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08 - Planificación, seguimiento

y evaluación de proyectos

Guía de Redacción
del Proyecto Final
Profesor/Autor Daniel Prieto Castillo

Versión 2.0 / Enero de 2017

08
Proyecto
Final
Instituto Latinoamericano de Desarrollo Profesional Docente Daniel Prieto Castillo
08 - Proyectos Proyecto Final - 2

Guía general de redacción


del proyecto y recomendaciones

Apreciadas, apreciados colegas.

Entramos a la fase final de nuestro curso “Planificación,


seguimiento y evaluación de proyectos”. Está previsto
que tanto nuestro itinerario como el postgrado finalicen con
una propuesta elaborada por cada una y cada uno de ustedes.
Hemos trabajado en esa dirección desde mayo y ahora nos
corresponde encarar la redacción del documento definitivo,
tarea para la cual tenemos un plazo de tres semanas.
Los intercambios que protagonizamos se orientaron en dos direcciones: cuestiones
conceptuales sobre planificación y prácticas para profundizar en los elementos que confor-
man un proyecto. Así, nos movimos entre reflexiones sobre el diagnóstico, la prospectiva,
la fase operativa…, y a la vez fuimos trabajando sobre un problema, sobre un contexto
educativo, sobre determinadas opciones en el campo de los entornos virtuales de apren-
dizaje… Para ello les fuimos pidiendo prácticas de aprendizaje y redacción de distintos
documentos que nos servirán de base para elaborar el texto definitivo.
En ese itinerario intercambiamos informaciones, experiencias y puntos de vista sobre
los materiales producidos por ustedes y las propuestas que hicimos en las cuatro unidades
del programa. Desde la tutoría revisamos cada uno de los textos, realizamos observacio-
nes e hicimos sugerencias sobre temas como lenguaje utilizado, estructura, información
incluida, conceptos, contextualización, entre otros puntos. Todo lo que sigue es producto
de nuestros intercambios, la guía nació del interaprendizaje que venimos viviendo con las
distintas comisiones.
Veamos los puntos a trabajar:
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1. ¿A quién irá dirigido el proyecto?


2. La escritura.
3. El resumen técnico.
4. Los tres pasos básicos:
4.1 El problema.
4.2 La justificación del problema.
4.3 El contexto del problema.
5. Proponer futuro.
6. Propuesta pedagógica.
7. Objetivos: general y específicos.
8. Resultados esperados.
9. Aspectos operativos.
10. Evaluación y seguimiento.
11. Presupuesto y cronograma
12. Anexos.

1. ¿A quién irá dirigido el proyecto?


Durante estos meses hemos sido los tutores interlocutores directos de los escritos
de cada una y cada uno de ustedes. Esto no está mal, si se piensa que estamos insertos
en los mecanismos propios de un curso. Pero en esta fase de redacción final del texto del
proyecto, corresponde considerar a quienes leerán en la institución el proyecto,
ya sea para apoyarlo y sumarse a la propuesta, o bien para legitimarlo institu-
cionalmente, para aprobarlo. Es decir, en cualquiera de los casos corresponde escribir
para un actor (o un conjunto de actores) de la universidad o de la organización con la que
hayan decidido trabajar.
Cuando decimos “¿A quién irá dirigido…?” no quiero significar sólo que haya que
hacer una nota de presentación a un director de carrera o a un decano, por ejemplo.
Nos referimos fundamentalmente a la manera en que se escriben los proyectos para una
presentación en una instancia académica.
En primer término se trata de elaborar un texto con los elementos suficientes como
para interesar y convencer a alguien del valor de la propuesta. En segundo, hay modos
de comunicarse en las instituciones, formas de argumentar, de explicar. Y en tercero,
lo que está en la base de todo esto es una condición ineludible: la claridad. Todo lo cual
nos lleva al punto siguiente de esta guía.
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2. La escritura
Colegas, un proyecto presentado a alguna instancia académica o institución en gene-
ral, no puede tener una sola falla, ni ortográfica, ni sintáctica, ni de estructura.
Hemos expresado en nuestros materiales que la clave de la escritura es la relectura, un
documento de este tipo se lleva varias revisiones. ¿Cuántas? Todas las que hagan falta para
que no quede un detalle de redacción sin revisar, porque cuando una falla de ese tipo
aparece en una presentación oficial es posible perder la batalla de entrada.
Los párrafos largos en exceso abren caminos a la confusión. Es preferible argu-
mentar o explicar con párrafos breves, a fin de que el lector tenga descansos en lo que
va siguiendo.
Hay que prescindir del uso de la primera persona. Cuando se quiere introducir un
punto de vista personal, puede utilizarse el giro “el autor”, “la autora”, o bien “nosotros”,
“nosotras”, para aludir a ustedes mismos.
Un principio fundamental es el orden de la escritura. Esto significa que vemos
un texto como una totalidad, en la que cada parte es sustancial para el todo, lo que está
antes sostiene lo que sigue. Si en una sección ustedes hablan del valor de la tutoría en
un sistema virtual, no hace falta que más adelante vuelvan a aparecer líneas dedicadas a
insistir en dicho valor. En todo caso hay que remitir al lector al párrafo anterior, pero no
reiterar lo que ya se dijo.
Por este motivo, sugerimos que se trabaje a partir de la numeración: 1., 2., 3., y con
títulos y subtítulos bien pensados.
El uso adecuado de las citas es imprescindible. No podemos contar de antemano
con que nuestro lector sepa quien es Vigotsky, por ejemplo. Las citas van a pie de página
y con todos los datos que corresponden: autor, título, lugar de publicación, editorial, año.
Si incluimos en el texto algo entre comillas, hay que citar, no basta con decir que se trata
de determinado autor.
Necesitamos ser cuidadosos con las generalizaciones. Un proyecto requiere
mucha precisión, si no contamos con información válida, no podemos decir que todos los
profesores de una institución, o todos los alumnos, tienen tales virtudes o problemas.
Siempre hay que preguntarse por el valor para el proyecto de lo que se está
incluyendo en él. Si hemos elegido, por ejemplo, una asignatura, no tiene sentido para
la totalidad introducir datos sobre la organización académica de la universidad, o dos o
tres páginas sobre la historia de esta última.
Bien, pasemos ahora a la estructura del documento.

3. El resumen técnico
Al comienzo del texto corresponde presentar un resumen técnico de lo que se ofrece
para la lectura. Se trata de una síntesis del contenido, precedida de una entrada en la que
se plantea con claridad lo que se propone. Estamos hablando de no más de 15 a 20 líneas.
Este inicio tiene el sentido de anticipar al lector todo lo que encontrará en el desarrollo
del proyecto. Se requiere en él una cuidadosa redacción y muchísima claridad, porque
estamos ante el primer contacto que se hace con la propuesta.
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4. Los tres pasos básicos


Insistimos: básicos, sin ellos, sin esa base, no se puede construir un proyecto. Nos
referimos a:
 identificar y enunciar un problema;
 justificar la elección;
 demostrar que se conoce el contexto del problema (las personas que lo
viven, la institución…).

4.1 El problema
Nuestro lector de la institución necesita entender desde un comienzo hacia dónde va
el proyecto. En los primeros párrafos se juega el resto del documento. Observamos en
más de un caso, al revisar los materiales, que pasaban hasta cuatro páginas y no sabíamos
sobre qué se trabajaría.
Necesitamos desde el principio del texto, luego del resumen técnico, indicar
puntualmente, con toda claridad, cuál es el problema, quiénes lo tienen. Por
ejemplo:
Los estudiantes de tal asignatura no siguen en forma adecuada lo que se les ofrece
de manera presencial, en razón de que son muy numerosos…, o que no pueden cursar
de noche…
Necesitamos expresar también que el problema lo tienen personas de tal
asignatura, de tal carrera, de tal institución. Y nada más en este punto. Decimos
esto último porque en varios trabajos a la hora de plantear el problema se han formulado
preguntas. En nuestros textos hemos dado mucha importancia a las preguntas, puede
uno hacerlas para orientar al lector hacia el problema, pero ésta se formula de manera
precisa.

4.2 La justificación del problema


En este punto se necesita mucha claridad. Es un texto breve, en torno a las veinte líneas
(que pueden ser más o menos, pero no podemos extender demasiado la justificación).
Cuando uno justifica, propone las razones por las cuales ha optado por el nudo
central del proyecto. Fue elegido este problema para resolverlo mediante un entorno
virtual de aprendizaje por las siguientes razones…
Y pueden incluir ustedes razones ligadas al desarrollo de la asignatura, razones sociales
(la situación de los estudiantes), razones institucionales (harán una experiencia piloto que
después se ampliará a toda la carrera), razones pedagógicas, razones tecnológicas…
Esas razones han estado presentes en las lecturas que hemos realizado, pero sugerimos
evitar dos riesgos: una sola razón, una excesiva cantidad de razones.
Colegas, en la justificación nos jugamos la posibilidad de que nuestro lector encuentre
razonable el proyecto, le encuentre sentido para la institución.
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4.3 El contexto del problema


Trabajamos este punto en el curso con el concepto general de diagnóstico, con la
intención de ver elementos básicos del mismo. Pero en un documento de proyecto
no es necesario que vaya el término diagnóstico. Por ejemplo, en proyectos de la
UNESCO, en el área de educación y comunicación en Centroamérica, se utiliza directa-
mente la palabra “contexto”.
El lector necesita que le contextualicemos el problema. Si partimos de este últi-
mo podemos hacer un recorrido de lo cercano a lo lejano, es decir, desde la asignatura
(en el ejemplo que venimos dando) hasta la institución en general. Entonces: caracterís-
ticas de la asignatura (no contenidos de la misma, volveremos sobre este punto más
adelante), carga horaria, cuántos docentes la coordinan, forma de trabajo, semestre en
que se dicta, año de la carrera. Todo esto de manera muy puntual. Y una presentación
más detallada de las y los alumnos: cantidad, edades, formas de estudio, dificultades
y posibilidades para cumplir con los requisitos de la presencialidad y lo que surgirá en un
entorno virtual. Desde allí hablar de la carrera, de la facultad, en relación a sus grandes
líneas pedagógicas y al uso de tecnologías, lo que hay, lo que se planifica en la actualidad.
Y, en fin, referirse a la universidad en términos muy generales y de modo sintético.
El camino puede ser a la inversa, pero siempre con la conciencia de que lo
más importante es el punto focal del problema, es sobre su contexto inmediato que
necesitamos ofrecerle al lector más información.
Es fundamental añadir en la contextualización el detalle de la instancia desde la cual
se coordinará el proyecto. Si se trata de una asignatura, cuántos docentes la llevan, qué
experiencia tienen en tutoría y en tecnologías digitales; si es algo más amplio, un departa-
mento por ejemplo, indicar el personal disponible para el proyecto con sus características
(tutores, diseñadores, administrativos…).
Si hemos cumplido estos tres pasos, podemos ya ir al ejercicio de prospectiva.

5. Proponer futuro
Todos ustedes recuerdan la importancia que le dimos en este curso a la tarea de pensar,
anticipar, construir futuro. Y recuerdan nuestros diálogos a la distancia en torno al juego
de escenarios. Pues bien, esos conceptos y esas prácticas fueron necesarios para abrir la
reflexión en torno al mañana, pero en una redacción final no tenemos que proponerle al
lector un juego de escenarios, sino el futuro al cual aspiramos.
Por eso, en este apartado, podríamos utilizar como subtítulo la palabra
“prospectiva”, o bien “propósito”, para decir lo que esperamos a 2, 3, 4 años.
Por ejemplo:
En tantos años, tal asignatura se ofrecerá en un entorno virtual de aprendizaje y
será cursada a distancia por tantos estudiantes. Se trabajarán prácticas de aprendi-
zaje basadas en tal pedagogía, con tales recursos tecnológicos, con tales materiales de
estudio, con tales tutores capacitados y con tal organización administrativa…
Ejercicio de síntesis otra vez, veinte líneas (más o menos), evitemos textos extensos,
aquí no hay que argumentar nada, hay que dar detalles de cómo será ese futuro.
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6. Propuesta pedagógica
En este paso previo a los objetivos, lo que pretendemos es que al lector del
proyecto le queden claras las opciones pedagógicas fundamentales que sosten-
drán la propuesta. Sugerimos, a la luz de nuestros intercambios, que hablemos para
este apartado de “propuesta pedagógica”. Se trata de abrirse a una caracterización
de cómo será, pedagógicamente hablando, el proyecto.
Se trata de expresar la pedagogía del proyecto, con referencias al enfoque teórico
adoptado y al alcance del aprendizaje desde dicha base. Citar aquí autores, hacer refe-
rencias al postgrado que estamos finalizando, a la educación universitaria.

7. Objetivos
Mantenemos, para este momento fundamental del proyecto, la sugerencia
de proponer un solo objetivo general y un número limitado de específicos. Se han
dado casos de hasta cinco objetivos generales. Esto no debe ser.
Por otra parte, un objetivo general no se expresa en dos líneas. Corresponde señalar
en él los elementos fundamentales que se buscan a través del proyecto. Por ejemplo:
Trabajar la asignatura tal en un entorno virtual de aprendizaje a fin de promover y
acompañar las prácticas de aprendizaje de los estudiantes con recursos tecnológicos
adecuados, materiales didácticos, seguimiento tutorial, organización administrativa y
evaluación propios de una modalidad de educación a distancia.
Damos un ejemplo, les pedimos que cada quien busque la forma de expresar su ob-
jetivo general, tomando en cuenta lo que debe abarcar.
Si el objetivo general está bien redactado, los específicos se desprenden de él
naturalmente. Del ejemplo anterior, se desprende un objetivo para promover y acompa-
ñar a los estudiantes con recursos tecnológicos adecuados, otro para materiales didácticos,
otro para tutoría, otro para organización administrativa y otro para evaluación.

8. Resultados esperados
Tuvimos mucho intercambio con respecto a este punto. Primero porque en algunos
casos se iniciaban los resultados con verbos en infinitivo, lo que, desde el punto de vista
técnico, los convertía en objetivos. Segundo porque en otros casos se los planteaba desde
una personalización: “aspiro a…”. Tercero porque se daba una larga fundamentación de
por qué estos resultados.
Pero estamos en un terreno donde corresponde ser muy preciso.
Si el camino del objetivo general y de los específicos está bien armado, los
resultados esperados se desprenden naturalmente de estos últimos. Y lo hacen
sobre la base de un punto de partida fundamental: el resultado se redacta como si ya se
hubiera cumplido el proyecto.
Supongamos un primer objetivo específico referido a recursos tecnológicos virtuales.
Los resultados esperados podrían ser, por ejemplo:
 Tantos docentes formados para el uso de la plataforma Moodle, con capa-
cidad para llevar adelante el seguimiento de los estudiantes y con manejo
de recursos digitales conexos.
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 Tantos estudiantes capacitados en entornos virtuales para promover su


propio aprendizaje y para construir conocimientos con otros alumnos y
con sus docentes.

9. Aspectos operativos
Como estamos ofreciendo algo novedoso para la mayoría de las instituciones, al lec-
tor al que venimos haciendo referencia le interesará tener información acerca de cómo
funcionará el sistema. Hemos trabajado esto en las Unidad 3.
Lo reflexionado sobre nuestros intercambios nos llevan a expresarles lo siguiente:
en esta fase no es necesario traer argumentos que ya desplegaron antes. Si
hablamos de tecnologías, no hace falta decir qué es un blog; si nos referimos a tutoría,
no corresponde traer citas de autores sobre la tutoría o bien decir cómo debería ser el
tutor ideal. Todo eso ya debió haber sido dicho mucho antes, sobre todo en el apartado
correspondiente a la propuesta pedagógica. En la fase operativa nos dedicamos a
expresar sólo cómo funcionarán esos planos de trabajo.
El lector estará interesado en conocer los aprendizajes propios del entorno vir-
tual planificado. Algunos de ustedes elaboraron cuadros propios a la manera en que
lo propone Peter van de Pol. Otros señalaron la presencia de e-clases, de aprendizaje
colaborativo por medio de wikis, de foros de cierre de una unidad del curso…
Y el lector querrá saber cómo serán los materiales de estudio, quién o quiénes
los harán; cómo será la tutoría, cómo será administrado el proyecto.
Colegas, no se trata de decir: habrá foros, chat, daremos e-clases…, porque todo
eso es muy general. Tampoco se trata de llegar a un detalle excesivo. Buscamos co-
municar cómo será el funcionamiento del proyecto cuando esté en su fase de
implementación.
Y en buena parte de los correos que les hicimos llegar, insistimos mucho (a
veces muchísimo) en medir fuerzas, en ver si lo que se propone en lo operativo
es posible. Si decimos que atenderemos a 400 alumnos, tenemos que ver de dónde sal-
drán los tutores; si decimos wikilibros, hay que prever su posibilidad de concreción. No
saquemos nada a escena si no tenemos la certeza de que será posible.

10. Evaluación y seguimiento


En este punto conviene ser también muy preciso. En no pocos trabajos correspon-
dientes a la Unidad 4 se han incluido consideraciones generales sobre qué es la evaluación,
diferentes corrientes, definiciones, citas… Nada de eso hace falta. Pueden proponer
de entrada una caracterización de diez o quince líneas, pero lo que corresponde en el
proyecto es pasar de la manera más rápida a los puntos a evaluar, con sus indicadores
(unos dos o tres indicadores para evaluar cada elementos central: el modelo pedagógico,
el aprendizaje y la tecnología, los materiales didácticos, la tutoría y la administración).
Luego, los momentos de la evaluación del proyecto (inicio, desarrollo y final).
Eso vale también para el seguimiento, no se trata de plantear una teoría del seguimiento,
sino de explicar cómo se realizará.
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11. Presupuesto y cronograma


Con relación al presupuesto ha habido distintos enfoques a la hora de cumplir con
la Unidad 4. Algunos de ustedes han escrito apenas unas líneas para aclarar que todo se
realizará con los actuales recursos de la asignatura. Otros solicitan apoyo institucional
para montar un aula con computadoras o para crear un sitio virtual. En todos los casos
sugerimos el máximo de prudencia, en el sentido de presupuestar lo posible
dentro de la institución.
Y, por último en el cuerpo central del proyecto, un cronograma. Se trata de proponer
en una gráfica el tiempo de implementación del proyecto, con temas como los siguientes:
puesta a punto de la tecnología a utilizar, capacitación de los tutores, elaboración de los
materiales, organización del sistema administrativo…

12. Anexos
Primer anexo: los contenidos de la asignatura, o del tema que se vaya a trabajar.
¿Cómo? ¿Apenas ahora? ¿Y en anexos?
Absolutamente. Un problema que se repitió mucho fue la confusión entre el progra-
ma de la asignatura y el proyecto de un entorno virtual. Hubo colegas que introducían
de entrada los contenidos. Estamos diseñando un proyecto de entorno virtual de
aprendizaje, no una asignatura con algunos detalles de tecnologías digitales.
Si revisan lo que hemos trabajado durante estos meses y si vuelven sobre las páginas
de esta guía, el centro de la atención está puesto en todo lo que la educación a distancia
y el trabajo en el ámbito de las tecnologías digitales traen como novedad a las prácticas
tradicionales de educación presencial. Por eso los contenidos de la asignatura, con toda
la importancia que tienen, no son el centro de un proyecto de este tipo.
Segundo anexo: el que ustedes consideren necesario. Salió como posibilidad un glosa-
rio. Es posible incluir cuadros, gráficas para ilustrar determinado momento del texto del
proyecto (por cierto, las gráficas también pueden ir dentro del texto, no olviden todo lo
aprendido en este postgrado).
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En síntesis
Apreciadas, apreciados colegas.
Esta guía final, basada en lo vivido con ustedes desde el comienzo del curso, pro-
pone una estructura de presentación, a la que habrá que añadir al comienzo
un resumen técnico y un índice. Pensamos en un documento de entre 15 y 20
páginas, en el cual los textos más largos corresponderán al contexto del problema y a
los aspectos operativos.
Todo lo que comentamos y sugerimos en esta guía ha sido ya trabajado con
ustedes a lo largo de las diez semanas de desarrollo del programa. No estamos
pidiendo algo nuevo, se trata de revisar a fondo el propio trabajo, de volver
sobre las observaciones hechas durante el curso y de retomar los textos de
estudio cuando sea necesario. Tenemos prácticamente tres semanas para la redac-
ción del documento definitivo, a los fines de nuestro curso y del cierre del postgrado.
Ya cuentan ustedes con todos los materiales para terminar de armar la construcción.
Y recuerden: una vez que completen el documento hay que añadir un índice.

TRABAJO FINAL Y MAESTRIA

Esta información es importante para quienes tienen decidido cursar el tramo


de Maestría o piensen que pueden decidirlo en el futuro.

El trabajo final que se produce a lo largo del cursado de la materia Proyectos es


un insumo imprescindible y obligatorio para la realización del Proyecto de
Intervención de la Maestría.
Por lo tanto es indispensable que quienes deseen continuar con el tramo de Maes-
tría conserven dicho trabajo, así como los comentarios o devoluciones finales
del docente de la materia.
Se recomienda guardar en por lo menos dos lugares diferentes ambos documen-
tos, y, de ser posible, uno de ellos en formato CD o DVD. Es de responsabilidad
de cada cursante la conservación de esos documentos de manera segura, para ser
utilizados en el momento en que sea necesario.

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