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Tragedia del País o de los Juegos Panamericanos

El nuevo presidente de la Confiep, Sr. Roque Benavides, propuso reasignar los recursos que se utilizarán
en la organización de los Juegos Panamericanos Lima 2019 hacia la atención a los damnificados por las
lluvias y desbordes del norte del país, generó diversas reacciones en las tiendas políticas representadas
en el Parlamento.
El congresista Javier Velásquez Quesquén, aseguró que es “muy frívolo” pensar en los Juegos
Panamericanos en el contexto de necesidad y urgencia en Piura y zonas aledañas, el congresista Carlos
Bruce afirmaba que el Estado tiene suficiente dinero para atender las zonas afectadas y avanzar en la
organización del mega evento deportivo al mismo tiempo.
En efecto, el premier Fernando Zavala, y el ministro de Economía, Alfredo Thorne, respondieron ante
estos cuestionamientos que el gobierno dispone de recursos suficientes para afrontar ambos gastos y
que una partida presupuestal no tiene que ver con la otra. De hecho, el MEF informó que cuenta con
una línea de créditos contingentes ante la ocurrencia de desastres que asciende a casi tres veces el
valor total de la organización de los Juegos Panamericanos. Además, como en ocasiones anteriores, a
la larga, la efectividad de las labores de reconstrucción después del desastre dependerá más de la
calidad de ejecución del gasto que del volumen de la partida destinada a ese fin.
Sin embargo, que se puedan llevar a cabo ambas actividades no significa que las dos sean igualmente
prioritarias, el gobierno aún tiene pendiente hacer público el análisis de rentabilidad social que justifica
un gasto de S/4.125 millones en los Juegos Panamericanos. Más aún, si eventos deportivos anteriores
pueden servir de referencia, el balance se presenta negativo y el futuro poco auspicioso. La principal
herencia en infraestructura de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro son elefantes blancos en
deterioro. Algunos estudios (como el de Queen’s University de Canadá) incluso tomando en cuenta el
beneficio de “imagen internacional”, arrojan un resultado neto negativo (-US$101 millones). Además,
en promedio, las obras y la organización suelen exceder el presupuesto inicial en aproximadamente
160%. Tomando en cuenta los retrasos que se tienen hasta hoy en la construcción de infraestructura
para los Juegos en Lima, no será sorpresa que, en el apuro por llegar a tiempo a la fecha, se termine
por exceder largamente el presupuesto.
Aunque se trate de una carga heredada de gestiones anteriores, el Ejecutivo debe una explicación sobre
por qué continuar en la organización de los Juegos Panamericanos, es más valioso que los otros usos
que se podrían dar a ese dinero. Un costo de oportunidad equivalente a más de 1.700 comisarías, o la
construcción de 400 colegios regulares, o 69 colegios de alto rendimiento, o el equipamiento de varios
miles de postas médicas, entre tantos otros destinos alternativos urgentes que un país como el Perú
tiene.
Es verdad que, como apuntó el presidente Kuczynski, la palabra empeñada por el Perú tiene un valor
real; pero la pregunta es si ese compromiso de verdad vale más de S/4.000 millones.

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