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1. Relaciones entre teoría ecónomica en el siglo XIX y la literatura desde un plano teórico.

Universalización y abstracción. Ficción y dinero.


* El liberalismo económico-político es uno de los modelos que informan, por analogía, la
concepción de la literatura de Gustave Flaubert. En este sentido, la lectura de las obras de
Frédéric Bastiat (mencionado por primera vez en la correspondencia hacia 1852 pero cuya
importancia es indicada nuevamente en una carta de1879, es decir, en el último año de vida
del novelista) puede reflejarse en las características particulares de la poética flaubertiana:
el laissez faire liberal se traduce al plano literario como rechazo de todo dogmatismo
estético y de todo parti pris propugnado desde las escuelas artísticas. Existiría pues una
continuidad o paralelismo entre el “libre intercambio”, impulsado por el liberalismo como
forma natural y orgánica de la economía, y la construcción de una ideología poética que
pretende reproducir en las obras literarias el organicismo evolutivo, siempre en
transformación, del mundo. Así, la prioridad temporal que en su correspondencia Flaubert
adjudica a la economía política por sobre las teorías evolutivas de la naturaleza (Darwin,
Spencer) es otro dato que apunta en el mismo sentido.
2. Representaciones del dinero en la literatura, en las poéticas centrales del siglo XIX
(realismo, romanticismo, naturalismo, simbolismo, decadentismo, etc.)
La cuestión del dinero puede analizarse en la obra de madurez de Gustave Flaubert (de
Madame Bovary [1856] en adelante) como reescritura y reversión tanto de la tradición
novelística romántica como del modelo realista de origen balzaciano. Dos ejemplos
orientan la investigación de esta hipótesis. En primer lugar, en tanto agente principal de la
caída de Emma Bovary, el dinero aparece como factor de degradación de la protagonista y
opera el pasaje que hace de la heroína romántica pasional un personaje de novela realista.
En segundo lugar, el motivo balzaciano de la herencia es objeto de reescritura y parodia en,
al menos, dos instancias centrales de la producción novelística de Flaubert. En L’Éducation
sentimentale (1869), la herencia deja de ser el instrumento que abre el acceso a las
instancias políticas y económicas superiores del poder (en suma, una herramienta para
accionar, operar en el mundo), sino un elemento más de la desintegración (colectiva e
individual) que recorre la novela. En otras palabras, el dinero ya no permite hacer: como
las relaciones sociales, las estructuras políticas y la historia, sólo puede gastarse. Como
contraparte, en Bouvard et Pécuchet (1881) el topos de la herencia (que aparece trastocado
desde el inicio del relato: se trata de herederos viejos) es utilizado para posibilitar un puro
hacer tan inútil como la inacción de L’Éducation sentimentale. La herencia permite pues a
Bouvard y Pécuchet explorar los diferentes “posibles” de la existencia: sucesivamente
devienen agricultores, científicos, historiadores, poetas, revolucionarios, filósofos,
pedagogos. Y esa investigación tiene lugar justamente en un tiempo que es la instancia
posterior por antonomasia en el mundo administrado moderno: el retiro laboral (una
posthistoria individual, podría decirse).
3. Prácticas culturales y mercado literario. Edición, canonización y recorridos biográfìcos
particulares. Inscripciones en la institución literaria, campo literario, etc.
La inscripción de G. Flaubert en el campo literario puede entenderse como resultado del
cruce entre una concepción particular del dinero, los discursos que la burguesía pone en
práctica para legitimarse como clase histórico-social triunfante en el siglo XIX
(particularmente visible en el tópico del progreso) y el lugar asignado por esa misma clase
a la producción artística. En este sentido, Flaubert rechaza el modelo de producción
industrial y luciferina aplicado a las letras (simbolizado en la creciente profesionalización
de los escritores, el auge del periodismo, etc.) y adhiere a una figura premoderna de
artesano que, al rechazar la presión del tiempo (elemento constitutivo del salario, de
acuerdo con la teoría económica marxista) como factor de construcción, produce una obra
que escapa (al menos idealmente) de la estructura socioeconómica capitalista: en otras
palabras, una obra al mismo tiempo sin valor e invaluable.

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