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Cómo ganar una discusión de

manera inteligente según


Gandhi
Por Olympia Villagrán julio 7, 2016
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Recuerdo muy bien a ese estudiante de Derecho que me sacó de quicio tantas
veces, pero ahora puedo redibujarlo en mi memoria con otros colores; pues
después de entender las causas de Gandhi, el hombre menudo de sonrisa
perpetua, pude comprender por qué me causaba tanta furia escucharlo. Ya
que todo lo que él era yo jamás lo fui, todo lo que él tenía a manos llenas yo jamás
lo conocí. De hecho, no he conocido a nadie más en mi vida que responda con tal
inteligencia y la vez nobleza.

Estábamos comiendo en el comedor de la Universidad de Londres, donde yo


impartía clases de Derecho, cuando él intentó sentarse al lado mío.
—¿Qué no entiendes que los pájaros y los cerdos no pueden sentarse a comer
juntos?, le dije sin piedad alguna para alejarlo de mi mesa.
—No se preocupe profesor, yo me iré volando, me respondió con una sonrisa.
Mucho tiempo me arrepentí de haber reaccionado como lo hice, pero hoy sé que a
Gandhi no le causé ningún daño, realmente sólo me lastimé a mí. Además, ardí en
cólera y decidí vengarme como si se tratara de un juego entre chiquillos donde
alguno nunca puede aceptar la derrota, pero me fue imposible calificar con una
mala nota la última prueba de Gandhi, pues sus respuestas fueron más que
perfectas. Mi última carta fue hacerle esta pregunta antes de entregarle su
examen calificado: “Sr. Gandhi, si usted va caminando y sobre la calle ve un
paquete abandonado en el que dentro encuentra una bolsa que desborda
sabiduría y otra repleta de dinero, ¿cuál toma?”.

No tardó más de un segundo para contestarme con toda tranquilidad:


—La que contiene dinero, por supuesto.
—Yo en su lugar hubiera tomado la que traía montones de sabiduría, ¿no cree?, le
respondí con una voz ventajosa, a lo que él volvió a contestarme las palabras
exactas para que yo rompiera en histeria.
“Cada uno toma lo que no tiene”. Al escucharlo responderme indiferentemente con
esa oración, tome mi marcador y escribí en letras grandes “idiota” sobre la primera
hoja de su examen. Quedaba claro que yo mismo había irrespetado mi labor como
profesor y que la rabia me había rebasado en todo sentido, pero el día que entendí
por fin de qué se trataba eso que Gandhi hacía y en consecuencia provocaba en
mí, fue cuando minutos después de aquel incómodo momento el estudiante se
acercó a mí para decirme: “Profesor, usted me firmó la prueba pero olvidó agregar
mi calificación”.
Mahatma Gandhi fue el hombre que contra un ejército completo y armado hasta el
cuello, decidió liderar a un pueblo al que jamás le pidió levantarse en armas, sino
que fabricaran por sí mismos sal en el mar y coser sus propias ropas. Se
convirtió en el primer ser humano que se enfrentó a la guerra sin utilizar la
violencia, razón por la que se le atribuyen una serie de elementos importantes y
sobre todo, llenos de sabiduría a través de los que, así como lo hizo Gandhi con
toda una multitud, todos podamos “ganar” una pequeña guerra o discusión con
otra(s) persona(s), sin tener que recurrir a la violencia.
*Los justicieros liderados por Lincoln y Gandhi


1. No ser egoísta

Mahatma Gandhi se preocupaba por todos, no sólo por las personas de la India;
pues se conoce que posterior a la guerra durante la que el pensador terminó con
el monopolio que los británicos poseían a través de la industria textil, logró
reivindicar la economía india y días después se presentó en todas y cada una de
las fábricas de Manchester para pedirles disculpas por haber causado que cientos
de ingleses se quedaran sin trabajo.

2. Tener argumentos sólidos

El político pasó 21 años aprendiendo de los movimientos a favor de los derechos


civiles de Sudáfrica, cultivó todo su conocimiento académico en la Universidad de
Londres y pasó un largo tiempo observando las necesidades de la población de la
India. Todo para reunir la información y perspectivas necesarias con las que
pudiera enfrentarse a cualquier problemática, como la guerra, con argumentos
veraces y de suficiente importancia.

3. Entrenar nuestra fortaleza física

A la edad de 77 años Gandhi podía equilibrase sobre troncos de madera que


flotaban en el agua; al crecer en pleno siglo XIX, el nacionalista tuvo que
acostumbrar a su cuerpo a reponerse y sanar sin la ayuda de la medicina moderna
a partir de un entrenamiento físico y mental que lo mantenía saludable, pues en
medio de una violenta y dividida India, el pensador tenía que levantarse siempre
fuerte para seguir adelante.

4. Actuar con base en la paciencia

Para éste sabio ningún fin justificaba los medios, menos si estos lastimaban a
cualquiera; de hecho, su filosofía se basaba en construir un muro ladrillo por
ladrillo, cuidando los detalles y esperando el momento justo para colocar cada
uno. Forma en la que todos deberíamos abordar cualquier pelea en la que no vale
la pena desesperarse por resolver todo a la vez.

*La historia detrás de la alergia femenina de Gandhi

5. Defendernos con ideas que empaticen con otros

Es muy complicado pregonar una idea con la que el universo entero esté de
acuerdo, pero durante su lucha, Gandhi demostró que es posible crear una
empatía entre muchos a partir de una buena causa, pues él inspiró a otros
pensadores a apoyar su dogma, lo cual volvió un poco más sencillo su largo
camino.

6. Involucrarnos con las emociones de los demás

La palabra de Mahatma Gandhi siempre se basó en la verdad, pero también en las


emociones de otros seres humanos. Por eso es que su causa llegó a tocar los
corazones de miles que deseaban seguir al líder con el que se intensificaron más
que por sus decisiones políticas, por las emociones con la que el libertador
luchaba.


7. Simplificar nuestras palabras

La simplicidad es una característica bastante poderosa a la hora de hacer


cualquier declaración; Steve Jobs, por ejemplo, se inspiró en la sencillez con la
que el político indio llevó a cabo un movimiento transparente que no
escondía secretos en cuanto a sus objetivos ni artimañas en su discurso.

8. Ser autosuficientes

El tan famoso DIY (“do it yourself” o “hazlo tú mismo”), fue instaurado a toda una
cultura gracias a Gandhi, quien sembró en la gente la iniciativa de obtener su
propia sal, fabricar sus propias prendas y otros artefactos de uso diario, en lugar
de seguir pagando cantidades injustas por ellos. Razón por la que la industria
británica decayó enormemente, haciendo perder fuerza a su imponente revolución,
otra prueba más de que el pacifista nos enseñó a construir nuestras propias
“armas”, por decirlo de alguna forma, para desequilibrar al enemigo.

9. Respetar las creencias del otro

A un hombre como M. G. no le importaba a qué religión pertenecían los demás, él


siempre actuó con amor y compasión así se tratara de musulmanes, cristianos o
ateos. Es una cuestión de respeto por todos los que poseen una religión, filosofía
o concepción distinta a la nuestra que siempre nos ayudará a comprender mejor
su punto de vista para encontrar la forma de ganar o mediar la situación de la
mejor manera.

10. Nunca rendirse

Después de 55 largos años de arduo trabajo, Gandhi logró una de sus misiones,
pero su lucha no había terminado aún, pues después de lograr la libertad de la
India, el filósofo continuó salvando gente de los barrios más pobres. Este maestro
nos enseñó que no importa cuánto, sino cómo luchemos por lo que queremos;
más que una pelea se trata de la constancia con la que nos enfrentemos a algo o
alguien que obstaculice nuestros objetivos.
Esa capacidad de volverse impredecible fue la que convirtió a Mahatma Gandhi en
un hombre que logró unir la fuerza y sobre todo, el amor de cientos de corazones
para abogar por una misma causa, personificando a un líder fresco que actuó
como ningún otro ser humano en la historia, pues como ya lo leíste, él demostró
que la brutalidad de la guerra también puede responderse con sabiduría.

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