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EL INTERÉS COMPUESTO Y LA INVERSIÓN EN BOLSA

Alejandro Pedrosa Díaz

En este artículo se realiza un análisis del aprovechamiento del interés compuesto en la


inversión en bolsa como forma de obtener una fuente de ingresos que complemente o
substituya la pensión pública, dándonos una cierta libertad financiera. De esta forma, los
dividendos juegan un papel principal como pieza fundamental del interés compuesto
junto con la revalorización de las acciones para, llegado el momento, pasar a ser el
recurso en el que sustentar nuestro retiro profesional.

1. ¿Qué es el interés compuesto?

En primer lugar, el interés es el beneficio que se obtiene al ceder un capital, o visto


desde el lado deudor, el coste que se paga por tener acceso al capital ajeno, ello durante
un periodo de tiempo determinado. Por tanto, el interés viene a ser la diferencia entre el
valor inicial del capital cedido y su valor final, transcurrido el periodo de tiempo en el
que éste es cedido.

Una vez conocido lo que es el interés, simplemente basta con saber que al añadir
los intereses que se van generando periodo a periodo al principal surge el interés
compuesto. Sin duda un concepto sencillo y que esconde un gran potencial a largo
plazo, ya que al añadir los intereses generados al principal estos generan a su vez
intereses, lo que supone un efecto multiplicador del dinero. Por tanto, la clave del
interés compuesto radica en reinvertir los intereses devengados para así obtener más
intereses en los siguientes periodos.

La fórmula para calcular el interés compuesto es la siguiente:

𝐶𝑛 = 𝐶0 (1 + 𝑖)𝑛

Siendo:

𝐶0 : El valor del capital cedido.

𝑖: La tasa de interés.

𝑛: El número de periodos que se cede el capital.

𝐶𝑛 : El valor final del capital cedido.

De su fórmula se obtienen los tres pilares del interés compuesto y que son el
tiempo, la tasa de interés y el capital invertido.
2. Un estudio práctico de los tres pilares del interés compuesto

Para ver los frutos del interés compuesto hay que ser paciente, tener perseverancia
y, contra lo que se piensa, no hace falta asumir elevados riesgos. Es decir, mientras
antes se comience a invertir durante periodos más largos con un interés más alto, mayor
efectividad del interés compuesto.

2.1. El tiempo

Para apreciar la importancia del tiempo en el funcionamiento del interés compuesto


comenzamos analizando el simple caso de Rubén C. y Jorge M. con un interés constante
en cada periodo del 14%. Así, Rubén comenzó a invertir sus ahorros de 3000€ al
comienzo de cada año desde sus 22 años de edad hasta los 29, dejando de ahorrar desde
entonces. Por otro lado tenemos a Jorge, el cuál tras leer un artículo sobre el interés
compuesto tras cumplir los 29 años comenzó a ahorrar para invertir y conseguir obrar la
magia del interés compuesto a largo plazo. Es así como Jorge ahorró cada año 3.000€
desde su treinta cumpleaños hasta su jubilación a los 65. En el Cuadro 1 se muestran los
resultados de las inversiones de ambas personas por año de edad.

Cuadro 1. El caso de Rubén y Jorge.


Edad Rubén Jorge
(años) Inicio año (€) Final año (€) Inicio año (€) Final año (€)
22 3.000 3.420 - -
23 3.000 7.319 - -
24 3.000 11.763 - -
25 3.000 16.830 - -
26 3.000 22.607 - -
27 3.000 29.191 - -
28 3.000 36.698 - -
29 3.000 45.256 - -
30 - 51.592 3.000 3.420
31 - 58.815 3.000 7.319
32 - 67.049 3.000 11.763
33 - 76.436 3.000 16.830
34 - 87.137 3.000 22.607
35 - 99.336 3.000 29.191
36 - 113.243 3.000 36.698
37 - 129.097 3.000 45.256
38 - 147.170 3.000 55.012
39 - 167.774 3.000 66.134
40 - 191.263 3.000 78.812
41 - 218.039 3.000 93.266
42 - 248.565 3.000 109.743
43 - 283.364 3.000 128.527
44 - 323.035 3.000 149.941
45 - 368.260 3.000 174.353
46 - 419.816 3.000 202.182
47 - 478.590 3.000 233.908
48 - 545.593 3.000 270.075
49 - 621.976 3.000 311.305
50 - 709.053 3.000 358.308
51 - 808.320 3.000 411.891
52 - 921.485 3.000 472.976
53 - 1.050.493 3.000 542.612
54 - 1.197.562 3.000 621.998
55 - 1.365.220 3.000 712.498
56 - 1.556.351 3.000 815.668
57 - 1.774.240 3.000 933.281
58 - 2.022.634 3.000 1.067.361
59 - 2.305.802 3.000 1.220.211
60 - 2.628.615 3.000 1.394.461
61 - 2.996.621 3.000 1.593.105
62 - 3.416.148 3.000 1.819.560
63 - 3.894.408 3.000 2.077.718
64 - 4.439.626 3.000 2.372.019
65 - 5.061.173 3.000 2.707.521

A pesar de que tanto la inversión anual como la tasa de interés son constantes pese
a lo que realmente se da en el mundo real, este simple caso demuestra la importancia de
comenzar a ahorrar e invertir cuanto antes. Ya que, como el resultado demuestra,
simplemente por haber comenzado a ahorrar antes, Rubén obtuvo a los 65 años de edad
un retorno total de 5.061.173$ sobre una inversión de 24.000$ ahorrados en 8 años y
que supone una rentabilidad del 21.088%. Mientras que Jorge obtuvo un retorno total de
2.707.521$ tras invertir 108.000$ en 36 años, lo que supone una rentabilidad del
2.507%.

Sin duda, en este caso simplificado se ha ignorado el crecimiento nominal que se


da normalmente en los salarios, así como que es imposible conseguir una misma tasa de
interés año tras año, aunque no una rentabilidad media anual incluso superior al 14% del
ejemplo en fondos de inversión con filosofía value investing. Por ello, a continuación se
expone otro caso más complejo en el que se recrea la inversión en el índice de bolsa
Dow Jones Industrial (DJI) de Nueva York con la particularidad de que utilizaremos su
versión en la que se reinvierten todos los dividendos que ofrecen las empresas cotizadas
para obtener el interés compuesto, es decir, recurriremos al Dow Jones Industrial Total
Return (DJITR).

Conozcan a Linda, una chica nacida en 1949 en Montgomery, Alabama. Corre el


año 1967 y se acaba de graduar en el instituto, no piensa ir a la universidad por lo que
ha conseguido un trabajo como camarera en una cafetería de su ciudad natal en la que
vive con sus padres. Linda tiene un novio llamado Thomas que juega en el equipo de
fútbol americano de la Universidad de Montgomery mientras estudia química para
poder trabajar en la industria petrolera de Texas en un futuro. Nada fuera de lo normal
excepto que Linda el día de su 18 cumpleaños tuvo que escuchar a su tío Jackson,
empleado del North Carolina Nation Bank, que con unas cervezas de más le recitó tres
veces seguidas una frase de Albert Einstein que reza Compound interest is the eight
wonder of the world. He who understands it, earns it; he who doesn’t, pays it, lo que en
español viene decir que el interés compuesto es la octava maravilla del mundo y que
quien la entiende sale ganando, y quien no, perdiendo. Entonces, un eco de la frase del
tío Jackson quedó en la mente de Linda, la cual tras preguntarle por explicaciones
obtuvo de respuesta “ahorra todo lo que puedas lo antes posible y compra un índice de
bolsa, nadie bate al mercado. Te jubilarás millonaria”. Dada su situación con salario y
sin apenas gastos, Linda pensó que sería una buena idea ahorrar para la casa de sus
sueños con su querido Thomas, pero veía su jubilación muy lejana, dando ninguna
importancia a las palabras de su tío. Sin embargo, unos años más tarde, a comienzos de
1971, Linda había conseguido ahorrar 6.000$ y decidió hacer caso a su tío Jackson tras
leer un extracto sobre interés compuesto de una obra del economista austriaco F.A. von
Hayek en una revista mientras era atendida en la peluquería de su barrio. Linda invirtió
sus ahorros en el DJI y destinó 1.300$ cada año a comprar más acciones hasta que en
1978 decidió parar tras haber invertido 15.100$, además de los dividendos a los que
accedía, para “solo” haber obtenido una ganancia de 3.179$ sobre sus ahorros. Sin
embargo, no liquidó las acciones. Por su parte, Thomas comprendió el potencial del
interés compuesto el mismo año en la que su ya mujer Linda paró de ahorrar, tras
consultar a un responsable financiero de su compañía petrolera Exxon Corporation.
Reunió 6.000$ que invirtió al comienzo del año 1979 y, pese al escepticismo de su
mujer, continuó invirtiendo la misma cantidad que ella de 1.300$ al año.

El proceso de cálculo puede verse en el Cuadro 2, en total, Thomas pasó 36 años


invirtiendo un total de 51.500$ para obtener una cartera de acciones valoradas en
978.850$ a sus 65 años de edad, lo que supone una rentabilidad de 1.901%. Mientras
tanto, su mujer Linda solo invirtió durante 8 años una cantidad de 15.100$ para obtener
finalmente una cartera de 1.254.616$ a su jubilación, lo que supone una rentabilidad
total de 8.309%. Es decir, gracias a la acción del interés compuesto nos encontramos
con que a pesar de que Linda ha invertido un 70,7% menos que Thomas, ésta ha
obtenido un 28,2% más de valor.

Cuadro 2. Linda y Thomas invierten en el DJI Total Return.


Retorno Retorno Linda Thomas
Años
DJI DJITR Ahorro ($) Inversión ($) Ahorro ($) Inversión ($)
1971 6,1% 9,80% 6.000 6.588 - -
1972 14,6% 18,21% 1.300 9.324 - -
1973 -16,6% -13,12% 1.300 9.230 - -
1974 -27,6% -23,14% 1.300 8.093 - -
1975 38,32% 44,41% 1.300 13.564 - -
1976 17,86% 22,72% 1.300 18.241 - -
1977 -17,27% -12,71% 1.300 17.058 - -
1978 -3,15% 2,69% 1.300 18.851 - -
1979 4,19% 10,53% - 20.835 6.000 6.632
1980 14,93% 21,42% - 25.298 1.300 9.630
1981 -9,23% -3,40% - 24.437 1.300 10.559
1982 19,61% 25,79% - 30.739 1.300 14.917
1983 20,27% 25,65% - 38.623 1.300 20.376
1984 -3,74% 1,07% - 39.038 1.300 21.909
1985 27,66% 32,78% - 51.833 1.300 30.815
1986 22,58% 26,91% - 65.783 1.300 40.759
1987 2,26% 6,02% - 69.741 1.300 44.590
1988 11,85% 15,95% - 80.865 1.300 53.209
1989 26,96% 31,71% - 106.506 1.300 71.793
1990 -4,34% -0,58% - 105.894 1.300 72.673
1991 20,32% 23,93% - 131.239 1.300 91.678
1992 4,17% 7,35% - 140.888 1.300 99.814
1993 13,72% 16,74% - 164.474 1.300 118.041
1994 2,14% 4,96% - 172.625 1.300 125.256
1995 33,45% 36,49% - 235.620 1.300 172.739
1996 26,01% 28,92% - 303.761 1.300 224.371
1997 22,64% 24,75% - 378.942 1.300 281.525
1998 16,10% 18,01% - 447.189 1.300 333.761
1999 25,22% 27,06% - 568.199 1.300 425.729
2000 -6,18% -4,68% - 541.607 1.300 407.044
2001 -7,10% -5,42% - 512.252 1.300 386.212
2002 -16,76% -14,87% - 436.080 1.300 329.889
2003 25,32% 27,85% - 557.528 1.300 423.425
2004 3,15% 5,44% - 587.858 1.300 447.830
2005 -0,61% 1,68% - 597.734 1.300 456.675
2006 16,29% 18,79% - 710.048 1.300 544.029
2007 6,43% 8,83% - 772.746 1.300 593.481
2008 -33,84% -31,93% - 526.008 1.300 404.867
2009 18,82% 22,68% - 645.306 1.300 498.286
2010 11,02% 14,06% - 736.037 1.300 569.828
2011 5,53% 8,38% - 797.716 1.300 618.989
2012 7,26% 10,24% - 879.403 1.300 683.806
2013 26,50% 29,65% - 1.140.145 1.300 888.240
2014 7,52% 10,04% - 1.254.616 1.300 978.850

Por tanto, el factor diferencial es, sin duda, el tiempo. Mientras antes se comience a
invertir lo ahorrado, antes comenzaremos a aprovechar el interés compuesto para
obtener mayor patrimonio. No es necesario saber de bolsa ya que, como se ha
demostrado, la inversión en un índice nos da una rentabilidad aceptable de cara a sacar
partido a la reinversión de las ganancias. Ni siquiera importa de manera más
significativa la fecha de inicio del proceso de inversión, ya que como se aprecia en la
columna de Retorno DJITR del Cuadro 2, Linda invirtió en los años setenta, un periodo
caracterizado por la inestabilidad de la economía con fuertes caídas de la bolsa y una
evolución lateral, tal y como estamos viviendo desde el inicio del Siglo XXI. De esta
forma, en el Gráfico 1 se aprecia cómo la evolución del valor de la cartera de Linda es
similar al de Thomas, con la excepción de que su diferencia se agranda conforme pasan
los años de reinversión de ganancias.

Gráfico 1. Valor de la inversión en el DJITR ($)


Linda Thomas Tendencia

1,200,000

1,000,000

800,000

600,000

400,000

200,000

-
1988

1996

2004

2012
1972
1974
1976
1978
1980
1982
1984
1986

1990
1992
1994

1998
2000
2002

2006
2008
2010

2014

2.2. El interés.

La tasa de interés o rentabilidad que disfrutemos en nuestra inversión puede


disminuir o potenciar el efecto de la capitalización compuesta. Así, por ejemplo, si el
Gráfico 2 refleja la evolución de las carteras de valores de Rubén y Jorge del Cuadro 1 a
un interés del 14%, conforme se reduzca la tasa de interés utilizada, menor será la
diferencia entre éstas a la vez que su exponencialidad hasta asemejar el ejemplo a un
caso de interés simple donde la línea del gráfico es lineal, tal y como se expone en el
Gráfico 3 a una tasa del 4%.
Gráfico 2. Valor de cartera de Rubén y Jorge (€). i = 14%
6,000,000

5,000,000

4,000,000

3,000,000 Rubén
Jorge
2,000,000

1,000,000

-
22 25 28 31 34 37 40 43 46 49 52 55 58 61 64

Gráfico 3. Valor de cartera de Rubén y Jorge (€). i = 4%


300,000

250,000

200,000

150,000 Rubén
Jorge
100,000

50,000

-
22 25 28 31 34 37 40 43 46 49 52 55 58 61 64

Si un atractivo de la capitalización compuesta es aprovechar unos años tempranos


de inversión para olvidarse de ella y obtener a nuestra jubilación un patrimonio que nos
permita no depender del Estado como individuos, el no disponer de una tasa de interés
suficiente puede truncarlo, requiriendo de una inversión más constante. Al final, todo se
reduce a jugar con las tres variables tratadas para obtener el resultado deseado. Por su
puesto que la reinversión nos devolverá en todo escenario con una cierta tasa de interés
una cantidad mayor al final del periodo, pero quizá sin toda la exponencialidad deseada.
Aunque esto no debe ser motivo de gran preocupación ya que la simple compra de un
índice y la reinversión de los dividendos nos garantiza esa exponencialidad, mucho
mayor si depositamos nuestros ahorros en fondos con filosofía value.
2.3. El capital invertido

Es obvio que cuanta mayor cantidad se invierta, mayor interés nominal generará, lo
que reinvertido se traducirá en una mayor exponencialidad del crecimiento del valor de
la cartera de acciones.

Hoy en día, el interés compuesto se esconde detrás de los discursos sobre la


desigualdad patrimonial de las personas, aunque muchos lo desconozcan. Esto se debe a
que con el paso de las generaciones las personas pueden heredar patrimonios que con
una pequeña rentabilidad se hacen inmensos. Así por ejemplo, una persona que hubiera
invertido 1000$ en el índice DJI a comienzos de 1922 -unos 13.200$ del año 2014 si
consideramos el Índice de Precios de Consumo oficial de EE.UU.-, a finales de 2014
sus herederos tendrían 8.559.405,56$, simplemente reinvirtiendo los dividendos de una
única inversión. De esta manera, si los herederos además de reinvertir los dividendos se
dedican a invertir sus ahorros, la cifra se dispara.

Otro tema a considerar es cómo invertir una cierta suma de ahorros. De esta forma,
si se quieren evitar graves pérdidas por invertir una gran cantidad ahorrada
anteriormente en un mal año bursátil, una estrategia es hacerlo periódicamente, aunque
en el largo plazo se recuperen como la historia ha demostrado. De esta forma, si, por
ejemplo, una persona que poseía unos ahorros de 1.000$ a comienzos de 1973 hubiera
decidido invertirlos con la mala fortuna de coincidir con el primer shock petrolero, éste
no habría recuperado el capital inicial hasta más de tres años después en 1976, tal y
como indica el apartado “Inversión Única” del Cuadro 3.

Cuadro 3. Inversión periódica y única.


Inversión
Ahorro Ahorro Inversión
Años DJITR Periódica
($) ($) Única ($)
($)
1973 -13,12% 250 217,19 1.000 868,77
1974 -23,14% 250 359,07 0 667,70
1975 44,41% 250 879,55 0 964,23
1976 22,72% 250 1.386,15 0 1.183,27
1977 -12,71% 0 1.209,98 0 1.032,89
1978 2,69% 0 1.242,51 0 1.060,65
1979 10,53% 0 1.373,28 0 1.172,29
1980 21,42% 0 1.667,43 0 1.423,38

Sin embargo, si esa misma persona hubiera decidido acometer la inversión de


1.000$ en cuatro tiempos, 250$ cada año de 1973 a 1976, además de recuperar lo
invertido un año antes -en 1975 la inversión supera la cantidad inicial invertida hasta el
momento de 750$-, la rentabilidad es mayor. Así, mientras en 1975 la inversión única
ha dado lugar a una ganancia de 183,27$, en la periódica la ganancia ha sido de
386,15$. Una diferencia que se mantiene y amplía cuando sube la Bolsa al suponer una
mayor inversión.

3. Ejemplo de inversión en un fondo value investing español: Bestinver

Aunque Bestinver S.A. nació en 1987, no fue hasta 1993 cuando constituyó su
fondo Bestinfond. Como la propia empresa de valores explica en su web, su filosofía de
inversión conocida como value investing está basada en la adquisición de valores por
debajo de lo que Benjamin Graham definió como valor intrínseco: el valor que un
comprador informado ofrecería por el 100% de una compañía en una negociación de
igual a igual. Warren Buffet, discípulo de Graham y posiblemente el mejor inversor de
todos los tiempos, ha aplicado siempre criterios de value investing a sus inversiones,
buscando negocios comprensibles, con perspectivas favorables a largo plazo, dirigidas
por gente honesta y competente y, muy especialmente, que estén disponibles a precios
atractivos. El precio atractivo de una acción es precisamente aquel que se encuentra por
debajo de su valor intrínseco. Y esa diferencia entre ambos es lo que Graham denominó
margen de seguridad.

Basándonos en las rentabilidades anuales del fondo Bestinfond podemos hacernos


una idea de que tal vez merezca la pena apostar por profesionales que crean en la
filosofía value para confiar en ellos nuestros ahorros. Así nos encontramos a Antonio,
un sevillano de Triana que tras licenciarse en Óptica y Optometría encontró trabajo en
una óptica del centro de Sevilla. Antonio, al seguir viviendo con sus padres, consiguió
ahorrar en pesetas unos 20.000 de los por entonces inexistentes euros a la edad de 29
años. Al independizarse por fin, prefirió invertir dicha cantidad en un nuevo fondo
español de renta variable pensando en su futuro. Además de invertir sus ahorros,
Antonio invirtió al inicio de cada año el equivalente a 2.500€ del año 2014 teniendo en
cuenta el IPC que provee el INE. Como se puede ver en el Cuadro 4, el resultado de
mantener esta estrategia desde el comienzo de 1993 hasta finalizar 2014 situó a Antonio
con la edad de 51 años con un total de 689.656,92€ tras invertir el equivalente a 61.234€
durante 22 años.

Cuadro 4. Inversión en Bestinfond.

Rentabilidad Ahorro
Valor de la
Año anual de anual de
cartera (€)
Bestinfond Antonio (€)
1993 43,91% 20.000 28.782,00
1994 5,28% 1.414 31.790,88
1995 10,33% 1.481 36.708,84
1996 41,03% 1.551 53.957,27
1997 41,01% 1.606 78.350,34
1998 30,00% 1.639 103.985,54
1999 -10,91% 1.668 94.126,77
2000 13,03% 1.706 108.320,23
2001 20,47% 1.764 132.618,96
2002 8,17% 1.828 145.431,21
2003 38,20% 1.892 203.600,55
2004 29,89% 1.949 266.987,87
2005 28,53% 2.007 345.739,27
2006 26,70% 2.075 440.681,15
2007 -2,23% 2.148 432.954,07
2008 -42,14% 2.208 251.784,86
2009 60,20% 2.299 407.041,84
2010 19,22% 2.292 488.007,55
2011 -10,33% 2.333 439.688,41
2012 16,52% 2.408 515.130,38
2013 31,82% 2.465 682.294,87
2014 0,71% 2.500 689.656,92

De esta forma, Antonio obtendrá sin ninguna duda una cantidad aun mayor a su
jubilación sin necesidad de seguir ahorrando, complementando su pensión con los
dividendos que le pueden reportar las acciones. De hecho, si no hubiera ahorrado una
cantidad anual para invertir, aún así a 2014 su cartera valdría nada menos que
496.861,98€.

4. Conclusiones
Debido a encontrarnos en un periodo de evolución lateral de las bolsas desde el año
2.000 con fuertes caídas, esto solo ha aumentado la creencia de que invertir en
acciones de empresas cotizadas es demasiado arriesgado. Una creencia que no tiene
fundamento ninguno ante el efecto del interés compuesto en combinación con el
mercado bursátil y que permite una independencia financiera a nuestra jubilación
que merece la pena considerar. Sin duda un ejercicio de paciencia y sacrificio de
ahorro que no está al alcance de todos debido a la naturaleza cortoplacista del ser
humano y que se evidencia con la formación de burbujas como la inmobiliaria
vivida recientemente en España. Solo la educación financiera podrá evitar este error
humano, aunque lo que parece claro es que el segundo mejor regalo de unos padres
a sus hijos después de la vida es una cartera de acciones que se reinvierta
constantemente hasta la jubilación de éstos.

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