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importancia, la introducida respecto de las

sociedades anónimas exentas del mismo.


En efecto, con el antiguo texto legal, las
sociedades anónimas extranjeras que te-
nían sucursal en la República, no debían
tributar el recargo por absentismo por ese
solo hecho. En la actualidad, ha desapa-
recido esa excepción y las circunstancias
de tener tina sucursal no hace variar en
absoluto la obligación tributaria.
Precisamente, los casos judiciales que se
han presentado en los últimos tiempos y
sobre todo aún cuando estaba en vigencia
la ley anterior, se refieren' a esas cuestio-
nes: demostrar si existe o no sucursal en
la República.
Al referirse a las modificaciones, el co-
mentario oficial expresaba: "Sigúese en
esta materia el régimen ya consagrado en
la ley 11.682 (texto ordenado), aunque am-
pliado, por cuanto el recargo se aplicará
también a los arrendatarios residentes en
el exterior que exploten los campos".
Asimismo, se han mejorado las disposi-
ciones aue rigen este tópico, en forma tal
de evitar que,, de lo ambiguo de la norma
legal, se den interpretaciones discordantes
con la intención que se tuvo en mira al
sancionarlas.
López y Villa Iba P) al comentar las va-
riantes expresaba:
"En resumen, el nuevo régimen introdu-
ce las siguientes modificaciones:
"a) en cuanto a rentas sujetas al re-
cargo:
"1? Incluye los réditos obtenidos en
la explotación agropecuaria ejercida por
los arrendatarios. Esta inclusión se hace
ABSENTISMO. La ley 11.682 de Im- en forma expresa en el párrafo IP del
puesto a los Réditos ha establecido un re- art. 25.
cargo para las rentas que correspondan "2° Implícitamente afecta a rentas que
a titulares residentes en el exterior —ha- en el nuevo texto se incluyen en la pri-
bituales o temporarios, siempre que llenen mera categoría y que anteriormente no
las condiciones establecidas— a calcular- se consideraban como tales. Así sucede
se sobre el impuesto básico y adicional que con las rentas obtenidas por sublocaclón
éstos deban tributar. y por locación de muebles y otros acce-
El fundamento de esta medida estaría sorios o servicios arrendados conjunta-
en que se trata de gravar más fuertemen- mente con un inmueble,
te aquellos réditos que se desplazarán ha- "b) en cuanto al factor que rige la apli-
cia el exterior y que, por lo tanto, no serán cación del recargo:
utilizados económicamente en la Repúbli- "En el régimen anterior el recargo por
ca, lo que significa sustraer el fruto de los ausentismo se fundaba en el domicilio,
capitales de la actividad económica ar- ya que quedaban sujetos a ese aumento
gentina. en sus obligaciones fiscales los contri-
Con muy escasas variantes se ha aplica- buyentes que no tuvieran domicilio ni
do este tipo de recargo, desde la creación sucursal en la República, fueran perso-
de la ley hasta la fecha y sólo cabe men- nas de existencia ideal o visible. Pero
cionar, como modificación de sustancial también -debían soportarlo «los domici-
liados en el país, que, sin estar al ser-
* Por el Dr. Vutcruo MACHADO RAMOS. (1) Nuevo impuesto a los réditos, pág. 155.
vicio de la Nación u otras entidades que estén en el exterior un año continuado.
oficiales», se hallaban ausentes duran- Referente a las sociedades anónimas y
te más de un año (art. 16, ley 11.682 en comandita por acciones, también la coa-
(t. o.). dición primordial reside en su constitu-
"El domicilio ha sido ahora reempla- ción o domicilio en el extranjero.
zado por la residencia como factor de-
terminante del recargo por ausentismo, II. EXENCIONES
estableciéndose una serie de reglas que Están exentas del pago del recargo:
se explicarán en el titulo siguiente, que 1) El valor locativo calculado para los
permiten decidir en qué casos la resi- inmuebles utilizados por el dueño o dueños
dencia en el extranjero origina el aumen- en su casa de comercio o industria. Esta
to del impuesto." exención no rige para los casos de explo-
Para hacer más fácil la comprensión del tación agropecuaria.
mecanismo de esta sobretasa, dividiremos 2) La utilidad obtenida en la venta de
la exposición en cinco puntos fundamen- inmuebles utilizados en la explotación agro-
tales, a saber: pecuaria.
I. — Sujetos alcanzados por el recargo; 3) Las rentas de las personas que se
II. — Exenciones; hallen ausentes de la República, como con-
III. — Cómo se manifiestan las condi- secuencia de las misiones encomendadas
ciones requeridas; por la Nación, provincias, municipalidades
IV. — Forma de aplicar el recargo; y ri otras entidades oficiales.
V. — Cálculo del recargo. La franquicia concedida en el punto 1)
obedece, sin duda, a que el valor locativo
I. SUJETOS ALCANZADOS POR EL RECARGO de los bienes utilizados en el negocio es
rédito de tercera categoría, la que no debe
Deben pagar el impuesto básico y adicio- tributar recargo por absentismo. En cuan-
nal, con un recargo del 30 % (treinta por to a la exención referente a las explotacio-
ciento) en concepto de absentismo, las si- nes agropecuarias, estando éstas expresa-
guientes rentas: mente incluidas en el art. 25 de la ley que
1) Las correspondientes a la primera dispone el recargo, no conocemos el fun-
categoría, las derivadas de la explotación damento de la exención.
agropecuaria y las jubilaciones, pensiones La exención del punto 3) es totalmente
y retiros "de residentes habitualmente en lógica, desde que cuando la ausencia se
el extranjero". manifiesta mediante una imposición del
2) Las rentas de personas residentes Estado, no sería justo el recargo analizado.
"habitualmente en el país" también pagan
el recargo cuando estén un año continua- III. CÓMO SE MANIFIESTAN LAS CONDICIONES
do en el exterior, aunque en el transcurso REQUERIDAS
de un año fiscal estén ausentes menos de 1) Residencia habitual en el extranjero:
un año. Se presume de derecho que el contribu-
3) Las sociedades anónimas y demás yente reside "habitualmente en el exte-
entidades de capital que obtengan réditos rior", cuando su ausencia de la República
de primera categoría y/o derivados de las —dentro de los periodos y en la forma que
explotaciones agropecuarias —sean propie- reglamente el Poder Ejecutivo— es mayor
tarios o arrendatarios de los campos—, que su residencia en la misma.
cuando la sociedad o su casa matriz esté La presundición indicada precedente-
constituida o domiciliada en el extranjero. mente quedará perfeccionada cuando en
4) Las sociedades en comandita por los tres últimos años fiscales, incluido el
acciones, en la misma forma que en el pun- correspondiente a la declaración a for-
to anterior, por la parte correspondiente mular, el contribuyente hubiere residido
al capital accionario. en el extranjero —continuada o alterna-
Como se puede apreciar, en general, es tivamente— más de dieciocho meses, con-
la residencia fuera del país el factor de- tados desde el día posterior al de su salida
terminante de la incidencia del recargo. hasta el día anterior al de su regreso.
Al hacer la primera enunciación de los 2) Lugar de constitución de las socie-
obligados (apartado 1), ya nos referimos, des anónimas:
siguiendo textualmente la ley, a las ren- Sin perjuicio de otros índices que con-
tas de personas que residen habitualmen- duzcan a la misma conclusión, se conside-
te en el extranjero. Si bien, también, están ra que la sociedad está "constituida en el
comprendidos los réditos de residentes ha- pxterior", cuando su directorio, consejo de
bituales en el país, ello es a condición de administración u otros organismos técnicos
directivos se encuentran íuera del país o cuando el rendimiento de esta última sea
la asamblea de accionistas se realice en proporcionalmente mayor.
el exterior. "En cuanto a los accionistas residentes en
En el caso de sociedades constituidas en el país de una sociedad que pague o acre-
el país, pero con directorio, consejo de dite al exterior el 50 por ciento o más de
administración u otros organismos técnicos los dividentos o utilidades, su situación se
directivos en el exterior, la entidad deberá verá notoriamente .perjudicada. Si una so-
abonar el recargo por absentismo que le ciedad hubiera ganado m$n. 100.000 netos,
corresponda. Igual tratamiento procederá siendo sus rentas provenientes de la ex-
dispensar a las sociedades que paguen o plotación agropecuaria, debería abonar un
acrediten al exterior el cincuenta (50%) impuesto básico de m$n. 15.000, más m$n.
por ciento o más de los dividendos o utili- 4.500, en concepto de recargo por absentis-
dades. mo (30 % de m$n. 15.000), quedando un
Como vemos, existe una presunción de remanente a distribuir de m$n. 80.500.
derecho para considerar al contribuyente Suponiendo que la sociedad tuviera un
residente habitual en el exterior y ella está capital de m$n. 1.000.000 y que el 60 % de
representada por una ausencia mayor a la sus dividendos fuera pagado o creditado
permanencia en la República, situación de al exterior, se tendría que los accionistas
derecho que se perfecciona si en el trans- locales, si sólo se hubiera pagado el im-
curso de tres períodos fiscales la ausencia puesto básico, podrían haber recibido m$n.
es mayor de 18 meses. 34.500, en tanto que pagado el recargo, re-
Para determinar si una sociedad está o cibirán m$n. 32.000, sufriendo una merma
no constituida en el extranjero, existen di- de sus derechos de casi el 5,3 por ciento,
versos índices enunciados en el punto 2). tanto más molesta en cuanto ellos residen
Además, corresponde el recargo cuando se en el país. Por lo demás, esos accionistas
paguen o acrediten al exterior el cincuenta locales, no son considerados en la misma
(50 %) por ciento o más de los dividendos forma que los accionistas de otras compa-
o utilidades. ñías, que no deben pagar el recargo por
Refiriéndose especialmente a esta medi- absentismo; en efecto, los accionistas re-
da, han dicho López y Villaba ( 2 ) lo si- sidentes en la República de entidades que
guiente: "El impuesto que pagan las socie- sufren el recargo, sólo computarán para
dades anónimas se abona, de acuerdo con el pago a cuenta hasta el 15 por ciento del
la ley, por las mismas compañías y con importe de sus dividendos, no obstante que
carácter definitivo. Ello traerá como con- la sociedad ha abonado un 4,5 por ciento
secuencia que los accionistas domiciliados más por el recargo, sin que a los accionis-
o residentes en el país deberán soportar el tas locales pueda reputárseles como res-
pago del impuesto al absentismo fijado ponsables por la falta de residencia eh el
por la ley, con el agravante de que, como país de sus coaccionístas." Cabe consignar
los dividendos pagados o acreditados a per- que los porcentajes antedichos ya no rigen,
sonas domiciliadas en el exterior pagan por cuanto han sido modificadas las tasas
otro 5 por ciento complementario, los ac- básicas.
cionistas del exterior soportarán sobre sus
dividendos un 24,5 por ciento (15 por cien- IV. FORMA DE APLICAR EL RECARGO
to básico pagado por la sociedad, más 4,5 1) Norma general.
por ciento —el 30 por ciento del 15 por El recargo por absentismo se aplicará ex-
ciento—, más 5 por ciento retenido en el clusivamente al impuesto que corresponda
momento de acreditar o girar el dividen- por tasa básica y adicional.
do). Aun cuando el régimen implantado
ha pretendido igualar a todos los accionis- 2) Residentes en el país.
tas, considerando que constituyen entidades Para las personas que residen habitual-
distintas de las sociedades anónimas, o mente en la República, la parte del im-
simples inversores sin más interés que el puesto gravada por el recargo por absen-
rendimiento de sus acciones, resulta así que
tismo, es la que corresponde a la renta del
período —en proporción al tiempo— en el
quien tenga acciones de una entidad agrí- cual estuvieron efectivamente fuera del
cola-ganadera, residiendo en el extranje- país.
ro, paga, en definitiva, hasta un 4,5 por En el caso de contribuyentes que resi-
ciento más que el que posea acciones de diendo habitualmente en el país, estén más
una sociedad comercial o industrial, aun de un año en el extranjero —aunque en el
transcurso de un período fiscal estén
(2) El Nuevo Impuesto a los Réditos, ob. cit. ausentes menos de un año—, el recargo se
aplicará desde el día posterior al de su branto, éste podrá aplicarse aun contra
salida y hasta el día anterior al de su los réditos de la segunda categoría.
regreso al país. Los réditos que hubieren tributado el im-
puesto con carácter definitivo, no podrán
3) Residentes en el extranjero. computarse para estas compensaciones.
Tratándose de residentes habituales en Para establecer el monto de la renta
el extranjero, la norma general que rige cuyo impuesto está .sujeto a recargo, las
es que el impuesto se aplica sobre la to- deducciones que afectan al conjunto de las
talidad de la renta, sin deducción por con- rentas (intereses, primas de seguros y
cepto alguno. otras), incidirán sobre el resultado neto
Ahora bien, cuando estos residentes ha- de las actividades sujetas al recargo, en la
bituales en el extranjero residieran más de proporción que resulte de relacionar dicho
seis meses en la República, corresponderá resultado con la renta total. En cambio,
proceder en la forma indicada en el punto las donaciones admitidas y el quebranto
anterior 2). de años anteriores no compensado con las
Quiere decir, que debemos tener en cuen- ganancias exentas del ejercicio, se deduci-
ta lo siguiente: Sí la persona es residente rán de los réditos de la primera categoría.
habitual en el país, aplicar el recargo pro- Si el monto de éstos fuera insuficiente, se
porcional a su ausencia del mismo. Si es aplicarán sucesivamente contra los réditos
residente habitual en el extranjero, aun- de segunda, tercera y cuarta categoría.
que estuviera en el país —menos de seis
meses—, no corresponde deducción alguna JURISPRUDENCIA. — 1) Ante la Corte Sup. (L. L.,
y el recargo se paga por el total. Si siendo t. 64, póg. 16) se planteó un caso iniciado por la
firma The Cullen Statlon Ltd. Co. contra la Di-
residente habitual en el extranjero estu- rección General Impositiva, en el que se debía
viera más de seis meses en la República, determinar si existía o no sucursal en la Repú-
entonces el recargo se pagará proporcional blica a los efectos del recargo. Al expedirse el Tri-
bunal señaló que según la doctrina establecida
en la forma indicada para los residentes en causas anteriores, para admitir la existencia de
habituales en el país. "sucursal" a los efectos de la Ley de Impuestos a
Para este último caso, el lapso de seis los Réditos (t. o. 1937), es menester que entre la
meses de residencia en el país, se contará entidad extranjera y la entidad local exista una
relación que coloque a la última en relación de
desde el día de su llegada hasta el de su dependencia o de subordinación con respecto a la
partida inclusive. Si a la fecha de la pre- primera, ya- sea mediante el ejercicio de poderes
sentación de la declaración jurada no se de administración o de disposición entre sus acti-
vidades e intereses.
ha cumplido dicho término o el requerido Expresó asimismo que si de las circunstancias
para los contribuyentes residentes habitua- del caso resulta que la entidad extranjera y la
les en el país, que estén ausentes más de entidad local son sociedades distintas sin unidad
seis meses de la República, se consultará jurídica; que tienen contabilidades separadas; qué
la segunda actúa como mandataria de diversas
a la Dirección el procedimiento a seguir. compañías extranjeras, entre las cuales se cuenta
la compañía recurrente; que esta última no fue
V. CÁLCULO DEL RECARGO autorizada a establecer sucursal o agencia, en la
Argentina, pagando la tasa de inspección de so-
Cuando además de los réditos alcanzados ciedades como empresa extranjera; que hay otros
por el recargo por absentismo se obtienen elementos que acreditan falta de radicación en
otros no alcanzados por el mismo, la parte el pafs, debe llegarse a la conclusión que no existe
del impuesto (básico y adicional), sobre la "sucursal", en la Argentina que permita eximir por
absentismo (art. 16 de la ley 11.682, t. o. 1937).
que deberá incidir dicho recargo, se deter- 2) En otro caso le tocó expedirse a la Cám.
minará aplicando sobre el gravamen (bá- F«d. Oap. (L. L., t. 58, pág. 796) ante la cuestión
sico y adicional) correspondiente a la to- planteada por una firma inglesa, establecida en
el país de acuerdo con la ley 8.867, desde el 8 de
talidad de las rentas del contribuyente, el marzo de 1933, y cxiyos estatutos se encontraban
porcentaje resultante de relacionar la ren- inscriptos en el Registro Público de Comercio. En
ta cuyo impuesto está sujeto a recargo con el problema planteado se trataba de determinar
la renta total del contribuyente. si la sociedad referida tenía o no domicilio en el
país.
Cuando el resultado neto 'de alguna de Al expedirse la Cámara emitió conceptos como
las categorías arroje quebranto, la recom- los siguientes: El sistema impositivo argentino
pensación de éste con las rentas sujetas a concorde con el régimen Institucional democrá-
absentismo se efectuará en la siguiente tico tiende a una percepción monetaria sobre la
renta en perfecta equidad con la capacidad pro-
forma: Se compensarán primero entre sí ductiva, por lo que no puede considerarse que al
los resultados de la cuarta categoría y del recargo por concepto de absentismo, constituya
comercio, industria y demás de la tercera una medida drástica, que vulnere el sistema libe-
categoría. El saldo que resulte se compen- ral de aquellas instituciones.
Nuestra Ley de Impuestos a los Réditos encie-
sará a su vez con el resultado neto de la rra una justa compensación de valores que van
primera categoría y si aun resultara que- hacia «-1 Estado por el cauce legal de su sistema
impositivo, en su función de poder administra- entre los fieles. Estas penas toman el nom-
dor, acción directriz de alta finalidad, que si bien bre de censuras y la absolución de ellas
no debe lesionar el patrimonio privado, tampoco
puede ir en desmedro de intereses colectivos fun- puede efectuarse por el Sacramento de la
damentales. penitencia con un confesor aprobado y con
A los efectos de considerar si corresponde o no el poder de absolver censuras.
el recargo por absentismo, debe aplicarse un cri-
terio restrictivo para la determinación de los he-
chos j circunstancias que no harían procedente el ABSOLUCIÓN DE POSICIONES. (V.
mismo, principalmente en la apreciación de si el CONFESIÓN EN Juicio.)
contribuyente tiene o no constituida sucursal en
la República.
El ambiente Jurídico y económico del país tien- ABSOLUTISMO.* Etimológicamente, re-
de a la modificación de toda orientación o reso- presenta la idea de estar desligado de algo.
lución que acepte la evasión de Impuestos que co- De ahí la doctrina del Derecho romano
mo el de absentismo, implique un hecho lesivo a
nuestra economía vulnerando un derecho primor- que, con respecto al príncipe, afirmaba su
dial del Estado, como poder administrador para condición de legibus solutus o sea de des-
la percecpclón de los mismos, dentro Ue nuestro ligado de las leyes en el sentido de que se
sistema Impositivo de carácter fundamentalmente
democrático y liberal. le consideraba por encima de ellas y aun
Para que la disposición contenida en el art. 18 como fuente de las mismas. Si nos atene-
de la ley 11.883 (t. o.) no sea letra muerta y BU mos a la definición de la Academia, el ab-
ftplícablUdad no esté en pugna con el verdadero
espíritu de la !ey, es preciso aceptar en forma res- solutismo es el sistema de gobierno abso-
trictiva la interpretación que debe darse a lo que luto, es decir, independiente, ilimitado, sin
en materia fiscal pueda definirse como "domici- restricción alguna.
lio" y "sucursal", teniendo en cuenta que aquél El régimen absolutista, característico de
presupone una entidad Jurídica establecida den-
tro del país y ésta se aprecia con la existencia de las monarquías medioevales y que perduró
hechos esenciales que la determinan; de otra ma- hasta fines del 'signo xvm, responde a un
nera, »e burla el propósito de la ley y se hace criterio de unidad, y de ahí que en el rey
imposible su aplicación.
Por estos fundamentos, no se hizo lugar a la se concentren todos los poderes, contraria-
demanda iniciada. mente a lo que sucede en las democracias
modernas —llámense repúblicas o monar-
ABSOLUCIÓN. Del latín absolvo, is, vi, quías constitucionales—, cuyo principal
utum, absolver, dar por libre en juicio. fundamento deriva de la división de los
Era conocida por los romanos en el orden poderes del Estado como medio de com-
criminal y civil. Cuando no había méritos pensación de las tendencias despóticas que
para condenar, por escasez o falta de prue- pudieran animar a cualquiera de ellos.
bas, decían: Humane rationis est innocen- El sistema de concentración de poderes
tes dicere guos absoluto nocentes pronun- en el monarca, pudo tener su justificación
tiare non possumus. En el orden civil, no no sólo en las ideas dominantes, sino tam-
probando el actor sus pretensiones, el de- bién en la necesidad durante la Edad Me-
mandado obtenía su absolución, aun cuan- dia de crear un poder fuerte, capaz de pro-
do nada alegara: Aclare non probante, qui teger al pueblo frente a los excesos de los
convenitur etsi nihil ipse prestat obtine- señores feudales. Sin embargo, tal necesi-
bif (Codex, 2, 1, 4). dad no tuvo una modalidad única a través
Es una institución del derecho procesal de los tiempos en lo que se refiere al origen
que abarca dos conceptos: como medio de del titular del poder. Al principio era de-
prueba y como resolución judicial. (V. CON- signado electivamente, cambiándose luego
FESIÓN EN juicio. SENTENCIA.) el sistema por la sucesión hereditaria a
favor del primogénito, norma que responde
ABSOLUCIÓN CANÓNICA. Expresión de mejor a la idea de continuidad de la ins-
uso en el Derecho canónico, que compren- titución. Pero la asunción de una autoridad
de en una acepción general a "la absolu- personal, concentrada y heredada, necesi-
ción sacramental en el foro interno y la taba presentar una legitimidad que no se
absolución de las censuras en el foro exter- encontraba en la voluntad, por lo menos
no" {Nueva Enciclopedia Jurídica, Barcelo- expresa, de los subditos, y que se asentó en
na, 1950). el origen divino del poder directamente
conferido al monarca y en la condición ca-
Se relaciona el tema con las penas que rismática de éste y de su dinastía. El ca-
la Iglesia católica ha puesto siempre en risma inviste a los reyes de un prestigio
práctica con relación a sus fieles. religioso que obliga más al respeto del
En ese sentido se debe recordar, entre pueblo.
otras, la suspensión en el ejercicio de su Aún en nuestros días, las discusiones
función a los sacerdotes; la excomunión,
como privación de los bienes espirituales Por el Dr. AR-nrao
sobre el origen y legitimidad del poder nos detengamos unos instantes para la
giran en torno a su procedencia divina. San apreciación de cierto elemento diferencial
Pablo, en el capítulo XIII de la Epístola a entre el Asia y Europa. Por de pronto, en
los Romanos, afirma que non est enim po- Europa, ese poder omnímodo supone por lo
testas nisi a Deo. Ahora bien, dentro de ese menos una responsabilidad ante Dios, al
sentido teológico se ha dividido la doctri- paso que en el Asia la irresponsabilidad cae
na en la determinación de si el poder es en lo ilimitado. Para lo meramente huma-
otorgado por Dios al pueblo y delegado por no hay también una distinción que hacer.
éste en quien de hecho lo ejerce, o si lo En Europa existirá la sumisión de todos,
ha recibido directamente el titular por en- a buen seguro, y en los magnates un com-
cima del pueblo. Los partidarios del abso- pleto estado de servilismo. Para, el Asia,
lutismo forzosamente han de interpretar entre tanto, la palabra servúismo resulta
las palabras del Apóstol en el segundo sen- del todo insuficiente; como que apenas al-
tido. canza a decir lo que se debe la palabra
La tesis del absolutismo ilimitado ha servidumbre. Por eso la adulación se cotiza
sido defendida, entre otros muchos, - por siempre en los mercados de la cortesanía
Belloy, por Barclay, por Jacobo I de Ingla- europea, ya que alguna personalidad, por
terra, por Duns Scoto, por Bodino, por esfumada que esté, subsiste en el adulador.
Bossuet. Frente a todod ellos, cabe a Espa- En cambio el siervo asiático, en su nuli-
ña el honor de haber creado una escuela dad total carece de la menor personali-
defensora de las libertades humanas, me- dad y más bien se le tomaría como ofen-
diante la sumisión de los monarcas abso- siva una aprobación lisonjera. Algo más.
lutos a las leyes divinas, a las naturales y La tradición en uno y en otro Continente,
a las de la propia monarquía, quebrantan- extiende estos conceptos diferenciales has-
do de tal modo el principio del legibus so- ta lo más remoto del pasado.
lutus. Asi lo vemos en Vitoria, en Mariana, Acabemos de fijar las ideas. En el mundo
en Saavedra Fajardo, en Suárez, que com- europeo, el desnudo hecho brutal del man-
bate abiertamente las ideas de Jacobo I y do le hizo siempre lugar al consejo. Le
afirma que la suprema potestad política hubo de los ancianos; le hubo de los ex-
es concedida directamente por Dios a la pertos; le hubo de los sacerdotes; húbole
comunidad y no directa ni indirectamente de los jefes. Aunque los ministros no em-
a ninguna persona. Para él, la legitimidad pezaron siendo, para hablar con propie-
del poder se encuentra en el consentimien- dad, consejeros del rey, terminaron por
to popular. De ésta concepción al naci- serlo; y en la etapa que estamos conside-
miento del Estado de Derecho, no hay más rando es evidente que ganan su máxima
que un paso. Por otra parte, la doctrina dignidad. Son ellos los ilustrados por exce-
de los teólogos y juristas españoles respon- lencia. ¿Entonces gobernar es pensar? Ni
de a la tradición política limitadora del po- más ni menos. Gobernar es pensar, y pen-
der monárquico mediante la actuación de sar es prever o preparar días siempre me-
sus antiguas Cortes. jores para el hombre.
Si queremos disponer de caminos abier- Por consiguiente, el futuro rey debe ser
tos para la exploración de este asunto, no educado en la reflexión de esas materias
hemos de empezar asentando que. el abso- que cabría denominar de la ciencia y del
lutismo sea sinónimo de tiranía en térmi- arte del gobierno. Bossuet y Fenelón deben
nos estrictos y de una invariable fisonomía ser considerados como los primeros precep-
política para todas las épocas y naciones. tores de dichas materias. Como quiera que
Por ejemplo, el despotismo que hubo de esto sea, tal enseñanza habrá de poner a
llamarse ilustrado, no es un simple despo- tan clara luz como convenga el principio
tismo. El absolutismo asume sin duda, po- de la responsabilidad real.
deres vastísimos, pero éstos involucran a su Marcan Bossuet y Fenelón. respectiva-
vez confesados deberes de tutela social, mente, dos momentos muy precisos en la
acrecentados cuando por ventura tiende a doctrina de la sabiduría de mandar. El
la forma ilustrada. Entonces, incluso su primero, o sea el águila de Meaux (1627-
acción reformadora, es innegable. 1704), aduce un saber que da por compar-
Quiere decir que lo tutelar corre parejas tido de todos en sus sermones memorables.
con lo absoluto; de modo que en el mundo Asimismo como doctrinador del Delfín se
occidental a que únicamente nos estamos aplica a la interpretación de la historia
refiriendo, no veremos nada de común en- universal, enfocada en un todo coherente,
tre las varias formas absolutistas y el des- armonioso y vivo, para uso del augusto
potismo asiático. personaje. Ni es otro el fin que persigue en
Al señalar esta frontera convendrá que su Política deducida de la Sagrada Escri-
tura. ¿Y cuáles son las palabras de su Porque era en teoría un ser divino. Y por
exordio en la oración fúnebre para Enri- de contado que las raices de su divino de-
queta María de Francia? "Aquel que reina recho se hunden —nadie dirá que no— en
en los cielos, de Quien dependen todos los la propia tierra de los Salmos de David el
imperios... es el que se glorifica de hacer Ungido. No es menos cierto, sin embargo,
la ley de los reyes". De manera que nunca que toda la Biblia está impregnada asi-
habrá de ser la ley capricho arbitrario del mismo del apotegma central de la libertad
monarca —así prevalezca el dogma del del hombre. Y esto no sucede en vano. Por
derecho divino de reinar—. sino la más eso el mejor día surge, en el seno de la más
perfecta imagen posible de la verdad y del acendrada vida religiosa, el libro que no
bien. esquiva entre sus temas de tal orden de
En cuanto a Fenelón, esto es, al cisne de ideas, ni aun siquiera el de la legitimidad
Cambray (1651-1715), es innegable que con del regicidio.
poner los ojos en Grecia, ya miraba más El solo hecho de que se permita publicar
lejos que Bossuet en lo que hace a la res- libro de tan esclarecedor análisis acerca
ponsabilidad de regir pueblos. No reniega de la potestal real como el del Padre Juan
Fenelón de ningún bíblico precepto; pero de Mariana, muestra a la más viva luz que
bien se ve en Las Aventuras de Telémaco el cesarismo de Roma (donde tal obra hu-
cuánto confía en la virtud, avisada y asis- biera sido de imposible concepción) fuá
tida por las luces de la inteligencia. En el una cosa y el moderno cesarismo otra 'de
caso del hijo de Ulises, brindado por mode- todo punto diferente.
lo del futuro rey, ha de ser la propia diosa La justicia obliga, no obstante, a recal-
Palas quien le instruya bajo la venerable car lo ya dicho: que nunca se daría en
figura del anciano Mentor. Singularidad de Europa —ni en la de los peores Césares—
estos relatos es que Mentor imparte ai- la locura escandalosa del autócrata borra-
príncipe una doctrina á fe que nada abso- cho de poder frente a un pueblo aterrado
lutista. En todo caso, la flor de esta ense- corno bajo infernal hechizo. De haber sido
ñanza, hela aquí en la despedida, tan tier- Nerón su más aproximado retrato, no ha-
na como austera, de la diosa: "Ya te dejo, bría cómo olvidar jamás que bajo su mis-
¡oh, hijo de Ulises! Pero mi sabiduría nun- mo solio ordenaron el moderado régimen
ca te abandonará, con tal que siempre es- imperial los Antoninos. ¿Qué dijo Antoni-
tés convencido de que nada te será hace- no Pío precisamente aquel día en que los
dero sin ella". Que viene a ser como afir- amigos de su hijo adoptivo Marco Aurelio
mar en un solo aforismo: Sin ilustración, censuraban el mucho pesar del príncipe
no hay gobierno. por la muerte de su maestro? Dijo: De-
Debe dejarse en claro también que será jadle ser humano. La filosofía y el imperio
erróneo confundir el absolutismo de los no deben secarle el corazón. Antes bien, la
siglos enunciados con el cesarismo roma- filosofía debía hermoseárselo. ¿Y cómo go-
no, por más que en ocasiones haya sido bernaría Marco Aurelio? Como un empe-
aquél como remedo de éste. Acierta Walter rador filósofo en quien la filosofía sólo era
Goetz (Historia Universal, t. V) en su en- múltiple responsabilidad.
sayo sobre Absolutismo e ilustración, pá- Por lo demás, ¿en qué medida no esta-
gina 5, cuando afirma: "Luis XIV de Fran- ba presente la tremenda lección de Bruto
cia representa la cúspide de ese sistema. en el odio a los tiranos de Mariana?
En el Rey-Sol resucita la semidivinidad de De todas formas, honrará eternamente al
los emperadores romanos. Envuélvele un esclarecido jesuíta y a su escuela ese tra-
culto que lo eleva por encima de toda la tado suyo Del Rey y de la Institución Real,
vida terrestre." escrito no para la incitación al crimen de
Sin duda, es verdad. Se eleva el rey por lesa majestad, pero sí desde la primera
encima de toda la vida terrestre. Pero hasta la última página, para la justa de-
muchos otros valores de este mundo se limitación de aquel poder. Nada se deja
elevan con él. Louis Bertrand tiene en su por examinar. Se llega hasta el extremo del
Luis XIV un capítulo explícito: El Rey y la problema. ¿Es lícito matar al tirano? Tal
inteligencia. Allí vemos al monarca esplen- decisiva pregunta no se quedará sin res-
doroso rodearse de los grandes artistas, de puesta satisfactoria en páginas compues-
los grandes escritores de Francia; hombres tas para encarecer justamente los inalie-
a quienes estimaba, a quienes sabía respe- nables derechos del hombre social.
tar. Se le conocía como buen lector y siem- Con ser tan valeroso ápice de gallardías
pre se recordaba que de mozo había es- el solo hecho de tocar este punto, lo que
crito en prosa y en verso. Lo cual prestaba debe ponerse por encima de este dramático
nuevos rayos al esplendor de su divinidad. extremo es la doctrina general del libro, en
todo y por todo limitativa del mando. He adelante, echarán nuevos brotes democrá-
aquí un aforismo categórico: el de que "la ticos en el suarizmo; teoría francamente
potestad real tiene su origen en la voluntad populista que el P. Guillermo Purlong, S. J.
de la República"; de modo que entre los (Nacimiento y desarrollo de la filosofía en
derechos del pueblo se incluye hasta el el Rio de la Plata, cap. X) ha puesto a la
de despojar a los reyes de sus cetros. más clara luz.
A nuestro íeal saber y entender, no cabe Siempre que se tocan estos puntos refe-
duda. El aura política que envuelve a los ridos a la doctrina española, debe hablarse
pueblos cristianos —cualesquiera sean los de Aragón y del espíritu de sus viejas ins-
tiempos y los lugares a que atendamos en tituciones; porque su constitución política
lo que mira al absolutismo— es siempre de fue reconocidamente la más perfecta entre
una intensa vivacidad que los tiempos gen- las medioevales por sus conquistas esta-
tílicos no conocieron. Cae César bajo el bles: inviolabilidad del domicilio, prohibi-
puñal de Bruto, pero se levanta poderoso, ción del tormento, derecho a la defensa de
pujante, irrefrenable para largos tiempos los fueros, consejo de prohombres. Pero, en
el cesarismo como sistema de gobierno, y rigor de verdad, todos los primitivos reinos
aun más, si se quiere: como religión de de España estatuyeron muy viables prin-
Estado. En cambio, cae Enrique de Francia cipios para la debida armonía entre indi-
bajo el puñal del monje Clement, y lo que viduo y gobierno.
se levanta para alumbrar a los tiempos es Lleguemos ahora a Carlos III. ¿Fue este
el libro del jesuíta insigne como el trata- monarca —el déspota ilustrado por anto-
do insustituible de los derechos del pueblo. nomasia de España— mero testa férrea de
"Yo juzgo —leemos en el capítulo IX— sus consejeros? Don Marcelino Menéndez y
que la potestad real tiene su origen en el Pelayo responde que en ello convienen to-
pueblo y los primeros reyes en cualquier dos. Ya decirlo es pronunciarse acerca del
república han sido elevados al poder su- muy relativo absolutismo del rey. Por otra
premo por una concesión de aquél." Con parte, recordar el sistema de galardones y
esto más: que este poder deberá ser cir- estímulos que sus ministros excogitaron
cunscripto "por todas las leyes y sancio- como elementos de transformación y pro-
nes necesarias para que no salga de sus greso, vale por determinar asimismo su ca-
límites... y degenere en una tiranía". lidad de ilustrado.
No por detenerse tanto en la conside- En cuanto a Carlos IV, ¿en qué hubo
ración de la potestad real a sus lindes ra- de consistir su absolutismo? La historia
zonables, deja a un lado el P. Mariana el atiende más al favorito que al rey. Pluma
problema conjunto de la ilustración, que es tan autorizada como la de Hans Roger Ma-
como el decoro de la fuerza. "No para nada dol en su Godoy, diseña y configura a éste
—escribe— la antigüedad representaba ar- como al primer dictador contemporáneo. O
mada a Minerva, tanto en los combates sea que el absolutismo habríale sólo servido
cuanto presidiendo al estudio de la sabi- a Carlos IV para subrogarlo y transferirlo.
duría." Y luego expresa: "En nuestra Es- Atendiendo ahora al aspecto de la ilustra-
paña ... los príncipes cuando a sus exce- ción, aquí tenemos el juicio del citado autor
lentes dotes naturales unían la cultura y en el capítulo IV de su obra: "Es más libe-
la instrucción, se hacían más dignos de ral que cualquiera de sus antecesores. Dio
ser admirados." vida a los más importantes institutos cien-
Cuidado, pues, de hacer una misma si- tíficos de España... Fue el protector de la
lueta del rey absoluto y del déspota. Para lituratura y de las artes." Añadiremos que
el P. Mariana el buen rey ha de oír a to- hasta en la España ultramarina se dejó
dos y vivir en el mismo común derecho. sentir ese espíritu. Basta entre nosotros
Por lo tanto —capítulo V— "jamás debe con leer el primer periódico que conoció
creer que es señor de la república y de cada Buenos Aires — El Telégrafo Mercantil—
uno de los subditos, por más que sus adu- para cerciorarse plenamente de ello.
ladores se lo digan, sino que ha de juz- Que también atendió aquel prestado ab-
garse como quien recibe cierta merced de solutismo de Godoy a la labor de los sa-
los ciudadanos". El déspota, entre tanto, bios en el reino es también incuestionable.
receloso siempre, sojuzga a todos, "impide La Escuela de Veterinaria fue creación
las reuniones ya grandes, ya pequeñas, y suya; y también realización de sus manos
les quita por medio de una policía oculta el establecimiento de la inspección de far-
e inquisitorial hasta la facultad de hablar macias, la Escuela Superior de Medicina, y
y aun de oír hablar de la república, que es en ella, la fundación de una revista des-
la mayor esclavitud y humillación posi- tinada a la difusión de noticias relativas
ble". Advertencias hermosas que, tiempo a búsquedas y descubrimientos.
Nos atreveríamos a decir que para toda se hace una clasificación de las obligacio-
la gente hispánica fue principalmente un nes, en puras y condicionales. Las prime-
hombre quien hizo para siempre odiosa esa ras son todas las que no están sujetas a
modalidad transitoria de las monarquías condición, es decir, que no depende el cum-
—efectivo puente entre dos tiempos— que plimiento de las mismas de un suceso fu-
se llama régimen absoluto y también des- turo o incierto. Estas obligaciones puras e
potismo ilustrado. El hombre que lo hizo incondicionales se deben cumplir estricta-
abyecto es Fernando VII, déspota si, ilus- mente y, con respecto a ellas, cabe la ac-
trado no. Quien quisiere leer ceñidas pá- ción para exigir su cumplimiento.
ginas que han de estimarse como excelente El Código civil argentino contempla las
compendio, lea en el Diccionario Político obligaciones de esta naturaleza en diversas
Español de don Ángel Ossorio el artículo disposiciones. (V. OBLIGACIONES PURAS.)
pertinente.
En resumen: Fue función del régimen ABSTENCIÓN.* Del latín abstentio, pri-
absolutista tutelar los bienes superiores de vación. Se debe tener en cuenta que el or-
la inteligencia dentro de un ordenamiento denamiento jurídico comprende el hacer y
social compatible con la conveniente dig- el no hacer del sujeto de derecho. El acto
nidad de cada uno. Tal la órbita del abso- y la omisión; la actividad positiva del hom-
lutismo en su mejor estado de salud, cuan- bre y también la negativa; el hecho y la
do surgió para su real destino de tránsito abstención.
o pasaje entre dos épocas. Desde esa perspectiva jurídica, la abs-
En consecuencia, su degeneración consis- tención implica un acto negativo de carác-
tió en no quererse servir más de ese puen- ter voluntario, decidido libremente por el
te los gobernantes, ya a los impulsos del sujeto o impuesto por la ley y cuyas con-
miedo a muchas necesarias reformas. De secuencias pueden ser imputadas al agen-
este modo el absolutismo, dejando a un te que se abstiene.
lado toda justificación cultural, llegó a Cuando cabalmente es un acto libremen-
confinarse en el solo campo de lo político. te decidido por el sujeto, configura una
Es entonces el decir como César Borgia — manifestación de algún derecho subjetivo
César de imitación—: Aut Caesar, aut nihil, o del derecho, simplemente, a abstenerse.
en tanto que el verdadero César decía con En este caso, comúnmente no trae ninguna
más sagaz sentencia: Quien no está en consecuencia la conducta abstencionista u
contra mía está conmigo. omisiva; pero si existe una obligación le-
Degeneración completa la que señala- gal o convencional de no abstenerse, de no
mos; porque hasta, en el orden de lo pu- omitir determinada actividad (casos de de-
ramente político el absolutismo trajo como beres familiares o de otra índole que requie-
un albor de. liberalismo y un comienzo de ra una actitud positiva del sujeto, casos del
liberación para los más oprimidos, a virtud derecho penal en que existe una obligación
de que las cien esparcidas tiranías de los legal de actuar positivamente), entonces,
señores —llamáranse duques, marqueses, produce efectos cuya responsabilidad debe
condes o barones— hallarían en el rey ab- atribuirse al sujeto abstencionista.
soluto un poder moderador. Cuando la abstención es impuesta por la
Al dicho estado de franca degeneración ley, configura una manifestación de volun-
en que sólo se atiende a vigorizar la fuerza tad jurídica y viene a formar parte de un
policial del gobierno, sin ningún otro com- deber jurídico, el contenido de ese deber.
promiso superior, pertenecen de lleno las En este caso puede incluirse el supuesto
autarquías totales que sólo viven para la de la abstención impuesta convencional-
conservación del orden, mientras todo lo mente.
que significa elevación languidece en torno Desde cualquier ángulo del derecho que
suyo: las leyes, las ciencias, las artes y aun se ilumine la figura que importa una con-
la misma religión. (V. AUTARQUÍA.; ducta abstencionista, siempre resulta ese
concepto genérico: la manifestación de
ABSOLUTISMO DEL DOMINIO. (V. DO- una voluntad jurídica que omite una acti-
MINIO.) vidad, para que esa omisión produzca un
efecto jurídico imputable al agente que se
ABSQUE NULLA CONDITIONE. Locución abstiene.
latina que significa que no existe ninguna El concepto es usado frecuentemente en
condición. Aplicado a las obligaciones, sig- el Derecho público como en el privado, en
nifica que no están sujetas a circunstan- el lenguaje legislativo, forense y doctrina-
cias o hechos de ninguna clase.
Se debe tener en cuenta que en doctrina * Por el Dr. ARMANDO V. SILVA.
rio, y señala genéricamente una forma de cia, que a la vez pueden originarse en una
actuar jurídicamente, por cualquier ente convención privada o nacer por mandato
de derecho. legal. Entre otras se pueden enumerar tam-
Doctrinariamente se pueden señalar gru- bién las obligaciones que imponen la pres-
pos de situaciones jurídicas en las que la tación negativa de no subarrendar; de no
abstención puede tener consecuencias im- acudir a determinada subasta; de no enaje-
putables. nar; de no revelar un secreto; de no exi-
En primer lugar, la abstención puede ser gir un pago, etc.
considerada como un derecho. Siendo el Se ha hecho notar dentro de este campo
caso más general, ya que todo derecho lle- de las prestaciones negativas, que exis-
va implícita la íacultad de abstenerse del ten abstenciones jurídicamente imposibles,
sujeto titular, y en este caso no existe aunque físicamente posibles: v. gr., com-
consecuencia jurídica imputable al agente prometerse a no raptar a alguien; com-
abstencionista. Esto como el primer su- prometerse a seguir en una situación ilí-
puesto de esta clasificación de situaciones. cita a cambio de un precio. Se ha hecho
Existiendo otro supuesto, cuando el orde- notar acertadamente que en estos casos la
namiento legal acuerda la íacultad de ex- obligación de quien se compromete a abs-
cusarse a un sujeto de derecho, que sin esa tenerse de un acto ilícito no tiene objeto
facultad o exoneración legal tendría la y la obligación de quien ha prometido un
obligación de actuar. precio no tiene causa, ya que "toda obli-
La abstención como declaración de vo- gación supone restricción a una libertad
luntad es importante en el campo del De- de que se goza y quien promete abstenerse
recho privado, constituyendo una cuestión de lo ilícito no restringe en nada su legí-
especial del Derecho de las obligaciones y tima libertad, pues no es libre para hacer
de los contratos. Esta situación puede re- el mal". Por lo demás, el que se obliga a
sultar por imperativo legal cuando deter- abstenerse de un acto ilícito o inmoral, en
minada conducta abstencionista tiene va- realidad está de antemano obligado por
lor como manifestación voluntaria y se el ordenamiento jurídico a la abstención
considera que el sujeto que omite actuar de actos de esa naturaleza (Busso).
en contra reconoce el efecto de su declara- La abstención prohibida abarca las situa-
ción especial. Se aplica al caso del silencio ciones especiales en que legalmente no se
como forma de la abstención y al que la permite la manifestación de una conducta
doctrina ha dedicado mucho interés. En abstencionista. El caso de la legislación
nuestro Derecho se puede citar el caso del electoral que considera al voto como un
art. 919 del Código civil, en que la actitud derecho y como un deber y en consecuen-
pasiva del sujeto abstencionista configura cia se sanciona con penas especiales al ciu-
una manifestación de voluntad jurídica. dadano que se abtuvo de cumplir con ese
Las hipótesis más numerosas en estos ca- deber. Este aspecto de Derecho público con-
sos se presentan en los supuestos en que figura un tema especial del Derecho cons-
por convenio de partes se da valor a la titucional y parlamentario: la abstención
conducta abstencionista de alguna de ellas, en la emisión del voto.
manifestada en determinadas condiciones En Derecho político, la abstención signi-
de tiempo y forma. Por ejemplo, cuando se fica la renuncia que el cuerpo de electores
pacta la prórroga de un contrato, si en hace del derecho de sufragio. Ahora bien,
determinado tiempo y con ciertos requisi- en términos generales se puede indicar
tos formales no se manifiesta una volun- que dicha actitud puede proceder de moti-
tad en contra de la prórroga. vos particulares o privados o de motivos
La abstención puede ser objeto de un de- políticos. Ejemplo de lo primero es la in-
ber jurídico. Entran en esta categoría las diferencia, la apatía, la negligencia de la
obligaciones con prestación negativa, en masa ciudadana con respecto a sus debe-
virtud de las cuales el deud9r se compro- res políticos. De lo segundo la resolución
mete a omitir o abstenerse de efectuar de- de un cuerpo político para que sus afilia-
terminados actos y también a tolerar la dos no voten en determinada elección.
conducta activa del acreedor. De modo que En los pueblos antiguos donde el Estado
el abstenerse de obrar por una parte con- absorbía al ciudadano se consideró siem-
figura un deber convenido con el fin de pre la abstención como una deserción. Al
proporcionar al acreedor una ventaja de- respecto se recuerda que Solón en una de
rivada de la conducta abstencionista de su sus leyes prohibía a los ciudadanos la neu-
deudor. Se pueden señalar como figuras tralidad política. En el Estado democráti-
más frecuentes de este especie dr- absten- co moderno, también la abstención políti-
ción, las denominadas de no concurren- ca puede ser interpretada como una de-
serción, pero por otras consideraciones y Asimismo, desde el punto de vista de la
otros fundamentos. filosofía del Derecho, se ha hecho notar en
Se pueden agrupar en una categoría es- cuanto al concepto y los caracteres del De-
pecial las situaciones en que la abstención recho objetivo, que existe un ,rasgo del De-
constituye un acto contrario a derecho, co- recho que es la generalidad, ya que la nor-
mo las que dan lugar a los delitos de omi- ma jurídica por su propia naturaleza es
sión o las que configuran hechos mera- general, con raras excepciones, y es al mis-
mente culposos. mo tiempo producto de una abstracción
En el Derecho procesal se habla de abs- de datos jurídicos para fijar los tipos, los
tención especialmente en el caso de la ex- esquemas o las configuraciones de carác-
cusación de los magistrados o funcionarios ter jurídico. Desde el Derecho romano clá-
judiciales. También en el caso de inhibi- sico se tiene el concepto de la generaliza-
ción por incompetencia. Pero se debe te- ción por. abstracción, en la elaboración del
ner en cuenta que en el transcurso del pro- Derecho positivo. Del Vecchio recuerda al
ceso civil o penal, se producen innumera- efecto, la expresión de Ulpiano: Jura nom
bles casos o situaciones objetivas que con- in singulas personas, sed generalíter cons-
figuran conducta abstencionista impuesta tituuntur. (Dig. L. I, tít. 3, párrafo 8.)
por la ley, resolución judicial o convenio En el Derecho alemán moderno se con-
de partes. (V. BENEFICIO DE ABSTENCIÓN. DE- figuró la teoría de los actos abstractos y
RECHO DE ABSTENCIÓN.) especialmente de los contratos abstractos.
Ya en 1871, un Congreso de jurisconsultos
BIBLIOGRAFÍA. — Busso. E. B., Código civil ano- alemanes, bajo la influencia de Ihering,
tado, t. 3, "Obligaciones", pág. 26, n» 134, Buenos
Aires, 1949. — Demogue, B., Traite des obligations había admitido la doctrina de los actos
en general, t. 1, pág. 184, Paris, 1933. — Barassi, abstractos o negocios jurídicos abstractos.
La teoría genérate delle obligastoni, t. 2, pág. 121, Esta especie de actos, tuvo sus anteceden-
Milán, '1948. — Orgaz A., Diccionario elemental de
Seretcho y ciencias sociales, págs. 4 y sigs., Cór- tes en el Derecho romano, donde se confi-
doba, s/f. — Von Tuhr, A.,Parte general de Dere- guró un contrato abstracto, la estipulación.
cho civil, t. 2, pág. 96, Madrid, 1927. Ya que, aunque no se manifestasen en la
fórmula las relaciones jurídicas a que obe-
ABSTENCIÓN (Beneficio de). (V. BENE- decía el acto celebrado (aunque no se ma-
TICIO DE ABSTENCIÓN.) nifestase la causa), la promesa era válida.
Actualmente, aceptada la teoría del acto
ABSTENCIÓN (Derecho de). (V. DERE- abstracto, nada impide a las partes con-
CHO DE ABSTENCIÓN.) tratantes prescindir de la mención de la
causa de sus obligaciones.
ABSTENCIÓN DE FUNCIONARIOS PÚ- El acto abstracto en general es aquel en
BLICOS. (V. FUNCIONARIOS PÚBLICOS.) donde no se hace referencia a Ja causa o
la voluntad de las partes. La generalidad
ABSTRACTO. Del latín ábstractus, p. de la doctrina moderna, y dentro de la
p. de abstrahere, separar, traer hacia sí. teoría de la autonomía de la voluntad,
Lo que es resultado de una operación in- sostiene que puede realizarse un acto jurí-
telectual de abstracción que importa la eli- dico con exclusión de la expresión causal,
minación de datos sobre un objeto cual- porque la misma debe suponerse existente.
quiera del pensamiento para concebirlo en El Código civil "alemán y Código civil suizo,
su esencia simplificada. Por eso se dice de legislan expresamente sobre esta clase de
lo genérico, de lo general o de lo ideal. actos o de negocios jurídicos.
Se debe tener en cuenta que el Derecho, Nuestra legislación no reconoce obliga-
como un producto cultural de la sociedad ciones sin causa (art. 499, Cód. civ.). Pero
humana es el resultado de la abstracción aunque la causa no esté expresada en la
de los datos especiales de un sector impor- obligación, se presume que existe mientras
tante de la experiencia social e individual. el deudor no pruebe lo contrario (art. 500,
Desde el ángulo de la sociología jurídica Cód. civ.). En nuestra legislación comercial
se puede señalar el hecho de que los sis- se admite esta categoría de actos según lo
temas jurídicos más adelantados aventa- preceptuado por el art. 212 del Código de
jan en cuanto a abstracción de datos de comercio. (V. ACTO ABSTRACTO. CAUSAS EN
la experiencia jurídica a los sistemas pri- LAS OBLIGACIONES.) (A. V. S.)
mitivos o antiguos. En éstos prevalecía un
sistema de formalidades simbólicas, un for- BIBLIOGRAFÍA. — Busso, E. B., Código civil ano-
malismo primitivo. En aquéllos prevalece tado, t. 3, págs. 157 y siga., Buenos Aires, 1949.—
una elaboración intelectual abstracta de Ennecerus, Tratado de Derecho civil, t. 1, ed. esp.,
págs. 76 y sigs.; t. 2, págs. 142 y sigs, Barcelona,
datos jurídicos. 1943. — Del Vecchio, G., Filosofía del Derecho,
5? ed. española, págs. 334 y slgs., Barcelona. 1947. conferían la patria potestad sobre sus nie-
—Lafaille, H, La causa de las obligaciones en el tos.
Código civil y en la reforma, págs. 297 y slgs, Bue-
nos Aires, 1940. JURISPRUDENCIA. — La regla del ar.t. 3582 que es-
tablece que el hijo natural nunca hereda al abuelo
ABSURDO. Del latín absurdus, lo contra- natural abarca no sólo a los hijos naturales de
rio a la razón, por disparatado o inopor- hijos naturales, sino también a los hijos natura-
les de hijos legítimos (Sup. Corte Bs. As., 30-4-940,
tuno. D. J. A., 946-16-406; J. A., 946-2-523; L. L., 43-546),
En el lenguaje de la Lógica se denomina Esta decisión de los Tribunales que se ha sos-
así a todo lo que escapa a las leyes lógicas tenido en forma unánime en todos los casos, ha
cíe variar, forzosamente, a raíz de la modifica-
formales y se convierte en una cosa irreal, ción que hace la ley 14.024, sancionada última-
en cuanto no condice con el pensamiento mente, del art. 3582. La modificación dice asi: "La
normal de los hombres, sobre los objetos, prohibición del artículo rige únicamente para los
del mundo y sus relaciones. descendientes unidos al causante por generaciones
naturales Ininterrumpidas".
Se ha dicho que es lo que está fuera de No puede invocarse la condición de abuela le-
toda regla, por esencia. gítima para ser tutora de un menor cuya tutela
Reducción al absurdo, o simplemente re- ejerce otra persona impuesta por el padre en vir-
tud de una disposición testamentaria (Cám. Civ. 1*
ducción (apagoge) es el modo de argu- Cap., 4-7-945, J. A., 946-1-20).
mentar por el cual se quiere demostrar la
verdad de una proposición por la falsedad ABUSO. Del latín ábusus, de ab, en sen-
o imposibilidad de la contradictoria o de tido de contra y usus, uso. Literalmente, el
las consecuencias de la proposición contra- mal uso de una cosa.
dictoria. (V. ABDUCCIÓN, AD ABSURDUM.) En su acepción general, abuso significa
En el mismo sentido se aplica en el len- el aprovechamiento de una situación en
guaje jurídico, teniendo en cuenta situa- contra de una persona o de una cosa.
ciones jurídicas diferentes, pero en cierto Desde ese punto de vista significa asimis-
modo comparables. En el Digesto se decía: mo toda demasía o exceso en el uso y
"Absurdum est plus inris habere eum cui tiene una aplicación conceptual amplísi-
legatus sit fúndus, quam heredem, aut ip- ma. Puede referirse a situaciones de apro-
sum testatorem si viveret". (ULPIANO, Dig., vechamiento injusto; de infidelidad por
50, 17, 160, 2.) Es absurdo que tenga mayor abuso de la confianza depositada; de pre-
derecho aquel a quien se ha legado un valencia de un interés sobre otro, etc.
fundo, que el heredero o el mismo testa- En el lenguaje jurídico existe el adagio
dor, si viviera. (A. V. S.) anónimo que sintetiza esta situación:
BIBLIOGRAFÍA. — Consultar la que corresponde a "Ábusus non est usus, sed, corruptela".
Abducción; además. Ferrater Mora, J., ob. allí clt., Jurídicamente se entiende por abuso el
pág. 7; Halperin, G., Manual de latín para juris-
tas, pág. 3, Buenos Aires, 1946. hecho de usar de un poder, de una facul-
tad, de un derecho o de una situación es-
ABUELO. Del latín avus, abuelo. Padre pecial, como asimismo de una cosa u ob-
o madre de la madre o el padre. jeto, más allá de lo que resulta lícito, por
Bajo la denominación de abuelos se in- la naturaleza o por la costumbre y, tam-
cluyen el paterno y el materno, y también bién, con fines distintos de los autorizados
ambas abuelas. Todos ellos están obligados por el ordenamiento legal.
a prestar alimentos a sus nietos cuando son Teniendo en cuenta el ordenamiento le-
pobres, y recíprocamente éstos a ellos, te- gal-positivo o consuetudinario, y el orde-
niendo derecho, además, a heredarlos ao namiento moral de la sociedad, el abuso se
intestato si muriesen sin sucesión legíti- comete cuando se actúa aparentemente
ma. dentro de la esfera lícita o ética, pero, en
Kn la mayor parte de las legislaciones realidad, se sale de los límites impuestos
antiguas, el abuelo ejercía la patria potes- por la justicia, la equidad, la ley y la ra-
tad sobre los nietos. Aunque restringida zón.
esta facultad por las leyes modernas, tanto De ahí que este concepto lato del abuso
el abuelo paterno como el materno ejercen sea aplicable a todo el ámbito del derecho.
alguna autoridad sobre los nietos que se Tanto en las instituciones, como en las le-
han quedado huérfanos. En algunas legis- yes y en las formas de gobierno, cabe el
laciones se autoriza a la abuela para ser abuso.
tutora de sus nietos y puede serlo legítima- El término tuvo antiguamente una acep-
mente en ausencia de la madre, bajo la ción técnica en el Derecho romano, don-
promesa de no contraer nuevamente matri- de para enunciarse el contenido del derecho
monio. de dominio se decía "ius utendi, fruendi et
El Derecho romano y las Partidas les abutendi". Significando esto último, el ius
abutendi, el uso 'máximo, el uso degrada- animus occidendi o el animus ledendi, úni-
torio y consuntivo de la cosa y no, como se camente queda un avasallamiento de la
ha creído, el verdadero derecho de abusar voluntad y, en consecuencia, la amenaza
de la misma hasta el daño extrapatrimo- o la coacción que constituyen un delito
nial. En realidad, a pesar del carácter ab- contra la libertad. Más lógico sería consi-
soluto del derecho de dominio, no se legisló derar el abuso de armas como circunstan-
el abuso de ese derecho. (V. ABUSO DE ARMAS. cia calificativa de agravación o como cir-
ABUSO DE AUTORIDAD. ABUSO DE CONFIANZA. cunstancia agravante, si lo que el legislador
ABUSO DE FIRMA EN BLANCO. ABUSO DE FIRMA se propone es poner coto a los hechos de-
SOCIAL. ABUSO DE PODER. ABUSO DE SUPERIO- lictivos cometidos en esa forma; y ese en-
RIDAD. ABUSO DEL DERECHO. ABUSO DESHO- foque del problema seria aceptable porque
NESTO.) (A. V. S.) "el abuso de armas es un elemento valioso
no sólo para revelar la mayor gravedad de
ABUSO DE ARMAS. En el Capítulo V un delito, sino también para señalar la
del Código penal argentino se emplea esa mayor peligrosidad de un delincuente".
denominación para reprimir el delito con- Mario M. Mallo, coincidiendo, según dice,
sistente en disparar un arma de fuego con- con la posición adoptada en el derecho an-
tra una persona, aun sin herirla; y para glo-americano, opina que en el Capítulo V
reprimir también la agresión con toda ar- del Código penal argentino el bien jurídico
ma, aunque tampoco se causare herida. tutelado es la vida y la integridad física,
Esta figura de delito tiene su antecedente por lo que la figura estudiada es, en sus
en el art.*423 del Código penal español de más remotas consecuencias, un delito de
1870, que penaba como delito con indivi- peligro, pues "si la ley tutela al ser huma-
dualidad propia, el disparo de arma de no aun contra quien crea el peligro, el
fuego contra persona determinada, aun elemento básico del delito de abuso de ar-
cuando el sujeto pasivo no sufriera daño
corporal ninguno. Pero los ataques de que mas es la agresión propiamente dicha y no
fue objeto esa disposición por parte del el disparo del arma, que según la intención
profesor Jiménez de Asúa y de otros pe- con que se haga sólo puede vulnerar el
nalistas españoles, sirvieron para que en derecho contravencional". Y termina: "La
la modificación que el año 1932 hizo la figura es entonces delito, porque su base,
República al Código penal desapareciese que es la agresión, también lo es." El pro-
dicho delito, que actualmente no tiene si-
pio Mallo afirma seguir la tesis de Soler,
milar en ninguna legislación penal, sal- por parecerle más lógica y más justa por
vo en las de Argentina, Uruguay y Por- cuanto mantiene y considera necesaria esta
figura, que equipara con todos los delitos
tugal. de peligro y acredita que su base es la
El tratadista argentino José Peco, en la agresión. (M. O. y F.)
exposición de motivos de su proyecto de
Código penal presentado al Congreso de la JURISPRUDENCIA. — En el Celito de abuso de arma
Nación el año 1941, estudia ampliamente de fuego no cabe considerar como delito aparte
la herida menor causada (Cám. Apel. Tucumán,
este tema y se muestra partidario de la 26-9-922, J. A., t. 12, pág. 963). 81 se trata de un
supresión del abuso de armas como delito homicidio simple con abuso de armas, y no existe
autónomo, pese a su arraigo en los ante- más circunstancia favorable al reo que sus buenos
antecedentes, corresponde aplicar la pena de 11
cedentes nacionales, a la copiosa jurispru- años de prisión, mediando la agravante de con-
dencia, a las opiniones contrarias de otros curso de delitos (Sup. Corte Nac., 23-2-927, J. A.,
autores y aun a la frecuencia del he- t. 24, pág. 33). Tratándose de la violación de un
cho mismo. A juicio de Peco, el que dis- menor de doce años que resultó muerto, procede
considerar como agravantes el abuso de armas y
para un arma de fuego contra otra perso- el atentado contra otra menor (Sup. Corte Nac.
na no puede abrigar sino uno de estos 23-2-927, J. A., t. 24, pág. 34). La agresión cuchi-
propósitos: matarla, lesionarla, amenazar- llo en mano, sin lograr herir, debe calificarse de
abuso de armas, delito previsto y penado en el
la o coaccionarla. El arma y su consiguien- art. 104 del Cód. pen. (Cám. Ped. B. Blanca.
te disparo, o es un medio pare la comisión 24-4-931, J. A., t. 36, pág. 1679). Comete delito de
del delito, al igual que la violencia, la ame- abuso de armas el que, aun sin haber tomado
puntería, dispara sobre una persona sin herirla
naza y el engaño, o es un instrumento (Cám. Apel. Azul, 26-3-931, J. A., t. 35, pág. 486),
para realizar el homicidio, la lesión, la No constituye delito de abuso de armas el empleo
amenaza o la coacción. Si en el autor del de una de fuego sin dirigirla contra persona de~
h.e<;b.Q hubo, la intención de matar, estare- terminada, de modo que ello no importe colocar
su agT^ütóo «i stt.M?vctóü *« peligra ^Cátn, Crim.
mos frente a la tentativa de homicidio, y Cap., 29-4-932, J. A., t. 37, pág. 1519). El delito
en la de lesiones, si el propósito se limitó a que se refiere el art. 104 atiende al peligro real
corrVrto por la persona y en delecto de toda otra
a menoscabar la integridad corporal del intención que no .sea disparar el arma (Cám. Crim.
destinatario de la agresión. Faltando el Cap., 16-6-933). El (lento üe abuso de armas y le-
alones leves cometido por el procesado contra su fin de obtener el funcionario a si mismo el
esposa, no encuadra en la regla del ¡trt. 64 del goce de un bien sensible; 2° Que el hecho
Cód. pen., en virtud de los términos expresos de
los ai-ts. 104 y 105 del mismo (Cám. Crim. Cap., por sí mismo no constituya delito, sino que
13-3-934, J. A., t. 45, pág. 692). El delito de agre- la criminalidad emerja únicamente del
sión con armas requiere acometimiento por parte abuso de los poderes conferidos por la fun-
de quien la esgrime, no bastando la simple exhi-
bición del arma (Cám. Crlm. Cap., 8-7-93B, J. A., ción pública. "Eliminad la venalidad y su-
t. tí3, pág. 311). En caso de concurso de los deli- poned el abuso doloso de un poder público
tos de abuso úe armas y lesiones, cometidos con en daño del derecho ajeno, sin que esta
exceso en la defensa, a mérito de lo dispuesto
en el art. 35 Cód. pen., corresponde aplicar la lesión constituya por sí misma un delito,
pena fijada en, el art. 94, no obstante ser menor, y tendréis el concepto constante del abuso
por no hallarse legislado el aDuso de armas cul- de autoridad incriminado." (Carrara, Pro-
poso (Cám. Crlm. Cap., 6-12-941, J. A., 1942-IV,
pág. 883). Encuadra en el art. 104 Cód. .pen. el grama, n° 2512.) Ese es el criterio segui-
hecho de entrar ilícitamente en el domicilio de do por la mayor parte de las legislaciones,
la victima y herirla levemente con el disparo de pues malversación, n'egociaciones incompa-
un arma de fuego, pues la lesión leve desaparece tibles, etc., no configuran abuso de auto-
al ser absorbida por el abuso de armas conforme a
lo dispuesto en el propio artículo; así como tam- ridad, por responder a un propósito de lu-
bién desaparece la violación del domicilio, tanto cro del agente.
por hallarse en concurso Ideal con aquél, cuanto Sujeto activo en el delito de abuso de
porque el art. 150 dispone que esa infracción sólo
se reprime si no resultare otro delito más severa- autoridad es el funcionario público, enten-
mente penado, cual es el abuso de armas cié fue- diéndose1 por tal: "Todo el que, en virtud
go (Cám. Crim. Cap., 29-8-944, J. A., 1944-IV, de designación especial y legal (ya por de-
pág. 5) creto ejecutivo, ya por elección), y de una
BIBLIOGRAFÍA. — Peco, J., Proyecto de Código pe- manera continua, bajo formas y condicio-
nal, presentado al Congreso de la Nación el año nes determinadas en una delimitada esfera
1941. — Mallo, M. M., Código penal argentino co-
mentado, Buenos Aires, 1948-1931. — Soler, S.. de competencia, constituye o concurre a
Derecho penal argentino. constituir y a expresar o ejecutar la vo-
luntad del Estado, cuando esa voluntad se
ABUSO DE AUTORIDAD.* Mal Uso que dirige a la realización de un fin público,
hace un magistrado u otro funcionario pú- ya sea actividad jurídica o social". (Eielsa
blico de su autoridad o facultades. Muchos Derecho Administrativo, t. II, pág. 55.)
son los delitos que lo contienen, pero que Para el Código penal argentino, el término
al lesionar simultáneamente otros bienes "funcionario público" designa a todo el que
jurídicos, aparte del puro interés en la re- participa, accidental o permanentemente,
gularidad y legalidad misma del acto, ad- del ejercicio de funciones públicas, sea por
quieren tipicidad y mayor gravedad: la elección popular o por nombramiento de
malversación, el prevaricato, la corrupción autoridad competente (art. 77). Así ha es-
y muchos otros presuponen la extralimi- tablecido la Jurisprudencia que son fun-
tación de un funcionario público, o sea cionarios públicos: el guardia de seguridad
abuso de autoridad. (Cám. Ap. Cap., 4 de oct. 1932; Cám. Ap.
En el Estado politicamente ordenado y Cap., t. T, pág. 73); el administrador ju-
jurídicamente organizado, el funciona- dicial de bienes embargados (Cám. Ap.
miento regular y legal de la administra- Cap., G. F., t. 154, pág. 42); el depositario
ción es condición de su existencia, por eso, judicial (Cám. Ap. Cap., J. A., t. 42, pág.
se castiga el acto abusivo en sí mismo, pese 476); los empleados de Bancos oficiales
a que no se lesione ulteriormente otro de- (Cám. Fed. Men., J. A., t. 59, pág. 412); el
recho, como un modo de tutelar el orden celador de cárcel (Sup. Corte, Tucumán,
jurídico, dado que el abuso e irregularidad J. A., t. 45, pág. 150); los empleados de po-
en los actos de autoridad puede provocar licía de las provincias (Cám. Ap. Cap., t. 4,
toda clase de males. pág. 601/1940).
Según Carrara, el criterio determinante Sujeto pasivo de este delito es el Estado,
de los límites del delito de abuso de auto- como titular del interés violado, pero ello
ridad es en parte positivo y en pafte ne- no excluye que un particular tenga ca-
gativo. Es positivo, en cuanto requiere que rácter de perjudicado, así Manzinl distin-
se haya cometido un abuso de autoridad gue el sujeto pasivo "inmediato", que es el
lo suficientemente grave como para mere- particular, del "mediato", que es el Estado.
cer represión y no simples providencias dis- El delito de abuso de autoridad no admi-
ciplinarias. Es negativo en cuanto requiere: te tentativa.
1? Que el abuso no se haya hecho con el El Código penal argentino, con acertada
metodología, ha ubicado en el Título XI
' Por el Dr. WESLEY DE BENEDETTT. —Delitos contra la Administración Públi-
ca—, Capitulo IV —los Abusos de Autori- tución o a las leyes, y el que las ejecuta
dad—. Así el artículo 248 establece: "Será debe tener conocimiento de dicha ilegali-
reprimido con prisión de un mes a dos años dad. El abuso también puede consistir en
e inhabilitación especial por doble tiem- una omisión cuando el funcionario público
po, el funcionario público que dictare re- no ejecutare las leyes, resoluciones u ór-
soluciones u órdenes contrarias a las cons- denes cuyo cumplimiento le incumbe.
tituciones o leyes provinciales o ejecutare
las órdenes o resoluciones de esta clase JOTUSPBUDENCIA. — Comete el delito de abuso de
autoridad el comisarlo que pone en libertad a pre-
existentes o no ejecutare las leyes cuyo sos detenidos "In íraganti" (Sup. Corte Tucumán
cumplimiento le incumbiere." Dicho ar- 17-9-936, L. L., t. 4, pág. 383). El funcionario debe
tículo contempla únicamente la extralimi- obrar "maliciosamente" (G. del P., t. 65. pág. 155).
No constituye abuso de autoridad el allanamiento
tación de los deberes propios del cargo que ordenado de acuerdo con el art. 9» de la ley 4097.
se desempeña, no el ejercicio de funciones pues el procesado obró en base a una disposición
extrañas que invadan la esfera de otros legal existente (Cara. Crim. Cap., L. L.. t. 14,
pág. 89).
funcionarios, situación prevista en- el ar-
tículo 246 del Código penal como usurpa- . — La citada en el texto.
ción de autoridad.
El delito requiere para su configuración ABUSO DE CONFIANZA.* La locución
la existencia de dos elementos, subjetivo abuso significa "la acción y efecto de abu-
uno, objetivo el otro. El elemento subjetivo sar", o sea de usar mal o indebidamente de
está determinado por el conocimiento que una cosa; y la palabra confianza, en su
tiene el funcionario público de la ilegali- primera acepción, equivale a esperanza
dad de la acción u omisión atribuíble a él, firme que se tiene en una persona o cosa.
y que constituye el dolo o mala fe. "La La reunión de ambos términos nos lleva-
deslealtad del funcionario, que es lo que ría a definir gramaticalmente el abuso de
caracteriza la arbitrariedad subjetiva, es, confianza como el mal uso que hace una
por supuesto, algo que debe buscarse en su persona de la firme esperanza que puso en
alma, pues las acciones desleales son sólo ella otra o, como concretamente expresa el
exteriorizaciones de un estado subjetivo, Diccionario de la Academia, la "infidelidad
que es el que le da carácter al acto exter- que consiste en burlar o perjudicar uno a
no. Es desleal el funcionario por el solo otro que le ha dado crédito".
hecho de dictar o ejecutar resoluciones u En el Derecho penal, la comisión de un
órdenes contrarias a la constitución o le- delito abusando de la confianza depositada
yes nacionales o provinciales sabiendo que en el autor por la víctima, representa un
lo son, o de no ejecutar las leyes, sabiendo aumento de la responsabilidad, bien como
que le incumbe su cumplimiento, porque agravante genérica, bien como agravante
con ello ya es infiel" (Núñez). El conoci- específica o bien como circunstancia cua-
miento de la falsedad en el acto de autori- lificativa del delito. Para Cuello Calón,
dad debe existir en el momento de la confianza, tiene el significado de familia-
acción. El error de derecho para el fun- ridad en el trato; y en todas esas inter-
cionario público que incurre en él es asi- pretaciones supone que la persona en quien
milable al error de hecho y en consecuencia, se confía tiene mayores facilidades para
al excluir la malicia, determina la inexis- cometer el delito. El autor comentado se-
tencia del abuso de autoridad. El elemento ñala como uno de los elementos de tal
objetivo está determinado por la existen- agravante que "el aprovechamiento de la
cia de la resolución u orden objetivamen- especial situación del culpable, representa
te falsa, o por la aplicación de la ley a un por otra parte una infracción de especiales
caso en que no debe serlo, falseando la hi- deberes de lealtad y fidelidad que le ligan
pótesis. (Soler, Derecho penal, t. V, pági- con el ofendido".
na 157.) Es, pues, del mayor interés la opinión
El delito puede ser cometido por el que de Carrara cuando, refiriéndose al famula-
dicte resoluciones u órdenes, como por el to, dice que "en la calificación que se atri- j
que las ejecuta. Una resolución se trans- buye al hurto cometido por un sirviente, i
se ve un principio moral, que es el de la i
forma en orden cuando es confiada a un confianza traicionada", si bien estima que \
órgano del Estado con la conminación de a ese principio moral va unido un princi-
darle cumplimiento. El desempeño de este pio político consistente "en la disminución \
órgano con respecto al cumplimiento de de la potencia de la defensa privada, toda i
una resolución arbitraria se rige por la vez que con respecto a nuestros domésticos i
"obediencia debida". Las resoluciones u
órdenes deben ser contrarias a la consti- * Por el Dr. MANUEL OSSOKIO y FLORIT.
resulta mucho más difícil guardar nues- elección especial representativa de la exis-
tras propiedades". Creemos que tan acer- tencia de un vínculo de confianza directo
tada observación del principio político, e inmediato entre los sujetos activo y pa-
como justificativo de que el famulato — sivo. Para Petrocelli, la tutela del derecho
denominado por otros hurto doméstico— privado sería bastante frente al incumpli-
sea generalmente aceptado como circuns- miento de una obligación; y si el orden
tancia agravante, es aplicable a todo abu- jurídico tiene razón e interés en hacer
so de confianza, porque nos es también algo más, es porque la ley penal "conside-
mucho más difícil guardar nuestras pro- ra algo especial que se manifiesta en cier-
piedades de aquellas personas, amigos o tos incumplimientos, una particularidad
parientes, en quienes hemos puesto una que motiva la inejecución, un quid que la
confianza en ocasiones muy superior a la tutela del derecho privado no tiene razón
que nos inspira un sirviente, que de aque- ni manera de considerar, pero que, en
llas otras respecto a las cuales tenemos una cambio, interesa al derecho penal, y que,
posición de indiferencia o de desconfian- al par que caracteriza la ofensa al par-
za. Más adelante, el propio Carrara, refi- ticular, refleja una ofensa al interés pú-
riéndose al hurto doméstico o famulato blico". Con respecto a la violación de la
(denominación ésta preferida por dicho obligación de restituir, "el quid especial
tratadista), señala como una de las carac- que constituye la razón y la finalidad de
terísticas del delito que el hurto haya sido la tutela penal es la violación de la con-
cometido mediante abuso de la facilidad fianza" que se encuentra en la historia de
del servicio, e insiste en que ese concepto la apropiación indebida, como nota gene-
deriva del doble principio de la confianza ral, y constante, en todas las legislaciones.
traicionada y de la dificultad de la tutela. En la legislación penal argentina las cir-
En la trufa, definida por Carrara como cunstancias modificativas de la responsa-
"la apropiación dolosa de una cosa ajena bilidad, agravantes o atenuantes, no están
que se ha recibido del propietario por una determinadas de manera específica, sino
convención no traslativa del dominio, y que a ellas se refieren de manera genérica
para un uso determinado" (figura de deli- los arts. 40 y 41 del Código, el primero de los
to que en el Cód. pen. arg. constituye la cuales, cuando las penas son divisibles por
defraudación prevista en el inc. 29 del razón de tiempo o de cantidad, deja al ar-
art. 173), lo característico, a juicio de For- bitrio de los tribunales la fijación de la
ti, no es la entrega material de la cosa, sino condena, de acuerdo con las circunstancias
que tal entrega se haga por confianza. In- atenuantes o agravantes particulares de
cluso en la legislación francesa, trufa equi- cada caso y conforme a las reglas del ar-
vale precisamente a abaso de confianza. ticulo 41, preceptivo de que en la aprecia-
Tan característico es en este delito (lláme- ción de tales circunstancias se ha de tener
se trufa, fraude, defraudación, estelionato en cuenta, entre otras cosas, "los demás
o estafa) la traición a la confianza o el antecedentes y condiciones peí-sonales, la
abuso que de ella se hace, que se ha dis- calidad de las personas y circunstancias de
cutido en la doctrina si tal circunstancia tiempo, lugar, modo y ocasión que demues-
aumenta o aminora la gravedad del delito, tren su mayor o menor peligrosidad". El
especialmente en relación comparativa con margen de apreciación que se deja al juz-
el mirto, no faltando autores, como Forti y gador es, como se ve, ilimitado, incluso para
el mismo Carrara, que se pronuncian en determinar si una misma circunstancia
el segundo sentido, tanto porque el que fue puede ser tenida como agravante o como
víctima de su propia confianza impruden- atenuante de la responsabilidad. Es ló-
te merece menor protección de parte de gico, pues, que no se hable para nada
la ley, cuánto porque al despertar menos del abuso de confianza, pero es evidente
temor en los ciudadanos, disminuye la gra- que constituye un elemento, por lo menos
vedad política del hecho. de modo y ocasión, afectante a la mayor
Ure, al estudiar el delito de apropiación o menor peligrosidad del sujeto activo del
indebida, considera interesante divulgar la delito. La jurisprudencia lo ha entendido
teoría de Petroceli, según la cual la esencia así constantemente, y por eso las senten-
del delito reposa en la violación de la con- cias se refieren con frecuencia al hurto con
fianza, constituyendo esta confianza el ob- abuso de confianza, no obstante que en el
jeto específico del delito y de la tutela Código penal argentino, a diferencia de lo
penal, pero entendida la confianza en un establecido en otros códigos, ni la calidad de
sentido objetivo, es decir, implícita en la doméstico ni el abuso de confianza cons-
naturaleza del vínculo y no referida a una tituyen circunstancias especialmente agra-
relación que reconozca como origen una vantes o cualificativas del hurto. La inclu-
sión del abuso de confianza, entre las b) Que el comodatario que no restitu-
causas genéricas de agravación del art. 41, ye la cosa por haberla destruido o disipa-
inc. 2°, se encuentra en los autores, como, do, incurre en el crimen de abuso de con-
por ejemplo, en la clasificación de las cir- fianza y puede sor acusado criminalmente
cunstancias modificativas de la responsa- antes o después de la acción civil para el
bilidad que hace González Roura, para pago del valor de ella e indemnización del
quien el abuso de confianza debe figurar daño causado (art. 2274).
entre las agravantes que derivan de la c) Que la posesión de cosas muebles
ejecución del hecho. Podría discutirse el será viciosa cuando hubiesen sido adquiri-
acierto de incluir tales o cuales circunstan- das por hurto, estelionato o abuso de con-
cias entre las agravantes o las atenuantes, fianza (art. 2364).
ya que con ello se entra en la especifica- d) Que la posesión es por abuso de
ción de que precisamente ha querido huir confianza cuando se ha recibido la cosa
el legislador argentino cuando prefirió no con obligación de restituirla (art. 2372).
enumerar tales posibles circunstancias y e) Que a efectos de la reivindicación de
dejar en completa libertad a los tribuna- las cosas robadas, se entiende que esa ca-
les para apreciar el influjo de las mismas lidad es aplicable a la sustracción violenta
en la peligrosidad del delincuente en cada de la cosa ajena y no al abuso de confian-
caso concreto. El problema es delicado, za (art. 2766).
pues, como ya hemos visto, ni siquiera hay Finalmente, el Código de comercio tam-
unanimidad entre los tratadistas para de- bién se refiere al abuso de confianza cuan-
terminar si el abuso de confianza, por lo do en el apartado 1° del inc. a) del art. 160
menos en relación con ciertos delitos, re- (en la redacción dada por la ley 11.729) se-
presenta un grado mayor o menor de peli- ñala como causa justificada de despido sin
grosidad. Incluso con referencia al hurto derecho del empleado a indemnización ni
se ha discutido si en ese sentido es más
grave buscar la oportunidad o aprovechar- preavlso, todo fraude o abuso de confianza
se de ella, y si es más o menos fácil ejercer establecidos por sentencia judicial.
la tutela de los bienes propios frente a JURISPRUDENCIA. — Penal: Comete hurto con
personas en las cuales se ha depositado abuso de confianza y no defraudación el sirviente
una confianza objetiva o subjetiva, que que se aproptn sumar, de dinero que le hn entre-
gado su patrón para ¡a compra de artículos do-
frent:- a quienes no cuentan con ella. mésticos (Cám. Crim. Corr. Cap.. 11-4-918. J. A.,
El Código penal argentino hace concre- t. 1, pá(j. B 2 4 ) . Comete hurto con abuso de con-
ta referencia al abuso de confianza en los fianza el sirviente que viola la confianza obliga-
da que en él so ha depositado (Cám. Crlm. Corr.
siguientes casos: Can.. 18-G-918. J. A., t. 1. pi<*. 928). Ye! que alo-
a) Para imponer a los ascendientes, des- jado CBrltnt.lvamente. desaoja a sus huósycdea
cendientes, afines en linea recta, hermanos (Cám. Apel. Tucumán. 9-3-918. J. A., 1.1, pan 342).
y a cualesquiera personas que con abuso Y el agente, de policía oue se apropia objetos
encontrados en el local qv.<> custodia (Cárn. Apel.
de confianza hubieren cooperado a la per- Tucumán. 22-7-919. .T. A., t. 3. p&g. 700). El de-
petración de los delitos de violación, estu- lincuente de 11 años puede ser responsable de
pro, rapto o abuso deshonesto, la misma hurto, ñero no de. hurto calificado como abuso
de confianza (Cám. Apel. Tuoumán. 20-3-020.
pena que a los autores de tales delitos (ar- J A., t. 4. pág. 150). El abuso de confian/,» que
tículo 133). sirve paro calificar el delito, no puede invocarse
b) Para reprimir con prisión de un mes «1 mismo tiempo como agravante (Cám. Ped. Cap..
a seis años al que defraudare a otro con 1^-10-920. J. A., t. 5. papr. 347). Si el procesado se
apoderó cié la cosa njen:» aprovechando la fnrill-
abuso de confianza (art. 172). dacJ que le doha su carácter de empleado, el hecho
c) Para castigar con prisión de un mes entra en la calificación de hurto con abuso de
a dos años al que con abuso de confianza confian™ ÍOArn. Crlm. Corr. Cap.. 5-8-031. J. A.,
t. 7. pá». 220). Cabe considerar la agravante de
despojare a otro de la posesión o tenencia abuso de confianza en el hurto cometido por
de un bien inmueble o de un derecho real quien alojado y tnitndo con intimidad por !a f:i-
de uso, usufructo, habitación, servidumbre nillla, despoja a su huésped (Cám. Apel. Tucu-
o anticresis constituido sobre un inmueble man. 19-5-023. J. A., t 12. pág. 979). Ixis delitos
de defraudación v abuso d-5 confianza pueden ser
(art. 181, inc. 1°). conslrleraclos como políticos «i se realizaron con-
El ; Código civil alude también a esta temporáneamente n un acto sedicioso en quo el
cuestión para señalar: Inculpado apareció como Jefe (Cám. Ped Cip.
12-12-924. J. A t. 14, pái;. 10101. Debe desesti-
a) Que podrán ser perseguidos por abu- marse le. querella, por dcfrnud»clón dlrlRlda con-
so de confianza los herederos del comoda- tra toa directores y sindlcnr, de un bnnco que dos-
tario que hubiesen enajenado la cosa mue- contaron en of.ro, la víspera de la suspensión de
ble sabiendo que era prestada; sin perjui- pagos, un documento presentado por un cliente,
sin abonarle BU importe,- si no se ha demostrado
cio de las demás obligaciones civiles que que los querellados se propusieron beneficiar al
tienen frente al comodante (art. 2273). establecimiento o a terceros con perjuicio del otor-
i :>ntf>. abusando de la confianza de éste, que puso L. L., .t. ll, pág. 476). No se puede Invocar el
.11 obligación a disposición del banco antes de ha- fraude o abuso de confianza como justificación
llarse perfeccionado el préstamo por la entrega del despido, sin acompañar testimonio de la sen-
de los fondos o su depósito en cuenta corriente tencia condenatoria recaída en la causa criminal
a solicitud del prestatario (Cám. Crlm. Corr. Cap., (Cám. Com. Cap., 21-5-941, Rev. Der. del Tráb..
10-4-t928, J. A., t. 27, pág. 624). Gómete defrau- t. 1). No es posible invocar ante la justicia civil
dación con Rbuso de confianza el empleado de la existencia de un fraude o abuso de confianza
un agente de vapores que dispuso en su prove- como causal del despido si la Cámara del Crimen
cho de las sumas que se le entregaban para pa- absolvió al procesado por estimar Insuficiente la
gar las patentes de privilegio (Cám. Fed. Cap., prueba del delito imputado (Cám. Paz Cap., 10-
9-8-933. J. A., t. 43. pág. 53). Se comete despojo 12-941, Rev. Der. del Trab., t..l). Es Innecesaria
por abuso de confianza cuando el demandado por la declaración judicial previa para estimar justi-
desalojo, al contestar la demanda, cambia su con- ficado el despido, si el empleado confesó haber
dición de inqullino y, titulándose dueño, empieza abusado de la confianza del patrono destruyendo"
a poseer a nombre propio (Sup. Corte Tucumán, o apoderándose de una lata de conserva (Cám. Ped.
23-12-933, J. A., t. 44. pag. 941). El art. 173, inc. 2'', B. Blanca. l«-6-938. L. L., t. 12). Existe Justa cau-
del Cód. pen. implica la apropiación indebida que sa de despido si el empleado retuvo cartas confi-
se lleva a cabo mediante el abuso de confianza denciales de la empleadora para mostrarlas a ter-
que el sujeto pasivo deposito en el delincuente ceros, pues ese acto, aun limitado a desplazarlas
(Cám. Si Apel. La Plata. 20-9-949, L. I., t. 57, sin autorización de sus superiores, supone una
pág. 374). El abxtso de confianza configura estafa violación del deber de mantener la confianza
cuando es prodvicto de un ardid procurado Inten- (Cám. Apel. Trab. Cap.. Sala 4», 22-2-949, C. del T.,
cionalmente para abusar (Cam. Apel. La Plata, t. 8, pág. 43). No está autorizado el patrono por
24-3-950, L. L., t. 59, pag. 395). No Incurre en ninguna disposición legal para mantener la sus-
usurpación quien accede a la finca sin violencia, pensión del trabajador sometido a proceso, pero
engaño ni abuso de confianza, sino mediante en libertad condicional, hasta tanto se dicte sen-
llave encontrada en la basura (Cám. Crim. Corr. tencia en dicho Juicio si no se trata estricta-
Cap., 21-4-950, L. L., t. 59. pág. 538). No pudlen- mente del caso de fraude o abuso de confianza
do descartarse en absoluto la posible realidad previsto en el Inc. 1» del art. 160 ni de hechos
de que en el acceso carnal la victima no se hu- culposos o dolosos cometidos en perjuicio de la
biera hallado en condiciones de oponerse o resis- empresa y en ejercicio de las funciones aludidas
tirse a la conducta del médico que habla abusado en el art. 154 de la ley 11.729. en cuyo caso el
de su confianza al practicarle una revisión clí- trabajador puede ser lepalmente despedido (Sup.
nica, procede dictar un pronunciamiento provi- Corte, Buenos Aires, 9-10-951,, G. del T., t. 18.
sional que deje abierta la causa en orden a la pág. 75). Pese al sobreseimiento dictado en el
aparición de nuevas comprobaciones (Cám. Crim. fuero penal, el acto del trabajador puede impor-
Corr. Cap., l«-8-95D, L. I... t. 60. pág. 148). tar la Injuria prevista por la ley 11.729. pues si
Civil: Los títulos de deuda nacional y las cé- el trabajador no mantiene dentro y fuera del es-
dulas hipotecarias sustraídas a su legítimo propie- tablecimiento una conducta honorable, desapare-
tario por abuso de confianza, no pueden ser rei- ce la confianza depositada en él por el patrono,
vindicadas de los terceros de buena fe (Cám. Com. pudlendo en tal caso ser despedido (Cám. 1» Apel.
Cap., 14-11-924, J. A., t. 14, pág. 891). Para que La Plata, Sala 1», 4-9-951, G. del T., t. 19 pág. 151).
las cosas muebles puedan ser objeto de reivindi-
cación, se necesita que la sustracción sea fraudu- BIBLIOGRAFÍA. — Cuello Calón, Derecho penal,
lenta, rio precediendo esa acción cuando ha habi- Barcelona, 1951. — Carrara, Programa de Derecho
do abuso de confianza que hubiera hecho salir la criminal. — Mallo, Código penal argentino co-
cosa del poder del dueño (Cam. Ape!. Tucumán. mentado, Buenos Aires. 1951. — Chauveau-Helie,
30-5-925. J. A., t. 15. par;. 1144. y Cám. Com. Cap.. Theorie du Cade penal (6' ed.). París. 1887-88.—
12-4-926, J. A., t. 19. pág. 891). Las excepciones Soler, Derecho penal argentino. — TJre. E.. El de-
al derecho del poseedor de buena fe de una coso lito de apropiación indebida, Buenos Aires. 194*7.
mueble, que el art. 2412 reconoce respecto a las — Gonzáfiez Roura. Derecho penal. — Gómez. E.,
cosas robadas o perdidas, no comprenden el su- Tratado de Derecho penal.
puesto de un abuso de confianza (Cám. Civ. 2*
Cap., 15-7-932, .1. A., t. 38, pág. 1110). La. facul- ABUSO DE FIRMA EN BLANCO.* La ac-
tad del socio administrador para vender bienes de tividad económica moderna exige la circu-
la sociedad, no le axitoriza a disponer en prove-
cho propio del producto de las ventas y si lo hace lación de piezas firmadas en blanco y con-
incurre en abuso de confianza (Cám. Apel. B. fiadas a personas con facultad de llenar-
Blanca, 23-12-932, J. A., t. 40. pág. 675). las. Esta circunstancia determina un cons-
laboral: Cuando la ley 11.729 emplea las expre-
siones "acto de fraude o de abuso de confianza" tante peligro atribuíble a la eventual ma-
como caxisas justificativas del despido, crea una la fe del tenedor, lo que ha obligado al Es-
cuestión prejudicial que requiere el Juzgamiento tado a reglamentar su uso y reprimir su
prerio por la Justicia del crimen, para que pue- abuso. Tratóse primeramente de negarse
dan hacerse valer en el Juicio por despido (J. de p.
Cap.. 21-7-938, J. A., t. 55, pág. 216). No puede validez a esos documentos firmados en blan-
sostenerse que pnra que proceda el despido, exija co, pero la necesidad de su utilización obli-
el art. 160, inc. 1». del Cód. com. la sentencia de- pó a admitir su circulación, confiando la
finitiva de la justicia del crimen que establezca
el fraude o abuso de confianza del empleado, por- defensa de la institución al Derecho penal.
que en una situación as! habría una tirantez re- A principios de la edad moderna se ha-
ñid» con el desempeño del empleado y con la bue- llaba ya extendida la costumbre de entre-
na marcha del negocio (J. de p. Cap., 24-8-936,
J. A., t. 55, pág,. 652). En la causal de despido gar a un tercero un pliego firmado, total
del art. 160, inc. 1'. las declaraciones de testigos o parcialmente en blanco, con autoriza-
tachables por dependencia, no pueden sustituir
¡a falta de sentencia (Cám. Com. Cap.. 25-8-983, * Por el Dr. WBSLET De BENEDETH.
ción para quien lo recibía, de llenar los cla- cunstancia lo coloca en una categoría
ros. Como esa modalidad era susceptible aparte: y es que la firma en blanco que ha
de producir perjuicios, se tendió a prohi- servido a la realización de la falsedad ha
birlas o negar validez a toda obligación ex- sido confiada voluntariamente al falsario"
tendida encima de la firma dada en blan- Chaveau y Hélie: Théorie du Cade Pe-
co. Así, el Estatuto de Genova de 1588 y nal, París 1872, 5* edic., t. 5, pág. 418).
las Ordenanzas de Colbert, declaraban Algunos tratadistas como Puglia, Capo-
nulos tales actos, mientras la declaración bianco y otros, argumentan que dicha ac-
francesa del 26 de febrero de 1692 recono- ción al no alterar el orden público no de-
cía la validez. Una posterior declaración be ser incriminada, pues el particular que
francesa del 22 de septiembre de 1733, afir- otorgó en blanco un instrumento con co-
ma que son nulos los documentos otorga- nocimiento de que el mismo podía ser lle-
dos "si el cuerpo del billete no es escrito nado abusivamente en su perjuicio, es el
por la mano de aquél que lo firmó o al único responsable de su negligencia, sién-
menos que la suma inscripta en dicho bi- dole imposible alegar su propia torpeza.
llete no es reconocida por una aprobación Elementos constitutivos: a) Documento
escrita, con todas sus letras, también de firmado en blanco, es decir un documento
su mano". en el cual su autor deja para una opor-
La jurisprudencia francesa del siglo xix, tunidad posterior la indicación de algunos
distinguía dos situaciones: la de aquel que de los elementos del hecho que el docu-
llenaba un documento en blanco, del cual mento esta destinado a acreditar, la vali-
era poseedor pos sustracción o por azar, y dez del cual no puede discutirse, puesto
la de quien abusaba de un documento fir- que la ley sólo exige como único requisito
mado en blanco que se le había entregado esencial en los instrumentos privados, la
voluntariamente para un fin determina- firma de las partes (art. 1012, Cód. civ.),
do. En el primer caso se calificaba al acto y siendo ello así, puede confiarse la firma
de falso y en el segundo no se lo conside- antes de la redacción por escrito dejando
raba punible. sobre ella un espacio en blanco que debe
Sin embargo el Código penal francés de ser llenado por el mandatario de confor-
1810, prevé en su artículo 407, como un midad con las instrucciones recibidas del
caso de abuso de confianza, la acción de mandante (art. 1016 del Cód. civ.). Debe
quien "abusando de una firma en blanco sin embargo entenderse por documento
que le haya sido confiada, escriba fraudu- firmado en blanco no solamente aquel que
lentamente encima una obligación o des- únicamente contenga la firma del man-
cargo dado u otra capaz de comprometer dante, sino también el que omitiere la enun-
la persona o la fortuna del signatario" y ciación de cualquier cláusula especial cu-
agrega "en el caso de que la firma en blan- ya expresión se confía al mandatario, es
co no le haya sido confiada, será persegui- decir que deberá hablarse de documento en
do como falsario y castigado como tal". blanco siempre que el tenor del mismo no
Hay abuso de confianza si hay voluntarie- se encuentre jurídicamente integrado. Pa-
dad en la entrega del documento en blan- ra Rocco se entiende por tal "un pliego
co y el mismo, se llene en forma distinta que lleva al menos una firma y destinado
a la ordenada; pero es falsedad si el te- según la mente y la voluntad del firma-
nedor no Tía sido encargado de llenar los tario, a ser llenado con una escritura de la
blancos, constituyendo en tal caso, una sim- cual la firma es anticipada ratificación"
ple falsificación. (Rocco: Enciclopedia Giuridica Italiana,
La orientación del Código penal fran- verbo Foglio in bianco, pág. 971). Eusebio
cés, al incluirlo entre los "Delitos contra la Gómez siguiendo a Behling, exige que la
propiedad", fue seguida por el Código ita- signatura no esté precedida por frases que
liano de 1859 y por la mayor parte de las importen el tenor de un documento. El
legislaciones que ubicaron al abuso de fir- pliego se considerará en blanco, ya sea que
ma en Blanco entre las defraudaciones o contenga únicamente la firma, o escrita
abusos de confianza. Así, Chaveau y Hé- frase, con claros destinados a ser llenados
lie pudieron decir refiriéndose a la ley fran- posteriormente; por ejemplo: los pagaré
cesa que "el abuso de firma en blanco con- impresos. (Eusebio Gómez, Derecho Penal,
siderado en sí mismo, es una verdadera t. 49, pág. 268.) Hugo Oderigo exige que el
falsedad; consiste, en efecto, en una supo- pliego tenga únicamente la firma, pues en
sición del acto, en una alteración de cláu- caso contrario, el aprovechar un claro pa-
"'sulas, o también en una adición fraudu- ra modificar su contenido constituiría el
lenta a los hechos que el acto firmado te- delito de falsificación. (Hugo Oderigo, Cd-
nía por objeto comprobar. Una sola cir- digo Penal Anotado, pág. 235.)
b) Que el mismo haya sido entregado a ra jurídica en sí, distinta de la falsificación,
su tenedor voluntariamente y con un ob- es preciso que el tenedor tenga la facultad
jeto determinado; mandato tácito entre el de escribir sobre la firma (Rocco, ob. cit.,
firmante y el tenedor, característica esen- pág. 953). En todos los casos en que no se
cial del delito, ya que su ausencia lo con- reúnan estos requisitos y se usara de un
vertiría en falsedad. Esa entrega en con- documento en blanco, sería falsificación, en
fianza, típica de este caso, marca la sepa- concurso real con el delito cometido para
ración entre defraudación y falsedad y de- obtener dicho documento.
be ser libre y espontánea, debiendo des- d) Que haya abuso por parte del tene-
cartarse en los casos en que el documento dor: es decir inscripción fraudulenta de un
llega a manos de su poseedor por fraude, acto que importe efectos jurídicos, contra-
extorsión o engaño. £1 Código penal ar- rios a los que tuvo en cuenta el signatario.
gentino, art. 173, inc. 4<?, no exige formal- e) Que cause perjuicio: según nuestra
mente esta entrega voluntaria al defrau- ley, de carácter patrimonial y efectivo y se
dador, por parte del firmante. Pese a ello, consuma cuando se obtiene la susodicha
creemos indispensable dicho requisito para ventaja. Si del escrito no surgen obligacio-
tipificar este delito y no el de falsificación. nes de carácter patrimonial contra el fir-
Nos fundamos: 19 El Código penal español mante del documento o de un tercero, el
tampoco lo exige expresamente y sin em- hecho no constituiría delito.
bargo los fallos del Tribunal Supremo re- Consumación: El que extiende el docu-
quieren ese elemento, argumento respeta- mento, encima de la firma dada en blanco,
ble, pues el Código mencionado sirvió de en forma abusiva, y aun cuando el escrito
fuente al nuestro en la legislación de di- quede-terminado por completo, no consu-
cho delito. 29 Gramáticalmente hablando, ma el delito, para ello es menester que lo
el inciso 4<? dice "dio", lo que presume tras- haya utilizado en alguna forma y que de
lación. Rodolfo Moreno considera también tal uso se haya derivado una defraudación.
exigible dicho requisito, es decir que el do- Se perfecciona al conseguirse el provecho
cumento hubiera sido dado en confianza, injusto en detrimento del patrimonio aje-
pero también admite que se configuraría no, del signatario del documento o de un
el delito aunque se hubiera conseguido la tercero. Admite tentativa y frustración.
firma de otras maneras. (Rodolfo Moreno: Nuestro Derecho: El art. 173 del Código
El Código Penal y sus antecedentes, Bue- penal dentro de la defraudación, en el
nos Aires, 1922, t. 5"?, pág. 206.) Este crite- inc. 4? reprime: "El que cometiere alguna
rio es combatido por la mayoría de los defraudación abusando de firma en blan-
autores, pues se entiende que si el docu- co, extendiendo con ella algún documento
mento llegó a poder del abusador por error, en perjuicio del mismo que la dio o de ter-
robo o intimidación, sería defraudación y cero". Con adecuada metodología incluye
extorsión respectivamente. Así Eusebio Gó- este delito entre las Estafas y Defrauda-
mez exige abuso de confianza; si así no ciones, y dentro del título VI de ios Delitos
hubiera ocurrido sería la falsificación pre- Contra la Propiedad. Para la existencia del
vista por el art. 292 del Código penal (Gó- delito requiere nuestra ley que la entrega
mez: Ob. cit., t. 4<?, pág. 267). de la firma en blanco haya sido determi-
c) Que el documento haya sido entrega- nada por una relación de confianza. Esta
do con un objeto determinado: es necesa- característica es esencial, como lo sostiene
ria la tradición manual o que la consigna- acertadamente Soler (Derecho penal ar-
ción se haya hecho con la autorización im- gentino, t. 4, pág. 387), y tiene su origen
plícita o expresa de llenar el documento. en el Código penal francés, difiriendo en
Garraud y Cribellari exigen que la hoja esto del texto español, como anotaremos
esté destinada a ser llenada o sea que se más abajo. El hecho delictuoso queda con-
haya constituido un verdadero mandato a sumado cuando el perjuicio patrimonial se
favor del tenedor del documento (Garraud, ha producido, es decir cuando se ha hecho
Traite théorique et pratique du Droit pe- un uso eficaz y perjudicial del documento
nal trancáis, t. 5, pág. 289). La Corte de tanto en contra del que lo dio como de un
Casación de Francia, fallo del 2 de julio tercero.
de 1829, resolvió: 1« que el documento en Problema trascendental que se plantea
blanco debía haber sido entregado volun- es el que se refiere a la libertad probatoria
tariamente; 2<? para ser llenado posterior- dentro del proceso criminal frente a dispo-
mente, pues en caso contrario el delito se siciones terminantes como la del art. 101T
hubiera configurado como falsificación. de nuestro Código civil, que establece que:
Rocco sostiene también que "para que el "el signatario puede, sin embargo, oponerse
abuso de firma en blanco exista como figu- al contenido del acto, probando que las de-
clai aciones u obligaciones que se encuen- ra, la persona o la reputación de otro, o
tran en él no son las que ha tenido inten- causar un perjuicio a la sociedad, al Estado
ción de hacer o de contratar. Esa prueba o a un tercero".
no puede ser hecha con testigos". Es ésta Perú: Dentro de los delitos contra el pa-
una disposición expresamente referida al trimonio, sección VI del Código, en su tí-
documento en blanco, como tal, y que res- tulo IV, entre las Estafas y otras Defrau-
tringe la prueba en la forma mencionada. daciones, el art. 245, inc. 3°, dice: "el que
El cambio de jurisdicción no autoriza a am- cometiere alguna defraudación abusando
pliar los medios probatorios, pues como dice de firma en blanco extendiendo con ella un
Soler (ob. cit., pág. 391) "se lograría bur- documento en perjuicio del mismo que la
lar fácilmente a la ley, demandando como dio o de tercero".
indemnización por un delito lo que en vano
se pedirá al juez como ejecución de un con- JURISPRUDENCIA. — El art. 172, Inc. 4», del Códi-
trato". go penal, no contempla cualquier caso de defrau-
dación mediante el aprovechamiento doloso de
La restricción del art. 1017 del Código ci- firmas en blanco, sino que refiérese a una figura
vil es extendida inexcusablemente a la ju- delictiva específica que presupone la tenencia le-
risdicción criminal, pues todos los abusos, gitima del documento por parte del actor, quien
comete RSÍ el delito abusando de la confianza en
tratándose de documentos dados en blan- él depositada por el firmante del documento. De
co, caerían bajo la esfera penal, máxime la ahí que escapen a dicha norma los demás casos
prejudicialidad del artículo 1101 de la ley de abusos delictuosos de firmas dadas en blanco
civil. La ley no prohibe el otorgamiento de sin el concurso do la voluntad del signatario, los
que recaen en la defraudación común «MI concur-
documentos en blanco, pero a fin de no so Ideal con la falsificación documentarla. "La
tornar discutibles los documentos auténti- defraudación cometida mediante abuso de firma
cos, exige del librador adecuada pruden- en blanco no puede ser probada por testigos ni
por presunciones, pues la norma del art. 1017 del
cia, pues para negar la validez de los men- Código civil, ap. 2, Igualmente e» aplicable en el
cionados documentos debe recurrir a otra fuero criminal' (Sup. Corto Buenos Aires, l"-2-
prueba que la testimonial. 943; 0. A.. 1943-11. pág. 231).
Esa restricción a la prueba se refiere ex- "El delito de abuoo de firma en blanco requie-
re, tanto la entrega voluntarla del documento sus-
clusivamente a los casos en que el docu- crito en blanco y el acto de uso cuanto la de-
mento en blanco ha sido dado en confian- fraudación consiguiente productora de un perjui-
za y no cuando el mismo ha llegado a po- cio efectivo para el patrimonio del ofendido. Trá-
der del tenedor por ese medio. tase pues de un delito de resultado y no de mero
peligro, conforme surge de la sistemática del
Derecho comparado: España: El Código art. 173, Inc. 4'. del Código penal, pese a su con-
penal español, dentro de las Defraudacio- tusa descripción" (Sup. Corte Tucumán. 10-6-945.
nes, cap. IV, y en el art. 523, inc. 6°, incluye L. I... t. 40, pag. 221).
"El abuso de firma en blanco no se prueba con
el abuso de firma en blanco en los siguien- testigos. La falta de prueba escrita sólo Re suple
tes términos: "Los que cometieren alguna con un principio de ella o la confesión del tene-
defraudación abusando de firma de otro dor del billete en blanco" (Sup. Corte Tucumán.
160-945, L. L., t. 40, píig. 221),
en blanco y extendiendo con ella algún do- "No procede Imputar el delito de defraudación
cumento en perjuicio del mismo o de un especifica del art. 173, Inc. 4», del Código penal
tercero". Está tipificado como delito con- si el documento en el que se extendió un texto
tra la propiedad, metodología criticada por Ilegitimo no fue entregado al acusado otorg.'m-
dole un «Jus scrlbendio" (Cám. Clv. Corr. Cap.,
Cuello Calón, que considera esta infracción 22-5-045. t. 5, pág. 14).
como falsedad y entre ellas ser colocado. "Son extremos del delito de abuso de firma en
Par.i Groizard y Cuello Calón el Código es- blanco la entrega voluntarla y con un objeto de-
terminado de un documento firmado en blanco
pañol es indiferente para la configuración y en el <(>ie el tenedor extiende dolosamente un
del delito que la firma haya sido confiada acto contrario al convenido y con el cual se co-
voluntariamente al culpable, o de que éste mete defraudación con perjuicio patrimonial del
se haya, apoderado de ella usando de vio- firmante o de 1111 tercero" (Sup. Corte Tucumán,
13-5-948, I,. L., t, 52, pág. 278).
lencia o engaño, o haya venido a sus ma-
nos por circunstancias fortuitas. BIBLIOGRAFÍA. — Soler, S.. Derecho penal argen-
Méjico: Entre las falsedades, legisladas tino, t. 4. pág. 385. — Cuello Calón, E.. Derecho
penal, t. 2, págs. 204 y siga. — De Benedettl. I.,
en el Titulo XIII de dicho Código, se Inclu- 'Abuso de firma en blanco", en Revista de Cícj.'rtns
ye la Falsificación de documentos en ge- Jurídicas y Sociales, Universidad rtrl Litoral, 1!><H.
neral en su Capítulo IV. Asi, el art. 244, !)•' 41, pag, 158. — Jiménez de Asúa, L., Códigos
penales iberoamericanos, ts. 1 y 2, Edil. Andrés
Inc. 2"?: "el delito de falsificación se comete Bello, Caracas. — Ramos MeJIa, E., Abuso jrandu-
por uno de los medios siguientes: Aprove- lento de firma en blanco. J. A.. 1943, t. 2, pftg. 231.
chando indebidamente una firma o rúbrica --Chnuveau y Helle. Ttifurie dit C:.\1<' penal, Hario,
1872, 5« ed., t. 5. — Gómez, E., Derecho penal,
en blanco ajena, extendiendo una obliga- t. 4. — Oderlfto, H.. Código penal anotado, pa-
ción, liberación o cualquier otro documento gina 235 - Moreno. R.. El. Código penal y sus
que pueda comprometer los bienes, la hon- anleci-dentc.i. Buenos Aires. 1922, t. 5. - - Rocco,
A.. Ene. Giuridica Italiana, Verbo "íoglio ía. blan- usar su firma; c) Transmitiendo o cedien-
co", pág. 971. — Garraud, R., Traite thérique et
pratique du Droit penal franfaise, 3» ed., 1913. do la firma social, los socios que legítima-
mente la llevan. Las consecuencias que
ABUSO DE FIRMA SOCIAL. Este con- tales abusos producen en las obligaciones
cepto aparece en el art. 307 del Código de de los socios, han sido ya señaladas. Todas
comercio argentino que, con referencia a estas previsiones legales son perfectamen-
las sociedades colectivas, preceptúa lo si- te lógicas. En primer término, si en la na-
guiente: "Contra el socio que abusare de la turaleza de la sociedad colectiva está la
firma social, además de la acción de daños responsabilidad solidaria de todos los so-
y perjuicios, que corresponde a los otros so- cios por las operaciones que se hagan a
cios, habrá en favor de los terceros la res- nombre y por cuenta de la misma, parece
pectiva acción criminal, en caso de fraude razonable que esa solidaridad se halle con-
o dolo." ¿En qué pueden consistir esos po- dicionada a dos requisitos: uno, que las
sibles abusos que de la firma social hagan operaciones estén realizadas por la perso-
los socios? Conforme a lo dispuesto en el na o personas autorizadas para la gestión
art. 302 del mismo cuerpo legal, todos los y administración de los negocios sociales,
que forman la sociedad colectiva, sean o pues, de no ser así, carecería de finalidad
no administradores del caudal social, con- establecer como posible la existencia de so-
traen obligación ilimitada y solidaria, ac- cios excluidos de contratar y de usar la fir-
tiva y pasivamente, a las resultas de las ma; y otro, que los socios autorizados para
operaciones que se hagan a nombre y por contratar y usar la firma social, la em-
cuenta de la sociedad, bajo la firma que pleen en las operaciones que constituyen
ésta tenga adoptada, y por persona auto- el objeto de la sociedad pactado al cons-
rizada para la gestión y administración de tituirse ésta, ya que de no entenderse así,
sus negocios, salvo si la firma social fuese el contrato social carecería de toda recí-
empleada en transacciones notoriamente proca garantía. Faltando cualquiera de esos
extrañas a los negocios designados en el requisitos o, en otros términos, existiendo
contrato social. A su vez, el art. 305 esta- los abusos de usar la firma quienes no
blece que los socios que por cláusula ex- pueden hacerlo y de usarla quienes pueden
presa del contrato social estuviesen exclui- hacerlo, pero en negociaciones extrañas a
dos de contratar a nombre de la sociedad los fines sociales, es elemental que la so-
y de usar de su firma, no la obligarán con lidaridad de obligaciones entre los socios
sus actos particulares, aunque tomen para quede rota.
hacerlo el nombre de la compañía; pero si Con independencia de las consecuencias
los nombres de esos socios estuviesen in- que el abuso de firma pueda traer en el
cluidos en la razón social, soportará la so- orden precitado de la solidaridad entre
ciedad las resultas de sus actos, salvo su los socios, la ley ha tenido en cuenta las
derecho de indemnización contra los bienes consecuencias para con la sociedad misma,
particulares del socio que hubiere obrado lo que es tanto como decir frente a terce-
sin autorización. Y el art. 306 prohibe a los ros. Y lo ha hecho en el sentido de que la
socios que llevan la firma social, transmi- sociedad no queda obligada por los actos
tirla o cederla; y si lo hicieren, la obliga- de los socios no autorizados para contra-
ción contraída con el sustituto será sólo de tar ni para usar la firma social, aun cuan-
cuenta del mandante y mandatario, no que- do para cometer el abuso hayan tomado
dando obligados los otros socios sino en el nombre de la compañía; salvo si el
proporción del beneficio que la sociedad nombre del socio que comete tal abuso es-
hubiese obtenido de la operación, aun tá incluido en la razón social. Los motivos
cuando con la misma salvedad establecida de esa diferencia entre ambos supuestos,
en el artículo anterior. que contemplan la posición de los terceros
Despréndese de lo dicho que los socios de contratantes, son tan claros que no requie-
una colectiva pueden Incurrir en abuso de ren de más concretas explicaciones. (Ai.
la firma social, por uno de estos tres pro- O. y F.)
cedimientos: a) Realizando el socio o so-
cios que tengan el uso de dicha firma, tran- ABUSO DE PODER. (V. ABUSO DE AUTO-
sacciones notoriamente extrañas a los RIDAD.)
negocios previstos en el contrato social; b)
Utilizando para actos particulares el nom- ABUSO DE SUPERIORIDAD.* Consiste
bre de la compañía, los socios que en el en el empleo de fuerza, en el uso o apro-
vechamiento de medios físicos de ata-
contrato social estuviesen excluidos de
contratar a nombre de la sociedad y de • Por el Dr. WESLEV DE BENEDETTI.
que, excesivos, desproporcionados, desigua- fugar o defenderse (Cám. Crim. Corr. Cap., 19-12»
les, comparados con los que están al alcan- 924, J. A., t. 14, pág. 1271). Para que exista la cir-
cunstancia agravante de abuso de superioridad,
ce del ofendido para su defensa. Es un fuerza o sexo, es indispensable que el agente se
agravante previsto en el Código penal es- prevalga de esa superioridad para llevar a cabo el
pañol, art. 10, apart. 79, que dice: "Abusar delito (J. A., t. 24, pág. 776). Corresponde aplicar
la agravante de abuso de fuerza al homicida que
de superioridad, o emplear medios que de- asesta una puñalada por detras a su victima, mu-
biliten la defensa." Tiene esta circunstan- chacha inerme e indefensa (Cám. Apel. Tucu-
cia muchos puntos de contacto con la ale- mán, 11-10-921, J. A., t. 7, pág. 409).
vosía, en cuanto coloca en situación de BIBLIOGRAFÍA. — Cuello Calón,' Derecho penal,
ventaja a quien la emplea, tanto que mu- Parte Especial,, t. 1, pág. 474. — Códigos íbero-
chas veces se funden ambas. americanos, comentados por Jiménez de Asúa.
Para que pueda configurarse este delito,
es indispensable el empleo de la fuerza, el ABUSO DEL DERECHO.* I. —Las cues-
uso de medios de ataque físicos, despropor- tiones suscitadas alrededor del llamado,
cionados, desiguales, teniendo en conside- con reconocida impropiedad, "abuso del
ración los que están al alcance del ofen- derecho", no parecen referirse al funda-
dido, para su defensa. Como es un delito mento de la teoría. Todos están de acuer-
eminentemente circunstancial, se deben do en que la vida en sociedad impone, para
tomar en cuenta los diversos hechos que el ejercicio que de sus derechos hagan los
lo integran. Es indiferente la diferencia de particulares, la represión del egoísmo, de
sexos, si es la mujer la agredida, o la di- la mala fe, de la desidia y hasta de meras
ferencia física entre ofensor y ofendido, inadvertencias que podrían ser triviales si
pues sólo del cúmulo de circunstancias no fueran la causa de daños sufridos por
surgirá o no el delito. terceros.
El Código penal mexicano, en su art. 315 Tampoco hay desacuerdo, en tesis gene-
dice que "se entiende que las lesiones y el ral, en que el Derecho positivo, ya sea por-
homicidio son calificados cuando se come- que no haya previsto el punto o porque,
ten con premeditación, con ventaja, con habiéndolo hecho, haya rehusado, explíci-
alevosía o a tración". Y el art. 316, que tamente, la represión, debe acogerla, de
"hay ventaja: 1° Cuando el delincuente es modo expreso, mediante una fórmula que
superior en fuerza física al ofendido y éste solucione satisfactoriamente el conflicto
no se halla armado; ?<? Cuando es superior intersubjetivo de intereses, entre el cau-
por las armas que emplea, por su mayor sante y la víctima del daño.
destreza en el manejo de ellas o por el nú- Pero en la determinación precisa de la
mero de los que le acompañan; 3° Cuando fórmula legislativa las opiniones se han
se vale de algún medio que debilita la de- diversificado. Aparte de las diferencias tan
fensa del ofendido, y 49 Cuando éste se sólo técnicas de criterios, se asiste, en rea-
halla inerme o caído y aquél armado o de lidad, a otro episodio de la controversia,
pie"; pero "las ventajas no son agravantes intensificada en los últimos tiempos, a
si el que las ha tenido actúa en legitima propósito de la concepción, del contenido
defensa". y, a veces, hasta del reconocimiento mismo
Dicho código considera el abuso de su- de los derechos subjetivos. El conflicto en-
perioridad únicamente como un agravante, tre personalismo y transpersonalismo, tan
tratándose de los delitos de homicidio o candente y tan contemporáneo, también se
lesiones, y a tal fui enumera objetivamen- encuentra entablado en lo atinente al abu-
te cuándo se manifiesta la tal superiori- so del derecho.
dad, sin querer significar con ello que la Pensamos, pues, que una exposición del
misma sea taxativa, sino simplemente asunto debe empezar por colocar el proble-
ejemplificativa. ma dentro de un área que le sea propia,
El Código del Brasil, dentro de los "De- evitándose, de este modo, su confusión con
litos contra las personas", legisla sobre el otras situaciones que ya han sido previstas
abuso de superioridad en los siguientes tér- por el Derecho, a fin de pasar después a
minos: "Duplícase la pena tratándose de relacionar, sintéticamente, las diversas po-
inducción, instigación o auxilio al suicidio, siciones que han surgido, apoyadas por la
artículo 122, II, si la víctima es menor o doctrina y la jurisprudencia o sancionadas
tiene disminuida por cualquier causa su normativamente.
capacidad de resistencia." U. — Concebido cada derecho subjetivo
JURISPRUDENCIA. — Importa una agravante la
como un conjunto de facultades, poderes
circunstancia de que el acusado de homicidio ba- y autorizaciones para obrar o abstenerse, y
ya abusado de sus funciones de vigilancia para
hacer fuego sobre un procesado imposibilitado de * Por el Dr. PEDRO LEÓN.
para pretender el amparo estatal, conjunto de un derecho no puede ser contrario al
fundado en el Derecho positivo y protegido derecho y fio obliga a la reparación en
por éste, aflora la cuestión del mal uso o ningún caso" (3). Salta a la vista que se
del ejercicio abusivo, en perjuicio de al- ha hecho primero una referencia al dere-
guien, de tales facultades, poderes, auto- cho subjetivo y después al Derecho objetivo
rizaciones y pretensiones, es decir, del abu- o positivo.
so en el ejercicio de los derechos. Esta de- Pero es que también es común la confu-
nominación es más satisfactoria que la del sión entre un derecho subjetivo cualquiera
título de la presente monografía: 1°) por- y las facultades que forman parte de su
que así, en plural, se refiere con mayor contenido. De aquí es que Georges Ripert,
propiedad a los derechos subjetivos, mien- al considerar la teoría con la que nos ocu-
tras que en singular puede facilitar con- pamos, expresa que nada está fijado de
fusiones con el Derecho positivo; y 2°) un modo más malo que el sentido profundo
porque siempre el abuso —y así resulta de y el alcance de su aplicación; y que esta
las exposiciones y ejemplos proporcionados incertidumbre se patentiza con la denomi-
por los juristas y las decisiones jurispru- nación misma, al preguntarse si es nece-
denciales—, se presenta en el ejercicio, o sario hablar de abuso del derecho o de
lo que es lo mismo, al hacer actuar, al abuso de un derecho (•*).
ponerse en movimiento un derecho subje- El equívoco viene desde hace siglos. Au-
tivo. gusto Thon ha demostrado que los romanos,
Nos parece indispensable esta salvedad, para designar las facultades jurídicas sub-
porque su inadvertencia ha sido una causa jetivas, empleaban indistintamente las pa-
fecunda de críticas que, en una buena par- labras potestas, facultas, licsntia, ius. Con
te, carecían de influencia sobre el fondo este último uso se encontraban, por ejem-
del problema. Así, Marcel Planiol ha dicho plo, ius stipulandi, donandi ius, ius testandi,
que si alguien usa de su derecho, el acto etcétera ( 5 ). Así, también en la actualidad,
es lícito; y que si traspasa su derecho el y para mencionar un derecho concreta-
acto es ilícito y el sujeto obra sin dere- mente definido como es el de propiedad, se
cho, que el derecho cesa donde el abu- habla del derecho de usar, del derecho de
so comienza; y que el acto abusivo, puesto disponer, del ius persequendi, etc., siendo
que.es ilícito, no puede importar el ejerci- que se trata de facultades que están en el
cio de un derecho í 1 ). contenido del derecho real de dominio.
Estamos, a decir verdad, como en tantos Con esto llegamos a la delimitación de
otros casos, en presencia de un vocablo nuestro asunto. Nos estamos dirigiendo, en
equívoco; nada menos que del vocablo de- primer término, a los derechos subjetivos
recho. El Derecho, como orden jurídico, y no al Derecho positivo en general o a sus
como norma o complexo de normas, como normas en particular; y, en segundo lugar,
Derecho positivo; y el derecho como po- al ejercicio abusivo de las facultades, po-
testad, como facultad, como pretensión deres, autorizaciones y pretensiones que
subjetivas, deducidas del Derecho posi- integran su contenido. No obstante lo in-
tivo ( 2 ). apropiado de la expresión "abuso del de-
Véase, como un ejemplo ilustrativo, la 39 recho", ha terminado por imponerse en la
regla que contenía el art. 1295 del Código ci- doctrina y en la jurisprudencia. No así en
vil austríaco, antes de la reforma puesta en los códigos. Anotemos la excelencia de la
vigor el 1° de enero de 1917: "El ejercicio técnica legislativa. Según se verá más ade-
lante, aunque haya discrepancias en la
(1) Traite élémentaire de Droit civil, 8' ed., formulación del principio, las normas men-
París, Libr. Génér. de Droit et de Jurlspr., 1921, cionan con precisión el ejercicio o el uso
t. 2, n« 871. Abel M. Pleitas menciona numerosos abusivo de los derechos y no el abuso del
autores que se han inspirado, en una buena par-
te, en las criticas de Planiol; y hasta aplicado a derecho.
la teoría, algunos como Georges Rlpert, el mismo III. — El ejercicio de un derecho subje-
sello algo menospreciativo de logomaquia acuña- tivo consiste: a) en el disfrute de ese de-
do por aquél. El abuso del Derecho en la reforma
del Código civil argentino, Sec. Publ. del Semina-
rio de Ciencias Jurídicas y Sociales, Buenos Aires, is ) Marcel de Gallaix, La reforme du Code ci-
1944, págs. 11 a 15. vil autrichien, París, Libr. Génér. de Droit et de
(2) No es un propósito baladí, pues cierra la Jurispr, 1925, pág. 228.
puerta a los equívocos, el que movió a Ambrosio (4) La regle moróle dans les obligations ci-
Colín y Henrl Capitant, según lo hemos recor- viles. París, Libr. Génér. de Droit et de Jurispr.,
dado en otra ocasión, para diferenciar el Derecho, 1925, n° 89. -
con mayúscula y en singular, de los derechos, con (5) Norme giuridica e Diritto soggetivo (Rech-
minúscula y ¿n plural. Cours élémentaire de Droit tsnorm und subjectives recht). Prima traduzione.
civil /roncáis, 3» ed., París, 1920, Llbr. Dalloz, Cedam, Casa edltr., Padova, 1939, pág. 330, no-
t. 1, págs. 1 y 2. tas 31, 32, 33 y 34.
reúno, usándolo o realizando de hecho su un derecho propio. Ejecuta un acto ilícito,
contenido; b) en hacerlo valer contra ter- según la terminología de Josserand. Debe
ceros; y c) en disponer del mismo ( 6 ). investigarse, en esta hipótesis, si el acto se
El sujeto de un derecho está Investido cumplió de conformidad con la destina-
de un haz de facultades, a las que es in- ción del derecho de que se tratare, al es-
apropiado denominar derechos. Así, por píritu de la institución, o si patentiza "una
ejemplo, las leyes establecen que el propie- desviación infligida a una prerrogativa
tario puede usar y gozar, con la mayor subjetiva que habría sido falseada por su
amplitud, de la cosa que le pertenece. Del titular, en cuyo caso se impondría la res-
modo más absoluto, dispone el Código civil ponsabilidad de éste, ya no objetivamente,
francés (art. 544); o comportándose como sino en razón del mal impulso dado por
le plazca, declara el Código civil alemán. él al derecho, o sea, subjetivamente, abu-
Las normas no llegan al particularismo de sivamente".
enumerar todas las facultades que están 3<?) Caso en que un individuo obra en
implícitas dentro de aquella enunciación virtud de un derecho y de acuerdo con su
general. Por ejemplo, levantar construccio- destinación. El acto no es ilegal ni ilícito,
nes, modificarlas o demolerlas; vivir en el como en los dos supuestos anteriores, sino
inmueble o ceder a otros su goce, de modo excesivo. En principio, por ser irreprocha-
oneroso o a título gratuito; hacer planta- ble en sí mismo, en su génesis y en su fi-
ciones o retirarlas; efectuar excavaciones; nalidad, no podría ser la fuente de una
obrar, en resumen, como lo estime conve- obligación. Sin embargo, si el daño causa-
niente dentro de su fundo, ejerciendo los do es excesivo o aun anormal, como si los
poderes y facultades adecuados para dis- vapores pestilentes de una usina dañan los
frutar física o materialmente de su pro- sembrados vecinos; o si las chispas de una
piedad; y también espirltualmente, por su locomotora incendian las cosechas o los
significación familiar, por los recuerdos bosques próximos. El acto calificado de
que encierra, por su ambiente de trabajo, excesivo es constitutivo de riesgos: "el que
de intelectualidad o de arte, etc. Y adecua- ha creado tales riesgos debe soportar la
dos, asimismo, para pretender de terceros incidencia: responsabilidad sin culpa y res-
el reconocimiento de su situación jurídica ponsabilidad puramente objetiva". Aquí el
y la abstención de todo hecho que importe demandante debe probar el daño, que apa-
el menoscabo o la privación de su derecho. rece en el primer plano, y el carácter anor-
Al realizar este ejercicio, al poner en ac- mal del riesgo: "porque la ruptura del
tividad alguna facultad propia de su de- equilibrio entre los derechos rivales resulta,
recho, el sujeto puede dañar a un tercero. no del acto en sí mismo, no de los móviles
Es preciso efectuar aquí otro deslinde del que lo han inspirado, sino de sus efectos,
asunto. Louis Josscrand ha demarcado, de su potencial de nocividad" ( 7 ).
para que sea posible discernir los casos en De estos tres actos, el Ilegal, el Ilícito y
que cabe hablar de un auténtico abuso en el excesivo, sólo el segundo es el que carac-
el ejercicio de los derechos, tres hipótesis teriza el abusivo ejercicio de un derecho.
distintas de daños causados, en que se orí- En los casos tan conocidos del propietario
pina el deber jurídico del resarcimiento, que realiza excavaciones en su terreno, con
impuesto al que los ocasionó: la mira de impedir que continúe llegando
1"?) Caso en que un Individuo obra sin agua al pozo de su vecino; o del que le-
derecho. Ejecuta un acto ilegal. Ha ejecu- vanta empalizadas innecesarias, siempre
tado una verdadera intromisión en el de- dentro de su fundo, tan sólo para privar
recho ajeno. Así, un propietario que se de- de luz o molestar a su vecino, habrá obra-
dique a obrar como si fuera el dueño en el do aquél en el ejercicio de una facultad le-
inmueble vecino; o un acreedor que haga gal, emergente de su derecho de propiedad;
emba.rpar un bien que no pertenezca a su el acto, por lo tanto, no será ilegal, como
deudor. Al perjudicado le basta demostrar los de la primera categoría, pero es culpo-
que el acto se cumplió sin derecho y, por so, como constitutivo que es de una des-
lo tanto, contra su derecho y que es, en sí viación del derecho. Actos de esa especie
mismo, ilegal. no violan la letra misma de la ley, pero
2?) Caso en que un Individuo no obra atontan contra su espíritu y, "como tales,
sin derecho, sino que aparece ejerciendo son ilícitos, injustificados, abusivos" ( 8 ).
Ante los distingos realizados por Josse-
(8) Ludwlg Enneccerus-Thcodor Klpp-Martln
Wolff, Tratado de Derecho civil, trad. de la 39' ed. (7) Louis Josserand. De l'tprít des Dmlts et
akmavia por Blas Pérez Qonzalez y José Alguer, de íetir relativo. "Thcorlc díte de Vabus des
TVisrU, t'ftR-A ocUt., Barcelona, 1935, t. 1, vol. 2. Drolt,s", París. Utor. Dallo?., 1927. pfigs. 332 n. 335.
I. 1. (81 Ob. cit., pág. 334.
rand, la primera reflexión que surge es la juridicidad dimana del hecho de que, a
siguiente: únicamente en las hipótesis se- veces, una acción no está considerada an-
gunda y tercera el agente del daño obra en tijurídica en si, sino según el estado de
ejercicio de su derecho. Ya se vio que en ánimo del agente. La misma acción puede
el supuesto del acto llamado ilegal, obra ser conforme al derecho objetivo o antiju-
sin derecho. Pero mientras el que ejecuta rídica según el sentido que el agente dé a
el acto excesivo hace, precisamente, lo que su acción, por la situación anímica o la
le está permitido de un modo especial o disposición con la cual él la cumple." Y
expreso, que es lo que guarda relación re- agrega que la responsabilidad del autor
gular o normal con el fin de la empresa del daño, en este asunto, no resulta sola-
permitida: hacer circular trenes o hacer mente de la antijuridicidad del ejercicio
funcionar la industria, con todas las me- abusivo de un derecho, "sino que, además
didas de precaución posibles, produciéndo- de la anüjuridicidad de la acción, es ne-
se el daño a pesar de esas medidas, el que cesario que concurra su culpabilidad" {'•').
cumple el acto llamado ilícito obra de un Otra salvedad se impone. El hecho de
modo que no es razonable, regular o nor- que es preciso, para caracterizar el acto
ma!, o con una desviación del fin propio ilícito, apto para engendrar una responsa-
de su derecho. bilidad, el requisito de la culpabilidad del
Una salvedad se impone, para vincular agente, no quiero decir que .se encuentra
esta cuestión en el Derecho civil argentino. excluida, en términos absolutos, la respon-
De conformidad con el Código civil (arts. sabilidad sin culpa. Nuestro Derecho la
1066 y 1067); los elementos que configuran acepta, no obstante la indiscutible prcva-
el acto ilícito son: los objetivos, representa- lencia de la responsabilidad subjetiva, en
dos por la conducta contraria a una nor- ciertos casos de responsabilidad por el he-
ma prohibitiva o imperativa y por el daño cho de otro o por el hecho de las cosas.
causado o la posibilidad de causarlo; y el Pero no hay aquí un acto ilícito: 1?) por-
subjetivo, consistente en el dolo o culpa que no hay un acto producido en contra-
del autor del hecho. En nuestro Derecho, vención con el orden jurídico. Así, paro
pues, la denominación de acto ilícito co- citar otro ejemplo, el patrono que es res-
rresponde a la primera categoría, explica- ponsable en virtud de la ley de accidentes
da por Josserand. del trabajo, no lo es porque haya obrado
Emerge, entonces, otra cuestión. Vol- ilícitamente: sus actividades son perfec-
viendo a los actos de la segunda categoría tamente licitas y hasta convenientes para
se presenta un nuevo problema. En la hi- la sociedad, como ocurre cuando se esté al
pótesis de que el ejercicio de un derecho frente de una industria útil. 2") Por pres-
cause daños a un tercero, cabe distinguir cindirsc del elemento de la culpabilidad.
el ejercicio con dolo o con culpa, es decir, En conclusión, si se opta por una fórmula
con un designio maligno o con una inex- legislativa que pase por alto la exigencia
cusable falta de diligencia del ejercicio de la culpabilidad, la responsabilidad del
inimputable al que lo realizó, en razón de que ejercite abusivamente su derecho, sea
la falta de dolo y de culpa. cual fuere su fundamento, se ha de equi-
Nos encontramos aquí ante uno de los parar con la responsabilidad del patrono
principales problemas que se presentan en por el hecho do su dependiente o .subordi-
esta materia: se debe resolver si única- nado, o con la del que se sirve de una cosa
mente el ejercicio abusivo y culposo de un o la tiene a su cuidado .(en los supuestos
derecho es oí que debe .ser reprimido; o si en que no se admite lrv prueba para liberar
hay que considerar tan sólo circunstancios al responsable); o con la responsabilidad
objetivas o exlrmas, extrañas a Ja subjeti- del patrono por los daños sufridos por el
vidad del autor del daño, circunstancias obrero, durante o con ocasión del trabajo.
quo podrían sor, por cjeraplOi la desviación La obligación de resarcir los daños en
dol derecho del fin quo se le reconoce o estos cosos es simplemente ex Icf/c, por te-
el ejercicio dol derecho on contradicción nor su fuente directa o inmediata en la
con su destinación económica o social, sin ley, sin la mediación de un acto voluntario
apreciar para nada la conducta del agente. del obligado, que podría ser licito (contra-
Aquí está la raíz de la principal división to) o ilícito (acto doloso o culposo) 0°).
que ha separado a los sostenedores de la
teoría y a los sistemas legislativos que la (9) La teoría del abuso drí Derecho y el ante-
han sancionado. proyecto brasileño de ";; Cóclipo de las obliga-
ciones. Impr. de lu Universidad, Córctotm, 1942.
Roberto Goldschmidt ha precisado este pop:. 23.
distingo expresando: "La doctrina de los (10) "En resumen, pensamos que en los <':isos
llamados elementos subjetivos de la anti- de funcionamiento ilr !:'.s llain:u¡:;:; pri1:.luiciones
IV. — Los fundamentos que se han dado aventurado encontrar en ellas el origen
para reprimir el ejercicio abusivo de los preciso de la teoría. Bastarán algunos
derechos, pueden reducirse a uno solo: ejemplos que son harto significativos. Le
ningún derecho subjetivo es ilimitado y no estaba prohibido al propietario demoler su
puede serlo, sencillamente, porque no ha- casa para vender los materiales de demo-
bría orden social posible. El hombre, sujeto lición, así como vender su casa con el fin
de derechos, lo es también de deberes. No de que se la demoliera. El propietario de
se concibe la subsistencia de una sociedad un edificio que amenazaba ruina si no
en que los hombres sean titulares de dere- quería prestar la cantío damni infecti, per-
chos solamente; así como nos negamos a día la propiedad en favor del que temía
admitir la posibilidad de un estado de ser- el daño sobreviviente de la ruina. El con-
vidumbre en que los hombres sólo estén dómino que no quería pagar su parte en
gravados con deberes. los gastos necesarios de la cosa común,
Los derechos subjetivos no se limitan, perdía la propiedad de su cuota en bene-
únicamente, en interés de la sociedad o ficio del que había pagado esos gastos. Las
del Estado, como lo pretenden las doctri- servidumbres podían extinguirse por la
nas que, tarde o temprano, van a desembo- falta de uso. Y en la legislación imperial
car en alguna forma de totalitarismo, sino se impusieron serias limitaciones, "con el
también en el interés individual de cada propósito de evitar que las tierras se man-
titular de otro derecho subjetivo, que ne- tuviesen incultas y con el deseo de frac-
cesita, de una manera indispensable, para cionar los latifundios". Parece que se llegó
su desenvolvimiento físico y espiritual, para a ceder (sin que esté probado definitiva-
mantener su dignidad irreductible de per- mente este hecho) las tierras incultas, de
sona, la atribución y el ejercicio de facul- cualquiera que fuesen, en favor de quien
tades y poderes propios, de prerrogativas las ocupara y las cultivase (").
que le pertenezcan a él exclusivamente, y Si no se puede demostrar que el Derecho
cuyo desconocimiento o mutilación impor- romano reconoció el principio en que se
tarían su degradación del estado de per- funda la represión del ejercicio abusivo
sona. de los derechos, es innegable, por las ra-
Nunca se ha admitido la ilimitación de zones que ya se han dado, la gran anti-
los derechos subjetivos, vale decir, del nú- güedad que tiene la elaboración de los
mero y de la extensión de las facultades fundamentos de la teoría. El principio en
contenidas en ellos que se hacen actuar con que ésta se funda reconoce hondas y muy
su ejercicio. El Código civil francés, el Có- extensas raíces, prolongadas a lo largo de
digo de la Revolución que proclamó los de- los siglos. Forman estas raíces los denomi-
rechos del hombre y del ciudadano, al de- nados "actos de emulación".
finir la propiedad, el derecho individualista Si equívoca es la expresión "abuso del
por excelencia, establece que es el derecho derecho", no lo es menos esta otra: "actos
de gozar y de disponer de las cosas del de emulación". Piénsese, por lo pronto, en
modo más absoluto, pero agrega: "a con- el buen sentido de la expresión, cuando
dición de que no se haga de ellas un uso indica el propósito de igualar o superar a
prohibido por las leyes o por los reglamen- otros, en una especie de competencia o
tos". Con lo que se prevé la posibilidad concurso, libres de toda incorrección o des-
de la limitación del uso o del ejercicio. honestidad.
En el propio Derecho romano, cuya orien- Vittorio Scialoja, en una monografía que
tación siempre ha sido juzgada como in- es excepcional por la erudición y el saber
dividualista, se encuentran restricciones al
derecho de propiedad que podrían configu-
(11) Nicola Stolfi, Diritto civile, vol. 2, "Dirltti
rar prohibiciones al mal uso, aunque sería reali". I, 11, "Possesso e la propietá", ünione Tlp.
Editr. Torinese, Turín. 1926, n' 289. Después de
inris et de ¿tire de culpa, no hay, indudablemente, mencionar los derechos reconocidos a los que cul-
un acto Ilícito, sencillamente, porque no puede tivaban en terrenos ajenos, dicce Stolfi: "Por lo
haber un acto ilícito desprovisto del elemento tanto, aun en el Derecho romano la propiedad no
subjetivo de la culpa, determinado, de modo ex- era rígidamente individualista. Y si faltaban to-
plícito, por el art. 1067, parte final, del Cód. clv. das las limitaciones que la civilización moderna
A tales casos los excluimos del área cuasldelictual ha ido introduciendo gradualmente en el domi-
y los ubicamos, para seguir la clasificación de las nio ello se debe al hecho de que en aquellos tiem-
causas eficientes de las obligaciones en que se ha pos no habían surgido tantas necesidades como
inspirado la nota al art. 499 del Cód. civ., entre las que los nuevos Inventos y la gran industria
las obligaciones ex lege, o sea, entre aquellas cuya han suscitado. Pero un principio se había afir-
fuente directa e inmediata es la ley". Nuestro pro- mado enérgicamente en aquellos tiempos, el de
loga a la obra de Henoch D. Aguiar Actos ilícitos. que el interés del propietario debía estar subor-
Responsabilidad cit;iZ, Tip. Edit. Argentina. Bue- dinado al del Estado y de la sociedad, porque
nos Aires, 1950, t. 1, pág. XXV. salus reipublicae suprema les cst (pág. 218).
en ella acumulados, demuestra que el vo- cuando, al mentar esta "nueva teoría", se
cablo aemulatio se encuentra dos veces, preguntaba: ¿es nueva en realidad? Sus
tan sólo, en el Derecho de Justiniano, una orígenes no se encontrarán en el Derecho
en un fragmento del Digesto y otra en el romano, pero están en la rica y minuciosa
Código; y que se empleó con el significado elaboración del medieval, hasta con varios
que tiene la palabra italiana gara (apro- de los caracteres con que en la actualidad
ximadamente: concurso, competición, ca- sirve de tema a las controversias de los
rrera, rivalidad deportiva o artística). Pero especialistas: el ejercicio de un derecho
que en la Edad Media la palabra aemulatio, subjetivo sin utilidad para su titular, o
o la frase animus aemulandi, fueron usadas con una utilidad insignificante, y con el
técnicamente por los juristas para designar designio de perjudicar a otro.
"la intención de quien cumple ciertos ac- Scialoja ha citado más de un centenar
tos, que estarían comprendidos normal- de obras (a partir de los siglos xvi y xvn),
mente en el ejercicio de su derecho, sin donde se admite la vigencia de las reglas
utilidad propia o con una mínima, con el que prohibían los actos de emulación, así
fin de perjudicar a otro". como sentencias de altos tribunales (figu-
Opina que por un error, sin duda, se ha ran varias del siglo xvn), que hicieron
citado como fuente de esta construcción el aplicación de dichas reglas, fundándolas
fragmento del digesto a que se refiere más en el Derecho común. La prohibición de la
arriba, por ser muy distinto su sentido ( 12 ). emulación surgió al principio con referen-
Parece haber concluido ya el debate que cia al derecho de levantar edificios, y se
se promovió tocante a si el Derecho roma- extendió después por analogía a los de-
J
no había reconocido o no, con los efectos más casos ( 5).
señalados, los actos en cuestión. La con- En Italia se ha mantenido esta denomi-
clusión ha sido por la negativa. nación, que allí cuenta con tan arraigada
Pietro Bonf ante reconoce que la teoría de tradición. Al estudiarse el proyecto del
los actos de emulación es una doctrina Código civil que iba a entrar en vigor en
medieval. Según ella, "se prohibían al pro- 1942, el profesor Roberto de Ruggiero, re-
pietario los actos por él cumplidos, con la lator del Libro referente a la propiedad,
maligna intención de perjudicar a otro, manifestó que la comisión encargada del
animo nocendi, con poca o ninguna utili- proyecto no había estimado necesario in-
dad propia. Alguien, por ejemplo, edifica cluir "la prohibición de los actos emulati-
un muro en su propio fundo, no porque vos o de abuso del derecho", porque for-
le sirva para algo, sino tan sólo para mo- maba parte de "los principios generales en
lestar o hacer sufrir al vecino, al privarlo los que el nuevo Código se inspira" ( ie ).
de la luz o de uri panorama ameno. Los Sin embargo, el art. 833 del Código, tal
juristas medievales llamaban a estos actos como fue sancionado, reza así: "El propie-
"ad aemulationem", de donde viene el tario no puede efectuar actos que no ten-
nombre de la teoría" (^). gan otro fin que el de perjudicar o moles-
Otro romanista, Silvio Perozzi, expresa tar a otros." En el ejemplar que tengo a la
que ya ha caducado, afortunadamente, en vista, el artículo lleva este título: "Actos
la teoría y en la ciencia romanistas de Ita- de emulación".
lia, la afirmación que se sostuvo largo El Landrecht de Prusia, de 1794, consig-
tiempo, de que el Derecho romano había nó en el art. 94 de su Introducción: "El
prohibido, a quien era- titular de un dere- que ejerza un derecho conforme a las leyes,
cho, que lo ejerciera "cuando los actos de no es responsable de los daños que de ese
ejercicio se cumplieran animo nocendi, o ejercicio resulten." En el art. 36, Título VI
lo que es lo mismo, sin una utilidad pro- de la Primera Parte, se reprodujo el prin-
pia o con una mínima, con el fin predomi- cipio en los siguientes términos: "El que
nante de perjudicar a otro" (i*). usa su derecho, sin exceder los justos lí-
Tuvo razón al dudar Marcel Planiol mites de éste, no está obligado a reparar
el daño causado a otro por el ejercicio de
(12) Aemulatio, en Enciclopedia Giuridica Ita- ese derecho." En la nota al art. 1071 del
liana, Societá Edltr. Llbr., Milán, 1910. vol. 1, par- Código civil argentino se cita la, primera
te 2i, Sezione prima, pág. 246, ns. 2 y 3. Ver, so- de estas normas.
bre el mismo tema: Crlstoforo Astorrl, "Ernula-
zlone", en Dizionario Pratico del Diritto Privatto, Sin embargo, el art. 37 del mismo Títu-
Casa edltr. Dot. F. Vallardl. Milán, vol. 2, pá-
gina 815. (15) Ver nota 12, ob. cit., ns. 5 y 7, págs. 428
(13) ¡stituaioni di Diritto romano. Casa edltr. y 429; y n» 9, págs. 430 y 431.
Dot. Vlllardl, Milán, 1921, pág. 310. (16) Códice civile. Secondo Libro. Cose e Dlrltti
(14-) Istituzioni di Diritto romano, Athenaeum, real!. Progetto e relazione. Roma, Istituto Poll-
Boma, 1928, t. 1. pág. 633. graílco dello Stato, 1937, págs. 17 y 18.
o: "Pero él debe la reparación con anterioridad, al tomarle una buena
Ita claramente de las circuns- parte de su clientela'. Lo mismo ocurre con
entre las diversas maneras po- el ejercicio de la industria o del comercio.
;rcer su derecho, él ha elegido "No se prohibe todo ejercicio del derecho
jnio de dañar a otro, la que que perjudique a otro. Y es que hay dere-
iicar a éste" ( 1B bis), chos que, si han de ejercerse alguna vez,
ción de Que debían reprimirse no tienen más remedio que perjudicar a
le actos es, por consiguiente, otros" («).
i. Los autores franceses se com- Puede suceder también que el sistema
estacar que los tribunales em- legislativo imperante establezca la licitud
lacer aplicación del principio, de todo ejercicio de un derecho, sin excep-
:nte mismo de entrar en vigor ción, aunque dañe a otro. Así, las legisla-
¡di que rige desde 1804. Con las ciones que han sancionado la regla: Nemi-
nas impuestas desde hace si- nem laedit, nemo damnum Jacit, qui suo
se viene sancionando en Fran- iure utitur. En la nota al art. 1071 del
cio abusivo de los derechos. Código civil argentino se menciona un ada-
el riesgo resultante del puro gio análogo.
.e la agotadora contraposición Se ha visto que el daño es una de las
lúe pueden hacer perder de condiciones indispensables para enjuiciar
ecto enfoque del problema, que el ejercicio abusivo de un derecho. Este
dilucidado sino dentro del área daño tanto puede ser patrimonial o econó-
positivo, y no de la Moral, de mico como extrápatrimonial o moral. Es
i o de la Política, por ejemplo, indudable que él daño consistirá, muchas
hacer un planteo riguroso y veces, en vejámenes, molestia^ y sufri-
;e jurídico. mientos de todo orden, sin ninguna reper-
tiende a sancionar el ejercicio cusión en el patrimonio.
los derechos, adscribiéndole Para limitar, en mayor o menor grado,
os que los órganos jurisdiccio- una facultad adscripta a un derecho sub-
¡tado deberán cumplir y hacer jetivo, -debe haber una razón que aconseje
contra de alguien, es induda- este sacrificio. Recordemos nuevamente que
stá considerando un asunto de todos los derechos se encuentran limitados
iad civil; el que ejerció abusi- por reglamentaciones de diverso orden;
derecho en perjuicio de otro, recordemos aun las restricciones que su-
ilzar el daño al que lo sufrió, fre la conducta, constreñida a moverse
reglas que se mantienen incor- siempre dentro de los cánones de la mas
rden jurídico de todos los pue- estricta diligencia y previsión, para no caer
está la de que no se puede da- dentro de la responsabilidad por un acto
tnente a otro. Habrá sus mati- culposo. Se trataría ahora de buscar una
to al requisito de la culpa sobre limitación más, pero se debe velar, al mis-
luélla es la norma general. SóZo mo tiempo, por no asfixiar al hombre, • por
I ejercicio abusivo de los dere- no reducir hasta un mínimum su libre ac-
-> con él se ha causado un daño tividad.
ando un hecho puede resultar Se explican y se justifican, entonces,
no aparecer limitado, en el De- nuevas restricciones, sólo cuando la facul-
vo, ese modo de ejercicio que tad de que se haga uso se emplee de una
le abusivo. manera socialmente reprobable o conde-
auto, se admiten, sin ninguna nable. No proponemos una fórmula que
L, casos en que, a pesar del aspire a condensar lo que entendemos por
o por terceros, el ejercicio de ejercicio abusivo de los derechos. La índole
es irreprensible. Así, por ejem- de esta relación, puramente expositiva, nos
supuestos del libre ejercicio de veda hasta el ensayo de una posición pro-
ia o profesión. Un médico re- pia. Nos estamos ciñendo a la descripción
) a un pueblo, sin hacer uso de la substancia de este asunto; y enten-
jrocedimiento inmoral o ilícito, demos que nada se ganaría con una
1 colega que se había instalado exhaustiva enumeración de opiniones y de
leyes.
;mos utilizado la traducción al fran- Hay un fondo común, a pesar de las
el Bureau de Léglslátlon Etrangére. grandes divergencias entre los autores. Si
ón. El Código de Frusta como fuente
ni argentino. Anales de la Academia
Ciencias Sociales de Córdoba, año III, (17) Enneccerus-Klpp-Wolff, ob. cit. en no-
rniyersldad, 1946. ta 6. II, 2, pag. 532.
asi no fuera, no se podría hablar de una a un derecho, en un caso determinado, con
teoría sobre el ejercicio abusivo de los de- la función y el espíritu de ese derecho".
rechos. Los mantenedores de cada uno de esos
Ese fondo común consiste en esta pro- puntos de vista piensan, como es natural,
posición que nos hemos permitido articu- que es socialmente reprobable la conducta
lar: el que ejerciere su derecho de un del que obra con la intención de dañar, o
modo socialmente reprobable y en perjuicio con mala fe, o con una culpa que no ad-
de otro, debe resarcir el daño. mite excusa, o que daña a otro sin poder
Insistimos en que no proponemos ni de- invocar un interés legítimo o desviando al
fendemos esta fórmula, sino que hemos in- derecho de su función social.
tentado refundir en ella las tendencias Pero una expresión tan lata, "socialmen-
predominantes. te reprobable", no podría ser aceptada, ver-
Los más diversos criterios se han defen- bigracia, por todos aquellos defensores de
dido para fijar el concepto del ejercicio la autenticidad de los derechos subjetivos,
abusivo: que teman su desnaturalización, si se lle-
a) El designio de dañar y sus derivados gare a entender que con esa amplísima de-
o sucedáneos, como el dolo o el fraude. nominación se sanciona la conversión de
"Las máximas malitiis non est indulgen- los poderes individuales en funciones so-
dum y fraus omnia corrumpit son tan vie- ciales.
jas como la regla social misma, consa- Tampoco podrían aceptarla los que de-
grando ellas la ineptitud para realizar sean mantener, a toda costa, el principio
deliberadamente la injusticia" (18). de la culpa, como fundamento de toda res-
b) La mala fe, "noción que es netamen- ponsabilidad.
te distinta de la voluntad nociva" (19). En resumen, la proposición que hemos
c) La culpa, en sentido estricto, carac- redactado, posee la formulación hipotéti-
terizada corno una falta inexcusable de ca propia de toda norma jurídica, seguida
diligencia o de cuidados, e identificada de su dispositivo. Vale decir, prevé una si-
tanto con una conducta imprudente como tuación de hecho que puede acaecer en la
con la desidia o la negligencia ("«). vida real y le adscribe una consecuencia
d) La falta de un interés legítimo. Esta jurídica.
concepción, según Josserand, es de orden Todas las teorías, por el hecho de ser ju-
económico y utilitario ( 2 l ). rídicas, tienen que acomodarse a esa es-
e) La desviación del derecho de su fun- tructura; y la solución consistirá en reti-
ción social. Expresa Josserand, citando a rar de Ja situación de hecho (Tatbestand),
Duguit, que "en una sociedad organizada condicionante de la consecuencia jurídica,
los pretendidos derechos subjetivos son la expresión "socialmente reprobable", para
derechos-funcioras; deben mantenerse en incluir alguna de las circunstancias enu-
el plano de la función a que correspon- meradas anteriormente, en los puntos a)
den; en caso contrario, su titular comete a e).
una desviación, un abuso del derecho; el A continuación, pasaremos revista a las
acto abusivo es el acto contrario al íin principales soluciones legislativas que se
de la institución, a su espíritu y a su fina- han dado, para tipificar el ejercicio abu-
lidad". Y agrega que, de un modo más ge- sivo de los derechos, mediante la formula-
neral, los tribunales franceses adoptan el ción hipotética de una situación de hecho.
criterio finalista "cada vez que ellos evo- VI. — Las gravísimas dificultades que
can la noción del motivo legítimo, confron- presenta la estructuración de un concepto
tando por esto mismo la dirección im- legal de lo que debe entenderse por ejer-
presa a un derecho, en un caso determi- cicio abusivo de los derechos, dificultades
nado, con la función y espíritu de ese de- que son, no sólo de orden técnico, sino tam-
recho". (22). bién producidas por la contraposición de
Y agrega que, de un modo más general, sistemas económicos, políticos y sociales, y
los tribunales franceses adoptan el criterio hasta intensificadas cuando se cree que
finalista "cada vez que ellos evocan la no- están en juego los atributos de la propia
ción del móvil o motivo legítimo, confron- persona, quedan evidenciadas con las mo-
tando por esto mismo la dirección impresa dificaciones que han impreso a sus ideas
juristas de la talla de Raymond Saleilles
(18) Ob. cit en nota 7, pág. 342. o de Oeorge Ripeit.
(19) Ob. clt., pág. 346. Así, el primero encuentra al principio
(20) Larombldre, citado por Josserand. ob. cit., que es indispensable el requisito de la in-
p¡ip. 354.
(21) Ob. clt., pág. 363. tención de perjudicar, para sostener des-
(22) Ob. cH., págs. 370 y 372 pués que el hecho abusivo consiste en el
ejercici* anormal del derecho, de un modo la responsabilidad desde el ángulo de la
contrario a su destino económico o social, política" (2?).
ejercicio reprobado por la conciencia pú- Al propio Josserand se lo advierte osci-
blica y que excede el contenido del derecho. lar entre diversas tendencias. Lo vemos, en
Pasa, de esta suerte, de una posición sub- el capítulo anterior, aferrado al concepto
jetiva a otra objetiva. Sintetiza después de la "desviación del derecho de su fun-
Saleilles esta redacción algo extensa y pro- ción social"; y defendiendo una dirección
pone otra: "Un acto, cuyo efecto no pue- finalista, exprimida en la exigencia del
de ser más que perjudicar a otro, sin in- "móvil legítimo", noción que equipara con
terés apreciable y legítimo para el que lo las de "interés legítimo", "causa legítima",
cumplió" (23). "justo motivo" o "motivo legítimo", em-
Ripert, a su vez, se sitúa en una posición pleadas por la jurisprudencia ( 2 S ).
finalista: "El que desvía el derecho del fin Después de haber dicho que los derechos
para el cual lo ha otorgado el legislador, subjetivos son derechos-funciones, expresa:
compromete su responsabilidad... El mó- "Es, pues, un criterio a la vez social y te-
vil ilegítimo, al preceder el ejercicio del de- leológico el que nosotros adoptamos: el mis-
recho, viciaría el acto cumplido, tal como mo que está consagrado por el Código so-
la causa ilícita anterior al contrato basta viético" ( 29 ). Sin embargo, pareciera ser
para anularlo. El acto será objetivamente que el Código ruso está dentro de una po-
irreprochable, pero el juez apreciará si el sición netamente económica, propia de la
actor perseguía un fin útil y razonable. El concepción materialista que lo inspira (30).
ejercicio del derecho no sería protegido sino Aparte de esto, elabora toda una con-
en la medida en que la actividad se juz- cepción transaccional entre el sistema ob-
gue como útil y razonable" (^). jetivo (destinación económico-social; fun-
Pero, a renglón seguido, confesaba Ripert ción social) y el sistema subjetivo (criterio
su temor ante el peligro de la fiscalización moral y psicológico; intención nociva; ma-
arbitraria del juez en el ejercicio de los la fe: culpa).
derechos; y proponía la conveniencia de re- Sostiene Josserand que la conciliación de
glamentar los fines de cada derecho de- esas dos posiciones extremas se encuentra
terminado: "Será prudente declarar, a pro- en su concepto del "móvil legítimo"; por-
pósito de cada derecho, en qué5 caso su ejer- que para llegar a la conclusión de que un
cicio llegará a ser abusivo" ( - ) . acto se ha cumplido fuera o en contra de
Reacciona después radicalmente. Denun- la función social del derecho de que se tra-
cia el peligro temible del criterio finalista tare, "es preciso, de toda necesidad, pre-
y reivindica el derecho subjetivo como po- ocuparse de la conducta del agente, cuan-
der contra el derecho como función so- do no de su mentalidad: es preciso inves-
cial (2«) . tigar ya sea por crsé él ' -, obrado, ya sea
Advertimos que, enfrentados con el mis- de qué modo y si obedeu,/ a un móvil le-
mo riesgo, Henri y León Mazeaud opinan gítimo; es preciso pues proceder a una en-
que si se lo constriñe al juez a determinar cuesta subjetiva y, desde este punto de vis-
la función social de un derecho cualquie- ta y con esta medida, la teoría del abuso
ra, deberá salir de los dominios del Dere- toma un sentido, cuando no intencional,
cho para caer en los de la política. "He por lo menos subjetivo" (si).
aquí —dicen— el peligro del criterio: ¿se Como una prueba más de las preocupa-
hace un socialista la misma concepción del ciones de los juristas por ofrecer un cua-
fin con que se ha concedido el derecho de dro completo del ejercicio abusivo de los
propiedad o el derecho de coalición que un derechos, Julien Bonnecase propone los ele-
adversario de la doctrina de Karl Marx? mentos siguientes: 19) Ejercicio de un de-
Evidentemente no. Es cierto que defender recho; 2°) falta de toda utilidad para el
la doctrina del fin social de los derechos titular de ese dereeho; 3°) intención noci-
de ninguna manera significa inclinarse ha- va; 4°) perjuicio causado efectivamente a
cia el socialismo, pero importa constreñir un tercero. Surge, así, la siguiente fórmu-
a los jueces a contemplar el problema de la: "ejercicio de un derecho, sin utilidad
para su titular, con un fin exclusivamen-
(23) Ver Pleitas, ob. cit. en nota 1, págs. 37 te dañoso" (32).
y 38, nota 84.
(24) Ob. cit. en nota 4, pág. 173. (27) Ob. cit. en nota anterior, pág. 442, n° 573.
(25) Ob. cit., pág. 174 (28) Ob. cit., pág. 376.
(28) 89 trata de un trabajo de Ripert, citado (29) Ob. cit., pág. 370, n"? 293.
por H. y L. Mazeaud, Traite théorique et pratique (30) Ver el capítulo siguiente (VII).
de la responsabilité civile. Libr. du Roe Sircy, Pa- (31) Ob. cit., pág. 386.
rís, 1931, t. 1, pág. 441, lio 573. (32) Suplément al Traite de Baudry-Lacanti-
VIL — En Francia no ha habido necesi- a la rescisión unilateral de la locación de
dad de elaborar una fórmula legislativa servicios de duración indeterminada (&).
que contemple, en especial, el ejercicio abu- Del texto del art. 826 y del 2<? par. del
sivo de los derechos, siendo como es la na- 823, del Código civil alemán, transcriptos
ción de la que se conoce el mayor número más abajo, parece ser necesario el requi-
de aplicaciones jurisprudenciales del prin- sito de la culpabilidad ( 34 ). Y como el art.
cipio. Esto se ha logrado merced al conte- 226 se refiere al fin de dañar, cabe pensar
nido amplísimo de los tantas veces elogia- en un criterio subjetivo:
dos artículos 1382 y 1383 del Código de Na- Art. 226: El ejercicio de un derecho no
poleón: está permitido, cuando no puede tener otro
Art. 1382: Cualquier hecho del hombre fin que el de causar un daño a otro. Art.
que cause a otro un daño, obliga a repa- 826: El que intencionalmente cause un da-
rarlo a aquél por cuya culpa se ha produ- ño a otro de una manera que atente con-
cido. Art. 1383: Es responsable del daño tra las buenas costumbres, está obligado,, a
quien lo causó no sólo por su hecho, sino la reparación del daño. Art. 823: (Empieza
también por su negligencia o por su im- consagrando la obligación de reparar el da-
prudencia. ño causado, impuesta a todo el que aten-
Queda así establecido que en Francia te, con intención o negligencia, mediante
prevalece la orientación subjetiva, puesto un acto contrario al Derecho, contra la vi-
que las normas de referencia obligan a te- da, el cuerpo, la salud, la libertad, la pro-
ner en cuenta el requisito de la culpa. Un piedad o todo otro derecho ajeno.) 29 par.:
resumen de los casos juzgados, en los que La misma obligación incumbe al que con-
predomina, como sucedió con los actos de traviene una ley que tenga por fin la pro-
emulación, el enjuiciamiento del ejercicio tección de un tercero. Si, según el conte-
abusivo del derecho de propiedad, exhibi- nido de^ la ley, esa contravención está pre-
rá el vasto campo de actuación de la teoría, vista a%n con prescindencia de toda culpa
con referencia a los siguientes derechos del agente, no se carga con el deber de
subjetivos: reparación sino cuando hay culpa.
a) Derecho de propiedad, principalmen- En los códigos siguientes se mantiene la
te, si hubo intención de perjudicar; o si orientación subjetiva:
hubo una falta de interés legítimo, sobre Código civil austríaco (Reforma de enero
todo, cuando el propietario, pudiendo ele- 19 de 1917).
gir entre varias maneras de ejercitar su El Código de 1811 contenía estas reglas:
derecho, opta, sin provecho para él, por la I. Se es responsable por un acto contrario
que es susceptible de perjudicar a un ter- al Derecho, no por un acto contrario a las
cero. buenas costumbres... III. El ejercicio de
b) Derecho de recurrir a la justicia, si un derecho no podría ser contrario al de-
se obró maliciosamente o por vejar a otro, recho; no obliga a la reparación en nin-
o con un grosero error, equiparable al dolo. gún caso.
c) Derechos de JamiHa. La patria potes- Art. 1295: (según la reforma citada an-
tad puede dar ocasión a abusos, en lo con- teriormente) : (Empieza disponiendo la re-
cerniente a las facultades y poderes de co- paración de todo daño causado con culpa,
rrección, de guarda, de educación, etc. Del ya sea el daño contractual o extraeontrac-
mismo modo el poder marital. tual; y agrega): El que causa intencional-
d) Libertades individuales y corporativas, mente un daño, de un modo que hiera las
como ser, las de pensamiento, de comer- buenas costumbres, es igualmente responsa-
cio y de coalición. Se ha juzgado que el de- ble; no lo es, sin embargo, si el daño fue
recho de huelga "no es nunca absoluto; só- causado por el ejercicio de un derecho,
lo puede estar puesto al servicio de inte- salvo si el ejercicio de ese derecho tie-
reses profesionales que constituyan su mo- ne manifiestamente el fin de perjudicar a
tivo legítimo; los obreros que se coaliguen otro (35).
con un fin de pura malignidad o por razo-
nes de orden político o para dificultar la Código civil italiano (1942).
defensa nacional, comprometen su respon- Art. 833: El propietario no puede ejecu-
sabilidad". tar actos que no tengan otro fin que el
e) Derecho de los contratos, tanto en su de perjudicar o molestar a otro.
formación como en su ejecución. Se ha
hecho aplicación de la teoría, en cuanto (33) Louls Josserand, Cours de Droit civil po-
sitif frangais, Llbr. du Rec. Sirey, París, 1930. t. 2,
n» 433.
nerie, Soc. An. du Rec. Sirey, París, 1926, t. 3, (34) Enneccerus-Klpp-Wolfí, ob. y t. clts., n, 4.
"á?. 441, n' 225. (35) Gallaix, ob. cit en nota 3, pág. 228.
Código polaco de las obZtsraciories. a un tercero, sin utilidad para el propie-
Art. 137: El que intencionalmente o por tario.
negligencia ha causado un daño a otro, El Código civil del Perú (1936) sólo con-
ejerciendo su derecho, está obligado a re- tiene una declaración' abstracta, sin carác-
parar ese daño, si excedió los límites lija- ter normativo:
dos por la buena fe o por el fin en vista Art. 2. La ley no ampara el abuso del
del cual ese derecho fue conferido. derecho.
La orientación netamente objetiva se Parece ser el único código que emplea la
observa en estos códigos: expresión "abuso del derecho".
Código civil ruso. VIH. — En nuestro país, el sistema del
Art. 1: Los derechos civiles están tute- Código civil no admite la represión del
lados por la ley, salvo los casos en que ellos ejercicio abusivo de los derechos, en virtud
sean ejercitados en contradicción con su de disposiciones como las de los arts. 1071,
destinación económico-social ('«). 2513 y 2514. El autor del Código, Vélez Sárs-
Código civil suizo. field, fijó el espíritu general de estas nor-
Art. 2: Cada uno está obligado a ejercer mas, mencionando en la nota del primero
sus derechos y a cumplir sus obligaciones la máxima Nullus videtur dolo faceré qui
según las reglas de la buena fe. El abuso suo iure utitur; y expresando que toda res-
manifiesto de un derecho no está prote- tricción preventiva tendría más peligros trae
gido por la ley. ventajas, pues si el gobierno se constltuye-
Rossel opina que lo decisivo no es el ele- jse en Juez del abuso, no tardaría en cons-
mento subjetivo (la intención de abusar), tituirse en juea del uso. "y toda verdadera
sino el elemento objetivo del ejercicio del idea de propiedad y libertad sería perdida"
derecho en forma contraria a las reglas de (nota al art. 2513) W.
la buena fe y sin que ese ejercicio Impli- No podia ser propicio este régimen legal
que la persecución de un interés digno de para que la jurisprudencia tratara de res-
la protección legal ( 3T ). tringir los hechos abusivos. Los tribunales
Código civil de Venezuela (1942). han venido haciendo, a veces, una men-
Art. 1185: (después de consagrar la obli- ción expresa del principio, pero, como muy
gación de reparar el daño causado "con in- bien se ha hecho notar, los casos juzgados
tención, o por negligencia, o por impruden- eran ajenos a la teoría y se referían, más
cia") : Debe igualmente reparación quien bien, a actos contrarios al Derecho positi- 3fl
haya causado un daño a otro, excediendo, vo o ejecutados sin ningún derecho ( ).
en el ejercicio de su derecho, los límites Cuando se emprendieron los trabajos en-
fijados por la buena fe o por el objeto en caminados a la reforma del Código civil, la
vista del cual le ha sido conferido ese de- comisión encargada de su estudio confió
recho. (Traducción textual del proyecto a Juan Antonio Bibiloni la redacción de
franco-italiano del Código de las obligacio- un anteproyecto. Este se manifestó rígida-
nes y de los contratos, art. 74). mente opositor a la teoría, y proyectó el si-
En el Código civil de Méjico (1932) se guiente artículo, en sustitución de los 1071
nota el criterio subjetivo en la norma ge- y 2514 del Código vigente: Art. 411. Los
neral del art. 1912; y el objetivo, con refe- derechos pueden ser ejercidos en la exten-
rencia al derecho de propiedad, en el ar- sión de sus límites legales, aunque de ello
tículo 840: resulte perjuicio a tercero (*>).
Art. 1912. Cuando al ejercitar un dere- En él seno de la comisión, los profesores
cho se cause daño a otro, hay obligación
de Indemnizarlo si se demuestra que el de- (38) Art. 1071. El ejercicio de un derecho pro-
recho sólo se ejercitó a fui de causar el pió, o el cumplimiento de una obligación legal,
no pueden constituir como Ilícito ningún acto.
daño, sin utilidad para el titular del de- — Art. 2513. Es Inherente a la propiedad el de-
recho. recho de poseer la cosa, de disponer o de servirá*
de ella, de usarla y gozarla según la voluntad del
Art. 840, No es lícito ejercitar el derecho propietario. El puede desnaturalizarla, degradarla
de propiedad de manera que su ejercicio o destruirla... — Art. 2514. El ejercicio de estas
no dé otro resultado que causar perjuicios facultades no puede serle restringido porque tu-
viera por resultado privar a un tercero de alguna
ventaja, comodidad o placer, con tal que no ata-
(36) Hemos utilizado esta versión: A. De Ca- que su derecho de propiedad.
pua-M Buttaglinl-V. Martuscelll, íl Códice civile (39) Henoch D. Aguiar, ob. clt. en nota 10,
delta Russta Soviética, Milán, Dot. A. Qluílre, pags. 126 a 128. — Abel M. Fleitas. ob. clt. en
edlt., 1946. nota 1, n" 50, pags. 195 y 196.
(37) Virglle Rossel, Code civil et Code des obli- (40) Rc/orma del Código civil. Anteproyecto
patiors. Llbr. Payot, Lausanne, 3< ed., 1931, pa- de Juan Antonio Bibiloni, t. 1, Gmo. Kraít Ltda.,
gina 2, nota 2. Buenos Aires, 1939. p&g. 125.
Héctor Lafaille y Raymundo M. Salvat se fórmula que incluyera el elemento de la
declararon disconformes con esta posición subjetividad. Porque es claro: si la doc-
y propiciaron el siguiente agregado al pre- trina del abuso del derecho, una vez adop-
cepto proyectado por Bibiloni: Los derechos tada, va a traer como consecuencia que
pueden ser ejercidos en la extensión de sus una infinidad de actos, hasta ahora irre-
límites legales, aunque de ello resulte per- prochables, vendrían a convertirse en ilí-
juicio a terceros si no mediare abuso de citos, no podríamos separar estos actos abu-
parte del agente. Otro profesor, Juan Car- sivos del cuadro, de la categoría general de
los Bébora, defendió, en sustitución del an- los actos ilícitos". Agregábamos que se ha-
terior, esta modificación al texto redacta- bía elegido la fórmula del proyecto franco-
do por Bíbloni: Los derechos pueden ser italiano de Código de las obligaciones y de
ejercidos en la extensión de sus limites le- los contratos, completada por el elemento
gales, siempre que su ejercicio condiga con de la subjetividad que figura en4a el Códi-
el fin social del derecho («). go polaco de las obligaciones ( ).
La comisión encargada de la reforma ter- Aguiar, en su reputada obra sobre actos
minó por suprimir, tanto el art. 1071 del ilícitos, ha concluido fijando estas carac-
Código vigente como el art. 411 proyectado terísticas del ejercicio abusivo de un dere-
por Bibiioni. Esta resolución fue muy cri- cho: "a) que se ejercite más allá de la ne-
ticada en el segundo Congreso Nacional de cesidad determinada por su destino indivi-
Derecho Civil, de que nos ocuparemos más dual; b) que se ejercite sin utilidad para
adelante. su titular; y c). que se ejercite con perjui-
Con lo que antecede quedan evidencia- cio para otro". Aclara este civilista que no
das las opiniones, en pro de la teoría, de ha descartado la voluntariedad del acto,
catedráticos de Derecho civil, como los pro- "y los otros elementos de todo ilícito, co-
fesores Lafaille, Salvat y Rébora, así como mo factores subjetivos del abuso" ( 44 ).
Aginar y los demás que participaron en el Mencionaremos, para terminar, algunos
segundo Congreso Nacional. autores nacionales que le han consagrado
En el primer Congreso de Derecho Civil, estudios especiales ai tema, con una extra-
reunido en Córdoba en 1927, Henoch D. ordinaria información.
Aguiar presentó una ponencia que resultó Abel M. Pleitas se ha pronunciado por
aprobada por unanimidad, mediante la la necesidad del requisito de la culpa, pro-
cual el ejercicio abusivo del derecho ingre- poniendo esta definición: "El que en el
saba en el cuadro de los actos ilícitos, con ejercicio de su derecho causare un daño
sólo el agregado al art. 1071 que va en bas- a otro, debido a su dolo o culpa, está en la
tardilla: El ejercicio de un derecho pro- obligación de repararlo" ( 4!i ).
pio, o el cumplimiento de una obligación María Antonia Leonfanti ha defendido
legal no pueden constituir como ilícito esta proposición: "La ley no ampara el
ningún acto, salvo que. el derecho se ejer- ejercicio de un derecho realizado por un
citase sin necesidad o beneficio para el ti- motivo ilegítimo, manifiesto y determinan-
tular y en perjuicio de alguien («). te del acto, que desvirtúe sus fines natura-
En el segundo Congreso Nacional de De- les y sociales" ( 48 ).
recho Civil, reunido también en Córdoba Alberto G. Spota, por último, le ha dedi-
diez años después, se sancionó otra fórmu- cado al tema un volumen íntegro de su
la: "El que en el ejercicio de su derecho importante Tratado de" Derecho civil, del
causare un daño a otro debe repararlo si que la mitad, más o menos, se destina al
obró con dolo o con culpa y excedió los li- Derecho comparado. Se trata del estudio
mites fijados por la buena fe o por el fui más completo aparecido en el país. El autor
en vista del cual ese derecho le fue con- sigue la orientación objetiva; y se suma a
ferido". los que sostienen el concepto del derecho
Cuando tuvimos la oportunidad de Infor- subjetivo como función social. Esta posi-
mar en nombre de la comisión del Congre- ción lo lleva a definir el acto abusivo en
so que había estudiado ese tema, hicimos estos términos: "se trata de un auténtico
presente que el despacho del Congreso de standard jurídico: el acto abusivo es el
1927 debía ser completado con "una fór- acto antifuncional". "Toda desviación, toda
mula más estricta aún, más restrictiva, una
(43) Segundo Congreso Nacional de Derecho
(41) Reforma dfl Código civil. Obsen&cionet Civil, Córdoba. Impr. de la Universidad, 1939,
y actas de la Comisión, Orno. Kraít Ltda, Bue- páfis. 172 y 173.
no» Aires, 1037. pags. 252, 354. 384. 285. 286 y 88?. (44) Ob. clt. en nota 10, pags. 117 y 118.
(42) Primer Congreso Nacional de Derecho Ci- (45) Ob. clt. en nota 1, págs. 264 y 265.
vil, Córdoba. Impr. de la Universidad, 1928, pá- (46) Abuso del Derecho, V. Abeledo, edlt., Bue-
gina 185. nos Aires. 1945, pág. 107.
tergiversación del poder jurídico del indi- seis meses a cuatro años, al que abusare
viduo con respecto a su fin social o econó- deshonestamente de persona de uno u otro
mico, nos pone en presencia de un abuso sexo, concurriendo alguna de las circuns-
del derecho" («). tancias del artículo 119, sin que haya ac-
Una tesis de esta especie se entronca en ceso carnal.
el positivismo de León Duguit, que contem- Si el autor del hecho fuera alguna de
pla al derecho subjetivo como una función las personas mencionadas en el articu-
social en lugar de una facultad o poder de lo 122, se le aplicará de tres a diez años
los individuos, lo que puede llevar, en defi- de recusión o prisión".
nitiva, a la negación de los derechos sub- 2. Denominación.
jetivos.
La Constitución de nuestro país, puesta El delito de abuso deshonesto recibe nom-
en vigor en 1949, ha declarado, en su art. 35, bres distintos en la legislación compara-
que los derechos y garantías reconocidos da: corresponde a los atentados al pudor
por la misma no "amparan a ningún ha- de la ley francesa de 1832, a las unz&ch-
bitante de la Nación en perjuicio, detri- tigen handlungen del Código penal suizo
mento o menoscabo de otro. Los abusos de (art. 188), a las relaciones inmorales del
esos derechos que perjudiquen a la comu- Código penal noruego (§. 191), a los ocios
nidad o que lleven a cualquier forma de libidinosos violentos del Código penal ita-
explotación del hombre por el hombre, con- liano (art. 521), denominación esta últi-
figuran delitos que serán castigados por ma que recibimos en. nuestro Proyecto de
las leyes". Código penal de 1941 (art. 187).
Aunque, desde el punto de vista estric- La vaga expresión abuso deshonesto es
tamente penal, la norma citada debe com- menos imprecisa que la de relaciones in-
pletarse con las sanciones represivas dis- morales y atentado al pudor, pero la de
puestas por ley, resulta, en cambio, que
actos libidinosos violentos no sólo traza
nías claramente los límites del territorio
para las situaciones regidas por el Dere- legal del delito, sino que también refleja
cho civil existe ya una norma fundamen- de modo más adecuado el contenido del
tal, que ha calificado de ilícitos los casos bien jurídico protegido. Lo que da fisono-
de ejercicio abusivo del derecho. Ya se sabe mía propia al delito es la Molencia, efec-
que, en la esfera civil, el acto ilícito sirve tiva o presunta, en la comisión de actos
de causa eficiente a una obligación de in- lúbricos enderezados a la satisfacción del
demnizar daños y perjuicios. instinto sexual fuera del concúbito.
Pero como falta la determinación nor-
mativa de los elementos aptos para fijar, 3. Antecedentes nacionales.
en términos generales, la hipotética situa- El Proyecto de Tejedor ninguna disposi-
ción de hecho que permitirá a los magis- ción trae respecto de este delito. Tampo-
trados juzgar, en cada caso, si hubo o no co el Proyecto Villegas, Ugarriza, García,
un ejercicio abusivo, es de esperar que en El Código penal sancionado en 1886, omite
una reforma del Códico civil se logre for- también la contemplación del abuso des-
jar una construcción que satisfaga tanto honesto. La misma ruta jurídica siguen los
la técnica como la justicia. códigos penales sancionados por las pro-
vincias, antes de la vigencia del Código pe-
ABUSO DESHONESTO.* SUMARIO: 1. Tex- nal nacional de 1886.
to legal. 2. Denominación. 3. Antecedentes Por primera vez es incorporado por el
nacionales. 4. Diferencias entre la violación
y el abuso deshonesto. 5. Diferencia con el Proyecto de 1891, con la denominación
delito de exhibiciones obscenas. 6. Diferen- de ultrajes al pudor en el artículo 152,
cia con la corrupción de menores. 7. Ele- mencionando como concordancias el ar-
mento material. 8. El beso. 9. El elemento tículo 333 del Código penal italiano, el
subjetivo. 10. Tentativa. 11. Circunstancia
específica de agravación. 12. Imperfeccio- artículo 366 del Código penal chileno y
nes técnicas, los artículos 372 y 373 del Código penal
belga.
1. Texto legal. El texto está concebido en estos térmi-
El artículo 127 del Código penal contem- nos: "Sufrirá la pena de penitenciaría de
pla el mencionado delito en los térmi- uno a cuatro años el que abusare desho-
nos siguientes: "Se impondrá prisión de nestamente de persona de uno u otro se-
xo, concurriendo alguna de las circunstan-
(47) Tratado de Derecho civil, t. 1, Parte Ge- cias del artículo 146 (violación), sin que
neral, vol. 2, Kdit. Depalma, Buenos Aires, 1947,
págs. 317 a 319. haya cópula.
"Si el autor del hecho fuere alguna de
* Por el Dr, JOSÉ PECO. las personas mencionadas en el artículo
149, la pena será de tres a diez años de trabajo a realizar bajo su autoridad o de-
penitenciaría". pendencia.
También el artículo 153 atañe en uno El Proyecto de 1941, de que somos autor,
de sus aspectos al ultraje al pudor: "Su- en el título quinto de la parte especial con,
frirá la misma pena del artículo anterior el encabezamiento de "Delitos contra las
la persona que obligare a otra a tener ac- buenas costumbres", en el capítulo I ver-
ceso carnal o a cometer o sufrir otro acto sante sobre los "Delitos contra la libertad
impúdico con un tercero", inspirado en el sexual", en el articulo 187 expresa: "Al
artículo 246 del Código penal holandés. que, por los medios o en las circunstancias
La exposición de motivos expresa: "En señaladas en el artículo anterior (viola-
los artículos 152-153 del Proyecto, se pre- ción), realizare con otra persona actos li-
vén atentados al pudor, no previstos en el bidinosos diferentes del acceso carnal, se
Código. Efectivamente esos atentados no le aplicará privación de libertad de seis
entran en las violaciones, ni en los estu- meses a cinco años. La misma sanción se
pros. Sin embargo, constituyen ataques im- aplicará al que los hiciere perpetrar".
portantes a la honestidad, que reprueba y 4. Diferencias entre la violación y el abu-
reprime buen número de códigos extran- so deshonesto.
jeros. La conveniencia y aún la necesidad
de penar a sus autores nos parecen tan evi- Tanto en la violación como en el abuso
dentes, que toda explicación sería super- deshonesto se protege el bien jurídico del
flua". derecho a la disponibilidad carnal, los ac-
El Proyecto de 1908, en el artículo 130 re- tos son lujuriosos, recaen sobre las mismas
produce casi a la letra el artículo 152 del personas, se ponen en juego los mismos
Proyecto de 1891. Los elementos del deli- medios, el consentimiento falta o carece
to no varían; las modificaciones se refie- de validez.
ren a la pena: al reemplazo de la pena de Sin embargo, en la violación los actos
penitenciaría por la de prisión y la reba- libidinosos tienen por meta la conjunción
ja del mínimum de un año a seis meses. carnal, mientras en el abuso deshonesto
Además cancela el artículo 153 del Pro- el desfogamiento desordenado de la luju-
yecto de 1891. ria, excluye el concúbito.
El Proyecto de 1937 de Gómez-Coll, con Además de la diferencia en la gravedad
la rúbrica de Ultrajes al pudor, en el ar- objetiva de los actos lujuriosos, concurre
ticulo 163 dice: "Se impondrá reclusión o una diferencia sensible en la peligrosidad
prisión por seis a diez años, al que por los criminal, pues si todos se revelan sujetos
medios o en las circunstancias establecidas antisociales, uno lo es en grado mayor que
en el artículo 160 (violación) sometiere a el otro.
la víctima a actos sexuales distintos del Algún expositor se muestra adversario a
acceso carnal o hiciere que ella los realice. la distinción entre ios actos libidinosos
"Si a consecuencia del hecho resultare la peculiares a la violación, de los actos libi-
muerte de la persona ofendida o lesiones dinosos ajenos a la conjunción, carnal. Fue-
de las previstas en los artículos 128 y 129, ra del evento de la fecundación, la dife-
o si el hecho se realizare por dos o más rencia desde el punto de vista objetivo no
personas, el máximo de la sanción se ele- es muy relevante y desde el punto de vista
vará a veinticinco años". subjetivo los actos libidinosos alcanzan has-
Según la exposición de motivos "los pre- ta más gravedad que la conjunción car-
ceptos relacionados con los ultrajes ai pu- nal, acto fisiológico en sí mismo necesario
dor, la corrupción y la prostitución han si- para la conservación y propagación de la
do redactados con el mayor esmero a fin especie (*).
de que no se repitan las dificultades con Sin eco ni en la doctrina moderna, ni
que ha tropezado la justicia, en múltiples en la legislación extranjera, no hay punto
casos, frente a las disposiciones del Códi- de comparación entre uno y otro delito, en
go actual, incompletas en sus previsiones cuanto al grado de inmoralidad, las even-
y más de una vez confusas". tuales consecuencias, la impresión de las
No es plausible la severidad de la san- víctimas, la repercusión social.
ción, ni la distinción de edad que indirec- En el abuso deshonesto se quebranta el
tamente establece entre la víctima no ma- derecho de la disponibilidad carnal en su
yor de catorce años y la victima cuando doble aspecto de la libertad sexual y de la
tuviere menos de dieciséis años y el autor libertad en las relaciones sexuales; el des-
fuere ascendiente, tutor, guardador o per- medro es a la persona física.
sona a quien el menor le hubiere sido con- En el ultraje al pudor público no se vul-
fiado para su educación o instrucción pro- (1) Clvoll, Tratatto ai Diritto pénale, t. 4,
fesional, para su custodia o para cualquier pág. 266.
ñera el derecho de la disponibilidad car- mara de apelaciones en lo criminal de la
nal: los actos realizados, aunque propicios Capital Federal fechado en junio 23 de 1925,
a la excitación sexual, se resuelven en un consigna que el abuso deshonesto ejerci-
desmedro a la moral personal y en el otro do mediante seducción y en privado con
s,l pudor público. un menor de edad mayor de doce años, no
Equiparar los actos libidinosos violentos está reprimido por el Código penal.
a la tentativa de violación, a la manera En este caso, si los actos de abuso des-
del articulo 353 del Código de las dos Sicl- honesto se ejercen en público o en privado
Uas, es incurrir en error teórico y en in- pero expuestos a ser vistos por terceros,
consecuencia jurídica. constituyen el delito de exhibiciones obs-
La tentativa de violación reviste mayor cenas reprimido con pena de multa (Fa-
gravedad que los actos libidinosos violen- Uos, t. 19, pág. 534).
tos; es más grave comenzar la ejecución
del concúbito que desahogar la lujuria con 6. Diferencia con la corrupción de me-
un abrazo o en una pierna. nores.
Consiguientemente, la tentativa de vio- La Cámara criminal de la Capital en
lación, abstractamente en la norma legal, fallo de diciembre 21 de 1934, establece que
no puede tener sanción menos rigurosa que "el acto único y aislado de mero tocamien-
loa actos libidinosos violentos sin caer en to efectuado por la damnificada al autor,
Incongruencia jurídica, susceptible de ate- no de éste a aquélla, de efímera duración
nuación judicial. y ejecutado accidentalmente si bien aten-
Las dificultades prácticas para separar tatorio al pudor, caracteriza un ultraje a la
una y otra, no obstan para conferirle auto- pureza de las costumbres, pero carece de
nomía jurídica; ni los embarazos proba- trascendencia y eficacia como acto libidi-
torios destruyen el rigor de los presupues- noso capaz de provocar la corrupción de
tos teóricos, ni son tan insalvables como una menor de doce años de edad toda vez
para vencerlas en muchos casos. que no la seduce, no pervierte su mentali-
Cuando los impedimentos prácticos no dad que hasta por razón de la edad no es
puedan salvarse de ninguna manera, la normalmente susceptible de comprender
cuestión se resuelve como actos libidino- la criminalidad del acto, ni prostituye su
sos violentos, coincidiendo con los postu- cuerpo contra el cual no lleva ataque al-
lantes de la equiparación; más importa guno.
mantener el rigor de los principios y la Crlvellari en el t. 7, pág. 537, dice que los
coherencia jurídica cuando desaparecen actos libidinosos que caracterizan el ultra-
los obstáculos derivados de la prueba. je, son todos los contactos y todas las ma-
A mayor abundamiento, mientras en la niobras que pxiedan excitar los sentidos,
violación es posible la tentativa, no lo es aunque no se llegue al completo desahogo
en los actos libidinosos violentos, el cual de la lujuria.
en sí mismo es un delito perfecto, conclui- Corrompe el que degrada sin que medie
do; pero los actos lujuriosos de este de- concúbito, con propósitos de lucro o de sa-
lito no son un estadio para llegar, no ya tisfacción personal o ajena; abusa desho-
a la violación consumada, ni siquiera a la nestamente el que ultrajara los límites na-
tentativa. Por donde, en algunos casos los turales de la pureza de las costumbres, vul-
actos preparatorios de la violación se co- nerando la rigidez de sus principios con
locarían al nivel de la tentativa, ponien- actos indecorosos, impúdicos y netamente
do obstáculos al arrepentimiento y alen- accidentales, sin contacto carnal.
tado la empresa criminal. La jurisprudencia del tribunal en el caso
8. Diferencia con el delito de exhibicio- Zavala, es inaplicable al subjúdice, porque
nes obscenas. allí mediaban verdaderos actos de pede-
rastía, consumados en forma habitual, rei-
El delito de abuso deshonesto se carac- terada y dentro de un local disfrazado co-
teriza por la comisión de actos libidinosos mo club de deporte para menores, siendo
realizados sobre el cuerpo de otra perso- en realidad el antro que servía exclusiva-
na, en tanto que los actos libidinosos lle- mente a los pervertidos deseos de aquél,
vados a cabo sobre .la misma persona, cons- acusado en la realización de actos de in-
tituirían el delito de exhibiciones obsce- versión sexual (FaZZos, t. 19, págs. 10-11).
nas previsto en el artículo 129, si se eje- La Cámara criminal y correccional de la
cutaren o hicieren ejecutar en sitio públi- Capital en sentencia de septiembre 5 de
co o en lugar privado, pero expuestos a que 1939 expresa que los actos realizados con-
sean vistos involuntariamente por terce- figuran el delito de abuso deshonesto y no
ros. de corrupción, cuando sin llegar al acceso
El fallo del tribunal en pleno de la Cá- carnal y por seducción de una menor de
doce años de edad, y para satisfacer el latado: persona vestida o persona desnu-
autor deseos propios, ha ejecutado por vía da: besos y abrazps.
natural, tocamientos deshonestos, simulan- Los actos libidinosos se proponen el des-
do por la aproximación de los órganos se- ahogo descompuesto de la lujuria, consis-
xuales de ambos el acto carnal. tente en actos sucedáneos del concúbito o
La simple realización de los actos par- en actos que sin llegar a la plenitud del
ticularmente previstos por la ley en el ar- placer ocupan la zona circunvecina.
tículo 127 del Código penal, sin avanzar Comprende, entre otros, el coitus "Ínter
más allá, en condiciones tales que de ello femora", el sobajamiento de los órganos,
pueda seguirse directa y necesariamente la la masturbación, hasta las contemplaciones
corrupción de la víctima, sólo permite la lascivas precedidas del desgarramiento de
aplicación de esta disposición legal y no la indumentaria del sujeto pasivo para ex-
de la más grave del artículo Í25 del mis- citar la voluptuosidad con el incentivo del
mo código (La. Ley, t, 16, pág. 153). cuerpo desnudo.
La libidinosidad del acto no requiere ne-
7.. Elemento material. cesariamente el logro del deleite sexual,
basta la aptitud para producir la excita-
Consiste en la comisión de actos libidi- ción
nosos, que no vayan dirigidos a la conjun- miento de la concupiscencia, como el frota-
del asta viril sobre el cuerpo ves-
ción carnal. Pueden consistir en un acto tido de una joven.
simple: tocamiento de los órganos, o en
actos compuestos, comenzar con un espec- breLos actos libidinosos pueden recaer so-
la persona de la víctima, sobre la per-
táculo obsceno y rematar con un acto las- sona del sujeto activo, sobre un extraño.
civo o constituir una serie de actos libi- El artículo 521 del Código italiano, con
dinosos. más rigurosa técnica, abarca en. el primer
Los actos libidinosos, considerados en su parágrafo los actos realizados sobre la per-
complejo, componen una unidad ontológi- sona; en el segundo parágrafo los actos
ca, ajena a la pluralidad de acciones y con- realizados sobre sí mismo, sobre la perso-
siguientemente al concurso de delitos. na del sujeto activo y sobre un extraño.
Abundan los ejecutados por personas con No abarca aquellos actos realizados en
mermas en la actividad sexual o con al- presencia de la víctima, sin relación físi-
teraciones morbosas; aportan contingentes ca alguna, como la masturbación sin con-
las personas psíquicamente normales y fí- tacto o las simples contemplaciones lasci-
sicamente potentes. vas, como la mujer sorprendida desnuda,
Actos libidinosos, no palabras obscenas los cuales pueden constituir corrupción de
o gestos impúdicos, aun enderezados a des- menores, ultraje al pudor o injurias.
pertar el instinto son índices de inconti- No es indispensable el conocimiento del
nencia verbal o de incontinencia mímica, sujeto pasivo sobre la calidad libidinosa,
pero no señal de incontinencia física. ni la impresión en un ambiente dado, ni
La Cámara nacional penal de la Capi- la acogida de la persona ofendida. La opi-
tal en sentencia de marzo 20 de 1953 ha nión ajena no puede trocar en libidinoso
resuelto que no existe el delito de abuso un acto casto como la leve caricia, ni mu-
deshonesto cuando se alude únicamente a dar en honesto un acto intrínsecamente li-
"proposiciones" de acceso carnal y no a bidinoso como el desahogo sobre una en-
"actos" de sentido sexual o tendientes a fermedad mental o el sobajamiento del ór-
cumplir tal propósito (La Ley, 21 de abril gano de una criatura.
de 1953).
Ni siquiera la total desnudez del sujeto 8. El beso.
activo, espectáculo inverecundo pronto a Controversias suscita el beso violento co-
lastimar el pudor y puerta abierta al de- mo acto lascivo. El beso en señal de amor
seo, sin alcanzar al desdoro de la castidad entre cónyuges, de afecto entre amigas, de
o al menoscabo del derecho a la libertad piedad para con un enfermo, de reveren-
sexual. cia como el del caballero a la mano de la
Los actos libidinosos presuponen una re- dama o el del subdito a la del monarca,
lación física de persona a persona, no de traduce nobleza de sentimientos o prácti-
cuerpo a cuerpo, por consiguiente, no re- cas consuetudinarias.
quieren el contacto de los órganos sexua- Tórnase acto lascivo cuando verificado
les, ni el contacto carnal al desnudo. Con sobre los órganos sexuales o sobre los se-
esta interpretación se aviene la holgura nos, lleva el inequívoco intento de desaho-
del articulo 129, atañedero al abuso des- gar un apetito sexual desordenado a la
honesto de persona. La expresión persona vez que despertar la ajena concupiscencia.
comprende un territorio jurídico más di- Entre el beso de ternura de la madre
en la frente del hijo o el de respeto del cobra este aspecto cuando las legislacio-
creyente en la mano del sacerdote y el be- : nes no estructuran independientemente los
so sensual de un lascivo en los senos fe- delitos contra la libertad sexual.
meninos, se espacia el beso, fisiológicamen- El beso no consentido, según Maggiore,
te lujurioso y jurídicamente ilícito, moti- es un acto libidinoso, salvo que la costum-
vo de disputas doctrinarias. bre lo convierta en lícito: beso entre pa-
Para unos expositores no hay delito; pa- rientes o entre extraños, por amistad, de-
ra otros concurren el delito de actos libi- voción, etiqueta, rito; es uno de los casos
dinosos violentos; para algunos ultraje al de derogación de la ley por la costum-
pudor, para quiénes injuria, para otros es bre (6) .
preciso aplicar normas circunstanciales. Generalmente, el beso es un acto libidi-
Para Majno, jamás puede constituir un noso, cuando no presupone el consenti-
acto libidinoso, sólo ofensa al pudor, lo miento del sujeto pasivo, pero aun así no
cual no se asienta en el acto singular del lo es, casi siempre, el realizado por apues-
beso, sino en el hecho complejo de las cir- ta, por baladronada, por odio, por ven-
cunstancias concomitantes ( 2 ). ganza o para impedir el matrimonio.
Sólitamente el beso ilícito no es un ac- El beso fugitivo de un audaz, por ven-
cidente aislado, es un episodio de actos di- ganza, se acerca más a la injuria que al
rigidos al desahogo pleno de la lujuria; acto libidinoso: la ofensa es más podero-
más cuando es un acto singular, procura sa que lasciva; el beso cálido de un ator-
un desenlace libidinoso. En las relaciones mentado es más vecino del abuso desho-
sexuales, el beso, aun el más aparentemen- nesto que de la injuria: el deleite preva-
te casto, tiene un dejo lascivo, si se pene- lece sobre la afrenta.
tra en los estratos más profundos del acto Alguna decisión de la jurisprudencia ita-
deleitoso. liana, reputa el beso como tentativa de
En las empresas sensuales, la destreza y actos libidinosos, en cuanto es un peldaño
el instinto, se conciertan en el beso, como que conduce a la comisión de actos de esta
poderoso estímulo para provocar la exci- naturaleza ( 6 ), mas el beso en sí mismo,
tación voluptuosa. ¿Puede cuestionarse la es un acto perfecto, acabado, con conteni-
lascivia de besos ardorosos ininterrumpi- do sexual propio.
dos, aunque no vayan acompañados de La tendencia contemporánea, señalada
otras exteriorizaciones: si seniles deforma- por Carrara, se inclina a desechar una so-
ciones caducas del instinto, si juveniles des- lución unitaria: sea la desincriminación,
bordes prematuros? sea la incriminación a solo título de inju-
Parejas consideraciones arriban al re- rias, atentado violento al pudor, ultraje al
chazo de la tesis de Viazzi, para quien el pudor o tentativa de actos libidinosos, para
beso, aun violento, no configura acto libi- patrocinar normas circunstanciales.
dinoso alguno, por constituir un hecho se- Para quienes concurren la injuria, aten-
xual secundario (»). tado violento al pudor, ultraje al pudor
Aparte de las dificultades, a veces insu- o contravención
perables, para diferenciar los hechos se- atentado violento(?) al
; para cuales injuria,
pudor y cuándo la in-
xuales secundarios de los principales, el tención se presenta indeterminada violen-
beso lascivo tiene tanta propiedad para la cia privada ( 8 ).
excitación sexual, como cualquier tocamien-
to libidinoso. En la lista de los sentimientos, el beso
Para De Lúea, el que besa a una joven, ilícito lesiona conjuntamente el honor, el
la compulsa violentamente a tolerar un ac- pudor y la castidad, pero de manera prin-
to no querido y acaso repugnante, concu- cipal produce lastimadura en uno u otros
rriendo el delito de violencia privada, si el sentimientos, según el complejo de las cir-
agente tiene conciencia de la falta de con- cunstancias, sobre todo, el impulso y el
sentimiento de la persona besada ( 4 ). móvil.
Al igual de la violación, el abuso desho- Si el propósito es el de atacar el honor,
nesto o el acto violento libidinoso, es un como acontece las más veces en el beso
gajo separado del tronco jurídico de la por venganza, el bien jurídico atacado di-
violencia privada; por consiguiente, sólo rectamente es el acervo moral, aunque
(2) Majno, Commento al Códice pénale italia- (5) Maggiore, Príncipi di Diritto pénale, t. 2,
no, t. 3, n' 1494, pág. 203. pág. 343.
(3) Viazzi, Sui reati sessuali, 32-35. (6) Gis. Eassegna pénale, pág. 723, 1929,
(4) De Lúea, "II bacio nella psicología e nena (7) Salvagno Campos, ios delitos sexuales,
legge pénale", en Rivista di Diritto Pénale e Socio- pág. 263.
logía Crimínale, 1904, págs. 45-52; "Quale recito (8) Pende, Attí de libídine violenti e áeUttí
puó constituiré 11 bacio violento", en Rivista ai affini, Rivista di Diritto e Procedura pénale, t. 2,
Diritto e Procesura Pcr.ale, 1912, págs. 658-662. pág. 629.
eventualmente sufran menoscabo el pudor brantamiento del derecho a la libertad se-
y la castidad. xual del sujeto pasivo. Consecuentemente,
Si el designio es dar curso a la libido, el si una persona realiza una serie de actos
bien jurídico atacado principalmente es el que fingen la libidinosidad, pero que sub-
de la libertad sexual, de la castidad, aun- jetivamente no está animada de tal propó-
que subsidiariamente rasga el honor. sito, como un escultor y la modelo o un
Si más que un acto lascivo, es un acto actor y la actriz al componer o represen-
inverecundo, el bien jurídico atacado in- tar una obra lasciva, desaparece el deli-
mediatamente es el pudor público, aunque to sexual. Asimismo el médico, el cual en
de modo accesorio ataque el honor, con- el ejercicio de su profesión se ve precisa-
figurando el delito de ultraje al pudor. da a realizar actos aparentemente lasci-
Con todo, arguye Pende, reprimir co- vos, para examinar al enfermo, o el de una
mo injuria, el beso violento movido por la persona que desgarra las vestiduras para
venganza, equivale a considerar ultraje al animar a otra persona desmayada. Si por
pudor o injuria segur, sea pública o pri- el contrario, el escultor, el actor, el médi-
vada la violación cometida por venganza. co o el socorredor, a favor de la escultura,
Contra esta argumentación se opone este de la representación histriónica, del exa-
razonamiento: en la violación por vengan- men o del auxilio, realizan actos condu-
za concurren todos los extremos del delito: centes a desfogar la lujuria, incurren en
violencia y conjunción carnal; en tanto, abuso deshonesto.
que en el beso violento el propósito ven- El propósito libidinoso no lleva al exa-
gativo elimina, casi siempre, la voluptuo- men del fin último perseguido por el agen-
sidad consiguiente al acto libidinoso. te, ante la realidad de los actos realiza-
En suma, para la represión a título de dos: ni se redime por el ascendiente de
acto violento libidinoso, a la ofensa al pu- hábitos lugareños.
dor y a la castidad, se ha de agregar el Ni la curiosidad, ni la burla, ni la ven-
propósito lascivo. ganza, ni la superstición, ni la costumbre,
Incurre en abuso deshonesto quien besa excluyen el elemento subjetivo, y por tan-
con violencia en la persona de la víctima, to, la imputabilidad, si van acompañados
ha establecido la Cámara criminal de la de actos libidinosos.
Capital en sentencia de septiembre 15 de La Cámara nacional penal de la Capi-
1950 (La Ley, t. 61, pág. 635). tal en sentencia de abril 27 de 1951, ha re-
Según el mismo tribunal en fallo de agos- suelto que la comisión de un acto libidi-
to 6 de 1946, el carácter malicioso del beso noso fie indiscutible significado sexual, im-
y en general el de cualquier otro contacto porta un abuso deshonesto, aunque se co-
corporal de múltiple significado, como el meta por venganza o rapto de ira (La Ley,
paradigmado apretón de manos, debe in- t. 62, pág. 753).
ducirse en cada caso particular y de los En cuanto a las costumbres licenciosas
elementos circunstanciales que le ponen es preciso distinguir entre aquellas que im-
sentido y traducen la realidad de su con- portan un ataque al derecho de la liber-
tenido intencional. tad sexual, de las que señalan el consen-
El beso en sí no es conceptualmente im- timiento del sujeto pasivo. Los actos libi-
púdico, pero puede llegar a serlo y lo es dinosos cometidos en un baile de másca-
en concreto cuando responde al móvil ma- ra no pueden compararse con los actos 9li-
terial de la apetencia sexual (La Ley, t. 43, bidinosos practicados en un prostíbulo ( ).
pág. 710). Aquéllos carecen da la falta de aquiescen-
cia del titular del derecho; éstos presupo-
9. El elemento subjetivo. nen el asentimiento, tácito a veces, del ti-
El elemento subjetivo consiste en la con- tular del derecho. En cuanto al móvil, ni
ciencia y en la voluntad de cometer un la curiosidad, ni la burla, ni la venganza,
abuso deshonesto, con propósito libidino- quitan al hecho su naturaleza libidinosa
so, sin conjunción carnal, por los medios si los actos lo son, pues no se puede con-
o sobre las personas señaladas en el ar- fundir el móvil con el elemento subjetivo.
tículo 119. Es suficiente que el sujeto pasivo esté ani-
mado del propósito de desahogar desapo-
' El elemento objetivo, el elemento mate- deradamente la lujuria, sin investigar si
rial, no basta para caracterizar el delito; la mira última es apagar la excitación se-
el simulacro o la apariencia del acto libi- xual.
dinoso puede ocultar o encubrir el propó- El móvil ineficaz para despojar al acto
sito de afrentar, es decir, de injuriar. Al
elemento material se ha de sumar el ele- libidinoso de su naturaleza intrínseca de-
mento subjetivo del desahogo desordenado (9) En contra. Manzíri, Trattato di Diritto pé-
de la lujuria, con el cual se alcanza el que- nale italiano, n» 2251, t. 6, pág. 546.
lictuosa, puede tener eficiencia para gra- 11. Circunstancia específica de agrava-
duar la pena, según sea índice de mayor ción.
o menor peligrosidad. El que comete ac- Como tal considera el segundo párrafo
tos libidinosos para contraer matrimonio del artículo 127, cuando el autor del hecho
con una joven o por la procacidad ajena fuera una de las personas mencionadas en
en principio, denota menor peligrosidad el artículo 122, elevando la pena como ya
del que lo comete por motivos lúbricos, pa- se ha señalado de tres a diez años de re-
ra calmar la apetencia genésica. clusión o prisión.
En cuanto a las prácticas supersticiosas En consecuencia comprende al ascen-
es un motivo de menor peligrosidad si lo diente, descendiente, afín en línea recta,
guía al autor un propósito curativo, a pe- hermano, sacerdote o encargado de la edu-
sar del desahogo sexual; de mayor peli- cación o guarda de aquélla.
grosidad si se prevale de la ignorancia de En consecuencia, no pueden considerar-
mujeres rústicas para curarle de males se como extensivas al abuso deshonesto las
imaginarios. otras causas específicas de agravación de
la violación, como el grave daño en la sa-
10. Tentativa. lud de la víctima o el concurso de dos o
•• Problema discutido es el de la tentativa más personas, sin perjuicio en el primer
en el abuso deshonesto. Soler en su magis- caso del concurso de delitos, como lo tiene
tral Tratado, la cree perfectamente posi- resuelto la Cámara Federal de Bahía Blan-
ble. "Bien puede suceder que los actos re- ca en sentencia de mayo 5 de 1933 (La Ley,
alizados violentamente no sean impúdicos t. 12, pág. 292).
(tomar de los brazos a la víctima) pero
que exterioricen inequívocamente la inten- 12. Imperfecciones técnicas.
ción. Es, en cambio, sumamente difícil con- a) Ninguna armonía reina parangonan-
cebir la tentativa en los casos de violen- do las sanciones entre la violación, estu-
cia presunta, ya que allí el hecho (no me- pro y abuso deshonesto simple y la viola-
diando resistencia) consiste en el con- ción, estupro y abuso deshonesto califi-
tacto. Antes de él, no hay nada, y des- cado.
pués del primer contacto, el delito está La violación tipo atrae de seis a quince
consumado. No puede, sin embargo, ex- años de prisión o reclusión, la calificada
cluirse, en principio, esa tentativa, por- de ocho a veinte años. El estupro de tres
que no puede negarse la posibilidad de que a seis años, el calificado de seis a diez. El
hechos inequívocos muestren claramente abuso deshonesto de seis meses a cuatro
la intención referible al abuso deshones- años de prisión, el calificado de tres a diez
to (io). años de prisión o reclusión.
A nuestro parecer es una tesis peligrosa Tanto en la violación como en el abuso
por la dificultad de penetrar en el con- deshonesto se eleva considerablemente el
tenido libidinoso que podría confundirse máximum de la calificación. En aquélla de
con los actos preparatorios y porque cuan- ocho a veinte años, en ésta de tres a diez.
do es inequívoca el mencionado contenido En el estupro sólo de seis a diez. Aumenta
se configura el delito perfecto. cinco, seis y cuatro años respectivamente.
En el abuso deshonesto no es concebi- Toda diferencia entre el máximo del es-
ble la tentativa, ha resuelto la Cámara tupro y del ultraje al pudor desaparece.
criminal de Rosarlo en fallo de julio 15 de b) En el abuso deshonesto omite la si-
1943, por lo cual para que la actividad del tuación considerada en el estupro y la vio-
imputado alcance la categoría de delito es lación sobre las lesiones. En el articulo 122
menester que, además de la concurrencia enfoca la violación cuando resultare "un
de uno de los supuestos del articulo 119 grave daño en la salud de la víctima"; en
del Código penal, exista un comienzo de el 123 el del estupro. Pero el artículo 127
ejecución por mínimo que sea, es decir que ni directa ni indirectamente se refiere a
no se trate ,de meros actos preparatorios, las lesiones.
sino de actos que impliquen una modali- JUIUSPRUDENCIA. — La reseñada en el texto.
dad sexual (La Ley, Repertorio, t. XIII,
pág. 4). A la misma tesis presta adhesión BIBLIOGRAFÍA —La Indicada en las notas del
texto.
la Cámara criminal y correccional de Men-
doza en sentencia de 12 de septiembre de ACADEMIA. Del griego Akademos o Eka-
1944 (Lo Ley, Repertorio, t. VI, pág. 4). demos, personaje mitológico a quien se
atribuye haber donado al pueblo de Atenas
(10) Soler, Derecho penal argentino, t. 3. pá- una finca rústica para expansión espiri-
gina 293. tual y lugar en holganza, en los arrabales
de la ciudad. Más tarde, Platón, de familia expresión Academia privada, con el agre-
adinerada, adquirió un jardín en las cer- gado de la especialidad respectiva.
canías del citado lugar, para enseñar, pla- Art. 3P El P. E. reglamentará él funcio-
ticando al aire libre, su filosofía. Akadc.rn.la namiento de las Academias oficiales, esta-
también se llamó el lugar referido. De blecerá la cantidad de miembros corres-
todo ello se originó la escuela filosófica pondientes y de número que las integrarán
platónica, que subsistió hasta los tiempos y la duración de los mismos, designando
de Justiniano. para constituirlas a personas de consa-
Por el estilo y constitución, se fundaron grados valores culturales.
más tarde otras corporaciones de enseñan- El P. E. procederá a reorganizar las
za filosófica en Grecia, Italia y Egipto. academias y universidades populares, de
Merece recordarse la Nueva Academia, que acuerdo a las disposiciones de la presente
propagó la filosofía de los alejandrinos, ley y de la reglamentación correspondien-
discípulos y propagadores de las ideas te. (A. V. S.)
platónicas.
A fines de la edad media y comienzos de ACAPARAMIENTO. Adquisición de la
la moderna, comenzaron a fundarse en casi totalidad de un bien cualquiera, de
Europa sociedades de estudios filosóficos al manera tal que la demanda normal del
estilo de la Academia platónica, principal- mismo, ante la escasez artificial, provo-
mente en Italia, donde sobresalieron la que el alza de los precios, (V. ABASTECI-
Academia del Lincoi, della Crusca, etc. La MIENTO. AGIO. MONOPOLIO. TRUSE.)
Academia francesa fue fundada por Ri-
chelieu en 1635. La Academia española, es- ACARREADOR. (V. PORTEADORES.)
tablecida en Madrid en 1713, fue aprobada
por Felipe V en 1714, especializándose en ACCENSO (o adcensus) . En latín se em-
el estudio de la lengua castellana. La po- pleaban los vocablos accensus o adcensus
testad real fundó más tarde otras acade- para indicar a la persona que hacia de su-
mias: de historia, de bellas artes, etc. balterno en cualquier orden, en ese sentido
Existen Academias correspondientes a la tuvo las siguientes acepciones: Alguacil o
Española de la Lengua en casi todas las corchete, que acompañaba a los magistra-
repúblicas americanas de habla española. dos a algunos oficiales. Bedel. Soldado vo-
En el concepto moderno es una sociedad, luntario. Sustituto.
corporación o congregación, establecida con Primitivamente se denominó accensus a
el fin de promover el adelanto y estudio una categoría de los ciudadanos, según la
de una rama del saber humano y el per- clasificación atribuida a Servio Tullo y,
feccionamiento cultural de sus miembros. como derivación, a una especie de soldados
Asimismo promueve la .docencia de la cul- suplementarios que usaba el ejército ro-
tura y de las investigaciones científicas, mano, pertenecientes a esa clase.
por medios culturales especializados. Pu- Los magistrados que gozaban de impe-
dlendo constituirse como entidades públi- rium, tenían bajo sus órdenes, en el ejerci-
cas o privadas, ambas sujetas a una legis- cio de sus funciones civiles, a unos subal-
lación especial, dado el objeto esencial que ternos llamados accensi. Se conocieron los
persiguen: la divulgación y la promoción que actuaban con los cónsules, los preto-
de la cultura nacional. res, los dictadores y los emperadores. En
En la República Argentina existe una un principio fueron escogidos dentro del
ley reglamentando la creación y funciona- ejército, pero más adelante la elección se
miento de las Academias, que por su im- efectuó entre los libertos (Cicerón).
portancia se transcribe: El pretor les confió la función de con-
Ley 14.007, sobre finalidad de las Acade- vocar al pueblo a los comicios (Varrón) .
mias que pueden organizarse como enti- En los tribunales de la época clásica
dades públicas o privadas. (Bol. Of., 31-X- tomó este nombre el empleado que ejercía
1950.) el oficio de ujier. (A. V. S.)
Artículo 1? Las Academias tendrán por . — Aranglo Rulz. V., Historia del
fin la docencia de la cultura y de las in- Derecho romano, paga. 44-104. Madrid. 1043. —
vestigaciones científicas, post-universlta- Mommsen. Degli ttccnsi velati, en Anales del Ins-
tituto de Arqueología, Madrid, 1849.
rias. Podrán organizarse como entidades
públicas o privadas. Las primeras se lla- ACCEPTTLATIO.* En el Derecho roma-
marán Academia Nacional, con el agre- no se denominó asi a una forma de exUn-
gado de la especialidad a que se dediquen;
las segundas usarán invariablemente la • Por el Dr. ASMANDO V. SUVA.
don de las obligaciones. Se relaciona con ncxu ábsolutio" (Acceptilatio es liberación
la extinción de los antiguos contratos ver- . por reciproca interrogación, según la cual
bales y en este caso servía para extin- uno y otro se liberan de la misma obliga-
guir las obligaciones nacidas ver bis. Asi- ción; Dig., L. 47, Tít. IV, 1, 19).
mismo se distinguía de esta acceptüatio De modo que cuando una obligación ver-
verbal la acceptilatio literal, que era un bal' se contraía por declaración verbal y
medio de extinguir una obligación nacida solemne, por ejemplo, por medio de la síi-
litteris, por un asiento contrario inscripto pulatio, en esta forma clásica: "¿prometes
en codex accepti expansis (libro de Caja darme mil sestércios?, decía el acreedor:
usado en Roma). "lo prometo", contestaba el deudor, queda-
En las dos formas, consistía en general ba perfeccionada. Para desatar el vínculo
en el acto por el cual el acreedor hacía debía recurrtrse al procedimiento precep-
constar con una declaración de voluntad tuado por el principio del contrarius actus.
que había recibido lo que le debía el deu- Es decir, que paralelamente a la stipnlatio,
dor. En el Derecho actual ya no existe esta se exigía una pregunta y una respuesta,
forma ritual y solemne de extinguir las con cambio de sujetos y de fórmula, pues
obligaciones, habiéndose tomado algunos la pregunta la hacía el deudor: Quod ego
de los principios romanos y creado nue- tibí promisi, ha besne acceptum? (¿Lo que
vas instituciones sucedáneas y mas útiles, te prometí has recibido?), y la respuesta
como la condonación o remisión de la el acreedor: Habeo (He recibido), o Ha-
deuda. beo acceptum-que tudi (lo recibí y lo doy
Con respecto a la extinción de las obli- por recibido). De ese modo la acceptila-
gaciones en los contratos verbales, se apli- ción era la contraforma de la stipulatio.
có el principio del contrarius actus, por el La función primitiva de la acceptilatio
cual una obligación se disuelve —se des- era la de un medio ritual de acompañar el
ata— con la aplicación de un procedl- pago y por sí misma no era liberatoria. En
.miento inverso al que se utilizó para su la época clásica del Derecho romano, tuvo
formación. El formalismo de los primeros una doble función: en primer término, iba
tiempos del Derecho romano exigía que la acompañada del pago, para reforzar la va-
deuda no se extinguiera simplemente por lidez del misrrto y evitar cualquier duda
el pago, por el acto del cumplimiento exac- al respecto. En segundo término, se em-
to de la obligación. Era necesario un ritual pleó como medio de realizar una remisión
que comprendiera formas y medios equi- de la deuda y, en una forma derivada, de
valentes e inversos a los que habían dado este procedimiento, como un medio creador
nacimiento a la obligación. Además -del de- nuevas obligaciones y derechos (dona-
acto del pago se pronunciaban palabras ciones, etc.); de modo que se extinguieran
contrarias al vinculo, en el contrato ver bis. las obligaciones sin que por ello se hiciese
Los jurisconsultos romanos han dejado un pago efectivo de la deuda. Esta última
consignado este principio. Gayo nos for- función pasó a ser la esencial en su apli-
mula la siguiente regla: "Omnia quae jure cación práctica, y Gayo la denominó ima-
contrahuntur, contrario jure pereunt" (To- ginaria solutio y la describió: "ítem per
do lo que se contrae en el terreno jurídico, acceptilationen tollitur obligatio. Accepti-
se disuelve por el derecho contrario; Dig. latio autem est veluti imaginaría solutio;
L., 17, regla 100, Tít. De diversis regulis ouod enim ex verborum obligatione tibi
juris'antiqui.) Ulpiano asimismo ha di- debeam, id si velis mihi remitiere noterit
cho, formulando otra regla: "Nihil tam sic fierí ut patiaris ha.ec verba me dicere:
naturale est, quam eo genere quidque dis- Quod ego tobi promisi, habesne acceptum?,
solvere, quo colligatum est; ideo verborum et tu respóndeos: Habeo". (Del mismo modo
óbligatio verbis toUitur, nudi consensúa la obligación es liberada por la acceptila-
obligatio contrario consensu dissolvitur" tio. Es, pues, como un pago imaginario por
(Nada es tan natural como que una cosa el que ciertamente podrás remitir, si quie-
se disuelva del mismo modo que se con- res, lo que te deba, a causa de obligación
trajo, y asi, lo que quedó obligado median- verbal, luego que me toleres decir: "Lo que
te palabras, se ha de extinguir en la mis- te prometí, ¿lo tienes aceptado?, y tú res-
ma forma, y lo que se convino por el mero pondes: Lo tengo"; Gayo, I, m, 189).
consentimiento, ha de disolverse también En este concepto, venia a constituir una
por él; Dig., L., 17, regla 35, Tít. clt.). especie de pago fulgido, acto por el cual el
Dentro del principio expuesto, Modes- acreedor da por recibido lo que le debía el
tino ha definido la acceptilatio: "Accepti- deudor. La ventaja de esta fórmula con-
latio est liberatio per mutuam tnterroga- creta fue lo que provocó la ampliación del
ttonen, qua utriusque contingit áb eodem campo de aplicación de la acceptilatio, y
así fue utilizada para extinguir otras clases — acceptum — la suma que debía el deudor.
de obligaciones. Gallo Aqtiilio, jurisconsul- (V. CONTRATO VERBAL. CONTRATO LITERAL. EX-
to contemporáneo de Cicerón, inventó la TINCIÓN DE LAS OBLIGACIONES. REMISIÓN Y
fórmula que lleva el nombre de su autor: CONDONACIÓN DE LA DEUDA.)
stipulatio aquiliana, y a la que se refieren
BIBLIOGRAFÍA. — Arlas, J.. Manual de Derecho ro-
minuciosamente las Instituías, en el L. 3, mano, págs. 350 y sígs, 431 y slgs., Buenos Aires.
Tít. 29, § 2. Consistía en un procedi- 1949. — Folgnet, B., Manual elemental de Derecho
miento mediante el cual se transformaba romano, págs. 129 y slgs, 135 y slgs., 180 y 184-85.
cualquier obligación o derecho (los reales, México, 1948. — Diccionario de Derecho privado
(español), t. 1, págs. 67-68 y 1095, t. 2, pági-
por ejemplo) en obligación verbal, en una nas 3367-68, Barcelona, 1950. — Halperin, O.,
estipulación verbal, para que de este modo Manual de latín para juristas, págs. 4 y 196, Bue-
pudiera extinguirse por la acceptilación. nos Aires, 1946. — Petlt, E., Tratado elemental de
Es decir, que se producía una verdadera Derecho romano, págs. 501-504, Madrid, 1940. —
Seraflnl, P., Instituciones de Derecho romano, t. 2,
novación de las obligaciones y se extinguían s. 117 y slgs., Madrid, 1927.
por el procedimiento citado, que sólo po-
día ser aplicado a los contratos verbis. En ACCESIÓN.* SUMARIO: Etimología. I. Concep-
esta manera la utilidad de la aplicación to. II. Derecho romano, in. Doctrina de
de la fórmula aquiliana estaba, por ejem- la legislación comparada. IV. Clasificación.
plo, en operar un arreglo de cuenta entre V. Derecho civil argentino. Legislación. Ju-
risprudencia. Bibliografía.
dos personas que tenían entre sí, pendien-
te de arreglo, derechos litigiosos, y que Del latín accessio, aumento, acrecenta-
convenía que llegaran a una transacción miento; la idea contraria es deccessio, dis-
(Petit). minución.
Por la extensión que recibió en esta for- El hecho riatural de la accesión signifi-
ma la acceptilatio, se convirtió, desde ca, en sentido lato, toda agregación o fu-
modo legítimo o quiritario, a modo ius gen- sión de una cosa con otra, ya se trate de
tium de extinción de las obligaciones.
Los efectos fueron los del pago, al cual cosas muebles o inmuebles. Por extensión
se equiparaba. La deuda se extinguía ipso y según una corriente doctrinaria, se apli-
jure, con todos sus accesorios; al mismo ca la idea a los frutos que produzca una
tiempo aprovechaba a todos los codeudores cosa.
y fiadores. La acceptilatio, efectuada por I. Concepto. — El concepto jurídico tie-
el fiador, aprovechaba al deudor princi-
pal. ne un sentido técnico que contempla dos
supuestos diferenciados por la doctrina.
Los caracteres propios de la institución, Primer supuesto: La accesión significa en
no permitían que pudiera hacerse bajo con- este caso el derecho del propietario a las
dición, ni que estuviera sujeta a términos: cosas accesorias de su propiedad principal
Acceptilatio sub conditíone fieri non po- (muebles o inmuebles). Se dice que se es
test (Pomponio, Dig., L. 46, Tít. 4, 84).
Los ciudadanos romanos llevaban habi- propietario a título de accesión, cuando se
tualmente una especie de libro de caja es propietario, simultáneamente, de los ac-
(borrador y el verdadero), donde anotaban; cesorios que se encuentran unidos a la cosa
periódicamente las operaciones de salida principal ya sea de una manera natural
o entrada del numerario. En una página, o artificial fart. 2520, Cód. civ.). Segundo
denominada accetum, se inscribía lo que se supuesto: La accesión es el modo de ad-
recibía de determinada persona. En otra, quirir la propiedad de una cosa ajena,
denominada expensum, lo que se había que viene a Incorporarse económicamente
entregado a una persona. Indicándose en (aunque no materialmente) a la cosa
ambos casos la causa jurídica de cada mo- principal. (V. Infra, estas distinciones en
vimiento de fondos-. doctrina) .
Los contratos litteris se perfeccionaban El concepto jurídico, por lo tanto, se in-
por medio del asiento inserto en el registro tegra con el sentido que se le da al hecho
denominado codex accepti expensis. Tam- natural de la accesión en los dos supuestos
bién en las obligaciones nacidas por estos señalados y que comprenden supuestos en
contratos la extinción se producía con que actúa el derecho de propiedad. Para
arreglo al principio del paralelismo o del ser más concretos, el derecho de propiedad
contrarius actus* Es decir, que además del de la cosa principal, cuando existe colisión
pago en este caso, se necesitaba un asiento con el derecho a la cosa accesoria.
contrario en el registro o codex. La ex- Más adelante se expone la consideración
tinción por acceptilatio literal consistía en
expresar en el codex que se había recibido * Por el Dr. ASMANDO V. SILVA.
de la doctrina con referencia a este as- la preponderancia del dominio de la cosa
pecto de la materia de la accesión. principal.
De tal manera que todo lo vinculado ma-
II. Derecho romano. — En el Derecho terialmente al suelo, por construcciones, así
romano no se tuvo un concepto claro y como por plantaciones, siembra, etc. acce-
concreto sobre la accesión, tal como se la de a ese suelo. La rigurosidad de estos
entiende en el derecho actual; de ahí las principios fue atemperada por aplicación
discusiones sobre la identidad del conte- de la doctrina de los actos emulativos y
nido de la institución en las modernas le- de la equidad (Spota-Stolfi). Por aplica-
gislaciones y en aquel sistema jurídico. ción de los mismos principios, el propie-
Pero se puede afirmar como punto de par- tario del suelo adquiría las semillas y
tida, que el concepto de la accesión, surgía árboles ajenos sembrados en él (satio e
del hecho de considerar desde un punto implantatio).
de vista especial el derecho de la propiedad Dada la importancia de esta materia nos
quiritaria. En ese sentido significaba, au- remitimos al tema donde serán tratados
mento, incremento del patrimonio, por he- especialmente: Edificación en terreno aje-
chos naturales y artificiales, que origina- no. — Edificación, Siembra y Plantación.
ban la unión legal o material de dos cosas El otro supuesto de verdadera accesión
de diferentes propietarios. Por imperio y en el Derecho romano lo constituía la
práctica del principio accesio cedit prin- unión de cosas muebles. En este caso el
cipali, el propietario de la cosa principal problema fundamental se presentaba en la
adquiría las cosas accesorias a título de determinación de la principal. Regía el
aumento o producción de su dominio. Es principio de que la cosa principal era aque-
decir, que bajo el concepto riguroso y abso- lla que en su estado de separación se pa-
luto de la propiedad romana, la accesión reciese y aproximase más a la resultante
significaba la atracción de una cosa a la de la unión o adjunción, tanto por su na-
esfera de otra, considerada principal, de turaleza como por su apariencia. (V. AD-
tal modo que la cosa accesoria perdía su JUNCIÓN. MEZCLA y CONFUSIÓN.)
individualidad física y su independencia ju- La materia de la accesión de los mue-
rídica, para formar un todo de valor eco- bles entre sí, fue legislada minuciosamen-
nómico distinto al valor individual de las te, considerando diversas hipótesis (Diges-
partes unidas. to: L. 41, tít. !•?, leyes 7 5 7, 24, 25 y 26;
También según algunos romanistas, se Instituta, L. 2<?, tít. 1 §§ 26-27 y 28).
comprendió en cierto modo en el concepto Así se legisló sobre los casos particulares
de accessío, al elemento que se unía a las de pictura, escriptura, tinctura, ferrumi-
cosas sin formar parte con la misma de natio, plumcl>actura, textura -y mezcla (que
una unidad, en el sentido de la pertenen- comprendía la confusio y conmixtio). Dadaj
cia, del derecho actual. la importancia de esta materia nos remi-
De cualquier manera, las diversas hipó- timos a los respectivos vocablos ya citados:
tesis comprendidas en concepto de la ac- Adjunción, Mezcla y Confusión.
cessio, nos remiten a la idea central de la De este modo vemos que en las fuentes
propiedad que se adquiere o mejor aún, romanas no se encuentra un tipo único y
que se amplía, en virtud de ejercer el do- general de accesión y que además de los
minio sobre un objeto que se considera supuestos enunciados como especies del
principal. concepto técnico de la accesión, existieron
Se sostiene que en Derecho romano ha- los siguientes en cierto modo comprendi-
bía accesión: a) cuando un inmueble se dos en más o en menos según la vigencia
unía a otro; b) cuando un mueble se unía y aplicación del principio de la propiedad
a un inmueble; y c) cuando se unían mue- quiritaria. En primer lugar se deben con-
bles entre sí. siderar los incrementos fluviales, legisla-
Sin discusión existió accesión en la hi- dos como ¿us alluvionum que, según la
pótesis de unión de cosa mueble a un fun- opinión de los modernos pandectistas, fue
do. En este caso siempre se consideraba tratado por los jurisconsultos romanos clá-
cosa principal al fundo. Por el hecho de sicos, en función de una institución autó-
la inaedificatio, el edificio accede al suelo. noma. Se comprendía: el aluvión, la avul-
sión, la isla surgida en un río y el cauce
Aquí imperaban los principios que se ex- seco resultante de un cambio del curso.
presaron: natura o jure naturali super- (Consultar estas expresiones). Respectiva-
ficies solo cedit, o aedificium solo cedit, mente: alluvio, avulsio, ínsula in flumine
omne quod inaedificatur solo cedit. De es- nata y alveus derelictus.
tos adagios resulta con carácter absoluto, La adquisición de los frutos, en cierta
manera, constituía una forma de accesión, mente ..comprendidas en la propiedad de
por la analogía con las hipótesis enuncia- otras en su carácter de accesorios. Juega,
das. En la misma línea de pensamiento es- en fin, con carácter general el principio de
taban los supuestos de la cria de ganados, la accesión, con referencia al derecho de
todos adquiridos por la separatio, lo que, propiedad y su extensión jurídica y econó-
en verdad, constituía la diferencia especí- mica.
fica, con los otros casos de accesión. En otro sentido propiamente técnico, la
En síntesis, debemos hacer notar que el accesión contempla los supuestos en que
Derecho romano reguló 2a accesión como las cosas se agregan y aumentan o incre-
un modo originario de adquirir (secundum mentan a otras, como efecto de una nueva
quid), de tal modo que cuando una cosa adquisición. Es decir que la accesión aquí,
—ajena o nullius— se agregaba a titulo de significa un modo originario de adquisi-
accesorio a otra considerada principal, per- ción del dominio definiéndose de esta ma-
día por la accesión, su individualidad fí- nera: "el modo de adquirir la propiedad,
sica y jurídica y se transformaba en parte por el cual dos cosas que pertenecen a
integrante del todo, para el propietario de propietarios diversos se unen de tal modo
la principal. Paulo describió este fenómeno que forman un todo inseparable económi-
diciendo: "Mea res per praevalentiam alie- camente, no materialmente, correspondien-
nam rem trahit meanque ejficit" (Dig. L. 6, do el total al propietario de la cosa prin-
tít. 19, 23, 4.) cipal". (Stolfi).
Dentro de una concepción amplia y que
III. Doctrina de la legislación compara- según algunos autores es inadecuada (De
da. — En el Derecho moderno se ha llegado Ruggiero), se puede reunir bajo la fórmula
a distinguir estas dos situaciones: casos en única de la accesión, como incorporación
que una persona es propietaria a titulo de o adjunción, la producción de los frutos
accesión y supuestos en que una persona de la cosa principal. En este sentido la
se hace propietaria de una cosa por efec- accesión comprendería en el derecho mo-
to de la accesión. Los autores franceses derno los supuestos de aluvión, avulsión,
han hecho notar esta diferencia como re- cauce de río abandonado, islas que se for-
acción doctrinaria por la deficiencia le- man en medio de una corriente de agua,
gislativa del Código de Napoleón en lo que emigración de animales, edificación, siem-
se refiere a la distinción, ya que sólo con- bra y plantaciones, adjunción, mezcla y
sidera el supuesto al definir la extensión confusión y los frutos de la cosa principal.
del derecho-de propiedad (art. 546) sin di- Con respecto a los frutos se ha plan-
ferenciar los dos casos. teado en la doctrina la cuestión de saber
Se hace notar bien la diferencia de que si los mismos se hallan comprendidos en
"una cosa son los accesorios a que virtual- el dominio de la cosa principal a título de
mente se extiende la propiedad y otra las accesión o como natural desarrollo de la
accesiones con que se aumenta en forma cosa y desenvolvimiento del derecho de
de nueva adquisición" (Aubry y Rau). Es propiedad. El equívoco se ha producido des-
importante, agregan Planiol y Ripert, dis- de el Derecho francés, recogido por otros
tinguir las dos formas, sin exagerar la opo- códigos como el italiano de 1865, en su ar-
sición que hay entre ellas, ya que ambas tículo 443, y subsanado en el nuevo Código
se refieren íntimamente a la noción de civil de 1942, que ha suprimido el precepto
propiedad cuya extensión permiten deter- citado, reglando la materia de los frutos
minar. dentro del título relativo a los bienes (ar-'
De ahí que sea posible definir en dos tículo 810 y sigs.).
sentidos la accesión en el derecho actual, Esta doctrina que consideraba como ter-
según algunos autores que consideran re- cer caso de accesión de naturaleza mixta,
levantes los supuestos señalados; se dice por acaecer con el concurso del hombre
por ejemplo que la accesión, en un primer y de la naturaleza, ha sido combatida por
sentido "es como una expansión del dere- nuestro legislador que dice en la nota al
cho del propietario, de acuerdo con el prin- art. 2571: "En los escritores del Derecho
cipio, de origen romanista, accessorium y en casi todos los Códigos, se encuentra
cedit principan. El derecho del propietario como un principio al tratar de la accesión,
se extiende a lo que es producido por el que pertenecen al dueño de la cosa por
suelo (frutos naturales)" (Messineo). Pe- derecho de accesión los frutos naturales
ro como se puede observar, esta hipótesis de ella, y todo lo que ella produce. Este
se refiere a los casos de la propiedad de es un grave error en los principios o una
los accesorios (art. 2520 del Cód. civ. arg.). confusión de éstos. ¿En qué momento
Ss decir, de las cosas que quedan virtual- —pregunta Marcadé—, adquiero yo por ac-
cesión los frutos o productos de la cosa muebles que se encuentran realmente in-
que es rjiía? No es, sin duda, cuando ellos movilizadas por su adhesión física al suelo,
se separan de la cosa principal para tomar con tal que esta adhesión tenga, el carácter
una existencia distinta, porque entonces de -perpetuidad" (art. 2315 Cód. clv.).
habría contradicción en los términos. Se- El principio de la accesión, aquí aplicado,
ría absurdo decir que una cosa viene a ser históricamente proviene del Derecho ro-
mía por accesión, cuando ella se separa. mano, resumido en el adagio: "Omne quod
Mis derechos sobre los productos separa- solo inaedificatur solo cedit" (Todo lo que
dos de la cosa que los ha producido, no se edifica cede al suelo). (Gayo, Dig, 41,
pueden ser sino la continuación del dere- 1, 7, 10.)
cho que yo tenía antes de su separación, "Son también inmuebles las cosas mue-
cuando estaban verdaderamente unidos a bles que se encuentran puestas intencio-
la cosa que los ha producido". De acuerdo nalmente, como accesorias de un inmue-
a estas ideas la moderna doctrina italiana ble, por el propietario de éste, sin estarlo
considera que los frutos representan el físicamente" (art. 2316, Cód. civ.). Son
producto de la cosa, y se adquieren, no por los supuestos de acesión moral donde las
derecho de accesión sino por el natural cosas muebles puestas en un inmueble tie-
desenvolvimiento del derecho de propie- nen un destino especial que le atribuye
dad; de ahí que se agregue que "la adqui- su propietario: para su explotación, para
sición de los frutos tiene lugar no en cuan- su uso o para su comodidad. El Código civil
to ellos acceden a la cosa, sino en cuanto francés y otros que le siguen, llaman a
se separan de ella (Stolfi). esta categoría de inmuebles: "inmuebles
por destino". Dada la autonomía doctrina-
IV. Clasificación. — Se acostumbra a ria y legal de la materia nos remitimos a
distinguir en teoría las siguientes clases •la expresión: Inmuebles por accesión.
de accesión:
La discreta o por producción, que se ori- V. Derecho Civil Argentino. — En el De-
gina por un movimiento de dentro hacia recho civil argentino se 'trata la materia
afuera y su característica es la existencia de la accesión en el Libro Tercero "De los
del dominio preexistente; comprende los Derechos Reales", Título V, Capítulo III,
frutos de las cosas. Es una categoría an- entre los modos de adquirir el dominio. En
tigua, que ha sido desechada por la doc- el inicio del capítulo citado se dice en la
trina moderna, según lo expuesto sobre los nota preliminar: "En el Código Civil fran-
frutos precedentemente (V. FRUTOS). Hay cés desde el artículo 552, comprende en
que hacer notar, para aclarar las ideas al el derecho de accesión todo aquello a que
respecto, que los frutos naturales forman se extiende el derecho de dominio; y así
un todo con la cosa y constituyen un des- en ese código la accesión comprende igual-
arrollo o expansión de la cosa principal. — mente, los casos en que una pefrsona es
(Barassi). propietaria de una cosa a título de acce-
La continua, es la categoría correspon- sión, y aquellos en que viene a ser pro-
diente a la anterior, que se origina por un pietaria por efecto de la accesión".
movimiento de fuera hacia adentro, rela- Es decir, que el codificador argentino ha
cionándose con los conceptos de unión y distinguido bien el principio de la acce-
mezcla. sión, aplicado al derecho de dominio y al
La natural, categoría acogida en las le- modo de adquirir éste último.
gislaciones, como la nuestra, y que com- El principio de accesión como título
prende los supuestos de aluvión, de avul- lo establece de esta manera: "La propie-
sión, de cauce abandonado, islas y terrenos dad de una cosa comprende simultánea-
formados en medio de una corriente de mente la de los accesorios que se encuen-
agua y la accesión de animales. tran en ella, natural o artificialmente
La artificial o industrial, que comprende unidos" (art. 2520, Cód. civ. y concordan-
los supuestos de la edificación, siembra y tes 2519, 2521, etc.).
plantación. Se trata en estos supuestos de la exten-
En materia de la clasificación de las co- sión de la propiedad de una cosa a otra,
sas en muebles e inmuebles, se encuentra a título de accesión.
la cuestión de la determinación de los in- El articulo 2571 nos da, en cambio, la
muebles por accesión física y moral. Desde noción de la adquisición del dominio por
este punto de vista, existe accesión cuando accesión: "Se adquiere el dominio por ac-
una cosa mueble se incorpora a otra in- cesión, cuando alguna cosa mueble o in-
mueble (Salvat). mueble acreciere a otra por adherencia
"Son inmuebles por accesión las cosas natural o artificial".
El precepto incluye la accesión natural Plantaciones (Cám. Fed. Cap., 11-6-945, L. L.,
y la accesión artificial. En la primera se t. 39, pág. 73, y J. A., 1945, t. 3, pág. 406). Caso
de frutos naturales: "El guano acumulado en los
legisla especialmente sobre el aluvión (ar- corrales es un fruto natural que pertenece al due-
tículos 2572 a 2582) y la avulsión (artícu- ño de los animales y no un bien incorporado por
los 2583 a 2586). En la segunda, sobre la accesión al inmueble" (Sup. Trib. de San Luis.
28-10-948, L. L., t. 57, pág. 144).
edificación, siembra y plantación (artícu- Casos de accesión física, concepto: Cám. Apel.
los 2587 a 2586). En lo que se refiere a los Rosario, Sala 1', 15-6-945. Repert. La Ley, Inmue-
bienes muebles, dedica una serie de pre- bles, ns. 1-2 y 3.
ceptos a la adjunción (conjuntamente con Casos de accesión moral, concepto y aplicación
de los principios: Cám. Com. Cap. Fed., 27-7-937,
la mezcla y confusión, arts. 2594 a 2600). L. L., t. 7, pág. 572; Cám. Apel. La Plata, Sala 2?,
Asimismo, en medio de las normas refe- 8-11-944, L. L., t. 37, pág. 413; Cám. de Paz Le-
rentes a la edificación, se legisla sobre el trada, Sala 2», 6-12-944; G. de P., t. 64, pág. 149,
modo de adquirir los animales domestica- Repert. La Ley, VII, v. Compraventa, n» 33; Cám.
Apel. Rosario, Sala 2', 28-8-942, Repert. La Ley,
dos que emigraren, que por formar una IV, pág. 3.
materia especial nos remitimos a la ex- Accesión en materia minera: Corte Sup. Nac.,
presión accesión de. animales (arts. 2592 16-7-937. L. L., t. 7, pág. 475; 6-11-939, L. L.,
t. 16, pág. 594; Sup. Trib. San Luis, 26-9-942,
y 2593). J. A., 1943, t. 1, pág. 595; Cám. Fed. Cap., 31-5-
943, L. L., t. 31, pág. 9; J. A., 1943, t. 2, pág, 844.
JURISPRUDENCIA. — Aplicación del principio de la
accesión, doctrina del art. 2520 del Cód. clv.: "La BIBLIOGRAFÍA. — Arias, J., Manual de Derecho ro-
propiedad del suelo se extiende a las construccio- mano, págs. 250 y sigs., Buenos Aires, 1949. —
nes, plantaciones u obras existentes en él" (Cám. Aubry et Rau, Cours de Droít civil /raneáis, t. 2,
Civ. 2» Cap. Fed., 18-9-917, Jurisp. Trib. Nacio- párr. 192, notas 1 y 6, París, 1877-1922. — Baras-
nales, pág. 196, y íallo registrado en L. L., t. 3, sl, L., 11 Diritto reali nel nuovo Códice civtle,
pág. 818; Cám. Civ. 1», 14-9-925, G. del P., t. 58, págs. 224 y sígs., Milán, 1943. — Boníante, Corso
pág. 205, y J. A., t. 17, pág. 500). di JOiriiío romano, t. 2, págs. 68 y sigs., Roma,
Aplicación concreta del principio, casuística: ex- 1928. — Gastan, J., Derecho civil español, t. 2,
tensión de la propiedad del edificio a los distintos págs. 155 y sigs., Madrid, 1944. — Colin, A., y Co-
objetos instalados en él para uso o comodidad pitant, H., Curso elemental de Derecho civil, 2» ed,
—bañes, estantes, muebles del ajuar, etc.—: Sup. española, t. 2, págs. 870 y sigs. y 980 y sigs., Ma-
Corte Nac., 16-7-918, J. A., t. 74, pág. 125. "Los drid, 1942. — De Diego, F. C., Instituciones de
artefactos del cuarto de baño, puestos allí por su Derecho civil español, t. 1, págs. 315 y sigs., Ma-
dueijo en razón del uso y comodidad, vinculado drid, 1941. — De Rugglero, R., Istituzioni di Di-
al destino de la cosa, se convierten en inmuebles ritto civile, t. 2, pág. 421, Mesina-Milán, 1934. —
por accesión, comprendidos en la hipoteca que Enneccerus, L.-Wollfí, M., Tratado de Derecho ci-
grava la finca" (Cám. Civ. 2» Cap. Fed., L. L., cil, t. 3, "Derecho de cosas", vol. 1, págs. 428
t. 3, pag. 818). "Los diversos bienes muebles que y sigs y 431 y sigs., Buenos Aires, 1948. — Laíai-
forman las instalaciones introducidas en el cam- lle, H., Derecho civil, t. 3, "Tratado de los dere-
po para hacer posible el funcionamiento' de una chos reales", vol. 1, págs. 389 y sigs. y 540 y sigs..
colonia ganadera, con carácter de perpetuidad, Buenos Aires, 1950. — Messineo, F., M/anuale di
constituyen inmuebles por accesión" (Cám. 1» Diritto civile e commerciale, t 2, págs. 37-8 y
Apel. Civ. y Com. de Córdoba, 26-7-943, Bepert. 46-7, Milán, 1946. — Planiól, M., y Ripert, J., Tra-
La Ley, t. 7, Inmuebles, n» 8). "Corresponde con- tado práctico de Derecho civil ¡ranees, t. 3, "Los
siderar como inmueble por accesión, el ropero que bienes", págs. 225 y sigs. y 230 y sigs.. La Habana,
por sus caracteristicas constituye un objeto in- 1948. — Salvat., R., Tratado de Derecho civil ar-
dispensable dentro üel concepto actual de las co- gentino, Parte General, págs. 643 y siga., Buenos
modidades que deben llevar las fincas destinadas Aires, 1931; tratado cit., "Derechos reales", t. 2,
a ser habitadas" (Cám. de Paz Letr., Sala 2", págs. 389 y sigs., Buenos Aires, 1930. — Spota,
6-12-944, G. de P., t. «4, pág. 149, y Repert. La A. J., Tratado de Derecho civil, t. 1, Parte Gene-
Ley, t. 7, Inmuebles, n» 5. V. Cám. de Paz Letr., ral, vol. 2, págs. 383 y sigs., Buenos Aires, 1947.
Sala 1», 7-8-942, en L. L., t. 27, pág. 326). — Stolfl, N. Diritto civile, t. 2, parte 1», págs. 421-
Con referencia a los inmuebles por accesión; ca- 423, Turín, 1919.
suística: Cuando los muebles o instalaciones no
son destinados al uso, explotación o comodidad ACCESIÓN DE ANIMALES.* La accesión
del inmueble (la finca), no existe accesión. "Los
muebles introducidos en el inmueble hipotecado de animales —según las legislaciones que
en mira a la profesión del propietario no deben contemplan esa situación— puede produ-
considerarse como accesorios del inmueble y suje- cirse por aplicación del principio de la
tos a gravamen" (Cám. 2' Apel. La Plata, Sala 1», accesión, en favor del derecho del propie-
23-6-944, L. L., t. 30, pág. 243). "En principio no
cabe comprender como accesorios de la casa hipo- tario del -predio donde los semovientes se
tecada los artefactos y maquinarías introducidos acojan y en contra del derecho de propie-
en ella a efectos de una explotación o actividad dad del dueño de los animales. Deben, sin
industrial, cuando ésta no estuviera en vincula-
ción inmediata con la finca" (Cám. Civ. 1» Cap. embargo, reunirse ciertos requisitos lega-
Fed., 20-5-949, L. L., t. 26, pág. 860; J. A., 1042, les: la emigración debe ser definitiva. El
t. 3, pág. 24. V. Fallos de La Ley, t,~9, pág. 681, animal debe adquirir la costumbre de vivir
y J. A., t. 50, pág. 467; Cám. Civ. '¿i Cap. Fed., en el nuevo y ajeno fundo. El antiguo pro-
J. A., t. 2, pág. 790; Cám. Crlm. Corr. Cap. Fed.,
27-8-937, L. L., t. 8, pág. 47; en el mismo sentido, pietario de los semovientes debe abandonar
fallo «n J. A., t. 2, pág. 790. Cám. Ped. de Men-
dos», 21-12-944, J. A., 1945, t. 1, pág. 592, Kepert.
La Ley. VII, Locación, n" 21). — Cosos especiales: * Por el Dr. ARMANDO V. SILVA.
la persecución o no tener voluntad de per- animales, la accesión se produce en forma
seguirlos. inmediata (art. 564); con la condición de
Cabe distinguir la accesión que se reali- que el desplazamiento no se hubiera reali-
za en forma inmediata (legislación fran- zado con fraude o artificio del propietario
cesa) de la que se realiza después de un del nuevo fundo. Si así sucediera, y los ani-
lapso o sea la accesión a término (legisla- males son atraídos en forma fraudulenta
ción argentina y francesa). por un vecino cualquiera, continúan repu-
De acuerdo al concepto y al principio tándose de propiedad del dueño de la he-
general de la accesión, este caso representa redad originaria y pueden ser reivindicados
uno de los modos de adquirir el dominio, por él.
por el cual la propiedad de los animales Por otra parte, se sostiene la opinión de
que emigran pasa de su antiguo dueño que, en este supuesto, sólo se concede al
—dentro de los supuestos legales— a la dueño de los animales una simple acción
del que ejerce el dominio del fundo donde de daños y perjuicios.
permanecen y contraen la costumbre de En lo que se refiere a las abejas, tam-
vivir. (V. ACCESIÓN, concepto.) bién se produce la accesión inmediata
En lo que se refiere a la metodología de cuando el propietario de la colmena haya
la materia, hay que hacer notar que al- desistido en la persecución del enjambre
gunos códigos la tratan en la apropiación, y éste se haya fijado en un fundo cual-
como el Código civil de México, y otros, quiera (ley del 4 de abril de 1889, artícu-
como el argentino y el francés, en el ca- lo 9). (V. ABEJAS.)
pítulo de la accesión. La accesión se produce después de un
Considerado como un modo de adquirir lapso con respecto a los animales de corral,
el dominio, a consecuencia de la accesión especialmente las aves, cuando escapan
natural en provecho de un inmueble, el hacia otra heredad. La adquisición se pro-
asunto se relaciona con el régimen de la duce después de un mes, y este plazo em-
propiedad de los animales, especialmente pieza a contarse desde que el propietario
de los domesticados y salvajes. (V. ANIMA- del fundo de acogimiento hace la decla-
LES.) ración legal en el Ayuntamiento o Alcal-
Se deben distinguir estos dos supuestos: día, según la citada ley de 1839, art. 5
en primer lugar si se trata de animales (Planiol y Ripert-Josserand).
amansados o domesticados que emigran, En el Derecho civil alemán no existe la
pueden ser considerados como cosas aban- accesión de animales, legislándose sobre
donadas en el caso de no aquerenciarse la apropiación libre de los animales do-
en un fundo determinado y por lo tanto mesticados o salvajes amansados, que se
ser objeto de apropiación (art. 2528 y convierten en cosa nullius, si pierden la
concor. Cód. civ.). Por ejemplo en la hi- costumbre de volver al paradero a ellos
pótesis del enjambre de abejas que no es destinado, mientras los animales mansos
perseguido por su antiguo propietario o o domésticos sólo se hacen nullius por
del conejo que se escapa de su conejera. abandono (Ennccerus-Kipp-Wolff).
(V. ABEJAS. ANIMALES. APROPIACIÓN. CAZA.) En el Derecho civil argentino el tema
En segundo lugar puede suceder que el está tratado en el capitulo de la accesión,
animal domesticado recupere su libertad dentro de la edificación y siembra "cuan-
originaria, se acoja en predio ajeno, con- do hubiera sido más adecuado formar con
trayendo la costumbre de vivir en él, sin él un subtítulo de la accesión natural y
que el propietario de éste último haga na- no de la artificial" (LafaUle).
da material ni fraudulento en forma In- Es también un modo de adquirir la pro-
mediata, para aprehenderlo. Es el caso que piedad de las cosas por accesión natural,
legisla el Código civil argentino en sus cuando el animal, o el enjambre, emigra
arts. 2592 y 2593 y el Código francés en de un. predio a otro y en este último se
sus arts. 564 y 524. acoge, para vivir en él, siempre que el
En el Derecho civil francés se conside- antiguo propietario no los fuera siguiendo
ra en este caso el principio sentado por o no abandonase su persecución. (V. ABAN-
el art. 524, que establece que ciertos ani- DONO DE ANIMALES.)
males, como las palomas, los conejos de En el Derecho francés se asimila la si-
campo y los peces de estanques, son in- tuación de estos animales al caso de IB
muebles por destino y se presume ser par- accesión por destino, o lo que es lo mismo
te de la heredad en que se encuentran, es en nuestro derecho, la accesión moral. Se
decir, que están al servicio del fundo y parte, como se ha visto, del principio de
cambian de dueño si cambian de albergue la accesión por destino y los animales son
(Planlol y Ripert). Con respecto a estos considerados al servicio del fundo.
En nuestro Derecho la situación guarda francés, ya que es necesario cierto lapso
semejanza con la accesión moral, pero se para que los semovientes adquieran el há-
diferencia en el hecho de que los "semo- bito de vivir y permanecer en el nuevo
vientes así adquiridos, no quedan material- fundo. El artículo se aplica únicamente a
mente inmovilizados, y si la ley los juzga los animales domesticados, excluyéndose
incorporados al fundo, es en virtud de un de sus previsiones a los salvajes y domés-
nexo distinto, que si no es precisamente la ticos. Los primeros tienen un régimen es-
finalidad, en algo se le parece" (Lafaille). pecial en el Código (artículos 2527 y 2605
Se trata de casos en que no se produce ni y concordantes), siendo susceptibles de
la adherencia física ni propiamente la apropiación y de caza, cuando recuperan
accesión moral, pero el animal accede al su antigua libertad. En cuanto a los se-
fundo donde penetra y permanece, en gundos, la propiedad de ellos se conserva
función de un valor económico. El nexo, aunque huyan y se acojan en fundos aje-
por lo tanto, es de ese carácter, y en ese nos (arts. 2526 y 2528) y concordantes
sentido se debe entender la idea de la ac- (V. ABEJAS. ANIMALES. APROPIACIÓN. CAZA.)
cesión, aplicada a esta situación produ- Para que se produzca la accesión de los
cida por la emigración de animales. (V. AC- animales a que alude el art. 2593 del Có-
CESIÓN FÍSICA. ACCESIÓN MORAL.) digo civil argentino, es necesario que se
En el Derecho argentino se debe tener cumplan estas condiciones: 1°) que los
presente el principio sentado en esta ma- . animales hayan contraído la costumbre de
teria por el art. 2605 del Código civil: La vivir en otro inmueble; 2"?) que la emigra-
propiedad de los animales salvajes o do- ción se haya producido sin artificio ni
mesticados se acaba cuando recuperan su actividad material fraudulenta del propie-
antigua libertad, o pierden la costumbre tario del fundo de acogimiento. Además,
de volver a la residencia de su dueño. debe tenerse presente lo preceptuado por
(Consultar artículos concordantes: 2412, el art. 2544: "Mientras el que tuviere-un
2450, 2451, 2527, 2528, 2544, 2592, 2593.) animal domesticado que recobre sil liber-
Con referencia a los animales domesti- tad, lo fuese persiguiendo, nadie puede to-
cados, de acuerdo al artículo, si se con- marlo ni cazarlo."
vierten en animales alzados, volviendo a
su antigua libertad, pueden ser objeto de deBIBLIOGRAFÍA. — Enneccerus-Klpp-Wolff, Tratado
Derecho civil, t. 3. "Derechos de cosas", vol. 1,
dos situaciones distintas. La primera se págs. 463 y slgs., Buenos Aires. 1948. — Lafai-
produce cuando en esa situación de aban- He, H., Derecho civil, t. 3, "Tratado de los dere-
dono de su antigua residencia, se trasla- chos reales", vol. 1, págs. 488 y slgs., Buenos Aires.
1943. — Josserand, L., Derecho civil, t. 1, vol. 3,
dan a fundos ajenos y no tienen un lugar págs. 30 y sigs. y 236, Buenos Aires. 1950. — Mar-
fijo para vivir. En este supuesto, la ley los cade, V., Explication théorique et pratique du
considera res nullius, pudiendo ser adqui- Cade civil, t. 2, 8» ed., m 441, París, 1894. — Pla-
ridos por apropiación (art. 2527, in fine). nlol, M.. y Rlpert, J., Tratado práctico de Derecho
civil francés, t. 3, "Los bienes", págs. 82, 231
Pero también puede darse el supuesto y slgs., La Habana, 1946. — Salvat, R., Tratado de
de que se aquerencien en un predio de- Derecho civil argentino, "Derechos reales", t. 1,
terminado y contraigan la costumbre de El págs. 433 y slgs., Buenos Aires, 1927. — Segovla, L.,
Código civil argentino, su explicación y crítica
vivir en él, como en el antiguo fundo, y bajo ¡a forma de notas, t. 2, págs. 104 y slgs.,
de esa manera acceden a la nueva propie- ni 132.
dad.
Dispone el art. 2592 del Código civil ar- ACCESIÓN DE POSESIONES.* ' La acce-
gentino: "Cuando los animales domestica- sión de posesiones se produce cuando una
dos que gozan de su libertad, emigraren y posesión pasa y continúa de manos del
contrajesen la costumbre de vivir en otro primitivo poseedor a manos del actual (su-
inmueble, el dueño de éste adquiere el do- cesor-causahabiente), sea a título de su-
minio de ellos, con tal que no se haya va- cesor universal o a título de sucesor sin-
lido de algún artificio para atraerlos. El gular, por efecto de la computación del
antiguo dueño no tendrá acción alguna tiempo de usucapión, ya transcurrido en
para reivindicarlos, ni para exigir ninguna ambos casos.
indemnización." Agregando el art. 2593 r Este concepto complejo requiere los si-
"Si hubo artificio para atraerlos, su dueño guientes elementos para su integración:
tendrá derecho para reivindicarlos, si pue- Que exista un nexo causal por efecto de
de conocer la identidad de ellos. En caso una sucesión; lo que a su vez supone un
contrario, tendrá derecho a ser indemni- autor o causante y un sucesor o causa-
zado de su pérdida." habiente. La posesión ha de transmitir-
El Código argentino sólo considera el
caso de la accesión a término, del Derecho • Por el Dr. ARMANDO V. SILVA.
se de una de esas personas a'las otras, haya poseído el inmueble durante todo el
siempre que haya una causa jurídica legi- tiempo necesario para prescribirlo: el po-
tima para la transmisión —que sea una seedor actual puede sumar a su posesión
sucesión legal— y que se compute el tiem- la de su causante (art. 2235). Esto es la
po de posesión a favor de cada una de incorporación de posesiones, que definen
ellas a los efectos de la prescripción ad- Planiol y Ripert.
quisitiva. El art. 2235 del Código Civil francés dice
Se trata de un tema íntimamente rela- en la parte pertinente: "para completar la
cionado con la materia de la prescripción prescripción, puede uno unir su posesión
adquisitiva, aplicada a la posesión de las a la de su causante, de cualquier manera
cosas muebles o inmuebles. que le haya sucedido, bien a título uni-
En el Derecho romano, entre las condi- versal o particular, bien a título lucrativo
ciones que se exigieron para la usucapión, u oneroso".
en cualquiera de los tres periodos por De acuerdo al texto transcripto, una
que pasó esta institución, figuró siempre la condición fundamental es exigida: que el
posesión prolongada. Un poseedor actual poseedor actual sea el causahabiente de
podía sumar al tiempo de su posesión per- aquél o aquéllos cuyas posesiones trata de
sonal, el tiempo de la posesión de su autor. unir a la suya; ya utilice el procedimiento
Se distinguían las siguientes hipótesis: ad- legal de la sucesión a título gratuito o a
quirente a título universal y a título sin- título oneroso; ya sea universal o particu-
gular. En el primer caso, del heredero, se lar ese título (Josserand).
consideraba que existia una continuación La doctrina francesa ha hecho la distin-
de la posesión y no una nueva posesión, ción que el precepto legal no hace en esta
de tal modo que el adquirente aprovecha- materia. Considera que la incorporación
ba las ventajas y sufría los vicios de la de posesiones se produce de dos modos dis-
posesión del causante. Aquí regía el prin- tintos, según que el poseedor actual sea un
cipio de que el heredero continúa la per- causahataiente universal o un causaha-
sonalidad de su causante, debiendo tenerse biente a título singular.
en cuenta la buena o mala fe de este úl- En el primer caso se aplican los princi-
timo y no la del heredero. pios del Derecho romano, con algunas va-
En caso de que el causante haya estado riaciones no esenciales. (V. USUCAPIÓN) . Se
usucapiendo, el heredero debía completar considera que por aplicación del principio
el tiempo faltante, aun cuando fuere de de la continuación de la personalidad del
mala fe. Por el contrario, si el difunto causante, el sucesor-heredero continúa la
autor era poseedor de mala fe, el heredero, posesión de su autor, con todos sus vicios
aunque fuera de buena fe, no podía usu- y ventajas. En esta hipótesis no se trata
capir. Como en este caso se trata de la específicamente de una suma de posesio-
continuación de la primitiva posesión, se nes distintas; de valores distintos incor-
denominó a este supuesto: successio pos- porados en una sola unidad; sino de una
sessionis. En el segundo caso, el del suce- prolongación de una situación anterior.
sor a título singular, se denominó accessio El sucesor universal no es más que el con-
possessionis, porque se producía una unión tinuador de la posesión del difunto, suce-
de las posesiones cuando se computaban diéndole en todos sus derechos y obligacio-
los tiempos respectivos para la usucapión nes. (V. PRESCRIPCIÓN. SUCESIÓN UNIVERSAL.
con referencia a la posesión del autor y USUCAPIÓN.)
del sucesor singular. Si tanto el autor, El supuesto del sucesor a título singular
como el sucesor, reunían los requisitos para configura la verdadera accesión de pose-
usucapir, se sumaba el tiempo de las dos siones. En este caso, el sucesor tiene una
posesiones. Pero si el autor era un poseedor posesión propia, a la cual puede incorpo-
de mala fe, el sucesor singular, teniendo rar, de acuerdo a sus conveniencias, la de
buena fe y justo titulo, sólo podía empezar su autor (arts. 2237 y 2239, Cód. civ. fran-
una nueva usucapión sin aprovechar el cés).
tiempo de la posesión viciosa de su autor. En este caso existe la suma de dos va-
(V. PRESCRIPCIÓN. USUCAPIÓN.) lores económicos distintos.
En el Derecho civil francés, el tema se La incorporación de posesiones exige, en
relaciona específicamente con la prescrip- primer lugar, que la posesión anterior haya
ción adquisitiva o usucapión de cosas in- sido útil para la usucapión. Tratándose,
muebles. Se denomina incorporación de por ejemplo, de un vendedor, si éste era
posesiones o unión de posesiones (artícu- un simple detentador del inmueble, el
los 2235, 2237, 2239, Cód. Civ. francés). comprador, que inicia su propia posesión,
No es necesario que la misma persona útil e independiente, podrá prescribir, pero
no podrá aprovecharse, incorporando la podría incorporar a su posesión la de su
precaria posesión de su autor, ya que éste vencido poseedor precario. Es la solución
no tenía posesión alguna que ofrecerle del Derecho romano: Si jussu judicis res
(Planiol). Sucede lo mismo en el caso de mihi restituía sit, accessionem mihi esse
una posesión viciada en manos del autor dandam placuit (Dig., L. XLI, Tít. 2,
(vendedor, donante, etc.). fr. 13, párr. 9.) Los autores que pueden
El criterio legal es que si la posesión del consultarse al respecto son, para la prime-
vendedor no es útil, en miras a la usuca- ra posición negativa, Planiol y Ripert. en el
pión, el causahabiente no puede aprove- Tratado citado en la Bibliografía, y Josse-
charse de ella. Sólo puede intentar su rand, también citado. Para la opinión po-
propia prescripción, si reúne en su persona sitiva, Aubry et Rau, en el Cours de Droit
las condiciones legales requeridas y, en civil frangais, y Laurent F. en Principes
este caso, los vicios originarios no se le de Droit civil frangais.
pueden imputar. En el Derecho civil francés también se
Pero si el autor, vendedor en el caso relaciona esta materia con la cuestión
supuesto, ha poseído útilmente, el compra- planteada por la anualidad de la posesión.
dor puede unir su posesión a la de su Por aplicación de los principios conteni-
transmitente, siempre que la suya sea útil dos en el citado art. 2235 del Código civil
y legalmente eficaz a los efectos de la francés, el poseedor tiene derecho a sumar
usucapión. "Las dos posesiones sucesivas a su propia posesión el tiempo de la de
se aprecian, pues, aisladamente, y sola- sus causantes (Planiol).
mente en el caso de que una y otra sean En el Derecho civil argentino, la acce-
útiles, ad usucapionem, se efectúa la sol- sión de posesiones está relacionada con la
dadura, se realiza la adición" (Josserand). materia de la prescripción en estos tres
En la doctrina francesa se hace constar, aspectos:
en todos los casos, la prevalencia del 19) Con relación a la buena o mala fe
principio que la rige: Que la incorporación en la percepción de los frutos, a los efec-
de posesiones se permite, siempre que el tos de la prescripción, el art. 2361 del Có-
nuevo poseedor sea causahabiente del an- digo civil que dice: "En la percepción de
terior. De ahí los corolarios en las aplica- los frutos, la buena o mala fe del que su-
ciones prácticas. Primero, en caso de un cede en la posesión de una cosa, será juz-
usurpador que se apodere de un inmueble gada sólo con relación al sucesor, y no por
sin tener título para ello, como no es cau- la buena o mala fe del antecesor, sea la
sahabiente de nadie, debe iniciar por su sucesión universal, o sea singular". Ade-
cuenta su prescripción, que de ninguna más, para completar el precepto, se debe
manera puede ligarse con otra. Segundo, tener en cuenta la nota del codificador y
en el supuesto de quien, recobra la cosa que artículos concordantes: 2354, 2358, 2432,
se hallaba en poder de un usurpador o 2475, 4004, del Código civil.
de un poseedor por cualquier título, me- 2?) Con relación a la anualidad de la
diante la reivindicación, no resulta causa- posesión, para establecer el carácter vicio-
habiente de la persona vencida en el juicio so o no de la misma y a los efectos de
de que se trata y, como consecuencia, no poder intentar las acciones posesorias (ar-
puede prevalerse ni aprovechar la posesión tículos 2473, 2474, 2475, 2476 y concordan-
del poseedor intermedio vencido, para in- tes del Cód. civ.).
corporarla a la suya. De modo que si un 3?) Con relación a la prescripción ad-
tercero intentara, a su vez, una acción rei- quisitiva, a los efectos de poder invocarla
vindicatoría contra el poseedor que ha re- por el término de diez o de veinte años,
cuperado su posesión de un usurpador, no con justo título y buena fe (arts. 4004,
puede incorporar esa posesión a la suya 4005, notas y concordantes del Cód. civ.).
propia para protegerse. Una parte de la Los principios están dados en la legisla-
doctrina tradicional sostiene que el caso ción civil argentina al preceptuar sobre la
puede ser resuelto por la accesión de po- anualidad en las acciones posesorias y la
sesiones, argumentando que si bien entre el prescripción adquisitiva de diez a veinte
poseedor legítimo y el despojante, no se tra- años.
ba un vínculo de sucesión con respecto a la El art. 2474 del Código civil preceptúa:
propiedad, existe un vínculo de sucesión en "Para establecer la posesión anual, el po-
la posesión, especialmente constituido por seedor puede unir su posesión a la de la,
la sentencia dictada con motivo de la acción persona de quien la tiene, sea a título uni-
de reivindicación, que ordena la restitución versal, sea a título particular".
de la cosa. De esta manera, el poseedor le- En concordancia, el art. 2475 dispone:
gítimo vencedor en el juicio respectivo, "La posesión del sucesor universal se juz-
gara siempre unida a la del autor de la prescripción adquisitiva. £1 Código nos da
sucesión; y participa de las calidades que una solución diferente, según se trate de
ésta tenga. La posesión del sucesor por una sucesión a título universal o a título
titulo singular ^puede separarse de la de su singular.
antecesor. Sólo podrán unirse ambas pose- Eii el primer caso establece la regla del
siones si no fuesen viciosas". Asimismo, art. 4004. Todo depende en ese supuesto
los arts. 2476, 4004 y 4005 completan la teo- del carácter de la posesión del causante.
ría y los principios de la accesión de po- En esta cuestión también la legislación
sesiones. "Para que las dos posesiones argentina vigente hace una aplicación de
puedan unirse, es necesario que ellas no la doctrina y de los principios clásicos so-
hayan sido interrumpidas por una pose- bre la continuación de la personalidad del
sión viciosa, y que procedan la una de la causante, en los herederos, con todas sus
otra" (art. 2476). consecuencias legales con respecto a la
"El sucesor universal del poseedor del in- masa patrimonial de la herencia. En esta
mueble, aunque sea de mala fe, puede pres- materia el principio es que la posesión del
cribir por diez o veinte años, cuando su causante se transmite con todas sus ven-
autor era de buena fe; y reciprocamente, tajas y vicios (arts. 3417 y 3418, Cód. civ.).
no es admitido a la prescripción en el caso La materia es vasta, porque se relaciona
contrarío, a pesar de su buena fe personal" con la posesión y los modos de adquirirla.
(art. 4004). Dada la circunstancia de que en realidad
"El sucesor particular de buena fe pue- este supuesto no debe ser incluido en la
de prescribir, aunque la posesión de su accesión de posesiones, por las razones ya
autor hubiese sido de mala fe. Cuando el apuntadas, nos remitimos a los artículos
sucesor particular es de mala fe, la buena del Código que la tratan orgánicamente:
fe de su autor no lo autoriza para prescri- 2354 y nota, 2475, 3263, 3270, 3341, 3418,
bir. Puede unir su posesión a la de su 3428, 4001 y 4005.
autor si las dos posesiones son legales" En el caso de la sucesión a título singu-
(art. 4005). lar, el principio y regla fundamental esta
Se trata de la misma cuestión planteada dado por el art. 4005 del Código civil.
y resuelta con diferencia de detalles en el La ley considera la posesión del autor y
Derecho romano y en el Derecho civil fran- del sucesor particular en forma separada,
cés. Es decir, que cuando una persona que y establece las siguientes reglas: 19) que
es poseedora, de buena o de mala fe, fa- las posesiones no sean viciosas, es decir,
llece o llega a transmitir la posesión por que sean legales, como expresamente le
un título válido, se presenta el problema dice el art. 4005; 29) que las dos posesiones
de determinar si esa posesión puede agre- sean de buena fe; 3<?) que las dos posesio-
garse a la de sus sucesores o, dicho desde nes se liguen, inmediatamente, sin estar
otro punto de vista, si el tiempo de usu- separadas por una posesión de mala fe
capión del poseedor-transmitente, puede (arts. 2476 y 3984); 41?) que las dos pose-
computarse en favor del poseedor y actual siones se liguen por un vínculo de dere-
sucesor de aquél, de modo que dicho tiem- cho (arts. 2475 y 2476), es decir, que las
po sea útil para la prescripción por efecto posesiones se encuentren unidas a conse-
de una accesión de tiempo. Es indudable cuencia de un título traslativo: sea one-
que si al fallecimiento del causante, o en roso o gratuito (Salvat-Lafaille); 5"?) que
el acto de la transmisión, el plazo de la exista la voluntad del adquircnte en el
prescripción legal estaba vencido a favor sentido de sumar las dos posesiones. En
del autor, y si se trataba de un poseedor este aspecto existe la facultad para el po-
con justo título y buena fe, el sucesor a seedor a título singular, de poder separar
título universal o singular, puede invocar su posesión de la de su autor si considera
en el caso de reivindicación, ena prescrip- conveniente, siendo de buena fe.
ción ya cumplida, porque ella constituye La ley argentina, al considerar con in-
un derecho ya adquirido, según lo dispues- dependencia la posesión del sucesor sin-
to por el art. 3948 del Código civil (Sal- gular y la del autor, tiene en cuenta que
vat). aquél no es el continuador de la perso-
Pero el supuesto que ha contemplado la nalidad de este último. La buena o mala
ley para darle una solución, es el que se fe se aprecia en estos supuestos con rela-
presenta cuando al tiempo del fallecimien- ción al momento de la adquisición de la
to o de la transmisión por acto legítimo, la posesión por parte del sucesor.
posesión del causante o del autor no es- Para el caso de la posesión interrumpida
taba firme en el sentido de que aún no durante un año, de haberse entablado la
se había cumplido el tiempo legal de la acción de reivindicación (por el poseedor
originario y legítimo contra un usurpador) tado práctico de Derecho civil francés, t. 3, "Los
y obtenido la restitución del inmueble, se bienes", págs. 610 y slgs.. La Habana, 1946. — Sal-
vat, R., Tratado de Derecho civil argentino, "De-
plantea la cuestión de si se puede o no rechos reales'', t. 1, págs. 45 y slgs., 248 y slgs.
unir las dos posesiones para completar el y 497 y slgs., Buenos Aires, 1931.
tiempo de la prescripción adquisitiva. Es
el mismo problema ya señalado en la doc- ACCESIÓN FÍSICA.* Esta clase de ac-
trina francesa. cesión se produce cuando una cosa mue-
En nuestra doctrina nacional se ha he- ble se incorpora a otra inmueble, para for-
cho notar que la sentencia que ordena la mar un todo de valor económico único.
restitución del inmueble al poseedor legí- La materia se relaciona estrechamente
timo, no es traslativa de dominio sino sim- con la clasificación de las cosas en mue-
plemente declarativa. Además, porque el bles e inmuebles. Debiéndose anotar que
Código' civil, al exigir para la accesión de en el Derecho civil argentino las cosas
posesiones que las dos sean iguales, en una inmuebles pueden agruparse en tres cate-
forma implícita condena esta accesión en- gorías: inmuebles, por su naturaleza; in-
tre la posesión del antiguo poseedor que muebles, por accesión, e inmuebles por su
obtiene la restitución de la cosa, la cual carácter representativo. (V. COSAS MUE-
es de carácter legal, y la posesión del usur- BLES E INMUEBLES.)
pador, condenado a la restitución, que evi- Los inmuebles por accesión compren-
dentemente es de carácter ilegal (Salvat). den en nuestro derecho dos categorías dis-
tintas: la accesión física y la accesión mo-
JURISPRUDENCIA. — En el caso de la condición de ral.
anualidad para la prescripción: "Para establecer
la posesión anual puede unirse la posesión del El Código civil francés y las legislacio-
actual poseedor n la de la persona de quien la nes que le siguen consideran la categoría
hubo, por título traslativo de dominio" (Sup. Cor- de inmuebles por accesión física, incluida
te Nac., 9-IX-1875: Fallos, t. 16, pág. 347). — "En en la de inmuebles por su naturaleza, de
los Interdictos, la posesión anual puede comple-
tarse con la posesión del causante del actor" modo que en ese derecho no existe esta
(Cám. Apel. Santa Fe, 1923, Jurlsp. Trlb. 2». categoría. Pero la doctrina ha aclarado
t. H. pág. 643). que la base de la inmovilización está en el
En las sucesiones a título singular: "El sucesor hecho de la incorporación al suelo de los
particular puede unir su posesión a la de su autor
o predecesor, sin ninguna limitación, cuando la ac- elementos muebles preexistentes, de modo
cesión se Invoca con el fin de adquirir el dominio que, en realidad, deben ser considerados
por la prescripción de treinta años" (Sup. Corte inmuebles por accesión.
Nac., 1924, Fallos, 4» Serle, vol. 140, pág. 120). —
Con respecto a los_, requisitos necesarios para este Nuestro Código civil parte del principio
supuesto: "La ley requiere la buena fe en el ad- preceptuado en el art. 2314: "Son inmue-
qulrente, no en el enajenante, excepto en la pres- bles por su naturaleza las cosas que se en-
cripción trelntenarla" (Sup. Corte Nac., 1922, Fa- cuentran por sí mismas inmovilizadas..."
llos, 4» Serle, vol. 132, pág. 175, y 1926, 4» Serle,
vol. 146. pag. 324). — "Para la accesión de pose- Principalmente el suelo y sus componen-
siones en la prescripción de treinta años no se tes naturales. En este supuesto fundamen-
requiere el Justo titulo y la buena fe exigidos en tal hay acuerdo con las disposiciones del
la prescripción decenal" (Sup. Corte Bs. Aires,
16-111-1943, Repert. L. L., v. Prescripción, N» 184. Derecho francés (art. 518, Cód. civ. fran-
Con respecto al vinculo Jurídico que debe unir cés) .
las dos posesiones: Cám. Apel. B. Blanca, 15-X- Pero nuestro Código agrega: "Son in-
1942, Repert. L. L., IV, Prescripción, N« 186; Sup.
Trlb. San Luis, 25-VI-1940, L. L., t. 19, pág. 164). muebles por accesión las cosas muebles que
En Jas sucesiones o titulo universal: "El here- se encuentran realmente inmovilizadas por
dero directo puede ejercer las acciones posesorias su adherencia física al suelo, con tal que
del difunto sin necesidad de tomar posesión ma- esta adherencia tenga el carácter de per-
terial de las cosas hereditarias" (Sup. Corte Nac.,
1893, Fallos. 3' Serle, vol. 13, pág. 299; Sup. Corte petuidad" (art. 2315). Es decir, que los edi-
Salta, 7-VIII-1941, L. L., t. 23. pág. 659: Cám. ficios, sus obras accesorias o complemen-
Apel. Civ. Com. y Minas Mendoza, 14-VIII-1944, tarias, como las galerías, canales, caños,
Repert. L. L.. VI, Prescripción, N» 110). acueductos, pozos, etc.; las norias o moli-
BIBLIOGRAFÍA. — Aubry, C., et Bau, C., Cours de nos instalados para extraer agua; las ti-
Droit civil /raneáis, t. 2,- pág. 100, § 181, París, najas o canteros construidos en el suelo,
1887. — Josserand, L., Derecho civil, t. 1, vol. 3, son inmuebles por accesión física, mien-
"La propiedad y los otros derechos reales y prin- tras en el Derecho civil francés actual to-
cipales", págs. 195 y F.IKS., Buenos Aires, 1950. —
Lafallle. H., Derecho civil, t. 3, "Tratado de los das estas cosas están consideradas como
derechos reales", vol. 1, págs. 215 y slgs., Buenos inmuebles por su naturaleza, ya que "en
Aires. 1943. — Laurent. F., Principes de Droit civil virtud de un fenómeno de incorporación",
/roncáis, t. 31, n» 365, Bruselas-París, 1887. —
Machado, J. O.. Exposición y comentario del Có-
forman un cuerpo único con el edificio y
digo civil argentino, t. 11. págs. 198 y sigu.. Bue-
nos Aires, 1903. — Planlol, M., y Ripcrt, J.. Tra- * Por el Dr. ARMANDO V. SILVA.
están destinadas a completarlo (Josserand, adheridas al inmueble en. mira de la pro-
Planlol y Rlpert). fesión del propietario, o de una manera
En el Derecho romano se había ya sen- temporaria" (art. 2322).
tado el principio que rige la materia: La Jurisprudencia nacional ha resuelto,
"Omne quod solo inaedificatur solo cedit" cuestiones sobre esta hipótesis, distin-
(Gayo; Dig. 41, 1, 7, 10; "Todo lo que se guiendo: caso en que el suelo y los edi-
edifica, cede al suelo), aunque la distinción ficios en que funciona el establecimiento
de muebles e inmuebles no adquirió la im- industrial, son indispensables para la ex-
portancia que se le da en el Derecho mo- plotación industrial: las instalaciones y
derno. El mismo principio fue acogido por las máquinas adquieren el carácter de in-
la legislación española en la Partida 5n, tí- muebles por accesión física o moral; y
tulo 59, leyes 28 y 29. casos en que el suelo y los edificios en los
Nuestro codificador ha dicho sobre la cuales funciona el establecimiento, no son
materia lo siguiente: "Marcado, sobre el indispensables para la explotación indus-
art. 525, critica los términos de los artícu- trial: las instalaciones y las maquinarlas
los 522 al 525 del Código francés, que divi- conservan su carácter de cosas muebles,
den los Inmuebles en inmuebles por su porque ellas están colocadas en el inmue-
naturaleza, e inmuebles por su destino, ble en mira de la profesión ó industria de
pues es imposible designar la línea de de- su propietario (Salvat). (V. ACCESIÓN. AC-
marcación entre ellos. Más lógico y más CESIÓN MORAL.)
jurídico sería decir Inmuebles por accesión.
En todos los casos en que las cosas mue- JURISPRUDENCIA. — Casos en que el suelo y los
edificios donde funciona un establecimiento in-
bles se encuentran inmovilizadas, es por- dustrial son indispensables para la explotación
que son accesorias de los inmuebles. Cuan- del mismo. Doctrina: en este caso las Instalacio-
do una paloma del palomar vecino anida nes y maquinarles adquieren el carácter de cosas
en el mío, es por accesión que viene a ser Inmuebles por accesión física o moral. FALLOS:
Cara. Clv. 2* Cap. Fed., 22-X-1919, en O. del P.,
mía y se encuentra inmovilizada en el t. 24, pag. 15. Comp. Cám. Apel. Com. y Crlm.
palomar. No se puede decir que es por de Mendoza, 8-IV-19-10, en J. A., t. 70. pag. 538.
destino, pues que nadie la había destinado En el caso en que el suelo y los edificios en
los cuales funciona el establecimiento industrial,
al palomar. Los edificios son sólo acceso- no son indispensables para la explotación del mis-
rios del suelo, y por esa razón vienen a ser mo. Doctrina: las Instalaciones y maquinarias
inmuebles" (nota al art. 2313). "Los edifi- conservan en este caso su carácter de cosas mue-
cios son designados en el Código francés bles. FALLOS: Cám. Clv. 2», 26-IX-1918. O. del F.,
t. 17, pag. 200; J. A., t. 2, pag. 790; 7-IX-1923,
como inmuebles por su naturaleza, cuando G. del F. t. 47, pag. 230; J.JV., t. 11, pag. 1075.
en verdad sólo lo son por un hecho de Contra: Cám. Com. 15-IX-1924, O. del F., t. 53,
accesión, tal es en efecto el origen que el pag. 63; J. A., t. 14, pag. 559.
Derecho romano asigna a esta especie de Sobre el concepto de la accesión física: "En
nuestra legislación debe descartarse la idea de
inmovilización de los materiales que por que la sola presencia Inmediata o el simple con-
su naturaleza eran muebles" (nota al ar- tacto de la cosa mueble con el suelo pueda cons-
tículo 2314). tituir accesión física; debiendo exigirse en cam-
bio que se trate de cosas anexas o agregadas en
Las dos condiciones exigidas por la doc- forma de verdadera incorporación orgánica, de
trina del Código argentino para que haya manera mas o menos sólida, por ejemplo por
accesión física son las siguientes: 1?) que medio de cimientos, pilares u obras semejantes,
exista adhesión física de la cosa mueble a aunque ese estado pueda alguna vez cesar. Para
que exista accesión física es necesario que las co-
la inmueble; 2?) que esa adhesión tenga sas muebles se encuentren realmente Inmovili-
el carácter de perpetuidad; entendiéndose zadas por su adhesión física al suelo, con tal que
este último concepto como "una'adhesión esa Inmovilización tenga el carácter de perpetui-
de modo permanente, sin limitación de dad, pero este último extremo no debe tomarse
en forma tan absoluta que signifique lo eterno,
tiempo y sin que se la subordine a un pla- o que no pueda cambiarse, pues es bastante la
zo". No debiendo tomarse en la idea abso- adhesión de modo permanente o sin limitación
luta de significación de lo eterno e in- de tiempo o que en un principio se la subordine
a un plazo" (Cám. Apel. Rosario, Sala I,' 15-VI-
mutable (concepto de la Jurisprudencia'). 1945. Repertorio L. L., VIII, v. Inmueble, N» 123.
(V. COSAS MUEBLES E INMUEBLES. INMUEBLES Comp. fallos de Cám. Civ. 2» de la Cap., 6-IX-1918,
POR ACCESIÓN.) J. A., t. 2, pag. 438; y 21-XII-1925, en J. A.,
Para aclarar las cuestiones prácticas que t. 38, pag. 129).
se pueden producir, el Código civil, tanto Sobre el concepto de perpetuidad. Fallos: Sup,
Corte Bs. Aires, l'-II-1940. en La Ley, t. 17, pá-
para el caso de accesión física como de gina 572; Cám. Clv. 1», 27-VI-1932, en J. A., t. 38,
accesión moral, ha preceptuado lo si- pag. 728.
guiente: "Las cosas muebles, aunque se Casos líe accesión física: "Constituyen Inmue-
bles por accesión, comprendidos en la garantía
hallen fijadas en un edificio, conservarán hipotecaria, los tanques subterráneos, recipientes,
su naturaleza de muebles cuando estén prensas y tambores hidráulicos y cañerías de la-
cendlo. cuyo retiro sería imposible sin la des- 50, tít. 16, Ley 72, Dig. L. 30, tít. 16, Ley 245;
trucción del edificio" (Cám. Com. Cap. Fed., Dig. L. 19, tít. 1, Ley 40). — "Se preocupa-
6-V-1938, en L. L., t. 10, pag. 747). — "Un galpón
construido en madera y zinc, en una zona rural, ron más de interpretar la extensión del
que lleva más de diez años de existencia sin que contrato o del legado, que en clasificar las
baya indicio alguno que vaya a ser desarmado y cosas en muebles e inmuebles" (Planiol y
que reviste todos los caracteres de permanencia Rtpert).
en el sentido que le da la ley y la doctrina,
debe ser considerado como un Inmueble por ac- En la antigua legislación española, de
cesión /isleo (art. 3315, Cód. clv.)" (Stip. Trlb. hecho se consideraba como inmuebles co-
E RÍOS, 28-IV-1944, Repert. L. L., v. Inmueble, sas muebles, de acuerdo a la distinción
N' 1).
moderna, porque eran cosas que se iden-
BIBLIOGRAFÍA. — Consultar la que corresponde a tificaban con el inmueble en el cual se
la voz Accesión. — Josserand, L., Derecho civil, encontraban, formando un todo jurídico o
t. I, vol. 3o, pag. 22 y siga., Bs. Aires, 1950. — Pla-
económico con él y, por lo tanto, siguiendo
niol, M., y Rlpert, J., Tratado práctico de Dere-
cho civil francés, t. III; Los bienes, pag. 73 y su condición (Salvat, Sánchez-Román).
algs., La Habana, 1948. — Salvat, Baymundo, Tro- La ley 28, tít. 5°, Partida 5%, y la ley 31,
todo cíe Derecho civil argentino - Parto general, del mismo título y Partida, establecieron
pag. 640 y slgs., Bs. Aires, 1931. tácitamente, el vínculo moral que puede
existir entre cosas muebles y un inmue-
ACCESIÓN MORAL.* En la accesión fí- ble.
sica, las cosas muebles se transforman en En las costumbres francesas anteriores
Inmuebles a consecuencia de su adhesión a la legislación, se desarrolló el pensamien-
material a un inmueble, mientras en la to jurídico romano y al mismo tiempo se
accesión moral se establece una vincu- agregó esta nueva idea, a saber: que toda
lación especial —por destino, en el Derecho cosa accesoria, siendo parte inseparable de
francés— que no siendo una unión mate- lo principal, en este caso de un fundo, debe
rial o física, es denominada moral, ya que tomar de éste su naturaleza de inmueble.
el inmueble y el mueble atraído a su es- Los autores que desarrollaron y perfeccio-
fera económica y jurídica forman una naron teóricamente estas costumbres, co-
unidad ideal, no material; siendo el fin mo Gui Coquille y principalmente Pothier,
de la colocación del bien mueble, el uso, quien formuló una serie de reglas al res-
la comodidad o la explotación del inmue- pecto, pusieron de manifiesto la misma
ble. idea, sin hablar de inmuebles por destina-
La materia se relaciona estrechamente ción.
con la clasificación de las cosas en mue- Es decir, que las antiguas costumbres y
bles e inmuebles remitiéndonos a las ex- los autores que las comentaron y desarro-
presiones: Cosas muebles e inmuebles, In- llaron, no elaboraron la doctrina de los in-
muebles por accesión, Bienes muebles e in- muebles por destinación. Sólo señalaron los
muebles, dada la importancia del asunto. casos en que las cosas muebles se convier-
Con respecto al origen de la distinción ten en inmuebles, sin determinar el carác-
en las cosas muebles convertidas en in- ter de tal afectación. — El origen técnico
muebles por la accesión física y moral hay de la clasificación se encuentra en el Có-
que tener en cuenta que el Derecho ro- digo civil francés de 1804. En él se formuló
mano había resuelto prácticamente la por primera vez la teoría de los -bienes in-
cuestión en los casos de ventas o de lega- muebles por destino en oposición a los in-
dos sobre una casa o un fundo. Se hacía muebles por naturaleza (V. ACCESIÓN FÍ-
intervenir el principio de que lo accesorio SICA.)
sigue a lo principal, de modo que seña- La doctrina del Derecho civil actual
laron qué accesorios debían ser compren- está, en general, de acuerdo en que
didos en la venta o en los legados, sin de- esta clasificación de los muebles, conver-
terminar la clasificación de inmuebles por tidos en bienes inmuebles por afecta-
accesión moral. En realidad, los Juriscon- ción moral, es superflua, por ficticia y
sultos romanos no establecieron la cate- carente de utilidad práctica. Además de
goría señalada y en cambio señalaron ser una fuente de dificultades constantes
claramente que las cosas que por su rela- dicen Planiol y Ripert, agregando: "Bas-
ción con un inmueble seguían su condición taba con establecer que los accesorios mue-
jurídica, estaban en una verdadera rela- bles de un fundo, destinados a su explota-
ción de dependencia, lo que equivale a la sin ción, no pueden ser separados del mismo
la voluntad de su propietario, cuando
moderna noción de pertenencia (V. Dig. L. el predio y los accesorios pertenecen a la
misma persona. No había necesidad de
* Por el Dr. ARMANDO V. SILVA. contrariar la clasificación natural de las
cosas en muebles e inmuebles, que es lo propietario del inmueble. Se entiende tam-
que conduce a una consecuencia injusta bién, por las personas legalmente autori-
en materia fiscal." zadas, porque la ley enumera y determina
En la legislación moderna y de acuerdo otras personas que pueden intervenir en
con la critica precedente, los Códigos civi- la afectación (art. 2320, Cód. civ.).
les de Alemania y Suiza (Cód. civ. alem., 4?) Que la colocación debe ser hecha a
arts. 93, 94 y 95; y Cód. civ. suizo, arts. 642, perpetuidad, lo que va implícito en el ca-
643, 644 y 645) siguen la teoría de la parte rácter de accesorios de los muebles desti-
integrante y desarrollan el concepto de la nados al uso, la utilidad o la explotación
pertenencia. De ese modo se desvinculan del inmueble. No debe ser, por lo tanto,
de la clasificación tradicional y no legislan una colocación temporaria. (V. COSAS MUE-
sobre inmuebles por destino. El Código ci- BLES E INMUEBLES.)
vil italiano de 1942 también sigue esta nue- Como concordantes del artículo trans-
va corriente doctrinaria y en su art. 817 dis- cripto, el Código civil argentino establece
pone sobre las pertenencias definiéndolas los preceptos de los arts. 2320 y 2321, que
como cosas destinadas en modo perma- respectivamente dicen: "I,as cosas muebles
nente (durevole) al servicio o para la or- destinadas a formar parte de los predios
namentación de otra. rústicos o urbanos, sólo tomarán el carác-
El Código civil argentino ha seguido, en ter de inmuebles, cuando sean puestas en
lo que se refiere a la clasificación de las ellos por los propietarios o sus represen-
cosas inmuebles por accesión moral, el sis- tantes o por los arrendatarios en ejecución
tema tradicional del Derecho francés. Pe- del contrato de arrendamiento" y "cuando
ro ha establecido las condiciones y los las cosas muebles destinadas a ser parte
principios generales, sin entrar en enume- de los predios, fuesen puestas en ellos por
raciones de detalle, lo que lo diferencia del los usufructuarios, sólo se consideran in-
sistema de los Códigos civiles francés y muebles mientras dura el usufructo".
español y lo acerca a los de los Códigos Las diferencias que se establecen entre
alemán y suizo. Aunque no legisla sobre la accesión física y la accesión moral, con
partes integrantes ni pertenencias, en for- relación a las cosas consideradas en si
ma específica, deja sentados los principios mismas, son las siguientes:
generales para guiar el criterio judicial en 19) La accesión física supone una unión
la solución de los infinitos casos legales material del objeto mueble con el inmue-
de la vida del Derecho. ble; mientras en la accesión moral el víncu-
El art. 2316 del Código civil argentino lo se establece por consideraciones econó-
dispone: "Son también inmuebles las cosas micas y legales que se traducen en un
muebles que se encuentran puestas inten- nexo de carácter ideal y un nexo de afec-
cionalmente, como accesorias de un in- tación moral que caracteriza esta situa-
mueble, por el propietario de éste, sin es- ción.
tarlo físicamente". 29) La accesión física puede ser reali-
Se debe tener en cuenta que la distin- zada por cualquier persona que coloque un
ción de cosas muebles e inmuebles en este mueble, adhiriéndolo a un inmueble. En
caso, depende exclusivamente de la ley y la accesión moral, en cambio, se ha visto
que ésta determina las condiciones de tales que la ley considera indispensable que sea
categorías de objetos. el propietario o la persona autorizada para
La ley exige el cumplimiento de las si- efectuar la vinculación necesaria.
guientes condiciones para considerar vi- Aquí también, como en la materia de los
gente el principio de la accesión con res- inmuebles por accesión física, se plantean
pecto a las cosas muebles que se introducen cuestiones que la ley ha previsto en el
en la esfera económica y jurídica de un' art. 2322 del Código civil: "Las cosas mue-
inmueble: bles, aunque se hallen fijadas en un edifi-
!•?) Que las cosas muebles se coloquen cio, conservarán su naturaleza de muebles
en un inmueble, ya sea un fundo de tierra cuando estén adheridas al immueble en
o una casa, pues la ley no distingue. mira de la profesión del propietario, o de
21?) Que hayan sido puestas intencional- una manera temporaria". (V. ACCESIÓN FÍ-
mente como cosas accesorias. Debe existir SICA.)
una relación directa entre las cosas mue-
bles y el fundo o el edificio: los útiles de JURISPRUDENCIA. — "Para probar la accesión mo-
labranza de un campo; los muebles del ral debe tenerse presente la Intención del pro-
ajuar de una casa, etc, (V. la nota al pietario, revelada a través de los actos ejercidos"
(Cám. Civ. 2». 5-ES-918, en J. A., t. 2, pág. 438).
art. 2316 del codificador). Se han cumplido las condiciones que la ley y
3?) Que la colocación se efectúe por el la doctrina exigen para que las cosas muebles
se conviertan por accesión moral en Inmuebles, ACCESO CARNAL.* En el lenguaje del
si fueron Introducidas por su dueño de un modo
Intencional como accesorios y con el carácter de Derecho penal esta expresión equivale a
perpetuas. (Cám. Apel. LA Plata, Sala II, 8-IX- "una penetración sexual y se produce cuan-
1944. en L. L.. t. 37. pág. 413.) FALLOS sobre el do el órgano genital entra en el cuerpo,
mismo concepto de la Intención del propietario ya sea por vía normal o anormal" (Soler).
de Inmueble; Cám. de Paz Letrada, Sala II, 6-XII-
1944, Repert. L. L.. VI. Compraventa N» 33. Es sinónimo, pues, de ayuntamiento car-
"Para que los bienes muebles revistan el ca- nal, concúbito, cópula carnal, yacimiento,
rácter de inmuebles por accesión moral, se re- coito, porque tanto uno como otros de es-
quiere que ai colocarlos se haya tenido en cuenta tos conceptos lo involucran.
la explotación del edificio". (Cám. Com. Cap. Fed., Como puede apreciarse se hace referen-
27-VII-1937, L. L., t. 7, pág. 572.) —Este concepto
como una idea general, porque existe una doc- cia al acto sexual y se alude asi al ele-
trina jurisprudencial que considera que, para que mento material, común a varios delitos
se afecten las cosas muebles en calidad de in- tipificados en nuestro ordenamiento penal.
muebles por accesión moral o material, se requiere (V. ADULTERIO. ESTUPRO. VIOLACIÓN.)
la especial destinación a la explotación del suelo
o del edificio. De modo que si el propietario de Desde un punto de vista objetivo y para
los muebles se Umita a ejercer una industria, aún aclarar la determinación de ese elemento,
valiéndose de máquinas asentadas materialmente se ha dicho que comprende la introducción
en la tierra y resguardadas por un edificio, siem- del órgano sexual masculino o femenino,
pre que el suelo y el edificio 110 constituyan ele-
mentos de la Industria, se sostiene que siendo en vaso normal o anormal, practicado so-
esta última lo principal, los muebles siguen su bre persona de cualquier sexo, con miras
condición y están colocados en mira de la pro- al coito o un acto sucedáneo. (Peco).
fesión o Industria de su propietario. — Al res- Según el delito de que se trate, el hecho
pecto V. Fallos de la Cám. Civ. 2». 26-XI-1918,
G. del F-, t. 17, pág. 200, y J. A., t. 2, pag. 700, del acceso carnal ha dado motivo a profun-
y 7-XI-1923, G. del F.. t. 47, pág. 230, y J. A., t. 11, das diferencias de criterios entre los auto-
pág. 1075; 2-IV-1943, J. A.. 1943-11, pág. 172. En res clásicos y modernos del Derecho penal.
contra, Cám. Com., 15-X-1924. J. A., t. 14, pág. 550.
— Const. 23-111-1928, J. A., t. 27, pág. 377. Así por ejemplo, con referencia al adulterio
Sobre las condiciones legales exigidas para que se prefiere de una parte de la doctrina la
se produzca la accesión moral: deben constituir expresión acoplamiento sexual, -"porque ella
accesorios del Inmueble donde se colocan las cosas supone la relación carnal de personas de
afectadas, Sup. Corte Nac.. 16-IV-1901, Folios, t. 90. distintos sexos, eliminándose asi las su-
pág. 175. — Debe tratarse de cosas muebles colo-
cadas en Interés del fundo, no de la persona de puestas posibilidades, admitidas por algu-
su propietario, pues en ese caso rige lo precep- nos autores, de que puedan constituir adul-
tuado por el art. 2322. Cám. Clv. la.. Cap. Fed., terio los tratos sexuales con personas del
20-V-1942, L. L., t. 20, pág. 860; 13-V-1935, J.
A., t. 50, pág. 466; Cám. Apel. Com. y Crlm. de mismo sexo" (Fontán-Balestra).
Mendoza, 8-IV-1940, J. A., t. 70, pág. 538; Cám. Asimismo, con respecto al elemento ma-
Apel. de Rosarlo, Sala II, 28-VIII-1942. Repert. terial del delito de adulterio, se discute so-
L. L., IV, pág. 3; Cám. Com., 27-VII-1937, J. A., bre el momento y modo en que la unión
t. 59, pág. 268.
sexual se verifica. Carrara, decía que debía
BIBLIOGRAFÍA. — Díaz Cruz, M., "Bienes Inmue- exigirse la cópula practicada de una ma-
bles por destinación", en Rev, J. A., t. 59. pág. 59 nera natural, no contra natura. Además,
de la Secc. Doct. — Josserand. L., Derecho civil, consideraba indispensable la seminatio in~
t. I, vol. 3», pág. 30 y slg., Bs. Aires, 1950. — tra vas, para determinar el momento de
Planlol M., y Ripert J., Tratado Práctico de Dere-
cho Civil francés, t. ni; "Los Bienes", pág. 76 la consumación del delito. En el mismo
y slgs. La Habana, 1946. — Salvat, R., Trotado sentido opinaba Garraud. Se debe tener en
de Derecho Civil argentino. Parte general, pági- cuenta que esta doctrina tradicional consi-
nas 643-645 y slgs., Bs. Aires. 1931. — Sánchez Ro-
mán, F., Estudios de Derecho Civil, t. II, pág. 497. deraba al adulterio como un peligro para
— Vázquez, A., "Inmuebles por accesión moral", la descendencia lo cual constituía uno de
en Rev. J. A., t. 1941-1. pág. 177, nota. los esenciales intereses protegidos. Por eso
la doctrina moderna y la que corresponde
ACCESO. Del latín accesus, llegada, ve- a nuestra ley, partiendo de la idea com-
nida, aproximación. Acción y efecto de lle- pleja de que el delito de adulterio compro-
gar o acercarse. Unión carnal entre perso- mete una pluralidad de bienes jurídicos
nas. (la familia, la moral pública, las buenas
En Derecho canónico es la facultad de costumbres, la honestidad, etc.) no es tan
transmitir los beneficios eclesiásticos pro- exigente en los requisitos del elemento ma-
terial y sólo considera los actos capaces
pios a parientes u otras personas. Los Con- de lesionar los bienes jurídicos aludidos.
cilios de Letrán y de Trento y las Decre- Dada la importancia de la materia nos
tales Pontificias han prohibido estas trans- remitimos al vocablo ADULTERIO, donde será
misiones que dan lugar al vicio llamado
nepotismo. (V. ACCESO CARNAL). • Por el Dr. ARMANDO V. SU.VA.
tratada sistemática y orgánicamente y a (Cám. Fed. La Plata, 25-IX-1931, J. A., t. 86,
la BIBLIOGRAFÍA de este resumen. pág- 912).
"La ley penal ha empleado con pleno conoci-
En el delito de violación el acceso carnal miento de un valor uniforme y en todos los casos
constituye el elemento material del delito (arts. 119, 121 y 127), la expresión "acceso car-
y se produce con la introducción del órga- nal", como sinónimo de cópula (Cám. Ped. Ba-
hía Blanca, 16-VI-1941, J. A., t. 75, pág. 867).
no genital de una persona en vaso de otra
aún cuando sea indebido, de manera que BIBLIOGRAFÍA. — Carrara, Francesco, Programa
dé lugar a un equivalente anormal del del corso de diriito criminóle, § 1884, Lúea, 1889.—
coito (Fontán-Balestra). Ponían Balestra, Carlos, Delitos Sexuales, § 14,
I, II, III; § 25, I; § 31, I, II; § 25, II; § 26,1, u;
De modo que en este delito realizado § 49 y 59; § 79, IV y V., Bs. Aires, 1945. —
con "violencia real o presunta" debe pro- Garraud, B., Droit penal /raneáis, párr. 8, I, París,
ducirse por esos medios un acto de unión 1398-1902. — Gómez, Euseblo. Tratado de Dere-
cho penal, t. III, págs. 47 y sigs., 76 y sigs., Bs.
sexual, de conjunción carnal, que importe Aires, 1940; Peco, José, El delito de violación,
a su vez una penetración carnal normal L. L., t. 45, Secc. Dact., pág. 42. — Soler, Sebas-
o anormal, en persona de uno u otro sexo. tián, Derecho penal argentino, t. III, págs. 336 y
slgs., 340 y slgs., 353 y sigs., Bs. Aires, 1945.
El Código argentino vigente sustituyó la
expresión."aproximación sexual" del Código ACCESORIAS DE LA CONDENA. (V. PE-
anterior por la actual del art. 119 del Có- NAS ACCESORIAS.)
digo Penal. Con ello es suficiente una pe-
netración parcial, pero siempre necesaria, ACCESORIAS LEGALES. Se denominan
para que se realice el elemento material así a las reclamaciones de orden secunda-
del delito. Mucho menos se requiere en rio que toman el carácter de complementos
este caso, el perfeccionamiento del acto fi- judiciales, tales como las costas, los inte-
siológico del coito. La eyaculación y sus reses, etc., que se solicitan conjuntamente
corolarios, la seminatio o la inmissio se- con el objeto principal de la demanda.
minas, no son necesarios y asi también lo
ha entendido la doctrina de nuestros tri- ACCESORIEDAD EN LA PARTICIPA-
bunales en consonancia con la de los auto- CIÓN. (V. PARTICIPACIÓN KN EL DELITO.)
res modernos. ACCESORIO, RÍA. En el lenguaje jurí-
De esa manera el acceso carnal en el de- dico tiene una acepción general de acuerdo
lito de violación,, no importa la realización a su etimología: accesus, accessio, lo de-
de actos libidinosos ajenos al concúbito e pendiente, lo secundario, lo aproximado, lo
inidóneos para llegar a él (la masturba- que se une.
ción, los desahogos libidinosos, etc.). Tam- La idea central se expresa así: lo acce-
poco es necesaria la desfloración, aunque sorio depende de lo principal. Es decir que,
como bien se hace notar, no es suficiente lógicamente, tiene su correlativo en lo
el coitus ínter fémora (Carrara, Soler). principal. Todo lo que complementa y de-
En el estupro la materialidad del delito pende de algo que tiene una existencia
se produce con el acceso carnal. independiente y propia, es accesorio.
En ese lato sentido, se aplica el concepto
JURISPRUDENCIA.— En el delito de adulterio: a instituciones del Derecho civil, procesal y
"El concúbito con mujer casada mayor de 15 años, penal, principalmente. Predominando siem-
con el concurso de su voluntad, sólo puede cua-
drar en el delito de adulterio" (Cám. Fed. La Pla- pre la idea de que lo accesorio es todo lo
ta, ll-IV-1932, J. A., t. 37, pág. 1248). relacionado a una cosa, a un derecho, a
En el delito de violación: "El concúbito que un negocio jurídico, considerado principal,
caracteriza el acto de la violación existe legal- sin constituir con ellos, un elemento subs-
meute aún cuando el acto no tenga perfección
fisiológica" (Sup. Corte Kac., 22-XI-1929, J. A., t. 31, tancial o esencial, aunque en cierta manera
pág. 751. — "Basta el yacimiento con la victima, integrante. La integración en relación de
ayuntamiento carnal o coito externo, sin nece- dependencia puede ser económica o moral
sidad de que tal acto llegue a generar una cópula y material o física.
completa o productiva de determinados efectos,
como la desfloración" (Cám. Fed. La Plata, No es fácil dar una definición exacta
6-XII-1929, J. A., t. 32, pág. 122 y 28-XI-1930, de lo accesorio, a pesar de la claridad del
J. A., í. 34, pág. 773; en el mismo sentido: Sup. principio romano: Accessio cedit principan
Corte. Bs. Aires, 7-VI-1932, J. A., t. 38, pág. 858;
22-VIIM933, J. A., t. 43, pág. 307; 31-V-1937, (Ulpiano, Dig. 34, 2, 19, 13). Quae acces-
L. L., t. 7, pág. 312; 14-VH-1939. L. L., t. 15, sonium lecum óptinent, extinguuntur cum
pág. 394;; Sup. Corte Tucumán, 1S-X-1940, L. L., principales res peremptae Juérint (Gayo,
t. 21, pág. 268; 2-IV-1938, J. A., t. 13, pág. 173; Dig, 33, 8, 2). Respectivamente, "lo acceso-
ll-VII-1939, L. L., t. 15, pág. 818).
En el delito de estupro: "El acceso carnal con rio cede a lo principal", y "las cosas que
mujer mayor de 15 años no constituye estupro", tienen la condición de accesorios, se extin-
guen cuando las principales hayan pere- tral es la siguiente; que una obligación es
cido". accesoria cuando su eficacia depende de la
Se han propuesto diversos criterios para existencia y de la validez de la otra (La-
determinar lo accesorio de lo principal, en faille). Ejemplos de obligaciones acceso-
forma teórica. Pero no debe olvidarse que rias: se debe tener en cuenta la acceso-
la relación de accesoriedad está determina- riedad voluntaria, que se produce cuando
da por situaciones de hecho y de derecho las partes atribuyen a una de las obliga-
(capital y frutos). Se ha tenido en cuenta ciones (accesoria) una función de medio
la existencia dependiente e independiente para la realización de la otra (principal).
de las cosas, la importancia o finalidad de Así el contrato de fianza y la cláusula pe-
las mismas, el valor y el volumen. Ningún nal. Asimismo, la accesoriedad legal, que
criterio, sin embargo, es definitivo, debien- se realiza cuando una de las dos obliga-
do quedar referida al arbitrio judicial la ciones (accesoria) se nos presenta como
determinación, de acuerdo a las situaciones la consecuencia de la otra (principal) en
y circunstancias de hecho y de derecho virtud de un precepto explícito de la ley
que se presentan en cada caso concreto. (Busso). Ejemplo: la obligación de resar-
Actualmente se refiere, para aclarar el cir los daños contractuales, por incumpli-
concepto, a la idea de pertenencia que el miento de la obligación principal o primi-
Código civil alemán introdujo en la legis- tiva, incluida en el contrato.
lación comparada. Dice el párrafo 97 de En esta materia rige el principio de que
dicho Código: "Llámase pertenencia a una el régimen de las obligaciones principales
cosa mueble que, sin ser integrante de la se realiza en función de su propio desen-
cosa principal, está destinada a servir al volvimiento natural, sin particularidad al-
fin económico de la cosa principal, habien- guna, mientras que en el caso de las obli-
do sido colocada ya en la relación especial gaciones accesorias, derivan sus efectos de
correspondiente, a menos que este destino la obligación principal, a la que se subor-
sólo sea transitorio, o que, no obstante, los dinan.
usos de tráfico no la consideren como per- Por extensión del concepto se han clasi-
tenencia". Es decir, que toma en cuenta la ficado los contratos en principales y acce-
conexión económica entre las cosas, aunque sorios, lo que equivale a la idea de indepen-
éstas no formen partes integrantes de un dientes y dependientes. Pero no es esta
todo unitario, material. Se considera prin- una clasificación aceptada por todos los
cipalmente la destinación económica o autores.
"moral" de la cosa accesoria. (V. PERTE- En lo que se refiere a Idea de accesorie-
NENCIA) . dad en cuanto a la dependencia de un de-
En el Derecho civil "son cosas accesorias recho con relación a otro, se debe hacer
aquellas cuya existencia y naturaleza son notar que se extiende en el Derecho civil
determinadas por otra cosa, de la cual de- fuera del ámbito exclusivo de los vínculos
penden, o a la cual están adheridas". (Ar- creditorios. Basta mencionar los supuestos
tículo 2328, Cód. civ.). "Son cosas princi- legales comprendidos: el dominio y el usu-
pales las que pueden existir para si mismas fructo (art. 2918 y concordantes). En el
y por sí mismas" (art. 2329, Cód. civ.). mismo plano legal, las servidumbres reales
Esta clasificación de las cosas en princi- (art. 3045 y correlativos). En el ámbito de
pales y accesorias tiene en cuenta la je- la familia, la materia de la prestación de
rarquía con que ellas entran en relación alimentos, deberes de los cónyuges y efec-
de dependencia. Dada la importancia de la tos del parentesco.
materia nos remitimos a las expresiones: En el Derecho comercial la idea se pre-
Cosas accesorias, Cosas principales, Perte- senta con relación a los objetos, aue en
nencias, Frutos, donde será tratada en virtud de la dependencia que los vincula
forma orgánica y sistemática. al principal, participan de su misma natu-
En el Derecho de las obligaciones se lla- raleza jurídica, v. gr. en la palabra buque
man obligaciones accesorias aquellas cuya se comprende, además del casco y quilla,
existencia se halla subordinada por razo- los aparejos y demás accesorios, para que
nes económicas o prácticas a otra prin-
cipal. (V. OBLIGACIONES ACCESORIAS. OBLIGA- pueda navegar (art. 856, Cód. com.).
GACIONES PRINCIPALES). En el Derecho procesal, se suele llamar
"De dos obligaciones, una es principal y partes accesorias del juicio a las diligen-
la otra accesoria, cuando la una es la razón cias de citación, de pruebas; asimismo, a
te la existencia de la otra" (art. 523, Cód. los incidentes. En un orden de ideas seme-
civ.). Se dice que este concepto no es ri- jante se habla de las accesorias legales,
gurosamente exacto, ya que la idea cen- intereses y costas que se piden como com-
plemento y conjuntamente con el objeto Estos elementos accidentales no pueden
principal de la demanda. ser enumerados teóricamente, pues depen-
En el Derecho penal se llama delitos den de la voluntad de las partes y de las
accesorios aquellos que se cometen por la características del negocio típico que em-
ejecución de otros considerados principa- prenden y que pueda admitir dichos ele-
les. Asimismo, se habla de penas accesorias mentos.
que acompañan a otras principales y son Se pueden establecer cláusulas de carác-
consecuencias de ella, v. gr. la inhabilita- ter restrictivo, limitaciones a la voluntad
ción. (V. PENAS ACCESORIAS.) (A. V. S.) de las partes, de ahí que doctrinaria y le-
gislativamente se utilicen las expresiones
BIBLIOGRAFÍA. — Busso. Eduardo B., Código Civil equivalentes: "modalidades del negocio
Anotado, t. III, "Obligaciones", com. art. 523,
págs. 429 y sigs., Bs. Aires, 1949. — Diccionario de jurídico", "determinaciones jurídicas acce-
Derecho Privado (español), t. I. págs. 72, 1228 sorias" o "autolimitaciones de la volun-
y 1276; t. II, págs. 2973 y sigs., Barcelona, 1960. tad".
— Euneccerus, L,., y Wolíf, M., Tratado de Derecho
Civil, Parte General, vol. I, párr. 118 y 119, pá- Los elementos que bajo esos rubros son
ginas 569 y 579, Barcelona, 1943. — Escriche, Dic- estudiados con más detenimiento y com-
cionario Itazonado de Legislación y Jurispruden- prendidos entre ellos por los tratadistas,
cia, pág. 47, Madrid, 1847. — Salvat, K.., Tratado pueden enumerarse de la siguiente mane-
de Derecho Civil Argentino, Parte General, pá-
gina 6ü2, Bs. Aires, 1931. — Laíaille, Derecho ra: la condición, el plazo, el modo y el
Civil, t. 7, Tratado de las Obligaciones, vol. II, lugar. Dada la importancia de la materia
pág. 24 y sigs., Bs. Airea, 1950. que ello implica, nos remitimos al análisis
de estas expresiones. (A. V. S.)
ACCIDENTALIA NEGOTII. Del latín
accidvns, lo accidental, lo circunstancial, BIBLIOGRAFÍA. —Casso, Nociones de Derecho C(-
caso fortuito o inesperado, y negotium, en vil, 1917. — Colín, A., y Capitant. H., Curso ele.
mantal de Derecho Civil, t. I, págs. 183 y sigs., Ma-
la acepción de negocio, trabajo, asunto. driü, 1942. — Enneccerus, L.: Klpp y Wolíf, Tra-
La expresión se refiere específicamente a tado de Derecho civil. Parte General, t. I, vol. 2',
lo que la doctrina llama elementos del ne- pág. 289, § 176, Barcelona, 1844. — Oertmann, P.,
gocio jurídico, principalmente la doctrina introducción al Derecho Civil., págs. 173 y sigs.,
Barcelona, 1933. — Huggiero, B. de. Instituciones
alemana, donde se usa la misma en el len- de Derecho Civil, págs. 243 y elgs.. Madrid, 1935.
guaje legislativo y doctrinario. — Tuhr, A. von. Parte General del Derecho Civil,
Los elementos esenciales del negocio págs. 104 y sigs., Madrid. 1927.—
(essentialia) son los indispensables que
no pueden faltar en el mismo, y sin los ACCIDENTE. Del latín accidens-entis.
cuales no habría negocio alguno típico. Lo accidental, lo circunstancial, lo inespe-
Por eso también se los denomina requisi- rado, lo que sobreviene, lo que acaece sú-
tos (Casso). El demandante tiene que pro- bitamente, lo que no es esencial.
bar los elementos esenciales (Enneccerus). En el lenguaje jurídico se emplea en
Los elementos naturales del negocio (na- alguna de esas acepciones. Partiendo de la
turalia) son las consecuencias que el orde- idea de un suceso eventual que altera el
namiento jurídico deriva del mismo, aunque orden natural de las cosas, se dice que es
no fueran queridas. Son las consecuencias todo acontecimiento que ocasiona un daño.
naturales que normalmente acompañan al Ahora bien, puede provenir de un hecho
negocio, salvo exclusión de las partes. de la naturaleza o de un hecho del hombre
Los elementos accidentales o circunstan- y originar ciertas consecuencias jurídicas.
ciales del negocio resultan del convenio de Cuando se trata de un verdadero suceso
las partes sobre puntos no esenciales y fuera y más allá de lo previsible, no tiene
apartamiento de los elementos naturales, consecuencias en Derecho penal. Pero da
v. gr., tratándose de la compraventa, res- origen a una responsabilidad penal cuando
pecto del lugar de la prestación o de la el acaecimiento se produce por culpa o
garantía por vicios, etc. (Enneccerus). Son, imprudencia y pudo ser previsto. En el or-
por lo tanto, determinaciones de carácter denamiento civil, el accidente sólo produce
accesorio (Acddentalia). En este caso, el consecuencias si el obligado ha tomado a
que invoca los acddentalia, distintos de los su cargo el caso fortuito. (V. CASO FORTUITO.
naturalia, tiene que probar su existencia, IMPRUDENCIA.)
lo cual es discutido aún en la doctrina ale- Actualmente, el término ha adquirido
mana. una importancia extraordinaria en las si-
Esta expresión sirve, por lo tanto, para guientes expresiones: accidente del trabajo
individualizar las modalidades, las condi- y accidente del tránsito, y comprende no
ciones o cláusulas accesorias y accidentales sólo el hecho imprevisible, sino todo acae-
de un negocio jurídico. cimiento que se produce como una conse-
cucncia del trabajo o de las complicaciones o movimiento a quien aplica su esfuerzo a
del tránsito moderno. la producción de riqueza o a una obra del
En el lenguaje de la lógica también juega entendimiento. La primera de estas inter-
la idea central de lo que ocurre o sobrevie- pretaciones no sirve a los fines del pre-
ne en forma circunstancial. Lo que no es sente estudio, porque, dentro siempre del
esencial ni natural. Aristóteles ya había examen gramatical, el suceso eventual que
definido: "lo que pertenece a un ser y pue- altera el orden normal del trabajo, tanto
de ser afirmado de él en verdad, pero que puede afectar a la persona del trabajador
no por ello es necesario ni constante". como a los elementos materiales que se
"Significa, en primer término, lo que emplean como a circunstancias relativas a
pertenece a un sujeto solamente en un lu- la cosa misma trabajada. La segunda de
gar determinado y en un tiempo determi- dichas interpretaciones ya nos va acercan-
nado y, en segundo lugar, lo que es propio do más a nuestro objeto desde el momento
de un sujeto, pero no pertenece a su esen- que circunscribe el suceso eventual a la
cia. Lo accidental se opone así a lo nece- persona del trabajador, y ha de ser de tal
sario" (Ferrater Mora). (.4. V. S.) naturaleza que prive del sentido o del mo-
BIBLIOGRAFÍA. — Ferrater Mora, José, Dicciona-
vimiento a quien lo sufre.
rio de Filosojía. pág. 8, México, 1944. — Orgaz, Mas ni siquiera es esa cuestión la que
Arturo. Diccionario Elemental de Derecho y Cien- Interesa concretar, sino las consecuencias
cias Sociales, Córdoba. que el accidente produce en el orden jurí-
dico. Que quien realiza un trabajo puede
ACCIDENTES DE MAR. (V. ABORDAJE. sufrir un accidente en sxi persona, no pasa
ARRIBADA FORZOSA. ASISTENCIA MARÍTIMA. AVE- de ser un ftecfto indudable. Lo que importa
RÍAS. NAUFRAGIO. Buscos DE MAR. SALVAMEN- es determinar los problemas y las solucio-
TO. SEGUROS MARÍTIMOS.) nes de derecho a que el mismo da lugar.
Por eso, incluso cuando en el lenguaje vul-
ACCIDENTES DE TRABAJO.* SUMAEIO: gar se habla de accidentes de trabajo, no
I. Definición. II. Accidentes y enlermeda- sólo se piensa en la lesión física del acci-
Ues. III. Relación de causalidad. IV. Conse-
cuencias económicas. V. Prevención. VI. An- dentado, sino en la obligación de repararle
tecedentes historíeos. VII. Fundamentos ju- el daño sufrido. Es, pues, en ese doble as-
rídicos de la reparación. VIII. La culpa y pecto en el de que ha de ser tratado el
la fuerza mayor. IX. La inversión de la
prueba. X. Definición de las incapacidades. tema.
XI. Bcparaclón. XII. Campo de aplica- Dejando a un lado la idea gramatical de
ción. XIII. Seguro. XIV. El aspecto inter- accidente del trabajo, definir el mismo en
nacional. XV. Estadística. XVI. Resumen
de legislación argentina. su alcance jurídico resulta muy difícil, so-
bre todo en una exposición de la naturaleza
I. DEFINICIÓN de la presente, porque no es el criterio sub-
Entre las diversas acepciones que el Dic- jetivo del expositor lo que Interesa, sino la
cionario de la Academia Española señala a explicación objetiva del asunto tratado; y
la palabra accidente, figuran las de "cali- en cuanto se sitúa la referencia en ese te-
dad o estado que aparece en alguna cosa, rreno, nos encontramos no ya con una de-
sin que sea de su esencia", "suceso even- finición, sino con tantas como tratadistas
tual que altera el orden regular de las han pretendido definir y como leyes o gru-
cosas", e "indisposición que repentinamente pos de leyes se han promulgado, pues como
priva de sentido o movimiento". A su vez, bien expresa Figuerola en su "Teoría y
trabajo representa "acción y efecto de tra- métodos de estadística del trabajo", la re-
bajar" (o sea "de ocuparse en cualquier paración de los accidentes "reviste formas
ejercicio, obra o ministerio" y "de aplicar- legislativas distintas, según el mayor o
se uno con desvelo a la ejecución de alguna menor desarrollo industrial, las tendencias
cosa") y también "obra, producción del políticas dominantes y el grado de progreso
entendimiento" y "esfuerzo humano apli- alcanzados por las instituciones juridíco-
cado a la producción de riqueza". En con- sociales". Así, por ejemplo, de que se en-
secuencia, dentro de un concepto grama- tienda que el accidente ha de ocurrir pre-
tical, se deberá entender por accidente del cisamente con ocasión del trabajo o que
trabajo bien sea el suceso eventual que al- pueda admitirse que lo sea también a
tera el orden regular de la obra del enten- consecuencia del mismo, media una pro-
dimiento o del esfuerzo humano en la funda diferencia, que ha de repercutir en
producción de riqueza, o bien la indispo- su definición legal. Si una ley admite que
sición que repentinamente priva del sentido los accidentes indemnizables son única-
mente los que se producen en determi-
Por el Dr. MANUEL Otsonio Y PLOBIT. nados trabajos o en determinados tra-
bajadores, los que ocurran en otros no constituido en cuanto señala el límite por
comprendidos, podrán caer dentro de una industrias fijado en la ley.
definición gramatical, pero quedarán apar- Coincidente con la de Marestaing, es la
tados de la correspondiente definición ju- definición de Cabouat —citado por Pozzo—
rídica. Y así con respecto a otros muchos en cuanto afirma que un accidente es el
aspectos. Tratar de definir en derecho el producto de una causa a la vez súbita y
accidente del trabajo, equivale a tomar violenta que se manifiesta en lesiones cor-
partido por una de las varias doctrinas dis- porales, que se traducen en el fallecimien-
crepantes entre sí. De ahí que muchos to de la víctima o en una incapacidad, más
autores basen sus definiciones en el crite- o menos grave, de trabajo.
rio mantenido por las legislaciones de sus Gallart Folch combina dos artículos de la
respectivos países. No obstante, y pese a ley española para definir el accidente de
esa dificultad, trataremos de ofrecer algu- trabajo como "toda lesión corporal que el
nas opiniones. operario sufra con ocasión o por conse-
Sachet define el accidente diciendo que cuencia del trabajo que ejecuta por cuenta
es "un suceso anormal, en general súbito ajena, siempre que no sea debida a fuerza
o por lo menos de una duración corta y mayor extraña al trabajo en que se pro-
limitada, que atenta a la integridad o a la duzca el accidente". Esta definición que
salud del cuerpo humano"; y señala que, precisa claramente el concepto examinado,
según la Oficina de Seguros del Reich ale- es de gran amplitud en cuanto permite no
mán, el acídente es "un suceso que aten- establecer diferencia entre el accidente del
tando a la integridad del cuerpo humano, trabajo y toda clase de enfermedades de-
se produce de un solo golpe y se encuentra rivadas del mismo. Si no sirve como defi-
claramente limitado por un principio y por nición abstracta, es porque al referirse a
un fin", definición coincidente con la de la fuerza mayor extraña al trabajo, entra
Marestaing, en el sentido de que es "un dentro de la norma de derecho positivo que
atentado al cuerpo humano, proveniente rige en España, pero que puede estar en
de la acción súbita y violenta de una causa oposición con otras legislaciones o con
exterior". otras doctrinas. Pérez Botija también se
Este concepto de la subitaneidad y de la atiene a la ley española para consignar la
violencia que se ve repetido en otros auto- noción del accidente de trabajo.
res, y también en ciertas manifestaciones Rouast y Durand toman su definición
legales y jurisprudenciales, reviste impor- del texto de la ley francesa, que considera
tancia, porque elimina a las enfermedades accidentes los "sobrevenidos por el hecho
relacionadas con el trabajo en todos los del trabajo o con ocasión del trabajo en
diversos aspectos que en el lugar oportuno cualquier lugar que sea", concepto que la
habrán de ser examinados. doctrina y la jurisprudencia especifican
Posición contraria se deduce de la defi- exigiendo que se trate de un suceso que
nición de Unsain, cuando consigna que "en cause una lesión al cuerpo humano; que
general, podría decirse que el accidente del sea un hecho de origen exterior a aquel
trabajo es todo hecho que, producido como que lo sufre, pndiendo provenir de un útil
consecuencia del trabajo, origina un daño o de un animal, de una fuerza natural, e
al trabajador". Suprimida la idea del su- incluso de un acto o de una palabra de una
ceso súbito y violento, para fijarse úni- persona, susceptible de producir un choque
camente en el nexo de casualidad, es evi- material o moral; y que sea un hecho que
dente que la protección alcanza tanto al deba producirse con cierta rapidez, corres-
accidente propiamente dicho, caracteri- pondiendo lo más frecuentemente a un
zado por aquellas circunstancias, cuan- choque, pero pudiendo, sin embargo, tener
to a las enfermedades contraídas en el tra- lugar sin traumatismo violento.
bajo. Cabanellas entiende por accidente toda
Para Pozzo, si accidente en general es un casualidad o suceso eventual de carácter
acontecimiento imprevisto u ocasional, que repentino; y por accidente de trabajo, ese
puede originar un daño en una cosa o en mismo suceso eventual cuando se produce
una persona, el accidente de trabajo será con ocasión o como consecuencia del tra-
eso mismo, pero "limitado a los daños su- bajo y con efectos de orden patrimonial,
fridos en su capacidad física por los obre- por originar una lesión valuable, siempre
ros durante el trabajo que desarrollan en que el ejercicio de la actividad represente
la industria" o en las industrias que la ley una prestación subordinada. Como se ve,
determine. Esta definición, de amplio al- este autor parece dar al accidente un sen-
cance, contiene una determinación doctri- tido restringido, desde el momento que exi-
nal de orden genérico y otra de derecho ge al suceso eventual un carácter repentino,
circunstancia que no siempre se da en las ha sido problema muy debatido en el cur-
enfermedades profesionales ni en las del so de los años a través de la doctrina, de
trabajo. Sin embargo, admite luego una la ley y de la jurisprudencia; y si bien ac-
cierta paridad para el estudio y para las tualmente está reconocido sin discusión el
legislaciones entre el accidente del trabajo derecho del trabajador a ser indemnizado
y la enfermedad profesional. en caso de enfermedad, subsisten las dis-
crepancias en cuanto al alcance del con-
II. ACCIDENTES Y ENFERMEDADES cepto de enfermedad a los fines de la re-
paración. Las dudas responden a un matiz
De las definiciones precedentes, entre- diferencial indudable entre el accidente
sacadas de las muchas que con sentidos súbito y violento y las enfermedades, pues
similares se podrían presentar, se deduce mientras en aquél la relación de causa a
que para los tratadistas, y también para efecto se presenta clara e indiscutible, en
las legislaciones, es accidente del trabajo éstas el nexo ya no es tan claro y frecuen-
el daño corporal que de manera repentina temente no es nada claro. Y todavía se
y violenta sufre quien realiza una labor presenta otra disparidad muy delicada,
por cuenta ajena, siempre que tal daño se pues mientras en el accidente propiamente
encuentre vinculado, más o menos directa- dicho se puede determinar en qué momen-
mente, según las diversas tendencias le- to se produjo y, consiguientemente, el pa-
gislativas, con la labor desempeñada por trono por cuenta de quien trabajaba el
la victima. Es, podría decirse, el criterio accidentado, en las enfermedades profe-
traumático de la lesión, aún cuando esta, sionales y en las enfermedades del trabajo
en ocasiones, pueda no afectar precisa- ni se puede fijar el instante de su con-
mente a los tejidos ni ser ocasionada por tracción ni es factible señalar los períodos
agentes mecánicos, cual ocurriría, por ejem- de incubación, por lo cual cabe que una
plo, en un caso ae muerte ocasionada por enfermedad incubada total o parcialmente
un susto o choque moral. mientras el operario trabajaba por cuenta
Pero además de ese tipo de lesiones or- de un patrono, no se exteriorice hasta que
gánicas o funcionales que por sus caracte- ese operario está trabajando por cuenta
rísticas de subitaneidad y ae violencia no de otro, sin que tampoco sea posible afir-
dejan lugar a dudas en cuanto a su origen mar que ello fue así por la razón antes
laboral, el trabajo puede ocasionar otros dicha de no existir manera de establecer
daños a la salud de los trabajadores como plazos de incubación, dependientes no sólo
consecuencia de las condiciones en que el de las condiciones en que el trabajo se haya
trabajo se realiza (temperaturas demasia- realizado, sino de las características indi-
do altas o demasiado bajas, exceso de hu- viduales del trabajador y de su propensión
medad, íalta de luz, ventilación deficiente, o resistencia a una enfermedad determi-
miasmas y otras similares), o de las mate- nada. Así, por ejemplo, la intoxicación sa-
rias nocivas que se utilizan o manipulan, turnina se puede adquirir a lo largo de
que van minando el organismo de quienes muchos años de manejar plomo o en con-
se encuentran sometidos a tales condicio- tadas horas. Y lo mismo es con todas las
nes, pero en cuya incubación, y salvo casos enfermedades; hasta el punto de que un
raros, no se puede fijar ni el momento de mismo ambiente de trabajo insalubre, o el
su iniciación ni, a veces, el hecho concre- manejo de substancias tóxicas, a unos ope-
tamente determinante. Y aún en este tipo rarios les daña gravemente, mientras que
de lesiones, se presenta una subdivisión, a otros no les afecta.
según que forzosamente se hayan tenido Las legislaciones sobre reparación de los
que contraer en la realización de deter- siniestros laborales han .afrontado la cues-
minadas labores, o que puedan también ser tión de las enfermedades con distintos cri-
adquiridas fuera de las mismas, siempre terios. Unas, al suprimir la exigencia de
que se demuestre el nexo de causalidad. subitaneidad y violencia, y no aludir luego
Las primeras son las que se conocen con el a las enfermedades, han dejado abierto el
nombre de enfermedades profesionales o camino para que la jurisprudencia las equi-
tecnopatías y las segundas con el de en- pare a los accidentes, pues lo único que se
fermedades del trabajo u ocasionales. Pue- exige es que la lesión, cualquier lesión, esté
den señalarse también las enfermedades- producida con ocasión o como consecuen-
accidente, que son las que se originan en cia del trabajo. Otras legislaciones han
un traumatismo, y que en ese sentido guar- aceptado como indemnizables únicamente
dan cierta similitud con los accidentes. las enfermedades profesionales, entendién-
Si tales enfermedades son iguales o dose por tales aquellas específica y limita-
equiparables a los accidentes del trabajo, tivamente consignadas en una lista, siem-
pre que, además, hubiesen sido contraídas, intoxicación por el fósforo, el arsénico
cada una de ellas, en industrias también y sus respectivos compuestos, con sus con-
predeterminadas. Finalmente, otras legis- secuencias directas; intoxicación por el
laciones aceptan no sólo las enfermedades benceno o sus homólogos, sus derivados
profesionales, sino también las del trabajo, nitrosos y amínicos con las consecuencias
pero distinguiendo unas de otras; distin- directas; intoxicación por los derivados
ción que tiene su origen en la posición de halógenos de los hidrocarburos grasos;
la víctima con respecto a la prueba, pues trastornos patológicos debidos al radium,
mientras en la enfermedad profesional a otras substancias radioactivas y a los
existe una presunción juris tantum a favor rayos X; y epitcliomas primitivos de la piel.
del nexo de causalidad, en la enfermedad Interesa reseñar esta lista porque es la que,
del trabajo no existe presunción ninguna, sobre poco más o menos, reproducen las
ni favorable ni adversa. legislaciones nacionales que han seguido el
La Organización Internacional del Tra- sistema de lista de enfermedades.
bajo —que tan decisiva influencia orien- Sin embargo, el criterio de los tratadistas
tadora y normativa viene ejerciendo desde y el de la jurisprudencia en todos los países
su fundación hasta la fecha, por medio de va siendo cada vez más favorable a la in-
su Oficina, de autoridad indiscutible—, en terpretación extensiva, aun con respecto a
el Convenio N<? 42, relativo a la reparación aquellas legislaciones que han fijado limi-
de las enfermedades profesionales, no de- tativamente las enfermedades profesiona-
fine lo que son éstas, limitándose a esta- les. Esa limitación podrá servir para que
blecer que los Estados Miembros se com- únicamente las enunciadas se reputen
prometen a asegurar a las víctimas de como tales; pero si el obrero Incapacitado
enfermedades profesionales, o a sus dere- para el trabajo, por sufrir una enfermedad,
chohabíentes, una reparación basada en demuestra que la adquirió en o a conse-
los principios generales de su legislación cuencia del mismo, tendrá derecho a in-
nacional relativa a la indemnización de demnización, no como victima de una
accidentes de trabajo y en cuantía no in- enfermedad profesional, sino de una enfer-
ferior a la establecida para éstos. Así, pues, medad del trabajo. El caso típico de inter-
la Convención mencionada da por sentado pretación jurisprudencial extensiva se en-
que una cosa han de ser los accidentes y cuentra en la doctrina establecida por los
otra muy distinta las tecnopatías, si bien tribunales argentinos. En efecto, la ley
las normas de reparación habrán de re- 9688, sobre reparación de accidentes de
girse por iguales principios. Pero así como trabajo, promulgada el 11 do octubre de
en el Convenio N<? 17, relativo a los acci- 1915, en su artículo I1?, reformado por la
dentes, que tampoco define, acepta el prin- ley 12.631, de 16 de julio de 1941, determina
cipio de causalidad, quiebra la norma en la responsabilidad patronal en los acciden-
cuanto a las enfermedades profesionales tes ocurridos a sus empleados y obreros
•en el Convenio N"? 42, ya que no exige que durante el tiempo de la prestación de los
se conceda reparación a todas las enfer- servicios, por el hecho o en ocasión del
medades originadas en el ejercicio pro- trabajo, o por caso fortuito o fuerza mayor
fesional, sino a aquellas otras que se con- inherente al trabajo. Establece, pues, una
signan en un cuadro, y a condición de que amplia relación de causalidad que permite
se produzcan en las industrias que para incluir en la protección a los accidentes y
cada enfermedad el propio cuadro señala, a las enfermedades. Pero el artículo 22 pa-
lo que equivale a apartarse del principio de rece desvirtuar ese principio, ya que reco-
causalidad, criterio que no varía por la noce el derecho del obrero a obtener la
circunstancia de que la lista de enferme- Indemnización cuando se incapacite o mue-
dades no tenga carácter limitativo y quede ra a causa de enfermedad contraída en el
su ampliación dentro de las facultades de ejercicio de su profesión, siempre que con-
las respectivas legislaciones. curran las circunstancias que especifica,
Para el Convenio N? 42 son enfermedades algunas de ellas de dudoso tecnicismo mé-
profesionales las intoxicaciones por el plo- dico, como la que fija en un año el período
mo, sus aleaciones y sus compuestos, con de incubación, pues a eso equivale la exi-
las consecuencias directas de dichas into- gencia de tal plazo en el trabajo realizado
xicaciones; intoxicación por el mercurio, por la victima; y otras de indudable sen-
sus amalgamas y sus compuestos, con las tido antisocial, como la que priva de pro-
consecuencias directas; infección carbun- tección a quienes estuviesen enfermos an-
closa, silicosis con o sin tuberculosis pul- tes de entrar en la ocupación, con lo cual
monar, siempre que la silicosis sea causa se eliminan las agravaciones producidas
determinante de incapacidad o muerte; por el trabajo y la revelación de enferme-
dades latentes. Todavía el precitado ar- medad preexistente no eximen al patrono
ticulo 22 lleva más lejos el criterio restric- de su responsabilidad, pues basta para de-
tivo, porque ordena que las enfermedades terminarla que el trabajo haya provocado
profesionales sean taxativamente enume- el daño, aunque sea de una manera indi-
radas por el Poder Ejecutivo en decretos recta, agravando o despertando la enfer-
reglamentarios. Por eso, el de 14 de enere medad que padecía la víctima.
de 1916, al reglamentar la ley 9688, no sólo
reproduce en el articulo 146 el texto del in. RELACIÓN DE CAUSALIDAD
articulo 22 ya citado, sino que en el 149
fija como únicas enfermedades profe- Pero ni siquiera aceptando cualquiera de
sionales: pneumoconlosis, tabacosis pul- los criterios expuestos en orden a la mayor
monar, antracosis, siderosis, saturnismo, o menor amplitud del concepto, quedaría
hidrargirismo, cuprismo, arsenicismo, of- establecida una definición eficaz, porque
talmía amoniacal, suiíocarbonismo, hidro- tanto si se considera que el accidente re-
carburismo, fosforismo, infección carbun- quiere el hecho exterior súbito y violento,
cosa (denominada pústula maligna en la como si se admite que lo sea toda lesión
primera redacción), dermatosis, anquilos- que sufra el obrero con entera indepen-
tomiasis y brucelosis (llamada fiebre on- dencia de las causas productoras y de la
dulante) . El decreto de 29 de abril de 1936 índole de sus manifestaciones, siempre
añadió a la lista los trastornos patológicos quedaría por resolver la duda relativa al
debidos al radio y demás substancias ra- alcance que se haya de dar a la relación
dioactivas y a los rayos X y los epiteliomas de causalidad o de ocasionalidad entre el
primitivos de la piel originados por la ma- siniestro y el trabajo. Tema es éste enca-
nipulación del alquitrán, de la brea, del rado de muy distinta manera en las varias
betún, de los aceites minerales, de la pa- legislaciones, solucionado de manera dis-
rafina o de compuestos, productos o resi- par por la jurisprudencia aun dentro de
duos de estas substancias; y el de 7 de una misma nación y con vistas a la inter-
noviembre de 1944, el calambre profesional pretación de una misma ley, y expuesto
del telegrafista o neuromiotrauma eléc- por los tratadistas con opiniones inconci-
trico. liables, todo lo cual justifica que Ottoíen-
Pues bien, pese a lo terminante de la ghi haya marcado este problema como el
norma legal, interpretada con sentido res- más dificultoso de la ley, y que Carnelutti
trictivo por numerosas sentencias que re- en el extranjero, y Anastasi entre los na-
chazaron el derecho de reparación a todas cionales, señalen que el trabaje no puede
las enfermedades que aun contraídas en el de ninguna manera ser causa directa de los
trabajo, no figurasen en el cuadro de las accidentes, sino dar ocasión a los mismos;
profesionales, pronto se inició una co- idea compartida por Ramírez Gronda al
rriente, magníficamente defendida por el decir que el trabajo sólo puede ser causa
profesor Rietti, en el sentido de que la rela- mediata, indirecta o concurrente.
ción limitativa de las enfermedades profe- En la Argentina, la primitiva redacción
sionales no impedía considerar como in- del artículo 1? de la ley n1? 9688 atribuía la
demnizables todas aquellas otras a las que responsabilidad patronal de los accidentes
uniese con el trabajo de la víctima una a los que padecían los obreros y emplea-
relación de causalidad. Aun cuando esa dos "durante el tiempo de la prestación
tesis —compartida por Ramírez Gronda de los servicios, ya con motivo y en ejer-
en una nota al artículo 22 de la ley 9688— cicio de la ocupación en que se les emplea
pudiera no ser acertada dentro de una per- o por caso fortuito o fuerza mayor inhe-
fecta hermenéutica, contenía fundamentos rente al trabajo". Este concepto hubo de
morales y sociales tan evidentes que pron- parecer poco claro y en oposición con los
to se abrió camino en la jurisprudencia; cauces que iba abriendo la jurisprudencia,
y no únicamente para indemnizar enfer- lo que dio origen a la modificación con-
medades no comprendidas en la relación tenida en la ley n"? 12.631, que se refiere ya
del decreto reglamentario, sino para ate- a los accidentes ocurridos "durante el
nuar el concepto de exclusividad en la re- tiempo de la prestación de los servicios, por
lación entre la enfermedad y el trabajo. el hecho o en ocasión del trabajo, o por
Para ello, como dice Ramírez Gronda, "los caso fortuito o fuerza mayor inherente al
jueces han sabido acomodar ingeniosa- trabajo". No obstante la mayor amplitud
mente las normas de la ley a las finalida- de la nueva norma, no ha faltado quien
des del sistema", admitiendo que la predis- encuentre cierta contradicción entre el
posición del obrero a una enfermedad, las principio de la ocasionalidad y la determi-
condiciones mórbidas anteriores o la enfer- nación de que el accidente haya de tener
lugar precisamente durante el tiempo de sindical. La norma generalmente admitida
la prestación, de los servicios, ya que con es que no basta el hecho de que la riña o
ello quedarían apartados de la responsa- la agresión se produzcan en el tiempo y
bilidad patronal los que sufriesen obreros en el lugar en que se realicen las faenas
y empleados fuera de la jornada de traba- para que el accidente sea aceptado como
jo, aun cuando se hubiesen producido con del trabajo, sino que es necesario que la
ocasión del mismo, quedando de tal modo causa motivadora de la riña o de la agre-
prejuzgada la tan debatida cuestión de los sión esté relacionada con el trabajo. Si el
accidentes in itinere y resuelta por la ley origen del hecho delictivo es puramente
en sentido contrario a las normas juris- personal, el patrono ninguna obligación
prudenciales tanto anteriores como poste- tiene de reparar el daño sufrido por la
riores a la reforma mencionada. Para sal- víctima. Y, contrariamente, aunque la riña
var dicha contradicción, y para no caer o la agresión se produzcan fuera del tiem-
en retroceso, se ha ido a la interpretación, po y del lugar del trabajo, la reparación
un poco forzada, de que al referirse al será de cuenta del patrono, siempre que la
tiempo de la prestación de los servicios, causa guarde relación directa o indirecta
el legislador ha querido aludir a la vigen- con el trabajo. Cuándo la agresión tiene
cia del contrato de locación de servicios origen laboral y cuándo es de índole per-
entre el patrono y el trabajador. sonal, constituye materia reservada, por su
Por otra parte, señalar como accidentes casuísmo, a la interpretación jurispruden-
indemnizables los que ocurran durante el cial; pero la distinción no suele ofrecer
tiempo de la prestación de los servicios, graves dificultades.
pudiera llevar a la conclusión notoriamen-
te equivocada de que bastaría aquella cir- IV. CONSECUENCIAS ECONÓMICAS DE LOS ACCI-
cunstancia de tiempo, y aun de lugar, para DENTES DEL TRABAJO
dar nacimiento al derecho de la victima
frente a su empleador, no obstante haberse Son ellas de muy variada índole y siem-
podido producir el accidente por causas pre de innegable trascendencia. Quedan
que ninguna relación tuviesen con el tra- referidas las que afectan a los trabajado-
bajo. res víctimas de los infortunios. Pero esas
De cualquier modo, y aun aceptando consecuencias alcanzan también a los pa-
únicamente los conceptos de la causalidad tronos y al conjunto de la riqueza del
y de la ocasionalidad, se presentan situa- país.
ciones en que el nexo entre trabajo y acci- En cuanto a los patronos, por la carga
dente es tan duaoso que las opiniones se que representa el pago de la asistencia
han dividido entre quienes se pronuncian sanitaria y de las indemnizaciones a los
por la afirmativa categórica, quienes man- accidentados, o de las primas del seguro;
tienen una negativa absoluta y quienes pero también, y frecuentemente de modo
buscan una solución ecléctica, es decir, con- principal, por las repercusiones indirectas
dicionando la afirmación y la negación. que el siniestro trae aparejadas y que no
Entre esas situaciones dubitativas, la más son susceptibles de cubrir con el seguro,
característica y la que con mayor frecuen- pudiendo considerarse como tales los des-
cia se ha debatido, es la antes aludida de perfectos en las máquinas y en los útiles
los accidentes a la ida o a la vuelta del del trabajo, el tiempo perdido con la inte-
trabajo, por lo cual habrá de ser objeto de rrupción de las labores para asistir al ac-
especial examen en la voz correspondien- cidentado y para comentar el hecho, la
te. (V. ACCIDENTES "m ITINERE".) necesidad de reemplazar al obrero con otro
Otros casos de dudosa relación de cau- menos apto o más extraño al nuevo am-
salidad señalan los tratadistas, y son aqué- biente de trabajo, e igualmente la pérdida
llos los accidentes provocados por riña du- de tiempo de directores o empleados en
rante el tiempo y en el lugar del trabajo, cumplimentar trámites burocráticos. Aun
y otras agresiones llevadas a cabo en las cuando por la enunciación parezca que el
mismas circunstancias, bien por compañe- asunto es baladi, ofrece gran interés, pues
ros de la industria o explotación, bien por según algunos estudios efectuados, estas
personas ajenas. Aparte de que las labores repercusiones indirectas representan un
en común suponen una agravación de ries- perjuicio económico para las empresas,
gos por cuanto representan motivo de in- muy superior al de las repercusiones di-
citación a las reyertas, no cabe duda de rectas.
que facilitan la iniciación y exteriorización Y en cuanto a la colectividad, por el
de rivalidades, envidias y discrepancias, daño que para la misma representa la dis-
tanto de orden profesional como de índole minución de la producción.
V. PREVENCIÓN DE LOS ACCIDENTES arreglo a la mayor o menor bondad de las
DEL TRABAJO condiciones en que el trabajo haya de ser
realizado.
Estos motivos de defensa de los intere-
ses económicos, unidos a los humanitarios VI. ANTECEDENTES HISTÓRICOS
y de justicia social, que tienen carácter
principal, de defensa de la salud de los Así como el accidente de trabajo, con
trabajadores, ha sido causa de que se con- tasas de frecuencia y gravedad mayores o
sidere no sólo la necesidad de reparar los menores, es tan antiguo como el trabajo
accidentes, sino de prevenirlos, adoptando mismo, del cual es consecuencia inevitable,
medidas de seguridad e higiene encamina- su reparación, o sea el derecho del acci-
das a disminuir su número y su gravedad, dentado a ser asistido médicamente y a ser
no siendo posible desconocer que la cam- indemnizado, no cuenta ni un siglo de
paña universalmente emprendida bajo el existencia. No podía ser de otro modo
lema "seguridad ante todo", ha dado muy desde el momento en que el problema so-
importantes resultados que reflejan las cial deriva de la aparición del maqumismo.
estadísticas que, a su vez, tienen efectos Por eso han de resultar vanos todos los es-
preventivos, porque al dar a conocer cuan- fuerzos encaminados a encontrar en la
titativamente las causas de los siniestros, historia antecedentes jurídicos a una ins-
permiten orientar los medios de combatir- titución de esta naturaleza. Precisamente
los. La Oficina Internacional del Trabajo, porque no existían fue preciso romper con
en su obra "La statistique des accidents la tradición clásica de las fuentes de la
du tfavail" (Ginebra, 1938), ya ha señalado responsabilidad para justificar con nuevas
que esas estadísticas forman una parte doctrinas un derecho que nacía para am-
esencial del programa de prevención, pues- parar situaciones de hecho hasta entonces
to que son indispensables para mostrar desconocidas en su magnitud cuantitativa
dónde los accidentes se producen y dónde y cualitativa.
los riesgos son más elevados, así como para Naturalmente que si con anterioridad al
evaluar en qué medida los riesgos han po- maquinismo se producían accidentes, hay
dido ser evitados. Las estadísticas que prue- que admitir la prestación de ciertos cuida-
ban los progresos alcanzados en materia dos, especialmente sanitarios, a los acci-
de reducción de los riesgos, incitan a la dentados. Frecuentemente serían de índole
imitación. caritativa, ejercida por instituciones pú-
La prevención de accidentes es función blicas o privadas; pero bien se comprende
pública y privada. El Estado actúa por
métodos coactivos, tales como la inserción que esas atenciones ni constituían el de-
en las .leyes de la materia de recargos en recho de quienes las recibían, ni guarda-
las indemnizaciones cuando los accidentes ban relación directa con el trabajo, ya que
son debidos a la omisión de esenciales lo mismo se prestaban cualesquiera fuesen
medidas precautorias, la publicación de las causas de las lesiones. Relación más
catálogos de mecanismos preventivos de directa con el trabajo podían tener los
adopción obligatoria, la inspección de fá- cuidados que en caso de accidente dispen-
bricas, talleres y otros centros de trabajo, saban en todos los tiempos a los esclavos
así como la sanción penal de prisión y los propietarios de los mismos. Pero esa
multa, que el Código suizo de 1937 esta- protección, de orden sanitario y económi-
blece en su artículo 230, contra quien pon- co, puesto que se seguía atendiendo a la
ga en peligro la vida o la integridad cor- manutención del accidentado, no repre-
poral de las personas por haber dañado sentaba otra cosa por parte del patrono
íntencionalmente, destruido, suprimido, que la defensa de un bien patrimonial,
inutilizado o puesto fuera de uso un aparato exactamente igual que a las bestias de
destinado a prevenir los accidentes o por labor enfermas o lesionadas se les sigue
haber omitido su instalación. proporcionando el alimento necesario y la
Otros métodos de prevención, general- asistencia veterinaria, salvo cuando el due-
mente dependientes de la iniciativa priva- ño estima que le conviene más abandonar
da, son los comités de seguridad de las o hacer perecer al animal; salvedad apli-
fábricas, la difusión de sistemas educati- cable con relación & los esclavos.
vos y divulgadores (carteles, revistas espe- En el régimen gremial tampoco se en-
cializadas, conferencias, películas cinema- cuentran huellas de la reparación de acci-
tográficas, museos, etc.), la enseñanza, la dentes y enfermedades ocasionados en el
orientación y la selección profesionales y trabajo. El sistema mutual se refería más
la aplicación de las tarifas de seguros con a prestaciones entre cofrades de igual je-
rarquía que a trabajadores subordinados al las modernas sobre reparación de acciden-
maestro. tes y enfermedades de trabajo, principal-
Tal vez donde con mayor claridad apun- mente porque descuidan el aspecto econó-
ta el derecho del obrero a ser resarcido por mico, afectante a los incapacitados. Pero
cuenta de su empleador, en caso de acci- no cabe duda de que todas ellas contienen
dente o de enfermedad, es en las Leyes de medidas preventivas y curativas, no como
Indias, ejemplares en muchos aspectos y acto de generosidad patronal, sino como
asombrosamente avanzadas en materia so- obligación legal. Por lo menos, sería difí-
cial con relación a las épocas en que fue- cil hallar antecedentes históricos de ma-
ron dictadas. En esas leyes se regulan de- yor evidencia.
rechos de curación a los indios enfermos Queda dicho que el maqumismo crea el
y accidentados, de entierro a los que falle- problema social de los accidentados y obli-
cieren y aun de percepción de medios jor- ga a solucionarle. Pero transcurren tres
nales a los que se descalabraren. Muchas cuartos del siglo XIX antes de que la evo-
disposiciones se podrían señalar en el sen- lución de la doctrina de la responsabilidad
tido indicado. Baste, sin embargo, recor- tenga acogida en las leyes. Sin embargo, la
dar que en la Ley XXI, del Título XIII, del corriente favorable es tan impetuosa que,
Libro VI de la Recopilación de Carlos II, abierto el camino, se extiende por casi to-
se encarga a las justicias "la buena y cui- das las naciones de Europa en el transcurso
dadosa cura de los indios enfermos que de muy pocos años. Las primeras en im-
adolecieren en ocupación de las labores y plantar el derecho de los trabajadores en
trabajo, ora sean de mita, o repartimiento, caso de accidente son Suiza con las leyes
o voluntarios, de forma que tenga el so- de 23 de marzo de 1877 y 25 de junio
corro de medicinas y regalo necesario, sobre de 1881; Alemania con las de 6 de julio
que atenderán con mucha vigilancia". La de 1884, 28 de mayo de 1885, 5 de mayo
Ley XXII contiene otra ordenanza en que de 1886 y 11 y 13 de julio de 1887; Austria
se protege al servicio doméstico en térmi- con las de 28 de diciembre de 1887 y 20 de
nos que no todas las legislaciones moder- julio de 1894; Noruega con la de 23 de
nas lo hacen, pues se dice que "a los indios julio de 1894; Dinamarca con la de 15
que trabajaren en casa donde estuviere de enero de 1898; Italia con la de 17 de
permitido, por mita o concierto de meses marzo de igual año; Francia con la de 9
o año, demás de los jornales y pagos, se de abril, también de 1898; y España con
les dé doctrina, comer y cenar; y los que la de 30 de enero de 1900.
de ellos se sirvieren, los curen en sus En lo que a América se refiere, la le-
enfermedades y entierren si murieren", gislación de accidentes de trabajo lleva al-
precepto extensivo a los indios que sirven gún retraso con relación a Europa. En los
en la boga del Río de la PlaH. La Ley XI, Estados Unidos la competencia legislativa
Título XV, Libro VI, manda que "no se sobre esta materia no es nacional sino que
labren las minas por partes peligrosas a la está atribuida a cada Estado y las prime-
salud y vida de los indios". La Ley I, Tí- ras leyes son del año 1911. En la República
tulo XV, Libro VI, contiene una ordenanza Argentina, la ley —que todavía subsiste
preceptiva de "que a los indios se les pue- con algunas modificaciones— es de 11 de
da mandar vayan a las minas como no sea octubre de 1915; de 27 de diciembre de
mudando temple, de que resulte daño a 1916 la de Chile; en Brasil se instituyó por
su salud, teniendo doctrina y justicia que decreto de 15 de enero de 1919; en Uru-
los ampare, bastimentos de que poderse guay por la ley de 26 de noviembre de 1920;
sustentar, buena paga de sus jornales, y y en México por la ley de 18 de agosto
hospital donde sean curados, asistidos y de 1931.
regalados los que enfermaren, y que el No hay para qué decir que todas o casi
trabajo sea templado, y haya veedor que todas las leyes precitadas, tanto america-
cuide de lo susodicho; y en cuanto a los nas como europeas, han sido objeto de pos-
salarios de justicia y doctrina, sean a cos- teriores modificaciones, a veces de gran
ta de los mineros, pues resulta en su be- trascendencia.
neficio el repartimiento de indios; y tam-
bién paguen lo que pareciere necesario para VII. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DE LA REPARA-
la cura de enfermos". CIÓN DE LOS ACCIDENTES DE TRABAJO
Aun cuando en ía última de las leyes ci-
tadas podría encontrarse el principio de la Dentro de un concepto jurídico clásico,
responsabilidad patronal por la teoría del la responsabilidad por los daños causados
provecho, seria discutible señalar en las sólo puede originarse en la culpa o en la
Leyes de Indias el antecedente directo de negligencia, bien sea por acción bien sea
por omisión; y si se trata de una relación la aterradora frecuencia que acusan las
contractual, aquella responsabilidad nace estadísticas, produjo una inquietud cre-
del incumplimiento de lo pactado. Como ciente. Legiones de obreros muertos que
acertadamente dice García Ormaechea en dejaban a sus hijos en la mayor miseria;
su obra Jurisprudencia del Tribunal Su- miles y miles de asalariados que se inva-
premo y de la Comisión Superior de Pre- lidaban total o parcialmente y perdían de
visión sobre accidentes del trabajo (Ma- tan dramática manera su capacidad de
drid, 1935), quien realiza un acto o incurre ganancia, no era espectáculo que un me-
en omisión que, por no haber empleado diano sentimiento de humanidad y de jus-
el cuidado o la diligencia propios de un ticia pudiera presenciar con indiferencia.
buen padre de familia, causa daños a ter- Había que poner remedio al mal, pero la
ceros, responde de ios mismos, como así solución no era fácil. Dejar la previsión del
de los que produzcan, en igualdad de cir- riesgo o la atenuación de sus consecuen-
cunstancias, las personas que estén bajo cias por cuenta del propio accidentado, ni
la dependencia del obligado (hijos, pupilos, era equitativo ni era posible dada la es-
empleados) y aun los animales de su pro- casez de sus medios económicos. Hacer re-
piedad. Tal es la teoría de la culpa extra- caer sobre la masa social la reparación del
contractual regulada por la ley Aquilia, perjuicio, hubiese sido tanto como aumen-
recogida en la ley de Partidas y aceptada tar en términos inasequibles sus cargas de
por las actuales legislaciones. Así, por beneficencia, ya bastante desatendidas.
ejemplo, y con relación a la República Ar- Intuitivamente las miradas se dirigieron
gentina, el artículo 1109 de su Código Civil hacia la persona física o jurídica en cuyo
establece que todo el que ejecute un hecho provecho trabajaba el accidentado. Ella y
que por su culpa o negligencia ocasiona no otra debía indemnizar el daño sufrido
un daño a otro, está obligado a la repa- por el trabajador asalariado.
ración del perjuicio. Bien se advierte que Ahora bien, la solución divisada por el
tanto en la relación contractual como en instinto colectivo no era sencilla de llevar
la extracontractual —y mucho más en la a la realidad pues a ella se oponían los
derivada del delito— únicamente surge la conceptos seculares de la culpa o de la
responsabilidad y su consiguiente obliga- negligencia. Es cierto que en ocasiones el
ción de reparar el perjuicio cuando su cau- siniestro laboral resulta atribuible a la cul-
sante ha actuado o ha dejado de actuar pa o a la negligencia del patrono. En tal
con culpa o con negligencia; es decir cuan- supuesto se podría obtener la reparación
do el daño le es imputable. Corolario de del perjuicio sin abandonar los moldes tra-
tales conceptos jurídicos, es la necesidad dicionales determinantes de la responsa-
ineludible de que quien haya sufrido el bilidad, aun cuando con el serio inconve-
daño demuestre la culpabilidad o la negli- niente de dejar a la víctima o a sus dere-
gencia, por acción o por omisión, de quien chohabientes la obligación de probar la
le ha producido. culpa o la negligencia del empleador. Pero
Posiblemente esa concepción de la res- los casos de culpa o de negligencia de
ponsabilidad bastase para regular las re- éste son los menos. El problema grave se
laciones desde la formación del Derecho ro- presentaba con respecto a los casos en que
mano hasta tiempos recientes. Pero a fines el accidente era debido a causas fortuitas,
del siglo XVIII y más caracterizadamente de fuerza mayor inherente al trabajo e
en el curso del XIX, se produce la gran incluso a la imprudencia profesional de
revolución industrial, y la aparición de la la víctima o a su culpa leve y no inten-
máquina y su continuo perfeccionamiento cional. Para todas esas hipótesis ya, no
no sólo incrementa la producción y abre servía la doctrina clásica de la acción o
nuevas posibilidades al progreso material, de la omisión culposas o negligentes; pero
sino que, como contrapartida, empieza a tampoco era posible desentenderse de la
devorar en gran escala las vidas de sus realidad dejando abandonadas a las víc-
servidores o, cuando menos, sus posibilida- timas. La necesidad impuso la ley, y los
des de trabajo. Antes de la precitada re- juristas, arrastrados por esa necesidad, hu-
volución industrial también había máqui- bieron de servirla, buscando las doctrinas
nas elementales y, naturalmente, existía que pudieran constituir el fundamento del
el trabajo, incluso el asalariado. Pero las nuevo derecho, verdaderamente revolucio-
características de aquellas formas de tra- nario.
bajar, hacían que los accidentes fuesen Es así como surgió la teoría de la culpa
más raros, más aislados y de ordinario me- contractual defendida por Sauzet en Fran-
nos graves. El trabajador accidentado no cia en el año 1883 y por Sainctelette, en
constituyó problema social hasta que por Bélgica en el año 1884 y desarrollada por
Andró y Guibourg en Le code ouvrier. qtie puede resumirse en el sentido de que
Para ellos la responsabilidad patronal nace quien se aprovecha de la utilidad de una
del contrato de arrendamiento de servi- persona o de una cosa, es justo que asuma
cios que impone al empresario la obliga- los riesgos que el empleo o uso de esa
ción de velar por la seguridad de sus ope- persona o cosa origina.
rarios devolviéndoles sanos y salvos a la La teoría objetiva —y puede decirse que
terminación de las labores, presumiéndose también la de Fusinato— hallan magnífi-
que en caso contrario el patrono había in- ca interpretación en una sentencia del Tri-
cumplido lo pactado y debía sufrir las con- bunal de Bourgoin del año 1891, a que
secuencias de su omisión, sin que de ese alude Unsain en su Legislación del Tra-
deber pudiera evadirse a no ser probando bajo, que sentó la doctrina de la responsa-
que el siniestro fue debido a causas for- bilidad basándose en la consideración de
tuitas o de fuerza mayor. Este plantea- que "entre el propietario de un objeto y
miento) representó un serio avance, de mo- la víctima, es justo que soporte las conse-
do principal porque iba directamente a la cuencias del accidente el dueño antes que
inversión de la prueba; pero adolecía del la víctima que no tiene de qué repro-
defecto de hacer arrancar también de la charse".
culpa del empleador el derecho a la in- Con esos antecedentes se llega a la teoría
demnización, con lo cual quedaban aban- del riesgo profesional, que es la comúnmen-
donados tanto los casos de culpa leve y te aceptada por las legislaciones y la que
de imprudencia profesional como los for- actualmente sirve de fundamento a la re-
tuitos y de fuerza mayor, es decir, la casi paración de los accidentes del trabajo. Los
totalidad de los siniestros. tratadistas han dado diversas explicacio-
Posteriormente, Saleilles, en un fascículo nes de esta teoría, pero todas ellas pueden
sobre accidentes de trabajo y Josserand en resumirse en lo sustancial, diciendo que el
otro sobre responsabilidad por el hecho de trabajo lleva implícito un riesgo para
las cosas inanimadas, dieron vida a la que quien lo ejecuta, riesgo que, naturalmente,
se llamó teoría objetiva, y también de la adquiere proporciones elevadísimas con la
responsabilidad legal o del riesgo creado, implantación y desarrollo del maqumismo
según la cual el daño producido por un y con la formación de las grandes em-
objeto debe ser soportado por su propieta- presas industriales y explotaciones agrí-
rio, con entera independencia de toda idea colas. Ese riesgo es imprevisible en esencia
de culpabilidad y ello por la simple razón (lo que no es óbice para que las medidas
de ser a dicho propietario a quien apro- de seguridad e higiene puedan atenuarlo)
vecha la tenencia del objeto o cosa ina- y comprende incluso la imprudencia del
nimada. Transfórmase así el criterio ju- trabajador, porque esa imprudencia, deri-
rídico de la culpa subjetiva por el de la vada de la confianza que produce el há-
culpa objetiva. En realidad, esta valiente bito, es también un elemento del riesgo
teoría de la responsabilidad, que tiene am- profesional. De ese riesgo latente se apro-
plias proyecciones fuera del campo de los vecha el empresario y es justo que sobre
accidentes de trabajo, encuentra remotos él recaiga la obligación de reparar el daño
antecedentes en el aforismo del Digesto causado.
(Libro L, título XVII, regla 10?) qui com- Ruast y Givord en su Traite du droit
modum sentit, incommodum sentiré debet des accidents du travail expresan que en-
y en la Partida VII, título XXXIV, re- trañando el trabajo, y particularmente el
gla 29, donde se dice que "según derecho trabajo industrial, un peligro, el patrono
natural, aquel debe sentir el embargo de que hace trabajar- a un obrero le expone
la cosa que ha el pro della". La trascen- a ese riesgo, no por su culpa sino como
dencia de la teoría objetiva en orden a la necesidad del progreso y consecuencia de
finalidad protectora de los accidentados la complejidad del mecanismo que engen-
es evidente, porque si lo que determina dra una producción de calidad superior y
la responsabilidad patronal no es la culpa de un costo menor. Aprovechándose, pues,
o la negligencia, ni la acción o la omisión, el empresario de los peligros del uso de
sino la mera tenencia de una cosa in- las herramientas, es lógico que soporte las
animada (la máquina, las herramientas de consecuencias de tales riesgos, ya que éstos
trabajo, el-local) capaz de producir un ^la- deben ser la contrapartida de los prove-
ño, queda fuera de duda que dentro de chos.
aquella responsabilidad entra el caso for- Por otra parte, si entre las cargas de la
tuito. industria se han de computar los desper-
Valor y sentido análogos ofrece la teo- fectos y desgastes de las máquinas y he-
ría del caso fortuito, debida a Fusinato, rramientas, nada aconseja que se haga
cosa diferente con las .lesiones que sufran sentan carga de la colectividad a la que
los trabajadores, y aun preferentemente se se atiende por el sistema de seguros so-
debe atender esta carga que aquella, pues ciales obligatorios, otro tanto se debe hacer
mientras la primera obedece a una razón con éstos.
económica, la segunda presenta un as- Hasta aquí las doctrinas más caracteri-
pecto humanitario. De ahí el acierto con zadas y más corrientes para fundamentar
que Paul Pie en su Legislation indus- la obligación patronal de reparar los acci-
trielle, expresa que el pago de las in- dentes laborales, pero no son las únicas.
demnizaciones por accidente debe impu- Complementarias de las expuestas o coin-
tarse a los gastos generales de la empresa. cidentes en su sentido jurídico, se van pre-
Precisamente por esa consideración Bielsa sentando algunas otras, como por ejemplo
no llama a esta teoría del riesgo profesio- la teoría del riesgo de autoridad que hace
nal, sino del riesgo económico industrial, derivar la responsabilidad patronal de la
Idea que en definitiva se encuentra en Sa- mera situación de subordinación en que
chet cuando afirma que un accidente, cuya los obreros se encuentran con respecto de
causa es impersonal, no puede constituir aquél. No merece la pena de examinar con
una carga para una persona, sea ésta el mayor detenimiento esta teoría —que al-
obrero o el patrono, sino que debe recaer gunos autores clasifican, con discutible
sobre la industria o explotación que pro- acierto, entre las subjetivas— porque no
ducen el riesgo; opinión compartida por aporta ninguna ventaja y ofrece inconve-
Pozzo en su libro Accidentes del Trabajo nientes de orden social respecto a la exac-
cuando afirma que la industria debe in- titud con que en las relaciones del trabajo
demnizar los accidentes del trabajo, como pueda hablarse de autoridad patronal y de
carga con los demás gastos de la explo- subordinación obrera; y porque parece-
tación, por lo mismo que ella produce be- ría prejuzgar, en sentido negativo, el pro-
neficios. blema de los accidentes que se producen
Ahora bien, concebida la consecuencia cuando el trabajador no está propiamente
del siniestro laboral como una carga de la sometido a la supuesta autoridad del pa-
industria, similar a todos los demás gastos trono, como son los que ocurren a la ida
generales de producción, y no como una o a la vuelta del trabajo.
obligación personal del empresario, aten-
dible con los beneficios obtenidos o con VTII. ,LA CULPA Y LA FUERZA MAYOR
su propio peculio, se presenta la duda de
quien es el que verdaderamente abona las Ya se ha visto que la responsabilidad
indemnizaciones a las victimas del trabajo. patronal es independiente de la culpa pa-
Esta consideración ha permitido a Caba- tronal hasta el punto de que el patrono
nellas en su Tratado de Derecho Laboral únicamente puede eximirse de aquella res-
señalar la evolución de la teoría del riesgo ponsabilidad probando que el siniestro tuvo
profesional y decir que unido éste al ries- por causa la culpa de la propia víctima.
go económico, es en definitiva el consu- Mas en la determinación de esa culpa exis-
midor quien soporta la carga porque el em- ten gradaciones que han dado origen a di-
presario aumentará los costos de produc- versos criterios doctrinales, legislativos y
ción en la medida correspondiente. "El jurisprudenciales. La imprudencia profesio-
patrono —añade el autor citado— como nal supone culpa, siquiera sea leve, del tra-
administrador, es quien responde; pero bajador, sobre todo si se ha cometido con
quien paga efectivamente es el consumi- infracción de reglamentos. Sin embargo, se
dor". ha estimado generalmente que la impru-
Viene luego la teoría del riesgo social dencia profesional no priva al accidentado
o de la responsabilidad social que deja de de su' derecho a la indemnización porque
cuenta de la colectividad la reparación de es consecuencia de la inevitable confianza
los accidentes del trabajo. Según este nue- que produce el hábito del trabajo mismo
vo criterio, el accidente del trabajo no es y de la despreocupación que ocasiona la
sino un riesgo más de los varios a que constante proximidad al peligro. El em-
están sometidos los trabajadores y aun pleador debe, pues, contar con ese factor
todas las personas. Esos riesgos (desocu- psicológico como causa productora de los
pación forzosa, maternidad, enfermedad, accidentes. El problema de la culpa leve no
invalidez, vejez y muerte) afectan a las constitutiva de imprudencia profesional, es
posibilidades de trabajo y de ganancia del más arduo de resolver, pero se ha solucio-
individúo lo mismo que los siniestros labo- nado frecuentemente por la jurisprudencia
rales con sus secuelas de enfermedad, in- estableciendo una equiparación por enten-
capacidad y muerte. Y si aquellos repre- der que entre la imprudencia profesional y
la culpa leve ae dan muy parecidas ra- el atentado de unos huelguistas contra un
zones justificativas de la actitud del obre- compañero que se hubiese negado a se-
ro. Centreriamente, la culpa grave o in- cundar el paro.
excusable, es decir la que queda fuera de
toda posible justificación racional, exime IX. LA INVERSIÓN DE LA PRUEBA
de responsabilidad al patrono.
La fuerza mayor puede ser inherente o •La teoría de la culpa contractual —y a
extraña al trabajo. Según algunos crite- partir de ella todas las demás— inició la
rios, todos los casos de fuerza mayor deben doctrina de la inversión de la prueba, tan
eximir de responsabilidad al empleador. esencial a los fines de la reparación de
Inversamente piensan otros que la fuerza los accidentes de trabajo que puede decirse
mayor no debe en ningún caso privar del que sin ella resultarían letra muerta todas
derecho de indemnización. Pero la norma las disposiciones encaminadas a justificar
más extendida es la que mantiene, por y a dar efectividad al derecho de los acci-
ejemplo, la legislación argentina en el sen- dentados. La inversión de la prueba es,
tido de afirmar la subsistencia de la res- pues, una norma jurídica que ya no se dis-
ponsabilidad .cuando la fuerza mayor es cute, pero que merece consideración espe-
inherente al trabajo, y eliminarla cuando cial tanto por la trascendencia indicada,
es extraña al mismo. La dificultad se pre- cuanto para la determinación de su al-
senta, a juicio de algunos autores, en la cance jurídico, puesto que el problema de
determinación de cuándo la fuerza mayor la reparación de los accidentes envuelve
es inherente y cuándo es extraña. no sólo el de la responsabilidad subjetiva
Parece innecesario añadir que el patro- u objetiva, sino otros muchos que le están
no queda liberado de toda obligación cuan- vinculados, según luego se verá.
do en la producción del siniestro existen La teoría de la culpa contractual esta-
causas Intencionales de la propia víctima blece una presunción juris tantum contra
porque entonces se estaría frente a un he- el patrono en el sentido de que éste ha
cho doloso que de ningún modo puede caer incumplido el contrato por no reintegrar
en la protección de la ley. Cabe, sin em- sano al obrero. La víctima no tiene, pues,
bargo, señalar una posible excepción en que probar la culpa de su patrono, quien
el supuesto de Intencionalidad no dolosa, si quiere eximirse de responsabilidad habrá
cual sucedería en caso de muerte por sui- de probar que el siniestro fue debido a la
cidio o de lesiones por Intento de suicidio culpa de la victima, a caso fortuito o a
siempre que el mismo tenga su origen en fuerza mayor. En la teoría de la respon-
el trabajo. En tal hipótesis, según afirma sabilidad por el hecho de las cosas inani-
Somaré en su obra Reparación de las in- madas se mantiene la presunción adversa
fortunios del trabajo, no cesa la respon- al patrono pero con una extensión mayor
sabilidad patronal "siempre que la volun- ya que el caso fortuito cae dentro de la
tad del agente estuviese viciada en el mo- responsabilidad reparadora. Y en cuanto
mento de ejecutar el acto", criterio en a la teoría del riesgo profesional, la pre-
cierto modo compartido por Diego Lamas sunción se hace todavía más dura porque
en su comentario a un fallo ("Gaceta del ni siquiera la imprudencia profesional de
Trabajo", tomo V), si bien este autor se- la víctima, ni su culpa, por lo menos levé,
ñala como requisito indispensable que la ni la fuerza mayor, por lo menos la que
anormalidad psíquica que lleva al suicidio es inherente al trabajo, pueden librarle de
se haya producido a posteriori del acciden- la obligación de indemnizar, siéndole úni-
te y que se relacione directamente con el camente lícito oponer a dicha presunción
mismo. Parece, pues, que Lamas rechaza la la excepción de intencionalidad por parte
posibilidad de que una causa relacionada de la víctima y, en ciertas legislaciones,
con el trabajo produzca la anormalidad la culpa inexcusable, y aportar la prueba
psíquica que lleve al trabajador al suicidio de tales excepciones.
y que sea, precisamente, el suicidio la úni- Ahora bien la inversión de la prueba no
ca manifestación visible del siniestro. Es supone que haya de recaer también sobre
una interpretación restrictiva no por to- el patrono la prueba de la inexistencia del
dos compartida. accidente, de la falta de relación de tra-
La intencionalidad por parte de terce- bajo con el demandado, de las consecuen-
ros en la producción del siniestro eximirá cias de la lesión y del grado de incapaci-
o no de la responsabilidad patronal según dad, de la cuantía del salario y del importe
que el hecho motivador de la agresión sea de la retribución. Estos hechos, o siquiera
ajeno al trabajo o esté vinculado con el parte de ellos, siguen quedando a la carga
mismo. Ejemplo tipleo de esto último sería probatoria dei reclamante. Así, por ejem-
pío, Sachet afirma que para tener derecho distas, también corresponde al accidenta-
a la indemnización, la víctima o sus de- do la prueba sobre la cuantía del salarlo.
rechohablentes han de probar la sujeción Mejor orientado o, por lo menos, plantean-
fiel demandado a la legislación del riesgo do más acertadamente el tema, el profesor
profesional, el contrato de arrendamiento Unsain advierte 'que una presunción res-
de servicios que une a la víctima y al de- pecto a la cuantía de la retribución está
mandado, los elementos constitutivos del constituida por las correspondientes par-
accidente, la relación de causalidad entre tidas del libro de "Sueldos y Jornales";
el accidente y el trabajo y la relación de presunción que puede ser destruida por la
causa a efecto entre el accidente del tra- víctima valiéndose de otros medios proba-
bajo y la invalidez o la muerte de la víc- torios. Y señala que, según la jurispru-
tima. Es decir, que conforme a ese criterio, dencia, si el patrono ha faltado a la obli-
toda la prueba de la acción incumbe al que gación de llevar ese libro, queda a su cargo
la ejercita, o sea al trabajador accidentado, la prueba de que el salario pretendido por
y sólo quedaría a cargo del demandado, o el obrero no era el que ganaba.
sea el patrono responsable, la prueba de la Afirma también Unsain que la inversión,
culpabilidad de la víctima, si es que le in- si bien descarga al obrero del fardo de la
teresa valerse de tal excepción. No varía, prueba, lo hace únicamente con respecto
pues, la regla procesal de cualquiera otra a la responsabilidad y consiguientemente,
acción de derecho civil, ahorrándose úni- a la obligación de indemnizar, porque la
camente el demandante la prueba de la responsabilidad patronal se presume siem-
culpa del empleador o de que el siniestro pre y no necesita ser probada; pero que la
obedeció a causas fortuitas, de fuerza ma- prueba de la existencia del accidente, cuan-
yor inherente al trabajo o de impruden- do es negada por el empleador, incumbe al
cia profesional, hipótesis todas que deter- accidentado. "Una cosa es que todo acci-
minarían la responsabilidad patronal. Pero dente del trabajo sea Indemnizado y otra
es el propio Sachet quien reconoce que con muy distinta la presunción, que la ley no
respecto a los tres últimos puntos de la contiene, de que todo accidente sea un ac-
prueba que Incumbe a la víctima, la juris- cidente de trabajo. La prueba del accidente
prudencia ha cedido bastante en sus exi- corresponde al actor, de acuerdo con los
gencias. En lo que hace a la prueba del principios generales —no derogados por la
accidente, basta con acreditar la existencia ley de accidentes— del código de procedi-
de una lesión proveniente de la acción vio- mientos".
lenta y súbita de una causa exterior, lle- Con arreglo al criterio de Gazier, la prue-
gando incluso a declarar que cuando exista ba de la existencia del contrato de trabajo
la duda de si se trata de un suicidio, es el incumbe al demandante en aplicación de la
empresario quien debe demostrarle. La re- regla tradicional.
lación entre el' accidente y el trabajo que- Pozzo, haciendo suyas las razones de
da probada, según la jurisprudencia fran- Unsain, .señala que la inversión de la prueba
cesa, tan sólo con que el accidente haya no significa que el obrero sólo debe limi-
sobrevenido en el lugar y en el tiempo del tarse a la denuncia del accidente para ser
trabajo. Y en lo que se refiere a la prueba indemnizado. Estima que la víctima debe
de la relación entre el accidente y la in- probar: su relación jurídica con el deman-
capacidad o la muerte, pese al principio dado; el accidente ocurrido; el grado de in-
enunciado de que corresponde a la víctima capacidad sufrida; y tratándose de dere-
o a sus derechohabientes, la misma juris- chohabientes, la justificación del vínculo
prudencia ha llegado a sentar otra verda- con el causante.
dera inversión de prueba al consignar que En lo que afecta a los accidentes propia-
"toda lesión que se produce en un acciden- mente dichos, el problema de la prueba
te sobrevenido por el hecho o en ocasión queda expuesto en la forma mencionada.
del trabajo, debe ser considerada, salvo Pero en aquellos infortunios que estén re-
prueba en contrario, como resultado de presentados por una enfermedad, merece
ese accidente", por lo cual la víctima o la pena de detenerse a examinar sobre
quienes de ella traigan causa, quedan re- quién debe recaer la prueba de la relación
levados de acreditar el nexo que exista causal entre el trabajo y la enfermedad.
entre el accidente y las lesiones producto- Para llegar a una solución acertada se
ras de la incapacidad o de la muerte. Se- necesita establecer una diferencia deriva-
rá al patrono a quien incumbirá demos- da del origen de la enfermedad, según que
trar la falta de relación entre el accidente eHa sea lina enfermedad-accidente, una
y la incapacidad o la muerte. enfermedad profesional o una enfermedad
Finalmente, en opinión de algunos trata- del trabajo.
Por lo que se refiere a la énfermedad- mostrar respecto a la causa y al efecto. Si
accidente, podría parecer que el caso no el patrono no está conforme con esa rela-
difiere del accidente propiamente dicho, ción de causalidad, será él quien tenga que
porque si la enfermedad es producida, ma- correr con la difícil prueba de que el satur-
nifestada o agravada por un hecho exte- nismo, aceptado el diagnóstico, fue adqui-
rior, súbito y violento, la posición procesal rido fuera del trabajo.
de las partes en orden a la prueba debería La enfermedad del trabajo (entendiendo
ser la misma. Es decir que, teóricamente, por tal aquella que es consecuencia de las
incumbiría a la víctima la prueba de la condiciones en que se realiza, pero que
relación del trabajo con la enfermedad, y también se puede adquirir fuera del traba-
prácticamente, la relación quedaría esta- jo) ofrece una solución —en lo que a la
blecida con sólo acreditar que el hecho vio- prueba afecta— igual a la señalada para la
lento se produjo en el lugar y el tiempo enfermedad-accidente; y todavía esa solu-
del trabajo o con ocasión del mismo. Sin ción se impone con mayor fuerza porque,
embargo, ello no es así, porque entre el en definitiva, establecer la vinculación en-
accidente y la enfermedad-accidente se tre un traumatismo y la enfermedad con-
pueden producir matices hondamente di- siguiente, es mucho más fácil que sentar
ferenciales. Si un obrero sufre un golpe en la relación entre una enfermedad de tipo
el pecho con la fractura consiguiente de corriente (vale decir, no profesional) y
una costilla, no cabe duda de que la rotura las condiciones en que el trabajo se eje-
es consecuencia del golpe. Pero si después cutase. El trabajador que quiera atribuir
del traumatismo en el pecho se le presenta al trabajo una enfermedad que también
una tuberculosis pulmonar, la relación de pudo contraer fuera, estará obligado a pro-
causa a efecto ya no es tan clara y aun po- bar esa relación de causalidad. No cabe
siblemente será muy oscura, puesto que descargar sobre el patrono la obligación
se habrá de entrar en la apreciación gené- contraria, primero por la razón de tipo
rica del discutido tema de si una tubercu- procesal que rige esta materia; segundo,
losis puede ser producida por un trauma- porque sería imposible al patrono aportar
tismo, y en la determinación específica de una prueba de orden negativo, cual sería
si concretamente aquella tuberculosis fue la de que el trabajador no contrajo la en-
desencadenada por aquel golpe o pudo te- fermedad en el trabajo; y tercero, porque
ner un origen distinto. En el caso del acci- si la prueba patronal hubiese de consistir
dente, puede decirse que la prueba de la únicamente en las buenas condiciones de
causalidad está preconstituída, mientras higiene en que el trabajo se realizaba, po-
que en la enfermedad-accidente el actor dría resultar un perjuicio para la víctima,
tendrá que demostrar dicha relación. ya que es posible contraer una enfermedad
Por lo que se refiere a la enfermedad del trabajo por motivos inherentes al tra-
profesional, la solución parece que ha de bajo mismo y pese a su -ejecución en las
ser diferente. Aun cuando de primera in- mejores condiciones posibles.
tención pudiera pensarse cosa distinta, en
lo que afecta al problema de la prueba, X. DEFINICIÓN DE LAS INCAPACIDADES
la enfermedad profesional guarda con el
accidente propiamente dicho mayor analo- Las consecuencias dañosas producidas
gía que la existente entre el accidente y por el accidente en el trabajador que lo
la enfermedad-accidente. La enfermedad sufre, o sea en la víctima, son de dos cla-
profesional se caracteriza por ser tan típica ses: las directas que afectan a su persona
de determinados trabajos que difícilmente y las indirectas que recaen sobre su eco-
puede ser contraída fuera de ellos. Es evi- nomía; y esto tanto si están originadas en
dente que la silicosis se adquiere aspirando un accidente propiamente dicho como si
polvo de sílice, el saturnismo manipulando se trata de enfermedades en cualquiera de
plomo; el fosforismo, fósforo; el hidrargi- los aspectos en que han sido clasificadas.
rismo, mercurio, etc., etc. Entonces la prueba Por eso, siempre que se emplee el término
de causalidad queda constituida con sólo accidente & los fines de determinar las
que la victima demuestre la clase de tra- incapacidades, debe entenderse en el con-
bajo que ejecutaba y el diagnóstico de la cepto más amplio.
dolencia que le aqueja; lo mismo que para En el orden de la salud y de la integri-
el accidente basta con acreditar la existen- dad orgánica y funcional del trabajador,
cia del hecho violento y la lesión sufrida. el accidente ocasiona incapacidades que se
Si un enfermo prueba que padece satur- clasifican por su duración en temporales
nismo y que trabaja en el oficio de pintor, y permanentes. En cuanto a las primeras,
ya ha demostrado cuanto tenía que de- parece ocioso decir que son las que quedan
curadas en un plazo determinado —gene- lidos, o sea a aquellos trabajadores a quie-
ralmente de un año—, sin dejar secuela nes el accidente ha privado, no ya de la
ninguna o, por lo menos, según los diver- capacidad para toda clase de trabajos, sino
sos criterios legislativos, sin disminuir la también para valerse por sí mismos con
capacidad de trabajo. En cambio, la inca- respecto a los menesteres ordinarios de la
pacidad permanente no es sólo la que no vida, necesitando la ayuda de otra perso-
se cura o que presuntivamente no tiene na, como ocurre, por ejemplo, a quienes
curación, sino también la que siendo cu- han perdido ambas manos, o ambas pier-
rable según el pronóstico médico, es decir, nas, o sufran parálisis general u otras le-
siendo temporal en esencia, se prolonga siones de similar importancia.
más allá del plazo legalmente establecido En cuanto a la incapacidad permanente,
que, como ya se ha dicho, es, por lo general, preséntase también el problema, que no
de un año. Esto se explica por la imposi- todas las legislaciones ni todos los trata-
bilidad de mantener indefinidamente a la distas resuelven con igual criterio, de de-
víctima en una expectativa de derecho finir si a los efectos de la responsabilidad
que, prolongado sine die, podría además patronal y de su consiguiente obligación
ocasionar mayores quebrantos al patrono de indemnizar, se ha de establecer necesa-
obligado a resarcir el daño. Así, pues, riamente una relación entre lesión y tra-
transcurrido el plazo marcado sin que el bajo, o basta el mero daño físico, aun
operario haya recobrado su capacidad de cuando no tenga repercusión en la capa-
trabajo o su normalidad física, la .incapa- cidad laboral, especialmente cuando para
cidad se convierte automáticamente, a calificar el grado de la incapacidad se to-
efectos de la reparación, en permanente; ma en cuenta la profesión habitual de la
sin perjuicio, claro está, del derecho que lavíctima. Una lesión que deje como conse-
ley pueda conceder al trabajador y al em- cuencia una leve cojera no disminuye la
presario o a la entidad aseguradora subro- capacidad para un trabajo de empleado
gada en sus obligaciones, para pedir en o de orfebre, póngase por caso; la pérdida
cualquier momento la revisión de la inca- de la primera falange del dedo meñique
pacidad, tanto para aumentar como para de una mano, afectará a muy pocos tra-
disminuir su alcance. bajos; y la pérdida de los dientes o de
Contrariamente a lo que sucede con la parte de la nariz, o la subsistencia de una
incapacidad temporal, no susceptible de cicatriz, no influyen en desmedro de la
divisiones, la incapacidad permanente re- capacidad para ningún trabajo, si bien a
viste diferentes grados, aun cuando ni to- veces dejan sentir su influencia en las po-
das las legislaciones coinciden en su deter- sibilidades de contratación del trabajo. Lo
minación, ni aun habiendo coincidencia en más frecuente es eliminar de todo derecho
la nomenclatura existe en el contenido. Con a reparación por incapacidad permanente
mero sentido orientador puede decirse que a todas aquellas lesiones orgánicas o fun-
estas incapacidades se clasifican en totales cionales que no repercuten en la capacidad
y en parciales, pero resulta ya más difícil laboral; lo que no impide que algunos
señalar en qué consisten unas y otras. autores y legislaciones, ciertamente las me-
Unas veces se entiende por incapacidad nos, mantengan el criterio opuesto.
total la que imposibilita para toda clase Y en lo que se refiere a las incapacida-
de trabajos, y ot'ras la que impide el tra- des permanentes parciales, se presentan
bajo en la profesión habitual del acciden- análogas diferencias, pues en tanto unas
tado, pero no en otros trabajos. En esta normas entienden'por tales las que impiden
segunda hipótesis la incapacidad perma- el trabajo habitual, o un grupo de traba-
nente se tiene que subdividir en perma- jos, otras consideran que lo son las que
nente para el trabajo habitual y en perma- disminuyen hasta cierto grado la capacidad
nente para todo trabajo, esta segunda más para el trabajo habitual o para un grupo
grave que aquélla, ya que la primera limita de trabajos.
al trabajador el campo de contratación de Finalmente, otra de las consecuencias
su trabajo, mientras que la segunda le que el accidente puede reportar al traba-
excluye por completo. Y todavía es corrien- jador es la muerte, que debe ser conside-
te que en las legislaciones nacionales, de rada a efectos indemnizatorios, tanto si se
acuerdo con el criterio de la Oficina In- produce en el momento como si tarda mu-
ternacional del Trabajo, se señale una ca- cho tiempo en presentarse.
tegoría más trascendental de incapacida- El daño económico que sufre el trabaja-
des permanentes, que es la que comprende dor, se halla en relación con el grado de
a quienes en la terminología corriente se incapacidad producido. En la temporal es
conoce con la designación de grandes invá- transitorio, desapareciendo tan pronto co-
mo la víctima recobra la plenitud de su contratación general del trabajo, prescinde
capacidad laboral. En la permanente, su del daño físico y de las consecuencias del
gravedad es mayor cuanto mayor sea tam- accidente en la profesión de la victima
bién la limitación de las aptitudes que ateniéndose tan sólo a las condiciones, de
para el trabajo queden en el accidentado. tipo individual, que le quedan para ganar
Estas diferencias reflejan su importancia su sustento en la contratación general del
en la forma y cuantía de las indemniza- trabajo.
ciones. Así, en ¡a incapacidad temporal, lo El método de valoración por daño físico
único que interesa —aparte de las presta- se encuentra rechazado en la casi totali-
ciones sanitarias que se han de otorgar al dad de las legislaciones por haberse esti-
trabajador— es cubrir su imposibilidad de mado de difícil aplicación, ya que —se
ganancia mientras el obrero no pueda con- dice— no hay posibilidad de atribuir a
currir al trabajo; en la permanente parcial, cada función o a cada órgano del cuerpo
cubrir en todo o en parte la disminución humano un determinado porcentaje de efi-
real o teórica —según criterios— de sus ga- cacia laboral, tanto menos cuanto que una
nancias; y en la pernianente total para misma lesión puede representar mayor o
todo trabajo, cubrir en todo o en parte la menor pérdida de capacidad y, consecuen-
completa incapacidad de ganancia. En el temente, un distinto perjuicio económico,
caso de muerte no puede decirse que el según diversas circunstancias derivadas, de
perjuicio económico recaiga sobre la vícti- modo principal, de la edad y de la profe-
ma, sino sobre quienes, por título legítimo, sión del individuo, sin que tampoco se
estaban a su cargo. advierta la posibilidad racional de atribuir,
Claro es que resulta más sencillo clasifi- fuera de toda repercusión laboral, un valor
car las incapacidades que valorarlas a efec- determinado a unas lesiones meramente
tos resarcitorios, especialmente en lo que físicas en relación con otras de igual ín-
se refiere a las incapacidades permanen- dole. Sin embargo, en algunas legislacio-
tes. La Comisión de expertos convocada en nes se advierte un principio de estimación.
Ginebra el año 1936, por la Oficina Inter- de la invalidez física. Así, por ejemplo, el
nacional del Trabajo, recogiendo las diver- Código del trabajo de Chile, señala que
sas teorías sobre la materia, así como la cuando un accidente causa a la víctima
orientación seguida por las diversas legis- una grave mutilación, debe ser indemni-
laciones, señaló que la incapacidad resul- zada, aun cuando no represente privación
tante de un siniestro laboral puede ser de la capacidad de trabajo, debiéndose fijar
evaluada con arreglo a una de estas tres la cuantía de la indemnización por acuer-
concepciones: do entre las partes o subsidiariamente por
A. — Invalidez física. el juez, no pudiendo ser inferior al máxi-
B. — Invalidez profesional. mo previsto para las incapacidades per-
C. — Incapacidad general de ganancia. manentes parciales cuando la mutilación,
Basta el enunciado de tales sistemas de afecte a la cara, a la cabeza o a los órga-
valoración para comprender su contenido. nos genitales. También, en el Japón, una
La invalidez física se encuentra represen- ordenanza de 5 de junio de 1926, declara
tada por el simple atentado a la integridad que si después de la curación de la herida
corporal, sin tener en cuenta para nada las queda el obrero irremisiblemente mutila-
repercusiones económicas o profesionales do, percibirá una indemnización, aun cuan-
que la lesión pueda producir. Es decir, que do quede en condiciones de volver a su
basta el daño físico sufrido por el operario, ocupación anterior; precepto complemen-
para que nazca su derecho a percibir in- tado en la ordenanza de 30 de los mismos
demnización por el infortunio, aun cuando mes y año sobre socorros a los obreros del
aquel daño no afecte ni a la potencia la- Estado, que señala el derecho de indemni-
boral del siniestrado ni, por tanto, a la zación de las mujeres si, como consecuen-
cuantía de su retribución. La invalidez cia del accidente, quedan desfiguradas.
profesional es la resultante de establecer
una relación de causa a efecto entre la le- XI. REPARACIÓN BE tos ACCIDENTES
sión y el trabajo habitual de la víctima. En DE TKABAJO
ese sentido, sólo es reparable el daño cuan-
do repercute en la capacidad laboral; y la Si el accidente produce daños en la inte-
cuantía de la indemnización estará regu- gridad física y en la capacidad económica
lada en proporción a la mayor o menor de la víctima, es lógico que la reparación
disminución de la capacidad para eí tra- haya de referirse a ambos aspectos. Como
bajo. Finalmente, la incapacidad de ganan- lo es también que la obligación de reparar
cia, llamada también incapacidad para la haya de recaer en la persona sobre quien
pesa la responsabilidad en virtud de las cional del Trabajo, al igual que muchos
teorías que han sido explicadas. tratadistas y no pocas legislaciones, pro-
Producido el siniestro, el primer deber pugnó el sistema de indemnización en for-
patronal consiste en la asistencia sanitaria ma de renta vitaliciamente perceptible o
completa, tanto médica como quirúrgica y mientras la incapacidad dure. Esta renta
farmacéutica. Se ha de tratar de que la se calcula también en función del grado de
incapacidad no alcance el grado de perma- la incapacidad y de la retribución del ac-
nente, haciendo que el accidentado recobre cidentado. Es corriente que esta norma
su plena capacidad de trabajo lo antes po- reparadora vaya unida al seguro obligato-
sible. Si a pesar de todos los cuidados no rio, tanto como garantía del trabajador
se pudiese evitar que la incapacidad entre frente a la posible insolvencia del emplea-
en la categoría de permanente, se ha de dor responsable, cuanto para evitar a éste
procurar que sea del menor grado posible, el gravamen de constituir un fuerte capi-
extendiendo la asistencia sanitaria, sí fuese tal para obtener la renta necesaria o de
útil, a la aplicación de las prótesis adecua- obligarle a pasar indefinidamente la pen-
das, como también a la reeducación profe- sión correspondiente. Todos los legítimos
sional y a la readaptación funcional, pese intereses quedan al parecer salvados pa-
a lo discutido de su eficacia. gando e! patrono a la entidad aseguradora
El daño económico debe repararlo el la prima convenida y constituyendo la enti-
patrono abonando al accidentado la indem- dad aseguradora, en caso de siniestro, la
nización que la ley determine y que suele prima única requerida para el pago normal
estar calculada proporcionalmente al sa- de la renta; cantidad menos gravosa que si
lario que el trabajador percibía en el mo- hubiese de ser costeada directamente por
mento de ocurrir el siniestro, o en un el empresario, puesto que puede ser calcu-
período, más o menos largo, inmediata- lada actuarialmente dentro de un sistema
mente anterior. En el caso de incapacidad de capitalización colectiva.
temporal, la indemnización consiste en el La reparación económica, en caso de
pago de la totalidad o de parte del salario muerte, se establece a favor de aquellas
durante el tiempo que la víctima está dada personas a quienes el óbito del trabajador
de baja. Las legislaciones fijan, por lo ge- ha producido el daño. Esta determinación
neral, una suma algo inferior al salario de beneficiarios es muy importante, porque
(frecuentemente la mitad), y ello como evita toda confusión con la herencia de
medida precautoria que adopta el legisla- derecho civil. En la sucesión mortis causa,
dor para evitar que ciertos trabajadores el derecho hereditario se defiere por una
poco escrupulosos caigan en la tentación, gradación de parentescos o, con las limi-
no siempre eliminada, de hacer del acci- taciones legales, por la voluntad del cau-
dente un hábito abusivo, simulando lesio- sante expresada en testamento. La indem-
nes o enfermedades imaginarias en mayor nización en caso de muerte por accidente
o menor grado. Por el procedimiento de la de trabajo no se otorga ni a las personas
reparación parcial se mantiene la norma que pudiera haber designado la víctima en
de que es más ventajoso económicamente disposición de última voluntad, ni a los
trabajar que no trabajar. parientes por el mero hecho de serlo, sino
Para la reparación de las incapacidades a éstos con la condición de que estuviesen,
permanentes se siguen diversos criterios. por razón de matrimonio, de edad o de in-
En las primeras legislaciones se establecía validez, a cargo del accidentado. Incluso
el sistema —que aún perdura en algunas— pueden considerarse beneficiarios a perso-
de abonar a la víctima una cantidad al- nas sin parentesco, pero siempre con igual
zada o capital, mayor o menor, según que condición. Los sistemas indemnizatorios
por el grado de la incapacidad hubiese pueden ser los mismos que para la incapa-
que indemnizar la pérdida total o la pér- cidad permanente: entrega de capital o
dida parcial de la capacidad de trabajo. constitución de renta. Puede la renta ser
Sin embargo, pronto se advirtió que tal vitalicia cuando su beneficiaría es la viuda
procedimiento no cumplía la finalidad so- o personas invalidadas permanentemente
cial de amparar al accidentado contra la para el trabajo, o temporal cuando se
merma de ganancia o contra la imposi- trata de menores, ya que éstos pierden el
bilidad de obtenerla. El incapacitado, casi derecho a su percepción cuando llegan a
siempre poco apto para dar al dinero una la edad que se reputa apta para el trabajo
buena inversión, lo malgasta rápidamente o, tratándose de mujeres, cuando contraen
y queda con la incapacidad y sin medios matrimonio. También el derecho de la .viu-
de subsistencia, convirtiéndose, a veces, en da puede estar supeditado a la no contrac-
carga de beneficencia. La Oficina Interna- ción de nuevas nupcias, pues el matrimonio
posterior la priva de la renta sin otra com- La diferencia de trato entre los trabaja-
pensación, o entregándola una parte del dores de la industria y los del campo —de-
capital, pues ello depende de los distintos rivada seguramente del menor riesgo de
criterios legislativos. los segundos— fue tan corriente en las le-
gislaciones de los distintos países, que la
XII. CAMPO DE APLICACIÓN Convención n<? 12 de la Organización In-
ternacional del Trabajo comprometió a
No existe unidad de criterio legislativo todos sus miembros a extender a los tra-
en cuanto a la determinación, no ya de los bajadores asalariados de la agricultura los
trabajadores protegidos por la reparación beneficios de las leyes y reglamentos sobre
en caso de accidente o de enfermedad, sino indemnización a las víctimas de acciden-
tampoco de los patronos a quienes alcanza tes de trabajo.
la responsabilidad. Desde luego, y por la ín-
dole misma de la institución, no es aplica- XIII. EL SEGURO DE ACCIDEKTES
ble este derecho a los trabajadores autó-
nomos, sino a los que trabajan por cuenta Es evidente que todas las normas sobre
ajena, a condición de que exista una rela- reparación de los accidentes de trabajo van
ción de dependencia entre quien realiza el encaminadas a cubrir a las víctimas, par-
trabajo y quien lo paga. Este requisito es cial o totalmente, por tiempo limitado o
esencial, porque hay otros trabajos que se por período indefinido, según los casos, de
hacen por cuenta de otra persona y, sin las consecuencias económicas que originen
embargo, no entran dentro de la protección los siniestros. Precisamente por eso ha sido
legal por cuanto falta el vínculo de pa- preocupación esencial de los legisladores ir
trono a obrero, o de empleador a empleado. buscando la forma de garantizar a los acci-
El abogado, el médico, el ingeniero y todos dentados la percepción de las prestaciones
los que ejercen profesiones liberales, traba- a que tienen derecho. De poco servirían las
jan por cuenta de sus clientes y, sin embar- previsiones de la ley si luego la efectividad
go, carecen de derecho a reparación en de la asistencia sanitaria y de las indemni-
caso de siniestro laboral. Pero esos mis- zaciones en capital o en renta quedaba
mos profesionales se pueden beneficiar con supeditada a la solvencia patronal. Reco-
la protección legal si entran en relación de nocidos el derecho de la víctima y la res-
dependencia con las personas para las cua- ponsabilidad del empleador, bien por acuer-
les prestan sus servicios técnicos. Por igual do entre ambas partes, bien por decisión
razón, la responsabilidad resarcitoria no judicial, ningún beneficio se deriva para
afecta a todas las personas que utilizan y el incapacitado si el patrono responsable
pagan los trabajos de otras, sino única- carece de medios económicos para hacer
mente a las que ejercen función patronal frente a sus obligaciones, o si, lo que en
sobre quienes trabajan. ocasiones ocurre, finge una insolvencia
Sin embargo, la aclaración precedente no para eludirlas. Este inconveniente pudo
es bastante para determinar el campo de ser observado en la aplicación de aquellas
aplicación, ya que hay legislaciones que leyes que, limitándose a establecer el prin-
imponen ciertos límites aun para los tra- cipio de la responsabilidad, no adoptan
bajadores que realizan sus faenas por cuen- medidas para asegurar los derechos de la
ta ajena y en relación de dependencia. víctima o de quienes de ella traen causa.
Unas veces esas limitaciones se refieren a Algo se atenuó el mal referido mediante
la cuantía de la retribución, otras a la ín- el seguro que para cubrir, no el derecho del
dole de los trabajos, y otras a ambas. Es accidentado, sino su propia responsabilidad,
frecuente excluir de los beneficios a los podían los patronos concertar con entida-
trabajadores —obreros o empleados— cuya des aseguradoras de carácter mercantil
retribución excede de cierta cantidad; co- autorizadas a tal efecto. Pero el remedio
mo ha sido frecuente privar de los benefi- era insuficiente, tanto porque dejaba a la
cios a los trabajadores burocráticos, y aun víctima, económicamente débil, frente al
entre los manuales, a Ips obreros agrícolas interés lucrativo de fuertes entidades ase-
o a los domésticos. Cada vez esas limitacio- guradoras, preparadas para discutir los de-
nes son más excepeionales, pero todavía rechos del accidentado, cuanto porque no
subsisten en muchas legislaciones. La mis- todos los patronos tenían la precaución de
ma ley argentina no extiende sus benefi- contratar el seguro, omisión más frecuente
cios a ciertas categorías de trabajadores, precisamente en aquéllos de menor sol-
como, por ejemplo, los domésticos; y en vencia. La implantación del seguro obli-
cuanto a los agrícolas, sólo los comprendió gatorio, en muchas legislaciones, vino a
cuando la ley 12.631 modificó a la 9.688. resolver la dificultad, ya que al perder el
seguro su carácter facultativo, quedaron "fondo de garantía", cuya finalidad es
todas las víctimas de siniestros laborales subrogarse en las obligaciones de los pa-
cubiertas del riesgo de la posible insolven- tronos cuando éstos, por unas u otras cau-
cia patronal. Es de lamentar que, hasta sas, no puedan atenderlos. Naturalmente
la íecha, la legislación argentina no haya que ese "fondo de garantía" es más nece-
entrado por la norma de la obligatoriedad sario allí donde el seguro tiene carácter
del seguro. facultativo; pero también es aplicable al
Aun dentro del sistema compulsivo, no seguro obligatorio, ya que pueden presen-
todas las leyes coinciden en su modo de ver tarse casos —y se presentan principalmen-
el problema. Aquellas que contemplan más te entre los empleadores de menor solven-
la cobertura de la responsabilidad del em- cia— de incumplimiento de la obligación
pleador, presunto responsable, que la per- de asegurar.
cepción por el accidentado de las presta-
ciones que le son debidas, mantienen el XIV. EL ASPECTO INTERNACIONAL
seguro dentro de la esfera de acción de las
compañías mercantiles; y, contrariamente, El notable desarrollo que en la segunda
las legislaciones que atienden preferente- mitad del siglo pasado adquirió la sindica-
mente a salvaguardar los derechos del tra- ción obrera, tanto en el terreno ideológico
bajador, presunto accidentado, reservan a del anarquismo, como en el del catolicismo
un organismo oficial la cobertura del ries- y, principalmente, en el del socialismo, mo-
go de accidentes. Hay, finalmente, otras tivó que las organizaciones de trabajado-
legislaciones que adoptan un sistema in- res, excediendo las fronteras de las respec-
termedio, permitiendo que la obligatoriedad tivas nacionalidades, buscasen una acción
del seguro se cumpla por los empleadores, común de carácter internacional y unifi-
a su libre elección, en la entidad oficial casen sus aspiraciones, consiguiéndolo has-
aseguradora o en las compañías de seguros ta el punto de que todas las reivindicacio-
privadas. nes exigidas por las masas proletarias en
Como es lógico, cada uno de esos sistemas los diferentes países, han seguido una mar-
tiene sus defensores y sus impugnadores, cha paralela, siendo en todos ellos muy
no faltando a unos y a otros argumentos parecidas las leyes sociales en cuanto se
dignos de consideración. Los partidarios refiere a duración de la jornada de trabajo,
del seguro facultativo se apoyan en un vacaciones, descanso semanal, despido, con-
respeto a la libertad patronal para conser- diciones de trabajo, salarios, subsidios, pre-
var o para sustituir su responsabilidad, visión y reparación de accidentes. Las
mientras que los propugnadores del seguro diferencias que se observan entre unas y
obligatorio afirman que el respeto a aquella otras legislaciones no afectan a los prin-
libertad se hace a riesgo de poner en pe- cipios. Pero donde toda esa corriente in-
ligro la efectividad de los derechos, más ternacionalista del derecho laboral se re-
respetables, de los trabajadores. Y en el coge en forma orgánica y con fuerte sentido
ámbito del seguro obligatorio, los defenso- técnico y objetivo, es en la Organización
res de la actuación de las compañías mer- Internacional del Trabajo, creada como
cantiles señalan sus ventajas en el sentido consecuencia del Pacto de Versalles, y re-
de que la competencia entre ellas constitu- gida en forma tripartita por representan-
ye el procedimiento más eficaz.de mejorar tes gubernamentales de los Estados Miem-
sus servicios; en tanto que los partidarios bros, de los patronos y de los obreros. La
del monopolio estatal afirman que el inte- eficacia de su actuación y la influencia en
rés lucrativo de las compañías de seguros los derechos positivos nacionales, no puede
es incompatible con el interés social de por menos de ser reconocida y elogiada; ni
protección a los accidentados. Este criterio podía ocurrir de otro modo, ya que es ló-
ha sido defendido por las organizaciones gico, cuando no obligado, que los Convenios
obreras. y Recomendaciones adoptados en el seno
Otra forma de cobertura del riesgo de del organismo internacional sean luego lle-
accidentes está representada por las mu- vados a las leyes nacionales de los Estados
tualidades patronales, cuyo sentido social Miembros que los suscribieron.
puede ser superior al de las compañías de En relación concreta a los accidentes de
seguros, y que ofrecen para los mutualistas trabajo en el orden internacional, cabe
el beneficio de un menor costo. señalar como antecedentes los Congresos
Por último, otro método puesto en prác- de París de 1889 y 1900, de Roma de 1891,
tica para proteger a los accidentados con- de Milán de 1894, de Bruselas de 1897 y de
tra el riesgo de la insolvencia patronal, Dusseldorf de 1902. La "Asociación inter-
está representado por la formación de un nacional para la protección legal de los
trabajadores" influye en la celebración de ros y patronos en la prevención de los
convenios sobre reparación de accidentes accidentes de la edificación. Año 1947,
de trabajo, como son el franco-italiano del sobre colaboración de patronos y obreros
año 1904, el belga-luxemburgués de 1905 y en el cumplimiento de las normas de segu-
el franco-belga de 1906. También la "Aso- ridad e higiene del trabajo.
ciación internacional de progreso social" De entre toda esta obra de la Organiza-
convocó a varios Congresos, que frecuen- ción Internacional se destaca el Convenio
temente 5e ocuparon de la prevención y la nP 17, del año 1925, en virtud del cual todo
reparación de los accidentes de trabajo. Miembro que lo ratifique se compromete a
La República Argentina celebró los si- asegurar a las víctimas de accidentes o a
guientes Convenios: en 1919, con España sus derechohabientes, condiciones de re-
(ley 11.125); en 1920, con Italia (ley paración iguales, por lo menos, a las pre-
11.126); en 1926, con Austria (ley 11.633); vistas en el propio Convenio, aplicables a
en 1924, con Bélgica (ley 11.639); en 1929, los obreros, empleados y aprendices ocupa-
con Inglaterra (ley 11.850); en 1932, con dos por las empresas, explotaciones o es-
Polonia, Checoeslovaquia y Lituania (ley .establecimientos de cualquier naturaleza
11.851); en 1927, con Dinamarca (ley que sean, públicas o privadas; no pudien-
11.929); en 1928, con Suecia y con Yugo- do las legislaciones nacionales establecer
eslavia (leyes 11.930 y 11.931); y en 1937, otras excepciones que las relativas a las
con Hungría y con Bulgaria (leyes 13.540 personas que ejecuten trabajos eventuales
y 13.541). ajenos a la empresa del patrono; a los tra-
La Organización Internacional del Tra- bajadores a domicilio; a los miembros de
bajo ha suscrito los siguientes Convenios: la familia del patrono que trabajen exclu-
N<? 12 del año 1921, sobre Indemnización sivamente por cuenta de éste y que vivan
de los accidentes de trabajo en la agricul- con él; y a los trabajadores no manuales
tura. N1? 17 del año 1925 sobre reparación cuya ganancia exceda de un límite. El
de los accidentes de trabajo. N"? 18, so- Convenio no comprende a los marinos y
bre enfermedades profesionales. N<? 19, so- pescadores ni a otros trabajadores que go-
tare igualdad de trato a los trabajadores cen de un régimen especial equivalente.
nacionales y a los extranjeros. N? 27, del Establece que el pago de las indemnizacio-
año 1929, sobre peso de los grandes fardos nes producidas por incapacidad permanen-
transportados en buques. N<? 28, del mis- te o muerte se hará en forma de renta, pu-
mo año, sobre protección de los trabajado- diendo abonarse en capital únicamente
res ocupados en la carga y descarga de cuando, a juicio de la autoridad compe-
buques. N<? 32, del año 1932, sobre revisión tente, se garantice un empleo razonable
del precedente. N9 42, del año 1934, sobre del mismo. Los incapacitados que necesi-
enfermedades profesionales (revisión del ten la asistencia constante de otra perso-
N<? 18). N9 55, del año 1936, sobre obliga- na, percibirán un suplemento de indemni-
ciones de los navieros en caso de accidente zación. Fija también el derecho de los
b enfermedad de la gente de mar. N<? 62, accidentados a recibir no sólo asistencia
del año 1937, sobre medidas de seguridad médica, sino también quirúrgica y orto-
en la industria de la edificación. pédica.
Asimismo, la O. I. T. ha mantenido las La Argentina tiene ratificado el Conve-
siguientes Recomendaciones: Año 1925, so- nio número 12, sobre reparación de los
bre importe mínimo de las indemnizacio- accidentes en la agricultura, mediante la
nes; sobre competencias de jurisdicción en ley nacional 12.232 de 4 de octubre de 1935.
los conflictos en materia de accidentes;
sobre enfermedades profesionales; y sobre XV. ESTADÍSTICA DE ACCIDENTES
igualdad de trato a los trabajadores nacio-
nales y extranjeros. Año 1929, sobre pre- Las enciclopedias jurídicas, al referirse
vención de los accidentes; sobre disposi- a los accidentes de trabajo, suelen consig-
tivos de seguridad en las máquinas; sobre nar abundantes datos estadísticos para re-
reciprocidad de protección a los trabaja- señar los que en períodos determinados se
dores de carga y descarga de los buques; y han producido, su gravedad, sus causas
sobre consulta a las organizaciones profe- subjetivas u objetivas, sus consecuencias
sionales para reglamentar la seguridad de económicas en orden a la industria y a los
dichos trabajadores de carga y descarga. accidentados, así como especificaciones no
Año 1932, sobre reciprocidad en caso de ac- menos interesantes. Sin embargo, aquí nos
cidente de los trabajadores precitados. Año hemos apartado de ese camino y no pre-
1937, sobre seguridad en la industria de la sentamos cifras estadísticas porque desde
edificación; y sobre colaboración de obre- el momento en que han de quedar in-
ternimpidas a la fecha máxima en que el definición de los accidentes, de las enfer-
trabajo se redacta, tienen sólo un valor medades y de las incapacidades, ni en cuan-
relativo pues el lector que consulta al cabo to al monto de las indemnizaciones, al
del tiempo, queda sin saber cómo ha sido campo de aplicación, al alcance de la culpa
el desenvolvimiento posterior al último año subjetiva o de la fuerza mayor a las me-
recogido estadísticamente. Por otra parte didas preventivas de seguridad e higiene,
ha de serle fácil encontrar estadísticas ni a otros muchos aspectos. Por eso lo
puestas al día en las diversas publicaciones único posible es marcar las finalidades
especializadas de origen oficial o particu- que debe perseguir la estadística y los he-
lar, nacionales o Internacionales. chos que para conseguirlas deben ser ob-
En cambio ofrece Interés jurídico-social jeto de medición. Según afirma Figuerola
señalar la importancia de la estadística en en su obra ya citada, se debe hacer ante
materia de accidentes —como en todas las todo una clasificación por actividades para
cuestiones de trabajo— no sólo por la razón analizar los accidentes dentro del medio
anteriormente expuesta de su valor pre- en que se producen; viene luego la clasi-
ventivo, sino porque las enseñanzas que ficación según causas, objetivas o subje-
contiene deben servir de orientación a las tivas, distinguiendo entre éstas las impu-
leyes y a la jurisprudencia. tables a la dirección y las imputables al
Claro es que la estadística resultaría po- trabajador, así como las independientes de
co menos que inútil si se limitase a con- la voluntad del accidentado; sigue la cla-
signar el número de accidentes y su mayor sificación según las consecuencias del ac-
o menor gravedad, pues de esos datos pocas cidente, extensión del daño y grado de
enseñanzas se podrían deducir y pocas me- incapacidad; está a continuación la clasi-
didas preventivas se podrían adoptar. Para ficación según la naturaleza de las le-
la completa eficacia de la labor estadís- siones y según la parte del cuerpo lesio-
tica se han de realizar serias investiga- nada; debiendo finalmente atenderse a
ciones que permitan medir fundamental- otras clasificaciones sustanciales, como por
mente las causas de los siniestros, no sólo ejemplo el importe de las indemnizaciones
las inmediatas y visibles sino también las pagadas y los gastos de asistencia sani-
mediatas y ocultas. Determinar que el ac- taria; y complementarias, tales como el
cidente se produjo por rotura de polea, por mes, el día y la hora en que ocurrió el
explosión de caldera, por hundimiento de accidente y las circunstancias personales
edificio, por aspiración de emanaciones del accidentado.
tóxicas, por rotura de frenos, etcétera, ya Señala, también, el precitado autor que
es bastante porque permite comparar la hay que medir "el riesgo del accidente"
frecuencia de unas y otras causas; pero no fijando para ello los índices de frecuencia
es suficiente porque no aclara los motivos y de gravedad, pues la expresión cuanti-
objetivos ni mucho menos los subjetivos tativa de los siniestros en un período o en
en virtud de los cuales aquellos hechos una Industria determinados, únicamente
se produjeron. Lo importante en la esta- adquiere su pleno sentido cuando se rela-
dística es dar a conocer cuantos acciden- ciona con el número de trabajadores ex-
tes se producen por culpa del trabajador puestos al riesgo de accidente y con el
y cuantos por culpa del patrono, cuantos tiempo —"horas-obreros"— en que esas
por vicios imprevisibles de los elementos personas se encuentran sometidas a tal
de trabajo y cuantos por fatiga del acci- exposición; aspecto que -se complementa
dentado, por terceras personas o por fac- con el tiempo perdido a consecuencia de
tores externos de temperatura, humedad los accidentes. En otros términos: "el ries-
y hechos de similar naturaleza, así como go de accidente se determina por la fre-
también la índole de las consecuencias eco- cuencia con que se realiza 'y la gravedad
nómicas que afectan a la industria, a las de sus consecuencias". La manera de fijar
victimas e incluso a la sociedad. esos índices constituye una técnica ajena
En dar ese valor a la estadística existe al examen del problema en su aspecto
perfecta unanimidad. La discrepancia se jurídico-social.
presenta en la manera de enfocar las es-
tadísticas. Sería del mayor interés unifi- XVI. RESUMEN DE LA LEGISLACIÓN
car los métodos de tal modo que la uni- ARGENTINA (1)
versalidad de las mediciones permitiese
comparar los resultados de las diversas La reparación de los accidentes de tra-
naciones, pero esto es en gran parte impo- bajo se rige en la Argentina por la ley 9688
sible ya que las normas legales no coinci- (1) Está contenida, en !as disposiciones que a
den en todos los países ni en cuanto a la continuación se detallan: Ley 9688 modificada por
promulgada el 11 de octubre de 1915, mo- o de buen vecindad; colocación, repara-
dificada por las leyes 12631 de 16 de julio ción y desmonte de instalaciones telegrá-
de 1941, y 12647 de 27 de septiembre de 1940. ficas, telefónicas o pararrayos; y toda
Las normas que la inspiran son las que industria similar que sea declarada tal por
a continuación quedan resumidas: el P.E.
Responsabilidad patronal. — Alcanza a Incapacidades. — El accidente de trabajo
todo patrono, sea persona natural o jurídi- puede ocasionar los siguientes daños a
ca, por los accidente ocurridos a sus em- las víctimas: muerte, incapacidad perma-
pleados u obreros durante el tiempo de nente y absoluta para el trabajo, incapa-
la prestación de los servicios, por el hecho cidad parcial permanente, e incapacidad
o en ocasión del trabajo, o por caso for- temporal.
tuito o fuerza mayor inherente al mismo.
Se exceptúan de esa responsabilidad los ac- Indemnizaciones. — El derecho a las mis-
cidentes intencionadamente causados por mas sólo nace cuando la incapacidad ex-
la victima o debidos a su culpa grave, y ceda de seis días hábiles, y consisten:
los originados por fuerza mayor extraña a) en caso de muerte, en el pago de los
al trabajo. También cesa la responsabili- gastos de entierro hasta la suma de cien
dad patronal con respecto a cualquiera de pesos y pago a los familiares (cónyuge e
los derechohabientes de la víctima que hu- hijos menores, así como ascendientes
biese provocado voluntariamente o por cul- descendientes y hermanos hasta la edad
pa grave el accidente. Subsiste la respon- de dieciséis años que estuvieren a cargo
sabilidad del patrono aunque el obrero de la victima) de una suma igual al salario
trabaje bajo la dirección de contratistas total de los últimos mil días, pero nunca
de que aquel se valga para la explotación más de seis mil pesos; b) en caso de inca-
de su industria; pero en las explotaciones pacidad absoluta y permanente, con una
agrícolas, forestales, ganaderas o pesque- cantidad igual a la anterior, a favor de
ras en. que el contratista use máquinas la víctima; c) en caso de incapacidad par-
movidas mecánicamente, dicho contratista cial y permanente, con una suma igual
asume directa y exclusivamente la respon- a mil veces la reducción del salario; d) y
sabilidad de los daños que causen las de en caso de incapacidad temporal, con la
su propiedad. mitad del salario desde el día del acci-
dente hasta que el accidentado se encuen-
Campo de aplicación. — Están compren- tre en condiciones de volver al trabajo, o
didos en los beneficios de la ley los em- hasta que por el mero transcurso de un
pleados y obreros que presten sus servicios año la incapacidad se convierta en per-
en las siguientes industrias o empresas: manente. Para los supuestos de incapa-
fábricas, talleres y establecimientos indus- cidad permanente o muerte, la obligación
triales en general; construcción, conserva- patronal sólo se entiende cumplida, deposi-
ción y reparación de edificios, vías férreas, tando el valor de la indemnización en una
puertos, diques, canales y trabajos análo- sección especial de la Caja Nacional de
gos; minas y canteras; transportes, carga Jubilaciones y Pensiones, la que lo inver-
y descarga; fabricación o uso de explosi- tirá en títulos de crédito de la nación y
vos, materias inflamables y de electricidad; entregará a los beneficiarios el capital y
industrias forestal, agrícola y pesquera, la renta dividido en diez anualidades. Es
para los mayores de doce años, con inclu- también obligación patronal costear la asis-
sión de los domésticos q.ue no estén exclu- tencia médica y farmacéutica de los acci-
sivamente al servicio personal de los pa- dentados.
tronos, exceptuándose los familiares y los
que realicen trabajos ocasionales, amistosos Enfermedades profesionales. — Se consi-
las leyes 12631, 12647, 12921 (que ratifica el decreto
deran como tales las que sean declaradas
10135/44) y 13639. Decreto reglamentarlo básico efecto exclusivo de la clase de trabajo rea-
de 14 de enero de 1916, modificado por los si- lizado por la víctima durante el año pre-
guientes decretos: 12 nov. 1817; 25 junio 1918; cedente a la inhabilitación, siempre que
28 feb. 1919; 18 sep. y 25 oct. 1923; 27 julio 1928; estén taxativamente enumeradas por el
21 mayo 1930; 2491/32; 35512/33; 81566/36;
106234/41; 136439/42; 29776/44; y 1005/49. Deere- P.E. en decretos reglamentarios. (Téngase
toa: 30 abril 1917; 21 mayo 1918; 20 nov. 1923; presente, sin embargo, la admisión que la
20 abril y 4 nov. 1925; 7 marzo, 5 julio y 29 jurisprudencia ha hecho de las enferme-
sep. 1927; 3 enero 1934; 26470/39; 79838/40 com- dades del trabajo y de las enfermedades-
plementado por las' resoluciones del Ministerio
de Trabajo y Previsión nos. 136/50 y 104/51; accidente, diferenciándolas de las profe-
112735/42; 3357, 6642 y 11598/13; 10135/44; y sionales, y declarando que también dan
3376 y 30545/45. origen a indemnización).
Seguro. — Es facultativo en los patronos Cap., 9 nov. 1918. J.A., t. 2, pág. 185). Los trabaja-
sustituir las obligaciones relativas a la in- dores independientes por cuenta de quien los soli-
cita, no están amparados por la ley de accidentes
demnización, por un seguro a favor de los (Cám. Civ. 2» Cap., 14 agosto 1925 y Cám. Civ. 1»
empleados y obreros concertado con una Cap., 10 mayo 1928. J. A., t. 17, pág. 147 y t. 27,
asociación o compañía, debidamente auto- pág. 740). Los trabajadores a destajo están ampa-
rizadas, a condición de que abonen indem- rados (Cám. Civ. 2* Cap., 31 agosto 1925 y 28
oct. 1927. J. A., t. 17, pág. 202 y t. 26, pág. 1464).
nizaciones no inferiores a las determinadas Patrono es tanto el que hace profesión habitual
por la ley. como el que accidentalmente ocupa obreros en
una empresa, o el que construye obras por admi-
Caja áe garantía. — Para la hipótesis de nistración (Cám. Civ. 1» Cap., 31 mayo 1926. J. A.,
t. 20, pág. 247). Los integrantes de una cuadrilla
insolvencia patronal declarada e inexisten- qué han subcontratado trabajos en una obra, re-
cia de seguro, una Caja de garantía paga partiéndose los beneficios, sin otro control que el
las indemnizaciones que corresponden a resultado de sus actividades, son trabajadores
las víctimas de accidentes, siempre que autónomos y no están amparados por la ley 9688
(Trib. Trab. La Plata, 10 abril 1951, G. del T., t. 17,
hubiesen iniciado su acción en el término pág. 94). El personal municipal de barrido y lim-
de un mes. Esta Caja obtiene sus fondos pieza de calles no está amparado por la ley 9688,
en su calidad de beneficiaria de los tra- por no tener fines de lucro la entidad demandada
bajadores muertos en accidente que no (Sup. Corte Bs. As., 24 oct. 1950. G. del T., t. 15,
dejaren herederos con derecho a indemni- pág. 109). En el régimen de la ley 9688 no es nece-
saria la existencia de un trabajo subordinado,
zación, o que fallecieren antes de haberla bastando una relación de trabajo para que
consumido totalmente. Asimismo le están la acción de indemnización pueda prosperar
atribuidos los valores de las indemnizacio- (Cám Apel. Trab. Cap., Sala 2», 7 junio 1949.
G. del T., t. 11, pág. 113). La ley 9688 no establece
nes o rentas constituidas, pertenecientes a distinción entre obreros permanentes y ocasiona-
extranjeros que abandonen el país, y el les; y si la ley 12631 excluye los trabajos ocasio-
importe de las multas impuestas por in- nales, se refiere sólo a los amistosos o de buena
vecindad, o sea cuando el servicio se presta ocasio-
cumplimiento de ésta ley. nal y gratuitamente (Cám. Apel. Rosario, Sala !•>,
14 mayo 1948. G. del T., t. 6. pág, 143). El tambero
JURISPRUDENCIA. — Fundamentos de la respon- mediero no está comprendido en la legislación re-
sabilidad: La obligación patronal de garantizar ferente al contrato de trabajo, no alcanzándole los
a los obreros las condiciones de seguridad reque- beneficios de la ley de accidentes (Cám. Apel.
ridas por el industrialismo y el maquinismo, nace Mercedes, 3 sep. 1948. G. del T., t. 7 pág. 125). El
de la ley y preexiste a toda convención (Cám. Ci- carácter ocasional de la obra en nada afecta la
vil 1» Cap., 31 de dio. 1924. J.A., t. 14, pág. 1348). condición de patrono a efectos de la responsabili-
El patrono debe garantizar una seguridad abso- dad por accidente, pues ésta incumbe tanto al que
luta a sus empleados y cualquier omisión le im- hace profesión habitual de contratista como al
pone el deber de indemnizar el perjuicio causado que construye por administración (Cám. Apel.
(Cám. Fed. Cap., 1« abril de 1918, J. A., t. 1, Rosario, Sala 3?, 17 sept. 1948. G. del T., t. 7.
pág. 386). Probado el accidente en el caso de culpa pág. 100).
contractual, el patrono, si quiere eximirse de res- Causalidad: No es Indemnizable el fallecimien-
ponsabilidad, debe justiíicar el caso fortuito, la to de un obrero, ocurrido mientras se encuentra
culpa o la negligencia del obrero (Cám. Fed. Cap., prestando servicio, si no se comprueba que el
22 Junio 1918, 11 agosto 1919 y 15 octubre 1928. trabajo ha sido la causa determinante (Cám. Fed.
J. A., t. 1, pág. 820, t. 3, pág. 712 y t. 28, Cap., 7 marzo 1950. L. L., 58-809). Cesa la respon-
pág. 557). La teoría del riesgo profesional ha ce- sabilidad patronal si el siniestro se ha producido
dido terreno a la de solidaridad social (Cám. Apel. por un hecho extraño a las funciones del traba-
Trab. Cap., Sala 4", 4 feb. 1950. L. L., 62-572). jador y en lugar distinto de donde eran desempe-
Carácter de la ley: La ley de accidentes de tra- ñadas (Cám. Civ. 2» Cap., 14 agosto 1918. J. A., t. 2,
bajo contempla un aspecto de la locación de servi- pág. 253). El sereno que se encontraba dormido
cios y es por ello complementaria del Código civil en el momento en que sufrió el accidente, no es-
(Sup. Corte Nac., 3 sept. 1924 y 12 junio 1925. taba en el ejercicio de sus funciones (Cám. Com.
J. A., 1.14, pág. 5 y t. 17, pág. 317). La ley 9688 es Cap., 7 oct. 1926. J. A., t. 22, pág. 1106), Es indem-
de carácter común, ampliatoria o modificatoria del nizable el accidente que se produce en el lugar del
Código civil (Sup. Corte Nac., 10 sept. 1926 y 27 trabajo durante un descanso (Cám. Com. Cap., 11
feb. 1929. J. A., t. 22, pág. 18 y t. 29, pág. 32). La Junio y 20 oct. 1926. J. A., t. 20, pág. 908 y t. 22,
Interpretación de la ley 9688 debe ser liberal (Cám. pág. 1147). Es indemnizable el accidente que se
Fe. Cap., 24 agosto 1918. J. A., t. 2, pág. 102) y fa- produce mientras la víctima desempeña una misión
vorable al obrero (Cám. Civ. 1» Cap., 16 marzo fuera del lugar del trabajo cumpliendo órdenes
1926. J. A., t. 19, pág. 279). del patrono (Cám. Civ. 1» Cap., 21 agosto 1918.
Campo de aplicación: Debe considerarse am- J. A., t. 2, pág. 224). Procede la indemnización si
parado al obrero que aunque tenga parte en el accidente se produce cuando la víctima realiza
las utilidades, está subordinado al empresario por orden del patrono tareas que no son las su-
de coches (Cám. Civ. 2? Cap., 21 sept. 1925. yas habituales (Cám. Civ. 1' Cap., 13 abril 1920
J. A., t. 17, pág. 598). Los empleados de almacén y 11 oct. 1921, y Cám. Civ. 2? Cap., 5 dio. 1927.
no están amparados por la ley 9688 (Cám. Civ. 2» J.A., t. 4, pág. 172, t. 7, pág. 359 y t. 26, pág. 1169).
Cap., 4 sept. 1925. J. A., t. 17, pág. 562), por- El accidente se produce con motivo del trabajo
que esa clase de actividades no contiene ningún siempre que exista conexión entre éste y el acci-
riesgo específico (Cám. Civ. 2? Cap. 28 junio 1948. dente (Cám. Com. Cap., 11 junio 1926. J.A., t. 20,
Q. del T., t. 7, pág. 141). La ley 9688 no comprende pág. 908). No es necesario que el accidente ocurra
todas las Industrias sin excepción, sino a las pre- en el ejercicio de la ocupación, bastando que se
vistas por la ley o el reglamento (Cám. Civ. 2' haya producido con motivo de ella (Cám. Civ. 2?
Cap., 27 Junio 1818 y Cara. Fed. Cap.. 4 marzo en su perjuicio (Cam. Ped. Cap., 19 sept. 1924.
1919. J. A., t. 1. pág. 894 y t. 3, pág. 1121. Para la J. A., t. 14, pág. 77). Existe culpa grave del obrero
existencia Uel accidente Indemnlzable no es nece- si desobedece prohibiciones expresas o si demues-
sario que la labor sea su causa eficiente, bastan- tra una incuria que ninguna persona cuidadosa
do con que lo sea Indirecta, mediata o concu- de su vida puede cometer (Cám. Civ. 2? Cap., 27
rrente, es decir, que se produzca con ocasión del junio^ 1918. J. A., t. 1, pág. 894), liberando al pa-
trabajo, lo que sucede cuando éste lleva a la vic- trono de la obligación de indemnizar (Cám. Civ. 2«
tima al lugar del Infortunio (Cám. Apel. Rosarlo, Cap.. 14 Junio 1920. J. A., t. 4, pftg. 393). La culpa,
Sala 2", 10 abril 1948. O. del T., t. 5, pág. 87). No grave del obrero, que exime de responsabilidad al
es Indemnlzable el accidente derivado de una rlfui patrono, es la que confina con el dolo, con el he-
producida en el lugar del trabajo por cuestiones cho voluntarlo, y no la simpl-e negligencia (Cám.
ajenas al mismo (Cám. Apel. Trab. Cap., Sala 2', Ap. Rosario, Sala 2». 16 abril 1948: Cám. Fed. Cór-
8 nov. 1948. G. del T., t. 8, pág, 95). Es Indemnlza- doba, 11 nov. 1949 y Cám. Nac. Trab. Cap., Sa-
ble como accidente de trabajo el suicidio del obre- la 1*, 12 abril 1951. G. del T., t. 5, p. 87. t. 12,
ro si se ha producido como consecuencia de una pág. 84 y t. 17, pág. 128).
neurosis depresiva derivada de la disminución fí- Imprudencia profesional: La Imprudencia pro-
sica que le inhabilita para cualquier trabajo y del fesional, o sea ¡a derivada del ejercicio habitual
temor de perder también su miembro Inferior Iz- de cualquier trabajo, no exime de responsabilidad
quierdo (Cám. Ap. Trab. Cap., Sala 1', 30 dic. al patrono (Cám. Civ. 1' Cap., 17 mayo 1929;
1947. G. del T., t. 6, pág. 49). Es accidente indem- Cam. Ap. Tucumán. 4 nov. 1919; Cám. Fed. Cap.,
nizable el ocurrido a un Jefe de estación asesinado 23 marzo 1922; Cám. Civ. 1' Cap., 4 oct. 1926 y
por un obrero como venganza a raíz de un acto Cám. Civ. 2* Cap., 3 oct. 1927. J. A., t. 29, pág. 879,
de servicio (Cám. Civ. 1» Cap.. 17 marzo 1928. t. 3, pág. 1063. t. 8, pág. 98, t. 22, pág. 784 y t. 26,
J. A., t. 19, pág. 287). Subsiste la responsabilidad
patronal si el accidente es debido a un atentado pág. 1461).
motivado por una huelga cuando el obrero Iba Enfermedad: El síncope no es una enferme-
a reanudar sus tareas transportado por un auto- dad, sino un modo de muerte (Cám. Fed. Cap.,
móvil de la empresa (Cám. Civ. 1* Cap., 26 de 7 marzo 1950. L. L., 58-809). Para que la tu-
agosto de 1918. J. A., t. 2 pág 235) y cuando berculosis sea Indemnlzable, es preciso que el
Iba a entrar en el lugar del trabajo para re- trabajo haya sido su causa exclusiva o que ha-
anudar la labor (Cám. Civ. I* Cap., 27 sept, 1926. ya concurrido inequívoca o preponderar.temen-
J. A., t. 22, pág. 318). te a desencadenar su evolución (Cám. Fed. Men-
Fuerza mayor: Si el accidente se ha producido doza, 17 dic. 1949. L. L., 58-693). Las enfer-
por fuerza mayor o caso fortuito Inherente al tra- medades del corazón, el reumatismo, la tuber-
bajo, corresponde la indemnización (Cám. Nac. culosis, etc., axm no siendo enfermedades profe-
Bahía Blanca, 2 abril 1951. G. del T., t. 17, sionales, no están excluidas de los beneficios de
pág. 144). la ley 9688 cuando constituyen una enfermedad
accidente y ocasiona!, si hnn sido contraídas du-
Culpa del obrero: La ebriedad del accidentado rante el tiempo de prestación de los servicios y
exime de responsabildiad al patrono (Cám. Civ. 1» con motivo de la ocupación desempeñada (Cám.
Cap.. 12 abril y 23 nov 1923. J. A., t. 10, pág. 240 y Ap. Rosario, Sala li. 9 abril 1948. R. S. P., 18-
t. 11, pág. 1039), salvo que fuese conocida y tolera- 307). No son Indemnízateles ni como enfermedad
da por el propio patrono (Cám. Civ. 2» Cap., 16 ju- profesional ni como accidente ücl trabajo: la oti-
nio 1924. J. A., 1.13, pág. 160). La responsabilidad tis progresiva de un herrero remachador (Cám.
subsiste, a menos que el patrono pruebe que el he- CiV.'l» Cap., 2 oct. 1922. J. A., t. 8, pág. 540); la
cho fue intenclonalmente provocado por la víctima retracción de una aponeurosls palmar causada por
o debido a fuerza mayor extraña al trabajo (Cám. la profesión (Cám. C!v. 1» Cap., 9 mayo 1924.
Civ. 1» Cap., 21 agosto 1918. J, A-, t. 2, pág. 225). J. A., t. 12, p. 704); la cirrosis hepática (Cám.
No es indemiiizable el accidente producido an la Civ. 2'! Cap., 30 julio 1924. J. A., t. 13, pág. 522);
ejecución de un trabajo desobedeciendo la orden el aneurisma (Cám. Com. Cap., 14 sept. 1928. J. A.,
patronal (Cám. Civ. 1' Cap., 27 dic. 1926. J. A., t. 28. pág. .436); el tracoma conjuntival o corneal
t. 23, pág 385). (Cám. Ap. Tucumán, 9 marzo 192G. J. A., t. 19,
Culpa grave: La ejecución voluntaria por par- pág. 625); la atrofia muscular de la pierna izquier-
te del trabajador de un acto conocido como da, ni aun motivada por la tensión intensa y cons-
peligroso, sin orden expresa, ni necesidad, ni tante exigida por el manejo durante varios años
utilidad, constituye culpa grave (Cám. 1» en io de una máquina de ablandar cueros (Cám. Civ. 2»
Civ., Com. y Minas de Mendoza, 28 junio 1950. Cap.. 28 Julio 1926. J. A., t. 21, pág. 382). Son in-
L. L., 62-1E8). La culpa grave eximente de clemnlzables: la meningitis cerebral aguda ocasio-
responsabilidad, para ser tal, debe identificarse nada por un traumatismo (Cám. Civ. 1" Cap., 5
más con la voluntad consciente que con el sim- sept. 1928. J. A., t. 23. pág. 344); el reumat'smo
ple descuido (Sup. Corte Es. As., 11 julio 1950. ocasionado por las condiciones del trabajo (Cam.
L. L., 60-73). La violación de los reglamentos de Ap. Tucumán. 30 Julio 1927, J.A., t. 25 pág. 192);
trabajo representa culpa grave y exime de respon- los ataques histéricos debidos a un estado constitu-
sabilidad patronal (Cám. Civ. 2? Cap., 27 nov. cional despertado por un accidente (Cám. Civ. 2»
1925 y Cám. Com. Cap., 7 oct. 1928. J. A., t. 18, C«p., 10 mayo 1939. J. A., 29, pág. 711); la neu-
pág. 547 y t. 22, pág. 1100). La violación de los rosis traumática (Cám. Civ. 1» Cap. 27 mayo
reglamentos de trabajo no constituye culpa gra- 1929. .J. A., t. 29. pág. 694). E! trabajo al aire Ubre
ve, sino Imprudencia profesional, que no exime de aleja la posibilidad de que la tuberculosis y 1»
responsabilidad al patrono (Cám. Civ. 1? Cap., 17 dispepsia hayan sido contraídos por razón de insa-
mayo 1929 y 16 dic. 1925. J. A., t. 29, pág. 680 y
t. 18, p. 987). Al asimilar la ley la excepción de lubridad (Cám. Civ. 1? Cap., 31 mayo 1926. J. A.,
culpa grave al hecho provocado por la victima, t. 20, pág. 244). La tuberculosis contraída en el ta-
exige que dicha culpa revista marcada gravedad ller de conserva y soldadura de un frigorífico, no
(Cám. Civ. !•> Cap., ¡7 mayo 1929. J. A., t. 29, puede considerarse como enfermedad propia de la
pág. 679), y debe ser probada en forma tan conclu- clase de trabajo desempeñada (Cam, Civ. 2», 7
yante que no deje ni la más ligera duda de que la marzo 1924. J. A., t. 12, pág. 440). La peste bubó-
víctima deseó y ocasionó voluntariamente el hecho nica es accidente de trabajo (Cám. Civ. 2i Cap.,
13 marzo 1925 y Cám. Clv. 1» Cap., 31 mayo 1926. Hernias: La hernia es indemnizable aunque sea
J. A., t. 15, pag. 309 y t. 20, pag. 244), pero es ne- operable, si el resultado de la operación y sus pe-
cesario que se haya adquirido en el lugar y por las ligroa no la hacen Indicable (Cám. Civ. 2' Cap.,
condiciones del trabajo (Cám. Clv. 1» Cap., 3,1 18 oct. 1922. J. A., t. 9, p. 619). La hernia de debi-
oct. y 28 d!c. 1921 y 24 marzo 1924, y Cám. Clv. 2» lidad no es accidente, pero sí lo es la de esfuerzo
Cap., 9 íeb. 1920. J. A., t. 7, págs. 367 y 521, t. 12, (Cám. Civ. 1» Cap.. 3 agosto 1921. J. A., t. 7, p. 119) .
pag. 284 y r. 4, pag. 394). SI la incapacidad para el La hernia es Indemnizable, sea congénita o mórbi-
trabajo no ha sido producida súbitamente por una da, si el trabajo ha tenido parte en su manifesta-
enfermedad no declarada profesional por decreto ción, por lo cual resulta indiferente la predispo-
del P. E., no corresponde al obrero Indemnización sición del obrero a adquirirla (Cám. Ap. Trab.
(Cám. Civ. 1» Cap., 9 mayo 1924 J. A., t. 12. Cap., Sala 2". 21 sept. 1948. G. del T., t. 6, p. 102).
pag. 704). La predisposición para contraer una en- Tratamiento médico: Para que por el mero
fermedad no perjudica el derecho a la indemni- transcurso de un año la Incapacidad temporal se
zación (Cám. Ped. Cap.. 27 d!c. 1918. J. A., t. 4, convierta en permanente, es necesario que la víc-
pag. 115). SI han desaparecido en parte los efectos tima se haya sometido a tratamiento, pues lo con-
de la enfermedad contraida con motivo del traba- trario se prestaría a abusos (Cám. Ap. Rosario,
jo, el último patrono esta obligado a Indemnizar Sala 3», 30 dic. 1947. G. del T., t. 55, p. 101). La
la incapacidad relativa en que ha quedado el obre- negativa del obrero a dejarse operar, si en prin-
ro (Sup. Corte Nac., t. 3, pag. 1090). Una enferme- cipio puede significar una negligencia imputable
dad ocasionada de improviso por las condiciones al mismo, se puede interpretar en sentido contra-
en que se encontraba el local, es xm accidente de rio por las circunstancias de la causa (Cám. Civ. 1'
trabajo (Cám. Clv. 2* Cap.. 9 ÍPb. 1920. J. A., t. 4, Cap.. 3 agosto 1921. J. A., t. 7, p. 119) y también
p. 30). Para destruir la responsabilidad personal si el resultado de la operación es problemático
el empresario debe probar que el accidente ha con peligro de agravación (Cám. Civ. 2* Cap., 23
ocurrido exclusivamente por una pancreatitis no dic. 1925. J. A., t. 18, p. 1142).
traumática, pues si la misma se ha presentado a Determinación de la incapacidad: El criterio o
raíz de un golpe sufrido, existe la presunción de arbitrio judicial prevalece sobre el del perito mé-
que el mismo ha influido directa o indirectamente dico para determinar el monto de la incapacidad
en el proceso orgánico determinante de la muerte (Sup. Trib. Santa Pe, Sala 2», 19 dic. 1947. G. del P.,
(Cám. Clv. 2» Cap., 18 marzo 1929. J. A., t. 29, t. 4, p. 125). Ni la escala del art. 60 del reglamento
pag. 228). En los accidentes de trabajo la enfer- ni la pericia médica tiene carácter obligatorio para
medad debe ser declarada efecto exclusivo del tra- el Juez, siendo sólo índices de carácter general,
bajo realizado por la víctima (Cám. Civ. 2? Cap., cuya apreciación es del arbitrio del Tribunal (Cám.
24 feb. 1922. J. A-, t. 8, p. 35). Si el fallecimiento Ap. Trab. Cap., Sala 2», 8 feb. 1949. G. del T., t. 9,
no se produce por el traumatismo sino por una en- p. 95) . El monto de la indemnización debe fijar-
fermedad, no corresponde la indemnización (Cám. se con independencia de la posibilidad o de la cer-
Clv. 2' Cap., 7 y 26 nov. 1923. J. A., t. 11, pp. 1063 teza de que una readaptación permita al acciden-
y 1103). ka Insolación debe considerarse corno ac- tado reanudar su trabajo y obtener Igual o supe-
cidenta de trabajo (Cám. Clv. 2' Cap., 20 marzo rior salario (Sup. Trib. Santa Pe, Sala 2». 19 dic.
1929; Cám. Ap. Tucumán, 4 oct. 1923 y Cám. 1947. G. del T.. t. 1. p. 125). El hecho de que el
Clv. 1» Cap., 24 abril 1928. J. A., t. 29, p. 233, accidentado siga realizando el mismo trabajo y
t. 23, p. 1183 y t. 27, p. 500). Es Indemnlzable el ganando el mismo Jornal, no es óbice para que se
asma bronquial de origen alérgico contraída du- le indemnice la incapacidad laborativa protegida
rante el tiempo y con motivo del trabajo (Cám. por la ley 9688 (Cám. Ap. Trab. Cap.. Sala 3',
Ap. Trab. Cap., Sala 2*. 20 abril 1948. G. del T.. 16 dic. 1948. G. del T., t. 9, p. 121). El perjuicio
t. 5, p. 90). Constituye accidente de trabajo la estético no es indemnizable, «alvo cuando pueda
muerte del obrero por tuberculosis si se prueba influir en la obtención del trabajo, como sucede
que trabajó más de un año en cámaras a tempe- con las lesiones que dejan desfigurado el rostro
ratura bajo cero, expuesto a frecuentes cambios de una mujer joven (Cám. Ap. Trab. Cap., Sala 3',
de ambiente que le provocaban resfríos y gripes 30 oct. 1948. G. del T., t. 8, p. 70).
(Cám. Civ. 2' Cap., 28 nov. 1947. G. del T., t. 4. Revisión: Aun cuando la ley no se refiera a la
p. 127). E! síncope cardíaco debe considerarse acción de revisión, ésta es procedente en caso de
como accidente de trabajo, aun cuando la vícti- reagravación que aumente la incapacidad, sin que
ma no haya realizado un esfuerzo superior al nor- n ello pueda oponerse la excepción de cosa juz-
gada, ya que la situación que se plantea en la
mal, si existe relación de causalidad entre el tra- revisión es distinta a la considerada en el primer
bajo y la muerte o Incapacidad del trabajador Juicio (Corte Sup. Nac., 6 marzo 1950. G. del T..
(Cam. Ap. Trab. Cap.. Sala 2?, 28 mayo 1948. G. t. 10, p. 70).
de! T.. t. 6, p. 137). La tuberculos's es indemnl- Limite de la indemnización: El limite máximo
zabls como enfermedad accidente si se prueba el de indemnización fijado en seis mil pesos por la
nexo de causalidad con el trabajo (Cám. Ap. Trab. ley 9688, es aplicable a ¡os cosos de incapacidad
Cap., Sala 1», 14 mayo 1948. O. del T., t. 6, p. 121). permanente parcial (Sup. Corte Bs. As., 25 oct.
El deceso producido por tromboflebitis y embolia 1949. L. L., 57-159).
es indemnízablc siempre que existan serias pre- Prueba: La inversión de la prueba afecta lo
sunciones en relación (Cara. Ap. Trab. Cap. Sa- concerniente al salarlo (Cám. Ap. Trab. Cap.,
la 3», 6 agosto 1948. G. del T., t. 7, p. 81). Aun Sala 4», 4 feb. 1950. L. L., 62-572). La pre-
cuando no se haya acreditado que la bronquitis sunción de culpa del patrono no exime al ac-
crónica astiforme hubiese sido adquirida en el tor de probar que el deceso se debió a enfer-
trabajo, es Igualmente indemnizable E! se prueba medad contraida en el trabajo (Cám. Clv. 2'
que se ha agravado con motivo y en ocasión del Cap., 30 Julio 1924. J. A., t. 13, p. 522). La prueba
medio ambiente en que el obrero cumplía sus ta- del accidente corresponde al actor (Cám. Clv. 2'
reas, bastando con que ese ambiente despierte. Csp.. 10 sept. 1918. J. A., t. 2, p.442), si bien basta
acelere o agrave lesiones Ignoradas u ocultas una serie de pruebas asertivas, no requlriéndose
(Cám. Apel. Trab. Cap., Sala 2?, 9 sept. 1948. G. del una prueba estrictamente directa (Cám. Civ. 2*
T. t. 6. p. 83. La misma doctrina con respecto a Cap.. 7 sept. 1¿»23. J. A., t. 11, p. 564). Correspon-
una lesión pleural (Cám. Ap. Trab. Cap., Sala 2*. de probar ai obrero que es empleado del patrono
34 Julio 1948 y Sala 3», 26 feb. 1949. G. del T., y que el accidente ocurrió durante el tiempo de
t. 6, p. 153 y t. 9, p. 82). prestación de los servicios y con motivo de la ocu-
pación, demostrado lo cual, se presume la respon- vail (París 1901-1907). — Carnelutti, Infortuni
sabilidad patronal (Sup. Corte Bs. As., 2 oct. 1828. sul lavoro (Roma, 1913). — Conferencia Interna-
J. A., t. 28, p. 747). La Inversión de la prueba se cional del Trabajo, La indemnización de acciden-
refiere sólo a la culpa del patrono, pero no exime tes del trabajo (Ginebra, 1924). — Cueva, Legis-
a la víctima de justificar que el demandado era lación de accidentes del trabajo en la industria
el patrono (Cám. Civ. 2» Cap., 14 agosto 1925 y (Madrid, s/f.). -, Delearde,. La législation espag-
Cám. Clv. 1» Cap., 28 dlc. 1925. J. A., t. 17, p. 147 nole des accidents du travail (París, 1904). —
y t. 18, p. 1018). La Inversión de la prueba se Estasén, ¿os accidentes del trabajo y el seguro de
refiere sólo a la que tiene por objeto acreditar el accidentes (Madrid, 1903). — Eycken, Du fonde-
hecho del accidente y sus circunstancias (Cám. ment de la responsabilité patronale en matiére
Civ. 1» Cap., 22 oct. 1928. J. A., t. 28, p. 623). d'accidents du travail (Lila, 1900). — Puslnato,
No basta que exista una enfermedad, sino qué el Gl'infortunii sul lavoro e U diritto civile (Roma,
obrero debe probar que, se adquirió con ocasión 1887). — García Ormaechea, Jurisprudencia del
del trabajo (Cám. Civil 1» Cap., 31 mayo 1926. Tribunal Supremo y de la Comisión Superior de
J. A., t. 20, p. 244). La circunstancia de haber Previsión sobre accidentes del trabajo (Madrid,
prestado el patrono la asistencia médica de la ley 1935); El accidente del trabajo y la enfermedad
9683 y de haber propuesto la intervención qui- profesional (Madrid, 1933); La incapacidad per-
rúrgica, no supone por si sola- el reconocimiento manente por accidentes del trabajo (Madrid,
del accidente (Cám. Ap. Rosario, Sala 2', 21 nov. 1934); Legislación de accidentes del trabajo en la
1947. O. del T., t. 4, p. 95). Está a cargo del industria y en la agricultura (Madrid, 1936).—
patrono demandado la demostración en contrario Guerra Estapé, Accidentes del trabajo y enferme,
del salarlo denunciado por la victima, pues el dades profesionales (Barcelona, 1906). — Gulchot,
principio de inversión de la prueba rige también Sobre accidentes del trabajo (Madrid, 1923). —
en materia de salarios (Cám. Ap. Trab. Sala 4', Hubert-Valleroux1, Etude sur la responsabilité en
12 íeb. 1949. G. del T., t. 8, p. 36). El pago matitre a'accidents du travail dans les diverses
de medios salarlos por parte de la empresa su- legislations d'Europe (París, 1899). — Lattes,
pone el reconocimiento por ésta, de la existencia Accidentes del trabajo (Buenos Aires, 1945). —
del accidente (Sup. Trlb., Jujuy, 22 dic. 1947. Monnler, La législation anglaise sur la reparation
G. del T., t. 5, p. 118). des accidents du travail (París, 1899). — Oficina
Prescripción: La responsabilidad patronal y, con- Internacional del Trabajo, La prevention des ac-
secuentemente, el momento en que empieza a co- cidents (Ginebra, 1928); La reparación de las
rrer el plazo prescriptlvo de la acción, cuenta no enfermedades profesionales (Ginebra, 1933). —
desde que el obrero tuvo la hemoptisis, sino desde Olascoaga, Oficialización del seguro de acciden-
que la incapacidad se manifiesta realmente, impi- tes del trabajo (Buenos Aires, 1915). — Ossorlo y
diendo al obrero el desempeño de sus tareas, o Gallardo, Accidentes del trabajo (Madrid, 1902).
desde que está en condiciones de conocer la gra- — Ossorio y Plorit, ¿os riesgos en el trabajo
vedad del mal y sus consecuencias sobre la Inca- (Buenos Aires, 1943; Seguros Sociales (Córdoba,
pacidad laboral (Sup. Corte Bs. As., 30 dlc. 1947. 1943). — Oyuelos, Accidentes del trabajo (Ma-
G. del T., t. 4, p. 131). La misma doctrina con drid, 1902). Tratado de Legislación y Juris-
respecto al asma alérgico, originado por el am- prudencia de Accidentes del Trabajo (Madrid,
biente malsano en que se trabajaba (Cám. Ap. 1902). — Palancar y Pérez Botija, La pre-
Trab. Cap., Sala 2?, 26 feb. 1949. G. del T., vención de los accidentes del trabajo (Madrid,
t. 9, p. 74). 1934). — Peretti Griva, Infortuni sul lavoro e
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ACCIDENTES DE TRANSITO.* Tran-
( * ) La enorme extensión de la bibliografía sitar quiere decir pasar por vías o parajes
sobre este tema no nos permite citar sino algunas públicos. Constituye, pues, esa acción un
obras de carácter general que se refieren concre- elemento esencial a la vida humana en
tamente al mismo, prescindiendo de muy impor- cualquiera de las etapas de su civilización.
tantes estudios publicados en revistas o en tra-
tados generales de Derecho del trabajo, asi como
de las publicaciones de toda índole que tratan * Por los Drs. ALFREDO BITBOL y MANUEL OSSO-
aspectos parciales. RIO Y FLORIT.
Y como no cabe duda acerca de que tal bilidad objetiva, de la responsabilidad por
ambular por los lugares públicos lleva im- el riesgo creado, o de la responsabilidad
plícito un riesgo más o menos grave para por el hecho de las cosas, obligan a la re-
quienes realizan dicho acto, podríamos con- paración del daño sin entrar en el examen
cretar la definición del accidente de trán- de la culpa o de la imprudencia del autor.
sito diciendo que es todo siniestro ocurri- Será éste quien, por razón de prueba in-
do en la vía pública originado o provoca- vertida, tendrá que demostrar la culpa de
do por personas o por cosas tanto anima- la víctima como única excusa de su res-
das como inanimadas, especialmente ve- ponsabilidad. Así, pues, sin perjuicio de
hículos. El riesgo que era Insignificante insistir en este -interesante aspecto de la
cuando el hombre no disponía de Otro me- cuestión, bueno será empezar por señalar
dio de locomoción que sus propias piernas, los casos que se pueden presentar en el
fue aumentando rápidamente a medida accidente de tránsito. Son ellos: a) In-
que el progreso proporcionaba otros me- tencionalidad en la producción del daño
dios de transporte, semoviente o mecani- (muerte o lesiones) por parte de quien
zado. Puede decirse que de un siglo a esta conduce el vehículo o el animal, b) Im-
parte, sobre todo con el empleo del ferro- previsión o negligenclca por parte del autor
carril, del tranvía y del automóvil, el ries- del daño, c) Culpa civil del causante del
go que representa el tránsito ha adquiri- daño, d) Culpa de la víctima, e) Culpa
do proporciones alarmantes, hasta el pun- concurrente del causante del daño y de la
to de que en nuestros días, la circulación víctima, f ) Responsabilidad concurrente de
urbana, y aun la rural, constituye un gra- dos o más obligados a indemnizar, g) He-
ve problema principalmente derivado de cho producido con independencia de todo
las elevadas tasas de frecuencia y de gra- concepto de culpabilidad. Exeminémoslos
vedad de los accidentes que produce. Con separadamente y por su orden:
ellos ha sucedido lo mismo que con los de 19) En la hipótesis de intencionalidad,
trabajo. Siempre se ocasionaron pero no estaremos ya fuera del ámbito del acci-
representaron verdadera preocupación so- dente de tránsito para entrar en el de los
cial hasta que el maquinismo hizo aterra- delitos dolosos contra las personas previs-
dora su proporción. Entonces se vio la ne- tos y penados en los artículos 79, 80, 81,
cesidad de acudir al remedio y se busca- 82, 83, 89, 90, 91, 92 y 93 del Código penal,
ron teorías jurídicas resarcitorias del daño puesto que se habrá utilizado el vehículo
con independencia de los conceptos clá- o animal conducidos como elemento de
sicos de la responsabilidad derivada de la ejecución del delito, exactamente igual que
culpa o de la negligencia. La responsabi- se pudo emplear otro cualquiera. En con-
liad en caso de accidente adquirió carác- secuencia, serían aplicables al supuesto
ter objetivo y se llegó así a la inversión examinado todas las circunstancias y ca-
de la prueba. Con los accidentes de trán- racterísticas del homicidio o de las lesio-
sito es igual. Hasta hace relativamente nes voluntariamente producidas.
poco, la legislación se desenvolvía dentro 2<?) En la hipótesis de imprevisión o ne-
del ámbito de la responsabilidad subjeti- gligencia, aún tratándose de un delito cul-
va, dolosa o culposa, es decir de la inten- poso, definido y sancionado en los artícu-
cionalidad o de la imprudencia, del delito los 84 y 94 del Código penal, estaríamos ya
o del cuasidelito. Para que la víctima de más en el terreno de los accidentes de
un accidente de tránsito pudiera reclamar tránsito, y no porque la imprudencia, la
por el daño que se le hubiese causado, ha- negligencia, la impericia y la inobservan-
bía de probar que el conductor del vehícu- cia de los reglamentos sean manifestacio-
lo atropellador tuvo la culpa del siniestro, nes jexclusivas de la conducción de vehícu-
bien por la temeridad con que lo maneja- los y de animales, antes bien se pueden
ba, bien por el incumplimiento de las dis- presentar en casi todos los actos de la
posiciones legales reguladoras del tránsi- vida, sino porque aquellas omisiones son
to. De ahí esas enfadosas e interminables frecuentemente la causa de los atropellos
discusiones, en las que rara vez se llega y choques que se producen en la vía pú-
al conocimiento de la verdad, acerca de si blica.
el automóvil Iba o no por su mano, si lle- El problema sustancial que se presenta
vaba las luces encendidas o apagadas, si en el caso del delito por imprudencia con-
marchaba a velocidad moderada o excesi- siste en la determinación de si la culpa-
va, si usó o dejó de usar la bocina, etc., etc. bilidad del autor constituye presunción
Pero desde hace unos cuantos años se vie- juris tantum, hasta el extremo de que la
nen lanzando nuevas teorías jurídicas, es- víctima nada tenga que probar, dejando
pecialmente aplicables a los accidentes de al causante del daño la prueba de su in-
tránsito, que sobre la base de la responsa- culpabilidad o si, contrariamente, corres-
ponde a la víctima la prueba de la culpabi- gación de los cargos, sino el descubrimien-
lidad del agente. Como se ve, la cuestión to de la verdad". Y añade a continuación:
planteada ofrece una gran importancia, tío "Esa inversión probatoria no solamente no
sólo en el aspecto doctrinal, sino en orden se ajusta a los principios de la prueba pe-
a la eficacia de la reparación del perjui-" nal, sino que descuida el verdadero sentido
ció. En definitiva, se trata de un problema de esa presunción, que ya en el propio pro-
semejante al de los accidentes de trabajo: yecto de Tejedor estaba fijada en su justo
el procedimiento clásico de dejar a cargo límite al establecer que valía mientras no
del obrero accidentado la prueba de la cul- resultare lo contrario de las circunstancias
pabilidad, por acción o por omisión, del particulares de la causa, y no de la prueba
patrono traía como consecuencia la falta del imputado, lo cual es muy distinto".
casi constante de reparación del daño. 3"?) En la tercera hipótesis es preciso
Únicamente se obtuvo ésta con el estable- tener en cuenta que la inexistencia de res-
cimiento de la responsabilidad objetiva y ponsabilidad penal dolosa o culposa, no
de la inversión de la prueba. En materia supone forzosamente la inexistencia de una
de accidentes de tránsito, quienes estiman responsabilidad que, por vía estrictamente
que debe presumirse la culpabilidad del civil, obligue a la reparación de los daños
autor del daño, debiendo el mismo probar y perjuicios causados. Es el caso de los
su inculpabilidad, se apartan con vistas a cuasidelitos, a que se refieren los artícu-
la eficacia de la reparación, y empleando los 1107 a 1123 que tratan "de las obliga-
una inversión de prueba, de un principio ciones que nacen de los hechos ilícitos que
también clásico en Derecho penal, median- no son delitos"; es decir, a los hechos que
te el cual la presunción es siempre favo- no obstante su ilicitud son ejecutados sin
rable al reo e incumbe a la acusación, intención de causar un daño (art. 1108
tanto si es pública como si es privada, la Cód. civ.). Bien se advierte lo delicado y, a
prueba de la culpabilidad. Tratadista tan veces, difícil de establecer la diferencia
caracterizado como Manzini se pronuncia entre el delito culposo, corno en el caso de
en el primer sentido con estas categóricas la imprudencia y más todavía en el de la
palabras ( > ) : "Ya que nuestro Derecho su- infracción de reglamentos, y el cuasidelito
pone en cada hombre viviente, hasta la originario de la responsabilidad civil. De to-
prueba en contrario, su capacidad penal, dos monos es lo cierto que el artículo 1109
natural es que al causante material de un del Código civil hace pesar sobre quien eje-
hecho se lo presuma, por serlo, y solamente cute un hecho del que, por su culpa o ne-
juris tantum, la causa psíquica del mis- gligencia, resulte un daño a otro, la obli-
mo, como también dada la voluntariedad gación de reparar el perjuicio Trátase de
de la causa, se presume la de su efecto. un caso en el que ha intervenido la acción o
Exigir en cada imputación la prueba del la omisión personal del causante del daño:
dolo, significaría tanto como desconocer mas puede darse, y se da frecuentemente,
una de las más indudables verdades psi- el hecho de que la obligación indemniza-
cológicas sobre la cual, precisamente, des- toria ni siquiera nazca de la acción o de
cansa la presunción. Además, como toda la omisión de! responsable sino de los da-
regla tiene sus propias excepciones, era ños ocasionados por las personas que es-
lógico que para destruir tal presunción se tán bajo su dependencia o por las cosas
admitiese la prueba en contra, la cual co- de que se sirve t> que tiene a su cuidado, de
rresponde, como suele decirse, a la defen- conformidad con lo dispuesto en el artícu-
sa." Esta apreciación objetiva de la culpa lo 1113 del Código civil. Tal es el caso de
se encuentra también en Stoppato (2). los padres con respecto a los hijos que
Soler ( 3 ), refiriéndose a la presunción están bajo su poder (art. 1114). Pero aun
del dolo, dice que "sobre la base de que en este supuesto se sigue actuando dentro
ordinariamente el efecto de la presunción del marco de la responsabilidad subjetiva
consiste en invertir el mus probandi, se in vigilando o tn eligendo. El otro supuesto
ha concluido en la afirmación de que la del articulo 1113, o sea el relativo al daño
ausencia de dolo debía ser probada por producido por las cosas de que el respon-
el imputado, lo cual constituye un gra- sable se sirve o tiene a su cuidado, sobre
ve error, no ya desde el punto de vista de vincularse más directamente con el pro-
la ley de fondo, sino del procedimiento pe- blema de los accidentes de tránsito, con-
nal, el cual no tiene por objeto la investi- tiene ya e! principio de la responsabilidad
objetiva, de la que únicamente se puede
(1) Trattato di Dirltto pénale italiano. Tu- librar probando que el daño fue debido
rin, 1936. a una falta imputable a quien lo sufrió
(2) L'evento punibile.
(3) Derecho penal argentino, t. 2. Buenos Ai- (art. 1111).
res, 1840. En el caso del articulo 1113 no hay duda
acerca de que entran en función, por las ro estuviese o no manejada por el patro-
razones precitadas, la presunción de cul- no.
pabilidad del causante del daño y, consi- 4?) En la cuarta hipótesis, no hay duda
guientemente, la inversión de la prueba. de que la culpa de la víctima libera de
La víctima no ha de probar la culpa civil responsabilidad al causante del daño. Si
del autor, sino que a éste corresponderá se trata de cuasidelito, por imperio de lo
demostrar que no tuvo culpa. El caso del dispuesto en sus artículos 1111 y 1113 del
artículo 1109 ofrece varias dudas, puesto Código civil; y si se trata de delito, lo mis-
que se trata de una responsabilidad sub- mo doloso que culposo, porque al deberse
jetiva en que rige el principio de que al el daño a una falta de la propia víctima,
actor corresponde la prueba de la acción desaparecen los supuestos de dolo y de
que ejercita, o sea, en el caso de que tra- culpa en el imputado, indispensables para
tamos, de la culpa o negligencia del de- su condena. Cualquiera sea lo que se pien-
mandado. Naturalmente que a esta situa- se con respecto a la presunción de culpa
ción es aplicable lo que ya hemos dicho e inversión de prueba a que nos hemos re-
al hablar de la responsabilidad delictual ferido en los incisos precedentes, no cabe
en el sentido de la frecuente dificultad en duda de que la prueba de la culpa de la
que se encuentra la víctima para probar víctima ha de correr a cargo del causante
la culpa o la negligencia del autor del del daño.
daño. De ahí que una corriente moderna 5°) La posibilidad de que en la produc-
se incline a sostener que el artículo 1133 ción del siniestro concurra la culpa de la
del Código civil comprende no sólo los ca- víctima con la del causante del daño, ori-
sos señalados en sus siete incisos ("), sino gina otra serie de problemas fundamental-
también todos aquellos daños resultantes mente derivados de la precisión de fijar
de la utilización o tenencia de cosas inani- hasta dónde llegan las respectivas culpa-
madas, con lo cual la norma de la respon- bilidades, si la de la víctima es compensa-
sabilidad objetiva y de la inversión de la toria de la otra, o si debe establecerse una
prueba sería aplicable a la hipótesis del proporcionalidad que sirva para regular el
artículo 1109. Esta es la opinión de Sal- monto de la indemnización. En general se
vat ( 5 ) y de Galli ( a ), quienes estiman que estima que la culpabilidad de la víctima
la presunción de responsabilidad es proce- atenúa la responsabilidad del causante del
dente, tanto por la utilización de un ele- daño pero no le exime de responsabilidad.
mento peligroso, cuanto porque la máquina Claro está que la atenuación se presen-
termina, en ciertas circunstancias, por do- tará en razón directa del grado de culpa
minar inevitablemente al conductor. De de la víctima. En ese sentido se pronuncia
modo contrario opina Colornboí 7 ), al es- Demolombe ( s ), cuando afirma que si la
timar que tal presunción no está estable- culpa es exactamente igual de una y de
cida por la ley civil argentina y que no otra parte, las dos responsabilidades se
pueden aplicarse por analogía las reglas anulan y compensan, sin lugar a ninguna
establecidas en los artículos 1113 y 1133. condenación por daños e intereses; y si
Sin embargo, según veremos más adelante, las responsabilidades no son iguales, cada
el criterio doctrinal en favor de la presun- uno debe abonar una indemnización por
ción de culpabilidad se extiende más cada los daños y perjuicios en la proporción y
día. Por nuestra parte señalamos cierta en la medida de la culpa que le es impu-
incongruencia en presumir la responsabi- table, correspondiendo a los magistrados
lidad en la hipótesis de los artículos 1133 determinar tales medidas y proporción se-
y 1133, es decir, cuando dicha responsabi- gún las variadas y complicadas circunstan-
lidad nace de la mera tenencia de la cosa cias que pueden presentarse. Colombo ( 9 )
inanimada, y no se presuma cuando a esa opina que aun cuando el Código civil ar-
misma circunstancia (tenencia de la co- gentino no contiene ninguna norma ex-
sa) se añada la acción del tenedor. El cri- presa sobre este particular, se llega a la
terio parece tan ilógico como si en mate- misma conclusión de que la culpa aqui-
ria de accidentes de trabajo se hubiese liana concurrente atenúa la responsabili-
establecido una distinción según que la dad, por el solo juego de los artículos 1109
máquina productora de la lesión al obre- y 1111, en cuanto el primero dispone que
todo el que ejecuta un hecho que por su
(4) Orgaz, A., Responsabilidad por el hecho de culpa o negligencia ocasiona un daño a
las cosas inanimadas, Córdoba, 1931.
(5) Hechos ilífMos, Buenos Aires, 1941. otro está obligado a la reparación del per-
( G ) "Los daños de los automóviles en circula- juicio, y en cuanto el segundo determina
ción como daños de cosa inanimada", en Rev. La
Ley, t. 15. sec. doc.
(7) Culpa aquiliana (cuasidelitos), Buenos Ai- (8) Cours de Code Napoleón, París, 1882.
res. 1947. (9) Op. cit.
que el hecho que no cause daño a la per- delitos en cuanto a la solidaridad resul-
sona que lo sufre, sino por una íalta im- tante del hecho, no era ese el sentido del
putable a ella, no impone responsabilidad artículo precitado, porque la intención de
alguna. Ya veremos en el lugar correspon- dañar es la que constituye el delito, mien-
diente cuál es el criterio de nuestra juris- tras que el cuasidelito no es más que un
prudencia. hecho que no lleva la intención que le
6°) La hipótesis de que la culpa concu- imprimiría un carácter de culpabilidad.
rrente no se refiera a la víctima sino a dos La ley ve en el delito cometido por muchos
o más causantes del daño, no ofrece nin- un pensamiento criminal concebido en co-
guna particularidad. Cada uno de ellos mún y por eso ha querido que las conde-
responderá frente al damnificado propor- naciones fuesen solidariamente pronuncia-
cionalmente al grado de culpabilidad que das contra los autores. "Pero en el cuasi-
se le atribuya. El principal problema que se delito —añade— no hay intención punible;
puede presentar es el de la solidaridad o los autores de un hecho que daña a otro,
no solidaridad de los diversos responsables no están obligados sino a reparar el per-
a efectos del pago de la indemnización. juicio que han causado, no a título de
Tratándose de una responsabilidad cuyo pena, sino meramente de indemnización.
origen sea delictual, la cuestión aparece ca- Por consiguiente no deben ser cargados
tegóricamente resuelta por el artículo 1081 todos y cada uno con la responsabilidad
del Código civil preceptivo de que "la obli- del hecho, al cual no han contribuido sino
gación de reparar el daño causado por un cada uno por su parte material."
delito pesa solidariamente sobre todos los Aguiar fundamenta sustancialmente su
que han participado en él como autores, criterio solidarista en el argumento de que
consejeros o cómplices, aunque se trate de el hecho culpable de cada uno contribuye,
un hecho que no sea penado por el Dere- respectivamente, a completar el poder de
cho criminal". Y todavía se remacha el dañar. Uno y otro son, mutuamente, origen
concepto de la solidaridad al establecerse y causa de las consecuencias perjudiciales
en el artículo 1082 que si uno solo de los de sus actos culpables respectivos, pues sin
responsables ha indemnizado todo el daño, la conjunción de las culpas individualiza-
se extingue el derecho para demandar a das de ambos, aquellas consecuencias no
los otros las partes que les correspondieren. se habrían producido; de donde suprimir
Donde la doctrina universal —y muy ca- la culpa del uno importa tanto como des-
racterizadamente la argentina— se divide armar a la del otro de su poder de perju-
es en materia de responsabilidad concu- dicar y viceversa. En orden a la legislación
rrente derivada de los cuasidelitos. Limi- argentina, sostienen los partidarios de la
tándonos al problema en nuestro país, es solidaridad que, pese a las palabras de Vé-
de señalar que se pronuncian a favor de la lez Sársfield, se encuentra expresamente
la solidaridad autores tan conspicuos co- establecida en el Código civil, porque el
mo Machado (">),Segovia14("),Bibiloni (12), artículo 1109, al determinar la obligatorie-
Aguiar (is) y Halperín ( ), mientras que dad de reparar los daños causados por ac-
Salvat(iB), Lafaille (i6), Galli (") y Go- tos ilícitos que no son delitos, añade que
lombo (i»), tratadistas todos ellos no me- la< obligación es regida por las mismas dis-
nos prestigiosos, rechazan la solidaridad. posiciones relativas a los delitos del Dere-
Sin olvidar que el propio Vélez Sársfield cho civil, entre los cuales el artículo 1081,
en su nota al artículo 1121 ya dijo que si que estatuye incontrovertiblemente esa so-
bien algunos autores, guiados por la le- lidaridad de responsabilidades. Como es
gislación romana, habían establecido una lógico, para llegar a esa conclusión em-
equiparación entre los delitos y los cuasi- piezan por negar que la opinión de Vélez
Sársfield tenga valor indiscutible, sobre
(10) Exposición y comentario al Código civil. todo si está en contradicción con el texto
(11) El Código civil de la República Argentina,
Buenos Aires, 1881. de la ley y con las fuentes en que se inspi-
(12) Anteproyecto, Buenos Aires, 1929. ró, especialmente Aubry et Rau (i 9 ), quie-
(13) "La solidaridad en las obligaciones delic- nes sientan el principio de la responsabi-
tuales y cuasldellctuales, en Rev. Critica de Ju- lidad solidaria en materia de cuasidelitos.
risprudencia, 1933; Actos iííciíos, Buenos Aires,
1936. Galli (20) desvirtúa el argumento de la
(14) "Responsabilidad solidaria de los co-auto- correlación entre los artículos 1109 y 1081
res o co-responsables de un cuasidelito", en La diciendo que el 1109 no tiene el alcance
Ley, t. 3.
(15) Hechos ilícitos, Buenos Aires, 1941. pretendido, porque "alude a la responsabi-
(16) Curso de obligaciones, Buenos Aires, 1927. lidad cuisidelictual con sujeto singular, y
(17) "El problema de la solidaridad en los de-
litos civiles y en los cuasidelitos", en Anales de la (19) Cours de Droit civil jrcmgals, París, 1856.
Facultad de Ciencias Jurídicas de La Plata. 1933. (20) "Solidaridad en los cuasidelitos", en Lo
(18) Op. cit. Ley, t. 25.
de ahí que la remisión hecha al final del fuente de responsabilidad delictual, convie-
mismo ha de entenderse referida a los pre- ne señalar que en nuestro país el decre-
ceptos relativos a delitos que no abarquen to 12.689/45, ratificado por la ley 13.893,
pluralidad de sujetos, como son los ar- aprobó el reglamento general de tránsito
tículos 1077, 1079 y 1083; con lo cual el para los caminos y calles de la República,
legislador no habría hecho otra cosa que habiendo sido parcialmente modificado por
seguir en materia de responsabilidad una el decreto 17.771/50. Conviene a este res-
técnica semejante a la de las obligaciones pecto señalar que, según advierte un tra-
contractuales, separando los efectos de las tadista, la inobservancia de las ordenanzas
obligaciones con sujeto singular de las va- de tránsito ha sido considerada suficien-
riantes específicas de la pluralidad de su- te para establecer la responsabilidad por
jetos. Esto aparte de que cada vez que el los perjuicios causados, siempre que entre
codificador ha contemplado un supuesto aquella inobservancia y el accidente exista
de responsabilidad plural, ha establecido la relación de causalidad necesaria para
en forma expresa la no solidaridad. que nazca la obligación de reparar el daño.
Colombo, además de otros razonamientos No es posible proseguir este estudio sin
tendientes a demostrar la no solidaridad, expresar que otra modalidad muy carac-
señala como principal el mismo que, en terística de los accidentes de tránsito es la
definitiva, contiene la nota de Vélez Sárs- relativa a los que se producen en el trans-
field, o sea que en la responsabilidad de- porte oneroso de pasajeros. Mas como ellos
lictual el fundamento de la solidaridad se presentan aspectos jurídicos diferenciados
encuentra en el entendimiento previo que en una legislación específica, han de ser
liga a los coautores y a sus cómplices: en- considerados en su lugar correspondiente.
tendimiento que en el cuasidelito resulta (V. TRANSPORTE DE PERSONAS.)
Imposible, porque de no ser así, los hechos Conviene asimismo aludir, siquiera sea
producidos por culpa dejarían de ser lo someramente, a algunas otras cuestiones
que son para convertirse en verdaderos de- relacionadas con la responsabilidad por los
litos. "Y esa diferencia obliga a acentuar accidentes de tránsito. Es la primera, que
el carácter de la obligación derivada del afecta de modo general a los cuasidelitos,
proceso doloso, dado que no es lo mismo la relativa a quienes tienen derecho a re-
que la injuria sea secuela de un acuerdo clamar la indemnización correspondiente.
de voluntades o secuela de la acción u omi- No hay duda acerca de que en primer tér-
sión de dos o más personas que sin que- mino puede hacerlo la víctima del delito o
rerlo pero a causa de su negligencia, han del cuasidelito, ya que el articulo 1079 del
concurrido accidentalmente a la produc- Código civil preceptúa que "la obligación
ción del hecho." Este parece ser también de reparar el daño causado por un delito
el criterio reflejado en el proyecto de la existente, no sólo respecto de aquel a quien
Comisión reformadora del Código civil, que el delito ha damnificado directamente, sino
en el artículo 867 establece la solidaridad respecto de toda persona que por él hu-
de responsabilidades cuando varias perso- biese sufrido, aunque sea de una manera
nas se hubieren concertado para la ejecu- indirecta"; norma de aplicación a los cua-
ción de un acto ilícito. Luego a contrario sidelitos en virtud de la remisión expresa
sensu debe entenderse que no habría soli- que contiene el artículo 1109 después de
daridad si no existiese tal concierto. determinar la obligatoriedad de indemni-
79) La séptima y última hipótesis se zar los perjuicios, que recae sobre todo el
refiere al supuesto de que el vehículo pro- que ejecute un hecho que por su culpa o
duzca el daño sin culpa ni del causante ni negligencia ocasione un daño a otro. Claro
de la víctima. Queda desde- luego desecha- es, y así lo tiene reconocido la jurispru-
da la responsabilidad delictual. En cuanto dencia, que esa acción resarcitoria puede
a la meramente civil, el problema se halla ser ejercitada por los herederos del difunto
intimamente ligado a cuanto dejamos ex- en el supuesto de que el siniestro hubiese
puesto en el inciso 39 y a la interpreta- producido la muerte de su causante, y ello
ción que se dé a los casos contemplados por imperio del artículo 3417, que dice asi:
en los artículos 1109, 1113 y 1133 del Có- "El heredero que ha entrado en la pose-
digo. Con esto se entra de lleno en el pro- sión de la herencia, o que ha sido puesto en
blema de la responsabilidad por el hecho ella por juez competente, continúa la per-
de las cosas inanimadas, que será exami- sona del difunto, y es propietario, acree-
nado donde corresponde. (V. RESPONSABILI- dor o deudor de todo lo que el difunto era
DAD OBJETIVA.) propietario, acreedor o deudor, con ex-
No sólo por cuanto afecta a la disminu- cepción de aquellos derechos que no son
ción de los accidentes de tránsito, sino por- transmisibles por sucesión. Los- frutos y
que siendo la inobservancia de reglamentos productos de la herencia le correspon-
den. Se transmiten también al heredero e hijos: y el segundo determina que el de-
los derechos eventuales cjue puedan co- recho de exigir la indemnización de asis-
rresponder al difunto." Esta disposición tencia y funeral compete a cualquiera que
genérica del derecho sucesorio parece es- hubiese efectuado tales gastos, y que la
tar ratificada específicamente en cuan- indemnización por subsistencia únicamente
to a los daños materiales ocasionados en podrá ser exigida por el cónyuge supérs-
cuasidelitos por el artículo 1110, que ad- tite y por los herederos necesarios del di-
mite la posibilidad de que pida la repa- funto, si no fueran culpados del delito
ración no sólo el que es dueño o poseedor como autores o cómplices, o si no lo impi-
de la cosa que ha sufrido el daño o sus dieron pudiendo hacerlo. Esto ha permi-
herederos, sino también el usufructuarlo o tido a algún autor mantener la tesis de
el usuario si el daño irrogare perjuicio a su que los terceros que pueden reclamar los
derecho. Si el perjuicio fuese moral, el perjuicio aludidos en el artículo 1079 no
problema cambiaría esencialmente, porque son "todas las personas", sino únicamente
parecería aplicable a tal hipótesis la nor- aquellos que tengan derechos reconocidos,
ma establecida en el artículo 1099 en el o sea los parientes con derecho a heredar
sentido de que si el delito no hubiese cau- al muerto. No obstante, parece más exten-
sado sino agravio moral, como en el caso dida la opinión de que el artículo 1079 no
de las injurias o 4e la difamación, la acción establece limitación ninguna en cuanto 8
civil no pasa '•& los herederos y sucesores quienes pueden reclamar, bastando con
universales sino cuando .hubiese sido en- que justifiquen el perjuicio, directo o indi-
tablada por el difunto. Algunos autores recto, que hayan sufrido, sin que los ar-
sostienen que el artículo 1099 trata de ca- tículos 1084 y 1085 puedan impedir la apli-
sos concretos de agravio moral y que, por cación de la norma contenida en el 1079,
lo tanto, no es aplicable el supuesto de que porque se refieren a cuestiones distintas.
el siniestro haya causado la muerte de la En lo que afecta a la acción de los he-
víctima. Sin embargo, aun aquellos que se rederos mencionada en el artículo 1085, no
pronuncian por el derecho de los herede- falta quien, como Segovia, afirme que la
ros, lo hacen basándose principalmente no acción de indemnización a título heredi-
en la calidad estricta de sucesores univer- tario puede ser ejercida por todas las per-
sales de la victima fallecida, sino en apli- sonas con derecho a percibir alimentos del
cación de lo dispuesto en el articulo 1079, causante. Otros, como Salvat, piensan con-
que concede acción a los perjudicados in- trariamente que la acción en concepto de
directamente, porque el perjuicio moral herederos sólo pueden ejercitarla los que
afecta directamente, o aunque sea Indirec- tengan el carácter de necesarios, en los tér-
tamente, a los herederos de la. víctima. minos que claramente consigna el artícu-
Nadie, en verdad, podría afirmar que, por lo 1085. Los parientes que no tengan la
ejemplo, la muerte del padre de familia condición legal de herederos forzosos, úni-
producida por un hecho delictivo o cuasi- camente podrán reclamar al amparo del
delictlvo no cause agravio moral directo artículo 1079.
a la esposa y a los hijos. Entonces resulta Colombo resume el tema diciendo que,
claro —y así lo ha establecido la Jurispru- a su juicio, los artículos 1079, 1084 y 1085
dencia— que si bien esos herederos no po- se complementan, ya que los dos últimos
drían ejercitar en concepto de tales la re- son aplicaciones particulares y parciales de
clamación resarcitoria del agravio moral, la. norma contenida en el primero; que la
podrían hacerlo alegando su calidad de acción concedida en los artículos 1084 j
damnificados directa o indirectamente por 1085 al cónyuge y a los herederos es 'una
el hecho ilícito. acción propia y no jure hereditatis; que
Ahora bien, los artículos 1084 y 1085 del dichos artículos aluden al esposo subrevi-
Código civil han planteado serias dudas viente y a los demás herederos forzosos en
con respecto tanto a quienes pueden ale- el sentido de que sólo ellos pueden exigir
gar la condición de herederos damnifica- la indemnización para subsistencia, dado
dos directa o indirectamente por el hecho que los alimentos únicamente pueden so-
Ilícito (delito o cuasidelito), cuanto a quie- licitarlos los herederos que la ley determi-
nes pueden ejercitar la acción en concepto na; que cualquier otro daño que sufran las
de herederos. El primero de los menciona- personas indicadas en esos mismos pre-
dos preceptos establece que si el delito fue- ceptos deberá ser también indemnizado,
re de homicidio, el delincuente tiene obli- pero por aplicación del artículo 1079; que
gación de pagar todos los gastos hechos en a ese mismo precepto se podrán también
la asistencia y sepelio del muerto, y ade- acoger los parientes no mencionados en
más lo que fuere necesario, a criterio del el artículo 1085 y los terceros, sin limita-
juzgador, para la subsistencia de la viuda ción; y que a los herederos en grado race-
sible, les queda, además, las acciones he- Causas motivadoraa drl delito: La Infracción de
reditarias correspondientes, según los ar- las ordenanzas, si no se establece una relación de
causalidad entre ese hecho y el daño producido,
tículos 3417 y 1110. Vínicamente da origen a una medida de carác-
No es del caso entrar en el examen de ter policial o municipal (Supr. Trlb. Entre Ríos,
otros problemas que no afectan específica- 26-9-939, J. A - , t. 70, pág. 45; Cam. Clv. 2» Cap.
Fed., 15-6-939, J. A., t. 66. pág. 920; Cana.
mente a los accidentes de tránsito sino a los Clv. 1» Cap. Fed., 10-2-O27. 3. A., t. 24, pég. 75;
daños producidos por hechos ilícitos en un Cftm. Clv. 2» Cap. Ped., 24-10-930, J. A., t. 34,
sentido genérico y que, por ello, habrán de pág. 507). Be presume la culpa del causante del
daCo 61 Incurrió en infracción de las ordenanzas
ser considerados al tratar de los delitos y de tránsito (Cám. Clv. !• Cap. Pcd., 19-6-925. J. A.,
de los cuasidelitos. Únicamente conviene t. 16, pág. 112; Cám. Clv. 3» Cap. Ped., 22-7-933,
aludir (por su vinculación inmediata con J. A., t. 38, pág. 1182; Cam. Clv. 2» Cap. Ped.,
el derecho del perjudicado a obtener la 9-5-936. J. A., t. 53. pág. 695), salvo si esas nor-
mas de tránsito hubiesen caído en desuso (Cám.
reparación del daño que ha recibido) a la Clv. 1» Cap. Fed., 10-4-940, J. A . , t. 70. pág. 127;
cuestión de los intereses, que ha sido am- Cám. Clv. 1» Cap. Ped.. 21-2-925, J. A . , t. 49,
pliamente debatida en la doctrina y en la pap. 258; Cám. Civ. 1» Cap. Ped.. Jo-12-033, J. A . ,
t. 44, pág. 527). Eu contra, Cíwn. Clv. 1» Cap.
que tampoco la jurisprudencia ha mante- Ped., 5-11-9-JO, J. A., t. 73, púg. CB7, sin que
nido una orientación fija. Según unos, los tampoco el conductor pueda excusar su respon-
intereses deben correr desde la fecha del aabilldad si es la victima quien Infringió una nor-
hecho que da origen a la indemnización. ma en desuso o ha Incurrido en una Impruden-
cia que por ser común a todos los peatones ha
Según otros, desde la notificación de la podido prever el conductor (Cám. Clv. 1» Cap.
demanda y constitución del deudor en mo- Fed., 21-2-935. J. A., t. 49. pág. 258). La mar-
ra. Y según otros, desde la sentencia defi- cha a contramano responsabiliza al conductor por
nitiva. Tal vez la solución más extendida los danos causados (Cám. Clv. 2? Cap. Fed.. 278-
934, J. A . , t. 47. pág. 649; Cíim Clv. 2» Cap. Fed.,
es la que se pronuncia en el sentido de que 23-5-034, J . A . , t. 46, pág. 570), sin que esa pre-
existiendo condena en el juicio penal, los sunción de culpa quede desvirtuada por el hecho
intereses corren desde la fecha del acci- de marchar a velocidad moderada (Sup. Corte
dente; y no existiendo, corren desde la no- Nac.. 5-4-935, J. A., t. 50, p&f*. 10). El exceso de
velocidad determina la culpa del conductor (Cám.
tificación de la demanda. Civ. 1» Cap. Ped., 37-11-939, J. A . , t. 68, pág. 796;
Con respecto a la competencia para en- Cám. Clv. 2' Cap. Ped., 22-12-938, J . A . , t. 64,
tender en el juicio civil de responsabilidad pág. 1025; Cftm. Ped. Cap. Pcd.. 28-8-936, J. A.,
t. 55, pág. 446), reputándose que la velocidad es
derivada del accidente de tránsito o de la excesiva cuando no permite detener el vehículo
comisión de cualquier otro hecho ilícito, en el momento oportuno (Cám. Clv. 1» Cap. Ped..
sostiene Salas, al amparo de la jurispru- 12-7-938, J. A . , t. 63, pág. 106). La misma velo-
cidad puede ser prudente cu una gran avenida
dencia dominante, que radica en el juez (Cían. Clv. 2* Cap. Fed., 27-3-941, J. A . , t. 74.
del lugar en que acaeció el hecho, si bien páS. 90y> y ser Imprudente para coches de gran
se reconoce al damnificado el derecho de tamaño destinados ni transporte de pasajeros
optar entre ese juez y el del domicilio del (Caín Clv. 1» Cap. Ped.. 17-5-935, J. A . , t. 53.
pág. 53). El límite máximo de velocidad fijado
demandado. No creernos necesario añadir por los reglamentos de tránsito puede resultar
que tal norma de competencia se ha de imprudente cuando las condiciones del tráfico
entender aplicable al caso de que el dam- requieren vina velocidad menor (Cam. Clv. 1»
nificado no haj'i preferido formular su re- Cap. FCU., 14-9-025, J; A., t. 17. páp. 407). El he-
cho Ue llevar las luces apagadas determina la
clamación ante la jurisdicción criminal que negligencia del conductor (Cám. Clv. 1' Cap.
entiende en el hecho. Fed.. 19-6-934, J. A . , t. 46. pág. 965). El DO uso
La responsabilidad civil que se contrae de la bocina determina la culpa del conductor
por delitos o cuasidelitos, prescribe por el (Cám. Clv. le Cap. Fed., 27-11-939. J. A., t. 68,
pág. 796). pero el solo hecho de haberla usado
transcurso de un año, a tenor de lo dis- no le exime de responsabilidad, porque no puede
puesto en el artículo 4037 del Código civil. pretender que el público despeje la calle para su
comodidad (Cám. Clv. 1* Cap. Fed., 19-8-934,
A. — Naturaleza de la responsabi- J. A . , t. 46, pág. 968). Queda establecida la pre-
lidad: Los dafios cansados por ¡os automóviles en sunción de cxilpa del conductor cuando el acci-
circulación encuadran dentro de los normas de dente se produce sobre la acera, en calle prohi-
los arts. 1113 y 1133 reguladores de la responsa- bida al tránsito, a la salida de la boca de un
bilidad derivada de los daños causados por las subterráneo o en otras circunstancias similares
cosas (Cám. 1» Apel. La Flatq, 3-12-940, J. A., (Cám. Clv. 2' Cap. Fed.. 24-7-935, J. A . , t. 61,
t. '¡2, pág. 720; Cám. lo La Plata, 25-10-940, J. A.. pág. 199; Cám. Clv. 1? Cap. Fed., 23-5-941, J. A . ,
t. 72. png. 1033). Son aplicables los arte. 1113 y t. 74, pa¡;. 8G3; Cám. Clv. 2* Cap. Fed., 13-10-933,
1133 siempre que el daño sea causado por las J. A . , t. 43, pág. 1108; Cám. Crlm. Cap. Ped..
cosas abandonadas a si mismas o por la acción de 25-7-933, J. A . , t. 42. pág. 1199; Cám. Clv. 1» Cap.
los fuerzas naturales, mientras que e6 aplicable Ped., 5-11-940, J. A . , i. 73. pág. 887; Cám. Clv. J»
«1 nrt. 1109 cuando interviene la acción del hom- Cap. Ped., 23-5-941. J. A . , t. 74. pág. 863). La
bre. ya que en tal supuesto la cosa no es sino un falta de registro para conducir no ea suficiente
instrumento en BUS manos (Sup. Corte Bs. Aires, para determinar la responsabilidad del conductor
11-5-041. J. A., t. 74,j>á|>. 570; Oám. Clv. 2» Cap. si otras circunstancias no la acreditan (Cám.
ffd., 0-3-939, J. A., t. 65, pág. 756; Cftm. Clv. 1* Clv. 1 • Cup. Fed.. l»-9-933, J. A., t. 43. pág. 543),
Cap. Fe<l., 31-7-939. J. A., t. 08. pág. 017; Cám. pero debe tenerse por probada E! concurren esos
Clv. 2» Cap. Ped., 4-9-ÍMO. J. A., t. 71. pág. 848). oí ron clrrnrntnc (Cám. Clv. 2» Cap. Fed., 11-3-931,
J. A., t. 35, pág. 343; Cám. Civ. 2» Cap. Fed., t. 56. pág. 455; Cám. Fed. Rosario, 14-5-949, L; L.,
2-3-934, J. A,, t. 45, pég. 580). El mal estado-de t. 56, pág. 357; Sup. Corte Buenos Aires, 31-12-
los Irenos prueba la culpa del conductor y le hace 948, J. A., 1949. t. 1, pág. 434; Sup. Corte Nac.,
responsable del daño causado (Cám. Clv. 1» Cap. 20-10-948, L. L.. t. 52, pág. 645: Sup. Corte Bue-
Fed,, 16-11-933, J. A., t. 44, pág. 154). nos Aires, 10-8-948, L. L., t. 52, pág. 650; Cám.
Prueba de la culpa: Al actor que demanda por Fed. Tucumán, 10-8-948, J. A., 1948, t. 3, pá-
responsabilidad en un accidente de tránsito es a gina 343),
quien corresponde la prueba de la culpa o negli- Beneficiarlos: En cuanto a las personas que go-
gencia en la producción del hecho, salvo en los zan del derecho a la indemnización por la muerte
casos de transportes de pasajeros en que se pro- causada a otra, nuestros Tribunales han resuelto
duce la inversión de la prueba de la culpa por que pued-íTi hacerlo la viuda o el viudo, los hijos
disposición del art. 184 Cód. com. (Cám. Clv. u legítimos o naturales y los padres legítimos o na-
Cap. Fed., 2-11-946, L. I,., t. 45, pág. 268; Cám. turales, sin entrar a considerar la calidad de ali-
Fed. Mendoza, 28-10-047, L. L.. t. 49, pág. 32; mentante de la víctima (Sup. Corte Nac.. 14-11-
Swp. Corte Bs. Aires. 23-9-947, J. A.. 1947, t. 4, 938, J. A., t. 64. pág. 359; Cám. Apel Santa Fe,
pág. 67; Cám. Clv. 2» Cap. Fed., 17-7-947, L. L., t. 47, S-5-.923. J. A., t. 10, pág. 641; Cám. Fed. Cap.,
pág. 546; Cám. Civ. 2» Cap. Fed., 7-7-947, L. L., Fed. 5-8-925. J. A., t. 16, pág. 33; Cám. Civ. li
t. 47, pág. 505; Cám. 1» ApeL La Plata. Sala 1«, Cap. Fed., 13-12-933, J. A., t. 44, pág. 567; Cám.
10-12-946. J. A., 947-1-21: Cám. Clv. 2? Cap. Fed., Civ. 2? Cap. Fed. 13-10-933, J. A . , t. 43, pág. 1108;
6-11-947, O. del F.. t. 192, pág. 215; Cám. Civ. 2' Cám. Fed. Cap. Fea., 15-3-935. J. A . , t. 49 pá-
Cap. Fed., 30-6-948, L. L., t. 51, pág. 617; Cám. gina 441; Cám. Fed. Cap. Fed.. 15-3-935. J. A.,
Paz Letrada. Sala 2', 14-2-949, L. L., t. 54, pág. 690; t. 49, pág. 441; Cám. Civ. I* Cap. Fed. l'-6-933,
Cám. Fas Letrada. Sala 2». 15-12-948, L. L., t. 54, J. A., t. 65, pág. 805; Cám. Civ. 2' Cap. Fed..
pág. 31; Cám. Nao. Civ., Sala A, 14-2-951, L. L., 19-7-937. J. A., t. 59. pág. 189: Stm. Tcib. Santa
t. 61, pág. 765; Sup. Corte. Buenos Aires, 5-10-951; Fe., 3-8-947. R. S. F., t. 17, pág. 116). En lo que
D . J . B . A . . 1951, t. 34, pág. 961). respecta a los hermanos de la víctima nuestra
Prueba de los perjuicios: Corresponde al recla- jurisprudencia tiene tendencia a negarles el de-
mante la prueba de la existencia y extensión de recho a reclamar indemnización, pero podemos
los perjuicios sufridos (Cám. Com. Cap. Fed., afirmar que los fallos son contradictorios (Cám.
4-11-949. L. L.. t. 58, pág. 575; Cám. Nac. Paz, Fed. Cap. Fed.. 9-5-949, G. del F., t. 197, pág. 251;
Sala li, 24-7-951, O. de P.. t. 82. pág. 221; Cám. SUD. Trib. Santa Fe. 28-©-947, R. S. F., t. 18,
Nac. Civ., Sala C, 8-3-951. G. del F., t. 201, pá- pág. 52; Cám. Fed. Rosario. 15-6-949. L. L.,
gina 373). t. 57, pág. 15.
Culpa concurrente: Establecida la existencia de Intereses: Corresponde intereses sobre la suma
culpa concurrente, el daño sufrido por la víctima fijada como indemnización de daños cuando no
debe soportarse en la proporción de culpas decla- media condena criminal y perjuicios a contar dos-
radas (Sup. Corte Buenos Aires. 30-9-947, L, L., de la notificación de la demanda (Cám. Apel. Ko-
t. 48, pág 807: Cám. 2« Apel. La Plata, Sala 1', sario, Sala 3?>, 30-11-945, R. S. F.. t. 12, pás. 35;
15-8-946, L, L., t. 45, pág. 293; Cám. Paz Le- Cám. .Paz Letrada, Sala 2', 11-10-947, G. de P.,
trada, Sala 2', 11-7-947, G. del P., t, 75, pág. 125; t. 74, pág. 133; Cám. Civ. 2» Cap. Fed.. 6-5-947,
Cárn. 2? Apel. La Plata, Sala 1?, 8-4-947, L. L., L. L., t. 46, pág. 520, Q. del F., t. 188. pág. 417;
t. 40, pág. 514; Cám. Civ. 2» Cap, Fed., 22-7-948, Cám. 2» Apel. La Plata. Sala 1', 13-7-948, L. L..
G. del F.. t. 193, pág. 791; Cám. 2* Apel. La Plata, t. 52, pág. 366, J. A., 1948, t. 3. pág. 423; Sup.
Sala 2!, 28-9-948, L. L., t. 53, pág. 149; Cám. Corte Buenos Aires, 6-7-948. D. J. B. A , 1848,
Nac. Paz. Sala 2», 10-7-950, G. de P., t. 91, pá- t. 24. pág. 578; Cám. 1» Apel. La Plata, Sala 1'
gina 286). 16-4-948, J. A., 1948, t. 1, pág. 734; Cám. 2» Apel.
Culpa de la víctima: La culpa de la víctima La Plata, Sala 1», 28-9-948, J. A., 1948, t. 4,
exonera de toda responsabilidad civil (Cám. Apel. pág. 389; Cám. Civ. 2' Cap. Fed., 15-12-949. O.
Bogarlo, Sala 2-, 24-8-947, L. L., t. 47, pág. 694, del F,, t. 197, pág. 454; Cám. Fed. Rosarlo, 6-6-
R. S. F., t. 16, pág. 248; Cám. Civ. 1» Cap. Fed., 949. J. A., 1949, t. 4, pág. 256; Cám. 2» Apel. La
8-7-848, G. del F., t. 186, pág. 121). Plata, Sala 2», 14-2-950, J. A., ^650, t. 2, pág. 186;
Duplicidad de acciones: Los herederos de la víc- Cám. Feü., Cap. Fed., 31-1' 50, L. L., t. 61,
tima de un delito o cuasidelito, disponen de dos pág. 440, G. del F., t. 202. pá^. 400). En los cua-
acciones, una propia y directa y otra como here- sidelitos el curso de los intereses sobre el monto
deros de aquélla (Cám. Civ. 2? Cap. Fed., 17-4- Indemnízatorio comienza desde el momento en que
941, J. A . , t. 74, pág. 525). La acción propia es el daño se ha producido cuando media' condena
independiente de la calidad de herederos (Cám. criminal (Cám. Apel. Rosarlo, Sala 1'. 5-9-947,
Civ. 1» Cap. Fed., 27-4-936. 21-7-937 y 20-5-939, L. L., t. 48, pág. 97; Cám. Clv. 2» Cap. Fed.,
J. A., t. 57, pág. 54, t. 59, pág. 141, t. 66, pág. 583; 8-11-946, G. del F,, t. 187, pág. 8; Cám. 1» Apel.
C&m. Civ. 2» Cap. Fed., 20-9-938, 21-12-938, 23- La Plata. Sala 1», 2^-8-947, J. A., 1947, t. 4,
3-939 y 20-12-940, J. A . , t. 63, pág. P93, t. 64, pág. 550; Sup. Corte Mendoza, 27-8-947, L.L.,
pág. 998, t. 65, pág. 805, t. 73, pág. 73). t. 49, pág. 294; Sup. Trlb. Córdoba, 10-9-947,
Daño moral: El daño moral no es Indemnlza- L. L,, t. 4)9, pág. 635; Cám. 1» Apel. La Plata,
ble cuando rio media responsabilidad penal (Sup. Sala 1», l»-6-948, L. L., t. 54, pág. 55; Mero,
Corto Nac., 23-5-951; Sup. Corte Nao.., 219-555, 18-6-948, L. L., t. 53, pág. 373; Cám. Fed. Cap.
J. A., 1951, t. 3, pág. 306, G. del F., t. 203, Fed., 10-8-948, L. L., t. 53, pág. 576; Cám. Ped.
pág. 97: ídem, 30-5-951; Sup. Corte Nac. 219-781: Cap. Fed., 10-8-948, L. L., t. 53, nal?. 576; Cám.
ídem, 13-11-950, L. L.. t. 81, pág. 560; Cám. Fed. Apel. Rosario, Sala I», 5-9-947, R. S. F., t. 17,
Rosario, 28-5-948, E. S. F., t. 19, pág. 152; ídem, pág. 59; Cám. Apel. 1» La Plata, Sala '2», 23-6-950,
8-10-948, L. L., t. B7, pág. 364; ídem, 28-2-950, L. L.. t. 59, pág. 516; Cám. Clv. 2>> La Plata,
L. L., t. 60, pág. 804; Cám. 1» Apel. La Plata, Sala 1», 14-10-949, J. A., 1950, t. 1, pág. 51; Cám.
Sala 1», 18-4-950, J. A., 1950, t. 2, pág. 676; Apel. Rosario, Sala 2', 14-12-848, R. S. F., t. 21,
Cám. 2* Apel. La Plata, Sala 1». 21-10-949. L. L., púg. 73; Cám. 1* C. C. La Plata, Sala H,
t. 58, pág. 427, J. A., 1949, t. 4, pág. 646; Cám. 2* 28-8-951, J . A . , 1951, t. 4, pág. 467; Corte Nac.
Apel. La Plata, Sala 1'. 19-4-949, L. L., t. 54. Especial, 9-4-951, L. L., t. 63, pág. 353). Los in-
pág. 675; Cám. 1» Apel. La Plata, Sala 1', 26-7- tereses son parte Integrante de la indemnización
949, J. A., 1949, t. 4, pág. 40; Cám. 2» Apel. La (Cám. Fed. Mendoza, 7-5-947, L. L., t. 47. pág. 227;
Plata, Sala 1'. 21-10-O48, L. L., t. 58. pág. 427; Cám. 1» Apel. Mercedes, 9-11-948, L. L., t. 63,
Cám. 2» Apel. La Plata, Sala 2', 26-7-949. L. L.. pág. 136).
Competencia: La acción por resarcimiento de los
daños causados por un accidente de tránsito puede
ser deducida a elección del actor entre los jueces del
lugar del hecho o ante los del domicilio del deman-
dado (Cám. Civ. 1* Cap. Ped., 17-4-947, L. L., t, 46,
pág. 338; ídem, l'-9-947, J. A., 1947, t. 3, pág. 527;
Cám. Civ. 2» Cap Fed., 26-10-949, L. L., t. 60,
pág. 667; G. del F., t. 187, pág. 340; Cám. Civ. 1»
Cap. Fed., 6-6-947, L. L., t. 46, pág. 693; Cám.
Civ. 2» Cap. Fefi. 10-11-948, L. L., t. 52, pág. 778;
O.delF., t. 196, pág. 117; G.deP., t. 81, pág. 599;
Cám. Civ. 2» Cap. Fed., 23-3-950, L. L., t. 59,
pág. 106; G. del F., t. 199, pág. 46; Cám. Paz
Letrada, Sala 4», 18-7-948, L. L., t. 58, pág. 31;
Sup. Corte Nac., 10-7-950. L..L., t. 60, pág. 432,
J. A., 1950, t. 4, pág. 770; Sup. Corte Nac., Sala A,
8-8-961, G. del F., t. 203, pág. 400; ídem. Bala D,
13-4-951, G. del F., t, 202, pág 177). Compete en-
tender en la acción derivada de un cuasidelito al
Juez del lugar en que se cometió el hecho (1* Inst.
de Paz Letrada, 3-6-948, J. A., 1948, t. 2, pág. 398;
G. del í1., t. 183, pág. 449; G. de P., t. 78, pág. 638;
Sup. Corte Nac., 10-7-950, L. L., t. 60, pág. 433;
Sup. Corte Nac., 217-307; Cám. 1» Civ. Com. La
Plata, Sala 2», 15-9-950, J. A., 1951, t. 1, pág. 393).
Es competente la Justicia de Paz Letrada de la
Capital para entender en el juicio cuando el de-
mandado tiene su domicilio en la Capital Federal
(Cám. Paz Letrada, Sala 4?, 3-12-047, G. de P.,
t. 78, pág, 189; Cám. Nac,' Civ., Sala C, 30-5-951,
G. del F., t. 203, pág. 91).
Prescripción: La acción para reclamar la in-
demnización por daños causados por cuasidelitos
se prescribe al año de ocurrido el hecho (Caín. 1»
Apel. La Plata, Sala 3', 18-9-948, J. A . , 1948, t. 4,
pág. 130; 8up. Corte Nac., 28-11-940, L. L., t. 57,
pág. 745; Sup. Trio. Santa Fe, 16-4-948, R. S. F.,
t. 19, pág. 15; Cám. Nac. Civ., Sala A, 20-4-051,
G. del F,, t. 202, pág. 293).

BIBLIOGRAFÍA. — La consignada en el texto y


nctaa.

S i g u i e n t e P á g i n a

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