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Introducción
Nebrija había visto bien que las lenguas son compañeras de los
imperios. Cuando redacta su Gramática castellana, lo hace desde el
convencimiento de que una lengua que, como el castellano, ha
alcanzado una cierta plenitud, ha de normalizarse, para asegurar su
conservación. Esa plenitud es, a la vez, expresión de una situación
política favorable e instrumento de ella, pues los imperios se crean y
se mantienen por obra de varios poderes -el militar, el económico-;
pero uno de ellos, esencial, es la lengua.
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La lengua de un imperio
La expansión europea
Un Siglo de Oro que en realidad son dos (por poner dos fechas
significativas: 1501, nacimiento de Garcilaso; 1681, muerte de
Calderón) y que comprenden tanto un momento de auge político
como de caída: la España que comienza la Edad Moderna con
expectativas de progreso cambia de rumbo en el curso de unos años
para mirar a un estéril pasado: cristianismo contrarreformista, odio
al trabajo manual, hostilidad a la ciencia, inexistencia de una clase
media, son algunas de las formas que adopta esa huida hacia atrás.
La lengua y La literatura
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razón. Por lo tanto, resulta insoslayable referirse al quehacer
literario: es el espejo ideal de una lengua que refleja tanto sus
mejores posibilidades como sus límites y devuelve a sus hablantes
una imagen que condiciona sus hábitos lingüísticos y sus experiencias
espirituales.
El Renacimiento
El Renacimiento (continuación)
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en el uso del castellano, que "ya en Italia, assí entre damas como
entre cavalleros se tiene por gentileza y galanía saber hablar...".
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arte, en la que caben niveles y registros muy variados, la más
absoluta seriedad y la ironía, la proximidad y la distancia, el habla
coloquial de todos los días y la literatura. La realidad total se hace
literatura y la literatura conserva e ilumina la realidad.
El Barroco
El castellano clásico
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urante los siglos XVI y XVII se producen en el seno de la
lengua determinados cambios que convertirán lo que era el
castellano medieval en el castellano moderno,
esencialmente el mismo que se habla en la actualidad.
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Otros cambios fónicos son los que afectan a la simplificación de
grupos cultos de consonantes, que en muchos casos no llegan a
triunfar ("efeto", "perfeción"), o la eliminación de las vacilaciones de
timbre en las vocales átonas ("vanidad", "cubrir", en vez de
"vanedad", "cobrir").
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estudios de los humanistas, los iniciadores de un trabajo que va en
diversas direcciones.
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a instalación en España de una nueva monarquía, los
Borbones, después de la guerra de Sucesión (1701-1714),
permitió llevar a cabo una nueva política que pretendía
rectificar los errores cometidos durante el siglo anterior.
Esa política es económica y social, pero también cultural: no en vano
la época considera que la educación es determinante del progreso y
felicidad de las sociedades.
La Ilustración
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con citas de autores de prestigio), la Orthographía(1741) y
la Gramática (1771).
Ello dio lugar a una polémica que ha llegado prácticamente hasta hoy
--hasta el siglo XIX con motivo de los galicismos, en la actualidad a
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propósito de los anglicismos-- entre quienes eran partidarios de una
amplia incorporación y quienes mantenían la necesidad de oponerse a
ellos en nombre de la pureza del idioma; a estos últimos se les
denominó "puristas" (palabra que es, curiosamente, de origen
francés).
El castellano en la actualidad
El Romanticismo y el Realismo
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altura" de los grandes sentimientos e ideas que quieren comunicarse)
y un estímulo para las posibilidades expresivas de las lenguas.
Términos cargados de connotaciones sentimentales; préstamos
incorporados decididamente, voces arcaizantes o casticistas, a las
que recurren géneros nuevos como la novela histórica o el artículo de
costumbres, entran abundantemente en el castellano.
El castellano actual
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De modo que el peligro de su fragmentación, que algunos lingüistas
consideraron inminente en el siglo pasado, parece hoy irreal. Y en
cuanto a otro peligro que comúnmente se menciona, la presión de
una lengua de cultura pujante -el inglés- sobre todo en el terreno de
la ciencia y la tecnología, no parece que las visiones apocalípticas
sean muy diferentes de las que puristas y casticistas tuvieron con
respecto del francés durante el siglo XVIII.
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