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El calendario prevé la liberación de los precios de forma escalonada de manera que Pemex y las nuevas
empresas que ofrezcan el servicio podrán fijar sus precios de forma independiente: una gasolinera que
desee reducir sus ganancias bajará el precio, pero podría obtener más clientes.
En 2017 habrá tres elementos que harán que un litro de gasolina o diesel será más caro o más barato,
dependiendo de la región, estado y municipio en donde se compre.
Precio en el mercado: el costo del petróleo eleva o reduce el costo de la gasolina, y el precio a nivel
internacional será la referencia: ya no estará sujeto al precio que el gobierno (Pemex y la SHCP)
fijaba por razones financieras y hasta políticas.
Transporte y almacenamiento: un litro de gasolina será más caro o barato si una localidad se
encuentra más lejos o cerca de una refinería o un puerto, si el combustible es llevado por tierra o
por oleoducto, y si cuesta más o menos almacenarlo.
Impuesto a la gasolina: el gobierno aplica un impuesto de recaudación llamado IEPS a cada litro de
gasolina vendido, el cual se seguirá aplicando y no se incrementará en 2017, según promete el
gobierno mexicano.
Pero también habría un cuarto factor, las leyes ambientales locales: en ciudades como la capital
mexicana, si las autoridades requieren que haya gasolinas menos contaminantes, costará más cada
litro.
BBC Mundo repasa los aspectos más importantes.
1. ¿Por qué es un instancia histórica?
Tras 77 años de monopolio estatal a cargo de Petróleos
Mexicanos (Pemex), este miércoles se conocerán los
ganadores de la primera licitación para el ingreso de
empresas privadas al sector.
La Comisión Nacional de Hidrocaburos (CNH) tiene luego 48 horas para estudiar las garantías
financieras de las empresas ganadoras.
El viernes, a más tardar, se anunciará el fallo de adjudicación y las empresas cuentan con plazo
hasta el 21 de agosto para firmar los contratos adjudicados.
Los contratos tendrán una vigencia de 30 años, prorrogable en dos ocasiones en cinco años, e
incluyen una fase de exploración de cuatro años, con la posibilidad de ampliación de dos años.
En todas las fases de la Ronda Uno se licitarán 169 bloques, de los cuales 109 corresponden a
áreas de exploración y 60 a campos de extracción.
En esta primera instancia, el gobierno espera que de los 14 bloques se adjudiquen entre el 30% y
el 50%.
"Es sumamente impredecible lo que puede suceder. Sin embargo, como hay muchos jugadores yo
pienso que puede haber la adjudicación de la mayoría", le dice a BBC Mundo David Shields,
analista petrolero.
"El éxito se mide viendo la producción de petróleo que se obtenga de aquí a 20 años. Mañana no es un
asunto de éxito si se adjudican los bloques, es el propósito", añade.
"La barrera más importante", señala Labardini, "era la barrera ideológica, que consideraba a la
industria petrolera como algo que no debía ser operada por privados. Ahí un paradigma se rompió".
La apertura también tiene como objetivo hacerle frente a un declive de la producción local.
Se encuentra en los 2,26 millones de barriles por día (mbpd), una estimación que se mantiene para
el próximo año.
Pero poco más de diez años atrás, en 2004, su producción se encontraba en los 3,4 millones, un
nivel que el gobierno espera alcanzar gracias a la reforma energética en diez años.
De acuerdo con Pemex los recursos prospectivos de hidrocarburos del país, noveno productor
mundial de petróleo, son mayores a 100.000 millones de barriles.
La cifra incluye los yacimientos probados y posibles de crudo en aguas someras, tierra y en mar
profundo, y también contempla los mantos de gas natural y shale, que se extrae por el sistema de
fractura hidráulica o fracking.
"Es una adivinanza", opina Shields sobre las reservas probables de México.
"No tengo el dato y creo que nadie tiene el dato en realidad porque falta hacer la exploración y
conocer el potencial real", asegura.
Con un flujo de efectivo reducido y una restricción presupuestaria impuesta por el gobierno federal,
el panorama de Pemex es "muy complicado", apunta.
En el país "todavía hay un potencial petrolero importante", asegura Shields "pero es un potencial
que requiere de inversiones muy fuertes y tecnologías nuevas, muchas capacidades industriales y
esto ya estaba rebasando a Pemex".
Sin embargo, la industria petrolera como tal "representa una proporción relativamente menor de la
economía, y de las exportaciones", señala Labardini.
"En ese sentido, la economía mexicana no depende del petróleo como Arabia Saudita o Venezuela,
pero hay que reconocer que los ingresos", agrega.
"Si Pemex ha sido un pilar de la economía nacional, ya no lo podrá seguir siendo", considera
Shields.
"La compañía logró el objetivo de su tiempo pasado de maximizar en poco tiempo la explotación de
yacimientos y exportarlo para generar una renta económica", concluye.