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Descripción de neologismos por

derivación
y análisis de padjs en Trilce

Javier Fernández Ortega


María Fernández Salgado
INDICE

I. INTRODUCCIÓN
[El libro; El lenguaje; El trabajo. Violencias morfo-
léxicas]..................1

II. DESCRIPCIÓN DE NEOLOGISMOS POR DERIVACIÓN

1. NUEVAS
DERIVACIONES.......................................9

2. CAMBIO DE
AFIJOS..............................................17

III. ANÁLISIS DE PADJS

1. MARCO TEÓRICO

2. DATOS DESECHADOS
[ADJS denominales en –ado ]

3. PADJS OBJETIVOS

3.1. PADJS de verbos neológicos


[i)por parasíntesis; ii)por derivación nominal;
iii)por cruce léxico;iv)por variación irregular]

3.2. PADJS con ruptura de su selección


semántica

3.3. Unpassives

4. PADJS SUJETIVOS

5. AMBIGÜEDADES

2
IV. BIBLIOGRAFÍA

INTRODUCCIÓN

3
El libro

“Hoy y más que nunca quizás, siento gravitar sobre mi una hasta
ahora desconocida obligación sacratísima, de hombre y de artista, ¡la
de ser libre!” Carta de César Vallejo a Orrego.

En 1922 se publicó Trilce, de César Vallejo. El autor vivía


entonces en Lima y no partiría hacia París hasta el año siguiente. La
edición príncipe se imprimió en los talleres de la penitenciaría en la
que el poeta pasó los últimos cuatro meses de escritura del libro.
Con ella, y la corrección que sobre ella hizo Francisco Xandoval,
comenzaron también las numerosas ambigüedades ortográficas que
planearán sobre las diversas ediciones de Trilce.

“El libro más radical de la poesía escrita en lengua castellana”


(Ortega, p9) tiene como marco de aparición, y refundación, las
vanguardias latinoamericanas. Estas, desde una perspectiva crítica
seria, no pueden asumirse como mera transposición de los
movimientos del mismo tipo en Europa, sino como auténtico
fenómeno continental. Los diversos centros urbanos (las sedes de
Santiago de Chile, Buenos Aires o México DF) y las férreas
provincias que en el interior contrapesaban albergan y generan por
sí mismos una serie de poetas que reformularán la ruptura con el
orden romántico en pos de la modernidad. Parte de estos poetas, no
obstante, pasarán y terminarán sus días en la vieja Europa, en el
París destartalado que ellos ayudaron a fundar. Como parte de esta
reformulación se encuentra el retorno a propia identidad americana
(la “vanguardia enraizada” según Bosi). Es decir, al lado de las
modernidades a exaltar, los nuevos materiales, máquinas, inventos,
realidades; la marca indígena, el regreso a las tradiciones
ancestrales . Fue el negrismo de Nicolás Guillén el principal
exponente de esta vuelta, pero no hay que descartar el hecho de
confrontación con la raíz en la poesía de Vallejo1. Es, en cualquier
caso, una lectura de los vanguardismos desde las claves históricas
propias. Dichas claves son, grosso modo, la modernización occidental
al tiempo de la descolonización, la penetración del poder
norteamericano y de sus grandes compañías, el ascenso de la clase
burguesa y la aparición de movimientos antioligárquicos que ponen
en duda el propio progreso. Son todos factores de cuestionamiento
ideológico que alimentan esa crisis para la modernidad.
De las Vanguardia, pese a que Vallejo no perteneció a ninguno
de los movimientos etiquetados que la componían, quedan los trazos
más generales conformando la obra. El ansia por la acción y la
irrazón frente al idealismo romántico; la liberación absoluta del
lenguaje y la desaparición del “yo lírico”. Ante tanta tachadura como

1
Él mismo querría ser fisiológicamente un indígena, como cuenta Neruda
en su memorias.

4
solución se erige el propio lenguaje, a través de un uso que no
conoces, al que no has asistido nunca 2. Cobra fuerza el propio signo,
su cuerpo sonoro, mediante las onomatopeyas (tas con tas), las
aliteraciones, las palabras ligadas, las paronomasias (oxidente), las
fragmentaciones de la elocución. Todo, todo está en Vallejo. Como
también leemos en su Trilce los juegos con lo extralingüístico: el
diferente tamaño de las letras (QUIÉN HACE TANTA BULLA) o las
erratas intencionadas (pegando gritttos).

Como secreto de su código rupturista y vanguardista, por


derecho propio, el mismo revela la regla: “no atender sino alas
bellezas estrictamente poéticas, sin lógica, ni coherencia ni razón.
Como cuando Picasso pinta un hombre, y por razones de armonía de
líneas o de colores, en vez de hacerle una nariz, hace en su lugar una
caja”.

Sobre la individualidad fundacional de Vallejo y su sombra


alargada por la poesía sudamericana traza Benedetti (1972) su
oposición al otro individuo fundador y sombra del cono Sur: Neruda.
Diferencia la influencia que ambos han ejercido en que el primero es
motor y estímulo que hace participar a sus lectores-poetas mientras
que el lujo verbal del segundo paraliza hasta formar meros
imitadores. Vallejo es, dice, el ascendente de poetas como Gonzalo
Rojas, Nicanor Parra, Roberto Fernández Retamar, Idea Vilariño o
Juan Gelman. La descripción benedettiana de su lenguaje, creemos,
se ajusta perfectamente a nuestra idea del mismo tras estudiar una
parcela pequeña de Trilce:

“Es evidente que Valle (como Unamuno) lucha denodadamente con el


lenguaje, y muchas veces, cuando consigue al fin someter la indómita
palabra, no puede evitar que aparezcan en ésta las cicatrices del combate.
Si Neruda posee morosamente a la palabra, con pleno consentimiento de
ésta, Vallejo en cambio la posee violentándola, haciéndole decir y aceptar
por la fuerza un nuevo y desacostumbrado sentido” (en Benedetti; el
subrayado es nuestro)

El lenguaje

No queremos caer, aunque quizás debiéramos, en la


constante crítica de la crítica para exponer nuestro modo de
análisis del lenguaje hermético de Trilce. Es complicado acceder
al mundo trilciano desde el propio trilcianismo de sus estudiosos,
el cual requería de nosotros un dominio excesivo de la obra de
Vallejo. Por ello, intentaremos desarrollar, brevemente, las ideas
básicas sobre este lenguaje, de las que partimos a la hora de
analizar:
- El lenguaje expresa un orden dado, una convención
social que el poeta quiere desarticular en ese ánimo

2
La digresión es culpa de Artaud.

5
global de ruptura de lo establecido. Este principio es,
sin duda, propio de las vanguardias.
- Vallejo no genera un lenguaje alegórico: no hay un
discurso paralelo. Es más, a menudo se borra el
discurso, la razón comunicativa y se dice menos para
contradecir (Ortega, p9).
- Así, el poema queda como ámbito hermético cuya
intención es la emotividad, la expresividad, el drama.
Trabaja para conmovernos porque no es acto de habla,
sino de vida.
- Este lenguaje des-representacional se construye sobre
la poética de la tachadura, un movimiento hacia dentro
de corte, elisión y des-fundación.
- Materialmente, esta actitud se logra, en palabras de
Vega (p112), por “violencias léxicas, imaginísticas,
gráficas y ortográficas”
Como violencias morfo-léxicas Vega (ibid) propone los
arcaísmos (esotro, desque, yantar), los coloquialismos y
regionalismos (choclos, chirapa, nonada), las
sustantivaciones de adverbios (aunes) o interjecciones (ohs
de ayes) o pronombres (míos australes) y los neologismos.
En estos últimos hemos querido trabajar nosotros,
centrándonos en el campo de la derivación por afijación y en
la formación de padjs.

El trabajo. Violencias morfo-léxicas.

Este trabajo prtende ser un acercamiento a dos de las


violencias léxicas trílcicas que más extrañamiento nos han
producido. Hablamos de extrañamiento como noción sencilla
para un primer acercamiento al hecho literario. Una vez
obtuvimos los términos, los sometimos a las reglas gnerales
de la gramática que los regían para observar así la causa
morfosintáctica de tal extrañeza. El uso de afijos
improductivos por diacronía, geografía o alternancia es un
ejemplo del resultado.

En segundo lugar, contemplmos la posibilidad de


explicar los procesos desde el orden literario extrayendo así
consecuencias significativas de la violencia vallejiana. Este
paso tuvo que ser más precavido por evitar caer en falacias
interpretativas. Para la explicación semántica y literaria de
estas piezas léxicas violentadas dentro del ámbito hermético,
hemos empleado una noción de Ortega (p193) según la cual
el poema desrepresenta sus situaciones para sugerirlas a
través de gestos, señas / curiosísimas. Estas señales son las
que hemos intentado cazar en el orden literario de los
términos descritos. Gestos violentos, modernos, dramáticos.
Trílcicos.

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7
DESCRIPCIÓN DE NEOLOGISMOS POR DERIVACIÓN

Dos son los procedimientos de neologización que hemos descrito en


Trilce. El primero es el resultado de nuevas derivaciones al aplicar
de forma insólita una serie de afijos sobre palabras existentes (II;1);
mientras que el segundo es el resultado de cambio de afijos en
palabras ya derivadas (II;2).

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II.1.NUEVAS DERIVACIONES

En este subapartado del corpus de afijos, vamos a consignar


aquellas formas que hemos encontrado a lo largo de Trilce que
suponen neologismos por derivación. Al contrario que en el
subapartado siguiente, estas formaciones no tienen paralelo: su
extrañamiento se debe a razones de improductividad de afijos o de
nociones semánticas muy especializadas, alejadas de la lengua
común.
Clasificamos según la forma de la base y la categoría de la
palabra derivada.

CORPUS.

A. Verbos denominales.
cancionan (II, 6)
crome (V, 9)
oberturan (V, 1)
pupilar (XVIII, 22)
rumbé (VII, 1)
galoneándome (XVI, 3)
amoníacase (XXXVI, 3)
aurigar (XXVI, 5)
iridice (XLIX, 15)

B. Verbos deadverbiales.
todaviiza (XXXVI, 11)

C. Adjetivos deverbales.
inhumanable (LIX, 8)
bullosas (LXI, 20)
ovulandas (XVII, 6)
callandas (XXV, 24)

D. Adjetivos denominales.
tesórea (I, 6)
toroso (IX, 15)
minuteras (VII, 16)
insectiles (XLIV, 11)

E. Sustantivos deadverbiales.
tempranía (XIV, 2)

9
DESCRIPCIÓN.

A. VERBOS DENOMINALES.

1. _[gallos] cancionan
_crome
_oberturan [propensiones de trinidad]
_[terciario brazo que ha de] pupilar
_rumbé [por la veteada calle]
_amoníacase [el cuarto ángulo del círculo]
_aurigan [orinientos índices]

La derivación verbal con el sufijo -ar es un procedimiento


fecundo con una base nominal (Serrano-Dolader, p. 4689), pero
Vallejo lo exprime hasta el límite a la hora de alumbrar formaciones
insólitas. Así, sobre el sustantivo deverbal canción, y en un caso
extraño de reprocesamiento morfológico, el poema II presenta a unos
gallos que cancionan. La ruptura con el lenguaje coloquial no puede
ser más palpalble.
Otras veces, el sustantivo base es lo suficientemente marginal
en la lengua, como obertura, que es término exclusivamente músical,
como para que sin mayor necesidad la forma derivada resulte
extraña al oído. En el poema V, las propensiones de trinidad que
oberturan han sido interpretadas como palomas que abren el vuelo,
en una identificación bella pero no sé si muy plausible del vuelo con
una composición musical.
El mismo poema V trae otro ejemplo de idéntico tipo: cromar,
siendo el cromo un elemento químico, parece querer significar
ocultarse, recubrirse de metal:

A ver. No trascienda hacia fuera


y piense en son de no ser escuchado
y crome y no sea visto.

Como cromar es amoniacarse, que en este caso se ha


convertido en reflexivo. Estamos, también, en el mismo esquema
anterior. Ahora amoniacarse es empaparse de amoníaco en un
sentido metafórico, como cromar. El que se llena de amoníaco en el
poema XXXVI es el cuarto ángulo del círculo, en lo que Ortega,
(p.180) ve como prueba de que “asumir el absurdo hace que la fijeza
simétrica ceda”.
Rumbar y pupilar son formaciones que perfectamente podría
dar la lengua común, así como tenemos caminar y tutorar. Quizás
sobre la base de aquellas se construyan analógicamente éstas: para
extrañar con la alternancia.
El poema XXVI contiene la forma aurigan, que es ejemplo de
otro procedimiento que usa Vallejo para causar extrañamiento: el uso
metafórico de la nueva forma creada. Ya que auriga es una pequeña

10
plataforma / carro tirada por caballos y usada principalmente en la
guerra, aurigar se usa en el sentido de dirigir militarmente, en un
poema de civilizaciones destruídas como es el XXVI, en el que
aparecen moribundas alejandrías y cuzcos moribundos.

2. _galoneándome [de ceros a la izquierda] (XVI, 3)

El sufijo derivativo -ear, como leemos en Serrano-Dolader (p.


4691) tiene un eminente sentido iterativo o frecuentativo, si no en
absolutamente todas las formas, sí en la mayoría de ellas. En
galoneándome el significado es absolutamente recuperable, no sólo
por el pronombre, sino por el complemento regido del verbo:

galoneándome de ceros a la izquierda

Complemento regido que, aparte de darle un claro sentido


irónico a la expresión, desvela que no otra cosa puede ser galonear
que “ponerse galones”, así como como hacer alardes es “alardear”, o
decir continuas fanfarronadas es “fanfarronear”. (Por cierto, todos
con el sufijo -ear)
El matiz iterativo es claro al derivar realmente del nombre en
plural. Ya que no se trata de ponerse un galón, sino galones, la
acción ha de ser repetida en el tiempo.

3. _[este mantillo que] iridice [los lunes] (XLIX, 15)

Serrano-Dolader habla del sufijo -izar como altamente


productivo en los tiempos recientes (p. 4693). En cuanto a sus
matices semánticos, afirma que puede tener un probable valor
causativo. Iridizar, pues, sería “hacer que las cosas brillen” en el
contexto poemático:

este mantillo que iridice los lunes

El mantillo, o tierra abonada -promesa de fertilidad- hace


brillar los lunes -primer día de la semana, símbolo del comienzo- con
todos los colores del iris. Es la esperanza configurada en los
elementos menos pensados como es el estiercol o un día de la
semana.

B. VERBOS DEADVERBIALES.

4. _ [esta existencia que] todaviiza [perenne imperfeccion]


(XXXVI, 11)

A propósito de los verbos en -izar, Serrano-Dolader (p. 4695)


también menciona un verbo deadverbial usado en Venezuela:
alrededorizar, algo que -reconoceremos- nos causó no poca sorpresa

11
descubrir.
Y ello es porque todaviiza parece una de las formas más
audaces de Vallejo, el cual -recordémoslo- transgrede con bastante
frecuencia las barreras categoriales.
El poema XXXVI, que ya hemos visto sucintamente al hablar de
amoníacase, y del que trataremos al analizar las unpassives, habla,
en la estrofa en la que se encuentra esta forma verbal, de la Venus
de Milo. Venus de Milo, entrañada (también hablaremos de esta
forma y de su ambigüedad) en los brazos plenarios de la existencia.
Es esta existencia la que todaviiza perenne imperfección.
Entiéndase, la que actualiza temporalmente la imperfección -la falta
de brazos- hacia la eternidad -por eso perenne-. Todaviizar, en este
contexto, trasciende más allá de su función deíctico-temporal para
totalizar el momento presente e identificarlo con el no-tiempo, con la
negación de un proceso. Este uso del adverbio, pero nominalizándolo
-no haciéndolo verbo causativo- lo encontramos en dobles todavías
(XL, 9), del que hablaremos al analizar la forma trasdoseadas.

C.ADJETIVOS DEVERBALES.

1. _[Andes frío], inhumanable (LIX, 8)

El sufijo deverbal -ble forma adjetivos pasivos potenciales


(Reiner, 4631). Su base ha de ser un verbo transitivo, y humanar lo
es, aunque se use más como pronominal: como transitivo, empero, su
significado es el de “hacer algo o a alguién humano”, por lo que será
humanable el objeto directo del verbo humanar, con el significado de
“susceptible de hacerse humano”. Una vez añadido el prefijo in- al
adjetivo resultante (otra estructura es simplemente imposible)
tendremos la paráfrasis de inhumanable como “imposible de hacerse
humano”. Recordemos esto a la hora de aplicarlo al contexto poético.
Antes eliminemos otro tipo de interpretaciones. La selección de
afijos impide otra estructura que no sea la propuesta, como
demuestra el que, previsiblemente, *inhumanar sea agramatical.
Sabemos por otra parte que el elemento al que acompañe el adjetivo
inhumanable sólo puede ser el tema -en algunos casos también
podría ser experimentante, Reiner aduce impresionable- de la EA
heredada de humanar.
En el poema LIX, tenemos que lo que es inhumanable son los
Andes:

Andes frío, inhumanable, puro.

Si aplicamos la paráfrasis que hemos obtenido en base a la


estructura afijal veremos como va tomando cuerpo una posible clave
de interpretación en el verso. Los Andes, la imponente cordillera,
retrotrae lo impenetrable, lo elevado, lo inalcanzable. Todo ello lo es
también por su temperatura, pues es frio. Empezamos a identificar

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ya la pureza -último adjetivo- como algo inaccesible, y, por supuesto,
imposible de hacerse humano.
En un poema que habla de la esfera terrestre del amor, algunos
críticos, como Neale-Silva (Ortega, p. 279) han querido vislumbrar
esta altura inalcanzable, esta pureza inhumana, como una visión del
amor puro.

2. [Las hermanas...] bullosas (LXI, 20)

El sufijo -oso es mucho menos productivo en verbos que en


nombres y, según Reiner (p. 4606), quien documenta ostentoso,
pegajoso o gangoso, al adjuntarse a bases verbales aporta un sentido
disposicional. En nuestro caso, bullosas podría igualmente
parafrasearse como “que bullen”. Dentro del contexto del poema esa
paráfrasis se confirma:

Las hermanas, canturreando sus ilusiones,


sencillas, bullosas,
en la labor para la fiesta que se acerca.

Las hermanas, pequeñas y alegres -canturreando sus ilusiones-


bullen (en un sentido metafórico) puesto que están atareadas en los
preparativos de una fiesta.

3. _[cual la primera cual la última piedra] ovulandas (XVII, 6)


_callandas [cruzadas] (XXV, 24)

De marginal califica Reiner (p. 4610) la existencia de este


sufijo en español, al que asigna un valor pasivo-deóntico, que es, por
otra parte el que tenía en latín, donde era el participio pasivo de
futuro. En nuestra lengua, se encuentra en casos muy contados y ya
fosilizados como memorando o reverendo.
Este estado de cosas puede ayudarnos a comprender un poco
mejor los mecanismos vallejianos de extrañamiento. El poeta emplea
una sufijación que es realmente improductiva y previsiblemente
importada de otro sistema lingüístico, y además lo hace
conscientemente, puesto que emplea el mecanismo más de una vez.
Ovulandas juega con su significado composicional que sería
“que han de ser ovuladas” y con la semejanza fonética con oval:

La mañana no palpa cual la primera


cual la última piedra ovulandas
a fuerza de secreto. La mañana descalza.

Es sin duda un poema difícil, pero podemos intentar aventurar


una posible conexión semántica entre la mañana -como inicio- y la
connotación fértil que supone ovulandas. El hecho de que la mañana
-descalza- no palpe, y de que los elementos que deben ser portadores

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de vida sean piedras puede querer sugerir una alusión, ya apuntada
en algún poema, a la anti-fertilidad.
Callandas no aparece en un poema menos difícil que el
anterior, aunque en este caso contaremos con ayuda crítica para
proponer un sentido plausible a estos difíciles versos:

cuando innánima grifalda relata sólo


fallidas callandas cruzadas.

Meo Zilio (Ortega, p.141) parafrasea así: “cuando la inánime


letra de imprenta relata fallidas cruzadas que merecen ser calladas”.
Lo cierto es que esta lectura casa con un poema, como éste, bastante
empapado de indigenismo. Además, revalida la formación de
callandas como “que han de ser calladas”.

D. ADJETIVOS DENOMINALES.

1. _[calabrina] tesórea (I, 6)

El sufijo -eo es totalmente improductivo en la lengua actual.


Solamente se conserva con sentido relacional en cultismos y léxico
especializado: sanguineo, venéreo... Con un sentido más posesivo se
adjunta a bases nominales de materia no sin cambios
morfofonológicos: áureo, férreo, lácteo... (Reiner, p. 4620)
Vallejo lo usa también en funéreo (XXVIII, 25), palabra ya
existente en registros poéticos, pero tesórea es plenamente
neológico. En el poema I, donde aparece, está utilizado como
adjetivo relacional o de semejanza, acompañando a calabrina:

[...] la simple calabrina tesórea

El extrañamiento no es sólo contextual (por la sorprendente


identificación de calabrina con tesoro), sino claramente inducido por
la improductividad del sufijo.

2. _toroso [Vaveo] (IX, 15)

Como se vio en el punto C del apartado 2, dentro de este


corpus, el sufijo -oso es más productivo como denominal que como
deverbal. Dentro de la creación a partir de nombres, son más
fecundos, según Reiner (p. 4630) los adjetivos de posesión
(tuberculoso, musculoso, brioso, furioso...) que los relacionales, que
están además circunscritos al campo médico (canceroso).
Nuestro caso, toroso, es un adjetivo relacional o incluso de
semejanza, que se insertaría en un contexto bastante determinado: el
sexual. Es un poema de un grafismo casi tipográfico

no ensillaremos jamás el toroso Vaveo

14
en el que, a la descripción anhelante del sexo femenino le
sucede esta descripción sumaria del acto sexual. Toroso, aquí
aplicado significativamente a Vaveo (el babeo animal, propio de los
toros), animaliza el sexo humano, en consonancia con la crudeza
carnal que circunda al resto del poema.

3. _ [hormigas] minuteras (VII, 16)

El sufijo -ero es muy productivo como relacional (sobre todo


con un significado económico-productivo: financiero, petrolero) y
bastante improductivo en posesión (quinceañero) y semejanza
(barriobajero). Reiner (p. 4618) afirma que se adjunta con
exclusividad a bases sustantivas concretas, lo que podría justificar el
extrañamiento que produce minuteras.
En el poema, hormigas minuteras es como denomina el poeta a
las prostitutas, quienes como hormigas recorren afanosamente la
calle en busca de su sustento. Este sustento, al contrario que el de
las hormigas, no lo constituyen hierbas, insectos o migas de pan,
sino minutos, pues venden su tiempo, cobran por él y eso es lo que
las convierte en minuteras. Curiosamente, es la aplicación exacta
-aunque chocante, pues los minutos no son material concreto para
poner en venta- que Reiner postula para el -ero relacional.

4. _[pesadillas] insectiles (XLIV, 11)

El sufijo -il es productivo adjuntándose a bases nominales


[+humanas] para formar adjetivos relacionales. Así estudiantil,
juvenil, infantil... (Reiner, p. 4619). Por ello probablemente choque su
aplicacion a una base [-humana] como es insecto.
El poema habla de unas pesadillas insectiles que se espulgan.

y se espulgan pesadillas insectiles

Lo que hace precisamente insectiles a esas pesadillas es que se


puedan espulgar, o en otras palabras, la relación semántica que
establece el adjetivo relacional con el nombre al que modifica es la
base de una metáfora que sigue fielmente la línea semántica trazada:
las pesadillas son insectiles, no sabemos si por su contenido -en ese
caso la relación semántica es muy débil-, o más probablemente,
porque, como de los insectos, uno puede espulgarse de esas
pesadillas: alejarlas de sí con un movimiento brusco, profiláctico,
higiénico.

E. SUSTANTIVOS DEADVERBIALES.

1. _[me lacera de] tempranía (XIV, 2)

15
El sufijo -ía es paroxítono, de género inherente (femenino) y
escasamente productivo. Se adjunta sobre todo a bases adjetivales
(alegría, ancianía, en este mismo libro), menos a las nominales
(abadía) y mucho menos a las verbales (valía). Lacuesta y Bustos (p.
4565) documentan su origen greco-latino y su muy baja
productividad excepto en algunos lenguajes técnicos.
No hay noticias de su aplicación a adverbios, y si bien
temprano es también adjetivo (el rocio temprano), creemos que el
contexto -y la maleabilidad que Vallejo le impone al lenguaje-
apuntan a que se utiliza la base como adverbio.

Esto me lacera de tempranía.

Es decir, esto me inflinge dolor, y el motivo de ese dolor,


(nótese el cambio de subcategorización de lacerar) es la
nominalización de todo lo que temprano, como adverbio, impone al
evento al que modifique: anticipación, sobre todo.

CONCLUSIONES.

Las nuevas derivaciones que Vallejo realiza son tan


heterogéneas como las razones de que causen extrañeza. Ya hemos
visto algunos de los procedimientos utilizados a ese fin, a lo largo
del análisis, de los que ahorame gustaría hacer una breve
recapitulación:
_Vallejo utiliza afijos marginales, como -ndas, -ea, o -ía, o bases
poco usadas, como obertura, auriga o humanar.
_También destaca la ruptura de los rasgos semánticos que
selecciona el afijo, como en el caso de insectiles, o la ruptura de la
selección categorial, como en tempranía o todaviizar.
_Es bastante fecundo en Vallejo, aparte de las quiebras
anteriores, el usar la nueva forma derivada -sin que su significado
composicional se haya asentado- como base para una desviación
metafórica que por el lector es intuible levemente, pero no
verdaderamente inteligible hasta que ha hecho el esfuerzo de
desandar la metáfora y llegar al significado composicional de la
nueva forma. Tal es el caso de, por ejemplo, minuteras, insectiles o
aurigan.
Por último, reseñar que una vez Vallejo ha realizado estas
quiebras, respeta escrupulosamente los cauces lingüísticos. A pesar
de su extrañeza, motivada por las razones antes descritas, la mayoría
de las formas es recuberable composicionalmente, y además, de una
manera previsible gramaticalmente hablando.
Quizás el éxito de Trilce a la hora de violentar el léxico no
resida tanto en un enfrentamiento con la gramática, sino en un
aprovechamiento extralímitado de sus cauces.

16
II.2.CAMBIO DE AFIJOS

Este corpus recoge los neologismos formados por Vallejo al utilizar


afijos distintos a aquellos habitualmente empleados para la
construcción de tales palabras. La descripción que hacemos se basa
en el análisis de las restricciones del afijo empleado y la posible
trasgresión que el término derivado haga de las mismas; así como en
la comparación del neologismo con la palabra en uso. Las palabras
se clasifican en función de su categoría gramatical y la de la base
sobre la que ha procedido el afijo.

CORPUS

A. Sustantivos deadjetivales.
Tristura (XXVI, 21)
Claror (LII, 2)
Grandor (XLVIII, 15)
Ancianía (LII, 21)

B. Adjetivos denominales.
Espiritiva (IV, 7)
Corajosas (XIV,4)
Mostachoso (XX, 4)
Ternurosa (XXI, 14)

C. Adjetivos deverbales
Trascendiente (XXXIX, 16)

D. Verbos deajetivales
Asorda (XLIV, 16)

DESCRIPCIÓN

A. SUSTANTIVOS DEADJETIVALES

1. [de natural] grandor/– por grandeza


[mamá toda] claror/ – por claridad

El sufijo –or es sufijo tónico, de género inherente (masculino),


que forma nombres de cualidad. Selecciona bases deverbales
(escozor, loor, temblor) o adjetivales, como en este caso. Los
derivados deadjetivales que construye implican generalmente
percepciones sensoriales (comp. blancor, dulzor). Para Lüdtke, Pena
y Rainer es bastante improductivo. Martínez Celdrán lo considera
rentable.

17
El sufijo – eza es paroxítono, de género inherente (femenino),
que forma sustantivos abstractos con el significado “cualidad”.
Selecciona adjetivos primarios y, según Rainer, en un matiz muy
interesante para nuestro estudio, bisílabos. El sufijo –idad también es
bisílabo, aunque tónico. Su género es femenino.

Se contempla, sin ningún problema, la alternancia de –eza,


sufijo más productivo, con –ez,–idad y –ura.

La diferencia, por tanto, que Vallejo ha perseguido al emplear


la alternancia hay que buscarla en la forma y, quizás en la
productividad. Esta última línea es, quizás, más complicada de
mostrar en lo concreto del poema, pero no, en un estudio general de
Trilce. El uso de alternancias posibles pero bloqueadas o marcadas
revela una violencia más en pos de ese lenguaje nuevo de la obra
vallejiana. La forma específica de estos dos adjetivos sí puede
argumentarse dentro de los propios versos a que pertenecen. Más
allá del “argumento coloquial” y “el humorismo tierno” que Coiné
(1998, 25) cree ver dentro del poema de claror -en términos como
cantora, azulinas, azulantes-, creemos se puede percibir una
selección casi física del objeto sufijal. Claror y grandor proceden de
adjetivos bisílabos y son bisílabos ambos. En el sufijo nuevo tienen su
acento y, además, poseen género masculino. Si se compara tal
morfología fónica con grandeza o claridad se obtiene una sílaba más
y una estructura acentual paroxítona. Hemos contado, además, el
número de sílabas de los periodos a que pertenecen ambas formas,
para hallar que sus sintagmas son de 6+1 y que ellas los cierran (/),
cierran el verso, en agudo. Podrían ser todo indicios de una
mecánica rítmica más allá, claro, del constante forzamiento que
Vallejo hace de las palabras.

2. [ya para qué] tristura./ – por tristeza.

El sufijo –ura es paroxítono, de género inherente (femenino).


Selecciona bases adjetivales. Como –or es el “sufijo de los
perceptible sensorialmente” (Lüdtke en Lacuesta y Bustos, p4590).
Fue un sufijo históricamente rentable, pero hoy es regresivo. Se
recoge, sin embargo, un progresivo avance de su productividad en
Latinoamérica, lo cual es fundamental para el análisis del lenguaje
del peruano Vallejo.
No hay ninguna diferencia de significado con las formas en –
eza: la oposición es similar a la que había entre esta última y –or. En
algunos casos la alternancia sí puede cargarse de un matiz de
significación (alteza/altura), pero no se da aquí tal caso. Es, en última
instancia, un contraste entre formas más y menos usadas, de nuevo
escoger lo marcado, como en terneza/ternura.

Nosotros creemos ver en este vocablo un arcaísmo más de


Trilce (comp.. cabe las conchas, cabe camastro, por ‘cerca de las
conchas’, ‘cerca del camastro’). Tal palabra es muy empleada en el

18
español medieval (”Afinco vos pidiendo con dolor et tristura,
(Arciptreste de Hita, Libro de buen amor;606))

3. [querrás acompañar a la ] ancianía / – por ancianidad

Ancianía pertenece también al poema del humorismo tierno,


que habla de una niña y su madre en el campo. Podríamos estar, de
nuevo, ante un juego con las palabras que concretiza ese ámbito
infantil e idílico.

El sufijo –ía es paroxítono, de género inherente femenino.


Selecciona como bases adjetivos, sustantivos en –or y –ero (caloría)
Su significado más frecuente es el cualitativo, referido a
características humanas como “disposición del hombre , calificación
y cualidad moral, acto psíquico” (Fdez Ramírez en Lacuesta y Bustos;
p4566):alegría, hombría, osadía. Según el DRAE mantiene sinonimia
parcial o total con derivados en –idad .
De nuevo se impone un análisis del término como el más
marcado de los posibles. Es interesante cómo Vallejo sistematiza sus
actos poéticos de elección y reutiliza sufijos como éste para formar
derivaciones insólitas como tempranía ( Vid. II.1.E.1.) .

B. ADJETIVOS DENOMINALES

5. [Esos] corajosos [brutos] – por corajudos.


[Ese hombre] mostachoso – por mostachudo.
ternurosa [avestruz] – por tierna.

El sufijo –oso deriva sustantivos en adjetivos de relación,


semejanza o posesión. En función relacional casi sólo se encuentra
en el lenguaje médico (canceroso, eccematoso). Con todo, como dice
Rainer (1999;cap.70), relación, semejanza y posesión son categorías
que se solapan, “un único significado abstracto” (Rainer;p4625) que
bajo la paráfrasis relacional ‘que tiene que ver con N’ engloba ‘que
se parece a N’ y ‘que lleva N’. Son precisamente los adjetivos en –
udo los que sólo funcionan con el sentido de posesión; de lo que
deducimos que mostachoso y corajosos refieren ‘hombre que tiene
mostacho’ y ‘brutos que tienen coraje’ respectivamente. El matiz de
semejanza podría aportárselo ese sufijo alternante de –oso, pero es
algo que no conseguimos recuperar en los versos concretos. Sí
inferimos que la diferencia entre ternurosa y el calificativo tierna es
precisamente la función de posesión/semejanza: ‘que tiene ternura’,
‘que parece tierna’.

Conviene añadir, en cualquier caso, que el sufijo –oso puede


también ser rasgo dialectal de América Latina, según DRAE 2001; lo
cual es esperable dentro de la alomorfía sufijal (Varela, 2004, p13).

6. [pruebas] espiritivas

19
El sufijo –ivo forma adjetivos denominales con sentido
relacional – además de deverbales con paráfrasis ‘que V’, lo cual
ahora no es pertinente. Es igual en este funcionamiento que –al,
sufijo muy productivo. Ambos se bloquean precisamente por su
igualdad de funciones.

C. ADJETIVOS DEVERBALES

7. [valor ...] trascendiente – por trascendente.

Desde una perspectiva sincrónica, el sufijo – nte no formaría


participios de presente activo, derivados directamente de la
gramática latina, sino Adjetivos deverbales parafraseables con ‘que
V’. De entre los grupos semánticos seleccionados. Formalmente no
resulta una variación tan descabellada la realizada por Vallejo ya que
abre la posibilidad de las formas derivadas desde verbos de la
segunda conjugación, de diptongar su vocal temática (comp.
dependiente).La causa de la diptongación la explica Rainer (1999,p
4603) :

“El neologismo sintiente [Francisco Rico, Historia y Crítica de


la literatura española, 1981; p 198] indica que los hablantes
son conscientes de que estos cambios vocálicos se dan sobre
todo en verbos en los que el mismo cambio también está
presente en la conjugación (cf. hirió, hirvió)”

Observamos, a su vez, que Vallejo gusta de estos adjetivos derivados


en – nte, que también emplea en, por ejemplo, azulante (LII,10).

D. VERBOS DEAJETIVALES

8.[con tu sordera que me oye/ con tu mudez que me] asorda/ –


por ensordece.

En la formación de verbos parasintéticos aparecen estructuras


de afijos de similar significación como las de a + A + ar y en + A +
ecer .

La forma a + A + ar normalmente presenta valor causativo y


suele pronominalizarse para expresar incoatividad. Prefiere bases
de tema polisilábico. Los parasintéticos en en + A + ecer son
proclives a expresar valores incoativos sin necesidad de
pronominalizarse. De lo que deducimos que al pronominalizarse
asordar en el poema lo que hace es igualarse en incoatividad con la
forma canónica. Esta segunda forma selecciona mejor bases
monosílabas. Para Serrano-Dolader (1999,cap.72) es ensordecer
precisamente el mejor exponente de estos parasintéticos.

20
En cualquier caso, se trata de del mismo tipo de parasíntesis,
siendo la forma a + A + ar la más numerosa. La libertad para
escoger uno y otro esquema se manifiesta, por ejemplo, en el campo
semántico similar de lo pequeño: achicar, encanijar, enflaquecer,
empequeñecer. La asistematicidad de ambos esquemas dificulta la
jerarquización de la coexistencia de formaciones verbales
deajdetivales corradicales como aflacar y enflaquecer.

De nuevo creemos pertinente el análisis desde la violencia


léxica por la cual se busca en parte siempre el giro, lo forzado
aunque posible. Barajamos además cuestiones rítmicas pues entre la
forma escogida, que, como en los casos primeros, cierra el verso, y la
recogida por el diccionario hay una sílaba de diferencia que la iguala
a los dos versos de su estrofa.

CONCLUSIONES

Los neologismos literarios aquí consignados se basan,


fundamentalmente, en la violencia sobre el sistema de alternancias
afijales que hace Vallejo. Además de las razones rítmicas que
brevemente hemos expuesto y de la voluntad arcaizante como
recursos Vallejo decide flexibilizar la alomorfia en todos sus puntos:
- Produciendo según tendencias diatópicas (claror,
mostachoso)
- Recuperando como productivos sufijos ya moribundos
(ancianía)
- Creando sobre alternancias formales previstas por la lengua
(trascendiente)
- Rompiendo los bloqueos entre derivaciones sinónimas
(tristura)

Todas estas formulaciones ahondan hacia ese lenguaje extremo


buscado por Vallejo: ninguna rompe la gramática (modifica alguna
restricción semántico. sintáctica de los sufijos) pero todas extrañan
al lector. Porque se recuperan pero frenan, son recursos plenamente
literarios.
Este Corpus, pese a su brevedad, muestra las distintas
motivaciones de la alomorfía afijal.

21
ANÁLISIS DE PARTICIPIOS

Tas un marco teórico (III.1) que expone, brevemente, el


funcionamiento de los padjs y las distinciones dentro de tal
subgrupo; se procede al análisis del corpus. Esto implica mostrar los
datos desechados (III.2) y también las ambigüedades respecto al
esquema de análisis (III.5.). El resto de datos se agrupan según la
clasificación propuesta por Varela (2004) en padjs pasivos (III.3) y
padjs sujetivos (III.4)

22
III. 1. MARCO TEÓRICO:

El análisis de los participios adjetivos en Trilce exigía no tanto


una buena base crítico-literaria o un corpus extenso -de hecho
nuestro corpus es relativamente reducido- sino, fundamentalmente,
un conocimiento lingüístico preciso del funcionamiento de los
participios adjetivos.

A la hora de conceptualizar de una manera coherente los


procesos y tipologías que queríamos trasladar al análisis de los
participios adjetivos en
nuestro trabajo, nos hemos basado principalmente en lo expuesto en
Varela (2004). No pretendemos subsumir en apenas un par de
páginas la densidad de los temas expuestos allí, ni mucho menos, sino
simplemente señalar los nódulos principales, dentro del estudio de
los participios, a los que nos remitiremos en el análisis de las formas
halladas a lo largo de todo Trilce.

Es bien sabida la enorme dificultad a nivel formal -a nivel


léxico, no alegórico ni simbólico- que entraña Trilce. Esto funciona
en consonancia con lo que expusimos en la introducción, porque el
interés por la forma de la palabra es un interés primordial en Vallejo a
la hora de marcar esas señas o nódulos semánticos que configuran la
constelación difusa de referentes que es el poema trilciano.

Por ello el estudio de la forma lingüística se revela instrumento


imprescindible para el crítico que pretenda acercarse a Trilce. Más
allá de las disputas sobre variantes, que conducen casi siempre
-erroneamente, a nuestro juicio- a un sojuzgamiento de la forma
lingüística como lo único unívoco del poema, el análisis que pretenda
descender a los infiernos trilcianos debe estar respaldado por una
gran base lingüística que permita, no sólo caracterizar los procesos y
las derivaciones de lo canónico, sino en el fondo, explicar los
entresijos de una poesía que se enraíza a sí misma; que se enquista
en la palabra y la exprime. Hasta que la hace segregar pura
literatura.

Padjs. Una Introducción.

Se puede hacer fácilmente una distinción intuitiva entre lo que


llamamos participios verbales y lo que se conoce como participios
adjetivales: los primeros implican en su significado la acción verbal
que han producido; los segundos sólo hacen referencia a su
resultado. De una manera más teórica, podemos establecer la
diferencia en base a que los PV están marcados por el rasgo
[+eventivo] y son progresivos, mientras que los PAdj lo han perdido y
son [-eventivos] o estativos.

Dicho esto, si bien es cierto que la mayoría de los gramáticos


coinciden en la separación de estas dos categorías, discrepan en

23
cuanto a la relación que hay entre ambos. Esquematizando mucho,
puesto que la diferenciación entre PV y PAdj toca sólo
tangencialmente a nuestros datos, podemos sintetizar dos posturas:

_El PAdj deriva del PV mediante derivación. (morfema-cero)


_El PAdj y el PV derivan ambos de la ELC de su predicado base;
el afijo -do marca entonces una diferencia aspectual recogida
en dicha
ELC. ([+eventivo] o [-eventivo])

Nosotros seguiremos la segunda de las posturas por


parecernos satisfactoriamente argumentada (Varela, 2004) y porque
establece una clasificación tipológica de los PAdj que es esencial a la
hora de llevar a cabo el análisis que deseábamos hacer de los Padj de
Trilce.

Es importante también reseñar que, según esta postura, los


PAdj precisan de tres cosas para poder serlo:

1. No pueden tener un sujeto agentivos, lo que entraría en


contradicción con su ELC, que, como hemos visto, es [-
eventiva]
2. Seleccionan un argumento afectado interno.
3. El predicado de su base es télico o perfectivo.

En cuanto a la citada clasificación tipológica, que nosotros


recogemos de manera sucinta en el esquema de la página 26,
constituye nuestra primera aproximación lingüística a los participios
adjetivos en Trilce: la ordenación de los mismos en un corpus.
Efectivamente, hemos decidido clasificar los PAdj siguiendo la
tipología establecida en el mencionado esquema.

En primer lugar, vemos como los PAdj se subdividen a su vez en


dos categorías: los PAdj Objetivos-Pasivos y los PAdj Sujetivos-
Deponentes. En realidad, sólo los segundos son verdaderos PAdj,
dado que los PAdj Objetivos son en realidad PV en cláusulas de
relativo reducidas. No obstante, el análisis de estas formas ha sido
también incluído en el presente trabajo.

Los PAdj Objetivos derivan de verbos transitivos, y predican


sobre un tema heredado de la EA del verbo transitivo. En nuestro
corpus, el apartado dedicado a PAdj Objetivos está subdividido según
los procedimientos empleados por Vallejo para causar extrañamiento.
Es decir, dentro de una clasificación léxico-categorial, hemos
diferenciado los distintos procesos literarios que, a nuestro juicio,
articulan una red de mecanismos poéticos comunes en el interior de
una misma categorización lingüística.

Los PAdj verdaderamente interesantes, por cuanto pueden


suponer un proceso lingüístico marcado como la inacusativización,

24
son los Sujetivos. Este tipo de PAdj -los únicos que realmente lo son-
estrictamente necesitan para su formación ser [-eventivos] y exigir
un argumento interno afectado Tema o Experimentante que delimite
y acote el evento.

En otras palabras, los PAdj Sujetivos canónicos se forman de


verbos inacusativos. Dentro de ellos, los dos grandes tipos de verbos
que productivamente generan PAdj Sujetivos son los verbos de
cambio de de estado, y los de existencia o aparición.

Ahora bien, si se dan las condiciones adecuadas, verbos


transitivos e inergativos pueden formar PAdj Sujetivos: en estos
casos, su argumento, que era agente, se convierte en Tema o
Experimentante en un proceso de inacusativización. Es éste un
procedimiento no demasiado usual en la lengua común y que da
lugara estructuras muy marcadas: la segunda parte de nuestro
corpus de participios de Trilce presenta cuatro PAdj Sujetivos.
Significativamente, los cuatro son inergativos inacusativizados.

Con ello queremos decir que en este caso, y como hemos


apuntado en alguna ocasión, Vallejo no transgrede irracionalmente la
gramática -lo que habría sido reducirse al dadaísmo- sino que se
asimila a ella y la utiliza y ductiliza desde dentro, como hace con la
inacusativización de los inergativos: sigue un camino trazado por la
lengua -por la gramática- con el fin principal de su poesía: borrar el
rastro.

Antes de presentar el corpus general de participios, clasificado


tal y como hemos dicho antes, consignaremos una serie de adjetivos
en -ado que fueron desestimados como participios al demostrarse
que no eran sino derivaciones nominales.

25
PARTICIPIOS ADJETIVOS
OBJETIVOS – PASIVOS
EJEMPLOS
DE VERBOS TRANSITIVOS: agente – (tema – padj) viaje
organizado
SUJETIVOS – DEPONENTES
DE VERBOS INACUSATIVOS
Cambio de estado
1. inducido por una causa externa → argumento = tema pollo
requemado
2. anímico por causa interna (disposicionales según Reiner) tipo
desconfiado
Existencia o aparición

26
1. refuerzan telicidad por pref./adv aspectual interna → recién el
recién llegado
2. refuerzan telicidad por pref./adv. cualitativo externa → bien, mal noticia
bienvenida
PREDICADOS INACUSATIVIZADOS
DE VERBOS INERGATIVOS: señalarían un estadio avanzado de un proceso que ha sido en el tiempo anterior.
Hombre viajado
INCORPORACIÓN AL COMPLEMENTO
verbos de perfectividad [- delimitada] : señalan nivel en un estado tras proceso previo no terminado.
Chico remirado
verbos de perfectividad [+ delimitada] Mujer leída
II. 2. DATOS DESECHADOS:
ADJETIVOS DENOMINALES EN -ADO:

Analizamos aquí una serie de formas que en un primer


acercamiento, y por su semejanza formal con los participios,
clasificamos junto a ellos en su mismo corpus. Un estudio más
detenido de este tipo de do formas nos hizo percatarnos, no
obstante, de que en realidad nos encontrábamos ante adjetivos
denominales formados sobre un sufijo -ado, como el que
encontramos en vestido escotado o hombre amulatado, y que tiene
caracter relacional-posesivo.
La causa principal de su exclusión del corpus participial no era
que su base fuera nominal, pues como se verá, en III.3.1.
postularemos Padj cuya única base reconocible es un nombre sobre
el que -propondremos- se creó un verbo neológico que dio lugar al
Padj. La diferencia, por tanto, es que mientras los Padj de III.3.3.
sólo pueden interpretarse con un matiz semántico resultativo, de
donde se infiere necesariamente la existencia del verbo neológico,
las formas descritas a continuación no poseen ese matiz y son
simplemente recuperables como adjetivos de relación o posesión de
su base nominal, sin ningún tipo de proceso intermedio.

CORPUS

ferrado (XLIV, 3)
bromurados (XVIII, 17)
labiados (LXIX, 9)
arteriado (XXI, 1)

DESCRIPCIÓN

El sufijo adjetival -ado se añade a bases nominales para formar


adjetivos de relación o de posesión. Dentro de su baja productividad,
su uso como relacional es mucho menor que el posesivo. En cuanto a
la posesión, Reiner (p. 4630) dice que es especialmente productivo
aplicado a nombres que denotan elementos químicos, como
oxigenado o yodado, y a partes del cuerpo humano o animal, como en
barbado, vertebrado o astado. En todos los casos, evidentemente, la
paráfrasis sería “que tiene N”.
Por nuestra parte, veremos que las cuatro formas que
encontramos en Trilce son adjetivos de posesión: dos referidas a
elementos químicos, ferrado y bromurado, y otras dos a partes del
cuerpo, arteriado y labiado.

El poema XLIV nos presenta un piano que viaja para adentro,


en el que la crítica (Ortega, p. 212-13) ha creído ver un trasunto de
la conciencia del poeta, en un proceso de interiorización constante y
que se reitera a lo largo de todo el poema. El hecho que tiene
relevancia para nosotros es que el piano primero viaja a saltos
alegres y a continuación:

27
Luego medita en ferrado reposo
clavado con diez horizontes.

Lo que sin duda establece una oposición entre el movimiento


un tanto alocado y el estatismo (clavado) meditativo. Este último
término de la oposición es el campo semántico en el que se inserta
ferrado reposo, esto es, un reposo, una calma “que tiene hierro”, que
pesa, que no se mueve fácilmente. Es de reseñar también que aquí
Vallejo utiliza la base latina, más culta, más cercana a lo químico.
En ningún caso, creemos, puede recuperarse el matiz
procesual de que el reposo “se ha ferrado”, lo que descarta
claramente que sea un Padj.

Bromurados, en el poema XVIII, puede recuperarse fácilmente


como “que tienen bromuro”. En el fragmento que nos interesa:

[...] madres que ya muertas


llevan por bromurados declives...

se está configurando una constelación semántica en torno a la


unión de fertilidad y muerte. Las madres muertas son, como los
bromurados declives, exponentes de una fecundidad truncada.
Recuérdese que el bromuro se administra para eliminar el deseo
sexual, disminución que queda aún más clara con el sustantivo
declives

Los labiados plateles del poema LXIX son platos que tienen
labios, pero en el contexto en el que se inserta la expresión

mientras tornan llorando las olas,


[....], en labiados plateles
de tungsteno...

son el vehículo en que las olas del mar regresan. Todo ello es
explicable si, como ha sostenido la crítica “el mar y una edición en
pie son iguales” (Ortega, p. 323). Esto es, si el poeta está
identificando el océano con la obra poética en tanto que objeto físico.
El libro como materia, que se extrapola al liber mundi marino. En
este caso se entiende la correspondencia entre las olas y los labiados
plateles de tungsteno, que no son sino las planchas de una imprenta
que comunican -porque tienen labios- con su incesante vaivén las
palabras al papel.

El poema XXI, en el que está la forma arteriado, presenta una


concepción cíclica del tiempo a través de varios símbolos como los
treinta y un días de Diciembre o los doce meses del año. El tiempo en
sí, como dirá el primer verso, se nos presenta como un auto:

28
En un auto arteriado de círculos viciosos,
torna diciembre qué cambiado...

Un vehículo dotado de arterias, lleno de ramificaciones y


bifurcaciones que además suponen círculos viciosos. La ciclicidad del
tiempo es presentada de forma casi mecanicista, y a la vez paródica,
si atendemos a la comparación que Ortega (p. 123) establece entre este
automóvil vehículo del tiempo, y el mitológico carro solar.

III. 2. PADJ. OBJETIVOS:

Los PAdj estudiados a continuación siguen un proceso de


formación convencional, puesto que son Padj Pasivos-Objetivos
derivados de verbos transitivos. Por eso mismo, la razón de su
inclusión en el corpus no es ya su encuadre dentro de un proceso
lingüístico marcado como la inacusativización, sino una ruptura
léxico semántica que se concreta en tres distintos procesos: Padj
Pasivos derivados de verbos neológicos, inventados por el autor; Padj
Pasivos en los que hay una ruptura de su selección semántica
canónica o la utilización de PAdj Pasivos en los que se da una
estructura no convencional, como son las llamados unpassives.
Por tanto, clasificaremos el corpus en atención a estos tres
diferentes procedimientos.

CORPUS

A. PADJ PASIVOS DE VERBOS NEOLÓGICOS:

i) Por parasíntesis.
enjirafada (XXXII, 4)
ennavajados (LXXI, 16)
empatrullado (LV, 20)
embrazados (XL, 11)
abozaleada (I, 15)
avaloriados (V, 4)

ii) Por derivación nominal.


barreados (XXXIX, 20)
craterizados (LVII, 1)
excrementado (XIX, 5)

iii) Por cruce léxico.


cubicado (X, 12)

iv) Por variación irregular.


sumersa (VII, 5)

B. PADJ PASIVOS CON RUPTURA DE SU SELECCIÓN SEMÁNTICA:

29
murmurado (XLIX,1)

C. UNPASSIVES

increado (XXXVI, 13)


improducido (XXIX, 2)

30
DESCRIPCIÓN:

III.3.1. PADJ. DE VERBOS NEOLÓGICOS:

Dos son los grandes procedimientos en los que se basa Vallejo


para producir extrañamiento en el nivel semántico, que ya no
morfosintáctico. En primer lugar, crear verbos nuevos, mediante tres
tipos de procesos morfológicos: la parasíntesis, la derivación nominal
y el cruce léxico. Y en segundo lugar, no crear estrictamente en sí un
verbo neológico, sino utilizar una variante irregular del Padj de un
verbo que usa la regular.

i) Por parasíntesis.

_[u del bizcochero] enjirafada [al tímpano]


_[gallos ajisecos...] ennavajados
_[el subsuelo] empatrullado
_[...estuviésemos] embrazados [...a los dos flancos diarios]
_[la península...] abozaleada
_[ohs de ayes...] avaloriados [de heterogeneidad]

Los neologismos de Vallejo a través de la parasíntesis tienen en


común la base nominal y que se forman a partir de las estructuras
afijales más utilizadas en el castellano como son en + N + ar, y a +
N + ar. En (XXX) veremos además la forma ambigua trasdoseadas,
que en uno de sus posibles análisis podría ser también parasintética.
A la hora, no obstante, de categorizar estas formas como Padj
Pasivos y al tratarse de neologismos, sólo podemos fíarnos de su
inserción morfosintáctica y semántica en el contexto del poema.

La forma del poema XXXII, enjirafada, es un buen ejemplo de


recuperación de la información tipólógica de la forma por su uso en
el contexto. El Padj acompaña a un sustantivo, una “u” :

Serpentínica u del bizcochero


enjirafada al tímpano.

Según Ortega Vallejo rememora, en este poema XXXII, el paso


de un vendedor de bizcochos por la calle en la que vivió en Trujillo:
<<...por tradición oral sabemos que el bizcochero trujillano que
pasaba por la calle del poeta anunciaba “biscochouus...” [...] ese
pregón se escucha incluso en un piso alto, de allí que se
“enjirafa”...>> (Ortega p. 165)
Tendríamos así que el bizcochero enjirafa la “u” de su pregón
hasta el tímpano del poeta, que la escucha en su casa de Trujillo. Los
procesos morfosintácticos seguidos por Vallejo son
escrupulosamente gramaticales: la derivación parasintética de
estructura en + N + er tiene como uno de sus resultados el de
convertir al tema del nuevo verbo en lo que indica su raíz nominal:

31
así “encanallar”, “emparentar”; la “u”, que es el tema en la EA del
nuevo verbo parasintético, se estira como una jirafa al salir de boca
del bizcochero.
Por otra parte el paso a Padj pasivo también es estrictamente
regular: el objeto tema del verbo transitivo que es enjirafar pasa a
ser nombre modificado por el Padj como demuestra el hecho de que
podría perfectamente parafrasearse como una oración de relativo:
“Serpentínica u del bizcochero que se ha enjirafado”
En el poema LXXI son unos gallos los que se han ennavajado:

[....] este celo


de gallos ajisecos, soberbiamente
soberbiamente ennavajados

Sumariamente, el poema describe con gran belleza el acto


sexual en sus tres primeras estrofas, mientras que en la cuarta, a la
que pertenece el fragmento, parece desmitificarlo. De ahí que la
intensidad de la unión, que en la primera parte del poema era
“merienda suculenta de unidad”, en la que “tus manos y mis manos
recíprocas se tienden”, ahora se vea rebajada a una mera pelea
(“celo”) de gallos. Por otra parte, son unos gallos, los amantes, que
en la identificación de la lucha con el acto amoroso están
soberbiamente ennavajados, esto es, dotados de / convertidos en
navajas: preparados para la lucha. En este sentido, el esquema es el
mismo que en la forma anterior: la transitividad del verbo ennavajar
es totalmente predecible, por cuanto también lo es el significado de
la forma neológica y su EA.
Algo distinta es la forma empatrullado, del poema LV. En este
poema nos situamos en un opresivo ambiente sanitario en el que las
horas pasan lentas y todo lo llena la presencia de la muerte. En tal
contexto nos dirá:

Ya la tarde pasó diez y seis veces por el subsue-


lo empatrullado [...]

Como de costumbre con Vallejo, es difícil aventurar una clave


unívoca para esta expresión, que además es digresional: no se alude
más a ella dentro del poema. Tal vez dentro del contexto poético, la
reiteración a la que sin duda aluden estos versos sea también origen
del tedio. Una clínica en la que las horas parecen no pasar y en la
que cada acto está regulado por una rutina asfixiante: las numeradas
idas y venidas de la tarde, las rondas de los médicos y las
enfermeras.
Esos trayectos rutinarios -tanto del sol como del personal
sanitario- no son otra cosa que patrullas, de las que el subsuelo está
lleno. Se construiría entonces empatrullar de forma semejante a
“embaldosar” o “enarenar”, verbos transitivos que, como el
neologismo de Vallejo, tienen un objeto tema: subsuelo, en nuestro
caso.

32
Embrazados responde a otro esquema de significado de los
verbos parasintéticos, paralelo al que ofrecen por ejemplo
“embotellar” o “embarcar”: Hacer al tema X estar en la base nominal
N. En el punto justo del poema XL en el que aparece esta forma:

[...] Como
si no estuviésemos embrazados siempre
a los dos flancos diarios de la fatalidad!

Se está hablando de la irremisible condena del hombre a los


ejes espacio temporales (los “dos flancos”), a los que está
inevitablemente unidos. Ahora bien, nuestro Padj pasivo acompaña a
un nosotros que deducimos por la flexión personal del verbo estar; si
lo convertimos en tema tendríamos un hipotético embrazarnos que
trasladaría su EA al verso que acabamos de leer. La semejanza, no
sólo fonética sino también semántica, de embrazar y abrazar puede
motivar que aparezca como complemento el SP regido por la
preposición “a”, que exige el segundo de los verbos.
El esquema de formación parasintética cambia en abozaleada.
La base sustantiva, bozal, da lugar a una construcción que se
parafrasea como aplicar un bozal, de un modo semejante a asaetar o
aherrojar.

Y la península párase
por la espalda, abozaleada [...]

Esta península, que podría ser metáfora de las heces, pero


también de la soledad del individuo, se halla abozaleada, es decir,
acallada, obligada a guardar silencio (el bozal niega ya de por sí la
voluntad libre de callarse). Ello además confirma que el parasintético
abozalear es un verbo transitivo.
Al mismo esquema pertenece, en el poema V, avaloriados
Aunque en realidad, aquí, más que la creación ex nihilo de un verbo,
tenemos la modificación de uno ya existente, avalorar, mediante la
inclusión de una i que duplica la capacidad semántica de la palabra:

[...] ohs de ayes


creyérase avaloriados de heterogeneidad.

En palabras de Julio Ortega: “La palabra ‘avaloriados’ es


reveladora de esa superposición de estratos lexicales para suscitar
interpolaciones semánticas: es una verdadera palabra portemanteau;
el poeta la deriva de avalorados, pero implica también abalorios. [...]
sugiere, así, el valor de lo diverso pero desde la diferencia entre unas
cuentas de vidrio; esto es, ironiza las exclamaciones (modelo de la
expresividad genuina) al relativizarlas con la contradicción valor (lo
heterogéneo) / sin valor (abalorios). El oído nos dice, además, que
ese juego polisilábico resuena con una ironía casi burlesca” (p. 61)
La construcción reflexiva en la que las interjecciones se

33
avaloran, se dotan de valor a si mismas, y a la vez se abalorian, se
convierten en abalorios, recupera en su EA la transitividad necesaria
en la que el tema, los ohs de ayes, pasa a ser objeto modificado por
el Padj Pasivo.

ii) Por derivación nominal.

_[los aros receñidos], barreados


_craterizados [los puntos más altos]
_[el establo...] excrementado

En III.2 describíamos una serie de formas como adjetivos


denominales, siguiendo el análisis de un sufijo -ado no participial que
construye adjetivos de posesión y relación. (Reiner, 4630)
Ahora bien, en este caso también nos encontramos con una
serie de formas en -ado cuya única base reconocible son nombres: el
análisis de estas formas, por lo tanto, ha de ir precedido y
complementado de una distinción entre lo que creemos que son
simplemente adjetivos denominales, y lo que nos parecen a todas
luces participios.
Las formas meramente adjetivas, como labiado, bromurarado o
arteriado, y las formas participiales que nos ocupan, como
excrementado, barreado, tienen en común que -a priori-, proceden
de sustantivos. No obstante, demostraremos que sus procesos de
derivación son completamente distintos. Así, el proceso derivativo de
(1)

(1) [[ ]N ado]Adj

es el de labiado, arteriado, bromurado y ferrado. Mientras que


en (2)

(2) [[[ ]N e/iz/ar]V ado]PAdj,

vemos (de una manera tremendamente simplificada) el de


excrementado, craterizado y barreado. La diferencia (y la dificultad)
reside, como vemos, en postular para (2) un verbo intermedio
neológico entre la base nominal y el participio adjetivo pasivo, que es
la forma que hallamos en Vallejo.
Nosotros trataremos de demostrar la existencia de tales verbos
con varias pruebas.

a) Semánticamente, mostraremos en el análisis particular de


cada Padj como estos implican el resultado de un proceso, y no
relación o posesión con la base nominal.

b) Compositivamente, dos de nuestras formas, barreado y


craterizado, por necesidad han debido de pasar por el estadio verbal
antes postulado ya que aún conservan en su estructura los morfemas

34
de derivación verbal -ear e -izar.

c) En el mismo poemario encontramos una prueba bastante


clara, por otra parte, de que el proceso se puede realizar y de que su
autor era consciente de él. Hablamos de la presencia en el poema
XL de un Participio Verbal que, como en (2), procede de un verbo
neológico:

Y aún lo que nos habríamos enojado y peleado


y amistado otra vez (XL, 15)

A la luz de lo cual, es bastante evidente que el proceso no sólo


es posible sino productivo en Vallejo. En realidad, la originalidad
creadora del poeta consiste no más que en, una vez alumbrado el
neologismo, insertarlo plenamente en la gramática. Y así, puede
pasar perfectamente de PV a Padj mediante los procesos descritos en
Varela (2004), lo que creemos ocurre sin lugar a dudas en el caso de
craterizado, excrementado y barreado.

d) Por último, y como refuerzo, mencionaremos que en la


lengua no literaria también tenemos casos semejantes. Baste citar a
Reiner (p. 4630) cuando dice “En algunos casos también sería
posible un análisis deverbal [de las formas adjetivas en -ado], el
único posible si hay un matiz resultativo.” Y ejemplifica con cariado o
charolado, en los que como vemos no hay un verbo intermedio ?
cariar o ?charolar preexistente y sin embargo indican claramente el
resultado de un proceso.

Ahora pasaremos sin más dilación al análisis individual de los


Padj. El primero de ellos, barreados, tiene un significado fácilmente
recuperable: llenos de barro. Dentro del poema, no obstante

Pero eso sí, los aros receñidos, barreados.

y siguiendo a Ortega (p. 193) que cree que asistimos a la


descripción de un carro, los aros serían las ruedas del mismo.
Ruedas enlodadas, tal vez, o en un sentido más amplio, enlodamiento
anímico del poeta que en el ámbito del poema se muestra inmerso en
la cotidianeidad lamentable de la prisión.
En cuanto a craterizados, muestra, como vimos antes, el sufijo
derivativo verbal -izar, que tiene un eminente valor causativo o
factitivo. En nuestro caso, cualquier hablante recuperaría craterizar
como “hacer un cráter”, y así parece suceder dentro del poema:

Craterizados los puntos más altos [....]

Leemos en Ortega (p. 270) que críticos como Franco o Neale-


Silva han considerado que esta craterización de los puntos más altos
remeda de alguna forma una erupción volcánica y, en un sentido más

35
amplio, en consonancia con el resto del poema, el estado espiritual
ruinoso en el que se encuentra el poeta.
Por último, el poema que contiene la forma excrementado está
plagado de referencias a la Natividad:

El establo está divinamente meado


y excrementado por la vaca inocente
y el inocente asno y el gallo inocente.

Aunque en este caso, a diferencia de los otros dos Padj


anteriores, no contemos con la presencia residual de un sufijo
derivativo verbal (o mejor dicho, éste no se aprecie), contamos con
otra prueba contextual importantísima para demostrar que hay un
verbo ?excrementar previo: nos referimos a la aparición del agente
en los SP coordinados “por la vaca inocente y... “ que nos permite
recuperar la EA primigenia: “La vaca inocente y el inocente asno y el
gallo inocente, mearon y ?excrementaron divinamente el establo.”
EA, en la que, como vemos, “establo” es el tema objeto, y, como tal,
pasa a ser modificado por el Padj. pasivo excrementado.

iii) Por cruce léxico.

_[el pico] cubicado [en tercera ala]

Nos encontramos aquí con un ejemplo de uno de los recursos


que más fama han dado a Trilce, aunque paradójicamente sean poco
abundantes dentro del poemario. Nos referimos a los cruces léxicos.
Los cruces léxicos, como explica A. Fábregas (2004, p. 2), son
procesos morfológicos de unión de dos raíces en los que éstas “no se
combinan secuencialmente, sino que la información fonológica
presente en cada una de ellas se superpone de forma que hay
segmentos que las dos raíces comparten”.
Así ocurre en nuestro caso: las dos raíces fusionadas, cúbico y
ubicado comparten cuatro segmentos fónicos y es precisamente en
ellos donde se produce, como es previsible, el solapamiento.

[...] éstas dejan el pico


cubicado en tercera ala.

En el plano morfosintáctico debemos señalar que ambas


formas son adjetivos, si bien uno de ellos, ubicado, es un Padj. Y que
la posición que ocupa el cruce léxico dentro de la O, como
predicativo, podría haber sido ocupada por cualquiera de ellos
individualmente. Por otra parte, ubicado incorpora a la nueva forma
su herencia argumental, en tercera ala.
Dentro del contexto del poema, el verso supone una
desnaturalización de las palomas; el desasosiego del poeta jalonado

36
de guarismos y referencias numéricas que se plasma en paradojas
tales como que el pico de las palomas, que es en sí piramidal, sea
cúbico, y a su vez cambie su localización natural para estar ubicado,
en una hipotética tercera ala.

iv) Por variación irregular.

_[la barreta] sumersa [en su función]

Esta forma usada por Vallejo tiene como causa de extrañeza ser
la variante irregular de un paradigma que sí cuenta con participio
regular (sumergida). Es posible que Vallejo haya realizado un calco
sobre un participio irregular latino, hoy sólo adjetivo:

IMMERGERE > IMMERSA > inmersa

No se trata, en ningún caso, de un participio trunco, ya que no puede


combinarse con modificadores de evento (3) o con complementos de
medio (4) al contar con argumento externo. Mostraremos esto con
inmersa, aplicando pruebas de Bosque (1990), para poder así
observarlo con mayor claridad:

(3)*La niña inmediatamente inmersa en el agua.


(4)*La niña inmersa en el agua con las manos.

Sí admite, en cambio, adverbios volitivos, como en (5):

(5)La niña voluntariamente inmersa en el agua.

III.3.2. PADJ CON RUPTURA EN SU SELECCIÓN SEMÁNTICA.

_murmurado [en inquietud] [cruzo]

La ruptura semántica que Vallejo realiza en este caso no tiene


que ver con la creación morfológica de nuevos significados, sino, en
un plano más morfosintáctico, con la ruptura de las restricciones que
un predicado impone a sus complementos. La forma murmurar, al
contrario que las formas vistas en A, no es neológica; y sin embargo
causa extrañamiento.
Observemos con mayor detenimiento la causa de este
extrañamiento. Existe el padj pasivo de murmurado, como vemos en
(6)

(6) Los rumores murmurados en toda la oficina.

Así pues el extrañamiento debe provenir de la relación entre el


predicado y su argumento seleccionado: puesto que no se puede

37
murmurar algo [+ animado] (7a), tampoco un argumento con este
rasgo puede ser modificado por el Padj pasivo de murmurar (7b).

(7a) *Murmuró al perro/al hombre/a Juan.


(7b) *El perro/el hombre/Juan murmurado.

Y, como se puede ver, en el poema de Vallejo, quien es


murmurado en inquietud es el hablante, la voz lírica en primera
persona singular que revalida la flexión verbal de cruzo, y que, al ser
[+animado] rompe completamente la selección semántica de
murmurar.

III.3.3. UNPASSIVES

_[Venus de Milo, cuyo cercenado,] increado [brazo]


_[bajo el momento] improducido [y caña]

El prefijo IN tiene función transpositora similar a la de los


adverbios aspectuales: define adjetivalmente los padjs en tanto en
cuanto los acota aspectualmente.
El prefijo IN con valor de contrariedad selecciona la base
adjetiva y “sólo se une a adjetivos que denotan propiedades” como
irreligioso (Varela 1999,p.5022). Distinto es, por tanto, de cuando se
adjunta a bases padj, sobre las que realiza una caracterización
valorativa, por ejemplo:

(8) inesperado: ’casual, fortuito’


ilimitado: ’infinito’
(ejemplos en Varela, 1999, p. 5022)

Este IN valorativo delimita los procesos predicados por verbos


transitivos: se une a padjs objetivos. Lexicaliza, por tanto, la
perfectividad del evento. Los ejemplos refuerzan, para Varela (2004),
la imposibilidad del siguiente análisis:

(9) PV+Ø ? PADJ

Ninguna lengua marca formalmente este proceso pero es que


“los padjs no implican que el estado que representan sea
necesariamente el resultado de una acción previa” (Varela, 2004
,p.15).
Cuando las formas resultantes sí guardan el valor de
contrariedad de IN, podríamos estar, dentro del proceso de
transposición al adjetivo, en un estadio más próximo al PV pasivo. Es
decir, el padj sí señalaría un resultado que, por efecto del prefijo, es
negado en su realización. La paráfrasis sería: ‘que no ha sido padj

38
pasivo’ Las unpassives son padjs sin contrapartida participial. No
proceden del PV de un verbo inexistente (*increar pero también
*inesperar). Presentan, como restricción lógica, que el IN negativo
no se da con padjs en cuya base hay un verbo causativo-incoativo de
cambio de estado externamente producido (romper). “Esto es así
porque sería incongruente hacer referencia a un estado-resultado
que no da un resultado”. Así:

(10) *inroto.

De todo ello deducimos que improducido e increado, por no


proceder de verbos causativos, no violan tal restricción pero sí se
forman adjuntando IN de valor negativo a padjs pasivos ya
constituidos que señalan resultado. Hay que añadir, para un análisis
más afinado que su carácter semántico ha hecho que estas formas
hayan sido productivas en campos como el filosófico (comp.
incausado).

En la significación del poema en que aparece increado pueden


observarse las dos nociones antes mencionadas. En primer lugar, se
refiere a la Venus manca (tú manqueas apenas v8), por lo que su
brazo, efectivamente, ‘no ha sido creado’. En segundo lugar, el
marco global recoge ese uso filosófico-teológico pues, se está
exponiendo un arte poética sobre la “perenne imperfección” (Espejo
en Ortega, p.178) “tras de una nueva aventura espiritual” (Yurkievich
en ibid., p179). Habla el poema del hombre agónico al que ya no le
sirven las leyes matemáticas o la armonía tradicional. Trilce, como
“aventura del conocimiento” (ortega, p212) , se propone revisar la
Realidad. De esta intención, sus términos matemáticos (cuarto
ángulo del círculo; dupla, simetría, impar), existenciales (inmortales),
temporales (todaviiza; perenne; aunes; recién vísperas; inminencias).
Para reforzar esta propuesta de ámbito metafísico, los siguientes
versos:

¡Hembra se continúa el macho, a raíz


de probables senos, y precisamente
a raíz de cuanto no florece!
(v 4-6)

Si increado existe en el vocabulario filosófico puede


improducido ser análogo con, desde luego, las mismas
características formales: proyección sobre un padj constituido de un
IN negativo. La paráfrasis aquí es ‘que no ha sido producido’. Este
sentido, de perfectividad negada, también es reforzado desde el
ámbito semántico del poema. Trata el poema de la temporalidad a la
que materializa como tedio (v1), río (esa agua que se deja), paralela
(v3), hilo (v7). Ortega dice así (p155): “la vida misma es como un
rumor ajeno, vulgar, tedioso”

39
Para la tensión, el poema opone elementos duros y así logra
expresar, ambiguamente, la frustración existencial. Dichos elementos
son: línea quebrada (v4), firmeza (v5), acero (v6), guerra (v7),
acoraza (v8) y momento improducido (v2). Ortega expresa
perfectamente el marco:
“El instante es una inminencia que no se produce: el tiempo
zumba, detenido, suspenso, en el sopor y torpor que el hablante
constata tras su aparente fluir” (p.155)

CONCLUSIONES:

Con la notable excepción de las unpassives, los procedimientos


seguidos por Vallejo con respecto a los PAdj Pasivos están más cerca
de los que vimos referidos a la afijación (Bloque II del presente
trabajo). Esto es, la creación de verbos neológicos es en sí más
relevante a la hora de causar el extrañamiento que el tipo de PAdj
que producen: todo lo contrario a lo que ocurrirá con los PAdj
Sujetivos en el siguiente punto de este bloque.
En ellos primará lo marcado del procedimiento sobre la
ruptura léxico semántica -llámese ruptura a la creación insólita de
nuevas palabras, ruptura de la selección semántica o al empleo de un
paradigma irregular...- que es, sin lugar a dudas, la que caracteriza,
como vimos en el marco teórico, la unidad de los PAdj Pasivos en
Trilce.
Las unpassives han sido consignadas en este apartado del
corpus porque sus participios son claramente pasivos: ahora bien, el
extrañamiento que nos produce oír increado tiene que ver con la
poca productividad de este mecanismo y a la vez por la gran
sugestión semántica que evoca. Ambas características confluyen si
repetimos que son términos muy usados en el discurso filosófico.

40
III. 3. PADJS SUJETIVOS

CORPUS

_dormitadas (VII;17)
_disertada (XI;4)
_trisado (LXVII;9)
_plañidas (XXIII;IV)

DESCRIPCIÓN

Los auténticos padjs, con definición adjetival verdadera, son los


que proceden de bases verbales no eventivas (vid. III.1) . Éstos, como
los participios pasivos, de base [+ eventiva], están acotados en el
tiempo por contar con un argumento interno. En su caso es el sujeto
seleccionado por el predicado quien es afectado como tema o
experimentante y acota, así, el evento. Los padjs sujetivos canónicos
son, por tanto, los que proceden de verbos inacusativos.

No obstante, existen padjs sujetivos derivados de otras bases


verbales. Para constituirse como tales pueden reforzar su telicidad
mediante adverbios aspectuales, cualitativos o cuantitativos, y deben
inacusativizarse, esto es, seleccionar a su argumento externo como
tema o experimentante.

Son dos los tipos de predicados inacusativizados. En primer


lugar, los de verbos inergativos que, como en tipo viajado, señalan un
“estado avanzado de un proceso que ha tenido lugar en un tiempo
anterior” (Varela, 2004,31) . En segundo lugar, los verbos que
realizan una incorporación al complemento del argumento afectado,
como en mujer leída o chico remirado. Estos dos procesos de
inacusativización no son tan frecuentes en la lengua cotidiana, se
encuentran en ejemplos marcados. De los primeros sí hemos
encontrado datos en Trilce, donde Vallejo logra hacer de ellos regla
productiva para la significación literaria en sus dos vertientes,
formal y semántica.

INERGATIVOS INACUSATIVIZADOS

_[hormigas minuteras...] dormitadas


_[una niña...equis,] disertada
_trisado [anélido]
_[tus cuatro gorgas...mal] plañidas

41
Los cuatro verbos de que proceden estas formas son
intransitivos puros o inergativos. En su EA cuentan con un
argumento externo, un sujeto agentivo.

El padj que se construye al derivar estos verbos en –do tiene


como ELC genérico, según esquemas tomados de Varela (2004), el
que sigue:

[estado [HACER ([]agente,[reiteración]manera)],


[cuantificador]manera]

Donde se trata de un proceso de cambio de estado terminado (sin


perfectividad no hay padj) en el que el agente del predicado
experimenta por reiteración en la acción descrita por el mismo, un
estado avanzado de cambio. Tal estado se puede cuantificar
explícitamente o no, mediante procedimientos como la afijación con
re- o la adjunción de muy. Tales pruebas carecen aquí de pertinencia,
pues hablamos de neologismos que, si bien podrían ser recuperables
para el hablante nativo, todavía no han sido sometidos a
procedimientos de derivación ante esos mismos hablantes. A priori
sería posible producir redormitadas, muy trisado o replañidas. Lo
que seguro esperamos es una paráfrasis similar a la de hombre
viajado, ‘que ha viajado mucho’. Procederemos caso por caso a
analizar los mencionados rasgos.

En el padj dormitadas se cumplen las condiciones de


intransitividad e inergatividad ya descritas. Recurriremos al ámbito
semántico del poema para recuperar esa posible paráfrasis sobre un
estado terminado en el tiempo y avanzado en sus objetivos.
Precisamente el tiempo es una variable medular en este poema. Y la
noción a manejar en la estrofa en que se enmarca el padj es la de
Final. Usaremos, además de la lectura del poema como relato del
regreso a un barrio que ya no es, estas dos simples ideas por ser el
mismo uno de los más voluntariamente misteriosos. El tiempo está
en las hormigas, minuteras, y, antes que ellas, en deícticos como
ahora, aquel, ¡ya!, aquella esquina, pasado (este último padj sujetivo
igual a dormitada, pero ya registrado por la lengua cotidiana). Podría
ser esta cronología una exploración del mismo tiempo en una vieja
calle: trasmañanar la salvas en los dobles (v15). Ir del triunfo a la
muerte. El hermetismo es tal, no obstante, que para algún crítico
como Larrea (Ortega, p67) la intención del poema es sexual y las
hormigas son prostitutas que cobran por los minutos de placer en un
marco en que rumbé, fondeé y hubo ambiente marino. Esta
interpretación prostibularia nos interesa porque ahonda en la
paráfrasis de estado avanzado de sueño que proponemos arroja
dormitadas. Sean las hormigas, negras y en reguero, prostitutas o
muerte que corre nítida al final de la calle es probable que en ambos
contextos son carne pasada: quemadas pólvoras.

42
El relato del poema XI construye de forma más clara (con todo
lo claro que pueda ser Vallejo) la función del padj disertada. La niña
a la que se refiere la equis es ahora vista por el poeta más mayor,
pasado el tiempo:

[...] Hoy, al tocarle,


el talle, mis manos han entrado en su edad.
(vv.5/6)

En esa edad el poeta ya ve hechos como tardes años, tía difunta, se


ha casado. De nuevo el tiempo irrevocable y, como paradigma, la
niña, ahora equis, disertada. Si. De todos modos no se observa esta
acumulación del tiempo en el padj, hay que completar con la
aposición que le sigue: quien la halló y la halle,/no la va a recordar.
La niña ha discurrido, argumentado, explicado, expuesto, tratado
nada menos que la vida. En un estadio avanzado de la misma se
encuentra ahora.

El poema LXVII es muy complejo en su construcción. Las


imágenes e ligan unas a otras y desentrañarlas en su reciprocidad
se presenta casi imposible. Vamos a tratar de unirlas nosotros
también sin tratar de descifrarlas:

1. gusanea la arácnida acuarela/ de la melancolía (v7/8):


melancolía - insecto escurridizo, agusanado.
2. cuadro enmarcado de trisado anélido : cuadro – gusano trisado
→ melancolía – cuadro.
3. Amor, éste es el cuadro que faltó: cuadro – amor → amor –
gusano.

Hay que decir, antes de nada, que el trisar es un tipo de cantar


propio de los gorriones. Iría, pues, relacionado con los animales del
contexto: arañas y gusanos. En cualquier caso, sigue sin ser
recuperado ese estado avanzado en el proceso. La crítica ha
identificado el cuadro con un hijo (Ortega,p315) , lo cual se puede
asociar un poco a la manera de las prostitutas-hormigas con el
anélido trisado (hijo-gusano). Escurridizo y llorón, pudiera ser. De
interpretarse como amor el cuadro, la falta del hijo significaría
frustración en la pareja. En ningún modo argumentamos bien al padj,
pero sí creemos que la paráfrasis que a priori buscamos puede
insertarse bien en el drama del poema.

Se impone analizar en el sintagma mismo. Así, anélido trisado


es ‘gusano que ha trisado mucho’. Y gorgas plañidas, ‘gargantas que
han llorado mucho’. O, siguiendo al pie el contexto, ‘que No han
llorado bien’ (mal plañidas)
Las gorgas son de la madre y Vallejo las identifica con tus mendigos
[los de ella]. La crítica ha visto claramente la imagen de los hijos
suplicándole comida a la madre, como polluelos en el nido, dentro

43
del ritual alimenticio que relata el poema. Observamos ya una
tendencia común de los sujetos de los padjs en cuestión: son seres
animados. Lo cual no deja de ser obvio si se trata de sujetos que
fueron en principio agentivos. La interpretación de gorgas como
gargantas es de Ortega (Ortega,p130) a partir del francés gorgue.

44
5. AMBIGÜEDADES:

Las formas que cerrarán nuestro análisis de los Padj en Trilce


son aquellas que no se resistían a una clasificación en ninguno de los
apartados propuestos, sino que, por su multiplicidad de
interpretaciones, podían pertenecer a varios de ellos. Como sabemos
que la ambigüedad es un valor de lo literario, y sin ninguna intención
de desvirtuar la pluralidad interpretativa de una obra tan rica
críticamente como es Trilce, hemos decidido explicar brevemente en
que consisten estas ambigüedades.

Dando cuenta de todas las posibles interpretaciones y


apoyando, en cada caso, la que nos parezca más ajustada al
contenido del poema, creemos ser fieles al espíritu de la obra y a la
vez rigurosos con el análisis lingüístico.

CORPUS:
trasdoseadas (XL, 9)
entrañada (XXXVI, 9)
amargurada (IV, 5)

i)
trasdoseadas...enjugaría [las arterias]SN trasdoseadas [de dobles
todavías]SP
Esta forma es otra muestra de la ambigüedad a nivel léxico-
composicional de la obra vallejiana: sus dos posibles interpretaciones
semánticas son resultado de dos procesos morfológicos distintos; su
inserción en la estructura sintáctica del verso es asimismo posible en
ambas formas; y, por último, el contexto literario que despliega el
conjunto del poema soporta sin demasiada dificultad tanto una como
la otra.

En primer lugar, podemos encontrarnos ante un Padj del verbo


trasdosear, que existe como tecnicismo en arquitectura con el
significado de recubrir el trasdós, superficie exterior de un árco o
bóveda. Por lo tanto, hablaríamos de un Padj que cumple las
condiciones para serlo: selecciona un argumento afectado -las
arterias- que en su EA no es agente, sino tema; -trasdosear las
arterias-, y, por último, la forma resultante es, como es
imprescindible, [+ perfectiva].

45
Por otra parte, en el aspecto sintáctico, esta interpretación
tendría que dar cuenta del SP que en este caso sería un argumento
heredado del V: -trasdosear las arterias de dobles todavías, cfr.
“recubrir el frontispicio de mosaicos”-.

Y por último, contextualmente, el poema podría plantear la


paradoja de que las dimensiones que nos dan existencia, tiempo y
espacio -los dos flancos diarios de la fatalidad, dirá luego- son
también las que nos esclavizan: estamos embrazados siempre a ellas;
en esta línea, la estrofa en la que se ubica trasdoseadas es una
posibilidad abortada desde sus inicios de superponer la voluntad
humana a los ejes espacio-temporales: cómo si nos hubiesen dejado
salir!, es el verso que le sigue. Como si la propia dualidad que nos
aprisiona se pudiera ramificar a su vez dentro del hombre, en sus
arterias que se recubren de nuevas y simultáneas posibilidades, de
dobles todavías: como si por tanto la existencia no fuera ya condición
sine qua non para la libertad, sino obstáculo a batir por ella.

En otro orden de cosas, la constante alusión del poema a lo


dual, a lo binario, puede llevarnos a la segunda interpretación de la
forma: en este caso tendríamos un nuevo verbo trasdosear formado
por parasíntesis de una manera similar a trasnochar o traspapelar.
En este caso, además, el sufijo verbal es -ear, lo que le confiere a la
forma cierto matiz iterativo (GDLE, deriv. verbal).

Otra diferencia sobre el Padj anterior es que en éste caso el


significado composicional de este nuevo verbo trasdosear cambia su
EA. La paráfrasis así nos lo exige: este trasdosear sería,
aproximadamente, “pasar más allá del dos, superar el dos” 3, lo que
supone que su sujeto ya no sería agente sino tema o experimentante.
No hablamos entonces, como antes, de un verbo transitivo:
trasdosear las arterias, sino de un inacusativo en el que las arterias
trasdosean, esto es, que mientras el anterior análisis era el de un
Padj Pasivo-Objetivo, éste es el de un Padj Activo-Sujetivo.

Ahora bien, en el marco sintáctico del verso debemos


nuevamente explicar la relación del verbo con el SP de dobles
todavías, un complemento que en este caso especificaría el tipo de
dualidad cuya superación el verbo indica: se pasaría más allá de la
binomia de los dobles todavías.

Esto nos lleva a la inserción contextual de esta forma, que


seguiría estando en consonancia con el intento imposible -ya
apuntado anteriormente- de situar la voluntad humana por encima
de las coordenadas espacio-temporales: en este caso, empero, ya no
habría una ramificación de las opciones, un recubrimiento de las
3
Nos basamos en la analogía con trasnochar “pasar la noche”, y el significado de los formantes
del nuevo verbo tras + dos. También dentro del mismo Trilce encontraremos la forma
transmañanar (VII, 15), con un significado claro de “pasar más allá de la mañana” que apoya
nuestra lectura.

46
arterias, sino una ruptura, un salto cualitativo; las arterias, lo
intrínsecamente vital del ser, se verían elevadas por encima de los
dobles todavías, de las categorías que las subyugan y aprisionan.

47
ii)
entrañada (XXXVI, 9)

[Tu]SN [manqueas...]V entrañada [en los brazos plenarios de la


existencia]SP
La forma entrañada es especialmente interesante para el
análisis comparado de dos derivaciones posibles: la del punto 2 de
este bloque (adjetivos denominales en -ado), y la del punto 3.1 ii)
(participios adjetivos de verbos neológicos denominales).

Las dos posibilidades de análisis se dan en entrañada, y


además, cada una de ellas admite distintos matices:

a) Entrañada es Padj Pasivo. Proviene de un V, que puede ser el


entrañar transitivo de esto entraña mucho peligro, o, más
plausiblemente, un entrañarse neológico y reflexivo que signifique
dotarse de entrañas o bien, meterse en las entrañas.

b) Entrañada es un adjetivo denominal en -ado. Proviene del


sustantivo entraña, o entrañas. Podría tener un matiz relacional o,
seguramente, posesivo: que está dotado de entrañas. Nótese que las
entrañas, como la barba o las vertebras, son partes del cuerpo.

La distinción entre ambas interpretaciones sólo puede dárnosla


la semántica: definiendo si ha habido acción anterior al resultado, y
si esa acción está implicada en el significado de la palabra.

Por nuestra parte, sin pruebas muy concluyentes,


defenderíamos la interpretación a) movidos a ello por el SP que
complementa a entrañadas. Si parafraseamos como introducidas,
incluídas, incardiadas, el contexto es bastante favorable y esa
interpretación es más plausible.

iii)
amargurada (IV, 5)
[aquella otra]SN [...desamada,]PPA amargurada [... por lo uno]SP

48
La forma amargurada plantea a nuestro análisis una posible
ambigüedad. Creemos que en su contexto puede articularse tanto
como participio adjetivo como adjetivo de
relación/posesión/semejanza . Antes de dirimir la cuestión es
4

pertinente ampliar las líneas de significado. El SN se refiere a una


carreta distinta de las dos carretas que aparecieron en el primer
verso. La diferencia entre las dos y una es que, mientras a ellas
nunca las hicimos nada (v.3), a aquella otra sí (v.4). Las carretas
todas, además, están rechinando. Este es, posiblemente dato
fundamental, porque, si atendemos a la crítica, que ha visto una
sensación auditiva como punto de partida de esta estrofa (cf. Espejo
o Coyné en Ortega, p57), los vocablos no vienen sino a
materializartal ruido. Se está hablando, dicen, del fracaso amoroso.

La noción de chirrío nos parece interesante para la


recuperación de amargurada como adjetivo denominal, no
participial5. Podría ajustarse perfectamente a la paráfrasis “que
tiene, lleva N”: que tiene amargura. Incluso cabría, pues con Vallejo
la simultaneidad es posible, una misma noción de semejanza: ya en
paráfrasis: “como de amargura”. La línea de recuperación pasa, en
todo caso, por relacionar carreta-chirrío-amargura. Cada una como
materialización fisiológica de la anterior. Se pretende el ruido (del
amante), por lo que se emplea carreta, que chirría, lo cual implica un
cierto ferrín, un óxido que suene al girar la carreta: la amargura
como óxido de ese fracaso amoroso. Este elemento polvoriento suele
dejar un tono, un color. Tal noción cabe en la descripción de Reiner:

“Con -ado/a, hay un grupo consistente de adjetivos de colores:


aceitunado, leonado, melado, morado [...]” (p. 4629)

El sentido posesivo es, no obstante, el más recuperable y creemos


posible, si la propuesta semántica antes descrita es válida, adscribir
esta forma, al campo léxico que pudieran generar los términos
manejados en el punto 2 de este bloque: un campo de materiales
como el hierro o el bromuro.
Si atendemos a la descripción que Reiner hace del sufijo –ado en
su sentido posesivo observamos cómo introduce la posibilidad de la
ambigüedad que estamos mostrando:

“En algunos casos también sería posible un análisis deverbal,


que es el único posible si hay un matiz resultativo: cariado,
charolado , manchado” (Reiner, p.4630)

Entraría así en juego el segundo análisis de la forma, como


participial desde el nuevo verbo denominal amargurar de tipo
causativo. Su argumento externo sería el SN y podría contar con un
4
Recordemos con Reiner que “las categorías relacional, de semejanza y posesiva se
solapan bastante” (p.4625)
5
Según la clasificación del mismo autor en págs. 4626/7

49
complemento de causa en su EA: “por lo uno”. En relación con
desamada creemos construiría un ablativo absoluto que no termina,
pues la frase que debía seguirle pierde el verbo. Es esta una fuerza
misteriosa dentro del poema. Copiamos el periodo:

A aquella otra sí, desamada,


amargurada bajo túnel campero
por lo uno , y sobre duras álgidas
pruebas espiritivas.

BIBLIOGRAFÍA

TRILCE

* BENEDETTI, M.: Vallejo y Neruda: Dos modos de influir. En


Letras del continente mestizo, Montevideo: Arca, 1972, pp. 35-39.
También en: http://www.literatura.us/vallejo/benedetti.html

* ORTEGA, J.(ed): César Vallejo, Trilce. Cátedra (colección


letras hispánicas). Madrid, 1998.

* VEGA, J.L.: César Vallejo en Trilce. Editorial de la


Universidad de Puerto Rico. 1983.

TRABAJO

50
* BOSQUE, I. : “Sobre el aspecto en los adjetivos y en los
participios”, en I. Bosque (ed.), Tiempo y aspecto en español.
Madrid, Cátedra,1990, págs. 177-214.

* LACUESTA, R.S. y BUSTOS GISBERT, E. : “La derivación


nominal”. Capítulo 69 en Entre la oración y el discurso. morfología.
Vol. III de Gramática descriptiva de la Lengua Española. Espasa,
Madrid, 1999. pp. 4505-4594.

* RAINER, F.: “La derivación adjetival”. Capítulo 70 en Entre


la oración y el discurso. morfología. Vol. III de Gramática descriptiva
de la Lengua Española. Espasa, Madrid, 1999. pp. 4595 – 4644.

* SERRANO – DOLADER, D.: “La derivación verbal y la


parasíntesis”. Capítulo 72 de Entre la oración y el discurso.
morfología. Vol. III de Gramática descriptiva de la Lengua Española.
Espasa, Madrid, 1999. pp. 4683-4756.

* VARELA, S.: “Sobre las conexiones entre estructura y


significado en el dominio de la palabra”. EN Cuaderno de Revista de
Filología Portuguesa, nº24,2002. pp. 209-232.

*_____________: Categorización Gramatical y Aspecto.


Conferencia pronunciada en la Universidad de La Laguna, 14 mayo,
2004.

* ____________ y MARTÍN GARCÍA, J.: “La prefijación”.


Capítulo 76 de Entre la oración y el discurso. morfología. Vol. III de
Gramática descriptiva de la Lengua Española. Espasa, Madrid, 1999.
pp. 4992- 5040.

NOTA: En la edición comentada de Ortega se realiza un panorama crítico


respecto a cada poema. Cuando recogemos la opinión de otros críticos
(como Neale-Silva, Larrea, Coiné) remitimos a la página de la edición de
Ortega donde se recoge.

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