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ACOTACIÓN FUNCIONAL.
PROCESOS DE FABRICACIÓN
AIDA – I4
PUBLICACIONES
ACOTACIÓN FUNCIONAL. PROCESOS
DE FABRICACIÓN
Autores:
© María del Mar Espinosa
ISBN: 978-84-614-1457-4
1ª edición 1ª impresión, mayo de 2010
Impreso en España
CONTENIDO
1.- INTRODUCCIÓN ....................................................................................................7
2.- EL DIBUJO TÉCNICO. ACOTACIÓN FUNCIONAL ..................................................... 11
2.1.- Planos de definición del producto......................................................... 12
2.2.- Acotación funcional. Tolerancias.......................................................... 12
2.2.1.- Acotación funcional.....................................................................................12
2.2.2.- Notaciones implícitas y particulares............................................................13
2.2.3.- Cotas sin indicación de tolerancia ..............................................................13
2.2.4.- Estado superficial .......................................................................................13
2.2.5.- Acotación de máximo material....................................................................14
2.3.- Interpretación de la acotación funcional por la oficina de métodos
de fabricación ....................................................................................... 14
2.3.1.- Cotas limitadas con la condición máximo o mínimo ...................................14
2.3.2.- Condiciones implícitas ................................................................................14
3.- PROCESOS DE FABRICACIÓN ............................................................................. 16
3.1.- Clasificación según el producto obtenido ............................................. 16
3.2.- Clasificación atendiendo a las características de los procesos ........... 17
3.3.- Procesos de moldeo ............................................................................. 19
4.- FUNDICIÓN METÁLICA ........................................................................................ 19
4.1.- Consideraciones al diseño de piezas fundidas .................................... 24
5.- MOLDEO DE MATERIALES PLÁSTICOS ................................................................. 31
5.1.- Consideraciones al diseño de piezas inyectadas................................. 32
6.- PROCESOS DE CONFORMADO. FORJA ................................................................ 35
6.1.- Consideraciones al diseño de piezas conformadas ............................. 37
7.- ACOTACIÓN PARA PROCESOS DE MOLDEO .......................................................... 43
8.- PROCESOS DE MECANIZADO .............................................................................. 51
8.1.- Procesos en torno................................................................................. 52
8.2.- Clasificación de las operaciones en el torno ........................................ 53
8.2.1.- Cilindrado....................................................................................................53
8.2.2.- Ranurado y tronzado ..................................................................................54
8.2.3.- Refrentado ..................................................................................................55
8.2.4.- Cilindrado y ranurado interior......................................................................55
8.2.5.- Roscado interior y exterior ..........................................................................56
8.3.- Procesos en fresadora.......................................................................... 56
8.3.1.- Clasificación de las máquinas de fresado según la posición de la
herramienta............................................................................................................57
8.3.2.- Clasificación de las máquinas de fresado según los movimientos
relativos herramienta - pieza..................................................................................58
8.3.3.- Clasificación de las operaciones en la fresadora........................................60
8.4.- Procesos en taladradora....................................................................... 61
8.4.1.- Proceso de taladrado..................................................................................61
8.4.2.- Proceso de roscado ....................................................................................62
8.4.3.- Otros procesos en taladradora ...................................................................64
8.5.- Consideraciones al diseño de piezas mecanizadas............................. 65
9.- ACOTACIÓN PARA PROCESOS DE MECANIZADO ................................................... 67
6 Acotación funcional. Procesos de fabricación
1.- INTRODUCCIÓN
El paso de la idea del producto como concepto a la realización efectiva de una pieza mecánica o
de un producto mecánico cualquiera, requiere de tres funciones principales:
La concepción. En esta fase la pieza es creada por el diseñador.
Estudio y preparación de la fabricación o construcción. En esta fase se establece la se-
cuencia y el modo de operación de cada una de las fases implicadas en la obtención físi-
ca de la pieza.
La fabricación o construcción propiamente dichas. Esta fase abarca todos los procesos
necesarios para realizar físicamente la pieza pasando del material de partida a la pieza
terminada. Se puede considerar que dentro de esta fase están incluidas una o varias sub-
fases en las que la pieza es sometida a diferentes controles para asegurar que la pieza
no está afectada de errores o imperfecciones que impiden que la pieza entre en la si-
guiente subfase. En los procesos de fabricación nunca se obtienen piezas perfectas, apa-
reciendo siempre desviaciones respecto a los valores óptimos, y entre las propias piezas.
Esto hace que las piezas sean medidas con objeto de comprobar el cumplimiento o no de
las especificaciones. Es necesario establecer la relación existente entre:
Pieza diseñada → Pieza fabricada → Pieza efectivamente medida
Dentro de cada una de estas fases es necesario definir, por ejemplo, sobre un plano de fabrica-
ción, la forma (geometría), dimensiones y características superficiales de una pieza con objeto
de garantizar un funcionamiento óptimo, junto con la variación permitida en torno a la definición
óptima, de forma que se siga garantizando el cumplimiento de la funcionalidad requerida.
El tiempo y los medios dedicados a la realización de cada función dependen del tipo de producto
fabricado y de la cantidad de unidades a fabricar, existiendo un punto de optimización entre los
costes de las funciones y el precio de venta unitario del producto.
En función del tipo de empresa, la realización de las funciones puede ser llevada a cabo por una
única persona (fabricación artesanal) o por departamentos especializados (fabricación en serie
de productos de mediana o gran complejidad técnica). Centrándonos en este segundo grupo, los
principales servicios puestos en juego son:
La oficina de estudios, que comprende los servicios de ensayos y prototipos. También
denominada oficina de diseño o área de ingeniería.
La oficina de métodos, que realiza la estimación de tiempos, analiza el proceso tecnológi-
co de fabricación, la elaboración de pieza brutas, etc. También denominada oficina técni-
ca o área de métodos y tiempos.
Los talleres de fabricación.
Puede ser interesante abordar, en materia de conceptos, lo indicado por la norma UNE 1182-202
(ISO 11442-5;1999) sobre documentación técnica de productos: Gestión de la información técni-
ca asistida por ordenador. Parte 5; documentación en el estadio de diseño conceptual de la fase
de desarrollo.
La fase de desarrollo es la parte inicial del diseño de un producto y concluye con la elaboración
de unos documentos técnicos en los que se definen los productos, las especificaciones técnicas.
Dentro de esta fase se incluyen las subfases de diseño conceptual y de diseño detallado. Te-
8 Acotación funcional. Procesos de fabricación
niendo en cuenta la fuerte implicación que tienen las decisiones tomadas en las fases iniciales
de diseño sobre las fases que vienen a continuación, es importante que la toma de decisiones
quede suficientemente documentada.
Dentro de la subfase de diseño conceptual se puede hablar a su vez de dos bloques, que son los
correspondientes a especificaciones de diseño y a las propuestas de diseño. Dentro del primero
se recogen y evalúan los requisitos impuestos por el mercado, la legislación y la propia empresa
y se elaboran unas primeras especificaciones.
Dentro de los requisitos provenientes del mercado se puede hablar de factores como funciona-
miento, impacto ambiental, servicio, precio. La documentación de los requisitos relacionados con
el mercado debe asegurar que el producto correcto se produzca en el momento adecuado. Por
su parte, los requisitos reaccionados con la legislación son todos aquellos reaccionados con la
seguridad, la homologación, el reciclaje, etc. La documentación relativa a estos requisitos debe
asegurar que los productos cumplan con las normas y controles aplicables al producto. Por últi-
mo, los requisitos relacionados con la empresa son todos aquellos que tienen que ver con la es-
trategia de empresa, sus planes de desarrollo y actuación, el diseño, la producción, los procesos
disponibles o asequibles y los costes de producción. La documentación de estos requisitos debe
asegurar que los productos cumplen con las normas establecidas por la propia empresa y se
producen de acuerdo con unos métodos de producción conocidos y aceptados.
A partir de estas especificaciones de los requisitos, las especificaciones de diseño sirven como
bases del desarrollo. Pueden, y deben, dar pié a posibles soluciones funcionales y planos técni-
cos formales. Dentro de las soluciones funcionales de un conjunto las funciones y relaciones en-
tre los diferentes componentes se deben describir como especificaciones vinculantes,
normalmente en forma de textos y diagramas. En los planos técnicos formales la forma física se
representa, normalmente, como diseños conceptuales o modelos geométricos.
Las especificaciones de diseño son las bases de evaluación de una o varias propuestas de dise-
ño. El resultado de la evaluación comparada de las diferentes alternativas constituye el material
de base para el diseño de las subsiguientes fases.
La oficina de métodos es la responsable del estudio y preparación de la fabricación. Su trabajo
consiste en prever, preparar, lanzar y supervisar los procesos de fabricación y montaje permi-
tiendo realizar piezas conformes al cuaderno de carga expresado por los planos de definición,
respetando un programa de producción dado, en un contexto técnico, humano y financiero de-
terminado.
Para atender a estos objetivos la oficina de métodos puede intervenir de dos formas diferentes:
Estudiando el proceso idóneo de fabricación de las piezas definidas por los planos (caso
de pieza unitarias o de pequeñas series realizadas en subcontratación). En la figura 1 se
pueden ver algunas de las funciones realizadas en esta fase por la oficina de fabricación.
Participando, con la oficina de estudios, en la elaboración de los planos de detalle definiti-
vos después de estudiar la fabricación (en caso de piezas de grandes series concebidas
y fabricadas en una misma empresa).
En la figura 2 aparecen las diferentes acciones de la oficina de métodos y sus niveles de inter-
vención en el organigrama de creación del producto.
En el caso de una empresa especializada en mecanizado, el problema principal de la oficina de
métodos radica en la realización de superficies que no pueden ser obtenidas más que por elimi-
nación de material. La superficie mecanizada puede ser considerada según dos aspectos:
La superficie en sí misma, que debe ser generada y presentar unas cualidades geométri-
cas y físicas dadas (tolerancias de forma y estados superficiales).
Las superficies en cuanto a su papel como elementos de un conjunto de superficies que
deben respetar las interrelaciones dimensionales y sus tolerancias de posición.
El primer aspecto impone un buen conocimiento de los utillajes y herramientas de mecanizado,
de sus movimientos de trabajo así como de las máquinas y de su cinemática. Las cualidades fí-
sicas y geométricas dependen, evidentemente, de los útiles y de las máquinas pero también de
otros parámetros como la forma de colocación, la rigidez de las piezas, los sistemas de amarre,
las máquinas, los útiles, etc.
El segundo aspecto impone el estudio de la forma de posicionar la superficie a generar con rela-
ción al útil, a la máquina y a otras superficies de la pieza así como el conocimiento de las calida-
des dimensionales y geométricas que realmente se pueden obtener por cada proceso.
En la puesta en máquina hay que distinguir:
La localización geométrica que consiste en elegir las superficies de puesta en posición de
las piezas.
La localización geométrica que conduce al estudio de los porta-piezas.
La calidad de las conexiones dimensionales efectivamente realizadas sobre las piezas,
que a su vez depende de:
♦ La precisión del movimiento de generación del útil respecto de la máquina.
♦ La calidad del porta-pieza y de su puesta en posición en la máquina.
♦ La calidad de la puesta en posición, y de su mantenimiento, de la pieza en el porta-
pieza.
En la figura 3 se resumen los pasos que debe resolver la oficina de mecanizado para ir de la su-
perficie bruta a la pieza terminada. Cada uno de los pasos significa dar respuesta a las diferen-
tes preguntas planteadas durante el proceso.
10 Acotación funcional. Procesos de fabricación
El conocimiento de los órdenes de magnitud de las precisiones obtenibles en cada caso permite
prever los modos de obtener una superficie, de efectuar la acotación de fabricación y simular los
procesos de amarre (fijación).
El segundo problema que afecta a la oficina de métodos es el que respecta a los plazos, en tér-
minos de secuencia de operaciones. El mecanizado total de una pieza no debe sobrepasar un
tiempo límite y conviene elegir las máquinas, útiles, porta-piezas, condiciones de corte, etc, en
consecuencia.
María del Mar Espinosa 11
La elección de procesos de fabricación en los que se resuelven a la vez los problemas de reali-
zación de superficies y de tiempos está siempre condicionada por consideraciones económicas
(búsqueda del coste de mecanizado mínimo en el sentido global del término).
Este rápido vistazo de los problemas relativos a una oficina de métodos no persigue otra cosa
que poner de manifiesto algunos aspectos muy importantes que es necesario conocer, epígrafes
en los que se deberá profundizar a lo largo de la formación del ingeniero:
El diseño técnico. Acotación funcional, tolerancias geométricas, ajustes, estados superfi-
ciales, tolerancias de las piezas en bruto.
La puesta en posición de las piezas. Aspectos teóricos, normas.
La unión pieza-máquina. Aspectos tecnológicos.
Las máquinas-herramientas.
Los útiles.
La acotación de fabricación.
La elección de las condiciones de corte.
Los costes de producción.
Los tiempos de ejecución.
Como resultado de los estudios previos, en este momento de dispone de una serie de documen-
tos algunos de los cuales pueden ser:
Plano de realización: dibujo utilizado para recoger o reflejar los detalles de una construc-
ción de acuerdo con su realización.
Plano de conjunto: dibujo que representa la posición relativa o la forma de un conjunto o
grupo de alto nivel compuesto por partes ensambladas.
Planos de componentes: dibujos que representan un componente individual y que inclu-
yen toda la información necesaria para la definición del componente.
Planos de series de componentes: dibujos que representan los tamaños y sistemas de re-
ferencia (tipo de componente y número de identificación) y los datos de funcionamiento
de un conjunto de piezas de un determinado tipo.
Planos de detalle: dibujos que representan las partes de un componente, generalmente
ampliados, y que incluyen información específica sobre la forma y la fabricación o sobre
el montaje y las uniones.
Plano de disposición general: dibujo que representa la disposición de los trabajos de fa-
bricación incluyendo su localización, sus referencias y sus dimensiones.
Planos de despiece; dibujos que representan una pieza individual (que no puede des-
componerse en otras más pequeñas) y que incluye toda la información necesaria para la
definición de la pieza.
Planos de ejecución: Dibujos, obtenidos generalmente a partir de los datos de diseño,
que recogen toda la información necesaria para el proceso de producción.
Las cotas funcionales deben satisfacer directamente las condiciones de aptitud de empleo y, en
el caso de las piezas de un conjunto, asegurar netamente su intercambiabilidad.
Basada en las condiciones de aptitud al uso, la acotación funcional debe contribuir a una dismi-
nución de los costes de fabricación, dando las mayores tolerancias posibles a la ejecución.
La condición de aptitud al empleo no implica siempre el conocimiento de los límites máximos y
mínimos de la cota funcional: espesor mínimo de un saliente; profundidad máxima de un agujero,
etc, por razones de distinta naturales como resistencia, estética, estanqueidad... En determina-
das ocasiones la oficina de diseño obtiene solamente límites máximos o límites mínimos a de-
terminadas dimensiones. La indicación de estas condiciones da a los técnicos de métodos gran
libertad para elegir el modo de operación.
métodos deberá tenerlo en cuenta. El plano de fabricación en serie deberá mostrar claramente
esta condición.
También es deseable que el eje de D esté orientado sensiblemente paralelo al bruto de F.
La orientación de las líneas de ejes definidos por los centros de los seis taladros de la planta no
puede ser cualquiera, sino que debe presentar un cierto paralelismo con las caras brutas exterio-
res (formando un hexágono).
Sin estar precisado, la perpendicularidad de los ejes de estos seis agujeros es evidente por refe-
rencia a la superficie de montaje A.
Los ejemplos podrían multiplicarse. Numerosos planos tienen aparentemente condiciones implí-
citas: concentricidad de un árbol y su eje de montaje, refrentado con los agujeros de paso co-
rrespondientes, perpendicularidad de superficies entre sí, planitud de superficies, etc. La
normalización para evitar las descripciones muy numerosas (con sobrecarga de información en
los planos) recomienda no prescribir las tolerancias geométricas a no ser que sean indispensa-
bles para la funcionalidad o la aptitud al uso. La presencia de una tolerancia dimensional limita
por sí misma ciertos errores geométricos que deben quedar en el interior de esta tolerancia y de
la precisión habitual del taller.
16 Acotación funcional. Procesos de fabricación
♦ Prototipos. Los prototipos son productos intermedios. Son productos industriales por
cuanto su utilidad se basa en el estudio posterior de un proceso de fabricación, pero
no son realmente útiles o herramientas. Ejemplo: sinterizado en resina de una carcasa
de un taladro de mano para su estudio de ergonomía.
♦ Productos de consumo. Se entiende por productos de consumo aquellos que tienen
por objetivo satisfacer directamente una necesidad o un requerimiento del usuario fi-
nal. Ejemplo: una silla de material plástico.
♦ Procesos de montaje mecánico, en los que los componentes deben encajar o acoplar
en razón a su geometría. Pueden ser a su vez sin elemento intermedio (roscado, es-
triado) o con elemento intermedio (unión por chavetas).
♦ Procesos de acoplamiento elástico, en los que los componentes pueden encajar en ra-
zón a sus cualidades elásticas.
♦ Procesos de ajuste por presión, en los que el montaje es fijo y se obtiene por inciden-
cia de esfuerzos o por gradiente térmico.
♦ Procesos de acoplamiento por conformado (como el remachado), en los que una o dos
de las piezas a montar sufren una deformación plástica.
♦ Procesos de soldadura, en los que la unión se obtiene por fusión y posterior solidifica-
ción de las partes.
♦ Procesos de unión por adhesivos, en los que existe una fase intermedia de otro mate-
rial que actúa como elemento de unión o sujeción.
Recubrir. Este grupo atañe a los procesos en los cuales un material base es recubierto
por una o varias capas de un material adicional. Este grupo se puede clasificar en función
del estado del material de recubrimiento, en:
♦ Material de recubrimiento en estado de vapor o gas (rociado con vapor o gas como el
utilizado en la obtención de los recubrimientos de las herramientas de arranque de vi-
ruta).
♦ Material de recubrimiento en estado líquido o pastoso (pintura).
♦ Material de recubrimiento en estado iónico (electrodeposición, galvanizado).
♦ Material de recubrimiento en estado sólido (pulverizado).
Modificar las propiedades del material. Mediante este grupo de procesos se obtiene un
producto con cualidades mecánicas o químicas diferentes a las del producto de partida,
pero normalmente no cambia la geometría. Este grupo, a su vez, se puede clasificar en:
♦ Procesos de tratamiento térmico, en los que la estructura interna del material es modi-
ficada en base a cambios de temperatura, es el caso del templado.
♦ Procesos de aportación o segregación de partículas, en los que las cualidades mecá-
nicas y químicas se alteran en base a la introducción o segregación de partículas en el
material (como la nitruración o la descarburación).
Modificación de las cualidades del producto. Mediante este grupo de procedimientos el
producto no sufre ninguna alteración geométrica o estructural, pero adquiere un valor
añadido en base a las operaciones que se han realizado sobre el mismo. Ejemplo de este
grupo son:
♦ Procesos de control de calidad, en los que el producto es declarado conforme y con
ello adquiere una cualificación que no tiene el material de partida.
♦ Procesos de etiquetado, mediante los cuales se incorpora una identificación al produc-
to, sin que el producto varíe, con lo cual el producto adquiere una tipificación distinta.
♦ Procesos de embalaje, en los que el producto en sí no se altera, sino que se incorpora
algún elemento de protección o decorativo
Se debe apuntar al respecto de este criterio de clasificación que debe ser considerado más co-
mo un procedimiento de estudio sistemático de los procesos de fabricación que como un modelo
de clasificación de procesos, pues en la realidad pocos son los procesos que pueden encuadrar-
se claramente en uno u otro grupo. Así por ejemplo, los procesos de estampación de chapa son
procesos en los que concurre la deformación plástica y el corte o troquelado. Otro ejemplo claro
se puede situar en los procesos de pulido o acabado superficial en los cuales concurre un arran-
que de viruta, un conformado y una adición de sustancias.
María del Mar Espinosa 19
ner, a la necesidad de romper el molde para extraer la pieza, o a la forma en la que se realiza el
llenado del molde, entre otras.
Una vez que se dispone del diseño de la pieza el siguiente paso es decidir el sistema de moldeo
a utilizar y en función de él será necesaria o no la construcción de un modelo. Un modelo es una
reproducción de la configuración y dimensiones de la pieza. Teniendo en cuenta los diferentes
comportamientos de los materiales frente a la contracción, las dimensiones del modelo estarán
afectadas por los correspondientes factores de corrección.
Una pieza fundida puede emplearse tal como se obtiene de fundición después de eliminar los
conductos de llenado y las rebarbas o puede ser necesario que posteriormente pase a una fase
de mecanización. En el segundo caso la pieza tendrá que ir provista de los espesores que lo
permitan. La forma de trasladar estos espesores a la pieza se realiza mediante la correspondien-
te corrección adicional al modelo.
La forma de obtener el molde a partir del modelo consiste en recubrir éste con algún tipo de ma-
terial como puede ser arena, escayola o cerámica entre otros. Una vez que el recubrimiento ha
adquirido una cierta consistencia sólida se retira el modelo. La forma en que se retira el modelo
permite clasificarlos en:
Modelos permanentes; es decir, para obtener el molde no es necesario destruir el mode-
lo. A este grupo pertenecen procesos de moldeo como la fundición en arena, fundición en
concha o la fundición en molde de escayola, entre otros. Dentro de este grupo y aten-
diendo a la geometría del molde a obtener es posible distinguir a su vez en (figura 7):
♦ Modelos destinados a moldes de una sola parte.
♦ Modelos destinados a moldes en dos o más partes separables.
Modelos no permanentes; es decir, para obtener el molde es necesario destruir el mode-
lo. A este grupo pertenecen procesos de moldeo como el moldeo a la cera perdida o la
fundición a la espuma perdida.
Los modelos y cajas de machos son necesarios para la construcción de los moldes y machos
respectivamente. La forma de fabricación de las cajas de machos es similar a la descrita para los
modelos externos. En la figura 9 se puede apreciar un molde de arena destinado a la obtención
de una pieza hueca donde se aprecian también el bebedero y la mazarota.
El molde es una reproducción en negativo de la configuración y dimensiones de la pieza a obte-
ner junto con una serie de elementos auxiliares como son el bebedero, los canales de alimenta-
ción, la mazarota y los respiraderos. A grandes rasgos se pueden clasificar los moldes
atendiendo a su utilización después del desmoldeo de la pieza en:
Moldes permanentes: se utilizan un número indefinido de veces teniendo en cuenta que
no es necesaria su destrucción para extraer la pieza. Están provistos de al menos una lí-
nea de separación que marca el plano de unión de las diferentes secciones del molde.
Para la obtención de este tipo de moldes se puede partir de un modelo previo o no, en
cuyo caso se suelen obtener por mecanizado directo del negativo de la pieza sobre una o
varias partes metálicas. En la figura 10 – izquierda se representa un molde de este tipo
destinado a operaciones manuales de fundición, ya que las operaciones automatizadas
no suelen requerir moldes con bisagras. A la derecha se puede observar un molde para
llenado a presión (inyección).
Moldes no permanentes: se utilizan una única vez puesto que la extracción de la pieza
supone la destrucción del molde. Para la obtención de este tipo de moldes es necesario
partir de un modelo previo.
La ventaja de no tener que fabricar un molde para cada pieza a fundir hace que los procesos que
utilizan este tipo de moldes presenten mayores velocidades de producción que los que utilizan
moldes no permanentes. Por el contrario, la utilización de este tipo de moldes plantea restriccio-
nes geométricas a las piezas por la necesidad de apertura del molde, razón por la cual cuando la
geometría es compleja se suele recurrir al empleo de moldes desechables.
El coste de fabricar y mantener un molde permanente puede ser alto en comparación con la ob-
tención de moldes de arena. Por tal motivo, el molde permanente se plantea para producciones
en serie. En contraposición a los moldes desechables que se plantean para pocas o una sola
pieza (aunque siempre hay excepciones a esta regla).
Los procesos de moldeo con molde permanente se pueden definir como procesos de geometría
final ya que normalmente no se requiere ningún proceso posterior. Frecuentemente el mecani-
zado es la única operación necesaria para eliminar canales, rebarbas y demás elementos extra-
ños. Con un buen diseño la única operación final es una buena operación de limpieza y
desbarbado.
El material de fabricación de los moldes está determinado por el proceso a seguir. Para moldes
permanentes puede ser metal, escayola, cerámica o materiales refractarios que soporten altas
temperaturas mientras que en el caso de los no permanentes puede ser arena, resinas, escayola
o cerámica que se endurecen y mantienen la forma gracias al uso de un agente aglutinante que
en unos casos será el agua y en otros una resina.
Los moldes metálicos suelen estar fabricados en acero o fundición. En este caso la despulla es
necesaria para la expulsión de la pieza solidificada. Este tipo de moldes se puede utilizar para:
Fundición en concha por gravedad. Los machos serán metálicos o de arena.
Fundición por centrifugación. En este caso el molde gira alrededor de su eje mientras se
produce el llenado. Se destina a la obtención de tubos, camisas...
Inyección o fundición a presión. En este caso se inyectan las aleaciones a una temperatu-
ra de fusión tan baja como sea posible (las aleaciones de aluminio a 650 ºC y las de zinc
a 420 ºC). Los machos son siempre metálicos. Los moldes se montan en máquinas de in-
yección.
Como ejemplo de aplicación se plantea la necesidad de producir el cuerpo de la válvula de cau-
dal representada en la figura 11 (escala 1:20), siendo el material bronce. Se necesita fabricar un
lote amplio de unas 500 unidades. Se necesita definir geométricamente el conjunto de útiles re-
queridos para realizar una fundición en arena.
En las figuras adjuntas se presenta una solución simplificada del problema donde se observa la
caja de moldeo abierta (figura 12) y la caja de moldeo con los machos en posición de llenado
(figura 13).
24 Acotación funcional. Procesos de fabricación
semimolde superior
semimolde inferior
FIGURA 12.- CAJA DE MOLDEO ABIERTA
volverse en nuestra contra ya que a medida que aumenta la complejidad de la pieza lo hace tam-
bién el coste de obtención. Por este motivo es importante tener en cuenta una serie de reglas
básicas como son:
Simplicidad geométrica que facilite la fabricación de modelo, molde y pieza.
Utilizar ángulos redondeados evitando esquinas, ángulos agudos y biseles que favorecen
la aparición de desgarramientos y grietas porque actúan como elevadores de los esfuer-
zos. Los ángulos son zonas frágiles tanto del molde como de la pieza. El calor desprendi-
do por la pieza fundida se concentra en el punto indicado por la flecha de la figura 14 y
provoca sopladuras y grietas. Este punto caliente retarda la solidificación de la pieza en
este punto. Los radios de los biseles deben seleccionarse para reducir concentraciones
de esfuerzos y asegurar un flujo adecuado durante el proceso de vaciado. Normalmente
estos radios varían en un rango entre 3 y 25 mm, aunque en piezas pequeñas se pueden
admitir valores inferiores.
Evitar las paredes verticales. Una pared oblicua proporciona de forma natural una buena
despulla. Evitar las paredes totalmente horizontales. Una pequeña inclinación permite una
mejor evacuación del gas durante la colada (figura 17). Deben evitarse las áreas planas
grandes ya que se pueden torcer durante el enfriamiento debido al gradiente de tempera-
tura o dar lugar a un pobre acabado superficial debido a un problema en el flujo de llena-
do. Para corregir el problema se pueden dividir las superficies usando costillas de
refuerzo (figura 16).
Prever aberturas en las piezas huecas. Estas aberturas permiten estabilizar los machos y
asegurar su correcta puesta en posición.
Evitar los nudos y la concentración de nervios. En las figuras previas así como en la
figura 19 los círculos indican los puntos de concentración de masa. Una pieza será de
mejor calidad (sin grietas ni sopladuras) cuanto menor sea la diferencia en el radio de los
círculos.
Evitar las contracciones debidas a la recuperación. Las partes solidificadas en primer lu-
gar tienen su contracción, originando contracciones internas al nivel de uniones, costillas
y paredes. Hay que prevenir, en función de su forma, una cierta elasticidad de las piezas.
En servicio, las piezas moldeadas (en particular las fundidas) resisten mejor a compresión
que a tracción. En necesario estudiar la forma de las piezas en función de la resistencia
del material moldeado. En la figura 20 se presentan algunos ejemplos de rediseño.
Las dimensiones del modelo también deben prever la contracción durante la solidifica-
ción. Normalmente están en el rango de 10 a 20 mm/m. En la tabla I se muestran algunos
valores habituales de contracción para diferentes aleaciones metálicas fundidas en mol-
des de arena.
Diseñar las piezas con los correspondientes ángulos de desmoldeo o despulla, tanto en
superficies exteriores como en las interiores. Evitar, siempre que se pueda, el uso de ma-
chos.
El ángulo de desmoldeo es el formado por la pared del molde con la dirección de la ex-
tracción del modelo o de la pieza. Sin embargo, los fundidores designan esta despulla por
la tangente de éste ángulo. En general la despulla es una adición a la cota nominal. En la
tabla II se muestran algunos valores recomendados. Los ángulos en las superficies inte-
riores son típicamente el doble que en las exteriores. Esto es debido a que las fundicio-
nes se contraen hacia adentro, en la dirección del núcleo.
Prever el espesor mínimo. Es función de la aleación colada, de la técnica de moldeo y de
las dimensiones de la pieza. En la tabla III se recogen los espesores mínimos (en mm)
recomendados para distintos tipos de aleaciones. En fundición bajo presión es más fácil
obtener piezas de buena calidad de pequeño espesor que de espesores gruesos.
FIGURA 24.- DIFERENTES TIPOS DE COTAS PARA PIEZAS DE ALEACIÓN DE ALUMINIO INYECTADAS
Prever las tolerancias correspondientes cuando la fundición sea un paso previo a otras
fases de obtención de la pieza en las que se tenga que realizar una eliminación de mate-
rial. Las holguras de mecanizado que se incluyen en las dimensiones del modelo depen-
den del tipo de fundición y aumentan con el tamaño y espesor de la fundición. En el caso
de piezas que deban ser mecanizadas posteriormente se recomiendan los sobreespeso-
res siguientes:
♦ Para aleaciones de Zn: 0,2 a 0,5 mm.
♦ Para aleaciones de Al: de 0,8 a 1,5 mm.
♦ Para aleaciones de Cu: 1,2 a 2 mm.
♦ Para fundiciones y acero: Por lo general van desde 2 a 5 mm para piezas pe-
queñas hasta más de 25 mm para fundiciones grandes.
La despulla se añade al sobreespesor de mecanizado.
Evitar los ángulos vivos ya que producen una fuerte entalla en las piezas.
Se deben evitar grandes variaciones en el tamaño de las secciones transversales y cam-
bios bruscos para obtener una mejor calidad y prolongar la vida del molde. En la figura 31
se muestra el cambio en el diseño de una costilla para minimizar el rechupe causado por
la contracción durante el enfriamiento.
Los espesores de pared normales de las piezas están en el orden de 2 a 6 mm para ma-
teriales termoestables y de 1 a 4 mm para materiales termoplásticos.
La forma de la pieza determina en numerosos casos el proceso de fabricación adecuado
para su obtención. El diseño del molde en el proceso de inyección o de la matriz en la ex-
trusión debe ser tal que no cause problemas en la generación de la forma, al control di-
mensional y al acabado superficial. Al igual que se ha indicado para el moldeo de
metales, se debe controlar la forma del flujo de material a las cavidades del molde. Se
deben tener en cuenta los efectos de la orientación molecular durante el procesado, es-
pecialmente cuando se trata de extrusión, soplado o termoconformado. En la figura 32 se
muestra un ejemplo de diseño de una matriz de extrusión para obtención de un perfil de
sección cuadrada. En el ejemplo, y de cara a una mejor visualización de la solución adop-
tada, se han curvado excesivamente los laterales. Este diseño permite corregir el efecto
rebote del material tras pasar por la matriz.
El bajo módulo de elasticidad de estos materiales requiere, además, que las formas sean
seleccionadas correctamente para tener mayor rigidez en el componente, en especial
cuando es importante ahorrar material. En la figura 33 se muestra un cambio en el diseño
que produce un aumento de la rigidez en el fondo de recipientes delgados de plástico
mediante la convexidad. Esta técnica se parece a la utilizada durante el proceso de fabri-
cación de las latas de aluminio para bebidas. Estas consideraciones son similares a las
utilizadas en el diseño de forjas metálicas.
Las propiedades del producto final dependen del material de trabajo y de la historia de su
proceso de fabricación ya que una característica de los materiales plásticos frente a los
metálicos es que en los procesos de moldeo el material y la pieza se forman al mismo
tiempo. El trabajo de los polímeros en frío mejora su resistencia y tenacidad. Por otro la-
do, la falta de uniformidad en la deformación o los ciclos térmicos crean en las piezas es-
fuerzos residuales. Su magnitud y dirección son factores importantes a tener en cuenta ya
que pueden desaparecer a lo largo del tiempo y crear distorsiones y deformaciones en las
piezas a lo largo de su ciclo de vida.
Para poder articular los materiales plásticos o para proporcionarles mayor rigidez es habi-
tual recurrir a la utilización de insertos metálicos. Estos insertos se colocan directamente
en el molde y quedan embebidos en la pieza durante la solidificación. En estos casos hay
que comprobar que no se producirán colisiones con otras partes de la pieza. Ejemplos de
este tipo de insertos son pernos, tuercas, tornillos, bisagras, tetones, etc. (figura 34)
Cuando se insertan tornillos, tuercas o tetones hay que asegurar que éstos no van a girar
en las condiciones de uso. Para ello las cabezas de los tornillos y tetones pueden ir mole-
teadas, como se muestra en el tetón de la figura 34 o tener una forma prismática. En este
caso, el estrechamiento o entallado entre la cabeza y la parte visible del tetón asegura
que el inserto no se desprenderá de la parte plástica cuando se origine una fuerza que ti-
re de él hacia el exterior como puede ser el caso de separar esta pieza de otra con la que
va acoplada por medio del tetón.
En el caso de insertar tuercas habrá que tener especial cuidado para que el material plás-
tico no invada los filetes de rosca. En la figura 34 se muestran dos posibles soluciones.
Otra utilidad de esta técnica es proporcionad rigidez a las piezas moldeadas.
Las tolerancias dimensionales varían entre ± 0,1 a 0,5 para materiales termoestables y ±
0,05 a 0,3 para materiales termoplásticos para D ≤ 100 siendo D la diagonal mayor de la
pieza (figura 25).
Existe un tipo de forja con matriz en la que la matriz restringe totalmente el flujo de mate-
rial dentro de la cavidad no permitiendo la formación de la rebaba. En la figura se recoge
un esquema en el que se representa la pieza a obtener por estampación junto con las
matrices que pueden realizar la operación. Se aprecia que la matriz es el negativo de la
pieza a obtener. Dado que la operación se realiza normalmente en caliente se ha de tener
en cuenta el factor ‘contracción posterior’ que tiene lugar durante el enfriamiento, lo que
obliga a calcular el sobredimensionamiento necesario de la matriz.
Se ha indicado que uno de las características del proceso es la ausencia de rebabas en las pie-
zas obtenidas. Esto sólo se consigue si se controlan perfectamente las condiciones durante el
proceso.
Dado que las rebabas son los excesos de material que aparecen en la interfaz entre las matrices
durante el proceso y que estas rebabas son problemáticas porque pueden impedir un buen aco-
plamiento entre las placas de la matriz y con ello restar eficiencia al proceso, cabe operar de dos
formas diferentes:
Reducir el material de partida de forma que nunca exista ese exceso de material que pro-
duzca la aparición de rebabas. Esta solución puede ser contraproducente ya que por no
tener rebabas se puede provocar un defecto de falta de material en alguna de las partes
de la pieza, lo que en determinadas condiciones puede ser peor.
Dimensionar las matrices de forma que las rebabas y excesos se produzcan de forma
controlada sobre cavidades previamente diseñadas al efecto, excesos que posteriormen-
te pueden ser eliminados mediante mecanizado.
La forja con estampa, forja con martinete o sencillamente estampación es un proceso claramente
más complejo que la forja libre, por las connotaciones de forma de la matriz. Por ello, es más ca-
ro y debe ser el recurso de producción cuando la cantidad de piezas a obtener así lo aconseje.
Se trata de un procedimiento de fabricación en serie. Por el contrario, la forja sin estampa es
adecuada para la fabricación de piezas sueltas, piezas de tamaños diferentes, que han de recibir
formas lisas y sencillas con superficies rectas o uniformemente redondeadas.
El forjado se puede realizar a temperatura ambiente (forjado en frío) o a temperatura elevada
(forjado en caliente). El forjado en frío requiere mayores fuerzas, por la alta resistencia del mate-
rial, y los materiales de las piezas deben tener la ductilidad suficiente a temperatura ambiente.
Las piezas obtenidas tienen buen acabado superficial y buena precisión dimensional. Para el for-
jado en caliente se requieren menores fuerzas pero la calidad superficial y la precisión dimensio-
nal de las piezas obtenidas son peores que en el forjado en frío.
por ejemplo, a la obtención de una preforma para la forja con matriz cerrada. En estos casos es
frecuente que el material se vaya girando, por ejemplo manualmente por un operario, para ir con-
formando los cambios requeridos al tiempo que se van orientando los granos en una determina-
da dirección. Con este fin es normal utilizar en la forja libre matrices convexas o cóncavas para
reducir una sección transversal y redistribuir el material en una zona del trabajo para operacio-
nes posteriores. Es frecuente que este tipo de matrices presente varias cavidades de manera
que la barra inicial pueda formarse toscamente antes del conformado final.
Para diseñar las matrices de estampación se requiere conocer la resistencia y la ductilidad del
material de la pieza, su sensibilidad a la velocidad de deformación y a la temperatura, sus carac-
terísticas de fricción y la forma y complejidad de la pieza.
La regla más importante a seguir es que la pieza fluye en la dirección de menor resistencia. Por
lo tanto, se debe conformar la pieza de forma que llene bien las cavidades de la matriz.
La pieza a forjar se prepara como una sucesión de piezas que puede incluir:
1. Corte de una barra extruída o estirada.
2. Operaciones de preconformado, como el forjado con matrices cóncavas o convexas que
permiten redistribuir el material.
3. Operaciones de obtención de una preforma en la que la forma de la pieza se va aproxi-
mando a la forma definitiva.
4. Operaciones de acabado en las que se obtiene la forma definitiva de la pieza a obtener.
Normalmente la rebaba se elimina en un proceso posterior de troquelado o de arranque
de viruta.
En una pieza bien preformada o preconformada el material no debe fluir con facilidad hacia la
rebaba, el patrón de flujo de grano debe ser favorable y se debe minimizar el deslizamiento ex-
cesivo en las caras de contacto entre la pieza y la matriz para reducir el desgaste. Para selec-
cionar las formas se requiere de amplia experiencia e intervienen cálculos de la sección
transversal de la superficie en cada lugar en donde se lleve a cabo la forja.
Se han desarrollado técnicas de diseño por ordenador para facilitar los cálculos así como para
predecir la pauta de flujo de material en la cavidad de la matriz, y la formación de defectos. Co-
mo el material sufre distintos grados de deformación, y a velocidades distintas, en diversas re-
giones de la cavidad de la matriz, las propiedades mecánicas dependen del lugar específico de
la forja.
FIGURA 39. IZQUIERDA: MATRIZ INFERIOR PARA LA ESTAMPACIÓN EN MARTILLO PILÓN. DERECHA:
PORTAMATRIZ INFERIOR PARA LA ESTAMPACIÓN CON PRENSA VERTICAL Y OBTENCIÓN DE LA PIEZA
A la hora de diseñar una matriz para forja es necesario definir una serie de parámetros como
son:
Geometría de las cavidades necesarias. Como ya se ha indicado previamente, el diseño
de los útiles progresivos necesarios para llevar a cabo un proceso de forja es un proceso
muy complejo que excede los límites de este tema por lo que no se entrará en ello.
El plano de separación, línea de partición o línea de rebaba está constituida por la super-
ficie de separación de las dos matrices.
Para la mayor parte de las piezas forjadas esta línea suele estar en la sección transversal
máxima de la pieza. Para las formas simétricas sencillas, como la representada a la iz-
quierda de la figura 40, es una recta que coincide con el centro de máxima sección de la
pieza forjada, pero para las formas más complejas esa línea no puede estar en un solo
plano tal como se observa en los otros dos ejemplos propuestos. El primer caso corres-
ponde a una matriz plana en la que la línea de partición se corresponde con un solo plano
horizontal perpendicular a la dirección de accionamiento del martillo o de la prensa. Este
tipo de matrices son las más habituales.
40 Acotación funcional. Procesos de fabricación
Las matrices en corte, como la representada en el centro de la figura, muestran una línea
de partición quebrada provista de un talón que produce simultáneamente un doblado
asociado con la obtención de la forma final de la pieza. El plano inclinado tiende a hacer
que las dos partes de la matriz se deslicen una sobre otra, de ahí la necesidad de opo-
nerse al movimiento mediante un talón. Su acción se reduce por un juego J correspon-
diente al espesor del cordón de la matriz. El inconveniente de este tipo de matrices es la
necesidad de utilizar bloques de metal difíciles de reutilizar y el alto coste del utillaje.
El ejemplo mostrado a la derecha presenta una línea de separación quebrada equilibrada.
En este caso las reacciones de las partes inclinadas se compensan de forma que la resul-
tante R está correctamente alineada con la dirección de accionamiento de la prensa.
Después de asegurar el llenado de la matriz se permite que si existe material sobrante de
rebaba fluya a través del canal de rebaba para no aumentar de una forma innecesaria la
fuerza de forjado. En general se prevé una holgura para rebabas del 3% del grosor
máximo de la pieza. La longitud del canal c suele ser de 2 a 5 veces el espesor de la re-
baba.
Los ángulos de salida o de despulla son necesarios para facilitar la extracción de la pieza.
Al enfriarse la pieza forjada se contrae en dirección radial y longitudinal a la vez, por lo
que los ángulos de salida internos se hacen mayores que los externos. El ángulo de des-
pulla es función de la forma de la pieza y de la maquinaria utilizada para el forjado. En la
tabla V se recogen los valores característicos utilizados en la industria.
En la figura 41 se muestra el efecto que sobre la geometría de la pieza tiene la elección
del plano de partición y del ángulo de despulla en una matriz plana. A la derecha se ha
elegido un ángulo paralelo al eje de la pieza y del plano de partición. A la izquierda el án-
gulo es paralelo a las caras laterales. Las cotas C1 y C2 son cotas fijas. En la parte infe-
rior de la figura se observa la forma final de las piezas obtenidas. Hay que observar la
diferencia de material empleado en un caso y en otro.
La despulla que facilita la extracción de las piezas de los huecos de las matrices es lleva-
da a partir de planos paralelos a la dirección de cierre. La
figura 42 muestra las modificaciones de forma y las cotas que pueden ser aportadas por
la presencia de un plano inclinado. A la derecha se presenta una forma aceptable.
Secciones y ángulos. Es necesario evitar los cambios bruscos de sección y enlazar las di-
ferentes secciones de la pieza por ángulos de redondeo tal como se muestra en la parte
superior de la figura 43. Es importante seleccionar los radios de transición adecuados en
las esquinas y biseles, para asegurar el flujo uniforme del metal hacia la cavidad de la
matriz y mejorar la vida de ésta.
En general hay que evitar los radios pequeños por su efecto adverso sobre el flujo de ma-
terial y su tendencia a desgastarse con rapidez debido a la concentración de esfuerzos y
a los ciclos térmicos. Los radios pequeños de bisel también pueden causar la rotura de
las matrices por fatiga. Como regla general estos radios deben ser tan grandes como lo
permita el diseño de la pieza forjada.
Las recomendaciones generales para las matrices destinadas a trabajar en martillo pilón
o prensa son:
1. Redondeado de las aristas, si es posible: r ≥ 0,02D
2. Radios de los fondos de una cavidad si es posible: R ≈ L y r = L/4
3. Espesor en las rebabas: e ≈ 2 a 5 mm
Sobreespesores en el utillaje. Hay que tener en cuenta que las dimensiones de las cavi-
dades de las matrices deben ser mayores que las de las piezas a obtener para contra-
rrestar el efecto de la contracción de la pieza al enfriarse. Se considera que valores de 1
a 2 mm de sobredimensionado sobre cada cara trabajada son valores correctos. La des-
pulla se une al sobreespesor del utillaje tal como se muestra en la figura 44.
Dado que las cavidades se tallan con fresas cónicas es normal que el ángulo de despulla
coincida con el de la fresa. Hay que tenerlo en cuenta para el diseño de los nervios de al-
tura variable o los extremos de piezas cilíndricas.
María del Mar Espinosa 43
que la mitad rellena representa la pieza de molde fija mientras que la otra parte represen-
ta la parte móvil.
En la parte izquierda exterior de la mitad superior del símbolo puede añadirse una letra
que identifica el tipo de superficie de la siguiente forma:
♦ C : superficie de unión de machos para machos (figura 45-C)
♦ M: superficie de unión principal de moldes (figura 45-D)
♦ S: superficie de unión para correderas (figura 45-E)
La superficie de unión debe representarse en las vistas mediante una línea del tipo indi-
cado anteriormente. El símbolo gráfico que representa la superficie de unión preferente-
mente se situará por fuera de las líneas exteriores de las piezas moldeadas y sobre la
línea que representa la superficie de unión.
Marcas de utillaje. En aquellos casos en los que sea necesario indicar el tamaño de la
desviación máxima admisible debida a los componentes auxiliares de moldeo como son
los bebederos, mazarotas respiraderos, expulsores, etc. se utilizará el símbolo represen-
tado en la figura 47 A. El símbolo se situará sobre una línea de referencia conectada al
elemento con un a flecha que apunte a la superficie tal y como se representa en la figura
47 B. A la derecha del símbolo puede aparecer una letra que indica el tipo de marca de
acuerdo con el siguiente esquema:
♦ E: marca de expulsor
♦ G: marca de bebedero
♦ H: marca de disipador
♦ R: marca de expulsor
♦ V: marca de respiradero
Zona extendida. Cuando es necesario especificar el mismo requisito para varios elemen-
tos conectados unos a otros alrededor de una misma pieza se pueden utilizar algunos de
los símbolos reflejados en la tabla VI y la tabla VII.
Si es necesario aplicar un requisito de contorno a todos los elementos representados por
el contorno cerrado de una vista del dibujo, independientemente de las posibles intersec-
ciones con superficies de unión, el símbolo gráfico es un círculo (columna símbolo de la
tabla VI), que debe indicarse en el punto de intersección entre las líneas de referencia tal
y como se muestra en la columna indicación de la citada tabla. Lo mismo cabe indicar pa-
ra simbolizar el contorno parcial o las superficies ya sean éstas totales o parciales.
TABLA VII.- INDICACIONES DE ZONA EXTENDIDA PARA SUPERFICIES CON RELACIÓN A UN EJE
En la mayoría de los casos, la herramienta de tornear de hoy en día está formada por un porta-
plaquitas de acero con un mecanismo para sujetar la plaquita. Las plaquitas están realizadas en
un metal más duro que la pieza a mecanizar e incluso pueden ser de cerámica.
De modo general, el movimiento de avance para una máquina herramienta se define como el
movimiento relativo de la herramienta respecto de la pieza en la dirección de movimiento de la
herramienta, bien por revolución de la pieza de trabajo bien por corte en caso de herramienta
con múltiples filos.
En el caso del torneado, el movimiento de avance de la herramienta puede realizarse en paralelo
al eje de la pieza (como en el cilindrado), lo que significa que el diámetro de la pasada que se
obtiene es siempre el mismo, o puede avanzar hacia el centro de la pieza (como en el ranurado),
lo que significa que en el caso extremo el diámetro puede variar desde un valor inicial hasta ce-
ro. Normalmente, los avances son combinaciones de estas dos direcciones dando como resulta-
do superficies curvas o cónicas.
María del Mar Espinosa 53
A pesar de que se trata de una operación con un solo filo de corte, la colocación relativa de la
herramienta respecto de la pieza, su forma y material dependen del proceso a realizar (cilindra-
do, refrentado, etc.), del tipo de operación (desbaste, mecanizado medio o acabado), del mate-
rial a mecanizar y de las condiciones de trabajo.
En cada pasada de una operación general de mecanizado la pieza de trabajo tiene dos superfi-
cies importantes:
La superficie de trabajo o superficie de la pieza que debe ser removida mediante el me-
canizado.
La superficie final o superficie que se desea obtener por acción de la herramienta de cor-
te.
8.2.1.- Cilindrado
La figura 59 muestra un proceso de cilindrado generado por el movimiento de rotación de la pie-
za y el movimiento del carro portaherramienta siguiendo una trayectoria paralela al eje de rota-
ción de la pieza de trabajo. También se ha representado una herramienta de cilindrar a derechas
con plaquita, con mango recto de acuerdo con la norma UNE 1603.
Si el movimiento de la herramienta no es paralelo al eje de giro de la pieza sino que se produce
un movimiento combinado de desplazamiento y avance es posible obtener otras geometrías co-
mo conos y, en general, perfiles de revolución.
54 Acotación funcional. Procesos de fabricación
8.2.3.- Refrentado
En este caso se produce en el torno un movimiento de avance de la herramienta en una direc-
ción perpendicular al eje de rotación de la pieza, trabajando sobre la cara frontal de la pieza de
trabajo. A la derecha de la figura 61 se ha representado una herramienta para refrentar a dere-
chas. Las diferentes dimensiones de los mangos de las herramientas, mangos acodados como
el representado, están recogidos en la norma UNE 16104.
En esta operación, análogamente a como sucede en el ranurado, cuando la velocidad de giro de
la pieza es constante la velocidad de corte de la punta de la herramienta varía desde un máximo
en el exterior hasta 0 cuando la herramienta alcanza el centro de la pieza.
En la parte inferior de la figura se ha representado una herramienta para realizar un ranurado in-
terior. En este caso es necesario que exista previamente un agujero en el interior de la pieza. La
herramienta se desplaza perpendicularmente al eje de giro de la pieza desde el interior hacia el
exterior hasta conseguir la profundidad de ranura requerida o la máxima que permita la herra-
mienta. La anchura mínima de ranura vendrá dada por las dimensiones de la plaquita.
El avance es un factor clave ya que tiene que coincidir con el paso de la rosca. El control del
movimiento de la herramienta y su adecuación al paso se puede realizar mediante husillo, tarjeta
perforada o control numérico dependiendo del tipo de máquina. El perfil de la herramienta de-
termina la forma, o tipo, de la rosca.
Hoy en día el fresado es el método de mecanización más ampliamente utilizado dadas sus ven-
tajas de alta eficiencia, precisión, buen acabado superficial y flexibilidad en cuanto a las posibles
formas de las piezas. Es posible clasificar las máquinas de fresado atendiendo a:
Posición de la herramienta de corte
Movimientos relativos herramienta - pieza
chura del rebaje será la mesa la que se desplazará en el plano XY hasta situarse en la
nueva posición de inicio.
Bordes y ranuras. Es posible mecanizar bordes a escuadra como los vistos en el aparta-
do anterior. También es posible mecanizar bordes que no estén a escuadra. En este caso
la fresa presentará la geometría opuesta al borde que se desea obtener. En la figura 70
se presentan varios ejemplos de fresas de forma y de ranurar. Mecanizar bordes que no
estén a escuadra como el presentado en la imagen significa que la fresa dispondrá de la
geometría opuesta al borde que se desea obtener. Normalmente estas herramientas son
costosas de fabricar y por ello el fresado con fresa de forma se utiliza solamente cuando
la cantidad de producción es suficientemente grande.
La ranura puede ser: Abierta en uno o en sus dos extremos o cerrada en los dos, en cuyo
caso se denomina a la ranura chavetero y a la operación cajeado.
María del Mar Espinosa 61
Corte con separación de parte o serrado. La posibilidad de utilizar una fresadora para rea-
lizar operaciones de serrado, propias de otro tipo de máquinas, se debe al desarrollo de
dos tipos diferentes de fresas: Las fresas de ranurar descritas anteriormente y las fresas
de disco (figura 73).
Al igual que ocurre con otros procesos de mecanizado el control de la viruta es un factor clave,
siendo en este caso aún más importante que en el torneado interior ya que normalmente el diá-
metro del agujero es mucho más pequeño. En la mayoría de las aplicaciones el diámetro del
agujero se mueve en un entorno de 3 – 20 mm que coincide, afectado por la correspondiente to-
lerancia, con el diámetro de la broca. La mayoría de las brocas disponen generalmente de dos fi-
los y dos canales para evacuación de la viruta. Como en otros casos la herramienta de corte
puede ser tanto enteriza como de plaquitas intercambiables (figura 74).
figura 75 se aprecian las dos herramientas. Se observa que el macho se destina al mecanizado
de roscas interiores mientras que la terraja es la utilizada para el mecanizado de roscas exterio-
res.
En la figura se recoge esquemáticamente el macho de roscar y la terraja y se indica cada uno de
sus componentes y sus ángulos característicos. El macho de roscar, girando a baja velocidad, se
introduce en un agujero previamente realizado. En estas condiciones el movimiento principal o
movimiento relativo entre un punto del filo de corte y la pieza describe una hélice. La zona inicial
del macho es la responsable del mecanizado. En esta zona cada filo elimina una fina capa de
metal para dar la forma a la rosca. La segunda zona solo completa el mecanizado eliminando los
restos de viruta que pudieran quedar. La forma de trabajo de la terraja es similar aunque en este
caso el trabajo se invierte en producir el filete exterior.
En el caso de roscas interiores el trabajo de mecanizado lo realizan los dientes de la entrada. La
forma y la longitud de la entrada dependen fundamentalmente del tipo de agujero, ya sea ciego o
pasante. Las operaciones de roscado se pueden realizar tanto manualmente como a máquina,
montando la herramienta que corresponda en el porta-herramientas ya sea el de la taladradora,
la fresadora o el torno. En el caso de realización manual se suelen utilizar juegos de dos o tres
machos para cada agujero de forma que los primeros elementos del juego realizan las fases de
desbaste y semi-acabado interior de la rosca. El último elemento del juego tiene ya las dimen-
siones exigidas para la rosca y realiza la operación de acabado.
Uno de los factores clave en el mecanizado de roscas es la tolerancia, necesaria para garantizar
un buen ajuste. Las roscas, al igual que otras geometrías de fabricación están normalizadas. En
la figura 76 se representa esquemáticamente un perfil de rosca métrica ISO que es, actualmente,
el tipo de rosca más utilizado. Las características de estas roscas son:
Dimensiones en milímetros.
Ángulo entre flancos de 60º.
Cresta achaflanada y pie redondeado.
64 Acotación funcional. Procesos de fabricación
Las partes mecanizadas deben diseñarse con formas que se puedan producir con el mínimo
número de posicionamientos en máquina y, por lo tanto, de ajustes. Si es posible se tenderá a
realizar un único ajuste. Por ejemplo, se deben diseñar las partes de forma que sea posible rea-
lizar el máximo número de agujeros sin tener que cambiar la posición de la pieza en máquina
(figura 78). Esto se traduce en acortar los tiempos de proceso y en eliminar algunas operaciones
de verificación de posición de la pieza en la máquina.
Siempre que sea posible se diseñarán agujeros pasantes frente a los ciegos ya que su mecani-
zado es más sencillo. Si se requieren agujeros de gran diámetro es preferible comenzar con un
agujero de diámetro inferior e ir aumentando su dimensión. Siempre que sea posible el agujero
previo provendrá de una operación anterior como moldeo o conformado. Con esto se consigue,
entre otras cosas, eliminar tiempo de proceso y desperdicio de material.
Siempre que sea posible, se evitará la perforación de agujeros profundos. Este tipo de agujeros
requiere útiles especiales para sujetar la pieza e impedir su pandeo durante el mecanizado, es-
pecialmente cuando se trata de un proceso en el torno. Por otro lado, en la perforación de este
tipo de agujeros se presentan problemas con la evacuación del calor y de las virutas producidas
durante el proceso.
Los diseños deben permitir el taladrado de los orificios sobre superficies planas y perpendicula-
res al movimiento de la broca ya que, de lo contrario, la broca tiende a flexionar y el agujero no
estará correctamente localizado.
Con vistas a alcanzar una buena exactitud dimensional, se deben evitar los orificios que presen-
ten superficies interrumpidas.
Las partes mecanizadas deben diseñarse con formas que puedan lograrse con herramientas
normalizadas. Siempre que sea posible, los fondos de orificios deben ser iguales a los ángulos
normalizados en las puntas de brocas. Se deben evitar los fondos planos y las formas raras que
encarecen el proceso de fabricación sin añadir valor añadido. Las roscas estarán normalizadas,
los avellanados, cajeados y perfiles se adaptarán a formas normalizadas en las herramientas co-
rrespondientes. Cualquier otra forma no normalizada encarece el producto al necesitar herra-
mientas específicas para su producción.
María del Mar Espinosa 67
Cuando los orificios tengan que sufrir un posterior proceso de acabado, la longitud de taladrado
debe ser superior a la necesaria para el proceso de acabado.
Los requerimientos funcionales determinan las tolerancias pero éstas deben especificarse de
forma que se puedan alcanzar con los procesos normales en condiciones de trabajo normales.
Especificar unas tolerancias excesivamente ajustadas se puede traducir en un aumento de cos-
tes debido a procesos adicionales, necesidad de nuevos equipos, mayor número de inspeccio-
nes, reprocesado y desperdicio.
Lo mismo cabe decir respecto al acabado superficial. Debe especificarse el necesario para cum-
plir los requerimientos funcionales pero no simplemente para mejorar el aspecto estético cuando
éste no sea un valor del producto. Hay que considerar los procesos de esmerilado o pulido como
procesos “extras”.
Por último, pero no menos importante, se deben seleccionar materiales con buena maquinabili-
dad. En general, el índice de maquinabilidad de un material se correlaciona con la velocidad de
corte y con la velocidad de producción disponibles. Esto significa que los materiales con baja
maquinabilidad son más costosos de trabajar. Las partes que se endurecen por tratamiento tér-
mico deben acabarse mediante esmerilado o mecanizado, para lograr el tamaño y tolerancias fi-
nales, generalmente con herramientas más costosas.
11.- BIBLIOGRAFÍA
Introducción a los procesos de fabricación
Espinosa, M.M.
ISBN: 84-362-4139-8
Ed UNED. 2000
ISBN: 978-84-614-1457-4
ASOCIACIÓN DE INGENIERÍA
Y DISEÑO ASISTIDO
INSTITUTO DE INGENIERÍA
E INNOVACIÓN INDUSTRIAL