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El miedo de los ansiosos y el de los fóbicos es un buen ejemplo del miedo mental.
El sentido del miedo mental está basado en nuestra biografía y el mensaje tiene que
ver con averiguar qué estamos evitando, y qué beneficios nos aporta el hacerlo. La
idea es estar atentos y no evitativos
Mi paciente Catalina descubrió que lo que evita es enfrentarse al dolor del
abandono reiterado de su padre y a la frialdad y austeridad emocional de su madre -
que es así como ella lo vivió de niña-. “Cuando mi padre estaba en casa todo era
entretenido y yo me sentía segura. Podía sentir su amor, pero cuando se iba, ni
siquiera podía salir a la calle a jugar con mis amigos porque mi madre me lo
prohibía” En Catalina ha quedado asociado emocionalmente el cariño al abandono y
ante la posibilidad de sentirse abandonada de nuevo, es ella quien se va.
¿Qué hacer para salir de este circulo vicioso del miedo al miedo?: Sentir el miedo
realAl día de hoy, Catalina está comenzando a descubrir corporal y emocionalmente
el miedo reprimido de niña. Está siendo una experiencia muy rica en cuanto que ha
obtenido mucha información de ella misma, : “soy más capaz de lo que yo creía de
pasar por este miedo”.
A veces una parte interna quiera una cosa y otra quiere la opuesta. Falta
congruencia e integración en nuestras voces internas. Una parte puede querer ganar
dinero y otra considera importante disfrutar y estar presente en la familia. El
resultado tiene que ser una integración y atención de ambas partes. Si no es así la
persona se resentirá y desarrollará ansiedad
En primer lugar tratamos la ansiedad que es la presión vivida de cara a una amenaza
real o imaginaria.
Como todos los miedos, la ansiedad tiene una función auto-regulatoria para activar
la huída o la lucha, o para inhibir la acción congelándose.
Cualquier evento o presión, hace saltar la alarma en la amígdala que lanza señales
de defensa
Conviene ver los impulsores o “conductas sutiles que muestran el inicio de
comunicación fallida y angustia respecto a uno mismo u otros: Se Perfecto, Se
Fuerte, Esfuérzate (o Trata más), Date Prisa (o Apúrate), y Complace”. Cada
impulsor es una conducta que refleja un contramandato o mensaje aprendido de
pequeño para conformar y ser aceptado.
Cada uno refleja un cierto tipo de ansiedad. Por ejemplo, una persona que
manifiesta el impulsor ‘complace’ tiende a temer el rechazo. Si manifiesta el
‘esfuérzate’ podría temer estar sin dirección o si muestra el ‘se perfecto’ tiende
a tener miedo del fracaso. Si actúa con el ‘se fuerte’ tiene miedo a ser vulnerable
o emocionalmente débil y el ‘date prisa’ puede representar la impaciencia - un
miedo a detenerse y simplemente ser. Al descubrir qué impulsores se utilizan, es
más fácil localizar el miedo y precisar un contrato terapéutico para su
transformación
En terapia se trata la ansiedad como una señal normal y necesaria para protegerse
de una posible amenazaSe trata de captar el mensaje y responder de una forma
apropiada en vez de exagerada y automática.
Se aprende a ‘bajar el volumen’ de la ansiedad y valorar la posibilidad de un
cambio interior
Se trata de ver como el paciente se presiona en su propia vida.
Experimento: Se aplica un peso en el pecho o en el estómago y poco a poco se le
incita a quitárselo de encima. ¡Este método tan sencillo nos ayuda a ver que la
ansiedad puede convertirse en algo habitual! Al quitar la presión, se produce una
sensación de ligereza y autonomía propia
la ansiedad es alerta, la concentración y reflejos. Lo malo es cuando es excesiva
el 70% de la población tiene un gen relacionado con la ansiedad. A la selección
natural le gusta. Los individuos con mayor ansiedad habrían estado mejor equipados
para sobrevivir a los peligros en su ambiente que aquellos que están menos
intranquilos y preocupados.