Está en la página 1de 25

TRIBUNAL: 2º Juzgado de Letras de Los Ángeles

ROL: C-639-2016
CARATULA: Liempi/Sotraser S.A.
CUADERNO: Principal
CONTESTA DEMANDA

S.J.L. DE LOS ÁNGELES (2º)

STEFANIE RAMDOHR MONTGOMERY, abogada, en representación de la


demandada SOTRASER S.A., en procedimiento ordinario de mayor cuantía caratulado
“LIEMPI/SOTRASER S.A.”, causa Rol C-639-2016, a S.S. con respeto digo:

Que, encontrándome dentro de plazo, de acuerdo a la resolución de fecha 30 de enero


de 2018 y conforme a lo prescrito en los artículos 308, 309 y siguientes del Código de
Procedimiento Civil, artículos 1556, 2314 y 2320 y siguientes del Código Civil, vengo en
contestar la demanda civil de autos, solicitando desde ya que sea rechazada en todas
sus partes, con costas, por las siguientes consideraciones de hecho y de derecho que
paso a exponer:

ALEGACIONES DEL DEMANDANTE

1. Señala la demandante, que el día 10 de marzo de 2012, viajaba al interior del bus
de la línea Jet Sur, placa patente única CZXG89, su hija doña Carlota Ximena
Valenzuela Liempi (Q.E.P.D) desde la comuna de Lautaro en la Región de la
Araucanía, a la ciudad de Santiago.

2. Indica que siendo alrededor de la 01:20 de la madrugada, y en circunstancias que el


vehículo en cuestión era guiado por el conductor don Marco Antonio Olivares Oliva,
por la calzada oriente de la Ruta 5 Sur, kilómetro 505, a la altura del Peaje María
Dolores de la ciudad de Los Ángeles, fue impactado de frente por el camión marca
Volvo placa patente DDDG24 de la demandada Sotraser S.A., conducido por don
Carlos Ítalo Canario Riquelme, quien traspasó la barrera de contención existente en
la ruta invadiendo la pista de circulación del bus.

3. Alega que este hecho se habría debido, en parte, a la conducta del chofer del camión
de propiedad de Sotraser S.A., quien habría infringido las disposiciones de los
artículos 113 y 114 de la Ley 18.290; como asimismo, en la falta de seguridad de
las barreras laterales de contención existentes en el lugar, al no impedir que el
camión, fuera de control, hubiera sido redireccionado o contenido a objeto de evitar
su traspaso hacia la calzada contraria, a fin de impedir el impacto frontal con el bus
de transporte, la cual identifica en una obligación de seguridad, de hacer, de la
codemandada Empresa Ruta del Bosque Sociedad Concesionaria S.A.

1
4. Fundamenta su acción de indemnización en lo dispuesto en los artículos 6º, 19 Nº1
y Nº3 de la Carta Fundamental, artículos 1437, 2314 y 2320 del Código Civil.

ALEGACIONES DE LA DEFENSA

Hago presente a S.S, en relación a los hechos que se señalan en la demanda, en esta
etapa procesal y para los efectos de la prueba que deberá ofrecerse, esta parte
controvierte la totalidad de los hechos, salvo aquellos que se reconozcan
expresamente en esta contestación.

La defensa de esta parte de estructurará de la siguiente manera:

I. Descripción de los hechos.


II. Excepción perentoria de prescripción de la acción.
III. Excepción perentoria de falta de legitimación pasiva del demandando.
IV. Alegaciones de fondo – Falta de los presupuestos de la responsabilidad
extracontractual.
V. Inexistencia de los perjuicios que se reclaman, naturaleza y montos.
VI. Alegaciones subsidiarias.

I. DESCRIPCIÓN DE LOS HECHOS.

En relación a los hechos materia de este juicio, esta parte expone lo siguiente:

A. DINÁMICA DEL ACCIDENTE

1. El día 9 de marzo del año 2012, don Carlos Canario sale desde las dependencias
de Sotraser en Santiago en dirección sur, concretamente hacia la ciudad de
Temuco aproximadamente a las 17:40 horas, conduciendo el camión marca
Volvo modelo 370, año 2011, Patente DDDG-24 con Rampla patente JL-2999.
Al momento de iniciar su trayecto, el chofer Carlos Canario se encontraba sin
acompañante. El camión estaba cargado con un conteiner, cuyo cargamento
debía ser entregado al día siguiente en la ciudad antes referida.

2. De esta manera, desde su salida desde la ciudad de Santiago, hasta la hora del
accidente, don Carlos Canario se detuvo aproximadamente 4 veces. La primera
de ellas a la altura de Paine, aproximadamente desde 18:33 horas hasta las
18:35 horas, luego, una segunda parada en el kilómetro 211 (norte-sur) en la
denominada “zona de descanso Itahue”, desde 20:31 horas, hasta las 21:04
horas. Luego una tercera parada a la altura del kilómetro 260 (Norte-sur) en las
proximidades de Maule, desde las 21:43 horas hasta las 22:07 horas;
finalmente una cuarta y última parada en el kilómetro 410 (norte-sur), al sur de
Chillán, específicamente en la estación de servicio COPEC, desde las 23:56
horas, hasta las 00:05 horas del día 10 de marzo.

2
3. Don Carlos Canario, conducía el camión por la primera pista, en dirección sur, a
una velocidad que no se pudo determinar. En aquel momento, un bus marca
Scania, patente CZ XG89, de la compañía Jet Sur, se dirigía por la primera pista
de la calzada Oriente, en dirección norte, a una velocidad no menor a los 92
Km/hr.

4. A las 01:15 horas aproximadamente, del día sábado 10 de marzo, a la altura


del kilómetro 505 de la ruta 5 Sur, comuna de Los Ángeles, don Carlos Canario
pierde el control del vehículo chocando la barrera central e invadiendo la pista
contraria (Sur a Norte) colisionado frontal y lateralmente con el bus de la
empresa Jet Sur, patente CZXG-89.

5. Como resultado de la colisión fallecen en el lugar 5 personas, entre los cuales


se encuentra el conductor del bus; posteriormente en el Hospital Base de Los
Ángeles fallece la acompañante del conductor del camión. Don Carlos Canario
queda internado en el Hospital Base de Los Ángeles en estado de gravedad.

6. De la investigación realizada por Subcomisaría de investigación de accidentes


en el tránsito y carreteras de Carabineros de Chile, no pudo determinarse la
causa exacta del accidente, se barajaron las siguientes hipótesis:

Hipótesis “A”: Que, don Carlos Canario no condujera atento


a las condiciones del tránsito del momento por o que al
realizar una maniobra distractiva al interior del móvil, tal
como: hablar por teléfono celular, manipular la radio, hablar
con su acompañante, mirar hacia los laterales o la parte
posterior, originaron que desatendiera las conducción por un
breve instante, desviando su desplazamiento hacia la
izquierda, perdiendo el control del móvil, chochando y por
proyección colisionar.

Hipótesis “B”: Que, don Carlos Canario, al momento de la


conducción haya sufrido una afección cardiaca o enfermedad,
desviando su desplazamiento hacia la izquierda, perdiendo el
control del móvil, chocando y por proyección colisionar.

Hipótesis “C”: Que, don Carlos Canario haya visto su


normal pista de circulación obstruida por la presencia de un
móvil, animal u objeto, ante lo cual efectuó una maniobra
evasiva hacia la izquierda, perdiendo el control del móvil,
chocando y por proyección colisionar.

3
Tal como indicamos, respecto al lamentable caso de autos, fue imposible determinar una
causa concreta.

B. RESPECTO A LA ACOMPAÑANTE DE DON CARLOS CANARIO; DOÑA BEATRIZ HIDALGO


ARRIAGADA (Q.E.P.D.).

Tal como se indicó previamente, al salir desde Santiago con dirección al Sur, don Carlos
Canario iba solo en el camión, y no contaba con autorización alguna para subir
personas al vehículo que estaba a su cargo.

Según consta en las investigaciones realizadas como consecuencia del accidente


fundante de las acciones indemnizatorias de autos, una de las víctimas fatales del mismo
fue Beatriz Hidalgo Arriagada, quien no formaba parte del listado de pasajeros del
bus de la empresa Jet Sur, sino que se indicó que era un “acompañante” de don Carlos
Canario.

De esta manera, cabe señalar que, de las diversas investigaciones realizadas como
consecuencia del accidente, y tal como se probará en la etapa procesal pertinente,
formulamos lo siguiente:

i) Don Carlos Canario salió sin acompañante desde la ciudad de Santiago con
dirección al sur.
ii) En una de las detenciones mencionadas anteriormente, específicamente en la
realizada a las 23:56 horas, en la estación de servicio Copec ubicada al sur
de Chillan, don Carlos Canario subió a su camión a doña Beatriz Hidalgo
(Q.E.P.D.).
iii) Doña Beatriz Hidalgo (Q.E.P.D.) fue invitada por el conductor del camión a
subir.
iv) El informe de autopsia practicado a Beatriz Hidalgo, señala: “Es colocado en
mesa de autopsia el cadáver de un adulto de sexo femenino. Vestida con un
sostén de color azulino, calzón tipo colales color azul, faja de color beige,
polera celeste, calcetines de colores, chaleco de lana negro” [SIC]. De lo cual
se desprende inequívocamente que al momento del accidente, la
acompañante no estaba utilizando prenda alguna que cubriera la parte inferior
de su cuerpo.
v) Con esta acción, don Carlos Canario contravino directamente las prohibiciones
establecidas en su contrato de trabajo, reglamento interno de higiene y
seguridad y el procedimiento de descanso impartido por su empleador.

C. DON CARLOS CANARIO JAMÁS FUE DEPENDIENTE DE MI REPRESENTADA SOTRASER S.A.

Que la parte demandante alega respecto de mi representada Sotraser S.A. una supuesta
responsabilidad civil por el hecho ajeno, específicamente, por el hecho de los

4
dependientes del artículo 2320 del Código Civil, entendiendo para ello erróneamente que
don Carlos Canario habría sido empleado [sic] de mi representada Sotraser S.A.

Así se expresa reiteradamente en el libelo de la demanda, donde al analizar la conducta


que imputa a cada una de las codemandadas, expresa lo siguiente:

“(…) fue impactado de frente por el camión marca Volvo placa patente
DDDG24 de la Empresa Sotraser S.A., demandada (1), conducido por el
conductor y empleado de la misma don Carlos Italo Canario Riquelme”
[sic].

“Este hecho se debió, en parte, a la conducta del chofer del camión


de propiedad de Sotraser S.A., demandada (1), quien infringió las
disposiciones de los artículos 113, 114 de la Ley 18.290, con mera
imprudencia o negligencia (…)” [sic].

“Su partida, antes de tiempo, se debió al actuar negligente en la


conducción del chofer y dependiente de la demandada Sotraser S.A.
(…)” [sic].

Pues bien, lo cierto es que don Carlos Canario jamás fue empleado de SOTRASER S.A.
En otras palabras, el Sr. Canario jamás tuvo una relación de subordinación o
dependencia con mi representada, por lo que controvertimos en términos
absolutos cualquier alegación efectuada por la contraria en estos términos.

En consecuencia, y considerando entonces que la demandante fundamenta la supuesta


responsabilidad de mi representada, únicamente en el hecho ajeno de quien entendió
como dependiente de SOTRASER, y no siendo esta hipótesis efectiva, ninguna
responsabilidad puede atribuirse a mi representada, toda vez que falla uno de los
requisitos esenciales para invocarla, cual es “la existencia de un vínculo de subordinación
o dependencia entre el agente directo y el empresario demandado”.

Ahora bien, y sin perjuicio de que no existía relación de subordinación y/o dependencia
alguna del Sr. Canario con mi representada, esta parte estima pertinente indicar cuáles
eran las obligaciones del Sr. Canario como trabajador en virtud del contrato celebrado
con su empleador, según lo informado por el mismo, y así analizar la conducta de ambas
partes:

En virtud de la cláusula Primera del mismo, el trabajador se obligaba a realizar el trabajo


de conductor de vehículo de carga terrestre interurbana y tareas auxiliares. Señala el
contrato que:

5
“la prestación de servicios que ejecutará el trabajador, está destinada
a la conducción de las Flotas de Camiones que administra y opera MAPER
LTDA., dejándose constancia que actualmente opera entre otras flotas
de camiones las de las empresas SOTRASER S.A. y SOTRASER
LOGISTICA LIMITADA”. [Sic]

Luego, señala en su cláusula Cuarta, al referirse a la Jornada y descansos, se expresa:

“Prioridad de los descansos. Dada la naturaleza de la labor del conductor


y de los riesgos asociados a la misma, los descansos en la jornada
serán siempre obligatorios y serán prioritarias sobre las
actividades imputables a jornada (conducción o tareas auxiliares) y
también sobre la disponibilidad o tiempos de espera, por consiguiente
conducir en forma continúa sin respetar los descansos asociados
a los tiempos de conducción máxima, constituye una infracción
grave al contrato…” [SIC]

Al respecto, cabe mencionar que la empresa empleadora del trabajador, tiene estrictas
políticas de descanso, existiendo una restricción horaria de conducción entre las
00:00 horas y las 05:00 horas.

Asimismo, y sobre las prohibiciones, dicho contrato expresa en su cláusula Décimo


quinta letra E) lo siguiente:

“Atendiendo a que las funciones del trabajador exigen un alto grado de


disciplina y responsabilidad, se considerará incumplimiento grave de las
obligaciones que impone el Contrato de Trabajo, siendo causales de despido
justificado y sin derecho a indemnización, entre otras, las siguientes: e)
Llevar a terceros en el vehículo, sin autorización del Empleador,
entendiéndose por terceros toda persona no autorizada previa y
expresamente por escrito por el empleador.”

La misma prohibición se encontraba contenida en el artículo 35 n° 2 del


Reglamento Interno de Higiene y Seguridad de su empleador, recibido por el Sr.
Canario con fecha 25 de marzo de 2011.

Asimismo, en el Derecho a Saber entregado y firmado por don Carlos Canario con la
misma fecha, se señala como medida preventiva al riesgo de lesiones personales
a otros y/o materiales, que “no traslade personal ajeno a la empresa, sin previo
consentimiento de su empleador”.

6
I. EXCEPCIÓN PERENTORIA DE PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN

En atención a los hechos antes referidos, y a los argumentos que se pasan a


esgrimir, alegamos la prescripción extintiva de la acción de indemnización de
perjuicios entablada en este proceso por la demandante. En efecto, tal pretensión
debe ser rechazada toda vez que la acción civil respectiva se encuentra
prescrita, atendido el tiempo transcurrido.

Efectivamente, de conformidad con lo prescrito por el artículo 2514 del Código Civil:

“La prescripción que extingue las acciones y derechos ajenos exige


solamente cierto lapso de tiempo, durante el cual no se hayan ejercido dichas
acciones.”

Por su parte, el artículo 2332 del Código Civil, respecto de las acciones civiles
extracontractuales prescribe que:

“Las acciones que concede este título por daño o dolo, prescriben en cuatro
años contados desde la perpetración del acto.”

Finalmente, el artículo 2518 en relación al artículo 2503, ambos de nuestro Código


Civil, refiriéndose a la interrupción civil, señala:

“Artículo 2518: La prescripción que extingue las acciones ajenas puede


interrumpirse, ya natural, ya civilmente.
Se interrumpe naturalmente por el hecho de reconocer el deudor la
obligación ya expresa, ya tácitamente
Se interrumpe civilmente por la demanda judicial; salvo en los casos
enumerados en el artículo 2503”.

“Artículo 2503: Interrupción civil es todo recurso judicial intentado por el


que se pretende verdadero dueño de la cosa, contra el poseedor.
Sólo el que ha intentado este recurso podrá alegar la interrupción; y ni aún
él en los casos siguientes:
1° Si la notificación de la demanda no ha sido hecha en forma legal;
2° Si el recurrente desistió expresamente de la demanda o se declaró
abandonada la instancia”.

Por lo tanto, al tenor de los artículos transcritos, para que opere la interrupción civil de
la prescripción extintiva no basta con el ejercicio de la acción cuya prescripción se
intenta interrumpir, sino que además es necesaria la notificación legal de dicha
demanda, entendiéndose por tal aquella que se ha realizado cumpliendo todos los

7
requisitos propios de dicha actuación judicial, no pudiendo ser dejada sin efecto
por la ocurrencia de un vicio en su realización.

En relación a esto, nuestros tribunales se han manifestado reiteradamente en este


sentido. Así nuestra Excelentísima Corte Suprema ha expresado que:

“Cuarto: Que contrariamente a lo postulado por los recurrentes, los jueces


del fondo han resuelto acertadamente al declarar la prescripción de la acción
intentada, toda vez que únicamente si la demanda ha sido legalmente
notificada se produce la interrupción de la prescripción. En efecto,
conforme expresa el artículo 2518 del Código Civil, la prescripción que
extingue las acciones se interrumpe civilmente por la demanda judicial, salvo
los casos enumerados en el artículo 2503, entre los cuales figura, en primer
término, el de la notificación de la demanda que no ha sido practicada en
forma legal. Relacionando ambas disposiciones, es posible concluir
que para que exista dicha interrupción civil no basta con la mera
interposición de la demanda, también es necesario que se efectúe
debidamente su notificación. Ello implica, tal como lo ha resuelto esta
Corte, que si no interrumpe la prescripción la demanda que no ha sido
legalmente notificada, menos puede interrumpirla cuando no está notificada
de manera alguna, tal como aconteció en este caso.

Quinto: Que cabe tener especialmente en consideración que según fluye


de los Títulos VI y VII del Libro I del Código de Procedimiento Civil, relativos
a las notificaciones y actuaciones judiciales respectivamente, para que
tengan valor tales actuaciones es necesario, salvo algunas escasas
excepciones, que se lleve a cabo la correspondiente notificación a la
persona a quien va dirigida la diligencia. Ha de agregarse que el artículo
65 del mismo Código señala que los términos comenzarán a correr para cada
parte desde el día de su notificación. Si bien esta última norma se refiere a
los plazos procesales, refleja claramente el criterio del legislador en cuanto
a la importancia de ese trámite, sobre todo si se está en presencia de la
demanda que, como primera actuación en un proceso, debe ser notificada
personalmente.

Además, la necesidad de la notificación de la demanda para que


haya interrupción de la prescripción es un requisito que surge de los
principios generales, porque la interrupción no obra sino de persona
a persona y, por lo tanto, supone notificación.” 1

Asimismo, la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Santiago, al analizar el plazo de


prescripción de las acciones en el marco de la responsabilidad extracontractual, computa

1
Corte Suprema, sentencia de fecha 14 de abril de 2014, Rol Nº5700-2014.

8
el plazo desde la fecha del hecho reclamado hasta la fecha de la notificación de la
demanda, a saber:

“6º.- Que atendido el estatuto de responsabilidad invocado por la actora,


esto es, la responsabilidad extracontractual, en los términos del artículo
2332 del Código Civil, que reza: "Las acciones que concede este título
por daño o dolo, prescriben en cuatro años contados desde la perpetración
del acto.", claro resulta que el hecho reclamado, como ya se ha
mencionado, ocurrió el 25 de octubre de 2007 y, a la fecha de
notificación de la demanda de autos, ocurrida el 25 de octubre de
2012, según consta del atestado receptorial de fojas 25, había
transcurrido en exceso el plazo de cuatro años que tenía el actor para
accionar como lo ha hecho “2

Como hemos expuesto, y S.S. sabe, las acciones civiles por responsabilidad
extracontractual, como en la especie, prescriben en cuatro años contados desde la
perpetración del acto, que de acuerdo a lo señalado por el propio demandante, habría
ocurrido el día 10 de marzo de 2012.

Pues bien, se desprende de la propia demanda interpuesta que el actor tuvo


conocimiento de dicho incidente, y que de él han transcurrido más de 4 años a la fecha
en que esta parte fue válidamente notificada de la demanda, por lo que cualquier acción
que se derivara de dicho actuar se encuentra prescrita.

Luego, y en atención a los argumentos esgrimidos, la acción civil extracontractual


deducida debe ser rechazada pues se trata de un asunto que, por haber operado la
prescripción extintiva, no puede ni debe ser siquiera discutido en juicio.

Que, según los propios dichos de la parte demandante en su libelo, la indemnización de


perjuicios intentada en contra de mi representada se fundamentaría en los supuestos
hechos acontecidos el día 10 de marzo de 2012. De esta manera, la pasividad en todas
las actuaciones del actor, concluyó en que esta presentación nos fuera notificada
válidamente recién con fecha 6 de abril de 2017, es decir, a más de cinco años
de la perpetración del acto, y a más de un año de haberse presentado la
demanda, según consta en estampado receptorial de don Rodrigo Salazar Morales, en
Exhorto Rol E-702-2016 del 29º Juzgado Civil de Santiago, debidamente acompañado a
este Tribunal con fecha 26 de abril de 2017.

Así las cosas S.S., sostenemos que en la especie, la acción resarcitoria interpuesta en la
especie se encuentra prescrita ya que han transcurrido más de 4 años, desde el
acaecimiento del supuesto hecho alegado por la actora y la notificación legal

2
Corte de Apelaciones de Santiago, sentencia de fecha 01 de junio de 2016, Rol Nº10063-2015.

9
de la demanda a esta parte, de manera que resulta evidente la prescripción que
alegamos y así solicitamos sea declarada por S.S.

II. EXCEPCIÓN PERENTORIA DE FALTA DE LEGITIMACION PASIVA DE


SOTRASER S.A.

1. LOS HECHOS.

La demandante ha errado al intentar su demanda en contra de mi representada en


atención a que esta última no ha tenido participación alguna en los hechos en que
se funda la acción indemnizatoria de autos y no existe relación causal entre
algún daño que se reclama y alguna acción u omisión atribuible SOTRASER.

Adicionalmente, cabe tener especialmente presente que la parte demandante alega


respecto de mi representada Sotraser S.A. una supuesta responsabilidad civil por
el hecho ajeno, específicamente, por el hecho de los dependientes del artículo
2320 del Código Civil, entendiendo para ello erróneamente que don Carlos Canario
habría sido empleado [sic] de mi representada Sotraser S.A, lo que esta parte ha
controvertido en términos absolutos.

En consecuencia, y considerando entonces que la demandante fundamenta la supuesta


responsabilidad de mi representada, únicamente en el hecho ajeno de quien entendió
como dependiente de SOTRASER, y no siendo esta hipótesis efectiva, reiteramos que
ninguna responsabilidad puede atribuirse a mi representada, toda vez que falla uno de
los requisitos esenciales para invocarla, cual es “la existencia de un vínculo de
subordinación o dependencia entre el agente directo y el empresario demandado”.

Por lo tanto, mal puede ser mi representada legitimada pasiva en estos autos, toda vez
que SOTRASER S.A. no ha ejecutado conducta alguna – por acción u omisión – que le
sea atribuible en el contexto de los presupuestos de culpa y causalidad, así como
tampoco respecto de algún hecho ajeno que pretendiere atribuírsele en estos autos.

En este sentido, si la demandante pretende atribuir responsabilidad a esta parte, deberá


probar la concurrencia de todos y cada uno de los presupuestos de la responsabilidad
civil extracontractual que invoca, teniendo especialmente presente que, respecto de mi
representada, únicamente ha alegado la responsabilidad por el hecho ajeno de quien
precisamente jamás fue su dependiente y/o subordinado.

2. EL DERECHO.

La demandante ha errado en intentar su demanda en contra de mi representada. Lo


dicho, en atención a su falta de participación en los hechos en que se funda la acción

10
resarcitoria de autos, a la inexistencia de relación causal entre algún daño que se
reclama y alguna acción u omisión atribuible a mi representada, constitutiva de algún
incumplimiento obligacional, sumado a la circunstancia de que en estos autos la parte
demandante ha alegado únicamente la responsabilidad de mi representada por el hecho
ajeno de quien precisamente jamás fue su dependiente y/o subordinado. Así, mal podría
SOTRASER ser legitimado pasivo de la acción que se emprende.

Además, y considerando que el demandante deberá acreditar que ha sufrido un daño,


hecho que consideramos inexistente, no hay responsabilidad.

En cuanto a la acción de indemnización interpuesta en este juicio, y a quién o quiénes


son titulares de la misma y en contra de quiénes puede ser ejercida, nuestra doctrina
ha señalado que, desde el momento en que se produce la violación de un derecho, su
titular recurre a la protección del Estado, que se la proporciona en quienes reside la
función jurisdiccional. La manera de provocar esta protección es deduciendo una
demanda, que es el modo normal de ejercitar la acción, y se manifiesta posteriormente
en un acto del tribunal que recibe el nombre de sentencia.3

Nuestro Código de Procedimiento Civil no contiene ninguna definición de lo que se debe


entender por acción, ya que sus redactores tuvieron presente el concepto de acción
como un elemento del derecho sustancial, es decir, participaron de la teoría clásica de
la acción4. Así y siguiendo la posición doctrinaria clásica, deben concurrir al ejercicio de
la acción una serie de elementos, a saber:

2.1. Existencia de un derecho, ya que la acción no es más que el derecho


subjetivo puesto en ejercicio.
2.2. Existencia de un interés, es indispensable que el actor tenga interés,
porque el derecho no es sino el interés protegido por la ley, y si falta el interés,
la protección que busca la acción es innecesaria y desaparece.
2.3. Existencia de una calidad, es decir que el actor debe estar legitimado para
deducir la acción, y lo está aquel al cual la ley le reconoce la posibilidad de
accionar.
2.4. Existencia de una capacidad, el actor o demandante para deducir
válidamente su demanda, es decir, para entablar su acción debe tener capacidad
procesal equivalente a la capacidad de ejercicio del Código Civil.

Siguiendo a CASARINO, se nos señala que son tres los elementos de la acción: (i) Los
sujetos de la acción, (ii) El objeto de la acción y, (iii) La causa de la acción. En cuanto
al primer elemento, este procesalista, nos señala que los sujetos de la acción, a su vez,
se clasifican en: activo y pasivo.5 Al hablar que la acción debe ejercitarse con las

3 CASARINO, Mario (2009): Manual de Derecho Procesal, Tomo III, Editorial Jurídica de Chile, p. 28.
4 Ello sin perjuicio de diversas disposiciones de nuestro Código de Procedimiento Civil que se
refieren a la acción: artículos 17, 19, 21, 271, 290, entre otros.
5 CASARINO, Mario (2009): Manual de Derecho Procesal, Tomo III, Editorial Jurídica de Chile, p. 28.

11
formalidades que señala la ley nos estamos refiriendo a que ese ejercicio debe realizarse
a través de un vehículo, de una prestación que se hace al tribunal y esa es la demanda.
En general podemos decir que la demanda es el medio hábil para ejercitar la acción
siendo esta la forma de hacer valer el derecho que se reclama.

Entendido el concepto de acción, nos toca señalar que nuestra jurisprudencia y doctrina,
sostienen en forma unánime, que uno de los requisitos para obtener la tutela
jurisdiccional, la protección de los derechos por medio de los tribunales de justicia, es
que la demanda se entable por el sujeto al cual corresponda la acción y se dirija
en contra del sujeto pasivo de la misma; este requisito se denomina legitimación
en la causa, y puede ser activa – en el caso del demandante – o pasiva – en el caso
del demandado.

Nuestro ordenamiento jurídico determina a quien corresponde la acción, en el caso de


la responsabilidad contractual serán las partes del contrato los titulares de la acción de
indemnización, por el incumplimiento de la obligación que emana del contrato y en el
caso de la responsabilidad extracontractual aquellos que al tenor de lo dispuesto en los
artículos 2314 y siguientes del Código Civil hayan tenido “participación en la ejecución
del hecho dañoso”.

Sobre el sujeto pasivo de la acción de indemnización, ALESSANDRI señala que “en


principio esta acción sólo puede intentarse contra el que hizo el daño y sus herederos
y, por excepción, contra el tercero civilmente responsable y contra el que, sin ser
cómplice, recibe provecho del dolo ajeno, pero sólo hasta concurrencia de este provecho
y sus respetivos herederos”. Al referirse al daño, señala “son autores del daño todos los
que contribuyeron a producirlo, sea en calidad de tales, como cómplices o
encubridores”6.

3. LA FALTA DE LEGITIMACIÓN.

Consecuencia de lo que hemos formulado con anterioridad, el actor comete un error al


ejercer su acción indemnizatoria en contra de mi representada toda vez que no es
legitimada pasiva de la misma, no le empece la pretensión indemnizatoria, debido a
la falta de participación de mí representada en los hechos causantes del daño,
y por consiguiente de la falta de causalidad, sumada a la circunstancia de que
la parte demandante ha alegado únicamente la responsabilidad de mi representada por
el hecho ajeno de quien precisamente jamás fue su dependiente y/o subordinado.

Establecido lo anterior, en cuanto a los hechos y el derecho, queda claramente formulada


la presente excepción y sus fundamentos, resultando que la contraria ha errado al
intentar su acción en contra de quien no es legitimado pasivo de ella, ya que ni fáctica

6ALESSANDRI, Arturo (2005): De la Responsabilidad Extracontractual en el Derecho Civil Chileno.


Editorial Jurídica de Chile, p. 346.

12
ni legalmente existe razón alguna para intentar la acción que se emprende en contra de
la demandada.

Asimismo, esta parte sostiene lo siguiente: (i) No le empece la acción interpuesta en su


contra, ya que la normativa invocada por la demandante no le es aplicable, no hay
acción; (ii) La conducta por omisión supuestamente imputable a mi representada no
existe, en consecuencia, al no tener participación en los hechos, y desaparecer además
el requisito de la causalidad, no tiene la calidad de legitimado pasivo en este juicio;

En consecuencia, corresponde a S.S. pronunciarse respecto de esta falta de


legitimación pasiva de mi representada, según se solicitará en el petitorio de
esta presentación.

III. ALEGACIONES DE FONDO - FALTA DE RESPONSABILIDAD SOTRASER


S.A.

1. PRESUPUESTOS DE LA RESPONSABILIDAD

El demandante hace alusión al estatuto de responsabilidad civil extracontractual como


fundamento de su demanda, y específicamente en el caso de SOTRASER S.A., a la
responsabilidad por el hecho ajeno regulada en el artículo 2320 del Código Civil.

ALESSANDRI define la responsabilidad civil extracontractual como, “aquella que proviene


de un hecho ilícito intencional o no que ha inferido injuria o daño a la persona o propiedad
de otro […].” Agrega que en bajo este estatuto “no hay relación entre el autor del daño
y la víctima y si la hay el daño se produjo al margen de ella […]”. Por consiguiente, esta
responsabilidad “supone la ausencia de obligación, se produce entre personas
jurídicamente extrañas por lo menos en cuanto al hecho de que deriva y es ella la que
crea la obligación de reparar el daño”7.

De acuerdo a lo anterior y lo prescrito en el artículo 2314 y siguientes del Código Civil,


lo interpretado por la doctrina y la jurisprudencia, la eventual obligación de indemnizar
en el marco del estatuto de la responsabilidad civil extracontractual requiere de la
concurrencia de los siguientes requisitos: (i) Capacidad delictual, (ii) Acto humano,
acción u omisión, (iii) Daño, (iv) Dolo o culpa del agente o autor del acto y (v)
Causalidad.8

7 ALESSANDRI, Arturo (2005): De la Responsabilidad Extracontractual en el Derecho Civil Chileno,


Editorial Jurídica de Chile, p..34.
8 Corte de Apelaciones de Santiago, 25.05.2005, Causa Rol N° 1769-2000, sentencia de

reemplazo, N° Legal Publishing: 35275; Corte Suprema, 29.09.2009, Causa Rol N° 2106-2008,
considerando quinto, N° Legal Publishing: 42570.

13
Ahora bien, entendiendo que en el caso de autos el demandante alega la existencia de
una responsabilidad por el hecho ajeno, específicamente, por el hecho de los
dependientes del artículo 2320 del Código Civil respecto de SOTRASER S.A., cabe
expresar que esta hipótesis contempla requisitos que son diversos de la responsabilidad
por el hecho propio, puesto que el agente directo causante del daño (dependiente o
subordinado), es un sujeto diverso del empresario demandado, debiendo responder este
último precisamente por este hecho ajeno y no por uno propio, siempre y cuando
concurran los requisitos que se verán a continuación.

Nuestra jurisprudencia y doctrina han sido claras en establecer que los fundamentos
para que proceda la responsabilidad del empresario por el hecho ajeno, descansan en la
teoría de “la culpa in eligendo vel vigilando” del mismo. Así las cosas, y para su
configuración, se requiere la concurrencia de los siguientes requisitos:

a) que el agente directo haya causado un daño a la víctima;


b) la existencia de un vínculo de subordinación o dependencia entre el agente directo
y el empresario demandado;
c) ambos sujetos, principal y agente directo del daño, deben ser capaces de delito
y cuasidelito civil;
d) que el dependiente haya cometido un hecho ilícito, pues si no hay dolo o culpa
en la persona que causó el daño, no puede perseguirse la responsabilidad civil
indirecta de la empresa que responde por aquél. Además, no debe existir prueba
liberatoria respecto del empresario, la que se configura en caso de que este último
no haya podido impedir el hecho, habiendo sido plenamente diligente en la elección,
control y vigilancia de sus empleados.
e) que la víctima pruebe la culpa y la responsabilidad de la persona subordinada y
f) que el dependiente haya obrado en el ámbito de la relación o vínculo que lo liga
al empresario.

Así, será de carga de la parte demandante acreditar todos los requisitos enunciados.

A continuación, y en razón de lo expuesto, pasaremos a analizar los elementos más


relevantes que configuran la responsabilidad civil extracontractual, orientándolo hacia la
responsabilidad por el hecho ajeno.

1. ACCIÓN U OMISIÓN CULPABLE:

En cuanto a la acción u omisión la parte demandante deberá probar todas y cada una
de sus afirmaciones. En primer lugar, es indubitable que la contraria deberá acreditar la
efectividad de haber ocurrido el hecho en los términos que indica.

14
En seguida, y considerando que nos encontramos bajo la hipótesis de una supuesta
responsabilidad por el hecho ajeno respecto de Sotraser S.A., la parte demandante
deberá acreditar:

1) La existencia de un vínculo de subordinación o dependencia entre el agente


directo, Sr. Canario, y mi representada SOTRASER S.A., hecho que
controvertimos en términos absolutos.
2) Que el agente directo, Sr. Canario, ha cometido un hecho ilícito, con dolo o culpa.
Cabe tener presente que si la parte demandante no acredita estos elementos
respecto de la persona que alegó el daño (agente directo), no es posible siquiera
perseguir la responsabilidad indirecta que pretende respecto de quien alega sería
su empleador.
3) Que el dependiente y agente directo ha obrado en el ámbito de la relación o
vínculo que lo alega al empresario.
4) A mayor abundamiento, y aún en el caso hipotético de que el demandante
acreditara todos y cada uno de los requisitos previamente mencionados, es
menester que para que concurra una eventual responsabilidad respecto del
empleador, no exista prueba liberatoria, por no haber podido el empresario
impedir el hecho.

En cuanto al elemento de la culpa, nuestra jurisprudencia ha sostenido que:

“La culpa es la actividad o manifestación de voluntad positiva de un individuo


encaminada a producir menoscabo, o bien, la omisión consistente en no precaver
aquello que ha debido preverse o evitarse, es decir, una negligencia, desidia,
imprudencia que produce menoscabo sin intención de provocarlo.”9

Asimismo, ha señalado que:

“La responsabilidad extracontractual surge toda vez que se cumplen una serie de
requisitos, uno de ellos es que el demandado haya incurrido, en una omisión
culposa, que es la negligencia por no hacerse lo que se debe o por
realizarse menos de lo que se debe” 10

Insistimos que los hechos materia de este juicio no son atribuibles a mi representada
SOTRASER S.A., toda vez que ni siquiera existe una relación de subordinación o
dependencia con quien se ha establecido como el agente directo causante del eventual
daño en autos. A mayor abundamiento, y si bien no fue la hipótesis alegada por la parte
demandante, es evidente que tampoco puede existir responsabilidad por un hecho propio
de mi representada.

9 Corte de Apelaciones de Iquique, 10.03.2008, Rol Ingreso N°165-2007.


10 Corte de Apelaciones de Santiago, 29.01.2010, Rol Ingreso N° 5243-2007

15
A mayor abundamiento, hacemos presente lo poco específica o precisa que ha sido la
demandante en cuanto a explicar, a lo menos, por qué mi representada sería
responsable por el hecho ajeno (artículo 2320 del Código Civil), en este caso del Sr.
Canario, y por qué aún bajo su hipótesis de subordinación o dependencia, sería su
empleador responsable de los hechos alegados en autos.

En este sentido, nuestra jurisprudencia exige a quien pretende una indemnización por
supuestos perjuicios sufridos precisar claramente la conducta culposa del responsable
del daño, en este caso, tanto del agente directo como del empresario (ver sentencia
Corte de Apelaciones de Concepción, cita legal publishing online CL/JUR/1421/2013).

Conclusión de lo anterior, es que a mi representada no le es atribuible ninguna


acción u omisión culposa o dolosa de la cual se pueda derivar algún tipo de
responsabilidad, ya sea por un hecho ajeno o bien por un hecho propio, aun
cuando la parte demandante no ha alegado siquiera esta última hipótesis.

2. EL NEXO CAUSAL:

No cabe duda que la relación de causalidad es uno de los elementos esenciales a la hora
de configurar la responsabilidad extracontractual. Es evidente que un sujeto soportará
la consecuencia jurídica de esta última, sólo en cuanto sea posible imputar el resultado
lesivo o dañoso precisamente al hecho por el cual responde.

Es por este motivo, que “la causalidad es un requisito de la responsabilidad por culpa y
de la responsabilidad estricta: ambas sólo tienen lugar si existe una relación causal, en
el sentido que ésta es entendida por el derecho, entre el hecho del demandado y el daño
sufrido por la víctima”.11 Consecuentemente, la causalidad resultaría ser el
fundamento y límite de la responsabilidad, desprendiéndose así de los artículos,
2314, 1437, 2329 y 1558 del Código Civil.

En primer lugar, y como ya adelantábamos, la parte demandante ni siquiera especifica


cuál sería la conducta que pretende atribuir a mi representada, sino que sólo se limita a
mencionar que el agente directo del daño reclamado sería “dependiente” de mi
representada. En otras palabras, la contraria ni siquiera efectúa un desarrollo de por qué
mi representada tendría que responder efectivamente por la conducta desplegada por
un tercero, en este caso, del conductor Sr. Canario, lo que a todas luces resultaba
esencial.

Pues bien, sin perjuicio de lo anterior, y considerando que en estos autos sólo se ha
atribuido a mi representada una responsabilidad por el hecho ajeno, resulta que la parte
demandante no sólo deberá acreditar indispensablemente la efectividad de existir una
relación de dependencia o subordinación con mi representada, sino que también deberá

11
BARROS, Enrique. Ídem. p.373.

16
acreditar que el agente directo, en este caso el conductor don Carlos Ítalo Canario
Riquelme, ha causado un daño a la víctima por culpa y dolo, en el ámbito que lo vincula
a su empleador.

Ahora bien, y sin perjuicio que esta parte niega absolutamente haber sido el empleador
del agente directo (Sr. Canario), es indudable que el demandante, al reclamar la
responsabilidad por el hecho ajeno, debe acreditar también que el empleador
efectivamente pudo impedir el hecho, ya que, de lo contrario, el empleador se encuentra
libre de toda responsabilidad.

Bajo el nexo causal, el daño requiere ser consecuencia de la acción u omisión negligente.
La doctrina ha señalado que la causalidad importa, que debe detectarse un vínculo entre
la actuación (u omisión) del agente supuestamente responsable y el hecho dañoso en sí
mismo, y así se desprende del artículo 2314 en relación con el artículo 1437, ambos del
Código Civil.12 ALESSANDRI ya señalaba que “Es menester que entre el dolo y la culpa, por
una parte, y el daño, por la otra, haya una relación de causalidad, es decir, que este sea
consecuencia o efecto de ese dolo o culpa”.13

En relación a este mismo tema, si bien la jurisprudencia ha reconocido que la


determinación de la causa y el nexo causal es difícil de establecer y que ha sido ella
misma la que ha creado conceptos y exigencias para la verificación de ambos, se sostiene
en sentencia la Corte de Apelaciones de Temuco, de manera determinante:

“c) El supuesto demandado o el supuesto responsable, lo será cuando esté


acreditado de manera aceptable o en una alta proporción que existe luego de
establecer la causa, un claro nexo causal entre el hecho acaecido y su conducta
(diligencia, cuidado). d) Finalmente, no se puede condenar a ningún sujeto de
derecho si en el proceso no hay claridad sobre la causa ni menos sobre el nexo
causal”.14

Por último, hay que considerar que la causalidad reviste de dos aspectos: a) uno
naturalístico o como “cuestión de hecho” en donde la causalidad es una cuestión
estrictamente de hecho y b) uno normativo, que engloba elementos de derecho o una
cuestión jurídica.

Así, y en el aspecto naturalístico, la parte demandante deberá acreditar que ha sido la


conducta desplegada por el conductor Sr. Canario, la que ha causado los perjuicios
alegados como cuestión fáctica.

12
BARAONA, Jorge (2008): “La relación de causalidad” en Cuadernos de Extensión Jurídica Nº 15,
p. 66.
13ALESSANDRI, Arturo (2005): De la Responsabilidad Extracontractual en el Derecho Civil Chileno,

Editorial Jurídica de Chile, p. 174.


14 Corte de Apelaciones de Temuco, 10.11.2010, causa Rol N° 1182-2010, considerando quinto

sentencia de reemplazo, N° Legal Publishing: 46541.

17
En seguida, es esencial que no sólo se configure la causalidad como cuestión de hecho,
sino que sea necesario que tal situación fáctica “se encuadre, subsuma o tipifique
en normas jurídicas”, no siendo posible quedarnos en una mera cuestión física.15

Para describir esta ambigüedad, autores como BARAONA, sostienen que “Si en la
cuestión de causalidad nos quedamos en una pura o mera cuestión física, puede ser
razonable no admitir la casación, pues sería una cuestión de hecho. Pero ya se dijo
que la indagación causal no se agota allí, pues se debe esclarecer el grado de
participación de la persona demandada en el hecho, y por lo mismo, por su
capacidad de reconocer los acontecimientos, de prever su curso futuro, y ciertamente
de estimar su potencialidad dañosa. Toda esta actuación aparece como una valoración
de circunstancias, que es una apreciación normativa, es decir, de calificación
jurídica”.16
Por lo tanto, habiéndose determinado la causalidad fáctica, que a fin de cuentas es una
“descripción de lo sucedido”, corresponde hacer el ejercicio normativo para “imputar
un determinado hecho o un resultado a un sujeto”.

Así, podría afirmarse que este ejercicio normativo no sólo deberá efectuarse respecto
de la conducta que se atribuye al conductor del camión Sr. Canario como agente directo
del daño alegado, sino que también respecto de mi representada SOTRASER S.A.,
respecto de la cual no existe relación de subordinación o dependencia alguna con el Sr.
Canario.

En todo caso, y a pesar de que el empleador del Sr. Canario ni siquiera ha sido
demandado en autos, cabe señalar que si se pretendiere imputar el hecho alegado en
autos a quien fuere su empleador, también debiese efectuarse este ejercicio de
causalidad normativa respecto de este último. En otras palabras, se debería determinar
por qué, en el contexto de autos, se imputa al empresario un determinado hecho
provocado por un sujeto diverso a su persona.

En consecuencia, deberá demostrar la demandante de autos la relación de causalidad


entre la conducta u omisión culpable del agente directo y el supuesto daño que habría
sufrido, así como también acreditar por qué mi representada debiese responder por los
supuestos daños causados por un tercero ajeno a su persona, con la cual no existe
vínculo de subordinación o dependencia alguna.

15
BARAONA, Jorge (2003), “La causa del Daño en la Jurisprudencia Reciente”, Revista Chilena de Derecho, Vol.
30 Nº2, pp. 345-379. p. 355.
16
Ibídem.

18
2.1. Hecho exclusiva de un tercero en los supuestos hechos alegados
por el demandante.

Para el hipotético caso que S.S. estimara que existen alguna relación de causalidad entre
alguna supuesta acción u omisión atribuible a mi representada y los perjuicios alegados
por el demandante, debemos alegar que dicho vínculo causal ha sido interrumpido
debido al hecho exclusivo de un tercero.

Nuestra doctrina reconoce como causas que eximen de responsabilidad, “el caso fortuito
o fuerza mayor, orden de ley, orden de autoridad legítima, violencia física o moral,
legítima defensa, estado de necesidad, hecho de un tercero y culpa exclusiva de la
víctima“ (ALESSANDRI (2005): De la Responsabilidad Extracontractual en el Derecho Civil
Chileno, pp. 433 y ss).

Pues bien, como ya se ha adelantado, no existe en autos relación de causalidad


entre el supuesto daño causado y la conducta atribuible a mi representada, toda
vez que los perjuicios que dice haber sufrido la parte demandante, las cuales
expresamente controvertimos, en caso de existir no tuvieron como causa alguna acción
u omisión culpable imputable a nuestra representada, sino que ellas se han debido a
la culpa exclusiva de un tercero, configurándose en autos un evidente eximente de
responsabilidad para Sotraser S.A.

En relación a este punto, cabe reiterar que respecto del chofer del camión que
supuestamente habría ocasionado los perjuicios a la parte demandante, jamás fue
empleado de SOTRASER S.A., jamás tuvo una relación de subordinación o
dependencia con mi representada, y asimismo, controvertimos en términos
absolutos cualquier alegación efectuada por la contraria en estos términos.

3. EL DAÑO.

En cuanto a los supuestos daños sufridos por la demandante, es fundamental tener en


cuenta que, de conformidad a los actuales principios de reparación, el daño es el
elemento principal, el objeto del juicio, la cosa pedida. Éste debe reunir una serie de
características para que proceda su indemnización. A su vez, nuestra jurisprudencia ha
sido clara en señalar, para que un hecho culposo cause responsabilidad civil es
indispensable que cause daño y se pruebe su monto. 17

A este respecto nuestra jurisprudencia ha dicho:

“Para que el daño sea indemnizable se requiere que sea cierto,


esto es real y no hipotético, y de acuerdo a nuestro ordenamiento
jurídico debe demostrarse por los medios de prueba aceptados

17 Corte de Apelaciones de Santiago, 5.06. 1997, RDJ, t XCIV, sec. 2º, p. 67

19
por la ley. Es la prueba la que garantiza que el juzgador se ha
convencido acerca de la verdad de las proposiciones de las partes
de un proceso.

Los daños deben ser probados por quien los alega conforme con
el artículo 1698 del Código Civil, en este caso, es de cargo de la
actora el peso de la prueba. De acuerdo a lo expuesto, es
menester determinar si se han probados los perjuicios invocados

El daño moral debe ser probado, como lo ha venido sosteniendo


la Excma. Corte Suprema en jurisprudencia reiterada. En primer
lugar, porque de acuerdo a la normativa que reglamenta la
responsabilidad civil, el daño constituye un presupuesto para que
ella se genere, de manera que si este falta no hay
responsabilidad. Por otro lado, la carga de que los demandantes
prueben la efectividad de sus proposiciones fácticas, se apoya en
la regla del onus probandi, la que el legislador ha previsto en el
artículo 1698 antes citado, cuyo alcance es extensivo a la materia
que se trata.

Por las razones expuestas se concluye que la parte demandante


no rindió pruebas conducentes a acreditar la existencia del
perjuicio efectivo invocado y en consecuencia no es posible
acceder a su pretensión indemnizatoria por no haberse
comprobado la concurrencia de uno de los requisitos de la
responsabilidad extracontractual, esto es, el daño” 18.

En efecto, no todo daño es indemnizable, debe reunir determinados requisitos, a saber:


(i) Debe ser cierto; (ii) Debe ser personal; (iii) Debe ser directo; (iv) Causados
por un tercero distinto a la víctima; y (v) No debe estar reparado 19. En cuanto a
la certidumbre del daño, la doctrina exige que el daño reparable sea cierto. El requisito
de la certidumbre hace referencia a la materialidad del daño, a su realidad. La
certidumbre del daño solo puede resultar de su prueba 20. A su turno, CORRAL,
sostiene que el daño resarcible debe ser cierto, real y efectivo. No se indemniza aquel
que tiene caracteres de incierto, hipotético o eventual21.

Finalmente y en cuanto al daño, RODRÍGUEZ incluye el requisito de no haber sido


reparado; ello parece lógico, sin embargo hay que cuidar que ello sea efectivo, ya que
si la victima haciendo uso de algún seguro o sistemas de seguridad social reparó

18
Corte de Apelaciones de Concepción, 06.01.2011, causa Rol N° 1277-2010.
19 Así lo señalan BARROS, CORRAL y RODRÍGUEZ.
20 BARROS, Enrique (2006): Tratado de Responsabilidad Civil Extracontractual, Editorial Jurídica de

Chile, p. 236.
21 CORRAL, Hernán (2003): Lecciones de Responsabilidad Civil Extracontractual, Editorial Jurídica

de Chile, p. 142.

20
parcialmente el daño, el detrimento o daño será menor; lo contrario importaría un
enriquecimiento sin causa.

En razón de lo anterior es que los demandantes deberán probar cada uno de los
presupuestos de la responsabilidad que se le imputa a mi representado, los cuales para
estos efectos no reconocemos ninguno de ellos.

V. INEXISTENCIA DE LOS PERJUICIOS QUE SE RECLAMAN, NATURALEZA Y


MONTOS.

Controvertimos totalmente el hecho que la demandante haya sufrido algún


daño o perjuicio, más aún, de haber sufrido alguno, controvertimos el que estos sean
imputables a alguna conducta desplegada por mi representada, o algún incumplimiento
obligacional o legal, ya que no existe relación causal entre aquellos y alguna
conducta de SOTRASER, sumado al hecho de que la parte demandante ha alegado
únicamente la responsabilidad de mi representada por el hecho ajeno de quien
precisamente jamás fue su dependiente y/o subordinado.

No obstante lo anterior, cabe analizar a la luz de la doctrina y la jurisprudencia su


procedencia, conforme a los actuales principios de reparación.

Es claro que el concepto de daño moral ha evolucionado; tanto la doctrina nacional como
extranjera sostienen que se ha superado el restringido concepto de pretium doloris, a
diversas categorías de daño extrapatrimonial. Unida a la evolución conceptual, la
doctrina ha manifestado claramente la necesidad de probar el daño moral cuya
indemnización se pretende. CORRAL señala que, como todo daño, el de carácter moral
debe probarse.

Proceden para ello todos los medios de prueba admisibles legalmente. El daño moral

como requisito de la acción de responsabilidad debe ser acreditado legalmente. La sola

transgresión de un derecho patrimonial o no patrimonial no es bastante para sostener

la reparación, es necesario que se acredite que la violación ha causado un daño; una

pérdida efectiva, un menoscabo de las condiciones materiales o inmateriales de la

persona afectada22.

DIEZ sostiene que no existen daño morales evidentes, ni aún respecto de las víctimas

directas, por cuanto todo daño es excepcional y de aplicación restrictiva, no escapando

a estas características el de índole moral. BARROS señala que en principio, como todo

22CORRAL, Hernán (2003): Lecciones de Responsabilidad Civil Extracontractual, Editorial Jurídica


de Chile. p. 164-166.

21
supuesto de hecho de la responsabilidad civil, el daño moral debe ser probado por quien

lo alega23.

La jurisprudencia sostiene al respecto lo siguiente:

“Que, además, cabe recordar que la indemnización del daño –incluso el

moral– requiere que sea cierto, esto es, que sea real y no hipotético, no

existiendo método en nuestro ordenamiento jurídico para satisfacer este

requisito, que no sea el de su demostración por los medios de prueba

aceptados por la ley, desde que, mediante la prueba, se garantiza que el

juzgador se encuentra convencido acerca de la verdad de las proposiciones

de las partes de un proceso;”

“El particular carácter del daño moral, requiere que su prueba exceda la

demostración de las lesiones físicas producidas por el hecho que se pretende

que origine responsabilidad civil (extracontractual en este caso), por tanto el

sólo hecho que estas hayan sido debidamente acreditadas no hace proceder

la indemnización pretendida, debiendo ser rechazada la demanda”24

Consecuencia de lo anterior es que el daño que se reclama por este concepto deberá

probarse en toda su extensión, no solamente incumbe probar la relación causal, sino

que además el daño propiamente tal, no basta para reclamar este daño.

En el caso de autos, la actora sólo ha alegado sufrimientos por daños supuestos como

víctima indirecta o por repercusión o rebote, pero nada ha acreditado.Como hemos

anticipado, no es efectivo que por el sólo hecho de alegar tener un vínculo de parentesco

con las víctimas, inclusive existiendo éste, se derive daño moral.

En este caso, y para los efectos que siguen de este juicio y la pretensión indemnizatoria

que se efectúa, sostenemos que no basta con que se pruebe en su aspecto formal la

filiación o el parentesco con la víctima directa, sino que además redunde en un vínculo

efectivo y real.

Con lo anterior, sostenemos que resulta indispensable que la parte demandante pruebe

primero el nexo con la persona fallecida, y luego con precisión y exactitud cuál es la

23 BARROS, Enrique (2006): Tratado de Responsabilidad Extracontractual, Editorial Jurídica de Chile,


p. 332.
24 Causa Rol N° 2327–2004 del 2° Juzgado de Letras de Talcahuano de fecha 26 de Noviembre de

2009.

22
calidad del vínculo que dice haber tenido con la fallecida, vale decir, la cercanía, la

frecuencia y la naturaleza de aquel. De otro modo no es posible plantear una pretensión

indemnizatoria.

Por las razones anteriores, controvertimos expresamente que exista el daño moral

reclamado en estos autos, reiterando desde ya que es carga probatoria suya acreditar

el perjuicio que se reclama, naturaleza, monto y origen.

VI. ALEGACIONES SUBSIDIARIAS

1. En cuanto a la solidaridad invocada por la parte demandante

Como hemos sostenido latamente en esta defensa, SOTRASER S.A. no ha tenido

responsabilidad alguna en estos autos.

Ahora bien, en el caso eventual y poco probable de que S.S. estime que sí existe una

responsabilidad por parte de mi representada, esta parte controvierte en términos

absolutos la existencia de una solidaridad entre SOTRASER S.A. y la codemandada

EMPRESA RUTA DEL BOSQUE SOCIEDAD CONCESIONARIA S.A.

A mayor abundamiento, resulta que esta alegación ni siquiera ha sido debidamente

fundada por la parte demandante. Al contrario, se ha limitado a solicitar a S.S. una

condena solidaria respecto de los codemandados, sin mayor argumento.

Pues bien, resulta que la solidaridad es excepcional, y como tal, debe tener su fuente ya

sea en la ley, convención o testamento, así lo dispone el artículo 1511 inciso segundo

del Código Civil. Sin embargo, ninguna de estas hipótesis se ha verificado en estos

autos. La contraria ni siquiera ha expresado cuál sería la fuente de la solidaridad que

alega.

De todas maneras, demás está decir que en estos autos ni siquiera se ha alegado una

misma obligación respecto de cada una de las codemandadas. Así, y como ya hemos

expresado en reiteradas ocasiones, la demandante busca atribuir a mi representada una

responsabilidad por el hecho ajeno, en este caso, de quien erróneamente ha entendido

como su dependiente, mientras que a la codemandada Ruta del Bosque Sociedad

Concesionaria le atribuye una responsabilidad por el hecho propio, alegando el

incumplimiento de su obligación de seguridad, de hacer.

23
Así las cosas, y del mismo planteamiento efectuado por el demandante, resulta evidente

que no es posible alegar una solidaridad respecto de las codemandadas, toda vez que no

existe fuente alguna que justifique su aplicación en el contexto de autos, y cuando

además se está en presencia de supuestas obligaciones evidentemente diversas. Por lo

tanto, y en la hipótesis improbable de que S.S. establezca alguna responsabilidad

respecto de mi representada, ello sólo podrá ser de forma simplemente conjunta o

mancomunada respecto de la codemandada Ruta el Bosque Sociedad Concesionaria.

2. Reajustes e intereses.

En cuanto a los reajustes sobre la suma indemnizatoria, éstos deben de considerarse

únicamente desde la fecha en que estos se declaren, ergo desde la sentencia firme y

ejecutoriada.

Acorde con el criterio anterior, BARROS sostiene, al citar una sentencia de alzada de la

Corte de Apelaciones de Concepción que “la jurisprudencia acierta en otorgar reajuste

para la indemnización por daño moral desde la fecha de la sentencia en que éste es

avaluado y, para el daño patrimonial, desde la fecha que se adopte como referencia para

avaluar los perjuicios y, en subsidio, desde la fecha de la sentencia definitiva de primera

o de segunda instancia, […]”25.

Ya respecto de los intereses estos se deben considerar únicamente desde la fecha en

que la hipotética sentencia condenatoria se encuentre en situación de cumplirse, no

antes, y calculados de manera lineal, esto es, no se capitalizan los intereses del periodo

anterior para los efectos de calcular el subsiguiente.

3. Respecto de las costas.

Esta parte no puede ser condenada en costas, toda vez que esta defensa ha tenido

motivo plausible para litigar y difícilmente tendrá la calidad de totalmente vencida. Así

y conforme a lo expuesto en el artículo 144 del Código de Procedimiento Civil mi

representada debe ser eximida del pago de las costas del juicio.

25BARROS, Enrique (2006): Tratado de Responsabilidad Extracontractual, Editorial Jurídica de Chile,


p. 888.

24
POR TANTO, en razón de lo expuesto, de las normas legales citadas, la jurisprudencia

comentada y la doctrina que se cita y demás aplicables en la especie,

PIDO A S.S.

1. Tener por interpuesta excepción perentoria de prescripción de la acción.

2. Tener por interpuesta excepción perentoria de falta de legitimación pasiva de

esta parte, en razón de las alegaciones formuladas;

3. Tener por contestada la demanda de indemnización de perjuicios;

4. Rechazar, en razón de lo expuesto, la demanda de autos en todas sus partes.

5. Condenar en costas a la demandante.

25

También podría gustarte