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Sin embargo, cuando la infección no causa signos o síntomas identificables, no se trata o se trata de
manera inadecuada, pueden aparecer complicaciones (secuelas) post-estreptocócicas, es decir,
fiebre reumática y glomerulonefritis, especialmente en niños y adolescentes. A pesar de que la
incidencia de estas complicaciones ha disminuido sustancialmente, todavía pueden observarse y
pueden afectar al corazón, ocasionar disfunción renal aguda, hinchazón de los tejidos (edema) e
hipertensión arterial. La prueba ASLO permite conocer si estas complicaciones pueden ser debidas
a una infección reciente por estreptococo del grupo A.
¿Cómo se utiliza? La prueba para detectar antiestreptolisinas O (ASLO) se solicita para determinar
si una infección reciente por estreptococo del grupo A puede ser la causa de:
La mayor parte de las veces, las infecciones estreptocócicas son fáciles de reconocer y se resuelven
con el tratamiento antibiótico adecuado. Sin embargo, en las ocasiones en que no originan síntomas
y/o no son tratadas, estas infecciones pueden acarrear -y especialmente en niños- un tipo concreto
de secuelas o complicaciones post-estreptocócicas como la fiebre reumática y la glomerulonefritis.
Por lo tanto, la prueba de las ASLO se solicita cuando una persona acude con síntomas sugestivos
de alguna de estas dos condiciones anteriores y ha tenido recientemente dolor de garganta o una
infección estreptocócica confirmada.
La utilización de la prueba para determinar ASLO está disminuyendo de manera acusada ya que la
incidencia de las complicaciones post-estreptocócicas también ha disminuido marcadamente.
¿Por qué hacer el análisis? Para conocer si una persona ha presentado recientemente una infección
por estreptococo del grupo A; para poder confirmar que existen secuelas post-estreptocócicas como
una fiebre reumática o una glomerulonefritis (un tipo de enfermedad renal).
¿Cuándo hacer el análisis? Cuando una persona presenta signos o síntomas sugerentes de fiebre
reumatica como fiebre, dolor torácico, fatiga y dificultad para respirar, o bien edema y emisión de
orina oscura, asociados a glomerulonefritis, especialmente si la persona ha tenido recientemente
una infección por estreptococo del grupo A que fue difícil de diagnosticar y no se trató
adecuadamente.
¿Qué muestra se requiere? La determinación se realiza a partir de una muestra de sangre venosa.
Los serotipos relacionados con resistencia antibiótica son los llamados pediátricos (6A, 6B, 9V, 14,
19A, 19F y 23F) (3). De ellos el serotipo más resistente es el 19A responsable de la mayoría de las
multiresistencias y resistencia de alto nivel a cefotaxima. Es importante destacar que existen
serotipos que colonizan la nasofaringe, dicha colonización representa el reservorio de la
enfermedad, y condiciona la selección de la resistencia. Dentro de los serotipos que colonizan la
nasofaringe se destacan los siguientes: 3, 6A, 6B, 7F, 14, 18C, 19A, 19F, 23F; debido a que en la
nasofaringe están expuestos a una presión antibiótica prolongada y a otras especies de
estreptococos del grupo viridans comensales de la nasofaringe los cuales le transmiten genes de
resistencia a través del mecanismo denominado mosaico genético, es decir S. pneumoniae es
naturalmente competente para la adquisición de ADN exógeno a través de mecanismos de
recombinación. El uso de vacunas antineumocócicas conjugadas, como la 10-valente (PCV10),
disminuye la colonización por los serotipos vacunales dejando un nicho ecológico que es ocupado
por otros serotipos. Así, de esta manera, prolifera el serotipo 3, 6A y 19A los cuales no están
incluidos en la vacuna PCV10.
En información aportada por el Instituto de Salud Pública de Chile (ISP), se ha observado un aumento
de cepas confirmadas por los serotipos 3 y 19A.
El sistema regional de vacunas (SIREVA) reportó la vigilancia desde 1993 hasta 1999 en los
laboratorios nacionales de referencia de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Uruguay,
enfocado a la monitorización de cepas capsulares y la susceptibilidad a penicilina en enfermedad
invasora por S. pneumoniae en menores de 6 años. Con respecto a los serotipos, fueron 54 los
implicados, de los cuales 13 fueron los más frecuentemente encontrados.
Además, en la Tabla 1 se observa que el número de Spn19A y Spn3, responsables de casos de
enfermedad neumocócica, antes de que se iniciara la vacunación en la Región de las Américas, fue
relativamente pequeño.
Composición y características: los serotipos que la integran son: 1, 2, 3, 4, 5, 6B, 7F, 8, 9N, 9V, 10A,
11A, 12F, 14, 15B, 17, 18C, 19A, 19F, 20, 22F, 23F y 33F (de acuerdo a la nomenclatura danesa). Cada
dosis de vacuna contiene 25 µg de polisacárido obtenido de los serotipos mencionados, con 575 µg
de polisacárido en total. La capacidad inmunogénica se amplía por existir reacción cruzada entre
algunos serotipos, lo que fue comprobado para el 6A y 6B, y sugerido para otros serotipos.
Un conjugado 7-valente, que incluye los serotipos polisacáridos 4, 6B, 9V, 14, 19F, 23F, y el
oligosacárido 18C, conjugados a 20 µg de CRM197, fue aprobado en Estados Unidos y otros países
donde estos serotipos representan el 82 % de los causantes de infecciones invasivas.