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Recuerdo muy bien a ese estudiante de Derecho que me sacó de quicio tantas
veces, pero ahora puedo redibujarlo en mi memoria con otros colores; pues
después de entender las causas de Gandhi, el hombre menudo de sonrisa
perpetua, pude comprender por qué me causaba tanta furia escucharlo. Ya
que todo lo que él era yo jamás lo fui, todo lo que él tenía a manos llenas yo jamás
lo conocí. De hecho, no he conocido a nadie más en mi vida que responda con tal
inteligencia y la vez nobleza.
–
1. No ser egoísta
Mahatma Gandhi se preocupaba por todos, no sólo por las personas de la India;
pues se conoce que posterior a la guerra durante la que el pensador terminó con
el monopolio que los británicos poseían a través de la industria textil, logró
reivindicar la economía india y días después se presentó en todas y cada una de
las fábricas de Manchester para pedirles disculpas por haber causado que cientos
de ingleses se quedaran sin trabajo.
–
Para éste sabio ningún fin justificaba los medios, menos si estos lastimaban a
cualquiera; de hecho, su filosofía se basaba en construir un muro ladrillo por
ladrillo, cuidando los detalles y esperando el momento justo para colocar cada
uno. Forma en la que todos deberíamos abordar cualquier pelea en la que no vale
la pena desesperarse por resolver todo a la vez.
Es muy complicado pregonar una idea con la que el universo entero esté de
acuerdo, pero durante su lucha, Gandhi demostró que es posible crear una
empatía entre muchos a partir de una buena causa, pues él inspiró a otros
pensadores a apoyar su dogma, lo cual volvió un poco más sencillo su largo
camino.
–
7. Simplificar nuestras palabras
8. Ser autosuficientes
El tan famoso DIY (“do it yourself” o “hazlo tú mismo”), fue instaurado a toda una
cultura gracias a Gandhi, quien sembró en la gente la iniciativa de obtener su
propia sal, fabricar sus propias prendas y otros artefactos de uso diario, en lugar
de seguir pagando cantidades injustas por ellos. Razón por la que la industria
británica decayó enormemente, haciendo perder fuerza a su imponente revolución,
otra prueba más de que el pacifista nos enseñó a construir nuestras propias
“armas”, por decirlo de alguna forma, para desequilibrar al enemigo.
–
Después de 55 largos años de arduo trabajo, Gandhi logró una de sus misiones,
pero su lucha no había terminado aún, pues después de lograr la libertad de la
India, el filósofo continuó salvando gente de los barrios más pobres. Este maestro
nos enseñó que no importa cuánto, sino cómo luchemos por lo que queremos;
más que una pelea se trata de la constancia con la que nos enfrentemos a algo o
alguien que obstaculice nuestros objetivos.
Esa capacidad de volverse impredecible fue la que convirtió a Mahatma Gandhi en
un hombre que logró unir la fuerza y sobre todo, el amor de cientos de corazones
para abogar por una misma causa, personificando a un líder fresco que actuó
como ningún otro ser humano en la historia, pues como ya lo leíste, él demostró
que la brutalidad de la guerra también puede responderse con sabiduría.