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International Center for the Arts of the Americas at the Museum of Fine Arts, Houston

Documents of 20th-century
Latin American and Latino Art
A DIGITAL ARCHIVE AND PUBLICATIONS PROJECT AT THE MUSEUM OF FINE ARTS, HOUSTON

Registro ICAA: 832488


Fecha de Acceso: 2018-02-02

Cita Bibliográfica:
Yurkievich, Saúl. “El arte de una sociedad en transformación.” In América Latina en sus Artes,
edited by Damián Bayón, 173-189. Mexico City: Siglo XXI Editores, 1974.

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protected by copyright. All
rights reserved. Reproduction Resúmen:
or downloading for personal En este texto, Saúl Yurkievich examina de qué forma el arte latinoamericano se ha visto influido
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por su contexto, y sostiene que aún cuando el arte se ha ido haciendo cada vez más autónomo,
of this document in another
work intended for commercial continúa siendo un medio de comunicación y, como tal, debe ser tenido en cuenta a través de
purpose will require permission su nexo con la sociedad. En la primera parte del texto, analiza la relación entre las formas
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artísticas y las condiciones socioeconómicas de Latinoamérica. El autor mantiene que, en todos
ADVERTENCIA: Este docu-
los países, existe una correlación directa entre el desarrollo tanto económico como artístico y
mento está protegido bajo la
ley de derechos de autor. Se que, a medida que los países aumentan progresivamente su desarrollo, comienzan a haber
reservan todos los derechos. menos diferencias regionales entre sus formas de arte. En la segunda sección afirma que la
Su reproducción o descarga
especificidad del arte latinoamericano es, como mucho, mínima o muy pequeña. Más allá de las
para uso personal o la inclusión
de cualquier parte de este referencias temáticas más obvias o en cuanto al lenguaje abstracto que alude a la cultura
documento en otra obra con latinoamericana, resulta imposible circunscribir el arte latinoamericano dentro de un conjunto de
propósitos comerciales re-
reglas. Yurkievich, no obstante, encuentra elementos comunes en el contexto social, como el
querirá permiso de quien(es)
detenta(n) dichos derechos. hecho de que la gran mayoría de latinoamericanos experimentan la dramática contradicción de
Please note that the layout vivir una forma de vida premoderna, a la vez que los medios de comunicación les presentan una
of certain documents on this imagen moderna de la existencia. En la última parte, el autor argentino sostiene que los
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verdaderos innovadores del arte latinoamericano han sido Diego Rivera, Emilio Pettoruti y
fied for readability purposes.
In such cases, please refer to Joaquín Torres-García. Entre otras consideraciones, estos artistas de vanguardia iniciaron una
the first page of the document nueva era del arte latinoamericano porque transformaron las lecciones aprendidas en Europa
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para reinventar la producción de nuevas formas de arte en sus respectivos contextos
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El arce de una sociedad en transformación
SAÚL YURKlEVICH

El arte es una constante antropológica¡ aparece en toda sociedad desde los aJb~
res de la humanidad. Su evolución ha tendido a acentuar la especificidad, a la
creación de objetos plásticos cada vez más autónomos, En primera instancia, el
arte, tal como se lo concibe en nuestro contexto .cultural, nos remite al arte
mi5lllo, transmite una infonnación irreductible a otros lenguajes, es autorrefe-
rente, autorreDexivo. Pintura y escultura son formalizaciones perceptivas cuya
función inicial es la de comunicamos información estética. Pero a la vez es
innegable su carácter de :representación, su valor ¡cónico o simbólico que nos
remite no sólo a esa entidad que-podemos denominar signo plástico. sino tam-
bién a significados suplementarios que están siempre obligados a pasar por los
significantes formales (por lo espedficamente estético). Estos significados ponen
al objeto plástico en relación impUcita o explícita con el mundo circundante,
lo ponen en conexión o intercambio con las...otra.5 actividades sociales. con los
modos operativos y comunicativos de la comunidad; permiten descubrir la com-
plem.entaridad entre arte, técnica, ciencia y filosoUa, consideradas todas como
caminos de conocimiento, como exploradores, denominadores y dominadores
del mundo, como modos de especulación, de experimentación. de acciÓn per-
tenecientes a un mismo sistema de relaciones, las propia! de una sociedad y de
una época.
El ane se instala en el seqo de una comunidaa que instaura el código que
posibilita la comunicación artística. El código proviene de un consenso social
que tolera sólo un cierto margen _de innovación; si se lo transgrede. la comu-
nicación se corta temporaria o definitivamente; para avanzar. el ane debe dosi-
ficar las sorpresas, la imprevisibilidad en su mensaje. El código es un ente ro-
lectivo que proviene de un acervo común de conocimientos. del grado de con-
ciencia posible de una sociedad qu~ tiene un determi~ado horizonte semántico.
Lo social Y lo estético son concomitantes pero no equivalentes. Cuando se
aborda la relaciÓn entre arte y sociedad latinoamericanos se deben establecer
vInculos que no enajenen la especificidad de uno y otro ámbito: Como vamos
a ver, la confrontación no implica necesariamente una subordinaciÓn. Si ana-
lizamos el arte de América. Latina d esde una perspectiva sociológica se nos
plantean varias dificultades:

1] RELACIÓN ENTRE LA. PLÁmCA y LA SOCIO.EOONOMIA

La primera es determinar relaciones pertinentes entre la plástica. y la soci~


(17.5)

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economía que no sean epidérmicas y que no presupongan. como ocurre co.n las Y los modos de comportamiento humanos. Se reducen cada vez más ace1era-
tendencias realistas que se autotitulan sociales, la servidumbre del arte con damente las diferencias regionales. las singularidades étnicas. U na de las con-
menosprecio de lo intrínsecamente estético, o sea del único valor propio. ni secuencias de esta era de las comunicaciones es la internacionalización del atte,
prestado ni reflejo, que puede aportar el arte. su circulación a través de todas las fronteras y por ende, su resistencia a ser
Hay una sttie de relaciones generales bastante verificables. Por ejemplo. la encasillado en entidades nacionales, e incluso continentales. •
relación direcuuncnte proporcional entre desarrollo artístico por un lado y de»- Tomo una historia ilustrada del arte argentino, la de Aldo PelJegrini, o
nollo industrial, desarrollo urbano y desarrollo de la escolarización, por el otro. la de P. M. Bardi sobre el nuevo arte brasileño, o la de Clara Diament de Sujo
Los países latinoamericanos que tienen cierto desarrollo artístico (Ar~entina . sobre la pintura ~·e nezolana. ' Todas ellas reproducen el proceso evolutivo del
Br:u;il, Mbdco, Venezuela) son los más avanzados en cuanto a potencial eco- arte mundial. Hojeo el catálogo de la Segunda Bienal de Arte Coltejer de r-.re-
nómico. Pero hay de»juste. Venezuela, que vive principalmente de su petróleo, delU n, donde se muestra a la vanguardia latinoamericana completamente sin-
tiene bajo índice de industrialización y Brasil posee todavía un escaso Indice cronizada, identificada y confundida con la vanguardia internacional.
de urbanización.
En América Latina hay una relativa sincronización entre evolución artlstica
y evolución social. Procede sobre todo del trasplante de estéticas europeas o esta-
dounidenses ligadas a contextos tecnológicos; ellas son importadas y practicadas 2] LA ESPECIFICIDAD DEL ARTE LATINOAMERICANO
en las capitales latinoamericanas sin haber alcanzado el grado equivalente de
desarrollo. Como explicaremos más adelante, el cubismo y {murismo correspon- Cabe preguntarse qué es lo especifico del arte latinoamericano actual, aparte
den a un primer auge maquinista, a la entrada en la era de las comunicaciones. de! hecho de ser producido por latinoamericanos no siempre residentes en Amé-
El arte concreto se vincula con un determinado estadio industrial, con la estan- rica Latina; qué nos informa de peculiar, qué denota o connota de caracte-
darización, el fun cionalismo, la difusión del d iseño industrial, la adecuación rís tico. Si consideramos como especificidad la voluntad de representación di-
fonnal a nue\'os materiales. Estas tendencias aparecen, sin embargo, en América recta, expresa, de la realidad latinoamericana, seria ¡mi! latinoamericano el arte
Latina en periodos de escasa industrialización, cuando pujábamos por trasponer que opta por una figuración de acentuado localismo, el que pinta la geografía
el umbral de la era tecnológica. natal o esculpe los tipos criollos, o sea el de los muralistas mexicanos, los
Otra relación que pare<:e justilicada es la que considera el pasaje d e una indigenistas y los realistas sociales. Aparte de esta figuración tipificada, de esta
sociedad dual a una de multiclases como transformador del arte localista, con- denotación de lo aborigen o lo autóctono, están también los plásticos que alu-
servador, anacrónico, en un arte cO$mopolita y de actualidad. Igualmente puede den, que connotan, a veces con medios no figurativos su procedenCia y su per-
decirse que el ruralismo implica estancamiento artístico y que la urbanización tenencia americanas, como RuCino Tamayo. Wifredo Lam, Nemesio Antúnez,
promueve el activamiento. Se puede comprobar también, sobre todo en nuestro Maria Luisa Pacheco, Fernando de Szysz.lo o Armando Morales. Lo panicular.
continente, la ligazón entre inestabilidad economicopoHtica e inestabilidad artís- mente latinoamericano sería una relación explicita o implícita con un deter-
tica, entre las Ductuaciones del mercado comercial y las de su subordinado, el minado referente geográfico y cultural: el continente latinoamericano. Pero está
mercado del arte. En los países capitalistas, el desarrollo artístico está dire<:- la otra tanda muy importante de artistas que utilizan lenguajes plásticos no
tamente vinculado a la calidad, permeabilidad, cantidad. capacidad y disponi- circunscriptos a ninguna delimitación étnica o geográfica. a ningún panicula-
bilidad adq uisitiva de la burguesía. La R evolución rusa rompe por primera vez rismo regional, es decir aquellos que re expresan con medios plásticos puros,
esta dependencia y desencadena un proceso de creaciones fu ndamentales para sin connotaciones ni literarias ni sociales ni polfticas, como J ulio Le Pare,
e! arte contemporáneo. La R evolución cubana sobreviene en otra coyuntura Jesús Soto, Luis TomaseIlo, Alejandro Otero, Carlos Cruz-Diez, Sergio Camargo
histórica, sujeta a otros condicionamientos y es todavla joven para que podamos y tantos otros.
emiti r diagnósticos artísticos. La más singular y más difundida escuela latino- En resumen: no podemos circunscribir el arte latinoamericano a la pro-
americana, el muralismo mexicano, nace de un proceso revolucionario. ducción de los plás tic9S que buscan singularizarse como latinoamericanos, ex-
Las relaciones entre arte y sociedad son a menudo imperativamente redu· presa o alusivamente. Tampoco suele reducirse a la producción ejecutada exclu-
cidas a fórmulas apodlcticas. Son difíciles de formal izar. Su carácter sobre todo sivamente ep. América Latina. El criterio más en boga, au nque controvertido o
cualitativo las hace refractarias a la enunciación numérica. En Latinoamérica, reco nocido a medias, es el de considerar como arte latinoamericano al produ·
la {alta de investigación sociológica rigurosa, la carencia de esta in[raestructura
del conocimiento, nos hace a menudo incurrir en ese mal epidémico que hay
1 Aldo PeUegrini. Pan<:»"ama dI! /4. pintura argentina contempordnl!ll, PaidÓl, Buenos Aires,
que evitar a toda costa: el sociologismo. Con atraso o con progreso, vivimos 196?: P. M. Ba.rdi, PralUe al ¡he New BrazjllllPl Arl, Llvraria. Kosmos, Rlo de ja.neiro, 1970;
mundialmente en la era industrial, en contextos urbanos donde la llamada Ciar... Diamenl de Sujo, "enezuda, Arl iu La lln America Today, Pan Ami!riC2n Union, WaUt.
civilización tecnológica ha provocado, como nunca, una unificación del hábitat ¡ngton, 1962.

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cido por artistas latinoamericanos sea cual fuere su estética o su l ugar de resí· obras de avanzada que son rechazadas por el medio, cuyo grado de permeabi-
dencia. lidad y de cosmopolitismo superan excesivamente. También se da a menudo,
A escala planelaria, a pesar de las diferencias de grado de desarrollo, de como ha ocurrido en Buenos Aires en varias ocasiones, la falta de repercusión
las injustas desigualdades en el progreso tecnológico y en la acumulación y de manifestaciones premonitorias pero realizadas fuera del gran circuito mun-
usufructo de la riqueza, se ha generalizado el consenso de que vivimos en una dial. Para ingresar a éste se impone fatalmente el exilio.
sociedad en acelerada mutación, en un mundo que cambia vertiginosamente, Esta diferenciación inicial y esquemática permite desde ahora entrever el
merced sobre todo al ac recentamiento de los poderes de tra nsformació n de la fu ncionamiento de la promoción artística en Latinoamérica. Su situación mar-
materia por el hombre. Este continuo trastrocamiento acarrea modificaciones ginal con respecto a los centros mundiales de decisión económica, política y
fundamentales en los modos de vivir, de percibir, de concebir, de operar y de cultural. su condición de sociedad dependiente de metrópolis exteriores al COll-
representar el mundo. El arte de nuestro tiempo es un arte de ru ptura, carac· tinente, el carácter del noocolonialismo imperante en nuestro ámbito impone
[erizado por una permanente voluntad de innovación, por una inestabilidad y también subordinaciones estéticas. Así como somos países exportadores de mate-
una mutabilidad acrecentadas que son el correlato de nuestra aceleración his· rias primas e importadores de productos manufacturados, 10 somos también de
tórica, del permanente proceso de adaptación del hombre a la movilidad de un productos culturales, exportamos artistas e importamos estéticas. Tanto las pau.
uni verso controvertido sin cesar. tas de nuestros sistemas económicos como las pautas de nuestro sistema educa·
América Latina, a pesar de sus atrasos sociales y económicos, de sus estruc' ti vo han sido impuestas desde afuera o trasplantadas por minorías cosmopolitas
turas a menudo obsoletas, de sus abismales diferencias internas, de sus primor. con adecuación insuficiente a la realidad local.
diales insuficiencias, no escapa al dictamen de la época. Continente explosivo Múltiples son los estudios economicosociales tendientes a establecer teorías
por su alto crecimiento demográfico, por la velocidad de su desorganizada y prácticas refonnistas o revolucionarias que posibiliten la conquista de nues·
uroanizació n, por la presión de la·s masas sojuzgadas que reclaman nivel de vida tIa independencia, de la libre determinación de nuestros pueblos. Pero sobe·
decoroso y verdadera participación política, por la violencia de los en frenta· ranra económica no quiere decir aislamiento, sino integración igualitaria en el
mientos sociales, en ti se agudizan las crisis, las rupturas, los contrastes, la ines-- concierto mundial. T al es el imperativo de la era tecnológica, al que no p uede
labilidad, la movi lidad, los alti bajos y antagonismos. escapar ningún país que impulse su progreso. Producida la descolonización eco--
En un continente donde la i nmensa mayorla de la población campesina nómica ¿cómo producir la descolonización cultural?, ¿persiguiendo lo autóctono,
esta doblemente marginada, marginada de la sociedad rural y de la sociedad los modismos regionales de extensión limitada, o buscando lenguajes omnicom·
global, donde casi un tercio de la población total tie ne ingresos de 60 a 70 pre nsivos. a tono con el hombre y el mundo modernos?, ¿buscando denodada·
dólares anuales que prácticamente la excluye de la economía monetaria o de mente el arraigo a través de formas neofolklóricas o dando libre expansión a
consumo, cincuenta millones de receptores y d iez millones de televisores exaltan una cultura sin retaceos localistas?, ¿nacionalismo e internacionalismo deben ser
los beneficios de la vida moderna. 2 Los pueblos entran auditiva y visualmente considerados como opósitos y excluyentes? Las prácticas liberadoras en el pla.
en una realidad contemporánea cuyo aprovechamiento les está vedado. Actual· no economicosocial suele n ser más unívocas, eficaces y satisfactorias que las del
mente en Latinoamérica el arte popular más extendido es el que difunden los plano cultural y artístico.
mass-media. Por ahora, la pl.1stica está condenada a ser privilegio de minorías, Sin excepción casi, las áreas productoras y exportadoras de patro nes cultu·
a pesar de que en los países mas urbanizados es reproducida en revistas que se rales y artísticos son las áreas económicamente más prósperas. La gestación, di·
tiran a escala industrial y que se venden en los quioscos. fusión e imposición internacionales de escuelas o estéticas se prod uce inicial·
Como en otras· áreas, en el arte latinoamericano contrastan dos movimientos: mente en los centros de poder. Hay una i nnegable relación entre potencia
uno marginal, de repliegue, centri peto, localista, y el OtrO expansivo, centrífugo, politicoeconómica y poderlo anistlcocultural, que tampoco funciona automáti·
internacionalista. El primero promueve y consagra valores que no trascie nden camente. Francia tiene menos poderío económico que Alemania occidental pero
las fronteras nacionales y que alcanzan en el mercado local cotizaciones a veces más gravitación cultural. La importación cultural en f.mtri~ Latina, c esde
desmesuradas. Se trata en general de artistas tranquilizadores, previsibles, de los albores de la independencia política procede sobre todo de Francia, a pesar
tendencias asimiladas por el gustO social, "legibles" para la ma yoría y estéti· de que económicamente muchos países, como los del cono sur, estaban den·
camente mas o menos anacrónicas. tro del dominio británico y los del nor te en zona d e influencia estadounidense.
Frente a estos artistas de reconocimiento exclusivamente nacional, hay valo-- Después de la segunda guerra mundial, la situación se modifica a la vez econó-
res internacionales que se incorporan al circuito mundial por contacto directo mica y culturalmente. Estados Unidos adquiere el monopolio de la infl!lencia
con las metrópolis culturales y rara vez a partir de sus paises de origen. A politicoeconómica en América Latina y una gravitación artística preponderante.
veces, los ar tistas que tienen formación e información actualizadas, producen esta corresponde al auge de la plástica norteamericana a partir de la brillan te
escuela de N ueva York, sucedida por el pop·art, el op--art, el minimal·art y el con·
• V. Jean Huteau, "La lr:tlldormadón de Am~rin Latina", Tiempo Nu~, Carac:lll, 1970. ceptual.art. A la par se produce en Francia una declinación creativa. La interpre-

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taci6n de estoS cambios no debe ser simplista. No podemos alribuir el predomi- es una versión despojada de la teorética cientllica _psicofisiologfa de la visión,
nio artístico estadounidense veclusivamente a causas el:onómicas¡ seda suponer teoría del color, captación de la movilidad de lo real, primada de la e~ergia.
que los artista! latinoamericanos son autómaw sin discernimiento que trasla- luminica sobre el estalismo corpóreo, ete.- , que complementa la expenmen·
dan sumisamente las estéticas de la metrópoli de tumo. Pero es innegable que tación del impresionismo francés.
los factores económicos intervienen en las coyunturas culturales. Esta adaptación Lruncada se reiterará en el trasplante de una $uce,1iión de
La importancia de PaIÚ en la evolución de la plástica desde mediados del escuelas transferidas prematuramente, sin correspondencia con el grado de desa·
siglo XIX hana las primeras décadas dd xx, es decisiva. Encrucijada obligada, rroUo del contexto latinoamericano: El, traSplante cultural opera de manera
París ~ el punto de producción, conttnt.ración. encueIlU'O y propagación de mimética y descontttada de la base socioeconómica. Las minorlas cosmopolitu
tendencias artísticas. Su influencia estética sobre Latinoamérica se conjuga con injertan est~ticas reduciéndolas a un consumo restringido y sin la relación es--
una más larga influencia ideológica a panir de la difusión de las ideas de los tructural que existe en el lugar de origen, en el medio generador de estos mo-
enciclopediuas, desde fines dd siglo X Vlll. De París provienen las primeras rup- vimientos. A saber: el cubismo y el futurismo corresponden al entusiasmo ad·
turas que sacuden apenas el convencionalismo académico de las capitales latino- miralivo de la primera vanguardia ante las transformaciones físicas y mentales
americanu, todavla a1d~.u. En general. "SOn maestros italianos los que {or· provocadas por el primer auge roaqwnina; el surrealismo es una rebelión con-
man a nuestros pintores y escultores en el realismo pompierista. en un arte tra las alienaciones de la era tecnológica; el movimiento conaeto surge junto
mim~tico. reproductor estereotipado de los géneros tradicionales que a va:es con la arquittttura funcional y el diseno industrial con intenciones de crear
osa incunionar patéticamente en los dramas del naturalismo social, programada e integralmente un nuevo hábitat humano; el ¡nformalismo.es otra
Después de devastadoras guerras inte:¡tinas. las republicas latinoamericanas, reacción contra el r igor racionalista, el ascetismo y la producción en serie de
incomunicadas y estancadas, entran casi sinaónicamente en el período de la la era funcional, corresponde a una aguda crisis de valores, al vado existencial
oxganitación nacional. El maquinismo convierte a los países dominadores en provocado por la segunda guerra mundial, la matanza más morú(era en la
potencia.,; industriales que van a buscar materias primas y alimentos en colo- historia humana.
nias. lactarlas y naciones dependientes. America Latina ingresa al circuito del NosotrOS hemos practicado todas estas tendencias en la misma sucesión que
comercio mundial condenada a proveer KIlo productos básicos, Las oligarquías en Europa, sin haber entrado casi en el "reino mecánico" de los CUlUristas, sin
locale:¡, enriqua:idas por un acelerado desarrollo agropecuario o por la explo- haber llegado a ni ngún apogeo industrial, sin haber ingresado plenamente en
tación minera, en función de una enorme demanda mundial, comienzan a per. la sociedad de consumo, sin estar invadidos por la producción en serie ni coar·
der su carácter nacional. su localismo; se ligan a las finanzas internacionales, tados por un exceso de funcionalismo; hemos tenido angustia existencial sin
viajan, &e vuelven cosmopolitas; a menudo se establecen en Europa y adquieren Vanovia ni Hiroshima.
obras de am europeo. As{ aDwrán a Latinoamérica importantes cola:ciones de Hacia 1920, los latinoamericanos. decididos a ponerse rápidamente al dia,
pintura impresionista, esculturas de Rodin y de BourdeUe -ambos ejecutan saltan etapas. Lo.s artistas se radican en los centros productores y comienzan
monumento! para Buenos Aires-, objetos ornamentales de última moda. In· a participar directamente en los movimientos de vanguardia. P06impresionis--
cluso copian el hábitat y la arquitectura de la alta burguesfa del París fini· mo, expresionismo, fauvbmo, cubimo y futuri smo se conglomeran y convergen
secular. La importación literaria precede a la plástica; el modernismo, amal· ree1aborados por nuestros artistas en sfntesis a menudo tímidas, empobrecedo-
gama americana de todas las escuelas en bog;t europea h acia 1880, adopta la ras. Desde el comienzo, la vanguardia se maniBesta como movimiento interna·
moda internacional con poca d iferencia aonológica con respecto a la aparición cionalista que multiplica sus filiales por e] 'mundo "Y que propende a la mixi·
de sus fuentes. Su correspondencia plástica, el impresionismo, aparece tardJa· ma circulación de obras e ideas. Varios latinoamericanos, tempranamente ins--
mente en nuestro continente: despunta hacia 1900 y se impone hacia 1920, talados en Francia e Jtalia, se incorporan a las nuevas escuelas en su momento
introducido por latinoamericanos que estudian en Francia. Martín A. Malharro de expansiva efervescencia. Es la primera verdadera ruptura con la tradición
es el iniciador argentino, y en Chile 10 es Juan Francisco González. El colom· decimonónica; es también un corte con el epigonismo retardado y meramente
biano Andrés de Santa Maria, que vivió casi toda su vida en Europa, expon.e imitativo.
en 1904 telas impresionistas en Bogotá. Emilio Boggio, amigo de Sisley, Pissarro
y Monet, es el precunor venezolano tantO del impresionismo como del posim.
presionismo. En México, Joaquín Clausell inaugura la tendencia y Francisco
Romano Cuillermín es el primer puntillista. ' Con medio siglo de retardo, el !] LOS VElUlADUOS RENOVADORES
impresionismo latinoamericano ofra:e una versión úmida y, como corresponde
a la adaptación a un' medio semirrura1, d e de5arrollo indwtrial muy incipiente, Desde la primera vanguardia o vanguardia propiamente dicha, la ava~d:",- del
I Leopoklo e.necio, A hiJt0'1 01 Llllin Ammun <lrt <lnd <I..~hil~i!",r~ (from tw~-co/",,,,b;lln arte latinoamericano intenta sincronizar su marcha con la de la plúuca lOter·
timf:S lo Ih~ ""a.m.t), Nul:f'a York. Praegcr. 1969, pp. 215--16. nacional. Hay tres ejemplos ya canónicos: los de Diego Rivera, Emilio PellO-

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ruti y ]oaquin Torres-Garda; piecursores de verdadero talento, su obra posee monofocal¡ introduce el tamaño jerárquico, invade el techo, distorsio.na sus fi·
esa calidad auténtica que para ser valorada no necesita de justificaciones hiSt~ guras, envuelve e involucra al espectador con su monumentalidad de grávido
ricas ni de recuperaciones arqueológicas. Los tres son significativos porque, o·omatismo. '
inicialmente instalados en Europa. centro productor donde el reconocimiento Ante un mismo incitamiento, el de aproximar el arte al pueblo y a la )te-
público tiene valor ifiternacionaI y donde las posibilidades profesionales son volución, con una temática épica, con un recurso imponente, aaomegálico, que
incomparablemente mayores que la de cualquiera de nuestras capitales, después lo saque del {oonato de- cámara, del usufructo individual, del circuito selectivo
de un comienzo auspicioso, regresan a sus países de origen a librar la batalla de galerías, coleccionistas y museos y que lo vuelva por su emplazamiento y su
de la colonización en pro del arte moderno. Los tres destinos son comparables mensaje, patrimonio colectivo, cada artista da una respuesta en función de sus
pero no equiparables; revelan la capacidad de respuesta del medio cultural dones inventivos.
latinoamericano. las condiciones de adaptación de los trasplantes europeos. El muralismo mexicano constituye la más conocida e imitada escuela plás-
Diego Rivera se forma inmerso en el movimiento vanguardista. Hace pin- tica en America Latina, no sólo por la calidad intrínseca de sw realizaciones,
tura de caballete neocubina, no localizada, sin ligazón con lo mexicano, cei'iida también por estar ligado a una gesta colectiva. Su telurismo, su indigenismo
a una problemática e.xclusivamente estética. De regreso a su paJs, invitado e satisfacen la expectativa del extranjero, del angloamericano o del europeo que
inspirado ideológicamente por José Vasconcelos, se lanza a la pintura mural buscan en nosotros 10 típico, lo aborigen, la efusión tropical, primitiva, barroca,
con el propósito educativo de aear un arte de legibilidad popular, inspirado neololk.1órica.
en la historia de México y que sea la t:ranscripción plástica de hechos y conte- Emilio Pettoruti llega a Europa en 1912, época de auge del cubismo y del
nidos de la Revolución recién instaurada en el poder. Rivera parte de una futurismo; all1 permanece doce años, Ambos movimientos están mancomuna-
estética de avanzada también revolucionaria pero europea, de un lenguaje recién dos en una misma lucha contra la pintura natur;dista que reproduce una rea-
gestado como signo plástico de una nueva visión del mundo móvil, simultánea, lidad aparente 11 estática, y contra la evanescencia del impresionismo que, exce-
relativa e inestable, una visión ligada' al contexto urbano de una época de ver- sivamente atraído por la luminosidad, ha ter'minado por disolver las formas y
tiginosu transfonnaciones. Vuelto a su tierra y colocado ante el imperativo renunciar a la estructuración. El joven Peuoruti acata todos los estímulos del
de elaborar un arte para todos, sustituye el lenguaje especulativo del cubismo, momento: hace dibujos futurislas, collages cubistas y pintura abstracta. Ensaya
donde la percepción se asocia con una intelección para iniciados, por los muo tendencias, paletaS y técnicas distintas. Riguroso, analitico, mesurado, se deci-
rales monumentales de anécdota simple, de mensajes inmediatamente legibles, dirá por un cubismo sintético, vecino al de Juan Gris. Rompe la perspectiva
por estereotipos representados con sistemas más o menos tradicionales. Impo- unívoca. desarticula los objetos, sugiere el volumen mediante planos superpues-
sibilitado de infunair a su pueblo --que apenas comienza a salir de la explota- tos, pero acentuando siempre la primada de una composición estática, con un
ción, el analfabetismo y la pobreza_ la comprensión de un arte avanzado, centro focal y un eje de simetría. De dibujo nítido y,factura sumamente escru-
adapta sus murales a lo que convencionalmente se considera como máximo pulosa, preEiere los colores Irías, grises gamados con algunos toques cálidos;
común denominador, como nivel de inteligibilidad popular. Partiendo de cá- una serena y severa limpidez.
nones europeos de última hora, retrocede a Otros cánones no menos europeos, En 1924 Pettoruti expone en Buenos Aires sus telas cubistas. Si pública-
retoma los medios Eigurativos de tradición renacentista, algo renovados estilisti· mente son acogidas con indiferencia o desdén, existe en la capital argentina una
camente. Raquel Tibol lo justiprecia cuando lo considera como un académico filial del ultraísmo, el grupo Martín Fierro, que preconiza en el plano literario
de nuevo tipo: la misma ruptura con el realismo mimético, reproductor obsecuente de una
visión restringida y anaaónica, y que apoya la pintura de Peltoruti. Por en-
. , .Para componer sus relaciones lógicas Rivera utilizó el clasicismo y su dltima deri- tonces, otro miembro del grupo, Xul Solar, ejecuta en pequeños formatos, obras
vación, el cubismo; para expresar su optimismo panteísta le valió del impresionismo y semejantes, en registro, en sugestión, en calidad, a las de Paul KIee. Peuoruti
dI:: IU extrema collliecuenc.i~, el Cauvi5mo; para relatar 5U S historias recurrió al natu- alcanza en Buenos Aires, en la época de sus arlequines musicantes, su máxima
ralismo y a su cláusula más flexible; el folk.lorismo; para dar ti-empo y movimiento a perfección formal. Va a librar una ardua batalla para imponer las estéticas
su representación le sirvió del romanticismo y de su inrancia retrospectiva: el arqueo- contemporáneas en un medio todavía reacio. Paulatinamente, su pintura va
logi~o: Podemos decir, entonces, que Rivera fue un artista académico de nuevo tipo,
lo $u[¡oentemente avanzado para crear con fórmulas conocidas un arte novedoso, mexi- dejando de ser planimétrica, recobra el volumen, abandona el montaje simul-
cano por su CUlicter y contenido, univenal por su lignificado.• taneísta y en parte se localiza, establece un vinculo expreso con el enrorno como
en la serie de los "soles argentinos", En 1952, por circunstancias pollticas des-
Distinta y más creadora es la pintura mural de José Clemente Orozco, quien favorables, regresa a Europa y se instala en Parls hasta su muerte acaecida en
rompe con la perspectiva renacentista, con el "cuadro ventana", con la visiOn 1971. Abandona su país y abandona la figuración; en 5U último perlodo adopta
."R.ique f¡bOI."Hi.!torio' genem iür ar1¡m~"j""nD, ltfiOiii1iiói1irna- ., coriui1ip5Tdneil, una abstracción liricogeométrica de ejecución siempre impecable y cromatismo
tomo m, Máiro, Hermes. 1969. pp. 278·79. superrefinado.

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182 AIlTE Y SOCIEDAD .EL AllTE DE UNA SOClEIlAD EN 'nANSFOIUr4ACl6N 183
Considero significativa la evolución de Peuoruti; incluso dentro de una comprendido. Los latinoamericaoos feci6l ahora comienzan a descubrir su
pintura pura, hay durante la época de permanencia-en la Argentina una sutil envergadura. También en Torres.Garda, i~talado en su tierra, se .produce
adecuación al medio. una pérdida de la intransigencia inicial, la paulatina el abandono de la abstraccióo pura, una especie de sutil adecuadación al clima
búsqueda de una fórmula consciente: o inconscientemente conciliadora. El mis- americano. Por supuestO, su american.i.uno está siempre connotado, nunca es
mo proceso se patentiza en toda una generación de excelentes plásticos argen- ostensible ni se rebaja a esas slntesis desleídas de tantos otros coterráneos otrora
tinos radicados durante un largo periodo en Europa. Lineo Enea Spilimbergo. vanguardistas.
Antonio Berni, Domingo Candia, Horacio Butler, Héctor Basaldúa, Raquel Otra comprobación de carácter étnico-cu1tural: el muraWmo de Rivera CI>
Fomer estudiaron casi todos con André Lhote y Othon FriesL A1fredo Bigatti. rresponde a la idiosincrasia mexicana, asl como 1011 lenguajes más abstractos,
Pablo Curatella Manes y Sesostris VituUo frecuentaron el taller de Bow-delle. más internacionales de Pettoruti y de Torres.Garcla están en relación con la
Los que regresan al paJs van a constituir la avanzada local de una vanguardia idiosincrasia rioplatense. El realismo indigenista de Rivera responde a l,!l -con·
úmida; formalmente optan por estilos eclécticos, de un realismo estilizado; con- formación étnica de México, a un pueblo mestizo, con un SWtrato aborigen
ceptualmente, abandonan la actitud teorética en aras de un arte de pura per- determinante tanto por la importancia de las civilizaciones mesoamericanas
cepción sensible. En general, se produce en ellos la adecuación, el aquieta- asentadas en su territorio, como por el alto porcentaje actual de población in·
miento, la localización. Comienzan a representar ambientes y personajes luga· dígeria. Esta relación entre estéticas telúricas e indigenistas y una base étnica
reños. Los de izquierda, como Antonio Berni. renuncian a toda fab~ación indoamericana se pone de manifiesto tambil!:n en Perú, Ecuador, Bolivia, Gua·
y humorismo -cualidades que Berni manifestó en su período europeo-. a temala. Sólo que en ellos no se ha dado la coyuntura favorable para elaborar
toda experimentación. para plegarse al patetismo pedagógico de la pintura so- respuestas creadoras como la del muralismo mexicano.
cial. Berni recupera su creatividad hacia 1960, cuando comienza a elaborar En los países europeizados por el torrente inmigratorio, como los del sur,
sus collages narrativos, inspirados en el paisaje y folklore del suburbio portetio. se da el auge de las corrientes abstractas, de lenguajes plásticos puros, una ma·
En la historia de Juanito Laguna, combina los materiales pictóricos tradiciona· yor experimentación y especulación te6rica, como si la realidad circundante pre-
les con 10$ desechos extraídos del mismo escenario en que ubica a sus personajes: sionara, condicionara menos a los artistas. Es decir, a menor personalidad ét·
la villa miseria y Jos bas urales aledaños. Las imágenes dejan de ser naturalinas, nica, menos singularización cultural y artística.
se vuelven primitivas. ingenuas, caricaturales. En la serie dedicada a Ramona, Rivera, Pettoruti y Torres.Garda son tres pintores paradigmáticos por su
una prostituta sentimental, crea ambientaciones kitsch que aluden metafórica· nivel artístico y por sus biograUas. Son 105 que regresan después de haber po-
mente a la tierna cursilería popular. Sobre la base del ensamblaje, inventa UD dido insertarse en los movimientos engendradores del arte moderno, los que
grabado escultórico, que le valdrá el primer premio en la Bienal de Venecia renuncian a las posibilidades profesionales que da un medio más receptivo.
de 1962. Rerni col15igue conjugar en un arte vastamente accesible, sus propó- más estimulante. más riguroso y con mayor disposición y capacidad adquisiti-
sitos de denuncia social con medios actualizados. vas. Vueltos a su tierra, los tres conuibuyen decisivamente al progreso arúsuco
Distinto y semejante es el periplo d e Joaquín Torres.Garcla, artista viajero de sus paises. Al abandonar Europa. los tres saJen del circuito internacional,
como pocos: estudios en la Academia de .Bellas Artes de Barcelona, muralista pierden el acceso al mercado mundial del arte. le restringen, por 10 menos pu·
nabí, colaborador de Antonio Gaudí en la renovaciÓn de la catedral de Palma blicitaria y económicamente, a devenir valores nacionales no exportables.- Salen
de Mallorca, prematuro pintor abstracto, residente primero en Nueva York, de la órbita grande para entrar en la local. En 1923 Pettoruu había expuesto
luego en Paris, donde se vincula al movimiento concreto, amistad con Mondrian, en la Galería Der Sturm, el (oco berlin6 de irradiación vanguardista; el eficaz
Van Doesburg, Vantongerloo, fundador en 1930 con Michel Seuphor de la re- marchand Uonce Rosenberg de París, le ofreció integrar el plantel de sus pin·
vista Cercle et Carfi. Cuando Torres.Garda vuelve a Montevideo, en 1932, ya tores estables. Cuando vuelve a Europa en 1952, nunca podrá reincorporarse
ha elaborado su estilo y su estética que llamará "universalismo constructivo" . al mercado internacional, car«eri de cotización en la bolsa mundial del arte,
Como Mondrian, su inspirador, no se comenta con proposiciones exclusivamen· esa cotización que si poseen Matta, SotO, um, Le Pare, Tom3.Sello, Pena1ba,
te visuales. quiere que el arte sea más que una actividad productora de objetm Botero, Cruz·Díez.
plásticos independientes, una conformadora integral de la existencia humana.
Para objetivar esta cosmopintura, inventa un código de pictogramas dispuestas , Un caso Cl<tremo de regyao y ostndllmo es el de Armando Reverón. De retomo a su
pais, se: aisla o es margiIU.do. ReaUza su obra desvinculad.o por rompleto de la activid2d
según una composición ortogonal; sus cuadros son como códices que figuran artistica ~nelolana. Sólo póstumamente obtendri el f«ODO(,mlento pdblloo.
simbólicamente la relación del hombre con el universo, con el mundo natural Otra romprobaci6n: Jo. va lortl cnnugrados nacionalmente no 1100 exportables ni :a l;Ili-
y manufacturado. Su pintura desborda la tela invadiendo la habitación y la nounohica. Por ejemplo: la.s tela.s de Spilimba-go no llenen demanda fuera de la Argentina;
Di Cav:alcaoli no sale del Brasil ni Reverón de Venttuela. Tomo en consideraci6n a plilllicos
utilería cotidiana. Torres·Garda funda un taller donde forma a múltiples dis.
de excelente nivel.
cl..e.ulos. · Emprende-con ' paciencia ·Ia colonización -d e-un -medio- artísticamente E! mercado I2tino:americano es UD mero::ado rdleJo, pues se apoya en un a previa roDAgra'
aislado y apático. Todavía hoyes un pintor insuficiememente conocido o mal d60 internadonal.

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184 ARTE Y SOClEDAD .EL ARTE DE UNA SOClLDAD EN TRANSFORMACiÓN 185
4] lA PRUDlA DEl. DUUO y el equipamiento insuficientes impiden progresar, también capacita a artistas
adecuadament.e formados e informados pero que de inmediato chocan con las
Enumero una lista de artistas, entre los más notables de América Latina, que limitaciones del circuiw local ---escasez de galerl3J5, mercado reducido, incomu-
han hecho toda su carrera profesional en el exterior, cuya consagración es ini- rucación. elc. Para romper este cerco la soluciÓn obligada es el exilio, con todo
cialmente extranjera y que Juego, por repercwión, será nacion.a.l y continental. lo que 6te implica de desajuste y desarraigo. En aquellos que practican artes
La condición implacable para acceder al mercado internacional es instalane no verb;tles. sobre todo en los plasucos que utilizan lenguajes comunicables por
en alguna de las metrópolis culturales, en París, Londres. Nueva York, Roma, doquier. el desarraigo no es decisivo, no constituye ,una merma estética.
Milán. Desde nuestras capitales diUcilmente se logra un prestigio que traspon. Hay múltiples factores inflacionistas que intensifican la t!!Utación del exilio,
ga las frOnteras nacionales. Hay un viejo vicio que lo impide: la infraestruc· todo un complejo de subordinación cultural, los mitos de la ideología ronián·
tura exportadora que nos ha "balcanizado", que nos ha desunido e incomuni· cica (la bohemia romo prueba iniciática., el exotismo de lo -exlranjero, la
cado. Es mas fácil ir de Lima o Buenos Aires a París que a SantO Domingo. búsqueda de sí mismo a través del viaje de fonnación. o el viaje como ruptuxa
La carencia de estadísticas, de estudios del mercado latinoamericano del m e, de los tabúes. trabas y censuras locales). Por otra parte está el éxito obtenido
nos obligan a movernos en un plano de experiencia personal o en el campo de afuera por algún compatriota célebre. por lo! grandes de la plástica latinoame-
lo conjetural. Me pregunto, en relación con el número de arustas locales eJdli· Max Ernst. AlIJ vive ya Mareel Duchamp. Matta hace de puente entre los
bidos por galerias y museos, qu~ porcentaje de latinoamericanos no residentes que miran desde la otra orilla del oc~a no.
exponen en Buenos Aires, San Pablo, Caracas o México. Sin duda escaso o mJ· Hemos lOmadO tres casos paradigmáticos para mostrar cómo funcionan los
nimo. Esla proporción se reduce si nos circunscribimos a latinoamericanos. que retornos y cuál es el proceso de adaptación de los trasplantes artJstioos. Rivera,
provienen directamente de su paú de origen, es decir a obras de artistas no exi· Pettoruti y Torres·Garda son fecundadores locales, colonitadores de medios
liados. Soto, Malta o Le Parc tienen fácil acceso a exposiciones en América refractarios al arte moderno, formadores de las generaciones que los suceden.
Latina porque presentan valores seguros, valuados y avalados por el previo A estOS tres maestros contrapondremos tres ex.iliad05 ilustres que han hecho toda
prestigio internacional. su tr:I.yectoria en el exterior: Roberto Malta, Jesús Soto y Julio La Pare. Matta
El exilio es una dura prueba q ue ha destruido a no pocos plásticos con es el itinerante, el prolífico por antonomasia. Desde el comienw, su encamina·
talento innato, pero es la condición nttesaria para fonnarse en contacto directo miento está vinculado con una constelación de notabilidades anisticas. Inicial·
con las fuentes y con la actualidad productiva, para confrontarse con los más mente arquitecto, a panir de 19M trabaja en el taller de Le Corbusier. Ca-
altos niveles mundiales, para entrar en galería! poderosas, para. acceder a un mienza a pintar hacia 1937. Por intermedio de DaH, conoce a Andr~ Breton,
profesionalismo que recompensa a los consagrados con la solvencia económica quien va a auspiciarlo hasta 1948, año en que es anatematizado y expulsado del
y la adecuada difwión. de sus obra!, que permite ingresar a las grandes colec· grupo surrealista. En 1938, pinta sus Morfologías psicológicas, muy próximas
ciones de museos y particulares. El bodo de artistas, intelectuales y tknicos al expresionismo abstracto. En 1939 se traslada a Nueva York. donde traba re-
latinoamericanos parece ser una especie d e mal endémico, (orma parte d el lación con los pintores locales. A Nueva York. acuden Breton, Tangoy, Uger,
complejo llamado subdesarrollo. Max Ernst. Allí vive ya Marcd Duch.amp. Malta hace de puente entre los
Las ciudades populosas de Latinoamérica reflejan niveles de d esarrollo surrealistas parisinos y aqueU05 que constituirán la escuela de N ueva York:
de una tremenda diferencia. Rodeadas, estraogu1adas por cinturones d e mi· Goriy, Pollocl::, Kline, de Kooning. Rothio, MotherweJJ. Participa en todas las
seria, tienen un centro cosmopolita, d e alto nivel de vida, ligado por los mo- grandes exposiciones 5UITealistas e ilwtra In revistas del movimiento. Sin duda
dernos medios de comunicación con el mundo. Este centro, parecido al de la irradiación internacional de los SUITealiSlaJ, 5U sentido catequizador y ecuo
cualquier otra urbe importante, concentra y monopoliza el poder político, econ6- ménico, su capacidad propagandfJtica han contribuido a la merecida fama de
mico, social y cultural del pab. A medida que nos alejam05, comienza el ver· Matta. Entre el 43 y el 44, concibe el estilo que mú lo carac~rá: el medio
dadero pafs. Al llegar a la periferia estamos ya en el interior criollo; la tipifi· acuoso, un espaciu profoJndo que actúa como campo d e conflictos ene.-géJicos
Cación ~tnica aumenta y también la miseria. AlU están las masas, perifericas en su máximo dinamismo, expansivo y explosivo, con estallidos luminiscentes,
no sólo espacial sino tam.bi ~n temporalmente, desplazadas del usufructo de bie- donde se insinúan seres zoomórEicos, casi antropoides, siempre distorsionados y
nes materiales y culturales. Toda la actividad y las posibilidades de un artista convulsos, imágenes orgánicas a la vez cósmicas y microscópicas. A partir del
están subordinadas a ese centro de la capital, donde debe hallar su sustento 50, influido quizá por ese coloso tecnológico que es Nueva York y perturbado
estético y económico. Su suerte está ligada al mercado local, a la receptividad por una crisis política, intenta una pintura de tesis, de condena a la opresión
y a la disponibilidad de la burguesla lugareña, a menudo comervadora o timo- capitalista y de d enuncia de las alienaciones del hombre en la agresiva era me-
rata en ane. c:l.nica. Su visión biomórfica va a combinarse con la incorporación disonant"e
As( como nuestros paIses forman técnicos avanzados que el incipiente desa· d e utilerla tecnológica en una especie de historieta humorística, de caricatura
rrollo industrial impide absorber, pentíficos a quienes el nivel d e investigación de la ciencia·ficción. Matta ha gestado un lenguaje muy personal, una imagen

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186 ARTE Y SOCIEDAD EL ARTE DE UNA SOCIEDAD EN 'lltANSFOllMAC16N 187
propia inmediatamente identificable. A pesar de su ferv9f revolucionario, de o geocéntrica: el homhre, que se .coruideraba un microcosmO!!, aparece ahora como un
su compromiso político con América Latina, mani~estos sobre todo en Jos Útu- lugar de ooinddencia fugitiva "de fUeTZa8 en movimiento. ":¡>lo somos mi¡; -dice Sota-
los de sus obras, cabe preguntarse qué es lo intrínsecamente chileno en su meros ob$ervadores, sino partes constitutivas de lo real. El hombre no está m.ú aqul
pintura. qué ligazón existe entre este prematuro expatriado y el arte de su pals. y el mundo allá; está de lleno adentro, y es esta plena penetración la que quisiera
ha.~ 5ffitir con mis obras envolventes..'
en qué medida es un producto latinoamericano. Algunos proponen coroo mues-
tIa de raigambre o autoctonía, una sutil relación entre sus imágenes y "la natu-
raleza grandiosa y angustiosa de América del Sur",· Matta seria así, como Como la obra cinética de Soto, la de Julio Le Pare es una producción ligada
Laurréamont, una metáfora americana. Malta mismo no se considera ya su- al contexto contemporáneo, un intento de aprovechamiento estético de los re-
rrealista, sino "realista del sur",f Objetivamente, sin entrar en lo impondera- cursos aportados por la tecnología. Son artes que desmantelan los objetos plás-
ble, se trata más bien de un pintor internacional como pocos, ,nacido en Chile. ticos tradicionales -cuadro mural y escultura corpórea-. q ue modifican el
Todavía, por Jos elementos neofigurativos empleados y por los útulos de componamienco del espectador. que exigen otra percepción, que claman por
sus cuadros, con Matta se puede establecer una cierta relación entre el mensaje abandonar museos y galerías para integrarse en el paisaje urbano. Dije. cuando
y un rd.e rente nacional o continental. Pero, qué hacer cuando con Soto y Le Le Parc ganó el Gran Premio de pintura en la Bienal de Venecia de 1966:
Pare entramos en la pura abstracción geométrica, sin relación apuente con lo
circunstancial y circundante. Ambos ejemplifican adecuadamente la relación Tres virtudes -actualidad, popularidad, apertura- conai buyen a valoriur 13.'1 nue-
del ane con su tiempo, ese intercambio que una época promueve entre todas vas tendencia! del arle cinético. Combinado ahora con la luminotecnia, añade a la luz
las actividades ligadas a una experiencia comÓn del mundo y a Wla misma ambiente todos los registrO!! de la luz artificial. Aprovechando las posibilidades de los
motote$ eléctricos, al movimiento ilusorio que da la inestabilidad de nuestra percepción
conciencia posible. Para describir e interpretar la obra de SotO, transcnbo lo
óp tica agrega el movimiento real. La obra de arte abandona su milenaria quietud fi-
que escribl con motivo de su gran retrospectiva parisina: sica, cambia de conformación y utiliza como lenguaje los reC\lf505 más actuales de esta
era teOlológica. Pocas exp05icione3 de arte contempocineo cuentan con mayor afl uell-
Los nombres oon que Soto titula sus obras configuran una definición de 8US obje- cia de público que la! cinéticas. E5pontáneameme d espectador común le siente atraldo
tivos estéticos: ~petición y progresión, metamorfosis, permutación, esttucturu y am- por estas muestras que prolongan en el museo o en la galería el ;imbito nocturno de
bientaciones cinéticas, r elaciones y vibraciones, velocidades. saturación mÓvil ... Si ad- una gran ciudad. Tienen algo de parque de: divenione5, de gabinete mágico, de labo-
mitimos que el arte está estrechamente vinculado a la acción y a la especulación de ratorio fantástico, de vuelo interplanetario. de ciencia-ficción. Nos someten a estimulos
$U época, a la nuestra corresponde un art.c como el de J esús Soto, mudable, ineMabJe,
de captación inmediata, lemejantes a 105 qu e percibimos dentro del contorno urbano,
movedizo . . . pero ¡eleccionándolos e incensificlndolos. Arte en plena expansión, parece pot.cncial-
Inco;pora toda clase de movimientol: el movim~nto real de elementos smpendidO!! mentoe inagotable .•.
que se desplazan en el espacio; el movimiento ilusorio provenient.c de efectos de ines- Si con Mondrian y Va¡arely ya tenlamos un anticipo del arte de la nueva era, en
tabilidad óptica; el movimie nto del espectador, estimulado a ttaslarlarse, a accionar las ellos - la civilización industrial estaba todavla aludida metafóricamente. Con Le Parc
partes movibles. Convertido en panlcipe. el concemplador-actor es incluido dentro del estamos explícitamente ante un arte tecnol6gioo. arte abierto a la incorporación de
contexto de la obra . •• nuev05 materiales y nuevO!! procedimientos, arte con mllltiples posibilidades de des-
Por un lado .se da en Soto el progresivo apartamiento de la visión monofocal, frontal arrollo, como ya lo demuC"litran bto!!, ,1.15 comienzos.."
y estática. Soto desmantela lo que en la plibtica tradicional se entiende: por imagen:
una . !Cpresentación nltida, más o menos perfilada, reconocible y univoca. Por otr3
parte, acomete la paulatina anulación del objeto plástico, de la obra de ane como En el caso de los tres precursores, Rivera, Pettoruti y Torres-Garda se da el
un cuerpo o una superficie exteriores al espectador. Los penetrables nos ingurgitan l· fenómeno del injerto de primera mano, tomado directamente del tronco gene-
sumergidos en la espesura filamentosa no percibimos una configuración sino un cúmulo rador. de .escuelas europeas que movilizan las plásticas nacionales. La adecua-
de visiones. También Soto ae pliega a la depreciación del objeto de arte, a su difU$ión ción del trasplante es produce mediante un proceso moderador, apaciguador.
y ab3ratamienLO, reproduciéndolo en ediciones numerosas ·que le quitan su jerarquía Esta transferencia desembocará en fórmulas intermediarias, de transición, como
de obra única ejecutada manualmence por el artista .. . corresponde a contextos culturales menos desarrollados y menos creadores que
La movilidad, la relativización de la imagen. la animación envolvente, la anuh.ción los q ue aponan el modelo formal. Treinta años más tarde se produce el IllOvi·
del objeto plutico, la disolución de los sólidos en una atomización lumlnica, el miento contrario. Si bien es dificil establecer los predecesores americanos de
acento puesto sobre todos los valores energéticos $On propósitos y logros de Soto que Malta, no ligado a una determinada tradición plástica chilena, Soto y Le Pare
demuestran la actualidad de su obra. :tata coincide con la visiÓn dd mundo q ue di-
funde la ciencia contemporánea. La realidad es. como la! estructuras de Soto, un ¡i!t.cma
de vibraciones sin a:ntro ni componentes autónomos. No más imagen antropomórfica • S;u).! Yurldcvich, '·Solo mnltiple y v¡brante~, RINisI4 Naeional de Cull ura, Caracaa,
n~m. 189, pp. 58-62.
• !ten~ ~n, HimJire de la peinture lurrlaliJte, Parfll, 1968, p. 251 • San! Yurldcvlch, "Julio Le Pare, impuoor de un arte t.ecnOlógioo", RlNista Nacional de
T Leopoldo Cutcdo, op. eit., p. 244. Cullura, Caracas, n~m. 162, pp. 99-102.

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la. ARTE Y SOCIEDAD
II
se forman inicialmente en sus pais6 de origen y se los puede inKl"tar en el
proceso plástico venezolano y argentino respectivamente. La ucilizaci6n social del objeto de arte
No sé si A1ejan4ro Otero y Malw Manaure han ejercido alguna pa~nidad
sobre Soto, pero es innqr-¡ble que el ambiente promovido a partir de 19.t4 por EDMUNDO DESNOES
Carlos Raúl Villanueva, arquitecto de la Ciudad Universitaria de Caracas, ca-
taliza en Soto inquietudes decisivas. La arquitectura avanzada se va a com-
plementar aJU con obras de Calder, Arp. Laureru, Pevsner, Léger y Vasarely.
presencia deu~:rminante en la orientación estética de SolO. Villanueva no se
limitará a concertar la colaboración d e artistas extranjeros; también invita a
participar a Otero, a Manaure y al joven SOLO. l J LENGUAS VISUALES DE NUESTRA BAIIll
Le Pare se inscribe en una tradición argentina, de la cual provienen también
otros notables artisw exiliados: Luis Tomasello. Gregorio Vardánega, Manha Nuestra América es un vasto campo de batalla. La confusión &e desata e.l lu-
Boto, Hugo Raúl Demarco, Horacio Garda Rom y Francisco Sobrino. E..La nes 29 de octubre de 1492; el al.mirante Cristóbal Colón, con el mapa de Ci-
tradición daLa por lo menos de 1944, cua ndo la revista Ar/uro congrega a Car- pango en la cabeza, recorre las costas orientales de Cuba y visita. las casas (no,
melo Arden Quin, Cyula Kosice y Tomás Maldonado. promotores del grupo bohíos) de unos indios (no, tahin0.5) : "Hallaron muchas estatuas en figura de
Arte Concreto-Invención, constituido al afio siguiente. De él surgirág múlti- mugeres, y muchas cabezas en manera de cantona muy bien labradas. No sé si
ples ramificaciones: sobre todo el Movimiento Madi, el espacialismo de Lucio esto tienen por hermosura o ad01'an en dlllJ." 1 Hemos entrado, por el error
Fontana, el perceptismo de Raúl Loua. El movimiento concreto porteño logra de un judlo genovés, en la historia universal. Esa batalla _"el choque del
hallazgos y proposiciones premonitorias: Arden Quin anticipa los shaped ca1lVas jarro contra el.caIdero"_ 1 la ganaron los espalloles. Pero en un vasto campo
de Frank Stella; Lucio Fontana lanza en Buenos Aires su Manifiesto Blanco; de batalla; por lo tanto los vencid0.5 siempre sobreviven, se refugian en la selva
apa.r«en los primeros cuadros anicuJados, ensamblajes espaciales con partes o suben a las alturas de Machu Piechu. No es como en la otra América, la
movibles, que propenden a una franca tridimensionalidad. Lozza rompe con sajona, donde los aborlgenes son exterminados, o en Europa, donde la cultura
la unidad "cuadro" y dispersa los. elementos geométricos sobre el mUTO. Pero dominante unifica o integra la sociedad en un sistema coherente. En lati-
estas innovaciones fonuales producidas en un remoto lugar del planeta, no in- noamérica &e forman capas sucesivas -60bre las estelas, iglesias y vodó, y sobre
corporado al circuito internacional, restringen su influencia a la órbita local las iglesias y el vodú, ferrocarriles y bandera, y sobre los ferrocarriles y la ban-
y son precedentes hasta hoy ignorados por la critica metropolitana. dera, botellas de Cocacola, y sobre las botellas de Cocacola, la hoz y el martillo--
Matta, Soto y Le Parc inventan sus lenguajes en los grandes centros produc- y todos estos estratos sobreviven simullineamente, muchas veces cerrados sobre
tores, difusores y vendedores de arte. Sus proposiciones son conocidas, auspi· sí mismos; asf nuestra torre de Babel &e llena de lenguas o imágenes. Esta con-
ciadas y consagradas internacionalmente. T einta años despu& de la peración vivencia ininteligible en la espiral de la torre produce un chapucero mestizaje.
de los precursores, América Latina ha asimilado los trasplantes y está en condi· y está bueno ya de exaltar este caos llam:indolo creador, y esta imaginación
ciones de aportar al arte de nuestro siglo {ormulaciones plásticas originales. Con heterogénea ,llamándola surrealista_ No podem~ seguir confundiendo la gim-
Malta, Soto, Le Pare. Toma~lIo, Cruz-DIez, Lam, Penalba y otros que vendrán, nasia con la magnesia, la estructura necesaria con un barroco decorativo. Hay
América Latina pasa de la condiciÓn de receptora de formas artísticas a la de demasiados siste:m.as visuales entrelazados para sólo aceptar una descripción
emisora, de la condición de adaptadora a la de creadora. cronológica de nuestras imágenes, incluyendo su enlace con la historia social del
continente, mucho menos un puro análisis de las obras en 51. La crisis actual
de las mes visuales en Latinoamérica sólo se aclara dándole la cara, y no la
espalda como hasta el presente, a cerCa de trescientos millones de hombres_ No
mirar hacia el centro de la imagen visual, sino desde la imagen, alrededor, fren-
te, encima y debaio. No sólo lo que dice la imagen, lo que pretendió la subje-
tividad universal del aeador o se propuso el diseñador de un anuncio ·comer-
cial; hay que unir el modelo, al sistema propuesto, su utilización social y su
efecto espiritual. "Los idealistas -dan valor al móvil y desconocen el efecto,
mientras los materialistas mecanicistas dan valor al efecto y desconocen el mó-
vil; oponiéndonos a ambo!, nosotros, materiali5w dialécticos, insistimos en la
1 CrilÍ6bal CoJón, Dillrio d, _gadcln (el IUbrayado-a Duerno) .
I Alfo"", _Reyes, MtKico en ull<l nua, 19!O.

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