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M415m Miradas concurrentes: La amropología en el diálogo inrerdisciplinario
/ Virginia Carcía Acosra, Cuillermo de la Peña, (coordinadores).-
México: Cenrro de Investigaciones y Estudios Superiores en Amropología
Social, 201 3
312 p.; 23 cm.-(Publicaciones de la Casa Chata)

ISBN: 978-607-486-236-2

l. Anrropología - México. 2. Anrropólogos mexicanos. 3. Aguirre Belrrán, Gonzalo,


1908-1996. 4. Bonfil Batalla, Guillermo, 1935-1991. 5. Palerrn Vich, Ángel, Dedicamos este libro a la memoria de los fundadores del
1917 -1980. 6: Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Amropología CISINAH-CIESAS:
Social, México - Historia. 7. Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Gonzalo Aguirre Beltrán (1908-1996)
Antropología Social, México - Investigación. 8. Anuopología social- México. 1. Ángel Palerm (1917-1980)
CarcÍa Acosra, Virginia, coord. II. Peña, Guillerrno de la, coord. 1Il. Serie. Guillermo Bontil (1935-1991)

Proyecto apoyado por el Conacyr

Cuidado de edición: Pastora Rodríguez


Tipografía y formación: Elba L. Padilla
Disc110 de portada: Elba L. Padilla, sobre una imagen creada por Pablo deja Peña

Primera edición: 2013

D.R. © 2013 Centro de Investigaciones


y Estudios Superiores en Antropología Social
Juárez 87, Col. TJalpan,
c.r 14000, México, D.E
difusion@ciesas.edu.mx

ISBN: 978-607-486-236-2

Impreso y hecho en México


índice

Umbral....................................................................................................................... 11

Introducción: Pluralidad e interdisciplina en la antropología mexicana 13


Guillermo de la Peña

Concreción simbólica y descripción etnográfica.


(Sobre la relación entre antropología y filosofía) 69
Luis Roberto Cardoso de Oliueira

Antropología e historia: un diálogo ineludible 97


Virginia García Acosta y Brígida von Mentz

Convergencias y divergencias entre la lingüística y la antropología.


Una mirada histórica 127
Jon Landaburu

La cercana y distante relación entre la antropología y la sociología 149


Bryan Roberts, Mercedes Gonzdlez de la Rocha y Agustín Escobar Latapí

Diálogo entre la antropología y la geografía en el CIS-INAH/CIESAS . 193


Jesús Manuel Macias

Miradas antropológicas o miradas medicalizadas. Reflexiones sobre


las diferencias entre las ciencias médicas y la antropología social 225
Eduardo Menéndez

La política más allá de las fronteras de las disciplinas 253


Alberto Aziz Nassify Jorge Alonso
Umbral
La voz de la antropología en las arenas movedizas del desarrollo 275
Norman Long y Magdalena Villarreal

Sobre los autores 305

En septiembre de 1973, gracias a un decreto del Presidente de la República, se


creó el Centro de Investigaciones Superiores del Instituto Nacional de Antropo-
logía e Historia (CISINAH), como un proyecto del Estado mexicano que buscaba
promover esas disciplinas -la antropología social, especialmente-a partir de la
investigación y la docencia de alto nivel, en un contexto de libertad académica.
Siete años más tarde, el CISINAH, mediante un nuevo decreto presidencial, fue
rebautizado como Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antro-
pología Social (CIESAS). Conservó sus funciones esenciales y adquirió nuevas
capacidades y dimensiones, que se han ampliado con el paso de las décadas. En
2013, al cumplir 40 años de existencia, la institución suma siete sedes y reúne a
más de centena y media de investigadores; ofrece diez programas de postgrado
(cuatro doctorados y seis maestrías) y cuenta con un fondo editorial superior a
los 1,3000 títulos.
El libro reflexiona sobre el diálogo interdisciplinario. Desde sus comienzos,
éste ha sido una característica de la antropología que se practica en nuestra insti-
tución. Si bien sus tres fundadores -Gonzalo Aguirre Beltrán, Ángel Palerm y
Guillermo Bonfil- eran destacados antropólogos sociales, mantuvieron vínculos
con otros saberes científicos y humanísticos. Aguirre Beltrán, formado original-
mente como médico, escribió obras pioneras sobre temas de salud pública y es
además reconocido como un etnohistoriador señero. Palerm igualmente cultiva-
ba la etnohistoria y la ecología, e incursionó exitosamente en la planificación re-
gional. Bonfil añadía, a su interés por los problemas socioeconómicos vinculados
a la salud pública, una mirada innovadora a la historia del pensamiento político
de los indígenas latinoamericanos y una preocupación activa sobre la doctrina
de los derechos humanos. Al fundarse el CISINAH, su puesta en marcha inclu-
yó programas de investigación sobre temas conectados con diversas disciplinas:
etnohistoria, regiones campesinas, antropología política, relaciones interétnicas,
antropología de la educación y antropología lingüística. Pronto surgieron estu-
dios de antropología médica, antropología de la industrialización y desarrollo
regional. A estas especialidades se añadieron, con el cambio a CIESAS, la geografía

11
12 Virginia García Acosta y Guillermo de la Peña

social y la sociología política. En todos los programas se realizaba trabajo en equi-


po en el que participaban estudiantes bajo la guía de investigadores formados. A Introducción:
través de seminarios y cursos compartidos, se procuraba la comunicación entre los Pluralidad e interdisciplina en la antropología mexicana
diferentes grupos. El mismo modelo de trabajo persiste, adaptado al crecimiento
de la institución y aunado a relaciones con universidades y centros académicos
nacionales e internacionales. Ya lo largo de nuestra historia se ha mantenido una Guillermo de la Peña
preocupación central por la investigación aplicada a los problemas sociales del
país, que ha llevado a incursionar en la evaluación y diseño de políticas públicas.
Por supuesto, la antropología, ambiciosa ciencia que estudia al ser humano,
no puede evitar el diálogo con las ciencias que exploran las múltiples facetas de la En 1536, un joven fraile llamado Francisco de Ribera, mejor conocido como
especie. Incluso, en los albores de la profesión, se pretendía que cada antropólogo Bernardino de Sahagún -el nombre que le dieron en la Orden Franciscana_,
conjuntara proficientemente la antropología física, la etnología/etnohistoria, la comenzó a enseñar latín en el recién fundado Colegio de Santa Cruz de Tlal-
lingüística y la arqueología. Hoy sabemos que cada una de esas disciplinas ha telolco. Había llegado a la Nueva España en 1529, cuando aún no cumplía los
tenido un gran desarrollo y plantea demandas que imposibilitan su reunión exi- treinta años. Antes de emprender labores docentes se desempeñó como misio-
tosa en un solo académico. Conscientes de la progresiva complejidad del mundo, nero, durante más de tres Íustros, en poblados del centro de México, donde
concurrimos con otras disciplinas igualmente desarrolladas. El ideal del diálogo aprendió la lengua náhuad y se familiarizó con la vida cotidiana y la cosmovisión
interdisciplinario, por tanto, se logra mediante el trabajo en equipos y la vincu- de sus moradores.IEn Tlaltelo1co tuvo como discípulos a jóvenes nahuas perte-
lación en seminarios de largo plazo. Algo que parece contradictorio con la indi- necientes a familds principales y buenos conocedores de su cultura nativa; con
vidualización y el inmediatismo que crecientemente se exige a las instituciones. ellos concibió el arranque del proyecto etnográfico e histórico que, a partir de
Al planear este libro, nos propusimos estimular la reflexión acerca de los 1549, 10 ocuparía casi de tiempo completo durante varias décadas. Varios de
desafíos que nos plantea la tradición rnultifacética de la antropología, entendida estos informantes se convertirían en intelectuales sobresalientes y seguirían en
como un campo en el que confluyen y se confrontan fuerzas intelectuales he- diálogo con tal proyecto, que alcanzó su punto culminante en la monumental
Historia general de las cosas de la Nueva España. 1
terogéneas, en contextos sociales y políticos variados. Solicitamos y recibimos,
para escribir los capítulos, la ayuda de varios colegas que han destacado en al- Por esta obra es considerado por muchos autores como el fundador de la
gunas de tales facetas. Cuatro de ellos provienen de instituciones extranjeras, etnografía moderna. Pero, además, en mi opinión, la tarea emprendida por Sa-
al norte y al sur del planeta, y han tenido una larga relación de cooperación y hagún, a pesar de su carga colonialista, marca el comienzo de una tradición
amistad con nuestra institución; los otros diez somos académicos del CIESAS. Los mexicana de trabajo antropológico. Una tradición en la que destacan, además
capítulos que cuidadosamente elaboraron se refieren a la relación de la antro- del rigor científico, el respeto y valoración de la pluralidad cultural y el enfoque
interdisciplinario.2
pología con, respectivamente, la filosofía, la historia, la lingüística, la geografía,
la medicina, la sociología, la ciencia política y los estudios sobre el desarrollo. En este ensayo introductorio trataré de caracterizar el legado del profesor de
Somos conscientes de las numerosas ausencias; pero esperamos que este libro Tlaltelo1co, continuado a 10 largo del periodo colonial por escritores indígenas,
sea un momento interesante en una reflexión de gran importancia que, si bien
tiene muchos antecedentes, debe continuar y estimular nuevas discusiones. Con Una buena (y sintérica) introducción a la obra de Sahagún se encuenrra en Nicolau d'Olwer
él queremos rendir homenaje a todas las personas que con su esfuerzo, a lo largo y Cline (1973). Véanse rambién Villoro ([1950J 1979); Garibay ([1956J 1975); León-Porrilla
de estas cuatro décadas, han convertido al CIESAS en un centro académico de ([1959J 1983: 8-15); Klor de Alva, Nicholson y Quiñones Keber (eds.) (1988).
prestigio nacional e internacional. Provisionalmente, planteo que, si la muftidiscipfina implica la yuxraposición de varias disciplinas
Y.G.A cienríficas en el examen de un problema de invesrigación (cada una desde su propio punto de
G. P. vista), la interdisciplina prerende enrrecruzar concepros y mérodos de diversas ciencias para definir
y abordar un mismo objero.

13
Introducción: Pluralidad e interdisciplina en la antropología mexicana 15
Guillermo de la Peña
14
a tal disputa y, como muchos de sus correligionarios de la Orden de Frailes
mestizos y criollos, entre quienes destaca Francisco Xavier Clavijero. Me referiré Menores, escribió para tomar el partido de los llamados ind~ En el discurso
luego al impacto de este legado en ciertas figuras clave de la historiografía Y la de Las Casas era evidente que la defensa de la humanidad de los pobladores
antropología mexicana en los siglos XIX Y xx, en el contexto del surgimiento del Nuevo Mundo no se refería solamente a su individualidad, sino también a
de estas disciplinas en el mundo occidental. Lo asociaré asimismo con nuestro sus formas de vida y pensamiento, que por tanto debían aceptarse en principio
trabajo de investigación Ydocencia en CIESAS. Intentaré, finalmente, al recuperar como válidas (O'Gorman, 1972: cap. m). Más todavía: tanto Zumárraga como
las ideas clave de los autores tratados, clarificar el significado de la idea de "diálo- Quiroga -lector entusiasta de la Utopía de Tomás Moro- e igualmente otros
go interdisciplinario" y relacionado con el interés antropológico en la pluralidad eclesiásticos estaban convencidos de que en las márgenes occidentales del impe-
cultural. Para esto último será necesario entender la actividad intelectual Y la rio español podría surgir una nueva cristiandad, libre de las lacras y corrupciones
generación del conocimiento como íntímamente relacionadas con la realidad de la sociedad europea.
histórica y los proyectos vitales de sus protagonistas (Krotz, 1995: 529). Encontramos entonces dos fuerzas preponderantes en el universo intelectual
del que participaba Fray Bernardino: una epistemología que privilegiaba la expe-
riencia como punto de arranque de cualquier tipo de conocimiento, difundida
El primer antropólogo americanista Y en la naciente Universidad Pontificia mexicana por el agustino fray Alonso de
la fundación de un humanismo científico la Veracruz, y una filosofía política que pretendía elaborar en la práctica, con la
materia prima y la voluntad de las sociedades americanas, las ideas humanistas y
Empezaré con unas palabras sobre el pensamiento de Sahagún. Educado en la utópicas de Erasmo y Moro (véase Gallegos Rocafull, 1951). Se comprende así el
Universidad de Salamanca, había recibido la influencia renovadora del huma- interés por conocer a fondo estas sociedades, no simplemente para cristianizadas
nismo renacentista (de Erasmo de Rotterdam, Tomás Moro, Juan Luis Vives ... ), y extirpar las "idolatrías" sino para descubrir sus virtudes y potencialidades. Se
que recuperaba la tradición grecolatina y criticaba la epistemología heredada desafiaba con esta actitud la idea imperialista de que el único futuro posible del
del dogmatismo y el idealismo medieval. Específicamente, muchos pensadores Nuevo Mundo era convertirse en una extensión del europeo. Como lo ha seña-
renacentistas cuestionaban la representación del mundo que se hacía con base en lado Edmundo O'Gorman (1958), América se "inventaba" por el poder del im-
imágenes bíblicas y arquetipos ajenos al conocimiento empírico (Xirau [1964] perio como una ampliación o reproducción del universo de los conquistadores.
1998: 191-195, 245-248). El impacto de los descubrimientos de nuevas tie- Pero en muchos de los intelectuales que enfrentaban la realidad de las llamadas
rras allende el Atlántico, en las que campeaban costumbres, valores y categorías Indias se imponía la evidencia de ese mundo como algo radicalmente distinto,
cognitivas radicalmente distintas a las que hasta entonces se habían creído uni- que debía entenderse en sus propios términos. E incluso, como escribió Ángel
versales, reforzaron tales cuestionamientos e impulsaron la búsqueda de nuevos Palerm (1974: 155), aparecía en ellos "la propensión a tomar crecientemente el
modelos de vida humana, fundamentados tanto en la observación directa como punto de vista de los colonizados frente al de los colonizadores".'
en el estudio del pasado de las sociedades no europea,s (Palerm, 1974: 155-156). Tal propensión -la valoración de la pluralidad humana- convierte la obra
La humanidad plena de estas sociedades era el tema de la mayor controversia de Sahagún en un ejemplo de antropología dialógica: un método que precedió
filosófico-teológica del siglo XVI, en la que participaron el franciscano erasmista
Juan de Zumárraga -primer obispo de México-, Vasco de Quiroga -primer
obispo de Michoacán- y de manera sobresaliente el dominico Bartolomé de Luis Villoro ([1950] 1979: cap. 2) interpreta la obra de Sahagún en términos de una "dualidad
trágica": si se admira del mundo prehispánico desde un punto de vista natural, no puede sino
las Casas -primer obispo de Chiapas-.3 Bernardino de Sahagún no fue ajeno
reprobado desde un punto de vista sobrenatural. La tragedia, según Villoro, consiste en que lo
reprobable tendría que desaparecer mediante la asimilación total a la cultura europea. Pero, a mi
En España, los acompañaban en la defensa de la dignidad humana de los pueblos "descubiertoS" juicio, no es ésa la única interpretación posible de los textos sahagunianos: la confrontación con
y en la crítica a la imposición colonial, además de! mencionado Vives, fray Francisco de Víroria la otredad radical volvió a su autor consciente de los límites de su propia cultura. Por ello, la obra
(dominico) y Francisco Suárez (jesuita). Véase la obra clásica de Marce! Bataillon (1950); también de Sahagún fue mal vista por las autoridades coloniales.
Xirau (op. cit.: 202-208).
Introducción: Pluralidad e interdisciplina en la antropología mexicana 17
Guillermo de la Peña
16

símbolos en general se usan en diversos contextos'? Tal exploración del lenguaje


en más de cuatro siglos a los planteamientos similares de la antropología post-
es una de las claves de la etnografía moderna, definida como "descripción densa"
~oderna. ~ara representar la historia y la cultura del centro de México, fray
(Geertz, 1973), y es también fundamental para la perspectiva dialógica, que
Bernardino no sólo sistematizó en un relato propio y magistral la enorme can-
admite el valor analítico de los conceptos utilizados por los sujetos de la investi-
tidad de datos que le proporcionaron las experiencias vividas en la región y las
gación. Además, nos dice Ángel María Garibay ([1956] 1975: 12) que el texto
prolongadas y cuidadosas conversaciones con sus sabios informantes; además,
castellano de la Historia de Sahagún es uno de los mejores instrumentos para
reprodujo y clasificó los discursos de éstos, tanto en la lengua náhuatl, que él do-
conocer cómo se hablaba esta lengua en el espacio y el tiempo que vivió el autor;
minaba y admiraba, como también en imágenes transmisoras de mensajes cultu-
y añade: "como literatura mexicana (... ), ya mestiza y compleja de castellano y
rales, plasmadas en el Códice Florentino (Garibay [1956] 1975).5 Reconoció el
náhuatl, es inapreciable. Allí se inicia el tan discutido mexicanismo literario".
carácter icónico de esas imágenes: lo que Serge Gruzinski (1991: 22) llama "una
especificidad intuitiva e inmediatamente perceptible (... ) [y sólo] en parte ver-
balizable"." y aquí encontramos otra innovación epistemológica. Sahagún no era
Herederos virreinales de Sahagún
en modo alguno un "empirista vulgar", pues en su obra se implica que, si bien el
conocimiento requiere de la experiencia, ésta es siempre mediada por categorías
En el comentario personal que hace Fray Bernardino de Sahagún al Libro Dé-
culturales. Y, al transcribir verbal y visualmente las categorías cognitivas y éticas
cimo de su Historia, critica las brutales agresiones que había sufrido el orden
del mundo mesoamericano y confrontadas con las categorías europeas, abrió
social, moral y político de los mexicanos por parte de los colonizadores, sin que
paso a la dimensión comparativa, pero también reflexiva, que hoy proclamamos
hubiera surgido de manera efectiva un nuevo ordenamiento, y expresa su temor
como esencial al método antropológico (Klor de Alva, 1988).
ante la posible desaparición de la cultura indígena. Ésta, sin embargo, resistió los
Por añadidura, también abrió paso a la dimensión interdisciplinaria. El tí-
tulo Historia general de las cosasde la Nueva España (originalmente se llamaba
y
traumas del primer siglo de dominio español, volvió a florecer, aunque modi-
ficada y constreñida; y fue objeto de estudios y narraciones de autores indígenas,
Historia universal...) indica su ambición renacentista de conocimiento enciclo-
mestizos y españoles, que siguieron -al menos en cierta medida-los pasos de
pédico. No creía posible conocer cómo pensaban. y vivían los mexicanos sin
Sahagún, a veces sin conocer directamente sus escritos, pues las autoridades vi-
entender su relación con la realidad circundante y sin situados en el tiempo. Los
rreinales censuraron su publicación. Con todo, los originales de sus obras fueron
expertos en su obra han trazado las influencias, bien asimiladas, de la cosmología
copiados y conservados en archivos personales o en bibliotecas de monasterios
aristotélica, de la Historia natural de Plinio y de las narraciones políticas de Sue-
y colegios."
tonio y Tito Livio (véase Klor de Alva, 1988). Pero, así como incorporó diestra-
La herencia antropológica de Sahagún se hace patente a lo largo de la lite-
mente los métodos de la historiografía y de la ciencia natural del mundo clásico
ratura colonial, no sólo en la curiosidad multiternática por el mundo indígena
(vigentes en su tiempo), también lo hizo respecto de lo que nosotros llamamos
-sobre todo el del pasado prehispánico- sino en el desarrollo de un enfoque
la lingüística y la semiología. En la introducción a su magno libro nos declara:
racional y secular para entender la otredad. Si bien ciertos cronistas contem-
"Es esta obra como una red barredora para sacar a luz todos los vocablos de esta
poráneos de Sahagún, como Motolinía (fray Toribio de Benavente) y fray Juan
lengua [náhuatl], con sus propias y metafóricas significaciones, y todas sus ma-
de Torquemada todavía organizaron el abundante material etnohistórico yet-
neras de hablar (... )" (Sahagún [¿1585?] 1975: 18); es decir, no sólo le interesa
nográfico incluido en sus obras desde la perspectiva del triunfo "providencial"
el significado literal de las palabras sino asimismo explora cómo este significado
se amplía o matiza en el discurso poético y religioso, y cómo las palabras y los Véase Máynez 2002, para un estudio lexicográfico de Sahagún.
Todas las órdenes religiosas protagonistas de la evangelización americana encargaron a sus miem-
bros la redacción de Crónicas sobre sus labores en los distintos rumbos del ámbito colonial, en las
Los informantes de Sahagún no fueron sólo sus estudiantes de Tlalrelolco, sino numerosos sabios
que, además de referir y celebrar los esfuerzos y logros pastorales, se incluyen estudios ernohistóri-
de edad madura o anciana de varias poblaciones del centro de México, muchos de cuyos restirno-
cos y emográficos -prolijos y valiosos, muchos de ellos- acerca de los pueblos indígenas con los
nios y narraciones fueron rranscritas en lengua náhuad por sus jóvenes ayudantes.
que trabajaban. Véase Burrus, 1973.
Se recuperaba así la práctica prehispánica de "escribir pintando" (Mohar Berancourt. 2013).
18 Guillermo de la Peña Introducción: Pluralidade interdisciplina en la antropología mexicana 19

del cristianismo sobre las religiones "demoníacas" de los indios (Frost, 2002),9 Clavijero: antropología, nacionalismo y diálogo con los naturalistas
los intelectuales indígenas nacidos en el primer siglo colonial ofrecieron una
perspectiva menos colonialista y más secular y reflexiva sobre la conquista y la Nacido en Veracruz en 1731, Clavijero pasó varios años de su niñez y juventud
colonización (Romero Galván, 1996). Esta perspectiva tiene una de sus obras en regiones indígenas, por causa de la ocupación (como funcionario real) de su
precursoras en el Libro XII de la Historia de Sahagún, en el que se transcriben y padre; en esos lugares comenzó a aprender la lengua náhuatl, y probablemente
ordenan narraciones de testigos presenciales de la caída de Tenochtitlan, y fue también la mixtecal En la Compañía de Jesús destacó como estudiante de la
continuada en historias y relatos épicos escritos por autores de linaje mesoameri- ciencia y la filosofía de su época, y como catedrático fue un renovador de estas
cano, como Diego Muñoz Camargo, Fernando de Alva Ixtlixóchitl y Hernando materias." La lectura de Descartes, Newton y Leibniz lo persuadieron de la
Alvarado Tezozórnoc." Ya en los siglos XVII y XVIII surgieron autores -los más posibilidad de encontrar una explicación racional del universo material y una
notables: Carlos de Sigüenza y Góngora, Lorenzo Boturini y Juan José Eguiara forma igualmente racional de presentar la historia humana. Tras la expulsión en
y Eguren- en los que prevalecía el interés humanístico y científico por el mun- 1766 de la Compañía de Jesús de los dominios hispánicos, residió en los Esta-
do prehispánico." Todas estas fuentes alimentaron el trabajo de quien fuera el dos Pontiíicios -en Ferrara y Bolonia-, donde se involucró en las discusiones
mejor exponente del enfoque humanista en el siglo XVIII: el jesuita Francisco filosóficas de la época, y particularmente en la que ha sido llamada "la disputa
Javier Clavijero (o "Clavigero", en la grafía dieciochesca), cuyos escritos además del Nuevo Mundo" (Gerbi, 1960). No se cuestionaba ya la humanidad de los
manifiestan el pensamiento ilustrado de la época y, en forma pionera, la idea de americanos, pero sí su competencia para el pensamiento filosófico y científico.
la mexicanidad como identidad común de todos los nacidos en estas tierras: lo Georges Louis Leclerc, conde de Buffon (1707-1788), el más célebre naturalista
que David Brading (1973) ha llamado el patriotismo criollo. del siglo XVIII, así como -más agresivamente- su discípulo holandés, Corne-
lius de Pauw (1739-1799), propusieron que en el desarrollo de los pueblos era
determinante la influencia del medio ambiente." Siendo así, debido al espacio
Morolinía (1482-1569) fue uno de los doce frailes que en 1524 inauguraron e! trabajo misional
gigantesco que dificultaba la comunicación y al clima tropical que obnubilaba
en la Nueva España. Sus escritos muestran a un testigo presencial de la conquista (y crítico de sus
horrores); junto con los de Sahagún -a los que precedió- son la mejor fuente sobre la religión
la mente, los pobladores de las Américas se encontraban en estado de inferiori-
mesoamericana en e! momento de! contacto (Burrus, 1973: 144-145). Torquemada (1564-1624)
dad respecto de los europeos; por su debilidad -se infería-eran incapaces de
ingresó a la orden franciscana en la ciudad de México hacia 1580, cuando Sahagún completaba autogobernarse. Cuestionar radicalmente esta tesis fue un motivo central para
su magna obra. Su Monarquía indiana ([1615)1975-1983) es una recopilación de las principales que Clavijero emprendiera su monumental Historia antigua de México (nótese
fuentes historiográficas de! primer siglo colonial y también se basa en información oral de sabios que ya utiliza el nombre de México), publicada en italiano en 1780 y pronto
indígenas (Alcina Franch, 1973). traducida a varias lenguas europeas." En esta obra se prescinde de explicaciones
10
El Libro XlI de Sahagún permite "la confrontación de los mismos hechos en dos conciencias dife- no racionales. No se atribuyen causalidades inmediatas a dioses o a demonios:
rentes, y además (. .. ) e! tránsito de la mente heroica a la mente histórica (... )" (Reyes, 1948: 54). la Providencia divina no es un deus ex machina. En la primera parte se sigue el
Muñoz Camargo (c. 1525-c.1613), hijo de una noble tlaxcalteca, escribió una Historia de Tlaxcala
y de sus glorias, desde los tiempos prehispánicos hasta la posconquista, e incluyó un esbozo de
en los Anteloquia o prólogos a su vasto estudio bibliográfico Bibliotheca Mexicana exaltó los valo-
historia natural regional. Alvarado Tezozomoc (c. 1525-c. 1610), de linaje real mexica, nos legó
res intelectuales mexicanos, antes y después de la Conquista. Véase Warren, 1973.
una Crónica Mexicana (en castellano) y una Crónica Mexicáyotl (en náhuarl) en la que traza las 12
Véanse sobre Clavijero, por ejemplo: Maneiro [1791-1792) 1988: 442-463; Méndez Plancarte,
genealogías y defiende los derechos de la amenazada nobleza azteca. Alva Ixtlixóchítl (c. 1575-c.
1941; Miranda 1946; Villoro ([1950) 1979; Gómez Fregoso, 1972; Ronan, 1973; González y
1648), descendiente tanto de los reyes de Texcoco como de los emperadores aztecas, exaltó la
González, 1982; Martínez Rosales, 1988; Alfaro, 2011; Reynoso, 2011.
figura y la obra de Nezahualcóyorl en su Historia Chichimeca. 13
11
Sobre estos autores y su contexto intelectual véase Duchet ([1971) 1975), quien cita y comenta
Sigüenza (1645-1700), cuyas obras en su mayoría quedaron inéditas y se perdieron, reunió una
Les époques de la nature, de Buffon, y Recherches philosophiques sur les Américaines, de Pauw.
gran colección documental y una vasta biblioteca sobre temas mexicanos, y publicó un elogio de 14
Por los mismos años, Thomas ]efferson, en sus Notes on Virginia (citado en Hitchens, 2005: 44-
los gobernantes aztecas, llamado Teatro de virtudes políticas. Borurini (1702-1755) igualmente
48), reaccionó contra las invectivas antiamericanas de los naturalistas europeos en forma parecida
coleccionó numerosos materiales sobre la hisroria antigua mesoamericana. Eguiara (1696-1763)
a la de Clavijero.
20 Guillermo de la Peña Introducción: Pluralidade interdisciplina en la antropología mexicana 21

mismo método de los naturalistas europeos -incluyendo al propio Buffon- sus vicisitudes. El autor, como su predecesor José de Acosta, S.]. (1539-1600),
para trazar un panorama del medio ambiente mexicano, y así refutar sus errores tenía por objeto lograr una historia natural y moral: concebía la naturaleza no
y exageraciones. Continúa una vasta exposición de la historia política y una simplemente como limitante sino como un conjunto de oportunidades para la
presentación ernohistórica de la religión, la economía, las costumbres y los co- acción resultante del libre albedrío de sus habitantes, en el pasado y en el presen-
nocimientos científicos del mundo mesa americano, y la obra termina con un te (cfr. Acosta [1590] 1979).18La clave del libre albedrío ejercido en un contexto
recuento razonado de la conquista española. Al igual que el trabajo de Sahagún, natural y socio-histórico permite abrir el sentido de la vida humana en la socie-
incluye numerosas ilustraciones, tanto de motivos prehispánicos como de ani- dad propia y en las sociedades diferentes, y reconocer y buscar las posibilidades
males y plantas dibujados en el estilo de los libros científicos de la época. Como de adelanto que en ellas existen (Alfaro, 2011: 26-27).iThles posibilidades las ex-
complemento de su Historia, Clavijero publicó nueve Disertaciones en las que plora Clavijero, por ejemplo, en el documento intitulado "Proyectos útiles para
contesta una a una las afirmaciones de Cornelius de Pauw, sin salir del marco adelantar el comercio en la Nueva España' ([c. 1770] 2011: 34-37), en el que a
de referencia de este autor. Incluye también una defensa de la lengua náhuatl, partir de sus conocimientos del medio y la economía política de su país propone
que las políticas borbónicas -en México, impulsadas en este punto por el ar- crear comunicaciones entre ambos océanos, recuperar y fomentar la Marina del
zobispo Lorenzana- buscaban extinguir." El resultado es un panorama de la Sur, restablecer el comercio con la América meridional, estimular con premios
civilización mesoamericana donde explícitamente se la equipara a la civilización la invención o adaptación de maquinaria de distintos tipos, poblar el desolado
grecolatina.16 norte del país -Sonora, para comenzar- mediante fundaciones y estímulos a
A diferencia de Sahagún, Francisco Javier Clavijero no asume un méto- nuevos cultivos, comercio y minería, y liberar de prohibiciones la producción y
do dialógico sino un punto de vista que presenta los hechos en un estilo conciso distribución industrialx'Iodo un programa de ciencia social aplicada. Todo un
y fluido. Tampoco encontramos en él un componente utópico, aunque espera testimonio, asimismo, (fe las convicciones impulsadas por la Ilustración -y en
grandes cosas de la naciente nación mexicana.jl'ero coincide con el franciscano México apropiadas en los colegios jesuitas- acerca del poder del conocimiento
del siglo XVI en su visión de la pluralidad humana como riqueza y potencialidad, en el proceso de creación de una sociedad cada vez más próspera y justa.
así como en el interés etnográfico por la lógica de los significados culturales Además, Gonzalo Aguirre Beltrán (1990: 43-73) señala varios principios
como necesaria para entender la otredad. Este interés lo lleva a superar la dico- antropológicos en la obra de Clavijero, que son congruentes con el pensamiento
tomía entre sujeto cognoscente y objeto de investigación, y aparece quizás más ilustrado del autor. El primero es el postulado de la unidad esencial del género
claramente en su Historia de California, que describe las culturas (y usa este humano, que no impide la diversidad cultural. Esta unidad implica la igualdad
término en su sentido antropológico) de esa región con base en testimonios de todos los hombres en sus capacidades psicológicas, y asimismo de las cultu-
misionales." En ambos tratados encontramos la dimensión interdisciplinaria: el ras; todas tienen aspectos malos y buenos, y todas pueden mejorar mediante la
análisis del pasado en su propia lógica y como parte del análisis del presente, la educación racional de sus miembros; pero una educación adecuada requiere de
descripción de la naturaleza en relación a la historia, el interés por las lenguas y un ambiente de libertad económica y política. El segundo principio se refiere a
la concepción del estudio de la vida social en términos estrictamente científicos.
15
Durante la Colonia, el náhuatl cumplía el papel de lingua franca y se difundió tanto como el El tercero es lo que Aguirre Beltrán llama la apropiación, mediante el método
español, o incluso más. Sobre la defensa que Clavijero hace de las lenguas indígenas, véase Tanck científico, de la naturaleza y el pasado prehispánico como componentes de un
de Esrrada, 1988. nuevo país ilustrado. De esta apropiación se deriva el cuarto principio: la defensa
16
En el prólogo, Clavijero hace una exposición razonada y crítica de sus múltiples fuentes;
de un intercambio simétrico entre dos grandes civilizaciones: la mesa americana
entre ellas, como lo han mostrado sus comentaristas (véase Ronan, 1973), sobresale la
Monarquía Indiana de Torquemada, cuya información reordenó y expurgó de errores y
18
contradicciones. A diferencia de Sahagún, para quien la religión azteca era obra del demonio, Clavijero la examinó
17
Clavijero solicitó varias veces a sus superiores que lo enviaran como misionero a las Californias. como una religión natural, que reflejaba la visión de la divinidad sin el auxilio de la revelación
Su petición no fue aceptada (era demasiado valioso en los colegios urbanos); pero él se convirtió e incluía aspectos tanto buenos como reprobables. Cfr. Villoro ([1950] 1979: 120-125). Sobre
en un gran conocedor de todo lo escrito sobre la región. Acosta véanse O'Gorman, 1974: cap. IV, esp. pp. 137-142, 163-169 YPalerm, 1974: 248-250.
22 Guillermo de la Peña Introducción: Pluralidad e interdisciplina en la antropología mexicana 23

y la europea, así como de un mestizaje en que ambas participen en igualdad de tal, como unida a la secularización o "desencantamiento del mundo", para usar
condiciones. Ahora bien: esta simetría no puede existir sin la emancipación de la expresión posterior de Max Weber ([1922] 1946: 155). Puesto que había una
todos los mexicanos -es el nombre unificador que el jesuita da a los nacidos en sola racionalidad, la pluralidad no era aceptable; era menester superada, en aras
el ámbito novohispánico. Al reivindicar la grandeza mesoamericana, Clavijero de la homogeneización traída por el progreso." Paralelamente a esta corriente,
funda la nacionalidad. aparecieron las teorías seudocientíficas sobre la jerarquía de las razas, difundidas
I En opinión de Serge Gruzinski,19 los testimonios más importantes del pen- en Europa por autores como joseph Arthur de Gobineau y Houston S. Cham-
samiento renacentista en el mundo de habla hispana son las obras de Miguel bedain, que justificaban la expansión colonial europea -dotada de un nuevo
de Cervantes y de Fray Bernardino de Sahagún. Ambos, experimentados en el vigor destructivo- y la sujeción de los pueblos "de color", supuestamente inca-
conocimiento de las márgenes del imperio -Cervantes como soldado y literato, paces de alcanzar por sí mismos las metas de la civilización." Los abanderados de
Sahagún como misionero, historiador y etnógrafo- fueron artífices del pluralis- la ideología racista, que buscaba naturalizar la diversidad cultural, la vinculaban
mo en la mundialización que abrió camino a la modernidad y también a la an- con las clasificaciones de los naturalistas ilustrados (Linneo y Buffon), pero tam-
tropología, Podríamos igualmente afirmar que la obra de Clavijero -junto a las bién con las doctrinas del progreso. Sin ernbargoqlos antropólogos evolucionis-
de Benito Jerónimo de Feijóo y Gaspar Melchor de Jovellanos- es un testimonio tas más representativos de la época, como Henry S. Maine y Lewis H. Morgan,
sobresaliente de la Ilustración en el orbe hispánico, o más bien dicho, de una juristas ambos, no priorizaban el criterio racial para analizar el avance de la
vertiente de la Ilustración que reconocía el valor del pensamiento y la creatividad humanidad sino centraban la atención en el desarrollo de las instituciones y -
a través de todas las culturas." Unos y otros, renacentistas e ilustrados, heredan al en el caso de Morgan-también de la tecnología.jlin principio, este desarrollo
pensamiento antropológico una visión universalista de la múltiple potencialidad podía darse en cualquier grupo humano. Fue otro destacado autor evolucio-
de los seres humanos y un interés en conocedos -a ellos y al mundo en que nista, Edward Tylor, quien introdujo sistemáticamente el concepto de cultura
viven- en todas sus facetas. (contrapuesto al de raza) como clave identitaria y objeto formal de la disciplina
antropológica, en su obra Primitiue Culture. Researchesinto the Development o/
Mythology, Philosophy, Religion, Art and Custom (1881). Nótese en el propio
Evolucionistas versus románticos en título la ambición enciclopédica de la obra, asimis~o patente en su definición
Europa y en el México decimonónico de cultura: "conjunto complejo que incluye los conocimientos, las creencias, el
arte, la moral, el derecho, las costumbres y cualesquiera otros productos y for-
En contraste con esa vertiente, una de las teorías antropológicas dominantes mas de vivir generadas por el hombre que vive en sociedad" (Ibid: 1). El estudio
en el siglo XIX era el evolucionismo unilineal, que establecía una rígida jerar- de la cultura se planteaba entonces como una empresa multidisciplinaria; más
quía entre los diversos pueblos del mundo, a partir de un concepto de progreso aún, podía inferirse que entender la complejidad del conjunto requería de la
pretendidamente universal. 'La marcha de la humanidad se realizaba a tiempos interdisciplina."
'v
desiguales, pero todas las sociedades estaban destinadas a progresar mediante la
21
racionalización de sus costumbres -entendida, desde el punto de vista occiden- Si bien la idea del progreso ya se encuentra en el pensamiento de la Ilustración, el optimismo
universalista de varios de sus representantes chocaba en principio con la absolutización de una
19 En una conferencia en la Universidad de Princeton (marzo de 2012). sola forma de avance humano.
20 22
Autor predilecto de Clavijero, el benedictino Feijóo (1676-1764) fue un pionero en el estudio Gobineau (1816-1882) es uno de los fundadores no sólo del racismo moderno europeo sino tam-
de las ciencias experimentales y un renovador de la educación en la España dieciochesca. En su bién del "discurso orientalista" (Said, 1979) que exotiza a los pueblos no occidentales (sobre todo
ensayo "Españoles americanos" (incluido en Mejía Sánchez, 1971) defiende la tesis de la igualdad para denigrados). Chamberlain (1855-1927), aunque británico, fue un importante precursor del
intelectual entre los habitantes de uno y otro continente. Jovellanos (1744-1811), promotor de pensamiento nazi sobre la "supremacía aria".
23
las ideas racionalistas de la Ilustración francesa, defendió las libres asociaciones ciudadanas y la Maine (1822-188 ), en su Ancient Law (1861), se interesaba en la interrelación de los sistemas
modernización de la economía. Ambos coinciden con Clavijero en su valoración de la ciencia, y jurídicos (sobre todo en el mundo grecolatino) con la progresiva complejidad de la familia, el
Jovellanos además en su visión liberal de la economía política. parentesco y las formas de gobierno. Morgan (1818-189 ), en su Ancient Society (1877), ahondó
24 Guillermo de la Pena Introducción: Pluralidade interdisciplina en la antropología mexicana 25

Una versión del evolucionismo unilineal dio lugar a la filosofía positivista, expresión. Pero además era necesaria la empatía con las creaciones de la sabidu-
que pretendía delimitar de manera precisa el conocimiento científico en sus ría popular, donde se encontraba la clave de las características más profundas
distintas ramas y por tanto, al menos implícitamente -y en contraste con la de la colectividad: Las tradiciones populares debían conservarse celosamente,
postura de Tylor-, desconfiaba de las relaciones interdisciplinarias. Su funda- pues representaban la identidad de un pueblo.jSus expresiones prístinas podían
dor, Auguste Comte (1798-1857), reducía la historia de la humanidad a tres encontrarse en las comunidades premodernas, por ejemplo en el campesinado
etapas: la teológica, la metafísica y la positiva. En esta última ocurría el desarro- europeo, y también en los mundos no occidentales ("primitivos").26
llo de las ciencias, que también obedecía a una jerarquía creada por acumulación Las tesis del romanticismo se originaron principalmente en los escritos del
y complejidad creciente, en cuya cúspide se situaban la filosofía positiva y la filósofo Johann Gottfried Herder (quien acuñó el término Volksgeist y erigió
sociología. La sociología suponía los conocimientos de todas las demás ciencias a los pueblos o naciones -entidades culturales supraindividuales- en sujetos
experimentales, pero sus conceptos y métodos se planteaban como únicos e irre- privilegiados de la historia humana) y en las obras de los literatos y polígrafos
ductibles (véase Giddens, 1975).24 Más aún: el gobierno de la sociedad tendría Johann Wolfgang Goethe y Friedrich Schiller, entre otros." De ellas resultó un
que estar en manos de quienes la conocieran científicamente en cuanto tal. Estos vigoroso movimiento artístico y literario (Sturm und Drang ["tormenta y empu-
postulados, aunque muy debatidos en su tiempo, han influido fuertemente en je"]), e irrumpieron en la antropología a través de varios intelectuales polifacéti-
el desarrollo de una de las versiones dominantes de las ciencias sociales y contri- cos, como los hermanos von Humboldt (Wilhelm y Alexander), Adolf Bastian
buyeron a precisar la idea del progreso como clave de la historia. En contraste, y Friedrich Ratzel (véase Bunzl, 1996).28 Wilhelm von Humboldt, fundador de
el siglo XIX fue también el siglo del romanticismo, que exaltaba el valor de las la Universidad de Berlín, concibió la obra de su vida como una "antropología
emociones sobre la razón y a su vez conformó otra gran corriente teórica en la comparativa de los pueblos del mundo", en la que convergían la historia, la
antropología." Según esta corriente, cada pueblo, forjado en un paisaje deter- lingüística y la "psicología de los pueblos" en tanto vías privilegiadas para la
minado, tenía una historia única, irrepetible e inconmensurable, que obedecía revelación de la cosmovisión específica y el carácter nacional (así por él bauti-
a los sentimientos de pertenencia de sus miembros y era congruente con una zado) que eran a su vez claves para comprender el genio de cada pueblo (Ibid.:
cosmovisión que expresaba tanto su genio o espíritu particular (Volksgeist) como 29-36).29 Su hermano Alexander estableció la observación directa como método
su inserción anímica en una época específica (Zeitgeist). Ninguna de las ramas
de la ciencia positiva, por sí misma, bastaba para conocer la naturaleza de un 26
La idea del regreso a lo premoderno (el rechazo de lo urbano y lo industrial) viene de Rousseau
pueblo determinado: tal conocimiento requería del auxilio de varias disciplinas,
(1712-1778), a quien Bertrand Russell ([1949] 1991: 652) considera el primer romántico (avant
no para llegar a generalizaciones, sino al contrario, para alcanzar las particulari- la lettre).
dades de cada uno de ellos en un contexto espacial y temporal (Rutsch, 1996). 27
Véase la antología de Herder editada por Frederick M. Barnard (1969).
(A la historia debían sumarse la geografía y la lingüística, la primera para enten- 28
Podemos hablar de tres generaciones alemanas de autores vinculados a la antropología romántica.
der las condicionantes del paisaje y la segunda para penetrar en la lógica de su A la primera pertenecen Herder (1744- 1803), Goethe (1749-1832), Schiller (1759-1805) y]o-
han n Gottlieb Fichte (1762-1814), quien elaboró una teoría política a partir de! nacionalismo
en los mismos temas, pero amplió su perspectiva para comparar sociedades en prácticamente romántico. La segunda incluye a Friedrich Wilhelm ]oseph Sche!ling (1775-1854), así como los
todo e! mundo conocido y postuló e! papel primordial de! cambio tecnológico en e! proceso evo- hermanos Wilhelm (1776-1835) y Alexander von Humboldt (1778-1859), y la tercera a Bastian
lutivo. Tylor (1832-1917), aucodidacta (pero fundador de la antropología profesional británica), (1826-1905) y Ratzel (1844-1904). Aunque difieren en sus temas y en muchas de sus ideas, la
también con un método comparativo, centró principalmente su atención en las transformaciones conexión central entre ellos se encuentra en e! concepto de Volksgeist; todos además se muestran
de los sistemas cognitivos. Sobre estos autores, véanse Lowie ([1937]1946: caps. V-VII; Palerm, influidos por las ideas de la Revolución Francesa sobre los derechos de! hombre y por la crítica
1967: caps. 8 y 9; 1976: caps. 22 y 28, Y 1977: cap. 1. kantiana al racionalismo, específicamenre en lo que se refiere a las mediaciones categóricas de la
24
"Sociología" (e! conocimiento o discurso sobre la sociedad) fue un neologismo acuñado por experiencia.
29
Comte; en cambio, "antropología" (e! conocimiento o discurso sobre los seres humanos) se re- Wilhe!m von Humboldt fue, además, pionero de la "nueva gramática" que busca entender cada
monta a la filosofía griega, aunque cobró su significado actual como ciencia a partir de! siglo XIX. lengua en su propia lógica y no a través de las reglas de las lenguas occidentales (Bunzl, 1996: 31).
25
Sobre e! movimiento romántico, véanse Russell [1949]1991: 651-659; Priesrley, 1960: cap. 13. Su obra sobre América Latina se reunió en Essai sur les langues du Nouveau Continent ([1842]1905).
Guillermo de la Peña Introducción: Pluralidad e interdisciplina en la antropología mexicana 27
26

adecuado para una cosmografía moderna, que además de caracterizar detalla- En el México independiente del siglo XIX encontramos epígonos de am-
damente los aspectos físiográficos y la vida vegetal y animal de los territorios bas corrientes: románticos como Carlos María de Bustamante, José Fernando
particulares, se preocupaba por la relación entre el medio ambiente y la vida Ramírez, Juan Rodríguez de San Miguel e Ignacio Ramírez (El Nigromante), y
humana, y tenía además la ambición de hacer converger todas las ciencias en a contrapelo de ellos, los creyentes en un progreso más o menos determinista,
una visión unificada del cosmos (Ibid.: 36-43; Labastida, 1999).30 Bastian, via- como Vicente Riva Palacio, Justo Sierra, Joaquín García Icazbalceta y Ezequiel
jero y observador incansable, coleccionista y escritor prolífico, fundó la primera Cháv~ Las contribuciones científicas más relevantes a la recuperación y reeva-
revista europea especializada en etnología así como el Real Museo Ernográfico luación del mundo prehispánico en el primer siglo independiente se deben aJosé
de Berlín; en éste y en la Universidad de Berlín formó la primera generación Fernando Ramírez (1804-1871), Manuel Orozco y Berra (1810-1881), Joaquín
de etnólogos profesionales en Alemania. Defendía la tesis de la unidad esencial García Icazbalceta (1825-1894) y Francisco del Paso y Troncoso (1842-1916).
del género humano, que implicaba la existencia de ciertas "ideas elementales" Las colecciones, reproducciones y reediciones de fuentes primarias y obras his-
comunes a todos los pueblos, que en cada uno de ellos se unían en cada época toriográficas de ellos cuatro continuaron y ampliaron el legado de Sigüenza,
a un conjunto de "ideas particulares" y a una psicología colectiva, desarrolladas Boturini, Eguiara y Clavijero, y son todavía una base indispensable de la inves-
en "provincias geográficas" distintivas a partir de la interacción con ambientes tigación contemporánea (véanse Cline, 1973; Krauze, 2005). De ellos, el único
naturales diversos (Lowie [1937] 1946: cap. IV; Bunzl, 1996: 46-51). Por su que escribió una obra original comprehensiva fue Orozco y Berra, cuya Historia
parte, Ratzel, pionero de la geografía cultural moderna (que él nombró antro- antigua y de la conquista de México ([1880] 1960) ha sido criticada por su visión
pogeografía), dio especial importancia a los estudios de los asentamientos hu- fría y distante ("deshumanizada") de un mundo indígena que explícita o im-
manos y los movimientos poblacionales; esto lo llevó a plantear una influencia plícitamente se presentaba como carente de vigencia para el México moderno
no determinista del medio ambiente, a proponer el concepto espacio vital como (Villoro [1950] 1979: cap. 8). Orozco y Berra se proclamaba seguidor de la his-
resultado de la interacción de la historia y el paisaje, y a aceptar el fenómeno de toriografía "objetiva" de Leopold von Ranke, que pretendía ordenarse solamente
la difusión como un componente del desarrollo de cada pueblo (Lowie [1937] por "principios universales" y limitaba su interés a la presentación rigurosa de
1946: 149-158; Bunzl, 1996: 42-43). Todas estas ideas y prácticas -unidad "los hechos" (Cline, 1973: 379). Quizás pueda decirse que los historiadores
psíquica en la diversidad cultural humana, carácter nacional, psicología colectiva positivistas en general diferían de Clavijero y Sahagún en la ausencia de discer-
anterior a la individual; observación directa de los pueblos en sus medios natu- nimiento de los puntos de vista de los actores sociales y, por tanto, de empatía
rales y sus tiempos, en conjunto con la comprensión de su pensamiento; rastreo y comprensión de las culturas indígenas, que a la postre se presentaban como
de historias particulares, íntima vinculación entre lengua y cultura, formación irremediablemente obsoletas y ajenas. (Y esto último coincidía con los criterios
de colecciones etnográficas en museos- configuraron una tradición antro po- racistas de muchos miembros de las elires mexicanas). Entre los evolucionistas,
lógica (o quizás sea mejor llamarla etnológica) germánica, cuyo representante hubo quienes, influidos por las ideas de Lewis Henry Morgan, quisieron colocar
señero en el mundo científico de la primera mitad del siglo xx fue Franz Boas, a las sociedades mesoamericanas en el estadio correspondiente a la "barbarie
a quien me referiré en la siguiente sección de este capítulo. En el campo de las superior", en la que la subsistencia dependía de una tecnología agrícola simple,
ciencias históricas, esta tradición tuvo una hermana gemela en el historicismo de de roza y quema, y en donde estaban ausentes los asentamientos urbanos, las
Wilhelm Dilthey, que asimismo privilegiaba la comprensión de los significados instituciones estatales, los conocimientos científicos y el pensamiento comple-
particulares de cada época sobre la descripción de "los hechos" .31 jo. El difusor principal de estas tesis fue el investigador suizo-estadounidense
Adolph Bandelier (1879), cuya admiración por Morgan (quien aplicaba a todos
30 La vasta obra de Alexander von Humboldt sobre América Latina está reunida en los cinco
los pueblos americanos el modelo de sociedad que él había documentado para los
volúmenes de su Viaje a las regiones equinocciales del nuevo continente ([1807)1991).
31 Dilthey (1833-1911) acuñó la distinción entre "ciencias del espíritu" y "ciencias de la naturaleza",
iroqueses) lo llevó a descalificar como invenciones o exageraciones los escritos de
y proponía el concepto de "razón histórica" como guía rnerodológíca para entender la realidad los cronistas e historiadores coloniales, de Sahagún a Clavijero."
humana: sólo la visión del mundo (Weltanschauung) propia de cada sociedad en una época deter- 32
Bandelier (1840-1914) fue un gran estudioso de las culturas indígenas del suroeste de los Estados
minada podía explicar el sentido de sus acciones. Véase Ímaz, 1945. Unidos y también incursionó en las de Mesoamérica y el mundo incaico. En México trabó amistad
28 Guillermo de la Peña Introducción: Pluralidad e interdisciplina en la antropología mexicana
29

Al advenir en México la República Restaurada en 1867, el positivismo se partes del país que vestían indumentaria tradicional." Análogamente, los mo-
convirtió en doctrina oficial de la educación estatal, y lo fue más plenamente - numentos arqueológicos aztecas, como la pirámide de Teotihuacan y la Piedra
incluso se utilizó como justificación de las políticas públicas- durante la dicta- del Sol fueron usados como símbolos del gobierno mexicano, por más que el
dura porfirista (1876-1910), que adoptó el lema de Comte: "orden y progreso" positivismo del régimen dictatorial, con su élite dominante de científicos, estu-
(Zea [1943-1944] 1968). A lo largo de estos periodos surgió la tesis, propuesta viera muy lejos de proteger el pluralismo.
primero por Riva Palacio y elaborada por Sierra y sobre todo por Andrés Molina
Enríquez en su obra Los grandes problemas nacionales ([1908] 1981), que erigía al
mestizaje en destino histórico de los mexicanos y lo exaltaba como la clave del La consolidación profesional: el historicismo
progreso y de la necesaria homogeneización cultural. Con todo, la fascinación cultural versus el enfoque sociológico
romántica por el variado mundo indígena no desaparecía y se reforzaba el ímpe-
tu de comprenderlo desde varias perspectivas disciplinarias. El gobierno de Por- En las primeras décadas del siglo xx, la antropología y las ciencias sociales, en
firio Díaz auspició en la década de 1880 la reorganización del Museo Nacional Europa y en los Estados Unidos, cristalizaron en dos visiones encontradas, re-
(que había sufrido clausuras y mutilaciones desde su fundación en 1822-1825) presentadas eminentemente por dos autores coetáneos: Franz Boas (1858-1942)
en departamentos de historia natural, paleontología, arqueología, historia, an- y Emile Durkheim (1858-1917). Boas, formado originalmente en las ciencias
tropología física, etnología y folklore, y con ella se revivió un discurso naciona- físico-matemáticas y en la geografía, encontró su primer trabajo en el Real Mu-
lista que recuperaba simbólicamente las culturas autóctonas. Por primera vez en seo Etnográfico de Berlín, como ayudante de Bastian, de cuyo concepto de pro-
México, en el propio Museo, se formaban profesionales en las ciencias antropo- vincia geográfica derivaría posteriormente el de área cultural. Residente en los
lógicas -entendidas como el conjunto de las disciplinas mencionadas- y en Estados Unidos desde 1901, lector asiduo de Kant, los Humboldt y Dilthey,
1910 se creó, ahí mismo, la Escuela Internacional de Arqueología y Etnología conservó durante toda su vida una profunda huella del pensamiento románti-
Americanas, en cuya fundación y sustento colaboraron los gobiernos de Méxi- co y se convirtió en el fundador y portaestandarte de la escuela antropológica
co, Prusia, Estados Unidos y Francia, así como varias instituciones académicas conocida como historicismo cultural, o particularismo histórico." En ella, se
estadounidenses (Godoy, 1977),33 Por otra parte, las labores y publicaciones del prescindió de la noción idealista del Volksgeist y se recurrió (aunque sin elabo-
Museo implicaron un inicio de descentralización en la concepción de la historia rarlo explícitamente) a un concepto más operativo: el de cultura, con un sentido
de México, que desde el siglo XVIII se escribía (empezando por Clavijero) casi diferente al que le diera Tylor: no simplemente un conjunto abigarrado de rasgos
exclusivamente desde la perspectiva de la capital del país. Indicios de esta des- sino una cosmovisión que 'creaba un proyecto de vida colectiva, manifiesto en
centralización fueron la documentación y celebración de muchas culturas indí- símbolos, instituciones y prácticas, pero también en las diferentes formas en que
genas -además de las de raigambre nahua-, el surgimiento de historiografías las personas percibían el mundo empírico (Bunzl, 1996). Dos de los primeros
de las regiones y el estímulo a instituciones y círculos de estudio en otras partes trabajos de Boas versaron, respectivamente, sobre la influencia de la cultura en la
del país, como el Museo Michoacano, impulsado desde 1886 por Nicolás León. percepción de los colores (contra el empirismo ingenuo y la epistemología indi-
Al celebrarse fastuosamente en 1910 las festividades del primer centenario vidualista) y sobre las modificaciones somáticas de los descendientes de migran-
de la Independencia, los desfiles incluyeron carros alegóricos con figuras pre- tes en los Estados Unidos (contra el racismo). Posteriormente, su extenso trabajo
dominantemente aztecas, pero también contingentes de indígenas de diversas de campo en la costa noroeste de Norteamérica (sobre todo entre los kwakiutl)
10 condujo a plantear un método de investigación rigurosa que rechazaba las
con varios historiadores (aunque muchos no estaban de acuerdo con sus teorías), y particular-
mente con García Icazbalceta. Su correspondencia con este último fue editada por Leslie White e
34
Ignacio Bernal (1960). Como puede verse en el filme documental Memorias de un mexicano, compilado y editado por
33
Sus primeros directores fueron Eduard Seler, curador del Museo de Berlín, y Franz Boas. La Salvador Toscano (y difundido por Carmen Toscano en 1950).
35
Revolución truncó las grandes expectativas de esta Escuela, cuya misión fue luego asumida por Sobre Boas, véanse Lowie [1937) 1946: cap. IX; Palerm, 1967: 138-143; Stocking (ed.) 1974;
Manuel Gamio. Stocking, 1977; Aguirre Beltrán, 1983: cap. 6.
Guillermo de la Peña Introducción: Pluralidad e interdisciplina en la antropología mexicana 31
30

generalizaciones fáciles, contra el reduccionismo de los evolucionistas unilinea- arqueología, para explorar sus orígenes, y la biología, para entender los aspectos
les. Comulgaba con el difusionismo de Ratzel al reconocer la importancia de las físicos de los seres humanos en diversos contextos. De hecho, las instituciones
influencias externas, pero como límites, no motores, del desarrollo cultural. No de investigación y docencia antropológica estadounidenses, a partir de la enor-
sólo se interesaba en la documentación de las culturas mediante la recolección me influencia de Boas -inspirado de nuevo por Bastian-, se han conformado
de artefactos (en la tradición museísticade Bastian) y la observación detallada de por cinco subdisciplinas que en principio se conciben como interrelacionadas: la
costumbres; consideraba además indispensable entender la psicología caracterís- etnología, la etnohistoria, la antropología física (o biológica), la etnolingüística y
tica de cada pueblo, en la que tomaban forma las ideas comunes de la humani- la arqueología.
dad." Pero tal entendimiento requería forzosamente de la comunicación en la En contraste, la escuela sociológica que fundó Durkheim, influida por el
lengua de los sujetos de estudio Y Sus trabajos pioneros en lingüística americana positivismo de Comte (aunque terminó liberándose de él), insistió en definir
marcaron la pauta de las investigaciones subsecuentes sobre este tema. Influidos con precisión un objeto de estudio -el hecho social, expresado en representaciones
por Herder y W Humboldt, postulaban la profunda interrelación entre lenguaje colectivas-que permitiera trazar fronteras claras respecto de otras disciplinas. El
y cultura y rechazaban la pretensión de los evolucionistas de jerarquizar las len- propio Durkheim, formado en la filosofía y las ciencias jurídicas, se refería a las
guas. Planteaban además un nuevo modelo para clasificadas: a partir de análisis diversas ciencias sólo en cuanto proveedoras de insumos para las teorías socio-
morfológicos; de la distribución de manifestaciones fonéticas, gramaticales y lógicas. Así, en La división social del trabajo ([1893] 1960), utilizó datos de la
lexicográficas; de las variaciones dialectales: de los principios de agrupación de economía y el derecho; en El suicidio ([1825] 1924), de la estadística; en "Repre-
conceptos, y de las relaciones interlingüísticas (véanse Boas [1917] 1940: 199- sentaciones individuales y representaciones colectivas" [1898] 1924), de la psico-
210; Aguirre Beltrán, 1983: 147-153; Duranti, 1997: 52-56). logía; en Las formas elementales de la vida religiosa ([1914] 1968), de la etnografía
Boas defendía la necesidad de entender la trayectoria específica de cada cul- y la filosofía del conocimiento; pero siempre como estrategias descriptivas para
tura, en todos sus detalles. Rechazaba la validez científica del concepto de raza mejor enfrentar un fenómeno cuya conceptualización y explicación implicarían
como explicación de la diversidad humana, y postulaba, sin caer en el determi- un paso ulterior." Lo social se concebía como un "orden" de realidad superior a
nismo, la influenci~ del medio ambiente no sólo en las variaciones de las culturas lo psicológico, así como éste lo implicaba respecto de lo biológico; más todavía,
sino también de los fenotipos. Fue uno de los principales artífices de la profesio- cualquier disciplina científica que pretendiera tratar con seres humanos debería
nalización de la antropología como una disciplina científica, que por su naturale- ampararse en el pensamiento sociológico para no incurrir en falsedades. A dife-
za comprehensiva se relacionaba necesariamente con otras ciencias: la geografía, rencia de Comte, Durkheim no veía a los científicos sociales como gobernantes
para examinar el contexto natural de cada cultura; la psicología, para comprender natos, ni concebía la sociología como la cúspide de las ciencias, pero sí como un
sus orientaciones y motivos; la lingüística, para penetrar en sus expresiones; la tipo específico de conocimiento que analizaba y explicaba aspectos irreductibles
de la realidad humana.
36 Boas (siguiendo de nuevo a Bastian) sostenía que la unidad de! género humano implicaba la De manera semejante, en la siguiente generación, Alfred Reginald Radcliffe-
existencia de ideas comunes a todos los pueblos, pero éstas sólo se conocían a través de ideas Brown (1881-1952), en la Gran Bretaña, construyó en sus escritos de madurez
particulares a una colectividad, que a su vez se iban moldeando en e! contacto con otras. un objeto propio de la antropología social (a la que definía como una sociología
37 En 1940, Boas reunió 63 artículos de su auto ría (una selección de su vasta obra), publicados a lo especializada en el estudio de los pueblos preliteratos): la estructura social, y dise-
largo de medio siglo, en e! libro Race, Language and Culture. Lo dividió en tres grandes apartados. ñó un método de estudio, directamente inspirado en Durkheim, que postulaba
El primero cubre e! campo de la antropología física (o somatología humana), incluyendo discu- igualmente la irreductibilidad de lo social a cualesquiera explicaciones derivadas
siones sobre razas y mezclas raciales, antropometría, los determinantes de! crecimiento humano de otras disciplinas." Contra la búsqueda de particularidades proclamada por la
y la relación entre el estudio de las variaciones sornáticas y el análisis sociocultural. El segundo se
38
refiere a las lenguas, sus interre!aciones y los métodos para clasificarlas. Y en el terceto discurre Eduardo Menéndez (en este libro) se refiere a El suicidio como una obra pionera de epidemiología,
acerca de los métodos de las ciencias sociales, la naturaleza y e! estudio de la organización social, que pone de manifiesto la naturaleza social de este tipo de fenómenos.
39
la religión, los mitos, la literatura y e! arte. La fuerza de esta Summa Boasiana reside en que todos Es conocida la opinión de que Radcliffe-Brown había logrado traducir el lenguaje cartesiano de
los temas se desarrollan a través de análisis empíricos. Durkheim al lenguaje escueto y preciso ("operacional") de los empiristas británicos. Con todo, no
32 Guillermo de la Peña Introducción: Pluralidad e interdisciplina en la antropología mexicana 33

etnología germánica, defendió la necesidad de inducir leyes generales, a partir de el principal legado de este autor está en la aproximación holística que es desde
la observación y comparación de regularidades en los fenómenos de la vida so- entonces una marca de identidad de nuestra disciplina."
cial. Esta metodología nomotética exigía partir de análisis sincrónicos, antes que Si bien ambas escuelas, la particularista y la socio-antro po lógica, coincidían
de análisis de procesos; estos últimos requerirían de documentación fidedigna, en el respeto a la diversidad cultural (con mayor énfasis los seguidores de Boas),
raramente disponible en los pueblos preliteratos. Su libro más importante, Es- su trayectoria institucional siguió diferentes caminos. Si la antropología académi-
tructura y fonción en la sociedadprimitiva (1952), reunió sus principales artículos ca estadounidense del siglo xx se desarrolló en departamentos universitarios que
teóricos; dio nombre ("estructural-funcionalismo") a su escuela y estableció una combinaban varias especialidades, al modo de los museos decimonónicos tanto de
serie de conceptos y definiciones aplicables a la comparación de diversas colecti- historia natural como de etnografía, en la Europa no germánica y particularmen-
vidades. A su vez, Bronislaw Malinowski (1884-1943), aunque se situaba como te en el Reino Unido el crecimiento de la antropología la fue convirtiendo en una
interlocutor crítico tanto de Durkheim como de Radcliffe-Brown, también disciplina acotada al estudio de la sociedad y la cultura de los pueblos llamados
buscó construir una ciencia autónoma de la cultura, en la que la información primitivos, especialmente los sujetos al dominio colonial. Varias universidades
etnográfica sólo podía cobrar sentido a la luz del principio de interdependencia británicas animaban (y lo siguen haciendo) museos arqueológicos yetnográficos,
funcional. Si bien Malinowski (1922, 1931,1944) veía pragmáticamente la cul- pero éstos, al menos desde mediados del siglo xx, han guardado una relación más
tura como el conjunto de elementos que una colectividad utilizaba para satisfa- bien distante con los departamentos de antropología (que casi siempre ostentan
cer sus necesidades (biológicas, psicológicas, organizacionales e instrumentales), el adjetivo sociali;" Una aparente excepción eran los antropólogos de Univer-
también, en última instancia, la consideraba "una realidad sui generis" o bien (sin sity College London, que desarrollaron un currículo con cuatro sub disciplinas
usar esta expresión) un "orden" distinto de realidad." Ahora bien: este orden se (social-cultural, biológica, arqueológica y lingüística), que sin embargo se fueron
conocía mediante las categorías verbales propias de cada cultura, y por tanto este separando hasta casi constituir mundos aparte. En muchos departamentos en los
autor reconocía -como Boas-la importancia de las mediaciones lingüísticas Estados Unidos ocurrió gradualmente una divergencia semejante.
en el trabajo etnográfico. Por otro lado, se sintió atraído por las novedosas ideas ¿Cuáles eran las perspectivas, entonces, de una antropología que tomara
de su contemporáneo Sigmund Freud, y al menos en dos de sus libros, Sex and explícitamente en serio el diálogo interdisciplinario? Antes de abordar el tema,
Repression in Savage Society ([1927] 1955) y Tbe Sexual Life of Savages ([1932] volvamos de nuevo a México.
1955), estableció un diálogo directo con el padre del psicoanálisis. Pero la tesis
malinowskiana, fundamentada en su trabajo de campo en la Melanesia, sostenía
que los fenómenos psíquicos observados y analizados por Freud diferían de los La antropología mexicana y el nacionalismo revolucionario
encontrados en otras culturas, pues eran característicos sólo del mundo europeo.
Por tanto -y en esto se acercaba a las ideas de los románticos-, la explicación f En Europa y Estados Unidos, el nacimiento de las ciencias sociales y la antropo-
cabal de tales fenómenos requería del conocimiento de la cultura específica y el logía profesional -en el periodo comprendido, digamos, entre la Comuna de
mundo social que los moldeaban. Y este conocimiento se adquiría mediante la
41
inmersión personal del antropólogo en la vida cotidiana de la población estudia- Tanto en Malinowski como en Radcliffe-Brown e! interés por la psicología, entendida como e!
da. Análogamente, el interés de Malinowski por los estudios jurídicos buscaba estudio de! origen y la influencia de las ideas y los sentimientos en la conducta, se derivó en buena
demoler la pretensión universalista de las teorías occidentales del derecho, tam- medida de sus maestros William Rivers (1864-1922) y Charles Seligman (1873-1940), aunque
no compartían con ellos e! enfoque difusionista, ni comulgaban con e! empirismo radical de
bién con base en sus detalladas etnografías (Malinowski, 1926). Vale decir que
Rivers, para quien sólo "lo observable" podía ser objeto de análisis. Rivers y Seligman, junto con
Alfred Haddon (1855-1940), habían organizado en 1898 la Expedición al Estrecho de Torres,
que sentó las bases del trabajo de campo en la antropología británica. Véase Stocking, 1995: caps.
se trata de una simple imitación, como lo muestra por ejemplo Lowie [1937] 1946: 270-279. 3,5,6 Y7.
42
Véase también Stocking, 1995: cap. 7. En 1946 se fundó la Association o/ Social Anthropologists o/ the Commonwea!th, que marcaba una
40
Sobre Malinowski, véanse Fírth (ed.) 1957; Pan off, 1974; Stocking, 1995: cap. 6. diferencia con los etnólogos o antropólogos culturales.
34 Guillermo de la Peña Introducción: Pluralidad e interdisciplina en la antropología mexicana 35

París (1871) yel comienzo de la Segunda Guerra Mundial (1939)- se situaba que para ser verdaderamente una nación el pueblo mexicano tendría que lograr
en un contexto que incluía entre otros factores el auge violento de nuevos y una unidad orgánica y alcanzar la modernidad. La pluralidad debía valorarse y
competitivos imperios coloniales, el debate político acerca de su legitimidad, respetarse mientras no estorbara a la coherencia nacional en la política, la econo-
la travesía acelerada y conflictiva del mercantilismo agrario al capitalismo in- mía y la cultura. El imprescindible proceso de modernización se realizaría me-
dustrial, la discusión intelectual y política sobre la diversidad racial y sobre el diante la intervención gubernamental, teniendo en cuenta las características de
estatuto del término raza, el surgimiento conflictivo de los estados nacionales las culturas étnicas, que en consecuencia debían investigarse cuidadosamente por
modernos y del socialismo estat~ En México, el contexto, además de una difícil equipos multidisciplinarios -según la tradición de las expediciones científicas,
transición económica y política, se caracterizaba por la pugna en favor de un como la del Estrecho de Torres- coordinados por un antropólogo," quien repre-
nuevo tipo de unidad nacional que superara tanto el conservadurismo heredado sentaría el proyecto y la voluntad del Estado unificador. Tales equipos trabajarían
de la Colonia como el liberalismo individualista de raigambre europeo, que se en sendas "poblaciones regionales" (un término influido por el "área cultural"
había tornado en un positivismo autoritario y expoliador. Tras la Revolución boasiana), que a su vez debían entenderse tanto en términos de sus culturas parti-
de la década de 1910, la antropología mexicana contribuyó a la creación de un culares como en el contexto de sus vinculaciones con la sociedad en su conjunto
nacionalismo que quería ser a la vez moderno y popular mediante la síntesis y con el Estado. Cada equipo generaría un diagnóstico y un plan de acción de
audaz y paradójica, propuesta por Manuel Gamio (1983-1960), entre el evolu- transformación integral guiado por reformas legislativas idóneas.
cionismo positivista y el historicismo romántico. El ambicioso plan de Gamio, puesto en práctica por la Dirección de Antro-
Gamio poseía una formación intelectual en ambas corrientes. Había reci- pología -la institución gubernamental por él creada-, redundó en la funda-
bido, en la Escuela Nacional Preparatoria, una formación intelectual de fuerte ción de la acción indigenista del Estado mexicano, que durante varias décadas se
cuño comteano; y en el Museo Nacional coincidió con Molina Enríquez (y constituyó en eje privilegiado de la labor de los antropólogos. El primer equipo
fue quizás su discípulo), el teórico social que proclamaba el mestizaje como multidisciplinario fue dirigido entre 1917 y 1921 por el propio Gamio en el
culminación de la marcha hacia el progreso. Por otra parte, en la Universidad Valle de Teotihuacán, considerado representativo de la población regional del
de Columbia estuvo sujeto a la poderosa influencia de Franz Boas, el porta- centro de México, y arrojó como resultado una magna obra en tres volúmenes,
voz del historicismo cultural de corte romántico." En la Escuela Internacional llamada La población del Valle de Teotihuacan, que reunía una veintena de estu-
de Arqueología y Etnología Americana trabajó asimismo bajo la dirección de dios de diversos especialistas (Gamio, coord., 1922)jLos geólogos y los geógra-
Boas, a quien de hecho inició en la práctica de la arqueología. Ambos, maes- fos se encargaron de describir en detalle la fisiografía del valle, y los biólogos y
tro y alumno, sentaron las bases para investigar la formación y desarrollo de agrónomos, la flora y la fauna. Pero los enfoques históricos y paleontológicos
una vasta área cultural: la que luego recibió el nombre de Mesoamérica (véanse estaban presentes en estas descripciones, pues se examinaban las variaciones del
Boas, 1912; Gamio, 1921). Su ambiciosa idea era combinar conocimientos a medio desde la prehistoria hasta el siglo xx. El mismo tratamiento diacrónico
partir de la indagación estratigráfica (que ellos dos inauguraron en el continente se daba a los análisis de la población y la distribución de los asentamientos
americano), arqueológica, iconográfica, etnohistórica, etnográfica, lingüística y humanos, en los que intervenía la antropología física. Gracias a la arqueología,
folklórica, para caracterizar, desde el centro-norte de México hasta el norte de reforzada por el estudio de las fuentes históricas disponibles (códices, archivos,
Centroamérica, las similitudes y diferencias de esta área. crónicas y tratados), se trazaron panoramas complejos de la vida social, política
En sus investigaciones personales, Gamio conjuntaba dos disciplinas: la ar- y económica de los habitantes del valle, desde la civilización teotihuacana y el
queología y la etnología. Forjando patria: Pro-nacionalismo (1916) fue el título reino acolhúa hasta el fin de la época colonial, y también se logró caracterizar lo
del libro en que presentó una defensa apasionada del componente indígena de la que les ocurría en el primer siglo independiente. Los arquitectos e historiadores
nación mexicana, en el pasado y el presente; pero al mismo tiempo argumentó del arte arrojaron descripciones 'Yanálisis de los distintos tipos de arquitectura
(monumental, religiosa, política, doméstica) y de la escultura y las artes decora-
43
Sobre Gamio véanse Aguirre Beltrán, 1972 y 1983; Comas, 1975; Mates Moctezuma, 1972;
44
González Gamio, 198 ; de la Peña, 1996. Véase nota 40.
36 Guillermo de la Peña Introducción: Pluralidade interdisciplina en la antropología mexicana 37

tivas en distintas épocas. Además, arqueólogos y arquitectos efectuaron obras de local, pero de cualquier modo Sáenz publicó en 1936 un relato de la empresa en
salvamento, rescate y restauración del patrimonio construido. Para las últimas donde se explicaba el método multidisciplinario -que buscaba además el diá-
décadas, el trabajo de economistas y juristas dio cuenta de la precaria economía logo con la población local- y se discutían resultados parciales. No se mostraba
de la mayoría de la población y del contexto de extrema concentración de la pro- mayor interés por la exploración arqueológica ni la documentación histórica;
piedad agraria en beneficio de hacendados de la región y de la ciudad de México. pero se coincidía con el enfoque indigenista y modernizador de Gamio, aunque
Los lingüistas describieron las variedades locales del náhuatl y su desplazamiento con una visión crítica del sistema de poder resultante de la Revolución Mexicana
por el castellano, ya hablado por la mayoría de la gente. Los folkloristas y et- y una mayor simpatía y respeto por la cultura vernácula (Sáenz 1936 y [1939]
nólogos se ocuparon de costumbres, creencias, ritos, manifestaciones artísticas, 1976).
normas y valores contemporáneos. Los pedagogos, de la escasez y deficiencias I Ambos proyectos, el de Gamio y el de Sáenz, ambicionaban entender desde
escolares, y asimismo reseñaron las labores de la escuela y los talleres que echó diversas perspectivas los mecanismos del cambio y las condiciones de articula-
a andar la Dirección de Antropología. La obra se ilustró abundantemente con ción interétnica. La antropología era la disciplina capaz de comprender y cali-
fotografías, dibujos y reproducciones de pinturas al óleo de artistas que forma- brar el fenómeno de la otredad cultural; no obstante, prever las posibilidades de
ban parte del equipo; hubo incluso un cineasta que filmó las múltiples tareas de transformación de esa otredad y de su relación adecuada con la sociedad mayor
los pesquisantes. El primer volumen incluyó una introducción de 90 páginas requería del conocimiento cabal del contexto en que se desarrollaba cada cultu-
de Gamio; en ella, se explicaba la metodología, se sintetizaban los hallazgos y se ra. y en consecuencia necesitaba el apoyo de las disciplinas especializadas en los
reflexionaba sobre ellos. Esta introducción, aceptada como tesis doctoral por la distintos aspectos de tal contexto
Universidad de Columbia, funcionaba además como punto de convergencia y Hay que reiterar que estas primeras investigaciones indigenistas demostra-
buscaba llegar a un diagnóstico comprensivo para orientar el cambio regional y ban una idea clara de la multidisciplinariedad, pero no se profundizaba en lo
la acción del estado. Aguirre Beltrán (1983: 165) considera La población del Valle propiamente interdisciplinario. La síntesis y conclusión de los distintos estudios
de Teotihuacán una "obra maestra indispurable (... ) que no tiene parangón en la dependían del criterio del director del proyecto, y siempre se hacían con miras
antropología mexicana". Sienta un precedente multidisciplinario, y no sólo en la a orientar la acción modernizadora estatal. En la década de 1950, sin embar-
introducción sino en diversos capítulos se percibe el diálogo interdisciplinario; go, la obra de Gonzalo Aguirre Beltrán introdujo en el indigenismo una nueva
pero éste nunca se tema tiza analíticamente y la integración final se reduce a la perspectiva teórico-rnetodológica, cuyo eje era el concepto de aculturación: el
idea de una suma de acciones estatales recomendadas. proceso de intercambio y mixtura resultante del contacto entre dos grupos cul-
Un proyecto semejante, aunque sin el componente diacrónico y con mayor rurales." Para Aguirre Beltrán, la persistencia de las culturas étnicas en México
énfasis pedagógico, lo intentó llevar a cabo Moisés Sáenz en 1932 en la región y América Latina ocurría en las regiones de refugio: un término prestado de la
michoacana conocida como La Cañada de los Once Pueblos." Su equipo incluía ecología, que designaba los espacios en los que se reproducían especies excepcio-
especialistas en educación, etnología, lingüística, sociología, economía, agrono- nales que no seguían los modelos mayoritarios de evolución. Los mundos indí-
mía y medicina. No pudo concluir satisfactoriamente, por problemas de política genas eran excepcionales porque en ellos no se había consolidado el modelo de
fusión socio cultural característico de la mayoría de la población y conducente a
45
Formado originalmente en la pedagogía, Moisés Sáenz (1888-1941) hizo sus estudios de doc-
46 Gonzalo Aguirre Beltrán (1906-1994), a quien ya he cirado varias veces, es junto con Gamio
torado en la Universidad de Columbia, donde recibió la influencia de Boas, pero principalmente
(su inicial mentor) la principal figura de la antropología mexicana del siglo XX. Formado como
la de John Dewey, el filósofo de la educación democrárica. Coincidía con Boas en la importancia
médico, incursionó en la historia social antes de esrudiar antropología en la Universidad North-
de la culrura como clave de la diversidad, pero se identificaba con la acepción briránica de la
western, con el boasiano Melville Herskovirs y el ernopsicólogo Irving Hallowell. Su obra corn-
antropología social, más pertinenre para el estudio de problemas que requerían solución. Fue
plera ocupa una veintena de volúmenes; sobresalen sus libros La población negra de México (1940),
subsecrerario de educación y promotor del Departamento Aurónomo de Asuntos Indígenas, la
Formas de gobierno indígena (1953), El proceso de aculturacián (1956); Medicina y magia (1960),
insrirución que sucedió a la Dirección de Anrropología de Gamio; desde ahí organizó el primer
Regiones de refugio (1967) y Lenguas vernáculas (1983). Cfr. de la Pena, 1988 y 1995; Báez-Jorge
Congreso Indigenisra Interamericano en 1940. Véanse Aguirre Belrrán, 1990; Guerrero, 1975.
(coord.) 2008.
38 Guillermo de la Peña Introducción: Pluralidad e interdisciplina en la antropología mexicana 39

la unificación por el mestizaje, sino que imperaba una aculturación distorsionada, y en contraste con la apertura dialógica de Sahagún y la mirada admirativa de
heredera de la Colonia, mantenida por relaciones de poder interétnico, median- Clavijero, el énfasis no estaba en el conocimiento de las culturas sino en su
te las cuales las elites locales no indígenas, para su propio beneficio, excluían a modernización nacionalista.
los indígenas del acceso a los bienes estratégicos de la nación moderna. Persistía
en la práctica una sociedad de castas, aunque en teoría existiera la igualdad ante
la ley. Para abolir tal situación, la acción indigenista se ejercería a través de un Antropologías adjetivadas
centro coordinador situado en la ciudad primada (la sede de las elites) de cada
región interétnica. Estos centros emularían los equipos regionales propuestos En la década de 1950, la antropología ya se encontraba bien instalada en el
por Gamio y Sáenz: deberían investigar las formas específicas en que se ejercía el mundo académico mundial y podía presumir de ser "la más humanista de las
poder, formular estrategias para romperlo, y convocar a otras agencias guberna- ciencias y la más científica de las humanidades" (Wolf, 1964). Se había ade-
mentales que colaborarían con la acción indigenista. Así, mediante la creación más situado -no sin fuertes controversias y críticas, dentro y fuera del gre-
de infraestructuras de comunicación y mercadeo libre, la extensión agrícola, la mio- como una ciencia aplicada, presente en las discusiones sobre desarrollo
alfabetización y escolarización, el saneamiento ambiental, la vacunación, el esta- económico y social, educación popular, gobernabilidad colonial (o postcolonial¡
blecimiento de servicios médicos públicos y la ciudadanización de los indígenas, y salud públic~ No sólo se asumía como vinculada a otras disciplinas: se había
se lograría desmantelar el sistema de explotación y exclusión que perpetuaba la diversificado y fragmentado en múltiples ramas que a veces no guardaban entre
sociedad de castas. El concepto de aculturación permitía interrelacionar todos ellas una relación clara, al grado de que entre sus propios practicantes se decía,
los aspectos del contexto en que existía la cultura indígena, en términos de su entre broma y veras, que "la antropología se define como todo aquello que ha-
grado de participación en una sociedad de instituciones republicanas y moder- cen los antropólogos". Estas ramas obedecían a sendas combinaciones entre el
nas. Se incorporaban constitutivamente en la investigación conceptos de la eco- estudio de "lo cultural y lo social", por un lado, y por otra las tradiciones de
logía, para entender el rezago evolutivo; de las ciencias médicas para diagnosticar investigación de diferentes aspectos del contexto en que ocurren los fenómenos
el perfil epidemiológico; de las ciencias agrícolas y la economía; de la psicología, socioculturales. Me referiré a algunas de ellas.
para analizar los efectos mentales de la exclusión, y de la lingüística para el cono- I Los antropólogos evolucionistas del siglo XIX consideraban su trabajo como
cimiento que permitiera mejor planear el proceso de castellanización. Pero tam- parte de una gran indagación sobre las etapas necesarias de la historia universalJ
bién se realizaba investigación histórica, que proporcionaba información sobre En contraste, en la tradición boasiana, un componente obligado de la investiga-
los antecedentes prehispánicos y coloniales que habían determinado la situación ción antropológica era el conocimiento de la historia particular de cada pueblo.
actual de las comunidades. De este interés surgió la rama de la etnohistoria: "estudios etnográficos hechos
El modelo de Aguirre Beltrán ha sido fuertemente criticado porque -se con base en documentos históricos"; o bien, cuando se carece de tales documen-
dice- presenta una visión predominantemente negativa y pasiva del mundo tos, "el estudio histórico de los grupos étnicos" mediante técnicas de historia oral
indígena, implica un evolucionismo unilineal e ignora las contradicciones de (Carrasco, 1995: 20). Este tipo de estudios era visto con suma desconfianza por
las instituciones y prácticas del Estado mexicano (cfr. de la Peña, 1995). Con la antropología estructural-funcionalista; Radcliffe-Brown (1952) lo calificaba
todo, los Centros Coordinadores que surgieron en la segunda mitad del siglo xx como "historia conjetural" y para Malinowski (1922), las narraciones del pasado
pretendían reproducir ese modelo, como puede colegirse de varios de los estu- no diferían de los mitos y eran sólo inteligibles por su utilización en el presente.
dios antropológicos de la época dorada del indigenismo mexicano: por ejemplo, Sin embargo, un eminente discípulo de ambos autores, Edward Everett Evans-
el del propio Aguirre Beltrán (1952) sobre la Meseta Tarasca, el de Francisco Pritchard (1951), planteó la necesidad de una visión histórica de las estructuras
Plancarte (1954) sobre la Sierra Tarahumara, el de Alejandro Marroquín (1957) sociales (la intelección del presente mediante el estudio del pasado) y él mismo la
sobre la Sierra Mixteca y el de Salomón Nahmad (1965) sobre los mixes, entre ejemplificó en su libro sobre los Sanussi de Cirenaica (1949), una orden religiosa
otros. Encontramos una fuerte influencia del mismo modelo asimismo en estu- musulmana que tuvo un papel clave en el surgimiento de la nación libia. En
dios realizados en otros países de América Latina. En coincidencia con Gamio la misma vena, Max Gluckman ([1940] 1963) , discípulo de Evans-Pritchard,
40 Guillermo de la Peña Introducción: Pluralidad e interdisciplina en la antropología mexicana 41
t

estudioso (entre otros temas) de la historia del reino zulú en Sudáfrica como vado de la lingüística (capitaneado por Lévi-Strauss) parecía desinteresarse de los
un proceso de cambio en las estructuras de poder, escribió una crítica dernole- procesos de cambio: destacaba la prioridad de la organización mental del mundo
dora de las ideas de Malinowski sobre la interpretación del pasado, al defender ("la estructura") como clave explicativa de la acción humana y calificaba a las
la distinción entre pensamiento mítico y pensamiento histórico. Con todo, la sociedades preliteratas como "frías", es decir, estáticas. Pero ciertos antropólogos
influencia persistente del estructural-funcionalismo entre los profesionales britá- estructuralistas (Louis Dumont, Marshall Sahlins) realizaron estudios históricos
nicos (y muchos de otros países) no favorecía el trabajo diacrónico. Por razones en los que el cambio se entendía como condicionado por la estructura mental y
obvias, la etnohistoria, o antropoLogía histórica se desarrolló principalmente cuan- simultáneamente la modificaba. A su vez, en la misma época, varios autores de
do existía acceso abundante a registros antiguos, por ejemplo en México, donde orientación marxista no dogmática, tanto historiadores (Edward P. Thornpson,
además, desde los siglos XVIII y XIX Y sobre todo a partir de la generación de Eric Hobsbawm) como antropólogos (Eric Wolf, Sydney Mintz), insistían en
Manuel Gamio, la evidencia acerca del pasado alcanzaba épocas remotas merced la importancia del análisis social y cultural, en los niveles micro y macro, para
al trabajo documental y arqueológico. En la obra, por ejemplo, de Alfonso Caso entender el cambio histórico. Todas las corrientes mencionadas tuvieron pre-
e Ignacio Bernal, el diálogo interdisciplinario era sobre todo de índole meto do- sencia importante en México. Por ejemplo, un discípulo de Radcliffe-Brown,
lógico; otros autores, como Pedro Armillas, José Luis Lorenzo, Ángel Palerm Robert Redfield (1940), rompió la barrera impuesta por su maestro e investigó
y Pedro Carrasco, introdujeron al analizar datos arqueológicos e históricos las el cambio histórico como resultado de procesos de comunicación y difusión de
discusiones teóricas del evolucionismo multilineal y del marxismo. Me referiré innovaciones, en Morelos y Yucatán; en esta última región colaboró estrecha-
luego a estas discusiones al hablar de la ecología cultural. mente con el mexicano Alfonso Villa Rojas. El propio Malinowski, junto con
En la tradición historiográfica germana de finales del siglo XIX y principios otro mexicano, Julio de la Fuente, realizó un amplio estudio sobre el sistema de
del xx (Wilhelm Dilthey, Jacob Burckhardt, Johan Huizinga) campeaba el inte- mercados de Oaxaca, en el que no se ignoraba el cambio histórico (Malinowski
rés por la cultura (en el sentido antropológico) yel "espíritu de la época" (véase y de la Fuente, 1957). Estos estudios auspiciados desde el extranjero, junto con
Burke, 2008). A partir de la década de 1920, los fundadores de la corriente muchos otros generados internamente, reforzaron el diálogo existente en nues-
historiográfica francesa conocida como Escuela de los Annales," se interesaron tro país entre la antropología y la historia. El etnólogo alemán Paul Kirchhoff,
por la interacción del medio ambiente con las formaciones y procesos sociales residente en México desde 1937, acuñó el concepto Mesoamérica, que ponía al
(Fernand Braudel, Pierre Vilar) , así como por las mentalidades (Marc Bloch, Lu- día y operacionalizaba las ideas de Boas y Gamio sobre la gran área cultural que
cien Fevbre, Philippe Aries, Georges Duby, Jacques Le Goff): un concepto em- abarcaba el centro y sur de México y el norte de Centroamérica, y también exigía
parentado con la cosmovisión y el espíritu de Lostiempos de la tradición germana. un enfoque combinatorio del pasado yel presente, la continuidad y el cambio
A partir de la década de 1970, varios historiadores europeos (Emmanuel Leroy (Kirchhoff [1943] 1960).49 El mismo autor impulsó en la Escuela Nacional de
Ladurie, CarIo Ginzburg y otros) abrevaron de una renovada corriente anglo- Antropología e Historia el estudio de la obra de Marx, que proporcionaba una
sajona de antropología simbólica (Victor Turner, Clifford Geertz) para abordar explicación histórico-estructural a los procesos de cambio.
el estudio de creencias, mitos, rituales y discursos en regiones y localidades par- La magna obra de Braudel ([1949] 1966) sobre el mundo del Mediterráneo
ticulares." Por otra parte, el surgimiento en Francia de un estructuralismo deri- en la era de Felipe II comienza con una detallada descripción del medio am-
biente físico -que incluye las comunicaciones y los asentamientos humanos-y
47
a continuación sitúa en ese marco la economía, la política, la sociedad y las
Reunidos en torno a la revista Annales d'histoire économique et social, fundada en 1929, que cam-
ciuilizaciones (católica, judía, islámica). 50 Al recuperar el término civilización
bió varias veces de nombre: Annales d'histoire sociale (1939-1942, 1945), Mélanges d'histoire
sociale (1942-1944), Annales. Economies, saciétés, civilisations (1946-1994), y Annales. Histoire, 49
Las discusiones sobre Mesoamérica (como concepto, área geográfica, etcétera) han seguido pre-
Sciences Sociales (1994- ). sentes entre los antropólogos, arqueólogos e historiadores, e informan el planteamiento innova-
48
Tales pesquisas ocurrieron principalmente en la parte occidental de la Europa mediterránea, in- dor de Guillermo Bonfil (1987) sobre la civilización negada.
fluidos por las investigaciones de los antropólogos que a partir de la década de 1950 se interesaban 50
Norberr Elias ([1939]1998, citado en Wolf, 1964: 16-19) hace notar la preferencia de las ciencias
en esa área (Delille, 1996: 107-108). humanas alemana y estadounidense por el concepto comprehensivo cultura, mientras que en
42 Guillermo de la Peña Introducción: Pluralidade interdisciplina en la antropología mexicana 43

como una formación compleja de larga duración en la que el mundo rural se dañado y destruido- por la adaptación humana, que siempre conlleva relacio-
subordina al urbano y al mismo tiempo lo modifica, la historiografía francesa nes de poder. Así lo enfatiza la corriente llamada ecología política, en la que los
destaca la sustentación material de las dimensiones prácticas y simbólicas de la antropólogos colaboran o intercambian teorías y métodos con ecólogos, biólogos
acción humana y se conecta con la geografía y con la naciente rama de la antro- y agrónomos (véanse por ejemplo Painter y Durham, 1995; Arizpe, Paz y Veláz-
pología conocida como ecología cultural, inspirada tanto en Boas como en el quez, 1996; Bedoya y Klein, 1996; Boehm, 2006). A su vez, la utilización de la
libro clásico de Evans-Pritchard (1940) sobre los Nuer del Sudán. En los Estados tecnología tampoco puede entenderse sin las mediaciones de la organización so-
Unidos, el antropólogo disidente (por su rechazo a las ideas de Boas) Leslie cial y el poder (cfr. Aguirre Beltrán, 1967). Este entendimiento crítico conduce a
White (1949) había reanimado y precisado el enfoque evolucionista al clasificar una mirada radicalmente diferente de los estudios sobre el desarrollo presididos
y periodizar a las sociedades, en el pasado y el presente, de acuerdo a su capa- desde la década de 1960 por algunos economistas y sociólogos, que centraban
cidad para disponer y procesar energía en un medio ambiente específico y con la atención en los impactos supuestamente benéficos del libre comercio y la
una determinada tecnología. A su vez, Julian Steward (1956) insistió en centrar transferencia tecnológica, independientemente del contexto social, cultural y
la atención en las transformaciones de la esfera tecnoeconómica como clave de los político en que ocurrían. Aparece en contrapartida una corriente antropológica
cambios en la cultura en general, pero evitó el caer en determinismos al acuñar el de estudios del desarrollo (Long, 1977 y [2001] 2007; Ribeiro, 1994; Escobar,
concepto cultural core ("núcleo cultural") para referirse a los aspectos de una co- 1996) que cuestionan el concepto mismo y lo deconstruyen como un artificio
lectividad humana que se vinculan directamente al medio y a la tecnología. En neocolonial para exportar el modelo capitalista desde los países que se autonom-
la misma vena, el arqueólogo británico V Gordon Childe (1942) propuso sus bran "desarrollados". Se centra la atención, así, tanto en los contextos y agentes
tesis sobre la revolución neolítica y el surgimiento del urbanismo. Estas visiones locales como en las relaciones y mediaciones contradictorias entre lo local y lo
multilineales de la evolución permitían romper con el particularismo y formular supralocal, y se rechaza la idea del Estado como una institución eficaz y neutra."
una metodología geo-histórico-antropológica enfocada a la comparación de las Esta corriente surge paralelamente (y a veces se enlaza) con las investigaciones
sociedades en sus dimensiones espacio-temporales, como lo muestran las obras antropológicas que se involucran en un diálogo con la economía política clásica,
de los autores citados y las de Marshall Sahins y Elman Service (1960), Eric Wolf inspirados sobre todo por los escritos de Marx acerca de las sociedades precapi-
(1982), Sydney Mintz (1985) y Richard Adams (1975). Permitían, asimismo, talistas y sus complicadas (y contingentes) transiciones hacia el capitalismo y el
analizar las colectividades particulares en relación a totalidades complejas; por socialismo (Stavenhagen, 1969; Bartra, 1974; Godelier, 19~3; Bloch, ed., 1975;
ejemplo, mediante el concepto niveles de integración introducido por Steward, Mellaissoux [1975] 1977; Orlove (ed.) 1989; cfr. Shanin, 1987),52
o en el caso de Adams mediante la utilización de la segunda ley de la termodi- Las discusiones provocadas por la crítica antropológica al discurso domi-
námica para explicar las variaciones y fluctuaciones en las relaciones de poder. nante sobre el desarrollo y por la influencia de la economía política desplazaron
En México, encontramos este enfoque en los trabajos de Pedro Armillas, Ángel en buena medida las polémicas que caracterizaron a la antropología económica
Palerm, José Luis Lorenzo y Pedro Carrasco, que utilizaron las ideas de Marx hasta la década de 1960 ~Me refiero a dos debates. El primero ocurría entre los
sobre el modo de producción asiático para analizar la evolución de Mesoamérica, formalistas (que defendían la aplicabilidad de una teoría económica universal a
y en los escritos del propio Palerm (1972, 1980) Y de Arturo Warman (1976) las sociedades precapitalistas) y los sustantivistas (que proclamaban la historici-
acerca del campesinado en el México moderno. dad de las teorías económicas), cuya síntesis y culminación se encuentra en el
Con todo, los autores mencionados de ningún modo sostienen que el medio 51
Dos ejemplos relevantes de este enfoque en México son los trabajos acerca de las cadenas o campos
ambiente es un dato "natural": es también manipulado y modificado -incluso agro-industrial-alimentarios (por ejemplo, Rodríguez Gómez y Chomba, coords. 1998; Torres,
2012; González Chávez, 2012)
52
Francia predomina el uso del concepro civilización y en el Reino Unido (y en Francia) se habla de Antes de la década de 1970 la influencia de Marx en la an tropología parecía escasa (y en Estados
sociedad y estructura social, y atribuye este contraste a la existencia en estos últimos de una fuerte Unidos el rnacarrhysrno prevenía su expresión abierta); con todo, se manifestaba explícitamente
cultura propia de las elites ---diferenciada de las culturas vernáculas-, que no se encuentra en los en figuras como Leslie White, Sranley Diamond y Eric Wolf, y en México Alfonso Fabila, Miguel
dos primeros casos. Orhón de Mendizábal y Ángel Palerm.
Introducción: Pluralidad e interdisciplina en la antropología mexicana 45
44 Guillermo de la Peña

libro compilado por Edward LeClair, Jr., y Harold Schneider (1968). El segun- o a ellas se oponen (de la Peña, 1986 y 1994; Gupta, 1995). En estos temas es
do abordaba desde puntos de vista diferentes las condiciones que viabilizaban obligado el diálogo con los politólogos, como también lo es si se entra a los de-
la "modernidad" (Dalton, ed., 1971). Empero los antropólogos continuaron bates acalorados sobre las relaciones entre el Estado, la nación y la etnia (Gellner
-como lo hacían desde sus inicios; cfr. Malinowski 1922- planteándose en [1983] 1991).
sus etnografías problemas análogos a los estudiados por los economistas, como la En fin. Un capítulo de este libro explora las relaciones de la antropología
lógica de utilización de los recursos materiales y humanos, las transacciones y los con los estudios políticos, y otros lo hacen respecto de la historia y los estudios
patrones de consumo, así como las relaciones de oportunidad y subordinación sobre el desarrollo, y de otras disciplinas que no se mencionaron en los párrafos
con los mercados nacional y global. En América Latina, por ejemplo, abundaron previos: la filosofía, la lingüística, la geografía, las ciencias médicas y la sociolo-
las pesquisas sobre la microeconomía de los campesinos y artesanos en regiones gía. Es obvio que falta aún la consideración de otras visiones científicas que han
pluriétnicas (Matos Mar et al., 1969; Stavenhagen et al., 1976; Novelo, 1976; impactado a los antropólogos (y viceversa), como el psicoanálisis, la genética y,
Long y Roberts, eds., 1978; de la Peña, 1980 y 2001; Lehmann, ed., 1982; últimamente, la neurociencia. Si se revisa la cincuentena de números publicados
Archetti, 1983; Roseberry, 1983 ... etcétera). Sin embargo, la antropología eco- por la revista Anthropological Theory, se encontrarán más ejemplos de fertili-
nómica de las últimas décadas es radicalmente diferente de la que se interesaba zación cruzada. Inevitablemente, en nuestras discusiones se han priorizado las
(hace 50 años) en "los mundos primitivos" o en su "modernización": el gran disciplinas concurrentes en la institución que auspicia esta publicación: CIESAS,
tema es ahora la globalización y su complicado vínculo con los modelos eco- donde se ha buscado combinar la antropología social con otros saberes, a través
nómicos subalternos, y en su formulación han contribuido las preocupaciones de la investigación en equipos vinculados al trabajo de docencia; trascender las
de los antropólogos del llamado Tercer Mundo (véanse Villarreal, ed., 2004; visiones que ignoran los contextos espaciales, temporales y políticos, y promover
Ribeiro y Escobar, eds. [2006] 2008; Ribeiro, 2006). Por otra parte, lo que tanto el pluralismo teórico como el interés en la pluralidad cultural,
ha recibido el nombre de antropología política -el estudio de las relaciones
de poder- muestra de igual manera continuidades y rupturas. Su arranque
ocurrió con el interés de los evolucionistas sobre el origen y las transformaciones Interdisciplina y la estructura del libro
del Estado, lo que más tarde mereció un vehemente mentís de Radcliffe-Brown
(1940), quien afirmó que el Estado, invención de los filósofos políticos, carecía Al comienzo de este capítulo introductorio (nota 2) aventuré una distinción en-
de existencia real; lo que tenía existencia empírica eran las relaciones de autori- tre multidisciplina (la yuxtaposición de varias disciplinas científicas en el examen
dad entre individuos y grupos. Las investigaciones africanistas sobre sociedades de un problema de investigación, cada una desde su propio punto de vista), e
sin Estado parecían dar la razón a tal sentencia (Fortes y Evans-Pritchard, eds., interdisciplina (el entrecruzamiento de conceptos y métodos de diversas ciencias
1940) y de hecho podríamos hablar, en el periodo 1940-1970, de una brecha para definir y abordar un mismo objeto). En su turno, Leopoldo Valiñas (1995:
entre la ciencia política y la antropología, pues ésta, con excepciones, se interesó 59) propone que "el trabajo interdisciplinario fuerte es aquél en que las ciencias
sobre todo en fenómenos de poder local, faccionalismo e intermediación. Con que participan, si bien lo pueden hacer de manera autónoma o mancomunada,
todo, el estudio de las sociedades complejas, en donde jugó un papel principal fundamentan los avances de las investigaciones en la interrelación que se da
la influencia del marxismo (y en particular de su versión gramsciana), tenía entre ellas, siendo los resultados de las ciencias todas las que van abriendo, ce-
que dar cuenta de los procesos coercitivos y hegemónicos de centralización del rrando o redirigiendo los caminos del estudio",'
poder, cualquiera que fuese su grado de éxito. En las últimas décadas ha prevale- Tras esta Introducción, Luis Roberto Cardoso de Oliveira, en su capítulo
cido explícita o implícitamente la distinción entre la idea o imagen (o amenaza, acerca de "la dimensión filosófica de la interpretación etnográfica (... ): la rela-
diría Pierre Clastres [1974]) del Estado y los actores y aparatos de poder que se ción entre dato y significado", sostiene que, aunque no sea consciente de ello, el
valen de esa idea para justificar sus acciones; así, los antropólogos se han aboca- etnógrafo asume una posición filosófica que guía su investigación. Cuando sí es
do al análisis etnográfico de las burocracias, las intermediaciones, las políticas consciente, ésta adquiere coherencia epistemológica y se vuelve más interesante.
públicas y los movimientos sociales u organizaciones que con ellas interactúan (Sahagún y Clavijero habitaban explícitamente el pensamiento filosófico de sus
46 Guillermo de la Peña Introducción: Pluralidad e interdisciplina en !a antropología mexicana 47

respectivas épocas. Si Boas intentaba seguir el historicismo romántico de Herder fenómenos históricos, pero también por buscar la vinculación entre ellos y to-
y Dilthey, Malinowski se situaba al lado del pragmatísmo de William James dos los conocimientos humanos. Se empezó a crear así una base común para
y Gamio, aunque con dudas, en el positivismo). Para Cardoso de Oliveira, la ambas disciplinas e incluso para una vasta visión en la que concurrieran todas
elaboración filosófica más importante de la antropología, derivada de Durkhe- las ciencias, ejemplificada en la obra de Alexander von Humboldt. Más especí-
im y Mauss, se refiere a lo que él llama concreción simbólica: en el estudio del ficamente, la unidad de la antropología y la historia se debió al intento de los
símbolo se manifiesta la indisolubilidad de lo empírico y lo interpretativo. Esta evolucionistas decimonónicos de lograr una comprensión diacrónica y sincró-
elaboración conjuga los planteamientos neokantianos con el empirismo britá- nica de todos los pueblos del mundo, pero sus afirmaciones eran con frecuencia
nico. La discusión más famosa al respecto la abrió Peter Winch en su crítica al puramente hipotéticas, lo que llevó a muchos antropólogos a rechazar de manera
estudio de Evans-Pritchard sobre la racionalidad o irracionalidad de la brujería tajante cualesquiera generalizaciones sobre la historia de las sociedades no occi-
entre los Azande del Sudán. Para el segundo, las creencias de los Azande tenían dentales y a definir su disciplina en términos puramente sincrónicos o bien par-
una lógica, pero no ofrecían un conocimiento racional, correspondiente a "la ticularistas. Pero autores como Evans-Pritchard y Steward mostraron el camino
realidad" del infortunio supuestamente causado por la brujería; para Winch, para salir de esa encrucijada. Actualmente, afirman García Acosta y von Mentz,
la racionalidad debía buscarse intersubjetivamente, en el marco interpretativo; las disciplinas deben caminar unidas. "Entender la diversidad humana y cultural
sin la intersubjetividad, no se puede dar sentido al dato etnográfico. Con todo, sólo es posible a partir de la mirada diacrónica", pero ésta adquiere sentido al
Evans-Pritchard sí reconocía la importancia de las categorías -expresadas en asumir enfoques holistas y comparativos, al incorporar análisis contextuales, y
lenguajes simbólicos- para dotar de sentido a la realidad en cada cultura, y más al no limitarse a escuchar las voces de las grupos y culturas dominantes. Tal es
tarde Clifford Geertz expresó tajantemente que, sin adoptar de alguna manera el desafío que recogen la antropología y la historia mexicanas, ejemplificadas
las categorías del otro (lo que no significa que deba renunciar a las suyas propias), con los trabajos de CIESAS. Más en concreto, las autoras se refieren a las pesqui-
el antropólogo no puede realizar adecuadamente su labor: el encuentro etnogrd- sas mexicanistas en que ellas han participado: acerca del' trabajo en los centros
fico. y Cardoso de Oliveira plantea que, al estudiar el mundo contemporáneo, mineros, tanto en la Colonia como en el Porfiriato; acerca de las formaciones y
el antropólogo tiene que descubrir las diferencias categoriales entre distintos contradicciones de la agricultura, y acerca de los riesgos, desastres y pandemias
actores. Un ejemplo: las categorías y símbolos de las burocracias estatales fre- a través del tiempo. Insisten, a lo largo del capítulo, sobre la poderosa influencia
cuentemente no concuerdan con las de los ciudadanos. (Algo análogo plantea de figuras intelectuales europeas vinculadas a la lucha antifascista sobre el desa-
Norman Long con el concepto de interfoz). El estudio de caso privilegiado que rrollo de una antropología histórica en México.
ofrece Cardoso se refiere a su innovadora pesquisa sobre el tratamiento del insul- ITampoco es adecuado divorciar la antropología de la lingüística, nos dice
to (que se cruza con el sentido de la moralidad, el honor y los derechos) en los Jon Landaburu en el cuarto capítulo, por más que la segunda de estas ciencias
juzgados civiles de Massachusetts. (que en sus versiones modernas nacieron juntas) se haya consolidado formal-
En el tercer capítulo, sobre "el diálogo ineludible" entre la antropología y mente tanto como la primera (o incluso más). Landaburu nos lleva de la mano
la historia, Virginia García y Brígida von Mentz examinan cómo se crearon las por una vasta narrativa que da cuenta, desde la antigüedad hasta nuestros días,
fronteras entre ambas disciplinas. Encuentran la construcción de "la historia" en de las "convergencias y divergencias" de ambas disciplinas.] De nuevo, es en la
dos maneras contrastantes: la que se dedica a ensalzar gestas y héroes de una na- era de los descubrimientos cuando aparece una amplia in1~rmación sobre la rica
ción determinada y es usualmente promovida por las clases o grupos dirigentes, diversidad de las culturas y las lenguas del mundo y se plantea un gran desafío
y la que se interesa críticamente por los problemas sociales de la época y busca a los conquistadores, funcionarios coloniales y misioneros. Y son las ideas y mé-
escudriñar sus orígenes. ~La antropología", en cambio, nace de la sorpresa e todos renacentistas e iluministas los que estimulan a profundizar y sistematizar
interés (por razones varias) ante la realidad de pueblos diferentes a los europeos, su conocimiento empírico. La antropología filosófica del siglo XVIII se esboza
sobre todo a partir de la llamada "era de los descubrimientos" en los siglos xv- como una teoría general del hombre, y la consideración sobre el lenguaje no sólo
XVII. En los siglos subsiguientes, prosiguen las autoras, la revolución científica es parte de esta teoría sino además le proporciona un modelo analítico. En el
propiciada por la Ilustración provocó el interés por las causas mundanas de los siglo XIX, la gramática comparada, secuela del Romanticismo alemán, desarrolla
Guillermo de la Peña Introducción: Pluralidad e interdisciplina en la antropología mexicana 49
48

sus propias reglas y se configura como disciplina autónoma; aunque limitada En el siglo XIX y los comienzos del xx, las técnicas cuantitativas utilizadas por los
-entre otros aspectos- por su uso exclusivo de fuentes escritas, inspira la di- sociólogos parecían más adecuadas para estudiar las sociedades urbanas y com-
mensión comparativa que vuelve inteligibles los hechos culturales. La tradición plejas de Occidente, mientras las cualitativas (la etnografía de los antropólogos)
germánica -Herder, Wilhem von Humboldt, Bastian, Dilthey- está represen- resultaban más convenientes para entender las colectividades de pequeña escala
tada en los Estados Unidos, desde principios del siglo xx, por Franz Boas, para que supuestamente eran privativas de los ámbitos no occidentales. En realidad,
quien el estudio del lenguaje como herramienta social y práctica cultural es un en ambos contextos se podían emplear unas y otras técnicas (y de hecho se
aspecto esencial de la etnografía y refuerza (contra los evolucionistas) la tesis de empleaban), pero cada disciplina tuvo procesos de institucionalización y profe-
la inconmensurabilidad de las culturas. Paralelamente a la influencia de Boas, el sionalización por separado -y con diferencias en cada país-, por más que sus
estructuralismo lingüístico de Ferdinand de Saussure conduce al estructuralis- practicantes encontraran difícil distinguir sus orientaciones teóricas. \gn Améri-
mo antropológico de Lévi-Strauss. El concepto saussureano de lengua como un ca Latina, la antropología en cuanto estudio de los pueblos colonizados tuvo un
sistema formal de signos redunda en un concepto similar (formal) de cultura. desarrollo que se remonta a los inicios de la presencia colonial, y en cambio la
A ambos se opone, en las últimas décadas del siglo xx, una nueva lingüística (la sociología arribó con el positivismo decimonónico; pero en el capítulo se insiste
etnografía del habla), más en consonancia con los postulados boasianos, que novedosamente en la originalidad de ambas en el ámbito latinoamericano, sin
centra la atención en el acto de comunicación que desborda el sistema formal: ignorar las influencias externaj:JSe muestra, además, que en México, la organiza-
el objeto de estudio no es la lengua sino los hablantes. La idea de que las lenguas ción de las ciencias sociales profesionales tiene su punto de partida en el Museo
podían ser analizadas en abstracto (fuera de sus contextos) y como compartí- Nacional de la época porfirista, y que uno de sus miembros, el antropólogo Ma-
mentos estancos se desdibuja; lo mismo pasa con la idea de las culturas aisladas nuel Gamio, vinculado con Boas y con la academia estadounidense y europea, es
y abstraídas de su entorno material y comunicativo. Persiste, sin embargo, la quien formula el programa fundador que será seguido tanto por la antropología
convicción de que la lingüística tiene una función iluminadora en las preocu- como por la sociología. A lo largo del siglo xx cada una de ellas forma institu-
paciones centrales de la antropología: "la transmisión y reproducción de la cul- ciones y asume -no sin contradicciones y crisis- asignaciones específicas en
tura, las relaciones entre sistemas culturales y formas diferentes de organización el contexto de un Estado nacional-popular preocupado por la integración social
social, el papel de las condiciones materiales de existencia en la comprensión y la creación de comunidades científicas. En este contexto la antropología cobra
del mundo por parte de un pueblo determinado" (Duranti, 1997: 4). Empero sentido en su preocupación por el valor simultáneo de la diversidad cultural y la
Landaburu señala que esta convicción tiene que matizarse en el mundo con- unidad de la nación, mientras que la sociología conserva su cuño positivista y
temporáneo, caracterizado por el entrecruzamiento de culturas e identidades, y se interesa por las condiciones y gestión técnica del proceso de modernización.
en el que quienes se concebían anteriormente como "hablantes observados" son Con todo, los acercamiento s no han cesado, y últimamente se expresan en la
protagonistas del estudio de sus idiomas. colaboración conjunta en la evaluación científicamente fundada de las políticas
A un tiempo "cercana y distante", la relación entre la sociología y la antro- sociales. Los autores terminan con un llamado a una ciencia social no compar-
pología es -como en las tres disciplinas apenas mencionadas- esencial para tamentalizada que en el siglo XXI contribuya fehacientemente a la construcción
la historia de ambas.r'Tal es la tesis que desarrollan en el quinto capítulo Bryan de sociedades plurales, democráticas, equitativas y eficaces.
Roberts, Mercedes González de la Rocha y Agustín Escobar. Más todavía: entre , En un sexto capítulo, Jesús Manuel Macías se ocupa de las relaciones entre la
ellas las diferencias son principalmente de formas de aproximación y técnicas de antropología y la geografía en el cambiante México de la segunda mitad del siglo
estudio, no de teoría y método. Los autores aceptan el enunciado de Wallerstein xx, y en un escenario específico: el CISINAH-CIESAS. En medio de las conmo-
acerca de las fronteras disciplinarias en las ciencias del hombre: si la formación ciones de la época, surgió una fuerte corriente que pretendía constituirse como
del sistema mundial las separó según si se ocupaban del mundo colonizador o antropología crítica, de inspiración marxista (aunque en la práctica los vínculos
del colonizado, las condiciones actuales de crisis de la modernidad y emergencia más notables eran con la antropología estadounidense y con los aparatos del
postcolonial vuelven a reunirlas. A lo largo del capítulo, se nos presentan y do- Estado mexicano). La geografía, en cambio, nacionalista y conservadora, era de-
cumentan los alejamientos y acercamientos de las dos trayectorias disciplinarias. finida sobre todo por una tradición de geografía física dedicada a la descripción
50 Guillermo de la Peña Introducción: Pluralidad e interdisciplina en la antropología mexicana 51

del territorio de México. Sin embargo, en los años en que se creó CISINAH ya creencias y relaciones de poderes, y esto es visto como una amenaza por los bio-
existían visiones alternativas: una geografía de las regiones económicas, influida médicos; pero por otra parte los antropólogos médicos frecuentemente sufren
por el marxismo, y otra derivada de la geografía humana francesa, que postulaba de una gran ignorancia sobre los temas de sus estudios y sobre las consecuencias
un concepto más complejo, pero más estático, de región. El diálogo entre los posibles de éstos; 10 cual aumenta las divergencias entre las disciplinas. También
antropólogos de CISINAH-CIESAS y los geógrafos que ingresaron a esta misma hay convergencias, por ejemplo en la aceptación del valor de los estudios cuali-
institución (y también con historiadores) implicó la búsqueda de un concepto tativos para entender la multicausalidad de las enfermedades, los problemas de
dinámico de la región como resultado de procesos socioculturales, económicos y salud mental y los procesos epidemiológicos o para detectar saberes populares
políticos. Macías llama la atención sobre la importancia del concepto formación útiles y oportunidades de prevención. Todo esto a pesar del creciente bíologísmo
económico-social, en contextos variables de expansión, estancamiento o contrac- y obsesión farmacológica de la atención biomédica. Pero la subalternidad de la
ción del capital, para el análisis de la espacialidad en diferentes escalas. Se refiere antropología médica conduce a una medicalización de la disciplina y a perder la
también a su propia investigación en la región Huasteca, en donde las escalas se capacidad autónoma de señalar los procesos socioculturales que intervienen en
definieron en relación a la comunidad ejidal y la "unidad territorial de produc- las situaciones de enfermedad y atención clínica. El autor proporciona nume-
ción", que directamente contactaban con los estudios antropológicos sobre el rosos ejemplos de tales procesos, y proclama la necesidad de una epidemiología
campesinado. Y narra cómo en 1985, el sismo que devastó la ciudad de México sociocultural, de la que da varios ejemplos; entre ellos sobresalen sus propias
(y otras zonas del país) proporcionó la coyuntura para que los investigadores del investigaciones acerca de los procesos de alcoholización en México. Es decir:
CIESAS iniciaran proyectos interdisciplinarios e interinstitucionales sobre los de- las contribuciones del diálogo interdisciplinario no serían posibles si se borran
sastres vistos como fenómenos sociales. A los estudios de sismos se añadieron los los límites que corresponden a diferencias reales entre las ciencias. Lo que debe
de riesgo volcánico, comunidades reubicadas y tornados (un fenómeno ignora- borrarse son los malentendidos y las asimetrías.
do). Además de su pertinencia, estos trabajos, reconocidos internacionalmente, En contraste, Alberto Aziz y Jorge Alonso abordan en el capítulo octavo el
mostraron la fecundidad de conjugar no sólo las ciencias sociales sino también tema de la relación entre la antropología y la ciencia política (que se traslapa con
éstas con las ciencias físicas y de la tierra. la sociología política) y no destacan conflictos sino complementariedad. Desde
Eduardo Menéndez no sólo habla en el séptimo capítulo del diálogo entre su perspectiva, ambas disciplinas les han proporcionado herramientas para ar-
la antropología social y la biomedicina, sino además defiende la necesidad de mar en colaboración una crítica radical de los procesos políticos en el México
mantener las diferencias entre ambos saberes. \En lo que concierne al diálogo, contemporáneo. El punto de convergencia es el estudio del poder, que la antro-
sitúa su pertinencia no en los estudios que simplemente describen las concep- pología concibe como "un entretejido relacional que permea a toda la sociedad"
ciones "tradicionales" de la enfermedad, la curación y la muerte como parte de y la ciencia política refiere más a la operación del "sistema político moderno" a
la cultura de una colectividad, sino en los que analizan los problemas de morbi- través de las instituciones del Estado. Sin embargo, las dos concepciones han
lidad y mortalidad y confrontan fenómenos epidemiológicos así como formas sido objeto de vituperios, por ejemplo por su insuficiente consideración de la
de prevención y atención clínica. Ahora bien, Menéndez ha introducido en la resistencia o los excesos del poder. Más que intentar nuevas definiciones, los
literatura especializada el concepto modelo médico hegemónico, para referirse a los autores hacen un amplio recuento de las contribuciones en los últimos treinta
procesos de atención a la enfermedad por parte de los médicos "occidentales", años a la discusión del poder y la política, que evidencian múltiples préstamos
en los que campea la idea de que ese tipo de atención es el único válido. Análo- interdisciplinarios y apuntan a la crisis de los viejos paradigmas en el contexto de
gamente, el modelo se aplica también a las relaciones de la biomedicina con las la globalización, la dislocación ecológica y los reacomodos económicos e ideoló-
ciencias sociales en general, y con la antropología en particular. Si bien aquélla gicos en el cambio de siglos. Pero su aporte principal está en la convergencia de
puede reconocer la existencia de las dimensiones sociales y culturales de la en- diversos enfoques en el estudio compartido de un problema: las condiciones de
fermedad y la atención, y aceptar que existan disciplinas que las estudien, éstas la transición política en México hacia una "democracia vulnerada". Recuperan
permanecen en situación de subalternidad. La antropología estudia los sistemas así las reflexiones de dos libros colectivos y multidisciplinarios que ellos organi-
médicos como sistemas socio culturales, donde "lo científico" se entrecruza con zaron, donde se examinaban críticamente los procesos electorales, el surgimiento
52 Guillermo de la Peña Introducción: Pluralidad e interdisciplina en la antropología mexicana 53

de un sistema de partidos privilegiados, la reorganización de ciertas instituciones que en esos procesos de cambio participan con importancia creciente tanto los
estatales, los movimientos sociales y las nuevas organizaciones civiles. También presuntos beneficiarios como actores privados y organizaciones no gubernamen-
recogen las conclusiones de otros estudios de su común auto ría sobre los poderes tales; todos ellos con agendas propias y no necesariamente convergentes. Los
fácticos y la persistencia de culturas políticas autoritarias que permean incluso estudios sobre el desarrollo deben tomar en cuenta un nuevo entrelazamiento
las innovaciones democráticas. Aziz y Alonso nos presentan un bricolaje de ideas de valores e instituciones que generan "una serie de modos distintivos de inter-
y métodos (¿mezcla transdisciplinaria?) que conjunta la etnografía de elecciones vención y organización" ..También los antropólogos han criticado las concep-
locales con referencias a la corrupción de las campañas partidistas nacionales, ciones simplistas de cambios tales como los procesos de mercantilización, que
visiones negativas de las políticas de los gobiernos de transición y positivas de de hecho "involucran pugnas sociales y discursivas sobre modos de vida, valores
los movimientos antisistémicos. Al final se alude a una agenda de investigación económicos e imágenes del mercado". A partir de los años noventa ofrecieron
futura que conduzca a "develar los mecanismos de la democracia de los de arriba perspectivas teóricas que ofrecían nuevas concepciones del desarrollo, como la
y entender cómo se va viviendo una democracia desde abajo (... ) [y] cómo van constructivista o la "orientada al actor (... ), [que] exige que vayamos más allá
construyendo su vida cotidiana los agrupamientos que se (... ) [arriesgan] a vivir de la semántica de concepciones (... ) orientadas a la estructura o definidas por
al margen del capital y del Estado". las políticas, con el fin de abarcar una gama amplia de modos de acción humana
El último capítulo lo escriben Norman Long y Magdalena Villarreal. Plan- centrados en conflictos y negociaciones sobre diferentes tipos de recursos". Tam-
tean un diálogo, pero también una confrontación, entre la antropología y los bién han surgido críticas del carácter hegemónico del concepto de desarrollo y
"estudios del desarrollo" que despegan en las décadas de 1950 y 1960, combi- propuestas no sólo de "investigación-acción" sino de "investigación-activismo",
nan (o "descansan en") varias ciencias sociales (aunque predomina la economía) con el fin de participar "a partir de la experiencia popular en la forja de entornos
y continúan teniendo una relación destacada con agencias gubernamentales más humanos y ecológicamente sustentables", lo cual no deja de plantear nuevos
y ONGS..¡ Los autores trazan los antecedentes de este tipo de estudios hasta las problemas y pone de manifiesto la necesidad tanto de una nueva teoría de la
épocas del colonialismo, cuando los funcionarios, misioneros y finalmente los practica de la antropología del desarrollo como de proyectos empíricos que la
antropólogos profesionales se esforzaron por conocer a los pueblos colonizados pongan a prueba.
para mejorar sus condiciones de vida. Por su parte, quienes eran objeto de es- He tratado de resumir los ocho capítulos que siguen a esta Introducción y de
tudio respondían con sus propios proyectos, expresados a veces en rituales pero resaltar distintas modalidades de diálogo inter'disciplinario. Encontramos" por
también en rebeliones. Sin embargo, los estudios del desarrollo surgen como ejemplo, en los capítulos que atañen al diálogo con la historia y la sociología,
campo específico tras la Segunda Guerra Mundial, con la creación de institu- afirmaciones sobre la ausencia de fronteras reales entre cada una de ellas y la
ciones internacionales que auspician proyectos para "modernizar" a los países antropología." Las fronteras, entonces, serían ficticias, o pragmáticas, impuestas
"atrasados". No se buscaba solo el crecimiento económico sino la transforma- por lógicas externas a ellas (el poder, la distribución de recursos en la academia,
ción estructural de la sociedad en aras de una mayor riqueza y bienestar general. la construcción de nichos profesionales). Nos encontraríamos así ante diferentes
El papel de los antropólogos era detectar los "obstáculos culturales y organiza- maneras de hacer lo mismo, como en el caso de los esfuerzos paralelos de los et-
cionales" que estorbaban tal transformación, y las vías para superados ..La meta nohistoriadores/historiadores culturales y los antropólogos socioculturales; pero
se planteaba como la sustitución de una constelación de "rasgos tradicionales" también ante la posibilidad de conjuntarlas en un mismo gran proyecto, al estilo
por otra de "rasgos modernos" pautados de acuerdo a las fórmulas de los econo- de los trabajos comprehensivos de Sahagún y Clavijero, o los de los autores ale-
mistas y tecnólogos. Esta visión -resonante de evolucionismo unilineal- fue manes del siglo XIX que asediaban el Volksgeist desde distintos ángulos, o las labo-
objeto de críticas radicales por parte de pensadores marxistas (y en América riosas contribuciones de Boas al conocimiento sobre los indígenas del noroeste
Latina por la teoría de la dependencia); a su vez, los antropólogos, desde el de América. Otro tipo de diálogo lo presenta el capítulo referente a la filosofía:
trabajo de campo, llamaron la atención sobre los elementos de complejidad e
incertidumbre (poder, resistencia, comunicación inadecuada, interferencias en 53 Lógicamente, se tendría que concluir que tampoco existen fronteras reales entre la sociología y la
el acceso a bienes y servicios ... ) en los procesos de cambio. Además, señalaron historia.
54 Guillermo de la Peña Introducción: Pluralidad e interdisciplina en la antropología mexicana 55

ésta se presenta como necesaria a los antropólogos para clarificar sus propias de relaciones globales de poder que determinan lo que los románticos llamarían
ontologías, epistemologías y deontologías (cómo es el mundo, cómo se conoce, diferentes Zeitgeister en la naturaleza de la antropología. No obstante, es posible
cómo se valora) frente a las de los sujetos de estudio; sin tal clarificación, muchos sostener que, aunque otros profesionales hagan etnografía y hablen de cultura;
aspectos de la vida de estos últimos resultarán incomprensibles o simplemente aunque nuestra realidad contemporánea pueda caracterizarse por la fragmen-
irracionales o perversos. El capítulo sobre antropología y medicina destaca que tación de colectividades y situaciones, y aunque reconozcamos los límites de
el diálogo entre ellas requiere, para ser productivo, que permanezcan distintas, y nuestra capacidad de representación, no hemos perdido nuestra identidad, que
reprueba la asimetría que a veces resulta en asimilación; la antropología médica se resume en nuestro nombre. A los seres humanos los distingue la cultura, me-
tiene una especificidad, pero tiene valor porque es antropología. Una posición diada siempre por relaciones sociales que a su vez cobran significado y vigencia
intermedia se defiende en el capítulo tocante a la lingüística: la productividad de a través de categorías culturales contextualizadas. Nuestros sujetos de estudio
su relación con la antropología implica la alternancia de periodos en que aquélla son las colectividades constituidas en la complejidad que incluye cultura y rela-
se aparta de ésta y desarrolla sus propias teorías y métodos (como la gramática ciones sociales en contexto; y este último (en el que estamos presentes) lo cons-
comparada), con otros en que los lingüistas proporcionan un modelo de trabajo tituyen aspectos de la realidad que -ciertamente en el mundo que llamamos
(el estructuralismo), con otros en que el modelo lo proveen los antropólogos occidental- son los objetos de otras ciencias. En la introducción al libro Closed
(la etnografía del habla). Otra modalidad es la del bricolaje en el capítulo que Systems and Open Minds, Max Gluclunan (I964) defiende la necesidad de "ser
concierne a los estudios políticos: el abordaje de un problema lleva a que, al ingenuos" en nuestra consideración del contexto (no podemos profundizar en
avanzar la investigación, se vaya espigando de los repertorios de dos disciplinas y todo), sin cerrar la mente a lo que es necesario saber para guiar la investigación
las piezas se ensamblen, a veces con adaptaciones. El capítulo sobre antropología y avanzar en ella. El trabajar en equipo con otros especialistas se convierte en
del desarrollo muestra una modalidad mixta: hay algo de bricolaje, pero también trabajo interdisciplinario cuando existe un marco conceptual hipotético sobre
se defiende la necesidad de una mirada crítica a las teorías del desarrollo, para las demandas que las ciencias se hacen recíprocamente al plantearse problemas
lo cual es menester mantener la identidad antropológica. También encontramos comunes, y cuando se mantiene un diálogo constante sobre la puesta a prueba
una mirada crítica sobre la geografía (en el capítulo correspondiente), lanzada de las hipótesis. Los capítulos de este libro intentan de diversos modos caracte-
por un profesional que recurre a la antropología y la historia para manejar mejor rizar este tipo de pesquisa, que asimismo nos ayuda a relativizar la ilusión de la
los problemas de la espacialidad y la quiebra del orden social en los desastres. observación individual objetiva.
Ahora bien: tanto el capítulo que habla de estudios de desastres, así como los
de antropología médica y estudios del desarrollo, hacen referencia explícita a
trabajos de equipos multidisciplinarios. Como el dirigido por Gamio en el valle
de Teotihuacán, hace casi cien años. ¿Cómo un equipo multidisciplinario llega Referencias
a la interdisciplina?
En la obra Writing Culture (Clifford y Marcus, eds., 1987), considerada Acosta, S.J., José de
por muchos como el manifiesto de la antropología postmoderna, se cuestiona ([1590] 1979) Historia natural y moral de las Indias, Fondo de Cultura Económica,
la capacidad del antropólogo de representar transparentemente o "traducir" la México.
otredad: su labor está necesariamente mediada por una retórica y una episte- Adams, Richard Newbold
mología que, en las postrimerías del siglo :xx, tiende paradójicamente tanto a 1975 Energy and Structure. A Theory o/ Social Power, The University ofTexas Press,
la fragmentación como a borrar las fronteras disciplinarias. Incluso su "objeto": Austin.
la cultura, es ya compartido por muchas otras disciplinas. Otras obras han des- Aguirre Beltrán, Gonzalo
tacado las mediaciones de género; las corrientes conocidas como estudios sub- 1952 Problemas de la población indígena en la cuenca del Tepalcatepec, Instituto Na-
alternos y postcoloniales así como los autores que publicaron Antropologías del cional Indigenista, México.
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