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VIDAS MINIMAS (Novela de J. 8. Gonzéilez Vera) Turresi6n Cuando hemos terminado de leer la ultima pégina de , perdié su inicial, su etimoldégico sentido. Era s6lo el comienzo. Mal que bien, el Bracman, hindi si no- habia nacido superior, estaba amarrado a una ruda y estricta disciplina superadora; hacia de su existencia una lumbrarada de aspiraciones celestes; caminaba sobre la tierra en un reno- vado ejercicio de auto-dominacién; erigia en meta de su afan, el dniquilamiento de las pasiones, el despego de los atractivos bienes terrenales, ¢l aniquilamiento de su «yo», en marcha ha- cia la nada infinita del‘Nirvana (1). De este primer peldafio descendente, alo que hoy dia se considera aristocracia, la caida es alucinante. Acaso pueda calcularse el recorrido, comparando el «Cédigo de Mami», austera compilacién de preceptos, cuya finalidad parece ser la de trasmutar la carne en espiritu, con la formula brutal y mercantil de Stodard: sdlo tiene derecho a vivir: el hombre que convirtio en diez sus cinco escudos. _ Este hombre, ordinario, basto, metalizado, es el aristécrata de hoy. Ante su utilitario criterio, gqué valen los Pitégoras, los Aris- tételes, los Dante, los Kant, que paxaron sus dfas en la preocu- pada busqueda de algo tan poco cotizable como las «causas primeras», los «tltimos fines», los . Fl Bracman que, a causa de au saber, pretente de superior, pierde, por esto mismo, su rango: cesa de poseer la verdadera sabiduria>. Romain Rolland agrega: «No debemos olvidar que segiin la doctrina de la trasmigracin, la Naturaleza restablece el equilibrio y, en el curso de las existencias sucesivas, de un Bracmén (clase intelectual y espiritual) hace un Soudra (clase de los trabajos y servicios manuales) y vice-versa». Ibero-Amerikanisches Institut intranda viewer PreuBischer Kulturbesitz REVISTA CHILENA éDe qué sirven los Bach, los Beethcven, los Wagner, los De- bussy, cuyo solo mérito consistié en bajar a Dios hasta el hom- bre, en otorgar a los limitados adanidas algunos instantes de divinidad? gDe qué sirven los Fidias, los Miguel Angel, los Rodin, los Homero, los Hugo, los Verlaine, los Leonardo, los Carriere, los Millet, inconscientes cigarras que dejaron fluir las horas, cantando en verbo humano, en color o en marmol eter- nos, sin llegar a asimilar la grave y transcendental sabiduria del ciento por ciento? Hay tiempos y tiempos. Hay apreciaciones y apreciaciones. Pero a pesar de todos los Stodard y a pesar de nuestro siglo capitalista y mecdnico, la palabra sigue guardan- do gu pristino sentido, sigue significando: lo mismo puede ser de aqui que de la Cochinchina. Latorre, al introducirse en el paisaje, se diluye y se pierde. Edwards Bello es cosmopolita, Ibero-Amerikanisches Institut intranda viewer PreuBischer Kulturbesitz REVISTA CHILE: 433 mira de lejos, piensa y escribe-con intenciones apostdlicas, Vic- tor D. Silva declama. Acaso quienes mejor lograron fijar en su produccién el sello idiosincrasico nacional ean los poetas, Dejando de lado el in- tuitivo y jugoso criollismo de Pezoa Véliz, estamos por afirmar stro tipi¢o «yo» colectivo en Ja linea dura que hay mis de nu Y quebrada de los versos de Gabriela Mis' interna tensién, en su hurafiismo, en su r libre y, has alismo (pese al tocado indostanieo) que en todas las paginas episddic il, en su sombria e igiosidad. severa y ta en su rudo . con pretenciones de arte nacional, escritas por lo3 novelistas de esta tierra Durante mucho tiempo los escritores chilenos han crefdo tor- ota, en néc el detalle superficialmente pintoresco: en el corvo, en el dicha- racho canalla, en la chicha, en el «choco,» en el taco alto, en el paleté corto, y en otras cien exterioridades sec andarias. Entre t alma se les eseapaban. Y asi, cuando no era un payaso, m | pemente que debfan buscar el signo racial en la @ to, lo fundamental, lo basico, el perfil interior, el 80 menos gracioso lo que disfrazaban de «huaso> o de Al aprender a mirar, Gonzalez Vera ha descubierto un uni- verso de formas y de matices que, para las pupilas miopes 0 torpes, 0 ineducadas, no pueden ser visibles; ha comprendido la importancia de lo diario, de lo andnimo, de lo minimo; ha realizado en Chile el mismo hallazgo que verificaraen Rasia el Dostoiewsky de «Los Humildes»; el hallazgo milagroso «des evenements de tous lee jours et tout a fait connus; des memes faits qui se passen constamment autour des nous.» (1) Seguro desu misién, Gonzalez Vera la ha tr zos de maestro. scrito con tra- Reconocer esto constituye el mis alto elogio que pueda tri- butarse a un antor casi adolescente. Fernanpo Garcia Oxpint. (1) Dostotewsky—“ Humitiés et offensés

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