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Filología y Lingüística XII(2): 85-90,1986

"EXCERPTA" DE ORATORIA ROMANA

l.uciana 5parisci

ABSTRACT

This artlcle analyzes "oratory speech" as a literary, llngulstic, and social phenomenon during
the Pre-Ciceronian periodo
The main objective is to offer a new model for analyzing Latin texts,

Entre las manifestaciones artísticas de la cultu- internos que enturbiarán repetidamente la vida po-
ra romana, la Oratoria ocupa un lugar privilegiado. Iítica de Roma, hasta convertirse en guerras civiles
"Comunicativo" por naturaleza, el pueblo ltálico a campo abierto. Las primeras luchas se generan
paulatinamente perfecciona las técnicas del uso de por el mismo planteamiento de la constitución re-
la palabra oral y escrita hasta convertirla en el ob- publicana, cuya ideología fomenta la división de
jeto de su "Ars Oratoria". Su evolución la exami- clase, así como por las consecuencias de las prime-
namos no siempre en modo exhaustivo en las co- ras acciones militares entre los mismos itálicos. La
rrespondientes etapas de la historia de la literatura respuesta a situaciones históricas de esta naturaleza
latina o bien en los fragmentos o textos de los es la "rebelión" en cualesquiera de sus múltiples
autores más o menos afortunados en la tradición exteriorizaciones posibles. La clase defraudada en
de sus obras. las actuaciones de la original "respublica romana",
Sin embargo, esta prosa oratoria merece un aná- es obviamente la plebe. La prepotencia aristocrá-
lisis especial, porque son especiales las circunstan- tica, con suma osadía, programa lineamentos de
cias que la generan, las técnicas que la dirigen y los una economía de la cual no puede verse aventajado
objetivos que pretende. Sujeta a las leyes generales quien sea pobre y carente de gentilicio. Las prime-
de la retórica, se impone por sus "estilos" particu- ras "protestas" que conocemos de la época primiti-
lares y genera un producto extremamente "vivo". va, son fruto de un connubio histórico-legendario
A la luz de nuevos enfoques es indispensable que enriquece la epopeya romana y que la historio-
interpretar ese "estilo oratorio" no sólo como fe- grafía posterior transmite con abundancia de da-
nómeno lingUístico y literario, sino también como tos.
fenómeno social, y analizar, entonces, tal "lengua- Los plebeyos, desesperados por las usurpacio-
je" especial en calidad de manifestación de las exi- nes, agobiados por las demás, impotentes frente al
gencias y circunstancias de la comunicación del derecho de estado, buscan las primeras medidas de
pueblo romano. Desde esta perspectiva, es evidente fuerza en acciones colectivas, o bien, apoyan la
que la oratoria ofrece un vasto campo de estudio a acción política del magistrado que opere en su fa-
la moderna "sociología del lenguaje" . vor y se convierta en su "héroe". En uno u otro
En el marco de las contingencias históricas ex- caso, la tensión existente entre los usurpados y el
pondré y comentaré en este artículo, algunos mo- estado, es dramática: es impelente, por parte de
mentos de la oratoria preciceroniana para ofrecer éste reducir los ciudadanos a la calma, sin que me-
otro modelo de análisis de texto. die aún la violencia.
El arma en un pueblo históricamente comunica-
PERIODO DE LOS ORIGENE5 (. ..... hasta 240 tivo como el itálico, es la "palabra" justa o falsa-
a.C.) mente utilizada para lograr tal objetivo: ies nece-
Desde sus in idos, la república romana ofrece sario "persuadir" al pueblo en rebelión, para que
una clara manifestación de los ásperos conflictos desista de sus actitudes! , porque, "como siempre,
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habrá un cambio"; es justo "convencer" el senado, a su manera, procedimientos de elocuencia. Para


para lograr una distribución más equitativa de tie- enunciar las cosas menores, hace falta que el pensa-
rras entre los pobres y los aliados itálicos: ¿y quién miento se convierta en acción y se imponga por el
puede operar esa persuación? .Zquién puede me- lenguaje" (1). Oratoria instintiva, entonces, en los
diar entre las dos clases? iNo cualquier hombre, primeros discursos de la antigua edad republicana,
un poi ítico cualquiera! sino quien sea bien cono- que, por el buen sentido lógico del orador, debía
cido por su calidad de "verba bene dicendi", y, surtir determinado efecto. Este no aprendió en la
mejor, si goza de fama de "bonus" u "optirnus" teor ía, sino constató que "hace falta que el lengua-
entre los ciudadanos de ambos bandos. je se haga unas veces penetrante, incisivo, enérgico,
Surge, en estas circunstancias, el "discurso ora- obstinado; otras, vibrante, apasionado; otras, hu-
torio" latino, no cultivado, en su origen, en escue- milde y suplicante; otras, hasta hipócrita" (2). No
las de retórica, sino nacido en el marco histórico se experimentaron inmediatamente todas las posi-
de contingencias sociales. (Las escuelas se crearán; bilidades del uso del lenguaje, pero conocieron, los
tendrán sus discípulos, pero más tarde). En sus antiguos romanos, la forma más natural de adue-
inicios, la oratoria romana, así como Cicerón con- ñarse de él para rnanejarlo en modo adecuado.
fesaba haber tenido el Foro por maestro, tendrá
por maestra la misma vida poi ítica de la pri mera Se introduce así con maestría en la historia de
edad republicana. la primitiva oratoria romana, la "fábula" que Me-
Es el discurso "deliberativo ", entonces, el que nenio Agripa, en el 493 a.e. relató, a manera de
se abre camino y triunfará, junto con el "judicial", discurso, para convencer a los plebeyos amotina-
en la convulsionada segunda edad republicana, en dos en el Monte Sacro: amenazaban con crear una
que el senado será el punto de referencia de toda constitución por su cuenta, oprimidos por las penas
acción emprendida o por emprender. de sus deudas y la milicia. Cicerón y los historiado-
Los romanos parecen estar dotados de vocación res antiguos analizan el episodio caracterizando al
para un "discurso" del cual deba surgir un efecto protagonista-orador, o describiendo los hechos se-
inmediato: el lenguaje judicial adquiere su codifi- gún los respectivos objetivos. Mediador entre el se-
cación en la segunda mitad del siglo V a C., en las nado y los plebeyos, se ofrece y es aceptado Agri-
leyes de las XII Tablas; tal lenguaje se había expe- pa, por ser "hombre que se encontraba en el máxi-
rimentado entonces, desde época atrás, en exterio- mo vigor de la edad y parecía diferir de los demás
rizar pensamientos que sirvieran no liad cogitan- por la agudeza del pensamiento, y, sobre todo, era
dum" sino, tratándose de cuestiones legales (primi- estimado por su conducta poi ítica, pues "se man-
tivas, pero primeras del mundo occidental) liad vi- tenía en el medio sin exaltar la prepotencia de los
vendum", para catalogar normas de orden social. aristócratas y sin permitir que el pueblo fuera árbi-
Paralelamente, se hab ía experimentado el len- tro de hacer lo que quería" (3). Retrato hablante,
guaje para celebrar diferentes momentos de la vida rendido por Dionisio, del orador, "vir bonus dicen-
social: hay memoria de las "mortuorum laudatio- di peritus" (4), Agripa: bonus en cuanto a sus
nes", normalmente pronunciadas por un magistrado "mores", y conocedor de alguna, si bien no acadé-
elegido del senado y conservadas en los archivos de mica, técnica del discurso. Hace silencio la asam-
las familias más poderosas. El elogio fúnebre tiene blea "tanto que parece un desierto" para escuchar
connotaciones peculiares: la "pietas" inspirada por a Agripa, quien ..."intromissus in castra prisco iIIo
el sentimiento de la muerte, enfoca el discurso en dicendi et horrido modo ... narrasse fertur" (5), no
la "exaltación", inevitablemente en forma unidi- sin antes haber reflexionado que, entre otras cosas,
reccional; en la historiografía, los "elogia" se con- ten ía que usar las frases más persuasivas. Al con-
denan, por haber corrompido la historia, "fallen ti cluir la exposición de la célebre fábula del vientrey
mendacio". Sin embargo, abstrayéndola de proble- los miembros del cuerpo humano, a la manera de
mas de veracidad, las "Iaudationes" se presentan Esopo, finaliza el texto: "Sic senatus et populus,
como el futuro discurso "epidictico" o de ocasión. quasi unus corpus, discordia pereunt, concordia va-
Ni el lenguaje de las XII Tablas, ni el de los lent". Surte el efecto deseado el "priscus orator",
elogios fúnebres es oratorio aún, pero sí lo antece- puesto que "Hac fabula Menenius flexit hominum
de y gesta. En corto tiempo, no amparado por mentes et plebs in urbem regressa est" (6). Con-
escuelas, se cimenta el "discurso oratorio". Y pare- venció a la masa de los plebeyos, quienes, poco
ce consecuente: "La lengua de la conversación está después, lograron la conquista del nombramiento
regida por una retórica instintiva y práctica, y usa, de dos "tribuni plebis".
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Actúa Agripa según los canones de la retórica, coherente con sus ideales patrios, autor del famoso
pues su oratoria circunscribe la finalidad del dis- verso "Est unus quisque faber ipse suae fortunae".
curso al convencimiento por inducción del oyente, Seleccioné tres de los oradores mencionados
mediante el "exernplurn", la fábula en cuestión. por Cicerón en el Brutus, "viri diserti" en su mayo-
"Primum oratoris officium esse dicere ad persua- ría. Hablan "cum auctoritate tum oratione"; po-
dendum accommodate" (7); y no de las cosas en seen el máximo don de la "suaviloquentia"; el de
su totalidad, se debe convencer, sino "in civilibus más éxito es "Flos delibatus populi" y "Suadae
quaestionibus iusta et bona" (8). Así se hace nece- medulla". No nos cabe ninguna duda de que, a
saria la figura del "bonus" y "optirnus orator" pa- pesar de algunos juicios, a veces "exaltados" de
ra que su discurso sea el resultado de un discerni- Cicerón hacia sus preferidos antepasados, en esta
miento entre las "res" más convenientes a presen- época de oratoria primitiva, era muy valiosa la co-
tar con las "verba" adecuadas. rrecta partici pación del orador en la vida poi ítica,
Decía yo en otras líneas que el lenguaje puede su experiencia, y, sobre todo, su autoridad moral,
ser ahora penetrante, enérgico, quizás como el de para que el discurso llegara penetrante y eficaz has-
Agripa, y a veces suplicante y hasta hipócrita. ta los oyentes. "Los antiguos estudiaron el arte de
Pues, en la historia de la política, el suceso está la oratoria a lo largo de muchos siglos. Durante ese
íntimamente ligado a las técnicas de la oratoria; un tiempo, descubrieron infinidad de hechos sobre la
antiguo ejemplo de esta afirmación lo ofrece, en la psicología aplicada, la fuerza de la propaganda, la
misma época, Spurio Casio, quien, en su tercer relación existente entre artificio, pensamiento y
consulado, presentó una reforma agraria para dotar emoción, y el empleo de la lengua hablada. Pero
a los pobres y a los confederados de tierras. Según todos estos hechos, que llegaron a integrar una tra-
Dionisio y Livio, sol ía conquistarse la masa con dición general de preparación retórica, se perdie-
estudiados discursos suaves y aduladores, y lograba ron durante la edad oscura. Los hombres hacen sus
convencerla: pero fue acusado de aspirar a la tira- discursos hoy, y todavía influyen en el ánimo de
nía (es frecuente en la historia de Roma que cual- sus oyentes; pero no pueden calcular sus resultados
quier autor de reformas agrarias sea visto, por las con tanta seguridad, y los discursos mismos dejan
fuerzas opuestas, como un potencial tirano), y en- una huella mucho menos profunda que los de los
tonces el pueblo no se dejó más convencer por grandes clásicos, porque las reglas del oficio se han
aquellas palabras que él "había conjuntamente or- olvidado" (11).
denado para sus fines" (9).
Las acciones poi íticas y militares romanas a ve- PERIODO ARCAICO (240-80 a.C.)
ces son rápidas, a veces lentas; el senado también
incurre en vacilaciones o en errores tácticos: valio- Es importante hacer una reflexión sobre esta
sa es entonces la intervención de "orationes"; éstas época de la cultura romana por lo que a su literatu-
se elevan solemnes y austeras como "vox populi ra se refiere: cuando la poesía ya se expresa con el
romani", ora para aplaudir, ora para condenar las teatro de Plauto como un producto artístico, la
actuaciones. prosa espera aún su gran intérprete. En Grecia, se
En el 280 a. C., Apio Claudio, testimonio de las había presentado el mismo fenómeno, así como
guerras itálicas de la pen ínsula meridional, repro- sucedió para la oratoria. "Maestros espontáneos"
cha, indignado y tajante, a los senadores que de- de los oradores parecen ser primeramente los poe-
sean rendirse a un trato de paz con Pirro, en lugar tas: En Grecia, Homero es considerado el "precur-
de continuar la guerra con él; de su gran experien- sor" de la elocuencia (12); en Roma, no es arries-
cia y, a pesar de ser viejo y ciego, ... " is non dubi- gado ver en el teatro de Plauto "el género poético
tavit dicere illa, quae versibus persecutus est En- más oratorio, en cuanto en él domina la palabra y
nius: la acción" (13). Los acontecimientos poi íticos
constituyen, sin embargo, como en la época ante-
Quo vobis mentes, rectae quae stare solebant antehac, de- rior, el marco ideal para la intensificación del dis-
mentes sese flexere viai? " (10). curso deliberativo y judicial.
Abiertos totalmente los horizontes hacia Gre-
cia, no tarda en ingresar a territorio romano la
y Roma continúa la guerra. El fragmento permite enseñanza de la retórica en escuelas dirigidas por
intuir lo vibrante, apasionada y enérgica que debió maestros griegos. La repulsión hacia estas tuvo
de ser la oración de un hombre romano puro y gran resonancia, pues hasta el senado intervino con
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un decreto del 161 a.c. vetando la permanencia y de la literatura latina: se citan, entre otros, estos
la propaganda en territorio romano de los maestros pasos más gustados a los estudiosos para confirmar
de retórica y filósofos griegos. iEs que el romano lo anterior: " ... tuum nefarium facinus peiore tact-
hab ía aprendido el arte de "su" oratoria en la pla- nore operire postulas, succidias humanas facis, tan-
za pública, y no sentía aún la necesidad de darle tum trucidationem facis, decem funera facis, de-
normas más precisas! "Rhetoricare " y "philoso- cem capita libera interficis, decem hominibus vi-
phare" eran los nuevos verbos latinos que expresa- tam eripis indicta causa, iniudicatis, tncondemna-
ban con desprecio la animadversión hacia tales tis ... ". Pretendes encubrir tu horrible delito con un
ocupaciones, las cuales, por cierto, sintieron los delito peor, preparas carnes humanas, haces tanto
romanos, algo celosos también de su cultura, por esterminio, preparas diez pompas fúnebres, destru-
largo tiempo, más aún si consideramos que, en el yes diez vidas libres, quitas la vida a diez hombres
92 a.c., otro decreto iba a castigar a los mismos por una causa no declarada, sin juicio, sin conde-
maestros romanos de retórica, considerándose que na" (15).
sus enseñanzas eran "escuelas de impudencia". ..."Sé cómo, generalmente, cuando los negocios
Por tal actitud no hay producción alguna sobre son prósperos, provechosos y felices, el ánimo de
el arte que dicta las normas de la oratoria y de la la mayoría de los hombres se exalta, y su orgullo y
prosa en general, hasta Cornificio y Cicerón, en el su audacia crecen y aumentan. Por ello siento gran
siglo I a.c. inquietud, al ver afirmarse con tanta plenitud nues-
Nadie mejor que Catón expresa su hostilidad tro florecimiento, no sea que nuestras resoluciones
hacia la retórica: el discurso se escapa a la precepti- nos acarrean alguna desgracia que dañe nuestra
va: "rern tene, verba sequentur", el procedimiento prosperidad y que la superabundancia de nuestro
del "bonus orator", quien se privilegia de la virtud regocijo no nos lleve a funestos excesos. La adver-
de hacer derivar dialécticamente el fluir de las pala- sidad domina y enseña lo que hay que hacer. La
bras desde el amplio conocimiento de las "res", sin prosperidad, a causa del júbilo, desvía nuestras de-
una elaborada preocupación por la expresión. Ca- cisiones y nuestro juicio" (16).
tón es uno de los "hombres ilustres" de la rornani- Su oratoria de ataque y de autodefensa, expre-
dad: de acaudalada familia plebeya, es agricultor y sión de una amplia gama de situaciones graves de la
abogado; en Roma, no tarda en inmiscuirse en po- historia de Roma, es una manifestación digna de la
Iítica y en ejercer varios cargos, de los que consi- prosa latina arcaica: de acción; vigorosa, agresiva ...
gue autoridad: cuestor, cónsul, censor. Hombre
austero, rudo, defensor delos viejos principios que La hostilidad del ambiente, y de Catón en parti-
regían la primitiva sociedad romana, ataca, contra- cular, hacia la filosofía y la retórica no impiden,
poniendo su conducta, las intrigas poi íticas, el mal sin embargo, que éstas se conviertan, paulatina-
gobierno de los magistrados, y el abuso del poder, mente, en disciplinas famosas para la formación
del romano, sobre todo de clase culta. El acerca-
así como todos los excesos de la aristocracia. La
miento a ella parece obvia exigencia de madurez
fuerza de su carácter, sin lugar a dudas, se refleja
cultural: el intelectual-poi ítico romano no pod ía
en su prosa, cultivada en Roma por un hombre que
desconocer el valor de la filosofía para disciplinar
pose ía todo, "praeter hanc politissimam doctrinam
el pensamiento, y el de la retórica para perfeccio-
transmarinam atque adventiciam" (14): esa doctri-
nar con sus técnicas el discurso oratorio, el cual se
na era la predicada por la retórica y la filosofía
insinúa siempre con más fuerza en la actividad po-
griega. Y, si bien a su hijo Marco le sugiere que es
lítica. Aún no, por supuesto, con la visión amplia
bueno mirar pero no profundizar, "inspicere, non
de Cicerón.
perdiscere", quedó su prosa influenciada por la
preceptiva griega, directa o indirectamente. Sus De probada preparación retórica, alrededor del
"Orationes", conservadas en escasos fragmentos, 130 a.C., es la oratoria de Gaio Graco. Heredero de
resienten la solemne elocuencia de Demóstenes y nobles padres, se cimenta, como el hermano muer-
Tucídides, según opinión también de Cicerón, Cor- to por la oposición, en una empresa de amplias
nelio Nepote y Plutarco. De otra parte, su prosa, si proporciones para su época: su visión poi ítica, par-
bien sellada por su naturaleza, es tan rica en figuras tiendo de una reforma agraria, lo llevaría de no ser
retóricas, aliteraclones, onomateleutos, poi íptotos, muerto él también, a su sacudir a la república ro-
anáforas, y a veces tan ampolosa como la oratoria mana desde su íntima constitución, revolucionan-
tardía que, en realidad, sin conocimiento de la re- do el poder de las fuerzas poi íticas y dominadoras:
tórica griega, sorprender ían en el primer prosador un gran proyecto que ten ía que acabar en sangre.
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Los fragmentos de sus discursos son reflejo de mento desesperado quizás, sus últimas palabras:
su convicción poi ítica, de la sinceridad de sus ac- "Quo me miser conferam? Quo vertam? In Capi-
tuaciones, y, para lo que nos interesa, del dominio toliumne? at fratris sanguine redundant. An do-
de las técnicas adquiridas del discurso: Su oratoria mum? matremne ut miseram lamentantem videam
es una constante y dramática manifestación de las et abiectam? ": "¿A dónde ir, desdichado? ¿A
tantas intrigas poi íticas y de las malas conductas dónde dirigirme? ¿Al Capitolio? Está húmedo de
de los gobernantes. El momento histórico es de la sangre de mi hermano. ¿A casa? ¿Para ver a mi
extremo "pathos"; se "siente" el presagio de algún pobre madre hundida en lágrimas y abandonada? "
acto de violencia: Gaio Graco recurre a todas las (20). Cicerón señala como estas palabras fueron
técnicas retóricas para persuadir a su público; un pronunciadas con tal mirada, voz y gestos, que
público numeroso, por cierto, que lo seguía, cauti- provocaron el llanto de los mismos enemigos. Bien
vado por su elocuencia. Cuando tiene pruebas para observados por Gaio Graco, debían de ser todos
demostrar sus acusaciones, esas pruebas, objetivas los planteamientos de la "actio", la cuarta parte de
o "extrínsecas" como codifica la retórica en su la retórica, que instruye sobre todos los secretos
primera parte: "inventio ", las ofrece con riqueza del convencer con las palabras y la actuación: Cice-
de detalles y con las figuras que resultan más efica- rón y Quintiliano refieren que tal era su preocupa-
ces para su fin: "Con un solo ejemplo os mostraré ción por la obediencia a estos preceptos, que en todo
a que arbitrariedades y excesos se entregan esos discurso se hacía acompañar por un esclavo quien
jóvenes. En estos últimos años, traían de Asia a un le marcaba, con un sonido convencional de la flau-
joven que aún no había desempeñado ninguna ma- ta, el ritmo de su voz corrigiendolo así, cuando
gistratura, pero actuaba como legado. Lo traían en parecía muy excitado o apagado. Su estilo colori-
una litera. Le salió al encuentro un boyero de Ve- do, variado, rico en figuras retóricas, a los aticistas
nusa, que, en broma (no sabía con quien trataba) romanos les pareció demasiado asiano, pero quizás
preguntó si llevaban un muerto. El mandó detener sea mas bien el peculiar estilo de Gaio Graco el de
la litera y ordenó empuñar las correas y dar de una oratoria juvenilmente culta y apasionada: dis-
palos al hombre hasta darle muerte" (17). tante de la de Catón, así como de la Cicerón. "Elo-
Cuando se ve obligado a convencer mediante quentissimus" fue considerado por este último en-
deducción (entimema), se vale entonces de pruebas tre los hombres de la antigüedad, y nadie "plenior
sujetivas o "intr ínsecas" que su fluida elocuencia aut uberíor" que él; el máximo orador romano
transforma en persuasión: "Porque, Qu írites, si po- apreciaba en sus frases la magnilocuencia, en los
néis cuidado y atención, por más que busquéis, no pensamientos, la sabiduría, y en todo, la "gravitas"
encontraréis entre nosotros a nadie que venga aqu í romana (21).
sin esperanzas de obtener un beneficio. Todos no-
sotros, los que hablamos, aspiramos a algo, y nada, La tradición de Gaio Graco, pervive, en la Eu-
sino el deseo de una ganancia, impulsa a nadie a ropa de la Revolución Francesa, en los hermanos
acudir antes vosotros. Yo mismo, que os hablo pa- Chenier: Andrés, víctima de ésta, y Marie [oseph,
ra acrecentar vuestros negocios públicos y facilitar autor, en 1792, de la tragedia en tres actos Gaius
el progreso de vuestros intereses y de los Estados Gracus. El drama alcanza fama por el móvil poi íti-
no acudo a la tribuna por nada; es cierto que no os co más que por razones artísticas; tanto es así, que
pido dinero, pero sí buena reputación y honra" la constitución post-revolucionaria ordenó su pre-
(18). sentación tres días a la semana. En Italia, Vincenzo
Las más clásicas figuras retóricas (antítesis, ana- Monti, en 1788, se inspira en el mismo tema para
coluto, isocolon entre otras) están presentes en su su drama en cinco actos; lo modifica con un desen-
prosa: "Es imposible ocasionar el deshonor de las lace de su icidio por parte de Graco, acusado del
personas honradas al honrar a los indignos". "Tu homicidio de Escipión el Africano. En la historia
niñez cubrió de vergüenza a tu juventud; tu juven- de la música, también, el episodio inspira la crea-
tud, de deshonor a tu vejez; tu vejez, de infamia a ción de una obra homónima por Leonardo Leo, en
la patria" (19). 1700 (22). "Cuando la historia de la república fue
La dramatización de los hechos es también una concluida, ellos, los Gracos, siguieron viviendo, no
técnica experimentada de la oratoria, cuando el como oradores celebrados por todos, sino como
convencimiento se logra mediante la conmoción ciudadanos condenados por muchos: y de esta
(el "movere" de la retórica). Gaio Graco excita el condena ellos derivaron una perenne razón de vi-
"pathos" de los oyentes al pronunciar, en un mo- da" (23).
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(En el próximo estudio presentaré algunos mo- (21) Cicerón: Brutus, 33, 125,126.
mentos de la oratoria de Cicerón y de le época
(22) Laffont-Bompiani: Dictionnaire des oeuvres de
postciceroniana) .
tous les temps et de tous les pays, 1.1: A-Dh, Ed.
Societé d'Eriltlons de Dictionnaires et Encyclopé-
d ies, París, 1953.
NOTAS
(23) C. Marchesi, ibíd., pág. 178.
(1) Charles Bally: El lenguaje y la vida. Ed. Losada,
Buenos Aires, 1972, pág. 29.

(2) Ibid.: pág. 29. BIBLlOGRAFIA

(3) Dionisio de Halyc.: Antiquitates Romanae, VI,49, (Obras de consulta básica: Cicerón: Brutus y De
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