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aspectos no es intencionado.
Copyright Pedro Luis Menéndez y Ana Fernández Mera Todos los derechos reservados.
Gijón, España. 2015.
Para la elaboración de este documento se han utilizado gráficos diseñados por Freepik.com
El caso es que tienes una cita ineludible, posiblemente con fecha, hora y lugar ya
determinados.
Pues bien, en este libro queremos darte las claves para que alcances tu meta, los
consejos y trucos que te lleven a desarrollar una gran exposición oral, que te haga
sentir que has comunicado con tu audiencia y
transmitido todo lo que querías transmitir.
Cuando comienzas algo, puede parecer tedioso verte obligado a repetir unos pasos
concretos en un orden concreto, pero sabes de sobra que, como cualquier herramienta
que hayas aprendido a utilizar, sólo la creación de un hábito nacido del conocimiento
y de la experiencia te conduce al logro, al uso preciso, a sentirte cómodo y tranquilo en
su realización.
Un ejemplo ya clásico que no por repetido resulta menos valioso: la de horas y horas
que debiste practicar hasta adquirir el hábito de conducir un vehículo pudiendo pensar
en otra cosa a la vez. Visto ahora, sólo se trataba de dar una serie de pasos en el orden
correcto, pero ¡qué difícil parecía al principio!
¿Y esos pantalones vaqueros que tanto te gustan, que empiezan a no estar muy
presentables, pero a los que te niegas a renunciar, porque ahora, sólo ahora, después
de tantos días –o años- encajan al fin como un guante en tu cuerpo?
Esta es nuestra propuesta entonces: guiarte por los pasos de un camino sistemático que
te lleve a construir y desarrollar grandes exposiciones orales siempre que las necesites.
Pero ten en cuenta desde el
principio que sólo somos tus guías: tu camino lo haces tú.
Estas son las 15 claves para construir y desarrollar una gran exposición oral:
Clave 1 ¿DOMINAS EL TEMA?
Antes que nada, hazte una pregunta: ¿soy un experto en el tema? ¿O al menos sé lo
suficiente?
Como has visto, sea cual sea la respuesta que hayas dado, tu audiencia merece que te
prepares a fondo, que te lo tomes en serio.
Si quieres que te escuchen, si necesitas que te escuchen, tendrás que merecerlo, porque
los seres humanos sólo escuchamos aquello que nos interesa. Lo demás lo oímos, o ni
siquiera eso.
El proceso de la comunicación
humana es un proceso activo de ida
y vuelta. Que tú hables, no trae
como consecuencia automática que
alguien escuche. Eso tendrás que
ganártelo. Y para ello tienes que considerar que la comunicación implica un nivel
emocional en la relación forzosa con tu público.
Pero cuidado si piensas que a ti te va la escalada libre sin clavijas. Tal vez conozcas
esta cita de Winston Churchill: “Llevo toda la mañana ensayando las frases que
improvisaré esta noche”.
Para preparar a conciencia el tema tienes que definir tus necesidades de información. Y
esto presenta aspectos cuantitativos -¿cuánta?y cualitativos -¿qué tipo y de qué calidad?
Lo importante es que seas capaz de reunir toda la información que necesites. Pero
¡cuidado!, no llegues nunca a la info-xicación: tan perjudicial es tener y transmitir
menos información de la debida como sobrepasar todo límite razonable. Más adelante
volveremos a tratar este tema porque es fundamental.
En definitiva, se trata de que al final de este camino que vamos a recorrer juntos, tengas
absolutamente claras las respuestas a estas cuatro preguntas:
¿Qué voy a comunicar?
¿A quién?
¿Cómo voy a hacerlo?
¿Para qué?
Y para terminar este primer punto, una referencia del Plan curricular del Instituto
Cervantes: “Expresarse oralmente supone poder comunicar a un interlocutor
concreto, en un momento determinado, aquello que se piensa, se necesita, etc., de la
forma más adecuada posible a las expectativas del interlocutor y de la situación
comunicativa”.
Clave 2 PIENSA EN TU AUDIENCIA
Los destinatarios son quienes dan sentido o no a tu exposición.
Ten en cuenta su edad, sus intereses, su condición social y cultural. Las características
de tus receptores condicionarán el resto del proceso, así que este es un asunto clave.
Deberás conectar con ellos, sean quienes sean. El emisor siempre es el responsable de
la comunicación. Tú eres el responsable de que se establezca el proceso de
comunicación.
Hemos dicho movimientos escénicos con toda la intención, porque de lo que se trata es
de construir lo que un actor o una actriz considerarían la partitura del cuerpo, todo
aquello que vas a comunicar más allá de tus palabras. Con tu voz, con tus gestos, con
tus movimientos, con tu aspecto.
Estamos hablando del contexto sociocultural de la comunicación, de la situación más
o menos formal en que vas a desarrollar tu exposición oral. Dependiendo del grado de
formalidad, emplearás o no protocolos especiales, vocabulario técnico, o un lenguaje
más coloquial. Y esto se aplica de igual modo al lenguaje no verbal.
¿Cuál es el grado de formalidad social más adecuado para conseguir conectar con mi
audiencia?
Y todo esto sin olvidar que la mayor o menor formalidad depende en gran medida de la
confianza previa que exista entre tu audiencia y tú, no sólo de la situación.
Recuerda exposiciones orales que te han aburrido mortalmente. Analiza por qué y no
las imites.
Recuerda exposiciones orales que te han apasionado. Analiza por qué e imítalas. No es
malo imitar a los buenos. Es una manera de aprender. Tu audiencia no va a valorar lo
brillante o magistral que eres, sólo si la has apasionado o no.
Sólo cuando hayas clarificado todos estos puntos relacionados con tu audiencia, podrás
pasar a nuestra tercera clave.
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Clave 3 CONÓCETE A TI MISMO
Como ya te hemos dicho, la importancia de tu comunicación se medirá por lo que
logres impactar en tu audiencia. Es decir, tu intención en una comunicación no importa
nada, al lado de lo que el otro percibe. Por tanto, no podemos culpar a los otros de
posibles malentendidos.
Esto nos lleva a preocuparnos mucho de cómo perciben los demás el mundo que les
rodea porque a ellos tenemos que dirigirnos. Pero, como todo en esta vida, debemos de
seguir el proverbio chino “antes de iniciar la labor de cambiar el mundo, da tres vueltas
por tu propia casa”. Que aplicado a este caso no quiere decir ni más ni menos que
vamos a ver cómo percibes tú el mundo y, en consecuencia, cuál es tu sistema de
representación preferido.
¿Que no sabes lo que son los sistemas de representación? Te lo vamos a contar… Son
aquellos canales a través de los cuales representamos o codificamos internamente la
información que nos llega. Son fruto de nuestra genética pero, sobre todo, de nuestras
experiencias. Pueden ser de tres tipos:
Visual: tienes un ojo puesto en las cosas… Aprendes mejor a través de imágenes,
símbolos. Disfrutas con el diseño.
No se trata de etiquetar a nadie. Hay que pensar en estos rasgos como preferencias o
inclinaciones, más que como identidades. Ningún sistema es mejor o peor que otro. Son
simples maneras de recibir y almacenar información por lo que es importantísimo
conocer el tuyo propio y entrenarte en conocer el de tu audiencia. Esto te asegura que
ninguno va a escaparse de tu comunicación porque te esforzarás en utilizar los tres
canales: visual, auditivo y kinestésico.
Si tú eres visual o te encuentras con uno, seguro que usáis muy a menudo frases del
estilo de: “Déjame ver”; “No lo veo muy bien”, “¿Has visto lo que hizo?”, “A simple
vista…”, etc.
Si, por el contrario, eres auditivo o te acompaña alguno, vuestras frases características
son del tipo: “Cuéntame qué pasó”, “Déjame escuchar”, “Déjame oír tu opinión”, etc.
Y, por último, si eres kinestésico o das con alguno, vuestras palabras características
son algo así como: “¿Cómo te sientes?”, “El ambiente se nota tenso”, “Me incomoda la
situación”, etc.
Así que, ¡manos a la obra! haz que el llamado sistema VAK, trabaje para ti: conócete a
ti mismo, conoce a los demás y cuando no los conozcas, utiliza los tres sistemas para
conectar con todos y cada uno de los asistentes a tu exposición. Muestra imágenes, dilo
con palabras, emociona compartiendo tus sentimientos respecto al tema…
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Clave 4 CUENTA, EXPLICA Y/O
CONVENCE
Tu presentación puede tener diversas finalidades: una sola o varias. Debes considerar
también desde el principio cuáles son tus intenciones, porque van a condicionar la
estructura de tu texto:
Según esto, dependiendo del objetivo –de la finalidad- de tu exposición oral, deberás
utilizar uno o, lo más probable, varios de estos tipos de textos.
Por esta razón, nuestra cuarta clave va dirigida a que distingas con claridad sus
características y sus modos básicos de empleo.
Contar una historia, una narración, es el relato de unos hechos reales o imaginarios que
les suceden a unos personajes en un lugar. Es el tipo
de texto que aparece más frecuentemente en nuestros intercambios comunicativos.
Aunque posiblemente tu exposición oral tenga otra finalidad que no sea la de narrar un
hecho, tenemos una sugerencia que hacerte: piensa en un relato, o escríbelo tú mismo,
que contenga la idea clave de tu exposición. Puede ser un buen comienzo. Por ejemplo,
un fragmento de una biografía o de un cuento clásico, incluso un cuento infantil; algo
que llame la atención a tu audiencia y provoque su curiosidad inicial.
¿Te gustan los cuentos? José Carlos Bermejo recoge uno, “El vuelo del halcón”, que
seguramente te resultará interesante:
Un rey recibió como obsequio dos pequeños halcones y se los entregó al maestro de
cetrería para que los adiestrara.
Pasados unos meses, el maestro le informó al rey de que uno de los halcones estaba
perfectamente, pero que al otro no sabía lo que le sucedía: no se había movido de la
rama donde lo dejó desde el día en que llegó.
El rey mandó llamar a curanderos y sanadores para que vieran al halcón, pero nadie
pudo hacer volar al ave. Encargó entonces la misión a miembros de la corte, pero sin
resultado. Al día siguiente, el monarca pudo observar desde la ventana que el ave
aún seguía inmóvil.
-Fue fácil, mi rey. Sólo corté la rama, y el halcón voló. Se dio cuenta de que tenía
alas y se echó a volar.
¿Te parece aplicable esta historia a alguien que está leyendo este libro para preparar
una presentación oral? En la introducción ya te dijimos que sólo somos tus guías. Así
que, ya sabes, al final cortaremos la rama.
Habrás oído hablar del storytelling. Pues se trata sencillamente de que, en los
últimos años, empieza a ser habitual que oradores y conferenciantes construyan su
discurso con estructura de narración, bien a partir de sucesos de su propia vida, o
bien a partir de narraciones aprovechadas o creadas para la ocasión.
En consecuencia, puede ser una opción para ti. Deberás valorar para ello, sobre
todo, si lograrás interesar a tu audiencia con este formato de texto. No lo uses
porque esté de moda hacerlo. Piensa si se justifica en tu caso. Si es así, aprovecha
este recurso.
¿Cuál de estos dos textos resultaría más adecuado para una exposición oral?
Texto 1:
Texto 2:
“-Residuos inservibles
-a recipientes habilitados.
-Productos sólidos y líquidos de desecho
-Recoger cualquier sustancia vertida.
-Mesa siempre limpia y ordenada.
-Recoger material al terminar.
-al ayudante de laboratorio
-Vidrios rotos y/o
-recipientes especiales.”
Otro aspecto en el que debes pensar es si te interesa partir de una idea general para
llegar a lo particular (deductivo), o bien partir de ejemplos para llegar a la idea
general (inductivo).
Una única afirmación que se desarrolla. Diferentes ideas que se ponen en contraste.
Y en este punto tenemos para ti una sugerencia que suele dar muy buenos resultados:
comienza con una o varias preguntas iniciales a las que darás respuesta a lo largo de
la exposición.
Viene bien aquí recordar a Jerome S. Bruner, uno de los padres de la teoría del
aprendizaje por descubrimiento, quien defendía la posibilidad de la enseñanza de
cualquier cosa a los alumnos, con la condición de que la enseñanza se realizara en el
lenguaje del propio alumno.
Por tanto, cualquier información que vayas a utilizar debe pasar primero una serie de
filtros. Un filtro clave es la pertinencia con respecto al tema de tu exposición.
Pregúntate qué aporta al
Pero éste no es el único filtro. No olvides que tú eres el experto (y si no lo eras, te has
convertido en uno al preparar exhaustivamente tu tema). Pues bien, los expertos no dan
por buena o por fiable cualquier información.
Por desgracia, y con una frecuencia que empieza a sobrepasar cualquier límite, dado el
impacto de Internet y de las redes sociales, se publican, se reproducen y se expanden
todo tipo de informaciones falsas, desfasadas, sin ningún filtro ni de calidad ni de
pertinencia.
No deseamos que te dejes llevar por la pereza intelectual. Ya hablaremos más adelante
de cómo hacer lo más atractiva posible tu exposición, pero por ahora ten en cuenta que
el cimiento más sólido estará en la calidad de su contenido y no en lo espectacular de
su posible presentación.
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Clave 6 JERARQUIZA Y ORGANIZA
Ya has recogido y seleccionado toda la información pertinente, fiable y actual que vas a
utilizar en tu exposición. Ahora toca jerarquizar y organizar tus ideas.
Pregúntate cuál es la idea o ideas clave de las que vas a partir o a las que quieres
llegar. En nuestra 4ª clave te sugeríamos la
posibilidad de formular preguntas
problema. Es el momento de
elaborarlas porque las respuestas a
esas preguntas serán exactamente
Construye un mapa conceptual, o gráficas, o un sencillo esquema de llaves con las ideas
que quieres desarrollar. Lo importante es que todas tus ideas-clave estén recogidas y
jerarquizadas de mayor a menor importancia.
Por ahora, confórmate con una idea aproximada de cuántos minutos ocupará el
desarrollo de cada idea.
formal, propia de los textos escritos, porque nunca, bajo ningún concepto, ocurra lo
que ocurra, vas a leer tu texto.
Como lo que vas a exponer es un texto oral, conviene recordar algunas de sus
características frente a los textos escritos:
Obviamente comprobarás que tu texto tiene la mayor calidad posible, aun con los
riesgos señalados en el momento en que lo conviertas en un texto oral.
El último paso en la construcción de tu texto base es redactar las conclusiones a las que
has llegado o a las que lleva tu exposición. Pueden ser las respuestas a las preguntas
planteadas inicialmente, pueden ir deduciéndose a lo largo de la exposición, incluso a
partir del título, pero hay que formularlas explícitamente, y este es el momento.
Has elaborado tu texto base. El paso siguiente consiste en preparar un guion. En otras
palabras, el resumen del texto que sí tendrás ante ti durante tu exposición.
Una observación: en ocasiones, las personas muy expertas en un tema y con gran
experiencia también de hablar ante un público, elaboran directamente el guion sin
necesidad de escribir con todo detalle el texto base. Llegarás a hacerlo: cuando seas
un gran experto.
Escoge, por lo tanto, todo aquello que ilustre, que ayude a la recepción de los
contenidos atendiendo a lo que señalábamos en nuestra 3ª clave sobre el sistema VAK.
Piensa que se trata de apoyar tu disertación, no de aburrir, ni de distraer, ni de
entretener a tu audiencia. Cualquier recurso, el que sea, tiene que estar justificado y
motivado por la necesidad, nunca por el adorno.
Al fin tu exposición está elaborada y has construido los recursos auxiliares que te
servirán como apoyo. Ahora ensaya, ensaya, ensaya. Solo, ante tu familia y
amistades (si se dejan); como quieras y puedas, pero ensaya. Mucho.
Cuanto más ensayes, mayores serán tus posibilidades de éxito.
Estos ensayos serán también el momento idóneo de ajustar los tiempos, te permitirán
recortar o ampliar alguna parte de tu exposición, y de paso servirán para que te
familiarices con tu texto y con tus medios auxiliares.
Si puedes ensayar en el local a puerta cerrada, hazlo. Es muy importante que te sientas
cómodo con el espacio y las distancias. Esa comodidad va a contribuir a que estés más
tranquilo durante tu exposición, porque sentirás que controlas y dominas el lugar, que
no eres alguien ajeno a ese espacio.
A veces todo esto es pedir mucho y te tienes que conformar con menos. Quizás no te
puedas permitir ensayar en el local, pero nada te impide adelantarte media hora a tu
audiencia; eso es fácil aun cuando te encuentres en otra ciudad. Lo importante es la
visualización, la sensación de control escénico. Lo peor que te puede ocurrir es entrar
con la sala llena, cuando ya todos ocupan su lugar menos tú.
Ahora sí. Ha llegado el gran día. Falta menos de una hora para que comiences tu
disertación. Te has vestido adecuadamente según el grado de formalidad del que hemos
hablado en la 2ª clave. Has comprobado en la sala todos los medios técnicos: pizarra,
rotafolios, ordenador, proyector, conexión a Internet,… lo que necesites. Todo está
dispuesto.
Si puedes, entra a la vez que tu público. Es circunstancial que tú vayas a hablar y ellos
a escuchar. En otra ocasión ocurrirá lo contrario. Distiende el ambiente e intenta
sentirte relajado.
Recuerda que tú eres el experto. Siéntete cómodo. Prepara tu voz y visualiza cómo te
vas a mover. Las primeras veces no son fáciles. La experiencia te dará tablas, pero
también es esencial la formación. Fórmate, acude a talleres. Nadie nace sabiendo. Si la
competencia comunicativa es una de las herramientas de tu trabajo, debes prepararte
para ello. Necesitas, como para cualquier otro instrumento de tu vida, entrenamiento.
Formarte y entrenar te dará seguridad cuando debas aplicar las técnicas adquiridas.
La clave está en que la tensión escénica no se convierta en miedo escénico.
Esa es la frontera que no debes
cruzar porque entonces todo el
esfuerzo anterior se vendrá abajo.
El gran Luciano Pavarotti afirmaba que "si alguien dice que no tiene miedo antes de
salir a escena, es un mentiroso". Su propio padre, que no llegó a ser cantante
profesional, se bloqueaba si se veía solo en un escenario, no en un coro o en una
grabación. Son de sobra conocidos los múltiples ejemplos de artistas que han sufrido
algún ataque de pánico escénico. No lo son tanto los de cualquier otro profesional
(profesores, comerciales, ejecutivos, conferenciantes…) que alguna vez lo han
sentido.
Verás. Nuestro cerebro solo puede procesar una parte muy pequeña de la información
que recibe. Esto es así porque, de lo contrario, nos volveríamos locos.
Así las cosas, realmente nos quedamos solo con el 0.00005% de la información
potencial que nos llega, gracias a la utilización de nuestros filtros mentales. Estos
dependen de:
Distorsión (o ese toque de creatividad que cada uno añadimos a nuestros relatos). Este
filtro hace que cambiemos el significado de una
experiencia en función de nuestra percepción de la realidad. El problema es que la
mayoría de nosotros no nos damos cuenta de que la distorsión no representa la
Realmente la creatividad descansa sobre la distorsión pero esta última puede resultar
enfermiza si la utilizamos en exceso. Bien porque nosotros mismos nos “negativizamos”
por nuestras propias distorsiones o bien porque creamos una información tóxica con
ellas.
Un ejemplo: “Sé que esto te encantará”. Coincidirás conmigo que, a menos que
tengas capacidad para leer la mente del otro, es algo que no podemos saber. Estamos
distorsionando según nuestras percepciones. Para minimizarla, conviene preguntarse:
“¿se lo has preguntado?; ¿cómo lo sabes?”, etc.
Una forma habitual de iniciar una exposición consiste en explicar el título. ¿Cómo?
¿Que no le has puesto título? Es imprescindible. Una de las claves de cualquier buena
disertación es su título. ¿Cualquier
título? A ser posible no. Debe ser un título atractivo, que llame la atención, que intrigue.
¿Sabías que muchos escritores han compuesto obras enteras a partir de la ocurrencia
de un título? Aunque no siempre sucede así. Por ejemplo, Gabriel García Márquez
iba a titular una de sus novelas La casa, pero, para evitar confusiones con la obra de
Álvaro Cepeda La casa grande, decidió titularla Cien años de soledad. Buena
decisión, ¿no es cierto?
Pues no existe una respuesta correcta. Como hemos insistido desde el principio, es
esencial tener en cuenta el tipo de audiencia al que te estás dirigiendo. No es lo
mismo una exposición académica en una facultad, que una clase a niños pequeños, que
una charla más informal.
Una vez más, piensa en tu audiencia. ¿Qué está esperando de ti? Y cuando te hayas
respondido, crea el mejor título que se te ocurra. Porque lo más probable es que ese
título deba figurar ya en el programa de mano, o en cualquier tipo de anuncio que se
haya hecho de tu disertación.
Una cita es otro recurso que te permite romper el hielo del primer minuto y que además
puedes relacionar con cualquiera de las otras sugerencias que te hemos hecho.
Si vas a utilizar algún apoyo visual, puedes presentar un esquema que explique el tema
de tu exposición, además de los objetivos que pretendes alcanzar. No se trata de las
conclusiones, sino de cuáles son las metas.
Claro. Toda tu audiencia tiene que entender cuáles son tus intenciones.
Concreto. Conciso. Puede ser uno solo. Medible. Los resultados tienen que ser
observables al terminar tu exposición.
Alcanzable. Dentro del tiempo establecido para ello. Hablaremos con más
profundidad de la temporalización en nuestra siguiente clave.
Los objetivos se formulan por medio de verbos de acción en infinitivo más la meta o
fin propuesto. Ejemplo de verbos: analizar, explicar, recordar, demostrar, utilizar,
preferir, valorar, etc.
Para concluir esta novena clave, podemos leer el párrafo inicial del discurso que
Gabriel García Márquez pronunció, a sus diecisiete años, en la despedida a la clase de
1944, un año superior a la suya, en su graduación de bachiller en el Liceo Nacional de
Varones de Zipaquirá, en Colombia.
Observa bien en este fragmento qué recurso utiliza para comenzar, cómo expone el
tema y cómo delimita su objetivo:
“Generalmente, en todos los actos sociales como éste, se designa una persona para
que diga un discurso. Esa persona busca siempre el tema más apropiado y lo
desarrolla ante los presentes. Yo no vengo a decir un discurso. He podido escoger
para hoy el noble tema de la amistad. Pero ¿qué podría deciros de la amistad?
Hubiera llenado unos cuantos pliegos con anécdotas y sentencias que al fin y al cabo
no me hubieran conducido al fin deseado. Analizad cada uno de vosotros vuestros
propios sentimientos, considerad uno por uno los motivos por los cuales sentís una
preferencia incomparada por la persona en quien tenéis depositadas todas vuestras
intimidades y entonces podréis saber la razón de este acto”.
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Clave 10 PRESENTA EL GUION (O
NO)
En realidad, este es un paso no imprescindible. Depende mucho del tipo de exposición
que debas realizar y de cómo quieres ir anunciando el desarrollo del tema a tu
audiencia. Es posible que no quieras anticipar algunas de las ideas que van a aparecer,
porque pretendas, de algún modo, sorprender con alguna propuesta novedosa e
inesperada, y, en este caso, no te interesa presentar inicialmente más que el tema y los
objetivos.
En cualquier caso, es bueno que tengas ante ti ese guion como herramienta de ayuda,
sobre todo si tienes poca experiencia en exposiciones orales. De todas maneras, si vas
a presentarlo a tu audiencia, no se trata de que presentes todas tus notas, porque tu guion
sí incluirá todas las notas y referencias técnicas que te servirán de apoyo.
Haz que destaquen en ellas las palabras clave que te ayudarán a recordar el cuerpo de
tu exposición y las partes de que consta.
Y más adelante insistíamos en que, tras los ensayos, no dejaras de anotar los tiempos
en tu guion, los minutos exactos en tu esquema de notas. En la siguiente clave
explicaremos claramente el porqué.
Vamos ahora a presentarte ejemplos de guiones, que van desde los que contienen muy
pocos datos y detalles hasta los que contienen muchos. Usamos para ello la simulación
de que tuviéramos que presentar oralmente este mismo libro, no en un taller práctico
con ejercicios y actividades –como sí hacemos en la realidad en nuestros talleres-, sino
sencillamente como una presentación teórica que nos hubieran solicitado para algún
congreso o para alguna intervención académica.
El tema ya lo conoces: 15 claves para una gran presentación oral.
Introducción
Tema
Audiencia
o Piensa en tu audiencia
o Conócete a ti mismo (y a tu audiencia)
Información
o Selecciona la información
o Jerarquiza y organiza
Contacto inicial
o Toma contacto con la audiencia
Exposición
o Tema y objetivos
o Guion
o Desarrollo
o Síntesis
o Conclusiones
Despedida y cierre
Sé tú mismo más nuestra despedida 2º ejemplo: esquema simple del índice con
tiempos (40 minutos en total):
Introducción (2’)
Tema (3’)
Audiencia (8’)
o Piensa en tu audiencia
o Conócete a ti mismo (y a tu audiencia)
Información (5’)
o Selecciona la información
o Jerarquiza y organiza
Exposición (5’)
o Tema y objetivos
o Guion
o Desarrollo
o Síntesis
o Conclusiones
Introducción (2’): cita inicial de Churchill (Diapo 1). Al empezar se oye de fondo
una grabación de un discurso de Churchill.
Tema (3’):
o Renunciar o aceptar (infografía 1) o Preparación exhaustiva
Audiencia (8’)
o Tipos (diapo 2, collage de fotos) o Sistema VAK (diapo 3, esquema)
Información (5’)
oSelecciona la información, jerarquiza y organiza: vías y medios (infografía 2) o
Guion, texto base, medios auxiliares o Ensayos
Exposición (5’): casi sin desarrollar (diapo 8, texto), pero sí subrayar algún ejemplo
o anécdota de escritores y personajes públicos.
o Tema y objetivos
o Guion
o Desarrollo
o Síntesis
o Conclusiones
Despedida y cierre (2’): consejos y trucos Sé tú mismo más nuestra despedida (5’)
o Nos sirve para nuestras propias conclusiones de la ponencia (diapo 10, sin texto,
sólo ilustración).
Como te habrás dado cuenta, podríamos seguir hasta donde queramos añadiendo
detalles. Pero sólo pretendíamos que visualizaras algunos ejemplos. Tú eres quien
debe decidir el tipo de guion que vayas a utilizar.
El criterio es evidente, anota todo aquello que te haga sentir seguridad durante la
exposición, pero sin excederte; porque si te excedes, puede llegar a resultar un guion
confuso. Lo esencial es que no olvides que se trata de una ayuda. No lo conviertas
nunca en un inconveniente.
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Clave 11 DESARROLLA EL TEMA
Has preparado exhaustivamente el tema teniendo presente a qué audiencia te ibas a
dirigir. En consecuencia, has seleccionado, jerarquizado y organizado la información
pertinente, has preparado el guion, has ensayado todo lo necesario y más.
Ese ha sido el trabajo duro que te ha traído hasta aquí. Has sido presentado, has
planteado ya el tema y los objetivos, y el guion o no según tus necesidades. Ahora es el
momento de disfrutar. Sí, disfrutar de la magia de la comunicación humana.
Tus impulsos, tus emociones, tú como persona vas a transmitir mucho más que tus
palabras. No es que tus palabras importen poco, pero van a ser mucho menos
recordadas que la impresión que causes a tu audiencia.
Tienes ante ti el guion, nunca el texto base que has elaborado. Si has ensayado bien, no
lo necesitas. En cualquier caso, nunca, bajo ningún concepto y ocurra lo que ocurra, lo
vas a leer. De modo que lo mejor que puedes haber hecho es dejarlo en casa. Con el
guion es suficiente para ayudarte en el desarrollo.
De entre los muchos elementos vocales y gestuales que debes entrenar, uno de especial
relevancia en la exposición oral es el control del espacio y la distancia, habida cuenta
de que dependerá en gran medida del local en el que te vas a mover.
Eso no podemos preverlo en este libro. Pero sí podemos apuntar un par de detalles
muy valiosos para tu exposición.
Si vas a utilizar apoyos visuales, por ejemplo, una pizarra, no des la espalda a la
audiencia para escribir en ella. Aprende a escribir de lado. Entrénate también en esto.
Pero, más importante aún, si usas una pantalla con imágenes proyectadas, no mires esa
pantalla más que para confirmar que la imagen se ve correctamente. Y, sobre
todo, no se te ocurra leer
directamente de la pantalla.
Lo hemos trabajado ya.
Otro elemento a tener muy en cuenta en el desarrollo del tema es hasta qué punto
podemos utilizar la improvisación. Sus dos caras son el poder y el peligro. Es decir,
puede ser poderosa y peligrosa a la vez. ¿Dónde radica el peligro de la improvisación?
En que puedes recurrir a ella en un momento de apuro –por ejemplo, mientras revisas tu
guiony transmite naturalidad, pero lo más difícil es saber detenerla y volver al cauce de
tu tema.
Es importante no forzar un sentido del humor que no tienes o que no es acorde con tu
personalidad. Ahora bien, si tienes previsto introducir algún rasgo de humor, pruébalo
bien antes en los ensayos y coméntalo con familia y amigos; porque si resulta
inoportuno, puede jugarte una mala pasada ante tu público.
Piensa también muy bien el para qué y el hasta dónde. Estás desarrollando una
exposición oral, no un monólogo humorístico, de modo que, en este caso, es preferible
pasarse de prudente que de imprudente.
Llegados a ese punto, se nos hace imprescindible reflexionar contigo sobre las
diferencias más importantes que debes tener en cuenta entre los ensayos y el
desarrollo real de tu exposición.
voluntario o han acudido por alguna obligación. Sus motivaciones serán radicalmente
diferentes, pero, recuerda, tú eres el responsable, en todo caso, de establecer la
comunicación.
Por lo tanto, es imprescindible que observes constantemente a tu audiencia. Atiende a
sus reacciones, a su grado de concentración, a sus distracciones. Analiza y anticípate.
Eres el surfista que interpreta la dirección y la evolución de la ola. Observa e intenta
fluir con tu audiencia.
Y si debes observar –como parece obvio pero no siempre lo es- tienes que mirar.
Mueve tu mirada por todo tu público. Es tu primera conexión, mucho antes que tus
palabras.
Aún es frecuente encontrar el consejo de mirar un punto fijo en el centro y más allá
del público, como un mecanismo que te va a ayudar a controlar la tensión. ¡Ni se te
ocurra!.
Desplaza siempre la mirada por todas las personas que componen tu audiencia, por
todas y cada una de ellas (incluidas las que no quieren mirarte a ti, que las habrá). No
focalices en un grupo, y menos aún en una sola persona. Distribuye el tiempo entre
todas. Fuérzate a hacerlo así. Recuerda, una vez más, que tú eres el responsable de
establecer la comunicación con tu público. Por eso, cada persona debe sentir que te
estás dirigiendo a ella, que le estás hablando a ella.
Utiliza todos los recursos de tus ensayos y tu entrenamiento para cumplir con el
tiempo previsto y asignado de antemano.
No queremos que nada de esto te ocurra. Por lo tanto, controla firmemente los
tiempos. Y ajústate a lo ensayado. A estas alturas ya nos vas conociendo y sabes que
somos bastante insistentes (¿pesados?) con este tema: formación y entrenamiento.
Pues lo seguiremos siendo.
Para terminar esta clave, queremos volver a García Márquez, a otro de sus discursos.
Nuestra intención es que entiendas que el
tema de la tensión escénica estará
siempre presente, y que debes
aprender a relativizarlo, incluso a
bromear con él, hasta que seas
“Primero que todo, perdónenme que hable sentado, pero la verdad es que si me
levanto corro el riesgo de caerme de miedo. De veras. Yo siempre creí que los cinco
minutos más terribles de mi vida me tocaría pasarlos en un avión y delante de veinte
a treinta personas, no delante de doscientos amigos como ahora. Afortunadamente, lo
que me sucede en este momento me permite hablar de mi literatura, ya que estaba
pensando que yo comencé a ser escritor en la misma forma que me subí a este
estrado: a la fuerza. Confieso que hice todo lo posible por no asistir a esta
asamblea: traté de enfermarme, busqué que me diera una pulmonía, fui a donde el
peluquero con la esperanza de que me degollara y, por último, se me ocurrió la idea
de venir sin saco y sin corbata para que no me permitieran entrar en una reunión tan
formal como ésta, pero olvidaba que estaba en Venezuela, en donde a todas partes se
puede ir en camisa. Resultado: que aquí estoy y no sé por dónde empezar. Pero les
puedo contar, por ejemplo, cómo comencé a escribir”.
Te proponemos un reto: ¿Cuántos elementos de los que hemos descrito en la clave has
encontrado en este texto?
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Clave 12 HAZ UNA SÍNTESIS (O
VARIAS) Y RESPONDE PREGUNTAS
La posibilidad de realización de alguna síntesis durante tu exposición oral depende
fundamentalmente del tiempo total de que dispongas. Si la exposición es breve, lo más
apropiado será que realices una única síntesis de las ideas desarrolladas justo antes de
la conclusión o conclusiones.
Sin embargo, si dispones de tiempo y además la exposición no desarrolla una sola idea
clave, sino que trata de varios puntos que para ti son esenciales, puedes entonces
prever momentos de recapitulación, varias síntesis que te permitirán ordenar lo
desarrollado hasta el momento y enlazar con la idea o ideas del paso siguiente.
Como su nombre indica, se trata de fijar, de modo muy sintético y de manera muy
jerarquizada, los datos, características, hechos o ideas que, a tu criterio, son la esencia
de toda tu exposición. Una imagen, un diagrama, un
Así, esta recapitulación o repaso rápido sirve por una parte para insistir en las claves
de tu exposición y, sobre todo, si varías el recurso –de auditivo a visual o viceversa-
sirve también para provocar una nueva escucha por parte de tu audiencia. Y en esta
ocasión una escucha muy selectiva, con la ventaja de que esa selección está realizada
precisamente por ti.
En caso de que esté previsto así de antemano, los momentos de las síntesis son
también un buen momento para responder las posibles preguntas de tu audiencia.
En la mayor parte de las exposiciones orales y disertaciones en las que hayas formado
parte del público, es habitual que las preguntas –si se permiten- se dejen para el final,
después de las conclusiones.
a la audiencia tus respuestas la van a ayudar a aclarar o concretar las ideas que estás
desarrollando,
¿Qué tipos de preguntas son más frecuentes en una exposición oral, tanto si quedan
para el final como si las intercalas con las síntesis? Te formularán sobre todo preguntas
de reformulación, de amplificación y de exploración.
Las preguntas de reformulación vuelven a decir con otras palabras lo afirmado por ti.
Suelen tener intención de clarificación. Esperan que aclares algún punto no
comprendido en parte o del todo.
Las preguntas de amplificación pretenden que amplíes alguna información que les ha
parecido demasiado limitada. Pueden desear más datos, o más ejemplos, o una
ampliación de la idea. ¡Cuidado con el tiempo en las respuestas a este tipo de
preguntas!
Las preguntas de exploración presentan la estructura ¿Y si…? O ¿Y si no…? Intentan
ir más allá de la información facilitada y plantear nuevas hipótesis por analogía o por
contraste.
Tanto durante la síntesis como durante las preguntas, tienes que mostrar especial
atención a la receptividad de la audiencia, y el mejor modo de apreciar esto es la
observación de su lenguaje corporal.
Es fácil apreciar que cuanto más hayas preparado tu exposición, menos posibilidades
tendrás de perder a tu audiencia y muchas más de ganártela. Ese debe ser siempre tu
objetivo: conseguir que tu audiencia, fuera como fuera en origen, termine
convencida de que mereció la pena emplear su tiempo –muy valioso- en escuchar tu
exposición. Entonces tendrás su respeto, independientemente del currículum mayor o
menor que conocieran de ti.
Antes de terminar esta clave, queremos darte también algunas sugerencias más sobre
las preguntas de la audiencia, de las que ya hablamos antes, pequeños trucos que
ayudarán a tu seguridad.
Los dos primeros son muy obvios pero merecen ser mencionados expresamente por la
frecuencia en que ocurre lo contrario. Debes evitar como sea que un número muy
pequeño de asistentes monopolicen las preguntas, creando un bucle de respuestas que
acaba pareciendo propio de una conversación particular y no de una exposición
pública. Es muy negativo para la impresión general que vaya a causar el experto, y, sin
embargo, ocurre constantemente.
El segundo recurso guarda relación directa con el primero. Marca muy bien los
tiempos de las respuestas. Ya comentamos en varias ocasiones la importancia de una
temporalización adecuada. La
tentación en este caso puede ser tan simple como desear lucirte con una pregunta que te
ha resultado muy agradable, o que apunta a la parte del tema que más dominas. Evita
ese lucimiento. Emplea tiempos marcados y concretos. No es el momento de demostrar
todo lo que sabes.
Otro recurso importante es reformular siempre en voz alta la pregunta que te acaba
de hacer el público antes de responderla. Es un medio para asegurar que estáis
entendiendo lo mismo. Hacerlo así evita muchas confusiones tanto para la audiencia
como para ti.
Las respuestas a las preguntas de la audiencia deben estar al mismo nivel que tu
exposición. Si no lo están, pierdes credibilidad. Si lo están, aumenta aún más su
respeto por ti. Recuerda: tú eres el experto.
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Clave 13 SACA CONCLUSIONES
Las conclusiones de tu exposición suceden a la síntesis final y preceden a la despedida.
Dan respuesta a los objetivos planteados inicialmente, suponen cruzar juntamente con
la audiencia las metas que les habías propuesto.
Tu audiencia puede hacer inferencias y sacar conclusiones por sí misma, pero esto
puede interesarte o no. Si decides plantear una conclusión cerrada es que quieres
guiar el proceso, no quieres arriesgarte a que tu público llegue a conclusiones
erróneas o muy alejadas de tu intención.
Por lo tanto, si tomas la decisión de dejar bien cerradas las posibles opciones
interpretativas, debes explicar también el porqué de tus conclusiones. Tu público
estará de acuerdo o no
con ellas, pero nunca aceptará un “porque sí” como cierre de toda la exposición.
Recuerda, eres el
experto, sabrás explicar perfectamente por qué has llegado a unas conclusiones y no a
otras. Pues hazlo.
¿Hasta dónde debes llegar en la justificación de las conclusiones? Depende, una vez
más, de los objetivos, de tus intenciones y de las características de la propia audiencia.
Depende también de si has trabajado sobre hipótesis o sobre hechos, y, en
consecuencia, sin las conclusiones son firmes o plantean nuevas hipótesis, pero, aún
así, justifica siempre honradamente cuál es el camino que te ha llevado hasta este punto,
aunque pueda ser un camino del que tú mismo desconoces el final.
Puedes terminar con algo parecido a lo que serían unos puntos suspensivos en la
lengua escrita, o con una nueva pregunta que lanzas y a la que ya no das respuesta.
Las razones para este final pueden ser variadas.
“El maestro sufí contaba siempre una parábola al finalizar cada clase, pero los
alumnos no siempre entendían el sentido de la misma…
- Maestro, le encaró uno de ellos una tarde… Tú nos cuentas los cuentos, pero no nos
explicas su significado…
- Pido perdón por eso, se disculpó el maestro. Permíteme que en señal de reparación
te invite a un rico melocotón.
- Gracias, maestro, respondió halagado el discípulo.
- Quisiera, para agasajarte, pelar tu melocotón yo mismo. ¿Me lo permites?
- Sí, muchas gracias, dijo el alumno.
- ¿Te gustaría que, ya que tengo en mi mano el cuchillo, te lo corte en trozos para que
te sea más fácil comerlo?
- Me encantaría… Pero no quisiera abusar de tu generosidad, maestro…
- No es un abuso si yo te lo ofrezco. Sólo deseo complacerte… Permíteme que te lo
mastique antes de dártelo…
- No, maestro. ¡No me gustaría que hicieras eso!, se quejó sorprendido el discípulo.
El sistema para indicar tus fuentes puede ser muy variado. Si has proporcionado
fotocopias para anotar al margen de las ilustraciones o del guion, puedes aprovechar la
última página para referenciar tus fuentes. También puedes hacerlo
procedimiento, pero haz públicas tus fuentes; por honestidad, y también como tu
pequeño homenaje a las personas que hicieron posible –con sus ideas, sus textos,
sus imágenes- que prepararas tu exposición.
Estamos tomando tierra. Como muy bien afirma Miguel Ángel Romero, una exposición
necesita un despegue, un vuelo y un aterrizaje. Has despegado hace mucho con tu
presentación inicial, tus preguntas-problema o tu narración. Has volado con tu
audiencia en el desarrollo de tu tema –es posible que con algunas turbulencias, hasta
los mejores pilotos pasan por ellas- y has empezado la maniobra de aterrizaje con tu
síntesis final y tus conclusiones.
Ahora es el momento de tocar de nuevo tierra. No seas una persona brusca. Los buenos
pilotos apoyan su tren de aterrizaje con suavidad, entre otras cosas porque saben que es
una maniobra clave. Para ti también. Tienes que despedirte.
La primera impresión que causaste era esencial; la última, también. Estás poniendo el
punto final a tu intervención (¡por favor, no digas “punto y final”, porque eso no
existe! Existen el “punto”, el “punto y seguido”, el “punto y coma”, y el “punto final”).
Debes despedirte con elegancia y, para ello, haber planificado y entrenado cómo lo
vas a hacer. Entre otras cosas, porque es un modo de dejar abierta o cerrada una puerta
que tal vez quieras volver a cruzar.
Las buenas despedidas son breves, mientras que las largas suelen resultar aburridas.
Puedes ofrecerte a tu audiencia para aclarar o ampliar la información dada ya fuera de
la sala, puedes dar tu correo electrónico o tu dirección de contacto si te interesa. Te lo
agradecerá tu audiencia, que quedará con esa sensación agradable de que no te vas del
todo, de que pueden contar contigo.
En cualquier caso, tus palabras deben estar preparadas de antemano y ensayadas, como
lo estuvo toda tu exposición. Nuestra sugerencia final sigue las pautas formuladas por
Teresa Baró:
La despedida es parte de la puesta en escena. Si te has movido por el escenario o
por la sala, vuelve a la posición inicial, aquel punto en que comenzaste tu
intervención, haz un largo silencio y entonces
Una de las definiciones de "Carisma" es aquella "cualidad que tiene una persona para
atraer a los demás por su presencia, su palabra o su personalidad".
Es aquello que hace que gustes a los demás, que confíen en ti, que te posibilita
influir en tu audiencia sin que ellos se den cuenta, que sea tan agradable compartir
tiempo y espacio contigo, que te hace "vender" tu producto (cualquiera que sea tu
producto)... En definitiva, que no pases desapercibido.
El carisma es una cualidad para atraer a los demás por nuestra presencia, palabra o
personalidad y es percibido por tu público a través de tres comportamientos:
3. Presencia : cuando interactúas con tu público, ¿estás ahí con ellos, en ese momento,
presente en cuerpo y alma?
El carisma se trabaja. Te invitamos a que veas los primeras presentaciones de un
comunicador eminentemente carismático: Steve Jobs... En sus primeros actos en
público, se le veía, o bien, tímido o demasiado dramático. Con el paso del tiempo
todos recordamos las presentaciones más carismáticas de este líder. Esa mejora no
fue fruto de la casualidad, lo fue de un trabajo duro de autoconocimiento,
descubrimiento y mejora personal, basado en las claves que te presentamos en este
ebook.
No está de más ver o volver a ver dicho vídeo y pensar en lo que te hemos contado a
lo largo de estas páginas: ¿Serías capaz de encontrar alguna de estas claves?
¿Serías capaz de entender ahora lo que te contamos del carisma?
No des por sentado que tus ideas son exactas. Que a tu mente se le ocurra no significa
necesariamente que sea válido. Seguro que estás pasando por alto una gran cantidad de
cosas, muchas de las cuales podrían ser positivas. Y posiblemente tu negatividad solo
la estés percibiendo tú, para nada tu audiencia.
Utiliza el "zoom" para distanciarte y vuelve. ¿Qué ves? Un pequeño "yo" que está
teniendo una experiencia concreta en este momento pero que probablemente pase
inadvertida para tu público o que no irá más allá de una simple anécdota. Utiliza el
zoom para que no domine la situación.
Imagina que la situación negativa, la conviertes en una charla que procede de una
radio, a la que puedes bajar el volumen o apartarla de tu lado...
Piensa que tu magnetismo personal te salvará la situación y escoge cualquiera de
estos trucos, el que más se adapte a ti y el que más efectivo te resulte y
¡Anímate, es importante para ti! Estás empezando un camino muy largo en el que a
veces tropezarás, caerás y acabarás con algún que otro moratón. Pero la comunicación
con los demás es apasionante. Y algún día disfrutarás, como lo hacemos quienes te
ofrecemos este libro.
FUENTES Y REFERENCIAS
-Baró, Teresa (2011). Saber decir. Barcelona, Serbal.
-Baró, Teresa (2012). La gran guía de la comunicación no verbal. Barcelona, Paidós.
-Baró, Teresa, (2105). Manual de la comunicación personal de éxito. Barcelona, Paidós.
-Bermejo, José Carlos (2011). Regálame la salud de un cuento. Santander, Sal Térrea.
-Carrasco González, Isabel (2012). Hablemos de liderazgo. clavesliderazgoresponsable.blogspot.com.es
-Cestero, Ana María (1999). Repertorio básico de signos no verbales del español. Arco Libros.
-Fox Cabane, Olivia (2012) El mito del Carisma. Barcelona, Empresa Activa.
-García Márquez, Gabriel (2014). Yo no vengo a decir un discurso. Barcelona, Penguin Random House.
-Laborda Gil, Xavier (2014). Inteligencia comunicacional. El orador sexy. Barcelona, Plataforma Editorial.
-Martínez Castillo, Giovanni (2007). Guía práctica para hacer exposiciones exitosas. Sonora, Universidad de Sonora.
-Romero, Miguel Ángel. formacionparaformadores.com
-Soler, Enrique, y otros (1992). Teoría y práctica del proceso de enseñanza-aprendizaje. Madrid, Narcea.
http://jobtraininglideria.com/
https://lideria.wordpress.com/
http://plmenendez.wix.com/dialogos