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Contenido Capitulo 1 Capitulo 2 Capitulo 3 Capitulo 4 Capitulo 5 Capitulo 6 Capitulo 7 Capitulo 8 Capitulo 9 Capitulo 10 La teoria del consumidor, Capitulo 2 en Microeeonomia, 3/e de Hugh Gravelle y Ray Rees La teoria del consumidor: dualidad, Capitulo 3 en Microeconomia, 5/¢ de Hugh Gravelle y Ray Rees ‘Mas modelos de conducta del consumidor, Capitulo 4 en Microeconomia, 3/e de Hugh Gravelle y Ray Rees La produccién, Capitulo 5 en Microeconomia, 3/e de Hugh Gravelle y Ray Rees El coste, Capitulo 6 en Microcconomia, 3/e de Hugh Gravelle y Ray Rees La oferta y los objetivos de la empresa, Capitulo 7 en Micreconomta,5/e de Hugh Gravelly Ray Rees Teoria de los mercados competitivos, Capitulo 8 en Micreconomia,3/e de Hugh Gravelly Ray Rees El monopolio, Capitulo 9 en Microeconomfa,3/e de Hugh Gravelley Ray Rees Oligopolio, Capitulo 16 en Mieroeconomio, 3 de Hugh Gravelly Ray Rees Equilibrio general, Capitulo 12 en Mieroeconomia, 3/e de Hugh Gravel y Ray Rees Apéndices Relerencias bibliograficas y lecturas complementarias [Bibliograia Indice analitico 33 7 o 13 9 201 2B as 307 38 wa ta) La teoria del consumidor La hip6tesis principal en la teorfa del consumidor consiste en suponer que éste se enfrenta a un problema de optimizacién: dado el conjunto de todas las cestas de bienes asequibles, el consu- ‘midor eligiré aquella que més le satisfaga. El objetivo de esta teorfa consiste, en primer lugar, en caracterizar la cesta de bienes elegida y, en segundo lugar, en predecir cémo cambiard la eleccién Gptima en respuesta a los cambios en el conjunto de cestas asequibles. El andlisis de 1a eleccién dptima del consumidor se efectuard en tres fases. Primero, cons- truiremos un modelo de las preferencias del consumidor que nos permita especificar ciertas propiedades de la ordenacién que hace el consumidor de las cestas de bienes de consumo. Después, examinaremos de qué manera los precios de las mereancfas, en conjuneién con la renta del consumidor (0 1a dotacién inicial dé mereancfas en un modelo més general), determi- nan el conjunto asequible de cestas de bienes. Finalmente, aplicando el modelo de la ordena- cin de las preferencias al conjunto asequible del consumidor, podremos determinar las carac- teristicas de Ia eleccién éptima. q A. La ordenaci6n de las preferencias Una cesta de bienes de consumo se representa mediante un vector: EG Xp on Hy) donde x;, i= 1, 2, ... m, es la cantidad del bien i-ésimo en dicha cesta. Se supone que cada x; ‘25 no negativo (el consumidor sélo puede consumir cero o una cantidad positiva de cada bien) y también que es perfectamente divisible: los bienes no se presentan en cantidades discretas. El significado de los términos «preferencia» e «indiferenciay es el habitual en dichos tér- minos, por lo que daremos por supuesto que todo el mundo sabe lo que significan afirmacio- hes como «prefiero esto a aquello» o «me resulta indiferente esto 0 aquello». Suponemos que 12 MICROECONOMIA el consumidor puede realizar afirmaciones como «prefiero la cesta de bienes x’ a la x"» 0 «me resulta indiferente x’ a x». Mas formalmente introducimos el simbolo = que se lee «es prefe- rida 0 indiferente a, 0 «es al menos tan buena como», 0 «no es peor que», de manera que x 2x" significa que el consumidor considera x’ tan buena como x". A este simbolo se le deno- mina relacién de preferencia-indiferencia. El consumidor ordena las cestas de bienes del conjunto asequible en orden de preferencia, y clige la que ocupa el lugar mas alto en dicha ordenacién. Puede considerarse que esta orde~ nacion de preferencias viene generada por la aplicaci6n reiterada de la relacién de preferencia- indiferencia a pares sucesivos de cestas de bienes. Para el propésito de nuestra teorfa quere- mos que la ordenaci6n de preferencias tenga ciertas propiedades que le confieran una estructu- ra precisa y util. Llegaremos a estas propiedades a partir de varias hipétesis, primero acerca de Ja relacién de preferencia-indiferencia en si misma, y después acerca de algunos aspectos de la ordenacién de preferencias a Ia que da lugar. ‘Supongamos, para comenzar, que el consumidor nos dice que: xR" oy VE en palabras, «x’ es preferida o indiferente.ax"», y «x” es preferida o indiferente a x'». Dado que se supone que no esté diciendo algo carente de sentido (violando el significado de la pala- bra «preferido») si nos dijera que 1’ es preferida a x" y que x" es preferida a x’, esto debe significar que x’ es indiferente a x". Denotaremos que «v’ es indiferente a x''» como x’ ~ x" Supongamos, por otro lado, que el consumidor nos dice que: Re ys Sea Esto debe significar que x’ es preferido a x” y se escribe como x’>x". Asf pues, tenemos las siguientes implicaciones del significado de la relacién de preferencia-indiferencia: (@) 2x" yx" Ex implica x ~ x" (by ¥Ex" y no x" 2x’ implica x’ >x' Ahora podemos establecer las hipétesis que proporcionan las propiedades deseadas a la orde- nacién de preferencias del consumidor. Hipétesis 1. Completitud, Para cualquier par de cestas de bienes x’ y x", bien x 2x" 0 x" Ex! (0 ambas cosas). Esta hipétesis afirma que el consumidor puede, efectivamente, expresar una preferencia o indi- ferencia entre cualquier par de cestas de bienes por muy semejantes o diferentes que puedan ser, lo cual nos asegura que no van a existit «agujeros» en la ordenacién de preferencias. Tam- bién implica que, dada una cesta de bienes x’, cada una de las otras cestas de bienes va a poder ubicarse en uno de estos conjuntos: 1. el conjunto de cestas de bienes preferidas o indiferentes a x’: que llamaremos «conjun- to mejor» de x’; 2. el conjunto de cestas de bienes indiferentes a x’: «conjunto indiferente» a x’; 3. el conjunto de cestas de bienes para los cuales x’ es preferido o indiferente: «conjunto peor» de x. Estos conjuntos, y muy especialmente el conjunto 2, desempefian un papel importante en lo que sigue. Microsconomia avanzada 2 LA TEORIA DEL CONSUMIDOR © 13, Hipétesis 2. Transitividad. Para cualesquiera tres cestas de bienes x’, x”, x"”, six’ =x" y x Z x" entonces x Z x”. Este es un requisito de coherencia de! consumidor. Dadas las dos primeras afirmaciones, si la tercera no se cumple, de manera que x”” =.x,, podrfamos pensar que existe una incoherencia en las preferencias. La hipétesis tiene una implicacién importante para los «conjuntos de indife- rencia» que acabamos de definir, en el sentido de que implica que ninguna cesta de bienes podria pertenecer a més de uno de dichos conjuntos a la vez. Supongamos que x” ~ x”, de ma- era que x” pertenece al conjunto de indiferencia de x’; y también que x” ~ x”, con lo que x” pertenece al conjunto de indiferencia de x”. Si x’ ~ x", entonces no hay problema, ya que todas las cestas de bienes estén en el mismo conjunto de indiferencia. Pero supongamos que om, debe estar en dos conjuntos de indiferencia, el de x’ y el de x”. Pero x”"> x’, Entonces entonces tenemos: Bra ie ature per. asx! lo que viola la hipétesis de transitividad. Asf que, dada esta hipétesis, ninguna cesta de bienes podré pertenecer a més de un conjunto de indiferencia: la hipdtesis de transitividad implica que los conjuntos de indiferencia no tienen intersecciOn. Hipétesis 3. Reflexividad. x =v. En palabras, cualquier cesta de bienes es preferida o indiferente a sf misma, Como podemos imtercambiar los dos miembros de Ja relacién, la hipétesis implica que una cesta de bienes es indiferente a sf misma, lo que parece cierto de una manera trivial. Sin embargo, su implicacion ‘es menos trivial ya que asegura que cada cesta de bienes pertenece al conjunto de indiferencia formado por, al menos, ella misma. Estas tres propiedades de la relacién de preferencis-indiferencia implican que cada cesta de bienes (completitud) puede colocarse en un conjunto de indiferencia (reflexividad) y nada més que en un conjunto de indiferencia (transitividad). De este modo, utilizando esta relacién vamos a poder particionar cualquier conjunto dado de cestas de bienes en conjuntos de indife- rencia que no se intersectan, lo que nos va a proporcionar una herramieta itil para representar una ordenacién de preferencias particular. Los conjuntos de indiferencia pueden clasificarse en orden de preferencia sobre la base de la ordenacién de las cestas de bienes que contienen. Las siguientes hipétesis que hacemos sobre las preferencias del consumidor se formulan, principal- ‘mente, para dar a estos conjuntos una estructura particular. Hipétesis 4. No-saturacién, Una cesta de bienes .«’ sera preferida a x" six’ contiene mas de al menos un bien y no menos de cualquier otro, es decir, si x’ > x" Esta hip6tesis establece una relaci6n entre las cantidades de bienes que contiene una cesta y su lugar en la ordenacién de preferencias: cuanto mas contenga de cada bien, mejor. Ms atin, lo anterior serd cierto independientemente de la cantidad de bienes que contenga la cesta (de aq el término «no saturaci6n>), se supone que el consumidor nunca se sacia del consumo de bi nes. Esta hipétesis es mas fuerte de lo que necesitamos en dos aspectos. Primero, implica que ninguno de los bienes es un «malo», como podria ser la basura 0 el ruido de los aviones, de Ios cuales uno desearia tener menos. Segundo, se supone que el consumidor nunca esté saturado de ningtin bien. Podriamos generalizar el supuesto permitiendo que algunos bienes pudieran ser malos y asumiendo no saciedad en, al menos, un solo bien sin que se alteren significativa- mente los resultados de la teorfa. Sin embargo, para simplificar, adoptaremos la hipétesis mas fuerte. Microeconomia avanzada 3 “4 MICROECONOMIA La hipétesis de no saturacién tiene dos implicaciones importantes sobre la naturaleza de Jos conjuntos de indiferencia que se pueden expresar mejor de una manera geométrica. En el Gréfico 2.1, x, y x2 son bienes y x’ = (x{, x4) es una cesta de bienes. A consecuencia de la hipotesis 4 todas las cestas de bienes del rea B (incluyendo las fronteras y exceptuando a la propia x’) deben ser preferidas a x", y todos los puntos en el drea W (de nuevo incluyendo las fronteras y exceptuando x’) deben ser peores que x’. La primera consecuencia de la hipétesis es que los puntos del conjunto de indiferencia de «’ (si es que existe algun otro ademds de x) tienen que estar en las dreas Ay C. En otras palabras, si quisiéramos movernos entre cestas del conjunto de indiferencia, s6lo podrfamos hacerlo sustituyendo 0 intercambiando los bienes (dado que disponer de més cantidad de un bien exigiré renunciar a algo del otto, con el fin de Permanecer dentro del conjunto de indiferencia. La segunda consecuencia es que un conjunto de indiferencia nunca puede ser «més ancho» que un punto conereto: su representacién geo- métrica nunca puede ser un érea 0 una banda, aunque puede ser un punto individual, o un conjunto inconexo de puntos de una curva. Supongamos que x estuviera contenido en un con- junto de indiferencia que fuera una banda, entonces algunas cestas de bienes indiferentes a ella deberian estar en las areas B y W, lo cual viola la hipstesis 4. Asf pues, la hipétesis implica que un conjunto de indiferencia no puede ser grueso en el punto x’ 0, generalizando el argu- mento, en cualquier punto del mismo. Sin embargo, ninguna de las hipétesis que hemos planteado hasta ahora nos garantiza que un cierto conjunto de indiferencia deba contener mas de un solo punto o, si existe mas de un unto, que éstos deban formar una recta o una curva continua. Por ejemplo, como se muestra en el Apéndice 1 de este capitulo, el lamado orden lexicogréfico satisface las hipstesis 1 a4 Pero sus conjuntos de indiferencia constan cada uno de un punto, Sabemos que a la hora de resolver problemas de optimizacién la continuidad es una propiedad importante y como, en efec- to, emplearemos conjuntos de indiferencia (0 en el caso de dos bienes su representacién geomé- trica que son las curvas de indiferencia) para modelizar el problema del consumidor, se trata de luna propiedad de la que convendria disponer. Por eso, hacemos la hipétesis de continuidad, Hipétesis 5. Continuidad. La gréfica de un conjunto de indiferencia es una superficie con- tinua. Esto implica que la superficie, o la curva en dos dimensiones, no tiene huecos ni roturas en ningiin punto. En términos de la conducta de eleccién del consumidor y dados dos bienes Grafico 21 Microeconomia avanzada 4 LA TEORIA DEL CONSUMIDOR 15 ‘en su cesta, podremos reducir la cantidad de uno de ellos, y por muy pequefia que esta reduc- cin sea, siempre podremos encontrar un incremento en Ia cantidad del otro bien que le com- pense exactamente, es decir, que le coloque en una cesta de bienes indiferente a la primera. El lector deberia confirmar gréficamente que esto es posible s6lo si la superficie de indiferencia es continua en todos los puntos. (Véase el Apéndice 2 para un tratamiento més formal de esta ipotesis.) Ahora estableceremos algunas restricciones a la forma de las superficies 0 las curvas de indiferencia. Por la hip6tesis 4 ya sabemos que éstas deben tener pendiente negativa, Ahora postularemos algo acerca de su curvatura. Recuérdese la definicién hecha anteriormente del conjunto mejor asociado a un punto x’ como el conjunto de cestas de bienes que son preferidos o indiferentes a x’, De acuerdo con éstos, plantearemos la siguiente hipdtesis: Hipstesis 6. Convexidad estricta, Dado cualquier cesta de bienes x, su conjunto mejor es estrictamente convexo. El Gréfico 2.2 ilustra el caso de dos bienes. El conjunto mejor del punto x’ es el conjunto de puntos que se encuentran tanto sobre la curva de indiferencia J’ como en el érea sombreada y se ha representado como un conjunto estrictamente convexo. Existe una raz6n técnica impor- tante para hacer esta hipstesis: de acuerdo con el Apéndice E, al final del libro, y suponiendo también que el conjunto asequible es convexo, tendremos que la cesta 6ptima del consumidor constituiré un 6ptimo local tnico (y, por tanto, global), lo cual resulta de mucha utilidad cwan- do analicemos las respuestas del consumidor a los cambios en el conjunto asequible. También existe un fundamento para esta hipétesis en términos de conducta econémica. Puede expresarse de dos maneras. Observando el Grifico 2.2 esta claro que si movemos al consumidor a lo largo de la curva de indiferencia hacia la izquierda desde el punto x’ reducien- do la cantidad de .x; en pequefias cantidades iguales, tendremos que compensarle, para mante- nerlo en la curva de indiferencia, con incrementos cada vez mayores de x). En otras palabras, Ja curvatura implica que cuanto menor sea la cantidad de x, y mayor la cantidad de x, que posee el consumidor, més valiosos serén para el consumidor los cambios marginales en x, con relaciGn a los cambios marginales en x. Esta es una caracteristica verosimil sobre las prefe- rencias del consumidor. Grafico 22 Microeconomia avanzada 5 16 MIcROECONoMiA Una segunda manera de racionalizar la curvatura es la siguiente. En el Grafico 2.2, x’ ~ x”, Consideremos la linea recta que une estos dos puntos. Cualquier punto de esta recta, por ejem_ plo %, es una combinacién convexa de x’ y x’ lo que puede expresarse como: ke’ +(1—Bx' 1>k30 (AU es decir, la cesta de bienes ~contiene una cantidad de x, dada por kx + (1 — x y una canti- dad de x2 dada por kx + (1 — kx. Asi, por ejemplo, si k = 4, ¥ queda en el punto medio de la recta y contiene Ia mitad dex més la mitad de xj, y la mitad de x; mas la mitad de xj. Llamamos a dicha combinacién convexa una mezcla de x’ y x’. De la hiptesis de convexidad estricta se desprende que cualquier mezcla a lo largo de la recta serd preferida a x’ y x” (de hecho, ésta es la definicién formal de convexidad estricta del Conjunto mejor —véase el Apéndice B—). Asi, el consumidor siempre preferiré una combina- cin de dos cestas de bienes que sean indiferentes una de la otra a una cualquiera de esas cestas de bienes. De nuevo, se argumenta que esta preferencia por las mezelas constituye un fenémeno frecuentemente observado en la conducta del consumidor. Podemos plantear una hip6tesis de convexidad mas débil que la hipétesis 6: podrfamos su- Poner que el conjunto mejor es convexo pero no estrictamente convexo. Esto significa que aceptamos la posibilidad de segmentos reetos en las curvas de indiferencia, como ilustra.e] Gréfico 2.3. Los conjuntos mejores para los puntos x’, x” y x”, respectivamente, son todos ellos convexos pero ninguno es estrictamente convexo. El que las curvas de indiferencia con. tengan algunos tramos lineales implica que, en dichos tramos, la valoracién que el consumidor hace de las reduceiones marginales en un bien con respecto a los inerementos marginales en el otro permanece constante: idénticas reducciones sucesivas en la cantidad de un bien son com- Pensadas con idénticos incrementos sucesivos en Ia cantidad del otro. Sino, una combinacién de dos cestas de bienes indiferentes, en el sentido que acabamos de definir, serd indiferente a los dos en lugar de ser preferida a ellos. La raz6n para prescindir de dichos tramos lineales mediante la hip6tesis de convexidad estricta es, como veremos, aseguramnos de que la solucién del problema del consumidor es un tinico punto y no un conjunto formado por infinitos puntos Como resultado de estas seis hipétesis podemos representar la ordenacién de preferencias del consumidor mediante un conjunto de curvas o superficies de indiferencia continuas y con- Grifico 23 Microeconomia avanzada 6 (A TEORIA DEL CONSUMIDOR = 17 vvexas respecto del origen, de manera que cada cesta de bienes se sitiia sobre una y s6lo una de ellas. Mis atin, como resultado de la hip6tesis 4, podemos decir que las cestas de bienes situa- das en una superficie de indiferencia mas alta son preferidas a aquéllas situadas en una més baja. Asi pues, la mejor cesta de bienes disponible para un consumidor es la que se sittia en la superficie de indiferencia més alta posible. De esta forma, ya tenemos parte del aparato anali- tico que necesitamos para resolver el problema de la eleccién del consumidor. La funcion de utilidad Hist6ricamente, la palabra «utilidad» se ha empleado en economia para indicar las sensaciones subjetivas (satisfaccién, placer, cumplimiento de deseos, cese de necesidades, ete.) que se deri- van del consumo, de forma que su consecucién constituye el objetivo del consumo. A finales del siglo X1x, los economistas que intentaban elaborar una teoria sobre la eleccién del consu- midor fueron mis lejos en esta definicién y consideraron la utilidad como algo que podrfa me- dirse de la misma manera en que se mide el peso. Crefan que era posible hablar de la cantidad total de utilidad que se deriva del consumo de restar esas cantidades de utilidad unas de otras x de analizar c6mo cambian estas diferencias a medida que varfa el consumo. Asf se desarrollé la «ley de a utilidad marginal decreciente». Sin embargo, incluso entonces, algunos de estos economistas no se sintieron satisfechos con esta hipétesis de mesurabilidad por lo que la mis- ma se vio atacada de manera creciente conforme se desarrollaba la teorfa. En la actualidad, la postura generalmente aceptada es que las sensaciones subjetivas agrupadas bajo el término ««utilidad» no se pueden tratar como cantidades en sentido cardinal, Una raz6n importante para adoptar esta posici6n fue la constatacién de que, para el propésito de construir una teoria de la elecci6n del consumidor, ni la idea de la mensurabilidad de a utilidad, ni el propio concepto en s{ mismo, son necesarios. Como ya hemos visto, podemos basar una teoria de eleccién en los conceptos de preferencia e indiferencia, y no se necesita nada més para dicha teorfa que el conjunto de curvas (0 superficies) de indiferencia con las propiedades que sobre é1 hemos su- puesto. Sin embargo, para algunos métodos de andlisis resulta util tener una funcién que propor- cione una representacién numérica de la ordenacién de preferencias. Es decir, seré til tener una norma que asocie a cada cesta de bienes un niimero real que indique su lugar en Ia ordena- ci6n. La raz6n es que entonces se podra aplicar el método estandar de maximizacién condicio- nada de una funcién para obtener la solucién del problema de eleccién del consumidor, Una norma de asociacién adecuada a este contexto, o funcién, puede definirse de la si- guiente manera. Dados los supuestos planteados acerca de las preferencias del consumidor, po- demos clasificar las cestas de bienes en diferentes conjuntos de indiferencia y proceder a orde- nar dichos conjuntos. Una tegla o funcién u(x) que asigne un ntimero real w a cada cesta de bienes x se dice que representa las preferencias del consumidor si a todas las cestas de bienes situadas en el mismo conjunto de indiferencia les asigna el mismo niimero, y a las cestas de bienes que estan en los conjuntos de indiferencia preferidos les asigna ntimeros mis altos, es decir: (a) uC’) = u(x’) si y s6lo six’ ~ x” (b) ue’) > u(x") si y s6lo six’ > x” ‘Cualquier funcién que satisfaga estos simples requisitos constituye una funcién de utilidad pa- ra el consumidor. Microeconomia avanzada 7 18 icroeconamia Una funcién de utilidad es simplemente una manera de asignar némeros a los conjuntos de indiferencia del consumidor de modo que los nimeros se inerementen a medida que se lea Cen conjuntos més preferidos o més elevados. Refleja tan s6lo el ordenamiento de las cestas de bienes efectuado por el consumidor y por ello es una funcién ordinal. Dado que tan s6lo nos interesa que el consumidor pueda ordenar las cestas de bienes y dado que la funcidn de utili dad no es mas que una representacién numérica de esta ordenacidn, la magnitud de las dife. rencias entre los mimeros asignados a las diferentes cestas de bienes carecerd de significado, Tan s6lo nos interesa el signo de dicha diferencia, es decir, si u(x’) Bu(x") o si a’ es preferide © indiferente a x” o bien x” es preferido a x’. Fxiste un niimero infinito de formas de asignar nimeros a las cestas de bienes congruentes con los requisitos (a) y (b) anteriormente citados por Io que la funcién de utilidad no va ser Ainica, Por ejemplo, dadas cuatro cestas de bienes x, x", x”, x”, cualquiera de las columnas de 'a siguiente tabla es una representacion numérica aceptable de la ordenaci6n de preferencias wd ey", Gx) u(x) wer) an 3 10000 500 wf a 10.000 500 - 2 2 499 a 1 15 1a onde v(x) y w(x) son funciones que cumplen las condiciones (a)-(b) descritas anteriormente, aunque son diferentes que u(x). Para expresar esto de manera més formal podriamos conside. Tar que Ia funcién o(x) se deriva de u(x) mediante la aplicacién, a eada x, de una regla de trapsformaciGn como, por ejemplo, «cuando x= x’ se multiplica u(x’) por 3331 para obtener vy. Es decir, de una manera mis general escribiremos: 2) = Thue] [A] donde TL: representa la tegla de transformacién planteada. La Gnica resticcién que impone- mos 2 esta regia de transformacién es que cuando u se incremente, v debe incrementarse, por- due entonces v representard correctamente la ordenacién de preferencias. Dicha transforma. ign se llama «mon6tona creciente>, porque v siempre debe incrementarse con u. Por eso, decimos que la funcién u(x) es unica hasta una transformacién mondtona creciente, 10 que significa que siempre podremos encontrar otra representacién adecuada del orden de preferen, cias sin més que aplicar una transformacién monétona creciente T a u(x). Ejemplos de dichas transformaciones son: v(z) =e? 10) =3 + 2u(s) [a3] o(8) = 5 + log u(x) donde la transformacién 7 consiste en una funcion simple. Como se muestra en a tabla de mds arriba, no tenemos por qué definir T de una manera tan simple, Hasta el momento hemos dado por supuesto que siempre existe una funci6n u(x) que pro- Porciona una representacién numérica de una ordenacién de preferencias dada. ;Qué tenemos Gue suponer para asegurar que la funcién existe? Consideremos, en primer lugar, las hipétesis 1 43 formuladas anteriormente sobre completitud, transitividad y reflexividad. Recuérdese Microeconomia avanzada 8 LA TEORIA DEL CONSUMIDOR 19 que daban como resultado una familia de conjuntos de indiferencia tal que cada cesta de bie- nes pertenecfa a uno de esos conjuntos y solamente a uno. Podrfamos entonces pensar de for~ ‘ma intuitiva que, dado que la funcién u(x) asigna efectivamente nimeros a conjuntos de indi- ferencia, no tendriamos por qué encontramos con ningtin problema. Sin embargo, estarfamos equivocados. Puede demostrarse que podemos tener una ordenacién de preferencias que satis faga las hipétesis 1 a 3 (y 4), pero para la cual no exista tepresentacién numérica: no podria mos aplicarle la regla para asignar ntimeros a las cestas de productos de consumo que defini- hos anteriormente. Un ordenamiento para el que es cierto lo anterior es el ordenamiento lexicogrfico analizado en el Apéndice 1. La existencia de este ejemplo contradictorio nos di- ce que las hipétesis 1 a 4 no son suficientes para garantizar la existencia de una representacién, numérica de una ordenacién de preferencias. La hipstesis complementaria que resuelve el pro- blema es la de continuidad. Puede demostrarse (véase el Apéndice 2) que si se cumple la hip6 tesis 5, de manera que las superficies de indiferencia sean continuas, siempre puede construir~ se una representacién numérica continua u(x) para la ordenacin de preferencias. Ahora podemos considerar la relacién que existe entre la funci6n u(x) y los conjuntos de indiferencia, que son las expresiones fundamentales de la ordenacién de preferencias del con- sumidor, Consideremos el conjunto de cestas de bienes de consumo que sati Ww [A4] uc) donde uv" es un nimero dado. Dado que estas cestas de bienes tienen asignado un mismo valor de la funcién deben constituir, por definicién, un conjunto de indiferencia, Un conjunto de valores de las variables independientes en una funcién que generan un valor constante de la funcién se dice que define un contorno de esa funcién. Por eso, los conjuntos de indiferencia son contornos de la funcién u(x) y las hip6tesis 4 y 6 que definen la forma de los conjuntos de indiferencia pueden interpretarse de idéntica forma como definidoras de las propiedades de los contornos de w(x). Esto implica que u(x) es lo que Ilamamos en el Apéndice B una funcién estrictamente cuasi-céncava, Ademés, sabemos que una cesta de bienes de consumo que pro- duzea un valor més alto de la funcién que otro seré siempre preferida y asi podemos interpre- tar el deseo de elegir la alternativa preferida en un conjunto dado de alternativas como equiva- lente a maximizar la funcién u(x) en ese conjunto. Asf pues, podemos representar el problema de eleccién del consumidor como un problema de maximizacién condicionada de una funcién estrictamente cuasi-céncava. La formulacién del problema de eleccién del consumidor de esta manera nos resultard til siempre que podamos emplear métodos de diferenciacién para encontrar las soluciones. Las hipstesis hechas hasta el momento no garantizan la diferenciabilidad: por ejemplo, el Gréfi- co 2.4 muestra un contorno que satisface todas las hipétesis pero que no es diferenciable en x’ (la pendiente del contorno no est definida de manera tinica en ese punto que es un punto de esquina). Para excluir dichos casos plantearemos la hipétesis de diferenciabilidad (y, dado que diferenciabilidad implica continuidad, podriamos reemplazar la hipstesis 5 por la 7). Hipstesis 7. Diferenciabi requerido. idad. Las funciones de utilidad son diferenciables hasta el orden Esta hipstesis excluye los casos en los cuales la pendiente de una superficie o curva de indife- rencia da saltos, como en el Grifico 2.4. A continuaci6n analizaremos con mayor profundidad la interpretacién de la pendiente de una curva de indiferencia. Recuérdese que cuando discutimos la hipétesis 6 utilizamos la idea de que pequefias re- ducciones sucesivas en x, podian compensarse con pequefios incrementos en x, de forma que Microeconomia avanzada 9 20° microeconomia Grafica 24 hos mantuviéramos exactamente en la misma curva de indiferencia, Esta idea puede interpre- tarse definiendo una «tasa necesaria de compensacién» cuyo valor (absoluto) se incrementa segdin nos vamos moviendo cuando nos movemos hacia la izquierda a lo largo de la curva de indiferencia. Como siempre ocurre con los cocientes de incrementos finitos existe una ambi- gtiedad debida a la arbitrariedad del tamafio del incremento, por lo que resultaré titi] tomar limites y utilizar la derivada: a ‘A f) fe & iim (2 Income any -0 (AR, donde la notacién en el término de la izquierda recalca la idea de que estamos restringiendo los cambios en x; y x a aquellos que permiten mantener constante el valor de u, En efecto, Podemos considerar que, en una curva de indiferencia, x, es una funcién de x,, funcién que podria denominarse «de indiferencia» o «de contorno». Segin esto, la detivada que hemos de- finido anteriormente no es més que la pendiente de esta funcién en un punto, El Gréfico 2.5 ilustra esto. La pendiente de la linea tangente L a la curva de indiferencia en x’ nos proporcio- na el valor de la mencionada derivada en x’. Cuando consideramos puntos hacia la izquierda a lo largo de la curva de indiferencia el valor absoluto de la derivada se inerementa. El grifico también muestra una secuencia de cambios finitos; los ratios Axy/Ax, nos proporcionan la tasa media de cambio de x, con respecto a.x, a lo largo de un arco de la curva, y su valor depende- rf del tamaiio del cambio Ax, En economfa siempre nos referimos a las derivadas importantes como el marginal de algu- nna cosa sobre otra, y ésta no es una excepcién. La relacién marginal de sustitucién del bien 2 Por el I, que escribiremos como RMS,,, se define com« [A.6] Microeconomia avanzada 10 LA TEORIA DEL CONSUMIDOR 21 Grafica 25 El signo negativo se utiliza porque nos interesa que RMS;, sea positiva. La hipétesis 6 implica que RMS;, varia inversamente con x,. También definimos la relacién marginal de sustitucién del bien 1 por el 2, escrito RMS,,, como: [A7] que hace referencia a la pendiente de una curva de indiferencia relativa al eje de x. Dado que se trata de definiciones reciprocas la una de la otra bastard con considerar una sola de ellas Me normalmente, se utiliza RMS. A lo largo de una superficie de indiferencia tenemos que: u(x) donde 1° es una constante. Definamos 1,1 = 1, 2, .... como la derivada parcial éu/éx; 0 utili- dad marginal del bien i, esto es, la tasa a la que cambia la utilidad cuando el bien i se incre- menta manteniéndose constantes los otros bienes. Siu; # 0 el Teorema de la Funcién Implici- ta garantiza que existiré una funcién $i(-) tal que: = Py os Site Bits oe) [Ag] donde: og! _ ax, Fae [eae apie wt ee Por tanto, la relacién marginal de sustitucién en un punto puede expresarse como el cociente de las utilidades marginales de los bienes en ese punto, Dado que u; y u; son, en general, fun- ciones de los n bienes, lo mismo ocurriré con RMS). ‘Aunque resulta ttil contar con esta relacidn entre las relaciones marginales de sustituci6n y las derivadas parciales de u(a), el primero de estos conceptos es el fundamental. La ordenacién Microeconomia avanzada i 2 microeconomia de preferencias del consumidor tnicamente determina Jos conjuntos de indiferencia y, por tan- to, las relaciones marginales de sustitucién. Las derivadas parciales, sin embargo, dependen de la funcién particular utilizada para representar las preferencias del consumidor o para etiquetar los conjuntos de indiferencia, Propiedades de la utilidad marginal Si x; se incrementa manteniéndose constantes las cantidades de todos los otros bienes, el con- sumidor alcanzaré una cesta de bienes mejor y, por eso, la cifra de utilidad debe incrementar- se, lo que implica que la utilidad marginal del bien isimo seré positiva: w(x) > 0. El signo de la utilidad marginal de un bien es el mismo para todas las representaciones numéricas de las preferencias del consumidor (es decir, para todas las funciones de utilidad) pero la magnitud de la utilidad marginal no lo es. Si ues una funcién de utilidad y v = Tlw(x)] es una transfor- macién de u con la propiedad de que T’ = dT/du > 0 entonces (x) es también una funcién de utilidad. La derivada parcial de v con respecto a x, es: av ou a ip ox, [A.10] Ox Ys por Ia hipétesis de que 7’ > 0,,el signo de v, es el signo de u, pero v, #u, a menos que T=1 La tasa de variaci6n de la utilidad marginal de x; con respecto a s{ misma es Ja segunda derivada parcial de u con respecto a x;: u, = ¢*u/dx?. Ni el signo, ni la magnitud de Ia tasa de variaci6n de 1, son los mismos para todas las representaciones de las preferencias. Por ejem- plo, con la funcién v considerada en el pirrafo anterior: va Bey Tw a Pt + Pa, El signo de v; es el mismo que el signo de 1, tan sélo si T” = d°T/du? = 0, No obstante, la tinica restriccién sobre T es que 7’ > 0. En consecuencia, las argumentaciones sobre la utilidad marginal creciente o decreciente carecen de sentido, dado que siempre podremos encontrar una funcién que represente las preferencias del consumidor y que contradiga dicho argumento. La Ecuacién [A.9] pone de manifiesto un punto importante: los cocientes de las utilidades ales son invariantes a las transformaciones permisibles de la funcién de utilidad, ya que todas deben ser iguales a la relacién marginal de sustituci6n, la cual esté determinada por las preferencias del consumidor. Empleando las funciones de utilidad w y v anteriores y [A.10], comprobamos que: cy rae RMS, == —4 = Tuy Ce Nuestras advertencias acerca de la falta de sentido de las afirmaciones sobre la magnitud de los cambios en la utilidad son vélidos para las preferencias que satisfacen las hipétesis de este capitulo pero, como veremos en el Capitulo 17, si se toman ciertas hipétesis restrictivas adi- cionales sobre las preferencias individuales puede tener sentido hablar de la tasa de variacién de la utilidad marginal. Estas hip6tesis extraordinarias son innecesarias para nuestros propés tos actuales, por Io que no las adoptamos hasta que no sean necesarias cuando estudiemos la toma de decisiones en condiciones de incertidumbre. Microeconomia avanzada 12 LA TEORIA DEL CONSUMIDOR 23 PS) a EET 1. Demuestre que si las curvas de indiferencia se cortan, el consumidor es inconsistent. 2. Construya un conjunto de curvas de indiferencia que satisfagan todas las hipdtesis de esta seccién, excepto que: (@) uno de los «bienes» sea, de hecho, un mal; 0 (b) el consumidor puede aleanzar un punto en el cual esté safurado de un bien pero no del otro; 0 (©) el consumidor puede alcanzar un punto en el cual esté saturado de ambos bienes (un «punto de gloria»); 0 (@) para cada bien existe una cantidad méxima hasta la que sigue siendo un bien y, a partir de abt, se convierte en un mal Proponga ejemplos concretos de bienes que puedan encajar en cada caso, 3. Discuta la relacién que existe entre la hipstesis de no-saturaciGn y Ia idea de escasez que subyace en Ja microeconomia. 4. Dibuje curvas de incliferencia que pongan en relacién: (a) cerillas rojas y azules con propiedades incendiarias idénticas; (b) zapatos derecho e izquierdo de la misma talla, calidad, diseffo, etc.; ¢ indique si la funci6n de utilidad correspondiente es estrictamente cuasi-céncava, Comente Ja mane- raen que la RMS, varia a lo largo de estas curvas de indiferencia. Explique por qué los bienes en el ceaso (a) se llaman «sustitutos perfectos», y los del caso (b) «complementarios perfectos». 5. Las curvas de indiferencia de la sefiora A con respecto del agua y los diamantes satisfacen la hipéte- sis de convexidad estricta, La sefiora A esti dotada con una gran cantidad de agua y muy pocos diamantes. {Cudles de las siguientes afirmaciones se deducirian de lo anterior? (@) Para ella, los diamantes son mis valiosos que el agua. (b) Renunciarfa a gran cantidad de agua para conseguir un diamante més, (©) Estaria dispuesta a cambiar mas agua por un diamante extra, que la eambiarfa en el caso de haber estado en una cesta de bienes indiferente a la primera, pero compuesta por menos agua y mas diamantes @B. El conjunto asequible ‘Vamos a suponer, en principio, que el consumidor tiene una renta monetaria dada M, que se enfrenta a precios constantes para todos los bienes presentes en su funcién de utilidad y que no puede consumir cantidades negativas de ningdn bien. De acuerdo con esto (véase el Apén- dice A) el conjunto asequible del consumidor definido por estas hipétesis seri el conjunto de cestas de bienes que satisfaga: Pidt + Poke + ou + Pad = E pity unidades extra de x3. Por tanto, 1 unidad de x, se intereambia por p,/p) unidades de x3. EI conjunto asequible del consumidor cuenta con varias propiedades relevantes a la hora de afrontar el andlisis de la decisién 6ptima de consumo (véase el Apéndice B). El conjunto asequible es: (@) _acotado, inferiormente, por las restricciones de no negatividad de x; y superiormente por la recta de balance, siempre que M sea finita y ningdin precio sea cero. Si, por ejemplo, p; = 0, entonces la recta de balance serfa una recta paralela al eje x; que pasaria por el punto x} = M/p,, y el conjunto asequible no estaria acotado por la dere- cha; como x, serfa un bien gratuito, el consumidor podria consumir de él tanto como deseara; (b) cerrado, ya que cualquier cesta de bienes situada sobre la recta de balance B 0 sobre los ejes de coordenadas es asequible. Microeconomia avanzada 14 LA TEORIA DEL CONSUMIDOR 25 (©) convexo, ya que dadas dos cestas de bienes cualesquiera x’ y x" del conjunto factibl cualquier otra cesta ¥ situada sobre la recta que une las dos primeras estard también en el conjunto asequible. Dado que ¥ se sitia entre x’ y x” y ambas satisfacen las Vimitaciones de no negatividad, ¥ también satisfard estas limitaciones. Asi pues, ¥ no Podrd suponer un desembolso mayor que el total de la renta del consumidor: situdn- dose entre x’ y x" no puede costar més que la mas cara de ellas, digamos x’, Pero como 2’ esta dentro del conjunto asequible, también deberd estarlo %. Ast pues, & per- tenece al conjunto asequible: (@) no vacio: siempre que M > 0 y al menos un precio sea finito, el consumidor podré comprar una cantidad positiva de, al menos, un bien. Consideraremos ahora los efectos de los cambios en M y p sobre el conjunto asequible, como preparacion para la Seccién D donde examinaremos sus efectos sobre la elecci6n 6ptima del consumidor. Si la renta monetaria se incrementa desde My hasta M,, el conjunto asequible del consumidor se expande a medida que la recta de balance se mueve hacia fuera, paralelamente a su posicién inicial, como en el Grifico 2.7(a). Con M = Mg las intersecciones de la recta de balance By con los ejes x y a», respectivamente, son Ma/p, Y¥ Mg/ps y con M = M, son M,/p, ¥ M;/p2, Al duplicar M, por ejemplo, también se duplicars el valor de dichas intersecciones, Puesto que M;/p2 = 2My/p2 si M, = 2Mo. La pendiente de la recta de balance es —p;/p por lo que no se verd afectada por los cambios en M. Supongamos seguidamente un incremento en p; como se muestta en el Grifico 2.7(b) Dado que M y pz permanecen constantes, 1a recta de balance tendré exactamente la misma interseccién M/p, con el eje x,. Un incremento en p, hard que la recta de balance pivote en torno a Mo/p2 y aumente su inclinacién a medida que se vaya incrementando p, /p.. En el Gré- fico 2.7(b) un aumento desde p, a p; desplaza el lugar de interseccién de x, desde Mg/p, hasta Mo/p{ donde Mo/p, > Mo/p; ya que p 1. La pendiente de la nueva recta de balance permanecerd constante: ~kp;/kp) = —p,/p2, y las nuevas intersecciones serin Mike 2 cn PP La utilidad marginal de la renta en el bien efectivamente comprado, x,, es mayor que la utili- dad marginal de la renta en x5, el bien que no se ha comprado. Debido a ello, el consumidor desearfa desplazarse mas hacia abajo por la recta de balance sustituyendo x, por x3, pero est limitado por el hecho de que no es posible el consumo de cantidades negativas de x, is mas formal Como las preferencias del consumidor satisfacen las hipétesis de Ia seccién A, la funcidn obje- tivo en el Problema [C.1] anterior es continua y estrictamente cuasi-concava, Por la Seccién B, el conjunto asequible del problema, definido por la restriccién presupuestaria y por la condi cién de no negatividad, es no vaefo, cerrado, acotado y convexo. A partir de los Teoremas de Existencia, Optimo Local-Global y Unicidad (véanse los Apéndices C, D, E), el problema de optimizacién del consumidor tiene una tinica solucién y no existen soluciones locales que no sean, a su vez, globales. Como existe al menos un bien con utilidad marginal positiva, el consumidor gastaré toda Su renta y por eso la restriccin presupuestaria puede escribirse como una restriccidn de igual- Microeconomia avanzada 18 LA TEORIA DEL CONSUMIDOR 29, dad: M — E px; = 0. Si asumimos que la solucién ser tal que se consumiré algo Salis os bienes (x > 0; = 1, .., m; donde x} es el nivel 6ptimo de x;), entonces las restrieciones-de-ng: negatividad no son efectivas y tenemos un problema al cual se puede aplicar el métodade~ Lagrange esbozado en el Apéndice G. La funcién de Lagrange derivada de [C.1] es: L = uly, ony &) + AEM = Zpexid Ica] y las condiciones de primer orden para una solucién de [C.1] son: le A, 0 [c.9] mu ai n a AP .n a AZ =i [C.10] a pix = {(C.10] Si [C9] se reescribe como uw, = Ap; y la ecuacién del bien i se divide por la del bien j, tenemos: um _ PL wp es decir: la relacién marginal de sustitucién entre dos bienes es igual al cociente de sus pre- cios, como en la condicién [C.3] anterior. Si no, (C.9] puede ordenarse para dar lugar a: {c.u) Me Mn ee (C.12] PP Po ue es la extensi6n para el caso de m bienes de la Ecuacién [C.4] que se dedujo anteriormente. El valor del multiplicador 4 de Lagrange es la tasa a la cual se incrementa la funci6n obje- tivo cuando se incrementa el parimetro de la restriccién. En este caso, la funcién objetivo es la funcién de utilidad y el pardmetro de la restriccién es Ia renta monetaria individual, de ma- nera que / es la tasa a la cual la utilidad se incrementa cuando aumenta la renta monetaria: du* aM fae [C.13] El Multiplicador de Lagrange puede interpretarse como la utilidad marginal de la renta mone- taria, Esta interpretaci6n se deriva de [C.12] ya que, como argumentamos anteriormente, 1;/p; es la tasa a la cual se incrementa la utilidad cuando se gasta més dinero en el bien i. luciones de esquina Si se abandona Ia hipétesis de que xf > 0 para todo i, las condiciones de primer orden para [C.1] se deducen de la maximizacién de la funcién de Lagrange [C.8] sujeta a las restricciones directas de no negatividad sobre las variables de eleccién. Las condiciones que deben satisfa- cetse para una solucién en C.1 son: ok ex, mis la condicién {C10}. = 4%, <0, xP 20, xMuy—dp)=0 7=1,2.,0 [C14] Microeconomia avanzada 19 30 microeconomia Si [C.14] se reordena para escribir: x) =0 [c.15] se le puede dar una interpretacién directamente econmica: si la utilidad marginal del gasto en el bien i, (uj/p,), es menor que la utilidad marginal del dinero en el punto éptimo, 2*, entonces el bien i no se comprard, ya que e! consumidor conseguiré una utilidad mayor con el gasto en otros bienes. El mismo resultado se deduce de (C.7}, donde x; = 0, ya que w;/p; = ty > ts/Ps 0 ty ~ typ <0. 1. Si un consumidor compra electricidad segin una tarifa miltiple, como en la Pregunta 2, Ejersicio 2B, {se satisfacen las condiciones de los Teoremas de Unicidad, Optimo Local-Global y Existencia? 2 Deduzca e interpre las condiciones de equlibrio para ls tipos de preferencas postuladas en las Preguntas 2 4, Ejrccio 2A (ota: jqué supuesios deben hacerse soe el precio de un «msls?) 3. Explique por qué un consumidor: (a) no elegirfa un punto por debajo de su recta presupuestaria: (b) no elegiria la cesta de productos x’ en el Grifico 2.8, 4, Imagine que, ademis de pagar un precio por unidad de un bien, el consumidor tiene que pagar un cose de ransaccién» porutlizar'on mereado. Analice las implicaciones para la eecci6n Spima del consumidor ss astm (a) el coste de transaccién es una suma fija; (b) el coste de transaccisn es proporcional al precio, pero independiente de la cantidad comprada; (©) el coste de transacci6n se carga por unidad de bien comprado, pero disminuye a medida que la cantidad comprada es mayor, 5. {Se define de modo tnico la utilidad marginal de la renta monetaria, omy? q D. La estatica comparativa de la conducta del consumidor La solucién del problema de optimizaci6n del consumidor depende de las preferencias del consumidor, de los precios y de la renta monetaria. Podemos escribir la solucién, que podemos lamar la demanda de bienes, como una funcién de los precios y Ia renta monetaria: at DiPiy Pa» » Pr M) = Dp, M) i= 1, (1D.1) donde p = (p,, Pay ... P,) €8 el vector de precios, y la forma de la funcién de demanda mars- halliana D, depende de las preferencias del consumidor, Las propiedades de los conjuntos asequibles y de la funcién objetivo nos permiten poner restriceiones sobre la forma de las funciones de demanda. En primer lugar, dado que p y M son finitos y positivos, el problema de optimizacién debe tener una solucién, ya que se satisfa- Microeconomia avanzada 20 LA TEORIA DEL CONSUMIDOR 31 cen las exigencias del Teorema de Existencia. En segundo lugar, la diferenciabilidad de las curvas de indiferencia y la linealidad de la restriccién presupuestaria implican que la cesta de Productos ptima variard de manera continua como respuesta a los cambios en los precios y la renta, y que las funciones de demanda son diferenciables. En tercer lugar, las condicio- nes del Teorema de Unicidad se cumplen y, por tanto, las relaciones de demanda son funcio- nes en lugar de correspondencias: una sinica cesta de productos es elegida para cada combina- cién (p, M). Consideremos ahora las propiedades de estética comparativa del modelo. Investigamos los efectos de los cambios en las variables ex6genas (precios, renta monetaria) sobre los valo- res de equilibrio de las variables endégenas (Ja demanda de bienes del consumidor). Quere- mos predecir qué le ocurre a la combinacién de productos éptima x* = (xf, xf, .. x#) = (Di, Ds, ... D,) cuando varia el conjunto asequible. Consideremos en primer lugar los cambios en a renta monetaria del consumidor. En el Gréfico 2.10, By es la recta presupuestaria inicial, x* la combinacién de productos inicial ele- gida. Un incremento en M, con p,, p2 constantes, mover la recta presupuestaria hacia fuera de forma paralela, digamos hasta B,, donde se elige x. Un incremento posterior en M desplazaré {a recta presupuestaria hasta Bs donde se elige x’. La curva renta-consumo (CRC) es el com. Junto de puntos éptimos trazados cuando la renta varia de esta manera, es decir, con precios Constantes. En el caso ilustrado, tanto x, como x son bienes normales, para los cuales se in- crementa la demanda cuando se eleva la renta monetaria, Sin embargo, con unas preferencias diferentes el consumidor podria haber elegido x" 0 x* en Bz, Si se hubiera elegido x° (si /* y no J? hubiera sido la curva de indiferencia del consumidor), entonces la demanda para x, se habria reducido al incrementarse la renta monetaria. Entonces x, habria sido denominado co. mo un bien inferior. Un incremento en M puede conducir a un incremento, una reducci6n, 0 ningtin cambio en la demanda de un bien. Sin conocimiento de las preferencias no podemos predecir si un bien particular sera inferior © normal. La teoria de la conducta del consumidor no puede evaluarse considerando los efectos de los cambios en M sobre la demanda de un bien individual, ya que cualquier efecto es compatible con la teoria Grafica 210 crc wa Pp Microsconomia avanzada 21 32 MICROECONOMiA ‘Sin embargo, la teorfa predice que fodos los bienes no pueden ser inferiores. Si el consu- ‘midor reduce su demanda de todos los bienes cuando aumenta st renta, se estar comportando de manera incoherente. Para demostrar esto, sea x’ la combinacién de mercancias elegida con una renta monetaria inicial de My, y x’ la combinacién de mercancfas elegida cuando la renta ‘monetaria aumenta hasta M,. Si x’ «.x*, es decir, si se reduce la demanda para todos los bic nes, entonces x’ debe costar menos que x ya que los precios se mantienen constantes. Por tanto, x’ estaba disponible cuando se eligié x*. Pero cuando se elige x’, x* todavia era alcanza- ble (ya que la renta monetaria se ha incrementado). El consumidor, asi pues, preferia x* sobre con una renta monetaria de M, yx sobre x* con una renta monetatia de M, > My. Asi pues se comporta de manera incoherente: su conducta viola la hipdresis de transitividad de la See- ci6n A, y nuestro modelo tendrfa que ser rechazado, Ahora nos ocupamos de los efectos que tienen los cambios ef los precios sobre las deman- as del consumidor. El Gréfico 2.11 muestra las implicaciones de una reduccién en el precio de x, con la renta monetaria manteniéndose constante. B, es la recta presupuestaria inicial, x* Ja combinacién de productos Optima inicial. Una reduccién en p,, digamos desde p, hasta pi, hhace que la recta presupuestaria se desplace hasta Ba. x’ es la combinacién de productos 6pti- ma en B,, x" la combinacién de productos optima en By, lo que resulta de una reducci6n adi- ional en p; desde p{ hasta p{. La curva de precio-consumo (CPC) se traza como el conjunto de combinaciénes Sptimas de productos obtenidas cuando varia p,. En este caso, la demanda para ambos bienes se incrementa cuando se reduce p,. Sin embargo, con unas preferencias diferentes, la combinacién 6ptima de productos podria haber sido x" o x* sobre B>, Si.x° fuera Ta cesta de productos dptima con p, = p}, entonces x, seria un bien Giffen: la demanda se re- duce cuando se reduce su precio. Concluimos que la demanda de un bien se puede reducir, aumentar 0 permanecer constante como resultado de un cambio en un precio al que hace tren- te el consumidor, Una yez més, el modelo no proporciona una prediccién categorica (refuta- ble) sobre el efecto en una variable endégena individual (la demanda de un bien) por un eam- bio en una de las variables exdgenas (en este caso un precio). Sin embargo, de nuevo es posible predecir (razonando de manera similar a la empleada en el caso de un cambio en M) que una reduccién en el precio no conduciré a una reduccién en la demanda para todos los bienes, y el lector debe proporcionar el argumento. Grifion 211 Microsconomfa avanzada 22 LA TEORIA DEL CONSUMIDOR 33 Efecto sustitucién y efecto renta El andlisis del efecto que tienen los cambios en los precios sobre las demandas del consumidor (clecciones éptimas) ha sugerido que la demanda de un bien puede aumentar, reducirse 0 per- ‘manecer constante, cuando su precio se eleva; en otras palabras, puede ocurrir cualquier cosa. Ahora analizamos con més detalle los efectos de un cambio en el precio del bien 1 para ver si es posible realizar predicciones mas categéricas (refutables). Procedemos haciendo un experi- ‘mento conceptual. Todo lo que podemos observar realmente es el cambio en la cantidad de- ‘mandada que sigue a un cambio de precio. Sin embargo, podemos Hevar a cabo un andlisis hipotético que descomponga e! cambio de demanda total en dos componentes. Entonces utili- zamos esta descomposicién para decir algo més categ6rico acerca de la conducta del consu- midor. En el Gréfico 2.12, puede apreciarse que la reducci6n en el precio del bien 1 provoca dos efectos: (a) reduce el gasto que se requiere para alcanzar el nivel de utilidad inicial /,, permitien- do que se aleance un nivel de utilidad mas alto [> con el mismo desembolso. Ha habi- do un incremento en la renta real del consumidor; (b) cambia los precios relativos a los que se enfrenta el consumidor. En el Gréfico 2.12 en consecuencia descomponemos el cambio en la demanda de x, en: (a) el efecto renta, que es el cambio debido tinicamente @ Ja variacién en la renta real, ‘manteniendo constantes los precios relativos; y (b) el efecto sustitucién propio, debido tnicamente al cambio en p,, manteniendo cons- tante la renta real. x y x’ son las combinaciones éptimas de bienes antes y después de la reducci6n en p,; B, y By son las rectas presupuestarias correspondientes. La variacién compensatoria en la renta mone- taria es el cambio en M que hace al consumidor exactamente tan rico después de la reduccién del precio como lo era antes. En otras palabras, habré alguna reduccién en M después de la reduccién del precio que «compensard» la ganancia en renta real y Hevari al consumidor a la Microsconomia avanzada 34 microeconomia curva de indiferencia inicial /,. La recta presupuestaria correspondiente al cambio en el precio By se traslada hacia dentro (reduciendo M) hasta legar a B, que es paralela a la otra recta presupuestaria y tangente a la curva de indiferencia original [,. El consumidor enfrentado con esta recta presupuestaria elegiria la combinacién de productos x”. La diferencia entre x* y x? es debida exclusivamente a un cambio en los precios relativos, manteniéndose la renta Teal (utilidad) constante. La diferencia entre x° y x’ se debe al cambio en la renta monetaria con los Precios relativos mantenidos constantes. xj, x, y x} son las cantidades del bien x, contenidas, respectivamente, en las combinaciones de productos x, 2’, x° y entonces (a) x} — xf es el efecto de sustitucién propio; (b) x, ~ x} es el efecto renta; © Goat) +i -a0 24 ~ Fes el efecto total del cambio en el precio. EI propésito de llevar a cabo este experimento de la compensaci6n hipotética es demostrar que el efecto sustitucién propio seré siempre positivo en el caso de una reduccién del precio y negativo para un aumento del mismo. El valor absoluto de la pendiente de la curva de indife- rencia disminuye de izquierda a derecha, es decir, cuanto més x, y menos x sea consumido, la ‘curva se va aplanando. La cafda en p; reduce Ia pendiente de la recta presupuestaria y, como consecuencia, la recta presupuestaria B, debe ser tangente con 1; a la derecha de x*, es decir, para una combinaci6n de productos que contenga més del bien x). El efecto renta es también positivo en el caso particular ilustrado en el Gréfico 2.12. El efecto renta refuerza el efecto sustitucién propio ya que x’ contiene més x, que 2°. Six, hubie- ra ferior, el efecto renta correspondiente a Ia disminucién del precio habria sido negati- yo y en direccién opuesta al efecto sustitucién propio, asi que el efecto total del cambio en el precio serfa mas pequefio que el efecto sustituci6n propio. En el Gréfico 2,13(a) el efecto renta compensa parcialmente el efecto sustitucién, pero el efecto total del cambio en el precio es todavia positivo: una reduccién en p, conduce a un aumento en la demanda para x. En el Gréfico 2.13(b) el efecto renta negativo compensa con creces el efecto sustitucién positive y %1 es un bien Giffen. Por eso la inferioridad es una condicién necesaria, pero no suficiente, ara que un bien sea un bien Giffen. Esta descomposicién del efecto total del cambio en el precio da lugar a dos predicciones adicionales: 1, Un bien normal no puede ser un bien Giffen. Por eso, si observamos que un consumi- dor incrementa su demanda de un bien cuando aumenta su renta monetaria (mante- Gratico 213, w 0 xtxt ots % @) (b) Microeconomia avanzada 24 (A TEORIA DEL CONSUMIDOR 36 niéndose constantes el resto de variables, incluyendo los precios), predecitfamos que, si el precio del bien se redujera, querrfa comprar més de ese bien. Si por el contrario observamos que reduce su demanda del bien cuando su precio disminuye (y todos los otros precios son constantes y su renta monetaria es razonablemente cercana a su nivel original), entonces el modelo optimizador de la conducta del consumidor habré condu- cido a una prediceién falsa. 2. El efecto sustitucion propio es siempre de signo opuesto al cambio de preci La descomposici6n anterior del efecto total precio en un efecto renta y un efecto sustitucién se basa en la definicién, hecha por Hicks, de renta real constante entendida como el manteni- miento del nivel inicial de utilidad a pesar de que hayan cambiado los precios de las mercan- fas, Slutsky sugeria una definicién alternativa de renta real constante, La entenda como la capacidad de comprar la combinaci6n de bienes inicial a pesar de que hayan cambiado los precios de las mercanefas. Esta definicién de poder adquisitivo constante tiene 1a ventaja de ue no requiere un conocimiento detallado del mapa de indiferencia del consumidor, El Grafico 2.14 reproduce el Grifico 2.11 con algunos afiadidos para mostrar la relacién que existe entre Jas definiciones de Hicks y Slutsky de renta real constante. La recta prest- uestaria B, permite al consumidor comprar exactamente x*, la cesta de productos éptima ini ial, al precio més bajo de p;. Enfrentado con esta recta presupuestaria, el consumidor en rea- lidad elige x*. El efecto total se ha descompuesto en un efecto renta (x; — xj") y en un efecto sustitucién propio (x;° — xf). El efecto renta sera positivo, negativo o nulo dependiendo de la forma del mapa de indiferencia, El efecto sustitucién conduciré siempre, como en el caso de Hicks, a un incremento en la demanda de un bien cuyo precio se haya reducido. x” no puede estar a la izquierda de x* en B, porque esto significaria que el consumidor ahora elige x7 cuando .* estd todavia disponible, habiendo rechazado previamente x* en favor de x*, Dicha conducta violaria la hipétesis de transitividad. La definicién de Slutsky conduce a una pre- diceién (el signo del efecto sustitucién) que puede ser evaluada sin conocimiento espectfi- co de las curvas de indiferencia del consumidor a la hora de «compensar» Ia renta del con- sumidor. Nuestra consideracién de las propiedades de estética comparativa del modelo ha mostra- do que no proporciona predicciones refutables sobre el cambio total en la demanda de bienes Grafico 214 Microeconomia avanzada

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