Está en la página 1de 5

PROGRAMA DE FORMACIÓN DE CAPITAL HUMANO PARA EL MODELO

EDUCATIVO

D. EL PROCESO DE LA EDUCACIÓN BASADA EN COMPETENCIAS

Atributo

Describe la metodología de la enseñanza basada en competencias para el desarrollo de planes


de estudio con este enfoque

El objetivo de esta sección es delimitar las fases del proceso de la metodología de la enseñanza
basada en competencias de programas en el contexto del diseño curricular. Se parte, entre otros
supuestos básicos, de que el proceso de evaluación, el de planeación y programación se
interrelacionan y se deben producir paralelamente; es decir, la evaluación puede realizarse en
cualquier etapa o fase de la programación, en un proceso de retroalimentación permanente. Por
otra parte, se asume que el programa se basa en la identificación y determinación de necesidades
de la sociedad, a partir de una evaluación del contexto social y educativo del centro escolar donde
se va a desarrollar la formación.

Se considera como finalidad general apoyar en la metodología de la enseñanza de


programas basados en competencias. Es importante referirse a algunas ideas básicas para la toma
de decisiones en la mejora del proceso de intervención y del logro de resultados. En definitiva, la
metodología de la enseñanza de un programa basado en competencias consiste en realizar un
seguimiento a lo largo de todo el proceso de formación, que permita obtener información acerca
de cómo se está llevando a cabo, con la finalidad de reajustar la intervención orientadora, de
acuerdo con los datos obtenidos. Es necesario, en el marco del Modelo Educativo, tener en cuenta
en toda evaluación que ésta debe ajustarse a las características del contexto donde el programa
se está aplicando.

La evaluación de un programa basado en competencia tiene una metodología concreta, que


permite evidenciar si la intervención educativa se lleva a cabo de forma correcta y eficaz. Así, la
evaluación de un programa no es un mero acto intermedio o final, sino que sirve para una mejora
continua del programa. Este proceso de evaluación se encuentra íntimamente relacionado con la
planeación didáctica de la asignatura.

En metodología de la enseñanza se pueden fijar seis momentos o tipos de evaluación:

a) Evaluación de necesidades;
b) Especificación de competencias;
c) Determinación de componentes y niveles de realización;
1
d) Identificación de procedimientos para el desarrollo de competencias; y
e) Definición de evaluación de competencias.1

a) Evaluación de necesidades. Aunque los programas de estudio están predeterminados


por las autoridades educativas, el Nuevo Modelo permite tomar decisiones de cambio y mejora a
lo largo del proceso y tras finalizar la intervención del programa. Así, es posible realizar
adaptaciones para cubrir las necesidades de un contexto determinado, en la línea de que la
evaluación es el núcleo de todo el proceso de planeación y programación.

Antes de iniciar el diseño de la evaluación de un programa basado en competencias hay que


fijar los supuestos teóricos previos en los que se va a basar dicha evaluación. En ellos se debe
especificar, entre otros aspectos: exponer propósitos e importancias de la evaluación: papel del
evaluador: tipo de valuación: interna, externa, mixta; destinatarios, receptores de la evaluación.

Este proceso debe llevarse a cabo en todas las clases, para determinar lo que es capaz de
realizar el educando en el momento, el tipo de información que se va a dar, el escenario en el que
van aplicar las estrategias de enseñanza y de aprendizaje, los instrumentos de evaluación para
aplicar durante todo el proceso. Así mismo, hay que tener muy en cuenta la utilidad de la formación
de acuerdo con los destinatarios de la misma, el tipo de entorno, y aspectos sociales, culturales y
económicos.

Con esta información se podrá determinar qué campos o áreas del conocimiento son
importantes para el grupo de estudiantes; las características del egresado, a través de un estudio
del rol que va a desempeñar. En este sentido, se requiere de una comunicación constante entre los
docentes para mantenerse actualizados del entorno.

Es así que esta evaluación de necesidades exige cada uno de esos componentes:
justificación, competencias, tipo de competencias, aplicación, utilidad, Importancias, todo eso
expresado en forma muy sintética según ya se observa en la mayoría de nuestros programas.

b) Especificación de competencias. Esta segunda fase, junto con la siguiente


(determinación de componentes y niveles de realización), corresponden al momento de evaluación
del diseño del programa. Aunque algunos autores prefieren considerar a ambas como una fase
única de evaluabilidad de la evaluación, se consideran como dos fases con entidad propia, aunque
interrelacionadas dentro del momento de la evaluación del diseño, puesto que, al margen de
aspectos metodológicos, cada una de ellas responde a una cuestión básica y secuenciada.

A pesar de que se tiene un plan de estudios respectivo, sigue siendo válido o necesita
modificarse, de acuerdo a las realidades del estudiante en su contexto (su realidad personal,
grupal, de comunidad, etc.). Para este análisis se necesita tener en cuenta, por una parte, la relación
entre los rasgos del estudiante (que se pretende formar con un plan de estudios dado) y las

1
Ver: Cepeda, J. M.: Metodología de la enseñanza basada en competencias... Revista Iberoamericana de Educación
(ISSN: 1681-5653)

2
necesidades sociales dadas y, por otra, los cambios que haya habido en conocimientos científicos
y en las tecnologías que el egresado se supone dominará y utilizará en el ejercicio de una futura
actividad en la educación superior y en la vida profesional y de comunidad.

Los enunciados de competencias deben ser: 1) específicos; 2) reales; 3) que precisen una
habilidad; 4) redactados en tiempo presente (en el conductismo se redactaban en futuro —lo que
se esperaba del estudiante); 5) jerarquizados por áreas de conocimiento; 6) definir qué es lo que
el educando necesita de manejar de ese campo disciplinario; 7) definir cuánto contenido o qué
nivel de profundidad se va a tratar en cada área, dependiendo de las características de los
educandos, el nivel educativo y necesidades de egreso.

c) Determinación de componentes y niveles de realización. En esta tercera fase de


validación de la evaluación se pretende responder a la cuestión básica de si el programa reúne las
condiciones para poder ser evaluado durante el proceso y al final del mismo. En esta fase se
pretende comprobar que los elementos formales están diseñados de tal forma que pueden ser
evaluados, que reúnen los requisitos mínimos para que puedan pasar aceptablemente, los criterios,
valoraciones, diseños y análisis propios de la evaluación de programas.

Hay que tener muy en cuenta que es una «evaluación integral u holística»; o sea, los
instrumentos seleccionados para aplicarse durante los procesos de enseñanza —centrados en el
docente— y los de aprendizaje —acciones desarrolladas por el educando para lograr la
competencia. Los instrumentos deben servir para verificar el avance permanente del educando,
sin que se dejen conocimientos, desempeños, o actitudes que no se obtengan, las cuales pueden
ser una barrera para los procesos de enseñanza y de aprendizaje.

d) Competencias principales para el desempeño profesional. El Dr. Lloyd McCleary nos


ofrece una definición de competencia y dice: “la competencia es definida como la presencia de
características o la ausencia de incapacidades que hacen a una persona adecuada o calificada para
realizar una tarea específica o para asumir un rol definido”.2

En este sentido se deben cuidar el cumplimiento de las acciones para lograr el dominio del
conjunto de conocimientos teóricos necesarios que sustentan un rol o una carrera (conceptuales);
la maneras, procedimientos, métodos y técnicas especializadas que requiere el desempeño del
estudiante en ese campo de estudio (profesionales); el desarrollo de habilidades humanas, de
comunicación e interacción, requeridas para el desempeño del educando (humanas); la capacidad
para la auto-dirección, responsabilidad, solución de problemas y toma de decisiones (dirección).

De lo anterior se hace muy especial énfasis en que una persona es competente cuando: 1)
conoce cuáles son sus capacidades; 2) Puede demostrar lo que sabe; 3) sobresale del resto por su
capacidad para desarrollar procesos terminales.

2
Citado en: Jesús Martín Cepeda Dovala METODOLOGÍA DE LA ENSEÑANZA BASADA EN COMPETENCIAS en:
rieoei.org/deloslectores/709Cepeda.PDF
3
Una persona competente tiene que lograr esas tres características que lo conducen al
autoanálisis de sus posibilidades de desarrollo, así como de sus carencias. Sin embargo, para llegar
a este punto de formación, el docente debe utilizar el modelo de enseñanza que le permita tanto
a él como a su alumno conocer y demostrar los logros alcanzados con relación con las
competencias. Manifestarle al alumno será competente para realizar un proceso es lo más
recomendable.

e) Identificación de procedimientos para el desarrollo de competencias. El temario de la


materia, organizado por temas y subtemas según la importancia y jerarquía de cada rubro. El
término contenido es utilizado para referirnos a todo aquello que puede ser objeto de aprendizaje:
conocimiento, habilidad, proceso, etc.

Cuando el docente se familiarice con el programa y su contexto particular, de acuerdo con


el tipo de estudiantes, el entorno en donde se encuentra la escuela, e inicie la dosificación de su
curso, tiene la oportunidad de observar que los temas de determinar son más importantes para
poner en ellos mayor énfasis; dosificar y organizar lógicamente estos contenidos.

En ese momento es cuando, el maestro puede planear una estrategia de instrucción; es decir,
puede diseñar un escenario adecuado, una estrategia de aprendizaje y aplicar sus instrumentos de
evaluación, para que el alumno logre la competencia y el nivel deseado.

El maestro obtiene una visión general del curso al serle asignado, lo que permite que tanto
el alumno él mismo puedan planear mejor su actividad y utilicen eficientemente los recursos de
que disponen. Cuando el alumno tiene una idea panorámica de todo el curso, puede ir relacionando
unos temas con otros ya visto o que sabe que pronto estudiará. Es motivante para el que aprende
y le ayuda a retener por más tiempo lo aprendido.

La metodología (camino a recorrer) para el logro de competencias se da cuando el


catedrático cuenta con un repertorio didáctico propio para determinados contenidos. Se sugieren
la metodología de que elabore la dosificación en su asignatura ya que este se convierte en una
herramienta útil para el logro de competencias y niveles de aprendizaje dentro del salón de clase.

En esta fase de evaluación de proceso se requiere un trabajo diferente al tradicional,


consistente en el análisis permanente de los datos y poder tomar decisiones en el momento que
se necesite; de ahí, la flexibilidad en la enseñanza, lo que no quiere decir dejar a un lado las
competencias que se pretenden obtener del estudiante. El análisis girará en torno a la marcha del
programa tanto en su adecuación a la programación previa. Tiene, por tanto, un carácter formativo
e implica la realización de evaluaciones después de cada clase —o durante la clase— que permitan
la retroalimentación del programa.

Para desarrollar una evaluación integral deberá compararse, por una parte, el plan de
estudios con los resultados del análisis de la situación de cada asignatura. O sea, evaluar «qué»
está funcionado del programa una vez que se ha puesto en marcha; es decir, la instrumentalización
del programa de intervención, su puesta en práctica siguiendo las etapas y esquemas teóricos
previamente concretos.
4
El fin último de esta fase de evaluación, es contrastar si hay o no discrepancias entre el
diseño y la realidad: y, en caso afirmativo, realizar la adaptación pertinente, redefinir el programa
para lograr su óptima y adecuada puesta en marcha. Este tema se verá más profundamente en el
módulo correspondiente a la operación de los programas en aula.

f) Definición y evaluación de competencias. Igual que la metodología, este elemento


estructural de los programas está dispuesto para el docente a nivel de políticas y algunas
sugerencias. Los elementos de un programa de contenidos tomados en cuenta hasta este
momento, son esenciales para la dosificación.

La dosificación de contenidos es de utilidad para el trabajo del catedrático; se puede trabajar


en la enseñanza, guiándose con las competencias enunciadas. Sin embargo, falta considerar un
elemento muy importante, como la especificación el nivel de aprendizaje al que el alumno deberá
llegar a través de la metodología y las actividades que el docente previamente señaló para el logro
de las competencias.

Se requiere incorporar una actitud de familiaridad entre el docente y el estudiante, para


contar con la información más elemental del desarrollo en cualquier momento del proceso de
formación. Poder conversar sobre ello implica que el alumno maneje información y datos concretos
acerca de un tema específico con una profundidad que permita tener continuidad a una serie de
ideas claras y precisas. Así mismo, la comprensión permite al estudiante modificar la información
original que ha recibido y transformarla en forma paralela, para luego hacerla más significativa y
almacenarla o transmitirla a otra persona.

Conocimiento que no se aplica, se olvida. Se requiere ejemplificar y usar la información


conocida y aprendida en situaciones nuevas, utilizando los recursos y herramientas que dicha
información proporciona; esto se da a través de la transferencia de conocimiento adquirido.

También podría gustarte