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CENTRO EDUCATIVO SAGRADA FAMILIA DE NAZARET

Con base en la lectura, complete el organizador, escribiendo en el círculo


“Educamos la Mente y el Corazón de las Nuevas Generaciones” correspondiente: las virtudes de la Sagrada familia, las de mi familia (colocar una foto
FICHA DE TRABAJO EN CASA o dibujar mi familia) y en la intersección, las virtudes que tenemos en común con la
Sagrada familia
La Sagrada familia es el modelo de virtudes de todas las familias
En el libro del Eclesiástico encontramos la siguiente cita: 3,3:"El que honra a su padre
repara sus pecados. El que respeta a su madre acumula tesoros". Buena lección para
la sociedad nuestra. "No abochornes a tu padre mientras vivas, aunque su mente
flaquee, escúchalos, obedécelos". Hijos, decía San Pablo, escuchen y obedezcan a
sus padres, que eso le gusta al Señor. Padres, escuchen a sus hijos, no sean
posesivos, para que no se desanimen". Tampoco los sobreprotejan en exceso, porque
se quedarán enanos, no crecerán y estarán necesitando a todas horas y en todos los
problemas, el paraguas de papá, la sombrilla de mamá. La primera escuela es la
familia, y nadie la puede sustituir. El niño, en familia, aprende a escuchar y respetar a
todos. La Sagrada Familia también, como la familia de hoy, tuvo que afrontar y convivir
con grandes problemas; con una dramática situación en cada uno de sus miembros:
un padre que biológicamente no lo era y que por no comunicar sus dudas estuvo a
punto de dejar a sus esposa; una madre que no era esposa plena por seguir el mandato
Divino; y un hijo que rebasaba la dependencia natural. A ella, a la sagrada Familia,
deben acudir las familias de hoy para aprender a vivir el amor, la escucha y el sacrificio,
conscientes de que la gracia del sacramento del matrimonio fortalece a los esposos
para sacrificarse el uno por el otro, y ambos por los hijos.

La Sabiduría y la sensatez de la Sagrada Familia de Nazaret deberían traducirse en


un nuevo modelo de familia y de relaciones humanas. Aunque sabemos muy poco de
su convivencia y estilo de vida; tenemos un dato seguro: la pobreza. Pobreza de los
padres: José, era un hombre justo, carpintero o albañil de profesión, que sirve para
todas las ocupaciones necesarias, presto a escuchar las necesidades de María y
Jesús. María, una joven madre dedicada a las tareas del hogar, al cuidado y escucha
de su hijo. Era quien escuchaba sus necesidades hasta el inicio de la vida pública de
Jesús. Y un hijo: Jesús, aprendiz de carpintero y de servicio del hogar con su madre,
obediente y dedicado a escuchar los mandatos de sus padres. Allí, en aquel ambiente
sobrio y humilde, se educó Jesús. Cuando lo presentaron sus padres en el templo no
pudieron ofrecer a Dios ni siquiera un cordero, como los ricos, sino dos pichones o
tórtolas, como los pobres.

Podemos considerar a la Sagrada Familia en la crianza y educación del Niño Jesús,


con la monotonía del trabajo diario, duro y constante. Son pobres y si no trabajan no
pueden comer. Con la tarea diaria: María lleva la casa: lavar, hacer la comida, asear
el hogar, moler el grano, hacer la compra, amasar el pan y cocerlo, visitar a algún
enfermo. San José, en su carpintería, y en las casas que le reclaman: arados, mesas,
construir ventanas, hacer de albañil y de herrero y también cultivar su pequeño huerto
de verduras. Jesús, aprendiendo, escuchando y ayudando a su padre y madre. Y el
misterio de la vida oculta de Nazaret, donde José y María ven crecer al Niño en edad,
en sabiduría y en gracia. El misterio del cuidado de Jesús, criarle, alimentarle, trabajar
para él, vestirle y educarle. Y viendo cómo ese niño, que es su hijo, que es su Dios,
les obedece y se les confía, y oran juntos, y juntos pasean y se distraen y juntos
trabajan. Y juntos aman, y juntos se escuchan y juntos redimen al mundo. ¡Qué
maravilla y cuánto amor! Modelo y estampa para reproducir en todos los hogares y en
cualquier lugar donde los hombres trabajan.

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