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La inmensidad de la mente es solo proporcional a la capacidad de fingir que los sueños pueden ser

reales, pues al final de cuentas la realidad en la que vivimos no es más que la consecuencia de
acumular ilusiones soñadas: es por eso que el ser humano dejo de ser racional y se convirtió en
una maquina viviente de esperanzas. ¿Pero que son las esperanzas?, si no más que la sensación de
soñar e imaginar que algo se pueda hacer realidad. Es entonces que la única explicación a la vida
de todos los días no sea más que un recurrente sueño tras otro.

Y es que en este mundo, donde en la vida cotidiana se ha convertido en una y otra

Pues en resumen este mundo, este momento la humanidad ha dejado la razón por la ilusión.

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