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meditación

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D E S D E ESPAÑA

OLEGARIO GONZÁLEZ DE 1ARDEDAL


OLEGARIO GONZÁLEZ DE CARDEDAL

MEDITACIÓN
VERDAD E IMAGEN
6
TEOLÓGICA
DESDE ESPAÑA

EDICIONES SIGÚEME
Apartado 332
SALAMANCA
1970
Censor: JUAN S. SÁNCHEZ
Imprímase: MAURO RUBIO, obispo de Salamanca
17 de enero de 1970
CONTENIDO

Prólogo: España, un inevitable problema 9


I. PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA
1. Fe y herencia histórica del español que nació cris-
tiano 17
2. En torno al problema de Dios 51
3. El Dios de los cristianos 91
4. Noche oscura del alma individual y ateísmo colec-
tivo 141
5. Redención y progreso o el hombre ante la salvación 161
II. EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA
1. La nueva conciencia de la iglesia y sus presupuestos 173
2. Libertad y verdad del hombre en el Vaticano II . 237
3. Nuevo cristianismo y nuevo humanismo en la encí-
clica Populorum progressio 257
4. El teólogo ante la Humanae vitae 295
III. RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA
1. El teólogo y la teología hoy 337
2. Análisis crítico de la situación teológica contempo-
ránea 359
3. Teología radical y teólogos de la «muerte de Dios»
aquí 387
4. Facultades de teología en las universidades civiles . 403
5. Un programa de estudios teológicos universitarios . 433
IV. TAREAS Y PERSPECTIVAS CONCRETAS PARA ESPAÑA
1. Promoción teológica del pueblo español . . . . 453
© Ediciones Sigueme 1970
2. Los seglares y la teología. Las religiosas y la teología 471
3. Sobre los movimientos apostólicos y su significado
teológico 483
4. Fragmento sobre la oración y existencia secular . . 495
5. Un reto a la teología española: don Miguel de Una-
Núm. Edición: E S . 424 muno 517
Epílogo: El pensamiento y la teología, un inevitable quehacer . 543
Es propiedad Printed in Spain
Índice de nombres 545
Índice general 553
Depósito legal: B. 4703-1970 - Imprenta Altes, s. L. Caballero 87, Barcelana-15
PRÓLOGO

ESPAÑA, UN INEVITABLE PROBLEMA

España vive hoy espiritualmente a la intemperie. Ex-


poliada de muchas convenciones, con las que durante los
últimos tiempos ha interpretado su historia pretérita y ha
conformado su vivir presente, se encuentra ahora ante la ta-
rea urgente de rehacer criterios confrontándolos con la
nueva situación histórica. Este proceso de transformación
y decantación afecta también al español en su fe cristia-
na, y ello en especial profundidad, ya que esa fe ha sido
uno de los elementos con los cuales ha interpretado la his-
toria nacional y su individualidad humana.
Tal situación de cambio general y de giro de conciencia
colectiva pone a veces al creyente ante dificultades que por
sí solo difícilmente puede superar. Muchos planteamientos
hasta ahora totalmente ignorados, la precipitación inespe-
rada sobre nosotros de toda la problemática espiritual de
Europa (filosófica, religiosa, intelectual, social), hecha in-
evitable por fenómenos tan diversos entre sí como la emi-
gración, el mercado común, el turismo o el concilio Vati-
cano II, y la presencia de toda la problemática mundial
día a día en cada hogar español a través de los medios de
comunicación: todos estos y otros muchos factores van a
suponer un choque psicológico y no pocas dificultades para
seguir pensando y viviendo la fe con los criterios acostum-
brados.
Este momento histórico puede constituir una palanca
para remover el alma religiosa española, llevándola a un
redescubrimiento de los contenidos de su fe y de las res-
8 PRÓLOGO PROLOGO 9

ponsabilidades morales a nivel del tiempo, tanto de orden todos sus niveles: comprehensión intelectiva, opciones de
individual como de orden colectivo. Los hechos en sí mis- voluntad, acción en el tiempo entre los hombres.
mos son sin embargo ambivalentes. Pueden ser ocasión Al autor hay muchas cosas que le hacen mirar confiado
propicia para el desconcierto general, para una pérdida al futuro y hay otras que le crean grave pesadumbre. A la
de confianza en los valores de los que hasta ahora nos inmensa esperanza provocada por el Vaticano II entre nos-
habíamos alimentado, para una crisis religiosa profunda y otros, ha seguido una desilusión amarga, simple desespe-
de consecuencias irreparables. Pero no menos pueden ser ranza o dolorido desengaño, al constatar que por falta de
la gran oportunidad que Dios nos ofrece para una madura- iluminación, de impulsos o de cauces históricos, la acción
ción intelectual de esa fe, y una purificación ética de todo de los cristianos no tiene la eficacia esperada. Alguien dirá
nuestro existir cristiano. Que España opte por uno u otro que es un fenómeno característico de toda situación pos-
de los caminos de la encrucijada, es responsabilidad nues- conciliar y que está teniendo lugar en todos los sitios.
tra y depende de la clarividencia con que aceptemos y del Respuesta sólo en parte verdadera y que no nos exime de
valor con que respondamos al desafío de la historia. un esfuerzo por revisar a fondo nuestras posturas y poner
Desde este trasfondo de retos y responsabilidades sur- a prueba nuestra voluntad de aceptar el mensaje conciliar,
gen las páginas siguientes. Son simples notas de andar y nuestra sinceridad y nuestra creatividad.
ver, fragmentos de una reflexión al ritmo de la marcha no La España en que vivíamos hace sólo veinte años ya
observada desde fuera sino hecha con todos desde dentro. no existe: velada e inaparente, pero real y verdadera, está
Es la meditación de un creyente que habla de su fe a teniendo lugar una inmutación sociológica de los tejidos
quien quiera leerle. Al escribir dialoga ante todo consigo del pueblo español. Yo me pregunto si no va aneja una
mismo frente a Dios, diciéndose esa fe, intentando pre-vivir inmutación de los tejidos del alma hispánica. Este libro se
en propia carne las dificultades y encender en sí mismo las inscribe como un dato más de ese proceso, con una vo-
esperanzas que los cristianos españoles hoy alientan. Tero luntad decidida de hacer de la fe un factor, ni acelerativo
al escribir piensa no sólo en los católicos ni siquiera sólo ni retardativo sino iluminador y crítico, que no es otra su
en los cristianos; piensa en todos aquellos hombres que función. Pero de forma extraña al mismo tiempo, quienes
buscan e interrogan, que aman y esperan, que oran sin in- no fuimos testigos de la contienda civil con las armas, es-
vocar nombre concreto, y creen sin recitar un determinado tamos teniendo la impresión de estar siendo testigos de
credo. Dicho en breve: a lo largo de todos los capítulos no ese mismo acontecimiento histórico a nivel de inteligencias
intenta otra cosa que mostrar cómo la fe, sin ser una con- y corazones y nos quema con urgencia el imperativo de po-
quista humana, posibilita sin embargo la realización más ner amor mediante la aportación de luz, de verdad y de
acabada de una existencia humana en autenticidad perso- esperanza. Es necesario sembrar paz y no discordia, ofre-
nal, a la vez que exige una real eficacia histórica. cer confianza y no agresividad, invitar a la fraternidad y
Quiere ayudar a superar aquella forma hispánica de vi- superar las divisiones.
vir el cristianismo que oscila entre un pietismo sin funda- * * *
mentación intelectual ninguna y un conceptualismo huero,
carente tanto de raíces bíblicas como de conexión con la Hasta aquí hemos comentado la segunda parte del tí-
vida de la iglesia y con la evolución histórica general. El tulo: desde España. Pero lo principal no es el lugar desde
cristianismo es una realidad de vida y afecta al hombre en dónde se escribe sino aquello sobre lo que se escribe, y el
10 PRÓLOGO PRÓLOGO 11

talante de alma que se quiere actuar. Este libro quiere ser madora; cree en la urgencia de su proclamación a hombres
ante todo una meditación, en el más amplio y ala vez reli- que la necesitan y en las ultimidades de su mejor yo su-
gioso sentido de la palabra. Machado decía que lo propio fren de hambre por ella. Y si aquí se habla de problemas
del sabio es la mirada y el pensamiento; del poeta en se vive sin embargo de seguridades ulteriores, y si se es-
cambio la admiración y el silencio. Antes que el análisis tudian dudas reales se vive de certidumbres últimas. Por
crítico quisiéramos ejercer la amorosa y gratuita contem- eso quisiéramos que nuestro libro fuera una oferta de pa-
plación. Quien escribe ha puesto toda su persona en juego. labra religiosa limpia, dejando sed de acercarse a la única
Los temas teológicos que hemos abordado desde la pers- fuente de palabra pura sobre Dios: Cristo.
pectiva del creyente español, son los temas nucleares del
mensaje cristiano: la fe como posibilidad humana hoy, la •k -k *

realidad de Dios y el ateísmo, la salvación del hombre es-


cindido entre la obsesión de progreso y la necesidad de Este libro, que se quiere actual, no habla de novedades
redención, la iglesia y su presencia en el mundo, la liber- de último grito. Conscientemente prefiere quedarse en las
tad y la verdad, el hombre nuevo, problemas morales del temáticas de penúltima hora y de última importancia. No
cristiano (I y II parte). Luego se preguntará qué responsa- porque ignore las otras. Los españoles estamos ante la
bilidades tiene el teólogo español ante estos problemas obligación de conocer todo lo que se escribe y de entrar en
eternos y ante estas novísimas situaciones (III parte). un diálogo crítico. Pero conocidos los planteamientos de
Finalmente se estudian temas bien diversos: por ejemplo, actualidad hay que repensar sobre todo los problemas
a la vez que se repiensa cómo acelerar la ilustración teoló- de fondo desde nuestra peculiarísima situación hispánica.
gica de nuestro pueblo, se ofrece un programa de estudios Las traducciones de que nos estamos alimentando fueron
teológicos universitarios; junto al tema de los movimientos en un momento necesarias, pero hoy están resultando em-
apostólicos se encuentra un intento de diálogo con aquel pobrecedoras, porque el pensamiento del prójimo sólo es
infatigable debelador que fue don Miguel de Unamuno fecundo cuando es acogido en receptividad creadora y con
(IV parte). Originariamente se estudiaba aquí cómo ins- capacidad crítica. Y ésta fue una de las mayores dificulta-
taurar en España unas relaciones cívica y teológicamente des que tuvo el autor al escribir: ser consciente de que le
válidas entre iglesia y estado, pero hubo que sacrificar el iban a leer hombres de posturas divergentes. Mientras a
capítulo en aras de la paz y en la esperanza de que los cam- unos debería exhortarlos a deponer su ignorancia y agre-
bios recientemente introducidos en una y otra ladera supe- sividad celtibérica, ¡la Castilla que odia cuanto ignora!,
ren la extraña situación de los últimos diez años. para abrirse al ancho mundo, a otros debiera mostrarles
El autor vive en Salamanca y entre sus predecesores cómo su entusiasmo de novedad revela un complejo de
cuenta a Francisco de Vitoria, quien nos dejó dicho para subdesarrollo teológico, y que lo proclamado por muchos
siempre que el teólogo no puede excluir nada de su hori- como novísima teología y solución universal para los pro-
zonte porque la reflexión teológica ha de iluminar toda la blemas de España, en realidad no pasa muchas veces de ser
realidad humana, bajo la perspectiva de Dios, y del hombre una interpretación religiosa ambigua de datos sociológicos,
en movimiento hacia sí mismo y hacia Dios. Al intentar superada ya en los propios países de origen.
esto el autor cree en el valor contemporáneo de la palabra Fruto de una peregrinación material por España, en
que anuncia; cree en su capacidad iluminativa y transfor- contacto con los estratos más diversos de la existencia cris-
12 PRÓLOGO
PRÓLOGO 13
tiana española, es a la vez fruto de otra peregrinación por Después de su redacción definitiva, este volumen ha
nuestra historia espiritual y por la de otras iglesias. Cuan- sufrido repetidos expolios: primero algunos capítulos, lue-
do el autor leyó por primera vez en su vida a Emilia Pardo go las notas bibliográficas, finalmente los textos en otras
Bazán encontró este consejo: lenguas. Al autor, que es neurálgicamente sensible a la in-
Manda la iglesia confesarse una vez al año y antes si hay peligro formación completa, a la nota que matiza una idea, o al
de muerte. Manda la cultura viajar sin aparente necesidad una vez texto del prójimo citado en su tenor original, toda esta
al año, y más si hay estancamiento y tendencia regresiva. denudación sufrida a distancia, le ha costado mucho. Y ha
aceptado a ruegos de quienes aseguran que así facilitará la
Al retorno de esta peregrinación, ya sobre el arado de lectura. ¡Que los críticos profesionales lo tengan en cuenta!
su quehacer roturando tierras patrias, se consoló con aquel Y ahora, ¿cómo no agradecer a todos los que colabo-
otro texto de la misma autora, aplicado a la propia teo- raron conmigo ofreciéndome amistad, ideas, salud, hospi-
logía: talidad, libros... ? Queden aquí los nombres de unos pocos
A veces me ha sucedido oír censuras por mi afición a estudiar en representación a la vez de otros muchos: F. Muñoz Ro-
el movimiento literario extranjero y darlo a conocer en mi patria; gero, F. León Vázquez (Ávila); F. Sebastián, C. Otaño
siendo así que no tienen las letras españolas, las castizas, las de (Salamanca); J. Martín Velasco, A. González Núñez (Ma-
manantial, quien con más sincera devoción las ame y procure ser- drid); J. I. Tellechea y } . M. Múgica (San Sebastián);
virlas (Obras completas xvi, 17). J. Sánchez Bosch (Barcelona); B. Rueda (Roma); las
Schulschwestern de Munich y los Marist Brothers de Lon-
El lector comience su lectura por el capítulo que nece-
dres. Para todos, mi mejor agradecimiento.
cite. Cada uno es una unidad en sí. Todos son distintos
aunque todos tienen un único tema y a todos les religa una Oxford (St Benet's Hall), 12 de enero 1970
pasión religiosa de fidelidad al evangelio y de servicio teo-
lógico a España. Alguno fue publicado anteriormente y ha
sido reasumido aquí para dar una visión más completa del
problema tratado. Toda ciudadanía implica un servicio de
acción y un tributo de consejo o juicio en medio del pue-
blo. Ahí va mi tributo de teólogo: pensares de los años que
gasté contemplando la piel de España y remejiendo sus
entrañas.
Este libro nunca estuvo programado. Nació del diálo-
go, en la amistad, desde el esfuerzo común. Por eso vuel-
ve a su origen: a todos los seglares y sacerdotes que viven
trabajosamente empeñados en hacer del evangelio de Cris-
to, en amor e inteligencia, una buena nueva de vida y espe-
ranza para los hombres.
Y ahora el autor se torna a su silencio.
Salamanca, 2 de octubre 1969
I
Problemas teológicos
vistos desde España
1
FE Y HERENCIA HISTÓRICA
DEL ESPAÑOL
QUE NACIÓ CRISTIANO

L A fe puede presentársele al creyente bajo perspectivas


•4 distintas: como un legado familiar, como una oferta
de la iglesia, como un don de Dios y como una conquista
propia. Estos aspectos, aun cuando puedan aparecer como
distintos y separables, son sin embargo repliegues de una
misma realidad, pues Dios se comunica inmediatamente al
hombre, utilizando los cauces de existencia en que por su
historicidad vive inserto, y hace de su don no una impo-
sición externa sino más bien se deja percibir como una
necesidad e incluso como una conquista personal.
Cada uno de los que hemos llegado a la fe, lo hemos
hecho por un camino particular, traídos de nuestra mano,
llamados por nuestro nombre propio. Cuando llegamos a
una madurez elemental, surge inevitable la pregunta por
esa fe. Si se ha recibido el bautismo en la primera infancia
y se ha crecido en un ambiente globalmente cristiano el
problema se centrará sobre la pregunta: ¿es posible reasu-
mir en libertad como valor personal lo que hasta ahora
habíamos poseído como un simple legado del contexto
sociológico en que nacimos? Y supuesta esta legitimidad
radical, ¿cómo eso que es una herencia se convierte en una
posesión personalmente lograda?
Tarea no fácil ni exenta de tentaciones puesto que el
creyente español ha despertado súbitamente a su libertad,
como creyente y como español. En el fondo quisiera verse
18 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA FE Y HERENCIA HISTÓRICA 19
desposeído de todas las herencias para tener la sensación creyendo, aceptando toda una serie de convicciones que no
profunda de rehacer una existencia sin frenos ni márgenes ha logrado por la propia inteligencia, unas actitudes ante
a su libertad de elección. Aun cuando no lo formule desea- la vida no educidas de la experiencia propia, poseyendo
ría en el fondo de su ser no tener fe, y a veces pretende una esperanza transhistórica, que no se apoya en la pro-
suponer que no la tiene, para poder llegar a ella auténtica pia historia y un ideal de hombre que no siempre podría
y personalmente. Esta reacción es exponente de una angus- demostrar por las posibilidades que su humanidad de in-
tia de libertad, a la vez que de una voluntad sincera de mediato le sugiere? Estas preguntas surgen de un postu-
responder con la palabra personal al Dios que le llama con lado que es nuestro punto de partida: la voluntad de una
su propio nombre y en su instante propio, aun cuando la absoluta honradez intelectual, de una total veracidad al ni-
llamada tenga lugar en medio de una comunidad y a lo vel de nuestras obras y pensamientos, de una decisión de
largo de una historia. no arrastrar nada en la vida que de alguna manera no haya
Vamos a acompañar a este creyente en el camino hacia justificado su legitimidad ante la luz de nuestra mente, y
la reasumpción y autentificación de su fe católica, para sobre todo de una voluntad de vivir al nivel histórico en
adivinar qué sobresaltos le van a angustiar, y qué inevita- que la humanidad existe, solidarizados con todos sus pro-
bles dificultades va a encontrar; para sugerir finalmente en blemas, con todas sus tenebrosidades, con todas sus espe-
qué sentido quienes hemos nacido cristianos podemos rea- ranzas. Voluntad sobre todo de no tener un corazón par-
sumir el mensaje del evangelio sin capitular de las exigen- tido en una mitad creyente y en otra mitad pensante.
cias personales que el tiempo pone al hombre de nuestros Para afrontar este tema del «hombre nacido cristiano»
días, y sin romper la continuidad con nuestra existencia en toda su radicalidad hay que perforar hondo. Al desper-
cristiana anterior. Esta tarea puede cumplirse en una doble tar a mí mismo yo no sólo me he encontrado situado en
forma: bien analizando el fenómeno desde fuera y expli- la fe cristiana, sino ante todo he descubierto con los ojos
cándolo con categorías teológicas o bien testimoniando asombrados algo mucho más trascendental: que me en-
desde dentro de él. En definitiva, a las preguntas: «¿por cuentro situado en el ser, que estoy existiendo en un
qué se hace uno cristiano?» y «¿por qué permanece uno entorno histórico de cosas y de hombres y no en otro, que
católico?», sólo es posible una respuesta autobiográfica. estoy «dado», que soy anterior a mí mismo. ¿Quién no ha
El teólogo tiene que andar sin embargo un camino inter- sufrido ese sobresalto total, ese vuelco del corazón que si-
medio entre la pura reflexión teórica y el puro testimonio gue al descubrimiento, a la desvelación consciente del pro-
personal. pio ser? Existo, estoy aquí, perduro viviendo. Experiencia
profunda y fundante de la persona recién surgida a luz.
I Experiencia no sólo de mi radicación en el ser, sino de mi
mismidad: existo, soy yo y no otro, estoy aquí y no en
SITUACIÓN Y AUTODESCUBRIMIENTO otro lugar. Experiencia de mi entorno familiar, de mi en-
DE QUIEN NACIÓ CRISTIANO clave temporal, de una historia concretísima que no he
elegido sino que me ha sido dada. Experiencia de cómo mi
1. El hombre, ser situado vida actual es la resultante de una convivencia con otras
¿Qué ocurre en el existir de un hombre que en lenta vidas que estuvieron en mi camino y a las que yo no ele-
toma de conciencia va encontrándose situado en un con- gí, de unos encuentros y amistades que me configuraron,
texto familiar, social y nacional cristianos? ¿Cuál debe ser de unos aconteceres absolutamente fortuitos en primera
la postura de aquel que de pronto se descubre a sí mismo visión y de los que quizá emanó una determinación ulte-
FE Y HERENCIA HISTÓRICA 21
20 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA

mación no siempre destinada a consolidar o a ratificar esa


rior, determinativa de todo mi futuro. Experiencia metafí- historia anterior en todos sus elementos, pero considerán-
sica de mi entronque en el ser y experiencia histórica de dola siempre como un necesario punto de partida. El sue-
mi enclave en un tiempo y en un espacio. ño prometeico del hombre teje siempre la ilusión de poder
Podríamos por tanto definir al hombre como el ser un día llegar a despojarse de todos los condicionamientos
constitutivamente situado, coordenado, es decir religado de su ser y vivir anteriores, de retrotraerse a una tierra de
a unas referencias fundantes, desde las cuales únicamente nadie, erguirse sobre una roca virgen y desde allí iniciar
puede ser, vivir, entenderse y realizarse a sí mismo. Estos la singladura por un mar de pura libertad. El hombre, al
son datos previos a la actuación de la voluntad y libertad querer arrancarse a los condicionamientos redimiendo la
humanas. La existencia humana supone en su mismo solar libertad de su naturaleza, se esfuma ante los propios ojos:
la «situación», la «gracia», la «finitud», la «definición». lo que le queda después de este expolio no es su mejor ser
El hombre no es libertad absoluta, sino que vive libre- sino su peor sombra. Querer hacer de todos nuestros sus-
mente desde un enclave anterior a él y necesario para su tratos naturales estratos libres, siendo pura libertad sin
despliegue ulterior. naturaleza substante, es ignorar la inadecuación fundamen-
Ante la vivencia del ser, de estar en un mundo, de ha- tal entre ser y existir finitos. La naturaleza es para el hom-
ber tenido una determinada historia brota urgente la pre- bre fuente y límite de su libertad, porque ésta no es liber-
gunta: ¿por qué existo en lugar de no existir?, ¿por qué tad de surgencia originante sino de posesión originada.
es ésta mi mismidad y no otra?, ¿por qué se ha ido tejién- El hombre ha de hacer de su vida un proyecto. Proyecto
dose la tela de mi vida con éstos y no con otros hilos?, significa lanzamiento hacia adelante desde un punto previo
¿por qué se ha alimentado mi vida de unos amores y no y desde unas posibilidades dadas.
de otros?, ¿por qué han visto mis ojos unos horizontes y
no otros?, ¿por qué han alumbrado mi firmamento unas En este gran contexto de un hombre definido como ser
estrellas y no otras? Para tales preguntas no tiene el hom- situado, dado a sí mismo, coordenado a los demás, es don-
bre respuestas. Influjos, condicionamientos, resultantes... de hay que colocar el problema del hombre nacido cris-
Todo eso no es una explicación válida ya que la pregunta tiano. La historicidad es constitutiva del hombre, también
perdura: ¿por qué fueron mis condicionamientos, por qué del hombre religioso. Por eso vale igualmente para él el
me determinaron en esta forma y no en otra? El primer imperativo primario de la aceptación de la individualidad
fundamento del existir humano es la aceptación de sí mis- histórica. Si antes decíamos que a las preguntas que nos
mo. Digo del existir verdaderamente humano porque pue- hicimos en el pórtico de nuestras reflexiones, no había res-
den darse otras reacciones: el suicidio, que es la conse- puesta, ahora diremos que es posible llegar a una respues-
cuente no aceptación de sí mismo y el resentimiento, o ta: a quien acoge la propia finitud como un don de Al-
aquella actitud permanente que revela una disconformidad guien, como una gracia de comunión, como una tarea a
básica consigo mismo, una negativa última a aceptarse, cumplir, como un misterio a personalizar; a ése en la mar-
negándose a afirmar la vida como una tarea prevista por cha, en el acogimiento y en la personalización se le hace
alguien para alguien y prefiriendo soportarla como un des- luz la propia vida, y se le tornan luminosas las propias
tino de nadie para nadie. entrañas. Todo seguirá igual que antes, todo aparentemen-
te mantendrá su peso y opacidad, y sin embargo para
2. La aceptación de sí mismo en situación quien ha hecho este arriesgo, todo existe ya en la luz, ocu-
Asumirse, afirmarse, amarse en su consistencia óntica pando su lugar y manteniendo su distancia unas cosas
y en su historia personal es la primera tarea humana. Afir- respecto de otras. El creyente es aquel hombre que acepta
22 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA FE Y HERENCIA HISTÓRICA 23

andar la vida de la mano de alguien, y al final del camino historia personal, para vivirse no como un destino ciego
comprende que quien le acompañó en la andadura es quien sino como un proyecto iluminado, esto no es sólo un im-
había proyectado el camino, y que sólo a su vera dejaba perativo de una humanidad fiel a sí misma sino también
la distancia de ser puro alejamiento de un punto respecto imperativo de una fe fiel a sus dinamismos.
de otro, para convertirse en sendero, es decir en camino He aquí por tanto a nuestro cristiano viejo ante su
abierto y acogedor, fiel guía, y término pregustado. segundo imperativo: reasumpción de su fe junto a la rea-
Por ello el creyente acepta la vida toda como un don, sumpción de su ser todo. Autentificación, verificación, le-
como un poder ser, como un disfrutar del gozo inmenso gitimación como conquista personal de lo que fue en su
de existir, y se sentirá necesitado de alabar a Dios como origen una herencia familiar. Conquista que es por otra
el salmista: «Te doy gracias mi Señor por el indecible don parte la única forma de mantener la herencia2.
de mi existencia»1. Inversamente el supremo pecado será
la dimisión del existir, el maldecir a quienes le trajeron
a la existencia, a Dios en definitiva: II
Ay del que contiende con su hacedor. ¿Dice acaso el barro al REASUMPCIÓN PERSONALIZADORA
alfarero: qué es lo que haces? ¿Dícele la obra al obrero: «eres un DEL PROPIO PASADO
torpe»? ¡Ay del que al Padre dice: ¿«Por qué me engendraste»,
o dice a la madre: «por qué me pariste»?! Así dice Yahvé que te 1. Diversas posturas del cristiano
formó (Is 45,9-10).
ante el cristianismo heredado
Junto a este texto que en una primera lectura parece-
ría prohibir una interrogación por el sentido y fundamen- Antes de describir el proceso asimilador mediante el
tación de la vida, por los condicionamientos de cada exis- cual la herencia se convierte en conquista deberíamos esbo-
tir concreto, tenemos en la Biblia el libro de Job, en el zar la tipología de esos cristianos viejos ante la nueva si-
que su protagonista no sólo se cuestiona a sí mismo, sino tuación, enumerando las reacciones que ofrecen al cons-
que llega incluso a retar a Dios, y lo que podría parecer tatar la exigencia ineludible de hacer de su cristiandad un
una blasfemia es en definitiva una permanente oración. cristianismo.
Todo lo que Job profiere, lo profiere en la presencia, ante Existe ante todo el cristiano aferrado a la fe recibida
la faz de su Dios, derramando su alma ante él, en locura que no acepta la distinción entre los contenidos sustan-
consciente, en atrevimiento humilde, en amor. Y Dios aco- ciales de la fe y las formas históricas de traducirse y ser
gió esas interpretaciones tan en serio, tan de buen grado, asimilada por el hombre, o que si la acepta en teoría no
que se las devolvió a Job y al pueblo elegido como pala- permite que se concrete en la práctica; algo así como el
bra suya, y hoy lo podemos leer con la gozosa ambigüedad dueño de un magnífico fresco, que consciente y celoso
de saber que son a un tiempo palabras de Job a Dios y pala- de su valor, no permite la restauración por temor de que,
bra de Dios a Job, y a través de él dadas a todos los cre- al eliminar las adherencias superpuestas, se arranquen los
yentes. colores originales. Existe en el extremo opuesto el cris-
Querer saber de sí mismo para hacer de la propia vida 2
Es la conocida idea a la que Goethe dio fórmula clásica. «Lo que
algo más que una naturaleza natural y convertirla en una por herencia tienes de tus padres, adquiérelo para poseerlo. Aquello que no
se apropia es una grave carga; sólo lo que el momento crea es lo que
1 utilizarse puede». «Por entero me entrego a ese designio; que esa es la
«Porque tú formaste mis entrañas, y me tejiste en el seno de mi última palabra de la sabiduría: sólo merece libertad y vida quien diariamente
madre, yo te doy gracias por tan grandes maravillas: prodigio soy, prodigio sabe conquistarlas». Fausto, versos 682-685 y 11574-11576. Madrid 1957,
son tus obras» (Sal 139, 14). 50 y 549-
24 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA FE Y HERENCIA HISTÓRICA 25
tiano renegado, aquel que al constatar o bien la inauten- no es algo que el cristiano sienta sólo o ante todo por-
ticídad de muchos moldes en que hasta ahora se había que tenga que dar razón de su esperanza ante los demás
vivido la fe o al menos la inviabilidad para él en el mo- (cf. 2 Pe 3,14-15). No es una presión externa de defen-
mento presente, aborrece a la vez del contenido y de las sa o testimonio, sino una necesidad interna lo que le
formas de poseer la fe. El anterior prefería mantener urge primariamente al cristiano a pensar y en la medida
unas formas inauténticas para salvaguardar el contenido, el de lo posible a comprender su fe. Es el dinamismo pro-
segundo en cambio por no seguir arrastrando formas de pio de una fe que quiere ver, la que impulsa siempre
comportamiento o de expresión carentes de eficacia y sig- de nuevo a iniciar y a proseguir la búsqueda. Fe que es
nificado históricos, prefiere no hacer la disección, renun- vida total para el hombre, consecuentemente vivifica-
ciando con las expresiones de la fe a la fe misma. La es- ción a un tiempo de la inteligencia, de la voluntad y del
tructura de ambas reacciones es idéntica y está determi- corazón. A diferencia de las modernas definiciones de la
nada por una pereza mental, que no arriesga el esfuerzo fe, que oponen creer y conocer, y que hacen sospechar
de interpretar la fe clarificando sus contenidos primarios que la fe se inserta precisamente allí donde no puede o
y secundarios, lo que es nuclear y lo que es menos nu- no llega la inteligencia, la primitiva iglesia definió la fe
clear, lo que es en sí misma, y lo que opera en los como un conocimiento, que no sustituye sino que englo-
hombres que viven de ella 3 . ba, sitúa en un luz nueva y trasciende a los demás cono-
Se da también el cristiano avergonzado, hoy quizá cimientos del hombre. El bautismo como sacramento de
más que nunca, el que preferiría no haber nacido cris- la fe, fue definido precisamente como photismós, ilumi-
tiano, sino haber comenzado a ser cristiano por una ini- nación 4 . La fe en sí misma es ya luz y necesaria perse-
cial e incondicionada decisión propia, anterior a todas las cución de mayor luz 5 . Toda fe es fides quaerens intel-
preparaciones y condicionamientos. Finalmente el cris- lectum, porque no existe al margen del amor y éste im-
tiano autentificado, del que aquí nos vamos a ocupar. pulsa siempre a una mayor penetración y posesión de la
Su postura está determinada por un doble principio. realidad amada. A un hombre como Ortega no se le es-
Primero: voluntad de fidelidad a lo preexistente, a lo capó la percepción de la fecundidad intelectual de esta
dado y recibido, mientras no se demuestre la invalidez dimensión de la fe formulada por san Anselmo 6 .
del fundamento que lo sustenta. La vida sólo es posible
desde una vida anterior. El tronco sólo arraiga en un
suelo propio. Segundo: voluntad de confrontación y veri- * Cf. A. BENOIT, Le Baptéme chrétien au seeond siécle. La theologie
des Peres. Paris 1953; A. HARNACK, Die Terminologie der Wiedergeburt
ficación de la propia fe y de sus contenidos específicos und verwandter
6
Erlebnisse in der alten Kirche: T U 12 (1918) 97-143.
«Según el evangelio de san Juan y la primera carta, fe, conocimiento
en su encuentro con el pensamiento y exigencias éticas y amor están unidos por su mismo origen. Es verdad que la fe puede
del momento respectivo. plenificarse en el conocimiento y desbordar en el amor, pero sólo porque
ya incluye en sí un conocer y un amar, y se realiza en una confiada audición
La necesidad de hacer claridad en el propio existir y en un mirar amoroso»: H. SCHLIER, Glauben, Erkennen, Lieben nach dem
Johannesevangelium: Besinwtng auf das Neue Testament I I . Freiburg 1964,
279-293, cit. en 293. En otra perspectiva bien distinta santo Tomás escribe:
«Lumen fidei facit vídere ea quae creduntur» {2-2 q. 1 a. 4 ad 3; id., q. 5
8 ad 1).
Desde una perspectiva ecuménica se llegó a una fórmula feliz que 6
nos parece de inmensa trascendencia para el redescubrímiento de lo que es «La suma originalidad del catolicismo frente a todas las demás
nuclear en el cristianismo y para orientar el futuro de la iglesia en la unión religiones consiste en que separa de manera radical la fe de la ciencia y a
de los cristianos: la idea de una «jerarquía de verdades», según su cercanía, la vez postula la una para la otra sin allanar violentamente su fecunda
conexión o servicio a lo que es esencial en el cristianismo. Decreto sobre el diferencia. La "Fides quaerens intellectum" de san Anselmo es acaso el
ecumenismo n . Cf. A. PANGRAZIO, El misterio de la historia de la iglesia: lema más fértil que se ha inventado y el que más agudamente define la mente
Documentos conciliares. Madrid 1964, 194-195; H. MÜHLEN, Die Lehre des del hombre. La fe que siente su propia plenitud en forma de enorme sed de
Vaticanum II über die «hierarchia veritatum» und ihre Bedeutung für den intelecto; he ahí la audacia admirable del catolicismo», citado por J. MARÍAS,
okumenischen Dialog: Theologie und Glaube 56 (1966) 3°3-335- Obras I I I . Madrid, 153.
26 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA / FE Y HERENCIA HISTÓRICA 27

gozo cuando se vive sin las angustias de un fin que le


2. Descubrimiento de lo que es aniquile. Misterio al que sin nombrar nos referimos siem-
nuclear en la herencia pre, y desde el que sin saberlo pensamos siempre, y al
que llamamos Dios. Misterio de amor, que es la abso-
Nuestro cristiano viejo ha de comenzar por un es- luta distancia y la absoluta cercanía, que no está ni más
fuerzo de discernimiento, en orden a descubrir bajo la allá ni más acá del hombre, porque le es consustancial,
fronda de prácticas, ritos, fórmulas, dogmas, institu- tela de sus entrañas, pábilo mismo del que emana el
ciones, leyes y personas, lo que constituye el mensaje arder y el ardor de su vida.
central del cristianismo, su originalidad radical y perma- Misterio al que todos amamos sin aún conocerle; al
nente y lo que de verdaderamente capital dice sobre que invocan sin saber su nombre todos los que aman
Dios, sobre el hombre y sobre el mundo. Para muchos el bien, y sufren por la justicia, y trabajan por los herma-
de nuestros contemporáneos veinte siglos de cristianis- nos, y quieren introducir en el mundo la redención de
mo con tanta producción artística, con tanta historia todos los dolores y de todas las insuficiencias. Misterio del
religiosa, con tanta legislación canónica, con tanta prác- que tantos hombres en el mundo han sido inconscientes
tica moralista, constituyen o le hacen la impresión de un testigos, fíeles servidores, mudos apóstoles.
bosque inmenso con infinidad de árboles entre cuya fron- Y de ese misterio absoluto e innombrable dirá el cris-
dosidad él termina por perderse. tianismo que se ha hecho cercanía histórica, que ha ini-
Para este hombre he aquí la pregunta y la respuesta ciado una convivencia con los hombres, mediante una
primordiales. ¿Cuál es en definitiva el contenido nuclear historia común y una alianza, que les ha revelado su vo-
que el cristianismo anuncia y ofrece como mensaje de luntad y esperanza sobre ellos mediante una palabra
vida hoy al hombre? He aquí la respuesta simple en su profética, que primero fue acontecimiento y después li-
aparente complejidad: que existe el misterio radical, tras- bro escrito; dirá que les ha ido acostumbrando a su voz
cendente a nuestros pensares e inefable para nuestras en una educación progresiva, condescendiendo con sus
palabras, en el que estamos radicados, como amor origi- limitaciones y soportando sus debilidades, avanzando a
nario que nos alimenta, y del que mana el agua de nues- su propio paso con la paciencia de la madre que sigue
tra vida, como de hontanar primordial; hacia el que a su los pinos de su hijo. Presencialización de ese misterio a
vez inconscientes y mudas retornan todas las corrientes través de la voz potente de unos hombres nacidos de
de nuestro ser. Misterio en el que se encienden las lám- la común tierra humana y que gritaron las exigencias
paras de nuestros deseos, y arden las luces de nuestras de la fidelidad al Absoluto, al Ünico; que denunciaron
inteligencias, y se apoyan los pilares de nuestras espe- todos los ídolos y recordaron al hombre cómo sólo en el
ranzas, y se nutren los proyectos de nuestro futuro, y servicio de un Alguien mayor su vida se alimentará con
aviva la llama que somos. Misterio del que venimos y al pan que es pan y agua que es agua 7 . Profetas que de una
que vamos, que se da a percibir como brisa en el cora- vez para siempre iluminaron el rostro del Dios viviente,
zón del hombre no sólo ni tanto en el dolor y en la en manifiesta oposición a todos los ídolos fabricados por
muerte, no exclusivamente en los momentos en los que las manos de hombres, y a todas las dictaduras y a to-
el hombre desciende a gustar su pobreza sino sobre todo
en los momentos cumbres del existir, en la felicidad que 7
Is 35» J - 3 : «¡Ay sedientos todos, acudid a las aguas, también los
pide eternidad, en la alegría que no es comprensible sino que no tenéis dinero! JId, comprad y comed, comprad sin dinero y sin pagar,
vino y leche! ¿ Por qué gastáis dinero en cosa que no es pan y el fruto de
como eternamente perdurable, en el amor que sólo da vuestro trabajo en cosa que no da hartura?»
28 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA FE Y HERENCIA HISTÓRICA 29
das las ideologías, y a todos los cultualismos donde el ser- nuestras manos, de todo lo que Dios quiere y puede ser
vicio a Dios eximiera del servicio al prójimo, donde el para los hombres, es decir hombre con nosotros para nos-
culto dispensara del amor al pobre y de la justicia con otros, miembro de nuestra comunidad humana, solidario
el huérfano. Misterio que al revelarse a los hombres, ha de nuestro destino. ¡Jesús de Nazaret, realización supre-
revelado los hombres a sí mismos 8 . ma de la suprema esperanza que puede crecer en tierra de
Junto a los profetas ha suscitado los grandes orantes, hombres, humilde conquistador de la más noble tentación
que para siempre nos han dejado dicho con sus obras y humana: ser en Dios como Dios; realización absoluta de
palabras que Dios interpela al hombre como una persona lo que es ser hombre: quien de verdad es sí mismo siendo
a otra, que nos invoca con nuestro nombre proprísimo, y en la ultimidad de Dios! u
que ante él no es posible otra respuesta que la que todo El cristianismo dice por tanto que en él se encontra-
israelita tenía presta en sus labios por si Yahvé le llama- ron esos dos movimientos: de Dios hacia el hombre y del
ba: «Heme aquí» 9 ; que nos han recordado con sus sal- hombre hacia Dios, y que consecuentemente se logró en
mos y cánticos que el hombre no sólo tiene una tendencia su raíz la epopeya humana y de alguna forma se consumó
a la gregaridad sino ante todo al diálogo, y que en verdad desde dentro la historia, hasta el punto de que ya sólo a
se ha descubierto y se seguirá eternamente descubriendo la luz de Cristo se iluminará el misterio humano y sólo
como persona al sentirse interpelado por Dios, y al des- a la luz de la historia de Jesús de Nazaret se iluminará el
cubrirse capaz de responder ha respondido, y al entregarle sentido de la historia humana13. Lo que llamamos encarna-
su palabra ha percibido la necesidad de ser fiel a ella, es
decir ha descubierto su responsabilidad10. 12
«Lo que hace posible la encarnación del Verbo, es decir lo que hace
Misterio que se ha hecho cercanía y comunidad de des- que tenga sentido desde el lado humano, es la constitutiva dimensión de
"trascendencia" de la realidad humana. Esta dimensión en la cual coinciden
tino con todos los hombres en Jesús de Nazaret, lugar de e inciden la raíz de la inteligencia, la raíz de la libertad, la raíz de la
religación... y la raíz de la persona. En el centro más vivo de la ontológica
encuentro de esos dos movimientos convergentes el uno aspiración del ser humano a personarse queda asumido ese ser humano,
hacia el otro, que son Dios y el hombre 11 . Porque en esa realidad humana para realizarse como persona no en sí mismo, sino
más allá de sí mismo en el Verbo, alargado hasta éste y cumplido trascen-
verdad Dios es el que existe abriéndose, comunicándose, dentalmente en éste, sin propia merma, elevado hasta el infinito, aquel primor-
dial y propio e irrenunciable anhelo de erigirse en persona. Lo que debía
yendo más allá de sí mismo en pura generosidad y difu- ser un yo infinito y supremo, al cual se abriera un tú relativo y creado,
sividad, y el hombre es ante todo la pura abertura, la orde- se convierte en un único yo sin tú en la doble realidad esencial de Cristo
Señor nuestro. En él rigurosamente Dios es hombre y el hombre es verda-
nación a Otro mayor que él, la esperanza abierta al deramente Dios.
Infinito, la añoranza de que alguien venga a ser en él esa En realidad esta absorción del tú finito de la naturaleza humana en el
yo infinito de Dios, viene a ser la suprema, la incontenible aspiración de toda
realización infinita de sus posibilidades finitas. Jesús de auténtica comunión personal. Desde lo más hondo de la realidad personal
Nazaret es la concreción visible a nuestros ojos, tangible a creada asciende, como un viento largo de deseo, ese querer darse a Dios para
unirse con él trasponiendo su ser personal al ser personal divino. Por eso
y porque todas las cosas aspiran a hacerse luz, claridad de amor en el
hombre, puede decirse con verdad que la encarnación viene a ser como el hito
8 de la aspiración final trascendente de todos los seres creados, según su pecu-
«Cristo, el nuevo Adán, en la misma revelación del misterio del liar manera y dentro de una jerarquía establecida; la cual aspiración única-
Padre y de su amor, manifiesta plenamente el hombre al propio hombre y le mente puede tener cumplimiento en la graciosa donación del amor sobre-
descubre la sublimidad de su vocación». Constitución conciliar Gaudium et natural». A. ORTEGA, Encuentro en Cristo del hombre con Dios: El problema
spes (GS), 22. del ateísmo. Salamanca 1967, 308-309.
8
Sam 3, 4-8 y todos los relatos de vocaciones.
10
Cf. A. GONZÁLEZ NÚÑEZ, La oración en la Biblia. Madrid 1969; Esta nueva forma de interpretar las relaciones entre antrolopogía y
A. HAMANN, La oración en el Nuevo Testamento y en la patrística. Barce- cristología fue iniciada por B. WELTE, Zur Christologie von Chalkedon:
lona 1968; C. A. BERNARD, La Friere chrétienne. Etude theologique. Bruges Auf der Spw des Ewigen. Freiburg 1966, 429-458; K. RAHNER, Poro la
1967. teología de la encarnación: Escritos de teología IV. Madrid 1964, 139-158;
11
«Incarnatio est elevatio totius mundi in divinam personam», CAYE- La cristología dentro de una concepción evolutiva del mundo V, 181-220;
TANO, Comm 5 q 1 a 1. «El Hijo de Dios en la encarnación se ha unido en Theologie und anthropologie V I I I . Einsideln 1964, 53-65.
18
cierto modo con todo hombre»: GS 22. «El Verbo de Dios, por quien todo fue hecho, se encarnó para que,
siendo hombre perfecto, salvara a todos y recapitulara todas las cosas. El Señor
30 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA FE Y HERENCIA HISTÓRICA 31
ción no es una aparición de Dios entre nosotros, una es- para dar testimonio de él ante los tribunales, nos configu-
pecie de paseo de Dios sobre la tierra, sino en verdad ra con sus interioridades de forma que podamos sentirnos
Dios mismo asumiendo las condiciones de nuestra histori- hijos de Dios y podamos gritar: «Abba Padre». De esta for-
cidad y las determinaciones éticas advenidas a nuestro des- ma nos lleva a la verdad completa16.
tino. Destino compartido hasta la muerte, que es la suerte La comunidad de los que creen en Cristo, viven alen-
humana, y que en él por no ser fruto de ningún pecado tados por su espíritu, en su fuerza anuncian el evangelio,
sino consecuencia de su voluntad de ser semejante en todo lo ponen en práctica, dando testimonio ante los hombres;
a nosotros, fue un acto de libertad suprema en el amor y comunidad que surge día a día como único cuerpo de la
por ende redentora. Redención es compartir el destino del participación del único pan; comunidad que persevera fiel
prójimo inmutándolo: sólo posible en el amor que asume en el amor y en la enseñanza de los apóstoles: a esa comu-
la realidad del amado. nidad la llamamos iglesia. Palabra y presencia de Cristo
Cristo nos aparece ahora como esa cumbre señera de son el corazón de la iglesia, anunciada aquélla y realizada
una humanidad fiel a Dios y de un Dios fiel a la huma- ésta por los que son sus columnas, los apóstoles y profetas,
nidad, dándose mutuamente. Según que se acentúe una u quienes, junto con el Espíritu Santo, la mantienen fiel a su
otra perspectiva podremos definir a Cristo como el proto- pasado normativo, abierta al futuro, dispuesta a andar
tipo o arquetipo de la humanidad, como el fin que consu- siempre caminos nuevos. Esta iglesia, «comunidad inte-
ma las posibilidades objetivas de lo humano o como inicio grada por hombres que reunidos en Cristo son guiados
que a la luz de su persona hace surgir la nueva humani- por el Espíritu Santo en su peregrinar hacia el reino del
dad. O en cambio desde el lado de Dios podremos defi- Padre y han recibido la buena nueva de la salvación para
nirle como la palabra viviente, la imagen visible del Dios comunicarla a todos» (GS 1), se siente solidaria de toda
invisible, la sabiduría del misterio de Dios 14 . Él es el gran la humanidad, ya que si ella ha sido llamada por Dios,
sacramento de Dios para los hombres, es decir signo de ha sido para ser luego enviada a todos los hombres, y si ha
Dios y causa del vivir nuevo que nos quiere comunicar15. sido enriquecida con una luz es para iluminar y si ha sido
El gran don de Cristo de parte de Dios a los hombres vivificada con una gracia es para vivificar a los demás.
fue su propio espíritu, que llamamos Espíritu Santo, en La iglesia es a la vez un misterio de elección, porque
orden a intimarnos individualmente lo que Cristo en su de entre todos los pueblos son llamados graciosamente sus
existencia temporal significó para la humanidad en cuanto miembros a la luz; un misterio de comunión, pues a ella
tal. El Espíritu nos recuerda las palabras de Cristo, nos se llega para superar la propia soledad y pobreza integrán-
desvela toda su fecundidad y actualidad, nos da fuerza dose en la plenitud divina de Cristo hermano nuestro a la
vez que cabeza del cuerpo, inserción común en él que
es el fin de la historia humana, punto de convergencia hacia el cual tienden
todos los deseos de la historia y de la civilización, gozo del corazón humano opera la fraternización de todos; y un misterio de disper-
y plenitud total de sus aspiraciones»: GS 45. sión, ya que quien a ella llega una vez iluminado retorna a
14
Cf. V. TAYLOR, The Ñames of Jesús. London 1062; O. CUIXMANN,
Cristologia del Nuevo Testamento. Barcelona 1969; A. FEUILLET, Le Christ la tierra de origen para ser iluminador, en la existencia
sagesse de Dieu d'apres les Epttres pauliniennes. Paris 1966; L. CERFAUX, común de los hombres y en las tareas de las naciones.
Jesucristo en san Pablo. Bilbao 1964; J. DUPONT, Essais sur la christologie
de saint Jean. Bruges 1951.
x5
Y esta estructura de origen determina su dinamismo de
«Non est aliud Dei sacramentum nisi Christus»; SAN AGUSTÍN,
Epist. 187, 34 (PL 38, 846). «Ella (la iglesia) es en el mundo el sacramento realización: sus miembros han de vivir distanciándose per-
de Jesucristo, de igual manera que el mismo Jesucristo es para nosotros, manentemente de la pecaminosidad que por su origen y
en su humanidad,E el sacramento de Dios». H. DE LUBAC, Meditación sobre
la iglesia. Bilbao ig66, 181; Lumen gentium 1, 9, 48; Gaudium et spes 45.
M
Cf. E. SCHIIXEBEECKX, Cristo, sacramento del encuentro con Dios. San Mt 10,17-18; Me 13,9; Jn 14,15-17; 25-26; 15,26-27; 16,12-15;
Sebastián 1965. Rom 8, 12-17; Gal 3, 4-7.
32 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA
FE Y HERENCIA HISTÓRICA 33

tendencia durable son; han de apropiarse en esfuerzo re- claridad nuestras sombras. Sólo quien accede a dejarse
novado las energías de vida nueva que de su Señor ema- connaturalizar con las exigencias totales de la fe puede
nan para ellos en el orden de la iluminación intelectual descubrir los valores de vida que ella comporta.
y de la ejemplaridad moral; finalmente han de ir más allá Meditación seguida de una reflexión sobre la expe-
de sí mismos, distendiéndose hasta la plena inserción en riencia humana diaria, confrontada con el mensaje. Con-
la comunidad de los hombres, para ser fermento de evan- frontación del trabajo, del amor, de la esperanza, de las
gelio y simultáneamente de humanización. situaciones de injusticia, de los problemas comunitarios.
Misterio de un Dios viviente y personal, revelado Haciendo cristianismo se descubre el cristianismo, hacien-
como amor y como padre en Cristo, interiorizado por el do la verdad se llega a la luz18. La acción crea y contiene
Espíritu, creador de una comunidad de hombres nuevos, una luz propia que no es adquirible por ningún otro me-
que se alimentan día a día de la mesa de la palabra y en dio. Por ello la libertad de iniciativa, de exploración y de
la mesa de la eucaristía para vida del mundo 17 . Misterio creación son esenciales al cristianismo, en orden a comul-
de un Dios condescendiendo hasta la pobreza del hombre gar cristianamente con todas las problemáticas, a solidari-
para promover al hombre hasta su propia plenitud, para zarse con los problemas de todos los hombres, para poder
que el hombre viva, y en su conocimiento tenga vida eter- proyectar los ideales cristianos en el momento de gesta-
na. Eso es el cristianismo, y yo me atrevería a decir que ción de las situaciones presentes y sobre todo del futuro
nada más. Todo el resto surgirá de la libertad creadora del de los hombres. Es precisamente en la asumpción humilde
hombre que ha dicho «sí» a estas realidades y está dis- pero confiada, contenida pero valerosa de las nuevas tareas
puesto a configurar con ellas su pensamiento y acción, su y de los nuevos riesgos donde podemos descubrir las po-
vida individual y comunitaria. tencialidades que aún duermen vírgenes en el evangelio.
La tercera condición en orden a reasumir la fe a la
3. Formas y condiciones del altura de nuestra persona y de nuestro tiempo, será la par-
ticipación activa y religiosa en la vida litúrgica de la comu-
redescubrimiento nidad. En la audición de la palabra y en la participación
¿Cómo llega el creyente individual a este redescubri- del pan los cristianos van configurando su alma e inter-
miento? Ante todo comenzando por un estudio de ese comunicando su fe, al alimentarse de un pan único y de
mensaje en sus mismas fuentes neotestamentarias para una verdad única, partido y anunciada. En la fe de los
descubrir cuáles son líneas de fuerza y cuáles líneas mar- hermanos él conforta su infidelidad y en la esperanza de
ginales en el actual edificio cristiano, cuáles son troncos ellos alivia su desesperanza y en la caridad de los muchos
sustentadores y cuáles ramas advenientes. Por una medi- se enciende la caridad de quien se repliega sobre el pro-
tación silente y prolongada que confronta el mensaje no pio egoísmo. Pero sobre todo porque en la celebración
ya sólo con la inteligencia sino con los niveles todos de eucarística el creyente individual realiza el encuentro in-
la persona, que se esfuerza por conformar con él la propia mediato con la persona de Jesús que le renovará día a
vida, que se deja cuestionar hasta el fondo para desem- día la capacidad creadora, necesaria para una fidelidad y
bocar incluso en una conversión no sólo ni primariamente un testimonio cristianos en el mundo, a la vez que le
moral sino ante todo intelectual. Meditación que ya no es confortará de sus debilidades y de sus desilusiones. Ali-
discurso silogístico sino un irse dejando poner bajo la mentado con estas realidades profundas el creyente indi-
iluminación del Espíritu para que en su luz adquieran
18
Jn 3, 20-21. Cf. M. BLONDEL, L'action. París 1954.
T. KEMPIS, Imitación de Cristo, IV, 2, 4.
34 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA FE Y HERENCIA HISTÓRICA 35

vidual y la iglesia como tal, podrán ser con tanto valor un rayo nuevo de luz el sol...
como realismo, la vanguardia de Dios en el mundo 19 . y un camino virgen
Dios 20.
Nuestro cristiano viejo irá teniendo quizá inesperada-
mente esa durísima sensación de soledad, de habérsele caído Al llegar a esta cima difícil nuestro cristiano viejo qui-
todo lo que arrastró desde siempre, cuando opere esta dis- zá sienta vértigo, quizá prefiera volver a su fe aprendida
tinción entre el núcleo de su fe y los revestimientos que y heredada; quizá prefiera dejar reducido Dios al ancia-
mediante conceptos, tradiciones y prácticas de piedad la no de barba blanca que recuerda en el techo de su iglesia
habían legítimamente acompañado hasta ahora. Es la hora primera, ahora que se le ha descubierto como el Dios vi-
de ser fiel al contenido cuando parece que se nos quiebra viente y exigente, que le envía a los otros, que le arranca de
el continente. Entretanto esa soledad es considerablemente su placidez y vulgaridad. Quizá quiera retornar a la infan-
fecunda, porque en ella el cristiano ha de dar la medida cia yde pida a Dios con el poeta que le devuelva su alma anti-
de su fe, como pura y simple fidelidad a Dios al margen gua de niño:
de todo y más allá de todo, sin asideros y sin consuelos. Se ha llenado de luces
Horas de espera y desasosiego, que los místicos llaman mi corazón de seda,
«noches oscuras de la fe». Tiempos de soportar a Dios, de campanas perdidas,
de aguardarle hasta que llegue la claridad de la aurora, de lirios y de abejas,
conscientes de que, aun cuando se nos rompan los con- y yo me iré muy lejos,
más allá de esas sierras,
ceptos en que habíamos aprendido a Dios, no por eso más allá de los mares,
hemos perdido la fe. Hay valores que sólo se descubren cerca de las estrellas,
en su realidad última si se soportan en el dolor, si se para pedirle a Cristo
oran, si se batallan. Fases de búsqueda y de conocimien- Señor que me devuelva
to de Dios en las que sólo el amor alumbra y sólo el mi alma antigua de niño
madura de leyendas,
amor sostiene. El amor y la esperanza que llevan a él con el gorro de plumas
como la sed a la fuente en medio del desierto. y el sable de madera 21.
Largo camino del conocimiento personal de Dios y de
Cristo que entrañan secretos y meandros, para los que no Pero el cristiano no es hombre del pasado sino del
valen guías ni sirven maestros, aun cuando sean indispen- futuro, no de la quietud sino del progreso.
sables sus consejos y experiencia: todo aquí es eminente- Hasta aquí el itinerario seguido para operar una rea-
mente individual, todo ocurre entre Dios y cada hombre. sumpción del cristianismo heredado. Pero ¿por qué
De nuevo podríamos dejar hablar al poeta: reasumpción y no abandono sin más? Para ello tendría
que habérsele probado a nuestro cristiano viejo la false-
Nadie fue ayer dad de lo que hasta ahora había creído, habérsele mostra-
ni va hoy, do que todo ello limita su humanidad, le cierra a valores
ni irá mañana
hacia Dios que otras religiones o cosmovisiones le ofrecen, y están
por este camino
20
que voy yo. LEÓN FELIPE, Versos y oraciones del caminante, en Lira rota. Bue-
Para cada hombre guarda nos Aires 1947, 11. Puro eco de aquellos otros de A. MACHADO, Proverbios
y cantares XXIX, en Poesías completas. Madrid 1963, 158: «Caminante, no
19
hay camino / sino estelas en la mar... / caminante, no hay camino, / se hace
Cf. H. Cox, La ciudad secular. Barcelona 1968; E. COLOMER - camino al andar.»
21
V. CAMPS, En torno a la «.ciudad secutan: Selecciones de libros 9 (1968) F. GARCÍA LOECA, Balada de la placeta: Obras completas. Madrid
99-103. 1962, 179-180.
36 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA FE Y HERENCIA HISTÓRICA 37
ausentes o son inconciliables con la suya. Él concederá ción a este mundo las tinieblas no fueron capaces de ven-
que encuentra dificultades en asimilar el núcleo cristiano cerle, es decir, de entenebrecerla22; y que esta luz pervi-
que antes hemos descrito, dificultades sobre todo para ve y se hace llama cuando se anuncia la palabra y se parte
estar a la altura de sus exigencias. Concederá igualmente el pan.
que existen problemas cuya solución inmediata no ve. El cristianismo exige la superación de un escándalo
¿Pero tendría sentido abandonar la totalidad porque al- fundamental, el que inevitablemente implica el Cristo, al
gunos de sus elementos no aparezcan en plena claridad? que el creyente se abre, en cuyo nombre se bautiza, al que
Si abandonara su fe, ¿qué se le ofrecería a cambio? ¿En refiere su existencia y por el que se deja cuestionar hasta
qué otro lugar encontraría las grandes respuestas que ine- las raíces últimas de su ser. Jugarse la vida desde él, dejar
ludiblemente la existencia exige; no sólo las respuestas de hablar de Cristo como un «ello» y comenzar a hablarle
intelectuales de orden teórico, sino las fuerzas cordiales, como un «tú», es decir, tener el valor de afirmar que
las capacidades de acción y de pasión que en el cristianis- Cristo, aun cuando haya nacido de nuestra tierra humana,
mo encuentra? ¿Dónde un Dios comparable al Dios vi- viene de más allá y va más allá de los hombres, que aun
viente? ¿Y qué otro hombre podría arrogarse con más siendo fraterno de nuestra finitud y nuestra pobreza, nace
derecho que Jesús de Nazaret el ser la expresión ejemplar en otros veneros y desemboca en otros mares: todo eso es
de nuestras posibilidades frente a Dios, de nuestra res- una dura, pero una necesaria exigencia del credo que cada
puesta para con él y para con los otros hombres? día se recita. Quien no ha llegado a estos bordes, en que
Lograda esta clarificación radical y esta convicción fun- está el escándalo de lo cristiano, quien llegando no lo ha
damentales, nuestro cristiano deberá seguir avanzando en superado, ése no sabe cuál es la sorprendente novedad del
la búsqueda y en la apropiación porque sólo en lucha cristianismo. Es entonces cuando adivina y llega a saber
conservará su tesoro; en lucha contra su pobreza, contra como verdad de vida que en ningún otro tienen los mortales
su egoísmo, contra la poquedad de su corazón, contra el salvación y que sólo él tiene palabras de vida eterna.
secreto deseo de clausurarse sobre sí mismo y no creer La especificidad del mensaje y persona de Cristo con-
en el amor. Aunque parezca extraño, creer en el amor es siste en esta alternativa de absolutez, de totalidad y de
lo que con más dificultad el hombre hace. Accede más irreductibilidad a un «ello», y de necesaria situación a
fácil y prontamente a creer en el absurdo que a sentirse nivel de un «tú» personal y recriminatorio. Cristo no es
amado por Dios. sólo un prototipo de lo humano, la encarnación insupera-
ble de nuestras posibilidades y esperanzas. Cristo viene de
4. Aspectos y dificultades para Dios y retorna a Dios, sin agotar su ser en las fronteras
esta integración del tiempo humano. Aquí está la línea de separación entre
el juicio que Cristo merece a un cristiano y a los demás
Resumamos de nuevo el redescubrimiento que del cris- hombres, que le sitúan en el panteón de los grandes, en
tianismo ha hecho nuestro viejo cristiano: que existe el un pedestal similar más o menos declarado y alto, pero
misterio hacia el que vive abierto y desde el que vive dentro del recinto común. Cristo sería «un» capítulo en la
alimentado, que ese misterio se llama el Viviente, se de- historia de los grandes libertadores, de los grandes mora-
fine como Amor y quiere ser invocado como Padre, que se listas, de los grandes iniciadores de movimientos religio-
nos ha manifestado en la concreción de un hermano de
nuestra carne y sangre, Jesús de Nazaret, siendo la luz, la 23
Jn i, 5. El verbo griego utilizado por el evangelista, katelaben, puede
vida y resurrección nuestras; quien viniendo como ilumina- entenderse en doble sentido: coger, acoger, recibir o asaltar, vencer, dominar,
someter, subyugar, anular.
38 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA FE Y HERENCIA HISTÓRICA 39

sos. Para el cristiano tal explicación, aun poseyendo un citado frente a la libertad de investigación, la condenación
adarme de verdad, no llega a las ultimidades del proble- de muchos pioneros en los terrenos de la ciencia.
ma: a un Cristo así concebido yo no someto mi ser, ni Nos duelen como en propia carne todas las heridas
concedo beligerancia en mis decisiones y opciones últimas, abiertas de quienes llevaron cadenas en sus cárceles y
y obedecerle, dejando de ser el único juez sobre mi vida, arden en nuestros propios cuerpos todas las llamas de
sería la suprema alienación. Yo no renuncio a ser el pro- las piras que, levantadas por la Inquisición, quemaron vi-
tagonista de mi vida, y sólo aceptaré un antagonista digno vos a hombres decididos a ser fieles a las exigencias de su
de ella: tal antagonista sólo puede ser Dios, y Cristo en conciencia. Nos duele el no raro absolutismo de sus diri-
la medida en que presencialice, transparente y me dé a par- gentes, que ha ido paulatinamente eliminando la opinión
ticipar a Dios. pública en la iglesia; nos duele la consagración ilegítima
El cristiano tendrá que superar otra tentación no me- de unos sistemas de pensamiento con exclusión de otros;
nos radical: la de aceptar un Cristo sin iglesia. El cristia- nos amarga pensar que se haya absolutizado una forma
nismo que hemos descrito, simple y profundo, podrá apa- occidental de pensar impidiendo con ello que se abrieran
recer ante sus ojos como un mensaje liberador. Pero, las puertas de un continente como China; nos duele más
¿dónde existe históricamente tal cristianismo? ¿Le será todavía que se haya consagrado la romanidad como la forma
posible reconocerlo presente y operante en medio de ese histórica, ideal y necesaria de la catolicidad.
grupo sociológico concreto que llamamos iglesia? Un hom- Nos duele que la iglesia se haya arrogado con una
bre serena y reciamente consciente de las exigencias histó- seguridad absoluta la autoridad para decidir en problemas
ricas de la humanidad en el siglo xx ¿podrá arriesgar su sobre los que la palabra de Dios nada decía; nos duele
vida integrándola en esa vieja comunidad que arrastra que se haya querido saber siempre maestra de todos los
tanto folklore sobre sus espaldas y lleva en su rostro las saberes y de todas las materias; nos duele la pereza o de-
desfiguraciones que los pecados y crímenes de tantas gene- sidia con que se ha abierto a nuevos descubrimientos, y
raciones anteriores han ido depositando sobre ella? que apoyada por ejemplo en una biología de Aristóteles
En un siglo en que superando el individualismo reli- haya querido estructurar un orden moral obligatorio para
gioso hemos redescubierto el misterio de la comunidad los cristianos que son contemporáneos de Butenant y Seve-
y en el que la iglesia ha comenzado a renacer en las almas, ro Ochoa. Esa aparente seguridad, distancia desprendida
sentimos graves dificultades no ya para apuntarnos a ella ante los hechos, gozosa posesión y dominio sobre una
como a una asociación más, sino para realizar lo que nos verdad completa e intemporal que a generaciones anterio-
exige: solidarizarnos profundamente con ella, con su he- res había entusiasmado en la iglesia católica, es lo que la
rencia del pasado y su programa para el futuro. Más que hace problemática para nuestros contemporáneos, igual-
la «santa iglesia» nos impresionan hoy los pecados de los mente abiertos a la verdad y deseosos de su posesión pero
hombres de iglesia, la resultante pecaminosa de esa comu- mucho más sensibles a la historicidad de lo humano, a la
nidad. No podemos soslayar sus muchos pecados, ni igno- vida como conquista personal, a la verdad como dimen-
rar sus defecciones personales y generacionales, la pobreza sión de la realidad desvelada en la historia y arrancada
de miras que en determinados momentos ha mostrado, la por el esfuerzo descubritivo del hombre.
cortedad de sus planteamientos, su alianza con el poder, Nos duele que junto al «credo de los apóstoles» haya
su olvido del dolor y del hambre de los pobres, la pereza impuesto no raras veces otros «credos», con la misma o
con que ha seguido el ritmo de los tiempos en lugar de casi igual obligatoriedad, como un credo político, y haya
adelantarse a ellos creadoramente, la oposición que ha sus- consagrado por ejemplo monarquías o democracias u otras
40 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA FE Y HERENCIA HISTÓRICA 41

formas de régimen que eran legítimas pero absolutamente oscuridad, a todos los pecados de la iglesia; que en la con-
circunstanciales, y no siempre las más favorecedoras del frontación de generaciones, de sistemas de pensamiento
evangelio, aun cuando intentasen aparentarlo para gozar de y de movimientos históricos, me he preguntado siempre
la seguridad que éste pudiese prestarles. Un credo artís- dónde estuvo ella, cuál fue su respuesta, cuál su aporta-
tico, para sugerir que a un católico debía gustarle más el ción. Confieso que he sido, soy y seguiré siendo exigente
arte neogótico que el moderno, más Ribera que Goya, con ella hasta el extremo. Y desde esta postura me he
más las imágenes de Olot fabricadas en serie que los cua- preguntado por el balance de aportaciones de sus miem-
dros de Rouault. Un credo filosófico, para dictaminar des- bros a la humanidad actual, y he llegado a una conclusión
de él por ejemplo que la Summa theologica de santo To- que no niega todo lo anterior, que incluso lo hace más
más contenía ya cuanto de verdad pudiera haber en los misterioso, pero a la vez lo ilumina y lo hace gozosamente
sistemas de Descartes, Kant o Hegel. soportable. Junto a otras legítimas y revolucionarias apor-
Nos duele pensar que, siendo el cristianismo la libera- taciones, que conozco y valoro, para mí la grande, la de
ción de la ley mosaica y en el fondo de toda ley como verdad única y revolucionaria aportación de la iglesia a la
presión urgente desde el exterior, y constituyendo su gran humanidad, por la que siempre podré y necesitaré seguir
novedad de sustitución de tal ley por el Espíritu de vida invocándola en el credo como «santa madre», es el hecho
que llamamos Espíritu Santo, haya renacido en la iglesia de habernos conservado vivo el recuerdo, viviente la per-
un legalismo y una mentalidad juridicista que pensaban sona y vivificante la palabra de Jesús. Todos los pecados
deber marcar un camino obligatorio a cada deseo del cora- y debilidades de esta madre pierden en peso real frente a
zón, haciendo creer al cristiano que su responsabilidad esta otra aportación. Que me haya dado la posibilidad de
consistía y en el fondo se agotaba siguiendo la ley, o lo encontrarme personalmente con Cristo, y sentirme con-
que es lo mismo descargándole de esta responsabilidad temporáneo suyo a través de la participación en la euca-
propísima preguntando a la jerarquía, y proyectando so- ristía y audición de su palabra24; que haya podido acer-
bre ella lo que es inalienable: la libertad de hombre y la carme a él no en la distancia como he tenido que hacer
creatividad propia de los hijos de Dios. con Buda, Sócrates o Aristóteles, sino en una cercanía real
Una mujer tan clarividente como la poetisa Gertrudis y eficiente. A través de la voz de la iglesia la palabra de
von le Fort ha escrito en su biografía de conversa que Cristo me ha sonado a palabra viva, y cada día me ha ido
quien ha superado la historia de la iglesia, ha superado interpelando, removiendo las brasas de mi existencia a
todas las dificultades del cristianismo23. Y a esa iglesia es punto de apagarse, y su mensaje moral me ha sido anun-
a la que el cristiano viejo reconoce por madre. ¿Tendrá ciado en toda la virulencia revolucionaria que posee, por
hoy el valor de reasumirla como ha sido y como es, no medio de la decisión de la jerarquía, de la interpretación
como él la hubiera querido o la desease para nuestros
días? ¿No se sentirá tentado a desentenderse de ella in- 24
«Hacerse cristiano en verdad viene a significar el hacerse contem-
tentando vivir y realizar un cristianismo individual? ¿Se poráneo con Cristo. Y si el hacerse cristiano no acaba por significar esto,
alejará de ella en un distanciamiento público o bien per- entonces todo ese tamborilear que se es cristiano no es más que vanidad,
ilusión y profanación, aparte de ser un burlarse de Dios, un pecado contra
maneciendo dentro de ella preferirá vivir en un exilio el segundo mandamiento de la ley y un pecado contra el Espíritu Santo.
Porque en relación con lo absoluto solamente se da un tiempo: el presente,
interno? quien no es contemporáneo con lo absoluto, para él no existe absolutamente».
S. KIERKEGAARD, Ejercitación del cristianismo: Obras y papeles. Madrid
Confieso que soy neurálgicamente sensible a toda la 1961, 111-112. Sobre el concepto de «contemporaneidad» en Kierkegaard y su
necesaria prolongación en una perspectiva católica, cf. T. KAPMANN, Kierke-
23
G. VON LE FORT, Hdlfte des Lebens. Erinnerungen. München 1965, gaards «Einübwig im Christentitm»: Interpretation der Welt. Festschrift
85-86. für Romano Guardini. Würzburg 1963.
42 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA FE Y HERENCIA HISTÓRICA 43

de sus teólogos, del testimonio de sus hombres en el tra- oscuridades y luminarias que jalonan la historia de la igle-
bajo y de la oración permanente de sus contemplativos. sia, a la vez que las debilidades ante el mundo sus heroicas
Antes que todas las realizaciones culturales, intelectua- aportaciones y retos ante él para sacarlo de sus repliegues y
les, o sociológicas está la gran aportación que acabamos hacerlo marchar hacia adelante. A lo largo de toda la geo-
de describir. Sin ella yo no hubiera podido saltar los dos grafía eclesial se va uno encontrando generación tras genera-
mil años que me separan de Jesús, no hubiera podido ción esa ininterrumpida cadena de hermanos fieles al evange-
percibir los rasgos de su faz que a fuer de terriblemente lio, evangelio anunciado o vivido, explicado con la pluma o
humana era divina, ni percibir el tono acerado o pacifi- con las obras, testimoniado con la vida o con la muerte.
cante de su voz, ni sentir el contenido que efluye de su Por exigencias de una honradez y humildad últimas
existencia abierta al tiempo de los hombres en fidelidad a no puedo desolidarizarme de una iglesia, gracias a la cual
la tierra y no menos abierta a la comunión con Dios. En el mis pecados son menos; una iglesia que me soporta hu-
corazón de la iglesia esto me ha sido y me sigue siendo mildemente a mí, soberbio pecador, y que día a día me
día a día posible. Y desde aquí acepto todos los escánda- ofrece redención. ¿Con qué derecho me voy a constituir
los, todos los pecados, porque ninguna tenebrosidad es observador desde fuera yo tan pobre como todos los que
tan potente como esta luz, ninguna desilusión tan lace- están dentro, tan cobarde ante los imperativos del tiem-
rante como esta capacidad de comienzo que engendra el po, tan replegado sobre mí mismo? Nunca me he podido
encuentro con Cristo en la eucaristía, ni ningún fracaso considerar espectador de la iglesia. Sus sombras me han
tan erradicador como este injerto de vida que es cada dolido como mis propias sombras, y en las defecciones de
página del evangelio oída con corazón mullido. Plenitud los demás creyentes he adivinado la repercusión de mis
y originalidad del evangelio que sólo se mantienen en la propios pecados. Si mi pobreza personal, mi egoísmo, mi
comunidad católica de todos los miembros creyentes, ya pereza, mi lujuria, mi injusticia han sido humildemente
que cada uno de nosotros estamos irremediablemente ten- asumidos y purificados por el Espíritu que permanece en
tados a desfigurarle, por la absolutización de aquel aspecto ella, ¿con qué lealtad me voy a constituir yo erguido juez
que más en connaturalidad está con nuestra psicología o de aquella comunidad mediante la cual puedo vivir en
sensibilidad ética, desorbitando algunos de sus elementos Cristo y sentirme renacer a su fortaleza? ¿No sería el col-
que arrancados a la totalidad del mensaje se tornan falsos mo del fariseísmo, vivir de la luz de la iglesia para luego
— y eso es casi siempre la herejía: la absolutización ile- maldecir de sus sombras, alimentarse de la vida que ella
gítima de un aspecto verdadero del mensaje cristiano. ofrece para luego luchar contra ella? Sólo quien sea santo
Por más tenebrosos que hayan sido los tiempos de la a la medida de la santidad que Cristo espera de él, tiene
iglesia, nunca se extinguieron a un tiempo todas las lám- derecho a desertar de la iglesia. Yo entretanto soportaré
paras que proyectaban luz, ni se callaron las voces que a una iglesia, aun cuando sea pecadora, porque es ella
exigían reforma. Es admirable constatar que aun cuando quien me soporta a mí, pecador, y me da la posibilidad
las capitulaciones fueran numerosas, incluso por parte de de poder serlo un poco menos.
la autoridad, siempre se tuvo el valor de seguir mante- Todo esto no cercena el derecho y el deber de crítica
niendo en alto las exigencias del evangelio, sin intentar dentro de la iglesia, más aún, lo hace más urgente, pero
domesticar la dureza del programa divino subyugándolo lo reduce a sus criterios de autenticidad, lo sitúa en una
a las fragilidades humanas. Pero estaríamos cediendo a un luz distinta. A las heridas se les puede echar sal desde
absurdo masoquismo, tan ingenuo e infundado como el an- fuera o aceite desde dentro. A la propia madre se le puede
terior triunfalismo, si no reconociéramos a la vez que las denigrar en la plaza pública por sus pecados reales o su-
44 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA
FE Y HERENCIA HISTÓRICA 45
frir en el silencio del hogar común, de la materna conmi- histórica o de la constitución individual; me impresiona la
seración, y de la filial esperanza. Una crítica que no va iglesia misionera de siempre, aunque junto al evangelio
acompañada de lágrimas y del propio examen de concien- haya llevado muchas veces el polvo cultural, político o so-
cia, realizado bajo la luz propia y acogiendo la del pró- ciológico de los países de origen; me impresiona la igle-
jimo, no ha nacido del amor fiel sino del orgullo infiel, o sia que ha mantenido viva la llama del evangelio a través
del rencor o de la envidia. En la iglesia sólo hay una for- y a pesar de la debilidad de sus miembros. No obstante las
ma legítima de crítica: la de quien cabalga hacia adelante, distancias temporales y espaciales me he sentido siempre
la de quien se adentra en mayores fidelidades. Quien rea- cercano a sus santos y a sus pensadores. En cada creyente
lice esto, sentirá a su vez la herida que flechas hermanas, in- del pasado he visto a un hermano y he intentado acercar-
fantiles o envidiosas le abren. Para entonces sólo hay un me a él para enriquecerme con su fe, de su esperanza y
consejo: seguir cabalgando, con la mirada lúcida para dis- por su amor. Hermano y discípulo me siento a los pies
tinguir si lo que se nos dice nace del amor o de la en- de Pablo de Tarso, de Agustín, de Benito de Nursia, de
vidia, para acogerlo agradecidos o para orillarlo sin perder Tomás de Aquino, de Bernardo de Claraval, de Catalina
tiempo en discusiones. ¡Discierne y juzga la oscuridad de Siena, de Juan de la Cruz, de Teresa de Jesús, de Pas-
quien enciende la luz! cal, de Kierkegaard, de Carlos de Foucauld, de Teilhard
Junto a las enumeradas hay otra realidad y otra histo- de Chardin, de Teresa de Lisieux, de Romano Guardini,
ria de la iglesia, por las que cada día me siento más im- de Edith Stein y de tantos otros... Su palabra me sabe a
presionado: aquella iglesia que sufre y ama en silencio, pan partido por la madre común en el hogar familiar.
que se entrega a los pobres en pobreza, que ora sin gritos Ésta es la iglesia que el viejo cristiano vive en perma-
y espera sin alaridos, que da su vida por los demás sin nente trance de reasumir, porque la reasume en la medida
hacer drama, que siendo consciente de su inadecuación en que la constituye, y la constituye en la medida en que
con el evangelio, sin embargo lo anuncia completo y exi- vive del evangelio. Iglesia que él en connivencia con una
gente y tiende a conformar su vida con él. Esa iglesia que sensibilidad general concebía antes más bajo el símbolo
siembra amor sin provocar escándalos, que derrama aceite de madre, acentuando la postura de receptividad y aco-
sobre las llagas sin poner anuncios en los periódicos, que gimiento, de obediencia y humildad, y que hoy en cambio
gasta su vida sin avisar a las cámaras de la televisión, que se gustará más de ver como una gran fraternidad, que se ali-
sitúa en el reverso de la página periodística, es decir don- menta con un esfuerzo no tanto receptivo cuanto creativo,
de la vida es vivida por los hombres, sin ser degradada no tanto en acogimiento pasivo cuanto en riesgo descu-
a objeto de museo para ser contemplada por una publici- britivo, no sólo en obediencia sino en libertad. Iglesia
dad ociosa y alienada con los propios complejos. Siempre celosa de conservar su riqueza original, que acaba de des-
existe, no sólo en los primeros siglos, una iglesia de cata- cubrir cómo la forma más eficaz de conservar el evangelio
cumbas: de ésta apenas se habla, porque ella realiza su auténticamente es comunicarlo, que la defensa mejor fren-
obra para ser verdad ante Dios y no simple noticia ante te al mundo no es la distancia replegada sino la presencia
los hombres. ¡Es más apasionante narrar la historia va- comunicativa.
riada y fácil de una prostituta que la sufrida y monótona ¿Por qué no hemos hablado de la otra iglesia: de sus
de una casada fiel! grandes aportaciones históricas, de su influencia en la hu-
Me impresiona y admiro a la iglesia orante de los mís- manización de las estructuras sociales, o en los movimien-
ticos, por más que mucha psicología fácil quiera nivelar tos artísticos; de su presencia actual en tantos campos
sus estados de conciencia haciéndolos fruto de la situación donde se prepara un futuro mejor para los hombres?
46 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA FE Y HERENCIA HISTÓRICA 47

La iglesia ha realizado en su historia muchas empresas dos a la fe no se les impusiera ninguna carga nueva, con-
que no venían exigidas por sus principios propios y que formándose con hacerles recomendaciones de orden prác-
fueron emprendidas por fidelidad a la situación de los tico.
hombres a quienes anunciaba el evangelio. Pero una vez que Cada generación vive el evangelio arropándolo con la
la sociedad ha evolucionado lo suficientemente, la iglesia sensibilidad, expresiones, traducciones y realizaciones pro-
puede concentrar su esfuerzo en lo que es su tarea prima- pias. El que ellas sean no sólo legítimas sino incluso abso-
ria. La madurez histórica está desplazándola de muchas lutamente necesarias no da derecho a imponerlas a los
ocupaciones anteriores: alegre deja la iglesia sus anteriores hombres de toda órbita cultural, de otra generación poste-
campos de preocupación, para preguntarse de nuevo cómo rior. A la fidelidad fundamental al propio pasado ha de
podrá cumplir ante los hombres la misión en la que no acompañar una inmensa lucidez crítica para distinguir for-
puede ser sustituida por nadie: ser testigo viviente de mas auténticas y formas inauténticas de realización de la fe,
Cristo ante los hombres. La iglesia que me ofrezca fiel- y tomar conciencia de que aun cuando la fe no pueda exis-
mente a ese Cristo es la única que necesito. Por eso he tir sin determinadas fórmulas y formas, sin embargo no
ignorado la otra, la concomitante en resultados y eficacias se identifica con ninguna de ellas. Cada generación ha de
intrahistóricas. Hay un convencimiento común a la iglesia comprender y en cierta medida asimilar las anteriores
y al hombre contemporáneos: la iglesia no quiere ofrecer y sobre todo crear las propias. El primer mandamiento
al hombre otra cosa que Cristo, el hombre no espera ni del cristiano viejo en este orden podríamos formularlo de
acepta de la iglesia otra cosa que a Cristo. la forma siguiente: «No empeñarse en imponer los gustos
de sus padres a sus hijos».
5. La tentación del viejo cristiano:
«imponer la circuncisión a los demás» 6. La otra alternativa: rechazar la herencia
¿Cuál es la principal tentación del viejo cristiano al ¿Qué ocurrirá con el cristiano que llegado a la madu-
reasumir su fe y pensarla en función de los demás? Es la rez y descubierto el cristianismo en sus núcleos esenciales,
tentación que yo llamaría de judaizar, es decir repetir lo al margen de sus desfiguraciones históricas y personales,
que los judíos intentaron hacer con los creyentes que piense no poder aceptar este cristianismo en que fue edu-
venían de la gentilidad a la fe, desconocedores de las cado? Quien estudiado el problema en absoluta seriedad,
prácticas religiosas y de la historia del pueblo judío: im- con conocimiento de causa y maduración de tiempo, se
ponerles no sólo el bautismo sino también como igual- sienta obligado a distanciarse no sólo de la iglesia sino a la
mente necesario la aceptación de toda una sensibilidad vez del cristianismo como tal, puede y debe hacerlo. Para
religiosa, con unos ritos bien concretos, con unas fórmulas los demás creyentes sólo hay una postura legítima: la ple-
de comportamiento que de hecho no eran consustanciales na, cercana y amical aceptación de quien así piensa. Y en
el evangelio sino propias del pueblo judío, y que en el esta cercanía y amistad invitarle a ser fiel a la luz que
fondo habían sido relativizadas por el evangelio. La cir- alumbra en su alma; que eche aceite a la lámpara que arde
cuncisión era el símbolo de todo el aditamento que los en su interior, que sea consecuente con sus decisiones, que
judíos querían hacer al cristianismo. La gran batalla de siga esa estrella hasta donde le guíe, que permanezca exi-
Pablo en sus viajes de misión fue dada contra esos judeo- gente consigo mismo, que mire el mundo y los hombres
cristianos, y él logró que el concilio de Jerusalén afirmase con ojos claros y el alma limpia, porque en definitiva
de una vez para siempre que a los nuevos hermanos veni- terminará viendo a Dios, a ese Dios y a ese Cristo a quie-
48 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA FE Y HERENCIA HISTÓRICA 49
nes quizá bajo esos nombres rechace y bajo otros les ama sociedad y de la tierra toda. Pasión doble de enclave rea-
apasionadamente. lísimo en un presente a la vez que de abertura a un futuro
En cercanía y amistad los demás tomarán absoluta- absoluto desde el que son necesarios y posibles todos los
mente en serio a quien no pueda evitar tal decisión. Y rea- futuros o proyectos intrahistóricos.
lizando ante sus ojos el evangelio se lo mostrarán como Legado de su herencia es también la iglesia, lugar de
un valor de verdad y de vida, al que a la larga difícilmente pervivencia de la palabra viva y del espíritu vivificante de
podrá sentirse obligado a renunciar. Cristo. Iglesia que no es eclesiocéntrica, es decir no gira
en torno a sí y a sus estructuras; iglesia que no es cosmo-
céntrica, es decir no está al servicio de determinadas es-
III tructuras o situaciones del mundo sino cristocéntrica: es
EL LEGADO DEL PASADO COMO VIÁTICO decir ha de girar en torno a la palabra de Cristo y pers-
DEL FUTURO crutar los gemidos que el Espíritu profiere en su cora-
zón o en el corazón de los hombres, manifestados a tra-
He descrito la herencia cristiana en que nací, he des- vés de determinados movimientos de conciencia general,
crito la reasumpción personal que he de operar, y ahora que designamos signos de los tiempos. Iglesia vuelta hacia
¿qué futuro se abre ante ese viejo cristiano que soy yo? el pasado, hacia un único pasado al que debe fidelidad
Éste es el legado de la herencia cristiana: un Cristo absoluta: la palabra de Cristo; iglesia vuelta hacia el fu-
viviente, amigo y extraño a un tiempo, crucificado y resu- turo en total fidelidad a la acción imprevisible del Espí-
citado, escándalo y novedad de cada día, a quien no puedo ritu.
recurrir como a un puro maestro de moral, a un creador Cristo y la iglesia son un legado para el cristiano viejo
de ideologías o a un programador de acciones, sino en en cuanto desde ellos vive en el mundo y sirve a los hom-
quien tengo que vivir, poniendo toda mi persona en la bres. El cristiano se sabe llamado para ser enviado. Su vo-
órbita de su influencia vivificadora, configurando con él cación es simultáneamente una misión. Por eso sufre sin-
mi destino. Y confesémoslo: este Cristo es un escándalo tiéndose solidario de todos los problemas y esperanzas,
insoportable para el corazón pecador y egoísta del hombre. porque él no existe al margen de la humanidad restante, él
Mas sólo cuando hayamos confesado nuestros límites y es mundo, él es humanidad, no está en la historia sin más,
nuestros egoísmos, sólo cuando hayamos capitulado ante él tiene que hacer historia. Dada la novedad del tiempo
él dejándonos redimir, podremos los cristianos ejercer una nuevo y la celeridad del cambio en las situaciones contem-
influencia redimente. Sólo quien ha comulgado a la luz poráneas el cristiano sólo percibirá los imperativos del
puede dar luz, y los cristianos no dan luz propia sino re- cambio, de avance e incluso de transformación radical en
fractada de Cristo, comunican a los demás redención no muchas cosas, si vive anclado profundamente en las reali-
desde sus propias entrañas sino desde la vida de Cristo dades cristianas antes descritas, auscultando en oración los
que ofrecen. No se redime el mundo porque haya un hom- gemidos del Espíritu, estando fidelísimamente presente en
bre más sino porque haya un hombre distinto, capaz de todas las situaciones nuevas de la comunidad humana.
crear una dimensión y posibilidades nuevas. El corazón Sólo entonces los cambios serán eficaces porque son el
del creyente debería albergar esas dos pasiones casi irre- fruto de conversiones interiores, de giros en el solar del ser
conciliables: la pasión contemplativa del monje abierto a y no de simples adaptaciones concordistas en la superficie.
la dimensión de profundidad y altura, y la pasión del
marxista que sufre por una urgente humanización de la He ahí por qué el cristiano viejo puede vivir en el mo-
mento presente, su cristianismo heredado, sin complejos
50 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA

de inferioridad y sin opciones violentas, en una agrade-


cida fidelidad al pasado en el que ha crecido y sigue en-
raizado a la vez que en una decidida fidelidad al futuro
que acepta como tarea en su novedad imprevisible. Es
bien significativo que los teólogos más fecundamente
revolucionarios de la actual iglesia sean hombres, que han
sospechado y formulado la urgencia de los imperativos 2
para el presente desde una maduración de la herencia fa-
miliar y sociológica en que nacieron, a la vez que de un E N T O R N O AL PROBLEMA
conocimiento amplio y riguroso de la historia de la igle- DE DIOS
sia. Si contemplamos el pasado es para columbrar el fu-
turo y poder a tiempo programarle. Posibilidad que sólo
tienen quienes son capaces de mirar y admirar, de pensar i
y contemplar; capaces de preguntar y ser preguntados, MISTERIO DE DIOS Y DEL HOMBRE ABIERTOS:
capaces del silencio y de la palabra, de la aceptación y de REVELACIÓN Y FE

H
la inventiva, es decir de fe y de esperanza. Tal posibilidad
sólo la tienen los hombres jóvenes, recordando que la ju- AY realidades sobre las que el hombre no puede ca-
ventud no es un dato cronológico de la vida sino una de llar en su vida, sobre las que el silencio es impo-
las formas de despliegue de lo humano caracterizada por sible y la huida impensable. Si el silencio existe, será
la capacidad de sorpresa y de sospecha, de recuerdo y de preparación para la palabra y si la huida existe será vivida
arriesgo. como iniciación a un retorno y aproximación más intensa.
Así al menos lo veo yo que he nacido cristiano. Realidades ante las que es posible la distancia real pero
no el distanciamiento personal. Desterradas del corazón
retornan a él como a su patria de origen de la que no
se dejan exilar, como tierra de la que no se dejan arrancar,
como hogar en el que nacieron y en el que quisieran seguir
morando siempre. Dios está entre esas grandes realidades
originarias del corazón humano, ignotas pero presentes,
sospechadas más que conocidas, amadas mejor que defini-
das, esperadas más que poseídas, tocadas más con los de-
seos del alma que con las manos del cuerpo, intangibles
pero reales, no localizables pero presentes.

1. La pregunta por Dios y la pregunta


por el hombre
Nadie pregunta por Dios como se podría preguntar
por otras realidades menudas de la vida. Preguntar por él
es la interrogación originaria y constitutiva del hombre,
52 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA EN TORNO AL PROBLEMA DE DIOS 53

porque va inseparablemente unida con la pregunta por el humana. No en vano Agustín y Newman cuentan entre
hombre mismo. No es equivalente preguntar quién soy yo los grandes educadores de occidente, y son dos nombres
y quién es Dios, pero ninguna de estas cuestiones adquie- de cristianos que más han contribuido a hacer presente
re una respuesta definitivamente válida si no incluye un el cristianismo en la transformación del mundo. Sólo des-
saber sobre la otra. Dios crea libremente, pero es ya de for- de la posesión propia es posible una donación a los demás
ma necesaria el creador del hombre, y el hombre es necesa- que sea enriquecedora y no empobrecedora. Sólo desde la
riamente la creatura e imagen de Dios. Estos dos saberes luz que arde en el propio corazón es posible encender
son los dos únicos por los que a vida o muerte aspira el lámparas en el corazón de los hermanos, y sólo en la su-
hombre, los dos únicos en el fondo necesarios y suficien- perabundancia de vida se puede hacer del propio existir
tes, e incluyen en sí a todos los demás. Por eso grandes un fermento para los demás en lugar de un contagio.
pensadores han podido formular aquella exigencia de co-
nocimiento de Dios y del alma como la única exigencia o 2. Dimensiones humanas desde las que
la exigencia humana por antonomasia. San Agustín al con- surge la pregunta por Dios
cluir la oración que dirige a Dios en el comienzo de sus
Soliloquios escribe: Quienes han bajado a los solares más profundos de sí
mismos han podido descubrir como constitutivas del hom-
Agustín: He rogado a Dios. bre las siguientes dimensiones, es decir dimensiones que
Razón: ¿Qué quieres, pues, saber? no existen sólo en algunos especialmente dotados sino
Agustín: Todo lo que he pedido. que forman o más bien emanan de la consistencia misma
Razón: Será mejor que lo resumas brevemente.
Agustín: Quiero conocer a Dios y al alma. del hombre. La primera dimensión que percibe el hombre
Razón: ¿Nada más? como constituyente es la indigencia. Indigencia no for-
Agustín: Absolutamente nada más '. tuita o circunstancial sino primigenia. El hombre posee
cosas, tiene «haberes», posee incluso un ser, en el que
Newman a su vez nos hablará de su desconfianza en está implantado y al que se aferra. Pero junto a esta po-
la realidad de los fenómenos materiales, y de su regusto sesión y a estos haberes percibe dolorosamente su incon-
en la contemplación de las dos únicas realidades supremas sistencia última. Tal ser y tales haberes no son originales
y luminosamente evidentes: uno mismo y su creador 2 . sino derivados, no se alimentan de sí mismo ni nacen en
Desde nuestra perspectiva actual de hombres que se sienten su propio suelo; los sorprende naciendo en otros honta-
constitutivamente referidos a los demás, abiertos a una nares, fluyendo de otra fuente, con la verdad del cauce que
realidad dada como tarea y a las cosas como contorno ne- corre, pero que sólo perdura mientras perdura el hontanar
cesario del hombre, y más impresionados por las exigen- manante. La existencia aparece entonces como una posi-
cias de un mundo y de una sociedad por transformar, esta- bilidad, como una permisión, como una dádiva o como
mos tentados a ver en estas expresiones una huida ilegí- una gracia y por tanto no como algo definitivamente po-
tima ante las tareas de la comunidad humana, que tiene seído, sino más bien recibido día a día, aunque esta re-
en su base una antropología espiritualista y una visión de cepción aparezca tan normal como la fluencia del agua
la fe ignoradora de la dimensión comunitaria. Y sin em-
desde la fuente. El ser humano se vive así como referido a
bargo son las dos palancas posibilitadoras de toda acción
un origen, y el existir como un don permanente.
1
Dos pueden ser las reacciones del hombre ante este
SAN AGUSTÍN, Soliloquios 2: Obras 1. Madrid, 485.
3
Cf. J. H. NEWMANN, Apología pro vita sua. Madrid 1961, 127 s.
dato primario de su existencia: una, la protesta o la mal-
54 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA EN TORNO AL PROBLEMA DE DIOS 55

dición ya que su existir y sobre todo su tener que existir lar aquí es la apertura. El hombre no está clausurado
en un aquí y en un ahora no fueron elegidos por él mismo. sobre sí mismo sino que es pura tensión de ir más allá de
Él se encontró arrojado entre las cosas sin haber hecho sus fronteras; vive una referencia o algo o a Alguien
el proyecto previo y sin tener el arrojo para acogerse así de los que se alimenta, por el conocimiento y el amor, con
proyectado. Otra reacción posible es el gozo, el sobresalto los que se descubre a sí mismo, y en cuya confrontación se
ante el hecho de estar viviendo, de perdurar en la vida, aprende y distingue. La medida de la apertura, referencia
de no morirse, y sobre todo de agradecida referencia a y generosa donación a los demás, da la medida de la no-
aquel origen desde el que puede vivir y desde el que le bleza de un ser humano. El hombre se reasume y posee a
mana la vida en permanente fluencia. Aquí estamos ante sí mismo abriéndose, dándose aunque en el don se pierda
el límite de todo interrogar posible. Frente a la pregunta a sí mismo. Sólo quien pierde su alma, la recobra. Esta
de Heidegger: «¿Por qué existe el ser y no más bien la dialéctica de la apertura y de la clausura sobre sí mismo,
nada?» 3 existen sólo dos respuestas. La del creyente, para de ir más allá de sí mismo y de no perder sus asideros, es
quien las cosas y el hombre existen porque existe el amor uno de los enigmas más profundos de la existencia hu-
que es difusividad y comunicación. Porque al principio mana, sólo esclarecido y superado cuando aquel a quien
temporal y personal existía y existe el Logos, que es nos abrimos es más potente que nosotros, y aquel en quien
sentido y luz, la luminosidad y no la oscuridad es la razón nos perdemos es capaz de ganarnos. El hombre es un ser
de lo existente; la palabra reveladora y no silenciadora, «erótico» en el sentido más noble de la palabra: abierto
el sentido y no el absurdo son la causa de que cuanto es y tendiendo hacia el bien, hacia la luz, hacia la belleza,
sea; el amor, el fundamento último de que cuanto es per- hacia la verdad. Querer anular los dinamismos y exigen-
dure 4 . Para el no creyente las cosas son sin raíz, él es cias concretas de esta apertura al Otro y a los otros es
desde sí mismo, va hacia el mundo sin ser enviado por podar a este tronco vivo que es el hombre de sus ramas
nadie, ni ser esperado por nadie. La vida para él no es más pujantes, de lo mejor de sus raíces primarias.
misión. La tercera dimensión que quisiéramos subrayar es la
Lo que aquí hemos descrito y seguiremos describien- interrogatividad: la necesidad que el hombre siente y
do como ecos percibidos en el corazón del hombre, ser la capacidad que posee de preguntar por el ser, por el
indigente, tiene una base metafísica, de la que brota: mundo, por sí mismo. Necesidad de descubrir un sentido
la percepción de la indigencia sigue al hecho de la reli- a lo existente e incapacidad de aceptarlo todo como sim-
gación 5. { plemente estando ahí, sin perscrutar su porqué y su có-
La segunda dimensión humana que quisiéramos seña- mo 6 . Una de las imposibilidades fundamentales del ser
humano es la resignación metafísica¿ o la aceptación de la
a
M. HEIDEGGEH, Introducción a la metafísica. Buenos Aires fl 1959. realidad natural y personal como simples hechos. «Tener
* Habría que hacer aquí la larga historia del tema del bien y su nece- un sentido» a la vez que manifestarlo (patencia o verdad
saria difusividad. Tema de origen neoplatónico que los teólogos cristianos
van a transformar mostrando que la comunicación temporal de Dios surge de las cosas), «descubrir y apropiar ese sentido» (luz y
y se realiza en libertad, mientras que la comunicación trinitaria, de la que amor en las inteligencias) son las dos exigencias que el
aquélla se deriva y que prolonga, es necesaria. Sobre todo habría que leer
en esta perspectiva todo el prólogo de san Juan. Cf. H. SCHLIER, Im Anfang hombre proyecta sobre lo real. A diferencia de las cosas
•war das Wort: Die Zeit der Kirche. Freiburg 1962, 274-286; R. BULTMANN,
Das Evangelium des Johannes. Góttingen 1962, 1-57; C. H. DODD, The
Interpretation of the fourth Gospel. Cambridge 1965, 263-285; J. JEREMÍAS, 6
No afirmamos que las cosas hayan de tener siempre un porqué de
ha palabra reveladora, en El mensaje central del Nuevo Testamento. Sala- funcionalidad o de utilidad, sino de sentido. Holderlin acierta al afirmar que
manca 1966, 83-103. la rosa no tiene otra razón que el estar ahí siendo en su gratuita belleza.
6
Cf. X. ZUBIRI, Eri torna al problema de Dios, en Naturalesa- Esa gratuidad fundamental de lo más noble de la vida es lo que lleva al
Historia-Dios. Madrid 1963, 361-398. cristiano a fundamentar lo real en el amor.
56 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA EN TORNO AL PROBLEMA DE DIOS 57

y de los animales, él con su inteligencia percibe lo exis- tales del existir humano, para esclarecer desde qué suelo
tente frente a sí no sólo como aliciente sino como realidad brota la pregunta por Dios, y cómo él está siempre en los
real que le está dada, y a la que él dándose da un sentido, puntos iniciales y finales de todos los interrogantes, de
que es a la vez su propio sentido. todos los dinamismos, de todas las posibilidades, de todas
Pero lo más esencial al hombre no es que pueda pre- las esperanzas y no menos de todas las afirmaciones como
guntar, sino que pueda, necesite y anhele ser preguntado: de todas las negaciones. Él es el fundamento desde el que
su interpelabilidad. Necesidad y capacidad para ser vocado el hombre hace cuanto hace. Por eso la pregunta por Dios
por otro, advertido y despertado a sí mismo por Alguien no es una pregunta fortuita o voluntaria. Es la necesaria
que no es el eco de sus sueños. La suprema dignidad hu- pregunta de quien no se acepta sin más, sino que quiere
mana se vive cuando alguien nos toma tan en serio que hacer luz en sí mismo; de quien no deja sobrevenir la
nos llama, dirigiéndonos su palabra e integrándonos en la vida sino que va hacia ella yendo, de quien por tanto no
órbita de su amor en tal medida que nos capacite para el deja correr el río de sus días sino que anhela saber de qué
diálogo, es decir: para acoger su palabra y para devolvér- montañas nacen sus aguas, y en qué mares desembocan sus
sela en respuesta. Si el hombre vive, es porque siempre corrientes. No es por tanto el problema de Dios un pro-
espera la palabra o la visita de alguien: cuando ya no es- blema que podríamos designar como «regional», es decir
pera nada ni nadie, entonces se deja morir. Versión espe- que afecte a un aspecto del hombre, de su hacer o ser,
ranzada hacia Otro cuya voz aunque desconocida parece sino más bien un problema que condiciona la totalidad
reconocer, cuyas palabras aun cuando nunca oídas, de al- de lo humano. En definitiva es el único problema, porque
guna forma ya distingue. Al resonar esa voz y al dejarse es el único que no nos adviene desde fuera sino que
oír esas palabras, las acogerá como familiares de siempre emana desde dentro, al que nosotros no podemos objeti-
en el amor y en el gozo. Esta dimensión oyente y dialogal var ahí como señores sino que nos subjetiva a nosotros
constituye al hombre en un «tú». La palabra reveladora aquí como sus siervos8. Porque el único problema para el
de Dios, al venir sobre el hombre, le ha hecho reconocerse hombre es él mismo, su unicidad, su insustituibilidad, su
como persona 7 . origen anterior, su perduración presente, sus metas últi-
Otra dimensión del hombre es la responsabilidad, es mas, las raíces desde las que se alimente su vivir en medio
decir no sólo la capacidad para acoger la palabra que le de los seres y de los hombres referido a ellos y sin em-
interpela, para devolver en «invocación» la vocación, en bargo distante de ellos: ordenado a ellos y no originado
oración la llamada, sino también para realizarla en la his- ni finalizado por ellos. Heidegger ha escrito que el hom-
toria rememorativamente, es decir en fiel recuerdo a lo bre es el pastor del ser 9 . ¿Sería legítimo si preguntá-
visto y oído. Fidelidad a la audición mediante la traduc- semos nosotros quién es el pastor del hombre? ¿Quién
ción histórica de sus exigencias. Responsabilidad es antes guarda su ser, quién apacienta su vivir y quién vela su
que un concepto moral un concepto metafísico. Más que morir?
de las acciones del hombre se trata del hombre mismo En una primera instancia el problema de Dios brota
que se realiza realizando la palabra que le ha sido con- de la necesidad de encontrar un sentido al ser y al hom-
fiada, devolviendo en respuesta histórica lo que le fue bre, un origen personalizador a mi existencia personal,
intimado en su interioridad.
Hemos sugerido algunas de las dimensiones fundamen- 8
Esto fue lo que le llevó a Marcel a su famosa distinción entre pro-
blema y misterio: Jornal Métaphysique. Etre et avoir. París 1935, 145;
Le Mystére de l'Etre. Fot et réalité. París 1967, 8.
9
' Cf. K. RAHNEE, Oyente de la palabra. Barcelona 1968. Carta sobre el humanismo. Madrid 2 i966, 41.
58 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA EN TORNO AL PROBLEMA DE DIOS 59
una meta a mis dinamismos últimos, un respaldo de valor «su» periferia inevitables; diálogo con aquél a quien se
a los valores, una consistencia a la finitud, una posibi- sospecha como un «tú», como persona cercana y lejana
litación eterna a la temporalidad, a toda belleza, a to- a un tiempo, inmediata a nuestro corazón aun cuando en
da esperanza, a toda alegría, una causa digna de total ningún modo identificable con él. Se tratará de hacer cons-
amor. ciente a todo hombre de esa presencia desconocida, de cla-
Cuanto más profunda es la felicidad, cuanto más clarifi- rificar e impulsar ese diálogo ya iniciado; de darle nombre
cada es la alegría, tanto más se perciben como un don y acogerle acogiendo su palabra que voca, y devolvérsela
y como un milagro que nos acontece, como una gracia que invocándole. Es entonces cuando surge la oración, el co-
se nos da y que nunca podríamos conquistar. Preguntas nocimiento explícito, el amor, la existencia compartida,
que el hombre hace no en general o en tercera persona. el rendirse a la gozosa certidumbre de que otro más allá
No ¿qué es el hombre? sino más bien: ¿quién soy yo de nosotros y más fuerte que nosotros nos está viviendo.
como hombre?; no ¿qué es y por qué es así la vida huma- La vida así se torna radicalmente con-vivencia.
na? sino ¿qué vale y hacia dónde tiende mi vida humana, Y sin embargo en este descubrimiento de Dios el
quién la despertó a la marcha y quién la hace seguir an- hombre se sabe no tanto descubridor cuanto descubierto,
dando? 10 no tanto «inventor» de Dios cuanto encontrado por él, no
Por ello si alguien nos preguntara cuándo y dónde tanto poseedor cuanto poseído. No tanto la sensación de
surge la pregunta por Dios deberíamos responder que en haber ido al encuentro de alguien, sino la contraria tiene
todo lugar y siempre que el hombre baja de la superficie el hombre: la de que Alguien ha salido a su encuentro y
fenoménica a la profundidad personal. En el pórtico de le ha asaltado, en lucha le ha vencido, y ya no puede des-
sus Confesiones san Agustín afirma que la inquietud hu- prenderse de él. No siente el hombre el gozo exultante
mana sólo desaparecerá cuando nuestro corazón haya del explorador de una tierra desconocida sino el manso
arribado a la quietud de Dios. No cesará por tanto mien- y contenido gozo de quien al fin desvela el misterio de
tras dure el conocimiento lejano y la distancia propios de una presencia larga, sentida más que comprendida, y de un
esta vida, sino únicamente cuando lleguemos a aquel es- amor ya eficaz y padecido desde el comienzo de la bús-
tadio en que conoceremos como somos conocidos n . queda y de la vida. Es Dios quien encuentra al hom-
Toda existencia humana alimenta en sus ultimidades bre: éste no hace otra cosa que iluminar la presencia y
un secreto e inexpresado diálogo con Dios. Diálogo, es esclarecer el camino por el que vino aquél, en cuya pre-
verdad, apenas esbozado, mezcla de pregunta e invocación, sencia está.
de interpelación y de protesta, de oración y de insulto, de
adoración y de blasfemia. Todo hombre vive abierto a
Dios y aun cuando su vida parezca un largo soliloquio,
3. Tiempos y lugares
es ya una forma de oración incipiente, de mudo diálogo del encuentro con Dios
con aquél a quien ya no sólo siente como causa del ser o Si ahora nos preguntamos dónde y en qué momentos
de la vida, como meta de los destinos humanos y mun- de su vida suele el hombre hacer el descubrimiento de
danos sino como «su» origen y «su» meta, «su» centro y Dios, apenas podríamos dar una respuesta, ya que no es
10 primariamente el hombre el que determina los lugares de
Cf. M. BUBEK, Werke I. München X962, 307-S02; I D . , jQué es el
hombre?
11
México 1949. la cita con Dios sino Dios quien espera al hombre en
«Tú, Señor, provocas al hombre a que encuentre su alegría en tu tiempos y lugares determinados. Señor de los tiempos es
alabanza, porque nos has hecho para ti y nuestro corazón está inquieto hasta
que descanse en ti»: Confesiones 1,1. él, y de cualquiera puede hacer tiempo de su revelación.
60 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA EN TORNO AL PROBLEMA DE DIOS 61
En general podríamos decir que suelen ser aquellas horas pos pueden ser caminos por los que vayamos al encuentro
de la vida en que el hombre es forzado a ir hasta las ulti- del Dios que viene. Y él se define precisamente así: «el
midades de sí mismo; aquellos momentos límites que ha- que viene»14.
cen crujir el alma ante el aparente sin sentido, ante la fini-
tud, ante el dolor extremo: encrucijadas de la existencia 4. Revelación profética y revelación
humana que fuerzan al hombre a hablar consigo mismo y
a hablar en definitiva con Dios. Antonio Machado ha de Dios en Cristo
escrito que todo el que habla consigo espera hablar a A lo largo de la historia de la humanidad Dios no sólo
Dios un día u. Pero quisiéramos subrayar fuertemente que se ha ido insinuando en el corazón de hombres aislados,
la pregunta y el encuentro con Dios no sólo se dan en los que a través de la perscrutación y audiencia a los rumores
momentos difíciles o dolorosos de la vida: muerte, culpa, profundos de su ser le han intuido y adorado; no sólo ha
fracaso. No es sólo el dolor el que necesita una explica- dejado abiertos los caminos de la naturaleza y de las obras
ción sino sobre todo el gozo en plenitud, no sólo la muer- de sus manos para que le rastreemos sospechándole, ele-
te sino ante todo la vida, la felicidad que quiere eternidad, vándonos desde las cosas descubiertas como creaturas al
la alegría que se añora perdurable, el amor vivido como que como Creador las origina y funda permanentemente.
don de Otro, la esperanza que no se alimenta de las pro- Dios se ha revelado a los hombres no sólo en la natura-
pias raíces de quien espera13. leza sino también en la historia, interviniendo en la vida
¿Cuáles son los caminos por los que Dios viene a una concreta de unos hombres, de ese grupo humano que se
vida humana o por los que ésta llega a Dios? Son miste- inicia con la vocación de Abrahan, y al que llamamos
riosos y en definitiva incognoscibles porque en la misma pueblo de la promesa. Pueblo con el que Dios ha querido
medida en que Dios crea a cada hombre no como anillo iniciar una historia común, estando cercano a él, manifes-
de una cadena o nudo de una red sino llamándole por su tándole sus designios para con el resto de la humanidad,
propio nombre, en esa misma medida tiene unos caminos introduciéndole progresivamente a su conocimiento, edu-
propios para llegar hasta él, y unas formas de encuentro cándole paulatinamente en las opciones morales, haciendo
distintas en cada caso. Hay caminos para esperar la llegada con él una alianza, suscitando en su seno hombres inspi-
de Dios, pero no sabemos por qué caminos él vendrá a rados, a quienes llamamos profetas, capaces de interpretar
nosotros. Dios se nos desvela a cada uno de forma única. los acontecimientos no sólo a la luz de las causas y cone-
Cada uno tenemos nuestro itinerario hacia Dios, itinera- xiones humanas sino sobre todo a la luz de la voluntad
rio nunca concluido, porque Dios una vez encontrado si- divina; capaces de detectar las sombras de los hombres
gue desapareciendo de nuestras miradas, y una vez cono- no sólo como fallos frente a los propios programas sino
cido sigue hurtándose a nuestro conocimiento. Todos los como ofensa a Alguien; capaces de confundir la soberbia
tiempos y todos los lugares pueden ser escalas por las que de la autoridad humana que quisiera sustituir a la única
Dios baje a nosotros. Todos los lugares y todos los tiem- autoridad que merece adoración: la de Dios. A través de
la historia y vicisitudes de ese pueblo, de sus patriarcas,
reyes y profetas, Dios se fue manifestando a los hombres
la
Poesías completas. Madrid 1963, yj.
18
En este sentido se ha hecho clásica la página de D. BONHOEFFEK:
«Yo quisiera hablar de Dios no sólo ante los límites del hombre sino en el
mismo centro, no ante sus debilidades sino en su fortaleza, no ante la muerte 11
Cí. W . PANNENBERG, Der Gott der Hoffnung: Ernst Bloch su ehren.
o la culpa sino en la vida, ante la bondad y la belleza». IViderstand und Frankfurt 1965, 209-226; J . B. METZ, Gott vor uns. Statt eines theologischen
Ereebunfí. München 1964, 182. En esta misma línea cí. J. RATZINGEK, Arguments: Id., 227-242; S. MOWIMCKEL, He that cometh. The Messiah
Introducción al cristianismo. Salamanca 1970, 77-79. concept in the oíd Testament and later Judaism. Oxford 1959.
62 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA
EN TORNO AL PROBLEMA DE DIOS 63
de muchas formas y maneras; desvelación que era promesa Dios. Cristo habla de Dios no como un intermediario o
y prefiguración de otra desvelación ulterior más plena. profeta más; él no anuncia palabras de Dios como prepa-
El lugar y la persona concretísima a través de la cual rando otras más definitivas o más plenas. Él es el Hijo
hemos sabido de verdad quién es Dios y cómo es para que habiendo reposado en su seno le ha conocido y por
nosotros, tienen un nombre: Jesús de Nazaret. En su per- tanto nos le puede anunciar testimoniando de su visión.
sona, en sus palabras, en sus acciones, en su muerte y
resurrección sobre todo, hemos aprendido los hombres A Dios nadie le vio jamás. El Unigénito que está en el seno
quién y cómo somos nosotros al descubrir quién es y cómo del Padre éste nos le ha dado a conocer. Sabemos que el Hijo de
Dios vino y nos dio inteligencia para que conozcamos al que es
es Dios para nosotros. Cristo es el revelador por antono- verdadero y nosotros estamos en el verdadero, en cuanto estamos
masia de Dios, la Palabra última del Padre a los hom- en su Hijo Jesucristo (1 Jn 5,20).
bres porque es la Palabra imagen de su sustancia y
resplandor de su gloria, es decir su Hijo, en quien se nos El conocimiento de Dios que Cristo proporciona a
da plenamente a sí mismo (Heb 1,1-4). los hombres no es un conocimiento meramente magis-
Comentando el texto bíblico aquí aludido escribe san terial, externo al sujeto como es externa al oyente la pala-
Juan de la Cruz: bra de Sócrates, sino que se realiza por la participación
en su existencia que opera en nosotros el Espíritu. Cristo
En damos como nos dio a su Hijo, que es una palabra suya, no sólo ha anunciado a los hombres que Dios es padre,
que no tiene otra, todo nos lo habló junto y de una vez en esta sola sino que dándoles a participar en su propia filiación les
palabra y no tiene más que hablar15. ha hecho posible sentirse hijos, vivirse como tales ante
Cristo es a la vez Palabra de Dios y sacramento del él, e invocándole y sintiéndole como padre, sentir a los
demás como verdaderos hermanos. Conocer es fruto por
encuentro de los hombres todos con Dios, encontrarle a tanto no sólo de la nueva ilustración teórica cuanto re-
él es encontrar a Dios, verle a él es ver a Dios, entrar sultado del nacimiento a un vivir nuevo que la fe y el
en comunión con él equivale a entrar en comunión con bautismo operan en el creyente por la comunicación del
^ «Y éste es el sentido de aquella autoridad con que comienza san Espíritu 16 .
Pablo a querer inducir a los hebreos a que se aparten de aquellos modos
primeros y tratos con Dios de la ley de Moisés, y pongan los ojos en Cristo La persona de Cristo, descubierta, aprendida, medi-
solamente. Y es como si dijera: lo que antiguamente habló Dios en los tada siempre de nuevo, mediante la audición o lección de
profetas a nuestros padres de muchos modos y de muchas maneras, ahora,
a la postre, en estos dias, nos lo ha hablado en el Hijo todo de una vez. los libros sagrados y revivida en la celebración eucarís-
En lo cual da a entender el apóstol que Dios ha quedado como mudo, y no tíca, es ya para los hombres la verdadera fuente de cono-
tiene más que hablar, porque lo que hablaba antes en partes a los profetas,
ya lo ha hablado en él todo, dándonos al Todo que es su Hijo. Por lo cual cimiento de Dios y de nosotros mismos. En Cristo fueron
el que ahora quisiese preguntar a Dios, o querer alguna visión o revelación,
no sólo haría una necedad sino haría agravio a Dios no poniendo los ojos realidad irrepetible lo que de forma suprema Dios puede
totalmente en Cristo, sin querer otra alguna cosa o novedad. Porque le
podría responder de esta manera diciendo: Si te tengo ya habladas todas las
llegar a ser para los hombres y lo que los hombres pue-
cosas en mi palabra, que es mi Hijo, y no tengo otra, jqué te puedo_ yo ahora den llegar a ser para Dios. En el seno de nuestra madre
responder o revelar que sea más que eso?; pon los ojos sólo en él, porque María tuvo lugar ese encuentro salvífico de la Palabra de
en él te lo tengo dicho todo y revelado, y hallarás en él más aún de
lo que pides y deseas. Porque tú pides locuciones y revelaciones en parte; Dios dirigida a la humanidad, como revelación, santifi-
y si pones en él los ojos, lo hallarás en todo; porque él es toda mi locución y
respuesta, y es toda mi visión y toda mi revelación; lo cual os he ya cación, crisis para nosotros y a la vez de la palabra hu-
hablado, respondido, manifestado y revelado dándoosle por hermano, com- mana, hecha oferta y respuesta a Dios. Palabra doble y
pañero y maestro, precio y premio». Subida del Monte Carmelo 2, 22, 3-5;
cf. LUCIEN MASIE, Le Christ dans la doctrine de saint-Jean de la Croix:
L'Experience de Dieu. Actualité du message de saint-Jean de la Croix. 1» Cf. I. DE LA POTTEKIE - S. LYONNET, La vida según el Espíritu.
París 1969, 241-280; G. DELLA CROCE, Christus in der Mystik des 7. von Salamanca 1967.
Krenz: Jahrbuch für mystische Theologie 10 (1964) 15-24.
64 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA EN TORNO AL PROBLEMA DE DIOS 65

única que como libro abierto nos ofrece ella en su cuerpo Y en oración prosigue:
de virgen y madre. Ya sólo sabemos de verdad quién es Abriste, Señor, los ojos de nuestro corazón para conocerte a ti...
Dios y quiénes somos nosotros mediante la comunión por Jesucristo tu siervo amado, por el que nos enseñaste, santificaste,
con el misterio de Cristo, a la luz del cual descubrimos y honraste 19.
igualmente de qué somos capaces y de qué estamos nece-
sitados, en cuanto descubrimos de qué ha sido capaa Dios La Dídaché, nos repite casi literalmente la expresión,
para nosotros. La medida de nuestra comunión con Cris- lo que nos revela que se trata de fórmulas muy arraigadas
to es la medida de nuestro conocimiento de Dios y de en las primeras comunidades. En la acción de gracias
los hombres. Por esto el concilio Vaticano I I ha afirmado sobre el pan se dice:
que sólo conocemos a Dios en la medida que conozca- Te damos gracias, Padre nuestro,
mos el corazón humano, y el hombre sólo lo conocemos por la vida y el conocimiento
a la luz del que es el hombre nuevo, el hombre perfecto, que nos manifestaste
el nuevo Adam, la Imagen perfecta17. por medio de Jesús, tu siervo.
Quienes vivimos largos siglos de costumbre cristia- Después de la comunión se repite casi literalmente lo
na no percibimos todo lo que la presencia, palabra y ac- mismo:
ción de Cristo comportaron de impresionante novedad, Te damos gracias, Padre santo, por tu santo nombre,
de luz clarificadora del existir, de acercamiento de Dios que hiciste morar en nuestros corazones,
al hombre y de autoconocimiento del hombre. Los pri- y por el conocimiento, la fe y la inmortalidad
meros cristianos acentuaron, entre otras, sobre todo esta que nos diste a conocer por medio de Jesús, tu siervo 20.
función iluminadora de Cristo, este aspecto de la reden-
Para Jos cristianos ya no hay otro Dios que el Dios
ción de la inteligencia por la manifestación de la verdad.
Y se le darán los títulos de maestro, profeta, apóstol, y Padre de nuestro Señor Jesucristo, ni otro lugar de
ángel, rostro, resplandor y gloria del Padre, Logos1S. encuentro con él que el lugar del encuentro con Cristo.
En los formularios litúrgicos de la primitiva iglesia, so-
bre todo en los textos bautismales y eucarísticos, al que- II
rer exponer el papel revelador de Cristo, se dirá que él
nos trajo la verdadera gnosis del Padre, como don simul- MISTERIO DEL HOMBRE CLAUSURADO
táneo con la remisión de los pecados, la victoria sobre la ANTE DIOS: ATEÍSMO
muerte, y la inmortalización previvida ya en la esperanza.
El autor de la primera carta de Clemente, dice textual- Hemos intentado describir las dimensiones que reve-
mente: lan al hombre como un ser abierto, referido a un Alguien
más allá de sí mismo; un ser que se pregunta por las
Por Dios Cristo nos ha llamado de las tinieblas a la lúa, de la cosas y sobre todo que es capaz de ser preguntado y
ignorancia al conocimiento de la gloria de su nombre. vocado; un ser que vive en esperanza y que se sabe como
necesaria respuesta a una vocación previa, a un amor
17
fundante. Hemos descrito a continuación el movimiento
GS io, 18, 22, 38, 45. Cf. J. MOUROUX, La christologie de la
<tC'onstitution
18
Gaudium et spes». Commentaires au Vatican I I . París 1968. inverso de Dios abriéndose al hombre, llamándole, des-
Florilegio de textos y fuentes puede verse en H. TURNEE, Jésus le
Sauveur. Essai sur la doctrine patristique de la Rédemption. P a r i s 1965; 19
Y.-M. CONGAR, Jesucristo. Barcelona 1965; M. HARL, Origéne et la fonction 58, 2-3; cf. Padres apostólicos. Madrid 1966, 232-233.
20
révélatrice du Verbe Incarné. Paris 1958. 9, 3 : I0 » 2 ; cf. Padres apostólicos, 86-87.
66 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA EN TORNO AL PROBLEMA DE DIOS 67
cendiendo hasta él para instaurar una historia común en
«condescendencia», siendo hombre. El lugar donde coinci- 1. El ateísmo en el contexto
den esos dos movimientos: ascendente del hombre y des-
cendente de Dios, espera del hombre y respuesta de Dios, es de nuestra época
Jesucristo, quien de esta forma es la expresión suprema de El ateísmo es una característica de nuestra situación
nuestra humanidad, pues en su glorificación por Dios contemporánea en cuanto que no es un fenómeno indivi-
finalizó y consumó a cada uno de nosotros. Ya no es dual de vidas aisladas, que constituyan una excepción en
posible encontrar a Dios plenamente al margen de Cristo. la sociedad, y que permanezcan en la clandestinidad,
Vocación humana que implica la capacidad para ser como pudieron serlo en la edad media por ejemplo, sino
llamado por Dios, la llamada real a la unión con él, al que constituye un fenómeno masivo público, que llega
diálogo interpersonal, a la configuración con Jesucris- incluso a adquirir caracteres de oficialidad en aquellos
to 21 . Vocación que se realizará no en el seno de la indi- países en los que se le ha hecho fundamento de un nuevo
vidualidad sino en el ámbito comunitario donde perdura orden social y político. Hay que situarlo como un ingre-
el espíritu de Cristo, y que llamamos iglesia. Iglesia, diente más de esa situación contemporánea afectada por
comunidad de fe y de esperanza en el amor, que no ha conmociones y cambios radicales en las formas de vivir,
sido segregada del mundo para constituir un islote en el de valorar, de esperar y de proyectarse hacia el futuro;
mar de la humanidad, sino que ha sido elegida de entre época afectada por el desequilibrio existente entre un
los pueblos para ser luego enviada a ellos, una vez reno- progreso técnico fabuloso y un progreso humano, tanto
vada y santificada ella, a fin de poder ser fermento de individual como colectivo que deja mucho que desear.
fraternización entre los hombres, solidaria de todas las Desequilibrio entre esas inmensas aspiraciones humanas
situaciones históricas, comprometida en todas las tareas de fraternización, de paz, de colaboración, de avance
humanas, abierta a todas las esperanzas no sólo del reino social equitativo por un lado y por otro las realizaciones
de los cielos sino, también y con el mismo afán, del mínimas que en este orden se están llevando a cabo,
reino de la tierra. Situaciones, tareas y esperanzas que mientras siguen en pie las escandalosas diferencias eco-
afronta no tanto en la fuerza de sus miembros como en nómicas entre los diversos bloques geográficos, y sobre
la fuerza que la ejemplaridad de Cristo le confiere y en el todo mientras sigue contradiciendo todos los programas
amor con que el Espíritu la potencia. ese hecho incomprensible en sí mismo resultante de inte-
Vocación al diálogo y unión con Dios, vocación a la reses internacionales, como es la guerra hecha por unos
audición de la Palabra e imitación de la persona de Cris- y perdida por otros.
to, vocación a la fidelidad al espíritu de Jesús que le Característica de nuestra época es también una viru-
impulsa al servicio de los hermanos en la construcción lenta reacción contra los criterios y valores de las épocas
de un mundo más a la medida de las necesidades y exigen- que nos han precedido inmediatamente. La predispo-
cias todas de los hombres: así podríamos describir la voca- sición anterior a aceptar la herencia como algo sagrado,
ción histórica del hombre creyente. Nos referimos ahora al la confianza psicológica en la autoridad y en los valores
hombre clausurado frente a Dios, o al fenómeno del ateísmo. establecidos, están desapareciendo. El hombre contem-
31
poráneo acepta como saber verdadero lo que puede ser
«La razón más alta de la dignidad humana consiste en la vocación
del hombre a la unión con Dios. Existe pura y simplemente por el amor de demostrado científicamente; pone su confianza en lo que
Dios que lo creó, y por el amor de Dios que lo conserva. Y sólo se puede puede ser experimentalmente controlado. Y a eso llama
decir que vive en la plenitud de la verdad cuando reconoce libremente ese
amor y se confía por entero a su Creador» (GS 19). él saber científico. Todos los saberes de otro orden los
68 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA EN TORNO AL PROBLEMA DE DIOS 69

relega inconscientemente al campo de la mera opinión, un fenómeno fundamentalmente reactivo y crítico72. La


por considerarlos incontrolables e inverificables; de ellos primera forma de reacción es la de una mentalidad cien-
no se siente necesitado ni ligado a veces. Por tanto para tífica contra la concepción de Dios que llevaba adherida
él ciencias serán sólo las ciencias experimentales. Tam- o exigía una determinada concepción del mundo y de la
bién a nivel de conciencia individual los técnicos han historia, es decir contra una teología que postulaba una de-
instaurado su dictadura. terminada cosmología, o una determinada física o una
En este contexto de nuevas valoraciones el hombre determinada astronomía23. Todo el problema de Galileo
de hoy estará tentado a relegar a Dios simultáneamente consistió en la falta de perspicacia o de difícil coraje
con esos otros valores de la tradición, que, fruto de una por parte de la iglesia para discernir entre lo que era efec-
época precientífica, se han venido arrastrando hasta nues- tivamente revelación de Dios y lo que era el necesario
tros días, y que por no dejarse controlar deberían ser ropaje humano, a través del cual la Biblia nos ofrece
marginados. ¿Pero cómo es posible que el hombre re- aquella revelación, y consecuentemente en querer mante-
niegue de ése, a quien antes definíamos como el absoluto ner como válida e inseparable de la fe una concepción
de valor, el fundamento del ser, la aspiración secreta de astronómica propia de los pueblos semitas y puramente pre-
todo corazón? El hombre no puede existir sin vivir refe- científica.
rido a un Absoluto; y si Dios desaparece de su horizonte El secreto rencor que la ciencia ha tenido en los úl-
colocará ese Absoluto en otro lugar, en otros valores, a timos siglos contra la iglesia proviene no de la ciencia
los que ofrendará su vida. En una época en que Dios misma. Ella no fuerza a los científicos a distanciarse de
oficialmente parece haber desaparecido estamos asistien- Dios, pero éstos sospecharon en la iglesia una querencia
do a la entrada oficial de los ídolos y de los mitos a los excesiva a determinadas formas de interpretar la reali-
que no sólo sirve sino de los que es esclavo nuestro dad; constataron que ella obstaculizaba una investigación
hombre, ignorador de cómo el servicio a Dios por ser objetiva de lo real, y que era un freno para salir de la
nuestra fuente y fundamento era vivificante, mientras infancia y llegar a la madurez científica. Para liberarse de
que el servicio a los ídolos, por ser inferiores a nosotros, esta especie de tutelaje, la ciencia, afirmando su autono-
nos degrada y prostituye. mía frente a la iglesia, negó lo que la iglesia afirmaba, no
porque eso le fuera necesario sino porque es fácil tenta-
ción de los humanos negar para defensa propia todo lo
2. Diversas formas de ateísmo y su que nuestro adversario afirma o afirmar todo lo que él
génesis psicológica niega.
A la hora de exponer la génesis del ateísmo en los Poco a poco hemos ido descubriendo que la fe no
últimos cien años podríamos distinguir tres formas:
ateísmo de reacción, ateísmo de explicación y ateísmo 22
«El ateísmo considerado en su total integridad no es un fenómeno
de decisión. originario sino un fenómeno derivado de varias causas, entre las que se debe
contar también la reacción crítica contra las religiones, y ciertamente en
Ha sido el mismo concilio Vaticano II el que ha afir- algunas zonas del mundo, sobre todo contra la religión cristiana. Por lo cual
en esta génesis del ateísmo pueden tener parte no pequeña los propios cre-
mado que el hombre por sí mismo no tiende contra yentes, en cuanto que con el descuido de la educación religiosa, o con la
Dios, es decir que originariamente el hombre no es ateo, exposición inadecuada de la doctrina, o incluso con los defectos de su vida
religiosa, moral y social han velado más bien que revelado el genuino rostro
sino que deviene ateo por reacción contra la forma con- de Dios y de la religión» (GS 19).
23
creta en que Dios le es presentado o por las exigencias Cf. Y.-M. CONGAR, Le théme de Dieu Créateur et les explications
de l'Hexaemeron dans la tradition chrétienne: L'Homme devant Dieu.
que se unen a su aceptación. El ateísmo es por tanto Melanges offerts au P . Henri de Lubac 1. París 1963, 189-223.
70 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA EN TORNO AL PROBLEMA DE DIOS 71

impone una determinada concepción científica de la rea- Nada ha hecho tanto mal a la educación de la fe
lidad, que es pensable un pluralismo de teorías científi- como una determinada forma de apologética barata, que
cas para los cristianos, en la misma medida en que es hacía desembocar necesariamente en Dios por la ciencia.
pensable un pluralismo de partidos políticos y de reali- Este tipo de apologética no sólo es barata sino además
zaciones sociales, porque la aceptación del credo de los falsa. Por la ciencia en cuanto tal no se llega ni a Dios
apóstoles no lleva consigo la aceptación de ningún otro ni al ateísmo. La ciencia es metodológicamente atea en
credo político, artístico, o científico. La tarea de la igle- el sentido elemental de que Dios no entra dentro del
sia frente a la ciencia es sólo indirecta, en cuanto mues- campo de sus investigaciones, y desde ella no es legítimo
tra al cristiano los límites, es decir sugiriendo qué opcio- sacar conclusiones ni en pro ni en contra. El problema de
nes científicas son inconciliables con las exigencias de la Dios se sitúa a otro nivel de conocimiento. La fe no es
revelación. Y puesto que ciencia y fe se sitúan y afirman el fruto de una demostración científica mediante una
en niveles distintos de la realidad, afirmaciones de una y ecuación matemática o una fórmula química. Como to-
otra no tienen por qué enfrentarse si permanecen fieles dos los valores personales, la fe pone a todo el sujeto en
al propio método y al propio campo. Por eso es lamenta- juego exigiéndole un arrojo y una decisión y, como ellos,
ble que muchos nombres de ciencia abandonasen su fe no se elige en la evidencia de la demostración sino en
por considerar que ésta restaba autonomía a su búsqueda la libertad del amor. En la amistad, en la fidelidad o el
y libertad a sus deseos de experimentación. Trágica al- amor esponsal no es nunca una evidencia racional lo que
ternativa que les llevó a un ateísmo innecesario. nos obliga sino la libertad de la persona. Después de
Otra reacción de los científicos fue provocada por la sopesadas todas las razones quedamos enfrentados con
forma vulgar de presentar los caminos del conocimiento nuestra libertad y sólo desde ella es posible el salto a la
de Dios. Dios sería la conclusión necesaria, a la que ten- acción. Dios es una realidad viviente y un ser personal
dría que llegar desde su ciencia todo científico honrado; y como a toda persona sólo se le conoce y acepta en la
es decir Dios sería demostrable por la ciencia en cuanto decisión nacida del amor, no en la coacción de la evi-
que existirían aspectos de la realidad física, biológica o dencia, que unas razones especulativas puedan ofrecer.
cosmológica, que serían por sí mismos inexplicables y por A Dios no se le puede utilizar como una hipótesis
tanto exigirían acudir a la hipótesis Dios para hacerlos más, explicativa de los fenómenos naturales, biológicos o
inteligibles. El hecho de que poco a poco la ciencia haya cosmológicos. La causalidad que Dios ejerce sobre las le-
ido descubriendo la verdadera causa de muchos fenó- yes de la naturaleza no puede ser homologada con las
menos hasta ahora desconocidos y atribuidos antes a una demás causalidades, ya que no es de orden categorial
intervención inmediata de Dios, ha quebrado la confianza sino de orden trascendental; por eso no sólo no les resta
de muchos hombres, haciéndoles sospechar que los pro- autonomía entrando en competencia con ellas sino que
blemas que nos quedan por esclarecer no necesitan a precisamente por ello es su fundamento último. Los cien-
Dios para ser solucionados. La investigación humana lo tíficos tienen razón en protestar contra esa ingerencia de
único que pide es tiempo, para mostrar que la realidad Dios en la explicación científica que mucha apologética
física o biológica a nivel de constitución es inteligible fácil ha querido imponer. Dios no resuelve ni puede ser
por sí misma. Otro será el problema cuando haya de pre- citado para resolver ningún interrogante de la ciencia.
guntar no ya cómo funciona la realidad, sino por qué Por otra parte el Dios que así demostraríamos, el Dios
consiste y para qué existe: interrogantes que desbordan solución del universo, sería un Dios religiosamente in-
el campo de la investigación científica. válido, puesto que tendría el mismo peso específico que
72 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA EN TORNO AL PROBLEMA DE DIOS 73

una fórmula matemática cualquiera, y sería poco más que carias en una especie de deformación teológica que lla-
el equivalente de una ley interna al universo24. mamos «supranaturalismo» o con otro nombre «mono-
Heidegger tiene toda la razón cuando dice que de ese litismo», caracterizados por una visión paralela de las
Dios al Dios de los cristianos media un abismo. Aquél relaciones entre Dios y el hombre, entre los valores reli-
sería una ley, una ecuación, una causa sin más, mientras giosos y los valores profanos. Esta concepción para afir-
que éste es un Alguien, ante quien se vive y frente a mar la trascendencia de Dios y su soberanía sobre el
quien se muere, y en cuya presencia siempre estamos. mundo opera un empobrecimiento de la criatura. No cree
Ante aquél no es posible «ni caer de hinojos, ni tem- poder afirmar a Dios sino negando las obras de sus ma-
blar, ni orar, ni danzar, ni cantar» 25 , posturas que carac- nos, resta realidad y eficacia a las causas segundas porque
terizan la existencia religiosa. teme que afirmarlas a ellas supondría una depreciación
La segunda gran causa en la génesis del ateísmo es la de Dios. Dios parece serlo todo, y el hombre en cambio
concepción de un Dios antagonista del hombre. Ante un nada. Los valores religiosos se perciben como los úni-
Dios presentado como una permanente exigencia, algo cos en definitiva necesarios y los demás se subordinan
así como un gran señor feudal que se alimenta de los a ellos como puros medios en orden a otro fin. Subor-
diezmos de sus subditos, surge necesariamente una reac- dinación integral por tanto de lo profano a lo religioso,
ción autoafirmativa y defensiva. Ante un Dios enfren- del estado a la iglesia, del tiempo a la eternidad, de lo
tado surge un hombre enfrentado. Ante un Dios que finito a lo infinito.
exige la enajenación del hombre, un hombre que exige La vida sobrenatural comunicada por Dios a los hom-
la negación de Dios. A un Dios que se impone desde bres se ve en total autonomía, superpuesta y casi inde-
fuera al dinamismo del hombre, un dinamismo interno pendiente de la vida natural, que queda reducida a ser
que se acrecentará luchando contra ese Dios. Ante una puro soporte. Una interpretación falsa de determinadas
libertad divina que no se presenta como posibilitadora fórmulas de los místicos, que hablan de la nada de las
y enriquecedora de la libertad del hombre sino más bien criaturas y del todo de Dios, ha trasladado lo que era
como un límite, surge un hombre que se afirma como vivencia religiosa a un nivel metafísico y ha hecho prin-
límite para Dios. He ahí por qué el hombre contempo- cipio de vida ética el desprecio de los valores temporales,
ráneo es un exasperado y resentido frente a Dios: ve en el contemptus mundi y la fuga saeculi; ha considerado
él un enemigo y un explotador. Le considera no como como camino cristiano por antonomasia el camino mo-
una vida que desde dentro hace vivir sino como una ley nástico, en el que el hombre lo deja todo para unirse
que oprime desde fuera. El hombre ha retado a Dios y al con Dios, como única realidad definitiva y definitiva-
no ser posibles dos Absolutos, se ha preferido a sí mismo mente importante. Todo ello ha significado un trauma
como único Absoluto. en la búsqueda, interpretación y utilización de la natura-
Las raíces profundas de esta crisis de fe hay que bus- leza y de los valores temporales, tanto artísticos como cien-
tíficos. La endurecida autonomía con que éstos se han afir-
24
Desde esta perspectiva hay que valorar la legitimidad y los límites mado en los últimos siglos responde a la heteronomía en
de la crítica que J. A. T. Robinson, en su obra Sincero para con Dios- Barce-
lona 1968, hace al concepto vulgar de Dios como «solución» para los huecos que habían sido interpretados y vividos en siglos ante-
o imperfecciones del universo. La mejor respuesta a Robinson, la más respe-
tuosa y la más crítica, entrando en los problemas reales que están en juego,
riores por el influjo de una concepción teológica dualista26.
es E. SCHILLEBEECKX, Dios y el hombre. Salamanca 1969; cf. también las Los derechos de Dios parecieron excluir unos dere-
aportaciones de E. FEEIJO y C. PARÍS en CÁTEDRA PAULO V I , El problema
del ateísmo. Salamanca 1967.
25 26
M. HEIDEGGER, Identitát und Differcns. Pfullíngen 1957, 50-56; Cf. J. GIRARDI, L'Eglise face á l'humanisme athée: L'Eglise dans
67-70. le monde de ce temps 2. París 1967, 329-384.
74 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA EN TORNO AL PROBLEMA DE DIOS 75

chos del hombre: la respuesta que silba hoy como una El tercer factor determinante del surgimiento del
serpiente enfurecida son unos derechos del hombre que ateísmo ha sido una concepción de Dios que está en los
excluyen unos derechos de Dios. No se afirmó suficiente- antípodas de la noción bíblica de Dios. A partir de la
mente que la realidad de Dios resalta tanto más cuanto Ilustración el Dios que ofrece la iglesia aparece como un
más se afirma la realidad del hombre, y que la libertad garante del orden establecido, asegurador del statu quo
no crece en la medida en que el hombre se distancia de sociológico, e indirectamente como freno para la progra-
Dios, sino en la medida en que se aproxima a él. El gra- mación o provocación de un orden social mejor. Este
do de libertad en los seres finitos es proporcional a su Dios ahorraría al hombre el riesgo de su madurez indi-
consistencia ontológica, es decir a su cercanía a Dios, vidual y colectiva, no incitándole a transformar la socie-
por ello el hombre es infinitamente más libre que la pie- dad mediante estructuras más humanizadoras. Nada ha-
dra, porque su cercanía a Dios implica el conocimiento, bría que esperar de la tierra y del orden social, carente
y el alma humana de Jesús unida personalmente al Ver- de significado en orden a la única vida merecedora de
bo y vidente de la esencia divina es la criatura más libre atención: la eterna. La capacidad revolucionaria del mar-
que ha existido. xismo consiste en haber convocado a todos los hombres
El hombre pensó que para afirmarse a sí mismo tenía a la creación de un futuro mejor que no han de esperar
que negar a Dios, que para vivir él como hombre tenía que llovido del cielo sino forjado con el esfuerzo común de
morir Dios. Es la reacción de quien no adivinó en Dios sus manos, ni regalado por ningún inesperado visitante
sino un límite y un antagonista casi del mismo grado divino sino planeado por la responsabilidad humana; ni
que él mismo. Y mientras Prometeo no siga viendo en Zeus añorado como consuelo individual sino ofrecido genero-
sino al que le condena a estar atado a la roca tendrá razón samente a los hermanos en cuya comunión se vive y en
«n blasfemar de él y será un gesto de dignidad afirmar que cuya solidaridad se muere, porque no habría otra. La his-
prefiere no suplicarle y permanecer esclavizado. Tal Dios torización temporal de la escatología cristiana ha sido la
no pasa de ser un ídolo fabricado ni siquiera por las manos gran hazaña del marxismo, recordando a sus creyentes
sino por la angustia del hombre. que el cielo no aparece por casualidad al final, sino que
es la dimensión misma de nuestro hacer para los her-
¿Cómo no asombrarse recordando que Dios creó al
manos.
hombre a su imagen y semejanza, es decir para que repi-
tiera en el mundo su gesto creador y señoreador, para La esperanza del cielo no puede ser un narcótico ni
que ejerciera su libertad en la iniciativa personal? Dios un motivo de desolidarización respecto de las tareas que
de vivos y no de muertos, de libres y no de esclavos; la comunidad humana tiene que afrontar. Muchos hom-
con la propia historia en la mano para labrarla según el bres han descartado a Dios porque han visto en él un
propio proyecto Dios envió al hombre hacia la tierra obstáculo al progreso, una exigencia de permanente mi-
de su promisión. No el antagonista del hombre sino su noría de edad, un freno a la voluntad de descifrar el
gran pro-agonista, porque en Jesús de Nazaret Dios su- sentido inmanente de la historia, un antagonista para
peró la distinción y fue uno de nosotros haciéndose nuestra vocación de creadores. Como resultado, el hom-
hombre 27 . bre ha elegido la «condición humana» y esencial a ésta
considera la libertad individual, la creatividad de un
27
Gen i, 23; Ecl 15, 14 («Dios hizo al hombre desde el principio y le futuro común mejor, la necesaria transformación de las
dejó en manos de su albedrio»); J n 1,14; Gal 4 , 4 ; Jn 3,16. «Píos ha
querido dejar al hombre en manos de su propia decisión, para que así busque estructuras alienadoras, la responsabilización ante todas
espontáneamente a su creador, y adhiriéndose libremente a éste, alcance la las tareas humanas, la sinceridad necesaria para asumir
plena y bienaventurada perfección» (GS 17).
76 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA EN TORNO AL PROBLEMA DE DIOS 77

el dolor como dolor y la muerte como muerte. Si el bres» 28 . Feuerbach saca inmediatamente las conclusio-.
problema de Dios se plantea en tales términos de al- nes: lo que hasta ahora hemos llamado teología o palas
ternativa, el ateísmo es una solución no sólo tolerada si- bra sobre Dios, hay que considerarlo como antropolov
no necesaria para el hombre sincero. Puesto ante tales gía. El hombre creía que estaba hablando de Dios y en
encrucijadas: Dios o la ciencia, Dios o él mismo, Dios verdad estaba hablando de sí mismo. Al describir los
o el mundo, el hombre las ha considerado realidades atributos divinos estaba describiendo los atributos de la,
antagónicas y ha elegido aquello de lo cual no puede humanidad. La conclusión de su obra será todo un prck
sinceramente prescindir y es más inmediato a sus sen- grama de acción: «Homo homini Deus», es decir no hay
tidos. otro Dios para el hombre que el hombre mismo29.
Una innecesaria renuncia, una trágica renuncia, pues Marx no hará sino prolongar a Feuerbach explicando
Dios no es la alternativa para nada sino el que posibilita por qué hemos hecho teología en lugar de antropología.
todo a todos, la fuente en que mana el agua de nuestra La religión sería el resultado de unas estructuras aliena.,
común sed. Frente al Dios viviente vieron un Dios factor doras, algo que no es esencial a la condición humana y
de opresión humana; en lugar de un Dios señor y crea- que durará sólo mientras duren las estructuras que 1^
dor de todas las libertades, un Dios creador de conven- segregan. Dios es la proyección ideal mediante la cual ej
ciones sociales, exigidor de opciones políticas, garanti- hombre se consuela de una situación real: un hombre
zador de regímenes establecidos; en lugar de un Dios pobre sueña con un Dios rico, un hombre desvalido coi)
amor que desde dentro vivífica y esclarece al hombre, un Señor omnipotente, un esclavo con un Dios libertav
un Dios, ley externa que coacciona y castiga. Así plan- dor. Las iglesias al justificar tales estructuras de proN
teado el dilema, la elección era inevitable. Al hacer esta ducción y al dar una legitimación religiosa a los ordene^
historia el cristiano siente lacerada su alma, pues nada establecidos, estarían siendo los grandes fautores de alies
más extraño y distinto del Dios de Jesucristo en quien nación30. A la reducción filosófica de Feuerbach y a 1^
él cree, que este pobre ídolo que aquí se combate. Ni de reducción histórico-económica de Marx va a seguir la rev
lejos puede reconocer en él a su Dios. ducción psicológica de Freud 31 .
Aludimos sólo a la segunda forma de ateísmo con- Finalmente el ateísmo por decisión. Nietzsche y Sars
temporáneo: el ateísmo de explicación o de reducción. tre serían los dos grandes representantes. Estos borru
La dimensión religiosa no sería constitutiva ni originaria bres no intentan explicar cómo el hombre ha llegado ^
en el hombre sino adveniente y derivada. Aquí el nom- la idea de Dios o por qué es impensable que Dios pued^
brede Feuerbach tiene la primacía entre todos los «re- existir: decretan que Dios no existe. «Dios ha muerto
ductores». Para él la religión y Dios son el resultado de nosotros lo hemos matado». El reto humano llega a s\J
proyectar en un sujeto exterior y distinto de nosotros las
realidades más nobles y las aspiraciones más sublimes de 28
Prólogo a Die Braut von Mcssina.
la existencia humana. Dios en definitiva no sería sino un 29
L. FEUERBACH, La esencia del cristianismo. Buenos Aires 1963
nombre para designar el manojo de cualidades, poten- 251-252.
30
'
La crítica marxista de la religión y del cristianismo ha entrad*
cialidades y deseos del hombre mismo, proyectados por en un estadio radicalmente nuevo respecto de la corriente vigente hasta ahor^
él fuera de sí. Los dioses no tendrían existencia propia, Cf. E. KELLNER, Diálogo entre cristianos y marxistas: Humanismo marxist'
y humanidad cristiana. Conversaciones de la Paulus-Gessellschaft. Barc^
puesto que serían creaciones del corazón humano. Schil- lona 1968.
31
Cf. E. FREIJO, El problema religioso en la historia de la psicologi.
ler escribió en una de sus obras: «Por fin los dioses han médica contemporánea. Psicología y religión en la obra de Segismundo Freut^
retornado a su lugar de origen: el corazón de los hom- Vitoria 1966; I D . , El psicoanálisis de Freud y la psicología de la moraf
Madrid 1966; A. PLÉ, Freud et la religión. París 1968.
78 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA EN TORNO AL PROBLEMA DE DIOS ?9

límite en las siguientes expresiones de Nietzsche: «Ami- Si por guardar tu mecha apagas la luz; si por guardar tu vida
gos míos, os voy a revelar todo mi corazón. Si los dio- malgastas tu idea, Dios no se acordará de ti, anegándote en stj
olvido como perdón supremo. Y no hay otro infierno que éste:
ses existieran, ¿cómo iba yo a soportar no ser uno de el que Dios nos olvide35.
ellos?» 32 .
Y el olvido de Dios consiste en acceder a los deseo s
3. Luces y sombras del ateísmo del hombre que se quiere libre, con una libertad límite
¿Qué ocurre en el corazón de un hombre cuando de- y no con una libertad fuente.
creta que Dios no existe? ¿Qué siente una humanidad En el mismo instante en que se ha dictado la sen,
que elige la supresión de Dios? Es muy significativo que tencia contra el Dios vivo y se ha aceptado su muerte
hayan sido los dos autores que han decidido la no exis- surge insospechada y violenta la interrogación: ¿no ha.
tencia de Dios, quienes más vivamente han sentido la muerto el hombre junto con Dios? La ehminación d e
dureza de su ausencia. Nietzsche escribe: lo divino, ¿no implica la autodestrucción de lo humano>
Donde no perdura Dios vivo ¿puede perdurar un honj,
¿Qué hemos hecho cuando hemos separado esta tierra de la bre viviente? ¿Sería pensable un hombre sin referencia,
cadena de su sol? ¿A dónde le conducen ahora sus movimientos? sin orientación, sin trascendencia más allá de la simpl e
¿No caemos sin cesar? ¿Hacia adelante? ¿Hacia atrás? ¿Todavía humanidad? ¿Quién nos dará en adelante la medida de
hay un arriba y un abajo? ¿No erramos como a través de una nada lo humano, de lo verdadero, de lo santo? ¿Quién va a
infinita? ¿No veis oscurecer cada vez más, cada vez más? ¿No es
necesario encender linternas para andar en pleno mediodía?... salvaguardar en adelante a Abel del hermano Caín, qn e
Desde que Dios no existe la soledad se nos ha hecho intolerable33. somos cada uno de nosotros en potencia? El hombre e§
un espejo reflector: si ninguna luz brilla en su rostr Q
Pero no sólo la soledad sino sobre todo la compañía ¿qué va a reflejar?
de los otros se nos ha hecho intolerable. Significativa- El drama del humanismo contemporáneo consiste e^
mente ha sido Sartre quien redescubre el tema del infier- haber querido emular en sentido inverso el gesto de
no, es decir de la finitud humana, que sin Dios se torna amor de Dios para con los hombres tal como se man},
insoportable; de la compañía de los otros no generadora fiesta en la encarnación y con ello haber repetido el pe,
de esperanza sino de dolor y de angustia. Él es quien ha cado de Adán: acoger la divinización no en obediencia
llegado a decir que el infierno son los otros. y como dádiva sino como conquista y presa arrebatada 3s
En un mundo sin Dios el hombre comienza a hacer
la experiencia de cómo «el árbol del conocimiento no se
identifica con el árbol de la vida» 34 . El hombre de occi- 35
M. DE UNAMUNO, Vida de Don Quijote y Sancho. Madrid ^rgGg
dente ha hecho la experiencia histórica del infierno, es 196. El texto sigue así: «Señor, acuérdate de mí, y que mi vida toda sea u ^ '
vivificación de mi idea divina, y si la empañare, si la sepultare en mi carii^
decir de una existencia querida en los propios límites, si la deshiciere en este mi yo caduco y terreno, entonces [ ay de mí, Seño r '
porque me perdonarías olvidándome! Si aspiro a Ti, viviré en T i ; si de Ti i^ *
arraigada en el propio suelo, recortada sobre el propio aparto, iré a dar en lo que no es tuyo, en lo único que fuera de Ti cah^
horizonte y alimentada con las propias subsistencias. en la nada». . . *
SB
Este es el sentido último del himno de la kénosis en Flp 2, 6-t 0
que contrapone la obediencia de Cristo, concluyendo en una glorificación p 0 ^
33 parte del Padre, y la desobediencia de Adán que concluye en una pérdi^j.
En su obra: Asi hablaba Zaratustra; cf. B. WELTE, Nietzsches
Atheismus und das Christentum: Auf der Spur des Ewigen. Freiburg 1965, de la divinización, a que estaba invitado. «Creado por Dios en la justicia
228-261. el hombre en el propio exordio de la historia abusó de su libertad leva^'
33
La gaya ciencia 3, 125, Obras completas. Buenos Aires 1964, 108-110. tándose contra Dios y pretendiendo alcanzar su propio fin al margen <]'
34
L. BYKON, Mamfred I, i, 11-12: «Sorrow is knowledge: they who Dios» (GS 13); cf. R. P. MARTIN, Carmen Christi. Philippians 2, 5-11 ¡^
know the most / must mourn the deepest o'er the fatal truth / the Tree of recent interpretation and in the setting of the early christian Worship
knowledge is not that of Life.» Cambridge 1967.
80 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA EN TORNO AL PROBLEMA DE DIOS 81
La religión del Dios que se ha hecho hombre, se ha encontrado ción interior cuando nadie le redime y reconcilia, la irre-
con la religión — porque tal es — del hombre que se hace Dios 37. primible necesidad de perduración personal. En este ins-
tante, desterrado el Dios verdadero, han hecho acto de
El Fausto de Goethe es la genial anticipación del presencia todos los ídolos, y misteriosamente, en una so-
hombre moderno que sufre consciente la crisis de su fe, ciedad en que Dios ya no cuenta, nunca se le sintió más
que quiere sentirse acogido en un mundo que ya no es al vivo y nunca se habló tanto de él. Dios es hoy el gran
sentido como el hogar en que Dios quiso albergarlo, y ausente y es sentido más al vivo que si estuviera entre
que sin fe y trascendencia ya no lo siente como casa nosotros. Tal sensación de la ausencia es la forma en que
sino como desierto; del hombre que se exaspera con la nos llega hoy la gracia de Dios que, aunque negada, es
mordiente claridad de su razón 38 queriendo volver hacia gracia y es de Dios.
las cosas y contentarse con la vida sencilla o vulgar, aun
cuando en su fondo está suspirando por la luz inacaba-
ble, en la que sólo puede mantener encendida la propia. III
Entregado a Mefistófeles lo único que él le ofrece a
MISIÓN DEL CREYENTE ANTE LA INCREDULIDAD
Fausto es Grete, bella, sencilla y pobre, que representa
el contentamiento ofrecido por lo pequeño y pacífico,
creador de una felicidad en grado elemental, imposible 1. Aceptación del reto y voluntad
de contentar a quien sufre una pasión de totalidad y de de respuesta
Absoluto. Representa al hombre moderno que en una
celosa exigencia de su libertad ha intuido cómo todo lo ¿Cuál es la postura auténtica del hombre creyente en
demás es creable y destructible por el hombre mismo, esta coyuntura histórica? Ante todo una humilde y va-
pero que la libertad es cosa y casa que sólo Dios edifi- liente aceptación de los hechos, junto con una realista
ca39. Y así desposeído de Dios ha ido el hombre ponien- percepción de las dificultades presentadas. Aceptar no
do en su lugar otros dioses, más bellos y elegantes, pero sólo los hechos sino el reto mismo que el ateo plantea
en definitiva pobres remedos para encubrir la ausencia al creyente, diciéndole un «sí» y un «no» simultáneos.
dejada por él: a sí mismo, el amor, el arte, el trabajo, Hay que aceptar como verdaderos e incluso como cris-
el dolor, el absurdo40. tianos en su origen muchos de los ideales de los que se
quiere portador el ateísmo, en cuanto que se elige pro-
En la era del ateísmo han vuelto a crecer como árbo- motor del hombre, propulsor de todas sus esperanzas,
les gigantes en el corazón del hombre su soledad radical, liberador de todas sus alienaciones, alimentador de to-
la percepción de su pecado como permanente corrup- dos sus ideales. En cuanto el ateísmo es un «sí» radical
y verdadero a todas las posibilidades humanas puede y
87
Discurso de Pablo V I del 7 diciembre de 1965 en la clausura del debe el creyente llegar incluso a colaborar con él. En rea-
Vaticano II.
83
«Del sol y de los mundos yo nada sé decir; yo sólo veo cómo se lidad su mejor partida ganada a la iglesia y su aliciente
quejan los hombres. El diosecillo del mundo sigue siendo siempre del mismo
juez, y es tan raro como el primer día. Algo mejor viviera si no le hubieras
ante la masa consisten en haber convencido a la con-
concedido ese destello de la celestial lumbre, que él llama razón, y del que ciencia pública de que es el mejor e incluso el único ada-
tan sólo se sirve para portarse más animalmente que cualquier animal»:
Mefistófeles en el prólogo de Fausto. Madrid 1964, 31-32. lid desinteresado de las grandes preocupaciones huma-
89
«Lo que construyeron manos, manos pueden derrumbarlo. La casa nas: el desarrollo de los países pobres, el hambre a es-
de la libertad Dios nos la ha fundado». F. SCHILLER, Wilhem Tell I, 3.
40
L. KAHN, Literatur und Glaubenskrise. Stuttgart 1964, ha analizado cala mundial, la superpoblación, el mejoramiento de la
cómo esta sustitución de Dios por otras realidades divinizadas, se refleja en
la literatura de los últimos siglos.
situación del proletariado con la previa superación de
82 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA EN TORNO AL PROBLEMA DE DIOS 83
las clamorosas diferencias entre poseedores y bienes po- Sión decía: «Yahvé me ha abandonado, el Señor se ha olvidado
seídos, la necesaria revolución. de mí». ¿Puede la mujer olvidarse del fruto de su vientre, no com-
Sudamérica con sus hombres ídolos es todo un sím- padecerse del hijo de sus entrañas? Pues aunque ella se olvidara
bolo. El cristianismo ha sido desplazado por el ateísmo, yo no te olvidaría (Is 49,15).
y sólo recobrará la confianza de la humanidad si lleva Éste es el Dios que nos ha revelado y nos ha comu-
estos ideales más allá que el ateísmo, si ama al hombre nicado Jesucristo. Sólo desde que él nos le manifestó y en
en mayor profundidad, si permanece más fiel a los pro- comunión a él, nos hemos atrevido a llamarle «Padre», y
blemas del tiempo, de la tierra, de la caducidad y de la le hemos sentido como amor y le hemos invocado como
pobreza, sin capitular por ello de sus tareas específicas. a un «tú», frente al que nos sentimos acogidos, consuelo
Y sólo permanecerá fiel a sí mismo si junto a estas nece- bajo nuestros pies y techo sobre nuestras cabezas.
sidades van sugiriendo otras en el corazón del hombre, No sólo aceptar el reto del ateísmo y redescubrir a
que no ha de esperar a descubrir al final cuando estén su Dios sino vivirle ante los hombres, forma parte de
superadas las anteriores: una pobreza, un hambre, una la respuesta que la iglesia ha de dar. Es toda la iglesia la
esperanza y un amor más radicales. Pero si no atiende a que tiene que hacer presente a ese Dios en todos los ni-
aquéllas su insistencia en éstas será un contrasigno. No veles de la vida y de la actividad, en los cuales revela
en vano la primera encíclica que el papa ha publicado todas las dimensiones de su rostro 41 . Cada creyente da
después de que el concilio habló sobre el ateísmo está testimonio de Dios bajo un aspecto. Puesto que Dios
dedicada al progreso de los pueblos. La paz ya sólo tiene no es una simple idea sino un valor de vida personal sólo
un nombre: el progreso. La fe ya sólo tiene un signo es perceptible a través de realizaciones personales valio-
eficaz: el amor eficaz a los hombres más necesitados, la sas emanadas de la fe en él. Sólo a través de los hombres
instauración de la justicia a escala individual y mundial, creyentes Dios se hace visible para los demás. No las
de forma que cada hombre se sienta y se pueda vivir razones teóricas sino las vivencias prácticas, no las ideas
como un «prójimo» respecto de todos los demás. sino las personas son las que deciden del encuentro de
Pero una respuesta para ser válida en amplitud y un hombre con Dios. Por ello es tarea primordial de los
profundidad no puede limitarse sólo a la acción y ha de creyentes crear presencias de Dios. La mayor parte de
abarcar también al pensamiento. Si lo que el ateísmo ha los hombres que se distancian de Dios lo hacen porque
hecho en los últimos cien años ha sido negar una imagen le perciben asociado a unas ideas, hechos o palabras de
de Dios que era falsa, es tarea de la teología y de los los cristianos, que para ellos son inadmisibles. Sólo se
creyentes redescubrir la imagen verdadera, superando volverán a acercar a él si otras vivencias de valor y de
una fase elemental de la religiosidad, que en nada deja vida le desvelan en su realidad verdadera.
trasparecer la faz cristiana de Dios. Redescubrir al Dios de
la revelación, considerado ante todo como el Dios per- 2. Los testigos del Dios viviente
sonal, vivo y vivificante, que llama al hombre a una
comunidad de vida con él, cuya gloria consiste no en Porque Dios se hace presente sobre todo por hechos
hacerle esclavo sino en que viva. Dios no concebido de vida y no primariamente a través de las ideas, sus
como ley o angustia, como recriminador o vengador. grandes testigos han sido y siguen siendo los santos, es
Dios que es Padre, y que tiene para los hombres una decir los creyentes que se esfuerzan y logran hacer de su
querencia mucho más profunda que cualquier madre para vida una pura trasparencia, a través de la cual irrumpa
sus hijos. 41
GS 2i.
84 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA EN TORNO AL PROBLEMA DE DIOS 85

la luz de Dios entre los hombres. Vamos a elegir cuatro por los hermanos del trabajo. Hombres en quienes no
hombres de los que pudiéramos designar como testigos sabríamos qué admirar más si su pasión de trabajo o su
del Dios viviente en una época que habla morosamente pasión de adoración. Ninguna autentificación del cristia-
de que Dios ha muerto, para mostrar cómo ellos han nismo como servicio tan ejemplar como ésta42.
hecho una realización ejemplar de la humanidad a la vez Romano Guardini o la integración cristiana de todo
que han dado un testimonio auténtico de su fe. Estos lo bello. Pocos pensadores han encontrado en los últimos
hombres han bajado tan hondo en su corazón, se han cincuenta años un eco tan amplio como él, porque pocos
enfrentado tan cara a cara con el misterio de lo humano, han tenido un horizonte tan abierto, una comprehensión
que en ellos nos reconocemos todos. Sus autobiografías tan lúcida para todo lo que de verdaderamente humano
las consideramos nuestras biografías esenciales; más allá ha producido la humanidad. Desde Platón y Buda, san
de la diversidad de datos fenoménicos propios hemos en- Agustín y Dante hasta Rilke y Hblderlin, Pascal y New-
contrado un ser común. El eco general que sus vidas han man, Dostoievsky y Morike han encontrado en él un ge-
tenido nos muestran cómo ellos realizaron a la vez no nial intérprete y una voz connatural a distancia de años
sólo un evangelio de Cristo sino que vivieron ejemplarmen- o de siglos. En sus palabras han adivinado generaciones
te el destino de occidente. Son Carlos de Foucauld, Romano enteras aquella luz interior que no acertaban a apresar,
Guardini, Teresa de Lisieux y Teilhard de Chardin. y en su vida han visto realizada aquella unidad entre lo
Carlos de Foucuald o el hermano universal. Como humano y lo cristiano tan difícil pero tan necesariamente
una llama apagada se extinguió su vida en el desierto y sentida. Guardini es el cristiano a quien la fe ha purifi-
a los pocos decenios revive su espíritu como un viento cado tanto los ojos que ha descubierto que toda la ver-
de pentecostés. Él, que fue un contemplativo, ha pro- dad y toda la belleza son entorno necesario del hombre;
creado a distancia una familia espiritual de hombres y el cristiano que ha repetido incansablemente cómo el
mujeres que nos han tornado cercana toda la frescura hombre sólo perdura humano mientras no olvide su pro-
del evangelio, toda la virulencia de sus imperativos y ello pio nombre, es decir mientras se sepa y actúe como ima-
en la forma más pacífica que pensarse pueda. Los herma- gen de Dios 43 .
nitos y hermanitas de Jesús han elegido como tarea com- Teresa de Lisieux o la trascendencia vivida como
partir el destino de los grupos humanos más pobres. amor. El hombre sólo se encuentra a sí mismo trascen-
Ellos son sin duda uno de los frentes de la iglesia en los diéndose, mas no en el esfuerzo titánico por devenir un
que el testimonio es más eficaz por estar manifiestamente superhombre sino en la humildad del corazón, en la acep-
desprovisto de medios humanos y eficacias temporales, tación de la existencia como gracia y en el servicio a los
porque van al hombre sin más, a tomarle en serio como demás. La experiencia espiritual de los pobres de Yahvé
tal y a permanecer a su lado siempre. La comunidad de en el Antiguo Testamento y de María en el Nuevo es la
destino será tanta que ni siquiera remediarán su nece- que nos sale al encuentro de nuevo en su doctrina de
sidad con ayudas de fuera. Y eso es redención: no dar la infancia espiritual. Teresa de Lisieux es contemporá-
desde fuera sino desde dentro, reconocer al otro como
un absoluto de valor en tal medida que puede merecer 42
Cf. Escritos espirituales. Madrid 1964; Contemplación. Textos iné-
ditos. Salamanca 1969; J. F. X i x , Carlos de Foucauld. Itinerario espiritual.
la pena jugar en su favor ese absoluto que es la propia Barcelona 1967, y las obras de R. Voillaume, heredero y prolongador de su
vida. Foucauld pertenece a la historia de la mística y no mensaje
43
al frente de las comunidades de hermanitos y hermanitas de Jesús.
No tenemos una obra completa que analice la significación de
menos a la historia del humanismo contemporáneo: hizo R. Guardini en la iglesia, que fue haciendo posible y necesario el Vaticano I I .
nacer a distancia hombres cuya vida fue un desvivirse Una presentación general puede verse en A. LÓPEZ QUINTAS, Romano Guar-
dini y la dialéctica de lo viviente. Madrid 1966.
86 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA EN TORNO AL PROBLEMA DE DIOS 87
nea de Nietzsche. Probablemente no oyó siquiera su intenta saciar esa pasión de unidad que quema al pensa-
nombre, pero sin saberlo ni intentarlo es una respuesta miento humano, elaborando una síntesis donde reino de
a sus grandes interpelaciones. Su vida es un testimonio Dios y reino de los hombres están simultáneamente pre-
auténtico de que Dios vive, de que Dios es amor. Una sentes, donde la pasión de la tierra no anula sino que
muchedumbre de lectores le han encontrado y se han acrecienta la pasión del cielo. Un hombre que se sabe
encontrado a sí mismos a través de los escritos de esta y ama como materia, que se reconoce espíritu y por tanto
humilde carmelita. Pero esta mujer agraciada por Dios necesitado de trascender su dimensión material, aunque
ha comulgado como pocos a la «noche oscura», al silen- nunca sea anulada; que puede adunar la pasión secreta del
cio de Dios que es la forma a través de la cual se opera panteísta con la pasión secreta del místico cristiano, que
la purificación de la fe hoy. Ella padeció largas y terri- ve todo el dinamismo del mundo tendiendo hacia una
bles crisis de fe. Ahí está ese texto impresionante narrán- culminación final donde está Cristo, propulsor descono-
donos cómo estuvo largos años sentada a la mesa de los cido a la vez que meta de toda evolución. Pocos cristia-
pecadores comiendo el pan de la ausencia de Dios. nos han extendido, sin palabras, tanto las fronteras del
En una coyuntura histórica en que se mide al hombre evangelio y de la presencia de Dios como este fiel ser-
por su capacidad de rendimiento, en que está a punto de vidor de la paleontología45.
ser reducido a puro factor de producción, donde la me-
dida del hacer parece dar la medida del ser, Teresa es Hemos elegido estos cuatro hombres de iglesia como
expresión viviente de cómo la existencia humana se pue- ejemplares de la postura que el creyente ha de tener
de vivir auténticamente no sólo en función de la pro- frente al ateísmo, porque la humanidad contemporánea
ducción sino como puro juego, alegre alabanza y des- ha reconocido en ellos a la vez un ejemplar valioso de
preocupada gratuidad. El hombre rinde, mas no se agota sus mejores posibilidades y realizaciones. Hombres en
rindiendo, como persona trasciende al propio trabajo. quienes la fe no se superpone a la realización humana,
Más concretamente para los cristianos ha sido «una pa- sino que es su fuerza de propulsión. Hombres que se
labra viva de Dios» (Pío XI) al redescubrirnos cómo la negarían a ser interpretados como expresión valiosa de
misión cristiana es irreductible a un género más de acti- lo humano aun al margen del Cristo a quien amaron y
vidad humana: es un misterio de transmisión de gracia, de la iglesia dentro de la que vivieron. Sin ésta o sin
es decir de comunión o integración a una vida divina. aquél, ellos no hubieran renacido a sí mismos y arran-
Por eso se comprende que una carmelita descalza sea cados de ellos no se reconocerían.
declarada patrona de los misioneros y que alguien que
fue pura y permanente oración contemplativa sea pro-
puesta como modelo a quienes tenemos que ser todo 3. Testimonio individual y
** 44 testimonio eclesial
acción .
Teilhard de Chardin o la posibilidad de coexistencia Este testimonio total sobre Dios en el mundo con-
entre una buena fe y una buena ciencia. Testigo de una temporáneo lo dará la iglesia a través del testimonio indi-
fidelidad a su fe de origen y a su ciencia de profesión, vidual, actuado por los carismas de que está dotado cada
creyente. Necesario será por ejemplo el testimonio de
44
Para un estudio del significado teológico y misión providencial de
santa Teresita, véanse las obras de Combes, Philipon, Urs von Balthasar.
45
Nada _ sin embargo puede sustituir la lectura de sus Manuscrits autobio- Una bibliografía completa sobre todos los aspectos de su vida y obra
graphiques. Lisieux 1957. nos va ofreciendo E. COLOMER en Selecciones de libros 9 (1968) y sig.
88 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA EN TORNO AL PROBLEMA DE DIOS 89
quienes aman la tierra y sufren por sus logros para ha- ra la ambigüedad que el testimonio individual siempre
cer creíble a todos que el cristianismo dice un «sí» al lleva consigo por más valioso que aparezca.
hombre, al tiempo, al aquí y ahora, que no es pura eva- Ante el ateísmo no tiene la iglesia y el creyente otra
sión del gozo presente sino presencia gozosa en el tiem- alternativa que responder con un reto de fe, de amor
po. Pero no menos necesario será el testimonio de quie- servicial y de eficacia histórica. El cristiano acepta esta
nes nos recuerden que sólo tendidos hacia la eternidad sobrehumana tarea en gozo y esperanza confiada porque
se consuman nuestras esperanzas y se mantienen nues- no es él quien primariamente quiere dar testimonio de
tros deseos. He ahí como el monje y el científico, los Dios, sino Dios quien quiere servirse de su debilidad
monasterios y los laboratorios, el virgen y el casado son para hacerse cercano y revestido de humanidad, ser un
igualmente necesarios en la iglesia, y quien quisiera ver hermano para todos los hombres. Aquí radica la simul-
oposición y no complementariedad en sus vidas no ha- tánea debilidad y fortaleza del cristiano ante el ateísmo.
bría entendido nada del misterio de la iglesia. Ninguno
de nosotros agota ni da pleno testimonio del misterio de
Cristo. Cada uno deberá dejarse iluminar por el Espí-
ritu para descubrir su lugar propio en la iglesia y su
carisma para el mundo. «En el corazón de mi madre la
Iglesia yo seré el amor», decía santa Teresita46.
Cada uno deberá sentirse llamado a realizar de for-
ma ejemplar un aspecto de ese misterio de Cristo y a
cumplir esa exigencia de testimonio. Deberá por tanto
ser consciente de que en el corazón de la iglesia y en
medio del mundo él es el amor o la adoración, la palabra
o el pensamiento, la presencia al mundo o la distancia, la
alegría del tiempo o la inquietud de la eternidad, el es-
cándalo necesario para iluminar las tenebrosidades y pe-
cados de los hombres o el consuelo para alentar sus des-
esperanzas. Todos estamos llamados a todo pero cada
cual realiza sólo una parte. De esta forma la iglesia
va viviendo todo el misterio de Cristo ante el mundo
mediante la diversidad de carismas y la libertad de sus
hijos y va integrando todos los valores del mundo en la
plenitud de Cristo 47 . Este testimonio múltiple y conver-
gente de todos los miembros de la iglesia es el que supe-
46
«He encontrado mi lugar en la Iglesia y has sido tú, Dios mió,
quien me lo ha dado... en el corazón de mi madre la Iglesia, yo seré el amor...
de esta forma yo seré todo... de esta forma realizaré mi sueño». Múnuscrits
autobiographiques. Lisieux 1957, 229.
47
«La Iglesia al tiempo ora y trabaja para que la plenitud del mundo
todo se integre en el pueblo de Dios, cuerpo del Señor y templo del Espíritu,
y en Cristo cabeza universal se rinda al Creador y Padre universal toda
gloria» (LG 17).
3
EL DIOS DE LOS
CRISTIANOS

E L creyente vive de una realidad que da sentido a


toda su existencia, informando cada una de sus acti-
vidades sin que esta información reste autonomía y es-
pontaneidad a ninguna de ellas. Esa realidad viviente y
personal, que no está ni más allá ni más acá de él mis-
mo (puesto que las condiciones de tiempo, espacio y
cantidad, afectan de forma muy específicamente propia
a la persona) descubre y posibilita al hombre el descu-
brirse y vivirse a sí mismo como un ser personal y dia-
logal. La tarea primaria de su vida consistirá en tomar
conciencia de la plenificación, vivificación y personaliza-
ción que esta realidad opera en todo su ser y dar un tes-
timonio válido de ella mediante un decir responsable
aun cuando sepa de antemano que la palabra no podrá
traducir todos los contenidos de su conciencia ni menos
adecuar la realidad significada.

I
LA REVELACIÓN DE DIOS

1. Dios provocador de la búsqueda


en el hombre
El creyente sabe que toda búsqueda de Dios supone
un encuentro previo. Lo que es radicalmente ignorado
no puede ser objeto de una búsqueda. El buscar es sub-
92 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA EL DIOS DE LOS CRISTIANOS 93

siguiente y nace de un previo haber encontrado, o haber esta razón fueron los cristianos tan sensibles a la teoría
sido encontrado. El conocer es posterior a un haber sido platónica de la reminiscencia, que no es otra cosa que la
conocido, y el amor es fruto agradecido de un haber formulación genialmente parcial de esta prioridad del ser
sido amado anteriormente. El cristianismo se considera sobre el conocer en el orden de las relaciones entre Dios
a sí mismo como una realidad graciosa y provoca en el y el hombre.
hombre una actitud ante todo responsorial y eucarística.
Dios es siempre primero, Dios tiene siempre la inicia- 2. Formas de revelación y de
tiva, Dios es el que abre los caminos que luego el hom- conocimiento
bre anda. También los de su conocimiento. Las potencias
y los actos del hombre no podrían ir tras de Dios si el Hay dos tipos posibles de conocimiento de Dios.
ser humano todo no fuera ya un lugar de la presencia de Los dos son específicamente humanos pero en forma
Dios y un ámbito de su revelación, una incitación a ir muy diversa. Hay uno que desemboca no en una percep-
tras de alguien que quizá se manifieste fundamentalmen- ción clara de Dios sino más bien en la dimensión divina
te como un gran ausente. de la realidad, bien es verdad que personal y trascen-
Dios se revela de algún modo consustancial al ser dente. Podríamos decir que el objeto en que esa forma
mismo del hombre, en la misma medida en que la luz es de conocimiento desemboca es el ser. Él es una con-
consustancial a los ojos y objetos que en ella existen. quista, un logro propio, un resultado de todo un movi-
Luz interior en la que el hombre se aprehende a sí mis- miento ascensional por el cual el hombre, decantando
mo, condición por tanto de humanidad, y que alumbra todos los grados de ser, de causalidad, de movimiento,
la totalidad humana no como fuerza externa sino como de sentido y de finalidad, los reduce a un origen inicial e
clarificación interior. Dulce lumen, que invocaba san iniciante. El saber final por tanto es un mérito del hom-
Agustín: la condición primera de toda visibilidad y la bre que así ha adivinado a Dios y de alguna forma ha
última de que se toma conciencia refleja1. Esta prima- puesto en seguro su existencia asegurando la de Dios 4 .
riedad de Dios en todo lo humano, por la cual el hombre
car y otro el encontrar, sino que el premio de la búsqueda es el mismo buscar».
es posibilitado en su ser para todo lo divino, ha sido GREGORIO DE NISA, In Ecclesiastem 7, 6 (PG 44, 720). «Si en la búsqueda
formulada en términos clásicos por Pascal: «Consuélate, puede ser encontrado, jpor qué se dice: "Buscad siempre su rostro"? ¿Se ha
de seguir buscando una vez encontrado? En efecto, así se han de buscar las
tú no me buscarías, si no me hubieras ya encontrado» 2 . realidades incomprensibles, y no crea que no ha encontrado nada el que com-
prende la incomprensibilidad de lo que busca. ¿A qué buscar, si comprende
¡Nadie buscaría si antes no hubiera ya encontrado o más que es incomprensible lo que busca, sino porque sabe que no ha de cejar
bien hubiera sido encontrado! Pascal no hace aquí sino en su empeño mientras adelanta en la búsqueda de lo incomprensible, pues
cada día se hace mejor el que busca tan gran bien, encontrando lo que
prolongar la tradición agustiniana para la cual hay un busca y buscando lo que encuentra? Se le busca para que sea más dulce eí
recuerdo fontal de Dios, desde el que se le busca y me- hallazgo, se le encuentra para buscarle con más avidez». SAN AGUSTÍN, De
Trinitate XV, 2, 2. «Esto es lo sorprendente: que nadie puede buscarte sino
diante el cual es posible el encuentro. Dios estuvo y está el que te ha encontrado. Quieres, por tanto, ser encontrado para que te bus-
quen, ser buscado para que te encuentren. Puedes ciertamente ser buscado
siempre presente a nuestro corazón, por eso le podemos y ser encontrado, pero no ser aventajado». De diligendo Deo 7 (PL 182, 987).
re-cordar y re-conocer. Dios está siempre con el hombre * «El conocimiento de Dios tal como le entiende san Pablo consiste
en la aceptación por parte de la creatura de la llamada de la creación en la
aun cuando el hombre no esté siempre con Dios 3 . Por cual Dios se deja y hace conocer. Es una respuesta a la palabra que hace
entender en la creación la gloría de la sabiduría divina. Es reflexión sobre
la sabiduría manifestada en la creación; y esta reflexión termina en el reco-
1 nocimiento. Este guarda el corazón del hombre en cercanía de Dios y
2
Confesiones 10, 17, 26. abierto a su vida. Tres rasgos de orden formal caracterizan a priori eí
3
Pensamientos 553. conocimiento de Dios: a) supone el conocimiento, dado con la creación, de las
Confesiones 10, 19, 28; 10, 27, 38. Valgan sólo tres textos, repre- cosas y del hombre cognoscente; no es otra cosa que la percepción de la
sentantes de una riquísima tradición: «Veo por cuanto se ha dicho lo que hay palabra y la respuesta a la palabra por la cual y en la cual la creatura
que buscar, cuyo hallazgo es la permanente búsqueda. Pues no es uno el bus-
EL DIOS DE LOS CRISTIANOS 95
94 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA

gando la propia, o rechazarla, quedando clausurado so-


Podríamos comparar este tipo de conocimiento al que
bre sí mismo.
tiene un viajero respecto de quien guía el tren: es un
saber hipotético, postulatorio, valioso en verdad, pero El cristiano considerando posible y en parte necesa-
impersonal todavía, aun cuando no pueda menos de pen- rio el primer tiempo de conocimiento sabe que su vida
sar que quien conduce aquello, en que él es conducido, se funda en el segundo. El primero, siendo lógicamente
ha de ser un prójimo para él, puesto que juntos hacen anterior, históricamente en el hombre es casi siempre
el mismo itinerario, y en comunión de destino, aunque posterior. El Dios a quien adora no es adquisición he-
en forma diversa, marchan hacia la misma meta. cha en viaje de explorador que él realizara por el mundo
de lo divino, encontrado en selvas vírgenes, desconoci-
¿Qué ocurriría si ese alguien un día se desvelase das para la mayoría de los mortales que no tienen tiempo
como un «quién», si se presentara y diese a conocer, si
estableciera un diálogo con nuestro viajero, le contara su ni humor para tales exploraciones. Él conoce a Dios y
vida y a la vez le esclareciera plenamente sobre el tren posee a Dios como un don de Dios mismo. Su Dios no
y el destino hacia el que ambos en él avanzan? El cono- es ante todo el Dios de la religión sino el Dios de la reve-
cimiento resultante, si es verdad que ofrecería una cierta lación, no el Dios de los filósofos sino el Dios de los
continuidad con el anterior, tendría unas características profetas, no el Dios conquistado sino el Dios entregado
muy especiales: no sería una conquista propia, sino un voluntariamente, no lo divino sino la persona libre y ge-
don del otro, no fruto de un esfuerzo para conquistar nerosa que ha condescendido a la historia de los hom-
tierra extraña sino de la irrupción de ese Otro en nues- bres y abriéndose a ellos les ha hecho descubrirse como
tra propia tierra, fruto por tanto de una condescenden- personas y dándoseles a conocer les ha hecho conocerse a
cia de amor. Diríamos con término clásico: es gracia, sí mismos. La historia de la salvación es la historia de
significando con esta palabra la abertura de una persona
a otra, dándole parte en la intimidad de su ser y admi- las sucesivas incursiones de Dios en la vida de los hom-
tiéndole a una comunidad de vida. Dios se manifiesta bres despertándolos a sus posibilidades mejores, ofre-
en este caso como persona, no ya como «lo divino», sino ciéndoles una propia vida a compartir, exigiendo una
como un alguien, que voca, que irrumpe en la propia respuesta, a la que seguirá luego un vivir nuevo 5 .
existencia, que pro-voca ofreciendo su intimidad e invi- La revelación de Dios supone por tanto un hombre
tando a compartirla, más aún incitando a in-vocar. El abierto y acogedor, y en cuanto tiene lugar actúa sucesi-
hombre está por tanto no al final de un largo camino de
razonamiento sino al comienzo de otro, abierto por un vamente esa apertura que sólo existe como posibilidad
encuentro, por la inesperada aparición de alguien que le
desvela realidades inusitadas, situándole ante una alter- 5
«El Dios de los cristianos no es simplemente un Dios autor
nativa ineludible: aceptar esa intimidad ofrecida, entre- de verdades geométricas y del orden de los elementos; esto es propio de
paganos y epicúreos. No consiste simplemente en un Dios que ejerce su pro-
tiene su ser como suscitado por la llamada de Dios; b) se realiza como pensa- videncia sobre la vida y sobre los bienes de los hombres, para dar una
miento inmediato del corazón que reconoce y no como comprehensión reflexiva serie dichosa de años buenos a los que le adoran: esto es propio de los
judíos. El Dios de Abrahan y de Jacob, el Dios de los cristianos es más bien
según el modo de la "razón", ateniéndose a las relaciones de causa y de un Dios de amor y de consolación; es un Dios que llena el alma y el corazón
efecto. Tal comprehensión racional no es más que un modo deficiente que posee; es un Dios que hace sentir interiormente la propia miseria y la
misericordia infinita, que se une al fondo de las almas; que llena de humildad,
de aquel pensamiento inmediato del corazón; c) no es pues un proceso que se de gozo, de confianza, de amor; que los hace incapaces de otro fin que no sea
desarrolla al margen de las realidades de la vida o incluso en oposición él mismo...
a ellas, sino más bien es el acto fundamental en el cual se manifiesta la vida. Así todos los que buscan a Dios fuera de Jesucristo, y que se detienen
en la naturaleza, o no encuentran ninguna luz que les satisfaga, o bien
Es una experiencia vital.» H. SCHLIEE, La connaissance de Dieu d'aprés les llegan a formarse un medio de conocer a Dios y de servirle sin mediador, con
epltres de saint Paul: Le Message de Jésus et l'interpretation modeme. lo cual caen en el deísmo o en el ateísmo, que son dos cosas que la religión
cristiana aborrece casi igualmente». Pensamientos XIV, 7. Barcelona 1962,
París 1969, 207-231, cita en 212-213. 79-80.
96 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA EL DIOS DE LOS CRISTIANOS 97

radical. La revelación de Dios supone un hombre-per- Todos los términos que el texto bíblico pone en boca de
sona, pero no menos le va creando tal, ya que al sen- Yahvé son imperativos: «Sal de tu tierra, de tu paren-
tirse interpelado desde fuera se contrapone a sí mismo, tela, de la casa de tu padre, para la tierra que yo te indi-
se reconoce, se acepta, se siente capaz de responder, res- caré». Todos los que pone referidos a Abrahan son in-
ponde y en la conciencia de la palabra dada percibe su dicativos: «Marchóse Abrahan conforme le había dicho
responsabilidad. La historia de la revelación divina po- Yahvé». Y a partir de este instante Yahvé toma la huma-
dría describirse como la historia de la personalización nidad de su mano para hacer una peregrinación en co-
humana. Dimensión dialogal del existir creyente y cris- mún. En la marcha se le irá desvelando a través de accio-
tiano, que sólo perdura en la medida en que se actúe al nes y palabras. Y ese Yahvé que se revela incidiendo en
nivel de la realización diaria, reafirmando a Dios persona la vida concreta de Abrahan, siendo cercano a él y ha-
y a sí mismo como personal, instaurando las relaciones ciendo con él la marcha desde Ur a la tierra de Canaan
que de esta paridad se derivan, dejándose configurar por es a la vez El-Sadai, el Dios altísimo, según la fórmula
esos dinamismos propios. Vista desde esta altura la ora- de Melquisedec: «Bendito Abrahan del Dios altísimo, y
ción es un elemento constitutivo del existir creyente, ya bendito el Dios altísimo»6.
que no es sino la profesión perpetua de un Dios que no Trascendencia de Dios e inmanencia en la historia,
es un «ello» mudo sino un «quién» locuente de un hom- mediante su intervención en la vida de los hombres,
bre que no es una cosa sino una persona; es la condición vistas ambas en complementariedad, son la clave para
de perduración de una vida personal compartida. La ora- la interpretación de estos relatos, que suman unos re-
ción es el clamor natural del ser persona y la respuesta cuerdos de antaño y toda la experiencia acumulada a lo
natural a la constante invitación de Dios precedida de largo de la historia del pueblo hebreo. A la revelación
su oferta para vivir en comunión. Mientras Dios siga de Yahvé responde la fe de Abrahan, a su mandato la
siendo el Dios personal que personalmente se revela y puesta en marcha de éste. Abrahan conoce a Yahvé en
el hombre la criatura abierta y esperanzadamente expec- la fe, y vive en la esperanza, que no es sino esta misma
tante de esa revelación, la oración será el elemento de- fe protendida hacia el futuro. En Abrahan se nos dibu-
terminante y «crítico» en la vida de todo hombre reli- jan ya los rasgos fundamentales del hombre creyente
gioso. Todo cuanto se diga en sentido contrario es expo- como el que responde con un «heme aquí» 7 incondicio-
nente de una pérdida del sentido de Dios y una amenaza nal y absoluto, que sale hacia el futuro y marcha hacia
a lo que de más valioso tiene el hombre: dimensión de el monte de la ofrenda, ofrenda de lo entrañablemente
apertura, dimensión dialogal, capacidad y necesidad de co- querido: su hijo Isaac, renunciando así no sólo a la pa-
munión personal con el absoluto personal. tria de la tierra sino al que es patria verdadera de su
ser añoso, el hijo, en quien ve y acumula todo su futuro
3. Fases previas de la revelación: y por ello su presente total. Para Abrahan sólo hay dos
palabras: seguir y adorar, porque ante todo y sobre todo
Abrahan, Moisés, profetas
En el pórtico de la historia de la revelación tenemos 6
Gen 14, 9-10. Cf. A. GONZÁLEZ NÚÑEZ, Abrahan, padre de los cre-
el nombre de Abrahan, el creyente y padre de los cre- yentes. Madrid 1963; J. LÉCUYER, Nuestro padre Abrahan. Madrid 1956;
yentes, el primer interpelado, el primer obediente a la Cahiers Sionniens 5 (1951); G. VON RAD, Das erste Buch Mose. ATD 2/4.
Góttingen 1961; VARIOS, Molse, l'homme de l'AUiance. París 1955; VARIOS,
palabra de Dios, hecho no sólo oscura y rumorosa pre- Elie, le prophéte 1. Bruges 1963; M. NOTH, Geschichte Israels. Góttingen
1963-
sencia en el ser, sino clara percepción en la historia. 7
G e n 22, 1; 22, 11.
98 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA EL DIOS DE LOS CRISTIANOS 99

se alimenta de una seguridad fundamentante: «Dios pro- tierra, y que en su misericordia nos invita a hacer una
veerá». En Abrahan se abre a la luz una nueva lógica: alianza, esta vez no ya a nivel individual como fue el
la lógica de la fe. En la entrega total que opera la con- caso de Abrahan sino con todo el pueblo, que ha de
centración de su fidelidad, logra Abrahan una recupe- aceptar la fidelidad de Yahvé y prometer la propia. Éste
ración plena e insospechada. El que cree logra una fe- es el instante en que surge la ley, expresión y garantía
cundidad mayor. La que es estéril logra una fecundidad de una fidelidad del pueblo para con su Dios. Yahvé es
de multitudes creyentes. En el monte Moria, Dios pide y un Dios celoso y exigente, se ha entregado totalmente
espera de Abrahan que se acoja primero a sí mismo a él. Toda la moral israelita y en la misma línea luego
dolo luego en forma nueva, se ha convertido en el padre la cristiana tienen una fundamentación religiosa: los pre-
de multitudes creyentes. En el monte Moria, Dios pide y ceptos no brotan de unas leyes de la naturaleza sino de
espera de Abrahan que se acoja primero a sí mismo una fidelidad personal prometida a Yahvé, quien se ha
y luego al fruto de sus entrañas como pura dádiva. En comprometido a estar cerca de su pueblo. Por medio de
su marcha hacia la cumbre de la montaña adivinamos la toda una serie de metáforas, como la del «celo de Yah-
áspera ascensión de todos los hombres, que atraídos por vé», se nos muestra la progresiva educación del pueblo
Dios y probados en el sufrimiento no saben que son veterotestamentario en el verdadero monoteísmo. Descu-
«tentados» por él. Sin saberlo Abrahan, a través del apa- brimiento simultáneo de Yahvé como único Dios verda-
rente abandono de Dios soportado en amor y absoluta dero y señor universal, y de los demás dioses como ído-
incondicionalidad, recobró a su hijo, es decir a su pre- los, es decir, como obra de las manos de los hombres.
sente y su futuro 8 . La fase de la revelación mosaica constituye la integra-
A Moisés, en el Sinaí, va a revelar Yahvé nuevos ras- ción de todo el orden moral en el religioso, dando a todo
gos de su rostro. La misma dialéctica de un acercamiento el dinamismo y actuación ética un fundamento persona-
al pueblo elegido, a la vez que la afirmación de una dis- lista e histórico.
tancia. Todos los episodios que tienen lugar en la vida En Abrahan encontramos junto al Dios que se revela
de Moisés van a acentuar esta doble faz: la inaccesibi- el hombre abierto, el hombre creyente y esperanzado;
lidad de Dios junto con su poder majestuoso manifestado en Moisés el hombre capaz del diálogo con Dios, capaz
en la dura aspereza de la montaña y en la solitaria ma- por tanto de la alianza, aunque ésta, dentro de una bila-
jestuosidad de las cumbres del Horeb, en medio de las teralidad, sea ante todo una ofrenda de gracia. En Moi-
tormentas y del fuego. Y precisamente en este contexto sés aprendemos a ver no sólo al hombre que vive sino
Dios hace alianza con su pueblo y se da a conocer mani- al hombre que hace en el horizonte de la presencia di-
festando si no su esencia sí su nombre. El denominado vina. La religión avanza así configurando todas las capas
antes como «El Elion», el Dios altísimo, el trascendente del ser humano. La historia ulterior del pueblo elegido,
a todo y a todos será designado ahora como «Yahweh», con la experiencia histórica del cisma de las tribus, del
es decir como el que era, es y será con nosotros, el que destierro, de la denominación, va a contemplar las gran-
escapa a nuestro dominio aun cuando ha operado mara-
des figuras de los profetas que prolongan y completan
villas en favor nuestro, y en su eficaz fidelidad las se-
la teología y antropología de los patriarcas. En Abrahan
guirá operando por los siglos. El que creó el cielo y la
el conocimiento de Dios es fruto de una fe y una con-
fianza, en Moisés sobre todo de una fidelidad en la
8
G. VOH RAD, 1. C , 209; A. GONZÁLEZ NÚÑEZ, Naturaleza, historia, práctica de la ley que está sentida en su inmediatez como
revelación. Madrid 1969, 85-100. expresión directa de la cordialidad y de las esperanzas
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de Yahvé con su pueblo. En la realización de los man- a buscar aguas y tornar a las fuentes de agua viva10.
datos de Dios se ilumina el corazón para descubrir su La realidad del pecado y de la lejanía de Dios que lleva
rostro. La fe es un estar en presencia de Yahvé, la fide- consigo, la afirmación de que él sigue siendo su Dios aun
lidad a la ley expresión de querer andar por los caminos en el olvido y en la negación por parte del hombre, la
de su esperanza sobre nosotros. idea de la justicia y juicio divinos, la conversión como
Entramos en una tercera fase: la profética, dentro de tarea permanente de vida en orden a sustituir corazones
la cual elegimos tres grandes representantes: Elias, de piedra por corazones de carne11, la necesaria purifi-
Isaías, Ezequiel. El primero completa la experiencia mo- cación en orden a que Dios se mantenga como Dios y
saica-sinaítica de Dios, mostrando unos rasgos casi opues- no como un ídolo en la vida humana: ésa es la trascen-
tos de su rostro. Como Moisés va a subir Elias al Sinaí, dental aportación de los profetas en el largo camino del
pero la visión de Yahvé no va a tener lugar en el fuego conocimiento de Dios. En él Elias encarnará este celo
y en la tormenta, en los rayos y truenos, en manifesta- por el Dios de los ejércitos, contemplado en su inmedia-
ción de potencia y majestuosidad, sino en la suavidad tez interior, siendo por ello modelo de todos los que han
de la brisa, es decir en la inmediatez de la comunicación elegido la soledad como el camino para esperar que pase
interior. Hay que leer todo el relato de la visión y de- la brisa portadora de Dios. El Eclesiástico hace este elo-
jarse temperar por su densidad religiosa y vibración lí- gio de Elias: «Como un fuego se levantó Elias, su pala-
rica: bra era ardiente como antorcha»12. En la revelación de
Elias tenemos prefigurada la revelación joánica de Dios
Díjole Yahvé: «Sal afuera y ponte en el monte ante Yahvé.
H e aquí que va a pasar Yahvé». Y delante de él pasó un viento como espíritu, mediante la realidad que permite al pro-
fuerte y poderoso que rompía los montes y quebraba las peñas, pero feta vislumbrarle: la brisa I3 .
no estaba Yahvé en el viento. Y vino tras el viento un terremoto, A la interiorización del concepto de Dios y no menos
pero no estaba Yahvé en el terremoto. Y vino tras el terremoto
el fuego, pero no estaba Yahvé en el fuego. Tras el fuego vino un
a su extensión —Yahvé no es sólo Dios de Israel sino
leve y blando susurro. Cuando lo oyó Elias cubrióse el rostro con de todos los pueblos —va a sumar Isaías la vivencia de
su mano y saliendo se puso en pie a la entrada de la caverna y oyó la santidad. La visión con que se abre su libro u revela en la
una voz que le dirigía estas palabras: «¿Qué haces aquí, Elias?» conciencia del profeta una doble percepción simultánea:
Y él respondió: «He sentido celo por Yahvé Sebaoth, porque los la realidad inviolable y sagrada de Yahvé, es decir su santi-
hijos de Israel han roto tu alianza, han derribado los altares, y han
pasado a cuchillo tus profetas» 9 . dad, y la irrupción inesperada del sentimiento de la indig-
nidad del hombre para estar ante él, de su impureza y de su
Frente a la nueva experiencia del pecado en la exis- pecado. Esta tensión límite entre la absoluta santidad de
tencia creyente y frente a una alianza rota, constituyen Yahvé y la absoluta, casi irremediable pecaminosidad del
los profetas el permanente recuerdo de la fidelidad, re- profeta, será superada por el serafín que viene a purificar
cuerdo de cómo el hombre es ante Yahvé y sólo se vive
humanamente en la palabra dada y cumplida. Él ha sido 10
Cf. Jer 2, 12-13.
fiel a la suya y todo lo que le ocurre al pueblo es la ex- 11
12
Cf. Ez 11, 17-20; 36, 26.
presión de un castigo para hacerlo tornar de las vanida- 13
48. '•
Jn 4, 23-24. «Lo mismo que la expresión "Dios es luz" quiere decir
des de su corazón y volverlo a los caminos de su Dios, que Dios es luz para el hombre, es decir que le ofrece verdadera iluminación,
y la frase "Dios es amor" significa que el amor determina su comportamiento
para hacerlo abandonar las cisternas a las que había ido para con el hombre, la expresión "Dios es espíritu" quiere decir que Dios
plenifica al hombre con su vida divina». A. WIKENHAUSER, Das Evangelium
9 nach Johannes, Regensburg 1961, 110.
i Re 19, 11-15. " 6, 1-7.
102 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA EL DIOS DE LOS CRISTIANOS 103

con un carbón encendido sus labios, símbolo de cómo sarle, ya que él es inenarrable e insospechable y sus ca-
el hombre es incapaz de la purificación radical de sí minos son sus caminos casi nunca convergentes con los
mismo y de que será el propio Yahvé el que volve- nuestros 16 . Ante Yahvé el hombre, ha de responsabili-
rá a acoger a su pueblo y a purificarle de sus pecados. zarse con obras, ha de vigilar sus pecados y arrancárselos
La existencia creyente no se convierte por tanto en una con penitencia; ha de estar permanentemente abierto a
desesperación perdurable, a la que conduciría sin reme- su posible venida y ha de luchar para preparar los tiem-
dio la experiencia del pecado que siempre asalta de nue- pos escatológicos de su venida final.
vo al hombre, aun cuando haga un esfuerzo titánico para
superarlo. El imperativo es retornar a Yahvé, y dejarse 4. Fase final de la revelación: Cristo
purificar por él. Santidad, pecado, purificación son las Historia y palabras, acontecimientos y hombres ins-
tres grandes piedras angulares aportadas por Isaías al pirados fueron siendo los grandes agentes de la iniciación
edificio del conocimiento de Dios 15 . del pueblo elegido al conocimiento salvífico de Dios.
Ezequiel va a intuir cómo el misterio de Yahvé no Cuando vengan los días que serán los últimos, por ser
es sólo que él sea santo, y el problema del hombre que la plenitud de los tiempos predeterminados, la palabra
haya de purificarse continuamente, sino que Yahvé a la que habló a Abrahan lo hará no ya en la nube o en el
vez que santo es santificador, que él quiere crearse un sueño, sino en la visibilidad de una carne propia. Será
pueblo nuevo con un corazón renovado. Pueblo santo palabra viviente y vivible, será la Palabra. La trascenden-
de la alianza que avanza hacia los tiempos escatológicos cia e inmanencia que nos revelan las visiones mosaicas
para constituir un templo de piedras vivas en el que van a tener un cumplimiento cumbre en aquel que se
Yahvé reinará y en el que tendrá lugar el culto verdade- acercó tanto a los hombres que connaturalizó con ellos
ro. Visiones proféticas de Ezequiel, que encontrarán su siendo hombre, sin disolver por ello su trascendencia,
prolongador inspirado en el Águila de Patmos. ya que siendo hermano de nuestra carne y sangre siguió
Entre las grandes aportaciones proféticas habría que siendo el hijo de Dios. En su vida y muerte se nos revela
añadir la interiorización del culto de Yahvé, la supera- definitivamente lo que la santidad de Dios es y lo que
ción de todo particularismo salvífico, la verificación de son nuestros pecados, condenados en su cruz, pero fruc-
lo cultual en su eficacia de vida haciendo así del servicio, tificados en su muerte, resurrección y envío del Espí-
justicia y amor a los hombres (pobres, viudas, huérfanos) ritu, que cumplen el vaticinio purificador y redentor
la piedra de toque para la verdad del culto y conocimien- que anunciaba Ezequiel17. El autor de la carta a los
to de Yahvé; la trascendencia sobre todas las categorías hebreos nos ha dado la expresión suprema de esta gra-
humanas que pudiéramos utilizar los hombres para pen- dual, incesante e incisiva desvelación de Dios a los hom-
bres iniciada en Abrahan y consumada en aquel que por
15
ser la imagen viviente y el Hijo unigénito es consecuen-
Deberíamos haber hecho mención aquí de la figura de Jeremías y de
su aportación al conocimiento de Dios. En él encontraremos el ejemplar más temente toda su Palabra, y lo máximo que él nos puede
limpio del «pobre de Yahvé», aquel que a través del sufrimiento, la paciencia
y el fracaso supremo ha concentrado todo su ser en la esperanza, ha hecho
comunicar. En él tenemos la palabra escatológica, última
del silencio una invocación, y del dolor una súplica, y en ellos ha conocido y ultimativa de Dios. Después de él ni tenemos ni pode-
y reconocido a Dios. «Los fracasos humanos indican la existencia del pecado;
pero acaso tengan un sentido mucho más profundo y sean el medio doloroso mos esperar otra. La historia del ulterior conocimiento
de que se sirve Dios para conducir al hombre a una renuncia absoluta,
a una especie de desnudez completa ante él, a una purificación dramática 18
de la fe que hace exclamar finalmente: "De profundis clamavi ad te, Do- Cf. Is S5, 8-9.
mine".» A. GELIN, LOS pobres de Yahvé. Barcelona a i 9 6 s , 52; I D . , Jéremie. 17
Cf. Ez^ 36, 24-25. El tema del agua y el tema del Espíritu van a ser
Paris 1952. vistos en relación y casi en identidad por san Juan 7, 37-39; Hech 2.
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de Dios será la historia de la exégesis de esa persona mejor conocido y siempre desconocido, cuyo misterio es
a la luz de sus palabras y de sus obras. Quien busca a siempre nuevo 20 .
Dios fuera de él no lo encontrará en su verdad total,
porque siendo él su primogénito y su unigénito, dándo- 1. «El Dios viviente»
senos de una vez, se nos dio plenamente para siempre.
Cristo es el misterio y la plenitud de Dios. Misterio, San Pablo describe lo que ocurre en un hombre cuan-
silencio y palabra de Dios a un tiempo. do decide aceptar el cristianismo como una conversión,
Cristo es la consumación del Antiguo y la apertura como un venir o un retornar de los ídolos al Dios vi-
del Nuevo Testamento, que si es verdad que como alianza viente. «Os predicamos para convertiros de estas vani-
se sitúa en la línea de aquél, presenta una ruptura res- dades al Dios viviente»21. Y cuando les recuerda a los
pecto de sus contenidos y exigencias. La nueva alianza tesalonicenses sus orígenes, escribe: «Os convertisteis de
es él en su vida y muerte; él es alianza ontológica e his- los ídolos a Dios para servir al Dios vivo y verdadero
tórica, en cuando que es Dios y hombre; alianza soterio- y esperar del cielo a Jesucristo»22. En otros sitios del
lógica, en cuanto que en su sangre se opera la reconci- Nuevo Testamento se nos habla de la «palabra del Dios
liación de todos los humanos, por ser uno de ellos el que viviente», del «templo del Dios viviente», de la «iglesia
la opera en nombre y al servicio de todos 18 . de Dios, es decir, de la casa del Dios viviente»23.
El conocimiento bíblico de Dios tiene lugar en la Junto a esta expresión encontramos en el Antiguo
totalidad del ser, no consiste en el acto de una opera- Testamento otra parecida: «Vive Yahvé» o «Por la vida
ción determinada, sino que afecta a toda la persona, y de Yahvé», fórmulas todas ellas de juramento. Profirién-
provoca esa reacción de la persona entera que llamamos dolas apelan los creyentes a la vitalidad perenne de su
fe y amor. La fe es esa forma especial de vivir por Dios, a la realidad presente y actuante, a cuya vigilancia
la cual un hombre centra y concentra su existencia en la de ojos perscrutadores de la verdad nada escapa. Él
referencia y fidelidad al Dios que le funda y llama, el per- puede siempre intervenir y en su palabra puede uno em-
manente amén a Dios. A la fe en el amor, sigue el reco- peñar la vida puesto que él es el viviente por antono-
nocimiento. De la existencia vivida en convivencia surge masia.
un conocimiento de caracteres únicos19. 20
«Por lo cual el Apóstol, habiendo contemplado claramente la verdad
del misterio, dice: "Jesucristo ayer y hoy, el mismo e idéntico en todos los
siglos", manifestando cómo es siempre un nuevo misterio, sin envejecer por
ninguna comprensión de la mente (aeí kainón tó mysterión)?>. TEODORETO DE
II CIRO, De Incarnatione 84,88 A. San Juan de la Cruz dirá que Dios es
siempre nuevo y de alguna forma siempre extraño para los hombres: «Sólo
EL DIOS REVELADO EN CRISTO para sí no es extraño ni tampoco para sí es nuevo». Cántico XIV y XV, 8:
Obras. Burgos 1953, 512. «Por estas dos cosas llama el alma aquí a Dios
extraño; porque no solamente es toda la extrañez de las ínsulas nunca vistas,
Sugerimos ahora el contenido concreto o algunos ras- pero también sus vías, consejos y obras son muy extrañas y nuevas y admi-
gos de la imagen del Dios que venera el cristiano. Sólo rables para los hombres. Y no es maravilla que sea Dios extraño a los
hombres que no le han visto, pues también lo es a los santos ángeles y almas
algunas de las muchas facialidades de este Dios siempre que le ven; pues no le pueden acabar de ver ni acabarán, y hasta el último
día del juicio van viendo en él tantas novedades según sus profundos juicios
18
Heb 7, 22; 8, 6; 9, 23-28; 2, 10-18. acerca de las obras de misericordia y justicia, que siempre les hace novedad
lfl y siempre se maravillan más. De manera que no solamente los hombres,
Sobre el tema general del conocimiento de Dios en la Biblia véase:
pero también los ángeles le pueden llamar ínsulas extrañas; sólo para sí
H. FERET, La connaissance biblique de Dieu. Paris 1955; J. DUPONT, Gnosis.
no es extraño ni tampoco para sí es nuevo».
La connaissance religieuse dans les épitres de Saint Paul. Bruges 1949;
21
H. SCHLIER, La connaissance de Dieu d'aprés les épitres de Saint Paul, en Hech 14, 15.
Le Message de Jésus et l'interpretation moderne. Paris 1969, 207-231; 22 1 Tes 1, 9.
R. BULTMANN, Gnosis, en ThW I, 688-719; ed. francesa: Connaitre. París 23
1 Pe 1,23; 2 Cor 6,16; 1 Tim 3,15; Heb 12,22; 9,14; 10,31;
1960. Ap 1, 18; 4, 9-10; 10, 6; 15, 7; 7, 2; Rom 9, 26; 1 Tim 4, 10; 6, 17.
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Con el apelativo de «viviente» se contrapone el Dios El texto famoso de Job: «Sé que mi Señor vive» 27 ,
verdadero a todos los ídolos, que por sublimes que pa- es el punto final de una larga evolución del pensamiento.
rezcan son obra de las manos del hombre y éste es ne- La experiencia histórica de lo que Yahvé ha significado
phesch, es decir carne a la que puede escapársele el soplo para el pueblo elegido y no las especulaciones metafísi-
de la vida y volver al polvo. Sólo hay un Viviente que cas son las que han inducido esta convicción de la fe
por ser tal comunica vida y vela vigilante sobre todos los israelita: Yahvé vive, él está más allá de todos los pode-
que le aman. Por eso éstos podrán erguirse enhiestos ante res del destino, de todas las formas de la caducidad, de
la lucha o la tenebrosidad de la existencia, porque a pesar todas las necesidades y limitaciones. Yahvé vive, sin más,
de todo podrán proferir siempre en su corazón, si no con mientras que todos los demás vivientes tienen parte en
los labios: «Vive Yahvé en cuya presencia estoy». Frente la vida. Yahvé posee la vida y se la comunica a los que se
a todos los poderes de vida o de muerte, el creyente confían a él. Sus servidores viven de verdad en la me-
acepta el reto con la soberanía interior con que David en dida en que se adhieren a él, hasta ellos llegará su ener-
su pequenez acepta el reto del gigante: gía, su vitalidad, la perennidad de su vida. El Antiguo
Testamento se cierra con una sospecha esperanzada: si
¿Quién es este incircunciso que ha insultado al ejército del Dios Yahvé es el Dios viviente, ¿cómo será posible que el
vivo? Y añadió: «Yahvé que me libró del león y del oso me librará hombre guste la muerte para siempre?
también de la mano de este filisteo» 24.
En el Nuevo Testamento el tema adquiere unas pro-
Dios no es sólo «el viviente» sino el vivificante, Y de fundidades insospechadas, sobre todo en el evangelio de
ese Dios que es vivo y vivifica, es del que tiene hambre san Juan. Cristo no es sólo el hijo del Dios vivo, sino
y sed el creyente: «Mi corazón y mi carne exultan de que en él estaba la vida desde siempre, y esa vida apare-
júbilo tendiendo mis ojos hacia el Dios viviente»25. «Mi ciendo en el tiempo se convirtió en luz de los hombres.
alma tiene sed de Dios, sed del Dios viviente». En este Se ha hecho presente entre nosotros para que tengamos
contexto nuestra expresión significa que el hombre an- vida verdadera, y ésta sea para siempre, y eterna ya en la
gustiado busca un apoyo seguro, una roca en el mar de duración de nuestros días28. Él es la vida misma, el pan
su existencia sobre la que fundar su menesterosidad, de la vida, la resurrección y la vida; porque él «pasó» pri-
siempre a punto de hundirse en la sima de la nada; el mero, quien cree en él ha pasado de la muerte a la vida.
hombre busca no sólo un suelo de seguridad sino un En Cristo tiene lugar la inserción de toda la plenitud de
techo de cobijo. vida del Dios viviente en la existencia humana y el que
cree se sumerge en esa corriente de vida:
La alegría de pertenecer al Dios vivo no es tanto la de extraer Así como me envió mi Padre vivo y yo vivo por mi Padre,
agua de vida de una fuente inagotable, cuanto la de saberse sostenido así también el que me come vivirá por mí29.
y arropado por una presencia inquebrantable y por una atención sin
descuido, y así sostenido poder afrontar todos los obstáculos 26. Pero Jesús no sólo era la luz que no pudieron apa-
gar los hombres, y la vida que éstos no pudieron con-
24 27
i Sam 17, 37. Job 19, 25.
25 28
26
Sal 84, 3; 42, 3- Sobre el concepto de vida en san Juan cf. J. DUPONT, Essais sur
«Esta afirmación del Dios vivo, poder soberano y presencia próxima, la christologie de saint Jeari. Bruges 1951, 109-232; C. H. DODD, The ínter-
contiene en sustancia todas las experiencias religiosas de Israel y permite pretation of the fourth Gospel. Cambridge 1965, 144-150; F. MUSSNER, Die
construir alrededor de este centro radial una teología coherente de todo el Anschauung votn Leben im vierten Evangelium unter Berichsichtigung der
Antiguo Testamento». J. GUILLET, Le titre biblique «Le Dieu vivante: Johannesbriefe. München 1952.
L'homme devant Dieu. Mélanges offerts au P. H. de Lubac I. Paris 1963, 12. 29
Jn 6, 57-
108 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA EL DIOS DE LOS CRISTIANOS 109

ducir a la muerte, sino que es también la destitución de to- Ésta es la destinación última del ser cristiano: la par-
dos los poderes personales o comunitarios, ideológicos o so- ticipación en la infinita plenitud de la vida de Dios, he-
ciológicos, políticos o espirituales que reclamen para sí cha accesible y ofrecida por el Hijo. Y no menos éste es
ser u ofrecer la vida en definitividad y plenitud. A todos el escándalo del cristianismo: que el hijo de Dios vivien-
esos poderes usurpadores del vivir humano les ha dado te tuviera que gustar la muerte. Escándalo superado al
muerte en su cruz30, y les ha arrancado las llaves del do- recordar que la muerte de Cristo es la expresión supre-
minio sobre los hombres 31 . La significación profunda del ma de su comunión absoluta al destino histórico de la
artículo del credo, inexistente en la conciencia de la ma- humanidad, sobre la que pesaba el morir en estas con-
yoría de nuestros contemporáneos: «Bajó a los infiernos», diciones como fruto del pecado. Pero el hecho de que
radica en que con él quiso expresar la primitiva iglesia el Dios de los vivos no dejara gustar el sueño de la
esa convicción de cómo Cristo no es sólo introductor de muerte eterna de su Hijo, ha sido la garantía de que el que
un vivir nuevo sino superador de toda la muerte ante- es vivo es vivificador y de que en él nos ha vivificado a
rior y de todos los poderes mortíferos, que dominan al todos. El hombre Jesús, venciendo al último enemigo
hombre y lo conducen a la oscuridad de la tierra escla- de la vida que es la muerte 34 , ha hecho posible que la
vizados. Bajar Cristo a los infiernos implica acometer vida que Dios posee eternamente como propia podamos
la lucha contra las fuerzas oscuras y mortificadoras de la participarla los hombres y para siempre. La dialéctica de
existencia humana, y al arrancarles las llaves de los «in- la comunión histórica de Dios tendía a hacer coincidir
fiernos» expresa el poder que también sobre esos domi- su vida con nuestra vivificación. En Cristo tenemos ya
nios tiene como Señor en tal medida que nada escapa la resurrección y la vida, lo que san Juan designará co-
a su soberanía y por tanto nada está sobre los que creen mo la vida eterna. Por eso el Apocalipsis llamará a Jesús
en él 32 . sin más: «el viviente»35.
Los creyentes saben de esa victoria y viven de esa Dios ha creado a los hombres para que vivan, ha en-
vida lograda y de esa vida comunicada por Cristo. Por viado a su Hijo para hacerles retornar a la vida arrancán-
el Espíritu esa vida se torna luz y con nuevos ojos pue- doles a su voluntad de finitud que es el pecado; les ha
den ahora reconocer al Cristo vivificador por su palabra, mostrado un resplandor de la vida eterna en la resurrec-
por su vivir hermano de nuestra debilidad, por su resu- ción de su Hijo y en la comunión de existencia personal
citar, superación y meta de nuestros destinos humanos. que instaura en el corazón de cada creyente y la da a
participar ya ahora. Y ésa es su gloria: que el hombre
El Espíritu de verdad está con vosotros. No os dejaré huérfanos, viva en plenitud, que no abdique de su permanente
vendré a vosotros. Todavía un poco y el mundo no me verá pero anhelo de más vida y de más verdadera vida. No es por
vosotros me veréis porque yo vivo y vosotros viviréis. En aquel día
conoceréis que yo estoy en mi Padre y vosotros en mí y yo en vos- tanto un antagonista que se afirma vivo en la medida en
otros 33. que hace morir al hombre: «¡Que Dios no hizo la muerte,
ni se goza en la pérdida de ios vivientes!»36. Toda la re-
30
31
Col 2, 10-15; Ef 1, 20-23.
Cf. Ch. DUQUOC, Problematique théologique: Lumiére et Víe 87
velación bíblica es esa ininterrumpida invitación de Dios
(1968); H. VORGRIMMLER, Cuestiones en torno al descenso de Cristo a los
infiernos: Concilium 11 (1966) 140-151; J. RATZINGER, Introducción al cris- 31
tianismo. Salamanca 1970, 254-261. 35
1 Cor 15, 26.
82 Ap 1, 18; 2, 8. Y él dará a los cristianos a participar del fruto del
«No temas, yo soy el primero y el último, el viviente, que fui
muerto y ahora vivo por los siglos de los siglos y tengo las llaves de la muerte árbol de la vida (2, 722, 2; 22, 14; 22, 19), el agua de la vida (7, 17; 21, 6;
y del infierno» (Ap 218-19). Cf. J. COMBLIN, Le Crist dans l'Apocalypse. 22, 1; 22, 17), la corona de la vida (2, 10), y escribirá sus nombres en el libro
Tournai 1965, 195-218. de la 39vida (3, 5; 13, 8; 17, 8; 20, 12; 20, 15; 21, 27).
83
Jn 14, 17-18. Sab 1, 13; 2, 23-24.
110 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA EL DIOS DE LOS CRISTIANOS 111

a los hombres para que se abran a la vida verdadera, de un Dios que ama a los hombres y se preocupa de
para que no se hagan cisternas en el templo de los ídolos, ellos, con quienes hace alianza, a quienes entrega su ley,
sino que vayan a coger aguas con gozo en el templo del como trascripción descifrada de los deseos de su propio
Dios viviente, las únicas que apagan la sed en quien de corazón, a quienes se revela no enseñándoles doctrina
verdad quiere vivir y no morirse. El mito moderno de un sino introduciéndoles en acontecimientos, de los que se
Dios antagonista del hombre, que ha de morir para que declara y desvela como autor. Este actuar de Dios en la
éste viva, es la perversión total de la teología y antro- historia escapa sin embargo a las posibilidades explicati-
pología bíblicas. vas del hombre, es misterioso e inexplicable en tal forma
que nunca llegará el hombre a esclarecerle del todo.
2. Dios amor La Biblia no intenta ofrecernos una teodicea, es decir
Antes de llegar a esta afirmación clave de la teología una justificación de Dios desde fuera de Dios, desde un
de san Juan tendríamos que recorrer un largo camino de principio de justicia, de santidad o de moralidad, que
afirmaciones o mejor de experiencias hechas por los hom- existente al margen o con anterioridad a él, le fuera apli-
bres bíblicos, ya que ni el Antiguo ni menos el Nuevo cable también. Dios es Dios y ante él el hombre tendrá
Testamento son una obra sistemática sobre Diqs ni si- problemas y dudas, preguntas y retos: ahí está el impre-
quiera un relato seguido e intentado de la serie sucesiva sionante ejemplo de Job casi desafiando a Yahvé. Sin
de experiencias que los diversos grupos de hombres han embargo todo ocurre en diálogo cordial, en oración, en
ido haciendo de Dios. Hemos aludido a la experiencia aceptación confiada de la realidad de Dios como luz y
del Dios viviente. Saber de Dios no nacido de una espe- amor, a pesar de sus inexplicables oscuridades y de las
culación sobre sí mismos ni sobre el mundo sino nacido oscuridades con que cubre el mundo.
de la intervención de Dios en la vida del pueblo y me- El hombre bíblico vive su existencia dialogalmente,
diatamente en la propia vida. Experiencia de un tú que situado frente a Dios, a él abierto y de él seguro, en la
interpela y a quien se responde, a quien se dice «sí» o medida en que la libertad de una persona puede ser ase-
«no» como se dice «sí» o «no» a un ser amigo, a quien gurada. Por eso junto a la confianza para con él como
se ora con la confianza y abertura con que se dirige uno Dios viviente, el temor como Dios desconocido, como
al padre, a la madre o al hermano. Abrahan, Moisés y los Señor cuyos secretos últimos son indescifrables. El hom-
profetas son los amigos de Yahvé y con ellos conversa bre bíblico vive en la patencia, en la desnudez de quien
como un amigo con sus amigos37. está con toda su alma expuesta ante su Dios. Y ésta es
Habría que hablar ahora del Dios que actúa en el la más difícil, la casi insoportable situación en que se
mundo, no sólo en la dimensión metafísica de creación puede colocar el hombre. Por ello surge inmediatamente
y conservación, sino en la de la inserción inesperada, la tentación de clausurarse, de alejar a Dios de la propia
como expresión de su libertad absoluta frente al mundo. vida, de localizarle en un paraíso distante de la nuestra,
El hombre bíblico sabe que Dios existe desde toda la confinándonos en su lejanía para no ser vistos, y ser li-
eternidad, antes de que el mundo fuera, pero trascen- bres pretextando la ausencia o incluso inexistencia de Dios:
dente y eterno está presente al mundo y actúa libre-
mente frente a él: la última palabra sobre la realidad no Ay de los que se esconden de Yahvé, queriendo encubrir sus
pensamientos, y para sus obras buscan las tinieblas. De los que dicen:
es el destino ciego sino la libertad lúcida y benevolente ¿Quién nos ve? ¿Quién nos conoce? ¡Qué perversidad!38
37
«Yahvé hablaba a Moisés cara a cara como habla un hombre a su
amigo» ('Ex 33, n ; Is 41, 8). Is 29, 15.
112 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA EL DIOS DE LOS CRISTIANOS 113

La existencia hay que vivirla como gracia y la su- ciendo una afirmación metafísica sobre Dios sino descri-
prema injuria que puede hacerse a sí mismo el hombre biendo o caracterizando la forma de comportarse él con
y a su Señor es el quererse inexistente. Cuando san Pa- los hombres en la historia. Amor en Dios no es el cons-
blo repiensa el destino de su propio pueblo judío re- titutivo metafísico último en el sentido de que ser Dios
currirá a estos versos del profeta: y amar fueran indistintamente una realidad. Eso es ver-
dad, mas no es lo que directamente quiere expresar la
¿Quién eres tú hombre para pedirle cuentas a Dios? ¿Acaso 1.a carta de san Juan. Que él crea por amor, que por
dice el barro al alfarero: por qué me has hecho así? 39 amor sustenta en el ser, que es la plenitud de la bondad,
que como bien es la misma difusividad, todo ello son
Y sin embargo la historia salvífica es no sólo el tes- aspectos que la posterior especulación irá descubriendo
timonio de la realidad personal e insobornable de Dios, como presupuestos: algo así como el que vive en una
sino de la realidad personal e insobornable del hombre. casa descubre los cimientos después de haber habitado
El destino salvífico está condicionado y determinado por largo tiempo en ella. No en el orden metafísico del ser
las reacciones no sólo del uno sino también del otro: es sino en el orden existencial de la persona hay que situar
una historia conjunta e inseparable. El hombre es un esta afirmación: Dios nos ha sido amor, nos ha asociado
protagonista de esa historia en la medida en que confi- a su propia existencia, y expresión de ese amor es el
gura y orienta su respuesta a la palabra que Yahvé le envío de su Hijo. Ése es el milagro de que habla ince-
envía, en la medida en que trabaja, espera y ora, ya que santemente el Nuevo Testamento, de la inusitada ex-
la oración implica como presupuesto metafísico de orden periencia que hicieron unos hombres: haber asistido a
personal el que el hombre pueda tener una iniciativa la convivencia con Dios a través de su Hijo. Ésa fue la
frente a Dios. Por la respuesta libre el hombre va ama- gran revelación y la gran novedad: ser Dios amador hu-
sando la historia, y si es verdad que toda ella aparece milde y verdadero de los hombres, y ser los hombres
como una expresión libre de la voluntad de aquel que es capaces de creer y acoger a ese amor41. La frase siguiente
definitivo como pantokrator o todopoderoso, es no me- es la cima del Nuevo Testamento:
nos definible como la expresión de la voluntad de un
hombre omnipotente: esta libertad y omnipotencia cre- Tanto amó Dios al mundo, que le dio su unigénito Hijo, para
cen en cuanto crece su adhesión a aquélla, ya que la me- que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga la vida eterna 42.
dida de la libertad humana no es la medida de la distan-
cia respecto de Dios, y la medida de la omnipotencia del En el Hijo reconocemos al Padre y en su muerte por
hombre frente a la creación no crece en la medida de la nosotros y por nuestros pecados percibimos la expresión
ausencia o de la no intervención de Dios. También la li- máxima de su amor en el pasado y hacia el futuro:
bertad a la vez que una conquista es un don. El hombre
a su Hijo para que nosotros vivamos por él". El Apóstol no especula sobre la
llega a ser libre, y sobre todo es redimido a la libertad. naturaleza divina ni pretende dar una definición adecuada de Dios tal como
es en sí mismo. Más bien, dirige el fruto de su contemplación hacia las
Ese Dios personal y libre se manifiesta con amor en manifestaciones de Dios a lo largo de la historia, y sobre todo en la persona,
la vida y la doctrina de Cristo». C. SPICQ, Agapé dans le Nouveau Testament.
sus actuaciones. Ésta es la cumbre de toda la revelación Analyse des textes 3. Paris 1959, 17-44; «Dieu est amour» 3, 270-278,
bíblica: que Dios es amor40. Con ello no estamos ha- cita en 274. Cf. C. H. DODD, The Johannine Epistles. London 1947, 107;
R. SCHNACKENBURG, Die Johannesbriefe. Freiburg 1963, 231-239; L. MORALI,
Dio é amore. Roma 1954; V. WARNACH, Die Licbe ais Grundmotiv der
39 •neutestamentlichen Theologie. Dusseldorf 1951. «A través de Cristo salvador,
40
Rom 9, 20. Dios comunica a cada creyente que le ama infinitamente». C. SPICQ, 1. c , 43.
i Jn 4, 8, 9, 16. «Para comprender exactamente el alcance del axioma 41
1 Jn 4, 9; 4, 16.
joánico, conviene recordar su génesis como nos invita a hacer el v. 9: 42
"El amor de Dios hacia nosotros se manifestó en que Dios envió al mundo Jn 3, i6-
114 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA EL DIOS DE LOS CRISTIANOS 115

La caridad de Dios hacia nosotros se manifestó en que Dios El Espíritu Santo es el agente que opera e interiori-
envió al mundo a su Hijo unigénito para que nosotros vivamos por él. za a nivel individual el amor de Dios, creando la segu-
En eso está la caridad, no en que nosotros hayamos amado a Dios,
sino en que él nos amó y envió a su Hijo, víctima propiciatoria por ridad d e que nosotros somos los destinatarios de esa
nuestros pecados 43. acción salvífica del Hijo, creando la posibilidad y actuan-
do la necesidad de devolver en amor el amor recibido y
La encarnación del Hijo y sobre todo su muerte ex- de permanecer con obras en el amor. Los cristianos fue-
piatoria por nuestros pecados son la revelación del amor
ron definidos en la primitiva iglesia como «los que creen
del Padre:
y los que permanecen en el amor» 4 9 . Permanecer en el
Dios probó su amor hacia nosotros en que siendo pecadores, amor es una expresión síntesis de todo el mensaje cris-
murió Cristo por nosotros **. Cuando apareció la bondad y el amor tiano según san Juan, aunque sea de difícil precisión,
hacia los hombres de Dios nuestro Salvador, no por las obras justas dada la polivalencia de significados.
que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia nos salvó
mediante el lavatorio de la regeneración y renovación del Espíritu
Santo, que abundantemente derramó sobre nosotros por Jesucristo 45. La expresión «permanecer en el amor» es más sugestiva que
exacta. No resulta claro si el significado es continuar viviendo como
El himno de la carta a los romanos nos da una traduc- si fuéramos objeto permanente del amor de Dios, o continuar aman-
ción entusiasmada de esta realidad nueva y de esta nueva do a Dios, o proseguir amando a los hermanos. Siguiendo la ense-
ñanza tanto de esta carta como del cuarto evangelio, es imposible
existencia en el amor de Dios que tenemos en Cristo Jesús, hacer una clara separación entre estos tres modos o manifestaciones
a la que ninguna criatura podrá arrancarnos 4 6 . de amor. La energía del amor se despliega a sí misma en líneas que
El amor de Dios no es algo que haya ocurrido ahí forman un triángulo, en el que los ángulos son: Dios, el sujeto y el
al margen del hombre sino que ha sido de alguna forma prójimo; pero la fuente de todo amor es Dios, que es el único de
quien se puede decir que es amor. Si amamos a Dios o a nuestro
interiorizado al hombre mismo como una nueva potencia prójimo es el amor mismo de Dios el que está operando en nos-
de vida y un dinamismo en orden a la acción. E n ade- otros; presupuesto, claro está, que nuestro amor es aquel auténtico
lante el hombre podrá amar porque ha sido amado y ha agapé que está ejemplificado en el don que Dios nos hace de su Hijo
creído en el amor: y en el sacrificio de Cristo por todos nosotros50.

Nosotros hemos conocido y creído la caridad que Dios nos La caridad que Cristo nos revela no es sin más la
tiene... En eso consiste la caridad: no en que nosotros 47
hayamos ama-
do a Dios, sino en que Dios nos amó y envió a su Hijo . El amor de dimensión de intersubjetividad que nos liga a los hom-
Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo bres ordenándonos unos al amor de los otros, sino la
que nos ha sido dado 48. vida divina misma ofrecida como participación en el
43
misterio trinitario; vida divina que llega hasta el mismo
i Jn 4, io. «Dios reveló que era amor en el envío de su Hijo al
mundo, en la muerte del Hijo unigénito y en nuestra purificación de los corazón del hombre que abre la puerta a este cauce de
pecados. Estos tres grandes misterios salvíficos: encarnación, redención y agua viva y vivificante que le llega en el Hijo:
gracia, resumen el evangelio, y tanto san Juan como san Pablo los compren-
dieron como concebidos y realizados por el amor infinito de Dios». C. SPICQ,
1. c , 279.
44
Rom 5, 8. Padre justo, a estos les di a conocer tu nombre, para que el
45
48
Tit 3, 4-5. amor con que tú me has amado esté en ellos y yo en ellos 51.
Rom 8, 33-39; 7, 24-.2S: «¡Desdichado de mí!: ¿quién me librará de
este cuerpo de muerte? Gracias a Dios por Jesucristo nuestro Señor»; 1 Cor
15, 56-57: «El aguijón de la muerte es el pecado y la fuerza del pecado la
ley. Pero gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por nuestro Señor 49
Jesucristo». 1 Jn 4, 16.
4Í » C. H. DODD, 1. c , 117-118.
48
1 Jn 4, 10; 4, 16. 61
Rom s, 5. Jn 17, 26.
116 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA EL DIOS DE LOS CRISTIANOS 117
Aquí habría que insertar toda la temática designada da a los creyentes en el Dios invisible un sustituto donde
con el nombre clásico de inhabitación. El amor de Dios en cumplir las responsabilidades históricas debidas para con
el corazón del hombre significa que él nos está presente el hermano visible, es un anticristianismo58. La única
en la profundidad en que una persona puede estar a otra garantía externa de fidelidad a Dios es la fraternización
persona; exige a la vez existir en versión o función hacia humana. Fraternización que sólo será posible en la medi-
él y provoca una respuesta en reciprocidad. da en que el creyente se deje transir por el amor que
Este amor de Dios induce un renacimiento en el llega desde Dios y que al acogerlo lo hace llegar a todos
hombre, es decir, un nuevo conocimiento de Dios, un los demás. Por eso su amor es más fuerte que él mismo,
amor nuevo a los hermanos y una fiel permanencia en porque alberga y da cobijo al prójimo no en sus fuerzas y
los preceptos. Nivel de existencia nueva: todo el que esperanzas sino introduciéndole en la plenitud del amor
ama es nacido de Dios 52 . Nivel de conocimiento nuevo: de Dios.
«el que ama a Dios es nacido de Dios y a Dios conoce. El apóstol tiene como única tarea transmitir lo que
El que no ama no conoce a Dios porque Dios es cari- fue su experiencia personal, hacer «testimonio» (marty-
dad» 53 . Nivel de ética nueva: «En esto hemos conocido rion) y «tradición» (paradosis) de su conocimiento del
la caridad, en que él dio su vida por nosotros y nosotros Señor. Su mensaje no es ante todo adoctrinamiento en
debemos dar nuestra vida por nuestros hermanos»54. unas ideas sino la posibilitación de un orden nuevo de
Junto a la profundidad de una mística, que se sabe en vida, en la fuerza del espíritu que le ha sido dado, para
participación a la misma vida de Dios llegada por medio que su kerigma no se degrade en programa sino sea per-
de la manifestación histórica de su Hijo, el realismo de cibido siempre como mensaje vivo y realidad vivificante:
una fidelidad a los preceptos:
Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos
Quien ha nacido de Dios no peca porque la simiente de Dios visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y palparon nuestras
está en él, y no puede pecar porque ha nacido de Dios. En esto se manos del Verbo de vida... lo que hemos visto y oído os lo anuncia-
conocen los hijos de Dios y los hijos del diablo. El que no practica mos a fin de que vosotros viváis también en comunión con nosotros.
la justicia no es de Dios, y tampoco el que no ama a su hermano 5S. Y esta comunión nuestra es con el Padre y con su Hijo Jesucristo 59.
Lo que los sinópticos nos dicen de esa autosustitu-
ción de Cristo por los hermanos a la hora de la acción de El apóstol atestigua por tanto la aparición histórica
de Dios como vida de los hombres, su experiencia per-
los cristianos en el mundo 56 lo encontramos en otros
sonal de ella, experiencia que ofrece a los hombres para
términos en san Juan al afirmar:
que ellos se le unan en comunidad de fe, que a su vez
Sabemos que hemos sido trasladados de la muerte a la vida, es comunidad de vida con el Verbo y a través de él con
porque amamos a los hermanos. El que no ama permanece en la el Padre.
muerte 57. ¿Cómo es hecha concretamente posible a cada hom-
J u n t o a estos textos, la afirmación que magnifica a bre esa «comunión» con Dios? ¿Cómo se puede revivir
Dios enfrentándole o contraponiéndole al hombre, que la experiencia única de lo que Cristo significó para los
que fueron testigos directos e inmediatos de su magni-
83
63
i Jn 4, 7- tud? 60 . ¿Cómo puede cada uno de nosotros apropiarse
51
i Jn 4. 7-
a
i Jn 3, 16.
i Jn 3, IO. 58
1 Jn 4, 20.
M
Mt 25, 44-45- 59
1 Jn 1, 1-4.
07
i Jn 3i 13-16. «• 2 Pe 1, 16.
118 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA EL DIOS DE LOS CRISTIANOS 119

el amor de Dios y en qué fuerza lo puede seguir comu- El Espíritu no sólo nos asegura nuestra permanencia
nicando? Esta comunidad de vida y amor con Dios es en Dios sino que además nos introduce en el conoci-
creada en el hombre por el Espíritu, don de Cristo a los miento de las profundidades mismas de Dios:
hombres, a fin de que su palabra y persona sean contem-
Dios nos ha revelado por su Espíritu lo que él tiene dispuesto
poráneas de cada uno de nosotros con la misma eficacia para los que le aman. Porque el Espíritu todo lo escudriña, hasta las
y virginidad que lo fueron para sus oyentes: profundidades de Dios. Pues, ¿qué hombre conoce lo que en el
hombre hay sino el espíritu del hombre que en él está? Así también
Nuestra esperanza no quedará confundida, pues el amor de las cosas de Dios nadie las conoce sino el Espíritu de Dios. Y nos-
Dios se ha derramado en nuestros corazones, por virtud del Espíritu otros no hemos recibido el Espíritu del mundo sino el Espíritu de
Santo que nos ha sido dado 61. Al llegar la plenitud de los tiempos Dios, para que conozcamos los dones que Dios nos ha concedido 66.
envió Dios a su Hijo nacido de mujer, nacido bajo la ley para redimir
a los que estaban bajo la ley, para que recibiésemos la adopción. Bajo la luz o a la sombra de ese Espíritu avanza la
Y por ser hijos envió Dios a nuestros corazones el Espíritu de su iglesia y va creando historia no sólo repitiendo el pasado.
Hijo que grita: Abba, Padre a. Las palabras de Cristo van desplegando todas las rique-
zas de luz, de vida y de acción con que él las quiso
El Espíritu crea y mantiene la conciencia de nuestra cargadas y que sólo los largos siglos, siglos de pensa-
filiación y más allá de nuestras pesadumbres ante la po- miento, de encarnación y de testimonio público han des-
breza sufrida de nuestra vida y acciones, nos renueva entrañado. El Espíritu paráclito tiene esta función ma-
día a día a la convicción de que el amor de Dios es más yéutica en la iglesia y la función exegética de deducir de
fuerte que nuestro corazón: ellas todo lo que implican y así plenificar la verdad en
los hombres y a los hombres en la verdad. El recuerdo
Eí que guarda sus mandamientos, permanece en Dios y Dios de Cristo nunca podrá ser una pura rememoración de
en él, y nosotros conocemos que permanece en nosotros por el Espí- algo definitivamente clausurado, sino más bien el de un
ritu que nos ha sido dado 63.
valor histórico-personal que aún sigue inexplorado, que
aún sigue estando virgen para cada uno de ios creyentes
El Espíritu es el principio de libertad: liberados en
que se acerca a él, porque se acerca no a una palabra es-
el amor de la angustia de un pasado y de un futuro po-
crita en las páginas de un libro sino que se somete a la
demos abrirnos en absoluta fidelidad al presente y ple-
iluminación que el Espíritu proyecta sobre ellas y sobre
garnos a sus exigencias64. El Espíritu es principio de
él mismo haciéndole descubrir el punto de intersección
iluminación y de discreción personal creando la verdadera
entre las exigencias de aquélla y sus necesidades. Toda
autonomía del creyente en Cristo:
la teología del Paráclito habría que tenerla presente aquí.
Cuanto a vosotros, tenéis la unción del Santo y conocéis todas
Éstas son sus cuatro funciones principales.
las cosas... La unción que de él habéis recibido perdura en vosotros 1) Mantener vivo el recuerdo de Jesús y de sus pala-
y vosotros no necesitáis que nadie os enseñe porque la unción os lo bras en el corazón de los creyentes:
enseña todo 65.
Os he dicho estas cosas mientras permanezco con vosotros, pero
el abogado, el Espíritu Santo que el Padre enviará en mi nombre,
61
Rom 5, 5. ése os lo enseñará todo y os traerá a la memoria todo lo que yo os
82
83
Gal 4, 4-5. he dicho 67.
i Jn 3, 20-24.
64
Cf. E. BRUNNER, Das Ewige ais Zukunft und Gegenwart. München 88
1 Cor 2, io-i2.
1965, 56- 67
Jn 14, 25-26.
05
1 Jn 2, 20; 2, 27.
120 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA EL DIOS DE LOS CRISTIANOS 121
2) Introducirles en el conocimiento de la verdad Carísimos ahora somos hijos de Dios, aunque aún no se ha
completa, es decir, de la verdad en sí misma y en sus manifestado lo que hemos de ser. Sabemos que cuando aparezca
seremos semejantes a él72.
exigencias a nivel de historicidad:
Muchas cosas tengo aún que deciros, pero no podéis llevarlas Conocimiento que tendrá ya lugar no en formas y
ahora; pero cuando viniere aquél, el Espíritu de verdad, os guiará figuras, en distancia y sospecha sino en presencia y vi-
hacia la verdad completa, porque no hablará de sí mismo sino que sión, en la intensidad personal de una visión cara a
hablará lo que oyere y os comunicará las cosas venideras 68. cara73. La vida del creyente consistirá en el cultivo de
esos gérmenes de vida que han sido sembrados en su
3) Dar testimonio en el corazón de los creyentes so- corazón por el bautismo, acceder a los dinamismos que
bre la verdad de Jesús y capacitarles para hacer de ese el Espíritu provoca, escuchar sus gemidos y concederles
testimonio interior un testimonio apostólico ante los hom- palabra, auscultar sus esperanzas y darles cauce, con-
bres y ante sus tribunales. cienciar su pobreza y dejar que quede transida por su
fuerza. La oración del creyente no es sino el eco de los
Cuando venga el abogado que yo os enviaré de parte del Padre,
el Espíritu de verdad que procede del Padre, él dará testimonio de gemidos del Espíritu que él percibe en las profundida-
mí, y vosotros daréis testimonio porque desde el principio estáis des de su corazón74. El propio cuerpo recibe ya las in-
conmigo 69. fluencias de ese Espíritu y se goza en la seguridad de
que no verá la corrupción para siempre ya que el que
4) Manifestar el pecado de los hombres desvelando resucitó a las primicias arrastrará tras de sí a toda la co-
sus egoísmos, sus tinieblas y su orgullo, poniendo así en secha humana:
claro la injusticia cometida al condenar a Cristo y a quie-
nes le sirven70. El Espíritu de aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos
El Espíritu atestigua a Cristo en cuanto que nos da dará también vida a nuestros cuerpos mortales por virtud de su
conciencia de lo que somos, hermanos con él y partíci- Espíritu que habita en vosotros 75.
pes de su filiación en cuanto Unigénito. Realizamos esa
filiación en la existencia diaria en cuanto nos dejamos Si antes definíamos al creyente como aquel que sub-
impulsar por él y nuestra acción es sustentada por sus siste porque cree (el que permanece en la fe) 76, como
impulsos como secreta fuerza informadora: aquel que opera las obras del amor porque recibe el
amor de Dios en su corazón, lo alimenta con él y se
Los que son movidos por el Espíritu de Dios ésos son hijos de muestra agradecido prolongándolo hacia el hermano (el
Dios. Que no habéis recibido el espíritu de siervos para recaer que permanece en el amor), ahora diríamos que el cris-
en el temor, antes habéis recibido el espíritu de adopción por el tiano es aquel que no hace las obras de la carne, porque
que clamamos: Abba, Padre. El Espíritu mismo da testimonio a
nuestro espíritu de que somos hijos de Dios 71. 72
73
1 Jn 3, 2.
1 Cor 13, 12.
Filiación y conocimiento respecto de Dios que posee- 74
75
Rom 8, 26-28.
Rom 8, 11; 1 Cor 15.
mos en fe, como inicio, pero que al final se nos desve- 76
Ya el Antiguo Testamento considera la fe como la condición de
lará como tendiendo a la plena identificación con el Hijo: consistencia y persistencia para el pueblo elegido. Creer es perdurar, y la
capacidad del creyente para afrontar la historia en su presente y en su
futuro, le viene dada por su capacidad de fe. Con dos palabras de una misma
88
Jn 16, 13-14. raíz '*nn (amen) habla Isaías del pueblo elegido: «Si no creéis no perma-
** Jn 15, 26-27. neceréis». Este juego de palabras es intraducibie al castellano. En alemán
70 puede rehacerse parcialmente: «Glaubt ihr nicht, so bleibt ihr nicht». «Wenn
71
Jn 16, 7-12.
Rom 8, 14-16. ihr euch nicht an Yahve festhaltet, dann werdet ihr keinen Halt haben».
122 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA EL DIOS DE LOS CRISTIANOS 123

se deja guiar por otra ley, la del Espíritu (el que perma- Dios persona, sentido por los profetas como el gran vi-
nece en el Espíritu). El creyente es en este sentido un viente, sentido por los apóstoles como aquel que se les
hombre pneumático y como tal ha de vivir. El Espíritu desvela en Cristo dándoles un vivir nuevo y a quien pue-
es su principio de vida. El Espíritu es su ley, porque él es den apelar en oración y constatar que este Dios es iden-
la única ley de la nueva alianza. El Espíritu es el prin- tificado sin más con una idea vaga del amor78, con la
cipio de liberación hacia el mejor yo, hacia el nuevo yo «ultimidad que radicalmente nos atañe», o con el «fondo
humano surgido inicialmente en la muerte de Cristo de nuestro ser», apersonal y mudo, pseudónimo fácil de
apropiada por el bautismo y surgida diariamente en la nuestra pobreza e ídolo de nuestra mismidad, aunque
muerte afirmada, es decir, en la mortificación a un hom- para describirlo se utilicen las fórmulas más complejas.
bre viejo que no quiere ser desarraigado y sustituido por Dios es todo eso pero infinitamente más que todo eso,
el nuevo: que sólo permanece como verdadero en la medida en que
se deje integrar en el gran horizonte de lo que la revela-
Si os guiáis por el Espíritu no estáis bajo la ley... Los frutos ción bíblica nos ha dicho sobre el Dios personal y libre,
del Espíritu son: caridad, gozo, paz, longanimidad, afabilidad, bon- Dios viviente, Dios amor, y sobre el hombre abierto, es-
dad, fe, mansedumbre, templanza. Contra éstos no hay ley. Los que
son de Cristo Jesús, han crucificado la carne con sus pasiones y con- peranzado y dialogal, renacido y testimoniador de su vi-
cupiscencias. Si vivimos del Espíritu, andemos también según el vir nuevo. Uno tiene la sensación de que el «nuevo
Espíritu 77. vivir que tenemos en Cristo», «en quien sólo tenemos el
verdadero vivir», no perdura en tales formulaciones y es
Ésta es la explicación real de la sencilla frase: Dios absolutamente inconciliable con un Dios así definido a
es amor. Así es Dios amor: dándosenos como personal nuestra medida. Un Dios así es un dios amasado con la
y libre de una vez para siempre en la visibilidad y cons- harina de nuestras evidencias, no el Dios viviente y Pa-
tatabilidad histórica del hombre Jesús, hermano de nues- dre de nuestro Señor Jesucristo, el único en quien cree,
tra carne e Hijo unigénito; Dios personal y Ubre dándo- ante quien vive y para quien muere el cristiano79.
senos en la inmediatez personal de cada uno de nosotros
por el Espíritu de su Hijo que nos desvela y esclarece las
palabras de Cristo como palabras de vida, su persona 3. Dios Padre de nuestro Señor Jesucristo
como medio de nuestra filiación con el Padre, posibili-
El cristiano es aquel hombre que no tiene un Dios
tándonos con ello una forma nueva de ser y actuar en el
propio porque sabe que el Dios que todo hombre se in-
mundo. El ámbito comunitario en que este tipo de exis-
vente no es sino un pobre remedo de sí mismo. Su Dios
tencia nueva se despliega es lo que llamamos iglesia,
es el Dios y Padre de Jesucristo. La humanidad religiosa
comunidad por tanto del amor de Dios a los hombres,
en sus exponentes más auténticos ha sospechado que
de éstos entre sí y hacia Dios.
Dios es para los hombres lo que un padre es para con
Desde estas profundidades del mensaje neotestamen-
tario hay que leer muchas de las reflexiones modernas 78
Lúcidamente percibió Bonhoeffer, que el cristiano sabe lo que es amor
en torno a la identidad entre Dios y el amor, para des- desde la fe y en la fe, que descubre el amor al descubrir a Dios, y al uno
y al otro en Jesucristo. Un amor sin radicación y alimentación desde Cristo
cubrir muchas veces el empobrecimiento que han sufrido no tiene sentido para el creyente: «Qué es el amor, eso únicamente lo sabe
quien conoce a Dios, y no es verdad que haya que saber primero y por
estas perspectivas bíblicas, reducidas a un puro deísmo naturaleza lo que es el amor para después, a partir de aquí, saber lo que
de signo contrario, donde la mayestática realidad de un es Dios... No hay ninguna definición general del amor, como por ejemplo
el dar la vida por los demás. El amor está unido de un modo indisoluble al
nombre de Jesucristo, como revelación de Dios». Ética. Barcelona 1968, 31 s.
77
Gal 5, 18-26. 79
IGNACIO DE ANTIOQUÍA, Tral 9, 2; Ef 3, 2.
124 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA '
EL DIOS DE LOS CRISTIANOS 125
padecerse del fruto de sus entrañas? Y aunque ella se olvidara yo no
sus hijos e incluso se ha atrevido a invocar a la respec- te olvidaría 81.
tiva divinidad con el nombre de «padre». Sin embargo
esta idea no se ha convertido en una realidad plena- La idea de Padre aplicada a Yahvé tiene por tanto
mente familiar hasta el cristianismo, y sólo desde él es como trasfondo la idea de creación y sobre todo adquie-
accesible y sólo perdurable en una fe viva. En el cris- re su fundamento concreto en el acto único de la elec-
tianismo esto ha sido posible porque en él se trata no ción de Israel como pueblo único entre las naciones.
solamente de un saber de Dios como padre sino de la Como obra de sus manos y fruto de su elección podrá
posibilidad real de vivir en situación de hijos, con el Israel invocar a su Dios: ¡Abhinu ata, Padre nuestro
realismo de quien hasta vivencialmente llega a saber lo eres tú!
que paternidad y filiación en el orden espiritual signi-
fican. La última palabra del Antiguo Testamento a propósito de la
En el estoicismo encontramos el célebre himno de paternidad divina es este saber82gozoso de la incomprensible miseri-
Cleantes (siglo n i a. C ) , a Diodoro de Sicilia (siglo i cordia de Dios y de su perdón .
d. C.) y al filósofo Epicteto que ya invocan a Dios como
padre y consideran que los hombres, viviendo conforme Lo mismo que la idea de Dios-amor se había enten-
a la razón, pueden devenir y ser hijos de Dios. En el dido en sentido colectivo y expresado en símbolos como
Antiguo Testamento tenemos los preparativos inmedia- el de las nupcias de Yahvé con su pueblo 83 , la idea de
tos de la revelación neotestamentaria. Por la alianza, paternidad se entiende también en un sentido colectivo:
Yahvé ha instaurado una relación de paternidad-filiación Yahvé es nuestro Dios y nosotros somos su pueblo, él es
respecto de Israel, que es así designado como el primo- nuestro protector y nosotros somos sus elegidos. En el
génito: «Así habla Yahvé: Mi hijo primogénito es Is- judaismo posterior se hará incluso corriente la invoca-
rael». Y el pueblo le invocará como Padre: ción: «Padre nuestro y rey nuestro» 84 . La gran novedad
de Jesús va a consistir en trasponer a nivel individual
Mira desde los délos y ve desde la morada de tu santidad y de esta invocación y dirigirse a Dios con un término tomado
tu gloria. ¿Se han acortado tus misericordias? Con todo, tú eres del lenguaje infantil: Abba, algo así como: padrecito,
nuestro padre. Abrahan no nos reconoce y nos olvida Israel, pero papá, padre mío. «Abba e imma son las primeras pala-
tú, Yahvé, eres nuestro padre y «redentor nuestro» es tu nom- bras que el niño pronuncia cuando comienza a gustar el
bre desde la eternidad... Y con todo, Yahvé, tú eres nuestro padre; pan y dejar el pecho» dice el tamuld de Babilonia. Un
nosotros somos la arcilla y tú el alfarero; todos somos obra de tus
manos80. poco el «papá» y «mamá» castellanos. Posteriormente
la palabra significó «mi padre», «padre mío». Nadie en el
Esta referencia a la paternidad de Dios como fuerza judaismo se atrevió a invocar a Dios con este término
creadora, y como voluntad de amor expresada en una como lo va a hacer Jesús.
alianza comunitaria se prolonga en una noción de pater-
nidad como solicitud amorosa por la persistencia del pue- 81
I s 49, 14-15.
blo elegido: 82
J. JEREMÍAS, El mensaje central del Nuevo Testamento. Salamanca
1966, 22.
»> Os 2.
Sión decía: Yahvé me ha abandonado, el Señor se ha olvidado 81
Oración de Rabbi Aqiba: «Padre nuestro, rey nuestro, hemos pe-
de mí. ¿Puede la mujer olvidarse del fruto de su vientre, no com- cado ante ti. Padre nuestro, rey nuestro, no tenemos más rey que a ti.
Padre nuestro, rey nuestro, ten compasión de nosotros». Citado por W . MAR-
CHE:., Abba, Padre. El mensaje del Padre en el Nuevo Testamento. Barce-
80
Éx 4, 22; Is 63, 16; 64, 7. lona 1967, 36.
126 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA EL DIOS DE LOS CRISTIANOS 127

Fue una cosa totalmente nueva, algo único e inusitado el que a un «Padre nuestro» es a través de un «Padre mío» en-
Jesús se atreviera a tomar esta iniciativa y hablar a Dios como habla señado y vivido por Cristo. La inserción de esta expresión
un niño a su padre, sin temor, con simplicidad e intimidad. Sin duda nueva que realiza Jesús responde a la existencia de una
ninguna la palabra abba de la que se sirve Jesús para dirigirse a
Dios, revela el fundamento último de su comunión con él 8S . realidad nueva. La expresión Abba es exponente de
una relación de familiaridad, intimidad, filiación propia
Pero Jesús no sólo va a invocar a Dios como Padre y exclusiva de Jesús y representa el núcleo más profundo
sino que en su vida nos lo va a revelar como tal. Lo que de Ja conciencia propia de Jesús, que se define ante todo
él hace para con los hombres ése es el espejo de la pa- como una conciencia filial para con el Padre y fraternal
ternidad de Dios. Las parábolas, proyección hablada de para con los hombres. Relación consecuente será la del
su propio comportamiento, no intentan ser una lección conocimiento proporcional: al Padre nadie le conoce co-
de moral sino más bien una lección de teología. Ellas mo Jesús, porque le conoce en la misma medida que es
incluyen la gran revelación de Dios, descubriéndonos sus conocido por él, en forma parecida a como nadie conoce
actitudes y comportamientos para con nosotros. En la a un padre como su propio hijo87. Toda la teología joá-
parábola del hijo pródigo por ejemplo no preocupa tanto nica de un hijo conocedor exhaustivo del Padre y palabra
la prodigalidad del hijo que marcha lejos a gastar su he- contentiva de toda su revelación y revelador escatológi-
rencia, cuanto la largueza, espera, amor y acogimiento co, está seminalmente contenida en este logion sinóptico.
del Padre. Así se comporta ( = e s ) Dios para con los Tal conciencia propia de filiación es la que nos descubre
hombres, que viven de parecida forma para con él. A tra- y da a participar Jesús, cuando al rogarle sus discípulos
vés de las palabras y acciones de Cristo nos muestra que les enseñe a orar les dicta el «Padre nuestro». Quien
Dios cómo quiere ser él con los hombres y este «ser con» puede decir Abba, quien como discípulo toma esta pala-
es prolongador y revelador de lo que es «en sí mismo». bra en sus labios, está participando del conocimiento que
Dios de la misericordia, de la paz, del consuelo, del Jesús tiene de Dios, está viviendo los tiempos escato-
amor. El Dios del Nuevo Testamento no es el fruto de lógicos o supremos; para él ya ha venido el reino de
una reflexión antropológica sino de una observación cris- Dios. Por ello los cristianos cuando han recibido el Es-
tológica, es decir de la aceptación de los hechos ocurri- píritu y han sido introducidos por él en la filiación del
dos en Jesucristo que interpelan, apelan y desvelan al Unigénito no hacen sino clamar: Abba!Si.
hombre. Y junto con las parábolas encontramos en el Para los hombres no ha sido una cosa natural el que
evangelio los discursos directos, sobre todo los reunidos pudieran invocar a Dios como Padre, ni lo será nunca.
en el llamado «sermón del monte», los escatológicos, las El «Padre nuestro» sólo puede ser recitado desde la fe
recomendaciones a los discípulos, las disputas con los y en fiel comunión a Cristo, el único que de verdad
fariseos. Algunos de ellos, pienso por ejemplo en aquel puede poner en sus labios esta palabra. Ante la agria
sobre los lirios del campo y las aves del cielo, nos en- realidad de un mundo con tanto polvo de injusticia y
señan más sobre Dios en boca de Jesucristo, que muchas tanta oscuridad de odio fraternal, y ante la aparente
reflexiones de orden filosófico. Ahí queda el comentario distancia de un Dios silente y despreocupado de los hom-
genial de Kierkegaard como prueba de ello86. bres ¿quién hubiera llegado a este descubrimiento y so-
Pero Jesús no sólo habló de Dios Padre de los hom- bre todo al valor de invocar a Dios de esta forma? Pero
bres sino ante todo de «mi Padre». Si nosotros llegamos Cristo tuvo algo más que clarividencia intelectual y osa-
87
85
J. JEREMÍAS, 1. c , 29. Mt 11, 26.
88
86
Obras y papeles I I I . Madrid 1964. Rom 8, 14; Gal 44.
128 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA EL DIOS DE LOS CRISTIANOS 129
día para nombrarle así. Toda su vida fue una demostra- A los que de antes conoció a ésos predestinó a ser conformes
ción ante los hombres de que Dios es y quiere ser para a la imagen de91su Hijo, para que éste sea el primogénito entre mu-
ellos la realidad más real y cordial a que se pueden sa- chos hermanos .
ber referidos: es Padre. Y Jesús realiza verazmente esta
proclamación de la paternidad divina porque él es el Esta afirmación e invocación de Dios como Padre
hombre simultáneamente definido por la total filiación está a punto de tornarse extraña para una generación que
divina — e s decir, la constitutividad de su ser en cuanto sufre alergia ante los valores y expresiones de la pater-
tal por referencia al Dios como Padre — y la total fra- nidad, tal como hasta ahora ésta se ha vivido en muchas
ternidad humana, es decir, en igualdad de destino y en órbitas culturales. Paternidad ha venido a ser sinónimo
comunidad de riesgo histórico. Por eso los discípulos de dominio, de represión y de autoritarismo por un lado,
pueden apropiarse la palabra y el alma filial de que y de sumisión, inmadurez, carencia de iniciativa, priva-
emana e invocar con Jesús: Abbal ción de libertad por otro. Como toda palabra que el
hombre pone en sus labios para dirigirse a Dios, es ésta
Todavía los textos de nuestras litúrgicas nos conser- pobre e inadecuada, puede incluso llegar a ser falsa si
van un resto de ese pudor y temblor original que los no se la sitúa en su lugar propio y se le carga con un
primeros cristianos sentían al recitar en medio de la di- sentido muy determinado que incluso por los condicio-
vina liturgia el «Padre nuestro» y sólo accediendo al namientos sociológicos puede llegar a ser imperceptible
mandato explícito de Jesús (praeceptis salutaribus mo- para una época. No entendemos con ella una relación de
niti), y apoyándonos en la conformación con su alma generación en el orden físico-sexual, ni la simple relación
filial que el bautismo ha operado en nosotros (divina insti- de creaturas con su origen, ni siquiera la relación entre
tutione formati) nos «atrevemos» a su recitación89. San el miembro del pueblo elegido de Israel y Yahvé como
Pablo y san Juan van a llevar al límite los datos de los si- elector. Esta palabra hay que situarla en el horizonte y
nópticos a que hemos aludido hasta aquí: Dios en ade- ante la vida de Jesús de Nazaret. Sólo con él ante los
lante no sólo va a ser invocado como «Padre» sino que ojos es inteligible. Hay que oír por tanto la palabra «Pa-
será designado sin más como «el Padre» y Cristo no es dre» surgiendo de las realidades aludidas y trascendién-
sólo visto como «hijo de Dios» sino que su denomina- dolas. Con ella queremos sugerir que ante Dios el hom-
ción más propia es «el Hijo». Ser cristiano significará bre puede vivir en el amor, en la confianza, en la segura
acoger la revelación escatológica de Dios traída por Je- paz y el gozo sosegado de quien marcha sobre suelo segu-
sús en sus palabras y obras, y participar con él en la pa- ro, sin temer sobresaltos de poderes inesperados, porque
ternidad de Dios; porque él ha sido constituido primogé- Dios le ha amado en su mismo origen, y ese amor
nito de muchos hermanos. Somos hijos de Dios en la que le funda en el origen le mantiene en su perduración.
medida en que vivimos como hermanos en Jesucristo, Queremos decir que Dios hace una afirmación perma-
ya que él agota la paternidad: fiilii in Filio90. Ser cris- nente del hombre, que le da seguridad y arraigo, gozo de
tiano significará participar en lo que Cristo es para el
Padre y para los hombres, connaturalizando con él, pues 81
a imagen suya hemos sido creados: Rom 8, 29. Para estudiar el tema de Dios como Padre en el Nuevo
Testamento véase J. JEREMÍAS, Abba. Studien zur neutestamentlichen Théo-
logie und Zeitgeschichte. Góttingen 1966, 15-80; W . MARCHEL, Abba, Padre.
El mensaje del Padre en el Nuevo Testamento. Barcelona 1967; H . CONZEL-
89
MANN, Grundriss der Théologie des Neuen Testaments. München 1968, 121-
«Non enim ausi essemus orantes Deum vocare Patrem nisi adoptionis 124; W. K. GROSSOUW, Spiritualité du Nouveau Testament. París 1964,
2
gratiam assecuti essemus. Est autem demostratio cui repugnan non potest». 1-33 \ J. ALFARO, Dios Padre, en Conceptos fundamentales de la teología 1.
TEODORETO DE CIRO, Interpretatio
90
ad Gal i, 6 (PG 82, 487). Madrid 1968, 432-442; O. Kuss, Das Vaterunser: Auslegung und Ver-
E. MERSCH, La Théologie d% Corps Mystique. Bruxelles 1957. knndigung I I . Regensburg 1967, 275-336.
130 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA EL DIOS DE LOS CRISTIANOS 131

presente y posibilitación de futuro, que ejerce ocupación cielos»: eso es en definitiva todo lo que de Dios sabe el
y preocupación por él, que le ofrece albergue y cobijo, creyente, aprendido día a día de Jesús, y, con ello, todo
amor y esperanza, fecundidad y pan, que él es punto de lo que sabe de sí mismo.
referencia y meta de llegada siempre, sean cuales fueren Grave tentación ésta del cristiano: hacerse un Dios a
los caminos, aun cuando fueran caminos en el bosque. su medida bajo pretexto de que como hijo tiene total
Pero todo esto es nada, vago rumor de esa elemental confianza ante Dios, trocar la gloria de Dios por una
vivencia y de ese total sentimiento que agolpa todo el simple imagen de sí mismo92. Porque el hombre en todos
ser del niño en la palabra y le hace decir: ¡Padre! ante los órdenes tiene una casi infinita capacidad de someti-
aquel a quien le unen carne y sangre, tierra y alma. miento y de domesticación, forzando a todo lo que apa-
Cuando el hombre en oración invoca a Dios diciendo: rece en su horizonte a encajar en sus esquemas preesta-
«Padre nuestro que estás en los cielos», está sumando blecidos. Tiene una inmensa dificultad en dejar ser a la
en una dura y dialéctica tensión realidades que difícil- realidad, en permitir que los hombres sean como son,
mente se soportan una a otra, porque está afirmando a en que Dios sea Dios. Contraviniendo el precepto divino
un tiempo que Dios es la cercanía absoluta, la inme- el hombre se está haciendo continuamente imágenes de
diatez cordial, el amor sin medida y sin rupturas, pero a sí mismo, del prójimo y de Dios, para que, conocido y
la vez afirma que esa cercanía es un acercamiento en poseído todo de antemano, pueda ahorrarse el riesgo
libertad, inmediatez no natural sino decidida, un amor de reconocer lo nuevo como nuevo, ahorrarse la liber-
no sólo querencial sino personal, es decir, que Dios es al tad difícil de conjugar cuando surgen realidades no con-
tiempo el absolutamente Otro, no el simple rumor de nues- tabilizadas, ahorrarse finalmente el acogimiento y el amor
tro corazón angustiado, ni la respuesta que ocultamente que la persona exige siempre nuevos. Cuando el hombre
nos damos a nuestras esperanzas no cumplidas o a nues- se hace una imagen definitiva del hermano, de sí mismo
tras impotencias primarias. Él es la total distancia, el o de Dios, está decretando una condenación a muerte 93 .
que no es circunscriptible por nuestros pensamientos, No sólo el descubrimiento original sino la perma-
deseos o voluntad, el que habita «en el cielo», es decir, nencia en el conocimiento de Dios en verdad y no en
siendo irreductible a las apetencias y dominio del hom- imagen, en realidad y no en hipótesis, las logra el hom-
bre, ante el que ha de vivir el hombre con amor y tem- bre en la humanidad de Jesús. Por eso el creyente ya
blor, con gozo y respeto, en segura confianza y no menos no gasta su tiempo en perscrutar la majestad de Dios
en admirativa veneración. Dios es el Padre y el Señor, mediante cavilaciones sino que lo emplea íntegro en la
lo uno y lo otro en intensidad y medida insospechadas contemplación, amor y seguimiento de Cristo, mediante
desde ejemplares humanos de paternidad y soberanía. el ejercicio asimilativo de su existencia histórica.
Difícil equilibrio éste del creyente ante Dios que Cristo es la permanente, irrevocable e indomesticable
sólo mantiene en la fiel, en sencilla y gozosa adhesión a palabra de Dios, la que nos libera de nuestras imágenes
Jesucristo. Vive siempre tentado a reducir uno de estos de Dios, aquellas que elaboramos bajo el peso de nues-
extremos: a extremar la confianza convirtiendo a Dios tros deseos, angustias e ilusiones, para escapar al asalto
en un puro auxiliar de sus deseos, olvidando su majes- que en su libertad Dios nos puede hacer siempre94, para
tad e infinitud, o bien a acentuar tanto éstas, que le
hagan imposible reconocerlas cercanas y verdaderas en 93
Rom i, 23.
93
cuanto se puedan conjugar simultáneamente con una vi- Es el tema que con una real profundidad ha llevado al teatro Max
Frisch84 en su obra Andorra. Madrid 1965.
vencia de la paternidad. «Padre nuestro que estás en los Job 10, 16.
132 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA EL DIOS DE LOS CRISTIANOS 133

sustituir su perennidad y acometividad por ese ídolo ino- de amor y a la voluntad de seguimiento, es decir, la imi-
cuo e indefenso que es nuestro pensamiento sobre Dios. tación. Kierkegaard comienza la meditación que dedica
Una imagen nunca puede suplantar a la persona que re- a mostrar cómo el peligro del cristianismo es crear admi-
presenta, ni menos es legítimo defenderse con aquélla radores en lugar de imitadores de Cristo, con estas pa-
frente a ésta. Por eso todas las imágenes de Dios son labras:
relativas; una sola hay definitivamente verdadera e insu-
perable para nuestros deseos: Jesús de Nazaret, la ima- Señor Jesucristo, no viniste al mundo para ser servido ni tam-
gen visible del Dios invisible, imagen de su gloria inmor- poco para ser admirado o en este sentido adorado. Tú mismo eras
el camino y la vida, y tú has deseado solamente imitadores. Por eso
tal en nuestra carne mortal. despiértanos si estamos adormilados con este engaño, líbranos de
Pero hay otra tentación en el extremo opuesto: la del esta equivocación: que queramos admirarte o adorándote te admi-
distanciamiento de Dios. Afirmar de él que «está en los remos, en vez de imitarte y asemejarnos a ti 96 .
cielos» y nada más, es decir, que porque es totalmente
distinto de nuestros pensares y trascendente a todas Imitación que sin embargo no es repetición sino re-
nuestras afirmaciones sobre él, no es posible nuestra co- creación de sus estados y posturas de alma ante cada
munión de amor con él. La segunda parte ha hecho ol- situación; recreadora presencialización de la obra de Cris-
vidar la primera, el Abba, y sobre todo que el creyente to, no copias muertas sino semejanzas vivas. En la pro-
posee el Espíritu de Jesús que nos ha dado la posibilidad longación de la existencia de Cristo habría que definir
de conocerle como él le conoce, amarle con su amor y al cristiano como el hombre que vive plenamente ante
sentirnos participando de su filiación. Dios como Padre y simultáneamente se vive como her-
Entre esos dos abismos: el de la domesticación de mano para todos los hombres. Sin lo primero el cristia-
Dios a la medida de sí mismo o el del alejamiento hasta nismo no pasa de ser un humanismo cerrado, suplanta-
convertirlo en abstracción, avanza el creyente operando ble por otro cualquiera; sin lo segundo es un misticismo
esa historia nunca conclusa del conocimiento de Dios. antihumano y antievangélico. Los grandes autores de la
Tanto una como otra, Scyla como Caribdis, serían para escuela francesa de espiritualidad, Bérulle por ejemplo,
él la perdición. Igual que a Ulises no le queda otro re- hablaron siempre de las tres miradas de Jesús: al Padre
medio que hacerse atar al mástil95. En nuestro caso para glorificarle, a sí mismo para santificarse, a los hom-
adherirse a la existencia histórica de Jesús y a su pre- bres para servirles97.
sencia viviente como Kyrios en medio de la comunidad, En Jesús de Nazaret tenemos el instante personal
que anuncia su palabra y celebra su eucaristía, en comu- único de la historia humana en que los dos movimientos
nión a todos los hombres. Cristo es el lugar personal y se acercan y coinciden: Dios siendo Dios hasta el límite
permanente de la revelación que Dios hace de sí mismo, de sí, de su abertura hacia lo que está más allá de sí
y la expresión más auténtica que un hombre puede al- mismo en amor para comulgar en unidad personal; y el
canzar de Dios. hombre yendo hasta el límite de su humanidad, que se
He ahí por qué ante Cristo no son suficientes la ad- define como potencia obedencial, entrega y anhelo dis-
miración distanciada o el simple elogio del espectador. parado a ser en su fundamento. Y ese Jesús, muerto por
Se impone el acercamiento interesado, unido a la pasión nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación
96
95 97
Ejercitación del cristianismo: Obras I, 314.
Odisea, canto X I I . Véase el excepcional estudio de H. RAHNER, Cf. L. COGNET, Histoire de la spiritualité I I I , 1: La spiritualité
Mitos griegos e interpretación cristiana (Ediciones alemana y francesa: moderne. París 1966, 310-410; M. DUPUY, Bérulle: une spiritualité de
Zürich 1968 y Paris 1968), páginas 414-486 de la edición alemana. Vadoration. Paris 1964.
134 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA EL DIOS DE LOS CRISTIANOS 135

es la palabra que de verdad nos dice quién es Dios. ¡Con


qué sobrecogimiento los lectores de san Juan, cercanos al III
mundo gnóstico, acostumbrados a definir a Dios como el EL HOMBRE REVELADO EN LA AUTORREVELACIÓN
«gran silencio», oirían proclamar que Dios había habla- DE DIOS
do, que era la palabra98, y que esa palabra tenía un nom-
bre y una patria, una historia y una madre humana! 1. Teología y antropología
Con razón podrá gritar un hombre avezado a la búsque-
da dolorosa y paciente de la verdad por los alcores de la Habría que delinear ahora qué hombre surge del
filosofía: Dios así descrito, es decir, las dimensiones antropológi-
cas que en el destinatario presupone y actúa la automa-
Como una fuente de agua viva de parte de Dios brotó este nifestación de Dios, porque en verdad la revelación de
Cristo en el desierto del conocimiento de Dios, es decir, en la tierra Dios es a la vez revelación del hombre, hasta el punto
de las naciones " .
de que toda teología arrastra consigo una determinada
Quien ha contemplado el rostro personal de Dios antropología102. Ante todo esa revelación de Dios es el
Padre tal como trasparece en la faz de Cristo100, y alen- acta constituyente o manifestadora de la grandeza, dig-
tado por el Espíritu ha clamado Abba y no sólo en el nidad y posibilidades del hombre. En un momento histó-
fondo de su corazón sino en la comunidad de sus herma- rico que elige el absurdo como determinante de la con-
nos le ha invocado con este nombre, ése nunca podrá ig- dición humana y la angustia como su forma de realiza-
norar ya este conocimiento y retrotraerse a un período ción, nos torna exultantes el saber que el hombre es el dia-
precristiano considerando a Dios simplemente como otro logante de Dios, el amigo de Dios, el que ha hecho una
nombre para designar «la totalidad que nos abraza», la alianza con él, el posible y real tú de Dios, ya que en la
«intersubjetividad en que vivimos referidos», el «fun- encarnación uno de nuestra raza ha estado tan cerca de
damento de la comunión humana»; ni menos sugerir que Dios que con labios humanos ha podido pronunciar un
el «Padre nuestro» más que una oración dirigida a un «yo» que era de hombre a la vez que de Dios. ¡Qué
tú, es un himno elevado a un ello; ni afirmar que la ple- glorioso es ser hombre!, repetirá Kierkegaard103.
garia es un resto mítico o entregarse a una acción absor-
bente relegando la contemplación, porque será conscien- sí misma la verdad del ser-hombre o de la existencia humana que debe ser
salvada. Ahora bien, entre los contenidos de esta verdad del ser-hombre
te siempre de que nunca podrá construir una verdadera y de su salvación hay uno que es puesto de manifiesto no ya por las palabras y
fraternidad que sea algo más que un respeto mutuo o acciones de Cristo, sino por la realidad de su presencia entre los hombres.
La "asumpción" en la unidad de una misma persona, de una "carne" con-
tolerancia inevitable, si no conduce a los hombres a re- creta-individual es la definitiva irrupción en la historia de la afirmación
absoluta del hombre concreto individual por parte de Dios. En el rostro
conocerse y vivirse como hermanos desde la filiación en humano de Cristo se patentiza — en el sentido más radical del término como
aquel a quien Cristo nos ha enseñado a invocar como presencia "personal" — la verdad del ser-hombre que la reflexión filosófica
evidencia como mismidad personal afirmada por el Absoluto. En esta verdad
Padre. Por eso en Cristo se cruzan los destinos de la "presencializada" en Cristo sabe el hombre aquello a lo que puede "atenerse"
teología y de la antropología101. y en lo que puede "confiar" (en la afirmación absoluta de la persona indi-
vidual por Dios). Cristo es por lo tanto la verdad del hombre en el doble
momento —helénico y semítico — de "patencia" y de "seguridad"». J. MAN-
98
ZANA, Salvación cristiana y conquista de la verdad del ser-hombre: ¿Qué
San Ignacio de Antioquía escribe: «Jesucristo es el Logos de Dios aporta el cristianismo al hombre de hoy? IV semana de teología de la
salido del silencio». Magn 8, 2; cf. J. JEREMÍAS, El mensaje central del universidad de Deusto. Bilbao 1969, 52-53.
Nuevo Testamento, 102-103. 102
09
SAN JUSTINO, Diálogo con Trifón 69, 6. Cf. R. BULTMANN, Theologie des Neuen Testaments. Tübingen
100
2 Cor 4, 6. Cf. H. SCHLIER, La connaissance de Dieu... 217. 1961, 191-192; K. RAHNER, Theologie et Anthropologie: Theologie d'au-
101 jourd'hui et de demain. París 1967, 99-120.
«ÍLa verdad que "se ha hecho" en Cristo es la verdad de la salvación 108
gratuitamente otorgada por Dios al hombre. Esta verdad es, a su vez, por Obras I I I , 80-81.
136 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA EL DIOS DE LOS CRISTIANOS 137

El hombre es un ser capaz y necesitado del diálogo y eso que ya es, lo elige, lo reconoce y en este acto de reco-
con Dios. Si no hubiera sido capaz no hubiera podido nocimiento se descubre a sí mismo y descubre a Dios. Es la
percibir la revelación y haber sido protagonista de una dimensión de comunión y de adoración. Quien mantie-
historia salvífica. Si no hubiera estado necesitado no hu- ne viva y sirve a esta dimensión inignorable de lo huma-
biera sido nunca persona. Al ser interpelado por Dios, el no está sirviendo al mejor de los humanismos. Sin la
hombre se acoge, se reconoce, se asume, deviene per- adoración el mundo se convierte en una prisión para
sona. el hombre.
El hombre es un ser capaz de la palabra, de la res-
puesta y de la responsabilidad, y con ello de la oración. El andar vertical es una característica del hombre, pero todavía
es mucho más glorioso el poder arrojarse al suelo en adoración;
Sólo en la medida en que está abierto a un tú, le acoge y la naturaleza entera es como una gran servidumbre, que amonesta
y le responde, se mantiene el hombre como persona. Si al hombre, al dominador, para que adore a Dios. Esto es lo que
es un tú absoluto será una abertura liberadora, pues de todos esperan de él, que no venga y tome la hegemonía — lo cual
lo contrario todas las palabras finitas las consideraría es también glorioso y le está destinado — sino que adorando ensalce
al creador... Es glorioso estar vestido como el lirio; todavía es más
como un posible eco de las propias. Sin la oración Dios ser el levantado dominador, pero lo más glorioso de todo es ser
deja de ser el cercano y amigo, deja de ser personal, para nada en adoración. Adorar no es dominar y sin embargo la adoración
retornar a la lejanía incógnita de un ello impersonal e es aquello por lo que el hombre se asemeja a Dios y poder adorar es
impersonalizador. El diálogo o la oración del cristiano ciertamente la ventaja de la gloria invisible sobre todas las cria-
tiene su lugar propio en Cristo, donde la palabra de turas... Lo más doloroso que puede decirse sobre el paganismo es
que no era capaz de adorar104.
Dios dirigida al hombre y la palabra del hombre dirigida
a Dios se encuentran. Su oración es participación a la La muerte de Cristo fue el acto supremo de adora-
oración de aquél, pues por sí mismo, dijimos antes, nun- ción, el sí absoluto, por ello el momento cumbre de la
ca se hubiera atrevido a llamar a Dios Padre y menos a historia humana y el santo y seña de cualquier huma-
sentirse de verdad hijo. Sólo amonestado y conformado nismo definitivamente humano.
a Cristo profiere su esperanza y presenta su oración el
cristiano.
El hombre es un ser capaz de humildad y de adora-
2. Dios y los hermanos
ción. Humilde para aceptar la vida como un don y una El cristiano es un ser de la fraternidad. Al descu-
tarea, para sentir la existencia como una gracia, para ser brir a Dios ha descubierto lo glorioso que es ser hombre,
feliz recibiendo su felicidad como una ofrenda, como lo en serio que le ha tomado, lo valioso que le ha pare-
algo que no ha conquistado él mismo sino que casi siem- cido, hasta el punto de enviar a su Hijo a la muerte por
pre le viene dado por otro. Suprema humildad y grado amor de él. Ha descubierto que su abertura vertical
máximo de la generosidad para dejar que las cosas sean hacia el trascendente no puede ser auténtica si no es
sin mí, antes que yo y al margen de mí. Por ello el cre- autentificada en la abertura horizontal a los hermanos
yente es el gran liberado, el radicalmente libre. Quien que son los testigos visibles de las exigencias invisibles
quiere situarlo todo en torno de su «yo», vive toda su de Aquél. Ellos son las presencias contemporáneas que
existencia irredento, encadenado a un complejo de tita- toma para los que no fuimos contemporáneos mientras
nismo o de inferioridad insuperables. El cristiano se anduvo por tierras de Palestina.
sabe a sí mismo enraizado en Dios, existiendo desde
Dios, siendo en la medida en que vive adherido a él: 104
S. KIERKEGAAHD, Los lirios del campo: Obras I I I , 80-81.
138 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA EL DIOS DE LOS CRISTIANOS 139
De la paternidad de Dios surge una triple relación: en primer La muchedumbre de los que habían creído permanecían uná-
lugar el cristiano ha de acreditarse como hijo. Sus virtudes son ante nimes en la oración, en la fracción del pan, en la enseñanza de los
todo obediencia, confianza, gratitud y amor. En segundo lugar la apóstoles, y en la comunidad de bienes 106.
paternidad implica el deber de la fraternidad. Las antiguas palabras
de Cipriano: «No puede tener a Dios por Padre quien no tiene Guiados por el Espíritu vivían plenamente para el
a la iglesia por madre», pueden formularse quizá mejor en lenguaje
neotestamentario: «No puede tener a Dios por Padre, quien no Señor Jesús comido en una eucaristía, aprendido en la
tiene a su prójimo por hermano». La esencia de la Iglesia en cuanto palabra, asimilado en la enseñanza, dado a participar me-
comunidad de hermanos, así como su misión de extender su mano diante la comunicación de bienes. Cuando la iglesia vive
fraterna a los extraviados, resulta más comprensible con esta fór- en tal plenitud y autenticidad, la realidad de Cristo y su
mula. En tercer lugar también la iglesia toma parte en la misión del misma presencia son el mejor fermento de humanización.
Hijo de revelar el Padre al mundo. En medio de un mundo inhuma-
namente duro y cruel tiene ella que preparar la morada del Padre El cristianismo no es un humanismo, pero el humanis-
celestial y conseguir que se crea el mensaje del Nuevo Testamento. mo sólo es radicalmente verdadero allí donde el hombre
El Padre se revela al mundo en nosotros lo mismo que en su Hijo: ha llegado a ser Dios, es decir en el cristianismo, sur-
por el testimonio palpitante de nuestra humanidad105. gido de la benignidad y filantropía divinas aparecidas en
Jesús de Nazaret. Porque sólo allí existe la revelación
3. La comunidad de los «conocidos» total de Dios y sólo en el conocimiento de Dios se co-
por Dios noce a sí mismo definitivamente el hombre107.
Ese Dios nuevo y ese hombre nuevo tienen un nom-
bre único: Cristo. A la comunidad de los que percibieron
su palabra y creyeron en él porque antes fueron conocidos
por Dios; de los que fueron amados primero y como res-
puesta aman; de los que a un tiempo se reconocieron hi-
jos ante el Padre y hermanos ante los hombres todos;
de los que en la fe y fidelidad al evangelio percibieron la
posibilidad de llegar a ser hombres nuevos más allá de
la angustia de sus pecados y más acá del titanismo de su
desmesura: a esa comunidad la llamamos iglesia. Cuatro
son los pilares que la constituyen: la eucaristía (dimen-
sión de vida nueva), la palabra (dimensión actualizada del
hombre como ser dialogal interpelable y responsable), la
didaché o enseñanza (dimensión de inteligencia, alimen- 106
tada con la interpretación auténtica de la palabra por el Hech 2, 42.
107
«Fe y teología están convencidas de que el hombre no puede conocer
ministerio de los que fueron testigos oculares de Jesús su verdadera esencia si sólo mira a si mismo; sólo podrá conocerla si él se
ve en perspectiva hacia Dios, más exactamente si se sabe y ve en la
y de sus sucesores apostólicos), la comunión (dimensión mirada misma de Dios. El hombre de la filosofía es el hombre racional. En el
de fraternidad, realizada según las exigencias y ejemplos hombre amado por Dios se alumbra una fuerza humana nueva: el dina-
mismo del amor y éste hace al hombre hombre. Sin comunión con el tú no
del Señor Jesús, extendida a todos los hombres, como puede el hombre realizar su esencia. El tú del hombre es en definitiva el yo
de Dios determinativo del hombre». K. H. SCHELKLE, Theologie des Neuen
testimonio de la fe e interpelación a la fe). Testaments 1. Dusseldorf 1968, 169. Sobre la antropología neotestamentaria:
C. SPICQ, Dieu et l'homme selon le Nouveau Testament. París 1961;
W. G. KÜMMEL, Das Bild des Menschen im Neuen Testament. Zürich 1948;
H. SCHLIER, L'homme á la lumiere de la primitive prédication chrétienne:
105 Y Í . MARCHEL, Abba Padre... 174. Bssais sur le Nouveau Testament. Paris 1968, 133-144 y 115-132, 145-158.
4
NOCHE OSCURA DEL ALMA
INDIVIDUAL Y ATEÍSMO
COLECTIVO
Noche cariñosa,
I oh noche, madre de los blandos sueños,
madre de la esperanza, dulce noche,
noche oscura del alma, eres nodriza
de la esperanza en Cristo salvador!
MIGUEL DE UNAMUNO
El Cristo de Velázquez, IV

E L ateísmo colectivo constituye uno de los elementos


determinantes de la conciencia contemporánea. Has-
ta ahora Dios parecía estar presente y actuante ante los
ojos de la humanidad, que se vivía a sí misma colectiva-
mente como en presencia de Dios. Hoy parecen haberse
hurtado el uno a la presencia del otro. Dios parece haber-
se esfumado de la trama humana, sin dejarse sentir ya ni
como gracia ni como exigencia, mientras que el hombre
no se acepta como ontológicamente religado ni como per-
sonalmente vocado. Si en alguna medida lo humano era
antes considerado como una colonia de lo divino, hoy el
hombre ha optado por una total independencia para bien
o para mal y se apresta a organizar su propio territorio
en función exclusiva de las posibilidades, frutos y espe-
ranzas humanas.
Pocos datos caracterizan nuestra situación actual como
esta ignorancia o preterición colectiva de Dios. Mientras
el hombre antiguo se define a sí mismo como un «viaje-
ro», y el primer cristiano se siente como un peregrino, y
se sabe siempre en estado de viador o de via-andante hacia
Alguien conocido, cuya presencia se añora, porque aun-
142 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA NOCHE DEL ALMA Y ATEÍSMO COLECTIVO 143

que parcialmente ignorada se presiente ya y aun cuando Señor Dios mío, mi única esperanza, óyeme para que no su-
no poseída es pregustada; mientras que el hombre medie- cumba al desaliento y deje de querer buscarte; ansie siempre tu
val se define ante todo como un buscador indigente, como rostro con ardor. Tú que me hiciste encontrarte, tú que me diste la
esperanza de encontrarte siempre más y más, dame la fuerza para
alguien a quien una gravitación existencial le hace ten- buscarte 3.
der al encuentro de Otro, y así, por ejemplo al ir al mo-
nasterio, ante la pregunta del abad, de por qué vino, res- Y el otro texto de san Bernardo:
ponderá sobria y confiadamente: «A buscar a Dios»'; Entre los bienes del alma yo no conozco otro que se pueda com-
mientras estos hombres se sienten peregrinos por la tie- parar a éste de buscar a Dios. Yo creo que aún entonces cuando se
rra hacia Alguien, hasta el punto de que las peregrinacio- le encuentra, no se cesa de buscarle, no por el movimiento de los
nes serán la traducción más auténtica del alma medieval, pies sino de los deseos. Y cuando se ha tenido ya la dicha de hallarle,
lejos de apaciguarse esos deseos, se acrecientan todavía más, porque
porque distienden en tiempo y espacio durante la anda- la gozosa posesión del objeto apetecido no extingue los deseos, sino
dura su alma enardecida por la esperanza y gozo de un que los acucia más y más. Viene a ser como echar aceite a una lám-
encuentro 2 ; mientras el imperativo de «buscar el rostro para que aviva la llama en lugar de extinguirla 4.
de Dios siempre» (Sal 104,4) se percibe como la norma
primaria de una ética cristiana individual y en algún sen- Confrontando estos textos con el alma contemporá-
tido de toda ética social...; mientras que éstas son las nea, ¿podríamos decir con razón que ésta ha perdido la
dominantes del alma colectiva anterior, ha surgido la con- nostalgia, la capacidad de búsqueda, la esperanza y el de-
temporánea, que no se quiere distendida hacia un más seo, o la voluntad para buscar a Dios? Yo diría que no
allá de sí misma, ya que considera tal distensión como ha mermado la intensidad del deseo, sino que se ha he-
un vaciamiento ilegítimo del ahora y del aquí, juzga la es- cho extraño el objeto y sobre todo que se ha nublado el
peranza de Otro como desconfianza ilegítima en sí mismo, camino por el que antes se llegaba hasta él. Los senderos
valora la nostalgia de un encuentro salvífico con Alguien que desde siempre conducían a Dios, hoy parecen alejar-
salvador como la capitulación o impotencia para afron- nos de él: son vías inviables. Quizá asistamos al redescu-
tar la propia historia, la peregrinación como una huida, brimiento de cómo Dios ha de ser buscado no «más allá»
el deseo del futuro como una negligencia del presente, el o «al otro lado de», bien del mundo o de los hombres, de
reconocimiento de un único Absoluto como la relativi- las tareas intrahistóricas o de los gozos del tiempo. Y so-
zación fundamental de todo el resto de existentes, la afir- bre todo quizá estemos redescubriendo que para ir a Dios
mación de un Ser como la derogación de los seres y la no hay caminos que lleven a él simplemente con ponerse
aceptación de Dios como el rechazo del hombre. en ellos sin arriesgar la inteligencia y la voluntad en la
marcha; de verdad se hace camino al andar con los pasos
Ésta es la diferenciación primaria entre las dos eda- de la existencia toda puesta en juego, puesto que cada
des: la una ve en Dios la posibilidad radical del hombre, hombre y cada época es interpelada por la palabra de
la otra le descarta como el antagonista. Dios allí donde ella se halla, y ha de iniciar la marcha
He aquí dos textos característicos del alma antigua y desde donde está enclavada. Recrear caminos, recrear con-
medieval. El primero es de san Agustín y cierra con él ceptos, recrear fórmulas, es el primer imperativo para una
su libro sobre el misterio trinitario: generación, a la que las clásicas vías se le han tornado
caminos en el bosque.
1
Regla de san Benito; cf. SAN BENITO, SU vida y su regla., Madrid
*954, y C. MARMIÓN, Jesucristo ideal del monje. Barcelona 1949, 13-33- 3
Sobre la santísima Trinidad: Obras de san Agustín V. Madrid 1948,
«Buscar
2
a Dios». 943-
Cf. L. ZANDER, Le Pélerinage: La Maison-Dieu 43 (1955) g6%io3. 4
Citado por C. MARMIÓN, 1. c , 33-34.
144 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA NOCHE DEL ALMA Y ATEÍSMO COLECTIVO 145

En este instante preciso en que las vasijas que nos Cruz hizo la experiencia personal y nos la legó por escrito
ofrecían el licor de la realidad de Dios se han quebrado de cómo el hombre no sólo tiene que acogerse a sí mismo
ante nuestros ojos, nos ha invadido la angustia, porque como don de Dios, sino que también ha de percibir cómo
tenemos la agria sensación de que irrecuperablemente el conocimiento sobre Dios sólo es definitivamente ver-
Dios se nos ha ido de entre las manos como licor derra- dadero en la renuncia consciente y padecida a nuestras po-
mado. Ante este acontecimiento de la vasija conceptual sibilidades; vivencia de que Dios es, hace ser, hace cono-
rota, son posibles varias posturas: la de quienes conside- cer, y en su ultimidad personal se da a conocer en forma
ran definitivamente perdido el contenido con el continen- metaconceptual. Por eso él operó la suprema desmitifi-
te; la de quienes quisieran recoger los restos dispersos cación que pensarse pueda de los conceptos humanos, al
para intentar reconstruir la vasija anterior; y finalmente recordarnos que sólo en absoluto desasimiento de nos-
la de quienes recuerdan que Dios trasciende todos los otros mismos y en desnudez de esencias se opera el co-
continentes diminutos que el hombre pueda ofrecer para nocimiento y unión con Dios.
su infinita realidad, que la aceptación que implica la fe es En la noche dichosa
de orden personal y puede subsistir viva en el amor y la en secreto que nadie me veía
libertad, aun cuando de momento no sea elaborada con- ni yo miraba cosa,
ceptualmente y no tenga vestiduras mentales con que sin otra luz ni guía,
arroparse. sino la que en el corazón ardía 5.
Esta crisis es una forma de noche oscura colectiva, en A través de esta experiencia colectiva de la noche
la que Dios invita a percibir la inadecuación entre todas oscura de la fe Dios invita a trascender todas las opinio-
nuestras formas de pensarle y su infinita e inabarcable nes con las que los hombres quieren explicarle, sus con-
realidad; invita a descubrir cómo él es irreductible a sis- ceptualidades con las que de alguna forma creen que le
temas, y que no podemos sometérnosle haciéndonos una dominan, sus sistemas en los que en cierto sentido le clau-
imagen de él, mediante la cual le encuadramos dentro de suran para quitarle peligrosidad, sus fórmulas perfecta-
una visión más amplia y en el fondo dominadora. Él es el mente claras con las que intentan definirle, es decir, limi-
que lo desborda todo y lo juzga todo, el que no es con- tarle. Él es la grande, la única Realidad, que no se deja
ceptuable sino sencillamente nombrable. De las cosas nos domesticar por las fórmulas o aprisionar por los concep-
hacemos una idea, de las personas no nos podemos hacer tos, aunque unas y otros nos sean absolutamente necesa-
una idea y sólo nos queda una vía de acceso a ellas: invo- rios. Él se deja aprehender pero no comprender. Él es
carlas con su nombre. En soledad de conceptos, y en des- y hace ser a los seres; por eso no es uno más entre ellos,
nudez de opiniones prefabricadas nos invita Dios a asistir como un nudo central en la red inmensa de lo existente.
a la visión de la zarza ardiendo como Moisés, para pre- Él es accesible a la mente del hombre pero no es domina-
guntarle su nombre, y oír de él mismo que es el que es, B
La analogía entre la «noche del alma» descrita por san Juan de la
el que ha manifestado su poder y sobre todo manifestará Cruz y la situación de la conciencia religiosa actual ha sido sugerida por
su fidelidad en el futuro. Frente a una generación que K. RAHNER, Meine Nacht kennt keine Finsternis: Geist und Leben 21 (1948)
2-3; D. DUBARLE, Dieu aujourd'hui. Semaine des Intellectuels catholiques.
pensaba haberse enseñoreado de la realidad de Dios, él, París 1965, 35. Para un estudio más detenido del problema sanjuanista de la
noche, cf. L. MARIE, L'expérience de Dieu. Actualité du mesage de saint
mediante la dolorida llaga de la ausencia, le recuerda su Jean de la Croix. París 1968; F. Rurz SALVADOR, Introducción a san
señorío necesario. Juan de la Cruz. Madrid 1969, 328-354, 523-635; E. DE LA VIRGEN DEL CAR-
MEN, San Juan de la Cruz y sus escritos. Madrid 1969, 153-162; 263-269;
Para esta hora de tiniebla no podemos recabar otra J. BARUZI, Saint Jean de la Croix et le probléme de l'expérience mystique.
París 1931; G. MOREL, Le sens de l'existence selon saint Jean de la Croix,
luz que la que arde en el propio corazón. San Juan de la 3 vol. París 1960-1961.
146 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA NOCHE DEL ALMA Y ATEÍSMO COLECTIVO 147

ble por ella. Es su objeto pero en ninguna forma «un» to de lo que es, sino a quien se le puede invocar y amar,
objeto más entre tantos. Él es la luz que hace al vidente a quien se puede adorar, de quien se puede y ante quien se
ver y a los seres visibles. Él es el misterio fontal al que puede vivir y morir 7 .
nuestra memoria de origen siempre tiende, al que la men- Uno piensa que quizá la situación actual ha sido que-
te entiende entendiéndose a sí misma y el horizonte en rida por Dios como un gesto autorredentor por su parte.
que entiende el resto de lo existente. Conocer a Dios es Sometido a las especulaciones de los filósofos — y anote-
abrirse a su plenitud, a su misteriosidad; saberse siendo mos de paso que quienes en verdad han hablado sobre
en él, viniendo de él y estando avocados a él, porque pri- Dios y han determinado el saber de él en los últimos
meramente hemos sido vocados por él. cuatro siglos han sido los filósofos más que los teólo-
Pero sobre todo y ante todo, Dios es aquel a quien na- gos—, que en una u otra forma lo han reducido a una
die ha visto y a quien no hemos conocido de verdad sino a piedra más en el edificio del mundo, como roca an-
partir del momento en que nos le reveló el que había es- gular o dovela del arco, hoy le volvemos a añorar como
tado en su seno, el Hijo único, Jesucristo. En la imagen persona y se nos deja sentir como presente precisamente
visible hemos conocido y reconocido al Dios invisible. por su ausencia. Momento histórico con doble filo, bien
Por eso ya no hay otro lugar de encuentro del Dios ver- para olvidar definitivamente su nombre o bien para re-
dadero sino aquel donde está y perdura, aquel que es sa- descubrirle en la originalidad de todos sus rasgos perso-
cramento, es decir, signo y causa de su presencia: Jesús de nales: como el Dios viviente, el terrible, el que ama, el
Nazaret. Él es su nombre, su palabra, su presencia. Todo que voca, el que salva, el que condena, el que constituye
otro conocimiento de Dios puede ser legítimo, pero es en no sólo la ley del universo sino ante todo la posibilidad
su meollo parcial, adventicio y logra su sentido y legiti- y el sentido de esa ley; el que es dueño y señor de los
midad por referencia al conocimiento pleno que sólo es hombres libres no afirmando la propia dominación por la
posible en el Hijo. esclavitud de ellos, sino porque les ha creado dejando en
El «Dios-concepto según santa Escolástica» nada tiene sus manos la capacidad y la obligación de serlo; el que es
que ver con el Dios que por su nombre se revela a Abra- antes y después, arriba y abajo, delante y detrás; el que se
han y a Moisés, y sobre todo con el Padre de nuestro Se- desvela en el seno mismo del hombre como fuego que arde
ñor Jesucristo 6 . Y sin embargo ese Dios en quien el cris- e ilumina sin consumirse. Instante de salvación éste de nues-
tiano cree, es para él el mismo Dios de los filósofos, pues tros días para recordar que Dios como todo ser perso-
no accederá nunca a escindir el ser en mitades autónomas: nal sólo es cognoscible en la medida en que se revela y que
religión y filosofía, piedad y verdad, mito y realidad. frente a su revelación sólo es posible una respuesta: la fe.
El Dios que hace ser y perdurar, el que piensa y hace Otra postura ante Dios que no se sustente en este sa-
pensar, ése mismo, no ya a nivel de simple fundamento grado respeto ante su manifestación hará de él un objeto,
de la realidad o meta de las inteligencias sino en un nivel y le tratará en definitiva con la distancia con que el quí-
distinto: en cuanto todo eso lo es por ser persona y amor, mico trata a los elementos, a los que fuerza en la retorta
y es además comunicación histórica con un pueblo elegido a decir su verdad. No son posibles experimentos con Dios,
y comunión de existencia en Jesús de Nazaret; ése es el más bien son necesarias experiencias de Dios. En aqué-
Dios de los cristianos, un Dios a quien no sólo se le pue- llos se somete algo a algo, en éstas se abre y confía Al-
de espiar o esperar, conocer o reconocer como fundamen- guien a alguien.
7
6 Cf. J. RATZINGER, Introducción al cristianismo. Salamanca 1970,
Cf. F. JEANSON, La joi d'un incroyant. París 1967. 75-87.
148 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA NOCHE DEL ALMA Y ATEÍSMO COLECTIVO 149
Ese silencio con que Dios tan doloridamente nos la- to de mi voluntad, en aflicción y angustia acerca de la memoria,
cera hoy y ese peso de ausencia con que nos deja heridos, dejándome a oscuras en pura fe, la cual es noche oscura para las di-
quisiéramos aceptarles como una invitación suya a pensarle chas potencias naturales, sola la voluntad tocada de dolor y afliccio-
nes y ansias de amor de Dios, salí de mí misma, esto es, de mi bajo
de una forma digna de él; una invitación a abandonar to- modo de entender, y de mi flaca suerte de amar, y de mi pobre y
das nuestras evidencias diminutas, todas nuestras seguri- escasa manera de gustar de Dios... Lo cual fue grande dicha y buena
dades humanas y a volver a descubrir su rostro terrible ventura para mí; porque en acabando de aniquilarse y sosegarse
de Señor, del Santo y del Terrible y sobre todo a rehacer las potencias, las pasiones, apetitos y aficiones de mi alma, con que
bajamente sentía y gustaba de Dios, salí del trato y operación hu-
un encuentro con Cristo como lugar en que Dios nos mos- mana mía a operación y trato de Dios. Es a saber, mi entendimiento
tró su voluntad para con nosotros mediante sus palabras, salió de sí, volviéndose de humano y natural en divino; porque unién-
acciones, muerte y resurrección. dose por medio de esta purgación con Dios, ya no entiende por su
vigor y luz natural sino por la divina Sabiduría con que se unió.
Entretanto podemos afirmar que sufrimos la «noche Y mi voluntad salió de sí haciéndose divina; porque unida con el
de Dios», fórmula con la que quisiéramos sustituir a esa divino amor ya no ama bajamente con su fuerza natural sino con
otra, extraña y equívoca, de la «muerte de Dios», me- fuerza y pureza,del Espíritu Santo, y así la voluntad ya acerca de
diante la cual un movimiento teológico, incapaz de afron- Dios no obra humanamente, y ni más ni menos, la memoria se ha
tar la dureza humana del ateísmo o de la fe, devalúa in- trocado en aprensiones eternas de gloria. Y finalmente todas las fuer-
zas y afectos del alma, por medio de esta noche y purgación9 del
terpretando lo que sólo se comprende y apropia optando, viejo hombre todas se renuevan en temples y deleites divinos .
es decir, decidiéndose ante ello con todo el ser, a vida o
muerte 8 . Pero una noche así hay que velarla, no la pode-
mos dormir. Porque quien guarda vigilia en la noche, ¿Cuál es la postura del creyente en este intermedio
puede asistir a la luz virgen de la alborada, que devuelve de desolación, que no sólo afecta a los otros sino que
a los seres su sitio y al hombre su orientación y su ser horada lo más profundo de su propia vida, no ya con la
que también es en la luz. duda aislada, sino con la sensación total de que quizá
todo sea vano y él haya vivido por tanto en vano? 10 La
Así describe san Juan de la Cruz la oscuridad de esta actitud del vigía: auscultar el silencio, soportar la noche,
noche oscura, querida por Dios para que el alma salga de aguardar impaciente la aurora. La gestación de la luz, es
sí y se trasciende en busca de Alguien:
decir, la creación de nuevos accesos conceptuales al pro-
En pobreza, desamparo y desarrimo de todas las aprehensiones blema de Dios y de nuevas vivencias colectivas que nos
de mi alma, esto es, en la oscuridad de mi entendimiento y aprie- le tornen cercano, según la sensibilidad de nuestra gene-
ración, llevará tiempo; entretanto el creyente permanece
8
«El ateísmo occidental no solamente se cierra ante el Dios de la
metafísica, sino que discute al Dios del cristianismo. Sería hacerse ilusiones
fiel en su vigilia y anhela la claridad como el centinela, y
sobre el sentido del ateísmo como apreciación de la finitud y como repulsa de la acelera en el amor con que ya se adhiere a ella, aunque
toda abertura trascendente, ver en él la pretendida repulsa cristiana del Dios
autoritario y celoso. Es posible que la mayor parte de los ateos rehusen ese aún esté lejana. Luis Rosales, en su Retablo de navidad,
falso Dios. Pero no está demostrado que en la cultura occidental sea eso lo
único que combate el ateísmo. Además, recuperar cristianamente el ateísmo,
ha puesto en boca de los pastores estos versos:
como_ hacen algunos cristianos de ultramar, es aceptar sin más ni más como
adquirida la muerte de Dios, partiendo de su ausencia cultural. Sería quizás
conveniente que la discusión sobre el hombre fuese más lejos que ese placet 9
Noche oscura 2, 4: Obras. Burgos 1949, 370.
cristiano concedido al ateísmo. Por otra parte, yo veo en esa piadosa recupe- 10
Un ejemplo vivo de esta difícil situación de fe en almas totalmente
ración el sustituto de una incapacidad para decidirse a romper los lazos tradi- fieles a Dios y aparentemente ajenas a la situación de los problemas genera-
cionales: la interpretación hace aquí el papel de decisión. Ser ateo es un les, pero viviendo en realidad esos problemas en mayor hondura, lo tenemos
camino rudo y difícil, confiesa Sartre. Reconocer a Jesús como mesías, pro- en santa Teresita de Lisieux: cf. Manuscritos autobiográficos. Burgos 1958,
clamador de la «muerte de Dios», es evitar la profundidad del desafío plan- 265-272; M. MORÉE, La table des pécheurs: Dieu Vivant 24 (1944) 13-104.
teado por el ateísmo a la conciencia cristiana.» C. DUQUOC, Cristologia i. El
hombre Jesús. Salamanca 1969, 445. Véase en la misma línea el Mensaje de los contemplativos al I Sínodo de los
obispos. Roma 1968.
150 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA NOCHE DEL ALMA Y ATEÍSMO COLECTIVO 151

De noche vamos, de noche, Para que yo alcance diese,


de noche vamos, sin luna; a aqueste lance divino,
que para andar el camino, tanto volar me convino,
solo la sed nos alumbra. que de vista me perdiese;
y con todo en este trance
En la aceptación humilde de la noche testimonia el en el vuelo quedé falto;
mas el amor fue tan alto
nombre a Dios como Dios, es decir, reconoce que Dios que le di a la caza alcance.
aun siéndole necesario no es sólo a la medida de sus de-
seos o de sus necesidades. En la noche es posible inter- Cuando más alto subía
pelar a Dios como Job, pero en el amor. En este diálogo deslúmhreseme la vista
y la más fuerte conquista
llega a ser posible lo que a distancia sería incluso blasfe- en escuro se hacía;
mia. Sólo cuando el hombre llega al borde de sí mismo, mas por ser de amor el lance
cuando en el límite accede al expolio de todas sus pose- di un ciego y oscuro salto,
siones; sólo cuando acepta su finitud y sin despreciarla y fui tan alto, tan alto,
la reconoce como un don capaz de posibilidades infinitas que le di a la caza alcance u .
hasta el punto de amarla; sólo en la humildad de saberse
un vacío capaz de infinito: sólo así descubre el hombre a Dijimos antes que quizá la forma de ateísmo que vi-
Dios como Dios, e inusitadamente se descubre a sí mismo vimos sea una inusitada posibilidad que Dios quiere de-
en él, vocacionado a la infinitud. En el humanismo más parar a una época histórica. Quien vive sólo las horas
radical y en el cristianismo más abierto hemos de afron- luminosas de la humanidad puede perder el sentido para
tar con toda sinceridad este salto que se le exige al hom- mesurar lo que luz y tinieblas significan para el hombre,
bre, este reto a perder su vida para volverla a encontrar. mientras que quien tiene que soportar la oscuridad de la
El cristianismo es algo más que un humanismo, o mejor noche acoge la luz como un don, y asiste agradecido al
diríamos que el humanismo para él es una resultante. No albor del día como a un renacimiento de sí mismo. Desde
es sin más la complección de las esperanzas, ilusiones y esta misma situación podrá comprender mejor por qué
sueños de un hombre elemental. Porque ¿dónde comienza los primeros cristianos designaron a Cristo como sol
el hombre a ser verdadera y fielmente humano? Sencien- oriens y su natividad como ortus solis o epiphania, y po-
te, inteligente, amante, operador, teologal: todo eso es a dían cantar himnos que nos hablan de la noche que pasa
la vez el animal que llamamos hombre. ¿Cuál de esas y del día que se acerca, e invitan a despertar del sueño
dimensiones es el punto de convergencia o foco de tota- para que nos ilumine Cristo 12 . Afirmaciones éstas que no
lización unificadora de todo lo humano? El cristianismo tienen un superficial sentido moral sino otro mucho más
tiene el valor, o mejor diríamos osadía, de afirmar que la rico. La luz es una categoría metafísica. Aristóteles decía
humanización no se realiza por reducción a las dimensio- que el ser es ente en la luz, y podríamos añadir que el
nes inferiores sino exactamente a las más elevadas, que hombre sólo puede descubrirse y vivirse como tal si se
lo más bajo sólo es interpretable a la luz de lo más alto, descubre y se vive en la luz.
y que sólo en un salto más allá de sí mismo se libera el Quienes han gustado el sabor de esas aguas amargas y
hombre en raíz de su angustia y en esa libertad es donde profundas que corren en silencio por el alma humana,
se logra a sí mismo. bendijeron la noche. San Juan de la Cruz define todo su
De nuevo san Juan de la Cruz da expresión lírica a 11
la exigencia evangélica de perder su vida para ganarla: Coplas a lo divino V I : Obras, 807-808.
12
Ef 5, 14; Rom 13, i i - i 2 j 1 Tes 5, 5.
152 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA NOCHE DEL ALMA Y ATEÍSMO COLECTIVO 153

lance como «dichosa ventura», y Simone Weil, alma ge- En este sentido el cristiano puede repetir el grito de
mela en no pocas cosas del santo de Fontiveros, considera Prometeo encadenado: «Odio a todos los dioses»15, dis-
una de las formas de ateísmo contemporáneo como una puesto a dejarse iluminar por Jesucristo para saber quién
gracia porque nos hace pasar de un Dios-idea a un Dios- es Dios y quién es el hombre, y desde aquí poder reco-
persona, de un Dios recibido desde fuera a un Dios naci- nocer todos los ídolos y poder desterrarlos, de su corazón
do desde dentro, de un Dios labrado a la medida de nues- primero, de la iglesia luego, y no en último lugar del mun-
tros deseos a unos deseos nuestros labrados a la medida do. A este redescubrimiento del Dios viviente ha sido
de Dios 13 . provocada la iglesia por los movimientos religiosos e in-
El hombre moderno sólo tiene dos posibilidades fren- telectuales de los últimos decenios que han denunciado
te a toda hipotética distracción o ignorancia: o aceptar cómo la cristiandad estaba en no pocos casos dando culto
la noche como noche y el sinsentido como sinsentido y la a ídolos en lugar de al único Señor, y en lugar de liberar a
libertad como condena, o más bien aceptar la dureza y los hombres con el vivir nuevo que tenemos en Cristo,
tenebrosidad de la noche, como don y tarea, como la les añadía nuevas esclavitudes. Los ídolos siempre están
prueba necesaria para dilatar nuestras receptividades a a la puerta pugnando por entrar en el corazón del hombre
la medida de la oferta de Dios. En el primer caso tendremos y aposentarse en medio de la iglesia. Tanto los mejores
a Nietzsche, Sartre y Camus, en el segundo a Teresa de movimientos de la conciencia contemporánea como los de
Lisieux, Carlos de Foucauld y Teilhard de Chardin. Sin la conciencia católica parecen confluir, aquéllos en la de-
embargo hay una desoladora vía media elegida por quie- cisión de rechazar un Dios que no libere al hombre sino
nes no tienen o la claridad o el valor para optar: la de le esclavice, éstos al afirmar que el cristianismo se define
aquellos que acogen a Dios y lo sitúan en una provincia como la religión de la filantropía divina y que la encarna-
de su ser; la de quienes degradan el misterio totalizador, ción es el gesto supremo de una voluntad de promoción
a ser un elemento más de su vida situado y asegurado, sin del hombre por parte de Dios.
que sea señor del hombre y cuestionador del hombre. Ese En la constitución Gaudium et spes, y sobre todo en
Dios no es el Dios viviente, ése es un ídolo, pobre espejo el discurso de clausura del Vaticano II, ha aparecido el
de las nostalgias del hombre. hombre como centro y cima, se ha reconocido que es
El cristianismo entra en el imperio grecorromano bajo al hombre entero al que hay que salvar y se recuerda que
la inculpación de ateísmo, ya que degrada todos los dio- el ateísmo no es un fenómeno originario sino derivado,
ses a ídolos fabricados por las manos o la mente del consecuencia en parte de una infidelidad cristiana, de un
hombre. previo «ateísmo eclesial» diríamos. Pocas palabras nos han
parecido tan duras en los textos del Vaticano II como
De aquí que se nos dé también_el nombre de ateos; y si de esos éstas:
supuestos dioses se trata, confesemos ser ateos, pero no respecto del
Dios verdaderísimo, padre de la justicia y de la castidad... A él y al En la génesis del ateísmo pueden tener parte no pequeña los
Hijo, que de él vino y nos enseñó todo esto... y al Espíritu profético, propios creyentes, en cuanto que con el descuido de la educación re-
le damos culto y adoramos, honrándolos con razón y verdad, y ense- ligiosa, o con la exposición inadecuada de la doctrina o incluso con
ñando generosamente a quien quiera saberlo, lo mismo que noso- los defectos de su vida religiosa, moral y social han velado más bien
tros hemos aprendido 14. que revelado el genuino rostro de Dios y de la religión 16.
33
Cf. A. CALZADO, Novedad y escándalo del cristianismo en Simone 15
Weil. 14Salamanca 1969. ESQUILO, Prometeo encadenado, verso 975. Barcelona 1968, 45.
16
SAN JUSTINO, Apología 1,6: Padres apologistas. Madrid 1960, 187. GS 19, final.
154 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA NOCHE DEL ALMA Y ATEÍSMO COLECTIVO 155

La iglesia debe afrontar su ateísmo práctico antes que dejarlo de ser a nivel personal, proyectándose sobre otro
se decida a afrontar el ateísmo teórico de quienes desde horizonte distinto del horizonte de Dios y de su vida.
fuera la acusan. Sólo desde la aceptación de que también El ateísmo es en definitiva posible porque el hombre pue-
el creyente está en permanente peligro de sustituir en su de negarse a reconocer que sea necesaria una condición
corazón a Dios por un ídolo que él ha esbozado y entro- trascendental de su posibilidad de existencia y de acción;
nizado, y desde el reconocimiento humilde de cómo no porque puede considerarse a sí mismo fuente suficiente
pocas veces esa tentación fue una caída real, es posible para su origen y perduración, sin necesidad de referirse
comprender cómo determinadas expresiones de ateísmo a ese misterio fontal que llamamos Dios; finalmente por-
pueden ser una confesión auténtica de fe en el verdadero que, aun reconociendo todo eso, el hombre puede elegirse
Dios, y cómo es posible que más allá de la disonancia a sí mismo frente y contra Dios. La negación puede situarse
verbal haya una consonancia real. consecuentemente a nivel de comprehensión de Dios, es de-
La dificultad última consiste en saber si el ateísmo cir, de legitimación intelectual (ateísmo de interpretación)
es realmente posible, o detrás de todas sus formas existe o a nivel de rechazo voluntario (ateísmo de decisión).
siempre una voluntad auténtica de afirmación de abso- Frente a todos los demás problemas que afectan al
luto, que a su vez no sería pensable, si no lo identifica- hombre esto es lo específico del problema de Dios: que
mos con el misterio último que llamamos Dios. ¿Serían no se le puede constituir en un «problema regional», es
por tanto todos los intentos del hombre, fueren los que decir, no se le puede relegar a un plano único de la exis-
fueren, otra cosa que un deseo de salvaguardar la tras- tencia: el intelectivo o volitivo, ético o religioso. Dios
cendencia de Dios por un lado o la dignidad inalienable no es cantonable, no puede ser localizado en una provin-
del hombre por otro? Puesto que el hombre se afirma a cia de las muchas que forman la tierra del hombre. Él
sí mismo siempre en un horizonte de valor absoluto y de afecta a la totalidad de la existencia en la totalidad de sus
futuro absoluto, estaría aceptando a Dios en un plano potencias y apetencias. Se llega a él no sólo verificándole
trascendental, aun cuando la formulación predicamental a nivel de lógica sino ante todo dándole cabida a nivel
luego lo negara. de exigencia ética, en ese suelo profundo de lo humano
En este plano objetivo no parece posible el ateísmo, en que se nos revela como verdad y como ley, pero sobre
puesto que equivaldría a la negación del hombre por sí todo como sentido último, raíz de vida e inteligibilidad,
mismo, y entonces sólo habría ateísmo cuando se diera futuro absoluto, salvación. Allí son interpeladas no unas
suicidio, si es que el suicidio como muerte positiva es u otras potencias sino la libertad misma. Ninguna eviden-
posible. Sin embargo hay que añadir cómo el hombre no cia puede superar aquella en que el hombre se encuentra
es sólo la realización trascendental que va implicada en a sí mismo relativo, originado, destinado y fundamentado.
sus opciones últimas. Es lo que es y lo que mediante En la misma medida ninguna decisión es comparable con
actos concretos elige ser. Es difícil dilucidar en qué me- aquella en la que el hombre se acepta a sí mismo y se pro-
dida pueden ser opciones verdaderamente humanas aque- yecta en su existir, postulando para sí todas las propieda-
llas que nunca ascienden al nivel consciente ni llegan a des que hasta ahora se habían predicado de ese absoluto:
fórmula explícita y acción determinada. Lo que de la creador de fuerza, de perduración, vida, destino.
naturaleza del hombre, antes o después, no pasa a ser Esa es la decisión doble que diferencia a los hombres
libertad humana, siendo reasumido y personalizado, en según que opten por vivir en soledad radical o en radical
definitiva no le pertenece. El hombre, aunque a nivel acompañamiento, porque cada hombre puede considerarse
ontológico no pueda dejar de ser imagen de Dios, puede tronco nacido en tierra propia y alimentado de propia
156 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA NOCHE DEL ALMA Y ATEÍSMO COLECTIVO 157

savia, o puede saberse como retoño nacido en otra tierra maciones sino en sus contenidos auténticos y sus mejores
anterior a sí mismo de la que le llega la savia y la pasión frutos, no deja de ser inquietante para el creyente. Es el
de crecimiento. En esta alternativa última, él se sabe reverso de ese otro hecho que él vive como su propio
a sí mismo en total independencia dentro de una previa misterio: su sustentación en la fe, percibida día a día
total dependencia, consciente de que el grado de máxima como gracia, la superación de la propia incredulidad que
proximidad a Dios, y de su aceptación consciente da el le es concedida, la superación de todas las dificultades y
grado de nuestra real autonomía. Sólo desde esta pers- la permanencia en esa fe a pesar de todas las dificultades
pectiva se puede comprender el sentido de secularidad, y problemas no solucionados. El ateísmo como posibili-
libertad y, consecuentemente, autonomía del hombre fren- dad, ¿no sería el correlativo de la fe como gracia, al mos-
te a Dios ". trarnos que no es posible como conquista sino únicamen-
El ateísmo es por tanto una posibilidad del hombre, te como don?
porque éste puede elegirse a sí mismo en el pasado, vi- Si es pensable que en un primer momento el hombre
virse en el presente y proyectarse en el futuro sobre sí se elija a sí mismo como centro de valor y criterio de
mismo y al margen de Dios. El cristiano deberá reconocer verdad absoluta, y descarte no sólo las deformaciones
este ateísmo explícito de determinados hombres y no de la idea de Dios sino al Dios personal, ¿podrá perma-
tratar obsesivamente de mostrarles que son cristianos necer largo tiempo en esta negación, sin pecar contra la
anónimos, ya que ellos podrían devolverle la fórmula luz, es decir, contra las exigencias fundamentales de su
asegurando que él en el fondo es un ateo anónimo. Ellos humanidad? Porque éste es el núcleo del problema: el
han elegido existir sin Dios en el mundo renunciando a creyente piensa que Dios y el hombre son afirmados o
la esperanza que mana de la fe18 y creen encontrar en esa negados simultáneamente. Puesto que el hombre está con-
decisión el refrigerio liberador de todas sus angustias, denado a la libertad, al descubrimiento y apropiación de
la fuerza que les da garantías de poder afirmarse a sí un sentido último a la realidad, ¿podrá perdurar toda su
mismos en una libertad original y originante, en una real vida encontrando sentido a las cosas desde su ateísmo, y
responsabilización para con el mundo y para con los podrá mantenerse fiel a su mejor yo si va descartando
demás hombres. sistemáticamente a Dios?
El ateísmo no es fruto directo de ningún sistema filo- Esto es lo que para el cristiano sigue siendo un mis-
sófico ni de ninguna teoría científica; está más bien en la terio: ¿por qué determinados hombres en una opción
base, desde la que surgen esas construcciones. primigencia se eligen sin Dios; más aún, no sólo se eli-
gen de hecho sino se sienten necesitados a elegirse así ya
El ateísmo no es nunca la conclusión de ninguna teoría filosó- que de lo contrario creerían ser infieles a las exigencias de su
fica ni científica. Es una decisión, un acto libre de elección que ante- humanidad? ¿Por qué unos hombres aceptan la existencia
cede a todas esas teorías. En efecto, hay filosofías que son ateas en el
sentido de que son incompatibles con la fe en Dios, pero sólo se no ya como una permisión de ser, como el gozo de reali-
llega a ellas por una voluntad de ateísmo19. zarse siendo sino como un destino; no ya como una gra-
cia sino como una desgracia, no como una tarea que se
El hecho de este ateísmo en un hombre inteligente y realiza en esperanza sino como un castigo que se so-
bueno, conocedor del cristianismo no sólo en sus defor- porta? M
20
17
G S 20, 36, 4 1 . Éste es uno de los aspectos en que la vivencia de la novedad apor-
18 Ef 2, 1 2 ; 1 T e s 4, 13. tada por el cristianismo fue mayor. «El Señor viniendo sobre la tierra, para
19
J. C. MURRAY, El problema de Dios, Barcelona 1966, 106. guiar a los hombres, hizo pasar' a los que creen en Cristo del reino de la
158 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA NOCHE DEL ALMA Y ATEÍSMO COLECTIVO 159

A un ateísmo que se sitúa a nivel de negación intelec- cia de frutos. El cristiano deberá recordar en su empresa
tual hay que responderle desde una plataforma intelectual. humildemente que él vive de gracia, que a través de su
Pero casi siempre el ateísmo originario, de que venimos debilidad debe dejar trasparecer la fuerza de Dios. Hay
hablando, tiene en su base unas vivencias originales, quizá una fecundidad y un dinamismo del hombre que cree y
sutilísimas y ya identificadas con la urdimbre misma de su otro dinamismo de la fe en cuanto tal. Por eso el cristia-
ser, vivencias nacidas ante hechos de creyentes que mos- nismo puede y debe saberse más valioso que sus propias
traban cómo Dios significa un no al hombre, o la religión posibilidades personales y actuar en la conciencia de que
un freno a las mejores esperanzas o una angustia para la su palabra puede ser utilizada por el Espíritu como ins-
libertad. Si a las ideas hay que corresponder con ideas, trumento y de que a través de sus acciones Dios puede
las vivencias sólo pueden ser sustituidas y suplantadas con provocar un desasosiego inesperado en el corazón de los
vivencias de signo contrario. En nuestro caso los creyen- demás. El creyente se sabe superior a sí mismo, porque
tes deberán hacer inevitablemente creíble que su fe es ha renunciado a apoyarse en sí. Éste es el fundamento de su
una posibilidad de vida y una exigencia de libertad, y optimismo: su abertura y entrega humilde para que Dios
que Dios no acecha para esclavizar sino potencia para la haga tanto de su vida entera como de los actos concretos
liberación propia; que a su luz no nos entenebrecemos sino un instrumento de su presencialización y signo de su amor.
que nos esclarecemos, y que él no es un antagonista que Esta serena, sencilla y confiada posesión de la fe, esta
desplaza nuestro mejor yo o el del prójimo, sino quien nos consciencia de su dinamismo objetivo anterior al que nos-
los mantiene vivos y verdaderos. Ésta es la gran tarea otros con nuestra vida y obra le prestemos; este sereno
de los cristianos hoy día: mostrar que nuestro Dios no es testimonio de sus exigencias que evita herir sensibilidades
un ser extraño a los hombres, sino que cercano a nuestro pero que no oculta las inevitables durezas, son virtudes
vivir le ha transformado desde dentro por la inserción hoy urgentes, en orden a superar una obsesión de ateísmo
de un vivir nuevo que se manifiesta en la resurrección de que invade a muchos cristianos. Hay momentos en que la
Cristo. Pero esto a su vez sólo será posible si los mismos fe se afirma al máximo viviendo limpia y nítidamente sus
cristianos a través de sus realizaciones sociales, cultura- exigencias, casi sin palabras. Los cristianos pueden y de-
les, políticas y estrictamente religiosas se muestran testi- ben sin complejos reclamar para sí la libertad que ellos
gos y agentes de esa resurrección para los hombres 21 . conceden a las opciones de los demás. La angustia o el
miedo son reveladores de una fe que no se sabe a sí mis-
Al testimonio de una incredulidad, no ya como idea ma como abertura a Dios y don de Dios, que no se per-
sino como vida, sólo es posible una respuesta: una exis- cibe como viva libertadora sino como superestructura
tencia cristiana, profundamente alimentada de sus fuen- adosada y soportada.
tes teologales, que se prolongue en una ejemplaridad de
valores humanos y de servicio al prójimo. El diálogo toma
El remedio del ateísmo hay que buscarlo en la exposición ade-
entonces la forma de una confrontación de humanidad, de cuada de la doctrina y en la totalidad de la vida de la iglesia: como
un reto de valores, de una colaboración en superabundan- cuerpo y como individuos. A la iglesia toca hacer presentes y como
visibles a Dios Padre y a su Hijo encarnado, con la continua renova-
eimarmene (sino, fatalidad) al de la Providencia». CLEMENTE ALEJANDRINO, ción y purificación propias bajo la guía del Espíritu Santo. Esto se
Excepta ex Theodoto 69, 178, 2; citado por A. FESTUGIÉRE, VideaX religieux logra principalmente con el testimonio de una fe. viva y adulta, edu-
des Grecs et Vévangile. Paris 1932, 112. cada22 para poder percibir con lucidez las dificultades y poderlas ven-
21
«Cada laico debe ser ante el mundo un testigo de la resurrección y
de la vida del Señor Jesús y una señal del Dios vivo. Todos juntos y cada cer .
uno de por sí deben alimentar al mundo con frutos espirituales y difundir en
él el espíritu de que están animados aquellos pobres, mansos y pacíficos a 23
quienes el Señor en el evangelio proclamó bienaventurados.» LG 38. GS 21.
160 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA

Frente a una angustia de titanismo en orden a evi-


denciar la fe al ateo, una vez urgidas al máximo las res-
ponsabilidades individuales y sociales, hay que recordar
al cristiano que su primer deber es la paz, la perenne
confianza y el fiel abandono a un Dios que suscita de las
piedras hijos de Abrahán. En última instancia el cristiano
sabe que su cristianismo no es creación humana sino 5
fuerza divina que trasparece a través de las debilidades
de los hombres, y que su fe no es el difícil resultado de REDENCIÓN Y PROGRESO
una difícil conquista sino el don gratuito de Dios, a quien O EL HOMBRE
nosotros hemos conocido porque él nos ha salido al en-
cuentro en su hijo Jesucristo. ANTE LA SALVACIÓN *
Retornamos a nuestras reflexiones del punto de par-
tida: las noches de la fe, los silencios de Dios para el indi-
i
viduo y para la colectividad histórica. Afirmar a Dios en
la dura sequedad de la espera y amarle en la punzante SITUACIÓN DEL PROBLEMA:
oscuridad de la noche, no es un pecado contra las exigen- SALVACIÓN Y TIEMPO
cias de la razón humana, sino fidelidad profunda a nuestra
mejor humanidad, fruto del amor previo de Dios que sen- 1. Vivencia de la finitud y situación
timos, y al que respondemos con nuestra oración humilde irredenta en el hombre
y esforzada. Nuestra hora histórica semeja una de esas
vigilias de la noche en que las cosas guardan su silencio
y las personas amadas se afirman precisamente en el dolor
de su ausencia. Una antífona de la vigilia de navidad nos
recuerda que fue en el más profundo silencio de la noche
U NA de las características fundamentales de la exis-
tencia humana, la que, sin duda, contribuye más
a fundar su misteriosidad, es el hecho de que el nombre
cuando la palabra de Dios se hizo carne en el mundo. se percibe a sí mismo como abertura, como desposesión
Por ello nuestra hora de noche, conscientemente recono- radical y como arraigo en un pasado que hunde sus raí-
cida y vivida como tal, puede convertirse en un kairos * Sobre el sentido general del progreso humano, su referencia a la
salvífico, en una oportunidad única para un nuevo redes- salvación y la postura de la iglesia en el último medio siglo cf. H. SCHELL,
Der Katholizismus ais Primip des Fortschritts. Würzburg 1897; J. DEL-
cubrimiento del Dios viviente. VAILLE, Essai sur l'histoire de l'idée de progrés jusqu'á la fin du l8e siécle.
Paris 1910; J. B. BURY, The idea of Progress, an inquiry into its origin and
growth. London 1920; J. BAILLIE, The Belief in Progress. London 1950;
Si percibimos a Dios como el ausente ya tenemos un saber de R. S. CRANE, Anglican Apologetics and the Idea of Progress. London 1934;
él; tenemos una vivencia de su «no-estar-con-nosotros», algo así como R. NIEBUHR, Glaube und Geschichte. Stuttgart 1951; I D . , The Irony of
americom History. New York 1932; K. LówiTH, Ensayo sobre el sentido
percibimos un sitio vacío dejado por alguien que era de los nuestros de la historia. Madrid 1965; H. KUHN - F. WIEDMANN, Die Phüosophie und
y nos ha abandonado... Es posible que luego el ausente retorne y die Frage nach dem Fortschritt. München 1962; U. SCIIÓNDORFER, Der
Fortschrittsglaube: Sinn und Gefahren. Festschrift für Kardinal Kónig.
recobre el sitio que le pertenecía y la presencia del espíritu divino Graz-Wien 1965; R. W. MEYER, Das Problems des Fortschritts heute.
irrumpa de nuevo en nuestras conciencias y nos despierte precipita- Ringvorlesung an der Universitat Zürich 1967/1968. Darmstadt 1969;
damente al23conocimiento de lo que somos, y nos conmueva y nos M. SECKLER, Der Fortschrittsgedanke in der Theologie: Theologie in Wandel.
Festschrift zum 150 jáhrigen Bestehen der kath-theologischen Fakultat an
transforme . der Universitat Tübingen. München 1967, 41-67; J. ALFARO, Hacia una
teología del progreso humano. Barcelona 1969; R. LAURENTIN, Développement
et salut. Paris 1969.
s3 P . T I I X I C H , Auf der Grenze. Stuttgart 1962, 75.
162 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA REDENCIÓN Y PROGRESO 163
ees más allá de sí mismo y que a la vez proyecta sus gura, sustentarse de una vida que no sea pura duración
tentáculos más lejos de las propias posibilidades no sólo sino posesión plena, despojarse de un ser viejo revistién-
históricas sino ontológicas. Con ello el presente de la dose de las mejores posibilidades propias o acogiendo la
existencia humana se torna constitutivamente cuestiona- realización que otro nos ofrezca de nuestras mejores es-
ble, ya que esa referencia a un más atrás y a un más peranzas, rehacer una relación personal con el fondo de
adelante, deciden, dan sentido y en definitiva constitu- nuestro ser. Es decir, para el creyente es un hecho esta
yen el instante en el que el hombre está anclado siem- percepción única que abarca dos elementos: su ser irre-
pre. He ahí, por tanto, cómo esos dos elementos que dento y su ser anhelante de salvación. Si históricamente
nunca son, pasado y futuro, dan sin embargo valor, sen- en determinados hombres esto no es así, será para él pri-
tido y definitividad al hombre que vive varado en el mera tarea ahondar en la propia humanidad y en la de
mar del ser, que limita por un lado con la tierra firme estos hermanos, para reducirla a hontanares de un vivir
del pasado y por otro con el horizonte abierto, olas sin tan auténticamente humano, que de él pueda brotar tal
calma y sin márgenes, del futuro. La conciencia de cómo percepción.
su ser y situación presente no poseen una definitividad
radical, de cómo la referencia percibida y aceptada a 2. El hombre y su salvación
otro, bien en el orden real o en el orden personal, son
necesarias a la mismidad propia actual, es lo que desig- Ascendiendo a esta cumbre del tiempo personal, pue-
namos como experiencia de la finitud. Realidad propia, de el hombre situar su ser mejor, y consecuentemente su
en esperanza sólo poseída, voluntad de perduración se- salvación, en el pasado o en el futuro. Recordar o espe-
gura, nacida desde una existencia que se percibe frágil, rar serán entonces las posturas que dominen su vida.
anhelo de realización de aquellos estratos de esencia o de Cada una de las épocas históricas ha vivido con especial
aquellos dinamismos de acción, que moran en las pro- intensidad una u otra referencia. Existe sin embargo una
fundidades y que nunca han subido a la superficie de la tercera: la que absolutiza el instante e ignora alegre-
realización histórica: todos ellos son elementos de la vi- mente sus referencias de origen y de destinación. La épo-
vencia inevitable que el ser personal finito hace de sí mismo ca en que ha predominado este talante carece de pro-
al arribar a la madurez espiritual. fundidad histórica, aun cuando la percepción doliente de
Para el creyente son un dato constitutivo de la exis- su momentaneidad puede haberla llevado a creaciones
tencia humana esta percepción de la finitud, tendida sin heroicas, a gestas fáusticas a través de las cuales quiere
embargo hacia una infinitud que la garantiza y esta gus- horadar el tiempo desde dentro de él mismo para con-
tación de la temporalidad vertida hacia una eternidad que vertirlo de algún modo en eternidad. Es el loco y lúcido
la libera. La conciencia de no haber estado al nivel de las a un tiempo gustar del instante, consciente de cómo él,
exigencias éticas percibidas en el fondo del ser, aun sin coordenadas que lo sustenten, es en definitiva irreal
cuando hayan sido manifestadas a través de los impera- e irrealizante. Porque si el pasado no perdura como ver-
tivos de la realidad o de los hermanos, la designamos dad y ambos no tienen unas densidades ontológicas que
con el nombre de pecado, cuando en alguna medida ese nos trasciendan, entonces somos un sueño, luchamos con
fondo íntimo es descubierto y vivido como una traspa- quimeras, hemos nacido del humo y nuestro morir será
rencia personal de un Alguien cercano y a un tiempo similar al suave y dulce apagarse de unas brasas, al tier-
lejano de nosotros. La percepción de estos hechos arras- no y simple deshilacliarse de un girón de llama conver-
tra el nacimiento de un deseo: arribar a una tierra se- tida en viento. Pasiones inútiles en el horizonte del tiem-
164 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA REDENCIÓN Y PROGRESO 165

po seríamos los hombres, no enviados por nadie ni espe- ron lugar en el principio. Recuerdo y añoranza serían las
rados por nadie. Diríamos que sin un pasado absoluto y dos posturas que informarían el hacer y vivir humanos.
sin un futuro absoluto, el presente humano no sólo es Pasamos a analizar la tercera forma: el hombre vuel-
ininteligible, sino también invivible, por irreal. to hacia el futuro, que es la específica del momento ac-
La segunda posibilidad de vivir el tiempo humano es tual. No ya el pasado ni siquiera el presente sino el fu-
preterizarlo, es decir, situar el punto de equilibrio o de turo, indefinido y rico en posibilidades, como un seno
sentido, y consiguientemente también de salvación, en el fecundo que puede dar cabida a todos los hijos anhela-
pasado. Aquí la percepción humana de no poder absolu- dos, es lo que atrae casi obsesivamente a la conciencia
tizar el presente y de cómo sólo perdura auténtico abrién- contemporánea. Más que exilados de un pasado o mora-
dose a un más allá de sí, y a un mejor que su ahora, recibe dores de un presente, se saben y quieren los hombres
la siguiente respuesta: el pasado fue mejor que el pre- peregrinos de un futuro, hacia el que abren su alma y
sente, el origen poseía perfección y originalidad, norma- desde cuya novedad e insospechabilidad le llega al ins-
tividad y fuerza para vivificar todos los instantes sucesi- tante, al hoy y al aquí, toda la riqueza de sustentación que
vos que, por tanto, deberán vivirse retrospectivamente necesita. No importa el recuerdo sino la esperanza crea-
alargando la mano hacia aquel momento original y ori- dora, no el ayer irremediablemente consumido, sino el
ginante de todo el restante existir humano. mañana, virgen y madre de todas las posibilidades, no
Ese punto anterior puede ser situado en la propia el hacia atrás sino el hacia adelante. Si se tiene en cuen-
existencia o en la existencia de otro. Si es en la pro- ta el ayer es para proyectar el mañana, si se recuerda es
pia existencia, cabe aún una doble posibilidad: en una para soñar, si se reasume el atrás es como soporte del
preexistencia, de la cual hemos decaído y en cuyo re- adelante. No es la fe generadora de esperanza, sino a la
cuerdo nos renovaríamos. Conocer sería, por tanto, recor- inversa: el esperar da fundamento y sustancia al creer,
dar y rememorar, renacer. Redención sería anamnesis. hasta el punto de que la filosofía, y sobre todo la teolo-
Estamos en pleno platonismo. La muerte es redención, gía, será definida no ya con la fórmula clásica de una fe
como retorno al origen primero, del que en sus secretas que busca comprenderse a sí misma, sino más bien con
profundidades vive el alma anhelante. Todo el presente esta otra: «Spes quaerens intellectum», y Dios será des-
queda vaciado, la consistencia de la historia se esfuma al crito más bien que como realidad poseída como promesa
ser definida como una forma deficiente de un pasado, esperada: el «Dios de la esperanza»1.
el único legítimo y necesario. Puede pensarse, sin em-
1
bargo, otra forma de esta referencia al pasado: aquélla Rom 15, 13. Dios es un Dios de la esperanza en cuanto que por su
promesa nos revela y garantiza el futuro mediante su actuación suprema en
según la cual el propio existir tuvo unas fases vírgenes, el mundo: la resurrección de Jesucristo, que se constituye así en el funda-
unos días de la creación en que todo fue plena y perfec- mento y garantía de todo esperar cristiano. El contenido de esta esperanza
es la «gloria» de Dios es decir él mismo, su manifestación (Rom 5, 2;
tamente humano, una edad de oro, que quizás vuelva, y Col 1, 5; Ef 1, 18), y su plenificación de la capacidad divina del nombre que
llamamos justificación, ya poseída en inicio pero que tiende a una plenitud
que atrae nuestros ojos en sus realizaciones como ejem- definitiva (Gal). Cf. O. Kuss, Der Romerbrief. Regensburg 1057, 195.
plo y tipo de todo nuestro hacer actual. Los dioses ha- La fuente filosófica de esta interpretación de la realidad es E. BLOCH, Das
Prinzip Hoffnung I-II. Frankfurt 1959. Su precipitado teológico lo encon-
brían convivido en el origen con los hombres, habrían tramos en J. MOLTMANN, Teología* de la esperanza. Salamanca 1969; I D . ,
Das Prinzip Hoffnung und die christliche Zuversicht: Evangelische Theo-
operado sus gestas de salvación, a las que se podría co- logie 23 (1963) 533-557; I D . , ¿Esperanza sin fe?: Concilium 16 (1966) 208-
mulgar, apropiárselas mediante la participación en unos 223; ID., Die Kategorie «Novum» in der christlichen Theologie: Ernst Bloch
su ehren. Frankfurt 1965, 243-255; W . D. MARSCH, Diskussion über die
ritos o celebraciones representativas, es decir, presencia- «Theologie der Hoffnung». München 1967; G. SAUTEE, Zukunft und
Verheissung. Das Problem der Zukunft in der gegenwártigen theologischen
lizadoras de unas acciones divinas redentivas que tuvie- und philosophischen Diskussion. Zürich-Stuttgart 1965. Desde el punto de
166 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA REDENCIÓN Y PROGRESO 167

Voy a citar un testigo de excepción de esta mentali- turo con su propio nombre y en la dirección que le nece-
dad propia del hombre del siglo xx: Teilhard de Chardin, sita. Es un creador. Lo importante para él ya no es el
quien decía de sí que no era sino el resonador de las pre- recuerdo de un pasado ocurrido con anterioridad a su
ocupaciones de sus contemporáneos2. Con una expre- decisión y sin que él lo constituyera, sino la creación de
sión, literalmente paulina, afirmará de sí mismo: «hasta un futuro a su imagen y semejanza, hijo de sus entrañas,
donde alcanza mi memoria, recuerdo haber vivido siem- dado a luz en el dolor y en el trabajo.
pre tendido hacia adelante» 3 . Todas sus incursiones por El gozo de nuestro hombre es el gozo de quien despliega
la historia del pasado humano las hace para poder ca- velas y se echa a remar mar adentro, hacia la infinitud
minar con alguna seguridad en la tierra del futuro. En de lo desconocido, cuya peligrosidad más que atemori-
1923 escribe desde China: «Peregrino del futuro, vuelvo zarle espolea su fuerza dominadora y acucia la confianza
de un viaje realizado enteramente en el pasado». Y en en las propias capacidades creadoras. Esta futurición im-
otro lugar: «El mundo no tiene interés más que hacia plica no menos una concepción absolutamente distinta de
adelante; pero visto desde este ángulo es apasionante» 4 . la naturaleza de la que era hasta ahora tradicional: el
El 8 de septiembre de 1935 vuelve a escribir: «El pasado mundo, la naturaleza no está ahí como límite o norma a
me revela la construcción del futuro. Y la preocupación la que el hombre tiene que obedecer y plegarse, some-
del futuro tiende a borrar todo lo demás» 5 . Ya en los tiéndose a sus imperativos. La naturaleza no preexiste al
últimos años de su vida esa pasión del futuro llegará a hombre sino únicamente en cuanto le ofrece la materia
convertirse en una vivencia excluyente de otras contra- que él necesita para construir su futuro, es decir, la con-
rias, hasta el punto de escribir: «Experimento cierta re- dición necesaria para su hominización. Ante el mundo
pugnancia a estudiar el pasado» 6 . no toma una postura contemplativa sino operativa, y no
existen otros límites a las realidades naturales preexis-
Esta futurición del existir crea un hombre para quien
tentes que los que imponen los propios deseos en orden
la esperanza lo es todo, quien se baña en la novedad que
a un futuro humano. Igualmente lleva esta concepción
le aguarda cada amanecer y que, sin embargo, no marcha
implícita una nueva relación al orden social constituido.
hacia adelante en pura espectación sino que llama al fu-
No la sociedad heredada de nuestros padres sino la so-
ciedad que han de heredar de nosotros nuestros nietos,
vista católico: P . LAÍN ENTRALGO, La espera y la esperanza. Madrid 1957; es la que nos impone imperativos legítimos de acción.
G. MARCEL, Homo viator. Paris 1944; P. HOFFMANN - J. PIEPER, La espe-
ranza: Conceptos fundamentales de la teología 1. Madrid 1968; H. D. SCHLIER, Más que ejemplar positivo de perfección es ejemplar ne-
Das voraus alies wartet: Interpretation der Welt. Festschrift R. Guardini.
Würzburg 1965, 599-616; J. B. METZ, Gott vor uns: Erns Bloch su ehren. gativo, en cuya contemplación adivinamos cómo no ha
Frankfurt 1965, 227-241; I D . , Responsabilisación de la esperanza: Revista de ser la que nosotros estamos llamados a edificar.
de Occidente 56/57 (1967) 193-211; H. FRÍES, Spero ut intelligam. Bemer-
kungen zu einer Theologie der HoíTnung: Wahrheit und Verkündigung.
Festchrift M. Schamus 1. München-Paderborn 1967, 353-375; K. RAHNER, Todas las convenciones heredades ceden el lugar a
Utopía marxista y futuro cristiano del hombre: Escritos de teología V I ; esta convicción adquirida. Todos los legados del pasado
I D . , Para una teología de la esperanza: Escritos de teología V I I I , 561-579
y 580-592 (ed. alemana).
2
tienen que dejar paso a este sueño del futuro. Y mien-
«Un hombre que trata de expresar ingenuamente lo que constituye tras que aquéllos y éstas (convenciones, sociedad, lega-
el corazón de su propia generación». Carta del 25 de enero de 1955.
Cf. C. CUÉNOT, Fierre Teilhard de Chardin. Las grandes etapas de su dos) los recibimos pasivamente, éste lo tenemos que cons-
evolución. Madrid 1967, 513 s., y las páginas introductorias de N. M. W I L -
DIERS, Teilhard de Chardin. Paris 1960. truir nosotros mismos. El hombre se define así no como
3
Génesis de un pensamiento. Madrid 1966, 47. un heredero, sino como un creador, no como una rea-
*6 Carta del 23 de octubre de 1923; Cartas de viaje. Madrid 1965, 76.
Carta del 8 de septiembre de 1935: Id., 190. lidad definitivamente constituida a un nivel de ser,
• Cf. C. F. MOONEY, Teilhard de Chardin y el misterio de Cristo. sino como realidad abierta a infinitas posibilidades,
Salamanca 1967, 40.
168 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA REDENCIÓN Y PROGRESO 169
insospechadas e insospechables de antemano, no como taneidad de un esfuerzo humano creador, que no es he-
naturaleza, sino como historia. El hombre no está ahí, cho innecesario, sino que es postulado por la fe? Éstos
sino que deviene. La vida no es un don de nadie, sino son los problemas que en la segunda parte vamos a
una tarea propia, un proyecto original, no un remedo afrontar.
fácil de unos planos elaborados por un arquitecto, extra-
ño a la propia obra. Ideas de avance, creación propia, II
abertura al futuro, autoafirmación en la acción, idea de HISTORIA DE LA IDEA DEL PROGRESO
historicidad, de un ser que no preexiste, sino que con- COMO ANTAGONISTA DE LA FE
siste en las obras, de una humanidad que llegará a darse
a sí misma una consistencia y una definitividad inaliena-
bles. Todas éstas y otras, son las ideas que habría que
1. Surgimiento en la época de la Ilustración
precisar por hallarse cercanas a lo que designamos y vi- La historia de la idea del progreso es la secreta his-
vimos hoy cuando pronunciamos la palabra progreso. toria de un malentendido y de una oposición innecesa-
Ahora ya podemos plantear en sus propios términos, ria. El mito del progreso tiene sus orígenes próximos en
nuestro problema: ¿el hombre arriba a la plenitud de su la primera mitad del siglo x v m y forma parte del acer-
ser tornándose hacia un pasado definitivamente consu- vo general de ideas que constituyen ese fenómeno euro-
mado y que no necesitaría sino ser recordado como pa- peo llamado Ilustración, y que podríamos describir como
rece afirmar la fe, o más bien la logra únicamente proten- una voluntad decidida de llevar al hombre a la plenitud
diéndose hacia el futuro aún abierto, como afirman las y actualización de todas sus posibilidades intelectuales y
ideologías contemporáneas, por ejemplo el marxismo? morales; voluntad de arrancarle a ese estado de infancia,
Dónde coloca el cristianismo su centro: ¿en una serie de demasiado largo, que venía arrastrando desde fines de la
acontecimientos del pasado que tendrían valor redentivo edad media, sin atreverse a desplegar todas los posibili-
universal, o en la decisión creadora de eternidad que dades y actuar todos los dinamismos; voluntad de acep-
cada uno de nosotros toma en el presente, o en la espe- tar su historia no como destino ya labrado, sino como una
ranza de una redención futura? ¿Esa salvación es una propia obra de arte, que cada cual puede trazar en abso-
conquista del esfuerzo, del coraje y de la voluntad de luta iniciativa creadora; voluntad de explorar todos los
afirmación de sí mismo por el hombre, avanzando de una horizontes de la realidad natural, histórica y humana; vo-
existencia elemental a una existencia más plena, cuyas luntad de experimentación general. Tener el valor de sa-
posibilidades más remotas aún no sospechamos, o más ber, tener el valor de constituirse en norma, tener el valor
bien la salvación ultimativa tiene lugar en la apertura de actuar: eso es la ilustración, dirá Kant 7 .
a un Alguien que, sin ser extraño a nosotros, no se re- Esta toma de conciencia explícita había ido prece-
duce a nuestros límites, en la confiada audiencia de una dida de cien años de cultivo de la ciencia experimental,
palabra que nos interpela y en el acogimiento de un amor de la astronomía, de la matemática, de la física, y con
personal que se nos ofrece y que sólo nos apropiamos en 7
E. KANT, Beantwortung der Frage: Was ist Aufklarung: Kant
la medida en que lo devolvemos? En alternativa: ¿pro- Werke IX. Darmstadt 1968, 53: «La Ilustración es un salir el hombre de su
greso o fe? ¿Autosalvación o heterosalvación? ¿Por qué minoría de edad: esa minoría de la que él mismo es culpable. La minoría
de edad es la incapacidad de una persona para servirse de su inteligencia,
históricamente han vivido en rivalidades ambos intentos? sin la dirección de otra persona. 'Esa minoría es por culpa propia, cuando
la causa de la misma no consiste en la falta de entendimiento, sino de resolu-
¿Es necesaria la alternativa? ¿Cuáles son las razones de ción y valentía para servirse de sí mismo, sin la dirección de otra persona.
una necesaria unidad, las razones que postulan la simul- Por eso, el lema de la ilustración es: Sapere av.de! ¡Ten el valor de servirte
de tu propio entendimiento!»
170 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA REDENCIÓN Y PROGRESO 171

todo ello se había operado el tránsito de una situación la voluntad y conducir a la perfección moral; el dominio
humana, que recogía los saberes y principios de obrar, ciego de la naturaleza será sustituido por el imperio
de una tradición o revelación, a otra situación humana lúcido de la libertad. La razón elevada a principio de
dispuesta a inventar, es decir, a elaborar desde abajo los gobierno instaurará la paz entre las naciones, que llega-
principios y las normas necesarias para la vida. Esto se rán así a su mayoría de edad, cejando todas las rivalida-
operará en los diversos campos del saber. El gran cono- des anteriores10. Estamos asistiendo a esa casi inebriante
cedor de los siglos xvir y x v m que es P. Hazard, es- gustación de las posibilidades humanas por el hombre
cribe: mismo, decidido a tomar posesión de ellas y a sacarlas
rendimiento:
En el advenimiento de la física experimental vemos un estado
de espíritu, cuyos efectos son múltiples y sin duda innumerables. Qué sentimiento de triunfo y qué gozosa espera en esta sola
Con el resplandor del genio, Newton marca ese paso de lo trascen- palabra: ¡el progreso! Procura ese orgullo sin el cual es difícil vivir,
dente a lo positivo, que un Pufendorf acababa de realizar en el y esas perspectivas sobre el futuro que, en lugar de contradecir
derecho, un Richard Simón en8 la exégesis, un Locke en la filosofía el presente, lo completan y lo embellecen ya. Nuestros métodos
y un Shaftesbury en la moral . progresan. Nuestra ciencia progresa. Nuestro poder de acción au-
menta. Incluso la calidad de nuestro espíritu mejora... Ya la ciencia
En el paulatino descubrimiento del mundo el hom- se convierte en un ídolo, en un mito. Se empieza a confundir ciencia
bre fue haciendo la experiencia de sus inmensas posi- y felicidad, progreso material y progreso moral. Se cree que la
bilidades inventivas. Admirado comenzó a contemplar no ciencia sustituirá a la filosofía, a la religión, y que bastará a todas
sólo en los largos espacios astronómicos, sino en los pro- las exigencias del espíritu humano n .
fundos abismos de su propio ser. Ante todo hizo la go- Esta euforia humana ante el progreso, que se en-
zosa percepción de la consistencia de sí mismo, y de ciende con la constatación de los descubrimientos en el
cómo esta consistencia era, más aún, debía ser, el único orden científico, se extenderá a otros niveles en los dece-
punto de partida en orden a la posesión de las demás rea- nios o siglos posteriores, aun cuando vaya tomando mati-
lidades y certezas. Descartes está en el inicio de esta ces nuevos. Con Hegel adquiere unas dimensiones metafí-
cadena de autodescubrimientos y autorreconquista huma- sicas hasta ahora insospechadas (la razón humana es una
na que significa la edad moderna. De él a nivel gnoseo- de las fases de despliegue del espíritu absoluto hacia Ja
lógico y de Kant a nivel metafísico y ético, nace la pos- plena posesión de sí mismo); con la revolución francesa
terior decisión de no aceptar nada como humano que no se extiende al orden social (en forma nueva pero con
haya sido filtrado por la luz de la razón humana, parti- idéntico fondo); con el marxismo, la idea del progreso
cipación de la divina, por la cual hemos sido constituidos alcanzará al orden político. Lamarck y Darwin la aplica-
en imágenes suyas9. rán al plano de las ciencias biológicas y tendremos el evo-
Es el momento histórico de un optimismo universal: lucionismo naturalista. En su forma, y en las derivadas de
la ciencia podrá desvelar todos los misterios; la enseñan- ellas, se va a constituir en la categoría mental básica del
za y divulgación del saber perfeccionar la inteligencia y pensamiento contemporáneo. La idea de una humanidad,
8
que estaría aún en sus inicios, y que tendría todo un fu-
P. HAZARD, La crisis de la conciencia europea 16&0-1715. Madrid turo de perfeccionamiento ininterrumpido delante de sí,
1952, 290.
9
En este sentido es revelador el título de la obra de Kant, La religión
dentro de los límites de la mera razón. Madrid 1969, y sobre todo los títulos
que los empiristas ingleses eligen: J. TOLAND, Christianity not mysterious, 10
Exponente de esta postura: E. KANT, Zum ewigen Frieden. Ein
1696; M. TINDAL, Christianity as oíd as the Creation or the Gospel as republi- philosophischer Entwurf: Kant Werke IV, 195-251.
cation of the Religión of nature, 1730. 11
P. HAZAKD, 1. c , 293-294.
172 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA REDENCIÓN Y PROGRESO 173

hacía concebir las esperanzas de una transformación radi- En la mitad misma del siglo asistimos a dos aconteci-
cal de lo humano. Junto a este pronóstico biológico, esta- mientos que renuevan de forma misteriosa la historia de
ban los datos de una revolución técnica a la que había sus primeros decenios: una segunda guerra mundial que
seguido una revolución industrial con un mejoramiento nos recuerda hasta dónde puede llegar un progreso técnico
básico de las condiciones humanas del trabajo, y sobre que no va equilibrado e integrado en un progreso huma-
todo, una ciencia que comenzaba a desplegar todas sus in- no. Ya a veinte años de distancia volvemos a gustar la
sospechadas posibilidades. Libertades políticas, difusión fiebre de una voluntad transformadora del universo y
general del saber, progreso técnico, mejora de las condi- a sentir la nostalgia de una sociedad más fraterna. Junto a
ciones de trabajo: son el balance positivo de los ideales de esta voluntad de progreso, la conciencia viva de la ambi-
la Ilustración, que daban pie para alimentar el entusias- valencia de toda la acción humana capaz de crear, alimen-
mo por la idea del progreso. Y a pesar de todo, hombres tar o aniquilar la vida humana. Las obras del hombre
tan lúcidos como los historiadores Leopold von Ranke y han crecido sobre su cabeza: han avanzado más allá de sí
Jakob Burkhardt, no cedieron a este entusiasmo12. mismo. En esta encrucijada surge por parte de los hom-
bres más alertas la voluntad decidida de poner toda la
A fines del siglo pasado asistimos a una toma de pos-
ciencia, toda la técnica, toda la acción política y econó-
tura bastante crítica y sobre todo, a un distanciamiento
mica al servicio del hombre, y declarar cómo el progreso
respecto a esta ideología del progreso que tuvo su punto
auténticamente humano es la norma absoluta que ha de
final con la primera guerra europea, exponente claro de
decidir del valor y de la legitimidad de todas las realizacio-
cómo un progreso realmente humano no había corrido
nes históricas. Tales son las coordenadas psico-sociológi-
paralelo con el progreso general de las ciencias técnicas.
cas en que históricamente se sitúa la encíclica de Pablo VI
El existencialismo en el campo filosófico y la teología dia-
Populorum progressio14.
léctica en el teológico, son los dos exponentes de esta
situación de crisis, de aversión, o al menos de distancia-
miento, ante posturas ignoradoras de la verdadera condi- 2. Desde el Syllabus de Pío IX a la
ción humana, minada en su solar mismo por una instancia Populorum progressio de Pablo VI
radical, la muerte, que cuestiona todos los progresos de
la vida, y desde el punto de vista teológico, ignoradoras Para comprender su significado y mesurar la trascen-
de la situación histórica del hombre: caído en el pecado, dencia de su contenido, es necesario tornar la mirada al
que participa de Adán como solidario de su destino y que pasado y preguntarnos cuál fue la postura de la iglesia
actualiza en los propios pecados. La Kircbliche Dogmatik ante la ideología del progreso. Si tuviéramos que elegir
de Karl Barth es el discurso fúnebre recitado ante todo el dos fechas representativas de la diversidad de reacciones
liberalismo teológico13. que ha ido teniendo, elegiríamos la del 8 de diciembre de
1864 y la del 27 de diciembre de 1968. En la primera, el
22
L. VON RANKE, über die Epochen der neueren Geschichte, 1854.
papa Pío IX promulgaba el Syllabus seu collectio errorum
13
La última figura que conserva todavía el peso de la genialidad modernorum, lista de 80 proposiciones condenadas como
y a la vez la sombra de la decadencia inminente, es Adolfo Harnack. Él es erróneas por estar en contradicción con el mensaje cristia-
precisamente quien redacta la «Alocución al pueblo alemán» que Federico I I
le dirige el 4 de agosto de 1914, y él firma a la cabeza del «Manifiesto» que
ese mismo día suscriben 92 intelectuales adhiriéndose a la política del Kaiser.
Barth designará esta fecha como «dies ater» y al constatar que en la lista período es la de Harnack: La esencia del cristianismo. Lecciones ante alumnos
estaban casi todos sus antiguos maestros nació para él la convicción de que de todas las facultades en la universidad de Berlín. Barcelona 1904. Cf. K.
acababa de fallecer la teología protestante del siglo x i x y que había de surgir BARTH,
14
Theologische Fragen und Antworten. Zollikon-Zürich 1957, 7-31.
una totalmente nueva. Cf. K. BARTH, Evangelische Theologie im 19. Cf. en este libro: «La novedad del cristianismo en la encíclica
Jahrhundert. Zollikon-Zürich 1957, 6. Obra maestra y final a la vez en ese Populorum progressio», 237-275.
174 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA REDENCIÓN Y PROGRESO 175

no, cuyo garante y trasmisor autorizado se sabe el papa. sia, en definitiva, a la normatividad del evangelio, trocán-
La última de las proposiciones condenadas decía literal- dole por los mensajes de la ciencia nueva, y por una dis-
mente: ponibilidad a hacer base de la comunidad religiosa de los
cristianos, las que en cada momento fueran reconocidas
El romano pontífice puede y debe reconciliarse y ponerse de como verdades necesarias. Con otras palabras lo decía el
acuerdo 15con el progreso, con el liberalismo y con la civilización mismo papa en la alocución del 18 de marzo de 1861 «Iam
reciente .
dudurn cernimus», de la que está tomada dicha proposición:
La carta encíclica de Pablo VI coloca, en cambio, la
Si por civilización hay que entender un sistema inventado preci-
misma palabra allí condenada en el título de su encíclica, samente para debilitar e incluso destruir la Iglesia, jamás la santa
y para los conocedores del estilo curial es bien sabido sede y el romano pontífice podrán aliarse con semejante civiliza-
cómo se intenta colocar en el inicio, para servir de título, ción 17.
los dos términos que mejor resuman el contenido del es-
crito. Pablo VI parecía hacerse el heraldo de lo que su Un ejemplo concreto de bivalencia radical de voca-
predecesor ciento cuatro años antes había condenado. bulario lo encontramos en la expresión «autonomía de las
Han sido necesarios largos decenios para operar una realidades terrenas». Ha sido necesaria una explicación
decantación de los valores implicados en el mundo moder- nueva de su sentido antes de que la iglesia se pronunciara
no. Parece que tanto la iglesia como el mundo cedieran a favor de ella18. Sin embargo, detrás de este choque lla-
en su empeño de constituirse dueños absolutos de todo mativo se esconde un problema más grave, que sigue to-
valor. Ante todo hay que decir que lo afirmado por un davía sin resolver: la evolución histórica del mundo del
papa y otro no son en realidad proposiciones idénticas. pensamiento y del mundo de la iglesia en paralelismo,
Detrás de una idéntica sonoridad de vocabulario hay una cuando no en directo antagonismo. ¿Por qué misteriosas
diversidad, casi equivocidad de contenido. Casi todas las o no tan misteriosas razones la iglesia, que se define como
palabras entonces utilizadas se han cargado o descargado la comunidad de hermanos que prolonga la obra de Cristo:
en sentido distinto para nosotros. vida, muerte y resurrección propter nos homines, y está
llamada a prosperar hasta su plenitud, que es la plenitud
«Revolución» significaba mucho más que una simple supresión misma de Dios; por qué esta iglesia se opone a una pro-
de privilegios, «república» una realidad distinta, mucho más que moción de lo humano, tal como esto tiene lugar en el es-
un régimen político de vida, «mundo moderno» significaba algo más tudio y experimentación científica? ¿Por qué ella, que
que un conjunto de condiciones vitales y una sensibilidad simpati-
zante con unos valores determinados. Bajo estas grandes categorías sabe por revelación que el mundo le ha sido dado al hom-
convertidas en mitos, estaba la conciencia individual que implicaba
el rechazo de la soberanía de Dios y, en especial, el rechazo del Dios 17 Cf. L. CHOUPIN, Valeurs des décisions du Saint Siége. París 1928;
R. AUBERT, Le Pontificat de Pie IX. París 1963, I D . , La libertad religiosa
revelador16. de la encíclica <iMvrari vos» al Syllabus: Concilium 7 (1965) 100-117.
is «Si por autonomía de la realidad terrena se quiere decir que las cosas
creadas y la sociedad misma gozan de propias leyes y valores, que el hombre
Bajo la exigencia de que el papa se reconciliara con la ha de descubrir, emplear y ordenar poco a poco, es absolutamente legítima
idea de progreso, se ocultaba la exigencia de que renun- esta exigencia de autonomía. No es sólo que la reclamen imperiosamente los
hombres de nuestro tiempo. Es que además responde a la voluntad del
ciara a los principios constituyentes de la vida de la igle- creador... Pero si autonomía de lo temporal quiere decir que la realidad
creada es independiente de Dios, y que los hombres pueden usarla sin
referencia a su creador, no hay creyente alguno a quien se le escape la fal-
16 sedad envuelta en tales palabras» (GS 36). Este es otro de los temas en que
D 1780, DS 2980.
16
Y.-M. CONGAR, Mentalité de droit et «integrisme»: La vie intellec- una equivocidad, o al menos fundamental diversidad de vocabulario está
tuelle (1950); I D . , Falsas y verdaderas reformas en la Iglesia. Madrid 1953, desorientando a muchos lectores católicos de D. Bonhoeffer. Cf. R. MARLÉ,
251 y 444-460. Dietrich Bonhoeffer testigo de Jesucristo entre sus hermanos. Madrid 1968.
176 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA REDENCIÓN Y PROGRESO 177

bre como tarea y que no se humaniza si no es elaborán- pueden ser revisadas continuamente, no porque deban ser
dole, se opone a que se le descubra y transforme? negadas, pero sí complementadas. Es decir, una menor per-
cepción de la historicidad de la existencia humana, que se
3. Razones últimas que motivaron este alimenta de las verdades que ella va descubriendo, y que
antagonismo innecesario sólo se siente afectada en la medida en que la verdad es
En otras religiones donde el cosmos tiene un carácter presentada en forma tal que pueda ser «su verdad».
numinoso, sería comprensible. Pero en el cristianismo, 5. Olvido de la originalidad del contenido cristiano
donde el relato del Génesis desmitifica para siempre todos y de las formas propias que de él debe ir deduciendo en
los poderes cósmicos e ultramundanos para reducirlos a su orden a su vida, estructuras y acción, con el peligro de
ser de «creaturas», ¿cómo es esto pensable? Investigar no adoptar formas de gobierno que son puramente políticas,
ya los hechos, sino el cómo y el porqué de determinados o legítimas sólo para un lugar y un tiempo, sin trascen-
hechos ocurridos, sería una de las tareas más apasionantes dencia universal en otro tiempo y en otro espacio.
de los historiadores de la iglesia. Sugiero yo al vuelo al- 6. Olvido de cómo la unidad de la fe es creadora y,
gunas de las causas. por consiguiente, en su trascendencia, es capaz de con-
1. Ante todo enumeraría la absolutización ilegítima formar la diversidad posible de hombres sin uniformarlos,
de auténticas verdades. La idea de Cristo, palabra escato- sin tener que hacer base de la unidad católica una cosmo-
lógica y por tanto revelación última del Padre, no dejó visión cultural o científica que significaría la imposición
margen para aquella otra igualmente bíblica, de cómo las ilegítima de una cultura local a la iglesia universal, ponien-
palabras de Jesús sólo devienen inteligibles por la acción do en peligro la verdadera catolicidad.
del Espíritu que al ritmo del tiempo nos las va desvelando, 7. Influencia de una filosofía estoico-platónica que
y de esta forma llevándonos a una verdad completa que, acentuó en exceso los conceptos de naturaleza, orden y
por tanto, es hija del tiempo 19 . El Espíritu nos lleva a ese jerarquía. Con ello ha consagrado formas y fórmulas que
descubrimiento a través del acontecer humano que no está no pasaban de ser actuaciones históricas de lo natural y
al margen de sus impulsos internos, sino que en parte de lo humano, no lo natural y lo humano sin más. Tal con-
está asumido por él como medio necesario para la pro- sagración del derecho y ley natural, tal identificación de lo
gresiva desvelación de la verdad divina. fáctico con lo natural y de lo natural con lo querido por
2. Identificación de la palabra revelada con los reves- Dios, ha impedido a la iglesia la abertura sincera y eficaz
timientos literario-culturales en que esa palabra de fe fue a nuevos horizontes, ha frenado inconscientemente a los
entregada, es decir, la cultura greco-semítica. hombres para abordar experimentos, ya que en la tras-
3. No disección entre los instrumentos conceptuales tienda de su alma seguían pensando que querer escrutar
de orden filosófico y el misterio de la fe que aquéllos inten- el orden del universo para perfeccionarlo o trasmutarlo
tan traducir. Su temporalidad y relatividad puede enturbiar era subvertir los planes de Dios y, en definitiva, afirmarse
el carácter trascendente de la fe, mas nunca pueden ser contra él corrigiendo su obra.
equiparados con ella. 8. La novedad del cristianismo en cuanto «historia»,
4. Conciencia menos viva de cómo el asentimiento de es decir, su carácter de religión revelada, intervención gra-
la fe trasciende las fórmulas que la entregan, y cómo éstas tuita de Dios en un momento del tiempo y del espacio
19
operando así la plenitud de los siglos, constituyendo unos
Sobre el axioma «ventas filia temporis» y su larga historia, hechos del pasado en centro y medida de todo lo que pue-
cf. J. A. MARAVALL, Antiguos y modernos. La idea del progreso en el des-
arrollo inicial de una sociedad. Madrid 1966. da ocurrir después, ha hecho focalizar la mirada cristiana
178 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA REDENCIÓN Y PROGRESO 179
excesivamente en el pasado, y el saber de un Cristo veni- 11. Absolutización de una de las dos posibles reali-
do como afirmación absoluta e intrascendible del amor del zaciones auténticas del cristiano: la afirmación consecrativa
Padre a los hombres, ha hecho que la mirada del hombre de los valores y de todo lo real, o la transcensión hacia Dios,
no se tendiera esperanzadamente hacia el futuro, rele- su origen y su fin. Al recalcar especialmente el segundo
gando a éste en la conciencia y devaluándole salvífica- aspecto, se ha dado una preponderancia ilegítima a la vo-
mente. La retrospectiva ha prevalecido sobre la prospec- cación monástica, considerándola como la forma cristiana
tiva; la fe como recuerdo del pasado contra la fe tendida de existir por antonomasia. Con ello, la minoría de edad
hacia el futuro que es la esperanza. La espera pasiva con- del laicado, su secreto complejo de inferioridad, y el no
tra la pro-vocación, es decir, la llamada activa y anticipa- afrontar sus tareas transformadoras del mundo desde el
dora. La primera venida de Jesús ha cegado de luz y ape- cristianismo; y en el otro extremo, el abandono de la fe
nas ha dejado ámbito psicológico para seguir esperando la por parte de aquellos que se decidieron a amar, servir y
segunda venida y la redención de nuestro cuerpo. Reden- consagrar la tierra. Hacer esto y permanecer cristiano en
ción que es una esperanza para el Nuevo Testamento y el fondo les parecía inconciliable.
que para los siglos posteriores, deudores a una antropo-
logía platónica que identifica hombre y alma, apenas va Todas éstas son las cuestiones que ha habido que di-
a tener importancia, máxime al ser acentuada por Bene- lucidar teológicamente hasta que ha sido posible una nueva
dicto XIII en la mitad de la edad media la inmediatez visión de la iglesia frente al mundo y, consiguientemente,
de la visión beatífica después de la muerte. de la acción del hombre que acoge el misterio de Dios y
9. El maridaje con una civilización rural y con un del hombre que se construye a sí mismo, que espera y
sistema monárquico de gobierno que desembocará en la crea, que programa la ciudad terrestre y se sabe ciuda-
teoría de las dos espadas. Todo ello va a llevar a instaurar dano de la Jerusalén celeste, que conoce la finitud de los
un régimen de cristiandad, que al verse cuestionado y re- valores y sin embargo, no los desprecia sino que los asume
chazado siglos después, derivará a un tipo de relaciones porque, sabiéndose espíritu en el tiempo, ve cómo no hay
iglesia-mundo, determinada por un aislamiento, que a la otro acceso a Dios que el que lleva por el mundo de lo
larga es distanciamiento, resentimiento y oposición, hasta sensible, finito, temporal. Nos queda la última parte: ¿en
el punto de que la iglesia, que por definición es la comuni- qué relación están, por tanto, el hacer humano que condu-
dad de hombres elegidos para ser enviados al mundo, se ce al progreso y la redención cristiana?
recluirá sobre sí misma, ni sabiéndose llamada desde el
mundo ni queriéndose enviada al mundo.
III
10. Más allá de todas estas razones, una concepción
dualista de la relación entre la naturaleza y la gracia, en- PLANTEAMIENTO TEOLÓGICO FUNDAMENTAL
tre el orden de la creación y de la redención, que llevadas
al plano dinámico es lo que designamos como fe y pro- 1. El hombre, vocación a «ser»
greso. Con la consiguiente ignorancia de la unicidad de y a «ser mas»
plan divino, unicidad del Cristo creador y Cristo redentor, Para descifrar el sentido último del progreso en cuanto
unicidad del hombre, no creado para un inexistente fin progreso humano, habría que comenzar preguntándose
natural, sino focalizado y enriquecido ya en su origen con qué es en definitiva el hombre. ¿Qué medida tenemos para
un existencial de gracia, que le hace tender hacia el único pensarle? Digamos ante todo que el hombre es una voca-
Dios como hacia el peso de su ser. ción, que consiste precisamente en ese ser llamado, en la
180 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA REDENCION Y PROGRESO 181

capacidad de responder y en el seguimiento. En la audi- nes de Dios las diversas realidades existentes están orde-
ción y en la realización del encargo y esperanza que ese nadas unas a otras, no en subordinación que les prive
Alguien vocante ha proyectado sobre su vida y él va actuan- de valor a cada una de ellas haciéndolas puro peldaño o
do a través de las llamadas históricas de la realidad de los sustrato de sustentación de las demás, sino manteniéndose
otros hombres, consiste el verdadero progreso humano. en su consistencia propia, posibilitando a su vez a las de-
Tal desarrollo o crecimiento no están en su libre decisión: más el que existan como tales; por ejemplo, la encarna-
es el imperativo primordial del hombre, que se diferencia ción exige como presupuesto previo, posibilitante y ne-
de los demás porque no sólo está ahí como el árbol o la cesario, a la creación.
piedra, sino que es actuándose, es decir, llega a ser, exis- El valor o medida de autenticidad de estas formas de
te. La Populorum progressio dirá literalmente: progreso lo da la medida de su cercanía a lo auténtica-
mente humano, al núcleo personal, en el que se trenzan
Cada hombre está llamado a desarrollarse, porque toda vida es y alimentan todos los demás estratos de lo humano. Pro-
una vocación. Desde su nacimiento ha sido dado a todos, como en greso en el haber y en el ser, en las posesiones y en la exis-
germen, un conjunto de actitudes y de cualidades para hacerlas fruc-
tificar... Por otra parte, este crecimiento no es facultativo... el creci- tencia personal. Existe una necesaria interacción entre el
miento humano constituye como un resumen de nuestros deberes. hacer, conocer y tener por un lado y el ser por otro.
Más aún, esta armonía de la naturaleza, enriquecida por el esfuerzo La ambivalencia del progreso consiste precisamente en la
personal y responsable, está llamada a superarse a sí misma. Por su in- capacidad que tiene el hombre de no pasar de la posesión
serción en el Cristo vivo, el hombre tiene el camino abierto hacia un
progreso nuevo, hacia un humanismo trascendental, que le da su ma- a la existencia, es decir, de quedarse en el tener más sin
yor plenitud: tal es la finalidad suprema del desarrollo integral(n. 15). pasar al ser más, en usar de los valores sin dejarse inter-
pelar y transformar por ellos. El crecimiento en las pose-
Veremos luego cómo a esta luz, el progreso, es la ver- siones puede ser o un trampolín o un obstáculo para el
dadera vocación del hombre, y la salvación, la forma más crecimiento en el ser; y en lugar de operar una dilatación
radical de progreso: la autoafirmación suprema que sigue de la propia existencia hacia el Origen fontal, Dios, y ha-
a la acogida y entrega al amor que nos funda. cia los demás en servicio, en amistad, en amor, puede in-
cluso tornar al hombre más individual, menos generoso,
2. Formas y norma del progreso más avaro. Por ello hay una necesaria cultura de la amis-
tad, el amor generoso, la oración y la contemplación. Ellos
Antes de entrar, sin embargo, en el análisis de este son la condición necesaria para que un progreso sea y
texto deberíamos enumerar las diversas formas posibles de permanezca auténticamente humano (n. 19). Una de las
progreso: material, científico, moral, religioso y sobre- novedades trascendentales de la Populorum progressio
natural. consiste en haber recordado a la economía su misión de
Todas ellas no sólo son legítimas sino necesarias, ya servicio al hombre, ser personal y ordenada a la comuni-
que su logro histórico significa el despliegue de posibilida- dad, y cómo un progreso económico que invierta este or-
des insertas en la esencia original, y todo don, tanto en den de valores, aun cuando aparentemente constituya un
el orden de la naturaleza como en el orden de la gracia, crecimiento, en realidad significa una depauperación de la
constituye un imperativo de fructificación personal, orde- humanidad. Todos los haberes y haceres están medidos
nada a su vez al servicio comunitario. Por otra parte, es- por el hombre y de éste reciben su sentido. Pero ¿y el
tas dimensiones distintas de lo humano tienen una íntima hombre a la luz de quién se mide y desde quién se en-
conexión entre sí, no sólo por estar unificadas en torno tiende?
al núcleo personal del hombre, sino porque en los pla-
182 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA REDENCIÓN Y PROGRESO 183
En cuanto que la iglesia mantiene vivo el recuerdo y
3. Aportación de la iglesia al viva la palabra de su Señor, contribuye al progreso per-
progreso humano sonal de la humanidad, dando así claridades intelectivas
Aquí entramos en la respuesta auténticamente teoló- para la interpretación de lo humano y fuerzas voliti-
gica: la encíclica establece las dimensiones del hombre que vas para su realización histórica. Ésta es su máxima pala-
constituyen su verdadera dignidad, desde las que tiene bra y su máxima aportación al progreso: mantener acce-
que entenderse y a la luz de las cuales ha de juzgar todo sible a todos los hombres el misterio viviente de Cristo
el crecimiento, su valor y desvalor. El evangelio constitu- Jesús, accesible a todos mediante el anuncio ininterrum-
ye un enriquecimiento para el hombre, y para el hombre pido de su evangelio, la celebración de la eucaristía y el
en cuanto le ofrece un saber-límite, una promoción-lími- testimonio perceptible de una vida en caridad de todos sus
te y una fuerza-límite de lo humano 20 . Por ello es el su- miembros. Todas las demás aportaciones, por urgentes que
premo reto a la libertad, capaz de provocar el escándalo sean, por graves que se consideren, no pueden compararse
más agudo. En cuanto que es una palabra sobre Dios, el con esta aportación primaria, de la cual emanan y se ali-
evangelio es una palabra ultimativa para el hombre, pa- mentan todas las demás.
labra no sólo doctrinal anunciadora, sino dinámica opera-
tiva. San Pablo dirá que el evangelio es una «dinamis 4. Progreso y redención
de salvación para el creyente»21. En Cristo, lugar geomé-
trico del encuentro entre la suprema posibilidad de Dios Cuando la constitución conciliar Gaudium et spes
para el hombre y la suprema posibilidad del hombre para quiere determinar qué es lo que la iglesia aporta al mun-
Dios, tenemos el punto culmen de la historia, la suprema do, afirma que ella «dota a la actividad diaria de la huma-
promoción (prokopé) de lo humano, y por ello el supre- nidad de un sentido y de una significación mucho más pro-
mo paradigma, hacia el cual y desde el cual se han de juz- funda» (n. 40). Y esto lo hace al responder al misterio
gar todos los progresos del creyente e incluso de todo mismo del hombre, iluminándole desde el misterio de
hombre. Cristo:
El hombre contemporáneo camina hacia el desarrollo pleno de
20
Por mucho que sea el distraimiento del hombre en los problemas su personalidad y hacia el descubrimiento y afirmación crecientes
y aspiraciones inmediatas de su hacer y vivir, por duras y difíciles que sean de sus derechos. Como a la iglesia se ha confiado la manifestación
las exigencias de las cuestiones penúltimas, el hombre no puede dejar de del misterio de Dios que es el fin del hombre, la iglesia descubre
preguntarse por las cuestiones últimas, que no son restos sin digerir de ideo-
logías ya superadas sino permanentes apelaciones que asaltan al hombre con ello al hombre el sentido de la propia existencia, es decir, la
y no sólo al borde de las dificultades sino en el corazón mismo del gozo, de la verdad más profunda del ser humano... Siempre deseará el hombre
felicidad y del amor. «Todo hombre resulta para sí mismo un problema no saber, al menos confusamente, el sentido de la vida, de su acción
resuelto percibido con cierta oscuridad. Nadie en ciertos momentos, sobre
todo en los acontecimientos más importantes de la vida, puede huir del todo y de su muerte. La presencia misma de la iglesia le recuerda al
del interrogante referido» (GS 21). Uno no deja de admirar en este sentido el hombre tales problemas; pero es sólo Dios, quien creó al hombre
infantilismo de una obra como la de Harvey Cox, en clara oposición a otros a su imagen y lo redimió del pecado, el que puede dar respuesta
autores tan buenos conocedores del nuevo mundo como Tillich, hasta el
punto de que caracterizará al «límite» (pregunta, situación, hombre...) como cabal a estas preguntas, y ello por medio de la revelación en su
el único lugar auténtico de conocimiento, y elegirá esta palabra para título Hijo que se hizo hombre. El que sigue a Cristo, hombre perfecto,
de unas narraciones autobiográficas: P. T I L L I C H , Auf dcr Grense. Aus dem se perfecciona cada vez más en su propia dignidad de hombre (n. 41).
Lebenswerk Paul Tillichs. Stuttgart 1962. La perenne actualidad de Una-
muno radica precisamente en su afirmación dolorida y apremiante de cómo
esas cuestiones, al parecer últimas, son las primeras y primarias de toda vida
humana, y que por más que el hombre, con el olvido y la desidia, la malevo- Éste es el gran escándalo y no menos la gran novedad
lencia o el pecado, eche agua para apagar esas brasas no podrá eliminar nunca
su rescoldo. del cristianismo, la afirmación de que sólo a la luz del
a Rom 1, 16. Verbo encarnado se esclarece el misterio de la existencia
184 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA REDENCIÓN Y PROGRESO 185
22
y, consecuentemente, del progreso humano , que en él perfecto en la historia del mundo, asumiéndola y recapitulándola
está consumada la historia y que, por tanto, hay que tor- en sí mismo. Él es quien nos revela que Dios es amor, a la vez
nar la mirada hacia él, «hacia el que crucificaron» bajo que nos enseña que la ley fundamental de la perfección humana
y por tanto de la transformación del mundo, es el mandamiento
Poncio Pilato y cómo de esta forma el futuro no es un nuevo del amor. Así, pues, a los que creen en la caridad divina
futuro absoluta y radicalmente nuevo, puesto que si im- les da la certeza de que abrir a todos los hombres los caminos del
plica una novedad es una novedad no tanto de aparición- amor y esforzarse por instaurar la fraternidad universal no son cosas
sorpresa cuanto de desvelación-sorpresa. El cristianismo inútiles (GS 28).
equilibra así el sentido del tiempo, que no es sólo memo-
ria del pasado ni sólo recuerdo del futuro. La redención 5. Ambigüedad del progreso
es ya un hecho, aun cuando no esté consumado y sea la
acción de nuestra libertad la que lleva a plenitud esa re- En ningún otro lugar ha elaborado el concilio tanto la
dención que preexiste como posibilidad real, aun cuando cristología como en aquel documento en que se dirigía a
todavía no como actualidad total. Para el Nuevo Testa- los hombres para exponerles cuál era la especificidad de
mento tenemos ya la salvación en Cristo y aún la espe- su mensaje. Para hablar de su aportación al mundo tenía
ramos, en cuanto que aún esperamos la redención de nues- que hablar antes de su propio misterio, y para declarar
tro cuerpo. Por ello es tan importante la segunda como la éste tenía que hablar de Cristo, visto siempre en refe-
primera venida, y sólo en el equilibrio difícil de esos dos rencia a los hermanos; y así será repetidas veces designa-
tiempos vive la iglesia la plenitud de su fe, rememorati- do como «primogénito entre muchos hermanos», «el hom-
vamente hacia el que vino y expectativamente hacia el bre perfecto», «imagen de Dios invisible» (GS 22,38,
que vendrá. 41,45). A su luz se desvela la sublimidad de la vocación
humana, que en realidad es una, aun cuando integre gran
El evangelio tiene, por tanto, unas categorías de des- diversidad de elementos. La encarnación, la muerte y la
arrollo que sólo son aceptables y sólo tienen sentido en la resurrección de Cristo son los tres nortes de orientación
fe. Para los judíos serán un escándalo y para los griegos una para definir el sentido del existir humano: «Cristo murió
locura; para nosotros, sin embargo, la mitad de nuestra por todos y la vocación suprema del hombre en realidad
alma. El «ser más» de que habla la Populorum progressio es una sola: la divina» (GS 22). Ya es interesante ver
se consuma para nosotros en la participación a la vida y que es desde estas profundidades cristológicas desde don-
destino de aquél que en la semejanza de nuestra pobreza de ilumina el concilio el sentido, la sublimidad, a la vez
y de nuestra carne mortal, fue sin embargo el misterio que la ambigüedad y tenebrosidad del progreso humano.
mismo y el pleroma de Dios, Cristo Jesús 23 . Como toda obra humana, puede ser operativa de luz y
amor o introductora de tinieblas y odio: como fruto de
El Verbo de Dios, por quien fueron hechas todas las cosas, un hombre bajo el pecado, tiene que someterse a la reden-
hecho él mismo carne y habitando en la tierra, entró como hombre
ción que mana de la cruz de Cristo y así regenerada podrá
22
ser a su vez redentora:
GS 22. En definitiva porque en Cristo, Dios ha definido al hombre
y ha fijado de alguna forma su peso y medida. «El conocimiento de Dios no
es más que la aceptación explícita del hecho, manifestado en el evangelio y La norma cristiana es que hay que purificar por la cruz y la
convertido en acontecimiento para mí, de ser conocido por Dios desde siempre.
Para mí este conocimiento sólo consiste en asumir mi definición dada por resurrección de Cristo y encauzar por caminos de perfección todas
Dios en Jesucristo. Es la complección convertida en realidad a través del las actividades humanas, las cuales, a causa de la soberbia y del
evangelio, de la apertura de Dios, prevista desde toda la eternidad por él en egoísmo, corren diario peligro. El hombre redimido por Cristo y
Cristo, de la existencia humana». H. SCHLIER, Le message de lésxs et
Vinterpretation moderne. París 1969, 224. hecho en el Espíritu nueva creatura, puede y debe amar las cosas
38
Col 1, 2 7 ; 2, 2 ; 2, 9 ; 1, 19. creadas por Dios (GS 37).
186 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA REDENCIÓN Y PROGRESO 187

El progreso tiende a hacer más libre, más señor de sí Y en otro lugar arriesgará una frase que no ha pasado
mismo al hombre (GS 19; Populorum progressio 41). Li- desapercibida a determinados críticos:
bre por tanto, para abrirse y clausurarse ante el amor.
¿Hará de su libertad una ofrenda o una apuesta a aquél El trabajo de los hombres para... el cristiano tiene incluso la
que se la concede de antemano? (Populorum progressio misión de colaborar en la creación del mundo sobrenatural, no
19,17). «El progreso está en función de la maduración terminado, hasta que lleguemos todos juntos a constituir aquel hom-
bre perfecto, de que habla san Pablo, que realiza la plenitud de
humana.» La alienación arraiga no sólo en las estructuras Cristo25.
exteriores, sino incluso en el corazón del hombre.
Desde esta luz se adivina cómo progreso y redención De estos veneros le nacen al cristianismo las fuerzas
no son sin más términos idénticos. El primero puede ser para mantener ese difícil equilibrio entre un optimismo
fruto de las entrañas humanas, la segunda es fruto de las idealista ignorador del pecado y de la irredención humana;
entrañas de Cristo. La redención es fruto de la abertura, y un pesimismo fácil depredador del valor y de la necesi-
acogida, entrega y abandono en el misterio absoluto que dad de la acción humana en el orden de la gracia. Para
nos funda en el amor, a la vez que del acogimiento y vivi- el creyente, progreso y redención no son dos términos
ficación por ese amor: paralelos y menos opuestos. Un progreso en profundidad
Por ello, aunque hay que distinguir cuidadosamente progreso
termina en la abertura a un alguien mayor que nos tras-
temporal y crecimiento del reino de Dios, sin embargo, el primero, ciende y se nos revela como amor, y acogiéndonos lleva
en cuanto puede contribuir a ordenar mejor la sociedad humana, la pobreza de nuestras obras a plenitud. Porque la gloria
interesa, en gran medida, al reino de Dios (GS 39). de Dios es la plenitud de nuestra humanidad y él no es
un antagonista de nuestra perfección, sino el promotor
Una vez así redimida y connaturalizada con la acción
posibilitante; por eso tiene un sentido y una urgencia
de Cristo, la acción humana es a su vez redentiva para el
nuestro hacer. Porque el hombre se trasciende infinita-
sujeto que la realiza y para sus hermanos. La Populorum
mente a sí mismo, y su libertad consiste en ser liberado
progressio ha ido en este sentido quizá más lejos que el
de su pobreza, por ello la redención es la forma suprema
concilio. Toda obra realizada en fidelidad a las exigencias
de progreso. Separarlas sería romper la unidad de la exis-
internas, en fraternidad y humildad, lleva un dinamismo
tencia humana vista por Dios no en paralelismo sino en
interno que es ya redentivo por sí mismo, está animada
continuidad, no en sucesión temporal sino en coextensi-
por la eficacia misma de Cristo:
vidad. Si se nos permite la fórmula, diríamos que un cris-
Muchos tal vez no hayan percibido el dinamismo de un mundo tianismo cerrado al progreso humano se ha malentendido
que quiere vivir más fraternalmente, y que a pesar de sus igno- a sí mismo y se ha tornado anticristiano, y un progreso
rancias, de sus errores, sus pecados, sus recaídas en la barbarie y sus humano que se ha clausurado al cristianismo ha excluido
alejados extravíos fuera del camino de la salvación, se acerca lenta- sus mejores posibilidades y ha devenido antihumano.
mente, aun sin darse cuenta de ello, hacía su Creador. Este camino
hacia más y mejores sentimientos de humanidad pide esfuerzo y La vocación temporal y la vocación eterna no existen
sacrificio; pero el mismo sufrimiento, aceptado por amor hacia nues- la una tras la otra puesto que la eternidad o vida eterna
tros hermanos es portador de progreso para toda la familia humana. no es sino la faz interna y definitiva de la presente. Por
Los cristianos saben que la unión al sacrificio del Salvador contri-
buye a la edificación del cuerpo de Cristo en su plenitud: el pueblo ello la divinización tiene lugar mediante las obras en la
de Dios reunido 24. tierra y en el tiempo, el servicio a la fraternidad y la hu-
24
Populorum progressio 79. = Ibii., 28.
188 PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS DESDE ESPAÑA REDENCIÓN Y PROGRESO 189
manización del mundo, el sufrimiento y la esperanza del En fórmula breve nos trazaba ya en sus primeros años
reino. un programa de acción:

6. Un testimonio El mundo no puede convertirse y ser redimido más que por el


sobrenatural, mas un sobrenatural «acordado» sobre la tendencia
No para probar sino para ejemplarizar algunas de las natural propia a cada siglo. Se podría decir que el ciclo completo
ideas anteriormente expuestas, termino citando unas pala- de la vida espiritual y apostólica para el cristiano comprende tres
bras de Teilhard de Chardin, ese gran testigo de Dios en tiempos: a) participar en las esperanzas y en las penas de su tiempo;
es decir, encarnarse; b) integrar esta forma humana en la vida sobre-
el mundo, en quien la pasión por Cristo y la pasión por natural en orden a desarrollar un esfuerzo único hacia la espiritualiza-
la tierra crecieron con la misma vitalidad; en quien el ción del ser; c) sublimar el esfuerzo humano haciéndole alcanzar, por
descubrimiento de la plenitud de lo finito acrecentó la ne- prolongación del mismo, formas superiores de actividad como son
cesidad de adoración; para quien progreso y fe no fueron la pureza, la contemplación, la muerte en Dios 27 .
dos fuerzas antagónicas ni excluyentes sino las dos fases
de un mismo hombre fiel a la vocación humana integral. La vida de Teilhard encarnó esas dos fuerzas que se
cruzan en el corazón humano cuando se hace cristiano:
¿Quién será el cristiano ideal, el cristiano a la vez nuevo y an- la necesidad creadora y la trasparencia a la luz y al amor
tiguo, que resuelva en su alma el problema del equilibrio vital, de un alguien mayor y más fuerte, a quien abandonándo-
haciendo pasar toda la savia del mundo a su esfuerzo hacia la nos, somos en ultimidad fieles a nosotros mismos y nos
trinidad divina? Sin duda aquel que comprenda que para ser supre- tornamos radicalmente eficaces para todo lo humano 28 .
mamente hijo de Dios, para cumplir la totalidad de su santa voluntad,
habrá de mostrarse, más que cualquier servidor de Mammón, asiduo En carta a su prima Margarita escribe:
al trabajo de la tierra. Para algunos fieles es seguro que este trabajo
consistirá en espiritualizar el corazón y el espíritu de los hombres Ese es el sentido preciso y profundo de la cruz: la obediencia
mediante el espectáculo de una vida perfectamente casta e inmóvil- y la sumisión a la ley de la vida. Trabajar pacientemente hasta la
mente contemplativa. Éstos representarán en estado puro la com- muerte y aceptarlo todo amorosamente, la muerte inclusive: he ahí
la esencia del cristianismo 29.
ponente cristiana. Para los demás, el número mayor, por más que
hayan consagrado su existencia a la práctica de los consejos evangé-
licos, contará entre los factores más inmediatos y más eficaces de la
santidad, la tarea sagrada de alimentar la vida natural.
El obrero sincero y creyente del progreso es, en efecto, un gran-
de y perpetuo desprendido. Trabaja, se olvida; y se despega porque
ama las causas más que a sí mismo y busca el logro de la vida mucho
más que su triunfo egoísta y personal... Que nunca más, por favor,
pueda volver a decirse de la religión que su influencia ha vuelto
a los hombres más perezosos, más tímidos, menos humanos. Que
jamás su actitud pueda dar pie a la sospecha, mortal, de que tiende
a reemplazar la ciencia por la teología, el esfuerzo por la plegaria,
la lucha por la resignación y de que sus dogmas corren el riesgo
de desflorar el interés por el mundo, al limitar de antemano el hori-
zonte de las investigaciones y la esfera de las energías. Que nunca « Id.
más pueda con razón nadie murmurar contra Roma, porque ésta 28 «Para ser plenamente uno mismo el hombre debe: a) centrarse sobre
tenga miedo a lo que se mueve y a quienes piensan 26. sí mismo; b) descentrarse en el otro; c) sobrecentrarse en alguien mayor que
uno mismo». «Primero ser, luego amar, por fin adorar». P . TEILHARD DE
CHARDIN, Sur le Bonheur. Paris 1967, 32 y 40.
26 a» P . TEILHARD DE CHARDIN, Génesis de un pensamiento. Madrid
P. TEILHARD DE CHARDIN, Escritos del tiempo de guerra. Madrid
1967, 114-117. 1966, 35i-
II
El Vaticano II leído
desde España
1
LA NUEVA CONCIENCIA
DE LA IGLESIA
Y SUS PRESUPUESTOS

L A constitución humen gentium sobre la iglesia, junto


^ con la Dei verbum sobre la revelación y la constitu-
ción pastoral Gaudium et spes sobre la iglesia en el mundo
actual, han sido sin duda los tres documentos más importan-
tes del concilio. Ellos explican la conciencia que la iglesia
tiene hoy de sí misma: su constitución íntima, sus raíces
sacramentales, su postura y palabra ante los problemas
temporales. La primera, la constitución Lumen gentium,
es el corazón del Vaticano II; como encarnación del espí-
ritu que lo ha animado, y como esquema central del que
reciben todos los demás sentido y medida. Su significa-
ción trascendental para la historia de la iglesia radica en
ser el primero y más amplio documento en que un concilio
ecuménico trata explícitamente el tema eclesiológico en el
horizonte total en que nos lo ofrece la revelación, sin que
sus declaraciones se limiten a exponer verdades amena-
zadas por la herejía, y sin que por ello estén sus perspec-
tivas condicionadas por intereses apologéticos1.
1
La iglesia np en uno de sus aspectos o estructuras, sino en su
totalidad en cuanto ámbito del Espíritu, del evangelio y de la salvación,
se constituye por primera vez en problema durante la primera mitad del
siglo xvi. El concilio de Trento, ¿no habría sido el kairós providencial para
dar a tiempo una respuesta a esta radical pregunta? Los padres conciliares
la evitaron por no creerla oportuna. El concilio Vaticano I intentó esa
respuesta radical y general, pero sólo le fue posible tratar uno de los
muchos problemas y no en todos sus aspectos. Cí. U. VALESKE, Votum
Ecclcsiae. I I Interkonfessionelle ekklesiologische Bibliographie. München
1962. I3-I7-
194 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA LA NUEVA CONCIENCIA DE LA IGLESIA 195

Con ello no queremos decir que la constitución Lumen de las palabras de Cristo concluye la revelación en cuanto
gentium ofrezca una eclesiología completa. Un concilio no que la prolonga en el tiempo y en el espacio. La revela-
es una universidad, y los esquemas por él elaborados no ción implica la exigencia de ser siempre recordada por la
quieren ser tratados teológicos. Un concilio es más bien iglesia, y la iglesia tiene necesidad de vivir siempre recor-
una celebración en que la iglesia toda, a través de sus dando la revelación4. Las palabras de Cristo son fuente y
cabezas jerárquicas, actúa su fe en el propio misterio, límite: su unicidad radical (Itpána^) constituye el funda-
toma conciencia viva de él, y se pregunta por las exigen- mento de su catolicidad. En la iglesia el Espíritu nos con-
cias misionales, que en este momento concreto de la his- duce a las palabras de Cristo y a Cristo-palabra, en quien
toria él implica, para servirlas eficazmente en fidelidad retornamos al Padre integrándonos en la vida trinitaria
evangélica. Los documentos de él emanados serán por tan- (LG 4).
to la expresión de la conciencia que la iglesia tiene hoy de La historia interna de la iglesia viene determinada por
su misterio y misión, a la vez que de la voluntad con que la forma concreta de este recuerdo, de esta meditación y
quiere vivir aquél y servir ésta. Son fruto no sólo, ni ante de la fidelidad subsiguiente. Cada momento histórico ha-
todo, de la reflexión de los padres, sino a la vez de la «co- brá recordado especialmente unas palabras de Cristo, las
laboración», «información», «sugestión», «inspiración», habrá meditado bajo una perspectiva y las habrá servido
«docencia» del Espíritu Santo 2 , quien de esta forma va en una forma concreta. Recuerdo-meditación-servicio con-
conduciendo pedagógicamente la iglesia a través de los dicionan la conciencia que la iglesia ha ido teniendo de sí
siglos hacia la plenitud de la verdad de Cristo, manifes- misma: en cada momento, distinta e idéntica, a la vez, a
tándosela en cada situación temporal tal como ella la ne- la de épocas anteriores. Esta percepción que la iglesia va
cesita. haciendo de sí misma es un fenómeno que afecta a su
Los cristianos, discípulos, viven en permanente recuer- esencia, en cuanto esencial es al espíritu la actuación cons-
do de la persona, palabras y acciones de su Maestro; inin- ciente y libre de sí mismo; le fue fundamentalmente dada
terrumpida memoria meditante, porque todo es recuerdo ya en su origen, se va explicitando en el devenir histórico,
en el amor. El órgano viviente de ese recuerdo, que no es y cada uno de los nuevos aspectos descubiertos son pro-
tanto reconstrucción cuanto presencialización, es el Espí- longación complementarizante de los ya reflexamente po-
ritu Santo. Para eso nos fue dado por Cristo y para ello seídos. Con ello tenemos dada la división de nuestro es-
permanece como alma en la iglesia: para traernos a la me- tudio: I La (auto)conciencia de la iglesia. II La (auto)-
moria cuanto él nos dejó dicho, para manifestarnos todo
el contenido de cada una de sus palabras, para posibilitar Chevetogne 1962, 13-26; R. SCHNAKENBURG, Zur Vorstellung vom Geist iñ
la decisión creyente de los futuros cristianos mantenién- I Ioh, en Herders Theologischer Kommentar zum Neuen Testament X I I I ,
3, 209-215. Sobre el tema general iglesia-Espíritu Santo puede verse S. TROMP,
dolas vivas durante los siglos y de esta forma conducir De Spiritu Soneto anima corporis mystici 1. Testimonia selecta e patribus
la iglesia a la verdad completa 3 . Este recuerdo eclesial graecís 2. Testimonia selecta e patribus latirás. Roma 1932-1948; J. A.
MÓHLER, Die Einheit in der Kirche oder das Prinzip des Katholizismus.
Kóln-Olten 1957; A. VONIER, The Spirit amd the Bride. London 1935;
2
Hech 15,28; 5,33; GERSON, Concilio de Constanza, 23 marzo 1415 F. MALMBERG, Ein Leib, ein Geist. Vom Mysterium der Kirche. Freiburg
(MANSI 18, 537); SAN CIPRIANO, Epist. 57, 5 (HARTEL 655); SAN LEÓN, 1960; Y.-M. CONGAR, El Espíritu Santo y el cuerpo apostólico, realizadores
Epist. 103, 104, 3 (PL 54, 988; 54, 995; 54, 1112). Cf. S. TROMP, Corpus de la obra de Cristo, en Ensayos sobre el misterio de la iglesia. Barcelona
Christi quod est Ecclesia, 3. De Spiritu Christi anima. Roma 1960, 383-395; 1959, 95-132; I D . , Los caminos del Dios vivo. Barcelona 1964, 167-186;
Y.-M. CONGAR, Diario del concilio. Segunda sesión. Barcelona 1964, 9-38: M. SCHMAUS, Teología dogmática I I I . Madrid 1959, 399 s. Más bibliografía
«Notas sobre el concilio como asamblea y sobre la conciliaridad de la iglesia». en U. VALESKE, 48-50.
3 4
Jn 16, 13; 14, 26; 14, 15-29; I Jn 2, 17. A. WIKENHAUSER, Regens- PABLO V I , Discurso de apertura de la segunda sesión: AAS 55
burger Nenes Testament, 5, 275 y 2 9S; R- BULTMANN, Das Evangelium des (1963) 481-859; MICHEL, Theologisches Worterbuch sum Neuen Testament
Johannes. Góttingen 1962, 485 y 442. nota 4; J. J. VON ALLMEN, L'Esprit de 4, 678-682. Como María, la iglesia sigue durante toda su historia en perma-
vérité vous conduira dans toute la vérité, en L'infaillibilité de l'Eglise. nente audiencia y meditación de las acciones y palabras de Cristo (Le 2, 19).
196 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA LA NUEVA CONCIENCIA DE LA IGLESIA 197

conciencia de la iglesia en su novedad actual, tal como realidades históricamente coextensivas. La iglesia ha co-
se refleja en la constitución Lumen gentium. I I I La com- menzado en definitiva a existir, en el momento en que se
plementariedad de las dimensiones eclesiales puestas en ha sentido como tal. Elegida por Cristo como nuevo Israel
ella de relieve respecto a las anteriormente acentuadas. durante su predicación, adquirida con su sangre en la cruz
(Hech 20,28; LG 3,5-6 y 9), ve la luz en pentecostés al
sentirse animada por el Espíritu Santo, que descendiendo
I sobre todos los que estaban reunidos (Hech 2,1 [todos],
CONCIENCIA DE LA IGLESIA 2,7; 2,18 [siervos y siervas]; 4 , 3 1 ; LG 5 [fin]), les da
conciencia de un «nosotros» referidos a Cristo, en pose-
La celebración conciliar es, ante todo, un acto de fe sión de una vida nueva, sintiéndose salvos. El órgano de
eclesial en un cuádruple sentido: confesión de fe ante Dios esta percepción original, que hace a la iglesia sentirse tal,
(fides); reflexión sobre la naturaleza, contenido y exigen- es un don universal y permanente de Dios para todos los
cias de esa fe hoy (cogitado fidei); exposición magiste- bautizados. Cada momento histórico tiene que rehacer su
rial, autoritativamente declarativa de sus implicaciones propio pentecostés: es decir, percepción comunitaria del
doctrinales y morales (determinatio fidei); testimonio y misterio de Cristo: de su acción redentora, de la resurrec-
oferta al mundo (oblatio fidei). Desde esta perspectiva ción con. que fue atestiguada por Dios su obra, del don
vista, la constitución Lumen gentium tiene por objeto que a ruego suyo el Padre envía a cuantos creen en él
proponer el misterio de la iglesia «eucarísticamente» ante (Jn 15,26; 14,16; Hech 1,8; 2; 10,44-45; 11,17; Le
Dios; magisterial y meditativamente ante los católicos; 24,49; LG 4). Pentecostés es el día natal de la iglesia,
testimonialmente, ante los hombres todos. Así da gracias porque es el momento en que se enciende en ella la con-
a Dios por las maravillas que en ella ha obrado; toma con- ciencia profética, que le hace ver todo el pasado culmi-
ciencia más viva de la verdad que a ella le fue confiada, de nado en Cristo y el futuro todo como una prolongación
la misión que le es propia, de la actitud connatural a ella; de aquel pasado único. En esta luz de Cristo se ve a sí
y, finalmente, da razón de su esperanza ante todos los misma, como la agraciada con un don y la obligada con
hombres que, consciente o inconscientemente, se pregun- una misión (LG 1). El don es la apropiación redimente de
tan cuál sea su origen, su misión y meta dentro de la his- toda la existencia redentora de Cristo, que tiene lugar en
toria humana total (LG 10 y 39; 1 Pe 3,15). el bautismo, al que acompañan la remisión de los pecados
y el Espíritu Santo. Este espíritu único, como algo común,
Proponer la iglesia su misterio significa ante todo to- es el órgano generador de una conciencia común y de una
mar conciencia de sí misma, elevando a conocimiento re- comunidad de vida, que se manifestará siempre renovada-
flejo y traduciendo en formulación conceptual o expresión mente en la comunitaria posesión de bienes, comunitaria
simbólica esa vivencia previa y fundante que posee de sí fracción del pan, comunitaria asistencia al templo, comu-
misma, es decir, tal como la fe de los cristianos, infalible
en su ejercicio comunitario, la realiza y el magisterio de
medio de definiciones dogmáticas, sino «empleando declaraciones por las
la totalidad episcopal, infalible en su actuación colegial, cuales, con más claro y más serio magisterio, se declara a si misma qué
la expone 5 . Existencia eclesial y conciencia eclesial son siente de sí...-» y «la conciencia de la iglesia se esclarece a sí misma»: AAS
55 (1963) 847-850. Ideas repetidas nuevamente en la encíclica Ecclesiam suam
y en el discurso de apertura de la tercera sesión. No mucho después de la
6
Esta fue la meta señalada por Pablo V I al concilio en el discurso de interrupción del Vaticano I, escribía M. BLONDEL: «Reunir un concilio: para
apertura de la segunda sesión. Él habla de la «noción de la iglesia que debe subrayar con claridad que la infalibilidad no hace la existencia inútil; para
definirse más plenamente», «los fines principales de este concilio son: noción, dirimir las cuestiones debatidas y esclarecidas o suspendidas desde 1870; para
o mejor, conciencia de la iglesia...», «cometido teológico del concilio, del cual definir el alma de la iglesia y al Primogénito»: Atiente du Concile. París
la iglesia puede sacar una conciencia de sí...» Ello lo hará el concilio no por 1964, 14.
198 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA LA NUEVA CONCIENCIA DE LA IGLESIA 199

nitaria audición de la doctrina de los apóstoles (Hech 2, Verbo de la vida (1 Jn 1,1-3); interpretarnos su persona
42-46). y obra dentro de los designios de Dios, manifestados en
El Espíritu es y crea la conciencia de la iglesia, en el horizonte salvífico de la anterior historia del pueblo
cuanto le «recuerda» las palabras de Cristo y le hace trans- elegido (teología)7. Con la fundamental diferencia respec-
parente su persona. Él no hablará de sí, sino que será pura to a toda otra, que ésta es una teología inspirada, y, por
referencia a Cristo (Jn 16,13-14). En sus mismas raíces tanto, normativa para la iglesia por provenir de quienes
está la iglesia religada a ambos: lo cristológico y lo pneu- son sus fundamentos, testigos autorizados de su resurrec-
matológico son elementos igualmente esenciales en su ción y testigos necesarios para nosotros, sin los cuales no
constitución. Cristo es origen, meta y límite; el Espíritu hay acceso inmediato a Cristo 8 . Esta conciencia apostólica
es luz para iluminar a Cristo ante los ojos de la iglesia y será canon para toda la iglesia subsiguiente.
fuerza para conducirla al Padre en él (Gal 4,6; 1 Cor 2, Ésta no recibirá de aquéllos, sin embargo, puras nocio-
12) 6 . Sin Cristo no sería la iglesia lo que ella es; sin el nes o verdades abstractas. De ellos ha recibido la realidad
Espíritu no sabría quién es ella. Realidad y autoconcien- misma de Dios dada a los hombres en Cristo, para serles
cia, existencia y reflexión, historia y dialéctica son la doble comunicada como vida redentiva dentro de los cauces
cara de su único rostro. La vitalidad de la iglesia será pro- por él Ubérrimamente prefijados. La iglesia aparece así
porcional a la fidelidad con que quiera escuchar y seguir en su esencial bipolaridad: como institución y comunidad,
la voz del Espíritu, que en ella inhabitando le quiere con- como contenido de redención y hombres que se de-
ducir siempre de nuevo a Cristo, para que reencontrán- jan redimir por él, como maternidad preexistente a quie-
dose a sí misma en él se renueve mediante la contempla- nes en su seno devienen hijos de Dios (filiación divina-
ción amorosa de su persona, la meditación atenta de sus fraternidad humana). Iglesia es así fruto del designio mise-
palabras, la encarnación arriesgada de su mensaje. ricordioso de Dios, que incorpora a Cristo los creyentes
Si en su nacimiento conciencia y existencia fueron por la donación de su Espíritu, a través de formas-símbo-
para la iglesia una misma realidad, también lo serán en los confiados por él a los apóstoles. Comunión de realida-
su devenir histórico. El Espíritu sigue conformando a la des santificantes, creadora de hombres santificados: comu-
iglesia en cuanto le sigue conduciendo a Cristo, y ella se nión de los santos. Sus raíces se hunden en el misterio de
realiza como iglesia en esa actuación consciente de su fun- Dios mismo: por eso es ella misterio, contenido de vida
damentación crística. A esta luz el Nuevo Testamento es divina, que en su infinitud personal trasciende las posibi-
el relato histórico y la conciencia creyente que el Espíritu lidades de apropiación vital y comprehensión intelectual
suscita en la iglesia. Es narración histórica precisamente exhaustivas por parte de los espíritus creados (LG 1-8)9.
en cuanto quiere ser testimonio de una fe; por otra parte, Ésta es la primera característica de la conciencia de la
sólo sirve válidamente a esa fe en cuanto es un válido tes- iglesia: conciencia mistérica, en cuanto Dios mismo está
timonio histórico. Con los apóstoles, por tanto, comienza implicado en ella como contenido constitutivo y órgano
el dogma y la teología, al ser ellos los primeros quienes,
bajo la moción del Espíritu reflejamente percibida (Hech 7
Cf. K. RAHNER, Theologie im Neuen Testament, en Einsicht und
2-4; 5,32; 15,28), se deciden por Cristo (fe), deciden Glaube. Festschrift für G. Sohngen. Freiburg 1962, 28-44, y en Escritos de
teología 5. Madrid 1964, 33-54.
quién es Cristo (dogma) e intentan ofrecernos aquella vi- 8
Ef 2,20; Ap 21,94; Hech 1,8; 1,22; 2,32; 3,15; 5,32; 10,39;
vencia original que sus ojos, oídos y manos hicieron del 10,41; 13,31; 22,15; 26,16; 1 Cor 15,18. Cf. STRATMANN, Theologisches
Worterbuch zum Neuen Testament 4, 492-510; N. BROX, Zeuge und
Mdrtyrer. München 1961.
c B
Cf. H. SCHLIER, Der Brief an die Galater, Gottingen 1962, 197-199; PABLO VI, Ecclesiam suam: AAS 55 (1964); cf. H. HOLBÓCK - T.
A. ÜPKE, Der Brief an die Galater. Berlín 1957, 97-98. SARTORY, Mysterium Kirche 1. Salzburg 1962, 210-220.
200 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA LA NUEVA CONCIENCIA DE LA IGLESIA 201

suscitante. A lo largo de los siglos irá intentando cada vez reflexión actual confluyen hacia una percepción inmediata
más profundamente sumergirse en esa realidad que la sus- del misterio divino y de las implicaciones humanas que
tenta, sabiendo que nunca va a agotarla, aunque cada vez ella entraña 12 .
se sienta más atraída hacia ella. De aquí su esfuerzo siem- No es la suya, pues, una autocontemplación morosa,
pre repetido por traducir esa vivencia en conceptos o sím- sino puro referimiento a Cristo, del que le llega la vida
bolos, por definirse a sí misma, por estructurar todos esos y del que se sabe con la obligación de ser viviente espejo;
saberes aislados en un conjusto sistemático. Apelará pri- puro referimiento al Espíritu, agente de este conocimiento
mero a símbolos, sugeridores cada uno de un aspecto del y reductor suyo en Cristo al Padre 13 . Esta perpetua inte-
misterio; luego utilizará nociones, tomadas de sistemas rrogación de sí misma, fruto inmediato del dinamismo de
filosóficos o de la realidad sociológica: consciente, sín em- la fe, que desea ver para vivir, y a la que de tanto aspirar
bargo siempre de que una «definición definitiva» es impo- y amar le nacen ojos14, la realiza la iglesia, olvidándose
sible 10. Símbolos, conceptos, esquemas balbucean ese mis- a sí misma, para sumergirse en aquel ,que constituye el
terio que es la iglesia, pero que nunca le pueden definir fondo de su misterio; para asumir su amor en ella vertido,
porque ello significaría de-finir al In-finito en ella viviente para distenderse hasta Dios rompiendo los propios lími-
y operante. Por eso es misterio la iglesia, no sólo en su tes y aceptar permanentemente el amor que la funda, y
constitución, sino también en su historia.11. aceptando devolvérselo hecho amor suyo a él. Es, antes
De esa posesión de sí misma pasa la iglesia a un saber que una egoísta contemplación, una consciente «eucaris-
reflejo de sí misma explicitando en saberes categoriales tía» a aquel que en ella vive esperando una aceptación
aquel saber trascendental; saberes explicitadores, que de y respuestas vivas.
éste manan y en él revierten, aumentándole; fontal saber Esta polivalencia, efecto de su misteriosidad, explica
aquél del que, como pozo artesiano inagotable, va sacando por qué cada época histórica se ha sentido impresiona-
la iglesia porciones de agua para ir apagando y alimentan- da por una de sus facetas y ha vivido uno de sus misterios
do a un tiempo su sed de comunión divina. Si se nos per- dentro del total misterio, permaneciendo el resto un tanto
mite explicar la conciencia que la iglesia posee de sí en en la penumbra. Cada generación desemboca por un cauce
paralelismo con la del alma humana, diríamos que preexis- conceptual en el mar de la realidad. Cada siglo de vida
te en la iglesia un conocimiento habitual de sí misma. cristiana va desplegando uno de los pliegues de la realidad
Conocimiento que tiene radicalmente el valor de una per- iglesia, y sumergido en su contemplación parecerá olvidar
cepción experimental y que, mediante la posición de actos los otros, que, sin embargo, están presentes, porque se im-
concretos en la vida, sobre los que revierte su inteligencia plican. Precisar la conciencia eclesial de cada época sig-
iluminada por la fe y la caridad, se convierte en un cono- nificará descubrir esos aspectos del propio misterio, que
cimiento reflejo, que hace descubrir a la iglesia sus funda-
mentos en Cristo y en el Espíritu. Conciencia habitual y 13
Cf. A. GARDEIL, La structure de l'ame et l'expérience mystique 2.
Paris 131927, 90-149.
10 SAN IGNACIO, Efesios 9, 1. Sobre el Espíritu «reductor» cf. SAN
Cf. C H . JOURNET, L'Egtise da Verbe incarné 2. Sa structure interne
et son unité catholique. París 1951, 581-599; 1172-1190; Y.-M. CONGAS, AGUSTÍN, De vera religione 55, 113 (PL 34, 172); A I X H E R DE CLAIRVAUX,
¿Puede definirse la iglesia-? Destino y 2valor de cuatro nociones que se ofre- De Spiritu et anima 6 ( P L 40, 783); SAN BUENAVENTURA, I Sent d. 27
cen a hacerlo: Santa iglesia. Barcelona i968, 23-45. p. 2 a. 1 q. 2 ad 5; Collationes in Hexaemeron r, 12; De Mysterio Trinitatis
11 q. 4 a. 2 fund 10; SANTO TOMÁS, / Sent d. 14 q. 2 a. 2; 2 Sent prólogo.
«La iglesia es un misterio no sólo en su origen y en su esencia, sino 14
también en su historia, puesto que su misma esencia se va desarrollando y Cf. además de las obras de ROUSSELOT, STOLZ, DUPONT, GUÉRARD
perfeccionando a través de los siglos»: A. PANGHAZIO en el Concilio 25-11- DES LAURIERS, AUBERT, DILLENSCHNEIDER, SECKLER, M. D. CHENU, Dyna-
1963. Texto en J. C H . HAMPE, Ende der Gegerireformation? Das Konzil: misme de l'acte de foi, en La Parole de Dieu 1. La foi dans l'intelligence.
Dokumente und Deutung. Stuttgart-Mainz 1964, 328; I D . , Le mystere de Paris 1964, 77-111; Y.-M. CONGAR, La foi et la théologie. Tournai 1962,
l'histoire de l'église, en Disconrs a» Concile Vatican II. París 1964, 199-202. 72-83.
202 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA LA NUEVA CONCIENCIA DE LA IGLESIA 203

más explícitamente han sido percibidos por los cristianos, renciadores acentuará la Reforma. El Vaticano I, a despe-
describir cómo a través de ellos han percibido el resto y cho de un esquema completo que comienza con la doctrina
cómo han conformado con ellos su vida. Así, por ejemplo, del cuerpo místico de Cristo, se deberá contentar con un
la cristiandad primitiva verá ante todo en la iglesia su solo capítulo: Sobre la infalibilidad del romano pontífice.
maternidad sacramental, su esponsalidad crística, su virgi- El medio siglo último será un ininterrumpido esfuerzo
nidad fecunda; aquella virgen madre cederá luego paso a por devolver a la iglesia su dimensión pneumática, sacra-
la ciudad de Dios agustiniana. La cristiandad medieval mental y escatológica, anterior y complementaria de sus
verá en la iglesia no tanto el cuerpo de Cristo cuanto la estructuras jerárquicas, de sus formas externas y de sus en-
corporación de los cristianos; del concepto sacramental carnaciones sociológicas15.
patrístico se ha pasado a un concepto sociológico: cuerpo Puesto que la iglesia no es una realidad definitivamente
de Cristo-corporación de cristianos; ella será a la vez el acabada, por ser la aún perdurante convivencia redentora
firmamento cobijador dentro del que dos órdenes de exis- de Dios con los hombres, va desarrollándose y creciendo
tencia creyente —¡las dos espadas!— coexisten. En la en el tiempo, crecimiento que tiene, lugar por una dis-
baja edad media asumirán las estructuras externas de la tensión hacia el pasado: sus orígenes en Cristo, y hacia
iglesia una importancia desorbitada, que culminará luego el futuro: la esperada consumación en él (LG 1 y 48-
en la admiración por la «grandeza de los papas» renacen- 51) 16 . Crecimiento existencial y crecimiento cognoscente,
tistas. El motivo: autoafirmación, lucha y triunfo domina- por el cual la iglesia se va apropiando el misterio vivifi-
rán el período de reforma y barroco. Posteriormente será cante de Dios en ella; crecimiento no tanto de orden cuan-
la idea de iglesia como sociedad o asociación la prevalente, titativo-discursivo cuanto de orden cualitativo-personal;
y durante la Ilustración interesará más que su contenido conocimiento progrediente más en concentración circular
sobrenatural santificante su aportación moralizadora, su que en extensión lineal. Y la mirada hacia el pasado no es
carácter religioso humanitario sin más. Con el romanti- tanto un estudio histórico cuanto una meditación interior;
cismo alemán se iniciará el movimiento (J. A. Móhler, ella no rebusca en archivos muertos de tiempos pretéritos,
J. E. Kuhn, F. Pilgran, M. J. Scheeben, C. Passaglia, sino que encuentra en ese archivo viviente de hoy que es
Franzelin, C. Schrader...) que tiende a ver en la iglesia
más su realidad interior y su lado pneumático que su 15
Sobre esta evolución de las concepciones eclesiológicas puede encon-
constitución externa y su aparición temporal. Reasumida trarse biblografía completa en J. WODKA, Mysterium Kirche I, 470-471
en parte esta tendencia por el Vaticano I, encontrará su (Geschichte des Kirchenbergriífs); Y.-M. CONGAR, Iglesia I I . Historia délos
dogmas, en H. FRÍES, Conceptos fundamentales de la teología 2. Madrid
expresión magistral en la encíclica Mystici corporis. 1966, 300-314; VALESKE, 1. c , 20-37. En especial para el Vaticano I y los
últimos cien años: M. NÉDONCELLE, Vecclésiologie au XIX siécle. París
Paralela a la evolución de la conciencia eclesial ha evo- 1960; S T . JAKI, Les tendances nouvelles de l'ecclesiologie. Roma 1957;
R. AUBERT, Lyecclésiologie au Concile du Vatican I, en Le concite et les
lucionado la eclesiología. La patrística no considera la igle- concites. Paris-Chevetogne 1960, 245-284; U. BETTI, La constituzione dom-
matica «Pastor aeternus» del Concilio Vaticano I. Roma 1961; J. P. TORREL,
sia separadamente del misterio de Dios actuando en La théologie de Vepiscopat au premier Concile du Vatican. París 1961;
la historia, de la persona de Cristo y de la prolongación F. VAN DEN HORTS, Der Entwurf a.de Ecclesia Christi» auf dem I. Vatikani-
schen Konzil. Sein Inhalt, seine Herkunft und seine Ausrichtung. Paderborn
sacramental de sus acciones salvíficas. Santo Tomás ex- 1963. Sin duda la mejor historia de la eclesiología en el siglo xx es la
«especie de crónica continua» que Y.-M. Congar viene escribiendo desde
pone todavía sus ideas eclesiológicas al hablar de Cristo 193
2
2
, y que ahora aparece reunida en el volumen: Santa iglesia. Barcelona
y de los sacramentos. Los primeros tratados De Ecclesia i968, 397-631.
18
surgen como apologías del papado, insistiendo de una for- M. BLONDEL, Atiente du Concile. París 1964, 35: «Hay en el
cristianismo virtualidades latentes que cada siglo descubre en proporción a sus
ma unilateral sobre los elementos externos de la iglesia, necesidades. Vueltos hacia el futuro, reconocemos en las crisis presentes,
los sucesos futuros de este Cristo que, humilde y escondido en su vida,
cuya estructura jerárquica, visibilidad y elementos dife- permanece humilde y escondido en su avance a través de los tiempos».
204 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA LA NUEVA CONCIENCIA DE LA IGLESIA 205

Cristo 17 ; y las «memorias» de él, que son los evangelios sión los tres accesos distintos que la iglesia posee para
y el Nuevo Testamento todo, las lee en esa «memoria» introducirse en su propio misterio. El último tendrá espe-
suya que es y provoca en ella el Espíritu Santo, el único cialmente lugar en su encuentro con el mundo, en la lucha
capaz de dar a entender aquéllas, ya que sin el espíritu de con el mal, en el esfuerzo denodado por realizar el encar-
Cristo no es posible comprender la vida de Cristo. El go misional de Cristo. La oposición obliga a clarificar la
evangelio permanece vivo en la iglesia viviente mediante propia conciencia, y la contradicción es creadora de luz.
la acción del Espíritu vivificante. Él es el que da testimo- Para la iglesia, la historia de sus contradictores es la histo-
nio del Cristo histórico, el que le revela presente y sus- ria de su propio descubrimiento. Recuérdese lo que signi-
cita un instinto de fe para descubrir la continuidad entre ficó la oposición judaica para la idea de catolicidad, el
ambos y traducir en palabras nuevas siempre la única y a montañismo y donatismo para otro conjunto de cuestio-
todos siglos común realidad de Cristo 18 . nes eclesiológicas, o, después, el conciliarismo y la Refor-
La iglesia progresa en el conocimiento de la revelación ma en la elaboración de la estructura jerárquica; u hoy el
y, consiguientemente, en el conocimiento de sí misma por comunismo.
un estudio renovado siempre de sus fuentes propias (Bi- El retorno a sus fuentes, el vivir profundamente su
blia, liturgia, padres), explicitando mediante un trabajo contenido sobrenatural, el choque con el mundo, el es-
discursivo las implicaciones de las verdades reveladas; fuerzo misional, la inserción de Dios en la historia a tra-
por un conocimiento experimental de connaturalidad, fru- vés de los acontecimientos que él provoca o permite, son
to de una conformación de la propia vida con el misterio; los factores que condicionan el modo de conciencia que la
no sólo, pues, de un estudio de iglesia, sino de una «pa- iglesia tiene en cada momento de sí misma. La teología,
sión» de la iglesia; en el orden religioso «el padecer» es la misión, la santidad propias de cada generación son los
(TÓ 6éia xá6siv) el conocimiento más revelador. Haciendo factores determinantes de su vivencia eclesial. Ésta puede
la verdad, es decir, viviendo conforme a las palabras de ser más o menos intensa, más o menos centrada. La igle-
Cristo, descubre la iglesia la verdad de Cristo. La finitud sia no puede escapar a las condiciones de finitud, es decir,
humana tiene acceso al misterio no sólo en la luz de la a las coordenadas de tiempo y espacio, que aunque no mo-
revelación, sino también en la luz del amor y en la fideli- difiquen sí coloran las verdades reveladas en su concreta
dad de la obediencia19. Son, pues, reflexión, acción y pa- percepción temporal-local. Es la necesaria kénosis de la
verdad en el tiempo. Por ello se podrá hablar de la igle-
17
«Para mí todos los archivos se cifran en Cristo». SAN IGNACIO DE sia del Nuevo Testamento, de la iglesia del siglo xvi, de
ANTIOQUÍA, Filadelfios 8, 2.
18
Jn 10,26; 15,26; Rom 8,16; 1 Cor 12,3. Cf. R. GUARDINI, LOS la iglesia del Vaticano II, ya que la historicidad hace po-
sentidos y el conocimiento religioso. Madrid 1965, 89 s. La exégesis me- sibles y necesarias múltiples vivencias de esa única igle-
dieval ha puesto intensamente de relieve la implicación entre poseer el
Espíritu de Cristo y lograr inteligencia de Cristo. Cf. H. DE LUBAC, Exégése sia20. La historia de ésta es fundamentalmente integra-
médiévale 1. Les quatre sens de l'Ecriture. París 1959-1964, 355-363.
19
«El misterio de la iglesia no es mero objeto de conocimiento teológico, dora de las nuevas profundidades descubiertas, sin perder
sino que debe ser un hecho vivido, del cual el alma fiel, aún antes que un ninguna de las poseídas; sin embargo, a la vez que unas
claro concepto, puede tener como una connatural experiencia». PABLO VI,
Ecclesiam suam: AAS 56 (1964); Pío X I I , Humani generis. D. 2324
(conocimiento por «connaturalidad», con referencia a santo Tomás 2-2 q. 1
a. 4 ad 3; q. 45 a. 2 in c). Cf. F. MARÍN-SOLA, La evolución homogénea del el tabernáculo donde perpetúa su presencia y sus enseñanzas.» M. BLONDEL,
dogma católico. Madrid 1952; Y.-M. CONGAR, Lajoiet la théologie... 107-112. Atiente du Concile... 28, y Les premiers écrits de Maurice Blondel. Paris
«Lo que el hombre no puede comprender totalmente, puede hacerlo plena- 1956, 211-212. Cf. J. M. PERO-SANZ, El conocimiento por connaturalidad.
mente, y es al hacerlo cuando mantendrá en sí mismo la conciencia de esta Madrid 1965.
20
realidad todavía semioscura para él. "Guardar" la palabra de Dios es, Sobre el influjo de esta vivencia eclesial en las diversas espirituali-
sobre todo, practicarla. El depósito de la tradición no puede apropiarse dades, cf. J. DANIÉLOU - H. VORGRIMMLER, Sentiré Ecclesiam. Das Bewus-
y desenvolverse más que si está confiado a la obediencia práctica del amor. stein von der Kirche ais gestaltende Kraft der Frómmigkeit. Festchrift für
La acción fiel es el arca de la alianza donde se hallan las confidencias de Dios, H. Rahner. Freiburg 1961.
LA NUEVA CONCIENCIA DE LA IGLESIA 207
206 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA

son acentuadas, desaparecen del horizonte consciente Nos preguntamos ahora cuál es la intuición o intuido,
otras, cayendo en el olvido21, o al menos no conservando nes fundamentales de la constitución Lumen gentium, qn e
el papel que les pertenece en el organismo de la revela- están substantes a sus afirmaciones aisladas; cuáles son l a s
ción y, por ende, en el de la conciencia creyente. En cada dimensiones más salientes de la conciencia que la iglesja
una de estas acentuaciones históricas sucesivas va incluido posee hoy de sí misma; qué factores históricos de orde^
todo el resto del misterio eclesial, pero su fecundidad general la han provocado; en qué radica su novedad, y
santificante puede ser mermada si el centro de visión sub- cuál es su relación con la de siglos anteriores.
jetiva no coincide con el centro de la realidad objetiva.
Y tanto en la iglesia de piedras como en la iglesia de bau-
tizados, no hay otro centro de consistencia y orientación II
que el altar: y altar ya no hay otro que Cristo mismo22. CONCIENCIA ACTUAL DE LA IGLESIA
Puesto que en ella hay elementos esenciales y otros Y SU NOVEDAD PROPIA
menos esenciales, toda toma de conciencia y toda reforma
en la iglesia comenzarán examinando a la luz de la reve- La iglesia es el cuerpo vivo del Cristo viviente. ElJa
lación y del magisterio si esos elementos que objetiva- debe crecer hasta la plenitud de éste, renovarse en la nove,
mente son esenciales, lo son a la vez en su conciencia; si dad siempre actual de quien viniendo a nosotros nos traj 0
lo que son goznes del misterio de la iglesia lo son de nues- todo lo nuevo y una perenne novedad24. Crecimiento y
tra vivencia de él o si, en cambio, aspectos verdaderos renovación son las leyes constituyentes de la iglesia; ere»
pero secundarios asumen en la conciencia de los creyentes cer y renovarse en su ser y en la conciencia que tiene de
el papel de primarios; si los arroyos se convierten en fuen- sí misma. Por ello, el concilio se ha propuesto no repeti t
tes o si los lagos sustituyen a los manantiales23. sin más verdades antiguas25, sino actualizar ese origina
y permanente, aunque informulado saber, que la Iglesja
21
Cf. Y.-M. CONGAE, La joi et la théologie... 111-112, con nota 1
posee de su propio misterio, al que seguirán un querer
(ejemplos y bibliografía sobre algunos de estos oscurecimientos u olvidos sentir y vivir nuevos 26 . Y esto es la constitución Lume^
parciales).
23
Permítasenos un ejemplo: una iglesia puede ser contemplada desde gentium: expresión magisterial de esa nueva conciencja
el altar mayor, punto céntrico en que todas las líneas convergen y desde el
que todo aparece en la luz y lugar propio; o puede ser contemplada desde
eclesiológica, ya previamente existente en el pueblo rje
una capilla lateral, con una luz por tanto lateral, con una perspectiva menos Dios, suscitada por el Espíritu Santo y garantizada por éj
completa, quedando parte fuera del ángulo de visión. De esto se trata
en el concilio: volver a colocarse en el altar —corazón de la iglesia—, en su formulación conciliar: ¿en qué consiste tal nove,
para ver desde allí en plena luz su misterio, sus dimensiones internas, sus
necesarias prolongaciones al exterior. Altar y corazón de la iglesia es Cristo.
dad?
La promesa (Mt 16, 18) garantiza que la iglesia no se saldrá de su No tanto en ideas cuanto en opciones, perspectivas
ámbito (para seguir con nuestra metáfora), pero no garantiza que siempre
permanezca en el punto centro de visión. Iglesia son también los rincones, acentuaciones distintas dentro de una fundamental confoj'
y quizá la sacristía: desde los que en algún modo se posee el conjunto. Toda midad con el pasado. Fruto de una re-interrogación de lgs
reforma moral y todo renacimiento teológico tienen como meta volver a ver
o volver a colocar la iglesia en torno a su centro, es decir, en torno a la
piedra de altar, que es Cristo. Resultado de este esfuerzo de «cordialización» o 34
«centralización» es la actual visión de la iglesia. Sobre el tema altar = Cristo, 23
SAN IRENEO, Adv. haer. 4, 34, 1.
cf. Dictionnatre de la Bible I, 1266-1277; PATJLY-WISSOWA I, 2, 1640-1691; Discurso de apertura de la primera sesión: AAS 54 (1962) 791.
28
J. MÓLLERFELD, Der Altar ist Christus: Geist und Leben 34 (ig6r) 261-271; «Debemos terminar nuestro concilio ecuménico; debemos asegura-
R. GUARDINI, Bin Wort sur liturgischen Frage. Mainz 1940, 4. a la vida de la iglesia una manera nueva de sentir, de querer y de COT^,
23
Hay, pues, herejes que son tales no porque nieguen verdades reve- portarse; hacerle encontrar de nuevo una belleza espiritual en todos log
ladas, sino porque operan un descentramiento y desequilibrio dentro de ellas; aspectos: en el campo del pensamiento y de la palabra, en la oración y en l0s
porque exigen para determinados aspectos secundarios una atención que al métodos de educación, en el arte y en la legislación canónica.» PABLO VJ
ser excesiva agota las posibilidades de seguir considerando como centro las Discurso en Belén. Cf. II pellegrinaggio di Paolo VI en Terra Sant$
que en realidad lo son. Cittá del Vaticano 1964, 101.
208 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA LA NUEVA CONCIENCIA DE LA IGLESIA 209

fuentes bíblicas, patrísticas y litúrgicas sobre la iglesia, El órgano que pone en movimiento esta renovadora leva-
significa un re-descubrimiento y re-vivencia de aspectos dura crística es el Espíritu Santo: «para que incesante-
olvidados, aunque siempre poseídos, de dimensiones nue- mente nos renovemos en él, nos concedió participar de
vas de esa iglesia única mediante la renovada asimilación su Espíritu», dice la constitución Lumen gentium. Don
consciente de su antiguo contenido; re-elevación de anti- que, concedido a la iglesia, la vivifica en la palabra del
guas verdades ante los ojos de los creyentes para descu- evangelio; y que en la fe, como el licor precioso renueva
brirles su relevancia vital y provocar una conciencia re- el vaso que lo contiene, la va él renovando en juventud
fleja de ellas; orbitación de elementos que antes quizá apa- perenne:
recían desorbitados; centramiento de estructuras que exis-
tían desconexas en la periferia eclesial; concentración de Por la virtud del evangelio hace rejuvenecer a la iglesia, la re-
la mirada en los núcleos esenciales del propio misterio; nueva constantemente y la conduce a la unión consumada con su
Esposo (LG 7 y 4) 31 .
y, finalmente, como consecuencia de todo lo anterior, re-
ordenación de la existencia cotidiana de la iglesia, de
acuerdo con las perspectivas descubiertas primero por los La constitución Lumen gentium no ha definido nin-
fieles en reflexión común y católica, y luego magisterial- gún dogma ni condenado ninguna herejía ni introducido
mente sancionadas por los padres conciliares. Con ello no doctrinas que no perteneciesen ya al depósito revelado32,
hace la iglesia sino cumplir su misión, que es mantener y, sin embargo, constituye un progreso considerable en la
siempre nueva y siempre descubrible para todos los hom- evolución del dogma eclesiológico. Progreso no tanto por
bres de todas las épocas la siempre renaciente y nunca análisis cuanto por síntesis. Su valor radica no tanto en
marchita novedad de Cristo, quien con su muerte, resu- las orientaciones aisladas cuanto en la visión orgánica to-
rrección, ascensión y envío del Espíritu, ha enterrado en tal del propio misterio que ha intentado la iglesia; en el
la humanidad la levadura de una nueva creación, integrán- esfuerzo hecho por descubrir su lugar propio dentro del
dose ahora la masa, haciéndola sufrir Jos dolores de la fer- horizonte general de la historia de la salvación y de la his-
mentación y consumándola luego cuando él diga: «He toria humana total; en el intento de distinguir qué ele-
aquí que yo lo hago todo nuevo» 2? . mentos le son esenciales y cuáles accidentales, mutables e
inmutables; de colocar en el centro de su conciencia lo
Según la constitución Lumen gentium, no es tanto el que es el centro de su ser, y en el corazón de su esfuerzo
fenómeno de una iglesia moralmente renovada cuanto la lo que es el corazón de su misión. Esfuerzo por dibujar de
percepción interior que ella hace de sí misma como ámbito nuevo los rasgos originales de su rostro más allá de los
de pervivencia e influjo del «hombre nuevo Cristo» M, en el retoques históricos y de las falsificaciones humanas; since-
que es posible a todos devenir y permanecer hombres nue- ridad absoluta para reencontrarse a sí misma en su pureza
vos, es decir, cristianos29. Es, pues, tal novedad don y prístina más allá de las impurificaciones advenidas; para
tarea, carisma y misión. Por ser escatológico es sinónimo confesar sus desviaciones, sus unilateralidades, sus pecados
de permanente juventud. En el Nuevo Testamento los de acción y, sobre todo, de omisión. Porque si es verdad
términos xaivds y vsoc se alternan para decir lo mismo 30. que la promesa de Cristo garantiza a la iglesia que no su-
27
Cf. Mt 26,28-29; Me 14,22-25; Le 22, 19-20; Me 1,27; Jn 13,34;
frirá una pérdida total de su ser (Seinsverlorenheit), no
1 Jn 2, 27; 2 J n 2, 5; 1 Cor n , 25; 2 Cor 3, 6; 5, 17; Gal 6, 15; Ef 2, 15;
4, 24; 2 Pe 3, 13; Ap 2, 17; 3, 12; 5, 9; 14, 3; 21, 5.
28
SAN IGNACIO, Efesios 20, 1. 31
29
Theologisch.es Wórterbuch sum Neuen Testament I I I , 450-456; IV, 32
Cf. SAN IRENEO, Adv. haer. 3, 24, 1.
899-904; K. PRÜMM, Christentum ais Neuheitserlebnis. Freiburg 1939. PABLO VI, Discurso de clausura de la tercera sesión: AAS 56 (1964)
80 1009.
Theologisches W'órterbuch sum Neuen Testament I I I , 450-452.
210 EL VATICANO I I LEÍDO DESDE ESPAÑA LA NUEVA CONCIENCIA DE LA IGLESIA 211

le garantiza, sin embargo, que no vaya a olvidarse parcial- tución Lumen gentium consiste en haber hecho refleja-
mente a sí misma (Seinsvergessenheit) 33. mente consciente a la iglesia de su dimensión: 1) cristo-
Al final de una evolución histórica, en diálogo con céntrica; 2) pneumatocéntrica; 3) sacramental; 4) escato-
ella y en respuesta a las preguntas de la generación inme- lógica. En éstas van ya implicadas sus dimensiones: misté-
diatamente anterior, la constitución Lumen gentium po- rica, misional, ecuménica, y su fundamental historicidad,
ne al descubierto las dimensiones interiores del misterio dinamismo, reformabilidad. A este redescubrimiento ha
de la iglesia; dimensiones ónticas constituyentes, anterio- sido inducida la iglesia por el Espíritu Santo y por la si-
res a sus estructuras externas y a sus encarnaciones socio- tuación pastoral del mundo de hoy. El hombre de hoy
lógicas. Se ha preguntado qué es, más allá de cómo es; siente una necesidad hondísima de horizonte, dentro del
por su contenido de ser más allá de sus estructuras de cual su vida exista en un lugar propio con una personalí-
existir, para dar un sentido ónticamente fundado — y sima misión. Como respuesta a esta implícita pregunta, la
onticidad es aquí poco menos que sinónimo de historici- constitución Lumen gentium no hace una enumeración o
dad— a su presencia en el mundo y a su acción santifi- esclarecimiento de ideas particulares mediante fórmulas
cadora sobre él. Como ningún otro documento conciliar es matizadas, sino más bien diseña el amplio horizonte, his-
la constitución Lumen gentium una reflexión sobre las tórico y vital, en el que el misterio de la iglesia se inserta;
coordenadas centradoras y sustentadoras de la realidad el horizonte eclesial dentro del cual cada una de las aser-
eclesial total (desde su misterio original hundiéndose en ciones eclesiológicas recibe su pleno sentido; y el hori-
el misterio trinitario mismo, c. 1; pasando por su encarna- zonte personal de cada uno de los cristianos en la iglesia.
ción histórica, c. 2; su fundamental estructuración caris- Todo análisis sólo tiene valor en función de una síntesis
mática, c. 3 y 4; su vocación en el tiempo, c. 5; hasta su superior. Y de ésta se trata en nuestra constitución; no en
consumación escatológica, c. 7 y 8); en orden a una revi- el sentido de una eclesiología resumida, sino en cuanto
sión y si es necesario a una reforma de las estructuras significa un descubrimiento de las perspectivas perpen-
eclesiásticas todas en conformidad con el ministerio ecle- diculares que, atravesando el corazón de la iglesia, sos-
sial a que sirven (desde la curia romana hasta la última tienen todo el resto de verdades laterales religándolas con
parroquia rural); reflexión hecha por el concilio teniendo el centro, y que a la vez, manteniéndolas en su lugar
ante los ojos siempre la iglesia toda en su unidad católica propio, las hacen servir al conjunto.
y en su diversidad local (desde Groenlandia hasta la Pata- Los movimientos intraeclesiales de los últimos cin-
gonia). Esta totalización de perspectivas es algo, si no cuenta años (bíblico, litúrgico, misional, ecuménico) y
fundamentalmente nuevo, sí característico del concilio extraeclesiales (desfiguración de la vida religiosa social,
Vaticano II 3 4 . revolución técnico-industrial, guerra, conocimiento y acer-
Si pasamos ahora de la consideración formal a la enu- camiento del mundo entre sí) han suscitado en los cris-
meración objetiva diríamos que la novedad de la consti- tianos una intensa pasión de verdad, de autenticidad, de
unidad. En medio de la multiplicidad de problemas, ta-
33
Mt 16, 18. Ésta fue la santa genialidad de Juan X X I I I al dar con- reas, vocaciones; en medio del descubrimiento de aspectos
fiadamente como lema al concilio sus palabras: «Hagamos luz para ver nuevos y diferenciadas verdades, siente la iglesia necesidad
quiénes somos, cómo hemos sido y cómo debemos de ser».
34
Ya en el Vaticano I decía Mons. Ginoulhiac (23 mayo 1870): «No se de unificación y sufre pasión de centro. Y en medio de
debe hablar tan brevemente y con tanta imperfección de la iglesia; al menos
debe delinearse históricamente y con palabras evangélicas la misma fundación tantas verdades se siente impresionada por la única Ver-
original de la iglesia; debe describirse su rostro, deben indicarse su natura-
leza y dotes, antes de tratar de su miembro principal, de su cabeza visible.»
dad focal, que es un Amor personal (Dios en Cristo dán-
MANSI 52, 214. dose a la humanidad y redimiéndola en su sangre, prolon-
212 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA LA NUEVA CONCIENCIA DE LA IGLESIA 213

gando este amor redentor en su iglesia hasta el fin de


los siglos; recapitulándolo todo en ella, hombres y mun- 1. Dimensión cristocéntrica
do, por la acción del Espíritu); en medio de tantas misio- La iglesia existe desde Cristo y en Cristo. El cristocen-
nes de iglesia le apremia de nuevo la primera misión ecle- trismo de la constitución es la culminación de un movi-
sial (glorificar a Dios — redimir a los hombres); en medio miento eclesiológico que inicia la escuela de Tubinga,
de la diversidad de vocaciones de cristianos, la única voca- hace acto de presencia a través de los teólogos del colegio
ción cristiana (amar a Dios y al hombre en totalidad = romano en el Vaticano I, y tiene su primera expresión
santidad); y en medio de los problemas de los hombres magistral en la encíclica Mystici corporis y es definitiva-
el primer problema humano (que se descubran ellos a sí mente introducida en el Vaticano II por Pablo VI con
mismos en Dios y descubriendo a la vez en él al resto su discurso de apertura en la segunda sesión36. La iglesia
vivan, trabajen y mueran como hermanos). es, pues, no sólo efecto de un remoto acto fundacional de
La conciencia de la iglesia ha sufrido una conmoción Cristo, sino «su actual emanación misteriosa, su continua-
profunda35, al encontrarse en un mundo radicalmente ción terrestre» 37 . Él es no sólo fundador, sino cabeza real,
transformado, más por dentro que por fuera: seculariza- aunque invisible de la iglesia, que es así el cuerpo ani-
ción de la sociedad con la que desde siglos había convi- mado por él y del que recibe vida y acción. Ella prolonga
vido amigablemente, rompiendo del horizonte europeo, la encarnación y obra redentora de Cristo: recreación, re-
al que siempre había considerado coincidente con su pro- capitulación, divinización del cosmos. Por la eucaristía y
pio horizonte, separación de los estados civiles, que por el Espíritu prolonga la iglesia la acción divinizante del
su parte han asumido tareas civilizadoras, culturales y Logos, que, insertándose en la carne humana, insertó al
morales que ella, hasta ahora, había ejercido como pro- hombre en la vida divina38.
pias; pluralismo religioso exigente de igualdad de dere- Es ella pervivencia pneumática de la encarnación, re-
chos que hasta aquí habían sido exclusivos de ella; fenó- dención y amor vivificante de Cristo a la humanidad de
menos sociológicos, como la transformación de los núcleos entonces y a la humanidad de siempre. Expresamente dirá
y estructuras de la población; revoluciones que compro- la constitución Lumen gentium que la iglesia vive en una
meten la existencia humana total, como el comunismo y total referencia a Cristo, no sólo de origen sino de per-
la guerra nuclear: todo ello han sido como techos y suelos duración; que ella no tiene luz propia, sino que cual luna
espirituales arrancados a la morada en que hace siglos
habitaba la iglesia. Al verse ahora así des-techada y des- 36
El intento extremo en esta línea es posiblemente la obra del padre
solada, despojada de sus anteriores categorías, tareas y Mersch, quien diseña no sólo una eclesiología, sino toda la teología, dogma
y moral cristocéntricamente centrada. Cf. La Théologie du Corps mystique.
posesiones, reducida a su propio firmamento y funda- Tournai-Paris 1944; Cuerpo místico y moral. Bilbao.
37
mento, se pregunta en radical profundidad desde quién «Eiusdem Christi terrestre idemque arcanum spiramentum et conti-
nuationem». PABLO VI, Discurso de apertura de la segunda sesión: AAS 55
existió una vez y desde quién sigue hoy existiendo, qué es (1963) 847.
88
lo que la constituye y diferencia, para qué está en el Esta es la mejor herencia de la antigua y el mejor mensaje de la
actual eclesiología oriental. Cf. M. LOT-BOBODINE, La doctrine de la «déifica-
mundo y cuál es su esperanza trasmundana. La constitu- tion» dans l'Eglise grecque jusqu'au XI siécle: Revue de l'Histoire des Re-
ligions^ 55 (1932) 5-43; 46 (1932) 525-574; 57 (1933) 8-55; Y.-M. CONGAR,
ción Lumen gentium es la respuesta a tales interrogantes. La deificación en la tradición espiritual de oriente: Cristianos en diálogo.
El resto de los esquemas conciliares no harán sino pro- Aportaciones católicas al ecumenismo. Barcelona 1967, 265-279; E. LANNE,
Die Kirche ais Mysterium und Institution in der Orthodoxcn Théologie:
longarla, explicitándola en los diversos terrenos concretos. Mysterium Kirche I I , 891-925; Die Ekklesiologie der Ostens. Zum Dialog
der ortodoxen Kirche: Die Welt der Bücher 3 (1965) 113-123; N. NISSIOTIS,
Die Ekklesiologie des zweiten vaticanischen Konzils in ortodoxer Sicht:
Kerygma und Dogma 3 (1964) 153-168; I D . , The main ecclesiological problem
35 of the Vatican Council: Journal of Ecumenical Studies 1 (1965) 31-62.
PABLO V I , Ecclesiam suam: AAS 56 (1964).
214 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA LA NUEVA CONCIENCIA DE LA IGLESIA 215

misteriosa junto al sol Cristo, tiene que devolver reflejada 2. Dimensión pneumatocéntrica
hacia los hombres la claridad que de aquél resplandece en
su rostro 39 . Pura trasparencia porque desapareciendo po- La iglesia no se puede absolutamente pensar sin Cristo
sibilita ver a Cristo, presencia viviente en ella que la hace o al margen del Espíritu. Eclesiología sólo es posible como
ser trasparente y trasparentar; forma personal a quien tie- cristología o pneumatología en acto. Porque Cristo y el
ne ella que conformarse, cabeza del cuerpo único que am- Espíritu están en su suelo enraizados —por eso puede
bos forman (LG 7). Él es el sacerdote sumo que se eligió producir frutos de vida eterna— es un misterio de fe.
un pueblo sacerdotal; pueblo consagrado que en la diversa ¡Creo en la iglesia!
y común acción de presbíteros y laicos hace presente la Reflexión sobre sí misma significa para la iglesia refle-
obra redentora de Cristo en la eucaristía y eficaz a tra- xión sobre la historia de Dios con los hombres, hecho hom-
vés del resto de los sacramentos, rehaciendo los cua- bre en la plenitud de los tiempos, pasando de una con-
les, la iglesia siempre renace40. Sacerdocio real y profé- vivencia a una con-existencia humana; y sobre el don que
tico, común a todos los bautizados, pero que de manera él hizo a los creyentes en Cristo, cima de la historia en
única poseen los ministros, y entre ellos los obispos en que culmina la vertiente veterotestamentaria y se inicia la
plenitud suma, quienes como vicarios de Cristo rigen las vertiente eclesial. Si el Antiguo Testamento es la epifanía
iglesias y en medio de los fieles le presencializan como de Dios, y el Nuevo la revelación del Hijo desveladora del
maestro, pastor y pontífice (LG 20-27). Cabeza y fuente Padre —visibile Patris Filius!^—, la iglesia es la oiko-
del que mana toda gracia en el pueblo de Dios 41 , perma- nomía del Espíritu Santo, en la que nos es manifestada y
nece Cristo con los cristianos constituyendo una familia42, vivible la unidad personal trinitaria de Dios. El tiempo
en la que es no sólo hermano, sino maestro y ejemplo de de la iglesia es el tiempo del Espíritu Santo, con cuya efu-
toda santidad (LG 40). sión ella surge y bajo cuyo permanente influjo ella vive.
La iglesia tiene que operar una consciente e incesante En todos los símbolos antiguos el «creo en la iglesia»,
trascendencia propia para saberse y ser pura trasparencia sigue al «creo en el Espíritu Santo dador de vida»44. De
de Cristo, ya que no ella, sino él, es luz-verdad-vida del él vive ella y en ella le recibe cada uno de los fieles, retor-
mundo. La iglesia no es eclesiocéntrica, sino cristocén- nando en él al Padre por la configuración con el Hijo,
trica. No es naturaleza, sino historia. No gira en torno a nuestro hermano. Una tensión profunda la penetra: simul-
su voluntad, sino en torno a la persona de Cristo. Su ac- tánea posesión e indigencia del Espíritu. Mientras pere-
tuación es obediencia. Su existencia es fidelidad. Su vivir grina es santa porque ya le «tiene», y es pecadora porque
es re-vivirle a él. aún no le «posee», o mejor, porque aún no se ha dejado
«poseer» plenamente por él 45 .
39
Vaticano I D 1821: «Hacer perenne la obra salutífera de la reden-
ción»; LG 54: «La iglesia, en la cual el divino Redentor realiza la salvación». Expresamente dice la constitución que el Espíritu San-
La iglesia no es Lumen gentium, sino Cristo, dice la constitución (LG 1) co- to fue enviado por el Padre en Pentecostés para santificar
rrigiendo la fórmula de Juan X X I I I con otra de san Cipriano (De un. Eccl. 3,
PL 4, 497). «La iglesia muriendo, dando a luz, brillando; la iglesia como des- a los creyentes constituyéndoles iglesia y darles acceso a
posada, madre y reina; la iglesia en sus relaciones con Cristo, con la gracia y
con la resurrección de la carne; este es el contenido del dogma patrístico de la 43
iglesia, sacado del mito de la teología de la luna desmitizado.» H. RAHNER, Cf., bajo este mismo título, J. OCHAGAVÍA, A Study of Irenaeus
Symbolik der Kirche. Die Ekklesiologie der Váter. Salzburg 1964, 93. Teaching on Revelation amd Tradition. Roma 1964.
40 44
«La Eucaristía... que hace vivir y crecer a la Iglesia» (LG 26; Cf. P. NAUTIN, Je crois á l'Esprit-Saint dans la sainte Eglise pour
3, 10-11); cf. K. RAHNER, La Iglesia y los sacramentos. Barcelona 1964. la résurrection de la chair. Etude sur l'histoire et la théologie du Symbole.
41
«Cristo..., de quien dimana como de fuente y cabeza toda la gracia París 1947-
45
y la vida del mismo pueblo de Dios» (LG 50). SAN IRENEO, Adv. haer. 4, 38, 3; 5, 8, 1; 5, 12, 4; 5, 36, 2; SAN
42
«Todos los que somos hijos de Dios y constituimos una familia en BUENAVENTURA, Breviloquio 5, 1, 5 («Nullus Deum habet quin ab ipso specia-
Cristo» (LG 51). lius habeatur»).
216 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA LA NUEVA CONCIENCIA DE LA IGLESIA 217

él en un mismo espíritu; para que en ella permaneciese ríales del colegio episcopal, bien en sí mismos, bien perso-
como permanente fuerza rejuvenecedora, a la vez que la nalizado en su cabeza (LG 25); al ser por él suscitados,
haga vivir siempre en espera del que viene y clame con aun los más diversos carismas y misiones cooperan todos
ella: «¡Ven!» (LG 4); hace de la iglesia un templo para a la unidad de la iglesia (LG 32); por él ungidos son lla-
Dios (LG 6); une a los creyentes para formar un solo mados los seglares a producir frutos espirituales (LG 34);
cuerpo pues para este fin fueron bautizados en un mismo como don de Cristo a su iglesia, constituye radicalmente
Espíritu; él crea la unidad de la iglesia a través de la di- su santidad óntica y le impele a una santidad moral, que
versidad de sus dones y la conexión de los miembros por será apropiación y respuesta de aquélla (LG 39); por él
la caridad (LG 7); permanente principio de renovación, son movidos todos los creyentes a encarnar el mensaje de
él es el que nos une con Cristo al ser a la vez «su» espí- Cristo en todos los estados y en todas las profesiones (LG
ritu y «nuestro» espíritu; él vivifica la actividad de la 41); él es radicalmente la caridad con que amamos a Dios
iglesia como el alma la del cuerpo; asume la iglesia, cons- y en cuya fuerza clamamos: «¡Abba, Padre!» (LG 42); él
tituyéndosela órgano de redención, del mismo modo que ha ido suscitando en la historia de la iglesia instituciones
el Verbo asumió una humanidad (LG 8); habita en los y estructuras especialmente aptas para vivir el evangelio
corazones de los fieles unificando así judíos y gentiles, en toda intensidad (LG 43); por su «potencia infinita» co-
pueblos y razas en el único pueblo mesiánico (LG 9); está municada a los hombres, pobres y limitadísimos, crea a
presente en los sacramentos a través de los cuales actúa en través de quienes viven en el estado religioso un testimo-
nosotros su fuerza santificante (LG 11; 50: «... en la sa- nio eficaz de la vitalidad perenne y de la esperanza escato-
grada liturgia, en la cual la virtud del Espíritu Santo obra lógica de la iglesia (LG 44), cuya jerarquía accediendo
sobre nosotros por los signos sacramentales»); dado a dócilmente a su inspiración, ha aprobado las reglas y cons-
los fieles todos como «unción», suscita en ellos el sentido tituciones, que hombres carismáticos le han ido presen-
de la fe, es decir, el instinto de la verdad, que es infali- tando (LG 45); por él ha constituido Cristo a su cuerpo,
ble cuando es unánime (LG 12); reparte los carismas en que es la iglesia, sacramento universal de salvación; con
la iglesia capacitándola así para las tareas siempre nue- él sellados poseemos ya prenda y primicias de nuestra he-
vas y para los diversos ministerios que colaboran a la uni- rencia futura (LG 48); todos los que le poseen se sienten
dad (LG 12); en él «comunican» todos los fieles disper- unidos en Cristo, constituyendo la iglesia una (LG 49,
sos por el orbe, y es así el fundamento de la catolicidad, 50); iluminada por su luz ella ha ido descubriendo a lo
suscitando a la vez en todos los bautizados el deseo de largo de los siglos el singular papel que en la historia
reunificación (LG 15), a quienes también impulsa a cola- de la salvación humana ha tenido la Virgen María (LG 52,
borar en la labor misional iniciada por Cristo (LG 17); 53, 56, 63), cuya fecundidad virginal-maternal, operada
capacita a los apóstoles para ser testigos oficiales de Cristo por él, prolonga la iglesia (LG 64); por lo cual ésta la mira
(LG 19) y, siendo dispensadores de ese mismo Espíritu como modelo de vocación apostólica, ya que como ella,
para todos, transmitir por la imposición de las manos su una vez fecundada por el Espíritu, deberá dar a luz a
encargo y capacidad de representación a algunos, que les Cristo en el corazón de los hombres (LG 65).
suceden así en el apostolado (LG 21); es el sustentador
Esta dimensión pneumática de la iglesia, de la que es
permanente de la estructura orgánica y de la concordia
un aspecto la dimensión carismática **, será una de las
en el pueblo de Dios (LG 22); bajo su luz exponen los
sucesores de los apóstoles la revelación y con su asistencia
garantiza la infalibilidad de las sumas decisiones magiste- 46
Cí. L. J. SUENENS, La dimensión charismaiique de l'Eglise: Discourt
au Concite..., 31-36.
218 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA LA NUEVA CONCIENCIA DE LA IGLESIA 219

aportaciones más fecundas de la constitución Lumen gen- mentados de un mismo pan formamos un mismo cuerpo
tium para la renovación actual de la iglesia. Además, allí (LG26) 5 0 ?
se recuerda que lo que es el Espíritu para la iglesia, eso
deben ser los cristianos para el mundo: principio de in- 3. Dimensión sacramental
formación y vitalización, es decir, alma del mundo. Fue Porque la iglesia es el ámbito donde pervive y deviene
éste un aspecto que siempre puso especialmente de relieve eficaz la obra redentora de Cristo (signo) en el Espíritu
la eclesiología oriental (LG 7, 38) 47 . (realidad), es el sacramento primordial de la gracia de
Esta dimensión cristológica y pneumatológica acentua- Dios para los hombres (LG 1, 9). Su dimensión sacramen-
das por la constitución Lumen gentium están llamadas a tal es una consecuencia de su dimensión cristocéntrica.
operar la definitiva liberación de la cautividad babilónica, En la constitución Lumen gentium, el capítulo 2 está en
que ha sufrido la eclesiología en los últimos siglos, vivien- íntima dependencia y es consecuente prolongación del 1.
do bajo el régimen del derecho público eclesiástico. (Se Ambos son los dos capítulos centrales, y a pesar de lo
olvidó que las leyes brotan como precipitado jurídico de que se haya dicho sobre el 3, superan en importancia a
una concepción teológica, que a su vez lo es de una con- todos los demás, que no son sino explicitación del conte-
ciencia eclesial. ¡Pero nunca a la inversa!) Ni las estruc- nido de aquellos dos. Todas las dimensiones de la iglesia
turas, ni las formas exteriores, ni los ritos, ni los precep- brotan y explicitan su constitución teándrica, es decir, su
tos, ni el montaje externo, ni las instituciones clericales dimensión cristocéntrica y sacramental.
son lo esencial de la iglesia, sino la presencia viviente de
Sacramentos e iglesia son realidades coextensivas. És-
Cristo y el influjo vivificante del Espíritu en ella. Su per-
ta nace de aquéllos; aquéllos nacen de ésta. Donde hay
vivencia hasta el fin de los siglos no la debe a la buena
sacramentos hay iglesia y donde hay iglesia hay sacramen-
organización o a la eficacia de las estructuras por ella crea-
tos. La eucaristía hace la iglesia y la iglesia hace la euca-
das o incluso a la eficacia de aquéllos con que Dios le dotó,
ristía.
sino al incesante don, su Espíritu, y la incesante palabra, su
Verbo, que el Padre da a ella y pronuncia en ella48. Si al- Este enraizamiento sacramental es lo que constituye
guien duda de la novedad de estas acentuaciones, piense al nuevo pueblo de Dios en cuerpo de Cristo y templo del
qué importancia dan muchos manuales de eclesiología al Espíritu, en olxoc, itveujAa-nxdi; y sacerdocio santo (1 Pe 2,
Espíritu Santo y a la eucaristía49. Y, en realidad, ¿no so- 5; LG 10-11). Fe y sacramentos serán pues las dos
mos iglesia porque bautizados en un mismo Espíritu y ali- piezas angulares de la iglesia. La vitalidad de la primera y
la eficacia de los segundos condicionan su propia vitalidad
47
y eficacia. Ambos fundan la fundamental unidad, la fun-
Carta a Diogneto 6. Cf. además de la bibliografía citada en nota 47,
I. ZIADÉ, JJoeuvre de l'Esprit: Discours au Concite..., 37-42; T. CAMELOT, damental igualdad y la fundamental destinación de sus
Lecons spirituelles du Concite: LVS 512 (1065) 63-77, especialmente 70-72.
48 miembros. Todo lo demás es adveniente, y por ello se-
Cf. PABLO VI, Discurso de apertura de la segunda sesión: AAS
(1963) 844 (el primado no hace innecesaria la celebración de concilios. cundario en el orden óntico, aunque su importancia sea,
No está todo asegurado en la iglesia con la infalibilidad). Cf. la caracteriza- sin embargo, grande. Todo lo demás está en función de
ción que hace MÓHXER de la eclesiología decimonónica: Gott schuf die Hierar-
chie und für die Kirche ist nun bis sum Weltende mehr ais genug gesorgt: aquéllos, es decir, de su contenido, porque todo en la
Theologische Quartalschrift (1923) 497. No sólo jerarquía e infalibilidad,
sino a la vez Espíritu Santo y fe activa de los creyentes. Recuérdese la
boutade de M. BLONDEL: «Reunir un concilio para subrayar fuertemente 50
r Cor lo, 17. Cf. Sacramentarium Gregorianum: «Para que seamos
que la infalibilidad no torna inútil la existencia». contados entre sus miembros los que comulgamos de su cuerpo y sangre»
48
Para la época postridentina, cf. F. X. ARNOI.D, Das gott-menschliche (Lietzmann, 36). San Cirilo de Alejandría dirá que la eucaristía nos hace
Prinzip der Seelsorge in pastoralgesckichtlicher Entfaltung: Theologische concorporales con Cristo y con los hermanos (éanto sussómous kai állelois
Quartalschrift (1943) 99-133; (1944) 57-80. Nueva edición con el título: apotelei), y así crea la única iglesia, como único cuerpo (In J. 11, 11.
Pastoral theologische Durchblicke. Freiburg 1965. PG 74, 560).
220 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA LA NUEVA CONCIENCIA DE LA IGLESIA 221

iglesia está al servicio y para realización de aquella palabra nes en la iglesia; que sus necesidades deben decidir sobre
de Cristo: las formas concretas de servirlas; que para ellas ha pen-
sado Dios las estructuras con que la dotó, que por ellas
Que conociendo crean... y creyendo vivan... y sea en abundan- deben ser cortadas y juzgadas las que a sí misma se cree;
cia... y para siempre51. finalmente, que sus exigencias son las exigencias centrales
de todo cristiano. Esa fundamental y siempre perdurante
Donde la fe deja de existir deja de existir la iglesia; comunión entre los creyentes: comunidad sacerdotal (bau-
donde dejan de ser administrados los sacramentos, deja tismo), comunión pneumática y misional (confirmación),
de ser edificada la iglesia. Y si esto no ocurre es porque comunidad eucarística (recepción del cuerpo de Cristo) no
la promesa de Cristo se extiende a ambos. La vida de los es, sin embargo, acéfala o anárquica, sino orgánicamente
hombres, la vitalidad sobrenatural de los creyentes, ésa es estructurada. Para que esa iglesia y triple comunidad entre
la desazón y el corazón de la iglesia. Para que éste siga los cristianos perdure, le ha dotado Cristo de miembros
latiendo y pueda la vida en ella subsistir y la vitalidad cualificados, cuya misión va a ser: bautizar y hacer discí-
crecer ha querido Cristo dotarla de órganos personales pulos entre las gentes todas; comunicarles el Espíritu y
generadores: los apóstoles y profetas, quienes son así sus admitirles a la comunidad de los que ya antes han creído,
fundamentos (Ef 2,20; Ap 21,14). Jerarcas y carismáti- haciéndoles perseverar en oír la enseñanza de los apósto-
cos existen como pueblo de Dios al servicio del pueblo de les, en la unión, en la fracción del pan y en la oración;
Dios. La autoridad es carisma y el carisma a su vez estará perdonar y retener pecados en la fuerza del Espíritu Santo
ligado a la autoridad (1 Cor 12; LG 12). La común unión que han recibido; hacer en memoria suya lo que él hizo
en la fe y los sacramentos, incorporándoles al hermano en la noche en que fue entregado; trasmitir a otros la
mayor Cristo, opera en los creyentes una radical fraterni- propia misión imponiéndoles las manos; siendo entre to-
zación eclesial previa a toda paternidad (LG 32, fin). Car- dos ellos uno el especialmente encargado de confirmar en
go en la iglesia es carga, jerarquía es servicio, y los caris- la fe a sus hermanos, porque sobre él está edificada su
mas están queridos por Dios para edificación de su iglesia. ekklesía. Y esto hasta la consumación de los siglos, hasta
Anterior a todas las diferenciaciones funcionales subsi- que vuelva él, a quien el cielo debía recibir mientra llega
guientes existe una previa comunidad sobrenatural de ser el tiempo de la restauración de todas las cosas (Mt 28,19;
y vida entre los cristianos: regeneración bautismal (a la Hech 8,14-18; 2, 37-46; Jn 20,22; Mt 28,28; 16,19;
que sigue una participación en el sacerdocio de Cristo), Hech 14,23; 6,6; Tit 1,5; Jn 21,15-10; Le 22,32;
unción por el Espíritu en la confirmación (a la que sigue Hech 3,21).
una vocación de testigo y apóstol), comunión al cuerpo
eucarístico (precedida y seguida por una inmembración Esta tarea apostólica de apacentar la iglesia la que-
cada vez más intensa en el cuerpo eclesial de Cristo). rrá el Señor también sacramentalmente fundada: por el
orden, ministros, sacerdotes y obispos, son especialmente
La Lumen gentium ha querido con toda intensidad re-
configurados a Cristo para trasparentarle ante sus her-
cordar que esa vida de gracia, mensaje doctrinal y misión
manos como maestro, sacerdote y rey. Si la iglesia toda
apostólica nacidas de estos tres sacramentos son lo deci-
dijimos que no existe en sí sino para los hombres, aho-
sivo; que de ellas nacen y a ellas sirven todas las funcio-
ra diremos que los así consagrados existen como tales
51 desde Cristo para la iglesia. En el presbiterio encarna el
Todo el evangelio y las cartas joánicas se podrían enhebrar en torno
a esta ecuación: fe := conocimiento = vida = resurrección — visión de Dios obispo a Cristo, y por ello la unidad de la iglesia local; en
en Cristo. San Ireneo prolongará genialmente esta teología joánica de: revé* el colegio episcopal, sucesor del colegio apostólico, encar-
lación-visión-vida-conocimiento de Dios.
222 EL VATICANO I I LEÍDO DESDE ESPAÑA LA NUEVA CONCIENCIA DE LA IGLESIA 223

na a Cristo, y por ello la unidad de la iglesia católica, el zados vivan unidos por los vínculos de una fe, sacramentos
obispo de Roma, quien asume el lugar de Pedro dentro y régimen comunes (LG 14-15). Esta afirmación es el fun-
del colegio apostólico, y como aquél debe confirmar a sus damento de la posibilidad de todo ecumenismo: su espe-
hermanos en la fe (LG 13-20). ranza y desesperanza esperanzadora a la vez. El bautismo
¿Se ve ahora cómo la iglesia, que tiene hombres, car- da la fundamental y máxima dignidad cristiana: la partici-
gos, estructuras, formas, no es primariamente todo ello, pación en el sacerdocio de Cristo; la ordenación a ofrecer-
ni sirve a esos hombres, ni las estructuras son fin, ni las le en sacrificio y recibirle en la eucaristía; a ser personal-
formas son irreformables, sino que, siendo en distinta mente sacrificio de alabanza para Dios en la vida. De él
medida querido ello por Dios y por ende necesario, sólo nace la vocación de todos los cristianos a la santidad (c. 5),
es válido todo en cuanto se sabe consciente de servir a la anterior, por tanto, a toda diferenciación vocacional e in-
divinización y fraternización humanas, que tienen lugar dependiente de los estados en que se viva; de él nace la vo-
en Cristo por el Espíritu, a quienes nos integramos en la cación misional, por lo que iglesia y misión son coextensi-
fe y quienes nos integran a sí en los sacramentos? Este vas, ya que, aparte de los apóstoles, cada discípulo recibe de
radical tomar en serio la estructura sacramental de la igle- Cristo el encargo de diseminar la fe en la medida de sus fuer-
sia es algo revolucionariamente nuevo en la constitución. zas (LG 17) 53 . Anterior, pues, a toda acción católica exis-
Confesemos que ello crea más de una aporía en el actual tirá una acción de los católicos (LG 33) y «vocación» en
estadio de la investigación teológica. El instinto de fe de la iglesia dejará de ser término designativo de la llamada
la comunidad eclesial católica y de la asamblea ecuménica al sacerdocio o a la vida religiosa, porque no hay bautizado
conciliar — y recuérdese que ambas gozan de infalibili- sin propia vocación y propio carisma (1 Cor 7,7; LG 11,
dad, una creyendo y otra enseñando— ha dejado atrás 35,37-38); y los religiosos no formarán un tercer estado
a la teología, creando inmensa tarea a los teólogos de los en cuanto tales, porque sacramentalmente en nada difie-
próximos decenios52. ren de los seglares (LG 43). Y los derechos de los segla-
res en la iglesia son, ante todo, los derechos del cristiano,
La constitución Lumen gentium, anulando una ante- nunca por ello deducibles en contraposición a los de los
rior «reducción jurídica» de la iglesia, ha operado una «re- sacerdotes, sino en comunión con ellos. Se deberá hablar,
ducción sacramental». Frente a una iglesia-sociedad ha pues, de: derechos cristianos y de deberes de seglares - de-
revivido una iglesia co-munión, co-misión, co-laboración, beres de sacerdotes54.
co-rresponsabilidad. Ejemplifiquemos con dos sacramentos.
Por el bautismo, con la integración a Cristo que él supone, Esta «reducción sacramental» de la iglesia es, desde el
se es comunidad eclesial, es decir, pueblo de Dios; incor- punto de vista del sacramento del orden, el fundamento
poración eclesial que será íntegra cuando todos los bauti- para la posibilidad de un diaconado nuevo 55 . Se ha vuelto
además a ver la validez del antiguo principio: la implica-
E2
ción intrínseca entre jurisdicción y orden; entre capacita-
Cf. O. ROUSSEAU y otros, L'infaillibilité de l'Eglise. Journées oecu-
meniques. Chevetogne 1962; A. CHAVASE, L'ecclésiologie au Concile Vati-
can I. L'infaillibilité de l'Eglise: L'ecclésiologie au XIX siécle. París 1960; 63
Cf. E. D'SOUZA, La fonction missionaire de l'Eglise: Discours au
G. T H I L S , L'infaiUibilité du peuple chrétien in credendo. Notes de théologie Concile... 288-291.
postridentine. Paris 1963. Sin embargo, en general se podría decir que los 64
Cf. K. MOKSDORF, Grundfragen einer Reform1 l6 des kanonischen
puntos claros y oscuros del concilio coinciden con los de la anterior teología. Rechtes: Münchner Theologische Zeitschrift 15 (1964) ' ¡ H. SCHMITZ,
Entre los menos claros está el siguiente: miembros de la iglesia. ¿Seguirá Die Gesetzessystematik des Codex Iuris Canonici Liber I - I I I . München
H. Ott afirmando que el esquema es «oscuro, contradictorio y a media luz»? Iof
Cf. J. C. HAMPE, Ende der Gegenreformation. Stuttgart-Mainz 1964, 169, >3- -.
55
estatuto teológico del estado religioso en la iglesia; concepción cristotípica Cf. J. L. SUENENS, Base théologique du diaconat: Discours a»
o eclesíotípica de María. Cf. R. LAUEENTIN, La question mariale. Paris Concite..., 114-119; K. RAHNER - H. VORGRIMMLER, Diaconia in Cristo.
1963; la significación del sacerdote, eucaristía e iglesia locales. Über die Erneuerung des Diakonats. Freiburg 1962.
224 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA LA NUEVA CONCIENCIA DE LA IGLESIA 225
ción sacramental y autoridad jurídica, e igualmente a ver iglesia: cabeza (caput), fundamento (fundamentum), raíz
que no hay misión sin gracia sacramental proporcionada, y (radix), fuente (fons) y origen (et origo), de la autori-
cómo esa gracia sacramental sólo se debe comunicar cuando dad (auctoritatis), base única del cristianismo57, la cons-
va ordenada a una misión. Ya se ve la trascendencia revo- titución Lumen gentium dirá que cabeza de la iglesia es
lucionaria de estas afirmaciones para una revalorización Cristo (LG 7,5o) 58 , fundamentos son los apóstoles y pro-
del episcopado. fetas, raíz es el designio gracioso de Dios Padre (Ef 2,
La colegialidad episcopal, tal como el capítulo 3 la ex- 20; LG 2) 59 , origen es la palabra y acción instituyentes
pone, es otro fruto. Por la consagración episcopal son los de Cristo (LG 3, 9); fuente permanente son la eucaristía
obispos sacramentalmente asumidos en el colegio de los su- y el Espíritu Santo (LG 26,5, 9), y que los obispos no
cesores de los apóstoles. Esta asumpción sacramental les son vicarios del papa, sino vicarios de Cristo en las pro-
es común a todos: obispo de Roma y obispo del último pias diócesis que gobiernan con propia autoridad (LG 27).
rincón del mundo. Dentro de la comunión de ese cuerpo El papa y los obispos deben hacer visible y fecunda esa
sacramentalmente constituido tiene aquél el deber y la capitalidad — fundamentalidad-raigambre-fontalidad y ori-
autoridad de ser, en nombre de Cristo, gerente de la uni- ginalidad de Cristo. Pero serlas sólo las es él 60 .
dad. Puesto que no existe un sacramento para la consa- No es éste lugar para explicar cómo la colegialidad es
gración papal, no hay una monarquía absoluta e indepen- una estructura fundamental de la iglesia, y por ello apli-
dientemente pensada de esa colegialidad episcopal, que cable con las matizaciones necesarias a sus diversos pla-
mana de un sacramento; y no existirá una infalibilidad nos 61 ; basada también en la dimensión sacramental de la
pontificia pensada con esquemas de soberanías estatales M , iglesia, en la que orgánicamente están religados por un
sino como cristalización «capital» de la infalibilidad del co- sacramento papa-obispos (consagración episcopal), obis-
legio, que a su vez lo es de la infalibilidad de la iglesia, pos-sacerdotes (consagración sacerdotal), sacerdotes-fieles
cuya unidad exige que el colegio episcopal nunca actúe (configuración a Cristo en el bautismo y misión apostólica
desconexo, y nunca desligado de la iglesia, y que la cabeza en la confirmación). De esta forma recobra el cristiano su
del colegio nunca actúe desconexa, aunque nunca depen- personal autonomía y responsabilidad misional; y ello
diente de él. precisamente mediante la integración orgánica en la igle-
Bajo esta luz logra la constitución Lumen gentium re-
57
cobrar equilibrios perdidos antes al considerar la figura «El soberano pontífice es la base necesaria, única y exclusiva del
cristianismo», J. DE MAISTRE, DU Pape IV, 5. Para el resto de las afirma-
del papa en una eclesial insolación. Aquí queda integrado ciones, cf. la bibliografía de la nota 25.
58
en la comunidad de bautizados y en el colegio episcopal, Cf. M. SAIGH, Christus, nicht der Papst ist Haupt der Kirche:
Ende der Gegenreformationf... 207-210. Entre las correcciones introducidas
al servicio de la comunidad católica, de la que en la fuerza después de la segunda sesión está dos veces la palabra «visible» aplicada
al papa: «principio visible de comunión y cabeza visible de la Iglesia»
del Espíritu Santo es símbolo y garantía. La constitución (LG 18).
59
Lumen gentium reasumirá todas las afirmaciones del Va- Cf. A. M. CHARUE, Das Kollegium der Bisch'ófe ist das Fundament
der Kirche: Ende der Gegenreformationf..., 210-212.
ticano I, y, confirmando de nuevo su validez, las comple- t ^ «Cristo es cabeza de todos los que pertenecen a la iglesia sin determi-
tará integrándolas en una visión más amplia. Si en otro nación de tiempo, lugar o estado, mientras que los otros hombres reciben tal
título con relación, bien a un lugar determinado, como los obispos; bien a un
tiempo se llegó a afirmar que el papa lo era todo en la tiempo determinado, como el papa es cabeza de toda la iglesia durante su
pontificado; y según un determinado estado, a saber, el estado de viador.
56
Segundo, porque Cristo es cabeza de toda la iglesia por poder y autoridad
«La infalibilidad en el orden espiritual y la soberanía en el orden propias, mientras los otros son llamados cabezas en cuanto hacen las veces
temporal, son dos palabras totalmente sinónimas... Una vez establecida de Cristo», SANTO TOMÁS, 3, q. 8, a. 6 in c.
la forma monárquica la infalibilidad no es más que una consecuencia nece- 61
Cf. A. GRILLMEIER, Sorgen und Hoffnungen um das Konsil: Stim-
saria de la supremacía, o mejor, es la misma cosa bajo dos nombres dife- men der Zeit 175 (1965) 303; J. RATZINGER, Implicaciones pastorales de la
rentes», J. DE MAISTRE, DU Pape I, i. doctrina de la colegialidad de los obispos: Concilium 1 (1965) 34-64.
226 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA LA NUEVA CONCIENCIA DE LA IGLESIA 227

sia, en la que todos en la propia medida devienen 6eo<pdpoi e insistencias demasiado acentuadas sobre la implicación
xaí vaocpdpoi, ^ptaxocpdpoi, ápocpopot, cooperando, sin embar- entre la iglesia y el Espíritu por parte de los católicos M,
go, a través de tareas propias y exclusivas en el destino de tal forma la trascendencia del Espíritu frente a la igle-
eclesial62. Así coexistirán catolicidad con localidad, pontí- sia, y la espera ante el que aún está por venir, que podría
fice supremo con obispo local, jerarquía con laicado, auto- parecer que el Espíritu aún no ha sido dado y que Cristo
ridad con carisma, en respeto y ordenación mutua. Al prin- aún no ha sido glorificado. Entre la ascensión y la parusía,
cipio teológico de la colegialidad deberá seguir el princi- entre Pentecostés y la restauración final, espera la iglesia
pio sociológico de la subsidiariedad, según el cual cada esperanzadamente, porque pre-ve ya en fe y pre-gusta en
miembro de la comunión debe ejercer la propia tarea, y caridad a quien posee y sabe presente, «aunque sea de
sólo cuando no le sea posible realizarla, podrá ser asumida noche». Todo imperativo de acción moral, es decir, de
por otro, quien, a su vez, tiene obligación de subvenir al futuro, en la iglesia brota de un previo indicativo de Dios
necesitado63. Principio válido tanto en el orden adminis- en ella, es decir, de un pasado o presente eficaces65. No es
trativo como en el orden apostólico. la suya esperanza de iniciación, sino de consumación. La
De esta forma restablece la iglesia tensiones que le son fe es pre-ocupación de realidades aún in-ocupadas (Heb
propias, y cuyo soportamiento en su seno exige inmenso 11,1).
sacrificio, pero que son las condiciones indispensables de No podemos tratar las otras dimensiones nuevas de la
su fecundidad (carisma-autoridad; individuo-comunidad; iglesia puestas de relieve por la constitución Lumen gen-
unidad-diversidad; romanidad-catolicidad), y que a veces tium. Las cuatro señaladas nos parecen decisivas, y fácil
han sido «mortificadas» para evitar su peligrosidad, sur- sería desde éstas deducir las otras. Sinteticémoslas descri-
giendo luego esquemas de pensamiento y estructuras de biendo la iglesia como una comunión de comunidades de
acción donde la uniformidad era signo de carencia de vida bautizados, comunicantes en Cristo por el pan común, la
más que de vitalidad. palabra común (dimensión cristocéntrica y sacramental) y
el pneuma común (dimensión pneumatocéntrica), en co-
4. Dimensión escatológica mún esperanza (dimensión escatológica).
No nos queda espacio para describir la dimensión es- Así ligada a Cristo como original y permanente mo-
catológica de la iglesia según la Lumen gentium, aunque mento en la propia existencia, y abierta a la imprevisibi-
probablemente sea su novedad más nueva. Nos atrevería- lidad del Espíritu, se experimenta la iglesia como creación
mos a afirmar que si la actual eclesiología católica debe histórica única. Por ello vuelve a sus orígenes, pero a la
el redescubrimiento de la dimensión pneumatocéntrica y vez se sabe creación renovada en cuanto renovado don es
sacramental a una audiencia y diálogo con la teología orto- la fe de sus miembros y la acción del Espíritu. Porque fue
doxa, el redescubrimiento de la dimensión escatológica es formada en el tiempo, tiene la iglesia para saber quién
fruto de su acercamiento a la eclesiología protestante. És- es, que retornar a esa palabra escrita, que acogió el eco
ta, con su exponente máximo en Karl Barth, ha recalcado,
64
frente a precipitadas identificaciones entre iglesia y reino Cf. Ch. JOURNET, L'Eglise du Verbe Incarné I I , 997, nota 1: «No
creemos que se pueda renunciar a identificar la iglesia y el reino. Se trata
de dos nociones, pero de una sola realidad. La iglesia es el reino y el reino
83 es la iglesia». Cf. A. VONIER, The Spirit and the Bride. London 1935.
63
SAN IGNACIO, Efesios g, 2; LG 11; 35; 37-38. 65
Cf. O. Kuss, Heilsbesits und Heilsbewahrung: Der R'ómerbrief.
J. HOFFNER, Apostolat des lates et principe de subsidiaríté: Discours Regensburg 1959, 396-432; A. OPKE, Indikativ und Imperativ in der
au Concile..., 97-98; M. KAISER, Das Prinzip der Subsidiarit'it in der paulinischen Paranese: Der Brief an die Gataier. Berlín 1957, 144-145;
Verfassung der Kirche: Archiv für katholisches Kirchenrecht 133 (1965) H. S CHLIEE, Indikativ und Imperativ bei Paulus; Der Brief an die Galater.
3-13 (con bibliografía). Góttingen 1962, 264-267.
228 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA LA NUEVA CONCIENCIA DE LA IGLESIA 229

vivo de la palabra oral creante de Cristo, y por ello para tirse en solidaridad con el mundo y cercana a los hom-
siempre normativa y nunca superable. Acción y palabra bres; a romper una clausura sobre sí misma para ser aber-
divinas fueron igualmente creadoras de la iglesia; igual- tura a los otros; a «encontrar» a todos, a «dirigirles en
mente constituyentes. Mas porque es a la vez creación amistad» la palabra, haciendo norma no tanto la severi-
permanente, prolongadora de aquella original, tiene la dad cuanto la misericordia; abierta también a quienes la
iglesia que vivir abierta al Espíritu. Él constituye en ella creen enemiga, porque ella no tiene enemigos, iniciadora
la «memoria» del pasado y el órgano de su interpreta- de un diálogo y gustosa de una colaboración68. Ha descu-
ción del presente. La verdad en la iglesia es fruto de un bierto que ekklesía significa llamamiento y embajada;
recuerdo común de la palabra de Cristo, actuada en su primero es iglesia (== congregada) para luego ser apostó-
memoria por la acción del Espíritu. Esa totalización de lica ( = enviada). Fruto de lo anterior, un contenido opti-
la memoria cristiana de Cristo en el Espíritu es lo que los mismo, una esperanzada confianza.
obispos, en favor y comunión con toda la iglesia, hacen en El cristiano se siente hoy no tanto estando en una
el concilio ecuménico. Tal recuerdo es dogmáticamente iglesia cuando siendo iglesia, y menos perteneciendo a
normativo 66 . Por ello, en medio de la asamblea, dos son una iglesia hecha que a una iglesia en construcción. Más que
los agentes principales, uno exterior a los participantes: motivo de fe es para él objeto de fe, y sus «notas», más
el evangelio allí expuesto: otro interior: el Espíritu Santo, que realidades empíricas, registrables en estadísticas, algo
quien desde dentro no sólo ex-pone, sino que im-pone a interno potencial y potenciante. No se siente sostenido
aquél. por su iglesia, sino llamado a sostenerla. No va tanto de
La iglesia se sabe nacida en la historia, viviendo en la iglesia a Cristo cuanto de Cristo a la iglesia, a la que
la historia escatológicamente, afectada por esa historici- quisiera ver, igual que a María, más como «esclava del
dad que la limita, imposibilitándola comprenderse y reali- Señor» que como «madre de Cristo». Parecida es la pos-
zarse a sí misma de una vez; en posesión radical de las tura de la iglesia frente al mundo: no se siente distinta
realidades futuras, en esperanza de posesión definitiva. Por o alejada de él, sino en comunidad de destino y en vo-
ello, realidad inacabada, en perpetuo dinamismo, no po-
seedora pacífica en inmovilismo mortal, sino peregrina salvación» (PABLO V I , Discurso del 4 de diciembre de 1963). El concilio, ha
inquieta en incesante búsqueda67. Todo esto la lleva a sen- dicho últimamente un obispo, no puede limitarse a decir amén a todo el
pasado de la iglesia, sino que debe preparar la iglesia del siglo xxi. La iglesia
de Jesucristo está siempre en camino «en el nombre del Señor». T. CAMELOT,
Les lecons spirituelles du Concile: LVS 502 (1964) 228.
66 68
Cf. Y.-M. CONGAR, Diario del concilio. Segunda sesión. Barcelona JUAN X X I I I , Discurso de apertura del concilio, n de octubre de
1964, 16 s. A lo largo de estas páginas el término «memoria» está tomado 1962: AAS 54 (1962) 785-796; PABLO VI, Bcclesiam suam: AAS 56 (1964).
en su sentido óntico, tal como le ha entendido siempre la tradición teológica «Nosotros miramos al mundo con inmensa simpatía. Si el mundo se siente
agustiniano-bonaventuriana. Cf. G. SOHNGEN, Der Aufbau der augustinischen extraño al cristianismo, el cristianismo no se siente de ningún modo extraño
Gedachtnislehre: Die Einheit in der Theologie. München 1952, 63-100; al mundo, cualquiera que sea el aspecto bajo el cual se le presente y cualquiera
M. MOREAU, Mémoire et durée: Revue des Etudes Augustiniennes 1 (1955) que sea la actitud que adopte a su vez.» Discurso en Belén. II Pellcgrinaggio...,
239-250. 103. Esta común abertura de los hombres sería el cauce más fecundo para
67 el ecumenismo: «Todavía me urge decir: sí, nos encontramos todos juntos en
«Verdad divina que hay que esforzarse constantemente por poseerla
y vivirla más plenamente. Buscar para encontrar y encontrar para de nuevo un camino; pero este camino nos conducirá también "fuera de nosotros"
seguir buscando: ...un verdadero cristiano no conoce el inmovilismo». hasta los hombres nuestros hermanos. El papa Juan X X I I I , se ha dicho,
PABLO V I , Discurso a los observadores en el concilio: AAS 55 (1963) 880. anhelaba que por medio de este concilio se realizara el paso del "en sí"
Cf. E. LEGER, Liberté et diversité: Discours au Concile..., 232-235. «Antes al "por los hombres". ¿Hay mejor camino para encontrarnos los unos y los
que ser la iglesia docens, la iglesia que enseña a través de las solemnes defi- otros que el de salir de nosotros mismos para vivir en el mundo y con los
niciones dogmáticas o de la predicación cotidiana, prefiere ser la iglesia que hombres en este mismo mundo? De este modo seremos verdaderamente discí-
busca. Iglesia que busca en la escuela de la Escritura que conserva en su pulos de Cristo, que no quiso existir para sí mismo, sino únicamente para
tradición, a la escucha también de las vibraciones del pueblo fiel donde ella el mundo.» K. É. SKYDSGAARD en su discurso ante el papa Pablo V I en nom-
capta la llamada del Espíritu. Busca para encontrar, y cuando encuentra bre de los observadores e invitados no católicos, del 17 de octubre de 1963.
sigue buscando aún. Ya que se le exige encontrar siempre «para hacerse Texto francés, en AAS 35 (1963) 878-881, y en Y.-M. CONGAR, Diario del
más capaz de transmitir al mundo moderno su mensaje de verdad y de concilio. Segunda sesión, 197-200. Cf. BLONDEL, Atiente du Concile..., 71.
230 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA LA NUEVA CONCIENCIA DE LA IGLESIA 231

luntad de cooperación; no con deseos de dominio, sino Sus afirmaciones son complementarias de todas las ante-
con voluntad de servicio, no sabiéndose ella mejor, sino riores declaraciones magisteriales y conciliares. Comple-
creyendo que sus potencias de vida pueden hacer mejo- mentariedad significa la necesaria implicación de dimensio-
res a los hombres que fielmente se las apropien. Se sabe nes de la realidad, que a primera vista parecerían quizá
agraciada con la fe y la esperanza: por ello no condena inconexas o entre sí opuestas70. Cuando se acentúan las
al cristiano no católico ni al incrédulo, sino que, respe- unas, parecería excluirse las otras. La constitución Lumen
tándoles religiosamente, dialoga con ellos. En la consti- gentium ha intentado descubrir en el misterio de la igle-
tución Lumen gentium se ha recordado la iglesia a sí mis- sia esos ejes en torno a los cuales todo orgánicamente gira;
ma nuevamente que todo lo que ella tiene es de Cristo puntos de mira desde los que todas las dimensiones apare-
para los hombres, y que todo lo bueno que hay fuera de cen en su propio marco complementándose entre sí. Si los
sus fronteras visibles es de Cristo y, por tanto, tiene que diversos dogmas eclesiológicos semejaban a las ramas de
encontrar un lugar en ella. un árbol, frondosas, fecundas, pero distantes entre sí, la
constitución Lumen gentium ha querido señalar más bien
III el tronco común en que todas se unen recibiendo sabia
única; subrayar lo comunicante y religador más que lo
COMPLEMENTARIEDAD DE LAS NUEVAS
diferencial y distanciador.
PERSPECTIVAS
Para ello ha querido redescubrir el fundamento origi-
La iglesia ha hecho en el Vaticano II un esfuerzo de nal de la iglesia, e interpretar su misterio desde sí misma,
humildad no sólo moral, confesándose pecadora en sus con categorías elaboradas en una contemplación del plan
miembros y pidiendo perdón a los otros grupos cristianos, de Dios sobre sí, y no deducidas de estructuras humanas:
sino, sobre todo, humildad intelectual, afirmando: a) que órdenes sociológicos o sistemas filosóficos71. Así, por ejem-
no se puede comprender a sí misma plenamente ni de una plo, para la constitución Lumen gentium, la fórmula «igle-
vez; b) que las verdades que a lo largo de la historia va sia = sociedad perfecta», no es la palanca más a propósito
descubriendo sobre el propio misterio son entre sí comple- para facilitar su comprensión. Antes que imitar la existen-
mentarias; c) que si ella radicalmente posee todo el nú- cia de una sociedad humana, imita la existencia y revive
cleo de la verdad revelada, algunos aspectos de ésta qui- el destino del Verbo encarnado. Por ello tiene una estruc-
zá sean vividos fuera de ella con mayor intensidad; d) que tura «teándrica» y deberá saberse prolongadora del vivir
en las comunidades eclesiales no católicas posiblemente y morir de Cristo 72 .
muchos de sus errores procedan de una absorbente con- 70
centración de la fe sobre las verdades fundamentales de la No tomamos la palabra «complementariedad» en su sentido físico
original, tal como su creador N. Bohr (1927) y otros, prolongándola al
revelación divina y que su pérdida de universalidad sea terreno filosófico-psicológico-moral, la han entendido. Cf. W. PAULY, Die
philosophische Bedeutung der Komplementaritát: Experientia 6 (1950) 72-75;
quizá fruto de una sagrada voluntad de pureza (LG 1-8) *9. C. F. VON WEIZSÁCKER, Komplementaritát und Logik: Naturwissenschaften
42 (1955) 521-529, 545-555; G. HOWE, Zu den Áusserungcn von Niels Bohr
La constitución Lumen gentium se sabe en la historia. über religiose Fragen: Kerigma und Dogma 4 (1958) 20-46; II. H. SCHREY,
Weltbild und Glaube im XX. Jahrhundert. Stuttgart 1955.
71
69
PABLO VI, Discurso de apertura de la segunda sesión: AAS 55 Para el Vaticano I, cf. F. VAN DEN HORST, Der Jintwurf..., 318-324.
(1963) 852-854; I D . , Palabras a los observadores en audiencia del 17 de octu- La Lumen gentium ha preferido renunciar a toda conceptualidad y expresión
bre de 1963; LG 15; Decreto sobre el ecumenismo; E. D'SOUZA, Humilité filosófica, retornando al estilo bíblico y a sus recursos simbólicos. ¿ Es verdad
intellectuelle: Discours au Concile..., 220-224; L. A. ELCHINGER, ha verité que lo que ha ganado en frescura y carácter vital lo ha perdido en claridad
ne doit pas nous faire peur: Ibid., 225-231; O. CULLMANN, Zwischen s-wei y concisión lógicas? Cf. G. DEJAIFVE, La «Magna Charta» de Vatican II.
Konsilssesionen. Rückblick und Ausblick eines protestantischen Beobachters: La C'onstitution sur l'Eglise «Lumen gentium»; NRT 1 (1965) 3-22.
73
Schweizer Monatshefte (1963) 49-159; J. GUITTON, L'Eglise et l'Evangile. El Vaticano I hace de esta ecuación un poco el eje de su Esquema
Paris 1959, 348. De Ecclesia. Cf. MANSI 51, 539-541. El Vaticano I I antes de hablar de la
232 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA LA NUEVA CONCIENCIA DE LA IGLESIA 233

Su primer capítulo no habla de «la naturaleza de la cas, código y normas morales siguen existiendo, pero teo-
iglesia», sino del «misterio de la iglesia», describiéndola lógicamente informadas. Ellas son la nueva humanidad del
como sacramento universal de la gracia. Y, sin embargo, Verbo, que, por medio de su cuerpo, la iglesia, se sigue en-
decir que sea misterio no significa negar que exista como carnando a través de los siglos para redimir a los hombres
sociedad (LG 20,14). Esto es lo característico de la cons- todos. Pero lo mismo que el cuerpo en el hombre se re-
titución humen gentium, que lo es, a su vez, del concilio: nueva siempre, en permanente identidad consigo mismo
un radical deseo de autenticidad, voluntad de distinguir sin embargo, así aquéllos se deberán siempre renovar, si
y, sobre todo, de deducir en la iglesia las estructuras de quieren seguir siendo instrumentos eficaces al servicio de
la esencia, las apariencias externas del contenido interno, la acción eclesial redentora.
los comportamientos exteriores de las convicciones interio- Todas estas ideas, que hemos sugerido hasta aquí, son
res, las encarnaciones sociológicas de la misión espiritual. válidas para la constitución Lumen gentium sólo en cuan-
No pocas veces ha tenido lugar hasta ahora una pros- to presuponen, prolongan, purifican o integrar en hori-
titución de la teología al deducir la eclesiología del derecho zontes más amplios la anterior conciencia eclesiológica.
público eclesiástico, por olvidar que en la iglesia la orde- Su intento ha sido operar un centramiento de ideas, nor-
nación jurídica es el precipitado de un dogma y de una teo- mas y estructuras de vida después de haber concentrado
logía y sólo por ella normativa de la acción cristiana. Este su atención en torno a las realidades que le son constitu-
mismo giro copernicano de la constitución Lumen gentium yentes. Concretamente: el Vaticano II no anula sino com-
había sido realizado ya antes por la constitución Sacro- pleta al Vaticano I; ni la colegialidad al primado; ni afir-
santum concilium para la liturgia y después por la constitu- mar que la iglesia católica es infalible en su ejercicio ca-
ción Gaudium et spes para algunos puntos de actuación mo- tólico de fe, supone negar que lo sea también el colegio
ral. No por los cambios introducidos, sino porque han que- episcopal y su cabeza; ni el acentuar la fundamental igual-
rido obligar a la iglesia toda a ser consciente de que en la dad óntica de los miembros del pueblo de Dios pone en
liturgia las rúbricas están al servicio de la presencializa- peligro la diversidad funcional, también sacramentalmente
ción del misterio pascual; de que si es verdad que la igle- fundada; ni la constatación de la llamada universal a la
sia está estructurada como una sociedad y se rige por un santidad significa minusvalorar el estado religioso; ni los
código, se es pueblo de Dios en cuanto cuerpo de Cristo carismas hacen innecesaria la autoridad, ya que afirmar
animado por el Espíritu; de que en la moral cristiana más ante todo la presencia y actuación del Espíritu Santo no
allá de las leyes eclesiásticas, que siguen en su pleno vi- lleva consigo negar la jerarquía, sino todo lo contrario;
gor, están las exigencias profundas del evangelio73. Rúbri- ni afirmar que María ha de quedar eclesiológicamente in-
tegrada 74, significa olvidar su especial papel en la historia
Iglesia como «Societas hierarchice ordinata» (LG 20; 14), y decir que está de la salvación. Tarea de la constitución Lumen gentium
«in hoc mundo ut societas constituta et ordinata», habla de que «ob non
mediocrem analogiam incarnati Verbi mysterio assimilatur», describiéndola ha sido, sencillamente, recordar en clarividencia: porque
como «vivum organum salutis» al servicio del Espíritu Santo (LG 8).
Cf. Y.-M. CONGAR, Dogma cristológico y eclesiología. Verdad y límites de
hay olvidos que de ser duraderos no sólo son desequilibra-
un paralelo: Santa Iglesia. Barcelona 1965, 65-96. Este es el eterno peligro dores, sino venenosos; y hay acentuaciones que, siendo
de una teología aristotélico-occidentalmente pensada: doblegar la revelación a
unas categorías de pensamiento, que imposibilitan para percibir lo que de radi-
calmente nuevo e irreductiblemente propio hay en el cristianismo, dificultando
a la vez esa vivencia que todo creyente debe tener de la novedad revolucio- cargas creadas por las leyes eclesiásticas, pero ella hará más exigente en
naria que Cristo entraña. Porque Dios y su palabra son totalmente otros, nosotros la vida cristiana, obligándonos a reconocer nuevas zanas de respon-
de él hay que recibir también el entender de él. Dios es no sólo lo necesario sabilidad moral». Mons. POCOCK, arzobispo de Toronto, Pastoral de Cuares-
natural, sino sobre todo lo positivo cristiano. ¿Quién sino el Hijo conoce al ma 1965.
Padre, y quién le había «visto» antes de venir Aquél? (Jn 1, 18; 1 Jn 4, 12). 74
78 Sólo un ejemplo, entre los muchos mariólogos que así piensan:
«La renovación de la Iglesia puede ciertamente aligerar algunas «La mariología es una parte de la eclesiología». C H . JOTJRNET I I , 393.
234 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA LA NUEVA CONCIENCIA DE LA IGLESIA 235

en sí válidas, fuera del marco propio para el que surgie- cristianismo es eclesial y por ello la moral cristiana implica
ron y en el que tienen su pleno sentido, pueden devenir sentirse en la iglesia con la iglesia, subsiguiente a un sentir
funestas. Recordar del pasado y acordar para el futuro. la iglesia78.
Porque «acordar» significa a un tiempo espiar el ritmo Todo es en la iglesia católicamente complementario, en
actual del corazón y prepararle para una actuación futura, el tiempo y en el espacio. La iglesia de Éfeso es católica
cuyas exigencias ya se dejan sentir. en cuanto se sabe unida a la de Corinto. La iglesia de
Por ello era necesario hoy afirmar que no todo fue 1563 (Trento) es católica en cuanto se sabe prolongando
dicho por el Vaticano I, que el papa no está fuera de la la iglesia de 325 (Nicea). Ella es un misterio de totalidad
iglesia, sobre la iglesia, sino en la iglesia para la iglesia; y comunión, en fidelidad a la palabra de Cristo conser-
que el primado no reduce los obispos a puros mandata- vada íntegra y manifestada por su Espíritu en el corazón
rios en las diócesis (LG 27) 75 ; que la infalibilidad no hace de los creyentes. He aquí la razón última: la reflexión ecle-
innecesarios los concilios76; ni las decisiones dogmáticas siológica no agota el misterio eclesial, y las fórmulas no
inutiliza la permanente búsqueda intelectual de los indivi- agotan el contenido de la revelación. Toda fórmula que la
duos en la iglesia77; que anterior a la diversidad seglares- iglesia ofrece de su propio misterio es sólo eco y sombra
clérigos existe la unidad: cristianos, y por ello la comuni- de una informulable, trascendental percepción que ella en
dad entre jerarquía y laicado no es algo adveniente, fruto la potencia perceptiva de la fe y el amor de sí misma
de un esfuerzo de buena voluntad por superar una sima posee. Por ser asumpciones parciales del misterio total,
óntica entre unos y otros, sino que más bien es la resul- no pueden las fórmulas ser desconectadas de él; y, a su
tante necesaria de la dignidad común-gracia común-voca- vez, esta totalidad del misterio poseído necesita irse desti-
ción común, de la «una salvación-una esperanza-caridad lando, clarificando en fórmula. Quien no vea las formula-
indivisa», del úfisíc ele lais ev Xpiaxü) ly¡ao5 (Gal 13, 28; ciones doctrinales en esta su definitividad y relatividad a
LG 32); que una moral cristiana no quiere al individuo un tiempo, en esta referencia permanente a la percepción
mero cumplidor de normas, sino que le supone persona y, total e informulada que la fe supone, no las podrá enten-
por tanto, valor límite, pero a la vez le recuerda que todo der en su sentido último.
Por su carácter polémico en la mayoría de los casos79,
76
Cf. La Declaración del episcopado alemán (enero 1875), respuesta por su condicionamiento histórico, por la radical imposi-
a la Circular de la Cancillería del Reich, fechada el 14 de mayo de 1872, bilidad de aprehenderse el hombre a sí mismo de una vez
y la carta del papa del 2 de marzo de 1875. Textos originales en O. ROUS-
SEAU, La vraie valeur de l'épiscopat dans l'église d'aprés d'importants docu- y consiguientemente la iglesia y, sobre todo, por estar en
ments de 1875: L'épiscopat et l'église universelle. París 1962, 709-736;
729-736. ella implicado el propio misterio de Dios, son las fórmu-
76
Cf. Y.-M. CONGAR, El concilio, la iglesia y... «los otros»: Santa las dogmáticas no reformables, ya que el Espíritu garantiza
Iglesia, 291-310.
77
M. BLONDEL escribía en carta de junio 1904: «En vuestra última la definitividad del aspecto que ellas intentan fijar, pero sí
carta me daba la impresión de que no había que preocuparse de antemano
por sentir con la iglesia, que se podría uno permitir todas las extravagancias, complementables80. La imperfección del conocimiento en
ya que ahí está el palo para volvernos al camino recto. [Qué excentricismo!
I Qué contubernio entre la temeridad sin límite y el servilismo sin freno l 78
Cf., entre otros, R. EGENTER, Gedanken sum sentiré cum Ecclesia:
¿ Es que no tendremos que preocuparnos con gran cuidado de si se piensa, Orientierung 26 (1962) 209-212; I D . , Das sentiré cum Ecclesia im liturgischen
se siente y se quiere con la iglesia ? 1 El pensar y el querer de la iglesia Vollzug: Liturgie, Gestalt und Vollzug. Festchrift für J. Pascher. München
nos son extrínsecos! I Su doctrina es un caparazón 1 Como si ella nos echase 1963, 82-97; I D . , Die Bedeutung des sentiré cum Ecclesia im christlichen
algo sobre el espíritu y el corazón, y luego a tirar. ¿Y eso que nos echa Ethos: Tríerer Theologische Zeitschrift 1 (1965) 1-14.
quien va a determinarlo, a digerirlo, si no existe esta labor de la iglesia 79
«También en este sentido puede afirmarse con toda verdad que la
discente a la que la iglesia docente supone y jamás suple? Atiente du forma polémica es el género literario propio de los decretos conciliares».
Concile..., 60-61. «La experimentación secular ha molido, digerido, el FRANZELIN, Vaticano I (MANSI so, 339 b).
evangelio en la práctica continua de la cristiandad viva. Y es ahí, en esta 80
JUAN X X I I I , Discurso de apertura: AAS 54 (1962) 785-796 (distin-
iglesia discente, donde encuentra su inspiración la iglesia docente». Ibid., 39. ción entre la sustancia de la doctrina y sus formulaciones, nacidas en función
236 EL VATICANO I I LEÍDO DESDE ESPAÑA

fe afecta no sólo al cristiano individual, sino también a


la iglesia, incluso en su actuación magisterial81. Ésta es
definitiva en cuanto que, fijando para siempre aspectos y
dimensiones de la realidad revelada, garantiza el alimento
de las necesidades vitales cristianas de cada generación;
pero nunca agotándola, porque el cristianismo no es un
concepto, sino una vida: Dios mismo, dándose en Cristo 2
y en él reconciliando el mundo; perviviendo en la iglesia,
a través de la cual prolonga la redención y diviniza a los LIBERTAD Y VERDAD
hombres en Cristo; y por el Espíritu lo recapitula todo DEL HOMBRE
preparando la restauración consumadora final.
Ley de la iglesia es un perenne crecimiento, también EN EL VATICANO II
en el conocer, hasta llegar a la plenitud de Cristo, quien
así verá consumada su obra (Ef 1,23; 4,13). Entretanto,
vive la iglesia distendida entre la posesión de quien ya
vino y la espera de quien aún está por venir, entre escato-
logía iniciada y escatología consumada; columbrando en
fe y apropiándose en amor su propio misterio, que es el
E L hombre ha sido el gran tema del concilio Vatica-
no II. No se ha hablado de ello quizá explícitamente.
Se ha insistido en otros muchos temas que al parecer nin-
guna relación tienen con lo antropológico, y sin embargo,
de Cristo, mientras anhela la desvelación final: « . . . y todo estaba girando en torno a él. Se ha aceptado al hom-
descubra fielmente en el mundo el misterio de Cristo, aun- bre de hoy tal como es, y enfrentándole con la revelación
que entre penumbras, hasta que al fin de los tiempos se se ha esperado poder descubrir mejor qué es lo que
manifieste con todo esplendor» (LG 8). Dios espera de él. Todo el concilio ha girado en torno al
hombre, en la clara conciencia de que éste debe girar todo
él en torno a Dios; por eso ha sido a Dios a quien se ha
dirigido la pregunta sobre el hombre, y se ha buscado en
su palabra las respuestas a las necesidades de éste.
Esta preocupación antropológica quizá no sea fácil-
mente descubrible para un lector ligero. A primera vista
parece que todos los temas han sido más bien eclesiológi-
cos: la iglesia orante (Constitución sobre la liturgia), la
iglesia en su propio misterio original y constituyente (Cons-
titución humen gentium), la iglesia constituida y alimen-
de necesidades pastorales). SANTO TOMÁS, 2-2, q. 1, a. g ad 2; q. 1, a. 10 ad 2 tada por la palabra de Dios (Constitución sobre la revela-
(complementariedad entre las declaraciones de los concilios). Idea reasumida
por Newmann: cf. H. F R Í E S - W . BECKER, Newmcrn Studieri I, 69: cada con- ción divina), la iglesia en su dimensión de historicidad
cilio modifica el anterior, no anulándole, sino explicitándole; M. BLONDEL,
Attente du Concile..., 40-41; K. RAHNER, ¿Qué es un enunciado dogmático?:
viviendo en el mundo, presente entre los hombres, no
Escritos de teología V, 55-82; H. JEDIN, Ist das Konzil von Trient ein ajena a sus tareas, problemas, esperanzas (Constitución
Hindernis für die Wiedervereinigung ?: Ephemerides Theologicae Lovanienses
38 (1062) 841-855. pastoral sobre la iglesia en el mundo actual). Era no obs-
81
r Cor 13, 12; 2 Cor 5, 7 (caminamos en fe, no en visión); 1 Jn 3, 2 tante la obsesión por el hombre lo que animaba todos es-
(ya somos hijos de Dios; pero aún no sabemos, por no verle todavía a él tal
cual es). tos planteamientos; porque ¿qué es la iglesia sino la for-
LIBERTAD Y VERDAD DEL HOMBRE 239
238 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA
sé hombre hasta el fondo, sé fiel a las raíces últimas de tu
ma sacramental, pneumática de existir de los hombres re- humanidad, escucha la voz, la sonoridad más profunda de
dimidos? Hablar, pues, de iglesia es hablar del hombre tu ser humano: es decir, sé libre en la verdad de tu exis-
nuevo, tal como la revelación le ilumina y le hace posible. tencia. La dimensión en la que el hombre se acepta, se vive,
He aquí un párrafo significativo de Pablo VI, quien se proyecta y se trasciende a sí mismo la llamamos liber-
interpreta de forma clara y precisa la preocupación conci- tad. La libertad y la verdad son las dos columnas verte-
liar por el hombre: brantes de todo el acontecimiento conciliar, que como tal
La iglesia del concilio, sí, se ha ocupado mucho, además de sí
es a su vez fruto de un clima de existencia cristiana libre-
misma y de la relación que la une con Dios, del hombre tal cual hoy mente vivida, fruto de una libertad de búsqueda, libertad
en realidad se presenta: del hombre vivo, del hombre enteramente de diálogo, libertad de investigación del pasado y no me-
ocupado de sí, del hombre que no sólo se hace el centro de todo su nos libertad de prospección del futuro.
interés, sino que se atreve a llamarse principio y razón de toda
realidad. Todo el hombre fenoménico, es decir, cubierto con las Pero aquí surge el problema: ¿cuáles son la verdade-
vestiduras de sus innumerables apariencias, se ha levantado ante ra verdad y la libertad libre del hombre? Es una opción
la asamblea de los padres conciliares, también ellos hombres, todos metafísica fundamental la que condiciona toda palabra
pastores y hermanos, y por tanto atentos y amorosos; se ha levantado sobre el hombre, también la palabra conciliar pronuncia-
el hombre trágico en sus propios dramas, el hombre superhombre
de ayer y de hoy, y por lo mismo frágil y falso, egoísta y feroz; da sobre él. La concepción de la libertad del hombre está
luego el hombre descontento de sí, que ríe y que llora; el hombre determinada por la concepción que tengamos del hombre
versátil siempre dispuesto a declamar cualquier papel, y el hom- como tal y de su situación en el mundo. Una teología de
bre rígido que cultiva solamente la realidad científica; el hombre la libertad por tanto seguirá a una antropología teológica.
tal cual es, que piensa, que ama, que trabaja, que está siempre a la Preguntémonos ahora: ¿qué es lo que la teología, o mejor,
expectativa de algo; el hombre sagrado por la inocencia de su
infancia, por el misterio de su pobreza, por la piedad de su dolor; la revelación nos dicen radicalmente nuevo sobre el hom-
el hombre individualista y el hombre social; el hombre que alaba bre? Que sea un ser racional, o espiritual, que tenga una
los tiempos pasados y el hombre que sueña en el porvenir; el hom- dimensión de comunidad, que su capacidad de intelección
bre santo y el hombre pecador... y de amor trascienda lo finito, que su esperanza no pueda
El humanismo laico y el profano ha aparecido finalmente en resignarse al horizonte de la temporalidad, que por tanto
toda su terrible estatura y en un cierto sentido ha desafiado al la muerte no pueda ser la última hazaña humana: todo eso
concilio. La religión de Dios que se ha hecho hombre, se ha encon-
trado con la religión — porque tal es — del hombre que se hace es el acerbo de saberes que el hombre ha ido acumulando
Dios. ¿Qué ha sucedido? ¿Un choque, una lucha, una condenación? sobre sí mismo. Un amargo saber no obstante porque no
Podía haberse dado pero no se produjo. La antigua pauta del samari- logra claridad definitiva. El hombre se torna un problema
tano ha sido la pauta de la espiritualidad del concilio. Una sim- para sí mismo, y su última palabra es sólo un esperanza-
patía inmensa lo ha penetrado todo. El descubrimiento de las nece-
sidades humanas — y éstas son tanto mayores cuanto más grande se dor interrogante 2 .
hace el hijo1 de la tierra — ha absorbido la atención de nuestro sínodo
ecuménico .

He ahí el concilio y el hombre en reto fuerte y en


apuesta dura. La asamblea conciliar ha tenido la valentía 2
«Todo hombre resulta para sí mismo un problema no resuelto, perci-
de aceptar al hombre como es, y ante sus exigencias de bido con cierta oscuridad. Nadie en ciertos momentos, sobre todo en los
humanidad, ella ha contestado con una sola exigencia: acontecimientos más importantes de la vida, puede huir del todo el interro-
gante referido. A este problema sólo Dios da respuesta plena y totalmente
cierta, Dios que llama al hombre a pensamientos más altos y a una búsqueda
1
PABLO VI, Discurso de clausura del concilio, 7 de diciembre de 1965. más humilde de la verdad». GS 21.
240 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA LIBERTAD Y VERDAD DEL HOMBRE 241

otro de san Buenaventura: «Melius videbo in Deo quam


I in me» 8 o finalmente el famoso vejamen de santa Teresa
LIBERTAD Y VERDAD EN LA PERSPECTIVA en torno a la frase «Búscate en mí» 9 .
DE LA REVELACIÓN Si ahora nos preguntamos cuál es el reflejo concreto,
existencial de esta dimensión divina del hombre, de este
La respuesta bíblica es asombrosa en su brevedad, ser imagen, la mejor tradición teológica nos responderá
acostumbrados a ella no provoca ya en nosotros la admira- que es la libertad: «Por la libertad es el hombre deiforme
ción sobresaltada: «El hombre es imagen de Dios, a él y feliz, ya que la soberanía y la independencia son lo pro-
semejante» 3 . A estas palabras veterotestamentarias se uni- pio de Dios», dirá san Gregorio de Nisa 10 . Eco de esta
rán las del Nuevo Testamento: «Dios nos predestinó a ser antigua teología son las palabras del concilio:
conformes a su Hijo, imagen visible del Dios invisible» 4 .
El hombre queda pues ya «teológicamente religado» en su La verdadera libertad es signo eminente de la imagen divina
ser y en su intelección. Sólo existe en cuanto tiene una en el hombre. Dios ha querido dejar al hombre en manos de su
propia decisión, para que así busque espontáneamente a su Creador
procedencia, una conformidad, una tendencia hacia Dios y adhiriéndose libremente a éste, alcance la plena y bienaventurada
origen, ejemplar, meta, que eso significa ser el hombre perfección n.
imagen de Dios. Y sí sólo es en cuanto es en él, desde
él, sólo será comprehensible en esta relacionalidad cons- La libertad del hombre mana pues de su verdad, es
tituyente. Sólo quien conozca el ejemplar conocerá el ejem- decir, de su ser. En la medida en que es imagen, es libre.
plado. Sólo pues quien conoce a Dios conoce al hombre 5 . Luego su libertad está alimentada en la verdad de Dios.
Deberíamos explicar aquí simultáneamente cómo a su vez Verdad de Dios que no provoca una heteronomía sino ver-
sólo quien conoce al hombre conoce a Dios 6 . Ahora ya dadera autonomía: en la medida de su afincamiento en
entenderemos mejor el lenguaje de los místicos para quie- él, se afinca en su ser más auténtico, en la medida en que
nes el mejor ser del hombre es el que radica, pervive y se trasciende hacia él se constituye en hombre verdadero.
subsiste en Dios. En él somos de misteriosa forma, por En la voluntaria clausuración sobre sí mismo el hombre se
eso en él nos buscamos inevitablemente. Como ejemplo está queriendo arrancar las raíces que le constituyen: está
valga aquel texto de santa Catalina de Siena: «En tu natu- poniéndose en contradicción consigo mismo, es decir, pro-
raleza, deidad eterna, conoceré mi naturaleza» 7 , o aquel vocando una «neurosis existencial», aniquilante al final.
Quede, pues, sugerida la conexión íntima que religa la li-
8
4
Gen i, 27. bertad del hombre a la libertad respecto de Dios, su fuen-
5
Rom 8, 29; 1 Cor 15, 49; 2 Cor 3, 18; 4, 4; Col 1, 15. te, en el sentido teológico de la imagen. Nos queda aún
«La fe es la vida de la humanidad por la interpretación exacta y
sublime que da del hombre (¿no es el hombre, él solo, misterio para sí mismo?), por analizar el aspecto cristológico.
y la da precisamente en virtud de su ciencia de Dios: para conocer al hom-
bre, al hombre verdadero, al hombre integral, es necesario conocer a Dios». Hay un texto evangélico que une estas dos palabras:
PABLO V I , Id., 15. Cf. R. GUAKDINI, Nur wer Gott kennt, kennt den Menschen. libertad y verdad, eleuthería y aleteia:
Würzburg 1953.
6
«En el rostro de cada hombre, especialmente si se ha hecho transpa-
rente por sus lágrimas y por sus dolores, podemos y debemos reconocer el
rostro de Cristo (cf. Mt 25, 40), el hijo del hombre, y sí en el rostro de
Cristo podemos y debemos, además, reconocer el rostro del Padre celestial 8
Cf. O. GONZÁLEZ, Misterio trinitario y existencia humana. Estudn
(Jn 14, 9), nuestro humanismo se hace cristianismo, nuestro cristianismo histórico teológico en torno a san Buenaventura. Madrid 1965.
se hace teocéntrico: tanto que podemos afirmar también: para conocer a 9
Obras completas 2. Madrid 1962, 947-950: Vejamen sobre las pala
Dios es necesario conocer al hombre». PABLO VI, Id., 16. bras: «Búscate en mí».
7
Oración 18 y 19. Cf. Obras de santa Catalina de Siena. Madrid >° De mortuis (PG 46, 524 A).
J95S, 6i3- » LG 17.
242 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA
LIBERTAD Y VERDAD DEL HOMBRE 243

Jesús decía a los judíos que habían creído en él: «Si permanecéis finitud y egoísmo por los cuales el hombre tiende a clau-
en mi palabra seréis en verdad discípulos míos, y conoceréis la ver- surarse sobre sí mismo. Al abrirse a Dios y aceptar su amor,
dad y la verdad os hará libres» n. recibe el creyente la capacidad de prolongarlo a los demás.
Por tanto, libera quien comunicando amor hace capaz de
Verdad es en este contexto no un saber abstracto de la amar. Ésa es la verdadera libertad liberada. Nuestra liber-
realidad, sino el saber concreto de la existencia toda tal tad cristiana tiene su fuente en el Espíritu de Cristo, que,
como Cristo nos lo ha revelado; más aún, verdad es aquí al dársenos, nos comunica «su» verdad y «su» vida, es
sinónimo de redención, de vida comunicada, de don sal- decir, opera en nosotros la redención. El Espíritu es, pues,
vífico de Cristo, el «verdadero vivir» tal como lo tenemos la liberación de nuestra libertad. La iglesia como ámbito
en Cristo. Libertad es aquí el fruto de la permanencia en de la permanencia del Espíritu debería ser la órbita den-
la palabra de Cristo, de su cumplimiento, de su asimila- tro de la cual los hombres renacen a la libertad, la acrecien-
ción. Al vivir la redención de Cristo, conoce el cristiano tan y proyectan a los demás en servicio.
que ella es la verdad, y en este conocimiento que es vida, También desde esta perspectiva cristológica nos ha
logra él la libertad. Es decir, dejándose redimir, deviene aparecido el binomio libertad-verdad en inseparable unión.
un hombre libre 13 . El hombre sólo es libre en la verdad de Cristo. De nuevo
Estamos aquí en los antípodas del concepto estoico otros textos neotestamentarios:
filosófico de libertad, consistente en la independencia e
indiferencia frente a todo lo externo, en el dominio de las Hermanos, habéis sido15
llamados a la libertad M. A la libertad
pasiones, en el señorío impasible ante el destino, lo que nos ha redimido Cristo . No perdáis, hermanos, la libertad que
tenemos en Cristo 16. El Espíritu es el garante de nuestra libertad17.
ellos llamaban la autopragta, la ataraxia, la apatheia. No Allí donde está el Espíritu está la libertad I8.
es el hombre señor de su libertad. Que el hombre es señor
de sus decisiones, de su presente y de su futuro, eso es De cómo este indicativo de la libertad se convierte en
evidente para el escritor bíblico. Pero hay una evidencia un imperativo, es decir, de cómo la conciencia de estar
más profunda para él: el hombre está bajo la atmósfera liberados es una exigencia de devenir personalmente más
pesante del pecado. Si en su libertad es consciente de su libres, de cómo la libertad es una semilla inicial posibili-
ideal, ante las realizaciones va a sentirse impotente hasta tante y exigente de un más pleno desarrollo, hablaremos
el fondo. Su libertad necesita ser liberada, potenciada des- luego con más calma.
de dentro. Sólo, pues, aquel que no sólo nos enseña desde De este primer intento de una teología de la libertad
fuera sino que nos fortalece desde dentro, sólo aquél podríamos concluir que la libertad es un don escatológico
nos hace libres, por tanto sólo quien nos redime comuni- de Cristo, fruto de su «verdad», es decir, de su redención,
cándonos un vivir nuevo. En hebreo, por ejemplo, no que restaurando la imagen primordial de Dios en nosotros
existe la palabra «libertad» y la Biblia no obstante habla que él formara al crearnos nos configura a él, vivificándo-
siempre de liberación del hombre por Dios. Para el hom- nos en su Espíritu. La libertad del hombre es, pues, la
bre bíblico no se es libre desde las propias raíces sino que apropiación de la verdad de Dios. No sería una moraleja
se es liberado por otro, por un goel. A su vez se es li- fácil, sino pura deducción teológica si afirmamos que el
bre para algo. Dios redimiendo rompe los lazos de la
" Gal 5, 13.
1» Gal s, 1.
13 m Gal 2, 4.
Jn 8, 31-32. w 1 Jn 3, 24; 4, 13.
13
A. WIKENHAUSER, Das Evangelium nach Johannes. Regensburg 18 2 Cor 3, 17; Rom 8, 2.
1961, 177-178.
244 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA
LIBERTAD Y VERDAD DEL HOMBRE 245
hombre es verdaderamente libre al sentirse amado por libertad significará aquí el conjunto de condiciones econó-
Dios, y al devolverle ese amor amando a los demás. Un micas, sociales y políticas necesarias para el ejercicio con-
escritor francés, A. de Saint-Exupery, decía que «sólo las creto de la libertad efectiva del individuo en los diversos
pistas invisibles del amor liberan al hombre» 19 . Sólo, pues, planos de su posible actuación (teórico o práctico, religio-
la aceptación del amor con que Dios nos ama en Cristo so o profano). Tenemos por tanto una triple visión posi-
y la proclamación de ese amor en los hombres nos redime ble de la libertad: libertad humana en general, libertad
a la libertad. Hoy que estamos tomando conciencia viva religiosa, libertad específicamente cristiana. ¿En cuál de
de lo que la existencia cristiana implica de redimente, estos tres planos se sitúa la declaración conciliar sobre la
percibimos a la vez cómo es profundamente liberadora. libertad religiosa?
Liberación que exige un servicio, un testimonio, una mi-
Como es natural las tres posturas tuvieron sus repre-
sión. Cristianismo será sinónimo de hombres nuevos en la
sentantes:
novedad de Cristo, hombres libres en su verdad y cuyo
servicio se hace testimonio y se manifiesta en servicio, Unos deseaban hacer un texto sobre la libertad propiamente
creando así la comunidad de libertos de Cristo y siervos cristiana según el evangelio: un texto profético que pusiera de mani-
del mundo que llamamos iglesia. Éste es el núcleo doctri- fiesto este misterioso respeto de Dios por la libertad de los hombres
a quienes ha creado y cuya vida va incrementando por la gracia.
nal de la mayor parte de los decretos conciliares, especial- Otros querían reivindicar la libertad de la iglesia, es decir, los dere-
mente de la Constitución dogmática sobre la iglesia, de- chos de la verdadera religión frente a los países comunistas ante
creto sobre la actividad misional y Constitucional pastoral todo. Otros, finalmente, querían un texto de carácter jurídico en
sobre la iglesia en el mundo. consonancia con la carta de los derechos del hombre de la ONU:
uno de estos derechos sería la libertad religiosa. Esta última petición
que fue la que se impuso cada vez más, tiende a determinar un esta-
II tuto religioso a escala mundial y en el plano jurídico, que es el de
las grandes organizaciones internacionales 20.
LIBERTAD Y VERDAD EN LA PROBLEMÁTICA
GENERAL DEL CONCILIO Ante el tema de la libertad en el concilio no podemos
por tanto olvidar lo limitada que es la óptica elegida por
Hasta aquí hemos hablado de la libertad en su pers- los padres. De los tres posibles planteamientos del pro-
pectiva puramente teológica. Pero como toda realidad es blema: planteamiento exegético-teológico, eclesiástico-ca-
ella también polidimensional. Son varias las ópticas en nónico y jurídico-civil, la declaración conciliar ha elegido
las que se le puede enfocar. Hay ante todo una óptica solamente el último, como marco general dentro del cual
filosófica. Libertad aquí significará primero voluntad li- el primero se hace presente también, aunque sólo sea par-
bre, capaz de proyectar una forma concreta de existencia, cialmente.
descubriendo y creando determinados valores en su en- Incluso una vez así delimitada la perspectiva en que
cuentro y lucha con la naturaleza natural o la comunidad se iba a tratar el tema, el concilio se vio dividido por una
humana. Una segunda óptica será la jurídico-sociológica: doble tendencia, irreconciliable en el fondo. La raíz última
18
Citado por A. DONDEYNE, La fe y el mundo en diálogo. Barcelona de esta diversidad no es sin duda otra que la forma dis-
1961, capítulo «Verdad y libertad», 61-80. Sólo donde hay amor es posible tinta de concebir las relaciones entre verdad y libertad.
la libertad y a su vez sólo en clima de libertad es posible el amor. Éste
desencadena la animalidad del ser hacia una posesión humana y con ello le Divergencia que arraiga a su vez en unas opciones funda-
liberta. Sólo el amor es creador, por eso sólo en él es posible la libertad. mentales de la existencia, previas incluso a la reflexión,
De aquí el valor de la fidelidad a Dios como creadora de libertad. Cf., J. L E -
CLEECQ, L'obeissañce éducatrice de la liberté dans la tradition monastique, en
La liberté évangélique. Paris 1965, 55-86. 20
R. LAURENTIN, Balance de la tercera sesión. Madrid 1965, 67.
246 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA LIBERTAD Y VERDAD DEL HOMBRE 247

formas a priori de sensación e interpretación de la realidad, En definitiva la oposición parecía existir entre la ver-
de las que el hombre difícilmente es consciente y que con- dad a la que en el fondo inconscientemente se identificaba
dicionan todo el enjuiciamiento ulterior. Intentemos ex- con Dios, y la libertad, en cuya defensa se creía estar de-
plicitar esta doble postura fundamental que motivó las fendiendo al hombre.
escisiones conciliares en torno a nuestro tema. Se estaba cometiendo el error de considerar verdad y
Detrás de las palabras que estamos analizando: ver- libertad como realidades extrínsecas la una a la otra. Ya
dad-libertad, los padres conciliares presentían un bino- vimos cómo la revelación nos las ofrece intrínsecamente
mio mucho más fundamental: Dios-hombre. Y al pre- conexas. Dios ha creado un hombre libre para tener fren-
guntarse quién es el sujeto de derechos, unos contesta- te a sí un dialogante digno, para que su palabra encontra-
rían: sólo la verdad tiene derechos, mientras que otros ra una resonancia personal y fuera capaz de ser devuelta
precisaban: el único sujeto de derechos es la persona. en respuesta. La libertad del hombre es la condición del
Henos aquí ante dos frentes al parecer irreconciliables en- diálogo con Dios. ¿No es el último fundamento de la li-
tre sí. Unos preocupados por los principios generales, bertad la vocación dialogal de la existencia humana: capa-
otros por el hombre individual; unos abogando por los cidad de respuesta al Dios que llama, capacidad de invo-
derechos de la verdad abstracta e independiente de todos, cación al Dios que voca? He ahí cómo la gloría de Dios
otros por los derechos de una persona concreta, cuya li- es precisamente la libertad del hombre. Que el hombre
bertad no existe sino en cuanto finita (es decir, no como viviendo responda a Dios, que respondiéndole se acrezca
absoluto de ser), situada (no indeterminación total por en su ser, ésa es la única glorificación digna de él. «Gloria
ende), incipiente (no, por tanto, obra concluida sino tarea Dei homo vivens», decía san Ireneo 22 . Un Dios celoso de
iniciada o semilla germinal), cohumana (existiendo sólo la libertad de sus criaturas, que necesitara negar el valor
en la convivencia y coexistencia con los demás) y mundana de éstas para afirmar su propio valor, que hiciera morir
(condicionada por los contornos sociológicos, éticos y po- a éstas para poner de relieve que él sólo es la vida, ése
líticos en los cuales el hombre surge y madura). La pers- no sería un Dios sino un ídolo. Nuestro Dios creador ha
pectiva era por tanto doble: el orden objetivo de la verdad creado creadores en su reino, nuestro Dios libre ha susci-
o el orden personal de la conciencia, o si se quiere una ver- tado hombres libres. Sus derechos serán precisamente más
dad ahistóricamente concebida, aislada o recortada de su claramente manifestados en la apropiación, en la profunda
eficacia y validez histórica para los hombres de un mo- consciencia que el hombre tenga de su dignidad. No mi-
mento determinado del tiempo y del espacio, o más bien norar el hombre para ensalzar a Dios. Dios no sólo tolera
una verdad que tenga en cuenta las coordenadas de situa- al hombre celosamente envidioso de su poder, sino que le
ción y de lugar por las que el hombre se ve de alguna ha creado para que ininterrumpidamente vaya creciendo
forma crucificado y que facilitan o dificultan un acceso al
en vida, vaya participando a su plenitud inacabable, saque
orden de lo real21.
agua de vida de aquel pozo inagotable que es él 23 .
Sólo, por tanto, se manifestará la verdad de Dios en
21
Los análisis más serios sobre la doble perspectiva conciliar, que ha la medida en que el hombre libre la descubra y se la apro-
ido teniendo diversas manifestaciones según los esquemas, son: G. P H I L I P S ,
Deux tendances dans la théologie contemporaine: N R T 3 (1963) 225-238; pie, en la medida en que el hombre sintiéndose liberado,
P. FRANSEN, Three Ways of dogmatic Thought: The Heythrop Journal 1 actúe su libertad en medio de unos hombres y de una
(1963) 3-24; E. SCHILLEBEECKX, Impressions sur Vatican II: Évangeliser
17 (1963) 343-350, y en Impresiones sobre una divergencia de mentalidad,
capítulo de su obra La Iglesia de Cristo y el hombre moderno según el Va- 23
Adv. haer. 4, 20, 7.
ticano II. Madrid 1969, 41-52; R. LAURENTIN, Balance de la segunda sesión 23
del concilio. Madrid 19Ó4. Gen 1-2.
248 EL VATICANO I I LEÍDO DESDE ESPAÑA LIBERTAD Y VERDAD DEL HOMBRE 249

sociedad que le ofrezcan las estructuras éticas, políticas y puede poseer la verdad para el prójimo, por eso nadie
sociales necesarias para ello. Nos atreveríamos a decir que puede ser libre por él, en su lugar, sustitutivamente. Ni
la verdad no es anterior al hombre ni existe independien- siquiera la iglesia suplanta ni podrá jamás suplantar la
temente del hombre que la descubre. Existe más bien en libertad de sus hijos, ya que la libertad está en función
el descubrimiento que el hombre va haciendo de ella, en la de la verdad, y ésta dijimos es acontecimiento personalí-
patencia con que ésta va asombrando su vida, en la apro- simo de cada vida. La verdad que no puede devenir una
piación que él opera. En cuanto la realidad infinita de verdad para mí no podré nunca considerarla como tal ver-
Dios sale al encuentro de mi vida y en la admiración y ex- dad. En función de esa verdad a la que está avocado y vo-
trañamiento que en mí opera, en la detectación que yo cacionado posee el hombre su libertad. No son, por tanto,
hago de esa realidad, en la apropiación finalmente: en eso ambas dos absolutos independientes u opuestos, sino más
consiste la verdad; en la medida en que mi libertad se bien dos absolutos relativos: el uno es hacia y para el otro.
siente afectada y se deja afectar por la realidad de Dios, Son a su vez dos absolutos no parciales sino totales am-
existe la verdad para mí. No hay por consecuencia verdad bos, no abstractos sino concretos, personales. La verdad
al margen de la existencia personal. Querer glorificar la es Dios mismo. Mi libertad es el núcleo irreductible de
verdad de Dios contra o independientemente de la liber- mi ser, viniéndose él y tendiendo hacia él.
tad del hombre es un contrasentido24. El 28 de septiembre de 1964, el teólogo de Milán
Añádase que la verdad sólo existe en la acción, en la monseñor Colombo repetía unas palabras trascendentales
vida arriesgada por ella. La realidad sólo deviene patencia, que el entonces cardenal Montini pronunciara el 5 de di-
aletheia, en la comunión vital que opera su realización. ciembre de 1962: Hay un derecho natural y primario que
El evangelista san Juan repetirá constantemente que sólo debemos afirmar. Se trata de un derecho divino: el dere-
haciendo la verdad se llega a la luz, que sólo permanecien- cho que tiene el hombre a acceder a la verdad total, prin-
do en la doctrina de Cristo y encarnándola se llega a la cipalmente a las verdades que son como el fundamento de
libertad25. Libertad y verdad están recíprocamente orde- la vida y entre las que se encuentran las verdades reli-
nadas y dadas como tarea al hombre: verdad a personifi- giosas. Es un derecho que nadie puede impedir sin injus-
car en su existencia concreta; libertad a verificar en el ticia. Las dos consecuencias necesarias que se siguen de
terreno de la objetividad. Mi verdad es la verdad conquis- este derecho es la obligación-libertad de búsqueda, la ne-
tada por mí. No existe en el orden de los valores heren- cesaria comunicación entre los hombres que buscan la
cia familiar sin conquista personal; en fidelidad a lo real y verdad y consecuentemente el diálogo como condición ne-
en no menor fidelidad al dinamismo creador de mi ser, es cesaria para un acceso a la verdad total. Comunicación,
decir, en libertad. Un padre conciliar, monseñor Hurley, diálogo que no son males tolerados sino bienes positivos,
de Sudáfrica gritó en el aula de san Pedro con fuerte condicionados por el carácter esencialmente comunional
voz: «Yo reclamo la libertad para conquistar la verdad» 26 . del existir humano 27 .
Analicemos despacio esta densa afirmación del obispo Analicemos las estructuras de la búsqueda o si se quie-
misionero. Como todos los valores de la existencia: el re la resonancia psicológica que esta necesidad de la ver-
amor, la vida, el morir, la esperanza, no son sustituibles dad provoca en el hombre: tendencia a descubrirla en todos
por nadie para nadie, tampoco lo es la libertad. Nadie los campos, una perpetua y perenne admiración ante las
cosas, una duda inquisitiva, una interrogación amorosa,
24
C'f. S A N M Á X I M O E L C O N F E S O S , Centurias sobre la caridad 3, 46.
25
J n 3, 2 0 - 2 1 ; 8, 31-37.
27
* Cf. I C I 226 (1964) 11. C i t a d o por I C I 226 (1964) 12.
250 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA LIBERTAD Y VERDAD DEL HOMBRE 251

conciencia de la inagotabilidad de su contenido, sentido del La marcha del hombre hacia la verdad es un camino
riesgo inevitable provocado por esa abertura sin límites ininterrumpido. Nunca el encuentro hace innecesaria la
hacia todo lo real que él es. búsqueda porque nunca la posesión es definitiva. Buscan-
Enfrentado el hombre ante la verdad no se ve sin más do en libertad se posesiona el hombre de lo buscado.
necesitado a la aceptación, porque ésta no es un teorema El hallazgo opera ante todo la necesidad de una búsqueda
matemático ante el que no cabe sino la alternativa de acep- más acendrada. Los padres conciliares prolongando las
tar o no aceptar. Es la verdad personal: por ello no some- palabras de Pablo VI a los observadores escribieron en el
tible a fórmula o deducción. Sólo se comulga a ella abrién- mensaje a los hombres de pensamiento y de ciencia:
dose en la libertad y el amor, dejándose juzgar por ella.
Las leyes del diálogo humano valen también para este diá- También para vosotros tenemos un mensaje y es éste: conti-
logo divino que se inicia cuando la verdad (Dios) y la nuad buscando sin cansaros, sin desesperar jamás de la verdad.
libertad (el hombre) se encuentran. Existe un creciente Recordad las palabras de uno de vuestros grandes amigos: «Busque-
mos con afán de encontrar y encontremos con el deseo de buscar
acercamiento, una progresiva intimación, un irse dejando aún más». Felices los que poseyendo la verdad la buscan más todavía
vencer ésta por aquélla en amor. Pero esa verdad es so- a fin de renovarla, profundizar en ella y ofrecerla a los demás.
bre todo un misterio: no por tanto algo que se conoce de Felices los que no habiéndola encontrado caminan hacia ella con un
una vez sino en la que uno se sumerge y desde dentro de corazón sincero: que buscan la luz de la mañana con la luz de hoy,
ella en accesos siempre repetidos y nuevos va conociendo hasta la plenitud de la luz 28.
algo más, va dejándose calar más por ella.
El concilio ha hecho al hombre actual el inmenso ho-
El misterio sólo se posee viviendo de él, sólo se des- nor de creer en él aceptando sus exigencias, reconociendo
cubre abriéndose a él y dejándose llenar de él. Esta ver- válidas sus esperanzas, confiando en sus promesas. A ese
dad que es personal, que es mistérica, es también vital: hombre, a quien la iglesia mira con una inmensa simpatía,
es decir no un saber de un aspecto de la vida, sino una le ha planteado una exigencia única: la de su libertad. No
vida nueva que reclama ser vivida en totalidad, ser pro- que tolere la libertad, sino que la exige a fondo, conven-
longada en la acción. Mas ¿cómo pensarla tal si no se le cida de que un hombre fiel en totalidad a sí mismo des-
reconociera al hombre esa libertad de acceso a ella, de en- cubrirá que las raíces de su libertad se alimentan de la
cuentro con ella, de riesgo también ante ella? Si nadie verdad de Dios, porque en él arraiga y de él se nutre su
vive ni muere por nadie, nadie posee la verdad para nadie, ser todo. Si para algo es neurálgicamente sensible el hom-
ni nadie puede ser libre o sustituir la libertad ni por ende bre de hoy es para su finitud, sensible también, por tanto,
el riesgo del prójimo. Todo esto es válido de todo hom- para una voz que le invite a descubrirse llamado por Dios
bre, de todo cristiano. La fe, no lo olvidemos, es mi «heme a vivir de Dios. Todo eso no ha sido ni significado una
aquí» personal y proprísimo ante la llamada de Yahvé, vo- claudicación por parte de los padres conciliares. Ante la
cándome a mí con mi nombre para una tarea determinada. «sospecha de que un tolerante y excesivo relativismo fren-
Dios que ha creado al hombre para buscar y encontrar te al mundo exterior, a la historia que pasa, a la moda
la verdad, le ha donado la libertad. Quererle al hombre actual, a las necesidades contingentes, al pensamiento aje-
sustituir su libertad es negarle la posibilidad de conquis- no, haya estado dominando a las personas y actos del con-
tar la verdad. Y, repitámoslo, en eso consiste la glorifica- cilio ecuménico a costa de la fidelidad debida a la tradi-
ción de Dios: en la libertad del hombre libremente reco- ción», es decir, ante la acusación de que el concilio ha
giendo su llamada, libremente siguiéndola, libremente vi-
viendo de ella. Mensaje del concilio a los hombres de pensamiento y de ciencia 6.
LIBERTAD Y VERDAD DEL HOMBRE 253
252 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA
fruto del amor infinito, libremente existiendo frente a él,
sido infiel a los derechos de la verdad en Dios para con- posea la posibilidad de enfrentarme a él, en negación de
descender con las exigencias de la libertad de los hombres, dependencia, en oposición. No otra cosa es el pecado del
Pablo VI ha contestado con un no explícito y tajante29. que drásticamente se ha dicho que es la posibilidad más
Concluyamos repitiendo que la libertad que se le ha humana, más misteriosamente propia del hombre. Y, no lo
reconocido al hombre es la que le es propia, y ésta es olvidemos, también un don de Dios. ¿Y si el Señor de la
para buscarse en Dios, que Dios se la ha dado para hacer casa respeta la libertad, qué no no deberán hacer los sier-
un dialogante digno de sí, con posibilidad de amor y de vos moradores en ella?
odio. Ése es su riesgo, es cierto, pero ésa es a su vez su Ya como nota final intentemos columbrar el futuro de
grandeza. Verdad y libertad no son realidades extrínse- esa libertad en la iglesia. Es un don del Espíritu a nues-
cas sino coextensivas y constitutivas del único hombre. tro tiempo, pero una grande, inmensa y difícil tarea nues-
tra. Libertad que exige madurez cristiana y una asimila-
ción personal de la fe. Aunque parezca extraño, por nada
III
suspira más el hombre que por la libertad, y nada enajena
LA TEOLOGÍA AL SERVICIO DE LA LIBERTAD tan rápidamente como esa misma libertad. Vivirla día a
EN LA VERDAD día es una dura carga. Por eso se irá inventando ídolos
que le liberen de la diaria, ardua y comprometedora tarea
Las discusiones en torno al esquema sobre la libertad de decidirse libremente ante cada situación nueva.
religiosa en el concilio nos han dado ocasión de ver en- Si la historia es una permanente novedad, la libertad
frentadas dos teologías, cada una de las cuales acentuaba deberá ser una permanente creación. Mil instituciones, mil
más o menos estos dos absolutos que son la verdad y la costumbres, mil ritos y mil leyes amenazan en la vida de
libertad, es decir, los derechos de Dios que ha manifes- la iglesia este impulso creador que el espíritu va provocan-
tado su voluntad prescribiendo el único camino ya válido do ante las nuevas necesidades del mundo. Esos peligros
hacia él, y los derechos del hombre que libremente debe sólo serán detectados por los profetas, quienes rompiendo
andar ese camino y elegir esa meta y aceptar ese guía. todos los ídolos, también los ídolos brotados en el templo,
Se trataba de dos visiones: una más teocéntrica o otra es decir, los ídolos que se cobijan bajo la sombra de la
más antropocéntrica. Una que siente y vive la verdad en vida religiosa, nos despiertan a esta difícil pero insobor-
su impersonal absolutez y exigencias, junto a otra más pre- nable tarea de ser libres. Libertad que para permanecer
ocupada por la validez concretísima de esa verdad para viva tiene que asumir siempre formas nuevas. La iglesia
el hombre, que ha de abrirse a ella, acogerla, recrearla en deberá comprender, aceptar y promover estas formas nue-
un esfuerzo de asimilación personalizante. vas que va tomando la humanidad en su intento de libera-
Si mi visión es exacta, estamos aquí ante una forma ción y de liberalización30.
nueva de sentir la problemática tan a fondo discutida por Realizar a tiempo la detectación y viabilización de los
nuestros teólogos hispánicos: la gracia y la cooperación nuevos cauces en los que la libertad quiera tomar tierra,
humana, es decir, el encuentro del amor de Dios vocante ésa es la tarea del teólogo en la iglesia. Pero sobre todo
con la fidelidad del hombre respondente. Son los nuevos mantener viva la conciencia de la radical libertad que sig-
intentos que hace el hombre en torno al único problema: nifica nuestro ser en Cristo, de la liberación respecto de
la finitud libre. Ahí radica el misterio en que yo, finitud y
30
J. B. METZ, Libertad: Conceptos fundamentales de la teología 2.
Madrid 1966, 506-533.
Discursa de clausura del concilio 6.
254 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA LIBERTAD Y VERDAD DEL HOMBRE 255

todos los ídolos y de todos los mitos, que su redención ción creada es para ella normativa: ni política, ni social, ni
ha supuesto y que el Espíritu que nos ha comunicado nos religiosa siquiera. Sólo una reflexión fundamental sobre
va posibilitando. el cristianismo, sobre la significación de Cristo para el
La teología sólo existirá a su vez en la medida en que mundo actual, sobre las exigencias del evangelio para
en la iglesia haya un horizonte de pensamiento franco, una cada generación, son para ella ley. Y esa libertad de la
reflexión honrada, un diálogo comprehensor y abierto; que son vigías han de alimentarla los teólogos con una
donde no se tema ninguna luz, donde no exista la angustia ciencia viva para hombres que viven. Su misión es hacer
de que cualquier descubrimiento pueda poner en peligro de la iglesia lo que es: familia de los redimidos, es decir,
la fe — ¡ninguna lámpara encendida fue capaz jamás de patria de los hombres libres.
obumbrar! —; donde toda verdad, toda investigación, to- Allí donde exista esta auténtica vivencia de lo que es e
do descubrimiento, toda esperanza, todo diálogo, toda implica la libertad cristiana, donde los teólogos vivan
ciencia encuentren un hogar caliente y una palabra alenta- conscientemente alertas y sean fieles servidores de su mi-
dora, consecrativa, diríamos; donde se viva más del futu- sión, allí la libertad religiosa general no constituirá un pro-
ro que del pasado, más de proyectos que de relatos31. blema. Un afrontamiento consciente pero tranquilo de la
En esa iglesia así pensada tendrá la teología una insus- situación será el mejor testimonio de nuestra fe, del fun-
tituible misión que cumplir en defensa y promoción de la damento en que ella se apoya, en definitiva, de nuestra
libertad, detectando todas las insinceridades, todas las alie- sencilla conciencia de su radicación en Dios, de quien vie-
naciones de la verdad, todos los compromisos. ¿Cómo ol- ne el querer y el poder. La iglesia del futuro surgirá no
vidar que fue san Pablo quien echó a san Pedro en cara tanto de la palabra cuanto del testimonio: éste a su vez
el primer compromiso ocurrido en la historia de la iglesia, de la alegría y ésta de la libertad, que se enraiza y nutre
consistente precisamente en una pérdida de la libertad en la verdad.
cristiana? No menos deberá realizar la teología una crítica
insobornable de todos los absolutos humanos, tarea que a
su vez quizá le sea facilitada por hombres sin fe 32 a los
que deberá en humildad y alegría aceptar. ¿Quién duda a
su vez que esa vida de libertad en la iglesia implica in-
mensos riesgos? ¡Ay de la empresa humana que no los
implique! ¡Detéctelos también la teología! Ninguna situa-
31
Pablo V I no se cansa de repetir esta cordial cercanía en que la
iglesia se sabe al mundo. Cf. Discurso en Belén: 11 pellegrinaggio di Paolo VI
in térra santa. Cittá del Vaticano 1964, 103. Véanse sobre todo el discurso
en la ONU y el de clausura del concilio además de la Ecclesiam suam.
De esta tarea de prospección del futuro que incumbe a la iglesia ha dicho
el concilio: «Se puede pensar con toda razón que el porvenir de la humanidad
está en manos de quienes sepan dar a las generaciones venideras razones
para vivir y razones para esperar» (GS 31).
33
«Si les estoy tan agradecido a mis amigos ateos, es porque me han
enseñado a no hacer trampas. El hombre no es un dios: no es esto toda
la verdad, pero si la primera y la más indispensable. Una critica radical de
todos los absolutos humanos era sin duda necesaria para desprender el único
verdadero. Demasiados creyentes han querido jugar a la divinidad o ponerse
en su lugar. No era inútil depurar nuestras representaciones, para asegurar
mejor nuestra intención». J. LACEOIX, El sentido del ateísmo moderno.
Barcelona 1964, 66.
3
NUEVO CRISTIANISMO Y NUEVO
HUMANISMO EN LA
ENCÍCLICA
«POPULORUM PROGRESSIO»

L A encíclica Populorum progressio de Pablo VI, junto


^ con la Pacem in terris de Juan XXIII, y la Constitu-
ción pastoral del Vaticano II sobre la iglesia en el mundo
son sin duda los documentos de la iglesia católica que
espejan con mayor trasparencia el alma cristiana contem-
poránea. Cada uno de ellos se sabe en dependencia, cone-
xión y prolongación de la tradición magisterial de la igle-
sia anterior e incluso formulan queriendo ir tras de sus
huellas: «inhaerens vestigiis...» 1 . Sin embargo encontra-
mos en ellos una real novedad que les es común a todos,
y que les trasciende a todos, reflejo escrito de la novedad
real en la vida misma de la iglesia. Tal novedad está cons-
1
Esta frase la encontramos en la constitución Dei Verbum, proemio.
Junto a la traducción a primera vista única y clara: 4«siguiendo las huellas
de los concilios Tridentino y Vaticano I...» (BAC, ig67, 160); E. STA-
KEMEIER: «in der Nachfolge des Trienter und des i. Vatikanischen Konzils».
Konstitutio über die gbttliche Offenbarung. Paderborn 1966, 99) es posible
otra: «avanzando hacia adelante a partir de los pasos del Tridentino y
Vaticano I». Cf. K. BARTH, Ad limina Apostolorwm. Zürich 1967, 49: «Von
den Spuren jener Konzilíen her vorwartsgehend». Se apoya esta traducción
en el texto de Juan X X I I I : «De la adhesión renovada serena y tranquila,
a todas las enseñanzas de la iglesia en su integridad, transmitidas con la
precisión de términos y conceptos, que es gloria particularmente de los
concilios Tridentino y Vaticano I, el espíritu cristiano, católico y apostólico
de todos espera que se dé un paso adelante hacia una penetración doctrinal
y una formación de las conciencias, que esté en correspondencia más perfecta
con la fidelidad a la auténtica doctrina, estudiando ésta y poniéndola en
conformidad con los métodos de la investigación y con la expresión literaria
que exigen los métodos actuales» (BAC, 993).
258 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA NUEVO CRISTIANISMO Y NUEVO HUMANISMO 259

tituida más que por un conjunto de afirmaciones teóricas, hombres le interpelan con nuevos interrogantes 3 . Tal de-
que pudiéramos enumerar explícitamente, por un cambio de nudación de las formas temporales en que había tomado
actitudes, por una serie de opciones nuevas, de las que cuerpo suelen ser dolorosas en extremo, puesto que el
directamente quizá no se haya tomado conciencia y que hombre no tiene un acceso a la realidad de la fe al margen
coloran todas las realizaciones. Nueva forma de sentir la de las encarnaciones tanto intelectuales como cordiales y
vida humana y no menos de vivir las implicaciones que sociológicas con que la recibe, aunque sepa que ellas las
la vida cristiana en ella inserta; nueva forma de sentirse en trasciende a todas 4 . Una conciencia alerta sobre sus con-
el mundo frente a las cosas, y nueva función asignada a la tenidos específicos y no menos el progreso humano, cien-
naturaleza en relación con el hombre. Se trata de un giro tífico y social, le obligan a reconocer una permanente dis-
en la misma base de la conciencia, que lleva consigo un tancia que se ha de ir prolongando en un distanciamiento
cambio de perspectiva y de acceso a la realidad2. Tal cam- dinámico respecto de todo aquello en que se encarna, y
bio suele permanecer inconsciente en la mayor parte de los que genera. La posibilidad radical de la inmanencia de lo
cristianos aunque no por ello menos operante. Tarea del cristiano en el mundo es consecuencia de su radical tras-
teólogo es ponerle de relieve y mostrar la coherencia en- cendencia sobre el mundo. Y la capacidad que tiene de
tre las realidades cristianas constitutivas y las nuevas op- connaturalización es fruto de su original capacidad de crí-
ciones. Vamos a señalar las nuevas acentuaciones doctri- tica sobre el hombre y todas sus obras.
nales que creemos encontrar en la encíclica Populorum En los pasos de una época histórica a otra tiene lugar
Progressio (PP) sobre la iglesia, el hombre y la natura- ese ocultamiento de las perspectivas humanas conocidas
leza. y la dolorida sensación de estar ante un mundo aún in-
cierto y peligroso, del que se quisiera huir retornando a
I la dulce costumbre y al andar fácil de la vida anterior pro-
LA NUEVA ECLESIOLOGIA trayéndola más allá de sí misma. Pero ese desarraigo ofre-
ce la gran oportunidad de crear una distancia entre lo que
se es y las formas en que se ha vivido; provoca a un re-
Los grandes problemas a la vez que las grandes opor-
torno a las fuentes originales que dan luz sobre el propio
tunidades le nacen al cristianismo cuando cambia el en-
ser y la propia misión, invitando a crear las traducciones
torno histórico, cultural, social-político, en que durante
connaturales a la nueva situación. Si en tales momentos
un largo período había cristalizado, y desde fuera nuevos
se quiere rehacer sólo el estado anterior estamos ante una
simple restauración, expresión efímera de un alma gene-
* La novedad histórica nunca irrumpe en inesperada incisión vertical
sino que tiene sus largas y lentas preparaciones que sólo perciben las mentes racional que no aborda el riesgo creador, abandonándose
alertas. Los demás dirán alegremente que nada es nuevo bajo el sol, y que
todo era ya sabido desde siempre. «Todo está en todo, ya lo sabemos; nada
3
es nuevo, también lo sabemos, puesto que acabamos nosotros mismos de Es precisamente en estos momentos cuando surgen o se activan las
señalar los parentescos y filiaciones. Pero si se llama novedad (y parece que grandes figuras: tal es el caso, por ejemplo, de hombres como san Pablo,
no hay otra en la esfera del espíritu) a una lenta preparación que llega san Agustín, santo Tomás, Lutero, san Ignacio, P. Teilhard de Chardin.
al fin a su término, al remozamiento de tendencias eternas que, después de * Por ello la fe, con esa perenne juventud que le es propia, puede ir
haber dormido en la tierra, surgen un día dotadas de una fuerza y adornadas quebrando los moldes teológicos, e incluso dogmáticos, que le recubren y van
de un esplendor tales que parecen desconocidas a los hombres ignorantes y transparentando a cada época. Como tronco viviente se va generando a si
olvidadizos; si se llama novedad a un cierto modo de plantear los problemas, misma nuevas capas exteriores, que le protegen y a la vez manifiestan al
cierto acento, cierta vibración, cierta voluntad de mirar al porvenir más que exterior. Cuando tales coberturas pierden la conexión directa con la savia
al pasado, de desprenderse del pasado aunque aprovechándose de él; si se interior se convierten en excrecencias que hay que arrancar. Por esto la fe
llama novedad, en fin, a la intervención de ¡deas fuerzas, que llegan a ser es la permanente y necesaria juventud de la teología; la que en su vitalidad
bastante enérgicas y bastante seguras de sí mismas para actuar evidentemente inexhausta va haciendo nacer nuevos concilios y nuevos textos dogmáticos,
sobre la práctica cotidiana...» P. HAZARD, La crisis de la conciencia europea que no se eliminan unos a otros, pero que sí se sustituyen en cuanto se
1680-1715. Madrid 1952, 419. prolongan homogéneamente al nivel de cada tiempo.
260 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA NUEVO CRISTIANISMO Y NUEVO HUMANISMO 261

a la fácil imitación de lo anterior, sin capacidad de auto- Fruto de esta nueva perspectiva ha sido una cierta
crítica, sin fecundidad de larga duración5. Pero si se tiene relativización propia y una pérdida de importancia de de-
el valor de afrontar la pregunta que el tiempo y el evan- terminados problemas internos, considerados trascendenta-
gelio plantean, entonces se está horadando el suelo del que les si se les mira desde dentro, pero que en una perspec-
podrán brotar fuentes vivas. La PP ha nacido como ex- tiva auténticamente católica descienden en peso y medida.
presión de una nueva conciencia eclesiológica, que inclu- Desde aquí se comprende también una simplificación de
ye una nueva percepción del misterio cristiano y una vo- formas y estilos de vida eclesial, un olvido de viejas glorias
luntad decidida a la total fidelidad por parte de los creyen- que conservábamos como en museos, superación de una
tes al evangelio del que vienen y a los hombres hacia obsesiva referencia no tanto a nuestra tradición viviente
quienes van 6 . cuanto al pasado histórico sin más creyéndonos obligados
a transportarlo sobre nuestras espaldas, y al final una sere-
1. Paso de una consideración de estructura na y audaz libertad para mirar hacia el futuro, en el que
a una consideración de función hemos de «verificar» la fe ante los hombres. De aquí nace
y junciones una nueva relación con el mundo: no algo o alguien frente
al cual se está, sino alguien para quien se está.
Podríamos caracterizar concretamente la nueva eclesio-
De las tres actitudes que han dominado en la iglesia
logía ante todo por un tránsito de una consideración de
en los últimos diez siglos (cristiandad o sumisión del espa-
estructura a una consideración de función. No quiere igno-
cio temporal por los cuadros o criterios religiosos culmi-
rar la iglesia su esencia, pero le preocupa más su tarea,
nando en una nueva teocracia; ghetto o distanciamiento
por ello se pregunta no tanto qué es sino para qué está en
clausurado que terminaba en oposición; servicio, u oferta
el mundo. Si en los documentos centrales del concilio
desprendida del propio contenido), de estas tres posturas
— las constituciones humen gentium, Sacrosantum con-
posibles 8 la PP ha hecho normativa la tercera, preguntán-
cilium y Dei Verbum — se había preguntado por los hon-
dose qué es lo que en este instante histórico tiene la igle-
tanares de los que nacía y sigue siempre naciendo, en la
sia que aportar a la situación mundial 9 . Ante todo se sien-
constitución Gaudium et spes a nivel general y en la PP a
te obligada a concienciar a los hombres de una situación
nivel particular se ha preguntado por los campos que ha
que oprime a millones de hermanos, y que les seguirá opri-
de regar con sus aguas, por los afluentes que asume en su
miendo si la evolución de las actuales estructuras y rela-
marcha, y por los mares en que desemboca7.
ciones sociales siguen la dinámica interna que las impulsa.
5
Una de las causas de la incomodidad que se siente actualmente ante El evangelio acentúa una de sus exigencias bases en el
las diversas formulaciones teológicas e incluso dogmáticas es el carácter mimé-
tico con que se nos ofrecen: una palabra absolutamente válida y con contenido hoy humano para recordar el valor absoluto y sagrado de
de verdad histórica, es decir, de objetividad y capacidad interpelativa, repe- la persona, punto de partida y punto de llegada de todo
tida en su misma sonoridad cuatro siglos después pierde toda su valencia
axiológica. Se la ha conservado a ella sola cuando ya ha desaparecido todo hacer, programar y descubrir; consecuentemente recordan-
el humus espiritual, todo el campo de significaciones y de percepciones huma-
nas en las que ella arraigaba y sólo desde las cuales es inteligible. Una do también cómo las obras de las manos humanas se con-
traducción real supone trasladarlas al nivel de significaciones humanas vierten en antihumanas si dejadas a su ritmo interno, vio-
actuales correspondientes a las que ella tuvo en su origen, no una pura
repetición material, que más que solucionar dificulta el verdadero problema. lan esa sacralidad del rostro de los hermanos. El hombre
• PPi.
7
Ya en las mismas palabras que sirven de pórtico a la Lumen gen-
tium aparece esta voluntad de disolverse entre su origen, Cristo, y sus destina- s
Cf. J. M. AUBERT, Le développement des peuples. Texte, introduc-
tarios los hombres. Su misión consiste en provocar el encuentro entre ambos, tion et commentaire. Paris 1968, 89-109.
con el mínimo posible de sustantividad propia. Su ideal es llegar a adquirir 9
Cf. PABLO V I , Discurso de clausura del concilio (7 de diciembre
la transparencia del cristal que nos hace ver sin ser visto. (LG i).
1965).
262 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA NUEVO CRISTIANISMO Y NUEVO HUMANISMO 263

es el inicio, el fin y el sentido del progreso humano, y la Tomando parte en las mejores aspiraciones de los hombres
actual situación del mundo implica una esclavitud de la y sufriendo al no verlas satisfechas, desea ayudarles a conseguir su
pleno desarrollo y esto precisamente porque ella les propone lo que
mayoría indigente a la mayoría producente, como conse- posee como propio: una visión global del hombre y de la huma-
cuencia de un orden social y económico que, quizá legí- nidad 13.
timo en su origen, se ha desvelado ilegítimo en las conse-
cuencias actuales. En este sentido la iglesia ha redescu- Esa oferta la realizará la iglesia no con la altiva distan-
bierto su misión profética y su tarea de denuncia crítica cia del poseedor sino con la humilde convicción de que
de un orden que ideado por el hombre se ha autonomi- ella ha sido agraciada primero y sólo puede apropiarse el
zado al margen de la voluntad de servicio que le da el don comunicándolo y sólo puede mostrarse agradecida ha-
derecho a la existencia, y que nacido para acrecer la liber- cia su Señor haciendo extensiva hacia los demás la dádiva
tad de los hombres en las actuales circunstancias la debi- que ha recibido de él. Porque no olvida la iglesia que ella
lita o incluso en determinados casos llega a anularla10. es primero congregada para ser luego dispersa entre las
Al redescubrirse a sí misma como «función del mun- gentes, y ha sido iluminada para iluminar, y agraciada
do» piensa que la principal deuda que tiene para con él para agraciar. Esta ley la aplica a sí misma y la prolonga
es hacerle partícipe de la propia visión del hombre, de hacia una comprehensión del hombre individual y de las
ese saber que ella por revelación de Dios en Cristo o por comunidades humanas14. Tanto en su ser como en su
propia y larga experiencia histórica posee acumulado en poseer es el hombre un ser referido hacia los demás: en
el solar de su memoria comunitaria n . La iglesia posee una la medida en que los haberes del hombre hieren el ser del
experiencia única: la de Dios-hombre que, como misterio hombre, bien el propio o el del prójimo, en ese mismo
constitutivo de sí misma, alberga en su seno, y por tanto instante pierden su legitimación profunda y están cla-
desde él puede medir e iluminar, el misterio de cada uno de mando por un nuevo poseedor. Los imperativos de la
los hombres, ya que todos estamos ideados, conformados y humanidad llegan a mucha mayor profundidad que las
referidos al que es el primero y prototipo de los hermanos, leyes actuales. La iglesia al recordar esta referencia del
Jesucristo n. Él vivió la realización suprema de lo humano hombre a los demás, no como accesoria sino como esen-
ante Dios y de Dios para los hombres, y por ello es me- cial, denuncia un orden económico mundial que relativiza
dida suprema e intrascendible de todas nuestras realiza-
ciones. Y no menos posee esa larga experiencia de quienes 33
P P 13. Esta colaboración con el hombre tiene lugar en tres grandes
planos: a) Esclareciendo el sentido de la existencia del hombre en el mundo,
han intentado dentro de ella ser fieles a los imperativos del mundo para el hombre y de la trascensión que ambos necesitan en la
de lo humano y de lo divino. Y este saber del hombre, abertura al absoluto, b) Mostrando cómo en el corazón mismo de los
esfuerzos humanos, haciéndolos madurar y purificarse, está la gracia de
que va implícito en la revelación que Dios hace de sí mis- Cristo. La iglesia les desvela esta presencia anónima, les invita a reconocerla
mo, se continúa en la memoria viva de quienes creen en y a insertarse en ese dinamismo de lo humano, que al trascenderse se con-
vierte en gracia y vida nueva, c) Recordando a todos que la posibilidad
él, junto con la experiencia de quienes a su luz y con su de obstaculizar la marcha del hombre a su mejor humanidad se hace realidad
en lo que llamamos pecado, suprema ilusión vana, al hacerle olvidar sus
fuerza se lanzaron a la tarea de ser hombres en verdad y raíces, su lugar en el universo y su existencia personalmente religada a un
eficacia: ésa es la primera ofrenda y el principal tributo Alguien anterior y mejor. Pero no sólo le alerta para la alienación que
supone el pecado, sino que le ofrece fuerza para superarla mediante la acogida
que la iglesia ha de pagar hoy al mundo: humilde del amor, que Dios nos ofrece en Cristo, superador de nuestras
angustias y más fuerte que el propio corazón acusador (1 J n 3, 20).
14
Cf. E. HIRSCH, Das Wesen des Christenttims. Berlín 1939, 15. Tal
10
Pablo V I utiliza una fórmula incisiva, de talante profético: «Nos determinación de la esencia humana nos ha sido posible y en el fondo nece-
vemos obligados a denunciar tales situaciones. Y que nos oigan los respon- saria sólo desde que la humanidad ha hecho la experiencia cercana y única
sables antes de que sea demasiado tarde» ( P P 53). del hombre que vivió y murió en pura función de los demás, Jesucristo,
11
Cf. J. M. AUBERT, 1. c , IIO-III. el «hombre para los demás» como le definió Bonhoeffer: cf. Resistencia
13
Rom 8, 29; 1 Cor 15, 49; 2 Cor 3, 18; Col 3, 10. y sumisión. Barcelona 1970.
264 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA NUEVO CRISTIANISMO Y NUEVO HUMANISMO 265

el ser de unos hombres subyugándolos a la posesión de nos de los tiempos» introducido por Juan XXIII en su
otros. encíclica Tacem in tenis, reasumido repetidas veces por
el concilio y ejercitado al vivo por Pablo VI. Signa tempo-
2. Paso de una consideración vertical rum agnoscere, signa temporum perscrutare!
de la realidad a otra horizontal: Para continuar su misión es deber permanente de la iglesia
los signos de los tiempos escrutar a fondo los signos de cada época e interpretarlos a la luz
del evangelio, de forma que acomodándose a cada generación, pueda
La segunda característica de esta nueva eclesiología responder a los perennes interrogantes de la humanidad sobre el
es el tránsito de una consideración vertical a una consi- sentido de la vida presente, de la vida futura y de la mutua relación
deración horizontal de la realidad I5 , de una consideración entre ambas. Es necesario por ello conocer y comprehender el mundo
en sus causas eficiente y final a una consideración de la en que vivimos, sus esperanzas, sus aspiraciones y el sesgo dramá-
realidad desde sus contenidos objetivos actuales, sin que tico que con frecuencia le caracteriza 17.
queden devaluados en función de su origen y de su des-
Frente a una concepción de la iglesia como madre y
tinación16; tránsito de una mirada que le era familiar,
maestra, poseedora de una verdad definitivamente adqui-
partiendo desde dentro de sí misma y yendo hacia el resto
rida y clausurada, nos encontramos aquí con una iglesia
de la realidad, para aprender una mirada inversa: partir
que se define a sí misma como discípula del tiempo y de
desde el mundo y avanzar hacia el interior de sí misma,
los hombres, dispuesta a ir descubriendo la verdad día a
no sólo proyectando la propia luz sobre aquél sino recono-
día, porque tampoco ésta ha cristalizado ya de una vez
ciéndole a aquél una luz propia, con la que ella puede ser
para siempre sino que va surgiendo del tiempo entre las
iluminada y esclarecer el propio misterio. Una iglesia que
manos de los hombres. Veritas filia temporis, que han ido
no sólo ejerce una función crítica sobre el mundo sino
repitiendo tantos pensadores18. Paso por tanto de una con-
que se deja interrogar e incluso cuestionar, consciente
cepción de la verdad, como cosa que está ahí y que no
de que ella no totaliza la acción del Espíritu Santo en la
exige otro esfuerzo del hombre que el alargar la mano
actual época de la historia salvífica, y que él puede diri-
para cogerla, a una concepción personalista de la verdad,
girle a ella una palabra nacida más allá de sus propias
que no surge sino en lucha del hombre con las cosas, de
fronteras.
las que emana, exigiendo un largo y paciente esfuerzo
Aquí cobra toda su importancia el concepto de «sig- descubritivo, y que consecuentemente no se puede legar
15
a nuestros hijos como se lega la herencia familiar: si el
Esta terminología, con las diferentes visiones de la realidad y del hombre no pone en juego toda su existencia no se le
cristianismo que las sustentan, ha dado lugar a una larga polémica entre
el P. Cardonnel y el P. Congar. Y.-M. CONGAR, Situation et taches..., 63. entrega19.
Para seguir la trama del diálogo entre ambas líneas en torno al tema,
cf. Le schéme XIII: une déception. Conversation avec le P. Cardonnel: Si conectamos las afirmaciones que hicimos al comien-
Fréres du Monde (FM) 37 (1965) 105-111; H. CHAIGNE, L'horizontalisme
de Fréres du Monde: FM 46/47 (1967) 177-185; J. CARDONNEL, La grande
peur de n'etre que des Fréres: FM id., 186-191; intercambio de cartas: FM 17
JUAN X X I I I , Facem in terris, 39-45; 75-79; 126-129; 142-145, y
49/50 (1967) 144-145, 146-148; J. P. JOSSUA, Christianisme horizontal ou Cinco documentos. Madrid 1967; Decreto de ecumenismo 4; Decreto sobre
vertical: Parole et Mission 41 (1968) 245-255. Un caso concreto de la diver- la vida y ministerio de los presbíteros 9; Constitución pastoral sobre la iglesia
sidad de formas de percibir o de acentuar el cristianismo puede verse en el mundo 4; 44; P P 1. Cf. M. D. CHENU, Les signes des temps. Reflexión
respecto al tema de la fe en los libros de J. M. GONZÁLEZ Rtiiz, Creer es théologique: L'Eglise dans le monde... I I , 20-5-228; I D . , Feuple de Dieu dans
comprometerse. Barcelona 1967, y H. U. VON BALTHASAR, Seriedad con las le monde. Paris 1967, 35-56.
cosas. Salamanca 1967. 18
Cf. J. A. MARAVALL, Antiguos y modernos. La idea del progreso en
16
Con ello ha tenido lugar la superación definitiva no sólo desde el el desarrollo inicial de una sociedad. Madrid 1967, 586-588.
19
punto de vista teológico sino también magisterial del llamado «agustinismo ¿Quién no aprendió el juego fonético de Goethe?: «Was du ererbt
político». Cf. Y.-M. CONGAR, Eglise et monde dans ¡a perspective de Va- von deinen Vátern hast / Erwirb es, um es zu besítzen». Fausto, parte pri-
tican II, en L'Eglisc dans le monde de ce temps 3. París 1967, 31. mera, acto único, versos 682-683.
266 EL VA.TICA.NO II LEÍDO DESDE ESPAÑA NUEVO CRISTIANISMO Y NUEVO HUMANISMO 267

zo sobre el Espíritu Santo como alma alentadora y excita- desarrollo verdaderamente humano y verdaderamente inte-
dora de una permanente vitalidad en la iglesia, mantenién- gral avanza simultánea, intefiriéndose, con la marcha igual-
dola abierta a un futuro que ella no puede programar a mente lenta y penosa de los hombres hacia la redención.
su Señor Jesús sino acoger humildemente tal como él se No podríamos decir nunca dónde están en juego sólo las
le depara, si conectamos esta idea de la acción imprevisi- fuerzas del progreso humano o las energías de la reden-
ble del Espíritu que tiene lugar no sólo dentro sino tam- ción divina, porque ya no existe un hombre al margen de
bién fuera de la iglesia, con lo que acabamos de decir so- la vivificación sobrenatural que para todos ha supuesto el
bre la verdad como conquista siempre a rehacer, tendre- vivir y morir de Cristo. Determinadas actitudes exigidas
mos la fundamentación teológica de por qué la iglesia por el progreso para permanecer verdaderamente humano
ha de mantener encendida su atención para todo lo nuevo son actitudes que explicitan contenidos originales de evan-
en el mundo, alimentar cordial la mirada para discernir en gelio, y otras exigidas por el evangelio hoy conducen ine-
el horizonte de los hechos cuáles pueden ser una llamada vitablemente a una promoción comunitaria e integral de
profética a la acción o cuáles circunscriben un kairós para lo humano 23 .
su palabra20. Estos signos de los tiempos son para la igle- La PP con un optimismo, que no deja de ser sospe-
sia las interpelaciones que le dirige el Espíritu, y que ella choso para muchos, se atreve a afirmar que los signos de
sólo podrá discernir mediante una aplicación absoluta- los tiempos no sólo son interpelaciones que desde fuera
mente veraz y objetiva al estudio de los hechos y una con- hace el Espíritu a su iglesia24, sino incluso realización his-
frontación con el mensaje evangélico21. Hechos clarifica- tórica de la gracia K y por ello cristianismo real aun cuan-
dos a la luz del evangelio, evangelio clarificado a la luz do no se reconozca a sí mismo:
de los hechos. ¡Ese evangelio nunca agotado y nunca del
todo comprendido ni en sus valores de verdad ni en sus Algunos creerán utópicas tales esperanzas. Tal vez no sea
exigencias de vida! consistente su realismo, y tal vez no hayan percibido el dinamismo
de un mundo que quiere vivir más fraternalmente, y que a pesar de
Desde diversas perspectivas teológicas se ha afirmado sus ignorancias, sus errores, sus pecados, sus recaídas en la barbarie
esta unidad interna de la acción del Espíritu en el tiempo, y sus alejados extravíos fuera del camino de la salvación se acerca
conduciendo a los hombres a la verdad completa mediante lentamente aun sin darse cuenta de ello hacia su creador 26.
la interacción e integración de la verdad del mundo en la
iglesia y de la verdad de la iglesia en el mundo. El P. Che- En la misma medida en que los textos conciliares pro-
nu ha hablado de la «ley de la coherencia interna entre el claman que poseyendo el núcleo de lo cristiano el catoli-
mundo en construcción y la iglesia en evangelización» y
el P. Alvarez Bolado formula la misma idea hablando de proceso del desarrollo parece postular la actitud evangélica (al menos prác-
tica e implícita) como condición de su propia posibilidad e incluso como su
la «convergencia del evangelio explícito y del evangelio resultado».
implícito»22. La marcha lenta de la humanidad hacia un
23
Esto es, en definitiva, fruto de la presencia universal del Verbo entre
los hombres y de la acción del Espíritu. El concilio ha afirmado repetidas
veces esta acción extraeclesial del Espíritu, con ello un existencial de la
20 salvación y una «eclesialidad extraoficial» o una «eclesialidad no eclesiástica».
Chenu habla de «... esta ley de la encarnación, según la cual la
sorpresa de los acontecimientos es el punto de impacto de la gracia de Dios, Citamos sólo un texto: «El Espíritu de Dios que con admirable providencia
en la historia individual o colectiva de la humanidad». Peuple de Dieu..., 51. guía el curso de los tiempos y renueva la faz de la tierra, no es ajeno a
21
Cf. J. M. AUBERT, 1. c , 104. esta evolución del orden social y del progreso humano. Y por su parte el
22
M.-D. CHENU, Peuple de Dieu, 37, nota 1, al final; A. ALVAREZ fermento evangélico ha despertado y despierta en el corazón del hombre
BOLADO, Evangelio y desarrollo, en Teología y sociología del desarrollo. esta irrefrenable exigencia de dignidad» (GS 2 6 , 4 ; 2 2 , 5 ; 38; 41, 1; 5 7 , 4 ;
Madrid 1968, 76-118, en 78: «Dos perspectivas convergentes parecen, pues, 2,2).
24
encontrarse en el tratamiento del desarrollo: por una parte desde el evan- M.-D. CHENU. Peuple de Dieu,..., 57.
gelio explícito se afirma que un desarrollo integral no es concebible sin la * P P 28.
aceptación de una humanidad abierta sobre Dios; de otra parte, el mismo 26 p p 7£) .
268 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA NUEVO CRISTIANISMO Y NUEVO HUMANISMO 269

cismo no le agota, y que por ello son posibles realida- posteriores, pero en su contenido son distintos, más sim-
des cristianas al margen de él (fundamentación teológica ples y más generales que éstas:
del decreto sobre el ecumenismo); y que el cristianismo
no agota todas las posibilidades y formas de religiosidad Se ha de distinguir también cuidadosamente entre las teorías
y que por ello pueden existir comunidades religiosas que filosóficas falsas sobre la naturaleza, el origen, elfindel mundo y de]
hombre y las iniciativas de orden económico, social, cultural y polí-
ofrezcan una respuesta válida aun cuando incompleta al tico, por más que tales iniciativas hayan sido originadas e inspiradas
problema humano (fundamentación teológica del decre- en tales teoríasfilosóficasM.
to sobre las religiones no cristianas); en igual medida
la PP proclama que la doctrina de la iglesia no agota la Lo que estas líneas pueden y deben significar a la hora
verdad de la realidad ni la posee en totalidad o exclusivi- de una valoración y diálogo con el marxismo, sobre todo
dad permaneciendo por ello necesaria la búsqueda por to- después de la PP, es para todos evidente. Cuando habla-
dos los cauces que el pensamiento y la acción humana tie- mos de los signos de los tiempos y de la atención que la
nen a su disposición, mirando por tanto al mundo no con iglesia les debe prestar pensamos en esas manifestaciones
la distanciada despreocupación de quien no espera en el históricas, procedentes del instinto de verdad que el hom-
fondo nada decisivo de él para la comprehensión de sí bre posee, de su dinamismo de humanidad optando por
mismo sino con la arriesgada participación de quien está formas de existencia más dignas; intuiciones que luego
afectado en verdad por lo que allí ocurre. El Catecismo serán articuladas en una u otra filosofía pero que son de
holandés lleva al límite esta idea afirmando que «los no hecho independientes o separables de ella.
cristianos también "evangelizan" a los cristianos» zr. Nos-
otros diríamos que la iglesia es signo de Dios para el mun- 3. Progreso y redención
do y el mundo es signo de Dios para la iglesia, aun cuan-
do esta significatividad se sitúe a niveles distintos. Una La tercera nota característica de la nueva eclesiología
secreta lucha será inevitable ya que instintivamente uno es su valoración del progreso humano. Uno de los talan-
y otra sienten la tentación de totalidad y exclusividad: tes menos reflejos pero quizá más arraigados en la iglesia
ofrecer desde sus propias perspectivas una respuesta total contemporánea es su voluntad de superar paralelismos sin
y absoluta al problema del hombre. Por ello la postura eliminar distinciones; llegar a esas raíces profundas del
del cristiano ante lo nuevo del tiempo, como ante lo viejo, hombre donde las realidades superficialmente más diver-
es siempre discriminativa y crítica, puesto que ni novedad sas aparecen unificadas; aceptar a un hombre polidimen-
ni antigüedad son por sí mismas garantías de verdad. sional, que surge y se acrece en esa variedad. En tal pers-
pectiva la dualidad de fe y ciencia, de iglesia y mundo, de
Es necesario sin embargo precisar que esta aceptación progreso y redención no serán vistas en un dualismo de
sincera y serena de las realidades del tiempo nuevo no se oposición sino en una enriquecedora complementariedad29.
identifica con la aceptación directa de determinadas ideo-
logías reinantes. El papa Juan XXIII distinguió clarivi- 28
Pacem in terris, 159.
dentemente entre estos grandes movimientos de la con- 29
Falso nos parece igualmente querer instaurar ahora frente a esta
teología de yuxtaposición una teología de la unificación entre este género
ciencia humana y las formas concretas que los dan tra- de realidades. La dialéctica de la incarnación incluye el que Dios devenga
ducción conceptual y articulación orgánica formando un hombre en la simultánea trascendencia de su propio misterio divino. Esta ley
afecta a la gracia y a la iglesia que por ello son objetivamente anteriores
sistema o ideología. Aquéllos son quizá históricamente aunque en su afección al hombre formen con él una única realidad.
Por ello, aunque justa en la crítica, no nos parece evidente sin más la
postura de P. CARDONNEL, Le scheme XIII: une déception: Fréres du monde
27
Nuevo catecismo para adultos. Barcelona 1969, 275. 37 (1965) 106-108.
270 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA NUEVO CRISTIANISMO Y NUEVO HUMANISMO 271

En este sentido progreso, concebido como acción auto- de su existencia, descubra su libertad como un don, su
enriquecedora del hombre, y redención, concebida como vida como un «poder vivir» y estar llamado al gozo de
enriquecimiento vital ofrecido por Dios al hombre habían existir; en la medida en que sienta la necesidad de vivirse
venido siendo considerados como realidades antagónicas. frente a alguien que sustente su pordiosidad acogiéndola
En el progreso se veía la voluntad acerada del hombre y acrecentándola no en tiranía sino en libertad; en la me-
dispuesto a una progresiva transformación de las realida- dida en que comprenda que el absoluto de la persona sólo
des mundanas y de las realidades humanas hasta el punto se ilumina a la luz de otro Absoluto personal; en la medi-
de llegar a poseerse a sí mismo en plenitud y reencon- da en que opere este retorno a los propios orígenes, co-
trarse a sí mismo sano de sus enfermedades y salvo de menzará a comprehender que seguir andando, progresando
sus límites, en la gustación de su autonomía, de su auto- en libertad hasta saberse don y devolverse como don, sa-
plenificación y autodestinación. En la redención, en cam- berse interpelado por alguien y devolver la palabra en res-
bio, se veía el desestimiento del hombre por llegar a las ulti- puesta, sentirse vocado y responder con una in-vocación:
midades de sí mismo, una capitulación personal renuncian- no es andar por caminos de alienación sino de autenti-
do a poseer su ser más propio entregándolo a la acción ajena cidad.
y alienadora de alguien que desde fuera, sin contar con Entonces empezará a percibir cómo el acogimiento, la
él y sin su colaboración, le tornaba sano y salvo. aceptación y la relación personal a esa libertad que le
Habría que comenzar diciendo cómo la vocación pri- funda como ser libre no son una forma de regreso huma-
migencia del hombre es la llamada a la plenificación de no sino la expresión más potente de un crecimiento per-
todas las esperanzas sembradas, a todas las necesidades sonal30. Y a eso llamamos redención: a la existencia vivida
sentidas, de todas las potencialidades poseídas en su ser. en referencia y amistad con aquel absoluto que nos funda
El cultivo de lo humano deberá iniciarse con el descubri- en nuestra libertad y que se nos ha manifestado en Cristo
miento de todas ellas sin restañar ninguna de esas apeten- como amor personal invitándonos en él a la amistad.
cias y necesidades radicales. Todas ellas podrían definirse Quien nos convida a esa amistad dialogal es quien funda
como una voluntad ilimitada de ser, de vivir, de perdu- nuestra finitud y nuestra plenitud; por ello, acogerla es aco-
rar, de afirmarse en sí y ante los demás. Voluntad radi- gernos a nosotros mismos en nuestros manantiales últimos
cal de libertad. El hombre que no acepta ese desafío ini- y acrecentar esa amistad es la forma suprema de progreso.
cial y permanente que le plantean sus propias virtualida- Todas las formas de progreso llevan germinalmente
des y el desafío no menos permanente que le plantea la una posibilidad y una tendencia a terminar en voluntad
realidad, es decir, el hombre que no concibe su existencia de redención. Una posibilidad porque al hacer al hombre
como una lucha hacia una forma más humana de vida, más humano, al acrecentar su libertad por la actualización
no es hombre en verdad. Quien por tanto no asume su de sus dinamismos, intelectivos o volitivos, se hace más
vocación al crecimiento, a la autoconstrucción del propio transparente a la pregunta por sus orígenes, por el sen-
destino proyectándole hacia un futuro absoluto, no asu- tido primero y último de su ser31; se hace más sensible a
me la propia humanidad.
80
La frase siempre citada de san Ireneo: «Gloria Dei vivens homo»,
La redención no se sitúa en un orden totalmente hete- tiene una segunda parte: «Vita hominis visio Dei». No hay glorificación
rogéneo sino como prolongación de las aspiraciones últi- verdadera de Dios cuando no hay promoción, servicio, plenificación del hom-
bre, pero a su vez no existirán esos valores de vida si el hombre no se busca,
mas del hombre en el camino hacia la autoclarificación y se sabe,
31
se ve en Dios y se vive desde Dios (Adv. haer. 4, 20, 7).
autoposesión del hombre por sí mismo en cuanto persona. GS 39; cf. todo el número 37 y 57; P P 41 (el progreso, al eliminar
esclavitudes abre el espacio interior necesario para descubrir a Dios); 67
En la medida en que el hombre, hurgando en los solares (elimina las condiciones que destruyen los resortes morales); 76 (combatir
272 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA NUEVO CRISTIANISMO Y NUEVO HUMANISMO 273

la dimensión dialógica de la existencia humana, y más creyentes y no creyentes puesto que unos y otros se acer-
necesitado de proyectarse sobre un futuro absoluto y per- can al hombre como valor absoluto 33 .
sonal, en que el propio futuro y la propia persona tengan La iglesia sin embargo, junto a este fundado optimis-
asiento definitivo y garantía de perduración. La voluntad mo ante todo lo que se ofrece para enriquecer al hombre
de crecimiento es original y por tanto no facultativa; la transformando sus condiciones de vida, tiene un sereno
necesidad de redención es igualmente original, aun cuan- recuerdo histórico y su larga experiencia de humanidad,
do las situaciones históricas de determinadas vidas hu- que le presencializa todos los esfuerzos a los que ha asis-
manas hayan restañado esa necesidad en forma al parecer tido en los veinte siglos, le obliga a tomar una actitud
definitiva. Quien avanza en profundidad hacia sí mismo, simultáneamente crítica para forzar las intenciones y los
sin poner límites a la marcha, ése se adentra en tierras de programas a ser medidos a la luz de los valores últimos
redención. Este crecimiento en humanidad no es una op- que dan sentido a la vida humana. Tal medida la toma ella
ción potestativa sino obligatoria. De la misma manera que del evangelio34. La iglesia es consciente de la ambigüedad
la creación entera está ordenada a su creador, la criatura fundamental del progreso. Ni el progreso material ni el
espiritual está obligada a orientar espontáneamente su vida progreso científico crean por sí mismos y directamente un
hacia Dios, verdad primera y bien soberano. Resulta así orden humano, sino únicamente el material necesario para
que el crecimiento humano constituye como un resumen que éste pueda surgir35. Son los criterios de otro orden,
de nuestros deberes. Más aún, esta armonía de la natu- tomados de una concepción de sí mismo, de su lugar en el
raleza, enriquecida por el esfuerzo personal y responsable, universo, de su relación con la comunidad y de su refe-
está llamada a superarse a sí misma. Por su inserción en rencia al Absoluto, los que constituyen las pautas de orien-
el Cristo vivo, el hombre tiene el camino abierto hacia un tación. El problema difícil consistirá en lograr que cada
progreso nuevo, hacia un humanismo trascendental, que uno de estos aspectos ejerzan la eficacia normativa que
objetivamente les corresponda sin que se absorban, elimi-
le da su mayor plenitud; tal es la finalidad suprema del
nen o deprecien unos a otros.
desarrollo personal32.
Redención y progreso no se identifican pero existe en- Con su saber originario del hombre, implicado en el
tre uno y otra una fundamental continuidad, ya que ambos saber del Verbo encarnado, es decir, de la realización di-
son una afirmación y una promoción del hombre. La mis- vina de la existencia humana; con su memoria histórica y
ma continuidad en el orden dinámico que en el orden con su noticia, germinal sólo pero verdadera, de la consu-
ontológico existe entre naturaleza y gracia y en el orden es- 33
Este es el presupuesto de las encíclicas Pacem in terris y PP f
tructural entre iglesia y mundo. Por ello el creyente no que no en vano, a diferencia de las anteriores, están dirigidas no ya
sólo a los cristianos sino incluso a todos los hombres.
sólo acepta el reto de toda ideología que se proponga 34
Por eso siempre que el concilio afronta directamente el problema
hacer avanzar al hombre, sino que incluso él mismo tiene del hombre termina hablando del Cristo muerto y resucitado («clave, centro
y fin de toda la historia humana», GS 10), afirmando que «en realidad el
como propio programa esa creación, custodia, melioración misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado»,
porque «Cristo, nuevo Adán, en la misma revelación del misterio del Padre
permanente y aseguración definitiva de todo lo humano. y de su amor, manifiesta plenamente el hombre al propio hombre y le des-
Por ello hay una posibilidad fundamental de diálogo entre cubre la sublimidad de su vocación» (GS 22); cf. 38, 41, 45, donde al
volverse a plantear el problema del hombre se le intenta iluminar confron-
tándole con aquel que es «hombre perfecto», repitiendo siempre la misma
expresión. Cuando la P P define el progreso, como «el paso para cada uno
la miseria y luchar contra la injusticia es promover a la par que el mayor y para todos de condiciones de vida menos humanas a condiciones de vida más
bienestar, el progreso humano y espiritual de todos); 28 (todo hombre que humanas» ( P P 20) y quiere orientarse para intuir cuáles son realidades
trabaja es colaborador en la creación del mundo sobrenatural si no quiebra verdaderamente humanizadoras, termina dirigiendo su mirada hacia Cristo,
voluntariamente la dinámica profunda de sus acciones). desde el cual sabemos cuáles son «condiciones más humanas todavía» ( P P 21).
35
*» P P 16. P P 19, 28; GS 37.
NUEVO CRISTIANISMO Y NUEVO HUMANISMO 275
274 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA

mación escatológica de la humanidad en Dios, tiene la Aquí se nos desvela no sólo la función crítica de la
iglesia la responsabilidad de afirmar el primado absoluto iglesia denunciando todas las ambigüedades y simplifica-
del hombre y de su promoción frente a todo el resto de ciones, sino incluso el carácter escandaloso de su palabra,
realidades o estructuras del orden que ellas sean: religio- que resuena clara y explícita postulando el progreso huma-
sas, sociales, políticas o económicas, a nivel individual o no y forzándole a desbordarse en un abandono y ofrenda
a nivel comunitario, en plano nacional o en plano interna- a Aquél que no es asequible por el esfuerzo de nuestras
cional. Tiene a su vez la responsabilidad de recordar al manos sino en la libre, generosa y fiel voluntad del amor.
hombre cómo es su libertad creadora la que ha de estar El cristianismo no ignora que plantea a todo hombre dos
siempre activa porque ningún factor humano, ni siquiera interrogantes que si constituyen en verdad la promoción
el mismo trabajo, es por sí factor de desarrollo. Tiene suprema del hombre a larga distancia, en una primera
no menos la dura tarea de liberarle al hombre de su ten- perspectiva le yugulan en sus instintos más radicales: le
dencia al simplismo y a las eficacias inmediatas, de su recuerda su finitud, forzándole a acogerla como don, ancla-
tendencia a situarse a sí mismo en el centro de una pro- da en la infinitud de Dios y a participar de ésta, acogién-
gramación del futuro de todos y a hacer de lo que él dola y creciéndose en ella. Le recuerda luego que ese Ab-
considera su propio progreso el progreso humano sin más; soluto frente al que existe se ha desvelado en el tiempo,
misión de forzar al hombre a la búsqueda, descubrimiento, manifestando los secretos de su corazón como palabra,
fructificación para los demás y maduración de la propia asumiendo nuestro destino de hombres siéndolo y con-
libertad que es el bien que más anhela y que con mayor naturalizando con nosotros ha hecho posible un vivir nue-
rapidez aliena36. vo, que es su propia vida injertada en tronco humano.
No en último lugar la iglesia tiene la tarea y respon- Dos interrogantes supremos: ¿estará dispuesto el hom-
sabilidad de acoger al hombre que comienza a desesperar bre a aceptarse referido y radicado en Alguien?, ¿estará
de su propia promoción, oscilando siempre entre Prome- dispuesto a aceptar que ese Alguien absoluto frente al
teo y Sísifo, entre el titánico esfuerzo creador y la deses- que ha de iluminar su relatividad se ha hecho historia
peranzada desidia, recordándole sus posibilidades y nece- y presencia en Jesús de Nazaret? 37 Sería necesario haberle
sidades más nobles, aun cuando ellas sean de momento liberado antes de esa llaga abierta en la conciencia con-
cegadas por una inmersión en el egoísmo y oscurecidas temporánea según la cual el absoluto y los relativos son
por su consorcio con el pecado. Esta conciencia de su res- dos antagonistas, y según la cual la gloria de Dios sólo
ponsabilidad para con los hombres es lo que «obliga a la existe mediante la muerte del hombre. Habría que haber
iglesia a ponerse al servicio de ellos, para ayudarles a dicho antes que la verdad es exactamente la inversa: que
captar todas las dimensiones de este grave problema». la finitud acrece sentido en la medida de su cercanía al
¡Difícil, casi imposible misión la de este vigía en la noche, 87
«Lo que ahora está en cuestión es la irradiación del evangelio sobre
sólo realizable si vive en atenta expectación, en perma- el "hoy" del hombre. Porque el evangelio es "fuerza de Dios para la salvación
nente diálogo, en voluntad de propia renovación, decidida del hombre", la fuerza divina de la promoción del hombre. El evangelio se
entiende a si mismo como la llamada más radical al hombre para ser hombre:
a juzgar y ser juzgada, a alertar y ser alertada, optando por apelación de Dios que funda al hombre en su presencia, para que el hombre,
en la adultez de su libertad, se sepa amado y afirmado por Dios con el
la fidelidad a sí misma, distendida entre los imperativos amor único con que Dios ama a su Unigénito; llamada al nombre para que
del evangelio y los imperativos del tiempo, nunca opuestos acepte — en su adultez — la medida inconmensurable con que Dios le mide.
Y esta es la cuestión radical que la fe plantea a un hombre que quiere
pero no siempre idénticos en una primera mirada! llegar a ser adulto: si lo es bastante para abrirse y darse —para "recono-
cer" —- a la Presencia Universal, que desde el anonimato del mundo
suscita y critica el ascenso del hombre hacia su propia adultez". A. ALVAEEZ
BOLADO, 1. c , 76.
«» GS 31, 58.
276 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA
NUEVO CRISTIANISMO Y NUEVO HUMANISMO 277
infinito, que la libertad no se depotencia sino se aumenta
en proporción directa a la conexión con su origen divino, ción con ideologías, sistemas científicos o regímenes polí-
y que la gloria de Dios consiste en que el hombre viva ticos, que si de hecho quizá en un tiempo han fraterni-
y sea hombre en plenitud. zado con el evangelio, sin embargo no van necesariamente
Pero aun superados estos malentendidos permanece conexos con él, y menos se pueden imponer a nadie. Que-
un escándalo en la base del mensaje cristiano: la fe del rer imponerlos en determinados momentos supondría for-
creyente no es la simple adhesión a un manojo de eviden- zar a muchos hombres a una alternativa, ya que para ellos
cias matemáticas sino la abertura confiada y la respuesta después de haberlos examinado con competencia técnica
fiel a un Alguien que gratuitamente se ha desvelado ante implican una ausencia de objetividad, que al imponérsela
nosotros, nos ha exigido una conversión del corazón e invi- como solidaria de la fe, les haría inevitable el abandono
tado a una existencia compartida, desvelación y comparti- de la fe misma. Desde esta atalaya vemos cómo son si-
miento que tienen su paradigma en Jesús de Nazaret38. Por multáneamente necesarias la función crítica de la iglesia
ello la iglesia no espera nunca una acogida sin crítica, ni que fuerza al mundo a una conversión en profundidad
menos una aceptación unánime. Porque su mensaje es una aceptando aquellos problemas que son ineludibles en una
afirmación final de vida y su última palabra es la resurrec- existencia humana auténtica, afincada en el absoluto y
ción, pero implica una pasión y muerte anteriores, es de- ordenada a él; y cómo no es menos necesaria la función
cir, la negación de las formas inhumanas de existir que en crítica del mundo frente a la iglesia obligándola a tomar
sus múltiples variedades llamamos pecado. Sólo quien absolutamente en serio todo lo relativo, porque de ello
acepta el juicio sobre su propio egoísmo, lujuria, soberbia nace y en ello se forja la dimensión absoluta del hombre;
y pereza, puede renacer a la existencia nueva. Mientras función crítica de purificación moral y de purificación
la cruz de Cristo siga estando en el centro de su evangelio mental, nunca acabadas, ni por parte de la iglesia ni por
y los hombres sigan fieles a sus pecados, y consecuente- parte del mundo.
mente provocando una progresiva y deteriorante deshu-
manización, la iglesia se sentirá forzada a elevar su voz 4. El presente en función del futuro
crítica y denunciadora, sin acerar el escándalo pero sin
negar el misterio39. o el equilibrio de los tiempos
Sin embargo ¡qué fácilmente ella une a lo que es el La ideología del progreso tiene en su base un supuesto
escándalo salvador de la cruz de Cristo, otros escándalos no siempre explícito: los hombres avanzan hacia un fu-
que ni son de Cristo ni son salvadores! Escándalos provo- turo que da sentido al presente y en el que de verdad se
cados por la propia mediocridad, por su adhesión incondi- consuma la historia universal y la individual. Frente a
cional a los esquemas mentales de los contextos socioló- esta relativización del presente, inmolado en honor del
gicos en que arraigó por primera vez; por su solidariza- futuro, el cristianismo proclama la dimensión absoluta de
la persona y el valor absoluto del presente. Ello implica
88
que si la vocación al crecimiento es el deber primordial
«El evangelio no se presenta en el mundo como una "verificación"
de lo que el hombre está siendo, sino como una denuncia de todo "realismo" del hombre y por tanto el progreso no es facultativo,
que se conforme con lo inhumano y un poder que reclama su conversión». sin embargo la redención no puede estar condicionada a
«El evangelio se acredita en el mundo, indivisiblemente, como poder de sana-
ción de las lacras materiales de la existencia y como anuncio de la promoción- ese progreso aún por realizar, y que cada época puede en-
límite e insospechada de esa misma existencia: el don de la vida de Dios,
la liberación por la libertad divina misma a través de la historia y más allá contrar su centro de sanidad y definitivación desde sí mis-
de la muerte». A. ALVAREZ BOLADO, 1. c , 29-30.
38
ma y en sí misma, pues las personas que la constituyen
Cf. P.-H. SIMÓN, Ce que je crois. París 1966, 109-110.
son anillos en la cadena del tiempo, pero la quiebran en
278 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA NUEVO CRISTIANISMO Y NUEVO HUMANISMO 279

cuanto que junto a su dimensión de horizontalidad histó-


rica poseen la dimensión de verticalidad metahistórica. 5. Principios e imperativos en la
El mayor historiador del siglo xix Leopold von Ranke vida de la iglesia
formuló esta ley de conexión de los tiempos entre sí ha-
blando de lo que él Llamaba la inmediatez de cada fase Otro aspecto nuevo de la eclesiología de la PP es el
histórica ante Dios 40 . convencimiento implícito que la sustenta: la iglesia, y
el evangelio no son ante todo ni exclusivamente principios
Es sintomático que en los últimos decenios se ha ex- de comportamiento moral sino conformación de un espí-
tendido una ligerísima pero explícita reticencia ante las ritu que hace surgir imperativos directos de acción. Esto
ideologías del progreso, y al entusiasmo sin límites del si- significa la ratificación de cómo las leyes, supuesta su ab-
glo xix ha sucedido una afirmación crítica, afirmativa pero soluta necesidad y legimitidad, sin embargo no agotan to-
no absolutizadora. Tal reacción ha tenido lugar no sólo da la moralidad humana y que allí donde ellas cejan en su
ni quizá primariamente por motivos religiosos; ha nacido urgencia general comienza en realidad el campo de las
más bien de la profundización en las exigencias de un responsabilizaciones personales. Recordamos que el cristia-
humanismo a nivel del tiempo 41 . nismo superó y se enfrentó al judaismo declarando abolida
A esta luz nos parece que hay que leer la PP para y superada una fase de la humanidad donde la ley exte-
detectar en sus páginas una amorosa pasión de tiempo, rior normativizaba todas las responsabilidades, y decla-
una dolorida conciencia de las responsabilidades humanas rando instaurada una fase nueva donde la ley no era
en el momento presente y una advertencia crítica a dila- exterior sino interior, que no se agotaba en los límites
tar los horizontes de lo humano, no clausurándolo sobre generales y que en la fuerza del Espíritu el hombre de-
los muros de su finitud, pues, colmadas todas las necesida- bería ir descubriendo al ritmo del vivir dónde comen-
des primarias y no primarias, sigue existiendo el gran zaban y dónde acababan sus obligaciones. La ley ha sido
problema del hombre: el sentido de su vivir. Y a esto es siempre la tentación del cristianismo, es decir, volver al
a lo que el papa designa como un desarrollo humano y un judaismo retrocediendo en el avance de la humanidad. La
progreso verdadero: al que incluye un humanismo trascen- ley es la permanente tentación de todo hombre que se
dental. Nuevo humanismo en el que desarrollo individual tranquiliza y adormece a sí mismo alienando su libertad
y desarrollo comunitario, abertura a las tareas ultramun- viviente en brazos de la letra muerta de un código, redu-
danas y a las esperanzas escatológicas, culto al hombre y ciendo su moralidad al cumplimiento de aquello que está
culto a Dios no son realidades paralelas ni menos anta- incluido o se puede deducir de unos principios generalí-
gónicas sino complementarias e inclusivas, aun cuando simos válidos para todos 43 .
no se identifiquen42.
Hay situaciones humanas que ligan a la persona en una
40
profundidad absoluta, aun cuando no exista ninguna ley
Cf. L. VON RANKE, über die Epochen der mueren Geschichte. escrita. La ley es sólo una traducción imperfecta y parcial
Stuttgart
41
1854, 138-142.
VARIOS, Die Philosophie und die Frage nach der Fortschritt. de las exigencias que afectan a toda la humanidad: quien
Allgemeine Gesselschaft für Philosophie in Deutschland. Verhandlungen des
7. Deutschen Kongresses für Philosophie. Münster 1962-1964. En las páginas se atiene o detiene en ella, cercena su ser mejor, aquel que
¿Le presentación escribe el editor: «El tema del "progreso" manifiesta una no es un universal sino el misterio de una persona sin-
resuelta orientación hacia este mundo. Claro está que esa vuelta u orientación
está motivada más por el asombro y la preocupación que por la confianza o
incluso el entusiasmo por el progreso. Es muy significativo que el trabajo
introductorio de K. Lówith lleve por título: Lo fatal del progreso», 9. 43
Cf. K. RAHNER, Sobre el problema de una ética existencial formal:
42
Cf. J. GIRAHDI, L'Eglise face á l'humanisme athée: L'Eglise dans le Escritos de teología I I , 233-252; I D . , La libertad en la Iglesia: Ibid., 99-
monde... I I , 384. 118; I D . , Dignidad y libertad del hombre: Ibid., 253-284.
280 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA NUEVO CRISTIANISMO Y NUEVO HUMANISMO 281

guiar. De ese misterio nacen imperativos sagrados, con una tono límite de sus palabras responden a la realidad de un
potencia coercitiva, a la vez que liberadora, infinitamente problema límite: un mundo donde se han subvertido los
superior a los de todas las leyes juntas. En la misma medi- valores de humanidad, esclavizando unos hombres a otros,
da de la existencia nueva que tenemos en Cristo surgen mediante un sistema de relaciones internacionales, ya que
imperativos personales, que quizá no tengan equivalente la riqueza de unos se apoya sobre la pobreza de otros y
en ninguna ley eclesiástica, ni en la anterior historia de el dinamismo interno del sistema conducirá a una pobreza
la iglesia, pero que tienen un peso y urgencia absolutas de los pobres cada día mayor, productora de una riqueza de
para aquel que los percibe. El cristiano no sólo está ligado los ricos también cada vez mayor.
por una ley universal sino por el Espíritu que le ha sido Aquí se sitúa uno de los aspectos más «cuestionables»
dado a él y que le interpela con su nombre guiándole a la de la encíclica. Cuestionable en el doble sentido: digno
propia misión. El lugar, el tiempo y el Espíritu Santo en de ser preguntado y a la vez de más difícil respuesta.
el corazón son las tres coordenadas que actúan los impe- ¿Puede y debe la iglesia jerárquica en cuanto tal denun-
rativos del evangelio. A él y a ellos hay que oír y seguir. ciar no sólo el problema en sus términos generales sino
La PP es un exponente de esta atención a las urgen- incluso en las causas reales que lo han motivado, denun-
cias del evangelio emanadas directamente de la situación ciar los sistemas o ideologías de las que con lógica conse-
histórica. Para los creyentes el desarrollo comunitario cuencia han nacido los hechos? ¿Es éste el caso respecto
de la humanidad, la atención a los pueblos y comunida- del capitalismo en nuestra encíclica? Pensamos que la ta-
des subdesarrolladas, creando un orden económico mun- rea del magisterio consiste ante todo en alertar a las con-
dial en el que el hombre sea el único fin y la única me- ciencias sobre las situaciones inhumanas concretísimas y
dida, y donde ningún hombre sea medida y fin de otro alertarlas sobre la posible conexión interna entre princi-
pios ideológicos y resultados fácticos, mostrar su inhuma-
hombre, son los imperativos que marca hoy el evangelio.
nidad y por tanto la urgencia de evitar tales hechos bien
Por eso las palabras del papa tienen un tono y caracte-
cambiando el sistema, si es que la conexión es necesaria,
rísticas nuevas. No enuncian principios ni exponen teorías o revisándolo, si es que son consecuencia marginal simple-
sino urgen responsabilidades, sitúan ante dilemas, inciden mente. La labor concreta sin embargo de denuncia de un
en las vidas de los hombres y quieren inducirles a una sistema no debería recaer primariamente sobre la autori-
lucha por el cambio de estructuras. Tiene un carácter de dad magisterial sino sobre los cristianos competentes que
manifiesto y un talante profético que le diferencian de ejercen su carisma individual en ese campo técnico unien-
todas las intervenciones anteriores del magisterio44. Este do un instinto de verdad y exigencias cristianas con una
absoluta competencia técnica, conocedora y respetuosa de
41
Estas novedades, respecto de documentos anteriores, han sido sub- las leyes internas que están en juego. Ellos tendrán enton-
rayadas por casi todos los comentaristas. Novedades formales: el estilo que
rompe con el género literario clásico, el lenguaje ágil, directo, dirigido al ces el carisma, y ellos son quienes presencializan y urgen
corazón y no sólo a la cabeza; recurso a autores contemporáneos católicos los imperativos del evangelio y de la humanidad en cam-
y no católicos, Lebret, Maritain, Chenu, Lubac, Larrain, Colín Clark.
Novedades fundamentales: el papa asume la defensa no ya de los pobres pos donde no sólo es necesaria voluntad de bien sino capa-
individualmente sino de los pueblos pobres; acepta la dimensión social de la
propiedad, que como fruto de la sensibilidad introducida por el marxismo cidad de verdad45.
se ha impuesto en el mundo; superación de un concepto legalista de nuestras
relaciones con el prójimo para sustituirlas por otro más personal donde el
45
prójimo es en verdad valorado con los mismos criterios que el yo. Cf. entre Los últimos decenios de la historia de Europa nos han tornado
otros_ muchos: M. GARCÍA, El nuevo tono en el magisterio social de la neurálgicamente sensibles a los grandes silencios de la iglesia en coyun-
iglesia: Teología y sociología del desarrollo..., 3-35. Nosotros nos hemos turas históricas límites, y nos han hecho comprender cómo en ellas es cuando
preocupado más de descubrir las novedades eclesiológicas y antropológicas surgen los grandes imperativos de denuncia profética, comprender que quizá
que han hecho posible el documento mismo. la iglesia sea la única institución con fuerza moral suficiente para denunciar
282 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA NUEVO CRISTIANISMO Y NUEVO HUMANISMO 283

para con aquellos hombres, que por simple fidelidad a un


6. Ortodoxia y ortopraxis humanismo, han afrontado los auténticos problemas del
Aludimos finalmente a otra nota de la nueva eclesio- presente, han denunciado las situaciones políticas, los erro-
logía: su voluntad y decisión de «verificar» la verdad de res de la iglesia y las complicaciones de los cristianos. Nos
que se dice portadora traduciéndola en encarnaciones que parece poder encontrar en tales hombres una mayor fide-
para los hombres de cada generación sean reveladoras de un lidad a lo real que en quienes hablando desde dentro pa-
contenido de valor y se manifiesten como capaces de afec- recen situar la bondad o valor de las cosas no en sí mis-
tar a la existencia. Crear no sólo teorías que demuestren mas sino en la referencia externa bien al origen, al fin o
sino realizaciones que muestren la credibilidad interna lo que es peor a su utilización religiosa46. El cristianismo
del evangelio: y ésta tiene lugar ante todo mostrando tiene que acreditarse ante los hombres con valores de hu-
valor para afrontar aquellos problemas y necesidades que manidad, ante los pensadores con valores de pensamien-
los hombres por su dureza o dificultad desdeñan. En este to y ante los hombres religiosos con valores de reli-
sentido los pobres y necesitados son la única tarea de la giosidad, aun cuando él directamente no sea humanismo,
iglesia. Pobreza que hoy se sitúa ante todo al nivel del ideología o religión sin más. Blondel repetía siempre:
subdesarrollo en determinados continentes. Valor que se «Decir alguna cosa que cuente para los espíritus que no
muestra en la denuncia y lucha por la liberación de las creen».
situaciones sociopolíticas o religiosas que son alienadoras Una verdad de orden intelectual no es plena si no
de libertad o responsabilidad personal, y no menos en la deviene valor histórico. Por ello un «pensamiento recto»
lucha eficaz por la transformación de cualquier orden de no permanece tal si no inspira una acción igualmente rec-
estructuras opresoras de la dignidad humana. ta, es decir, si no llega a convertirse en un enriqueci-
Existe hoy dentro de la iglesia una simpatía cordial miento del hombre a quien se dirige. Tal convicción se
traduce en una frase ya convertida casi en santo y seña de
situaciones y por ello con responsabilidad de hacerlo, por propia obligación una línea posconciliar de comportamiento: la ortodoxia
y subsidiariamente en nombre de los que no lo pueden hacer y la miran a ella de los pensamientos de un cristiano debe verificarse en la
con un ruego implícito de que les ayude sustituyéndoles. Por otro lado ante
las grandes catástrofes recientes hemos comenzado a sospechar cómo a veces ortopraxis de sus acciones. Cualquier disociación cons-
lo que anteriormente se había designado «orden establecido» era en el fondo
la injusticia y opresión garantizadas, y cómo la no-oposición en la que tituye una herejía. Una fidelidad a cualquiera de las
habíamos seguido vegetando había permitido a poderes dictatoriales afincarse partes de la proposición conduce necesariamente a la
en el ejercicio injusto de la autoridad.
La encíclica P P nos ha venido a recordar que el cristiano no es otra: hay que acoger la verdad, permanecer en la verdad,
sin más el hombre del «orden establecido». Por eso será el primero en operar la verdad y en este acogimiento, permanencia y ope-
gritar cuando se aproveche la obediencia cívica para establecer un desorden
ético o económico, porque si él ha respetado las estructuras ha sido en razón
de que estaban «ordenadas» y no en razón de que estaban «establecidas».
La indomesticabilidad política y su virulenta sensibilidad ante las extra- 46
Cito sólo dos testimonios: de un católico francés, Mauriac, y del
limitaciones del poder público es algo que deberíamos aprender de los obispo anglicano J. A. T. Robinson. «Me pregunto si es una característica
primitivos cristianos. Cf. H. RAHNER, Iglesia y estado en la primitiva Iglesia. de mi naturaleza o si a otros cristianos les pasa lo mismo; mientras que con
Documentos y comentario. Buenos Aires 1950. Pablo V I ha tenido el valor frecuencia los teólogos, los apologistas me aburren, me irritan, me hacen
de volver a recordarnos que «en el caso de tiranía evidente y prolongada dudar, páginas como éstas afectan en mí al hombre religioso, plantean el
que atentase gravemente a los derechos fundamentales de la persona y dam- verdadero problema, me vuelven a situar en la vida corriente sin que por
nificase peligrosamente el bien común del país» estaría justificada la revo- ello se turbe o se conmueva mi fe, aun cuando un determinado ateo sea
lución ( P P 31). La experiencia de la iglesia alemana ante el nazismo es en superior a mí en inteligencia y cultura». F. Mauriac, a propósito de las pala-
extremo aleccionadora. En una especie de examen de conciencia que al bras de Sartre en la muerte de Merleau-Ponty, en Bloc-Notes, 4 noviembre
final de la guerra hizo la iglesia protestante encontramos estas frases reve- de 1961. «Cuando veo o escucho la retransmisión de una polémica enta-
ladoras: «Hemos negado el derecho a la revolución y sin embargo hemos blada entre un cristiano y un humanista, muy a menudo constato con sorpresa
tolerado y aprobado una evolución política hacia la dictadura absoluta». que mis mayores simpatías se inclinan por el humanista. Y eso no se debe en
Punto 4 del Brüderrat der Evangelischen Kirche in Deutschland, agosto modo alguno a que haya puesto en duda mi fe o mis responsabilidades reli-
1947. giosas». J. T. A. ROBINSON, Sincero para con Dios. Barcelona 1967, 25.
NUEVO CRISTIANISMO Y NUEVO HUMANISMO 285
284 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA
rando con él en orden a finalizar y a dar sentido a la
ración se gesta la luz, porque quien hace la verdad viene a aventura humana en el mundo 50 .
la luz 47 . Quizá sea la primera vez en la historia que una encí-
clica asume un problema tan decididamente humano y
II mundano, si se nos permite la expresión. A la costumbre
LA NUEVA ANTROPOLOGÍA antigua de hablar al hombre de Dios ha cedido la pasión
nueva de hablar a los hombres todos de sus propios pro-
Finalmente sugerimos algunos rasgos de la antropolo- blemas, manifestándoles a la vez no sólo lo que Dios dice
gía nueva que está substante en la encíclica, aun cuando sobre sí mismo sino lo que Dios dice sobre el hombre.
Ya hemos dejado caer anteriormente la pregunta de qué
no aparezca directamente formulada. Con la constitución
es lo primario o qué es más esencial en el cristianismo,
Gaudium et spes, la declaración sobre la libertad religiosa
si una afirmación sobre Dios o una afirmación sobre ei
y el discurso de Pablo VI en la clausura del concilio cons- hombre. Si en su centro colocamos la encarnación y a ésta
tituye el gran tríptico, la gran sinfonía que la conciencia la definimos como ese punto de convergencia entre dos
cristiana contemporánea ha entonado a la dignidad hu- movimientos prolongados hasta el infinito: movimiento de
mana. Una pasión de absoluta fidelidad, de cercanía, de la generosidad divina que se da efusivamente hasta existir
voluntad de comprender al hombre real e histórico, al que más allá de sí misma, en solidarización y en gratuidad abso-
vive y muere, conmueve como una profunda ola marina luta siendo aquello hacia lo que se vuelve; movimiento de
a estos tres grandes documentos. En los tres se parte de apertura del hombre, siendo actuada su receptividad infi-
la afirmación absoluta de su absoluto valor: «centro y nita por el objeto infinito hacia el que se vuelve, acogién-
cima de todos los valores»48. dole: si definimos el cristianismo como la resultante his-
tórica de la verificación real y verdadera de estos dos movi-
1. El cristianismo: mientos, entonces no sabríamos decir qué es primaria-
¿teología o antropología? mente, si teología o antropología; si una palabra sobre
Dios o una palabra sobre el hombre.
La iglesia se sabe y quiere hoy fiel colaboradora del
hombre en esa búsqueda imperiosa y agónica de sí mismo: En la fórmula de san Juan que resume toda la cristo-
búsqueda y encuentro que constituyen la primera tarea y logia neotestamentaria se afirma de Dios la existencia hu-
la primera necesidad del hombre moderno: mana en carne, es decir, en la pobreza y en la caducidad,
y del hombre la existencia divina: Logos sarks egeneto.
Si para llevar a cabo el desarrollo se necesitan técnicos, cada El Verbo al devenir carne opera o actualiza la suprema
vez en meyor número, para este mismo desarrollo se exige más toda- potencia de la humanidad. Todas las promociones huma-
vía pensadores de reflexión profunda que busquen un humanismo nas están ya exigidas y ordenadas a la participación en eso
nuevo, el cual permita al hombre moderno hallarse a sí mismo''9. que uno de los nuestros ha operado por nosotros o en
nombre nuestro, en el grado y medida en que todas las
Se retrouver lui-méme, dice el texto original. En este actualizaciones de un valor están ordenadas y son efecto
sentido la iglesia se quiere servidora del hombre, colabo- de aquella actualización que es la máxima en tal orden.
47
Cf. J. B. METZ, L'Eglise et le monde: Théologie d'aujourd'hui et de 60
Cf. Y.-M. CONGAR, he role de l'Eglise dans le monde de ce temps:
demain. París 1967, 15. L'Eglise dans le monde... I I , 309-310.
« GS 12.
« P P 20.
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Desde aquí podemos responder al interrogante anterior natario directo de su mensaje, sino que intenta sin más
del centro teológico o antropológico del cristianismo51. ayudarle a reasumirse a sí mismo y a proyectarse en la
Hasta tal punto el interés del cristianismo por el línea de humanidad que él crea posible para su realización
hombre es real y verdadero que en él todo ocurre en fun- auténtica, aun cuando no le ocultará sino que le mostrará
ción del hombre: propter nos homines et propter nostram clara y lealmente los valores de vida que el cristianismo
salutem. La gesta de Cristo en la historia está finalizada posee y cómo ella piensa que al margen de Dios, tal como
por el destino del hombre y a él sirve. Y en idéntica me- él se nos ha manifestado en Cristo, ya no es pensable un
dida condiciona y determina las leyes de acción de la humanismo integral:
iglesia, definida como sacramento de la salvación de Cristo
para el mundo, en cuanto que a un tiempo la significa y Amar al hombre no como instrumento sino como primer tér-
la causa52. El antagonismo que en algún tiempo se quiso mino hacia el supremo término trascendente 55.
ver entre una búsqueda de Dios y una búsqueda del hom- Aceptación del hombre con toda la virulencia revolu-
bre, entre un conocimiento y servicio de aquél y un cono- cionaria que su capacidad creadora implica y que su indi-
cimiento o servicio de éste queda superada al mostrar la vidualidad arrastra. Primero por respeto a él y segundo
actual conciencia cristiana cómo «para conocer al hom- porque donde creatividad y personalidad individual des-
bre, al hombre verdadero, al hombre integral, es necesario aparecen, desaparece simultáneamente la capacidad radical
conocer a Dios» y cómo en no menor verdad ni en menor para que nazca y se desarrolle una fe viva y vitalizadora.
medida «para conocer a Dios es necesario conocer al En la PP esto significará que toda promoción de los pue-
hombre» 53 . blos subdesarrollados nunca podrá tender a sustituirlos o a
arrancarlos a sus determinaciones y encarnaciones de lo
2. Naturaleza metafísica o condición humano, sino a posibilitarlos para que las vivan en ple-
histórica del hombre nitud 56.
Interés por el hombre no sólo en sus dimensiones me-
tafísicas sino ante todo en sus condiciones de existencia.
3. El hombre: existencia en relación
Ya es sintomático que la constitución Gaudium et spes Otro rasgo de la nueva antropología es la concepción
inicie sus reflexiones hablando no de natura hominis in ge- del hombre como ser constutivamente referido, y por tan-
nere sino de hominis conditione in mundo hodierno**. to constructor de su destino en la conciencia de su ordena-
Ante este hombre histórico la primera postura es de acep- ción a los demás, en una necesaria comunidad y necesaria
tación humilde de su existencia, sin intentar reducirle a solidaridad. Comunidad y solidaridad que no sólo tienen
esa imagen ideal de hombre que el cristiano posee. Acep- lugar en el ámbito de las relaciones individuales sino de
tación no sólo humilde sino gratuita, es decir, el interés las relaciones de grupos y bloques humanos. Esta caracte-
que la iglesia proyecta sobre él no está directamente fi- rística implica que el hombre ha de saberse referido a to-
nalizado al anuncio del evangelio, no le mira como desti- da la historia humana anterior y por ello abierto a una
información de todo lo que los hombres con anterioridad
61
K. RAHNER, Para la teología de la encarnación: Escritos de teología
a él han operado: él existe como libertad y creatividad en
IV, 139-158; I D . , Problemas actuales de cristología: Id. I , 167-222; I D . , medio de la historia pero no es juez de la historia ni nor-
Thcologie und Anthropologie: Id. V I I I , 43-65.
«2 LG 1, 9.
fH13 PABLO VI, Discurso de clausura del concilio. K¡ PABLO V I , Id.
GS, comienzo, exposición introductoria. <* P P 10, 55, 65, -n.
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ma de todas las realizaciones anteriores. Él vive por tanto pura ocasión de merecimientos en orden a una vida futura,
en una sincronía con todas las generaciones humanas. sino es la participación a la potencia creadora de Dios, la
Esto le impedirá absolutizarse a sí mismo y a sus concep- condición de la propia humanización, y el fermento de
ciones y no menos hacer del pasado y del futuro puros solidarización entre los hombres. La relación del hombre
esclavos del propio presente 57 . frente al mundo no es la de un contemplativo, sino la de
Solidarización del hombre con sus hermanos en el un transformador: el mundo no llega a la plenitud de sí
tiempo pasado y solidarización con sus hermanos en el es- mismo, si no es integrándose en la racionalidad humana,
pacio presente que le obligan a construir su destino, pen- y el hombre no llega a sí mismo si no es sumergiéndose y
sando y calculando en qué medida su acción significa una apropiándose la plenitud del mundo 60 .
promoción de los demás o lleva consigo una lesión de sus En esta perspectiva cambia no sólo la antigua concep-
esperanzas de progreso58. ción del trabajo sino incluso la misma concepción de la
Esta referencia y mensuración del individuo por la naturaleza que está ahí situada frente al hombre no ya
comunidad humana traerá consecuencias muy reales, como como realidad habitada por míticos poderes a los que ha-
puede constatarse en la noción de propiedad que siguien- bría de respetar por miedo a ser herido por ellos, ni como
do al Vaticano II elabora la encíclica59. Si el hombre no norma o límite a la actividad humana sino directamente
existe al margen de los hombres y el individuo no se pue- como la condición de posibilidad para que el espíritu hu-
de erguir como medida absoluta para los demás, en me- mano torne a sí mismo. La reditio completa in se ipsum,
nor medida podrá absolutizar unos bienes, que al crear de que hablaban los escolásticos la opera el hombre en
desequilibrios en las relaciones personales pierden su legi- lucha con la materia que es él mismo y que es el mundo
timación porque no sirven al hombre sino destruyen al todo. Ante una naturaleza salvaje o sublime el hombre ya
hombre. Misión de la autoridad pública es velar por el no es un esclavo que ha de soportar sus zarpazos inespera-
equilibrio de este servicio personal y comunitario en la dos y brutales sino el programador inteligente, el doma-
exploración de los bienes de la tierra. Nadie puede vivir, dor sagaz y alerta que se inserta en sus ritmos para descu-
proyectar, acumular sin referencia a los demás hombres. brirle las leyes y sometérsela, ordenándola no a unos fines
arbitrarios o violentos sino a aquellos que él determina
4. Teología del trabajo haciendo uso de la luz interior que Dios alumbra en su
corazón y que nos ha hecho ver en Jesucristo. La tierra
El hombre es un ser vocado a algo, que realizará por deviene y permanece humana desbordándose más allá de
sí mismo y en cuya realización se cifra el sentido de su sí misma en el hombre, y el hombre deviene y permanece
vida y el logro de las metas que le son inherentes. Carác- humano desbordándose hacia el que es su origen fontal y
ter dinámico de la existencia humana que hace del pro- su futuro absoluto: Dios. No otra es la teología que nos
greso una necesidad y de la invención un imperativo. No ofrecen los tres primeros capítulos del Génesis.
preexiste el hombre a sus obras, diríamos absolutizando
ilegítimamente, sino que surge de ellas. Él nace a sí mismo
en la lucha por el dominio de la tierra y en la humaniza- 5. La libertad como tarea
ción de la materia. El trabajo visto así no es ya un castigo Pero antes que al trabajo está vocado el hombre a la
que pesa sobre un hombre que preexiste ni menos una libertad. Digo vocado porque la libertad con que nace es
01
PP 17. Cf. A. ÁLVAREZ BOLADO, 1. c , 95.
68 60
53
P P 44. P P 25-28. Cf. M.-D. CHENÜ. Hacia una teología del trabajo. Bar-
P P 22, 23; GS 69. celona 1960; I D . , Théologie de la matiére. París 1967.
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290 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA

su despliegue y le hagan verdaderamente humano. Aquí


sólo germinal: no es la plena libertad humana sino la pura
enumera la encíclica la ley dialéctica de las relaciones en-
posibilidad de conquistarla. Con el ejercicio de su inteli-
gencia en la transformación de la materia y en la atención tre el ser y el poseer. El hombre le hemos descrito como
a sí mismo deberá el hombre ir conquistándose su liber- un ser destinado al crecimiento, a la adquisición y a la
tad, ir creando condicionamientos para que esa libertad posesión; va siendo en la medida en que se va desple-
no sólo surja sino que se acrezca y dure. Superación por gando y opera su despliegue en la lucha con la materia en
tanto de todas las servidumbres que la naturaleza le im- el mundo, en camino hacia el descubrimiento y posesión
pone al hombre, que el hombre se ha impuesto a sí mis- de su persona. Ser hombre es llegar a ser hombre en cre-
mo, y que unos grupos humanos han ido imponiendo a cimiento ininterrumpido mediante la acción creadora.
otros 61 . Libertad que no puede ser ofrecida nunca desde Sin embargo, el crecimiento y la creatividad existen
fuera como regalo o imposición, sino que tiene que nacer finalizados, es decir, tienen un dinamismo interno y una
siempre desde dentro. Por ello en la labor de ayuda a los meta que los focaliza hacia la plenitud del ser: libre, trans-
demás hombres no puede ser impuesta sino hay que parente a sí mismo, transparente a los demás, abierto ha-
mostrarla como necesaria, porque ella no existe anterior cia la trascendencia. En la realización de los valores el
a la actuación de todos los resortes de la persona humana, hombre va estando situado y provocado a una elección,
y existe cuando todos ellos están en ejercicio y cuando ya que no puede realizarlos todos y entre ellos mismos
todas las exigencias han comenzado a madurar. descubre una escala. En la cumbre está no la posesión
La ayuda a los demás consistirá en promocionarles sino el ser, no la acumulación externa de posesiones sino
para que superen esas situaciones en que la libertad no la clarificación y autoposesión más profunda de sí mismo,
puede nacer y la asfixian si ya ha nacido: «la soledad, el viviéndose referido a su centro de humanidad. El hombre
sentimiento de abandono, la angustia que destruye todo no existe al margen del mundo pero no se identifica con
resorte moral». Luego inducirles a «descubrir por sí mis- él; la humanización no tiene lugar al margen del poseer
mos dentro de la fidelidad a su peculiar modo de ser, los pero no se identifica con él. La alienación suprema del
medios para su progreso social y humano». Porque nadie hombre tiene lugar cuando decide mensurarse por sus
podemos suplantar a nadie en la adquisición de esos valo- posesiones o hace de ellas el fin último de su esfuerzo. Pa-
res que constituyen el entramado primario de la existen- blo VI reasume aquí la frase clásica de Gabriel Marcel
cia, aun cuando sí debamos posibilitar a todos el que los que describe este estado humano como «la negación del
puedan realizar: «La solidaridad mundial cada día más ser por el tener» 63 . Con fórmula llamada a consagrarse
eficiente debe permitir a todos los pueblos el llegar a ser afirma que la avaricia es la forma más evidente de un
por sí mismos artífices de su destino» 62 . subdesarrollo moral e inversamente, la generosidad, la for-
ma más esclarecida de perfección humana64.
6. Riesgos del desarrollo:
negación del ser por el tener 63
Citado por J. M. Aubert, quien comenta: «El desarrollo se ve
Hemos señalado anteriormente la ambigüedad del pro- amenazado por un riesgo: el riesgo del mal, siempre posible en el corazón
greso humano y cómo todo crecimiento es ambivalente. del hombre y que engendra el egoísmo, el orgullo, la avaricia, etc. Estos
valores, estos bienes que el hombre necesita pueden ser utilizados irracional-
Tiene por tanto que tener unos criterios que normalicen mente, en contra de su fin y para ruina del hombre. En especial, el hombre
corre el riesgo de alienarse al identificarse con estos bienes; en lugar de
dominarlos, el hombre puede convertirse en su esclavo, dejando de pertenecer
61 a sí mismo para pertenecer a estas realidades infrahumanas». L. c , 171.
P P 47- 61
62
P P 55, 65, 77- P P 19.
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en el morir y resucitar de Cristo. Por eso es adversario del


7. Condiciones de autentificación absurdo y profeta del sentido68.
humana del progreso Sin la amistad y el amor fraterno que desarraigan el
egoísmo del individuo y le tornan abierto y generoso; sin
Por ello la encíclica, junto con la interpelación hacia la contemplación silente que permite al hombre liberarse
una conquista y aceleración del progreso, recuerda cuáles de la multiplicidad y recobrar ese hondón de su ser donde
han de ser las condiciones para que ese progreso sea real- se trenzan en unidad todas las divergencias de su existir69;
mente humano, para que sea un verdadero desarrollo, y sin el silencio largo que clarifica el espacio interior; sin
no se quede en un mero humanismo de la eficacia. Esas la soledad que nos renueva el alma, para que la presencia
condiciones serían el descubrimiento y cultivo de los «va- de los otros sea auténtica compañía y no dolorosa insola-
lores superiores del amor, de la amistad, de la oración y ción, para que el diálogo sea real intercomunión y no
de la contemplación»65. La iglesia se valoraría demasiado meras palabras cambiadas ™; sin la oración que deja cauce
poco a sí misma si en una fácil voluntad de concordia con abierto a nuestra necesidad impetuosa de diálogo y zurce
los demás humanismos renunciara a proclamar estas gran- en plegaría el clamor mudo de ese niño azorado que todos
des noticias que ella acumula en su seno. No vamos a somos en nuestra última mismidad; sin la serena mirada
comentar este párrafo, porque preferimos remitir al mag- hacia el futuro, consciente y vencedora de la muerte, «su-
nífico estudio que A. Alvarez Bolado le ha dedicado66. Nos prema alienación»: sin estos valores no hay progreso que
conformamos con sugerir cómo en la conciencia viva con merezca el nombre de humano 71 .
que alimente este saber específicamente cristiano de las El cristianismo puede hoy capitular de su misión his-
ultimidades y en la veracidad de su testimonio en favor tórica o por ignorar la tierra o por mirar sólo la tierra, por
de ellas está la fuerza propia de la iglesia en el encuentro falta de idealismo o por exceso de idealidad. La PP es una
con las ideologías contemporáneas, y la aportación que en confesión implícita por parte de la iglesia de haber igno-
última instancia ellas necesitan y esperan cuando se trata rado durante largos decenios la tierra, de haber hecho
de un diálogo absolutamente honrado 67 . surgir como reacción frente a un humanismo puramente
Al final de una época en que, si no realizados, sí están escatológico un humanismo puramente secular y frente a
ya proclamados y programados todos los descubrimientos un Dios sin mundo un mundo sin Dios 72 . Pero esta con-
pensables y necesarios para el hombre, le surge a éste vio- fesión pública de pecados no puede conducirnos a una afir-
lenta y acerada una pregunta única por su libertad: su
posibilidad, origen y sentido. Superadas todas las metas, 08
Cf. P. RICOEUR, en Dieu aujourd'huL Sémaine des íntellectuels
¿para qué se es entonces libre? En última verdad el hom- catholiques 1965. París 1965, 141.
e9
Sobre el sentido de la contemplación cristiana en un mundo que
bre no sólo necesita ser libre para algo sino para alguien. hace la experiencia de la ausencia de Dios, véase Mensaje dirigido por los
religiosos contemplativos al sínodo, 10 octubre 1967; cf, J. LECLEKCQ,
Éste es el más grave problema humano: el sentido de las Chronique de la vie contemplative: NRT 1 (1968) 66-78.
70
cosas, no tanto el «qué» cuanto el «por qué», «para qué» 71
Cf. M. DE CERTEAD - F. ROUSTANG, La soledad. Bilbao 1959-
La horizontalidad histórica del nombre y su religación comunitaria
y «para quién». Y ésta es la gran respuesta que el cris- están suspendidas sobre el abismo si no les da fijación una verticalidad de
Absoluto y de sentido personal. La comunidad y el futuro son esenciales
tiano en fe recibe de Dios: el sentido del ser aprehendido al hombre pero no sustituyen a su persona y a su presente. Preguntas que
se harán cada día más intensamente, en la medida en que otras preocupaciones
menores, de las que se verá liberado por el progreso económico y social,
65 le hayan dejado tiempo y espacio interior para estos grandes problemas de la
P P 17.
66
L. c , 98-114. existencia humana. Cf. J. GIRARDI, Marxismo y cristianismo. Madrid
m 1968, 72119.
Cf. G. CASALIS, Réveil du prophetisme: ICI 1 (1968) 11.
Cf. J. GIRARDI, 1. c , 140-X41.
294 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA

marión de las posturas opuestas, ya que sería repetir en


otra línea el mismo error. Junto a la denuncia de las pro-
pias absolutizaciones la PP hace la denuncia de las abso-
lutizaciones de determinadas ideologías contemporáneas
igualmente falsas.
4
8. La última palabra cristiana
sobre el hombre EL TEÓLOGO ANTE LA
Ésta quizá sea la palabra más profunda de la nueva «HUMANAE VITAE»
antropología que encontramos en la PP: la afirmación si-
multánea de cómo el hombre sólo se humaniza en solidari-
dad con la tierra y en el trabajo creador, en solidaridad i
con todos los demás hombres y en la asumpción de su des- LA TAREA DEL TEÓLOGO
tino para compartirlo y superarlo, es decir, en el progreso
ininterrumpido y solidario de toda la humanidad. Este
nuevo humanismo sólo se mantiene sin embargo fiel a sí
mismo y fiel a todas las dimensiones del hombre, si des-
emboca en una abertura al Absoluto como principio fon-
L A encíclica Humanae vitae constituye un dato funda-
¿ mental de la conciencia católica contemporánea. Su
contenido, las circunstancias que han precedido a su ela-
boración, el consciente arriesgo personal del papa al pu-
tal de originación y sustentación. Para la encíclica la igle- blicarla y las consecuencias que ella ha traído, hacen de
sia tiene como misión aportar al mundo la noticia y el este documento del magisterio pontificio algo radicalmente
signo de cómo esa vocación del hombre al Absoluto que nuevo en la historia de la maduración comunitaria de la
le funda, y de cómo esa versión del Absoluto hacia el verdad revelada dentro de la iglesia católica. Esto hace que
hombre, ha tenido una concreción máxima a nivel de la la interpretación ofrezca dificultades igualmente nuevas y
historicidad en el hombre Jesús de Nazaret, quien de esta haya que recurrir a criterios hermenéuticos que no entra-
forma se constituye en norma y paradigma del progreso ban en juego al leer documentos anteriores del magis-
humano. A su luz aprendemos los hombres lo que es el terio *.
progreso-límite y la alienación-límite. En su muerte y su La situación del teólogo en este momento es especial-
resurrección, éstas han recibido una respuesta también mente dificultosa. Él es, ante todo, un miembro creyente
límite73. No en vano uno de sus inspiradores, Francois de la comunidad creyente, y como cada uno de ellos, ha
Perroux ha podido designar a la PP como la encíclica de de hacer una lectura seria, inteligente y fiel del texto, en
la resurrección74. orden a asimilar su contenido y deducir los criterios de
acción que se siguen de sus principios. Pero él, no sólo es
un creyente individual y no sólo tiene responsabilidad res-
pecto de la propia fe, sino que es el clarificador de las exi-
1
Aquí suponemos conocidos todos los datos del problema y un análisis
detallado de la encíclica. Nos vamos a limitar a un aspecto del tema: situación
3
?n Cf. Ibid., 163. actual y posible postura del teólogo. Para la prehistoria de los últimos plantea-
F. PERROUX, Populorum progressio. L'Encyclique de la Résurrec- mientos, cf. A. VALSECCHI, Regulación de los nacimientos. Diez años de
tion: L'Eglise dans le mande de ce temps... I I I , 201-212. reflexión teológica. Salamanca 1968.
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gencias e imperativos de la revelación en un determinado o grupos carismáticos está llamado a operar dentro de la
momento de la historia en orden a mantener y encender comunidad. Y en la medida de esta radicación personal e
las potencialidades internas del misterio cristiano y ali- inserción comunitaria podrá ser una trasparencia fiel y un
mentar las exigencias internas del hombre creyente. Clari- testimonio auténtico ante los demás hombres que, aun
ficador y expositor de la fe en su referencia a la fuente cuando no crean o esperen nada de la iglesia, no pueden
original: los libros sagrados que la contienen, y en su refe- obviar el encuentro con ella, en cuanto que quiere ser una
rencia al magisterio que la expone y propone autoritaria- voluntad de conocimiento, descubrimiento y servicio a lo
mente por encargo de Cristo y a nivel de los tiempos en humano. La real unidad de la existencia humana y la ne-
orden a que cada hombre se sienta interpelado y contem- cesaria veracidad de su testimonio exigen una permanente
poráneo de Cristo. Además, tiene el teólogo una tercera interacción entre estos tres planos o dimensiones que cons-
misión: ser testigo e intérprete cualificado de la fe de la tituyen al teólogo en la iglesia2.
iglesia más allá de las fronteras eclesiales. Es el hombre Como hombre que cree, es decir, como hombre que
cercano a los hombres del pensamiento, que ha operado se abre al misterio absoluto que le interpela en las ultimi-
en sí mismo esa fraternal simbiosis de reflexión y de fe al dades de su mismidad y le fuerza a ir más allá de sí mismo
nivel del tiempo histórico. Él ha de ir mostrando cómo para reconocerse y desbordarse acogiéndose en Cristo en
el saber humano que emana de la revelación no se super- quien Dios se le presencializa y da; como miembro de una
pone a los saberes que el hombre posee de su propio mis- comunidad en medio de la cual cumple la tarea de la inter-
terio, sino que los asume y los sitúa en una luz nueva, pretación y enseñanza, sacando a luz el misterio de Cristo
creando así una profundidad insospechada antes. El teó- para los hombres y desvelando el misterio de los hombres
logo piensa al hombre y sólo al hombre, pero al hombre ante Cristo; como testigo e intérprete ante los hombres to-
total, pregunta por el sentido más radical de sustentación dos, mostrando la fiel amistad entre pensamiento y fe,
humana y, en unión con todos los que perscrutan la rea- como totalidades que no escinden el corazón del hombre
lidad, vive en búsqueda permanente de aquellas formas sino que lo esclarecen en luz distinta no oscurecedora una
históricas de realización personal que mejor desvelen y
acrezcan las posibilidades y necesidades humanas. 3
Sobre la comprehensión que los teólogos tienen de su misión en la
iglesia, pueden verse, además de los clásicos: ORÍGENES, Peri archon, 1. 4
Creyente, intérprete de la palabra de Dios para la (PG 51, 115-416); SAN IRENEO, Adv. haer. 1. 5 (PG 7, 437-1242); SAN AGUS-
TÍN, Epístola 120 ad Consentium (PL 33, 449-462); De Trinitate, 1. 15
comunidad, testigo e intérprete de la fe de la comunidad (PL 42, 819-1098); SAN ANSELMO, Proslogium: BAC 82, 359-403; Epístola
ante los hombres, ésa es la triple tarea que el teólogo ha de Incarnatione Verbi: BAC 82, 686-735; SAN BUENAVENTURA, In Sent I,
1, 1-5; Breviloquium, 1. 7: BAC 6, 166-539; SANTO TOMÁS, I q 1; Expositio
de cumplir hoy en una absoluta autenticidad que implica super librum Boethii de Trinitate, Leiden 1955; M. J. SCHEEBEN, Handbuch
ante todo una unidad y coherencia interna de esos tres der katholischen Dogmatik I. Paderborn 1959; M. CANO, De locis theologicis.
Salamanca 1963; Y.-M. C'ONGAR, La foi et la théologie. Tournai 1962; A. KOL-
planos en sí mismo. No existen separados, aunque sean PING, Einführung in die katholische Théologie. Münster 1960; H. KÜNG, Théo-
logie und Kirche. Einsiedeln 1964; K. BARTH, Einführung in die cvangelische
distintos, y las exigencias o posibilidades de uno repercu- Théologie. Zurich 1962; E. NEUHÁUSLER - E. GÓSSMANN, ¿Qué es teología?
tirán inevitablemente sobre los otros. En la medida en que Salamanca 1969; E. SCHILLEBEECKX, Revelación y teología. Salamanca a i969.
Sobre la constitutiva dimensión eclesial de la teología y sus relaciones con el
viva su propia fe en profundidad, comprenderá la totali- magisterio: Cf. Pío X I I , Humani generis (D 2305-2330); PABLO VI, Discur-
so al congreso de teólogos: Ecclesia (1966); cardenal A. OTTAVIANI, Carta al
dad de la fe de sus hermanos, y en la medida en que se Episcopado mundial del 24 de julio de 1966; K. RAHNER, Kirchliches
abra a ésta dilatará las fronteras de su corazón, extendién- Lerhramt und Théologie nach dem Konzil: Schriften sur Théologie V I I I .
Einsedeln 1969, 111-132J I D . , Die neue Kirchlichkeit der Théologie. Statt
dolas a las dimensiones católicas, enriqueciéndose con eines Selbstportráts: Geist und Leben 3 (1968) 205-216; Y.-M. CONGAR,
Situation et taches presentes de la théologie. París 1967; VARIOS, Avenir
aquellas percepciones nuevas del misterio de Cristo y de de la théologie. París 1968; P. NEUNZEIT (Hrsg), Die Funktion der
cristificación de lo humano que cada uno de los cristianos Théologie in Kirche und Gesellschaft. München 1969.
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de otra, sino acrecentadora, porque realidades del mismo to de su vigilancia, en la que está dolorosamente situado
signo nunca se restan, sino se suman entre sí: consciente al filo de navaja, sin poder optar por una de las alterna-
de esta triple condición, que es una triple responsabilidad, tivas! En un momento dado quizá sufra esta escisión en
se acerca el teólogo también a la lectura de la Humanae el corazón propio, no acabando de ver él mismo cómo
vitae. En ella ha de reconocer una palabra de Dios para sí puedan conciiiarse unas exigencias con otras, una fidelidad
mismo, una exigencia de verdad nueva para la comunidad con otra: entonces, desde una voluntad original de auten-
y un esclarecimiento de lo humano: al menos así se en- ticidad y de totalidad, avanzará, creyente y pensante, hasta
tiende a sí mismo el texto pontificio, que como pocos ante- donde le sea posible, y cuando comiencen a escindirse es-
riormente afecta a las personas en las realidades inmedia- tas dos mitades de su ser por incluir exigencias al parecer
tas de la vida, en exigencias concretísimas y trascendentales irreconciliables, las mantendrá unidas y planteará interro-
como ninguna otra, ya que se refieren a la forma y condi- gantes desde la una a la otra, mostrando las luces que sur-
ciones de transmisión de la vida, aquel acto por el cual el girán al optar por una y no menos las sombras que sobre-
hombre se afirma a sí mismo en su capacidad de trascen- vendrían si hiciera la opción en sentido inverso.
dencia del tiempo, escapando a su garra mediante la per- Pero este planteamiento, ¿no es ya ilegítimo al ex-
vivencia en esos seres personales y propísimos de nuestro tender en forma tan amplia el campo de responsabilidades
mismo ser, que llamamos hijos3. del teólogo y al considerar normativas, en igual medida,
En concreto, ¿cuál es la tarea del teólogo ante la encí- tres órbitas de realidad? ¿No sería la única obligación del
clica4? Yo diría, sencillamente, que cumplir esa triple mi- teólogo leer y comentar sin más el texto pontificio, des-
sión que acabamos de describir, leyéndola como hombre cubriendo los principios que lo sustentan y las consecuen-
creyente, que sitúa las cosas en el horizonte de Dios y de cias que de él se deducen para la vida concreta? Una vez
Cristo, absolutos últimos frente a los que vive y muere; que Roma ha hablado con una voluntad tan clara de defi-
leyéndola desde la comunidad y frente a la comunidad en nitividad, ¿queda otra opción que la de la simple lectura
audiencia y referencia a ella; leyéndola finalmente como y exégesis del texto? Estas interrogaciones nos plantean
testigo de la inteligencia ante la fe, porque él no es sólo el problema difícil de las relaciones entre magisterio y teo-
el testigo de la fe de la iglesia ante los hombres que pien- logía, y su referencia mutua a la palabra de Dios. Báste-
san, sino el testigo y abogado de los hombres que piensan nos, de momento, decir que el magisterio no adecúa la pa-
ante la fe y ante la iglesia. En la misma frontera él marcha labra de Dios, sino que está a su servicio, la explica y ex-
hacia adelante abrazado a quienes creen e intentan pensar, plícita, la historifica, y con ello le concede su carácter de
y no menos a quienes piensan y no acaban de percibir interpelación, arrancándola a la tentación de convertirse
cómo puedan creer con igual fidelidad sin capitular de en simple doctrina o ideología.
ninguna exigencia de su pensamiento. ¡Difícil frontera, a La teología no está primariamente al servicio del ma-
la que el teólogo nunca puede renunciar porque es el pues- gisterio, sino de la palabra de Dios. Como reacción contra
lo que se ha llamado el «monolitismo piano», es decir,
3
Además de la encíclica deberá tenerse a la vista siempre el comen- la supervaloración del magisterio pontificio simultánea-
tario que el propio Pablo V I hizo de ella en su alocución de una semana mente frente a la revelación y a la teología, el Vaticano II
después de la promulgación. Texto de la primera en M. ZALBA, La reculación
de la natalidad. Texto bilingüe y fuentes del Magisterio. Madrid 1968; Alo- nos ha recordado que los teólogos no están primariamente
cución en A. VALSECCHI, 1. c , 319-324.
* Pablo V I la describe así: «... en especial la de aquellos que enseñan al servicio del magisterio, sino bajo su orientación y en
la teología moral, es exponer sin ambigüedades la doctrina de la Iglesia.
Sed los primeros en dar ejemplo de obsequio leal interna y externamente
colaboración con él, al servicio de la palabra de Dios para
al magisterio de la Iglesia, en el ejercicio de vuestro ministerio» (HV 28). los hombres y al servicio de las esperanzas de los hombres
300 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA EL TEÓLOGO ANTE LA «HUMANAE VITAE» 301

ante la palabra de Dios 5 . Uno y otra no son magnitudes trar en qué medida la traducción al tiempo presente ha
paralelas, sino referidas y con una cierta autonomía den- sido fiel a la exigencia original de la palabra revelada,
tro de la única iglesia. La autoridad jerárquica es la que, cómo han sido iluminados unos aspectos de la reali-
en última instancia, y con absoluta definitividad cuando dad, cómo otros han sido quizá preteridos o postergados,
actúa el carisma de la infalibilidad, determina el sentido o cómo, posiblemente, se hayan hecho deducciones que no
de la revelación y los imperativos que implica para los emanan necesariamente del dato original, y entonces ha-
hombres de una época. En este caso la teología no tendrá brá que preguntar si mantienen una normatividad o puede
otra función que la explicativa, y aun cuando pueda ejer- que haya otras razones que se la den, aun cuando no sea
cer una cierta crítica respecto de la oportunidad de la su conexión con los datos de la revelación7. Esta función
forma, condiciones y métodos en que se ha hecho esa crítica del teólogo quizá sea la más difícil, porque ha de
opción que tiene un carácter infalible, sin embargo no velar para que el magisterio guarde siempre las necesarias
puede rozar el núcleo de lo definido. distancias entre la palabra de Dios y su propia palabra,
para que no guarde silencio en situaciones en que sólo a
Frente a cualquier otra decisión magisterial la teología través de su sonoridad es oíble la palabra de Dios, para que
tiene que cumplir una triple tarea, que yo designaría como mesure la propia definitividad y relatividad, para que en te-
exegética, comentándola con absoluto rigor, fidelidad al mor y temblor se sepa no «vicarius omnipotens Christi» sino
contenido e intención, condicionamientos históricos y en- «humilis et pauper vicarius Christi omnipotentis» 8 . Dejar
clave, tanto individual y colectivo, del que ha surgido el de cumplir esta tarea de afrontamiento crítico, humilde y
texto; crítico-hermenéutica, mostrando la connivencia in- lealmente, en temblor pero en caridad, serena pero firme-
terna de esta palabra magisterial con la palabra de Dios, al mente, significaría no aportar la luz que Cristo ha querido
sugerir cómo esta opción local y temporalmente determi- para la totalidad de la iglesia esperándola de aquellos a quie-
nada no hace sino prolongar en identidad de contenido, nes ha dotado del carisma de la inteligencia e interpretación.
aunque quizá desborde la formulación verbal, lo que en- La tercera forma o misión del teólogo la llamaríamos:
contramos dicho en la Escritura en función de otros interrogativa-interpelativa. Dijimos que él se sabe próximo
hombres en otro tiempo. Si se trata de documentos que a todos los hombres que piensan y, por tanto, su prójimo.
no tienen el sello de la infalibilidad no está dicho de ante- De esta projimidad, que es fraternización, le nacen al teó-
mano que este resultado haya de ser siempre, necesaria- logo graves responsabilidades: recoger sus dubitaciones,
mente, positivo 6 . Magisterio no infalible quiere preci- sus preguntas, sus dudas, sus iras y sus destemplanzas
samente decir que no excluye la posibilidad de error, y que frente a las acciones de los cristianos y a las decisiones ma-
quizá en opciones determinadas lo ha incluido. Por ello, gisteriales de la iglesia. Acogerlas, digo, porque él sabe que
una parte de la función crítica del teólogo consiste en mos- si la iglesia tiene la garantía de que nunca ignorará plena-
6
mente su ser, porque siempre habrá en su seno quienes es-
La reacción contra esa absolutización de la función gnóstica, es decir,
cognoscitiva, discernente y actualizadora de la verdad revelada por la cuchen al Espíritu, esa ignorancia puede ser, sin embargo,
iglesia, absolutización hecha por el magisterio pontificio desde Pío IX a
Pío X I I , está yendo al extremo opuesto: teólogos y seglares han sustituido
parcial, y esa audiencia menos fiel, y ese seguimiento me-
el carácter autoritario del magisterio jerárquico por el carácter autoritario nos auténtico. Para que la iglesia no se oiga morosamente
y absoluto de sus propias opiniones. En el Vaticano I I la relación teología y
magisterio más Que un tema de conciencia refleja ha sido un hecho de vida,
quizá de los más valiosos y ejemplares del concilio.
6
Pensamos que ésta puede ser la interpretación del texto de la 7
K. RAHNER, De neue Kirchlichkeit..., 211-212.
Humani generis: «Verum quoque esse theologis semper redeundum esse ad 9
A esta luz puede leerse por ejemplo la bula Unam sanctam de Boni-
divinae revelationis fontes: eorum enim est iudicare qua ratione ea quae
a vivo magisterio docentur in sacris Iitteris et in divina traditione sive facio V I I I (18 noviembre 1302). Cf. CIC ed. Friedberg. Leipzig 1881 y Graz
explicite sive implicite inveniantur» (D 2314). 1955, I I , 1245-
302 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA EL TEÓLOGO ANTE LA «HUMANAE VITAE» 303

a sí misma, sino a Cristo y a los hombres, para eso, entre


otras cosas, ha suscitado el Espíritu el carisma del teólogo. II
Que la comunidad creyente posea el Espíritu no significa REACCIONES TEOLÓGICAS A LA ENCÍCLICA
que aprisione su acción. Es por tanto posible que empuje
más allá de sus fronteras; y ese soplo hay que recogerle A la luz de estas reflexiones entramos en el problema
y examinarlo a la luz del evangelio, acogerle, y una vez concreto de la Humanae vitae. Las posturas que se han
acogido, confrontarle, examinándonos a su luz, autocriti- ido tomando respecto de este documento nos ilustran so-
cando con esta palabra, que llega desde fuera, lo que ve- bre la posibilidad de absolutizar una de las tres funciones
níamos haciendo desde dentro. El teólogo atesora en su del teólogo con ignorancia o preterición de las otras dos.
seno todas las esperanzas humanas de los hombres, todas Respondiendo al talante personal o a los condicionamien-
las interrogaciones y todas las dubitaciones, y con esta pe- tos históricos, cada uno de ellos ha acentuado el simple
sada carga recogida en la diáspora del mundo, retorna al comentario, el análisis crítico por referencia a las fuentes
hogar de la iglesia. Peregrino él, aventurero y explorador de la revelación, o la confrontación con las esperanzas de
por los mares ignotos, vuelve a la patria de su fe y no la humanidad contemporánea. Alguien ha clasificado la
podrá dejar de contar lo que vio y sintió en los días de su amplia gama de reacciones teológicas reduciéndolas a cua-
peregrinación por alta mar 9 . Exponer esas necesidades, tro grupos: teólogos radicales, que ponen en tela de juicio
mostrarles a ellos que no buscarían si no hubieran encon- los puntos de sustentación —las raíces— de la encíclica;
trado ya, es decir, si no hubieran sido encontrados por teólogos defensivos, que acogen con regocijo la encíclica
Otro mayor, y no menos mostrar a la iglesia que aquellos y centran su tarea en mostrar su legitimidad frente a las
a quienes Dios convoca de alguna forma hacia sí por el opciones contrarias; teólogos pastorales, para quienes es
amor de la luz y por la pasión de la verdad — que en defi- más decisivo el problema de la comprensión y aceptación
nitiva es lo mismo y sólo hay una— de alguna manera por parte de los creyentes que las cuestiones teóricas que
forman ya parte de su familia y ella ha de conocerlos como el documento arrastra; teólogos críticos, que junto a una
hijos y hermanos. adhesión fundamental, cuestionan zonas más o menos
Servidor con su reflexión del Cristo Logos, y con su amplias del texto 10 . En realidad estos últimos no consti-
palabra del Cristo que habló, testigo de los hombres que tuyen un grupo aparte ya que en el fondo se identifican
interpelan a la iglesia, testigo de la iglesia que interpela a con los primeros e incluso a veces son mucho más radica-
los hombres, ése es, ése ha de ser el teólogo. ¿Quién po- les que aquéllos —quien haya leído a K. Rahner podrá
dría decir que está tan arraigado en el misterio de Dios, en apreciar la verdad de esta afirmación —, con una diferen-
Cristo, del que nace y renace día a día su existencia cre- cia ligera: que muestran con más claridad la difícil situa-
yente, tan inserto en la comunidad total de los que creen, ción de quien cuestiona un documento del supremo ma-
purificando sus limitaciones en la catolicidad de sus herma- gisterio, siguiendo con una voluntad explícita de fidelidad
nos; decir que ha acogido tan humildemente las inter- a la iglesia y al evangelio.
pelaciones de los hombres y sus esperanzas y sus desilu- Nosotros preferiríamos otra división, ya que más que
siones; que relee el evangelio con ojos purificados, con co- por la negativa o afirmativa que se ha dado a la encíclica,
razón humilde y con alma dilatada... quién podría decir que se diferencian los teólogos por la forma teórica en que
está a la altura de su misión como teólogo en la iglesia?
10
• Léase en M. BLONDEL, Carnets intimes 2. París 1965, la penetrante Cf. La «Humanae vitae» tres meses después: Vida nueva 651 (1968),
parábola de la nave. número especial.
304 El. VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA EL TEÓLOGO ANTE LA «HUMANAE VITAE» 305

conciben su tarea teológica y consecuentes con ella han individual y general, a nivel teológico y a nivel de Comi-
reaccionado. Es toda una visión global de la existencia, sión pontificia, sin que haya aportado datos nuevos ni
una forma determinada de percibir las relaciones entre el razones que fundamenten su opción? Porque no se trata
orden de la naturaleza y la gracia; una percepción distinta de un problema de generosidad moral, sino de verdad
de la coexistencia en la iglesia de la fidelidad a la propia real. Y parece una respuesta heterogénea exigir valor de
conciencia y de Ja obediencia a una autoridad jerárquica; vida cuando lo que se pide es claridad de inteligencia. En
incluso es el talante ético de cada uno el que ha determi- el cristianismo la moral nace del mensaje, los imperativos
nado su opción positiva, negativa o crítica ante la encí- éticos de indicativos de existencia nueva. Todo ello exis-
clica. Por razón de este último criterio, nos parece se tirá, pero será necesario mostrar la conexión que existe
pueden descubrir cuatro reacciones distintas en el hori- entre moral y vida, entre principios éticos y exigencias de
zonte del tiempo ya transcurrido desde su publicación. evangelio. Porque el cristianismo no es primariamente un
conjunto de normas, que ordenan el comportamiento in-
1. Postura dogmático-autoritaria. Este grupo de teó- dividual y colectivo del hombre, a la luz de unos princi-
logos se sitúa en un plano puramente formal partiendo de pios o valores emanados de un análisis de lo humano, es
una concepción eclesiológica, según ellos, indiscutible. Su decir, no es una moral, aunque la implique. Cada norma
preocupación, que parece llegar a obsesión, se centra en ética en el cristianismo ha de ofrecer una trasparencia
la afirmación de la autoridad pontificia, de la legitimidad tal que nos permita verla como una prolongación o expli-
fundamental de pronunciarse sobre el problema, de la ho- citación concreta de las exigencias generales incluidas en
mogeneidad del magisterio y del carácter obligatorio de el hecho o palabra de Cristo, muerto por nuestros pecados
las anteriores decisiones pontificias, con las cuales no po- y resucitado para nuestra justificación11.
día ponerse en contradicción el pontífice actual. Para ellos Esta postura percibe con perspicacia que el plantea-
parece tratarse primariamente de un problema de genero- miento del problema es ya distinto desde que el papa ha
sidad por parte de los cristianos y de inevitabilidad por hablado, que no se puede ignorar este hecho ni siquiera
parte del papa. Enfrente sólo ven un relativismo moral, desde una perspectiva meramente humana, porque de
un pansexualismo, una capitulación ante los imperativos alguna forma, a través de él, habla una conciencia histó-
eternos de la moral evangélica, y la única postura legítima rica y una percepción determinada del valor absoluto del
en el cristiano sería el valor, el heroísmo. Ante el texto hombre, y sobre todo, que para un católico la palabra
pontificio, no hacen otra cosa que parafrasearle y defen- del papa es punto iningnorable de referencia. Nos parece,
derle apoyando sus afirmaciones con citas del magisterio
anterior. Incluso no ha faltado quien ha querido ver una 31
Fue santo Tomás quien vio clarividentemente la necesaria interacción
especie de definición con carácter de infalibilidad. Como entre el método positivo y el método especulativo, es decir, afirmaciones y
pruebas. No basta afirmar que algo es, sino es necesario mostrar de algún
orientación práctica uno oye por toda respuesta: la cues- modo su inteligibilidad interna. «Quaedam vero enim disputatio ordinatur ad
removendam dubitationem an ita sit; et in tali disputatione theologica máxime
tión está zanjada desde que Roma ha hablado, prestando utendum est auctoritatibus, quas recipiunt illi cum quibus disputatur... Qua-
un inmenso servicio a la humanidad, defendiendo la mora- dam vero disputatio est magistralis in scholis, non ad removendum errorem,
sed ad instruendum auditores ut inducantur ad intellectum veritatis quam
lidad en el mundo actual. intendit; et tune oportet rationibus inniti investigantibus veritatis radicem,
et facientibus scire quomodo sit verum quod dicitur: alioquin si nudis
Agradecimiento y seguimiento son los imperativos con- auctoritatibus magister quaestionem determinet, certificabitur quidem auditor
quod ita est; sed nihil scientiae vel intellectus adquiret, sed vacuus abscedet».
secuentes a esta postura. Pero, ¿y los problemas que per- Quodlibetales 4, 18. Máximo IV decía en el concilio, el 27 de octubre de
1964: «Hoy no podemos imponer leyes a este mundo que tiene una sed enorme
duran, ya que la encíclica ha venido a zanjar una cuestión de libertad y que es consciente de su responsabilidad sin dar a conocer el valor
viva y radicalmente planteada entre los católicos, a nivel positivo y la sabiduría de esas leyes».
306 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA EL TEÓLOGO ANTE LA «HUMANAE VITAE» 307

sin embargo, ilegítimo el silencio que se quiere imponer, y una obediencia, la presente se preocupa ante todo de
ya que al no ser documento infalible es plenamente legí- las zonas de la vida práctica, que se ven afectadas por la
timo un planteamiento ulterior cuando no han quedado encíclica, y de las exigencias a que obliga. La designaría-
clarificadas las razones12. Con razón se podrá contestar con mos como juridico-práctica. En primer plano de la preocu-
san Agustín que haríamos silencio de palabras, pero, ¿có- pación está el carácter de la ley que la encíclica comporta,
mo podríamos encadenar el pensamiento? 13 Una afirma- su obligatoriedad, su aplicación y sus posibles excepciones.
ción excesiva de la autoridad pontificia, sin mostrar, no Al margen de una postura personal frente al problema de
sólo con razones formales, sino con razones reales su le- la verdad de la opción pontificia, preocupa una solución
gitimidad, es a la larga contraproducente, pues queda va- legal. Puesto que la respuesta del papa al problema de la
ciada de sentido y se la termina por ver como pura arbi- limitación de la natalidad no ha sido decididamente nega-
trariedad. El hombre es el ser que busca, sigue y obedece tiva, sino primariamente positiva, en cuanto que afirma la
al sentido de la realidad, no a la voluntad de los demás, a posibilidad radical de que el hombre, en determinadas si-
no ser cuando ésta sea una expresión de aquél. El creyen- tuaciones y por causas legítimas, limite responsablemente
te es el hombre que razonablemente hace el obsequio de el número de hijos, y sólo ha prohibido aquellos medios
su inteligencia. No tendrá nunca razones para demostrar de hacerlo que parecen oponerse al ritmo biológico de
el contenido de las realidades a las que se adhiere, pero la naturaleza, al que debería someterse el hombre y al
siempre ha de tener razones para mostrar que su adhesión que, sin embargo, podría ayudar a fortalecer mediante
es posible y legítima. No razones de la fe, pero sí razones tratamientos del orden químico-biológico. Esto supuesto,
para creer. De lo contrario, ¿cómo podría ser la concien- la preocupación central de este grupo de teólogos consiste
cia el criterio último de actuación? ¿No significaría una en explorar todos los casos posibles en que una utilización
verdadera alienación el seguimiento de una norma de con- de tales medios es legítima. El lector perspicaz en el fondo
ducta cuya verdad interna ni directa ni indirectamente se percibe que tales autores creen en la legitimidad de que el
percibe? hombre regule la fecundidad al margen del ritmo natural,
pero quieren cumplir con la ley sin entrar en colisión con
2. Si la postura anterior hacía recaer todo su interés ella, y entonces la enumeración de casos concretos en que
sobre los presupuestos teológicos obligatorios para el cris- la contraconcepción es legítima llega hasta tal punto
tiano, que ante la Humanae vitae le forzarían a un silencio que en realidad rara será la situación en que uno de estos
13
teólogos no encuentre una salida para la utilización de an-
No nos parece que se pueda aducir legítimamente en contra aquel ticonceptivos. Quien haya leído en la prensa española la
texto de la Humani generis sobre la definitividad de la palabra del papa
cuando quiere zanjar con una encíclica una cuestión (D 2313). Es significa- respuesta que un clásico y veterano moralista español daba
tivo que la Lumen gentium, al volver sobre el tema, no haga absolutamente
ninguna alusión a esta encíclica (n. 25). No menos significativa es la a este problema de cuándo se puede utilizar la pildora, aun
distinta interpretación que hacen los autores de la obligación de guardar
silencio cuando se discrepa de una decisión del magisterio. «Si se dice alguna
después de la Humanae vitae, se percatará en seguida de
vez que en caso de disentimiento por razones subjetivamente ciertas, queda la verdad de nuestras afirmaciones.
lugar al diálogo en el interior de la Iglesia, esto habrá de entenderse del diá-
logo practicado particular y privadamente, sin publicidad. No del diálogo Pero, ¿cómo evitar ese malestar interno que nos pro-
sacado a la plaza o mantenido en ella con desacato implícito de una autoridad
que todos tienen que reconocer en principio con sumisión, sin poderla des- ducen tales autores? Confieso que, personalmente, irritan
prestigiar nunca en lo doctrinal, ante los demás, por ninguna declaración mi sensibilidad moral, ya que percibo que lo que preocupa
hecha en materia de su competencia, sino cuando ya está públicamente reco-
nocido que en alguna cuestión particular se ha equivocado; y aun entonces, es la ley y no el Señor, de quien nos llega como intimación
tan sólo por lo que se refiere a ella exclusivamente». M. ZALBA, 1. c , 143-144.
Cf. K. RAHNEE, Reflexiones en torno a la «Humanae vitae». Madrid 1968, de su amor, el precepto y no la persona. Me parecen los
51-52-
13
más legítimos y consecuentes herederos de quienes afirman
De Trinitate 15, 28, 51.
308 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA
EL TEÓLOGO ANTE LA «HUMANAE VITAE» 309
teóricamente la ley mosaica en la inacabable lista de pre-
ceptos, pero que siempre saben una fórmula de encontrar 4. La última es la crítico-agónica. Queremos decir
salida para estar legítimamente al margen de ella. Si algo con estas dos palabras que estos teólogos consideran falsos
ha traído el cristianismo al hombre, ha sido la redención algunos de los presupuestos bases de la encíclica, lo cual
de la ley en este sentido: no hay otro Señor que Cristo y les pone en difícil situación, ya que como católicos esto les
esa ley, así concebida, es una esclavitud indigna del hom- hace sentirse internamente enfrentados a quien es la su-
bre, señor del sábado. Tal postura es precristiana y, por prema autoridad dentro de la iglesia católica, y que ha
acontecer después de Cristo, anticristiana14. querido actuarla en un documento, en que no sólo se toca
el problema marginalmente, sino directa y centralmente,
3. Moralista-pragmática podríamos denominar la ter- con voluntad de zanjar una cuestión que hasta entonces
cera. En realidad no acepta la ley, y no cree que sea po- había estado abierta, como respuesta a una larga espera,
sible vivir ateniéndose rigurosamente a ella, pero tam- después de haber creado una comisión que durante varios
poco tiene el valor de un cuestionamiento público de su años estudió el tema, y habiendo tenido prácticamente
validez. Y se instaura la doble moral, es decir, la simultá- en cuenta todos los datos, que estos teólogos pueden opo-
nea aceptación de unos principios teóricos a los que no ner a la decisión pontificia, ya que en la misma medida que
acompaña una voluntad real de configurar la vida de acuer- afirmamos que la encíclica opta por una solución sin razo-
do a ellos. Se deja pasar el tiempo, se espera en silencio nes nuevas a las que siempre habían sugerido pensar en
el cambio: y entretanto se previene ya al futuro. Hay un esa línea, afirmamos que los teólogos que se oponen a ella
sector, dentro de esta opinión, que considera válida la ley no tienen más argumentos que los que habían tenido hasta
pero inevitable su transgresión, y entonces se reduce a la publicación. Postura «agónica», en el sentido de que
afirmar la levedad del pecado, y sitúa a los creyentes en luchan por superar esa especie de contradicción en que de
una híbrida situación, en pugna con una elemental digni- alguna manera están situados, ya que en los presupuestos
dad ética15. de su fe entra como dato integrante la autoridad magiste-
14
rial del papa, aun cuando el conflicto es fundamentalmente
Esta es la eterna y más radical tentación del cristiano: «retornar
al yugo de la ley», «recaer en la esclavitud», «alienar la libertad», «no sen- posible sin que sea necesario el plantearse la necesidad de
tirse redimido». Que estas posturas implican una contradicción con la radical salir de la iglesia, pues se trata de un documento no infa-
inmutación que ha operado Cristo, es decir, con la redención por la fe, es el
mensaje siempre urgente de la carta a los Gálatas y que actualizó, llevándolo lible, lo cual incluye la posibilidad radical de error, y legi-
al extremo, la reforma protestante, hasta el punto de que el padre Lagrange
podía hablar de un legítimo pero desmesurado «galatismo» en Lutero. tima en el mismo instante la oposición, si es que las razo-
15
Invitamos a que haga alguien un estudio de la gravedad del pecado nes que el creyente tiene se le revelan, después de un ma-
de la contracepción en los textos del magisterio y de la moral católica.
Mientras que Pío X I , con una acentuada y decidida severidad — t a l que duro examen, normativas en conciencia y exigitivas de una
eminentes teólogos, como el padre Veermesch, llegaron a pensar se trataba
de una decisión infalible—, afirmó ser pecado gravísimo: «Quemlibet matri- postura contraria16.
monii usum, in quo exercendo actus de industria hominum naturali sua
vitae procreandae vi destituatur Dei et naturae legem infringere et eos qui
tale commiserint, gravis noxae labe commaculari» (D 2240); junto a esto 19
En el fondo se trata de una concepción histórica frente a otra fixista
constatamos que varios episcopados, apoyándose en el principio conciliar del orden natural, relación más dinámica o creadora del hombre frente a una
de la colisión de deberes simultáneos (Gaudium et spes 51), declaran que no naturaleza dinámica, concepción del matrimonio primariamente referido a un
siempre es pecado: «La contracepción no puede ser jamás un bien; es orden humano personal y después a un orden natural biológico: los tres
siempre un desorden, pero tal desorden no es siempre culpable» (Episcopado aspectos cuestionados serían no resultantes necesarios del evangelio, sino
francés, 16, en K. RAHNER, Reflexiones..., 138; Episcopado canadiense: innecesarias adherencias históricas. La mejor síntesis podría ser el párrafo
«En conformidad con los principios aceptados por la teología moral, en la siguiente, tomado del documento que 182 seglares católicos enviaron a los
medida en que estas personas han intentado sinceramente, pero sin con- padres conciliares: «Estos datos demuestran que ciertas concepciones, sobre
seguirlo, seguir una línea de conducta conforme a las directrices dadas, todo cierta concepción del derecho natural y del derecho del hombre sobre su
pueden tener la certidumbre de que no están separadas del amor de Dios, cuerpo, como también del sentido atribuido al acto conyugal, se han hecho
desde el momento que eligen honradamente el camino que estiman mejor» por lo menos discutibles. Por otra parte, nos gustaría pedirle a la iglesia
Id., 103). docente que concediese menos peso a ciertas formulaciones que han sido
ampliamente superadas en su contexto histórico. Le pedimos además que se
EL TEÓLOGO ANTE LA «HUMANAE VITAE» 311
310 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA

Para estos teólogos es preferible y necesario el reto a el texto y sobre los presupuestos que implica. Precisamos,
la autoridad, hecho en humildad y autocrítica, pero en ante todo, los principios formales de nuestra solución:
absoluta claridad; preferible a la opción ambigua de una a) El creyente ha de comenzar por una aceptación
aceptación teórica que no es tan verdadera como para po- fiel y sincera de la encíclica. Digo fiel, en sentido plena-
der informar la acción; preferible al juridicismo de una mente teológico: actuando su fe, consciente de que la ver-
huida a salidas casuísticas. Este grupo siente, ante todo, dad de Dios no siempre sigue el camino de nuestras evi-
el tercer aspecto de su misión teológica: el testimonio ante dencias fáciles, de que siempre hemos de convertirnos de
los hombres que piensan, la autenticidad a la hora de legi- nuestras costumbres y hábitos mentales para operar el en-
timar las posturas de la iglesia ante el mundo 17 . Con ese cuentro con la verdad que salta, inesperada, en nuestras
aguijón en propia carne adivinan un cúmulo de insince- vidas; sincera, en cuanto debe abrir su alma a las razones
ridades y de falta de radicalidad en determinadas posturas que el papa ofrece, a los aspectos positivos y negativos de
eclesiales. No detectarlas, arroparlas con su silencio o con su planteamiento y en cuanto ha de informar no sólo como
su palabra ambigua, les parece una traición a su misión luz la inteligencia, sino como motivación la voluntad.
de testigos de la verdad de Cristo ante los hombres. Al no Aun cuando no ofrezca razones nuevas para su opción, el
poder responsabilizar la encíclica, la critican; unidos a la hecho mismo de que el papa solucione el problema en
totalidad del mensaje cristiano muestran cómo esa opción una línea, sitúa a éste en una luz distinta y le carga con
no emana necesariamente de él, sino que más bien, al ser un peso específico nuevo. Quien de antemano niega que el
resultante de otros presupuestos ideológicos y al hacerle papa pueda afrontar problemas que afectan a la intimidad
a él responsable, puede convertirse respecto de él en una personal, individual o matrimonial, está simultáneamente
excrecencia ensombrecedora. afirmando que la fe no llega hasta los estratos más recón-
ditos de la existencia y que no informa todas las acciones.
Porque la fe es un principio total informante, porque esa
fe no es la resultante de una clarificación humana ema-
III nada desde abajo, sino luz y fuerza que el hombre acoge
POSTURA PERSONAL como don que Dios ha ofrecido a los hombres de acuerdo
con su historicidad constitutiva valiéndose de todas las
1. Presupuestos formales mediaciones históricas (sacramentos, jerarquía...), por eso
el cristiano acepta con sencillez y agradecimiento la pala-
Quisiéramos esbozar ahora nuestra postura personal, a bra del papa, que no hace sino intentar proyectar la luz
la que hemos llegado en una dura y larga reflexión sobre del evangelio hacia unos problemas nuevos, que afectan a
la persona y a la comunidad, no sólo eclesial, sino humana
pueda abrir un camino que le permita a la teología y al pensamiento vivo
de la iglesia realizar la integración de las adquisiciones científicas contem- general. Este sí fiel, sincero y consecuente, que el creyente
poráneas. Estamos convencidos de que es preciso dejar lugar a una concep- hace en el inicio de su reflexión, va a informar toda la
ción del orden natural que no excluya una responsabilidad eficaz del hombre
frente a la procreación. También creemos indispensable que no se excluya búsqueda ulterior, aun cuando quizá llegue a resultados
una concepción en que la moralidad objetiva del acto sexual, vivido en el
amor conyugal, no dependa ya de cierto carácter de fecundidad directa de críticos.
cada acto en particular, sino de la generosidad fecunda de toda la vida
conyugal». Addres to the second Vatican Council on the subject of the
problems of the family, originating with an intemational group of lay b) Esta aceptación total de voluntad e inteligencia18,
catholics. Pro manuscrito. Roma 1964, 15.
17
que más que de actos está constituida por una voluntad
Este es el aspecto que nos parece motivar la toma de postura de
H. Küng, que ahora publica como apéndice a un libro dedicado precisamente 18
El concilio Vaticano I I habla del «obsequio religioso de la voluntad
al tema de la sinceridad en la iglesia, como presupuesto imprescindible para y del entendimiento» (LG 25).
su futuro: H. KÜNG, Sinceridad y veracidad. Barcelona 1970.
312 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA EL TEÓLOGO ANTE LA «HUMANAE VITAE» 313

de consecuencia con los principios constitutivos de la fe, una solución que sea toda luz. Absoluta lealtad en la crí-
se concreta e historifica en el estudio del texto, en el peso tica, que se traduce en la manifestación de las dudas, de
y medida de las razones. Voluntad e inteligencia avanza- las oscuridades que lleva aneja la línea de interpretación
rán simultáneas, ya que la claridad final no sólo será re- que uno ha elegido, aun cuando esté convencido de que
sultante de una inteligencia lúcida, sino de una voluntad prevalece la luz.
purificada, de una luz que sólo en el amor torna posible e) Si el teólogo, después de una reflexión madura
la visión. sobre los datos e implicaciones que la encíclica contiene,
Las claridades y dificultades del texto pontificio, se le cree estar en desacuerdo y consecuentemente cree sentirse
revelarán al teólogo al compararlo con las fuentes de la necesitado a disentir respecto de la solución de Pablo VI,
revelación w, al insertarlo en la totalidad de principios que tiene el derecho y el deber de hacerlo, sin que su postura
constituyen la cosmovisión católica. deba quedar reducida a un obsequioso silencio, que no ten-
c) La aceptación sincera de que hablamos al princi- ga manifestaciones exteriores. Cuando un problema alcan-
pio le lleva a preguntar por la verdad de las razones, ya za las dimensiones universales que ha alcanzado el pre-
que él quiere hacer a Dios el obsequio de su ser total. sente, cuando es la conciencia de tantos hombres la que
También para el cristiano es verdad lo que sugería aquel está en juego y de su postura posiblemente dependan no
pagano que en oración decía: «Señor, ninguna eucaristía pocas decisiones, el teólogo quizá se sienta obligado a ma-
mejor podemos ofrecerte que la de perscrutar y conocer nifestar públicamente sus razones en contra, con objetivi-
tus obras»20. El creyente difiere del no creyente en que dad y sin pasión, pero con humildad y claridad absolutas;
para él la realidad es un logos, una palabra que está espe- porque él es iglesia y como un fiel más tiene la obligación
rando ser despertada para desvelar su mensaje de Dios al de aportar su sensus veritatis y su instinto de fe; y por-
hombre. Anhelo de conocer, esperanza de comulgar a la que de alguna forma tiene ante aquellos que no forman
realidad no en prometeica pretensión de usurpar a Dios su parte de la iglesia, el deber de mostrar la variedad de opcio-
real señorío, sino la sincera confesión de que las obras de nes que ante el hecho son posibles, para no crear una falsa
sus manos tienen un sentido, son una vocación para nos- imagen de la realidad cristiana y eclesial. El derecho a la
otros y salimos a su encuentro recogiéndolas, interpretán- oposición es un dato constitutivo de la fe dentro de deter-
dolas, amándolas. minados límites; se ha ejercido siempre a lo largo de la
historia de la iglesia y constituye el nervio dialéctico, a
d) Esta postura de aceptación, estudio y crítica res-
través del cual ha permanecido activa buena parte de la
pecto de las razones de la encíclica, la realiza el creyente
vitalidad cristiana y han sido posibles numerosas reformas,
respecto de sus propios presupuestos, consciente de las
de las cuales no es el último ejemplo el reciente concilio
zonas de oscuridad que acompañan a la propia opción, de-
Vaticano II 2 1 .
cidido a situarse allí donde la luz es mayor, lo cual no
significa que se disipen todas las sombras. No hay nunca
21
Todo esto no es otra cosa que la clásica doctrina católica sobre la
conciencia como norma última para el creyente: SANTO TOMÁS 1-2 q ig a 2;
19
Este es uno de los aspectos más nuevos y más ambivalentes de la Vaticano I I , Declaración sobre la libertad religiosa: «El hombre percibe
Humanae vitae, pues mientras la Casti connubii basaba su condenación en la y reconoce por medio de su conciencia los dictámenes de la ley divina, con-
Escritura y en la tradición patrística, la Humanae vitae renuncia a todo ciencia que tiene obligación de seguir fielmente en toda su actividad para
apoyo bíblico e invoca sólo razones de ley natural (nn. 11-13). En el fondo llegar a Dios, que es su fin. Por tanto, no se le puede forzar a obrar contra
es una aceptación de la carencia de pruebas bíblicas (en concreto, de la su conciencia. Ni tampoco se le puede impedir que obre según ella» (n. 3).
invalidez de Gen 38, 8-10) y patrísticas. El 29 de julio, monseñor Lambrus- Este principio lo van a resumir casi todas las conferencias episcopales en sus
chini, en su presentación de la encíclica, reconocía este hecho significativo. declaraciones. «Si alguien competente en la materia y capaz de formarse un
20
HERMES TRISMEGISTO. Cf. edición castellana. Buenos Aires-Madrid juicio personal bien fundado — lo que supone necesariamente una informa-
1968. ción suficiente— después de un serio examen hecho ante Dios, llega en
314 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA EL TEÓLOGO ANTE LA «HUMANAE VITAE» 315

2. Análisis de contenidos concretos determinada. Toda la encíclica parece estar condicionada


por la angustia de los efectos que implicaría el que la su-
Si pasamos ahora al análisis de los datos materiales de prema autoridad de la iglesia católica diera una respuesta
la encíclica, comenzaremos por confesar que percibimos afirmativa al problema de la limitación de la natalidad.
con el papa la trascendencia fundamental del problema. En el fondo, tenemos la impresión de que el n. 17 del
Es algo que afecta a las raíces mismas de la existencia texto, aunque parezca venir al final, en definitiva es la pa-
humana. Al operar con los mismos fundamentos constitu- lanca que remueve en una dirección todo lo anterior. La
tivos de lo humano, ¿quién nos dice que no estamos de- angustia de un pansexualismo, el temor a un descenso
jando al aire las raíces de la humanidad, cuando quizá general de la moralidad, el miedo a que regímenes deter-
pensábamos estarlas enterrando más profundamente? Va- minados hicieran de una solución moral un programa polí-
loramos con agradecimiento esa pasión de fidelidad abso- tico, ignorando las libertades individuales: éstas son las
luta al evangelio y de fiel servicio a la humanidad, de la razones que nos parecen prevalecer inconscientemente a la
que se sabe expresión y esperanza a un tiempo. Nos im- hora de la solución. Y sin embargo, a pesar de la gravedad
presiona su voluntad de integrar en la solución los ele- que estos datos llevan consigo, no superan el nivel de un
mentos personales y objetivos del problema y su realista pensamiento pragmático, es decir, el que se mueve y ra-
solidarización con todos los hombres que sufren ante las zona desde fenómenos y eficacia y no desde realidades y
dificultades. Admiramos su deseo de revalorizar y no con- verdad. En el fondo nos parece un concordismo, enten-
tribuir, ni siquiera indirectamente, a la desvalorización del diendo por esta expresión aquel sistema de pensamiento
matrimonio; superar la banalización del amor y devolverle que domeña conceptos y traslada ilegítimamente afirmacio-
su densidad personal y su trascendencia religiosa; recordar nes de un orden con la intención de salvar aspiraciones y
que el instinto elemental no puede ser la última palabra en metas plenamente legítimas en otro orden.
los problemas humanos, sino una razón lúcida y fiel, ya
¿Sería excesivo afirmar que para conseguir un fin legí-
que sólo lo que es asumido y trascendido por la persona
timo se han utilizado unos medios ilegítimos, es decir,
deviene realmente humano.
para salvaguardar una necesaria moralidad se ha preterido
Esta percepción de elementos positivos no nos libera, una verdad real? En el fondo se trasparenta un miedo a
sin embargo, de manifestar la dificultad que tenemos en la libertad del hombre. Dios ha dejado a éste el destino
aceptar otros aspectos de la solución. El planteamiento en sus propias manos y no será por una falta de libertad,
nos parece que está minado en la misma base. Si es ver- sino por un acrecentamiento de la libertad, por lo que él
dad que a la hora de solucionar un problema hay que tener le forje 22. Es el reto que las obras de las manos humanas
en cuenta las consecuencias que una u otra solución va a te- con la ambigüedad que presentan hacen al hombre: posibi-
ner, sin embargo los criterios determinantes de la verdad lidad de vivificar al hombre o posibilidad de darle muer-
son los elementos intrínsecos a la realidad en juego y no las te 23 . En definitiva, la libertad sólo es posible cuando exis-
posibles repercusiones que se seguirían de una opción te una diversidad de posibilidades y no cuando sólo existe
un camino viable. Que Dios haya dado a participar su pro-
ciertos puntos a conclusiones diversas en tal sector, tiene el derecho de seguir
su convicción, con tal de que... esté siempre dispuesto a continuar leal- pia libertad infinita a seres finitos, que este reto de la fini-
mente sus investigaciones» (CE belga 4). «Quien piensa que puede disentir
en su teoría y praxis privada de una enseñanza doctrinal no infalible del 22
magisterio eclesiástico — y un caso de esta especie es también admisible por Ecl 15, 1 4 ; G S 17.
23
principio — debe preguntarse con plena conciencia, con ánimo desapasionado La gravedad de nuestro problema radica en verdad no en sí mismo,
y sentido de autocrítica, si puede asumir esta responsabilidad ante Dios» sino en que es una refracción de otro mucho más profundo y general:
(CE alemana 3). la manipulación de lo humano por el hombre. Cf. P. OVERHAGE, Experimerit
Menschheit. Die Steuerung der menschlichen Evolution. Frankfurt 1967.
EL TEÓLOGO ANTE LA «HUMANAE VITAE» 317
316 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA
son, por cuyas manos surgen, recibiendo nombre y lugar.
tud haya llegado hasta la posibilidad del pecado e incluso Con esta referencia estamos reasumiendo la concepción
de la negación del mismo Dios, es una advertencia indirec- específicamente teológica del hombre en sus relaciones con
ta para penetrar en el misterio del hombre, que se cons- el universo, frente al cual tiene que cumplir una tarea de
tituye en norma de comportamiento mutuo: no por ca- ordenador y Analizador. Por delante del hombre van pa-
rencia, sino por elección y discernimiento entre las dis- sando todos los animales y él les da nombre. Frente a su
tintas posibilidades llega el hombre a su autenticidad. To- Señor Yahvé él es y ejerce señorío respecto de la creación
das las conquistas del hombre son armas de dos filos: total 25 .
también el control de la natalidad. El posible mal uso no El hombre se humaniza a sí mismo elaborando la na-
ilegitima de antemano un uso bueno. La humanización turaleza, que de esta forma adquiere una ordenación a
no se opera obviando el reto de la libertad y de la res- Dios mediante su servicio al hombre. A la naturaleza del
ponsabilidad en el respectivo nivel histórico y entregán- hombre pertenece la libertad, y a la fidelidad a lo natural
dose a la acción de la naturaleza. En la encíclica hay una la inserción creativa26. Es verdad que no posee una sobe-
frase que ha sorprendido a más de un comentarista: «No ranía absoluta en el sentido de que pudiera actuar con
se debe dejar a la arbitrariedad del hombre...» 24 , y la absoluta arbitrariedad sobre la naturaleza. Ésta tiene sus
única alternativa que parece ofrecer frente a ella es la nece- imperativos frente al hombre, pero todos se centran en
sidad (¿arbitrariedad?) de la naturaleza. uno: ser utilizada para una auténtica humanización. La na-
Con esto hemos llegado al verdadero núcleo del pro- turaleza no se enfrenta al hombre con voluntad de escla-
blema: el concepto de naturaleza humana, la antropología vizarle, sino ofreciéndosele como materia de su propia
que está substante a la solución según la cual el hombre humanización. Aquí vuelve a surgir el problema nueva-
no se puede insertar en el proceso generativo disociando mente: ¿qué actos y formas de comportamiento o reali-
intencionada y eficazmente, siempre que lo desee, dos as- zación humana son auténticamente humanizadores? Es
pectos que de hecho no siempre, pero algunas veces, van aquí donde el creyente tendrá que poner en juego todos
unidos: la dimensión unitiva entre los esposos y la dimen- sus saberes de razón y revelación para saber qué acciones
sión procreadora (n. 12). Pensamos que aquí se ha trasla-
dado al hombre un concepto de «naturaleza natural», res- 25
to de una antigua concepción filosófica que sitúa al hom- Cf. M. REGNIER, L'homme, nature ou histoire: Études 329 (1969)
446-450.
bre como un ser más en la escala de los seres, más inte- 28
Precisamente porque es imagen de Dios, el hombre se enfrenta con
resada en subrayar la continuidad entre el hombre y los la ley natural, no simplemente como ley del cosmos, como realidad conclusa
al margen de su intervención cognoscitiva y decisional. Libertad e inteligen-
demás existentes, que la radical discontinuidad. El giro cia humana se insertan en el orden de lo real no sólo para descubrirlo sino
para elaborarlo y hacerlo aflorar a la existencia. Esta fuerza determinante
copernicano de la metafísica moderna consiste precisa- de la libertad humana es lo que distingue a la naturaleza del hombre de la
mente en haber desplazado al hombre del horizonte de los naturaleza del animal y del resto de los seres. La antropologia no es un
trozo de cosmología. «Cum omnia quae divinae legi subduntur a lege
seres, en cuanto que él no es uno de tantos, sino el que aeterna regülentur et mensurentur, manifestum est quod omnia participant
aliqualiter legem aeternam in quantum scilicet ex impressione eius habent
de alguna forma los hace ser, aquel en cuya luz los demás inclinationes in proprios actus et fines. ínter caetera autem rationalis creatura
excellentiori quodam modo divinae providentiae subjacet in quantum et ipsa
fit providentiae particeps sibi ipsi et aliis providens. Unde et in ipsa partici-
24
patur ratio aeterna, per quam habet naturalem inclinationem ad debitum
Esta afirmación, hecha al final del n. 37 (enumeración de las posi- actum et finem. Et talís participatio legis aeternae in rationali creatura lex
bles consecuencias de los métodos de la regulación artificial de la natalidad), naturalis dicitur» (SANTO TOMÁS, 1-2 q 91 a 2). «La automanipulación cons-
parece ignorar que el hombre no es sólo una capacidad de pecado y de auto- ciente y refleja del hombre no es una posibilidad que venga a añadirse desde
aniquilación, sino una capacidad de gracia y de autohumanización; que al fuera a una naturaleza cerrada y "estática", sino que es precisamente el
evitar la primera se está haciendo imposible la segunda, y que consecuente- elemento que eleva la "naturaleza" del hombre a naturaleza "humana"».
mente se ha quebrado la originalidad radical de lo humano como ser libre K. RAHNEE, Reflexiones..., 37.
dentro de un destino de posibilidades fundamentales.
318 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA EL TEÓLOGO ANTE LA «HUMANAE VITAE» 319

y qué finalidades acrecen o minoran sus valores de huma- deberían ser quienes nos iluminasen desde una perspectiva
nidad. De estos dos órdenes hay que tomar los criterios antropológica, psicológica, sociológica, biológica y médica,
para determinar las relaciones entre libertad personal y en orden a determinar si la conexión entre las dos funcio-
realidad natural. ¿Qué imperativos de razón o revelación nes del acto sexual dentro del matrimonio es tan intrín-
nos llevan necesariamente a afirmar que el hombre no se seca la una a la otra que resulten inseparables. Todo esto
puede insertar en los ritmos naturales de la fecundidad y debería ser determinado por un análisis estadístico minu-
disociar dos funciones, que de hecho muchas veces, sin cioso de cómo ocurre y qué ocurre cuando se realiza esta
que nada les altere, existen disociadas? ¿No es precisa- separación, repercusiones en todos los órdenes, y no me-
mente capitular ante una forma de ordenación de la natu- nos consecuencias que en el futuro podrían surgir si se
raleza al hombre, que sería la que conferiría a aquélla su disocian estas dos funciones, o a la inversa, si no se diso-
sentido? cian a tiempo (familias numerosas a un ritmo de naci-
Hemos distinguido dos órdenes desde los cuales nos miento anual que imposibilita la creación de un hijo a pro-
han de llegar los criterios: la razón y la revelación. Antes pia imagen y semejanza, no menos que a semejanza de
deberíamos matizar nuestras afirmaciones añadiendo que Dios; superpoblación mundial...) ¿Qué dicen estas cien-
si la naturaleza es servicio a la humanización, este servi- cias respecto de nuestro problema? Los teólogos plantea-
cio tiene, sin embargo, sus límites, que el hombre no mos frecuentemente exigencias desmedidas a los científi-
puede impunemente trasgredir. Sirve por tanto desde di- cos: ellos están acostumbrados, después de haber renun-
namismos que no siempre son determinados o variables, ciado a un anterior dogmatismo apresurado, a caminar con
y que por ende no siempre se dejan domesticar en orden la humildad del dato, y saben de la relatividad de sus
a rentabilidades heterogéneas. Determinar cuáles son esos descubrimientos, y de cómo no raras veces están condicio-
dinamismos internos y cuál es la escala de variabilidad o nados por otros ulteriores. Por eso casi nunca dan respues-
ductibilidad es tarea legítima y exclusiva de las respectivas tas universales: nos ofrecen el estado de la investigación.
ciencias de la naturaleza y del hombre. Esta afirmación nos Hacen hipótesis de trabajo, logran unos resultados buenos
enfrenta con lo que constituye el segundo nervio de la y otros menos buenos. Saben que sin equivocación no hay
encíclica, presupuesto, a su vez, del primero. progreso, y es en la marcha donde se opera la selección y
se van decantando las posibilidades.
Dios ha dispuesto con sabiduría leyes y ritmos naturales de Por ello, en nuestro problema concreto dogmatizan
fecundidad que por sí mismos distancian los nacimientos. La Iglesia, mucho menos que los teólogos: si el control de la natali-
sin embargo, al exigir que los hombres observen las normas de la
ley natural interpretada por su constante doctrina, enseña que dad es legítimo, necesario o peligroso, es algo que no con-
cualquier acto matrimonial debe quedar abierto a la transmisión de testan en proposiciones universales con valor definitivo.
la vida. La doctrina moral que la Iglesia profesa sobre el matri- No es posible una respuesta determinativa, ni negativa ni
monio es doctrina fundada sobre la ley natural, iluminada y enrique- positiva, tanto por la corta experiencia que aún tenemos
cida por la revelación divina (n. 11,4). de los hechos como por la dificultad de juzgar los resulta-
dos, que probablemente no se dejen notar hasta la segunda
Esta afirmación última del papa parece estar en opo- o tercera generación. La única respuesta válida es la nece-
sición con nuestras palabras anteriores, según las cuales sidad de seguir avanzando en la búsqueda, en la observa-
los órganos de competencia propia y exclusiva para inter- ción de los resultados, en la corrección de los métodos de
pretar la ley natural eran las respectivas ciencias de la na- trabajo, en la decantación de los presupuestos de la mar-
turaleza y del hombre, y que en este caso concreto ellas cha por una ampliación de la perspectiva y una perma-
320 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA EL TEÓLOGO ANTE LA «HUMANAE VITAE» 321

nente confrontación con las adquisiciones del resto de las den natural es intrínseca, entonces esa interpretación de
ciencias n. la iglesia podría incluso llegar a tener carácter de infalibi-
Por ello nos urge una pregunta: ¿cómo es posible una lidad. La iglesia es portadora de un mensaje de salvación
decisión tan clara y explícita de la iglesia, cuando todas y tiene fuerza y posibilidades verificantes de parte de Dios
estas ciencias implicadas en el problema son tan comedi- en orden a mantener vivo y eficaz ese mensaje. De esta
das, tan reticentes a la hora de una decisión? ¿No quedan responsabilidad se deriva su competencia.
todas ellas frenadas ya en su marcha, imposibilitadas en En nuestro caso, la fórmula límite quedaría expresada
la búsqueda de resultados nuevos? La encíclica afirma tex- en estos términos: si la iglesia ha hecho una determinada
tualmente: «Ningún fiel querrá negar que corresponda al interpretación del derecho natural, será porque se ha visto
magisterio de la iglesia el interpretar también la ley natu- necesitada a ello para conservar una verdad o valor de la
ral» (n. 4). Otro complejísimo problema: la iglesia y la revelación, ya que de lo contrario habría transgredido los
ley natural. ¿Sería demasiado haber esperado una matiza- límites de su competencia en cuanto institución divina; y
ción mayor en la fórmula pontificia? No creemos que se si consciente de que transcendía sus posibilidades lo ha
pueda, sin más, afirmar que la iglesia es órgano interpre- hecho, quiere decir sin embargo, que con ello actúa no
tativo de todo el orden natural, con lo cual la habríamos ya como comunidad de fe, sino como comunidad de hom-
constituido en norma y tribunal último de toda la inves- bres pensantes y en el mismo instante se pone al nivel de
tigación humana. La iglesia puede y debe interpretar la las demás ciencias, sometiéndose a sus métodos, a sus jui-
ley natural siempre que venga urgida esa interpretación cios, a sus limitaciones29, perdiendo la autoridad que como
por la necesidad de salvaguardar una verdad revelada, es institución divina posee y quedándose con la que tengan
decir, un valor de evangelio2S. Entonces es absolutamente las razones que presenta en favor de la opción que hace.
legítima y absolutamente necesaria la interpretación de la ¿Cuál de estas dos posibilidades es la que se da en la Húma-
iglesia. Entonces y sólo entonces. Si ella no tuviera esa me vitae? El texto parece sugerir la primera, ya que de
posibilidad quedaría irrealizable parte de su mensaje ya lo contrario no escribiría:
que no pocas veces tiene implicaciones en el orden natural
por afectar a toda la persona. Si la verdad o valor evangé- El obsequio leal es obligatorio no sólo por las razones aducidas
licos que la fuerzan a tal interpretación es un valor cen- sino por razón de la luz del Espíritu Santo, de la cual están particular-
tral, constitutivo de lo cristiano, y la conexión con ese or- mente asistidos los pastores de la Iglesia para ilustrar la verdad
(n. 28)».
27
Y en esta misma línea la teología no ejerce un magisterio auténtico Esta verdad es, sin duda, la ventas salutis, la verdad
si se empeña en tener principios absolutamente claros y definitivos, con una
validez indiscutible y eterna. Su tarea en este momento debería ser dar
salvífica, pues, es la única para la cual les ha prometido
criterios no para cuando estemos en la meta de una verdad plenamente Cristo su presencia y espíritu hasta el final de los siglos.
poseída, sino más bien criterios y pistas para la marcha, luz para el camino,
aun consciente de que a la meta se llega a veces después de largos rodeos, Pero ya concretamente: ¿qué valores del evangelio entran
pero querer evitar los meandros puede provocar una anulación del curso.
¿ La defiriitividad y normatividad les vienen a las leyes de la confrontación
en crisis si aceptamos como hipótesis de trabajo el hecho
con la historia presente tal como en el presente afecta al hombre, o tal de una natalidad intencionada y eficazmente controlada
como él cree que le va a afectar en el futuro?
28
«Ad fidem aliquid pertinet dupliciter: uno modo directe et princi- 29
Cf. H. BOUILLARD, Autonomie humaine et présence de Dieu:
paliter, sicut articuli fidei; alio modo indirecte et secundario sicut ea ex Études 5 (1967) 696-697.
quibus sequitur corruptio alicuis articuli». 2-2 q n a 2; cf. 1 q 32 a 4. 30
Esta expresión que oscila entre la doble posibilidad que tiene siem-
Es lo que los manuales van a llamar objeto secundario o indirecto del magis- pre el papa: la de actuar decidiendo con autoridad, sin entrar en el juego del
terio, es decir, el conjunto de proposiciones que no están reveladas directa- razonamiento, es decir, situándose a nivel dogmático; o la de moverse a nivel
mente pero tienen una conexión lógica tal con las reveladas, que de no teológico, con razones por tanto y valiendo su palabra lo que valen las
poder garantizar la verdad de aquéllas, éstas se hallarían en peligro. razones: esta frase, digo, es el talón de Aquiles en la Humanae vitae.
EL TEÓLOGO ANTE LA «HUMANAE VITAE» 323
322 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA
el método Ogino, ¿no implica una antinaturalidad, ya
por el hombre, no en arbitrariedad sino por razones legí- que el acto sexual en los períodos en que la generación,
timas, las mismas, por ejemplo, que para el papa hacen como dato, es imposible, es cuando menos sentido perso-
legítimo el uso del método Ogino-Knaus? Hasta aquí no nal y menos acrecentamiento de la relación esponsal im-
hemos hecho sino recordar y repensar las tesis clásicas del plica32?
objeto directo e indirecto del magisterio eclesiástico, tal Hemos aludido a algunas de las dificultades específi-
como se pueden ver en cualquier manual. camente teológicas que no sabemos superar: concepto de
Si la encíclica no hace referencia explícita a ninguno naturaleza y antropología sexual subyacentes en la encí-
de estos valores, ¿desde qué motivaciones o fundamenta- clica. En el fondo nos parecen falsas y no sabemos cómo
ción hace la opción? Si no es desde textos, contextos o podrían imponerse a los creyentes, si no logramos mostrar
exigencias implícitas del evangelio, ¿será desde una deter- la conexión que les une a valores evangélicos irrenuncia-
minada concepción de ley natural, que ella, como herencia bles. Estos son los dos problemas más graves, en mi opi-
histórica o como creación actual, ha elaborado en su seno nión. Dejo para otros el análisis de los aspectos psicoló-
en cuanto comunidad cultural? ¿Pero qué normatividad gicos y sociológicos del problema, que me parecen de me-
tendría entonces para aquellos creyentes que no pudieran nos relieve, a pesar de que para un observador ligero sean
compartir esa teoría o que incluso creyeran deber oponer- más llamativos y urgentes. Si a esto añadimos la descone-
se a ella? ¿Qué responder entonces a quienes ven y sien- xión eclesial en que la encíclica ha nacido, precisamente
ten al hombre más en la dimensión de la historicidad, con- en un momento en que se había declarado en un concilio
siderando esencial a la naturaleza del hombre la propia ecuménico que la colegialidad es una estructura constitu-
historia y la propia inserción libre, dando cauce a dina- yente de la iglesia33; la oposición por parte de la mayoría
mismos que en sí son indeterminados? ¿Qué decir enton- de la comisión nombrada para estudiar el tema; el dis-
ces a quienes consideran que la relación personal que ins- gusto y rechazo con que no pocas minorías la han reci-
taura el matrimonio está alimentada también por unas bido; el hecho de que los teólogos más significativos y más
relaciones sexuales que la van manteniendo, acrecentando, influyentes en la labor conciliar se han mostrado reticentes
aun al margen de la conexión generativa de cada uno de unos, distanciados y opuestos otros; si el secretario de la
los actos31? ¿Cómo no estar de acuerdo en que la antro- comisión conciliar de la constitución Gaudium et spes
pología sexual implicada en la encíclica no parece trascen- manifiesta que la encíclica responde literalmente a los mo-
der una concepción biológica situada en el plano de la dos que el papa comunicó a la comisión el 25 de noviem-
animalidad, no percibiendo que en el hombre todo es cua- bre de 1964, y que no fueron integrados porque a juicio
litativamente distinto aun aquello que tiene de común
con el animal? ¿Qué decir a quienes nos muestran la irres- 33
ponsabilidad de entregarse a una generación que comporta Cf. W . WICKLEE, Das Missverstándnis der Natur des chelichen
Aktes 38in der Moraltheologie: Stimmen der Zeit n (1968) 298.
una imposibilidad de educación conveniente, pues la posi- Todos estamos de acuerdo en que teóricamente esta desconexión res-
pecto del episcopado no invalida la acción del papa, pero todos hubiéramos
bilidad de generar es desproporcionada a la posibilidad de esperado ver confirmada en la práctica la confianza fundamental en la
conformar? Y en el fondo, la continencia periódica según estructura de la iglesia que de la idea de colegialidad debía nacer. La Humay
nae vitae sólo habla de: «Los sucesivos pareceres y los consejos de buen
número de nuestros hermanos en el episcopado, quienes lo enviaron espon-
81
Sería la tesis del llamado «principio de totalidad», elaborado princi- táneamente o respondiendo a una petición expresa» (n. 5). No ha parecido
palmente por un grupo de teólogos alemanes, con sus colaboraciones en la leal que esta omisión a nivel teológico se haya querido en cambio suplantar
revista Theologie der Gegenwaxrt (1964). Cf. el libro y autor clave en esta a nivel publicitario y diplomático en sentido contrario. Las tomas de postura
polémica: J. DAVID, Neue Aspekte der kvrchlichen Ehelehre. Frankfurt y la selección de documentos que hizo L'Osservatore romano y la acción
*ia67. Trad. francesa: Nouveaux aspects de la doctrine catholique d» indirecta de las nunciaturas, si es que realmente se ha dado, son hechos de
Mariage. Tournai 1966. cuya honestidad intelectual podría hacerse problema.
EL TEÓLOGO ANTE LA «HUMANAE VITAE» 325
324 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA

de los componentes se oponían a la estructura fundamen- IV


tal del esquema M; si la lectura de las declaraciones episco-
pales nos deja una impresión ambigua, hasta el punto de LA ENCÍCLICA COMO EXPRESIÓN DE UNA
estar leyendo en líneas una adhesión y entre líneas una se- DETERMINADA ECLESIOLOGÍA
creta distancia que se manifiesta en la afirmación simul-
tánea de que sin ignorar las directivas del papa la conciencia 1. Iglesia e historicidad del conocimiento
tiene la última palabra; si añadimos las declaraciones de
quienes presentaron la encíclica y del mismo papa pocos Permítasenos sondear en las profundidades psicológicas
días después insistiendo en cómo no era la última palabra de las que me parece haber nacido la encíclica, y los talan-
de la iglesia sobre el tema35, ¿qué credibilidad mantiene la tes menos esclarecidos que de alguna forma la condicio-
encíclica y con qué fuerza psicológica pueden actuar sus nan y la hacen vulnerable. Ante todo la idea de una iglesia
exigencias? que siempre se supo y se reconoció a sí misma, desde den-
tro, como Mater et magistra36; que se aceptó, contempla-
No aceptamos, sin embargo, el planteamiento simplis- da desde fuera, como adoctrinadora de todos 37 , que ha ido
ta de quienes rechazan la encíclica porque va contra la opi- actuando ese magisterio día a día, al ritmo de los aconte-
nión pública, orientada en otra dirección. Una iglesia que cimientos, sobre todo en los últimos cien años, que para
no tuviera el valor de ser creadora de opinión desde los todo ha poseído una palabra, y que parecía tener a mano
propios manantiales de orientación humana, al margen de las respuestas, profiriendo de su tesoro novedades y anti-
todos los tópicos y de todas las modas; que no fuera capaz güedades, como el buen padre de familia. La resultante
de recordar las exigencias profundas y duras del evange- de ese magisterio fiel y acostumbrado había ido defor-
lio aun cuando los hombres gritasen endurecidos contra mando en fieles y jerarcas la conciencia de la responsabi-
ellas; una iglesia que centrase su actividad en ser a tiempo lidad específica de cada uno, quiero decir: en aquéllos la
resonador de las conveniencias y oportunidades de los sensación de que en la iglesia, ante problemas nuevos, la
tiempos, una iglesia así estaría ignorando su propio ser a postura ideal era la de preguntar a la autoridad, y en ésta
la vez que traicionando a su misión sagrada, y habría la sensación de que era infiel a su tarea si no contestaba
firmado su acta de defunción. La facilidad o dificultad de a cada problema inmediatamente. La autoridad puede ilu-
sus exigencias, el acogimiento más o menos halagüeño a sus minar, pero no suplir responsabilidades; el fiel puede pre-
palabras, nunca pueden ser criterios últimos, determinati- guntar, pero no descargar el riesgo y arriesgo que le es
vos del actuar de la iglesia. propísimo. Un papa infalible no significa la hipoteca de la
inteligencia católica, y la existencia de una revelación de
la que nace el cristianismo no significa la parálisis de la ra-
zón de los cristianos.

36
34 37
La expresión la encontramos en la misma encíclica n. 19.
B. HARING, Krise um Humanae Vitae: Münchner katholische Kir- Revelador es el adagio alemán que, en parte para corregirle, nos
chenzeitung
85
(25 agosto 1968) 8. recuerda Karl Barth en el relato de su viaje a Roma: «El proverbio Welcher
«La encíclica es la aclaración de un capítulo fundamental de la Kluge fand in Vatikan nicht seinen Meister (" J Qué persona inteligente
vida personal, conyugal, familiar y social del hombre, pero no es el tratado no ha encontrado en el Vaticano su maestro!") me rondó, sí, la cabeza.
completo de cuanto se refiere al ser humano en el campo del matrimonio, Pero debo añadir en seguida que nadie, allí, intentó — ni de lejos — hacer
de la familia, de la honestidad de costumbres. Campo inmenso sobre el cual de maestro conmigo, sino que la hora entera que el papa Pablo V I quiso dedi-
el magisterio de la Iglesia podrá y deberá quizá volver con una explicación carme, se cuenta entre los recuerdos más agradables de nuestra semana».
más amplia, orgánica y sintética». Alocución del papa (texto en VALSECCHI, K. BARTH, Ad limina apostolorum. Zürich 1967, 15.
1. c , 319)-
EL TEÓLOGO ANTE LA «HUMANAE VITAE» 327
326 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA

Esto llevó consigo, en el tema del control de la nata- exigencias cristianas, los valores de humanidad inignora-
lidad, que todos proyectásemos sobre el papa la respon- bles; una palabra de responsabilización a todos los secto-
sabilidad de la decisión y que él se sintiera ineludible- res de la iglesia para proseguir la búsqueda en absoluta
mente abocado a dar una respuesta38. El concilio, sin em- lealtad, en comprometimiento personal desde cada uno de
bargo, tuvo la genialidad, no debidamente mesurada toda- los planos de la iglesia, aportando las parcelas propias
vía, de afirmar dos veces que la iglesia no ha de ser conce- de verdad los teólogos con su perscrutación del mensaje
bida como el acervo universal de soluciones, prontas para revelado y de aquellas formas de comportamiento ético
ser repartidas y aplicadas; que ella también tiene que que parecen ser más connaturales o absolutamente nece-
buscar y encontrar la verdad antes de repartirla a los hom- sarios, los técnicos ensayando posibilidades nuevas más
bres, que a ella no le están ahorrados el dolor de la expe- respetuosas de las situaciones psicológicas y de los datos
rimentación y del análisis, de la espera paciente y de la puramente biológicos, los matrimonios cristianos iniciando
oscuridad a trechos en el camino. Por ello añadió que no una experiencia abierta y liberada de presupuestos ante-
han de esperar los seglares que los sacerdotes tengan siem- riores en orden a percibir con una conciencia no predeter-
pre respuestas confeccionadas para sus problemas39. Con- minada si realmente el dato de la contraconcepción resul-
fesión de una iglesia peregrina en el orden del conoci- ta conciliable con una espiritualidad y responsabilidad
miento que posee la verdad en historicidad; de una igle- cristiana tomadas absolutamente en serio w? Esa búsqueda
sia nesciente y por ello humilde, solidaria de todos los que hubiera debido ser tan paciente como atrevida, tan larga
buscan. La novedad del momento contemporáneo, la ex- como respetuosa, todo el tiempo que fuera necesario, hasta
tensión de las ramas del saber y la complejidad de los hacer de alguna manera luz en el problema. Entretanto
fenómenos humanos contemporáneos la han arrancado unos y otros permaneceríamos fieles a unos criterios de res-
esa confesión de ignorancia. ponsabilización personal temporal hasta que se hubiera
hecho claridad definitiva, criterios que son tan sagrados
Pensamos que a pesar de todas las comisiones, el tiem- y graves como los generales y eternos.
po no era llegado para una respuesta definitiva al proble-
ma del control de la natalidad, y que una confesión de ig-
norancia no hubiera dañado sino favorecido el ethos de 2. Continuidad del magisterio
verdad, propio de la iglesia católica. Sin duda era nece-| En el fondo uno sospecha un temor por parte de mu-
saria una palabra del papa, ¿pero no hubiera sido quizá chos a dar la sensación de que la iglesia con ello perdería
más eficaz una palabra de orientación criteriológica, pre- su clásica uniformidad general, la cohesión que aparente-
sentando las pistas en que el problema debía seguir siendo mente siempre mantuvo, de que tendría que afirmar una
pensado, los límites que parecen inconciliables con las incertidumbre ante un dato fundamental, ella que aparentó
siempre poseer saber y seguridad. Posiblemente ocurriera
38
Previamente esto había creado o había contribuido a crear una menta- todo eso. Pero hay momentos históricos en que la claridad
lidad casuística en las conciencias católicas, que sumada a un legalismo de
mucha educación anterior, ha suscitado en no pocas personas una auténtica y la estabilidad no se alcanzan con leyes generales, sino
alergia a la moral católica. Cf. L. LOCHET, L'Evangüe de la liberté. París con una responsabilización general, y la iglesia no tiene
1968, especialmente 107-133 y 231-266.
39
«La iglesia, custodia del depósito de la palabra de Dios, del que que preocuparse primariamente de aparentar una seguri-
manan los principios en el orden religioso y moral, sin que siempre tenga
a mano respuesta adecuada a cada cuestión...» (GS 33). «Los seglares no
piensen que sus pastores están siempre en condiciones de poderles dar inme- 49
Esto es lo que recientemente se designa como «corresponsabilidad»,
diatamente solución concreta en todas las cuestiones, por graves que sean,
ni que han sido enviados precisamente para esto; sean más bien los mismos que no es sino el reverso ético dinámico de lo que la colegialidad como estruc-
seglares los que, guiados por la doctrina del magisterio e ilustrados por la tura significa en el plano dogmático: cf. J. RATZINGER, Implicaciones pasto-
sabiduría cristana, asuman sus propias responsabilidades» (43). rales de la doctrina de la colegialidad de los obispos: Concilium 1 (1965) 34-65.
328 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA EL TEÓLOGO ANTE LA «HUMANAE VITAE» 329

dad sino de vivir en la verdad, no tanto de mostrarse Sin embargo, quizá una de las razones últimas que ha
unida mediante la uniformación cuanto de vivir unida por inducido al papa a optar en esa línea, haya sido la convic-
la adhesión a una verdad o en su búsqueda. Lo contrario ción de que el magisterio anterior obligaba a seguir en
nos da la impresión de ser una preocupación legalista, esa dirección, ya que de lo contrario aparentaría una con-
ignoradora de la novedad irreductible que determinadas si- tradicción entre la doctrina antigua y la nueva, algo que él
tuaciones presentan. En tales instantes históricos el cre- no podría responsabilizar. No entramos con detención en el
yente tiene unas pistas de búsqueda, unos criterios de tema, pero nos parece que la continuidad de una respuesta
orientación, un instinto de metas, una garantía de asis- no viene dada por la identidad material de las palabras
tencia del Espíritu, que son los que le dan confianza y sino por la fidelidad en la reasumpción de las preguntas.
asiento en la búsqueda de soluciones aun cuando éstas Estamos personalmente convencidos de que la Casti con-
quizá no se perciban con absoluta claridad. Mientras en nubii prestó un inmenso servicio a la humanidad en un
todos los demás órdenes la verdad nace en la exploración momento de euforia sexual, ignoradora de la referencia
larga y paciente, experimentada y dolorosa; mientras la objetiva de todo lo humano a unos dinamismos previos y
vida moderna sólo ha sido posible como resultante de a unos criterios inviolables42. El talante fundamental de la
infinitos tanteos, de una posesión y dominio sobre la rea- encíclica de Pío XI era defensivo, legítimamente apolo-
lidad, a los que se ha llegado por complicados meandros, gético. Los datos del problema eran entonces distintos de
los creyentes aparentamos el deseo de poseer siempre la los que se ofrecen hoy, y por ello podía serlo la respuesta.
verdad religiosa, como acabada y fácil, al alcance de la Toda respuesta está mesurada y determinada por la pro-
mano, aprenhensible y comprehensible sin más. Es verdad gunta. En este sentido opinamos que hubiera podido afir-
que Dios graciosamente se nos ha manifestado, pero su marse una continuidad interna y real dentro de una apa-
palabra ha tomado en serio a los hombres a quienes habló rente y formal diversidad.. En perspectiva teológica, sin
y sólo mediante una reasumpción, desde nuestras atalayas embargo, aun admitida la identidad del planteamiento, la
mentales, de las categorías con que les habló y ellos la normatividad magisterial de la encíclica de Pío XI no era
entendieron, tiene un sentido para nosotros hoy. Esta pos- tal que no permitiera una respuesta contradictoria.
tura es la que los hombres de pensamiento designaban La teología corriente afirma llanamente que hay dos
antes como escolástica y hoy como dogmática, la que qui- formas de magisterio, uno infalible y otro falible, y mien-
siera tenerlo todo sabido por pura deducción sin la pacien- tras citamos numerosos ejemplos del primero nunca tene-
te búsqueda y la larga espera, la que no tiene la calma para mos el valor de citar casos de falibilidad histórica, que no
acoger la revelación progresiva que el ser nos hace desde han faltado. ¿Le habrá faltado a la iglesia el valor para reco-
el experimento científico que a su vez se sabe o debe saber nocerse peregrina también en el conocimiento y posesión
humüde anillo de verdad en la cadena de una verdad
mucho más plena que él no totaliza41. mucho tiempo a Europa, y de que no se han podido sacudir enteramente
algunas naciones hasta el siglo pasado, época feliz de la resurrección de las
ciencias... Por nuestra desgracia, no ha entrado todavía a las universidades
41
Esta aparente seguridad, esa ostentosa posesión de la verdad, esa de España ni un rayo de esta luz. Y mientras las naciones cultas, ocupadas
falta de curiosidad inquisitiva de los católicos, es la que ha escandalizado en las ciencias prácticas, determinan la figura del mundo o descubren en el
a muchos pensadores, como a Merleau-Ponty, quien decía no querer discutir cielo nuevos luminares para asegurar la navegación, nosotros consumimos
con los católicos porque siempre lo saben de antemano todo y tienen solución tiempo en vocear las quiddidades del ente o el principio quod de la
para todo. Un español del siglo XVIII escribía en su Plan de estudias para la generación del Verbo». Cf. F. AGITILAR PIÑAL, LOS comienzos de la crisis
universidad de Sevilla (1769): «Pero aún todavía consideramos por más universitaria en España. Antología de textos. Madrid 1967, 150.
42
perjudicial al progreso de las letras el segundo espíritu, que es el escolástico; Cf. J. DAVID, 1. c , 18-29; E. SCHILLEBEECKX, De Natuurwet in
pues si el primero (el de partido) ha podido pervertir los ánimos, éste ha verband met de katholieke huvelijksopvatting: Werkgenootschap van katho-
pervertido ciertamente el juicio. Este es aquel espíritu de horror y de lieke theologen in Nederland. Hilversum 1963, 5-51; I D . , El matrimonio,
tinieblas que nació en los siglos de la ignorancia, en la que mantuvo por realidad terrena y misterio de salvación. Salamanca 1968.
330 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA EL TEÓLOGO ANTE LA «HUMANAE VITAE» 331

de la verdad, para afirmar que conocemos sólo en parte y o hedonismo sin contornos44. En el fondo, ¿no parece es-
sólo en parte profetizamos? ¿No habremos arrancado al tarse afirmando que el hombre no es capaz de ser para sí
magisterio ese carácter dinámico que le es propio, sabien- mismo ley cuando desde fuera no se la dictan, que no
do sus intervenciones complementarias unas de otras, y que puede dejársele suelto puesto que su único instinto sería
se van enriqueciendo no por su sustitución sino por plani- la huida al monte del anomismo puro? ¿No es esto una
ficación ulterior? ¿Por qué a la iglesia actual le ha sido fundamental desconfianza en la dimensión redimida de
concedido el don de la humildad moral pero no parece la existencia humana por una acentuación legítima en su
poseer el don de la humildad intelectual, pues mientras base pero desorbitada de la situación poslasaria? Quienes
confiesa lealmente sus pecados no parece decidirse a con- vivieron desde dentro el concilio Vaticano II estarán de
fesar sus errores? Esta obsesión por la conservación y acuerdo en percibir una semejanza entre las posturas que
consagración monolíticas del sistema católico es seria- entraron en juego al tratar el problema de la libertad
mente comprometedora del evangelio, ya que al constatar religiosa y al tratar hoy el problema de la natalidad. Lo
los hombres que hay elementos que no son divinos sino que llevó al jueves triste de noviembre de 1964 fue, en
humanos, no originales sino advenientes, no definitivos el fondo, esa indecisión que terminó con la negativa de no
sino caducos, proyectan su desconfianza lo mismo sobre confiar en manos del hombre algo que todos estamos de
lo que son pilares sustentadores de todo lo cristiano que acuerdo en que le pertenece. Con este jueves de noviem-
sobre lo que son adornos parciales o retoques pasajeros. bre nos parece haber tropezado también nuestro proble-
La evolución y el cambio que en determinadas materias ma: ¿nos será dado el gozo de asistir también aquí a un
ha ido haciendo el magisterio, no es para nadie un mis- noviembre subsiguiente, parecido al de 1965, en el que el
terio. Bástenos aludir a la postura eclesial ante el tema decreto de libertad religiosa, mejorado en su muerte mo-
del préstamo, ante los problemas sociales, ante la idea de mentánea, llegó a una resurrección más plena?
evolución o ante la libertad religiosa 4 \
4. Intento de autocrítica
3. Libertad como posibilitación No quisiéramos terminar sin mostrarnos igualmente
de la verdad críticos para con nuestra propia postura, en verdad severa,
Aún nos queda un punto por sugerir: todo el proble- y afirmar que estas páginas son un retazo de nuestra re-
ma de la limitación de la natalidad viene planteado en la flexión en marcha hacia una comprensión más profunda
encíclica desde un dilema que nos parece inexacto, y que del problema. Hemos preferido la claridad que muestra
en el fondo hace injusticia a los matrimonios cristianos: los problemas a las ambigüedades de muchas tomas de
uno parece leer entre líneas que todo es un problema de postura, tanto teológicas como episcopales; hemos prefe-
fidelidad, de esfuerzo, que la alternativa es, o doctrina rido mostrar por qué la encíclica está constituyendo un
de la encíclica o absoluto desenfreno moral, continencia o trauma eclesial, si es que la tomamos en serio y no prima-
libertinaje sin norma ni fidelidad a los ritmos biológicos riamente por la facilidad o dificultad de cumplir sus exi-
gencias; mostrar por qué no sólo es más legítimo aceptarla
43
Cf. J. T. NOONAN, Contraconception. A history of its traitement by críticamente que ignorarla en la vida, ya que ésta es la única
the catholic Theologians and Canonists. Cambridge Mass. 1965; ID., Die Autori-
tdtsbeweise in Fragen des Wuchers und der Empfangnisverhütung: Diakonia postura digna de un cristiano, la que ofrenda a Dios no
1 (1966) 79-106. Sobre el tema de las variaciones en la historia de la libertad sólo su voluntad sino su inteligencia. Pero somos cons-
religiosa, cf. J. C. MÜSSAY, Vers une intelligence du développement de la
doctrine de l'Eglise sur la liberté religieuse, en Vatican II: La liberté
religieuse. Paris 1967, 111-147. 44
W . WlCKLER, 1. c , 297.
332 EL VATICANO II LEÍDO DESDE ESPAÑA
EL TEÓLOGO ANTE LA «HUMANAE VITAE» 333

cientes de las sombras que arrastran nuestras propias mente irresponsable, pues las razones que impiden una
ideas. Ante todo mesuramos en teoría y sufrimos en negativa incondicional impiden una afirmación positiva
carne viva lo que supone para un teólogo esa distancia igualmente general e incondicional47 —, quien se haya aden-
crítica respecto de una decisión del supremo órgano ma- trado por sí mismo en las sinuosidades del problema, ése
gisterial de la iglesia. Pensamos igualmente que el camino habrá percibido las duras angustias de quien se ve uncido
por el que la verdad llega a los hombres no responde siem- a una doble fidelidad, y a la que como creyente tiene que
pre a nuestras esperanzas y que posiblemente nosotros mis- servir a la altura del tiempo histórico. Ése comprenderá
mos seamos víctimas de unos presupuestos no suficiente- que hemos escrito con caridad y claridad, pero no menos
mente clarificados, que haya en nuestro interior unas moti- con temor y temblor.
vaciones que no hayan sido puestas en plena luz de la fe. Todas estas reflexiones partieron de una aceptación
Llegamos a sospechar que quizá lo que en la actual com- religiosa y leal de la encíclica. Aceptación de voluntad de-
prensión del evangelio y del hombre nos parece inacep- cidida a llegar a una aceptación de inteligencia: sólo a
table, y que como ideal se manifiesta a través de la pala- través de ambas podíamos operar la apropiación de su
bra del papa, sea una norma moral límite hacia la que la contenido. Las graves e insolubles dificultades con que
humanidad deba tender45. Y sobre todo, ¿no será la pala- hemos tropezado en ese camino las devolvemos como pre-
bra del papa un gesto profético, con más carga de verdad gunta sincera al magisterio, demostrando qué conflictos de
y de vida, que lo que nuestras pobres inteligencias pueden fidelidades nos nacen a quienes no queremos disociar la
hoy percibir, y que por tanto debiéramos trascender nues- doble iluminación de la única luz que le viene al único
tra pobreza para dejarnos plenificar por su riqueza, entran- hombre del único Señor.
do dentro de sus exigencias? ¿No se ha mantenido la ver-
dad revelada a veces en la historia por la intransigente
afirmación del magisterio, a pesar de la intelectualidad teo-
lógica, opinando en contra, como parece haber sido el caso
del arrianismo, aun cuando luego se sometiera, dado el
carácter de infalibilidad propia de la decisión conciliar de
la que carece nuestra encíclica46?
Quien, superando todos los simplismos —por ejem-
plo, el de quienes postulan un sí rotundo e indiferenciado
al control de la natalidad, algo que nos parece absoluta-
45 47
La afirmación de Rahner, según la cual la encíclica podría constituir Por ello, en el orden ético-práctico, podrían establecerse para esta
una norma límite en cuanto supondría y anticiparía un estadio de moralidad fase de tránsito los siguientes criterios:
superior, a la que no alcanza la sociedad actual, pero que por ello no quedaría a) A nivel colectivo una búsqueda, experimentación y análisis ulterio-
invalidada, sino seguiría siendo un ideal, ha sido negada rotundamente por res de las consecuencias físicas y repercusiones psicológicas que para ambos
un científico como W . Wickler. Cf. 1. c , 302-303. cónyuges, otros posibles hijos y la sociedad en general puede traer el uso
46 de anticonceptivos. Visto el problema desde esta perspectiva no está excluido
Sin embargo, el testimonio de la historia es ambivalente, pues en
ella encontramos, junto a heroicas renuncias de quienes han trascendido la el que quizá la actual forma de su utilización llegue a ser descubierta por
propia luz que ellos percibían, luz pero parcializada, en la plenitud eclesial las ciencias respectivas como humanamente inviable y consecuentemente deba
atestiguada por el magisterio, encontramos concesiones fáciles y silencios ser declarada por la teología como inmoral.
cobardes, que suponen por parte del teólogo una capitulación de su vocación b) A nivel individual no se puede decir de antemano cuándo están
a dar testimonio de la verdad. ¿No resulta trágico pensar que a los tres moralmente permitidos, exigidos o prohibidos; dependerá de la situación
años de haber querido el concilio rehabilitar a Galileo, hayamos cometido en familiar globalmente considerada: motivaciones, hechos existentes, perspec-
otro orden el mismo pecado que se cometió frente a él ? tivas del futuro, y no primariamente o sólo en el plano económico sino
humano y religioso total.
III
Responsabilidades de la
teología en España
1
EL TEÓLOGO Y LA
TEOLOGÍA HOY

L A temática que enuncia el título puede afrontarse en


^una doble perspectiva: bien desde fuera en observa-
dor o bien desde dentro en actor. Hemos elegido esta se-
gunda vía de acceso, para describir, no en calidad de crítico
distanciado sino de persona afectada por la situación del
quehacer teológico en la iglesia contemporánea, las ideas,
preocupaciones, esperanzas y desesperanzas teológicas que
a él van unidas.
Si se ha definido a la iglesia como la parte cristificada
del mundo, en paralelismo podríamos definir a la teolo-
gía como la conciencia refleja y explicitada que la iglesia
toma de esa cristificación y de las implicaciones tanto
personales como históricas y cósmicas, que ella arrastra.
La teología surge en la iglesia y de la fe. Por ello se
siente y se sabe condicionada a ese suelo fecundo del que
nace y en el que crece. La medida de la fecundidad de un
hacer teológico es la medida del arraigo del teólogo en el
solar nutricio de las realidades cristianas, de la inserción y
del arriesgo por las situaciones históricas de la iglesia y
de la solidarización con los problemas de los hombres
todos, entre los que nace y a los que es enviada la iglesia.
Enraizamiento en las realidades crísticas, inserción en la
vida verdadera de la iglesia, solidarización con el destino
de la humanidad contemporánea: ésos son los primeros
imperativos que siente todo aquel que responsablemente
se acerca al telar sagrado, donde se teje hoy la teología.
338 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA EL TEÓLOGO Y LA TEOLOGÍA HOY 339

Habría que describir por tanto esos dos enclaves en significa por tanto identificación sino confrontación en el
la vida desde los que surge la teología y por los que es reconocimiento de lo propio y en la aceptación de lo ajeno,
afectada en su misma constitución: la conciencia contem- cooperación y comunicación que se realiza no ya como
poránea de la humanidad y la forma histórica de vivir la imposiciones de leyes sino como oferta de valores presen-
fe, pues si es verdad que es un único hombre el que en tados en libertad y acogidos en libertad.
duración de siglos va actualizándose, y es una única fe la Sólo mencionamos las tres grandes unificaciones de la
que perdura, sin embargo hay que postular una historia conciencia contemporánea: unificación humano-cívica, al
de lo humano y una historia de la misma fe o de la exis- ser actuada ante los ojos de todos la común humanidad, los
tencia creyente. Todo esto no es sino el exponente más problemas comunes y las comunes esperanzas de todos
claro de que la teología ha reavivado su conciencia de ser los hombres; unificación de la conciencia religiosa entre los
servidora de la salvación en la iglesia y acrecentadora de la hombres creyentes, prestos a descubrir la identidad del
humanidad en el mundo, y en la medida en que da seña- dinamismo religioso por el cual el hombre se siente, acep-
les de tal conciencia se manifiesta como realidad viviente. ta y vive referido a un Absoluto que le funda y sustenta,
aun cuando las realizaciones, concreciones e institucionali-
zación de este dinamismo religioso tome formas aparen-
I temente muy diversas en cada confesión religiosa; unifica-
ción de la conciencia cristiana que sin confundir nada se
ENCLAVE HISTÓRICO ACTUAL EN EL QUE SURGE siente impresionada ante todo por el núcleo cristiano parti-
Y POR EL QUE VIENE DETERMINADO cipado por todos los grupos, que, al aceptar la realidad de
EL QUEHACER TEOLÓGICO Cristo salvador, viven ya de él aun cuando quizá la tema-
tización refleja de ese Cristo y de esa salvación tome for-
1. En el mundo: unificación de la mas tan distintas que aparentemente den la impresión de
conciencia humana ser irreconciliables. Podríamos hablar de cómo en verdad
Quizá el fenómeno más característico y de mayor tras- hoy ha llegado a ser posible una catolicidad unificada de
cendencia para el futuro es la unificación general de con- la existencia humana, una catolicidad referida de la exis-
ciencia que está teniendo lugar hoy día, hecha posible y tencia religiosa y una catolicidad añorada de la confesión
en parte inevitable por los medios de comunicación, que cristiana.
tornan todos los hombres cercanos a todos los hombres Frente a estas que, más que grandes realidades contem-
creándoles la posibilidad de sentirse próximos y de vivir- poráneas, pudiéramos llamar pasiones o esperanzas, nos en-
se como prójimos unos para con otros. Conciencia de contramos con los grandes aguijones de lo humano, en
unidad que hace surgir inmediatamente la conciencia de la abierta oposición a esas pasiones o urgencias, que acaba-
solidaridad básica, que nos religa en nuestro destino y nos mos de describir: la guerra permanente, la lucha entre los
fuerza a una solidarización histórica. Este descubrimiento grandes grupos religiosos, la no colaboración eficaz en or-
contemporáneo de la unidad y de la solidaridad, que está den a un testimonio válido por parte de las grandes con-
llevando a unificaciones y solidarizaciones efectivas, va fesiones cristianas. El teólogo hoy hace teología con la
unido precisamente a un redescubrimiento y acentuación totalidad actuada de su ser, llevando a ella la plenitud de
de las formas específicas de vida propias de cada pueblo, de su existencia vivida en contemporaneidad con todos los
los contenidos propios de cada cultura, de los valores ex- humanos, sin capitular de ninguna de las exigencias de su
clusivos de cada cosmovisión religiosa. La unificación no ser religado, es decir, viviendo como hombre religioso, y
340 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA
EL TEÓLOGO Y LA TEOLOGÍA HOY 341

actuando su cristianismo en la forma histórica que lo vive en distancia y oposición. La filosofía y teología neoes-
la iglesia católica: es decir, el teólogo se siente afectado colástica aparecen, vistas desde fuera, como el pensamiento
por todas estas grandes preocupaciones humanas, que si que la iglesia se construye para su propio servicio y que
bien no siempre pasan quizá a ser temática explícita de enfrenta al pensamiento del mundo. Es la época de las
su reflexión, son sin embargo el horizonte sobre el cual instituciones cristianas, y al dualismo iglesia-mundo sigue
repiensa los temas del evangelio, y en función de los cua- el dualismo pensamiento cristiano-pensamiento humano.
les interroga a la palabra de Dios. De una iglesia que vive en régimen de ghetto nace una
teología de clausura.
2. En la iglesia: momento posconciliar Hoy, quebrada ya para siempre la ilusión de una reuni-
Junto al enclave-mundo, tenemos el enclave-iglesia ficación de las realidades temporales bajo el cielo ecle-
(Sitz im Leben). El hecho mayor de la conciencia católica siástico, tal como se realizó casi plenamente en la edad
contemporánea es sin duda el concilio Vaticano II. Con él media, y rotos todos los temores propios y quizá legíti-
ha sido posible que por fin la teología católica se sitúe a mos en el siglo xix, la iglesia se sabe fuerte y fecunda
nivel histórico e inicie su entrada en el siglo xx pues has- en el mundo, en la medida precisamente en que renuncia a
ta él en realidad había existido como prolongación de todas las defensas que no sean la fuerza del evangelio, la
unas formas teológicas repristinantes y restauradoras, y en fuerza del Espíritu y la fidelidad de sus miembros. En la
rarísimos casos como auténtica creación, es decir, nacida mitad del siglo xx surge una teología condicionada por
de los resortes intelectuales, de las preocupaciones histó- una iglesia que se reconoce y acepta como iglesia de diás-
ricas y de las necesidades eclesiales tal como éstas afectan pora. Situación no tolerada amargamente sino gozosamen-
te aceptada, puesto que ésta es su ley interna: ser congre-
a los hombres que creen y piensan a la altura del tiempo.
gada de entre los pueblos para participar en la plenitud
Si volvemos nuestra mirada a los tres últimos conci-
de su Señor, y luego ser dispersa entre esos mismos
lios ecuménicos podemos constatar que de cada uno de pueblos; tomar sabor de evangelio, devenir sal y salar al
ellos han surgido formas de teología bien distintas entre mundo; aglutinarse en cera o aceite para devenir lám-
sí, puesto que a su vez los concilios eran fruto y reflejo de para y gastarse alumbrando. Que no es sino repetir la gesta
una determinada iglesia. Al concilio tridentino sigue una de Cristo, devenir hombre, convivir con los hombres sien-
teología polémica, de controversia, correspondiente a una do hombre en fidelidad hasta morir por ser hombre,
iglesia que ha vivido en régimen de cristiandad y de pron- transformando así el destino humano al haberlo vivido en
to se encuentra, no ya con el hecho desde siempre cono- absoluta fidelidad a la vez que en una forma cualitativa-
cido de un pensamiento herético sino con una interpreta- mente distinta de los demás.
ción global y nueva de lo cristiano que cuestiona toda su
historia anterior y todo su futuro. A raíz y a partir del Por tanto, la teología surge hoy como el necesario
Vaticano I apenas existe un pensamiento teológico vigo- quehacer de un creyente que vive enraizado en el evan-
roso. La teología que se escribe entonces es fundamen- gelio, sembrado en el mundo y decidido a no capitular de
talmente restaurativa y lleva el sello de su origen casero. ninguno de los imperativos de su humanidad histórica;
Con raras excepciones, como Newman, ha sido pro quehacer de un creyente que percibe atento las exigen-
domo, no en diálogo con las grandes corrientes del pensa- cias del Espíritu a través de los movimientos internos de
la misma iglesia y no menos a través de los movimientos
miento contemporáneo, como fue la gran aventura de
generales de conciencia contemporánea que, suscitados por
hombres geniales, un Agustín o un Tomás de Aquino, sino
el Espíritu en una sincronía salvífica, pueden constituir para
342 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA EL TEÓLOGO Y LA TEOLOGÍA HOY 343

él el medio de manifestársele las exigencias del evangelio; 1. La deuda para con los movimientos
quehacer de un creyente con una comezón misional, ya
que hoy percibe mejor que nunca que el cristianismo no de renovación intraeclesial
existe para explicar las estructuras de lo real —por ello
Antes que enumerar las tareas vamos a confesar las
no es una filosofía—, ni menos directamente para trans-
grandes deudas que siente el teólogo católico y el teólogo
formarlo — por eso no entra en competencia con ninguna
cristiano en general. Si alguna vitalidad tiene la teología
ideología—, sino para interpelar al hombre, cuestionán-
en la iglesia hoy la debe a los grandes movimientos de
dole su propia existencia al actuarle la pregunta por el
retorno a los propios orígenes desde los que mana el agua
sentido de su vivir, para escandalizarle y a la vez ilu-
original del saber sobre sí misma: a la Biblia como pala-
minarle con la palabra de Cristo, pues a escándalo inevi-
bra viva de Dios, transcripción normativa de la conciencia
table ha de sonar toda palabra que exija ser la expresión
de la iglesia en aquel momento originante, en que el pro-
personal, definitiva e inmediata de Dios como Absoluto
pio ser se hizo transparencia en la fuerza del Espíritu y
presencializado en un lugar y tiempo de la historia huma-
por ello mismo le llamamos libro inspirado y canónico.
na; para preguntarle si quiere jugar el juego límite: asumir
Biblia redescubierta en paralelismo con el redescubrimien-
su libertad y aceptarla fundada en una libertad fuente,
to de la humanidad de Jesús nuestro hermano, en quien
interpretándola en sus exigencias históricas a la luz del
la divinidad luce no al margen de su carne y vida humana
evangelio; en definitiva, para ofrecerle la salvación de su
sino precisamente a través de ella pues su divinidad se
propio ser como don, que no obstante ha de conquistar,
hace visible porque la humanidad fue tan humanamente
o como conquista personal, que le es posibilitada y dona-
vivida hasta el fondo que así sólo la pudo vivir quien era
da por Alguien.
algo más que hombre. Al redescubrir que Dios se hizo no
Para tratar con rigor y en profundidad nuestro tema hombre sin más sino un hombre concretísimo y que por
habría que esbozar toda una eclesiología contemporánea, tanto sólo sería posible reconocerle y aceptarle tal en la
pues la teología no es sino la exigencia, tematización y aceptación de ese judío condicionado por una herencia,
programación científica de las realidades y exigencias cris- una raza, una maternidad y hasta un paisaje y atmósfera;
tianas tal como el Espíritu las deja percibir o las urge en al hacer este redescubrimiento se percibió en paralelismo
el corazón de la comunidad creyente a través de los ca- cómo la encarnación de Dios en su palabra escrita sólo es
nsinas de sus miembros. perceptible si le acogemos como palabra de unos hombres
y de un tiempo, como criatura nacida en unas entrañas de
hombres.
II
FACTORES DETERMINANTES DE LA La iglesia ha aceptado definitivamente la legitimidad
TEOLOGÍA HOY y necesidad de los estudios históricos, críticos y filosófi-
cos cuando ha aceptado la nueva cristología, superadora de
En esta referencia al mundo y a la iglesia, de los que un monofisismo anterior inconsciente que, vuelto hacia
surgen y para los que viven, comprenden los teólogos hoy el Cristo Dios, dejaba casi en total penumbra al Cristo
su misión. Esbocemos ahora cuáles son los grandes pro- de nuestra fraternidad, quien sólo por ello es el Cristo de
blemas o, mejor, las grandes tareas ante las que se sienten nuestra eternidad; monofisismo paralelo que al afirmar que
situados. la Biblia era palabra de Dios parecía ignorar que a la vez
era palabra humana y por tanto objeto de estudio, exac-
344 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA EL TEÓLOGO Y LA TEOLOGÍA HOY 345

tamente igual que otro libro cualquiera, más aún, que cubriendo todas las virtualidades de aquella palabra y
sólo se llegaba al descubrimiento de la intención divina a sólo él es quien nos lleva a la verdad completa, median-
través de la penetración en la intención del autor humano. te la conjugación de sus inspiraciones interiores sentidas en
Retorno a unas fuentes litúrgicas para volver a en- la iglesia de la que es alma, y en el mundo mediante los
contrar en la impresionante diversidad de textos toda la movimientos más auténticos de la conciencia espiritual,
riqueza del misterio de la iglesia, que se actúa a sí misma puesto que también sobre las aguas del ancho mar que es
precisamente en aquel acto en que el misterio de Cristo el,mundo alienta ese Espíritu y no sólo sobre el arca que
se presencializa y en el que su palabra logra tal eficacia en él flota (la iglesia).
vivificadora en la fuerza del Espíritu que transforma los
dones ofrecidos al Padre en don del Padre a nosotros, don 2. La deuda para con los movimientos
supremo de sus entrañas que es el propio Hijo. Liturgia
redescubierta no como oficio a cumplir o deber de reli-
generales del pensamiento contemporáneo
gión a realizar sino como iglesia en acto, lugar y tiempo Junto a estos grandes focos de renovación teológica
del nacimiento de esa iglesia, sobre todo a través de las encendidos dentro de la iglesia, deberíamos enumerar al
dos cumbres de la acción de Cristo sobre ella: el bautismo menos todo lo que la teología debe a corrientes de pensa-
y la eucaristía. miento o de acción surgidas al margen de la iglesia y que
No menos que del movimiento de retorno a los pro- la han aportado vida después de un largo diálogo, hostil
pios orígenes ha nacido la teología actual del movimiento primero, contenido después, cordial al fin.
de tendencia hacia las propias metas. Aquí habría que No entro en un enjuiciamiento detenido de sus valo-
enumerar todos los movimientos apostólicos ordenados a res específicos o de sus contravalores, pero pienso que el
crear una presencia eficaz de los cristianos en aquellas teólogo se quedaría con remordimientos de conciencia si
fronteras de la acción, donde se van jugando los destinos no confesara públicamente cuanto debe en la comprehen-
nuevos de la comunidad humana. Presencia obrera cris- sión que ha hecho del mensaje cristiano, en la purificación
tiana en la nueva sociedad industrial, presencia en el de sus fórmulas anteriores y en la prospección del futuro,
mundo de la pobreza y en los países en vías de desarrollo a formas de pensamiento como pueden haber sido el per-
o en explícito subdesarrollo. Presencia cristiana en aque- sonalismo filosófico, con figuras como Max Scheller y Mou-
llos campos de la investigación, en los que se programa y nier, que han fecundado indirectamente la moral y la ac-
decide el futuro no de los individuos sino de toda la hu- ción cristianas, aun cuando sea precisamente la teología
manidad, aun cuando esto quizá sea por un estudio del moral, la que lleva un retraso de treinta años respecto de
pasado. Queden aquí citados tres grupos de nombres, las demás disciplinas teológicas. No debe menos al exis-
símbolo de este afrontamiento auténticamente cristiano tencialismo, que entre otras cosas, al postular una exacer-
del presente: la JOC de Cardijn y los sacerdotes obreros; bada y casi rencorosa devolución de la libertad al hombre
R. Guardini, Teilhard de Chardin, H. de Lubac, Y.-M. Con- y al proclamar en grito cómo en la historia cristiana
gar, K. Rahner; los Hermanitos de Carlos de Foucauld y los reciente se habían vivido a veces la libertad de Dios se-
misioneros del tercer mundo. Todos ellos atestiguan con su ñor y la libertad del hombre libre con categorías que lle-
misma existencia que si el evangelio de Cristo es norma vaban a hacer de ambas dos libertades concurrentes, y
definitiva e intrascendible del pensar y hacer cristianos, por tanto de Dios y del hombre dos antagonistas; al mos-
es sin embargo el Espíritu el que, a través de su presen- trar todo esto ha hecho revivir en primer lugar la potente
cia inmediata e individual en cada creyente, nos va des- convicción cristiana de cómo redención es sinónimo de li-
346 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA EL TEÓLOGO Y LA TEOLOGÍA HOY 347
beración, de que el primer don que Cristo trae al hombre otra de las partes de la alternativa. La teología ha recon-
es la posibilidad radical de ser libre no con aquella liber- quistado una libertad interior absoluta para la crítica de
tad superficial que consiste en hacer esto o lo otro, hacer tales cosmovisiones sólo después de haber aceptado el
o no hacer, sino con aquella otra mucho más profunda que reto, de haber entrado en el diálogo, de haber pasado a
nos hace posible realizar aquel ser mejor, con el que so- la acción y conversión las verdades clarificadas. Hoy re-
ñamos y que no poseemos, del que venimos y al que casi nace en la iglesia junto con la humildad de acoger la in-
nunca vamos. Y en segundo lugar ha hecho surgir de nue- terpelación de los otros la osadía para interpelar y, supe-
vo la convicción de cómo el hombre no puede recibir ni rados todos los complejos anteriores, los teólogos afrontan
siquiera de Dios sino en la medida en que la oferta y acep- ya todas las controversias. Antes el ateísmo interpelaba
tación son personales y libres, ya que de lo contrario el seguro al cristiano situado en defensiva; hoy, a la inversa,
hombre sería reducido a nivel de cosa y negado en su es el cristiano quien interpela al ateísmo.
absolutez, verdadera aunque sea finita.
4. Las grandes tareas actuales
3. El reto de los grandes desmitificadores Examinadas ya las aportaciones que la iglesia ha reci-
Además de la deuda para con los movimientos extra- bido de los movimientos nacidos en su propio seno, de los
eclesiales que han nacido al lado de la iglesia, sin que qui- que nacieron fuera de ella y no menos los retos planteados
sieran ser ni una apología ni una condenación, y a los que por los grandes desmitificadores, intentamos ver ahora
la iglesia se ha abierto en diálogo y audiencia, a la vez cuáles son las grandes tareas ante las que está el teólogo
que en distancia y crítica, encontramos la deuda para los que hoy día. Con sencillez digamos que son las mismas de
han sido llamados los grandes desmitificadores: Nietzsche, siempre: la inteligencia del misterio de Dios, de Cristo y
Freud, Marx. del hombre, la purificación de las formas y fórmulas de
Ellos han planteado al cristianismo el reto supremo y fe, la iluminación de las situaciones eclesiales mediante la
han forzado a la conciencia creyente a sumergirse en sus confrontación con las necesidades y problemas del alma con-
profundidades últimas para descubrir cuál es el sentido de temporánea. Más concretamente nos atreveríamos a enu-
la finitud ante el Infinito, cuál la radicación de nuestra merar las siguientes:
libertad y voluntad creadoras, cuál la implicación e interac- a) Los temas fundamentales del cristianismo
ción entre las estructuras en las que el hombre vive y las La tarea primordial consistirá en un afrontamiento
realidades que el hombre es. Ellos le han hecho no menos nuevo y radical de los temas fundamentales de la existen-
necesario un veraz examen de conciencia para mirar la cia cristiana. Operar una concentración de la mirada en
propia historia con humildad, aceptando todas las defor- aquellas realidades del mensaje que constituyen el núcleo
maciones de lo cristiano operadas por la capitulación ante de lo cristiano y que han de ser las que nos den luz para
sistemas de pensamiento o formas de política o estructu- orientarnos en el mundo. Una de las causas de la decaden-
ras de producción, que si habían surgido del seno de una cia de la teología en los últimos decenios, especialmente
sociedad cristiana no eran expresión auténtica de una vi- en el siglo pasado, radica en la dispersión del interés teo-
sión cristiana del hombre y de lo real. lógico en temas que eran periféricos, devocionales o de
Todo reto es una inmensa posibilidad, no menos que importancia absolutamente secundaria. Los problemas de
un real peligro: depende del coraje con que se acepte y del siempre son los que hay que afrontar también hoy: hay
valor con que se afronte, el que se hagan realidad una u que volver a saber hablar de Dios y de Cristo, de la deifi-
EL TEÓLOGO Y LA TEOLOGÍA HOY 349
348 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA

cación que él opera, de la existencia nueva que suscita, de El movimiento de la reflexión teológica no avanza sólo
en línea deductiva desde lo que Dios es en sí hacia lo que
la comunidad de hombres nuevos que surgen de la fe co-
Dios es para nosotros, sino también en sentido inverso:
mún y de la común esperanza; de las motivaciones específi-
preguntando a las fuentes inspiradas qué ha hecho Dios
camente evangélicas de la acción, del comportamiento espe- por nosotros, se intenta llegar a sospechar lo que Dios es
cífico del cristiano ante los valores nuevos del progreso. en sí mismo, dada la continuidad fundamental entre acción
Se trata, por tanto, no de introducir adornos en el edi- y sujeto operante, y sobre todo la fidelidad de Yahvé que
ficio teológico sino de un afrontamiento nuevo de la tota- se da en totalidad, es decir, se revela en verdad, no desve-
lidad del mensaje. El problema es más radical de lo que lando otras cosas sino revelándose a sí mismo. Se avanza
parece. Se trata no tanto de preguntar cómo anunciamos desde la oikonomía en Cristo a la «teología en Dios». Dios
el evangelio o cómo ha de vivir la iglesia en el mundo, aparece así ante todo como el Deus salutaris noster, y del
cuando de saber en verdad cómo es mensaje de vida eso «Credo» lo que más impresiona es la constatación de
que llamamos evangelio, qué anuncia, qué confiere y cuál cómo todos los enunciados refieren hechos históricos que
es su valor real, es decir, su capacidad transformadora y han ocurrido propter nos homines et propter nostram
enriquecedora del vivir, y no sólo consoladora del morir. sálutem.
No preocupa hoy el cómo de la iglesia, sino el qué del
evangelio. c) El hombre cristiano o la novedad
del evangelio
b) Concentración antropológica La tercera gran tarea es esbozar cómo ha de ser el
A la concentración temática sobre los temas focales hombre que implica y supone la revelación que Dios hace
de la revelación seguirá la concentración antropológica so- de sí mismo. La Biblia no nos ofrece sólo ni primaria-
bre los problemas radicales del vivir humano. Y hoy el mente afirmaciones sobre el Dios que es sino sobre el Dios
problema central del hombre, como siempre, es el sentido que hace con nosotros y para nosotros; consecuentemente
mismo de su existir. Y a eso es en definitiva a lo único que nos revela al hombre que «es» en cuanto «vive» la llamada
responde el evangelio: no a la pregunta por la estructura al diálogo y a la convivencia con Dios. Una de las supremas
o contenido objetivo de la realidad real — ésa es la tarea urgencias teológicas es la elaboración de una antropología
de los demás saberes —, sino a la que llamaríamos contex- auténticamente cristiana, que haga arrancar sus plantea-
tura trascendental, es decir, el porqué y cómo de la rea- mientos de un análisis de lo que en el hombre y para el
lidad humana en el tiempo. El evangelio aporta no expli- hombre significa el hecho mismo y el contenido de la
caciones o demostraciones al misterio del hombre sino revelación de Dios.
que muestra su significación, su valor y su sentido al ofre-
cernos la suprema realización histórica de lo humano en d) El ateísmo o el problema radical
Cristo Jesús, lugar concreto, por tanto, donde se actualizan de lo humano
y esclarecen las posibilidades fundamentales de la existencia Después de los tres retos supremos que el espíritu de
humana. Hoy incluso a los dogmas que podrían ser más occidente ha hecho a la iglesia católica: reto a la catoli-
remotos a la experiencia diaria se les interroga en orden a cidad tradicional presentado por Lutero y consolidado en
mostrar su valencia histórica para el hombre. Títulos como la división confesional; reto al cristianismo histórico re-
los siguientes son representativos de esta búsqueda de va- duciéndolo a religiosidad natural iniciado filosóficamente
lores: «Fe y existencia», «Misterio trinitario y existencia por la Ilustración y el deísmo para terminar en gesta so-
humana», «Eucaristía y comunidad temporal». cial con la revolución francesa; reto finalmente a la dimen-
350 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA EL TEÓLOGO Y LA TEOLOGÍA HOY 351

sión religiosa del hombre al reducir la teología a antropo- lo contrario escindirían al hombre dolorosamente forzán-
logía y que con Marx ha pasado a ser concreción socio- dole a renunciar a alguna de ellas.
económica en la revolución soviética; después de estos Muchas de las opciones contemporáneas son reacciones
tres grandes retos, el teólogo tiene que afrontar con nue- ¡ extremas a posturas anteriores de paralelismo igualmen-
vo vigor el estudio de lo humano para adivinar y explicar ¡ te extremas. Por ejemplo la prevalencia desmesurada que a
convincentemente cómo la trascensión de la finitud en un veces ocupa hoy día la dimensión horizontal de la exis-
Absoluto que la funda y de la libertad participada en una tencia por la cual el hombre se realiza en la sucesión tem-
libertad fontal no constituyen alienaciones de lo humano, poral, en la convivencia humana, en el propio trabajo,
sino radicaciones que lo dan sentido y fundamento. Ten- sobre la dimensión vertical, por la que el hombre se tras-
drá que explicar cómo una absoluta fidelidad a la historici- ciende a sí mismo en el instante, queriéndose y realizán-
dad humana puede hacer comprehensible que Dios haya dose en referencia a Dios, y a la salvación que él ofrece en
tomado tan en serio a la humanidad no sólo en general una gratuidad absoluta. Se trata en última instancia de
sino a cada uno de los hombres individuales, que se haya mostrar cómo los diversos estratos, dinamismos y poten-
hecho cercanía a ellos, y esto no simplemente en la forma cias de lo humano no existen separados sino queridos por
abstracta de las ideas sino mediante una condescendencia el único Dios y ordenados en un único plan de salvación
ocurrida en la vocación de un pueblo y en la asumpción para un hombre interiormente uno. Por ello no se iden-
de una carne hasta el punto de que esta cercanía a lo hu- tificarán, pero tampoco se enfrentarán, redención y pro-
mano llegó a ser identificación con lo humano y es a lo greso, comunidad de creyentes y comunidad de hombres,
que llamamos encarnación o unión hipostática. espera de una sociedad más humana y esperanza escato-
Mostrar todas las dimensiones de lo humano y anali- lógica, confianza en Dios y programación de la transfor-
zar el sentido del ateísmo son, por tanto, dos de las tareas mación terrena. Frente a toda antropología dualista que
más urgentes del teólogo a fin de salvar al hombre, que ve naturaleza y gracia si no en oposición sí en superpo-
oscila siempre entre el pesimismo absoluto de un Sísifo sición, el creyente contemporáneo vive, aun cuando no
dispuesto a rodar sin sentido la peña de su desesperación o sea consciente de ella, de la convicción de que todo es
el optimismo absoluto de un Prometeo que quiere hacer de gracia, y sin ignorar la absoluta gratuidad de la comunica-
ción divina en Cristo, repite en el santuario de su alma
su finitud mortal el origen y fuente de toda inmortalidad.
como evangelio verdadero los versos de Péguy:
e) Unidad de las diversas dimensiones
en el único hombre Y el árbol de la gracia y el de la naturaleza
han unido sus dos troncos desnudos, tan solemnes;
Elaborar una antropología cristiana que devuelva al han confundido tanto sus destinos fraternales,
creyente la vivencia de unidad entre todas las dimensio- que tienen ya idénticas estatura y esencia.
nes de su existir, que sin confundirlos supere los parale-
lismos y las escisiones en las que hasta ahora a veces se f) ha interpretación bíblica
ha vivido: como creyente y como hombre, como miembro o el problema de la palabra
de la sociedad humana y miembro de esta comunidad de Una tarea que no viene en último lugar: la interpre-
salvación que llamamos iglesia, como constructor de un tación fiel de la palabra revelada acogiéndola como pala-
mundo presente y expectante de un cielo futuro. Inteli- bra de Dios en cuanto que es precisamente su palabra en
gencia del propio misterio humano, inteligencia de Dios la palabra de unos hombres, palabra para todos nosotros
e inteligencia del mundo tienen que ir unidas, ya que de aun cuando esté condicionada en su expresión por las
352 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA EL TEÓLOGO Y LA TEOLOGÍA HOY 35 3

coordenadas mentales e interpretativas de un lugar y tiem- judío ha mantenido viva la historia pasada de los padres
po remotos. ¿Cómo es la palabra de Dios palabra para como revelación de Dios reinterpretándola en función de
nosotros hoy al sernos anunciada, nosotros que no com- su propio presente, a la luz del cual aquélla recibía una.
partimos ni nos sentimos obligados a aceptar todas las profundidad insospechada antes y éste un carácter de per-
limitaciones de saberes y pensares de un pueblo nómada manente revelación de Dios a su pueblo. Las palabras son
como fue el judío y de una cultura tan distinta de la un vaso frágil y capcioso, reteniéndolas entre las manos no
nuestra como fue la semita? Exégesis histórico-filológica nos aseguran conservar lo que originariamente expresaron.
y exégesis teológica no menos necesaria que la exégesis No siempre lo que dicen es lo que quisieron decir. Un
existencial, la que operan los creyentes al realizar por ins- escritor francés, Louis Claude de Saint Martin, escribía en
tinto de fe las exigencias profundas de la palabra en un 1792:
hoy y un aquí. Las palabras se han convertido en otros tantos muertos que
Es, en definitiva, el problema de la historicidad, del entierran a sus muertos, que incluso a veces entierran a los mismos
sentido y de la validez del conocimiento humano el que vivos. El hombre no raras veces se entierra a sí mismo con sus
está en juego al hablar hoy día de desmitificación y de propias palabras cuando éstas han perdido todo su sentido.
hermenéutica. La palabra de Dios escrita participa en las
dimensiones divino-humanas de Cristo y está expuesta a h) Desnivel entre acción cristiana
las mismas herejías que fueron naciendo respecto de él. y pensamiento cristiano
El paso difícil entre el Scyla y Caribdis del monofisismo y Como constatación última afirmamos que existe hoy
nestorianismo nunca resultó tan angosto y tan agónico un desnivel grave entre la vitalidad de la iglesia en el
como hoy. orden de la acción, presente en todas las fronteras, alerta a
todas las iniciativas, y la vitalidad teológica. A este dina-
g) Hisloria de la autocomprehensión cristiana mismo operativo no acompaña un dinamismo iluminativo.
o la reinterpretación del dogma La desproporción entre acción y reflexión, entre testimo-
Es la misma tarea de la hermenéutica, a que aludimos nio y pensamiento, entre misión y teología comienza a ser
en el párrafo anterior, prolongada a la palabra de la igle- preocupante, como signo de un peligroso y achatado prag-
sia en las fórmulas sucesivas de su fe, que ha ido elabo- matismo. A la esquizofrenia de antes (prevalencia de una
rando en concilios, liturgia, magisterio pontificio, colegio teología conceptual sin referencia ninguna al existir con-
episcopal. Quienes hoy hablan de re-interpretación, re-for- creto) sucederá una nueva: la esquizofrenia del lanzamien-
mulación, o re-presentación de los dogmas no piensan o to a la acción ignorando las exigencias específicas de lo
creen con esto ser menos fieles a los aspectos del misterio cristiano. Todo hacer de los hombres, para ser verdadera-
clarificados de una vez para siempre; quieren descubrir su mente humano, tiene que ir acompañado de una penetra-
valor, eficacia y normatividad para nosotros que ya no so- ción intelectual en el contenido. Todo hacer de los cre-
mos solidarios de los contenidos adyacentes a través de los yentes, para poder ser considerado cristiano, ha de estar
cuales fue expresado y, por ello, su deseo de buscar otros penetrado e iluminado por la claridad del evangelio, clari-
continentes es el exponente más claro de una absoluta fide- dad que se inicia en la fe viva y que, hecha posesión re-
lidad al contenido. No se mantienen las ideas repitiendo fleja y estructuración sistemática, es lo que llamamos teo-
las palabras, ya que éstas forman parte de un campo sig- logía. No se puede impunemente hacer sin pensar. Ni se
nificativo humano al que muy difícilmente pueden ser puede impunemente pensar repitiendo pensares. Sólo
arrancadas. Los exegetas saben muy bien cómo el pueblo quien crea cree a la larga, y sólo quien piensa y cree vive.
354 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA
EL TEÓLOGO Y LA TEOLOGÍA HOY 355

Esta ley es igualmente válida para el creyente individual decir, no puede expresar el misterio en su totalidad y
y para la comunidad eclesial. sólo como en i espejo y en enigma lo vislumbra, en espera
de la final revelación. Por otra parte deberá ver su esfuer-
zo en conexión con todo el trabajo que se realiza en la
III iglesia, como simple y humilde aportación a un edificio
cuyos proyectos y realización final le desbordan. Pasó de-
RETRATO INTERIOR DEL TEÓLOGO finitivamente la época de las Sumas al estilo medieval.
Este carácter fragmentario y escatológico de la teo-
Podríamos titular este tercera parte: grandeza y mise- logía, su misma provisionalidad, no le restan nada de su
ria del teólogo. Como nunca anteriormente percibimos valor y de su verdad, pero impiden convertir a los siste-
hoy cómo ser teólogo a la altura del evangelio y a la altura mas teológicos en ídolos que suplanten a las realidades
de los hombres es una esperanza imposible, y sólo quien mismas de la fe, en lugar de servirlas de pedestal, que
acepta la tarea con una capitulación previa, considerán- desapareciendo les hacen aparecer en plena luz.
dose totalmente desproporcionado a la empresa iniciada,
pero también sólo quien la acomete con una fiel osadía, 2. Responsabilidad y capacidad de riesgo
una plena actuación de todas sus potencias de creer y
crear, de amar y esperar, comprender y sospechar, cons- Esto supuesto, el teólogo debe tener el valor de afron-
tatar y soñar, sólo ése puede abrigar la esperanza de algún tar todos los riesgos necesarios, de hacer incursiones por
éxito. todos aquellos campos del saber que puedan aportar una
Vamos a enumerar algunas de las exigencias que se luz, por mínima que fuere. Valor para elaborar una teolo-
le plantean al teólogo para ser fiel a ese quehacer difí- gía no sólo de tesis seguras, sino de hipótesis nuevas; va-
cil que cumple en la iglesia en función de sus hermanos. lor de recordar el pasado y sospechar el futuro, teología,
No nos referimos ahora a la capacitación técnica (lingüís- por tanto, de certezas y de sospechas. Unas y otras.tienen
tica, literaria, histórica, filosófica) absolutamente necesa- su valor y su legitimidad. Para darles asilo a estas últi-
ria si es que quiere afrontar responsablemente la tarea, mas no hace falta esperar a que logren una verificación
sino más bien a aquellas otras disposiciones de alma, ini- definitiva. Es lo que ha ocurrido no pocas veces con
ciales o permanentes, que ha de poseer el teólogo para gran escándalo para quienes piensan y experimentan,
asumir su misión y no desesperar de ella. puesto que ello significa no aceptar en verdad la condición
humana.
Uno de los más graves fallos de la iglesia fue pedir en
1. Conciencia simultánea de su determinados momentos seguridades totales cuando sólo
grandeza y límites eran posibles seguridades medias. El hombre no sólo vive
Grandeza porque él es el servidor de Dios y nunca su en evidencias absolutas sino sobre todo de convencimien-
simple abogado defensor. Dios no necesita defensa de tos más o menos parciales. La vida no está trenzada con
hombre alguno. Tiene como tarea no de-mostrar el evan- fórmulas matemáticas de matemática evidencia y por ello
gelio a los hombres para urgírselo como una ley más sino no deja de ser real y verdadera. Con razón se ha escrito
mostrar sus valores y presentarlos como una oferta de que para nuestro conocimiento de la verdad no podemos
vida. Humildad al tiempo para aceptar y ser consciente apearnos de la corriente de la historia y hacer pie en la
siempre del carácter fragmentario de su teología, que orilla de la eternidad. Lo eterno de esta verdad lo tenemos
como la fe y la iglesia, tiene una tensión escatológica, es
EL TEÓLOGO Y LA TEOLOGÍA HOY 357
356 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA

ejercicio crítico. El teólogo es igualmente consciente de


en la historia, y por eso lo alcanzamos solamente cuando cómo la historia es el ámbito de la acción del Espíritu y
nos entregamos a su marcha. de la acción del maligno. Por ello no acepta nada sin dis-
cernir previamente si es signo de Dios o exponente^ del
3. Veracidad absoluta pecado humano. Superación, por tanto, de la agresividad
Sólo podrá cumplir esta tarea de inventar hipótesis, defensiva y del concordismo adulador. Una de sus mayo-
si sabe renunciar a ellas; de iniciar pistas y desandar el res tentaciones consistirá en ceder a las soluciones inme-
camino si es un hombre maduro en autenticidad y liber- diatas de los problemas preocupándose más de la validez
tad interior, de una sinceridad absoluta ante el Señor a súbita que de la validez objetiva: algo así como la madre
quien sirve y cuya palabra interpreta y ante sí mismo como cuando contesta al niño no tanto para esclarecer la dificul-
intérprete. Nunca olvidaré la palabra cruel de Nietzsche tad de fondo cuanto para acallar la curiosidad de superfi-
dirigida a los teólogos: cie. Consecuentemente, capacidad para superar las dificul-
tades, para vivir en medio de ellas hasta que se haga luz
Quien tiene sangre de teólogo en sus venas, está de antemano verdadera, consciente de que una cosa es la fe y otra la
incapacitado para una visión objetiva y una interpretación sincera teología que la traduce, pudiendo en determinados mo-
de la realidad.
mentos y por tiempo breve fallar ésta sin que aquélla que-
Es precisamente la seguridad de la fe, más potente que de afectada. Ceder a los concordismos o aferrarse sin dis-
todas sus evidencias racionales, la que permite la búsqueda cernimiento a las afirmaciones de siempre, afirmarlo todo
incesante y la interrogación permanente. Nadie ha sido o negarlo todo han sido siempre dos de las tentaciones
más fielmente creyente y más perseverantemente fiel que más serias del teólogo. La luz ha de hacerse en la bús-
Job y nadie ha desgranado interrogantes más radicales e queda, en la espera, en la reflexión, en la vida. La verdad
interpelaciones más directas ante Yahvé que él. Mientras no está sin más al alcance de la mano del hombre: hay que
sus amigos, fiados de unas fáciles razones, quisieron justifi- conquistarla para poseerla, y nunca podremos saber de
car a Dios, él preferirá detectar la ambigüedad de esas ra- antemano la duración de la lucha.
zones y contra todas ellas seguir creyendo en él, o mejor,
seguir creyendo por otras razones mucho más profundas: 5. Dimensión religiosa de su quehacer
la adhesión en el amor del que gusta su finitud enraizada
en el Infinito y de quien se sabe anclado en la profundi- El teólogo sólo tiene probabilidad de cumplir su mi-
dad de Dios hasta el punto de poder gritar: «Aunque me sión si une a estas dimensiones éticas, a esta apertura al
quites la vida, Yahvé, yo esperaré siempre en ti». presente histórico, una fiel y religiosa inserción en las
realidades cristianas, desde las cuales poseerá el instinto
4. Apertura a la realidad histórica necesario emanado de la connaturalización con el objeto,
necesario para traducir en sistema de pensamiento, sin
Ante la realidad de un mundo nuevo el teólogo ha de desnaturalizarla, una verdad a la cual vive adherido como
aceptar los problemas humildemente, reconociendo la com- realidad de vida. Una reinterpretación del mensaje cris-
petencia de las otras ciencias y diferenciando la suya pro- tiano sólo será auténtica si quien la emprende ha operado
pia; superar los instintos de defensa y no situarse nunca una asimilación religiosa de la palabra de Dios, si ha
en una fácil y acelerada apologética demostrativa con ra- comulgado a todas las tareas y pasiones de la iglesia, si
zones sino en una dogmática mostrativa con valores. Junto se ha solidarizado inteligente y críticamente con la actual
al ejercicio de comprehensión deberá estar presente el
358 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA

comprehensión del hombre y del mundo. De aquí le na-


cerá la libertad y el instituto para discernir fe y fórmulas
de expresión de esa fe; le nacerá no menos el convenci-
miento de cómo adhiriéndose en totalidad, casi en intransi-
gencia, a ese contenido, sin guiñar el ojo a ningún ídolo,
puede ir más allá de las expresiones temporales y crear 2
otras nuevas, más trasparentes, más serviciales al misterio,
en función del cual están todos los teólogos y todas las ANÁLISIS CRÍTICO DE LA
teologías.
SITUACIÓN TEOLÓGICA
CONTEMPORÁNEA *

L A teología es la conciencia refleja que el cristiano tiene


^ del contenido de la revelación, lograda bajo la ilumi-
nación que la fe proyecta y los instrumentos conceptuales
con que el hombre opera. Si la fe es fundamentalmente
un don, que podríamos definir como la capacidad que Dios
nos regala de ver con sus mismos ojos y de vivir su mis-
ma vida, la teología es una conquista del hombre, que al
recoger esa vida divina, esa autodonación de Dios, la quie-
re integrar en la totalidad de su existencia, acogiéndola
con la inteligencia en cuanto procura clarificar su conte-
nido de verdad, con la voluntad en cuanto la acepta y ama
como un bien, con la vida en cuanto la «verifica», es decir,
la hace valor y verdad operándola en su existencia. En
otra perspectiva podríamos decir que si la fe es la res-
puesta que el hombre da a la palabra interpeladora de
Dios, dirigida por medio de profetas, evangelistas y sobre
todo en Cristo, la teología es el esfuerzo clarificador, inte-
grador, sistematizador de las virtualidades internas y de
las exigencias externas de esa misma palabra.

* Estas páginas reproducen la lección inaugural de la I Exposición


bibliográfica internacional, organizada en el marco de la facultad de teolo-
gía de Salamanca 1968. No hemos modificado el tenor original. Muchas de las
afirmaciones que aquí se hacen, sobre todo en la segunda parte, necesitarían
una prueba más exacta y una matización más rigurosa. Quizá a lo largo del
libro queden clarificados temas que aquí sólo aparecen marginalmente.
360 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA SITUACIÓN TEOLÓGICA CONTEMPORÁNEA 361

De esa diversa vivencia histórica que cada período va


I teniendo de lo humano, surge un diverso acercamiento a
LA TEOLOGÍA Y SU PERMANENTE NOVEDAD la revelación, y actualiza unos u otros aspectos de ella.
Con esto tenemos la diversidad de teología como resul-
1. Legitimación y causas de una teología tante necesaria de las formas y maneras distintas en que
Dios interpela a cada generación, acomodando su palabra
siempre nueva a la diversa humanidad. Dios no agota su ser en una pa-
El mismo y único Dios se va revelando a lo largo de labra, porque si bien es verdad que en dándonos a la
la historia de formas y maneras nuevas, condescendiendo única que tiene, su Hijo, nos lo dio y dijo todo, sin em-
con el hombre distinto que la evolución humana va ha- bargo nos dejó como legado interpretativo al Espíritu,
ciendo nacer cada vez nuevo. Por ello dentro de los libros que desplegándonos a lo largo de los siglos las virtuali-
inspirados encontramos géneros literarios diversos y todos dades de esa única palabra, nos lleva a la verdad com-
ellos son palabra inspirada. De forma idéntica podríamos pleta. El hombre, por otra parte, no agota lo humano
decir que la fe, en cuanto contenido de vida divina comu- en ninguna de las fases históricas, lo que equivale a afir-
nicada al hombre, se va insertando en el vivir humano mar que, mientras vivimos unos pliegues de nuestra hu-
actuando aquellas dimensiones de la existencia que cada manidad, duermen inéditos otros muchos de ella. De ahí
generación vive más en primer plano de la conciencia y que la historicidad sea constituyente de la existencia hu-
por ello con mayor intensidad, actuando por tanto unas mana.
potencialidades humanas en una generación más que en Y este hombre así descrito, siempre idéntico y siempre
otra, manifestando unas exigencias con mayor relieve que distinto, es el que cree, el que acoge la revelación de Dios
otras, provocando unas esperanzas y dejando quizá en la tal como él es, el que hace teología. Ya tenemos como
penumbra otras. consecuencia necesaria de la presencia operante del Espí-
De ahí se deduce la unidad de fe a lo largo de toda ritu Santo en la iglesia y de la historicidad humana, la
la historia de la iglesia, en cuanto que es un único Dios necesaria diversidad de teologías a lo largo de la historia
el que se revela, una misma vida la que comunica, su del cristianismo, o lo que es lo mismo la prueba de cómo
única vida trinitaria, y una misma esperanza escatológica toda generación que opere un acercamiento en profundi-
la que ofrece: la posesión definitiva de él mismo a la que dad y autenticidad al evangelio creará una «teología
como futuro absoluto marchan y tienden todos los pro- nueva».
yectos humanos de futuro intrahistórico. Sin embargo esta Esta expresión que en los años 45 al 50 fue tan com-
unidad de fe como contenido no impide sino que exige batida y aún hoy día sigue siendo mirada con recelo por
la diversidad de fe en cuanto estructura personal. Cada muchos, no es sino la fórmula más exacta para designar
generación recibe la palabra de Dios como palabra para un hecho histórico no menos que una verdad teológica.
ella, y la acepta como «su» palabra, en consonancia con ¿No es real y verdaderamente nueva la teología de san
los aspectos de lo humano que ella vive más acentuada- Agustín respecto de la de Orígenes, la de santo Tomás
mente. Cada generación tiene su sensibilidad histórica, su respecto de la de san Agustín, la de Eckart frente a la
escala de valores, sus preferencias y pretericiones, sus de Escoto, la de Lutero frente a la de san Anselmo, la de
acentuaciones obsesivas y sus olvidos inevitables de algu- Newman frente a la neo-escolástica postridentina, la
nos aspectos del contenido revelado, sus esperanzas espe- de Rahner, Congar, Lubac frente a la de Franzelin, Billot,
cíficas y sus oscuridades propias. Garrigou-Lagrange? ¿Quién se atrevería a elegir una de
362 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA SITUACIÓN TEOLÓGICA CONTEMPORÁNEA 363

estas teologías como la única «teología cristiana» con ex- decisión de oportunismo sino por una voluntad de fideli-
clusión de las otras? ¿Quién se atrevería a elegir a san dad, no de concordismos ligeros con las modas del tiempo
Agustín y a ignorar a Orígenes? ¿Quién podría probarnos fenoménico sino por una auscultación de aquellas necesi-
que los teólogos de nuestro siglo, que piden ayuda a la dades, intuiciones, angustias y gozos que como corrientes
filosofía neo-escolástica para penetrar en el contenido reve- subterráneas yacen en el hombre contemporáneo, suscita-
lado, actúan más legítimamente que los que acuden a das por el Espíritu y que por boca de los mejores espíri-
Blondel, o yendo más atrás incluso a determinadas doctri- tus suben a la superficie. El creyente que, en una pura
nas del idealismo? Aquel que, por ejemplo, quisiera hacer- decisión de fidelidad al evangelio y en una «simpática»
nos creer que después de santo Tomás nada nuevo se ha cercanía a los hombres y signos de su tiempo, intente in-
dicho en teología, estaría ignorando la presencia y función terpretar a unos y otros con absoluta fidelidad y con ver-
que el Espíritu cumple en la iglesia y no menos la histo- dad y amor, ese hará una «teología nueva» y renovadora.
ricidad del existir humano que no es accidental a la forma Cada hombre nuevo provoca un creyente nuevo, y ca-
de vivir la fe, sino que la condiciona, en cuanto que ella da creyente nuevo un teólogo nuevo. A la inversa podría-
es una vida para un hombre que vive, y le afecta en la in- mos decir que toda nueva teología enriquece a la fe des-
tensidad y diversidad de este vivir. cubriéndola nuevas posibilidades y estas nuevas posibili-
Una generación en la historia de la iglesia que no sea dades de la existencia creyente inducen otras igualmente
capaz de crear su teología es una generación carente de nuevas en la existencia humana.
fe, porque ésta es, en expresión de san Ireneo, como el Nos preguntamos ahora en qué medida estamos asis-
licor precioso que renueva siempre el vaso que lo contie- tiendo al alumbramiento de un hombre nuevo, para co-
ne. Equivaldría a afirmar que se ha clausurado ante las lumbrar en qué medida proporcional es necesaria una teo-
exigencias de la fe siempre nuevas, o que ha rechazado al logía nueva, lo que equivale a preguntarnos por la vitali-
hombre al que está destinada a servir: en ambos casos se dad de la fe eclesial y por su responsabilización con la ta-
habría puesto en contradicción consigo misma. La fe es rea de una iluminación del hombre y del tiempo que
la perenne juventud de la teología. Si ésta no vive, ¿quién tiene encargadas por su Maestro y Señor.
nos podrá asegurar que aquélla sigue viviente? El teólogo
que capitula de la fe tal como ésta se vive en cada mo- 2. Radical novedad de nuestro
mento de la iglesia y no menos el que capitula de su hu- momento histórico
manidad tal como ésta la viven sus contemporáneos, se El concilio Vaticano II nos ha formulado el hecho y
pone en contradicción con el propio quehacer. contenido de la radical novedad de nuestra situación con-
He ahí la conclusión a que hemos llegado: cada gene- temporánea. Literalmente habla de «una nueva época de
ración histórica nueva supone y exige una teología nueva, la historia humana», de «los nuevos caminos que se han
exponente de la vitalidad de la fe eclesial al nivel del abierto», de las «nuevas formas de cultura», de los «nue-
tiempo. Y sin embargo esa teología no surge por una vos modos de sentir, actuar y descansar». Incluso llegará a
simple decisión de novedad, no por el mero deseo de adap- arriesgar fórmulas tan insospechadas como éstas: un
tación a los tiempos nuevos sino por la inmersión pro- «nuevo humanismo» y «una metamorfosis total de la exis-
funda en el contenido de la revelación tal como nos lo tencia humana». He aquí tres textos significativos:
ofrecen las fuentes, escrutado con las capacidades de vi-
sión, interrogación y descubrimiento que el alma con- El género humano se halla hoy en un período nuevo de su
temporánea tiene en sus mejores exponentes. No po r una historia, caracterizado por cambios profundos y acelerados, que
364 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA SITUACIÓN TEOLÓGICA CONTEMPORÁNEA 365

progresivamente se extienden al universo entero. Los provoca el mundo no es el límite dentro del cual el hombre existe
hombre con su inteligencia y su dinamismo creador, pero recaen y la naturaleza la ley que marca las fronteras a la acción
luego sobre el hombre, sobre sus juicios y deseos individuales y
colectivos, sobre sus modos de pensar y sobre su comportamiento humana. Mundo y naturaleza son el ámbito y la materia
para con las realidades y los hombres con quienes convive. Tanto necesarias para la humanización humana. Antes era nor-
es así, que se puede ya hablar de una verdadera metamorfosis social mativo el concepto de mundo-naturaleza, es decir, hechura
y cultural, que redunda también en la vida religiosai. definitiva de Dios. Hoy es normativo el concepto de
En otro lugar: mundo-historia, es decir, hacer constante del hombre.
Antes el hombre se «hominizaba» conociendo, hoy se ho-
La turbación actual de los espíritus y la transformación de las miniza operando, antes prefería hacerlo contemplando a
condiciones de vida están vinculadas a una revolución global más Dios, ahora transformando el mundo.
amplia, que da creciente importancia en la formación del pensa-
miento a las ciencias matemáticas y naturales, y a las que tratan del c) Tránsito de una consideración vertical de la exis-
propio hombre; y en el orden práctico a la técnica y a las ciencias tencia a una consideración horizontal. No impresiona ya
de ella derivadas. El espíritu científico modifica profundamente el tanto el hecho radical de una creación divina consumada
ambiente cultural y las maneras de pensar. La técnica, con sus avan- cuanto de una creatividad humana en estado inicial y que
ces, está transformando la faz de la tierra. hay que actuar; no es por tanto Dios el centro original
Y finalmente: de la atención humana sino el dinamismo propio. La expe-
riencia antropológica es mucho más fuerte y determinante
Somos testigos de que está naciendo un nuevo humanismo, de toda la existencia que la experiencia teológica. Fruto de
en el que el hombre queda definido principalmente por la respon- esto es la mayor vigencia que para el hombre tienen los
sabilidad hacia sus hermanos ante la historia 2.
valores que él mismo puede crear o someter a experimen-
3. Sus características tación frente a valores recibidos; mayor confianza en la
propia capacidad de inventiva que en la herencia, en
Enumerando las características fundamentales de esta la iniciativa que en la autoridad, en las estructuras sur-
revolución global, desde las que habría que pensar la fu- gidas de su decisión democrática que en las recibidas de
tura teología, diríamos que las fundamentales son las si- antemano.
guientes: d) Superación de una perspectiva individualista y
a) Paso de una concepción cosmocéntrica a una con- abertura a las referencias e implicaciones comunitarias del
cepción antropocéntrica de la realidad total, en la que el existir, a los imperativos y responsabilidades sociales a
hombre ya no es un objeto entre los demás objetos, un corta y a larga distancia. Ruptura de todos los ghettos
ser más o menos elevado en la escala de los seres, sino el y de todos los sectarismos con la consiguiente conciencia
centro coordinador, el horizonte y la meta desde los cuales de unificación de toda la comunidad humana en el único
todo se mide y valora. Antes el hombre era pastoreado por mundo.
el ser, hoy es el hombre pastor del ser.
e) De las tres vertientes del tiempo: un pasado a
b) Paso de una consideración estática a una conside- conservar, un presente a gustar y un futuro a crear, nos
ración dinámica de la realidad que deja de ser objeto de interesan sobre todo el presente y el futuro, y correspon-
la contemplación intelectual para convertirse en objeto diendo a ellos, impresiona no ya la virtud de la fe en
de la transformación operativa; consecuentemente el cuanto adhesión y reconocimiento del valor normativo
* GS 4.
de unos hechos ocuridos en un momento del pasado, sino
a
GS 5 y 55- más bien el amor, como la verificación de esa fe en núes-
366 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA SITUACIÓN TEOLÓGICA CONTEMPORÁNEA 367

tro instante y sobre todo la esperanza o sentido de itine- haga ir hasta el fondo de sí mismo para percibir el eco
rancia hacia un futuro, desde el que nos llegan todas las de esas corrientes profundas que corren en el solar de su
energías al presente, el que da sentido a nuestro instante ser; que le dé respuesta y le haga preguntas, que le haga
y en cuya construcción hemos de gastar las energías ac- consciente de sus inmensas posibilidades y le recuerde
tuales. La perspectiva escatológica es dominante en la sus límites, que le libere de un optimismo fácil por ser
conciencia contemporánea. ignorador del pecado, y de la ilimitada debilidad humana,
/) Una cierta despreocupación por las cuestiones úl- a la vez que le levante de un pesimismo injustificado.
timas o definitivas de la vida, obsesionado como está por Como nunca, la teología tiene hoy una tarea que rea-
las tareas penúltimas. Así, por ejemplo, no le angustia lizar. La negación total que el mundo moderno plantea
primariamente saber de dónde viene y adonde va, sino a la fe es un reto violento al pensamiento cristiano, empla-
cómo estar y vivir, cómo dar sentido a su hoy y aquí, zado así a dar una respuesta y una justificación de sí mis-
prescindiendo de su ayer y de su mañana. No le que- mo ante los hombres. Esta provocación que nos viene
ma la angustia por perder el cielo futuro sino la pasión desde fuera la acepta gustoso el teólogo, ya que él es cons-
por ganar la tierra presente. Nietzsche pide a sus ému- ciente de tener que responsabilizar su esperanza ante todos
los permanecer fieles a la tierra y lo considera como los hombres dando siempre a cada uno razón de ella,
una exigencia fundamental de todos los que han llegado según el mandato apostólico: «Estad prestos a dar razón
a la mayoría de edad. En el pórtico de una de sus obras, de vuestra esperanza a cuantos os la pidan» 4 . ¿Estará la
trascribe Camus: respuesta a la altura del reto? En un momento en que
el cristianismo pierde su carácter privilegiado de forma
Y abiertamente consagré mi corazón a la tierra grave y doliente, oficial y casi única del pensamiento occidental y tiene que
y con frecuencia en la noche sagrada le prometí que la amaría fiel-
mente hasta la muerte, sin temor, con su pesada carga de fatalidad, justificarse en el concierto de las ideologías, sin poder
y que no despreciaría ninguno de sus enigmas. Así me ligué a apelar a ninguna razón de autoridad, deberá la teología
ella con un lazo mortal3. hacer un esfuerzo gigante para redescubrir la originalidad,
la vigencia y actualidad del mensaje cristiano; un esfuerzo
g) La vivencia del hombre contemporáneo se sitúa por redescubrir no menos las connivencias internas que
en los antípodas de la del hombre antiguo. Mientras éste ofrece con la sensibilidad hodierna en orden a provocar
afirmaba que nada hay nuevo bajo el sol, para el hombre un encuentro fecundo, que constituya una verdadera in-
de hoy todo deviene y es nuevo, incluso el sol mismo es terpelación de las conciencias y posibilite o la fe o bien el
visto con ojos nuevos. escándalo.
h) En medio de todo esto, como dominándolo todo, El reto les viene a los teólogos no sólo de quienes les
una agudísima conciencia de su autonomía, de su libertad interpelan desde otras posturas ideológicas, sino también
creadora, de su soberanía, de su responsabilidad sobre el de quienes viven en el corazón de la iglesia y anhelan un
universo: gustación casi inebriante de licor recién probado. conocimiento más profundo del misterio de Cristo, una
Para este hombre nuevo que está naciendo de la nueva posesión más intelectual y menos sensitiva de las verda-
tierra es necesario surja una nueva teología, que le acepte des cristianas, para poder ser testigos eficaces de su fe,
en todos sus interrogantes y esperanzas, que le desvele una asimilación más personal y menos tradicional, un
todas sus secretas tenebrosidades y luminosidades, que le cumplimiento menos formal y más autentificado.
a B
A. CAMUS, El hombre rebelde. Buenos Aires ig67 > n i . El texto 4
citado es de Hólderlin, en La muerte de Empédocles. 2 Pe 3, is.
368 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA SITUACIÓN TEOLÓGICA CONTEMPORÁNEA 369

Concluimos esta primera parte afirmando la necesi- es ni debe ser considerado primariamente como punto fi-
dad de una teología nueva exigida por la humanidad nueva nal de una generación teológica sino más bien como posibili-
y la nueva iglesia que han surgido en los últimos cin- tación real de otra que debe comenzar hoy. Estos últimos
cuenta años. cincuenta años tienen un carácter precursor y adventicio;
en ellos, más que una teología auténticamente nueva y
fecunda a nivel de la conciencia contemporánea, lo que se
II ha hecho ha sido quitar los impedimentos que un lastre
HORIZONTE DE LA TEOLOGÍA CONTEMPORÁNEA de siglos acumulaba sobre el quehacer teológico; se han
barrido las dificultades y sobre todo los prejuicios que la
¿Cuándo y cómo ha surgido este mundo nuevo así postura decimonónica nos había legado al clausurar el pen-
esbozado? Diremos que esta nueva vivencia histórica es samiento cristiano frente al pensamiento general, al aislar
la que hace del siglo xx una generación y fase del tiempo, la reflexión creyente de la reflexión pensante, al crear unas
fundamentalmente distinta de la del siglo xix por ejem- instituciones eclesiásticas que funcionaban no tanto en
plo. Sin embargo, el siglo xx diríamos que tiene un co- diálogo y colaboración cuanto en paralelismo respecto de
mienzo cronológico que no coincide con el comienzo real. las instituciones de la sociedad civil. Recientemente he-
Desde el punto de vista político comienza en agosto de mos celebrado el centenario de la abolición de las facul-
1914 con la primera guerra mundial, desde el punto de tades de teología en las universidades civiles españolas:
vista económico con la crisis financiera de América en símbolo de la emigración, del destierro que sufre la
teología al recluirse en los pequeños seminarios diocesa-
1929. Socialmente comienza con la revolución rusa de oc- nos en distancia a los problemas del tiempo, en aislamien-
tubre en 1917 y filosóficamente con la publicación de Sein to e ignorancia de los planteamientos intelectuales y afron-
und Zeit de Heídegger en 1927. ¿Y desde el punto de tamientos críticos del pensar general.
vista teológico? Hay dos comienzos: la teología protestan-
te en sus características nuevas se inicia con Karl Barth y Y sin embargo, la labor de los pioneros ha sido in-
el movimiento de la teología dialéctica por los años 1920- gente. Uno piensa en hombres como el padre Lagrange con
1930. Todas las grandes aportaciones posteriores estarán su «Escuela bíblica» en Jerusalén que abre la exégesis a la
en diálogo, crítica, aceptación u oposición a este gran mo- investigación histórica y filológica, que es el primero en
numento del pensamiento cristiano que es la Kirchliche interpretar la palabra de Dios, como palabra de Dios y no
Dogmatik del teólogo de Basilea. Y la teología católica, menos como palabra de hombres, descifrable por tanto a
¿cuándo inicia su siglo xx? la luz de la arqueología, de la historia y de la literatura
La primera aparición de unos intentos teológicos radi- contemporánea de los pueblos semitas. La encíclica Divino
calmente nuevos vienen dados por el movimiento moder- afflante Spiritu, la constitución conciliar Dei Verbum, y
nista. A cincuenta años de distancia tenemos la suficiente la actual liturgia de la palabra hubieran sido impensables
perspectiva para afirmar que todos los problemas que nos sin este hombre genial. He citado sólo un nombre como
preocupan hoy están ya fundamentalmente planteados en- símbolo de esta pléyade inmensa de trabajadores ignotos
tonces. Una postura represiva no tuvo otro efecto que el que nos han hecho posible un redescubrimiento de las
agravar una situación que abortaría luego bajo nuevos fuentes cristianas: bíblicas, patrísticas, litúrgicas, desde
planteamientos en los decenios 1935-1955. La teología las que hoy nos mana el agua de un saber teológico vivo.
católica ha franqueado el dintel del siglo xx en realidad
sólo a partir del año 1960. El concilio en este sentido no
370 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA SITUACIÓN TEOLÓGICA CONTEMPORÁNEA 371

leyes del silogismo, aun cuando se pueda explicitar su in-


1. Conquistas terna legitimidad y sus valores humanos.
Enumeramos alguna otra de las causas provocadoras de A la teología ortodoxa debe el sentido del misterio
este renacimiento teológico iniciado hasta hoy y cuyos recobrado frente a la degeneración conceptualista de cierta
continuadores deberemos ser nosotros. El retorno a las neoescolástica, que en realidad no conectaba con santo
fuentes a que hemos aludido es la primera: toda fontaliza- Tomás ni con los grandes pensadores del siglo x m , sino
ción es una vitalización. Los cristianos del siglo xx al que se quedaba con los esquemas racionalistas de una filo-
beber en los hontanares del cristianismo auténtico, como sofía heredada de Christian Wolf; acentuación de la tras-
el movimiento bíblico y litúrgico nos los han hecho acce- cendencia de Dios y con ello de la necesidad de una teo-
sibles, han redescubierto la originalidad de la existencia logía apofática frente a una catafática, es decir, de cómo
creyente, la actualidad del mensaje evangélico y la urgen- toda afirmación del hombre sobre Dios debe ir acompa-
ñada de una negación y sólo en esta dialéctica purificación
cia de la responsabilización de sus exigencias en nuestro
de nuestros pensares y decires sobre Dios podemos llegar
momento.
a saber algo de él.
La segunda causa de una vitalización teológica ha sido
la abertura a las otras confesiones cristianas, que ha culmi- Al pensamiento filosófico contemporáneo debe muchas
nado en el decreto conciliar sobre el ecumenistno. A la de las intuiciones claves desde las que hoy comprendemos
teología protestante, por ejemplo, debe el catolicismo su la revelación: por ejemplo, la visión personal del existir
sentido de la conexión necesaria de toda reflexión teoló- que ha conducido a una renovación de la moral elaborada
gica con las fuentes bíblicas, la conciencia del carácter con un sentido dialógico; la agudísima percepción de la
ambivalente que toda filosofía tiene al ser utilizada como historicidad humana, o de los condicionamientos de nues-
instrumento interpretativo del dogma, pudiendo servir a tra libertad tal como la psicología reciente nos lo ha mos-
trado, ayudándonos así a una concepción de la libertad no
su contenido o pudiendo deformarlo: la acentuación de los
sólo como hecho sino como tarea, no tanto como fácil
valores personales frente a los valores puramente objetivo-
don cuanto como difícil conquista. Igualmente debería-
reales; del carácter dinámico y funcional de la revelación mos señalar la deuda con el pensamiento científico. La
divina concebida así como historia salvífica y no como ciencia nos ha hecho tornar la mirada humilde sobre los
adoctrinamiento metafísico; del carácter itinerante, abier- datos, nos ha forzado a no elaborar teorías en violenta
to hacia el futuro, expectante de la iglesia; de la dimen- ignorancia de los hechos, forzándonos a una aceptación de
sión escatológica de los sacramentos, y sobre todo, final- los problemas de los hombres tal como ellos los viven y
mente, del absoluto valor normativo de la palabra de Dios, sufren; nos ha recordado que si el hombre es espíritu en
no domeñable ni domesticable por ninguna situación ni el tiempo, es también carne y sangre y cómo es impensa-
por ninguna filosofía, espejo donde se ha de ver siempre ble toda concepción del hombre definido como alma ajena
la iglesia para redescubrir su rostro original. Sentido de la a la tierra y al espacio, realizable sin la acción y sin el
fe como compromiso total, como arriesgo en libertad, encuentro con los demás. Consecuentemente nos ha for-
como segura inseguridad y como entrega confiada, a la que zado a considerar como misión del hombre no sólo la es-
se pueden buscar razones mas nunca se podrá demostrar peranza de la eternidad sino también la fe y el amor al
en la misma medida en que se demuestra una proposición tiempo, la construcción de la tierra nueva aquí y ahora.
lógica, ya que el misterio de una persona dándose en Finalmente han conducido a una renovación de la teo-
amor y de otra acogiendo en amor es irreductible a las logía la cercanía de la iglesia y su solidarización con las
372 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA SITUACIÓN TEOLÓGICA CONTEMPORÁNEA 373

situaciones históricas de los hombres y no menos la con- b) El segundo imperativo sería el exponer la posibi-
dición de servicio eclesial que el teólogo ha redescubierto. lidad radical de la fe como existencia auténtica, o mani-
Él tiene hoy una aguda conciencia de existir «en» la igle- festar lo que se ha llamado la «pre-comprehensión onto-
sia, de cómo su teología no es legítima ni siquiera posible lógica» de aquellos temas fundamentales de la revelación
como una afición personal sino en conexión con la vida cristiana. Reflexión sobre los constitutivos esenciales de la
total de la iglesia, y realizada en función de la iglesia, es existencia humana, para desvelar en qué medida el evan-
decir, de la fe de los hermanos. Se ha redescubierto como gelio viene o no a esclarecer esas preguntas que el hombre
poseedor de un carisma en función del cuerpo total de la padece y cuya formulación incluso sólo puede hacer clara-
iglesia, y se siente definido en aquella expresión con que mente una vez que la revelación ha tenido lugar. Demos-
la liturgia define al doctor: ministrum salutis, es decir, ser- tración por tanto de la interrogatividad, de la interpelabi-
vidor de los hombres llamados por Dios a la salvación. lidad constitutivas de la existencia humana, actuadas en
Operando desde dentro y operando desde fuera el Espí- cuanto que Dios desde fuera llama al hombre y de esta
ritu ha llevado a su iglesia a un redescubrimiento de sí forma él se reencuentra a sí mismo, se actúa a sí mismo
misma, cuya formulación magisterial la tenemos en la cons- y se hace «responsable», es decir, posibilitado y necesita-
titución conciliar Lumen gentium y a un redescubrimiento do a dar una respuesta. Antropología trascendental y po-
de su misión en el mundo, formulada en la Gaudium et sibilidad radical de la fe o del ateísmo serían los dos gran-
spes. des problemas de este segundo imperativo.
c) El tercer imperativo consiste en la necesidad de
2. Tareas poner de manifiesto la novedad o especificidad del hombre
¿Cuáles son las grandes tareas que tiene que afrontar nuevo revelado en Cristo. Se trata de redescubrir en qué
hoy la teología? consiste esa nueva creación que somos en Cristo, o sea,
a) Yo diría que ante todo aceptar con valentía la de una reinvención del hombre cristiano en su originali-
órbita antropológica en que se plantean los problemas. dad. Elaboración de una ontología y de una ética del ser
Esto significa concretamente redescubrir la revelación no cristiano, constituida la primera sobre todo por una pneu-
sólo ni primariamente como un conjunto de afirmaciones matología, ya que la posesión del Espíritu es lo que hace
sobre lo que Dios es en sí mismo cuanto de un Dios prop- del creyente un hombre nuevo, lo que le da una autonomía
ter nos homines, de un Cristo hermano nuestro propter de existencia y de acción dentro del cuerpo de la iglesia,
nostram salutem, hermano en toda verdad de los hombres, lo que le capacita para no ser un mero cumplidor de leyes,
en cuyo misterio no sólo sabemos quién es Dios para nos- sino un creador de valores y un afrontador de responsabi-
otros, sino primariamente quiénes somos nosotros para lidades. Posesión del Espíritu y confrontación con Cristo
Dios. Interpretación básica del cristianismo no sólo en ejemplar, ordenación a la tarea de testimonio en el mundo
línea metafísica cuanto en una línea personalista y comuni- mediante la asumpción de tareas intrahumanas. Supera-
taria, que acentúe la condición dramática y solidaria del ción de un moralismo, que encadena al individuo al cum-
existir humano. En toda afirmación de Dios sobre sí plimiento de unas leyes sin preocuparse de las finalidades
mismo hay implícita una afirmación sobre el hombre. En objetivas y de los dinamismos de la persona. La ética es-
esta perspectiva la iglesia es primariamente una comuni- taría así vista como el conjunto de exigencias nacidas de
dad de hombres religados en Cristo por la fuerza del Espí- una alianza entre el hombre y Dios, tal como tiene lugar
ritu, los sacramentos unos signos de Dios para la comuni- de una vez para siempre en Cristo y son revividas para
dad y de la comunidad para Dios. cada cristiano en el ámbito de la iglesia bajo la luz e
374 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA SITUACIÓN TEOLÓGICA CONTEMPORÁNEA 375

interpelación del Espíritu. Interiorización y personaliza- por ejemplo, el tema del hombre como centro y cima del
ción del evangelio en una solidarización con las tareas de universo, al que ha dedicado el concilio toda su cordial
la iglesia y del mundo todo. preocupación, al que Juan XXIII y Pablo VI han consa-
d) Finalmente el imperativo principal: afrontar los grado sus mejores encíclicas, especialmente el discurso de
grandes problemas del mensaje cristiano, retornar de una clausura en el concilio, se ha llegado a convertir en una
preocupación por cuestiones absolutamente marginales o obsesión de la conciencia contemporánea. Obsesión que
de discusiones internas, para abordar con nuevo vigor lo le lleva a percibir con dificultad las energías y dinamismos
que es central. Aunque parezca extraño yo diría que hoy que le arrancan a su finitud y le abren hacia la trascenden-
no hay posibilidades de herejías aisladas. Lo que está en cia. El cristiano deberá recordar que el hombre sólo se
juego es el sentido y el valor total del cristianismo como hace transparente a sí mismo si se proyecta sobre un Al-
respuesta a los interrogantes primarios de la vida humana. guien mayor que él, en quien se reasume, en quien se
El cristianismo ya no tiene como rivales a la ciencia o a funda y alimenta. No es alienación sino la auténtica libe-
la técnica en afirmaciones aisladas: tiene como alterna- ración, ya que la finitud no se afirma distanciándose del
tiva un humanismo total de signo marxista o existencia- infinito sino en la medida en que se le acerca por el recono-
lista que quieren en igual o mayor medida que él dar un cimiento personal. Para el cristianismo no hubo otra defi-
nición más profunda del hombre que la que ofrece el
sentido al existir y al hacer del hombre, a su esperanza
Génesis completada por el Nuevo Testamento: el hombre
individual y comunitaria, a su amor al tiempo y a su nece-
es imagen de Dios y sólo se conocerá a sí mismo refirién-
sidad de perduración supratemporal. dose, iluminándose, e interpretándose a la luz del ejemplar,
Los teólogos deberán aprender a preguntarse a sí mis- tal como se nos ha manifestado en Cristo. Conocimiento
mos, casi ingenuamente, como niños que comienzan a des- propio como re-conocimiento de su origen en otro, sólo
cubrir la vida por primera vez, esas grandes preguntas: posible en la humilde y gozosa aceptación de sí mismo
¿quién es Dios?, ¿quién es nuestro Dios, el Dios que se como don y como tarea, como vocación y como respuesta.
ha revelado a Moisés y a los profetas?, ¿quién es Jesu-
cristo?, ¿qué significa para la humanidad?, ¿qué nos apor- En la euforia de sus descubrimientos el hombre no
ta de real y verdadero?, ¿qué posibilidades de transforma- puede olvidar su soledad radical, su finitud profundamente
ción humana ofrece?, ¿qué es el hombre ante Dios?, ¿qué sentida, su abertura al Absoluto, su voluntad de infinitud
es o qué sentido tiene hablar de la salvación?, ¿es siquie- en la gustación de los valores finitos, su ansia de perenni-
ra pensable una exigencia que obliga al hombre a poner dad en los momentos cumbres del gozo. La realidad per-
el centro de su vida fuera de sí mismo como ocurre con sonal de Dios es el único espejo en que el hombre puede
la redención cristiana?, ¿qué es el pecado?, ¿qué sentido descubrir y fundamentar la propia realidad personal, la
tiene la esperanza escatológica?, ¿qué sentido, legitimidad belleza o pobreza de su rostro. Y aun cuando decida rom-
y necesidad tiene la iglesia y nuestra pertenencia a ella? per ese espejo en trozos, éstos le seguirán reflejando.
Sin esta instancia última el hombre no tendrá la posibili-
dad de verse, de reconocer su propio ser y a la larga se
3. Tentaciones olvidará de sí mismo. Cuando el hombre olvida el nombre
Hasta aquí la enumeración de las grandes tareas que de Dios olvida luego su propio nombre. ¿Para qué man-
tentativamente ha de cumplir el teólogo, fiel a su misión tenerle si nadie le va a llamar?
en la iglesia y en el mundo. Veamos ahora sus tentaciones. Puesto que Dios se nos ha revelado en Cristo, imagen
Las tentaciones van unidas a las grandes intuiciones. Así, visible del Dios invisible, el misterio del hombre sólo se
376 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA SITUACIÓN TEOLÓGICA CONTEMPORÁNEA 377

esclarecerá a la luz del misterio del Verbo encarnado. Por Desde esta perspectiva de fondo habría que analizar
ello el concilio, después de tratar el problema del ateísmo, las expresiones y teorías ambiguas que mucha teología
irá siempre a esa última conclusión, a hablar de Cristo barata ofrece en torno a la secularidad y secularización, a
primogénito de la creación, hombre nuevo, hombre per- la autonomía de lo humano y de los valores temporales,
fecto. Desde estas perspectivas tendremos que afirmar nacidas de un secreto malentendido según el cual Dios es
contra toda voluntad de adaptación acelerada que Dios no pensado como un antagonista del hombre, y no como la
es gratuito sino absolutamente necesario al hombre, en el posíbilitación del hombre; la gloria de Dios como una
sentido de que éste no reconoce definitivamente su ser si opresión del hombre cuando ésta consiste precisamente en
no se encuentra en él, y de que no llega hacia él por un que el hombre viva: «Gloria Dei homo vivens, vita ho-
salto en el vacío sino por la escrutación de su ser más minis cognitio Dei» 6 . Habría que aludir también aquí a
profundo. Afirmar igualmente que sin Cristo el hombre es otra ambigüedad hoy muy difundida: un cristianismo arre-
definitivamente incognoscible y que el cristianismo no po- ligioso. Esta fórmula es de origen germano y su autor es
drá entablar alianza con aquellos humanismos que en or- Bonhoeffer. El concepto de religión que aquí se utiliza nada
den a una colaboración exijan una renuncia a este saber tiene que ver con la concepción clásica de religión como
teológico-cristológico. relación trascendental por la cual el hombre se descubre,
La colaboración de los hombres en la preparación de acepta y vive ordenado al Absoluto, es más bien la concep-
una tierra más humana, más servicial para las necesidades ción bartiana la que aquí opera, según la cual la religión
de la persona no se ha de realizar por el acuerdo sobre es el conjunto de gestos, ritos o mitos, por los cuales el
una idea general y común de lo humano que difícilmente hombre se quiere tornar propicia la divinidad, subyugán-
sería determinable, puesto que los diversos humanismos dola a sus deseos, domesticándola, humanizándola7. En
apenas tienen de común al pensar el hombre que la afir-
mación abstracta de su valor absoluto 5 . El cristiano no 7
« Adv. haer. 4, 25, 5 (PG 7/1 10, 37. SC 100, 648).
Detrás de Bonhoeffer está Barth, que no ve en la religión otra cosa
puede aceptar un dualismo al suponer una idea genérica que la autojustificación del hombre pecador. La concepción de Bonhoeffer
del hombre, a la que luego él pegaría su idea cristiana, presenta algunas variantes y hay que situarla en la prolongación del viejo
pietismo protestante. Alguien ha interpretado este rechazo de la religón por
concepción genérica que le posibilitaría el diálogo con parte de Bonhoeffer en el sentido de que Dios no es necesario, entendiendo
con ello que Dios no puede ser objeto de dominio por parte del hombre,
todos los ateos. Si esto fuera posible el cristianismo sería es decir, no es utilizable y subyugable por él, e incluso se ha citado la dis-
no sólo un aditamento absolutamente innecesario, sino tinción clásica a partir de san Agustín, entre el uti y el fruí. Invertir los
objetos del uso, que supone dominio, con los del gozo, que supone una entrega
a la vez la más radical de las alienaciones. La aportación a y acogimiento libres, lleva consigo una deteriorización interna del hombre:
quien de las cosas sólo puede usar y de Dios sólo gozar. «Fruí enim est amore
una creación de un futuro nuevo han de hacerla cada uno alicui rei inhaerere propter se ipsam». SAN AGUSTÍN, De doctrina christiana
de los humanismos desde los saberes propios y específi- 1» 3. 4-5 (PL 34, 20).
Para orientarse en la complicada problemática y terminología actuales
cos de cada uno. Por ello el diálogo es tan urgente y necesa- en torno a lo «sagrado», «religioso», «santo» y «profano» puede verse:
rio aun cuando no sea tan fácil como a veces se piensa, J. GRANDMAISON, Le monde et le sacre. 1: Le sacre; 2: Consecration et sécu-
larisation. París 1966-1968; J. P. AUDET, Le sacre et le profane: leur situation
y en determinados momentos sólo posible en una dura en christianisme: NRT 79 (1957) 33-61; M.-D. CHENU, Consecratio mundi:
NRT 86 (1964) 608-618; Y.-M. CONGAR, Situation du <i.sacrfrf> en régime
tensión sostenida más por el amor y la voluntad de chrétien: La liturgie aprés Vatican II. París 1967, 385-403; S. LYONNET,
verdad que por la concordia real de saberes sobre el La na.tu.re du cuite dans le Nouveau Testament: Id., 357-284; H. SCHÜRMANN,
Neutestamentliche Marginalien sur Frage der Entsakralisierung: Der Seel-
hombre. sorger 38 (1968) 38-48; 89-104; B. DE MARGERIE, Le Christ, la secularisa-
tion et la consecration du monde: NRT 4 (1969) 370-395. Sobre nuestro tema
concreto de las relaciones entre fe, religión y revelación: G. GEFFRÉ, La
critique de la religión ches Barth et ches Bonhoeffer: Parole et Mission 31
6
Cf. no obstante, P. TEILHARD DE CHARDIN, Sur les bases possibles (1965); G. T H I L S , Christianisme sans religión. Castermann 1968; H. DE LU-
d'un credo humain commun: Oeuvres 5, 106. EAC, Fot, croyance, religión; NRT 4 (1969) 337-346.
378 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA SITUACIÓN TEOLÓGICA CONTEMPORÁNEA 379

este sentido el cristianismo es el fin de todas las religio- ción, muerte redentora y resurrección vivificante son las
nes y de la religión misma. En el primer sentido, en cam- tres piedras angulares del cristianismo8.
bio, sería impensable un cristianismo sin religión, ya que Junto a este secreto humanismo y a este cristianismo
entonces no sería posible la abertura y la adhesión a Cris- sin Dios, existe una secreta voluntad de un cristianismo sin
to, en cuanto presencialización histórica del Absoluto, iglesia. Mantención y vida de los valores cristianos al mar-
puesto que el hombre no tendría ningún puente de acceso gen de la comunidad, en aislamiento y heroica individua-
a él o ningún trampolín que le permitiera dar el salto so- lidad. Nuestra pregunta es simplemente ésta: ¿podrían
bre sí mismo. los hombres mantener vivo el recuerdo, la doctrina, la per-
Y un Cristo sin Dios, ¿es pensable? Este movimiento sona de Jesucristo al margen de la comunidad que llama-
de la llamada «teología de la muerte de Dios» sería defini- mos iglesia? Un pensador tan amante de la tierra y de los
ble como la voluntad de aceptar a Cristo en cuanto su- hombres como Teilhard de Chardin ha afirmado que sin
prema expresión y realización de lo humano, como instau- la iglesia Cristo se evapora o se desmenuza o se anula 9 .
rador de la fraternidad universal, al margen de su relación Afirmación nacida no de una voluntad de clericalismo sino
con Dios. Un Cristo profeta o maestro, tal como el primer del humilde convencimiento de cómo cada uno de nos-
judeocristianismo le quería, o un protestantismo liberal otros está tentado a absolutizar la faz de Cristo que él
decimonónico le había soñado. El film de Pasolini, El percibe como central y, llevándola al extremo, falsearla.
evangelio según Mateo podría ser considerado como un La plenitud y verdad de su rostro sólo permanece auténti-
intento genial desde el punto de vista artístico para desmi- ca mantenida en la memoria total de la iglesia, en el re-
tificar y así recobrar a Jesús para la historia de los grandes cuerdo común y controlado de los hermanos.
hombres, de los grandes revolucionarios. Un Cristo, por Camus a su vez preguntaba si sería posible mantener
tanto, sin Dios, sin redención, sin iglesia, sin espíritu, sin los valores cristianos arrancados al árbol del que eran
escatología transcendente, un Cristo hombre y hermano ramas. «Se niega a Dios en nombre de la justicia, pero
sin más. Que Cristo sea el máximo exponente de las po- ¿puede comprenderse la justicia sin la idea de Dios?» 10
tencialidades y esperanzas humanas es un dogma de fe, El hombre contemporáneo, y con él el cristiano, están
pero que no sea nada más que eso, que sea un simple tentados a cerrar sus ojos a las grandes esperanzas, a las
Jesús y no sea el Hijo de Dios eso es una oposición funda- grandes ilusiones, arrancándose esa cordial y luminosa
mental, propóngase como se quiera, a la conciencia que la oscuridad del misterio percibido por el espíritu para que-
primitiva y la posterior iglesia siempre han tenido de Cris- darse con una superficial claridad de la razón.
to. Un Cristo así pensado es un ejemplar, pero no salva,
no crea un vivir nuevo, no funda una esperanza, no dona s
Cf. CONFERENCIA EPISCOPAL BELGA, Notre foi en Jésus-Christ:
un espíritu, no reconcilia al hombre. En definitiva no me- NRT i (1968) 3-22; CONFERENCIA EPISCOPAL ALEMANA, Schreiben an alie
die von der Kirche mit der Glaubens V erkündigung beauftrag sind. Trier
rece la pena, ni menos la fe. ¿En razón de qué sometería- 1968; CONFERENCIA EPISCOPAL FRANCESA, Jesucristo salvador, esperanza de
mos nuestra persona, como valor absoluto, a quien en los hombres hoy. Madrid 1969.
9
«En virtud de toda mi estructura mental, hoy me siento más irre-
definitiva no trasciende nuestra pobreza, por más elegante mediablemente ligado a la iglesia jerárquica y al Cristo del evangelio que en
y ejemplarmente que la viviera? Si Cristo sólo es esto, la ningún momento de mi vida. Nunca Cristo me ha parecido más real, ni más
personal, ni más inmenso». Carta de 1951 dirigida al superior general de la
fe es la suprema alienación. Creer en él sería un resto Compañía. «Estoy demasiado convencido, y cada día lo estoy más, de que el
mundo no puede acabarse sin Cristo y que Cristo sólo está en la fidelidad in-
innecesario de una visión del mundo definitivamente supe- terior a la iglesia. Por esto no he experimentado la menor duda al comunicarme
rada. Si Cristo no ha muerto por nosotros y no ha resu- su decisión». Cf. R. D'OUINCE, h'épreuve de l'obéissance dans la vie du
P. Teilhard de Chardin, en L'homme devant Dieu. Mélanges offerts au Pére
citado, somos los más pobres de los humanos. Encarna- H. de Lubac 3. Paris 255-272.
10
A. CAMUS, El hombre rebelde. Buenos Aires 5 io67, 164.
380 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA SITUACIÓN TEOLÓGICA CONTEMPORÁNEA 381

En la misma línea se sitúa una concepción de la iglesia cado es un hecho real en la vida humana, que hace de
que la define como pura función o tarea, sin contenido las relaciones de fraternidad unas relaciones de odio, y
específico, como mero agente propulsor de unos ideales de aquel que está vocacionado a amar, un enemigo que
de humanización; una idea de la fe como simple responsa- traiciona y da muerte a su hermano. La iglesia es en este
bilización por el hermano; una concepción de lo sagrado sentido tremendamente realista frente a un humanismo a
como identificado con lo real sin más; una concepción de ultranza. No podrá ignorar que en nombre del humanismo
la vida humana como coextensiva a la duración temporal; el decenio 1940-1950 eliminó cincuenta y cinco millones
una teología de acción cristiana como simple presencia y de hombres de la faz del universo y en nombre de otro
solidarización con las situaciones históricas de la huma- humanismo sigue manchando la tierra sangre de nuestros
nidad. Frente a todo esto el teólogo deberá recordar que hermanos, a quienes otros hombres exterminan.
el cristianismo tiene un contenido específico, que no es La fe está llamada a acoger, a despertar y a propulsar
reductible a una expresión de meras posibilidades huma- todas las esperanzas posibles del hombre y del mundo,
nas, ya que está constituido esencialmente por la iniciativa perto tiene frente a ellas una función crítica. El teólogo no
divina manifestada en Cristo, en el que Dios se nos da sólo tiene que preguntar a los hombres cuáles son sus es-
totalmente, rehaciendo en su muerte nuestra existencia y peranzas y qué interrogantes tienen. También esto, pero
confiriéndonos con su resurrección un principio de vida no sólo esto. Él está llamado a interrogar siempre de nue-
nueva, y que la iglesia aun cuando sea parte del mundo y vo a la revelación de Dios que tenemos en Cristo y desde
haya de existir operando en él, sin embargo no es reducti- ella iluminar la historia; desde ella plantear interrogantes,
ble al mundo, ni siquiera al más humanizado. El cristia- obligar al hombre a dilatar sus anhelos y a no absolutizar
nismo consiste todo él en Cristo, en su persona y en su sus verdades parciales. Función crítica del mundo frente
vivir comunicado. La iglesia es toda ella referencia a a la fe y no menos función crítica de la fe respecto del
Cristo, transformación en él y destinación a los hombres; mundo que tienen ambas lugar en el único corazón del teó-
su expansión en el mundo se opera por concentración en logo. En este sentido el creyente ha de poseer una capa-
lo que es su fuerza: Cristo. Su diálogo con el mundo es cidad doble y simultánea para percibir en humildad los
en absoluta cercanía pero a la vez en la humildad de la pro- signos de los tiempos e interpretarlos como palabra de
clamación de Cristo como único Señor no avergonzándose Dios y no menos para resistir a los slogans del tiempo aun
de anunciar el escándalo de su cruz y de su resurrección. cuando ellos sean religiosos, guardando la libertad y el
instinto de lucidez sobrenatural que la fe da a quienes la
El testimonio creyente no es sólo la solidarización en
dejan actuar. Capacidad de probarlo todo, lucidez para
el trabajo o el silencio de la presencia, sino anuncio explí-
retener lo bueno: es el imperativo del apóstol Pablo.
cito del evangelio. El teólogo se declarará el fiel custodio
y defensor del hombre, pero de un hombre total, cuya
vocación entera y definitiva es la comunión divina, no
exclusora sino propulsora de las otras vocaciones. Frente III
a un optimismo ingenuo él recordará que el hombre no LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA, HOY
coincide con sus deseos y que sus ilusiones no son idénti-
cas a sus realizaciones. Por ello sabe que sólo permanece Hemos aludido a algunos de los problemas que consti-
vivo y sólo es defendido de las asechanzas de sus herma- tuyen una tarea y una tentación para el teólogo hoy día.
nos por aquel que dio su vida por todos, que sólo Cristo Él deberá afrontarlos, consciente de que tiene la respon-
libra al hombre de ser perseguido por los demás. El pe- sabilidad de hacer luz en ellos para sí y para sus hermanos,
382 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA SITUACIÓN TEOLÓGICA CONTEMPORÁNEA 383

en función de los cuales posee del Espíritu el carisma de tean, anunciando como último grito teológico lo que sólo
la ciencia. es intento de interpelación sociológico-religiosa.
Esto es lo característico de la situación española: que
1. Paso al límite - salto en el vacío estamos afrontados con los problemas que plantea la últi-
ma etapa del desarrollo espiritual de occidente sin haber
Ya al final, ¿qué decir sobre la situación teológica es- afrontado los que plantean las penúltimas.
pañola? Estamos en un instante de grandes posibilidades Situación parecida en cierto sentido a la que presen-
porque el concilio ha creado una inmensa necesidad de tan los países del tercer mundo frente a la realidad espiri-
clarificación cristiana, de saberes concretos; porque el fin tual, técnica, industrial y económica de Europa y América.
de una cristiandad políticamente defendida va a poner a Mas, en parte, aún en situación peor: porque en España
cada creyente ante la alternativa de abandonar su fe o de hemos luchado contra esa evolución, nos hemos afirmado
responsabilizarla; porque la urgencia de un hacer en cris- históricamente en oposición, queriendo navegar contra esa
tiano exige una clarificación previa de las motivaciones corriente, partiéndola con nuestros remos.
cristianas. Todo ello va a provocar lo que yo llamaría los pasos
En este instante más que nunca urge el surgimiento al límite o los saltos en el vacío de la teología española.
de una teología absolutamente seria, rigurosamente cientí- Por ejemplo, paso de una cristología puramente escolás-
fica, neurálgicamente sensible a las necesidades históricas tico-conceptual, a una cristología moderna al estilo, por
de la comunidad eclesial hispánica y no menos neurálgica- ejemplo, de la de van Burén, elaborada a base de una ana-
mente sensible a los contenidos del evangelio y a sus exi- lítica del lenguaje tomada de Wittgenstein; de una liturgia
gencias actuales. Nuestra tierra es hoy la más abonada rubricística aprendida fielmente en manuales, a una cele-
para todas las cosechas, pero también para todas las mo- bración eucarística de tipo profético pensada para un
das teológicas, todas las herejías, todas las absolutizacio- mundo secular; de una eclesiología elaborada con unos
nes, todos los partidismos. Es simplemente el fruto de esquemas puramente jurídicos prestados del derecho pú-
nuestro subdesarrollo teológico, puesto de manifiesto en blico eclesiástico o de la sociología general a una con-
la aportación que no hemos hecho al concilio, y que ahora cepción de la iglesia puramente funcional concebida sin
quiere ahorrarse los cincuenta años de evolución en pro- más como comunidad fraterna del mundo; paso de un ca-
fundidad que no ha operado; fruto de desconexión con el tolicismo sin conciencia social ninguna a un catolicismo
ritmo de investigación europea, de ausencia de un desarro- revolucionario y directamente político; de una abstención
llo social y económico. Sobre nosotros caen problemáticas total a una dirección de grupos de oposición; paso de una
que Europa ha ido madurando durante largos decenios, acción católica sin autonomía y clericalizada, con insignia
y que, utilizadas por manos inexpertas, son explotadas como y cuota, a un católico sin acción apostólica; de un cristia-
revelaciones ultimísimas. Así está ocurriendo con el descu- nismo confesional, proselitista y sectario, a un cristianis-
brimiento de parte de la teología protestante, de ciertas mo sin iglesia, sin acción testimonial; cristianismo que pre-
corrientes del catolicismo centroeuropeo y de ese tipo de fiere la solidarización muda con los hombres al anuncio
literatura sociológico-teológica que la nueva ola de teólo- explícito; de un cristianismo religioso-sacramental a un
gos americanos nos está enviando. Al no existir prepara- cristianismo secular y político.
ción seria y rigurosa no existe capacidad de crítica y es Esta crisis de madurez, producto de nuestro olvido
aceptado todo, sin valorar los condicionamientos históri- teológico sufrido desde hace largos decenios, hace muy
cos y espirituales en que tales problemas surgen y se plan- difícil el surgimiento de una teología tan crítica como sen-
384 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA SITUACIÓN TEOLÓGICA CONTEMPORÁNEA 385

sible a los problemas del tiempo, tan distanciada como revelación, nuestras raíces históricas y las fuentes de las
cercana, tan pastoral como científica. Concretamente nos- que nos alimentamos hoy, deduciendo de ellas los impe-
otros sufrimos ahora la crisis virulenta de postular una rativos siempre nuevos que hacen veraz el ser cristiano,
teología pura y exclusivamente kerigmática, obsesionados autentificándole en la existencia.
más por su contenido de valor que por su contenido de b) Una teología especulativo-sapiencial, que repiensa
verdad, más por su predicabilidad que por su objetividad, el contenido de la revelación, de los diversos misterios y
más por su dimensión salvífica que por su dimensión cog- de su mutua conexión; que estudia la continuidad o dis-
noscitiva, más por su eficacia psicológica en orden al anun- continuidad con otro tipo de saberes y ciencias del hom-
cio que por su consistencia propia, más por su utilidad bre y de la naturaleza.
que por su realidad, en la misma medida que para mu- c) Una teología dialógico-política, de talante proféti-
chos contemporáneos es más importante la ortopraxis que co que detecte las situaciones espirituales de la iglesia y
la ortodoxia. Disociaciones ilegítimas y en el fondo im- del mundo, las confronte y afronte. Teología, por tanto,
posibles. Ya es sintomático que nosotros postulemos esta que, manteniendo vivo el recuerdo del pasado y colum-
teología kerigmática cuando los mismos que la crearon brando el futuro, ilumine el presente, manifestando cuáles
hace treinta años la han declarado imposible reconociendo son los imperativos que el mundo y los hombres plantean
que la solución de estos legítimos anhelos sólo es posible a los cristianos y cuál es la aportación propia y necesaria
por la creación de una teología rigurosamente científica, de éstos en las tareas de cada momento.
es decir, afincada en sus fuentes bíblicas, patrísticas e histó- d) Una teología pneumática, es decir, aquélla que no
ricas, sintiéndose a la vez en permanente connivencia con sólo pone de relieve el contenido de verdad y el contenido
los hombres a los que esa verdad ha de ser anunciada, sin de valor que la revelación tiene para los hombres en ge-
que por ello se puedan confundir exigencias de la palabra neral, sino que a la vez muestra los caminos por los cua-
a los hombres y exigencias de los hombres ante la palabra. les el cristianismo es descubierto por cada uno como vida
personal, como existencia en Cristo y en el Espíritu. Ella
2. Las cuatro formas de teología del futuro pondrá de relieve las posibilidades de existencia nueva, de
vida nueva en comunión con Cristo y desde él con los
¿Y cuál sería el hogar donde pudiera crecer esa teolo- hermanos. Se preocupa por tanto, no sólo de recordarnos
gía del futuro que esté al nivel del tiempo, al nivel de la nuestros orígenes cristianos en el pasado y nuestras metas
conciencia y fe eclesial sino en nuestras facultades universi- en el futuro, sino nuestro presente cristiano en su dimen-
tarias? Facultades de teología tan amplias de saberes y sión de vida.
pensares que den cabida a las distintas modalidades de e) Finalmente una teología secular, o expuesta y de-
teología y de existencia teológica, que se complementen cidida a un encuentro con otras visiones del mundo distin-
entre sí enriqueciéndose mutuamente, sabiéndose cada una tas a la religiosa, y que exigiría, por tanto, como símbolo,
función de ese todo, que es la comprehensión eclesial del una presencia en la universidad, definida ésta como el lugar
misterio de Dios y del misterio del hombre. Enumeramos histórico donde toma conciencia y logra expresión el alma
las diversas dimensiones de la única teología o las diversas temporal de un pueblo; expuesta y decidida al diálogo con
teologías pensables. otras concepciones de lo religioso o de lo cristiano, es de-
a) Una teología arqueológica, en el sentido noble y cir, en diálogo con las religiones no cristianas y con las
etimológico de la palabra, es decir, la que investigue nues- otras confesiones o iglesias; expuesta y decidida al diálogo
tro arché, nuestro origen y principio cristiano dado en la con aquellas concepciones del mundo que ya no quieren
386 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA

tanto interpretarlo cuanto transformarlo, que más que


especular sobre el hombre y el mundo exploran al hombre
y al mundo en orden a un futuro mejor, es decir, dispues-
ta al diálogo con las ciencias y las ideologías.

3. Sentido de nuestra exposición


Programar y profetizar suelen ser expresiones de una
3
inmensa humildad o de una considerable soberbia, cuando TEOLOGÍA RADICAL Y
no de ingenua simplicidad. Conscientes de haber caído en
uno de estos pecados, nos hemos atrevido, sin embargo, TEÓLOGOS DE LA
a soñar con un futuro teológico digno de la iglesia y del «MUERTE DE DIOS»
pensamiento español. Pensando en él hemos organizado
esta Exposición bibliográfica internacional, de la que na- AQUÍ
cerá luego un Instituto de investigación teológica, donde

E
a nivel de grupos de trabajo, de equipos de seminarios,
de dirección de tesis, se vaya gestando un saber teológico N aquellos momentos de giro histórico como el nues-
y una orientación pastoral lúcidamente conscientes de las tro, paso de una etapa a otra, con el consecuente
responsabilidades históricas, y donde se preparen hombres cambio y ruptura de generaciones y de pautas normativas,
para afrontarlas mediante la posesión de unos saberes, el aquellos saberes que ofrecen una respuesta al sentido úl-
aprendizaje de un método de pensamiento, y la adquisi- timo de Ja vida y de Ja historia adquieren una actualidad
ción de una capacidad de diálogo no menor que de crítica. antes insospechada y a veces sorprendente. Esto ocurre
Es sencillo exponente de una voluntad de fidelidad a los actualmente con la teología, es decir, con aquel saber o
imperativos conciliares y a los imperativos pastotales de esfuerzo intelectual que el creyente hace para comprender
nuestra patria. Pensamos que los problemas no se resuel- el contenido de su fe, descubrir las virtualidades y exigen-
ven ni por ignorancia ni por eliminación, sino por una cias que implica el mensaje del evangelio, y no menos
comprehensión profunda y una superación interna. Para para descubrir los cauces de acción y las estructuras de
ello es necesaria la información, la reflexión, la crítica, es vida que le hagan presente al mundo como una auténtica
decir, es necesaria una teología rigurosa y radicalmente buena nueva, como un anuncio de liberación para los
científica. Los 3.500 volúmenes de la Exposición, ve- hombres.
nidos de 15 naciones, quieren ser un símbolo de nuestra
voluntad de abertura a todos los horizontes del pensa- I
miento, de nuestra responsabilización con todas las tareas ACTUALIDAD DE LA TEOLOGÍA
nacionales y de nuestra decisión de afrontar creadora-
mente el futuro. En España estamos asistiendo a este despertar de un
interés profundo por los temas teológicos, interés nacido
de una voluntad de fidelidad al concilio, y no menos de
una necesidad de clarificar qué es lo que el cristiano tiene
que decir en un momento religioso, político y social tan
complejo como el que vivimos. En países como Francia o
388 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA TEOLOGÍA RADICAL 389

Alemania este interés general por la teología data de los convalecencia por un obispo anglicano de un suburbio de
últimos treinta años. En Alemania, por ejemplo, el hecho de Londres, J. A. T. Robinson, Honest to God, del que en
que la facultad de teología esté encuadrada en la única uni- ocho meses se habían vendido 350.000 ejemplares, y que
versidad estatal, de que los alumnos de ella sean en un traducido al resto de lenguas europeas ha sido sin duda
gran porcentaje seglares, y no menos el hecho de que las el máximo best-seller del libro religioso en los últimos
cátedras de religión en institutos y colegios sean accesibles años'. El autor no sospechaba ni de lejos lo que estaba
a todos, sacerdotes y no sacerdotes, hombres y mujeres, procreando con estas líneas, que no tenían otro intento
ha sido una de las causas de la vitalización del catolicismo, sino precisamente el que sugiere el título: hacer claridad
en cuanto asocia a todos los creyentes a la responsabilidad en su propia postura cristiana, decirse sencillamente su
de pensar los problemas cristianos. fe a sí mismo, tomar conciencia de las dificultades de se-
Sin embargo, a pesar de que Francia y Alemania han guir manteniendo la fe con categorías intelectuales ligadas
sido los dos países que han hecho posible teológicamente a una cultura superada, a unas vigencias socio-religiosas
el concilio, la teología contemporánea está determinada que no son las nuestras, unas estructuras que ya no res-
por las preocupaciones, temas y publicaciones del mundo pondían a las vibraciones espirituales de los contemporá-
anglosajón: Inglaterra y Estados Unidos. Los teólogos de neos. Cito tres textos que me parecen la expresión más
estos dos países han prolongado en reflexión pastoral y en feliz del intento de Robinson. Al hablar de Dios escribe:
programa de acción lo que los teólogos alemanes habían
elucubrado en profundas reflexiones, harto especulativas No tenemos, pues, el menor propósito de cambiar la doctrina
aparentemente. De este grupo de teólogos americanos ha cristiana de Dios sino procurar precisamente que no desaparezca
junto con una visión anticuada del mundo 2.
nacido el movimiento vulgarmente denominado «teología
de la muerte de Dios», que trae al pensamiento teológico Al analizar tal visión anticuada del mundo la caracte-
toda la carga histórica, la sensibilidad, las temáticas y ten- riza como una visión mitológica, supranaturalista, reli-
taciones propias del hombre sajón. Nos atreveríamos a de- giosa, tomando estos tres términos en el sentido que los
cir, para entender la historia espiritual de occidente, que si toman los teólogos alemanes: Bultmann, Tillich y Bonhoe-
Europa en el siglo xvi estuvo espiritualmente determinada ffer.
por la cultura militar y mística de España, si en el xvi- Al hablar de Jesucristo, Robinson cita unas palabras de
xvin prevaleció el humanismo francés, su cultura ético- H. Butterfiel, Christianity and History:
literaria, y en el xix fueron normativas la música y la
filosofía de Alemania, hoy estaríamos espiritualmente de- Se dan épocas en que no podemos afrontar el futuro con sufi-
terminados por la civilización técnico-industrial del mun- ciente elasticidad de espíritu, especialmente si nos hallamos ence-
do anglosajón. La teología no podrá escapar a estos con- rrados en los sistemas contemporáneos de pensamiento. Podemos
evitar lo peor si recordamos un principio que nos confiere la firmeza
dicionamientos: así el talante empírico, la limitación a los de una roca, y a la vez nos permite la máxima elasticidad de espíritu,
datos constatables, la preocupación por la eficacia y ren-
tabilidad de las acciones, es decir, en una palabra, el va- 1
J. A. T. ROBINSON, Sincero para con Dios. Barcelona 1967. El estu-
lor de inmediatez, eficacia y utilidad que caracterizan a dio más profundo y matizado sobre el significado y valor del libro de Robin-
son lo debemos a E. SCHILLEBECKX, Dios y el hombre. Salamanca 2 ig6o.
esta cultura, van a ser igualmente características de la Otros estudios orientadores sobre los antecedentes y proseguidores de Robin-
son: J. BISHOP, Les théologiens de la mort de Dieu. l'aris 1967; A. ALVAREZ-
teología que vamos a analizar. BOLADO, El debate ecuménico en torno a nJloncst to Godl>: Selecciones de
libros 7 (1967) 11-125; V. CAMPS, LOS teólogos de la muerte de Dios.
Este movimiento comenzó en 1963 con la publicación Barcelona 1968; A. ALVAREZ-BOLADO, La teología americana de la muerte de
Dios, en Dios-ateísmo. Semana de teología en Deusto. Bilbao 1968.
de un libro de bolsillo escrito durante los días de una 3
Sincero para con Dios, 78-79.
390 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA TEOLOGÍA RADICAL 391

y es el principio que reza: manteneos firmes en Cristo y sed extre- bles para quienes no estén familiarizados con la cultura
madamente libres para todo lo demás 3. teológica alemana y con los problemas sociológicos ameri-
canos. Vamos a recoger el título de uno de ellos como
Y finalmente después de citar el texto de san Pa- exponente de las preocupaciones de este grupo de autores.
blo (Rom 8 , 3 8 ) dice: La expresión convertida en slogan «la muerte de Dios»,
Esto lo creo con todo mi ser y en el fondo esto es lo que signi- tiene sus remotos orígenes en la filosofía de Hegel, la hizo
fica ser cristiano. Por lo que se refiere a lo demás, en lo que atañe célebre Nietzsche, y la recordaba solemnemente Sartre en
a las imágenes de Dios, tanto si son metálicas como mentales, estoy Ginebra por los días finales de la guerra mundial. ¿Por
dispuesto a ser agnóstico con los agnósticos e incluso ateo con los qué y en qué sentido la han elegido este grupo de teólo-
ateos: tan enorme es el alivio que experimento al leer el relato del gos como santo y seña de sus intereses? La expresión tie-
gran enfrentamiento de san Pablo con los hombres de Atenas 4.
ne dos sentidos fundamentales: a) es ante todo la consta-
Estos tres textos del obispo Robinson encierran toda tación de un hecho masivo de la conciencia colectiva en
la grandeza y toda la miseria de la teología contemporá- grandes sectores de la humanidad. Dios ha dejado de
nea: una voluntad de comprender a Dios como él quiere existir como valor de vida para muchos hombres. El con-
ser comprendido, es decir, amado; sobre todo un deseo de cilio ha analizado las formas y causas de este fenómeno
autentificar ese conocimiento en confrontación con los que llamamos ateísmo, b) Pero los teólogos americanos
saberes históricos, una preocupación por anunciar el evan- quieren decir algo más: que una determinada forma de
gelio a los hombres como mensaje de vida y no como concebir a Dios ha dejado de tener vigencia y que los
ideología. sistemas en que hasta ahora le veníamos pensando han
perdido su eficacia y expresividad; que parte de esa forma
II anterior de hablar y entendernos sobre Dios ha perdido
significatividad por ir asociada a estructuras mentales que
ROBINSON Y LA TEOLOGÍA AMERICANA han sido vaciadas de su contenido por el mundo técnico
y por las vigencias de la nueva sociedad. En ese sentido
En la línea de Robinson se sitúan otros nombres ame- Dios habría muerto.
ricanos, aunque con caracteres propios cada uno de ellos:
Gabriel Vahanian, Paul van Burén, William Hamilton, Puede significar esta expresión también la dificultad
Thomas Altizer y Hafvey Cox 5 . que el creyente sufre hoy día para conjugar su vivencia de
En España tenemos ya traducidos algunos de estos li- la realidad y su vivencia de Dios, su cercanía al mundo
bros, que son en general de difícil lectura porque su con- que transforma con sus manos y su inmediatez personal
tenido y expresión conceptual serían difícilmente asequi- a Dios. Al dejar de ser la fe un dato social y recluirse en
el ámbito personal, el creyente experimenta una especie
3 de ¿olorosa ausencia, de duro silencio de Dios en su vida.
H. BUTTERFIEL, Christianity and Hislory. London 1949, 146, citado
en Sincero para con Dios, 222.
4
Finalmente esta fórmula quiere recordar que si el hom-
5
Ibid., 204. bre puede hablar y no debe callar sobre Dios, sin embar-
G. VAHANIAN, ha muerte de Dios. La cultura de nuestra era pos-
cristiana. Barcelona-México 1968; I D . , NO other God. New York 1966; I D . , go su lenguaje es infinitamente pobre e inadecuado que,
Wait without idols. New York 1964; P. VAN BURÉN, El significado secular
del evangelio. Barcelona 1968; W. HAMILTON, La nueva esencia del cristia- por tanto, más que concebirle, lo que puede hacer es nom-
nismo. Salamanca 1969; T. ALTIZER, The gospel of christian atheism. brarle, y más que intentar definirle debe invocarle. Todos
Philadelphia 1966; 2 T. ALTIZER - H. HAMILTON, Teología radical y muerte
de Dios. Barcelona i 9 6 8 ; H. Cqx, El cristiano como rebelde. Madrid 1968; los esquemas que nos hagamos sobre Dios deben «morir»
ID., La ciudad secular. Secularización y urbanización en una perspectiva
teológica. Barcelona 1968. en el sentido que deben estar perennemente abiertos para
392 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA TEOLOGÍA RADICAL 393

pensar más alta y más humildemente de Dios, es decir, Las motivaciones pseudo-religiosas de los últimos homici-
dispuestos a ser desbordados y recreados, porque él es el dios en Los Ángeles y en Londres son absurdas pero sinto-
que trasciende la palabra y el pensamiento y ante quien máticamente denotadoras de la nueva sensibilidad que se
sólo son lenguajes auténticos la plegaria y la poesía. rebela contra ese glorificado «hombre secular». Ahora se
Hablar en otro sentido de que Dios ha muerto es to- comprende que hombres como Niebuhr o Karl Barth ha-
talmente absurdo. Ni siquiera cuando se habla de que Dios blen de esa «stupid idea» o de un «torichte Bewegung»7.
ha muerto en Cristo. Para el Nuevo Testamento la encar- En España hemos sufrido el espejismo propio de un
nación no significa el despojo o abandono de la divinidad país teológicamente subdesarrollado y uno se asombra al
por parte de Dios, sino la generosa renuncia que Cristo constatar los trasfondos económicos tan poco limpios de
hace a la forma divina de existencia, asumiendo las con- los propagadores de determinados títulos. Sin embargo es
diciones del existir humano 6 . Cristo muere en la cruz comprehensible este éxito: se ha dado el salto de una
como hombre por los hombres: es uno de la familia hu- neoescolástica sin referencia ni capacidad iluminativa de
mana quien muere ante Dios en gesto supremo de amor y la vida real a estos nuevos maestros que más que de teo-
fidelidad a nuestro destino, que acaba en el morir. A esta fi- logía quieren hablar de vida, o si se quiere de «una teolo-
delidad en el amor respondió Dios resucitando a su Hijo gía tan comprometida que acabe convirtiéndose en polí-
Jesús y constituyéndose Señor. De esta gozosa experien- tica» 8.
cia: Jesús vuelto a la vida y glorificado por Dios y dado co- Y desde esta perspectiva nos ofrecen un real interés,
mo vida para cuantos creen en él, surgió el cristianismo y el y merecen que los repensemos no tanto por lo que en sí
libro que da testimonio de sus orígenes: el Nuevo Testa- mismos son, cuanto por lo que ellos significan, como ex-
mento. ponentes del alma contemporánea y de la situación de los
Hemos dicho esto para sugerir ahora la extraña am- cristianos en el mundo nuevo. Y hacia esa meta tienden sus
bigüedad de casi todos estos autores y la alegre facilidad exigencias: hacia un redescubrimiento del Dios vivo y ha-
con que saltan sobre los maestros de la generación ante- cia una iglesia servidora más fiel de su Señor. Comence-
rior. Muchos de ellos nos dan unas veces la impresión de mos viendo cómo exigen, aunque sus fórmulas sean terri-
un pietismo carente de cabeza y otras en cambio de en- blemente equívocas, la revisión de una imagen de Dios
mascarar con dialéctica el reto que tanto la fe verdadera y su insistencia sobre el carácter de realidad personal y
como el ateísmo verdadero plantean a la opción humana. viviente que le es propio.
Uno está tentado a no tomarlos en serio y reconocer en el Dios tal como se le concibe a veces por parte de los
mejor de los casos que se trata de una típica forma ame- creyentes, no es un Alguien viviente sino una simple ima-
ricana de hacer teología, es decir, sociología. Maravilla gen, un pobre remedo del hombre, una elucubración que
ver la ingenuidad con que se constituye en norma y se él se ha inventado, una sombra de su propio ser que él
glorifica a un «hombre secular», como punto cumbre de proyecta al infinito, la sustanciación de una nostalgia.
una conquista humana, que otros observadores más saga- Un Dios concepto, o Dios cosa, o Dios mito, o Dios vam-
ces, por ejemplo, Marcuse, no creen poder glorificar tanto piro: realidades muertas que no existían para el hombre
por considerarlo una víctima de la obra de sus manos y al a nivel personal, y que más que vivificarle le mortificaban
que una nueva generación, como es la de los «hippies», de- alienándole. Ese Dios no es el Dios viviente, ese Dios es
clara guerra abierta, intentando incluso darle muerte real.
7
8
K. BARTH, Ai ¡imina apostolorum. Zürich 1967, 9.
Subtítulo de la edición española de la obra de H. Cox, La ciudad
• Flp 2, 6-11. secular. Barcelona 1968.
394 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA TEOLOGÍA RADICAL 395
un ídolo y debe morir, hay que darle muerte, porque es Algunos de estos teólogos americanos se han quedado
inferior al hombre y sin embargo le domina como ley, en esta primera tarea negativa; otros, en cambio, han pa-
como miedo, como angustia del futuro en lugar de redi- sado a la segunda: a operar un redescubrimiento del Dios
mirle. Lucha contra un Dios que no tiene influjo en la viviente. Existe incluso un movimiento teológico de reac-
vida y en la acción, ante el que el hombre no ora ni al que ción contra el anterior que lleva precisamente esta seña:
adora sino al que sólo utiliza en función de sus necesida- «The living God Theology», la teología del Dios vivien-
des y angustias, al que no sirve sino del que se sirve, un te 9 . Redescubrimiento del Dios que vive y comunica vida
Dios a quien se invoca o de quien se hace uso únicamente a quienes se abren a él en invocación, en fidelidad y liber-
cuando la vida se rompe, cuando aparecen los puntos dé- tad, Dios no de los filósofos, es decir, no concepto aéreo,
biles de la existencia: la muerte, el dolor, la finitud. sino persona viviente que se nos ha revelado en el tiempo
Lucha contra un Dios a quien se consideraba como el por medio de los profetas y que sobre todo se nos ha dado
antagonista del hombre, que se alegraba en su muerte, en en Jesucristo, en quien le encontramos personalmente, en
su dolor, que pedía de él sacrificios como una especie de cuyos rasgos humanos podemos adivinar qué es lo que
tirano que para convencerse de su autoridad la ejercía de- Dios es para los hombres y qué es lo que los hombres
capitando a sus subditos. Lucha contra un Dios y una for- estamos llamados a ser para Dios. En el rostro de Cristo
ma de religión que exigían poner toda el alma en la espe- leemos el misterio de Dios, en su palabra descubrimos sus
ranza de un futuro haciendo ignorar el presente, que con exigencias para nosotros, y en su eucaristía percibimos
la esperanza de la vida eterna menospreciaba la temporal su vida misma, como vivir nuevo y nuestro.
y obligaba a odiar los grandes valores de la belleza, el
amor, el placer. Lucha contra un concepto de Dios que
significaba un freno en la conquista que el hombre había III
iniciado por dominar los poderes cósmicos mediante la SU RETO Y NUESTRA RESPUESTA
ciencia y la técnica, freno a la promoción social en cuanto
consagraba con la idea de una recompensa futura la injus- Esta decapitación de un Dios mítico y el consiguiente
ticia presente, freno a la madurez humana reteniendo al redescubrimiento del Dios viviente, ha llevado consigo una
hombre en estado de infancia eterna. En este sentido di- toma de conciencia del hombre nuevo que ha de surgir.
rán estos teólogos que es necesario eliminar a tal Dios, Hombre nuevo en cuanto toma conciencia de sí mismo
como profanador supremo de la dignidad humana. En este y de su libertad como tarea, para transformar la tierra y
sentido igualmente sería no sólo legítimo sino necesario hacerla más fraterna, más servicial para el hombre. El
luchar junto con Marx por superar todas las estructuras mundo no será visto como un valle de lágrimas en el que
sociales, que en nombre de la religión consagren la injus- se espera a disgusto sino como una mansión en la que se
ticia; luchar junto con Nietzsche para devolver al hombre la asienta, luchando por hacerla confortable, en orden a que
noble conciencia de su libertad, y de su tarea creadora en todos encuentren las condiciones humanas necesarias para
el cosmos; luchar junto con Sartre para recordar al hom- el ejercicio de su libertad personal. El mundo no está vis-
bre que Dios le ha dejado la historia en manos de la pro- to como límite a la capacidad descubridora del hombre, sino
pia decisión para que haga de su vida un proyecto. Es ne- como la tarea que el hombre tiene que cumplir según el
cesario este deber de sinceridad y de afirmación de tales precepto del Génesis: «Creced y dominad la tierra».
valores legítimos, antes de que tengamos que precisar las
divergencias fundamentales. 9
Cf. F. HERZOG, Die Gottcsfrage in der heutigen amerikanischen
Theologie: Evangelische Theologie 2/3 (1968) 129-152.
396 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA TEOLOGÍA RADICAL 397

Mundo con sus tareas concretas en todos los órdenes: po- en mayor profundidad otro nuevo descubrimiento ya ini-
lítico, social, económico, cultural. Entrega, amor, servicio ciado en el Vaticano I I : descubrimiento de una iglesia
al mundo que no van a ser vistos en contraposición sino nueva, es decir, de una iglesia no clausurada sobre sí mis-
en conexión necesaria con el amor de Dios; más aún el cri- ma y sobre sus estructuras, sino abierta a los hombres to-
terio de amor de Dios será el grado de amor al mundo y a dos, sabiéndose enraizada en Cristo y destinada no al do-
los hombres, el arriesgo por su servicio, el trabajo en minio sino al servicio de todos, una iglesia que no tiene
crear condiciones humanas de una existencia mejor, en la como misión poner alambradas a la libertad humana sino
convicción de que el amor al hermano no agota pero sí acrecentarla y darle el máximo vigor posible mediante el
verifica, es decir, pone a prueba la autenticidad y da la anuncio de la palabra, la participación en la eucaristía y la
medida del amor a Dios, en tal forma que el juicio de purificación de los pecados. Iglesia que no exige de sus
Cristo sobre nosotros se realizará preguntándonos si he- hombres otra profesión que la fe en Cristo y su evange-
mos visitado al enfermo, alimentado al hambriento y ves- lio, que por tanto no hace condición de la pertenencia a
tido al desnudo, porque a él se lo hacíamos, y sólo a tra- ella la aceptación de ningún programa político, artístico,
vés de ellos se lo podemos hacer a él. filosófico, económico, capaz no sólo de tolerar sino de
Un autor francés nos ofrece el siguiente diálogo imagi- alimentar un pluralismo de los cristianos en todos esos
nado entre un supuesto inquisidor actual y un sacerdote órdenes. Iglesia llamada a ser la vanguardia de Dios entre
joven: los hombres, lugar donde ellos le puedan encontrar a él,
trasparencia pura de su presencia mediante la realización
Inquisidor: Ustedes ya no hablan apenas de Dios a los hom- de sus cuatro grandes tareas: el anuncio del mensaje, por
bres. Prefieren hablar de justicia social o denunciar el capitalismo. el cual descubre a los hombres su dignidad, su responsa-
Sacerdote; Nosotros, en cambio, no tenemos la impresión de bilidad ante la historia y su entronque fontal y destinativo
que ya no hablemos de él; todo lo contrario. Lo que a usted, señor en Dios; servicio en las necesidades de curación y de ali-
inquisidor, le hace pensar así, es posiblemente el hecho de que cuan-
do nosotros hablamos de Dios evocamos también su enseñanza. vio; creación de células comunitarias donde los hombres
Ahora bien, la doctrina del evangelio es clara: que es necesario que vivan en relaciones personales y en ejemplaridad el amor
luchemos por una justicia mayor o por un mayor respeto a la dig- cristiano; y finalmente la función profética de exorcismo:
nidad del hombre. Es lo que el concilio aplica a la situación presente, denunciar todos los ídolos y todos los mitos como pueden
y es lo que nosotros intentamos anunciar a los cristianos. Nosotros ser la política, la cultura, el sexo.
no queremos hablar de Dios como si él fuera exterior a la vida de
los hombres. Sin duda, señor inquisidor, usted conoce la frase de Estos serían los tres grandes anhelos de la así llamada
Simone Weil: «No en la manera como un hombre me habla de Dios «teología de la muerte de Dios»: eliminación de un Dios-
sino en la manera como él me habla de las cosas terrestres, es como mito y redescubrimiento del Dios viviente del evangelio;
yo conozco si él ha experimentado el fuego del amor divino» 10.
aceptación de un mundo secular llegado a la mayoría de
Esta versión hacia las tareas terrestres, esta aceptación edad que exige una legítima autonomía y que odia todos
de la tierra y de las tareas intramundanas como lugar en los paternalismos, todas las esclavitudes del orden que
las que se juega el destino cristiano y se traduce la verdad sean poniendo fin así a toda una forma de concebir las
de la fe eclesial, es lo que se suele designar con el nom- relaciones entre lo temporal y lo eterno, lo espiritual y lo
bre de secularización o de cristianismo secular. material, la iglesia y el estado, el creyente y el no creyen-
Esta teología americana nos está provocando a hacer te, el católico y el no católico; nueva visión de la iglesia
concebida como trasparencia de Dios para los hombres,
10
en cuanto que imita el ejemplo de Jesús, que vivió toda
J. DÜQUESNE, Les Prétres. París 1965, 51-52.
398 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA TEOLOGIA RADICAL 399

su vida en función de los otros, en tal forma que se le ha no. Frente al reto de un humanismo total, el cristianismo,
podido definir como el hombre para los demás. aceptándolo, lo llevará al límite e incluso, mostrando a Cris-
En la realización de este programa ha habido ideas to como la suprema expresión de lo humano, accederá a
menos claras, expresiones menos exactas, formulaciones colaborar con todas las ideologías que respetando los valo-
equívocas y errores positivos. La afirmación de la mayo- res fundamentales quieran promocionar al hombre. Frente
ría de edad del hombre no elimina la realidad de Dios sino al reto del progreso y de la revolución llegará incluso a
que la induce como fundamento de posibilidad; el descu- aceptar en determinadas ocasiones una lucha por la jus-
brimiento de las tareas intrahistóricas no impide sino que ticia y la fraternidad en unión con movimientos mar-
exige la actualización de la dimensión trascendente del xistas, en la medida en que sus programas económico-
hombre; la versión hacia los demás en servicio no excluye sociales no lleven necesariamente implicadas ideologías
sino que exige la abertura a Dios en oración, amor y religiosas. En este sentido la Populorum progressio es una
comunión personal; la afirmación de un hombre libre y, en tácita reasumpción de postulados teóricos que sólo muy
cuanto tal, imagen de Dios, no impide que él mire a su parcialmente nacieron en la iglesia.
ejemplar sino que lo exige, ya que sin tener donde ver Ante el reto de más saber y más cultura, el cristianis-
su rostro mejor no puede el hombre rehacer sus sombras mo no podrá hacer otra cosa que sumarse a la búsqueda.
y beber la fuerza siempre nueva para comenzar: la vitali- Pienso que en España la revolución de la cultura aún está
dad de los arroyos no se aumenta en la medida de su dis- gestándose, y da pena volver la mirada al siglo xix para
tancia o separación de los hontanares sino en la medida ver la fecundidad que podrían haber supuesto movimien-
de la proximidad. Estos teólogos valen más por su fe que tos como la Institución Libre de Enseñanza, la generación
por su teología, más por lo que quieren decir que por lo del 98 y la generación de Ortega si una mirada corta y
que dicen, más por lo que han provocado que por lo que provinciana por parte de nuestro catolicismo y por su par-
en sí mismo contienen. Su lectura es aleccionadora para te no hubiera instaurado una oposición entre tales pos-
quien es capaz de dialogar con ellos, oyéndolos y pregun- turas y las exigencias del evangelio y sobre todo si no hu-
tándolos, acogiendo sus ideas y poniéndolas en tela de bieran identificado su forma de concebir el evangelio con
juicio, afirmándolas y rechazándolas. Sólo quien tenga la forma católica, y su forma de realizar España con la
capacidad de crítica podrá sacar algún provecho de su única posible.
lectura, extraña sin embargo para la mayoría de nosotros Frente al reto por la libertad el cristiano recorda-
por provenir de un marco histórico-cultural bien distinto rá que la medida de ésta la da la medida de redención,
al nuestro. que una radicación en Dios no impide sino que acrece
las posibilidades humanas, y que por ello todos los movi-
IV mientos que de verdad promocionan y tienen fe en el
LA TRIPLE EXPRESIÓN DEL RETO: hombre convergen necesariamente. Teilhard de Chardin
JUSTICIA - CULTURA - LIBERTAD escribe:

Para el cristiano constituyen un reto al que ha de Contrariamente a lo que repiten muchos, cuanto más hombre
es el hombre, más sentirá la necesidad de consagrarse a alguien más
apostar una respuesta, absolutamente sincera y válida sólo grande que él n.
en la medida en que va más allá. En España podrían ser
de gran fecundidad si supiéramos levantar el bieldo y de- 11
P. TEILHARD DE CHARDIN, La energía humana. Madrid 1965, 47-
jar que el aire de una reflexión crítica separara paja y gra- 48, 63.
400 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA TEOLOGÍA RADICAL 401

Y en otro lugar, a propósito de las posibles relaciones El cristianismo tendrá que engendrar en su seno hom-
entre el marxismo y cristianismo: bres-límite, testigos vivos de la presencia real de un Dios
viviente. Pienso en nombres como Teilhard de Chardin,
Llevadas hasta el fin estas dos fuerzas, acabarían necesariamente Romano Guardini, Teresa de Lisieux, Charles de Fou-
por acercarse. Pues por naturaleza todo lo que es fe asciende y todo cauld. Vocaciones extremas en la contemplación y en la
lo que asciende converge inevitablemente12.
acción con toda la pasión contemplativa de trapenses y
El creyente está convencido de que el hombre secu- toda la pasión operativa de marxistas. Contemplativos que
lar no ha perdido la conciencia ni ha dejado de sentir la nos hagan creíble cómo Dios es una realidad tan real que
necesidad de Dios. Ünicamente han cambiado las formas puede llenar y colmar todas las necesidades del vivir hu-
en que las expresa y los lugares en que le encuentra: qui- mano, y cómo sin la presencia de la eternidad, el tiempo
zá no tanto en el templo como en el trabajo, no sólo en no tiene sentido. Revolucionarios para que creen un con-
la oración contemplativa sino también en la promoción trapeso a los primeros mostrando cómo la esperanza de
humana del hermano, no sólo en la esperanza del reino los cielos futuros no elimina la obligación de construir
futuro sino también y primariamente en el arriesgo por ha- la tierra presente, ni roba la alegría de gozar de este mun-
cer surgir el reino presente de los hombres en mayor justicia do, ni es freno para la eliminación de todas las injusticias.
y libertad, consciente de que a Dios se llega no tanto Teólogos que vayan aclarando el contenido de verdad y
ni sólo por las palabras o por las ideas sino por la acción amasándolo para los demás como pan de vida. Hombres
y el amor. Es curioso que uno de estos teólogos america- de acción que hagan de la existencia humana el lugar con-
nos ponga como pórtico de su libro el lema de un místico creto de visibilización de Dios, del encuentro con él, de
medieval: «En esta cuestión de conocer a Dios, me parece plenificación cristiana.
más importante la forma de vivir que la forma de ha- A propósito del ateísmo la constitución Gaudium et
blar» ". spes dice que «el remedio hay que buscarlo en la expo-
No menos está llegando a comprender el creyente, sición adecuada de la doctrina y en la integridad de la
que él autentificará su fe ante el incrédulo no en la dis- vida de la iglesia y de sus miembros. A la iglesia toca
tancia de los problemas sino en el afrontamiento, no con hacer presentes y como visibles a Dios Padre y a su Hijo
sugerencias doctrinales sino con testimonios de acción en encarnado con la continua renovación y purificación pro-
el orden ético, cultural y político. No carece de signifi- pias bajo la guía del Espíritu Santo. Esto se logra prin-
cado el que el concilio Vaticano II haya creado un tipo cipalmente con el testimonio de una fe viva y adulta, edu-
de documento nuevo en la historia del magisterio: la cons- cada para poder percibir todas las dificultades con lucidez
titución pastoral Gaudium et spes, y el que el papa Pablo y poderlas vencer»14. Todo esto se realiza acreditando su
VI haya publicado su encíclica dándole precisamente por fidelidad a aquello que es el supremo valor en la concien-
título aquel contenido de conciencia que está en el primer cia contemporánea: el hombre. Tarea que cumplirá en la
plano de preocupación en todos los hombres alertas de medida en que se arraigue en aquel que es fuente de todo
nuestra época: el progreso o la promoción humana. su vivir: Cristo mismo en una fe, en un amor y fidelidad
absolutas a su palabra. Desde él descubrirá problemas y
13
tareas que los hombres ni siquiera sospechan, porque su
13
ID., El fenómeno humano. Madrid 1965, 233. misión consiste no sólo en dar respuestas sino en plantear
«Sed in hac quaestione Deum videndi, plus mihi videtur valere vi-
vendi raodus quam loquendi». GUILLERMO DE SAN TEODORICO, Aenigma fidei
(PL 180, 398). Cf. W. HAMILTON, La nueva esencia del cristianismo. Sala-
14
manca 1969, 214. GS 21.
402 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA

preguntas a los hombres. Así da testimonio de la máxima


fidelidad al hombre total, es decir, al que está necesitado
de crear y de adorar, de trabajo y de amor, de producción
y de poesía, de pan y de evangelio, de tiempo presente y
de abertura absoluta a un futuro absoluto.
4
FACULTADES DE TEOLOGÍA EN
LAS UNIVERSIDADES CIVILES *

P orque la fe no es una cuña clavada en el leño del alma


humana a golpes de marra bruta, sino una vida que,
elegida personalmente, abarca a todo el hombre, informa
todo su hacer y, ofreciéndole un norte, intenta dar una
significación al futuro y al pasado, tanto personales como
generales; porque ella no es un tesoro escondido en las
peñas del alma, sino una semilla plantada en tierra viva
que si no germina, se pudre, y si no da frutos, peligra;
por eso la teología, en mayor o menor medida, será siem-
pre necesaria. Y puesto que no todos los hombres ten-
drán el tiempo requerido para esa información, cultivo y
maduración intelectual de la propia fe, deberá haber algu-
nos que ministerialmente lo hagan para los demás o, al
menos, les faciliten la tarea. Respecto de los seglares en
general, los sacerdotes deben cumplir esa tarea siempre
nueva. Y respecto de los sacerdotes, deberán cumplirla los
teólogos. Toda fe sin una cierta medida de teología co-
menzará a padecer violencia, y la violencia a tentación
conduce1.

* Este capítulo fue redactado y publicado junto con otros estudios y


una bibliografía completa en 1967. Cf. ¿Crisis de seminarios o crisis de socer~
dotes? Madrid 1967. Algunos datos del problema han cambiado y por ello
nuestro juicio exigiría una matización nueva: lo dejamos no obstante sin
modificar para que nadie piense que estas páginas quieren ser una respuesta
a lo que en este sentido ha ocurrido en el último año.
1
Tertuliano habla de unas tentaciones en la fe, consecuencia de una
pereza intelectual: «... illos, qui similiter credidisse contenti, non exploratis
rationibus traditionum temptabílem ñdem per imperitiam portant.» De bau-
tismo 1, 1 (CC 1, 277).
404 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA FACULTADES DE TEOLOGÍA 405
contenido y sus exigencias siempre nuevas, y a partir de
I entonces sólo hayan existido figuras aisladas. Quizá por
LA SITUACIÓN TEOLÓGICA ESPAÑOLA eso hayan olvidado los españoles que tal función debe ser
indispensable y, por no haber visto de cerca sus frutos, ha-
El primer problema existente, y yo pienso que el único yan considerado a la teología árbol infecundo y, por tanto,
radicalmente grave, es que determinadas personas no creen innecesario en el jardín de la iglesia. Todo esto ha lleva-
seriamente en la necesidad de la teología en cuanto que es do consigo el que hoy no podamos conectar con una tradi-
una tarea especulativa, y menos en la fecundidad pastoral ción teológica, que no tengamos un suelo en el que enrai-
de esa teología, si es elaborada con todo rigor científico. Ri- zar ni una tradición intelectual propia que nos alimente.
gor científico que muchos identifican con especulaciones ¿Cómo está la situación desde el punto de vista per-
abstrusas, distantes de la vida, ajenas a los problemas de sonal? Gran parte del personal docente en los seminarios
los hombres. El problema es grave, porque, en definiti- españoles hasta ahora procedía de las generaciones pre-
va, se piensa que la fe es una posesión que se recibe, como guerra, que podríamos también definir como generación
se reciben heredadas las posesiones paternas, que no nece- pos-modernismo. Aquel acontecimiento político nacional y
sita una «invención personal», al filo de cada edad indivi- éste teológico-eclesiástico condicionaron en fuerte medida
dual, de cada comunidad nacional, de cada generación his- el talante intelectual de muchos profesores. Cristalizaron
tórica. La teología existe ya hecha, dicen, lo mismo que en 1930, y de ellos, unos, con ejemplar buena voluntad,
existen prefabricados los artículos en los comercios don- han ido renovando el vino y los odres, y hoy lo dan nue-
de se trata únicamente de elegirlos. El saber teológico vo; otros intentaron ver si el vino nuevo se adaptaba a
estaría acumulado en libros, se podría transmitir reedi- los odres viejos, y no pocos siguen con su vino y sus
tando textos, sin otra necesidad que ir añadiendo los nue- odres. Fue una generación crecida en la atmósfera defen-
vos documentos del magisterio eclesiástico. siva, detectadora de herejías, que produjo la represión
No voy yo a explicar por qué esto sea así: las causas modernista. Le faltó confianza en la fuerza del pensa-
mediatas o inmediatas. Tampoco me voy a preguntar por miento, en la vitalidad de la investigación, y, por ello, no
la inexistencia de pensadores teólogos en los últimos si- tuvo impulso creador. No criticamos las personas: descri-
glos de vida española. Y nótese que he dicho pensadores bimos únicamente la situación. A aquéllas quisiéramos ex-
teólogos o teólogos pensadores, es decir, aquellos que pen- presarles nuestro profundo respeto y nuestro agradeci-
saban en contacto con los demás hombres, aceptando sus miento sincero, pues han sido precisamente las más clari-
pensamientos e influyendo sobre ellos. Laín Entralgo ha- videntes y generosas de entre esas personas las que han
cía recientemente un balance rápido de los grandes valo- hecho posible una generación nueva, que se quiere unida
res intelectuales de España en el último siglo. ¡Qué pena a ellas, y quisiera tributarles su mejor homenaje, abriendo
encontrar sólo un teólogo entre tantos nombres eminentes: cauces nuevos y distintos.
Amor Ruibal! 2 El profesorado que desde hace unos años pasa a ocu-
Quizá porque desde Trento, desde que murió Cano y par las cátedras, ha nacido huérfano. No somos los teó-
Carranza fue a la Inquisición, haya dejado de existir esa logos los únicos en proclamar esta orfandad. Aunque por
profesión eclesial de los teólogos, es decir, de los hombres razones distintas lo hacen también otras profesiones de or-
encargados por la iglesia de repensar la Revelación, su den intelectual, por ejemplo, los arquitectos 3 . Y perdone
3
P . LAÍN ENTRALGO, La obra intelectual en la España contemporánea: 3
Cuadernos para el diálogo IV (1966) 23-25. C. ORTIZ ECHAGÜE, La arquitectura española actual. Madrid 1965.
406 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA FACULTADES DE TEOLOGÍA 407

Aranguren que digamos esto: no es una queja romántica chísimas veces tiene ocupaciones que son incompatibles
la que hacemos, sino un problema muy serio 4 . Los actua- con su dedicación a la cátedra, y casi nunca está dotado
les teólogos han surgido sin padres, que desde las raíces de material científico y retribuido en forma tal que pueda
del alma hispánica los iniciaran primero a una asimila- servir eficazmente su cargo. De hecho, es la estructura
ción y luego, sobre todo, a una creación científica. Por eso seminarial teológica la que es inservible en cuanto tal, si
viven hoy con unos ojos avizoradamente abiertos a todo es que estos centros han de cumplir las condiciones exi-
lo nuevo y extranjero, a todo lo que pueda representar un gidas por el concilio en orden a una «formación sólida de
esclarecimiento del evangelio, un diálogo con el mundo, los alumnos, que ha de considerarse como ley suprema».
un encuentro con el pensamiento actual. Todo eso es ma- Las resistencias opuestas a una concentración provienen,
ravilloso. Mas confesemos que siendo ésta la disponibili- en no pequeña medida, de una situación de hecho: esta-
dad previamente exigida al quehacer teológico, sin em- mos en el punto final de una carrera esforzadamente corri-
bargo no basta. ¡Lo que más sobra en España es buena da por cada diócesis para construir su propio seminario.
voluntad — y por ello, improvisación—; lo que más falta ¿No son muchos los que piensan que la carrera se hizo
es preparación especializada, es decir, método y, por ello, en dirección falsa, que faltó en el comienzo clarividencia
rendimiento eficaz! No todos los actuales teólogos «han para haber repensado el problema a nivel nacional y haber
hecho» teología con sudor y sangre propios, aunque ha- ido a la unificación, ya que precisamente ésa era la exi-
yan aprendido mucha con codos y esquemas para la me- gencia del momento histórico, en lugar de consagrar una
moria. Mientras no se pasa de lo último y se llega a lo dispersión de esfuerzos, de edificios, de personas? ¿Cómo
primero se sigue siendo «estudiante de teología»; «teó- no lastimarse, por ejemplo, de que se operara una divi-
logo» sólo se es haciéndola uno mismo, reasumiendo crea- sión prácticamente aniquiladora de alguno de estos cen-
doramente la tradición anterior, estando capacitado para tros, que tenía la mejor tradición, la mejor biblioteca, el
tomar postura «crítica» ante otras producciones intelec- mejor personal y las mejores perspectivas para haber sido
tuales, siendo capaz de provocar un futuro, orientando el una de las instituciones que, ahora, el Vaticano II ha
pensamiento eclesial en una dirección. venido a exigir?
Sobre todo, los profesores españoles son hoy pobres ¿Y las facultades de teología? Prescindamos de mo-
víctimas de una situación que condena a esterilidad todo mento de las que son propias o exclusivas de las órdenes
su quehacer en el momento preciso en que lo comienzan religiosas. Exceptuadas éstas, hasta hace muy poco exis-
fácticamente a ejercer. Me refiero a las instituciones en tía prácticamente sólo Salamanca. Habiendo sido el lugar
que viven insertos y que necesitan con urgencia una revi- ideal para una gran facultad teológica —ahí está la uni-
sión a fondo. versidad civil, ahí están hoy los treinta teologados o cole-
gios mayores de congregaciones religiosas, ahí está la
II tradición histórica estudiantil, ahí están las bibliotecas
LAS INSTITUCIONES: SEMINARIOS Y FACULTADES de los grandes colegios—, no ha podido desarrollar to-
das sus potencialidades. Y aun cuando tenga actualmente
Comencemos por los seminarios: su profesorado ra- un montaje excepcional, a propósito para magníficas rea-
ras veces cuenta con la preparación necesaria hoy; mu- lizaciones futuras y un personal que se consagra y está dis-
puesto a seguir consagrando sus vidas por puro amor a la
* Él habla de «los jóvenes cuando hace unos años acostumbraban a iglesia y al país, con dificultad logrará ser un centro autén-
lamentarse de ser una generación sin maestros». J. L. ARANGUREN, El futuro ticamente creador de impulsos eclesiales y regenerador de la
de la universidad. Madrid 1963, 50.
408 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA FACULTADES DE TEOLOGÍA 409

teología, dado el general desinterés y la penuria económica, sificaba su presencia en las universidades a través de las
que subsistirá irremediablemente mientras el episcopado facultades de teología, y Francia abría los institutos cató-
español no se preocupe de verdad, creando unas bases só- licos, León XIII, clarividentemente, pedía a los obispos
lidas garantizadoras de un futuro, y sigan perdurando tam- españoles hacer algo parecido. Aquella voz suya se perdió
bién los recelos y campañas positivas de ciertos grupos en el desierto sin eco ninguno. Seguían vegetando algunas
contra ella. facultades, que en realidad no pasaban de ser seminarios
No creo equivocarme al afirmar que no existe ningún regionales. La Deus scientiarum Dominus, de Pío XI, puso
país de Europa con tanta vida cristiana como España, pero de manifiesto la pobreza teológica española: sólo una de las
igualmente que no existe ningún país católico de Europa facultades de teología se salvó del naufragio, ya que ningu-
con menos reflexión, es decir, con menos teología que Es- na de las otras cumplía las condiciones exigidas.
paña. Y de ahí surgen las «herejías vivas» que estamos ¿Se me permitirá mirar hacia el futuro de España y
padeciendo aquí, porque no corren parejas acción y pensa- amonestar a tiempo para recordar que no se trata de que,
miento, vida y orientación teológica, generosidad apostó- remozando trasnochados instintos feudales, cada grupo,
lica y dirección intelectual; y así surgen los callejones sin cada orden, cada obispado cree «su» universidad, univer-
salida a donde nos llevó una generosidad bien intenciona- sidades que una nueva regulación pontificia de los estu-
da, pero carente de metas claras; surge el descorazona- dios eclesiásticos, a tono con las exigencias científicas de
miento al constatar la infecundidad de la acción apostó- hoy día, iba a hacer naufragar, por carencia de condicio-
lica, por no estar teológicamente fundada5. nes, como en 1931, sino que más bien se haga una plani-
Las minorías dirigentes de España han capitulado ante ficación ordenada y total del problema teológico español,
la tarea de orientación teológica. Y hago esta afirmación dejando a un lado egoísmos y provincianismos: que se pre-
no acusando a nadie, sino golpeándome yo mismo el pecho. pare personal docente —pues las personas hacen las uni-
Consecuencia de esta pereza intelectual, de esta cerrazón versidades y no los breves pontificios aprobatorios —; que
provinciana, de esta improvisación tan clásicamente espa- se planeen a distancia instituciones y estructuras; que se
ñola, es la inflación teológica en que vivimos hoy teniendo las potencie, dándoles tarea, confianza, medios?
que importar todo el pensamiento que pensamos. Aquellos Desde el punto de vista en que aquí estudiamos el
a quienes pedimos prestadas nuestras ideas nos echan en problema teológico de España, la concentración de fuer-
cara este empobrecimiento que día a día vamos acrecen- zas es un deber ineludible. Vivimos en la dispersión.
tando 6. Cuando, a fines del siglo pasado, Alemania inten- Dispersión de fuerzas que por otra parte no son abundan-
tes. ¿Qué pensar de los 152 teologados existentes en Es-
6
«Sin duda tocamos aquí la más profunda contradicción y quizá la más
grave: la formación teológica y la capacidad de reflexión sobre los problemas
concretos no están a la altura de la generosidad y de la abnegación. Esta es miento católico autóctono; esta carencia apenas viene compensada por la
una constante del carácter español generoso, entusiasta, dispuesto siempre madurez de la que deben dar pruebas incesantemente los que han de con-
a lanzarse a la acción, pero poco inclinado a dar marcha atrás, a madurar y a quistar con valentía y lucidez su libertad de pensamiento. Aunque, por otra
criticar sus propios proyectos, a captar las dimensiones colectivas del com- parte, después de algunos años de sordas y dramáticas tensiones para con-
promiso individual. Esta tensión dialéctica entre acción y reflexión, entre seguir una cierta apertura en la investigación, las facultades católicas de
generosidad individual y disciplina colectiva provoca a la larga, si no se filosofía y teología sin duda gozan hoy de una libertad mayor. Pero sus
consigue integrar, un desaliento casi endémico diluido en la actualidad en las alumnos se preocupan principalmente de la pastoral o de la liturgia y retro-
trágicas circunstancias de la vida católica española, pero que no dejará de ceden ante el rigor que exige una reflexión creadora. ¿ Será la facilidad una
reaparecer cuando adquiera un ritmo político-religioso más normal». A. RAY- amenaza para la vida intelectual católica en España? No lo sé. Las censuras
MAT, Oü va le lalcat espagnol: Études 9 (1966) 286-287. que le acechan por doquier favorecen la repetición estéril y a media voz de
8
«La primera de estas contradicciones, resultado de haber quemado una multitud de verdades importantes todavía "prohibidas", pero de un
las etapas más exigentes de la toma de conciencia en la nueva situación, se alcance inmediato y difuso, haciendo olvidar el esfuerzo de reflexión y de
manifiesta en la inflacción de traducciones, favorecidas por la censura. Se trata prospección que permitiría determinar y preparar concretamente lo que
de una solución fácil que engendra un auténtico empobrecimiento del pensa- hubiera que hacer en el futuro». Ibid., 276.
410 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA FACULTADES DE TEOLOGÍA 411

paña 7 ? ¿Es concebible después del concilio esta malver- anualmente, aparte de los edificios, colegios mayores, ins-
sación de personal sacerdotal y este minifundio intelectual titutos de investigación que habría que construir de nue-
con perjuicios graves para los que en tal situación dan y va planta. Quienes tienen experiencia y saben lo que es
reciben la formación? ¿O es que el «espíritu de la orden» vida universitaria, lo que una facultad digna de este nom-
va a impedir que los teólogos de las congregaciones reli- bre supone, comprenden qué imposible intento es éste de
giosas se mezclen con los alumnos de los seminarios para improvisar tales instituciones de la noche a la mañana,
recibir su formación? ¿O mantenemos aún en la iglesia como se está intentando hacer entre nosotros: en vez de
categorías que subrayamos, distanciándonos unos de otros? arreglarse la situación, lo único que se hace es pervertir
Aparte de la infertilidad que de todo ello se sigue para la el nombre, ya que éste cambia sin cambiar la realidad:
tierra teológica española, ¿no es en el fondo un pequeño todo seguirá igual, y los antiguos seminarios de provin-
escándalo esta dispersión, este minifundio teológico espa- cia, en lugar del añoso letrero: «Seminario conciliar», ten-
ñol? La concentración de seminarios, la unión con los drán un rótulo nuevo, recién labrado: «Facultad de teo-
teologados religiosos, frecuentando una única facultad, la logía», y con un pobrísimo saber teológico, idéntico al de
creación de algunas grandes facultades teológicas, son im- antaño, España comenzará a poblarse de licenciados y
perativos categóricos de categórica urgencia para el por- doctores. Una facultad de teología es algo muy serio y
venir de la iglesia y de la teología en España. exige, ante todo, una idea clara de la teología y de su
misión en la iglesia, un cuerpo docente técnicamente pre-
parado y dotado al nivel de las demás facultades civiles,
III una biblioteca grande y actualizada, un edificio con de-
PROLIFERACIÓN DE NUEVAS FACULTADES partamentos a propósito para trabajos de seminarios; y
todo esto instaurado no en un desértico rincón de la pe-
Sin embargo, es urgente detectar un peligro: ya esta- nínsula, sino allí donde existe vida intelectual y pensa-
mos viendo surgir facultades de teología en cada rincón miento abierto, es decir, en medio o junto a las univer-
de España. Mientras hasta el presente apenas se pudo ali- sidades civiles.
mentar una facultad, por falta de atención al personal Yo opino que el problema concreto de España ha de
docente, científica y pedagógicamente cualificado, por falta solucionarse comenzando hoy a planear el futuro: creación
de medios económicos y porque, siendo de todos nadie se de cuatro o cinco grandes facultades que agrupen en
sintió responsable de ella, ahora no pocas diócesis quie- torno a sí a los alumnos que hoy llenan los seminarios dio-
ren tener «su» facultad. Uno se pregunta en qué miste- cesanos. Una creación precipitada o una multiplicación
rioso rincón habrán encontrado de la noche a la mañana innecesaria condenarían al fracaso el momento de posibi-
un cuadro de profesores preparados al nivel que la cien- lidades excepcionales que después del concilio nos está
cia y la situación pastoral exigen, los 8 millones, como tocando vivir. No vayamos a contraritmo de la historia,
mínimo, que la sustentación de una facultad hoy día exige repitiendo con la creación de facultades lo que en los
7
Según los datos estadísticos disponibles, podemos afirmar que exis- últimos veinticinco años nos ha ocurrido con los semina-
tían hasta hace poco aproximadamente unos 310 centros de formación ecle- rios: mientras Europa, y en ella la iglesia en todas sus
siástica en España. Con exactitud: 86 teologados de órdenes religiosas,
66 teologados del clero secular; total teologados: 152. 87 filosofados de órde- estructuras, iba a la concentración de fuerzas para un
nes religiosas, 66 filosofados del clero secular; total filosofados: 153. Si aña- potenciamiento mayor, nosotros consagrábamos una dis-
dimos los centros de formación teológica superior para religiosas, tenemos la
cifra aproximada de 310. Cf. CONFER, Guía de las comunidades religiosas en persión. Al final de la carrera de construcción de nuestros
España, 1: Comunidades masculinas. Madrid 1963, 141-149; CONFER, Geo-
grafía vocacional de España. Madrid 1965. seminarios diocesanos, el concilio nos ha venido a pre-
412 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA FACULTADES DE TEOLOGÍA 413
guntar si la carrera no se hizo en dirección falsa. ¡Que en mentó de afrontar el problema en su radicalidad: la teo-
el Vaticano I I I no nos ocurra lo mismo respecto de las logía ha de ser institucionalizada a nivel universitario, y
facultades de teología! las facultades donde se cultive y donde se formen los se-
Hay que apoyar y estimular con todo interés la crea- minaristas teólogos han de ser encuadradas en las univer-
ción de centros teológicos regionales o supradiocesanos sidades civiles. Esta es la tesis que sustentamos y que
que dispongan de instalaciones, bibliotecas y personal cua- vamos a intentar exponer.
lificado. En este sentido todo esfuerzo y colaboración se-
rán poco. Pero identificar de antemano la reforma y pro- IV
moción de un seminario diocesano o teologado religioso INSERCIÓN EN LA UNIVERSIDAD CIVIL
con su elevación a categoría de facultad me parece un
sin sentido. Aun en el caso de que teóricamente esto se Ante todo, tropezamos aquí con un doble problema:
debiera hacer, la constitución real en facultad sólo debe- a) Saber precisar la formación intelectual de alguien
ría tener lugar después de varios años de preparación y que no va a ser en su vida especialista del saber teoló-
acreditación, que debería constatar algún organismo na- gico, sino un mensajero del evangelio, y que, por tanto,
cional cualificado y delegado por la congregación de univer- es una noticia del reino de Dios lo que necesita y no un
sidades. Y una vez así planteadas las cosas dentro de diez conglomerado de saberes científicos, aunque sean de orden
o quince años la teología debería estudiarse sólo en facul- teológico, y aunque sean ofrecidos con un método perfecto.
tades, en la misma medida que las demás ramas del saber. b) Saber qué es una universidad y qué pretenden
Tengamos el valor de imaginarnos un futuro teológico cada una de sus facultades. Porque, ¿existe ya lo que an-
español. No vamos a exponer lo que dice el concilio, las tes llamábamos la universitas litterarum, o es la actual
nuevas asignaturas que hay que introducir, el nuevo es- universidad la suma de facultades, que coexisten sólo ju-
píritu con que toda la teología debe ser enseñada, lo que rídicamente, porque ya en la mayoría de los casos ni si-
en otro plano de ella se dice en el decreto sobre la edu- quiera localmente lo hacen? Es decir, ¿existe todavía la
cación cristiana. Todo ello ya está allí bastante claro. universidad en la reciprocidad e interacción de sus sabe-
Tampoco voy a insistir en la dificultad de integrar Espa- res y de sus hombres, en la confrontación de sus preocu-
ña en un pensamiento teológico europeo a nivel creador, paciones por el único ser humano desde las diversas pers-
ya que estamos resurgiendo a una conciencia histórica y a pectivas en que cada rama lo estudia, o existen sólo escue-
unos imperativos de pensamiento que suponen digeridas las técnicas, que siguen sin desgajarse teóricamente de la
las tres revoluciones que han configurado Europa, y de las alma mater, pero que prácticamente existen desde hace
que ella ha nacido: revolución religiosa, revolución inte- tiempo no ya como ramas, sino, en definitiva, como tron-
lectual, revolución social: fenómenos de trascendental im- cos autónomos? Formulada la pregunta a nivel más prác-
portancia que no podemos asimilar en un día, estudián- tico: ¿qué intenta la universidad: crear los profesionales
dolos en un manual. que necesita la vida de un país en sus diversos planos,
Seamos sinceros y consecuentes: mientras perdure la transmitir la cultura humana que la sabiduría de los hom-
actual situación en España, no podrá surgir una teología bres ha ido acumulando y que constituye el nivel espiri-
seria y fecunda, porque habiendo muchos hombres prepa- tual del tiempo, o preparar un grupo de investigadores
rados que la pudieran crear y habiendo un público que la que hagan avanzar la ciencia8?
exige, sin embargo no hay instituciones en las que ella sea 8
realmente posible. Por eso creemos que ha llegado el mo- Es toda la problemática que desde mediados del siglo último ha pre-
ocupado a los mejores espíritus de occidente, sobre todo en Alemania: desde
414 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA FACULTADES DE TEOLOGÍA 415

Sólo después de haber respondido en toda extensión de se toma conciencia de ello, se hace saber reflejo y
y radicalidad a estas preguntas podríamos plantear honrada- fórmula explícita; el lugar desde donde únicamente puede
mente el problema de la necesidad y conveniencia de la inte- aprehenderse en sus raíces y medir sus consecuencias, es
gración de la facultad de teología en la universidad civil. la universidad. El teólogo no traiciona su evangelio yendo
Brevísimamente respondemos a la dificultad expresada a ella, más bien lo traicionaría si, distanciándose, la igno-
al principio: el sacerdote ha de ser un mensajero del evan- ra, porque es ignorar al pueblo, a quien luego se va a di-
gelio, no un especialista de teología. De acuerdo. Pero el rigir 9 . No lo olvidemos: la universidad es la conciencia
evangelio existe y está destinado a unos hombres que refleja de un pueblo, el exponente de una historia pasada
viven al nivel del tiempo histórico. El mensaje es para que allí pervive y de un futuro próximo que allí se gesta.
ellos y a ellos se llega después de haberse sumergido en A la gestación de ese futuro no puede permanecer ajeno
los presupuestos mentales, histórica y sociológicamente el teólogo.
condicionados, sobre los que hoy se asienta su vivir. A la segunda pregunta o dificultad enunciada al co-
El kerigma tiene una historicidad, y para saber dársela mienzo no hay respuesta de alternativa. Una universidad
hay que apropiarse un saber histórico capaz de poder deberá operar a la vez las tres funciones: preparar los
operar aquélla. El evangelio anuncia la redención del profesionales, transmitir el acerbo cultural, propulsar la
hombre. ¿Mas es el hombre, es la categoría redención y investigación. Esta respuesta vale también para la facultad
son sus aspiraciones a la libertad idénticas en todo tiempo? de teología. Ella deberá asumir el destino que sufran las
No seamos ingenuos al pensar que el anuncio es algo de demás facultades, porque sus problemas no son exclusi-
tipo mágico, que basta con proclamarlo para que sea efi- vos, y habrá de ir luchando con ellas para ver qué confi-
caz. Pablo era un xr¡pu£, un mensajero, y cuando llegó guración concreta responde mejor a esos tres imperativos
al Areópago echó mano de todos sus recursos intelectua- de su existencia. Ella cumpliría allí sus tres funciones:
les, y no para dar a sus colegas atenienses una lección preparar los futuros pastores de la iglesia, recibir y trans-
de filosofía, sino para poder situarlos «humanamente» an- mitir el saber heredado de las generaciones anteriores,
te aquel hombre Jesús, y ante aquella resurrección, y ante propulsar la investigación teológica. Como en todas las
aquel juicio futuro, de los que al final de su discurso demás facultades, la capacidad individual, la vocación per-
vendrá a hablar. sonal y las situaciones irían determinando en cuál de
Terminamos: el cristianismo no es una sabiduría hu-
mana, sino un mensaje para unos hombres, que si por s
¿ No es interesante ver que los movimientos más evangélicos del
siglo xll, por pura fidelidad al mensaje, se dirigieran precisamente a la
razón de su esencia son los mismos antes y ahora, universidad y allí afincaran sus raíces más profundas? Es verdad que primero
«existencialmente» son distintos. Por servicio a esa dis- existieron san Francisco y santo Domingo, puros mensajeros y testigos, pero
sus hijos fieles, los que hicieron la traducción intelectual de su nuevo mensaje
tintividad, para saber qué ecos producen nuestras pala- para la cristiandad, esos no dudarán en ir a los centros donde están los
hombres que piensan: y todos se dirigen a París; y decir París entonces, era
bras al anunciar a Cristo, tenemos que conocerlos, a ellos decir la conciencia y el futuro de occidente. No olvidemos que Jordán de
y a su mundo, sus opiniones y sus juicios, sus estructuras Sajonia y Alejandro de Hales, santo Tomás y san Buenaventura crearon el
marco que dio fecundidad al nuevo espíritu: esa nueva fe, servida por su
mentales y sus presupuestos inexpresados. Y el lugar don- fiel inteligencia, salvó a occidente, precisamente entrando en diálogo con los
hombres que pensaban, y éstos se agrupaban entonces en torno al recién
descubierto Aristóteles. El aristotelismo de santo Tomás no fue una curio-
Humboldt hasta Jaspers y Schelsky, pasando por Fichte, Schleiermacher, sidad de científico solamente, fue, sobre todo, una pasión de creyente, pues
Steffens, Schelling, Spranger, Scheller, Rossmann... Y en nuestra patria, Aristóteles era el gran ídolo de entonces. De los alumnos que seguían a los
desde Ortega, a hombres como Laín, Aranguren, Ruiz Jiménez, Tovar, profesores, situados en línea aristotélica, decía san Buenaventura: «Abscon-
Fontán, Maravall... Los movimientos estudiantiles recientes y el acceso ma- dunt quasi idola quaternos philosophorum!» Conocer a los ídolos fue la pasión
sivo a las aulas plantean hoy día el problema de la universidad en una pers- de aquéllos: sólo desde su conocimiento pudieron señalar con el dedo dónde
pectiva radicalmente nueva. estaba el Dios viviente.
416 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA FACULTADES DE TEOLOGÍA 417

los tres estratos cristaliza cada individuo. Las exigencias dimanan, y así se vaya operando con la historia la verdad
de cada una de esas tareas irían operando una selección completa.
práctica, que haría desaparecer el problema teórico. De la Esa desvelación que el Espíritu realiza y ese condu-
única facultad de medicina actual salen los médicos ru- cir a su iglesia a la verdad total, muchas veces tiene lu-
rales y los futuros catedráticos. gar a través de los acontecimientos humanos, de los
Nuestra teología necesita salir del aislamiento pro- tiempos con sus signos, de los hombres incluso con sus
vinciano en que vive recluida, vegetando entre los muros pecados. Por ello, la iglesia no puede marcharse al desier-
de seminarios de provincia. Éstos viven aislados de los to, sino que ha de permanecer en la ciudad, y no ha de
grandes centros de cultura e investigación, no pueden huir a la soledad, sino que ha de permanecer en el cora-
tener a sus alumnos en contacto vivo con ese ritmo fe- zón de las masas.
bril que se opera en los diversos campos de la investiga- Llamamos teólogos a los hombres encargados de que
ción. Con ello no es que directamente sufra la teología, esa presencia en el mundo no sea confusión con el mundo,
sufren quienes la reciben, porque van creciendo con una de que ese estar en el corazón de las masas no sea tener
sensibilidad espiritual totalmente distinta de los demás un corazón como el de las masas y ese escuchar los
hombres de pensamiento. Y sufre también esa teología, anhelos de los hombres no sea una condescendencia con
porque sigue construyendo sus elucubraciones al margen sus apetitos; finalmente, a los encargados de que la pala-
e independientemente de muchos descubrimientos que si bra de Dios no permanezca ni se mezcle en ellos con la
no exigen la revisión de todas sus afirmaciones, sí obliga- de los hombres, ajada y sucia, sino que permanezca siem-
rían a matizar algunas distintamente, al menos en su pre- pre en formas nuevas, siendo levadura del pensamiento,
sentación. No olvidamos todo lo que sobre las fuentes de fermento de la vida humana y catalizadora de fe en Cris-
la teología dicen los manuales, y bien sabemos que no es to; a los hombres dedicados a la pastoral del pensamiento,
a los últimos descubrimientos de la ciencia y de la téc- es decir, a ser pastores de los que escuchan la voz de
nica a los que debe el teólogo consagrar sus velas y sus Dios en sus corazones y la hacen reflexión, de los que
desvelos, sino más bien a la meditación y al estudio de la acogen la iluminación de Dios en sus mentes y la hacen
palabra de Dios, a su revelación escrita y vivida en la invento científico, de los que espían el ritmo de los hom-
historia de la iglesia. bres y hacen un sistema político. En suma, a esos hombres
que, haciéndose todo con los que piensan, piensan con
Mas el cristiano sabe que la revelación está definitiva-
ellos desde el evangelio y se preguntan qué respuestas
mente concluida y que Cristo pronunció sus palabras inmu-
tendría éste para aquéllos en cada instante histórico, si
tables, pero sabe también que tan esencial como las palabras
no como talismán, sí como antorcha que, puesta dentro,
de Cristo le es a la iglesia la presencia del Espíritu Santo,
hace luz para que en su luz sea visto todo. Y esos hom-
que la obliga a vivir en una estremecida vigilancia, ya que
bres sólo pueden cumplir su misión si viven en el recinto
su imprevisibüidad podrá hacerla pensar, vivir y actuar en
mental de aquellos otros. El pastor no se asienta sino en
direcciones siempre nuevas, antes apenas sospechadas.
los prados donde sus ovejas pacen. Por ello, ese vivir en
El Dios cristiano revela y redime en la historia, y la histo-
el recinto mental de aquéllos exigiría incluso vivir en el
ria de esa revelación-redención está ya constituida en sus
mismo recinto local. Una convivencia local del pensa-
núcleos, mas no concluida, en cuanto que el Espíritu pará-
miento que labora sobre el mundo, sobre el hombre y so-
clito le ha sido dado por Jesús a la iglesia para que le
bre Dios, partiendo de lo que la revelación en Cristo im-
vaya revelando todas las potencialidades en ella implica-
plica sobre ellos, y que llamamos teología; convivencia
das, todas las exigencias que al filo de los siglos de ella
418 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA FACULTADES DE TEOLOGÍA 419

con aquel otro pensamiento que se inicia también sobre el miento, y al aislamiento, un empobrecimiento. Si el con-
hombre, sobre el mundo y sobre Dios, desde las propias cilio ha sido definido como un intento de aggiornamento,
luces, desde los propios descubrimientos o desde las pro- aviccinamento, riaccostamento (toma de contacto, acerca-
pias oscuridades y realiza cada ciencia, subida en la propia miento, puesta al día) respecto del tiempo, el mundo y sus
atalaya: esa convivencia es la que postulamos cuando que- valores, uno se pregunta cómo deberían realizarse esas exi-
remos insertar la facultad, de teología en él conjunto de gencias en el orden a que aquí nos referimos10.
facultades de la universidad civil. En este aislamiento provinciano que resultó, se cano-
¿No es extraño pensar que haya sido precisamente la nizaron sistemas concluidos, como edificios a los que se
facultad de teología la matriz generadora, el solar del que había rematado (nótese la ambivalencia del vocablo: culmi-
en occidente han ido naciendo y brotando el resto de fa- nar acabando-dar muerte) y en los que únicamente se de-
cultades y de la que luego ellas no sólo se han distanciado, bía vigilar para que no se hicieran goteras. Se cultivaron
sino que incluso han llegado a adueñarse, desterrando a patrimonios heredados en lugar de buscar ininterrumpida-
la madre? ¿No será porque esa madre ejerció sobre ellas mente la verdad, que nunca se deja heredar; se buscó una
un maternalismo, ignorador de la propia adultez y auto- seguridad, alejándose de los lugares en que tal seguridad
nomía de los hijos, a quienes no quiso dar la libertad a podía estar amenazada. Y todo pareció tener frutos ópti-
tiempo, y que con mano airada ellos se lograron, enemis- mos. Sólo siglos después constatamos que todo ello fue la
tándose con la madre por tal razón? La ciencia moderna cobertura de un miedo, la falsa seguridad de quienes no
ha surgido enfrentada contra la iglesia, porque ésta nunca habían aceptado los problemas en toda su crudeza. La teo-
supo irla aceptando al ritmo de su crecimiento, y si se logía ha de tener el valor de vivir siempre a la intemperie,
ha dicho que el hombre científico tiene menos antena para en el encuentro y afrontamiento con las demás ciencias,
lo religioso que el de la época precientífica, es ésta una en el diálogo no sólo aceptado, sino ofrecido; en la interro-
afirmación sin fundamento. Es verdad sólo históricamen- gación no sólo tolerada, sino provocada por ella. Ponga
te: las ciencias se conquistaron su autonomía en lucha a prueba su voluntad de autenticidad, arriesgándose a to-
contra la iglesia, que les negaba los propios derechos. mar parte en la búsqueda común de la verdad, aún no
Por eso se afirmaban a sí mismas, negándola a ella. El caso acabada, sobre el hombre y el mundo. Manifieste la serie-
de Galileo es todo un símbolo. dad de sus métodos haciéndolos accesibles a todos, com-
Habría que hacer la historia de esta maternidad pri- probables por todos. Siéntase solidaria de esa dura lucha
mero, de este distanciamiento luego, de este enfrentamien- por una humanidad más liberada de la tierra, más fiel a
to después, y, al fin, de esta enemistad que culminó en se- sí misma y, a través de estas fidelidades, más fiel a Dios,
paración definitiva entre la teología y las demás facultades. a quien se adora no para que nos libere de las penas de
El aislamiento respecto de los grandes centros de la tierra, sino únicamente porque él es el Señor. De todo
cultura intelectual, concretamente de las universidades, eso y mucho más tiene que dar la teología testimonio con-
tiene sus orígenes en Trento. Allí surgen los seminarios, vincente en el mundo intelectual contemporáneo.
no ya fundados sobre la base humanística y la apertura Hay otro aspecto del problema: la presencia de los
intelectual que caracterizó las primeras sesiones, sino más
10
bien bajo la perspectiva de un retorno a las estructuras Otros países católicos tienen el problema distintamente planteado:
por ejemplo, Francia con sus institutos católicos. Bélgica lo ha solucionado,
de las escuelas monástico-catedralicias y, de esta forma, y para Alemania no existe, puesto que la facultad de teología está integrada
en un distanciamiento, que pronto se convertirá en una en la única universidad. En Américaes más complejo, pero existe una fuerte
corriente para operar esta integración de la teología en la vida intelectual
separación definitiva. Al distanciamiento siguió un aisla- y cultural.
420 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA FACULTADES DE TEOLOGÍA 421

teólogos en la universidad sería la ocasión propicia y nor- bot Chapman, Ronald Knox y, últimamente, Dom But-
mal para un encuentro intelectual entre clérigos y segla- tler, habían recibido su formación en instituciones intelec-
res, entre hombres del pensamiento católico y de la acción tuales no católicas, y que quizá a ello se debía en parte
católica. Tantas maneras distintas de pensar, tantos len- mucha de su influencia14. Algo parecido podríamos decir
guajes luego extraños, serían desde el comienzo inteligi- de muchos de los hombres más eficientes en el concilio
bles u . Añádase a todo ello una razón vocacional. En y de los teólogos que más han aportado a la renovación
otro lugar hemos escrito sobre el complejo de inferioridad actual del pensamiento eclesial.
que los seminaristas tenían antes respecto de los universi- Un protestante americano que ha escrito un libro so-
tarios. En parte ellos se consideraban unos pobres hom- bre la situación de los seminarios católicos de Estados
bres, que desde el punto de vista intelectual vivían rele- Unidos, Italia, Alemania, Bélgica y Francia, comparán-
gados en una situación mediocre y en un medio ambiente dolos desde el punto de vista pedagógico con los centros
cultural pobrísimo. Algunos abandonaron su vocación por- de formación teológica protestante, ha dedicado un capí-
que no quisieron ofrecer el sacrificio de su entendi- tulo entero a nuestro tema, cuya lectura recomendamos
miento, renunciando al horizonte intelectual que una vivamente15.
universidad les ofrece y que un seminario les niega.
¿Tenemos derecho a imponer más cargas que las que el V
Señor impuso?, preguntó Pablo al concilio de Jerusalén12. PROBLEMAS JURÍDICOS DE LA INSERCIÓN
Yo preguntaría: ¿puede la iglesia añadir más dificultades
a las que ya de por sí implica una vocación? Pienso que Nos queda aún por tratar el punto neurálgico de la
las vocaciones no disminuirían, sino que aumentarían, que cuestión. Hemos hablado repetidas veces de la integración
una facultad de teología de altura podría iluminar a mu- de la facultad de teología en la universidad civil. Hemos
chas inteligencias jóvenes universitarias y, a través de este intentado probar la urgencia y conveniencia de tal inser-
contacto con la ciencia teológica, descubrirían la magnifi- ción desde la perspectiva de la teología misma. Dejamos,
cencia de un ideal apostólico13. para estudiarlo en otro lugar, el problema de si a las de-
A esta presencia en la universidad civil se deben mu- más facultades les resultaría intelectualmente interesante
chos de los progresos y, sobre todo, el prestigio de la teo- o provechosa esta inserción. Pero nos resta el punto difí-
logía protestante, anglicana y también de la católica en cil: legitimidad de esta inserción desde el punto de vista
países como Alemania y parcialmente Bélgica. Alguien ha del estado; legitimidad de nuestra exigencia de estar allí
recordado recientemente que las grandes figuras del cato- presentes, en una facultad aceptada, subvencionada y de
licismo influyentes en la intelectualidad inglesa, como algún modo sometida al estado. La problemática es muy
Newman, William Ward, Lord Acton, Von Hügel, Ab- amplia, y no podemos tratarla sino en esbozo.
Tres son los puntos de vista desde los que podemos
^ Damos por supuesto que a esa facultad, como a las demás facultades estudiarla: desde el punto de vista de los españoles que
universitarias, tendría acceso todo español que cumpla los requisitos de las
ordenaciones de la vida universitaria: clérigo o laico, hombre o mujer, cre- estudian teología; desde el punto de vista del estado que
yente o ateo, cristiano o no cristiano. ¿No ha autorizado recientemente la
sagrada congregación de seminarios y universidades que los no católicos crea esas facultades y que las subvenciona; desde el pun-
hagan el doctorado en teología, si lo desean? Respecto de la mujer, sería una
buena12 prueba de la autenticidad de la iglesia en orden a su promoción.
Hech 15, 1-29. 14
13 Cf. el artículo de la revista Search, diciembre 1963, citado por
Cf. W. D. WAGONER, The Seminary. Protestant and Catholic. New W. D. WAGONER, 103.
York 1966, 97. 15
W . D. WAGONER, Pipings in Acaieme, 1. c , 85- 108.
422 FACULTADES DE TEOLOGÍA 423
RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA

cada año el bachillerato hay varios miles que se de-


to de vista de la iglesia, responsable de la formación que ciden a ser sacerdotes y en el ejercicio de su libertad
allí se va a dar. marchan a un seminario o a un noviciado. Desde este mis-
Quisiéramos afirmar desde un comienzo que estamos mo instante dejan de contar para el estado. Son ciudada-
tratando y queremos tratar el problema ignorando una pa- nos españoles de los que ya no necesita preocuparse, y
labra que ya estará presente en la mente del lector: «pri- cuya formación intelectual no es para él un problema.
vilegios de la iglesia»16. No vamos a hablar de privilegios ¿Qué ocurriría si un día esos miles de estudiantes le plan-
de católicos, sino de derechos de ciudadanos. Habría que tearan al estado la exigencia de que les fundara una facul-
comenzar ofreciendo las estadísticas de los chicos españo- tad de teología, lo mismo que tiene montada una de far-
les que cada año terminan su bachillerato y comienzan una macia para los compañeros de curso que en su día elegie-
carrera universitaria. En el ejercicio de su libertad, eligen ron tal especialidad? ¿Qué responder si ellos dijeran que
una profesión u otra y, dentro de esa rama general, una son hijos de ciudadanos españoles contribuyentes, de cuya
especialidad determinada. Pensemos en un estudiante bien contribución surge la renta nacional pública, que adminis-
dotado para las matemáticas que está dispuesto a ser tra el estado y que, por tanto, tienen derecho a que el
ingeniero. Al aprobar su preuniversitario coge en sus ma- estado les proporcione los medios para lograr una deter-
nos una «Guía de la universidad española» y se informa minada formación intelectual que ellos, en el ejercicio de
de dónde puede estudiar esa especialidad. Allí descubre sus derechos humanos y cívicos, han elegido? ¿Por qué
que hay muchas ramas dentro de la ingeniería. Al final se desde este momento, al haberse decidido por el semina-
decide, por ejemplo, a hacerse ingeniero de telecomunica- rio, van a recibir por parte del estado un trato distinto
ciones. Sin más problemas, se matricula en la escuela de del que reciben sus compañeros, junto a quienes se sen-
ingenieros de telecomunicaciones. Así podríamos decir del taban hace unos meses en los mismos bancos del colegio
resto de los miles de españoles que cada septiembre se y con quienes aprobaron juntos unos mismos exámenes
encaminan ilusionados a la universidad española. Ellos de madurez? Y ¿qué responderles si ellos afirmaran que
actúan su libertad eligiendo estudios, y el estado cumple en la situación actual les resulta terriblemente humillante
sus deberes poniendo a su disposición profesorado, edifi- el trato que reciben, pues afirman que la subvención esta-
cios, colegios donde puedan realizar estos deseos. Si la tal que se hace a los seminarios se hace en plan de li-
respectiva facultad no funciona bien, los alumnos protes- mosna, como ostentando una dadivosa generosidad con
tarán creyendo tener unos derechos y el estado intentará hombres que no tienen derecho a tal ayuda, y que, por
poner soluciones, en la convicción de cumplir un deber. haberla recibido inmerecidamente, están eternamente obli-
Pensemos que entre esos estudiantes que terminan gados a mostrar un agradecimiento y a prosternarse en
adoración ante el padre-estado que les ayudó a ellos, po-
16
Nótese que la exigencia de creación de tales facultades tiene sus más bres proletarios, quienes sin su misericordiosa paterna-
tenaces postuladores no precisamente entre la gente de iglesia, es decir, entre
el llamado clero, sino entre las gentes normales que quisieran ver en la lidad apenas hubieran podido subsistir?
universidad una facultad donde estudiar a fondo una cosmovisión cristiana,
aunque no fueran luego clérigos; seglares profesionales de otros órdenes, que Ellos se sienten heridos en sus derechos elementales, y
quisieran saber qué piensa la teología de determinados problemas, sin que
pretendieran ser teólogos seglares; cristianos no católicos, deseosos de infor- tienen la sensación de ser víctimas de una discriminación
marse sobre la forma mentís de pensamiento católico y, finalmente, hombres cívica, operada por razones religiosas, precisamente en un
de distinta clase o condición que tendrían interés en estudiar teología por el
valor intrínseco sapiencial que ella en sí misma implica, que no es menor país que, para colmo, tiene a la religión católica como
que el que pueden implicar las secciones de historia, lenguas clásicas, filología
moderna, etc., más allá de los criterios de utilidad o rentabilidad práctica. religión oficial, cuando saben que otros países, que con-
Es, pues, no un problema de privilegios de iglesia, sino de necesidad de la fesionalmente no son católicos, sostienen en sus universi-
nación, o de derechos de un grupo mayoritario de ciudadanos españoles.
424 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA FACULTADES DE TEOLOGÍA 425

dades a las facultades de teología, por considerarlas facto- den valerse por sí mismos. El estado tiene sus ministe-
res culturales de primera categoría y por respetar la elec- rios y sus ministros. Estas dos palabras tienen un origen
ción hecha libremente por unos ciudadanos, suficiente- latino y cualquiera sabe que son sinónimas de «servicios»
mente numerosos como para tenerlos en cuenta. Ellos de- y «servidores». Es decir, el estado distribuye una renta
testan los privilegios concedidos por motivos religiosos, nacional mediante unos hombres que sirven al pueblo,
pero exigen los derechos que como ciudadanos normales dando cauce eficaz a esa renta que éste engrosó con el
les corresponden. Su lema es: «Ni un privilegio más, ni un sudor de sus manos. El estado no determina cuáles han de
derecho menos que a los otros». Pero entre los derechos ser las necesidades de los ciudadanos, no es un maestro
que ellos creen poder exigir del estado se encuentra el de que les dice cómo han de portarse y qué han de pensar:
la educación universitaria, en la misma medida en que el él administra, y administra según la voluntad de aquellos
estado la pueda ofrecer para el resto de los jóvenes espa- que le han confiado la administración, del pueblo, en de-
ñoles que van a la universidad. finitiva, que lo eligió en sus miembros respectivos17.
Alguien habrá respondido ya con una pasmosa facili- Por tanto, el estado acepta la realidad nacional como
dad a todos estos requerimientos que los seminaristas ella es, no la juzga en su valor intrínseco, ni menos en su
hacen hoy, diciendo que el estado no subviene a los gus- contenido de verdad o de moralidad. Mientras se respeten
tos particulares, ni crea facultades universitarias para los derechos mutuos, se mantenga el orden público y el
cultivar temas que no son de su competencia, sino que equilibrio de fuerzas políticas e ideológicas, la voluntad
simplemente monta aquellos centros de formación donde del pueblo es para el estado un imperativo categórico18.
se preparan los hombres que él necesita para el desarrollo
*7 Al hacer esta exposición creo estar interpretando la situación espa-
técnico, científico y cultural del país. La religión, dice, ñola y la voluntad democrática del gobierno, tal como Franco en sus manifes-
pertenece a otro orden de actividades: no es de su com- taciones la ha declarado. Y no menos creo ser fiel a las orientaciones del
concilio. En toda lealtad, pido a quienes sean técnicos, tanto en materia jurí-
petencia. Él distribuye su dinero como le place, y no tie- dica como en doctrina de la iglesia referente a estas materias, que digan una
palabra más esclarecedora, si la mía no es exacta. Mientras repienso estos
ne por qué dar razón a nadie de este reparto. Quien quie- problemas, me llegan los dos testimonios siguientes. Uno de monseñor Garrone,
ra religión, que se la busque por su cuenta. proprefecto de la congregación de seminarios y universidades, respondiendo
explícitamente a nuestra cuestión (Declaraciones a Palabra 17 [1966] 15):
Sospechamos que algunos quizá no estarán de acuerdo «La inserción de una facultad de teología en un contexto cultural rico y
activo no puede ser más que beneficiosa, pero siempre es preciso que las
con lo que a continuación escribimos, pero son verdades condiciones esenciales de tal inserción se cumplan y que no se sacrifique lo
esencial a lo que no es más que un beneficio secundario.»
de urgente comprehensión, precisamente en España. Es Desde otra perspectiva, se llega a la misma conclusión de la necesidad
toda una concepción del estado lo que aquí subyace, una de crear facultades en la universidad civil. Así, leemos en el periódico ABC,
18 de marzo de 1967, la siguiente conclusión de las Jornadas nacionales
concepción de la responsabilidad de los gobernantes, de de estudio sobre ordenación universitaria: «Reconociendo que no son satis-
la naturaleza de su acción y del deber de responsabili- factorios los resultados de la enseñanza religiosa con el sistema actual, se
pide la creación de departamentos o cátedras de teología en las condiciones
zarse ante sus subditos, dando cuenta de sus actuaciones. que la jerarquía eclesiástica determine», 96.
18
El estado no es el dueño de la nación, poseedor de un Como teólogo, opino que habría que insistir aquí en la doctrina
conciliar, que ha operado un giro copernicano en muchas posturas y teorías
tesoro nacional que distribuye por cuenta propia y según bastante difundidas, al sustituir la noción de «bien común» por la de «orden
público». Cito sólo un párrafo muestra: «Se hace injuria a la persona hu-
voluntad propia para aquellos menesteres que él cree con- mana, y al orden que Dios ha establecido para los nombres, si se niega a
venientes. El estado no es un señor del país, sino un ge- aquélla el libre ejercicio de la religión en la sociedad, siempre que quede
a salvo el justo orden público. Además, los actos religiosos con que el hom-
rente de los intereses que los ciudadanos, gerente que bre, partiendo de su íntima convicción, se relaciona privada y públicamen-
te con Dios, trascienden por su naturaleza el orden terrestre y temporal.
administra unas posesiones, que vela por el respeto mutuo Por consiguiente, la autoridad civil, cuyo fin propio es velar por el bien
de unos derechos y que subsidiariamente se inserta en común temporal, debe reconocer la vida religiosa de los ciudadanos y favore-
cerla, pero hay que afirmar que excede sus límites si pretende dirigir o im-
aquellas situaciones donde los pequeños grupos no pue- perar los actos religiosos». Sobre la libertad religiosa, 3.
426 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA FACULTADES DE TEOLOGÍA 427
Volvamos a nuestro tema. ¿Significa todo eso que el El estado no podría responder que la religión perte-
estado, en pura obligación, en cumplimiento de sus debe- nece al orden privado, que él no debe juzgar. Es cierto,
res de gerencia, tendría que aceptar y responder a las exi- él no puede pronunciar un juicio de valor sobre esas ma-
gencias de un determinado grupo de ciudadanos que pi- terias, pero tendrá que aceptar el hecho sociológico y
dieran algo tan concreto, por ejemplo, como una facultad contar con él; con el dato de que la mayoría de los es-
de teología? Esta exigencia está fundamentada en el ejer- pañoles realizan su existencia en un plano religioso, y
cicio de una determinación profesional, libremente hecha; esta realización, libremente elegida, implica unas necesi-
en su carácter de hijos de ciudadanos españoles que con- dades concretísimas, tan profundamente humanas como
tribuyen con su trabajo a la renta nacional; en el hecho las del orden cultural, a las que el estado subviene cons-
de que su futura actuación responde a una necesidades truyendo escuelas. La exigencia no está planteada en nom-
— y, por tanto, a un servicio del pueblo español—, con- bre de una religión, de la que se afirma ser la verdadera,
cretamente las religiosas, en un país de mayoría católica; concretamente la católica. Por ser un grupo humano, su-
en el dato de que son un número del que no es posible decir ficientemente numeroso, el que plantea esta exigencia,
que como minoría no puede ser atendida de esa manera, y por responder a una necesidad histórica del pueblo es-
porque iría en detrimento de unos derechos que tiene la pañol, el estado no la puede ignorar. Es, por tanto, un
mayoría. A esto responderían con estadísticas. Los alum- planteamiento sencillamente democrático el que llevaría a
nos que comienzan cada año teología en España son mu- estas consecuencias. No hemos querido aludir aquí razo-
chos más que los que comienzan, por ejemplo, farmacia, nes religiosas, ni siquiera los documentos conciliares para
arquitectura, veterinaria...19 sugerir la idea de cómo la instauración de las facultades
de teología en las universidades civiles responde a un de-
19
Ofrecemos sólo ]as estadísticas de los alumnos matriculados en los
seminarios diocesanos, prescindiendo de momento de los matriculados en facul-
recho de determinados ciudadanos españoles y al deber
tades teológicas de órdenes religiosas. Como, aproximadamente, son otros de todo estado que se sepa no dictatorialmente dominador
tantos, bastaría duplicar las cifras. Equiparamos aquí ambos sectores, pues
ambos eligen una misma formación profesional universitaria, que es la que de sus subditos, sino «ministerialmente» intérprete de sus
se trata de valorar como un «hecho jurídico» ante la autoridad civil: deseos, garante de sus derechos, mantenedor de la paz con-
Filosofía . . . .
1959-60
4.449
1961-62
4.476
1963-64
4.468
1965-66
4.114
1966-67
3.872 corde entre todos ellos, como quiere ser el actual español20.
Teología . . . . 3.707 3.906 3.717 3.474 3.431
Fuente: Comunicación de la delegación nacional de la obra de vocaciones Si ahora quisiéramos hacer una reflexión comparativa, podríamos cons-
al I congreso europeo de delegaciones nacionales, diciembre 1966, tabla I I I . tatar que en el curso 1961-62 hacían estudios eclesiásticos en España:
Según la Guía de las comunidades religiosas en España 1: Comunidades 4.476 filósofos en seminarios diocesanos
masculinas. Madrid 1963, 174, los estudiantes clérigos son, exactamente, 6.622. 3.906 teólogos en seminarios diocesanos
La palabra «clérigo» nos hace pensar que se trata de alumnos de teología. 6.622 teólogos en teologados de órdenes religiosas
Puesto que en algunas órdenes los estudios de filosofía tienen lugar antes (?) filósofos en filosofados de órdenes religiosas
de la emisión de votos o de la tonsura, habría que añadir algunos miles más. Total: 15.004 + x (x = filósofos en órdenes religiosas).
Datos sobre algunas facultades de la universidad civil: Intencionadamente hemos puesto los estudios filosóficos y teológicos bajo
1960-61 1961-62 1962-63 1963-64 1964-65 la designación común de estudios eclesiásticos. Su duración de seis o siete
Ciencias . . 13.071 13.290 14.869 17.814 19.961 años es más o menos equivalente a la de otros estudios civiles. Si ahora volve-
CC. P P . y EE 6.365 7-034 8.200 10.356 II.476 mos la mirada a los cuadros estadísticos, podemos constatar que en el curso
Derecho . I3-Ó73 13.438 13-418 14.124 14.116 1961-62 estudiaban más españoles en centros eclesiásticos superiores que en
Farmacia 5.068 4.978 4.982 4.789 4.662 cualquier otra facultad de la universidad civil.
Filosofía 8.648 9-554 10.629 12-433 15-591 Es éste un hecho que no ha pasado ni puede pasar desapercibido o
Medicina 14.470 I5-H7 16.758 20.049 19.961 quedar marginado en pura justicia por la autoridad civil, aun cuando muchos
Veterinaria . 810 599 526 506 532 de esos estudiantes vayan a ejercer luego su ministerio como servicio humano
Arquitectura I-3SO 1.779 1.903 2.387 4-555 fuera de nuestra patria, pues ese mismo problema existe con otras especiali-
Industriales 7.018 8-344 8.832 IO.375 11.504 dades: todos sabemos de los centenares de físicos, químicos y médicos espa-
Total es: 76.458 81.721 87.608 102.216 112.541 ñoles 20dispersos por Europa y América.
Fuente: D atos y cifras de la enseñanza en España. Ministerio de edu- Exponente de cómo estos principios son teóricamente aceptados es el
cación y ciencia (Secretaría general técnica). Madrid 1 966. hecho de que en el momento de la restauración de las facultades de teología
428 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA FACULTADES DE TEOLOGÍA 429

Supuesto todo esto, el estado podría y debería plan- punto de vista interior. Nadie puede decir desde fuera a
tear, ante una facultad así concebida, todas las condicio- los economistas si han de enseñar la teoría de Keynes o
nes de seriedad, capacitación personal y garantía científica han de abandonarla por superada, ni a los fisiólogos si
que plantea a las demás facultades. Porque ésta es la se- debe concederse vigencia a la teoría de Pavlov, o a los
gunda fundamentación que da a la teología derecho a psicoterapeutas si Freud es un autor prohibido. Pues ese
estar presente en el concierto de las facultades universita- mismo respeto que el estado debe tener a las leyes in-
rias: su carácter de ciencia, su nivel de investigación, sus ternas de la ciencia frente a la economía, frente a la fisio-
aportaciones literarias. Y aquí el estado puede y debe actuar logía y frente a la filosofía, deberá tenerlo frente a la
con la máxima severidad: en la medida en que esas con- teología. Y he aquí cómo conserva ella su autonomía, pues
diciones no se cumplan, no pueden exigirse los derechos el estado no podrá juzgar de la verdad interna de su con-
correspondientes. Por ello tendría no sólo el derecho, sino tenido, en la que el profesorado es el juez, y éste, en la
la obligación, de exigir de todos los seminaristas que tu- totalidad de su competencia, lleva implicada la ortodoxia
vieran el necesario nivel cultural, es decir, la posesión del doctrinal, de la que es juez la jerarquía, pero que sólo
título de bachillerato, como lo exige del resto de los es- podrá actuar no para dirimir problemas teológicos del or-
tudiantes. ¿No es interesante constatar que, desde dos den científico, sino únicamente para esclarecer problemas
perspectivas tan distintas, la cultural y la conciliar, he- del orden dogmático, cuando sea la fe de los cristianos la
mos llegado a idéntica conclusión: la exigencia de que los que esté en juego.
seminaristas, antes de iniciar los estudios propiamente Si no fuera por temor a ser mal comprendidos por
eclesiásticos, han de poseer la misma formación que los unos y por otros, nos atreveríamos a postular: «Una teo-
chicos del país que inician estudios superiores? logía libre en una universidad libre». Libre significa para
la teología fidelidad a su esencia, es decir, a sus propios
principios de revelación y magisterio; y para la universi-
VI dad ser fiel a los principios y métodos del propio campo
PROBLEMAS DE REGULACIÓN INTERNA de investigación. La iglesia y el estado serán en uno y
otro orden los garantes, los posibilitadores y servidores de
Nos queda el tercer punto por tratar. ¿Cuál sería el esa libertad, en la que crezcan los hombres, en las que el
papel de la jerarquía eclesiástica en la ordenación, estruc- pensamiento sea posible, y en la que la nación avance
turación y orientaciones ideológicas de una facultad de hacia un grado más alto de humanidad.
teología así concebida? ¿No sería alienar su libertar y en- En las líneas precedentes no se trata de una acusación
tregarse en manos del estado? ¿No iría ello en contra de a la iglesia o al estado, sino simplemente de reflexionar
la independencia de la iglesia y de la autonomía de los preguntándose si el estado ha considerado a esos españo-
principios sobre los que la ciencia teológica se basa? les en plano de igualdad con el resto de los estudiantes,
Ante una facultad así pensada el estado debería man- y si la iglesia ha aprovechado la aportación económica del
tener la misma distancia y el mismo respeto que ante las estado para la formación de los estudiantes teólogos espa-
demás facultades, ya que la universidad no es un instru- ñoles en la forma más eficaz posible, o si quizá una inne-
mento político, sino un organismo autónomo desde el cesaria dispersión le haya restado posibles frutos21.
en 1940 se intentó su integración en la única universidad, y que en el 21
concordato de 1953 se estipulara que los profesores de teología en las facul- Ese grupo humano mayoritario español, que llamamos iglesia, podrá
tades pontificias tuvieran la misma dotación económica que los de otras exigir de la autoridad, es decir, del estado, que considere a los estudiantes de
facultades universitarias: cláusula que nunca fue cumplida. teología en nivel de igualdad con los españoles que eligen otros estudios.
430 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA FACULTADES DE TEOLOGÍA 431

Tampoco piense nadie que es una pasión de ciencia res. Porque el sacerdote no es sólo el hombre que sabe
fatua, o de prestigio humano para los teólogos lo que nos teología, sino el hombre que se ofrece a Cristo para ser-
mueve a plantear en estos términos el futuro de la teolo- virle en su reino, y esta entrega y servicio exigen algo
gía en España; es la comezón del evangelio únicamente, más que saberes teóricos: exigen pasiones vitales, arries-
la urgencia de una pastoral del pensamiento, la convicción gos de otro orden, convicciones profundas, nacidas de la
de que hay un ghetto intelectual del que todavía no he- personalización, es decir, de la asimilación y maduración
mos salido, y de que un innecesario complejo de inferio- en fe y oración de la teología que la facultad ofrece a ni-
ridad merma las posibilidades apostólicas de muchas de vel científico. Facultad única y colegios mayores diversos
nuestras vocaciones. Incluso la selección sería mucho más colaborando: ésta es la solución que me atrevo a sugerir
normal, puesto que, en el horizonte abierto de posibilida- para una futura formación sacerdotal en España.
des universitarias, muchos seminaristas elegirían otros ca- Bien sabemos que la solución que aquí hemos suge-
minos para su vivir, y muchos universitarios podrían rido implica otros muchos problemas jurídico-pastorales
abrirse al campo del saber teológico, posibilitando el creci- bien concretos. Pero hoy no queríamos sino esbozar una
miento orgánico de su existencia creyente con su existen- pista de marcha en el bosque: los árboles que impiden
cia científica y finalmente descubrir que no es necesario este nuevo camino, ya se irían cortando poco a poco, si
renegar de nada bello, humano y noble, para entregarse a es que el camino se reconoce válido para llegar a la meta.
Cristo como sacerdote. Desde esta plataforma teológica
universitaria, el pensamiento cristiano tendría unas posi-
bilidades únicas de información y de ser informado. Cum- VII
pliría mejor su tarea. El encuentro entre iglesia y mundo, ¿ARISTOCRATIZARON DE LA TEOLOGÍA?
entre fe y ciencia, se habría ido haciendo en los largos
días de la vida del seminarista, que, al iniciar su actuación Al leer las páginas anteriores, alguien habrá pensado
sacerdotal, no descubriría luego un horizonte distinto, que nuestra solución para el futuro de los estudios teo-
sino el mismo en el que había crecido, desde el que había lógicos se sitúa en dirección opuesta a la evolución tanto
surgido su vocación y al que volvía ahora alegre y confia- de los estudios universitarios como de la vida eclesial.
do, porque su misión iba a ser redimir los hombres a una Se dirá que al insertar la teología en la universidad, va-
forma más humana de existencia que sigue a la fe, al amor mos a sumergirla en el típico ambiente aristocrático-bur-
y a la esperanza en Cristo. gués que caracteriza a esta institución española.
Se debería aquí tratar otro problema: junto a la fa- Para tal objeción no existe una respuesta directa, sino
cultad de teología, la existencia de los colegios mayores indirecta. Lo que se impone no es una aristocratización
universitarios. De éstos, de los hombres que los orientan, de la teología, sino una democratización de la universi-
dependería el fruto de la nueva instauración de los estu- dad. Que no sea privilegio exclusivo de una minoría, sino
dios teológicos, tal como se deduce de las líneas anterio- el lugar al que tengan acceso todos los españoles que, do-
tados de la necesaria capacidad intelectual, sientan el de-
Pero lo que no podrá exigir es que esa aportación estatal se reparta luego seo de prepararse adecuadamente para el ejercicio de la
construyendo una facultad de teología para cada 6o alumnos, como en realidad
ocurre ahora. En tal situación, no se le puede, en justicia, exigir al estado. profesión que cada cual libremente elija.
Más aún, éste podría incluso negar tal aportación, por considerar ilegítima Una segunda objeción podría ser la siguiente: en un
esta dispersión de energías, con la consiguiente incompetencia del personal
docente e ineficacia de las estructuras. ¿ Qué diríamos si cada partido judicial momento en que se quiere a la iglesia más evangélica, más
reclamara del estado la creación de una facultad de ciencias biológicas o eco-
nómicas? misionera, más inserta en los medios donde existen lo?
432 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA

hombres, es decir, presente en el trabajo, en la vida ordi-


naria, en las estructuras en que se desenvuelven la mayor
parte de los humanos y, en este sentido, más «pobre»; en
tal momento histórico, ¿no se debería pensar en preparar
a gente de buena voluntad dándoles los conocimientos
elementales para predicar el evangelio sin más complica-
ciones y lanzarlas a la vida, más armados de fuerza pneu- 5
mática que de instrumental científico? Drásticamente ex-
presado: en lugar de cursos universitarios de teología, ¿no UN PROGRAMA DE ESTUDIOS
deberían implantarse cursos nocturnos, en los que se fuera TEOLÓGICOS UNIVERSITARIOS
preparando a seminaristas, que a la vez que van asimilan-
do saberes, conviven en el trabajo diurno con los hom-
bres a quienes irán luego a llevar el mensaje? i
Se podría responder diciendo que difícilmente se pue- PRINCIPIOS GENERALES
de adquirir con ese método el saber que el mensajero del
evangelio necesita hoy para anunciarlo al nivel del tiem-
po, porque él no ha de ser sólo un xyjpu?, alguien que
proclama sin más, sino un StSáascaí-oe, es decir, alguien
que adoctrina, que orienta, que juzga la vida a la luz de
E L proyecto de estudios teológicos que aquí presenta-
mos quiere ser una simple aportación personal o hi-
pótesis de trabajo para colaborar en los esfuerzos que a
nivel internacional y nacional se están realizando actual-
lo anunciado, que confronta su pensar con otros pensa-
res; un hombre, es verdad, que no transmite una ideolo- mente en orden a actualizar los estudios teológicos tanto
gía más, pero sí una cosmovisión cristiana animadora del en las facultades universitarias como en otros centros
existir todo, aunque, por supuesto, no uniformadora. similares.
Mas yo pienso que la respuesta no es del todo eficaz. 1. Destinatarios de este plan son no sólo los futuros
¿Por qué excluir uno u otro de los métodos? ¿No se po- sacerdotes o religiosos sino todos aquellos, hombres y mu-
dría admitir la doble vía y con ello la doble forma de jeres, que aspiran a una formación universitaria en teolo-
actuación sacerdotal, una más proclamativa y otra más gía. Con ello pensamos responder al imperativo del Va-
magisterial? ¿No estamos todos convencidos que en mu- ticano I I :
chos mensajeros del evangelio el Espíritu suscita una fuer-
za profética que aventaja la eficacia de todos los saberes? Es de desear que numerosos seglares reciban una buena forma-
La iglesia, aun aceptando esto, está obligada a repensar el ción en las ciencias sagradas y que no pocos de ellos se dediquen
ex profeso a estos estudios y profundicen en ellos l.
evangelio en confrontación, en convivencia con el pensa-
miento a su nivel histórico, asumiendo la fe, personali-
Texto reasumido por las Normae quaedam2. Este he-
zándola desde todas las resonancias y desde todas las
dificultades que en el hombre de cada época encuentra. cho plantea un doble problema que desborda las posibili-
¿Y cómo sería ello posible sin ese estudio metódico, cien- dades de un plan de estudios y que ha de ser resuelto por
tífico, que se realiza en la universidad? la autoridad jerárquica: a) La formación específicamente
1
GS 62.
2
Normas para la actualización de los estudios eclesiásticos: (NQ), del
20 de mayo de 1968, I I I , 24.
434 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA UN PROGRAMA DE ESTUDIOS 435

pastoral de los candidatos al sacerdocio. Hay aspectos, de clases deberá ser aproximadamente unas 18: de ellas,
los centrales, que se ofrecen plenamente aquí. Otros sin 14 corresponderían a asignaturas principales obligatorias
embargo deberán ser reasumidos por las instituciones for- y 4 a cursos monográficos, libres en la elección, aun cuan-
madoras de acuerdo con la facultad, en un planteamiento do son necesarios para aprobar el curso al final. En esas
ulterior del problema: 18 horas no entran las que se dediquen a seminarios, que
dependerán de la materia, método e intención de cada
Las Rallones studiorum de cada facultad deben definir cómo ha profesor.
de realizarse la formación estrictamente pastoral, estudiando las ini- 4. El plan parte de un presupuesto: se trata aquí de
ciativas en reuniones con los colegios, convictorios, seminarios, casas
de religiosos, de donde procedan los alumnos aspirantes al sacer- estudios explícita y decididamente teológicos. Por ello to-
docio 3. dos los saberes que aquí se integran, sirven o se integran
en orden a una visión teológica de la realidad. De aquí
b) Para que se opere una integración real y normal de resulta la coordinación de asignaturas que hasta ahora ha-
los seglares de un país en las facultades de teología ha bían existido separadas: filosóficas unas y teológicas otras.
de decidir la jerarquía respectiva si está dispuesta a abrir- La coordinación no resta autonomía ni rigor metódico a
les cauce de dedicación profesional en la vida de la iglesia: cada una de ellas. No sólo por las razones internas que
por ejemplo, las clases de religión en colegios o institu- luego expondremos, sino por fidelidad al texto conciliar,
tos. Mientras esta cuestión no quede aclarada, el plantea- nos parece que se impone la unificación:
miento anterior es totalmente irreal y el problema de la
promoción teológica del laicado se torna insoluble. Lo primero a que hay que atender en la revisión de los estudios
eclesiásticos es a que el conjunto de las disciplinas filosóficas y teo-
2. El plan intenta ofrecer una formación teológica lógicas se articule mejor y a que todas ellas concurran armoniosa-
integral repartiendo las materias en un espacio de 5 años mente a abrir cada vez más las inteligencias de los alumnos al mis-
o 10 semestres. La división por semestres es accidental y terio de Cristo 4.
es libre por tanto su adaptación. Opinamos que este cri-
terio habría que aplicarlo con cierta elasticidad ya que hay 5. La realización de este plan es deber y competen-
unas asignaturas que convendrá agruparlas por semestres, cia exclusivas de la facultad de teología, que se podrá y
mientras que otras deberían estudiarse a lo largo de todo deberá servir de la colaboración de los demás departamen-
el año, pues exigen una maduración personal que resulta tos de la universidad. A su vez el profesorado puede y en
imposible en el corto espacio de los cuatro meses, a que varios casos conviene que sea personal seglar. Este plan,
en realidad queda reducido el semestre académico. Dado para ser aplicado eficazmente, requiere un largo tiempo de
el principio general de adaptación a los planes de estudios programación conjunta e intercambio de profesores, que
de las universidades civiles de cada país, nosotros nos in- deben reasumir y personalizar la concepción de fondo que
clinamos como norma general a la división no por semes- le da cohesión y sentido. Deberán descubrir sus líneas de
tres sino por años. fuerza, ver qué lugar e importancia tienen en esta visión
3. Se presupone la presencia simultánea de tres ni- cada una de las asignaturas, delimitar temáticas y asignar
veles de enseñanza: las clases magistrales, los seminarios a cada una el lugar propio que le corresponde por exigen-
de trabajo y los cursos monográficos que corren paralelos cias objetivas y eficacia pedagógica. Seguirá por tanto un
con las asignaturas principales. Opinamos que el número segundo plan en que se ofrecerá un programa detallado

' NQ 33. * OT 14.


436 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA UN PROGRAMA DE ESTUDIOS 437
de todas y cada una de las materias que aquí sólo se beres adquiridos en las lecciones magistrales por el encuen-
nombran. tro personal con el profesor en el seminario de trabajo.
6. Partiendo de la noción auténtica de universidad, Con ello se logra un doble fin: la atención a las exigencias
que es algo más que la ocasional coexistencia de una serie de la materia y la atención a las exigencias de la persona,
de escuelas técnicas, es decir, el lugar de oferta de sabe- evitando que el alumno se pierda y desoriente, dejado a
res múltiples que ofrecen al alumno la posibilidad de una sus propias iniciativas.
formación «universal-universitaria» no en el nivel de los 8. Supuesta esta diversificación pedagógica: clases y
saberes sino en el nivel de la persona; partiendo de esta seminarios, es decir, aprendizaje y esfuerzo personal, el
noción y de la necesaria cooperación interfacultativa que método de exámenes debería cambiar y tener en cuenta
las Normae quaedam piden de las facultades eclesiásticas, más el rendimiento a través de ejercicios escritos o de
consideramos necesaria la distribución de materias y res- otros trabajos hechos en el seminario.
ponsabilidades por departamentos, cada uno de los cuales 9. Postulamos que se instaure un método de selec-
subvendrá a petición y de acuerdo con cada facultad a las ción del alumnado desde el punto de vista de capacidad
necesidades de la materia propia: por ejemplo, teología, intelectual y sobre todo de capacidad psicológica, análogo
psicología, pedagogía, etc. Con esta reorganización se aho- al que se observa para el ingreso en otras facultades. La di-
rra personal y se logra eficacia5. ficultad de percibir motivaciones, dada la peculiaridad de
Facultad y departamento perduran como estratos dis- la elección en el caso de teología, obligará a perfeccionar
tintos y con función autónoma: la facultad organiza los los criterios de selección, pero no los hace del todo impo-
planes desde el punto de vista de los sujetos a formar, sibles.
concretamente prevé y provee a los saberes que un teó- 10. Las condiciones para el ingreso en una facultad
logo debe adquirir, haciendo planes de estudios para él de teología así pensada, son las mismas que para cual-
y controlando su adquisición. El departamento se preo- quier otra facultad universitaria del estado, llámese al
cupa en cambio del aspecto real, no de los sujetos, sino curso de preparación inmediata «preuniversitario», «curso
de las materias a ofrecer, y las da en cada una de las fa- de selección» o de cualquier otra forma. Y si la nueva
cultades donde sea necesario el conocimiento de tales te- legislación universitaria previera que ese curso último de
máticas. Por ejemplo, el departamento de psicología será bachillerato debería correr a cargo de la facultad de teo-
quien deba proveer a lo que de esta materia hayan exigido logía, ella asumiría también esa tarea. Sólo así pensamos
como necesario para sus alumnos las facultades de pedago- que se toma en serio la OT 13 y las Normae quaedam 23.
gía, teología o filosofía.
7. El departamento cuenta con un personal diverso,
es decir, jerarquizado en responsabilidades y tareas, y tie- II
ne como meta principal el posibilitar que la respectiva AÑOS INICIALES
materia esté responsablemente dada desde el punto de
vista pedagógico y a la altura necesaria de medios y técni- 1. Como principio general de comprehensión del
cas desde el punto de vista científico. A través de los di- plan hay que ver la presencia simultánea de reflexión filo-
versos profesores con que el departamento cuenta se debe- sófica y de reflexión teológica. Se ha intentado que en los
rá lograr que todo alumno reasuma y personifique los sa- dos años iniciales existan simultáneamente planteamientos
generales y planteamientos específicamente cristianos: es
» NQ I I I , 7-io. decir, una presencia de la teología en la filosofía, pero no
438 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA UN PROGRAMA DE ESTUDIOS 439

menos que en los tres cursos últimos haya una presencia por obra del ministerio sacerdotal), inicíense los estudios eclesiásticos
con un curso introductorio que dure el tiempo necesario. En esta
del pensamiento filosófico cuando se estudia con especial iniciación a los estudios propóngase el misterio de la salvación de
intensidad la temática teológica. Pensamos que los dos forma que los alumnos adviertan el sentido, el plan y la finalidad
pilares de la reforma teológica son el aspecto bíblico de de los estudios eclesiásticos y al mismo tiempo se sientan ayudados
los problemas y la penetración filosófica de los contenidos a fundamentar y empapar toda su vida personal en la fe y a con-
cristianos, ya que hoy día hemos constatado, después de solidar su decisión de abrazar la vocación con la entrega personal
y la alegría del espíritu6.
veinte años de renovación bíblica, que no basta un bibli-
cismo elemental, si no es confrontado con los plantea- El tiempo necesario para responder objetivamente a
mientos humanos en toda radicalidad. Dimensión bíblica, esas exigencias nos ha parecido ser dos cursos, que por sus
penetración filosófica y perspectiva histórica, nos parecen planteamientos globales de los problemas fundamentales
las tres claves para entender y realizar este plan. de la existencia humana y de la existencia cristiana res-
2. Los dos primeros años intentan hacer justicia a pondan a la situación total del alumno.
una doble exigencia: la conexión y ordenación lógica de 3. Como criterio pedagógico se parte por tanto de
los contenidos materiales de saber que hay que ofrecer y una simultánea inmadurez humana e inmadurez en la fe,
la situación personal del alumnado que llega a la facultad. acentuada ésta, como aludimos, por la ruptura de los cua-
A diferencia de épocas anteriores donde se venía con una dros socio-religiosos y por la pérdida de las evidencias
clara decisión vocacional, con un arraigo psicológico y so- fundamentales vigentes en nuestra sociedad cristiana hasta
ciológico plenos en la fe, más para fundamentarla que hoy. Consecuentemente se intenta operar la abertura si-
para reasumirla personalmente, hoy día hay que comenzar multánea a los problemas de la maduración y cuestiona-
por un planteamiento personal que afecte al sujeto desde miento humano, a la vez que a la apropiación y madura-
el comienzo y simultáneamente vea una clarificación de su ción de la fe cristiana, evitando la ruptura o distancia-
existencia total como cristiano. Es por tanto una visión miento temporal entre planteamientos de humanidad y
total aunque sintética del misterio cristiano lo que aquí respuestas de cristianismo. El dar toda la cosmovisión filo-
se ofrece, más en la línea de una interpelación y oferta sófica sobre el hombre, el mundo, Dios, con anterioridad
personal que en la línea del análisis crítico-científico. Los a las respuestas teológicas hace muy difícil ver en qué
dos primeros años, por tanto, intentan sobre todo una pe- medida la teología, como expresión lógica de la fe, es la
dagogía de la fe; los tres siguientes reasumen los mismos respuesta inesperada, pero a pesar de todo respuesta, a
temas en la línea del análisis y perspectiva científica. unos problemas verdaderamente humanos, respuesta que
Creemos que de esta forma es como se responde en puede y debe ser acogida por un hombre que se quiere
objetividad a la exigencia del concilio de dar un curso in- absolutamente fiel a todas las exigencias y esperanzas de lo
troductorio sobre el misterio de Cristo: todo lo demás, es humano, aun cuando tales exigencias y esperanzas le hayan
decir, dos clases iniciales en un semestre, es un insufi- sido suscitadas desde fuera.
ciente, más aún, casi extraño y contraproducente adita-
Es en el fondo un planteamiento de correlación entre
mento a unos esquemas en que todo el resto es pura filo-
preguntas filosóficas y respuestas teológicas en la unidad
sofía. He aquí el texto que creemos realizar con nuestro
del único hombre que si piensa y cree en distintos niveles
plan:
lo hace desde un fondo personal único. A acrecentar y no a
Para dar a los alumnos desde los comienzos de su formación escindir esa unicidad personal del hombre pensante y cre-
esta visión del misterio de Cristo (que afecta a toda la historia de la
humanidad, influye constantemente en la iglesia y actúa sobre todo • OT i4.
440 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA UN PROGRAMA DE ESTUDIOS 441

yente es hacia donde tiende esta ordenación sobre todo 2. El tercer año está centrado en torno al tema Dios,
de los dos primeros años. desde los datos primarios de la revelación, pasando por la
4. Este plan no intenta sustituir los contenidos ma- profundización progresiva que ha obtenido en la historia
teriales de la filosofía o teología anteriores por otros nue- de la iglesia hasta llegar a los problemas de la conciencia
vos, sino que quiere redescubrir las líneas centrales del contemporánea. El planteamiento de la obra de Dios pro-
mensaje cristiano en connivencia con las exigencias que se longa lo anterior. Junto al planteamiento bíblico y al plan-
le plantean al creyente y con la sensibilidad espiritual del teamiento teológico hemos creído deber situar aquí la pre-
hombre contemporáneo. Si quiere ser un progreso respec- gunta filosófica por Dios y por lo religioso, a la vez que
to de lo anterior no es tanto por sustitución o ampliación su respuesta en sí legítima, aunque nosotros la considere-
sino más bien por síntesis y redescubrimiento de las líneas mos insuficiente. Es el lugar para reasumir la teodicea y
de fuerza cristianas a la vez que de los valores de eficacia filosofía de la religión. En la columna de la derecha de
contemporánea. este tercer año aparecen las otras asignaturas, comenzando
5. A esta luz se comprende cómo en estos dos pri- por el Antiguo Testamento dividido en dos partes: intro-
meros años, bien a través de asignaturas, bien por medio ducción y temas principales. Tanto una como otros en
de cursos complementarios, se da una presentación y en- perspectiva directamente teológica ya que las introduc-
cuentro prácticamente con todos los temas y problemas ciones históricas y literarias han sido ya hechas con todo
del cristianismo en sus líneas fundamentales. A nadie en- rigor y minuciosidad en los semestres anteriores.
gañen los enunciados: aquí no sólo hay historia o teología Por primera vez aparecen aquí los temas de la ética:
fundamental sino teología dogmática y estudios de las rea- bajo la designación «Moral I» hemos querido englobar
lidades o estructuras de la vida cristiana tanto eclesial todos los temas fundamentales del comportamiento hu-
general como individual. El cuarto semestre muestra cla- mano, mostrando la inserción unificadora de los impera-
ramente esta interpenetración de lo filosófico, histórico y tivos cristianos en una ética filosófica, para evitar de una
dogmático con la necesaria atención a la vida de la igle- vez para siempre la escisión de la conciencia cristiana en
sia contemporánea en la que existe el creyente individual. una doble moral, que coexiste sin relación ninguna: la
natural y la cristiana. A través de la asignatura «Sistemas
de pensamiento» se intenta hacer perdurar los problemas
III y planteamientos filosóficos, introduciendo a las grandes
LOS TRES ÚLTIMOS AÑOS concepciones que han determinado la cultura de occiden-
te, a la vez que mostrando las formas diversas de inter-
1. Los tres últimos años tienen un carácter más ex- pretar lo cristiano mediante la utilización de determinadas
plícitamente científico, y se ha intentado buscar a cada categorías filosóficas.
uno de ellos una problemática que unifique las diversas 3. El cuarto año tiene por tema a Cristo en toda su
asignaturas, problemática que se quiere ofrecer en sus pers- polivalencia como personalidad histórica y como presencia
pectivas totales. Esto significa la reincardinación de trata- actual. La mariología encuentra aquí su lugar propio. Junto
dos que en su forma actual son tributarios de situaciones al tema de Cristo viene la escatología, que se sitúa cris-
históricas hoy plenamente superadas. No menos supone tianamente en la consumación de la historia no temporal
en su aplicación la disponibilidad de los profesores para sino cualitativa que ha operado la resurrección. Parale-
abandonar las materias que les eran propias y asumir las lamente se introduce la «Filosofía de la historia» o
que en la nueva programación pudieran corresponderles. las formas posibles de concebir el sentido del devenir
442 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA UN PROGRAMA DE ESTUDIOS 443

y finalizar humanos, individual y colectivo, al margen reasume todos los contenidos clásicos dentro del esquema
de la concepción cristiana, que absolutiza el tiempo de de la Lumen gentium. Así la «Teología sacramental» en-
Cristo constituyéndole centro y norma para todo lo ante- cuentra ya elaborado el marco de la realidad sacramental
rior, visto así como previo, y todo lo posterior como de la iglesia y analiza cada una de las formas de concre-
subsiguiente. tarse en función de la existencia personal y comunitaria
A la luz del hombre nuevo Cristo, la existencia nueva del hombre en la historia (sacramentos). Finalmente la
del creyente, es decir, la antropología teológica que reasu- «Teología de la misión» analiza las formas, acciones y es-
me los tratados clásicos De grafía et virtutibus, a la vez tructuras generales de la comunidad cristiana dentro de la
que otros temas que antes aparecían en el tratado De Deo comunidad humana en general y de comunidades concre-
creante et elevante: por ejemplo, elevación, pecado. Éste tas, y especifica cómo se autorealiza la iglesia a sí misma
nos parece su lugar propio, primero por la unidad del en el contacto, confrontación y creación de la historia que
sujeto a quienes se refieren todas las afirmaciones y se- surge siempre nueva.
gundo por razones objetivas: la protología cristiana se Aquí parecería ser el lugar a propósito para la «Doc-
entiende a la luz de la escatología, o lo que es lo mismo, trina social»: nos parece que debe ser un aspecto de la teo-
Adán sólo tiene relieve y es interpretable a la luz de logía moral y la hemos incluido allí. Dejamos sin embargo
Cristo, y en la misma medida el hombre creado sólo es la «Sociología religiosa» como asignatura aparte, porque
inteligible a la luz del redimido. reclama otro método. Bajo el título general: «Acción pas-
En conexión con la cristología por un lado y con la toral concreta» incluimos todas las formas de transmisión
filosofía de las religiones por otro, aparece aquí la «Teo- del mensaje que la iglesia instaura.
logía de las religiones no cristianas», o el problema del Nos ha preocupado ofrecer una visión de la eclesiolo-
valor y sentido legítimos pero propedéuticos que desde gía orgánica, social y pensada en función de la existencia
Cristo tienen las demás religiones de la tierra. Valor pro- histórica. Estos dos semestres son los que más pueden y
pedéutico o adventicio, entendido no temporal sino perso- deben beneficiarse de los decretos conciliares. Concreta-
nalmente. mente nos parece que es el lugar para estudiar completas
La columna de la derecha prolonga el esquema del las constituciones sobre la liturgia, la iglesia, la iglesia
curso anterior, junto con una asignatura nueva: «Teología en el mundo contemporáneo y el decreto sobre la activi-
e historia de la espiritualidad». La historia de la santidad y dad misional (Sacrosanctum concílium, humen gentium,
de los grandes ejemplares son vistos aquí como historifi- Gaudium et spes, Ad gentes).
caciones del hombre nuevo Cristo, en sus seguidores que 5. Las asignaturas de la columna lateral han sido de
innovan y renuevan la historia. alguna forma acordadas con la línea estructural dogmática
4. El año quinto examina la obra y realidad de Cris- que hemos seguido. Todo criterio organizador de la mate-
to prolongadas en la iglesia por el Espíritu. Así se redes- ria teológica pone determinados aspectos en especial luz,
cubre un contenido casi ignorado de la anterior teología: pero inevitablemente deja otros en la sombra. Somos cons-
el Espíritu. La iglesia se sitúa en su sitio propio como cientes de que con otros principios estructurantes se hu-
servicio a Cristo en la fuerza del Espíritu. Estructura in- bieran puesto más de relieve aspectos que quizá aquí pasan
terna, realización sacramental y acción misional en el a segundo plano. La opción es inevitable y nos parece que
mundo tienen su raíz última en la realidad del Espíritu, en conjunto el criterio que hemos elegido es el que más
que les da un contenido y les pone unas exigencias distin- ventajas y amplitud ofrece, dentro de una fundamental
tas de cualquier otra institución humana. La eclesiología sencillez y cohesión.
444 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA UN PROGRAMA DE ESTUDIOS 445

6. Concedemos gran importancia a la asignatura de- pre con la aprobación del decano, sin cuya autorización no
signada «Sistemas de pensamiento». Con ella creemos que tendrá validez académica.
se logra la inserción de los contenidos teológicos en con- 10. Rogamos a la autoridad jerárquica que manifies-
textos humanos e históricos vivos. Sobre todo nos parece te sus criterios sobre la necesaria preparación teológica en
de fundamental interés, que en los últimos semestres los orden a poder dar clases de religión en los diversos cen-
planteamientos teológicos acerquen al sujeto al análisis y tros docentes estatales y no estatales. Por nuestra parte
comprehensión de la realidad e interpretación del mundo opinamos que todo el que quiera tener acceso a la ense-
que hacen los diversos sistemas filosóficos, puesto que ése ñanza en los cuatro primeros cursos de bachillerato ha de
y no otro mundo es el que es dado a él o como tarea haber cursado este ciclo de cinco años. Para los cursos res-
apostólica o como campo profesional, en el que se inserta tantes debe haber hecho una especialización. Toda otra
la acción cristiana. forma de enseñanza ulterior supone el doctorado y unos
cursos de capacitación pedagógica en la sección de cate-
7. Aun cuando este plan no está pensado exclusiva-
quética de la facultad de pedagogía.
mente para futuros sacerdotes, creemos que la dimensión
pastoral del mensaje sobre el que se reflexiona es funda- 11. Dado el principio general de equiparación de es-
mental. Por ello incluimos bajo un nombre único: «La tructuras y títulos con las universidades o facultades del
acción pastoral», toda la problemática de la teología en país, sería necesario revisar la nomenclatura de los títulos:
su transmisión a los hombres. A la vez queremos que exis- bachillerato, licenciatura, doctorado. Nos parece más apro-
ta un movimiento de flujo y reflujo entre la facultad y la piada esta otra: licenciatura, doctorado, habilitación para
iglesia; por ello los animadores de los grandes movimien- el profesorado según la fórmula alemana o la maitrise de
tos de la vida de la iglesia deben estar presentes institu- las universidades belgas.
cionalmente en la vida universitaria mediante un curso 12. Este plan tiene un deseo en su base: ofrecer en
complementario sobre movimientos apostólicos. un marco más amplio y rico los conocimientos que hasta
8. Pensamos que este plan incluye solas y todas las el presente ofrecen instituciones intermedias para perso-
materias que tiene que conocer quien aspire a un conoci- nas que no aspiran a un diploma final o no quieren hacer
miento fundamental de la teología. Sin embargo podría y estudios de teología con la amplitud que requieren los
debería ampliarse mediante la oferta de otra serie de cinco años. Todos los cursos de teología para seglares, re-
materias opcionales, que podrían intercambiarse en valor ligiosas, etc., podrían ser reasumidos por este plan. Así el
académico con algunas de las aquí enumeradas, sobre todo primer ciclo puede ser una visión sintética de la teología
en función y en armonía con la especialización que cada en dos años, que ofrece todo el horizonte de problemas y
alumno elija o con la profesión para la que se está prepa- está dado en tal forma que no hace de los cursos ulterio-
rando. res una mera repetición de lo anterior.
9. Manifestamos nuestra convicción de que una vita- Tal forma positiva de integrar contenidos y exigencias
lización de la facultad de teología dentro de la universidad legítimas que han ido haciendo surgir instituciones para-
llevaría consigo o necesitaría una actualización de los pla- universitarias, sería una forma de reasumir dichas tareas
nes de estudio de otras facultades. Este plan aspira a una y remediar el empobrecimiento progresivo e inevitable del
coordinación general y cree que se podría ofrecer a los profesorado que tiene que multiplicarse para vivir prime-
alumnos la posibilidad de optar por una serie de materias ro y segundo para subvenir a tantas instituciones. Éstas
elegidas en función de unos estudios más personalmente mantendrían sin embargo un sentido y tarea teóricas den-
realizados. Tal cuadro de asignaturas debería contar siem- tro de su autonomía: primero, haciendo estar presentes en
446 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA UN PROGRAMA DE ESTUDIOS 447

un curso institucional común a todos aquellos aspectos de


V
la formación que provocaron su nacimiento; y segundo,
orientando a aquel tipo de personas sobre las que velan ESTRUCTURA DEL CURSO INSTITUCIONAL
mediante u n programa que les indique qué clase o semi- (10 semestres)
narios son apropiados a sus intereses dentro del cuadro
general ofrecido por la facultad. Ésta se convierte así en Introducción o cuestiones pre- El hecho religioso
el centro común, potenciador y potenciado, por todas las vias Fenomenología de las religio-
instituciones de la iglesia, que se ordenan a la promoción a) Epistemología o el conoci- nes
intelectual de la fe. A la vez habría que ver si estas insti- miento en sus formas diver- Historia de las religiones
tuciones, supuesta tal planificación común, n o deberían sas: empírico, científico, his- Sociología del hecho religioso
cumplir una tarea de especialización en aquellas ramas tórico,filosófico,teológico-re-
ligioso (perspectiva formal) Historia de Israel
que eligieran, haciendo así del complejo universitario no
b) Contenidos y problemas fun- (religión-libros)
u n conjunto de organismos idénticos superpuestos sino un damentales de las ciencias o
árbol diversificado en ramas y frutos. Hecho religioso de este pue-
visión de la realidad desde su blo
perspectiva: física, biología, Libros que lo formulan
psicología, sociología (pers- Ciencias auxiliares
pectiva material) Lenguas auxiliares
IV
Historia del pensamiento I:
ESPECIALIZACIÓN Grandes períodos de la his-
toria de la ciencia, filosofía,
1. El plan de estudios que aquí se ofrece para la es- cultura; del espíritu humano
pecialización en teología dogmática más que u n programa en general, incluso de las
concreto quiere presentar la estructura que pensamos debe estructuras socioeconómicas.
Prehistoria y mundo griego
tener cualquier rama, al margen de la materia concreta
que ofrezca.
2. Consideramos que no puede surgir ninguna antes Panorama de los problemas fun- El hecho cristiano
del curso 1971-1972, pues dar este paso sin la necesaria damentales de la filosofía (religión-libros)
preparación significaría hacer abortar las ricas posibilida- Antropología: Contenidos co- Historia de la revelación cris-
des de esta estructura nueva que así quedaría prácticamente ordinados sobre el tema des- tiana:
de la antropología general, Cristo
minada en su eficacia. paleontología, psicología ex-
3. Urge una planificación dentro de cada universi- iglesia
perimental y psicología racio-
dad y una planificación de secciones a nivel nacional. Ésta nal hasta las ciencias auxilia- Los orígenes cristianos:
res necesarias fuentes
es previa para pensar cualquiera de las secciones que sur- estructuras
jan. Historia del pensamiento II: entorno cultural
4. Opinamos que hasta que no existan los institutos Orígenes cristianos y medievo lenguas auxiliares
especializados propios de cada sección, no se deberá auto-
rizar el surgimiento de ninguna.
Filosofía de la naturaleza El hombre creyente: presupues-
tos, posibilidad y contenidos
Historia del pensamiento III: fundamentales que explican
Época moderna y legitiman la fe como op-
448 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA UN PROGRAMA DE ESTUDIOS 449
ción humana responsable, o Dios y su obra Sistemas de pensamiento I:
las grandes líneas de una teo- Creación mundo griego
logía fundamental que inte- Teología de las realidades te- patrística
gra las nuevas perspectivas rrenas escolástica hasta Occam
La fe como fuente del conoci- Pensamiento filosófico acerca de
miento nuevo o la posibili- Dios y de la religión (teodi-
dad de la teología. Sentido cea y filosofía de la religión)
y formas
Introducción general a la teo-
logía Cristología Nuevo Testamento I (evangelios)
Historia-Persona-Obra Historia de la iglesia II:
IV Mariología
Metafísica general Contenidos fundamentales del media
Escatología moderna
cristianismo, especialmente Antropología teológica
Historia del pensamiento IV: en cristología y eclesiología Moral II
Elevación-pecado-gracia-
Época contemporánea (tipo: libros de K. Adam an- virtudes Sistemas de pensamiento II
taño y J. Ratzinger hoy) Teología de las religiones no (desde Descartes hasta Hegel)
Visión sintética de la historia de cristianas Teología e historia de la espiri-
la iglesia en perspectiva ideo- Filosofía de la historia tualidad
lógica (tipo: J. Lortz)
Formas o realizaciones de la exis-
tencia eclesial y de la vida Pneumatología y eclesiología Nuevo Testamento II
individual del cristiano a) Eclesiología ( = LG) (Pablos y Hechos)
(liturgia, espiritualidad, mi- misterio Moral III
sión) pueblo
Cursos complementarios estructura Historia de la iglesia III:
escatología Contemporánea
a) Lenguas bíblico-teológicas: hebreo, griego, latín, a cuyo aprendi-
zaje provee la facultad b) Teología sacramental Teología e instituciones del dere-
b) Lenguas modernas exigidas pero no enseñadas en la facultad: Sacramentos de cho canónico
francés, al terminar el cuarto semestre, como condición para iniciación La acción pastoral concreta o la
pasar al quinto semestre; inglés o alemán, necesarios antes de eucaristía
reconciliación transmisión del mensaje:
comenzar la especialización acción catequética
c) Literatura contemporánea estructurales
c) Misión de la iglesia en el (contenido y formas)
d) Psicología religiosa acción litúrgica
e) Orientación profesional y teología de la vocación y vocaciones mundo (contenido y formas)
en la iglesia Estudio de la comunidad cris- acción misional
v-vi tiana y de su misión dentro (contenido y formas)
de la comunidad humana
Revelación bíblica de Dios Antiguo Testamento: (GS) Sistemas de pensamiento III:
AN, NT, historia de la iglesia introducción teológica Sociología religiosa de Marx a nuestros días
Síntesis teológica especula- temas principales
tiva Cursos complementarios
Historia de la iglesia I y patro-
Planteamientos contemporá- a) Teología de las diversas confesiones cristianas
neos logía
b) Temas de actualidad teológica
Ateísmo La moral cristiana y sus presu- c) Relaciones iglesia y estado
Pedagogía de la existencia puestos filosóficos, psicológi- d) La técnica y sus problemas
religiosa cos y sociológicos e) Historia y estructura de los sistemas políticos
450 RESPONSABILIDADES DE LA TEOLOGÍA EN ESPAÑA

Movimientos apostólicos: presencia institucionalizada de los lí-


deres católicos en la universidad

VI
RAMA DE ESPECIALIZACIÓN: TEOLOGÍA DOGMÁTICA
1. Criterios que habrán de tenerse en cuenta a la hora de programar.
Interesan sobre todo los siguientes aspectos:
a) Problemas de método y preparación a la investigación per-
sonal
b) Contacto directo, crítico y en originales con las fuentes
c) Estudios de temas monográficos y no repetición ampliada
d) Historia de la disciplina y formas posibles
2. Asignaturas generales
a) Estructura y crítica del conocimiento teológico (teorías del
lenguaje, hermenéutica...)
b) Estatuto científico y estatuto eclesial de la teología como
ciencia del misterio en la iglesia, en confrontación con el
estatuto científico de otros saberes
c) Historia de los dogmas
d) Historia de los grandes sistemas teológicos
e) Análisis de textos del magisterio
/) Temas monográficos de teología dogmática
g) Temas monográficos de teología bíblica
h) Teología protestante: historia y contenido
i) Teología de la iglesia ortodoxa: historia y contenido
/) Confrontación del pensamiento cristiano con los sistemas
filosóficos contemporáneos
k) Historia de las herejías
3. Institutos especializados de la sección
a) Instituto de historia de la teología
b) Instituto para el estudio de las confesiones cristianas
c) Instituto de investigación teológica
d) Instituto colaborador: «Fe y secularidad»
4. Actividades dentro de la sección o en colaboración con otras
IV
a) Lecciones magistrales
b) Seminarios especializados dirigidos por el profesor
c) Trabajos de estudio en colaboración entre alumnos
d) Preparación de tesis
Tareas y perspectivas
5. Personal responsable (total 30 personas)
a) 1 Presidente del departamento de teología dogmática concretas
b) 6 catedráticos
c) 12 profesores adjuntos
d) 12 auxiliares para España
6. Dotación económica anual
3.000.000 pesetas
1
PROMOCIÓN TEOLÓGICA DEL
PUEBLO ESPAÑOL
i
SITUACIÓN

D ESDE la perspectiva religiosa podríamos definir la


situación española como un momento de sorpresa.
En menos de diez años la iglesia española está sufriendo
en sus planteamientos, formulaciones, formas de actuación
y sobre todo sensibilidad interior una auténtica metamor-
fosis. Todo ello no ha pasado a ser acontecimiento ex-
terno: se mantiene aún como fermentación interior y uno
no sabe si desembocará en una maduración de la fe o lle-
vará a un aborto espiritual de consecuencias insospecha-
bles. Este hecho pone a los hombres que han de proveer a
la educación de la fe ante unas responsabilidades inmen-
sas para con aquellos que no pueden por sí mismos hacer
luz en las nuevas situaciones. La fraternidad en la fe, ejer-
cida a nivel de iluminación, tiene en este instante un in-
menso campo delante de sí. Intentamos ofrecer algunos de
los rasgos o contenidos nuevos de la situación y sugerir
luego algunas posibilidades de responder con hechos a
estas necesidades nuevas.
Antes de entrar en la descripción detallada de la nueva
situación religiosa del pueblo español habría que encua-
drarla dentro del marco de transformaciones generales a
las que estamos asistiendo en España; más aún, habría
que tener en cuenta que vivimos hoy día la crisis defini-
tiva de la burguesía europea con una agonía defensiva por
PROMOCIÓN TEOLÓGICA DEL PUEBLO ESPAÑOL 455
454 TAREAS Y PERSPECTIVAS

parte de aquellas instituciones que la representaban; junto cristiana. Este hecho del pluralismo religioso, pluralismo
a esto un choque generacional terriblemente brusco. Sería cristiano e incluso pluralismo de realizaciones católicas en
ir quizá demasiado lejos, pero no deberíamos olvidar que las diversas iglesias, le está enfrentando al cristiano espa-
estamos asistiendo también al eclipse de la hegemonía ñol con el problema del pluralismo sin más y de su posi-
europea en el mundo, y que hoy las miradas de la juven- bilidad de ejercitarlo no sólo en la dimensión religiosa de
tud se tienden sobre otros continentes en los que se ve su existencia sino en todas las demás.
plantado el árbol del futuro y de los que se esperan otros Que este pluralismo y su legitimidad no sea confundi-
frutos mejores. La antorcha y la dirección de la historia do con un relativismo sin márgenes y sin puntos de mira,
avanza de unos países a otros, de unos continentes a otros, a la vez que puntos de apoyo incuestionable, es una de las
y no es necesario acudir a las especulaciones de Toynbee primeras tareas que los educadores de la fe han de afrontar.
o de Spengler, para constatar estos hechos elementales de Junto a la ruptura del marco de unidad y uniformidad,
la evolución espiritual de la humanidad. el cristiano español está asistiendo a un renacimiento de
Para España, desde el punto de vista religioso, el con- la propia iglesia, que apenas reconoce. Frente a la afirma-
cilio ha significado una revolución, liberadora en muchos ción anterior de los elementos jerárquicos, que soporta-
sentidos, sorprendente en otros. De él hemos recibido impul- ban la responsabilidad junto con la autoridad, a la que se
sos con los que soñábamos ser confortados, luces para di- miraba con un infinito respeto descargando sobre ella el
sipar muchas de nuestras inseguridades interiores, pero peso de las opciones, y con ello la inalienable libertad a
sus decisiones han desencadenado una dialéctica interna cuyo ejercicio sigue la maduración personal y la madura-
que nos lleva a consecuencias insospechadas y al parecer ción en la fe; junto a todo esto está asistiendo hoy al naci-
excesivas. miento de una iglesia para la que cuentan ante todo las
El primer hecho, por ejemplo, que ha sido y sigue realidades espirituales y no tanto las sociológicas, Cristo y
siendo sorprendente para España es la aceptación radical el Espíritu más que los obispos y sacerdotes, la Biblia direc-
del pluralismo religioso en el mundo, no como ideal, sino tamente leída o escuchada en comunidad más que la lec-
como afirmación de hechos. Esto significa que el cristia- tura de los «Boletines de la diócesis», y lo que con pala-
nismo se concibe a sí mismo como la concentración y visi- bras banales por manidas designan muchos como iglesia
bilización en Cristo de la actuación religiosa del hombre, pneumática más que la iglesia jerárquica. Consecuente-
a la que están destinados todos, pero a la que no pueden mente adquiere un mayor relieve el riesgo personal frente
ser forzados desde fuera, sino simplemente iluminados a la obediencia, la conciencia frente a la ley, sintiéndose
para que lleguen a ella caminando con sus propios pies, inclinado el creyente actual a dar la prevalencia a los
y anhelándola con su propia alma. Existirán por tanto aspectos individuales frente a los generales y a seguir a
grupos o familias religiosas frente a las cuales el cristiano su conciencia, si ésta entra en colisión con la ley, aun
toma una postura no sólo de leal respeto sino incluso de cuando no logre el convencimiento definitivo de la preva-
positiva valoración: para él son caminos que, andados lencia de su situación particular frente a las exigencias
en sinceridad, están llamados a desembocar en el descu- generales de la comunidad. A la anterior idea de una
brimiento de Cristo; son en el fondo formas adventicias iglesia como gran familia en la que los arquetipos de «ma-
de la presencia de Cristo en el mundo. Las afirmaciones ternidad» y «paternidad» eran los determinantes de los
que estamos haciendo desde el cristianismo respecto de las comportamientos, sigue ahora una iglesia no ya familiar-
religiones, deberemos hacerlas en medida análoga desde mente sino «fraternalmente» pensada, que supone, exige
el catolicismo respecto a las demás formas de existencia y propulsa la colaboración de todos, la necesaria respon-
456 TAREAS Y PERSPECTIVAS PROMOCIÓN TEOLÓGICA DEL PUEBLO ESPAÑOL 457

sabilización, ya que no hay una cabeza que sustituya o Por lo que se refiere al doble mandamiento de la ley
vele, defienda o castigue. de Dios: el amor a él y al prójimo, se le obliga a acentuar
Cuando este dato de conciencia pasa a ser fórmula, la tanto el segundo como el primero, ya que sólo prueba que
eclesiología tendrá otros puntos de partida y otros puntos ha acogido el amor de Dios en Cristo por nosotros
de llegada, con la tentación de querer dar respuesta a los quien vive en amor para con los hermanos, hasta el punto
hechos y no de preguntar a lo que son fuentes normativas. de que los otros son de alguna forma el sacramento de
Como reacción originariamente legítima contra una ecle- Cristo, es decir, el signo visible de su realidad invisible,
siología elaborada a base de trasladar las categorías jurí- no en el sentido de que éstos sean puros medios para
dico-sociológicas del siglo xix a la realidad iglesia, para llegar a él, sino en cuanto son signos de su presencia y
centrar todos los planteamientos en torno a la definición lugar del ejercicio de nuestro amor para con él, quien ha
de sociedad perfecta y desde ahí ir derivando cada uno de operado una especie de segunda encarnación en sus hu-
los elementos en vulgar analogía con la sociedad civil; manidades. Así, quien ama al hermano ama a Cristo y
como reacción, digo, se ha dado el salto a una eclesiolo- quien viste al desnudo viste a Cristo, y quien redime al
gía exclusivamente neotestamentaria en el sentido de que hermano prolonga la redención de Cristo.
no se admite sino lo que está explícitamente formulado en En el orden sacramental asiste el cristiano contempo-
el Nuevo Testamento y se instaura un canon dentro del ca- ráneo a la acentuación radicalizada de los elementos per-
non, mediante el cual determinados libros quedan, si no sonales que constituyen esas acciones en cuanto acciones
excluidos, sí minusvalorados. humanas y acciones eclesiales. Mientras que antes veía en
En la nueva cosmovisión se le exige al cristiano que ellas un «hacer de Dios» para el hombre en la iglesia,
haga de su fe no una provincia de su alma, sino aquella ahora ve primariamente un hacer del hombre ante Dios,
realidad por la cual sitúa todo su ser ante Dios desde la cuya acción vendría a sellar y consolidar la aportación o
configuración con Cristo en la fidelidad a las exigencias del realización del individuo o de la comunidad puesta ante
evangelio; fe que por tanto ya no va a actuar sólo en los él. En términos escolásticos diríamos que a una excesiva
actos o momentos explícitamente religiosos sino en la e ingenua supervaloración de la eficacia que los sacramen-
totalidad de su hacer, pensar, determinar. A la regionali- tos tienen por sí mismos, realizados según la iglesia pres-
zación anterior de la fe ha seguido ahora una totalización, cribía, con anterioridad e independencia de la intención
hasta el punto de que han perdido en importancia los o cualificación del agente humano, está siguiendo hoy una
acontecimientos explícitamente religiosos y han ganado infravaloración de ese aspecto para conceder validez sólo
en valor aquellos otros de orden secular. Frente a la acen- a aquello en que la persona pone todo el peso de su ser.
tuación de la fe como referencia individual del creyente Frente a una preocupación por la validez, que parecía ig-
a Dios, que le aseguraba su salvación en el otro mundo, norar que nada es válido para el hombre si el hombre no
le es exigida una responsabilización de esa fe en este se deja validar en todo su ser por ello, sigue hoy día una
mundo ante los hombres, extendiéndola hacia las tareas insistencia excluyente sobre la preparación que el sujeto
comunitarias, los compromisos sociales e incluso a aque- ha de aportar, y sobre la autenticidad de sus propósitos
llos campos de los que quizá hasta ahora nunca supuso de conformar su vida a los dinamismos internos del hacer
que pudieran tener una valencia o significado para la sacramental.
eternidad. El peso del creer ha sido trasladado del «mo- Todo el problema de las comunidades naturales como
mento del morir» o in articulo mortis a la duración del condición previa para las comunidades eucarísticas tiene
vivir o in articulo vitae. aquí su origen. La reacción es legítima y absolutamente
458 TAREAS Y PERSPECTIVAS PROMOCIÓN TEOLÓGICA DEL PUEBLO ESPAÑOL 459

necesaria, pues una supervaloración de lo objetivo en el tiano) van a significar una pequeña revolución en deter-
cristianismo disociado de la persona, está siempre a punto minados sectores de la vida española. En este sentido no
de convertirlo en una religión mágica. Y no obstante hay podrá existir ninguna legislación que univoque existencia
que afirmar que en las realizaciones sacramentales, aun cívica española con existencia religiosa cristiana; ningún
siendo exigida la verificación personal, la eficacia última gobierno que asuma representatividad total de lo católico
viene de la palabra, del Espíritu, o del Señor presente que y de lo español en unidad de actos, ninguna situación que
son los que consuman aquellos signos como signos de vida fuerce a ningún hombre a cambiar sus posturas espiri-
y de gracia, y que por tanto no es la amistad natural la tuales.
que da sentido a una eucaristía, sino que la eucaristía es Otra serie de hechos de la vida interna de la iglesia
la que crea una comunidad y una fraternidad, pues nuestra van a sobresaltar la fe del creyente que anda por la calle
comunión no es en nuestras evidencias u opciones, por sin más bagaje mental que su catecismo: por ejemplo, la
más espirituales que ellas puedan ser, sino en el único debilitación del rigor en las leyes eclesiásticas que antes
cuerpo de Cristo y en el único Espíritu que el único Pa- urgían como graves detalles mínimos y ahora parecen no
dre nos ha dado para la edificación del único reino y co- saber dónde comienzan las fronteras de lo prohibido y
municar a los hombres la común esperanza. de lo obligado; por ejemplo, el carácter sagrado de los
Por lo que se refiere a los aspectos morales, la con- sacerdotes a quien antes el pueblo prestaba una legítima
ciencia cristiana contemporánea acentúa sobre todo los confianza y unas muestras de veneración que rayaban a
aspectos de la justicia, de la fraternidad, de la paz, de la veces en lo mágico, ahora se va a esfumar en el aire al
solidaridad con todos los hombres en todas las situacio- constatar las secularizaciones, para la mayoría inexplicables
nes; acentúa más la intención fundamental previa, por la y para otros ocasión de poner en duda la indisolubilidad
cual el hombre se ordena a uno u otro fin, es decir, por del matrimonio con el que falsamente se equiparaba el
Dios o contra Dios, que cada uno de los actos, dejando sacramento del orden; por ejemplo, el giro de una iglesia
en el trasfondo el valor de las realizaciones concretas o durante largos años políticamente monocromática que
juzgándolas a la luz de aquélla. A una moral de actos ha ahora muestra hasta en los mismos miembros del episco-
seguido una moral de opciones, a una moral de ley gene- pado posturas bien distintas; unas relaciones del orden
ral con principios inmutables una moral de conciencia in- eclesiástico con el orden político que, sin desautorizarse
dividual con especial sensibilidad para los imperativos im- públicamente el uno al otro, opera encarcelamientos de
previsibles que Dios a través del tiempo y de los hom- personas que dicen obrar según las exigencias cristianas;
bres plantea ante los ojos del individuo. por ejemplo, una valoración menos intensa de las voca-
Estos son los ingredientes de ideas que comporta la ciones contemplativas y misioneras junto a una insistencia
nueva situación espiritual de España. Pero quizá lo que sobre los deberes del cristiano respecto a la promoción
más impresione no sean tanto las ideas cuanto los hechos humana de los pueblos pobres.
concretos que derivan de tales planteamientos, que ya se Son sólo algunos ejemplos puramente superficiales de
están produciendo y se multiplicarán dentro de poco. Para la inmutación o choque que va a sufrir la sensibilidad
citar sólo algunos ejemplos, quisiera sugerir cómo la De- religiosa del cristiano medio.
claración sobre la libertad religiosa (fórmula conciliar del Mas no son únicamente los datos de una nueva con-
pluralismo humano) la Declaración sobre las religiones no ciencia cristiana los que constituyen la sorpresa del mo-
cristianas (fórmula conciliar del pluralismo religioso) y el mento español contemporáneo. A éstos se une el descu-
Decreto sobre el ecumenismo (fórmula del pluralismo cris- brimiento de otros mundos, que los medios de comunica-
460 TAREAS Y PERSPECTIVAS PROMOCIÓN TEOLÓGICA DEL PUEBLO ESPAÑOL 461

ción le ponen cada día delante de los ojos, de otras for- lo no conocido y que le puede cuestionar sus propias segu-
mas de comportamiento político, ético y religioso en ridades. Se trata por tanto de que el creyente descubra
otros países. De alguna forma toda Europa ya nos es in- cómo desde la posesión fiel de su cristianismo ha de
terior a España. Pero es España en su propia historia la abordar ideas, tareas, riesgos nuevos, y de esta forma per-
que se nos está descubriendo un tanto distinta a como la cibir la continuidad entre la iglesia en la que fue bautiza-
conocimos en nuestros manuales de bachillerato. Alguien do y la iglesia que él debe construir para sus hijos, a fin
ha dicho que urge una reinterpretación de nuestros diez de que ellos la puedan reconocer no como choza del paleo-
últimos siglos. Pienso, por ejemplo, en la valoración nueva lítico, sino como casa habitable en su siglo. Yo diría que
que se está dando a las realizaciones de la convivencia en- estarnos ante la urgencia de que los cristianos españoles
tre judíos, moros y cristianos en la edad media, a los que aprendimos nuestra fe memorizando el Astete sobre
esfuerzos unificadores de los Reyes Católicos, a la política los bancos de la escuela, seamos capaces de leer, con se-
española durante los años del imperio en cuyas fronteras guridad e inteligencia crítica, con fruto y alegría, el cate-
no se ponía el sol; la reaparición ante la conciencia actual cismo holandés sin gritar alborozados como quien descu-
de la «otra España», de los siglos XVIII y xix, con su vai- bre el Mediterráneo, ni echarlo a la hoguera como quien
vén de acciones y reacciones europeas, de aperturas y gusta un veneno.
clausuras, de regeneracionismos y de afirmaciones por Una planificación orgánica de estas tareas misionales
mantener la fidelidad a unas formas de nuestro pasado. abarcaría tres grandes planos: 1. Las instituciones intelec-
En estos instantes en que cada uno de nosotros anda tuales de la iglesia. 2. Los movimientos apostólicos. 3. Los
a la búsqueda de su identidad como europeo, como espa- instrumentos generales de información para llegar a las
ñol y como cristiano se nos plantean unos interrogantes que personas en su medio social y profesional.
hacen crujir el suelo bajo los pies, y sería trágico que eligié- 1. Entre las instituciones de la iglesia que están em-
ramos, en lugar de la meditación sosegada y el análisis crí- plazadas ante la responsabilidad de crear luz hoy, están en
tico, la ignorancia o el aturdimiento, la retórica de las pala- primer lugar las facultades de teología. Ellas están obliga-
bras o la huida a los televisores. Es el momento de la dura das, a través de su labor en las aulas, de sus publicaciones
fidelidad y del valor en el afrontamiento, pues no hay pe- científicas, de sus obras de información general y del diá-
cado mayor que el olvido de la propia identidad, ni urgencia logo abierto con las demás ciencias del hombre, a desci-
mayor que la reconciliación con uno mismo, cuando uno a frar el mensaje de Cristo en tal forma que pueda ser ilu-
sí mismo se ha tornado extraño. minación y vida para los hombres de un pueblo mediante
el análisis científico de las fuentes, el análisis científico de
su historia y el análisis científico tanto de sus contenidos
II de verdad como de sus exigencias o posibilitaciones de vida.
TAREAS DEL FUTURO De ellas he hablado largo en este libro y sólo añadiré a
lo anterior que en determinados sectores de la iglesia es-
Hay tareas y hay hombres. La nuestra aquí es sugerir pañola existe una desconfianza ante el pensamiento abierto
la responsabilidad de quienes han de ayudar al español a y ante la teología cultivada con rigor y dedicación. Tal des-
reencontrar su identidad cristiana y a no cejar en la bús- confianza lleva luego a un divorcio en la acción pastoral,
queda bien por ignorancia de lo que está apareciendo o que puede ser grave si con ello se da ocasión a que surja un
aparecerá ante sus ojos desorbitados dolorosamente al ver distanciamiento entre autoridad jerárquica y capacitación
cosas nuevas, bien por desidia o pereza ante el vértigo de teológica, entre el poder del mando y el poder del saber.
462 TAREAS Y PERSPECTIVAS PROMOCIÓN TEOLÓGICA DEL PUEBLO ESPAÑOL 463

Ante las facultades de teología encontramos hoy pos- derado como un mal inevitable, aun cuando hay que tener
turas muy diversas: quienes las utilizan como instrumento la sinceridad de reconocer que puede significar una depau-
de propio prestigio o de propio gobierno; quienes las ig- peración para la diócesis respectiva el que ahora ya ape-
noran porque no acaban de percibir su necesidad real; nas nadie se dedique al estudio de la teología.
quienes de verdad las ayudan con su confianza y cercanía, Voy a permitirme explicitar un poco la estructura y
y quienes intentan marginarlas de la vida real de la igle- funcionamiento interno de esos institutos teológicos, que
sia por miedo o recelo. Sería necesario superar todas las en mi parecer son la institución que ha de llenar el hueco
distancias recordando a los teólogos que el carisma de la que deja la desaparición de los seminarios, y sobre todo
competencia no es el carisma de la autoridad ni legitima cumplir a nivel de cada diócesis la tarea inminente de
las decisiones de valor comunitario, pero a la vez recor- promoción de la fe a que venimos refiriéndonos.
dar a quienes tienen la autoridad que no les está ahorrado La primera característica de estos institutos sería la
ningún esfuerzo para buscar, precisar y clarificar la ver- gratuidad total. No me refiero al aspecto económico sino
dad histórica, y que en esa búsqueda y clarificación no más bien a su carácter de oferta: no intentan otra cosa que
pueden prescindir de quienes para ello están ahí. El régi- iluminar la fe, ofrecer cursos, conferencias, mesas redon-
men de una sociedad sólo es fecundo si son primariamente das para esclarecer los diversos problemas teóricos y prác-
el pensamiento y la cabeza quienes le sustentan antes que ticos, intelectuales y pastorales de la fe. Esta tarea ha de
las leyes y la administración. cumplirse en muy diversos niveles y a través de activida-
Soñamos con que el episcopado, superando intereses des muy diversas. Ante todo ha de considerarse ley bá-
creados de grupos o regiones, muestre con hechos su dis- sica la elasticidad y movilidad para la programación: se
ponibilidad a hacer una planificación real y racional de trata de ser la respuesta cristiana a los nuevos problemas
sus facultades teológicas; que espere más de ellas y no y situaciones, y éstas por definición van surgiendo y ha de
sólo de las innumerables comisiones y secretariados que, írselas respondiendo sobre la marcha.
nacidos para distribuir y canalizar vitalidad, mal la po- a) Podrían existir, por ejemplo, cursos seguidos du-
drán repartir si no hay centros de pensamiento que la rante un mes o tres meses para personas que quieren lo-
creen. grar con calma una visión más amplia del cristianismo y
Las facultades de teología situadas y responsabiliza- en los que la unidad vendría dada no tanto por el sujeto
das a nivel nacional deben ser secundadas a nivel dioce- u oyente cuanto por la temática. Los temas podrían ser
sano en esta labor de clarificación de la fe por una institu- de todo orden: doctrinal-dogmático, ético-social, o directa-
ción, que a mi parecer debe surgir nueva, y que yo llama- mente bíblico pues ha llegado la hora en que la Biblia,
ría «Institutos teológicos diocesanos». Sería necesario ex- además de ser objeto de regalo o de adorno, libro de lectura
poner aquí cómo los seminarios diocesanos teóricamente espiritual o instrumento para iniciar una revisión de vida,
tenían encomendada esta misión, ya que no estaban pen- ha de ser objeto de estudio en sí misma.
sados sólo para preparar el clero futuro sino para consti- b) Cursos monográficos para público homogéneo o
tuir el órgano de pensamiento actualizador de la revela- especializado. Aquí creo habría que situar el punto neu-
ción frente a las necesidades concretas de cada iglesia rálgico de las actividades, pues es donde se logra el máxi-
local. Que la cumplieran o no es otro problema. Estas mum de eficacia. Cursos con personal técnicamente cuali-
instituciones han dejado de existir casi en todas las dió- ficado para hablar a los diversos sectores de la vida dio-
cesis, ya que por fin se ha aceptado la necesidad de inte- cesana que necesitan bien una reactualización, pienso en
grarse a las facultades. Este traslado no debe ser consi- los sacerdotes, o una introducción a nuevos problemas:
464 TAREAS Y PERSPECTIVAS PROMOCIÓN TEOLÓGICA DEL PUEBLO ESPAÑOL 465

cursos para religiosas que se dedican a la enseñanza, para seis habitaciones y capilla, llevada por alguna comunidad
seglares de movimientos apostólicos, para maestros, para o grupo apostólico. Esta casa daría oportunidad para que
personas de formación universitaria (médicos, abogados...), muchas personas que desean días de sosiego y estudio, de
sector que apenas cree en la iglesia porque casi nunca la retiro y trabajo intelectual a la vez, tuvieran oportunidad
oye hablar a su nivel. de repensar sus problemas en un ambiente de calma y con
c) Cursos monográficos determinados no tanto por medios de trabajo. Estos lugares cada día serán más nece-
las personas a quienes se dirige cuanto por el tema mis- sarios y en la medida en que el hombre tenga más cosas
mo, de actualidad bien general o local. Pienso, por ejem- y más actividades, más urgencia sentirá de retornar a sí
plo: los problemas de la secularización general de la vida, para no perder su ser entre sus haceres, su persona entre
las cuestiones morales nuevas, el evangelio y la paz, el sus cosas. Aneja a la casa una gran librería, simultánea-
cristianismo y la eficacia histórica, la reinterpretación del mente abierta a todo público, sería el órgano de actuali-
dogma, el sentido y legitimidad de las instituciones cris- zación permanente, de facilitación del material de trabajo
tianas... para los cursos y de orientación para quienes buscan una
d) Conferencias aisladas que aborden temas de actua- lectura amiga en un momento difícil. No entro a analizar
lidad local. aspectos del funcionamiento concreto, porque en otro lu-
El personal que anime esta institución pienso que gar he esbozado un programa detallado.
puede situarse en un doble nivel. El alma sería el direc- Las formas masivamente colectivas de educación de
tor, persona que por su preparación explícita y técnica- la fe están dejando paso a otras más personales y minori-
mente teológica tenga capacidad no sólo para inventariar tarias. A las grandes misiones populares han de seguirles
las necesidades de la fe sino para columbrar los proble- instituciones que preparen el personal apostólico en la lí-
mas inminentes de forma que pueda anticiparse y detec- nea de las minorías responsables y eficaces. En este sen-
tar las necesidades. Ha de ser hombre que siga al día las tido los «Institutos teológicos diocesanos» serían el orga-
publicaciones más representativas de la teología y las per- nismo a través del cual la diócesis, detecta, programa y en
sonas que más pesan en la animación espiritual de la vida parte da respuesta a las nuevas necesidades de la fe en el
eclesial. Este conocimiento le posibilitará a su vez la bús- orden intelectual.
queda del profesorado que, en cada curso y en función No dejaré sin aludir otro sector de personas que van
del tema, hubiera de actuar. Como norma no debería a ser decisivas en esta promoción intelectual de la fe: los
haber profesores fijos sino encargados únicamente de de- profesores de religión en escuelas y colegios. No ya sólo
terminados cursos. Son los temas y problemas los que la adquisición de los saberes reales, sino la preparación pe-
son normativos para el instituto. Junto a él debería exis- dagógica para transmitirlos, es un problema fundamental
tir, no ya con dedicación plena sino como labor de aseso- para nuestro futuro religioso. Dada la maduración precoz
ramiento, un comité formado por otros dos sacerdotes teó- de la actual juventud, va a ser en las clases de religión
logos, dos mujeres de las cuales una podría ser religiosa, del bachillerato donde se plantearán principalmente los
y dos hombres, a ser posible uno de formación universi- problemas religiosos y donde se decidirá la fe de muchos
taria técnica. españoles.
Otros dos elementos me parecen esenciales a esta ins- En este sentido debo lamentar la ausencia de una en-
titución: la existencia de una buena biblioteca teológica señanza de la pedagogía de la fe en nuestras facultades;
que abarque a la vez libros y revistas, y sobre todo una la carencia de uniformidad de criterios al determinar qué
especie de hogar o casa abierta con posibilidad de cinco o preparación y títulos teológicos son necesarios para ense-
466 TAREAS Y PERSPECTIVAS PROMOCIÓN TEOLÓGICA DEL PUEBLO ESPAÑOL 467

ñar en los distintos cursos e instituciones, y el criterio cultura de la visión, sin embargo el libro está comenzando
que en general se sigue al nombrar los profesores de reli- a difundirse masivamente. Aquí estamos hoy en los bor-
gión: arreglar situaciones de las personas, independiente- des mismos de la revolución cultural, es decir, de aquel
mente de su capacitación para el cumplimiento de esta ta- momento en que un pueblo comienza a descubrir que no
rea. Explicar hoy religión en preuniversitario o sexto curso, puede seguir viviendo de lo aprendido en la escuela, el co-
conectando de verdad con el alumno y haciéndole llegar legio o la universidad sino que ha de comenzar a leer para
el contenido como un mensaje de vida y no sólo como un reasumir y personalizar el mundo nuevo que surge y que
programa de examen, es más difícil que explicar un curso está a punto de desbordar al hombre si no hace un esfuerzo
magistral en una facultad de teología. por comprenderle desde dentro, no en sus detalles técni-
2. Entre las instituciones aludidas al principio esta- cos pero sí en su significado humano.
ban los movimientos apostólicos. No trato de ellos aquí Los países desarrollados han logrado ya que toda la
porque les dedico unas páginas aparte'. cultura pase a libros de bolsillo, y que se vendan a precios
3. Uno de los datos quizá más sorprendente de nues- mínimos de forma que puedan ser accesibles a todo el
tro momento histórico es la influencia enorme que sobre mundo. Confieso que fue para mí un golpe inesperado el oír
la persona ejercen las situaciones colectivas, los medios de un editor hace unos años que en España el libro de
públicos de información, hasta el punto de haberse llega- lujo es un éxito y que el libro de bolsillo en cambio es un
do a una unificación de la conciencia nacional. Este he- fracaso, lo que revela que entre nosotros hasta ahora se com-
cho tiene un doble filo y pone a las autoridades públicas praba no para leer sino para decorar. Ahora ya comenzamos
ante responsabilidades graves, ya que esas posibilidades a tener colecciones de bolsillo, que nos ofrecen en papel
pueden ser utilizadas como instrumento de formación, de legible las mejores obras que ha producido la humanidad
apertura, de colaboración y de afirmación de las diversas y nuestra propia historia.
formas de opinión o pueden ser malversadas como canal En esta línea quiero detectar lo que en los últimos
de una ideología dirigida y a la larga impuesta convirtién- años vengo llamando el escándalo de las editoriales es-
dose así en la dictadura más refinada. pañolas. En número no pequeño están en manos de insti-
No sé si la iglesia se ha preguntado con suficiente ra- tuciones religiosas u orientadas decididamente según los
dicalidad qué caminos debería andar para lograr una pre- criterios de la iglesia. Me resulta incomprehensible que
sencia a través de los cristianos individuales en esos me- siendo el libro religioso el más vendido en España, des-
dios de información, de juicio, de decisión. La prensa y la pués de la literatura, no se haya logrado crear un consor-
televisión son en definitiva hoy los tribunales donde se cio editorial que permitiese editar colecciones de bolsillo
deciden la mayoría de las opciones, que luego el pueblo con tiradas masivas sobre todo pensando que nuestra len-
con un mimetismo natural reasume si no está críticamen- gua es la que habla Sudamérica. Hubiera sido posible y
te educado o no posee datos suficientes para ver los proble- necesario que el libro religioso español, pienso por ejem-
mas en perspectivas más amplias que las que estos órga- plo en la Biblia y el concilio para sólo citar dos títulos, se
nos quieran presentarle. hubiera editado en tiradas de millones y al precio de
Aunque España, como país no plenamente desarrolla- 10 pesetas, porque de haber realizado una coordina-
do a nivel de conciencia colectiva, ha hecho sin la cultura ción de esfuerzos se hubiera podido hacer una selección
del libro el paso directo de una cultura del oído a una de títulos, una presentación, un material y un merca-
do que lo permitieran. La responsabilidad no cumplida en
1
Cf. "Sobre los movimientos apostólicos en España", 483-493. este sentido me parece grave. No sé si ha sido individua-
468 TAREAS Y PERSPECTIVAS PROMOCIÓN TEOLÓGICA DEL PUEBLO ESPAÑOL 469

lismo español o egoísmo económico, provincianismo espi- España depauperada, que emigra de sus campos a otras
ritual o carencia de visión. Pero ahí está Hispanoamérica patrias, por no haber tenido dirigentes que a tiempo hu-
que se alimenta con millones de libros que le llegan de bieran modificado las estructuras de su producción agrí-
Rusia y Suecia impresos en español, mientras que aquí cola, y sobre todo cuando constato la situación espiritual
estamos los españoles pagando el libro religioso a precios de no pocos emigrantes españoles, obreros e intelectuales,
normalmente dobles que cualquier otro género de libros. dispersos por las grandes ciudades de Europa, me asusta el
sospechar que quizá esté teniendo lugar igual emigración
III
de los campos de la fe a otros terrenos del espíritu en des-
bandada escéptica o en búsqueda sincera de esa mies del
ANTE LA EMIGRACIÓN ESPIRITUAL sentido, de la comprehensión y de la esperanza, sin la cual
el hombre no puede vivir.
Sólo he querido llamar la atención sobre la urgencia A tiempo quiero levantar mi voz y sumar mi palabra
de promover teológicamente a nuestro pueblo para que para esclarecer la fe de mis hermanos haciéndola capaz de
tenga luz e ideas suficientes en un momento en que su fe seguir siendo lámpara de iluminación y fuerza de vida en
va a entrar en crisis, es decir, en período de prueba, de este difícil momento de nuestra historia cristiana. Estamos
acrisolamiento y de tentación. El amor al prójimo en este ante una nueva evangelización de España: la promoción
instante se llama ante todo obligación de ofrecerle orien-
teológica que ha de acompañar a la revolución cultural ya
tación a su nivel y según sus necesidades.
urgente.
Ésa es nuestra tarea inminente: reasumir nuestra fe
dentro de la iglesia. Y esto significa dejar el ideal del car-
bonero, pues el mismo carbonero hoy, antes de creer lo que
la santa madre iglesia cree y sus doctores enseñan, pre-
gunta qué cree aquélla y qué enseñan éstos, porque dentro
de ella y con la ayuda de ellos es él quien ama, espera y
cree en Dios que se nos ha revelado en Cristo para nues-
tra salvación.
Reasumir la identidad del cristiano y reasumir la iden-
tidad del español he ahí una dura tarea: apropiar la reli-
gión no intentando definirla como el entresijo espiritual sin
el cual no podría existir el alma española; hacerla fecunda
para el resurgir de España sin afirmar que es la condición
indispensable de nuestra unidad hispánica; afrontar en
fidelidad absoluta todos los imperativos del evangelio sin
negar la dignidad humana, los derechos cívicos, y la amis-
tad a quienes no reciten nuestro credo católico, convenci-
dos sinceramente de que la convivencia española tiene
bases suficientes para subsistir y fortalecerse sin necesidad
de apelar a un fundamento religioso para mantenerla.
Cuando día a día, sangrando el alma, contemplo esta
2
LOS SEGLARES Y LA
TEOLOGÍA
LAS RELIGIOSAS Y LA
TEOLOGÍA

E L planteamiento de las facultades de teología no puede


hacerse directa ni exclusivamente desde la perspec-
tiva de la preparación de quienes se encaminan al minis-
terio sacerdotal. La tarea que ellas están llamadas a cum-
plir en la iglesia es mucho más amplia, y por tanto a la
hora de pensarlas hay que tener ante los ojos otros aspec-
tos de la realidad de la vida de la iglesia, además de la
formación sacerdotal.
Si quisiéramos definir brevemente su tarea, diríamos
que han de mantener viva y perenne la comprehensión del
misterio de Dios en Cristo como mensaje de vida para unos
hombres que viven en un determinado tiempo histórico,
y que han de encarnar las exigencias éticas de ese mensaje
dentro de los contextos espirituales, socioculturales y polí-
ticos de un lugar concreto. Esto sólo es posible si recogen
ese evangelio de Cristo como palabra de Dios en el tiempo
comunicada a través de la palabra de los apóstoles y de los
evangelistas, vivida en la iglesia durante las generaciones
anteriores: palabra que habrá que estudiar y analizar con
los métodos y técnicas de la filología, de la historia, y a la
vez acercarse a ella con un alma religiosa, para acogerla
como interpelación de Dios.
Son por tanto instituciones de la iglesia que cumplen
una misión para toda la iglesia: el lugar donde se actúa de
472 TAREAS Y PERSPECTIVAS LOS SEGLARES Y LA TEOLOGÍA 473
forma explícita y se conjuga con todos los instrumentos hu- mente inaccesibles para quienes no pertenecían al mundo
manos necesarios el carisma de la inteligencia de lo cristia- clerical.
no. Ese carisma no está necesariamente conexo con ningún ¿Quiénes de entre los seglares visitarían las facultades
otro, al menos en teoría, aun cuando en la realidad histórica de teología? Sencillamente aquellos que sintieran una voca-
puede estarlo. Por ejemplo, el ministerio sacerdotal y el mi- ción a su estudio bien por interés religioso de profundi-
nisterio teológico no tienen por principio ninguna conexión zación espiritual en su fe, o bien por el interés científico de
esencial, lo cual significa que Dios puede conceder a un fiel conocer el contenido de una forma religiosa que ha deter-
cualquiera el don de una penetración intelectual elevada en minado la historia de occidente y sigue siendo determinan-
los contenidos de la revelación sin que ello signifique una te del comportamiento de millones de hombres, a la vez
vocación directa al ministerio sacerdotal. que exige o reclama ser la respuesta última a los problemas
fundamentales de la existencia humana; por interés cientí-
fico en cuanto que los destinatarios de otras ramas del saber
I son hombres religiosos y entonces aquellos que cultivan
esas ramas necesitan conocer de antemano qué ideas, qué
En realidad nunca ha sido un problema teórico en la imperativos éticos o qué presupuestos psicológicos arras-
iglesia el que los seglares pudieran «oír» teología y «hacer» tran sus futuros pacientes, subditos, clientes o alumnos
teología a través de la docencia y de la investigación. Nos como legado de esa herencia religiosa o de una fe perso-
vamos a preguntar, por tanto, no ya por la posibilidad teó- nal. En este sentido una teología científicamente estudiada
rica, sino más bien por la posibilidad histórica del acceso de puede ofrecer un inmenso interés para quienes estudian
los seglares a la teología. En este sentido la iglesia jerárqui- por ejemplo medicina, psicología, historia, derecho. Y en
ca está ante tres imperativos urgentes, si quiere asociar este sentido es pensable que de estar enclavada la facultad
plenamente al seglar a la tarea teológica: a) crear institucio- dentro de la única universidad fueran visitadas sus clases
nes; b) crear estructuras de ejercicio teológico; c) tomar o incluso siguieran sus cursos regularmente alumnos de
definitivamente en serio, es decir, «creer» en el seglar para estas especialidades, en la misma medida que no pocos
encomendarle tareas en que la iglesia esté comprometida. estudiantes hacen un doble estudio cuando las materias
a) Para que los seglares puedan de verdad estudiar tienen una conexión real o pueden ser fecundos esos cono-
teología ha de tener la iglesia instituciones teológicas de cimientos para su futuro ejercicio: como de hecho ocurre
nivel universitario realmente accesibles. Esto significa que con derecho y económicas, filosofía y derecho, económicas
han de estar enclavadas en el contexto espiritual e incluso y exactas, medicina y filosofía.
estructural de las demás facultades universitarias. Una dis-
tancia material simplemente haría de ellas un lugar menos Habría también quien estudiase teología por un inte-
apropiado para que las visitaran hombres que de hecho tie- rés apostólico, es decir, en orden a tener un conocimiento
nen que estar inmersos en la vida. Lugares e instituciones amplio de los contenidos cristianos y poder ejercer un
cuyo acceso resulte normal, y que no estén rodeados de una testimonio y una presencia cristiana más eficaces a través
alambrada de convenciones, de presupuestos, de vocabula- de su profesión o de la acción apostólica que asumiera
rio, de espíritu, que hagan de ellas un ghetto aun cuando dentro de la comunidad creyente. El apóstol, hoy día, no
estén materialmente presentes en medio de las demás facul- es simplemente el que proclama que «Cristo es Señor»
tades. Es evidente que, hasta ahora, por ejemplo, los semi- sino quien es capaz de mostrar cómo puede ser Señor y
narios o incluso las facultades de teología eran psicológica- qué significa su señorío para unos hombres determinados,
474 TAREAS Y PERSPECTIVAS LOS SEGLARES Y LA TEOLOGÍA 475

para una sociedad determinada y en los diversos niveles e impuesto al ser enseñado por quienes, como curas, no
de la vida: ético, cultural, político. pueden por menos. A la vez esa enseñanza dada por segla-
En último lugar habría quien quisiera estudiar teolo- res acentuaría dimensiones y exigencias de lo cristiano,
gía para hacer de su enseñanza la profesión de su vida, en que con facilidad escapan al sacerdote, aunque en teoría
la misma medida que otros hacen del estudio y enseñan- las afirme igualmente. La prevalencia de un cristianismo
za de la literatura, o de la historia, o de las matemáticas, de tipo monástico y la clericalización excesiva de la vida
o de las lenguas, la profesión de sus vidas. Probable- eclesial lograrían una posible corrección desde esta pers-
mente estos últimos fueran el grupo más numeroso, y la pectiva.
iglesia ha de pensar que sería un enriquecimiento para c) Pero el problema fundamental no es sólo el darles
su vida interna y para la difusión del evangelio el asociar acceso a la enseñanza o encomendarles cargos de investi-
hombres y mujeres seglares al estudio de la teología. Pero gación y de docencia universitaria, sino el darles una con-
esto nos plantea problemas de orden bien práctico. Como fianza real en la vida total de la iglesia, y esto no como
toda profesión, ésta debe llevar consigo el que aquel que quien obsequia con algo inmerecido o como quien regala
la ejerce pueda vivir plena y exclusivamente de ella. Con conmiseración u ofrece una limosna, sino acogiendo a her-
esto pasamos al segundo aspecto del problema. manos en igualdad de vocación cristiana, aunque en diver-
b) Crear estructuras de ejercicio teológico. Quere- sidad de función, reconociendo su misión como una mi-
mos decir con ello que la integración de los seglares al sión constitutiva y absolutamente necesaria, y coordenán-
estudio de la teología y a la investigación teológica no será dola con el resto de funciones eclesiales.
real y verdadera mientras no existan puestos de trabajo La educación cristiana ha de hacer surgir en el cre-
para ellos. Todo lo que se diga sin haber afrontado este yente la convicción de que él lleva, presencíaliza y actúa
problema carece de un elemental realismo. Por ello la pre- a la iglesia, de que él juega el destino de la iglesia. El se-
gunta concreta a la jerarquía es si está dispuesta a «colo- glar en el fondo no se acaba de creer que él re-presenta, es
car» a los seglares o a abrirles la puerta para que puedan decir, presencíaliza al evangelio en la comunidad a que
asumir con igualdad de derechos y responsabilidades las pertenece. En el fondo piensa que quien de verdad es la
clases de religión que hasta ahora están reservadas a los iglesia, da testimonio, compromete o defiende a la iglesia
sacerdotes, y esto en todas sus formas posibles: desde es el sacerdote. Por eso él puede tolerarse determinadas
los cursos primeros de bachillerato, pasando por las clases cosas o no necesita arriesgar otras. A su vez esta convic-
de la universidad, hasta las cátedras de teología en las pro- ción existe por otro lado en la jerarquía, que no parece
pias facultades teológicas. Las condiciones que se les de- acabar de confiar la responsabilización eclesial al seglar;
bería poner a ellos son las mismas que ahora se debe teme no sólo el que no pueda poner todo su tiempo a dis-
poner a los sacerdotes: capacitación técnica y responsabi- posición sino que no ponga toda su persona; no le parece
lidad moral en la línea de las exigencias internas de la que pueda ofrecer seguridad total y última.
materia. Cualquier otra imposición sería arbitraria. Si Por eso también en nuestro problema la pregunta ra-
la iglesia se negara a esta posibilidad se estaría restañando dical es si la jerarquía está dispuesta a creer en los segla-
una de las fuentes de su diversidad y de su fecundidad res, a poner en sus manos el evangelio para que lo trans-
apostólica. En cambio, si accediese a ello, daría a la ense- mitan a través de la enseñanza; si se va a instaurar una
ñanza de la religión un carácter en muchos casos nuevo, pedagogía de la fe, que haga posible el surgimiento de
ya que explicada por seglares, serios y responsables, apa- tales seglares que puedan ser creídos, porque se saben
recería más objetiva y gratuita y no como algo arbitrario responsables en ultimidad y dispuestos en ultimidad a res-
476 TAREAS Y PERSPECTIVAS LOS SEGLARES Y LA TEOLOGÍA 477

ponsabilizarse del evangelio solidarizándose con sus exi- ido expresándose ante el mundo, testimoniando así la pre-
gencias. Las posibles defecciones morales merecen el mis- sencia de Cristo, viviente entre los hombres.
mo juicio si se trata de un sacerdote que si se trata de un Nos preguntamos ahora si no es llegado el momento
seglar, exigiéndose una nueva educación de los creyentes de repensar la preparación teológica que hoy han de reci-
para que no liguen indisolublemente el valor objetivo de bir para que su existencia cristiana pueda realizarse en el
los contenidos cristianos con la ejemplaridad ética de quien doble nivel en que viven: como forma cristiana de existir
se los transmite, es decir, recordando que en la fe se da y como forma eclesial de testimoniar. Hacemos esta dis-
una adhesión y entrega directa a Dios, aun cuando la tinción pensando en la doble estructura en que se hallan
interpelación haya venido a través del anuncio de la igle- encuadradas todas las mujeres cristianas que se han entre-
sia y de sus servidores. gado totalmente al servicio del reino de Dios en la tierra:
Éstos son algunos de los problemas que habría que religiosas de clausura y religiosas de no clausura. Elegi-
repensar previamente al hablar de los seglares y la teolo- mos esta determinación negativa para así englobar todas
gía. Las tres tareas aludidas hay que ir afrontándolas a las variadísimas formas existentes (congregaciones, socie-
un tiempo: ante todo comenzando a hacer presente la teo- dades, institutos...), aunque prescindimos de momento
logía en el mundo del pensamiento, en el contexto de las de los llamados institutos seculares.
facultades universitarias, y cuando digo contexto entiendo Según los datos de la Guía de la iglesia. Madrid 1963,
no sólo el lugar material sino sobre todo el ámbito espi- existen en España l :
ritual, los problemas, las preocupaciones, la responsabili-
dad, el método. Luego abriendo cauces de ejercicio profe- Religiosas profesas Novicias
sional para que el estudio de la teología no sea un bello Clausura . . . 19.554 Clausura . . . . 833
sueño para la mayoría o una posibilidad reservada exclusi- No clausura . . 65.957 No clausura . . . 7.458
vamente a quienes no necesitan ganar el pan con el sudor
de su frente, y tales personas para la iglesia ya no existen. TOTAL: 93.802
Finalmente una conversión eclesiológica, que nos permita
tomar al seglar absolutamente en serio dentro de la comu- Para que su existencia contemplativa tenga un conte-
nidad y a él sentirse absolutamente solidario y responsa- nido auténticamente cristiano y no sea una simple forma
ble del evangelio ante los hombres. de existencia religiosa; para que su acción no sea simple-
mente una acción benéfica, sino un testimonio del evan-
gelio, es decir, para que sean signos vivos del Cristo vi-
viente, esas 94.000 mujeres necesitan una alimentación
II teológica bastante superior a la que hasta ahora vienen
recibiendo. Alimentación teológica que han de darse ellas
Las religiosas ocupan un lugar central en la vida de la mismas, puesto que el personal sacerdotal que hasta ahora
iglesia católica, en cuanto expresión viviente de una de las les viene atendiendo de forma permanente no suele estar
posibilidades de existencia cristiana y no menos en cuanto en condiciones de hacerlo, aunque de forma esporádica
órganos de acción eclesial: presencia del evangelio en el otras personas lo hagan.
mundo y actualización de sus exigencias ante los hombres
individuales y ante las estructuras sociales. Ha sido pre- 1
cisamente por medio de muchas religiosas como, a lo lar- Quien quiera datos estadísticos más detallados, vea CONFER, Guía de
las comunidades religiosas en España 2: Comunidades femeninas. Madrid
go de los siglos, la dimensión carismática de la iglesia ha 1963, especialmente 447-643.
478 TAREAS Y PERSPECTIVAS LOS SEGLARES Y LA TEOLOGÍA 479

Ésta es nuestra convicción: que las religiosas, en un la devoción mariana y, sin embargo, no haya percibido
gran porcentaje, han de hacer los estudios teológicos su- cómo a través de este culto a una mujer concreta, en defi-
periores que cursan normalmente quienes se preparan para nitiva estaba afirmando la glorificación que Dios se había
el sacerdocio. dignado hacer de la mujer en cuanto tal, pues aunque es
1. Por una razón general de promoción humana. Es verdad que aquélla fue una privilegiada, sin embargo, no
necesario que la iglesia dé un testimonio convincente ante dejaba de ser una mujer más de la comunidad humana
el mundo de que acepta en totalidad la promoción de la femenina.
mujer, y de que la revelación no sólo no la excluye de una En este campo, la jerarquía ha sucumbido no raras
participación en las tareas del reino de Dios, idéntica a la veces a la,tentación de considerar a las religiosas como
del hombre, sino que incluso la llama positivamente a «instrumentos apostólicos, generosos y fácilmente utiliza-
ella. La iglesia católica está a punto de convertirse en un bles» en la tarea de la evangelización, evitando de ante-
«contrasigno» para muchas gentes de buena voluntad, mano el peligro que puedan crear personas de iniciativa,
precisamente por quedarse en pura «iglesia de los signos» creatividad y arriesgo. Hoy tal postura es no sólo ilegí-
y no tener el valor de convertirse en «iglesia de las rea- tima, sino impracticable, pues la autoridad ha dejado de
lidades». En el problema que tratamos urge una acción considerarse a sí misma como dominio, y la acción de los
eficaz. Mientras que la mujer ha hecho acto de presencia cristianos, también la de las religiosas, ha de ser pensada
en todas las aulas de todas las universidades2, únicamente como algo más que una mera ejecución de órdenes 3 .
le está vedado el acceso a las aulas de teología. Ya sé que 2. Por razón de las necesidades y responsabilidades
teóricamente no; sin embargo, prácticamente sí, puesto inherentes a la misma vida religiosa. Determinados cargos
que no existen luego cauces reales oficialmente previstos tienen en ella más trascendencia eclesial que los de mu-
y queridos, a través de los cuales pueda ella ejercer su chos obispos: ciertas órdenes son tan numerosas y tal la
formación teológica, haciéndola eficaz para la iglesia y gravedad de tareas que llevan entre manos, que exigen de
el mundo. las respectivas superioras una gran capacidad de visión,
Es más: no deja de ser un síntoma extraño el que se de discernimiento, de arriesgo. El ejercicio de la autoridad
hayan creados institutos de teología especiales para reli- en algunos de sus cargos (superioras, visitadoras, maestras
giosas. ¿Por qué esa segregación? ¿Es que la teología que de novicias...) exige ineludiblemente un saber teológico,
ellas aprenden es una teología devaluada?, ¿o que no nece- amplio en contenidos materiales y profundo en asimila-
sitan o no son capaces de asimilar la teología que se da a ción personal. Hoy ya no basta ni es legítimo un saber
los clérigos en las aulas? Es curioso el que haya sido la exhaustivo de las reglas del fundador o de las propias
iglesia católica la que con mayor intensidad ha cultivado constituciones, puesto que hemos redescubierto que la
norma última, siempre exigente y siempre normante, es
2
Para que el lector se haga una idea de la promoción universitaria de el evangelio, al que hay que acomodar constantemente las
la mujer española, ofrecemos las cifras de las mujeres que concluyeron
estudios en el curso 1962-63: ciencias biológicas, 8; físicas, 22; geológicas, 8;
matemáticas, 17; quimicas, 121; económicas, 18; políticas, 4; derecho, 98; 3
farmacia, 186; filología clásica, 16; filología románica, 102; filología mo- «Hasta el momento, la iglesia no ha reconocido sinceramente la
derna, 59; filología semítica, 5; filosofía, 19; historia, 198; historia de Amé- promoción de la mujer en la cultura, pues en el único campo en el que la pro-
rica, 25; pedagogía, 121; medicina, 107; veterinaria, 2. Total: 1.136, frente moción dependía enteramente de ella, el de las religiosas, esta promoción no
a 3.687 varones en el mismo curso. Cf. C. DÍAZ DE LA GUARDIA Y TROYANO, se ha realizado. Los seglares concluyen que si la promoción de todas las mu-
Números en la enseñanza universitaria: Revista de educación 179 (1966) jeres hubiera dependido de la iglesia, todavía no existiría dicha promoción.
110-119, especialmente 115. Ese mismo curso, en un total de 68.476 matrícu- Sin embargo, varias experiencias me hacen pensar que las religiosas capaces
las, había 17.078 mujeres, junto a 51.398 varones. ídem., m . Es interesante de altos estudios son más numerosas que los sacerdotes». VARIOS, Las religio-
constatar que las primeras mujeres españolas que han hecho grados en sas y la teología: Cristología y pastoral en América Latina. Barcelona 1966,,
teología los hayan obtenido en universidades extranjeras. 219.
480 TAREAS Y PERSPECTIVAS LOS SEGLARES Y LA TEOLOGÍA 481

propias instituciones para que sean «evangélicas», y que ducción más trasparente del rostro de la iglesia ante los
el espíritu propio de la orden ha de ser siempre referido hombres. De su preparación teológica y de su vitalidad
al único espíritu normativo para la iglesia, que es el Espí- espiritual dependerá el que ésta aparezca ante los hombres
ritu Santo. Todo esto sólo es posible mediante el estudio como una pura institución humana o más bien como el
de la teología. No ignoramos que muchas de ellas poseen sacramento universal de salvación, prolongación visible y
un instinto carismático y unas dotes pedagógicas extraor- cercana a cada uno de ellos de toda la gracia de Dios que
dinarias, pero uno y otras no harían sino ganar, unidos o se hizo carne y tiempo en Cristo, y que a través de los
iluminados por un estudio serio y maduro de la revela- órganos o actuaciones de sí misma que ñamamos sacramen-
ción en sus fuentes, su transmisión, sus realizaciones his- tos, nos llega a nosotros. Sólo necesitamos aludir a las insti-
tóricas, sus posibilidades y tareas actuales, es decir, me- tuciones de caridad y la enseñanza que están en sus manos.
diante el estudio sistemático de la ciencia teológica. Aquí debemos precisar que aquellas que enseñan religión
Y esto lo afirmaríamos con la misma explicitud tratán- deben tener estudios teológicos superiores, lo mismo que
dose de órdenes contemplativas. Una alimentación teoló- para las demás asignaturas el estado exige estar en pose-
gica así pensada es necesaria para que la contemplación sión de un título universitario. No sé por qué la enseñanza
sea auténticamente cristiana, para que tenga un alimento de la religión va a exigir menor cantidad de saberes mate-
siempre renovado, para que no sea una simple forma de riales y de preparación pedagógica que pueda exigir la
vegetación religiosa. Nadie diga que de esta forma des- enseñanza de la historia o de las lenguas clásicas.
naturalizaríamos la dimensión puramente religiosa de la Pero no necesitamos referirnos exclusivamente a sus
vida contemplativa y que pretendemos hacer del cristia- instituciones o actividades docentes. Pensamos sobre todo
nismo una gnosis. Sabemos bien que el cristianismo se en su actividad directamente pastoral. En algunos conti-
define como la locura del amor total de Dios a los hom- nentes, son ellas las que llevan la mayor parte de la evan-
bres, manifestado en la locura de la muerte de Cristo, gelización: anuncio de la palabra, animación de movimien-
expresión suprema, tangible y visible de ese amor por los tos apostólicos, organizaciones parroquiales. En algunos
hombres traducido en comunión de destino hasta el final. casos la responsabilidad es total y llega incluso hasta la
Pero son locuras que se aceptan en fe, se asimilan en fe administración de los sacramentos. Ahí está, como ejemplo
y se traducen en obras de vida informadas por la fe. vivo, América Latina.
Sin embargo, tal aceptación, asimilación y traducción sólo Esta necesaria promoción teológica de la religiosa exi-
serán posibles mediante una meditativa, cognoscente y girá un reajuste de posturas, entre otros, en el sacerdote,
amorosa inmersión en su contenido, que exige una actua- y una nueva apreciación valorativa de carismas y autori-
ción de nuestras potencias cognoscitivas. Es decir, una dad. La de éste ya no se podrá apoyar siempre sobre un
gnosis. Hacer del cristianismo pura gnosis sería degra- saber mayor. Su actitud interior tendrá que modelarse en
darlo al nivel del helenismo. Pero hacer de él una simple forma diferente: audiencia, diálogo, colaboración, anima-
fe sería ignorar que su ley fundamental es la de la encar- ción, ayuda recíproca, aunque, evidentemente, haya de-
nación: llegar al hombre insertándose en todo su ser, asu- cisiones finales que, suponiendo todo esto, tengan que ir
miéndolo todo para redimirlo todo, también su inteli- más allá y deban exigir validez y legitimación, indepen-
gencia. dientemente de todos los saberes y diálogos, que nece-
3. Por razón de las actividades pastorales que ejer- sariamente los deben haber precedido. También aquí el
cen. A través de sus innumerables obras de acción cris- futuro sacerdotal se encontrará con situaciones menos fá-
tiana, de ayuda material y espiritual, ellas operan la tra- ciles, pero el hecho de que una solución nueva cree nue-
482 TAREAS Y PERSPECTIVAS

vos problemas, no quiere decir que sea necesariamente


falsa.
El acceso de las religiosas a las facultades de teología
es un imperativo urgente de su promoción humana, para
que no sean un contrasigno del evangelio ante el mundo
y dificulten el problema vocacional en el futuro: impera-
tivo de su existencia cristiana, para que pueda ser vivida
3
a nivel histórico y en autenticidad evangélica; y, finalmen-
te, es un imperativo de potenciamiento en orden a una
SOBRE LOS MOVIMIENTOS
mayor rentabilidad apostólica, puesto que gran parte de APOSTÓLICOS Y SU
la acción pastoral de la iglesia está hoy en sus manos y
cada día lo estará más. SIGNIFICADO TEOLÓGICO
4. El problema de la crisis de vocaciones tiene aquí
una de sus causas más graves: muchas jóvenes que esta-
rían dispuestas a entregarse plenamente al servicio del
evangelio, no pueden comprender cómo eso signifique una
depreciación de determinados valores o una ignorancia
E NTENDEMOS por movimientos apostólicos aquellos gru-
pos, organizaciones o instituciones existentes dentro
de la iglesia y reconocidas oficialmente por la jerarquía,
que se proponen y comprometen a afrontar las tareas que
de otros. La pobreza, la humildad, el amor, el servicio y
la virginidad han de nacer no de una pobreza o debili- la iglesia en cuanto comunidad ha de afrontar en el mun-
dad real sino que han de ser el reflejo de un alma cons- do para ser y permanecer un signo vivo del Cristo vi-
ciente, clarificada, limpia y generosa. Sólo así pueden ser viente, es decir, un testimonio del amor de Dios a los
un testimonio. Las órdenes religiosas tienen que mostrar hombres y de los hombres entre sí.
con hechos que no se nutren de personas pobres o intelec- No me voy a referir directamente a los movimientos
tualmente menos dotadas, aprovechándose de su pobreza que entran bajo la designación general de Acción católica,
o ignorancia, sino de mujeres libres en el amor, servicia- a los que quisiéramos tributar un elogio cordial, por su
les en clara conciencia, abnegadas en lucidez de segui- fiel, arriesgada y constante presencia en los campos donde
miento a Cristo. Y todo esto exige un cultivo, formación era exigido un testimonio, hasta los días de su eliminación
y permanente abertura teológicas. Cuando éstas se den, mu- que aunque no teórica está siendo real y constituyéndose
chas vocaciones encontrarán camino llano para decir sí a en una de las causas más graves del profundo malestar de
Cristo, o al menos no podrán confundir el escándalo sal- la iglesia española. Pienso sobre todo en aquellas otras
vador de su cruz con estos otros escándalos menores que organizaciones bastante diversas entre sí como pueden ser:
no son salvadores y de los que somos nosotros responsa- los movimientos de ejercicios espirituales, los movimien-
bles y culpables. tos sacerdotales, los institutos seculares, los cursillos de
cristiandad, organizaciones o asociaciones como el «Opus
Dei», ejercitaciones para un mundo mejor, cursos de re-
novación de vida, movimientos matrimoniales, etc.
484 TAREAS Y PERSPECTIVAS
LOS MOVIMIENTOS APOSTÓLICOS 485
No sé si los métodos utilizados para este fin fueron
I siempre humanamente honestos y cristianamente legíti-
ANÁLISIS DE SU PASADO INMEDIATO mos. Hay unos ritmos de maduración y de acercamiento
a Dios que son sagrados. La marcha de la libertad puede
El balance de la vida espiritual que a través de tantas ser facilitada, mas nunca forzada. Hay cosas sobre las que
acciones eclesiales estos movimientos han suscitado, es nunca se puede saltar, y que nunca pueden ser ignoradas
en conjunto muy positivo; ellos han alimentado la llama en el acercamiento a Dios y en el anuncio de la fe, por-
de una vida cristiana sincera, entregada y voluntariosa. que una vez descubiertas en su falsedad se constituyen
Sin embargo las estructuras mentales de las que algunos luego en un escándalo. Hay sobre todo una libertad per-
de ellos han nacido y los criterios operantes en ellos son sonal que es sagrada y que, respetada siempre por Dios,
teológicamente bastante problemáticos, y en sus conse- los hombres muchas veces violamos.
cuencias no pocas veces absolutamente inaceptables. Las Uno se pregunta cuál habrá sido la estructuración o
crisis por las que, a partir sobre todo del concilio, están dinámica interna de algunos de estos movimientos para
entrando, es reveladora de una ambigüedad interna, y les que haya provocado tal número de fanáticos: fanáticos
está forzando a un sincero examen de conciencia y a una entre los que viven dentro, que reducen todo lo cristiano
conversión intelectual. En orden a que en el futuro ellos a sus fórmulas y métodos sin capacidad de mirada o com-
se renueven a la altura del tiempo y prolonguen purificada prensión para lo que pueda haber más allá de sus empali-
la acción e influencia que hasta ahora ejercieron, vamos a zadas; y fanáticos entre los que desertan de ellos. La fe
sugerir algunas pistas para la reflexión sobre su pasado y y las formas eclesiales de vivirla están llamadas a suscitar
sobre todo para su futuro. seguidores de Cristo, pero nunca fanáticos, pues éstos
sustituyen la inteligencia por el sentimiento, el amor por
a) Primero diríamos que todos estos movimientos se la violencia, la libertad por la fuerza, y quien se entrega a
han situado casi siempre en una línea de conversión Cristo lo hace con su cabeza, su corazón y su generosidad.
moral; intentaban transformar al individuo en el nú- La aceptación inicial y la fidelidad permanente a Cristo
cleo último de su persona en orden a que, enfrentán- son fruto de una libertad iluminada por la gracia, de un
dose con Cristo, acogiera su interpelación con un sí fiel, amor encendido en la generosidad libre y mantenido por
que le arrastrara a un seguimiento y a una imitación. el Espíritu que impulsa sin violencia y mueve desde nues-
Muchísimas veces han provocado en los individuos una tros senos interiores no desde nuestra superficie externa.
conversión real, con repercusiones prácticas de enorme Para el historiador del sentimiento religioso y de la
trascendencia, pero hubiera sido necesario que la hubie- espiritualidad cristiana constituye un problema de máximo
ra acompañado o seguido una conversión intelectual, es interés preguntarse por qué algunos de estos movimientos
decir, un giro en la base misma del alma que al instaurar de tanta generosidad moral provocaron sin embargo tan
criterios nuevos para comprender la realidad e ideas nue- poco pensamiento y por qué las mejores cabezas deserta-
vas para expresar la existencia humana, tuvieran carácter ron de ellos. Algunos de los hombres que los guiaron nos
duradero y fueran capaces de generar un nuevo modo de dan muchas veces la impresión de ser tecnócratas en el or-
pensar y hacer. Con una buena voluntad sin límites, pero den espiritual, pero carentes de intuiciones creadoras, de
a veces poco esclarecida, se focalizaba todo en orden a perspicacia y originalidad. A la vez hay otra pregunta funda-
desembocar en una necesaria conversión sellada con una mental: ¿por qué tuvieron tal eficacia moral en unos órde-
confesión general. nes: por ejemplo, en el nivel ascético individual (pobreza,
486 TAREAS Y PERSPECTIVAS LOS MOVIMIENTOS APOSTÓLICOS 487

castidad...) y en cambio en el comunitario social (justicia, terior, para el que alma y cuerpo, espiritualidad y sensibi-
promoción humana, aceleración de nuevas formas de pro- lidad, espíritu y sexo, son realidades antagónicas.
greso, superación de diferencias sociales...) apenas dejaron c) De estas dos posturas o talantes fundamentales ha
sentir sus efectos? ¿Cuál tendría que ser hoy la clarifica- nacido una tercera, que les está poniendo hoy ante la nece-
ción teológica que reorientara toda esa generosidad acumu- sidad de revisarse a fondo. Ordenados originariamente a
lada, hecha posible con fundamentación teológicamente la conversión moral, sin demasiada iluminación y oferta
falsa no pocas veces? de criterios intelectuales para motivar en cristiano la
b) Sobre un segundo aspecto quisiéramos hablar: es- acción; acentuando sobre todo los aspectos individuales
tos movimientos, por carencia de iluminación teológica, no de la vida cristiana, estos movimientos se distanciaron de
superaron un dualismo de santificación individual y de la acción, renunciando implícitamente a una eficacia pú-
afrontamiento público de las exigencias cristianas. Existió blica y a la asumpción de tareas externas, con repercusio-
una disociación entre el ser en privado ante Dios y el nes sociales o políticas. Enfrentados con movimientos de
hacer en público ante los hombres, entre el valor para otro signo humanístico o social, se les acusó de evasión
responder a lo que parecía Dios exigir en el santuario de de la realidad, de falta de riesgo para denunciar las situa-
la intimidad y el valor necesario para urgir en la vida ciones que en una ética cristiana serían insostenibles.
posturas y respuestas nacidas también del evangelio. Esto Como reacción ha tenido lugar un salto a las posturas
hizo surgir unas formas de comportamiento cristiano mar- opuestas, acentuando sobre todo la responsabilidad de una
cado por las prácticas explícitamente religiosas con es- acción social o política de los militantes en sus profesio-
fuerzos personales y aportaciones concretas, incluso del nes respectivas; salto que les ha distanciado o incluso
orden económico, bien exigentes, mientras que al tiempo puesto fuera de la iglesia, cuando han constatado que den-
el quehacer profesional se plegaba a las normas de la tro de ella esto no era posible, acusándola de un abstencio-
convención, sin ser reasumido en una perspectiva cristia- nismo ilegítimo, de una colaboración con estructuras in-
na. La santidad se le veía nacer de unos haceres explícita- justas de producción o de formación de masas.
mente religiosos y no como el esplendor espontáneo de
la obra humana bien hecha, en fidelidad a las leyes inter- d) Sintetizo ahora las sugerencias anteriores suma-
nas del objeto, en fidelidad a los hombres a quienes se das con otras nuevas para ofrecer un panorama de las crí-
destinaba y en medio de los que se hacía. ticas que se han hecho a los movimientos de que venimos
hablando.
Esto ha significado o bien que se dejaba el mundo de En estos movimientos los cristianos han de aceptar en
la vida pública fuera de las relaciones del hombre con toda verdad la realidad real e histórica del mundo, como
Dios, instaurando una escisión entre existencia cristiana profesionales de una tarea a la vez que como creyentes en
y existencia secular, o bien que se quería crear un mundo ejercicio. Su santificación se realiza allí, mas no simple-
cristiano paralelo, superpuesto, en oposición o sumisión al mente estando, sino intentando penetrar, clarificar y orde-
mundo de los hombres y de la sociedad civil. Dualismo nar ese mundo desde una perspectiva de exigencias cristia-
que en uno y otro caso está siendo de graves repercusio- nas, tal como al ritmo del tiempo las va exponiendo el
nes para la conciencia cristiana hoy día, pues ello le lleva pensamiento teológico de la iglesia contemporánea. En este
a sentirse extraño entre los hombres, alienado a las tareas sentido algunos grupos viven todavía una teología del si-
que de verdad son fecundas, porque sospecha que detrás glo xix, queriendo hacer surgir, al lado del mundo real, un
de estos dualismos de acción exterior hay un dualismo in- mundo cristiano con otras leyes y otras estructuras.
488 TAREAS Y PERSPECTIVAS LOS MOVIMIENTOS APOSTÓLICOS 489

El Vaticano II nos orienta a pensar nuestro testimonio le terminará sintiendo como «impuesto», para despojarse
en el único mundo que existe, no exilándonos a otro arti- luego de él por aparecer «contrapuesto» al natural.
ficialmente construido por nosotros; a estar ahí fielmente Esta carencia de penetración intelectiva proporcionada
alumbrando, fermentando, acrecentando. Y si siguen sien- al nivel personal y al nivel histórico de las situaciones es
do necesarias algunas de las llamadas «instituciones cris- enormemente peligrosa, porque pone en el grave peligro
tianas» sólo será para encarnar y visibilizar en especial de sustituir la luz por la decisión seca, es decir, el amor por
ejemplaridad cómo lo cristiano no distancia sino acerca, el fanatismo. Una iglesia (o cualquier comunidad dentro
no se afirma provocando sino sirviendo a los demás, no de ella) sin teología (que no la cree o acepte de los demás)
excluye sino auna, no enajena frente al mundo o al hom- es una congregación de ingenuos o de fanáticos; lo mismo
bre, sino aproxima y cordializa, sabedores como son los que a su vez una teología sin iglesia no pasa de ser ciencia-
creyentes de cómo la encarnación de Cristo fue la supera- ficción o a lo sumo colección de estadísticas histórico-lite-
ción del distanciamiento entre el mundo y Dios, la cordia- rarias.
lización que el Padre hizo con los hermanos dispersos, reu- Finalmente en su aparición ante la vida pública todo
niéndolos en el amor del hermano mayor Jesús. movimiento, grupo, obra o institución cristiana ha de mos-
Para mantenerse fieles a estos imperativos de auten- trar con hechos su voluntad de crear libertad para todos y
ticidad, tales movimientos necesitan una permanente ilu- no sólo de defender los propios intereses; jugar no a un
minación teológica y un humilde valor para la autocrítica. liberalismo de fachada sino a una creatividad real, colabo-
Por ello resulta preocupante que al menos los más poten- ración sincera con otros grupos, a una oferta de posibili-
tes de entre ellos no hayan producido en su mismo seno dades para los demás; provocar la creación de minorías
esos órganos de autoiluminación y consecuentemente de dirigentes que no signifiquen una simultánea depreciación
autocrítica que son el pensamiento general y la teología; de la masa dirigida; una fidelidad al propio grupo que no
sobre todo, si habiendo surgido, se les ha erradicado del sea causa de segregación respecto de los demás sino fermen-
movimiento u obra en cuestión. Ello implica una especie to de unidad y fraternización.
de autodivinación ilegítima en la iglesia donde ninguna Cuando un movimiento cristiano aparece ante los de-
ideología, ningún método, ningún libro, ningún camino, más como excluyente, monopolizador, con fines misterio-
pueden sustituir al «único Dios», el único Espíritu, a la sos, con programas incomunicables, testimonia de un cris-
única Palabra inspirada. Todo lo demás es capaz y está tianismo que no es iglesia sino secta, que no es servicio si-
necesitado de permanente revisión porque con los mejores no aprovechamiento, no es anuncio de libertad para todos
deseos los hombres contaminamos de egoísmo individual sino de privilegio para algunos: en ese mismo instante se
y de soberbia comunitaria los programas más bellos. está convirtiendo en un contrasigno del evangelio; en opa-
Preocupante el hecho de que mientras en muchos de cidad que proyecta su sombra sobre Cristo, quien se torna
estos grupos se exige una enorme renuncia ascética y una así no sólo invisible sino indeseable.
capacitación profesional refinada, simultáneamente la pe- Los cristianos no sólo han de dar cauce a la legítima
netración en los contenidos originales del evangelio y en autocrítica que nace desde dentro de sus propios grupos
sus exigencias histórico-sociales siguen siendo elementales, sino que han de estar abiertos a la que venga de fuera, con
con un complejo de prácticas piadosas cualitativamente lucidez y sinceridad; ignorarla o hacerla imposible con la
paupérrimas; recluyéndose psicológicamente en un llama- violencia es un gesto de insensibilidad humana y de dureza
do plano sobrenatural, que en el fondo, interpretándole anticristiana. La iglesia jerárquica, los demás grupos ecle-
mal, se le hace sinónimo de «superpuesto», y a la larga se siales, la sociedad como tal, los no creyentes, pueden ser
490 TAREAS Y PERSPECTIVAS LOS MOVIMIENTOS APOSTÓLICOS 491

en uno u otro nivel jueces de sus acciones, porque éstas se por conseguir la vida eterna la ignorancia o miedo por
legitiman no tanto por la buena voluntad de quienes las afrontar lo temporal. Debe rehacerse una fundamentación
emprenden cuanto por criterios objetivos: fines próximos de los principios e imperativos éticos del cristianismo, re-
y últimos, valor intrínseco, medios utilizados, consecuen- cordando que éste no es ante todo una moral, es decir,
cias y repercusiones sobre el contexto público. En este sen- no es un mero código que regula desde fuera el comporta-
tido será necesario a veces que estos grupos cristianos evi- miento del hombre sino que es toda una existencia nueva
ten acciones que en sí quizá sean indiferentes, pero que de resultante de la respuesta a Dios en Cristo y de nuestra con-
hecho, en un momento dado, son interpretadas por la socie- formación con él. Rehacerse también una idea y sobre todo
dad en general no como un signo de cristianismo sino como trasmitir unas vivencias de iglesia a través de celebracio-
una táctica de propios intereses. nes eucarísticas, audiciones de la palabra y acciones en co-
El cristiano vive bajo el imperativo del «ser» y no del mún, que nos la redescubran no como el albergue de hom-
«parecer», pero sólo cumplirá lo primero si acepta y asume bres que renuncian a su libertad por egoísmo o cobardía o
la crítica que los demás hacen de sus «pareceres» y «apa- abdican de sus responsabilidades intrahistóricas por temor
riencias». Cuando a nivel masivo un determinado grupo o a perder la vida futura, sino más bien como la vanguardia
movimiento, aun supuesta la mejor voluntad, se convierte de Dios y de su amor a los hombres, tomándoles radical-
en un contrasigno del evangelio, ha dejado de cumplir la mente en serio y promoviéndoles no con la violencia sino
misión que le dio nacimiento como grupo eclesial y la jerar- con el amor, que mostró dándonos a su Hijo.
quía tiene entonces la responsabilidad de desautorizarlo en Yo pienso que los movimientos apostólicos de los pró-
cuanto tal grupo cristiano, lo cual no significa que no pueda ximos años han de situar su esfuerzo sobre todo en este
perdurar como grupo, pero ya no apoyándose o exigiendo plano: sus resultados serán menos llamativos en aparien-
ser una expresión cristiana autentificada. cia, pero en realidad más incisivos y duraderos. Luz y
fuerza son igualmente necesarias en el hombre; fortaleci-
miento de la voluntad e iluminación de la inteligencia.
II Este difícil equilibrio entre lo volitivo y lo intelectivo en
PROSPECTIVA DE SU FUTURO PRÓXIMO el hombre, repercute al vivir la vida cristiana, tentada a
ser puro moralismo, convirtiéndose en puras prácticas,
Estamos, por tanto, ante la tarea de una reorientación o en un puro gnosticismo que sitúa la redención y la dig-
en la misma base si queremos que estos movimientos ten- nidad humana en el mero conocimiento al margen del resto
gan pervivencia y eficacia dentro de la iglesia. Para ello de la vida; oscilación permanente entre un pietismo vacío
han de operar el paso de unas posturas moralizadoras y de y un intelectualismo sin calor de vida, entre una pura theo-
unos planteamientos de lo cristiano tendentes a la inmu- logia coráis y una pura theologia mentís.
tación de la voluntad, a otras posturas que sin excluir lo El segundo imperativo de la actualidad consiste en
anterior intenten ante todo una iluminación teológica de ofrecer una espiritualidad cristiana al militante que le
lo que es el cristianismo, mostrando qué ofrece y qué pide haga descubrir la unidad radical de su vida, que abarca y
al hombre, cómo le afecta en su dimensión individual, fa- se realiza a la vez en la abertura a Dios y a las cosas,
miliar y pública; en qué medida es una religión, es decir, en el encuentro con los otros, en la respuesta a las per-
una palabra sobre Dios y a la vez una palabra sobre el sonas y en la acción como determinativa del ser. Existen-
hombre mismo; para que supere todos los dualismos y cia cristiana donde individuo y comunidad son interdepen-
no vea en Dios el rival de sí mismo, ni en el esfuerzo dientes y donde las exigencias para con Dios se desplie-
LOS MOVIMIENTOS APOSTÓLICOS 493
492 TAREAS Y PERSPECTIVAS

Mayor alimentación teológica, superación del dualis-


gan en todos los niveles: desde la intimidad personal y
familiar hasta las acciones públicas de la vida política, mo entre dimensión individual y responsabilidad comuni-
que si tienen sus leyes propias pueden ser iluminadas y taria, superación del dualismo entre ser en cristiano ante
deben ser afrontadas por el cristiano en su carácter de Dios y colaborar con los hombres en la transformación de
cristiano. las estructuras humanas de producción, convivencia y
Finalmente ante el salto al límite que los movimientos progreso: éstos son los tres imperativos que me parecen
apostólicos están haciendo en los últimos años, es decir, han de orientar los nuevos movimientos apostólicos, que
de la reclusión sobre los problemas específicos de la vida no quieran repetir los errores de quienes nos precedieron
religiosa a la intervención en la vida pública mediante en las últimas décadas de la iglesia española, y a los que
acciones concretas, poniendo el acento sobre el testimo- fielmente guardamos aquella veneración que nos obliga a
nio de los cristianos más que sobre el ser cristiano, hay ir más allá de donde ellos fueron.
que admitir que este salto en parte era necesario y exigido
como reacción contra el distanciamiento anterior. Hoy
estamos ante una doble exigencia: el cristiano ha de co-
menzar por tener un saber de sí mismo, y sobre todo de
Cristo desde quien él sabe qué es la vida y qué es la
muerte, quién es él mismo y quiénes son sus hermanos.
Él mira hacia Cristo no como alguien de quien se informa,
en cuanto simple noticia, ni siquiera como alguien en cuya
escuela se forma igual que pudiera uno formarse en la es-
cuela de Sócrates leyendo los libros de Platón, sino un
Alguien a quien se con-forma, es decir, una persona no
del pasado a quien recuerda sino del presente con quien
se encuentra y a quien somete su vida dejándose iluminar,
transformar y conducir por él. En el cristianismo se trata
de algo más que de una ilustración o promoción, lo que
en él está en juego es una existencia religiosa nueva, y de
la que nacen unos nuevos criterios de verdad, unos nuevos
talantes de vida, unos nuevos imperativos de acción, y
que sólo se sustenta y permanece auténtica mediante el
cultivo de relaciones personales con Dios como se dan en
el amor, la fe, la esperanza, la oración, la paciencia, la ale-
gría, la adoración.
Desde este enraizamiento interior el creyente marcha
a la acción con un coraje de temporalidad y un valor de
eficacia en nada desiguales al de aquellos para quienes la
tierra es la única patria de los humanos, y el paraíso in-
minente la única morada definitiva que podemos cons-
truirnos.
4
FRAGMENTO SOBRE LA
ORACIÓN Y LA EXISTENCIA
SECULAR

L A formulación con que iniciamos estas reflexiones es en


j sí misma reveladora, si no de un problema sí al me-
nos de un estado de alma en el hombre contemporáneo y
en el cristiano situados ante interpelaciones o insegurida-
des hasta ahora insospechadas. ¿Es posible asumir en ver-
dad y eficacia simultáneas la realidad cotidiana tal como
hoy día viene determinada por los imperativos de una
sociedad nueva y conjugarla con una existencia orante?
¿Es humanamente posible e históricamente legítima la
oración?
Nuestra época se ha caracterizado en los últimos años
por un enfrentamiento a la vez que por una secreta nece-
sidad de coordinar realidades que no toleran entre sí ni la
identificación ni la rivalidad: Dios y el hombre, la fe como
abertura al Absoluto y el deseo riguroso de atenerse a lo
relativo-constatable, el amor a Dios y el servicio al her-
mano, la esperanza uncida a la providencia y la espera que
fuerza al hombre a la programación, la oración como gra-
tuita dilatación del alma ante Dios y el esfuerzo humano
como eficacia rentable para la sociedad.
El hombre contemporáneo sufre la obsesión de que
determinadas formas de vivir el cristianismo le han hecho
sentirse ajeno al mundo y a sus tareas; por eso hoy qui-
siera establecer una reconciliación, mas en caso de alter-
nativa prefiere atenerse a su tarea de miembro solidario
496 TAREAS Y PERSPECTIVAS
ORACIÓN Y EXISTENCIA SECULAR 497
de la común historia de la humanización mediante el tra-
bajo. Para este hombre que no quiere superponer fe y I
realización humana, cristianismo y existencia histórica, POSIBILIDAD RADICAL Y SENTIDO
sino que quisiera verlos fundidos en una fraterna convi- DE LA ORACIÓN
vencia, que elige como lema vivir la verdad en la vida y
la vida de la verdad, ¿qué sentido tiene hablar de ora- Por oración se entiende aquí aquel respiro total del ser
ción? Incluso el mismo cristiano, que ha acogido las vo- creyente, por el cual se reconoce, presencializa, abre, ex-
ces del tiempo, ha oído decir que no hay otra posibilidad presa y vive ante Dios. Filial y esperanzadamente, con
de acercamiento y servicio a Dios que el servicio y acerca- simplicidad y profundidad, en el silencio afirmativo y en
miento al hermano; que sólo es alabanza justa la que tien- la palabra acogedora. Esta afirmación lleva consigo una
de al alivio del dolor en el prójimo; que la oración su- determinada forma de entender al hombre, sus raíces y su
pone un Dios personal y que toda personalización de Dios despliegue histórico, que hemos de aclarar. El hombre es
implica un antropomorfismo ilegítimo. el ser que andando entre las cosas, se detiene ante ellas
Es doloroso ver que todas estas ideas se las haga nacer y lucha por atenerse a ellas. Este atenerse a las cosas
de hombres como Bonhoeffer; él, que era un místico real puede llevar un doble sentido: una voluntad de rigurosa
y verdadero, en quien tan lejos Üegó el realismo, que fidelidad a los datos de experiencia no saltando sobre
fundó una especie de comunidad religiosa, y que siendo ellos, acogiéndolos en su valor y orden. Es lo que podría-
hijo de la más alta aristocracia universitaria de Berlín pre- mos llamar la fidelidad absoluta a las cosas en la línea de
firió a la carrera universitaria en aquella ciudad el servicio la existencia. Pero hay un segundo modo de atenerse:
apostólico a una comunidad parroquial en el extranjero, aquel que topando con las cosas se para en ellas y con-
viniéndose a Barcelona como párroco de los protestantes sidera una pregunta ilegítima el querer saber no ya sólo
residentes allí. Bonhoeffer ha sido uno de los testigos de de su constitución física y de su lugar en el universo
Cristo más fieles que ha visto el siglo xx, y a quien más sino de su significado humano. Pregunta que no interpela a
injusticia se le hace hoy día arrancándole textos que fuera las cosas en el nivel de su existencia física sino en aquel
del contexto general de aquella vida velan y falsifican su otro de su consistencia metafísica y de su sentido para el
alma 1 . hombre. Mientras que la primera postura es la condición
Nos volvemos a preguntar qué es la oración o qué indispensable para una realización y ciencia humanas, la
puede llegar a ser para este hombre secular, es decir, aquel segunda significa una ruptura o freno del dinamismo inte-
que no está dispuesto a considerar en oposición el tiempo y rrogativo del hombre que no se sacia en hechos sino en
la eternidad, Dios y el hombre, contemplación y acción, valores, no en el simple descubrimiento de causas cons-
servicio al evangelio y fidelidad a la historia, la marcha tituyentes sino en la apropiación del sentido como senti-
confiada hacia Dios y un riguroso atenimiento a los impe- do humano.
rativos de la tierra en el dolor y la injusticia, el gozo del A esta dimensión interrogativa por la cual el hombre
presente como tiempo verdadero y la esperanza de un fi- se sitúa ante las cosas no simplemente siendo sino aco-
nal como necesaria consumación por parte de Dios. giéndolas e intentándolas poner en la luz de su palabra
1
e inteligencia, se añade otra más radical y primaria. A la
Véase entre otras obras: El precio de la gracia. Salamanca 1969; De
la vie communautaire. Néuchatel 1968. Ci. la biografía de E. BETGHE, D. Bon- interrogatividad precede la interpelabilidad: la necesidad,
hoeffer. Theologe - Christ - Zeitgenosse. München 1967, y F. SEBASTIÁN, la esperanza que sentimos de ser preguntados, de que al-
D. Bonhoeffer, ¡un testigo mal interpretado?: Iglesia Viva 17-18 (1968)
539-544- guien tomándonos absolutamente en serio se interese por
498 TAREAS Y PERSPECTIVAS ORACIÓN Y EXISTENCIA SECULAR 499

saber quién somos, para quién vivimos y ante quién mo- rencia o palabra de un «tú». En la palabra, en la audición
rimos. Sumadas interrogatibilidad e interpelabilidad nos y en la respuesta, es decir, en la oración se descubre el
dan lo que podríamos designar como el talante constituti- hombre como persona. Si el hombre sólo deviene un yo
vamente dialógico del hombre: el yo sólo es pensable y a la sombra del «tú», cuya voz ausculta y cuya invocación
realizable desde un tú y para un tú. El hombre no sólo recibe y a las que contesta con el gozo necesario y la agra-
enuncia, describe, sitúa sino que ante todo, inconsciente decida diligencia de mantenerle en el ser, ¿qué «tú» es ése
e indescifrablemente para él mismo, llama e invoca. El vo- al que en ultimidad el hombre vive referido, y a cuyo
cativo es el caso más profundamente humano, porque a amparo acampa, y bajo cuyo cielo cubre la intemperie de
través de él la persona se actúa con mayor profundidad su soledad? Éste es el nervio de nuestro problema: ¿ése
al aflorar a sí y entregarse a otro yendo más allá de sí tú constitutivo de nuestra humanidad es el tú de nuestro
misma. prójimo humano, de nuestra esposa o de nuestros hijos,
Frente a la reducción espiritual-espiritualista que He- de nuestros amigos o de nuestros enemigos? ¿Es el tú de
gel intentó hacer de lo humano, sumiéndolo en la infinita la amistad, humilde y sublime, es el tú de la filialidad o
soledad de la autocomprehensión dentro del remolino de de la fraternidad, de la esclavitud o del dominio?
su finitud aprehendida; frente a la reducción sociológica La relación humana se escinde y diversifica hacia las
propugnada por Marx, al mostrar cómo el hombre no es múltiples palabras que le son dirigidas al hombre. El «tú»
sólo resultante teórica sino fruto práctico de unas estruc- frente al que se vive, y se proyecta el yo es múltiple y plu-
turas de producción y de unos marcos de convivencia; riforme. En cada nivel de su ser y en cada accidente de su
frente a la reducción individualista que sin frenos ni existir va hiriendo la membrana del alma humana una
fronteras opera Stirner, Feuerbach va a mostrar cómo el palabra nueva a la que va respondiendo y al referirse a
hombre sólo ve su rostro en el espejo del prójimo, y cómo ella, haciéndola parte del tejido de su propia sustancia.
sólo en la palabra que le invoca se apercibe de su propia Pero más allá de esos «tus» parciales, que de diversos
capacidad de respuesta. La interacción, la inter-locución horizontes le miran al hombre y le van ofrendando la
son determinantes de lo humano. La palabra arranca al vida, en los que él ve reflejado su rostro y repetida su
hombre al destierro de su soledad: la palabra pronunciada finitud y multiplicada su angustia, el hombre sospecha una
y la palabra escuchada. En ella reconoce el hombre su lu- palabra más sencilla, pero más original y profunda, que
gar y la distancia hacia alguien. Quien no es llamado no le parece estar substante a todas las demás, y siendo como
tiene llama, y quien no arde en llama no vive. Por la el tronco del que todas las otras cual ramas se diversi-
palabra pone el hombre los seres en la luz; la palabra fican, siendo bien diversa de ellas, aun cuando nunca
del prójimo pone en la luz nuestra persona. En la postura ajena a ellas. En medio de todos los «tus» a los que el
especiante de la palabra del prójimo, en el acogimiento hombre responde, pregunta, interpela y ama, le parece
humilde y en la devolución agradecida tiene lugar la ora- diluirse, como una atmósfera englobante o un aire perfu-
ción, y a través de ella deviene nuestra existencia auténti- mado, una palabra que queda sin respuesta, como un «tú»
camente humana. original y distinto.
El hombre es orante en la misma medida y con la mis- Llegado a esta cumbre pregunta el hombre si ese
ma originariedad que es racional, social o artífice. Porque «tú» así columbrado no tendrá una relación totalmente
la oración es la forma de vivir la vida a nivel, es decir, en distinta con su vida, si no será a la vez un prójimo ple-
comunión interpersonal, cuando se ha descubierto que namente cercano y plenamente remoto, y si por ello su
en definitiva los seres no tienen sentido sino como refe- palabra es la más incisiva y la menos definible, la más
500 TAREAS Y PERSPECTIVAS
ORACIÓN Y EXISTENCIA SECULAR 501
dolorante y la más gozosa, la que se quisiera seguir vivir y en medio de todas las tempestades del hacer.
oyendo caer como lluvia mansa en nuestra vida y la que El encuentro con la pobreza propia y el encuentro de
quisiéramos no volver a oír nunca porque lleva siempre esa misma pobreza acumulada en el rostro de los herma-
fruto e impele a la respuesta y no nos devuelve la calma nos, llevaría al hombre a la desesperación, si no fuera
hasta que la hemos abierto la puerta de nuestra alma y trascendida en Otro y en última instancia si no hubiera
le hemos dado reposo en nuestro seno. Quien no ha sido asumida y superada en Jesús, hermano de nuestra
podido resistir las aldabadas de esta palabra sobre el por- carne y sanador de nuestra mortalidad.
tón de su alma, la ha hecho pasar y ha cenado con ella 2 ,
ése ha encontrado el Tú supremo a cuyo diálogo el hom- Decir que el hombre es un animal orante no desplaza
bre aspira sin palabra y sin saberlo añora, y en cuya ninguna de las demás dimensiones humanas pero las de-
presencia vive. El descubrimiento del Dios viviente sig- clara insuficientes, y manifiesta que la oración es la que
nifica que el hombre se reconoce bajo la sombra de les confiere un punto de referencia y coordinación al
Alguien que desde siempre y desde todos los lugares nos mostrar al hombre cómo lo personal, integrando la natu-
envía su palabra, y nos suscita de la deyección de nues- raleza y la comunidad, les da un quicio último. Para res-
tra soledad, invitándonos a responderla en amor y a ir ponder a la pregunta por el hombre hay que apelar al
tras ella. Atención y acogimiento, respuesta y seguimiento, espíritu y a la naturaleza, al individuo y a la comuni-
eso y no otra cosa es la oración. El descubrimiento del dad, al sí mismo y al sobre sí mismo, al yo y al «Tú»,
Dios viviente como un Tú real y verdadero que funda nues- al animal y a Dios. Tan dificultosa es la pregunta por el
tro yo y el descubrimiento de la oración son hechos simul- hombre que casi ninguna respuesta soporta la dura co-
táneos. existencia de esas dimensiones múltiples y prefiere elegir
una absolutizándola. La claridad y la coherencia inmedia-
En la medida en que el hombre perfecciona las obras tas que muchos de los grandes sistemas filosóficos apa-
de sus manos y crea mundos nuevos para traducir el dina- rentan son el resultado de la acentuación genial de un
mismo de su inteligencia y hacer la vida más humana, aspecto, unida a la postergación del resto, hasta el punto
va percatándose de cómo su ser no se agota en sus obras, de ignorarlos o considerarlos advenientes y por tanto ple-
cómo su inteligencia las pervade y es mayor que todas namente secundarios.
ellas. Aunque parezca extraño la soledad crece en la La dimensión dialogal, el descubrimiento del «tú»
medida en que el hombre acumula cosas en su derredor. como constitutivo del yo, la percepción de cómo ese
Es lo que Martin Buber llamaba el «rezago del hombre tú no puede ser el simple remedio de nuestra finitud
tras sus obras» 3 . La comunicación se torna cada día más y de la finitud de nuestros hermanos, y cómo esa pa-
difícil y el sosiego, para descender a los solares donde se labra que percibimos interpeladora e incesante nos aler-
recoge el ser y aflora la persona, más costoso. El hom- ta a nuestra mismidad constituyéndonos en seres capaces
bre es necesidad de luz y de claridad racional para andar y necesitados de respuesta, todo esto nos lleva al conven-
por el mundo pero sobre todo es necesidad de comuni- cimiento de que en la palabra y en la respuesta, es decir,
cación con sus hermanos y, en última opción, una nece- en la oración, tiene lugar el ejercicio máximo de la comu-
sidad inevitable de comunión con aquel «Tú», que mur- nicación y el ejercicio máximo de la libertad. En ese
mura una permanente invitación bajo todas las aguas del intercambio por la palabra orante entre Dios y el hombre
percibe éste donde enraiza su libertad y consecuente-
Ap 4, 21. mente cómo en la audición y en la obediencia (obau-
M. BUBER, ¿Qué es el hombre? México 1948, 77- dire = oír) se posesiona de ella. La oración supone por
502 TAREAS Y PERSPECTIVAS
ORACIÓN Y EXISTENCIA CRISTIANA 503
tanto el grado más puro de acción, de concentración y de
sus propios proyectos, irrumpía la palabra de Yahvé
recogimiento del ser todo, plegándose desde la dispersión
sobre ellos .exigitiva, incondicional e irresistible. Palabra
en que vive hacia un regazo personal. La abertura a la que a través de los profetas iba dirigida al pueblo ente-
trascendencia de la palabra del Tú divino, que nos llama, ro, que surge así en la fuerza de la llamada que convoca,
funda el yo humano y nuestra libertad. La oración es la ilumina, recrimina, esperanza, y fuerza a una respuesta
condición indispensable del ser personal. La pérdida de de fidelidad, adhesión y testimonio. Es la alianza.
la oración es la pérdida de la persona 4 . En Jesús de Nazaret no sólo nos llega una palabra más
de Yahvé, sino que él mismo es esa palabra. La cerca-
II nía de Dios al tú humano ha llegado a tal grado que el dia-
logante del hombre es un rostro, una voz y una figura hu-
LA ORACIÓN EN LA EXISTENCIA CRISTIANA mana: es Jesús de Nazaret. En él se concentra todo el
rumor de esa presencia diluida, que Dios ha derramado
Hemos visto hasta aquí cómo el hombre nace, per- en el corazón de los mortales; y ese «tú» misterioso que
manece y se pertenece a sí mismo en ultimidad personal se esconde detrás de las ambigüedades de nuestro cora-
al ser descubierto, interpelado e invitado a la comunión zón, le vemos hecho presencia y palabra, realidad y per-
por la palabra de Otro, que al manifestarse a sí mismo, sona en uno como nosotros. Él es así la epifanía de Dios y
manifiesta el propio ser al hombre. la epifanía de nuestro propio corazón, y en su palabra se
El creyente no ha tenido que recorrer el largo ca- esclarecen nuestras esperanzas, y en la abertura a él toda
mino de la especulación filosófica para terminar descu- nuestra necesidad de comunión. No hay otra palabra, ni
briendo su dimensión dialogal, y cómo la referencia a un otro signo de comunión a Dios al margen de Jesús. Toda
tú es constitutiva de su yo. Cuando él habla así está en nuestra respuesta a Dios, pasa por él, puesto que a tra-
definitiva interpretando su propia existencia a la luz de vés de él pasa ya toda vocación de Dios a nosotros. En
la palabra de Dios, que le ha sido dirigida por medio Jesús se cruzan la vocación de Dios a los hombres y la in-
de profetas y apóstoles. Esta reflexión antropológica es vocación de los hombres a Dios. Por Cristo nuestro Señor
posterior al dato teológico de la revelación, y al descu- Dios nos lo ha dado todo y por él se lo devolvemos todo.
brirla uno piensa que Dios modeló en sus entretelas así La oración cristiana está fundada y exigida por la pa-
al hombre para acumular en esta esperanza de la pala- labra que Dios nos ha dirigido. Si Dios ha hablado al
bra el presupuesto necesario para que cuando él hablara hombre, el hombre puede hablar a Dios y puede hacer
fuera entendido como una respuesta. de su palabra interpeladora propia palabra responsiva.
La existencia del pueblo judío y del pueblo cristiano Por eso la Biblia es el libro de oración por antonomasia.
se basan en la revelación de Dios a la que sigue la fe, Ella, como lugar concreto de la palabra de Dios, es la fuen-
es decir, en la palabra que él nos dirige como vida y en te de la oración cristiana. Al fundamento antropológico de
la vida que ella suscita. No hemos salido los hombres al la oración que hemos intentado eruir al principio, se
encuentro de Dios sino Dios al encuentro de los hom- añade este fundamento histórico: Dios ha hablado al
bres. Cuando los profetas cuidaban sus rebaños en la hombre y en la alianza que con él ha establecido, le in-
quietud de la montaña, a la sombra de los terebintos, vita a la respuesta y a la fidelidad vividas ante él en la
o cuando en la ciudad intentaban seguir los caminos de palabra y el amor. Sin embargo el fundamento último es
el cristológico: el Señor Jesús dejó a sus discípulos no
4
M. NÉDONCELLE, Friere humaine, priére divine. París 1962, 21. sólo un modelo y un encargo de orar, y una fórmula con-
504 TAREAS Y PERSPECTIVAS
ORACIÓN Y EXISTENCIA CRISTIANA 505
creta para poner en sus labios, sino también un Espíritu
nuevo que les hiciera sentirse hijos y desde esa relación cia diaria, aprendida en crecimiento a lo largo de su mi-
nueva para con Dios pudieran clamar Abba Padre. sión, de lo que esta paternidad y filiación implican. El cre-
Jesús es el hombre para quien Dios no es simplemente yente por tanto al orar se une y apropia la conciencia
lo divino del mundo o las divinidades de lo humano, sino filial de Jesús. Ora por Cristo y en unión a Cristo como
aquel que para nosotros lo es todo en la cercanía e inti- mediador y medio personal en que su oración tiene lugar.
midad mayor pensables. Jesús se vivió como hijo ante Y sin embargo hay una diferencia fundamental entre la
Dios, definido como Padre 5 . Su palabra sobre Dios fue oración de Jesús y la oración del cristiano, en cuanto que
parca y sencilla, con la sencillez y parquedad con que Jesús es hijo en un nivel distinto de todos los demás.
viven los lirios del campo y las aves del cielo. Se vivió Por eso hablará de «mi» Padre y de vuestro Padre, mas
como hijo, y con su acción total, acogedora y misericorde, nunca de «nuestro Padre». Existe por tanto una comuni-
mostró a los hombres que así se comporta el Padre para dad de oración entre Jesús y nosotros, que no implica
con los hombres en el amor sin márgenes y en la que- igualdad de orantes. Porque oramos con él es nuestra
rencia sin límites. Esa relación que primero sentía en sí confianza legítima y porque él es mayor que nosotros te-
mismo antes de comunicarla a los demás, la alimentó Je- nemos la seguridad de que nuestras oraciones trascienden
sús en permanente oración: en ella la descubría y a través nuestra pobreza y pueden ir más allá de donde les permi-
de ella podía aceptar su misión como la esperanza que tiría nuestra pecaminosidad.
Dios proyectaba sobre su libertad, y podía afrontarla Pero Cristo no es sólo el inicio temporal de un nuevo
como una gesta de su libertad, que en amor responde a modo de orar, ni el creador de una fórmula nueva, ni sólo
un amor anterior. Ante cada uno de los actos trascenden- el modelo eterno de toda oración para los hombres, él es
tales de su vida Jesús ora; más aún se retira a la oración, además la potencia y dinamismo interno de la oración en
y no sólo se suma a las grandes acciones litúrgicas de su el creyente mediante la comunicación de su propia di-
pueblo o a los actos de oración familiar, sino que instau- mensión orante, es decir, de su Espíritu que, apropián-
ra una forma propia de oración individual y silenciosa, donos sus sentimientos y dándonos su mente, pone en
en la soledad interior y en la distancia material a los nuestro corazón sentimientos de hijos y en nuestros labios
hombres. San Lucas nos ha bordado a lo largo de su evan- palabras de filiación orando como un niño ora a su ma-
gelio un cuadro perfecto de este Jesús orante 6 . dre, es decir, en la mirada simple que proyecta todo el ser
a los ojos maternos, y deja recaer toda la pena y el gozo
El «Padre nuestro» no es sino el precipitado, la tras- en su rostro, y confiadamente se abandona en su regazo
cripción y dádiva a los demás de lo que había sido fruto al sueño, consciente de todo y sin embargo alegre a pesar
de su descubrimiento de Dios como Padre y de la viven- de todo. El cobijo absoluto y la visceral querencia que el
5 pecho materno derrama sobre el niño lactante, al acumu-
Dios en los evangelios sinópticos es presentado por Jesús como «pa-
dre», «padre vuestro» (Mt 5, 16; 5, 45; 5, 48; 6, 1-6; 6, 8-9; 6, 14-18; 6, 26; lar todo su saber en la palabra: «mamá» y «papá», es
6,32; 7, n ; 10,20; 10,29; 13,43; 2 3 , 9 ; 23,30; 23,32), como «mi padre» sólo un remedo pálido de lo que el hombre, maduro en
(Mt 7, 2 1 ; 8, 2 1 ; 10, 32-33; 11, 25-27; 12, 50; 15, 13; 16, 17; 16, 27; 18, 10;
18,19; 18, 35; 20,23; 25,41; 26,29; 26,39; 26,42; 26,53). En san Juan su libertad, enhiesto ante las oscuridades de la existencia,
Dios es definido sin más como «el Padre» y Jesús es ante todo «el Hijo».
Para san Pablo Dios igualmente como el Padre de nuestro Señor Jesu- siente bajo el techo de Dios, a quien Jesús por la fuerza
cristo: Rom 15, 6; 2 Cor 1, 3 ; Ef 1, 3; Col 1, 3; 'Ef. 1, 17; Jn 14, 6. de su espíritu le ha hecho descubrir como Padre, dándole
* J. SCHMIT, El evangelio segúfi san Lucas. Barcelona 1968: «La ora-
ción en la vida de Jesús»; H. SCHÜKMANN, La oración del Señor a la luz de la posibilidad de vivirse ante él como hijo.
la predicación de Jesús. Barcelona 1967; J. THOMSON, The praying Christ.
A study on Jesús doctrine and practice oí prayer. London 1959; Y.-M. CON- Pero el cristiano se sabe religado por ese único Espí-
GAR. La oración de Jesús: Jesucristo. Barcelona 1968. ritu a todos los cristianos, espíritu que él participa en la
506 TAREAS Y PERSPECTIVAS ORACIÓN Y EXISTENCIA CRISTIANA 507

medida en que se inserta en la comunidad de los creyen- al igual que es la santa madre iglesia quien cree, es la
tes. Esa comunidad es la que ora, en cuanto que a la co- santa madre iglesia quien ora. En ella, que como tal par-
munidad es a la que va dirigida la palabra de Dios. Para ticipa del amor, de la plenitud y de la santidad de su
la Biblia el individuo nunca existe al margen de la comu- Señor se diluye nuestra debilidad y nuestra pobreza den-
nidad y en cuanto miembro de una comunidad le llega la tro de ella podemos dejarnos llenar de gozo en el canto
palabra de Dios. Aquel acto en que la comunidad se y de la exultación de los laudes, porque la plenitud de
dispone a recordar a su Señor, acoge la palabra de Dios los hermanos plenifica la pobreza de cada uno de nos-
en su corazón y la devuelve en alabanza unida a la inter- otros.
cesión por todos los hombres; acogimiento y recuerdo que De Cristo en la iglesia por el Espíritu para los hom-
culminan en la rememoración de lo que Jesús hizo por bres aprende el cristiano a orar. Toda nuestra oración es
nosotros en la noche en que iba a ser entregado, a ese acto la oración de discípulos de Cristo. El cristiano no apren-
es a lo que llamamos celebración eucarística o la gran de primero qué es oración y luego viene a Cristo, sino que
oración. En ella devolvemos en bendición la bendición viniendo a Cristo e imitándole sabe siempre de nuevo
que Dios nos ha conferido desde el comienzo de los si- qué es oración. Si a la dimensión humana, y a la específica-
glos en Cristo y ahora se nos ha manifestado en la visibi- mente cristiana y eclesial de la oración, que hemos venido
lidad de su persona, en la invisibilidad de su espíritu, y sugiriendo, añadiésemos ahora la dimensión apostólica de
en ese signo de visibilidad e invisibilidad, de alimento la oración tal como la vemos realizada por ejemplo en san
y de vida, trasunto de su cuerpo y de su sangre, que son Pablo 8 , tendríamos el esbozo completo de lo que sería
el pan y el vino 7 . una teología de la oración.
La eucaristía es por tanto el centro, la cumbre en que
culmina la oración personal y de la que toma energías III
para que se mantenga como verdadera oración cristiana y
no sólo como coloquio individual devanando las propias VIVIR Y ORAR
imaginaciones, arrancadas de la diaria angustia que acosa
a todo hombre. La eucaristía es así la fuente de vida para Tal como aquí hemos hablado de la oración, ésta no
la iglesia y el hontanar de toda oración. En la común surge para el creyente en los linderos de la vida, al mar-
alabanza y en la común ofrenda de los hermanos que se gen de su ser y quehacer sino del corazón mismo de lo
saben viniendo desde los hombres todos y retornando humano, en tensión de fidelidad y de autentificación. Por
hacia ellos, surge la iglesia como pueblo nuevo y cuerpo ello no sólo no es un elemento alienador del hombre sino
nuevo. En medio de ella está Cristo como el explorador el fermento que permite unificar las acciones humanas
al frente de la caravana que marcha, como el padre de fa- para que el progreso en el obrar implique una perfección
milia que preside la mesa y al partir el pan da de su tra- simultánea del ser, y para que el rodar de cada día no
bajo y de su alma a la que es su esposa y a los retoños arrastre consigo una disgregación de la interioridad. La
del amor común. El creyente individual se inserta en el oración nace de la totalidad del hombre inserto en la to-
«nosotros orante». En buen sentido podríamos decir que talidad del vivir y de alguna forma la penetra hasta hacer
de su propio misterio y de las realizaciones históricas el
7
Todo el himno introductorio de la carta a los efesios está construido
sobre esta duplicidad de sentido en la palabra «bendición», con que Dios nos
objeto del diálogo ante Dios.
bendice, haciéndonos ser antes de los siglos, eligiéndonos en Jesucristo, y la 8
«bendición» que nosotros le devolvemos como alabanza: cf. H. SCHLIER, Der S. LYONNET, Un aspect de la «priére apostolique» d'aprés saint Paul:
Brief an die Ephessr. Dusseldorf 1960. Christus 19 (1958) 222-229.
508 TAREAS Y PERSPECTIVAS A ORACIÓN Y EXISTENCIA CRISTIANA 509

El hombre orante no salta sobre las cosas para llegar en su suelo, mi pasión de vida en su horno de amor
a Dios en un solipsismo egocentrista, revelador de un creante.
miedo a la existencia o de unos complejos de frustración. En la oración tiene lugar la reasumpción no sólo de
Para el cristiano el marco de la presencia de Dios es el mi ser como mío y a la vez conferido por Alguien, sino
horizonte de la acción temporal y de la convivencia fra- del mundo como mundo que forma parte de mi destino
terna. Pero en la oración aprende el creyente a no con- sin ser yo mismo, y sin dejarse someter a mi espontánea
fundir a Dios con los ídolos, su mejor yo con sus aspira- decisión. Reasumpción de mi ser y de mi destino deter-
ciones inmediatas, y las esperanzas humanas con la oferta minados por la existencia de los demás como entorno que
de salvación ofrecida por Cristo. Por ello la oración es una me viene dado; realidad sagrada de los otros que no pue-
do subyugar, aun cuando ellos establezcan las condiciones
difícil tarea del vivir cristiano y exige un largo esfuerzo
de mi libertad como creadores de un horizonte en que ella
y una dura perseverancia. Y cuando digo esto no estoy nace y de un porvenir hacia el que ella se dilata.
pensando tanto en la fidelidad a determinadas formas de
Esta función personalizadora se ejerce no sólo respecto
oración cuanto en el cultivo permanente de ese talante
del propio misterio y del mundo sino incluso respecto del
contemplativo o dimensión orante, que no se identifica misterio de Cristo. Sólo a través de ella el mensaje cris-
con las formas con que se alimenta o los actos en que se tiano y la persona de Cristo dejan de ser una fórmula teó-
expresa, pero que no permanece sin unas y otras, las que rica o una construcción especulativa para comenzar a ser
cada individuo descubra como más connaturales a su ca- una realidad viviente en mi vida, porque es en ella donde
rácter y condiciones históricas. Quien afirma que sólo se crean las condiciones para una conversión del ser, que
es legítima la oración que nace de la espontaneidad no ha arranca al hombre a los cerrojos de su finitud y poque-
sospechado que en el hombre nada de lo verdaderamente dad para abrir sus puertas al amor, la plenitud y trans-
humano es fruto espontáneo, y que sólo donde la razón formación por Cristo. En ella el escándalo de su cruz se
y la libertad se insertan el hombre procrea vida y comporta presentará en toda su dura crudeza, triturador del hombre
autenticidad. que se afirma en sus obras y se justifica en sus haceres
En la oración como diálogo, comunión y respuesta en y quisiera plantar el árbol de su ser en propia tierra y
amor llega el hombre al propio misterio y a las ultimi- determinar el sentido de sus acciones, olvidando que se
dades de sí mismo. Porque en la oración me vuelvo y de- ejercen sobre suelo que tiene dueño y que no se puede
vuelvo a Dios, es decir, a aquel que determinó que las subyugar sin su consentimiento. Escandalosidad que se
entrañas de mis padres trenzadas en amor dieran por torna vivificadora bajo luz que le presta a la muerte de
fruto a este único e irreductible que soy yo, ser mío cuyo Cristo el misterio subsiguiente de su resurrección, que si
misterio sólo de él es conocido, pues el amor de mis pa- no elimina el morir, le arranca el carácter de ultimidad
dres, a pasos de ignorancia golpeando en la niebla, cami- constituyéndole en estadio necesario pero penúltimo de
naba hacia el hijo, queriéndole sin poder determinarle, la marcha de los hombres hacia Dios.
amándole sin poder proyectarle, esperándole y no creán- Asumir el misterio del amor de Dios, asumir su hu-
dole, acogiéndole y no inventándole. Mis padres intenta- mildad, esa tanta humilitas tanti Dei, de que habla san
ron un hijo: Dios les regaló a mí. Yo soy don del que es a Agustín y que es lo que menos tolera el hombre 9 ; asumir
mis padres, para que yo fuera en ellos y desde ellos. a su iglesia como fraternidad que supera todas las diferen-
Por eso definitivamente sólo en él, en su amor y creativi-
dad me encuentro a mí mismo, reencontrando mis raíces 9
De fide et symbolo 8.
510 TAREAS Y PERSPECTIVAS
ORACIÓN Y EXISTENCIA CRISTIANA 511
cias y vivir en ella no utilizándola como plataforma para identificar sus caprichos con la voluntad de Dios, que tien-
exponer o hacer brillar unos valores personales, sino de una tela de tiniebla en los momentos de prueba para
sirviendo en ella a los demás, como Cristo, que no tomó que no percibamos sus duras exigencias o las nivelemos
a enojo el existir como hombre teniendo un origen divino con el rasero de nuestra mediocridad. En la oración so-
sino que se solidarizó con nosotros siendo igual que nos- mos llevados por el espíritu a contemplar aquellos rin-
otros. Sólo en la oración diaria podemos tomar fortaleza cones del alma que nunca quisiéramos poner en la luz,
suficiente para acoger a los hombres, a todos y cada uno, somos forzados a confesarnos nuestra malevolencia para
no sólo como prójimos, sino como hermanos. La oración con el hermano, o nuestra huida ante las agrias dificulta-
es generadora de fraternidad universal. Quien acoge día des del vivir diario o nuestra cobardía ante las exigencias
a día el amor que Dios nos ofrece en Cristo como un mi- de renovación constante en nuestra misión de siempre o
lagro renovado y sabe prosternarse para recibir la espe- en las misiones nuevas que nos va poniendo la vida ante
ranza que nos comunica con un «amén» de sereno gozo los ojos. En la oración sobre todo adivinamos que nues-
y devuelva gratitud, ése necesariamente prolonga este tros caminos son los que nosotros andamos y sobre todo
milagro de amor y de esperanza en esperanza y amor para los que Dios nos invita a andar, y que dejarnos adentrar
los demás. Quien clama ante Dios: «Padre» está gritando por ellos, superando los prejuicios de nuestro orgullo o
«hermanos» a todos los hombres. Por eso la oración es la mezquindad, no es alienación sino autenticidad.
noria de la que mana el agua de un vivir en fraternidad La oración ha de ser para el creyente rayo que no cesa
y servicio. y agua que mana perennemente de su ser. Se realiza fren-
En la oración descubre el hombre creyente que la te a Dios en formas diversísimas según el carácter de cada
angustia sólo se supera en el amor, que la libertad sólo persona y los caminos por los que en la vida tenga que
se da en el riesgo y arriesgo, y que en las relaciones per- andar: en el simple vivir ante Dios con los ojos del alma
sonales, lo mismo con los hombres que con Dios, hay que abiertos y esperando su visita, en el acogimiento agradecido
darse sin asegurar retorno, porque sólo así se toma en de nuestro ser como don, en el gozo sereno de estar sien-
serio al otro como absoluto de valor10. do ante él, en la alabanza de su inconmensurable infinitud,
La oración es lo único que permite oír y dejarse con- de su plenitud comunicada, en el reconocimiento de su
ducir por el Espíritu para llegar a ser de verdad hijos de amor traducido en una historia común con nosotros y en la
Dios", descubrir la nueva moralidad cristiana que él donación de su hijo por hermano, en la presentación de nues-
crea12 y superar esas graves dificultades de componer a tra pobreza y sinsabores del vivir chocando con los guijarros
nivel psicológico ley y libertad, obediencia y espontanei- de nuestra debilidad y la del prójimo, en la confiada espe-
dad personal, posibilidad de acceder a todo y necesidad ranza de que su amor siga siendo la lluvia que dé fecundidad
de precaverse contra todo, porque estando todo permitido a nuestros campos de hombres. Oración que se traduce en
no todo edifica13. el silencio de la mirada, en el dolor de las lágrimas, en la
Junto a la función iluminadora que ejerce la oración palabra florecida como una rosa y en el canto dulce o
en la vida cristiana está la función crítica: allí se nos des- trágico deshojado piadosamente ante Dios. Como el ani-
cubren las ambigüedades del propio corazón, que quiere mal atado a su pesebre ha de vivir el hombre atado a su
10
oración. Atadura que es alimento, sujección que es vida,
u
Cf. L. MALEVEZ, Pour une théologie de la foi. Bruges 1969, 207. límite que es libertad.
12
Rom 8, 14.
Cf. L. CERPAUX, Condition chrétierine et liberté: Recueü L. Cerfaux
3. Louvain 1958, 293-294.
Porque el hombre es un animal que instintivamente
18
1 Cor 6, 12. ora, que necesita de esa palabra elevada a Dios, que des-
512 TAREAS Y PERSPECTIVAS ORACIÓN Y EXISTENCIA CRISTIANA 513

cansa en él, y en él revive, aun cuando no lo quiera o perspectiva de leyes universales e inmutables, han hecho
aparente evitarlo. Digamos sin ostentación y sin com- casi imposible o al menos han asfixiado psicológicamente
plejos que entrar en comunicación con Dios es la supre- la oración de petición. Y lo extraño es que cuando las tres
ma necesidad y la más noble posibilidad humana. El cris- están superadas desde sus propios campos, el cristiano
tiano se atreve a concretar esa posibilidad en hechos e todavía siga angustiado por sus exigencias y rindiéndoles
invoca a Dios como Padre y santifica su nombre y le culto de servidumbre.
pide que se haga presente a los hombres operando en Frente a la metafísica griega hay que leer el evangelio
medio de ellos, es decir, que instaure su reino, con lo de las parábolas del Dios Padre, que ama, que espera, que
cual se realiza la mejor voluntad de Dios y la mejor vo- se compadece; frente al deísmo leer no sólo el relato de la
luntad-libertad del hombre en el cielo y en la tierra. Pero creación en el Génesis sino los de la alianza con el pueblo
el creyente al dirigirse a Dios no sólo le alaba o da gra- elegido y finalmente los evangelios sobre la providencia
cias por su inmensa gloria: se presenta a sí mismo, su permanente de Dios, y sobre su amor operando en total
vida y su muerte, sus amores, acciones y pasiones, sus cercanía, haciendo surgir la libertad humana como parti-
gozos y desesperanzas, sus temores y deseos. Todo ello cipación o su propia libertad; frente a la ciencia, recordar
lo presenta como un sacrificio ante Dios. Es su pobreza que la causalidad de Dios no se sitúa a nivel físico, como
pero es suya, y sabe que Dios ama a los hombres como una causa concurrente con todas las demás, sino que es
son, porque se siente afectado por los problemas diminu- de un orden superior, previo a todas las leyes y posibili-
tos y por las necesidades vulgares de los humanos. Nada tante de todas las eficacias.
hay más humanamente legítimo y más cristianamente vá- La oración de un creyente, niño o anciano, ante Dios
lido que la oración de petición, porque a la «oración de contiene más energía personal y más fecundidad espiritual
Jesús» pertenece tan esencialmente la primera parte como que todos los pensamientos de un filósofo sobre Dios.
la segunda, la alabanza del Padre como el pan nuestro El creyente ora, sin pedir disculpas y sin hacerse proble-
de cada día. La oración es algo que afecta y determina no mas, porque sabe que su voz no es un grito en el desierto,
sólo al hombre sino a Dios mismo. que Dios le oye de verdad y de verdad se siente afectado
Una metafísica de lo divino como lo universal e inmu- por sus palabras. Y sabe además que no es esto un antro-
table, heredada de los griegos y proyectada sin crítica pomorfismo infantil sino la hondísima realidad de un Dios
ninguna sobre el Dios del evangelio, nos ha llevado a pen- a quien tanto le afectó la situación humana que se iden-
sarle como aquél a quien no pueden interesar ni puede ser tificó con ella y devino hombre. ¡Humo de pajas son to-
afectado ni con-movido (¡el motor inmóvil!) por nuestras dos los antropomorfismos junto a esta densa realidad del
oraciones y que por tanto nunca puede cambiar sus planes Dios hombre! De aquí que el creyente ora siempre no
ante nuestra oración. Pero quede dicho con toda explici- para asegurar sus deseos con la ayuda de un agente extra-
tud que Dios no es el ser inmutable sino el amor personal humano sino para abrirse conscientemente a Dios, vivir
y admite las mutaciones que crea el amor en la persona. ante él, presentarle su vida y su esperanza, decir sí a su
Lo contrario significa pensar a Dios al nivel ínfimo de la amor, y anhelar confiado en que asumirá nuestro ser todo.
realidad, es decir, de cosa. Esa metafísica griega que define Por ello ora siempre y sabe que su oración así realizada,
a Dios como lo universal e inmutable, el deísmo de la es siempre escuchada y siempre es eficaz, aunque sea en
Ilustración que sólo reconoce en Dios al agente externo forma misteriosa para sí mismo. Porque toda comunión
que puso en movimiento el mundo, y una determinada personal con toda persona, y de modo originario y emi-
ciencia contemporánea, que ve la realidad sólo bajo la nente con Dios, aporta redención.
514 TAREAS Y PERSPECTIVAS ORACIÓN Y EXISTENCIA CRISTIANA 515

En medio de tanta palabra entre los hombres la ver- y ha de dar su batalla para redimirle de una tras otra,
dadera comunicación humana se hace cada vez más difícil. mas si por alienación puede entenderse también la refe-
En medio de tantas palabras sobre Dios, y de tanto ruido rencia a otro distinto de uno mismo, él pensará que hay
de los hombres, la comunicación con Dios y el encuentro una alienación gloriosa, no inventada por él sino acogida
con Dios no es nada fácil. Exige un esfuerzo decidido14, al desenterrar las raíces de su vida que no chupan vida
y para que el hombre creyente mantenga su talante ora- en humus propio sino en otro Alguien: a ése le llama
cional ha de alimentarlo de tiempos explícitamente consa- Dios, y frente a él se vive, no como rival sino como fuen-
grados al cultivo de esa dimensión de profundidad. De lo te de su libertad. Referencia y libertad acogidas en amor
contrario ésta se cegará como se ciegan las fuentes en el y actuadas en fe. A eso es a lo que él llama oración.
campo, cuando va cayendo sobre ellas la tierra de sus
derredores. Toda la vida ha de ser vivida votivamente, Sólo hemos querido sugerir la legitimidad radical, la
todo el quehacer ha de ser una alabanza, todo encuentro dimensión auténticamente humana de la abertura hacia un
con los hombres un signo del encuentro con Dios. Para más allá de sí, que opera la oración, y a la vez lo que
que esto sea realidad en el hombre, que es entramado de un orar específicamente cristiano implica; con todo ello
bellos deseos y pobres realizaciones, ha de acotar tiempos mostrar que un hombre que toma absolutamente en serio
exclusivamente dedicados, bien en su vivir diario o en su vida y su mundo, que se solidariza con todos los pro-
su marco semanal o en su programa de año. En el orden blemas de sus contemporáneos, no necesita considerar la
intelectivo hay intuiciones preconceptuales que sólo se con- oración como una remora a su fecundidad histórica sino
ciencian, explicitan y aprehenden por el sujeto cuando que más bien debe concebirla como la condición indispen-
las traduce en conceptos claros y precisos; conceptos que sable para una personalización humana y para una fidelidad
a su vez desbordan más allá de sí mismos hacia una intui- cristiana.
ción más profunda. En el orden moral las opciones radi- Ahora vendría el segundo aspecto de nuestro proble-
cales se verifican mediante actos concretos que toman de ma: mostrar formas concretas de oración personal y comu-
ellas su valor a la vez que les radican y plenifican más en nitaria, familiar y litúrgica, que ofrecieran cauces para el
el sujeto. En toda la vida humana hay una especie de os- orar del hombre actual: a la madre que apenas respira a
mosis entre los golpes primarios y las realizaciones secun- lo largo del día en medio de la preocupación por los hijos
darias, sin que se puedan pensar o al menos desplegar y y familia, al obrero que cruje entre el trabajo duro y los
comprender unos sin las otras. En la misma medida es contextos inhumanos de convivencia y de producción, al
válido para lo que hemos llamado talante oracional del intelectual que piensa sus pensamientos en mundos clau-
creyente y formas concretas de oración. surados a cualquier dato no mensurable y reductible a
En la oración se dice el hombre a sí mismo y a Dios la sus categorías, al hombre de la calle sin formación espe-
vida y la muerte, se confiesa y confiesa su angustia y su cial pero con alma abierta y anhelosa. Inmensa tarea pe-
esperanza, como niño asustado o como varón fuerte, como dagógica de iluminación intelectual y sobre todo de inicia-
pobre animal que se siente presa de red inhumana o como ción espiritual, urgente una y otra, para que el hombre
aguerrido luchador que intenta quebrar todas las alam- secular acceda a una existencia cristiana sencilla pero
bradas puestas a su libertad de hombre. El creyente es auténtica y fecunda.
consciente de todas las alienaciones que el hombre sufre, Porque si la comunicación con el prójimo es la condi-
ción para que la humanidad perdure y crezca en autenti-
14
Ci. J. BAEEEAU, La foi d'un paien. París 1968, 78. cidad, la oración o comunión con Dios son las condicio-
516 TAREAS Y PERSPECTIVAS

nes para que una fe perdure auténtica y se acreciente


en frutos de eficacia histórica. La oración no es lujo de
contemplativos ajenos al drama de los humanos sino
la condición misma para que la aventura humana y cris-
tiana se logre.

5
UN RETO A LA TEOLOGÍA
ESPAÑOLA:
DON MIGUEL DE UNAMUNO *

E N este breve estudio no voy a analizar la fe de Una-


muno tal como se nos muestra en sus obras, ni voy
a seguirle en las sinuosidades de su corazón para sospe-
char cuál era en última instancia su insobornable respues-
ta al Dios viviente, que interpela a cada hombre con pa-
labras y exigencias que sólo el interesado puede percibir
y traducir. Sencilla y llanamente me voy a preguntar cuál
era su saber sobre las realidades de la fe, dónde se formó
e informó don Miguel a la hora no ya de vivir el cris-
tianismo sino de repensar sus contenidos y exigencias,
de situarlo en la historia de los movimientos espirituales de
la humanidad; a la hora sobre todo de proyectar sus exi-
gencias sobre España, concretamente sobre el marasmo
intelectual de un país que por aquellas fechas agonizaba
entre dos épocas históricas, una extenuada y abúlica, otra
resurgente y voluntariosa. No en vano la generación del
98 se sitúa al borde de dos siglos, uno que acaba y otro
que renace.

* Lo que aquí presentamos es una síntesis panorámica de otro estudio


detallado sobre las fuentes teológicas del pensamiento de Unamuno. Por eso
hemos renunciado a toda bibliografía y nos contentamos con las referen-
cias mínimas. Remitimos a esa publicación, que abarcará el inventario de
todas las obras teológicas que Unamuno cita en sus escritos y de las que
tiene en su biblioteca, conservada hoy en la casa-museo.
518 TAREAS Y PERSPECTIVAS DON MIGUEL DE UNAMUNO 519

casi en Europa un ilustre desconocido2. El 7 de abril


I de 1934 escribía a un amigo:
CARACTERIZACIÓN GENERAL DE LA OBRA
DE UNAMUNO EN LA PERSPECTIVA Mas como — y usted lo sabe muy bien — tengo por método
DEL TEÓLOGO de lecturas leer alternándolos los libros de distintas materias — de
filosofía, de historia, de literatura, de ciencias, de filología, etc. —
y en los distintos idiomas que puedo leer... 3.
Sin duda una de las impresiones más fuertes que re-
cibe el lector de Unamuno es la que produce el constatar
la universalidad de intereses que este hombre cultivó en Amoroso cultivo y conocimiento del pasado en orden
su vida, la dilatación de horizontes y la perenne curiosi- a una activación y comprehensión del presente. «Y mien-
dad, que desde la atalaya salmantina alimentó hasta sus tras leía el pasado iba leyendo el presente eterno», dice
últimos días. Le preocuparon todos los saberes de los en otra carta 4 . Quizá nadie ha descrito mejor el talante
hombres precisamente en cuanto son saber sobre el hom- de Unamuno que el filólogo Curtius, cuando le definió
bre, en cuanto que en ellos va implicado el misterio de como «excitator Hispaniae». Ésa y nada más que ésa fue
la existencia en que todos estamos inmersos. Al cons- su acariciada y duradera pasión: adentrarse por los ca-
tatar que lo mismo durante los años de estudio en Madrid minos desconocidos del corazón humano, y roturar con su
que en los de docencia en Salamanca nada quedó fuera palabra inquietante tierras aún vírgenes. Fue en el sentido
del ámbito de su curiosidad uno recuerda inevitablemente noble de la palabra un «inquisidor», porque inquirió el
aquellos versos con que Goethe inicia el Fausto1. sentido último del existir humano en una forma hacía
tiempo inusitada. Sembrador de inesperados desasosiegos,
En su pasión por el hombre real de carne y hueso, inquietante intranquilizador de toda inconsciente placidez
para poner alguna centella de luz en su existencia, se ante el misterio de la existencia humana. Ésa era su pasión
adentró también por tierras de la teología española y de y ése su gozo; remejer las entrañas de sus contemporá-
la extranjera, de la mística castellana, francesa, alemana neos haciéndoles inevitables determinadas interrogaciones
e incluso precristiana (Plotino) o extracristiana (la mística sobre el propio vivir y sobre el propio hacer, sobre el
musulmana). Esa universalidad de intereses iba secundada propio creer y sobre el propio esperar, y antes que nada
por una casi universalidad de conocimientos lingüísticos. sobre el propio morir. Desde esa necesidad de vida eterna
Su curiosidad no se detuvo en el estudio de las lenguas va a interpelarse a sí mismo y a interpelar a todos los
clásicas, griego y latín junto con todas las que de ellas demás.
surgieron, sino que se extendió a aquellas otras de centro
y norteeuropa e incluso a las del mundo semítico. Ahí He aquí el reto supremo que Unamuno dirige no sólo
quedan en su biblioteca las dos ediciones hebreas de la
2
Biblia junto con el Lexicón aramaicum atque chaldaicum «Y ahora me voy a leer a Kierkegaard (quiero leerlo antes de que se
ponga de moda entre nosotros), aquel sublime solitario de Copenhague, aquel
de Leopold. Con su conocimiento de las lenguas nórdicas, maestro de la desesperación resignada, aquel luchador con el misterio».
danés-noruego se adentrará a la larga lectura de las Ensayos I I , 517 («Desahogo lírico»). «Ahora... voy a chapuzarme en el teó-
logo y pensador Kierkegaard, fuente capital de Ibsen, que decía de joven
obras completas de Kierkegaard a partir de 1903, cuando que aspiraba a ser el poeta de Kierkegaard, según he leído en el libro de
Brandes sobre Ibsen, que es donde comencé a aprender danés». Carta a
el solitario de Copenhague era todavía entre nosotros y Clarín3 3-IV-1900. Epistolario a Clarín. Madrid 1941.
4
Cartas al amigo X, en el diario «Ahora» de Madrid, 7 de abril 1934.
1
En «£E1 Sol». Madrid 23 de junio de 1932. «No p a r a h u i r del pre-
«Ahora ya, ¡ay!, he estudiado a fondo filosofía, leyes, medicma_ y, sente histórico y distraerme de él, sino para ahondar más en éste, buscando
por desgracia, también teología, con ardoroso esfuerzo». Parte i, acto único, sus raíces en el subsuelo permanente de la historia, he acudido a mis recuerdos
escena i. vivos del pasado político de España». Obras X, 995.
520 TAREAS Y PERSPECTIVAS DON MIGUEL DE UNAMUNO 521

a los teólogos científicos y humanistas sino a todo hombre a vivir como sanos, como sensatos racionales, en el seno del sueño,
llegado a elemental madurez humana: huyendo de la vigilia y de la locura de la cruz. Sí, Nicodemo; el que
busca y rebusca más que deleite y más que engañar a la vida y a la
¿Es posible trabajar en algo serio y duradero obviando el enor- muerte, el que obra verdad y no simplemente bien, el que siente en
me misterio del universo y sin inquirirlo? ¿Es posible contem- serio y tiene hambre de eternidad éste va a la luz sin temor a las
plarlo todo con alma serena, según la piedad lucreciana, pensando convulsiones ni a la propia miseria que la luz descubre 7.
que un día no se ha de reflejar todo eso en conciencia humana
alguna? Es posible vivir según el lema que nos legó Carducci en su Consciente de su responsabilidad formuló Unamuno
Idilio maremamano: en los términos siguientes la tarea más urgente para aque-
Meglio oprando obliar, senza indagarlo, lla España que bostezaba entre insolación y aburrimiento:
questo enorme mister de ¡'Universo s. El más acendrado beneficio es el que se hace al que no nos lo
reconoce por tal: la mayor caridad que puedes rendir a tu prójimo
Reto no sólo a la nesciencia sino a la perezosa o co- no es aplacarle deseos ni remediarle necesidades, sino encenderle
barde voluntad de ignorar, y reto n o menor a la frivolidad aquéllos y crearle éstas 8.
ética. E n el relato «Nicodemo el fariseo» nos ha dejado
una página magistral, autobiográfica en el fondo 6 , sobre Y ahí le vemos zaherido por la indolencia de sus con-
la difícil tarea de todos aquellos que tienen por misión temporáneos, que prefieren la claridad de superficie a los
inquietar, pues los hombres perdonamos todo menos el problemas de fondo, aunque tengan menos evidencia
que se nos cuestionen el suelo que nos sustenta y el cie- inmediata, los caminos hechos a las pistas de la marcha;
lo que nos cobija, nuestras evidencias fáciles y nuestras de todos los que ignoran el dolor de la búsqueda y el
convicciones inmediatas. gozo del verdadero encuentro, que no nacieron para con-
quistadores libres sino para siervos conquistados:
Sí, Nicodemo, aborrecen la luz. Obsérvalos bien y verás que su
tolerancia concluye así que se hallen frente a verdadera fe; verás que Para ellos no hay quemantes lágrimas vertidas en el silencio,
soportan el que te entregues a cualquier doctrina, a cualquier- culto, en el silencio del misterio, porque estos bárbaros se lo creen tener
a cualquier fantasmagoría, pero no te aguantarán con calma el que te todo resuelto; para ellos no hay inquietud de alma, pues se creen
entregues a Jesús, a quien vas a ver de noche y a solas, y de quien nacidos en posesión de la verdad absoluta; para ellos no hay sino
hablan como de ficción de poetas. Muévete en todo género de fantas- dogmas, fórmulas y recetas. Todos ellos tienen un alma de bachi-
magorías, distráelos, deleítalos, conmuévelos si puedes; pero no les lleres 9.
toques a las eternas realidades ni quieras pasar para con ellos de las
bellas apariencias, que recrean el ánimo o le arrancan a lo sumo Ahora comprendemos por qué don Miguel se había
lágrimas de molicie. No quieren pensar en eso ni sentirlo. Aborrecen hecho unas tablas con nuevas obras de misericordia para
la luz porque la luz trae la vigilia y les saca de su sonambulismo,
de ese sueño en que viven queriéndose convencer de que están he- con el prójimo que podríamos formular así: despertar al
chos de la sustancia misma de los sueños. Mira y ve cómo se entercan durmiente, alertar al distraído, desasosegar al sosegado,
en no meditar en lo eterno. Inquiérenlo a lo sumo, tratan de raciona- agonizar al pacífico, intranquilizar al tranquilo, inquietar
lizarlo analizándolo desde fuera, pero no lo meditan desde dentro con al perezoso, angustiar al alegre. Explícitamente dirá él:
el corazón, y si acaso se ponen a esto, así que sienten convulsión
de las entrañas del alma, clamando que es enfermedad y delirio, Y lo más de mi labor ha sido siempre inquietar a mis prójimos,
desvían los ojos de esta consideración que es su cruz y vuélvense removerles el poso del corazón, angustiarles si puedo 10 .

B 7
Obras XVI, 230-231. «Pueblo que sólo piensa en conservarse, en 8
I V , 30.
enriquecerse y fortalecerse sin un para qué es un pueblo condenado a muerte». Vida de don Quijote y Sancho. Madrid 1966, 208.
IV, 81. »
10
Id., 198.
B X V I , 117-124: Mi religión...
Carta a Federico Urales. Cf. M. GARCÍA BLANCO, Unamuno..., 473.
522 TAREAS Y PERSPECTIVAS DON MIGUEL DE UNAMUNO 523

Ahora ya podemos precisar el nivel en que se sitúan los saberes a mostrar su servicio a la vida, y no menos
las interpelaciones de Unamuno, el dinamismo y la inten- obligó a la vida a hundir sus raíces en una contemplación
cionalidad que animan sus palabras. La parte de su heren- de la realidad. He aquí su lema en dos partes: buscar la
cia en la viña de los hombres ha sido la interrogación y el verdad en la vida, entendiendo por ello que el hombre
desasosiego activos. Hay hombres con misión de paz y llega al descubrimiento de la verdad no huyendo de la
hay hombres con misión de guerra; hay quienes nacieron vida o distanciándose de los problemas sino sumergién-
para crear calma en su derredor, y quienes nacieron para dose en aquélla y en éstos. Y buscar la vida en la verdad,
sembrar desasosiego en una andadura. Cuando él, que per- significando a su vez que quien no quiera interrogar deci-
tenecía a la generación de los segundos, topaba inesperada- dida y tenazmente, quien no quiera descubrirse y arries-
mente con uno de los primeros, proporcionado a él con mag- garse arraigándose en esos solares profundos donde se
nitud, reconocía estos límites a la propia tarea, aceptándo- apresa en su consistencia última el hombre, ése no ha lle-
los como un acicate, al saber que por las otras misiones gado al borde donde comienza lo humano y no pasa de
y por las otras urgencias humanas velaban otros hombres. ser un animal vestido. Aquí tiene su fundamento la guerra
Amado Ñervo, aquel poeta sereno y melancólico, largo de que don Miguel va a declarar a todos los inmediatismos y a
calma y ancho de esperanzas, le arrancará este comentario: todas las eficacias a corto plazo; por eso su salida como
nuevo Alonso Quijano por todos los caminos de España
Hacía tiempo que no veía a Amado Ñervo, con todo y vivir debelando contra la moda y contra los obsesionados por
él en Madrid, a donde he tenido que ir entretanto tantas veces. un progreso de última hora, rememorando que sólo los
Pero es que yo iba siempre de prisa y de paso a meter ruido — es el países creadores de metafísica y de mística, de humani-
sino— y él vivía metiendo silencio — ¡su sino también! — n .
dad y de civismo, han sido capaces de operar una verda-
Ésta es por tanto su grandeza y ésta su pequenez. ¿Se- dera revolución industrial13.
ría don Miguel de la generación de hombres humildes que También para los teólogos españoles de su época fue
aceptan las propias fronteras y saben dónde acaban los don Miguel una permanente pregunta, un perenne inquie-
propios dominios? Para esto se sintió vocado Unamuno: tador, y aunque ellos no se dieran por subvenidos cumplió
no a responder sino a preguntar, no a dar respuestas sino igualmente para ellos sus obras de misericordia. Creemos
a plantear problemas. Quien en él busque otra cosa, le que no podemos ir a buscar en sus libros respuestas a los
hace injusticia y se presta un mal servicio a sí mismo. En problemas que la teología plantea o que teológicamente se
su ensayo con el título Mi religión escribe: le plantean al hombre, pero a una distancia de medio si-
A quienes me digan qué soluciones traigo, les diré que si quie-
glo, sí nos podemos preguntar por la legitimidad, la for-
ren soluciones acudan a la tienda de enfrente, porque en la mía ma, el contenido, y la altura histórica que sus interro-
no se vende semejante artículo... Mi empeño ha sido, es y será gantes teológicos tuvieron, y no menos por la acogida y
que los que lean, piensen y mediten en las cosas fundamentales, comprensión que se les prestó. Sin temor a equivocarnos
y no ha sido nunca el de darles pensamientos hechos. Yo he buscado creemos poder afirmar que fue uno de los españoles con
siempre agitar y a lo sumo sugerir más que instruir. Si yo vendo mayor curiosidad teológica y sin duda el primero que en-
pan no es pan, sino levadura o fermento 12.
tró en contacto directo con lo que la llamada «teología
A esto habría que añadir una voluntad de unificación moderna» pensaba entonces no sólo más allá de los Piri-
entre los diversos planos de la existencia humana: forzó a neos sino sobre todo más allá de los Alpes.
u
13
A la memoria de Ainado Ñervo IV, 1025-
I I I , 824. *» n i , 824.
524 TAREAS Y PERSPECTIVAS DON MIGUEL DE UNAMUNO 525
dad intelectual leerá incansablemente a Kant, Hegel, Spen-
II cer y poco después Schopenhauer y especialmente los lí-
FORMACIÓN TEOLÓGICA Y FUENTES PERMANENTES ricos ingleses e italianos. El entorno filosófico español de
DE SU PENSAMIENTO aquellos años era la atmósfera eticista creada por el krau-
sismo de Sanz del Río y de la Institución libre de ense-
¿Cuáles fueron los saberes teológicos, las fuentes de for- ñanza. ¿Qué pensadores cristianos de altura pudo leer por
mación e información que Unamuno tuvo a lo largo de estas fechas? En realidad sólo dos nombres tenían algún
su vida? Cuando en septiembre de 1880 el joven bachiller peso entonces: Balmes y Donoso Cortés. Pero ni el ele-
Unamuno trasponía la peña de Orduña, dejaba atrás todo mental buen sentido común del catalán ni la fácil orato-
el mundo de su infancia anclada en la patria chica y ali- ria del político podían ser una respuesta convincente a
mentada con aquella fe profunda que había vivido tanto la honda problemática religiosa del joven filósofo. Sólo la
en la familia como en la congregación mariana. A un lado noble figura de Menéndez Pelayo, a la que guardará du-
de la peña quedaba su «bochito», aquel Bilbao que nunca rante toda su vida un fiel recuerdo, presidía con algún
va a ausentarse de su memoria; al otro lado en realidad prestigio en la universidad, pero era en otros campos: la
amanecía para él la amplitud de Castilla y en ella la tota- historia, la crítica literaria, la poesía.
lidad de Europa. La fe de su infancia y de su primera Teología, es decir, no el simple comentario repetidor
juventud iba a encontrarse con todo el pensamiento reli- sino la información actualizada y el esfuerzo creador, no
gioso y teológico europeo, e inevitablemente sufrirá una existía por aquellos años en España. Es el momento de
convulsión profunda. Ante su inteligencia, que busca luz máximo decaimiento, sin instituciones, sin personas, sin
en todos los problemas de la fe, va a formularse una fatal pasión ni esperanza. En 1868 se habían clausurado las
alternativa: lograr una evidencia total para cada uno de facultades de teología en las universidades civiles, y la
estos problemas o reducir el contenido de la fe a pura poca que se enseñaba estaba recluida en los seminarios
opinión, como la que sigue a una fórmula matemática o a diocesanos, al margen del pensamiento general, en resen-
un silogismo. En el primer caso la fe sería el fruto de una timiento y agonía. En el panorama intelectual del momen-
demostración racional por motivos necesarios; en el se- to la teología no contaba, y si exceptuamos aquel monolito
gundo quedaría relegada al campo de la doksa. La trama genial arrinconado en Santiago de Compostela, Amor Rui-
interna de un conocimiento de orden personal, que asu- bal, apenas pudiéramos designar una figura que trascen-
miendo la razón la trasciende en el amor y en la libertad, diera el nivel del comentador y pensara a nivel del tiem-
no para anularla sino para hacerla más humana, esa trama po I4. Mientras en otros países de Europa se intenta rom-
permaneció desconocida para él. per la clausura y afrontar las nuevas tareas que el tiempo
Junto a esto los dogmas quedaron reducidos a simples
fórmulas o expresiones conceptuales del mismo valor que 14
Cf. su juicio sobre la existencia o inexistencia de la teología en
una ecuación matemática; su referencia a la realidad, su España en Ensayos, 681. «Una vez más, y no será la última, tengo que
repetir lo vergonzoso y degradante que resulta el que en un país que se dice
carácter de indicadores del misterio más que de recipientes cristiano no haya leído el evangelio la inmensa mayoría de los hombres, que
por cultos se tienen», I I I , 298. «Lo que más prestigio ha dado entre nosotros
exhaustivos, el hecho de que la adhesión del creyente no a Nietzsche son sus ataques a Cristo y al cristianismo, y se lo han dado a
se para nunca en la fórmulas sino que va a través de ellas favor de la profunda ignorancia que respecto al cristianismo y a Cristo
domina entre nosotros. Tal badulaque que en su vida ha leído el evangelio
a la realidad, que no definen sino que sitúan, sin intentar por entero y mucho menos lo ha meditado, y que tiene horror a meditar
las obras maestras del espíritu cristiano, se entusiasma ante aquello de
agotarla: todo esto quedó fuera del horizonte del joven llamar a Cristo ladrón de energías, y decir de su religión que es una religión
filósofo. Entretanto arrastrado por aquella innata voraci- de esclavos; con esto cree el pobrecito que ya está desclavizado». V, 724.
526 TAREAS Y PERSPECTIVAS DON MIGUEL DE UNAMUNO 527

plantea a la fe (son los años en que surge con nuevo vigor van a ser los ideales que sustituyan a la pasión religiosa
Lovaina, en que se crean los Institutos católicos en Fran- anterior. En estas vivencias personales de los últimos
cia y la Escuela bíblica en Jerusalén) aquí nada se hace años de Madrid y de los primeros al regreso en Bilbao va
ni siquiera se intenta, aun cuando León XIII había insis- a cristalizar lo que se ha llamado su «talante protestante»,
tido ante el episcopado español para que se crearan nue- y que está determinado por una acentuación personal y
vas facultades de teología. confiducial de la fe, es decir, por una renuncia implícita a
Por estos días se celebra el Congreso católico nacio- la clarificación intelectual de sus contenidos, sustituyén-
nal y será Menéndez Pelayo quien ponga de manifiesto la dola por una confiada entrega al amor de Dios y no menos
urgencia de un pensamiento teológico que pueda reasu- por el salto desde una angustia religiosa emanada de un
mir los problemas en el nivel y en la intensidad en que se legalismo anterior a una voluntad de libertad absoluta
plantean, y ello no por simple curiosidad intelectual sino frente a la ley.
por elemental responsabilidad para con las exigencias de Por estos días, aun cuando no hemos podido precisar
una fe que quiera vivirse no como un resto de tradición por qué caminos, entra Unamuno en contacto directo con
pasada, sino como un fermento de vida presente. En su la teología protestante, pues si ha derivado su preocupa-
discurso sobre «la iglesia y las escuelas teológicas» es- ción religiosa del plano intelectual al plano ético sin em-
cribe: bargo no ha restañado su curiosidad teológica, que le va
a durar hasta los últimos días de su vida, en que aún lee
¡Y entretanto los católicos españoles —doloroso es decirlo,
pero éstos son días de grandes verdades —, distraídos en cuestiones y anota lo que entonces era el último grito de la teología:
estúpidas, en amargas recriminaciones personales, vemos avanzar la Dogmática de Karl Barth, aparecida en 1928. Si ahora
con la mayor indiferencia la marea de las impiedades sabias y tuviera que diseñar a grandes rasgos las tierras múltiples
corromper cada día un alma joven, y no acudimos a la brecha cada en que arraiga Unamuno diría que su vivir diario se ali-
día más abierta de la metafísica, ni de la exégesis bíblica, ni a la
de las ciencias naturales, ni a la las ciencias históricas, ni a nin- menta de aquella carga inicial que asumió en Bilbao y que
guno de los campos donde siquiera sel s dilatan los pulmones con el le actualiza su esposa y su hogar16; su sensibilidad poé-
aire generoso de las grandes batallas! tica se alimenta sobre todo con lecturas inglesas, italianas
y portuguesas, en filosofía y teología Unamuno bebe en
Éste es el contexto en que Unamuno surge. Su pasión fuentes alemanas o en los ríos que de aquéllas derivan.
de verdad no va a encontrar eco en los hombres que conoce A los 18 años se iniciaba en la lengua de Goethe tradu-
en la universidad ni menos en los libros que sobre temas ciendo la Lógica de Hegel, que todavía no dominaba a
teológicos le ofrecen. Es el momento en que se opera en perfección cuando lee el primer libro de teología, el que
su vida un desistimiento de hacer luz en los problemas teó- sin duda más influyó en su religiosidad personal: una obra
ricos de la fe, en que va a derivar hacia una forma de rea- del que fue profesor de Rudolf Bultmann, Wilhem Herr-
lización humana más práctica que teórica, más situada
sobre la vida vivida que sobre la verdad buscada. En esta 16
decisión va a influir inconscientemente una reacción con- «Concha... mi verdadera madre, sí. En el momento de abismática
congoja, cuando me vio en las garras del ángel de la nada llorar con un
tra su fe anterior tejida de principios dogmáticos y de llanto sobrehumano me gritó desde el fondo de sus entrañas maternales,
sobrehumanas, divinas, arrojándose en mis brazos: "hijo mío". Entonces
angustias morales. Hacer el bien sin más, ser simplemente descubrí todo lo que Dios ¿izo para mí en esta mujer, la madre de mis
bueno y afrontar las responsabilidades de la profesión civil, hijos, mi virgen madre...», IV, 957. Para con su mujer confiesa Unamuno
la deuda máxima que un ser humano puede tener para con otro: el que le
haga avergonzarse de su tristeza: «A mi mujer la alegría del corazón le rebasa
15
Cf. P. LAÍN ENTRALGO, La generación del noventa y ocho. Madrid por los ojos, y ante ella tengo vergüenza de estar triste». Carta a Maragall,
1956- 15 de febrero de 1907.
528 TAREAS Y PERSPECTIVAS DON MIGUEL DE UNAMUNO 529
17
mann . Este libro y otros tres más van a conformar su men de la Historia de los dogmas, de Harnack. Nos atre-
mente para toda la vida, y nos bastarían para poder ras- veríamos a afirmar que quien conozca estos tres autores
trear la totalidad fundamental de los temas teológicos que nada nuevo encontrará en la temática religiosa de Una-
aparecen en sus libros. Las dos primeras son de Ritschl: muno 21 .
La historia del pietismo, y la Doctrina cristiana sobre la Estos tres teólogos son los únicos que en realidad
justificación y reconciliacióní8. Esta última consta de dos constituyen la fuente formadora de su pensamiento, a
volúmenes: del primero anota en sus páginas finales 22 diferencia de todos los demás que le irán informando de
ideas y 51 del segundo. De ella va a hacer una segunda nuevos puntos de vista o ampliando los ya conocidos,
lectura en años posteriores y volverá a anotar cuidadosa- como ocurrirá con todo el protestantismo francés, pero en
mente lo que todavía le parece sugestivo en su maestro de nada afectarán a las bases de su pensamiento ya definiti-
juventud. vamente configurado. Estos tres grandes de la Alemania
La cuarta de las grandes obras teológicas decisivas de Bismark representan la traducción teológica de Kant,
para su pensamiento es el Manual de historia de los lo que se ha llamado el liberalismo teológico o protestan-
dogmas de Adolfo Harnack w . Los ejemplares que se con- tismo cultural, caracterizado por una reducción ética del
servan en la casa-museo nos dejan percibir con exactitud mensaje evangélico, por una acentuación de los aspectos
el largo trabajo y las reposadas lecturas que había dedi- intrahistóricos que el cristianismo implica, con la reduc-
cado a estos tres volúmenes, que en sus días constituye- ción casi total de los aspectos dogmáticos, sacramentales,
ron el monumento cumbre de la investigación en el campo jerárquicos y escatológicos. En sus libros hay que distin-
de la historia de los dogmas, interpretados éstos como guir la inmensa aportación que han significado para el co-
resultado de un largo proceso de helenización del cristia- nocimiento del cristianismo naciente, es decir, su labor
nismo, traicionando la original simplicidad religiosa del como historiadores y sus presupuestos dogmáticos, que en
mensaje evangélico, centrado en la idea de Dios como definitiva son heredados de la Ilustración, de la que son
Padre revelado por Cristo, incluyendo en esta revelación los últimos exponentes.
el descubrimiento de la fraternidad universal, a la que
debería seguir el gran imperativo de la paz. A Harnack Resulta extraño constatar que Unamuno, tan sen-
debe Unamuno toda su erudición patrística, ya que si sible a los aspectos escatológicos y trascendentales del
exceptuamos a Clemente Alejandrino, a quien conoce en cristianismo, a la significación de la mística tal como
lectura directa por la nueva edición crítica del Corpus él la conocía en san Juan de la Cruz y en santa Te-
Berolinense ^ probablemente a casi ningún otro de los Pa- resa de Jesús, se haya entusiasmado con los represen-
dres ha leído en texto directo, ni siquiera a Tertuliano, tantes de una teología, cuyos dinamismos más profundos
cuyo nombre aparece con frecuencia, incluso encabezando estaban en total contradicción con sus propios impulsos
el capítulo VI de El sentimiento trágico de la vida, con personales. No menos interesante añadir que Unamuno,
una cita que apuntó después de haber leído el tercer volu- tan crítico, tan dueño y señor de sí mismo, se haya com-
portado como un párvulo a la hora de seguir los dictados
de sus maestros en teología; que no haya percibido cómo
17
W. HEERMANN, Der Verkehr des Christen mit Gott, im Anschluss en realidad éstos no eran los genuinos representantes del
an Luther
18
dargestellt. Stuttgart 1896.
A. RITSCHL, Die christliche Lehre von der Rechfertigurig una 21
Versdhnung. Bonn 1870 y 1874; I D . , Die Geschichte des Pietismus. 3 Bande «El núcleo de mi estudio "La fe" es de obras de teología luterana,
1780-1786. . . de Herrmann, de Harnack, de Ritschl». Carta a Clarín 10 de mayo de 1900.
19 A. HARNACK, Lehrbuch der Dogmengeschichte. Leipzig 1886-1889. «Ahora me preocupan mucho los estudios religiosos: la gran Dogmengeschichte
30
Edición O. Stáhlin, GCS 12. Berlín 1906-1909. de Harnack me abrió grandes horizontes: ahora estudio las últimas evolucio-
nes de la teología luterana con Ritschl a la cabeza». ld.r 9 de mayo de 1900.
530 TAREAS Y PERSPECTIVAS DON MIGUEL DE UNAMUNO 531-

verdadero protestantismo y que distaban mucho de pro- Dogmatik de Karl Barth, que le llegó probablemente a
longar la herencia religiosa de Lutero, aunque prolonga- través de su amigo Clemente de Velasco Sánchez Arjona,
ran otros de los impulsos históricos que emanaron de su director de «La Lectura» y diputado en cortes por Ciudad
persona y obra. No en vano toda esa época es designada Rodrigo. Todavía escribe siete citas en la página final, sin
por la investigación actual como «neoprotestantismo» y a que ellas nos dejen sospechar si fue lo suficientemente cla-
partir de la primera guerra mundial va a entrar en una rividente para percibir que aquel volumen era el juicio
profunda crisis y a ser sometida a una dura crítica pri- condenatorio y el fin de toda la teología, de la que él
mero por la llamada «teología dialéctica» y luego por to- hasta ahora se había venido alimentando. Con pulso débil
dos los movimientos eclesiales de la iglesia evangélica. anota entre admiraciones la frase en que Lutero mani-
Sin embargo a partir de 1910 se dibuja en su obra un fiesta su imposibilidad de retractarse y que se dice haber
distanciamiento progresivo respecto del protestantismo sido pronunciada en la dieta de Worms ante el César Carlos:
que se perfila ya bastante claro en Del sentimiento trágico «Hier stehe ich, ich kann nichts anders, Gott helfe mir».
de la vida, que se concreta en El Cristo de Velázquez, y Junto a esta influencia estrictamente teológica de los
que, de haber tenido más sosiego y tiempo a partir de esas autores alemanes habría que anotar la que ejercieron con
fechas, quizá se hubiera consumado definitivamente. Guia- sus obras autores espirituales como Enrique Seuse, Bóhme,
do por los tres autores a que hemos aludido vivirá inespe- Ángelus Silesius, la Tbeologia deutsch, vademécum de
rada y sorprendidamente inmerso en toda la problemática lectura espiritual de Lutero, Hamann el llamado mago
de la crítica bíblica, de la investigación en torno a la del norte, amén de los poetas Goethe, Novalis, Hólder-
vida de Jesús (Lebensjesuforschung); de la historicidad y lin, Gottfried Keller.
condicionamientos de la revelación; de la diversidad de Comparadas con la alemana las influencias que ejercie-
concrecciones de la primitiva iglesia en el encuentro entre ron sobre él otros teólogos, pierden en relieve, porque
revelación cristiana y mundo griego; de la formación y apenas son otra cosa que el esfuerzo literario que prolon-
evolución del dogma; de la unidad y diversidad de confe- ga a públicos amplios lo que entre el Rin y el Danubio
siones primitivas de fe; del surgimiento de las herejías y se había pensado varios decenios antes. Así ocurre con la
de su significado para la comprensión del dogma y del teología liberal francesa. En los alrededores de 1900 es-
evangelio; del nacimiento o cristalización de formas es- cribe a su amigo Federico Urales:
tructurales y de la autoridad en la iglesia; de la temática
evangelio-ley; finalmente de todo lo que de revolucionario Hará cosa de cuatro años — 1897 — atravesé una crisis íntima
para la historia de la comprehensión cristiana significó y de que sería larguísimo darle detallada cuenta. Fue un período de
sigue significando la persona de Lutero. terribles angustias, que reflejé en mi ensayo «Nicodemo». Bajo aquel
golpe interior volví o quise volver a mi antigua fe de niño. ¡Impo-
Después de estos autores siguieron otros muchos aun- sible! A lo que he vuelto es a cierto cristianismo sentimental algo
que sin apenas influjo definitivo en sus ideas: Schleierma- vago, al cristianismo llamado protestantismo liberal, al de los Baur,
cher, Troeltsch, Kaftan, Kalthoff, Strauss, Welhausen, Ro- Harnack, Ritschl y a la tan simpática escuela francesa de Renán,
los dos Sabatier, Stapfer, Menegoz, etc., a la dirección que marcó
the, Eucken, Bousset, Weizsácker, Pfleiderer, Hbfling, Schleiermacher 22.
Baur, Wobermin, Holtzmann. Con ojos asustados hemos
ido recorriendo en su biblioteca todos estos nombres, pre- Extraño nos resulta este elogio que hace a la teología
sencia viva del mundo germánico, sorprendidos por la enor- liberal francesa, él que odió cordialmente a nuestros veci-
me curiosidad de don Miguel, sorpresa que ha terminado
en verdadero asombro al tropezamos con la Kirchliche 22 Carta a Federico Urales. Cí. M. GARCÍA BLANCO, Unamv.no..., 473.
532 DON MIGUEL DE UNAMUNO 533
TAREAS Y PERSPECTIVAS

nos del otro lado de los Pirineos por considerarlos en sus Kierkegaard. Con respeto y admiración he ido hojeando
personas y en sus obras «tan sonoros como vacíos»23. En los catorce volúmenes de las obras completas, que uno a
carta a Nin Frias del 19 de julio de 1907 escribe: uno leyó en danés y anotó al margen de cada página o
en las páginas finales. Sin embargo opino que a pesar del
En casi todo estoy de acuerdo con usted. Sólo nos apartamos influjo inmenso que sobre él ejerció, este influjo advino
en que yo padezco misogalismo o francofobia y digo padezco porque para fortalecer a una personalidad ya cristalizada, enrique-
no sé razonar esa manía. Admito cuanto en loor y elogio de Francia ciéndola y ampliando, dilatándola, pero ya no constitu-
se dice, pero no me gana el corazón. No tengo alma latina. De Fran-
cia sólo me gusta esa animosa minoría de hugonotes, los Sabatier, yéndola 27.
Réville, etc. Rousseau y Amiel no son franceses en ningún sentido. Cuando uno posa la mirada sobre la biblioteca de Una-
El espíritu de Voltaire, Montaigne, Racine, Zola, etc., me repele, muno algo llama sorprendentemente la atención: la ausen-
aunque reconozco su grandeza. Logran claridad cerrando sus ojos al cia total de teólogos españoles, explicable porque en rea-
misterio 24.
lidad no existían; y la casi total ausencia de teólogos ca-
Y en otro lugar escribe: tólicos franceses, a excepción de Lacordaire y Lamme-
nais junto con la presencia pobre pero inconsiderada de
Prefiero leer mi Hegel, mi Schleiermacher, mi Schopenhauer, grandes teólogos católicos alemanes: sólo Hermann Schell
a echarme al coleto la turbamulta de literatos parisienses que del y Phole 28 . Si enjuiciamos la representatividad de su pensa-
savoir faire no pasan. Me gusta más el manantial. Todas esas cosas miento teológico, no ya sólo en el espacio sino en el
de una página bien escrita encubren una indigencia mental y senti-
mental 25. tiempo, constatamos que don Miguel apenas va más atrás
de Kierkegaard, es decir, de la mitad del siglo xix. De los
Sin embargo en años posteriores alimentará sus ocios reformadores protestantes sólo recoge lo que perdura en
con la lectura de Loisy y de Le Roy 26 y en los últimos los libros de Harnack, de Wilhem Herrmann y de Ritschl;
días de su vida con los planfletos que surgieron en torno la gran escolástica (Tomás, Buenaventura) y ia escolástica
al affaire del modernismo. Con ellos zurce la tela de su final (Eckart, Nicolás de Cusa...) le son casi totalmente
última obra de intento filosófico: La agonía del cristia- desconocidas. ¿Cómo no sufrir al ver que don Miguel no
nismo, la más débil intelectualmente y quizá la más pobre poseyó ni parece haber leído a san Anselmo, aquel cre-
literariamente de cuantas escribió sobre temas serios. La yente que fue todo él hambre de luz y pasión de compren-
situación de hombre desterrado no era la más propicia para sión, que acuñó el lema: «Fides quaerens intellectum»; a
la calma y la clarividencia. quien redescubrirá por sus mismos días Barth en su fecun-
Si a los nombres citados añadimos ahora la docena didad para el presente, constituyéndole en el símbolo de
de teólogos que leyó de habla inglesa: William James, una fe, que sin desnaturalizarse y por ser tal deviene
Balfour, Berkeley, Stanley, Robertson, Philips Brooks, visión y gozo, hasta el punto de que todavía hoy no hemos
Brackhouse, Barclay, Hatch, Buttler, Wolston, Tyrrel y descifrado si su gran obra, el Proslogion, es obra de mís-
von Hügel tendríamos la lista casi completa de las fuen- tico, de teólogo o de filósofo. De haber conocido este lema
tes donde bebió Unamuno su inspiración teológica. Nos hubiera quizá equilibrado aquel que en el fondo consti-
queda sin embargo un nombre único, el de un gigante:
27
Cf. J. A. COLLADO, Kierkegaard y Unamuno. La existencia religiosa.
23 Madrid 1962.
34
Carta a Nin Frías, 6-3-1907. Santa Fe 1944. 28
De Schell conoce únicamente su obra sobre Jesucristo y de Pohle la
25
Id., carta de 19-7-1907, 83-84. Dogmatik. Bien extraño es que no sospechara siquiera la existencia de los
28
Ensayos X X X V I . maestros de la escuela de Tubinga. Es explicable, si pensamos que apenas
Del primero sólo la obra polémica: L'Evangile et l'Egtise, y del se- juega un papel en su cosmovisión el nombre de Hegel y del idealismo.
gundo : Dogme et critique. Se los descubre su amigo Ilundain.
534 TAREAS Y PERSPECTIVAS DON MIGUEL DE UNAMUNO 535
tuye la esencia de su pensar: «Spes quaerens experímen- cendentalmente humanos y religiosos como el profetismo,
tum» 29 . la oración de los salmos, la esperanza mesiánica, la deses-
A la patrística tuvo acceso por el contacto con Har- peración creyentemente esperanzada que marca la vida
nack. Los textos que él citaba le suscitaron la curiosidad de los grandes testigos de Dios, como Jeremías, Job,
por leer en su texto original a aquel intelectual griego Amos?
convertido al cristianismo, que hizo de la gnosis el supre- Hasta aquí el simple inventario. Si ahora intentásemos
mo ideal cristiano, hasta el punto de afirmar que no hay una valoración, subrayaríamos la unilateralidad de sus
fe sin conocimiento subsiguiente, y que no hay conoci- fuentes: sólo protestantes, y sólo de una época, y sólo
miento sin fe precedente30. Casi a ningún otro autor de la una de entre las diversas corrientes que se cruzan en esa
época patrística conocerá directamente a excepción de san época; junto a esto la ignorancia casi total de otras co-
Agustín en sus lecturas tempranas. ¿Y la Biblia? Es harto rrientes católicas y de pensadores valiosos existentes en
significativo que abriera cada jornada con una lectura del esa época. Su lectura careció totalmente de esfuerzo teo-
Nuevo Testamento31. Un ejemplar griego de éste le acom- lógicamente crítico. En realidad no poseía la formación
pañará toda su vida. ¿Y no es todo un símbolo de su perso- necesaria para tal ejercicio. ¿Cómo explicarse que Unamu-
nalísima opción de ultimidad el que, forzado a salir ca- no no leyera nada de Newman, él que fue lector asiduo
mino del destierro, tuviera que abandonar todas sus cosas del padre Faber 33 ? ¿Cómo explicarse el que le pasara
y libros, y marcharse hacia Fuenterrabía con uno sólo en el desapercibido lo que Blondel estaba significando para el
bolsillo al lado del corazón: el Nuevo Testamente en tex- pensamiento cristiano, y lo que la exégesis del padre La-
to original griego? No ocurre lo mismo con el Antiguo Tes- grange tenía de gérmenes para el futuro?
tamento, que si le era familiar como texto literario, le Éstas son las lecturas, que como leña seca fueron ali-
desconoce y minusvalora totalmente en perspectiva teoló- mentando la hoguera del espíritu de don Miguel. ¿Tanta
gica, sin poderlo reconocer como prehistoria cristiana, leña no consumiría la brasa religiosa originaria de su
como no lo reconocía su maestro Harnack 32 . De lo con- infancia? No es nuestra tarea dilucidar este problema.
trario ¿cómo hubiera podido ignorar fenómenos tan tras- Pienso sin embargo que en Unamuno tenemos ejemplo
vivo y anticipado de muchos de los traumas que agrietan
29
«Como la persona es una voluntad, y la voluntad se refiere siempre hoy la piel y el alma hispánicas: el encuentro con una
al porvenir, el que cree, cree en lo que vendrá, esto es, en lo que espera.
No se cree en rigor lo que es y lo que fue sino como garantía, como sustancia
cultura espiritual y con una civilización europeas gestadas
de lo que será», XVI, 317.
30
en cinco siglos, mediante tres revoluciones, para el que
31
Stramata 5, 1: Stáhlin I I , 326, 8. nos faltan asideros mentales. Cuando el latino se encuen-
«Estos versos, más o menos canciones, han sido mejor que escritos
cantados o canturreados con pluma metálica en una celda del destierro donde tra con el germano está ante un reto y batalla inevitables.
todas las albas me remozaba el espíritu releyendo en el Nuevo Testamento».
«La lectura y lección del Nuevo Testamento me era padrenuestro de cada La fe de don Miguel careció de la madurez, ilustración y
día», XV, 7. «¡Qué mañanas aquéllas de mi soledad parisiense! Después de
haber leído, según costumbre, un capítulo del Nuevo Testamento, el que me
ambientación espiritual necesarias para asumir la carga teo-
tocara en turno, me ponía a aguardar, y no sólo a aguardar sino a esperar lógica de los maestros germanos, y sobre todo para situarla.
la correspondencia de mi casa...», IV, 911. «En cuanto clareó el día vi
desde la cama el campo nevado y nevaba silenciosamente. Cogí de la mesilla Y aquí habría que situar la pregunta por las responsabilida-
el evangelio — mi Astete — y leí el capítulo de la Epístola de san Pablo
a los colosenses», XV, 877.
des de esta carencia: el entorno, la iglesia, los teólogos.
83
«Rechazar el Antiguo Testamento en el siglo 11, como quería Mar- Si un encuentro y asimilación no son creadores, es de-
ción, hubiera sido un error que la iglesia con todo derecho superó; mantenerlo
en el siglo x;vl fue un destino al que la reforma no fue capaz de escapar; cir, si no hay capacidad para la crítica y el cuestionamien-
pero mantenerlo en el siglo x i x como un documento religioso por parte del
protestantismo es la consecuencia de una parálisis religiosa y eclesial», 33
Cf. A. ZuBlZARRETA, Miguel de Unamuno, lector del padre Faber:
A. HARNACK, Marcion. Tübingen 1924, 127 1 222. Salmanticensis 3 (1960) 667-701.
536 TAREAS Y PERSPECTIVAS
DON MIGUEL DE UNAMUNO 537
to, para la negación a la vez que para la afirmación, en- en diálogo con Max Plank o Niels Bohr? También en teo-
tonces no sólo se tornan empobrecedores sino incluso alie- logía hay un rigor: no basta estar enterado de lo que se
nadores. Se es una víctima donde podía haber tenido lu- dice para aventurar soluciones. Pero no quisiéramos decir
gar un renacimiento. Creemos que fueron los últimos años todo esto como acusación vulgar a Unamuno, porque si
de don Miguel la larga agonía de un alma hispánica cada no hay maestros, tienen que aventurarse los discípulos, y
vez más saturada de fe y esperanza cristiana por un lado, cuando los llamados a cumplir determinadas responsabili-
y por otro cada vez más minada por una teología que no le dades no las cumplen, debe asumirlas quien tiene buena
era connatural ni por temperamento ni por aspiración. En la voluntad aun cuando no tenga su buena inteligencia equi-
identidad de una fe católica cada grupo o generación espi- pada con todos los saberes teóricamente necesarios.
ritual ha de crear su teología y si esto no ocurre traiciona
la misión de alimentar esa fe. Hasta tal punto se le escin-
dió el alma que llegó a afirmar que fe y teología son una III
antinomia, y que ningún buen teólogo podrá ser buen
cristiano34. Don Miguel supo demasiada teología para SUS ESCRITOS: RETO A LA TEOLOGÍA
contentarse con la pobreza y aceptar ser alumno de los DE ANTAÑO Y DE HOGAÑO
maestros españoles, supo en cambio demasiado poca para
Ya podemos terminar con lo que en realidad era nues-
poder ser maestro al lado de los alemanes. Y él que en el
tro tema. Sólo mostrar cómo el mundo personal de Una-
umbral de su vida decidió ser una pura voz que clama e
muno ya en sí mismo constituía un reto al entorno inte-
invita a la búsqueda, no sufrió el vértigo de los problemas
lectual y espiritual en que se movía. Reto ante todo a una
y se lanzó a dar por sí mismo soluciones teológicas, que
mentalidad general en España: el dogmatismo en todos
eran tan falsas en sus resultados como bien intencionadas.
sus exponentes, definible como la postura que impone la
Junto con nuestra admiración por su saber casi uni-
repetición frente a la innovación creadora, la afirmación
versal, por su laboriosidad indefesa, por su curiosidad
autoritaria frente a la búsqueda en libertad. De aquí sus
que no cejó hasta el fin, no podemos menos de recordar
denuestos contra todas las inquisiciones, las de antes y
a don Miguel las palabras que él dirigió al biólogo Le Dan-
las de ahora, las de la teología y las de la ciencia que no
tec cuando se metió a teólogo:
eran más suaves en su opinión36. Tenía tanto miedo al
odium antitheologicum como al odium theologicum37. Reto
Conviene decir por conclusión que si hay una biología y una
fisiología y una geometría y una sociología, hay también una teología, a una mentalidad fixista para la cual la verdad y el hom-
tan ciencia en su método como otra cualquiera. Y que tan absurdo bre existen paralelos ignorando que la verdad sólo se
es que un Le Dantec cualquiera se meta a escribir de ateísmo sin entrega si es buscada en amor y en esfuerzo, que no pre-
haber saludado la teología, como que un teólogo se meta a hablar existe como un objeto material ante nuestros ojos y es la
del plasma germinativo y de la herencia biológica sin haber saludado resultante de nuestro arriesgo y de nuestra libertad. Por-
la biología3S.
que tampoco el hombre es una realidad concluida o clau-
Nosotros diríamos más: no basta haber saludado una sa
«Los librepensadores españoles profesan un librepensamiento a la
ciencia para entrar en diálogo con los maestros. ¿Sería católica española; sustituyen la superstición religiosa con la superstición
suficiente conocer los rudimentos de la física para entrar dentista — hablan de la Ciencia y de la Razón ambas con letra mayúscula —
y si antes juraban por santo Tomás, luego juran por Haeckel o por otro
31 ateólogo cualquiera del libre pensamiento», Ensayos I I , 330.
Esta es la idea que cruza por toda su obra La agonía del cristia- 37
«Hay también una abogacía antiteológica y un odium antitheologicum.
nismo. Muchos, muchísimos hombres de ciencia, la mayoría de los que se llaman
<* I I I , 1198. a sí mismos racionalistas, lo padecen», XVI, 222-223.
538 TAREAS Y PERSPECTIVAS
DON MIGUEL DE UNAMÜNO 539
surada. Uno y otra son más bien potencialidades del fu-
cristianos. Creo que se puede afirmar que sobre nada hay en España
turo y sólo en la marcha se hacen, y sólo en el andar se más ignorancia que sobre religión y que no son los religiosos maes-
poseen. Reto a la ignorancia teológica hispánica, no sólo tros en ella. Las apologéticas que aquí se publican se caen de las
como hecho sino ante todo como postura. Nada le irritó manos; no puede darse vulgaridad y ramplonería mayores. Es claro.
tanto como aquella respuesta del catecismo de Astete, ¿Cuántos de nuestros maestros en teología serán capaces de leer sin
según la cual el individuo puede delegar su saber sobre tropiezos en su original los padres griegos 39?
las realidades cristianas en los doctores de la iglesia, que No es difícil comprender que Unamuno y su contorno
sabrán responder como si del propio vivir y morir se pu- eran dos mundos que hablaban lenguas diferentes, que
diera uno descargar en el prójimo. Él que había descrito pensaban en mundos diferentes, que se alimentaban de
su religión como un buscar la verdad en la vida y la vida lecturas diferentes; dos mundos que se iban endurecien-
en la verdad; como un luchar incansablemente con el mis- do progresivamente hasta llegar a la exasperación. A nega-
terio; un batallar con Dios desde que rompe el alba hasta ciones totales respondían afirmaciones totales, a la absolu-
que cae la noche; un no transigir con aquello del incog- tización de un aspecto se respondía con la absolutización
noscible ni con aquello otro de «de aquí no pasarás»; un del contrario. Es decir, a una herejía con otra herejía.
rechazar el eterno ignorabimus y trepar en todo caso has- Esto ocurrió con sus afirmaciones sobre la fe que acen-
ta lo inaccesible: un hombre así, ante una fe de carbonero tuaban hasta el extremo ilegítimo la legítima y necesaria
implícitamente constituida en ideal ¿cómo iba a reaccio- dimensión personalista de la fe, el elemento de confianza
nar? y entrega del ser total que el acto de creer implica. Todo
Era precisamente a fines de siglo cuando el claustro de esto era juzgado intolerable desde una concepción no dog-
la universidad de Cervera afirmaba que lejos de ellos la mática sino teológica puramente intelectualista, que sitúa
peligrosa osadía de pensar38, y entre los católicos no falta- la fe en el nivel de la razón al margen de la totalidad hu-
ba quienes pensaban que una vez definida la infalibilidad mana. Y poco más o menos podríamos ir diciendo de
pontificia podíamos ahorrarnos todos el esfuerzo del pen- otros temas: Dios, la iglesia, la escatología, valor y sig-
samiento y el riesgo de la búsqueda teológica. Entre los nificado de las fórmulas dogmáticas, la importancia de la
muchos textos unamunianos que podríamos citar de in- resurrección de Cristo para el cristianismo. ¿No es bien
vectiva contra la ignorancia en materias exegéticas, his- significativo el que Unamuno se haya adelantado veinti-
tóricas y dogmáticas, voy a citar solamente uno: cinco años al redescubrimiento de figuras como Kierke-
gaard, Pascal, Dostoievsky, que la teología dialéctica por
De la ingente labor histórico-crítica que, acerca de los orígenes, un lado y católicos como Guardini van a estudiar luego
el desarrollo y la vida íntima de las confesiones cristianas se ha con toda calma y respeto? También aquí se cumplió la an-
llevado a cabo en lo que va de siglo, ¿qué se enseña en nuestros
seminarios, donde apenas se hace otra cosa que dar vueltas al indi- tigua ley: los problemas sólo pierden su peligrosidad
gesto Perrone y machacar en fórmulas petrificadas? Algo han oído cuando se les afronta con tanta sinceridad como rigor
hablar de Strauss, de Renán y de Reville, de Baur y acaso de crítico.
Schleiermacher éste o el otro, pero habrá que contar con los dedos
de la mano los que tengan alguna noticia clara de los trabajos de El que como teólogos consideremos heterodoxas las
Hatch, Gieseler, Harnack, Reuter, Ritschl y tantos otros bene- respuestas que Unamuno dio, no nos impide afirmar que
méritos investigadores del pensamiento y sentimientos religiosos sus preguntas fueron absolutamente legítimas, y que nadie
38
como él en España vivió atento a todo lo que en el hori-
«Lejos de nosotros la peligrosa novedad de discurrir», 3 de mayo zonte europeo se pensaba sobre los problemas fundamen-
de 1827. Citado por A. TOVAR, Universidad y educación de masas. Barce-
lona 1968, 40.
39
i v , 75-76-
540 TAREAS Y PERSPECTIVAS
DON MIGUEL DE UNAMUNO 541

tales de la existencia cristiana. Las responsabilidades re- bir, que piensa para producir pensamientos, pero que ja-
caen por tanto no sólo sobre las respuestas mal dadas sino
más piensa para la propia salvación, que no ora, es decir,
sobre todo sobre las que no se dieron de parte de quien
que no baja hacia ese hondón de sí mismo donde uno se
estaba llamado a darlas, más aún, de parte de quien ni si-
quiera tuvo lucidez para percibir preguntas y columbrar acoge como don, y percibe una luz iluminadora de la pro-
las dubitaciones de un mundo nuevo. pia, que nos la torna nueva y nos revela nuestras tinie-
blas, que nos juzga y nos salva42.
Él mismo se ha percatado de cómo posiblemente bajo
IV el ropaje de tanta angustia aparente se esconde un resto
de frivolidad no superada:
DOS PALABRAS DE VALORACIÓN CRÍTICA
No amor a la verdad, sino lujuria
Dejemos de una vez para siempre constancia de un intelectual fue siempre el alimento
fallo histórico de la teología española, que hubo de dialo- de tu mente, lo que te dio esa furia
gar y convivir cerca de Unamuno. Pero ¿y don Miguel? de perseguir a la razón violento,
¿No hizo de sus posibilidades mejores y de sus saberes mas ella se vengó de tal injuria
haciendo estéril a tu pensamiento 43.
una nueva infalibilidad? ¿No se irguió hierático ante to-
dos pontificando desde su torre de marfil? Pienso que lo También la búsqueda intelectual ha de realizarse en la
mismo que a aquellos a quienes criticaba le faltó la calma veneración religiosa ante lo real, en el abandono añorante
y el rigor para examinar de cerca los problemas. Ha grita- y en la espera confiada, es decir, en la gratuidad personal.
do, ha vivido en grito ininterrumpido, ha hecho teatro de Como toda figura humana está la tela de don Miguel de
su sinceridad, parándose a oír el propio eco"°. Unamuno trenzada de luz y sombras. Nosotros que no he-
Termino con tres textos claves, en que don Miguel mos sido contemporáneos suyos tornamos nuestra mirada
hace autocrítica, exponentes de la lucidez con que ve y a él con el valor de admirar su genio y dejarnos alumbrar
reconoce el carácter ambiguo de su sinceridad: con su iluminación; con la libertad necesaria para acoger
Es ya de noche; he hablado esta tarde en público y aún se me
su reto y en la misma libertad devolvérsele. Él no fue ni
revuelven en el oído tristemente los aplausos. Y oigo también los filósofo ni teólogo, pero con sus interpelaciones geniales
reproches, y me digo: ¡tienen razón! Tienen razón: fue un número estuvo llamado a provocar mucha filosofía y teología. Con
de feria; me estoy convirtiendo en un cómico, en un histrión, sus palabras diríamos propias: el pan que él vende no es
en un profesional de la palabra. Y ya hasta mi sinceridad, esta pan sino fermento44.
sinceridad de que he alardeado tanto se me va convirtiendo en
tópico de retórica 41. Admiramos su búsqueda incesante pero la hubiésemos
querido ungida de más amor; junto a tanto perseguimien-
Porque ésa es la más sutil tentación humana: jugar al to más acogimiento, junto a tanto señorío mayor servicio,
heroísmo del existir mas no en verdad ante Dios, sino en porque la verdad y el misterio tienen un nombre personal:
tablas frente a los hombres. En su Diario anota humilde- Dios en Cristo, y a la persona no se le puede forzar a decir
mente que sus pensamientos son un pequeño teatro y que
le velan el fondo del propio ser; que estudia para escri- 42
Cf. Ch. MOELLER, Literatura del sigla XX y cristianismo. Madrid
1961, 43134.
4i
«Don Juan de las ideas»: Rosario de sonetos líricos, 29-XI-1910.
bo Cf. S. ALVAREZ TURIENZO: La Ciudad de Dios 175 (1962) 368. En otro lugar se va a definir a si mismo como campana humilde que
« Vida de dan Quijote..., 179. no es la voz. sino invita a oír a aquel que es voz y verdad en uno: «Hazme,
Señor, tu campana, / campana de tu verdad, / y la guerra de este siglo /
me dé en tierra eterna paz», IV, 939.
542 TAREAS Y PERSPECTIVAS

su verdad, sólo nos queda esperar su revelación y cuando


ésta tenga lugar recibirla en fe, es decir, en fidelidad, en el
regazo de nuestro amor, y en la siembra de su semilla como
servicio a los demás. Sólo cuando el hombre va más allá de
sí sobre sí, en confiada esperanza y en el amor que se vive
como respuesta a un amor anterior, tiene el hombre la paz.
Es Unamuno quien va a repetir el verso de Dante: EPILOGO

In la sua volontade é nostra pace 45. EL PENSAMIENTO Y LA TEOLOGÍA,


A quien vive en Salamanca la presencia de Unamuno UN INEVITABLE QUEHACER
se le torna viva y familiar. Con ella inevitable el diálogo,
y con el diálogo el reto a quienes consagran sus vigilias a La vida es lucha y la existencia es marcha. Una y otra
la teología. Es llegada la hora de que se anden en doble son humanas en cuanto que el hombre hace de ellas un
dirección los metros que separan las dos facultades de filo- proyecto, tomando conciencia de las posibilidades que tie-
sofía y de teología46, y que se inicie un conversar fraterno ne y optando por unas u otras; porque el hombre se rea-
como él quería entre la lechuza de Atenas y el águila de liza como hombre, es decir, como imagen de Dios, frente
Patmos 47 . Acoger su reto y en libertad abordar la res- a sí mismo y frente al prójimo en el ejercicio de su inte-
puesta es la mejor fidelidad a toda figura histórica: tam- ligencia, con la que, puesto ante las cosas y ante sí mismo
bién a don Miguel de Unamuno. como realidades dadas, intenta ponerlas y ponerse en la
luz; pero no menos en el ejercicio de su libertad, por la
que es principio de todas sus obras y tiene dominio inter-
no sobre cada uno de sus actos.
No hay por tanto marcha humana, ni individual ni
colectiva, si no hay ejercicio histórico del pensamiento
gratuito que pone la realidad en la luz, y de la libertad
que opta en el amor. Nadie puede ahorrar al prójimo el
esfuerzo de la clarificación ni el riesgo de la opción, por-
que ésa es en definitiva la gloria del hombre, en la que
florece y da frutos su mejor humanidad; pueden otros, sin
embargo, ayudarle a asumir y cumplir por sí mismo esa
tarea.
Si el pensamiento es el inevitable quehacer del hom-
45
«Mas, en fin, (hágase su voluntad, así en la tierra como en el cielo!, bre en cuanto hombre, la teología es el inevitable queha-
o como cantó Dante, el gran proscrito: "In la sua volontade é nostra pace"
(Paradiso
48
III, 91). Epur si muove! \Ay, que no hay paz sin guerra», X, 921. cer del creyente en cuanto creyente. Toda fe, por ser
«Desgraciadamente, los pocos metros que separan la plaza de las actuación del hombre completo que acoge la palabra de
escuelas y la Universidad pontificia, jamás habían sido recorridos ni de un
lado ni de otro en un verdadero esfuerzo por entenderse... La distancia moral Dios plena de sentido y que en el acogimiento deviene
que separaba a las dos Salamancas no fue nunca franqueada», C H . MOE-
LLER..., 95. transparente a sí mismo, implica ya una reflexión elemen-
47
La idea de un «diálogo entre el águila de Patmos y la lechuza de tal, que ulteriormente clarificada y explicitada, se convier-
Minerva» aparece repetidas veces en sus obras: XIII, 686, nota 1.
te en teología. Hay una inteligencia individual y hay una
544 EPÍLOGO

inteligencia colectiva de la palabra de Dios, es decir, de


las realidades cristianas, que son condición indispensable
para que la fe se mantenga viva y vivificante.
Este libro ha surgido en los años 1965-1969, fechas
centenarias de aquellas otras 1865-1869, en que después
de múltiples azares la teología abandona definitivamente
la universidad española para recluirse en los seminarios.
Sin resentimientos y sin nostalgias, mirando hacia el fu- ÍNDICE D E NOMBRES
turo y no hacia el pasado, la teología torna hoy sus ojos
hacia la universidad porque su sitio está allí, donde se
hace conciencia iluminadora y reflexión crítica el alma de Acton, lord: 420 297, 325, 368, 377, 393, 527,
Aguilar Piñal, F.: 320 531, 533
un pueblo. Hacia él marcha no con la soberbia intención BaruEi, A.: 145
Adam, K.: 448
de reconquistar una colonia que le hubiera sido sustraída, Agustín: 30, 45, 52, 53, 58, 85, Baur: 530, 531, 538
sino con la valerosa humildad de volver a cumplir un ser- 92, 93, 142, 143, 201, 259, Becker, W.: 236
vicio de iluminación espiritual que dejó sin cumplir los 297, 306, 340, 361, 377, 509, Benedicto XIII: 178
últimos decenios. Nueva singladura de la teología espa- 534 Benito de Nursia: 45, 142
ñola, fecunda si la inician manos fuertes e inteligencias Alas «Clarín», L.: 519, 529 Benoit, A.: 25
Alcher de Clairvaux: 201 Berkeley, J.: 532
claras, más preocupadas de las necesidades totales de Es- Alejandro de Hales: 415 Bernard, C. A.: 28
paña que de parciales intereses de grupo. Alfaro, J.: 129, 161 Bernardo de Claraval: 45, 143
Se ha dicho que el nivel de educación, formación y Altizer, Th.: 390 Betghe, E.: 496
especialización de un pueblo da la medida de sus posibi- Álvarez Bolado, A.: 266, 275, Betti, U.: 203
276, 288, 292, 389 Bérulle, cardenal de: 153
lidades de eficacia histórica; nosotros añadiríamos que el Álvarez Turienzo, S.: 540 Billot, L.: 361
nivel de creatividad teológica da una de las medidas deci- Allmen, J.-J. von: 194 Bishop, J.: 389
sivas para juzgar de la vitalidad intelectual y de la pasión Amiel: 532 Bloch, E.: 165, 166
misional de una iglesia. Un país que desde su libertad no Amor Ruibal: 404, 525 Bolndel, M.: 33, 197, 203, 204,
creara un pensamiento habría olvidado su ser; una iglesia Anselmo: 25, 297, 361, 362, 533 218, 219, 234, 236, 302, 362,
Aranguren, J. L.: 406, 414 535
que desde su fe no creara una teología habría olvidado él Aristóteles: 39, 41, 415
evangelio. Bbhme: 530
Arnold, F. X.: 218 Bohr, N.: 231, 537
Vara permanecer creyendo hay que vivir creando. Astete: 461, 534, 538
Aubert, J. M.: 261, 262, 266, Bonhoeíler, D.: 60, 123, 175,
291 263, 377, 389, 496
Aubert, R.: 175, 201, 203 Bonifacio VIII: 301
Audet, J.-R: 377 Bouillard, H.: 321
Bousset, G.: 530
Baillie, J.: 161 Brackhouse: 532
Balfou: 532 Brandes, E.: 519
Balmes, J.: 525 Brooks, Ph.: 532
Balthasar, H. U. von: 86, 264 Brox, N.: 199
Barclay: 532 Brunner, E.: 138
Barreau, J.: 513 Buber, M.: 58, 500
Barth, K.: 172, 173, 226, 257, Buda: 41, 85
546 ÍNDICE DE NOMBRES ÍNDICE DE N O M B R E S 547

Buenaventura: 201, 215, 241, Cuénot, C : 166 Feuerbach, L.: 76, 77, 498 Haeckel, E.: 537
297, 415, 533 Cullmann, O.: 30, 230 Feuillet, A.: 30 Hamann: 405
Bultmann, R.: 54,104,135,194, Curtius: 519 Fichte, J. T.: 413 Hamilton, W.: 390, 400
389, 527 Chaigne, H.: 264 Fontán: 414 Hamman, A.: 28
Burén, P. van: 383, 390 Chapmann, A.: 421 Fort, G. von le: 40 Hampe, J. Ch.: 200, 222
Burkhardt, J.: 172 Chame, A. M.: 225 Foucauld, Ch. de: 45, 84-85, Haring, B.: 324
Bury, J. B.: 161 Chavase, A.: 222 152, 344, 401 Harl, M.: 64
Butenant: 39 Choupin, L.: 175 Francisco de Asís: 315 Harnack, A.: 25, 172, 173, 528,
Butterfiel, H.: 389 Chenu, M.-D.: 201, 265, 266, Fransen, B.: 246 529, 531, 533, 534, 538
Buttler, D.: 421, 532 267, 280, 289, 377 Franzelin, J. B.: 202, 235, 361 Hatch, E.: 532, 538
Byron, lord: 78 Freijo, E.: 72, 77 Hazard, P.: 170, 171, 259
Daniélou, J.: 205 Freud, S.: 77, 347, 429 Hegel, W. Fr.: 40, 171, 291,
Calzado, A.: 152 Dante: 85, 542 Fries, H.: 166, 236 498, 524, 527, 532, 533
Camelot, T.: 218, 229 Darwin, C : 171 Frisch, M.: 131 Heidegger, M.: 54, 57, 72, 368
Caps, V.: 34, 389 David, J.: 322, 329 Hermes Trismegisto: 312
Camus, A.: 152, 366, 379 Dejaifve, G.: 231 Galileo: 69, 332, 418 Herrmann, W.: 528, 529, 533
Cano, M.: 297, 404 Delvaüle, J.: 161 García, A.: 280 Herzog, F.: 395
Cardijn, J.: 344 Descartes, R.: 40, 170 García Blanco, M.: 520, 531 Hirsch, E.: 263
Cardonnel, J.: 264, 269 Díaz de la Guardia, C : 478 García Lorca, F.: 35 Hoffmann, P.: 166
Carducci, ].: 520 Dillenschneider, G: 201 Gardeíl, A.: 201 HMner, J.: 226
Carranza, B. de: 404 Diodoro de Sicilia: 124 Garrigou-Lagrange, R.: 361 Hbfling: 530
Casalis, G.: 292 Diogneto: 218 Garrone, G.: 425 Holbock, H.: 199
Catalina de Siena: 45, 240 Dodd,C.H.:54,107,113,115 Geffré, G.: 377 Hblderlin, F.: 55, 85, 366, 531
Cayetano: 28 Domingo de Guzmán: 415 Gelin, A.: 102 Holtzmann: 530
Cerfaux, L.: 30, 510 Dondeyne, A.: 244 Gerson: 194 Homero: 132
Certeau, M. de: 293 Donoso Cortés, J.: 525 Gieseler, J. C : 538 Hotz, F. van den: 203, 231
Cipriano: 138, 194, 214 Dostoievski, F.: 85, 539 Guillermo de San Teodorico: Howe, G.: 231
Cirilo de Alejandría: 219 D'Ouince, R.: 379 400 Hügel, F. von: 420, 532
Clark, C : 280 D'Souza, E.: 223, 230 Ginoulhiac, monseñor: 210 Humboldt, A. von: 414
Cleantes: 144 Dubarle, D.: 145 Girardi, J.: 73,278, 293, 294 Hurley, monseñor: 248
Clemente Alejandrino: 157-158, Dupont, J.: 30,104,107, 201 Goethe, W. von: 23, 80, 265,
528 Dupuy, M.: 133 518, 527, 531 Ibsen, FL: 519
Clemente Romano: 64 Duquesne, J.: 396 González Núñez, A.: 28, 97, 98 Ignacio de Antioquía: 123, 134,
Cognet, L.: 133 Duquoc, Ch.: 108, 148 González Ruiz, J. M.: 264 201, 204, 208, 226
Colombo, monseñor: 249 González, O.: 241 Ignacio de Loyola: 259
Colomer, E.: 34, 87 Eckart: 361, 533 Gossmann, E.: 299 Ilundain: 532
Collado, J. A.: 533 Egenter, R.: 235 Goya, F. de: 40 Ireneo: 207, 209, 215, 220, 247,
Combes, J.-J.: 86 Elchinger, L. A.: 230 Grandmaison, J.: 377 271, 297, 362
Comblin, J.: 108 Epicteto: 124 Gregorio de Nisa: 93, 241
Congar, Y.-M.: 64, 69, 174, 194, Escoto, D.: 361 Grillmeier, A.: 225 James, W.: 532
195, 200, 201, 203, 204, 206, Esquilo: 153 Grossouw, W. K.: 129 Jaspers, K.: 414
213, 228, 229, 232, 234, 264, Eucken, R. C : 530 Guardini, R.: 41, 45, 84, 85, Jeanson, F.: 146
297, 344, 361, 377, 504 166, 204, 206, 240, 344, 401, Jedin, H.: 236
Conzelmann, H.: 149 Faber, E.: 535 539 Jeremías, J.: 54, 125, 126, 129,
Cox, H.: 34,182, 390, 393 Felipe, L.: 35 Guérard des Lauriers: 201 134
Crane, R. S.: 161 Feret, H.: 104 Guület, J.: 106 Jorbán de Sajonia: 415
Croce, G. della: 62 Festugiére, A.: 158 Guitton, J.: 230 Jossua, J. P.: 264
548 ÍNDICE DE NOMBRES ÍNDICE DE NOMBRES 549

Joumet, Ch.: 200, 227, 233 Leger, E.: 288 Michel: 195 Pablo VI: 80, 82, 173 s, 195,
Juan XXIII: 210,214,229, 235, León Magno: 194 Moeller, Ch.: 541 196, 199, 204, 207, 209, 212,
257, 265, 268, 269, 273, 275 León XIII: 409, 526 Mohler, J. A.: 195, 202, 218 213, 218, 228, 229, 230, 238,
Juan de la Cruz: 45, 62, 105, Leopold, C. G.: 518 Moltmann, J.: 165 240, 251, 252, 254, 257 s,
144-145,148-149,150-151,529 Le Roy, E.: 532 Mollerfeld, J.: 206 295 s, 375, 400
Justino: 134, 152 Líetzmann: 219 Montaigne, M. de: 532 Pancrazio, A.: 24, 200
Lochet, L.: 326 Mooney, C. F.: 166 Pannenberg, W.: 61
Kaftan, J. W.: 530 Locke, J.: 170 Morali, L.: 113 Pardo Bazán, E.: 12
Kalthoff, A.: 530 Loisy, A.: 532 Moreau, M.: 228 París, C : 72
Kahn, L.: 80 López Quintas, A.: 85 Morée, M.: 149 Pascal, B.: 45, 85, 92, 95, 539
Kaiser, M.: 226 Lot-Borodine, M.: 213 Morel, G.: 145 Pascher, J.: 235
Kant, E.: 40,169,170,171, 525, Lowith, K.: 161, 278 Mbrike: 85 Pasolini, P. P.: 378
529 Lubac, H. de: 30, 69, 106, 204, Morsdorf, K.: 223 Passaglia, C : 202
Kapmann, T.: 41 280, 344, 361, 377, 379 Mounier, R : 345 p a u i y > w.: 206, 231
Keller, F.: 531 Lucien Marie: 62, 145 Mourroux J : 64 p a v i 0 V ; M . : 439
Kellner, E.: 77 Lutero, M.: 259, 308, 349, 361, Mowinckel, S.: 61 Péguy Ch • 351
Kempis, T. de: 32 530, 531 Mühlen, H.: 24 Pero-Sanz, J.-M.: 205
Keynes, J. M.: 429 Lyonnet, S.: 63, 377, 507 Murray, J C:: 156, 330 Perrone, J.: 538
Kierkegaard, S.: 41, 45, 126, Mussner, F.: 107 Ttetaux, F.: 294
133, 135, 137, 518, 519, 533, Machado, A.: 35, 60 Nautin, P.: 215 Pfleiderer, E.: 532
539 Maistre, J. D.: 224, 225 Nédoncelle, M.: 203, 502 Philipon, M.-M.: 86
Knaus: 322 Malevez, L.: 510 Ñervo, A.: 522 Philips, G.: 246
Knox, R.: 421 Malmberg, F.: 195 Neuhausler, E.: 299 Phole: 533
Kolping, A.: 297 Manzana, J.: 135 Neunzeit, P.: 299 Pieper, J.: 166
Konig, F.: 161 MaragaU, J.: 527 Newman, J. H.: 52, 53, 85, 236, Pilgran, F.: 202
Kuhn, H.: 161 Maravall, J. A.: 176, 265, 414 340, 361, 420, 532 Pío IX: 173, 175, 290
Kuhn, J. E.: 202 Marcel, G.: 57, 166, 291 Nicolás de Cusa: 407 Pío XI: 85, 308, 329, 409
Kummel, W. G.: 139 Marción: 534 Niebuhr, R.: 161, 393 Pío XII: 204, 297, 300
Küng, H.: 297, 310 Marcuse, H.: 392 Nietzsche, Fi.: 77, 78, 85, 152, Plank, M.: 537
Kuss, O.: 129, 165, 227 Marchel, W.: 125, 129, 138 346, 356, 366, 391, 394, 525 Platón: 85, 492
Margene, B. D.: 377 Nin Frías, A.: 531 Pié, A.: 77
Lacordaire, D.: 533 Marías, J.: 25 Nissiotis, N.: 213 Plotino: 472
Lacroix, J.: 254 Marín-Sola, F.: 204 Noonan, J. T.: 330 Pocock, monseñor: 233
Lagrange, M.-J.: 308, 368, 535 Maritain, J.: 280 Noth, M.: 97 Potterie, I. de la: 63
Laín Entralgo, P.: 166, 404, 414, Marlé, R.: 175 Novalis: 531 Prümm, K.: 208
526 Marmión, C : 142, 143
Lamark: 171 Marsch, W. D.: 165 <-> i. ,¡„ J.:
Ochagavia, T . 217
-51-7 Pufendorf,' S.: 170
Lambruschini, monseñor: 312 Marx, K.: 77, 346, 350, 394, 498 Ochoa, S.: 39 „ , , . . . , , „ =
Lammenais, J.-M. de: 533 Mauriac, F.: 283 Ogino: 322, 323 £ a b b l Aquiba: 145
Lanne, E.: 213 Máximo el Confesor: 248 Opke, A.: 198, 227 Ráeme, J.: 532
Larrain: 280 Máximo IV: 305 Orígenes: 299, 361, 362 Rad, G. von: 97, 98
Laurentin, R.: 161, 222, 245, Menegoz, E.: 531 Ortega A.: 29 Rahner, H.: 152, 205, 214, 282
246 Menéndez Pelayo, M.: 525, 526 Ortega'y Gasset, T.: 25, 399, 414 Rahner, K.: 29, 56, 145, 155,
Lebret, L. J.: 280 Merleau-Ponty, M.: 283, 328 Ortiz Echagüe, C : 405 167, 199, 214, 223, 236, 279,
Ledercq, J.: 234, 293 Mersch, E.: 128, 213 Ott H : 222 286, 297, 301, 303, 306, 308,
Lécuyer, J.: 97 Metz, J. B.: 61,166, 253, 284 Ottáviani, A.: 299 332, 344, 361
Le Dantec, F.-A.: 536 Meyer, R. W.: 161 Overhage, P.: 315 Ranke, L. von: 172, 278
550 ÍNDICE DE NOMBRES ÍNDICE DE NOMBRES 551

Ratzinger, J.: 60, 108, 147, 327, Schlier, H.: 25, 54, 114, 154, Thomson, J.: 504 Vonier, A.: 195, 227
448 159, 166, 184, 198, 227, 506 TiUich, P.: 160, 182, 389 Vorgrimmler, H.: 108, 205, 223
Regnier, M.: 317 Schmaus, M.: 166, 196 Tindal, M.: 170
Renán, E.: 531, 538 Schmit, J.: 504 Toland, J.: 170 Wagoner, W. D.: 420, 421
Reuter, H.: 538 Schmitz, H.: 223 Tomás de Aquino: 25, 40, 45, Warnach, V.: 113
Réville, A.: 532, 538 Schnackenburg, R.: 133, 195 201, 202, 204, 225, 236, 259, Ward, W.: 420
Rivera, J.: 40 Schbndorfer, U.: 161 297, 305, 313, 340, 361, 362, Weil, S.: 152, 396
Ricoeur, P.: 293 Schopenhauer, A.: 525, 532 371, 415, 533 Weizsacker, C. F.: 231, 530
Rilke, R. M.: 85 Schrader, C : 202 Torrel, J. P.: 203 Welhausen: 530
Ritschl, A.: 428, 429, 431, 433, Schrey, H. H.: 231 Tovar, A.: 414, 538 Welte, B.: 29
538 Schürmann, H.: 377, 504 Toynbee, A.: 454 Wickler, W.: 323, 331, 332
Robertson, Th.: 532 Sebastián, F.: 498 Troeltsch, E.: 530 Wiedmann, F.: 161
Robinson, J. A. T.: 72, 283, 389 Seckler, M.: 161, 201 Tromp, S.: 194, 195 Wikenhauser, A.: 101, 194, 242
Rosales, L.: 149-150 Seuse, E.: 530 Turner, H.: 64 Wildiers, N. M.: 166
Rossmann: 414 Shaftesbury, C. de: 170 TyrreU, J.: 532 Wissowa, J.: 206
Rothe, C : 530 Simón, P.: 170 Wittgenstein: 383
Simón, P.-H.: 276 Unamuno, M. de: 10, 79, 141, Wobermin: 530
Rouault, G.: 40 182, 517-543
Rousseau, J.-J.: 532 Silesiu, A.: 531 Wodka, J.: 203
Skydsgaard, K. E.: 229 Urales, F.: 520, 531 Wolf, Ch.: 371
Rousseau, O.: 222, 234
Rousselot, P.: 201 Sócrates: 41, 63, 492 Wolsto: 532
Sohngen, G.: 199, 228 Vahanian, G.: 390
Roustang, F.: 293 Spencer, H.: 525 Valeske, U.: 193, 195, 203
Ruiz Jiménez, J.: 414 Spengler, O.: 454 Valsecchi, A.: 295, 298, 324 Zalba, M.: 298, 306
Ruiz Salvador, F.: 145 Spicq, C : 133, 134, 159 Veermersch: 308 Zander, L.: 142
Spranger, E.: 414 Velasco, C. de: 531 Ziadé, I.: 218
Sabatier, L. A.: 531, 532 Virgen del Carmen, E. de la. Zola, E.: 532
Stahlin, O.: 528, 534 ' Zubiri, X.: 54
Sabatier, P.: 531, 532 Stakemeier, E.: 257 145
Saigh, M.: 225 Stanley, A.: 532 Vitoria, F. de: 10 Zubizarreta, A.: 535
Saint-Exupéry, A.: 244 Stapfer, J.: 531 Voillaume, R.: 85
Saint-Jaki: 203 Steffens, F.: 414 Voltaire, F.-M.: 532 Xix, J. F.: 85
Saint-Martin, L.-C. de: 353 Stein, E.: 45
Sainz del Río: 525 Stirnes: 498
Sartory, T.: 199 Stolz, A.: 201
Sartre, J.-P.: 77, 78, 148, 152, Stratmann, H.: 199
283, 391, 394 Strauss, D. Fr.: 530, 538
Sauter, G.: 165 Suenens, L. J.: 217, 223
Scheeben, M. J.: 202, 297
Schelkle, K. H.: 139 Taylor, V.: 30
Schelsky: 414 Teilhard de Chardin, P.: 45, 84,
Schell, H.: 161, 533 86-87, 142, 166, 188, 189,
Scheller, M.: 345, 414 259, 344, 376, 379, 400, 401
Schelling, Fr.: 414 Teodoreto de Ciro: 128
SchOlebeeckx, E.: 30, 72, 246, Teresa de Jesús: 45, 241
297, 329, 389 Teresa de Lisieux: 45, 84, 85-
Schiller, Fr.: 76, 77, 80 86, 88,149,152, 401, 529
Schleiermacher: 414, 530, 531, Tertuliano: 528
532, 538 Thilds, G.: 22, 377
ÍNDICE GENERAL

Prólogo: España, un inevitable problema 7

i
PROBLEMAS TEOLÓGICOS VISTOS
DESDE ESPAÑA

1. F E Y HERENCIA HISTÓRICA DEL ESPAÑOL QUE NACIÓ CRIS-


TIANO 17
I. Situación y autodescubrimiento de quien nació cris-
tiano 18
1. El hombre, ser situado 18
2. La aceptación de sí mismo en situación . . . . 20
II. Reasumpción personalizadora del propio pasado . . 23
1. Diversas posturas del cristiano ante el cristianismo
heredado 23
2. Descubrimiento de lo que es nuclear en la herencia 26
3. Formas y condiciones del redescubrimiento . . . 32
4. Aspectos y dificultades para esta integración . . 36
5. La tentación del viejo cristiano: «imponer la cir-
cuncisión a los demás» 46
III. El legado del pasado como viático del futuro . . . 48
2. EN TORNO AL PROBLEMA DE DIOS 51
I. El misterio de Dios y del hombre abiertos: revelación
y fe 51
1. La pregunta por Dios y. la pregunta por el hombre 51
2. Dimensiones humanas desde las que surge la pre-
gunta por Dios 53
3. Tiempos y lugares del encuentro con Dios . . . 59
4. Revelación profética y revelación de Dios en
Cristo 61
554 ÍNDICE GENERAL ÍNDICE GENERAL 555

II. Misterio del hombre clausurado ante Dios: ateísmo : 65 3. Aportación de la iglesia al progreso humano . . 182
1. El ateísmo en el contexto de nuestra época . . . 67 4. Progreso y redención 183
2. Diversas formas de ateísmo y su génesis psicoló- 5. Ambigüedad del progreso 185
gica 68 6. Un testimonio 188
3. Luces y sombras del ateísmo 78
III. Misión del creyente ante la incredulidad 81
II
1. Aceptación del reto y voluntad de respuesta . . 81
2. Los testigos del Dios viviente 83 EL VATICANO I I L E Í D O DESDE ESPAÑA
3. Testimonio individual y testimonio e c l e s i a l . . . 87
1. L A NUEVA CONCIENCIA DE LA IGLESIA Y SUS PRESUPUESTOS . 193
3. E L D I O S DE LOS CRISTIANOS 91 I. Conciencia de la iglesia 196
I. La revelación de Dios 91 II. Conciencia actual de la iglesia y su novedad propia . 207
1. Dios, provocador de la búsqueda en el hombre . 91 1. Dimensión cristocéntrica 213
2. Formas de revelación y de conocimiento . . . 93 2. Dimensión pneumatocéntrica 215
3. Fases previas de la revelación: Abrahan, Moisés, 3. Dimensión sacramental 219
profetas 96 4. Dimensión escatológica 226
4. Fase final de la revelación: Cristo 103
III. Complementariedad de las nuevas perspectivas . . . 230
II. El Dios revelado en Cristo 104
1. «El Dios viviente» 105 2. LIBERTAD Y VERDAD DEL HOMBRE EN EL VATICANO I I . . 237
2. Dios amor 110
I. Libertad y verdad en la perspectiva de la revelación . 240
3. Dios Padre de nuestro Señor Jesucristo . . . . 123
II. Libertad y verdad en la problemática general del con-
III. El hombre revelado en la autorrevelación de Dios . • 135 cilio 244
1. Teología y antropología 135
2. Dios y los hermanos 137 III. La teología al servicio de la libertad en la verdad . . 252
3. La comunidad de los «conocidos» por Dios . . 138
3. NUEVO CRISTIANISMO Y NUEVO HUMANISMO EN LA ENCÍCLI-
4. N O C H E OSCURA DEL ALMA INDIVIDUAL Y ATEÍSMO COLECTIVO 141 CA POPULORUM PROGRESSIO 257
I. La nueva eclesiología 258
5. REDENCIÓN Y PROGRESO, O EL HOMBRE ANTE LA SALVACIÓN 161 1. Paso de una consideración de estructura a una
I. Situación del problema: salvación y tiempo . . . . 161 consideración de función y funciones 260
1. Vivencia de la finitud y situación irredenta del 2. Paso de una consideración vertical de la realidad
hombre 161 a otra horizontal: los signos de los tiempos . . . 264
2. El hombre y su salvación 163 3. Progreso y redención 269
4. El presente en función del futuro, o el equilibrio
II. Historia de la idea del progreso como antagonista de de los tiempos 277
la fe 169 3. Progreso y redención 269
1. Surgimiento en la época de la Ilustración . . 169 4. El presente en función del futuro, o el equilibrio
2. Desde el Syllabus de Pío I X a la Populorum pro- de los tiempos 277
gressio de Pablo VI 173 5. Principios e imperativos en la vida de la iglesia . 279
3. Razones últimas que motivaron este antagonismo 6. Ortodoxia y ortopraxis 282
innecesario 176 II. La nueva antropología 284
III. Planteamiento teológico fundamental 179 1. El cristianismo: ¿teología o antropología? . . . 284
1. El hombre, vocación a «ser» y a «ser más» . . . 179 2. Naturaleza metafísica o condición histórica del
2. Formas y norma del progreso 180 hombre 286
556 ÍNDICE GENERAL ÍNDICE GENERAL 557

3. El hombre: existencia en relación 287 4. Apertura a la realidad histórica 356


4. Teología del trabajo 288 5. Dimensión religiosa de su quehacer 357
5. La libertad como tarea 289
6. Riesgos del desarrollo: negación del ser por el . ANÁLISIS CRÍTICO DE LA SITUACIÓN TEOLÓGICA CONTEMPO-
tener 290 RÁNEA 359
7. Condiciones de autentificación humana del pro-
greso 292 I. La teología y su permanente novedad 360
8. La última palabra cristiana sobre el hombre . . 294 1. Legitimación y causas de una teología siempre
nueva 360
4. E L TEÓLOGO ANTE LA «HUMANAE VITAE» 295 2. Radical novedad de nuestro momento histórico . 363
3. Sus características 364
I. La tarea del teólogo 295
II. Horizonte de la teología contemporánea 368
II. Reacciones teológicas a la encíclica 303
1. Conquistas 370
III. Postura personal 310 2. Tareas 372
1. Presupuestos formales 310 3. Tentaciones 374
2. Análisis de contenidos concretos 314 III. La teología en España, hoy 381
IV. La encíclica como expresión de una determinada ecle- 1. Paso al límite - salto en el vacío 382
siología 325 2. Las cuatro formas de teología del futuro . . . . 384
1. La Iglesia e historicidad del conocimiento . . . 325 3. Sentido de nuestra exposición 386
2. Continuidad del magisterio 327
3. Libertad como posibilitación de la verdad . . . 330 . TEOLOGÍA RADICAL Y TEÓLOGOS DE LA «MUERTE DE D I O S » ,
4. Intento de autocrítica 331 AQUÍ 387
I. Actualidad de la teología 387
ni II. Robinson y la teología americana 390
III. Su reto y nuestra respuesta 395
RESPONSABILIDADES D E LA T E O L O G Í A
IV. La triple expresión del reto: justicia-cultura-libertad . 398
E N ESPAÑA
. FACULTADES DE TEOLOGÍA EN LAS UNIVERSIDADES CIVILES . 403
1. E L TEÓLOGO Y LA TEOLOGÍA, HOY 337
I. La situación teológica española 404
I. Enclave histórico actual en el que surge y por el que
II. Las instituciones: seminarios y facultades . . . . 406
viene determinado el quehacer teológico 338
1. En el mundo: unificación de la conciencia humana 338 III. Proliferación de nuevas facultades 410
2. En la iglesia: momento posconciliar 340 IV. Inserción en la universidad civil 413
II. Factores determinantes de la teología, hoy . . . . 342 V. Problemas jurídicos de la inserción 421
1. La deuda para con los movimientos de renovación VI. Problemas de regulación interna 428
intraeclesial 343 VIL ¿Aristocratización de la teología? 431
2. La deuda para con los movimientos generales del
pensamiento contemporáneo 345 . U N PROGRAMA DE ESTUDIOS TEOLÓGICOS UNIVERSITARIOS . 433
3. El reto de los grandes desmitificadores . . . . 346 I. Principios generales 433
4. Las grandes tareas actuales 347 II. Años iniciales 437
III. Retrato interior del teólogo 354 III. Los tres últimos años 440
1. Conciencia simultánea de su grandeza y límites . 354 IV. Especialización 44^
2. Responsabilidad y capacidad de riesgo . . . . 355
V. Estructura del curso institucional 447
3. Veracidad absoluta 356
VI. Rama de especialización: teología dogmática . . . . 450
558 ÍNDICE GENERAL

IV
TAREAS Y PERSPECTIVAS CONCRETAS
PARA ESPAÑA
1. PROMOCIÓN TEOLÓGICA DEL PUEBLO ESPAÑOL 453
I. Situación 453
II. Tareas del futuro 460
III. Ante la emigración espiritual 468
2. Los SEGLARES Y LA TEOLOGÍA. LAS RELIGIOSAS Y LA TEO-
LOGÍA 471

3. SOBRE LOS MOVIMIENTOS APOSTÓLICOS Y SU SIGNIFICADO


TEOLÓGICO 483
I. Análisis de su pasado inmediato 484
II. Prospectiva de su futuro próximo 490
4. FRAGMENTO SOBRE LA ORACIÓN Y LA EXISTENCIA SECULAR . 495
I. Posibilidad radical y sentido de la oración . . . . 497
I I . La oración en la existencia cristiana • 502
III. Vivir y orar 507
5. UN RETO A LA TEOLOGÍA ESPAÑOLA: DON MIGUEL DE UNA-
MUNO 517
I. Caracterización general de la obra de Unamuno en la
perspectiva del teólogo 518
II. Formación teológica y fuentes permanentes de su pen-
samiento 524
III. Sus escritos: reto a la teología de antaño y de hogaño . 537
IV. Dos palabras de valoración crítica 540

Epílogo: El pensamiento y la teología, un inevitable quehacer 543


índice de nombres 545

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