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42 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA el apelante en esta instancia limita los agravios a considerar (Fa- llos: 234: 199; 240: 351). Por ello, se confirma la sentencia apelada, modificandosela en el sentido de declarar que las costas corren por su orden en todas las instancias. Epuarpvo A. Ortiz Basuatpo — Ro- Berto H. Cauts — Marco AvRELIO Risozia — Luis Carros Capra — Jost F. Brpav. S. A. LABORATORIOS ANODIA y. NACION ARGENTINA RECURSO EXTRAORDINARIO: Requisitos propios. Cuestién federal. Cues- tiones federales complejus. Tuconstitucionalidad de normas y actos nacionales. Procede el recurso extraordinario interpucsto por la Direeeién Nacional de Adaanas contra la sentencia que dectaré inconstitucional el decreto 11: 917/58 sobre la base de que el Poder Kjecutivo hizo uso indebido, al dictarlo, de las facultades qne le delegé et ilecreto. -ley 5168/58, CONTROL DE CAMBIOS. Los reeargos de cambio establecidos por el Poder Bjecutivo mediante decreto _11.917/58 estin autorizados por el deereto-ley 5168/58, ratifieado por la ley 14.467. REGLAMENTACION. Si bien el Congreso no puede delegar en el Poder Ejecutivo ninguna de las atribuciones 0 poderes que le han sido expresa o implicitamenie conferidos, sf puede otorgarle autoridad para regiar los pormenores y detalles para la ejeencién de la ley. Si la politien legislativa ha quedado claramente estable- - eida, no puede juzgarse myvalido el reconocimiento de atribuciones que que- den libradas al arbitrio xazonable del drgano ejecutivo. RECARGUS CAMBIARIOS. La politiea legislativa en materia de cambios quedé suticientemente deter- minada en el texto y los considerandos del decreto-ley 5168/58, ratifieado por la ley 14.467, ave estimé eonveniente dejar librado al pradente arbitrio del Poder Ejecutivo dictar las normas necesarias para adaptar esa politiea a jas cireunstancias. Al establecer recargos de cambio transitorios mediante el deereto 11.917/58. el Poder Ejecutivo no se aparté de nquellog-lineamien- tos y, ademas, leves posteriores aprobaron las normas arancelarias adop- tadas, . . 43 DE JUSTICIA DE LA NACION 3 CONTROL OK CAMBIOS. Los decretos 11.916, 11.917 y 11.918 del aio 1958 integraron un todo orgd- nico y levaron a cfecto la politien cambiarin y aduanera determinada por el decre‘o-ley 51.38/58. Al dictarlos, el Poder Ejecutivo hizo un uso razo- nable de las facultades que la ley le acordé, por lo que corresponde revocar la sentencia que declaré contraria a los arts. 4, 44, 67, ine. 1°, y concordantes de la Constitueién la forma en que el Poder Ejccutivo, al dietar el decreto 11.917, ejereié las atribuciones delegadas. SENTENCIA DE LA C&mara NACioNAL DE APELACIONES EN LO FEDERAT, Y CONTEN CIOSOADMINISTRATIVO, Buenos Aires, 24 de mayo de 1966. Vistos estos autos caratulados “Laboratorios Anodia S. A. e/ Gobierno de la Nacién s/ repeticién”, venidos en apelacién en virtnd del recurso concedido a fs. 57 vta., contra la sentencia de fs. 53/55, e) Tribunal planted Ia siguiente cuestién a resolver: jEs justa la sentencia apelada? El doctor Heredia, dijo: I — La firma “Laboratories Anodia S. A.”, por intermedio de apoderado, demanda al Esiado Nacional por devolucién de Ja suma de $ 57,995,14 pagados, a su entender indebidamente, por los recargos cambiarios establecidos por el de- ereto 11.917/58. Pox péliza n° 30.904 cl dia 23 de diciembre de 1958 se solicité el despacho a plaza de una partida de “Sullametoxipiridazina” que Hegdé al pais ei 19 de diciembre de ese aio, ebondndose ¢l 19 de enero ds 1959 fos correspondicntes de- rechos aduaneros, Como en virtud de la resolueién 756/58, ia Aduana no le entre- gaba la mereaderfa, se vio obligada a pagar los rveeargos dispuestos por el referido detreto. Ataca el pago por habérscle exigido antes de ia yigencia de la mencionada norma, lo que importa darle efceto retroactive, Considera que todos los despachos deben ser liquidados de acuerdo con la ley vigente al tiempo de su presentacién ante las aduanas, siendo esta fecha Ix que se toma para determinar en forma defi- nitiva las velaciones del importador para cou la Aduana y viceversa. Por lo que, como los despachos se presentaron antes de Ja vigencia del deereto, eabe devolver el importe de los recargos por 6 establecidos. Por vitimo, plantea Ia. inconstitu- cionalidad del decreto 11.917 por ser originsdo en una delegacién de faeultades al Poder Fjecutivo netamente contraria a unestra Ley Fundamental. Il — El sefior Juez a quo hace Ingar a Ja demanda y declara que el Fisco Nacional debe reintegrar a la actora la sama veclamada de $ 57.995,14 m/n., con ses intereses desde jn fecha de la notifieacién de la demanda y las costas del juicio, IIT — De este fallo xpelé la demandada y en la instaneia se refiere a 1a sentencia de esta Camara reeafda en el caso “Aserradcros Elias Malamud e Hijos S. A’, con fecha 8 de abri} ae 1965, remitiéndose a lo expuesto por ella en el recurso extraordinario deducido contra dichn sentencia e insistiendo en la consti- tucionalidad del decreto 11.917. IV — Considero que tal como esté trabada la litis el problema reside en la 44 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA validez constitucional del deereto de marras, pues en cuanto a la vigencia de los reeargos vespecto 2 la importacién de que se trata, eabe remitirse a lo ya dicho muchas veces en el sentido que por “despacho a plaza” debe entenderse la nacio- nalizacién del producto mediante el pago de los derechos correspondientes (con- frontar entre otras “Siganorte” del 29 de diciembre de 1964; y ‘Cia. Swift de La Plata S. A.”, del 2 de agosto de 1965). De acuerdo con elle y en punto a la alegacién de inconstitucionalidad plan- teada, creo corresponde hacer lugar a la demanda. Al respecto eonviene recordar alguna de las manifestaciones heechas en la sentencia recaida en el caso “Mala- mud” citado, En esa oportunidad se seialé que la Corte Suprema habia dicho que “cier- tamente el Congreso no puede delegar en el Poder Ejeeutivo o en otro departa- mento de lg administraciém, nmguna de las atribuciones 0 poderes que le han sido expresa 0 implicitamente conferidos, Es ése un principio uniformemente admitido como esencial para el mantenimients ¢ integridad del sistema de gobierno adoptado por Ia Constitucién y proclamado enfiticamente por ésta en el art. 29 (Wirnovaney, pig. 1317; Coonny C. L., 7% edicién, pég. 163; Fallos; 148: 430)”. Sin emharzo, dicho tribunal, en el mismo easo dejé sentado que existe “una distincién fundamental entre la delegacién de poder para hacer la ley y la de conferir cierta autoridad ai Peder Ejecntivo o en un cuerpo administrativo, a fin de reglar los pormenores y detal'es necesarios para In ejeencién de aquélla. Lo primero no puede hacerse, lo segundo es admitido atin en aquellos paises en que, como los Estados Umdos de Amériea, el poder reglamentario del Poder Bje- cutivo se halla fuera de la lefva de la Consti'ucién. No ha sido definitivamente trazada, diee Marstrann, la linea que separa los importantes asuntos que deben ser reglados por la legislatura. misma de aquellos de menor interés acerea de los cuales una previsién general puede ser hecha, dzndo facultad o poder a los que dehen eumpiirlos bajo tal general previsi6n para encontrar los detalles. La dife- rencia entre los departementos es ciertamente Ja de que la legislatura hace la ley el Ejecutivo la ejecuta y el Poder Judicial la interpreta, pero quien hace la ley puede someter algo » la disereei6n de los otros departamentos y el limite previsto de este poder es materia de delicada investigecién, 10. Wheaton 1,48”. Y mas ade- lante agregé: “Que la Corte Suprema de los Estados Unidos, interpretando pre- ceptos mncho mds restringidos que los nuestros, pres aquella Constitueién no atribuye expresamente al Poder Ejecutivo facultades reglamentarias, ha podido decir con todo acierto: “Negar al Congreso cl derecho de delegar el poder para determinar aliztin hecho o estado de cosas de las cuales depende la fuerza de sus sanciones, seria parar la mAquina del gobierno y producir eonfusién sino paral ene! campo de las necesidades prblicas”. “En mi opinidn, el Congreso no prede ampliar por ley la competencia cons- titucional del Poder Ejecentivo. La organizacién politiea del pafs se apoya sobre la divisi6n de los poderes del Es'ado y no resulta admisible, en prinerpio, el ejercicio promiseno de ciertas atribuciones. Tampoeo puede desprenderse de las facuitades que le son propias para transferirlas a otro”. “No debe olvidarse que esta divisién de funciones es preciosa garantia para salvaguardar la libertad, honra y bienes de los habitantes (art. 29 de la Cons- titucién)”. “En materia de contribuciones —lu/o sensu— resulta de disposiciones expre- sas de la Carta Fundament:) (arts. 4, $7, me, 1°). Como que el art. 44 dispone que la iniciativa de st creacién corresponde a la Camara de Diputados, por ha- berse considerado estar formada por los representantes més directos del pueblo”. DE JUSTICIA DE LA NACION 45 “A pesar de lo dicho, no puede negarse, repitiendo palabras de la Corte Suprema norteameneana, que en “la vida compleja de hoy en dia, las activi- dades de! gobiernc ne podrian seguir adeante sin la delegacién, en mayor o me- nor grado, de la facultzd de adaptar Ia regla a los heelios répidamente cam- biantes”. “Por de pronto, en nuestro pais, el Poder Ejecutive tiene por la Constitu- cidn la ‘facullad de reglamentar las leyes, con tal de no alterar su espiritu (art. 86, ine. 2°). De abi que nada se oponga a que el legislador, sin enajenar sus atribu- ciones, pueda encarger o delegay en él la determinacién, dentro de ciertos Imites expresos 0 virtuales, de algunas cireunstancias necesarias para cl debido fun- conaniento del sistema o meeanismo lega'mente organizado”. “Claro esté que la politica legislativa —utilizando una vez mas la expresién nor‘eamericana—- debe quedar suficientemente definida en la ley como para evi- tar el puro disereeionaiismo del Poder administrador. Y no solamente esto, sino también Tos limites destinados a eneuadrar su aceién”. “En suma, infer ene en tedo esto un aspecto de razonabilidad tanto en Ja aelegacién y en las pautas con que se realice, como en el ejercivio que se haga de las atribuciones ‘delegada” . “Bl juzgamiento del panto debe efeetuarse con gran prudencia a fin de no avanzar sobre los eriterios de convenieneia propios de los poderes politicos del Estado”. Mas adelante se agregé: “Ms importante tener en cuenta ef art. 14 del decreto- ley 5168, ratifieado luego por Ja ley 14.467, pues en él xe fundé el Poder Ejecutivo para dictar cl deercto 11.917”. “Dicho decreto-ley destaca en sus considerandos la conveniencia de “definir y aplicar con sentido orgdnico una politica de aranceles de aduana tendiente a estimular el genuino desarrollo industrial de} pais y darle debida proteceién, a facilitar el desarrollo de Ja produecién y a impulsar el intereambio comercial del pais con el exterior”. Finalmente agrega que “a Ios efectos de la efieaz aplicacién de medidas relativas al control de cambios, puede en algin momento hacer nece- sario que el Poder Ejecutivo imponga, de manera general, restrieciones y reeargos temporarios a la importacién y a la exportacidn, como complemento a las de orden cambiario que el propio Gobierno autorice al Banco Central a establecer...”. “De acuerdo con estos propdsitos, el articuiado crea una comisién de aran- celes, con dos nis una, atender todo lo relative al ejercieio, por parte del Poder Ejecutivo, de las faenitades para modifiear los aranceles aduaneros que Ie eonfieren los arts. 125, 131 y 138 de Ja Jey de aduana (T. 0. 1956) y las perti- nentes del decre‘o 14.630/44 ratificadas por ley 13.892 y su reglamentacién (de- ereto 18.848/55) y cualquier otra disposiciéu anidloga en vigor o que se diete; y la otva, preparar los estudios para la veforma, por ley, de la, Tarifa y Arancel de Importacién. Independientemente de esto. el art. 14 dispone expresamente: “No obstante las disposiciones dei artienlo 1°, cuando medien razones de politica monetaria y cambiaria, el Poder Ejecutivo Nacional directamente y sin interven- eién previa de la Comisién de Aranceles, podrd: a) Establecer recargos, transi- tories x la importacién vy exportacién de ciertos productos 0 grupos de produc! b) Establecer retenciones de exportacién en forma transitoria hasta el 25 % del valor de los productos exportables”, “No hay la menor duda, a mi juicio, que tanio el deereto 11.917 como el 11,918 se han referido a la norma del art. 14 antes transcripto, euando invo- caron e! fundamento de sus disposiciones. EB] 11.917 expresa en sus consideran- dos, que “mieniras no se euente con uno tarifs arancelaria adecuada a la actual situacién econdmiea cs necesario adoptar medidas para estimular el gennino des- 46 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA arrollo indusirial del pais e inpulsar ei intercambio comercial con el exterior”; que el “Decreto-ley 5168/58, ratificado por ley n° 14.467, ha previsto la modifi- cacién y actualizacién de la ‘Tarifa Arancelaria, autorizando al Poder Ejecutivo a establecer recargos transiforios y retenciories sobre las importaciones y expor- taciones”; que “los reeursos que se obtendrén con los mencionados recargos y re- tenciones serén destinados a la ejecucién dei programa de estabilizacién para evitar los efectos de un impacto demasiado brusco en los distintos sectores de la econo- mia del pais”. En este decreto “no se dice que los recargos sean transitorios y todavia se encuentra en vigencia después de mas de seis aiios de su implantacién, siendo que el decreto 5168 le esiableeia un ano de plazo a la. Comisién de Aranceles para pre- parar cl proyeeto de reformas a la tarifa y araneel de importacién y elevarlo al Poder Ejecutivo a Jos efectos de su remisién al Congreso. Ademas, se habla de “estimular el genuino desarrollo industrial del pais e impulsar el intercambio comercial con el exterior”. “Es indudable, a mi entender, que ei recordado art. 14 no autorizé al Poder Hjecutivo para crear recargos con esos fines, que son propésitos tipieos de los derechos aduaneros, En realidad de les hechos por tal medio se ha establecido un reeargo —o awmento— de los derechos de aduana sin limites de tiempo, sin contar con autorizacién legisiativa y sin pautas ni vallas de contencién para el libre arbitrio del Poder administrador’. “$i se hizo para lograr recursos destinados a la ejecucién del programa de estabilizacién, como rezan los considerandos, uo se salva tampoco su validez, puesto que ello es competencia del Poder Legislador y no se ve haya mediado ninguna delegacién al respecto, lo que exime de considerar su posible inconstitucionalidad’”. “iso, dentro de la doetrina de la Corte Suprema Nacional y de la de los Estados Unidos de Norteamériea, pugna con el principio de la separacién de los poderes; y en nuestro rézimen, viola los arts. 4, 44, 67, ine, 1 y concordantes de Ja Constitueién Nacicnal”. V —No altera io dicho, la cireunstancia de encontrarse vigente a la fecha del despacho a plaza, el art, 27 de la Jey 14.789, que diee: “Faetiltase al Poder Bjecutive a adoptar ins medidas necesarias para eliminar los efectos traslativos de la distorsién en la estructura de costos y precios de importacién y exportacién que eventualmente pueda originarse por dispesiciones cambiarias”, “A tal fin, el Poder Ejecutivo queda autorizado para establecer, con carieter transitorio, im- puestos sobre determinadas importaciones y/o exportaciones, al tiempo de forma- lizarse el despacho a plaza o la exportacién, en su caso, que cubran los propé- sitos enunciados en el parrafo anterior. E] Poder Ejecutivo determinard. la forma, oportunidad y condiciones en que se uplicard este tributo, las excepeiones a su, régimen, asf como el organismo que tendré a su cargo Ia aplicacién, pereepeién y fiscalizacion de dichos impuestos”. No lo altera, digo, porque contiene una auto- rizacién para dictar normas en el futuro y de ninguno de sus términos se des- prende el propésito de legitininy las ya vigentes. Ademds, ef decreto-ley 5168/58, en cuanto realiza una delegacién legislative, no se declara inconstitucional sino Ja. forma en que el Poder administrador ha hecho uso de esas atribuciones dele- gadas, Por las razones trenseriptas y las demas expuestas en el easo citado, que doy por reproducidas aqui, voto por Ja confirmacién de la sentencia apelada, con las costas, Los doctores Becear Varela y Gabrielli adhieren al voto precedente. Pox lo que resulta de la votacién que instruye el acuerdo que antecede, se DE JUSTICIA DE LA NACIGN 47 coufirma en lo principal que decide, la sentencia apelada de fs. 53/55. Con eostas. Horacio H. Heredia — Juan Carlos Becear Varela — Adolfo R. Gabrielli. DicraMen pet Procurapor GEnerau . Suprema Corte: El reeurso extraordinario es preeedente por hallarse en juego la interpretaci6n de normas federales. En euanto al fondo del asunto, el Fisco Nacional (Direecién Nacional de Aduanas) acttia por intermedio de apoderado especial, el que ya ha asumido ante V. H. la intervencién que le cor pespon- de (fs. 108). Buenos Aires, 22 de agosto de 1956. Eduurdo H. Marquardt, FALLO DE LA CORTE SUPREMA Buenos Aires, 13 de febrero de 1968. Vistos los autos: ‘‘Laboratorios Anodia S. A. ¢e/ Gobierno de la Nacién s/ repeticién’’. Considerando: 1) Que el recurso extraordinario interpnesto a fs. 74/77 por el apoderado de la Direccién Nacional de Aduanas contra la sen- tencia de fs. 68/71, es procedente en razén de haber sido declara- da la inconstitucionalidad, en su aplicacién al caso, del decreto 11.917/58. 2) Que, en efecto, la sentencia apelada ha deelarado incous- titucional el decreto 11.917/58 sobre la base de que la forma en que el Poder Kjeeutivo hizo uso, mediante ese deereto, de las atribu- ciones deiegadas por el art. 14 del deereto-ley 5168/58, importd violacién de los arts. 4, 44, 67, ine. 1°, y concordantes de la C'ons- titucién Nacional. 3° 3°) Que el deereto-ley 5168/58 —expresamente ratificado por la ley n° 14.467, promulgada el 23 de setiembre de 1958— ered la Comision de Aranceles con cl objeto de ‘asesorar y proponer al Poder Ejecutivo modificaciones a los aranceles de importacién y exportacién’’, pudiendo también ‘‘atender a todo lo relativo al ejercicio por el Poder Kjecutivo de las facultades que para mo- dificar los aranceles aduaneros le acuerdan los arts. 125, 131 y 138 de la ley de aduana y los pertinentes del decreto 14.630/44 ratificadas por la ley 13.892 y su reglamentacién (decreto 48 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA 18.848/55) y cualquier otra disposicién andloga en vigor o que se dictare en lo futuro y proponerle las medidas que, a su juicio, eorresponda tomar (art. 1°). 4°) Que, a su vez, el art. 14 del decreto-ley mencionado esta- blecié que ‘‘no obstante las disposiciones del art. 1°, cuando me- dien razones de politica monetaria y cambiaria, el Poder Ejeeu- tivo Nacional directamente y sin intervencién previa de la Comi- sién de Aranceles, podra: a) establecer recargos transitorios a la importacién y exportacién de ciertos productos 0 grupo de pro- ductos; b) establecer retenciones de exportacién en forma transi- toria hasta el 25 % del valor de los productos exportables’’. 5°) Que el decreto n° 11.917, del 30 de diciembre de 1958 (pu- blicado en el Boletin Oficial del 12 de enero de 1959), establece en sus considerandos ‘*...Que mientras no se euente con una ta- rifa araneelaria adecuada a la actual situacién eeonémica, es nece- sario adoptar medidas para estimular el genuino desarrollo indus- trial del pais ¢ impulsar el intereambio comercial con el exterior; que por decreto-ley n? 5168/58, ratificado por ley n° 14.467, se ha previsto la modificacién y actualizacién de la Tarifa Avancelaria, autorizfndose al Poder Hjeeutivo a establecer recargos transi- torios y retenciones sobre las importaciones y exportaciones; que los recursos que se obtendran con los mencionados reeargos y retenciones seran destinados a la ejecucién del programa de esta- bilizacién para evitar los efectos de un impacto demasiado brusco en los distintos sectores de la economia del pais’’. 6°) Que el fallo apelado no declaré la inconstitucionalidad del deereto-ley 5168/58 ‘‘en cuanto realiza una delegacién legis- lativa’? (fs. 71), sino que Hegé a la conclusién de que el Poder Hjecutivo al dictar cl deercto 11.917/58 establecié recargos ‘de los derechos de aduana sin limites de tiempo, sin contar con auto- rizacion legislativa y sin pautas ni vallas de contencién para el libre arbitrio del Poder Administrador’’ (fs. 70), y que el art. 14 del deereto-ley 5168/58 ‘no autorizé al Poder Kjecutivo para crear recargos con csos fines, que son propésitos tipicos de los derechos aduaneros”’ (se refiere a los fines indicados en los considerandos del Geereto 11.917/58). 7) Que, sin embargo, como resulta del art. 14 del deereto- ley 5168/58 —ratificado por Jey con anterioridad a la entrada en vigencia del decreto 11.917/58—, se autorizé al Poder Ejecutivo a “establecer reeargos transitorios ala importacién y exportacién de ciertos productos o grupos de productos’’, ‘cuando medien ra- zones de politica monetaria y cambiaria’’. Que el Poder Ejecutivo, DE JUSTICIA DE LA NACION 49 mediante el decreto 11.916/58 (publicado en el Boletin Oficial del 12 de enero de 1959) establecié el mercado cambiario tnico y libre, fundado —como se lee en sus considerandos— en que en la forma- cién del programa de medidas econémicas que encaraba el Gobier- no ‘‘uno de los aspectos primordiales es el de adecuar las tasas de cambio a un nivel real y compatible con la estabilidad de nuestra economia’’, Y el decreto 11.917/58 se basé en las disposiciones del 11.916/58, en forma categérica, ya que en su encabezamiento dice: “Visto el decreto n° 11.916/58, por el cual se ha establecido un nuevo régimen de cambios, y Considerando:...’’; a lo que corres- ponde agregar que el decreto-ley 5168/58 se fundé, entre otras razones, en que ‘‘la eficaz aplicacién de medidas relativas al con- trol de cambios, pucde en algiin momento haccr necesario que el Poder Hjecutivo imponga, de manera general, restricciones y re- cargos temporarios a la importacién y a la exportacién, como complemento a las de orden cambiario que el propio Gobierno autorice al Banco Central a establecer...’’. 8°) Que esta Corte tiene dicho en Fallos: 148: 430: ‘que, ciertamente, el Congreso no puede delegar cn el Poder Ejecutivo o en otro departamento de ia administracién, ninguna de las atri- buciones-o poderes que le han sido expresa o implicitamente con- feridcs’’ y que ‘‘desde luego, no existe propiamente delegacién sino cuando una autoridad investida de un poder determinado hace pasar el ejercicio de ese poder a otra autoridad o persona descargandolo sobre ella’? y agregé el fallo citado que ‘‘existe una distincién fundamental entre la delegacién de poder para hacer la ley y la de conferir cierta autoridad al Poder Ejecutivo o aun cuerpo administrativo, a fin de reglar los pormenores y detalles necesarios para la ejecucién de aquélla. Lo primero no puede hacerse, lo segundo es admitido atin en aquellos paises en que, como los Hstades Unidos de América, el poder reglamentario del Poder Hjecutivo se halla fucra de la letra de la Constitucién’’. Igualmente, en Fallos: 246: 345 (considerando 8°), se dijo: ‘*...no puede juzgarse invalido, en principio, el reconocimiento legal de atribuciones que queden libradas al arbitrio razcnable del érgano ejecutivo, siempre que la politica legislativa haya sido claramente establecida (véase sobre este punto: Camara de Diputados, afio 1946, tomo XI, pag. 828). Y ello, habida cuenta de que, en tales supuestos, ese 6rgano no recibe una delegacién proscripta por los principics constitucionales, sino que, al contrario, es habilitado para el ejercicio de ‘la potestad reglamentaria que le es propia (art. 86, ine. 2°), cuya mayor o menor extensién depende del uso que de la misma potestad haya hecho el Poder Legislativo (Fallos: 50 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA 148: 430, considerandos 12 y 15; 199: 483, considerando 11, y otros)’’. 9°) Que esta Corte entiende que los lineamientos de la ‘‘po- litica legislativa’’ sobre el punto aparecen suficientemente deter- minados en el texto y en los considerandos del decreto-ley 5168/58 (ley 14.467); y también que el Poder Ejecutivo se ajusté a sus * prescripeiones al ejercer las atribuciones que le acordara el citado art. 14. En primer lugar, porque ejecutar una ‘‘politiea legisla- tiva’’ determinada implica también el poder de dictar normas adaptadas a las cambiantes circunstancias, scbre todo en una ma- teria que por hallarse tan sujeta a variaciones como la de que se trata, se estimé conveniente dejarla librada al prudente arbitrio del Poder Ejecutivo en vez de someterla a las dilaciones propias del tramite parlamentario; y, en segundo término, porque no se demuestra ni pretende que aquél haya ejercitado abusivamente Jas facultades que se le delegaron. 10°) Que, ademas, el cardcter transitorio con que el Poder Hjecutivo fij6 los recargos pertinentes quedé determinado por los propios considerandos del decreto 11.917/58, que se citan en el considerando 5° de esta sentencia, en euanto establecen que el Poder Ejecutivo ejerceré las atribuciones concedidas ‘‘...mien- tras no se cuente con una tarifa arancelaria adecuada a la actual situacién econémica. ..”’. 11°) Que leyes posteriores como las n°* 14.789 (art. 27), 15.020 (art. 7), 15.021 (art. 26), 15.278 (arts. 12 y 13) y 15.798 (art. 11), basan sus normas en aquellas disposiciones cuya legitimidad se diseute; a lo cual cabe agregar que la primera de aquellas leyes (publicada en el Boletin Oficial el 15 de enero de 1959) acepté el sistema a los quince dias de dictado el decreto que se cuestiona. Asimismo, las disposiciones del decreto 11.917/58 fueron mante- nidas hasta que la ley 16.690 (publicada en el Boletin Oficial del 15 de setiembre de 1965) asimilé ‘‘los recargos de importacién actualmente vigentes’’ con los derechos aduaneros, sustituyén- dolos por ‘fun recargo cuya alicuota determinara el Poder Eje- eutivo’’ (art. 1°) ; autorizando su art. 3° a este tiltimo para ejercer respecto de los recargos creados por el art. 1°, ‘‘las mismas facul- tades que las leyes vigentes le confieren respecto a los gravame- nes que se reemplazan’’. Lo que demuestra con creces que el Poder Legislativo aprobé la politiea arancelaria que siguid el Po- der Ejecutivo en ejecucién de las facultades que se le confirieran. 12°) Que esta conelusién encuentra apoyo terminante en el texto del art. 12 de la ley 14.792 y sus antecedentes parlamenta- rios, por cuanto de los mismos resulta que tal disposicién fue il DE JUSTICIA DE LA NACION 51 inspirada por el propésito directo de asegurar, —inclusive me- diante la aplicacién de sanciones penales—, la vigencia de los decretos dictados por el Poder Ejecutivo el 30 de diciembre de 1958; entre ellos aquél euya validez aqui se cuestiona, o sea el que Heva el n° 11.917. En efecto, el citado art. 12 de la ley 14.792 ~sancionada el 13 de enero de 1959, promulgada el dia 16 y pu- blicada en el Boletin Oficial el dia 22 del mismo mes y afio— estatuye que: ‘‘Las falsas manifestaciones que se comprobaren en operaciones de importacién y exportacién que produzcan, o que de no ser advertidas oportunamente puedan producir, un menor in- greso en materia de recargos, retenciones ¢ tributos derivados del tratamiento cambiario de las mercaderias, seran juzgadas con arregio al procedimiento fijado por la ley de aduana para las infracciones aduaneras, debiendo reprimirse con una pena de dos a diez veces el monto de las diferencias de recargo, retencion o tributo resultantes...’’. Y de modo expreso resulta que esta dis- posicién tuvo su origen directo e inmediato en el dictado de los decretos 11.916, 11.917 y 11.918, en cuanto el diputado autor de la iniciativa de incluirlo en la reforma a la ley de aduana, fundé “su propuesta diciendo, el 9 de enero de 1959: “‘en razon de que el 30 de setiembre tiltimo (debié decir 30 de diciembre) se dictaron los decretos 11.916, 11.917 y 11.918, sobre régimen cambiario, que establecen penas para el caso de que se violaran sus normas, he proyectado dos articulos cuya lectura solicito.. .”? (D. de Sesiones, 1958, H. Camara de Diputados, Perfodo extraordinario, t. IX, pag. 7.152)’’; a lo que aun debe agregarse las palabras pronun- ciadas el 13 de enero de 1959 por el senador informante de Co- misién, cuando, refiriéndose al texto antes transcripto, expresé que: ‘‘el ine, 12 del articulo 2 comprende los recargos y retencio- nes establecidos en el deereto del Poder Hjecutivo 11.917, en lo pertinente a las sanciones sefialadas para dichas infracciones, las que seran juzgadas con arreglo al preccdimiento fijado por la ley de aduana’’ (Diario de Sesiones, H. Camara de Senadores, 1958, IV, pag. 3065). 13") Que la jurisprudencia de la Suprema Corte de los Esta- dos Unidos se encuentra desde antiguo orientada en el sentido que resulta de los considerandos precedentes. Asi, en ‘Field v. Clark’? (143 US 649, del afio 1892), la Corte sostuvo la constitu- cionalidad de la Ley de Aranceles de 1890, que habia sido atacada porque facultaba al Poder Ejecutivo a suspender la libre impor- tacién de una serie de mercaderias ‘durante. el tiempo que el Presidente estimara justo’? si encontraba que otros paises impo- nian derechos sobre productos agricolas de los Estados Unidos, 52 FALLO§ DE LA CORTE SUPREMA que el mismo Poder Hjecutivo estimara inequitativos o injustos. Mas tarde, en ‘‘J. W. Hampton Jr. & Co. v. United States’? (276 US 394, del afio 1928) la Corte declaré la constitucionalidad de las disposiciones de la Ley de Aranceles de 1922 que facultaban al Poder Ejecutivo a aumentar o disminuir los derechos de im- portacién de manera que reflejaran las diferencias de los costos de produccién en los Estados Unides y en el extranjero (costos de produccién que, a su vez, eran determinados por el Poder Eje- cutivo). También en ‘‘Norwegian Nitrogen Products Co. v. United States’’ (288 US 294, del afio 1933), el Alto Tribunal dijo, a través de la opinién del Justice Carvozo, que las funciones de la Comi- sién de Aranceles y del Poder Ejecutivo consistentes en modificar las tarifas arancelarias para ajustarlas a las nuevos condiciones estaban permitidas por la Constitucién. 14°) Que esta Corte no advierte, en consecuencia, que el Po- der Hjecutivo haya hecho un uso irrazonable de las atribuciones que le fueron acordadas por el art. 14 del deecreto-ley 5168/58 (ley 14.467), pues los deeretos nos. 11.916/58, 11.917/58 y 11.918/58 integraron un todo orgdnico y llevaron a efecto la politica cam- biaria y aduanera por aquél determinada; politica ésta que, por lo demas, obtuvo en todo tiempo ratificacién legislativa, como se dijo en los considerandos 11° y 12°. Por ello, habiendo dictaminado el Sefior Procurador General, se revoca la sentencia de fs. 68/71. Epuarpo A. Ortiz Basuatpo — Ro- BEeRTO E, Cours — Marco AURELIO Risotia — Luis Cartos Capra — José F, Brpav. JULIO OSCAR LOPEZ y. FINANCIERA POPULAR ve TUCUMAN RECURSO EXTRAORDINARIO: Requisitos propios. Cuestiones no federales, Sentencias arbitrarias, Procedencia del recurso. El fallo contrario a lo dispuesto por una ley vigente y que aplica una dero- gada, es arbitrario y violatorio de los arts. 17 y 18 de Ja Constitucién Nacio- nal. Tal es el caso de la sentencia que declara al actor excluido del régimen de la ley 12.637 y de su reglamentacién en virtud de no alcanzar la antigiiedad minima de 5 afios, requisito modificado por el deereto 1368/63, que la fijé en seis meses, y que es aplicable al easo.

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