Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La rodilla está formada por la unión de 2 importantes huesos, el fémur en su porción distal, y
la tibia en la porción proximal. Dispone asimismo de un pequeño hueso, llamado rótula,
que se articula con la porción anterior e inferior del fémur. Puede realizar principalmente
movimientos de flexión y extensión.
Está rodeada por una cápsula articular y varios ligamentos que le dan estabilidad. En sus
proximidades se insertan potentes músculos que hacen posible el movimiento de la
extremidad.
En el ser humano, la articulación de la rodilla es la articulación más grande del cuerpo y
una de las más complejas. Sirve de unión entre el muslo y la pierna. Soporta la mayor parte
del peso del cuerpo en posición de pie. Está compuesta por la acción conjunta de los
huesos fémur, tibia, rótula y dos discos fibrocartilaginosos que son los meniscos. Fémur y
tibia conforman el cuerpo principal de la articulación, mientras que la rótula actúa como
una polea y sirve de inserción al tendón del músculo cuadriceps y al tendón rotuliano cuya
función es transmitir la fuerza generada cuando se contrae el cuádriceps.
La rodilla está sustentada por fuertes ligamentos que impiden que sufra una luxación,
siendo los más importantes el ligamento lateral externo, el ligamento lateral interno,
el ligamento cruzado anterior y el ligamento cruzado posterior.
Es una articulación compuesta que está formada por dos articulaciones diferentes:
La estabilidad de la rodilla está asegurada por los ligamentos cruzados anterior y posterior y
los colaterales interno (tibial) y externo (peroneo). El ligamento cruzado anterior (LCA) tiene
la función de evitar el desplazamiento hacia delante de la tibia respecto al fémur; el
cruzado posterior (LCP) evita el desplazamiento hacia detrás de la tibia en relación con
el fémur, que a 90º de flexión se verticaliza y tensa y por ello es el responsable del
deslizamiento hacia atrás de los cóndilos femorales sobre los platillos tibiales en el momento
de la flexión, lo cual proporciona estabilidad en los movimientos de extensión y flexión. 1, 7,
17
Los ligamentos laterales brindan una estabilidad adicional a la rodilla; así, el colateral
externo o peroneo (LLE), situado en el exterior de la rodilla, impide que esta se desvíe
hacia adentro, mientras que el colateral interno o tibial (LLI) se sitúa en el interior de la
articulación, de forma que impide la desviación hacia afuera, y su estabilidad depende
prácticamente de los ligamentos y los músculos asociados.
Para los movimientos debe tenerse en cuenta que el espesor y volumen de un ligamento
son directamente proporcionales a su resistencia e inversamente proporcionales a sus
posibilidades de distensión. 4, 5
Está conformada por la acción conjunta de los huesos fémur, tibia, rótula y dos discos
fibrocartilaginosos que son los meniscos. Fémur y tibia conforman el cuerpo principal de la
articulación, mientras que la rótula actúa como una polea y sirve de inserción al tendón
del músculo cuadriceps y al tendón rotuliano cuya función es transmitir la fuerza generada
cuando se contrae el cuádriceps.
¿En qué momento se puede presentar una lesión?
Las lesiones de rodilla son comunes, especialmente al realizar algún deporte. Las más
comunes son las que se producen en los tejidos blandos, por ejemplo, en los ligamentos y
tendones. Sin embargo, también es posible que los huesos se dañen.
uso excesivo: esta lesión es muy común en las personas que corren.
El ligamento lateral interno está ubicado en la parte interna de la rodilla, y se tensa cuando
la pierna se estira. Este es un ligamento fuerte; sin embargo, puede sufrir un esguince o
romperse (desgarrarse) por completo si la pierna estirada se tuerce al mismo tiempo que
se mueve bruscamente hacia un lado: por ejemplo, en un tackle (una entrada) de rugby.
El ligamento lateral externo es una especie de cordón delgado y fuerte que recorre la
parte externa de la rodilla, y conecta la base del fémur a la cabeza del peroné (uno de los
huesos de la parte inferior de la pierna). En general, no se daña solo, pero es posible que
haya que repararlo si usted se ha dañado otros ligamentos.
Las lesiones de los ligamentos lateral interno y lateral externo pueden clasificarse de la
siguiente forma:
Si usted practica algún deporte que implique hacer girar la parte superior de la pierna
mientras el pie queda fijo en el suelo, puede desgarrarse el cartílago de la rodilla. A
medida que la persona envejece, el cartílago se va desgastando (se degenera), lo cual
aumenta la probabilidad de desgarros, incluso con lesiones mucho menores.
El uso excesivo de la rodilla también puede dar lugar a que el tendón rotuliano se
desgarre. El tendón rotuliano conecta la rótula con los músculos del muslo.
¿Qué medidas preventivas se deben de tomar en cuenta para no sufrir una lesión?
1. Calienta durante diez a quince minutos antes de realizar el ejercicio de manera plena; el
calentamiento puede ser tan simple como correr (a modo de trote sin esforzarse realmente
tanto) alrededor de algún circuito, tan solo debes realizar una actividad leve que haga
entrar en calor la mayor musculatura posible, como la calistenia, además de realzar algún
tipo de estiramiento para brindar flexibilidad a los músculos a trabajar.
2. Bebe muchos líquidos antes, durante y después del ejercicio o juego a realizar, para
evitar calambres y entumecimientos.
3. Evitar realizar el ejercicio sobre superficies muy duras, para evitar los choques o
contactos fuertes y así evitar una lesión. Para prevenir lesiones en la parte inferior de la
espalda (al momento de correr o saltar); ya que si no se tiene remedio que practicar el
ejercicio o deporte en superficies duras, cuida que tu calzado dispongan de una buena
cámara en el tacón para absorber el golpe o qu este bien amortiguado.
4. Trata de realizar el ejercicio con ropa adecuada y aditamentos para el mismo como tenis,
short o pants, playeras deportivas o sudaderas y en el calzado utiliza unos calcetines. Lo
anterior para evitar alguna lesión por malas posturas o lesiones in-necesarias por no utilizar
este tipo de recomendación.
5. También evita sobre-entrenarte o realizar ejercicio sin medida alguna, ya qu debe haber
lapsos de recuperación para tu cuerpo. El descanso es el mejor remedio; pero también es
posible aliviar los síntomas utilizando apoyos para el arco del pie y el tobillo.