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»Número de Referencia: 55-2015

»Origen: SALAS
»Nombre del Tribunal: SALA DE LO CONSTITUCIONAL
»Tipo de Proceso: AMPAROS
»Tipo de Resolución: Admisión
»Fecha de Resolución: 16/03/2015
»Hora de Resolución: 08:56:00
55-2015
Amparo
Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia: San Salvador, a las ocho horas
con cincuenta y seis minutos del día dieciséis de marzo de dos mil quince.
Analizada la demanda firmada por el abogado Julio Enrique Pérez Navas, como
apoderado general judicial del Banco Davivienda Salvadoreño, Sociedad Anónima, conocido
como Banco Davivienda, Sociedad Anónima o Banco Salvadoreño, Sociedad Anónima, que
puede abreviarse Banco Davivienda Salvadoreño S.A., o Banco Davivienda, S.A. o Banco
Salvadoreño, S.A. o BANCOSAL, S.A. —en adelante el Banco—, junto con la
documentación que anexa, se hacen las siguientes consideraciones:
I. El apoderado del Banco demandante impugna el art. 7 letra B, N° 3, letra k-b
de la Ordenanza Reguladora de Tasas por Servicios Municipales de Nueva Concepción,
emitida mediante Decreto Municipal —D.M.— n° 22, de fecha 9-XII-2009, publicado
en el Diario Oficial —D.O.— n° 239, tomo 385, de fecha 21-XII-2009, en el cual se
establece un tributo por la obtención de una licencia para el funcionamiento de Bancos
nacionales dentro de dicho municipio.
La disposición impugnada prescribe:
Art. 7. Se establecen las siguientes tasas por servicios que la Municipalidad de Nueva Concepción
presta en esta ciudad, de la manera que se detalla a continuación:
B/ Servicios de Oficina [...]
N° 3 Otros Servicios Administrativos [...]
g. Licencias[...]
k. Licencias para operar en el municipio[...]
b. Bancos Nacionales cada uno al año ........................................................................... $
2,500.00
El abogado Pérez Navas expresa que su mandante realiza su actividad financiera y
tiene activos en el municipio de Nueva Concepción, departamento de Chalatenango, por lo
que se encuentra obligado a pagar el tributo que impugna, pese a que considera que vulnera
el derecho de propiedad por inobservancia a los principios de reserva de ley en materia
tributaria, legalidad y no confiscación.
De conformidad a lo sostenido por el referido profesional, el tributo en cuestión
transgrede el principio de reserva de ley, no obstante haberse aprobado formalmente
como una tasa, en realidad se trata de un impuesto, pues de su pago no deviene una
contraprestación directa por parte de la Municipalidad a favor del contribuyente. En
tal sentido, su emisión está fuera de la competencia del Concejo Municipal, pues la
autorización para el funcionamiento de las entidades financieras está encomendada a
la Superintendencia del Sistema Financiero —SSF—.
En cuanto a la vulneración al derecho de propiedad por la inobservancia al principio
de legalidad, el apoderado del Banco expresa que el Concejo Municipal otorga licencias de
funcionamiento para los Bancos que ejerzan su actividad económica dentro del municipio
pese a que no es competente para emitir este tipo de permisos.
Por último, respecto a la supuesta inobservancia al principio de no confiscación, el
abogado del Banco actor sostiene que para la cuantificación del tributo no se considera
ningún tipo de elemento técnico-contable que lo lleve a determinar el costo de prestar el
supuesto servicio que brinda la Municipalidad.
II. Tomando en consideración los argumentos expuestos por el abogado del Banco
demandante y a fin de resolver adecuadamente el caso planteado, resulta pertinente
exteriorizar ciertos fundamentos jurisprudenciales relevantes para la resolución que se
emitirá.
1. La jurisprudencia de esta Sala ha establecido dentro de los principios o límites
formales en materia tributaria, la reserva de ley —Sentencias de 9-VII-2010 y 5-X-2011, Inc.
35-2009 y Amp. 587-2009, respectivamente—. Al respecto, se ha sostenido que por su
relación directa con el derecho a la propiedad de los ciudadanos, los tributos son una materia
reservada a la ley formal
Así, la reserva de ley en materia tributaria tiene como finalidad, por un lado,
garantizar el derecho a la propiedad frente a injerencias arbitrarias del poder público
(dimensión individual); y, por otro lado, garantizar el principio de autoimposición, esto es,
que los ciudadanos no paguen más contribuciones que las que sus legítimos representantes
han establecido en la ley (dimensión colectiva) —Sentencia de 21-VIII-2013, Amp. 428-
2011—. Es decir, este principio tiene por objeto que un tema de especial interés para los
ciudadanos, el reparto de la carga tributaria, dependa exclusivamente del órgano estatal que,
por los principios que rigen su actividad, asegura de mejor manera la conciliación de intereses
contrapuestos en dicho reparto.
2. El principio de legalidad tributaria, como límite formal en materia tributaria,
exige al legislador claridad y configuración taxativa de los elementos esenciales de los
tributos, pues solo el carácter previo, claro y taxativo de las disposiciones proporciona
certeza a los individuos para orientar sus actos.
En ese sentido, esta Sala ha sostenido —Sentencia de fecha 21-VIII-2013, Amp.
4282011— que el principio de legalidad impone en materia tributaria las siguientes
condiciones: (i) la normativa tributaria debe ser previa a los supuestos que generan su
aplicación; (ii) los términos utilizados en la disposición deben ser claros, precisos e
inequívocos para el conocimiento de la generalidad, lo cual comprende un mandato de
taxatividad que ha de inspirar la tarea del legislador —en sentido amplio—; y (iii) la
ley ha de aplicarse en estricta concordancia con su contenido, evitando comprender
supuestos que no se enmarcan dentro de su tenor literal, lo que se concreta en la
actividad de los operadores jurídicos o aplicadores.
3. Respecto al principio de no confiscación, aún cuando se encuentre consagrado
expresamente de esa manera en la Constitución, esta Sala ha considerado que se trata de un
límite genuino a la potestad de crear tributos, en el sentido de que estos no absorban una parte
sustancial de su renta o de su capital gravado. Tal afirmación conlleva la dificultad de
determinar de forma concreta la "parte sustancial" de un patrimonio más allá del mínimo
vital, lo cual solo puede establecerse en cada caso concreto tomando en consideración el
tiempo, el lugar, los montos y los fines económico-sociales de cada tributo, así como el
mínimo vital indispensable para la subsistencia de las personas naturales y su grupo familiar,
el mínimo necesario para preservar la existencia de otro tipo de contribuyentes y la
conservación de la capacidad productiva en ambos supuestos.
4. Por otra parte, el derecho de propiedad faculta a toda persona a disponer
libremente de sus bienes, en cuanto a su uso, goce y disfrute, sin otras limitaciones más que
aquellas establecidas en la Constitución o la ley —Sentencias de fechas 15-X-2010 y 22-I-
2010, Amp. 513-2005 y 254-2008, respectivamente—.
Este derecho se encuentra estrechamente relacionado con los tributos y, en razón de
tal conexión, tanto los principios formales como los principios materiales del Derecho
Constitucional Tributario son garantías en sentido amplio de dicho derecho. Así, la
inobservancia de alguno de los mencionados principios puede ocasionar una intervención
ilegítima en el citado derecho de propiedad, por lo que su vulneración perfectamente puede
ser controlada por la vía del proceso de amparo.
III. En virtud de las consideraciones que constituyen el relato de los hechos efectuado
en la demanda, es pertinente, en atención al principio iura novit curia —el Derecho es
conocido para el Tribunal— y al artículo 80 de la Ley de Procedimientos Constitucionales,
realizar ciertas consideraciones referidas a los términos en que ha sido planteada la queja de
la parte demandante.
1. Los argumentos expuestos por el Banco por medio de su apoderado judicial
se centran en aseverar que el tributo cuestionado vulnera su derecho de propiedad por
inobservancia a los principios de reserva de ley, legalidad y no confiscatoriedad, ya que
este, pese haberse emitido con las formalidades de una tasa, realmente constituye un
impuesto pues no existe una contraprestación a favor del contribuyente por parte de la
Municipalidad.
Así, el abogado del Banco sostiene que el Concejo Municipal se extralimitó en sus
funciones al emitir una tasa para la obtención de una licencia para ejercer una actividad
económica cuyo control está encomendada a otra institución estatal —SSF— y al no devenir
ninguna prestación a favor del contribuyente, se evidencia que no constituye una tasa sino
un impuesto. Además, la cuantía que se debe cancelar para la obtención de dicha licencia ha
sido determinada sin considerar ningún tipo de elemento técnico-contable.
En tal sentido, se advierte que los argumentos expuestos para sostener la supuesta
inobservancia de los principios de reserva de ley y legalidad coinciden en la falta de
competencia para emitir tal disposición, por lo que en consideración a la jurisprudencia
acotada en el apartado anterior y a los argumentos sostenidos por el abogado del Banco, es
procedente reconducir tales afirmaciones a la probable trasgresión del derecho de propiedad
por inobservancia a la reserva de ley y al principio de no confiscatoriedad, por lo que así
deberá conocerse en el presente proceso.
IV. Determinados los argumentos esgrimidos por el apoderado del Banco
peticionario, se advierte que el presente amparo se admitirá para controlar la
constitucionalidad del art. 7 letra B, N° 3, letra k-b de la Ordenanza Reguladora de Tasas por
Servicios Municipales de Nueva Concepción, emitida mediante D.M. n° 22, de fecha 9-XII-
2009, publicado en el D.O. n° 239, tomo 385, de fecha 21-XII-2009, mediante el cual se
establece un tributo por la obtención de una licencia para el funcionamiento de Bancos
nacionales dentro de dicho municipio.
Tal admisión se debe a que, según sostiene el abogado de la parte actora, el referido
artículo vulnera el derecho de propiedad —por inobservancia a la reserva de ley y al
principio de no confiscatoriedad— de su mandante, en virtud de que dicha disposición no
constituye una tasa sino un impuesto, por lo que el Concejo Municipal carece de competencia
para emitirla; además, su cuantía ha sido fijada sin considerar ningún tipo de parámetro
técnico contable en relación al supuesto servicio que brinda.
Ahora bien, al optar por la vía del amparo para cuestionar constitucionalmente una
actuación normativa imputada a un funcionario —como en el presente caso— la parte actora
se ha atribuido la existencia de un agravio personal, directo y de trascendencia constitucional
a su esfera jurídica, por lo que su existencia deberá ser acreditada durante la tramitación del
proceso; es decir, aquella deberá evidenciar, mediante la prueba que aporte en este amparo
la afectación a alguno de sus derechos fundamentales como consecuencia de la disposición
impugnada.
V. Expuesto lo anterior, corresponde en este apartado examinar la posibilidad de
decretar una medida precautoria en el presente amparo, para lo cual resulta necesario señalar
que la suspensión de los efectos del acto impugnado se enmarca dentro de la categoría de las
medidas cautelares, cuya función es impedir la realización de actos que, de alguna manera,
impidan o dificulten la efectiva satisfacción de la pretensión, la cual se lleva a cabo mediante
una incidencia en la esfera jurídica del demandado o, incluso, de quien resulte beneficiado
con el acto reclamado.
1. En relación a ello, es necesario indicar que para la adopción de una medida cautelar
deben concurrir al menos dos presupuestos básicos, a saber: la probable existencia de un
derecho amenazado —fumus boni iuris— y el daño que ocasionaría el desarrollo temporal
del proceso —periculum in mora—.
2. En el presente caso, se observa que el abogado del Banco pretensor solicita se
adopte la medida cautelar en este proceso con el objeto de que a su representado no se le
continúe exigiendo el pago del tributo que considera inconstitucional, ya sea por cobro
administrativo o por la vía judicial.
Así, en esta etapa inicial, el referido profesional fundamenta de manera clara la
probable conculcación del derecho de propiedad de su mandante en virtud de la aplicación
directa de la disposición impugnada. Además, sostiene que la Municipalidad ha ejercido
acciones de cobro del referido tributo de lo que deviene —a su juicio— el peligro en la
demora, pues de no cancelar dicho tributo, el Banco no solo será sancionado conforme a la
misma Ordenanza, sino que no podrá obtener la solvencia de impuestos municipales, la cual
es esencial para la inscripción de diferentes instrumentos legales en los Registros de
Propiedad y Comercio —v.gr. transferencia o gravámenes de inmuebles, modificación de
escritura de constitución—.
3. En virtud de lo expuesto, dado que los argumentos del apoderado de la parte
actora permiten inferir la posible afectación al patrimonio de su mandante, este Tribunal
considera procedente adoptar nuevamente los argumentos reseñados en el auto del 29-VII-
2010 pronunciado en el Amp. 241-2010, en el cual se consideró que "... existe apariencia de
buen derecho en virtud, por una parte, de la invocación de una presunta vulneración de
derechos constitucionales de la institución pretensora y, por otra, de la exposición de
circunstancias fácticas y jurídicas en las que se hace descansar aquella. De igual forma, se
puede observar que existe un efectivo peligro en la demora, ya que de no paralizar los efectos
de la normativa impugnada podría afectarse el patrimonio de la referida sociedad."
4. En razón de lo anterior, resulta procedente ordenar la suspensión de los efectos de
las disposición controvertida, ordenando a la Municipalidad de Nueva Concepción,
departamento de Chalatenango, que se abstenga de exigir al Banco Davivienda Salvadoreño,
Sociedad Anónima, el pago del tributo establecido en el artículo impugnado, además, no
deberá ejercer acciones administrativas o judiciales tendentes al cobro de este, ni se generarán
intereses o multas por su falta de pago.
VI. Por otra parte, con relación a la tramitación del proceso de amparo y, en particular,
respecto a la forma en que deben realizarse los actos de comunicación procesal a la Fiscal de
la Corte como sujeto interviniente en el proceso, es procedente requerirle, tal como este
Tribunal ha ordenado en su jurisprudencia —verbigracia en las resoluciones de fecha 5-VII-
2013 y 19-VII-2013, pronunciadas en los Amp. 195-2012 y 447-2013, respectivamente—
que al contestar la audiencia que se le confiere conforme al artículo 23 de la L.Pr.C., señale
un lugar para oír notificaciones dentro de esta ciudad o un medio técnico para recibir los
actos procesales de comunicación, caso contrario, las notificaciones deberán efectuarse en el
tablero del tribunal.
Por todo lo expuesto y conforme a lo establecido en los artículos 12, 19, 21, 22, 79
inciso 2° y 80 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE:
1. Tiénese al abogado Julio Enrique Pérez Navas, en calidad de apoderado general
judicial del Banco Davivienda Salvadoreño, Sociedad Anónima, por haber acreditado
debidamente su personería.
2. Admítese la demanda planteada por el referido profesional contra el Concejo
Municipal de Nueva Concepción, departamento de Chalatenango por haber emitido el art. 7
letra B, N° 3, letra k-b de la Ordenanza Reguladora de Tasas por Servicios Municipales de
Nueva Concepción, emitida mediante D.M. n° 22, de fecha 9-XII-2009, publicado en el D.O.
n° 239, tomo 385, de fecha 21-XII-2009, mediante el cual se establece un tributo por la
obtención de una licencia para el funcionamiento de Bancos nacionales dentro de dicho
municipio, por la presunta lesión al derecho de propiedad por inobservancia a la reserva de
ley y al principio de no confiscatoriedad en los términos señalados en el considerando IV de
esta resolución.
3. Suspéndense inmediata y provisionalmente los efectos de la disposición
impugnada, medida cautelar que ha de entenderse en el sentido que, mientras se tramita este
amparo, la municipalidad de Nueva Concepción, departamento de Chalatenango deberá
abstenerse de exigir al Banco Davivienda Salvadoreño, Sociedad Anónima, el pago del
referido tributo, así como tampoco deberá ejercer acciones administrativas o judiciales
tendentes al cobro del mismo, ni se generarán intereses o multas por su falta de pago. Lo
anterior mientras se mantenga la verosimilitud de las circunstancias fácticas y jurídicas
apreciadas para la adopción de tal medida.
4. Informe dentro de veinticuatro horas el Concejo Municipal de Nueva Concepción,
departamento de Chalatenango, quien deberá expresar en su respectivo informe si son ciertos
los hechos que se le atribuyen en la demanda.
5. Ordénese a la Secretaría de este Tribunal que, habiéndose recibido el informe
requerido a la autoridad demandada o transcurrido el plazo sin que esta lo rindiere, notifique
el presente auto al Fiscal de la Corte, a efecto de oírlo en la siguiente audiencia.
6. Previénese al Fiscal de la Corte que, al contestar la audiencia que se le confiere
conforme al art. 23 de la L.Pr.C., señale un lugar para oír notificaciones dentro de esta ciudad
o un medio técnico para recibir los actos procesales de comunicación, caso contrario, las
notificaciones deberán efectuarse en el tablero de este tribunal, en virtud de lo dispuesto en
los arts. 170 y 171 C.Pr.C.M. —de aplicación supletoria en los procesos de amparo—.
7. Identifique la autoridad demandada el medio técnico por el cual desea recibir los
actos procesales de comunicación.
8. Tome nota la Secretaría de este Tribunal del lugar y medio técnico señalados por
la parte actora para recibir los actos procesales de comunicación.
9. Notifíquese.-
---------F. MELENDEZ------J. B. JAIME------E. S. BLANCO R.---------PRONUNCIADO
POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.----------E. SOCORRO C.--
------------SRIA.----------RUBRICADAS.-

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