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ELEMENTOS LINGUISTICOS

Los elementos lingüísticos que se utilizan para dar cohesión a un texto son
las recurrencias, anáforas y conectores.
A continuación, examinaremos, uno a uno el uso de estos recursos que
permiten que el texto tenga una ilación adecuada.

La recurrencia o repetición es un elemento de la cohesión que permite que, a


través de la reiteración de ciertas palabras, se refuerce el sentido de lo que se
expresa en el enunciado. Como veremos inmediatamente, hay cuatro tipos de
recurrencias: léxica, semántica, sintáctica y anafórica

Recurrencia Lexica

Recurrencia léxica es la repetición intencional de una palabra a lo largo del


texto. De esta manera, es posible advertir que se está hablando del mismo
referente (persona o asunto):
“La mujer entró de lleno en la escena. Era una mujer de mirada fría y rostro
adusto. Intimidaba”.
Recurrencia Semantica

Recurrencia semántica es cuando se escriben, una y otra vez, ciertas palabras


que están relacionadas por su significado y que permiten que el puente entre
las oraciones y el referente del que se habla sea claro. Surge a partir de la
utilización, por ejemplo, de sinónimos, antónimos, o asociaciones conceptuales.
Sinónimos son vocablos o palabras distintas, pero que tienen el mismo
significado entre sí. Por ejemplo: papá y padre.
Veamos una reiteración semántica (con uso de sinónimos):
“El niño tomó sus zapatos y los llevó al fondo de la habitación oscura.
Sabía que su calzado estaba viejo. Le hubiera gustado no tener que
usarlo nunca más”.
En este ejemplo, puedes ver que también existe una recurrencia cuando se
utiliza la palabra “los”, que funciona como pronombre y se refiere a los zapatos,
y de la palabra “usarlo” (y más concretamente, la partícula “lo”), que se refiere
al calzado y, que por tanto, es una reiteración semántica que se refiere al
mismo referente: los zapatos.
Antónimos son aquellas palabras que expresan ideas opuestas. Por ejemplo,
claro y oscuro.
Veamos un ejemplo de reiteración semántica utilizando antónimos:
“El lago era enorme, pero al gigante le pareció diminuto”.
Asociaciones conceptuales son aquellas relaciones que se establecen entre las
palabras a partir de que se refieren al mismo concepto general o al mismo
campo semántico. Veamos un ejemplo:
“El piloto presionó el acelerador e hizo que el auto fuera cada vez más rápido.
Quería llegar al estacionamiento y aparcar el coche para siempre”.
En este ejemplo, puedes ver como hay aspectos conceptuales que se
hermanan: las palabras “piloto”, “auto”, “estacionamiento”, “aparcar” y “coche”
pertenecen a un mismo campo semántico. En otras palabras, todas tienen una
relación conceptual temática que las unifica y que permite entender, fácilmente,
que se está hablando, a lo largo de toda la proposición, del mismo asunto.
Recurrencia Sintáctica

La recurrencia sintáctica surge cuando el redactor produce un grupo de


oraciones cuya estructura es similar y, por tanto, constituyen una serie. La
ilación se logra cuando se sigue la secuencia lógica del texto:
“El hombre se incorporó rápidamente, tomó la pistola despacio, vio el espejo
con detenimiento y disparó la bala fugazmente”.
En este caso, es importante que tomes en cuenta que los verbos “se
incorporó”, “tomó”, “vio” y “disparó” son claves para entender la recurrencia
sintáctica: a partir de ellos es posible advertir la secuencia de los actos que va
realizando el personaje (hombre) de la pequeña narración. Puedes ver,
además, que la estructura gramatical de cada oración es semejante. Esto
permite que las oraciones puedan encadenarse o relacionarse unas a otras
mediante comas, lo cual acentúa la recurrencia sintáctica y remarca el hecho
de que una acción (representada por la oración) sigue a la otra.
Recurrencia Anafórica

La recurrencia anafórica es un recurso que permite que el hilo del texto se


mantenga a partir de la utilización de pronombres y algunos adverbios.
Pronombres:
“Cuando vi a mi abuelita, me di cuenta de que ella no tenía dientes. La vi
sentada en una mecedora. Ya no podía ponerse de pie y le dolía cada uno de
los huesos”.
Adverbios:
“El despertador sonó a las tres. Entonces decidió que era el momento de volver
a su casa”.

ELEMENTOS PARALINGUISTICOS

Los elementos paralingüísticos son aquellos elementos no lingüísticos, como la


risa, el llanto, los gestos, las mímicas, etc. que forman parte de la comunicación
y acompañan el mensaje verbal presencial. Los textos escritos también
emplean los elementos paralingüísticos para dar énfasis a los mensajes. Los
signos de puntuación y de expresión, (: , ; ... ¿? ¡!) son las herramientas
paralingüísticas del lenguaje escrito..

Otros elementos paralingüísticos son: el silencio, el ruido del aire, del agua, las
voces de los distintos personajes, la música, entre otros.
La comunicación tiene una serie de elementos implicados y no son solamente
elementos verbales. El componente no verbal, junto con el componente verbal,
constituye la comunicación, y comprende:

-Lo que decimos, es decir, las palabras.

-La forma en que decimos, es decir, el paralenguaje.

-La manera en que nos movemos, o sea, la kinésica.

Más del 90% de la comunicación se hace a través de elementos no verbales,


ya que nos comunicamos 7% mediante el canal verbal, 38% mediante el canal
paralingüístico y 55% mediante la kinésica.

Algunas características que acompañan a la información lingüística son las


siguientes:

 Intensidad o volumen de la voz:1 Debe ser el apropiado al tipo de


conversación que se está manteniendo y procurando un equilibrio con el
volumen adoptado por el interlocutor.
 Velocidad de emisión de los enunciados: Se refiere a la fluidez verbal
que tiene una persona. Puede ser lento o entrecortado, el cual implica una
huida de la comunicación y un rechazo al contacto social, siendo, por el
contrario, un ritmo fluido, ligero, modulado y animado condicionante de una
buena comunicación y de un deseo de contacto interpersonal.
 Tono, variantes y matices de la entonación y duración silábica.1 Es el
mejor indicativo de las emociones en la comunicación. Una emotividad
excesiva, ahoga la voz y el tono se vuelve más agudo, por ello, la mayor
proyección hacia los tonos agudos indica inhibición emocional. Por ejemplo,
al consolar a alguien, al titubear, al negar con énfasis, etc, se producen
alargamientos silábicos, mientras que con los acortamientos se expresa
impaciencia, irritación, etc.1
 Volumen: Debe ser el apropiado al tipo de conversación que se está
manteniendo y procurando un equilibrio con el volumen adoptado por el
interlocutor. Un volumen alto implica dominio, sobreposición en la
conversación, esa voz quiere hacerse oír; por el contrario, un volumen bajo
se asocia a personas introvertidas, cuya voz no tiene intención de hacerse
oír.
 Llanto, risa, ritmo, fluidez, grito, suspiro, tos, jadeo, bostezo, carraspe
o, silencios, control de órganos respiratorios y articulatorios, etc.1
Permiten extraer información sobre el estado anímico u otra información
contextual sobre el emisor y constituyen algunos de los principales elementos
paralingüísticos.

SIGNOS DE PUNTUACION
Los signos de puntuación delimitan las frases y los párrafos, establecen la
jerarquía sintáctica de las proposiciones para conseguir estructurar el texto,
ordenan las ideas y las jerarquizan en principales y secundarias, además
eliminan ambigüedades.
La puntuación varía según el estilo de escritura; sin embargo, las diferencias de
estilo que se puedan presentar no eximen a nadie de cumplir con ciertas
normas mínimas y de evitar errores generalmente considerados como
inaceptables. De ahí la importancia de conocer y aplicar las normas básicas de
la puntuación.
No obstante, hay que advertir que más allá de cualquier norma establecida, los
signos de puntuación componen también la arquitectura del pensamiento
escrito. En este sentido, y tal y como sucede en poesía desde hace más de un
siglo, no existen normas exactas para reglamentar el correcto uso de los signos
en las partituras, tanto narrativas como poéticas. En términos de principios y
parámetros, los signos de puntuación entrarían a formar parte de los
parámetros del lenguaje, y en consecuencia se sitúan en un proceso de
constante evolución y son variables, por lo tanto pueden depender de otros
factores.
Si la finalidad última es la comunicación, podría resultar paradójico
encontrarnos con licencias ortográficas que no respetan el modo convencional
de escritura y que, sin embargo, expresan a la perfección los conceptos y los
ritmos internos, invisibles de otra manera.
Como ejemplo de variable «en el extremo» se situarían los cambios en las
formas de escritura que están imponiendo los nuevos medios de
comunicación, chat, blog, SMS... que más que atacar a las viejas estructuras
del lenguaje realizan de él un uso específico, adecuado a la velocidad y otras
características del medio en cuestión; incluso cuando lo correcto es respetar el
uso de los signos de puntuación y evitar la degradación de la lengua española
por modismos.

■ La coma. Representa una breve pausa, ya sea cuando se lee en voz alta o
al escribir; también se utiliza para enumerar palabras, separar oraciones con un
mismo sentido y separar expresiones como: estos es, es decir, por
consiguiente.

■ El punto y coma. Se utiliza para hacer una pausa mayor que la coma,
separa oraciones que están precedidas por una coma y separar enunciados
que puedan tener significados diferentes.

■ El punto. Dentro de los usos del punto se pueden destacar tres acciones:

• Punto y seguido. Separa oraciones dentro de un mismo párrafo.


• Punto y aparte. Señala el final de un párrafo.
• Punto final. Señala el fin de un texto.
■ Los dos puntos. Detienen el discurso para centrar la atención en lo que
sigue. Si se redacta una carta, los dos puntos se ponen en el saludo; también
antes de enumerar algo o alguna cita textual.

■ Signos de interrogación. Son utilizados para preguntas y deben ir al


principio y al final de la interrogativa.

■ Signos de admiración. Se utilizan en oraciones que son imperativas o


exclamativas.

■ Paréntesis. En cuestiones de diálogos, sirve para saber las intervenciones


de cada uno de los personajes. También se utilizan para aislar aclaraciones;
datos, páginas, fechas, países o añadir alguna cantidad ya sea en número o
letra.

■ Puntos suspensivos. Se usan cuando se deja una oración incompleta; para


indicar alguna duda, inseguridad o temor dentro de una oración, o cuando se
deja incompleta una enumeración.

■ Las comillas. Se utiliza en texto con índole investigativo, cuando se quiere


citar algo al pie de la letra o se quiere resaltar con algún sentido irónico y para
indicar que otra palabra pertenece a otro idioma.

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