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La historia de los puentes, es también la historia de la ingeniería estructural.

El problema de
pasar un vano construyendo una estructura fija se ha repetido a lo largo del tiempo con
distintas soluciones. Según se fue avanzando en el conocimiento de los materiales y la forma
en que éstos resisten y se fracturan hizo que se construyeran cada vez puentes más altos y
con mayor vano y con un menor uso de materiales. La madera quizás fuese el primer material
usado, después la piedra y el ladrillo, que dieron paso al acero y al hormigón en el siglo XIX. Y
aún la evolución continúa hoy en día: en la actualidad nuevos puentes de fibra de carbono son
diseñados1 con luces mayores y espesores nunca antes vistos.

Índice
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 1Los orígenes del puente


 2Puentes de piedra. La era del arco
 3Puentes de acero y hormigón
o 3.1Puentes en celosía y ménsula
o 3.2Puentes colgantes
o 3.3Puentes atirantados
 4Referencias

Los orígenes del puente[editar]


Artículo principal: Arco (arquitectura)

Los primeros puentes se realizaron con elementos naturales simples, como un tronco dejado
caer sobre un arroyo o unas piedras dispuestas en un río. Estos primeros puentes serían una
combinación de rocas apiladas como pilares sosteniendo los maderos que funcionaban como
tableros. Se sabe que algunas tribus americanas usaron árboles y cañas para construir
pasarelas que les permitían salvar agujeros en las cavernas. Con el tiempo supieron crear
cuerdas que permitían unir los distintos elementos del puente. Estas cuerdas también sirvieron
para crear primitivos puentes de cuerdas atados a los dos lados que se querían cruzar. En
cierta manera así nacieron los puentes colgantes.

Puentes de piedra. La era del arco[editar]


Artículo principal: Puente de fábrica

El puente Arkadiko, de la cultura micénica, es uno de los cuatro puentes de falso arco que
formaban parte de la red de carreteras, diseñada para acomodar las carretas que circulaban
entre Tiryns y Epidauros en el Peloponeso, en Grecia. Datan de la Edad del Bronce, siendo
uno de los puentes arco más antiguos que sigue en uso. Varios puentes arco intactos han sido
encontrados en el Peloponeso que provienen de la Edad helenística en el sur de Grecia.2
Todo parece indicar que los griegos desconocían el concepto de arco, pero sí los
mesopotámicos, que lo usaron en la arquitectura. De alguna forma los etruscos también
aprendieron a usar el arco y transmitieron la técnica a los romanos.
La civilización romana fue la primera cultura en construir puentes de forma generalizada.3 La
necesidad de tener una red de calzadas bien comunicada y fija hizo que los ingenieros
romanos construyeran una gran cantidad de puentes para salvar los ríos y valles que debían
atravesar.3 Los romanos fueron los precursores del hormigón4 y del cemento hidráulico. Eran
capaces de cimentar los puentes a gran profundidad y realizar vanos enormes para la época.
El puente romano de Orense es el de mayor luz en piedra construido por ellos, con 38 m.5
También se le debe a los romanos los primeros puentes arco en madera, caso del puente de
Trajano, con los cimientos en piedra y la arcada en madera, con arcos rebajados. Este puente
es especialmente singular ya que la madera permitió luces de 52 m (la madera al ser más
ligera permitía salvar luces mayores) y además la estructura medía 1130 m, siendo por
muchos siglos el puente más largo jamás construido.
Si bien en la Edad Media se construyeron puentes, la ingeniería no avanzó, y en algunos
casos retrocedió. Se olvidó cómo se realizaba el hormigón y los arcos se redujeron en tamaño.
Aun así el arco perduró con pocas variaciones, usándose a veces el arco gótico. Mientras
tanto en el Imperio Inca se empezó a perfeccionar la construcción de puentes de cuerda, que
serían los precursores de los puentes colgantes.
El Renacimiento traería una nueva dimensión al diseño de puentes. En 1415 se recuperan los
manuscritos de Vitrubio y además por esta época empiezan a reaparecer las ruinas de la
época romana. Estos hechos provocaron que los ingenieros de aquella época retomarán el
estilo clásico de los puentes. Volvió a adoptarse el arco de medio punto. Ejemplos de esto son
el puente de Rialto en Venecia, Pont Neuf de París o el puente della Trinitá en Florencia.6 Con
el paso de los años el puente no sólo se considera un elemento funcional sino también un
elemento artístico de una ciudad, y sin duda un signo de poder e influencia respecto a otras
ciudades.
La Revolución científica conllevó un planteamiento científico que llevó a la mejor comprensión
del funcionamiento de las estructuras. Esto cambió la forma de ver el material, los arcos
podían cambiar de forma, rebajarse y estilizarse, buscando aprovechar el material. Así se
impusieron los puentes de arcos rebajados y los de arcadas sucesivas, cuyo esfuerzo se
apoya en pesados estribos en las orillas. Un ejemplo tardío de esto es el puente Alejandro
III en París. Si bien se siguieron realizando puentes de piedra, la historia de los puentes
cambió radicalmente al aparecer nuevos materiales más resistentes y que precisaban nuevas
formas completamente inéditas hasta entonces.

Puentes de acero y hormigón[editar]


El 1 de enero de 1781 se inauguró el puente de Coalbrookdale, el primero fabricado en hierro
fundido.7 El puente (aún hoy en pie) es un puente arco metálico, a imitación de los de piedra,
pero el material es completamente distinto, más resistente y más liviano. En 1795 el río se
desbordó destruyendo todos los puentes que encontró, excepto el de Coalbrookdale, lo que
hizo que la gente empezara a confiar en este tipo de puentes.

Puentes en celosía y ménsula[editar]


En 1890 se construye en Escocia el Forth Bridge con dos luces de 521,3 m. Este puente
representa una nueva tipología, la de los puentes en ménsula. Consistía en hacer trabajar las
vigas como voladizos, lo que facilitaba la construcción del puente.

Puentes colgantes[editar]
Artículo principal: Puente colgante

En 1825 se completó el puente colgante de Menai, iniciando una nueva tipología de puentes.
Al principio los puentes colgantes se construían de cadenas, lo que resultaba peligroso, ya
que la rotura de un eslabón suponía la rotura del tensor. De esta forma también se construyó
el puente de Clifton (1864). A pesar del éxito que suponían empezaron a aparecer problemas.
En 1831 un regimiento de soldados que desfilaban sobre el puente de Broughton en Reino
Unido hizo entrar al puente en vibración, debido al paso acompasado del desfile, lo que
provocó su rotura. Por desgracia en 1851 se volvió a repetir un desastre similar en Francia, en
el puente de Angers, donde fallecieron 200 soldados. Los ingenieros franceses no volvieron a
construir un puente colgante hasta 1871, y aún hoy en Europa existe tendencia a evitar
construirlos. En América no fue así, los puentes colgantes tuvieron mucho éxito. En 1842 se
completó el puente de cables de Fairmount en Filadelfia con una luz de 109 m. A finales del
siglo XIX Estados Unidos había perfeccionado la construcción del puente colgante hasta
alcanzar las enormes dimensiones actuales. En 1866, el puente de Roebling sobre el río
Ohio tenía 322 m de luz, en 1869 éste es superado por el puente del Niagara con 386 m, y en
1883 se termina el puente de Brooklyn con 486,3 m.

El puente Golden Gate es uno de los grandes puentes más famosos del mundo. Terminado en 1937, el
puente no sólo fue pionero en su ingeniería, también lo fue en el uso de medidas de seguridad como
redes para evitar caídas.

A principios de siglo XX el puente colgante ya dominaba ampliamente las grandes luces. En


1931 se superó por primera vez el kilómetro en un solo vano con el puente George
Washington, en Estados Unidos. En 1937 se termina el famoso puente Golden Gate con un
vano de 1280 m, un puente que perduró con el récord de mayor luz hasta 1964. En la
actualidad hay ya 10 puentes que superan en luz al Golden Gate, siendo el de mayor luz
el Gran Puente de Akashi Kaikyō con una longitud total de 3911 m y una luz máxima
de 1991 m (1,55 veces mayor que la del Golden Gate) . Si bien los proyectos de grandes
puentes colgantes son difíciles de financiar, las ventajas económicas que suponen para una
región han hecho que se sigan planteando nuevos puentes, aún mayores que los existentes,
como el puente del estrecho de Mesina. Por otro lado el éxito de proyectos de túneles bajo
estrechos como el Eurotúnel o el túnel Seikan han hecho replantearse grandes proyectos de
puentes como el puente de Gibraltar. En otros casos se han adoptado soluciones híbridas
(puente y túnel) como es el puente de Oresund con excelentes resultados para la navegación
marítima y el tráfico rodado. En la actualidad el puente colgante es una opción usual para
vanos mayores a los 500 m, y la única posible para vanos superiores al kilómetro.

Puentes atirantados[editar]
Artículo principal: Puente atirantado

Tienen su modelo más antiguo conocido en el diseño del humanista Fausto Verancio dibujado
en su obra «Machinae Novae», publicada en 1595. Muchos puentes colgantes primitivos
fueron en un principio híbridos de puentes colgantes y atirantados, incluyendo el puente
peatonal Dryburgh Bridge construido en 1817. James Dredge patentaría el puente Victoria en
Bath (Reino Unido, 1836) y más tarde el Albert Bridge en Londres en 1872. Los diseñadores
de puentes descubrieron que la combinación de ambas tecnologías permitía construir puentes
más rígidos, un ejemplo de esto es el puente de las cataratas del Niágara construido por John
Augustus Roebling.
El ejemplo más antiguo y conocido de un verdadero puente atirantado es el puente de acero
de Bluff Dale, situado en Bluff Dale, (Texas, Estados Unidos.) construido en 1890 por E.E.
Ruyon. En pleno siglo XX los ejemplos más pioneros incluyen a A. Gisclard, con el puente de
Cassagnes (1899), en el que la componente horizontal de la fuerza de los cables es
compensada por un cable puntal horizontal, previniendo así la compresión significativa del
tablero. Eduardo Torrija Miret, un ingeniero español, diseñó un puente atirantado para el
acueducto del Tempul en la provincia de Cádiz, España en 1926.3
Alber Caquot construiría un nuevo puente atirantado con tablero de hormigón sobre el canal
de Donzère-Mondragon en Pierrelate convirtiéndose en el primer puente atirantado moderno,
pero aún con una gran influencia de los diseños previos. El puente de tablero metálico
Strösmund Bridge diseñado por Franz Dischinger también es citado como uno de los primeros
puentes atirantados modernos.
Otros pioneros claves en esta época son Fabrizio de Miranda, Riccardo Morandi y Fritz
Leonhardt. En este período se usaban muy pocos cables como en el caso del puente de
Theodor Heuss en Düsseldorf de 1958. Sin embargo el utilizar pocos cables aumentaba
enormemente el costo de construcción por lo que las modernas estructuras llevan muchos
más cables. El tiempo ha hecho que los puentes atirantados se hagan un lugar en el diseño de
puentes y desplacen a los puentes ménsula.

Referencias

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