Pregunta 15 ptos.
La celebración del matrimonio se consigna en un acta que debe contener:
Deber de fidelidad.
Deber de cooperación.
Deber alimentario.
Deber de asistencia mutua.
Deber de convivencia.
Sobre los bienes con los cuales uno de los cónyuges tiene un gran afecto.
Sobre los bienes amparados por la propiedad intelectual o artística.
Sobre los bienes del establecimiento comercial, industrial o agropecuario por él
adquirido o formado que constituya una unidad económica.
Sobre los bienes de uso relacionados con su actividad profesional.
Sobre cualquier bien por el cual el cónyuge que lo solicita pueda demostrar un
interés legítimo.
Las resultantes de garantías personales o reales dadas por uno de los cónyuges
a un tercero, aun cuando de ellas derive un beneficio para el patrimonio
ganancial.
Las derivadas de la responsabilidad extracontractual y de sanciones legales.
Las contraídas antes del comienzo de la comunidad.
Las contraídas para adquirir o mejorar bienes propios.
Las que gravan las herencias, legados o donaciones recibidos por uno de los
cónyuges.
Es un deber moral.
Esta obligación se extiende a las necesidades de los hijos menores de edad, con
capacidad restringida, o con discapacidad de uno de los cónyuges que conviven
con ellos.
Los cónyuges deben contribuir a su propio sostenimiento, el del hogar y el de
los hijos comunes, en proporción a sus recursos.
El trabajo en el hogar es computable como contribución a las cargas.
El cónyuge que no da cumplimiento a esta obligación puede ser demandado
judicialmente por el otro para que lo haga.
Fidelidad.
Alimentos.
Afecto mutuo.
Acompañamiento.
Cohabitación.
Ser un régimen de orden público que se aplica siempre y que las parte pueden
dejar de lado por autonomía de la voluntad.
Ser un régimen patrimonial matrimonial utilizado en varios países, pero en el
nuestro está prohibido.
Ser el régimen legal supletorio en nuestro ordenamiento jurídico.
Ser un régimen en el cual la celebración del matrimonio no influye en la
titularidad de los bienes que pertenecen a cada cónyuge, conservando éstos
todos los derechos de administración y disposición, sin injerencia del otro
cónyuge, con excepción de las normas que surgen del régimen primario.
Ser un régimen en el cual los cónyuges disponen de las normas que los regirán
mediante la autonomía de la voluntad.
Los cónyuges requieren del asentimiento del otro cónyuge para disponer de
cualquier bien, ya sea propio o ganancial.
Los cónyuges requieren del consentimiento del otro cónyuge para disponer de
los bienes propios.
Cada cónyuge tiene la libre administración y disposición de los bienes propios
y gananciales que ha adquirido, sin embargo, es necesario el asentimiento de un
tercero para disponer de ciertos bienes gananciales.
Cada cónyuge tiene la libre administración y disposición de los bienes propios
y gananciales que ha adquirido, sin embargo, es necesario el asentimiento del
otro para enajenar o gravar ciertos bienes gananciales.
Cada cónyuge tiene la libre administración y disposición de los bienes propios
y gananciales que ha adquirido, sin requerir el asentimiento de su cónyuge.