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El Matrimonio sólido

en una vida líquida


Manual de intervención psicopedagógica
Mexicali, B.C. a 18 de diciembre de 2017

MCFC. Francisco Javier Godínez Maldonado

Psicopedagogía en el ámbito social y comunitario

Fecha de entrega: 18 de diciembre de 2017

MCES. Mayli del Refugio López Rodríguez


El Matrimonio sólido en una vida líquida

Objetivo: Acompañar a los jóvenes mexicalenses a reconocer el matrimonio como elemento


fundante de la familia y hacer de ella el ámbito natural donde la persona merece nacer,
crecer, vivir y morir como persona.

La generación del milenio corresponde a todos los jóvenes que a partir del año 2000 han
llegado a la vida adulta, es decir, los nacidos a partir de 1980, lo que representa un grupo
bastante numeroso y mayormente económicamente activo. Estos llamados “millennials”
han crecido en una época de prosperidad económica, tuvieron la oportunidad de desarrollar
otras preocupaciones más profundas como su identidad, gustos y expectativas,
convirtiéndolos en personas optimistas, narcisistas, orientadas a la felicidad y
acostumbrados a la “customización”, respuestas a la medida. Su manera tan particular de
ver la vida ha cambiado al mundo que los rodea y la escena nupcial no es la excepción.

Nos encontramos en un proceso de cambio de época, expresado en múltiples


acontecimientos por todo el mundo, que involucran diversos ámbitos, entre los que
involucra a la estructura familiar. El matrimonio ha sido reconocido como un derecho
fundamental para todos los seres humanos sin distinción; a la vez, de la discusión de su
naturaleza jurídica como institución y contrato; siendo que esta última —en concatenación
con diversos factores surgidos de la globalización— ha legitimado prácticas matrimoniales
deshonestas, como ocurre con los matrimonios por complacencia. Tales factores
discordantes a la naturaleza matrimonial resultan a la vez de posturas jurídicas subjetivas
imprecisas, lo que nos obliga a realizar un breve análisis y reflexión sobre cuáles son los
valores que sustentan y pueden permitir la permanencia del matrimonio y sus fines en el
siglo XXI. (Magallón, 2013).

Según un estudio de ManpowerGroup, llamado Las carreras de los Millennials: visión


20201, los millennials están preparados para trabajar hasta muy entrados en edad e incluso
hasta la muerte. Además, priorizan la seguridad en el trabajo y la oportunidad de nuevos
retos y tipos de trabajo. El 36% espera hacerlo hasta después de los 65 años, 19% se proyecta
trabajando después de cumplir los 70, y 8% dice que lo hará hasta el día de su muerte, según
datos del estudio. Destaca que los millennials priorizan tres cosas a la hora de elegir dónde
y cómo trabajar: dinero (95%), oportunidades de promoción (93%) y beneficios (91%).

1
https://www.manpowergroup.com.mx/uploads/sliderhome/Millennials_Vision2020.pdf
También valoran las vacaciones y el tiempo libre, un ambiente de trabajo flexible y la
posibilidad de desarrollar nuevas habilidades. Así mismo, están trabajando durante
periodos más largos y más duro que generaciones previas. El 79% afirma que lo hace durante
más de 40 horas a la semana, y más de una tercera parte por más de 50 horas. Un 42% tiene
al mismo tiempo dos o más puestos de trabajo pagado.

En lugar de un sólo trabajo para toda la vida, continúa el estudio, entienden la necesidad de
tener un continuo desarrollo de competencias en pro de que siga existiendo trabajo para
ellos. Un 80% ha incorporado un mantra de aprendizaje permanente y está dispuesto a
invertir su propio tiempo y/o dinero para capacitarse más. El reporte resalta la correlación
positiva entre el éxito de carrera de las personas (mayor educación, estar mejor preparados
para el empleo y mejor pagados) y su facilidad de aprendizaje. Esta generación quiere
progreso.

Al mejorar su situación laboral como resultado de su esfuerzo laboral, también mejoran sus
condiciones de vida, cambiando por completo la forma en que destinan los recursos
financieros. Esta generación ha crecido en un periodo de cambios muy rápidos, lo cual los
ha llevado a fijar prioridades y crearse expectativas muy diferentes de las de generaciones
anteriores, cambiando por completo la manera en que gastan frente a como se hacía hace
algunos años.

Según un estudio realizado por Goldman Sachs2 en la población estadounidense, se pueden


identificar 5 rasgos financieros prioritarios en los millennial:

1. Vivienda. Cuando estos jóvenes entran a su etapa económica más productiva (a partir
de los 30 años) su negación por entrar al mundo de la compra de bienes inmuebles cambia.
Tan sólo de 2005 a 2010, el porcentaje de jóvenes entre 18 y 34 años que deciden quedarse
en casa de sus papás, incluso una vez que han formado parte de la fuerza laboral, pasó de
26.9% a 29.9%. Cada vez más jóvenes deciden no gastar en renta y permanecer viviendo con
sus padres para así ahorrar estos gastos y gastar en experiencias.

2. Matrimonio y vida personal. En la década de 1970, la edad promedio para casarse


era los 23 años, y para 2010 se ubicó en los 30. Para muchos, el matrimonio es un gasto que
puede esperar. Tan sólo de 1960 a 2010 el porcentaje de jóvenes entre 18 y 31 años casados
que viven en casa propia disminuyó un 50%: del 56% total de la población en el mismo rango

2
http://www.goldmansachs.com/our-thinking/pages/millennials/
de edad en 1968 se redujo al 23% del total en 2012. Al día de hoy, solo el 70% considera el
matrimonio como una posibilidad y el 74% considera la posibilidad de tener hijos.

3. Acceso a cosas materiales. Tal como pasa con los bienes inmuebles, los jóvenes de
esta generación están optando por el acceso a bienes en lugar de la compra. El rechazo a
adquirir carros, música y bienes de lujo ha sido producto del uso de la tecnología para tener
acceso a música ilimitada con un pago mensual, un carro con un chofer a la puerta de su
casa, todo esto con el fin de evitar un compromiso mayor (como una compra) y de dar paso
a lo que llamamos “una economía compartida”. Los jóvenes no buscan ser dueños de cosas
materiales, pero sí vivir experiencias. Del estudio se resume lo siguiente: el 25% de los
jóvenes encuestados declaró tener planeado comprar un auto sólo si lo necesita en un caso
extremo, y otro 30% dijo que adquirir un carro no está en sus planes a corto plazo. Un 30%
de los encuestados comentó que comprar una casa es una actividad importante pero no una
prioridad. En cuanto a bienes de lujo o marcas reconocidas, otro 25% dijo que no tiene
planeado adquirir una bolsa o un bien de lujo en un futuro cercano, mientras que 30% dijo
que es importante pero que no es una prioridad en sus finanzas.

4. Uso de la tecnología. El uso de la tecnología ha transformado la manera en que los


jóvenes perciben las marcas; la posibilidad de comparar productos, precios y tener acceso a
comentarios de otros usuarios a través de plataformas tecnológicas les permite exigir una
mayor calidad en los productos al precio más conveniente. Para el año 2015, el 57% de los
millennials afirmó comparar precios y calidad de productos (en sucursales o en línea) antes
de adquirirlos.

5. Fitness. El bienestar es una actividad diaria. Los jóvenes se ejercitan más, comen mejor
e incluso en algunas culturas fuman menos. Utilizan apps para contabilizar sus rutinas y
plataformas para encontrar la comida más sana, y precisamente es este rubro al que están
más dispuestos a destinar sus ingresos. La definición de estar sano no sólo significa no estar
enfermo, sino un compromiso a comer más sano, ejercitarse más y reducir vicios. La
industria deportiva ha presentado un gran crecimiento en ventas a lo largo de los años; tan
sólo de 2009 a 2013 esta industria creció 11%.

Su estrecha relación con las marcas que consumen los hace leales siempre y cuando sigan
satisfaciendo sus estándares de calidad y de inmediatez, no saben esperar y menos en cuanto
a servicios de telefonía o internet se refiere.
Otras características de esta generación son su egocentrismo y su gusto por los elogios, son
mucho menos religiosos que generaciones pasadas, su sueño ya no es ser un médico
prominente, ahora prefieren ser Youtubers, su ideología política es más liberal, no conservan
los mismos prejuicios que la generación anterior a ellos, y otorgan mucha más importancia
a la felicidad que al dinero, a diferencia de sus padres.

¿Cómo vivir el matrimonio en las nuevas generaciones?


Como podemos observar, la generación Millennials tiene presente en su horizonte de
autorrealización el progreso laboral y el bienestar, dos líneas que pueden. Pareciera que la
apuesta a la estabilidad económica es un factor de gran peso para optar por el matrimonio.

Si partimos de un comparativo del número de los matrimonios civiles celebrados y el número


de divorcios realizados en el municipio de Mexicali, Baja California, podemos observar que
en los años en que se acentuó una crisis económica, la proporción entre matrimonios y
divorcios se reduce, mientras que en los años en que la situación económica es más
favorable, la brecha aumenta. A partir del año 2000, la nueva generación entra a formar
parte de la estadística.

8,000 25%

7,000
20%
6,000

5,000 15%
4,000

3,000 10%

2,000
5%
1,000

0 0%
1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014
Matrimonios 6,6187,1027,0897,1016,7437,3837,1286,8846,4376,2285,9815,5556,0626,4946,5806,0126,5156,6196,6887,0506,846
Divorcios 781 381 403 428 408 341 684 923 1,0321,2251,3661,2951,081 832 865 785 808 1,1391,0631,114 677
Tasa 12% 5% 6% 6% 6% 5% 10% 13% 16% 20% 23% 23% 18% 13% 13% 13% 12% 17% 16% 16% 10%

Fuente: INEGI

Existe una relación compleja entre balance marital y auto-realización. Siguiendo la


investigación de María del Carmen Muñoz, “la mujer casada más auto-realizada es la que
proviene de un matrimonio satisfactorio y está orientada hacia el extremo "personas" del
continuo. No es posible sacar conclusiones similares para los hombres, ya que los resultados
no fueron significativos. Estudios futuros podrán comparar mujeres solteras con mujeres
casadas para determinar con más claridad la influencia del matrimonio en la
autorealización, y viceversa. También para un futuro estudio se debe tomar el matrimonio
como unidad y no cada cónyuge por separado, para obtener un índice de balance marital de
la pareja”.3

La felicidad conyugal sólo se consigue cuando no se la persigue


Las mismas normas que deben respetarse en general para conseguir la dicha, han de
cumplirse también en el seno de la realidad conyugal. Más aún, como sugiere Leclercq, esas
leyes adquieren una particular relevancia en el matrimonio, justo por ser éste un recinto donde
la posible bienandanza, consecuencia del amor, encuentra una tierra especialmente abonada.
En este contexto se nos recuerda, por ejemplo: “Quizá en ningún otro terreno como en el
matrimonio se verifique más rigurosamente la ley de la vida moral que quiere que el hombre no
encuentre la felicidad más que con la condición de no buscarla, y que la preocupación
de la felicidad mate la felicidad”.

Sostiene Leclercq: “Aprender a amar es aprender a entregarse. El que se casa contrae la


responsabilidad del otro.”4

Por eso, precisamente, “si se contempla el matrimonio como una ‘máquina’ de fabricar
satisfacción”, mediante una búsqueda directa del propio contentamiento, se lo está condenando
al fracaso; pues, en cuanto no produzca la dicha perseguida, el artilugio “habrá fallado y habrá
que sustituirlo, como se reemplazaría cualquier otra máquina —un televisor, un coche…— que
no funcionase de modo satisfactorio. Pero, ¿es el matrimonio lo que ha fracasado, o es el marido
o la mujer, o los dos?…”, pregunta Burke. Respuesta inmediata: “Hay que aprender a amar.
Esa lección requiere tiempo, y puede resultar incluso más dura cuando uno progresa. Pero si se
persevera, se aprende”.5

Volvemos a encontrar la misma tesis que antes: el matrimonio genera satisfacción de forma
indirecta, por cuanto contribuye eficazmente al engrandecimiento personal de los cónyuges; y
puesto que ese cumplimiento se halla en estrecha dependencia del incremento y mejora del
cariño, el matrimonio sólo originará felicidad en la medida en que sus componentes acrisolen
y purifiquen, con exquisito mimo, el temple del amor mutuo: “El matrimonio está ‘pensado’
para hacer felices a las personas, a base de enseñarles a amar. La indisolubilidad es

3
Muñoz de Fernández, María del Carmen; (1978). Satisfacción e insatisfacción matrimonial: influencia de los
factores de balance marital y de autorealización. Revista Latinoamericana de Psicología. 349.
4
T. Melendo (2003). Matrimonio y felicidad. Madrid, España: Palabra. p. 61.
5
C. Burke. (1990). Felicidad y entrega en el Matrimonio. Madrid, España: RIALP. p. 80
sencillamente la regla de Dios para quienes están en aprendizaje de amor: no están autorizados
a abandonar el esfuerzo de amar aun cuando resulte costoso”.6

De resultas, tampoco en el matrimonio existe propiamente un derecho a ser felices.


Entender de esta manera la institución conyugal es una de las primeras causas de las
frustraciones que hoy aquejan a quienes unen sus vidas para formar una familia (y lo que en
ocasiones lleva a buscar con otro o con otra, tras el rompimiento del primer compromiso, la
respuesta al «derecho» a ser feliz). Lo que el contrato matrimonial instaura, más bien, es la
obligación de amar al otro cónyuge y de entregarse a él plenamente. Aunque, como va quedando
claro, todo ello arrojará como saldo la satisfacción y la paz… con la condición de que no se eluda
la índole estrictamente consecuencial, de corolario, que compete a estas realidades en relación
al amor.

Lo sostiene, de manera clara y terminante, Jacques Leclercq: “Aprender a amar es


aprender a entregarse. El que se casa contrae la responsabilidad de la felicidad del otro. El
marido debe hacer la felicidad de su mujer; la mujer, la del marido. Los dos juntos tienen que
construir un hogar que sea el centro de atracción y de irradiación. Deben aprender a olvidarse
de sí en beneficio del otro y del hogar”.7

Y a esto añade dos puntualizaciones más pertinentes hoy, si cabe, que cuando fueron escritas.
La primera: “sólo el matrimonio permite al amor esta purificación, porque fuera del matrimonio
el amor conserva un punto de inquietud. El matrimonio suprime el temor a perder al amado.
No teniendo ya que pensar en sí, se puede pensar en el otro. En el amor extraconyugal, el amante
conserva, casi inevitablemente, el temor de que el ser amado le abandone, y debe estar
preocupado por defenderse”.8

Y después: “amar es entregarse, es encontrar la felicidad en hacer a otro feliz; el verdadero


amor se basa en el olvido de sí mismo. Pero supone una contradicción, porque, al mismo
tiempo, se ama porque se encuentra la propia felicidad en el otro; es, pues, una tendencia
natural a hacer del otro el instrumento de nuestra felicidad. El amor oscila de uno mismo al
otro”.9

6
T. Melendo (2003). Matrimonio y felicidad. Madrid, España: Palabra. p. 60.
7
J. Leclercq (2009). El amor a las letras y el deseo de Dios. Salamanca, España: Sígueme. p. 102.
8
T. Melendo (2003). Matrimonio y felicidad. Madrid, España: Palabra. p. 61.
9
Idem.
Para responder al objeto de esta intervención psicopedagógica se propone el recurso de un
Modelo Cualitativo Ecosistémico.

Para identificar las necesidades se pudiera recurrir a algunas técnicas de investigación


cuantitativas como encuestas para hacer un inventario matrimonial y algunas cualitativas
como la entrevista y el test de temperamentos-tipo.

Todo lo anterior nos lleva a tomar algunas consideraciones para revalorizar el matrimonio
con un carácter preventivo:

 Promoción del matrimonio como un estilo de vida.


 Promoción de la relación conyugal, en la conciencia y la libertad de la elección.
 Conocimiento de los compromisos humanos, civiles y religiosos.
 Estímulo a la participación de la pareja en la vida comunitaria y social.
 Promoción de los métodos naturales de regulación de la fertilidad mediante el
testimonio y la guía de otras parejas.
 Cambio de cursos en itinerarios, en los que participen juntos esposos de mayor edad.
 Homologación de criterios y contenidos sobre los fines y naturaleza del Matrimonio.

De tal manera que es de gran importancia un enriquecimiento en los conocimientos y


criterios rectos y verdaderos sobre los fines y la naturaleza del Matrimonio y de la Familia
(complementariedad, mutua ayuda, procreación y educación de la prole) con los cuales se
presente unificada una sólida formación a los pretendientes de tal manera que les ayude a
discernir su opción al estado de vida en el matrimonio.

Los contenidos a considerar en el itinerario formativo previo a la celebración del


matrimonio:

a. El valor de ser Persona


b. Origen y naturaleza de la familia
c. La riqueza interior y el sentido de la vida
d. Caracterología e influencia de las diferencias caracterológicas
e. Las diferencias naturales entre el hombre y la mujer
f. El enamoramiento
g. El noviazgo
h. La esencia del amor
i. El matrimonio natural
j. Principales causas de nulidad conyugal
k. La sexualidad y las relaciones sexuales en la vida conyugal
l. Paternidad responsable y Planificación familiar natural
m. La homosexualidad
n. La dependencia afectiva
o. La comunicación y las barreras de buena comunicación conyugal
p. El uso y destino de los bienes y el gasto en la vida familiar
q. Crisis en la vida conyugal

Si bien, el contexto global ha venido a cambiar perspectivas del matrimonio, cada generación,
con sus peculiaridades, es capaz de descubrir el sentido del matrimonio y la familia, ya que estos
ámbitos corresponden a la estructura de la persona humana, y son preponderantes para su
autorrealización.

La generación siguiente, próxima ya a entrar al grupo de la mayoría de edad, tendrá muy pronto
la opción al matrimonio. Es necesario entender su composición y características para favorecer
su experiencia y contacto con el matrimonio y la familia, desde la visión expuesta.

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