad l,1 teo ría psicoanalítica se limiten a la antigua edición de las cartas a Flies ~
de percepción" (para el proceso primario ) e "identidad de pensamien- , igno ren la edición, muy superior, de Strachey .
190 DESCUBRIMIENTO DEL SENTIDO DE LOS 'll 1(1, SUEÑO SOBRE IRMA HASTA LA MUERTE DEL PADRE 191
coanálisis fueron enunciadas por primera vez en esas páginas. ,11 ,s lf, no implican el estado de consciencia sino una vez ligadas
sentido, el texto es una formación de componenda. Más exactamentr: l11N ll'oriaciones verbales; el desplacer proviene del conflicto entre la
Freud, por su mentalidad científica y sobre todo, como veremos m~I 1id.1dde origen interno en las neuronas lf, y el proceso de la cons-
adelante, por su organización psicopatológica personal de tipo hister6 wi ;, (dicho de otro modo, el conflicto y el sufrimiento que de él
fobo, necesitaba asegurarse un marco conceptual que lo mantuviera provienen de la dificultad del hombre para afrontar sus pul-
distancia de los fenómenos estudiados, sin ocultarlos no obstante; en ,,,~, , 11 particular su sexualidad) (F, 1 de ene. de 1896, al 151-156,
tonces podía arriesgarse a verlos tales como eran, con acuidad y pen 1·10 145, fr 125-129). El 30 de mayo de 1896,u se interroga
picacia: a verlos controlándolos. r J d1·l proceso de "volverse consciente": la toma de consciencia
Strachey indica también que el esquema del Esbozo constituye un 11cl"del acceso a representaciones verbales asociadas; es un com-
precursor de las teorías conductistas y luego cibernéticas e informáti 11i~o rntre la represión y lo reprimido, hecho posible por una
cas de la vida mental. Nada de asombroso en ello, puesto que talr h,ci<in flotante"; en esa ocasión precisó por primera vez que "los
teorías provienen de la neurofisiología, que se constituyó como ciencia li0111 ,s son casi todos formaciones de componenda" (F, 30 de mayo
en el siglo XIX, y puesto que Freud participó activamente en su desarro 111%,al 177, ing 166, fr 147).
llo antes de convertirse en psicoanalista. Hoy la situación epistemo P,11:ill'lamente a las investigaciones de Freud sobre el aparato cplf, cu,
lógica es la misma que en 1895: no es posible tomar en consideración ll'IIIÍa de la etiología sexual de las neurosis avanzó con nuevo rit-
el deseo, la fantasía, la represión, la figurabilidad y los retoños del in 11 >, después de la histeria, conquistó la neurosis obsesiva. "La his-
consciente sino rompiendo con todo esquema cuyos modelos sean las i11,·st(1 determinada por una experiencia sexual primaria sobrevenida
máquinas creadas por el hombre. 14 111 n d1• la pubertad, acompañada de susto y repugnancia. Para el
h ~1'8 1\·o , esa misma experiencia ha estado acompañada de placer"
11de oct. de 1895, al 136, ing 126, fr 112). Algunos días después,
Reforzamiento del trabajo científico, de la relación con Fliess y de la 1, ,: "¿ Te he revelado, oralmente o por escrito, el gran secreto
angustia lliiko? La histeria resulta de un choque sexual presex11al; la ncuro~is
1•Miva, de un placer sexual presexual, trasformado ulteriormente en
Apenas enviado su manuscrito a Fliess, Freud tuvo la impresión de ver ill11111ento de culpa ... Los incidentes en cuestión no actúan más
más claro, pues muy pronto lo asaltaron dudas desmoralizadoras. De
111.sino como recuerdos" (F, 15 de oct. de 1895, al 137, ing 127, fr
cidió "meter en un cajón" todos los manuscritos psicológicos (F, 8
11'I) Y al día siguiente tomó la pluma para triunfar: "Aún estoy
de nov. de 1895, al 143, ing 133, fr 118). En efecto, abandonó defi.
111!ornado, casi seguro de haber resuelto el problema de la histeria
nitivamente la redacción del capítulo final sobre la psicopatología d ,1,, la neurosis obsesiva al encontrar la fórmula del choque sexual y
la represión y, al parecer, nunca emprendió nuevos manuscritos sobr, lrl placer sexual infantil. Estoy seguro igualmente de que las dos neu-
el tema del Esbozo. En cambio, durante el primer semestre de 1896
1n•,i son ahora radicalmente curables y no sólo los diversos síntomas,
escribió a Fliess cartas de una extensión inhabitual, donde expuso la
11111 también la predisposición neurótica misma" (F. 16 de oct. de
continua evolución de sus ideas sobre lo que seguía llam<!,ndo "el apa~
111'1~,, al 138, ing 128, fr 113-114). Poco después, un ·caso de histeria
rato cplf, cu". La carta del 1 de enero de 1896 simplificó y rectificó
i.1~1 ·11lina le confirmó que el "choque sexual" comistía efectivamente
el funcionamiento, introduciendo modificaciones que, una vez supri-
1 1111a "seducción infantil": fue la primera vez que utilizó esa ex-
mido el basamento neurológico, fueron directamente utilizadas en el
capítulo vn de Die Traumdeutung: la trasformación de una excitación
11',,1c'in(F, 2 de nov. de 1895, al 142, ing 132, fr 117), y también
p:11<·cióallí la segunda mención de un caso que sin duda es el del
en alucinación se produce del lado de las neuronas cu y no lf,; las
· 1,,11 E ... , descrito en la carta precedente como "mi 'vergonzoso':
este caso (primer paciente masculino tratado psicoanalíticamente po h,,hlar de emociones sexuales anteriores a la pubertad e invocar
Freud) escandió todo el período de autoanálisis sistemático, puest ¡ l111rror!- tentativas de seducción sexual de los niños por parte de
que su tratamiento duró hasta abril de 1900 ( cf. el estudio de E 1dt11se inclusive parientes próximos como causa primera de la his-
Rosenblum, 1973, sobre este caso y la nota de la p. 220, que reún i 11 l ,a única publicación capaz de valerle alguna estima, una mono-
todas las referencias que le atañen). También tomó cuerpo una in tui 11., sobre las parálisis infantiles que le solicitó Nothnagel, no le
ción contenid.;. en el sueño sobre Irma: la simulación del orgasmo po ti1•11·~6;la demoró mucho (1897a), quejándose de que lo desviaba
el síntoma ( caso de la señora P. J. .. ; F, ms. J, sin duda de fines el lii 111~ verdaderos trabajos. Para colmo, en Viena, los liberales fueron
1895, al 148-151, ing 137-140, fr 122-125). Luego Freud se vio llevad irnt 1c.Iosen las elecciones ( septiembre de 1895). Fue elegido alcalde
a reemplazar la noción de defensa por la de represión, a hacer emana l n11t1semitaLueger, y se gestaban días sombríos para los israelitas.
ésta del Yo, a describir una represión secundaria ( que actúa sobr, l 1t11d se adhirió entonces a una logia masónica de judíos liberales ,
derivaciones conscientes, por ejemplo sobre los autorreproches en 1 ll',111iB'rith, a cuyas reuniones asistió desde entonces un martes por
neurosis obsesiva), distinta de la represión primaria ( dirigida contr ¡11111, .,•na. Pero intelectualmente se sentía solo. Así, lo esperaba todo
los recuerdos de escenas sexuales traumatizan tes), a sugerir que el sín Ji'li1·ss.
toma es una componenda, a anticipar la noción, extraída de Fliess, d 1,;1 paralelismo de sus vidas e intereses científicos lo deslumbraba.
período de latencia: fue la materia del artículo "Weitere Bemerkungc 1111,1 Freud nació el 3 de diciembre de 1895 (en esa ocasión, Minna,
über die Abwehr-Neuropsychosen" ("Nuevas observaciones sobre ); c'111iadade Sigmund, se instaló en la casa con el objeto de prestar
psiconeurosis de defensa") ( 1896b). 1 r•yuda durante algunos meses y la clientela de Freud aumentó de
Pero su situación social evolucionó en sentido inverso. Breuer, qu (\l,ilo). Fliess vio nacer a su primer hijo, Robert, algunos días des-
abiertamente pretendía adherirse a la tesis de la etiología sexual, e pt1~'I. Fliess y Freud perseguían, por medio de la medicina, un ideal
privado la combate. Freud ya no podía contar con él y se apartó defi n 111fico:comprender la psicología, la fisiología e incluso "la filosofía"
nitivamente. Recapituló sus concepciones en un artículo en franc J,'1 1 de ene. de 1896, al 151-152, ing 141, fr 125); seis semanas des-
aparecido el 30 de marzo de 1896 en la Revue neurologique: "L'hér 11111 (, Freud hizo una rectificación, forjando un nuevo término, des-
dité et l'étiologie des névroses" ("La herencia y la etiología de 1 111 ,do a prosperar: "La psicología --o más bien la metapsicología-
neurosis"), donde citó trece casos de choques sexuales en la infanci ,11 preocupa sin cesar" (F, c. del 13 de feb. de 1896, al 168, ing 157,
que produjeron histerias y ocho que produjeron neurosis obsesiv 1 l '19). Ambos situaban la sexualidad en el corazón de los fenómenos
( 1896a) y donde figuró por primera vez el término "psico-análisis" ludiados. Se enviaban mutuamente sus manuscritos; cada uno, a
esta palabra apareció en alemán por primera vez en el artículo citad I'"' ,r de algunas críticas, abundaba en elogios sobre los textos del otro,
más arriba, "Nuevas observaciones sobre las psiconeurosis de defensa' dn,tándolo a tratar temas más vastos. Freud, a partir del caso de
( 1896b), redactado al mismo tiempo que el precedente, pero public 1li, •,s de "neurosis refleja", le hizo extraer una obra, Las vías na-
do el 15 de mayo de 1896. Ese cambio terminológico significó seg In y la sexualidad fe menina, cuyo manuscrito recibió a fines de
rarnente poco para Freud, puesto que no se tomó el trabajo de señ l,11·rode 1896 y que se publicó en 1897. Fliess obtuvo que Freud
larlo a Fliess en la carta en que habló de esos dos artículos (F, 6 111diaseel problema de las jaquecas y que sometiese a verificación
feb. de 1896, al 166, ing 155, fr 138). Pero se trataba de una firm: 11d campo de la psicopatología su teoría de la periodicidad. Freud
y un testimonio: Freud reconoció a partir de entonces que había efe ¡11•rabade Fliess lo que nadie le ofreció sino por un breve lapso: la
tuado un descubrimiento propio ( aunque creyó correcto indicar en u 1il.1boración en una obra común. El 1 de enero de 1896 le escribió
paréntesis que ése era el método de investigación de Breuer), y acept, I' 11,1 felicitarlo por el nacimiento de su hijo, enviándole como regalo
proseguir solo su trabajo. Y no porque le fuera agradable: "No pu 1, Né!vidad un manuscrito sobre las neurosis de defensa (F, ms. K,
des en modo alguno figurarte hasta qué punto estoy aislado ... d l::> 6-166, ing 146-155, fr 129-137), donde describía cuatro desvia-
hace el vacío en torno a mí" (F, 4 de mayo de 1896, al 174, ing 16 i1111cs patológicas de afectos normales: conflictos ( en la histeria),
fr 144). Su clientela disminuyó. No arregló las cosas una comunic 111lorreproches (en la neurosis obsesiva), rencor (en la paranoia),
ción sobre la etiología sexual de la histeria ( 1896c), que fue prese d1ll'lo (en el delirio alucinatorio agudo). En 1896, Freud vio dos veces
tada en la Sociedad de psiquiatría y neurología de Viena en mayo 1 Fliess: en Semana santa en Dresden y a fines de agosto en Salzbur-
1896, y recibió una acogida glacial: citando esta vez dieciocho cas ''· Aspiraba a esos congresos como a una maravillosa renovación.
194 DESCUBRIMIENTO DEL SENTIDO DE LOS 111' 1; 1. SUEÑO SOBRE IRMA HASTA LA MUERTE DEL PAl)RE 1!l;i
Iba con humildad, esperándolo todo de su amigo. "Mi humor , !'1111 za miento de la impresión de que todo es tal como lo halH,l
bastante sombrío. No puedo decir más que una cosa: me regocijo por l!'~lo y que por lo tanto se volverá completamente claro. Entre
nuestro próximo congreso como alguien que por fin va a saciar su , 1111esclarecimiento asaz sorprendente sobre las hemorragias de
hambre y su sed. Sólo llevaré dos oídos atentos y estaré listo par 111;1, respecto al cual Tú tendrás Tu Alegría."-º Ya he adivinado la
escucharte con la boca abierta" (F, 30 de jun. de 1896, al 180, in '"' i.1, no obstante espero para comunicártela que la paciente misma
169, fr 150). Una esperanza tan extraordinaria no podía no conoce l1Jt)1 <'Scuchado.
decepciones; Fliess no dio continuación al proyecto de una obra co (:,:,11arreglo a tu invitación, he decidido colocarme en universal
mún; estaba disgustado porque Freud no aceptaba sin reservas su l,11i111·11to y no encuentro en él demasiadas privaciones. Sin embar-
teoría de los períodos. d1•\d1•antes estaba previsto que el martes diera una conferencia en
Ahora conviene volver sobre un rasgo de la relación entre ambos, uw<lad de psiquiatría ...
1
expresado en la correspondencia, sobre todo en pasajes no publicados, 1\11cuanto a mí, anoto: jaqueca, secreción nasal y accesos de miedo
por lo que no ha sido puesto en evidencia sino muy recientement 111 11111rrte como hoy, día en que la muerte cardiaca de Tilgner es
por Max Schur ( 1972), que tuvo acceso a los inéditos y que, como 1 \f' más responsable de ello que el período. Mucho me has exigido
médico de Freud durante la última parte de su vida, no podía dejar 11~11 moderado del tabaco y, sobre todo después de nuestra entre-
de prestarles atención. Tal rasgo era el constante y recíproco inter lrt, ll' he obedecido y me he adaptado. Esto me ha causado mucho
de ambos amigos por sus males· físicos (supuraciones nasales y jaque 11y mucha necesidad. Quizá pronto te asombre con algún jirón
cas de los dos, trastornos cardiacos y· gastrointestinales que Freud 11,,lt'>gico,ahora me siento en el más alto grado perezoso para escri-
padeció episódicamente), por sus estados de ánimo ( alternancia de i l'or lo demás, la menor gota de alcohol me vuelve completamente
exaltaciones entusiastas y de caídas depresivas) y por sus preocupa• 1•ihdo."
ciones hipocondriacas ( sensaciones más o menos indeterminadas de 11~males físicos y trastornos anímicos planteaban a los dos hombres
malestar) . Se exhibían y se confiaban el uno al otro sus cuerpos su- 1 ¡,roblema de explicación científica. Sus temperamentos los lle-
frientes, como el niño de masoquismo fuertemente cultivado piensa 11111 a dos tipos divergentes de explicación (biológica para Fliess,
que sólo estando enfermo puede ser amado por su madre. 16 11~k11lógica para Freud), divergencia cuyo carácter irreductible ter-
La carta inédita del 16 de abril de 1896 (citada por Schur, 97-98) ¡¡i111, por imponerse y precipitó la ruptura. La explicación de Fliess,
desde este punto de vista, resulta ejemplar: " ... con la cabeza llena' 1111111icada a Freud en sus congresos y luego en el manuscrito que !te
de términos y de ideas de cálculos, orgulloso de algunas verificaciones 1 1ú a fines de febrero de 1896, extiende a los dos sexos el carácter
y con un sentimiento insolente de independencia, he reconquistado: pr,lllllico de las reglas femeninas: el hombre, como la mujer, tendría
un agradable bienestar y desde entonces me he vuelto perezoso al ex- ¡¡ "prrío dos", pero el ciclo sería más breve (23 días en vez de 28) :
tremo, pues la miseria intermedia 17 que necesito para todo trabajo l,11•mpuraciones nasales consistirían en equivalentes menstruales; los
intensivo no quiere instalarse. Sólo tuve algunas pocas ideas que ano- l1tl.,n·sde cabeza, la fatigabilidad, la irritabilidad, el estado de ánimo
tar, nacidas del trabajo cotidiano, sobre el interregno,1 8 y en general ti1111oso repetirían en el hombre el conocido estado de las mujeres en
,1 momentos. Así pues, Freud se esforzaba sin descanso en anotar
1 6 O. Mannoni ( 1967) summ1stra otras dos prec1S1ones útiles para la com !,•chas de sus males, sus intervalos, y en calcular sus relaciones cro-
prensión de las relaciones entre ambos: Freud, que había desarrollado una 1i1l11g1cas con los acontecimientos mayores o menores de su existencia:
relación anaclítica con Breuer, entró con Fliess en una relación narcisista;
Fliess s.e cuidó muy bien de casarse, como Freud, con una mujer pobre. Agre-
pasajes inéditos de su correspondencia dan fe de ello y se com-
guemos que la mujer joven y rica de Fliess Je parecía por ello más deseable 1,11 11de que los herederos los hayan censurado, pues su puerilidad
a Freud. 1 ,1,lla notoria en nuestros días. Al mismo tiempo, es asombroso que
17 Mittelelend (miseria intermedia), juego de palabras forjado por Freud li11g11no de los psicoanalistas que se acercaron a este problema (Jones,
según el modelo de Mittelschmerz ( dolor intermedio), que designa el malestar 11~, Schur) se haya arriesgado a formular su interpretación, no
de la mujer en el momento de la ovulación, es decir, en la mitad del ciclo
menstrual. ,l,,1mte evidentísima: la teoría de los períodos de Fliess es la conrep-
18 Zwischenreich es un neologismo creado por Freud. Literalmente significa
"el reino (Reich) entre (zwischen)", o sea, sin duda, el estado intermedio lu Las mayúsculas figuran en el texto alemán: Du Deine Freude. Es un
entre el cuerpo y el espíritu, objeto de las preocupaciones de Freud y Fliess. iliontario juego de palabras: te aporto "Tu Alegría" , es decir, "Tu Freud".
1!)
196 .. DESCUBRIMIENTO DEL SENTI DO DE LOS
UM J>E SED Y DE DESPERTAR
tualización de una fantasía de supresión de la diferencia de sexo• U /J,,11 Juan de Mozart, aquellos en los cuales el espectro del Co
pero mientras que de ordinario esta fantasía se expresa bajo la form r ,1il,ulor se presenta a Don Juan, que lo ha matado después de haber
l11r1cloa su hija, y lo fulmina ... Luego Tilgner se fue a jugar una
de la reivindicación viril que tiende a hacer de la mujer el igual d
¡1icl,1<le tarot. A la noche lo sorprendió una crisis cardiaca (trom-
hombre (es decir, asegurarle, si no el pene, al menos un equiva len
1, rnronaria), detenida por la atención médica. Otro ataque puso
fálico), en Fliess --seguido con entusiasmo por su amigo Freud - t
~11sdías en la mañana del 16 de abril. El vespertino Neue freie
fantasía se expresa en cambio por la asignación al hombre de marc
publicó una noticia necrológica; Freud la leyó después de cenar
equivalentes a las de la supuesta castración femenina. Esta fantas!
¡,. 111mediatoescribió a Fliess la carta reproducida más arriba. Fácil
compartida por ambos no podía dejar, además, de satisfacer su hom
1d1vmarlas similitudes que Freud encontró entre la vida de Tilgner
sexualidad latente.
1111111ya, y los temores que despertó la "muerte cardiaca" del es-
Es sabido que desde la primavera de 1894, en ocasión de un epis
11101 ·. Es comprensible que haya reaccionado con una recrudescencia
dio cardiaco, secuela de una fea gripe, avivada por el abuso del tabac
Ir Ir,~ síntomas ante el pensamiento de que, como Moisés, todo gran
Freud conoció la angustia frente a la muerte y tomó concienci a d
,dor sólo puede ver de lejos la tierra prometida y morir antes de
carácter ineluctable de la suya propia. Desde entonces se acent uó s
111:,,·cr el éxito.
sintomatología habitual, depresiva y psicosomática, pero todavía no er1
l~I 1·pisodio anticipó, preparándolo, el trabajo psíquico que tuvo
capaz de establecer un vínculo claro entre esa angustia y esa sint om
lii:¡ 11 en enero de 1896, con los sueños de Roma, y también es un
tología. Así como se sometía periódicamente a la orden de Fliess d
111110nio de la presencia activa en Freud de dos conocidos factores
no fumar o de fumar menos, así también se sometió a su explica ció
l I creación: la identificación con la mujer sumisa y fecunda, la
teórica sobre la periodicidad de los males masculinos, y sin du da 1
11,.-11;1 contra la angustia de muerte.
hizo en virtud de la fantasía latente precitada: la angustia de castr
ción, cuya elaboración intelectualizada es la teoría de los períod os, 1,
suministró oscuramente el medio de pensar esa angustia de muerte qu,
110sde sed y de despertar
experimentaba sin comprenderla ni identificarla. Al mismo tiemp o,
explicación biológica y numerológica de Fliess, o sea una explica ci61
~>11é pasa entonces con los sueños de Freud, cuyo estado de ánimo
basada en el determinismo externo, no podía satisfacer a un ho mb
• 11 daba siempre entre el entusiasmo y la depresión, y a quien el taba-
.¡¡l cual la evidencia del determinismo interno se le imponía cada v
¡111m10 otra vez molestaba? El 21 de septiembre de 1895, en la exalta-
más. La carta recién citada ilustra bien el titubeo de Freud ent re
1 1f111 del retorno de Berlín, tuvo un sueño que le aportó "la confirma-
explicación por los períodos, a la que se adhería intelectualmente a
'1,,11más divertida del hecho de que el motivo de los sueños es el
vez que bromeaba a su respecto, y la explicación psicológica que su
11111plimiento de un deseo" (F, 23 de sept. de 1895, al 135, ing 125, fr
gió de pronto en una frase, en este caso la identificación con el o
111) • Si nos remitimos al capítulo llI de Die Traumdeutung, que sigue
lebre escultor Víctor Tilgner que precisamente acababa de morir, an t,
1 •neño de la "Inyección a lrma" y lleva por título "El sueño es un
de haber podido saborear su triunfo. ,·11 111plimientode deseos", veremos que Freud recurrió a una categoría
Fue mérito de Schur (S 100-104) haber llamado la atención sob
, I, sueños personales que denominó sueños de comodidad y que son
este episodio y haber aportado los elementos necesarios para su cm
111nos de beber. "Tomemos como ejemplo un sueño que puedo pro-
prensión. Hijo de una familia pobre que emigró a Viena cuando
tenía dos años, alumno brillante de la escuela de Bellas Artes, Tilg n v,11,tr a voluntad y que en cierto modo es una experiencia. Cuando
( 1844-1896) desarrolló poco a poco un arte original, sobre todo de por la noche he comido anchoas, aceitunas o algún otro entremés
pués de una temporada en Italia que financió un mecenas. Supre m ,l.l<lo,tengo sed más tarde y me despierto. Pero antes tengo un sueño,
consagración: se impuso a sus competidores en un concurso abiert, 11·mpreel mismo: bebo. Tomo agua a grandes tragos, tiene un gusto
para la erección, en Viena, de una estatua de Mozart, figura mima , ,.<¡uisito,igual al de una bebida fresca para un hombre que muere de
de la ciudad. Terminó la estatua, cuya inauguración estaba fija ,·il" (Td 128, ID 123, IR 114). Ahora bien, el contexto de la carta
para el 21 de abril. Numerosos presentimientos lo asaltaron: ten' d,·Ja suponer que el sueño del 21 de septiembre poseía un carácter
miedo de no poder asistir a lo que sería su día de gloria. La tarde d f•xperimental.
15, decidió hacer grabar en el pedestal de la estatua unos compa La primera parte, entonces redactada, del Esbozo de una psicología
198 DESCUBRIMIENTO DEL SENTIDO DE LOS 1) 1'.ÑO " SE RUEGA CERRAR LOS OJOS" 19!)
científica terminaba con varias páginas sobre el soñar. Freud enunci Instaló a su familia bastante lejos de Viena ( en Aussee, Estiria )
ha que la "meta y la significación" de los sueños son cumplim ient rrun ió con ella en la segunda quincena de julio, por un mes. En
de deseos, al menos en los sueños normales. Con el ejemplo de la tri , •.;unda semana de agosto se vio con Fliess en Salzburgo, luego
metilamina ilustró el hecho de que los pensamientos conscientes d , 111p 1cndió con su hermano Alexandre, en mayor escala, el viaje del
sueño están vinculados por eslabones intermedios inconscientes --q '" ,111 terior al norte de Italia. Primero volvieron a Venecia y luego,
aquí consistían en la idea de que la enfermedad de Irma era de natu , 1 dos semanas, visitaron Padua, Bolonia, Rávena, Faenza y, larga y
ral eza sexual y en el recuerdo de una conversación con Fliess sob 111 111,,tivamente, Florencia.
la química sexual. Freud estableció la relación entre los procesos onl 1(11octubre , por primera vez desde su matrimonio, Martha dejó a los
ricos y los mecanismos psicopatológicos (F, al 420, ing 398, fr 352) 1\'CH pa ra ir a pasar una quincena con su madre, en Hamburgo ,
pero olvidó este descubrimiento hasta que lo volvió a hacer en 18 l1rt,_•111én dose en la casa de los Fliess en el viaje de ida y también en el
(F, 19 de feb. de 1899, al 295, ing 277, fr 246). En cuanto al rest In ,i-¡i;r eso. Su hermana Minna estaba por entonces definitivamente
la explicación de los mecanismos del sueño fue deducida abstrac ta 11·;1.d,tda con los Freud. Era inteligente, ingeniosa, disponible; poco a
mente de la teoría de las tres clases de neuronas. p11,11 Freud encontró en ella lo que antes le había ofrecido Marth a:
Al año siguiente, Freud buscó otra confi~ación en los sueños in 1111interlocutor a quien confiar sus proyectos científicos y con quien
fantiles, empezando por los de sus propios hijos. Durante las vaca cio l111l1l.1rde sus ideas nuevas.
nes de 1896, en Aussee, Mathilde, su hija mayor, que tenía ocho añ
y medio, soñó que su madre arrojaba en el cuarto grandes "Tab leta
de chocolate" envueltas en papel verde y azul -las mismas que pr e I 1116ío"Se ruega cerrar los ojos" (25-26 de octubre de 1896)
cisamente la víspera la madre había prohibido tomar de un distri buí
dor automático. Esa misma noche, un niño de cinco años y tres mes«· 11 '\O de junio de 1896, Freud anunció a Fliess lo siguiente: "Mi
que acompañaba a los Freud soñó que hacía la "Excursión al refug io 111 , 1;1nopadre (tiene ochenta y un años) se encuentra _en Baden en un
de Simony en Dachstein" --que, para su gran decepción, no hab ía t ,do de salud muy crítico, con colapso cardiaco, parálisis de la
escalado la víspera (Td 132-134, ID 127-129, IR 117-119). Ese mis jiga, etc. Los únicos acontecimientos importantes de esta última
mo verano, su hija Sophie, de tres años y tres meses, realizó en sue ñ01 ¡i1i1!1'ena fueron la espera de noticias y las visitas que le hice" (F,
el "Paseo por el lago de Aussee", igualmente no efectuado el día p re 111 ele jun . de 1896, al 180, ing 168, fr 150). El 26 de octubre, en una
cedente (Td 135,557; ID 129,551; IR 119,469). Su otra hija, Anna 1
111 1v1· carta redactada en estilo médico describió la muerte de Jacob,
de diecinueve meses, soñó con "F ( r) esas" que le habían sido reh usa• ,, 11-cidael 23 (F, 26 de oct. de 1896, al 181. ing 170, fr 151) . Pero
das la víspera (Td 135, 275; ID 130, 268; IR 120, 233-234; F, 31 d 1 ~ de noviembre la emoción se impuso: "Por uno de los oscuros
oct. de 1897) . 1 1111 inos situados detrás de la consciencia oficial, la muerte del Viejo
Probablemente fue en la mis~a época cuando Freud aportó a su ,,11ha afectado profundamente. Lo estimaba mucho y lo comprendí a
método de análisis de los sueños el agregado siguiente: es posible 1,r I Íl'ctamente, y, gracias a esa mezcla en él de profunda sabiduría y
interpretar con éxito un sueño realizado con anterioridad, incluso un ¡I, fantas ía ligera, desempeñó un gran papel en mi vida. Estaba sobre-
sueño de la propia infancia. Freud lo descubrió en sus pacientes e hizo v1v 1c'-ndose a sí mismo desde hacía tiempo, pero a causa del hecho de la
la prueba consigo mismo . El capítulo m de Die Traumdeutung nos 11111 1·rte resurge todo el pasado. Me siento ahora completamente des-
refiere sueños análogos al de Rudolf Kaufmann: "Cuando era jove n, 1111 ¡,arado." Poco después Freud le narró un sueño de la noche del
a menudo tenía sueños de comodidad de esa clase. Siempre tuve la , 11t1 crro (F, 22 de nov. de 1896, al 183, ing 171, fr 152) . Llegamos a
costumbre de trabajar por la noche hasta horas tardías y me costaba 1111 viraje en la vida interior de Freud, que rep ercutirá en su obra . La
mucho levantarme temprano. Soñaba con frecuencia que ya estaba le- 11l1 •a de someterse a un autoanálisis sistemático y de escribir un libro
vantado y haciendo mis abluciones . Al cabo de cierto tiempo, me veía obre los sueños surgió de allí. Y cayó en la cuenta de ello una vez
ciertamente obligado a comprobar que no estaba aún levantado, pero 111111p lida la doble tarea. Lo dijo en 1908, en el prefacio a la segunda
había ganado unos momentos de sueño" (Td 130, ID 125, IR 115) . , d1ci6n de Die Traumdeutung: "Para mí este libro posee otra signi-
Ese verano de 1896 fue para Freud un período feliz. Carecía de 111,1ción aún, una significación subjetiva que sólo comprendí una vez
dificultades financieras y, por primera vez, se tomó dos meses de vaca - lnmina da la obra. Comprendí que era un trozo de mi análisis , mi
200 DESCUBRIMIENTO DEL SENTIDO DE LOS l ll(NO "S E RUEGA CERRAR LOS OJOS" 201
reacción ante la muerte de mi padre, es decir, ante el acontecimient los ojos
más importante, ante la pérdida más desgarradora en la vida de 11 Se ruega cerrar
hombre; y al descubrir que así era, me sentí incapaz de borrar las hur .un ojo
llas de tal influencia" ( T d x, ID XXVI, IR 4) .
El sueño del 25-26 de octubre de 1896 puede reducirse a una ins 1.:,ula una de esas expresiones tiene su sentido particular y dirige
cripción . La carta a Fliess y Die Traumdeutung dan dos versiones li 111 1t-rpretación de manera diferente. Yo había escogido el ceremonial
1M 1•11c illo, sabiendo lo que mi padre pensaba de esas cosas; algunos
geramente diferentes . La siguiente es la versión de la carta:
"Es preciso que te cuente un bonito sueño que tuve durante la noch 1,i,·1,tl,ros de mi familia me desaprobaron arguyendo el qué dirán. De
que siguió al entierro. Me encontraba en una tienda, donde leía est
Id 1111,Lde las versiones, 'Se ruega cerrar un ojo', es decir, dar pruebas
inscripción: 11ul11lge ncia. Es fácil comprender la confusión expresada por el 'o
11'. El trabajo del sueño no logró encontrar una palabra única,
SE RUEGA
cü ambigua, que representase ambos pensamientos; así, en su con-
CERRAR LOS OJOS 11ldomismo, las dos ideas principales ya están separadas.
Suce de a veces que una alternativa difícil de representar sea ex-
"De inmediato reconocí el lugar, era la peluquería a la que voy 1<lamediante la división del sueño en dos pensamientos iguales .
diariamente . El día del entierro tuve que esperar mi turno y por tal 'La ma nera de expresar las categorías de oposición y de contrúdic-
motivo llegué algo retrasado a la casa mortuoria. Entonces la famili "" 11uetiene el sueño llama particularmente la atención: no las ex-
me reprochaba haber decidido que las exequias se harían sin ruido 1'''1;11 parece ignorar el 'no'. Es habilísimo para reunir los contrarios
simplemente, lo que más tarde aprobaron. También juzgaron muy mal 11 presentarlos en un solo objeto . También el sueño representa con
mi retraso. La frase del letrero tiene un doble sentido. Significa: , ,., 11cnc ia un elemento cualquiera mediante su deseo contrario, de
'Debemos cumplir con nuestro deber hacia los muertos.' (Se trat 11 11111•ra que no puede saberse si un elemento del sueño, susceptible de
pues de una excusa, como si hubiera faltado a mis obligaciones 0111radicc ión, traiciona un contenido positivo o negativo en los pen-
tuviese necesidad de indulgencia, y 'deber' está tomado en su sentido 11111cntosdel sueño" (Td 322-323, ID 317-318, IR 273-274) .
literal.) El sueño emana por lo tanto de una tendencia al sentimiento Esta inscripción cumple una función igual a la de la trimetilamina
de culpabilidad, tendencia muy común en los sobrevivientes ... " , 111•1sueño sobre Irma. Pero no recurre a los símbolos complicados de
En Die Traumdeutung, el sueño, como ejemplo de expresión de [, Ir química. El símbolo es provisto por el doble sentido del lenguaje
alternativa, es referido en el capítulo VI ( "El trabajo del sueño") , ,1,dian o. Es una frase ingeniosa macabra, el primero de esos juegos
sección m ("Los procedimientos de figuración del sueño"): ,·.-hales frecuentes en los sueños del futuro autor de El chiste y su
"La noche que precedió 20 al entierro de mi padre, vi en un sueñ /ación con el inconsciente ( 1905c) . El cartel se presenta como los que
un letrero impreso, una especie de cartel semejante al 'Prohibido fu 1111 hcan PROHIBIDO FUMAR en las estaciones ferroviarias . Prohibido fu-
mar' de las salas de espera de las estaciones ferroviarias. Allí se leía: 111 .11,si no se desea gastar prematuramente el corazón y morir joven:
ilusión al episodio de abril de 1894 y a la prohibición que desde enton-
Se ruega cerrar los ojos ' ' •1 Fliess no dejó de reiterar. Sala de espera de una estación, alusión
, olra angustia de Freud, su fobia ferroviaria. 21 "Se ruega cerrar los
o bien ,i¡os" representa el sagrado deber hacia los muertos, deber que Freud
, 11 111pli ó con su padre. Pero de parte de alguien que llegó tarde a la
Se ruega cerrar un ojo. , ,sa mortuoria y que "decidió que las exequias se hicieran sin ruido" 22
dos ocasiones de escándalo para la familia- es una invitación a la
"Lo que tengo la costumbre de escribir así: 111 dulgencia: cierren los ojos frente a los incumplimientos del deber
2 º Si esta segunda versión · es más exacta, el sueño dataría de la noche del
" Edith Buxbaum ( 1951) fue la primera en llamar la atención sobre las
24 al 25 de octubre de 1896. Prefiero confiar en la versión, más inmediata, ,ilusiones de este sueño a los dos principales síntomas neuróticos de Freud .
2
dada por la carta a Fliess: el sueño tuvo lugar la noche que sigui6 al entierro, ' Los funerales judíos comprenden un servicio único, simple y gratuito.
o sea la del 25 al 26 de octubre de 1896. "Sm ruido" significa probablemente la ausencia de esquelas en los periódicos.
202 DESCUBRIMIENTO DEL SENTIDO DE LOS 1/EÑO "SE RUEGA CERRAR LOS OJOS" 203
cometidos por Freud. En alemán, la expresión "cerrar los ojos" s61 ,111a (la prohibición de fumar):
11111' ahora que mi padre ha desap:ue-
tiene un sentido concreto, el de un acto físico, y es utilizada por l11, 111etocará morir a mi vez, y morir de una enfermedad del
soñador para figurar el último deber filial; es, en cambio, la expresión 1r1·1111. El ojo pasa al primer plano, anticipación de futuras reminis-
"cerrar un ojo" la que posee el sentido moral de hacer la vista gorda 111 1,1sdel médico tuerto ( de donde la hesitación del sueño entre uno
El sueño reúne en una fórmula de aspecto matemático las dos expr, d1,~ ojos) de su infancia y de la operación de un glaucoma a la que
siones, vecinas si se las toma al pie de la letra, pero de sentidos op ue: l1.,1>;
a sometido antaño el difunto; y también alusión a la ley bíblica
tos. El doble sentido es más simple en francés,* lengua en la cua l 1 111 prohibe al hijo ver desnuda la virilidad de su padre y que Sigmund
expresión "cerrar los ojos" tiene a la vez el sentido físico y el sentid 11,1sgredidoal atender al moribundo Jacob. Otra temática corporal
moral. Fue necesario este duelo doloroso para que Freud sintiera r, 1p111tantees la de la limpieza: el barbero que lo afeita diariamente,
montarse desde su infancia más remota un sentimiento oculto el 1 11vado del muerto, tarea en la cual (está implícito) ha contribuido
culpabilidad respecto de su padre. , 111110 se aclarará en sus sueños ulteriores. El sueño establece, sin
Desde el punto de vista de la relación con Fliess como desde el de 1 ¡,ll<'arlo, el lazo de tal limpieza con los sentimientos de culpabilidad.
relación con el deseo de la víspera, es una invitación a la indulgencia 1 :1111rad Stein ( 1968a), en su extenso comentario de este sueño y de
cierra los ojos si no acato tus prohibiciones, si --en la vida com 1,,•Mposteriores, en los que Freud puso en escena a su padre, llega
en los sueños- realizo mis deseos. Luego nos enteraremos de que, rl\ 1,,~ conclusiones siguientes. La muerte de Jacob Freud, debida a vejez
la educación de Sigismund, J acob fue un padre indulgente. Fliess fu 1 11krmedad, es decir, a causas naturales,
1
constituye un fracaso para
invitado a sustituirlo como ideal del yo estimulante, acompañado po 1 d<'seoparricida infantil siempre vivaz en el hijo: "Lo que contaba
un superyó tolerante: y así Freud le comunica por primera vez p 1, , d soñador era ser él mismo el artesano de la muerte de su padre"
escrito un sueño personal ( el Esbozo ... no incluyó sino alusiones suma, \¡• 11l). Por otra parte "no puede dejarse de notar que la muerte del
rias al sueño sobre Irma) . pr,dn• torna disponible a la madre, al menos según las concepciones
Desde el punto de vista del deseo infantil, la ambivalencia que i,il 111tiles"(p. 86) : en tal sentido, a mi ver, esa muerte y ese sueño
sueño sobre lrma trataba de evitar y que se localizaba en las figur hin constituido una etapa necesaria para el descubrimiento del com-
investidas de autoridad comienza a tornarse consciente, y el obje t, ,1,¡o de Edipo. Volviendo al primer deseo infantil, que es un deseo
al cual apunta la ambivalencia, el padre, es reconocido. Se presient , 1,:omnipotencia, Stein interpreta el sueño "Se ruega cerrar los ojos/un
por primera vez la dimensión parricida de la organización edípica. ¡11" como una negación de la muerte "natural" del padre y como una
Desde el punto de vista de la técnica psicoanalítica y de la figuraci6 " d 1rmación, a través de los sentimientos de culpabilidad por haber
en los sueños de Freud de su autoanálisis, la orden de "cerrar los ojos ,l11,1domal con él, de la omnipotencia del deseo parricida .del hijo:
forma parte de las consignas que Freud da a sus pacientes al comenza hl padre ha muerto porque era su destino, he ahí lo que es nece-
la cura. En el sueño sobre Irma se aplicó la consigna de asociaci6 110negar realizando en sueños sus propios votos de muerte o pre-
libre para una sesión episódica. Al aplicarse la segunda consigna, 11tánd ose como un malhechor. Queda entonces sobreentendido que
interna en un trabajo psicoanalítico continuo y pasa de un autoanáli •1ú s¡~ es culpable de la mala acción de la cual uno mismo se acusa,
sis fragmentario a uno sistemático. Cerrar los dos ojos equivale 11111 de haber provocado la muerte del padre. Este sobreentendido
dormir -y soñar. Mantenerlos abiertos equivale a estar despierto -· 111debe ser develado" (p. 87).
razonar. Abrir un ojo y cerrar el otro representa la actitud interme di St·ñalé que el decorado del sueño sobre lrma ( un vestíbulo de recep-
la del trabajo de análisis. 11111 con una ventana) reproducía en forma de cuadro fijo la escena
Tiempo después, cuando redactó Die Traumdeutung, el autoaná ll 1111ada a desarrollarse, según su propia dinámica, en primer plano (un
lisis del sueño le permitió realizar un descubrimiento que atañe a u 1wrpo de mujer cuyo interior se examina por un orificio). En el
proceso formal: la ambivalencia de los pensamientos latentes pue d 11,·110 sobre la muerte del padre (nuevamente el decorado es un vestí-
expresarse por el doble sentido del texto manifiesto. 111 do (pero de una estación de trenes, o sea un vestíbulo de partida),
Por último, en lo que concierne a la imagen del cuerpo, son evoca, 1111 la angustia de la separación que allí se encuentra connotada, con
dos dos órganos. El corazón, punto débil de Freud, está presente e l., figuración simbólica ( de la cual Freud está tomando conciencia)
dr la muerte como viaje; tal característica del decorado reitera uno de
* Y en español, naturalmente. [T.] f11,sentidos contenidos en la inscripción del cartel; se ruega al hijo ce-
204 DESCUBRIMIENTO DEL SENTIDO DE LOS
rrar los ojos... de su padre muerto, lo que efectivamente ha hecho Sig 11. EL DESCUBRIMIENTO DEL COMPLEJO DE EDIPO
mund la víspera o la antevíspera . Pero el decorado también es un
negocio el negocio donde un barbero manipula una navaja , quizá 1
tienda del cerrajero Zajíc, en la cual Sigmund fabricaba pequeños ob
jetos con restos de metal, y el tenderete vecino donde trabajaban las doe
familias Freud, en la misma casa de Freiberg . Pero el relato del sueño
nada nos describe de esa tienda, de ese decorado: es un decorado en el La leyenda de Edipo ha surgido de un material omn co
que no hay nada qué ver y, en el lugar de la escena que se habría po primitivo que tiene por contenido la perturbación penosa
dido mirar (la navaja que funciona , la fabricación de llaves, las ocupa de la relación del niño con sus padres como consecuen-
ciones de los mayores), hay un letrero que, precisamente, prohibe ver~ cia de sus primeros impulsos sexuales. Hay una indica-
ción indudable en el texto mismo de la tragedia de Só-
"Se ruega cerrar los ojos ... " Así la censura está significada dos veces,
focles. Cuando Edipo, sin estar aún completamente es-
como cuadrado blanco en la imagen* y como texto que enuncia un clarecido, comienza a experimentar inquietud ante el
prohibición. Así el recuerdo infantil que constituye el motivo último recuerdo del oráculo, Yocasta lo consuela refiriéndole
del sueño y cuya reminiscencia permitirá a Freud dar un paso decisivo un sueño que tienen casi todos los hombres y que, según
en el descubrimiento del psicoanálisis, está ausente: el lugar del qu ella piensa, carece de significación : Muchos mortales ya,
en sueños, ¿no han conocido en el lecho a su propia
falta queda, no obstante, designado, y las condiciones a las que obedec madre? Pero quién sabe: no teniéndolo en cuenta se
su contenido son inventariadas. Se trata de algo, o más bien de alguien soporta mejor la vida. (v, 955 ss.)
a quien Freud ha visto cuando niño, en ocasión de una partida, de un
separación, de un viaje en treh, de alguien a quien Freud ha visto Die Traumdeutung (Td 270, ID 264, IR 230) .
en una situación tal, que su padre no podía sino ponerse celoso o
resentido e invitarlo firmemente, cuando la persona se hallaba en e l ,A NOCIÓ N DE "APARATO PSÍQUICO"
situación, a cerrar los ojos. Atrapado entre su deseo de ver y esa orden
Freud niño encuentra la solución de componenda que el texto del 11.1 duelo provoca en Freud un intenso trabajo psíquico. El sueño sobre
sueño expresa literalmente: cerrar un ojo y abrir el otro. 1i 111a le había hecho tomar nota de sus sentimientos de culpa sin
El sueño sobre Irma y su interpretación habían quedado, en parte, plicárselos. El sueño "Se ruega cerrar los ojos" lo tornó consciente
como un ejercicio intelectual. Con el sueño " Se ruega cerrar los ojos" ,I, ,¡ne tales sentimientos se refieren a su padre. Esta toma de concien-
pasan al primer plano la implicación personal del soñador en su sueño " 1.1produjo un efecto liberador. Durante más o menos seis meses, no
y el cuestionamiento de sí mismo en la interpretación. Hasta entonce ; quejó más de cansancio, de humor depresivo, de bloqueo intelec-
el hecho de que los sueños tuvieran un sentido era para Freud sól 11111.Se hallaba sin embargo ocupadísimo: atendía a muchos clientes;
una verdad científica . Ahora ello se trueca para él en una verda , rihia ( rezongando, pues el tema ya había perdido interés para él)
subjetiva que requiere ,un trabajo personal sostenido. 1 trabaj o prometido a Nothnagel sobre Die infantile Cerebralliihmung
( l ..1~ par álisis cerebrales infantiles) ( 1897a) ; y emprendió una gran
,,lu.i -q ue no vio jamás la luz- sobre las neurosis. Había ya elegido
l,11 citas qu e pondría como epígrafes de cada capítulo: fue lo único
1111' reveló a Fliess :
"Mi psicología de la histeria estará precedida por estas orgullosas pa-
l_il 11as: lntroite et hic dii sunt [Entrad: también aquí se encuentran
I,,~<lioses].1
1 Se tra ta de una anécdota que forma parte de la leyenda de H eráclito :
11 su cocina , conversaba con sus discípulos alrededor de una estufa; unos vi-
* En la televisión francesa, un pequeño cuadrado blanco superpuesto a l ntes se presentaron: los invitó
11111 a entrar pronunciando esa frase. Significa
imagen indica que el programa en cuestión está reservado a los adult os ún
111r.para ese filósofo panteísta, los dioses se encuentran en todas partes , inclu-
camente. [T.J rn una cocina.
[205]
206 DESCUBRIMIENTO DEL COMPLEJO DE EDil'0 ,:,1:u'iN DE "APARATO PSÍQUICO" ''07
"El capítulo sobre la suma estará precedido por: 1,;11 .,pítulo sobre la sexualidad estará precedido por la frase si-
ii:111,
.:
Sie trieben's toll, ich fürcht' es breche,
Nic'ht jeden Wochenschluss macht Gott die Zeche 1 om Himmel durch die Welt zur Halle
[Rebasan todo límite, temo el hundimiento: 11>1·sde el cielo, a través del mundo, hasta el infierno]." 6
"La formación del síntoma, por: 1·;1 1 moverse en una selva de símbolos, signo en el que posterior-
11l1: hemos aprendido a reconocer la entrada en un proceso de des-
Flectere si nequeo superas Acheronta movebo 1id,11ientopor parte de los creadores y la entrada de la exploración
[Si no puedo plegar a mis designios a los dioses de lo Alto, h-1i11rnnsciente en los pacientes. Como es sabido, la referencia goe-
pondré en movimiento a los Infiernos]. 3 lil'.111,1 era desde antiguo operante en Freud; su continuación aquí no
1\ombra. Pero ha aparecido una referencia suplementaria que
"La resistencia, por: 111 rc111abasin duda desde los dos viajes a Italia, en los veranos de
11 11
1•,y 1896: la identificación de Freud con Eneas. El héroe de Vir-
Mach es kurz! 1111, de origen troyano, era un hijo de los vencidos, y deseaba ase-
Am jüngsten Tag ist nur em ... "' 111,·sun brillante desquite. Era un errante, como después lo fueron
[¡Abrevia! ¡11díos.En el curso de su periplo supo hacer frente a las tempes-
El día del juicio final, no habrá sino un ... ]." 4 1, 1,~. a los monstruos, a las magas, símbolos de los peligros interiores.
111 c,·sar se apartaba de los placeres dispersos y vanos de las aventu-
(F, 4 de dic. de 1896, al 184, ing 172, fr 153.) 11~ guerreras y amorosas y mantuvo fidelidad a su padre, a su hijo, a
1" , 11111pañeros, a su vocación. Tuvo bastante valentía como para des-
Y también: i11lc·r, guiado por la Sibila, a los infiernos, y bastante prudencia
"La cita que precederá al capítulo sobre la terapéutica será: ;,1110para regresar. Fue, por último, un héroe fundador, antepasado
lr1los constructores de Roma, padre de una nueva civilización, ven-
Flavit et dissipati sunt , drn,l de los griegos que destruyeron Troya. Como Eneas, Freud ha
[Sopló y fueron aniquilados]. 5 1· , d1cloa su padre. Y el trabajo del duelo, que le ha hecho reencon-
l1 11 1·n lo más profundo de sí la imagen del desaparecido, no dejó
2 El origen di' esta cita sigue siendo desconocido: podría pertenecer a 1,1duda de recordarle que fue para consultar a su padre, Anquises,
Goethe. El Esbr w de una psicología científica, enviado a Flicss en octubre de
1895, contení;; un capítulo consagrado a la noción de "suma" de las cantida- p111lo que Eneas descendió a los infiernos.
des de excit ,ción (primera parte, esquema general; capítulo x, "Las vías de 11.r•sultaría útil al lector releer el canto VI de la Eneida para seguir
conducciór. 1fl',al 400, ing 377, fr 335). Ni tal cita ni tal capítulo fueron re- ¡¡w ¡or el trabajo interior que se desarrolló en Freud entre noviembre
tornados en las ulteriores obras de Freud. 1, 1B96 y la Semana santa de 1897. Podemos observar desde ahora
3 v;, ilio, Eneida, vu, 312. En una nota tardía (1925), Freud indicó qu
5 tl1:1111as relaciones. La Sibila emitía oráculos ambiguos, a veces can-
"el v~ rso de la Eneida tiende a pintar los esfuerzos de las pulsiones reprimidas".
4 Cita de Zahme Xenien (Xenias pacatas) de Goethe: Dios padre interrurn-
1dos,a veces escritos, ambigüedades e inscripciones que ya hemos en-
rc con esa frase a Satán, que se había lanzado a una diatriba contra Napoleón. 1111 rado en los dos primeros sueños de Freud y que volveremos a
La cita completa ("Abrevia. El día del juicio final, no habrá sino un pedo" 11,dl.iren los siguientes. Eneas, asustado por el encuentro con los mons-
-Furz ! ) , fue más tarde el irónico epígrafe del capítulo 111, consagrado a les 11111,s que jalonan su descenso, desenvainó su espada para defenderse
disidentes, de la Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico ( 1914d, I" 11>pronto comprendió que tenía que vérselas con fantasmas, sem-
GW X 84, SE XIV 42, fr 120).
5 Inscripción grabada en la medalla inglesa acuñada para conmemorar la
i,, 1,vanas. En el Tártaro, lugar de expiación de los criminales, el
destrucción, en 1588, de la "invencible" Armada española, flota gigante en-
viada por Felipe II contra Inglaterra y cuya mayor parte fue destruida por la • Última línea del "Prólogo en el teatro", del Fausto de Goethe. Freud re-
tempestad. Dos veces aludirá Freud a ello en Die Traumdeutung ( T d 220, 4 72; esta cita a propósito de las perversiones en el primero de los Tres e11sa-
' ,111()
ID 214, 469; IR 189, 400) (cf. pp. 369, 383). ,, wbre la teoría de la sexualidad (1905d, GW V 61, SE VII 162, fr 49).
208 DESCUBRIMIENTO DEL COMPLEJO DE E DJP O N(u:u'JN DE " APARATO PSÍQUICO" 209
último de ellos que enumera la Sibila ( sin duda porque su fechorí 11111 ria oculta ( así nos lo muestran los pacientes dedi cados a acti -
era la más horrible) , era un padre que "había invadido el lecho d 1;,, 11·~de ese tipo) una huida de los peligros interiores . Ser psico-
su hija para consumar bodas prohibidas" (v1, 623). En los Cam po tl 1,t.1 es preferir, por el contrario , ver de frente estos últimos, es
Elíseos, en cambio, las almas que pudieron ser purifica das de sus fa] 1¡,1 ,11.1r la inevitable angustia que ello suscita, es igualm ente aceptar
tas se apres taban a beber las aguas del Leteo, dadoras de paz, de su1· d1·l>1 lidad frente a tal o cual peligro exterior respecto del que uno
ño y olvido, para reencarnar luego. El olvido debido a la repre sión i, 11ti- frágil: para uno, enfrentarse a una multitud ; para otro, es-
el papel del incesto, la necesidad de afrontar imágenes interiore s t 111 1' una montaña; para el tercero, conducir un automóvil; para
rroríficas aunque imaginarias, nada de ello, sin duda, dejó de resona r 11d , tomar el tren ...
en Freu d . t:11ra resonancia simbólica, en torno a la antigua Italia , comenzó a
La cita que Freud conservó desde ese momento y que finalme nt r,11.1r en Freud. Le interesaban las excavaciones arqueológicas, que
11 época se hallaban en pleno apogeo. Tal curiosidad significaba
puso como epígrafe en Die Traumdeutung (Flectere si nequeo sup
ros, Acheronta movebo), no figura sin embargo en el canto VI. Puest !! <·]11na generalización de esa búsqueda, que proponía a sus paci en-
en boca de Eneas, sería fácil de comprender: Freud, identificá ndo s, cle las huellas del pasado personal. El "psicoanálisis" -pocos me-
con su modelo, se apartaría de las ideas y valores conscientes par ntes lo había denominado así ( 1896a )- se le aparecía enton ces
examinar sus basamentos inconscien tes, infernales o abisales. Ta l el 1110 una arqueología del psiquismo individual. Esta metáfora, como
sentido que habitualmente le dan los comentadores. Pero ese verso , dquier otra, no es sino una analogía. El p asado que la arqu eología
forma parte de la maldición que Juno, reina de los dioses, pro fier, l1111 na está muerto, y sacarlo a la luz nos permite comprend er me-
contra Eneas en el canto siguiente: Eneas, después de recibir de su ,· los eslabones de la historia colectiva pero no ejerce influencia al-
padre, en los inflemos, una profecía sobre su porvenir, después de des 111111sobre la evolución actual, mientras que el pasado que interesa
embarcar en la boca del Tíber y de pactar con el rey Latino que 1 1 ¡,~1coanálisis ha permanecido vivo y actuante en el individuo y su
prometió su hija y tierras, está seguro de su destino: echará raíce s en 1•1\' 1scencia contribuye a desatar los conflictos presentes. Pero si una
Italia, y así cumplirá su obra. Pero la diosa protectora de los griego• H•·l:'1forase impone a alguien como algo más que un ejercicio de re-
y enemiga de los troyanos no le permitirá lograrlo sin "guerras, fum 1t,, 11·a, ello significa que la metáfora conlleva una fantasía. Para no
res, asechanzas y calumnias". "Helos ahí, ocultos en el lecho mismo del 'I ilu .tr a datos de fines de 1896 esa noción de fantasía qµ e fue inven-
tan deseado Tíber" ( canto vu), exclama ella en una de esas frase s rn Utl.1 posteriormente, sólo indicaré la línea de fuerza qu e se dibujab a :
las cuales el genio del poeta descubre con ingenua simplicidad el oh l,·~11 parecido su padre, Sigmund estaba fascinado por una ima gen
jeto inconsciente del deseo de un conquistador ( en qué "lech o" s, 11 yo sentido se le escapaba por el momento: ser el hombre qu e exca-
,1 profundamente la tierra ...
esconde ... ) . Puesto que Júpiter y los dioses del Olimpo, al no pod1·
ni querer cambiar nada en el Destino establecido, permanecen sordo1 ·\1 pa r que se operaba esa fomentación de la fantasía inconsciente
a sus súplicas, ella decide que un genio malvado intervenga en el jue go ,·11relación con ella, en Freud se desarrollaba un intenso trabajo
de su odio celoso: símbolo de la destructividad que sigue como una kl pensamiento consciente. Para designar el objeto de su estudio , es-
sombra a toda empresa creadora. Juno desencadena contra Eneas a 1 ' 1li1 ó, por primera vez, aparato "psíquico" y no ya sistema nervioso
11:iparato <p 1/JCtJ;y ofreció de ese aparato psíquico una formulación
furia Alecto, con cabellera de víboras insinuantes, una de las poten
cias infernales que aquél, sin dejar de ir a examinarlas de cerca, crey, 11tres niveles --que mantuvo intacta durante veinticinco años--:
, 1111sc iente", "preconsciente" e "inconsciente" (F, 6 de dic. de 1896,
poder mantener a distancia: figuración de la angustia persecutiva qu
por lo demás Frei1d no logró elucidar plenamente. La lección es clara
! 1115-192, ing 173-180, fr 153-159). En efecto , la memoria -idea
111 revista ya en el libro Sobre la concepción de la afasia ( 1891b )-
nadie puede descender a los infiernos interiores sin "poner en moví
1111 presenta uno solo sino varios registros de los acontecimientos. El
miento" fuerzas oscuras. Freud comenzó su autoanálisis propiame nt,
,. ll·ma percepción-consciencia registra en el acto las percepGiones que
dicho por su cuenta y riesgo.
! ' dPna "según las asociaciones simultáneas" pero no las conserva, lo
Un jefe político o militar ( el adolescente Freud soñó con serlo), un
,p1t• permite estar siempre disponible para percepciones nuevas, como
Colón que se enfrentó al Atlántico, un Nansen que se enfrentó en 1
1q11 d "bloque de notas mágico" cuya analogía con el aparato psíqui-
misma época a los hielos árticos ( el adulto Freud los admiraba a arn,,
11 desarrolló posteriormente Freud ( 1925a). El inconsciente represent a
bos) , gustan de medirse con los peligros exteriores; gusto que con
210 DESCUBRIMIENTO DEL COMPLEJO DE Elll !!Cl(>N ' DE "APARATO PSÍQUICO" 211
"la segunda trascripción, ordenada según las demás asociaciones''. ,111,ll'llcia,vértigos, sollozos son así obras de "ese otro personaje ·
preconsciente es "la tercera trascripción, vinculada a las represen! h1n1tirico,inolvidable".
ciones verbales y correspondiente a nuestro yo oficial". Únicam1·n n 111,1s importante, sin duda, es el definitivo abandono del basa-
las huellas preconscientes pueden volverse conscientes (la conscieuri !lti 1u•urofisiológico tan decisivo en Esbozo de una psicología cien-
recordémoslo, no conserva por sí misma huellas mnésicas) . Ésta fu1· 1, d1•octubre de 1895, y que en opinión de Freu~ resumía lo esen-
primera vez que Freud consideró el psiquismo como un sistema 1 1 d11h\lS investigacio nes científicas prepsicoanalíticas. Los tres nive-
trascripción y no ya de fuerzas, la primera vez que, como dice Dcr drl ,1parato psíquico no corresponden más a diferentes tipos de
da ( 1~67, p. 307), "la metáfora de la estructura se va a apoderar lií 11:is. Muerto su padre y vislumbrada la posesión de Roma, Freud
1
la vez del problema del aparato psíquico como estructura y del pr 11 ·~111,'ndiódel modelo del cuerpo biológico para internarse en la
blema del texto psíquico como materia". pn•nsión del cuerpo fantástico.* El que se expresa en los síntomas
Las ideas expresadas por Freud en esa carta constituyen el núrl hiros, el que está figurado en los sueños, el cuerpo del placer, el
principal del futuro capítulo vn -"Psicología de los procesos del su 1po del deseo, el cuerpo del delito.
ño"- de Die Traumdeutung ( 1900a). El pasaje en el que apan l 11r11dno·cesó de realizar progresos teóricos durante tres meses más.
por primera vez la expresión "aparato psíquico" se refiere a la etiol ,, ú otro paso en la explicación de las fobias. El miedo a arrojar-
gía de la perversión, o sea que al mismo tiempo y también por prin1 J'f•1 la ventana presente , en una mujer constituye una manera de
ra vez expresa otra idea importante, que alcanzó su pleno desarrol 1il!1,1rel deseo ansiógeno de hacer señas a un hombre para que suba
en el primero de los Tres ensayos sobre la teoría de la sexualid 111,11 to. La agorafobia "es la represión de la compulsión de salir a
( 1905d) . Éste es el pasa je: "La perversión es otra consecuencia t'li> ' rn la calle al primero que llegue, un sentimiento de celos de las
un incidente sexual demasiado precoz. Al parecer, para que surja i1l11tasy una identificación con ellas" (F, 17 de dic. de 1896, al
preciso que la defensa no se constituya antes del acabamiento del ap 111~181-182, fr 160-161). El traumatismo sexual y la represión
rato psíquico o que falte por completo" (F, 6 de dic. de 1896, al l 110, .-urnte, en tanto que explicación de la histeria y luego de las de-
ing 177, fr 157). Y Freud supone que la perversión de los pad 11111rosis, fue generalizado hasta abarcar las psicosis ( demencia
produce la histeria de los hijos, se· interroga sobre "la opción ent 1rulo confusional) , la epilepsia y las perversiónes. Por primera vez
neurosis y perversión", distingue la defensa normal de la patológ !I tll'I'>Freud la célebre frase: la histeria es el negativo de las per-
ca e intenta una clasificación estructural -por lo demás aleatoria 1• l11111•s (F, 24 de ene. de 1897, al 201, ing 189, fr 167). Desarrolló
de las patologías psíquicas: en la histeria, la represión actuaría en 11'1 .1 de las zonas erógenas específicas, suscitada por el estudio de
sistema percepción-consciencia; en la paranoia, en el preconsciente; 1111vrrsiones,iluminada por los trabajos de Krafft-Ebing, el suce-
la neurosis obsesiva, en el inconsciente; y sería "imposible o no intcn 1,• Meynert, y por el estudio de la brujería medieval; pero en vir-
tada en la perversión". La carta enuncia también la nueva noció 1 d,i la influencia de Fliess, la concepción permaneció muy orgá-
de "zonas erógenas" y una consideración que pone punto final a 1 111ásadelante, en relación con los sueños de Roma (p. 220),
teoría freudo-breüeriana de la abreacción o de la catarsis: "El ac n1111aremos pormenorizadamente esa progresión.
so histérico no constituye una descarga sino una acción que conserv Pcwotra parte, Freud explicó la opción entre perversión-y neurosis
el carácter inherente a toda acción: ser un medio de procurarse pi ,li,111tcla noción de la bisexualidad, tan cara a Fliess. En un sujeto
cer." Contiene la primera hipótesis ontogenética sobre el desarrollo d 1.i1111•nte viril, el incidente sexual primitivo produce placer y per-
aparato psíquico: "Me interesa subrayar que los registros sucesivos 11'111,en un sujeto puramente femenino, engendra desplacer y neu-
presentan la producción psíquica de épocas sucesivas de la vida. En 111 d1· <lefensa. Freud se empeñó incluso en introducir allí los perío-
límite entre dos épocas debe de efectuarse la traducción de los mat d1 Fliess. La creencia de Freud en la seducción sexual patógena
riales psíquicos." Los pacientes en los cuales la sexualidad desempeñ ,
en la infancia un papel durante el sueño, repiten la experiencia col\ lector esperaría más bien la expres10n "cuerpo fantaseado"; pero el
accesos de somnolencia o de vértigos hipnóticos: "Uno de mis enfe. 110 emplea la palabra fantasmatique, más técnica, sino la corriente y más
h11;11.L fa11tastique. ¿ Deberíamos, con todo, traducir "cuerpo fantaseado" o,
mos gime sin cesar mientras duerme, como lo hacía antes, cuand
1 "cuerpo imaginario"? Habida cuenta de la estricta conceptualización de
deseaba que su madre, que murió cuando él tenía veintidós meses, 1 tales como fantasme e imaginaire, hemos optado por la versión lite-
llevara a su lecho" (F, 6 de dic. de 1896, al 192, ing 180, fr 159)
\
DESCUBRIMIENTO DEL COMPLEJO DE
11l·NOS DE ROMA 21'.\
212
: 111ilización?•La respuesta sólo puede ser la siguiente: contra la
del niño por el adulto surgió reforzada: "Me parece cada vez más q
la histeria resulta de la perversión del seductor" (F, c. precitada el,
H;11111i,1 depresiva provocada por la muerte de su padre. Al mismo
n¡u:,,¡ qué ocurría en su inconsciente, qué era eso que intentaba tras-
6 de dic. de 1896). La herencia no consiste sino en esto: un pad
1,i, 1 11forma de elaboración teórica? Se producía en él una pertur-
perverso vuelve neurótica a su hija (F, 11 de ene. de 1897, al 19
i(,11profunda: él era el asiento de la misma, y su testigo, pero no
ing 185, fr 164). 1¡•111tc. El trabajo del duelo posee una superioridad respecto al
Al mismo tiempo, Freud se quejó ante Fliess de nunca haber llev
lir1jnclel sueño: prosigue tanto de día como de noche, es indepen-
do verdaderamente a término un psicoanálisis: sus pacientes se co:
dc la atención prestada a la realidad exterior así como del desin-
formaban con una simple mejoría de su estado; y ésta no le intere
¡,or ella y se puede continuarlo despierto en lugar de tener que
ba. Quería remontarse a la causa primera de la perturbación y ve
,1111ruirlo posteriormente. Prueba la existencia de una realidad
ficar la existencia de una situación patógena inicial. Insistía en q
nllil interior que no se reduce al funcionamiento cerebral ni a la
sus enfermos fueran a arrancar testimonios a los supérstites de sus p
1,
,: 1,m consciente. Si un trabajo específicamente psíquico se cumple
meros dramas, a fin de reconstruirlos por entero. Quizá ése fue
1,il modo en nosotros, con nosotros y, a la vez, a pesar nuestro, es
caso del señor E ... , si de él se trataba en 'el siguiente pasa je: "D
,-¡iw para producirlo existe un aparato puramente psíquico también.
de el año pasado estoy sin noticias del paciente que sufría una n
rosis obsesiva y al cual atendí sólo durante siete meses. La señO'
F ... me dijo ayer que él había regresado a su país para verificar
exactitud de sus recuerdos y obtener de su seductora, que aún vi ¡,:,:,; SUEÑOS DE ROMA (ENERO DE 1897)
o sea su nodriza, actualmente muy anciana, determinadas corifi
1111>ya se dijo, Freud renovó en mayor escala, durante el verano de
ciones. Pareciera que mi paciente se encuentra muy bien. Eviden
mente se vale de tal mejoría para escapar de una cura total" (F, 111'!1;,
el viaje del año anterior al norte de Italia, acompañado nue-
de ene. de 1897, al 195, ing 183, fr 162). De esta manera, Freud 111111tc por su hermano Alexandre. Comenzó, en el otoño, a colee- ·
111.,r objetos antiguos. El 6 de diciembre, en la carta en que habla
internaba siempre más lejos: primero hasta la pubertad, después h
ta la edad de la segunda dentición, y en aquel entonces hasta los t primera vez de aparato psíquico, de consciente, preconsciente, in-
"~' .ente y de muchas otras nociones importantes, anunció a Fliess:
primeros años.
Sus lecturas eran indicios del mismo cambio. A partir de enton , ,bo de adornar mi escritorio con vaciados de estatuillas florenti-
ill' Fue para mí un enorme solaz" (al 192, ing 181, fr .160). La pa-
constituyeron acompañamientos o trasposiciones de su búsqueda fo
1 11 ron que Freud se mantuvo al corriente de los grandes descubri-
damental. Novelistas y poetas --como los arqueólogos- le aportar,
sobre el hombre documentos que completaron las producciones ex 11c11tos arqueológicos contemporáneos atestigua la profunda semejan-
sivamente particulares de sus enfermos. Se aprestó a interpretar e 1 ,¡11c•encontraba entre el psicoanálisis y la arqueología ( cf. S. C.
documentos tal como lo hacía con un síntoma o un sueño. Freud U llt•r11fdd, 1951). Italia ejerció su fascinación de civilización universal
,h,,. ese hombre de cultura judía y germánica. Lo atraían el Rena-
gó incluso a iniciarse en un dominio nuevo para él: la antropolo
i111i1•nto italiano, el arte etrusco y, más que nada, las ruinas romanas.
el folklore, la brujería. Leyó el M alleus maleficarum: quedó sorpr,
dido por el paralelismo existente entre su teoría de la histeria y lh11ante varios años pasó sus vacaciones únicamente en Italia. Era su
1,,1·0 tener allí un congreso con Fliess, en Nápoles o Pompeya: así lo
teoría medieval de la posesión. El diablo, una vez que ha tomado
,11.111ifcstó en la parte final de su famosa carta del 6 de diciembre de
sesión de sus víctimas, fornica con ellas. Las confesiones arrancad
1 l'lh. Fliess le contestó sin duda en los últimos días de 1896, propo:
por medio de la tortura se asemejan a los relatos de los pacientes
psicoanálisis. El inquisidor renueva la cruel seducción que instaló ¡,,mlole para Semana santa ... Praga, de lo que Freud se dio por
el niño los gérmenes de la futura histeria (F, 17 de ene. de 1897, 111, rado en su carta del 3 de enero de 1897.
199-200, ing 187-188, fr 166). El vuelo de las brujas se explica pO' l'robablemente de ese período ( diciembre de 1896, enero de 1897)
que cabalgan al "gran Señor Pene" (F, 24 de ene. de 1897, al 20 l,11.,11 los cuatro sueños de Roma referidos en Die Traumdeutung (Td
1'1'1204, ID 193-198, IR 172-176). Puesto que no es posible estable-
ing 188, fr 166).
1 1 con certidumbre su encadenamiento cronológico, los examinaremos
Tan intenso trabajo teórico plantea un doble problema: ¿contra q
11 d orden en que Freud los refirió, y agruparemos los dos primeros,
necesitaba Freud defenderse en ese momento mediante semejante i
214 DESCUBRIMIENTO DEL COMPLEJO DE EDIi 111-;Ños
DE ROMA 215
más breves, en los que el soñador veía Roma de lejos, mientras qu 11 11 ambos sueños es ver la "prometida" -la novia, las hermanas ,
en los dos siguientes soñaba que estaba en Roma. Esos sueños fuero ;,l,r 1na y otros compañeros de juego de la infancia, la madre final-
expuestos en la sección u ("El material de origen infantil, fuente d Ese mismo deseo sostenía entonces a Freud en su búsqueda
sueño") del capítulo v ("El material y las fuentes del sueño"), dt• p!~t, 111 ol6gica: ver cómo funcionaban la sexualidad y el aparato psí-
pués de dos sueños anónimos, "León amarillo" y "Expedición de Nan 1!" Pero si ver está libidinalmente sobrecargado, aproximarse, to -
sen" ( que hay toda razón para pensar que son d~ -Freud) y después d, ¡ll'netrar en el interior está prohibido. El papa (el padre) posee
la continuación de la interpretación del sueño "Tío con barba amarl , h.r, la ciudad por antonomasia (la rna~re). Permite que se asis-
lla" y de la subyacente ambición de llegar a ser profesor. El deseo d d1stancia a la escena, pero persigue a los que querrían obtener
convertirse en profesor y de ir a Roma permanecieron ligados par, posesión que se reserva. Traducido al registro consciente, el con-
Freud durante cinco años más, antes de desvanecerse casi simultánt·n 111~t· le aparecía a Freud de la siguiente forma: lo atrae la Roma
mente. Los sueños de Roma son el objeto de u'n capítulo de Grinstei m1¡¡11a; terne a la Roma católica. Una frase célebre de Goethe sin
(G, cap . . 3). · l111 ln 1·stá presente en filigrana: "El Eterno Femenino nos atrae." El
¡ 1111femenino es aquí sustituido por la Ciudad eterna .
l)iv1·rsos elementos completan el terna. La "niebla" que rodea a
Primero y segundo sueños. de Roma 110111 ., evoca el blank screen descubierto más tarde por Bertrarn Le-
1 pant alla blanca del sueño que figura el seno materno. Así, como
"He podido observar en otro caso que el deseo que provoca el sueíio, ,1 111mos comprobado, el espacio sobre cuyo fondo se desarrolla el
aunque actual, recibe no obstante un poderoso refuerzo de recuercl 1111redobla su significante central. Llevar más lejos la interpr eta-
infantiles profundamente anclados. Aquí se trata de una serie de su ,,1 1lc esa "vista" supondría sacar a la luz el recuerdo infantil que
ños que reposan sobre el ardiente deseo de ir a Roma. Durante mu 1¡ ,11b tiende, pero que Freud no había recuperado aún: el recuerdo
cho tiempo aún será preciso que apacigüe ese deseo mediante sueñot, In haber visto el cuerpo desnudo de una parienta próxima. En la
pues en la época del año en que puedo viajar la estadía en Roma pru , en que tuvieron lugar esos sueños, se había desatado un agudo
desaconsejable por razones de salud. Así, una vez he soñado que p 1ill1 rt o entre el papa y el gobierno italiano, presidido por el anti-
la uentana del compartimiento ueo el Tíber y el puente de San Án lr 11e,ll Crispí: el papa se enclaustró en el Vaticano. El perseguidor
gel; luego el tren se pone en mouimiento y de súbito me doy cuenl 111d1 • a su vez ser perseguido. Las potencias enemigas, si se las mira
de que no he puesto· un pie en la ciudad. La vista que tenía en i, 11de frente, pueden llegar a ser controlables. El significante "puen-
sueño estaba copiada de un célebre grabado que había observado 1puntaría en la misma dirección . Un puente representa la posi-
pasar, la víspera, en la sala de un paciente. Otra vez, alguien me con ¡lida<l de salvar un obstáculo natural. Brücke (nombre que en ale-
duce a lo alto de una colina y me muestra Roma, disimulada a m ¡(.11 significa "puente") desempeñó ese papel en el comienzo de la
dias por la niebla, y tan lejana que me, asombro de la nitidez de l 1111 ra científica de Freud. Luego lo relevó Charcot en París, ciudad
vista. El contenido de este sueño es más rico de lo que podría exp !l~ü\ puentes Freud admiró especialmente y cuya orgullosa divisa
ner aquí. Es fácil reconocer el motivo consistente en 'ver de lejos 1 wpara ndo la isla de la Cité con una nave flotante sobre el Sena
tierra prometida' . La ciudad que he visto primero así, en la niebl 1.111 1,l olvidó: Fluctuat nec mergitur, flota y no se hunde. Después de
es Lübeck ; el ejemplo ( Vorbild) de la colina está en Gleichenber 1ii. l·xito parisiense, ¿por qué no un éxito romano?
(Td 200, ID 194, IR 172). J ,os riesgos de atravesar el puente, de ir hacia adelante, o sea de
La escasez de las asociaciones de ideas comunicadas por Freud sól 1i il ,gredir", no son desdeñables. El tren del primer sueño ·"se pone
deja al comentador espacio para conjeturas. La vista sobre el Tíb 111ovirniento" antes de que Freud descienda: alusión, por reconver-
y el puente de San Angel evoca la vía de acceso al Vaticano, asiento del 11 n su contrario, a su fobia ferroviaria, a su miedo ansioso de no
papado, símbolo del poder de persecución contra los judíos; es la po 1¡¡1,1r subir en los trenes. El tren que s~ pone en movimiento "de sú-
ten cia enemiga, cuya amenaza está materializada en el castillo de San 1tn" figura la moción pulsional (el deseo por la madre) que ame-
Argel , su prisión. A esa Roma temible a la que más vale no accr iW con arrastrarlo a acciones y gestos peligrosos. ¿ Qué ocurriría si
carse demasiado, el segundo sueño opone la Roma deseable, "tierr 1 1n~n que tanto terne tomar en la realidad y del que no logra des-
prometida" , pero que no puede ser vista sino de lejos. El deseo co 11d cr a tiempo en el sueño lo condujese hasta el objeto-meta de su
216 DESCUBRIMIENTO DEL COMPLEJO DE E DIi 1rnÑos DE ROMA 17
deseo? El argumento antepuesto por Freud para no ir, en la rea lidad l,i I los hijos de Israel, pero le anuncia que morirá en la montau:1
a Roma en verano, las "consideraciones de salud" (probable al usi/1 q111 110 ingresará en aquel país. Moisés es castigado por haber des-
al intenso calor, a las fiebres, a los miasmas deletéreos de los pa nt hr,11·1 ido a Dios al golpear dos veces la roca con su vara para que
nos pon tinos, no desecados todavía), no es sino la racionalizació n d IHol II a el agua, en vez de hablar a Dios, como le había sido ordena-
una inhibición inconsciente: hay que tomarlo al pie de la letra. lo, Moisés, dicen los exégetas, fue castigado por su impaciencia en
La ciudad del segundo sueño es "Lübeck", a donde, como Gr in 11111,·r aplacar la sed de los hombres, la sed del Mesías. Freud consa-
tein lo ha recordado después de J ones ( G 70) , Sigmund y Ma rth it, ~11última obra a Moisés y el monoteísmo (1939a), donde citó
efectuaron su viaje de bodas y donde Freud poseyó, por vez primr r. ,11111l.mtementela Biblia. El segundo sueño de Roma hizo subir a
el objeto de su deseo. Ahora bien, en esa misma ciudad, Martha tuv, 1'1rnd a Gleichenberg: literalmente, según Eva Rosenblum, a las mon-
un poco antes (relación que debo a Eva Rosenblum) la fantasía d lin~ (Berg) que se asemejan (gleichen), dicho de otro modo: a la
ahogarse mientras se bañaba con una amiga en el mar Báltico. J i~n1,l montaña que Moisés. Fue la primera vez que Freud se identi-
carta en la que comunica a Sigmund, con bastante crueldad, esa fa ', 11naginariamente, por lo demás sin formularlo, con quien no pudo
tasía, es conocida gracias_ a Jones (J, I, ing y fr 146). La disgustad ltHi1.11 posesión de la tierra prometida por haberse rebelado contra su
respuesta de Sigmund comienza con estas palabras: Sieh da, Lue b i ii,,1, pero que en el intervalo tuvo tiempo de formular las Tablas
(¡Vea eso, Lübeck !) (c. a Martha del 12 de ago. de 1885, C 180 n l:i ley. Freud presintió que estaba a punto de reconocer la Ley del
Roma "disimulada" --es decir, ahogada- por la niebla represe n! 111ol11· , fundamental en la organización psíquica, pero temía pagar con
~na sustitución metonímica de "Martha ahogada en el mar, en L 1, u1da el precio de su· triunfo.
beck". Luego el pensamiento latente es: "Martha habría podido rn1 1 >tros elementos podrían completar esa figuración del descubrimien-
rir antes de que la poseyera." Pensamiento confirmado por el seguml ' 1,l'Udiano en curso. El primer sueño describe lo que se ve "por la
nombre, el de la localidad de la colina: Gleichenberg es -otra rcl 111.madel compartimiento". Ahora bien, una carta a Fliess, evoca-
ción establecida por Grinstein ( G 70 )- una pequeña ciudad de Est 1!11más arriba, explica la fobia a arrojarse por la ventana en algunas
ria que Freud visitó, en el verano de 1883, para ver a Ignace Schiin, 1111 j,·res: la idea inconsciente sería la de "ventanear", expresión que
berg (], I, ing 181, fr 182), el gravemente enfermo novio de Mi nn 11e11dtoma de Guy de Maupassant: desde la ventana invitar á un
Dos años después, Schonberg vio a Minna por última vez y, sabién cl l11i111bre a subir, como lo haría una prostituta (F, 17 de dic. de 1896,
se condenado, prefirió desligarla del compromiso, lo que ella no ace 1 193, ing 181-182, fr 160). En el sueño, también Freud "venta-
tó. Freud escribió entonces a Martha: "Tú no te conducirías de ot 111· ,1": así reitera la identificación con sus pacientes de sexo feme-
modo, no me abandonarías antes del fin si yo estuviera condena d 111110 que comprobamos en el sueño sobre Irma y sin la cual jamás
Por mi parte, mientras viviera no desearía desprenderme de lo q l1;tl,ríapodido comprender los mecanismos de la neurosis. Observemos
tengo de más precioso en el mundo" ( c. a Martha del 23 de jun. d 11almente otra continuidad: la de la doble presencia en sus sueños
1885, C 167). Schonberg murió en febrero de 1886. d, una imagen visual y de un elemento verbal, más precisamente ono-
La angustia que despierta en Freud la visión de la tierra prome ti<l ¡11.1~tico. Cada sueño está constituido por un panorama que remite a
( dicho de otro modo, del descubrimiento científico que está realiza d11~nombres propios: Tíber y San Ángel en el primer caso, Lübeck y
do) es pues la angustia de la: separación: separación por el viaje (prl ¡ ll,·1chenberg en el segundo; nombres propios que, a su vez, remiten
mer sueño), separación por la muerte de la mujer amada (segund i-icrtos significados. El aparato psíquico se encuentra representado
sueño). En la realidad, sin embargo, la separación que Freud asuml 11111 el doble contenido psíquico qµe lo caracteriza: representaciones
en ese momento con el trabajo de duelo era de diferente naturalez ,I, palabras ( el preconsciente) y representaciones de cosas ( el incons-
consistía en separarse de su padre. Dolorosa por un lado, por otro r. ' 11·11te).Como dice la importante carta a Fliess del 6 de diciembre
liberadora: muerto, el padre es menos amenazador que vivo. Enr. ,I, 1896, es un sistema de múltiples trascripciones. El sentido de una
rrado en su palacio, el papa ya no dominaba. 1111agen visual es trascribible en palabras; a su vez, las palabras abren
Una identificación que calificaré de heroica inspirándome en 1111t'vas cadenas significantes: experimentando consigo mismo, Freud
Lagache ( 1961), puede observarse en el segundo sueño. En el Deut ilumina el movimiento de la interpretación. Pero hay más: Tíber, San
ronomio (Freud, como es sabido, conocía bien la Biblia), Dios invit Angel, Lübeck y Gleichenberg son nombres de lugares. La toponimia
a Moisés a subir al monte Nebo para ver la tierra de Canaán, pro m ,parece, así, en los sueños de Freud: esto confirma mi hipótesis de
,, 1'l
218 DESCUBRIMIENTO DEL COMPLE J O DE E DTP tmÑos DE ROMA
que la imagen del cuerpo es una dimensión clave de sus sueños. En ¡,n·gunte el rumbo de la calle Richelieu, en París. Tambifo l',1
esa misma época, las cartas a Fliess están llenas de descripcione s d 1111• durante muchos años una meta de mi deseo y he considrraclo
zonas erógenas que Freud no sólo se preocupa por "ver" sino por nom lw:ititud [Seligkeit] con que por primera vez pisé el pavimento
brar. P111ís como la seguridad de que lograría igualmente el cumplimicn-
En relación con Fliess, por último, esos sueños indican una decep fl,• otros deseos. El-hecho-de-preguntar-el-camino es, además, una
ción, puesto que rechazó un congreso en tierra italiana. En el mamen l1dl 111directa a Roma, pues es sabido que todos los caminos llevan
to en que Freud estaba dispuesto a ir a Roma con la condición, com a. Por otra parte el nombre de Zucker [azúcar] alude nueva-
l( ,:,111
los agorafóbicos de que habla en la carta del 17 de diciembre de 1896 pt11 a Karlsbad, pues allí enviamos a todos los que sufren de dia-
de hacerlo en compañía, la contrapropuesta de Fliess hizo arranca r r.l ~!1 [enfermedad del azúcar], enfermedad constitucional. La ocasión
11
tren hacia Praga sin darle tiempo a detenerse en la Ciudad etern a. !11 ,:,t<' sueño era la proposición de -mi amigo de Berlín de encontrar-
1•11 Praga para Pascuas. Entre otras, debíamos hablar de cosas re-
11i 11tl'S al azúcar y la diabetes" (Td, 200-201, ID 194-195, IR 172-
Si, por su vertiente simbólica de alcance universal, ese paisaje r lri 111,sorció
n de excrementos" y "la fecha de aparición de la repug-
presenta la búsqueda dé Freud de una referencia objetiva en la cul "' · 1;1". Re cordemos la carta ya citada del 4 de diciembre de 1896,
tura clásica, en su otra vertiente, la del deseo infantil individual, rl! il 11 , que Freud censuró la palabra "pedo". Tenemos allí pues un nue-
produce el decorado de una escena de la infancia 'J.Ue Freud no h t 1rn1plo de los descubrimientos que un sueño representaba para
rememorado aún y de la que no podemos, pues, sino notar de pai 111 1, ele los que terminó de tomar conciencia en los días siguientes.
los significantes que preparan y anuncian esa reminiscencia: un rl IJ111ma oposición evocada: la tentativa (efímeramente coronada de
pequeño* en alemán se llama Fluss, alusión a Gisela Fluss, compa In) ele R ávena para suplantar a Roma , del hijo para superar al
ñera de juegos de su infancia, primer amor de su adolescencia; )¡ li,• Pero como en el caso de la Roma vaticana del primer sueño,
dehesas con grandes flores blancas son una pradera de Freiberg don , !'IPrcncia estaba tanto al servicio del deseo como de las defensas:
de jugaba y luchaba con su sobrino y su sobrina; la dificultad de co vc11a, que se creía inexpugnable, fue no obstante conquistada; no
ger los nenúfares anticipa la metáfora central de esa reminiscenci ¡y poder que no sea susceptible de cambiar de manos.
futura: tomar la flor de una muchacha. Subrayemos por el moment l. 11 segunda parte del sueño, el encuentro con el señor Zucker, ya
la necesidad, que los sueños de Roma tornaron evidente para Freud 1 1 ,ucernía a la infancia sino a la relación presente con Fliess y ya
de articulación de un deseo infantil con uno de la víspera para . qu !lll ~1111aba a Freud en relación con su cultura de referencia (la greco-
un sueño se produzca; asimismo la necesidad, para comprender el in l!illl1,1) sino en relación con su cultura de pertenencia (su judaísmo).
consciente, de articular los recuerdos personales con la cultura uni
¡;Ji,·ss (nombre que por otro lado es, en alemán, un verbo que quie-
versal.
d,·cir "fluir": * cf . el "riachuelo" al comienzo del sueño) era ese
Si ahora referimos el paisaje del sueño a las zonas erógenas pregc
nitales cuya investigación Freud apenas comenzaba, comprobamos qu
,ii I al que Freud preguntaba por su camino . El comentario del suc-
i, rnncluyó evocando "la proposición de mi amigo berlinés de en-
son objeto de una figuración simbólica a pesar de que por entone,
,11 11.trnos en Praga., .", pero dejó en silencio la previa proposición
Freud no las había concebido aún claramente: la zona oral (la "d,·
hesa"), la zona anal (los "acantilados negros", el nombre del vall
'l,, Frcud sobre un congreso italiano. Freud tenía tal confianza en su
11111que prefirió ceder. Lo hizo en la carta del 3 de enero de 1897,
de Tepl, palabra que también quiere decir "orinal": G 72), la zon
'1··,1o con una reserva: "Espero que en nuestro próximo congreso po-
uretral ( el "riachuelo de aguas oscuras" ) . En efecto, poco despué:
i 11 110sdiscutir cosas importantes ; será más adelante, para Semana
la carta del 11 de enero de 1897 trasmitía a Fliess, por vez primera
1111 a, quizás en Praga" (F, al 196, ing 184, fr 162). La misma car-
la noción de "sistema sexual oral" y la idea de que "mientras predo
, romenzaba mezclando dos referencias , una a la divisa de París ( "si
mina el sentido del olfato (y del gusto), los pelos, las heces, toda 1
!'" mzobramos prematuramente . .. , tehdremos éxito"), la otra a una
superficie del cuerpo, así como la sangre, desempeñan el papel de ex
citantes sexuales" (F, al 198-199, ing 186-187, fr 164-165). La equi
ti, las dos anécdotas judías evocadas en el comentario del sueño ( "y
i 11 nestra constitución lo soporta"). Ello permite fechar el sueño al-
valencia entre los excrementos y el oro fue indicada en la carta dd
24 de enero de 1897; nuevamente debió tal descubrimiento al caso dor del 3 de enero de 1897.
l•:sas dos anécdotas , sumariamente referidas por Freud, deben ser
del señor E ... : para Louise, su sirvienta, su primer amor, su seducto
1,1.,l!adas para la comprensión del sueño. Karlsbad era una célebre
ra, el dinero era "siempre excrementicio", dijo a Freud, de pront
, 11 ulad de aguas de Bohemia (hoy Karlovy Vary), pero la estadía era
E ... 7 • La carta del 8 de febrero de 1897 interrogaba a Fliess sobr,
!"11,losa y molesto .el tratamiento , pues sus aguas son laxantes. A Karls-
* O grande. [E.] l1,11 1 iban los judíos ricos ( de ahí la temeridad del judío pobre de la
7 :esa fue la primera ocas1on en que el Sr. E . . . es menci onado como tal 111 frdo ta, que quería llegar allí sin pa gar : alusi6n a la modesta si-
por Freud. Ya se trataba de él, sin duda, en las cartas del 31 de octubre d 111 ,,ción financiera del padre de Freud, y luego del propio Freud), Era
1895, el 2 de noviembre de 1895 ( p. 191) , el 3 de enero de 1897 ( p. 212), flll'Ciso que "la constitución soportara" el tratamiento: allí la alusión
como los editores de .las cartas a Fliess y el autor del presente libro lo han
supuesto . Este caso reaparecerá a menudo : ms . L del 2 de mayo de 1897 11.1 doble. El judío que viajaba sin boleto soportaba los malos tratos
(p. 255) , 29 de dici embre de 1897 (p. 287), 19 de febr ero de 1899 (vol. 2), tlr·l inspector. Curiosamente, el texto habla incluso de sus sucesivas
21 de diciembre de 1899 (Id .), 8 de enero de 1900 (íd.), 26 de enero d ' ,·~taciones" ( Leidensstation) , en el sentido de estaciones del calvario
1900 (íd .), 11 de marzo de 1900 (id.), 14 de abril de 1900 y 16 de abril de
1900 (!d.), Flie ss : arroyuelo; fliessen: fluir . [E.)
•
222 DESCUBRIMIENTO DEL COMPLEJO DE E DIi' 1l!N SU EÑOS DE ROMA 22'.~
( en alemán, "estación ferroviaria" se dice Revision) . ¿ Por qué com 11,111<lopues el judío recién llegado dirige la pregunta a un transeún-
paró Freud a ese judío pobre con Jesús, otro judío pobre, entreg ad tr, q11r cree francés de linaje pero que resulta ser un judío rico, per-
por los judíos ricos a los romanos y que tuvo que cumplir su viac ru frí l 1mente aculturado y francohablante. El interpelado, que compren-
cis? Detrás de ello hay un recuerdo personal ligado al descubrimien to In r,lpidamente la situación, también se muestra malicioso. Responde
por parte de Freud, del antisemitismo, que será rememorado en el si 1 1111 francés excelente: "Sí, sé dónde queda la calle Richelieu." El
guiente sueño. En este tercer sueño, se retuvo el aspecto anal de 1 I" 11111 -r judío, asombrado por la malicia de la respuesta, comprende
alusión. Las caricaturas de la época, según informaciones de Ev 1111111ces que tiene que vérselas con un compatriota y para mostrarle
Rosenblum, representaban muchas veces a un agüista de Karls ba 1
11u ha comprendido replica irónicamente, en yiddish y aludiendo a
corriendo a través de las salas o los parques en dirección a los sanita 11rito judío esencial, el sábado: "Man kann Schabbasmachen mit
ríos, y al que un amigo pregunta: "Pero, ¿adónde corres tan rá pi 1'' (literalmente: "se puede hacer un sábado con lo que me dices";
do?"; igualmente, una de las variantes de la anécdota del pobre ju dr:cir, a la vez, "tu respuesta no me sirve para nada" y "tú y yo
dío viajero señala que el inspector, en cada estación, lo expulsa con 1" 1110s bien qué es necesario para la preparación ritual del sábado,
un puntapié en el trasero . ¿ Qué recuerdos personales convergían en ;111 110 que ambos somos judíos") . Pero la sal de la historia no se
esa referencia cultural? El recuerdo infantil fue recuperado más ta1 l11111t a a esto. Como me lo hizo observar Alain Besanc,on, la elección
de, pero nosotros podemos inferir ya que era un recuerdo de verg üe11 1,1 nombre propio "Richelieu" manifiesta, en efecto, una ironía do-
za vinculado a un relajamiento anal o uretral. En cambio, podem o lil, como significante impronunciable Gorrectamente por los judíos,
tener en cuenta un resto diurno manifiestamente presente en la meu e¡,lca el mal acento de los mismos; como significado, el nombrP
te de Freud aunque sólo lo haya mencionado a propósito de un sw· p, •Jpio se vuelve sustantivo común y designa el riche lieu, el lugar
ño ulterior: el padre de Freud había muerto algunas semanas an ti'~ iio , el incentivo de la ganancia, otro rasgo reprochado a los judíos.
de un colapso cardiaco y una parálisis de la vejiga, y tuvo una,. dep o !.k t•sta suerte, a pesar de todos los esfuerzos por disimular sus oríge-
sición poco después de su muerte . De tal suerte que la constitución <ll'I " , rl judío acaba siempre por ser reconocido tanto en el significante
padre había soportado las vejaciones antisemitas ( como veremos ) 11111 0 en el significado. La lección implícita en esta anécdota es la
pero no los fracasos comerciales que lo obligaron a realizar estaciorn·a 1, la identidad imborrable del judío.
en sucesivos pueblos, antes de acabar arruinado en Viena; tampoc o <:uando llegó a París en 1885, el propio Freud fue ese judío pobre
soportó la vejez, la enfermedad, la muerte : todos esos "relajami e11 p11 • balbuceaba el francés y preguntaba equivocadamente por su ca-
tos" constituyeron motivos de vergüenza para el hijo . Para volver al 111110. Sin embargo, anotemos que para él la calle Richelieu -escri-
Fr eud adulto, uno de los sentidos del sueño considerado a la luz de la 1,1,·, a Martha, el 19 de octubre de 1885 ( C 186), que la había recorri-
anécdota -y que me fue comunicado por Eva Rosenblum- parecie 1,, debía de designar la riqueza, pero no la del dinero sino la de la
ra el siguiente: quería llegar a Roma-Karlsbad para curarse, sien do rnltura, puesto que es la calle de la Bibliotheque Nationale y de la
un pobr e judío al qu e agradaría quizá disimular que no tenía pasa jt· ! :,,médie-Fran<;aise. Sea como fuere, superó tan bien la humillación
y que debía afront ar continuamente al enemigo implacable; el bolet o I,· 1~rnorar la lengua de ese país extranjero que alcanzó familiaridad
de pasaje era sin duda una alusión a la célebre frase de Reine: "L a 11111 Charcot y se convirtió en su traductor. Quien conquistó París
fe de bautismo es el boleto de entrada en la cultura europea." Agreg ue- rnnc¡uistará Roma. Tanto más -Freud interpretaba el proverbio se-
mos que si a partir de entonces el autoanálisis pretendió ser curativo, i'111su deseo-- cuanto que todos los caminos llevan a Roma. En
se volvió al' mismo tiempo "laxante" . rfr-cto, otro de los sentidos de este tercer sueño de Roma es que repre-
Freud dio por conocida la segunda anécdota y no la desarroll ó. 11ta una puesta en imágenes de ese proverbio. Ya se trataba del me-
Era la siguiente , recuperada gracias a Grinstein ( G 72) : un judí o r~111 ismo de aseguramiento que Freud describió más tarde a propósito
pobre emigra a París. No sabe franc és. Un amigo malicioso le enseña 11, ; los sueños de examen: no se sueña con fracasos sino respecto a
sin embargo a decir, para que pr egunte su camino: "¿Sabe uste d x:,menes que se aprobaron en la realidad . El efecto manifiesto del
dónde queda la calle Richelieu?" (la lección es maliciosa porque e11 11 r no (la "decepción" de estar en Roma sin ver la Ciudad) convierte
yiddish no existe el sonido "ieu" -Grinstein no lo dice, debo la infor- 11 su contrario al afecto latente ("la alegría [Freude!]* con que por
mación a Eva Rosenblum); el judío sólo "puede pronunciar "Richelié"
y así revela su origen, que pretendía ocultar . La historia gana en S upra, p. 219, línea 3. [E.]
224 DESCUBRIMIENTO DEL COMPLEJO DE EDIPO j 11:-, ·SUEÑOS DE ROMA 225
primera vez pisé el pavimento de París'') . En Roma, preguntar t•I ,~ le pide, inocente e imprudentemente, que le indique el camino. El
camino a un transeúnte -guía idealizado, compatriota aculturado y 11t'1rary la diabetes también eran uno de los temas en la orden del
malicioso: ambos rasgos designan a Fliess- nada tiene de humillant, lin del próximo congreso con Fliess, en Praga. El señor Azúcar es
ni de ansiógeno, puesto que el interrogador posee, de antemano y ,,¡111Fliess, así como en el sueño sobre Irma era en cierto modo el
lleno de alegría, la respuesta: todos los caminos lle~an a Roma. Res jior Trimetilami na: el que sabe lo que ocurre en el interior del
puesta del buen sentido popular, frecuentemente mejor que la de lo 111 :rpo, el que practica el análisis químico, mientras que Freud se
doctos. Gide, en su Edipo, atribuyó a su héroe un mérito semejante ll1111ta a la superficie y los orificios de la piel y al análisis psíquico.
si Edipo encontró la respuesta al enigma de la Esfinge, fue porqu l\11la negra roca de la biología, que Fliess continúa haciendo progre-
la conocía ya, porque "el hombre" es la respuesta a todas las prr !!', Freud podrá plantar los pastos y las blancas flores de la psico-
guntas. Pero otro proverbio, de sentido contrario, se desliza en filigra h,1(1,1.
na bajo el primero: "ver N ápoles y después morir". ¿ Acaso Freud no ,,Quién era, en la realidad, ese señor Zucker al que dice "conocer
propuso a Fliess un congreso en Nápoles o ·Pompeya, otra ciudad 11p1•rficialmente"?La única relación que hemos encontrado se refiere
asociada, por su catastrófico fin, a la idea de la muerte? Triunfar los dos hermanos Zuckerkandl, evocados en una carta a Carl Koller
y luego morir de haber triunfado. tf,,( 23 de julio de 1880. Esta carta, añadida a la segunda edición
Observemos una vez más la importancia, para Freud, de las rela d.-rnana de la Correspondencia en 1968 (C, 1968, p. 15), no figura,
ciones entre lo visual y lo verbal. Aquí el sueño pone en imágenes um, ¡,111 ese mismo motivo, en la edición francesa. Emil, el mayor, fue
frase proverbial; en otra parte buscaba la palabra, el nombre propio p,·ofesor de anatomía; Otto, el menor, se especializó en urología. Fue
la fórmula que dé cuenta de una visión, de un decorado, de un paisa 1 ,·ncuentro con este último -joven, agradable, que preparaba su
je, de un sainete. Ahí se afirma la dificultad y la necesidad de traduci ,, 11i'iltimoexamen de medicina- lo que Freud narró a su correspon-
la lengua materna a una lengua extranjera. No se trata únicament ar,I, d futuro descubridor del poder anestésico de la cocaína. La mic-
-contenido manifiesto consciente- de la necesidad material par 1{,111la rivalidad en el descubrimiento y también la . ambición de
el judío de hablar el idioma del país que habita y de la necesidad ll,·g,1r a ser profesor estarían en tal caso en los segundos pensamientos
intelectual de aprender las grandes lenguas de la cultura europea il,·I sueño, hipótesis que encuentra una confirmación en el hecho de
también se trata ---contenido latente preconsciente- de que el incom q111·el diagnóstico de la diabetes y su azúcar se efectúa mediante el
ciente es otra trascripción y que descifrarlo es descubrir el léxir 11nende la orina.
y la sintaxis con que habla. Por último, se trata ---contenido latent Más importante parece el hecho de que ese sueño privilegie dos
inconsciente- de que cierto universo materno fue abandonado pa 1 1111 ·1.mismos: la trasformación de un sustantivo propio en común
siempre al emigrar de Freiberg y que la única manera creadora d • l I conversión en su contrario. Si aplicamos ambos mecanismos al
recuperarlo es elaborar sobre él un discurso coherente y verdadero 1111111bre propio que constituye la búsqueda de esta serie de sueños, si
no revivirlo en la repetición y la nostalgia. , 1ibimos ese nombre en latín, ROMA, puesto que era la ciudad an-
Queda por elucidar el último significante, el nombre del transeúnt 1¡.¡11a,fundada por los descendientes de Eneas, la que interesaba a
y guía, el señor Zucker, nombre propio que es al mismo tiempo, com l' n·11d, obtenemos, escribiéndola al revés, un sustantivo común que
Richelieu convirtiéndose en riche lieu, un sustantivo común: seño ,11stituyela palabra clave de estos sueños, AMOR. Esta inversión nada
Azúcar . Evidentemente, este significante-significado está sobredett·r 11,_•111•de original. Como el proverbio sobre los caminos que llevan a
minado. Las aguas de Karlsbad curan la diabetes, enfermedad en l{11111a, es muy familiar para los latinistas actuales y los escolares de
tonces mortal, caracterizada por el exceso de azúcar; en alemán l,1 ~poca de Freud. Más próximo a nosotros, un novelista italiano ha
llamada Zuckerkrankheit, enfermedad del azúcar . Entre los judíos d 11lo ptado el seudónimo de MORAVIA, doble anagrama de VIA ROMA y
la época, según me informó Eva Rosenblum, era un chiste corrient •le vrA AMOR. Aunque sólo en la edición de 1911 de Die Traumdeu-
decir que todos los judíos de edad eran diabéticos y representarlos con 11,:(Td 403n., ID 398n, IR 342n.), se refirió Freud a ello, en una
sus pastillas de sacarina, un poco del modo como los franceses de ho 11111 1 donde cita a Rank, ¿ no había conservado de sus estudios de
dicen que todos los franceses padecen del hígado. El señor Azúcar l111111 anidades el recuerdo oscuro de la historia del oráculo de los
aquí la Muerte, a la cual el viajero extraviado de las leyendas germá11i l'111c¡uinos?Rank, y Freud después de él, la narraron elípticamente:
226 DESCUBRIMIENTO DEL 8 UEÑ OS DE ROMA 22
"El oráculo de los Tarquinos, según el cual el primero que besar 11,11npresiones de los primeros años de mi vida" (Td 201, ID 195-
a su madre ( osculum matri tulerit) sería el amo de Roma, también 111(,, IR 173-174).
es conocido ; Bruto consideró que indicaba la Tierra Madre: Terram 1,:~tl' sueño está construido del mismo modo que el de la muerte del
osculo contigit; scilicet quod ea communis mater omnium mortilitl p11d n\: se reduce a un decorado y una inscripción. El decorado es
esset [Tocó la tierra con un beso porque ella es la madre común d 111 ,, esquina; un decorado urbano, no ya un paisaje campestre; es
todos los mortales). Tito Livio, 1, 56." Más pormenorizada, la histori 111 hién una elll.,rucijada, una bocacalle. Sobre tal telón de fondo,
es ésta: el viejo tirano Tarquino, asustado por prodigios, envió a Del, 11 fl'les no desc11rados, de los que sólo sabemos que están escritos en
fos a dos de sus hijos y a su sobrino Bruto, un ambicioso disfrazad l,•111án.
de necio, para que consultaran el oráculo a fin de saber cuál de elloe l .a carta a Fliess en la que expresaba sus dudas sobre lo oportuno
reinaría. Los hijos tomaron el oráculo al pie de la letra y convinieron t,~ 110 congreso en Praga no figura entre las publicadas . La hipótesis
guardar el secreto para no alertar a su tercer hermano, que habl 111 ~Kverosímil es que se trata de la ya citada carta del 3 de enero de
quedado en Roma. Bruto, en cambio, tuvo la idea de "interpretar' 111(17, a la cual los editores habrían quitado el pasaje en donde Freud
el oráculo y, dejándose caer, besó de inmediato la Madre Tierra 1!, ptó, con la reserva de un "quizá", el proyecto de congreso en Pra-
Marie Delcourt ( 1944, p. 197-202), en su importante obra Oedipe ou 1 La carta siguiente, del 8 de febrero de 1897, elimina esa reserva:
la légende du conquérant; nos ofrece, desde el punto de vista de 1 'l'rndré mucho material extraño que someterte en Praga" (F, al
historia de los mitos y las religiones, un detallado comentario de est, n•,,ing 192, fr 170).
episodio y de muchos otros semejantes, en los que ve la prueba de un 1,as minorías nacionales del Imperio austrohúngaro, en su historia ,
rito grecolatino de habilitación a la realeza por la posesión simbólic 11 ¡:anizaron con frecuencia , y particularmente desde 1848, la lucha
de la madre, ya sea en sueños, ya mediante un beso real a la tierra. •ilfra la hegemonía de los alemanes y de su idioma. El irredentismo
Freud, a comienzos de 1897, se identificaba con el legendario conquis- rh, ('O siempre estuvo vivo. El conde Thun, gobernador de .Bohemia,
tador de la "ntigüedad clásica. Se vivía como Edipo, pero no sabía 1haba de abandonar sus funciones, después de haber fracasado en
aún que lo era. 11mten to de reconciliar a checos y alemanes ( este conde apareció
,(t, adelante, en 1898, en un sueño de Freud). La Universidad de
l'rriga era una de las más antiguas de Europa. La enseñanza se im-
Cuarto sueño de Roma ptn tió al comienzo en latín, luego en alemán; el checo había sido
111t nrizado recientemente. Kekulé ilustró el genio checo, como más
111dt' ta mbién Husserl y Kafka . En cuanto a Freud, se sentía , a la vez,
..
-
Nada tiene de asombroso que este último sea un sueño de inscripcio-
nes. "El cuarto sueño, poco después del mencionado en último térmi- ,,,lidario de las minorías oprimidas en las que florecen creadores, y
11u•osode ver el alemán reconocido como lengua universal que garan-
no, me lleva nuevamente a Roma. Veo una esquina delante de mí y
[11, iba la objetividad del saber.
me asombro de que hayan pegado allí tantos carteles alemanes. La
víspera había escrito a mi amigo, con previsión profética, que Praga En el sueño, Freud se encuentra en Roma, y, en lugar de una ins-
11pción latina, lee sorprendido ( como en el segundo sueño, donde
no debía de ser un lugar de estadía muy agradable para paseantes
lr1 ~orprendía la claridad de la vista sobre la ciudad) unos caneles
alemanes. El sueño expresaba pues al mismo tiempo el deseo de en-
!,•manes. A este contenido manifiesto latino-alemán (el latín y el
contrarlo en Roma más bien que en una ciudad de Bohemia, y el
1lt-t nán fueron las dos lenguas clave de sus estudios secundarios; tam-
interés , que proviene probablemente de cuando mis estudios y que con-
1,ii II fueron los dos idiomas sucesivamente impuestos a los checos en
servo, de que la lengua alemana fuese mejor acogida en Praga. Por otra
l,1 Univer sidad de Prag a) corresponde, en el contenido latente, un
parte, he debido de comprender el checo en los primeros años de mi 1,llmgüismo checo-alemán (que marcó el período preescolar de Freud,
infancia, puesto que nací en una pequeña localidad de población es-
11 Freiberg) . Así, el bilingüismo manifiesto corresponde para él a
lava, en Moravia. Una copla infantil, en checo, que escuché cuando l,-11 guas escritas y el bilingüismo latente a lenguas habladas. El latín,
tenía diecisiete años, quedó tan bien impresa en mi memoria que aún l!:11 gua filogenéticamente antigua, toma en el contenido manifiesto el
hoy puedo recitarla, aunque no tengo idea alguna de su significación. lugar del checo, lengua ontogenéticamente antigua para Freud. Así
Por lo tanto , tampoco en estos sueños faltan múltiples relaciones con ,.,;110 Fliess el berlinés, al desplazar el congreso de Roma a Praga , bo-
228 DESCUBRIMIENTO DEL COMPLEJO DE E DJI',
,, IIEÑOS DE ROMA 22!>
rró --de la espera de Freud- el latín por el alemán, así Jacob Fre ud , ntaciones de cosas, sino que representaciones de palabras pueden
al dejar Freiberg por Viena, borró en su hijo Sigismund el checo c·n '"•ignar representaciones de cosas a las que se encontraban asociadas
ll contigüidad.
provecho del alemán. Por tanto, el sueño asocia a un resto diurn o un
recuerdo infantil. Entre los tres años y medio y los cuarenta, qu, Apliquemos a este cuarto sueño de Roma, más sistemáticamente que
Freud acababa justamente de cumplir, una estación de enlace: la ed 1 los tres casos precedentes, el esquema interpretativo que considera
de diecisiete años, cuando fue a pasar sus vacaciones en Frei be w•·sivamente la relación con Ftiess ( confundida aquí con la relación
donde oyó nuevamente hablar en checo, donde se enamoró de Gisel ,11 d deseo de la víspera), la relación con el recuerdo infantil, con
Fluss. De una manera paralela, afirmó en su teoría que el acontecl 1 proceso de descubrimiento del psicoanálisis y por último con la
miento patógeno no se situaba en la adolescencia ni en la pube rtad 1,1ngrndel cuerpo.
sino a la edad de tres años. "Todo retrocede hacia los tres prime r, ne los tres primeros sueños de Roma, Freud no dijo nada a Fliess.
años de la vida", enuncia la misma carta del 3 de enero de 1897. l kl cuarto le habló casi un año después, en una carta comenzada el
El sueño trajo a Freud el recuerdo del habla checa oída en su prl el,~diciembre de 1897 y continuada el 5. Antes se habían encontrado
mera infancia y el de una copla infantil que nunca dejó de saber d !,rclcdor de Semana santa (el 20 de abril de 1897) en Nuremberg (es
memoria. El recuerdo de la persona que le cantaba esa coplilla y ), h1r, ni en Roma ni en Praga), Freud había descubierto el complejo
enseñaba ese idfoma apat:eció más tarde. La dualidad de las lengu fr Eclipo y habían proyectado un nuevo congreso en Breslau para la
reveló entonces que cubría una dualidad religiosa ( catolicismo y ju 11111dad de 1897: "Todo esto no debe servir sino de preludio a nues-
daísmo) y una dualidad de la imagen materna (la verdadera mad 1ü rncuentro en Breslau, como Ida sugirió, si los horarios de los tre-
y la niñera) . Entre tanto, la idea contenida en el sueño, de una len ,,.,, il' convienen. Sabes que lo que ocurrió con Praga ha probado que
gua antigua borrada, significaba que el proceso de recuperació n d , tenía razón. En la elección de Praga, que hicimos la última vez,
los recuerdos infantiles "olvidados" comenzaba a actuar en el auto lo:1meños desempeñaron un gran papel. No tenías deseos de ir, tú
análisis de Freud. 1lo< , por qué, y yo soñé lo siguiente: estaba en Roma, paseándome,
Pero falta la cuarta lengua. En el año 70 de nuestra era, el em¡ , ,111bradode comprobar que un número tan elevado de calles y tien-
rador romano Tito hizo destruir el templo de Jerusalén. Los ju dí tl r,1 llevaran nombres germánicos. Me desperté y comprendí inmedia-
definitivamente vencidos, comenzaron entonces su diáspora y su vag; 111mteque la Roma del sueño en realidad era Praga ( donde, como
bundeo; hablar una lengua extranjera se convirtió para ellos en un ;1bido, se ha solicitado que el nombre de las calles también figure
obligación: el latín borró el hebreo. En la época de Freud estaba 11 ,,lcmán). Por lo tanto, el sueño había realizado mi deseo de en-
todavía prohibido a los judíos pasar bajo el arco de Tito en R om ,,111rarteen Roma más bien que en Praga. Entre paréntesis, mi nos-
Durante el siglo XIX, los judíos de toda Europa central e incluso orien tolg1,.1de Roma tiene un carácter profundamente neurótico. Está li-
tal, hablaban en yiddish, que es una mezcla de alemán y hebreo. u la a mi amor de estudiante por Aníbal, el héroe semita; de hecho,
que querían tener éxito en sus países y culturas de adopción se veían 01110 él, tampoco este año pude ir del lago Trasimeno a Roma" (F, 3
en la necesidad de hablar, y bien, el alemán. Sigismund realizó el d lti ,he. de 1897, al 251, ing 236, fr 209). Así, un deseo frustrado de
seo de sus padres al expresarse perfectamente en ese idioma. Es mu 1 v1spera, ir a Roma, se cumple en este sueño y, en los tres prece-
probable que la lengua materna de los padres de Freud fuera el yid lrntcs, Fliess representa una imagen de padre que frustra en Freud
dish, que luego aprendieran el alemán y, en lo que atañe a Jac o 1 wmplimiento del deseo. El sueño afirma algo importante en la
sin duda también el hebreo. Y que Sigismund, en Freiberg, los oye. 11111,'nnica creativa de Freud: lo que una instancia de autoridad le
hablar a veces en yiddish, a veces en alemán. Pero así como los rn lni¡>1dehacer en la realidad, él lo hace a pesar de ella, a pesar de
cuerdos reprimidos nunca son olvidados por completo, tampoco la liJllo, en sus sueños. Ello se explica, fuera de duda, por la dualidad
lenguas borradas desaparecen por completo: dejan huellas en el in !,) las figuras de autoridad en la infancia de Sigismund. Sus dos
consciente. Las huellas de las antiguas lenguas "olvidadas" por el niñ lihmanos mayores, Emmanuel y Philippe, encarnaron sobre todo la
Sigismund, que emigró de Freiberg a Viena, le sirvieron pues pa r, 1~11rapaterna represiva, mientras que Jacob, su padre, de una gene-
connotar viejos recuerdos correspondientes a la época en que es c·i6n anterior, fue más bien una figura de abuelo, benevolente, libe-
lenguas vivían. No sólo las palabras designan a las cosas, no sólo 1 ti, deseoso de compartir su experiencia de la vida. Nadie puede lle-
rep resentaciones de las palabras existen independientemente de las rr
230 DESCUBRIMIENTO DEL COMPLEJO DE EDIPO 1 OS S UEÑOS DE ROMA 231
gar a ser un creador sin identificarse con un poseedor permisivo del ,. fuerte que me llevaba a mí, pequeño, de la mano. A esa situación,
saber. i¡11r no me satisfacía, oponía otra más adecuada a mis sentimientos:
Los recuerdos infantiles referidos a esta serie de sueños sobre Roma 1, escena en la que el padre de Aníbal, Asdrúbal, ante el altar domés-
son conocidos con precisión. Lo incierto son las fechas de su reme• 11c o, hizo jurar a su hijo que se vengaria de los romanos. Desde enton-
moración por Freud. En efecto, el trabajo de interpretación se reali- ,:r ~ tenía Aníbal un lugar en mis recuerdos" (Td 20~, ID 197, IR
zó en dos tiempos: de inmediato, en. 1897; luego, cerca de un año I '/ '1), Freud advirtió su error sobre el nombre del padre ( Amílcar Bar~
después, como atestigua la carta a Fliess del 12 de diciembre de 1897 , , y no Asdrúbal) justo después de la aparición de Die Traumdeutung
es decir, después de la intensa recuperación de recuerdos de la époc , l. vol. 2) y lo rectificó en la segunda edición ( 1904). Triple es el
de Freii)P,rg, recuperación que coincidió con el descubrimiento del i.l'llta subyacente en ese recuerdo: identificación con el jlldío y el padre
Edipo. humillados; protesta contra la humillación, conducente a una cierta
Los comentarios publicados en Die Traumdeutung ponen de mani- il,·;aprobación del padre débil y sumiso; por último, libertad para
fiesto tres órdenes de recuerdos : hacia los tres años, recuerdos de ri tguir su propio camino: en efecto, si el padre se ha encontrado con
validad con su sobrino J ohn ( de más edad que él) ; recuerdos que 11 lf(11Íenmás fuerte que él -así como el Papa de entonces había eu-
datan de la prepubertad y se refieren a héroes imaginarios de lectu• E•11 tra do la horma de su zapat<>--, d hijo no tenía por qu6 sentirse
ras y a conversaciones con su padre sobre la filosofía de la vida ¡ 111enazado por su padre al intentar satisfacer su curiosidad.
recuerdos de las vacaciones pasadas en Freiberg cuando era ad oles- 1 a identificación con la víctima no aparecía manifiesta sólo en
cente. Atraen nuestra atención no sólo por lo que dicen sino tam bién te• recuerdo. Estaba evocada en filigrana en la serie de los héroes
por lo que callan. En efecto, su continuidad está interrumpida por 11y1L letanía enumeró Freud en su comentario final y global: Wincke}..
un hueco de la memoria, por un espacio en blanco en el texto : ] 11.mn, el arqueólogo alemán que en el siglo xvm efectuó las primeras
ausencia de referencias al período intermedio, entre los cuatro y loa 1i1 Vl'.otig aciones importantes sobre el arte romano antiguo; Aníbal, el
nueve años, resulta particularmente significativa. Mi hipótesis es qu e 101 ld, oe cartaginés, por lo tanto semita, que a los nueve años juró odio
recuerdos esenciales en relación con estos sueños no son los conscientes, 1..:mo a los romanos por pedido de su padre, Amilcar Barca (que
rememorados en cada ocasión, sino los revividos y repetidos inconscien l 1c11d confundió primero con Asdrúbal, hermano de Aníbal), ese
temente, que precisamente corresponden al período ausente. 11 íbal que años después sorprendió a los romanos atacándolo& desde
Los recuerdos de la rivalidad con John, los de la persona que, en E.tpaña y los Alpes y derrotándolos en d lago Trasimeno, luego en
Freiberg, le hablaba en checo, fueron recuperados a fines de septiem. 111 nas; por último, Masséna, uno de los gloriosos generales de N ~
bre y comienzos de octubre de 1897. Otros recuerdos de Freiberg fu l"-'l.•{m, a quien Freud -a causa del anagrama de su nomb re con
ron esclarecidos, a fines de diciembre de 1898 o comienzos de enero · ltrnasés-- considera judío, equivocadamente. Ahor a bien - Orinst ein
de 1899, gracias al análisis del recuerdo encubridor de la "Pra de fHu rl pr imero en notarl<>--, todos ellos fueron héroes "trágicos ", o
verde con flo:res amarillas". En mi opinión, en enero de 1897 sólo h , que después de haberse cubierto de gloria por sus hazañas se
sido rememorado el recuerdo de la segunda infancia, que Freud , al ,caminaron hacia un destino desdichado: fracaso, caida, fin catas-
término de su comentario, asignó como raíz común a los cuatro sueñ ',ltto (G 91). Johann Joachim Winckelmann (1717-1768), de humil-
de Roma: lo origen, no pudo llevar a cabo sus estudios de teología ni de medi-
"Debía de tener diez o doce años cuándo mi padre comenzó a llevar, i 111;se convirtió al catolicismo y se hizo bibliotecario de un cardenal
me en sus paseos y participarme sus opiniones sobre las cosas de es l 111 de hallar Wl puestv que le permitiera efectuar sus investigacio-
mundo. Así, a fin de mostrarme que yo había nacido [en una época, 1~n It alia. Era tal su reputación científica que la emperatriz de
mucho mejOI' que la suya, me contó una vez: 'Cuando era joven. L1 1tria, María Teresa, lo recibió y colmó de regalOil. Pero alguna&
un sábado salí a pasearme por la calle, en el lugar donde tú nac is ,1 después fue asesinado en Trieste por un compañero de viaje lla-
iba bien vestido, con una nueva gorra de piel en la cabeza. Ento n 11lo Archangeli ( cf. el ángcl exterminador ... ) , a quien mostró
un cristiano vino hacia mí, de un golpe me despojó de mi gorra y r,uo err or,- esos valiosos obsequios (G 77). Aníbal (247-183 a .o.-),
arrojó al lodo, gritando: -¡ Judío! ¡ Baja de la acera!' 'Y tú, ¿qué hi, ¡,ués de iniciar brillanumen:te la guerra, no !Mpo explotar sus éxit~
ciste?', le pregunté. Y mi padre me dio esta respuesta: 'Bajé al arro yo bstuvo de marchar sobre Roma. "Sabes vencer, Aníbal, pero no
recogí mi gorra.' Eso no me pareció heroico de parte del hombre al apr ovtchar la victoria", le reproc:M uno de sus lugartenientes.
232 DESCUBRIMIENTO DEL COMPLEJO DE EDIP, i U~ SU EÑOS DE ROMA 233
Su ulterior fracaso ante los romanos a los que había dejado reorga 11ii tió a Champollion llevar a cabo su descubrimiento sobre los jero-
nizarse, tuvo graves consecuencias para él y para su pueblo. Su her , l1ficos era en realidad trilingüe (griego, egipcio s~grado y egipcio
mano Asdrúbal, que traía refuerzos desde España, fue vencido y muer, l"'i>ular o demótico). Asimismo, el desciframiento de las escrituras
to. Aníbal se vio obligado a una retirada para salvar a Cartago, ahor , 111 1<'iformes durante el siglo xrx fue posible a partir de inscripciones
amenazada. Los romanos, traumatizados por el encarnizamiento qu 11ilingües: un texto en dos lenguas no es suficiente* para encontrar
él había desplegado contra ellos, fueron intransigentes en su venganz, L1clave de una lengua si ésta es enteramente desconocida, El gran
Vencieron a los reyes de Siria y luego a los de Bitinia, donde Aníb 1'11h lico de la época (y el de nuestros días ) no fue sensible al descu-
se había refugiado. Antes de ser apresado, se suicidó. Los roman l,1uniento de Champollion -en 1822, cuando contaba treinta y dos-
pudieron apoderarse entonces de Cartago y arrasarla. De tal suert, 111os- sino por el prestigio de la leyenda napoleónica a la que estaba
el que había deseado destruir a Roma no hizo más que atraer sob 1~ociado. Pero los espíritus cultivados ( Freud entre ellos) en materia
sí y los suyos la destrucción. André Masséna ( 1759-1817), gracias a s ,Ir ant igiiedad mediterránea y asiática, conocían la historia del desri-
brillante victoria de Rívoli sobre los austriacos, en 1797, había sid li ,1miento de las escrituras cuneiformes. La recordaré rápidamente.
apodado "el niño mimado de la victoria". En 1799, volvió a triunfarJ 1111joven alemán de Yeintisiete años, Grotefend, al advertir que los
en Zurich, contra los rusos. Participó en otras muchas batallas, gen, ¡11wostextos cuneiforme s conocidos entonces presentaban no una sino
ralmente con éxito. Pero su campaña en España y Portugal (1810) 111 ·s escrituras diferentes, comenzó a partir de 1802-1803 a descifrar
en cuya conducción las órdenes de Napoleón interfirieron intempes l I primera (zendo o antiguo persa ) _->H, Luego el ingl és Rawlinson des-
tivamente, desembocó en el grave fracaso del sitio de Lisboa y en un ' 1il1rió la inscripción rupestre trilingüe de ·Behistun , en la que el mismo
retirada difícil. A partir de entonces, la suerte de las armas cambió Indo se hallaba trascrito en las tres escrituras cuneiformes y completó
para Napoleón . Se puede decir que al provocar indirectamente el fra 11 desciframiento de la primera. Norris, trabajando con la misma ins-
caso de Masséna en Portugal, anticipó el fracaso de su propia campañ ' 11pción, descifró la segunda (llamada escita, meda o elamita+:··*·* )
de Rusia y luego su caída final. Así, el sentido de las identificacione1 , 111re 1838 y 1851, y Rawlinson, con otros investigadores ingleses, puso
heroicas de Freud comienza a dejarse vislumbrar: son, al mismo tiem , 11daro la tercera ( asirio-babilonio o acadio) entre 1853 y 1857.
po, identificaciones masoquistas. Para tomar conciencia de ello nece, l•:l descubrimiento de Champollion , posterior al de Grotefend, ante-
sitó, algunos meses después, encontrar el prototipo en otro destino 11rn· a los de Rawlinson y Norris, suministró inconscientemente 8 a Freud
trágico, ya no tomado de la historia sino de la leyenda, el de un héroe 1111a directriz. Es sabido, en efecto, que los signos jeroglíficos del egip-
·fiil
de la tragedia griega. Más adelante, finalmente, pudo escribir un 1111sagrado pertenecen a tres categorías distintas que Champollion
artículo, de título significativo, sobre "los que fra casan frente al éxi• 111\'0 el mérito de identificar. A veces un signo es ideográfico, vale
.,.¡I
to" ( 1916d). dJ•rir que el significante consiste en un dibujo figurativo del signifi-
Apliquemos ahora al cuarto sueño de Roma nuestra tercera pers• 1,1<10:así, el signo que designa la oca es ·9- , y Q el signo que
pectiva, la de la figuración del descubrimiento en curso . Ya vimOI d1·signa el árbol. A veces una palabra, cuando no es figurable por
que el bilingüismo germano-latino implícito en los "carteles" del sueño 111Nlio de una imagen, se representa con otr?, imagen que tiene el mis-
remitía en realidad al trilingüismo germano-checo-yiddish de Freud 111n sonido; el signo entonces se vuelve fonético: "hijo", que tiene
en Freiberg . Conviene añadir que, en Viena , la escolaridad de Freud L1, mismas consonantes que la palabra "oca", se escribe como ésta (lo
se desarrolló bajo el signo de un doble trilingüismo: latín, griego y c¡111•corresponde al sonido griego Z). Finalmente, determinativos colo-
hebreo en cuanto a las lenguas "muertas", inglés, español y francé1 1,l(\os al final de la palabra indican, si ésta se presta a varias lectu-
1
en cuanto a las lenguas vivas extranjeras (el italiano no lo aprendió 1.1~ posibles, la categoría a la que pertenece. De tal modo el signo Q
realmente sino en la época de sus viajes a Italia). Ese trilingüismo
triple se inscribe en la lógica de la fórmula triplemente ternaria de la
trimetilamina -N ( CHa) 8- del sueño sobre Irma. Ya tuvimos opor.
U{nifica la casa, mientras que el signo. Q'
* Sí lo es. [E.]
- quiere decir ·su casa:
los alcanzan y amenazan su integridad psíquica y, por otra, pnr 11111Pntesobre la escritura. ¿ Por qué la vista, en los sueños sobre
hacerse amar todavía más a causa de su brillantez. Pero Freud no tu 11111:t, la muerte del padre y Roma, se encuentra privilegiada respec-
únicamente problemas lingüísticos en Freiberg. Sus padres estab 1, 1le los demás sentidos? Mientras que el oído es esencial en el
atrapados en un conflicto sociocultural, y los problemas lingüístic , 1¡i1tndizaje del habla, la vista es el único sentido que interviene en
de Sigismund no eran más que su reflejo: judíos, aspiraban a habl 1,, !i'.ctura; luego, con el pasaje de la lectura a la escritura, su papel
el alemán como medio de todo comercio importante de mercader ías ,l1011inuye:se puede escribir, en última instancia, con los ojos cerra-
de ideas, y vivían en medio ·de checos ganados cada vez más por 1 ' 1,,~. La vista no controla los movimientos de la mano, sino las grafías
reivindicaciones nacionalistas. Además, la estructura familiar plant , pw resultan. Los movimientos disponen esas grafías sobre la hoja
ha al niño un problema: un padre de edad madura casado en segu , ¡¡Íanun modelo no ya visual y externo sino interno y abstracto, Es-
das nupcias con una joven mujer; hermanastros de la edad de s ' 11hir,contar, suponen la constitución de un espacio mental, derivado
madre; un sobrino mayor que él y una sobrina de su misma eda ,l,•Iesquema corporal y que viene a reemplazar el espacio imaginario,
Aquí también, a la confusión de los códigos sucedió una simplificació, ¡uuyección del cuerpo fantaseado. Así la forma de inteligencia que
y una clarificación con posterioridad a la salida de unos hacia Man, li1,o de Freud un creador consiste en la trascripción directa de lo
chester y de otros hacia Viena, es decir, después de que "en una 1·1sto",es dtcir, de lo captado intuitivamente; es lo que da a sus
quina" cada quien tomase una dirección diferente. El alemán escrito v1slas",* a pesar de la "bruma" que rodea a su objeto, una claridad
correspondió a una familia ternaria simple: el padre, la madre, 101 ,1,. la que él mismo se asombra en sus sueños. Y con todo ello elimina
hijos. Pero de los antiguos códigos, de los otros sistemas de expresión 1111a etapa a la cual, en cambio, la mayoría de los individuos perma-
oral y de la horda primitiva, no se ba renegado. Subsisten pues en el iwce fijada: la etapa del lenguaje hablado. Lo oído, el baño de
fondo como fuerzas de reserva, como esquemas virtuales para posiblc1 p,tlabras, la expresión oral no han desempeñado hasta aquí ni desem-
desarrollos, como instrumentos del pensamiento disponibles para l 1" ,iarán más tarde sino un papel secundario en los sueños de Freud.
• 1 bien hizo de la verbalización de lo vivido una regla para los pa-
ulteriores tareas de sublimación de las pulsiones parciales, pulsion
cuyo despertar fue contemporáneo de la adquisición de tales esquemat ' 1,•ntesdurante las sesiones psicoanalíticas, él por su parte funcionaba
e instrumentos. Se comprende que a fines de 1896 y comienzos ,h, otro modo: redactaba el texto de los sueños que tenía como pa-
' t!'flte de su autoanálisis, registraba por escrito las asociaciones inme-
1897 Freud haya concebido el inconsciente, el preconsciente y el cona
,li;1las y las líneas directrices de la interpretación. Incluso es posible
ciente no sólo como tres diferentes sistemas de trascripción sino co
i mo tres sistemas cronológicamente sucesivos. El alemán escrito, dotad
1v1·nturarse a comprender con esta perspectiva la elección del tema
.,1/l!
. a. su vez de un sistema de trascripción doble, gótico o latino (en el
cuarto sueño de Roma, inscripciones alemanas aparecen en lugar d
d,• su primera obra, de 1891, Sobre la concepción de la afasia: la
1111posibilidad de hablar se habría inscrito, en el comienzo de su carre-
1,1 científica, finalmente autónoma, como la. confesión de una nega-
las esperadas inscripciones latinas), funcionó para el niño Sigismund
11vidadque habría que asumir para ir más lejos: renunciar a hablar
como el código de todos los códigos.
p,1ra consagrarse a escribir. Se comprende más el interés de Freud
¡1111 · el caso de Anna O ... , uno de cuyos principales síntomas fue la
1borganización progresiva del habla hasta llegar al mutismo, puesto
Conclusiones sobre los sueños de Roma
que ella ya no se expresó sino en un inglés de infrecuente corrección,
t veces en francés y en italiano: olvidó el alemán, lengua materna,
Los sueños de Roma permiten diversas conclusiones. La primera me
,¡11esin embargo siguió comprendiendo. "Volvió ella a escribir, pero
ayudará a poner en evidencia una característica -por lo que sé, no
"" una manera extraña, valiéndose de la articulación de su mano iz-
suficientemente destacada 9- del genio científico, precisada por mi
,¡11 ierda y trazando letras de imprenta, de las que se había fabricado
en discusiones con Annie Anzieu a propósito de estos cuatro sueños,
1111 alfabeto copiado de su Shakespeare" ( 1895d, ausente de GW, SE
Su estructura común -un paisaje en la primera parte, nombres pro-
pios o inscripciones en la segunda- consiste en que la vista cae direc- Opera aquí la polisemia del término, más amplia que en nuestro idioma.
• 1'111•no sólo sig'l1ifica, como en castellano, la vista como uno de los cinco sen-
9 11,loJ y la vista que se tiene de un paisaje, sino que también quiere decir "opi-
Salvo por ·Ni colas Abraham ( 1972), cuando describe la capacidad, propia
del genio creador, de "simbólizar la simbolización". 1116n","impresión", "designio". [T.)
240 DESCUBRIMIENTO DEL COMPLEJO DE EDIP, 1011 HUEÑOS DE ROMA 241
II 26, fr 18-19) . Y ella fue quien bautizó, siempre en inglés, talkin 11U1·, al menos potencialmente, en muchos seres humanos: grosso
cure ( cura por la palabra), el método catártico que gracias a ella ,,lo coincide con la indicación de análisis; es frenada por la rigidez
tableció Breuer. kf, 11siva,la del carácter o la neurosis, y por el miedo a afrontar en
Se comprende también que Freud no haya tenido necesidad de s, i1 d,·curso angustias de tipo psicótico (fragmentación, destrucción de
meterse a un psicoanálisis, es decir, a un imperativo de verbalización •1,·strucción del ser amado). El segundo proceso está menos difun-
como deben ahora hacerlo los psicoanalistas antes de ejercer a I' lido, no sólo porque lo inhiben sentimientos de culpabilidad ( está
vez. Nuestra localización , nuestro punto de referencia en el inco p,,-,Jiibido ver ciertas cosas), sino también porque el peso del saber
ciente lo debemos a otro que nos ha iniciado en el código al cual d,¡11iridoenturbia la visión de nuevas cosas (se trata de una forma
mismo fue iniciado. Freud, a causa de la sobrecarga de la vista 1,, la resistencia epistemológica) y porque uno no se atreve a ser el
la escritura, y de esa capacidad de pensar, sin etapa intermedia, 111111'0que cree en la, verdad de lo que ve (lo que constituye otra forma
gún el segundo nivel de simbolización del lenguaje --o sea el ni 1, la resistencia epistemológica) . El tercer proceso es excepcional;
del lenguaje escrito, no hablado- y según la forma superior de ti, p1•nde de la inteligencia superior, la que es capaz de estructurar,
segundo nivel -la escritura, no la lectura-, Freud, pues, direct, 11forma de un lenguaje escrito, datos que en un principio no esta-
mente trascribió el código propio del inconsciente, código implíci li.111 simbolizados.
en lo que veía, a la vez, en él mismo y en sus enfermos. Se compre 1,a segunda conclusión se refiere a la dinámica de la trasferencia.
de finalmente que todas las metáforas que propuso del inconscien lltll'riorizar, junto con el padre muerto, su ley, ver Roma y penetrar en
fueran sacadas del registro de la escritura: en los Estudios sobre l, IL1,es decir, poseer no real sino simbólicamente el amor de la madre
histeria comparó los recuerdos olvidados y recuperados por el análi 1·11trar también en posesión de antiguos recuerdos, tal fue la etapa
psíquico con "archivos mantenidos en orden" ( cf. p. 178) ; en un. ,p11' pasó Freud en los primeros días de enero de 1897, etapa hacia
época posterior comparó el sueño con un "re bus" ( cf. p. 366) ; en , 1 descubrimiento del núcleo simbólico en tomo al cual se organizan el
que ahora estamos considerando, el trabajo analítico le parecía an 111,·onsciente y la neurosis. La ambivalencia respecto al padre, cuyo
lago a las excavaciones arqueológicas que sacan a la luz planos, in: 1 Tonocimiento había abierto el trabajo del duelo, sacó a la luz la
cripciones. Tal capacidad de pasar directamente del cuerpo al c 1111hivalenciarespecto a John, cuyo recuerdo Freud empezaba a reco-
go me ha parecido que constituye asimismo uno de los rasgos cread l,1ar, y a comprender su sentido. Pero estaba lejos de advertir que no
res del escritor argentino J. L. Borges (Anzieu, D., 1971a). 1,·cupera ese recuerdo sino porque vivía en su relación con Fliess el
El individuo común ve menos las cosas de lo que las siente: lo qu, 111ismomovimiento interior. Por eso el simbolismo de Roma continuó
experimenta es una mezcla de sensaciones olfativas, gustativas, t l11ncionando para él durante mucho tiempo. Ya casi terminado el
tiles, de sensibilidad interoceptiva y proprioceptiva, donde el oid, 111toanálisis,publicada Die Traumdeutung, sobreviviendo penosamente
y la vista se funden en un confuso claroscuro. Para Freud, la vista L1 amista d hacia Fliess, el insatisfecho deseo de Roma persistía:
algo diferenciado y diferenciador. En enero de 1897, lo que vel "Viena siempre es Viena, por lo tanto enteramente execrable. Si, para
permanecía rodeado de cierta bruma, la bruma de la incertidumbre rnncluir, yo dijera: 'la Semana santa próxima en Roma', me haría a
la inhibición: estaba lejos de saberlo todo sobre el inconsciente y 111imismo el efecto de un judío piadoso. Luego , mejor digamos: este
mía ver lo que se hallaba ante sus ojos. Pero cuando veía, era con t vt•rano o este otoño nos volveremos a ver en Berlín, ¡ o bien donde tú
"nitidez de la vista" que en el segundo sueño de Roma él mis quieras!", le escribió el 16 de abril de 1900. Su párra,fo fue una her-
se "asombra". El individuo corriente, cuando se le proporciona mosa formación de componenda entre el deseo, propio de los católi-
código, resulta normalmente apto e interesado en aplicarlo. úni cos practica ntes, de pasar la Semana santa en Roma, y el deseo mutuo
mente descubren y trascriben códigos nuevos los que son capace que los judíos ortodoxos se dirigen al final del servicio de Pascua:
en primer lugar, de regresar profundamente en sí mismos para encon, "El año próximo en Jerusalén ." Fue en todo caso la prueba de que
trar representaciones mentales arcaicas; en segundo · lugar, de ver co Freud había dejado de temer a la Roma católica y pontificia, cre-
nitidez esas representaciones; en tercer lugar, de proporcionar de 1 yendo aún posible una amistad fecunda con Fliess. Freud fue por fin
mismas una formulación escrita simple, que vaya a la esencia misrn a Roma al año siguiente, con su hermano, en las postrimerías del vera-
de la cosa. El primer proceso, la regresión controlada al servicio d no de 1901. Necesitó primero terminar la Psicopatología de la vida
yo, para usar una feliz expresión de Hartmann, Kris y Lowenstein rotidi ana, descubrir que su relación con Fliess sólo era una sobre-
242 DESCUBRIMIENTO DEL COMPL E JO DE EDI
1 1 1P1SU EÑOS DE ROMA 243
vivencia, proyectar una obra sobre la bisexualidad que pronto preci
pitó la ruptura con su amigo. La realización del viaje a Roma fue d una ocasión privilegiada de hacer valer y aparecer . .. el conflicto
acto de liquidación de la "trasferencia" sobre Fliess. 111 IHvalente" ( GW X 437, SE XIV 250-251, fr 160-161) y por último
Esto nos conduce a la tercera conclusión. Los sueños de Roma se ,1 ,1·iíalar lo que se llamará más tarde defensa maníaca contra la de-
insertan en el trabajo del duelo desencadenado por la muerte d 111, ·~ión, la ebriedad del triunfo largo tiempo esperado, la ganancia de
Jacob Freud a fines de octubre de 1896. Stein (1967) , que ha deA , 11 r~ía obtenida por "la supresión de los gastos de represión" ( GW
arrollado la misma idea , concluye que "la nostal gia de Roma duró l t 1, SE XIV 254, fr 167). Es sabido que este texto de Freud sirvió
lo que su autoanálisis , su autoanálisis duró lo que el duelo por su 1 Melanie Klein de punto de partida para elaborar la noción de posi-
padre; y el viaje [a Roma) indicó la finalización del duelo" (p . 15) 111 11depresiva.
Habrá que esperar cerca de veinte años para que Freud , en 1915, En este punto podemos cerrar el rizo. Freud , a mediados de 1895,
redacte un estudio clínico y teórico sobre el trabajo psíquico en el !IIWnzó su crisis de la mitad de la vida, que fue sobreactivada, a
duelo (Duelo y melancolía, 1917e), mientras que su estudio sobre el ji 11tir del otoño de 1896, por el trabajo del duelo. Crisis y trabajo
trabajo psíquico en el sueño apareció ya en 1900 (Die Traumdeutunfl, ¡11 1· tienen que ver, ambos, con la posición depresiva. La muerte del
1900a). Hay que considerar dos factores. Durante su autoanálisis, ,die evocó a Sigmund su primera separación (la partida de Frei-
entre 1895 y 1901, Freud acumuló un material del que sólo explot 1g) . A esa separación dolorosa, sucedió, con la instalación en Viena,
de inmediato una parte, pero al cual luego se refirió interiorment ¡11•nos a renunciación edípica, y también el acceso a las formas más
para desarrollar la teoría psicoanalítica . Por lo demás, Freud prosi 1,\ a das de la simbolización, fuente de nueva libertad y de nuevos
guió una actividad autoanalítica toda su vida ; no siempre fue tan ft 11 111fos,la libertad y los triunfos del espíritu. El núcleo de la an-
creativa como en el momento que estudiamos, pero hizo presentes, con 11 .,t1a depresiva, a saber, la imbricación del amor y del odio por toda
arreglo al ritmo de los conflictos reavivados por la existencia, procesos ¡,,:, mna de cuyo amor se depende, fue captado por Freud , quien enton-
anteriormente vislumbrados pero no retenidos aún en sus elaboracio- accedió a lo que Elliott Jagues ha llamado la visión trágica del
nes teóricas. Probablemente, los hechos que determinaron a Freud a 1111 111 do y que en Freud fue más bien una visión trágica del hombre
escribir Duelo y melancolía fueron la ruptura con Jung en 1913 y la 111ásprecisamente de la realidad psíquica. Estaba pues preparado
muerte de su hermanastro Emmanuel en 1914, con el trabajo de duelo pi11,t recurrir a un héroe de la leyenda griega a fin de conceptualizar
qu e siguió en cada oportunidad, además del nuevo aporte teórico de 11una forma más estructurada, y a la vez más concreta, el conflicto
Abraham. En ese texto , se echa de ver con facilidad cuándo estaba ,1, l.1s pulsiones y sus objetos. Pero mientras todo esto actuaba princi-
Freud reflexionando sobre observaciones de enfermos y cuándo se ¡,.il111ente en el preconsciente de Freud, lo que en su consciente domi-
apoyaba en la observación de sí mismo. La descripción ( al comienzo 11 .il1a era, por una parte, una impresión exaltan te de disminución de
del artículo) de las semejanzas entre el estado melancólico y el duelo 1111 inhibiciones (cf. "Dios ha muerto, todo está permitido"), de libe-
grave , perten~ce a la primera categoría: "pérdida del interés por el ' 11 16n de cargas fijadas en objetos infantiles, de liberación de posibi-
mundo exterior . .. , pérdida de la capacidad de elegir un nuevo obje- 11 1Lltles intelectuales y afectivas, en una palabra, de mayor disponibili-
to de amor .. . , abandono de toda actividad que no esté en relación l.11I interior, impresión que intentó hacer compartir a Fliess. Y era ,
con el recuerdo del difunto" ( GW X 430, SE XIV 244, fr 149), es I" 11 otr a parte, un sentimiento, excepción hecha de Fliess; de soledad
decir, todos los mecanismos que dependen de la regresión narcisista 111 ·11tífica y profesional, de derelicción en una Viena de puritanismo
de la libido. En cambio, me parece que Freud evocaba una vivencia li1p6crita y, además, hostil a los judíos, a las minorías nacionales, a
personal al hablar de "depresión profundamente dolorosa" ( GW X l.1, ideas nuevas . Roma es entonces la sombra del objeto que cae sobre
430, SE XIV 244, fr 148), y al comprobar que "el Yo, después de con- rl Yo y lo insta a reconocerse como un Yo abandonado, como el ter-
cluir el trabajo del duelo, vuelve a ser libre y desinhibido" ( GW X i"1•rn excluido de la escena originaria. Pronto se dejó sentir el beneficio
431, SE XIV 245, fr 150), al establecer la identificación del Yo con el 11 : 1·ste trabajo psicoanalítico sobre sí; el 24 de enero de 1897, Freud
objeto abandonado", añadiendo: "La sombra del objeto cae así sobre , ü11 cluyó así una carta a Fliess: "¡ Creo haber franqueado ahora la
el Yo, que puede entonces ser juzgado por una instancia particular 1l.1d crítica! Mi estado de salud está bien estabilizado" (F, al 203,
como un objeto, el objeto abandonado" ( GW X 435, 'SE XIV 249, fr '"H 191, fr 168).
158), sobre todo al tomar nota de que "la pérdida del objeto de amor El descubrimiento del psicoanálisis o, más exactamente, de la pri-
1wra teoría psicoanalítica, formó parte de un proceso de elabora ción
244 DESCUBRIMIENTO DEL COMPLEJO DE EOI 1- /iUEÑO "TÍO DE BARBA AMARILLA" 245
de la posición depresiva durante la crisis de la mitad de la vida. , , , 1rance sa equivale más o menos a "profesor asociado", mientras qu e
establecimiento del segundo tema correspondió a una reelaboración 1 prnfesor ordinarius tiene una jerarquía mayor: es "titular"); pero
dicha posición durante la siguiente crisis, la de la entrada en la vej 111iluda alguna sería rechazada por el ministro antisemita (F, 8 de
Esta situación metapsicológica originaria puede explicar cierto núm k l1 de 1-897, al 203, ing 191, fr 169). Sin ilusiones, Freud se apre-
ro de otros puntos, por ejemplo el hecho de que los descubrimien 111() a redactar la bibliografía comentada de sus trabajos (1897b).
complementarios efectuados por los sucesores de Freud parezcan ha 1 11 los días que siguieron conversó sobre el asunto con dos colegas
correspondido a liberaciones respecto de la angustia depresiva , despu 1,wlitas, también candidatos al profesorado. El primero, N ... , dijo
de la cuarentena , en sus autores; que las escasas tentativas, por p pw su caso era aún más desesperado pues tiempo atrás había sido
te de psicoanalistas , de elaborar en su vida y pensamiento la poi: ,ltJl'lO de una denuncia ante la justicia, cuya falsedad fue reconocida,
ción esquizoparanoide, como Tausk y Wilhelm Reich, hayan desem I " 1o que continuarían usando en su contra. El segundo, R ... , proba-
cado en dramáticos fracasos; que la protesta reciente de Deleuz 1ilrnien te el amigo Konigstein, el oftalmólogo, candidato mái antiguo
Guattari ( 1972), en su Antiedipo, encuentre tanta resonancia. 1 nada resignado, fue al ministerio para saber si era verdad que mo-
Más adelante da una interpretación del sueño del "Tío de bar ,,Es eso todo el sueño? La insatisfacción de Freud acerca del análisis
amarilla" como realización de un deseo infantil (la ambición de .\, 1 mismo prueba lo contrario. Volvió, pues, a la interpretación, pro-
un gran hombre, despertada por dos profecías) (Td 197-199, ID 191 11.d,lcmente cuando redactó el sueño para la primera versión de Die
193, IR 170-172) ; vuelve sobre la conversión del afecto en su con, I ,aum deutung, un año más tarde, y habló de ello a Fliess (F, 15 de
trario, vinculándolo a sus propias relaciones de tío a sobrino duran 11 1.n'. de 1898, al 264, ing 248, fr 220). Tal segunda interpretación
su primera infancia, "fondo de todas las amistades y de todos 1 f,w rigurosamente conforme a lo que la técnica de Freud exigía a sus
odios" (Td 475, ID 472, IR 402-403) y viendo en él un ejemplo d 1•,11ientes y a lo que su teoría postulaba sobre los recuerdos de in-
deformación debida al preconsciente (Td 576, ID 570, IR 485); f11 1c1ia. La insertó en la sección 2 ("El material de origen infantil")
último, a propósito del sueño "Non vixit", observa: "el nombre Josep. d,·I capítulo v ("El material y las fuentes del sueño"), entre el sue-
desempeña en mis sueños un gran papel . . . Detrás de las person i111del "León amarillo" y los sueños de "Roma", en un lugar que
que lo llevan puedo, con particular facilidad, disimular mi Yo, pu 1111se debió por cierto a la casualidad (Td 197-199, ID 191-193, IR
José era el nombre del famoso intérprete de sueños de la Biblia' l '/0-172) . Le habían contado con frecuencia que, cuando nació, una
(Td 488 n. 1, ID 484 n . 2, IR 413 n. 1). \' 11¡.t campesina había profetizado que sería un gran hombre. Recor-
Freud experimenta vivas resistencias a interpretar este sueño. liil>a asimismo que, hacia los once años, un versificador de café le
declara absurdo y sólo se decide a analizarlo pensando que no ace p11·<lijo que llegaría a ser ministro. Era la feliz época del ministerio
taría de uno de sus pacientes semejante acción elusiva. El deseo sub- limgués liberal, elegido según la nueva constitución austriaca de 1867
yacente (Freud no creía estar poseído por él) es llegar a ser profeso c·n el que figuraban judíos. El joven Sigismund tomó la predicción
de la Universidad. La argumentación reproduce la del sueño sob I '" ' dinero contante y sonante y decidió que más tarde estudiaría
Irrna: los demás son los mezquinos, yo por mi parte soy "irreprocha. ,1, 11·cho. Fue a último momento cuando optó por la medicina. El
ble". R . . . (Konigstein) "era muy moreno, pero cuando los moren 111'110, pues, remite a un deseo de niño: él es el ministro que tiene a
empiezan a encanecer, expían el esplendor de su juventud. Su barb 111 ti trae r a dos candidatos "sabios y respetables, porque son judíos".
negra se tornó castaño-rojiza, luego amarillenta, finalmente gris". El l'no la explicación es demasiado hermosa para ser completamente
rostro alargado y la barba amarilla son los del tío Joseph, hermano ,·11•1ta. Por lo demás, se la ofreció a Fliess como un medio de escapar
de Jacob , admirado por Sigismund, pero espíritu débil que se dej t sus críticas. Le antepuso una curiosa declaración auto justificadora:
arrastrar a una enojosa historia. · La condensación de dos rostros, a 1 1Jua necesidad semejante de ostentar un título revelaría en mí una
manera de las imágenes genéricas de Galton, tiene por objetivo atri- 111 il1ición enfermiza que no me conozco y de la cual creo estar muy
buir una semejanza moral a dos personajes unidos por una semejanz, 1lc•pdo . No sé lo que piensan sobre este punto ·quienes me conocen:
física: R. .. , que también posee una barba que amarillea, se vuelv '111 1Z:tshe sido ambicioso; pero me parece que esa ambición habría
para el soñador un espíritu débil como Josep'h, lo que explica que s, 11111<lootros objetos que el título y el rango de profesor extraordina-
lo haya excluido del profesorado. En cuanto a N . . . , él mismo h 1111.''Se trataría, pues, de una ambición infantil, no de una ambición
admitido haber sido denunciado ante la justicia; poco importa qu 11 tual. Ninguno de los comentadores del sueño se ha dejado engañar.
fuera equivocadamente: el sueño hace de él un criminal; nada asom 11rnnm ( 1953) lo considera un bello ejemplo de racionalización. Bux-
broso que tampoco él haya sido nombrado. En cambio, Freud, qu l1.111m (1951) cita al respecto una excelente expresión de Bernfeld:
nada tiene en común con ellos y que es irreprochable, puede esperar 1,.1 dificultad del autoanálisis es la contratrasferencia." Freud no es-
ese nombramiento: tal es el deseo realizado por el sueño. 1¡tl,a ma duro para reconocers .e ambicioso en ese momento. Su nega-
La "gran ternura" que siente por R ... , no es más que un proce- t:11111 constituía en realidad la confesión de que lo era, proceso desde
dimi ento de "disimulación" del injurioso desprecio en que lo tienen ,·11toncesbien conocido por los psicoanalistas .
los pensami~ntos latentes de Freud. La deformación del sueño ha
El Lema <le la ambición se desarrolló ampliamente con la continua-
consistido en reemplazar un afecto hostil por su contrario. Freud pre-
1<111 del autoanálisis: el sueño "Otto parece enfermo" volvió en forma
siente entonc es que un mecanismo de censura es responsable del dis-
11111 y pa ralela al deseo "megalomaniaco" 10 de llegar a ser profesor y
fraz del deseo en el sueño. Poco a poco adquirirá conciencia de ello
y el término censura hará su primera aparición diez meses después,
al final de la carta a Fliess del 22 de diciembre de 1897. cu Fre ud termin6 por reconocer su propio deseo megalomaniaco pero no
l,,flr6 ver en él - al men os creo pod er conjeturarlo-- una defensa mega-
248 DESCUBRIMIENTO DEL COMPLEJO DE EDJ 1: 1, SUEÑO "TÍO DE BARBA AMARILLA" 249
la secreta hostilidad hacia su amigo Fliess. Pero Freud, que en es disculparse. Pero ya ha roto definitivamente con él; su conducta alo-
caso nos ha entregado sólo la mitad de su sueño, probablemente y 1 ,,da con Anna O ... y respecto a los progresos de Freud en su teoría
había extraído algo más. En el capítulo sobre la elaboración de 1 d,· la etiología sexual precoz lo muestra, al igual que el tío Joseph,
sueños, presentó incidentalmente al personaje de barba amarilla co111 , orno un espíritu débil . . . que quizá por eso renunció a una carrera
ejemplo de imagen compuesta y enumeró los personajes, de barbas qt profesora!. Pero José, como Freud advierte más tarde, es el intér-
encanecían, que entraron en esa composición: el amigo R ... , el ti, ¡,rcte de los sueños en la Biblia. En un sentido, Freud, en este sueño
Joseph, "Íni padre y yo" ( T d 299, ID 293, IR 254-255). El reproch obre el tío Joseph, sueña que interpreta los sueños. Grinstein CG
que el sueño dirigía a R. .. apunta pues al padre, y es comprens ibl 'W9) ha puesto de manifiesto dos importantes semejanzas entre el
que un hermano suyo lo haya sustituido. ¿ Qué tenía Freud que reprc. ¡osé bíblico y Sigmund Freud: ambos son el primogénito de un
charle a la generación que le dio la vida? ¿ Haberlo hecho judí 1;1cob y su segunda esposa; ambos son ambiciosos ( cf. el sueño bíblico
impidiéndole así ser profesor, constituir un obstáculo para su a,mbici6n donde José ve a las estrellas inclinarse ante él). La última asocia-
En el sueño, de tal suerte, no tenía ya nada en común con los colega. nón relativa a este nombre, y a la vez la más antigua, no fue comu-
de su misma raza, y en ellos se vengaba. La burla respecto al pa d rucada por Freud; pero hay buenas razones para suponer que, cons-
acerca de estos asuntos fue confesada por Freud a propósito de un , ,ente o inconscientemente, la hizo. El médico que lo atendía en
sueño muy posterior, "1851 y 1856", que data sin duda de media d Freiberg y que tuvo que intervenir en una circunstancia 'relativamente
de 1899. La muy particular ternura que sentía Freud por su pa d "trágica" (médico y circunstancia que pronto reaparecerán en el auto-
ocultaba otros sentimientos. Ya lo atestiguaban los reproches que .análisis de Freud), era el doctor Joseph Pur, como sabemos gracias a
dirigió la noche de las exequias. Estaba cada vez más cerca de rec ,'-iajner (1968); pronto nos enteraremos, con el sueño del "Médico
nocer su ambivalencia hacia él.
tuerto", que le faltaba un ojo.
Varias observaciones podemos añadir a los comentarios de Fre ud Una última observación. La conversión en el contrario no concierne
La primera es una conjetura: si R ... es Konigstein, la primera part , unicamente al afecto. El contenido manifiesto ( al soñar con su débil
de su nombre, Kéinig, significa "el rey", y un rey con barba ama rill tío, Sigmund se ofrece como sobrino irreprochable) es la conversión
no puede ser otro que Federico Barba de Oro (inexactamente lla l'n su contrario de un contenido latente que dilucidará más adelante
mado en francés Barberousse, Barbarroja) : ¿no habría aquí un. y que remite a la rivalidad de Sigismund, tío débil, con John, su
nueva identificación heroica de Freud? La segunda se refiere al colo. sobrino de más edad y más fuerte. El sueño del "Tío de barba amari-
amarillo, que aparece por primera vez en los sueños de Freud y qu, Jla", como el de Irma, es un sueño-programa: programa de explo-
volveremos a encontrar en dos fragmentos autobiográficos disfraza doa, ración no ya del cuerpo y sus zonas erógenas sino de los recuerdos de
el recuerdo encubridor de la "Pradera verde con flores amarillas" y el la infancia pasada en Freiberg.
sueño repetitivo del "León amarillo". El surgimiento de ese amar illo, Freud descubre la ambivalencia -sin duda el aporte esencial de
que deberá ser descifrado, explica que la estructura formal del suefi. este sueño para él- porque la estaba experimentando en la actuali-
(un pensamiento seguido de una imagen) rompa con las precedentca dad de sus relaciones con Fliess, símbolo de todos los Otto, de todos
( donde una escena vista desembocaba en una fórmula, una inscrip- los doctores R ... , de todos los amigos rivales. Diez años después,
ción) . Pero en realidad -tercera observación- el sueño está cona, Freud soñó que se reconciliaba con Fliess -con quien había roto
truido en torno a un significante, el nombre Joseph, que, en el mo- mucho antes. "La cuarta o quinta vez, logré por fin captar el sentido
mento de analizarlo, se presentó inmediatamente a la mente de Freud de ese sueño. Me alentaba a abandonar lo que me quedaba de con-
como si no tuviera más que ese tío, cuando en realidad su padre tuvo sideraciones hacia la persona en cuestión, a liberarme completamente
cinco hermanos. Un sueño posterior, "Non vixit", también está cons.
de ella; y el sueño, hipócritamente, se había disfrazado de su contra-
truido en torno al mismo nombre, explotando otras resonancias. Aquí, rio" (Td 150 n. 1, ID 145 n. 1, IR 132 n. 1). Denominó a eso un
Joseph, según creo, remite también a Joseph Breuer, la figura d
"sueño de Edipo hipócrita". Ahora bien, fue al final de la interpre-
autoridad frente a la cual, en el sueño sobre lrma, intentaba Fre ud
tación del sueño del "Tío de barba amarilla" donde añadió esa nota.
lomaniaca contra la angustia persecutoria. Por lo demás la elucidación d Y además, dos meses después, otro sueño, "Via ... Secerno", lo advir-
esta última sigue siendo aún en la hora actual una de las grandes dificulta• tió abiertamente de la naturaleza ambivalente de sus sentimientos, a
des de la cura psicoanalítica.
la vez hacia Fliess y hacia su padre.
t.!. S UEÑO "VIA • • . SECERNO " 251
250 DESCUBRIMIENTO DEL COMPLEJO DE EOI
donde participa a Fliess: "Es un sueño lleno de interés aq uel \ y 4 de octubre de 1897 y del 15 de octubr e del mismo año), cuan-
donde, avergonzado e inquieto, uno se ve a medias o entera men .tu toda una serie subsiguiente de sueños insistió en el personaje de
desnudo entre extraños. Lo raro es que por lo general esos descono , ,1·recuerdo de la infaI?,cia, Nannie (Monik a Zajíc), la niñera que se
dos no notan nada, hecho que depende de una realización de des 11 111 paba de Freud en Freiberg . En Die Traumd eui ung, pues, Freud
Ese texto onírico que se vincula al exhibicionismo infantil ha si ¡i11d o añadir a las precedentes una tercera int erpret ación del sueño:
mal interpretado y tendenciosamente retocado en un cuento célcb 'El sueño de la escalera que he mencionado form a parte de una serie
( el atuendo ficticio del soberano, El talismán) . El rey tiene la costu il,• sueños cuyos otros miembros conozco a través de la int erpretación.
bre de interpretar del mismo falso modo los otros sueños" (F, 7 11\I sueño incluido en tal conjunto debe pertenec er al mismo contexto.
jul. de 1897_,al 226-227, ing 213, fr 188). ¡ Muy lúcido se hab 1l:11 tonces, en la base de los otros sueños que lo rodean se encuentra
mostrado aplicando esa advertencia al sueño "Hella" ! , 1 recuerdo de una niñera a la que fui confiado a partir de cierto
El sueño de desvestirse, como el de arrojarse al agua, es habit ual 111 omento cuando aún era lactante, hasta la edad de dos años y medio,
comienzo de un psicoanálisis. Fromm ( 1953) ha criticado muy equ \ de quien, por otra parte, conservé en la consciencia un recuerdo
vocadamente el capítulo de Freud sobre la significación exhibici onis 11 •1euro. Según informaciones recientemente obtenidas de mi m adre, era
1;¡
1'11 de los sueños de desnudez: "La desnudez puede, por ejemplo, ser 1wja y fea pero muy inteligente y capaz; según las conclu siones que
1,
símbolo de la sinceridad. Estar desnudo puede querer decir que uni 1,·11 go derecho a extraer de mis sueños, no siempre me tra.tó con mucho
1
es verdaderamente uno." Ahora bien, ¿ qué escribe Freud sobre d1·cto y me hizo oír duras palabras cuando yo no manifestaba sufi-
-1: !J
tema en Die Traumdeutung? Los niños, lejos de sentir vergü en 1ll'nte comprensión en cuanto a la edu cación par a la limpieza. El hecho
¡:: cuando están desnudos, obtienen de ello un vivo placer (primera in, ,I,· que la mucama se esfuerce en proseguir esa t<!-reaeducativa la
tuición de la sexualidad infantil). Pero Freud no deja escapar el a ¡11 1•dispone a que yo la trate en el sueño como un a encarn ación de la
pecto no sexual del símbolo: en tales sueños, los espectadores de nuei l'H·ja prehistórica. Se puede admitir que a despech o de sus malos tra-
'"'1" !:ll
'1
tra desnudez indican lo "contrario del deseo", es decir, el deseo d t"s, aquella educadora recibió el amor del niño ."
"guardar el secreto" en lo que a ellos se refiere. De esa manera ha
De tal suerte, después de la ambivalencia haci a la image n paterna,
que entender el célebre cuento de Andersen, en el cual el empe ra,
dor que se pasea desnudo hace creer a sus leales 'súbditos que llev Fr·cud presintió la ambivalencia hacia la imagen materna. Después de
un atuendo maravilloso; y así también el mito del paraíso, ahora per 11nsueño erótico sobre su propia hija, tuvo otro sobre su nodriza. Note-
11,os de paso que dos actividades evocadas en ese sueño , "subir"* y
dido, donde se vivía desnudo; y la leyenda de Ulises sorprendido po
"c-scupir", corresponden a términos que tanto en alemán como en
Nausicaa (Freud debe la observación a Fliess), símbolo del hom b
atormentado y rechazado por los suyos según Gottfried Keller en s l 1:mcés tienen un sentido sexual grosero, y que los verbos "desvestir-
novela autobiográfica Der grüne Heinrich (El verde Enrique). Grins N1·", "disfrutar" y "quedarse pegado" fácilmente tienen una connota-
tein ( G 201-207) ha dado un análisis detallado de esa novela, seguid n {m sexual. E} deseo de Ulises de volver a su patria -¿ no valdría
por una interesante comparación entre Freud y Enrique Lee, el pro ta 111 (1sdecir, como lo ha sugerido Eva Rosenblum , su "matria"?- pre-
gonista, doble de G. Keller, cuya inhibición frente a las mujeres e: ' isa lo que los sueños de Roma dej an entrever : la nostal gia del cuerpo
notoria, sobre todo ante una viuda -imagen materna-: ambos so d<~la madre y del contacto del cuerpo desnudo del n iño contra el seno.
escritores-, ambos están influidos por el Ensa•yo sobre la naturale:: 1,:1 autoanáli sis abrió la puerta a los espíritus, a los fan tasmas,** a los
atribuido a Goethe, y realizan obras en buena medida autobiográficas , spectros, o sea a los person ajes del p asado individ ua l que dejaron su
luchan contra la pobreza y el temor de obrar mal; tienen conflic to 111arca en los deseos, las angu stias, las vergüen zas del niño y de los
con personas mayores que ellos y con maestros; por último, en amb os , 11.ilesconserva un oscuro recuerdo . La cita de Goethe colocada como
casos la muerte de los respectivos padres desempeña un gran pape l
en sus vidas. Volvamos a Freud: todas esas reflexiones sobre la des- * Subir la escalera = monter l'escalier ; pero mon t er también se traduce
por "montar" vocablo español con el mismo signifi cado sexual. [T.]
nudez le fueron comunicadas a Fliess, precisamente en la carta en la
cual le confiesa sentirse paralizado por él (F, ibid .) . ** Fantomes en el original. La aclaración se hace necesaria pues la palabra
francesa fantasme, en tanto que término técnico del psicoanálisis, suele ser
Freud no recordó un detalle infantil, que subyacía en el sueño, sino 1raducida por "fantasma"; aquí, en cambio , la versión que damos es siempre
en los primeros días de octubre ( cf. sus dos cartas a Fliess de los días "fantas ía". "Fantasma", pues, debe ser tom ado en su sentido corriente. [TJ
260 DESCUBRIMIENTO DEL COMPLEJO DE EDIP f,11/IWOS PROGRESOS TEÓRICOS Y CLÍNICOS 261
epígrafe de la Psicopatología de la uida cotidiana (PA, 3, PEL VII, ', 25 y 31 de mayo. Freud no había conocido nunca semejante fecun-
ausente de la traducción francesa) así lo proclamará: ,1,dad. Los manuscritos abundan en indicaciones de gran porvenir:
l 1~ nociones de fijación (F, 2 de mayo de 1897, ms. L, al 211, ing
Nun ist die Luft uon solchem Spuk so uoll 1'IB, fr 175) y de novela familiar (F, 25 de mayo de 1897, ms. M, al
Dass niemand weiss, wie er ihn meiden soll. '19, ing 205, fr 182), el perfeccionamiento de la teoría de la libido
[El aire ahora está tan lleno de tal duende dejada en suspenso desde 1894- y de su trasformación en angustia
que nadie sabe cómo escaparle.] (F, 31 de mayo de 1897, ms. N, al 223, ing 209, fr 185). La explica-
' 1<m basada en el deseo conquistó dos dominios nuevos: la elaboración
(Fausto, parte u, acto v, escena 5) 111· los sueños sirve de modelo a la elaboración de las fantasías y a la de
l11ssíntomas. Respecto de los últimos, Freud se contentó con una
La vergüenza que impedía a Freud ir más lejos era, como descu• mm probación: "Los síntomas, como los sueños, son cumplimientos
brió poco a poco, una vergüenza antigua recobrada, la que Nanni ,1,, deseos" (F, 31 de mayo de 1897, ibid.). Pero el descubrimiento de
le hacía tener "por detrás" (es decir; relativa a su trasero), otrat l.1 existencia y origen de las fantasías constituyó algo más que un
vergüenzas también, que suceden por delante, y cuyas circunstancias ''~ran progreso" (F, 2 de mayo de 1897, al 208-209, ing 196-197, fr
y sentido aún quedan por elucidar. La vieja que sorprende a Freud 174) ; pronto introdujo un profundo sacudimiento de las hipótesis
en su vuelo lleno de gozo y lo deja clavado en su lugar nos hac ¡,sicoanalíticas. El recuerdo de las escenas traumatizantes reales per-
pensar en esa leyenda griega (los etnólogos han encontrado una va• dió su importancia en provecho de las imágenes, ensoñaciones y fan-
riante entre los amerindios actuales) : la Esfinge, fantasma sin sepul- 1.,sías suscitadas por el deseo. Por lo demás, era una consecuencia
tura que no puede sobrevivir sin la sangre o el esperma de sus vícti- 11ormaldel primer descubrimiento sobre el sueño: si todos los procesos
mas, sorprende a los jóvenes con una brusca, aparición; de terror, sin psíquicos sirven, como el sueño, al cumplimiento de deseos, es porque
duda también de deseo, tienen una erección --dura como la piedra- , 1 deseo constituye un principio fundamental de la conducta y del con-
que ella aprovecha para gozarlos. Más tarde, en su estudio sobre La l l1cto. Pero todavía faltaba algún tiempo para que Freud llegara a esa
cabeza de la Medusa ( 1940c, escrito en 1922), Freud dio la misma rnnclusión. No obstante, se daba cuenta de que en las neurosis inter-
explicación: esa espantosa cabeza de mujer trasforma en piedra a vt·nían, además de los recuerdos, "impulsos" y "fabulaciones protec-
quienes la miran, es decir, les procura una erección. Si Freud, a pesar toras" ( ibid.). El trabajo psicoanalítico comprende un necesario rodeo
de su vergüenza, su parálisis, pudo ir más lejos, fue porque contaba " través de las fantasías, pues éstas se superponen a la verdadera causa
con un corresponsal al que se permitía decir, si no todo, al menos dl· los síntomas.
mucho de lo que lo "obsesionaba"; también, porque se encarnizaba Es comprensible que Freud no lograra desembarazarse de sus dudas
en comprender lo que experimentaba; por último, porque poseía un volvía a ellas a menudo-- acerca de su hipótesis etiológica de la
método seguro de desciframiento: "Dos pensamientos que al parecer M·clucciónsexual precoz por uno de los padres. En cambio, acumulaba
no poseen lazo alguno pero que se siguen de manera inmediata, for- l.ts intuiciones que hallaremos en el origen de muchas obras futuras.
man un todo que hay que adivinar, como una a y una b escritas una
después de la otra deben ser pronunciadas en una sola sílaba: ab. J] Coleccionó historias judías significativas, esbozo de la futura obra
Otro tanto ocurre con las relaciones dentro del sueño" (Td 253, ID lil chiste y sus relaciones con el inconsciente ( 1905c). Presintió que
247, IR 216). los juegos de palabras tenían la misma estructura simbólica que los
~ueños, donde por lo demás abundan. El sueño "Subir las escaleras
desvestido" le permitió tomar conciencia de ello: "Escupir (spucken)
Nueuos progresos teóricos y clínicos t·n la escalera lleva, en una traducción laxa, a esprit d'escalier ["espíri-
tu de escalera", en francés en·el texto de Freud*], puesto que encantar
El corto período jalonado por estos cuatro sueños fue particularmente (spuken) es una actividad de los espíritus"; y Freud se reprocha su
rico para el trabajo científico de Freud. Tres manuscritos, L, M y N,
ya mencionados -los últimos que hizo llegar a Fliess antes del de * Esprit de l'escalier: "Ánimo de réplica que se manifiesta con retraso, cuan-
Die Traumdeutung-, fueron enviados en menos de un mes, los días do ya no es tiempo." (Dice. Robert.) [E.]
262 DESCUBRIMIENTO DEL COMPLEJO DE EDI PO \ "NEU ROSIS DE TRASFERENCIA" DE FREUD 263
carencia, al contrario de Nannie , de sentido de la réplica [Schlag- hr11 nientos que Freud estaba haciendo suscitaban muchos otros. Él
fertigkeit, literalmen te: "rapidez para golpear"] (Td 253 n. 1, ID 1rn1a un "oscuro" presentimiento, repetido en cada carta, por ejemplo:
., 248 n. 1, IR 216 n. 1). Al precio de un doble juego de palabras, /\fr parece estar dentro de un capullo. Dios sabe qué alimaña saldrá"
Freud comprendió que los sueños están llenos de ingenio. /•', 12 de jun. de 1897, al 225, ing 211, fr 187).
2] De la idea de bisexualidad, que Fliess le comunicó por primera
Una idea -que resultó ser decisiva- de esa "alimaña" , fruto de
vez en ocasión de su congreso de Semana santa en Nuremberg, sacó
ltt·, cuatro últimos sueños, figura en el manuscrito N (F, 31 de mayo
una explicación de la represión que fue probablemente una proyec-
i\1 1897, al 221, ing 207-208, fr 183-184): "Las pulsiones hostiles hacia
ción persona l : lo reprim ido es el elemento femenino; y una consecue n -
cia que lo preocup ó toda su vida: "Lo que los hombres reprimen es h, pad res ( qeseo de su muerte) también son part es inte grant es de las
sobre todo el eleme nt o de pederastia" (F, 25 de mayo de 1897, ms. 111 11rosis. Son conscientemente sacadas a la luz en form a de ideas oh-
M, al 216, ing 203-204, fr 180) . Allí estaba en germen, señala una nota , ,1vas . .. Se encuentran reprimidas en los períodos en que los senti-
de Kris, la ulter ior teoría freudiana de la homosexualidad latente del 1111, ·ntos de pifdad por los padres predominan, cuando están enfer-
psiconeurótico y de la significación de la pasividad en la infancia. 1.11 os, cuando mueren ... Al parecer los deseos de muerte están en los
l,í¡os dirigidos contra el padre, en las hijas contra la madre." Freud
3] También se dibujó la explicación psicoanalítica de las obras lite-
rarias. "El mecani smo de la creación poética es igual al de las fanta- lto como prueba a Lisl, la gobernanta de sus hijos, que, en sueños,
sías histéricas. Go eth e presta a Werther algo vivido: su propio amor ti,scaba la muerte de su patrona para poder casarse con su patrón.
por Lotte Kastner, y, al mismo tiempo, algo de lo que oyó hablar: la l ',1mbién, seguramente, pensaba en el caso de ese joven obsesivo, que
suerte del joven J eru salem, que se suicidó .. . Presta a este último moti- I' ,decía pensamientos homicidas desde la muerte de su padre y no se
vos sacados de su propia historia de amor. Por medio de esta fanta- , t n·vía a abandonar su cuarto de miedo a realizarlos; le habló de él a
sía se precave de las consecuencias de su propia historia" (F, 31 de 1 lll'SSel 31 de octubre de 1895, y también de E ... ; evocó su caso (a
mayo de 1897, ms. N , al 222, ing 208, fr 184). , l11ssiete años había adquirido conciencia de un impulso asesino contra
4] Freud esta ba "a punto de descubrir la fuente de la moral" (F, ~" pa dre) en Die Traumdeutung justo antes de exponer el descubri-
31 de mayo de 1897, al 219-220, ing 206, fr 182). "La 'santidad' incita 111,cnt o del Edipo (cf. p . 279) (Td 266-267, ID 260, IR 277) y otra
a los humanos a sacrificar en interés de la comunidad una parte de 1 1·1. a propósito del sueño "Hollthurn" (cf. p . 357) (Td 460-461, ID
su libertad sexual perversa . El horror que inspira el incesto reposa en l.'",7-458, IR 390).
el hecho de que, a consecuencia de una vida sexual común (incluso
en la época de la infancia), los miembros de una familia son perma-
nentement e solidar ios y se tornan incapaces de vincularse con extraños.
De modo que el incesto es un hecho antisocial, y para existir la J. EL AUTOANÁLISIS SISTEMÁTICO (JUNIO-NOVIEMBRE DE 1897)
civilización tuvo, poco a poco, que renunciar a él" ( ibid., ms. N, al
233, ing 209-210, fr 185- 186) . Anticipación de las futuras considera- l. 11 "n eurosis de trasferencia" de Freud
ciones de Freud sobre la civilización como renun ciación sexual: 1908b,
T otem y tabú ( 1912-19 13), El malestar en la cultura ( 1930a, 1933b) . ! lasta ese momento, el autoanálisis de Freud había sido ocasional y
5] Las obras ( en las que Freud ya llevaba trabajando un año) sobre i',agme ntario. Entre junio y agosto de 1897, Freud lo tornó sistemá-
las neurosis y la psicología, pasaron a segundo plano. Por primera vez, tico. Tal actividad reemplazó el proyecto, que apenas apuntaba, de
entonces, pensó en compon er lo que será Die Traumdeutung ( 1900a). 1ma obra sobre los sueños, pero estuvo estrechamente ligada al mismo:
11•presentaba "una indispensable pieza intermedia" (F, 14 de ago. de
Después del sueño "Vi a ... Secern o", cuya explicación Fliess acep- 1!197, al 228, ing 214, fr 189) en la marcha hacia esa obr a, que a su
tó bastante bien, Freu d ace ntuó la depend encia de su persona y su vl'Z aparecía como introducción a "la psicología complet a de las neu-
obra en relación con él: "No reúno notas sino para ti y espero que me 1osis", contenida "en germen" en el sueño (F, 7 de jul. de 1897, al
las conservarás .. ; ¡ L ástim a que no estés más cerca de mí para que ''26, ing 212, fr 188). ¿Significa esto que el autoan álisis de Freud estu-
pueda, con más como didad , comunicarte mis descubrimientos!" (F, 31 vo animado por un motivo puramente intelectual y científico? Fue
de mayo de 1897, al 219- 220, ing 206 , fr 182). En efecto, los descu- tH·cesaria otra razón para desencadenarlo: la que Ed ith Buxbaum
264 DESCUBRIMIENTO DEL COMPLEJO DE EDJ :_i\ "NE UROSIS DE TRASFERENCIA" DE FREUD 265
( 1951 ) llamó "la neurosis de trasferencia" de Freud, y que mere la atención sobre sí, invadió también la persona. La "neurosis" de
algunas explicaciones. . 1 1eud se manifestó por una recrudescencia de sufrimientos y una com-
Los tres meses del verano de 1897 estuvieron marcados por un l'l1•ta inhibición para el trabajo. "Nunca he estado afectado por una
exasperación de las dificultades personales de Freud. Se volvió m p.1rálisis intelectual semejante a ésta. Escribir una línea es para mí un
definido su fondo de ideas obsesivas, tendencias depresivas, sentimien, uplicio" (F, 12 de jun. de 1897, al 224, ing 210, fr 186). Exacta-
tos de impotencia, de fracaso y culpabilidad. Tales dificultades, qu, 111cntede la misma manera fueron precedidos por un período de pará-
parecen no haber excedido nunca el nivel habitual propio del homb li~is cada uno de los grandes descubrimientos que jalonaron el auto-
normal, pueden ser calificadas de neuróticas en la medida en que 111álisisde Freud y constituyeron el corpus de nociones fundamentales
hombre llamado normal siempre las posee, sin que revelen una verd d,·l psicoanálisis. El último hallazgo de la serie fue solamente presen-
<lera estructura psicopatológica. Sobre este punto no se puede sin, 1,tlo al poner fin a la redacción de Die Traumdeutung: el de la fan-
estar de acuerdo con la protesta de Suzanne Cassirer-Bernfeld ( 1952) i.,sía subyacente en tal parálisis, la fantasía de castración ( cf. mi
Pero si algunos comentaristas han llegado a hablar de la neurosis d .11tículo "Paralyse et création: naissance d'un concept freudien"; D.
Freud, él mismo dio el ejemplo. Escribió el 12 de junio: "He padecid Anzieu, 1971b).
una especie de neurosis" (F, 12 de jun. de 1897, al 224, ing 210, í: Pero ese bloqueo se hallaba muy estrechamente ligado a Fliess:
186) . El 7 de julio: "Continúo sin saber qué me ha ocurrido. Alg, '' Parece que el objetivo de esta imposibilidad de escribir que me
venido de las profundidades abisales de mi propia neurosis se opu ,fecta es estorbar nuestras relaciones. No poseo prueba alguna, y no
a que avance más en la comprensión de las neurosis; ignoro por qu M' trata sino de impresiones completamente oscuras" (F, 7 de jul. de
pero tú estabas implicado en ello" (F, 7 de jul. de 1897, al 225 IB97, al 225, ing 212, fr 187-188). A mediados de julio, Freud visitó
ing 212, fr 187) . El 14 de agosto : "Después de un período de bue .1 su cuñada Minna en Salzburgo y luego a su suegra en Reichenhall.
humor, soy ahora presa de una crisis de taciturnidad. De todos mi Regresó a Viena para diligencias que concernían a la tumba de su
enfermos, el que más me preocupa soy yo mismo. Mi pequeña histeria padre. Y a fines de julio retornó a los suyos durante las vacaciones,
agravadísima por el trabajo, se ha atenuado algo. El resto todaví ,·n Aussee. Fue allí (Jones I, ing 357-358, fr 367), donde al parecer
persiste" (F, 14 de ago. de 1897, al 227, ing 213, fr 189). Semejant comenzó su autoanálisis sistemático. Las cartas a Fliess se tornaron
episodios psicopatológicos intensos y relativamente breves -que recu 111ásespaciadas y más vacías. Cambió de idea con respecto al encuentro
bren una regresión masiva e importantes cambios de la economía pu). previsto para agosto, tan esperado sin embargo: "Me obligué a repe-
sional-, sobrevienen con bastante frecuencia durante el período d 1irme que hice bien en enviarte ayer esa contraorden, pues de otro
incubación de un descubrimiento o una obra: Ellenberger ( 1964) lo: modo me habría sentido tan afligido ... Sufro de torpeza intelectual
ha descrito bajo el rótulo de "enfermedad creadora". De una maner y aquí no pude calmar la agitación de mis pensamientos y senti-
más general, Laing y la antipsiquiatría han llamado la atención sobr, mientos ... Este análisis es más trabajoso que cualquier otro, y tam-
el carácter autocurativo que en ciertos sujetos podía adquirir un epi- bién él paraliza mi poder de exponer y comunicar las nociones ya ad-
sodio psicótico .
<¡uiridas. A pesar de todo, creo que debo continuarlo y que constituye,
Al parecer, Freud nunca empleó el término "neurosis" respecto a l'Il mi trabajo, una indispensable pieza intermedia" (F, 14 de ago.
sí mismo fuera de ese verano de 1897. Se trata de un fenómeno que de 1897, al 227-228, ing 213-214, fr 189). La fobia a los viajes en tren
depende estrechamente de las circunstancias. Hasta entonces, como también se dejó oír en su diálogo con Fliess. "Martha se regocija
cualquier persona normal, Freud sólo había prestado moderada aten- con el viaje proyectado, aunque los periódicos anuncien diariamente
ción a sus dificultades personales. El autoanálisis de algunos sueños, catástrofes ferroviarias. Haces bien en burlarte de mí, pero debo con-
cuya meta era sobre todo experimental, las activó: igual agravación fesar mis nuevas inquietudes, que van y vienen, pero a veces duran
de síntomas se encuentra a menudo en el curso de un psicoanálisis. la mitad de la jornada. El miedo a esas catástrofes me abandonó
El trabajo del duelo movilizó sus tendencias depresivas. Pero hay más, hace una media hora, cuando me dije que Wilhelm e Ida también
Freud no llegaba a poner fin a un tratamiento psicoanalítico. No lo- estaban en camino . . . Pero que todo esto quede enteramente entre
graba elaborar una teoría segura. Era forzoso que se rindiera a la nosotros" (F, 18 de ago. de 1897, al 228, ing 214, fr 190). Se trató
evidencia: el obstáculo, según la penetrante observación de Bachelard, de un magnífico viaje al norte de Italia, que Sigmund realizó con
no era únicamente epistemológico: residía en él, en Freud. Al dirigir Martha desde fines de agosto hasta mediados de septiembre: V ene-
,..
266 DESC U BRIMIENTO DEL COMPLEJO DE EDIPO l! I MisM ORACIÓN DE LOS RECUERDOS DEL SEGUNDO AÑO 267
cía, Pisa, Liorna, Siena, San Giminiano cerca del lago Trasimeno ( que, 1,111 dencia total", de "vía jar" , de "evitar a los niños todas las graves
como Aníbal, no logra dejar atrás para aproximarse a Roma ), Poggi. ¡111 •ocupaciones que abrumaron su juventud". ¿Estaba destinado Freud
bonsi, Chiusi, Orvieto ( donde le llaman la atención los frescos de Sig- , 1racasar nuevamente al llegar a puerto? No esta vez. Su autoanálisis
norelli), Bolsena, Espoleta , Asís, Perusa, Arezzo, Florencia: el viaje 11ilila comenzado a modificar el equilibrio de su economía psíquica.
tranquilizó a Freud, pero fue aún Fliess quien lo aconsejó sobre el l'11·sintió de dónde vendría la salvación . "En este derrumbe general,
modo de conocer mejor los tesoros del arte italiano .' :i10la psicología permanece intacta. El sueño, ciertamente, conserva
El conjÚnto de estos hechos permite sostener la hipótesis formulada 11 valor." "Me siento victorioso más bien que vencido." Hamlet le
por Edith Buxbaum acerca de una "neurosis de trasferencia". Freud 11lvió a la mente. "To be in readiness. Conservar la serenidad, tod o
inició con Fliess un diálogo del que esperaba pleno reconocimiento, 11·~1de en ello." 11 No le quedaba más que "largarse" a Berlín el siguien-
de él y de su obra . Ese diálogo lo condujo a plantear la pre gunta sobre 1, s(tbado por la noche, para ver a Fliess un rato entre dos trenes
el sentido de su vida y sus trabajos , y a poner en duda, para su mayor 111,t turnos, el domingo 28, y tratar de aclararlo todo con él. En esta
inquietud, su valor personal y, al mismo tiempo, el de su int erlocutor. ,,, ,1sión Freud olvidó el nombre de la calle donde había prometido
1 ,~1lar, cosa muy desagradable para él en esas circunstancias, a un
,.. Detrás de todo ello actuaba una angustia específica: los sueños "Hella"
y "Subir las escaleras desvestido" desencadenaron en él una resisten- 11,1riente de un conocido vienés. Después del de Signorelli, analizó ese
,111:
lf¡ cia a ir más lejos en la exploración del deseo incestuoso. No obstante, 11lv1do y publicó ambos análisis juntos en el artículo 1898b y luego en
!!\! la hipótesis de Buxbaum exige ser matizada: esa "neurosis de tras- l I Psicopatología de la vida cotidiana ( cf. vol. 2).
!~
11:
ferencia" relativa a Fliess no se estableció en cualquier momento: es-
taba relacionada con el intenso trabajo del duelo que provocó en Freud
la muerte de su padre. Los capital es descubrimientos que efectuó en U,•memoración de los recuerdo s del segundo año (29 de septit1mbre-
el siguiente mes de octubre de ese año tampoco se produjeron ca. l t!e octubre de 1897)
1,
:,, sualmente: en ese mes se cumplió el primer aniversario de dicha
muerte. 1',,tuvo de regreso el 29 de septiembre . Una vez más se produjo el
111ilagro: el "congreso " ejerció su poder estimulante. El autoanálisis
,, aceleró y produjo esta vez resultados personales. "Desde hace cuatro
El derrumbe de la hipótesis de la seducción sexual d1.1s -e scribió el 3 de octubre - , mi autoanálisis, que considero indis-
111•11
sable para la comprensión de todo el problema, prosigue en mis
Al día siguiente de su regreso a Viena ( 21 de septiembre), Freud ,wños y me ha suministrado las pruebas e informaciones más valio-
escribió de prisa el primer resultado al que había llegado (F, 21 de 1,s. En ciertos lugares tengo la impresión de haber llegado a término,
sept. de 1897, al 229-232, ing 215-218, fr 190-193) . Un resultado ~, hasta ahora, siempre he previsto el punto del cual iban · a partir los
teórico, pero que arruinaba la concepción a la que más apegado estaba, 1ll'ños de la noche siguiente" (F, 3 de oct. de 1897, al 233, ing 218-
la pieza clave de su sistema, anunciada por primera vez a Fliess en ;•19, fr 193) . La última observación es importante desde el punto de
mayo de 1893: la hipótesis de la seducción sexual. Cuatro razones , 1sta de la técnica psicoanalítica: Freud descubre que un sueño no
para ello: la imposibilidad de acabar un psicoanálisis; la imposibilidad .ld ie ser interpretado de manera aislada y que el encadenamiento
de creer que todos los padres de histéricos fueran perversos; la ausen- d111 ámico de varios sueños tiene un sentido. Al día siguiente volvió a su ·
cia de criterios en el inconsciente capaces de permitir la distinción ,mta, terminada y todo, para añadir, aún fresco, el sueño de la "Ca-
entre un acontecimiento real y una fantasía; por ,último, el hecho de 1,c-za de carnero". Otras cartas, que no siempre aguardaron respuesta,
que en las psicosis y los delirios más avanzados, donde el incons ciente 1guieron los días 15, 27 y 31 de octubre de 1897.
invade toda la personalidad, no se descubre ningún recuerdo de aten-
tado sexual. Freud estaba al borde del derrumbe. Tenía que renunciar 1 1 " Freud cita de memoria; el texto exacto es : The readiness is ali. ¿Lap-
"a la liquidación total de una neurosis, al conocimiento exacto de su ~11~? Q ué prueba sino que Freud conocía bastante bien el texto inglés como
¡,,ira arriesgarse a citarlo de memoria. Si hay aquí algo singular, es que Freud,
etiología en la' infancia", y quizá volver a la teoría de la pr edisposi- 1111tcs de la tan deseada entrevista con Fliess, retome las palabras que pronun-
ción hereditaria. Tenía que abandonar la "hermosa esper anza " de , 1a el héroe de Shakespeare antes del duelo mortal con Laertes, el hermano
una "celebridad eterna", de una "fortuna asegurada " , de una "inde- ,·1ll'migo" (J. St arobinski , 1967, p. vm) .
11 269
268 DESCUBRIMIENTO DE L COMPLEJO SUE ÑO "CABEZA DE CARNERO"
Freud recuperó casi todos los recuerdos infantiles importantes par, ,·lt·vada idea de sus posibilidades y Freud se sintió pleno de recono-
su vida ulterior. Los sueños precedentemente autoanalizados parecieron ' 1111ie
nto hacia ella. Sin embargo , no aclaró que se trataba de una
entonces haber tenido por función presentar a los personajes cuy, l,qa, soltera á los cuarenta años, del matrimonio Zajíc, vecinos de
verdadero papel se descubrió finalmente: Emmanuel el herm anastro, p1\o y propietarios de la casa de Freiberg.
los padres Jacob y Amalia, Nannie la niñera, John y Pauline, el sobrl
no y la sobrina, y también los primeros compañeros de juegos de Sigi'"
mund. Los recuerdos que había recuperado precedentemente se ref, /'/ sueño "Cabe za de carnero" (3-4 de octubre de 1897)
rían a la prepubertad y a la adolescencia. Los nuevos recuerdos con,
cernían a los tres primeros años, época cuya importancia crucial 1,il noche que siguió a esa carta tuvo un sueño que añadió en post
Freud sospechaba en lo relativo a la formación de la personalidad y ",ipt um (F, 4 de oct. de 1897, al 234-235, ing 220-221, fr 195-196).
que coincidía con su período en Freiberg. l los circunstancias de su jornada sirvieron de punto de partida. Mar-
¿ Qué contenía la carta del 3 de octubre de 1897? Freud no hallab 1li,l le reclamó veinte florines de plata de esa semana, que él le debía,
ninguna tentativa de seducción sexual por parte de su padre; en cam ¡wdido enojoso en ese período de fin de las vacaciones y reanudación
bio, admitió los celos, ya presentidos, hacia él. Descubrió un apeg, ,1,· las tareas, en el que la clientela aún no había regresado . Freud
erótico a su madre, cuyo despertar se remonta a un viaje a Viena ll'ribi ó a una paciente de edad, la <;eñora Qu ... , enviada por Fliess,
"entre los dos y los dos años y medio" ,12 durante el cual la vio des y ruyo hijo era médico; éste exigió que Freud aceptara los honora-
nuda 13 ·en el cuarto que ambos compartían . Freud recuperó los sentí , ,os que Fliess, como colega, había rechazado. Freud describió dos
mientos que experimentó, hacia el año de edad, con el nacimien to 1,;1gmentos de ese sueño, uno en la carta a Fliess y el otro en Die
de Julius, su primer hermano: celos de es~ rival y deseos de verl /'raum deutung ; al menos , el contexto pareciera autorizar la relación:
desaparecer. Algunos meses después, los acontecimientos satisficier on l] "Me suscribo a un periódico que cuesta veinte florines por año,
ese deseo y su muerte dejó en Freud un fondo definitivo de remor di 0 ,·11la librería de S . .. y R . .. (Td 171, ID 166, IR 150) .. .
mientos. Freud también tenía dos hermanastros, nacidos del primer 2] "Con los disfraces más curiosos, mi sueño de esta noche me ha
matrimonio de su padre. Uno de ellos, Emmanuel, tenía dos hijos, so ,porta do lo que sigue:
brinos de Freud y de su misma edad. Sigismund trataba de riva li- "Se trataba de mi profesora de sexualidad. Me 'pescaba' porque yo
zar con John, algunos meses mayor que él. John y Julius "determina- l'T/1 inhábil e incapaz de hacer nada (siempre ocurre así en caso de
ron el carácter neurótico, pero también la intensidad de todas mis 111 1potencia neurótica . En la escuela, el temor de actuar mal crea su
amistades" (F, 3 de oct. de 1897, al 233, ing 219, fr 194). Por otr 111ndamento sexual) . Advertí entonces el cráneo de un animal pequeño
parte, John y Sigismund trataban con crueldad a Pauline, hermana ¡ v pensé, en el sueño, que se trataba del de un 'cerdo'. En el análisis
menor del primero y sobrina del segundo. La recuperación de estos , ,·cordé que hace dos años formulaste el deseo de verme hallar en el
recuerdos estaba en estrecha relación con Fliess. Éste, en circunsta n-, 1.ido un cráneo capaz de esclarecerme, como ocurrió a Goethe. Pero
cias análogas, había observado la misma emoción erótica en su hijo 110 encontré ninguno: por lo tanto, era 'un pequeño Schafskopf'
Robert respecto a su madre. Y Pauline era el nombre de la hermana lliteralmente: cabeza de carnero; en sentido figurado: asno, imbécil].
muerta que Fliess amaba, el nombre, en lugar de Robert, que habría "La s más desagradables alusiones llenaban este sueño: concernían
llevado su retoño si hubiese sido niña y que efectivamente puso a la ,1 mi actual incapacidad médica. Mi tendencia a considerar incurable
hija que le nació en 1898. El personaje al que Freud atribuía enton- I.L histeria proviene quizá de ella. Además, la vieja me lava en un
ces la mayor importancia era Nannie, su niñera, mujer de edad, fea, "Rua enrojecida que ha usado antes para su propia higiene (interpre-
inteligente. Ella fue su "primera generadora" de neurosis. Le habla- 1,tción fácil; no hallo nada semejante en la cadena de mis recuerdos,
ba en checo. Católica, lo instruía sobre Dios y el infierno. Le dio una luego se trata de un verdadero redescubrimiento); ella me incitaba
,1 robar zehners (monedas de 10 kreu zers) para que se los entregara .
12 Esta fecha dada por Freud es casi seguramente errónea: nunc a abando- Una larga cadena de asociaciones vincula esas primeras monedas de
nó Freiberg antes de la emigración definitiva, cuando tenía tres años y plata con el montón de billetes de 10 florines que, en mi sueño, re-
medio. El incidente en cuestión data más probablemente del viaje de Leipzig
a Viena, un poco antes de sus cuatro años . presentaban el dinero de Martha, destinado a los gastos domésticos .
13 Freud lo escribió a Fliess en la tín , matrem nudam. Este sueño es, en suma, un sueño de 'mal tratamiento' . Así como la
270 ll ESCU BRlllHENTO DEL COMPLEJO DE EDIi' , l. RECU ERDO ENCUBRIDOR DE LA ESCENA DEL "COFRE" 271
vieja recibía de mí una remuneración por sus malos tratos, así tambi 1111¡,ortante según fueran fantasías o reflejos de la realidad. Pidió a su
recibo yo dinero de mis pacientes por el tratamiento malo que 1 111adre que le diera razón de ello, y ésta corroboró todo lo referente a
aplico; la señora Qu . . . que te dijo, como me hiciste saber, que Nannie, con la excepción de un punto capital: el ladrón no era Sigis-
no debía cobrarle nada por ser mujer de un médico, también desem 11111nd, sino Nannie. Lo advirtieron en ocasión del nacimiento de
peñaba un papel particular (naturalmente. él ha exigido que yo recl Anna, al encontrar entre sus cosas el dinero y los juguetes que habían
ba honorarios)" (F, 4 de oct. de 1897, al 234-235, ing 220-221, f, d.1do al niño: "Tu hermano Philippe fue a buscar un agente y ella
195). ·,tuvo seis meses en prisión" (F, 15 de oct. de 1897, al 236, ing
Así, los dos elementos clave del sueño son: tratamiento malo y ca, :,21-222, fr 196). Notemos de paso, ahora que sabemos que Nannie
beza de carnero . Los malos tratamientos eran los que Nannie harl ¡u•rtenecía a la familia Zajíc, qué contrapartidas debió tener el inci-
sufrir a Freud: lo lavaba en el agua enrojecida donde ella había rea d1•nte sobre las relaciones entre las dos familias y qué papel acelerador
lizado su higiene íntima en ocasión de sus reglas; lo alentaba a roba d1·sempeñó tal vez en la partida de los Freud de Freiberg.
para ella monedas de 10 kreu::ers. También lo eran los que Freu La interpretación del sueño "Cabeza de carnero" era, pues, inexac-
administraba a sus pacientes: era un médico incapaz de curar com 1a en un punto. "La verdadera significación es la siguiente: yo re-
pletamente la histeria y en cambio aceptaba , como Nannie, dinero• presento a Nannie, y la madre del médico, a su vez, a mi propia ma-
al mismo tiempo, era incapaz de mantener a los suyos. La palabra dre." ¿Por qué tal error? "Estaba tan lejos de pensar que esa vieja
Schafskopf, un insulto en alemán, redobla otra injuria, "puerco", qu 111 ujer pudiese ser ladrona, que equivoqué mi interpretación." Pero
debió servir a Nannie para vilipendiar los olvidos del niño Sigismund ,·~ una mala razón. Las demás asociaciones de Freud son claras: él
relativos ·a la limpieza ( cf. el sueño "Subir las escaleras desvestido") ,:stá robando a la madre de un colega; está robando a la madre de
Freud era un pequeño Schafskopf, es decir, un pequeño "asno" qu H11s hijos. Lo que Freud notó insuficientemente -resistencia inevita-
no ha logrado descubrir su "cráneo de carnero" . Allí residía el nudo l,lc en esa etapa de su análisis- fue su identificación femenina, la-
de su sentimiento neurótico de incapacidad, que en esos últimos tiem. 1,-nte ya en el sueño sobre Irma. No logró superarla sino cuando ya
pos había llegado al paroxismo. Como en el sueño sobre Irma, el sím. 1:staba a punto de liquidar su "trasferencia" en la relación con Fliess.
bolo representa al mismo tiempo el proceso autoanalítico. En efecto, Sólo entonces pudo, en la fijación identificadora con la madre, des-
dos años antes, en agosto de 1895, Freud había ido por primera ve rubrir la génesis de la homosexualidad.
a Venecia y Fliess le había deseado que encontrara en el Lido un
cráneo capaz de esclarecerlo, como le ocurrió a Goethe. Es sabido, en
efecto, que Goethe dio con su teoría de las vértebras craneanas al m r-ecuerdo encubridor de la escena del "cofre"
recoger en esa misma playa los restos de un cráneo de carnero. Freud,
en su segundo comentario a un sueño ulterior, "Goethe ataca al señor l ,a conversación con su madre permitió a Freud dar otro paso. "Me
M ... " ( UT 677, OD 664, RI 72), volvió a evocar esa circunstancia. diJe que la súbita desaparición de la vieja debió sin duda dejar en mí
Así, gracias a Fliess, Goethe ingresó en el autoanálisis de Freud don- una impresión susceptible de recuperación . Pero. ¿dónde? Entonces
de no dejará de ganar importancia. Citas de Goethe ya han aparecido volvió a mi mente cierta escena que desde hacía veintinueve años
varias veces en la correspondencia con Fliess, desempeñando en cada ~urgía algunas veces en mi recuerdo consciente , sin que hubiera podido
ocasión un papel simbólico. En el momento de inclinarse sistemática- rnmprenderla . Hela aquí: aúllo como un desesperado porque no consi-
mente sobre sus recuerdos de infancia, ¿ cómo no evocaría Freud las go encontra.r a mi madre. Mi hermano Philippe, veinte años mayor que
Conversaciones con Eckermann, en las que Goethe partió en busca de yo, abre un cofre (Kasten). Y yo, al ver que mi madre tampoco se
los suyos? ¿ Cómo no convertir a Fliess en su Eckermann? Además, ,-ncuentra allí, grito aún más hasta que aparece, esbelta y bonita, en
la mayoría de las ·preocupaciones secretas de Freud: no morir sino el vano de la puerta" (F, ibid.). La explicación puramente racional
permanecer eternamente joven, desear atractivas pacientes y darles que se había dado fue que asistía a alguna travesura de su hermano.
el placer que les falta. llegar a ser rico, glorioso y poderoso, conquistar mterrumpida por la llegada de su madre (PA 58-60, PEL 49-51, PVQ
.los secretos del saber, ¿acaso no convergen en el tema de Fausto? '>8-59). "Comprendo súbitamente. Yo le exigí que abriera el mueble.
Freud se encontraba, por fin, en presencia de recuerdos susceptibles Al no poder encontrar a mi madre, tuve miedo de verla desapar ecer
de verificación y que debían de permitirle zanjar una cuestión teórica romo había desaparecido la \'ieja poco tiempo antes. Ahora bien . dt>bí
272 DESCUBRIMIENTO DEL COMPLEJO DE EDIPO lfEÑ O DEL "MÉDICO TUERTO" 273
de haber oído decir que esta última había sido encerrada, y creer que ¡,robar que el cajón está vacío proviene de la motivación superficial
mi madre había sufrido la misma suerte, o, mejor, que había sido drl deseo infantil de ver el interior del cajón . En cambio , la intensa
'enjaulada'* (eingekastelt), según una de las graciosas expresiones 1atisfacci6n experimentada al comprobar la esbeltez materna procede
siempre gratas a mi hermano, incluso ahora que tiene sesenta y tres 1·videntemente de estratos psíquicos más pr ofundos" (PA 60 n . 1,
años. El hecho de que haya preferido dirigirme a él prueba que yo l'RL 51 n. 2). La estructura triangular sobre la que reposa el re-
estaba al corriente del papel que desempeñó en la desaparición de mi ' 11erdo es, pu1;5, la siguiente: el pequeño Sigismund está resentido
niñera" (F, 15 de oct. de 1897, al 237, ing 222-223, fr 197). Pero esa 1on Philippe, quien ya ha hecho despedir a su querida Nannie, por
relación no explica, a pesar de lo que escribió Freud en 1901' en la l1,1be r hecho sufrir igual suerte a su madre al dejarla encinta . Detrás
primera edición de Psicopatología de la vida cotidiana, "por qué en 1111' recuerdo de la escena del cofre hay, pues , una creencia; esa creen-
Ia traducción de la visual escena infantil aparece acentuada la esbel- ' 1a proviene de una fantasía y el contenido de tal fantasía fue en-
tez de mi madre, la cual me debió de aparecer entonces como nueva t 1·11dido poco a poco por Freud, en esa primera quincena de octubre
y restaurada después de un peligro" (PA 60, PEL 51, PVQ 59). dt• 1897, como "edípico".
Por cierto, como en los sueños, la ambigüedad semántica nos da Los términos que el sueño sobre Irma había conformado en ecua-
la clave del enigma del recuerdo. Pero Freud señaló tardíamente ( se- ' 1ím, encontraron sustituciones adecuadas en los sueños siguientes y
gunda edición de Psicopatología de la vida cotidiana, 1924), el sim- .1quí su solución. Al nacimiento de su hija Anna corresponden los
bolismo sexual del cofre, representación del seno materno. Preocupa- 1,rnblemas antes planteados por el nacimiento de su hermana Anna,
do por el nacimiento de su hermana Anna, que tuvo lugar después di'! que Freud no tenía recuerdo alguno ( cf. 1899a) y respecto del
del de su hermano Julius, debió de preguntarse si su madre estaba 111 a l la escena del cofre constituye probablemente lo que más tarde
aún encinta. De tal suerte , el recuerdo acentuó la esbeltez tranquiliza- llamó un recuerdo encubridor. Los triángulos clave:
dora de su madre y conservó el afecto de "resurrección" que él ex-
perimentó entonces. La siguiente nota de Freud ( 1924), falta, curiosa Otto - Irma ( una paciente) - Sigmund
y deplorablemente, de la traducción francesa publicada: "Aquellos a Otto - Martha - Sigmund
quienes interesa la vida anímica de estos años infantiles inferirán sin
111cuentran su desenlace de este modo:
dificultad la condicionalidad más profunda de la exigencia planteada
al hermano mayor. El pequeño, que no ha cumplido aún los tres
Fliess - Sra. Qu . . . (una paciente) - Sigmund
años , se ha dado ya cuenta, sin embargo, de que la liermanita última- Philippe - · Amalia - Sigismund
mente nacida se ha formado en el seno de la madre. Nada satisfecho Jacob - Nannie - Sigismund
con tal incremento de la famili3u abriga la penosa sospecha de que el
vientre materno encierra aún otros niños. El armario o el cajón** son, Freud pudo responder a la pregunta teórica pendiente . Su "neu-
para él, símbolos del seno materno. Demanda, pues, echar una ojea- , osis" no provenía de un traumatismo sexual vivido , sino de fantasías
da en el interior de los mismos y se dirige para ello al hermano ma- 111cestuosas. Por lo demás, el libro sobre los sueños, apenas comenza-
yor, sobre el cual se ha desplazado, según se desprende de · otras rlo, suscitó ya una continuación: la Psicopatología de la vida cotidia-
circunstancias, la rivalidad con el padre . Contra este hermano se 11a ( 1901b). El autoanálisis comenzó con los sueños y sus deformacio-
orienta, a m~ de la fundada sospecha de haber hecho 'encajonar' nes, y continuó con un nuevo dominio, los recu erdos y sus deforn1a-
a la niñera, la de haber introducido en el cuerpo de la madre la niña 1·1ones.
recientemente nacida. La desilusión que el niño experimenta al com-
* Coffrée, en el original. El verbo coffrer significa, familiarmente, encar- Stteño del "Médico tuerto" (mediados de octubre de 1897)
celar, meter en chirona, en el bote, "enjaular". De ahí la relación con el cofre
abierto, imposible de dar en español. [T.] El análisis, a partir de un sueño, de recuerdos relativos a N anni e, lle:
** Aunque la traducción española de Freud que por esta vez usamos em- vó a Freud al personaje femenino de la relación edípic a ; en otro sue-
plee la palabra "cajón", hemos preferido, en lo que atañe al texto de Anzieu,
mantener la palabra "cofre 1' en virtud de su doble acepción ("arca" y "cár- i10, su médico de infancia desempeñó idéntico papel respecto del per-
cel"), como ya hemos aclarado en la nota precedente. [T.] -.onaje masculino. Fue el sueño del "Médico tuerto", contempor áneo
274 DESCUBRIMIENTO DEL COMPLEJO DE E DIPO 1 1, 11
J\.!lTO DE EDIPO" Y EL ERROR EN LA INY E CCI ÓN 275
del de la "Cabeza de carnero" o ligeramente posterior: Freud aludió ,1kmás por mi madre en qué olvidada ocasión ( el médico tuerto)
a él en su carta del 15 de octubre de 1897. El relato figura en Di 111 1·ha bía curado."
Traumdeutung, en el capítulo I, sobre "La literatura científica rela- Entonces, ¿ por qué no habérselo dicho a Fliess ni publicado en la
tiva a los problemas del sueño", con el objeto de confirmar el hecho , primera edición de Die Traumdeutung? ¿Por qué dispersó a lo largo
señalado por varios autores, de que en los sueños vuelven lejanos re- , IP tan tos años y entre tantos textos la interpretac ión del sueño? El
cuérdos que se creían olvidados, por ejemplo algunos de la prime ra , 111barazo de Freud se aclara si lo 'colocamos en su lugar dentro del
infancia: , 011 .tin uum del autoanálisis, entre ·el sueño "Tío de barba amarilla" y
"Veía a una persona y sabía que era el médico de mi terrU1ÍO.Su 1I descubrimiento del complejo de Edipo . Ha manift¡tado un injurio-
rostro aparecía indistinto y se confundía con el de uno de los pro/ e- 11desprecio hacia sus colegas R ... y N . . . y hacia su tío Joseph ,
sores de mi liceo, con el que aún hoy suelo encontrarme" (Td 18, ID ti que estimaba. El tan caritativo profesor de historia se desdobla · en
17, IR 24). 1111 médico odioso. Freud, entonces, se debate con la ambivalencia de
El sueño está lleno de animosidad hacia . el médico (F, 15 de oct. 11~ sentimientos, ambivalencia que en el hijo se refiere electivament e
de 1897, al 236, ing 222, fr 196). Pero el profesor de historia era una d p2,dre . Se comprende pues la fantasía que viene a completar la del
persona excelente: Freud no, comprendía la identificación entre am- 1•:dipo: esa cicatriz ha inscrito en su carne el castigo a sus deseos
bos personajes. También en este caso la aclaración provino de la 11ircstuosos. En la trasferencia el sueño tiene evidentemente la misma
conversaci6n con su madre: ¡ los dos eran tuertos! De todos sus p ro- 11\nificación: Fliess es el tuerto por excelencia ( cf. el sueño ulterior
fesores, en efecto, el de historia fue el único tuerto . Pero el mister io Mi hijo, el miope" donde se lo identifica con el cíclope). Encarna ,
no quedó resuelto al establecer esa relación puramente exterior. F1,1e ¡1.1raFreud, los dos rostros: el del maestro compasivo y el del médico
necesario esperar las. siguientes ediciones de Die Traumdeutung pa ra 11dioso. De tal suerte, Freud se encuentra a veces como paralizado
que cayera el último velo. Desde 1909 hasta 1922, a la frase: "hacía ¡,;1ra escribirle , y a veces ávido de verlo, oírlo y comunicarle todo. El
treinta y ocho años que no veía al médico y, que yo sepa, no habí a 1r, de octubre, día en que le anuncia el descubrimiento del "mito
pensado en él la víspera", Freud añadió: "aunque una cicatriz en el ti,• Edipo", hace una gran promesa: "Si el análisis cumple lo que
ment6n habría debido recordarme una de sus intervenciones". Tam - ¡,rnmete, pondré por escrito, sistemáticamente, todos los detalles, y te
bién en 1909 integró un largo complemento acerca de los sueños de l'rl'sentaré luego los resultados ." Pero el 27 se siente obligado a pedir
exámenes, que incluyó este pa saje: "Cuando sueño con exámenes , xr·usas por una inhibición que le ha impedido enviar sus felicitacio-
pasados en el liceo, se trata por lo general de un examen de histori a 11, ~s con motivo de los treinta y nueve años del amigo. L-a ambi güe-
1111 qu e he aprobado brillantemente, pero , según creo, porque mi exce- ,l;id de la "trasferencia" de Freud se expresa hasta en su tr aba jo cien-
lente profesor -el compasivo tuerto que reap arece en otro sueño- 11fi<;o: "Me int~reso tan exclusivamente en el análisis que todavía n o
había notado en la hoja de preguntas que yo le entregaba, una marca lw intentado comparar nuestras dos hipótesis: la mía, según la cual
hecha con la_uña, tachando la pregunta cuya respuesta yo ignoraba" l,1 represión siempre emana de la femineidad para dirigirse contra la
(Td 281, ID 275, IR 239). Por último ; una nota agregada en 1919 virilidad, y la tuya, que sostiene lo contrario" (F, 15 .de oct. de 1897,
a propósito de un sueño en el que Freud esperaba ansiosamente no- il 239, ing 224, fr 199). El problema, pues , provendría de la movili-
ticias de uno de sus hijos desde el frente, descubrió en ese sueño "inne- ,1c-ión de un inconfesado deseo homosexual.
gables alusiones a un accidente que tuve entre los dos y tres años. Su-
bía en un banco en la antecocina para alcanzar una golosina puesta
encima de una caja o una mesa . El banco cayó y me golpeó con una ¡,;[ descubrimiento del "mito de Edipo" y el error en l_a inyección
de sus aristas detrás de la mandíbula inferior. Podría hab er perdido ,,/1licada a la anciana (mediados de octubre de 1897)
allí todos los dientes" (Td 566, ID 560, IR 476-477). En el disimu-
lado fragmento autobiográfico de la "Pr adera verde con flores amari- 1( :ómo organizó y comprendió Freud los descubri mientos sobre su
1
llas" ( 1899a), Freud aclaró que no conservaba recuerdo alguno de p,tsado? Universalizándolos y desprendiendo de ellos su estructura sim-
ese incidente aunque perdió mucha sangre, recibió varios puntos y húlica. Estructura que ya no le fue suministrada por la química, la
perduró la cicatriz . La Introducción al psicoanálisis (1916-1917, cap. 1rqueología o la lingüística, sino por la leyenda encarnad a en la tra -
xm, GW XI 205, SE XV 201, fr 186) añadió un nuevo detalle: "Supe K1:dia. De spués de haber tomado sus ejemplos de las reglas qu e ord&-
276 DESCUBRIMIENTO DEL COMPLEJO DE EDI PO 1.1. " MITO DE EDIPO" Y EL ERROR . EN LA INYECCIÓN 277
nan la combinación de los cuerpos o de las palabras, la función sim- 111dividuales( el sueño, el síntoma) y culturales ( el mito) , es lo que
bólica que Freud presentía en el sueño se reconoce en el mito, ese l ,acan llama lo simbólico. Freud iluminó el mito de Edipo. Como vio
con junto de reglas que para los antiguos ordenaban _el destino huma- 111u y bien Thomas Mann ( 1936), introdujo en las ciencias humanas
no. Tal función encuentra en el mito la sustancia misma de la qu 1·l mito como categoría que permite comprender específicamente los
está hecho el curso de un psicoanálisis. "He descubierto en mí, como hechos.
en todas partes, sentimientos de amor a mi madre y de celos hac ia En el descubrimiento de este mito de Edipo, Freud realizó plena-
mi padre, sentimientos que a mi juicio son comunes a todos los niños 111 ente el movimiento triple: subjetivo, objetivo y autofigurativo, que
pequeños . . . Si ello es así, se comprende el efecto conmovedor d hemos visto esbozarse desde el principio de su autoanálisis. Descubri-
Edipo rey, a despecho de todas las objeciones racionales que se opo- 111 iento de una verdad universal, descubrimiento de sí mismo, descu-
nen a la hipótesis de una fatalidad inexorable" (F, 15 de oct. de 1897, hrimiento del descubrimiento. Con la última expresión quiero signi-
al 238, ing 223, fr 198). En Die Traumdeutung, bajo la rúbr ica l1car descubrimiento anexo del proceso mismo según el cual el descu-
púdicamente intitulada "El sueño de la muerte de personas queridas" brimiento principal se produce. Freud realiza simbólicamente su pro-
( cap. v, sección IV, §2), desarrolló el contenido de esa carta: "Ed ipo, pio complejo de Edipo inventando el complejo de Edipo. Como ya
que da muerte a su padre y se casa con su madre, no hace otra cosa •,1· dijo, el sueño -para él como para todo psicoanalista y quizá todo
que realizar uno de los deseos de nuestra infancia. Nos aterroriza mos rl mundo-- representa el cuerpo de la madre, lugar de cumplimiento
ante la vista del que cumplió el anhelo de nuestra infancia y ese te- originario del deseo del n~ño. Comprender los sueños, sus sueños, era
rror tiene toda la fuerza de la represión que desde entonces se ejercía 11 oseer de nuevo ese cuerpo perdido. Esa posesión se especifica y ge-
contra tales deseos. Al revelar la falta de Edipo, el poeta nos obliga 11 craliza en octubre de 1897. Freud era un nuevo Edipo al conquistar
a mirar en nosotros mismos y a reconocer esos impulsos que, aun qu 1·1inconsciente, al capturarlo en una de sus estructuras esenciales. Todo
reprimidos, existen siempre . . . Como Edipo, vivimos inconscien tes f•,ran descubrimiento, sin duda, representa una de las formas indefini-
de los deseos que hieren la moral y a los cuales nos constriñe la na tu . damente variadas de la reconquista edípica.
raleza. Cuando nos son revelados, preferimos apartar los ojos de laa Se han hecho y aún podrían hacerse innumerables comentarios so-
escenas de nuestra infancia" (Td 269, ID 262-263, IR 229). De tal bre ese descubrimiento. Me limitaré, no al de un psicoanalista profe-
suerte, el mito -como los sueños y las fantasías- es la realización d sional, sino al de un ensayista y crítico literario muy versado en psi-
1 oanálisis, Jean Starobinski (1967, p. XIX, y 1970, p. 298): "El in-
un deseo. Los psicoanalistas suizos reunidos alrededor de Jung fuer on
los que inventaron, antes de la ruptura, el término complejo; Fre ud l'Onsciente no es sólo lenguaje: es dramaturgia, o sea palabra puesta
no recurrió a la expresión complejo de Edipo sino en 1910, en la pri• 1·n escena, acción hablada ( entre los extremos del clamor y del silen-
mera de las Contribuciones a la psicologi.a de la vida amorosa ( 1910h) , cio). Edipo, dramaturgia mítica en estado puro, es la pulsión mani-
Asimismo, fue bajo la influencia de Stekel y Rank, también futuroa lcstada con el mínimo de retoques. Edipo no tiene pues inconsciente,
disidentes, como introdujo en Die Traumdeutung (1909 y 1914) una puesto que es nuestro inconsciente, quiero decir: uno de los papeles
sección sobre· los sueños simbólicos (cap. VI, sección v: "La figuración l'apitales que ha revestido nuestro deseo . . . Irrisorio sería atribuirle
simbólica en el sueño. Otros sueños típicos") -inspirada principa l. una psicología: ya es una insta