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Art Luhmann PDF
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Investigación
Elvio A. Tell **
Elvio A. Tell **
Niklas Luhmann's work invites us to think over society in a new way, leaving
behind old habits and traditional thoughts built by the Western intellectual heritage
since the Illustration. Lukhmann's reluctance to sustain the basic postulates of
the ancient European thought and his concern about proposing an illustration of
the Illustration are no more that forewords to approaching the requirements of a
new theory more suitable to modern times. Thus, it could be said that he requires
to go beyond Modernity tempting to create new intellectual categories. As an
example, his work implies a constant concern to conceive a new concept of
subject independent from his/her context meant in terms of social systems, and
while the analysis of social communication traditionally implies subjects, for the
studied author that represents a chimera. Even when communication assumes
the participation of either several or many people, that is the very reason why it
cannot be attributed to any particular one.
*) This paper derives from the homonymous research project developed during 2001-
2004 at the Faculty of Social Work, National University of Entre Ríos, afforded by the
SICTFHR -UNER, Final Report approved by Resolution CS # 037/06; it was submitted in
April 2006 and accepted in February 2007.
**) PhD., Regular Full Professor of Philosophy and Ethics, Faculty of Social Work, UNER.
E-mail: filoso10@yahoo.com.ar
Introducción
estados subjetivos".(7)
"Para los sistemas psíquicos al igual que para los sociales, la iden-
tidad es aquello que uno puede observar y describir, sin que las
características que son observadas o descritas tengan que ser
utilizadas para la identificación".(11)
Ahora bien, no debernos olvidar que, para este autor, toda teoría de
la acción tiene como presupuesto a un sujeto antropológico que desem-
peña una determinada acción con fines e intenciones determinados para
ponerse en relación con otro sujeto. Para él, sin embargo, es el sistema
social el que ocupa el puesto del sujeto, y la teoría de la acción queda
subsumida en una teoría de la comunicación. Pero al elegir, el ser indivi-
dual, el sistema psíquico, forma parte del entorno del sistema social. Nin-
gún hombre puede ser incluido en un sistema social, de manera tal que
su reproducción en cualquiera de sus planos sistémicos: el orgánico o el
psíquico, sea una operación consumada por la sociedad o por alguno de
sus subsistemas. El individuo nunca queda atrapado por la sociedad,
porque siempre pertenece al entorno de los sistemas sociales. Si bien es
cierto que la comunicación presupone el concurso de un gran número de
individuos, precisamente en virtud de eso, la unidad de la comunicación
no puede ser imputada a ninguna persona en particular.
Esto nos obliga a decir que ningún sistema funcional puede incorpo-
rar la moral al sistema sociedad. Los sistemas funcionales deben su auto-
nomía de la moral a sus correspondientes funciones, pero también a un
especifico código binario, corno el de lo verdadero y falso en la ciencia o
el de gobierno y oposición en la política de orientación democrática. Pero
en ninguno pueden ser ordenados los dos valores del código en un acuer-
do con los del código moral.
La moral, en suma, no es localizable en ninguna esfera sistémica ho-
mogénea específica. Cuando un sistema social se hace cada vez más di-
ferenciado, el componente moral se debilita sustancialmente. Agnes Heller,
refiriéndose a la concepción de Habermas nos dice que la teoría de una
esfera moral diferenciada y autónoma fue inventada contra la
marginalización de la moral de los sistemas. Las normas, los términos de
virtud, si bien son valores elegidos individualmente, sin embargo, nunca
pueden constituirse en sistemas.
Nuestro mundo social contemporáneo es un universo complejo si lo
comparamos con el pre-moderno, por eso ha de ser un mundo que se
distinga funcionalmente en sistemas, y la moral, en consecuencia, no se
ubica en ningún lugar específico como en las sociedades estamentales, y
como los códigos funcionales tienen que estar instituidos en un nivel de
más alta amoralidad, la moral no actúa en ellos en forma significativa. La
observancia de reglas en sistemas institucionalizados racionalmente no
exige actitudes morales sino ciertas pautas conductuales, ya que tienen
que hacer accesibles los dos códigos para las operaciones del sistema.
Es por esto que, cuando las personas participan en ellos, se ven cada vez
miento tendrá el otro. Por eso, los fundamentos para la aceptación de las
ofertas de selección (valores) tienen que ser reconstruidos sobre una base
más abstracta, porque se trata siempre con desconocidos, abandonando
así el ethos tradicional de vinculación social entre allegados.
Por su universalidad, los valores pretenden entonces ubicarse más allá
de todas las contingencias particulares para facilitar que la comunicación
se reproduzca sin que haya motivos para su orientación. Se presupone
que un cierto valor es aceptado por todos y que está en la base de lo
que se habla. Así se dice que los derechos humanos son un valor indis-
cutible, pero Corsi y col. (1995) señalan:
Notas
Referencias bibliográficas