Está en la página 1de 6

LA MUJER QUE ACOMPAÑO A VICENTE DE AMETZAGA

Cuando Ama, tras la reciente muerte de Aita, me comentó y me pidió ayuda para
su Proyecto de grabar en cintas de Audio (cassettes) su vivencia junto con Aita y
nosotros, sus hijos, en ese momento me di cuenta de su visión y alcance de querer
transmitir para que perdurara, todo lo que significo para ella su vida con Aita.

Para mi, Ama, fue La mujer que acompañó a Vicente de Ametzaga Aresti, esta frase
tan sencilla encierra lo que yo como hijo, vi, entendí, sentí, y compartí, lo que
significo para Aita tenerla a ella como su esposa, y para mi, como su hijo, lo que
significó tenerla como madre.

Las dificultades que les tocó compartir en la vida los unieron en una forma muy
especial, muy fuerte, complementandose ambos en todos los ámbitos, con un
pasado lleno de recuerdos y el futuro de la ilusión del regreso a Euskadi.

Ama se proponía y dedicaba a determinadas tareas y esa perseverancia es la que


hizo posible, en el caso de las obras inéditas de Aita, ordenar y recopilar todo el
material no publicado que tenia Aita en su escritorio. Ella se dedicó, dentro de su
dolor reciente tras la casi repentina muerte de Aita, a recopilar, ordenar y colocar
de su puño y letra, las notas y fechas a los diversos y dispersos artículos de prensa
y demás materiales que Aita tenia para sus proyectos futuros de publicación.

Ama, encerrándose sola en la Biblioteca, con todo el dolor que le representaba, por
los recuerdos de toda una vida junto al hombre al que supo acompañar, no hizo
sino lo que ella consideraba que tenia que hacer, por su amor, admiración, y su
total dedicación, al hombre de su vida.

Tal tarea de recopilar y ordenar todas las obras de Aita, es lo que ha permitido una
parte de las publicaciones que se han hecho sobre Aita en libros, y recientemente el
Sitio en Internet que lleva el nombre de Vicente de Ametzaga Aresti, único sitio de
referencia total, con su biografía, y con toda su Obra totalmente publicada,
posibilitando de esta manera, un potencial alcance en la difusión Internacional a
través de Internet, siendo hoy en día el sitio de referencia de la vida de Aita que
publica sus obras completas.

Yo, su hijo, no hubiera podido realizar la creación en Internet del sitio que lleva el
nombre de Aita, sin este trabajo que ella en forma callada, anónima y con total
entrega lo hizo sin buscar nada a cambio, ni reconocimientos ni figuración,
simplemente lo hizo.
En un baúl azul metálico que compro en USA, colocó todo el material recopilado de
la obra de Aita y lo ordenó según su criterio. Dicho baúl esta en el sótano de la casa
N 10 de Alzuza, Navarra

Habiendo nacido Ama, en los años incipientes del Siglo XX, adquirió una formación
típica de las mujeres vizcainas de esa época, sin embargo, tenia una inteligencia
natural, sentido común y un saber estar, poco comunes para mujeres de su
generación y, quizás por ello, supo acompañar a Aita, y llevar el hogar en todos sus
detalles.

Tuvo que buscar y levantar siete casas y apartamentos en los cuatro países en que
le toco vivir. Como decía ella “Si yo ya tenia la casa puesta en Sopelana,
preparada, para mi vida después del matrimonio”.

Tuvo sus hijos en tres países diferentes: sus dos hijas mayores, Mirentxu y Begoña
en Francia;su tercera hija, Arantzazu, en Argentina y sus dos hijos varones, Joseba
Bingen y Xabier Iñaki, en Uruguay.

Tras oír la narración que ella hace en los 12 cassettes, nos cuenta a todos los que
las escuchamos sus momentos de alegría y de tristeza. Narra con total franqueza
aquellos instantes que le hicieron sentir orgullosa, las vivencias cotidianas, pero
también las situaciones que la hicieron sufrir, quebrándosele la voz cuando relata
tales detalles.

Siendo Ama una persona muy entera y muy asentada, con una visión realista de la
familia y que solo habla de Aita y de nosotros sus hijos, dibujó muy claramente las
situaciones y actuaciones que describe.

El hecho de haber tomado la decisión de recopilar y ordenar todo el trabajo inédito


de Aita en medio de su dolor por la reciente muerte de quien fue el hombre y
esposo de toda la vida y, por otro lado, el hecho de grabar los 12 cassettes y
escribir en 9 cuadernos toda la vida de ella y de nosotros como familia hasta la
fecha de la muerte de Aita, nos dice quien era esa persona. Por ello he titulado este
homenaje “La mujer que acompaño a Vicente de Ametzaga Aresti”.

Ama y su papel en nuestra Familia

Ama tomó las riendas en lo que a llevar la familia se refiere, le tocó por poco
tiempo encontrar y empezar con el apartamento de París, luego el de Buenos Aires,
poco después el primero de Montevideo, que al resultar pequeño ante la llegada de
Mirentxu, nos mudamos a uno precioso y con una excelente ubicación. Y en
Caracas, la busqueda de otros tres apartamentos, hasta la adquisición en propiedad
de ultimo, Residencias Country.

Mis recuerdos se centran mas en Francisco Araucho, por lo que significaba ya como
familia, las vivencias diarias, el levantarse todos para ir a los colegios, las salidas a
la placita Varela, y los paseos a la finca de Biraben. Esos años fueron de
consolidación de todos nosotros como familia, prueba de ello, lo duro y doloroso
que fue para todos dejar Uruguay, cada quien lo tuvo que asumir lo mejor que
pudo.

Ama tuvo una vida social muy activa en esos años, se sentía feliz y muy a gusto y
reconocida, como nunca lo fue en ningún otro país, No en balde me decía que a ella
le hubiera gustado estudiar la carrera de Diplomacia.
Al abandonar Uruguay, sola, tuvo que enfrentar toda lo concerniente a la
liquidación en remate de todo lo que habían atesorado en los años de vida en ese
País, que tanto les dio, y donde nacieron sus dos hijos varones.

La estancia de Ama en Euskadi fue difícil para Aita debido a la imposibilidad de


realizar el proyecto de trabajo en los archivos de Iparralde, pero especialmente
para Ama, por la decisión de Begoña de permanecer en Euskadi.

Mirentxu disfruto un tiempo de la compañía de su hermana Begoña, mientras que


Arantza, tras una corta estadía en Las Arenas, fue la primera que regreso A
Venezuela. Bingen y yo vivimos dos años en San Sebastián y disfrutamos de una
total libertad de acción que nos marcó para toda la vida. Yo como hijo, me sentí sin
ningún tipo de querencia o compañia, excepto las de Bingen y Conchesi, quien me
tomó mucho cariño.

Después de la breve estancia en Euskadi, Ama empezó una nueva etapa de su vida
en Venezuela junto con Aita, esta vez sin los hijos. De nuevo le tocó a Ama reiniciar
y empezar en Caracas la búsqueda de apartamentos y la mudanza en tres
ocasiones, a medida que los hijos íbamos llegando de Euskadi, hasta que
finalmente, adquirimos el apartamento en Residencias Country, querido hogar
donde se celebraron las bodas de Mirentxu y Arantza y fue la ultima morada de
Aita. Todo esto se logró en tan solo 14 años de estadía en Venezuela, dada la
capacidad de administración que poseía Ama y con el aporte de los sueldos de Aita
y todos los hermanos, pero en especial de Arantza, quien aportaba la totalidad del
sueldo.

Yo diría que fue la época madura de nuestra familia, alegrías por las bodas,
graduación de estudios de los hijos, la consecución de una casa propia por parte de
Aita, que les dio a ambos gran satisfacción por la meta alcanzada, publicación de
la mayoría de sus libros y, además, un nuevo capitulo en la vida intelectual de Aita
con total dedicación a la investigación histórica, alcanzando renombre es este
campo en Venezuela. Finalmente, el drama por la ida de Aita.

En todas estas etapas, Ama fue rectora y ejecutora de decisiones y pasos que se
tuvieron que dar.
Ama y sus hijos.

Como yo lo viví, y así lo recuerdo, Ama se sentía orgullosa de todos nosotros y nos
prodigaba una justa relación de amor según cada quien lo podía necesitar.

Aquí debo resaltar un hito en la vida de Ama que fue nada menos que la alegría del
reencuentro en Montevideo con su hija Mirentxu de nueve años de edad, tras siete
años de dolorosa separación debido a las guerras. Ama, con mucho amor, la apoyó
y ayudó a su adaptación a nuestra familia. Ambas pusieron mucho de su parte para
superar esa etapa y considero que entre madre e hija lograron algo muy especial.

Durante el período de dos años en el que a los hijos nos tocó vivir en Euskadi,
Ama y Aita ciertamente no nos acompañaron y, quizás por la carencia de ese cariño
maternal, Bingen y yo nos unimos mucho como hermanos. Hicimos una vida de
total libertad, saliendo de excursiones al monte y en contacto con la naturaleza.
Esto me marcó para toda la vida y aun hoy en día lo sigo haciendo.

Ama, en sus grabaciones, que son su diario de vida, habla de todos sus hijos y de
lo orgullosa que se sentia, de cómo cada uno de nosotros, le correspondimos en
nuestro actuar, en la vida de familia y en los pocos o muchas satisfacciones que le
pudimos dar a nuestros Aitas, Mirentxu, con su decisión a los 9 años de edad, de
vivir con los Aitas, Arantza con su acompañar y soporte a ellos a veces en
momentos difíciles, Bingen graduandose de medico, cosa de la que Ama se sentia
orgullosa, Lo que siempre todos quisimos es que Begoña estuviera presente,
colocando la silla vacia en la mesa de las cena de las Navidades. Esa añoranza se
cumplio en Diciembre del 2008, todos los hermanos pudimos estar juntos en una
mesa de navidad, con Aita y Ama presentes, en nuestros recuerdos.

Por mi parte, en la etapa de la viudez de Ama, puedo decir que nos unimos mucho,
y ella me hablaba mucho de sus cosas, dentro de la sencillez y comodidad de una
relación distendida que estuvo marcada por salidas, paseos y viajes, ya que nos
acompañamos mucho en los años convivencia como único hijo soltero en el
apartamento del edificio Friuli en Caracas.

El saber estar de Ama, tal como yo lo digo, era una compañía, siempre estable con
opiniones y decisiones y consejos, nunca tuvimos ninguna riña, ni nada parecido.

Intenté acompañarla lo mejor posible en su etapa de viudez en Caracas y en


Pamplona y esta relación especial quizás ha facilitado mi decisión de hacerle este
sencillo homenaje. Creo que es la mejor satisfacción que le puedo dar a Ama.

Ama en su dia a dia

Como hijo, es tan facil y tan dificil, hablar del Ama, que no sea claro, relatos de
amor, comprension de una madre hacia sus hijos, ya bastante trillado el tema, La
vida del dia a dia, en forma de sencillos hechos, es lo que pueden mejor reflejar la
personalidad y el actuar de Ama.

El acompañar a Aita en silencio a su lado en la biblioteca, haciendo labores, es una


de las imagenes que tengo presente, Por eso, los libros y escritos de Aita tienen ese
silencio y ese calor de compañia.
Ama cosia vestidos a las hermanas cuando pequeñas, y en la foto en que estamos
todos en Montevideo, en los dias de la despedida a Uruguay, Mirentxu y Arantza
estan con vestidos confeccionados por Ama.

Desde las tareas, de coser, cocinar, tambien tapizaba los muebles, con martillo y
tachuelas, que cosa curiosa me pedia que le acompañase a ferreterias que a ella le
gustaba.

Comparti con ella el gusto por salir de compras, e ir a casa de Americanos, Arantza
por sobre todo, acompañaba a Ama, y asi amueblo la actual casa de Alzuza.

En mi caso, hicimos bastantes compras para equipar el pequeño apartamento del


Edificio Friuli, apartamento de soltero que yo tenia, y que compartiamos en las
temporadas que ella vivio en Caracas en su etapa de viudez.

Ella sabia manejar las situaciones de dificultades, normales en toda familia, como
malas notas de colegio, y cosas parecidas, propias de todo joven en epoca de
desarrollo, y de rebeldia, Lo manejaba y resolvia todo para que Aita no se enterara,
eso fueron todos los grandes problemas que como hijos les dimos a ellos,
simplemente porque nos dieron amor y confiaban en nosotros, nosotros
correpondiamos dentro de nuestro mundo de jovenes, con inquietudes propias de la
edad.

Ella escondia a Aita el hecho de que yo saliera a pasear en moto, cosa que me
gustaba, y aun hoy lo hago, yo guardaba la moto en un closet de lenceria que tenia
el Apartamento en el piso 6, Aita nunca se entero.

Ama en su forma de ser, tendia a guardarse las cosas que fueran desagradables
para otros, por esa forma de ser, no era concebible tener una riña o gritos o peleas
con ella.

Ama destacaba la importancia a traves de determinadas celebraciones como la


Navidad, la union de todos nosotros, ella se esmeraba mucho en la preparacion de
platos que sabia nos gustaba a todos, Aita y todos nosotros teniamos buen apetito,
asi como se esmeraba en la presentacion de la mesa de navidad

En nuestros cumpleaños acompañaba a Aita a despertarnos con ruido de cacerolas,


en las mañanas de nuestros cumpleaños, rito este creo inventado por Aita.

De las cosa sencillas y alegres por el buen sentido del humor, era lo que prevalecia
en todos nosotros, a Ama se le iluminaba el corazon y a todos nosotros, por esas
manera sencilla, mas no significa ser simple, de llevar la vida en famila, a pesar de
dificultades economicas u ocasionales situaciones dificiles

Ama llevaba la administracion de la casa, buscaba los apartamentos adecuados, las


compras, las ropas, los muebles, decoraba la casa, escogiendo los muebles, en fin,
era la cabeza rectora y ejecutora del dia a dia del hogar,

Porque el narrar de las cosas mas sencillas, pude ser lo mas difícil, y a veces la
pluma no me acompaña.
La vida de Ama despues de la muerte de Aita,

Fueron años, en que decidio vivir en las casas de los diferentes hijos, en
Washington, Pamplona y Caracas, etapa esta, de mayor acercamiento y convivencia
con Mirentxu y Bob, y Arantza y Pello, en sus casas como hijas casadas,
obviamente en situaciones diferentes a cuando vivian en casa como solteras,
pudiendo ella ahora, disfrutar de sus nietos, y convivir con los matrimonios de sus
hijas.

Los recuerdos de los nietos por parte de Irujo, asi me lo comentaron, era que
cocinaba muy rico.

En mi caso, en Caracas y en el tiempo que estuve en Pamplona, creo que nos


acompañamos mucho, saliamos de excursion, la lleve a Merida en un viaje que le
encanto, asi como a haciendas del tiempo de la Colonia, retiradas en las cercanias
de Caracas, por caminos no muy aptos, tanto asi que en uno de ellos le salio un
chichon en la cabeza, por los saltos golpeandose con el techo del Volskwagen, a ella
le encantaba, y prueba de ello, que me acompañaba a cuanta salida yo podia
hacer. posteriormente con un Jeep aleman de la guerra, con techo de lona, y sin
puertas, que cuando llovia nos empapabamos, pero ella nunca protestaba.

Como compensacion, la llevaba a la Colonia Tovar a comer una merienda que le


gustaba mucho, con torta de almendra, en el Hotel Freiburg

En Pamplona, decidi llevarla a Francia por el camino de Los Pirineos, en un Seat


600 sin calefaccion y con neumaticos normales, en pleno invierno, asi llegamos, y
ella me enseño los pueblos donde estuvo con Aita.

Al igual que con Aita, mi papel con Ama, era de ayudarle en la cocina, pinche, ir de
compras al mercado de Chacao ella y yo solos, yo llevando el carrito del mercado,
pasar la pulidora, rayar las papas, pintar los marcos de las puertas, enhebrar las
agujas de coser. hacer la jarra de refresco para la comida, y fregar los platos.

Quizas esa relacion al parecer simple, da una comodidad para verse y conocerse
con mas profundidad, no es casualidad que los dos Homenajes, que como unico
sitio de referencia total de la vida y Obra publicada de Aita, y ahora este primer y
unico homenaje a Ama, lo ha hecho quien fuera el pinche de ambos, su hijo
menor.

Al pie de este homenaje, he publicado mi Poesia dedicada a ella, creo que es todo
cuanto yo puedo escribir acerca de ella.

También podría gustarte