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La pérdida de realidad en la neurosis y la psicosis, Freud.

En la neurosis, el yo, en vasallaje a la realidad, sofoca un fragmento del ello (vida pulsional).En la psicosis, el yo, al
servicio del ello, se retira de un fragmento de la realidad. Lo decisivo para la neurosis seria la hiperpotensia del influjo
objetivo y para la psicosis, la hiperpotencia del ello. La perdida de la realidad estaría dada de antemano en la psicosis, en
cambio se creería que la neurosis la evita.

Cada neurosis perturba de algun modo el nexo del enfermo con la realidad, es para el un medio de retirarse de esta y, en
sus formas mas graves, importa directamente una huida de la vida real. Sin embargo se la puede eliminar muy
fácilmente.

en la neurosis, el yo, al servicio de la realidad, emprende la represión de una moción pulsional. pero eso no es todavía la
neurosis misma. Ella consiste en los procesos que aportan un resarcimiento a los sectores perjudicados del ello, por
tanto, en la reacción contra la represión y en el fracaso de esta. El aflojamiento del nexo con la realidad es entonces la
consecuencia de este segundo paso en la formación de la neurosis. El ocasionamiento de la neurosis es una escena
traumatica.

En la génesis de la psicosis ocurre un proceso análogo al de neurosis, aunque como es natural, entre otras instancias. En
la psicosis se perfilan dos pasos, el primero de los cuales, arrancara al yo de la realidad, en tanto el segundo quisiera
indemnizar los perjuicios y restableciera el vinculo con la realidad a expensas del ello, éste segundo paso presenta
carácter de la reparación, quiere compensar la perdida de la realidad, mas a no expensas de una limitación del ello sino
por otro camino mas soberano: por creación de una realidad nueva, que ya no ofrece el mismo motivo de escándalo que
la abandonada. En consecuencia, el segundo paso tiene por soporte las mismas tendencias en la neurosis y psicosis, en
ambos casos sirve al afán de poder del ello que no se deja constreñir por la realidad. Tanto neurosis como psicosis
expresan rebelión del ello contra el mundo exterior; expresan su displacer o, su incapacidad para adaptarse al apremio
de la realidad. Neurosis y psicosis se diferencian mucho mas en la primera reacción, la introductoria, que en el
subsiguiente ensayo de reparación. Esa diferencia inicial se expresa en el resultado final del siguiente modo: en la
neurosis se evita, al modo de una huida, un fragmento de la realidad, mientras que en la psicosis se lo reconstruye. En la
psicosis a la huida inicial sigue una fase activa de reconstrucción, en la neurosis la obediencia inicial es seguida por un
posterior intento de huida. La neurosis no desmiente la realidad, se limita a no querer saber nada de ella. La psicosis la
desmiente y procura sustituirla. Llamamos normal o sana a una conducta que auna determinados rasgos de ambas
reacciones: que, como la neurosis, no desmiente la realidad, pero como la psicosis, se empeña en modificarla. Esta
conducta adecuada a fines, lleva naturalmente a efectuar un trabajo que opere sobre el mundo exterior, y no se
conforma, como la psicosis, con producir alteraciones internas, ya no es autoplástica, sino aloplastica.

La neurosis se reacciona con angustia tan pronto como la moción reprimida empuja hacia adelante y que el resultado del
conflicto no puede ser otro que un compromiso, e incompleto como satisfacción. En la psicosis el fragmento de la
realidad rechazado se va imponiendo cada vez mas en la vida anímica, tal como en la neurosis lo hacia la moción
pulsional reprimida y por eso las consecuencias en ambos casos son las mismas. En ambas, la tarea que debe
acometerse en el segundo paso fracasa parcialmente, puesto que no puede crearse un sustituto cabal para la pulsión
reprimida (neurosis) y la subrogación de la realidad no se deja verter en los moldes de formas satisfactorias. Pero en uno
y en otro caso los acentos se distribuyen diversamente. En la psicosis el acento recae íntegramente sobre el primer paso,
que es en si patológico y solo puede llevar a la enfermedad, en la neurosis, recae en el segundo, el fracaso de la
represión, mientras que el primer paso puede lograrse, y en efecto se logra innumerables de veces en el marco de la
salud, si bien ello no deja de tener sus costos y muestra, como secuela, indicios del gasto psíquico requerido.

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La neurosis se conforma, con evitar el fragmento de la realidad correspondiente y protegerse del encuentro con él. En la
neurosis tampoco faltan intentos de sustituir la realidad indeseada por otra mas acorde al deseo. La posibilidad de ello lo
da la existencia de un mundo de la fantasia, un ámbito que en su momento fue segregado del mundo exterior real por la
instauración del principio de la realidad y que desde entonces quedó liberado, a la manera de reserva de los reclamos de
la necesidad de la vida, si bien no es inaccesible para el yo, solo mantiene una dependencia laxa con él. El mundo de la
fantasia desempeña en la psicosis el mismo papel, puesto que de ella constituye la cámara de tesoro de donde se recoge
el material o el modelo para edificar la realidad, pero el nuevo mundo exterior de la psicosis, quiere remplazar a la
realidad exterior. En la neurosis, en cambio, gusta de apuntalarse, como el juego de los niños, en un fragmento de la
realidad. Para ambas, neurosis y psicosis, no solo cuenta el problema de la perdida de realidad, sino el de sustituto de
realidad.

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