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Fósiles de Uruguay

Daniel Perea, editor


© 2008 DIRAC Facultad de Ciencias

Capítulo 4

FÓSILES MICROSCÓPICOS

Gloria Daners y Mariano Verde

Se cuentan por cientos, miles o millones. Sus múltiples formas y variado


colorido en el tumultuoso conjunto, configuran verdaderas obras de arte
de la naturaleza que se descubren bajo la lupa o el microscopio. Su
acumulación dibuja nítidas líneas que marcan claros límites en los
estratos y el tiempo. Pueden originar inmensos volúmenes de rocas, o
sugerir la cercana presencia de petróleo. Ocultos a simple vista, se
encuentra una gran variedad de minúsculos fósiles, esqueletos de seres
microscópicos o diminutas partes de otros más grandes; son los
microfósiles.

LOS MICROFÓSILES AGRUPAN TODOS AQUELLOS FÓSILES PARA


cuyo estudio es necesaria la utilización de instrumentos que aumenten
nuestra visión, como lupas potentes o microscopios. Estos microfósiles no
representan un grupo animal o vegetal determinado, sino un agrupamiento
artificial instituido por su pequeño tamaño. Con el mismo criterio, los fósiles
que se pueden observar a simple vista se denominan macrofósiles. Aquellos
microfósiles que por su tamaño apenas se distinguen en el microscopio
óptico, requiriéndose de un microscopio electrónico de barrido que provea
mayores aumentos para su estudio, son llamados específicamente
nanofósiles. 1

La disciplina paleontológica que estudia los microfósiles (incluyendo


los nanofósiles) es denominada micropaleontología (ver Cap. 1), pero dada
la diversidad de grupos que pueden considerarse microfósiles, ningún
micropaleontólogo es capaz de abarcarlos a todos. Esta disciplina se
subdivide en varias ramas, según la composición química de los fósiles. Así,
tendremos como microfósiles más importantes los orgánicos, silíceos,
calcáreos y fosfáticos. Dentro de los microfósiles orgánicos, los grupos más

1. Algunos autores consideran a los nanofósiles conceptualmente ajenos a la definición de


microfósiles.

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