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¡Ay Auquihuato!

En Oyolo, Pararca y Paucar aùn se escucha


un ahogado grito de horror,
de aquellos que murieron en dura lucha
por el Sapa Inca defendiendo su honor.

Como densa niebla los blancos llegaron,


Y en manos de barbudos invasores, cayò prisionero;
enceguecidos por la avaricia plata y oro pidieron
a cambio de la vida del poderoso señor…

¡Ay Auquihuato! quien pudiera decirle


que la vida del redentor inca se extingue,
a medida que el rescate se engrandece
Solo tu y la coca son testigos insufribles.

Llenaron aposentos con oro y con plata


mas la promesa de libertad se extinguió
y aquella sombra fúnebre que mata
al sol y a su hijo con su sangre manchó.

Ay venerable Auquihuato impetuoso


Ni tus rezos ahumados en misticas y verdes hojas
Lograron cambiar el sino imperioso
que del pueblo inca seria su congoja.

Serán viracochas más grandes que el Sol


Serán puka kunkas con hambre de oro,
Por la sangrienta afrenta Auquihuato promete
que sobre la Pacha nunca vivirán en paz.

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