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ANDRES DAVID MORENO FONSECA 201322277

LADY MARCELA RODRIGUEZ ROMERO 201322216

ANÁLISIS DE LA SENTENCIA

La sentencia se presenta a raíz de varias irregularidades contempladas desde el


punto de vista de las delimitaciones de áreas tanto de reservas naturales como para
reservas mineras, éstas últimas expuestas dentro último Plan de Desarrollo
Nacional, Ley 1753 de 2015, con lo cual se generaban varios conflictos,
especialmente referidos a la delimitación de áreas y cambios en las vocaciones de
uso de suelo, además de la determinación de las autoridades competentes
encargadas de realizar dichas delimitaciones y otorgan o de permitir actividades
dentro de ellas. Inicialmente se tiene en cuenta, que en cuanto al otorgamiento de
licencias y permisos ambientales, específicamente para áreas de interés estratégico
y económico, la autoridad designada es la ANLA, independientemente de los
parámetros establecidos dentro del decreto 2041 de 2007 para el otorgamiento de
las licencias, ya que para Áreas Estratégicas Mineras, las CAR, no tienen potestad
para el otorgamiento de dichas licencias, lo cual resulta inconstitucional, teniendo
en cuenta el hecho de que en los casos de la delimitación de la AEM, la nación le
quita autoridad a otras entidades (como las municipalidades) para decidir aspectos
de uso de suelo de los territorios que se encuentren dentro de un AEM,
independiente del uso que se tenga predeterminado en los POT, por lo cual otro
problema, es el conflicto de uso de suelo entre las AEM, y las áreas de agricultura
en el caso de superponerse, lo que atenta contra la soberanía alimentaria y
constitucional de las regiones del país, ya que independientemente de si hay
agricultura en una zona, si hay mineral estratégico la Nación y las autoridades
mineras tendrán potestad de realizar procesos como la expropiación de tierra,
donde las “soluciones” que se plantean son simples contraprestaciones económicas,
además de que se puede presentar el caso de que si un predio no fue concedido a
un titular minero, se puede realizar cualquier actividad en éste, pero solo hasta que
éste sea concedido, por lo cual no se tienen ninguna soberanía con respecto al
acceso de las personas a la tierra.

Dentro de las consideraciones sobre las áreas de importancia ecológica para el


país, el Ministerio de Ambiente, ratificó la necesidad de la protección de los mismos,
por lo cual el estado, encomendó al ministerio la delimitación de las áreas de
páramos, con la ayuda de las instituciones descentralizadas, como el Instituto
Alexander Von Humbolt, con el fin de que ésta delimitación sea proteja los recursos
de una zona, independientemente de que ésta haya sido delimitada como AEM,
anteriormente. En respuesta a las solicitudes de los demandantes, la Corte se
pronunció a favor de ellos a pesar de los pronunciamientos del estado y de la
Autoridad Nacional de Minería. Con todo lo anterior, es evidente que el problema
siempre fue una priorización de poderes, para favorecer proyectos de interés
nacional y estratégico como son los proyectos mineros, con respecto a usos del
suelo.

Dentro de la segunda sección, se contemplan los problemas referentes a la


restitución de tierras tanto por el conflicto armado como por el uso de esa tierra
dentro de un PINA, para los cuales se priorizan, los fines de la actividad por sobre
la propiedad privada de los predios, por lo que se usa la expropiación como un
mecanismo para obtener predios necesarios para los PINE, teniendo como medida
de compensación la restitución de tierras que en muchos casos resultará como una
contraprestación económica cuyo precio es determinado por el estado, sin embargo
se tienen opiniones distintas sobre los efectos de la expropiación y de la restitución
de tierras, con respecto a los terrenos que se dan por restitución que deben ser de
características similares al predio perdido, o en caso de no poderse restituir un
terreno, se dará una contraprestación económica, que puede cubrir o no el impacto
generado, sin embargo se deben analizar aspectos sociales y de propiedad para
dar términos adecuados para presentar dichas herramientas.

De acuerdo a las normas, los proyectos contemplados como PINEs, son jurisdicción
de la ANLA, sin embargo para el otorgamiento de las licencias ambientales se hace
excluyendo la autoridad de las CAR, sobre sus respectivas regiones, quitándole
competencia dentro del proceso, al tratarse de un PINE, que “compete a la nación”,
y que por lo tanto solo es evaluada por la ANLA, ya que los PINE, son de gran
importancia para el desarrollo de la nación, y cuenta con la experiencia necesaria
para evaluar correctamente lo viabilidad e impactos que se puedan generar, cuando
lo ideal sería que se tuvieran en cuenta las opiniones de todas las autoridades
ambientales que se vean involucradas en el alcance de un PINE para considerar de
una manera más adecuada los impactos generados desde un punto de vista
regional y nacional.

Dentro de esta sentencia se presenta un artículo de la ley 1753 del 2015 que
especifica que no se pueden realizar actividades de minería o hidrocarburos en zona
de paramo, ya que representan un riesgo para los ecosistemas en todo su concepto,
así como su riesgo en seguridad social, ya que los páramos aporta el 70 por ciento
del agua que consumen los colombianos, lo que claramente atenta contra el
derecho constitucional de tener un medio ambiente sano además del detrimento del
patrimonio culturar de las regiones donde se encuentran dichos ecosistemas, que
en muchos casos no estaban habitados, por lo que antes de la sentencia, en el caso
de que en un ecosistema de páramo hubiera minerales o recursos de hidrocarburos
estratégicos para la nación, el Estado podía prescindir de estas áreas con mayor
facilidad al clasificarlas como AEM, o áreas donde se podría desarrollar un PINE.
Sin embargo se hace una diferenciación de actividades entre la minería e
hidrocarburos y la actividad agropecuaria, teniendo en cuenta los impactos que
genera cada actividad por lo que se especifica en la sentencia que a actividad
agropecuaria debe pasar por un proceso de reubicación y reconversión tecnológica.
Además con respecto a las licencias ambientales, dentro de la sentencia se tiene
en cuenta que para cualquier actividad, se requiere de éstas, para su ejecución, sin
embargo, en muchos casos los proyectos se clasifican como PINE, por lo que se
prioriza la implementación de estos proyectos por sobre la protección de los
recursos naturales; por lo cual dichas licencias son otorgadas por la ANLA, sin tener
en cuenta la autoridad de las CAR y demás autoridades ambientales.

Teniendo en cuenta lo anterior, la corte determina que los instrumentos que deben
tenerse siempre en cuenta para la generación de una actividad son el contrato de
concesión pertinente y el estudio de impacto ambiental, como herramientas para
determinar la viabilidad e impactos del proyecto, sin embargo con el fallo de la corte,
se tienen en revisión toda la documentación de las actividades que ya estaban en
los páramos, para determinar si se les permitirá continuar con sus actividades si la
licencia fue otorgada antes de inicios del 2011, Sin embargo, se debe hacer un
control estrictos de dichas actividades y que las propuestas de manejo ambiental
sean implementadas, hasta que el tiempo del contrato termine sin lugar a prorrogas
ni compensaciones. Sin embargo, se debe tener en cuenta, que a pesar de todas
las herramientas que se tengan, la delimitación está a cargo del Ministerio de
Ambiente, que puede tomar sugerencias de institutos descentralizados como el
Alexander Von Humbolt, pero no tiene la obligación de implementarlos, por lo que
la nueva delimitación puede ser errónea excluyendo verdaderas zonas de páramos,
como sucedía con la 1753 de 2015, donde no se especifica zonas excluibles de la
minería, y a pesar del conocimiento de los impactos sobre los ecosistemas de
páramos y de las herramientas legales de protección, igual se realzaban
explotaciones por no estar debidamente delimitados, y con el concepto de que la
minería es motor económico del país priorizando sus actividades. Por lo tanto, la
sentencia solo será efectiva si el Ministerio de Ambiente y Desarrollo sostenible,
realiza una adecuada delimitación con apoyo de entidades con conocimiento del
tema, como el Instituto Alexander Von Humbolt.

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