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eee UN ESTUDIO RECIENTE REVELA QUE LA MAYORIA DE LOS JOVENES DE NUESTRAS IGLESIAS YA NO SON CAPACES DE DETERMINAR LO QUE... ES LENG mr LO QUE USTED NECESITA SABER PARA AYUDAR A LOS JOVENES A TOMAR DECISIONES CORRECTAS EDITORIAL MUNDO HISPANO Apartado Postal 4256, EI Paso, TX 79914, EE. UU. de A. WWW.casabautsta.org Agencias de Distiibucion CBP ARGENTINA: Rivadavia 3474, 1203 Buenos Aires. BOLIVIA: Casilla 2516. Santa Cruz, COLOMBIA: Apartado Aéreo 55294, Bogoté 2, D.C. COSTA RICA: Apartado 285, San Pedro Montes de Oca, San José. CHILE: Casilia 1253, Santiago. ECUADOR: Casilla 3256, Guayaquil. EL SALVADOR: Av. Los Andes No. J-14, Col. Miramonte, San Salvador. 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NICARAGUA: Reparto San Juan del Gimnasio Hércules, media cuadra al Lago, una cuadra abajo, 75 varas al Sur, casa No. 320. PANAMA: Apartado E Balboa, Ancon. PARAGUAY: Casilla 1415, Asuncidn. PERU: Pizarro 388, Trujillo, PUERTO RICO: Calle San Alejandro 1825, Rio Piedras. URUGUAY: Casilia 14052, Montevideo 11700. VENEZUELA: Apartado 36653, EI Trigal 2002 A, Valencia, Edo. Carabobo. Publicado originalmente en inglés por WORD PUBLISHING, © Copyright 1994, bajo el titulo “RIGHT FROM WRONG: What You Need to Know to Help Youth Make Right Choices”. Autores: Josh McDowell y Bob Hostetler. © Copyright 1996 Editorial Mundo Hispano para la traduccién al catellano con permiso de WORD PUBLISHING. Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicacién puede ser reproducida por ningtin medio —electrénico, mecanico, fotostatico, fotografico o de otra forma— sin el per- miso previo del publicador. A menos que se indique lo contrario, las citas biblicas son tomadas de la Santa Biblia, Versién Reina-Valera Actualizada (RVA) © Copyright 1982, 1986, 1987, 1989 Editorial Mundo Hispano. Ediciones: 1996, 1997, 1998 Cuarta edicién: 1999 Clasificacién Decimal Dewey: 241 Temas: 1. Etica Cristiana 2. Jovenes - Conducta humana 3. J6venes - Vida religiosa ISBN: 0-311-11081-9 Editorial M.H. Art. No. 11081 10 M7 99 Printed in Canada Contenido PARTE 1 Capitulo La Crisis de la Verdad 2. La Verdad Si inpora 23 5. Ms Realidad que Ficcién .. PARTE 2 La Defensa de la Verdad 6. La Prueba de la Verdad 7. La Evidencia de la Verdad . PARTE 3 La Aplicacién de la Verdad 10. ;Cual Es la Verdad Acerca del Sexo? ....... 11. ;Cudl Es la Verdad Acerca de la Honestidad: 12. ;Cual Es Ia Verdad Acerca de la Familia? ... 13; 2Cual Es la ae ‘Acerca de Oras Verdades? fs Canreete sei ee PARTE 4 El Andlisis de la Investigacién Introduccién al Andlisis de la Investigacién 269 15. Analisis: Encuesta sobre el Amor y el Sexo . 285 16. Andlisis: Encuesta sobre el Matrimonio y la Familia ... 299 17. Andlisis; Encuesta sobre la Fe y la Religién ......... a 18. Andlisis: Encuesta sobre Actitudes y Estilos de Vida . NOPE sssssscsssssssssvssnscesseevessuaassusisisvesesveonctsaesesseussuseses Dedicatoria A nuestras esposas Dottie y Robin Reconocimientos Un libro de esta magnitud no podria haberse escrito sin la con- tribucién y la colaboracién extraordinarias de muchas personas. Deseamos agradecer por su participacién en este proyecto a: George Barna y The Barna Research Group. Ltd., por el servi- cio experto en la direccién de la “Encuesta de jévenes de nuestras iglesias 1994” y por el incisivo anilisis de George de la investiga- cién inicial; Marcus Maranto, del Departamento de Investigacién del Mi- nisterio Josh McDowell, por las horas dedicadas a recopilar inves- tigaciones relacionadas con numerosos capitulos; el doctor Norman Geisler y Daryl McCarthy por revisar el bo- rrador y aportar su valioso discernimiento y consejo; David N. Weiss por aportar el beneficio de su pericia y su opi- nién sobre estas paginas; Becky Bellis por trabajar larga y arduamente en la computado- ra y por el discernimiento aportado; Bob Evans por la pericia técnica y el apoyo desinteresado que mantuvo viable el proyecto en un momento critico; Alyse Lousberry, editora de Word, Inc., por la correccién ex- perta y el discernimiento que contribuyé para completar el ma- nuscrito; ES BUENO O ES MALO Marsh Hamann, los esposos Kotner, Turner, Sheveland, Yerke, Kornweibel, Wallace, Zufiiga y Kuhn por participar en el grupo de enfoque y aportar su discernimiento y consejos tan practicos para darle la forma final al libro. Laura Minchew, vicepresidenta de Productos Infantiles de Word, Inc., quien creyé en este libro y compartié la visién de al- canzar a los nifios con el mensaje de Right from Wrong “Es Bueno o Es Malo” en Word, Inc.; Dave Bellis, compafiero de trabajo de Josh durante diecisiete afios, por disefiar y coordinar el desarrollo de toda la campafia de Right from Wrong “Es Bueno o Es Malo”, desde facilitar el sim- posio denominacional, hasta coordinar la investigacién, proponer el enfoque de la campajfia, desarrollar y producir los numerosos productos de la campajfia y supervisar su comercializacién. La participacién de Dave merece una mencién especial. Esta- mos agradecidos por su trabajo incansable en formar los concep- tos del libro, proporcionar borradores, nuevas redacciones y co- rrecciones de muchos capitulos y en general, en guiar y darle la forma final al libro. En muchos aspectos Dave podria considerar- se un “tercer autor” y estamos muy agradecidos por su contribu- cién. Y, por tiltimo, agradecemos a los numerosos hermanos y her- manas en Cristo que revisaron el libro y ofrecieron sugerencias para mejorarlo y apoyo para su misién. Josh McDowell Bob Hostetler 12 PARTE | CRISIS Una Generacién en Crisis Elizabeth Pefia, de dieciséis afios y Jennifer Ertman, de catorce, cometieron el error de tomar un atajo. Eran las once y media de una noche calurosa y htimeda de junio. Las dos acababan de salir de una fiesta en casa de un amigo. Llamaron primero para avisar a sus madres que estaban en cami- no. Nunca llegaron. Elizabeth y Jennifer tomaron un atajo por una zona boscosa cerca del pantano White Oak en Houston, Texas, y de pronto se encontraron con un ritual de iniciacién de la pandilla “Negros y Blancos”. Los miembros de la pandilla habfan ido a esa zona des- poblada para tomar cerveza y admitir nuevos miembros en una ceremonia que consistfa en el intercambio de pufietazos entre los que eran “iniciados” y los demas miembros. La reunién de la pan- dilla recién se dispersaba cuando aparecieron las jévenes. “Agarrémoslas”, grité uno de los miembros de la pandilla. Los cuerpos desnudos de Elizabeth y Jennifer fueron encon- trados cuatro dias mas tarde. Ambas habjan sido violadas repeti- das veces y estranguladas, una con un cinturén, la otra con un cordén de zapato. Aparentemente no habfan muerto instantdnea- mente. Un portavoz de la policfa informé: “Para asegurarse de que ambas estuvieran muertas, los presuntos asesinos se pusicron de pie encima de los cuellos de las jévenes.”' La edad de los seis miembros de la pandilla acusados de los ase- sinatos (la policia informé que los seis participaron en las viola- ES BUENO O ES MALO ciones y los asesinatos) oscilaba entre los catorce y los dieciocho afios. Uno de los miembros de la pandilla habia aparecido en un programa de televisidn local el dfa antes de los asesinatos; levan- tando una cerveza en alto se jacté ante las camaras diciendo: “La vida no vale nada.” Otro de los muchachos, al enterarse de que podrfan acusarlos de asesinato, supuestamente exclamé: “jFantas- tico! ;Ahora estamos entre los grandes!” @ UNA CLASIFICACION Billy Shehan, de diecinueve afios, obtuvo el primer lugar con sesenta y seis puntos. El competidor més cercano, Dana Belman, habia logrado sesenta y tres puntos. Un partido de baloncesto? ;Un juego de cartas? ;Una compe- tencia de tiro al blanco? jNo!, estos muchachos estaban jugando al sexo. Billy y Dana eran miembros de la infame pandilla Spur Posse, de Lakewood, California, un suburbio de clase media de Los Angeles, de lindas casas y pulcros jardines. Después de que nueve de ellos, de quince a dieciocho afios de edad, habian sido arrestados por vio- lacién y abuso, los Spur se volvieron famosos cuando los medios de difusién se enteraron de que habian elaborado un sistema de clasi- ficaciones para mantener un registro de sus conquistas sexuales. Los Spur, que inclufan de veinte a treinta muchachos, recibian un pun- to por cada joven distinta con Ja cual tenfan relaciones sexuales. Mike Weber, uno de los Spur més temidos, explicé el codigo que utilizaban los muchachos para comunicar su ultimo puntaje. “Cuando alguien estaba con una muchacha, decia: Soy [el juga- dor de béisbol] Steve Sax [numero 7], 0 soy [el jugador de futbol] Barry Sanders [ntimero 20].” A medida que aumentaba la puntuacién de los muchachos, también aumentaban las acusaciones de intimidacién y violacién. Una joven de diecistis afios informé que un Spur le quité la ropa durante un encuentro sexual en el parque y que se negé a devol- vérsela hasta que tuviera relaciones sexuales con los otros Spur; cree que evité una violacién de grupo por haber gritado hasta que se le devolvié la ropa. Una nifia de once afios dijo que estaba pa- 16 UNA GENERACION EN CRISIS sando la noche en casa de una amiga cuando un muchacho enud en el dormitorio por la ventana (aparentemente una practica comtin de los Spur) y le dijo que queria tener relaciones sexuales con ella. Ella accedié, explicando después que lo hizo porque le habian dicho que los Spur lastimaban a las muchachas que no accedfan a sus exigencias. Los muchachos admitieron que las jévenes con las cuales te- nfan relaciones no eran mis que estadisticas. “No tiene nada que ver con el amor”, dijo Matt Nielsen, de dieciocho afios. “No tiene nada que ver con que te gusten” (de hecho, los muchachos se re- ferfan a sus victimas como “prostitutas”). Y ninguno de los Spur se sentfa avergonzado ni mucho menos arrepentido por su con- ducta. “No fue nada”, dijo Mike Webber. “Si uno tenfa relacio- nes, sacaba un punto. Era algo asf como el derecho de jactarse ante el que pensaba que era el mds macho.” * MUNA JUVENTUD SOMBRIA ePor qué se estén volviendo tan groseros y brutos los nifios? Qué ha ocurrido en nuestra sociedad para que los adolescentes sean tan violentos, tan insensibles, tan indiferentes ante lo bueno y lo malo? Como escribiera el periodista Rowland Nethaway en un articulo para la empresa de noticias Cox: Los adultos siempre se han quejado de sus jévenes, pero esto es dis- tinto. Siempre han habido muchachos desenfrenados y rebeldes que se salen de la senda del bien y hacen cosas malas; pero sablan dénde estaba la senda y lo que estaba mal. Pero muchos de los jévenes de hoy no parecen poder distinguir entre lo que es bueno o es malo. Los nifios estan robando, mutilando y matando por impulso, sin piedad ni remordimiento,’ La cuestién es mucho mas seria que cuando Janet Leigh y Dick Van Dyke cantaron “;Qué les pasa a los nifios de hoy?”, en la pe- licula Bye Bye Birdie. La mayoria de los jévenes de hoy no sdlo estén tocando musica estrepitosa y usan peinados exagerados; parece que han pasado a un nivel de agresién, promiscuidad, ci- nismo y violencia que les pone los pelos de punta a los padres. 17 ES BUENO O ES MALO Y esto no s6lo ocurre en zonas aisladas. La investigacién revela una historia de horror en las estadisticas de lo que pasa casi todos los dias en los Estados Unidos de Norteamérica:* 1.000 adolescentes solteras se convierten en madres 1.106 adolescentes abortan 4.219 adolescentes contraen enfermedades venéreas 500 adolescentes comienzan a usar drogas 1.000 adolescentes empiezan a ingerir bebidas alcohdlicas 135.000 jévenes llevan pistolas u otras armas a la escuela 3.160 adolescentes son asaltados; 80 son violados 2.200 adolescentes abandonan los estudios 6 adolescentes se suicidan Este comportamiento no se limita a los “jévenes problemati- cos”. La 24 Encuesta Anual de Buenos Estudiantes, una encues- ta reciente entre estudiantes de secundaria que figuran en el cuadro de honor, revela datos alarmantes acerca de los adoles- centes de hoy. Una de cada cinco de estas jovencitas —recorde- mos que son estudiantes que estan en el cuadro de honor— dije- ron que hab{an sido victimas de un asalto sexual. Uno de cada tres conocia a alguien que habia llevado un arma a la escuela. Uno de cada tres habia pensado en suicidarse, y cuatro de cada cinco de estos buenos estudiantes admitieron haber copiado en algun exa- men. Estas estadisticas son alarmantes. Usted y yo podemos menear la cabeza y hacer un chasquido con la lengua ante el deprimente estado de la generacién juvenil. A veces cuesta trabajo creer las cosas que suceden “por ahi”, en el mundo —a los hijos de otros. Nos consolamos diciendo que nuestros jévenes no son asi. Confiamos en que nuestros hijos de cuatro y ocho afios estan pro- tegidos contra todo eso. Nos consolamos diciendo que los jévenes en nuestras iglesias no son asf; no estan libres de problemas, pero en el fondo son buenos muchachos. Sin embargo, al mismo tiem- po que nos felicitamos, sentimos un temor que nos carcome. Usted tiene miedo (y yo también) de que la locura del mundo exterior de algtin modo, alguin dia se apodere de nuestros jévenes. 18 UNA GENERACION EN CRISIS Yo soy padre de cuatro hijos; mi coautor, Bob, es padre de dos preadolescentes, y ambos tenemos miedo. A usted probablemen- te también le preocupe que sus hijos se vuelvan cada vez menos parecidos a usted y mas parecidos al mundo de “afuera”, donde la promiscuidad, la deshonestidad, la irresponsabilidad y la violen- cia forman parte de un estilo de vida. @ AL BORDE DE LA INMORALIDAD Usted no ¢s el tinico que tiene esos temores. De hecho, si usted es como la mayorfa de los padres cristianos (0 los pastores 0 los Ii- deres juveniles), su mayor temor es que no pueda inculcar debida- mente sus valores a la préxima generaci6n. Teme la influencia del sistema de educacién publica sobre sus hijos; le espanta el poder de la presién de los compafieros; se preocupa por los efectos de los videos musicales y de los distintos medios de comunicacién; tiem- bla ante el posible impacto de una cultura que parece estar esta- Ilandole en la cara. Se pregunta si la influencia del hogar y de la iglesia bastar4 para contrarrestar las fuerzas que amenazan a sus hijos. Resulta que hay suficientes motivos para preocuparse. En marzo de 1993 cuarenta y dos Iideres juveniles cristianos se reunieron conmigo en Dallas, Texas, para un simposio sobre el es- tado de la cultura juvenil. Durante dos dfas y medio conversamos acerca de los problemas més urgentes de los jévenes de hoy y de lo que podfamos hacer para tratar el estado en que se encuentra esta generacién. Los participantes compartieron su preocupacién por los jdvenes involucrados en cosas tales como drogas, relaciones sexuales prematrimoniales y crimenes violentos. A lo largo de esas reuniones el grupo luché para identificar no sdlo los sintomas de las enfermedades que afectan a los jévenes de hoy, sino también sus orfgenes. ;Sabe usted lo que estos hombres y mujeres iden- tificaron como el mayor problema que enfrenta la juventud de hoy? El ciento por ciento de ellos identificé como su mayor preo- cupacién la pérdida de un sistema de valores basado en la Biblia. Es interesante que es la misma preocupacién que compartimos usted y yo como padres, pastores, maestros y obreros juveniles. No estaremos exagerando? Por supuesto que hay motivo de 19 ES BUENO O ES MALO preocupacién, pero nuestros hijos no pueden andar tan mal como los que estin “por ahi”. Mandamos a nuestros hijos a la escuela dominical. Participan en grupos juveniles y campamentos cristia- nos. Los queremos y nos quieren. ;Cudnto podré afectar esta cul- tura “del mundo” a nuestra juventud? Nadie ha podido contestar esa pregunta con seguridad, por lo menos hasta ahora. Con la colaboracién de trece denominaciones evangélicas, realizamos la investigacién mds extensa entre los jéve- nes de nuestras iglesias que se haya llevado a cabo hasta la fecha. Bajo la direccién experta del Grupo de Investigacién Barna, por medio de un proceso cientfficamente disefiado se seleccionaron al azar grupos juveniles de entre miles de iglesias a lo largo de los Estados Unidos de América y Canada. Se realizé confidencial- mente una extensa encuesta entre mas de 3.700 jévenes (véase la “Introduccién a la investigacién” més adelante en este libro para detalles adicionales acerca del proceso de la encuesta y de los gru- pos participantes). En este libro estaremos citando extensamente y examinando meticulosamente datos de esta encuesta realizada en 1994. (Se han dedicado los tltimos cuatro capitulos a un andlisis completo de este estudio.) Los encuestados fueron sus hijos y mis hijos. Los participantes son jévenes activos en los programas de la iglesia (escuela domini- cal, adoracién, grupos juveniles, estudios bfblicos), y que en su gran mayorfa consideran a sus padres carifiosos y su experiencia familiar positiva. Sin embargo, como verd, la encuesta revela que nuestros jévenes viven al borde de la inmoralidad, més cerca del desastre de lo que nos hayamos podido imaginar. Los resultados de la encuesta no sélo reflejan dénde se encuentran nuestros ado- lescentes ahora, sino también dénde estardn nuestros hijos, de diez, ocho, seis afios 0 menos, dentro de pocos afios. Una gran proporcién de nuestros jévenes, la mayoria de los cuales dicen haber hecho un compromiso con Cristo, estan in- volucrados en comportamientos impropios, inmorales y hasta ile- gales. La encuesta revela que durante los tiltimos tres meses: Dos de cada tres (66%) de nuestros hijos (de once a diecio- cho afios) han mentido a un padre, maestro u otro adulto 20 UNA GENERACION EN CRISIS Seis de cada diez (59%) han mentido a sus compafieros @ Casi la mitad (45%) vio *MTV por lo menos una vez por semana @ Uno de cada tres (36%) ha copiado en un examen @ Casi uno de cada cuatro (23%) ha fumado un cigarrillo u otra cosa por el estilo H@ Uno de cada cinco (20%) ha intentado lastimar fisicamente a alguien @ Uno de cada nueve (12%) se ha embriagado @ Casi uno de cada diez (8%) ha tomado drogas ilicitas, no recetadas Los datos muestran que los jévenes de buenos hogares cristianos estan cediendo ante las presiones de nuestra sociedad. Cuando lle- gan a los diecisiete afios, mas de la mitad (55%) ha acariciado los pechos, los genitales y/o ha tenido relaciones sexuales. La mitad (50%) de nuestros jovenes dice que estan estresados. Mas de la mi- tad (55%) dice que estan confundidos. Tres cuartas partes (74 %) dicen que estén buscando respuestas. No puedo enfatizar demasiado la importancia del hecho de que estos datos reflejan el comportamiento de nuestros propios jovenes. Dos tercios (65%) de ellos dicen que oran todos los dfas. El 84% asiste a la escuela dominical yal grupo de jévenes por lo menos una vez por semana, més del doble del promedio nacional para los adolescentes. Los que participaron en la encuesta no son los adolescentes que usted se imagina cuando oye hablar de pro- miscuidad, abuso de drogas y violencia adolescente; son los jéve- nes de su iglesia, los jévenes de su vecindario, los jévenes de su hogar y del mfo... y estan en graves dificultades. Nuestros jévenes andan mejor, en casi todas las dreas citadas, que los jévenes que no forman parte de un grupo en la iglesia. Pero son demasiados los jévenes nuestros que tienen relaciones sexuales. Demasiados estan mintiendo, engafiando y robando. Demasiados estin lastimando a otros. Es penosamente obvio que muchos de nuestros jévenes han perdido la habilidad de distinguir entre lo que es bueno o es malo. *MTY Programas de videos musicales cuyos temas son contrarios a la moral cristiana. 21 ES BUENO O ES MALO Muchos ya no siguen los suefios y los valores de sus padres, sino que absorben Jos valores distorsionados de una sociedad enfer- miza. Pero, ;cémo encararemos esta enfermedad antes de que in- fecte a nuestros hijos o a nuestra iglesia? ;Cémo podremos trans- mitir nuestros valores a nuestros hijos aunque sélo tengan cuatro, cinco 0 seis afios de edad? ;Cémo impediremos que los arrastre la corriente del pensamiento y comportamiento que est arruinan- do tantas vidas a nuestro alrededor? ;Cémo corregiremos el pro- blema sefialado por una profesora de filosofia cuando dijo: “Tal vez seamos una de las pocas sociedades del mundo que es incapaz de transmitir sus ensefianzas morales a los jévenes”?° El gobierno afirma que la solucién es una mejor educacién, dice que con mds programas preventivos la sociedad mejorard. Los educadores opinan que la solucién es mds dinero, si inverti- mos mas dinero en nuestras escuelas, produciremos mejores nifios. Los activistas creen que la solucién es la imparticidn de la justicia, declaran que debemos erradicar la injusticia y la opre- sién. Otros sugieren que necesitamos mds policias, mds castigo corporal, mds carceles, més oportunidades de empleo, més pro- gramas sociales. No me entienda mal; muchas de estas posibilidades son bue- nas, pero siempre se quedan cortas porque sélo enfocan los sin- tomas. Nuestro problema es mucho més profundo que la facil disponibilidad de armas o drogas; desafia a los programas preven- tivos y las soluciones sociales. Yo creo que es un problema que no se solucionara nunca a menos que identifiquemos su origen y tra- temos sus causas bdsicas. 22 A La Verdad Si Importa Una vez un amigo mio pensé en comprar la casa al lado de la suya a modo de inversién. Vivia en una zona que habia tenido mejores épocas; la casa de al lado habfa sido alquilada de vez en cuando por narcotraficantes y drogadictos, y habia sido el escenario de violencia doméstica con intervencién policial. Varias veces se ha- bfan ofdo disparos en la casa o el jardin. Miamigo esperaba que al comprar la casa, trabajar para poner- la en buenas condiciones y luego alquilarla a buenos inquilinos mejoraria el vecindario y protegerfa a su familia. Consiguié que un pariente con experiencia en construccién y renovacién viera la casa con él y le ayudara a detectar los posibles problemas. El edificio estaba en condiciones deplorables y aun- que mi amigo se sintié desilusionado por la cantidad de trabajo que hacia falta segufa esperanzado; hasta que entraron al sétano. Allf su compafiero le sefialé las enormes grietas en los cimientos y la débil estructura de los mismos. “Este lugar se esta cayendo a pedazos —le dijo su compafie- ro—. Nada de lo que arregles ahi arriba —sefialé los pisos supe- riores con el {ndice— valdr4 un centavo por lo que est4 mal acd abajo.” Opiné que probablemente habria que declarar la casa co- mo inhabitable, porque los cimientos estaban agrietados y a pun- to de desmoronarse. ES BUENO O ES MALO lM CUANDO SE DESTRUYEN LOS CIMIENTOS Esa casa es una ilustracidén apta de los problemas con que se enfrenta su familia y la mfa. Todos sentimos que est4 pasando algo con los cimientos morales de nuestra cultura. Durante los ul- timos treinta afios han aumentado los embarazos de adolescentes més del 500%. ;Se debe a una falta de educacién sexual? El sui- cidio entre los jévenes ha aumentado en un 300% en menos de treinta afios. ;Ser4 porque vivimos en una sociedad mas comple- ja y estresante?’ ;Son la violencia, los tiroteos en las calles y las armas en la escuela el resultado de leyes ineficaces sobre el control de armas? ;O hay algo mas fundamental que esta obrando aqui? Creo que tales problemas tienen un origen mucho més profundo. Creo que penetra hasta los mismos cimientos de lo que la gente en nuestra sociedad, y en nuestros hogares, cree y cmo_percibe el mundo. Nuestro anhelo por la gratificacién instanténea y las soluciones faciles no nos ayuda en esto. No encontraremos una respuesta para la violencia de los adolescentes en un supermercado; una vi- sita a una tienda para comprar ropa de moda a nuestros hijos no impedird que ellos mientan y engafien; no podemos resolver la crisis de sexualidad adolescente durante un programa de tele- visién de sesenta minutos. Debemos profundizar. Debemos mirar més alld de los sintomas y tratar las causas fundamentales. MUNA CUESTION ACERCA DE LA VERDAD Creo que una de las razones primordiales por las cuales esta generacién esta batiendo récords de deshonestidad, falta de respe- to, promiscuidad sexual, violencia, suicidio y demés patologfas es que ha perdido su apuntalamiento moral; se ha erosionado su fe fundamental en la moralidad y la verdad. Como dijera el perio- dista Rowland Nethaway, “no parecen poder distinguir entre lo que es bueno 0 es malo’. Hubo un tiempo en que los nifios se criaban en un entorno que les comunicaba normas absolutas para el comportamiento: ciertas cosas estaban bien y ciertas cosas estaban mal. Los padres, 24 LA VERDAD SI IMPORTA maestros, ministros, obreros juveniles y los demas adultos colabo- raban en un esfuerzo comin por comunicar que se debia hacer lo que es bueno y no hacer lo que es malo. En una época, nuestra sociedad, en general, explicaba el universo, la humanidad y el propésito de la vida segtin la tradicién judeocristiana: la creencia de que existe la verdad y que todos pueden conocerla y compren- derla. Un entendimiento claro de lo que es bueno y lo que es ma- lo le daba a a sociedad una norma moral con la cual medir el cri- men y el castigo, la ética comercial, los valores comunitarios, el cardcter y la conducta social. Se convirtié en la lente por medio de la cual la sociedad vefa la ley, la ciencia, el arte y la politica; la cultura en general. Se proporcionaba asi un modelo coherente que fomentaba el desarrollo sano de la familia y de comunidades unidas, y alentaba la responsabilidad y el comportamiento moral. Pero eso ha cambiado drdsticamente. Nuestros hijos se estén criando en una sociedad que en general ha rechazado las ideas de la verdad y la moralidad; una sociedad que ha perdido la habili- dad de discernir entre lo que es bueno o es malo, La verdad se ha convertido en cuestién de gusto; la moralidad ha sido reemplaza- da por la preferencia individual. Los jévenes de hoy estan creciendo en una cultura que refleja la “Filosofia Playboy”, de Hugh Hefner que dice: “si te hace sentir bien, hazlo”. Nuestros hijos rara vez oyen las palabras “bueno” y “malo” en boca de Hollywood, Nashville y las agencias publici- tarias de Madison Avenue; en lugar de ello, son bombardeados con miles de horas de sonidos e imagenes que ensalzan la inmoralidad y se burlan de los valores biblicos. Nuestros jévenes se estan educando en escuelas que dicen ofre- cer una educacién “libre de valores, moralmente neutra”. Los maestros y los libros de texto dicen: “No podemos decirles lo que es bueno y lo que es malo. Ustedes deben decidirlo por su propia cuenta. Sélo podemos darles a conocer todas las opciones.” William J. Bennett (ex secretario de Educacién de los EE.UU. de A.) cita un articulo del New York Times de 1985 en su libro The De-Valuing of America (La desvaloracién de América): El articulo habla de una sesién de consejo para quince estudiantes de 25 ES BUENO O ES MALO los tiltimos dos afios de la escuela secundaria. Durante el transcurso de esa sesién un estudiante lIleg6 a la conclusién de que una com- pafiera habia sido tonta por devolver mil délares que encontré en una cartera en la escuela. Segtin el articulo, cuando los jévenes pidieron la opinién del consejero, “dijo que crefa que la muchacha habfa hecho lo correcto, pero, por supuesto, él no queria imponerles sus valores. ‘Si asumo una posicién con respecto a lo que es bueno y lo que es malo, entonces no soy su consejero’, explicé”.? No es dificil darse cuenta de que tales mensajes no son valores neutrales; ensefian el relativismo: la creencia de que lo que es cier- to para usted tal vez no sea cierto para mi. Si un consejero les dice alos adolescentes que lo que es bueno y lo que es malo es una de- cisién totalmente de ellos, ese consejero esta comunicando una fi- losofia que niega la existencia de normas fundamentales de ver- dad y moralidad. Cuente con ello, si no lo han hecho todavia, sus hijos pronto se encontraran en un ambiente educativo que rechaza la idea de la ver- dad absoluta. La primera oracién del libro The Closing of the Ameri- can Mind (La clausura de la mente americana) de Allan Bloom dice: “Sélo hay una cosa de la cual el profesor puede estar comple- tamente seguro: casi todo estudiante que entra en la universidad cree, o dice creer, que la verdad es relativa.”* Muchas escuelas secun- darias y universidades de la actualidad no sélo refuerzan y pro- mueven esa forma de pensar; jhan pasado de ser instituciones que ayudan en la busqueda del conocimiento a ser instituciones que niegan la posibilidad de conocer algo objetivamente! En un ambiente asf, no es de sorprender que el 70% de la ge- neracién de hoy (tanto los jévenes de nuestras iglesias como aque- Ios que no lo son) declaran que la verdad absoluta no existe, que toda verdad es relativa. La mayorfa dice que todas las cosas en la vida son negociables y que “no se puede saber nada a ciencia cier- ta salvo lo que se experimenta en la vida propia’. En otras pala- bras, no creen que se pueda definir nada como bueno o malo en forma definitiva. Tanto padres como jdvenes me han expresado este punto de vista repetidamente; se refieren a cierto comporta- 26 LA VERDAD SI IMPORTA miento y dicen: “A m{ me parece mal, pero cada uno tiene que decidir por s{ mismo si est4 mal para él; no puedo obligar a nadie acreer lo mismo que yo.” Por supuesto que hay mucho que decir a favor del respeto a las opiniones ajenas. Pero nuestra sociedad ha enfatizado tanto la decisién personal y la tolerancia que pricti- camente una generacién entera de jévenes ha rechazado la exis- tencia de normas absolutas de lo que es bueno o malo. Y este mo- do de pensar ha surtido un gran efecto en sus hijos y en los m{os. Mi NUESTROS JOVENES ESTAN CONFUNDIDOS ACERCA DE LA VERDAD Los datos que surgen de nuestra encuesta son un retrato de los jévenes de nuestras iglesias, que muestra ambivalencia y con- fusién acerca de la verdad. Dentro de ellos se est4 librando una intensa batalla emocional ¢ intelectual (y tal vez espiritual). Mas de la mitad de nuestros jévenes reconoce la existencia de la ver- dad bajo ciertas circunstancias, pero luego niega ese punto de vista cuando se presenta la cuestién de otra forma. Por ejemplo, el 72% dice que la Biblia brinda una descripcidn clara ¢ indis- cutible de la verdad moral; sin embargo, sdlo el 44% dice que los humanos son capaces de comprender el significado de la verdad. Aparentemente reconocen que existe una relacién entre la Palabra de Dios y la verdad moral, pero las respuestas a otras preguntas revelan una gran confusién acerca de esa relacién. Nuestra encuesta inclufa siete declaraciones acerca de normas objetivas de verdad y moralidad. Las reacciones a las declaraciones revelan que nuestros jévenes no estan para nada convencidos del punto de vista bfblico de lo que es bueno y de lo que es malo. Por ejemplo, el 57% de nuestros jévenes ni siquiera puede decir que exista una norma objetiva de la verdad. Aunque el porcentaje no sea tan alto como el de los jévenes que estén fuera de la iglesia, revela que aunque sus hijos estén participando activamente en la iglesia, es probable que aprueben el punto de vista de que “no hay tal cosa como la verdad absoluta; la gente puede definir la verdad en formas contradictorias y, sin embargo, tener razén”. Sédlo el 15% de los jévenes de nuestras iglesias disiente con la 27 ES BUENO O ES MALO declaracién: “Lo que es correcto para una persona en una situa- cién dada tal vez no sea correcto para otra persona en la misma situacién.” En otras palabras, es probable que el 85% de los jéve- nes de nuestras iglesias razone: “El hecho que algo sea malo para ti no significa que sea malo para mf.” Su idea acerca de la dife- rencia entre lo que es bueno o es malo es inestable, algo que esta sujeto a cambios, algo que es relativo, circunstancial y personal, no permanente y universal. Apenas el 29% no estaba de acuerdo con la afirmacién: “Cuando se trata de la moral y la ética, la verdad significa algo dis- tinto para cada persona; nadie puede estar absolutamente seguro de poseer la verdad.” Esto significa que menos de uno de cada tres de nuestros jévenes cree que hay normas reconocibles de lo que es bueno y lo que es malo que se aplican a todos. Apenas mas de un tercio (38%) de nuestros jévenes no disen- tia con la siguiente declaracién: “No se puede saber nada a cien- cia cierta salvo las cosas que se experimentan en la propia vida.” Hay asuntos tales como la moralidad y la ética que estan en el aire para las dos terceras partes de los jévenes de nuestras iglesias. El 45% de nuestros jévenes que asisten a las reuniones de las iglesias no podfa decir que estaba en desacuerdo con la siguiente afirmacién: “Todo en la vida es negociable.” La implicacién asombrosa de esta estadistica es que casi la mitad de nuestros jéve- nes no puede o no estd dispuesta a reconocer que algunas cosas en la vida no se pueden negociar. Es probable que no se den cuenta de los efectos devastadores de tal punto de vista, pero eso es sdlo parte del problema. Sin embargo, todavia més inquietante que cualquiera de esas respuestas es el hecho que, en suma, sélo el 9% de nuestros jéve- nes respondié a favor de la verdad para cada una de las siete decla- raciones. En otras palabras, jmenos de uno de cada diez podia ex- presar un punto de vista coherente sobre la moralidad objetiva! Al examinar las ideas de nuestros hijos acerca de la verdad y la moralidad, resulta claro que los cimientos sobre los cuales muchos padres, pastores y Ifderes juveniles estén intentando construir, se estan derrumbando. Los conceptos biblicos tradicionales se estan 28 LA VERDAD SI IMPORTA erosionando. La mayoria de nuestros jévenes carecen de las ideas morales mas bdsicas que las generaciones anteriores daban por sentado. Muchos de nuestros jévenes estan luchando con el con- cepto de la verdad y con la manera de aplicarla a su propia vida y experiencia. Sus respuestas ambivalentes a las declaraciones recién descritas revelan que, aun cuando expresan una posicién a favor de la verdad, lo hacen con poca conviccién o seguridad. Nuestros hijos estan confundidos en cuanto a qué es la verdad absoluta y quién la determina; sienten incertidumbre acerca de cudles son las verdades absolutas y lo que hace que sean absolutas. En conse- cuencia, estan tomando decisiones condicionales, optando por lo que parece ser la mejor alternativa en el momento, sin referencia a ningtin conjunto fundamental de preceptos o principios basicos que gufen su comportamiento. @ QUE ES “VERDAD ABSOLUTA”? Muchos de nuestros jévenes sencillamente no entienden 0 no aceptan la verdad absoluta: es decir, aquello que es cierto para toda persona, en toda época, en todo lugar. La verdad absoluta es una verdad que es objetiva, universal y constante. Todos hemos establecido varias reglas y directrices familiares. Por ejemplo, yo he establecido un horario para mi hija de trece afios, especificando la hora en que debe llegar a casa después de una actividad escolar. Le he dicho: “No es bueno que estés fuera de casa después de las 11 de la noche.” He establecido una norma firme que debe ser respetada. Si ella obedece el horario esta ha- ciendo lo buena; si lo viola, estd haciendo lo malo. Quiero que mi hija considere que el horario es una regla fija. Y, en la mayorfa de los casos, lo hace. Pero ;debemos considerar que esa norma (estar en casa para las 11 de la noche después de cada actividad escolar) es una verdad absoluta? No, no se aplica a toda persona, en toda ¢poca, en todo lugar. Las comunidades, los Estados y los gobiernos pueden crear ordenanzas, reglamentos y leyes que deben obedecerse, pero no son necesariamente absolutos. Las ordenanzas cambian, los regla- mentos se vencen y algunas leyes sdlo se aplican en ciertos Esta- 29 ES BUENO O ES MALO dos. De hecho, hasta la regla del horario de mi hija puede llegar a cambiar un dia. En contraste, una verdad absoluta es objetiva, universal y constante. Si nuestros hijos van a aprender cémo distinguir entre lo que es bueno y lo que es malo, deben saber cudles verdades son ab- solutas y por qué lo son. Necesitan saber cudles normas de com- portamiento son correctas para toda persona, en toda época, en todo lugar. Necesitan saber quién determina la verdad y por qué. @ POR QUE LA VERDAD SI IMPORTA Tal vez diga: “Vamos, Josh, toda esta charla acerca de lo abso- luto parece ser tan abstracta. ;Realmente piensa que las ideas de mis hijos acerca de la verdad influiran en su comportamiento?” Esa es una de las revelaciones asombrosas de esta investigacién. El estudio indica que cuando nuestros jévenes no aceptan una nor- ma objetiva de la verdad es: @ jun 36% mas probable que le mientan a usted como padre! @ jun 48% mis probable que copien en un examen! @ jun 74% mas probable que vean MTV! @ ;2 veces mds probable que intenten dafiar a alguien fisica- mente! Il ;2 veces mds probable que vean peliculas pornogréficas! I 2 veces ms probable que se embriaguen! 2,24 veces mas probable que roben! 3 veces mas probable que usen drogas ilfcitas! I 6 veces més probable que intenten suicidarse! Si sus hijos no aceptan la verdad como una norma objetiva que gobierna su vida, el estudio muestra que es: Wi jun 65% mds probable que desconfien de la gente! 2. veces mas probable que se sientan decepcionados! @ 2 veces mas probable que sientan un profundo enojo con- tra la vida! i ;2 veces mas probable que carezcan de propésitos! @ ,2 veces mds probable que sean unos resentidos! 30 LA VERDAD SI IMPORTA Lo que nuestros jévenes piensan de la verdad tiene un efecto determinante en su comportamiento, en las decisiones que toman y en las actitudes que adoptan. ™@ LAS LENTES MAGICAS @ Pero, gqué tiene la verdad que afecta el comportamiento? Fun- ciona asf: Cuando cree que existe una norma objetiva para distin- guir entre lo que es bueno y lo que es malo —que ciertas cosas est4n bien para toda persona, en toda época, en todo lugar— re- conoce que hay directrices morales y éticas fundamentales que existen independientemente de la opinién personal. Reconoce que la diferencia entre lo bueno y lo malo es objetiva (se define més alld de nosotros, no se determina subjetivamente), universal (es para toda persona en todo lugar, no cambia de persona en per- sona ni de lugar en lugar) y constante (es para toda época, no cambia de dia en dia). Cuando se acepta una norma objetiva de la verdad, se acepta un punto de vista moral y ético que gufa las decisiones de lo que es bueno y lo que es malo. La “perspectiva de la verdad” funciona como lente a través de la cual se ve toda la vida y sus muchas opciones. En las décadas de los 60s y de los 70s varios fabricantes de ce- reales atrajeron a clientes j6venes con un “cuadro escondido” en el dorso de la caja de cereal. El cuadro escondido mostraba una escena dibujada intrincadamente; pero las indicaciones en el dor- so de la caja revelaban que habfa otro cuadro escondido dentro de esa escena. La tinica manera de discernir el “cuadro escondido” era con un par de anteojos de color que venian escondidos en la caja (generalmente en el fondo). Una vez que una nifia o un nifio tomaba esas lentes mdgicas y se las ponfa, el cuadro aparecfa mi- lagrosamente en lugar del otro. Asf es cuando alguien ve la vida a través de la lente de la verdad; puede discernir mejor la verdad “es- condida” y distinguir entre lo que es bueno y lo que es malo. Cuando nuestros jévenes estén equipados con la “perspectiva co- rrecta de la verdad”, podran identificar mejor cuales son las ver- dades absolutas y qué es lo que las hace absolutas... y tendran oportunidad de tomar las decisiones correctas. 31 ES BUENO O ES MALO W@ POR QUE ESTAN ACEPTANDO FALSIFICACIONES lf El motivo, entonces, por el cual es més probable que los jéve- nes que no aceptan la verdad objetiva mientan, engafien o se em- briaguen es que estdn viendo sus opciones a través de lentes de- fectuosas; han aceptado una perspectiva universal de la verdad que no les permite ver la diferencia entre lo que es bueno y lo que es malo, entre lo falso y lo auténtico. Muchos de los jévenes de las iglesias de hoy creen que se puede justificar el hecho de mentir a un padre, que el engafio les puede ayudar a salir adelante 0 que el robo les puede ayudar a vengarse. Pero usted dird: “;No se dan cuenta de lo equivocados que estan o del dolor que ocasionan?” No, la mayoria de ellos no se da cuenta, porque desde su punto de vista todo es negociable. Si las circunstancias lo exigen, piensan que sus acciones se justifican. Piensan y viven en base a una perspectiva distinta, una perspec- tiva que considera lo bueno y lo malo algo dindmico y cambiante. Pero esta forma de pensar les engafia, haciéndoles creer que las de- cisiones malas son “buenas”. En consecuencia, aceptan lo falso y piensan que estdn consiguiendo Jo auténtico. La mayorfa de las falsificaciones que aceptan nuestros jévenes oftecen “beneficios” inmediatos, mientras que las decisiones co- rrectas parecen ofrecer beneficios a largo plazo. El pecado se pre- senta en paquetes muy atractivos en nuestra cultura e incluye una promesa de satisfaccién inmediata. Por eso tantos jévenes optan por el pecado, porque ofrece gratificacién instantinea. Por otra parte, las decisiones correctas frecuentemente requieren posponer la satisfacci6n inmediata para poder lograr mejores beneficios a largo plazo. Por este motivo a la verdad le cuesta competir con las falsificaciones. Pero una falsificacién sigue siendo eso, una falsifi- cacién, un sustituto del original. ¥ demasiados jdvenes estén su- friendo las consecuencias de haber escogido sustitutos dafiinos. Recibf una carta de un padre cristiano que me habfa ofdo ha- blar. Decia que él y su esposa siempre habfan hecho lo mejor que podian para ser buenos padres. Eran miembros de una buena igle- sia y siempre habfan estado orgullosos de sus hijos. Pero me decia que acababan de descubrir algo acerca de su hija mayor, algo que 32 LA VERDAD SI IMPORTA les hizo sentir que el mundo se les vino encima. Describia a su hi- ja como una joven linda, pero que nunca habia sido realmente popular con los muchachos... hasta hacia poco tiempo. Habfa comenzado a salir con uno de los muchachos del equipo de fiitbol y este padre acababa de enterarse que desde el principio ella comenzé a tener relaciones sexuales con él. Fue pasando de jugador en jugador. ;En poco tiempo habfa tenido relaciones con todo el equipo! Este padre torcurado me escribid: “Josh, jse ¢s- taban pasando a mi hijita como una ‘mujer del equipo’!” Cuando estos padres se enteraron del comportamiento de su hija, ya hacia varios meses que esto estaba ocurriendo. Se sentaron junto a ella y le dijeron que sabian lo que pasaba y los tres llora- ron. Cuando le preguntaron: “;Por qué lo hiciste?” La tinica ex- plicacién que ofrecié fue: “Queria sentir que alguien me queria. Ese sentimiento no duraba mucho, y siempre me sentia mal des- pués, pero por lo menos por unos instantes sentia que alguien realmente me queria.” Me duele decir que muchas veces he ofdo historias similares, de primera mano, que derretirfan el corazén més duro. Hace tiempo una adolescente llamada Ménica me escribié una carta pottica pero devastadora. Decia: “Las relaciones sexuales me han dado las emociones mis solitarias que he vivido. Me han dado el temor como regalo y la vergiienza como vestido. Me han cegado los ojos con falso amor y me han dejado una profunda herida en el corazén...” Esa carta pudo haberla escrito su hija, o la mfa. Nuestros hijos no quieren vivir “momentos pasajeros” o las emociones solitarias que reciben de un “falso amor”. Quieren lo auténtico. Pero sin convicciones sélidas acerca de la verdad, nuestros hijos casi inde- fectiblemente comprardn lo falso. Es como una espiral descen- dente. Cuando rechazan la verdad como norma objetiva, su pers- pectiva de la vida se distorsiona. Cuando eso pasa, aceptan facil- mente las falsificaciones. Cuando aceptan las falsificaciones co- mienzan a tomar decisiones equivocadas. Cuando toman decisio- nes equivocadas, sufren las consecuencias negativas. La opcién es, literalmente, escoger entre la verdad y las consecuencias. 33 ES BUENO O ES MALO @ HAY ESPERANZA Da miedo educar a los hijos en medio de una “generacién ma- ligna y perversa’. Las palabras del rey David son tan relevantes hoy como lo fueron cuando pregunté: “Si son destruidos los fun- damentos, ;qué podrd hacer el justo?” (Sal. 11:3). No hay res- puestas faciles, pero hay esperanza. No es demasiado tarde para reforzar los cimientos que han sido debilitados. Si usted y yo esta- mos dispuestos a dejar de lado la mentalidad del “arreglo rapido” y enfrentar la dura realidad de lo que como comunidad cristiana hemos permitido (y tal vez adoptado sin darnos cuenta), creo que hay esperanza. Pero no serd facil. No tengo ninguna cura milagrosa para sanar nuestra cultura corrupta. No puedo ofrecer métodos a prueba de fuego con una garantia de devolucién para educar hijos para que sean perfectos. Vivimos en un mundo imperfecto y ninguno de nosotros es pa- dre, pastor, maestro u obrero juvenil perfecto. Aun los jévenes de las mejores familias y las mejores iglesias cometen errores tragicos. En tiltima instancia, cada uno de nuestros hijos tomard su propia decisién en cuanto a la verdad. Pero aunque no haya soluciones faciles, si hay respuestas. A lo largo de este libro exploraremos una forma practica de identificar cuales verdades son absolutas. Explicaremos un método basico para contestar por qué esas verdades son absolutas. Examinare- mos la forma de ensefiar a los jévenes, y aun a los nifios, a identi- ficar cudles verdades son absolutas. Aplicaremos la verdad a ocho Areas criticas de la experiencia humana: castidad, honestidad, ma- trimonio y familia, amor, justicia, misericordia, respeto y domi- nio propio. Y tal vez lo que es mas importante, a medida que vea la verdad aplicada a esos valores, usted se estar4 preparando para aplicarla a muchos otros en su vida y en la vida de sus jdvenes. En los capitulos que siguen presentaremos tres familias imagi- narias, y le mostraremos cémo cada una ha enfrentado la crisis de la verdad. Pero estas familias son més reales que ficticias porque sus situaciones y sus respuestas, basadas en la realidad, surgen de las muchas cartas y sesiones de consejos que hemos tenido con jé- venes, sus padres, pastores y obreros juveniles. Cada historia tam- 34 LA VERDAD SI IMPORTA bién refleja la investigaci6n que hemos Ilevado a cabo entre los j6- venes de nuestras iglesias. Las pginas que siguen aportan un remedio amargo. Pero creo que es medicina que traerd alivio, renovacién y un renacimiento de valores bfblicos en nosotros y en nuestros jévenes. Usted puede preparar a sus hijos para ir contra la corriente de la cultura. Usted puede reconstruir los fundamentos derrumbados. Tal vez usted y yo no podamos cambiar esta cultura perversa, pero s/f podemos cambiar uno por uno a nuestros jévenes cristianos y a nuestras fa- milias y a nuestras iglesias. 35 ‘) Un Movimiento Sismico Felipe Méndez, un joven de diecisiete afios, entré tras sus padres en el cuarto de su abuelo en el hogar de ancianos. La habitacién estaba oscura, con olor a humedad y medicina. La escasa luz que habia se filtraba por una ventana sucia y a través del dibujo chi- I6n de las cortinas. La madre de Felipe fue directamente a la ventana y abrié las cortinas de un tirén. Dio media vuelta y le hablé al hombre senta- do en una silla de respaldo alto. —Asi est4 mejor, ;no, papa? El hombre sonrié débilmente e incliné la cabeza hacia su hija, la esposa del pastor. Vio que su nieta Sara, de nueve afios, estaba con su padre, pero no dijo nada. —Sara y yo tenemos que hacer algunas compras, papd. En un rato estaremos de vuelta —dijo. —Esté bien, puedes irte pero no pierdas a esa nifia. Sonrié el anciano. Felipe tenfa la mirada fija en su abuelo. El anciano de ochenta afios era casi un desconocido para él; su abuela por parte de su mama habfa muerto antes de que Felipe naciera y sus otros abue- los, a quienes conocfa mucho mejor, eran mucho mis jéyenes que este abuelo. Pero esta visita era parte de una tarea de la escuela y él necesitaba mejorar sus calificaciones. Después de que sus padres y su abuelo habfan conversado un rato, la madre de Felipe le pregunté al abuelo si el muchacho le podfa hacer algunas preguntas para un proyecto escolar; su hija le ES BUENO O ES MALO hablaba como si fuera un nifto. Cuando el anciano dijo que si, la madre de Felipe le acaricié la mano y dijo que volverian dentro de un rato. Felipe carraspeé nerviosamente y sacé lapiz y papel del bolsillo; odiaba hacer este tipo de cosas. Su abuelo no lo estaba mirando. —Supongo que lo primero que debiera preguntarte es cudndo naciste. Los ojos del hombre se volvieron levemente hacia Felipe pero no dijo nada. Felipe miré el reloj. Finalmente el anciano hablo. —Naci por primera vez —comenzé, enfatizando las tiltimas dos palabras con una picara sonrisa—, en 1914. Naci por segun- da vez varios afios después. Felipe se quedé mirando al anciano un momento después de que terminé de hablar. Volvié a carraspear y escribid en su cua- derno. Después de un momento levanté la cabeza y le pregunté: —;,Como eran las cosas en aquel entonces? —No recuerdo mucho acerca de 1914 —fue la respuesta del abuelo—. Dormf la mayor parte del afio —la misma expresién volvié a cruzar su rostro—. Pero supongo que entiendo lo que estés preguntando. Se hizo otro silencio. Felipe esperaba que su abuelo siguiera hablando, pero no hacia més que mirar la pared, como si estu- viera esperando a que comenzara una pelicula. Sintié ganas de ti- rar el lapiz y el papel a la basura y olvidarse del asunto. No seria la primera vez que le pondrian un “cero”. Al paso de largos y te- diosos minutos el anciano volvié a hablar. —Mis primeros recuerdos son de cuando mi padre cortaba le- fia. Eramos bastante pobres, aun para esa época, esto era mucho antes de la Gran Depresién, parecia que mi padre se pasaba la mayoria de las tardes cortando lefia para la estufa que calentaba nuestra casa. Cuando fui un poco mayor, yo también cortaba lefia con él. Ya que yo era el mayor, todas las mafianas era mi res- ponsabilidad prender el fuego en [a estufa para calentar la casa para el resto de la familia; y en cuanto lo prendia, me volvia a me- ter en la cama hasta que se levantaran los demas. —;Tenjan electricidad? 38 UN MOVIMIENTO SISMICO El anciano sonrid. —No, después de que oscurecia usabamos lamparas de quero- seno para alumbrar, para hacer las tareas, para leer y para los jue- gos de familia como dominé, damas y parch{s. Por supuesto que eso fue mucho antes del televisor, mucho antes de Beavis y Butthead. —jConoces a Beavis y Butthead? —Maés o menos. jSabes quiénes son Plutarco y Virgilio? —Quiénes? —No importa. ;Qué mas quieres saber? —;Qué hacfan para divertirse?” —Ya te dije; jugabamos juntos, toda la familia. También me acuerdo cuando compramos nuestra primera radio. Debia haber tenido unos diez u once afios. Era de pilas y tenfamos que usar audifonos para oirla. No tenfa altavoz. Ah, e fbamos de picnic en el verano, naddbamos en el rfo y jugébamos en la arena. Habia una feria que venia una o dos veces por afio. — Te peleabas mucho con tus padres? El hombre miré a su nieto por primera vez. —No —contesté—. No creo. Habia cosas que no me gusta- ban. No me gustaba tener que cortar lefia ni prender el fuego to- das las mafianas. Pero ellos eran mis padres y yo hacfa lo que me decfan. Felipe habfa dejado de escribir, Estaba pensando que su abue- lo probablemente no recordaba lo que era ser joven. —Por supuesto —continué el anciano—, que no era asf con todo el mundo. Recuerdo cuando Viola Pérez, que me Ilevaba dos afios, se corté el cabello y empezé a usar faldas cortas y a bajarse las medias de seda hasta las rodillas como las mujeres modernas. Recuerdo que mis padres hablaban de la pobre sefiora Pérez. —Quedsé embarazada? —,La sefiora Pérez? No, Viola era la mas chica. —No, abuelo, estoy hablando de la muchacha. —jAh! No, era un poco alocada, pero nada mds. No era ese ti- po de muchacha. La puerta se abrid, se escuchéd un chirrido y la mama de Felipe asomé la cabeza en el cuarto. 39 ES BUENO O ES MALO —Ya casi terminan? —pregunté como si le estuviera hacien- do cosquillas a un bebé. —S{ —dijo Felipe—. Supongo que si —se levanté y sus pa- dres entraron en el cuarto—. Gracias, abuelo. El anciano incliné la cabeza. —Vuelve a verme uno de estos dias —le dijo al muchacho—. Te contaré cémo tenia que cami- nar dos millas para llegar a la escuela todas las mafianas, jy el do- ble para volver a casa! —Seguro, abuelo —dijo Felipe. —Y dale mis saludos a Juanito. —A papd no le gusta que le digan Juanito, abuelo —dijo Felipe. —Ya sé —el anciano sonrié—. Sélo estoy tratando de asegu- rarme de que el pastor siga siendo humilde. El anciano reclind la cabeza en la silla y cerré los ojos. @ UNA LECCION DE HISTORIA @ Los mundos de Felipe y de su abuelo no sélo estan separados por el lapso de casi un siglo; también estan divididos por un abis- mo filoséfico. En el mundo del abuelo un padre y su hijo corta- ban lefia juntos, las familias lefan juntas y jugaban juntas; era un mundo en el cual la gente dependia de Dios y los unos de los otros. En el mundo de Felipe la mayoria de los nifios no se edu- can para trabajar en el “oficio de familia”, los padres no pasan mas que algunos minutos con sus hijos cada semana y la cultura gene- ral refleja una dependencia del hombre en lugar de Dios. La separacién entre el mundo del abuelo y el nuestro no ocu- rié durante las tltimas décadas. Tampoco nuestra crisis de la ver- dad actual es un fendmeno moderno. Nuestra crisis es producto de cambios significativos que se han ido dando a los largo del tiempo por la manera en que los seres humanos conciben a Dios y al mun- do. Asf que antes de hablar sobre cémo ayudar a nuestros j6venes a distinguir entre lo que es bueno y Jo que es malo, debemos mirar mas de cerca estos cambios a Ja luz de la historia. Esto es muy im- portante porque, a menos que comprendamos este movimiento “sismico”, es probable que no entendamos bien y subestimemos el alcance del problema. 40 UN MOVIMIENTO SISMICO Los cambios empezaron en el jardin del Edén, cuando la ser- piente convencié a nuestros primeros padres que confiaran en su propia razén en lugar de obedecer el mandamiento de Dios. Pero estos cambios tienen también su paralelo en la historia de Israel. Durante la época de Samuel, el tiltimo de los jueces del Anti- guo Testamento, los ciudadanos mas importantes de Israel se reu- nieron tras una convocatoria. Fueron al hogar de Samuel en Ra- ma y le dijeron: “Constiviyenos ahora un rey que nos gobierne, como tienen todas las naciones.” El anciano Samuel se habia cria- do en una sociedad que reconocfa a Dios como tinico soberano, una sociedad que atribufa a su confianza en Dios los grandes actos y sabios juicios de hombres y mujeres como Moisés, Josué y Débora. Cuando estos lideres se acercaron a él para pedirle un rey humano, Samuel hizo lo que su pueblo habfa hecho por genera- ciones: consultar a Dios. Dios le dijo a Samuel: “Es a mi a quien han desechado, para que no reine sobre ellos... Ahora pues, escucha su voz, pero ad- viérteles solemnemente y declarales cul sera el proceder del rey que ha de reinar sobre ellos.” Samuel obedecié y les dijo a los li- deres de Israel lo que resultarfa si insistfan en usurpar el lugar de Dios en el trono y coronaban a un hombre como rey en su lugar: Este serd el proceder del rey que reine sobre vosotros: Tomard a vues- tos hijos y los pondra en sus carros y en su caballeria, para que co- rran delante de su carro. Nombrara para sf jefes de millares y jefes de cincuenta. Har que aren sus campos y sieguen su mies, que fabri- quen sus armas de guerra y el equipo de sus carros, Tomard a vues- tras hijas para que sean perfumadoras, cocineras y panaderas. También tomara lo mejor de vuestras tierras, de vuestras vifias y de vuestros olivares, y los dar4 a sus servidores. Tomard el diezmo de yuestros granos y vifiedos para darselo a sus funcionarios y servidores. Tomard a vuestros siervos, a vuestras siervas, yuestros mejores bueyes y Vuestros mejores asnos para ocuparlos en sus obras. También to- mar el diezmo de vuestros rebafios, y vosotros mismos seréis sus sier- vos. Aquel dia clamaréis a causa de vuestro rey que os habréis elegi- do, pero aquel dia Jehovah no os escuchard (1 Sam. 8:11-18). 41 ES BUENO O ES MALO EI pueblo rechazé la advertencia de Samuel e insistié en sus demandas. Samuel (con el permiso de Dios) asintié; el pueblo de Israel fue gobernado por un paranoico (Sail), un adiiltero (Da- vid) y un megalémano (Salomén), hasta que finalmente, tan sdlo tres generaciones después, la nacién fue dividida por la necedad del cuarto rey de la nacién. ¢Por qué tanto drama? ;Por qué era tan malo que quisieran un rey? ;Qué problema habfa con que el pueblo de Israel quisiera un gobernador humano para guiarlos a la batalla? El problema no era tanto que Israel quisiera un rey, sino que quisiera mirar hacia un hombre, no hacia Dios, en busca de liderazgo y juicio. Cometie- ron el error de pensar que el liderazgo humano seria mds inme- diato y eficaz que los métodos de Dios. Como un navegante que neciamente quita su mirada de las estrellas y opta por navegar segun las posiciones de sus compafieros de tripulacién, los israeli- tas supusieron arrogantemente que no necesitaban mirar mas alla de su propio pueblo —a un hombre— para que guiara ala nacién de acuerdo con sus propias ideas de lo que era lo mejor para ellos. Dios queria que su pueblo mirara hacia él para obtener guia y direccién; queria que dependiera de él para recibir liderazgo y juicio; queria proveer lo que necesitaba y protegerlo mejor de lo que podrfa hacer cualquier rey mortal. Sabfa que aun al hombre mas grande entre ellos le faltaba la perspectiva omnisciente y eter- na necesaria para proteger y cuidar a su pueblo. Sabia que mover- se de la posicién de dependencia de él, la Fuente de todo lo bue- no, le negarfa a Israel innumerables bendiciones, sustituyéndolas con pobres falsificaciones. @ EL NACIMIENTO DE LA CULTURA MODERNA Un movimiento parecido ha ocurrido en el transcurso de la historia moderna; de hecho, en gran medida, es lo que separa la historia moderna de la antigiiedad. El error de Israel (que pagd caro) fue rechazar a un Dios infinito e inmutable como rey y poner a un mero hombre en su lugar. De manera similar, nuestra cultura moderna ha destronado a Dios como la fuente definitiva de la verdad y la moralidad y ha entronado al hombre en su lugar. 42 UN MOVIMIENTO SISMICO Stanley Newbigin dice: “Cada tipo de pensamiento sistemati- co tiene que comenzar en algiin punto de partida.”' Durante si- glos en la cultura occidental ese punto de partida fue la naturaleza y el caracter de Dios. Los objetivos de la ciencia y la filosoffa eran descubrir el plan de Dios; la intencién del arte y de la musica era reflejar su gloria. La forma mds alta de conocimiento era la teolo- gia. La vida y la muerte —y el significado de la existencia hu- mana— se entendian en el contexto de un universo creado y go- bernado por Dios, quien era la Fuente de todo Jo bueno. Y, lo que era mds importante, los conceptos de la verdad y la moralidad es- taban indisolublemente ligados a su naturaleza y cardcter. El reco- nocimiento de un Dios infinito e inmutable daba sentido a toda la experiencia humana y proporcionaba una base valiosa para las interrogantes sobre lo que es bueno y lo que ¢s malo. Lo que David F. Wells escribe acerca de los profetas del Anti- guo Testamento y de los apdstoles del Nuevo Testamento tam- bién se aplica a los hombres y las mujeres de la época “premoder- na’ de la historia occidental: ‘Ten{an una certeza acerca de la existencia, el caracter y los propésitos de Dios —una certeza acerca de su verdad— que parece haberse desvanecido bajo la luz brillante del mundo moderno. Estaban con- vencidos de que la revelacién de Dios, de la cual ellos eran veh{culos y guardianes, era verdad. Verdad en un sentido absoluto. No era me- ramente verdad para ellos; no era meramente verdad en su ¢poca; no era aproximadamente verdad. Lo que Dios habia dado era verdad universal, absoluta y eterna.’ Parafraseando a Walter Cronkite, “asf era” la manera de pensar de los hombres y las mujeres, y lo que reflejaba la cultura occiden- tal. Pero todo eso comenzé a cambiar durante un periodo de la historia europea que ahora Ilamamos e/ Renacimiento. Sus efectos se dejan sentir en nuestra cultura hasta hoy. Este movimiento comenzé en Italia alrededor del afio 1300 d. de J.C., y, en el transcurso de los dos siglos siguientes, se extendié por toda Europa, manteniéndose hasta el siglo diecis¢is. El Rena- cimiento se caracterizé por grandes adelantos en literatura, cono- 43 ES BUENO O ES MALO cimiento, arte y arquitectura. Los escritores y artistas como Pe- trarca, Boccaccio, Giotto y Miguel Angel introdujeron una época de extraordinarios logros humanos. El Renacimiento marcé tam- bién un cambio importante en el pensamiento humano. En con- traste con el Medioevo (en el cual el tema principal del arte, la li- teratura y la filosofia era glorificar y servir a Dios), los artistas y pensadores del Renacimiento exaltaban al hombre y sus habili- dades. Este cambio hizo surgir una doctrina llamada humanismo, que enfatizaba la dignidad y la habilidad humanas y consideraba al hombre el centro de todas las cosas, el amo de su propio desti- no, el capitdn de su propia alma —un énfasis que finalmente llevé a una perspectiva no biblica del hombre y de su relacién con el Creador. A medida que este modo de pensar se fue estableciendo, la dependencia de Dios como Fuente de verdad y moralidad co- menzé a decaer por parte del hombre. Tal vez cl Renacimiento sdlo habria tenido un impacto mini- mo en la forma de pensar del hombre si no lo hubiera seguido in- mediatamente un periodo histérico conocido como /a Ilustracién o Edad de la Razén. La Ilustraci6n comenzé en el siglo diecisiete y se prolongé hasta el fin del siglo siguiente. Mientras que el pen- samiento del Renacimiento reconocfa a Dios (pero lo quité del trono, por asi decirlo, reemplaz4ndolo por el hombre), muchos de los lideres de la Ilustracién (como Voltaire y Descartes) decla- raban que si acaso habfa existido un Dios que cred el mundo, ya no tenfa ningdn contacto con él, lo cual significaba que los hom- bres y las mujeres debfan descubrir la verdad por su propia cuen- ta; no podian esperar ayuda de Dios. El hombre debia depender de sus propios poderes de razonamiento si esperaba poder discer- nir la verdad. Las normas de lo bueno y de lo malo no se basaban en la naturaleza y el carécter de Dios; eran producto del razona- miento humano. En el Renacimiento el hombre (no Dios) fue el centro; en la Ilustracién la razén humana se convirtié en lo tras- cendental. El error de la Ilustracién no fue reconocer la razén hu- mana como algo maravilloso, sino el intento por coronar la razén humana como rey en lugar de Dios, negandose a reconocer nin- guna norma o realidad que Ja razén no pudiera comprender 0 ex- plicar plenamente. 44 UN MOVIMIENTO SISMICO Han existido dos influencias histéricas adicionales que forma- ron la manera como muchas personas modernas —incluyendo nuestros propios jévenes— piensan y actuan hoy. La primera de ellas es La Revolucién Industrial. La Revolucién Industrial solapé6 mucho del perfodo de la Ius- tracién, extendiéndose desde el siglo dieciocho hasta el siglo die- cinueve. Fue un perfodo explosivo de productividad y avances humanos. Los inventos, innovaciones y mejoras de la Edad In- dustrial alimentaron més que los hornos de las fabricas; avivaron las llamas de la confianza humana. El progreso por el cual se vie- ron rodeados hombres y mujeres los alenté a buscar esperanza y direccidén en sf mismos. Ya no sintieron la necesidad de mirar ha- cia arriba (hacia Dios); sdlo necesitaban mirar hacia adentro (in- trospectivamente). Las calderas de la Revolucién Industrial todavia ardian cuan- do las teorfas de Charles Darwin, antiguo estudiante de teologia, completaron el movimiento sismico que habia comenzado con el Renacimiento. Ernst Mayr de la Universidad de Harvard dice: “La publicacién de la obra Del origen de las especies, en 1859, introdujo la revolucién intelectual mds grande desde la procla- macién del cristianismo dos mil afios antes.” Las teorfas de Dar- win presentaban una alternativa al entendimiento tefsta de los origenes; ya no “hacfa falta” Dios para explicar o entender la for- ma en la cual el mundo —y el hombre— Ilegaron a ser. Estas teorfas llegaron a conocerse como Darvinismo. Este cambio en el pensamiento logré convencer a hombres y mujeres de que ellos, no Dios, eran los Arbitros de la verdad y la moralidad. La razén humana habia reemplazado a Dios como ob- jeto de adoracién del hombre moderno. Los logros humanos hi- cieron que el hombre se volviera arrogante, confiado en sus pro- pias habilidades para crear el bien y juzgar el mal. Finalmente, con la publicacién y la aceptacién cada vez mayor de las teorias de Darwin, Dios se convirtié en persona non grata —superfluo e inoportuno— dejando al hombre libre (por lo menos en su mente) para juzgar la verdad, para sacar sus propias conclusiones acerca de lo que es bueno y de lo que es malo independiente- mente de Dios y de sus estatutos. 45 ES BUENO O ES MALO @ LOS DOS MODELOS DE LA VERDAD & El cambio realizado por estas cuatro influencias histéricas —el Renacimiento, la Ilustracién, la Revolucién Industrial y el Darvi- nismo— ha resultado en dos modelos distintos de la verdad, los cuales reflejan dos formas opuestas de concebir a Dios y al mundo: Modelo #1: Dios define la verdad para todos, es objetiva y absoluta. Modelo #2: El individuo define la verdad, es subjetiva y depende de las circunstancias. El primer modelo reconoce que Dios —no el hombre— es central, que él es la Fuente de todas las cosas y que él reina sobre todo. Dios es el depésito de la verdad, 1 es Verdad y juez de lo que es bueno y lo que es malo. Por otra parte, el segundo modelo coloca al individuo al man- do de los asuntos morales; ya que la norma estd dentro del indi- viduo, es particular a esa persona especifica (subjetiva) y a esas cir- cunstancias especificas (situacién). En otras palabras, cada perso- na se considera a sf misma juez de lo que es bueno o malo en cual- quier circunstancia dada. Es un modelo antropocéntrico, es decir, esta centrado en el hombre, no en Dios. Nuestra cultura, que en una época fue guiada por el primer modelo, ha adoptado plenamente el segundo modelo. Chris Wright escribe: ““La cultura occidental’ ha estado desechando sis- temitica y deliberadamente de su corazén y su nticleo publico lo trascendente.”> Este cambio del primer modelo al segundo ha afectado todos los aspectos de nuestra sociedad, desde las artes hasta la musica, la literatura y la politica. En consecuencia, el segundo modelo, un modelo relativista, es el que la mayoria de nuestros jévenes ha adoptado. Ha formado y moldeado su perspectiva del mundo. Es la lente a través de la cual ven las opciones de la vida, la base sobre la cual toman las decisiones de la vida. Cuando la Biblia dice de Cristo que “en él todas las cosas sub- sisten” (Col. 1:17), esta dentro del contexto del orden natural, pero también es cierto en cuanto a la perspectiva del mundo de la 46 UN MOVIMIENTO SISMICO. persona, de la base filoséfica del hombre o de la mujer. Dios es el adhesivo que mantiene todo unido; es la clave que resuelve el enigma; es lo infinito que define lo finito; es lo absoluto que le da sentido a lo demas. Como dijera Francis Schaeffer: Si no hay ninguna norma moral absoluta, entonces no se puede decir en un sentido final que algo sea bueno o malo. Por abso- luto queremos decir algo que siempre se aplica, aquello que proporciona una norma final o definitiva.* Debe existir lo absoluto si tiene que haber moralidad; debe existir lo absoluto si tiene que haber valores reales. Si no hay un absoluto mas alla de las ideas del hombre, entonces no hay un recurso final del cual valerse para juzgar entre individuos y grupos cuyos juicios difieren. No nos quedan sino opiniones contrarias. A MEDIDA QUE PASA EL TIEMPO Incluso después de los extravios del Renacimiento, la Ilustra- cién, la Revolucién Industrial y el Darvinismo, la mayoria de la gente de la cultura occidental vivia lejos de Descartes y Darwin. Lejos de los que declaraban que Dios estaba muerto (de un modo u otro) y que veneraban al hombre como el nuevo dios: la causa del progreso y el juez de lo bueno y lo malo. En general, todas esas ideas elevadas acerca de la grandeza del espiritu humano y la sufi- ciencia del esfuerzo humano sencillamente no penetraron en la mente del simple obrero con un jefe intransigente o de la madre de cuatro hijos que cafa extenuada en la cama todas las noches. Como resultado, la generacién que crecié en la primera parte del siglo veinte (ahora ancianos) maduraron en un mundo muy distinto al que existe en el amanecer del siglo veintiuno ...aunque ya se estaba formando en el horizonte una tormenta de propor- ciones catastréficas. Tal vez usted diga: “Pero todas estas cosas pasaron antes de este siglo, antes de que nacieran mis abuelos. ;Por qué pareciera que las cosas llegan a una crisis ahora, en esta generacién2” La explicacién es en parte el hecho de que los cambios cultura- les no ocurten reperitinamente; las ideas y las Slosofias no se ven- 47 ES BUENO O ES MALO den por la calle como salchichas. Se desarrollan mas bien como una tormenta tropical. Antes de cada tormenta tropical, hay cambios en el clima. Al principio estos cambios son casi imperceptibles —se juntan nu- bes oscuras, baja la presién barométrica, aumenta la velocidad del viento. Cada uno de estos cambios es gradual e insignificante por s{ solo; pero sumandose a las demas, forman los componentes de una tormenta de proporciones catastréficas. En forma similar, el cambio fundamental en el concepto que la gente tiene del mundo viene formdndose gradualmente a través de los siglos. A medida que pasa el tiempo, cada generacién acep- ta mds ideas nuevas. Francis Schaeffer explicé la lenta disemina- cién de estas ideas en su libro How Should We Then Live? (:Cémo, pues, viviremos?): La pérdida de valores tradicionales} se difundié en tres formas dis- tintas en la gente de nuestra propia cultura y en los demés pueblos del mundo, Geogréficamente, se extendié desde la Europa conti- nental hasta Inglaterra, después de un tiempo cruzando el Adantico a los Estados Unidos de Norteamérica. Culturalmente, se difundié en las diversas disciplinas desde la filosofia hasta el arte, la miisica, la cultura general (la novela, la poesfa, el teatro, las peliculas) y la teologia. Socialmente, se difundié desde los intelectuales a las per- sonas educadas y luego, por los medios de difusién masiva, a todo el mundo.* Las ideas y las observaciones de personas como Descartes, Darwin y otros, que durante afios habfan estado flotando entre la clase intelectual como copos de nieve en un cielo gris, finalmente comenzaron a asentarse en el suelo. Desde comienzos del siglo veinte en adelante, la transmisién de valores tradicionales de una generacién a otra comenzé a disminuir, como los automéviles viejos que van dejando de circular. Esa pérdida de valores tradicionales fue facilitada por los enor- mes cambios sociales que han ocurrido en este siglo. Estos cam- bios no son necesariamente malos de por sf; sin embargo, han te- nido un efecto desastroso por las maneras en que han contribui- do a la crisis de la verdad, permitiendo que el cambio de una pers- 48 UN MOVIMIENTO SISMICO. pectiva del mundo centrada en Dios a una perspectiva antropo- céntrica se apodere de nosotros. Todas juntas se han sumado cre- ando la tormenta generacional que ahora se esta librando a nues- tro alrededor. A sabiendas 0 no, usted y yo podemos estar contri- buyendo a esas mismas fuerzas de las cuales tanto deseamos pro- teger a nuestros hijos. @ EL ADVENIMIENTO DE LOS MEDIOS MASIVOS DE COMUNICACION Uno de los cambios sociales de mayor influencia en el siglo vein- te ha sido el advenimiento de los medios masivos de comunicacién. Los adultos mayores (nacidos antes de 1927), pueden recordar las primeras radios y peliculas sonoras. Los adultos nacidos entre 1927 y 1945 pueden recordar los primeros televisores. En contraste, la mayoria de los adultos nacidos entre 1946 y 1964 no pueden recor- dar una é¢poca sin televisién y sus hijos no pueden imaginar una vida sin MTV, *HBO, videocaseteras y discos compactos. El desarrollo de la radio, peliculas, televisién y otros medios elec- trénicos ha cambiado a nuestra sociedad en tres formas criticas. Primera, los medios de difusién masiva han encogido el mun- do y alentado la rapida diseminacién de noticias e ideas. Debido a los medios de hoy, el mundo es mds pequefio que nunca; sus conflictos estan més cercanos y sus problemas son mas inmedia- tos. La noticia del asesinato del presidente Kennedy en 1963 se difundié en todo el pais a los pocos minutos de haber ocurrido; la guerra del Vietnam fue la primera en exponer a los americanos a las atrocidades de la guerra en sus propias salas todas las noches a las veintitrés horas. Los medios electrénicos nos han unido den- tro de nuestro propio pais y con la gente de otras latitudes. Pero este “pueblo global” creado por los medios electrénicos también ha acelerado la destruccién de los valores morales tradicionales. Los programas de televisién en sus diversas presentaciones (Phil Donahue, Bart Simpson, Peter Jennings, Cristina y otros) han introducido ideas y perspectivas en el hogar que marcan un con- traste sombrfo con la perspectiva biblica. *Canal de TV que proyecta peliculas que atentan contra la moral y ética cristianas, 49 ES BUENO O ES MALO Segunda, los medios masivos de comunicacién han afectado la manera en la cual se relacionan las familias. “;Qué programas hay en la tele hoy?”, en muchas familias ha reemplazado a la tradicio- nal pregunta: “Papa, ;me puedes ayudar con la tarea?” Las fami- lias solian hacer sobremesa; ahora, en vez de una sana conversa- cién (un intercambio de noticias y opiniones entre padres ¢ hi- jos), toman la cena frente al televisor, viendo programas “familia- res” repetidos en una reunién irénicamente llamada “sala fami- liar”. El adolescente tipo pasa casi tres horas frente al televisor por dia; el uso promedio por casa es de mas de seis horas. Mientras tanto, nuestros jévenes nos informan que pasan menos de cuatro minutos al dia en conversaciones importantes con sus madres y dos minutos y medio al dia hablando con el padre.’ Por supuesto que no es sélo el televisor; la muisica y las peliculas también tien- den a frustrar la comunicacién familiar eficaz. No es de sorpren- derse que los padres duden que le estén transmitiendo sus valores asus hijos, los adolescentes pasan un 2.800% mis de tiempo con Beavis, Butthead, y Madonna que con sus padres! Sus actores, actrices y cantantes favoritos han capturado su atencién. Tercera, las peliculas y la televisién presentan un modelo total- mente falso de la realidad de las acciones y sus consecuencias. Los héroes de las peliculas pueden resolver problemas que parecen in- superables en menos de dos horas (generalmente con un golpe en la cabeza o el estallido de una ametralladora Uzi). Los héroes de la pantalla chica pueden hacerlo en menos de una hora. Tales mo- delos pueden afectar la forma como su hijo enfoca los problemas. Pero aun més nocivo es el impacto de una dieta diaria de per- sonajes y programas que muestran poca diferencia entre lo que es bueno y lo que es malo y poca relacién entre las acciones de una persona y las consecuencias que resultan de su comportamiento. Por ejemplo, de todos los personajes de televisién y cine que han participado en relaciones sexuales ilicitas, spuede usted nombrar alguno que haya contrafdo clamidia o VPH (Virus de Papiloma Humano) o una de las otras cincuenta y siete enfermedades vené- reas? Probablemente muy pocos, porque los personajes de televi- sién y cine rara vez presentan los problemas causados por su con- ducta o las consecuencias que sufren por su inmoralidad. 50 UN MOVIMIENTO SISMICO. MLA URBANIZACION D ELA SOCIEDAD Otro factor en la desintegracién de las perspectivas tradicionales de la verdad y la moralidad ha sido el efecto de un movimiento im- portante en la poblacién de la sociedad occidental. Este siglo ha visto un movimiento sin precedentes de las familias del ambiente rural al ambiente urbano. El autor Os Guiness sefiala: En 1940 Estados Unidos de América todavia era una nacién rural, de pueblos pequefios. Por increfble que parezca hoy, menos del 50% de todos los norteamericanos vivia entonces en ciudades de mas de diez mil habitantes. Pero [sucedieron] cam- bios sociales tremendos en las décadas de los cuarenta y de los cincuenta. Para 1950, dos de cada tres norteamericanos se ha- bfan mudado a una de las grandes regiones metropolitanas.’ En primer lugar, este cambio en la poblacién —por primera vez. a tan gran escala— ha separado a los nifios de la red de apoyo que constituyen abuelos, tfos, etc. Para las generaciones anteriores, los abuelos y demés familiares eran una fuente importante de instruccién y gufa moral. Su presencia no sélo apoyaba a los pa- dres, sino que con frecuencia proporcionaba sabios consejos a los nifios cuando mama y papé no estaban (o cuando hubiera sido imprudente consular a los padres). Los abuelos (asi como los tfos) muchas veces servian de mentores y tutores para los nifios; toda la familia participaba en la educacién de los nifios y en la comuni- cacién de valores importantes y moralidad. Las generaciones re- cientes han perdido esos recursos: hace cincuenta ajfios el 60 0 70% de todas las casas inclufa por lo menos un abuelo; hoy menos del 2% de las casas tienen el beneficio de ese valioso recurso. En segundo lugar, les negé a los hijos los beneficios del apren- dizaje. En la granja, los hijos trabajaban junto a sus padres y abue- los. Apilaban el heno juntos, removian troncos juntos, lavaban platos juntos y preparaban la comida juntos. Estas tareas compar- tidas no sdlo ensefiaban destrezas importantes a los nifios; tam- bién presentaban amplias oportunidades para que los padres com- partieran la historia de la familia y comunicaran valores impor- tantes. Cuando mama y pap4 comenzaron a trabajar en oficinas 51 ES BUENO O ES MALO distantes mientras sus hijos quedaban con nifieras o en guarde- rias, se les quité a esos nifios un beneficio importante. Finalmente, el cambio de estilo de vida de lo rural a lo urbano resulté en la pérdida de un proceso por el cual los nifios aprendian que las acciones tienen consecuencias. Junto con el cambio a un estilo de vida urbano, o suburbano, ocurrié un cambio en el papel que cada nifio desempefaba en el hogar. En la granja cada nifio tenia responsabilidades importantes, e incluso el mds pequefio aprendia que la irresponsabilidad tendrfa consecuencias. Por ejemplo, el abuelo de Felipe Méndez sabfa que si no prendfa el fuego en una frfa mafiana de invierno, nadie lo prenderia, lo cual afectarfa a toda la familia. Si no se ordefiaban las vacas, no habria leche; si no se recogfan los huevos, no habria desayuno; si no se cortaba la lefia, no habria fuego. Los nifios se criaban con un en- tendimiento claro de la relacién entre las acciones y las conse- cuencias, una conciencia que en gran medida ha desaparecido con el cambio del estilo de vida rural al estilo de vida urbano. @ EL SURGIMIENTO DEL MATERIALISMO Un tercer factor que ha moldeado a nuestros jévenes y la ma- nera como ven el mundo es la prosperidad econémica sin prece- dentes que siguié a la Segunda Guerra Mundial. Por ejemplo, en 1940 el 43,6% de los americanos tenfa vivienda propia; en 1960 ese ntimero habfa aumentado en un 42% (en contraste, desde 1920 hasta 1940 hubo una disminucién del 4%). Os Guiness es- cribe que “La tercera parte de las viviendas que existian en 1960 fue construida en la década de los 50”.* Los fabricantes de auto- méviles de la nacién cambiaron la produccién para cumplir con la demanda cada vez mayor de automéviles. Los consumidores co- menzaron a comprar televisores. En el espacio de diez afios el pro- ducto nacional bruto de Estados Unidos de América aumenté casi dos veces. Sin embargo, este auge econdmico afecté algo mds que al bolsillo de la gente; afecté su forma de vivir, de pensar y de edu- car a los hijos. La nueva prosperidad alenté un nuevo materialismo. Habia amanecido una nueva época de consumismo; como nunca antes 52 UN MOVIMIENTO SISMICO las familias comenzaron a adquirir viviendas, automéviles, articu- los que dan comodidad y extravagancias. Y lo que es mds impor- tante, estas posesiones materiales—y los medios para adquirir- las— comenzaron a ser mas importantes. Tan sélo el 15% de per- sonas nacidas antes de 1927 consideraba que era muy deseable “tener un trabajo donde se pague mucho”; esa cantidad casi se duplicé entre sus hijos, los que llegaron a ser los adultos durante el auge econémico de la posguerra. Los que fueron criados en el ambiente prdspero de la posguerra valoran aun mds un empleo bien remunerado (34%); todavia mas de éstos —el 56%— con- sidera que un empleo bien remunerado es muy deseable. Existe la misma tendencia cuando la pregunta es si tener una vivienda grande es una prioridad; el 16% de los ancianos considera que es una meta “muy deseable”, cantidad que aumenta constantemente a través de las generaciones hasta llegar a un 43% entre los jévenes de hoy. El mensaje que surge de estas y otras estadisticas es que la prosperidad ha creado una actitud que valora cada vez mas los be- neficios materiales en comparacién con otras prioridades (como tener una relacién intima con Dios, por ejemplo, © vivir cerca de otros miembros de la familia, valores que se han ido perdiendo ca- da vez mds durante las dltimas cuatro generaciones). Todo eso influyé en la educacién de toda una generacién que se fija metas predominantemente econdémicas, no morales. La ola creciente del materialismo entre nuestros jévenes no debiera ser ninguna sorpresa si recordamos que la meta m4s comuinmente ex- presada por muchos padres de las décadas de los 50 y de los 60 era “darles a mis hijos las cosas que nunca tuve”. El autor James A. Michener, ganador del premio Pulitzer, se refiere a esta ten- dencia: Comenzando alrededor de 1960, la oleada de nifios nacidos después del final de la Segunda Guerra Mundial, apropiada- mente llamados los Nifios del “Boom”, comenzé a comportarse en maneras misteriosas. Sus padres, especialmente los padres que habian experimentado tanto privaciones como choques psiquicos, fueron excesivamente indulgentes con sus hijos si- guiendo la teorfa popular: “Quiero que a mi hijo le vaya mucho 53 ES BUENO O ES MALO mejor de lo que me fue a mi cuando me estaba criando durante la Depresién.”” De esta manera crecieron los nifios de la década de los 50 y de los 60, no con una meta primordialmente moral como sus padres y sus abuelos, sino con una mentalidad basicamente econdémica. Los padres consideraban que su responsabilidad principal era su- plir las necesidades materiales de sus hijos. Al hacerlo, muchos de ellos descuidaron su responsabilidad de crear un marco de refe- rencia moral para su descendencia. Finalmente, se dio la ironfa de tener mds tiempo libre y, sin embargo, menos tiempo en “familia”. La prosperidad de la pos- guerra introdujo muchas comodidades que “ahorran tiempo”, co- mo lavaplatos, lavadoras y secadoras de ropa, secadoras de cabe- Ilo. Sin embargo, estos dispositivos para ahorrar tiempo irénica- mente han resultado en que las familias estén menos tiempo jun- tas. Sin platos para secar y ropa para colgar, los padres y los hijos tienen més tiempo, pero sélo para sus actividades individuales. M@ LA CRECIENTE INFLUENCIA DE LA EDUCACION PUBLICA El ultimo factor importante en la desaparicién de los valores tradicionales es el papel cada vez mayor que desempefa la educa- cién publica en la sociedad norteamericana. Las escuelas puiblicas han sido por generaciones una parte critica y positiva de esta so- ciedad. Sin embargo, las generaciones recientes han sido testigos de tres cambios importantes en la educacién publica que han contribuido inmensamente a nuestra incapacidad de transmitir valores biblicos sdlidos a nuestros hijos. Primero, cuando la generacién nacida entre mediados de los 40 y mediados de los 60 empezé a ir a la escuela, hubo un cam- bio de escuelas de vecindario a “fabricas educacionales”. Antes de la Segunda Guerra Mundial, la mayorfa de los nifios norteameri- canos se educaba en pequefias escuelas de vecindario. Estas escue- las frecuentemente empleaban a parientes y vecinos como maes- tros. El programa de estudio era un reflejo de la comunidad. Pero 54 UN MOVIMIENTO SISMICO cuando la primera ola de Ja generaci6n de posguerra comenz6 su primer afio escolar, la demanda repentina de tener mds maestros y espacio cambié el aspecto de la educacién ptiblica. Los autores H. Stephen Glenn y Jane Nelsen sefialan: En o alrededor del 1° de septiembre de 1951 una masa de 4,2 mi- llones de nifios urbanos/suburbanos llegaron a las escuelas en busca de aulas, maestros y libros. Todo el mundo fue tomado por sorpresa, porque pocos habian prestado atencién a la advertencia implicita en el indice de nacimientos de 1946, cuando aparecieron cinco veces més nifios que el afio anterior para comenzar el primer afio y preguntaron: “Donde me siento?” Los nifios entraron a lo que Glenn y Nelsen Ilaman “fabricas educacionales”: escuelas regionales enormes con clases de treinta alumnos ensefiados por maestros que no conocian a los nifios ni a sus padres. Como resultado, una estructura que antes habia apoyado los esfuerzos de los padres por inculcar valores tradicio- nales en sus hijos ya no podfa identificar esos valores y mucho menos apoyarlos. Segundo, una presencia federal cada vez mayor en las escuclas publicas. En el transcurso de los uiltimos treinta afios, una parte cada vez una mayor parte del programa de estudios de la edu- cacién piiblica ha tenido una influencia nacional en vez de local. El establecimiento de un Departamento de Educacién federal en 1979 aceleré la tendencia hacia la participacién federal en la edu- cacién publica. Como resultado, las decisiones las toman cada vez menos los padres y demés adultos que sienten un {ntimo interés por los valores que adoptan sus hijos. Tercero, lo que es mds importante, los padres han cambiado su forma de pensar; en la actualidad, los padres esperan que los pro- fesionales eduquen a sus hijos. Si yo le preguntara a un grupo de 100 padres: “;Quién estd a cargo de la educacién de su hijo?”, es- perarfa que la mayorfa de ellos contestara algo asi como: “Su ma- estra de la escuela” “sus profesores...” 0 “la Escuela Santa Ursula”. Pocos contestarfan “Yo”. El cambio mds importante en la educa- cién durante los ultimos cincuenta afios no ha ocurrido en las escuelas; ha ocurrido en la mente de los padres, quienes ya no to- 55 ES BUENO O ES MALO man la responsabilidad principal por la educacién de sus hijos. Mamié, papa, jhemos dejado que otros se encarguen de nuestros hijos! Hemos llegado a pensar que debemos apoyar a los que estén a cargo de la educacién de nuestros hijos en lugar de encargarnos nosotros mismos. Esto se aplica no sélo a los padres cuyos hijos asisten a las escuelas publicas, sino también a los padres que en- vian a sus hijos a escuelas privadas o cristianas. Como dice el pas- tor de jévenes James Strole: “Los padres cristianos no se estan sa- crificando por sus hijos. Dan por sentado que la iglesia o la es- cuela cristiana realizan esta tarea.”'' La gran mayoria de los maes- tros, directores y obreros juveniles de las iglesias que yo conozco estén clamando por una participacién mds activa de los padres en la educacién académica y espiritual de sus propios hijos; es una tragedia que ha contribuido inmensamente a la decadencia de los valores biblicos entre nuestros jévenes. i UNA GENERACION DE PRIMEROS ACONTECIMIENTOS En general, la generacién que se esta acercando a la edad adul- ta se puede agrupar en estos patrones: @ la primera generacién de la historia que ha sido educada completamente bajo la influencia de la television en una so- ciedad saturada con medios electrénicos; @ la primera generacién de la historia que ha sido educada sin la influencia de parientes cercanos (tfos, abuclos, etc.); i la primera generacién de la historia que ha sido educada en gran parte por padres que jamas han conocido privaciones ni pobreza; Mi la primera generacién de la historia que ha sido educada por padres que asignan a otros la responsabilidad principal de la educacién de sus hijos. Pero en tiltima instancia, ninguno de estos factores —ni la in- fluencia de los medios masivos de comunicacién, ni la urbani- zacién de la sociedad, ni el surgimiento del materialismo, ni la 56 UN MOVIMIENTO SISMICO influencia cada vez mayor de la escuela publica— ha creado la cri- sis de la verdad que azota hoy a nuestros jévenes. Si, han contri- buido a una difusi6n mas amplia de una perspectiva del mundo que tiene sus raices en el Renacimiento y otras influencias histéri- cas, pero cosas como la televisién y las escuelas ptiblicas no son lo fundamental. Ciertamente han contribuido a la tormenta que amenaza con arrasar a nuestros hijos. Pero creo que el factor mds importante en la pérdida de valores morales y éticos de nuestros hijos es la forma como sus padres —usted y yo— hemos encara- do la tormenta. Me doy cuenta de que no podemos desandar el camino reco- rrido. No podemos volver a capturar aquellos dias antes de la televisién, cuando la mayoria de las familias vivia en el campo, sinceramente, tampoco querria hacerlo. A pesar del malestar de nuestra sociedad, es una época apasionante. Pero lo que si pode- mos hacer es aprender de la historia. Si entendemos cémo nues- tra cultura —al igual que el antiguo Israel— cayé victima de este movimiento s{smico, podemos comenzar a responder a los peli- gros. Si vemos cémo nuestro fracaso en ajustarnos a los enormes cambios sociales del tiltimo siglo ha estorbado la transferencia de valores biblicos a las generaciones subsiguientes, estaremos mejor preparados para enfrentarnos a nuestra cultura. Si a cada paso resistimos el alejamiento de la cultura a la dependencia de Dios, estaremos en una mejor posicién para equipar a nuestros jévenes con valores y normas biblicas. @ PASANDO “EL *TESTIGO” Ha visto alguna vez una carrera de relevos? Mientras el primer corredor de cada equipo corre la primera vuelta de la carrera el siguiente se prepara para televarlo. Calcula ansiosamente la llega- da de su compafiero y comienza a correr antes de que lo pase. Entonces llega el momento critico y el primer corredor le pasa “el testigo” al segundo. El proceso se repite dos veces mas durante la carrera, cuando cada corredor le pasa el testigo al siguiente. * TESTIGO, nombre dado al bastén u otro objeto que se pasa de un jugador a otro, en una carrera de relevos, 57 ES BUENO O ES MALO Un buen entrenador le diré que la carrera frecuentemente se gana o se pierde durante la transferencia del testigo. Un mal cAlculo o una pausa en ese momento puede costar la carrera. Podemos heredar nuestros valores a la préxima generacién, pe- ro un mal cdlculo o una pausa en la transferencia de “nuestro tes- tigo” de la verdad puede costar la carrera, Quizds haya estorbos; los espectadores pueden distraer la atencién y la pista puede estar en mal estado. Pero al igual que en una carrera de relevos, tene- mos una zona limitada en la cual se puede realizar la transferen- cia. Si como padres, pastores, maestros y obreros juveniles apren- demos las lecciones de la historia, luchamos lo mejor que pode- mos contra las tendencias sociales y articulamos claramente la norma objetiva de la verdad en que se basa nuestra propia morali- dad y nuestros valores, nos ayudaremos a nosotros mismos —y a nuestros jévenes— a lograr la wransferencia que tanto necesitan. 58 i De Generacién en Generacién Juan Méndez, pastor de la iglesia Evangélica de Lago Azul, por primera vez en muchos afios se sintié incémodo en el puilpito. Sus ojos recorrieron los rostros de una congregacién que lo observaba esperando a que comenzara el sermén dominical. Hacia més de cuatro afios que era pastor de esta iglesia y nunca habfa Ilorado en el puilpito. Estaba decidido a que este domingo tampoco lo harfa. “Vengo ante ustedes esta mafiana como un hombre distinto al que era la semana pasada. Han ocurrido varias cosas durante esta ultima semana que me han forzado a tomar conciencia de mis fra- casos y fallas. No detallaré los acontecimientos que me obligaron a examinar mi propia alma y mis propias acciones pero les diré que el sermén de esta mafiana surgié de esa experiencia”. Con un gesto conocido por cada miembro de su iglesia, el pas- tor Méndez levanté del ptilpito su ancha Biblia negra y la aseguré con su mano izquierda. Se desplazé con seguridad, su cuerpo er- guido como un mistil. Se ajusté los lentes con la mano derecha, respiré profundo y se paré al lado del pulpito. “El antiguo libro de los Jueces habla de las generaciones de israelitas que se criaron después de los grandes acontecimientos del éxodo y de la conquista de Canaan. La generacién de Josué, que habfa visto las aguas del mar Rojo separarse, habfa recibido la 59 ES BUENO O ES MALO ley en el monte Sinai y habia luchado en la batalla de Jericé, per- manecié fiel a Dios y su Ley. Era la generacién que conocfa al Sefior y habja testimoniado sus grandes maravillas. “La generacién siguiente —los hijos de Josué, los hijos de los hombres que lucharon junto a él, los hijos y las hijas de las mu- jeres que habfan juntado el mand en el desierto— se criaron con las historias personales que sus padres y sus madres contaban de la liberacién y provisién de Dios. No habian visto derrumbarse los muros de Jericé. No habian ofdo los retumbos del Monte Si- nai; pero sus padres les ensefiaron esas cosas de dia y de noche, y cuando se despedian de ellos por la noche y cuando caminaban juntos en el campo. Y esa generacién permanecié fiel. “Pero, el relato biblico nos cuenta que algo fallé. Algo pasé con la tercera generacién después del éxodo”. El pastor Méndez miré la Biblia que tenia en la mano izquier- da y habl6 con una voz sonora, cargada de emocién: El pucblo sirvié a Jehovah todo el tiempo de Josué y todo el tiempo de los ancianos que sobrevivieron a Josué, quienes habfan visto todas las grandes obras que Jehovah habia hecho por Israel... Después de ellos se levanté otra generacién que no conocfa a Jehovah, ni la obra que él habfa hecho por Israel. Los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehovah y sirvieron a los Baales. Abandonaron a Jehovah, el Dios de sus padres, que los habfa sacado de la tierra de Egipto, y se fueron tras otros dioses, entre los dioses de los pueblos que estaban en sus alrededores, a los cuales adoraron.' Levanté la vista de la Biblia, sus ojos estaban Ilenos de lagrimas. “Qué pasé?” pregunté melancélicamente. “;Qué pasé con esa generacién? Sus abuelos habfan visto la gran mano de Dios. Sus padres habian ofdo testimonios personales de las maravillas que Dios habia obrado. Pero, por algtin motivo, la tercera generacién después del éxodo recibié menor influencia de sus padres, que conocian a Dios y lo que él habfa hecho por Israel, que de la cul- tura que la rodeaba, una cultura llena de fdolos y falsificaciones. ¢Cémo ocurrid? ;Cémo fue que esa generacién crecié sin conocer a Dios y lo que habfa hecho por Israel? 60 DE GENERACION EN GENERACION, “Por supuesto que estaba la influencia de la sociedad. Ustedes saben que estaban rodeados por cananeos, jebuseos y amorreos: por todo tipo de malas influencias. Se estaban construyendo tem- plos paganos y en el mercado se estaban tocando canciones seduc- toras. “Por supuesto que su estilo de vida habia cambiado drastica- mente a lo largo de estas generaciones. La generacién de Josué ha- bfa salido de Egipto cuando todavia era joven; conocia las priva- ciones y la guerra. La segunda generacién no conocia la guerra en la época en Ia cual crié a sus hijos; se establecié y comenzé a cons- truir sus propias viviendas y a cultivar sus propios campos... por primera vez en siglos. Dijeron: “Quiero que mis hijos tengan to- das las cosas que yo nunca tuve.’ “Pero no fue la sociedad la que descarrié a esta tercera genera- cién. No fueron los enormes cambios en el estilo de vida que ocu- trieron en su sociedad. Ni siquiera fue culpa de los paganos, que igual que los cananeos y los jebuseos habfan sido muchos en las generaciones anteriores’. El pastor Méndez miré a su esposa, sentada en la primera fila; Felipe, de diecisiete afios, y Sara, de nueve afios, estaban sentados uno a cada lado de ella. Su mirada pasé de su propia familia a Gabriel y Clara Maciel y sus hijos, Marisa, Lorena y Miguel. Miré a Gina Santoro, una madre divorciada cuya hija se acababa de ca- sar. Su mirada se cruz6 con la de varios otros miembros de la con- gregacidn antes de enderezarse y caminar hacia el borde de la pla- taforma. Luego siguiéd hablando con voz baja pero sincera. “La tercera generacién de israelitas libres se crié sin conocer a Dios ni las cosas que habla hecho por Israel porque”, hizo una pausa, “aunque sus padres les dieron muchas bendiciones mate- riales, no hicieron lo que habian hecho sus padres antes que ellos. No les contaron a sus hijos las historias de cémo Dios los habfa sacado de Egipto y les habia dado victoria tras victoria sobre sus enemigos. Dejaron de repetir, una y otra vez, como Dios les ha- bfa dado la Ley, y por qué sus mandamientos eran tan importan- tes. Las madres no les ensefiaron a las hijas cémo lavar la ropa sucia en las piedras del rio ni los padres enfatizaron la importan- cia de la siega; menos aun alcanzaron a ensefiar a sus hijos los pre- 61 ES BUENO O ES MALO ceptos de Dios. Tenfan camellos que canjear, graneros que cons- truir, fiestas que planear, bodas a las cuales asistir —cientos de co- sas para hacer—, pero nunca incluyeron la instruccién moral y es- piritual en sus ocupadisimos horarios”. El pastor pasé la Biblia a su mano derecha, la cerré y la usd para gesticular a la congregacidn. Su mirada volvié a pasar por los diversos miembros de la congregacién. “Estoy convencido de que estas cosas ‘fueron puestas por ejem- plo’, como dice la Biblia, porque las mismas cosas estén sucedien- do hoy. Vemos toda una generacién de nifios que reciben menos influencia de sus padres que de la sociedad que los rodea, una so- ciedad Ilena de {dolos y falsificaciones, una sociedad incapaz de distinguir lo que es bueno 0 malo, una sociedad que no puede distinguir entre lo humano y lo animal, entre varones y hembras, entre la raz6n y la locura, entre el arte y la pornografia, jentre el conocimiento y la ignorancia!’ Vemos una generacién mala y aduiltera que ni conoce a Dios ni lo que ha hecho por los que obe- decen sus mandamientos. “Nuestros hijos no estén adoptando nuestros valores ni nues- tra moralidad. No comparten nuestras prioridades ni nuestras perspectivas. Y no podemos culpar a los medios de difusién, nia la sociedad, no podemos culpar al gobierno, ni a la Corte Supre- ma de la nacién, no podemos culpar a las escuelas publicas. Ellos no son responsables de comunicar los valores biblicos a nuestros hijos, jsomos nosotros! No podemos esperar que cambie nuestra sociedad (si acaso pudiéramos); debemos cambiar la forma como respondemos a ella. No sirve de nada lamentarnos de nuestra so- ciedad; debemos controlar cudnto permitimos que influya en no- sotros y en nuestros hijos. “No podemos culpar a la televisién y a las peliculas de lo que creen nuestros hijos ni de la forma como se comportan, porque hemos permitido que los medios de difusién influyan en ellos. Hemos usado el televisor como nifiera para nuestros bebés y en- tretenimiento para nuestros adolescentes. Hemos sido demasiado perezosos 0 nos ha faltado el interés suficiente para examinar las peliculas antes de que las vean nuestros hijos, confiando en que un sistema de clasificacién nos dice lo que nuestros hijos pueden 62 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. DE GENERACION EN GENERACION Después de la oracién el pastor Méndez bajé del pulpito y ca- miné en silencio hasta la entrada del templo. La gente vacilé y muchos intercambiaron extrafias miradas. No hubo un himno fi- nal ni una bendicién pastoral. Poco a poco se fue vaciando el tem- plo, a medida que la congregacién iba saliendo en silencio. El pastor estaba de pie junto a las puertas grandes de la entra- da principal, daba la mano ¢ inclinaba la cabeza seriamente en respuesta a los comentarios de la gente. Gina Santoro tom6 la mano del pastor y lo miré fijamente. —Debo decir que no encontré mucho aliento en la casa de Dios esta mafiana. Algunos hemos hecho lo mejor que hemos po- dido por nuestros hijos bajo circunstancias dificiles—. Respiré r4- pidamente, como si estuviera a punto de llorar—. Usted nunca sabré lo dificil que es ser madre divorciada. Yo quiero a mi hija y estoy orgullosa de ella, y la he criado con muy poca ayuda. Creo que lo hice bien y me ofende su sugerencia de que me escapé del matrimonio cuando las cosas se pusieron dificiles. Hice lo que tuve que hacer, lo que pensé que era lo mejor en el momento. Es todo lo que puede hacer cualquiera de nosotros.” EI pastor incliné la cabeza solemnemente y absorbié la critica sin pronunciar una sola palabra. Mientras Gina le reclamaba al pastor, la familia Maciel salia del estacionamiento de la iglesia. Gabriel y Clara estaban senta- dos en el asiento delantero del Volvo con su hijo de siete afios, Miguel. Sus hijas Lorena, de once afios, y Marisa, de quince afios, iban en el asiento de atrds. Como de costumbre, Gabriel y Clara comentaban sobre los acontecimientos de la mafiana, Después de varios minutos, Clara incliné la cabeza a un lado y miré a su esposo. — Qué te parecié el sermén? —pregunté. Gabriel respiré. —Bueno —comenzé. Pero antes de que pudiera terminar, Marisa lo interrumpid. —EI pastor te dio con todo cuando dijo lo del detectarradares, no, papa? Gabriel sonrié y miré de reojo el dispositivo en el tablero. 65 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. MAS REALIDAD QUE FICCION ta. Quiero a Marcos, jy no me pueden decir que eso es malo! Salié intempestivamente de la sala. Su padre la miré salir, sin saber qué hacer. Finalmente, se senté junto a su esposa. —Es tan joven —dijo Clara. Permanecieron sentados en silencio sin mirarse. —Es tan joven —repitid. Gabriel asintié con la cabeza. —Pero ya tiene suficiente edad como para saber lo que es malo —dijo él. Clara escondié la cara en el hombro de su esposo y llord. Per- manecieron asi un largo rato, compartiendo en silencio su dolor, hasta que el suefio los libré de su pesadilla. EL CONCEPTO QUE NUESTROS JOVENES TIENEN DEL AMOR Y EL SEXO @ Esa trégica escena es mas realidad que ficcién. Créame que se repite con demasiada frecuencia. Recibo llamadas y cartas de pa- dres destrozados y de adolescentes confundidos. Segtin George Barna del Grupo de Investigacién Barna, ape- nas el 23% de toda la generacién de adultos jovenes y adoles- centes (tanto en la iglesia como fuera de ella) dice no haber tenido relaciones sexuales. Ms de dos tercios de ellos admite haber teni- do relaciones sexuales con otra persona soltera. Dos de cada diez dicen que han tenido relaciones con una persona casada. Una de cada catorce personas casadas de esta generacién ha tenido rela- ciones extramatrimoniales. Casi la mitad (47%) de los bebés naci- dos a las mujeres de esta generacién en 1992 fueron hijos de ma- dres solteras.' Y las jovencitas estan empezando a tener relaciones mucho mas temprano ahora; la edad promedio para el primer ac- to sexual prematrimonial ha bajado de diecinueve afios en 1960 a diecisiete afios en 1990. Estas estadisticas de por si son ya alarmantes; pero nuestra nueva investigacién revela que sus hijos y los mios —los hijos que han crecido en hogares cristianos y buenas iglesias— también es- tin sucumbiendo a las presiones constantes de una sociedad en- loquecida por el sexo. Para cuando cumplen los dieciocho afios de edad, mds de uno de cada cuatro (27%) de los jvenes de la igle- 69 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. MAS REALIDAD QUE FICCION, —Ella y Roberto se van a divorciar. Bety se quedé helada. Tragé saliva y miré a su amiga. —No me mires asi —dijo Gina apasionadamente, reaccionan- do al cambio de expresién de Bety—. No sabes cudntas veces me he preguntado si hice bien cuando me divorcié, —dijo, apretan- do la mano de su amiga entre las suyas—. Hasta el dia de hoy realmente no sé. Pero yo esperaba, Bety, realmente esperaba poder evitar que mis hijas cometieran los mismos errores que comet yo. —Le rogué a Melisa que tratara de arreglar las cosas con su es- poso “Sdélo han estado casados siete u ocho meses. Dense mds tiem- po”, le dije. Pero ella insiste en que su matrimonio no funciona. Le dije que esperara, su esposo sdlo lleva en su nuevo empleo unos pocos meses y que han tenido que hacer muchos ajustes. La angustia de Gina la impulsaba a seguir hablando, relatando los detalles de la conversacién que habfa tenido la noche anterior con su hija. —Finalmente le dije que fueran a ver a un consejero y ella me dijo que no servirfa de nada. No sé qué hacer. No sé qué mas de- cirle. La emocién le volvié a cerrar la garganta, impidiéndole se- guir hablando. La expresién de Bety era seria. Tenfa los labios apretados y no atinaba a decir nada. Gina rogé en silencio con sus ojos llorosos por compasién y comprensién. Las dos amigas siguieron sentadas en silencio hasta que Bety hablo. —No te juzgo, Gina —contesté por fin Bety. Ahora su rostro expresaba dolor—. Lamento que nunca te lo haya dicho. Mi hijo Ricardo estA separado de su esposa; los mellizos estén sufriendo. Van a un consejero todas las semanas —dijo; se le quebré la voz y sus hombros comenzaron a sacudirse en silencioso Ilanto. Se tomaron fuertemente de las manos y permanecieron en si- lencio durante unos minutos compartiendo su dolor. El camarero pasé y les Ilené las tazas con café. Mucho después de que se secaran las lagrimas, Gina habl6. Mirando melancélicamente por la ventana dijo: — Qué nos pasa, Bety? ;Por qué no podemos permanecer casadas? ;Por qué hay tantas familias que se desintegran? 73 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. MAS REALIDAD QUE FICCION trimonio y la familia que ellos formaran. Las ideas de un joven acerca de la verdad determinan si escogerd la felicidad 0 escoger4 el dolor; pueden suplir la lente moral que necesita para determi- nar lo que es bueno y lo que “ le parece bien” al hombre. Por ejemplo, es mds probable que los jévenes que han forma- do un concepto firme en pro de la verdad digan que la intencién de Dios era que el matrimonio durara toda la vida y que caracte- ricen sus experiencias familiares como positivas. Es més probable que los jévenes con convicciones firmes de lo que es absolutamente bueno 0 es malo valoren la castidad antes del matrimonio; es un 23% més probable que digan: “Me gus- tarfa ser virgen al casarme” y un 30% mis probable que digan: “Si no fuera virgen ahora y pudiera revertir el pasado, esperaria hasta después de casarme para tener relaciones sexuales.” Es un 65% mas probable que los jévenes que creen en la ver- dad objetiva digan que “si hay hijos de por medio, los padres no deberian divorciarse, aunque ya no se quieran”. En otras palabras, es un 65% mas probable que los jévenes que carecen de un con- cepto a favor de la verdad acepten el divorcio como opcién, aun cuando haya nifios de por medio. De acuerdo con el estudio, también es mds probable que sus hijos si carecen de una conviccién firme acerca de la existencia de la verdad absoluta y de normas morales objetivas consideren la familia alternativa como legitima. Por ejemplo, es un 75% mas probable que los jévenes que tienen un concepto a favor de la ver- dad consideren que la familia tradicional es parte esencial de una sociedad sana. Los jévenes que carecen de un concepto en pro de la verdad aceptan mucho mis el concubinato (parejas no casadas que viven juntas); es un 46% mds probable que digan que “un hombre y una mujer que no estén casados pero que viven juntos y han tenido hijos juntos” forman una familia, y es dos veces y media (150%) més probable que digan que una pareja no casada sin hijos es una familia. La diferencia entre las actitudes de los jévenes que aceptan las normas objetivas de la verdad y los que no las aceptan es mas mar- cada cuando se les pide que clasifiquen a las uniones homosexua- 77 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. MAS REALIDAD QUE FICCION —Enmpecé a gritarle. Le dije que la consejera me habfa dado el papel del cual habia copiado y que me conté las cosas que le habia dicho a la profesora y las palabras que us6; le comenté que nunca en mi vida habja pasado tanta vergiienza. Carlos movié la cabeza asintiendo. El! pastor continud. —Yo le dije: “;Qué crees que la gente va a pensar de mi? ;El hijo del pastor, copiando en un examen y atacando a una profe- sora! jEs esa la impresién que quieres que la gente tenga de nues- tra familia? Me da vergiienza ser tu padre.” Después, al llegar a casa le dije: “Asi no se comporta un cristiano.” —Bajé del auto pero se volvié e inclindndose hacia mf, dijo: “Yo nunca he dicho que soy cristiano!” Después entré en la casa como una tromba. Los dos hombres se miraron en silencio. El pastor Méndez se recliné en su sila. —{Sabes qué es lo peor de esto, Carlos? los hombros del pas- tor se hundieron y su rostro se veia abatido—. Me di cuenta de que él tenia razén. Nunca me habfa detenido a pensarlo, pero al reflexionar me di cuenta de que Felipe nunca habia profesado ser cristiano. Ha ido a la escuela dominical y a las reuniones de la iglesia con nosotros toda Ja vida, pero como bien lo dijo, nunca afirmé ser cristiano. Me da vergiienza admitir que nunca dediqué tiempo para guiar a mi hijo a Cristo ni para darle a conocer la fe. —Nuestros hijos tienen que tomar sus propias decisiones —in- terrumpié su interlocutor. —No estoy hablando de eso, Carlos. Ya no estoy hablando de lo que aprendf acerca de mi hijo... Estoy hablando de lo que aprend{ acerca de mi. Se volvié a inclinar en la silla. —Durante esta ultima semana he hablado con Felipe acerca de cosas que nunca antes habfamos conversado. Es decir, lo he ser- moneado bastante, eso ya lo sabes; supongo que todo el mundo en la iglesia sabe que... —Siempre has sido estricto con tus hijos; eso no es necesaria- mente malo. —Pero el sébado pasado empezamos a hablar —quiero decir a hablar en serio, los dos, yo en ratos escuchando en vez de estar 81 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. MAS REALIDAD QUE FICCION, Los conceptos que nuestros jévenes tienen acerca de la verdad también inciden sobre su compromiso personal y permanente con Jesucristo. Casi cada joven que afirma creer en la verdad absoluta (98%) testifica que tiene un compromiso personal con Cristo, en comparacién con ocho de cada diez (84%) de aquellos a quienes les falta ese concepto. También es un 48% mds probable que los jévenes que han formado un concepto en pro de la verdad digan que iran al cielo cuando mueran porque han confesado sus pecados y aceptado a Jesucristo como Salvador. Es un 38% mas probable que los jévenes que aceptan la ver- dad consideren que la Biblia es “completamente cierta en todas sus ensefianzas” y un 50% menos probable que digan que “Jestis cometié algunos errores”. Un concepto sélido de la verdad resultar4 en una probabilidad 30% mayor de que reconozcan una conexién entre su fe y su comportamiento, diciendo que “la fe cristiana se aplica a la forma como vivo hoy”, y un 34% més probable que consideren que es una prioridad testificar a quienes no son cristianos. Si nuestros jévenes estén preparados con un concepto global a favor de la verdad, ser4 un 20% més probable que crean en un infierno literal y, asombrosamente, més de dos veces mds proba- ble (136%) que crean en un diablo real. El impacto de las convicciones firmes de la verdad se hace mas evidente en las ideas de los jévenes acerca de la verdad relativa y la singularidad del cristianismo. Es un 83% més probable que los adolescentes a los cuales les falta fe en la verdad absoluta diga que “no importa cudl fe religiosa se profese porque todas ensefian lec- ciones similares”. Es (un 115%) mas probable que los que no aceptan que la verdad sea objetiva digan que “nadie puede probar cual religién es absolutamente cierta” y es casi tres veces mds pro- bable (188%) que digan que “los musulmanes, los budistas, los cristianos, los judfos y todas las demds personas oran al mismo dios, aunque usen nombres distintos para ello”. La mayor desigualdad entre los jévenes que apoyan la verdad y los que la rechazan se da en su comprensién de la salvacin y la forma de llegar al cielo. Son mas del doble las probabilidades de que los jévenes que no aceptan las normas objetivas de la verdad, 85 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. LA PRUEBA DE LA VERDAD —Por supuesto —contesté él—. Ald puede hacer todas las co- sas. No esta limitado como su Dios. Si él desea amar, ama. Si de- sea odiar, odia. Ald es “todopoderoso”. —,Podrfa Ald castigarlo por algo que hiciera aunque fuera algo bueno? —pregunté. —Si no le gustara a Al4, me castigarfa. —Entonces no siempre sabe cémo podria responder Ald, ;no? Pensé por un momento. Por fin dijo: —No. No siempre sé lo que harfa— Se detuvo pero afiadié ré- pidamente—-: Pero si sé que Ald es “todopoderoso”. Asenti con la cabeza. —Si yo sirviera a Ald, lo servirfa por temor. Si él ejerciera el poder de hacer lo malo asi como lo bueno, sencillamente porque quiere hacerlo, me estaria castigando a mf por sus propios deseos egoistas. Esa serfa una motivacién terrible para servir a Dios, por- que nunca sabria lo que le provocarfa ira— me estaba escuchan- do atentamente asi que continué—. Yo sirvo a Dios por amor. Dios, al ser santo y perfecto y todopoderoso, es digno de mi temor, pero porque sé que es un Dios de amor que siempre actia conforme con su naturaleza, también puedo servirle por amor. Siempre sé lo que le desagrada a Dios y siempre s¢ lo que lo com- place. Porque Dios se ha revelado como un Dios que nos ama lo sufi- ciente como para morir por nosotros, no tenemos por qué temer sus caprichos. Al contrario, porque siempre sabemos lo que le de- sagrada a Dios y lo que lo complace, debiéramos temerle lo sufi- ciente como para evitar lo primero y abrazar lo segundo. ;Por qué? Por muchos motivos. Debemos temer a Dios porque él es Dios. Es natural que los hu- manos respeten y admiren los talentos y las habilidades que estén més alla de los suyos. El nombre de Albert Einstein es famoso porque su genio intelectual parecia tan inalcanzable. Muchos ad- miran a “Pelé”, el brasilefio que es una leyenda viviente por su magia con el balén. Michael Jordan se convirtié en fdolo deporti- vo porque realizaba hazafias atléticas que parecfan ser imposibles. Sin embargo, inclusive las habilidades de los mds grandes entre 101 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. ES BUENO O ES MALO conocerlo y discernir entre lo bueno y lo malo, los principios son el paso intermedio en la escalera que nos lleva de los preceptos a la persona de Dios. Detras de cada mandamiento (precepto) es- pecifico hay un principio. Un principio es una norma o un criterio que puede aplicarse a mas de un tipo de situacién, Para entender la diferencia entre un principio y un precepto, piense que un principio expresa la ver- dad fundamental en la cual se basa el precepto. Eso es lo que Marisa Maciel estaba buscando en la conversa- cién con su padre. Le habian comunicado el precepto; sabia que no querfan que tuviera relaciones sexuales. Pero no entendia el principio detrds del precepto, y cuando le pidié al padre que le ex- plicara por qué estaba mal su comportamiento, él no pudo comu- nicarselo. Los principios ayudan a explicar el “porqué” de un manda- miento. La preocupacion por la seguridad es uno de los principios en que se basa el mandato de una madre de mirar en ambas direc- ciones antes de cruzar la calle. Como les expliqué a mis hijos des- pués de ver La lista de Schindler, \a reverencia por la vida es el principio en que se basa el mandamiento “No matards”. Uno de los principios en que se basa el mandamiento “No dards falso tes- timonio” es la honestidad. Al revelar a nuestros jévenes los principios en que se basan los preceptos de Dios, comenzamos a prepararlos para aplicar la Prueba de la Verdad a cuestiones morales. Pero hay una verdad moral mds grande aun més alld de los principios sefialados por la ley, la persona misma de Dios. ® PERSONA No vale nada conocer lo que creemos acerca de los preceptos de Dios (y aun los principios de verdad en que se basan esos pre- ceptos) sin conocer a la Persona de la cual emanan. Con demasia- da frecuencia enfocamos la /ey de Dios y nunca vemos sus exten- siones, lo que nos ensefia acerca del caracter de Dios. El propési- to final de Dios en cada precepto es llevar a la gente a conocerlo al, 110 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Ensefiando la Verdad —jNo quiero hacerlo! —Gabriel Maciel, el papé de Marisa, esta- ba parado en el estacionamiento del templo, hablando en voz ba- ja pero vehemente con su esposa—, Sabes que no me gusta este tipo de cosas. Clara sonrié a Gina Santoro y a su amiga Bety, que pasaban junto a ellos camino al templo. Cuando se cerré la puerta detras de ellas, Clara se volvié hacia su esposo. —Tenemos que hacer algo, Gabriel. Lo sabes perfectamente. Y¥ lo que hemos probado hasta ahora con Marisa no nos ha dado resultado —se acercé a él y le miré fijamente—. Mira, le diré al pastor que tienes laringitis; no tendrds que decir ni una palabra. Le tocé la mejilla—. ;Por favor? El accedié de mala gana, pero entraron al templo y fueron hasta la oficina del pastor. Un escritorio con una computadora en una esquina ocupaba la mayor parte de una pared; las otras pare- des estaban cubiertas de anaqueles con libros, organizados proli- jamente en orden alfabético. Un circulo pequefio de sillas plega- bles ocupaba el centro del cuarto. El pastor Méndez y su esposa, Gina y su amiga sonrieron cuando los vieron entrar. Otra pareja, cuyos nombres Gabriel y Clara desconocfan, se pararon y se pre- sentaron como David y Catalina con su bebé de dos meses, Renee Nicole. El pastor les sefialé las sillas que estaban libres. Clara se tocé la garganta al sentarse y dijo —mi esposo tiene laringitis, asi que probablemente no haga mas que escuchar. 129 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. ES BUENO O ES MALO delo, que ejemplifique las normas bfblicas. Los padres que se quejan de los nifios del vecindario que piso- tean su césped y sus flores, tendrian que dejar su nombre y ni- mero de teléfono en el parabrisas del auto que rayan con el carri- to en el estacionamiento del supermercado. Quien ensefia a nifios y jévenes a ser honestos no debe “olvi- dar” de reportar cada centavo que gana en su declaracién de im- puestos. El pastor que predica en contra de la inmoralidad sexual de- beria evaluar lo que mira por televisién a la luz de esas convic- ciones. Por varios afios tuve la oportunidad de hablar en cierta iglesia. Poco antes de una de esas visitas la iglesia habfa recibido a un nue- vo pastor. A uno de los lideres que me fue a buscar al aeropuerto para llevarme al hotel, le pregunté: —,Cémo anda el nuevo pastor? E! hombre suspiré. —Josh —me dijo—, es maravilloso tener un pastor que quiere a su esposa. Durante casi una hora el anciano hablé de su pastor. Jamas mencioné un sermén, no se refirié ni una vez a la habilidad del pastor para recaudar fondos; me conté del evidente amor del hombre por su esposa. Dijo que habfa transformado la iglesia y su propia vida. —Quiero més que nunca a mi propia esposa —dijo. Ese pastor estaba modelando la verdad biblica ante su gente. :Cémo se determina si se est4 modelando la idea de que hay normas absolutas de lo bueno y de lo malo? Pregtintese: 2Qué hay en mi vida que no quiero que los demas sepan? En qué manera ha demostrado mi comportamiento mi creen- cia en las normas absolutas de moralidad durante esta semana? En qué manera he fracasado en demostrar esa creencia? zLe prohibo a mis hijos un comportamiento que me permito a mi mismo? zEstoy abierto a la critica? ¢Puedo pedirle a un joven que me ayude a identificar y corre- 142 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. ENSENANDO LA VERDAD 3Qué debemos hacer para ser llenos del Espiritu Santo? Primero, debemos presentar cada 4rea de nuestra vida a Dios (Rom. 12:1, 2). Debemos pedir a Dios que nos ayude a rendir cada drea de nuestra vida a él, actividades, amigos, deseos, etc., y decirle que deseamos depender de su direccién en todas las Areas. Segundo, debemos pedirle al Espiritu Santo que nos llene. Dios nos manda que seamos llenos del Espiritu Santo (Ef. 5:18). Pedir ser llenos es un claro paso de obediencia. Tercero, debemos creer que él nos Ilena cuando se lo pedimos. EI Espfritu Santo es un don gratuito. Dios ha prometido respon- der si oramos y expresamos nuestra peticidn de ser llenos de él (1 Jn. 5:14, 15). 3. Andar en el Espiritu. Confiar en que Dios nos Ilene con su Espiritu no significa que nunca volveremos a equivocarnos por falta de fe o desobediencia. Pero podemos vivir mas coherente- mente dia tras dias si aplicamos estos sencillos principios: Primero, cuando nos equivocamos, debemos confesar nuestro pecado rapidamente y volvernos a Dios. Entonces debemos pe- dirle que nos vuelva a llenar con su Espiritu y confiar en que él lo hard. Segundo, debemos desarrollar nuestra fe por medio del estu- dio de la Palabra de Dios y de la oracién (Rom. 10:17). Tercero, debemos estar preparados para el conflicto espiritual con el mundo (1 Jn. 2:15-17), la carne (Gal. 5:16-21) y Satands (1 Ped. 5:8, 9) y responder al conflicto confiando en la obra del Espiritu de Dios en nosotros y por medio de nosotros. Lo mejor que usted puede hacer por sus hijos, alumnos, nietos © amigos es presentarles la Persona de la verdad y ensefiarles a vivir en el poder del Espfritu de verdad. No podemos esperar que nuestros jévenes siempre tomen las decisiones correctas. Pero por medio de la ensefianza diligente de la verdad, podemos ayudarles a “ser un hombre de plena madurez, hasta la medida de la estatu- ra de la plenitud de Cristo” (Ef. 4:13). 147 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. ES BUENO O ES MALO Se esforz6 por ofr los pasos de su madre mientras se alejaba por el pasillo. Suspiré aliviada y volvié a consultar la prueba que sostenia sobre sus rodillas. Habfa aparecido un signo negativo. Negativo. Sintié un alivio tan grande que casi exclamé en voz alta. Es negativo pensé con euforia. No estoy embarazada. Se apoyé contra el tanque del inodoro tratando de controlar las lagrimas que le brotaban en los ojos. —“Gracias, Senor. Gracias, Senor. Gracias’, expresé su alivio en una oracién monétona de agradecimiento. Sintié los pasos suaves de su madre pasar frente a la puerta y se puso en marcha. Colocé el contenido de la prueba de vuelta en la caja y la cerré. Empezé a esconderse la caja debajo de la blusa pero se arrepintid. ‘A lo mejor mamd me detiene en el pasillo”, razoné. Sacé el cesto de basura de debajo de la pileta del bafio y puso la caja en el fondo, asegurandose de que estuviera bien es- condida antes de volver a colocar el cesto en su lugar. Se puso agua fria en la cara y se la secé répidamente. Respird profundamente; luego, con una mano en el picaporte y la otra en el pestillo, destrabé la puerta y la abrié. No habia nadie en el pasillo. Corrié a su dormitorio, cerré la puerta y marcé el nimero de Marcos. ann Esa noche, ya tarde, el pastor Juan Méndez se encontraba sen- tado detrds de su escritorio en la pequefia oficina de su casa. Su esposa y sus dos hijos se habfan acostado horas antes. Permanecia inmévil, recordando su conversacién con Felipe. Tiene razén admitid. Repitié mentalmente cada detalle de su confrontacién con Felipe. Estaba enojado porque sabla que no habria forma de ocultar a la congregacién la suspensién de Felipe. Estaba preocupado por lo que pensarta la gente, por lo que dirian y por lo que yo les dirta a ellos. Cerré los ojos. La tinica luz del cuarto iluminaba el escritorio desde una pequefia lampara con pantalla verde, un regalo de una iglesia de la que antes habia sido pastor. La pared de detrds esta- ba cubierta de libros; un sofé viejo y gastado estaba contra la pared de enfrente. Un pequefio reloj despertador eléctrico sobre 154 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. ES BUENO O ES MALO “Me he propuesto de ahora en adelante, con la ayuda de Dios, vivir una vida honesta y transparente ante Dios y ante ustedes”, declaré con firmeza. Puso la Biblia abierta sobre el puilpito y guid a la congregacién en oracién. ane Cuando Gabriel Maciel, el padre de Marisa, se acercé a un pe- quefio grupo de personas reunidas enfrente del templo después de la reunién, un miembro de la congregacién estaba hablando y decia: —Siento tener que decirlo, pero traje invitados esta mafiana. 2Se imaginan lo que habran pensado? ;Qué impresién van a tener de nuestra iglesia ahora? Es vergonzoso que haya salido con un sermén asf. —Arruina el espiritu de toda la reunién —agregé alguien—. Los cultos solfan ser tan agradables. —Bueno, esta mafiana fue el colmo para mi —dijo Gabriel, el padre de Marisa—. No tengo ningtin deseo de volver a la iglesia. Supongo que si el pastor quiere confesar sus cosas, perfecto, pero en el lugar apropiado. Yo vengo a la iglesia para ofr la Palabra del Sefior, no las confesiones llorosas de un padre que no puede con- trolar a su propio hijo. Entonces se alejé del grupo hacia el auto donde lo esperaban su esposa Clara y su hija Marisa. 158 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. zCUAL ES LA VERDAD ACERCA DEL SEXO? —Nunca pensaste que te alegrarfa tanto volver a tener tu mens- truacion, jno? Marisa también sonrié y apoyé la cabeza en el hombro de su mama. Después de unos momentos, la madre volvié a hablar. —Recuerdas cémo te sentias cuando ten{as miedo de estar embarazada? Marisa asintié con la cabeza: —Fue horrible; las manos no me dejaban de temblar. —iTe parece que eso es lo que se siente con el amor verdadero? Marisa no se movid. — Qué quieres decir? —Bueno, te sentiste asustada, te sentiste sola; tuviste que en- trar al bafio a escondidas y pasar por esa experiencia sola. ;Son esos los sentimientos que esperas que produzca el verdadero amor? Marisa no contest6. —Marisa, esas son exactamente las cosas que Dios quiere que evites. Es una de las razones por las cuales nos dice “huid de la fornicacién”, porque preferirfa que tui y tu esposo hagan la prue- ba de embarazo juntos, que aguarden el resultado con esperanza, en vez de temblar de miedo sola. Después de una larga pausa continud. —Marcos sabe? Marisa movié la cabeza en sefial de afirmacién, sin quitarla del hombro de la madre. — Cémo reaccioné él a todo esto? —No sé, est4 contento de que no esté embarazada, pero estd un poco raro ultimamente. —A lo mejor él también se asusté. —Supongo que si —comenté Marisa con melancolia. @ LA PRUEBA DE LA VERDAD jAlguna vez ha visto a un retratista en accién? Hace sentar al modelo a unos dos o tres metros, acomoda a la persona en una pose y luego se sienta frente a un lienzo en blanco. Comienza a trazar un esbozo, mirando al modelo cuidadosamente; después 163 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 2CUAL ES LA VERDAD ACERCA DEL SEXO? El publico inevitablemente responde con gestos de afirmacién. Continuo: “3Esperan que el amor verdadero sea generoso y confiado, un amor que los envuelve en sus brazos y dice: ‘No importa lo que pase yo te amaré’?” Nuevamente las cabezas asienten y la gente sonrfe demostran- do su conformidad con entusiasmo. Sigo: “;Opinan que el amor verdadero es seguro, leal y eterno?” Sin excepcién, el ptiblico est4 de acuerdo con ese principio del “amor verdadero”. Efesios 5:28 nos ayuda a entender aun ms el principio bibli- co del amor: “De igual manera, los esposos deben amar a sus es- posas como a sus propios cuerpos. El que ama a su esposa, a sf mismo se ama”. ;Qué significa amar a nuestro propio cuerpo co- mo manda la Escritura? El préximo versiculo explica: “Porque nadie aborrecié jamds a su propio cuerpo, mas bien, lo sustentay lo cuida, tal como Cristo a la iglesia” (énfasis aftadido). El principio del amor de Dios significa valorar la felicidad, la salud y el crecimiento espiritual de otra persona tanto como la fe- licidad, la salud y el crecimiento espiritual propios. La norma biblica del sexo es una norma de pureza: “Honroso es para todos el matrimonio, y pura la relacién conyugal; pero Dios juzgaré a los fornicarios y a los adtilteros” (Heb. 13:4). La norma de Dios para el sexo demanda que la relacién sexual sea pura y hermosa. Dios disefié el sexo para ser disfrutado en la relacién marido-mujer, para la procreacién (Gén. 1:28), para la unidad es- piritual (Gén. 2:24) y para la recreacién (Prov. 5:18, 19). El pro- pésito es de formar un circulo perfecto, una unién pura: dos vir- genes que entran en una relacién exclusiva. Ese circulo, esa unién, puede romperse incluso antes del matrimonio, si uno 0 ambos compafieros no mantienen el lecho matrimonial puro no esperan- do a tener relaciones sexuales hasta poder hacerlo en la pureza de la relaci6n marido-mujer. La norma biblica del sexo también es una norma de fidelidad: “Amor y Lealtad se han dado cita” dice la Biblia (Sal. 85:10 BJ). 167 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. :CUAL ES LA VERDAD ACERCA DEL SEXO. exponerla a la Evidencia de la Verdad— entonces aumenta la pro- babilidad de que nuestros jévenes reconozcan la verdad y vuelvan a examinar sus acciones. Marisa es un ejemplo tipico al respecto. Le importé menos lo bueno 0 lo malo de sus acciones que lo que satisfaria su hambre de amor, su necesidad de atencién. Con la ayuda de su madre esté comenzando a entender que el comportamiento moral no sdlo es correcto sino que también satisface sus deseos més profundos y la protege contra sus temores mas profundos. Esté comenzando a darse cuenta de que las opciones morales no sélo son correctas (es decir, en conformidad con el cardcter de Dios), sino que también son el camino mds seguro al placer y la realizacién (se correspon- den favorablemente con la realidad) porque dan proteccién y pro- visién. @ 1. Proteccién contra el sentido de culpa y provisién de recom- pensa espiritual Las normas de Dios en cuanto al comportamiento sexual protegen contra el sentido de culpa. Ya que Dios define lo que es bueno y lo que es malo, cuando violamos sus normas, invariablemente senti- mos culpa. ;Recuerda la muchacha que me escribié y confesé que “siempre se sentia culpable” después de un encuentro sexual? Es- taba describiendo los efectos del sentido de culpa. Y aunque Ma- risa Maciel negé haberse sentido culpable, cuando admitié que a veces se sentia “triste” como resultado de sus encuentros sexuales, estaba describiendo los efectos del sentido de culpa. Uno de los participantes de nuestro concurso de ensayo “Es- criba desde el corazén” (parte de la campafia nacional “;Por qué esperar?”) describié el sentido de culpa que resulta de la inmorali- dad sexual, diciendo que “comienza a privar a la persona de una autoimagen sana... lo cual disminuye su capacidad de sentirse lo suficientemente transparente como para cultivar una relacién intima... Puede hacer que se sienta ‘sucia”.* Las normas de Dios en cuanto al comportamiento sexual propor- cionan recompensas espirituales. La bendicién de una conciencia tranquila y un caminar con Dios sin estorbos es inestimable. Es 171 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 2CUAL ES LA VERDAD ACERCA DEL SEXO? inseguridad y celos, y estorba la libertad y la expresién sexual. Las norma; de Dios en cuanto al comportamiento sexual propor- cionan confianza. La pureza y la fidelidad sexual antes del matri- monio contribuyen a un ambiente de confianza dentro del matri- monio. Esa confianza da tranquilidad a ambos compafieros cuan- do estén separados; cada uno sabe que el otro es digno de confian- za. ;Por qué? Porque, en el perfodo antes del matrimonio proba- ron su cardcter, su madurez y su dominio propio. Por eso la actividad sexual prematrimonial puede ser una fuen- te tan grande de desconfianza en el matrimonio. “Si mi esposo no se pudo controlar antes del matrimonio”, razona la esposa, “;por qué voy a pensar que se va a controlar estando casado?” “Ella tuvo relaciones antes de conocerme a mi”, piensa el esposo, “;qué va a impedir que tenga relaciones ahora?” De hecho, sus temores parecen estar justificados; un estudio de 100.000 mujeres lo expresa asf: “Las relaciones sexuales prematri- moniales... no necesariamente conducen a las relaciones sexuales extramatrimoniales; sencillamente aumentan la probabilidad.”” @ 5. Proteccién contra Ja angustia emocional y provisién de ver- dadera intimidad Las norma; de Dios en cuanto al comportamiento sexual protegen contra la angustia emocional. El costo emocional de la inmoralidad sexual no se puede medir. Una adolescente explicé los efectos de su participacién sexual con estas palabras: ..-El tener relaciones sexuales prematrimoniales fue la experien- cia més horrible de mi vida. No fue para nada la experiencia emocionalmente satisfactoria que el mundo me habia prome- tido. Sentfa que mis entrafias habfan quedado expuestas y que mi coraz6n habia quedado desatendido... Sé que Dios me ha perdonado por este pecado inolvidable, pero también sé que nunca podré recuperar mi virginidad. Temo el dia en que tenga que decirle al hombre que verdaderamente amo y con el cual me quiero casar que no es el tinico, aunque quisiera que lo fue- ra... He manchado mi vida; una mancha que nunca se ira. 175 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 2CUAL ES LA VERDAD ACERCA DEL SEXO? fidelidad y pureza. Tome tiempo antes y después de la cere- monia para enfatizar el compromiso que est4 asumiendo la pareja y su promesa de ser fieles para toda vida. Obtenga una copia de los votos matrimoniales y léalos junto con sus hijos mas pequefios. Los adolescentes tal vez no respondan favora- blemente a la lectura en conjunto, pero puede resultar emo- cionante para un nifio o un preadolescente. Las bodas son momentos ideales para recalcar los principios del amor y de las relaciones sexuales dentro del compromiso matrimonial; y la manera en la cual refleja el caracter de Dios. Los obreros juveniles y pastores tienen una oportunidad excelente durante las ceremonias matrimoniales para enfatizar la relacién entre los preceptos, los principios y la persona de Dios. @ “Utilice” las palabras obscenas. Vivimos en una cultura que se estd volviendo cada vez mds audaz y mas descarada en su uso de expresiones groseras y vulgares. Hay palabras obscenas pa- ra referirse a las relaciones sexuales que se utilizan regular- mente en nuestra sociedad, en una forma degradante o deni- grante. Hace unos afios decidf utilizar la oportunidad que se me presentaba, al oir o ver esas palabras ofensivas, para ense- fiar a mis hijos sobre sexualidad y su contexto correcto. En mi libro How to Help Your Child Say No to Sexual Pressure (Cémo ayudar a su hijo a decir no a la presién sexual): describo una de estas ocasiones, cuando cierto dfa viajabamos con mi hija y mi hijo: En poco tiempo, como suele pasar con los nifios, empezaron a discutir. En medio de su pelea, Sean, mi hijo an- gelical de ocho afios le dijo a su hermana: nae ! {Como reaccionaria la mayoria de los padres en esa situacién? :Dirfan algo asf como: —jCallate! Eso es feo. Sucio. Asqueroso. Te voy a lavar la boca con jabén si vuelves a repetirlo. Con frecuencia es lo que se esperaria, no? Sin embargo, yo en lo personal vila palabra de Sean como 179 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. ES BUENO O ES MALO Las normas de Dios sobre la honestidad proproporcionan una re- putacién de integridad. Poco después de conocer a la que llegaria a ser mi esposa, le dije: —Tengo algo que decirte y no hace falta que contestes, pero tengo que expresarlo. Creo que estoy enamorado de ti. Ella empez6 a reir. —No creo que me hayas ofdo bien —dije muy serio—, dije que creo que estoy enamorado de ti. Sacé una carta que habia recibido de un miembro del personal de “Cruzada Estudiantil”. La autora de la carta explicaba que se habfa enterado de que Dottie estaba saliendo conmigo. “Josh es fa- moso por salir con muchas chicas”, decfa la carta. “As{ que ten mu- cho cuidado. No quiero que te dafie”. Pero el siguiente parrafo probablemente salvé mi relacién con mi futura esposa. Decta: “Pe- ro hay una cosa segura con respecto a Josh. Siempre sera honesto contigo. No te engafiaré y siempre sabrds lo que opina de ti.” Siempre he estado agradecido de que la persona que escribié esa carta me haya considerado un hombre integro. Esa es una de las bendiciones que resultan por adoptar la norma de Dios sobre la honestidad. La Biblia dice: “Mas vale el buen nombre que las muchas riquezas; y el ser apreciado, mds que la plata y el oro” (Prov. 22:1). & 4. Proteccién contra la ruptura de relaciones y provisién de un sentido de confianza Las normas de Dios en cuanto a la honestidad protegen contra la ruptura de relaciones. Hace varios afios patrociné una serie de acti- vidades que llamamos “peceras”. Diez a quince voluntarios ado- lescentes se sentaban en un circulo en medio de la sala, rodeados de adultos que sélo podfan escuchar y observar. Uno de los pro- pésitos era dejar que los padres vieran con sus propios ojos la magnitud de la crisis enfrentada por nuestros jévenes. En una de esas sesiones, una muchacha de quince afios comen- 26 a llorar. —Nunca volveré a confiar en mi mam4 —dijo. Le pregunté por qué y me explicé: 194 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. ES BUENO O ES MALO —Y Roberto? —pregunté. La sonrisa desaparecié de la cara de Melisa. — Qué hay con Roberto? —pregunté a su vez. Gina apreté los labios en un gesto severo. —Creo que el propietario le est4 permitiendo que se quede en la casa hasta que encuentre otra cosa —contesté Melisa y conti- nué—. Mira, mamé, sé que est4s molesta, pero ya hablamos de todo esto por teléfono, jrecuerdas? Roberto y yo sencillamente no congeniamos. Gina se incliné sobre la mesa. —iTe casaste con él, Melisa! —;Como tt te casaste con mi padre? Gina se enderezé como si hubiera recibido una bofetada. Por un momento el ambiente se puso tenso y las dos permanecieron en silencio. Por fin, sin decir palabra, Melisa se levanté y salié de la cocina. Sentada sola en la cocina, con las manos alrededor de una taza caliente de té, Gina movié la cabeza. Nunca pude lograr que se por- tara bien, Siempre fue testaruda y una vez que decidta algo no habia mds nada que hacer. Sonrié tristemente. Retiré la silla y puso la taza y el platito en la mesa antes de salir de la habitacién. Encontré a su hija sentada en la cama, apoyada contra la pared. Gina se apoyé contra la pared junto a la deslus- trada ventana del dormitorio. Miré hacia afuera. Vio unos arbus- tos raquiticos junto a la calle y un triciclo tirado de lado, abando- nado por su duefio. —No he venido a discutir contigo le dijo a Melisa. De todos modos, nunca te gané una discusién, recordé. —Vine porque queria estar contigo, pasar un rato juntas y ha- certe saber cudnto me importa lo que te pasa. Se volvié de la ventana y miré a su hija. —Melisa, sé que no soy responsable por ti. Me hizo falta la in- tervencién de Dios, y de una muy buena amiga, para hacerme en- tender que tengo la responsabilidad de ser un ejemplo delante de ti, pero no soy responsable por ti. No quiero fallarte, quiero darte un buen ejemplo, tener una buena relacién contigo y estar cerca para apoyarte en todas las decisiones dificiles que tengas que tomar. 200 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. ES BUENO O ES MALO doxos se cifien a los brazos y la frente en filacterias, y que fijan en las puertas de sus hogares en una cajita o cilindro llamado mezu- zah (en obediencia literal a Deut. 6:8, 9). La shema revela la singularidad de Dios. No hay otro Dios. Dios dice en su Palabra: “Ved ahora que yo, Yo Soy, y conmigo no hay mds dioses” (Deut. 32:39). Declara: “Antes de mi no fue formado ningtin dios, ni lo sera después de mi” (Isa. 43:10). Pero la shema no sélo se refiere a la singularidad de Dios; tam- bién atestigua su unidad. Mucho antes de que Jesucristo se reve- lara a los hombres y a las mujeres como el Hijo de Dios, mucho antes de que el Espiritu Santo descendiera a la iglesia en Pentecos- tés, Dios se revelé como una unidad misteriosa. Hasta las Escritu- ras hebreas insintian el concepto de una deidad plural y, sin em- bargo, dentro de esa misma deidad existe una unidad perfecta. Las Escrituras cristianas revelan que Dios es Padre, Hijo y Espi- ritu Santo (2 Cor. 13:14). Sin embargo, la shema pone en claro que Dios no es una sociedad. No es un conglomerado. No es un comité. Es una unidad: “Escucha, Israel: Jehovah nuestro Dios, Jehovah uno es” (Deut. 6:4). Dios no puede ser separado. No puede ser dividido. La unidad no es algo por lo cual él lucha; ni siquiera es algo que él logra. Es algo que ¢l es. “Yo y el Padre una cosa somos”, dijo Jestis. “El Padre esté en mf y yo en el Padre” (Juan 10:30, 38). La unidad es parte de la naturaleza y el caracter de Dios. El es uno. Y es esa unidad que desea que reflejemos en nuestras rela- ciones matrimoniales y familiares. Cuando la Biblia dice que un hombre y una mujer se unirdn y serén una carne (Gén. 2:24), esta diciendo que el matrimonio debe reflejar la naturaleza de Dios. Cuando los padres obedecen el mandamiento divino de “sed fecundos y multiplicaos” (Gén. 1:28), la familia también reflejard la unidad que Dios valora. La Prueba de la Verdad basa los “valores familiares” en la natu- raleza y el caracter de Dios. Porque Dios es uno, la desunién en un matrimonio o una familia le desagrada. Porque Dios es uno, los matrimonios y las familias desintegradas no reflejan sus nor- mas. Porque Dios es uno, su naturaleza define el matrimonio y la 206 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. ES BUENO O ES MALO que estaba ofreciendo el ejemplo de una relacién de amor entre un hombre y una mujer. Mis hijos se beneficiaran el resto de su vida por el ejemplo de mi esposa; les ha dado a mis hijas un mo- delo para imitar y a mi hijo un ejemplo de lo que debe buscar en una mujer. Juntos, Dottie y yo, hemos tratado de ser ejemplo de lo que debe ser una relacién de amor y respeto entre un hombre y una mujer. La norma de Dios sobre la unidad en el matrimonio y las rela- ciones familiares extiende su proteccién y su provisién misericor- diosas a aquellos que la siguen. @ -HAY UNA RESPUESTA PARA MELISA? i Como dijera el socidlogo Roberto Popenoe (en el lenguaje cauteloso de las ciencias sociales): En tres décadas de trabajo como cientifico social, he visto pocos es- tudios en los cuales el peso de la evidencia esté tan decididamente de un lado de la balanza: en general... las familias con padre y madre son preferibles a las familias de padres solteros 0 con padrastros (adaptado al castellano). La evidencia es abrumadora y tal vez podamos presentar un ca- so convincente para un joven que todavia no se ha casado. ;Y las LA EVIDENCIA a LA VERDAD La iproteccibee y PROTEGEN CONTRA: HE PROPORCIONAN\ Déilugién A Realizacién Balka df atentién de los padres ||) Atencién de los padres Inscgutidad emocional = Estabilidad cmoctonal Probleme lacion aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. ES BUENO O ES MALO @ Comunique abiertamente su amor por su cényuge . Aprove- che todas las oportunidades para hacerles saber a sus hijos cuanto ama a su cényuge. Sea afectuoso frente a ellos, Cuanto mas le demuestre su devocién, tanto mds seguros se sentirdn. Besos, rosas, fechas especiales, comidas favoritas; hay cientos de maneras de demostrar abiertamente ante los hijos cudnto se aman. A mis hijos les encanta cuando les pido que me ayu- den a planear una comida especial o una sorpresa que de- muestra mi amor y mi aprecio por mi esposa; su participacién también aumenta su conciencia de nuestro compromiso de amor y su confianza en él. H@ Aproveche las oportunidades presentadas por la televisién, las noticias y los acontecimientos de la actualidad. Use las peliculas 0 acontecimientos en las noticias que mencionan di- vorcios o préximos casamientos como tema de conversacién. En vez de condenar a una persona que ha sufrido un divor- cio, hable de la proteccién y la provisién que estard perdien- do. Si conoce a la persona, hablen de cémo usted y sus hijos pueden ser de apoyo y de ayuda. El uso de los acontecimien- tos de la actualidad puede ser una forma ideal de comunicar las consecuencias negativas de violar la norma de Dios sobre la unidad en el matrimonio y la familia, y de sefialar las re- compensas positivas de vivir en obediencia a esa norma. La verdad de Dios acerca del matrimonio y la familia es abso- luta; es para todas las personas, en todas las épocas y en todos los lugares. Témese el tiempo para ensefiar diligentemente la Prueba de la Verdad y la Evidencia de la Verdad acerca del matrimonio y la familia “a tus hijos y hablaras de ellas sentado en casa o andan- do por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes... Hards lo recto y bueno ante los ojos de Jehovah, a fin de que te vaya bien...” (Deut. 6:7, 18). Inculque en sus hijos el valor que Dios da al matrimonio y la familia, y recibiran recompensas que les impactardn a ellos y a las generaciones futuras. 218 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. :CUAL ES LA VERDAD ACERCA DE OTRAS VERDADES? su naturaleza: su gloria, su misericordia, su amor, su pureza, su unidad. Las oraciones iban acompaiiadas de lagrimas, risas y can- ciones de bendicién y alabanza. Pasé el tiempo y la oracién conti- nué sin que nadie se impacientara, sin que nadie consultara el re- loj; todas las mentes estaban concentradas en el Espfritu de Dios, en la sumisién a él y en adorarle, en temor y amor reverentes. Cuando cesaron las oraciones y el canto se detuvo, se hizo tal silencio en el grupo que parecfa palparse la presencia de Dios. Por fin Gina Santoro rompié el silencio. —Sefior, quiero agradecerte por lo que hiciste hoy en mi. Sus ojos estaban Ilenos de lagrimas, pero su voz no vacilé. —Me has dado una nueva visién de ti, una nueva reverencia por ti. Todo esto me ha ayudado a reconocer que tt eres la fuente de todo, tui eres la fuente de todo lo que tengo, de todo lo bueno. Y me has hecho darme cuenta de cuanto me habfa alejado de ti en mi manera de pensar y de vivir, y de cuanto te necesito, Nece- sito tu pureza, necesito tu santidad, necesito tu fidelidad; te nece- sito tanto en mi vida. Te necesito. Se detuvo y luego repitié las dos uiltimas palabras con gran in- tensidad. Te necesito! Bee Gina y el resto de ese grupo han comenzado a aplicar la Prueba de la Verdad y la Evidencia de la Verdad a los valores de castidad, honestidad y familia. Pero han comenzado a ir més all4, aplican- do la verdad también a otros valores biblicos. Por ejemplo, el pas- tor y su esposa aprovecharon la oportunidad brindada por una mala decisién en un partido de fitbol para discutir el valor bibli- co de la justicia con su hijo Felipe. Como dijo Gina, también han descubierto que cuando comenzamos a aplicar la verdad a noso- tros mismos y a nuestra vida, también podemos descubrir un “te- mor de Jehovah” biblico y tener una visin renovada del Dios que es nuestra Fuente. @ MAS VALORES BIBLICOS {Qué otros valores biblicos debemos comunicar a los jévenes? 223 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. iCUAL ES LA VERDAD ACERCA DE OTRAS VERDADES? @ 1. Proteccién contra los conflictos y provisién de paz Las normas de Dios en cuanto al amor protegen contra los conflic- tos y proporcionan paz. Creci odiando a mi padre. Todo el mundo en el pequefio pueblo conocfa a mi padre y sus borracheras. Mis compafieros adolescentes se burlaban de él y yo también me refa, con la esperanza de que la risa ocultara mi dolor. A veces iba al es- tablo y encontraba a mi madre tirada en el esti¢rcol detras de las vacas, tan golpeada por él que no podia levantarse. A veces cuan- do mi padre volvfa a casa borracho, yo lo arrastraba hasta el esta- blo, lo ataba a un pesebre y lo dejaba ahi hasta que se le “pasaba”. Siendo yo todavia adolescente, le ataba los pies con una cuerda que terminaba en el cuello, con la esperanza de que se estrangu- lara tratando de escaparse. El odio por mi padre me consumfa; llenaba mi vida y me ro- baba la paz. Sin embargo, poco después de convertirme aceptan- do a Cristo como mi Salvador, no sdlo me reconcilié con mi pa- dre, sino que le ayudé a confiar en Cristo para su salvacién. Ca- torce meses después murié de un ataque cardfaco, pero yo habia aprendido lo que podfa hacer el amor, aun en la situacién mas de- sesperante. Catorce meses de amar a mi padre me ayudé mucho mas que veinte afios de estar odidndolo. ® 2. Proteccién contra el egoismo y provision de realizaci6n Las normas de Dios en cuanto al amor protegen contra el egoismo y proporcionan realizacién. Conozco a una mujer que evalia cada conversacién, cada relacién, cada acontecimiento de su vida segin le afecten a ella. Sufre de lo que yo llamo la “enfermedad del yo”. Aunque tiene algunos amigos y conocidos, en realidad no ha aprendido a amar a ninguno. Sélo se ama a sf misma, y se nota. S. I. McMillen, en su libro None of These Diseases (Ninguna de estas enfermedades), cita a Alfred Adler, un psiquiatra de renom- bre mundial: La tarea més importante impuesta por la religién siempre ha sido: “Amards a tu prdjimo...” Es el individuo que no se interesa por el préjimo el que tiene las mayores dificultades en la vida y hace el 227 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. ES BUENO O ES MALO caminos son rectitud. El es un Dios fiel, en quien no hay iniqui- dad; es justo y recto” (Deut. 32:4). “Jehovah es quien hace justi- cia y derecho a todos los que padecen violencia” (Sal. 103:6). “Cada mafiana saca a luz su juicio” (Sof. 3:5). Debemos ser ecud- nimes porque Dios es ecudnime; debemos ser justos porque él es justo. La Prueba de la Verdad basa la virtud de la justicia en la na- turaleza y el cardcter de nuestro justo Dios. Entonces podemos decir que la justicia (tratar a todos con ecuanimidad) es lo co- rrecto: para todas las personas, en todas las épocas, en todos los lugares. LA EVIDENCIA DE LA VERDAD ACERCA DE LA JUSTICIA @ La justicia es correcta porque refleja el original: concuerda con la naturaleza y el cardcter de Dios, quien es justo. La Evidencia de la Verdad —ver la manera como funciona la justicia en la “vida real”— apoya la Prueba de la Verdad: precepto, principio, Persona presentada en la sesién anterior. Las normas de Dios ofrecen: ® 1. Proteccién contra la venganza y provisién de una conciencia tranquila Las normas de Dios en cuanto a la justicia protegen contra la ven- ganza y proporcionan una conciencia tranquila, En la sociedad nd- mada de la época de Moisés, era costumbre que si un individuo cometia una injusticia, la venganza caia sobre toda la familia, dando como resultado una rifia cruel y destructiva. Los preceptos del Pentateuco fueron disefiados para proteger al pueblo de Dios contra tales consecuencias y proveerles una conciencia y una dig- nidad que sirvieran de faro para los pueblos circundantes. Lo mismo puede ocurrir hoy. La persona que trata a otra injus- tamente, con frecuencia promueve la venganza y la represalia; el hombre o la mujer que acta con justicia hacia otros, evitard tales destructivas reacciones. Muchas amargas peleas familiares y tragi- cos desacuerdos podrian ser evitados obedeciendo la norma bibli- ca de practicar “lo justo entre el hombre y su prdjimo” (Jer. 7:5). 232 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. ES BUENO O ES MALO misericordia, sino también a la persona que demuestra miseri- cordia. La persona sin misericordia debe cargar la vergiienza de un espiritu ingrato; pero quien la demuestra, disfruta las recompen- sas internas del agradecimiento, del aprecio, de la calidez que ge- nera la respuesta a la misericordia. Jestis dijo: “Dad, y se os dara; medida buena, apretada, sacudi- da y rebosante se os dard en vuestro regazo. Porque con la medi- da con que medis, se os volverd a medir” (Luc. 6:38). La motiva- cién para demostrar compasién y misericordia no deberfa ser “dar para recibir” ya que la misericordia por si misma da grandes recompensas. Las palabras de Jestis también contienen una adver- tencia. La persona que da poco o nada de misericordia, segara lo que siembra. El hombre o la mujer que no desea sembrar compa- sién y misericordia segaré una vida vacia y necesitada. Esa necesi- dad tal vez no sea falta de cosas materiales, algunas de las personas menos misericordiosas que conozco son adineradas, pero la pro- mesa se aplica en los dos sentidos: los misericordiosos segarin bendiciones; los que no tienen misericordia sufriran necesidad. © 2. Proteccién conwa el castigo y provisién de benevolencia Las normas de Dios en cuanto a la misericordia protegen contra el castigo y proporcionan benevolencia, Jesus dijo: “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos recibiran misericordia” (Mat. 5:7). No quiso decir que los misericordiosos recibirian inicamen- te misericordia de Dios, sino también de otros. Conté una histo- ria que ilustra la bienaventuranza, acerca de un siervo que le de- bfa una suma monstruosa al rey lo cual significaba que seria con- denado y puesto en prisién; sin embargo, el rey fue misericor- dioso con él. Después de que su deuda le fuera cancelada, este siervo salié, encontré a un hombre que le debfa una suma misera- ble y lo hizo poner en prisién. Cuando el rey se enteré, llamé a su siervo y le dijo: “;No debias ti también tener misericordia de tu consiervo, asi como también yo tuve misericordia de ti?” El rey estaba tan enojado que se arrepintié de haber sido misericordioso y mandé encarcelar al hombre. Si el siervo hubiera sido miseri- cordioso, habrfa evitado el castigo. Con frecuencia esa es la mane- ra como acttia la misericordia. Los que no son misericordiosos 238 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. ¢CUAL ES LA VERDAD ACERCA DE OTRAS VERDADES? nozco a un muchacho de quince afios al que Ilamaré Carlos (no es su verdadero nombre). Lo conocf hace varios afios y me parecié un joven agradable, con un buen sentido del humor... hasta que vi cémo trataba a su mami. Era descortés con ella. La insultaba y hacfa comentarios para herirla. Demostraba una falta total de respeto por su madre. Le expliqué que me ofendifa cuando le ha- blaba asi y le hice saber que su actitud irrespetuosa, lejos de ha- cerle quedar bien con los demas, era ridicula y repelente. La nor- ma de Dios para el respeto por otros protege contra ese tipo de ofensa. Por otra parte, un muchacho, una nifia, un hombre o una mujer verdaderamente respetuoso atrae a los demas; es un gusto estar con alguien asf. @ 4. Proteccién contra la condenacién y provisién para ser dig- nos de alabanza Las normas de Dios en cuanto al respeto a los demds protegen con- tra la condenacién y proporcionan lo necesario para ser dignos de ala- banza. Hay que recordar que la norma de Dios para el respeto tam- bién incluye el respeto por los que estan en autoridad. Las relaciones de autoridad que existen, por ejemplo, entre padre e hijo, empleado y patron, y ciudadano y gobierno estan establecidas por Dios. ne La proven Eo PROTEGEN CONTRA: | A PROVEEN lo plecesprio para Septirnog sin yalor Tener autoestima Rélaciones perjudiciales | Tener relacjones sqnas Ser atractitgs Ser digno de 245 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. gCUAL ES LA VERDAD ACERCA DE OTRAS VERDADES? hace sentir mejor acerca de mi mismo. Ese es el efecto que el do- minio propio tiene sobre nosotros; domina nuestros impulsos y deseos (por supuesto que con la ayuda del Espiritu Santo), aumenta la confianza en obtener logros e inculca una sana auto- estima. MLA APLICACION DE LA VERDAD ACERCA DEL DOMINIO PROPIO @ La Prueba de la Verdad basa la virtud del dominio propio en la naturaleza y el cardcter de Dios; la Evidencia de la Verdad de- muestra sus beneficios. Los padres, abuelos, maestros, lideres ju- yeniles y pastores que desean influir en los nifios y jévenes deben aprovechar todas las oportunidades que se les presenten para apli- car la Prueba de la Verdad y la Evidencia de la Verdad. ll Sea abierto y sincero acerca de sus esfuerzos por desarrollar el dominio propio. Pida la ayuda de otros en la familia, la iglesia o el grupo juvenil. Una vez le di permiso a mi hijo para que me recordara mi deseo de desarrollar dominio propio en mis habitos alimenticios; nunca abusé de ese privilegio y sus advertencias (muchas veces su sola presencia) me ayudaron a disciplinarme. ™@ Aproveche cada oportunidad para ayudar a los jévenes a ver a Dios como un Dios con dominio propio. Estudie los ejem- plos biblicos del dominio propio de Dios; hacerlo puede ayu- darle a apreciar las “viejas” historias en una forma “nueva” al meditar en el dominio propio de Dios en los acontecimientos relacionados con las diez plagas, Noé y el diluvio, Sodoma y Gomorra, David y Betsabé, el profeta Jonas, Jestis y la tor- menta del mar de Galilea. HM Ayude a los nifios y jévenes a ver cosas como las lecciones de piano o las cuentas de ahorro como oportunidades para de- sarrollar el dominio propio. (Tales ejemplos también pro- porcionan buenas oportunidades para comunicar la Eviden- cia de la Verdad.) 251 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. ES BUENO O ES MALO la verdad esta de parte nuestra y nosotros estamos de parte de la verdad. Podemos inculcar valores biblicos en nuestros hijos en me- dio de una “generacién malvada y adultera”. Podemos contrarres- tar a la sociedad y reforzar los cimientos derrumbados de nuestros hogares y nuestras iglesias. Podemos enfrentarnos a la locura de una sociedad que se rebela contra Dios. Podemos dar ciertos pa- sos para corregir las cosas malas en nuestros hogares, en nuestras iglesias, en nuestra comunidad. @ HAGA LO QUE ES CORRECTO EN SU HOGAR Juan Méndez y su esposa, Gina Santoro, la mama de Marisa y otras personas han comenzado a buscar y descubrir maneras de corregir las cosas que andan mal en su hogar y su familia. Han co- menzado a establecer mejores relaciones. Han reconocido los efectos de su propio ejemplo. Han comenzado a ensefiar a sus hijos la Prueba de la Verdad y la Evidencia de la Verdad mientras intentan guiarlos a un conocimiento de la Persona qu es la Ver- dad: Jesucristo mismo. Si desea corregir las cosas en su hogar —contrarrestar los valo- res de la sociedad e inculcar valores biblicos en sus hijos— debe comenzar con usted mismo. Permita que el Espiritu Santo de Dios identifique y corrija la forma en que su propia perspectiva del mundo —y sus acciones— se han apartado de la “voluntad del Senor”. Gina Santoro considerd seriamente su perspectiva del matrimonio y cémo afectaba a su hija; Juan Méndez se enfrenté a la falta de coherencia entre sus ensefianzas y su vida; la mamé de Marisa reconocié que por su falta (y la de su marido) de una perspectiva coherente de la ver- dad y la moralidad habfa preparado mal a su hija para resistir los conceptos falsos sobre el placer. Asimismo, si usted desea corregir fo que anda mal en su hogar, pida que el Esp{ritu Santo le muestre los obstaculos que le impiden preparar a sus hijos para vivir una vida con fuertes convicciones morales y éticas. Asimile la Prueba de la Verdad y la Evidencia de la Verdad en su propia vida. Realice un estudio biblico personal de los preceptos de Dios y rastréelos hasta el principio eterno y luego lluegue hasta la 256 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. ANALISIS: ENCUESTA SOBRE EL AMOR Y EL SEXO. Condiciones bajo las cuales los jévenes de nuestras iglesias tendrian relaciones sexuales Las condiciones hacen que las relaciones sean| WET Menos i) foment) Pel mn els mma Si estuvieras enamorado de la persona Si realmente pensaras casarte Si supieras que no habria embarazo Si supieras que tus padres no se enterarfan Sisintieras que a tus padres no les importa Si tus amigos te insisitieran en hacerlo Grafica B-3.7 semana que viene, o el mes entrante) es un incentivo apropiado pa- ra la participacién sexual, lo cual es otra indicacién de la voluntad de nuestros jévenes de transigir sexualmente antes del matrimonio. Asimismo, uno de cada cuatro de nuestros jévenes (26%) dice que seria mas probable que tuviera relaciones sexuales si estuviera seguro de que no terminarfa en un embarazo. Un numero idénti- ca respondié que seria mas probable que lo hiciera “todo” si su- piera que sus padres no se iban a enterar y uno de cada cinco (22%) dijo que serfa més probable que tuviera relaciones sexuales si pensara que a sus padres no les importaria. Tal vez el unico aliento que podamos tomar de los datos es que sélo uno de cada nueve (11%) dijo que el hecho de que sus amigos le insistieran mucho que tuviera relaciones sexuales harfa que estuviera mas dispuesto a hacerlo (vea la Grafica B-3.7). Estas respuestas revelan que la moralidad de nuestros hijos no se basa en principios fundamentales fijos, sino en conceptos cam- biantes de lo que es bueno 0 es malo. Como resultado, las deci- siones de nuestros hijos acerca de la moralidad y la conveniencia de la participacién sexual estén supeditadas a sus emociones 0 in- tenciones juveniles. No hubo un cambio significativo desde 1987 en la manera como los jévenes han respondido a este conjunto de preguntas (vea la Grafica B-3.8). Estas estadisticas sefialan el hecho que nuestros jévenes tropie- 293 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. ES BUENO O ES MALO Este estudio muestra que lo mds importante que podemos ha- cer por nuestros hijos es presentarles a la Verdad e inculcar en ellos una conviccién de que la Verdad es lo correcto para todas las personas, en todas las épocas, en todos los lugares. La investigacién indica que el hacerlo doblard, triplicar4 y hasta cuadruplicard la pro- babilidad de que tomen decisiones morales en un mundo inmoral. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. hl Gil Este libro contiene un andlisis ! ( { completo de una encuesta MAI | | realizada entre 3.795 jovencitos UA que asisten a nuestras iglesias. LA FALTA DE UNA CONVICCION FIRME SOBRE LO QUE ES BUENO Y LO QUE ES MALO PONE EN PELIGRO EL PRESENTE Y EL FUTURO DE NUESTROS HIJOS © vemos por todas partes: violencia juvenil, jovencitos que venden drogas, muertes causadas por niiios pandilleros, promiscuidad sexual entre adoles- centes, violencia en las escuelas. ¢Por qué? Porque es la conducta natural de una generaci6n que no tiene un concepto objeti- vo de lo que es bueno y lo que es malo. Para ellos, la verdad es subjetiva: cues- tién de gustos, de preferencia individual, circunstancial. Y no estamos hablando de los j6venes de “otras iglesias y otras familias”, sino de los nuestros. El estudio en que se basa este libro demuestra que el 57 por ciento de los jovencitos que asisten a nuestras iglesias ni siquiera pueden afirmar que exista una norma objetiva que determina lo que es bueno 0 es malo. Este estudio revela muchas alarmantes realidades: @ e] 66% le mintié a sus padres en los tiltimos tres meses @ e1 36% copié en un examen en ese mismo lapso @ el 55% ha tenido relaciones sexuales antes de cumplir los 18 aiios de edad ES BUENO 0 ES MALO oftece a los padres, pastores y Ifderes de nifios y jOvenes valiosas armas para combatir esta alarmante declinacién moral. No les presenta una “férmula instantanea”, sino un profundo estudio biblico y practico que les desafia a vivir los verdaderos valores morales y trasmitirlos a la generacién del mafiana. Josh McDowell es orador y autor de renombre internacional por su ministe- tio en Cruzadas Estudiantiles para Cristo. Bob Hostetler, coautor, es también un reconocido escritor, editor y orador cristiano, EDITORIAL ISBN O-311-11081-4 EDITORIAL MUNDO HISPANO | | 11081 9°780311°11081

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