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La edad de Oro

Con el paso del tiempo, nuestro cuerpo experimenta algunos


cambios que nos obligan a hacer ciertas modificaciones en el estilo
de vida, especialmente en lo que se refiere a nuestra alimentación.
No solamente por cuidar la figura y mantenernos en forma, sino
porque podemos presentar algunos problemas para digerir algunos
productos muy nutritivos como la leche.

Esto se debe a lo siguiente: cuando nacemos nuestro intestino


delgado produce la lactasa, una sustancia (enzima) que tiene la
función de facilitar la digestión del azúcar presente en la leche
conocido como lactosa. Sin embargo, la
producción de esta enzima va disminuyendo en
los seres humanos por diferentes motivos, como
la edad, cuestiones genéticas, el género, entre
otras. Al no estar presente, nuestro cuerpo no
puede digerir adecuadamente la lactosa y se
ocasionan malestares como cólicos e
inflamación abdominal e incluso diarrea.

Esta situación se conoce como "Intolerancia a la


lactosa" y puede ser total o moderada,
dependiendo de la cantidad de lactasa que
produzca el organismo. Para aquellos que padecen una intolerancia
moderada puede tomar cantidades limitadas de leche sin presentar
síntomas e incluso, pueden disfrutar de algunos derivados lácteos
(queso, yoghurt y jocoque) los cuales presentan bajos niveles de
lactosa. Sin embargo, siempre debemos seguir las
recomendaciones del médico en este sentido.

Como los lácteos son una excelente fuente de nutrimentos


importantes como proteínas de alta calidad, calcio y algunas
vitaminas, las personas que padecen de intolerancia a la lactosa
además de privarse del delicioso sabor de la leche pueden tener un
mayor riesgo de presentar deficiencias de estos nutrimentos si no
consumen una dieta adecuada. La leche NESTLÉ OMEGA PLUS
DESLACTOSADA aporta todos los nutrimentos de la leche, - sin la
lactosa -, convirtiéndose en una excelente opción para aquéllas
personas intolerantes.

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