Está en la página 1de 3

Antonia

La película, descrita por su directora como "un cuento de hadas feminista", cuenta la historia de
Antonia, quien, después de regresar al anónimo pueblo holandés de su nacimiento, establece y
cultiva una comunidad matriarcal muy unida.
La película cubre un abanico de temas, desde la muerte y religión al sexo, intimidad, amistad y amor.
Ganó el Premio Óscar de 1996 por mejor película extranjera de habla no inglesa, el Premio People's
Choice y el Festival Internacional de cine de Toronto. Fue filmada en Bélgica.
"Cuento social, no exento de humor y ternura, que relata la inquietud de una mujer comprometida
con la causa feminista"
Antonia o "Memorias de Antonia" es una película holandesa de 1995 escrita y dirigida por Marleen
Gorris, con una producción de Hans de Weers, Antonino Lombardo y Judy Counihan.

La película retrata la vida de cuatro generaciones de mujeres de una misma familia: Antonia,
Daniela, Teresa y Sara. Aborda problemas como el patriarcado y sus estereotipos. Ambientada en
un pequeño poblado de Holanda, luego de la Segunda Guerra Mundial, En la primera escena se
muestra a una mujer de la tercera edad acostada en la cama, mientras que un narrador cuenta
como la mujer que está acostada, está consciente de que es su último día en la tierra, su último día
de vida, y esta mujer que vemos desde el inicio es Antonia. Después ella se levanta y da inicio a su
rutina en su último día de vida, parece que no quiere dejar ningún pendiente o cosas sin resolver
antes de que se acabe el día, hasta que un recuerdo de su pasado la hace detenerse, y es
aquí cuando ella a través de la ventana da vuelta a su pasado. A partir de ahí, recuerda su vida
durante los cincuenta años pasados, Antonia, llega junto a su hija Daniela a su lugar natal del que
había emigrado veinte años atrás. Detrás de ellas se muestra un edificio casi completamente
destruido, en el que en una de sus paredes hay una frase escrita en inglés "Welkom to our liberaters"
qué se podía traducir, como bienvenidos nuestros liberadores, anuncia el período histórico:
coronando la bandera del Reino Unido junto a la bandera de Estados Unidos.
Cuando Antonia llega con su madre, al lugar donde ella nació, la habitación de su madre está llena
de velas y figuras religiosas que rodean la cama; La madre de Antonia, supuestamente está en su
último día de vida, pero es una persona altamente colérica que tiene un pequeño trauma con su ex
esposo, pues la madre se pasa la mayoría de su tiempo insultando al difunto.
Antonia y su hija dan un paseo por el pueblo después de la muerte de la madre de Antonia, mientras
que Antonia le platica a su hija sobre sus recuerdos en el pueblo y le va describiendo a aquellas
personas que fueron parte de su juventud; entre las personas del pueblo, hay una mujer que aúlla a
la luna, cuando ésta está llena en su totalidad.
Antonia cuando se dirige a la misa para el funeral de su madre hace un comentario sarcástico de las
monjas, diciendo que sorprendentemente aún no se habían extinguido, y pues al parecer la sociedad
que ella describe cada vez es ideológicamente más abierta, y en ese caso esto afecta a la religión
claramente.
Durante el funeral, un niño monaguillo choca contra la campana, y la hija de Antonia observa como el
cadáver de su abuela vuelve a tomar vida y empieza a cantar alegremente, y Cristo hace su
aparición en el altar girando la cabeza, y a continuación Antonia le dice a su hija que eso es toda una
basura pero que así eran las cosas. Esto muestra un humor negro, en el que la parodia no es
absurda como para describir como un muerto se levanta a cantar en medio de su funeral.

Después de la misa, se dirigen al bar de Olga, “la Rusa”, único espacio público recreativo del
pueblo. Este aparece como un espacio habilitado sólo por hombres, a excepción de su dueña y la
visita de las recién llegadas Antonia y Daniela que van a tomar una limonada mostrando una actitud
que dista de la intimidación. Ahí un hombre ofrece a sus dos hijos como grandes sementales, pero
en cambio a su hija la trata como un animal al cual intercambiar o simplemente deshacerse de él, y
sus hermanos toman el ejemplo del padre demostrando que tienen la misma estupidez misógina.
Esta escena muestra el primer indicio del espíritu misógino del pueblo, ubica por un lado la actitud
transgresora de Antonia y su hija, al romper la primera regla del orden establecido en poblado; y por
el otro el significado del personaje de Olga. Esta mujer no sólo trabaja en el bar, sino que es partera
y enterradora a la vez.

Un día Antonia defendió a un joven loco, y éste decidió seguirla y ayudarla en lo que ella necesitase,
como una forma de agradecer que ella lo defendiera.

La película también aborda la noción del “derecho a decidir de las mujeres”, desde las diversas
formas que adquiere la maternidad. Antonia lo refleja cuando un hombre viudo le pide la mano
apenas regresa a su pueblo; mientras el viudo lo justifica porque sus “hijos necesitan una madre”,
Antonia argumenta, sutilmente “yo no necesito a sus hijos”. Pero le da la oportunidad que él y sus
hijos tengan de una manera la figura materna en sus vidas.

La dimensión del patriarcado, también se expresa en escenas donde la violencia de género aparece
como una práctica cotidiana en una familia del poblado. Así lo relata la historia de “Didi”, abusada por
su hermano mayor en un ámbito familiar donde “la voz de los hombres era demasiado fuerte para
que se escuchen las mujeres”; Un día Didi la retrasada está siendo violada por su hermano mayor, la
hija de Antonia lo descubre, y toma un tridente y se lo lanza, clavándolo en su mano, pero éste
atraviesa más allá de la mano, penetrando también sus genitales. La hija de Antonia toma de la
mano a Didi y huyen hacia la casa de Antonia, y lo que hace ella, es adoptarla.

Una parte irónica de la historia es el amor con locura lo cual se demuestra con la unión de él joven
loco con Didi.

Después de que Danielle, decide estudiar arte, pasa el tiempo, hasta que ella le comenta a su
madre de que quiere un bebé más sin embargo no quiere un esposo.
Antonia acepta, así que ella lleva a su hija a la ciudad, en un ambiente menos cerrado que un pueblo
idealizado por la religión y los chismes del pueblo. Es ahí en donde conocen a Leda, una mujer que
asegura que “estar embarazada es extraordinario”, y corona su relato con su muerte en el parto
número 13. En donde 10 son hijos del sacerdote.

Durante una misa Se habla de la castidad y del juicio final. Un sermón inquisidor dirigido a las
decisiones “herejes” de Antonia y su hija. Antonia y Danielle abandonan el lugar, detrás de ella, el
señor que le había propuesto matrimonio junto con su familia le siguen. De este modo él da fidelidad
a una mujer sin prejuicios.

Y deciden hacerle un chantaje al sacerdote al ser descubierto abusando de una mujer en la iglesia.
Escenas comunes que todo el pueblo sabía, pero que prefería callar para mantener el orden. La
manipulación de la biblia y la tergiversación de la interpretación de la “sagrada escritura”, se ve en
cómo Antonia pasó de bruja a inmaculada a ángel, en las palabras evangelizadoras del cura. La
concepción de Antonia, de referente negativo a referente positivo,

Danielle tiene una hija, y la llama Teresa, quien es una niña prodigio albergando un amplio
conocimiento en las ciencias exactas y sociales lo que la respalda para defender sus ideales ante la
sociedad. Los años pasan, Teresa crece y diálogo con Dedo torcido acerca del tiempo, lo cual es
una peculiaridad pues los niños no suelen tener una idea acerca de lo que es el tiempo, y menos
diciendo que el tiempo es imaginario para todos los seres.
. “¿Qué es el tiempo?”, pregunta Teresa de niña, “una invención de los hombres”, responde “Dedos
Torcidos”, uno de los personajes emblemáticos, en quien se condensan reflexiones existencialistas
atravesadas por la visión de posguerra. “Dedos Torcidos”, es la representación del pesimismo
filosófico que identificó a numerosos intelectuales europeos luego de la Segunda Guerra Mundial; su
encierro después de la guerra, lo define como una persona introspectiva, “es absurdo creer que el
dolor constante que nos aflige se debe sólo a la casualidad. El sufrimiento no es la excepción. Es la
regla. ¿A quién podemos culpar de nuestra existencia?. (…) Nada será mejor. Como mucho será
diferente. Ya no quiero pensar. Sobre todo, no quiero pensar”. Con estas palabras se despedirá
Dedos torcidos en una carta de su entrañable amiga Teresa, ya adulta, antes de su suicidio.

Teresa es violada por el hombre que ataco a Didi por venganza hacia Teresa toma al cuerpo de la
niña como botín de guerra.

Finalmente, la represión y alienación que genera la institución deviene en un cambio drástico en el


personaje del sacerdote, quien reconoce que no puede “conciliar su amor por la vida por el amor de
la iglesia a la muerte”, mientras se desprende de la sotana al grito de “soy libre”. A contraposición del
dogma clerical. Posteriormente conoce a Leda y tiene 10 hijos con ella, cuando ella fallece se va del
pueblo con 13 hijos.

En una “agotadora rutina de nacimientos y muertes”, cuya metáfora se irá construyendo a través del
transcurrir de las sucesivas estaciones del año, que sobrevuelan vertiginosamente el paso de las
generaciones. Los días que se convierten en semanas y luego en años, dejarán traslucir la idea de la
ciclicidad del tiempo.

Un día tras otro, el comportamiento independiente, inconsciente y algo excéntrico de Antonia y su


familia, y en especial su lucha por el feminismo, se mezcla con la vida cotidiana del pueblo en que
viven. La vieja granja se convierte en el hogar de personajes muy variados en los que el
resentimiento inicial se convierte en tolerancia y, posteriormente, en amor.
marcada por la violacion estará condenada a tener como amante a la Cultura, (las matemáticas, la
filosofía, la música, todas las ramas representativas y encumbradas de la Cultura). Su vida es
totalmente desafectivizada, le importan más los libros que la vida misma. El único momento que
surge el afecto es cuando tropieza con Dedos Torcidos suicidado; fuera de ello ni sus amantes, ni su
marido, ni su hija despiertan en ellas señales de afectación.
De la ocasional relación sexual que mantiene Teresa con Simón, nace Sara, la relatora del texto, la
"voz" de la autora. Teresa, la tercera generación de mujeres que expone públicamente la duda de
continuar con el embarazo al enterarse del mismo. Así aparecen Teresa y su pareja Simon, quien
manifiesta una paternidad activa, rompiendo el estereotipo del mandato del varón proveedor,
exacerbado en aquella pequeña comunidad holandesa. Y es cuando nace Sara la bisnieta de
Antonia. Será en la historia de esta pareja, donde se da vuelta el binomio de la mujer como sinónimo
de lo emocional y el varón anclado en lo racional. Sara es también la que tiene el poder de su
abuela Danielle, reavivar con la imaginación a las cosas de la realidad. En síntesis, lejos de ser una
simple cronista, es también protagonista de este linaje femenino.

La trama conjunta de estas cuatro mujeres, cuyas vidas aparecen encadenadas entre sí, es relatada
desde una perspectiva de género. Cada una de ellas comprende un rol particular en esta sucesión
que Antonia deja entrever en sus pensamientos en el momento previo de su muerte: su hija artista
Daniela/ lo abstracto, su nieta matemática y compositora de música Teresa/ lo racional, y Sara, su
bisnieta/ lo emocional y perceptivo. De este modo, se pueden comprender los diversos sentidos
sobre “la mujer” que atraviesan la película, a partir de los estereotipos patriarcales ejemplificados
principalmente en dos instituciones reproductoras: la familia y la iglesia. Ambas tendrán roles
articuladores en torno a cada uno de los personajes.

También podría gustarte