Está en la página 1de 6

Colegio Gimnasio Campestre San Sebastián

1. IDENTIFICACIÓN:
GUIA No. 3 FECHA: Febrero/2018
ESTUDIANTE:
AREA: Historia, Geografía, democracia y
ASIGNATURA: H. Política
constitución política
GRADO: Noveno DURACION EN HORAS: Una
COMPETENCIAS: Interpretativa, argumentativa, propositiva.
DBA SOC 3: Analiza los cambios sociales, económicos, políticos y culturales
generados por el surgimiento y consolidación del capitalismo en Europa y las
razones por las cuales este sigue siendo un sistema económico vigente.
DOCENTE: Vida Patricia Durán González

2. EXPLORACION CONOCIMIENTOS PREVIOS:


Actividad individual:
POLÍTICA CONTEMPORÁNEA

El ascenso de la burguesía: liberalismo, nacionalismo y socialismo


La Revolución francesa
El proceso iniciado por la Revolución francesa tuvo repercusiones tras-
cendentales en la historia política de Europa. Se trató de una ruptura con un orden
político que venía desde la Edad Media, el cual, a pesar de los cambios
propiciados por el humanismo y la Reforma, no había logrado desligarse por
completo de aquel antiguo orden en el que lo político estaba íntimamente ligado
a la monarquía y a la religión.
Los antecedentes inmediatos a la Revolución francesa se encuentran en las ideas
de progreso que difundió la Ilustración y en el crecimiento de
una burguesía económicamente poderosa y descontenta debido a su
marginamiento en las decisiones políticas. Esta situación llevó a que se levantara
en contra de los regímenes absolutistas europeos. El proceso estalló en 1789 y
se dio en tres etapas: una primera que fue hasta el Imperio napoleónico, la se-
gunda hasta la Revolución de 1830, y la tercera hasta la Revolución de 1848.

“La Libertad guiando al Pueblo”. Eugéne Delacroix, Óleo sobre tela, 1830.

El ideario político que desató el proceso revolucionario francés, además de la


Ilustración, fue aportado por el impacto de la independencia de las colonias
inglesas en Norteamérica, en 1776. El fundamento se basaba en tres palabras:
libertad, representatividad y democracia, las cuales eran los nuevos ideales que
recorrían el continente. El impacto de estas tres palabras se entiende desde la
necesidad que tenían los burgueses de oponerse a lo que se conocía
como Antiguo Régimen, es decir, el conjunto de las condiciones políticas,
económicas y sociales generadas por las monarquías absolutistas.
Las ideas de los filósofos ilustrados sirvieron para cuestionar las bases del orden
social y el papel de la Iglesia, pues afirmaban que esta se debía ocupar de las
cuestiones espirituales y no intervenir en la política.

Paradójicamente, fue una de las épocas en que menos se firmaron tratados


Colegio Gimnasio Campestre San Sebastián
políticos. El impacto de la revolución se debe más a los hechos que produjo, pues
era totalmente novedoso el ascenso de la burguesía al poder, el fin del Antiguo
Régimen, y su consecuencia, la formación de democracias representativas. Para
que este último aspecto fuera posible y tras el fracaso de las negociaciones en
los Estados generales, reunión de diputados que representaban los tres
estamentos que conformaban la sociedad francesa, se convocó una Asamblea
Constituyente, lo que aportaba un elemento también novedoso porque convertía
a la monarquía en constitucional. Es decir, el rey ya no podía actuar solo, sino
que estaba limitado por el poder de una cámara de representantes elegidos por
el pueblo.
El rey Luis XVI intentó disolver la Asamblea Constituyente, lo cual dio lugar, en
julio de 1789, a la culminación de la revolución. La Asamblea continuó sus
trabajos y adoptó cuatro medidas de gran importancia política: proclamó la
igualdad de todos los ciudadanos; aprobó la declaración de los Derechos del
Hombre y el Ciudadano; aprobó la Constitución Civil del Clero, por medio de la
cual los cargos eclesiásticos estaban sujetos a las autoridades civiles, y aprobó
la Constitución de 1791, en la que se proclamaba la soberanía nacional, la división
de poderes y el derecho al voto. Con estas medidas nació una nueva forma de
concebir el poder, la política y el Estado.

"Napoleón arengando a sus tropas en el puente del Lech en Augsburgo, 1805", Claude
Gautherot, 1820.

Los siguientes años fueron difíciles, las dificultades económicas afectaron las
decisiones del gobierno, cuya tarea principal era la reorganización del Estado bajo
nuevos presupuestos. Esta situación fue aprovechada por el ejército, que se
convirtió en el principal actor del escenario político francés, lo cual favoreció el
ascenso de Napoleón Bonaparte. Su política creó un modelo de Estado que
centralizaba la administración, controlaba la educación y legislaba por decreto.

El liberalismo, el nacionalismo y el Estado nacional


La última etapa de la Revolución francesa se desarrolló con el movimiento de
1848, en el cual los liberales y nacionalistas, acompañados en esta ocasión de
los obreros surgidos de la industrialización, se levantaron contra la monarquía.
Este movimiento iniciado en Francia se extendió por los países de la Europa
mediterránea y central, principalmente Italia, los Estados alemanes, Austria y
Suiza.
Una de las ideologías políticas que más se favoreció con estos acontecimientos
fue el liberalismo, puesto que era la ideología que definía a la clase burguesa que
se fortalecía a grandes pasos en la medida que se llevaba a cabo la Revolución
industrial. Inicialmente, durante el siglo XVIII, el liberalismo se entendió como una
filosofía del progreso, pero en el siglo XIX se fragmentó en varias ideologías
distintas, entre las cuales se distinguieron:
El liberalismo económico. Este planteamiento descansaba sobre dos principios
considerados fundamentales: riqueza y propiedad.
El liberalismo político. Se oponía al despotismo. Era el fundamento doctrinal del
gobierno representativo y de la democracia parlamentaria.
El liberalismo intelectual. Se caracterizó por un espíritu de tolerancia y de
conciliación, aunque esto no era exclusividad de los liberales.

Una primera forma de este liberalismo fue el romanticismo político, el cual estaba
alimentado por los recuerdos de la Revolución y el Imperio. Se caracterizó por la
Colegio Gimnasio Campestre San Sebastián
atención a los problemas sociales más que por las cuestiones puramente
políticas. La política clásica consistía en plantear los problemas para intentar
resolverlos, los románticos, por su parte, no trataban tanto de resolverlos como
de plantearlos en toda su amplitud. Sus representantes más importantes fueron
Víctor Hugo, Chateaubriand, Lamennais y Michelet.

Después de la revolución de 1848, el liberalismo se convirtió en la doctrina de la


libertad. Entre sus principios básicos defendía la propiedad privada, la libertad de
empresa y de comercio, la libertad personal y de determinación política. En este
sentido adquirió diversas perspectivas, de acuerdo con las necesidades y las
condiciones políticas de cada región.
En Francia, por ejemplo, el liberalismo permaneció vinculado a la defensa de los
intereses comerciales. En otros lugares fue económicamente conservador y
proteccionista. En Alemania e Italia, el movimiento liberal promovió
el nacionalismo, lo que permitió conformar el Estado nacional. En los países de
Oriente, permitió su apertura al comercio occidental; las nuevas repúblicas la-
tinoamericanas se inspiraron en esta ideología para crear sus constituciones
liberales.

Estallidos revolucionarios en 1848 en Europa.

Sin embargo, uno de los efectos más importantes de la revolución del 48 y del creciente
liberalismo, fue la necesidad de la burguesía de fundar Estados sobre una base nacional, es
decir, con un pasado histórico, una lengua y una cultura común. Esto motivó los movimientos
nacionalistas en contra de los sectores dominantes, como ocurrió en Austria contra su rígida
monarquía, en Italia donde se concretó el movimiento de la Joven Italia promovido
por Giuseppe Mazzini, en Hungría donde los nacionalistas adoptaron una constitución que
los proclamó independientes y, más tarde, en Alemania. Así nacían los Estados nacionales.

Uno de los pensadores más sobresalientes sobre el tema del Estado en esta etapa
fue Wilhelm Friedrich Hegel (1770-1831), quien opinaba que el Estado debía ordenar a la
sociedad civil y procurar la seguridad, la estabilidad y la justicia social. Debía propiciar un
verdadero sentido de justicia, permitiendo la participación de los hombres en el patrimonio
social acumulado. Según Hegel, como cada individuo busca su propio interés, era necesario
que este fuera miembro del Estado, al cual se debía subordinar como a Dios. Esta concepción
mística del Estado implicaba una subordinación total del hombre y de la sociedad, por lo que
fue retomada por varios pensadores y políticos de regímenes totalitarios.

El nacimiento del socialismo

Frente a la difícil situación social que creó la Revolución industrial, se generaron


organizaciones que buscaban aliviar los conflictos entre trabajo y capital, y acabar con la
explotación de la cual eran víctimas los obreros por parte de los capitalistas. Estos fueron
los movimientos obreros, que tuvieron su origen en Inglaterra y de donde se expandieron
por la mayor parte de Europa. Sin embargo, los lentos progresos de estos movimientos,
promovieron un conjunto de ideas que buscaban la igualdad de condiciones para todos los
hombres, las cuales recibieron el nombre de socialistas. Las primeras doctrinas
socialistas eran románticas e idealistas, por lo que recibieron el nombre de socialismo
utópico.
Colegio Gimnasio Campestre San Sebastián
Los socialismos utópicos se caracterizaron por su concepción ideal de la sociedad y de los
medios para llegar a ella. Las bases sobre las cuales se creó la idealización de una sociedad
más justa fueron, en primer lugar, el ideario de la Ilustración y principalmente la idea de
progreso. Junto a ella, se pensó en la necesidad del régimen natural: la necesidad de iden-
tificar los acontecimientos humanos con el equilibrio y armonía de la naturaleza. Todo esto
dirigido hacia la creación del "reino de la felicidad", en el cual debían participar todos los
hombres sin excepción, para lo cual propusieron sustituir la propiedad privada por la
propiedad colectiva; y en vez de empresas individuales, la cooperación fraterna para que el
hombre volviera a la felicidad. Estos socialismos utópicos tuvieron un marcado carácter
moralista y ético.

Sus pensadores se ocuparon de las consecuencias sociales de la Revolución industrial,


especialmente del problema de la producción y de la injusta distribución de la riqueza. En
Inglaterra su principal representante fue Robert Owen, importante empresario, quien llevó
adelante los primeros experimentos de seguridad social. En Francia se destacó Claude de
Saint-Simon, quien sostuvo que la política tenía por objeto el orden de cosas más favorables
a todos los tipos de producción y, por lo tanto, el gobierno tenía como principal misión
organizar la economía para lograr la reforma social. Otros fueron Charles Fourier y Pierre
Proudhon. Estos pensadores se centraron en la reforma de la economía y prescindieron de
la democracia política para llevarla a cabo. En cambio, otros socialistas como Etienne Cabet
y Louis Blanc no separaron la reforma social de la democracia política.

De igual forma, en el ambiente de la Revolución de 1848, apareció un tipo de socialismo


completamente distinto, el socialismo científico, cuyos ideólogos fueron Karl Marx (1818-
1883) y Friedrich Engels (1820-1895). Estos se inspiraron en la filosofía de Hegel, en los
economistas liberales y en los socialistas utópicos.

Marx y Engels.

Con estas bases, desarrollaron una teoría que afirmaba que el socialismo era el resultado
necesario de la lucha entre dos clases formadas históricamente: el proletariado y la
burguesía. Partían de una crítica de la sociedad capitalista y de la interpretación materialista
de la historia, según la cual todos los hechos históricos estaban determinados por lo
económico. Luego, la tarea consistió en investigar el proceso económico
del capitalismo sobre el cual brotaron estas clases sociales y el conflicto que sostenían. En
seguida, propusieron soluciones a la situación. El descubrimiento del secreto de la producción
capitalista, la plusvalía y la dialéctica materialista de la historia, le dio al marxismo el
carácter de ciencia.

Marx se pronunció contra el trabajo que los obreros realizaban en las nacientes fábricas
porque atentaba contra su dignidad. Los medios de producción ya no pertenecían a los
trabajadores y sólo unos pocos eran sus propietarios. Esto producía una lucha entre las
clases sociales, que debía llevar a que los trabajadores se organizaran en una clase y luego
en un partido. Cuando triunfara la revolución socialista, se instauraría la dictadura del
proletariado que debía eliminar al Estado vigente, paso previo para lograr la sociedad
comunista, sin clases. A partir de las tesis marxistas surgieron los socialismos reformistas,
que no aceptaron la necesidad de la revolución y propusieron llegar al socialismo a través de
un proceso gradual. Algunas de sus propuestas fueron subordinar el mercado a las
Colegio Gimnasio Campestre San Sebastián
necesidades sociales, controlar e intervenir en la economía, restringir la propiedad privada y
distribuir el poder político fortaleciendo el Estado democrático.

Marx y Engels tomaron contacto con los movimientos obreros y su resultado fue el Manifiesto
del partido comunista, que se convirtió en la base de las organizaciones obreras. Este libro
permitió incrementar tanto la expansión del movimiento obrero como sus actividades para
convertirse en una gran fuerza social. Por este motivo, desde mediados del siglo XIX se ace-
leró el proceso de concientización obrera frente a su situación y a su propio reconocimiento
como clase social, lo que permitió la organización de los movimientos obreros sindicales y
políticos en toda Europa.

El imperialismo

Dentro del ambiente político nacionalista aparecieron nuevas ideas políticas, siendo
el imperialismo la más representativa. La acumulación de riquezas como consecuencia
del capital financiero a lo largo del siglo XIX, abrió la brecha entre el mundo europeo que
quería modernizar al resto del mundo. La expansión del mercado, el ansia del progreso y la
necesidad de proteger su producción, motivaron la expansión europea. El hecho se inició con
la Conferencia de Berlín, convocada por Francia y Alemania, que tuvo lugar entre el 15 de
noviembre de 1884 y el 26 de febrero de 1885, con el objeto de dirimir los conflictos surgidos
entre las potencias coloniales europeas a raíz de la exploración, ocupación y reparto del
continente africano. Se sentaron las reglas del procedimiento internacional para la
"ocupación efectiva" de los territorios de África y Asia.

A partir del nacionalismo, en Europa se creó la idea de la superioridad racial de los europeos.
Por tanto, sus derechos y deberes se plasmaban en una misión: civilizar a quienes ellos
consideraban bárbaros, especialmente a los africanos y asiáticos. Por aquel entonces
estaban de moda las teorías de Darwin, quien afirmaba la sobrevivencia de las especies. Se
tomó el darwinismo y con él se justificó que la raza más fuerte era la blanca y, por tanto,
estaba llamada a triunfar sobre las otras. Para los europeos esta justificación implicaba un
derecho humanitario: el derecho de la conquista para establecer el "buen gobierno", de ma-
nera especial el inglés.

Una segunda justificación fue la defensa de los intereses económicos, políticos y sociales
estrechamente vinculados al nacionalismo europeo. Para esto, consideraron superiores sus
virtudes nacionales, lo demás era inferior.

El imperialismo también se justificó afirmando que este aportaba beneficios económicos y


culturales a las naciones conquistadas. En Europa se creía que la expansión del sistema
económico capitalista era necesaria para el desarrollo del mundo.

Socialización:

2. MATERIAL DE CONSULTA:
Colegio Gimnasio Campestre San Sebastián
Tomado de: GALINDO NEIRA, Luis Eduardo y otros. Economía y política II.
Recuperado de https://www.socialhizo.com/politica/politica-en-la-edad-
contemporanea

VALORACIÓN INTEGRAL
CALIFICACION GUÍA FIRMA FIRMA
DESEMPEÑO
CUALITATIVA CUANTITATIVA DOCENTE ACUDIENTE
SUPERIOR
(96 – 100)
ALTO
(86 – 95)
BASICO
(75 – 85)
BAJO
(10 – 74)

También podría gustarte