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ie ATR OPTS Je S Historia de nuestra idea a) : 4 Ger José Gaos Naga aa eae Ome José Gaos nacido en Gijon, Espana, en 1900. Selicencio en 1923 y sedoctor6 en 1928 en filosofia, enla Universidad de Madrid, dela que fue rector a partirde 1936, ela PERUSE SPCC (SAR RSE MOL A eS (iE de Zaragoza. Llegéa Meéxicoa finales de 1938, ya principios de 1939se incorporé a La Casa de Espanaen México, que después seria El Colegio de México. Pesea todoslos accidentesde la guerra civil espafiola , que lo oblig6a ‘‘trasterrarse’’ — como él decia— a México, nunca interrumpio suslabores de docencia e investigacion. ROS UP er ee ORCI UTES Le) ahondar en|a historia del hombre. Elmedio hispanoamericano fue para él un fértil campo en el que se podian descubrir nuevas dimensiones del pensamiento y la filosofia. A pocos hombres debe tanto la cultura hispanoamericana comoa José Gaos, pues poseiauna eM REM eRe ete Oe CON caracteristico de cada pueblo; y en verdad que supo destacar lohispanoamericano creando una escuela de historiadores de las ideas que ha hecho aportaciones SI ea oe ee Rance: La Historia de nuestraidea del mundo, elultimogran curso queimparti6é José Gaos poco antes de su muerte —ocurrida en la ciudad de Mexico en 1969— , es muestra deunsaber universal , cada dia mas raro entre los intelectualesdel mundo contemporaneo y nuestro. Pocos hombres pueden ahondar enel tiempo para traer hasta nosotros, como loha hecho Gaos, desde la Edad Media, testimoniosarquitectonicos, filos6ficos, cientificos, era er eRe ua Pec Ey | idea del mundo, y conellala idea del hombre 502 | Ml | FONDO DE CULTURA ECONOMICA 78968 1 i H ? f José Gaos (27 de diciembre de 1900 - 10 de janio de 1969) JOSE GAOS HISTORIA DE NUESTRA IDEA DEL MUNDO EL COLEGIO DE MEXICO & Ba FONDO DE CULTURA ECONOMICA Primera edietin, 1078 “Tercera reimpresiin, 1902 D. © 1978 Funuo me Gueruga Beason. D.R.© 1902 Funbo ue Guuraa Eon, 8 ADE CY. Ae: dela Univetdad 975, 03100 Mexico, DF ISBN 968-160208-5 Impreso en Mexico NOTA SOBRE ESTA EDICION a los 70 anos de edad, el 10 de junio de 1969, en Plena labor, "Terminaba la deliberacién de un examen de doctorsda que dl presidla, y en el que se liabia discutido la tesis de wno de sus studiantes, Quedé asi suspendica una labor docente dz casi. cin- cuenta atios, iniciada en Espana, v continuada en México desde 1938. Buena paite de lo que Gaos hizo en esos aiios se percibe en 1 Bibliogratia que ha publicado el Instituto de Investigaciones Filosé- ficas de la Universidad de Mico," donde se consign los tabajs realizados por dl, los realizadas bajo su direccién por alamnos stjos, } los dedicados «estudiar aspectos de su personalidad y de su obta, con todo lo cual puede completarse una imagen qite aqui no quere: mes dar, ya qne este libro tiene en si la fuerza de un retrato del hombre en plena maduscz, Sobre el camino que recorié Gags hasta el momento de su ple nitad hay um hermoso libro autobioguifico, las Confesiones profesio- niles del maestro, Peto quedla mucho por hacer si es que a través de la obra queremos conocer a quien vivid entregado a la ensefianza y a la formacion de muchos hombres y mujeres deseosos de realizarse en Ts. yocacién intelectual, TEn efecto, Gaos ha dejado gran cantidad de escritos inéditos. Datan los primeros de los cursos que impartié en univers dades espatolas, a los que suceden, pricticamente sin intemupcion, los que escribid en México, su patria de “trastevrado”. Miles de cuuatillas enas de letra opretada y clara son un desafio para la cmpresa editorial, pucs no ¢s poco cl trabajo que hay que tomarse para scleecionar, acomodar y poner en forma de libro Jo que Gaos ‘sctibié pensancio mds en la expresién oral que en Ta escrita Esa circunstancia de que Gaos pensata en tn auditorio y no en un “lectorio” —como é1 solia decir— representa la mayor dificultad para 1h publicacidn de tun curso de grandes dimensiones como el presente. Pero afortunadamente hay ya precedentes felices: aparte de algunos canillos y conferencias, se han publicado dos de sus grandes cisos, uno en vida del autor, De la filosofia (curso de 1960),* y otro pos: José Gaos mm 2 Bibliogufia jitosfiea mexicana (seguidla de una Wiiagafia det Dr, Jost Cavs). UNAM, Inutituto de Investizaaanes Biblingifeas— Instituto de Teves tigscionss Flosificas. Afe I nim. 2 1971. = Méxco, ‘Tezontie, 1958, 180 pp 8 MéxicoBnenes Airs, Fondo de Cltuta Econémica, 1962 (UNAM. Publi- ‘aciones de Dimeia, Centro de Evudios Hiloxsteos), 474 pp. tv} ” NOTA SOBRE ESTA EDICION tumamente, Del hombre (curso de 1965),* cuya copia mecanogrit fica fue vista y aprobada por el propio Gaos, pese a lo cual costé no poco trabajo el llevarla hasta la forma de libro a quienes se encar- garon de la edicién, Lo que pasaron los editores del curso Del hombre se acrecienta en el caso de esta gran Historia de nuestra idea del mundo, que 63 el mayor y mis enudito de los cursos impartidos por Gaos en un periodo de tiempo razonable (pues sabemos por su propia confesin gue legé a plancar y a desarollar parcialmente cursos de historia de la filosoffa para un lapso de veinte afios). Las dificultades son mayores, tanto por la extensién material y tematica como por la forma del manuscrito, leno de anotaciones.y advertenciss para una refundicién parcial 0 para cambios en el plan general por la incor poracién de algunas lecciones. Se trait, puts, de un manuscrito que el autor ao preparé para la imprenta, Hacerlo en ausencia suya ha sido dificil, pero por fortuna el plan de la obra quedé claro cuando el autor agregé, en 1967, las lecciones faltantes y suprimié una parte abreviada que habia atili- zado en 1966 para finalizar ripidamente el curso con el afio escolar. De esta parte abreviads s6lo hemos utilizmdo una leccién (la. pri mera de la segunda parte del Horo), pues completa el plan que se trazé_el_ propio Caos, al desarrollar fategramente el curso en ol afio de 1967, ‘Estamos seguros de haber respetado la forma integra del programa de la Historia de nuestra idea del mundo. Sin embargo, hubo en la tarea de revisién y arreglo del manuscrito para la imprenta algin temor de no cumplir con la voluntad del autor, de la cual tuvimos conocimiento cuando ya iba muy avanzada ta preparacién del libro. En efecto, Gaos habia dispuesto que s6lo se publicara la segunda parte del Curso; v, de hecho, esta segunda parte da muestras de espe- cial esmero: ¢s a tinica que incluye datos bibliogrificos (incomple: tos, por desgracia) y algunas notas de referencia. Como la biblioteca de José Gaos, de donde procedian los libros citados, se dispers6 poco tiempo después de su muerte, nos fue imposible completar los datos que 4 slo dejain someramente anotidos. Pero también pensa- ‘mos que ese escriipulo formal no debfa impedir indefinidamente la wublicacién del libro, tanto ms cuanto que la bibliografia cubsia referencias que 4 apuntaba dentro del texto al dar el nombre de la obra que citaba. La primera parte no tenia aparato erudite. Hemos diminado, pues, las referencias de la segunda parte para tuniformala con la primera. Dejamos, eso si, todas las notas que el 4 México, UNAMFondo de Cultura Rconémica, 1970 (Publicaciones de Didnoia, Instituto de Investigaciones Filoscas), 590’ pp. NOTA SOBRE ESTA EDICION va autor hizo para expresar alguna idea complementaria, y agregamos las aclaraciones que juzgamcs necesarias, indicando que son notas del editor: “(N.E.)”. Nuestro excripulo frente al propésito de Gaos, en el sentido de que s6lo se publicara Ta segunda parte, desapareci6 cuando adverti ‘mos las constantes referencias que en ella hace a kas lecciones de la primera parte. Ta unidad del curso se encuentra en el_profundo andlisis de la idea medieval del mundo (tema de las lecciones 2, 3 y 4 do la primer parte) que sive para explicar el cambio de’ la idea moderna y de la idea contemporinea y nuestra. Sin Ia base de la concepeién medieval del mundo pierde sentido toda la bien Jograda interpretacin que dio Gaos a las épocas modema y con- temporinea. ‘Lo que el maestro tenia frente a la primera parte era simplemente un escripalo en cuanto a la forma, y no estaba bien que éste trun- cara un contenido que era tan clato. El libro se ha salvado de la preocupacién del autor, quien, como todos los autores cuidadosos de la presentacién de sus obras, veia mis los problemas que las posi- bilidades de edicién. Queda, sin embargo, algo que no puede salvar: la entonacién, el impacto anditivo y hasta mimético en que Gaos era maestro. “Quien no lo 046, lo perdi6”, afirma con mucha razén el més apa de ‘omo hemos dicho, Gaos preparaba sus cursos para ser leides; ast, subrayaba 0 indicaba con alguna sefial a Vépiz lo que le importaba destacar, Hemos conservado los corchetes que utilizaba én sus propios textos para dar ese sentido personal a lo que lefa, y también los subrayados, separaciones en pérrafos, etc,, y en fist, todo aquello que hace sentido para la comunicacién viva que Gaos supo lograr con su voz y su expresiOn mimica, “También hemos conservado una nota personal que en rigor no debiera aparecer en un. libro, pero que tiene indudable valor como testimonio de su trabajo. Son las fechas que Gaos anotaba al ter minar su jornada en la preparacién de las leceiones, 0 cuando intro- uefa alain agregado a 10 ya escrito; también, aunque no siempre, la fecha en que hs lela. Las fechas van en. su lugar, entre paréntesis, tal comp aparecen en el mannscrito. Son testimonio de lo continuo ¢ inten de su labor, y por exo vale Ia pena conservarlas en una edicién péstoma, como la presente, que aparte de su sentido de uti lidad, tiene el de un carifioo homenaje. 8 Emilio Uranga, “ord Cant: personalidad y confesiéa’, Cuatlerios Americe nos Ato XXVIII, vol cia, 5 (septiembreoctubre, 1969), pp. 130-156. Este articulo, cuya segunda parte conocss Gaos en forma de mamuscnto, es una critica despiadada. vu NOTA SOBRE ESTA EDICION Sobran en esta obia las explicaciones sobre el método y Ja manera fen que el discurso se fue desarrollando. Esa trama del teiido, lejos de ocultarse, se descubre desde la primera hasta la ultima leccion, como podri’ comprobarlo el lector cuidadoso. Kin todas ellas toma ‘Gags de manera clara la ideas (ideas en su sentido mas amplio) que conforme a su vasta experiencia de hombre culto juzga representa tivas de la trama vivencial, consciente e inconsciente, de nuestros dias. Pero ademds tiene el cuidado de entregar por separado. a sus estudicntes su reflexidn sobre aquellos principios metodoldgicos a los que podia reducitse Jo que €1 ense‘iaba como maestro dle historia de las ideas.* Aqui saldria sobrando la reproduccién de esos princi. Dios, ya que ef libro es bien explicito de su método, y lo es mas ain respecto a las posibilidades que presenta la buena innterpretacien de textos como medio para el conocimiento del hombre, Pero cveemos que es ttiltraer a cuento uno de Jos puntos més im: rtantes en la metologia de Gaos, un punto que define muy bien ‘manera como entendié su labor de histotiador, y que puede guiamos para percibir al hombre que él fue, En la Historia 0 historiografia de las ideas, decfa Gaos, se persigue ln comprensién de los hechos humanos, al igual que en cualquier otra historiografia. En este in- tento hay que preguntarse primero, frente 2 la expresién de los ideas, a quién han pestenceido 0 de quién son tales ideas, ates de pregun: tarse sobre el qué de las misinas. Ese quién creador y protagenista de has ideas, como viviente en una situacién determinads, es el obje. tivo principal para la interpretacidn de los hechos en la historia de las ideas. Pues bien, igual razonamiento puede y debe aplicarse a Gaos, el “profesor de filosofia”, como él se decii, cuya experiencia y vocacién decidida lo habfan Hevado a la historia de las ideas como base necesaria para entender el sentido de su propia labor. Solo quisiéramos recordar esto al lector para que, con los ojos betes po ol. Jamado del autos, paeda ver en el aun Jou ane que se oculta a veces tras de los muchos textos que nos ensetia e inter preta, pero un José Gaos que no por eculto deja de estar ahi, enseiiin- dolos y dando razon de por qué los ensefia; y también, tm José Gaos que se nos mnestra como protagonista de las ideas de su tiempo y se exige la explicacién histécica de si mismo, legando con esto a dar ‘su propia idea del mundo, mostrindose en primer lugar como el quién de sn idea. Al hacerlo, nos entrega algunos de los momentos ‘mids bellos del curso. Muestia de estos momentos son los parrafos admirables de la leccién 13 dela segunda parte, “Tecnocracia y ciber nitica", y las iiltimas Iecciones, donde muestra lo paradéjico de una $ Historia Mexicana, Vol. XX, nim. 1 (jubio-eptiembre 1970), (77), ee (ulio-septe ™), A NOTA SOBRE ESTA EDICION x fabor como la suya, empefada en logtar un idea de un mando como el contemporineo 'y nuestro, en el que los hombres se dedican a hacerlo otto, con dedén evidente para ta tirea de pensarlo como mando, Llegar a esta situacién ha implicado grandes conqnistas y grandes pérdidas, Sélo el buen libro de historia puede alumbrar el camino recorrido, construyendo una recapitulacion Iicida del que- hacer humano. Y creemos que la Historia de nuestra idea del mundo hha logrado ese objetivo. Sélo resta dejar constancia de nuestro agradecimiento 2 quienes han hecho posible la prepamacién del largo mamuscrito, En primer lugar a lay autoridades de EI Colegio de México y a los familiares lel maestro José Gaos, por su confianza, y al Dr. Fernando Salmerén por habernes pesinitido localizar en ef Instituto de Investigaciones Filus6ficas de In Universidad de México la parte del manuscrito que faltaba. La copia mecanogrifica fue realizada excelentemente por ‘Ana Josefa Sinchez de Nualart. En el cotejo y revisién colaboraron Jorge Jultesa, Irene Vazquez Valle, Humberto Martinez, Cecilia Noviega de Lira. Frente a las dudas de organizacion de la_copia ppara la imprenta nos fue atil el consejo de los profesores del Centio. de Estudios Histéricos de 11 Colegio de México, ast como cl del Dr. Leopoldo Zea. Luis Muro Arias, de El Colegio, colabord en la revisién de las prucbas de imprenta Axonés Lia El Colegio de México, Junio de 1973 NOTA SOBRE LA PRIMERA REIMPRESION Ecrnt: los libros de José Caos, la Hisloria de nuestra idea del mun- do ¢s €l “més sabio” —como dijo alguna vez Fernando Salmerén—. Alirlo claborando, durante los siltimos aftos de su vida, Gaos hizo acopio de testimonios represcntativos de Ia cultura occidental para integrar una visién de conjunto; un andlisis pemsonal en el que, sin perjuicio de 1a originalidad, expuso en primer término el material seleccionado del vasto arsenal de su cultura y de sus vivencias de “hombre contemporineo y nuestro”, pues el objeto era incitar a su aulitorio (recuérdese que este libro fue originalmente un curso) a re- flexionar, a pensar sobre el pasado y e! presente, Esta cuslidad de la obra permanece ahora que se ha hecho patrimonio de un “lectorio”. La forma de expresin es la de lectara ante el piblico, para reco. get de éste, en el momento final, reflexiones, comentarios y nuevas ideas. Tal éra el medio con al que Gaos “‘exaininaba” 2 los aluinnos inscritos en sus clases. Exigia del alamno preguntas sobre los temas tratados, ya que, sextin decia, “es mas dificil hacer una buena pre gunta que dar una buena respuesta desde el momento en que una Pregunta inteligente leva ya en si la posibilidad de una respuesta inteligente”. Asi, sobre esa Tabor en que la investigacin y la ensc- ‘lanza practicadas durante cincuenta aflos se conjugaion sin interrup- ign, s€ fincaron ésta y otras obras de José Gaos, Hiay, pues, una enorine experiencia de investigacién y docencia en ste libro. Lo notaré el lector atento y lo confirma el hecho de que en los conjuntos de escritos inéditos de José Gos, custodiados 01 el archivo de El Colegio de México y sobre todo por el Instituto le Investigaciones Filosdficas de la Universidad Nacional, hay versio- nes de clases y conferencias que tratan parcialmente sobre los temas que aquf s¢ desarrollan en una continuidad que va de los siglos xur 2 xx, Fsos textos, algunos de Jos cuales datan de los primeros cur- sos impartidos por Gaos en Espafia, fueron aprovechados y refundides por él para trazar esta Historia de nuestra idea del mundo, expues- ta en El Colegio de México durante 1966 y 1967 y publicada por el Colegio y por el Fondo de Cultura Econémica en 1973. Fsa primera edicién se agoté répidamente. La utilidad de la obra 4s sido apresiads por profesor, estudiantes y pr el pblico en ge nemal. Era apremiante desde hace aos una nueva publicacién, y se Jvace ahora en moinento oportuno para conmemorar el décimo ani- versario de la inuerte de José Gaos, ocurrida el 10 de junio de 1968. Queda asi a disposicion del péiblico 1a reimpresién de esta obra, 'y con ella el reconocimiento que debemos a la memoria de José Gaos, imo de los hombres que més han hecho por la cultura en el mundo de habla espafiola, AL PRIMERA PARTE De la idea medieval a la moderna Leccién 1 PRESENTACION DEL CURSO Es meaptoi6y dedicar Ia primera leceién de un curso a. presentarlo, Tradicién justificada, Por una doble raz6n. La presentacién oftece tana postilidad de tomarlo o dejalo eon mayor couocimiento. de causa que el dado por el titulo y el programa —al menos a aquellos para quienes el curso no sea “obligatorio”. Y para estos “forzados”, ¥. para quienes decidan libremente tomarlo, les brinda la. presenta cién una guia, mapa o plano previo, que no les es menos til, y hasta necesario, que a quienes yan a emprender una visita, de museo © ciudad, una excursién 0 un viaje: de esto tiene algo mi curso. Bien; pues, la mejor manera de presentar un cus0 es “‘explicar” el titulo y el programa. EL titulo de este curso empieza por la palabra “historia”, pero ba cxplicacién del titulo no puede empezar por la de esta palabra. Esta palabra es ambigua. En unos contextos significa la reelidad hist6ri- a, los hechos 0 acontecimientys histéricos, por ejemplo, los de la Conquista ce México. Em otros contextos significa la literatura 0 Ja ctencia de la realidad hist6rica, por ejemplo, la obra de Bemal Diaz del Castillo, Es indispensable deshacer esta ambigitedad, Por escrito puede deshacerse escribiendo historia con inicial miniscula para designar la reclidad histérica, y con inicial maytiscula para de. signar la literatura 0 ciencia de esta realidad. Pero orilmente tiene que deshacerse de otra manera, como diciendo “historia” para desig- nat Ia raid historia, v diciendo “Tistoriografia” para Gesignae fa literatura o ciencia de esta realidad. La conquista de México seria parte de la historia, La obra de Bemal, obra de Hlistoriogratia. Des- hecha asi la ambigiedad, resulta que el titulo del curso puede seguir iciendo “historia” a condicién de entender que el curso va a versar sobre nucstra idea del mundo como paite de kn realidad historica, como hecho acontecimiento histérico ella misma. Pero también podria decir “Historiogratia de nuestra idea del mundo”, a condi- cidn de entender que € curso va a ser obra de Historiografia. Ea todo caso, la explicacion de la primera palabra del titulo del curso, debe interrumpirse aqui, Porque si la Historiografia es esencialmen te literatura o ciencia de la historia, o de una parte de ésta, la historia esencialmente histozia (19/6/66) * “de” — algo, y la explicacién * Para las feclas que aparecea en el texto véase nota introduetoria (31 4 FRESENTACION DEL CURSO de este algo cs, por lo tanto, necesariamente previa. (En lo anterior se entrafia una taz6n profunda, radical: el conocimiento, la explica- cién © compreusién histériea de lo que quiera que sea, presupone ‘un conocimieato ectual de ello, una comprensién 0 explicacién del pasado por el presente: el presente es el suelo desde el cual, y tinica- mente desde el cual, podemos pasar o saltar al pasado — y al futuro.) El algo “ée” la historia de este curso es “nuestra idea del mundo?” E! muestra hace referencia a un “nosotros”. “Nosotres" somos, ante todo, “los presentes”. Pero los presentes somos — uno: mexicanos de hoy — unos occidentales de hoy — unos occidentales modernos — unos sexes humanes de siempre... Eni todo esto que somos, deci de aquello que somos como sujetos de nuestra idea del mundo, pre- cisamente esta nuestra idea del mundo, Con Ta palabra “idea” pasa lo que con Ia palabra “Historia”. Idea ¢s, también esencialmente, idea “de” algo, y la explicacin de este algo es, asimismo, necesariamente previa. El algo es, en este caso, el “mundo”. Nosotros, los presentes, tenemos, efectivamente, una idea del mun- do. Y del mundo en los varios sentidos capitales que tiene esta pala- bra, “mundo”: el mundo “natural”, de la Tierra, os astros. y los Cielos, y de la vida sobre la ‘Tierra, y de la materia...; y dentro de este mundo natural, el mundo “humano”, de la Humanidad exten- dida sobre la superficie de la Tierra desde los origenes del hombre, en Ja inmensa variedad sucesiva de sus grupos 0 sociedades, con sus miembros individuales, con sus respectivas intimidades — el “mun- do” en el sentido dc la palabra en la frase “los enemigos del alma son el mando, el demenio y la.camne”; pero, todavia el mundo “sobrena tural”, 0 del “ms alld”, o de “la otra vida’, 0 “el otro mundo”, y no solo para quienes crean en dl, sino incluso para quienes en él no Crean: porque una cosa es no tener fe en tal mundo y otra no tener idea de 4... ‘Nosotros, los presentes, tenemos, pues, efectivamente, una idea del mundo. Porque lo que de la Naturaleza, y la Humanidad, y el 1 Y podemes estar seguros de que la tenemos no silo en exanto somos los presents o foros mensanos ocidentales de hoy, i sguara en Etanio occidentle: wodetvos, sino puta y simplemente en counto sees hursa- tus. Porjue no habia ier humeno Sia ea iw del mundo, tan nadanentsts © {an "evelusionada” come mismo. Lor mis salvaje de los hemanes no dejan de tener sa ies del mundo moral gue les «¢ comcito, des propio mando inimano y hasta de algtn, mundo mis o menos sobteratual. Quied paca de. ine, inelso, que el tener una idea del mundo éifecencaia al hombre del ani imal, que n0 pasar de tener una petceeidn del meio ambiente, con algunas lindgenes mnemeas de €, ;Qué sera, entonces, del home, st estviee en tran NUESTRA IDEA DEL MUNDO. 5 ‘otto mundo, tenemos, si no se queda solamente en una “imagen” tampoco llega a ser purameate una “conce €s algo que se inantiene en una suspensién entre la imaginacién y el pensamien conceptual, para designar lo cual es muy propia la palabra “idea’ que significando etimologicamente cosa visible, vista 0 visién, vino a ser sindnima de “concepto”. Tal “idea del mundo” es lo que en la Edad Media se lamé “Imago mundi”, y los alemanes llaman Welt- anichaung (—raramente Weltansicht—), con término de buena fortuna intemacional Anschaung (y Ansicht) hace(n) referencia al ver (mientras que cuando cl alemin quiere hacetla exactamente al concepto del mundo tiene que decir Weltoranarr—), En vez de “mundo”, suele detirse “universo”. Pero a mi, al menos, me parece preferible decir “mundo”. “Universo” no abarca la totalidad de lo existente mis ni mejor que “mundo” en la plaralidad de sentidos de éste; y “mundo” es mis castizo, por mis tradicional, como ensefia la recordada expresiin medieval, “imago mundi’. Naturalmente, tal "idea del mundo” no es una “idea simple” —y 3 posible que mi siquiera sea una “simple idea”, No et une “idea smemix:", porque es una idea “de” ideas, esto es, compuesta, y muy complicadamente, de muchas otras, aunque slo fuese por la complejidad de su objeto: el mundo natural, humano, sobrenatural ¥ es posible que ni siguiers sea una “simple idea”: porque posible bg actrees ee Soa de namo Fee) la nuestra, esté transida, y sea oriunda, de emociones y mociones 0 movimientos del Snimo,., Las ideas parciales pueden ser dogmas muestra” idea del mundo no es exclusiva de nos otros, los presentes. Ni siquiera de los mexicanos de hoy. Ni, ain, de los occidentales de hoy. Por ser propia y originaria de los occidentates modernos, Asi, por ejemplo, de la idea del mundo de nosotros, los presentes, es parte, y may principal, la idea copernicana de! sistema solar... ‘También pasa lo contrario, en cierto sentido, De la idea del mun- do de los occidentales modemes es parte, y también muy principal, Ia idea de la materia de la Misica mas reciente —pero zhasta qué pun to.es esta idea “nuestra”, de los presentes...? Y, en fin, es lo més probable, que ya simplemente los aqui pre- sentes, no tengamos todos exactamenie la misma idea del mundo; que por lo menos ideas parciales de la idea total del mundo de algunos o alguno de nosotros, no sean las mismas, scan, incluso, las ce de dejar de tener wna idea del mands? (11/1/67.) En tods cass, es may “propio” desir que del mundo tenemos una "ida" 6 PRESENTACION DEL CURSO contrarias, de ideas parciales de la idea total del mundo de otros u otro de nosotros. Pero ello no querria decir, forzosamente, que to- dos nosotros no tuviésemos uma idea conidia del mundo, mientras no este dicho que una idea comin del mundo no puede constar de ideas parciales antitéticas, antagénicas, quiz relacionadas dialécti- camente... (11/1/67.) De todo lo cual, Ia “historia” de nuestra idea del mundo. Nuestra idea del mundo, tomémonos 1 nosotros mismos como nos tomemos, desde los presentes hasta como seres humanos, ¢s una idea originada c integrada histéricamente; sus ingredientes son de datas diversas; la idea integrada por unos esté, incluso, en tance de desintegracién de ellos y reintegraciin por otros; nuestra idea del mundo two ¢, cn suma, una idea evtdtica, sino wna idea en movimiento historico, que € un movimiento de mutacién 0 mudanza, paulatino 0 repentino, o una idea historiea en este sentido, Y por lo inismo, la nica manera de trataria ya de conocerla, ¢s el hacer la Historiografia de ella. Wis- toriografia de la que es menester decir todo To que a decir voy. Lo primero, que la Historiografia de nuestra idea del mundo no es wna parte de la Historiografia de la Filosofia. Por la sencilla tazén ide que la idea del mundo y la Filosofia en sentido rigaroso no coin- cciden. No coineiden mds que si se da a la “Filosofia” el sentido ida rigareso de idea del mundo presistmente, He dicho antes que todos los seres humanos tienen su idea del mundo, Y es un hecho Iistorico que la inmensa mayoria de la Humanided, desde que existe sobre la ‘Ticrra, no 1a tenido Filosofia en sentido tiguroso. En ste sentido, la Filosofia serfa, a Jo sumo, idea “razonada” del mundo. Pero la idea del mundo de la inmensa mayoria de la Humanidad hha sido y ex wna idea perfectamente “iricional” —no en ningdin sen- tido despectivo, sino en un sentido puramente descriptivo: no fun- dada en razonés, sino motivada por las potencias itracionales del hombie, los movimientos del 4nimo que menté antes, Lo que pasa es que precisamente nuestra idea del mundo, la de los accidentales modems, es una idea caracterfsticamente “razonda” en bnetia par te, y en esta parte ha coincidido con Ia Filosofia en la parte en que Gta, 2 a4 vee, es idea razonada del mundo— que, veremes en el curso, no es Jo tinieo que ha sido ni quiere ser. O, en suma Ie his toria ‘de nuestra idea del mundo es en parte de ta historia de la Pi losofia. Pero si kt Historiogratia de ta idea del mundo no es parte de la Historiografia de la Filosofia, en cambio es evidentemente —y es To segundo que decit de ella—, parte de la Historiografta de fos Ideas —y esta Historiografia se encuentra en la actualidad hasta negad, En 1 prélogo de Ortega y Gasset a la Historia de ta Filosofia de Brékier HISTORIOGRAFIA DE LAS IDEAS 7 hay un epigrate que dice “No hay Historia de las ideas”. Si ast fuese, fen este mismo momento se habria acabado este curso, con gram alivio de toes 10s presentes. Pero, por desgracia para este alivio, la cosa no ¢5 tan sencilla. Es bastante més complicada. La negacidn de la Historiogratia de las Ideas no ¢ més que un epilogo de cierta negacién de las ideas mismas. La historia de las ideas no serfa simplemente Ja historia de tales o cuales ideas, Es también, y radicalmente, la historia de la idea que se ha tenido de las ideas. Porque de étas no se ha tenido siempre la misma idea, ce: decir, no se ha pensado siempre lo mismo, Puede decirse que an- tes de Platén, si se pensaba, naturalmente, con ideas, no se pensaba en o sobre las ideas mismas, es decir, sobre lo que éstas seen. Y puede ecirse que Platén “descubris” las ideas, en el sentido de ser el primero que no sdlo se dio cuenta, refleja, de su existencia, sino que se esforz) por dar cuenta, reflexivamente, de su esencia, naturaleza © indole, puesto y funcién en el seno de la totalidad de lo existente, ‘como unos existentes, seres © entes que también ellas son, por sui generis que sean. Y puede decirse, en fin, que desde Platon hasta ! mismisimo dia de hoy, la historia de Ia idea de las ideas es la his- toria de una gigantumaquia entie dos ideas de las ideas, triunfante a una de la otra —alternativamente: lo que quizi sea indicio de no podene decidir “‘acionalmente” la contienda... En todo caso, las dos ideas son, Ja una, la de que las ideas tienen una “‘sustancialidad” ¥ “cavealidad” incluso supelativa, esto ex, que son Te "sstanca” y a “causa’” del resto de la totalidad de lo existente; la otra, la de que carccen por completo de tales sustanciabidad y causalidad, no sien db, por l contrario, sino miseros “accidentes” y “efectos” de entida- des més verdadcramente sustanciales y causale, entidades que irfan desde las ya repetidamente mentadas 0 aludidas potencias ircacio- rales de la psique humana, pasando por relaciones sociales como las de “produccién”, hasta la materia misma, Bien; pues, parte, y furt damentalisima, de nuestra idea del mundo es, como veremos en el curso, esta segunda idea de las ideas: la idea segiin la cual las ideas son el mero efecto de causas no “ideales”, por lo pronto antropalé- gicas, individuales o/y sociales, e hist6ricas, por las cuales deben “explicarse” y “comprenderse” —inclusive, hay que explicitar, para ser consecvente, esta misma idea de las ideas. Esta historia de la idea de las ideas permite explicar y compren: der la negacién de la Historiogratia deo las ideas. Ni siquicra Ortega quiere decir que no haya Historiografia de las ideas —en absoluto: ppucs ahi esté ella en copiosa literatura o bibliografia, Lo que Ortega ‘quiere decir es que no hay Historiografia de las ideas solas, o “abs- tractay” de la “concreta” realidad de lo humano todo, si no de lo 8 PRESENTACION DEL CURSO. existente todo. Pero esto no ¢s una peculiaridad de la Historiografia de las ideas, Es ley, cabe decir, de toda Historiografia “especial, sea politica, social, coondmica, de la religidn, la literatura o cl arte. Estas Historiografizs no son plena y propiamente Historiografias més que si, poniendo en el primer plano de su interés la politica, sociedad, ‘economia, religion, literatura o arte, tratan de comprender el sector de la cultura de su especialidad, explicéndolo por el resto de los sec- tores dela cultura. O en esta formula: historia, aunque divisible en sectores culturales, es una; la Historiografia de ella es, correspondien- temente, uns, aunque hs capacidades intelectuales ‘del hombre le fuercen a historiatls individualmente por tales sectores, y atin por parcelas mucho menores, Esta Historiogiafia “antropolégica’” de las ideas tiene un subido interés humano: aunque no sean las ideas Tas sustancias y causas del resto de Io existente, ni siquiera del resto de lo lnunano, solamente con que sean el espejo en que se refleja el resto de lo hamano, en que de todo lo suyo, y dle todo en general, toma conciencia el hom- bre, son de una importancia singular, superlativa, en el conocimiento de si mismo que sigue teniendo, jioy mismo, para nosotros, los hu- ‘manos, sin excepcidn de los presentes, la importancia, a su vez, que le reconoeié el cisculo de los Siete Sabios de donde salid la sentencia “eondcete a ti misino’” Pero dentro de la Historiografia de las Tdeas en general, acaso no sea infandadlo conceder una importancia también singular y superlativa a la de la idea dal mundo... Pero necesito continuar atin explicando el metodo de la Historio gratia de las Ideas y el programa de curso. No Ia sola idea del mundo ¢s “histérica”. “Histénicas”, en agin sentido, son todas las ideas. Hasta las actuales, Por la peculiar ma- nera de estar todas insertas en la historia. Las ideas no “existen’, al menos para nosotros, los humanos, mis que las “propias” y “actua- les” en nucstras respectivas mentes individnales, y, las “ajenas” y “pasadas” en las “expresiones” que las “comunican” o en que “sub- sisten”. Este concepto de suibsistencia engloba incluso la comunica- cién a distancia mayor que Ta que esti al alcance de la palabra oral, ‘muda o ausiliada de apatatos: las ideas a que se esté danclo expresién ahora mismo en otro Iugir, por eercano que tea a éste, si 0 mos son comunicadas, ahora mismo en este lugar, por medio de algén apa- rato, nos serin comunicadas como passdas y como las pasadas: por medio de una expresién escrita u otto de fijacién y transporte de la expresidn oral. Todo esto quiere decir en definitiva, que la Historio- grafia de las Ideas no ¢s posible mas que sobre la base de la expresi6n 2 {Simientes 0 adultos? 5/7/66. [Nola del A} HISTORIOGRAFIA DE LAS IDEAS ° “material” —porque tal e— de las ideas. Pero tampoco esto <3 tna peculiaridad de la Historiografia de las Ideas, sino un simple ca50 [particular de ser las “fuentes” de toda Histonografia las documen- tales y monumentales de la clisica division de ellas. Estas “fuentes” son. todas “artisticas”, si se entienden por “artes” las “tiles” y las “bellas’, y se reconoce que la expresién yerbal evcrita ¢s siempre obra de un arte titi, pudiendo ser a Ia vex obra de una de las bellas artes, la literatura, Bsta expresién verbal escrita de las ideas seria, pues, “‘cientifiea", curando no fuese “iteraria”, Peto la expre- sidm de las ideas no sevia exclusivamente Ja verbal. Habria también tuna expresin no verbal de las ideas, expresién itil o bella, y éta plistica u éptica, © musical o acistica: en los artefactos, en Tas obras de la arguitectura, escultura y pintura, y hasta en las de la miisica, se reconyeen corricntemente expresionéy de ideas... Y toda esta pluzalidad de expresiones hay que tener en cuenta precisamente en la Historiografia de Ia idea del mando, por la indole irsacional de sus ingredientes a que hice referencia en momento anterior, Sin em- argo, no se encuentran las mismas clases de expresiones dadas a todas las ideas del mundo, y Jas clases que se encuentran dadas a una ya otra son caracteristicas diferenciales, no sélo de ellas, sino de sus ‘ujetos colectivos. Asi, de la idea medieval del mundo no se encuen- tra expresién cientifica como la que se encuentra en la nuestra (19/6/66). Los “cuerpos de expresiones”, verbales, escritas, 0 plisti cas, © musicales, © tGenieas, que son Tos textos cientificos y.litera- riog, las obras de las artes plisticas y de la misica, y los productos de la técnica, son cuerpos de “expresiones” en dos ventidos o direc. Ciones: si n0 todos, algunos son expresién de “objetos”, como los de Jas ciencias; y todos son expresién de sus “‘sujctos”, ¢s decir, de las ideas, 10s sentimientos, lis voliciones de éstos, de Tos individuales y de los colectivos, ce sus autores y del grupo 0 Tos grupos de que éstos sean miembros. Es por lo que, por ejemplo, en un. texto cientitico 6 literaro, puede leerse, y debe leerse, lo que dign no sélo “expre- say “‘temdticamente” de un determinado “objeto”, sino “inciden- tal” 0 “ticita” 0 “implicitamente” de las “circunstancias” historicas por as que explicarlo y comprenderlo “antropologicamente”, segin Jo antes expuesto. 18/6/66.) Pero el curso no va a ocuparse con todos los cuerpos de expresion nea de muestm idea del mundo. No podria. Fin general, la Historio- zvafia, ni siquicra tomada colectivamente, puede reproducir la historia fen su integridad. En primer lugar, porque la historia misma no es sélo conservacién y memoria, sino’ otro tanto destruccién y olvido, YY en segundo lugar, porque lo que conserva y recucrda s¢ nos pre: senta con una constitucién que podemos llamar figuradamente “oro- 10 PRESENTACION DEL CURSO ‘wéfics”; como una cordillera en que se alzan a diversas alturas cimas sobre laderas y valles correlativamente de diversas “bajuras”. Es una imagen para la diferente importancia histérica de los distintos he- cchos histéricos. As{, no todas las ideas tienen la misna importancia histérica. Ni la tienen tampoco todos los cnerpos de expresiones de Gtzs. Hay el fenémeno histirico de las Hamadas “obras maestras” —de Ia literatura, del arte, de la ciencia, de la Filosofia... Ea qué consista més propia y detalladamente esta constitucién de la histo- ria, es tema en que no puedo entrar ahora. Pero tampoco me hace je al tag ey rtf a ad rencia jerdrquica de “valor” que hace de la constitucién figurada- ‘mente “orogréfica” una constituciin propiamente “axioldgica”, Esta 4iferencia jerérquica de valor esté en relacién con el ser Jos cuerpos de expresiones, expresiones més 0 menos “esenciales” de aquello de que son expresiones: asf, y como veremos ya desde la segunda lec- cid, la catedral de Chartres, la Suma Teol6gica de Santo Tomis y la Divina Comedia son los cuerpos de expresiones més esenciales, 0 esenciales por excelencia de la idea medieval del mundo. Esta rela- cién hace de la constitucién de Js historia una constitacién “estéti- ca”, Y Ia esencialidad y jerarquia aviol6gica toda de los cuerpos de expresiones, esté en relacién con lo que se lama ‘‘el sentido de la historia”, y es el problema primigenio de la Filosofia de ta Histor sila histotia, de la que puede decirse lo que Ostega dice de la vi Ihumana, que “es una faena que se hace hacia adelante”, marcha en sentido de alguna meta, finalidad o fin, sea su marcha hacia ella progresiva o digresiva, 0 sigue wna marcha que no Tleva a ningu- na parte. El curso va a ocuparse, pues, exclusivamente con los cuerpos de expresiones relativamente’ més esenciales de la historia de nuestra idea del mundo. Con cuantos menos sea posible, mejor: a fin de ccuparse con cada uno de ellos lo mejor posible, Porque quisiera yo que el curso fuese, bajo el punto de vista didéctico, que debe ser tan dominante de todo curso como el del tema de cada curso, un cuno de incitacién a ls lectura siquiera de alguna de las obras macs tras de expresién escrita con que va a ocuparse. Siempre he pensado que cl mayor mejor servicio que un profesor puede prestar a sus alumnos, es el de interponerse entre ellos y las obras maestras de la cultura humana, no para cerrarles el trato directo con ellas, sino para abrirselo. hicado hasta aqui el titalo del curso y parte del programa, me a por expicar atin mds tse. Me limite ya a la may gener cexplicacién siguiente. Los oxigen “abeclutor” de nuestra iden del mando se remontan — a - COMPRENSIGN DE NUESTRA IDEA DEI. MUNDO n ala Antigitedad clisica y biblica. Pero de estes origenes nos separa tuna peculiar solucién de continnidad entre esa Antigiedad y not- ‘otros representada por la Edad Media, y una correlativa coatinuidad ‘entre Ia Edad Media y nosotros. Nuestra idea del mando es, en Ia ‘buena parte que puntualizaré el curso, la idea que del mundo se ha hecho “la ciencia moderna”, y ésta tiene, sin duda, su antecedente primigenio en la ciencia en cuanto esta ciencia fue obje- to del “Renacimiento”, que no fue sélo de las letras y las artes, des- pués de una muerte o amortecimiento protongado a lo largo de la fed Modis, ¥ uestrs Sea del mundo een la (boens) parte mismo que puntualizari también el curso, la idea cristiana del mun- do, pero nuestro cristianismo dista mucho de ser el primitivo, por set el dela Reforma y la Contrarreforma del cristianismo de la diso- Tucién de la Cristiandad medieval, que se int centre el cristia- nismo primitivo y el nuestro. (Nuestro Aristoteles es el renacido “guténtico” frente al_escoléstico.) Aqui interviene una distincién que hay que hacer en nuestra re- lacidn de conocimiento con la historia, Aquellos de los presentes con gran probabilidad Ja inmensa mayoria— que hayamos sido educados en el cristianismo, aunque hayamos dejado de ser cristia- ‘nos practicantes, y hasta creyentes —y con esta salvedad, es lo mas probable que seamos la mayoria de los presentes— sabemos lo que ¢s creer en Dios Pache, Hijo y Espiritu Santo por propia experiencia; pero dudo mucho que haya entre los presentes tno solo que sepa por propia experiencia lo que sea creer en Zeus Pater. Si asi de lo fue fuese creer en Zeus, Bate, e6lopodetoe saber por madio de 1a ciencia de la Historiografia. Ahora bien, hay una diferencia cnot- me entre saber de algo por propia experiencia vital y saber de algo por mero conocimiento intelectual, Esta diferencia traza una fron- tera importantisima dentro del conocimiento historiografico: Jamas ‘conoceremos por medio de la Historiografia, y por mucha que sea nuestra ciencia historiogrifica, aquellas partes de Ia historia que ya no podemos conocer por propia experiencia, como podemos conocer aquellas otras que conozcamos por esta experiencia. Quizé pueda formularse la diferencia diciendo que “comprender’, lo que s¢ dice “comprender", no podemos mis que las partes de ly historia con las que nos une una continuidad de experiencia vital, como la que nos ‘une con el cristianismo, pero ya no con la religiOn griega. Por eso, si nuestra idea del mundo debe algo histéricamente ain a la ciencia griega, y al cristianismo, nada le debe ya, en el mismo sentido, a la religién griega. Y por todo lo que acabo de apuntar, nada més, va a empezar el 2 PRESENTACION DEL CURSO euno por la idea medieval del mundo, en cuya disolucién tuvo sus cerigenes la propiamente nuestra ya y ain. Sélo que la historia se integra de sucesiones de hechos caracteri- zadas por estas dos notas: los hechos posteriores se inician en pleno seno de los anteriores, y éstos se acaban en pleno seno de los poste- riotes, y las sucesiones de unos y otros no son sinernicas. Asi, ciitos ingredientes de nuestra idea del mundo se iniciaron en plena vigen- Gia de la medieval, mientras que ciertos ingredientes de la idea me- dieval del smundo perduran en la nuestra, y' los distintos ingredientes de éta no datan todos, ni mucho menos, de la Edad Media, sino de fechas de la Motema, y de fechas distintas de ésta. ‘Tales notas obligan a la Historiografia en general a los literales “saivenes” que son bien sahidos en sus obras, y explican los que no podri- menos de dar el curso, segiin los insintia ya el programa al Tector compe- tente y atento. Esta coinpleja constitucién de la historia es razén de una carae- tevitica més de la Historiografia, Esta implica una Psicologia y una Logica. Ante todo, una Psicologia dc los sujetos individuales y co- lkctivos de los hechos histricos; en nuestro caso, de las ideas —si- quiera de las parciales de nnestra total idea del mundo. Pues bien, 1a Pricologia individual ha reconocido hace mucho la complejidad, in- cluso contradictoria, de las almas individuales, Los autores de mala Jiteratura, digamos de folletines o literatura rosa, siguen presentando personajes de una pieza; Tos buenos son puramente angelicales; los villanos, exclusivamente villanos. Pero los grandes literatos lo son, entre ofras cosas, may principalmente, por haber sabido presentar las almas de sus personajes en toda la complejidad efectiva de las reales almas humanas: en los malvados no deja de haber asomos de bon- dad; on los més buenos, defectos y mezquindades; y de muchos hu- ‘manos ¢s precisamente caracteristico dl debatirse toda su vida entie contrarios impulsos y propensiones. En los que han acabado por reconocer, también, ¢ investigir principalente la Psicologia pro- funda entre la Psicologia cientifica contempordnes. Pero la Psicolo- fa colectiva, o al menos la de los historiadores, no pareze haber marchado al’ paso de Ja individual, Los historiadores suclen seguir hacigndose de los sujetos colectivos de los hechos historicos una idea simplista, que cocresponderia a la que sc hacen de sus personajes los autores de la mala literatura, Suelen proceder como si pensasea, y peniando efectivamente, que, por ejemplo, en la edad del harroco todo ha de ser barroco, no sélo Tas artes plisticas, sino hasta Ia Filo- :offa y la mismisima Matemitica. No parecen darse cuenta de que, ya 4 priori, es lo més probable que las “almas colectivas” sean muchis- ‘mo més complicadas que las més complicadas almas individuales; LOGICA DE LA HISTORIOCRAFIA B ‘en todo caso, de que tales almas, o las edades histéricas, u ottas divi siones de la historia, o mas propiamente, los sujetos histdricos colec- tives, presentan efectivamente los mayores desniveles y contrastes, segin lo dicho antes de la antitesis o el antagonismo entre las ideas parciales de una misina idea total del mundo, (11/1/67.) En ningo- na época de la historia es todo de la misma indole: les fundadores el mundo modemo, un Colén y un Copémico, un Luteo y un Maquiavelo, un Bacon y un Descartes, estan Hlenos de reliquias me- dievales. EI historiador, en conclusion, no debe empefarse en im- poner a la realidad histérica uniformidades de expresion, de_pensa- tniento, de estilo de vida, sino que debe estar predispuesto décilmente a aplicar Ia Légica que es consecuencia de todo lo anterior y debe ser la de toda Historiografia: no la Légica de la generalizacién y la identificacién, sino la Logica de Ja diferenciacién hasta la individua- eign, Quizd respondiendo una tendencia primigenia de la mente humana, en todo caso la Filosofia ha tenido histéricamente una no- totia preferencia por la primera L6gica: ha tendido a identificar por gencralizacién— y generalizando suficientemente puede identificarse todo, hasta Jo al pronto mis dispar, o que pareceria més disparatado identificar: asi, esta mesa, la catedral de Chaitres, cl teorema de Pitigoras, la virtud de la caridad, el concepto de un circulo euadrado y Dias son todos “entes” 0 “existentes"; pero en cuanto meros entes existentes, han desaparecido todas las diferencias entre ellos que los hacen ser precisamente los distintos, los diferentes, los dispares entes o existentes que son. Por la via, pues, de esta Logica, se anula pre- cisa y particilarmente a historia: si todos lor hombres somos igua- les, 0 en cuanto todos los hnmanos somos ésto, humanos, un griego y Um azteca son iguales, y no hay entre ellos las diferencias en que Je sustentan © comsisten justo las respectivas historias. La Logica de la Historiografia debe ser, por tanto, a de la diferenciacién hasta Ia individuacién, Lo que importa historiograticamente son justo las diferencias entie griegos y aztesas —o las caracteristicas de nucstia idea del mundo que la diferencian de tas ideas ajenas de 4, ¢ incluso las caracteristicas diferenciales. de las distintas ideas parciales de uestra idea total, Sélo que, si la Logica de la generalizacion iden- tificante ha tenido y tiene el predominio que ha tenido y tiene sobre lh de la diferenciacién individuante, acaso sca porque tan esponti- neo y facil como es asociar por niotas commnes, tan poco espontineo y dificil ¢ disociar Io habitnal, lo tradicionalmente asociado. Pién- ese, por ejemplo, en el trabajo que casté disociar los conceptos aso- ciados de “hecho piiquico” y “fenémeno de conciencia”, para admi- tir el concepto, de lo ;priquico:inconscientel Si la Légica de la identificacién sesponde a una tendencia primigenia de la mente hi. a PRESENTACION DEL CURSO mana, la de la evolucién moderna de ésta parece ser la de la diferen- cacién, En suma, la que trataré de aplicar este curso. (4/7/66.) Para terminar, unas indicaciones que llamaré “practicas EL ideal de la’ ensefianza es que los discentes tomen la parte més activa y mayor posible en la docencia; pero las caracteristicas que no puede menos de tener este curso, fuerzan a reducir la sealizacion de este ideal en él a un verdadero minimo: a que aquellos de ustedes {que quisieran hacer preguntss, observaciones, reparos, las hagan por es tito y me las entreguen, y yo las responderé, comentaré o replicaré a sontinuacién de la clase siguiente, es decir, desde que finalice la lectu- 1a de la leccién comesponciente a tal clase. Entre las preguntas pueden figurar las bibliograficas. Mejor que atiadir al programa una biblio- fafa echa “en abstract” de aquellos a quienes poder servi, sed joer una a la medida de cada solicitud de ella. A aguelos de ustedes que deban aprobarofitialmente el cur, les vendrén proocupando las pruchas de suficiencia, A mi me parece que las. pruebas de suficiencia, en general, deben acercarse lo mis posible a las formas del trabajo intelectual corrientes en Ia vida inte- lectual normal. Porque me parece que no se trata de averiguar 0 comprobar cle qué seen capacer los estudiantes en las stuaciones insdlitas y funambulescas de tos eximenes tradicionales, sino de qué scan capaces en situaciones lo més similares posibles a aquellas en Jas que trabajan habitualmente sus profesores o maestros, y en que dcben acabar trabajando ellos mismos. En el presente caso, pienso que las pruebas de suticiencia pueden consistir en tres cosas: Jas preguntas, observaciones y reparos que se hagan por escrito; un esento final en que el autor exponga con toda franqueza lo que le hays servido o no el curso, lo que le haya parecido, lo que Ie parezca que debiera hacer yo para que en una eventual repeticiin pueda servir mis; en sums, una confesiin personal y una critica constructiva; yen general: tradicionalmente, los exfmenes, las prucbas de suf ciencia, se han concebido como demandas hechas por los profesores los alumnos; gpor qué no invertir, concibiéndolos como ofertas he- cchas por los alumnes al profesor?... He aqui, mis jvenes amigos, que tienen ustedes gue aprobar este curso, inediante una prueba de fxfiiencia, que cs decis también una prucba sufiente, Pues spor qué no me Ia ofrecen ustedes mismos? Tan variada como a cada uno de ustedes se le ocurra. Lo tinico de que tendrian que cuidarse ¢ de que pueda resultarme realmente suficiente: ahi de su ojo esti- muatv.. Podda ser suiente hasta una sola fe con tal, 0 si, de que fuese absolutamente genial. (19/6/66.) Leccién 2 LA IDEA MEDIEVAL DEL MUNDO SEGUN LA CATEDRAL DE CHARTRES Nursre-idea del mundo tiene su origenes; sin solucién de continui- dad, en la idea-medieval-del- mundo Por ésto debe, pues, empezar, y va.a hacerlo, el eutso, Deas tres grandes claves: de‘expresfories poribles-de-las:ideas,-1a medieval del mundo tiene las més esenciales, como confit ‘mado suficientemente en la verbal “cientifice’ de la “suma”, la ver- bab-literaria-de-la Divina. Comedia. y la. no verbal. “artéstica” de Ta Gatedral Li Giencia medieval ¢s eminentemente la asumida y resumida pre- cisamente en las “sumas”, que son un género de obras, de las que la “maestra” individual es 1a Suma Teologica de Santo Tomas, ‘Tratindose de sefialar Ia obra maestra de la literatura medieval toda, no se encuentra en ésta ninguna obra con mis titulos para ser seflada por tal que la Divina Comedia: ni la Chanson de Ro- land, ni el Roman de ta Rese, ni el Poema del Cid, ni siquiera co- lectivament= cl Romancero —que, por otra parte, pertenece a los ‘kimos tiempos de Ta Fdad Media, y no a los de plenitud de éta, Goro la Comedia—, ni los Nibelungos. .. Y en efecto, no se encon. traria expresada la dea medieval del mundo en ninguna de estas otras obras como se encuentra en la Comedia. Esta es, decididamen- te, el individuo sumo del género literario, “poema épico-didictico”, que es el més adaptado a la de ideas del mando. Finalmente, de las bellas artes sobresale en la Edad Media la ar- quitectura, y precisamente por las catedrales goticas, sobre | tora, por lo dems incorporada a ellas, la pintura, incorporada én a ellas en la de los vitrales, y la’ musica, Pues, del género ArquitectBnico que son las catedrales goticas, e el individuo arque- tipico Ia de Chartres, segrin las autoridades que sern citadas mas adelante. Se trata, por tanto, de puntualizar lo més cabalmente posible, la ‘dea del mundo de que es expresién cada una de las tres obras, inclu yendo la citcunstancia explicativa, segtin las indicaciones de la pre- sentaciin del cusso, Pero las tres obras se ordenan cronolégicamente asi: Ja catedral de Chartres se edificé de 1195 a 1240; 05) 16 LA CATEDRAL DE CHARTRES su Suma Teolégita la redacté Santo Tomis, lo mis probablemen- te —defindola inconclusa— entre 1266 y 1273; s0 Comedia la compuso Dante, también lo mis probablemente, entre 1314 y 1320. Por razin de este orden cronolégico, en 4 vamos a ocuparnas con las obras. ‘Empecemos, pues, por imaginar que visitames, por primera vez 0 na yea my, ie catedeal de Chartres, pon La afrontimos por ta que Tamariamos 1a fachada principal, si forasteros y profanos no supiésemos que se Ia Llama vulgarimente fa- chada del Portal Real, y técnicamente fachada occidental, Si en el jardincillo delantero nos situamos frente por frente de la linea ver- tical media de la fachada, vemos el triple portal, bajo el triple vitral, bajo el gran rosetdn. .., entre las dos torres, tan asimétricas... Si nos acereamos, distinguimos, adosadas a Jas colnmnas de hs bases, 16 estatuas de los antepasados de Jesucristo; y rematando las mismas columnas, eapiteles representativos de momentos capi- tales, finales, de la vida del mismo Josucristo: la entrada en Jerusa- ln, d prendimieato en el huerto de Getscmant, la titima Cena, .. Si de las capiteles levantames la vista a los'arcos, yemos, en tres del portal central, adosadas sendas estatuas representativas de los 24 ancianos del Apocelipsis, que contemplan Ja excena del timpano a Ja que rodean: Cristo en Mojestad, segiin el Apocalipsis, rodeado de los cuatro animales simbélicos de tos Evangelios; en el dintel estén sentados los apéstoles. Valviendo la vista a los atcos, timpanos y dinteles de los porlales Jaterales, vemos, a la izquierda, en dos arcos, esculturas representa- tivas de les signos det Zodiaco y las ocupaciones del mes; en el tim- pano, la Ascensién; en los dinteles, cuatro 4ngeles que Ta anancian 4 Tos apéstoles sentados; a la derecha, en dos arcos, escuturas repre sentativas de las 7 artes liberales y de sendos personajes eminentos en las —como Aristételes en la Dialéctica, Cicerén en la Retérica, Evclides en Ja Geomettia y Tolomeo en'la Astronomia— mds un coro de dugeles turiferasios que adoran la escena del timpano a la que rodean, a saber, la Virgen en Majestad con el Nino Jestis y dos grandes dngeles en actitud de adoracién; por altimo, en los dinteles, escenas de la vida de la Virgen: Anumciacion, nacimiento de Jests, presentacién en el templo. . La vista se alza shora hacia los vitrales y la roseta, pero lo repre- sentado en ellos seré mejor parte de la vista del interior de Ia cate- Aral, por lo que seguiremos dando 2 é&ta, vuelta por fuera, hacia la izquierda, o sea, la fachada norte, 0 “de la Virgen”, con’ su ti pottal de profundas srcadas. Enumero répidamente, simplemente: DESCRIPCION DE LA CATEDRAL ” Adosadas a las colummas de las bases, 30 estatuas: de reyes y rei- nas de Judea, patriarcas » profetas que anuncian la venida de Cristo, con sus vides o sus palabras respectivamente; y Balatm sobre sit ‘bua, Ia reina de Seba con su negro visitando a Salomén con su bu- fon, Jesis de Sirach, Judith con su perso, José y la mujer de Putifar. En los capitcles de Jas columnas, 8 bajorrelieves representatives de la agricultua, metalurgia, medicina, arquitectura, miisiea, pintu- 11, filosofia y magia, 0, como podria resumirse, artes y oficios. iin 21 arcos, estatuillas y Vajorrelieves de: 14 beatitudes del alma, desde Ja belleza y la libertad hasta Ta se- guridad y la ciencia; La vida activa y la contemplativa; 12 reinas, sendos simbolos de los frutos del Espiritu Santo y vir- tudes de la’ Virgen; las 3 virtudes teclogales y a més ta humildad, para simetria con los 4 cardinules, y los vieios contrarios; lus virgenes locas y las sabiae; ‘unos dngeles ceroferarios, el Creador, los siete dias de la creacié, 1a caida det hombre; profetas, érbol de Jessé, dngeles del reino de Marta, signos del Zo- diaco y ocupaciones del mes (por segunda vez, pues) ¢ historias de Gededn, Tobias, Sans6n, Esther y Judith, En los timpanos y dinteles, de izquierda a derecha; ‘Navidad, Anuncio « los pestores, Adoracién de Ios Magos; Coronacién de la Virgen y Asuncién: Maria en brazos de Santa Ana; lus pruchas de Job y el juicio de Salomén. Con los vitrales y la roseta haremos Jo mismo que con los de la fachada occidental, y nos apresuramos a dirigimos a enfrentamos ‘con el portal de la fachada sur o “del Seftor”, también triple y de arcadis profundas, donde enumero: ‘Adosadas a las columnas de las bases, 28 estatuas de: 8 mdttites, como Sen Esteban, San Lorenzo. 12 apéstoles; y 8 confeiores, como San Ambrosio, San Jeronimo, San Gregorio l Grande; yy en dos pilares cuadridos en los extremos exteriores, 24 escenas de martirios y 24 de las vidas de los confesores, a cam- bio, puede decirse, de las eseulturas que no Tevan los capiteles. En 16 arcos 5 martires en el cielo; B LA CATEDRAL DE CHARTRES Jas 14 beatitudes del alma por segunda ver; resurreccién de los muertos y coros de dngeles asistentes al Juicio Final del timpano; ‘gnupos de santos, confesores, obispos y monjes. En timpanos y dinteles: del centro: Cristo Juez entre Ia Virgen y San Juan y al centro San Miguel Arcdngel con la balanza en que pesa las almas de los hom- bres, de las que las condenadas son conducidas al infierno por dia- bios y las de los justos por angeles al serio de Abrahams dde la iequierda: Cristo, rey de los mirtires y martirio de San Es- de ia derecha: Cristo, rey de los confesores y escenas de las vidas de San Martin y San Nicolds, Hay, ademés, un entrepatio con Cristo enseftando y los pilares cen- tales exteriores con los 24 ancianos del Apocalipsis y 12 virtudes y 12 vicios, todos por segunda vee, ‘Con vitrales y roseta de esta fachada hacemos lo mismo que con Jas de las otras: apresuraenos ya a entrar en la catedral, para verla por dentro y verlos a elles. (20/6/66.) Recorremos el crucero, dindonos de la forma de la planta la cuen- ta perfecta que por fuera nos hablamos dado menos que a medias, segtin advertimes ahora, y haciendo un esfuerzo por sustractnos a la ‘magia del ambiente poco propicio a la observacin analitica, cveada pretsamente por los vitrles'y tooctmes, emprendemos ements: tio de éstos. ‘Empezamos por los de la fachada del Portal Real. En el del cen- tro se trasparentan, de abajo a arriba, y de izquierda a derecha, en uno o varios de los alternos cuadrados y circulos, la Anunciaciém, la Visitacién, la Natividad, la historia de los Reyes Magos, la Pusifica- cién, la matanza de los Inocentes, la huida a Egipto, el regreso de la Sapa Fama 5 Nese, ol batinmo de Joos a entra de tate cen Jerusalén y la Virgen en Majestad con el Nifio Jesis y dos snge- Jes en adoracion de ellos con el sol y la luna respectivamente encima, Elevando la vista al rosetén, nos encontramos frente al Juicio Fi nal, frente al que ya nos habiamos encontrado en el timpano central de la fachada sur. Oblicuando Ia vista al vitral de la derecha, y recorriendo sus frculos otra vez de abajo a arriba y de izquierda a derecha, pode- ‘mos reconocet la ‘Transtiguracién, la ltima Cena, la tnicién de Judas, la Flagelacién, el Crucificado, el Descendimiento, el Entierro y las més notables apariciones del Resucitado que siguieton ala Re- Y volviendo la vista al vitral de la izquierda, se alza ante ella el LA CIRCUNSTANCIA DE CHARTRES, 9 Arbol de Jessé, desde éste, dormido en el cuadrado inferior, hasta el Salvador mismo, y flanquedndolo, 7 segmentos de circulo por lado con 14 profetas. Y caemos en la cuenta de que de este vitral al del centro yal dele derecho desarolas profi y gneloga de Jesucristo, la vida de éste desde la Natividad hasta la entrada en Jerusalém, y su Pasién, Muerte y Resurreccién. En los 5 vitrales 4 dobles de superior ¢ inferior, de la fachada Norte 0 “‘de la Virgen”, extin Ia Virgen nifta en brazos de Santa ‘Ana y David y Satil, Melquisedec y Nabucodonosor, Salomén y Je- roboam, Aarén y el Faraén precipitado en el Mar Rojo, y en el rose- tin, a Viegen senifiads por ol Espitu Santo, honcade por ln Angeles y rodeada por los reyes de Judea antepasados suyos y los pro- fetas de la venida de su Hijo. Por aitimo, en los otros 5 vitrales de la fachada frontera, aiemds de la Virgen con el Nifio, estén los cuatro Evangelistas, cada uno sobre uno de los ctatio profetas mayores; y en el rosetén Cristo en Majestad, rodeado de los 4 animales y los 24 ancianos del Apocalip- sis, que figuraban ya en la escultura, i Y¥ sin mis, por 1 pronto, recapacitemos sobre lo anterior. Y po- remos percatarnos inmediatamente de tres cosas. La primera: que si hemes identificado las figuras y escenas perci- bidas en estatuas y bajorrelieves, vitraleS y rosetones, es porqiee Tos. remo: pereibido poseyendo un saber debide 4 una educacién o ins- ‘pacing ‘muestra hasta _qub punto eslamor-wnr de a de Chartres por una continuidad sin solucién: —circunstancial: la circunstancia de Chartres es histdricamente } nuestra: 65 de la cireunstancia inme- fal hombre enéapuchads que campesino de los alrede- dores de Chartres, donde en marzo hace atin mucho frio, y el caba- Uero con un haleén sobre el hombro en el mes de mayo es también sin duda un cazador de ticrras més 0 menos extendidas en tomo de Chartres; © la mujer que mira en un recipiente para simbolizar la Medicina, y la que toca un carillén, para simbolizar la Misica, son mujeres de 1as_mismas citcunstancias, practicando actividades no in- solitas en elas) an LA CATEDRAL DE CHARTRES Pero no debemos conformaros con estos tres primeros fondos de nuestra recapacitacion: si queremos cumpir el propésito de puntua- lizar lo mas cabalmente posible la idea del mundo de que es expre- sign la catedral de Chartres, es patente que necesitamos recapacitar mucho més. Empezando por no_conformarnos tampoco con la_im: sidn_de conjunto que nos dejé el inventario de escultura_y vidie: Se aco calvin sore 2 part eieeeteeia Y thorindcies @ ‘ustedes Ta vuelta misma, para darles tinicamente el resultado, helo v7 *Frd Centos, lw 7, laa de la creat Ia cla dal homsben atin ‘sculpidos en los arcos del Portal Sar 0 del Sefior. El Sol y la Lama, pintados en al vitial central de la fachada del Portal Real, Los Pattiatcas, José y la mujer de Putifar y Balam estin figura dos en la§ estatuas del Portal Norte 0 de la Virgen, Aardn y el Fa: a6n, en los vitrales y la misma fachada, David y Salomén y éste y Jeroboam figuran en los vitrales de Ia fachada Norte 0 de la Virgen. Y en esta misma fachada, entre sus ‘statuas 0 por sus arcos, timpanos y dinteles, el juicio de Salomén y &te y la reina de Saba, los reyes y reinas dé Judea antepasados de 4a Virgen, Job, Jesiis de Sirach y en dos lugares distintos los Profe- tas. stos figuran asimisma en el vitral izquierdo de la, fachada del Portal Real, y todavia los 4 mayores en los vitrales de la fachada Sur © del Setior. Los antepasados de Jess se encuentran en las cstatuss de] Portal Real, y el arbol de Jessé en el vitral izquierdo de la fachada de este Portal y en los arcos del Portal del Sefior. Ta vida de la Virgen, en los dinteles del Portal Real derecho. Ella ‘en los brazos de Santa Ana, por clos veces: en la vidrieria y en la es- ccaltura de la fachada del Portal que leva su nombre, Y en esta mis- ma escultura, su coronacién y asuncién, Con el Nific, en Majes- tad, en lugar tan céntrico como el vitral central de la fachada del Portal Real y en el timpano derecho del mismo Portal, y todavia en los vitrales de Ta fachada del Seftor. De la vida de Jesis, Ia Navided y los Reyes Magas, en Ia eseulta- ra del Portal de la Virgen, ¥ en la fachada del Portal Real, la vida desde la Anunciacidn a la entrada en Jerusalén (vitral central), des- de la entrada en Jerusalén (capiteles), la Transfiguracin y la Pa- sin y Resureccién (vitral derecho), y la Ascensién (Limpano iz- quierdo). Los Apéstoles, en el dintel del Portal Real y las estatuas del Por- tal del Sefior. Yen la fachada de este mismo Portal: los Exangelistas (vitrales), mértires y martirios (esculturas) y miirtires en el cielo (arcos), SISTEMATIZAGION HISTORICA au ‘confesores y escenas de sus vidas (esculturas y arcot), obispos y monjes. (aicos). Las Vidas, contemplativa y activa, se hallan simbolizadas en los arcos del Fortal de la Virgen. Las virtudes los vicios, en estos mismos arcns y en Tos pilares del Portal del Sefior. En los mismos arcos atin las virgenes sabias y las lovas, los Frutos del Espiritu Santo y virtudes de la Virgen, y las Beatitudes, duplica- das en los arcos del Portal del Sefor. Las artes liberales y los personajes eminentes en ellas, en los arcos del Portal Real derecho y del Portal de la Virgen. Las artes y oficios en los capiteles de este ultimo Portal, Y los signos del Zodiaco y las ocupaciones de los meses, en los ar- cos del Portal Real tami La resurreceién de los muertos, en los arcos del Portal del Sefior. Fl Juicio Final, en el roseton de la fachada del Portal Real, y ‘en (cl) timpano de este Portal, Cristo en Majestad con los 4 ani- ‘males del Apocalipsis. Y el mismo Cristo con los mismos animales mas los 24 Ancianos del Apocalipsis, en el rosetin de la fachada del Sefior. Y los mismos Ancianos, en los arcos del Portal Real, y en los pilares del Portal del Sefior. Y todavia por los timpanos, dintcles ¥y un entrepaiio de este Portal, Cristo juez y rey de mirtires y de ‘confesores y ensefiando, La Virgen con el Espiritu Santo, angeles, reyes y protetas, en el ro- setén de su fachada. Santos, cn los arcos del Portal del Sefior. '¥ angeles, por muchos lugares: cen estos tiltimos arcos, asistentes al Juicio Final; en los dinteles del Portal Real izquicrdo, turiferarios, en los arcos del derecho, ceroferarios, en los del Portal Norte y en el vitral central de la fa- chada del Real, de la Virgen, en los arcos del Portal de ésta, y con Ella en Majestad, en el timpano del Real derecho. Esta sistematizacién_es, como de ello se habran_percatado_uste- ‘Creacién, prosiguid por el Antiguo Tessin ates Beuen los Reyes, los representantes de los libros sapienciales y los Profetas. ‘Gon la genealogia de Jestis, que cnlaza cl Antiguo Testamento con el Nuevo, pasd a este en la vida de la Virgen y acabé con la de jesus. usr Apéstoles y Evangelistas aportaron Ia transicidn a Ia Iglesia ccon sus mértires, confesores, obispos y monjes, cuya vida contempla- 2 LA CATEDRAL DE CHARTRES tiva y activa, era ejemplo de Tas simbolizadas y transiciém hacia las vittudes y vicios de la vida moral, las artes liberales de la intelectual y las artes, oficies y ies de la material 0 manual. Y a la postre, las Postrimerfas. Sino la muerte, la Resurrec- cin de los muertos; el Juicio Final con la apertura al Infiemo y al Cielo, y en éte la gloria de Cristo, la Virgen, Jos Santos y los sta sistematizacién.histériea-es-la:propia-de-una iden del mando: oa istiana, e6 osencialmente; vertebralmente, por decirio ia ; Seals aoa Greaciéa, caida, historia del pucblo dada por El hasta la consumacién de Tos sigios o sea de la historia ‘misma, en el jico Final, a pati del cul ya'no hard, pues, mis tras las pasajeras del Purgatorio y quizé del Limbo sin pena ni gl ria de los ninos) Es también Angeles. vides (21/6/65) de una sucesion. de a inica very Gs a pueblo del Redlentor, vida de este © historia dc a Iglesia fun- {que la ‘cternidad de Ia glotia en el Cielo y de las penas del Infiemo, ‘como de. ‘seres.humanos, a lo-largo-de esta vida tertena hacia la otra, eterna, de gloria. 9 condenacién, 'No obstante, todo esto tiene Ja anterior sistematizaciin histérica eVinconveniente de deshacer las agrupaciones hechas, por la esculta- e El pins © pes Sass aes en las denominaciones de fachadas y Portales del Seftor y de la Virgen dladay seapectivamente a los del Sur y del Norte. Con todo, alguns, también, de ellas pueden hacerse resaltar en la misma sistematiza- cién histérica: El Creador, la ereacion y la caida en el Portal det Senor. Y en Oona Portal o su fachada: profetas mayores, el frbol de J la Virgen con el Nitio, fraleria eno dejan de ser expresivas de feet. a cate gue no dejan : AGRUPACIONES SIGNIFICATIVAS B los Apéstoles, Evangelistas, mirtires, confesores, obispos y mon- jes, 0 sea, Tas vit la resumeecion de los muertos; Cristo en Majestad com los ancianos y animales apocalipticos, y Cristo juez y rey de mdrtires y confesores y enseitando, y santes y Angeles, En ha fachada de la Virgen: Jos Patriarcas, José, Buluain, Aarda, David, Silomén, otros reyes y reinas de Ja- dea, Job, Jestis de Sirach Y los Frofetas, © sea, la mayor parte de las representaciones del Antiguo Testa- mento; Ta Virgen en brazos de Santa Ana, su coronacién y asuncién, Ja Natividad y Jos Magos; las vidas contemplativa y activa, las virtudes y Jos vicies, las virge- nes sabias y locas, los Frutos del Espirit Santo y las beatitudes, las antes libecales, ls artes y oficios; o sea, la mayor parte de las repre- sentaciones de_la vida misma; y la Virgen con el Espirita Santo, Angeles, reyes ¥ profetas. En la fachada del Portal Real: Tos Profetas, Jos antepasatlos de Jesis y el arbol de Jessé, la vida de la Virgen y ésta en Majestad con el nino, Ia vida de Jess, los Apéstoles, las artes liberales y las ocupaciones de los meses, el Juicio Final, Cristo en Majestad, Jos ancianos del Apocalipsis y angeles. [No etl ggropaconss sls son sini no también fo lizaciones singulares. Un solo ejemplo. Qué hay en Tos sendos rose- tenes de las tres fichadas? En el de la Real, el J ‘en el de la del Sefior, Cristo en Majestad, en el de la Virgen, ésta con el Espiritu Santo, angeles, reyes y profetas. ‘ Las mais de Iai agrupaciones y colocaciones las « por el antes mentado sal mundo, Pero otras pueden n0$ 0 lentes” gpar qué en 1a fachada de Ta Virgen, I represcntaciones del Antigno Testamento y de la vi 4 LA CATEDRAL DE CHARTRES estas diltimas se ocurre, a saber histérico que os vincula con la Edad ‘Media, Ia idea de si no se deberin a la devocién mariana, a la par- ticular dedicacién de la vida a la Virgen, como la de la catedral misma. Pero no necesitamos atenemos a recursos como tal ocurren- cia Ni tampoco para explicarnos faltas 0 ausencias, representaciones gue pademes char de nes. Teidad oo se encanta mis ae ispersa, en el Creador —y aun Este se halla representado con la fisonomia de Cristo—, las muchas representaciones del Hijo, y el solo Fspiritu Santo que aparece en compuiiia de la Virgen; no hay epresentacién alguna, directa? de los Sacramentos; ni entre las de la Igesia, ninguna especial de los Papas come tales; ni tampoco ning na especial del Infierno ni Purgat Pata comprender todo ello en el debido detalle, y asi, y sdlo asi, 0 mas cabalmente posible la idea del mundo a que da expresion Ja ca- ‘tedral_toda, vena asa laut ih debido solamente To que de la idea del mundo a que da expiesion la catedral de Chartres perdure como reliquia, © perviva més o menos, en una ins- truceién 0 edueacién cristiana “cortiente”, Es. ibie-acuche- ale sienie de native slits aue-hx-invetinadn vaveriguad los: orf = ade pcototea “ite ‘Chartres, Seceuiatcae ieee ee eee reece Sia pln Sa ani sats -wegeetipeer ore Ruyones usniarcas (Hos. temas de-las-escenas. y-los-cetalles-de-lag-figuras: proceden;-ya- i : To cual siguieron, y que es To que ha reselto muchos problemas de identificacién, no todos, ya también se.debena.dis i ‘identificados, a su vez, por las mis a fuentes historicas) as empiezan, natumlmente, con el 50% a través de Sxposiciones--i autores posteriores de los grupos a que me referité en seguida. Asi, por ejemplo, el eee ee eee Ja de Aarin y el araén, Iscias el arbol de Jessé, la serpiente de la representacién. de In virtua de la Prudencia se apoya en San Meteo, aunque también mas directamente en Pierre le Chantre— la de la Caridad en el famoso pasaje de hr I? a os Carintior y todo Io refe- reute al Apocalipsis en este mismo. RAZONES ESTETICAS 25 Luego.vicne-cl.g.upo.delos-Padres- dante mundo Tuma zon “oiro mundo’, “ 530, Fie “exeado” “Eopirita Santo”, y cieé también nn mundo de dngeles. EL primer hombre “cay” y su caida inicié una historia de Tos hombres en a que, y en cl seno de una virgen de In descendencia del patriarea, Abraham, de un pucblo, engendid el Espiritu Santo al Hijo como “Dios Hombre”, para que con sa Pasion y Crocifixién redimicra “a caida”, y artes dle su “ascension” a 10s cielos, seguida de la “asuncién® a ellos de Ta Virgen Mace suya, fundase con sus Apés- toles st Iglesia, prolongzda y ensanchada pot y en sus mértites, con- fesores, dactores y fieles todas, de los que son parte los edificadores de la catedral y participantes en su culto. De los fieles de Ja Iglesia Jos suntificados por ésta se vuelven término de nna relacién peculiar con los vivientes, por la que son los “intercesores” entre étos y Dios ‘a que pueden y deben acudic los primeros —aunque intercesores no. ‘son solos los santos, sino también los iageles y sobre todo la Virgen y hasta el Hijo mismo... Al mundo humano, sino al natural todo, le llegard un tiempo en’ el que los cuespos de todos los muertos resucitardn para asistir, animados de nuevo por las almas que tos animaron, 2 un Juicio Final, en que serin juzgados y glonticados teternamente en el cielo, presidido por la Divina Trinidad, o conde- nades a tormentos eternos en el Infiemo. Peco los huinanos pueden prevenir favorablemente «te juicio mediante una vids, contemple tiva o activa, en que practiquen las virtudes teologales, cardinales y 0 LA CATEDRAL DE CHARTRES ‘ottas, reprimiendo 10s vicios contrarios a ellas, prdctica en esencial relacién con las del culto en que deben particioar en la catedral.! Los custranos, 10s mTELES ¥ Los HostBKES ‘TODOS, Tnarrantos snstomon 2 eprvipual. Ev EL EsrATIsMO PLASTIC. mo par el mero turista profano 0 incrédnlo de hoy, so -punspaly_piferuatsmente-un- edificio.religioso, clestinado al culto, y cuya decoracién, en ol sentido antes indicado, no lo es, de nuevo, en uno cxclusivamente artistico; sino que tie puedin impurficar 6 ie <= fas otras, como la ostentacién de donadores— 0 la misma estética de lo artistico, cuando las formas artisticamente bellas no informan las requeridas por aquellas primaias Funciones como rebosindo so- e. bre ellas de una abundancia sui generis del alma —“artis todo ésto.da expresién la “decoracién” de la catedral, el edit 1 Este culto es pursamente cristimo y mariano. Dios no esté representadn apts qve come cada un de las pronase su ‘Triad, ye Pacte yA Eel Santo no lo eitén inds que en tna proporsiéy insiguficante con acuella ef que lo estd cl Hije:€ inchso, pensando que la gniex que pace tomane por repre ‘enlacion del Packe es la del Creador, ete esta figura como ya apenter con les Brees del Hi, Peo on x vlomincsn y meliforme repesertason deste ove rae & a8 Ma como se ena yes sols denomibaines las fachodas Sue y Norte: “del Sefce” y “de la Virgen", segin repel tito ho ti. ay feo alo Cate la rors ape vida gloria 0 Majestad del Senor y las de Ia gencalogia, vida, gloria Metaod at Vig fata ste peso ae cee ee boas 7 Malestades de Hijo y Madie sobre los torment y pesues del Crusfieda ys Doloresa: Tos rosetones que coronan la dscoracién de. las respectiras fochadea 20 los representan en lt Criz.y en el duelo, respectiramente, sino en Tan pe, tidas Majstadcs; la catecrl de Charts Iace, en. sama, la imprsion de bn immo que se aza sabce los “misteros goriscs? a Tos ‘elo. ios”, "Pudiera ponene ello en relacion con ia lecia del. cestianiome cmb lente de la CrStianad inedival;en todo caso se ha puesto el culto marand Al que esti Sominshincnte la catedal de Chartres —n0 hay. que Sejat de segstilo especialmente en relscin con la stuacn de la mkt en ‘quella pleut de lr Edad Media. FI cult de tn Vingen como glovow, eh tomy traste con dl tradicional anterior més bien an Dielorosa, procederie’ de war inflcuia deca obe el ct de suacin de Ia me en lt ects de amor y segin el amor cortés y Ie poesia, expresién y dxgino de Ste, y de sna iuenca ndveta de aqeles mioanieata sires de que process ‘ite amon, pociia y cones, movimicntos ancestrimente anticrtianes: uno, no, a “mateia de Bretanl” el woman bretin, y ott intel, Mt pees ardbego remontando, 4 si vee, al anteceden'e pagano del atvor platonica, (El Rosatie.) LO TRASCENDENTAL EN LO INMANENTE n entero, como tn ue ex de a tll ie del mano a.que da: Gots a ieee : ce eencia de lt ‘eligiSn cristina que i Te-comunién ma intima entre los miembros de su felesa no anu la fntima relacién de salvacién_ individual en que est4 cada uno de ellos con el Salvador y con Dios; como no anula la personal indivi- dualidad del alma ni siquiera Ya colada unién mistica con Dios en las concepciones ortodoxas. E “incluso mds radicalmente”, por- que lo representativo de objetos no tiene sentido ni tendrla evisten- cia sino angerto en Ja convivencia religiosa de los sujetos, como 1e- into de su culto ¢ instrumento peculiar de éste, y construido para tal intencién, Lo nuscmmmrre HX Lo RoWANNt, La omna ay 503 SUJIELOS AUTORES, id_ideoldgica_ de la_catedral Bene por contrapar i de Ia arquitecura, escultura ¥ pista ia exproar Ideas —en ef caso fas Tatepants pare ciales de la total idea cristiana del mundo en el siglo de plemitud dela Edad Media, que rebasa el cronolégico siglo xm hacia el ailtimo, tercio del x y el primero del sry. Limitaciones que resaltan tini- camente en la_confrontacién, comparacién_con las. posiildadss, contra eer sentido, de lr expresién “centica™ y literari Segiin verémos al ocuparos con la Suma, la Divina Onan sin embargo, sino. por el cambio de las ideas «- icas que son parte también 4 ck rut Tepes ae ihe eee icisaprectiicads inkamente en la que puede llamane Cad Con: Yemporiuea, a diferencia ya de la Modema. Algunas citas doca- ‘mentativas no serin supériluas, tanto més cuanto que algunas dicen en forma literariamente insuperable de qué es ién una cons- truccién tal como la catedral gética, y otras acabarin apartando la justificacién retrospectiva de la eleccién de la catedral de Chartres, entre todas las catedrales géticas, como cuerpo de expresién arqui- tecténica de la tan repetida idea del mundo. Pero tamafio alcance de 2 LA CATEDRAL DE CHARTRES «el gusto insipide de Tor monumentos géticns, stos monitruos odioses de los silos ignocantes Que de I barbarie han vomitado les towrentes. .. Mouttne «los portales de nnestras iglesias giticas....no subsisten_mis ‘que pira veigiienza de aguellos que tavieron Ia paciencia de ha- cers... Rowsstan punto de partida de Ja revurreccién del gético” son Tas pag nas de Chateaubriand en Ed Le emo el evistianisrao, Las ideas esen- ciales som las de estes pasos: ‘La continuidad hasta nosotros ‘Vano seri eiificar templos giegos muy elegantes, muy luminosos, para scunir al honrado pueblo de San Luis, .. echari siempre de tnenos ess Nuestras Sefforas de Reims y de Pais... Fs que todo sti cencialmente ligado a nucstras cost la impresidn religioso-estética se podia entrar en una iglesia gética sin experimentar una stet- ‘de estremecimiento y un sentimiento vago de la Divinidad, .. El oxden gético, en medio de [sus] proparciones barbara, tice sin ebrgo una bella que le es ropa. ‘Las florestis han sido los primeros templos de la Divinidad, y Jos hombres adquicieron en las florestas Ja primera idev de la ai quitectura, Las florestas de ls alias pasaion a stt vez a Jos templos de nuestros padres... Hisas bovedas cinceladas en follajes, esos jam- ages que sostienen los muros y acaban bruscamente como troncos wuebrades, el frescor de las boveds, las timeblas del santuati, las ‘has oseuras, los pases sectetos, las puctas rebujadas, todo repro ‘euce Jos laberintos de los bosques en Ia iglesia gética; todo hace sentir el horror religios0, los misterios y la divinidad. ‘EL arquitecio erstiand, no contento con edlficar florestas quiso, por decitlo asf, imitar sus murmallos, y por medio del dxgano y Gel. bronce suspendido, ha agregado’ al temple. gotico hasta hido de los vigntos y los tomentes que ruedan por Ia profuudidad de los bosques, LO TRASCENDENTAL EN LO INMANENTE % pe sacaipaanisal i See fombre, esa miserable chooa adonde volvia per la tarde, no era més que tn abrigo momentineo. No en vino tenia Ta igle- tia derecho. de asilo, ert entoncer al asilo universal; Ia vida social te habia refugiado entera en ella. En ella rogaba el hombre, deli eraba hi comuna, la campana era la vor de la ciudad, Llamaba Tos trabajo de los campos, a Tos asuntos civiles, a veces 2 las ba- falls de Ia libertad. .. Tila y él, en um tono grave [igeiondealeratiamente, mecdaban 1 vit Teng signs 3 Tengua del pueblo... Representémonos 1 efecto de las Iuces sobre estos prodigiosos monumentos, cuando el elero, circulando por las rampas.aéreas animaba con sus procesiones fantisticas lay masis tenebrosas, pa- sando y volviendo a pasar a lo largo de las balaustradss, esos puen- tes dentados, con las ricas vestiduras, los cirios y los cantos; cuando hu y a vor ginban de un cielo en oto, y aaj, en I som bra, respondia el océano del pachlo. All estaba, para’ aquel tien po, el verdadero drama, el verdadero mister, la representacion dei vie de la humanilad a tavés de los tres mundos, esa intui- cidn sublime que Dante secibi6.de la realidad pasajera para fijarla y etemizarla en la Divina Comedia, [Ahora] sti vinda, esti vacia, Th ighsia, Su. profundo. simbo- lismo, que hablaba entonces tan alto, se ha vuelto mudo. Es ahora tan objeto de curiosidad cientifica, de explicaciones filosoticas, de interpretaciones alejancrinas. La iglesia es un museo gético que visitan los entendidos; din’ yueltas alrededor, miran_itreverente mente y alaban en vez de rogar. gY saben bien lo que alaban? Lo que merece / encuentia su favor / gracia ante ellos, 1o que 1 place en la iglesia, uo es la iglesia misma, seri el trabajo delicado de sus ormmenicones, a fan de si manto, #4 ence de piedia, .. [Pero)’la Edad Media, 1a Francia de Ia Fad Media, expresa ton ef arquitectura sf pensimiento mas intimo, Las catedrales de Patis, de San Dionisio, de Reims, dicen de él mis que largos relatos. La pieia se anima y se espiritualiza bajo la ardiente y severa mano del artista. El artista hace brotar de ella a vida. Muy Dien se le nombra en Ta Edad Media “el maestro de las piedras vivas", mayister de vivis lapiditus Peto ¢¢ al punto actual de la misma resurreccion al que se debe 1 reconocimiento de la catedral de Chartres como arquetipo; asf, en Pero ¢3 Michelet, el inspirado y elocuente iniciador en la historia Se nee ood aslo Bi vrstia en ae ah de la Edad Media, quien ha enunciade las ideas més justas y més ‘completas: Victor Hugo, en uno de tos capitulos de Nuestra Sefora de u LA CATEDRAL DE CHARTRES Paris, en donde ls luz se mezcla a tanta oscuridad, decia: “En la Edad Media, el género humano no pensé nada de importanie, que no lo haya esciito en piedra?.... Ha dicho la verdad: la catedral 3 un libro. Es en Chartres en donde ese earicter enciclopédico del arte de la edad media se presenta mis mareado. ..fae~entee ‘visibleymno Ia faltado nada esencial. Sus diez mil personajes pine tados 0 esculpidos constituyen un conjunto tinico en Europa.” Las otras catedrales del mundo cristiano no supieron decir tan- tas cosas, ni las dijeron en un orden tan hermoso. No hay nada en Italia, at Sane a Alemania, en Jagltenn ave i com parane con Chartres, En ninguna parte se encuentra tal riqu ee Bde pensamiente, nena De = ee Ente MAux (subrayados mios) Si la catedral fue puesta por Michelet en selacién con ta Divina Comedia, la comiparacién de la eatedral con la suma tiene una cu- siosa expresién plistica en un fresco de Maurice Denis en la cipula del Petit Palais de Paris, explicado por una leyenda que dice: “De- Inte de l1 Catedral, sumade-piedra, santo ‘Tomis de Aquino co- meata Ia surma teoldgica a los artistas del siglo de San Francisco de Asis y de San Lnis.” (Subrayado mio.) Y la catedial que se alza en el fondo del fresco es la de Chartres. ‘La comparacién invers, de Ja suma con th catedral, ha sido hecha incidentalmente por el gran tomista que ¢s el P. Sectllanges: “To- mat hi Suma teolégica, esa catedral escrita...”, asumiendo, por de- cirlo asi, las comparaciones hechas con anterioridad, y razonadamen- te por las dos mayores autoridades sobre la Suma de Santo Tomés y la sama en general, respectivamente: Monseitor Grabmann: La comparacién con frecuencia nsada de la Sema con la cate drales géticas de la Edad Media es muy ajustada, Cuanto mis se shonde en el estudio de esta obta, cuanto més se consideren sus Seale, snd se card Ia snguitectara del conjunty nine co. foci Wm lapse cia pan toda oh etc Malta op ba ios x comparr ls Suna teslogicy, a couma de on sepeto sataco 7 arquitecténico, con has catedrales gotieas del siglo 2am. Y Aloys Dewpf: La admitaciém por los grandioscs sistemas de la [Gran] Bscolds tica puede perfectamente eousiderarse como un bien comin de LO TRASCENDENTAL EN LO INMANENTE 8 Jas gentes caltas, ain alli donde, consciente 0 inconscientemente, no se hace mucho ¢aso de la Escolistica. La imagen que ilustraria 1 efecto causado por estos sistemas es la de la catedtal gética, Los Puntos de comparacion son:/la integral universalidad de la forma dada a la idea medieval del mundo, ya en la pigda, ya en lk men- te y Ia audaz y gurosamente cériada estructura, ya légica, ya argutestonicd)(24/6/66.) Por timo, el concebir la catedral, y precisamente la de Chartres, como el término inicial de uma confrontacién enyo término final es nuestro propio siglo xxx, es decit, st espfritu, con su idea del mundo, se encuentra en el plan de trabajo, felizmente Nevado a cabo, del vstago intelectual de la familia de préceres que fueron los Adams, segundo y sexto presidentes de los Estados Unidos, y su propio pa- dre, diplomitico distinguido: Cenlwier calegal pola ver que ol hombre, en cuanto fuera, tiene que set medido por el movimiento desde un punto fijo, Lt sicologia presté aqui st ayuda sugiriendo una unided —el punto de la historia en que el hombre tuvo la mnés alta idea de of mismo ‘como tna tinidad en un universo unificado, Ocho o diez aos de estudio habian Mlevado a Adams —que habla de si en tereerm per sona— a pensar que poda nsar el siglo de 1150 a 1250, exprecado. en la catedral de Amiens y las obras de Tomis de Aquino, como Ja unidad desde la que podia medir cl movimiento hasta su propio tiempo... El movimiento podia extudiarse inmediatamente'en la filosofia y Ja mecénica, Poniéndose a la obra, empezb um volumen que titulé mentalmente “Mont Saint-Michel y Chartres: Estudio de la unidad del siglo xm". Desde aquel punto se propuso fijar tuna posicion para sf mismo, que podia rotular: “La Edueacién de Henry Adams: Estudio de la Multiplicdad del Siglo xx”. Con ayuda de estos dos puntos de relacion, esperaba proyectar sus lie nneas hacia adelante y hacia atris indefinidamente, dispuesto. a recibir correecién de quienguiera supicse més del asunto. Es algo asi como el marco de este curso, y los conceptos de uni- dad y multiplicidad tienen mucha més sustancia de la que parecen tenet en su abstraccién. (6/7/66.) Leccién 3 LA IDEA MEDIEVAL DEL MUNDO SEGUN LA SUMA TEOLOGICA DE SANTO TOMAS DE AQUINO La sum reococica de Santo Tomis s¢ inicia con un breve “Prd. Jogo que empieza asi: ‘Como el doctor de Is verdad eitélica no sélo debe instrair a los adultos, sino que también le incumbe ensefiac a los principiantes, cegim lo que dive el Apéstol en i Priea los Contos, capt Io 3, “Como a nists en Cristo, as di leche a beber, no comid”, es 1 propésito de nuestro dnimo en esta obra exponer las cosas que se fefieren a la religiin cristiana del modo eongmuente con Ta ense- fianza de los prineipiantes Y termnina asi: intentaremos, confiando en cl divino auxilio, desarallar las co Sas que se refiecen a la doctrina sagrada breve y clramente, segin {que} to tolere la materia, Estos pasajes exponen sumariamente el objeto y el método de ha obra: Las cosas que se refieren a la religiin cristiana, las cosas que se refieien a la doctrina sagrada; del modo congmente con ta ense‘ianza de los principiantes; bre- ve y claramente, segiin (que) lo tolere Ta materia. Se trata, pues, de una obra didéctica, para los principiantes —en Teologia; que no eran los principiantes en toda la instruceiin de entonces, Si al profano actual puede sorprendeile que una obia para los incipiantes en Teologia sea tan voluminosa, la sorpresa le abando- con saber del contenido de la obra algo ms que lo que de a Je hace saber la anterior enunciacion del objeto, Al “Prologo” sigue una “Cuestidn, Primera, De la Doctrina Sa grada, Cuil sea y a qué cosas se extienda”, sobre la que he de vol- ver, Ya ella tina “Cuestidn Segunda, De Dics. Si existe Dios”, que se abze con estas palabras: Como, pues, la intencién principal de esta doctrina sagrada es 136) FORMA Y OBJETO DE LA SUMA 7 exponer el conocimiento de Dios, y no s6lo segtin Jo que es en i, sino segiin que es principio de las cosas y fin de ella, y espe- cialmente de la criatara racionsl. .., provediendo a la explimcion de esta doctrina, tratareinos, primeio, de Dios; segundo, del mo- vimiento de la criatura racional hacia Dios; tercero, de Cristo, que au cuanto hombre la via, pata nosotros, de marcha hacia Dios. Y Ui comsideracisn de Dios serd tripartita: pues, primero, consi- deraremos lay cosas que se refieren a la esencia divina; segundo, has que se refleren a la distincion de las Personas, tereero, las que se sefieren al proceder las criaturas de él Y acerca de la esencia divina hay que considenr: primero, si existe Dios, segundo, de qué modo es, 0 mejor, de qué modo’no 65 tercero, habri que considerar acerca de las eosis que se refieren ‘43u operat, a saber, su ciencia, vokuntad y poder, ‘Acerca de lo primeto se preguntan tres cosas: 1. Si el existir Dios « conocido por si, 2. Si es demostrable, 3, Si eaiste Dios. Y siguen un “Articulo 1, Si el existir Dios es conocido por si”, un “Articulo 2, Si el existit Dios es demostrable”, y un “Articulo 3, Si existe Dios", al que sigue, a su vez, la "Cuestién Tercera”. Lo anterior ha anunciado, pues, las tres grandes partes de la Suma: de Dios, del movimiento del hombre hacia Dios, de Cristo, via de este movimiento; y las tes eubdivisones de lo parte sobre Dios: la esencia, las Personas de la Trinidad y la creacién; y las tres subdivisiones del estudio de la esencia divina: Ja existencia de Dios, su esencia —negativamente determinada, su operar; Y las tres subdivisiones del estudio de la existencia de Dios: la posibilidad de conocerls. inmediatameate; la de conocerla por medio de demestraciones; y el conocimiento efectivo de ella. Pero si en vista de tales division y subdivisiones tripartitas, se previese semejante triparticién a lo largo de toda la obra, la. previ- sid xesultaria no verificada muy pronto: pues ya la Cuestién ‘Ter- cera comprende ocho Articulos, y el resto del estudio de Ia esencia y ¢l operar divinos las Cuestiones HL a XXVI. El de h Trinidad, 17 Cuestiones, de la XXVI ala XLUL "La subdivision del estudio de la Creacién nos interesa en el deta- lie de la criaturas: pursmente espirituales, a saber, los angeles, estu- 8 LA SUMA TROLOGICA Giados en 15 cuestiones, de la La la LXLV; solamente corporales, estudiados en 10, de la LXV a la LXXIV, que son un extudio sistematico de los seis dias biblicos de la ereacién; y el hombre, sin- tesis de cuerpo y espititu, estudiado en 28 cuestiones, de la LXXV ala Cll, que son principalmente de Psicologia filosifica ‘También interesa registrar que entre las 15 cuestiones finales, versantes sobre el gobierno divino de la creacién, las tres xltimas lo son respectivamente acerca de “la influencia intelectual del hombre sobre el projimo [Psicologia de la ensefianzal, su acciin sobre los objetos materiales, y la propagacion del género humano” La segunda de lis tres grandes partes resulta subdividida en dos, denominadas tradicionalmente “Primera de la Segunda” y “Segunda de la Segunda”. La “Primera de la Segunda” trata en 108 cuestiones del fin dlti- mo del hombre y de los medios para aleanzarlo en general: los actos Jnmanes, considerados primero en si mismes, o los propios del hom- ‘bre 0 voluntarios, y los comunes al hombre con los animales, donde entran 27 cuestiones sobre las pasiones; y considerados después en sus principios internos, los habitos, en particular las virtudes y los vicios en general, y su principio externo, Dios por obra o ministerio de la ley y de Ja gracia. La “Segunda de la Segunda” estudia, en 189 cuestiones, primera. mente en gran detalle cada una de las virtudes teologales y cardina Jes, con las virtudles subordinadas a cada una de cllas y los vicios opuestos, y en segundo y iltimo lugar las formas de vida, la activa yk contemplativa, y los estados de perfeccicn, singularmente el religioso. La tercera de las tres grandes partes trata primero del Salvador y después de los Sacramentos. El tratado del Salvador estudin prime- 10 su Encarnacién, en 26 enestiones, y después su vida, pasiém, mier- te y gloria, en 36. El tratado de los Sacramentos no pas6 de los cuatro primeros, Bautismo, Confirmacién, Encaristia y Penitencia, por la muerte prematura de Santo Toms. El texto redactado por Gte se quedé en la Cuestion XC de la Tercera gran Parte, Este texto contiene, pues (119 + 114 + 189 + 90 =), 512 cucs- tiones, euyos articulos andan por los 3,000. Elsindice anterior basta para mostrar cul es Ja composicion ge- neral de la Suma y su relacién con la de la decoracién escultérica y vidriera de Ia catedral de Chartres. Recordemos que éta representaba un mundo humano, presidi- do por la Iglesia, en el centro de un mrindo natural, ambos en rela- cién con un mundo sobrenataral: creado por un Dios trino, iniciada por la caida del primer hombre, una historia conducente al Reden- LA SUMA TEOLOGICA Y LA CATEDRAL DE CHARTRES 39 tor, fundador de la Iglesia misma, en la que sus fieles Meyan una vida, contemplativa 0 activa, con la que, practicando las virtudes y reprimiendo los vicios, prevenic el Juicio Final donde todos los seres Jhumanos serén consignados definitivamente a la eternidad del Cic- Jo o del Infiemo. Era Ia idea “histériea”, no sélo del mundo natural y humano, sino incluso del sobrenatural en su relacién con éstos, y la idea itineraria de Ja creacién, la historia de la Humanidad y la vida individual de cada humano, que es la idea cristiana del mundo de la comunidad constructora de la catedral y su circunstancia més © menos ancha cen dl espacio y el ticmpo. La Suma principiando por Dios uno y trine, procedicndo de £1 a la creacién del mundo sobrenatural creado, el angélico, del mundo natural y del hombre, desarrollando extensamente Iz actividad de ste y las formas de su vida que la conducen a su fin iltimo por interimedio del Salvador, y ocupindose finalmente de éte y de los sacramentos de su Iglesia, da expresion a la misma idea, eyencial- mente, en medio de las diferencias de orden y de otras indoles que uy entre lo expresido por Is catedral y lo expresado por la Suma. Diferencias que no son tantas cuantas pueden parecer por la con- frontac del anterior indice de la Suma con ¢l recuerdo del inven- tario de la decoracién catedralicia. Pues un indice més detallado exhibe otras coincidencias mayores y menores, como, por ejemplo, Gtas: en el estudio de las virtudes en general, en la “Primera de la Segunda”, entra el de los Dones y Frutos del Fspiritu Santo y las Beatitudes; el estudio de la accién del hombre sobre los objetos materiales el del “principio”, de las ocupaciones materiales de los hombres; {het ley el elastics, el de Tor principe de tod sociedad humana; ‘en dl de la ley entre el comparativo de las leyes del Antiguo Tes- tamento y las del Nuevo; el de Ia fortaleza lo hace del martirio; el del Salvador termina con el de Cristo Juez. Y¥ otros “temas” de la decoracién de la catedral se encuentran, © en sendos lugares subordinados de la Suma, como el de la profe- cla, entre las gracias extraordinarias, en las Cuestiones finales de la “Segunda de la Segunda"; o diseminados por distintos lugares de la obra, més cercanos o lejanas entre si, como lo relativo ala Vir- gen, en Ja virginidad, entre las virtudes de la templanza, la Anun- Gacin y Ia Encamacion, el Neciminto y la Citeuncisin, en las cuestionés sobre el Salvador, oo referente al saber humano en las que versan sobre la actividad intelectual del hombre, la influencia inte- ” LASUMA TEOLOGICA Jecual del mb soe prio, mentada cm el indice echo anteromient, la pridencia, ls apcitn efuios y le cuosdad, ae las varies subordinadss ala templanzs, Pero in explicacién de las coincident y difeencias entre la cte- dial y b Suma, tengo que deja para nomento ule. Porque eel Ue ahora, debeion eta ins ela Suna, hasta acute ‘iran de va sosponton y tetas Porque tna peciladad que se advice con slo hojat la obrs, gz gu on aria eas mls de 30 ve, dnd pins Se rime ein ata ein Gin hs md Posen o cimctira, Primero, ono poor pss nich spb Zh pin” aan i cc la Toa, i, Viet icatvanente a 10 pi seo, To segundo, e deci, al Tema o problema del ariulo Que 4 de ta coin, se proces Parece que. Si fay min Je sto paces ina enda to la libra "Pretor”,"Adema en segunda aga, iene oto nicado con lat paras "See ta", "Pero en conta” de lo dicho ants 0 ve “pare. °S continacin,inicado por ls plabras "Respond diecndumn cq, "Respond dicendo que, loge se lama tradconalmente Shay bien “el cuerpo del area 'Y poe lino, uno.o-mis prac iniiados reapectivamente “Ad prim’ "Al secondom, “A lo pimer’, Abo sound", et fuera uno 0 mle lof paaes iniiados con el "Vietur quod a Paice que'- El cach de cada ona de cxas ces de pases ene que lor antes al coer del artical son tsones, pmo en cota y dlspuds en pro, dela tenis que ve a sero conten eta del Sto; que ol cnespo de ate sn exposiciin de la tess y finda ‘mentacin de ells, a continnacdn de ly radn en pro y com con: Fimaciny explanacién J eis; y que los pas posterior al cue po del atl son sendas respuesta a fat objecons a la tsk de It iis raoncs en contre de el, repens que ns “deat <0 func dela doch del cuerpo et sto. as tazoocy en proyen conta son nas e atin y ota de anton rida sagada 0 pron AS; por Gemplo, el Artnlo tee de Ia segunda Coestiin de toda ia'Suma,titiado "Si exste Dio, tene la sioner ae Dion, Por rain de li impos de aroce que wo exta Dion Pot azin de i ipsiiida de cow trator stn 31 Don lin infin y ext ea ‘Adenas, poe tin dl no leare cao por tach principios 1 el primero 0 tno com ls LAS CUATRO CAUSAS “ See ioees oor ly eeepc eee tmundo puede espicave por pcs que lian supetivo el divino. Peele ae ica eee eae “over haus ess ; arate ga es in eae whe ae CG aesceneaes ans ean es Teale de Bee aca e gaan a! Aaa oe ete ate eed ee ee te el sco aetna satin bom Ge De po Mey a eee Aa opoo aicce ee in can or a ro pentane eee eel pees pyeeenes a ie’ ca ies omens (ore coco bl ea) ig np ea tet hs pin cagtscln nbs went: O516/60) dary saris ioe acer an a ane he peer ae ee cera pees eee et eer ae araloediom eee ine Perrier acticin m= espey nator Sorts en aps tee cl a wee tee en oo ee ae ee a mete ae aan ee Sanh ego ipa cette «ee $20 ae eee deisel Cans oe art pr ge ee ts eT on ee ee an eee ‘una mesa o un sér humano?”, “‘gpor qué existe esta mesa o este sér ee a eee anes sa nip vis Spegue ene oun de men ‘aa “for «it oo ein cg. Fle por pone: cou cei” 0 Sporto ene pirt er Got meena Cree ese eats 2 se aimee acer en ae sae ae odie ears oer ae See iy eotee cc oem oe one ae et See aie go eres ae ee es fakes pes Sonia eee eae Sa ee cee a ta ete pea iene SUG ae Cuore, b his pint vt Go te Nae aera ioe eae eee nee Sees coe eee a LA SUMA TEOLOGICA Ddiera respondido exclusivamente que el fabricante de mesa o les padres de la persona, No se le hubiera ocurtido decir que la causa de la mesa o de Ia persona era nila forma ni la finalidad de la mesa, ni el alma de la persona ni su felicidad, ni, menos que todo, la ma- teria, 1a madera, de Ia mesa, ni el cuerpo vivo, la materia’ organi- zada, de la penona. Y no 0¢ Ie hubiera ni oeurtido nada de esto, y hubiera respondido exclusivamente lo dicho, justo porque de la his- toria de nuestra idea del mundo es parte esencialisima, como dije antes, la inclusién de la causalidad material en la eficiente, y la lucha contra 1a causalidad de las formas entendidas a la manera de Anstiteles y Santo Tomis y contra las causas finales, en favor de las robs causlidads eficente formal, entendda ésta de ola maner, como veremos en el curso de estas lecciones, Pero Santo Toms se apropié 1a filosoffa aristotélica de las causas, haciéndose las ideas de que los setes no puramente espirituales, incluso los humanes, son compuestos de una materia individuada y una forma especifica, mien- tras que los seres pusamente espirituales, incluso Dios, son formas puras, de las que las de los dngeles son a la vez especificas e indivi dual —Io que quiere decit lo siguiente: la forma de la mesa, la 'ta- Dularidad”, “informa” la pluralidad incontable de las mesas indivi- uales; 1a’ forma del hombre, Ja “homanidad”, la “animalidad macional” “informa” la pluralidad incontable de tos individuos hnu- manos; pero la forma que es el arcingel San Gabriel, 1a que os el arcingel San Rafael y la que ¢s el arcangel San Miguel, o la “gabrie- lidad”, la “rafaelidad” y la “micaelidad”” son, respectivamente, el solo arcéngel San Gabriel, el solo arcéngel San Rafael, y el solo ar- céngel San Miguel: no hay una pluralidad de arcingeles gabriles, ni ‘otra de arcdngeles rafacles, ni una tercera de arcangeles migueles, come hay una de animales racionales y otra de muebles tabulares. —La misma filosofia sirve a Santo Tomés para “ideat” filosdficamen te la relacién entre Dios creador y las criaturas todas: de todas elas, incluso de la materia de todas ellas, ¢s Dios la causa eficiente, final y formal, Ksta Gltima idea es también fundamental para en- tender por contmste un tramo iguilmente fandsmental de la his- toria de nuestra idea del mundo, por Jo que voy a ilustrarla citando el cuerpo del Articulo tercero de Ia Cuestién XLIV de la Primera Parte de la Suma, que ilustrari asimismo algunas cosis mis de las dichas con enterioridad inmediata: Observemos que para la produccién de una cosa es necesario tun modelo, a fin de dar al efecto una forma determinads. Un artista da a la niateria una forma detenminada por el tipo 0 mo- delo a que se propone confarmarla.., También lo que se produce DE LA EXISTENCIA DE DIOS a naturalmente recibe una forma determinada, y esta determinacién de forma debe necesariamente attibuirse como a su primer prin- cipio a la sabidarla diving, que es quien ieé el orden del univer: so, el cual consiste en la distincién de los seres. Por ésto es preciso reconocer que en la divina sabidurfa estén las razones de todas Tas cosas, alas que hemos lamado ideas, esto 5, forinas ejemplares existentes en la mente divina, Estas formas, aunque se consideran iltiples respecto de los seies, no son en realidad otra cosa que la esencia divina, en cuanto su semejanza puede ser diversumente paticipada por lon diverse tees. Ast, pues, Dios mismo lpr. tera causa ejemplar de todas kas coms. O sea, Ja esencia divina ¢s una forma ejemplar o modelo de la que “participan’, asemejindose més o menos a ella con las respec: tivas formas, todos los seres creados. Y también: Ia esencia divina la razén creadota de Ia realidad de todos los seres, haciéndolos participar en ella. Tendremos que recordar estas férmulas en lec- cién ulterior del curso, EI primer empleo de tal filosofin es, sin embargo, cl catrafiado ‘en las pruebas de la existencia de Dios. Sinto ‘Tomés empieza, en el Articulo primero de la Cues a rechazar la prueba Tiamada desde Kant “ontolégica”, pero nee por primera vez por San Anselmo. Consiste en reconocer que la idea misma de Dios implica la existencia de ste, so pena de contradic. ci6n, 0 que la inexistencia de Dios es un absurdo imposible: pues la idea'de Dios es Ia dl ser mayor, e5 dect, mis perfect, ideabe, y ‘un Dios existente ¢s mas perfecto que un Dios Inexistente, Lo que eqnivale a identificar esencia y existencia en Dios. Santo ‘Tomés rechaza la prueba, no porque no esté de acuerdo con tal idea de Dios, sino porque, como prueba, requiere precizamente esta idea, y a ‘sta idea se Mega tinicamente por medio de las otras pruebas, que parten de lo dado sonsiblemente, scgin dl, a saber: €l movimiento y el cambio de las cosas sensible el orden causal de ellas, que son causas 0 efectos las unas de las otras, su generacion y corrupeidn, o nacimiento y mueite o destrucci © Ia posibilidad no contradictoria de que no enstan, a diferencia, precisamente, de Jo que reconocia la prueba ontoldgica: que no exista cualquiera de nosottos. por ejemplo, es perfectamente conce- bible sin contradiceién; el orden gradual de ellas, qne son mis © menos buenas, 0 verda- deras, 0 bellas; y la conseeucién de fines por los seres naturales carcntes del cono- cimiento de ellos por carentes de conocimiento en general, 4" LA SUMA THOLOCICA Segin Santo ‘Tomés, tales datos sensibles. requieren, respectiva- mente, un primer motor, una. primera casa, un sér necesario, un superlativo de bondad, verdad, belleza, y un sér_inteligente que hhaga conseguir sus finies a los sexes que no pueden conseguitlos por su propio conccimiento de eles. Y todo esto & un mismo sét, Dios. Respecto de la esencia de éste, me limitaré a sefalar el atsibuto de su infinitud, porque la infinitud divina es la contrapartida de la finitud del resto entero de lo existente, en Ia idea medieval del man- 0: en esta idea ¢ dl mundo natural, finito en el espacio, en enanto limitado por el primer ciclo, y en el tiempo, en cuanto creado: no hay més que un infinito, propia y plenamente tal, Dios, que lo ¢s por ser una forma, la de la existencia misma, no limitada por nin- guna materia —y como en Dios se identifican 1a existencia y la exen- Gia, una infinitud de éta, de esencia, es, a una, la divina. En cuanto a la cxeacién, conviene dejar consignado, a fines ulte- riores, que el mundo podria scr etemo, 0 no haber tenido principio en cl tiempo, sin dejar de ser creado —si se entiende la creacién dcbidamente: como un existir Ia criatura en cttnto puro efecto de 1h causalidad divina, es decir, que siendo efecto desde siempre de esta causalidad eterna, puede dejar de existir en cualquier mo- mento, en el momento mismo en que Dios dejara de cansarlo. La creacién del mundo en y con el tiempo, no es idea demostrable filosdficamente, pero sf verdad de fe revelada en la Sagrada Escri- tur. (11/7/66) ‘Ahora debemos yolver la atencién a la primera Cuestidn de toda ‘Suma, que viene a ser Ja conciencia de si como “doctrina” 0 jencia”, o la exphinacién de la idea que de su propia obra tenia Santo Tomé. Deslara te que “es necesatio invstigar primero respecte de Ma doctrina sagrada —que vimos era el objeto de la obra—, cual sea y 4 qué se extienda” y que “acerca de esto hay que inquitir diez co- sas’. Pero de las diez nos bastarin a nosotros menos de la mitad (hs que son asunto de los primeros Articulos y de Jos Articulos quinto y séptimo. i El epigrafe del primero dice: “Si es necesario que haya, ademis de las disciplinas filoséficas, otra doctrina”. Y la sustancia del cuer- po del Articulo, la efectiva necesidad, “ailemds de las disciphnas filoséficas, que se investigan por la raz6n humana”, de “una doctr- na segtin la revelacién divina”, “para la salvacién del hombre”, por que &te esti odenado por Dios a un fin que excede la comprentin de su razén y porque los hombres necesitan que la revelacién divina Jos instruya en todo aquello que puede inyestigar de Dios la razén DIOS COMO OB}ETO DE LA CIENCIA 6 humana en principio, pero de hecho solamente la de pocos hombres copaces de tal investigacién, El epigrafe del Articulo segundo pregunta “Si la doctyina sagra- da [uma] ciencia”. La respuesta es afirmativa, pero distinguiendo las ciencias “que proceden de prineipios conocides con la luz natt- ral del enteudimiento” y las “(ue proceden de principios conocidos con la luz de ana ciencia superior, la de Dios y los bienaventurados”. El epigrafe del Articulo quinto pregunta “Si la doctrina sagrada cs de dighidad superior a las otras ciencias”, Y la respuesta es tam- bién afirmativa: Porque “de las ciencias especulativas se dice una de dignidad superior a otra, ya por la certidumbre, ya por la digni dad de la matera’, y la ccrtilumbre dc Gta ex ia inblible de la ciencia divina, y no'la falible de la razén humana; y sw materia tas: ciende en altura Ia razén humana, mientras que la de las demis cieneias esti sometida a esta mzin, Y “de las ciencias pricticas cs dde dignidad superior la que no se ordena a un fin ultetior, y tnica mnente la doctrina sagrada ¢s la ciencia del fin fltimo”. Por ailtimo, el epigrate del Articulo séptimo pregunta “Si ¢s Dios 1 objeto de esta ciencia”, pregunta cuyo sentido no precisa bien sin la objecion de que trata de muchas mais cosas que de Dios, como Jas eriaturas y la moral humana. Pero esta objeciin queda desatada ccon la respuesta misma: que “en Ta doctrina sagrada se tratan todas Tas cosas en razén de Dios, 0 porque son el mismo Dios, 0 porque dicen relacién a Dios, como a su principio y su fin” Trodo lo enal significa que de la idea del mundo a que da expre- sidn la Suma de Santo ‘Tomés, es parte capitalisima Ia idea —refle ja de esta misma idea del mundo: la idea de une ciencia de todas Jas cosas unificadas en y por Dios, y ciencia cuyos primeros princi- pios o principio, sin més, pucs Ia expresion “primeros principios” 3, en rigor, redundante— son los de la ciencia misma que Dios tiene, que Dios ¢s, revelados por El mismo, al revelarse El mismo, a los Hombres. quizd decinse que la diferencia més radical entre tal idea del mundo y la nuestra, sea la diferencia que hay entre |i idea de tal ciencia y nuestra idea de la ciencia. Pero (nos) urge pasar ya de la obra misma a su circunstancis ex- phicativa. (26/6/66.) sta citeunstancia se encuentra en la obra misma, pues que é&ta versa sobre su propia circunstancia: Ja humana social, en la Segunda Parte; Ja natural, incluyendo la humana en cuanto natural, en la Pri mera Parte én lay cuestiones referentes a los cuexpos y al hombre; la sobrenatural, en la misma Primera Parte, en las cuestiones re- fe1entes a Dios uno y trino ya los Angeles, y en la ‘Tercera Parte. 46 LA SUMA TEOLOGICA En la obra se encuentra incluso mas de su circunstancia: de lo hist6rico de la social, no s6lo lo que acerca de las leyes del Antiguo y del Nuevo Testamento se encuentra en la Segunda Par- te, y lo que acerca de la vida del Salvador en la Tercera, sino tam- Dién las autoridades aducidas en los pasajes de los articulos inicia- dos con el “‘videtur quod” y el “sed contra”, sobre los que he de volver pronto; yrhasta el sujeto mismo, Santo Tomis en cuanto tedlogo y ri: gios0, se encuentra subsumido en lo que dice de la Doctrina Sagrada Y del estado religioso —en general, cuando el filésofo trata de la Filosofia, 0 el tedlogo de la Teologia, o cualquier cientifica de su ‘ciencia, trata de si: y lo que dice puede ser en buena parte, y hasta exclasivamente, confesion personal més 0 menos disimulada, hasta para él mismo, bajo el expresarse “en términos generales”. Pero lo que de la circunstancia de la obra se encuentra en ella, necesitamos completarlo con lo que sélo se encuentra fuera de ella, ‘en los dominios de los saberes pertinentes, En la obra toda de Sento Tomis es la Suma Teolégica la obra final de su vida, obra que quedé inconclusa, bien que muy cerea de Ja conclusién, por la muerte del Santo, segin ya apunté, A la obra se le dio la conclusién que le faltaba con cl Suplemento de Reginal do de Pitemo, discipulo y como secretario del Santo, Del resto de la obra de éte, merece ponerse la Suma Teol6gica en la relacion con la Suma contra fos Gentiles que da expresién a una “circunstan- ia” a la que no hemos encontrado se la diesen ni la catedral ni la Suma Teolégica: el ser la Cristiandad medieval una colectividad limi- tada por el mundo humano no cristiano, del que judios y masulma- nes la tenfan més o menos amenazada o combatida, desde dentro de ella misma 0 desde sus fronteras, no sin que ella reaccionase mis ‘0 menos victoriosamente, desde Ia Reconquista espafiola y las Cru. zadas hasta la kacha contra los turvos ya en plena Edad Modema, y Jas persecuciones de los judios. En relacién con la circunstancia mis inmediata, lhay que tener en cuenta el destino didéctico de la Suma, oriundo de la ensefianza practicada por Santo Tomas —como suelen ser origen y destino de Hes obras do profess eee funcién de Ia enseflan- za universitaria dias del Santo, pueden comprendense partic fecidades de la Suma como la articulation de ls Arcnles. Y. ini camente tomando en considericién esta funcién docente de la ‘obra, puede acabar de comprenderse la idea del mundo a que da ex- presi6n. Como la catedral, la Suma no da expresién a una idea del mundo solamente por lo que hay en ella de representativo, ésto es, de expresién yerbal de ideas de los respectivos objetos, sino también LA CIRGUNSTANCIA HISTORICA DE LA SUMA a por la insercién funcional de ella en su circunstancia, Como la cate- ral ¢¢ un edificio para practicar el culto de la religion de una co- munidad que tiene una cierta idea del mundo, la Suma es un libro para estudiar la ciencia de la misma comunidad. Las coincidencias y diferencias entre la expresin dada a la mis- ma idea del mundo por la catedral y la Suma, pueden comprender- se ahora cabalmente. Pueden ser, Ya de temas: el inicial de Ia Creacién y el final de Cristo Juez figuran en ambas, pero en la catedral hay muchos temas mariancs que no figuan en la Suma, y en ésta muchos filoséficos ausentes por completo en la catedra ya de orden: aun los que lo tienen riguroso, no pueden tenerlo exactamente igual en el espacial y plistico de la catedial y en el dliscursivo y temporal de la Suma; ya de fndole de la expresion: la plistica de la catedral requiere representaciones concretas, individuales, como las figuras estatuarias © pictéricas de personajes o los grupos escultdricos o pictoricos de cescenas; la expresin verbalconceptual de la Suma permite la de ideas generales, esencias y formas abstractas y propende a ella. No ¢s, ni puede ser, lo mismo la idea o el concepto de un objeto que ura ‘del mismo, ni tampoco una imagen plistica y una imagen literaria de él, ni siquiera cuando es un objeto sensible, La Suma tiene con su circunstancia una relacién también histé- rica —o la circunstancia de la Suma es una circunstancia histérica: Ja misma que la de la catedral, incluso en aquello que puede lamar- se las fuentes de una y otra. Ya vimos qué variado repertorio de fuentes literati, Lato sensu, inspird o aleccioné a los imagineros de Ia catedral. Curioso, aunque si bien se considera, natural, ¢s que muchas de ellas sean las mis- sas que muchas de’as fuentes de la Sume que son parte de lo que puede Tlamarse su genealogia. ‘Como ya indiqué en leccién anterior, la Suma Teoldgica de Santo ‘Tomds no es la {nica “Suma” existente hace poco me referia a la ‘otra Suma del santo, la Contra los Gentiles. Estas Sumas no son mis que obras individuales de un género de la literatura diddctica que ctienta con otros muchos individuos y fue formindose a lo largo de una historia dilatada y compleja, como que sus origenes se remon- tan a hi primitiva catequesis cristiana y a la Patristica. Mas inime- dliatos antecedentes son los géneros de obras enciclopédicas del sa- ber medieval que son antecedentes en particular de Ja idea de la ciencia que encontramos entraitada en la Suma: de los cuales el indi- viluo més digno de mencién, por lo muy difundido y utilizado en su tiempo, también por los constnuctores de la catedral de Char- 48 LA SUMA TEOLOGICA tres, es el triple Speculum de Vicente de Beauvais: naturale, que procede del Creador y la creacié de la materia prima y de los én eles a los siete dias del Génesis, al estado primitivo del hombre, la ropagacién de éste y sus razas, sus habitaciones o una geografia, y tuna cronologia por generaciones; doctrinele, que partiendo de la caida (del hombce) y Ia restanracién por Ia filosofia, después de wma Propedéutica de Gramatica, Retérica y Poética, expone una Filoso fia prictica, dividida en Btica, Econémica, Politica, Mecinica y Media, nn Filsotiatetcay Gidea ts Psiay Manor ce, Metafisica, Teologia fabulosa y ‘Teologia verdadera; y finalmente, hhistoriale, que desarrolla lo que anuncia su titulo. ‘A hacet justicia a Jo que acerca de los temas de los Articulos de la Suma habia encontrado Santo Tomés en su extensa ervdicién de tales fuentes, se endereza la articulacin que empieza por presen- tar las principales razones y autoridades contrarias acerca de cada tema, y acaba por despejar las contrarias 2 ta tesis sostenida por el autor La historia de ta Suma desde Ia inuerte de su autor es una parte de la historia universil de Ia Filosofia, y atin ddl pensamiento en general, de la que ya no puedo sino indicar sumarisimamente Tos grandes momentos: cl dela luck en pro y en contra de la obra y pensamiento teolo- fer flestico de Santo Toms, hasta el econocimiento le ella como fuente de la primera de las grandes escuelas escolisticas: tomista, escotista, suarista, hilsta, el de su compartir la declinacién de la escolistica y filosofia me- dieval en general, y avin de Ta religidn, en los tiempos modemos, hasta el infimo extremo de Is época de Ta Tustracién, después la restauracién de religiin y escolistica y filosofia medie- val toda desde el Romanticismo hasta nuestrot dias, en la trayectoria de la cual es momento culminante para la supervivencia historica de Santo ‘Tomés la recomendacién pontifical de su teologia y filosotia como la bisica de las excuclas catdlicas, y la cstimacién de la Suina Teolégica como la obra, no sélo final, sino definitiva y maestra de su autor, todo lo cual aporta la justificacién retrospectiva de la eleccién hecha de ella como uno de los tres principales euerpos de expresio- nies de la idea medieval del mundo. Pero antes de finalizar esta leccién, me es menester decir atin, Jo més concisamente posible, algo que he dejado justo para el final a fin de que Io retengan ustedes debidamente. Usa li Suma (de) un tiple método: Js Cnestiones sobre la existencia y Ia esencia de Dios ano, se di LA RAZON Y LA FE. 9 lucidan con el método paramente racional de la ‘Teologia filosofica ttadicional; nine pero desile que la Suma pasa a las cuestiones sobre la ‘Trinidad, Ja razén no puede hacer mis que dilucidar la tevelacién; y en las Cuestiones de Is Primera Parte sobre las Criaturas y en Jas de la Segunda Parte, es abundantisima la experiencia psicoldgica, moral, social, humana én general, directa © indirecta, que nutre los cuerpos de sus articulos. Pues bien, la anteposicidn de lay Cucstiones sobre Dios uno a Jas Cuestiones sobre la Trinidad con los respectivos metodos, tiene el siguiente significado histérico: Ia filosofia escolistica habia empezado por el agustinianoansel- miano credo ut intelligam, creo para entender —lo creido, por me dio de la dilucidacién racional; i la Suma de Santo ‘Tomas empieza por un intelligo ut exedant, en- tiendo para creer: la demostracién prramente racional de la existen: «ia de Dios « uno de los praeambula fidei, de los presmbulos de la fc —en lo que sélo puede eonocerse por medio de la fe en la revela- ion, como la Trinidad. ‘Anteponicndo asi la razdn a la fe, ¢s Santo Tomds un adelantado el racionalismo moderno. (27/6/66.) Leccion 4 LA IDEA MEDIEVAL DEL MUNDO. SEGUN LA DIVINA COMEDIA La wea del mundo de que encontrames la expresiin en la Divina Comedia parece poderse caracterizar por ciestas notas La primera que se ofvece ya, 1a noticia mds superficial de la obra, cs la de ser una idea del mundo puramente escatolégica, puesto que la obra es exclusivamente la narracion. poética, épica, de un le pore Tfiro, el Purgatorio y el Pra. _ Pero éstos estin presentados de tal forma, y de tal forma condi- cionan el viaje mismo con todas sus peripecias, que hacen resaltar Ja segunda nota, incluso por encima de la primers para quien se adentra por la obra siguiendo a los viajeros: la idea del triple mundo del més alld es muy puntual y fundamentalmente topoldgica. Una tercera nots ¢ la de ser una idea del mundo que va presen ee as [ee diddctica, al ix creciendo esta in- le del ‘ma, del “Infierno”, que ay sal “t io”, de éste at "Parato", Sk A ATES, Una cuarta nota es la de ser una idea del mundo muy personal- mente histériea, en el sentido que expondré. os a Y no solamente como consecuencia de esta nota, ni siquiera de las cuatro anteriores, sino como nota mis sustante o por si, la quin- ta y iiltima es la de ser una idea del mundo en conjunto sumamente persenal. En tales notas se interfieren las diferencias notables entre esta idea da’ mundo y aquellas de que encontramos la expresién en la catedral yen la Suma, 0 mds exactamente, entre las tres expresiones dadas a una misma idea del mundo por las tres obras que venimos considerando, Aunque lo escatolégico de la idea del mundo de la Divina Come- dia sca la primera caracteristica de ella que se oftece, lo topoldgico de tal escatologia resulta tan fundamental, como ya apunté, que también resulta indispensable empezar por ello, Ello es, asimismo, un diferencia fundamental entre la Comedia y la Suma y la cate- ral. En esta tiltima esté localizado materialmente en escalturas y vitrales lo representado por ellos; pero las relaciones de localizacién entre ellos mismos no son relaciones de localizacién propia de lo tepresentado en ellos. Y a la indole doctrinal, genérica y abstracta, (50) LA MATERIALIDAD DEL MUNDO 5 de la Suma, le cs indiferente la localizacién incluso de Jos cuerpos integrantes de la cosmologfa aristotélico-tolemaica que entraia, Por otra parte, en la Sumg, aunque las cuestiones sobre Dios y la ‘Trinidad y los angeles en parte las del Salvador y ain alguna otra versan sobre (los seres) el mundo sobrenatural, el més. alli como tal, © propiamente las postrimerias, son sélo tema de las éltimas cuestiones del Suplemento; y ya vimos la minima representacién del Inficrno y pricticamente nula del Purgatorio en la catedral de Char- tues, Si no fuese, pues, por la Divina Comedia, la idea medieval del mundo, sacada solamente de la catedraly la Sums, no contendiia la imagen plistica, voluminosa y detallada de los lugares de ultia- tumba —Cielo, Infierno, Purgatorio y Limbo— que sin duda conte- nia la mente de sus sujetos, no sélo los constructores de la catedral y los autores de la Suma y del poema, sino de sus coetineos cristia- nos —y hasta mas que éstos. Enciina, el Infierno, el Purgatorio y el Paraiso de la Divina Co- media son, no s6lo tan materiales, tan corpérecs, sino incluso tan de este mundo fisico, que hace més que problemético lo escatolé- gico 0 To més alld de ellos: en efecto, el Infiemo ¢3 una ingente sima abierta en esta nuestra Tiesta; el Purgatorio, el més alto de los montes de esta misma Tierra, muchisimo mas que el mis alto co- nocidlo por nosotros, y por ende escaipadisimo; y el Paraiso, la serie concéntrica de las esieras celestes de la misma cosmologia aristoté Jica-tolemaica entrafiada en la Suma, bien que con una superpost cién que ¢3 la unica excepcién a lo dicho de la matecialidad ¢, “in- manencia” de las tres postrimerias. Si no fuese, pues, también por |i Diving Comedia, la imagen medieval del mundo, sacada solamen- te de la catedral, y la Suma, tampoco tendrfa la materialidad ffsica, gue sin duda tenia en la mente de sus sujetos. Resumamos —lo \inico posible aqui y ahora—, resumamos, pues, la imagen que de cellos nos ofrece € impone la Divina Comedi La ingente sima del Infierno tiene una forma que puede regula- rizarse como la de un cono invertido, con la base en la superficie de |i Tierra, en un hemisferio de tierra, en tomo de un centro ocupado por Jerusalén, y con uma entrada situada al occidente de éste; y con el vértice en el centro mismo de la Tierra, EI monte del Purgatorio se alza exactamente en los antipodas de Jerusalén, en el centro de un hemisferio de agua. Del fondo del Infierno y centio de la Tierra hay un conducto que «lesemboca en las playss de la isla donde se alza el Purgatorio. El Parato esta formado por los neve cielos concéntrices de la Luna, Mercurio, Vents, el Sol, Marte, Jupiter, Saturno, de las estre 82 LA DIVINA COMEDIA lias fijas y el crstalino que es el primer mévil, més alld del cual esté Ja excepcidn antes mentada.., EI Infiero tiene una forma regularizable como Ja de una interna éspiral descendente, adosada a sus limites terriqueos y abierta por el lado opuesto, hacia el fondo, El Purgatorio tiene wma forma inversa, pero no simétricamente rigurosa; més bien que la de una externa espinal ascendente, la de una serie de nueve como rellanas, tallados en las escarpadas laderas del monte, abiertos, por el lado opuesto, al abismo del aire y en el fondo al suelo de 1a isla y el mar, comunicados entse si por mampas © escaleras estrechas y abruptas, aunque cada vez menos, que los Viajeros recorren volteando a la derecha, ‘La espira infernal hace stueve circulos, por ios que Tos viajeros des- sicaden yolteando hacia la izquictda, pero el séptimo es triple, el octavo décuplo y el noveno triple en tomo al centro y fondo de la sima toda, Alojados estén, respectivamente, e el circulo primero, et Limbo de los Justos; «en cl segundo al sexto, los condenados por los pecados de Ia Iuju- tia, la gula, la avaricia y'prodigalidad, Ta ira y la het en el triple séptimo, los condenados por la violencia, contra el prdjimo, contra si mismos —los suicidas éontem Dios y la naturaleea; en Tos diez, “valles”, “fosas” 0 “holsas” del octavo, los rufianes, aduladores, simoniacos, hechiceros, prevaricadores, hipéctitas, lndro- ores, cizaiieros y falsificadores;, y por iiltimo, en las vuelias y a1 centro del noveno, Tos traidores, a sus familiaces, a sn pals, a sus huéspedes y a sus seftores: estes dlti- anos son Lucifer y los que penden de una de sus tres bocas cada uno, Judas de la del medio y Bruto y Casio de las laterales. ‘Tal “descendencia” de pecados no corresponde a Ja tabla de con- travalores de la Iglesia —soberbia, avaricia, Injuria, gula, ir, envidia, acidia—, sino a la de Dante, para quien el pecado carnal de Francesca y Paolo es sin duda muchisimo menos grave que el de la traicién, ‘en general, y a su scior, en particular —valoracién, o contravalora- ién, esta tiltima, muy propia del final partidario de (los) Empera- dores y enemigos de (los) Papas, como muy propia de un amoroso y poeta aquella indulgencia. Asi como a los circulos mis propiamente infemales de los con- denados precedia el del Limbo de les Justos, a los rellanos del Pur- gatorio, mis propiamente dicho anteceden un par de ellos de los que én cl inferior estin alojados los excomulgades y en el superior tos arrepentidos.tarciamente. Pasadas Tas puertas del Purgatorio mas propiamente dicho, se purgan, en los restantes siete rellanos, de abajo a arriba, los pecados TOPOGRAFIA ¥ ESCATOLOGIA 3 de la soberbia, cnvidia, ira, pereza, avaticia y prodigalidad, gala y lujuria; un orden de mayor a menor giavedad, pero que no corres: ponde rigurosimente nial de Ja Iglesia, ni siquiera al del Inficino dl propio Dante. 1 monte del Fugtoio tene por cima la me seta del Paraiso. Terrenal. En_cuanto a Jos cielos son las sedes, respectivamente, el de la Luna, de los que no cumplicron sus votos; el de Mercurio, de los hazafiosos; el de Venus, naturalmente de los amadores; €l del Sol, de los doctores en el sentido de la Iglesia e intelectnales, que decimos hoy; el de Marte, otra yez naturalmente, de los guerreros; cl de fipiter, de los justos; €l de Saturno, de los contemplatives; y-elde las estrellas fijas, de Jesils y Marfa en triuafo. 1 primer mévil no es sede alguna como los anteriores, sino que en dl tiene Dante Ia vision del “punto de que depende el ciclo y toda lz naturaleza” y de los coros angélicos que gitan en todos los ciclos; y mids allé del primer mévil esti Ia excepciGn dos veces anun- ciada: una rosa inmatenial de bienaventurades en torno de Dios, Pero go6mo?, ges que los habitantes de los cielos inferiores no son bienaventurados? Sin dua, pero no como éstos del “Fmpireo”: los santificados 0 canonizados por la Iglesia hasta la fecha de estos can- tos de la Divina Comedia. La anterior topografia habri confirmado lo anticipado acerca de lo problemitico de lo escatolégico del mundo de la Divina Come: dia, Pero esta problematicidad resultaré confirmada atin por otras particularidades, en las que entraremos pasando al viaje anisimo. Dante lo emprende en las famosas circumstancias: “en la mitad del camino de nuestia vida", los 35 afios, segin cl} propio Dante en su Convivio; “en la dulce estacién” del atio; “leno de sueiio”, “perdié la via recta”, “abandoné la via verda- dera”, “encontrindose” en una “selva salvaje”, durante toda una noche hasta el amanecer, en que silié a wna playa solitaria y ascen- dente, donde le salen al encuentro sucesivamente una pantera, Jeon y una lobe, ret:ocediendo ante la cual se le presenta Virgil que, después de anunciarle el viaje en el que va a ser su gua, a peti n de Lucfa, enviala por Beatriz, le conduce por un “camino 4s (0 y hondo” hasta la puerta del Tnfierno. Todas estas circunstancias son. simbélicas —como es lo propio de Ia iniciacion de um viaje a un mds alli de almas separadas de sus ccuerpos y espiritus que nunca los tuvieron; pero el viaje es el de un Ea LA DIVINA COMEDIA hombre con su cuerpo y a lugares tan compcreos como quedé expues- to. Lo que va a ser onigen de toda una serie de patticularidades entrafiantes de un problema del que el poeta acabari por ser cons- ciente hasta el punto de darle un solucién express. Dante desciende por el Infierno y asciende por el Purgatorio y hasta por los cielos con su. cuerpo natural, material. Mientras des- ciende por las tenebrosidades infernales no pueden reconocerlo los condensdos como lo reconocen repetidamente con estupor las éni- ‘mas del Purgatorio a Ins Iuces que alumbran éte: por la sombra que su cuerpo proyecta. Pero una de las animas que purgan el pecado de la envidia con Ios pérpados cosidos, reconoce lo mismo, poryue se da cuenta de que Dante “habla respirando” —ya antes otras se hhabian percatado con pasmo de su respirar. Lo que quiere decir que Ja corporeidad de Dante no necesitaba’ ser reconocida por la sola vista —y por ende podia haberlo sido en el Infiemo mismo; y asi habia sido, en. efecto: 4l barquero Flegias que debe conducir a Dante y Virgilio a través de la laguna Estigiz, se da cuenta de que la barca no pateci6 car- gada hasta que recibi6 el peso de Dante, y de que trazaba en dl agua una estela més honda de la que solia to que habia sido ya anticipado por el barquero Caronte, que los habia hecho erucar Agueronte; 1 centauro Quitin observa que Dante mueve cuanto toca com Ios pies, To que los de Tes muertos no hacen; y cuando va a pisar el Iago helado donde estin sumidos Tos trai- dores a sus familiares, oye advertirle: “Mira cémo andes; haz por no pisar con los pies las cabezas de los miseros lacerados hermanos” que estin més cerca; pero a pesar de la advertencia, da un punta piéa una de aquellas “cabezas”, cayo duefio se le queja. ... Pero fuera de estos casos, en el Infiemo ¢s Virgilio quien da 2 conocer a Dante, y la alta rain de ser del viaje de ambos, a quienes se oponen a él oa quienes simplemente sienten euriosidad 0 deben. ser informados —en todos los casos, con igual resultado de estupor. En el Paraiso ya no se repite nada de todo ello. La corporcidad y vida de Dante, que “antes de tiempo” “sin har ber mucrto anda por el reino de los muertos”, como le dice Flegias, contrasta con las puras almas o espiritus que son los guias de Dante y cuantos ellos y éte van encontrando por Infiemo, Purgatorio y Paraiso, Porque a Dante no le gufan solamente, primero Virgilio, por In- fiemo y Purgatorio, y después Beatriz, por e! Parafso, como ¢s sabido de todo el mundo; sino que, aparte las almas individuales, los gra- pos de almas que les seftalan més de ona vez el camino, hay unat CUERPOS Y SOMBRAS 8 almas que s¢ destacan por la direccién que les prestan 0 la compa- fifa con que los dirigen: al salir a la isla del Purgatorio, Caton de Utica; desde que dejan 2 los arrepentidos tardiamente hasta la proxi- midad de la puerta del Purgatorio propiamente tal, Sordello; desde cl rellano de los avaros y lor prédigos hasta la meseta del Paraiso Terrenal, Estacio; por la misma meseta, donde desaparece Virgilio, pevo desde antes de esta desaparicién, Matilde hasta que aparece Beatriz; y cuando éta, en el Empfreo, desaparece para ir a ocupar su trono, San Bernardo, que dirige a Dante hacia Ia Virgen Maria ya la vision de Dios mismo, Naturalnente, también la elecciGn de cada uno de ests galas tenes intencén, aunque no sea tan divulgadas como la de Virgilio, Las ms obvias son la de Estacio, el segundo gran épico latino para los medievales, y que, cristiano para Dante, ¢s un vinculo entre éste mismo y Virgilio, quien. si pagan, vaticind la venida de Cristo, vaticinio que fue decisivamente teve- lador para Estacio y motivante de su conversién; y la de San Ber- nardo, el relevante devoto de Maria. Pero Catén, el prototipo de la virtud estoica para antiguos y medievales, bien podia ser el primer guia en la isla del Purgatorio; el trovador Sordello, paisano de Virgi- Tio, por esto y por detalles de su vida —vivir expatriado— y obra —un discurso a los principes de Europa, el segundo; y Matilde, amiga y acompanante de Beatriz, el cuarto —el tercero habia sido Estacio, Virgilio no podia set un guia tan competente, como en ¢l Infierno, adonde ya habia descendido, en el Purgatoio, donde nunca habia estado. Pues bien, en contraste con Dante, Virgilio no proyecta sombra, y cuando Dante le dice el nombre de Virgilio a Estacio, y éste © inclina para abrazar las rodillas de Virgilio, éste le advierte: “Her. mano, ao Jo hagas, que eres una sombra y una sombra ves”. Pero lo notable es el intento mismo: porque viene a corroborar lo que pasa con las almas y espiritus todos, del Infiemo al Paraiso. Son, repito, almas separadas de sus cuerpos y espiritus que maca los tuvieron, pero. Desde que relata e! recorrido por los primeros circulos del Infier- no, las denomina Dante, siguiendo la tradicién tan antigua, sombras y fantasmas, pero que “parecian cuerpos humanos”, y que, en efecto, tienen Jas misinas formas, toman las mismas posturas y hasta ejercen las mismas actividades que éstos. Un ejemplo singularmente ‘lus. trativo: antes de las puertas entre los arepentidos tardfamente del Purgatorio, propiamente tal, “no... estaba sentado y abrazaba las rodillas, teniendo la cara baja y metida entre ellas". O recuérdese el puntapié dado a la cabeza de uno de los sumergidos en la laguna helada, 56 LA DIVINA COMEDIA No voy ni siquiera a hacer Ja lista de Jos diferentes tormentos de los distintos grupos de condenados en los circulos infernales, ni ee las diversas peat de los ditintos grupos que se purfcan en Purgatorio, pero sf a lamar Ta atencién sobre lo material de los tor. meatos en general, y aun de las. penas: como la mayor 0 menor inclinacién de, las almas de les soberbios segtin el peso de las peiias ‘que cargan y los humillan. Pero hay detalles mis sutiles cuando ef alma de su amigo Casella sale de entre las de los exco- mulgados para abrazarle, y Dante va a corresponderle, Ie pasa a éte Jo que le hace exclamar: “{Oh, sombras vanas, fucra de la apariencia!” Porque tres voces quizo abrazaila, en vano. Pero cuando la sombra le dice con vor suave que se detenga, Dante reconoce al amigo —como por la. voz de su alma también reconoce a otro amigo, Torese, de quien dice que no lo hubiera reconocido por el rostro, es decir, et del alm— como ya habia dicho a un tropel de contumaces que no reconocia las desfiguradas facciones de ninguno de ellos. Pero para facciones desfiguradas, las demacradas de Tas flacas almas de los que con el ayuno pargan la gula, uno de ellos Torese, sorprendiendo a Dante hasta hacerle preguntar a Virgilio: “yCémo se puede haverse flaco alli donde no hay necesidad de nutvire?” Y aqui es ya donde el poeta da al problema que todo esto entrafia solucién expresa por boca de Estacio: La vittud formativa —e! alma— icradia en torno, tal como cuan: do vive ex Ios micmbros; y como el aire, cuando est muy nebulo- 4, por al rayo ajeno —xkl sol— que ea él se reflei, de divetso color se muestra ornadl, asi ol sire vecino toma la fouma que Te imprime, victualmentc, el alma que se detuo aguf; y semejante {des}pués a ta lama que sigue al fuego dondequicra se trashida, sigue al eopiritu su forma nueva. Y porque a esto debe su aparicn: Gi, ala Hem vom y as gana (des]pues cada sentido, hasta Ja vista. De aguf que hablemos y de aqui que riamos, de aqui que Jancemos las lagrimas y les suspitos que por el monte halxéis sn: tide, Segim que nos afecten los deseos y Tos demis afectos, la sombsa toma sus formas; “y éta es la razin de lo que admires” Esta explicacién parece hecha para las dnimas del Purgatorio, y a lo sumo yaler retrospectivamente para las de Jos condenados en el Infierno; pero quizd es vilida tambien, al menos, parcialmente, para lus almas ¢ incluso los espiritus paradisiacos, Estas almas y espiritus se Ie presentan a Dante como Iuces en cuya luminosidad destellante ‘estan encerrados, de tal suerte que Dante no los descubre y reco- ‘hoct por si mismos, sino cuando se Jos dan o se dan a conocer. En EL TRIPLE MUNDO 2 cl cielo del Sol, Beatriz pide a las almas de los sabios que To habitan que Ie digan a Dante “si la luz de que se enflora vuestra sustancia permanecerd con vosotros etemamente tal como esti hora; y si permanece, decid como, después que sedis hechos visibles —por la resurreccién de los cuerpos— podrd ser que no os dati Ia vista”, Y ¢5 Salomén quien se encarga de responder: Asi como la carne gloricsa y santa sea revestida, nuestra ais git sei por ear completa; por lo que se aerexentard lo que vos da de [su} gratuita luz el sumo bien... y no podrd tamana lz listimarnos, porque los Grganos del cuerpo serén potentes para todo lo que pueda deleitarnos Peto asi como almas condenadas y alias pargadoras padecen tor mentos y penas de la materialidad sefialada, almas y espfritus pa- radisfacos se gozin en lo que puede lamarse sin irreverencia un ballet, puesto que el propio Dante emplea repetidamente en las escripciones de él ta palubra “danza". En general, estin girando sobre si mismos 0 alrededor de slgo 0 alguien, como cuando lo hacen mis de una ver alrededor de Beatriz y Dante; 0 bien bajun y suben © forman tna figura como la del dana del jovino cielo de les justos; sin que deje de haber los que podrian lamarse nimeros de quicnes se destacan no sélo para hablar, como San Pedro y Beatriz, San Pe- dro y Dante, San Pedro, Santiago y San Juan y hasta la Virgen y el Avedngel San Gabriel. Et propio Dante dice también los “juegos” y Ios “cantos” de mas de mil dngeles a los que sonric la Virgen. A los cantos, asimismo, porque “la fiesta del Parafso” o como la lama Sialomén al comienzo del discurso en. gne profiere las palabras antes Gitadss, s una fiesta consistent simultancamente en ednticos —-como a cn el Purgatorio habfan resonado con suma frecuencia cantos, en contraste declarado expresamente por el poeta, con log “lamentos feroces” del Infierno, Cantos, los de Purgatorio y Paraiso, biblicos y ce la liturgia de Ia Iglesia. A la relaciin explanada cn lo anterior, entre el triple mundo dal “relative” ands alldé y el mundo del mds acd, que podria lamarse relacion del “doble” de éste que es en tan grande medida aquél, no © reducen todas las relaciones entre ambos. La relacién entre ellos que establece insélitamente el paso de Dante vivo en su cuerpo del uno al otto, resulta fundamental —de otras que resultan anejas a fn viaje principalmente los concenados, tienen deseo de recuerdo y fama en este mundo y se los piden a Dante euando esté de vuelta cn ¢, © 1 poeta mismo se los ofrece; 58 LA DIVINA COMEDIA exclusiva, pero regularmente, los purgadores estén o entran en ‘elaciones de atxilio mutno con quienes en este mundo ruegan 0 pueden rogar por el acortamiento de su purgar o por su favor ‘euando suban por fin a los cielos; cen étos, le hacen a Dante el encargo o la recomendacién, més © menos imperativa de decit, de escribir, lo que ve o le dicen —va tits veces, de las que la més’ notable parece ser, la orden que le da Sin Pedro, para cuando haya vuelto abajo, de abrir alli la boce y no ocultar lo que él, San Pedto, no oculta, y es nada menos que la Teprobucién hecha, en discurso pronunciado con vor y semblante alterados, del Papado actual. En_ottos casos, sueltos, se trata, miy moderadamente, de dar noti- cias de los vivos a los muertos o viceversa. En otros, en fin, de predicciones, naturalmente, de los muertos acerca de 10s vivos. “Todo ello es parte de la peculiar presencia del mais acd en el mis alld y de éste en aquél en la idea del segundo, del mas alld, que tiene Dante, Peco esta doble ¢ inyersa relacién abarca ain mucho mas en ngor, abarca el poema entero y toda su circunstancia; y To que vengo haciendo es pormenorizindola ahora, que es tambian To que debo seguir haciendo. Pasando a la caracteristica diddctica del poema, El didactismo de este esta desde Iuego, en todo dl, en cuanto poe: ma sobre el nis alli, inspirado, animado, todo ¢1, por una intencion tan decente y edificante cuanto artistica 0 estética; pero esti mis particular y definitivamente en la ciencia diseminada por él, enten- diendo ‘‘ciencia” en el sentido en que la entendia Ia época, y hemos visto ya por la Suma: un saber unificado desde la teologia, pasando por la cosmologia, hasta Ja moral y religién prictica, En la Comedia no esti, naturalmente, organizado sistemiticometddicamente como en Ia Suma, sino, como he dicho, discminado; y en parte incluso en Jo que Dante va diciendo, recordando, directamente, de su viaje, en parte puesto apenas alguna vez en su propia boca real durante 1 viaje, pero muy frecuentemente en Ia boca peculiar de sus guias y de otros de aquellos con quienes se va encontrando —aungue &ta sla frecuencia ereciente que insinué al principio: el “Purgatorio” es mucho mis dialogistico y diseursivo diddeticamente que el ““Infier- no”, que apenas lo es nada; y en el “Paraiso” didlogos y discursos tienen por lo regular wna indole aporética y teorética, o de plantea: miento de problemas por Dante y resolucién de ellos por unos w otros de sus acompatiantes o interlocutores, y hasta en cierto tramo forma el diflogo un aite calequistico... Pero no tengo tiempo para analizarlo todo bajo los puntos de vista que daria para hacerlo lo ‘TIEMPO Y ASTRONOMIA, 9 que acabo de decir, y por ello voy a proceder mucho mas sumaria- mente, El viaje va siendo rigurosisimamente cronometzado, Esto es pa- tente sobre todo en el Purgatorio, de cuyos 33 cantos 19 contienen indicaciones de la hora, 12 al comienzo, y tres casi seguidos, los 15, 17 y 18 hasta indicaciones dobles. En el Infierno est puntualizada Ja ocasién inicial también cronolégicamente, como recordé antetior- meate, y no falta una indicacién tan precisa como la del canto 21, ‘ayer, cinco horas mds tarde que en este momento, se cumplieron nil doscieatos sesenta y seis altos desde que se rompid aqui el ca- ino” por el terremoto que tuvo lugar al momento de expirar Jestis en la cruz, Si en el Infierno, sin embargo, y cl Paraiso menos atin, xo son las inclicationes tan reiteradas y minuciosas como en el Pur gatorio, cabe conjeturar que se deba a que en el Infiemo no eran posibles las observaciones del cielo y la luz que en el Purgatorio, y a que en el Paraiso no se da cuenta Dante de sus pasos de unos cie- los a otros, por la ligereza del vuelo ascensional, sa absorcién en Io gue contempla y ain alguna otra causa. En todo caso, se puede concluir que fue en la noche del Jueves Santo del afto 1300 cuando Dante se extravid, y el Viernes Santo por la tarde cuando se le pre- senta Virgilio; un dia después, en la tarde del Sébado Santo llegan al fondo del Infierno y centro de la Tierra; “ln mayor parte de las yeinticuatro horas siguientes las pasan en gatear el conducto que csemboca en el Purgatorio, al que Megan al salir el Sol alli el Do- smingo de Resurrecci6n; la subida del Purgatorio les lleva tres dias y yes noches, siendo menos facil subir tal monte, que bajar con los propios pies; habiendo pasado seis horas en el Paraiso errenal, la ascensién por el celestial empieza al mediodia del Miércoles de Pas- cua, y el viaje se acaba el Jueves en la cima del Empireo, sin afisdir palabra sobre la vuelta a la Tierra, habiendo durado, en suma, una semana. Esta eronometiia no es interesante sdlo como cronologia el viaje, sino por ser, en unién con las observaciones y considera- ciones de geografia astronémica y astionomia que requiera, la. pri mera y mis patente manifestacion de la ciencia medieval de la naturaleza en el pocma, csencialimente el sistema astronémico tole- ‘naico ingerto en la concepcién aristotélica del movimiento de los cielos por obra del amor de las inteligencias que los anirman los es- Piritus que los habitan al Primer Motor. En la apropiacin de esta Concepcion llega Dante a la version literal del texto de Aristoteles, ‘nos versos 41 y 42 del canto 28 del Paraiso, que traducen literal mente la Hinea 1072 b del capitulo VII del libro XII de la Metafisica Adel Filésofo: “De aquel punto depende el cielo y toda la. naturale. aa”, Sin ducla porque si el poets puede traducir asi al filésofo, o LA DIVINA COMEDIA que éste se habia anticipado a concebir poéticamente, Pero no ello la inica intervencién de la Filosofia en el poema, ni mucho menos: ni la tnica de la Filosofia natural, ni la tmica de 1a Filosofia en general, pues las hay copiosas en ntimero y extensién, de la Filo- sofia moral, incluida en ésta la politica, y una y otra Filosofia en la dependencia de la Teologia que hemos visto documentada archi ejemplarmente por la Suma, pero existia ya en Ia concepcién aristo- télica mentada hace un momento. No necesito abrumar a ustedes haciendo un inventario completo de todo este saber gue el poeta exhibe a lo largo de su poema. Me bastard ilustrar el punto con la simple lista de los temas ms importantes dentro de la idea medic val del mundo o por la extensién con que Dante los expone o Ia insistencia con que vuelve sobre algunos. EI orden teleologico del mundo entero es objeto de consideracién ‘mis de una vez, como en los cantos 1° y 8? del Paraiso. Y la doc- trina aristotéica de la materia y la forma que Jo sustenta, aparece no s6lo en contextos fisicos, sino también en morales, como en la explicacién del libre albedrfo. Incluso se mientan por sus nombres Jos concepts de la potencia y el acto en el discurso dle Beatriz sobre Ia creacién en el canto 29 del Paraiso, Pero de todas lat digresiones y disertaciones de filosofia natural, quis la del canto 20 del Paraiso teferente a las “manchas” de la Luna sea (de) las mis notables, no tanto por la explicacién de ellas que da Beatriz. mediante ta forma informante de los distiatos cielos, que puede tomarse por buen ejem- plo, si no modelo, de Ia ciencia fisica de entonces, cuanto por lo ‘que dice de la experiencia entendida en el sentido del experimento, como impone entenderla el que propone a continuacién de afirmat que esta fuente de donde manan los arroyos de las artes, que decian en la Edad Media también a lo que hoy decimos ciencias. En ma- teria de Moral, aparte la pregunta de Virgilio a Dante en el Infier- no, “No te acuerdas de las palabras con que tu Ftica —es decir, 1a de Atistteles conocida de Dante— trata cabalmente las tres dispo- siciones que no quiere el cielo?” le preocaya a Dante més que nin: lin otro el problema de libre albedrio, sobre el cual discurre Marco Lombardo y dialogan Virgilio y Dante en el Purgatorio, y que no ‘sti ausente, aunque menos potente, en pasajes del Paraiso, como en cl antes aludido sobre el orden teleoldgico del mundo y dl dis- curso de Beatriz sobre la voluntad. Pero notables son también el iscurso de Virgilio sobre los amores distintos de los rellanos del Pagatorio propiamente dicho, el de Beatriz sobre la reparacién de los yotos incumplidos y el justo castigo de la venganza, el proceso de dediucciones —ast conceptuado por el propio Dante— de Carlos Mar- tel sobre el hombre en sociedad, la variedad de oficios y aptitudes SABER HISTORIA a y los errores en 11 elesciin de profesidn. En cuanto a la Teologta misima, va, entre nmos y otros igares, desie la creacién, pasando por 1h caida y redencidn por Ia encamaciém, hasta las virtudes teologales de que examinan eatequisticomente a Dante, San Pedro, Santiago y San Juan en sendos cantos, 24 a 26, del Paraiso; pero nuestra prediecién por la angclologin, en los das discursos de Beatriz, de icado uno a declararle a su amador los circulos angélicos, y acaban- do €l otro tras de exponer Ios drdenes arcopagiticos coriegidos de los dngeles, por ciftar en téminos figurados la doctrina de Santo Toms, de I coincidencia de ta especie y el individuo en ellos. Ni ts ta Ia mica doctrina caracteristica de Santo Tomés que Dante hace suya expresamente, con preferencia a las divergentes 0 contra- rias, Para no citar més que tna, no menos importante que en Santo ‘omas en Dante: dice a éte Beatriz que por el orden de los angeles “se puede ver cémo se funda el ser bienaventurado en el acto que ve, no en el que ama, que viene después”, Esta conviccién intelec tualista es el meollo del papel todo de Beatriz en la Divina Comedia, pero este papel esta tan vinculado a la dltima caracteristica, la perso- nal, del poema, que debo dejarlo para cuando Megue a ella, despues de continvar con la que viene ocupéndome, que serd pasar ya a la cuaita y pentitima, ta histérica, Los didactas de Dante durante su viaje no son sélo sus guias, sino ‘otras almas y espiritus, como los nombrados en la antetior y aiin otros no nombrades. Por medio de todos ellos converge més o menos di- rretamente en el poema e! saber de su tiempo. Pero este su tiempo, y afin una circunstancia mucho mas dilatada hacia el pasado, y también algo hacia el futuro, y asimismo en el espacio, no est den- tro del pocma solamente por los didactas, sino por todo To demés, y muchas fignras humanas que, a lo laxgo de Infierno, Purgatorio y Pa- raiso, van destacindose de los grupos, tropeles y masas, hasta de mi Jes, como se repite un tanto convencionalmente, con que van encon tindoxe los viajeros. Era natural quic Dante fuese teconociendo a los personajes histo- ricas famosos en sui medio, desde los de las Antigiedades biblica y Hasica, en aquellos Ingares donde debia, con sn medio, creer que se encontrarian los grandes pecadores reconocidamente impenitentes, como Judas, en el Infierno, los santos canonizados, en el Empireo, Pero con esto no se content6, no tanto el poeta, edanto el hombre, sobre todo politico, que era también Dante, Este hombre distribuyé por los Iugtres del mis alli, no sélo a pertonajes famosos, sino a ‘otros, si mettos conocidos, mas cercanos a &1 por parentesco, amistad, profesién, vecindad; y de tal suerte, que Ta distribucién debié de scr ca bastantes casos tan sorprendente para los lectores coeténcos de a LA DIVINA COMEDIA Ee Pesto 0 ty cme fe ws pas seach Torgie izo fundamentalmente movido por sit caricter personal y su par- tiismo poltio, Un dtingido treo mexicano, don Frandaco de Icaza, escribid un libro titulado Lope de Vega, sus amores y sus dios. Pero si Lope fue hombre de amores y odios, se le adelanté en serlo, y no sélo cronolégicamente, Dante: y asi, éste, mientras que halla condenadot en el infierno a tales o cuales enemigos personales ‘© adversarios politicos, hace a las gentes de su simpatia o banda [purgar sus faltas o detectos, cuando no gozar ya en uno u otto cielo, Podiia hacerse una curiosa’ obra de historia, én parte universal; mur cho mis, contemporinea; y mis particularmente de Italia y aun de Florencia, ordenando histéricamente las figuras del poema, y todavia algdn otro material hist6rico del mismo —y hasta puede que esté hecha, entre la bibliografia inabarcable sobre Dante. Aqui, claro, voy » imitarme a las fciaciones qos me pareoen esenciales a mis La critica que ha solido hacerse de la intervencién de la mitologia pagana, en poemas cristianos, si puede hacene al de Dante, me pa rece que sélo muy atenuada. Porque lz presencia es de figuras de Ja Antigiiedad clisica, histbricas o miticas para nosotros, pero tenidas como histéricas por los medievales, esti. perfectamente justificada ppor la concepeién de los Iugares adonde debian haber ido a momar las almas de todos los seres humanos del pasado; y lo demés queda reducido 1) a invocaciones a las Musas, sing larmente a Caliope, y a Apolo, como las que encabezan no més de cuatro cantos, y que pueden ¢stimarse de un tradicional convencionalismo postico sin mayor importancia; 2) un curigso pasaje en que los bienaventurados afiaden a las frases litirgicas de su canto un famoso verso de Virgi- lio; y 3) a tna frase en que el poeta dice no saber “si lo dispaso Dios, el Destino ola Fortuna, que le diese el puntapié al sumergido en el Lo mis notable del contenido histénco del poema es la critica politica hecha por el girondino contra sus adversarios politicos, muy particulaimente contra Roma 0 el Papado, 0 personalmente ciertos Papas es insistente y acetba: encamizada y enconada, No se trata simplemente de que los eclesiésticos avaros (6/7/66) padezcan en el ‘cuarto circulo del Infiemo, y los papas simoniacos, como Nicolis 111 Bonifacio VIII en el octavo: los pecadores aunque sean papas, de- padecer la justa pena. Se trata de que en la Divina Comedia hhay no menos de una decena de discursos, puestos en distintas “bo- as”, que en su totalidad o en mayor 0 menor parte contienen una critica del Papado, la Roma papal y la Iglesia en general, que por os objetivos que abarca, pudiera conceptuarse casi de sistemética. RELIGION, POLITICA Y MORAL 3 ‘Ademas del discurso contra Tos susodichos papas simoniacos y Roma cen general, condenan a ésta y/o a los papas, a ciertos papas, claro, en sus discursos, todavia en el Infiemno, octavo circulo, Montefeltru; en el Purgatorio, Marco Lombardo; y en’ los cielos, 1) Folco, que reprocha patticularmente a la Roma papal su indiferencia por los Santos Lu- fares (por las cruzadas para rescattarlos?) y le predice su castigo; 2) el antepasado de Dante, Caccidguila; y 3) el aguila; pero lo mis impresionante ex qne lo haga también Sin Buenaventura en su dis- curso sobre Santo Deiningo, y, sobre todo, San Pedro mismo. San Pedro Damiin critica el boato cardenalicio; San Benito, el estado de Jas drdenes monisticas en general; San Buenaventura, en el misino discurso, las desviaciones de los franciscanos respecto de su regia por defecto y por exceso; y en su ditimo gran discurso, en el primer Cielo, condenia Beatriz el desprecio por la Sagrada Escritura y la tor cida interpretacion de ella, 1a impropia ingeniosidad en el palpito, y Jas indulgencias de tales “cogullas”. Pero hay que aftadit que todo cllo no esta promovido puramente por una indignacién religiosa; lo sti conjuntamente, por el partidarisino politico, aunque éste sea, a su ver, efecto de nobles ideales patridticos y altas concepeianes doc- trinales Solia Roma, que hizo el mundo bueno, tenet dos Soles, que hie cian ver ht una y la otra ruta, 1a del mundo y la de Dios. El uno hha apagado al otro, y esti junta la espada con el biculo y la una y el otto mndos a’ viva Fuerea, mal conviene que vayan, porque, juntos la una y el otto no se temen, Por lo demis, Dante es tan perfectamente consciente de lo que insertar este contenido en su poema va a representar para él, como tiene perfecta conciencia del deber moral de insertarlo, que Ie jasti fica por hacerlo. A este respecto es todo lo explicito que pucda pe- dlirse el final del canto 17 del Paraiso. AAllé abajo, por el mundo sin fin amargo, ¥ por el mundo de cuya bella cumbre me elevaron los ojos de mi Duetia, y después por el cielo de lumbre en lumibre, he sabido lo que, 't lo tepito, part ‘muchos tendré sabor de fuerte agrara; y si de Ia verdad soy timido amigo, temo perder vida —de fama gloria— entre aquellos que a cite tiempo Imarin antiguo —es decir, la posteridad—, dice Dante a Beatriz, y ésta le replica Una conciencia manchada por la propia o la ajena vergtienza, tni- Camente, sent ta palabra Tada, May no obstunte, removida toda a LA DIVINA COMEDIA ‘mentita, toda tu visién haz manifiesta...; que st tw yor seri in- guta al primer gustarla, vital alimento dejani después, cuando serd digenda. Todo ello tastarla para hacer de la Divina Comedia un pocma sumamente petsoual, iltima de sus caracteristicas, si acerca de ésta no hubiese que aftadir aim todo lo siguiente, Hay muchos autores que se han hecho a si mismos objeto de su obra, que se han metido asi misinos en ella expresamente: desde los que han escrito su auto- biografia, evidentemente, hasta los que se han introducido en la obra més incidental o mas disimuladamente; pero entre toda la variedad de formas en que lo han hecho, es la de Dante realmente singular. La Divina Comedia es como unas anticipadas memorias de ultra- tumba, mis propismente tales que la obra famosa de este titulo, y, a pesar de los antecedentes litemxios que el propio Dante recuerda ~Eneas, Virgilio, San Pablo—, y de los que ha propuesto con mis © menos fundamento y fortuna la moderna ciencia hist6rica de la literatura, superlativamente originales, sobre todo porque Dante s¢ ha introducido en ellis desde su gencalogia hasta su futuro, objeto de mis de una prediceién por mis de una figura de th obra, entre las varias predicciones que ellas hacen, de mayor amplitud historica: unas, a posteriori —presentando por 1314 a 1320, fechas de compo- sicién del poema, como predichos en 1300 sucesos sobrevenidos entie &ta fecha y aquéllas—, pero otras sobre lo futuro atin en estas ilti- mas. Pero de cuanto de sf ha introducido en la obra, una sola cos va a entretenemos ya, por ser la més importante de todas, y sun de todo el poema: sug relaciones con Beatriz. Son unas relacione: fundamentalmente, esencialmente, visuales, desde su inicio, contado en Ia Vida Nueva, hasta su culminacién en dl Paraiso, y té:mino dnicamente en la Comedia, En la Vids cuenta Dante cémio a los nueve aiios “aparecié a sus ojas” Beatriz. de ocho, ¥ ya quedé prendado de (ella) por el mds ilustre “flechazo” de Ia literatura universal. Pero neve afos después, ella To saludo “virtuo- samente tanto”, es decir, con tanta virtud, no en el sentido de ta moral, sino en el de la fuerza operante, como euzndo decimos “en virtud” de tal 0 cual cosa, que se Io conquisté definitivamente, no s6lo de por vida, sino para'la eternidad. Sin que las relaciones entre ambos pasirin de visuales, por mucho y diversamente que afectaran a Dante y Te hicieran obrar, murié Beatriz a los 24 aftos, y ya poco después pens Dante: Si plugiese a Aquel por quien todas las cosas yiven, que mi vide por alganos afios persevere, expeto decir de ella lo que jamés se dijo de alguna. AMOR Y SABIDURIA 6 Por su parte, Beatriz, que habia correspondido fntimamente. al amor patente de Dante con una afeccién mis dueita de recatarse, cuando desde el Paraiso le ve extraviado en la selva salvaje, envia a Luca a pedir a Virgilio que le guie por Infierno y Purgatorio hasta dl Paraiso Terrenal donde podrd ella bajar a buscatle, para hacerle subir por los cielos —prendido de su mirada: porque tal es la fuerza que hace ascender a Dante por las esferas celestes— como habia sen- tido que la mirada de Beatriz en vida de ésta Te hacia bienaventa- sada y aleaba a las alturas del sentimiento y pensamiento, Claro que con todo ello construyé Dante sobre realidades de sa vida un gran- dioso simbolo, que en total es el del alegorisimo todo —hasta cab lstico— de su Comedia; singularmente, et de sus relaciones con Bea triz ya figura de ésta. Del primero, que no estd s6lo en la significacién. general de lo que puede Ilimarse el asunto o el argumento del pos- ta, sino que émpicza ya en lo mas externo de su composicién: el niimero de. partes, el de cantos de cada parte, la versificacién en ter- cetos encadenados... —de este primer alegorismo no cabe que diga mis. Pero del mis singular, no puedo menos de decir e6mo as tela- ciones de Dante y Beatriz son I miis perfecta encarnaciin del que vino a Tlamarse amor platénico —que no coincide muy exactamen por cierto, eon el amor en homenaje al cual se pronuncian Tos dise 03 del Banguete; y cémo la simbolizaciin de la sabidaria teoldgica cen Beatriz pone la clave al edificio de la idea medieval del mundo en Dante, El que vino a Ilamane amor platénico fuc crcacién de aque- llos movimientus a que hube de referinne en la leccidn sobre la catedral, como antecedentes de los prestuntos origenes de la devocién mariana: del amor del caballero por su dama en la materia de Bre- tafia y en la poesfa ardbiga y trovadoresca, poesia toda de que se ntrié bien Dante. En toda la Vida Nueva no se delata el menor deseo camal, de posesiGn; antes Dante expone en prosa y verso cémo, no sélo sobre él, sino sobre todos, operaba Beatriz lo que dice la sola palabra “purificaciin’”. A Dante le bastaba Ia beatitnd que te daba saludo, la sola mirads, la simple vista de Beatriz. Enamorarse de tuna mujer por los puros ojos, “espejo del alia”, es Ta forma mis spiritual de enamorase de ella. in lecciém Iejana ain, hemos de ver To que significa el canibio histérico de los atractivos feinenines. En todo caso, dnicamente tal género de amor terrestre, 6 apto para motor y simbolo del amor motor, a su vez, y coronacién, del saber de Dios, conducente a la unién con El, sea primaria la. intelectual la amorosa misma, sin que falte ninca la otra. Y tal es el fin diti- mo —del hombre, de Ja creacién toda, en cuanto subordinida al hombre y a su fin, y de Dios mismo, en cuanto creador por obra de una voluntad que no puede dejar de ser una voluntad de fin: fin © LA DIVINA COMEDIA que domina integramente la idea medieval del mundo, articulindola toda cn una unidad de sistematizacion jerdrquica, como no parece hhaberla logrado ninguna otra idea del mundo: no, desde luego, la ‘modema, ia nuestra, que, oriunda, justo, de la désarticulacién, de Ia disolucién, de la medieval, a pesar de la. predominancia en’ella de ciertas ideas parciales, no parece que éstas hrayan logrado, al menos ain, pareja uniticacién de todas las demas, también parciales, que ‘con ellas Ia integran en sti constitucién intima diversamente antagé- nica. (8/7/66.) Leceién 5 DE LA IDEA MEDIEVAL DEL MUNDO A LA MODERNA Ew ras tres lecciones anteriores hemos examinado las obras que die- ron, que dan ain, las expresiones mis escnciales a Ia idea medieval del mundo —asi, en singular, porque del examen resulta patente que se trata de una misma idea, en medio de las importantes diferencias adyertidas entre las tres obras examinadas. Conviene ahora puntua- lizar aquellas ideas parciales de la total idea medieval del mundo que deben tenerse particularmente presentes para comprender la historia diela idea moderna del mundo al ica pasar ya a és. La idea medieval del mundo comprende, desde Inego, una idea del mundo natural, ras =n conjunto, la idea geocéntrica de Ia filosofia aristotdlica y la astionomfa tolemaica, heredada, pues, de la Antiguedad clisica De la Tierra misma, que en tal idea ocupa el centro del mundo natural todo, hemos visto la idea que tenia Dante, un hombre sin duda duefto de la més cumplida cultura de su medio ambiente. Es inttdable también, pues, que si Dante tenia de la Tierra la idea que hemos visto, ¢5 que nadie tenia en su medio ambiente una idea que le hiciera imposible tener la que tenia, La Tierra se integra de dos hemisferios: uno térreo, con un centro donde est Jerusalen, en tomio del cual se extienden cercanas, las tiexras mds © menos conoc- s, ¥, Ieianas, las mas © menos fabulosas; y otro, 4cuo, oceiinico, des conocido, inezplorado, fon un cent antfpoo dl de Jenssen y donde sé alza el Purgatorio hasta la cima sede del Paraiso terrenal) En torno de la esfera de tierra y agua len concéntricamente: lis esfers todavia terrestres, sublonares, del aire y el fuego, com- pletindose ast Tos Cuatro” elementos: clésicos, ~~ y las esferas ‘celestes:(de Ta Luna, Mercurio, Verms, el Sol, Marte, Jupiter, Saturno, eT cielo'de las estrellas fijas y el primer ciclo. La Luma y el Sol son planetas, al mismo titulo que los cinco que lo soa para tiosotros, y eran. Tos Gmices conocidos y cognoscibles a simple vista, entre los que nosotros conceptuamos hoy de planetas, a dife- tenets del Sol, estrellas y de la Luna, satéli El cielo de las estrellas fijas era el de lns estrellas, que n0 ven las unas relativamenté-a las otras, sino.que. se mbeven todas jun: las guardando Tas mismas pesiciones relativas, formando los grupos de las constelaciones, entre las que destacan las del Zodiaco por la : ae (0)

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