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Ahsincervicalcaggnoli PDF
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MONTEVIDEO - URUGUAY
HISTORIA
En 1841 Valleix habló de "la ciática del miembro superior", del sufrimiento nervioso
cérvico-braquial debido a radiculitis, funiculitis o neuritis.
En 1908 Hartenberg en el Congreso de Neurología de París consideró la hemicránea como
la expresión de una neurosis vascular debida a la irritación primitiva del simpático cervical
provocada por las modificaciones artrósicas de la columna cervical.
En 1926 Barre y en 1928 Lieou demostraron que la cefalalgia, el vértigo y trastornos
auditivos diversos (zumbidos de oído, disminución de la audición, paraacusias) eran provocados
por modificaciones osteoartrósicas de la columna cervical. Desde entonces a ese cuadro se le
denomina Síndrome de Barré-Lieou.
En 1929 (Gunther v Simpson en el I.A.M.A. exponen consideraciones similares.
En 1932 Keyes y Compere, en 1937 Oppenheimcr y Turner y en 1942 Nachlas demostraron
que las formaciones osteofíticas de la disco-artrosis invadiendo el agujero conjugal provocaban
la compresión de las raíces cervicales.
En 1940 Krogdahlt y Tergersen y en 1951 Frykholm le asignan a las articulaciones
interapofisarias un claro papel patogénico en los cuadros de irritación radicular.
En 1956 Holt y Yates estudian columnas cervicales de cadáveres y comprueban en la
histología de las raíces de los nervios cervicales modificaciones iritativas con signos de
periradiculitis y tejido fibroso adherente a la raíz en una relación directa con el proceso artrósico
interapofisario.
En 1970 Sanguinetti y Catalano en la Chirurgia degli Organi di Movimento realizan un
interesante estudio anátomo-patológico relacionando la artrosis interapofisaria cervical con los
cuadros clínicos cérvico-braquiales.
En 1937 Oppenheimer y Turrner, en 1938 Hadley, en 1960 Wilkinson y en 1956 Holt y
Yate precisan que existe una relación cronológica entre la degeneración discal y la artrosis
interapofisaria y Sanguinetti y Catalano en 1970 avanzan en la hipótesis y consideran verosímil,
al igual que Jones (1960) que la artrosis interapofisaria predomina en los sectores más altos
debido a una sobrecarga funcional por disminución de la movilidad de los sectores inferiores,
donde predominan las lesiones discales provocadoras de las discoartrosis primitivas.
En 1828 Stookey describe las cérvico-braquialgias por hernia discal.
En 1931 EIsberg demuestra que los llamados condromas extradurales eran hernias discales,
cuyo conocimiento se va a divulgar en 1941 con la monografía de Rradford y Spurling. No
podemos dejar de mencionar el importante aporte a este tema realizado por la escuela italiana de
Florencia con el libro de Fineschi.
Se constituye así el tema de las discopatías cervicales que se van a dividir en dos grandes
capítulos:
DEFINICIÓN
El termino "Síndrome cervical'' se utiliza para definir una entidad clínica delimitada al
cuadrante superior del cuerpo (Síndrome irritativo del cuadrante superior de Bente) y se
caracteriza por os siguientes hechos:
1º) Puntos dolorosos localizados en el cuadrante superior del cuerpo, en particular a nivel
de la columna cervical baja.
2º) Síntomas sensitivos o motores de un síndrome de compresión o irritación radicular.
3°) Síntomas de naturaleza neurovegetativa: vasomotores, radiculares y reflejos.
4º) Signos radiográficos de discopatía cervical, con osteocondrosis reaccional y
modificaciones de la luz del agujero conjugal.
CONCEPTO
EL CUADRO CLÍNICO
Los enfermos consultan generalmente por un cuadro doloroso del cuadrante superior del
cuerpo y menos comúnmente por un signo neurovegetativo saliente por ejemplo, vértigos o
cefalalgias.
EL DOLOR
EL SUFRIMIENTO VEGETATIVO
Las nauseas, el vómito, trastornos en la deglución y otros síntomas faríngeos que Terracol
denominó "jaqueca faríngea", dificultad para deglutir, sensación de globo u opresión en la
región anterior media del cuello suelen presentarse.
Otras veces es una dificultad respiratoria o incapacidad para realizar inspiraciones
profundas.
En algunas raras oportunidades aparecen síntomas que orientan hacia el sistema
cardiovascular: palpitaciones, taquicardia paroxística, cuadros seudoangínosos y más de una
vez nos han llegado enfermos en los que se había diagnosticado un infarto cardíaco y recién se
descartó la afección cardiovascular frente a un electrocardiograma normal.
Dentro del cuadro clínico ocupan un lugar muy destacado diversos estados sicológicos
que preceden o acompañan al síndrome que estudiamos. Algunos de nuestros enfermos habían
sido orientados al tratamiento psiquiátrico e incluso su sufrimiento somático cubierto por un
complejo córtelo neurovegetativo, interpretado como componentes de sicosis melancólicas,
hipocóndricas o histéricas.
Nos encontramos frente a distintas situaciones que se pueden esquematizar en dos hechos:
a) La iniciación del síndrome cervical, de los distintos síntomas dolorosos dependientes
de la irritación radicular o del complejo cuadro neurovegetativo sigue a un trauma psíquico
perfectamente reconocible. Otras veces los desequilibrios psíquicos que le perturban la vida
normal del paciente reactivan o provocan nuevos empujes, nuevas crisis de
cervicobraquialgias.
b) La sintomatología dolorosa o neurovegetativa provocada por la lesión vertebral se va a
encontrar agravada o magnificada por la vulnerabilidad neurótica del paciente, por su
personalidad organo-neurótica previa. En estas condiciones el síndrome cervical se prolongará
o se mostrara aparentemente rebelde a la terapéutica porque en él van a incidir los estados
conflictivos síquicos o la personalidad sicopáticas previa. Por ello en la historia evolutiva del
enfermo es necesario anotar cuidadosamente los síntomas, en particular los neurovegetativos;
su extensión y profundidad y valorar las nuevas descripciones que realice el paciente para tener
no solo noción de la evolutividad sino para comprender la participación interpretativa síquica
del paciente y poder comprender las modificaciones que hay que imprimir al tratamiento.
Se pueden observar depresiones ligeras, estados de irritabilidad, aumento de la afectación
emocional, astenia, estado de ansiedad que pueden llevar al clínico a cometer errores
considerando que los cuadros dolorosos son manifestaciones pitiatica que forman piarte del
cuadro neuropático. Algunos de nuestros enfermos habían sido considerados como histéricos v
su síndrome no se había interpretado debidamente.
El elevado número de mujeres que sufren este síndrome, generalmente en la época vecina
a la menopausia, nos habla de la existencia de una mayor labilidad neurovascular y de la
intervención de desequilibrios hormonales que aumentan la señalada labilidad, que al decir de
Bartsch "corre paralela con una tendencia relativamente frecuente a los descarrilamientos
vegetativos vasomotores".
EL EXAMEN CLINICO
EL ESTUDIO RADIOGRÁFICO
Fig.2 -- estudio funcional de perfil de la columna cervical normal mostrando las zonas de máximo movimiento
en la extensión.
Se comprende así que esas zonas de mayor movilidad intersomática serán mas
vulnerables a las solicitudes mecánicas y ahí asentarán la mayor liarte de las lesiones
discoartrósicas.
La existencia de un proceso degenerativo intervertebral provoca modificaciones en la
dinámica del raquis cervical que se hacen evidentes con el estudio radiográfico funcional. La
zona donde asiente la discopatía va a estar rodeada de modificaciones hipertróficas y la
movilidad intervertebral se verá muy disminuida o abolida.
Se comprueba entonces que en la movilidad del raquis en flexoextensión se van a
producir por abajo o por arriba de esa zona desplazamientos que en oportunidades adquieren el
carácter de subluxaciones hay autores que le han negado valor a esas dislocaciones
intervertebrales, pero si realizamos estudios oblicuos comprobaremos que en esos movimientos
de flexoextensión se producen variaciones en la amplitud del agujero de conjugación,
significando ello un factor compresivo de los elementos que transcurren por el.
a) Disminuyendo la luz del canal y llegando a un contacto directo con la raíz posterior
sensitiva.
La mielografía y la discografía.
Hemos va dicho que la mielografía carece de valor en el síndrome cervical, es superflua y
sólo debe utilizarse en un individuo joven en el que se sospecha la existencia de una hernia discal
con radiografías negativas previas.
La discografía descripta por primera vez por Lindbloom carece de valor en la región
cervical.
La cinerradiografia.
Descripta por Fielding en 1957 y Buonocore en 1966 puede ser útil en los casos de
radiografías normales acompañando a cuadros clínicos y además para estudiar las
modificaciones que la función le impone al raquis.
EL TRATAMIENTO
La intensidad, variabilidad y rebeldía de los sufrimientos y molestias del síndrome cervical
obligan al médico de acuerdo al consejo de Jackson a tener paciencia, tolerancia y comprensión.
Esquemáticamente hemos descrito el síndrome cervical como una enfermedad del agujero
conjugal.
Los estudios radiográficos funcionales nos demostraron cómo se modifica el espacio
conjugal en las actitudes extremas del cuello y de la cabeza. Por eso frente al paciente debemos
explicarle en primer término las medidas generales que llamamos Higiene Funcional.
Le haremos comprender la razón de su sufrimiento y cómo él puede intervenir en su
recuperación.
Dividiremos el tratamiento en 5 partes:
1. Medidas generales.
2. Tratamiento de la compresión radicular.
3. Tratamiento de la irritabilidad vegetativa.
4. Tratamiento de la osteocondrosis.
5. Tratamiento de los signos asociados.
1. Medidas generales
La higiene del sueño es la primera que debemos ofrecerle al paciente.
Habitualmente no encuentran una actitud cómoda para dormir y a ello se le agrega el hecho que
en la noche el dolor aumenta.
El insomnio es entonces inevitable. Debe indicársele en que actitud debe estar la cabeza
durante el sueño. Debe ser una posición neutra, evitando la hiperextension y una muy moderada
flexión. Puede dormir sobre un lado o sobre la espalda evitando el decúbito ventral. Cuando se
duerme de costado entre la cabeza que apoya en la almohada y el hombro en el colchón el cuello
no tiene soporte alguno. Instintivamente el paciente desliza la almohada para darle el sostén
necesario, Jackson propone el uso de una almohada cilíndrica de 20 cms de diámetro y 40 cms.
de largo, lo que se considera que es un soporte ideal para el cuello.
Hemos hablado del "signo del cine" y aconsejamos que en el cine o cuando se mira
televisión es conveniente alejarse lo más posible de la pantalla para evitar actitudes fijas del
cuello o en extensión forzada. Es conveniente apoyar los antebrazos en soportabrazos para tener
el mayor descanso posible.
En el trabajo hay que adoptar los útiles (escritorios, máquinas, mesas) a alturas que no
exijan flexiones, extensiones o rotaciones extremas o forzadas del cuello. Todo trabajo que se
realiza por arriba de la cabeza y exige la hiperextension del cuello resulta penoso. A las amas de
casa hay que ilustrarlas al respecto y que eviten en la cocina tener estantes altos donde deben
recoger distintas cosas de uso diario, y habitual.
El automóvil no debe manejarse durante tiempo prolongado y en el período agudo evitar el
tráfico que exige continuados esfuerzos. La vibración del auto es perniciosa cuando el enfermo
sufre.
No hay que olvidar que los estados (le tensión, los nerviosismos y las intran-quilidades
aumentan los sufrimientos neurovegetativos y tienen gran influencia en la evolución hacia la
recuperación. Al enfermo y a los familiares hay que instruirlos para que tengan la mayor
tranquilidad posible.
2. Tratamiento de la irrigación o compresión radicular.
A) Tratamiento quirúrgico.
D) Las manipulaciones.
Somos contrarios de ellas, pues en pocos casos realizados hemos visto agravar las molestias
y su acción puede ser muy peligrosa.
5. Tratamiento complementario.
a) Las inyecciones anestésicas locales en las zonas dolorosas pueden ser de utilidad para
cortar los arcos reflejos y el dolor profundo mesodérmico de este procedimiento.
En líneas generales, el bloqueo anestésico en el síndrome cervical no nos ha ofrecido una
mejoría aceptable. Sólo en algunas localizaciones dolorosas residuales, como la epicondilitis,
hemos visto ceder el dolor al tratamiento anestésico asociado al uso de la hidrocortisona.
b) Las rigideces del hombro que en algunas oportunidades se asocian a nuestro síndrome,
deben tratarse de acuerdo a las directivas acostumbradas donde el tratamiento local y la
fisiopatología ocupan un primer plano.