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http://www.profesor.pl/publikacja,10082,Artykuly,Atrybuty-ludzkiej-egzystencji-u-Jean-Paul-Sartrea

El existencialismo es un nombre que se ha dado a los pensamientos de diversos filósofos,

principalmente Kierkegaard, Nietzsche, Sartre y Heidegger, y también a la obra literaria de
autores como Dostoievski, Camus o Kafka. El movimiento surgió antes de la Segunda
Guerra Mundial, pero realmente el momento en que se populariza como movimiento
filosófico es justo después la Segunda Guerra Mundial. La idea propia del existencialismo
es el análisis de la existencia humana. Actualmente se distingue dos tipos principales de
“escuelas” existencialistas : el existencialismo teísta i ateo. Ambas versiones se basan en la
idea que el hombre, como el único de todos los seres, tiene una influencia directa sobre
quién es y expresa su libertad al tomar decisiones independientes.
Mientras que Heidegger y Sartre presentaban una versión atea del existencialismo, otro famoso
representante de esta tendencia: Karl Jaspers se mantuvo fiel a los puntos de vista cristianos de
Kierkegaard.

Como filósofo, Sartre reflexiono sobre todo sobre la soledad, angustia, el fracaso y la muerte.
Sostuvo que la existencia precede a la esencia y que el infierno somos nosotros.

Existencialismo: suposiciones

En el centro de la filosofía existencial está el concepto de existencia humana, que se considera como
algo que existe de manera objetiva. Al mismo tiempo, la existencia tiene una dimensión
profundamente pesimista.

Resulta que está desprovisto de esencia (significado significa). Según Heidegger y Sartre, Dios no
existe, y la vida y la muerte humanas son absurdas. El hombre, por lo tanto, siente un miedo
constante a la muerte, que es su aniquilación final (Heidegger). Sartre agrega a este sentimiento
también el disgusto que resulta de tener que asumir la responsabilidad de su vida.

El hombre trata de superar estas emociones desagradables uniéndose al ritmo de las actividades
cotidianas y obvias que oscurecen su conciencia de la verdad. Por lo tanto, él lleva una vida
"inauténtica". Pero cuando se da cuenta de su extrañeza en el mundo, vivirá de una manera real.

Al mismo tiempo, el hombre es una criatura completamente libre y puede decidir por sí mismo cómo
proceder. Depende de él elegir si tomará partido con el bien o el mal. En ninguna parte, sin
embargo, hay indicaciones sobre cómo proceder, porque tanto en el mundo exterior como en el
interior, el ser humano no puede encontrar un punto de apoyo. Junto con la ausencia de Dios, todas
las órdenes morales desaparecen (según la famosa frase de Dostoievski: "Si Dios no está allí,
entonces todo está permitido"). Por lo tanto, el acto de elección gana en el existencialismo una
dimensión heroica: a pesar de la conciencia de su insensatez, el hombre elige un modo de vida
específico para sí mismo. El ser humano de alguna manera se crea a sí mismo de acuerdo con su
propia visión. En la libertad de elección, y al mismo tiempo en su propia tragedia, hay una esencia
específica de ser un ser humano.

En otras palabras, ser un ser humano -según el existencialismo- significa hacer una elección
(irrelevante y, sin embargo, lo más importante).